UNIVERSIDAD DE COSTA RICA Facultad de Derecho Sede Rodrigo Facio TESIS DE GRADUACIÓN PARA OPTAR AL GRADO DE LICENCIATURA EN DERECHO “EL DERECHO A LA NO AUTOINCRIMINACIÓN EN EL SISTEMA TRIBUTARIO COSTARRICENSE”. Diana Varela Rojas 2015 © La titularidad de los derechos de autor por la confección de la presente obra pertenece de forma exclusiva a Diana Varela Rojas DEDICATORIA A María Francisca, que a fue mi principal promotora para la realización de este trabajo i ÍNDICE Dedicatoria…………………………………………………………………………………i Índice de Abreviaturas…………………………………………………………………..vii Resumen……………………………………………………………………………... Introducción………………………………………………………………………………..1 Título Primero: Generalidades del Derecho Tributario Capítulo Único: Concepto y Contenido del Derecho Tributario………………………5 1. Concepto y contenido del derecho tributario…………………………………...6 2. Principios rectores……………………………………………………………….12 2.1 Principio de Legalidad………………………………………………………13 2.2 Principio de Capacidad Económica……………………………………….15 2.3 Principio de Igualdad………………………………………………………..17 2.4 Principio de Generalidad……………………………………………………17 2.5 Principio de Proporcionalidad………………………………………………18 2.6 Principio de Confiscatoriedad………………………………………………19 2.7 Principio de Doble Imposición……………………………………………...20 3. Fuentes del derecho tributario………………………………………………….21 ii 3.1 Constitución Política………………………………………………………...22 3.2 Tratados Internacionales……………………………………………………23 3.3 Ley…………………………………………………………………………….23 3.4 Decreto-Ley………………………………………………………………….24 3.5 Reglamento………………………………………………………………….24 3.6 Circulares…………………………………………………………………….24 3.7 Principios Generales del Derecho Tributario…………………………….25 3.8 Jurisprudencia……………………………………………………………….26 3.9 Doctrina……………………………………………………………………….26 3.10 Usos y Costumbres………………………………………………………..26 4. Interpretación de las normas tributarias……………………………………….27 4.1 Fuente generadora de la interpretación…………………………………..27 4.1.1 Interpretación Auténtica o Normativa……………………………27 4.1.2 Interpretación Judicial o Jurisprudencial………………………..28 4.1.3 Interpretación Doctrinaria…………………………………………28 4.2 Métodos de Interpretación………………………………………………….29 4.2.1 Método Literal o Gramatical………………………………………29 4.2.2 Método Histórico…………………………………………………..29 4.2.3 Método Lógico……………………………………………………..29 4.2.4 Método Sistemático o Exegético…………………………………30 4.2.5 Método de la Realidad Económica………………………………31 4.3 Resultado de la Interpretación……………………………………………..31 4.3.1 Interpretación Extensiva…………………………………………..31 4.3.2 Interpretación Restrictiva…………………………………………31 iii 4.3.3 Interpretación declarativa…………………………………………32 4.3.4 Interpretación Correctiva………………………………………….32 5. Integración de las normas tributarias………………………………………….32 6. Eficacia de las normas tributarias……………………………………………...33 6.1 Vigencia Temporal…………………………………………………………..33 6.1.1 Derogación…………………………………………………………35 6.1.2 Caducidad………………………………………………………….36 6.1.3 Nulidad……………………………………………………………...36 6.2 Vigencia Espacial……………………………………………………………36 7. Las obligaciones tributarias……………………………………………………..37 8. El hecho generador de la obligación tributaria………………………………..40 9. Los sujetos de la obligación tributaria…………………………………………44 9.1 Sujeto activo………………………………………………………………….45 9.2 Sujeto pasivo…………………………………………………………………46 9.3 El contribuyente……………………………………………………………...47 9.4 El sustituto o sucesor……………………………………………………….48 9.5 El responsable……………………………………………………………….48 9.6 El objeto………………………………………………………………………49 9.7 La causa……………………………………………………………………...49 10. Determinación de la obligación tributaria……………………………………..50 11. Medios de extinción de las obligaciones tributarias…………………………51 Título Segundo: Derecho a la no autoincriminación y el sistema tributario costarricense. iv Capítulo Primero: Sistema Tributario Costarricense…………………………………52 1. Origen……………………………………………………………………………..53 2. Infracciones……………………………………………………………………….53 3. Procedimiento administrativo y sanciones…………………………………….55 3.1 Recargo……………………………………………………………………….55 3.2 Multas…………………………………………………………………………56 3.3 Cierre del negocio…………………………………………………………...56 4. Procedimiento penal y sanciones……………………………………………...57 5. Delitos tributarios y sanciones……………………………………………….....58 Capítulo Segundo: Derecho a la no autoincriminación y Deber de Colaborar……60 1. Derecho a la no autoincriminación en materia penal………………………..61 1.1 Antecedentes………………………………………………………………..61 1.2 Concepto y naturaleza jurídica…………………………………………….62 1.3 Características……………………………………………………………….81 1.4 Mecanismos Procesales……………………………………………………81 1.4.1 La información sobre el derecho a guardar silencio……………..81 1.4.2 No presunción de responsabilidad del silencio…………………...81 1.4.3 La delimitación entre no autoincriminación y confesión…………82 1.4.4 Prohibiciones probatorias…………………………………………...82 1.4.5 La precisión del alcance de la no autoincriminación y los hechos………………………………………………………………...83 2. Derecho a la no autoincriminación en materia tributaria…………………….84 v 3. Deber de colaborar………………………………………………………………93 4. Derecho a la no autoincriminación frente al Deber de Colaborar……….. 101 5. Derecho comparado……………………………………………………………109 5.1 España………………………………………………………………………109 5.2 Alemania…………………………………………………………………….111 5.3 Estados Unidos…………………………………………………………….112 5.4 Perú………………………………………………………………………….113 Conclusiones……………………………………………………………………………115 Bibliografía………………………………………………………………………………120 vi INDICE DE ABREVIATURAS AP: Administración Pública CP: Código Penal CPP: Código Procesal Penal CNPT: Código de Normas y Procedimientos Tributarios CIDH: Comisión Interamericana de Derechos Humanos DDHH: Derechos Humanos TEDH: Tribunal Europeo de Derechos Humanos UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (United Nations International Children's Emergency Fund) vii RESUMEN Uno de los elementos más importantes para garantizar al individuo la legalidad del proceso judicial, al que se ve sometido, es lo que expone el Código Procesal Penal de la siguiente manera: .-“Legalidad de la prueba: Los elementos de prueba solo tendrán valor si han sido obtenidos por un medio lícito e incorporados al procedimiento conforme a las disposiciones de este Código. A menos que favorezca al imputado, no podrá utilizarse información obtenida mediante tortura, maltrato, coacción, amenaza, engaño, indebida intromisión en la intimidad del domicilio, la correspondencia, las comunicaciones, los papeles y los archivos privados, ni información obtenida por otro medio que menoscabe la voluntad o viole los derechos fundamentales de las personas”1. Cuando un individuo es fiscalizado por la Administración Pública y esta le exige la presentación de todos los documentos como parte de su deber de cooperación, se le hace la advertencia, a la vez, de que la no presentación de estos documentos le generaría una sanción administrativa que afectaría su patrimonio; por tanto, puede considerarse que existe un grado de tortura hacia el administrado que le compele a entregar los documentos que lo hacen sospechoso de un ilícito y que serán entregados como prueba en el momento en que la 1 Código Procesal Penal. Artículo 181. viii Administración Pública gestiona ante el Ministerio Público la denuncia correspondiente2. Sobre este derecho Mariana Pucciarello manifiesta que “… el derecho constitucional en cuestión tiene como origen la prohibición de la tortura para obtener la confesión del acusado de un delito. El proceso penal ya no busca la confesión. La acusación debe construirla el Estado y para ello debe desplegar sus habilidades investigadoras, las cuales han de prescindir de la colaboración del imputado…”3. Con base en lo anterior es posible afirmar que en observancia de los deberes y derechos del contribuyente la acusación que hace la Administración Pública debería desencadenar el proceso penal en su totalidad y por tanto esperar que sea el órgano juzgador quien solicite y obtenga la prueba pertinente para la determinación de la sanción penal. Se evita, de esta manera, que la Administración, amparada en el deber de colaboración del contribuyente, trasgreda la garantía constitucional de no autoincriminarse. Al respecto, señala también el tributarista español Ramón Falcón y Tella que, “como en la inspección es donde el riesgo de autoinculparse existirá 2 Código de Normas y Procedimientos Tributarios, artículo 90: “Procedimiento para aplicar sanciones penales. En los supuestos en que la Administración Tributaria estime que las irregularidades detectadas pudieran ser constitutivas de delito, deberá presentar la denuncia ante el Ministerio Público y se abstendrá de seguir el procedimiento administrativo sancionador y de determinación de la obligación tributaria, hasta que la autoridad judicial dicte sentencia firme o tenga lugar el sobreseimiento (…)” 3 Pucciarello, Mariana. Derecho a no autoincriminarse y deber de colaborar en el ámbito tributario. 1ª edición, Buenos Aires, Argentina, Ad-Hoc, 2011. Pág. 27. ix normalmente en la práctica, si no se ha advertido del derecho a no declarar, ello haría inutilizables, tanto en el procedimiento sancionador como en el proceso por delito fiscal, las pruebas conseguidas, al haber sido obtenidas en virtud de un deber del contribuyente coactivamente exigible y, por tanto, con violación del derecho fundamental a no declarar contra sí mismo”. 4 En vista de lo anterior sería un avance importante para el derecho tributario costarricense realizar una valoración de ambos derechos y buscar, como en el derecho español, la protección de los derechos del los individuos sin menoscabar sus deberes para con el Estado. 4 Falcón y Tella, Ramón, La imposibilidad de utilizar datos obtenidos por la inspección tributaria a efectos penales o sancionadores: la sentencia Saunders, de 17/12/96. Comunicación técnica presentadas en las XIX Jornadas Latinoamericanas de Derecho Tributario, Lisboa, 1998, pág. 487. x xi xii xiii xiv xv 0 INTRODUCCIÓN Al desarrollar la investigación sobre el Derecho a la No Autoincriminación y sus alcances en nuestro Sistema tributario, es de vital importancia plantearse dos interrogantes a saber: ¿Existe la obligación de identificarse como responsable de una sanción administrativa? Y, ¿existe el deber de proporcionar a la Administración documentos u otras pruebas que tengan la capacidad de auto incriminar? Como manera introductoria al tema de la no autoincriminación, se debe dar una respuesta simple a las preguntas anteriormente formuladas, con el fin de entender, llegados al desarrollo del tema que ocupa, cuáles son los alcances del Derecho a la no Autoincriminación en el ordenamiento jurídico costarricense. ¿Existe la obligación de identificarse como responsable de una sanción administrativa? Los alcances del derecho a la no autoincriminación en el ámbito administrativo y tributario, específicamente, son cada vez más entendidos y aceptados. La garantía referida a que nadie está obligado a declarar en su contra no puede limitarse a un proceso penal, sino que se extiende todos aquellos actos donde la persona con su declaración pueda producirse un perjuicio, tal como una pena o una sanción económica. 1 ¿Existe el deber de proporcionar a la Administración documentos u otras pruebas que tengan la capacidad de autoincriminar? En España, sobre la exhibición o aportación de determinados documentos contables, se estableció mediante criterio jurisprudencial que quien se ve sometido a esas pruebas no está haciendo una declaración de voluntad ni emite una declaración que exteriorice su contenido, al admitir su culpabilidad. Este es el mismo razonamiento usado en relación con la obligación de identificar al contribuyente presuntamente responsable de una infracción al sistema tributario de Costa Rica. En cuanto a otros procedimientos distintos al penal, la jurisprudencia ha señalado que cuando el contribuyente aporta o exhibe los documentos contables pertinentes, no está haciendo una manifestación de voluntad ni emite una declaración que exteriorice un contenido, al admitir su culpabilidad. No es en realidad, más que una garantía de cumplimiento de los deberes formales de los sujetos pasivos llevar y conservar los libros de contabilidad, registro y demás documentos que en cada caso se establezcan, facilitar la práctica de inspecciones y comprobaciones y proporcionar a la Administración los datos, informes, antecedentes y justificantes que tengan relación con el hecho imponible. 2 Teniendo en cuenta los términos anteriores, se puede suponer que el Derecho a la No Autoincriminación cuenta con el respaldo tanto de la doctrina como de la legislación y la jurisprudencia para salvaguardar los derechos de los contribuyentes, así como facilitar la ejecución de sus deberes, frente a la Administración Pública. En aras de evaluar los resultados de esta investigación, los objetivos propuestos son: Objetivo general: Determinar la posición en que se encuentra el derecho a la no autoincriminación en el proceso penal tributario, cuando se contrapone al deber de colaborar con la Administración Pública Costarricense. Objetivos específicos: - Analizar, de manera comparativa, el derecho a la no autoincriminación y el deber de contribuir del contribuyente en nuestro país. - Determinar cuál de los dos derechos prevalece en el proceso tributario costarricense. - Establecer un punto de equilibrio entre el derecho a no autoincriminarse y el deber de contribuir del contribuyente. 3 Para concretar los objetivos supra mencionados, se utilizará el método deductivo, el cual se basa en el análisis de doctrina, leyes y jurisprudencia judicial relacionada con el tema que ocupa este trabajo de graduación, con el fin de llenar eficazmente todas aquellas lagunas que tenemos al abordar por primera vez este tema. Esta investigación está compuesta por una estructura simple que comprende dos títulos: El Título Primero trata sobre las pautas generales del Derecho Tributario y en qué consiste el derecho tributario de nuestro país. Por otro lado, el Título Segundo obedece a la necesidad de analizar el Derecho a la No Autoincriminación y el Deber de Colaborar o Contribuir con la Administración Pública, para medir los alcances de la anteposición de uno de estos derechos sobre el otro. TÍTULO PRIMERO 4 GENERALIDADES DEL DERECHO TRIBUTARIO COSTARRICENSE CAPÍTULO ÚNICO CONCEPTO Y CONTENIDO DEL DERECHO TRIBUTARIO Concepto y contenido En materia de conceptualización del derecho responde a diversos supuestos relacionados con la materia que se pretende recular. Para el derecho, 5 objeto de este trabajo, puede destacarse la definición dada por Manuel De Juano: “Debemos entender por derecho tributario, aquella parte del derecho financiero que tiene por objeto todo lo concerniente a las normas que disciplinan la relación jurídica principal y las accesorias provenientes de los tributos, vale decir, de este tipo de recursos derivados, entre los que ofrecen al Estado para lograr los medios pecuniarios necesarios para el desarrollo de sus actividades”. 5 El principal instrumento mediante el cual se establecen las cargas fiscales es la obligación tributaria de dar, definida por Giuliani Fonrouge como “el vínculo jurídico en virtud del cual un sujeto (deudor) debe dar a otro sujeto, que actúa ejerciendo el poder tributario (acreedor), sumas de dinero o cantidades de cosas por la ley”6. Los elementos que conforman la obligación fiscal son el sujeto (activo o pasivo; dentro de este último: contribuyente, responsable o sustituto) y el objeto. La debida determinación de estos elementos resulta especial importancia a la hora de establecer la obligatoriedad, tanto de la obligación como de la prestación debida y de los sujetos llamados a cumplirla, entre otros. Existen tres medios para realizar la determinación de las obligaciones tributarias de dar: la principal es la determinación por parte del sujeto pasivo, en cuyo caso, la Administración Tributaria utiliza sus potestades de fiscalización para 5 De Juano, Manuel. Curso de Finanzas y Derecho Tributario. Argentina, Ediciones Molachino, Parte General, Tomo 1, 1963, pág.74. 6 Giuliani Forgouge, Carlos. Derecho Tributario. Buenos Aires, Argentina. Editorial De Palma, 2° edición, Tomo 1, 1973, pág.375. 6 realizar la comprobación y veracidad de lo actuado por el sujeto. El segundo medio es la determinación por parte de la Administración Tributaria donde ejerce funciones de determinación y fiscalización. Finalmente, puede presentarse el caso de la determinación mixta donde ambas entidades intervienen en la fijación de la deuda fiscal. Una vez determinada la obligación se ejercen las facultades de recaudación, lo cual no conlleva, necesariamente, a la obtención del pago del tributo. Ello, porque son diversas las formas de extinción de esas obligaciones; en unas habrá satisfacción del interés del Estado (pago, compensación, novación y confusión) y en otras no, tal es el caso de la condonación y la prescripción. La necesidad colectiva es el fenómeno que activa el aparato estatal para la obtención de fondos y desarrollo de los servicios públicos. Sin embargo, no es cualquier necesidad la que el Estado debe satisfacer, sino aquella que responde a un interés general. Debe trascender el ámbito puramente individual y, en principio, es el Estado quien exclusivamente organiza los servicios públicos, sin medir un fin de lucro. En relación con las necesidades supra mencionadas, Villegas opina: “Las necesidades descritas reúnen, por tanto, estas características: a) son de ineludible satisfacción, porque de lo contrario no se concibe la comunidad organizada; b) son de imposible satisfacción por los individuos aisladamente considerados; c) son, en 7 consecuencia, las que dan nacimiento al organismo superior llamado Estado y las que justifican su nacimiento”. 7 Una de las formas con que cuenta el Estado para obtener recursos es a través de la potestad normativa tributaria, sustentada en el precepto constitucional 121 inciso 13 que le confiere concreta y exclusivamente esta facultad a la Asamblea Legislativa, también viene respaldada por lo dispuesto en el artículo 18 del mismo cuerpo legal. La obligación tributaria que surge para el individuo es consecuencia de la sujeción a la soberanía de un Estado y de contribuir con la financiación. Todo lo anterior tiene una justificación metajurídica que se manifiesta en el llamado principio de solidaridad social y económica, el cual permite la existencia de limitaciones a los derechos individuales en procura de los colectivos y de una mayor distribución de las riquezas. Por otra parte, manteniendo la línea de conceptualización, Sergio De la Garza explica que: “… el Derecho Tributario es el conjunto de normas jurídicas que se refieren al establecimiento de los tributos, esto es, a los impuestos, derechos y contribuciones especiales, a las relaciones jurídicas principales y accesorias que se establecen entre la Administración y los particulares con motivo 7 Villegas, Héctor. Curso de Finanzas, Derecho Financiero y Tributario. Buenos Aires, Argentina. Editorial Depalma, 5° edición, 1992, pág.4. 8 de su nacimiento, cumplimiento o incumplimiento, a los procedimientos oficiosos o contenciosos que puedan surgir y a las sanciones establecidas pos su violación”. 8 Esta rama jurídica se puede analizar desde dos perspectivas: el Derecho Tributario Material o Sustantivo y el Formal o Administrativo. El primero es el que regula las situaciones de fondo relacionadas con el nacimiento, desarrollo y extinción de las obligaciones tributarias, y las consecuencias jurídicas derivadas de las mismas. Profundizando en la definición dada por Villegas se tiene que: “Básicamente, el Derecho Tributario material contiene el presupuesto legal hipotético y condicionante, cuya configuración fáctica, en determinado lugar y tiempo y con respecto a una persona, da lugar a la pretensión crediticia tributaria (hecho imponible)”. 9 Segundo, el Derecho Tributario Formal es complemento de aquel, por cuento establece el camino que debe seguir la Administración Tributaria para individualizar y determinar la carga fiscal, los trámites que los contribuyentes deben realizar para cumplir o cuestionar las obligaciones tributarias; en general, los procedimientos de aplicación del derecho tributario material. En la misma línea de pensamiento de Villegas debe tenerse presente también que: “El derecho tributario suministra las reglas de cómo debe procederse 8 De la Garza, Sergio. Derecho Financiero Mexicano. México. Editorial Porrúa, S.A., 4° edición, 1969, pág.21. 9 Villegas, Héctor(1992) pág. 245. 9 para que el tributo legislativamente creado se trasforme en tributo fiscalmente percibido”.10 Para hacer efectiva la obligación de contribuir, el estado tiene el poder que le permite crear unilateralmente obligaciones fiscales sin el consentimiento del sujeto llamado a cumplirlas; a esta facultad se le denomina potestad de imposición o tributaria. Por su parte, Sánchez Hernández comenta: “… para la obtención de dichos ingresos el Estado actúa con potestad tributaria o poder tributario, creando los tributos cuyo pago debe ser cubierto por las personas sometidas a su competencia, lo cual significa que a consecuencia de la potestad tributaria, por un lado tenemos supremacía y por el otro sujeción, es decir, la existencia de un ente (el Fisco) que se coloca en un plano superior y preeminente y frente a él, un gran número de personas (contribuyentes) ubicados en un plano inferior”. 