Año XVIII. Núm. 18. Madrid, 15 de mayo de 1874

Anuncio
YiAMERICANA
g
rs*A>r-
s " v !?
.f
lU lU !
m
P R E C IO S D E S U S C B in iO N .
Madrid.. . . . . . .
Provincias...........
Extranjero..........
AÑO XVIII. — NOM. XVIII.
aSo.
BEMK8THR.
TRiMBenut.
35 pesetas.
40 id.
60 id.
18 pesetas.
20 id.
26 id.
10 pesetas.
11 id.
B
P R E C IO S
DE
S U S C R IC IO N .
a Ro.
DIRECTOR-PROPIETARIO, D. A B E L A R D O DE C À R L O S.
AD M INISTRACIO N, CARRETAS, 12, PRIN C IPAL.
M a d rid , 1 5 d e M a y o de 18 74 .
n ttcim B .
7 pesos fu ertes.
12 pesos fuertes.
8
id.
15
id.
8
id.
¡ Méjico y Rio de la Plata.
15
id.
En las demas Amóricos fijan el precio los Sres. A Rentes.
Puerto Rico....................
I Filipinos................ ..
L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A.
274
SUMARIO.
Ttvn ».—Revista gonrral, |ior 0. Peregrtn Garda (filen a - Nocitroa gra­
bados, por 11. F.uscbio Martínez de Velasco.— Exp j-id on regional de
la-, provincia* del Este en Madrid , por F. Eronecn.—Testimonios de los
animes arábigos en favor de la religión cristiana icouclusion , por
li. Francisco Javier Simonet.-S an Isidro bendito, por li Cirios Frontanra.—Movimiento musical, por II. Antonio f'cfla y GofiL—Cuarenta
aiios, ii la vida de uii sabio, por (I. Fernando Martin Redondo.—Culto
espontaneo meditación vespertina , poesía, por D. I*, de Vadrazo, de la
Academia de la Historia.- Libros nuevos, por II Emilio lluelin.—
Guerra civil: la acción de Minglanllla, por G —Suelto.—Anuncio».
Gravados.— Miririd: Entrada del general Serrano 1 su regreso de 1*11.bao.—Crónica ilustrada de la guerra en el Norte (apuntes remitidos por
nuestro corrcspon'al artístico el Sr. de I’elllcer : Vista panorámica de
Ir batalla de Galdames tr.’idc Abril!, tomada desde Moutellano.-F.sta
Urgía, pues, organizar un gobierno que inspirase con­
fianza ni ¡tilín, que se pusiera en concliciottes de vencer las
dilicultatles eon que, ú tiu dudar. tendrá que coinbatir tlewle
su origen, y que diese otra vez i tupulso decisivo ri las ope­
raciones contra el carlismo.
o
o o
Planteada y resuelta definitivamente la crisis en el Con­
sejo de ministros del «lia lo , el general Znvala recibió el
encargo «le formar ministerio. Desde entóneos sus esfuerzos
se encaminaron A organizar un gabinete de conciliación, de
acuerdo eon la ¡tica que predominada en aquellos momen­
tos, y la crisis entró en su período de dificultades y de vi-
do actual do San Pedro Abanto y embarque de tropas en Portuplcle
para atravesar la ria.—Bilbao: Vista de la invicta villa, tontada desde
el puente Mejo —Dos de Mayo: entrada del ejército libertador en llilbao. — Naufragio del vapor Encone: el último bote.—Retrato del
Evento, c limo. Sr. I». Tomas Iglesias y Barcolies, patriarca délas In­
dias —Santander: Hospital de Miranda para asistencia de heridos en
■campaDa, creado por la asociación de señoras.-Manila: Residencia de
.verano del capitán general de las islas Filipinas.—Habana: Alameda de
Isabel II.
N.° X V I I I
También se itmtigurnrA muy en breve la permanente «le
Bellas Artes, dispuesta por el ¡Sr. Boech, en la Platería de
Martim-z, y de la que sin duda alguna los artistas españo­
lee di-bi-n prometerse resultados satisfactorios. El jiensumiento de esta Exposición no puede ser más oportuno;
crear un centro en «¡ue se refleje el movimiento artístico «h-l
país, y en «|tte el producto «leí trabajo, muchas vece» igno­
rado en el recinto del «■studio, bulle más fácil colocación,
es una idea beneficiosa ¡tara el arte, para el público y para
los artistas. Para el arte, en cuanto establece un «-ertámen
permanente que fomenta la emulación y contribuye al nde.
lauto : para el público, por lo que el hábito de la compara­
ción influye en la formación «le! gusto; pora el artista, por­
que le facilita la ocasión de recoger el producto de su ta­
lento.
c,H,t,,‘lc8
bteieron inclinar la balanza mas de una vez
entre las dos esenciales aspiraciones que se disputaban el
campo,
Los preparativos «le la Exposición están muy adelanta­
Por fin, no podiendo el general Zuvala organizar un g o ­ dos, y la apertura parece definitivamente fijada para el
bierno en que estuviesen representados todos los elemen­ «lia 15. Si, como liemos oido asegurar, entre los nombres de
tos que concurrieron á la situación creada el í$ de Enero, é los muchos pintores de valia que llevarán allí sus obras, fi­
insistiendo el duque de la Torre en que usara de las Amplias guran los de Fortuny, D. Raimundo Mudrozo, D. Martin
facultades que le había otorgado y procediera definitiva­ Rico y otras notabilidades que viven alejada» de su ingrata
mente A la formación del gabinete con los elementos que A patria, honrándola y enalteciéndola en países extranjeros,
su juicio ofreciesen más garatitias, la crisis lia terminado la Exposición permanente ofrecerá «.-1 nada común atractivo
REVISTA GENERAL.
en la madrugada de hoy con el nombramiento de un mi­ de dar A conocer los trabajos, raras veces admirados, de
nisterio conservador homogéneo, que lia quedado cons­ .estos pintores «pie forman en la hueste más avanzada de
SUMARIO»
tituido en la forma siguiente :
nuestra regeneración artística.
t. —La situación política.— l'c-eos del general Sor1 KTEUIOIt.
Presidente del Consejo y ministro de la ( ¡tierra, el capi­
o
eren de la resolución. —l*robabiiidtules de un mintsrano accrci-------o o
tcrtn'le conciliación.— Dificulta le« pan Cous gul'lo.— Los tán general «le ejército, D. Juan de Znvala y de la Puente;
Y apropósito de sucesos relacionados con las Bellas ar­
dos soluciones.— Planlcauiiento definitivo «le lu erriis.— El
Ministro de Estado, D. Augusto Ulloa, ex*diputado A
general Zavala encargado
encargan«) d
u■
• formar
mrmar gabinete.—Ultimos
gnomew. —uiumw ««■»s,.
tes: la Academia «le San Femando lia celebrado en sesión
fuerzo» sin resultado.— Constitución de un ministerio eon-, '«»lies;
pública la agregación A la misma de la Sección «le Música
Herv idor homogéneo.—Mucrt -del Patriarca de las Indias.—
Ministro de (irad a y Justicia, D. Manuel Alonso Martí­
creada por el Gobierno en el año anterior, y el ingreso de
Tributo «le respeto.—Apertura «le la Exposición regional «leí nez, ex-diputado A Cortes;
Este.— Próxima inauguración «le la permanente «te Pellas
los doce académicos de número que representan en el seno
Ministro de Marina, D. Kafitci Kodrigtiez «le Arias v ViArtes.—Sus veiitaias.—Sesión solemne en la Academia de
de la corporación este nuevo instituto.
San Fernando.—Un di*-tirso del Sr. Barbicri.
llavieencio, contra 1mirante «ie 1« armada;
Este acto solemne se verificó «•! din 10, y dio ocasión al
E x t e r i o r . — Inglaterra.— Sc-iu ii im port-ant '.1en la Cámara de
Ministro de Hacienda, D. .Juan Francisco ( 'amadio, exSr. Barbieri para lucir su claro talento y su probada erudi­
lo s Com unes.— C o m p lic a c io n e s \ ara e l p orven ir.
dipntudo A Curtes;
ción en nn notable discurso en que se propuso, «Jemostrar la
Ministro «b- la (¿ohernucion, D. Práxedes Mateo Sagasla,
Libertada Bilbao, despejada la »¡tutu-ion militar eon la
intima relación que existe entre todas bis artes de lo bello.
victoria coiiHCguida etutlra el nbs'dutismo, desembarazado ex-diputndo A Cortea:
F,I trabajo del nuevo académico, muy bien pensado en el
Ministro de Fomento, D. Elunrdo Alonso Colmenares,
el general Serrano de las perentorias y gravea nteneioues
fondo y amenísimo eti la forma, lité escuchado con gusto
que le detenían en el Norte, lian recobrad«) naturalmente ex-diputado A Córten;
por la numerosa concurrencia, compuesta en gran parte de
Y .Ministro «le Ultramar, D. Antonio Homero Ortix, exlodo mi intercH las eiteationea políticas aplazadas desde loa
artistas y escritores, que asistió A esta solemnidad.
últimos «lias ile Marzo, por la« eniumh que ya conocen núes- diputndo A Cortes.
La ¡dea, pues, «le hermanar la música cotí las artes plás­
A las doce de hoy los nuevos ministros juraron en manos
tros lectores.
ticas «pie lian sillo basto hoy el obji'to de la Academia de
La resolución de la «'liáis que el Sr. Topet«- logró conju­ «leí tiuque de la Torre.
