YiAMERICANA g rs*A>r- s " v !? .f lU lU ! m P R E C IO S D E S U S C B in iO N . Madrid.. . . . . . . Provincias........... Extranjero.......... AÑO XVIII. — NOM. XVIII. aSo. BEMK8THR. TRiMBenut. 35 pesetas. 40 id. 60 id. 18 pesetas. 20 id. 26 id. 10 pesetas. 11 id. B P R E C IO S DE S U S C R IC IO N . a Ro. DIRECTOR-PROPIETARIO, D. A B E L A R D O DE C À R L O S. AD M INISTRACIO N, CARRETAS, 12, PRIN C IPAL. M a d rid , 1 5 d e M a y o de 18 74 . n ttcim B . 7 pesos fu ertes. 12 pesos fuertes. 8 id. 15 id. 8 id. ¡ Méjico y Rio de la Plata. 15 id. En las demas Amóricos fijan el precio los Sres. A Rentes. Puerto Rico.................... I Filipinos................ .. L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A. 274 SUMARIO. Ttvn ».—Revista gonrral, |ior 0. Peregrtn Garda (filen a - Nocitroa gra­ bados, por 11. F.uscbio Martínez de Velasco.— Exp j-id on regional de la-, provincia* del Este en Madrid , por F. Eronecn.—Testimonios de los animes arábigos en favor de la religión cristiana icouclusion , por li. Francisco Javier Simonet.-S an Isidro bendito, por li Cirios Frontanra.—Movimiento musical, por II. Antonio f'cfla y GofiL—Cuarenta aiios, ii la vida de uii sabio, por (I. Fernando Martin Redondo.—Culto espontaneo meditación vespertina , poesía, por D. I*, de Vadrazo, de la Academia de la Historia.- Libros nuevos, por II Emilio lluelin.— Guerra civil: la acción de Minglanllla, por G —Suelto.—Anuncio». Gravados.— Miririd: Entrada del general Serrano 1 su regreso de 1*11.bao.—Crónica ilustrada de la guerra en el Norte (apuntes remitidos por nuestro corrcspon'al artístico el Sr. de I’elllcer : Vista panorámica de Ir batalla de Galdames tr.’idc Abril!, tomada desde Moutellano.-F.sta Urgía, pues, organizar un gobierno que inspirase con­ fianza ni ¡tilín, que se pusiera en concliciottes de vencer las dilicultatles eon que, ú tiu dudar. tendrá que coinbatir tlewle su origen, y que diese otra vez i tupulso decisivo ri las ope­ raciones contra el carlismo. o o o Planteada y resuelta definitivamente la crisis en el Con­ sejo de ministros del «lia lo , el general Znvala recibió el encargo «le formar ministerio. Desde entóneos sus esfuerzos se encaminaron A organizar un gabinete de conciliación, de acuerdo eon la ¡tica que predominada en aquellos momen­ tos, y la crisis entró en su período de dificultades y de vi- do actual do San Pedro Abanto y embarque de tropas en Portuplcle para atravesar la ria.—Bilbao: Vista de la invicta villa, tontada desde el puente Mejo —Dos de Mayo: entrada del ejército libertador en llilbao. — Naufragio del vapor Encone: el último bote.—Retrato del Evento, c limo. Sr. I». Tomas Iglesias y Barcolies, patriarca délas In­ dias —Santander: Hospital de Miranda para asistencia de heridos en ■campaDa, creado por la asociación de señoras.-Manila: Residencia de .verano del capitán general de las islas Filipinas.—Habana: Alameda de Isabel II. N.° X V I I I También se itmtigurnrA muy en breve la permanente «le Bellas Artes, dispuesta por el ¡Sr. Boech, en la Platería de Martim-z, y de la que sin duda alguna los artistas españo­ lee di-bi-n prometerse resultados satisfactorios. El jiensumiento de esta Exposición no puede ser más oportuno; crear un centro en «¡ue se refleje el movimiento artístico «h-l país, y en «|tte el producto «leí trabajo, muchas vece» igno­ rado en el recinto del «■studio, bulle más fácil colocación, es una idea beneficiosa ¡tara el arte, para el público y para los artistas. Para el arte, en cuanto establece un «-ertámen permanente que fomenta la emulación y contribuye al nde. lauto : para el público, por lo que el hábito de la compara­ ción influye en la formación «le! gusto; pora el artista, por­ que le facilita la ocasión de recoger el producto de su ta­ lento. c,H,t,,‘lc8 bteieron inclinar la balanza mas de una vez entre las dos esenciales aspiraciones que se disputaban el campo, Los preparativos «le la Exposición están muy adelanta­ Por fin, no podiendo el general Zuvala organizar un g o ­ dos, y la apertura parece definitivamente fijada para el bierno en que estuviesen representados todos los elemen­ «lia 15. Si, como liemos oido asegurar, entre los nombres de tos que concurrieron á la situación creada el í$ de Enero, é los muchos pintores de valia que llevarán allí sus obras, fi­ insistiendo el duque de la Torre en que usara de las Amplias guran los de Fortuny, D. Raimundo Mudrozo, D. Martin facultades que le había otorgado y procediera definitiva­ Rico y otras notabilidades que viven alejada» de su ingrata mente A la formación del gabinete con los elementos que A patria, honrándola y enalteciéndola en países extranjeros, su juicio ofreciesen más garatitias, la crisis lia terminado la Exposición permanente ofrecerá «.-1 nada común atractivo REVISTA GENERAL. en la madrugada de hoy con el nombramiento de un mi­ de dar A conocer los trabajos, raras veces admirados, de nisterio conservador homogéneo, que lia quedado cons­ .estos pintores «pie forman en la hueste más avanzada de SUMARIO» tituido en la forma siguiente : nuestra regeneración artística. t. —La situación política.— l'c-eos del general Sor1 KTEUIOIt. Presidente del Consejo y ministro de la ( ¡tierra, el capi­ o eren de la resolución. —l*robabiiidtules de un mintsrano accrci-------o o tcrtn'le conciliación.— Dificulta le« pan Cous gul'lo.— Los tán general «le ejército, D. Juan de Znvala y de la Puente; Y apropósito de sucesos relacionados con las Bellas ar­ dos soluciones.— Planlcauiiento definitivo «le lu erriis.— El Ministro de Estado, D. Augusto Ulloa, ex*diputado A general Zavala encargado encargan«) d u■ • formar mrmar gabinete.—Ultimos gnomew. —uiumw ««■»s,. tes: la Academia «le San Femando lia celebrado en sesión fuerzo» sin resultado.— Constitución de un ministerio eon-, '«»lies; pública la agregación A la misma de la Sección «le Música Herv idor homogéneo.—Mucrt -del Patriarca de las Indias.— Ministro de (irad a y Justicia, D. Manuel Alonso Martí­ creada por el Gobierno en el año anterior, y el ingreso de Tributo «le respeto.—Apertura «le la Exposición regional «leí nez, ex-diputado A Cortes; Este.— Próxima inauguración «le la permanente «te Pellas los doce académicos de número que representan en el seno Ministro de Marina, D. Kafitci Kodrigtiez «le Arias v ViArtes.—Sus veiitaias.—Sesión solemne en la Academia de de la corporación este nuevo instituto. San Fernando.—Un di*-tirso del Sr. Barbicri. llavieencio, contra 1mirante «ie 1« armada; Este acto solemne se verificó «•! din 10, y dio ocasión al E x t e r i o r . — Inglaterra.— Sc-iu ii im port-ant '.1en la Cámara de Ministro de Hacienda, D. .Juan Francisco ( 'amadio, exSr. Barbieri para lucir su claro talento y su probada erudi­ lo s Com unes.— C o m p lic a c io n e s \ ara e l p orven ir. dipntudo A Curtes; ción en nn notable discurso en que se propuso, «Jemostrar la Ministro «b- la (¿ohernucion, D. Práxedes Mateo Sagasla, Libertada Bilbao, despejada la »¡tutu-ion militar eon la intima relación que existe entre todas bis artes de lo bello. victoria coiiHCguida etutlra el nbs'dutismo, desembarazado ex-diputndo A Cortea: F,I trabajo del nuevo académico, muy bien pensado en el Ministro de Fomento, D. Elunrdo Alonso Colmenares, el general Serrano de las perentorias y gravea nteneioues fondo y amenísimo eti la forma, lité escuchado con gusto que le detenían en el Norte, lian recobrad«) naturalmente ex-diputado A Córten; por la numerosa concurrencia, compuesta en gran parte de Y .Ministro «le Ultramar, D. Antonio Homero Ortix, exlodo mi intercH las eiteationea políticas aplazadas desde loa artistas y escritores, que asistió A esta solemnidad. últimos «lias ile Marzo, por la« eniumh que ya conocen núes- diputndo A Cortes. La ¡dea, pues, «le hermanar la música cotí las artes plás­ A las doce de hoy los nuevos ministros juraron en manos tros lectores. ticas «pie lian sillo basto hoy el obji'to de la Academia de La resolución de la «'liáis que el Sr. Topet«- logró conju­ «leí tiuque de la Torre. San Fernán«lo está realizada: confiemos ahora en «¡tu* el Como consecuencia do la solución «bula ú la crisis, han rar bosta «d regreso del duque de la Torre, bn sillo destic la propósito de engrandecer la esfera en «pie gira este instituto, llegada de é»te A Madrid la cuestión trascendental destina­ presc-iiluilo su dimisión «-1 capitán general de Castilla la «Jará los resultados npi'teciilos. da A Jiíjccr olvidar la ansierjinl del pn¡» «Itiranle los aprestos Nueva, Sr. Pavía, «pie parece será reemplazado por el ge­ o o o neral Bey, y asimismo muchos gobernadores de provincia de la batidla que lia fninqtteit«lo »1 ej'M'cíto liberal el « and l'oco espacio tenemos boy para ocuparnos en los asuntos y altos funcionario*. un «le la invicta villa. «bd «•xterior. Sin emhnrgn, algo debi-mos decir sohre ciertos Con ewlos graves acontecimientos politii'on lian «.‘oilicidiY A la veida«l, «lcspii - «1 • la \irloiioMii<iiiiipañil «l«-l Norte, sintonías gravea «pie pueden ser «•! presagio de nticviiH com­ im podia darse cuestión «le unís Irasi-eiideticiii que la de re­ d«i otros «le diversa imlole que merecen t*pe« inl ivi-ucnlo, y plica« iones curopc/w. solver con espíritu patriótico las dificultades surgidas en el culi«’ los eludes dnremos la preferencia A uno muy si-usiblc. La prensa extranjera linee grandes comentarios acerca seno del (hibierno y de iimpiiarw nuevnmcnle « n la opi­ Aludimos al l'alli-i-imienlo del Sr. Patria lea de las ludias, del importante debate suscitad" por lortl Kussell en la cá­ nión para «lar a la Hitmieioti «-I prestigio, la fimrza y el es cuya misa «1«- cuerpo presento se cclebni c| «lia 10 con gran mara de los la tes aI pcilir las correspolulemias canjeadas «•oiictirreueia en la iglesia «le la Kin-anim ion, siendo «-I ca­ pirita conciliador de que Aun lia inenesti-r pura dar el úllidáver depositado en <-l templo de Lorcto basta que w «lis- entre Inglaterra, Alemania. Austria, Rusia y Francia sobre mo golpe A la insurrección carlista y poner ni país en con ponga su sepultura en el panteón «le Mouserrat, última el mantenimiento «le la paz en Europa. La petición del «liciones de manifestar su voluntad. condo Rtissoll halda caliendo cierta •emoción en Berlín. Estos son los propósitos de «pie venia Animado el je fe «leí morada de los patriarcas. Kl mismo dia en «pie se celebró con la pompa debidn esta Crees«- en los circulo» diplomáticos «¡tic la presión moral Poder ejecutivo, y éste el espirito de las palabras que diri­ de Inglaterra hubia infinido en la solución pacifica de la» gió, apenas llegado, á la comisión de gobierno interior del fúnebre ceremonia, el periódico oficial publicó «-I siguiente últimas dificultades que hace tres meses surgieron entro Congreso, que pasó á la Presidencia A felicitarle. Con esta decreto en «pie se tributaba un liomeuuje de respeto al ilus­ Francia y Alemania, y ni el principe de Bismark. ni sobre tre prelado: ocasión, el Sr. Duque de la Torre manifestó que emplearía lodo el emperador Guillermo, habrían visto con gusto en­ » Fu consideración A los servicios prestados« la nación por cuantos medios estuviesen A su alcance para mantener la tregar A la publicidad los secretos de las cancillerías y las conciliación que crciu necesaria para terminar la insurrec­ D. Tomás Iglesias y Barcones, Patriarca de las ludios, A su concesiones que han podido hacera la mediación de Inglaelevada dignidad y al estado de huuiildud y pobreza en que ción carlista, todavía fuerte y poderosa, aunque derrotada ha muerto, y queriendo rendir un homenaje de respeto A su terra. moralmeute delante dtí Bilbao; pero que no podríainipo* No ¡»odia esto ocultarse A lord D orby.v en su discurso ner su voluntad á los partidos políticos que sostenían la ac­ memoria y A los sentimientos religiosos del pueblo español; de contestación al antiguo jefe del partido ie¡tjh, manifestó tual situación, si alguno do ellos mostraba decidido empeño «le conformidad eon lo propuesto por el ministro de Gracia con diguitlad y reserva, que sin «luda hay cansas «le recelo y Justicia , de acuerdo con el Consejo de Ministros, cu romper la tregua. para la pa?. originados en los sentimientos «¡ne la reciente Vengo en decretar lo siguiente: o o o Articulo 1.“ El entierro y los funerales del Patriarca de lucha lia dejado entre Francia y Alemania; pero que por ahora no veia ninguna causa sériorde guerra en un porvenir las Indias serán A costa del Estado. Las dificultades que estas tíltimas palabras dejaban en­ Art. *2." Sj tributarán Aso cadáver los honores que por inmediato; que si estas causas apareciesen, Inglaterra liaría trever, y estaban en el ánimo de todos, han sobrevenido cu efecto, y la crisis ha pasado por muchas alternativas, fluc­ ordenanza corresponden A la elevada jerarquía del finado. to los los esfuerzos humanamente posibles para evitar otra Madrid, nueve de Mayo de mil ochocientos setenta y cua­ ludia. tuando entro estas diversas soluciones: Cuno complemento «le esta» noticias, im tni» Iranquilitro.— Francisco 8 -n ano.— El ministro de Gracia y Justicia, Uu ministerio exclusivamente conservador. z cloras para el sosiego de Europa, afiadirémo» «pie nn re­ Un ministerio de conciliación, compuesto «le ehint uios Cristi no Marios. » ciente telegrama de I ’cstli anuncia que el cumie Aiidmssy, que representasen genuinamente A los hombres que estaban o o o ministro «le los negocios extranjeros, lia «licho en la sesión en el poder. «le la delegación austríaca «leí «lia 10, que la paz no está Un ministerio de conciliación restringido: esto es. «leí Otro acontecimiento notable «le estos «lias ha sido la aper­ asegurada ¡»ira mucho tiempo. que formasen parte algunos hombres cuya actitud no res­ tura de la Exposición regional del Este de España, verifiI’ kukcimn García Cadena . pondiese A ex chismamos de partido y se atemperase A las caJa «1 din 10 en el eililieio «lcstimnlo A esto objeto, junto cireulistanciaSL 13 de Mayo de l-^TJ. al paseo «le la Castellana, y que con razón se lia calificado Estos diversos tenip«?rnmcntiu» lian pasado por Hinchas de muy importante. alternativas y lian «lado lugar á im-i.lentes políticos, perEntre los productos reunidos ¡mr los esfuerzos de la i-m- I piejóla,tos y osi-ilat-iones que han tr.ii«lo agitado por ex- presa, que procura con tan laudable propósito estimular la NUESTROS GRABADOS. tretm» al ífiuuilo ¡«olilíeo deudo la llegmia del general Ser- industria española, los hay verdaderamente notables y «ligran««. iii «s «le atención. AlAMiin.— k m I u o a m skSoii iu u l k i .k la tokuk, Enj preciso, sin embargo, ¡uun-r término A «mu situación Entre los más interesantes figuran la* telas ordinarias de Á SU BSORSSO liK lilLUAO. qu • nú podía prolongara- sin desatender las razones «le pa­ algodón, fabricadas por una sociedad cooperativa «le Ma­ triotismo más perentorias, y entre las cruales no era la me­ tan» ; los contenidas en otros ricos escaparates, pertanecicnCumplida ya la bizarra y patri«¡ti:a empresa de libertar nus grav la «le evitar qn • la ¡iwnrreccion carlista, en- te* A fábricas diversas, y que figuran todos on «-I salón prin- A la invicta Bilbao, el general Serrano, acompaña b» del vnlentona la ante la disideucia de los partidos que con­ ci pal : los excelentes productos de la industria textil cota- señor ministro de Marina, «leí jefe de estado mayor del currieron A la solución def 3 d¿ Enero, se* creyese todavía lutut ; la notable sección de vinos y de objetos perteiiecien- ejército del Norte y de vario.« g.-nerales y brigadieres per­ con fuerza para aostcuer una tocha en lu que no ha sillo de- tes A la* artes cerámicas, y otros mticlioa que figuran en las tenecientes al cuartel general, salió de a«¡nella ¡«oblación, ¡n»r nuir, en la mañana «1**1 4 del actual, llegó A Santander * •edunas, Ann en parte i n«-«un¡Jetas, «le la Exposición. linitivalúente vencida. j N.