11 Por tratarse de una potestad tan delicada por imponer limitaciones a derechos individuales se procura una cabal regulación con el objeto de no dejar ningún ámbito de discrecionalidad a la Administración Tributaria. Tratando el tema de Derecho Tributario Micheli cree necesario indicar que “… a veces la ley confiere al órgano administrativo cierto ámbito de discrecionalidad (es decir, de libertad en la elección del mejor modo de realizar un 10 Villegas, Héctor (1992) pág. 325. Sánchez Hernández, Mayolo. Derecho Tributario. México. Cárdenas Editor y Distribuidor, 2° edición, 1988, pág. 20. 11 10 interés público) sobre las modalidades de pago del impuesto y las garantías… en cambio no constituye discrecionalidad (ni aún en sentido técnico) el poder de valorar las elementos idóneos para la determinación de la base imponible, porque el tributo debe corresponder a la dimensión de la base imponible, porque el tributo debe corresponder a la dimensión de la base imponible tal y como viene determinada según las reglas jurídicas y técnicas del caso”. 12 A la potestad tributaria que ostenta el Estado como consecuencia de su soberanía se le han otorgado los siguientes rasgos definitorios: Abstracto: le da el poder al Estado de exigir contribuciones (art. 121 inc. 13 de la Constitución Política). Permanente: sobre este punto, manifiesta acertadamente Gian Antonio Micheli: “La potestad tributaria, de dictar normas jurídicas, no se extingue con el trascurso del tiempo; podrá encontrar límites en sus efectos temporales pero el Estado puede siempre ejercerlas con referencia a una cierta previsión abstracta, casi siempre general”. Irrenunciable: la razón que justifica la existencia de las cargas tributarias no puede concebir la posibilidad de renuncia al ejercicio de la potestad de imponer obligaciones fiscales, de lo cual depende su subsistencia, por cuanto implicaría la desaparición del órgano estatal. 12 Micheli, Gian Antonio. Los Conceptos Fundamentales del Derecho Tributario. Revista de Ciencias Jurídicas, San José, N° 24, junio-setiembre-diciembre de 1974, pág. 56. 11 Indelegable: claramente establece la Constitución Política que es, exclusivamente, la Asamblea Legislativa el órgano competente para crear cargas tributarias. El poder tributario no es ilimitado, por cuanto implica una restricción para algunos de los derechos fundamentales del ser humano; estas limitaciones se expresan en principios. Principios rectores Como toda rama del Derecho, el Derecho Tributario cuenta con principios específicos que permiten una mejor comprensión del ámbito de acción del derecho para la materia tributaria; ente ellos tenemos: el de legalidad, capacidad económica, igualdad, generalidad, proporcionalidad, confiscatoriedad y doble imposición. Villegas no solo toma en consideración los principios mencionados con anterioridad sino que además considera que: “La potestad tributaria (o poder tributario) es la facultad que tiene el Estado de crear unilateralmente tributos, cuyo pago será exigido a las personas sometidas a su competencia tributaria espacial”,13 y que emana del principio de soberanía estatal. 13 Villegas, Héctor (1992) pág. 186. 12 En relación con las limitaciones del Derecho Tributario Villegas indica que: “Para la doctrina mayoritaria del Derecho Tributario existen dos corrientes de limitaciones al poder tributario: a) los principios generales de índole constitucional entre los que se enlistan los de legalidad, también conocido como reserva de ley; el de igualdad o isonomía en su doble forma de igualdad ante la ley y de la igualdad como base del impuesto y de las cargas públicas; el de generalidad, en virtud del cual el tributo se debe aplicar abarcando la totalidad de las categorías de personas o de bienes previstas en la ley y no a una parte de ellas, el de no confiscación, como consecuencia del principio constitucional de inviolabilidad de la propiedad privada; y b)las llamadas limitaciones de orden político, en la figura de la doble imposición, en razón de la coexistencia de entidades dotadas de poder tributario, actuando tanto en el plano nacional, como en el internacional”. 14 Principio de Legalidad: Este principio hace referencia no solo a los poderes y potestades que ostenta el órgano estatal a la hora de ejercer sus facultades dentro del ámbito fiscal, sino también, en la generalidad de sus actuaciones con el fin de reforzar el principio de seguridad jurídica. Tiene gran trascendencia en el campo de los tributos, por cuanto opera la llamada reserva legal que significa que la creación de un tributo tiene su fuente únicamente en la ley y, por lo tanto, el único órgano con potestad para crearlo es 14 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Resolución N° 3327-95 de las quince horas cuarenta y dos minutos del 27 de junio de 1995. Acción de Inconstitucionalidad 2163-S-90. 13 la Asamblea Legislativa. Esto es, que las únicas exacciones fiscales son exigibles y han sido creadas mediante el procedimiento que establece la Constitución Política en su artículo 123 y lo dispuesto por el Reglamento de Orden y Disciplina de la Asamblea Legislativa para la producción de leyes. Esto implica que no puede una norma de inferior rango establecer obligaciones tributarias; todo ello manifestado por la máxima nullem tributum sine lege. Lo anterior, por cuanto las leyes son disposiciones con carácter general, abstracto e impersonal, lo que implica el minimizar la posibilidad de que se presenten arbitrariedades o discriminación por parte de la autoridad a la hora de establecer las cargas fiscales. Del mismo modo que para nacer a la vida jurídica un tributo se requiere de la voluntad de los legisladores, así también para eximir o conceder beneficios se necesita, por ser el único facultado al efecto, de una ley que así lo establezca. El art. 5 incisos a y b del Código de Normas y Procedimientos Tributarios reza: “En cuestiones tributarias solo la ley puede: a) Crear, modificar o suprimir tributos; definir el hecho generador de la relación tributaria, establecer las tarifas de los tributos y sus bases de cálculo; e indicar el sujeto pasivo; b) Otorgar exenciones, reducciones o beneficios”. 15 15 Código de Normas y Procedimientos Tributarios. Artículo 5. 14 En Costa Rica, a diferencia de otros países como España o Italia, la potestad de crear tributos es únicamente originaria; en legislaciones extranjeras sí se prevé la posibilidad de delegarla en órganos menores tales como municipalidades (poder tributario delegado). Por ser la ley fuente de las obligaciones tributarias, no le afecta el pacto entre particulares, así como tampoco la calificación que las partes den a un determinado acto. También rige en esta materia la indisponibilidad por parte de los particulares de las situaciones jurídicas subjetivas (artículos 12 y 13 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios). Principio de Capacidad Económica: Este principio es básico, por cuanto si bien el Estado tiene la potestad de obligar unilateralmente a sus gobernados, debe necesariamente tomar en consideración las posibilidades (subjetiva) de cumplimiento de las obligaciones impuestas. Al respecto Pérez Royo ha dicho: “El principio de capacidad económica cumple en nuestro ordenamiento constitucional tributario tres funciones esenciales: de fundamento de la imposición o de la tributación, de límite para el legislador en el desarrollo de su poder tributario y de programar su orientación para el mismo legislador en cuanto al uso de ese poder”. 16 16 Pérez Royo, Fernando. Derecho Financiero y Tributario. Madrid, España. Editorial Civitas. 4° edición, 1994, pág. 36. 15 El legislador debe tomar en consideración estas circunstancias a la hora de imponer las cargas tributarias; de lo contrario, es posible que se esté violentando el principio de igualdad y de equidad, importantes para su efectivo respeto y aplicación del principio de solidaridad social. Este principio tiene dos objetivos básicos: el primero es el de respetar la aptitud económica de los miembros de la colectividad, no solo desde un punto de vista individual de sostenimiento de sus necesidades personales, sino también frente a los recursos que requiere el Estado para cubrir las necesidades públicas. Por otro lado, se ubica que la imposición al tomar en cuenta este elemento sea lo más equitativa (justa y razonable) y proporcional (cantidad de riqueza gravada), al analizar las posibilidades de contribuir frente a la necesidad de recursos o fondos estatales. Todo lo anterior, con el fin de buscar la mejor y correcta distribución de la carga fiscal. Sánchez Hernández, al hablar de Derecho tributario, expresa: “… un tributo es PROPORCIONAL cuando SE APLICA POR IGUAL, a todos aquellos individuos que se coloquen en la misma situación o circunstancia que conforme a la ley da origen a que tenga que cubrirse el gravamen. Un tributo es EQUITATIVO cuando EL IMPACTO SEA EL MISMO, para todos los contribuyentes comprendidos en la misma situación”. 17 Cuatro son las implicaciones del principio de capacidad económica: 17 Sánchez Hernández; Mayolo (1988) pág. 140. 16 - Que todo individuo que tenga los medios suficientes para hacer frente a las cargas tributarias debe contribuir a los gastos estatales excluyendo a aquellas personas que no tengan un nivel económico mínimo del cumplimiento de estas obligaciones. - Se requiere que el sistema tributario esté estructurado de forma tal que quienes tengan mayores posibilidades de contribuir lo hagan proporcionalmente a esta mayor capacidad. - Debe establecerse como hechos imponibles circunstancias a situaciones fácticas que abstractamente reflejen una capacidad contributiva. Principio de Igualad: Esta máxima fundamenta la obligación del Estado de imponer obligaciones según las posibilidades de los contribuyentes y debe tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales; la distribución en el tratamiento impositivo debe justificarse en una situación subjetiva. Este principio no tiene un carácter absoluto; es posible hacer diferenciaciones entre los contribuyentes, siempre que se fundamenten en criterios de razonabilidad. Principio de Generalidad: Con fundamento en este principio, todo aquel que encuadre su comportamiento o situación dentro de alguno de los hechos generadores de 17 cargas tributarias deberá contribuir a los gastos en que incurre el Estado para satisfacer las necesidades colectivas. En relación con el Principio de Generalidad, Villegas comenta al respecto: “Este principio alude al carácter extensivo de la tributación y significa que cuando una persona física o ideal se halla en las condiciones que marcan, según la ley, la aparición del deber de contribuir, este deber debe ser cumplido, cualquiera que sea el carácter del sujeto, categoría social, sexo, nacionalidad, edad o estructura”.18 Este principio pretende, por un lado, que paguen todos aquellos que la ley considera que deben contribuir, así como también el evitar que se establezcan obligaciones de carácter persecutorio o que nadie sea beneficiado o eximido de la obligación con fundamento en privilegios de carácter personal. Este principio establece que a todas las personas físicas o jurídicas que se encuentren en situaciones similares, se les debe imponer la misma carga tributaria. Principio de Proporcionalidad: Este principio es una manifestación de igualdad; busca el trato desigual entre los contribuyentes, obligándoles a contribuir de conformidad con sus posibilidades. Esta situación fundamenta el fenómeno de la progresividad. 18 Villegas, Héctor (1992) pág. 200. 18 Este fenómeno se basa en el requerimiento de afectar económicamente en distinta medida según los distintos porcentajes de ingreso de los contribuyentes de conformidad con una escala que aumentan si crece la fuente de riqueza, al obtener mayores ingresos. Para Sánchez Hernández: “La proporcionalidad, es un principio en cumplimiento del cual, las leyes tributarias debe establecer cuotas, tasas o tarifas progresivas que graven al contribuyente atendiendo a su capacidad económica, distribuyendo la carga tributaria, equilibradamente entre las fuentes de riqueza existentes, con el objeto de que no tenga que ser soportada tan solo por una o varias fuentes en particular”. 19 Por su parte, Pérez Arroyo manifiesta: “Se entiende pro progresividad aquella característica de un sistema tributario según el cual a medida que aumenta la riqueza de cada sujeto, aumenta la contribución en proporción superior al incremento de riqueza. Los que tienen más contribuyen en proporción superior a los que tienen menos”. 20 Principio de Confiscatoriedad: Tiene su fundamento en el artículo 45 de la Constitución Política, según el cual la propiedad privada es inviolable. También se funda en la libertad de comercio del artículo 46 del mismo cuerpo normativo. 19 20 Sánchez Hernández; Mayolo (1988) pág. 136. Pérez Royo, Fernando (1994) pág. 39. 19 Lo que se pretende es limitar la acción del legislador a la hora de establecer los tributos, minimizar la posibilidad de que la tributación indirectamente anule tales derechos, ya sea mediante la imposición de cargas abusivas que limiten el uso, disfrute o disposición de la propiedad o gravando determinada actividad de forma tal que resulte en una imposibilidad de ejercer el comercio en esa rama. La conceptualización que Héctor Villegas da sobe el Principio de Confiscatoriedad es la siguiente:“La confiscatoriedad por una suma de tributos. Es la situación que se produce cuando el exceso se origina no por un tributo puntual, sino por la presión que ejerce sobre el contribuyente el conjunto de tributos que lo alcanzan”.21 Principio de Doble Imposición: Este principio pertenece al ámbito político, no al constitucional como los anteriores. Giuliani Fonrouge opina que: “… existe doble (o múltiple) imposición, cuando las mismas personas o bienes son gravados dos (o más) veces por análogo concepto, en el mismo periodo de tiempo, por parte de dos (o más) sujetos con poder tributario”. 22 El supuesto de la doble o múltiple imposición requiere de una identidad de sujeto pasivo, objeto, impuesto y tiempo en el cual se grava el bien o la actividad. 21 Villegas, Héctor (1992) pág. 209. Giuliani Fonrouge, Carlos. Derecho Financiero. Buenos Aires, Argentina. Ediciones Depalma, 2° edición, volumen 1, 1970, pág. 324. 22 20 Es importante mencionar que no debe confundirse la situación de doble imposición con la duplicación de pago; en esta última todos los elementos coinciden, sujeto activo, pasivo, bien gravado y tiempo de pago, con lo cual hay una percepción del tributo y procede la repetición de lo pagado. Fuentes del Derecho Tributario Giuliani Fonrouge define las fuentes del derecho como “los medios generadores de normas jurídicas, es decir, como formas de creación e imposición de estás…”23. Doctrinalmente se establecen como fuentes primarias del Derecho Tributario, por su orden: la Constitución Política, los tratados internacionales, la ley, el decreto-ley, los reglamentos, las circulares y demás comunicaciones administrativas. Como fuentes secundarias- no generales admitidas- tenemos los principios generales, la jurisprudencia, los usos y la costumbre. El artículo segundo del Código de Normas y Procedimientos Tributarios establece: “Fuentes del Derecho Tributario Constituyen fuentes del Derecho Tributario, por orden de importancia jurídica: a) Las disposiciones constitucionales; b) Los tratados internacionales; 23 Giuliani Fonrouge, Carlos (1970) pág. 58. 21 c) Las leyes; y d) Las reglamentaciones y demás disposiciones de carácter general establecidas por los órganos administrativos facultados al efecto”. 24 Por su parte, el numeral siete del mismo cuerpo legal indica: “Principios aplicables En las situaciones que no puedan resolverse por las disposiciones de este Código o de las leyes específicas sobre cada materia, se deben aplicar supletoriamente los principios generales de Derecho Tributario y, en su defecto, los de otras ramas jurídicas que más se avengan con su naturaleza y fin”. 25 Esta norma viene a mostrar que los principios generales del Derecho Tributario, como una manera más de salvaguardar los derechos de los contribuyentes que no estén expresamente citados en el Código; no es posible contemplar expresamente cada situación en particular pero, con la aplicación de los principios, se tiene un campo de acción más amplio. 1. La Constitución Política: es la fuente suprema del Ordenamiento Jurídico; da origen a todo el sistema; ella establecer las normas y principios básicos de carácter fiscal. 24 25 Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. 22 “… en materia tributaria, las principios impositivos derivados de la Constitución son vinculantes tanto a la hora de promulgar como a la hora de aplicar los tributos”.26 2. Los Tratados Internacionales: son aquellos instrumentos jurídicos en los cuales se plasman los acuerdos tomados entre dos o más Estados, para crear, modificar o extinguir relaciones jurídicas. 3. La Ley: es la fuente de rango infra-constitucional más importante del Derecho Tributario en razón del principio de legalidad. Por su carácter de ley fiscal perteneciente al ámbito del Derecho Público, esta goza de tres características esenciales: a. Tiene respaldo en el principio de obligatoriedad. b. La Administración tiene la obligación de ejercer su potestad tributaria, no puede renunciar a ella ni tampoco al bloque de normas fiscales. El particular, por su lado, sí puede renunciar a los beneficios concedidos por algunas normas. c. Como normas de orden público que son, los pactos entre particulares no le afectan, son cuestiones de derecho privado que no pueden derogar ni dejar sin efecto. 26 Torrealba, Adrián y Rodríguez, Ramón. Importancia de la incorporación de Principios de Justicia Tributaria en las Constituciones Políticas. Ivstitia, San José, N° 56, año 6, mayo de 1992, pág. 15. 23 4. El Decreto-Ley: facultad otorgada al poder ejecutivo, se debe ejercer excepcionalmente, justificado por una situación extrema de necesidad, emergencia o anormalidad institucional y dentro de los límites fijados por la Constitución. Este instrumento jurídico no está previsto en nuestra legislación; por lo tanto, legalmente no puede utilizarse. 5. El Reglamento: “… los reglamentos no deben alterar o desviar la ley, pero se ha dicho que pueden apartarse del texto literal de ella, siempre que se ajusten a su espíritu, pues en esta medida integran la ley”. 27 Para Sánchez Hernández: “El Reglamento es una fuente del Derecho de gran importancia para facilitar en muchos casos la debida interpretación y aplicación de las leyes fiscales que en muchas ocasiones resultan complicadas y de difícil comprensión, no solo para los legos sino también para los especialistas sobre la materia, además de que es una fuente creadora de normas jurídicas”. 28 6. Las Circulares: son órdenes o instrucciones generales de carácter interno expedidos por los órganos administrativos con la finalidad de informar y unificar el criterio por seguir; en cuanto a la aplicación de las disposiciones tributarias, tienden a cumplimentar la ley, explicándola. 27 28 Giuliani Fonrouge, Carlos (1970) pág. 66. Sánchez Hernández; Mayolo (1988) pág. 46. 24 En el ámbito administrativo resultan vinculantes para los órganos inferiores, no así para los particulares, para quienes no hacen surgir obligaciones de ningún tipo. Deben ser generales, abstractas e impersonales; no pueden ser dictadas por un grupo determinado de destinatarios y tampoco pueden dar fundamento por sí solas a las resoluciones, por contrariar el principio de legalidad. 7. Los Principios Generales del Derecho Tributario: esta fuente de Derecho tiene tres objetivos principales: interpretativo de normas jurídicas para llenar las lagunas y aclarar el sentido; constitutivo de criterios no escritos y, finalmente, tecnificador del Derecho. Garza, toma como punto de partida la opinión dada en el Seminario Judicial de la Federación que indica: “Los principios generales del derecho son verdades jurídicas notorias, indiscutibles, de carácter general, como su mismo nombre lo indica, elaboradas o seleccionadas por la ciencia del derecho, de tal manera que el juez pueda dar la solución que el mismo legislador hubiera pronunciado si hubiera estado presente, o habría establecido si hubiera previsto el caso, siendo condición de los aludidos 25 principios que no desarmonicen o estén en contradicción con el conjunto de normas legales cuyas lagunas y omisiones han de llenar”. 29 8. La Jurisprudencia: en Costa Rica, las sentencias de la Sala Constitucional son de obligado acatamiento para los demás tribunales. Las resoluciones de las otras Salas, si bien no son vinculantes, sus lineamientos normalmente son seguidos por los órganos inferiores. “Es una fuente de interpretación y calificación del Derecho Financiero, que recoge sus principios generales, pero no una fuente directa. Son las leyes posteriores las que, recogiendo los criterios de la jurisprudencia, los convierte en normas del ordenamiento”. 30 9. La Doctrina: “…conjunto de estudios y opiniones que los estudiosos del Derecho realizan o emiten en sus obras”. 