San Fernán«lo está realizada: confiemos ahora en «¡tu* el
Como consecuencia do la solución «bula ú la crisis, han
rar bosta «d regreso del duque de la Torre, bn sillo destic la
propósito de engrandecer la esfera en «pie gira este instituto,
llegada de é»te A Madrid la cuestión trascendental destina­ presc-iiluilo su dimisión «-1 capitán general de Castilla la «Jará los resultados npi'teciilos.
da A Jiíjccr olvidar la ansierjinl del pn¡» «Itiranle los aprestos Nueva, Sr. Pavía, «pie parece será reemplazado por el ge­
o
o o
neral Bey, y asimismo muchos gobernadores de provincia
de la batidla que lia fninqtteit«lo »1 ej'M'cíto liberal el « and
l'oco espacio tenemos boy para ocuparnos en los asuntos
y altos funcionario*.
un «le la invicta villa.
«bd
«•xterior. Sin emhnrgn, algo debi-mos decir sohre ciertos
Con ewlos graves acontecimientos politii'on lian «.‘oilicidiY A la veida«l, «lcspii - «1 • la \irloiioMii<iiiiipañil «l«-l Norte,
sintonías
gravea «pie pueden ser «•! presagio de nticviiH com­
im podia darse cuestión «le unís Irasi-eiideticiii que la de re­ d«i otros «le diversa imlole que merecen t*pe« inl ivi-ucnlo, y
plica«
iones
curopc/w.
solver con espíritu patriótico las dificultades surgidas en el culi«’ los eludes dnremos la preferencia A uno muy si-usiblc.
La
prensa
extranjera linee grandes comentarios acerca
seno del (hibierno y de iimpiiarw nuevnmcnle « n la opi­ Aludimos al l'alli-i-imienlo del Sr. Patria lea de las ludias,
del importante debate suscitad" por lortl Kussell en la cá­
nión para «lar a la Hitmieioti «-I prestigio, la fimrza y el es cuya misa «1«- cuerpo presento se cclebni c| «lia 10 con gran
mara de los la tes aI pcilir las correspolulemias canjeadas
«•oiictirreueia
en
la
iglesia
«le
la
Kin-anim
ion,
siendo
«-I
ca­
pirita conciliador de que Aun lia inenesti-r pura dar el úllidáver depositado en <-l templo de Lorcto basta que w «lis- entre Inglaterra, Alemania. Austria, Rusia y Francia sobre
mo golpe A la insurrección carlista y poner ni país en con
ponga su sepultura en el panteón «le Mouserrat, última el mantenimiento «le la paz en Europa. La petición del
«liciones de manifestar su voluntad.
condo Rtissoll halda caliendo cierta •emoción en Berlín.
Estos son los propósitos de «pie venia Animado el je fe «leí morada de los patriarcas.
Kl mismo dia en «pie se celebró con la pompa debidn esta Crees«- en los circulo» diplomáticos «¡tic la presión moral
Poder ejecutivo, y éste el espirito de las palabras que diri­
de Inglaterra hubia infinido en la solución pacifica de la»
gió, apenas llegado, á la comisión de gobierno interior del fúnebre ceremonia, el periódico oficial publicó «-I siguiente
últimas dificultades que hace tres meses surgieron entro
Congreso, que pasó á la Presidencia A felicitarle. Con esta decreto en «pie se tributaba un liomeuuje de respeto al ilus­
Francia y Alemania, y ni el principe de Bismark. ni sobre
tre prelado:
ocasión, el Sr. Duque de la Torre manifestó que emplearía
lodo
el emperador Guillermo, habrían visto con gusto en­
» Fu consideración A los servicios prestados« la nación por
cuantos medios estuviesen A su alcance para mantener la
tregar
A la publicidad los secretos de las cancillerías y las
conciliación que crciu necesaria para terminar la insurrec­ D. Tomás Iglesias y Barcones, Patriarca de las ludios, A su
concesiones
que han podido hacera la mediación de Inglaelevada dignidad y al estado de huuiildud y pobreza en que
ción carlista, todavía fuerte y poderosa, aunque derrotada
ha muerto, y queriendo rendir un homenaje de respeto A su terra.
moralmeute delante dtí Bilbao; pero que no podríainipo*
No ¡»odia esto ocultarse A lord D orby.v en su discurso
ner su voluntad á los partidos políticos que sostenían la ac­ memoria y A los sentimientos religiosos del pueblo español;
de
contestación al antiguo jefe del partido ie¡tjh, manifestó
tual situación, si alguno do ellos mostraba decidido empeño «le conformidad eon lo propuesto por el ministro de Gracia
con
diguitlad y reserva, que sin «luda hay cansas «le recelo
y Justicia , de acuerdo con el Consejo de Ministros,
cu romper la tregua.
para
la pa?. originados en los sentimientos «¡ne la reciente
Vengo en decretar lo siguiente:
o
o o
Articulo 1.“ El entierro y los funerales del Patriarca de lucha lia dejado entre Francia y Alemania; pero que por
ahora no veia ninguna causa sériorde guerra en un porvenir
las
Indias serán A costa del Estado.
Las dificultades que estas tíltimas palabras dejaban en­
Art. *2." Sj tributarán Aso cadáver los honores que por inmediato; que si estas causas apareciesen, Inglaterra liaría
trever, y estaban en el ánimo de todos, han sobrevenido cu
efecto, y la crisis ha pasado por muchas alternativas, fluc­ ordenanza corresponden A la elevada jerarquía del finado. to los los esfuerzos humanamente posibles para evitar otra
Madrid, nueve de Mayo de mil ochocientos setenta y cua­ ludia.
tuando entro estas diversas soluciones:
Cuno complemento «le esta» noticias, im tni» Iranquilitro.— Francisco 8 -n ano.— El ministro de Gracia y Justicia,
Uu ministerio exclusivamente conservador.
z
cloras
para el sosiego de Europa, afiadirémo» «pie nn re­
Un ministerio de conciliación, compuesto «le ehint uios Cristi no Marios. »
ciente telegrama de I ’cstli anuncia que el cumie Aiidmssy,
que representasen genuinamente A los hombres que estaban
o
o o
ministro «le los negocios extranjeros, lia «licho en la sesión
en el poder.
«le la delegación austríaca «leí «lia 10, que la paz no está
Un ministerio de conciliación restringido: esto es. «leí
Otro acontecimiento notable «le estos «lias ha sido la aper­
asegurada
¡»ira mucho tiempo.
que formasen parte algunos hombres cuya actitud no res­ tura de la Exposición regional del Este de España, verifiI’ kukcimn García Cadena .
pondiese A ex chismamos de partido y se atemperase A las caJa «1 din 10 en el eililieio «lcstimnlo A esto objeto, junto
cireulistanciaSL
13 de Mayo de l-^TJ.
al paseo «le la Castellana, y que con razón se lia calificado
Estos diversos tenip«?rnmcntiu» lian pasado por Hinchas de muy importante.
alternativas y lian «lado lugar á im-i.lentes políticos, perEntre los productos reunidos ¡mr los esfuerzos de la i-m- I
piejóla,tos y osi-ilat-iones que han tr.ii«lo agitado por ex- presa, que procura con tan laudable propósito estimular la
NUESTROS GRABADOS.
tretm» al ífiuuilo ¡«olilíeo deudo la llegmia del general Ser- industria española, los hay verdaderamente notables y «ligran««.
iii «s «le atención.
AlAMiin.— k m I u o a m skSoii iu u l k i .k la tokuk,
Enj preciso, sin embargo, ¡uun-r término A «mu situación
Entre los más interesantes figuran la* telas ordinarias de
Á SU BSORSSO liK lilLUAO.
qu • nú podía prolongara- sin desatender las razones «le pa­ algodón, fabricadas por una sociedad cooperativa «le Ma­
triotismo más perentorias, y entre las cruales no era la me­ tan» ; los contenidas en otros ricos escaparates, pertanecicnCumplida ya la bizarra y patri«¡ti:a empresa de libertar
nus grav la «le evitar qn • la ¡iwnrreccion carlista, en- te* A fábricas diversas, y que figuran todos on «-I salón prin- A la invicta Bilbao, el general Serrano, acompaña b» del
vnlentona la ante la disideucia de los partidos que con­ ci pal : los excelentes productos de la industria textil cota- señor ministro de Marina, «leí jefe de estado mayor del
currieron A la solución def 3 d¿ Enero, se* creyese todavía lutut ; la notable sección de vinos y de objetos perteiiecien- ejército del Norte y de vario.« g.-nerales y brigadieres per­
con fuerza para aostcuer una tocha en lu que no ha sillo de- tes A la* artes cerámicas, y otros mticlioa que figuran en las tenecientes al cuartel general, salió de a«¡nella ¡«oblación,
¡n»r nuir, en la mañana «1**1 4 del actual, llegó A Santander
* •edunas, Ann en parte i n«-«un¡Jetas, «le la Exposición.
linitivalúente vencida.
j
N.# X V I i l
LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA.
á las wat* y media do la tardo, y partió para Madrid, un tren
ofipocial, ni mediodía del 5.
Madrid . desde que tuvo noticia do la inmediata llegada
del Presidente del Poder ejecutivo, w preparaba para reci­
birle dignamente: cerca de la estación del forro-carril del
Norte. en ln Puerta del Sol y en In calle de Alcalá Irnbinn
sido construidos elegantes arcos de triunfo dedicados al ge­
neral en jefe vencedor, á los generales do las diferentes
divisiones, ni ejército de mar y tierra, y ¡i los animosos bil­
baínos, y un la entrada del palacio del Presidente se veían
dos trofeos militares.