# X V I i l LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. á las wat* y media do la tardo, y partió para Madrid, un tren ofipocial, ni mediodía del 5. Madrid . desde que tuvo noticia do la inmediata llegada del Presidente del Poder ejecutivo, w preparaba para reci­ birle dignamente: cerca de la estación del forro-carril del Norte. en ln Puerta del Sol y en In calle de Alcalá Irnbinn sido construidos elegantes arcos de triunfo dedicados al ge­ neral en jefe vencedor, á los generales do las diferentes divisiones, ni ejército de mar y tierra, y ¡i los animosos bil­ baínos, y un la entrada del palacio del Presidente se veían dos trofeos militares. El Sr. Duque de la Torre, que se había detenido algunas horas en varias estaciones de la línea , llegó en fin á la una de la tarde ú esta capital, que estaba ya engalanada como pora fiesta espléndida: las tropas de la guarnición cubrían ln carrera, los balcones ostentaban vistosas colgaduras, y en ellos y en las calles se agolpaba una inmensa muchedum­ bre de todas las clases sociales y de todos matices políticos. Desde muy temprano esperaban en el anden y salones de la estación del ferro-carril, los ministros, la diputación pro­ vincial, el ayuntamiento, el Consejo de Estado, comisiones de todos los centros oficiales, ex-senadores y ex-d i pilludos, hombres políticos, militares de alta graduación, y otras muchísimas personas, ademas de la compañía de nacionales veteranos, con bandera. Al llegar el tren, los cañones del cuartel de la Montaña le saludaron con las salvas de ordenanza, y las músicas ba­ tieron marcha real, mientras el general Serrano descendía del coche y era aclamado con vivo entusiasmo por sus ami­ gos y admiradores. Habiendo salido á las afueras de la estación, montó á caballo el Sr. Duque, y se puso cu marcha en el neto, pre­ cedido por cuatro ayudantes de órdenes, dos del mismo ge­ neral Serrano y dos del capitán general de Madrid Sr. Pa­ vía, y seguido del cuartel general y estado mayor de los generales con mando en Madrid. Detrás seguían también los individuos que forman la Tertulia reptiblicaua-democrátieu, precedidos por dos ban­ deras con varios lomas y vítores. En todas las calles del tránsito recibió el general ovación entusiasta, principalmente en la Puerta del Sol y calle de Alcalá, al pasar por delante de los ministerios de Goberna­ ción y Hacienda, desde cuyos balconea algunas personas arrojaron poesías impresas y palomas, á la vez que otros quemaban gran número de cohetes. Llegado ul palacio do la Presidencia, en cuyos magnifi­ co« salones se hallaban reunidos los más distinguidos per­ sonajes politicón, tuvo lugar el desfile de las tropa» en co­ lumnas de honor, neto que presenció el Sr. Duque de la Torre. El grabado que figura en la pagina primera es alusivo á este notable acontecimiento, que no olvidarán seguramente los liberales lujos de Madrid. CRÓNICA ILU hTItAD A IlK L A UÜJCHItA EN KL NORTE. ( A | m n u . .-nvlailwr por a n r a tr o « r tt .i» <ll Sr. ili, I'altlco r.) Batalla del. 30 de. Abril.— Entrada del ején-ito libertador m Bilbao.— Según el plan previamente concertado en con­ sejo de generales, el general Concha debía atacar las for­ midables posiciones del enemigo en las alturas de Galdatnes y Córte», el general Serrano las de San Pedro Abanto y Santa Juliana, y al general Laserna, a! frente de la di­ visión de vanguardia, le estaba encomendado un difícil mo­ vimiento de flanco, por el lado de Sopuerta y Mercadillo. El éxito en los combates de 27, 28 y 20 había corres­ pondido plenamente á las esperanzas concebidas, porque mientras el marqués del Duero avanzaba hasta más allá de Otaficz, el duque de la Torre llegaba á 1« venta del PobaJ, por la derecha, situándose en Montellnuu, y el general Laserna hacia abandonar precipitadamente á los carlistas « t » posiciones en los montes de Corbera. Por desgracia, terminó el din 2'J con un accidente desdi­ chado, que ocurre con frecuencia en las guerras, poro que cari siempre deja recuerdos dolorosos: hacia las seis de la tárele, hizo explosión un repuesto de pólvora en la batería •I'- San Lorenzo, ocasionando algunas sensibles desgracia». carlistas entonces redoblaron el fuego desde el reducto de San Pedro y fortificaciones de Santa Juliana, pero bien pronto les impusieron silencio otras baterías del ejército, que arrojaren en breves minutos una verdadera lluvia tío granada», bajo la cual quedaren reducidas á escombros humeantes aquellas célebres obras de defensa, incluso la iglesia de Kan Pedro, cuyo estado actual lo indica el'cróquis de lu pág. 277. A las cinco de la mañana comenzó el movimiento el día 30 * por el camino de Somormstro á Yalninsedn, v antes * e las once las infatigables tropos ocupaban una» casa» in­ mediata» n] ferro-carril minero de (íaldames, situadas al pie de fuertísimas trincheras que ocupaban los carlistas: y P"8*-* mocho tiempo sin que las crestas del fondo que '■mina« a Vnlmaseda apareciesen coronada* por los b a t a oiies del general Concila, que efectuaban cutí toda precim'm fortuna el movimiento envolvente convenido de “ nteiiiaiiM. 275 Entóneos los carlistas abandonaron sus fortificaciones tic Cortes y otras, y aunque bacinn un fuego horroroso, se iban alejando Inicia Galdnmc» y alturas más lejanas, ba­ tiéndose á la desbandada, sin ofrecer aquella tenaz resis­ tencia que mostraron en el Montaño y Han Pedro Abanto. fragio do L Eurnjte y el abandono «le L 'A mérique, magní­ ficos vapore» do la misma empresa, «pie Inician el servici«) entre el Havre y Nueva-York. Era el primero de ésto» un soberbio buque «le hélice, con poderosa máquina de 1,360 caballos nomínalos, y halda sa­ Verdad es que la moral del soldado carlista debió sufrir lido «b*l Havre el 20 de Marzo, al ruando del capitán Li'inamucho en los dos dias anteriores, ya pnr la derrota que rié, llevando ú bordo 218 pasajeros y más de 2.f»fi tonel ti­ experimentaban en toda la línea las huestes del Preten­ fia» de mercancías. A lo» seis dia» de navegación, el 2 de Abril, fué encon­ diente, ya por las numerosas pérdida» que ésta» tuvieron, hallándose entre los muertos el titulado general D. Castor trado en alta mar por el stenmer ingF-s Greeec, capitán Andéclinga, uno de los jefes más importantes del carlismo Tlionins, haciendo tu-ñnlc» do socorro y disparando cafiouazos «le alarma, y aunque las olas eran muy fuertes y «jl en las provincias Vascongada». Cerró la noche, pero el friego segura vivísimo, y el com­ viento bastante recio, todos los pasajeros pudieron pasar á bate reñido y encarnizarlo: el general Concha atacaba, á bordo del stenmer, á favor «le lo» botes y lancha» de lo» «los las nueve, las alturas de Gnldames, y por la línea roja que buques. El capitán Lomarié. acompañado de los demás oficiales seña latían los disparo», se comprendía que las trepas avan­ «le ln tripulnciou, fue el último «pie abandonó su buque,y zaban sin cesar, que las distancias se estrechaban, que el este acto aparece representado en el grabado de la pág. 281. enemigo gubia Inicia las cumbres más altas seguido por lo» Del reconocimiento que se practicó en seguida, resultó valientes soldados del ejército, que llegaron ¡«.ir fin á domi­ que el agua bahía invailido el departamento de las iná«pi¡nar las formidables posiciones. Peinó por el pronto silencio profundo, interrumpido al­ na» «leí vapor, apagando por completo los fuegos y eleván­ guna vez por disparos aislado»; pero á la sazón se prepa­ dose á una altura de sei» metros mas como el capitán frun­ raba otra lucha sangrienta enfrente de Montellaiio: do las ce» rogase al del steamer inglés que pusiera en salvo, por­ primeras trincheras conquistada» por la» trepas, salieron que áun era tiempo, los equipajes «!«• los viajeros, Mr. Tilo­ silenciosos y cu correcta formación lo*« batallones que de-, ma« se negó absolutamente, y comisionó, por el contrario, bian tomar las últimas alturas adonde se liabian retirado á su segundo, Mr. Buk, para «pie pasase al Europa con un oficial y 30 hombre» del Greece, á pesar de ln viva pro­ los carlistas, de difícil y penoso acceso. De repente, después de corto espacio, un vivo relámpago, testa del capitán Lemarié. Parece que aquél se proponía remolcar, si posible era. una linea de fuego se vió serpentear por los vericueto» cer­ hasta un puerto de Inglaterra ni limpie abandonado, y usar canos á la cumbre, y cuando los carlistas contestaren á del privilegio de cierta ley inglesa que dudara propiedad aquella brusca acometida, las cometas de las trepas tocaban del salvador cualquiera embarcación abandonndn en alta el paso de ataque, y sorda gritería anunciaba al enemigo mar por el equipaje. | que aquél era aceptado con entusiasmo. Pero este proyecto se frustré porque el Europa n«> piulo luna apenan permitía distinguir los episodio» del combate, ser remolcado, ni áim con el auxilio «1«? «»tro steamer inglés, The Eyypt, que avistó á lo» «ios buques en la madrugada y resonaban, mezclados en confusión espantosa, el loque del 4, á consecuencia «leí mal estado que presentaba «1 de las cornetas, el estampido de los dispares, las voces de Océano, con anuncios cviilentcs «le próxima tempestad, y mando, los gritos «le los combatientes. j por haberse roto los cables de remohpn*. Comprimido el aliento, suspenso el ánimo, los pocos es­ Por lo demos, y según Icemos en un diario americano, el pectadores de aquella nocturna batalla oían entre el fragor «apilan Lemarié, desembarcado en Nueva-York, ha «'¡lado del combate estos ecos animosos: ante los tribunales á Mr. Tilomas, pitra que declaren si é»tu — ¡Adelante, valientes! «•» realmente responsable de ln pérdida de l«»s ctptipajcs de — ¡Arriba, Húmales! lo» viajeros y do una gran parte del cargamento. Y también se oían otros, cuino cu respuesta á los antcEl grabado «le la pág. 281 figura el acto de embarcarse riures, que dccinu ¡Guiris! ¡Guiris! Mas el fuego, nutrido durante largo tiempo, filé debili­ en el último bote del Europa, para pasar al Genere, el capi­ tándose poco á poco, y cuando algunos fogonazos lejanos tán Lemarié y algunos tripulantes. anunciaron que el enemigo se retiraba, estalló una confusa E X IM O , ti II.M o. SI!, n. TOMX k IGLESIAS Y »ARCO M E», gritería que vino á ser como señal del triunfo. l'A'l'HIAUCA OK L A S INDIAS. El grabado de la pág. 27*i « s una vista panorámica «le la Eli la noche del 8 del aetunl falleció en Madrid el vene batalla, tomada desde Monte llano. rabie prelado cuyo nombre sirve «le epígrafe á esto breve Eran las once y ruarlo «le ln noche «Id 30, y bahía que­ suelto y cuyo retrato damos en la pág. 284. dado libre, á costa do tanto esfuerzo, el camino para I’orDespués de larga ausencia llegó ¿esta capital á mediados tngalcte. «le Abril próximo pasado, para continuar dcscmpeñaiuio Asi lo comprendieron los carlistas «pie custodiaban el in­ los «Icheres «pie le imponía su elevada dignidad de Patriar­ expugnable Montaño, y que le abandonaren á escape, aun­ en «le la» Indios, á la cual están unidos los altos cargos que- haciendo nutrido fuego sobre la» cusas de Han Martin, de pro-capellan mayor y vicario general de los ejércitos para no quedar prisioneros de las tropa» victoriosas. También abandonaron en seguida sus famosos atrinche­ nacionales, y pocos «lias antes de su repentino fallecimiento ranlientos y parapetos de Povefin, San Fuentes. Santa Ju­ había presidido la solemne función religiosa celebrada en la basílica de Atocha para la bendición de bandera» «le la liana, Mina-Rubia y otros, quedando libre por completo de milicia. carlista» armados todo el ancho valle «le Snniorrastro, «IonEl Kr. Iglesias y Barcones, oriundo del antiguo reino de de tantas obras de defensa liabian éstos acumulado por es­ Galicia y descendiente de noble familia, halda sido eleva­ pacio de tres meses. do, por su saber y ejemplares virtudes, á las primeras dig­ El cuartel general volvió «i San Martin, por la carretera nidades eclesiásticas y era uno «le los prelados más dignos «le Vahnaseda, en la madrugada del l."d e i actual, y hacia «le España. el mediodía avanzó á Portugaleto (véase el grabad«» de la lia muerto pobre, y por decreto del ministerio de Gracia pág. 277), abandonado ya por los carlista», en cuyo puerto y Justicia, fecha «leí actual, s«¡ dispuso «pie, en conside­ habían fondeado desde la» primeras hora» de la mañana ración á los servicios que halda prestado á la nación, á su algunos hoques ligeros de ln marina de guerra y auxiliar. | elevada dignidad, y al estado do humildad y pobreza en l ’ur último, á las cinco «le la tarde del siguiente dia, Dos que halda fallecido, su entierro y funerales fueran á costa DE M a y o , fecha de inolvidables recuerdos para l«>s buenos del Estado. españoles, entré en la invicta Bilbao ln primera columna Celebráronse el 10 las exequias de cuerpo presento en la del ejército libertador, por la ralle «te Kan Francisco y puen­ iglesia de la Encarnación, oficiando d<* pontifical el Exce­ te Viejo, punto que señala el segundo grabado «Ir la pági­ lentísimo ó Iliistrisimo Sr. Obispo auxiliar de Madrid,y con na 277: ¡ha al frente el marqués «leí Duero, á pié, y prece­ asistencia de numerosa» comisiones de los centros civiles y dido del Ayuntamiento de la villa, «pie en corporación ha- militares, ademas «le los amigos del difunto y nmclios ecle­ 1 bian salido basta el limite jurimliccmnal á recibir á los sol­ siástico*. y en seguida fué trasladado el cadáver á la v*bdados de la libertad, y seguían las tres divisiones del tercer sia de Moiiserrat, en cuyas bóvedas recibió sepultura. cuerpo de ejército, con sus respectivos generales á lu cabe­ En la misma iglesia se celebra actualmente un soloinño za, según indica el grabado de ln pág. 280. novenario que el clero «le la pro-capellania mayor de Pala­ Al anochecer entré también cu la heroica villa el general cio dedica á la memoria del virtuoso finado, y para .rogar á Serrano, acompañado del Kr. Ministro «le Marina y de los Dios por el eterno descanso «le su alma. generales, jefes y oficiales del cuartel general, siendo todos SANTAND ER. — H O SPITAL DE M IRAND A, KsTALLE* 11« ■ victoreados con ardiente entusiasmo por la apiñada mnchePOR LA ASOCIACION DK SEÑORAS. [ (lumbre* que presenciaba aquel acto solemne,— acto «pie sig­ nificaba j»nra Bilbao el levantamiento de un estrecho sitio Cuando lo» combates en el Norte adquirieren la teirfde 123 dias, con 39 de cruel bombardeo, y para España el ble importancia que todos recordamos, despue» de la acción triunfo de la libertad sobre el absolutismo. del 23 de Febrero, afluyeron áSantander heridos y enfermos del ejército en número tan considerable, que sin la abnega»■ion y sacrificios de la caridad privada, los esfuerzo» de la NAUFRAGIO DEL VAFOB «1 L’ e UUü LE». administración y el celo «le la» autoridades hubieran sido En muy pocos dias. la Compañía trasatlántica francesa, 1 ineficaces para atender á lauta» urgente» necesidades, y la «pie hace alguno» meses sufrió lu pérdida Jel magnifico va- voz de 1«>sagradecido* hu extendido por toda» parte» la fama |»ir Ville do B a rre, lia sufrid«* otro» d«.«s «lesasine*: el nmi- . d«' tantos noble» saciitick** con que nqiu lia noble ciudad o < > o »—* -tí V lo T A l A t V 'H A M l* .A IT . 1 .A U A 1 A U < A iV L D A J J L .’ ^(3 U0 V lDE » B . aAB i m ttlL) u ,; « v . w la u u i i .« '. VISTA PANORÁMICA DE LA BATALLA DE UGALDAJIKS DE8DK MONTELLANO. I . Pico de Altamirn, CXtrcmft dcnchR ‘W del general Concha, á las diez de la noche).—O. O t— C.N . . .. . .. p;/.« de Acuitas__1 Alturas de Cortes.— -i. bis. Alturas de (Jnldames (tomadas por tropas dol general Serrano, ñ lns once y cuarto de la tioclie').—5. Monto rriano (tornado pov tropas ■ ^ ^ l i r P u * i o I de üaldainca.-*. Monte de Santa Lucia.-® Pueblo de Lo iza g a .-U>. Batería - I I . Ferro-carril m inero.-12. Pueblo de Córte*.- 1 8 . Trinchera* carllsti*.— 1 *. Barrio d< Monte» M ontarías de \ aluiasct . . y tro p a á de reserva.— 15. General en jefe j ministro de Marina: cuartel general. »110 KHT.MMi ACTUAL I»K KAN 1‘KDBO A DANTO.— CMRAUQUE l'K THOPAH KN POBTUGAJLKTB PARA ATRAVESAR LA RIA. BILBAO.— I v is t a r-E la k y k t a v il l a t m apa per » : £L p t e x t b t ib io . L A ILU STR AC IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC A N A . 