31 10. Los Usos y la Costumbre: esta fuente del Derecho no está admitida en el ámbito tributario, ya que para que pueda invocarse se requiere que expresamente se otorgue dicha facultad. 29 Seminario Judicial de la Federación citado por De la Garza, Sergio. Derecho Financiero Mexicano. México, Editorial Porrúa, 1973.pág. 43. 30 Carretero, Adolfo. Derecho Financiero. España, Santillana S.A. de Ediciones, 1968, pág.104. 31 Sánchez Hernández; Mayolo (1988) pág. 52. 26 Interpretación de las Normas Tributarias Una interpretación adecuada es aquella que obedece a parámetros preestablecidos para tal fin, ya que dicha interpretación permite conocer el objetivo o finalidad con que fueron creadas las normas. Perrules indica al respecto que “… podemos distinguir tres clases de interpretación conforme a tres criterios: por los sujetos de que emana, por los medios de que estos se valen y por los resultados a que llega. Por los sujetos de que emana la interpretación puede ser auténtica, judicial y doctrinal; por los medios de que estos se valen: literal, critica y económica; y por los resultados a que se llega: declarativa, restrictiva y extensiva”. 32 Fuente generadora de la Interpretación - Interpretación Auténtica o Normativa: “… de lo que verdaderamente se trata en estos casos es simplemente de la creación de disposiciones jurídicas, que por aclarar el sentido de las otras anteriores, se unen sistemáticamente con las normas jurídicas interpretadas, haciendo más explícita la formulación del orden jurídico”. 33 32 Perrules, Juan José. Manual de Derecho Fiscal (Parte General). Barcelona, Librería Bosch. 1960, pág. 51. 33 Godoy, Norberto. Teoría General del Derecho Tributario. Buenos Aires, Argentina. Editorial Abeledo Perrot, 1992. Págs. 152-53 27 - Interpretación judicial o Jurisprudencial: “… es efectuada por los jueces administrativos o judiciales en los precedentes o normas jurídicas individuales , con el objeto de aplicar la formulación de las disposiciones generales a un caso concreto convertido, individualizándolas en la resolución de éste y llevando a cabo un acto caracterizado al mismo tiempo como de aplicación y de creación del derecho”. 34 No vincula erga omnes, sino solo a las partes intervinientes en el conflicto, salvo lo dispuesto por la Sala Constitucional de nuestro país, cuyas resoluciones sí resultan de obligado acatamiento. - Interpretación Doctrinaria: “Sirve de base a los juicios, pues plantea la hipótesis que los autores sostienen con acopio de fundamentos y avalados con el prestigio de su competencia y autoridad. Lógicamente la interpretación doctrinaria debe hacerse con un criterio de justicia y con el pleno conocimiento del sistema jurídico general, e igualmente de las instituciones fiscales propias”. 35 34 35 Godoy, Norberto (1992) Pág. 154. De Juano, Manuel (1963) pág. 396. 28 Métodos de interpretación - Método Literal o Gramatical: es el que estudia las palabras que conforman la norma jurídica y, a través de ellas, desentraña el sentido de la disposición. Mayolo Sánchez explica: “Sobre este método, cabe destacar que tiene la virtud de sacar a flote los defectos, errores, obscuridades o lagunas de la ley, sin embargo, solo es recomendable cuando la norma que se aplica es clara, precisa y utiliza términos no susceptibles de diferentes significados”. 36 - Método Histórico: es el que basa su análisis en los precedentes, antecedentes, génesis y necesidades que le dieron origen a la norma así como su evaluación jurídica. Pretende analizar todas las circunstancias que rodearon el momento de promulgación y sanción de la ley. Trata de establecer cuál sería la solución que el legislador habría previsto para resolver los conflictos surgidos de la realidad. - Método Lógico: se busca determinar la ratio legis, es decir, lo que la ley quiso decir que no necesariamente coincide con lo dicho, porque las palabras no siempre reflejan la voluntad de la ley. Para Adolfo Carretero, el método lógico es: “El medio lógico busca la ratio legis o causa jurídica del tributo y la finalidad de la ley es una visión teleológica de los elementos legales, buscando no lo que quiso decir el 36 Sánchez Hernández; Mayolo (1988) pág. 55. 29 autor de la ley (mens legislatoris), sino lo que dijo en realidad el texto (mens legis)”.37 De conformidad con este método, siempre debe analizarse el texto de la norma tomando en consideración los principios de la lógica formal, aforismos, reglas de la interpretación, etc. - Método Sistemático o Exegético: el significado que otorgue el interprete para aplicar la norma debe concordar con los principios que rigen tanto en el subsistema fiscal como también en la observancia de la filosofía rectora del ordenamiento jurídico estatal. En palabras de Sánchez Hernández: “… se considera a las leyes como un conjunto de normas jurídicas debidamente unificadas por la finalidad que con ellas se trata de realizar, de tal manera que estén vinculadas entre sí y formen un sistema coherente y orgánico, de lo cual se deriva la consecuente práctica de que al interpretar una norma no hay que analizarla aisladamente, sino como parte de un todo que es el sistema jurídico al que pertenece”.38 A la hora de interpretar, debe tomarse en consideración el espectro jurídico que rodea la materia cuya norma se va a analizar. 37 38 Carretero, Adolfo (1968) pág. 61. Sánchez Hernández; Mayolo (1988) pág. 56. 30 - Método de la Realidad Económica: este método pretende que las normas jurídicas tributarias se aparten de cualquier formalismo conceptual, apariencia jurídica, y que se aplique de conformidad con los hechos económicos que se presentan en la actualidad. La doctrina la ha llamado teoría de la transparencia fiscal y sostiene que debe utilizar únicamente en casos de excepción, cuando se presenta un abuso de las formas jurídicas. Resultado de la interpretación - Interpretación Extensiva: “Extensiva, cuando se amplía la fórmula legal por considerarse que no abarca todo el pensamiento del legislador, a casos no previstos expresamente. Se aplica, pues, el principio: minus dixit quam voluit”.39 - Interpretación Restrictiva: considera que la letra dice más de lo que quiso expresar el parlamentario; por ello debe interpretarse de forma tal que se restrinja su sentido. 39 Riofrio, Eduardo. Estudios de Derecho Financiero. Ecuador, S.E. Ecuador, 1949. Pág. 77. 31 - Interpretación Declarativa: “Existe interpretación declarativa cuando el interprete atribuye a la norma el valor que resulta evidente del significado literal de las palabras que el intérprete declara y explica”. 40 - Interpretación Correctiva: “El interprete debe indagar el verdadero sentido o alcance de la ley mediante un examen atento y profundo de sus términos, que consulte la racionalidad del precepto y la voluntad del legislador; cuidando que la intención del legislador no resulte obviada por posibles imperfecciones técnicas de su instrumento legal”. 41 Integración de las Normas Tributarias La Analogía: el procedimiento de integración tiene la finalidad de llenar estas lagunas legales. Carlos Giuliani expone que: “La analogía es el complemento necesario de la norma expresa para regular dentro del ámbito de la ley todas las posibles hipótesis que pueden presentarse en la vida práctica”. 42 Conceptualizando la analogía Enio Vanoni indica: “La analogía implica que no existe una norma aplicable a un caso específico y que únicamente por la búsqueda y establecimiento de una analogía entre el supuesto de hecho que otra 40 Vanoni, Enio. Naturaleza e Interpretación de las leyes Tributarias. Madrid, Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. 1961. Pág. 335. 41 Giuliani Fonrouge, Carlos (1970) pág. 87. 42 Vanoni, Enio (1961) Pág. 345. 32 ley contempla y el supuesto de hecho al cual se le desea aplicar es posible llegar a una regulación de este último por aquella norma”. 43 Con la analogía no se crea un derecho nuevo sino que se plasma un principio latente contenido en otra norma jurídica. Actualmente tal limitación rige únicamente en cuanto a la creación de tributos, exenciones y para aquellas materias sujetas al principio de reserva de ley. Eficacia de las Normas Tributarias Vigencia Temporal: Las normas son creadas para regular situaciones o conductas de los individuos, pero al vivir en una sociedad, que avanza y progresa continuamente, es necesario que las normas evoluciones. En relación con la vigencia temporal, Berliri expresa: “El problema de la eficacia de la ley en el tiempo se presenta bajo un triple aspecto: a) la determinación del momento en que la ley comienza a ser obligatoria; b) la determinación del momento en que deja de serlo; c) la determinación de las relaciones jurídicas reguladas por una ley durante su vigencia”. 44 43 Pérez de Ayala, José Luis. Derecho Tributario. Madrid, Editora de Derecho Financiero, tomo IV, 1968, pág. 125. 44 Berliri, Antonio. Principios de Derecho Tributario. Madrid, Editorial de Derecho Financiero, volumen I, 1964, pág. 141. 33 Véase la Constitución Política, que en el articulado 129 cita: “Las leyes son obligatorias y surten efectos desde el día que ellas designen; a falta de este requisito, diez días después de su publicación en el Diario Oficial. Nadie puede alegar ignorancia de la ley salvo en los casos que la misma autorice. No tiene eficacia la renuncia de las leyes en general, ni la especial de las de interés público. Los actos y convenios contra las leyes prohibitivas serán nulos, si las mismas leyes no disponen otra cosa. La ley no queda abrogada ni derogada sino por otra posterior; contra su observancia no podrá alegarse desuso, costumbre ni práctica en contrario. Por vía de referéndum, el pueblo podrá abrogarla o derogarla, de conformidad con el artículo 105 de esta Constitución”. 45 Este presupuesto jurídico fue dado de manera que en caso de que un ciudadano incumpla la ley no decida ampararse en el desconocimiento como una manera de evadir la responsabilidad por las acciones realizadas en pleno uso de sus facultades. A su vez, esta norma ampara al ciudadano en caso de que se le quiera juzgar con base en una ley derogada o anterior al momento en que se realiza la acción tipificada y que puede ser sancionada, de manera errónea, de manera 45 Constitución Política de Costa Rica. 34 más opresiva o injusta en relación con sujetos que realizan la misma acción, pero que sí son sancionados con las normas vigentes. A su vez, el artículo 9 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios expone: “Vigencia de las leyes tributarias Las leyes tributarias rigen desde la fecha que en ellas se indique; si no la establecen, se deben aplicar diez días después de su publicación en el Diario Oficial. Las reglamentaciones y demás disposiciones administrativas de carácter general se deben aplicar desde la fecha de su publicación en el Diario Oficial, o desde la fecha posterior que en las mismas se indique. Cuando deban ser cumplidas exclusivamente por los funcionarios y empleados públicos, se deben aplicar desde la fecha de dicha publicación o desde su notificación a éstos”. 46 La ley entrará en vigencia el día que ella indique o en su defecto a los 10 días de publicada en La Gaceta y dejará de surtir efectos cuando otra ley la derogue. En relación con el cese de vigencia de la ley, hay tres formas de realizarlo: a- Derogación: se presenta en aquellos casos en los que se promulga una nueva legislación y esta deja sin efecto la anterior. 46 Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Artículo 9. 35 b- Caducidad: se da cuando la norma jurídica se extingue, sea por haberse cumplido el tiempo contenido en la propia ley o por haber cumplido la finalidad para la cual se estableció. c- Nulidad: se da en los casos en que ante un conflicto constitucional el tribunal constitucional (en nuestro país la Sala Constitucional) declara la nulidad de la disposición contraria al orden constitucional. En estos casos si la ley anulada derogó una anterior, esta última vuelve a tener fuerza obligatoria, porque se considera que la ley nula no nació nunca a la vida jurídica y por ello no debió surtir ningún efecto jurídico. Vigencia Espacial: Por ser el Derecho Financiero una expresión de la soberanía estatal y como tal su alcance se reduce a los límites territoriales del respectivo Estado. En caso de querer aplicar una ley dictada por un Estado extranjero en el territorio nacional se requiere incorporarla a nuestro ordenamiento jurídico, ya sea por un convenio internacional que sea debidamente ratificado por la Asamblea Legislativa (artículo 7 de la Constitución Política) en caso de que la norma esté incorporada a uno o diciendo el legislador una disposición con idéntico contenido. 36 Las Obligaciones Tributarias La obligación jurídica implica la vinculación de dos partes con posiciones contrapuestas, supone la existencia de un sujeto (pasivo) que se encuentra en un estado de sujeción o sometimiento en razón de deberle a otro sujeto (activo), también llamado acreedor, algo que puede consistir en una prestación de dar, hacer o no hacer. Concepto, Naturaleza y Fuentes: La relación jurídico-tributaria es aquella que surge entre el Estado, Administración Tributaria, y el sujeto pasivo, contribuyente o responsable; su contenido abarca todo el cúmulo de situaciones jurídicas subjetivas que surgen como consecuencia del ejercicio del poder de imposición. La vinculación de carácter fiscal siempre es producto de una norma jurídica de Derecho Público, cuyo respaldo se ubica en la potestad tributaria. Por ser una de las partes un ente estatal, la obligación se rige por las normas de Derecho Público y en razón de las particulares características de la relación, el consentimiento del sujeto pasivo se sustituye por la ley. Los deberes formales son el preámbulo de la prestación pecuniaria; pero ello no sucede necesariamente, por cuanto ambas categorías son independientes. Los deberes formales son autónomos al surgimiento o no de obligaciones de 37 pago; tan es así que se sancionan con independencia de la existencia, cumplimiento o incumplimiento de prestaciones pecuniarias. El articulado 11 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios establece que: “Concepto La obligación tributaria surge entre el Estado u otros entes públicos y los sujetos pasivos en cuanto ocurre el hecho generador previsto en la ley; y constituye un vínculo de carácter personal, aunque su cumplimiento se asegure mediante garantía real o con privilegios especiales”. 47 Este artículo define la obligación tributaria como aquella relación que surge entre el sujeto pasivo o administrado y el Estado o Administración Pública y que implica deberes y obligaciones a cumplir por ambas partes de acuerdo con la acción típica de la que se hable. En el mismo orden de ideas, el numeral 18 del cuerpo legal mencionado anteriormente indica: “Obligaciones Los contribuyentes están obligados al pago de los tributos y alcumplimiento de los deberes formales establecidos por el presente Código o por normas especiales”. 48 En síntesis, la obligación tributaria está constituida no solo de la obligación de dar, que si bien es la prestación fundamental, no la única; de conformidad con 47 48 Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Artículo 11. Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Artículo 18. 38 el elemento pecuniario es posible clasificarlas en obligaciones de dar cuyo carácter es patrimonial y obligaciones de hacer, no hacer o tolerar. Todo ello, por cuanto el Estado, al ejercer su poder tributario, no solo busca la recaudación de recursos económicos para la financiación de los servicios públicos, sino también la promoción y disuasión de comportamientos, el estímulo de la inversión, la manipulación del mercado y otros. Las obligaciones formales no tienen un contenido pecuniario, pueden ser obligaciones de hacer consistentes en realizar cierto comportamiento impuesto por la norma tributaria, o de no hacer, que pueden consistir en una abstención o en tolerar determinada situación. Estos deberes no producen una disminución patrimonial, pues son consideradas por parte de la doctrina como instrumentales, ya que en ocasiones le facultan al ente estatal determinar, de manera justa y eficiente, la capacidad económica de los contribuyentes y estimar las obligaciones pecuniarias, entre otros. La principal obligación formal es el deber de información, otros son: la obligación de llevar los libros legales al día, informarle a la Administración del cambio de domicilio social, inscribir en los libros contables los bienes de registro obligatorio y otros. Todo el cúmulo de obligaciones, deberes, poderes y derechos tributarios forman parte de la relación jurídica tributaria, la cual surge, concretamente, al encuadrar el comportamiento o situación del sujeto pasivo dentro del presupuesto 39 fáctico previsto por la norma fiscal, denominado “hecho generador”. En este sentido manifiesta Prieto Vargas: Prieto Vargas expone: “Desde un punto de vista general y frente al derecho tributario costarricense, la obligación se considera que nace la producirse el hecho generador o presupuesto material previsto por la ley como determinante de la sujeción al gravamen. En nuestro medio, el acto de determinación tiene un carácter declarativo y cumple con la función de reconocer formalmente una obligación que existe en la ley. El acto de determinación es el medio por el cual se exterioriza el presupuesto material en una situación particularizada, fijando la media de los imponible y determinado el monto o quantum de la deuda”. 49 El hecho Generador de la Obligación Tributaria Buscando conceptualizar el hecho generador de la obligación tributaria, debemos consultar el artículo 31 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios que indica: “Concepto 49 Prieto Vargas, Ahiza. Obligaciones Tributarias, defraudación fiscal y reforma tributaria en Costa Rica. Tesis para optar por el grado de Licenciada en Derecho. Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, Tomo I, 1991, pág. 13. 40 El hecho generador de la obligación tributaria es el presupuesto establecido por la ley para tipificar el tributo y cuya realización origina el nacimiento de la obligación”.50 Debe considerarse que el hecho generador es aquella situación establecida en el cuerpo legal y que es realizada por un sujeto o administrado con el correspondiente permiso por parte de la Administración y que genera no solo la responsabilidad del pagar el tributo por parte del contribuyente, sino que además obliga a la Administración Pública a facilitar o permitir el desarrollo de la actividad que genera la obligación. Al tratarse de obligaciones ex-lege, la sola constatación de la materialización en el plano fáctico, es suficiente para que surja la relación del hecho imponible previsto por la ley y la relación tributaria, sin necesidad de intervención o consentimiento de las partes. Para Guardia Sasso: En el mismo orden de conceptualización, Armando Guardia dice: “… tres elementos que podemos decir constituyen o caracterizan al Hecho Generador: 1) Debe estar contemplado en la ley; 2) Que el hecho constituya un hecho jurídico para el derecho tributario y hasta se podría decir un hecho que tenga relevancia económica ya que la prestación tributaria es meramente de carácter económico 50 Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Artículo 31. 41 en primera instancia; 3) La necesaria existencia de un presupuesto de hecho para que nazca a la vida la obligación tributaria de pagar un tributo determinado”. 51 El primer elemento es el que se refiere al principio de legalidad, concretamente a la reserva de ley (artículo 5 inciso a. del Código de Normas y Procedimientos Tributarios), conjuntamente con la obligación de previa lege, que prohíbe la aplicación retroactiva de la ley. El segundo tiene relación con la equidad y proporcionalidad que debe existir entre la necesidad pública y la capacidad contributiva del sujeto pasivo. Finalmente resulta indispensable que el sujeto pasivo encuadre su situación, comportamiento o actividad dentro de los supuestos previstos por la norma como generadores. En este sentido manifiesta De Araujo Falcao: “… el hecho generador es importante para lograr concretamente la fijación de las siguientes nociones: a) identificación del momento en que nace la obligación tributaria principal; b) determinación del sujeto pasivo principal de la obligación tributaria; c) fijación de los conceptos de incidencia, no incidencia y exención; d) determinación del régimen jurídico de la obligación tributaria: alícuota, base de cálculo, exenciones, etc; e) distinción de los tributos in genere; f) distinción de los tributos en especie; g) clasificación de los impuestos en directos e 51 Guardia Sasso, Armando Alberto. Comentarios sobre la Obligación Tributaria, sus Infracciones y Sanciones. Revista de Ciencias Jurídicas, San José, N° 4, enero-abril de 1980.pág. 125. 42 indirectos; h) elección del criterio para la interpretación de la ley tributaria; i) determinación de los casos concretos de evasión en sentido estricto”. 