El Sr. Duque de la Torre, que se había detenido algunas
horas en varias estaciones de la línea , llegó en fin á la una
de la tarde ú esta capital, que estaba ya engalanada como
pora fiesta espléndida: las tropas de la guarnición cubrían
ln carrera, los balcones ostentaban vistosas colgaduras, y
en ellos y en las calles se agolpaba una inmensa muchedum­
bre de todas las clases sociales y de todos matices políticos.
Desde muy temprano esperaban en el anden y salones de
la estación del ferro-carril, los ministros, la diputación pro­
vincial, el ayuntamiento, el Consejo de Estado, comisiones
de todos los centros oficiales, ex-senadores y ex-d i pilludos,
hombres políticos, militares de alta graduación, y otras
muchísimas personas, ademas de la compañía de nacionales
veteranos, con bandera.
Al llegar el tren, los cañones del cuartel de la Montaña
le saludaron con las salvas de ordenanza, y las músicas ba­
tieron marcha real, mientras el general Serrano descendía
del coche y era aclamado con vivo entusiasmo por sus ami­
gos y admiradores.
Habiendo salido á las afueras de la estación, montó á
caballo el Sr. Duque, y se puso cu marcha en el neto, pre­
cedido por cuatro ayudantes de órdenes, dos del mismo ge­
neral Serrano y dos del capitán general de Madrid Sr. Pa­
vía, y seguido del cuartel general y estado mayor de los
generales con mando en Madrid.
Detrás seguían también los individuos que forman la
Tertulia reptiblicaua-democrátieu, precedidos por dos ban­
deras con varios lomas y vítores.
En todas las calles del tránsito recibió el general ovación
entusiasta, principalmente en la Puerta del Sol y calle de
Alcalá, al pasar por delante de los ministerios de Goberna­
ción y Hacienda, desde cuyos balconea algunas personas
arrojaron poesías impresas y palomas, á la vez que otros
quemaban gran número de cohetes.
Llegado ul palacio do la Presidencia, en cuyos magnifi­
co« salones se hallaban reunidos los más distinguidos per­
sonajes politicón, tuvo lugar el desfile de las tropa» en co­
lumnas de honor, neto que presenció el Sr. Duque de la
Torre.
El grabado que figura en la pagina primera es alusivo á
este notable acontecimiento, que no olvidarán seguramente
los liberales lujos de Madrid.
CRÓNICA ILU hTItAD A IlK L A UÜJCHItA EN KL NORTE.
( A | m n u . .-nvlailwr por a n r a tr o « r tt .i» <ll Sr. ili, I'altlco r.)
Batalla del. 30 de. Abril.— Entrada del ején-ito libertador
m Bilbao.— Según el plan previamente concertado en con­
sejo de generales, el general Concha debía atacar las for­
midables posiciones del enemigo en las alturas de Galdatnes y Córte», el general Serrano las de San Pedro Abanto
y Santa Juliana, y al general Laserna, a! frente de la di­
visión de vanguardia, le estaba encomendado un difícil mo­
vimiento de flanco, por el lado de Sopuerta y Mercadillo.
El éxito en los combates de 27, 28 y 20 había corres­
pondido plenamente á las esperanzas concebidas, porque
mientras el marqués del Duero avanzaba hasta más allá de
Otaficz, el duque de la Torre llegaba á 1« venta del PobaJ,
por la derecha, situándose en Montellnuu, y el general
Laserna hacia abandonar precipitadamente á los carlistas
« t » posiciones en los montes de Corbera.
Por desgracia, terminó el din 2'J con un accidente desdi­
chado, que ocurre con frecuencia en las guerras, poro que
cari siempre deja recuerdos dolorosos: hacia las seis de la
tárele, hizo explosión un repuesto de pólvora en la batería
•I'- San Lorenzo, ocasionando algunas sensibles desgracia».
carlistas entonces redoblaron el fuego desde el reducto
de San Pedro y fortificaciones de Santa Juliana, pero bien
pronto les impusieron silencio otras baterías del ejército,
que arrojaren en breves minutos una verdadera lluvia tío
granada», bajo la cual quedaren reducidas á escombros
humeantes aquellas célebres obras de defensa, incluso la
iglesia de Kan Pedro, cuyo estado actual lo indica el'cróquis de lu pág. 277.
A las cinco de la mañana comenzó el movimiento el
día 30 * por el camino de Somormstro á Yalninsedn, v antes
* e las once las infatigables tropos ocupaban una» casa» in­
mediata» n] ferro-carril minero de (íaldames, situadas al
pie de fuertísimas trincheras que ocupaban los carlistas: y
P"8*-* mocho tiempo sin que las crestas del fondo que
'■mina« a Vnlmaseda apareciesen coronada* por los b a t a oiies del general Concila, que efectuaban cutí toda precim'm
fortuna el movimiento envolvente convenido de
“ nteiiiaiiM.
275
Entóneos los carlistas abandonaron sus fortificaciones tic
Cortes y otras, y aunque bacinn un fuego horroroso, se
iban alejando Inicia Galdnmc» y alturas más lejanas, ba­
tiéndose á la desbandada, sin ofrecer aquella tenaz resis­
tencia que mostraron en el Montaño y Han Pedro Abanto.
fragio do L Eurnjte y el abandono «le L 'A mérique, magní­
ficos vapore» do la misma empresa, «pie Inician el servici«)
entre el Havre y Nueva-York.
Era el primero de ésto» un soberbio buque «le hélice, con
poderosa máquina de 1,360 caballos nomínalos, y halda sa­
Verdad es que la moral del soldado carlista debió sufrir lido «b*l Havre el 20 de Marzo, al ruando del capitán Li'inamucho en los dos dias anteriores, ya pnr la derrota que rié, llevando ú bordo 218 pasajeros y más de 2.f»fi tonel ti­
experimentaban en toda la línea las huestes del Preten­ fia» de mercancías.
A lo» seis dia» de navegación, el 2 de Abril, fué encon­
diente, ya por las numerosas pérdida» que ésta» tuvieron,
hallándose entre los muertos el titulado general D. Castor trado en alta mar por el stenmer ingF-s Greeec, capitán
Andéclinga, uno de los jefes más importantes del carlismo Tlionins, haciendo tu-ñnlc» do socorro y disparando cafiouazos «le alarma, y aunque las olas eran muy fuertes y «jl
en las provincias Vascongada».
Cerró la noche, pero el friego segura vivísimo, y el com­ viento bastante recio, todos los pasajeros pudieron pasar á
bate reñido y encarnizarlo: el general Concha atacaba, á bordo del stenmer, á favor «le lo» botes y lancha» de lo» «los
las nueve, las alturas de Gnldames, y por la línea roja que buques.
El capitán Lomarié. acompañado de los demás oficiales
seña latían los disparo», se comprendía que las trepas avan­
«le
ln tripulnciou, fue el último «pie abandonó su buque,y
zaban sin cesar, que las distancias se estrechaban, que el
este
acto aparece representado en el grabado de la pág. 281.
enemigo gubia Inicia las cumbres más altas seguido por lo»
Del
reconocimiento que se practicó en seguida, resultó
valientes soldados del ejército, que llegaron ¡«.ir fin á domi­
que
el
agua
bahía invailido el departamento de las iná«pi¡nar las formidables posiciones.
Peinó por el pronto silencio profundo, interrumpido al­ na» «leí vapor, apagando por completo los fuegos y eleván­
guna vez por disparos aislado»; pero á la sazón se prepa­ dose á una altura de sei» metros mas como el capitán frun­
raba otra lucha sangrienta enfrente de Montellaiio: do las ce» rogase al del steamer inglés que pusiera en salvo, por­
primeras trincheras conquistada» por la» trepas, salieron que áun era tiempo, los equipajes «!«• los viajeros, Mr. Tilo­
silenciosos y cu correcta formación lo*« batallones que de-, ma« se negó absolutamente, y comisionó, por el contrario,
bian tomar las últimas alturas adonde se liabian retirado á su segundo, Mr. Buk, para «pie pasase al Europa con
un oficial y 30 hombre» del Greece, á pesar de ln viva pro­
los carlistas, de difícil y penoso acceso.
De repente, después de corto espacio, un vivo relámpago, testa del capitán Lemarié.
Parece que aquél se proponía remolcar, si posible era.
una linea de fuego se vió serpentear por los vericueto» cer­
hasta
un puerto de Inglaterra ni limpie abandonado, y usar
canos á la cumbre, y cuando los carlistas contestaren á
del
privilegio
de cierta ley inglesa que dudara propiedad
aquella brusca acometida, las cometas de las trepas tocaban
del
salvador
cualquiera
embarcación abandonndn en alta
el paso de ataque, y sorda gritería anunciaba al enemigo
mar
por
el
equipaje.
| que aquél era aceptado con entusiasmo.
Pero este proyecto se frustré porque el Europa n«> piulo
luna apenan permitía distinguir los episodio» del combate, ser remolcado, ni áim con el auxilio «1«? «»tro steamer inglés,
The Eyypt, que avistó á lo» «ios buques en la madrugada
y resonaban, mezclados en confusión espantosa, el loque
del
4, á consecuencia «leí mal estado que presentaba «1
de las cornetas, el estampido de los dispares, las voces de
Océano,
con anuncios cviilentcs «le próxima tempestad, y
mando, los gritos «le los combatientes.
j
por
haberse
roto los cables de remohpn*.
Comprimido el aliento, suspenso el ánimo, los pocos es­
Por lo demos, y según Icemos en un diario americano, el
pectadores de aquella nocturna batalla oían entre el fragor
«apilan
Lemarié, desembarcado en Nueva-York, ha «'¡lado
del combate estos ecos animosos:
ante
los
tribunales á Mr. Tilomas, pitra que declaren si é»tu
— ¡Adelante, valientes!