278 ha ¿lanado para sus honriulnR anuas el titulo de I.o comjxtxira. No sería completa ni justa la triste crónica de la guerra que hoj' atligeá la patria, si olvidase en sus páginas la par­ te tomada por los que no pelearon en favor y servicio de los que combatían : por ••so damos hoy, en la pág. *2#+, la vista de uno de los hospitales establecidos y sostenidos en Santander por la caridad particular. Está situado en las inmediaciones de la población, sobre uno de sus caminos al Sardinero, barrio de Miranda, lugar alto y ventilado, cu risueña posición y con pintoresca pers­ pectiva. Cuando algunas señoras principales de Madrid, en vista del aspecto desolador que la guerra tomaba, resolvieron aumentar el número de las asociaciones benéficos para bocorrer á los heridos en campaña, preguntaron ¡i las señoras de Santander si haliin modo y capacidnd de organizar nlli un nuevo servicio, con tan noble objeto. Contestaron en el acto afirmativamente las generosas santanderinas,y puestas en seguida ¡i la obra, sin esquivar ocupación por fatigosa y mecánica que fuese, fueron sor­ prendidas, en la tarde del "28 de Marzo, por la llegada de ciento diez y ocho heridos, que hubieron de ser acomoda­ dos y asistidos en el acto. Tal es la escena que conmemora nuestro citarlo grabado. En ese sencillo hospital de Miranda han encontrado al­ bergue, curación y consuelo muchos esforzados hijos de la patria, y allí lian corrido muchas lágrimas, de esas que son recogidas y puestas en la balanza de la justicia divina por mano de la misericordia. rtKRm:-:Nnt\ la ñu verano del c a p it á n .— ALAM EDA HE ISAB E L I I , g eneral, en m a n i­ EN LA H AB AN A. Apenas queda ya espado en esto sección pura presentar á nuestros suseritores los dos grabados de la pág. 285: como indican los epígrafes respectivos, retrata el primero el ex­ terior de la residencia de verano del capitán general de F i­ lipinas, situada en Mnnila, en pintoresco valle; el segundo es una vista del paseo di- la Habana denominado Alameda de Isabel II, uno de los puntos más concurridos por la buena sociedad de aquella culta capital. E M o b b b io a r t ín e z de V e l a roo . EXPOSICION REGIONAL DK I.AH PUOVIN'olAs DEL ESTE EN MADRID. I. cias indicios pura sospechar, cuando menos, de insanos á los iniciadores. ¿No era delirio presuponer que en esa región atligida («orla guerra, donde las (dazas y los centros productores están bloqueados ó vigilados de cerca por los carlistas, rotas las comunicaciones y comprometida la seguridad, se bailasen expositores dispuestos á poner en camino valiosos efectos sin garantía de ninguna especie, sin requisito al­ guno de los que revisten las transacciones más comunes, sin medio siquiera de avisar por el telégrafo ni el correo la salida «le los bultos? (1). Files bien, otro r ¡ w n * o : el cálculo fué perfectamente concebido; d éxito sobrepujó á las esperanzas más lisonjeras de la empresa; el milagro de !n Espoflieio» está realizado. El domingo 10 del corriente, los representantes de la prensa de Madrid, galantemente invitados por la Sociedad ó Empresa de Exposiciones de Madrid, han empleado tres lloras en visitar el Pabellón de ludo, examinando con sa­ tisfacción y orgullo los objetos de la industria española, instalados con un gusto y una riqueza sin precedente en los fastos de Jos certámenes de esta capital, y lian oido explicar, con no ménos agrado, cómo la constancia, la ca­ pacidad y la diligencia de los que se propusieron la obra, han vencido las dificultades apuntadas, con muchas otras que son comunes á toda empresa en que se mueven las palancas del capital y el crédito. Otra coincidencia notable: era ese día uno de los más agitados de la región de la política, como que se bailaban en Consejo los ministros para resolver la crisis que tan tras­ cendental promete ser en los futuros acontecimientos; re­ unidos los circuios en que se agitan los partidos; en expecta­ ción ansiosa los curiosos y los aspirantes á manejar el ti­ món de la nave del Estado, y era día de concierto y de to­ ros por añadidura. En los salones del paseo del Cisne se discernía, contra tantos alicientes exteriores, que úun que­ dan españoles que tengan más afición ú la lanzadera y «I arado que al fusil, ó que prefieran el campo de la especula­ ción científica ú las antesalas de los ministerios y las aceras de la Puerta del Sol, y llegó también á probarse que hay periodistas que dispensan á los intereses materiales del pais atención ménos recompensada que la «leí Salón de Confe­ rencia« del Congreso. Una mesa ampliamente adornada y cubierta do manja­ res, dulces, frutas, vinos y llores, en totalidad de produc­ ción española, cotilo parte que eran de la exposición, sir­ vió para acrecentar lu agradable impresión de los invitados de la Empresa : las utu/misía* de Pnig y Galop, de Barce­ lona; el vino Al/tafiai’t cosechado por el General Cotoncr en Mallorca; el .Uetloc, de |l. Antonio Sánchez de Aspe; el A h íla , de Forneli; los valencianos de Stárico, Oltág, Artiques, Ortega, y otros, más conocidos fuera que dentro de España, fueron por aclamación declarados excelentes. En estos momentos de expansiva alegría ocurrió al señor don J. Emilio de Santos, director gerente de la Empresa, rueda catalina de-su maquinaria y motor principal de ln coneurrencia de expositores, anticipar la solemnidad de la apertura en honor de ln prensa, y obtenida la autorización del Consejo, dando á conocer en sentidas frases la presen­ cia del Sr. Bosclt y Llabrús, presidente de u El Fomento dr­ ía producción nacional » de Barcelona, .i quien tanto debe la industria y esta misma Exposición, le invitó á inaugu­ rar con su autorizada voz la más cumplida manifestación de los productos de Cataluña que ha presenciarlo hasta la fecha esta capital, lo cual dió lugar á otro discurso del se­ ñor Bosch, muy aplaudirlo por la modestia déla frase y lu oportunidad del pensamiento, y á otros y otros brindis de los concurrentes ensalzando el trabajo que con el arte y la ciencia á semejantes resultados conduce. De este modo improvisado, sin anuncios ni llamarlas, quedó abierta la Exposición regional del Este tle España, empezando á ser desde el lunes punto de reunión á la moda, campo «le estudio durante la mañana, y de entreacto por las tardes para los señoras que hábil mímente concur­ ren al paseo de |ft Castellana. Los lectores de L a I l u s t r a c ió n E s p a ñ o l a y A m e r ic a n a tendrán oportunas noticias de lo más notable de esta Expo­ sición, á que concurren las provincias de Cataluña, las Ba­ leares. Zaragoza, Teruel, Valencia, Castellón, en una pa­ labra, las componentes de la antigua corona de Aragón, y por excepción la de Madrid que, ofreciendo el palenque, no debía ser excluida ríe participación en el torneo. Por hoy han de servir de introducción á la reseña los datos siguien­ tes. necesarios para juzgar de la importancia del acaeci­ miento. La «Empresa de Exposiciones tle Madrid» se propone llenar una misión patriótica abriendo á la capital de Ja na­ ción una serie en que apnrezcan los productos de la agri­ cultura y de la industria en forma que los lu ga conocidos tic nosotros mismos, sin que para ser vendidos haya que acudir al triste recurso, empleado en la escala que tendréinos ocasión de notar, de ocnltar su origen español bajo falsas etiquetas extranjeras, y sin que los precios artificia­ les que una parte del comercio menudo les tía en el meren-(I) N.° X V I I I do. valiéndose tle aquella circunstancia, entorpezcan y di­ ficulten las naturales relaciones de la oferta y la demanda. Empieza por la región oriental, ya que ni las circuns­ tancias riel país, ni las de la localidad, escasa de edificios á propósito, consienten por ahora mayor amplitud; pero ensayado el sistema y contando con éxito favorable, lla­ mará á concurso sucesivamente á las producciones natura Ies é industriales de otras comarcas. Constituyen la Empresa: como Presidente del Consejo de Administración, I). Antonio Guerola; como Director Gerente, el ya citado D. .1. Emilio ríe Santos: Vicegerente, D. Francisco García Martin©; Secretario del Consejo. Don Francisco María Tuhino; y Consejeros, I>. Lino Peñadas, P . Alejandro Peñista. D. Guillermo Mnrtorell, D. José Es­ pinosa. D. Francisco López Fnbra, 1). Juan Navarro ljevertery 1». Federico Villnlva, nombres todos tan conocidos que excusan comentarios. Del local elegido han sabido sacar el partirlo posible empezando por rodearle de un lindo parque á la inglesa, con fuentes y coscadas, que ha trasformado en oasis la aridez del terreno, ofreciendo un buen espacio cercado para descanso y solaz de los visitantes, que alli encuentran ademas una restauración perfectamente servirla y con precios reguladossegtm tasa de la Empresa, cervecería por el sistema tle Alemania, casa dePvncas, con otras depen­ dencias y la galería en que han de verificarse las exposi­ ción«! especiales de plantas y llores, empezando el 17 riel corriente. El pórtico es lugar tle exposición do cristalería tle color, pintada y grabarla y de trasparentes, que cubriendo los arcos mitigan la fuerza de la luz y producen efecto muy bello, preparando los sentidos («ira recibir el del Balón de entrada y descanso, que es incomparable. A su adorno lian concurrido las estufas ríe la condesa de Montijo, del duque de Osuna, de la quinta de la Esperanza, cubriendo el colo­ sal macetero del centro con las ricas galas <le la Flora tro­ pical, y perfumando el ambiente con el aroma rio nuestras I plautas indígenas. Los escudos ríe las provincias que con­ curren á la exposición, las banderas nacionales, las jardi­ neras. lámparas y guirnaldas graciosamente combinarlas, dan ya una idea de lo que serán las exposiciones especiales de flores que se preparan', inaugurando una competencia tan frecuente en países extranjeros en que la lloricriltiira es pasión más que entretenimiento. La vista se extiendo y nharcu, desde el Halón de descan­ so, otros cinco de los que encierran los productos naturales y de ¡a industria, na hacinados cual en otras ocusíones lie­ mos visto; no dispuestos en gradillas ú hóii de tienda do mercader: cada expositor Iris instala de su cuenta acrecen­ tando el valor del genero con la perspectiva del armario, canafitillo, pirámide ó aparato caprichoso, rivalizando con sus competidores en la elegancia de la forma, en la riqueza del material, en el buen gusto de la disposición y en los accesorios do rótulos, anuncios, tarjetas de indicaciones, reveladoras del impulso que ha recibido el arte de prepara­ ción con el progreso del tipográfico y cromolitográfico. Hay instalaciones do carácter monumental, de proporciones mag­ nificas y de conjunto no superado en los grandes concursos internacionales de Lóndres, Paria y Viena. Mejor que por la descripción juzgarán de su mérito nnestros lectores pol­ los grabados que se están preparando («ira las páginas de L a Cuéntase que en un festin de carácter internacional en que sucesivamente se había brindado por las condiciones y excelencias de los pueblos allí representados, propuso uno de los comensales el reconocimiento de España como la nación más grande y más fuerte del Universo, pues que, habiéndose propuesto sus hijos ensayar todos los medios imaginables para destruirla, no lo han podido conseguir en más de medio siglo de constante trabajo demoledor. Grande y fuerte es realmente esta agrupación arrincona­ da en la extremidad meridional de Europa, cuando en el divorcio con la paz y el orden en que vive y se mantiene I l u s t r a c ió n . por tantos y tan largos periodos, crece, progresa, adelanta Gracias á Dios puede ya decirse con verdad que se han incesantemente en las esferas de la producción y de la ri­ inaugurado en Madrid las exposiciones, cual corresponde queza. con asombro de los que buscan á este fenómeno otra á la cultura y á la importancia de nuestra capital. I.as Com­ explicación mus lógica que la de los ricererm« de Fray pañías de ferro-carriles han sillo las primeras en reconocer­ Gerundio. En el último año han arreciado los efectos de lo, disponiendo trenes á precios reducidos para los que des­ las disensiones: Cartagena, Alicante, Bilbao. Alcoy, Bar­ de las provincias quieran venir á visitar ésta. celona. Sevilla, Valencia, Cádiz.... cual más. cual menos, la mayor parte de bis poblaciones de España registran con­ F . E ko sec a . siderables siniestros en vidas y haciendas; las fronteras están abandonadas, el comercio paralizado, la agricultura sin los brazos que esgrimen el arma fratricida, los pueblos TE S ÍM' NIOS DE LOS AUTORES ARÁBIGOS EN FAVOR al arbitrio de las partidas que esprinien sus recursos, vola­ DE L A R E L IG IO N C R IS T IA N A . dos los puentes, cortados los caminos; y todo ello no inllnye un ardite en la prosperidad del país, á juzgar por las II. publicaciones oficiales. En ese mismo año. el rendimiento Gloriase con harta razón nuestra España por ln misión tle las Aduanas y el montante de la exportación lian supe­ evangélica y el patrocinio del apóstol Santiago el Mayor, rado á los de hw épocas normales, ó por decir mejor, á las que hizo constar con fervorosa devoción en los más antiguos más tranquilos relativamente..... monumentos de su historia eclesiástica, y especialmente en ¿Vendremos á descubrir al fin que incendiando Estacio­ aquel inspirado y venerable himno, conservado cu el brevia­ nes, despeñando locomotoras, bombardeando plazas y sa­ rio gótico tsidoriano, donde se lee ; queando villas se estímela cou más eficacia la producción industrial y el movimiento del comercio? Una gemí-prueba « Magni dríade f i l i i tanitriii nos ofn-ee la Exposición industrial en Madrid, cuyo anun­ Adeptifulgen! preve Matrix mch/iir cio fné generalmente recibido con sonrisa de incredulidad. l'trupte rila- culmini* insignia : Tratábase de retiñir en esta capital, en el Pabellón lla­ Urgen* Jananes dextram sólita A sillín mado de Indo, construido en el pasco del Cisne, para expo­ Ejnaque frater potitos Hispaniam. » siciones temporales de bellas artes, una muestra de los Y más abajo: productos industriales de ln región Oriental de España, con <( j O rere digne sandiar Apóstale, prevención de no admitirse en el concurso los productos de Capot refulgen» a tirenm Hispa ni«;! las colecciones oficiales, que han venido siendo núcleo de Tutorque noliis, et patronos veníalos.» las exposiciones anteriores, y con advertencia de acome­ terse la empresa por tma sociedad privada, sin auxilio, De la venida del apóstol Santiago á España y do su pre­ dicación en ella, también se encuentran noticias en los au­ participación ni ingerencia del Gobierno; novedades todas, ( I ) fiem os visto una carta cuyo sohrecscrito dice tex tu a l­ tores arábigos, que las debiera» beber en las antiguas tradi­ que si vil cualquier tiempo hubieran dado justificada razón m ente : a Sr. D irector G erente «le la Exposición ríe M adrid.— para dudar del éxito, ofrecían en las presentes circimstan- V i a , aquella en qu e no h aya carlistas.» J ciones y crónicas de la cristiandad mozárabe: 'pues U»n s: xviii L A IL U S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A. 279 Iliiyyan, «1<* Conloba. uno de los inda autorizados por su or«> pini) y con rulni-s por ojos. Las puertas «le esta iglesia Por los historiadores musulmanes tenemos noticia «le una ertidieion y buena crítica, y que halan consulta«!«! importan­ están chapeadas «le oro puro, y otras exteriores cuhicrtns de i famosa expedición «le doce mil caballeros que envió ni Afri­ te»« documento)« d<* la antigüedad española, mis halda de la láminas de cyhre ú oruamentailas «le madera primorosnmi-n- 1 ca San Femando en auxilio il«-l sultán «le los almohades Alveneración en que eran tenido« ilurante siglo x, y ánn an­ te esculpida. mntniin (uño 1228): pero con el propósito «le que este so­ tes. los templos ile Santiago de Galicia é ¡Un (Iría Flnvin, corro redundase en mayor provecho y creeos «leí cristinni«» Se ve en liorna el palacio «lenti principe llamado el I'a hoy el Padrón), ilustrados nmlios por el sepulcro de aquel pa. Este principe es superior en poder á todos I««s reyes, que mo. Pues no sólo si- pact«i el «pie Almuimut ulilieiiK- « n Aposto!, adonde ncudian numeroso« peregrinos, no «i'do le respetan al par «l«.* Dios. Gobierna con justicia, «-astiga á Marrueco« mui iglesia en donde los cristianos auxiliares ce­ del continente europeo, «inn hasta del Egipto y de la Nti- los tiranos y opresores. protege á los débiles y miserables é lebrasen piiMicntnente su culto y adonde acudiesen «I toipio liin (1). A este propósito nos cuenta cómo el apóstol Santiago impide que se cometan agravios. Su poder espiritual sobre­ de campanas, tan odiado por los musulmanes, sino, l«> que anduvo recorriendo diversas regiones y puja al «le totlos los reyes «!