52 Para tener como realizado el hecho imponible se necesita que se cumplen, a cabalidad, ambos elementos. En opinión de Sainz Bujanda: “Esta fórmula se apoya en la consideración de que el hecho imponible no puede existir a medias, sino en su integridad; es decir, en que no existe hecho imponible en tanto no concurren todos los elementos exigidos por la normativa tributaria para que surja la figura típica que la ley prevé. El hecho imponible habrá, por tanto, de estimarse producido allí donde se completen todos los elementos que lo constituyen”. 53 Las exenciones objetivas comúnmente previstas en la ley son: - Las exenciones de los tributos cuyos montos son insignificantes o al menos, inferiores que el costo que implica su recaudación. - Las que tienen como finalidad el lograr una equitativa aplicación del tributo. - Las que pretenden incentivar alguna actividad económica que el Estado considera oportuna y provechosa para la generalidad. Juan Martín considera que: “La conclusión a que puede llegarse es que la exención también es una forma de ser el tributo, una modalidad de la imposición, 52 De Araujo Falcao, Amílcar. El Hecho Generador de la Obligación Tributaria. Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1964, pág. 82. 53 Sainz de Bujanda citado por De la Garza, Sergio. Derecho Financiero Mexicano. Editorial Porrúa, S.A. 4° edición, 1969, pág. 386. 43 constituyendo, por ende, expresión del deber de contribuir, que efectivamente no admite excepciones en cuanto a la sujeción al mismo, pero no exige la absoluta uniformidad de posiciones y consecuencias jurídicas para quienes realizan los distintos supuestos de hechos previstos por las leyes tributarias”. 54 En ese mismo orden de ideas, para Sterolff Charalampidu revela: “Es por esto, que la exención tiene carácter excepcional y la intención de acordarla no puede considerarse sobreentendida debiendo el legislador expresarla en términos claros e inequívocos. La interpretación que de ella deriva ha de ser restrictiva acorde, además, con el artículo 62 del Código Tributario, que persigue la finalidad de que la norma contemple el mayor número de aspectos relativos a la exención con lo que se limita, a la vez, las posibilidades de actuación por la Administración. En este sentido, no obstante interpretarse las normas tributarias con arreglo a los métodos admitidos por el Derecho Común, la analogía no puede crear exenciones”.55 Los Sujetos de la Obligación Tributaria La determinación de estos elementos resulta indispensable para individualizar y materializar las abstracciones –hechos generadores- estipuladas en la norma. 54 Martin Queralt, Juan y Lozano Serrano, Carmelo. Curso de Derecho Financiero y Tributario. España. Editorial Tecnos, S.A., 1990.págs. 319-320. 55 Sterolff Charalampidu, Yanni. La Exención Tributaria. Revista Judicial. N° 35, año X, diciembre 1985, págs. 75-76. 44 La genérica categoría de los sujetos de la obligación tributaria se divide en dos: el sujeto activo y el sujeto pasivo, este último se constituye en tal por obligación propia o ajena. Sujeto activo: En la definición de sujeto activo dada por la doctrina se encuentran argumentos como el siguiente dado por Yanni Steroloff: “Al ser la Obligación Tributaria una consecuencia del ejercicio del Poder Tributario, que es inherente al Poder de Imperio, indudablemente el sujeto activo por excelencia es el Estado, en sus diversas manifestaciones”. 56 En el mismo orden de ideas podemos exponer la opinión de Ahiza Prieto que comenta: “Usualmente, el sujeto activo de la potestad tributaria, coincide con el sujeto activo de la obligación, en especial cuando el cobro de los tributos es efectuado en forma directa por el Estado, sin que esto excluya situaciones excepcionales, en las que el Estado concede la potestad a un determinado ente u organismo, de poder exigir en su beneficio el pago de determinadas contribuciones”.57 Ejemplo de la situación excepcional a que se refiere la licenciada Prieto Vargas, es la hipótesis en la cual el Estado la otorga a los colegios profesionales el derecho de obtener financiamiento mediante el cobro de tributos, concretamente 56 Badilla Chang, Silvia. Sujetos Pasivos de la Obligación Tributaria. Tesis para optar por el grado de Licenciada en Derecho, Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, 1984, pág. 8. 57 Prieto Vargas, Ahiza (1991) pág. 16. 45 timbres, lo que no implica que estos entes tienen la potestad de crearlos sino únicamente se les delega el derecho de recaudarlos y beneficiarse de ellos. Sujeto pasivo: Para el caso del sujeto pasivo, la doctrina nos ofrece acepciones como la siguiente dada por Prieto Vargas: “La capacidad de ser sujeto pasivo de las obligaciones tributarias, depende del derecho positivo de cada país, el cual especificara a quienes y en qué medida considera como sujetos de las obligaciones tributarias, ya que los ordenamientos reconocen la autonomía del derecho tributario para regular sobre la materia”. 58 La fijación del sujeto debe satisfacer la prestación, no depende de las ventajas que obtiene el Estado sino de la capacidad de contribuir a los gastos de la colectividad, las condiciones particulares, subjetivas, de la persona y sus bienes. El artículo 15 Código de Normas y Procedimientos Tributarios define al sujeto pasivo como: “… la persona obligada al cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea en calidad de contribuyente o de responsable”. 59 58 59 Prieto Vargas, Ahiza (1991) pág. 18. Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Artículo 15. 46 Estas dos categorías de sujetos pasivos se fundamentan en la forma por la cual se adquiere esa condición, ya sea como consecuencia de hechos realizados por el propio sujeto o por un tercero. Generalmente el sujeto pasivo de la tributación -la persona sometida al poder impositivo- coincide con el sujeto pasivo de la obligación tributaria (contribuyente), pero no siempre el llamado a cumplir la obligación es la misma persona de aquel; a veces la ley obliga a persona distinta del contribuyente, excluyendo al obligado principal de la relación jurídico-tributaria. En síntesis, se puede definir al sujeto pasivo como aquella persona a quien la ley llama a cumplir con las obligaciones tributarias, ya sean de dar o de hacer, propias o ajenas. El contribuyente: Está definido por el Código de Normas y Procedimientos Tributarios, en el artículo 17 como: “las personas respecto de las cuales se verifica el hecho generador de la obligación tributaria”. 60 Adquiere la condición de contribuyente aquel que se encuentra obligado por actos llevados a cabo por él mismo y encuadran dentro de la hipótesis del derecho imponible. 60 Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Artículo 17. 47 La condición de contribuyente se puede adquirir ya sea de conformidad con dos supuestos distintos: dependiendo de la naturaleza real o personal del tributo, es decir, si la ley ha establecido el gravamen con miras a las condiciones personales del sujeto o si lo hizo en razón de la posesión, propiedad o actividad que ejerza, independientemente del titular. El sustituto o sucesor: Se trata de un sujeto que entra a sustituir al contribuyente; pero no se trata de cualquier sujeto sino que existe un nexo económico o jurídico entre el sustituto y el sustituido, que constituye la circunferencia sobre la cual la ley fundamenta su estipulación. Nuestra legislación prevé la sustitución, únicamente, para aquellos casos en los cuales el contribuyente ha fallecido y la deuda no se ha liquidado o extinguido por algunas de las causas de extinción de las obligaciones fiscales; en cuyo caso, serán los herederos los llamados a cumplir con las prestaciones del causante; sin embargo, su responsabilidad económica se reduce a la cuota hereditaria recibida. El responsable: Es la persona que tiene la obligación de cumplir las prestaciones que, en última instancia, le corresponden a otro sujeto (contribuyente). El responsable puede ser solidario o subsidiario. 48 El objeto: El objeto de la relación jurídico-tributaria es la prestación que debe cumplir el sujeto positivo y que no, necesariamente, se reduce al pago de una deuda tributaria sino que incluye, también, los supuestos de cumplimiento de deberes formales. La causa: Al ser la causa un elemento indispensable al hablar de obligaciones, para el caso que nos ocupa, específicamente de las obligaciones tributarias, es necesario conocer que definición da la doctrina a la misma, por ello se cita la opinión de Prieto Vargas: “… la causa es un elemento de las obligaciones voluntarias, no de las legales, es suficiente e indispensable la realización de todos los elementos del presupuesto de hecho para que nazca la obligación, sin la necesidad de la concurrencia de ese otro elemento que quiere llamarse causa…”. 61 En resumen, una vez que se cumple el hecho imponible, nace la obligación fiscal sin necesidad de anterior o ulterior presupuesto; surge independientemente de que pueda identificarse causa alguna. 61 Prieto Vargas, Ahiza (1991) pág. 22. 49 Determinación de la obligación tributaria El objeto de la determinación consiste en verificar la existencia de un hecho imponible e individualizar los elementos de la prestación tributaria: objeto de la obligación, fijación del crédito fiscal, sujetos obligados, y momento de cumplimiento. Clases de determinación Determinación por el sujeto pasivo o autodeterminación: es la que realiza el sujeto llamado a cumplir la prestación, ya sea que se trate del contribuyente o de un responsable. Determinación de oficio o por parte de la administración tributaria: el articulo 124 CNPT establece los casos en los cuales procede la determinación de oficio, a saber: cuando el sujeto pasivo no ha presentado las declaraciones juradas, o si habiéndoselas presentado la Administración, cuestiona su veracidad por considerarlas falsas, ilegales o incompletas; cuando el contribuyente no lleve los libros de contabilidad y registros de sus negociaciones; que el contribuyente no presente los documentos que respaldan sus operaciones contables, no proporcione los datos e información solicitada; que la contabilidad haya sido llevada de forma irregular o defectuosa; o cuando los libros tengan un retraso mayor a los seis meses. 50 Determinación mixta: “Pocos son los casos en que la determinación de la obligación se realiza mediante la acciones coordinada del fisco y del contribuyente o, mejor dicho, que sea efectuada por la autoridad según elementos o antecedentes proporcionados por el sujeto pasivo”. 62 Medios de extinción de las obligaciones tributarias La obligación fiscal se crea para ser cumplida, caso contrario, se establecen amenazas de imposición de sanciones para constreñir a su cumplimiento; sin embargo, estos medios se utilizan en las sanciones extremas, ya que lo ideal sería el cumplimiento por parte del sujeto pasivo. Con fundamento en los artículos 5 inciso e) y 35 CNPT se tienen como medios los siguientes: “La obligación tributaria solo se extingue por los siguientes medios: a) pago; b) compensación; c) confusión; d) condonación o remisión; y e) prescripción. La novación se admite únicamente cuando se mejoran las garantías a favor del sujeto activo, sin detrimento de la efectividad en la recaudación”. 62 Giuliani Fonrouge, Carlos (1970) pág. 501. 51 TÍTULO SEGUNDO DERECHO A LA NO AUTOINCRIMINACIÓN Y EL SISTEMA TRIBUTARIO COSTARRICENSE CAPÍTULO PRIMERO SISTEMA TRIBUTARIO COSTARRICENSE 52 El desarrollo de la relación jurídico-tributaria, surgida de la potestad de imposición del Estado, implica el nacimiento de obligaciones recíprocas para las partes. Impuestas por el legislador, las prestaciones que debe llevar a cabo el sujeto pasivo son fundamentales y alrededor de ellas es que se fundamenta la función recaudatoria de la Administración Tributaria. Las infracciones tributarias se dividen en dos clases: las que son de carácter administrativo, que son las normas jurídicas que prevén la sanción de conductas que violentan u obstruyen las funciones que debe llevar a cabo la Administración Tributaria. Las de carácter penal, que se establecen para los casos en que el contribuyente no cumple de manera voluntaria y es necesaria una consecuencia penal con el objeto de hacer efectivo el cumplimiento de las obligaciones. 1. Infracciones Estas infracciones consisten en violaciones a deberes formales; las normas que las contienen normalmente se complementan con otras que el legislador prevé sin que constituyan infracciones cuya inobservancia implique una sanción. Su incumplimiento se sanciona con penas de carácter pecuniario tales como: multa, cierre de negocios, recargos, entre otros. Su tramitación es competencia de autoridades administrativas. Se tienen por infracciones administrativas las siguientes: 53 a. Morosidad. b. No concurrir a las oficinas administrativas cuando se requiere la presencia física. c. No mantener registros contables y los comprobantes respectivos en el domicilio fiscal o en el lugar autorizado por la Administración Tributaria. d. No permitir la inspección de locales ocupados, a cualquier título, por el administrado, cuando exista orden de allanamiento que autorice a la Administración a realizar la inspección. e. Omitir la inscripción de bienes de registro obligatorio. f. No comunicar a la Administración Tributaria el cambio de domicilio fiscal. g. Llevar los libros o los registros contables, descritos por ley, con un atraso superior a tres meses. h. No presentar las declaraciones tributarias dentro del plazo legalmente establecido. i. Omitir y retardar la comunicación formal de haber iniciado una actividad o de haber realizado un hecho generador. j. Incumplir con el deber de retener y percibir tributos. k. No emitir la factura o comprobante, debidamente autorizado por la Administración Tributaria o no entregarlo al cliente en el mismo ato de la compra, venta o la prestación del servicio. l. No percibir el tributo correspondiente o no retenerlo. m. Atrasarse por más de un mes en la presentación de la declaración o el pago del impuesto correspondiente. 54 n. La destrucción o alteración de los sellos oficiales. - Penales: 2. Procedimiento administrativo y sanciones. En caso de violación de los deberes formales, el artículo 72 CNPT establece dos modalidades de imposición de sanciones, a saber: multas y cierre de negocios. A su vez, el artículo 76, del mismo cuerpo legal, estipula los recargos como tercera medida represiva. En cualquier caso, la ley establece un plazo de prescripción de cuatro años, dentro del cual debe imponerse la sanción respectiva, caso contrario se pierde el derecho a ejercer la acción. Recargos: se impone en los casos en que el sujeto o contribuyente incurre en mora, es decir, no paga de manera voluntaria sus deudas fiscales y no cuenta con el beneficio de la prórroga. Su procedimiento de aplicación consiste en llevar a cabo un traslado de de cargos al sujeto pasivo en el que se le indica la infracción presuntamente cometida y se le otorga un plazo de treinta días para que haga las alegaciones pertinentes y presente sus pruebas, que serán evacuadas en un plazo de ocho días y concluirá con una resolución por parte del Director General de Tributación Directa. El tribunal fiscal recibirá recursos de revocatoria y apelación en subsidio que se interpongan dentro de los cinco días posteriores. 55 Multas: también conocidas como multas fijas; la sanción consiste en la imposición de un monto determinado en relación con el salario base vigente. Esta sanción administrativa se inicia por una propuesta realizada por el funcionario competente de la unidad administrativa donde se tramite el expediente de determinación de la obligación tributaria. La solicitud de apertura a investigación debe estar motivada y fundamentada ya que la carga de la prueba recae en la administración. Los cargos imputados se ponen en conocimiento del presunto infractor, quien goza de un plazo de diez días para contestar y aportar pruebas. Evacuada la prueba debe dictarse una resolución dentro de los siguientes quince días hábiles. Contra esta resolución procede el recurso de revocatoria ante el mismo órgano y, también, la apelación en subsidio ante el Tribunal Fiscal Administrativo; ambos dentro de un plazo perentorio de cinco días. Cierre de negocio: consiste en la clausura provisional de un local comercial con la finalidad de paralizar la actividad del sujeto infractor. El procedimiento de cierre se inicia con una prevención escrita de clausura donde se le informa al dueño sobre la infracción y se le otorga un plazo de tres días para que ofrezca la prueba de descargo. La dirección General de Tributación Directa emitirá una resolución confirmatoria ordenando el cierre del local. 56 Es procedente el recurso de revocatoria con apelación en subsidio ante el Tribunal Fiscal Administrativo dentro de un plazo de tres días. 3. Procedimiento penal y sanciones. El artículo 83 Código de Normas y Procedimientos Tributarios estipula una clasificación de sanciones aplicables en el ámbito penal, tales como: multa, destitución del cargo público, perdida del derecho de obtener subvenciones públicas y de gozar de beneficios o incentivos fiscales, entre otras. 4. Procedimiento penal tributario y sanciones. Por lo general las obligaciones tributarias conllevan una disminución del patrimonio privado; es por ello que el sujeto excepcionalmente cumple con sus obligaciones fiscales voluntariamente, sin amenaza de sanción debido al incumplimiento. Las sanciones penales establecidas por ley van desde el establecimiento de multas, principales y accesorias, hasta la privación de libertad, de acuerdo con la gravedad del delito cometido.2 El artículo 89 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios nos indica cuales son los principios aplicables cuando se trata de delitos tributarios, ya que el procedimiento por seguir obedece al derecho penal específicamente. 57 Delitos tributarios: 1. Inducción a error a la Administración Pública: esta puede darse mediante simulación de datos, deformación u ocultamiento de la información verdadera o cualquier forma de engaño que busque un beneficio patrimonial. Será sancionado con prisión de 5 a 10 años si el monto defraudado excede los 200 salarios base. Este monto no incluirá los intereses, multas o recargos. Se considerará excusa legal absolutoria si el sujeto repara su incumplimiento sin que medie requerimiento o actuación de la Administración Pública. El sujeto será sancionado con pena de 5 a 10 años siempre que la suma supere los 200 salarios base. Para determinar el monto retenido serán consideradas las sumas percibidas, retenidas o cobradas durante un año calendario. Se considerará excusa legal absolutoria si el sujeto repara su incumplimiento sin que medie requerimiento o actuación de la Administración Pública. 2. La no entrega de tributos retenidos o percibidos: está relacionado con la retención o no entrega del impuesto general sobre las ventas y el impuesto selectivo de consumo y puede ser impuesto tanto al agente perceptor o retenedor, como al contribuyente. 58 La sanción penal consiste en un periodo de prisión de 1 a 3 años. 3. Acceso desautorizado a la información: sanciona a quien haga uso de los sistemas de información y datos de la Administración Pública sin la debida autorización; será castigado con pena de prisión de 3 a 10 años. 4. Manejo indebido de programas de cómputo: comprende el apoderamiento, utilización, destrucción, alteración, transferencia o conservación de un programa declarado de uso restringido de la Administración Pública. La pena de prisión en este caso es de 3 a 10 años. 5. Facilitación del código y clave de acceso: consiste en permitir a otra persona la utilización del código y clave de acceso para acceder a los sistemas de información tributarios. Con pena de prisión de 3 a 5 años. 6. Préstamo del código y clave de acceso: para aquellos casos en que de tanto el código como la clave al sistema tributario son descuidados y utilizados por otro sujeto distinto de su inicial autorizado. La pena de prisión para este delito es de 6 meses a un año. 7. Responsabilidad penal del funcionario público por acción u omisión dolosa: este delito es para que el empleado de la Administración que colabore o facilite el incumplimiento de la obligación tributaria y no tenga en consideración los deberes formales del sujeto pasivo. Sobre el proceso aplicable se deberá desarrollar de la siguiente manera: 59 En un inicio debe cumplirse con el procedimiento ante el órgano administrativo, otorgándosele a la persona la oportunidad de pagar a deuda o el deber formal incompleto. De no cumplirse el proceso administrativo, se dará parte al Ministerio Público para que inicie la investigación correspondiente y se imponga la sanción respectiva. Dicho procedimiento está contemplado en el Código Procesal Penal, específicamente en los artículos 402 y siguientes. 60 CAPÍTULO SEGUNDO DERECHO A LA NO AUTOINCRIMINACIÓN Y DEBER DE COLABORACIÓN Derecho a la no autoincriminación en materia penal Antecedentes: Sus orígenes se encuentran en el derecho romano bajo las siguientes formas: Nemo tenetur edere contra se: nadie está obligado a obrar en perjuicio propio. Nemo tenetur se detegere: nadie está obligado a delatarse; y Ius tacendi: derecho a guardar silencio o permanecer callado. En la Revolución Francesa y la Declaración de los Derechos Humanos y del Ciudadano, donde se encontrar el antecedente actual del derecho a la no autoincriminación. 