«•»
realmente
responsable de ln pérdida de l«»s ctptipajcs de
— ¡Arriba, Húmales!
lo»
viajeros
y
do una gran parte del cargamento.
Y también se oían otros, cuino cu respuesta á los antcEl grabado «le la pág. 281 figura el acto de embarcarse
riures, que dccinu
¡Guiris! ¡Guiris!
Mas el fuego, nutrido durante largo tiempo, filé debili­ en el último bote del Europa, para pasar al Genere, el capi­
tándose poco á poco, y cuando algunos fogonazos lejanos tán Lemarié y algunos tripulantes.
anunciaron que el enemigo se retiraba, estalló una confusa
E X IM O , ti II.M o. SI!, n. TOMX k IGLESIAS Y »ARCO M E»,
gritería que vino á ser como señal del triunfo.
l'A'l'HIAUCA OK L A S INDIAS.
El grabado de la pág. 27*i « s una vista panorámica «le la
Eli la noche del 8 del aetunl falleció en Madrid el vene
batalla, tomada desde Monte llano.
rabie prelado cuyo nombre sirve «le epígrafe á esto breve
Eran las once y ruarlo «le ln noche «Id 30, y bahía que­
suelto y cuyo retrato damos en la pág. 284.
dado libre, á costa do tanto esfuerzo, el camino para I’orDespués de larga ausencia llegó ¿esta capital á mediados
tngalcte.
«le Abril próximo pasado, para continuar dcscmpeñaiuio
Asi lo comprendieron los carlistas «pie custodiaban el in­
los «Icheres «pie le imponía su elevada dignidad de Patriar­
expugnable Montaño, y que le abandonaren á escape, aun­
en
«le la» Indios, á la cual están unidos los altos cargos
que- haciendo nutrido fuego sobre la» cusas de Han Martin,
de
pro-capellan mayor y vicario general de los ejércitos
para no quedar prisioneros de las tropa» victoriosas.
También abandonaron en seguida sus famosos atrinche­ nacionales, y pocos «lias antes de su repentino fallecimiento
ranlientos y parapetos de Povefin, San Fuentes. Santa Ju­ había presidido la solemne función religiosa celebrada en
la basílica de Atocha para la bendición de bandera» «le la
liana, Mina-Rubia y otros, quedando libre por completo de
milicia.
carlista» armados todo el ancho valle «le Snniorrastro, «IonEl Kr. Iglesias y Barcones, oriundo del antiguo reino de
de tantas obras de defensa liabian éstos acumulado por es­
Galicia
y descendiente de noble familia, halda sido eleva­
pacio de tres meses.
do, por su saber y ejemplares virtudes, á las primeras dig­
El cuartel general volvió «i San Martin, por la carretera
nidades eclesiásticas y era uno «le los prelados más dignos
«le Vahnaseda, en la madrugada del l."d e i actual, y hacia
«le España.
el mediodía avanzó á Portugaleto (véase el grabad«» de la
lia muerto pobre, y por decreto del ministerio de Gracia
pág. 277), abandonado ya por los carlista», en cuyo puerto
y Justicia, fecha «leí actual, s«¡ dispuso «pie, en conside­
habían fondeado desde la» primeras hora» de la mañana
ración á los servicios que halda prestado á la nación, á su
algunos hoques ligeros de ln marina de guerra y auxiliar.
| elevada dignidad, y al estado do humildad y pobreza en
l ’ur último, á las cinco «le la tarde del siguiente dia, Dos
que halda fallecido, su entierro y funerales fueran á costa
DE M a y o , fecha de inolvidables recuerdos para l«>s buenos
del Estado.
españoles, entré en la invicta Bilbao ln primera columna
Celebráronse el 10 las exequias de cuerpo presento en la
del ejército libertador, por la ralle «te Kan Francisco y puen­
iglesia de la Encarnación, oficiando d<* pontifical el Exce­
te Viejo, punto que señala el segundo grabado «Ir la pági­
lentísimo ó Iliistrisimo Sr. Obispo auxiliar de Madrid,y con
na 277: ¡ha al frente el marqués «leí Duero, á pié, y prece­ asistencia de numerosa» comisiones de los centros civiles y
dido del Ayuntamiento de la villa, «pie en corporación ha- militares, ademas «le los amigos del difunto y nmclios ecle­
1 bian salido basta el limite jurimliccmnal á recibir á los sol­ siástico*. y en seguida fué trasladado el cadáver á la v*bdados de la libertad, y seguían las tres divisiones del tercer sia de Moiiserrat, en cuyas bóvedas recibió sepultura.
cuerpo de ejército, con sus respectivos generales á lu cabe­
En la misma iglesia se celebra actualmente un soloinño
za, según indica el grabado de ln pág. 280.
novenario que el clero «le la pro-capellania mayor de Pala­
Al anochecer entré también cu la heroica villa el general cio dedica á la memoria del virtuoso finado, y para .rogar á
Serrano, acompañado del Kr. Ministro «le Marina y de los Dios por el eterno descanso «le su alma.
generales, jefes y oficiales del cuartel general, siendo todos
SANTAND ER. — H O SPITAL DE M IRAND A, KsTALLE* 11« ■
victoreados con ardiente entusiasmo por la apiñada mnchePOR LA ASOCIACION DK SEÑORAS.
[ (lumbre* que presenciaba aquel acto solemne,— acto «pie sig­
nificaba j»nra Bilbao el levantamiento de un estrecho sitio
Cuando lo» combates en el Norte adquirieren la teirfde 123 dias, con 39 de cruel bombardeo, y para España el ble importancia que todos recordamos, despue» de la acción
triunfo de la libertad sobre el absolutismo.
del 23 de Febrero, afluyeron áSantander heridos y enfermos
del ejército en número tan considerable, que sin la abnega»■ion y sacrificios de la caridad privada, los esfuerzo» de la
NAUFRAGIO DEL VAFOB «1 L’ e UUü LE».
administración y el celo «le la» autoridades hubieran sido
En muy pocos dias. la Compañía trasatlántica francesa, 1 ineficaces para atender á lauta» urgente» necesidades, y la
«pie hace alguno» meses sufrió lu pérdida Jel magnifico va- voz de 1«>sagradecido* hu extendido por toda» parte» la fama
|»ir Ville do B a rre, lia sufrid«* otro» d«.«s «lesasine*: el nmi- . d«' tantos noble» saciitick** con que nqiu lia noble ciudad
o
<
>
o
»—*
-tí
V lo T A
l A t V 'H A M l* .A
IT .
1 .A
U A 1 A U < A
iV L D A J J L .’
^(3
U0
V
lDE
» B . aAB
i m ttlL)
u ,;
« v . w la u u i i .« '.
VISTA
PANORÁMICA
DE
LA
BATALLA
DE UGALDAJIKS
DE8DK MONTELLANO.
I . Pico de Altamirn, CXtrcmft dcnchR ‘W
del general Concha, á las diez de la noche).—O.
O
t—
C.N
. .
.. .
.. p;/.« de Acuitas__1 Alturas de Cortes.— -i. bis. Alturas de (Jnldames (tomadas por tropas dol general Serrano, ñ lns once y cuarto de la tioclie').—5. Monto rriano (tornado pov tropas
■ ^ ^ l i r P u * i o I de üaldainca.-*. Monte de Santa Lucia.-® Pueblo de Lo iza g a .-U>. Batería - I I . Ferro-carril m inero.-12. Pueblo de Córte*.- 1 8 . Trinchera* carllsti*.— 1 *. Barrio d< Monte»
M ontarías de \ aluiasct .
.
y tro p a á de reserva.— 15. General en jefe j ministro de Marina: cuartel general.
»110
KHT.MMi ACTUAL I»K KAN 1‘KDBO A DANTO.— CMRAUQUE l'K THOPAH KN POBTUGAJLKTB PARA ATRAVESAR LA RIA.
BILBAO.—
I
v is t a
r-E
la
k y k t a
v il l a
t
m apa
per
» : £L
p t e x t b t ib io
.
L A ILU STR AC IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC A N A .
278
ha ¿lanado para sus honriulnR anuas el titulo de I.o comjxtxira.
No sería completa ni justa la triste crónica de la guerra
que hoj' atligeá la patria, si olvidase en sus páginas la par­
te tomada por los que no pelearon en favor y servicio de
los que combatían : por ••so damos hoy, en la pág. *2#+, la
vista de uno de los hospitales establecidos y sostenidos en
Santander por la caridad particular.
Está situado en las inmediaciones de la población, sobre
uno de sus caminos al Sardinero, barrio de Miranda, lugar
alto y ventilado, cu risueña posición y con pintoresca pers­
pectiva.
Cuando algunas señoras principales de Madrid, en vista
del aspecto desolador que la guerra tomaba, resolvieron
aumentar el número de las asociaciones benéficos para bocorrer á los heridos en campaña, preguntaron ¡i las señoras
de Santander si haliin modo y capacidnd de organizar nlli
un nuevo servicio, con tan noble objeto.
Contestaron en el acto afirmativamente las generosas
santanderinas,y puestas en seguida ¡i la obra, sin esquivar
ocupación por fatigosa y mecánica que fuese, fueron sor­
prendidas, en la tarde del "28 de Marzo, por la llegada de
ciento diez y ocho heridos, que hubieron de ser acomoda­
dos y asistidos en el acto.
Tal es la escena que conmemora nuestro citarlo grabado.