<• la cristiandad, y ninguno ili­ <•« singularísimo a-'contrario á la legislación muslímica, el ci los osa oponerse á sus man«latos. En fin, la grandeza y que ú cualquier mahometano fuese permitido convertirse á llamando á sus habitantes á la fe hasta que llegó á aquel magnificencia «le Homi» son tnhs que es imposible descri­ nuestra religión : pero á ningún español fuese licito islam i extremo de España : ¡ y birlas debidamente. ii zar, pues de hacerlo #si seria devuelto á sus eompatriiitas Este testimonio del blrisi es de gran importancia, pues para ser castigado. Ln idea, pues, de San Femando fue habiendo regresado después al Oriente y muerto en la Siria, se Ve por él que un autor musulmán ha saldilo formarse una que aquella colonia cristiana propagase entre la morisma la sus discípulos cargaron con su cuerpo, y trayéndole á núes- ! idea exacta de lo «pie es el augusto jefe de la Iglesia Cat«i- fe verdadera y contri huyese por su parte al fruto «pii; nues­ tra Península, le sepultaron en chingar que ocupa aquella Iica, «leí respeto que le «leben los reyes y grandes «lei ninn­ tros misioneros de la «»rilen «le San Francisco lograban muy iglesia, que halda sido el más apartado confi.it donde im­ ilo. de la autoridad inherente á su altísimo puesto y repre­ sazonado en nipiellas regiones, preparando juntamente so sentación, y del arbitraje que le corresponde en el mundo conquista por la tinción española. Los pactos hechos entre primió sus huellas : J •• 1» cristiano en pro de la justicia y «leí bien. Esta autoridad y el rey de Castilla y el sultán «le* los almohades alcanzaron 5^' --=3' En tiempo «le Almanzor esto arbitraje fueron provechosísimos á la Europa en la i-l debido y exacto cumplimiento, ('mista por ln crónica llnEdad Media para refrenar la barbarie y el despotismo de tnmln el Qirthá», «|u«* habiendo entrado Almnmmi en ln aquel culto y tradición eran conocidos, asi de musulmanes soberanos y magnates, y lo serán igualmente siempre que ciudad de Marruecos (afni (527-1229) con la ayuda elicnd..... . de cristianos, y por esto sin duda, hí no por el prodi­ baya en el tumido iniquidades y desafueros «pie corregir en siina ele a>pu-llos erislinno«, les mostró su gratitud y «lición gio de que hablan nuestros cronistas, cuntido aquel gran beneficio de los débiles y desvalidos, del derecho y de la hasta el punto «le que, subiendo al pulpito en la aljama " perseguidor «le la cristiandad española se apoderó de la l in­ «•quilla«!. Los mismos musulmanes acia lian á los romanos mezquita mayor, delnnt«* «le la córte y «leí pueblo, mnhlijo dad de S uitiago y la dejó arruinada, respetó el sepulcro del pontífices, implorando su intervención y arbitraje cuando solemnciiii-nte á Almaluli, fundador «l<- la secta Almohmlc, Apóstol (2). se creían ngraviados por los principes cristianos (5 ), y los y añadió: « X'«. hay ««tro Maluli (es «lecir, otro Mesías) «pie El blrisi, que escribía en t;l siglo xu , desorille la iglesia muros «le («ranada, al capitular con los lti-ycs Catól coa, pi Jesús, hijo «le Moría, saludado sea.» Estable« ■iérotis«- miesde Santiago de Composteln con las siguientes palabras : dieron que los conciertos fuesen autorizados con la tirina tros caballeros cristianos en un arrabal de Marruecos que, o Iglesia de Santiago: esta iglesia es celebre por las peregri­ «leí l ’apa (ti). Ojalá «pie todos los cristianos, y áuntodos los según consta por otros «locmnentos, se llamó Eibora (10), naciones de (pie es objeto, acudiendo allí los cristianos de que se apellidan católicos, participasen «lei alto concepto, en donde fundaron templos; y «aliemos que alcanzaron grantodas partes. Xo hay otra más suntuosa, si se exceptúa la «leí respeto y reverencia que muestra aquel escritor muslí­ «le autoridad é influencia, protegidos, después de muerto Aliglesia «le .Jerusalein, y aun puede sostener parangón con la mico á la divina institución del Pontificado, y con la misma iiuiiiinn, por su viuda la sultana Hobah, cristiana y espnConmina (3 ) de esta misma ciudad en cuanto á la belleza y sinceridad y lealtad lo proclamasen asi. ñoln, y ouno dice «-1 metii-ionnilo C/triláis. mujer distingui­ grandeza de su fábrica, asi como también en cuanto á las Un autor arábigo del siglo xnt refiere un notable benefi­ da y dotada de gran inteligencia y discreción (11). No es riquezas que atesora, producto de limosnas y ofrendas. En­ cio del cielo, alcanzado pur las oraciones «le los cristianos nuestro propósito el referir ln suerte y vicisitudes «pie ex- . tre las joyas de este santuario son de notar gran cantidad cercados en la fortaleza «le Hílete. Este caso prodigioso, re­ perimi-ntó aquella colonia cristiana y española estnl>Ie«-i«ln de cruces de oro y plata incrustadas con zafiros, esmeral­ ferido por nuestras crónicos, inlipiien- completa certidum­ en el corazón de la morisma africana, por las altas miras das y otra pedrería, y cuyo número no baja de trescientas bre, merced al siguiente relato «le Abtfelwahul el marroquí, religiosas y politieas ilo un rey tan insigne; bástenos «lecir entre grandes y pequeñas. Cuéntansc en ella cerca de dos­ autor coetáneo, que al año «le fifi? «le la liegira ( I 171 de «pie se conservó allí durante mueho tiempo, dando honor á cientas columnas revestidas con adornos de oro y de plata. Sír­ nuestra era) dice asi : su fe y á su patria, ejecutando gratules proezas en oh«eqii¡<> vanla cien sacerdotes, sin contar los subalternos y fámulos. a En est«« año salió «le Sevilla el Eniir-alnumiinin (7 ) Abu «le nipiidlos sultanes, é interviniendo eficazmente en les ne­ El edificio está construido en ftu totalidad de piedra y mez­ Yncub, dirigiéndose al país de Alfonso (el Vi l i «le este gocio« «I«- aquel pul« (12). cla , y se ve rodeado tic muchas casas que sirven de aloja­ nombre) y se acampó sobre una población granile llamada Foro todo esto tío es tuús «pie una ligera muestra de los miento á los sacerdotes y religiosos, diáconos y peregrinos, Huele, por saber «pie si- «•ncontraban allí los magnates de «lnt«is interesantes y peregrino* que pm-rh-n hallarse en los así como también de mercados muy concurridos. Cerca de la córte «le Alfonso y los caudilloH «!«• sus huestes. Este cer­ autores arábigos i-n pro «le la f«- y religión cristiana, y para la iglesia hay grande« pueblos que pueden ser comparados co se dilató por espacio «le algunos meses, hasta «pie vién­ ilustrar más y más nuestros anales eoleH¡á«thim y polltie«»«. á ciudades, i-n que se hace mucho comercio, y la población dose los sitiados «*u granile aprieto trataron «le eiitivgm’se. Esta* cnnfcKÍiinoii, más <’■inénos explieitns y teiminantes, de es inmensa » (-1), He oiilo contar a vària« personas, que lo supieron «le boca escritor«'« infieh's, pero ventee« «’• ¡rigennos, son «legrando No menos curioso é importante es otro pasaje del referi­ de algunos viejos que se hallaron en aquel suceso, que los importancia y valía. e«pwialnieutt* para confundir ñ los itn do blrisi, en que describe la ciudad de liorna, y á este pro­ defensores de la plaza, viéndose muy aeosuilim por In sed, píos é incrédulos, comprobando la verdad y realidad hiw«ipósito halda del Umuauo Pontífice, comprobándola grande enviaron á decir al Emir aluiiiiniiiiii que ellos se la eutrega- ricn de hechos notables y piodigiosos «pu- la critica ewéptiautoridad que gozaba á la sazón sobre los pueblos y princi­ rian si le« «•oiiceilia seguro para hiik personas. Negóme á ello qn suele calificar «-«mío inveiic¡«ine« «h- la ignorancia, de la pes cristianos. He aquí tan interesante testimonio y relato : v del fanatismo, l’cro en 1«» tocante ii nuestra Alai Yacuh, subiendo «-I grave aprieto en que los tenia la credulidad m « Es liorna una de las columnas de la cristiandad y la sed, de que moriun muchos. Pero estando ya desesperados patria, tales «loi-nmentos y noticias son vei«ln«leranu-jite inprimera entre las sedes patriarcales: las otras son Autiode conseguir lo que pedían, lié aipii que cierta noches«- aprt-«-iables, y ojalá que «-stns indicni-ioncs desp¡«-rt«-ti el Ín­ qtiia. Alejandría y la ( ‘asa Santa (Jerusalein): mas esta úldejó oir en la población un grande estruendo y rumor de teres «1<- les filólogos y cstniliosos, quereimaii la piedad con timn es la más reciente: no data del tiempo «le los apósto­ voces, y era que los cercados habían salido en procesión el «aber, para completar la E » jn iñ u S a ffra iln con mi filón les y fue instituid« posteriormente para glorificación de la con sus Evangelios, acompañados de sus sacerdotes y mon­ preciosísimo apenas exjilotailo basta hoy. Casa Santa. El recinto «le liorna es inmenso, porque según jes, los cuales recitaban plegarias á que el pueblo respon­ dicen, mide esta capital nueve millas de circunferencia. F. J. SlMO.NKT. día .linén. De repente cayó un enorme aguacero que no pa­ »E n el interior de la ciudad sobresale una iglesia erigida --------------- --- a — ---------bajo la advocación de los apóstoles San Pedro y San Pablo, recía sino «le odres vaciado», con lo cual, llenándose los nlgihes que alli halda, los sitiados bebieron y se hartaron, y cuyos cuerpos reposan allí en un sepulcro. Es un edificio que cobraron fuerzas contra los musulmanes, de nimio que el SAN ISIDRO BENDITO. mide trescientos codos de longitud, ciento de anchura y Eimr-almuminin tuvo «pie retirarse, volviéndose á .Sevi­ otros tantos de elevación. Las columnas que sostienen el te­ L o« lector«» que tiene en Madrid L a I u is t r a c i o n E s p a cho son de bronce y el artesonndo de cobre amarillo. Cuéu- lla (8). S o t.A Y A m k k u a n a proferirían seguramente que en « I lugar A esta relación, añuden las crónicas cristianos (í>) «pu­ tanse en liorna basta mil doscientas iglesias. Los mercados ocupado en este número por el presento articulo, se les la lluvia fin- tan abmulante é impetuosa, que no siilo surtió y lap plazas públicas están pavimentados de mármol blanco ofreciera cosa «le más novedad que la descripción «le la ro­ la población, sino «pie arrasó las estancias de los moros. El y azul; hay además mil baños. mería «le San Isiilni que se celebra el ló de Mayo en honor pasaje «le AUlelwuhiil que dejamos traducido, es «le mucha «N o debemos pasar en silencio otra iglesia de suntuosa del Santo bendito, patrón de Madrid, cuyo patronato nin­ construcción, edificada sobre e! propio modelo «leí templo importancia: pues sin él tal vez los críticos escépticos qtn- gún gobierno lia sido osado á quitarle, y en verdad que «m i de Jenisalemy con las mismas dimensiones, asi «le longitud tanto han perjudicado« la verdad histórica, negándola osa­ estos últimos tiempos llegué á temer que alguno de los mu­ cuino de anchura. El altar donde se celebra el sacrificio mi­ damente cuando no se ajustaba á sus estrechas miras, ta­ chos que liemos tenido le hiciera esa mala partida, pues vi llo diez codos de largo y toda su superficie se ve enriqneci- charla» de credulidad el relato de nuestros cronicones ; [vero «pie se ocupaban con gran celo varios ministros en arreglar, da por verdes esmeraldas. Sobre el altar se admiran doce Dios permitió que el prodigio se verificase ante los ojos de aderezar y enderezar eso de los patronatos, nombrando jun­ estatuas cuya altura es de dos codos y medio, fabricados de1 los infieles, y que éstos, llevados de un noble sentimiento tas y más juntas, que no hay país en el globo donde haya «le veraci«la«1, no lindasen confesarlo, aunque fuese para su más juntas que en este felicísimo en que nuestra dicha nos propia confusión. (1) «« Expedición de Almanzor á la ciudad de Santiago, conhizo nacer. Para concluir sólo referiré un hecho, entre I««s muchos •ln extremo de Galicia y el mayor de los santuarios que exis­ Pues decía que ¡i los lectores de Madrid, á los que cono­ ten en la región de España y en el inmediato continente. Esta ilustres y memorables que constan en los autores arábigos, iglesia alcanza entre ellos la misma conshleracion que entre como llevado á cabo por la cristiandad española, inspirada cen ya al Sonto y están con él familiarizados, no les inte­ nosotros la t’aba (lamosa mezquita de la Meca), y por ella iuresará este articulo, porque ya saben del Santo y de su fa ­ ran ú ella acuden «:n peregrinación desde los más apartados por su fervorosa fe. mosa romería todo lo que vo pueda referir, y no habrá uno, confines de It* <ma y de los países de allende: y ellos ereen que el á no ser algún libre pensador aburrido é indigesto, de esos (5) Véase á Cosili, liibl. Arab. Hi*p. Errar., II, 107, 108. «-‘pulcro qne allí visitan es el sepulcro del Apóstol Santiago, Fernandez González, Los Mudéjo ree de ( astilla, jág. 203, etc. qne no admiten más Dios ni más santos que ellos mismos, u" ° de lo« doce....i» Y n»á< abajo, contando la llegada de Altnanzor a Iria Fiaría: «Desdeel monasterio de Santa Marín, como que no creen en más virtudes y perfecciones que las (f>) - L y i» Prosiguiendo su marcha, llegaron á Iria, que es otro de los suyas propias; no habrá uno, «ligo, que no baya asistido ' iatoarujg de Yacob (Santiago;.... Este santuario es tenido amblen en gran veneración por los cristianos, cuyos devotos 5A_! acinlen á él desde sus términos más apartados y hasta del « Y que conviniese con todas estas condiciones el Señor de (10) Véase á Mariana, Historia general de España, !. xit, ca­ 7 de la X'ubia y de otros países, n Ibn Havvan, citado I™ Ibn Ailzari y Almaccari. Roma y las firmase por su mano.» Almaccari, t. II, pág. 812 pítulo ni. (11) Carthát, pág. 170 de! texto árabe, edición de Tortiberg. (-) Vense Ibu Havvan. citado porel autor del Boyan Almo- de la edición de Leiden. yp . tomo ti, pág. :J,1«;-319 déla edición de Leiden, y Almacca(7) El príncipe de los creyentes, título que lie» aban los sul­ —Ibn Jaldun. Historia délos Bereberes, traducción de Mr. n tomo i . pég. 2*, .-270 de la expresada edición. tanes de la dinastia AIraohade. d'Slane, n, 238. A %I1 Xombre que dan los árabes á la iglesia de la Ilesurrec(81 Abdelwahid. Hi florín de lo» almohades, pág. 180 á 181 (12) Véase el Carthás, páginas 167, 170. 171 y 173 de la edi­ c»on, en Jerusau-m. del texto áraK-, edición de Mr. I 'ozy. ción mencionada.—Ibn Jaldun, Historia de tos Bereberes, tra­ (9) Anules toledano», al año 1172, en la Esp. Sagr.. t. XXin, ducción de Mr- d’Slanc, H, 23fi.—Ibn Aljathib, citado p<«r Caol *) ^ ° 8 ta,u l,ei blrisi, tra incida por Mr. Jaubcrt. t.n. pá■ y siguiente. siri, II. 223, etc. páginas 391-392. 280 L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y A M E R IC A N A N.° X V I I I B IL B A O — DOS DE MAYO: EMTRADA DEL EJKKC1TO LIBERI'ADOR. > ' * 'p* X V III L A ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. NAUFRAG IO DEL VAPOP. «K C B O F K ».