61 Concepto y naturaleza jurídica: El Derecho a la no Autoincriminación puede plantearse como un derecho fundamental específico o como contraparte del principio de presunción de inocencia que abarca distintos derechos destinados a conceder valides al derecho de defensa como expresión generalísima. La base fundamental del Derecho a la no autoincriminación debe considerarse como una protección ante circunstancias que vulneren la libertad de un individuo degradando a su paso la integridad física o moral de dicho sujeto; caso contrario todos los individuos estarían obligados a demostrar su inocencia o en su defecto confesar obviando las características de lo que conocemos como un Estado de derecho. Se está frente al derecho que tiene la persona para decidir libremente si declarará o no cuando viene siendo objeto de una persecución penal, así como respecto de cuál habrá de ser el contenido de su declaración. Los funcionarios encargados de la persecución penal no están legitimados para compeler al individuo a declarar y, mucho menos, a declarar de una determinada manera. Esta garantía tiene por finalidad desterrar aquellas concepciones inquisitivas que buscaban afanosamente lograr la confesión del imputado, incluso en desmedro de su dignidad como persona humana. Entre las consecuencias más importantes de este derecho se encuentra el que de ninguna manera se puede obligar, ni inducir siquiera, al imputado a reconocer su culpabilidad, pero también 62 se contiene el derecho a que de la negativa a declarar, del silencio del imputado frente a preguntas concretas o, incluso, frente a su mentira, no se puedan extraer conclusiones de culpabilidad. La prohibición de compeler a declarar o reconocer la culpabilidad y sus consecuencias no solamente surte efectos en sede judicial (en todas sus etapas), sino también en cualquiera de los estadios por los que pasa la persecución penal; así, puede ser reclamada tanto ante la Policía como frente al Ministerio Público, e incluso en los supuestos en los que sea necesario el antejuicio constitucional para que la acción penal se tenga por expedita, es decir, para la persecución de los altos funcionarios del Estado protegidos por este mecanismo. La eficacia de esta garantía, correctamente entendida, no solamente se debe limitar a las declaraciones de los imputados; se extiende a los testigos, quienes, pese a tener el deber procesal de declarar la verdad, se encuentran amparados por esta garantía en tanto se trate de declaraciones que no versen exclusivamente sobre la responsabilidad penal de terceros, sino que, de alguna manera, expresen la probabilidad de responsabilidad penal propia.63 La no autoincriminación constituye un derecho humano, que permite que el imputado no pueda ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable. El inculpado, protegido por la cláusula de no autoincriminación, conserva la facultad de no responder, sin que pueda emplearse ningún medio coactivo ni 63 Caro Coria, Dino. Las garantías constitucionales del proceso penal www.juridicas.unam.mx http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/dconstla/cont/2006.2/pr/pr19.pdf. pág.11. 63 intimidatorio contra este y sin que quepa extraer ningún elemento positivo de prueba de su silencio. El imputado es un sujeto del proceso, y como tal, debe ser tratado de conformidad con el principio acusatorio. Las leyes respaldan presuntos culpables de un delito para que, según considere pertinente, declare o se abstenga de hacerlo sin que por ello la balanza se incline, en mayor o menor medida, a la culpabilidad o inocencia y se vulneren sus derechos procesales. Agallo Avilés y García Berro explican cómo este derecho garantiza la libertad y la dignidad al expresar: “Lo que intentamos poner de manifiesto en este lugar es que ese derecho a no aportar, que efectivamente, en ocasiones existe, no deriva directamente del derecho a no autoincriminarse, sino de la necesidad inmediata de proteger otros bienes jurídicos igualmente constitucionalizados (la libertad, la dignidad, la intimidad) y solo indirectamente la situada garantía procesal”. 64 Este derecho no se encuentra únicamente cuando el individuo guarda silencio; puede manifestarse cuando la persona objeto de interrogatorio se muestra reticente a contestar las preguntas que se le plantean o altera de alguna manera la verdad. 64 Aguallo Avilés, Ángel y García Berro, Florián. Deber de colaborar con la Administración Tributaria y Derecho a no autoincriminarse: un conflicto aparente. España. Asociación Española de Asesores Fiscales. 2000. Pág.90. 64 La declaración del imputado no puede considerarse como fuente de prueba en sentido incriminatorio, sino como expresión del derecho de defenderse. El irrestricto respeto por el sistema garantista, implica que la declaración del imputado no pueda utilizarse en su contra. Sus propios dichos deben de ser valorados de acuerdo con su posición adversaria, como un medio de defensa; cuestión distinta es que el imputado, haciendo uso de su mejor derecho, decida confesar su culpabilidad. La no autoincriminación es una modalidad de autodefensa pasiva, es decir “la que se ejerce precisamente con la inactividad el sujeto sobre el que recae o puede recaer una imputación, quien, en consecuencia, puede optar por defenderse en el proceso en la forma de que estime conveniente para sus intereses, sin que en ningún caso pueda ser forzado o inducido, bajo coacción o8 compulsión alguna a declarar contra sí mismo o a declararse culpable”.65 El derecho a la no incriminación deriva del respeto a la dignidad de la persona, que constituye una parte esencial del proceso en un Estado de Derecho; se configura como una de las manifestaciones del derecho de defensa, y en particular, es el deber que impone la norma de no emplear ciertas formas de coerción para privar al imputado de su libertad de decisión como informante o transmisor de conocimientos en su propio caso. Reside en evitar que una declaración coactada del imputado pueda ser valorada como elemento de cargo en su contra. Si resultara externo y coactivo el estímulo que consiguiera afectar y 65 Sentencia del Tribunal Constitucional Español N° 197 de 1995. 65 forzar la declaración del imputado, este adolecerá de nulidad absoluta. Puede decirse que el derecho a no autoincriminarse tiene como fundamento el derecho natural que toda persona posee de intentar ocultar sus faltas, pues no podría exigírsele al ciudadano que vulnere su propia esfera jurídica a través de la declaración en su contra.66 Ruiz-Jarabo opina que el derecho a no autoincriminarse otorga ciertas inmunidades, a saber: “1. Una inmunidad general, poseída por todas las personas, a ser coaccionadas mediante sanciones a contestar preguntas hechas por otras personas o entidades. 2. Una inmunidad general, poseída por todas las personas, a ser coaccionadas mediante sanciones a contestar preguntas cuya respuesta puedan incriminarles. 3. Una inmunidad especifica poseída por todas las personas bajo sospecha de responsabilidad criminal, cuando sean interrogadas por oficiales de policía u otras personas en similar posesión de autoridad, de ser coaccionadas mediante sanciones a contestar preguntas de cualquier índole. 4. Una inmunidad específica, poseída por los acusados en el curso del juicio, de ser obligados a rendir evidencia, y de ser coaccionadas a contestar las preguntas que se le hagan en el banquillo. 5. Una inmunidad especifica, poseída por personas acusadas en materia penal, sobre preguntas referentes a la infracción, a ellas dirigidas por oficiales de policía o personas en similar posición de autoridad. 6. Una inmunidad 66 Bacigalupo citado por REYNA ALFARO, Luis Miguel. El Proceso penal aplicado. Gaceta Jurídica. Lima, Perú. 2006. Pág. 231. 66 especifica, poseída por los acusados en el curso del juicio, contra inferencias negativas derivadas de su negativa a A- responder preguntas en el juicio, o Bbrindar evidencias en el juicio”. 67 En resumen, el derecho a no declarar contra sí mismo se refiere a que ningún sujeto se encuentra obligado a realizar cualquier acción que le traiga consecuencias negativas para sí mismo y por tanto, no está obligado a contribuir contra su propia incriminación. La libertad de no confesarse culpable, guardar silencio y no declarar contra sí mismo son las caras de una misma moneda, en este caso el mismo derecho, a la no autoinculpación. Toda declaración que preste el imputado y que signifique un reconocimiento de su responsabilidad penal, configura una manifiesta vulneración de este derecho, siempre que no haya mediado libre voluntad para prestarla y, dado que se trata de un derecho fundamental, su violación determina directamente que lo declarado constituya un material no susceptible de valoración judicial; es decir, estaremos ante un supuesto evidente de prueba prohibida, que en ningún caso puede utilizarse para fundar una decisión judicial y menos una sentencia condenatoria. Se debe reconocer que el derecho a no autoincriminarse ha nacido esencialmente como garantía del imputado o acusado en un proceso penal. Vale 67 Ruiz-Jarabo Colomer, Damaso. El derecho del inculpado a no declarar y a no decir la verdad. España. Poder Judicial, N° 6, marzo, 1983. pág. 27. 67 decir que siempre ha estado vinculado con la posición de quien dentro del proceso penal, formalmente, tiene tal condición. El profesor Montero Aroca ha señalado claramente que: “Las constituciones suelen aludir a que el acusado no puede ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y así lo dice también el artículo 14.3, g) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, (…)”.68 No obstante ello, en el supuesto de personas detenidas a nivel policial (por delito flagrante) aunque formalmente no tengan la condición de imputados, pues, todavía no se ha emitido el auto de apertura de instrucción, se les reconoce el derecho a no autoincriminarse porque ya existe a ese nivel la imputación de un hecho considerado como delito. En un intento por describir el contenido y comprender el sentido de este derecho, puede afirmarse, de la mano de Bacigalupo, que el Estado debe ser el garante de que el sospechoso no se incrimine contra su voluntad, lo que a su vez determina que deba instruirse a cualquier persona que es interrogada como posible autor de un delito sobre los derechos que tiene reconocidos, especialmente sobre el derecho a guardar silencio y a no declararse culpable.69 Como todo derecho fundamental, la no autoincriminación constituye un verdadero límite a la actividad probatoria desplegada por el Estado en la persecución del delito, en concreto, puede decirse que limita la obtención de 68 Montero Aroca, Juan. Principios del Proceso Penal. Valencia, España. Tirant lo Blanche, 1997. Pág. 156. 69 Bacigalupo citado por REYNA ALFARO, Luis Miguel (2006) Pág. 231. 68 elementos probatorios, pues, la idea que ha quedado afirmada como una auténtica “carta de triunfo” para todos los ciudadanos es que, en materia penal nadie está obligado a declarar contra sí mismo. 70 Evidentemente y asumiendo la tesis de que ningún derecho es absoluto, si el imputado o acusado, luego de haber sido informado de los derechos que le asisten, decide declarar en contra suya, o más concretamente decide reconocer o aceptar su responsabilidad penal, narrando su participación en el hecho delictivo investigado, entonces, el derecho fundamental en comento no habrá sido vulnerado. Este reconocimiento de los hechos imputados constituye en esencia la confesión, respecto a la cual es frecuente y signo de prudente racionalidad, que los ordenamientos jurídico procesales establezca requisitos adicionales que tienen como finalidad reforzar la garantía de no autoincriminación a efectos de que tales declaraciones puedan valorarse como actos de investigación o de prueba; así, se exige la presencia del abogado, que la declaración se haya prestado ante una autoridad competente, entre otras. Dentro de los cuerpos legales que mencionan este derecho, se pueden citar: a. Constitución Política: Nuestra Constitución señala en su artículo 36, que la garantía de la no autoincriminación no solo comprende al inculpado sino a sus parientes más 70 MORA MORA, Luís Paulino. La prueba como derecho fundamental. En: Investigación y Prueba en el Proceso Penal, Gonzáles-Cuellar Serrano, Nicolás (Director). Madrid, España. Editorial Colex, 2006, pp. 91 y 92. 69 cercanos: su cónyuge, ascendientes, descendientes o parientes colaterales hasta el tercer grado inclusive de consanguineidad o afinidad. b. Código Procesal Penal. Este cuerpo estipula en el artículo 82 que: “La policía judicial, el Ministerio Público y los jueces, según corresponda, harán saber al imputado, de manera inmediata y comprensible, que tiene los siguientes derechos: a) Conocer la causa o el motivo de su privación de libertad y el funcionario que la ordené, exhibiéndole, según corresponda, la orden emitida en su contra. b) Tener una comunicación inmediata y efectiva con la persona, asociación, agrupación o entidad a la que desee comunicar su captura. c) Ser asistido, desde el primer acto del procedimiento, por el defensor que designe él, sus parientes o la agrupación a la que se comunicó su captura y, en defecto de éste, por un defensor público. d) Presentarse o ser presentado al Ministerio Público o al tribunal, para ser informado y enterarse de los hechos que se le imputan. e) Abstenerse de declarar y si acepta hacerlo, de que su defensor esté presente en el momento de rendir su declaración y en otras diligencias en las cuales se requiera su presencia. 70 f) No ser sometido a técnicas ni métodos que induzcan o alteren su libre voluntad o atenten contra su dignidad. g) No se utilicen, en su contra, medios que impidan su libre movimiento en el lugar y durante la realización de un acto procesal, sin perjuicio de las medidas de vigilancia que, en casos especiales, estime ordenar el tribunal o el Ministerio Público.”71 c. Declaración Universal de los Derechos Humanos: Esta declaración trata los derechos y garantías de detenidos y presos en el momento de su juzgamiento en los artículos del 8 al 11, pero para el caso que nos compete debemos observar con mayor atención los artículos: “Artículo 10- Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal. De igual forma, el artículo 11, del mismo cuerpo legal establece que: “Artículo 11- Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme con la ley y en juicio en el que 8se le haya asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”. d. El Pacto de Derechos Civiles y Políticos en sus artículos 2-2 y 14-3 literal g. 71 Código Procesal Penal de Costa Rica. Artículo 82. 71 Para el caso que nos ocupa, son importantes los artículos mediante los cuales se regulan las diferentes garantías relativas a la condición del inculpado o preso, entre las que se encuentran los derechos o ser informado de la acusación, a ser juzgado sin aplazamientos indebidos o a un tribunal imparcial. e. La Convención Americana sobre los Derechos Humanos, en sus artículos: 1 y 8-2 literal g. “Artículo 1: Obligación de respetar los derechos. 1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. 2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.” 72 Por su parte, el artículo 8, referente a garantías judiciales, indica en el inciso 2: “…2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad a las siguientes garantías mínimas: 72 Convención Americana de Derechos Humanos. San José, Costa Rica, 1969. 72 … g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable…”73 f. La Convención Sobre los Derechos del Niño en el artículo 40-2 literal a: “Artículo 40. 1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño de quien se alegue que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse o declare culpable de haber infringido esas leyes a ser tratado de manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño por los derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración del niño y de que éste asuma una función constructiva en la sociedad. 2. Con este fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos internacionales, los Estados Partes garantizarán, en particular: a) Que no se alegue que ningún niño ha infringido las leyes penales, ni se acuse o declare culpable a ningún niño de haber infringido esas leyes, por actos u omisiones que no estaban prohibidos por las leyes nacionales o internacionales en el momento en que se cometieron; b) Que a todo niño del que se alegue que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse de haber infringido esas leyes se le garantice, por lo menos, lo siguiente: 73 Convención Americana de Derechos Humanos (1969) 73 i) Que se lo presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley; ii) Que será informado sin demora y directamente o, cuando sea procedente, por intermedio de sus padres o sus representantes legales, de los cargos que pesan contra él y que dispondrá de asistencia jurídica u otra asistencia apropiada en la preparación y presentación de su defensa; iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial competente, independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a la ley, en presencia de un asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a menos que se considerare que ello fuere contrario al interés superior del niño, teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o representantes legales; iv) Que no será obligado a prestar testimonio o a declararse culpable, que podrá interrogar o hacer que se interrogue a testigos de cargo y obtener la participación y el interrogatorio de testigos de descargo en condiciones de igualdad; v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales, que esta decisión y toda medida impuesta a consecuencia de ella, serán sometidas a una autoridad u órgano judicial superior competente, independiente e imparcial, conforme a la ley; vi) Que el niño contará con la asistencia gratuita de un intérprete si no comprende o no habla el idioma utilizado; vii) Que se respetará plenamente su vida privada en todas las fases del procedimiento. 74 3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para promover el establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones específicos para los niños de quienes se alegue que han infringido las leyes penales o a quienes se acuse o declare culpables de haber infringido esas leyes, y en particular: a) El establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá que los niños no tienen capacidad para infringir las leyes penales; b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas para tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento de que se respetarán plenamente los derechos humanos y las garantías legales. 4. Se dispondrá de diversas medidas, tales como el cuidado, las órdenes de orientación y supervisión, el asesoramiento, la libertad vigilada, la colocación en hogares de guarda, los programas de enseñanza y formación profesional, así como otras posibilidades alternativas a la internación en instituciones, para asegurar que los niños sean tratados de manera apropiada para su bienestar y que guarde proporción tanto con sus circunstancias como con la infracción.” 74 g. El Convenio de Ginebra III, consagra la prohibición de la autoincriminación en su artículo 99: “Articulo 99. Reglas Fundamentales. I Principios generales. Ningún prisionero de guerra podrá ser juzgado o condenado por un acto que no esté expresamente prohibido en la legislación de la Potencia detentora o del derecho internacional vigentes cuando se haya cometido dicho acto. 74 Convención sobre los Derechos del Niño. UNICEF, 2006. 75 No se ejercerá prisión moral o física sobre un prisionero de guerra para inducirlo a confesarse culpable del hecho que se le impute. No se podrá condenar a ningún prisionero de guerra sin que haya tenido la posibilidad de defenderse y sin que lo haya asistido un defensor calificado.”75 h. El Protocolo I, adicional de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, en el artículo 75-4 literal f trae expresamente la prohibición de la autoincriminación: “Artículo 75. Garantías Fundamentales. Cuando se encuentren en una de las situaciones a que hace referencia el artículo 1 del presente Protocolo, las personas que estén en poder de una Parte en conflicto y que no disfruten de un trato más favorable en virtud de los Convenios o del presente Protocolo serán tratadas en toda circunstancia con humanidad y se beneficiarán, como mínimo, de la protección prevista en el presente artículo, sin distinción alguna de carácter desfavorable basada en la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión o las creencias, las opiniones políticas o de otro género, el origen nacional o social, la fortuna, el nacimiento u otra condición o cualesquiera otros criterios análogos. Cada Parte respetará la persona, el honor, las convicciones y las prácticas religiosas de todas esas personas. 