En ese sencillo hospital de Miranda han encontrado al­
bergue, curación y consuelo muchos esforzados hijos de la
patria, y allí lian corrido muchas lágrimas, de esas que son
recogidas y puestas en la balanza de la justicia divina por
mano de la misericordia.
rtKRm:-:Nnt\
la
ñu
verano
del
c a p it á n
.— ALAM EDA HE ISAB E L I I ,
g eneral,
en
m a n i­
EN LA H AB AN A.
Apenas queda ya espado en esto sección pura presentar
á nuestros suseritores los dos grabados de la pág. 285: como
indican los epígrafes respectivos, retrata el primero el ex­
terior de la residencia de verano del capitán general de F i­
lipinas, situada en Mnnila, en pintoresco valle; el segundo
es una vista del paseo di- la Habana denominado Alameda
de Isabel II, uno de los puntos más concurridos por la
buena sociedad de aquella culta capital.
E
M
o b b b io
a r t ín e z
de
V
e l a roo .
EXPOSICION REGIONAL
DK I.AH PUOVIN'olAs DEL ESTE EN MADRID.
I.
cias indicios pura sospechar, cuando menos, de insanos á
los iniciadores.
¿No era delirio presuponer que en esa región atligida
(«orla guerra, donde las (dazas y los centros productores
están bloqueados ó vigilados de cerca por los carlistas,
rotas las comunicaciones y comprometida la seguridad, se
bailasen expositores dispuestos á poner en camino valiosos
efectos sin garantía de ninguna especie, sin requisito al­
guno de los que revisten las transacciones más comunes,
sin medio siquiera de avisar por el telégrafo ni el correo
la salida «le los bultos? (1). Files bien, otro r ¡ w n * o : el
cálculo fué perfectamente concebido; d éxito sobrepujó á
las esperanzas más lisonjeras de la empresa; el milagro de
!n Espoflieio» está realizado.
El domingo 10 del corriente, los representantes de la
prensa de Madrid, galantemente invitados por la Sociedad
ó Empresa de Exposiciones de Madrid, han empleado tres
lloras en visitar el Pabellón de ludo, examinando con sa­
tisfacción y orgullo los objetos de la industria española,
instalados con un gusto y una riqueza sin precedente en
los fastos de Jos certámenes de esta capital, y lian oido
explicar, con no ménos agrado, cómo la constancia, la ca­
pacidad y la diligencia de los que se propusieron la obra,
han vencido las dificultades apuntadas, con muchas otras
que son comunes á toda empresa en que se mueven las
palancas del capital y el crédito.
Otra coincidencia notable: era ese día uno de los más
agitados de la región de la política, como que se bailaban
en Consejo los ministros para resolver la crisis que tan tras­
cendental promete ser en los futuros acontecimientos; re­
unidos los circuios en que se agitan los partidos; en expecta­
ción ansiosa los curiosos y los aspirantes á manejar el ti­
món de la nave del Estado, y era día de concierto y de to­
ros por añadidura. En los salones del paseo del Cisne se
discernía, contra tantos alicientes exteriores, que úun que­
dan españoles que tengan más afición ú la lanzadera y «I
arado que al fusil, ó que prefieran el campo de la especula­
ción científica ú las antesalas de los ministerios y las aceras
de la Puerta del Sol, y llegó también á probarse que hay
periodistas que dispensan á los intereses materiales del pais
atención ménos recompensada que la «leí Salón de Confe­
rencia« del Congreso.
Una mesa ampliamente adornada y cubierta do manja­
res, dulces, frutas, vinos y llores, en totalidad de produc­
ción española, cotilo parte que eran de la exposición, sir­
vió para acrecentar lu agradable impresión de los invitados
de la Empresa : las utu/misía* de Pnig y Galop, de Barce­
lona; el vino Al/tafiai’t cosechado por el General Cotoncr en
Mallorca; el .Uetloc, de |l. Antonio Sánchez de Aspe; el
A h íla , de Forneli; los valencianos de Stárico, Oltág, Artiques, Ortega, y otros, más conocidos fuera que dentro de
España, fueron por aclamación declarados excelentes.
En estos momentos de expansiva alegría ocurrió al señor
don J. Emilio de Santos, director gerente de la Empresa,
rueda catalina de-su maquinaria y motor principal de ln
coneurrencia de expositores, anticipar la solemnidad de la
apertura en honor de ln prensa, y obtenida la autorización
del Consejo, dando á conocer en sentidas frases la presen­
cia del Sr. Bosclt y Llabrús, presidente de u El Fomento dr­
ía producción nacional » de Barcelona, .i quien tanto debe
la industria y esta misma Exposición, le invitó á inaugu­
rar con su autorizada voz la más cumplida manifestación
de los productos de Cataluña que ha presenciarlo hasta la
fecha esta capital, lo cual dió lugar á otro discurso del se­
ñor Bosch, muy aplaudirlo por la modestia déla frase y lu
oportunidad del pensamiento, y á otros y otros brindis de
los concurrentes ensalzando el trabajo que con el arte y la
ciencia á semejantes resultados conduce.
De este modo improvisado, sin anuncios ni llamarlas,
quedó abierta la Exposición regional del Este tle España,
empezando á ser desde el lunes punto de reunión á la
moda, campo «le estudio durante la mañana, y de entreacto
por las tardes para los señoras que hábil mímente concur­
ren al paseo de |ft Castellana.
Los lectores de L a I l u s t r a c ió n E s p a ñ o l a y A m e r ic a n a
tendrán oportunas noticias de lo más notable de esta Expo­
sición, á que concurren las provincias de Cataluña, las Ba­
leares. Zaragoza, Teruel, Valencia, Castellón, en una pa­
labra, las componentes de la antigua corona de Aragón, y
por excepción la de Madrid que, ofreciendo el palenque,
no debía ser excluida ríe participación en el torneo. Por hoy
han de servir de introducción á la reseña los datos siguien­
tes. necesarios para juzgar de la importancia del acaeci­
miento.
La «Empresa de Exposiciones tle Madrid» se propone
llenar una misión patriótica abriendo á la capital de Ja na­
ción una serie en que apnrezcan los productos de la agri­
cultura y de la industria en forma que los lu ga conocidos
tic nosotros mismos, sin que para ser vendidos haya que
acudir al triste recurso, empleado en la escala que tendréinos ocasión de notar, de ocnltar su origen español bajo
falsas etiquetas extranjeras, y sin que los precios artificia­
les que una parte del comercio menudo les tía en el meren-(I)
N.° X V I I I
do. valiéndose tle aquella circunstancia, entorpezcan y di­
ficulten las naturales relaciones de la oferta y la demanda.
Empieza por la región oriental, ya que ni las circuns­
tancias riel país, ni las de la localidad, escasa de edificios
á propósito, consienten por ahora mayor amplitud; pero
ensayado el sistema y contando con éxito favorable, lla­
mará á concurso sucesivamente á las producciones natura
Ies é industriales de otras comarcas.
Constituyen la Empresa: como Presidente del Consejo
de Administración, I). Antonio Guerola; como Director
Gerente, el ya citado D. .1. Emilio ríe Santos: Vicegerente,
D. Francisco García Martin©; Secretario del Consejo. Don
Francisco María Tuhino; y Consejeros, I>. Lino Peñadas,
P . Alejandro Peñista. D. Guillermo Mnrtorell, D. José Es­
pinosa. D. Francisco López Fnbra, 1). Juan Navarro ljevertery 1». Federico Villnlva, nombres todos tan conocidos
que excusan comentarios.
Del local elegido han sabido sacar el partirlo posible
empezando por rodearle de un lindo parque á la inglesa,
con fuentes y coscadas, que ha trasformado en oasis la
aridez del terreno, ofreciendo un buen espacio cercado
para descanso y solaz de los visitantes, que alli encuentran
ademas una restauración perfectamente servirla y con
precios reguladossegtm tasa de la Empresa, cervecería por
el sistema tle Alemania, casa dePvncas, con otras depen­
dencias y la galería en que han de verificarse las exposi­
ción«! especiales de plantas y llores, empezando el 17 riel
corriente.
El pórtico es lugar tle exposición do cristalería tle color,
pintada y grabarla y de trasparentes, que cubriendo los
arcos mitigan la fuerza de la luz y producen efecto muy
bello, preparando los sentidos («ira recibir el del Balón de
entrada y descanso, que es incomparable. A su adorno lian
concurrido las estufas ríe la condesa de Montijo, del duque
de Osuna, de la quinta de la Esperanza, cubriendo el colo­
sal macetero del centro con las ricas galas <le la Flora tro­
pical, y perfumando el ambiente con el aroma rio nuestras
I plautas indígenas. Los escudos ríe las provincias que con­
curren á la exposición, las banderas nacionales, las jardi­
neras. lámparas y guirnaldas graciosamente combinarlas,
dan ya una idea de lo que serán las exposiciones especiales
de flores que se preparan', inaugurando una competencia
tan frecuente en países extranjeros en que la lloricriltiira es
pasión más que entretenimiento.