— EL Ú LTIM O ROTE. 282 L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y más ile una. vez ú la pnpnlnrmima fiesta, con que el pueblo de Madrid, de suyo bonachón, aunque á las veces ipiiere alardear de levantisco y revolucionario, agasaja todos los año» al insigne Isidro, modelo perfecto de lo que se llama hombría de bien ; pero como L.V li.DPTUA''ios tiene bastantes miles de lectores fuera de Madrid y fuera de España, y en­ tre ellos habrá inuclimimos que no habrán visto jamás á Sun Isidro, y no lo verán sino en el cielo, ni su famosísima romería, lié aquí por qué no huelga este articulo en c! pre­ sente número. El ario 1082 nació en Madrid ¿1 que había de ser San Isi­ dro, por mis ejemplares virtud««, y por canonización hecha por el I’npa Benedicto X II I , y murió en 1170, viviendo por consiguiente ochenta y ocho años, edad áqne pocos llegan ahora; es verdad que para llegar á esa edad se necesita ser hombre tan conforme con su estado y tan humilde y bien hallado con su pobreza, y de tan sano corazón y de tan dulces sentimientos de amor y caridad como lo filó el Santo Isidro, cuyas virtudes seria bueno que imitaran los madri­ leños, ya que tanto le aman y reverencian, aunque nunca tanto como él se merece. Hoy, en este embravecido mar de pasiones desaforadas, en este vario afanar de la ambición y la soberbia. en este desconcierto general dirigido por el de­ monio de la envidia, el más feo y redomado de todos los demonios, no hay paz, ni sosiego, ni humildad, ni resigna­ r-ion . ni siquiera apego á la vida, si no se vive con todos los apetitos satisfechos y todas las vanidades logradas, y asi nos morimos.pronto. y se tiene por raro ejemplo el de quien pasa de los ochenta, y en cnanto alguno llega á cumplir el siglo, sácanlo en (Jarcian y .1 Imanaijuen como caso extra­ ordinario, y todo el mundo se asombra de tan larga existen­ cia ; y justo es el asombro, á decir verdad, porque la ar­ rastrada vida que llevamos en estos tiempos no es para llegar á viejos. Pero dejémonos de filosofías, que ya me causan horror desde que he visto lo que de si han dado los filosofastros que se lian echado á la carrera de la política, y vamos á la romería de San Isidro, donde si algún filósofo encontramos, estará probablemente borracho, y si tiene el vino alegre, nos dirá algún donaire que nos boga reir. preferible á los donaires de los filósofos gobernante», que son «le tal natu­ raleza, «pie más lineen llorar que reir al i lustrado público. No es muy cómodo el camino «pie tenemos que recorrer para ir illa pradera donde tiene lugar la fiesta, y lo mismo si salimos por la puente si-goviaua. que por la monumental puerta (le Toledo, no recrearemos la vista mucho «pie «liga­ mos con la 1'rnudoHÍibul «l«‘l bosque, ni nos deleitará lneniili'inpladnn del valle, ni nos alegrará «d murmullo (le las aguas del caudaloso rio, ni bailaremos torrentes y cascadas, ni verdes colinns, ni empinadas crestas, como no sean las «le los gallos que esperan inconscientes «pro alguien los pida con arroz «ni los ventorrillos á donde los ha llevado su pono lisonjera suerte. En los caminos que conducen á San Isidro hallaremos mucho polvo, que o» lo que somos todos, y, por consiguiente, no nos dehe enojar vernos cubiertos «1«; lo que es lo que seremos, y numeroso» coches de toda» cla­ se», tamaños y formas, desde el aristocrático liradaubasta la trituradora tartana «le «los ruedas, montada ni aire, donde el infeliz viajero se expone á sufrir en sus huesos completo trastorno, si antes no lia tenido la precaución de numerar­ los, á fin de poder, cuando se vea en tierra, colocárselos y encajárselos convenientemente. Estos coche», que unos van á la romería y otros vuelven «le la romería, ofrecen igual peligro á los romeros do á pié «pie á los que van dentro de ellos. A los tinos los atropellan, á los otros los desencua­ dernan, si unes que, volcando, los aplastan y trituran. Las gentes prefieren, sin embargo, este peligro, y puede asegu­ rarse que los que van á pié irían más á su gusto si fueran en coche. En «lia tan señalado, no hay caballo de tiro, bien «pie ya no pueda tirar, que no recorra el camino infinidad de veces, aunque el amo conozca que en llegando la noche lia de estirarse para no tirar más. Allá van los pobres animales enganchados á los coche»de plaza, á los ómnibus, á las di­ ligencias. á las cestos, ¡i las tartanas y calesines, oyendo las mayores blasfemias, que es para ellos fortuna no en­ tenderlos. y recibiendo sobre los huesos, «pie ya se asoman por los girones del pellejo. los más tremendos y rudos lati­ gazos. Si en Madrid hubiera sociedad protectora de loa ani­ males, el dio de San Isidro sería para ella din de luto. Pero ¿«pié tiene de extraño «jue por el afán de la ganancia se sa­ crifique ó los animales, si por lo mismo se sacrifica ú los hombres?.... Con la visible protección «lela Providencia, llegaremos sin notable detrimento á la Pradera de San Isidro. Todo lo que nos habrá sucedido si hemos ido en un ómnibus, porque coche propio no lo tenemos todavía, aunque ya lo tiene cualquiera, será «pie sobre el pantalón blanco que llevamos lia derramado su bota el prójimo «pie ocupaba el asiento in­ mediato, ó «pie una moza brava, porque no nos estrechá­ bamos todo lo que necesitaba sn humanidad para sentarse, nos lm dicho cuatro frescas, ó que el niño que llevaba en brazos la amorosa madre sentada enfrente nos lia arrima­ do inocentemente una patada en la boca del estómago con una fuerza superior á su edad, ó que el conductor, con el aturdimiento propio de nn «lia de tanto trajín, nos ha dado religiosamente el cambio del dnni que le dimos, cobrándo­ AM E R IC AN A. se la peseta que de derecho le pertenecía y entregándonos tres que son falsas y una que todos nos dirán «pie debe de ser plata, pero que Ies «hunos otra. Estos percances ni siquiera merecen mencionarse. Peor lia librado un señor que iba aso­ mado a la ventanilla para respirar, y el conductor, al sacudir á los caballos, le lia saltado un ojo con la tralla, y ánn luí sido más desventurado aquel joven que al saltar el cocin­ en un bache, ha saltado desde la banqueta al camino, y allá lo llevan á la ('asa «lo socorro con vida para poco tiempo. Va estamos en el sitio de la expansión y la alegría; las campanas de la iglesia del Santo no cesan de voltear; du­ rante c-1 «esto del año sólo tocan á muerto cuando llegan al cementerio inmediato los que van á esperarnos; sólo el «lia de San Isidro su sonido es alegre y juguetón ; con sus len­ guas de metal saludan á los vivos, los animan y regocijan; mañana volverán á saludar con pausado y triste clamor á los muerto». Si tenernos apetito y no nos falta el dinero, bien pode­ mos despacharnos ú nuestro gusto, porque allí hay «le todo lo que se puede apetecer. A cada paso nos ofrecen delicadí­ sima» rosquillas «le Fuen labrada, que en este pueblo son extremados cu la confección de tan suculenta» pastas; siqueremos entretenernos honestamente compremos los sua­ ves torrados, duros corno piedras, que salpicados de punan más que amigadas, nos muestra aquella desgreñada vieja, en sus curtidns manos, ponderándonos con persuasivos fra­ ses y gracioso» ademanes lo inmejorable de sn mercancía. Pasemos de prisa por delante de esos incitantes barriles llenos de escabeche, y dominemos nuestro deseo do pro­ barlo, ponpie el escabeche es bueno, muy bueno, pero de fijo nos produciría nn cólico si no le acompañásemos «1«' un cuartillo, ó dos. de lo tinto, y si tal hiciéramos podríamos evitar el cólico, pero no la borrachera, y no hemos venido á emborracharnos, como aipiellos «los prójimos «pie allí van, agarrados del brazo, damio tumbos y tropezones, en­ carándose con los celosos agentes de orden público, que los vigilan, y diciendo ú las mujeres tales requiebros, que de oirlos se avergonzaría cualquier colegial «k* Mejilla. Vean Vds. qué selecta colección «le licores hay en t‘sc puesto; bien dice el vendedor en el cartel que luí colocado para conocimiento «leí público : Lh/orenfinoz jmr el ¡loro/n'o /abrillante. Nadie en verdad le disputará semeja lite fabricaclan de aguardiente pintado «le todo» los colores conoci­ dos, ni tampoco le enviiliará la ortografía «le su muestra. Pasemos de largo por delante de todos esos puestos de cnchurroK, «untos «le barro, pilos y tilintas y campniiilluH, y no Imgiunos coro con los que se ngmpnn ante una báscula donde están penando á una señora gorda que lm venido á la romería con su bija y su yerno, y le lm entra­ do comezón de saber lo que pesa, detalle que el yerno cono­ ce perfectamente. El público se ríe grandemente al ver la gravedad «le la señora gorda y la enra «le renegado del yerno «pie está allí esperando «pie termine la operación, y temiendo que 1» suegra pese inedia libra menos «pie el año pasado, porque »i tal sucede «*» seguro que la buena señora le culpará «le esta pérdida de carne, que no en vano tiene ella tanto disgusto viendo ú su bija casada con un hombre qnc es muy bueno y todo lo que se quiera, pero no ade­ lanta un paso en su carrera de empleado insignificante, nn por otra cosa sino por no tener trastienda y picardía, que es, en su dietninen, lo que hay que tener en el mundo. En efecto, menos pesa la suegra que el año pasado, y al saber tal noticia ha puesto una cara sumamente afligida, aunque no tanto como la que lleva el yerno, «pie sigue hu­ mildemente á su mujer y ú la madre de ésta sin hablar pa­ labra basta que recibe la orden de buscar sitio adecuado y conveniente donde sentarse los tres á comer la tortilla y la ternera que la cuidadosa suegra trae para celebrar tan clá­ sica fiesta «pie tantos recuerdos tiene para ella, que en tal din como lioy conoció ni guardia de la Real persona que filé su marido, y quq si viviera, con aquel geniazo que te­ nia. habría ya metido en cintura á medio mundo, y seria general, lo menos, y no habría consentido que su bija se casara con nn triste empleadülo de poco más ó menos, más triste desde que se lia casado. Las nubes van extendiéndose sobre la pradera y me parece que pronto caerá sobre los abrasados campos la be­ néfica lluvia que tanta falta buce; y lié aquí patente la pro­ tección que el Santo labrador dispensa á sn amado pueblo «le Madrid. Cuando éste celebra su fiesta. de qué manera más elocuente lia de manifestar el Santo sn agrado que proporcionando á sus patrocinados el agua ijue necesitan para que se pueda comer el pan barato?..... Pues como si les hiciera el mayor agravio, revnélvcnse los madrileños contra el Santo en cuanto empieza ¡i llover, y escandaliza oir los denuestos que le dirigen los vendedo­ res que tienen «pie recogerlos puestos, los que áun no ha­ bían acallado de merendar, los que no pueden encontrar co­ che donde volver á casa, y eu fin. todos los que ven en la lluvia una pequeña molestia ó contrariedad. Asi es el inun­ do. y sea V. para esto patrón de un pneblo, y llágale us­ té«! beneficios y mercedes. Sin embargo, San Isidro, tan bondadoso como es. perdo­ na la ingratitud, considerando que el pueblo «le Madrid cu semejante «lia no quiere acordarse de la sequía ni del pan can», ni cuidarse de otra cosa que de divertirse á todo NV X V I I I trance, y por esto le contraria la lluvia, que le obliga ú volverse á la ciudad sin haberse divertido todo lo «pie pen­ saba divertirse. Demasiado conoce San Isidro á ese niño voluntarioso «pie se llama pueblo, y bien entiende que su enojo es pasajero, y que este año como el ««tro y como siempre, aína y venera á su patrón berulito, cuya fiesta se celebrará con igual entusiasmo y regocijo mientras exista la villa de Madrid. Volvamos, pues, ú casa, y volvamos á pié, aunque llue­ va. En el camino oiremos agudezas y donaires de las hem­ bras de rompe y rasga que vuelven con sus canon «le la ro­ mería; nos liarán reír las coplas que al compás de la gui­ tarra cantan mil voces tomada» del aguardiente, sorpren­ deremos palabritas dulces que dicen las parejas de cnaniorodos, que dejan muy atrás ú las mamila para tener ocasión de decir tan buenas cosas; observaremos la mala cara que traen pollos y maridos que se han gastado un ojo en la fonda, y han Visto acaso con el otro cosas «pie no Ies po­ dían gustar, por ejemplo, miradas indiscretas de atrevidos gnlnnes, qne no respetan casada ni doncella, y repartire­ mos los cuartos «pie nos quedan entre los pobre» «pie for­ man en el camino, excitando la caridad «li; los romeros con tristísimas voces é inacabables lamentos y mostnindrt sus miserias para conmover los corazones. V con esto, y con desear buen viaje «le regreso ñ los ciu­ dadanos que lian venido en los trenes do recreo a visitar ú mi patrón, y «pie aunque se hayan aburrido grandemente volverán"¡i sus pueblos ponderando lo mucho que sellan divertido, me despido de los lectores hasta el año «pie vie­ ne, que volveremos á ir á San Isidro , si Dios quiere. C arlos F r o n t ac r a . MOVIMIENTO MUSICAL. Las Nares de Cortés, episodio lírico, música do D. Ruperto Chapi.—Union musical.—Solemnidad artística.—El discur­ so del Sr. Itarbieri.—Dos óperas nuevas en Barcelona Di ríase «píela situación política de España, enmarañada como siempre, y como siempre incierta y vacilante, infun­ de á los músicos españoles nuevo valor y poderoso» brío» para no amortiguar en lo más mínimo los efectos «pie Im reeiente afición del público lia producido en el campo artís­ tico miciunal. Lejos de rundir el desaliento entre pues!ros tnaestros, léjo» de dejarse dominar por un «lesnliento y «leseonlinuza «pie ínula, en verdad, tita«lijan de extraño en las actuales «•ircimstnncinH, nótase al contrario entre los jóvenes entuponitores y los que no lo son, una animación extraordinaria, un rifan y ruin voluntad firme para hacer frente á todos !«m obstáculos y marchar con paso decidido á la regenera­ ción «1«? la música española. Después del Fernando el Einjdauuf», de Zubimirre, obra á la que consagramos en uno de los anteriora» tiúmeroH, un articulo, alguna de cuyas apreciaciones lia Regado ú herir en lo vivo ciertas susceptibilidad«}» por demás inocentes, debemos registrar otros sucesos de interés verificados en un corto espacio de tiempo, y cuya importancia, según verán nuestros lectores, es imposible desconocer. Es el primero la adjudicación del premio ordinnrio de Ruma, que previa rigurosa oposición y veredicto unánime de un jurado inteligente y severo, ha »ido adjudicado ¿Don Ruperto Chapi. discípulo del actual director del Conserva­ torio, Sr. Arrióte. Cuatro concurrentes se han disputado el premio, y uno de ellos, el Sr. Zaluiln ( D. Cleto), ha alcanzado la honrosa distinción de «pie el jurado haya hecho constar en el acta su sentimiento por no existir «>tra pensión para premiar las excelentes «hites del joven compositor citado. El trabajo del Sr. Chapi, episodio lírico original de Don Antonio Amao y titulado La* Nares de. Cortés, se ejecutó en el teatro de la Opera. y en las tablas del gran coliseo tuvo que presentarse repetidamente su jóven autor á recibir los aplausos de nn público respetabilísimo. Exito tanto más notable, cuanto que la ejecución de Las Nares de Cortés no admite calificación: tal fué la falta de seguridad, el desconcierto general «pie reinó con puSiible frecuencia en el escenario de nuestro primer teatro. No queremos extendernos en tan desagradable asunto, cuya responsabilidad debe recaer principalmente sobre la empresa de la Opera. Sobradas ocasiones tendremos, por desgracia, para censurar tamaños atentados contra el arte en general y la naciente reputación de nn compositor en particular. A l ocuparnos de las condiciones do la obra premiada, liemos de ser parcos en nuestras apreciaciones, ya que en producciones de esta naturaleza hay que lijar»«- más en lo que prometen «jue en aquello que buenamente presentan al examen de la critica. Si prestáramos crédito á lo» elogios que algunos colegas han prodigado á Las Nares de Cortés. forzoso seria convenir en «pie el Sr. Chapi, lejos de ir á Roma para perfeccionar sus conocimientos, tiene facnltndes más que suficientes pará quedarse en casa sin necesidad «le buscar en la capital del orbe católico lo que en España tan galantemente le adjudican algunos optimistas. No profesamos nosotros esta opinión. El Sr. Chapi es un N.