2. Están y quedarán prohibidos en todo tiempo y lugar los actos siguientes, ya sean realizados por agentes civiles o militares: 75 Convenio de Ginebra III. https://www.icrc.org/spa/resources/documents/treaty/treaty-gc-35tdkwx.htm. Visitado el 12 de julio de 2015 a las 4:51 pm. 76 a) los atentados contra la vida, la salud y la integridad física o mental de las personas, en particular: i. el homicidio; ii. la tortura de cualquier clase, tanto física como mental; iii. las penas corporales; y iv. las mutilaciones; b) los atentados contra la dignidad personal, en especial los tratos humillantes y degradantes, la prostitución forzada y cualquier forma de atentado al pudor; c) la toma de rehenes; d) las penas colectivas; y e) las amenazas de realizar los actos mencionados. 3. Toda persona detenida, presa o internada por actos relacionados con el conflicto armado será informada sin demora, en un idioma que comprenda, de las razones que han motivado esas medidas. Salvo en los casos de detención o prisión por una infracción penal, esa persona será liberada lo antes posible y en todo caso en cuanto desaparezcan las circunstancias que hayan justificado la detención, la prisión o el internamiento. 4. No se impondrá condena ni se ejecutará pena alguna respecto de una persona declarada culpable de una infracción penal relacionada con el conflicto armado, sino en virtud de sentencia de un tribunal imparcial, constituido con arreglo a la ley y que respete los principios generalmente reconocidos para el procedimiento judicial ordinario, y en particular los siguientes: 77 a) el procedimiento dispondrá que el acusado sea informado sin demora de los detalles de la infracción que se le atribuya y garantizará al acusado, en las actuaciones que precedan al juicio y en el curso de éste, todos los derechos y medios de defensa necesarios; b) nadie podrá ser condenado por una infracción si no es sobre la base de su responsabilidad penal individual; c) nadie será acusado o condenado por actos u omisiones que no fueran delictivos según el derecho nacional o internacional que le fuera aplicable en el momento de cometerse. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de cometerse la infracción. Si, con posterioridad a esa infracción, la ley dispusiera la aplicación de una pena más leve, el infractor se beneficiará de esa disposición; d) toda persona acusada de una infracción se presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley; e) toda persona acusada de una infracción tendrá derecho a hallarse presente al ser juzgada; f) nadie podrá ser obligado a declarar contra sí mismo ni a confesarse culpable; g) toda persona acusada de una infracción tendrá derecho a interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo, a obtener la comparecencia de los testigos de descargo y a que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo; h) nadie podrá ser juzgado ni condenado por la misma Parte, de conformidad con la misma legislación y con el mismo procedimiento judicial, por un delito respecto al cual se haya dictado ya una sentencia firme, condenatoria o absolutoria; 78 i) toda persona juzgada por una infracción tendrá derecho a que la sentencia sea pronunciada públicamente; y j) toda persona condenada será informada, en el momento de su condena, de sus derechos a interponer recurso judicial y de todo tipo, así como de los plazos para ejercer esos derechos. 5. Las mujeres privadas de libertad por razones relacionadas con el conflicto armado serán custodiadas en locales separados de los ocupados por los hombres. Su vigilancia inmediata estará a cargo de mujeres. No obstante, las familias detenidas o internadas serán alojadas, siempre que sea posible, en un mismo lugar, como unidad familiar. 6. Las personas detenidas, presas o internadas por razones relacionadas con el conflicto armado disfrutarán de la protección otorgada por el presente artículo, incluso después de la terminación del conflicto armado, hasta el momento de su liberación definitiva, repatriación o reasentamiento. 7. A fin de evitar toda duda en cuanto al procesamiento y juicio de personas acusadas por crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad, se aplicarán los siguientes principios: a) las personas acusadas de tales crímenes deberán ser sometidas a procedimiento y juzgadas de conformidad con las normas aplicables del derecho internacional; y b) cualquiera de esas personas que no disfrute de un trato más favorable en virtud de los Convenios o del presente Protocolo, recibirá el trato previsto en el presente 79 artículo, independientemente de que los crímenes de que se la acuse constituyan o no infracciones graves de los Convenios o del presente Protocolo. 8. Ninguna de las disposiciones del presente artículo podrá interpretarse de manera que pueda limitar o infringir cualquier otra disposición más favorable y que ofrezca a las personas comprendidas en el párrafo 1 una mayor protección en virtud de otras normas aplicables del derecho internacional.”76 Si bien existe todo este listado de tratados internacionales, ente derecho se encuentra reconocido además en diferentes textos constitucionales de modo expreso o de modo delegado, e íntimamente relacionado con el derecho a la presunción de inocencia, de ese modo ha sido invocado por los tribunales internacionales. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha reconocido en su sentencia del 17 de diciembre de 1996 (Caso Saunders vs Reino Unido, en su fundamento jurídico 68), en la sentencia del 25 de febrero de 1993 (Caso Funke vs Francia, en su fundamento jurídico 44), en la sentencia del 08 de febrero de 1996 (Caso John Murray vs Reino Unido, en su fundamento jurídico 45), que el derecho al silencio y el derecho a la no autoincriminación, que no se encuentran expresamente mencionados en el artículo 6 de Convenio Europeo de Derechos Humanos, residen en el corazón mismo del derecho a un proceso equitativo y se enlaza estrechamente con el derecho a la presunción de inocencia. 76 Comité Internacional de la Cruz Roja. Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949. Ginebra, Suiza. 2012. Pág. 56-59. 80 El alcance del derecho a la no autoincriminación, varía según cada sistema procesal. En nuestro sistema, dominado por el principio de legalidad, este alcance está determinado por la interpretación del derecho a la libertad de declarar dentro de sus respectivos parámetros. Características Algunas de las características de este derecho son: Puede darse tanto en una declaración oral como en un testimonio escrito y ambos revisten la misma validez. Es un derecho renunciable, ya que el individuo no está obligado a guardar silencio. Puede relatar los hechos siempre y cuando obedezca a un acto de voluntad propia y la declaración no sea producto de coacción o amenazas. No restringe su protección al sujeto físico sino que protege a las personas jurídicas en igual medida, respetando la naturaleza jurídica de ambos sujetos. Mecanismos Procesales: En amparo de lo anteriormente mencionado y según lo exige la naturaleza del derecho a la no autoincriminación, los mecanismos procesales de protección son: 81 La información sobre el derecho guardar silencio: Informar o advertir sobre el derecho a guardar silencio es “un presupuesto esencial para el ejercicio del ius tacendi, en tanto que, cumpliendo una función informativa, va a permitir la elección del tipo de comportamiento. Su función no es influir sobre la conducta del sujeto, sino hacerle saber su situación jurídica y las posibilidades sobre lo que puede orientar su defensa ante el interrogatorio”.77 En Costa Rica, el reglamentar la información del derecho a declarar, se exige que no solo se informe de que goza de este derecho, sino que se informa además que puede abstenerse a declarar sin que su silencio implique una presunción de culpabilidad y que puede requerir la presencia de su defensor. Es más, si bien existe la atribución de la policía judicial de recibir declaración del imputado, se establece que se hará en la forma y garantías que establece el artículo 189, es decir con la participación del Abogado y del Ministerio Público. No presunción de responsabilidad del silencio: El silencio como derecho no puede generar ninguna consecuencia en perjuicio de quien se ampara en él. No puede ser considerado como indicio de culpabilidad, ni se le equipara aquel dicho que dice “el que calla otorga” ni se le puede dar al inculpado un tratamiento igual al rebelde civil, donde el callar otorga presunción de los hechos que expresa la parte contraria son ciertos. 77 Revilla Gonzales, José Alberto. El interrogatorio del imputado. Valencia, España. Tirant lo Blanch, 2000. Pág. 38. 82 Esta falta de efecto está estrechamente relacionada con la carga de la prueba. No es de cargo del inculpado y por eso puede callar si quiere y no colaborar con la administración de justicia, pues no se le puede pedir a una persona que colabore en su propia condena. Nuestro Código Procesal Penal establece positivamente que se deberá informar el inculpado que su silencio no implica una presunción de culpabilidad; con lo cual se garantiza que el inculpado pueda hacer uso de este derecho sin previo reparo. La delimitación entre no autoincriminación y confesión: el límite entre confesión y una declaración que violente la garantía de la no autoincriminación se encuentra en la voluntad y en el cumplimiento de los presupuestos que garanticen la libertad de declarar; esto es la asistencia de un abogado defensor y la información de derecho a guardar silencio. La afirmación de que no todo está permitido en la búsqueda de la verdad debe ser una regla al momento de evaluar la licitud de una declaración. Prohibiciones probatorias: la prueba ilícita es aquella prueba obtenida o practicada con violación de los derechos fundamentales. Al establecer el derecho de declarar con carácter de fundamental, corresponde el establecimiento de prohibiciones probatorias de modo expreso e incluso tácito, ya que “las prohibiciones probatorias pueden dimanar de la propia consagración constitucional de los derechos 83 fundamentales y de los principios constitucionales, de tal forma, que aun no existiendo una disposición legal expresa de carácter prohibitivo, quedaría vedada toda actuación o practica de prueba que violase tales derechos fundamentales”.78 La precisión del alcance de la no autoincriminación y los hechos: Una falta de regulación expresa sobre el alcance de la no autoincriminación, lleva a presumir que se ha optado por un amplio alcance de este derecho; es decir, que no solo se encuentra limitado a los hechos, sino que incluso el inculpado puede negarse a declarar a fin de evitar brindar sus datos personales y por ende, que se le identifique. El reconocimiento del derecho a la no autoincriminación exclusivamente sobre los hechos, requiere una regulación expresa. De ese modo se encuentra regulado en el artículo 82 del Código Procesal Penal; se informará al imputado que se puede abstener después del interrogatorio de identificación. Derecho a la no autoincriminación en materia tributaria La potestad del Estado de sancionar a los administrados por los ilícitos que realicen en cualquier rama del derecho, determina cuándo deben usarse los principios generales del proceso penal. 78 Miranda Estrampres, Manuel. El Concepto de prueba ilícita y su tratamiento en el proceso penal. Barcelona, España. Bosch 1999. Pág. 21. 84 El ordenamiento administrativo y penal son parte de un mismo poder del Estado, ya que en ambos se busca la represión y penalización de conductas antijurídicas realizadas por un individuo sujeto al sistema jurídico nacional. Para determinar cuándo una conducta se sanciona mediante el procedimiento penal o el administrativo, se debe tomar en consideración la oportunidad y la gravedad de la infracción. Cuando se requiere la aplicación del procedimiento administrativo es porque lo que se pretende es la adecuada cuantificación y cobro de los tributos establecidos mediante ley. Por otra parte, el procedimiento penal lo que pretende es castigar el incumplimiento de los deberes obligaciones tributarias, cuando el contribuyente no solo desatendió sus obligaciones sino que tampoco buscó mitigar los daños reparándolo en cuanto se dio cuenta de su error. Este tema es abordado por Saínz de Bujanda cuando dice: “Cabe, en fin, que la norma tributaria configure una sanción que no vaya dirigida a obtener el cumplimiento de la prestación tributaria de contenido pecuniario, ni a resarcir al ente público acreedor del daño experimentado por una prestación morosa, sino a castigar al infractor por l transgresión del ordenamiento que la infracción (cualquiera que sea) entraña… La sanción es entonces netamente represiva o punitiva. Se trata en suma de una pena”. 79 79 Saínz de Bujanda, Fernando. Estudios de Hacienda y Derecho. Madrid, España. Instituto de Estudios Políticos, 1985. pág. 622. 85 La no incriminación entendida como el derecho del procesado de introducir en el proceso la información que él considera conveniente, se ha visto poco desarrollado en nuestro país y su expresión mínima, cual es no ser coaccionado a declarar, se ha reducido a la prohibición de violencia física, es decir de la tortura, olvidándose sus alcances en lo que se conoce como la coacción moral y el derecho al silencio. El derecho a la no incriminación se circunscribe al ingreso de información al proceso por parte del inculpado, ya sea a través de una de manifestación oral o escrita, por lo que no contiene dentro de sus alcance s la negativa de exhibir documentos o someterse a determinadas intervenciones corporales o ruedas de reconocimiento. El derecho a la no incriminación es aplicable tanto el ámbito penal como en todo procedimiento que implique una sanción por ello debe tenerse presente en el proceso administrativo sancionador como una manifestación del respecto a los derechos de los ciudadanos costarricenses. A la luz de estudio del derecho de no incriminación, se tiene que la declaración del inculpado es un acto de autodefensa, por lo que se debe dejar de lado la búsqueda de la confesión y se debe fomentar un nueva actitud por parte del órgano jurisdiccional frente al inculpado a la hora de tomar una declaración. En Costa Rica, al no existir las salvaguardas positivas necesarias de cautela a este derecho, las declaraciones obtenidas violentando el derecho a la no incriminación son actualmente incorporadas al proceso, asumiéndose como lícitas 86 cuando en realidad constituyen prueba prohibida por lo que urge su reglamentación a fin de evitar que se sigan produciendo sentencias condenatorias que violenten este derecho. La Contraloría General de la República expresa que:“La estructura organizativa de la Dirección General de Tributación (DGT) se adapta a los principios generales seguidos por la mayor parte de las administraciones tributarias modernas, pero no ha avanzado lo suficiente en el fortalecimiento de las administraciones regionales ni se han resuelto los conflictos entre los servicios centrales y dichas administraciones.”80 Un marco jurídico tributario que le garantice al sujeto pasivo instancias de discusión suficientes e imparciales, con funcionarios y jueces técnicamente idóneos y procedimientos que tutelen en forma adecuada el derecho de defensa, permite garantizarle a ese sujeto y a toda la sociedad civil, la sensación de que el sistema tributario es justo. Por ello no se puede considerar el criterio de la Contraloría en cuanto a modernización si no se toman en cuenta derechos fundamentales del contribuyente. La percepción que tengan los diversos estamentos de contribuyentes sobre la justicia del marco jurídico tributario, puede ser una variable aún más poderosa que la sensación de riesgo para generar situaciones de incumplimiento voluntario. La jurisprudencia constitucional demuestra que hay casos planteados por personas 80 Contraloría General de la República. División de Fiscalización Operativa y Evaluativa. Área de Ingresos Públicos. El sistema tributario costarricense: contribuciones al debate nacional. Contraloría General de la República: editado por Fernando Herrero Acosta.1 Edición. San José, Costa Rica. Publicaciones Contraloría General de la República, 2002. Pág. 330. 87 físicas o jurídicas que indican que existe una sensación de injusticia generadora de una actitud de rebeldía tributaria que supera la presión que representan los costos económicos del eventual incumplimiento. Para el Ministerio de Hacienda de Costa Rica: “La litigiosidad tiene importantes efectos recaudatorios, no sólo con respecto a los ajustes de obligaciones tributarias del litigante, sino también con relación al universo de sujetos pasivos que se encuentran en una situación similar. También tiene importantes efectos en cuanto a la percepción de legitimidad y de justicia del sistema tributario, lo que incide en forma determinante en los niveles de cumplimiento voluntario en armonía con el método de autoliquidación.”81 Continua indicando el Ministerio de Hacienda: “En el sistema tributario costarricense, los derechos y garantías del contribuyente no están formalmente sistematizados y para localizarlos, con frecuencia hay que contrastar las limitaciones con las facultades administrativas del fisco. Por lo tanto, es muy importante que en esta búsqueda del equilibrio y la legitimación del marco jurídico tributario, se establezca un nuevo bloque temático en el CNPT, que incluya el Estatuto de Derechos del Contribuyente.”82 Es posible considerar que la Administración Pública hace un esfuerzo por respetar los derechos de los contribuyentes al reconocer, de acuerdo con los argumentos anteriores, que los contribuyentes merecen un espacio dentro del 81 Contraloría General de la República. División de Fiscalización Operativa y Evaluativa. Área de Ingresos Públicos (2002) Pág.165. 82 Contraloría General de la República. División de Fiscalización Operativa y Evaluativa. Área de Ingresos Públicos (2002) Pág.192. 88 Código de Normas y Procedimientos Tributarios, sin embargo, en un trabajo realizado por Susana Wittmann se revela lo siguiente: “Es importante mencionar que en otros países se han realizado importantes escritos acerca de la garantía contra la autoincriminación, establecida por la Constitución Política y nuestra normativa procesal penal, frente a las facultades de verificación y fiscalización de la Administración Tributaria y, por otro lado, la utilización de la prueba obtenida en el procedimiento administrativo para servir eventualmente de sustento a un determinado proceso penal. Este tema ha suscitado algunas dificultades a nivel doctrinario y jurisprudencial, pues nos encontramos frente a dos procedimientos, el administrativo y el penal, los cuales rigen por reglas y principios propios; en el primero prevalece la obligación de colaborar con la administración y en el segundo rige la prohibición de obligar a una persona a declarar contra sí misma. Lo cierto del caso es que en nuestro país, la información obtenida del procedimiento administrativo puede servir como noticia criminis, lo discutible es el utilizar la prueba que es proveniente del propio imputado. Dicha respuesta no es nada sencilla, sí queda claro que deben tutelarse dos intereses, por un lado el deber que tienen los ciudadanos de contribuir al sostenimiento de los gastos del Estado y la prohibición existente de ser obligado a declarar contra sí mismo, por ello se le sugiere a los fiscales obtener la prueba por otros medios legalmente establecidos para no enfrentarse ante dicha problemática.” 83 83 Wittmann Stengel, Susana. Delitos tributarios: aspectos teóricos y prácticos 1ª Edición. San José, Costa Rica. Corte Suprema de Justicia. Escuela Judicial, 2009. Pág. 89 Visto lo anterior, es fácil inferir en qué punto se encuentran los esfuerzos de la Administración desde el año 2002, ya que la investigación surpa-mencionada revela que siete años después la Administración continua anteponiéndose sus facultades frente a los derechos de los contribuyentes y que el proceso continua violentando las garantías de los mismos por ello debe mantenerse presente que: “El derecho de defensa resguardado en el artículo 39 ibídem, no sólo rige para los procedimientos jurisdiccionales, sino también para cualquier procedimiento administrativo llevado a cabo por la administración pública; y que necesariamente debe dársele al accionante si a bien lo tiene, el derecho de ser asistido por un abogado, con el fin de que ejercite su defensa.” 84 La resolución anterior, así como las que siguen a continuación, demuestran que la Sala Constitucional tiene presentes, respeta y reconoce de manera reiterada, los derechos que, de acuerdo a la doctrina presentada con anterioridad en referencia al Derecho a la No Autoincriminación, representan una manifestación del mismo y que por ende debe considerarse violado ante el irrespeto de todos o de uno solo en casos de índole tributaria. Véase la siguiente sentencia en relación con el derecho de defensa: “dice el párrafo primero del artículo 39 de la Constitución Política, disposición junto con el artículo 41 ejúsdem- de la que deriva el principio constitucional del debido proceso, entendido como el procedimiento judicial justo, que es aplicable no sólo a los procesos penales, sino además, a todos los judiciales, y también 84 Sala Constitucional. Sentencia 15 del cinco de enero de 1990. 