La vista se extiendo y nharcu, desde el Halón de descan­
so, otros cinco de los que encierran los productos naturales
y de ¡a industria, na hacinados cual en otras ocusíones lie­
mos visto; no dispuestos en gradillas ú hóii de tienda do
mercader: cada expositor Iris instala de su cuenta acrecen­
tando el valor del genero con la perspectiva del armario,
canafitillo, pirámide ó aparato caprichoso, rivalizando con
sus competidores en la elegancia de la forma, en la riqueza
del material, en el buen gusto de la disposición y en los
accesorios do rótulos, anuncios, tarjetas de indicaciones,
reveladoras del impulso que ha recibido el arte de prepara­
ción con el progreso del tipográfico y cromolitográfico. Hay
instalaciones do carácter monumental, de proporciones mag­
nificas y de conjunto no superado en los grandes concursos
internacionales de Lóndres, Paria y Viena. Mejor que por
la descripción juzgarán de su mérito nnestros lectores pol­
los grabados que se están preparando («ira las páginas de L a
Cuéntase que en un festin de carácter internacional en
que sucesivamente se había brindado por las condiciones
y excelencias de los pueblos allí representados, propuso
uno de los comensales el reconocimiento de España como
la nación más grande y más fuerte del Universo, pues que,
habiéndose propuesto sus hijos ensayar todos los medios
imaginables para destruirla, no lo han podido conseguir
en más de medio siglo de constante trabajo demoledor.
Grande y fuerte es realmente esta agrupación arrincona­
da en la extremidad meridional de Europa, cuando en el
divorcio con la paz y el orden en que vive y se mantiene
I l u s t r a c ió n .
por tantos y tan largos periodos, crece, progresa, adelanta
Gracias á Dios puede ya decirse con verdad que se han
incesantemente en las esferas de la producción y de la ri­
inaugurado en Madrid las exposiciones, cual corresponde
queza. con asombro de los que buscan á este fenómeno otra
á la cultura y á la importancia de nuestra capital. I.as Com­
explicación mus lógica que la de los ricererm« de Fray
pañías de ferro-carriles han sillo las primeras en reconocer­
Gerundio. En el último año han arreciado los efectos de
lo, disponiendo trenes á precios reducidos para los que des­
las disensiones: Cartagena, Alicante, Bilbao. Alcoy, Bar­
de las provincias quieran venir á visitar ésta.
celona. Sevilla, Valencia, Cádiz.... cual más. cual menos,
la mayor parte de bis poblaciones de España registran con­
F . E ko sec a .
siderables siniestros en vidas y haciendas; las fronteras
están abandonadas, el comercio paralizado, la agricultura
sin los brazos que esgrimen el arma fratricida, los pueblos
TE S ÍM' NIOS DE LOS AUTORES ARÁBIGOS EN FAVOR
al arbitrio de las partidas que esprinien sus recursos, vola­
DE L A R E L IG IO N C R IS T IA N A .
dos los puentes, cortados los caminos; y todo ello no inllnye un ardite en la prosperidad del país, á juzgar por las
II.
publicaciones oficiales. En ese mismo año. el rendimiento
Gloriase con harta razón nuestra España por ln misión
tle las Aduanas y el montante de la exportación lian supe­
evangélica y el patrocinio del apóstol Santiago el Mayor,
rado á los de hw épocas normales, ó por decir mejor, á las
que hizo constar con fervorosa devoción en los más antiguos
más tranquilos relativamente.....
monumentos de su historia eclesiástica, y especialmente en
¿Vendremos á descubrir al fin que incendiando Estacio­
aquel inspirado y venerable himno, conservado cu el brevia­
nes, despeñando locomotoras, bombardeando plazas y sa­
rio gótico tsidoriano, donde se lee ;
queando villas se estímela cou más eficacia la producción
industrial y el movimiento del comercio? Una gemí-prueba
« Magni dríade f i l i i tanitriii
nos ofn-ee la Exposición industrial en Madrid, cuyo anun­
Adeptifulgen! preve Matrix mch/iir
cio fné generalmente recibido con sonrisa de incredulidad.
l'trupte rila- culmini* insignia :
Tratábase de retiñir en esta capital, en el Pabellón lla­
Urgen* Jananes dextram sólita A sillín
mado de Indo, construido en el pasco del Cisne, para expo­
Ejnaque frater potitos Hispaniam. »
siciones temporales de bellas artes, una muestra de los
Y más abajo:
productos industriales de ln región Oriental de España, con
<( j O rere digne sandiar Apóstale,
prevención de no admitirse en el concurso los productos de
Capot
refulgen» a tirenm Hispa ni«;!
las colecciones oficiales, que han venido siendo núcleo de
Tutorque
noliis, et patronos veníalos.»
las exposiciones anteriores, y con advertencia de acome­
terse la empresa por tma sociedad privada, sin auxilio,
De la venida del apóstol Santiago á España y do su pre­
dicación en ella, también se encuentran noticias en los au­
participación ni ingerencia del Gobierno; novedades todas,
( I ) fiem os visto una carta cuyo sohrecscrito dice tex tu a l­ tores arábigos, que las debiera» beber en las antiguas tradi­
que si vil cualquier tiempo hubieran dado justificada razón
m ente : a Sr. D irector G erente «le la Exposición ríe M adrid.—
para dudar del éxito, ofrecían en las presentes circimstan- V i a , aquella en qu e no h aya carlistas.»
J ciones y crónicas de la cristiandad mozárabe: 'pues U»n
s: xviii
L A IL U S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A.
279
Iliiyyan, «1<* Conloba. uno de los inda autorizados por su or«> pini) y con rulni-s por ojos. Las puertas «le esta iglesia
Por los historiadores musulmanes tenemos noticia «le una
ertidieion y buena crítica, y que halan consulta«!«! importan­ están chapeadas «le oro puro, y otras exteriores cuhicrtns de i famosa expedición «le doce mil caballeros que envió ni Afri­
te»« documento)« d<* la antigüedad española, mis halda de la láminas de cyhre ú oruamentailas «le madera primorosnmi-n- 1 ca San Femando en auxilio il«-l sultán «le los almohades Alveneración en que eran tenido« ilurante siglo x, y ánn an­ te esculpida.
mntniin (uño 1228): pero con el propósito «le que este so­
tes. los templos ile Santiago de Galicia é ¡Un (Iría Flnvin,
corro redundase en mayor provecho y creeos «leí cristinni«» Se ve en liorna el palacio «lenti principe llamado el I'a
hoy el Padrón), ilustrados nmlios por el sepulcro de aquel pa. Este principe es superior en poder á todos I««s reyes, que mo. Pues no sólo si- pact«i el «pie Almuimut ulilieiiK- « n
Aposto!, adonde ncudian numeroso« peregrinos, no «i'do le respetan al par «l«.* Dios. Gobierna con justicia, «-astiga á Marrueco« mui iglesia en donde los cristianos auxiliares ce­
del continente europeo, «inn hasta del Egipto y de la Nti- los tiranos y opresores. protege á los débiles y miserables é lebrasen piiMicntnente su culto y adonde acudiesen «I toipio
liin (1). A este propósito nos cuenta cómo el apóstol Santiago impide que se cometan agravios. Su poder espiritual sobre­ de campanas, tan odiado por los musulmanes, sino, l«> que
anduvo recorriendo diversas regiones y puja al «le totlos los reyes «!<• la cristiandad, y ninguno ili­ <•« singularísimo a-'contrario á la legislación muslímica, el
ci los osa oponerse á sus man«latos. En fin, la grandeza y que ú cualquier mahometano fuese permitido convertirse á
llamando á sus habitantes á la fe hasta que llegó á aquel
magnificencia «le Homi» son tnhs que es imposible descri­ nuestra religión : pero á ningún español fuese licito islam i
extremo de España :
¡ y birlas debidamente. ii
zar, pues de hacerlo #si seria devuelto á sus eompatriiitas
Este testimonio del blrisi es de gran importancia, pues para ser castigado. Ln idea, pues, de San Femando fue
habiendo regresado después al Oriente y muerto en la Siria, se Ve por él que un autor musulmán ha saldilo formarse una
que aquella colonia cristiana propagase entre la morisma la
sus discípulos cargaron con su cuerpo, y trayéndole á núes- !
idea exacta de lo «pie es el augusto jefe de la Iglesia Cat«i- fe verdadera y contri huyese por su parte al fruto «pii; nues­
tra Península, le sepultaron en chingar que ocupa aquella Iica, «leí respeto que le «leben los reyes y grandes «lei ninn­
tros misioneros de la «»rilen «le San Francisco lograban muy
iglesia, que halda sido el más apartado confi.it donde im­ ilo. de la autoridad inherente á su altísimo puesto y repre­
sazonado en nipiellas regiones, preparando juntamente so
sentación,
y
del
arbitraje
que
le
corresponde
en
el
mundo
conquista por la tinción española. Los pactos hechos entre
primió sus huellas :
J
•• 1»
cristiano en pro de la justicia y «leí bien. Esta autoridad y el rey de Castilla y el sultán «le* los almohades alcanzaron
5^' --=3'
En tiempo «le Almanzor esto arbitraje fueron provechosísimos á la Europa en la i-l debido y exacto cumplimiento, ('mista por ln crónica llnEdad Media para refrenar la barbarie y el despotismo de tnmln el Qirthá», «|u«* habiendo entrado Almnmmi en ln
aquel culto y tradición eran conocidos, asi de musulmanes
soberanos y magnates, y lo serán igualmente siempre que ciudad de Marruecos (afni (527-1229) con la ayuda elicnd..... . de cristianos, y por esto sin duda, hí no por el prodi­
baya en el tumido iniquidades y desafueros «pie corregir en siina ele a>pu-llos erislinno«, les mostró su gratitud y «lición
gio de que hablan nuestros cronistas, cuntido aquel gran
beneficio de los débiles y desvalidos, del derecho y de la hasta el punto «le que, subiendo al pulpito en la aljama "
perseguidor «le la cristiandad española se apoderó de la l in­
«•quilla«!. Los mismos musulmanes acia lian á los romanos mezquita mayor, delnnt«* «le la córte y «leí pueblo, mnhlijo
dad de S uitiago y la dejó arruinada, respetó el sepulcro del
pontífices, implorando su intervención y arbitraje cuando solemnciiii-nte á Almaluli, fundador «l<- la secta Almohmlc,
Apóstol (2).