° X V I I I 283 L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC A N A . artista novel, ensi mi niño, pues no tiene más <le veintitrés año» de edad, artista despreocupado y audaz, dos condi­ ciones dignos para nosotros de elogio; artista que con se­ guro golpe de vista revela aficiones avanzadas buscando los efectos de su arte en las grandes páginas del drama lí­ rico moderno: artista, en lili, que huye con esmero del ca­ mino trillado c introduce»* resueltamente por aquel en qne sido pueden penetrar los hombres dotados de grandes co­ nocimientos, elevadas miras, paciencia, fuerza de volun­ tad y decisión firmísima de resistir con serenidad todo g é ­ nero de contrariedades. El Sr. Clinpi es una esperanza, y al verse halagado por la naturaleza, que no ha sido ingrata con él. al haber al­ canzado con tan brillantes circunstancias el premio de liorna. ha contraido una pesada resjionsnlululad. El señor Chapi dehe responder á io que todos esperamos; y dehe responder, porque Las Xare» ile Corten lian puesto de ma­ nifiesto lo que e! Sr. Chapi está obligado á hacer cuando sus estudios se hayan perfeccionado, cuando la atenta ob­ servación y estudio de las grandes obras que se ejecutan eu el extranjero hayan mostrado al talento del compositor laureado nuevas sendas para él desconocidos, cuando el fuego y las lisonjeras esperanzas del músico hayan pasado por el tamiz de la práctica, el estudio y la experiencia. [jan Xares de Corté» son para el presente una composi­ ción que añadir á la lista de las Composiciones más ó mo­ nos distinguidas, mejor ó peor trabajadas (pie de las aulas (Id Conservatorio han salido; esto en cnanto á la forma. Eu cuanto al fondo, l.o » Nares de Corlé» representan ya mucho más, representan en el Sr. Chapi aficiones decididas á las doctrinas más recientes del arte. Y esto es tanto más de notar, cuanto que el artista que tales ideas sustente debe reunir mayor copia de condiciones, dotes excepciona­ les que no pueden exigirse de lo« estacionarios ó retrógra­ dos, tan frecuentes hoy en din. Si la tarea es ardua y las dificultades son de consideración, mayor ha do ser la glo­ ria del Sr. <íiapí si á vencer llegase todas las contrarieda­ des. L a » Narra de Corté» son augurio feliz para los tiempos venideros, y nadie más que nosotros desea que las facul­ tades latentes del Sr. Chapi lleguen mañana ú todo sr. des­ arrollo y perfección. La España musical, que en el joven compositor confia, ha de recompensar con creces sus traba­ jos futuros si éstos son dignos de las esperanzas que han hecho concebí*' á las personas inteligentes. En cuanto ni Sr. Arricia, el éxito de su joven alumno constituye para el maestro la más lisonjera felicitación. Recordarán nuestros lectores qne en más de una oeAnión líos hemos ocupado de lo« fatales resultados de ciertas lu­ chas intestinas que con demasiada frecuencia han sembrado la discordia entre los compositores españoles. Pistas luchas han desaparecido por fortuna, merced á una luminosa iden que obedeciendo á un Mobilísimo sentimiento ha sido cor» nada, como no podía inclina de suceder, por el más feliz de los éxitos. El Sr. Fernandez (.»hullero aprovechó la circunstancia de haber obtenido los Síes. Znhinnm* y Chapi los dos premios asignados á los pensionados, pertenecientes a! arte de la música, para obsequiar ú éstos con un banquete de despe­ dida, presidido por los maestros do los premiados. El Sr. Zubiaurre es discípulo del Sr. Eslava y el Sr. Chapi lo es del Sr. Arríela. Esta coincidencia fué causa de que los dos afamados maestros, á cuyo nombre se hacían la guerra sus respectivos discípulos, se encontraran en el banquete ro­ deados de toda la juventud qne militaba en ambos campos. El Sr. Zubiaurre ocupó su asiento al lado del Sr. Arrietn, mientras el Sr. Chapi se colocó á la derecha del Sr. Eslava. Con tal principio no era difícil prever lo que al fin suce­ dería. Eu efecto, el Sr. Arrietn, con levantadas frases, diú comienzo á los brindis, rindiendo un elocuente testimonio de admiración al Sr. Eslava, que ásu vez contestó con con­ movido acento, poniendo de manifiesto su amor á la conci­ liación artística cu breves y sentidas palabras. Xo hay pora qué decir el mágico efecto que los brindis de los maestros producirían en el ánimo de los discípulos, que henchidos de gozo y entre aclamaciones entusiastas y patrióticos discur­ sos, dieron por terminadas eu aquel solemne acto todas sus diferencias, todas las rivalidades que basta el día hayan podido existir. j Ademas de los Sres. Eslava. Arrietn, Zubiaurre y Chapi, «*? veía allí congregada la que pudiéramos llamar flor y nata de nuestra juventud artiHtico-musieal. Los Sres. Fernandez hermanos. Fernandez Caballero, Carreras, Broca, Acebes, Pinilla. Calahorra. Llanos, Hernández ( D. P ab lo). Gain/!i• Empino, Campos y otros muchos cuyos nombres no es posible recordar, asistieron á aquella fraternal reunión, en la que bajo las apariencias de un acto de galantería y com­ pañerismo, se verificó un hecho de importancia suma: la fusión de nuestros elementos múncales. La unión es la fuerza. Xo ha de ser poca la que con el acontecimiento que acabamos de narrar han de cobrar todos los compositores españoles en beneficio del arte nacional, y tampoco es poca, en verdad, la satisfacción que correspon­ de al Sr. Fernandez Caballero por el éxito que b.i obtenido R" f-liz iniciativa. El autor del Prim er dinfe liz debe contar nn su repertorio con un din más, tan feliz por lo menos como el do su mejor zarzuela. o o o Como si los agradables sucesos de qne liemos dado cuen­ ta no fueran bastantes para colmar de alegría ú nuestros músicos, ha venido á ponerles digno fin y remate la se­ sión pública y extraordinaria celebrada en la Academia de Bellas Artes de San Femando el din 10 del actual para solemnizar la agregación de la Sección do Música. En dicha sesión y ante una escogidísima y numerosa concurrencia, llevó á caito el Sr. Barbieri una magnífica vindicación del divino arte, que no de otra manera puede calificarse el admirable discurso leído por el célebre maes­ tro con una entonación y una brillantez verdaderamente musicales y acogido con entusiastas aplausos por toda la reunión allí congregada. Xo tenernos tiempo ni espacio para ocuparnos de dicho discurso nutrido de erudición, escrito con facilidad y ele­ gancia, lleno de citas curiosas al par que interesantes, in­ tencionado como pocos, como poco» también ameno é ins­ tructivo y en el que se lince una brillantísima historiado los servicios incalculable* que al arte prestaron los gran­ des genios españoles ú principio de la edad moderna. Pero si nos es imposible, bien ú pesar nuestro, tratar con latitud el precioso trabajo del Sr. Barbieri, no asi respecto ú sus últimos párrafos cuya reproducción íntegra nos lian de agradecer seguramente los lectores de L a íi .usi ka' Ion. líelos aquí: «Con efecto, Señores, poned la mano en vuestro pecho, y convendréis conmigo en que cuando en lo intimo de vuestra conciencia sintáis el ferviente anhelo de poneros en contacto con la divinidad ; cuando necesitéis de los consue­ los que presta la oración, ó de los cariñosos auxilios que da la fe católica, iréis al templo. Y ¿qué veréis allí? La unión de las bellas artes todas, ubml-ulamente tolla» , cu su más noble y digna manifestación. La Arquitectura, con sus grandiosas naves, cuya elevación parece deciros en su len­ guaje mudo: <t¡mirad al cielo! » La Escultura y la Pintura, con la magia de sus formas y colores, poniendo á vuestra vista la divina epopeya de la redención humana. La Músi­ ca ,cu la voz angelical del niño acólito y e n la robusta y potente del salmista de cuyos labios brota un raudal de di­ vina Por »¡a. La Música también, en el órgano, ese instru­ mento gigante con cuyas múltiples coiiibinncioueH ya os hace entrever la morada de los coros angélicos, ó temer hi ira de Pius en el tremendo dia del Juicio final. La Orato­ ria , en boca del sacerdote que ocupa la cátedra del Espíritu Santo. V cu fin, hasta la lianza noble, al par que alegre, como la que ejecutan los seises de Sevilla ante el Santísimo Sacramento, lié aquí la síntesis do las bellas artes en con­ junto, respondiendo al »mis digno de los sentimientos hu­ manos, al del amor de Píos, que es el amor de los amores. s Pero si apartáis de aquí la vista por un momento y que­ réis lijarla en los mundanos goces que prestan las bellas artes, las hallareis también uñóla» Unía» en otro lugar que sintetiza el gusto artístico de la generación presente; cu el teatro. Decidme, pues: ¿comprendéis posible el teatro sin la Arquitectura que lo constituye; la Eecultura que lo ador­ na; la Pintura que lo decora; la Poesía, la Música y la De­ clamación que le dan voz; la Danza que lo entretiene, y hasta la» ciencia» que lo sirven ?.... » Pues bien. si la unión de las bellas artes es un hecho con­ sumado; si de ella necesita el hombre moderno, para satisfacerá Bits necesidades estéticas en lo divino y en lo huma­ no : ¿por qué no había de realizarse tan necesaria unión en esta Academia, donde se rinde tan ferviente culto al prin­ cipio filosófico de la belleza ?.... Realizóse por lin, como os dije al principio, gracias á la ilustración del Gobierno de la República y á la iniciativa y benevolencia de esta misma Academia, quienes comprendieron que, como decía Lamennais, «e/ A rle e» uno, como D ios; uno, como el universo;jtor consiguiente, Aula» la» arle» , en conjunta y estrechamente uni­ da», nacen de una misma m iz, y cualesquiera que sean las diferencias secundaria» que las especifiquen, se. resuelven en una rigurosa y fundamental unidad.» Después de reproducidos los párrafos (pie anteceden, rés­ tanos únicamente felicitar de todo corazón ni Sr. Barbieri. que á sus extraordinarios méritos como músico, lia dado muestras de reunir las dotes oratorias, la intención, la elo­ cuencia de un literato de talla. Algunos colegas lian indicado las desavenencias que exis­ ten entre los académicos de la Sección de Música y los de­ más de las otras secciones. Hace tiempo que en este sentido nos ocupamos del asunto, precisamente en las columnas de L a ItxrSTRAejON: pero tenernos motivos para creer (pie en la Academia de Bellas Artes reina boy la mejor armonía, y que los rencores anteriores lian sido olvidados por cues­ tiones de alta importancia que los señores académicos más que nadie están obligados á cumplir. Si esta paz se alterase por cualquier concepto, redundaría necesariamente en jierjuicio de las artes cuya vigilancia está encomendada á los que deben sobreponerse á todo género de rivalidades y des­ conciertos eon el fin de velar por los sagrados intereses cuya custodia Ies confiara el Gobierno de la nación. La concor­ dia existe hoy entre las personas respetabilísimas en su ma­ yor parte que componen la Academia, y tenemos derecho ^esperar que la Sección de Música no será la última en dar señales de vida, lo cual, aquí en confianza, está ya hacien­ do bastante falta. o o o Para terminar estos desaliñados renglones, réstanos par­ ticipar á nuestros lectores que el arte musical ha alcanzado muy recientemente dos señalados triunfos en Barcelona con las óperah Editta di Belcnurl del anciano y respetable maes­ tro eatalnn Sr. O biols.y L'ultimo A henzerraggio del maes­ tro Podre 11. Ambas óperas estrenadas en e! (¡rali teatro del Liceo de Barcelona han obtenido, al decir de la prensado aquella capital, un extraordinario éxito, proporcionando á sus autores aplausos sin cuento, llamadas á escena y nu­ merosos y ricos presentes. Xo conocemos las obras de los Sres. O biolsy Pedrell, ni conocemos tampoco á estos distinguidos compositores que gozan de gran reputación en L'ataliiñn, pero séanos permi­ tido saludarlos afectuosamente y enviarles una cordial en­ horabuena extensiva á los maestros y aficionados catalanes qur- de tal manera estimulan ni artista y cultivan el arte en dias de prueba corno los que estamos atravesando. \ a lucirán otros más tranquilos para que vean nuestros detrac­ tores á cuánto alcanzan los riquísimos tesoros musicales (pie encierra esta patria nuestra tan hermosa como desgraciada. A n to n io P k Sa y G o Ri . CUARENTA AÑOS, Ó L A VIDA DE UN SABIO ( Conclusión.) El anciano la arrancó violentamente el manojo de llaves* se caló las gafas y si* puso á examinarlo. — ¿Yes, Crispida, cómo no sirves para nada? Esta, esta es la llave del armario; la conozco. — ¡Señor! — exclamó la sirviente toda azorada— yo lio quería decirle ú Y .... — ¿Qué? — Que en ese armario no hay lo que \ . cree, porque.... — ¿Acabará»? — Porque lo que Y. cree no está en ese .....y ademas.... — Basta de necedades. Y se dirigió á la alcoba de la sala, en tanto que Crispida escurría el bulto Inicia las habitaciones Interiore», milrtnurnndo entre dientes algunas palabras. — Venga Y., venga V. un- gritó l>. Homo bono desde la puerta de la alcoba;—quiero que ven Y. mi Honda Sanetomín, el trabajo que tengo en más estima. Me acerqué ni armario, qm* abril'« D. Homohono, pero apenas pude hacerme cargo de si eran papeles ó ropas lo que encerraba aquel ¡imicnao mueble, porque la alcoba es­ taba muy oscura. — Aqili está, como yo creía, en esta tabla inferior, la plata labrada; pues bien, el resto del armario está ocupado por legajos que valen más que si fuesen de oro macizo. Aquí guardo todo lo concerniente al tribunal de la Inquisi­ ción desde su establecimiento hasta su cabla. Repase A .. que tendrá mejor vista (pie yo, la rotulación de los cartones. — Poca luz hay en la pieza, pero á medida que los ojo» se van acostumbrando á esta seini-oscuridnd, distingo á modo de unos grandes rollos de papel continuo. — No señor, no son rollos, sino legajos sujetos entro car­ tones amarillos. — Perdone Y., ni ésos son amarillos ni legajos, sino ro­ llos blancos. — Xo puede ser,— exclamó I). Homohono, palpando al mismo tiempo uno de los supuestos legajos; — éste debe ser el que contiene la descripción detallada y técnica de todos los instrumentos de tortura que.... ¿Pero qué diablos hoy aquí ? Toque Y. esto. Hice lo que el viejo me indicaba, y contesté: — Efectivamente, esto no es papel continuo, como yo me figuraba, sino una pieza de tela.......Aguarde Y .... y otra á la derecha, y ú la izquierda otra....y más acá. y más allá, y más abajo, y más arriba....todo está lleno de telas. Sin duda se ha equivocado Y. de armario. — Xo señor, no; éste, el núm. ó. es el de la Inquisición, sino que Crispida habrá colocado delante de los papeles esos rollos de tela, qne yo ignoraba existiesen en mi casa. Esa mujer no tiene raciocinio ni sentido común.... ¡Crispida! ¡Crispida! — gritó D. Homohono con toda la fuerza de sus pulmones; — ¡Crispida! ¿ v e r si vienes inmediatamente con una luz. Crispida apareció, pasado un largo rato, trayendo un velón, cuyas dimensiones estaban eu razón inversa de la intensidad de la luz que proyectaba su único mechero. — ¿ Me quieres explicar qué es esto?— la preguntó trému­ lo de ira D. Homohono. — ¿Qué lia de ser? lienzo,— contestó la ama de llaves, que había recobrado su serenidad. — ¿ Y por qué lias puesto ese lienzo cubriendo mis pa­ peles? — Porque no tenia otro sitio donde guardarlo. En el cuarto oscuro, sobre que es muy húmedo, me lo roían los ratone*. — Pero, al menos, hubieras escogido otro armario, el de los flfieio» mecánico» , el de los Juego» y ¡maatiem/tos, el de las Epidemia* , cualquiera de los que hay aquí, menos éste. — Yo le diré á Y .: todo» esto» armario» y algunos más están llenito» de piezas de lienzo, « 'orno los ratone» me las estropeaban eu el cuarto oscuro, dije: « 1'ucs señor, esto no tiene maldita la gracia t , ¿ y qué hice? fui y cogí mis pie­ zas de lienzo, y poco á poco las fui trasladando ñ los arma­ rios. — ; Revuelta» con m i* papeles! — Eso si que no: los papeles están todos juntitos y bien arreglados en el cuarto («curo. 284 L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A. N.° X V I I I que me llevan en el lavade­ — ¡ Misericordia!— excla­ ro y en el telar. mó el sabio, llevándose ambus manos ¡i la cabeza. — Quedan 4.RG7 libras, con corta diferencia. — Yo dije,—continuó Cris— Que, á razón de dos va­ pula, sin hacer caso de los ran de lienzo por cada libra, aspavientos de su amo: — hocen.... pues señor", únte« que los — Nueve mil setecientas ratones roan el lienzo, más treinta y cuatro varas do vale que roan el papel, que tela. al tin es papel escrito. — Pongamos ácuatro rea­ — ¡Esto es horrible, van­ les y medio cada vara; dálico. desgarrador.... ! Hoy ¿cuánto importan? mismo volverá esc lienzo al — Importan.... eso es.... enano oscuro y los papeles cuarenta y tres mil oclitá los armarios....Pero (lime, Crispida: ¿de dónde han cientos tres reales. — Ya lo sabia yo, b ¡ i i ne­ venido todas esas inverosí­ miles piezas de lienzo? cesidad de calentarme la ca­ beza. Y además, sé que si va — ¿He dónde? De esta rueca y de estas manos que, usted á vender todos esos según Y. dice, no sirven papelotes, no le darán por para nuda. Mientras la ocio­ ellos en la tienda de nltrasidad, (pie es madre de to­ marinoB ni á razón de cuatro dos los vicios, le arrastraba reales arroba. ú V. á escribir resmas de pa­ D. Ilouiobono estaba en­ pel, que ni aun los ratones carnado como un cangrejo habrán querido probable­ cocido v no se atrevía ú le­ mente, yo hilaba, hilaba, vantar los ojos del suelo. hilaba, invirtiendo todo mi Su ama de gobierno se !<• salario y mis ahorros en li­ reía ¡»respetuosamente en las no, y aquí tiene Y. el fru­ barbas. to de mi holgazanería, como Yo no sabia qué decir ni qué hacer en una situación usted la llama. Yo no sé leer tan cómica, pero retozába­ ni escribir, y por lo tanto, me la risa en el cuerpo y lio lie podido llevar una tenía miedo de no poder cuenta exacta de lo que ha dominar una ruidosa explo­ dado de si mi ti abajo; sin embargo, á ojo de buen cu­ sión que hubiese herido el amor propio del asenderea­ bero puedo decir á do sabio. con el valor de ese lienzo se Adopté, pues, una resolu­ pueden pagar docena y me­ ción heroica : apreté los la­ dia de deudas como la que bios cuanto piulo, tomé el tanto le apura en estos mo­ mentos. sombrero, hic.' una inclina­ ción de cabeza, me lancé -— ¿Estila loca? si supie­ ras calcular no dirías tales impávido á la puerta de la despropósitos. Aunque hu­ escalera, y salí á la calle bieras vivido más años que como alma que lleva el diablo. Matusalén! é hilado diez l i ­ — Hé aqnf,— iba dicien­ bras de lino cada din... do para mis adentros,— si — No me venga Y. con historias antiguas ni con yo fuese hombre de menos matemáticas nuevas; lo «pie conciencia, lomaría esto ti­ llo, liaría sobre él una pieza, digo es ipie,echando la cuen­ se la llevaría 4 <bizman, la ta por los dedos, sai o que anunciaría como arreglo del mi lienzo vale, tirado á la francés para asegurar el éxi­ calle, más do 40.000 reales. to, y acuso me tlariu di — ¡.la, ja, ja !