90 administrativos. Concretamente, del artículo 39 se reconoce el principio de inviolabilidad de la defensa, ya que para ejercitarla es necesario un procedimiento reglado en la ley; en tanto la sentencia firme a que la que se refiere la norma constitucional, tiene que ser lógicamente el resultado de un juicio pendiente, en el que se hayan dado todas las garantías del debido proceso y derecho de defensa. En virtud de ello, es que es violatorio de este principio -y por ende de los artículos 39 y 41 constitucionales- el pretender establecer efectos jurídicos de un proceso penal sin que haya mediado procedimiento al efecto, como lo ha señalado en forma reiterada esta Jurisdicción.”85 Sentencia 18352-09 El criterio defendido en las resoluciones anteriores tiene precedente en las resoluciones 412-90, 5582-94 y 104-95 de la Sala Constitucional: “El principio de defensa, como garantía constitucional fundamental, tiende a resguardar la libertad del individuo ante la posibilidad de que se le imponga indebidamente una pena, por ello, no puede ni debe ser restringido en forma alguna, sino más bien resguardado celosamente por el legislador, el juez y el gobernante. El ordenamiento procesal penal en vigencia, en su artículo 198 recepta el principio ahora imperante de que todo se puede demostrar y por cualquier medio ilícito, si ello es así nuestro legislador ya ha optado, para que conforme al principio constitucional de necesaria demostración de culpabilidad irrestricta para ejecutar la defensa, se puede acreditar cualquier hecho de importancia para la fijación de la responsabilidad o no del encartado en el hecho delictivo que se le atribuye. El principio de defensa debe garantizar que el 85 Sala Constitucional. Resolución 18352 del dos de diciembre del 2009. 91 imputado cuente con el tiempo razonable para la adecuada preparación de su defensa; lo que debe valorar el juez en cada caso particular y el que el procedimiento de acción privada haya estado reservado históricamente a delitos contra el honor y la propaganda desleal, cuya pena es de multa, al utilizarse en delitos de acción pública sancionados con pena privativa de libertad, violenta el principio de derecho a la defensa y al procedimiento.” A su vez, debe recordarse que el derecho a la no autoincriminación tiene estrecha relación con el Principio de la dignidad humana, por tanto es fundamental citar la opinión reiterada de la Sala Constitucional en referente a este principio: “principio de dignidad de la persona humana, valor espiritual y moral inherente a la persona, que se manifiesta singularmente en la autodeterminación consciente y responsable de la propia vida y que lleva consigo la pretensión de respeto por parte de los demás. Estrechamente relacionado con el libre desarrollo de la personalidad y los derechos a la integridad física y moral, a la libertad de ideas y creencias, al honor, a la intimidad personal y familiar, y a la propia imagen; y que es universal, al no caber ninguna excepción ni discriminación, en tanto ha de permanecer inalterado, cualquiera que sea la situación en que la persona se encuentre -aplicable por igual a los procesados, condenados, absueltos, reo, y por supuesto, a los sujetos que únicamente hayan sido detenidos por las autoridades administrativas, sin que esa detención motive una causa penal en su contra-, constituyéndose de este modo, en un mínimo invulnerable que todo estatuto jurídico debe asegurar, de modo, sean unas u otras las limitaciones que se 92 impongan en el disfrute de los derechos individuales, no conlleven menosprecio para la estima que, en cuanto ser humano, merece toda persona.” 86 Por otra parte, también se considera el principio de inocencia como una manifestación del derecho a la no autoincriminación, y en razón de ello se cita lo que la Sala Constitucional indica en relación con este principio: “Principio de Inocencia. Se deriva del artículo 39 de la Constitución, en cuanto éste requiere la necesaria demostración de culpabilidad. Ninguna persona puede ser considerada ni tratada como culpable mientras no haya en su contra una sentencia conclusiva firme, dictada en un proceso regular y legal que lo declare como tal después de haberse destruido o superado aquella presunción.”87Sentencia:, 3. Deber de colaboración El deber de colaboración no está expresamente regulado por la Constitución Política, pero debemos tener presente que su legitimación y existencia son derivadas del deber de contribuir, establecido en el artículo 18 de la Constitución Política. Así mismo, el deber de información es una especie del deber de colaboración compartiendo a su vez la naturaleza jurídica del primero. 86 Sala Constiticional. Resolución 9576 del 19 de julio de 2005. Resolución 5605 del 26 de abril del 2006. Resolución 1389 del 31 de enero del 2007. Resolución 9112 del 26 de junio del 2007. Resolución 10285 del 19 de junio del 2008. 87 Sala Constitucional. Resolución 1739 del 1 de julio de 1992. Resolución 6306 del 1 de setiembre de 1998. 93 El deber de contribuir hace referencia al interés jurídico del ordenamiento tributario como una manera de sostener el gasto público. En palabras de Rives Rives: “La configuración del deber de contribuir, es precisamente lo que ha cimentado el deber de colaboración tributaria, y extraído la consecuencia de la necesidad del deber de información como una garantía del ordenamiento tributario para la correcta aplicación de los tributos. Este deber de información lo entendemos como un deber público de prestación, impuesto a todo aquel que se encuentre en posición de coadyuvar a la Administración, de prestarle asistencia y cooperación en todas aquellas tareas relevantes para dar efectivo y correcto cumplimiento al deber de contribuir.” 88 La principal relación jurídica que une al contribuyente y a la Administración Pública es la situación que deriva del deber de contribuir una vez que se han realizado las conductas que determina la ley como hechos generadores de dicha obligación. El sostenimiento de los gastos públicos radica en el interés primordial de contribuir por parte del administrado, pero ese interés necesita que se garantice no solo la obligación de realizarlo proporcionalmente a la capacidad de contribución, sino también que el sistema tributario sea aplicado justa y equitativamente a cada contribuyente. 88 Rives Rives, Aurora. El derecho a no declarar contra sí mismo en el ámbito penal tributario: reflexiones a la luz de la jurisprudencia norteamericana. Civitas, Revista Española de Derecho Financiero, Nº 105, enero-marzo, 2000, p. 116. 94 En palabras de Serrano Guirado, el deber fiscal “se impone para la protección de un interés enteramente objetivo, nada menos que el de la conservación del Estado que no puede existir sin tributos. Un interés que no se personaliza en sujetos distintos de aquellos a quienes tal deber se impone, porque es de toda evidencia que son los propios contribuyentes los interesados en la conservación del Estado, si bien aquí se podría objetar que tal interés, que es el interés público por antonomasia, si se personaliza en cuanto es precisamente a Administración, como persona jurídica, el titular de dicho interés, pero tal personificación del interés público, no obsta la consideración general de que son los contribuyentes los titulares del interés para cuyo cumplimiento se le imponer el deber fiscal”.89 La Administración Pública, en la figura de la Dirección General de Tributación, en ejercicio de su poder punitivo, aplica sanciones administrativas a aquellos contribuyentes que incurran en las infracciones previstas por el Código de Normas y Procedimientos Tributarios (CNPT). Es por ello que, ante el incumplimiento de los contribuyentes y cuando se configura el tipo previsto en la norma, se aplican las sanciones administrativas establecidas en los artículos 78 y siguientes del Código de Normas y Procedimientos Tributarios. Cuando un contribuyente incumple con sus deberes como contribuyente, estamos ante una infracción al deber de colaborar; se crea un vínculo jurídico 89 Serrano Guirado, Enrique. El deber fiscal en el panorama de los derechos cívicos y sociales. Madrid, España. Instituto de Estudios Fiscales. XII Semana de Estudios de Derecho Financiero, 1965. 95 obligacional como deudor frente a la Administración Pública. Una de las conductas sancionadas por la normativa tributaria es el hecho de que el sujeto pasivo no suministre información o lo haga de forma errónea, motivo por el cual se aplicará la sanción prevista en el numeral 83 del CNPT. La naturaleza jurídica del deber de colaboración tributaria es la de un deber público de prestación de carácter personal, ya consiste en una prestación de hacer, no hacer o soportar, exigible en virtud del ejercicio de potestad y cuyo incumplimiento tiene repercusiones sancionatorias. Concepto: Como definición más general, la Real Academia Española, define colaborar como: “Del lat. collaborāre. 1. intr. Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra. 2. intr. Escribir habitualmente en un periódico o en una revista, sin pertenecer a la plantilla de redactores. 3. intr. contribuir (‖ concurrir con una cantidad). 4. intr. contribuir (‖ ayudar con otros al logro de algún fin)”. Los juristas como López Martínez definen el deber de colaboración como: “aquellos vínculos jurídicos, deberes tributarios en sentido estricto, que constituyen 96 autenticas prestaciones personales de carácter público nacidas de la ley, que se concretan en hacer, dar o soportar, cuyo fundamento se encuentra en la configuración del deber de contribuir como principio básico de solidaridad en el que se manifiesta un interés fiscal, exponente del interés colectivo o general, que articula o dirige el resto de los principios constitucionales en materia tributaria y que vienen impuestos a los administrados (obligados tributarios), sujetos pasivos o no de la obligación tributaria principal, que se encuentra en disposición de coadyuvar con la Administración tributaria para la efectiva realización de las funciones tributarias a ella asignadas, y cuyo incumplimiento produce una reacción del ordenamiento jurídico de tipo sancionatorio”. 90 El deber de colaboración nace por ley o por el ejercicio de las potestades por parte de la Administración Pública; pero en primera instancia recae sobre el sujeto pasivo y determinadas conductas realizadas por este. Comprende un vínculo jurídico entre los contribuyentes y la Administración, en virtud de las potestades que tiene atribuidas por ley y de los procedimientos necesarios para la aplicación de sus funciones. Características: - Está fundamentada en el deber de contribuir, pues este es el pilar fundamental de un sistema tributario justo. 90 López Martínez, Juan. Los Deberes de información Tributaria. Madrid, España. Editorial Marcial Pons. 1992. Pág.37. 97 - Es un deber genérico, porque su cumplimiento le corresponde a todo aquel sujeto que se rige por las leyes nacionales y ayuda a la Administración Pública para su eficaz funcionamiento. - El incumplimiento del deber de colaboración es sancionado ya que lesiona un bien jurídicamente tutelado. No es algo que se realiza de manera voluntaria, sino que la Administración Pública exige a los contribuyentes como una manera de contribuir con el gasto público. 4, Derecho a la no autoincriminación frente al deber de colaboración Una de las consecuencias necesarias del deber de contribuir de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Constitucional es el deber de colaborar con la Administración Tributaria. El deber de facilitarle información a la Administración Tributaria. La información es la "savia" con la que funciona esa actividad controladora de la administración que constituye la quinta esencia hoy, de la actual administración. La Ley General Tributaria tiene un precepto extraordinariamente amplio desde el punto de vista objetivo, incluso subjetivo, del deber legal de información de toda persona natural, jurídico, público o privada. Toda persona natural, jurídica, pública o privada, está obligada a facilitar información con trascendencia tributaria, que derive de sus relaciones económicas, financieras o patrimoniales. Existe un deber amplísimo de colaborar con la administración, de facilitar información a la administración -amplísimo desde el punto de vista subjetivo- toda 98 persona y cualquier cosa que se le parezca, cualquier dato con trascendencia tributaria. Este ámbito del deber legal de información, el deber legal de colaborar con la administración, la información, los datos, el material que se le aporte a la administración en el cumplimiento de este deber legal o, lo que es igual, cuando el deber no nace de la ley sino que nace del requerimiento administrativo de la información. Al devenir de una potestad de requerimiento de información se ejercita concurriendo los presupuestos determinantes del ejercicio y dentro de los límites y para los fines creados. Existe una tesis mayoritaria que sostiene que a pesar de que el procedimiento de inspección tributaria no tiene carácter punitivo, el hecho de que todas las pruebas aportadas por el contribuyente puedan ser utilizadas en un procedimiento sancionatorio posterior, hace necesario anticipar el derecho a no autoincriminarse en este procedimiento administrativo. Esto, a fin de que quede reducido a la nada en el posterior proceso sancionador, ya que si desde el momento de la inspección se obvia el derecho a la no autoincriminación en el proceso penal no hay opción de guardar silencio o conservar intacto el derecho a no declarar contra uno mismo, puesto que durante la inspección las pruebas presentadas ante el Ministerio Público fueron obtenidas de manos del contribuyente, sin la debida prevención de que podían ser utilizadas en su contra. En concordancia con lo expuesto anteriormente, Falcón y Tella comenta que: 99 “… la extensión del derecho a no declarar al procedimiento inspector no supone vaciar de contenido el deber de contribuir, sino únicamente equiparar la situación de quien no lleva libros o no conserva las facturas u otros antecedentes de trascendencia tributaria (y por lo tanto le resulta materialmente imposible facilitar tales documentos a la inspección) con la de personas que teniendo en su poder dicha documentación optan por no facilitarla al actuario, porque piensan que puede resultar perjudicial a sus intereses. En consecuencia, a quien no enseña los libros o se niega a facilitar algún dato o informe o antecedente con trascendencia tributaria, para el mismo o para terceros, se le podrá tratar como si no llevara libros o no conservar la información de que se trate, con la consiguiente imposición sanciones por las infracciones simples cometidas. Y obviamente, en caso necesario, se procederá a determinar su renta o la cuantía defraudada en el tributo de que se trate a través de una estimación indirecta, con la imposición también de las sanciones por las infracciones graves que hayan logrado acreditarse. Exactamente lo mismo, como se ha dicho que si no se llevaran los libros ni se conservara antecedente alguno relacionado con el hecho imponible”. 91 El Código de Normas y Procedimientos Tributarios ha sido claro en que uno de los deberes formales del contribuyente obedece al suministro de información a la Administración Tributaria; de este modo se encuentra establecido en el artículo 128 de la citada ley. También se regula lo relativo a los deberes materiales del 91 Falcón y Tella, R. Un giro trascendental en la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo con incidencia inmediata en el procedimiento inspector: el derecho a no declarar. España. Revista Quincena Fiscal N° 2, diciembre, 1995. pág. 9. 100 contribuyente, deber enmarcado en la omisión en el pago de los tributos que deben ser cancelados en el período fiscal determinado por parte del respectivo contribuyente. Ambas obligaciones, tanto formales como materiales se encuentran debidamente establecidas en el numeral 18 del código supraindicado, a saber: “ARTÍCULO 18.Obligaciones. Los contribuyentes están obligados al pago de los tributos y al cumplimiento de los deberes formales establecidos por el presente Código o por normas especiales”. Incluso, dicho cuerpo normativo no solo establece obligaciones para los contribuyentes establecidos en su artículo 17 o los obligados por deuda propia, sino también para aquellos casos en los que deban cumplir con la obligación tributaria los responsables por deuda ajena, que sin tener carácter de contribuyentes, deben asumir tal responsabilidad tributaria (artículo 20). El artículo 21 es claro en señalar que también se encuentran obligados a pagar los tributos, los padres, los tutores y los curadores, los representantes legales de las personas jurídicas, los fiduciarios de los fideicomisos y los mandatarios en cuanto a los bienes que administren, entre otros. De esta manera se establece que el deber de contribuir con la administración contempla todas aquellas posibles situaciones mediante las cuales el contribuyente podría evadir su responsabilidad y la ley indica quiénes serán los llamados a responder en caso de que surja algún impedimento. 101 Visto lo anterior, pareciera que en materia tributaria, el Código de Normas y Procedimientos Tributarios ha delimitado el campo de los deberes tanto formales como materiales de aquellos considerados como obligados al cumplimiento de la obligación tributaria; no obstante, no consideró las garantías o derechos del contribuyente en materia sancionatoria. Uno de los deberes formales más importantes que debe cumplir el contribuyente es el de brindar información de trascendencia tributaria a la Administración. De ahí que cuando un determinado sujeto pasivo incumple con el suministro de tal documentación, la Administración, en ejercicio del poder punitivo del Estado, puede proceder a castigar administrativamente tal conducta, con las sanciones previstas en los artículos 78 y siguientes del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, citando a manera de ejemplo: “ARTÍCULO 83.- Incumplimiento en el suministro de información En caso de incumplimiento en el suministro de información, se aplicarán las siguientes sanciones: a) Sanción equivalente a dos salarios base, cuando se incumpla la obligación de suministrar la información dentro del plazo determinado por la ley, el reglamento o la Administración Tributaria. b) Sanción de un salario base cuando la información se presente con errores de contenido o no corresponda a lo solicitado. (Así reformado por el artículo 2º de la ley No.7900 de 3 de agosto de 1999)”. 92 92 Código de Normas y Procedimientos Tributarios. Artículo 83. 102 De acuerdo con lo citado anteriormente, en caso de incumplir con el deber de información el contribuyente deberá pagar una multa, y desde el punto de vista que nos ocupa en la presente investigación, el derecho a la no autoincriminación se ve lesionado ya que se obliga al administrado a aportar la prueba que lo incrimina, ya que, caso contrario, será perjudicado su patrimonio económico. Una situación similar se encuentra regulada en el artículo 84 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, que sanciona a aquellos sujetos pasivos que no concurran a las oficinas de la Administración Tributaria, cuando han sido requeridos. En ese orden de ideas: “ARTÍCULO 84.- No concurrencia a las oficinas de la Administración Tributaria. Se sancionará con multa equivalente a un salario base, a quienes no concurran a las oficinas de la Administración Tributaria cuando se requiera su presencia, en los términos del artículo 112 del presente Código. (Así reformado por el artículo 2º de la ley No.7900 de 3 de agosto de 1999)”. 93 Siguiendo la misma línea de pensamiento es preciso citar el artículo 104 del Código de Normas Y Procedimientos Tributarios que hace referencia precias sobre el deber de informar: “Para facilitar la verificación oportuna de la situación tributaria de los contribuyentes, la Administración Tributaria podrá requerirles la presentación de los libros, los archivos, los registros contables y toda otra información de trascendencia tributaria, que se encuentre impresa en forma de documento, en 93 Código de Normas y Procedimientos Tributarios. Artículo 84. 103 soporte técnico o registrada por cualquier otro medio tecnológico. Sin perjuicio de estas facultades generales, la Administración podrá solicitar a los contribuyentes y los responsables: A ) Copia de los libros, los archivos y los registros contables. b ) Información relativa al equipo de cómputo utilizado y a las aplicaciones desarrolladas. c ) Copia de los soportes magnéticos que contengan información tributaria. Los gastos por la aplicación de los incisos anteriores correrán por parte de la Administración Tributaria […]”. También, el artículo 108 CNPT dispone: “La Administración Tributaria podrá exigir, a los beneficiarios de incentivos fiscales, información sobre el cumplimiento de los requisitos y los hechos legitimadores de los incentivos recibidos”. 