se creían ngraviados por los principes cristianos (5 ), y los y añadió: « X'«. hay ««tro Maluli (es «lecir, otro Mesías) «pie
El blrisi, que escribía en t;l siglo xu , desorille la iglesia
muros «le («ranada, al capitular con los lti-ycs Catól coa, pi
Jesús, hijo «le Moría, saludado sea.» Estable« ■iérotis«- miesde Santiago de Composteln con las siguientes palabras :
dieron que los conciertos fuesen autorizados con la tirina tros caballeros cristianos en un arrabal de Marruecos que,
o Iglesia de Santiago: esta iglesia es celebre por las peregri­
«leí l ’apa (ti). Ojalá «pie todos los cristianos, y áuntodos los según consta por otros «locmnentos, se llamó Eibora (10),
naciones de (pie es objeto, acudiendo allí los cristianos de
que se apellidan católicos, participasen «lei alto concepto, en donde fundaron templos; y «aliemos que alcanzaron grantodas partes. Xo hay otra más suntuosa, si se exceptúa la
«leí respeto y reverencia que muestra aquel escritor muslí­ «le autoridad é influencia, protegidos, después de muerto Aliglesia «le .Jerusalein, y aun puede sostener parangón con la
mico á la divina institución del Pontificado, y con la misma iiuiiiinn, por su viuda la sultana Hobah, cristiana y espnConmina (3 ) de esta misma ciudad en cuanto á la belleza y
sinceridad y lealtad lo proclamasen asi.
ñoln, y ouno dice «-1 metii-ionnilo C/triláis. mujer distingui­
grandeza de su fábrica, asi como también en cuanto á las
Un autor arábigo del siglo xnt refiere un notable benefi­ da y dotada de gran inteligencia y discreción (11). No es
riquezas que atesora, producto de limosnas y ofrendas. En­
cio del cielo, alcanzado pur las oraciones «le los cristianos nuestro propósito el referir ln suerte y vicisitudes «pie ex- .
tre las joyas de este santuario son de notar gran cantidad
cercados en la fortaleza «le Hílete. Este caso prodigioso, re­ perimi-ntó aquella colonia cristiana y española estnl>Ie«-i«ln
de cruces de oro y plata incrustadas con zafiros, esmeral­
ferido por nuestras crónicos, inlipiien- completa certidum­ en el corazón de la morisma africana, por las altas miras
das y otra pedrería, y cuyo número no baja de trescientas
bre, merced al siguiente relato «le Abtfelwahul el marroquí, religiosas y politieas ilo un rey tan insigne; bástenos «lecir
entre grandes y pequeñas. Cuéntansc en ella cerca de dos­
autor coetáneo, que al año «le fifi? «le la liegira ( I 171 de «pie se conservó allí durante mueho tiempo, dando honor á
cientas columnas revestidas con adornos de oro y de plata. Sír­
nuestra era) dice asi :
su fe y á su patria, ejecutando gratules proezas en oh«eqii¡<>
vanla cien sacerdotes, sin contar los subalternos y fámulos.
a En est«« año salió «le Sevilla el Eniir-alnumiinin (7 ) Abu «le nipiidlos sultanes, é interviniendo eficazmente en les ne­
El edificio está construido en ftu totalidad de piedra y mez­
Yncub, dirigiéndose al país de Alfonso (el Vi l i «le este gocio« «I«- aquel pul« (12).
cla , y se ve rodeado tic muchas casas que sirven de aloja­
nombre) y se acampó sobre una población granile llamada
Foro todo esto tío es tuús «pie una ligera muestra de los
miento á los sacerdotes y religiosos, diáconos y peregrinos,
Huele, por saber «pie si- «•ncontraban allí los magnates de «lnt«is interesantes y peregrino* que pm-rh-n hallarse en los
así como también de mercados muy concurridos. Cerca de
la córte «le Alfonso y los caudilloH «!«• sus huestes. Este cer­ autores arábigos i-n pro «le la f«- y religión cristiana, y para
la iglesia hay grande« pueblos que pueden ser comparados
co se dilató por espacio «le algunos meses, hasta «pie vién­ ilustrar más y más nuestros anales eoleH¡á«thim y polltie«»«.
á ciudades, i-n que se hace mucho comercio, y la población
dose los sitiados «*u granile aprieto trataron «le eiitivgm’se. Esta* cnnfcKÍiinoii, más <’■inénos explieitns y teiminantes, de
es inmensa » (-1),
He oiilo contar a vària« personas, que lo supieron «le boca escritor«'« infieh's, pero ventee« «’• ¡rigennos, son «legrando
No menos curioso é importante es otro pasaje del referi­
de algunos viejos que se hallaron en aquel suceso, que los importancia y valía. e«pwialnieutt* para confundir ñ los itn
do blrisi, en que describe la ciudad de liorna, y á este pro­
defensores de la plaza, viéndose muy aeosuilim por In sed, píos é incrédulos, comprobando la verdad y realidad hiw«ipósito halda del Umuauo Pontífice, comprobándola grande
enviaron á decir al Emir aluiiiiniiiiii que ellos se la eutrega- ricn de hechos notables y piodigiosos «pu- la critica ewéptiautoridad que gozaba á la sazón sobre los pueblos y princi­
rian si le« «•oiiceilia seguro para hiik personas. Negóme á ello qn suele calificar «-«mío inveiic¡«ine« «h- la ignorancia, de la
pes cristianos. He aquí tan interesante testimonio y relato :
v del fanatismo, l’cro en 1«» tocante ii nuestra
Alai Yacuh, subiendo «-I grave aprieto en que los tenia la credulidad m
« Es liorna una de las columnas de la cristiandad y la
sed, de que moriun muchos. Pero estando ya desesperados patria, tales «loi-nmentos y noticias son vei«ln«leranu-jite inprimera entre las sedes patriarcales: las otras son Autiode conseguir lo que pedían, lié aipii que cierta noches«- aprt-«-iables, y ojalá que «-stns indicni-ioncs desp¡«-rt«-ti el Ín­
qtiia. Alejandría y la ( ‘asa Santa (Jerusalein): mas esta úldejó oir en la población un grande estruendo y rumor de teres «1<- les filólogos y cstniliosos, quereimaii la piedad con
timn es la más reciente: no data del tiempo «le los apósto­
voces, y era que los cercados habían salido en procesión el «aber, para completar la E » jn iñ u S a ffra iln con mi filón
les y fue instituid« posteriormente para glorificación de la
con sus Evangelios, acompañados de sus sacerdotes y mon­ preciosísimo apenas exjilotailo basta hoy.
Casa Santa. El recinto «le liorna es inmenso, porque según
jes, los cuales recitaban plegarias á que el pueblo respon­
dicen, mide esta capital nueve millas de circunferencia.
F. J. SlMO.NKT.
día .linén. De repente cayó un enorme aguacero que no pa­
»E n el interior de la ciudad sobresale una iglesia erigida
--------------- --- a
— ---------bajo la advocación de los apóstoles San Pedro y San Pablo, recía sino «le odres vaciado», con lo cual, llenándose los nlgihes que alli halda, los sitiados bebieron y se hartaron, y
cuyos cuerpos reposan allí en un sepulcro. Es un edificio que
cobraron fuerzas contra los musulmanes, de nimio que el
SAN ISIDRO BENDITO.
mide trescientos codos de longitud, ciento de anchura y
Eimr-almuminin
tuvo
«pie
retirarse,
volviéndose
á
.Sevi­
otros tantos de elevación. Las columnas que sostienen el te­
L o« lector«» que tiene en Madrid L a I u is t r a c i o n E s p a cho son de bronce y el artesonndo de cobre amarillo. Cuéu- lla (8).
S o t.A Y A m k k u a n a proferirían seguramente que en « I lugar
A esta relación, añuden las crónicas cristianos (í>) «pu­
tanse en liorna basta mil doscientas iglesias. Los mercados
ocupado en este número por el presento articulo, se les
la
lluvia fin- tan abmulante é impetuosa, que no siilo surtió
y lap plazas públicas están pavimentados de mármol blanco
ofreciera cosa «le más novedad que la descripción «le la ro­
la población, sino «pie arrasó las estancias de los moros. El
y azul; hay además mil baños.
mería «le San Isiilni que se celebra el ló de Mayo en honor
pasaje
«le AUlelwuhiil que dejamos traducido, es «le mucha
«N o debemos pasar en silencio otra iglesia de suntuosa
del Santo bendito, patrón de Madrid, cuyo patronato nin­
construcción, edificada sobre e! propio modelo «leí templo importancia: pues sin él tal vez los críticos escépticos qtn- gún gobierno lia sido osado á quitarle, y en verdad que «m i
de Jenisalemy con las mismas dimensiones, asi «le longitud tanto han perjudicado« la verdad histórica, negándola osa­ estos últimos tiempos llegué á temer que alguno de los mu­
cuino de anchura. El altar donde se celebra el sacrificio mi­ damente cuando no se ajustaba á sus estrechas miras, ta­
chos que liemos tenido le hiciera esa mala partida, pues vi
llo diez codos de largo y toda su superficie se ve enriqneci- charla» de credulidad el relato de nuestros cronicones ; [vero «pie se ocupaban con gran celo varios ministros en arreglar,
da por verdes esmeraldas. Sobre el altar se admiran doce Dios permitió que el prodigio se verificase ante los ojos de
aderezar y enderezar eso de los patronatos, nombrando jun­
estatuas cuya altura es de dos codos y medio, fabricados de1 los infieles, y que éstos, llevados de un noble sentimiento tas y más juntas, que no hay país en el globo donde haya
«le veraci«la«1, no lindasen confesarlo, aunque fuese para su
más juntas que en este felicísimo en que nuestra dicha nos
propia confusión.