— exclamó ñero.» , en un acceso de sarcástica Esto pensaba miéntras uto hilaridad D. ílomobnno;— dirigía ó mi cosa. no lias dicho mucho.... ¡Cua­ Lo (pie no pudo pensar ni renta mil rm lr* ! soñnr siquiera entonces era — Agnnrde X. un poco,— e x c m o . i:: i i .m o . su. p. t o m a s IG LESIA S y u a b c o k k s , P A T R IA R C A d k i .a s i n d i a s : 7 en Madrid «1 8 del actual. que, veintiséis años más tur­ dijo la vieja como quien re­ ne, el pobre D. llnmulxuio pasa mentalmente una cuen­ me daría asunto para escri­ ta,— no son cuarenta mil.... bir en L a I l u s t r a c ió n K s p a S o l a este articulo, que á pri­ — Cuarenta y algunos meses. — ¡ Hola! ya vamos rebajando. — ¿Cuántos dias tienen cuarenta años? mera vista habrá parecido insulso á los lectores, pero si le — Pero son cuarenta y tres mil reales y cuarenta duros, — Prescindiendo de los bisiestos, 14.GW. miran con benevolencia verán que sólo es algo largo y bas­ poco mas ó menos, lo (pie vale ese lienzo. — ¿Cuántas libras de lino se pueden hilar en todos esos tante empalagoso. — Vaya, déjanos en paz.... — Nada, nada, coja V. la pluma, V. que tanto sabe de dias, á razón de media libra diaria? F k un a n d o M a r t in R edondo. — Siete mil trescientas. letra y de cuentas. ¿Cuántos nüos hace que estoy en esta — Rebaje Y. ahora la tercera parte por mermas y por lo casa ? N .° X V I I I L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y A M E R IC A N A ♦ ESI‘A X A KN l'LTU.VMAU. M AN ILA. — IIKMOKNITA DE VKI1ANO DEI, CAPITAN (IBSKKAL DE I.AH ISLAS PIMPINAS, ir—t T—1 ■M B f lí!^— y f i =3■4 i'- 1 fftl P P i Aiw Ì II ABANA.—A L A M E D A DE ISAB E L U. 285 2.x<> L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A. CULTO ESPONTÁNEO. Que esmaltador ninguno Los soñó iguales. Ornato á los altares I lo los collados Son, como alfombras muelles. Los verdes prados: En los recuestos Sirven de candelabros Chopo« enhiestos. Al pié de las hileras De oscuros pinos Sube la enredadera Por los espinos: Símbolo hermoso. Corazones ensarta Su tallo undoso. (Meditación vespertina.) Á .MI AMIGÓ Kl. 81!. U. 1‘KDltO DE LA HIDALGA. ¡Oh Dios! tu templo es éste: Sus lamparas los astros.....Yo su giro. Su fuego ignoro, y en silencio admiro. . (La C r e a c ió n .—llanoso.) A estar conmigo solo, Lejos dol vatio Bullicio do la córte, I)** nuda liay sano, Y dotide advierto Mi pensamiento triste Delirio y muerte; Me vine aqui, oh amigo, De ese Orco huyendo, Y ú anegar, con memorias Del loco estruendo, Muchos pesares De Dios en el aliento Que hinche los mares. Más áun en estas playas Donde creía Respirar libremente, Sin agonía, Tenaz recuerdo Me hostiga, y á su influjo I.a calma pierdo. De su Fe, demolida Con fiera saña, Entre escombros, sentada Contemplo á España, Que, en su demencia, <)l ra Fe pide ni yermo De su conciencia. Nubes de polvo velan Su torva frente, Eli polvo sus pies hunde, iluda, indolente: On grito aciago Do fue su paraíso Sembró el estrago! Abjuró del pasado, Negó en su anhelo A Dios....quedó para clin Desierto el ciclo ; La renegada Buscó el cielo en la tierra, Y halló....¡la Nada! A l que pobló de soles El firmamento., A l'que lanzó al espacio <filies sin cuento, Al que cu su mano Le licué, su hoúnmnju Niega el gusano!.... Jleí hombre impío sufres El necio insulto, Y la naturaleza Te rinde culto, ¡ Uh I líos inmenso! La tierra te alza altare« Y te da incienso. A llares gigantescos Son las montañas, Aras limpias y tersas Lagos y bruñas; Te dan las llores Ku primicia en las selvas Ricas de olores. Donde te faltan arcos Y chapiteles Hay bóvedas de mirtos Y de laureles, CipreSes altos, Derechos pinos, minen De pompa faltos. No lia menester cornisas Ni basamentos El templo do circulan Los cuatro vientos: Do la tormenta, Cual órgano invisible, Ruge violenta. Largo friso de hernioso Majo-relieve Finge In sierra, orlada De azul y nieve; Llena el espacio El «ol con sus cendales De oro y topacio. Do te niegan doseles, (Jala y ramajes, Teje la enredadera Tus cortinajes: Do no hay brocados, Suple In verde hiedra Con sus t.re|iados. Tabernáculo tnyo Es la espelunca, Do no llegó la planta Del hombre minea: Son los festones De las silvestres vides Tus pabellones. Donde de los pinceles El primor falta. Pone tu soplo eterno Que el orbe esmalta Colores tales, Cuando la blanca aurora Aclara el cielo, La alondra gorjeando Remonta el vuelo: Es la primera Que el saludo armonioso Lleva á tu esfera. Al virginal bostezo I >e la mañana, Gozosa se estremece La flor galana: Su pura ofrenda Al aura que á ti vuelve Fiel encomienda. Tu iuz, que del Oriente Las puertns dora. Desde el bosque profundo La ave canora, Entre el ramaje, Celebra en melodioso 1luíce lenguaje. La campánula blanca So mece abierta, I 'a al reptil y al insecto La voz de alerta , Y áun ellos brillan, Mullen, se arrastran, vuelan, Saltan y chillan. Llega al cénit tu hermosa Viva lumbrera, Y á tu vista inflamada Se hinche la esfera: Fuegos fulmina, Y amorosa se encrespa La onda marina. Cual corcel espumante, Dócil al freno, Se alza la ola gigante Con voz de trueno: Y el mar la sorbe 1’nra que tu grandeza Celebro el orbe. Sus tornasoles luce Nevado el monte, El azul del zafiro Da el horizonte: Su verde falda Pinten el arroyado, Dora la gualda. Y oro y plata y colores, Y fuego y llamas. Da el bosque, el sol hiriendo Las secas ramas, Cumulo en la tarde Parece, en holocausto. Que el bosque se «rao. ' . . Cuanto se mueve entonces, Y cuanto vive, Cuanto de tí, ¡olí Dios sumo! Su ser recibe, En el mar cano, En el cielo y la tierra, Pulsa t u mano; Y cual notas de inmenso Clave arrancadas, Las voces á concierto Por tí llamadas, Responden todas, Y cielo y tierra unidos Cantan sus bodas. Un globo de alabastro Finge b» bina, El héspero riela. Y va una á una, Va ciento á den tu Entendiendo estrellitas El firmamento. No hay indiana pagoda, No hay catedrales. Ni mezquitas que ostenten Lucernas tales: Ni se oyen hoy Coros sueros cual estos Que oyendo estoy. En unión con el Ponto Velado en brumo» Está el Alción que al vuelo Ix? merma espumas: Júntase al grave Rumor de aguas v vientos La voz del ave. Blancas y vagarosas Las nubes corren, A' ya ocultan la luna, Ya se descorren; N.° X V I I I Unida al coro, Ya palidece ó brilla La mosca de oro. Y al compás del tronido Del peñón hueco, Donde la mar penetra Buscando su eco, Con voz fraterna Que celebra, ¡oh Dios santo! Tu gloria eterna, Cada animal creado, Grande ó pequeño. Te aclama en vario estilo Su Dios y dueño, Cuál en su tronco, Cuál en su quiebra ó pico, Sonoro ó bronco. Cabe la turbia charca Do grazna el ganso Su monótona esquila Sacude el manso: . Ladra el sabueso, A' bala la cabrilla Que tuna el cantueso; Brama el toro en el prado, ltclincha el potro: Y á un diapasón robusto Más débil otro Luego sucede, Sin que sonido alguno Sin eco quede. » A la vera del bosque Se escucha al grillo. En la oscura enramada Sillín el cuquillo, Sobre el osenjo Zumba el tornasolado Escarabajo; Zumba la abaja ansiando La llorccilla, Zumba el mosquito armado De trompetilla, Y junto al hito Del camino, entro el polvo, Canta el súpito. Nunca falta en el templo Del campo abierto Inefable muíanla,, Vago concierto: Inmenso grito De amor que sube al trono Del Infinito! P. HK M apkazo . Comillas, Setiembre 1875. LIBROS NUEVOS. Obras completas ilo II. Ventura Itoiz Aguilera.—Libro de la » Sátiras. Comprende: Satlra».—La Arenilla moderna.--(¡róndelas de lo » pequeno».— Epigramas.—L etrilla ».— I Oria» Fábula» y Moraleja*. Segunda edi­ ción.— Madrid, 1871. (Impronta , estereotipia y galvanoplastia de Aribau y Compafiia.) Este tomo que acaba «le ver la luz pública en papel exce­ lente, presenta ejecución tipogi'álion esmeradísima, y tanto por belleza externa como por la de sus ningiiilicns compo­ siciones, constituye-lujosa obra tic la mayor importancia, que lince honor ú España en cuyo Parnaso ocupa sitio alto y distinguido el Sr. Aguilera, por reunir, según afamados críticos, ingenio, agudeza, gracia, maestría y las demás I cualidades distintivas de todo gran poeta. Para demostrar la importancia de la colección cuyo tercer volumen hoy aquí so anuncia, y la oportunidad de su lujo, I escribiríamos un estudio critico sobre el mérito extraordina­ rio de las composiciones que contiene, á no impedirlo el corto espacio destinado ú Libro* nuevo* en estas columnas. Ño obstante, observaremos que cuantos inteligentes lean las obras del Sr. Aguilera han de reconocer que nada se echa en ellas de menos para calificarlo como verdadero poe­ ta. Nunca falta en este autor aquel entusiasmo por las mu­ sas, aquel ejercicio continuo, aquel gusto exclusivo y apa­ sionado, ipic mide sus placeros por lo que produce, y que ni cesa on sus esfuerzos, ni deja cada día de enriquecer el arte con nuevos tesoros, inllumnndo y dominando la opi­ nión pública con el espectáculo de su actividad hasta haber conquistado entre entusiastas aplausos la corona inmortal que ciñe su frente. ingenio de tul temple, td Sr. Aguilera es im verdadero poeta cuyo elemento es el arte, y que ni parecer no vive y no respira sino por él y para él. Este autor lia contribuido, como pocos, para restablecer la poesía, no sólo en la pureza «leí gusto, sino también en la gala v en la abundancia an­ tigua. El talento ardiente y atrevido del referido escritor lia ensayado muchos géneros, dando siempre muestras de ingenio y de destreza, y á menudo altas y admirable» prue­ bas de una organización intelectual muy superior. No son los ramos más difíciles en los que se señala me­ nos: porque también en éstos demuestra fuego, fantasía, viveza, audacia y originalidad en el decir, sacando de su lira tonos altos y felicísimos, dignos de los mejores tiempos de la musa castellana. La colección de Sátira* que tenemos á la vista es de lo más notable y sobresaliente que se ha escrito en este género, el más difícil y uno de los más bellos de la poesía, siendo asimismo moral y útilísimo; porque tan bien manejado N.° XVI11 L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC A N A . còmi» aparece en este tomo influye provechosamente en la» costumbre». La preseute edición contiene los cinco libros indicados en el titulo, qne fonnnn 77composiciones, presentando imi» de cuatro mil verno» inéditos, junto con las otras obras de este voi limen, ipieánte» se habían publicado coleccionadas. Entre cuta» composiciones hay algunas que recuerdan ¿ .1uvenal, otras á Horacio; pero todas tienen elocución pro­ pia, estilo bellísimo, lenguaje puro, correcto, rigorosamen­ te castellano, versificación fácil, expresión siempre origi­ nal, inesperada, y llena »le moral profunda, sin perder por cao linda de su facilidad, gracia y donaire. Jimio con tantas bellezas distinguen la» composiciones del Sr. Aguilera la liermOBÍsima armonía que siempre os­ tentan. Sin esta armonia no valen ningunos vemos el tra­ bajo de leerse, porque carecen de movimiento y de color. Ella es la qne «la ¡i los escritos de nuestro poeta una gracia siempre nueva, y la que pnwlucc^el placer que se siente en leerlos repetidamente aún cuando se sepan do memoria; porque si bien pueden retenerse las ideas y las imágenes, no asi el encadenamiento de bis inflexione» fugitivas de la armonia. El autor del Libro de lo# Sàtira.» encuentra siem­ pre esta acentuación que brota del alma, adonde se dirige el ritmo que la retrata y que de ella nace. Esto es cuanto podemos decir en general de las composi­ ciones á cpie el presente anuncio alude. Silo falta que jus­ tifiquemos con citas nuestro juicio, resultado del estudio que liemos hecho de estas obras, l ’ero la brevedad que no» está impuesta prohíbe semejante enimicracion. y hemos de dejar incompleta la idea que quisiéramos dar de un libro de tan extraordinario mérito. Los que aman las cosas bellas, la vivacidad de las imágenes, el gusto delicado y exquisito, la magia que anima y da vida á la poesia, hallarán sin igual deleite en el Libro de lo* Sátira« , obra de amenísimo entretenimiento, qne revela un alma sensible, talento re­ flexivo y observador, profunda filosofia, facilidad, joviali­ dad y agudeza. Es indudable que la obra que brevemente dejamos anun­ ciada fonna hermosísimo monumento entre cuantas están destinadas á honrar el siglo x ix , y es joya de extraordina­ rio mérito para enriquecer la mejor biblioteca. Porque las composiciones poéticas presentada» con el ingenio y maes­ tria que este tomo flit rafia, no sólo embelesan la vida mágica del humano sentimiento, sino que llegan con fuerza incontrastable á mejorar las costumbres, á ennoblecer las idcAH y á reunir tantas ventaja» que constituyen importantí­ simo asunto digno del estudio asiduo, nsí como del culto y admiración entusiasta de toda persona inteligente. ¿arni/iiia, pur 11. l'crc* (ialiti»». (Tamo vi ilo Fpmodios Nacionales) Malim i, I S 'i . (AdmlnUtraelun, e. ilei liaren, 2 > El nuevo tomo de esta importanti- pnblieacion contiene ima descripción animadísima y del mayor ínteres, de la gloriosa y extraordinaria defensa de Zaragoza, sobre la que escribió un general francés, testigo de vista: uque la alteza de ánimo que mostraron aquellos moradores filé uno de los unta admirable» espectáculos que ofrecen los anales de bis naciones después de Saguuto y Ninnimela. » El Kr. (rftldiw relata con admirable magia esc gran epi­ sodio donde el ejército imperial, más que vencedor, se con­ sideró sepulturero de aquellos heroicos habitantes. Nuestro afamado novelista ni finalizar el tomo que anunciamos, pre­ senta la siguiente observación: «L o que no lia pasado ni pa­ sará jamás es la idea de nacionalidad que España defendía contra el derecho de conquista y la usurpación. Cuando otros pueblos sucumbieron, ella mantiene su derecho, lo defiende, y sacrificando su propia sangre y vida, lo consa­ gra, como consagraban los mártires en el circo la idea cris­ tiana. El resultado es que España despreciada injustamente en el Congreso de Viena, desacreditada con razón por sus continuas guerras civiles, sus malos gobiernos, sus des­ órdenes, sus bancarrotas más órnenos declaradas, sus in­ morales partidos, sus extravagancias, bu s toros y mis pro­ nunciamiento», no ha visto nunca, después de 1808, puesta cu duda la continuación de su nscionnlidml; y ámi boy mismo, cuando parece liemos llegado al último grado del envilecimiento, con más motivos que Polonia para ser re­ partida, nadie se atreve á intentar la conquista de esta casa de locos. Hombres de poco seso, ó sin ninguno en ocasiones, bis españoles darán mil caídas boy como sietuprc, tropezando y levantándose, en la lucha de sus vicios ingénitos, de las cualidades eminentes que aún conservan, v de las que adquieren lentamente con las ideas que lea cima la Europa central, (¡rundes subidas y bajadas, gran­ des asombros y sorpresas, aparentes muertes y resurreccmiies prodigiosas, reserva la Providencia á esta gente; porque sn destino es poder vivir en la agitación como la s*lani.n»dra en el fuego; pero su permanencia nacional está >' estoni siempre asegurada. * IL'flexione» tnu oportunos, exactas, concienzudas y pro midas coun las precedentes abundan en Zaragoza y cu las anteriores novelas del Sr. (¡alibis. Éste además, salò- halaL*r. como pocos, la imaginad-.n de los lector«* producieii!