94 No obstante lo anterior, aunque el Código Tributario no establezca un apartado sobre derechos y garantías del contribuyente y no haya regulado lo pertinente a los límites de la potestad sancionatoria, existen circunstancias en las cuales se podría aplicar un límite a tal potestad sancionatoria, que aunque no absoluto, le permitiría al contribuyente gozar de un derecho constitucional a no autoincriminarse. Amparados en lo expuesto anteriormente se logra determinar que el Principio de No Autoincriminación constitucional aplicable a la materia penal puede ser utilizado también a la materia administrativa sancionatoria. De ahí que al ser el procedimiento sancionatorio tributario una manifestación del ejercicio del derecho punitivo del Estado, tal principio resulta también de aplicación para dicho procedimiento. 94 Código de Normas Y Procedimientos Tributarios. Artículo 104. 104 Dado lo anterior, el contribuyente, acudiendo a los principios constitucionales aplicables a la materia penal, puede alegar la aplicación de dicho principio cuando considere que se encuentra en el supuesto de una posible autoincriminación. Sin embargo, este principio no resulta de aplicación absoluta, pues debe ser empleado con ciertos límites o breves matices, como lo dispuso la jurisprudencia citada. No todo contribuyente puede ampararse bajo este principio de No autoincriminación; únicamente aquellos que consideren que en caso de aportar los documentos solicitados por la Administración Pública puede estar declarando tácitamente su completa o parcial responsabilidad de hecho antijurídico. La jurisprudencia ha sido clara con respecto a que aquella información otorgada por el contribuyente de buena fe ante la Administración no podría ser utilizada en vía penal judicial como prueba ante un proceso por defraudación tributaria, toda vez que el contribuyente no se encuentra obligado, según el Principio de No Autoincriminación a aportar la prueba requerida por la Administración. Sin embargo, lo mencionado anteriormente no procede cuando la Administración ha solicitado al juez penal competente la autorización para aplicar un secuestro de información o allanamiento en sede administrativa, en razón de lo cual, la información que sea obtenida sí podría ser utilizada como antecedente y posterior prueba para la interposición de un eventual proceso penal contra el contribuyente. El derecho a la no autoincriminación no es un tema que se discuta únicamente en la doctrina, nuestra Sala Constitucional se había pronunciado al 105 respecto mediante la sentencia No. 11403-2000, de las 15:10 horas del 20 de diciembre de 2000, que conoció de un recurso de amparo interpuesto por un contribuyente, donde se alegaba violación al derecho de no declarar contra sí mismo en materia tributaria. Este recurso fue presentado con ocasión de la aplicación de un proceso de actuación fiscalizadora por parte de la Administración Tributaria de Grandes Contribuyentes, en el cual la contribuyente se presenta ante la Administración a emitir declaraciones relativas a su información tributaria. La Administración, como resultado de dicha auditoría, determinó que las declaraciones de renta presentadas por la contribuyente eran falsas e incompletas, y manifestó en sus conclusiones que la actuación de esta podría derivar en algún tipo de responsabilidad penal. De esta forma, la Sala Constitucional, al analizar los argumentos de la recurrente relativos a la violación del principio constitucional, dispuso: “El aspecto jurídico que se debate en la especie, es la validez de la declaración que la amparada dio en la entrevista que forma parte del procedimiento administrativo tendente a averiguar la verdad de los hechos, se alegó que es nula por no haber sido advertida la declarante de las consecuencias eventualmente penales de sus manifestaciones, lo que violenta el derecho a no declarar contra sí mismo. Al respecto debe observarse que estamos ante un procedimiento de índole administrativa, que no penal, y en consecuencia tiene su propia normativa que cumplir, dentro de la cual no existe la advertencia que sí forma parte del proceso penal, por lo que esa declaración resulta válida para los fines que cumple, cual es 106 ser parte de la investigación administrativa que determinará si se cumplió o no con la obligación tributaria. En lo que al proceso penal respecta, si a la amparada no se le hicieron las advertencias de ley, no puede tomarse como prueba su declaración en la fase administrativa, porque dentro del proceso penal, rige entre otros, el principio de que no puede obligarse a una persona indiciada a declarar contra sí misma, y en consecuencia puede abstenerse de declarar, y la entrevista que fue recabada durante el procedimiento administrativo tributario, no sirve como prueba dentro del proceso penal por no contener los requisitos que una indagatoria debe cumplir. Así las cosas la entrevista es válida para sus fines dentro del procedimiento tributario, pero no sirve como prueba dentro del proceso penal que se genere a raíz de la determinación de un ilícito penal tributario, y lo procedente es entonces declarar sin lugar el recurso”. 95 La resolución anterior, en relación con la aplicación del Principio a la no autoincriminación, establece un precedente en materia sancionatoria tributaria. Como lo indica la Sala, si en la fase administrativa no se le advierte al contribuyente que su declaración puede inculparlo en un eventual delito penal y este de buena fe otorga información a la Administración, esta declaración voluntaria no puede ser utilizada por la Administración como prueba dentro del proceso penal, por incumplir con el Principio constitucional de No Autoincriminación. 95 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Resolución 2000-11403 de las quince horas con diez minutos del veinte de diciembre del dos mil. San José, Costa Rica. 107 Para el M.Sc. Rafael Luna, en relación con el estudio de la resolución mencionada anteriormente: “… la Convención Americana sobre Derechos Humanos señala dentro de las Garantías Judiciales que “Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad”, así como el “derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable” y que “La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza”. Dado que los tratados internacionales tienen jerarquía superior a las leyes ordinarias, debe entenderse que dicha Convención extiende el contenido del derecho a no autoincriminarse ya protegido constitucionalmente, pues invalida la prueba obtenida bajo cualquier tipo de coacción, que en el campo tributario se traduciría en las multas y sanciones que pueden imponerse al contribuyente en caso de que no colabore en el proceso de fiscalización tributaria, y el temor lógico que ante la falta de colaboración, las actuaciones administrativas serán más agresivas.”96 A su vez, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha resuelto diversos casos donde se ha determinado una violación del Derecho a la No Autoincriminación, a saber: La sentencia FUNKE CONTRA FRANCIA97, en la cual declaró que las autoridades aduaneras francesas, habían violado el derecho a no autoincriminarse del demandado, al haberle impuesto sanciones económicas por su negativa a 96 Luna Rodríguez, Rafael. El derecho a no autoincriminarse en el ámbito sancionador tributario costarricense. Revista de Derecho Público 3. San José, Costa Rica, 2006. 97 Sentencia del TEDH, FUNKE CONTRA FRANCIA, de 25 de febrero de 1993. 108 entregar información sobre su situación financiera, la cual el acusado estimó como potencialmente incriminante. La sentencia BENDENOUN CONTRA FRANCIA98, la cual versaba en lo esencial sobre el incumplimiento de los deberes tributarios del demandante. Fue la primera vez que el TEDH señaló expresamente que las sanciones contenidas en el régimen tributario tienen una magnitud o entidad tal, que pueden ser consideradas como sanciones de carácter penal, y por tanto, la persona ha de entenderse a estos efectos como acusada en materia penal, según los significados propios que tales conceptos tienen dentro el artículo 6 de Convenio. 5. Derecho comparado Cada ordenamiento jurídico tiene similitudes con la legislación de diversos países, sin embargo es conveniente indicar, someramente, algunos de ellos con el fin de establecer en qué punto de evolución se encuentra la legislación de Costa Rica para reconocer de manera más inmediata los cambios que deben generarse con respecto a la regulación del tema que nos ocupa, es decir, el Derecho a la No autoincriminación en el sistema tributario costarricense. España: Desde el punto de vista de la doctrina, pero también de la práctica, este país ha sido uno de los países con influencia del Civil Law que reconoce y tutela 98 Sentencia del TEDH, BENDENOUN CONTRA FRANCIA, de 24 de febrero de 1994. 109 el derecho a la no autoincriminación, no como un derecho específico sino como de los principios procesales aplicables a todo proceso judicial y también recogido bajo el derecho de defensa. La Constitución de España de 1978 dispone en su artículo 17 inc.3 que “Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a declarar”. A este artículo debe sumársele el 24 inc. 2, del mismo cuerpo legal, que dice el sujeto tiene derecho a: “no ser declarado contra sí mismo, a no confesarse culpable y a la presunción de inocencia”. En el ordenamiento procesal penal Español, el legislador ha establecido diversos casos en que se exime al testigo del deber de declarar; se exime por incapacidad física o moral, pero también hay exención de declarar para evitar la propia inculpación del testigo; esto último, esencialmente en aplicación del derecho fundamental a no declarar contra sí mismo (art. 24.2 Constitución de España), pues, siguiendo a Moreno Catena, “no puede obligarse a persona alguna a manifestar algo que le pueda inculpar”.99 España es suscriptora del Convenio de las Naciones Unidas contra la Tortura (10 de diciembre de 1984) y el Convenio Europeo para la Prevención de la Tortura o Tratos Inhumanos o Degradantes (26 de noviembre de 1987); ambos estipulan la igualdad de las personas como merecedoras del derecho a la vida y a 99 MORENO CATENA, Víctor, en: GIMENO SENDRA, Vicente, y otros. Lecciones de Derecho Procesal Penal. Madrid, España. Editorial Colex, 2001. pág. 381. 110 la integridad física y moral, sin que en ningún caso puedan someterles a penas crueles, tratos degradantes o torturas. Alemania: El Bundesverfassungsgericht da fundamento al derecho a la no autoincriminación en la libertad y dignidad del individuo, al decir que “el establecimiento de una obligación legal de proporcionar información puede producir en el obligado el conflicto entre autoinculparse de un hecho punible, cometer eventualmente un nuevo delito por realizar una declaración falsa, o exponerse a la utilización de medidas coercitivas por su silencio”. 100 Para la Ordenanza Procesal Alemana, Roxin ha señalado que “Todo testigo puede negarse a contestar aquellas preguntas cuya respuesta (¡conforme a la verdad!), lo expondría a él mismo o a un pariente cercano al peligro de ser perseguido por un hecho punible o por una contravención, (…). El testigo debe ser informado sobre el derecho de abstenerse de responder”.101 El derecho penal alemán tiene carácter fragmentario, lo cual caracteriza el Estado de Derecho Liberal. Rige el principio de subsidiariedad. El derecho penal constituye la última ratio en el instrumento de que dispone el legislador. 100 https://germanlawjournal.com/pdfs/Vol09No02/PDF_Vol_09_No_02_161194_Developments_Mueller.pdf. Visitado el 12 de julio de 2015 a las 5:40 pm. 101 ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal. Trad. De la 25ª edición alemana de Gabriela E. Córdoba y Daniel R. Pastor. Buenos Aires, Argentina. Editores del Puerto, 2000, p. 229. 111 Estados Unidos: El origen anglosajón del derecho a la no autoincriminación se encuentra fundamentado en la famosa V Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que para algunos es una de las más importantes normas y que se transcribe a continuación: “Enmienda V. Ninguna persona estará obligada a responder por delito capital o infamante, sino en virtud de acusación suscrita por un gran jurado, excepto en los casos que ocurran en las fuerzas de mar y tierra, o en la milicia, cuando esta fuere llamada a servicio activo en tiempo de guerra o de peligro público. No se someterá a ninguna persona dos veces por el mismo delito a un juicio que pueda causarle la pérdida de la vida o de la integridad corporal; no se le podrá obligar en una causa criminal a que testifique contra sí misma, ni se le privará de la vida, la libertad o bienes sino por medio del debido procedimiento legal; ni se podrá disponer de la propiedad privada para uso público sin la debida indemnización”. 102 En este país se ha dado el mayor desarrollo al privilegio contra la autoincriminación, ya que se ha buscado su fundamento en la protección a la privacidad de la persona. 102 https://www.constitutionfacts.com/content/constitution/files/USConstitution_Spanish.pdf. Visitada el 12 de julio de 2015 a las 5:35 pm. 112 Perú: El derecho a la no autoincriminación se encuentra contenido en el artículo 2 inc.24 párrafo h de la Constitución Política peruana de 1993, además de encontrarse regulado en los artículos 125 y 132 del Código de Procedimientos Penales. Ciertamente, la Constitución Política de este país no alberga ninguna disposición que expresamente reconozca el derecho de todo imputado a no incriminarse a sí mismo; no obstante ello, existen dos disposiciones constitucionales que posibilitan el reconocimiento y concreción de otros derechos que expresamente no han sido consagrados en la Constitución: el primero, establecido en el artículo 3º, refiere que los derechos fundamentales enumerados de forma expresa en el texto constitucional, no excluyen otros derechos que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno. El derecho a no autoincriminarse, fundamentalmente por las siguientes razones: a) El derecho a no auto incriminarse debe entenderse como el derecho de toda persona, imputado o no, a no declarar en contra de sí mismo, a no inculparse. b) Si bien es cierto que el instituto de la confesión no implica la vulneración del derecho a no autoincriminarse, porque en ella el imputado es consciente de lo que hace, exigiéndose libre voluntad como requisito de validez, pues, la confesión es inadmisible e inconcebible cuando el imputado es forzado, cuando simplemente no 113 quiere, no tiene voluntad de hacerlo; no lo es menos, afirmar que la declaración que un testigo presenta en contra suya, no es un acto voluntario, ya que este no quiere inculparse, no quiere atribuirse el delito, y tampoco sabe que lo hace, pues, al rendir su testimonio tiene pleno conocimiento que su condición no es la de procesado o imputado. Dentro de esta perspectiva, puede notarse que el elemento libre voluntad resulta de cardinal importancia, de manera que, si puede admitirse que alguien (también el testigo) declare en su contra o se autoincrimine, ello será únicamente posible en tanto el sujeto sepa que lo hace y por ende quiera hacerlo. Al respecto, debe tenerse claro que no se puede querer algo que no se conoce, solamente si el sujeto sabe o conoce que declara en su contra podrá afirmarse que si lo hace y no media otra causa, es porque lo quiso. 114 CONCLUSIONES 115 CONCLUSIONES El derecho a declarar y el derecho a la no incriminación se fundamenta en la dignidad de la persona, al ser reconocido como sujeto del proceso. Es un derecho específico que se desprende del derecho de defensa y la presunción de inocencia, comprende el derecho a ser oído, es decir de incorporar libremente al proceso la información que se estime conveniente y el derecho a guardar silencio, esto es que su negativa a declarar no será tomado como un indicio de culpabilidad. El derecho de no incriminación implica que la declaración del inculpado no debe ser considerada como un medio de prueba sino como un acto de autodefensa. La presencia de un abogado defensor al momento de declarar es el complemento necesario para cautelar este derecho. La no autoincriminación es un derecho fundamental que posee la estructura esencial, definida por derechos subjetivos, que determinan las facultades y poderes en cabeza de los particulares. También, las obligaciones a cargo del Estado y que puede entenderse como un derecho público subjetivo que determina en el Estado una prestación de hacer o de no hacer. El Estado no puede obligar al contribuyente a declarar en su contra; se entiende la acción de obligar no solo en relación a una amenaza de carácter físico, sino además mediante amenaza patrimonial o como una restricción de la libertad. 116 Toda declaración dada por una persona en contra de sí misma no será un motivo relevante en la toma de una decisión judicial salvo en aquellos casos en que la declaración se haya producido con libre voluntad y cumpliendo los requisitos que le otorguen validez probatoria. El origen del Derecho a la no Autoincriminación se origina de la unión de el derecho a la presunción de inocencia, el derecho a declarar y el derecho a la dignidad humana, todos ellos indicador fundamental de que se pertenece a Estado de Derecho que respeta el sistema procesal garantista. El derecho a la no autoincriminación no solo consiste en no declarar contra sí mismo o no confesarse culpable, sino que todo el conjunto es una expresión del derecho de defensa, donde el contribuyente, como sujeto de un proceso, tiene derecho a hacerse oír y defenderse de cualquier amenaza que menoscabe su dignidad e integridad como miembro de una sociedad. Según el artículo 128 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, el contribuyente o sujeto pasivo de la obligación tributaria tiene el deber de declarar, brindar información a la Administración y ejercitar el pago correspondiente: se tiene presente que en caso de incumplir con dicha obligación, será sancionado con el procedimiento administrativo establecido en el ordenamiento jurídico. Sin embargo, la reacción por parte de la Administración Pública ante el incumplimiento, debe tener una naturaleza preventiva y represiva más no indemnizatoria ya que diversos cuerpos legales, tanto de carácter nacional como internacional, facultan al administrado incumplir con su deber de colaboración cuando crea que dicha colaboración repercutirá de manera 117 inculpatoria sobre su persona. Las leyes mencionadas, y favorables para el administrado son: la Constitución Política en su artículo 36, El Pacto de Derechos Civiles y Políticos (artículos 2-2 y 14-3 literal g), La Convención Americana sobre los Derechos Humanos (artículos 1 y 8-2 literal g), El Convenio de Ginebra en su artículo 99 y por último, pero no por ello de menor importancia, El Protocolo I, adicional de los Convenios de Ginebra en su artículo 75-4 literal f. La sentencia 11403-2000 de la Sala Constitucional obedece a intereses políticos de una realidad tributaria contraria a derecho en el sentido de que violenta el artículo 39 de la Constitución Política de nuestro país ya que en virtud de lo establecido por este, se anteponen los deberes del contribuyente para con la Administración. Este articulo 39 hace mención a los derechos de presunción de inocencia y defensa, y por ende al derecho a la dignidad humana, y por ello es menester considerar que desde el inicio de una investigación, ya sea de carácter administrativo o penal, deben de respetarse los derechos de las personas investigadas informándola de las consecuencias, a futuro, del proceso a cual se someten para que sea capaz de sopesar los riesgos y hacer valer su derecho al silencio, y por tanto a mantener la información solicitada en sus manos, o entregar los documentos de manera voluntaria. La Sala Constitucional no hace mención de que, en el caso presente y casos similares al examinado en la sentencia citada, existe una violación de los derechos del contribuyente al ser este coaccionado para brindar la información que la Administración Pública solicita sino que dicha resolución vela por los intereses del Estado al permitir la omisión, por parte de los gestores tributarios, de informar al contribuyente de sus derechos. 118 El contribuyente se encuentra en todo su derecho a negarse a otorgar información a la Administración Tributaria cuando esta así lo requiera y, por ende se encuentra eximido del pago de la sanción que contemplan los artículos 83 y 84 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, ya que lo protege el principio constitucional de no declarar contra sí mismo. Se tiene presente que este no es un beneficio absoluto, tiene límites (ya que solamente podrá invocarse cuando exista peligro de autoinculpación por trasgresión de una de las conductas contempladas dentro del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, específicamente en su artículo 89 y siguientes.) 119 BIBLIOGRAFÍA - Aguallo Avilés, Ángel y García Berro, Florián. Deber de colaborar con la Administración Tributaria y Derecho a no autoincriminarse: un conflicto aparente. España. Asociación Española de Asesores Fiscales. 2000. - Bacigalupo citado por REYNA ALFARO, Luis Miguel. El Proceso penal aplicado. Gaceta Jurídica. Lima, Perú. 2006. - Bacigalupo, Enrique. Lineamientos de la teoría del delito. 3ª ed. Buenos Aires, Argentina. Hammurabi, 1994. - Badilla Chang, Silvia. Sujetos Pasivos de la Obligación Tributaria. Tesis para optar por el grado de Licenciada en Derecho, Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, 1984. - Berliri, Antonio. Principios de Derecho Tributario. 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