/|con su rica fantasía cuadros lleno* de atractivos de ea1 d sup erior, siendo di fid i decir cuál de ellos tiene más j suave fragancia, sabor mas delicado,colores más hermosos y brillantes. Todo lo que escribe este autor empeña y em­ belesa la atención, porque reúne Ínteres novelesco, caracte­ res simpáticos, descripciones de costumbres, escenas y peri­ pecias, »lúe conmueven, cautivan, arrastran y embelesan. Si afíndimos á lo dicho que en estas novelas el lengua­ je es siempre correcto, puro y elegante, revelando en todas las páginas prendas de estilo de un gusto clásico superior, se conocerán los motivos por qne la prensa tributa á estos libros elogios tan extraordinario» fundados en su valor in­ menso y en que son importantes y notabilísimos basta el unís alto grado. Halagas. P oesías, p o r M. de Vetilla y R o d ríguez, Sevilla, (orones v ür- duQa.) La presente colección de ;u composiciones fonna un bello libro donde abundan sentimientos profundos y deli­ cados, alteza »le pensamientos, arranques de entusiasinoy otra» prendas que declaran el 'agudo ingenio y el buen gusto literario de la señorita á quien se debe este tomo, dis­ tinguida poetisa que goza en Sevilla de justa estima y superi»»r aprecio. Nubes y F lores. Versos de i). Fernando Martínez P o tro sa , l'u volumen con el retrato del autor por R osales; litografía por l>. Manuel Juan IMaua, y Prólogo por IJ. llamón de Campoam or, Madrid. Librería de >an Martin. Las poesías contenidas en este libro reúnen bellísimas ¡deas, elocución esmerada, armonía robusta, é intenciones alta y extraordinariamente poéticas. Al dar cuenta de esta publicación, cuanto pudiese decir nuestro anuncio en ala­ banza del tomo cuyo titulo precedo, seria inútil, porque á los lectores entendidos compete únicamente juzgar de lo que, con darlo á luz, se presenta á su tribunal, y ademas, porque el escritor de estos renglones conoce y confiesa que no puede ser juez desapasionado del mérito de las produc­ ciones »le una persona con la cual le ligan relaciones de ca­ riñoso afecto, «tinque, por otra parte, lo que más aprecia en él, como lo apreciaría en un extraño, es el ingenio agu­ do y claro, la variada instrucción y la constante é incansa­ ble laboriosidad. Sobre este último punto no cabe equivoca­ ción, como puede haberla ni tasar el valorde trabajos litera­ rios, en lo cual á lo falible »leí juicio suele agregarse aún con­ tra In voluntad de quien falla, la pasión ó favorable ó ad­ versa. Excusado parecería, pues, todo juicioeritico desposa de lo que acaba aquí ahora de asentarse, si no fuese deber nuestro decir algo de las presentes composiciones, cediendo á la impresión que nos causa su lectura; impresión que es-' ponimos sen también la de cualquier persona instruida y »b- las unís competentes para sentenciar en eslus materias. La fcelia de la primera composición de las 74 del pre­ sente tomo indica que el Sr. Pedresa contaba sólo 10 años de edad al escribir esta obrita que abunda en bellezas y fá­ ciles versos, y la cual preludia In hermosa fniitnsín y las demás prendas poéticas de nuestro autor. Siguen composiciones tan llenas »le energía y Ihiidcz en la versificación, y algunas con tanto sabor melancólico en la frase, que pueden ser colocadas entre las obras más perf cetas. Hay otras en «pie so analizan Jas pasiones y se penetra en el misterio de la» posas humanas, ora como lo verifica un pintor que representa costumbres con brillante pincel, ora cual lo hace un agudo ingenio que maneja la sátira con delicado aticismo y cultísima forma. Varias sátiras do esto tonu» son retratos fotográficos di- In sociedad moderna donde, según observa el Sr. Cainpoamor, además de lo acerbo del fondo que recuerda el humor de (júngora y Qucvedo, la claridad »le la forma es tal, que la envidiarían aquellos dos grandes ingenios. Carecemos de espacio en las columnas de L a I lustiiapara calificar por menudo las poesías del libro que ahora si- anuncia ; pero debemos decir que en estos versos todo es puro y casto, todo vivamente sentido y con inge­ nuidad expresado, pareciendo que la perfección estética que los avalora, es. más bien que efecto »leí arte, resplan­ dor de la moral belleza del autor, por lo que aquéllos hon­ ran tanto ni hombre como al poeta. El Sr. Pedresa es con­ siderado con justicia como autor «le carácter propio, poeta inspirado y correcto, filósofo y pensador que herí nana la sencillez á la elegancia y á la hermosura. Para probar tales asertos, remitimos al lector á las si­ guientes poquísimas, entre las muchas composiciones muy notables de esta colección : D o» suxjiiro»; CamjHtnas .</ ni»orna; Delante del m ar; Epístola A Eduardo Ifn»a/e»; Amar ¡Hítenlo ; Adiós á mi hijo; Alela ncolias, v Amargura. No dudamos qne las anteriores, como todas In» composi­ ciones del presente tomo, han de obtener muy favorable ueogida de cuantos aman la sincera y legitima poesía; por­ que en este libro todo es bello y delicado y porque en cual­ quiera de sus páginas resplandece un carácter de naturali­ dad inimitable. Nunca falta la mágin de la elocución y de la armonía qne tanto realza los pensamientos poéticos; |x»rqiie el lenguaje,— como nadie ignora, — es respecto á las bellas letras lo que el colorido respecto á la pintura. Las diversas composiciones de esto tomo, ricas de pensamientos nobles y atrevidos, de sentimientos sublimo ó tiernos y de i ’Ion 2S7 versificación armoniosa, fácil y correcta, son excelentes muestras del privilegiado y vigoroso talento de su autor, cuyas demos obras, numerosas en distintos géneros litera­ rios, lian recibido aplausos del público y juicios muy favo­ rables de lo» doctos. Asi el tomo que abura »mmcinmo» no puede por cier­ to incluirse en el número de los trabajos de corta vida, sino que al contrario, lia »1»' ocupar principal sitio junto á los más apreciables de la presente época. Todos lian de leer estas páginns con plnccr y admirarlas con entu­ siasmo; porque siempre deleitarán á los inteligentes afec­ tos á producciones literarias del género á donde correspon­ de el último precioso libro publicado por el Sr. Martínez Pedresa. E m il io I I u k l i .v. GDERRA CIVIL. LA ACCION l»K .MIXfj L A N IL L A . Concentrado el interés general un la lucha sostenida en las provincias del Norte por nuestras valientes tropas, lie­ mos consogrado principalmente la atención á describir y narrar los vario» accidentes de aquella ruda campaña. P71 notable triunfo conseguido allí sobre el carlismo, »le que ha sido inmediata consecuencia la libertad »1c Bilbao, no »»»lo lia venido á disipar el dolor que nos causaban los su­ frimientos de la heroica villa, y á llenar de júbilo el cora­ zón de los buenos españoles, sino á Herenar el pecho, per­ mitiéndonos volver los ojos á otros acontecimientos dignos también de especial conmemoración y estudio, porque han contribuido á impedir el crecimiento de las facciones car­ listas en las provincias del centro de la península. (.'liando más sobre sí estaban las facciones capitaneadas por Cítenla y Sanies, considerablemente engrosadas por sus incesantes correrías en las provincias de Valencia, Cas­ tellón, Albacete y Cuenca, donde habían logrado por largo tiempo burlar 1« /htscciicíou de las trepas leales, merced á su incansable movilidad y conocimiento del terreno; cuan­ do habían llevado la exaltación de su soberbia ni extremo de hacer correr entre los suyos la voz de que el din menos pensado caerían sobre Madrid (intento que Sontés abrigó sin duda, al ver la gran necesidad que tenia el gobierno »le -enviar ni Norte refuerzos considerables), mi hecho de ar­ mas, aún no bastante conocido ni apreciado en toda su im­ portancia y trascendencia, vino á deatmir sus ilusiones, y »lió principio á la serie tic encuentros desgraciados que lian tenido los facciosos con el ejército «le la nación en las pro­ vincias anteriormente citadas. Tal filé la acción cmi tanta habilidad dirigida por el brigadier Calleja en los campos cercano» á Minglanilla ( pueblo de unos quinientos vecinos en la provincia de Cuenca), de la mal podrán formar exac­ ta idea de nuestros lectores por el plano que damos en la pág. 288, y por I»»» siguientes pormenores. Situadas las fuerzas del ejército á las órdenes del briga­ dier Calleja en Minglanilla, recibió éste aviso »le que el enemigo bajaba de Villnrgordo en número considerable por la carretera, y se encontraba cerca del Puente Contivras. Inmediatamente dispone su columna; y saliendo del pueblo, vá al encuentro »lela facción Sanies, fuerte de cua­ tro ú cinco mil hombres, »pie había pasado va el puente; pero adelantándose con un batallón de la L altad, al mon­ do del teniente coronel 1>. Miguel flavina, rechaza y lince repasar el puente á Sanies y su gente, y coloca una pieza de montaña con cuatro compañías escalonados en una fuer­ te posición. De este modo cerní el paso al enemigo, id cual, desesperanzado de obtener ventaja alguna, se corre rio altajo por el flanco derecho huela el Sur. aunque dejando unos mil hombros en la carretera, sin iluda para aprovechar cualquiera ocasión favorable de volver á pasar el puente de donde fué rechazado, y que ha sido, digámoslo así, la lla­ ve de la posición en ese combate, pues facilitaba 1« anión con las otras facciones que debían atacar por el frente, re­ taguardia y ilauco derecho nuestras tropas, colocándolos en dificilísima situación. Asi habría sucedido, si no hubieran tropezado con las raras dotes de bravura y pericia militar que todos reconocen en el distinguido brigadier que man­ daba nuestros valientes soldados. Comprendido el movimiento ilel enemigo, que era repa­ sar el rio más abajo y empeñar el combate por el llanco y retaguardia, y cuando el Brigadier Calleja se disponía á preparar el resto de sus fuerzas, que linbin ilojado esonlunndas, recibe aviso de que otra fuerte columna de ¡t.tMM) hombres entraba en Minglanilla por el camino de la Pes­ quera, al norte del pueblo. Esta inesperada avalancha de fuerzas, que se observaban formadas en tres fuertes columnas ú retaguardia de una extensa guerrilla, avanzada ya un cuarto de legua del pue­ blo v auxiliada de trescientos caballos á retaguardia ilc su ala izquierda, apoyada en la carretera y con fuerte reserva al otro lado del camino, hacia la situación demasiado orítica, pues las fuerzas de la brigada estaban situadas para el ataque de flanco, y en aquellos momentos no era conve­ niente la variación. Mas á pesar del número y del bien combinado movimiento estratégico del enemigo, Calleja im desmaya; y considerando cuál podría ser el objetivo de la» facciones, echa mano de so reserva, compuesta únicamente de cuatro compañías, desplega una al frente en guerrilla, deja otra protegiendo tres piezas de montaña conveniente­ mente situadas, y con las dos restantes forma dos colum­ nas de ataque. En esta disposición se dirige á atacar ni enemigo, esperando romper el fuego á la distancia de seiscientos pasos para no consumir en balde sus poco abun­ dantes municiones, ordenando romper el fuego á la arti­ llería á unos mil metros (la mandaba el bizarro teniente coronel D. Felipe l néjela), logrando con sus certeros din paros desordenar las masas de infantería y caballería tn*1 288 L A ILU STR AC IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A. N.° X V I I I luidas. A consecuencia «lo debidas al peregrino inge­ EJERCITO P E L CENTRO. esta operación el enemigo se nio del elegante escritor corrió por el flanco para en­ fl' aproxim ado D. Rafael fierran«» Alcázar. lazarse con la facción qne, Siete son éstas; E l Cuer­ como yn hemos dicho, se ha­ eo Hunco, L a Carcajada de lda corrido rio ahajo, para un muerta, Un Alma en ver si alcanzaba lo que no halda logrado por el frente. ¡tena, La Casa del verdugo, Reunidas estas facciones, E l árbol Iphigenia, M arti­ ó sean las de Cucala y Pala­ rologio y E l espíritu de Decios. por el frente y flanco mócrito, y en todas mani­ izquierdo, se hizo más te­ fiesta su distinguido autor naz y empeñado el comba­ te, generalizándose en toda un estilo galano, limpia fra­ la linea y extensa dehesa se é ingeniosa inventiva. do .Santa María de MinglaTiene ademas la obra un nilla, sin cesar el fuego prólogo del Sr. I). Anreliano desde dós horas ántes por Femandez-Guerra y Orbe, los mil hombres que Santés donde, como es costumbre había dejado en el puente. La artillería funcionaba en los escritos de este docto Signos canvcnninnales con gran acierto: y avan­ académico, las galas más zando el bravo batallón de o fuerzas de faUc/a brillantes del ingenio corren Mórula, pero faltas de mu­ atArlMerm de id . parejas con* lo culto «leí len­ niciones algunas compañías, □ Caùallerùs de td guaje y el lujo de copiosa fueron relevadas por otras ai mando del sereno y arrojado erudición. e^ fu rm u de Otéala teniente coronel «le la Re­ Recoi Hendámosla viva­ CahaOerui de td serva de Madrid D. Manuel mente á Ins personas amán­ de Saales Aragón. El combate conti­ tesele las bellas letras. t sfd.de Ralarese nuaba cada vez unís rudo; y deseoso el Brigadier Ca­ A R f y V liornas /wst lleja de obtener pronto un cu'nc.< famada.'à lOrS ANUNCIOS. resultado decisivo, pues la Oai/oitdti gran superioridad numérica L IB R E R ÍA «lo los carlistas y la escasez DE de municiones en nuestras f sciti m t t ’ ic MIGUEL DE V IL L A l ie Ola tropas hubieran podido in­ callada lu Jlnlmnu. n úm. 130.—1IAI1ASAfluir cu favor de aquéllos, dirígese á las guerrillas, don­ LA I L U S T R A C I O N de es recibido con entu­ CRÓQU1S APROXIM ADO DE L A ACCION DE M I NO L A N IL L A ( C U E N C A ) KSPASOLA V AMERICAXA. siastas vivas. Persuadido «leí ganada por el brigadier Calleja contra las facciones reunidas de Palacios, Santés y Cucala. L i coila existencia qne queda de brío de nuestros Roldados, los lomos publicados en 1871, 73 y los anima ¡i hacer un esfuerzo; y fuó tal, que avanzando jefes que militan úsiis órdenes, por un triunfo que ha per­ 77, se halla i disposición de tos seflores suscrilores en h Habana, i tos con decisión y entusiasmo logran hacer volver la espnldn mitido ni Gobierno prescindir un tanto de las facciones del precios siguientes: al enemigo. Siendo ya un hecho la victoria, prosiguen centro, para fijarla principalmente, como ora necesario, en I’*-»» fuartao. nuestro« valientes la persecución del enemigo, desaloján­ la campaña del Norte. IÁ J I » dolo de las posiciones que ántes ocupnbn, y haciendo des­ C. (O aparecer «le su vista las facciones de Santés, Palacios y ----------*— ar a ¿ » g --------------1*33. Ciu ala, quft se dispersan en varias direcciones, dejando él Siilo los señores suscri lores en 1874 ob tendrán osla considerable rrb ija , campo por nuestro. liemos recibido un bello libro titulado Cuentos negro*. á l.i cual lanibicn es extensiva .i las seberas snstrlloras ¡i L a Moda E legante Felicitamos, pues, al Brigadier Calleja y ú los valerosos Historias estro rogante* , colección de leyendas v novelas I lustrada en la Isla de Cuba. EL DIPLOMA DE «LIUTO NO MAS TINTUIAS PR0UBE81VA» rana I«W ni «•»c o *. — 41 ; i yä rv uti. iim.1 in M l James S M IT H S O N 5 s fl •5 b U: H x - J Par» volver inmcdialiiV /l1■ n,',n,° * l"* cabello» y a la «: M 91Jtb B barba su coler naturai eo . c II] Jd!/ VI todo» malices. t a i iK.i l f C o n est8 T in t u r a n o h a y 3 id ad d e la v a r l a c a b e z a n ’ n i d esp u é s , su a p lic a c ió n e c illa v p r o n t o e l res u lta «» m a n c h a la p ie l n i d a ñ a ' l a caja completo b f r . Cata L . L E G R A N D P a n ». y en las principa»«* El JABON BEAL de uTOHIOACE» de VIOLET, et el dutco que recomiendan lot tnidicot más afamados, para la higiene, el aterciopelado y la frescura de la piel. 12, boulevard des Capucines, 12 Rotonda del Grand-Hôtel, en Taris P E R F U M E R IA DE LA VERDAD L O C IO N M A R A V IL L O S A P a r » b la n q u e a r l a T e z A SARAH FÉLIX, por «u maravillosa EAU », FÉES ( A p ru a d o la s J im ia s ). Est» recompensa prueba cuán impotente seri la competencia contra dichos notables producios, que araban de obtener, por aquel suceso, derecho de franquicia en todas las ciudades de Kurnpa. AGUA DE LAS HADAS. AGUA »K T O IL E T T E DE L A S H AD AS . 43, rue Bioher, Parí» DE •‘or mayor en Madrid. Agencia Iranco-cspañola, Sordo. 51. L D e p ó s it o p a r t i c u l a r »'D.PARFUjg de plusieurs ^ ' ¿y h o n o r L -1 - ^ e n l o t t a i ! la s p e r fu m e r ía s y AG U A D E N T IF R IC IA O D O N TA LG IC A DE p c lu - L. T. 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A LAS SEÑORAS Là do Vlonn ha aillo concedido E- ] ,7 En vento, Carretas, 12, principal. — Fotuta*, 7,80 « » ExposEioo Universi P a r í« , 20, ruc Richelicu. 50 Médicos do los Hospitales de P arís, lian demostrado sn s u p e r io r id u d sobre todos los prctornlr» y su podenca rfe n cía contra la to s. el «m ino , la c r i p e . c"t¡uelir.he ñ tasfetu na ), b r o n q u it is , ir r ita cinncs de Peekn y de la Ijnryanla, ele. ( Deseanfia r de la t fatsiftcniitm ee ) D rp altas en las principales i.nucas de E s p ig a , de Cuba y de Ins A m eritas. 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TO SELLI,an tigu ooficial ilcin gen iero s 213, Ruó Lafayette, en París. . « I ) et cu birrtu ltu nli, sabre cob-c. 'N | M L \ A l i por ri cubicrio melai rxirablan codc la casa L u M i m rt R mhm' x . — 1.M pcitnlos a Mr. Adolphe E w ig, 10, rae Taitbout, l'a r i». F r e c h » de n bricai A |> A Los AKCNCI08 y rec LAI!OSen Fran­ cia son recibidos por ei Sr. D. A dol ­ phe E w ig , rue Taitbout, 10, Paris. M A D R ID .— I m » renta » E-rcnsAtp r. •Ir A ri bau J 0.’ , ItCISOMS HI