(1) «« Expedición de Almanzor á la ciudad de Santiago, conhizo nacer.
Para concluir sólo referiré un hecho, entre I««s muchos
•ln extremo de Galicia y el mayor de los santuarios que exis­
Pues decía que ¡i los lectores de Madrid, á los que cono­
ten en la región de España y en el inmediato continente. Esta ilustres y memorables que constan en los autores arábigos,
iglesia alcanza entre ellos la misma conshleracion que entre como llevado á cabo por la cristiandad española, inspirada cen ya al Sonto y están con él familiarizados, no les inte­
nosotros la t’aba (lamosa mezquita de la Meca), y por ella iuresará este articulo, porque ya saben del Santo y de su fa ­
ran ú ella acuden «:n peregrinación desde los más apartados por su fervorosa fe.
mosa romería todo lo que vo pueda referir, y no habrá uno,
confines de It* <ma y de los países de allende: y ellos ereen que el
á no ser algún libre pensador aburrido é indigesto, de esos
(5)
Véase
á
Cosili,
liibl.
Arab.
Hi*p.
Errar.,
II,
107,
108.
«-‘pulcro qne allí visitan es el sepulcro del Apóstol Santiago,
Fernandez González, Los Mudéjo ree de ( astilla, jág. 203, etc. qne no admiten más Dios ni más santos que ellos mismos,
u" ° de lo« doce....i» Y n»á< abajo, contando la llegada de Altnanzor a Iria Fiaría: «Desdeel monasterio de Santa Marín,
como que no creen en más virtudes y perfecciones que las
(f>)
- L y i»
Prosiguiendo su marcha, llegaron á Iria, que es otro de los
suyas propias; no habrá uno, «ligo, que no baya asistido
' iatoarujg de Yacob (Santiago;.... Este santuario es tenido
amblen en gran veneración por los cristianos, cuyos devotos
5A_!
acinlen á él desde sus términos más apartados y hasta del
« Y que conviniese con todas estas condiciones el Señor de
(10) Véase á Mariana, Historia general de España, !. xit, ca­
7 de la X'ubia y de otros países, n Ibn Havvan, citado
I™ Ibn Ailzari y Almaccari.
Roma y las firmase por su mano.» Almaccari, t. II, pág. 812 pítulo ni.
(11) Carthát, pág. 170 de! texto árabe, edición de Tortiberg.
(-) Vense Ibu Havvan. citado porel autor del Boyan Almo- de la edición de Leiden.
yp . tomo ti, pág. :J,1«;-319 déla edición de Leiden, y Almacca(7) El príncipe de los creyentes, título que lie» aban los sul­ —Ibn Jaldun. Historia délos Bereberes, traducción de Mr.
n tomo i . pég. 2*, .-270 de la expresada edición.
tanes de la dinastia AIraohade.
d'Slane, n, 238.
A %I1 Xombre que dan los árabes á la iglesia de la Ilesurrec(81 Abdelwahid. Hi florín de lo» almohades, pág. 180 á 181 (12) Véase el Carthás, páginas 167, 170. 171 y 173 de la edi­
c»on, en Jerusau-m.
del texto áraK-, edición de Mr. I 'ozy.
ción mencionada.—Ibn Jaldun, Historia de tos Bereberes, tra­
(9) Anules toledano», al año 1172, en la Esp. Sagr.. t. XXin, ducción de Mr- d’Slanc, H, 23fi.—Ibn Aljathib, citado p<«r Caol *) ^ ° 8 ta,u l,ei blrisi, tra incida por Mr. Jaubcrt. t.n. pá■
y siguiente.
siri, II. 223, etc.
páginas 391-392.
280
L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y A M E R IC A N A
N.° X V I I I
B IL B A O — DOS
DE MAYO: EMTRADA DEL EJKKC1TO LIBERI'ADOR.
> '
*
'p*
X V III
L A ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA.
NAUFRAG IO DEL VAPOP. «K C B O F K ».— EL Ú LTIM O ROTE.
282
L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y
más ile una. vez ú la pnpnlnrmima fiesta, con que el pueblo
de Madrid, de suyo bonachón, aunque á las veces ipiiere
alardear de levantisco y revolucionario, agasaja todos los
año» al insigne Isidro, modelo perfecto de lo que se llama
hombría de bien ; pero como L.V li.DPTUA''ios tiene bastantes
miles de lectores fuera de Madrid y fuera de España, y en­
tre ellos habrá inuclimimos que no habrán visto jamás á
Sun Isidro, y no lo verán sino en el cielo, ni su famosísima
romería, lié aquí por qué no huelga este articulo en c! pre­
sente número.
El ario 1082 nació en Madrid ¿1 que había de ser San Isi­
dro, por mis ejemplares virtud««, y por canonización hecha
por el I’npa Benedicto X II I , y murió en 1170, viviendo por
consiguiente ochenta y ocho años, edad áqne pocos llegan
ahora; es verdad que para llegar á esa edad se necesita ser
hombre tan conforme con su estado y tan humilde y bien
hallado con su pobreza, y de tan sano corazón y de tan
dulces sentimientos de amor y caridad como lo filó el Santo
Isidro, cuyas virtudes seria bueno que imitaran los madri­
leños, ya que tanto le aman y reverencian, aunque nunca
tanto como él se merece. Hoy, en este embravecido mar de
pasiones desaforadas, en este vario afanar de la ambición y
la soberbia. en este desconcierto general dirigido por el de­
monio de la envidia, el más feo y redomado de todos los
demonios, no hay paz, ni sosiego, ni humildad, ni resigna­
r-ion . ni siquiera apego á la vida, si no se vive con todos los
apetitos satisfechos y todas las vanidades logradas, y asi
nos morimos.pronto. y se tiene por raro ejemplo el de quien
pasa de los ochenta, y en cnanto alguno llega á cumplir el
siglo, sácanlo en (Jarcian y .1 Imanaijuen como caso extra­
ordinario, y todo el mundo se asombra de tan larga existen­
cia ; y justo es el asombro, á decir verdad, porque la ar­
rastrada vida que llevamos en estos tiempos no es para
llegar á viejos.
Pero dejémonos de filosofías, que ya me causan horror
desde que he visto lo que de si han dado los filosofastros
que se lian echado á la carrera de la política, y vamos á la
romería de San Isidro, donde si algún filósofo encontramos,
estará probablemente borracho, y si tiene el vino alegre,
nos dirá algún donaire que nos boga reir. preferible á los
donaires de los filósofos gobernante», que son «le tal natu­
raleza, «pie más lineen llorar que reir al i lustrado público.
No es muy cómodo el camino «pie tenemos que recorrer
para ir illa pradera donde tiene lugar la fiesta, y lo mismo
si salimos por la puente si-goviaua. que por la monumental
puerta (le Toledo, no recrearemos la vista mucho «pie «liga­
mos con la 1'rnudoHÍibul «l«‘l bosque, ni nos deleitará lneniili'inpladnn del valle, ni nos alegrará «d murmullo (le las
aguas del caudaloso rio, ni bailaremos torrentes y cascadas,
ni verdes colinns, ni empinadas crestas, como no sean las
«le los gallos que esperan inconscientes «pro alguien los
pida con arroz «ni los ventorrillos á donde los ha llevado su
pono lisonjera suerte. En los caminos que conducen á San
Isidro hallaremos mucho polvo, que o» lo que somos todos,
y, por consiguiente, no nos dehe enojar vernos cubiertos «1«;
lo que es lo que seremos, y numeroso» coches de toda» cla­
se», tamaños y formas, desde el aristocrático liradaubasta la
trituradora tartana «le «los ruedas, montada ni aire, donde
el infeliz viajero se expone á sufrir en sus huesos completo
trastorno, si antes no lia tenido la precaución de numerar­
los, á fin de poder, cuando se vea en tierra, colocárselos y
encajárselos convenientemente. Estos coche», que unos van
á la romería y otros vuelven «le la romería, ofrecen igual
peligro á los romeros do á pié «pie á los que van dentro de
ellos. A los tinos los atropellan, á los otros los desencua­
dernan, si unes que, volcando, los aplastan y trituran. Las
gentes prefieren, sin embargo, este peligro, y puede asegu­
rarse que los que van á pié irían más á su gusto si fueran en
coche. En «lia tan señalado, no hay caballo de tiro, bien «pie
ya no pueda tirar, que no recorra el camino infinidad de
veces, aunque el amo conozca que en llegando la noche lia
de estirarse para no tirar más. Allá van los pobres animales
enganchados á los coche»de plaza, á los ómnibus, á las di­
ligencias. á las cestos, ¡i las tartanas y calesines, oyendo
las mayores blasfemias, que es para ellos fortuna no en­
tenderlos. y recibiendo sobre los huesos, «pie ya se asoman
por los girones del pellejo. los más tremendos y rudos lati­
gazos. Si en Madrid hubiera sociedad protectora de loa ani­
males, el dio de San Isidro sería para ella din de luto. Pero
¿«pié tiene de extraño «jue por el afán de la ganancia se sa­
crifique ó los animales, si por lo mismo se sacrifica ú los
hombres?....
Con la visible protección «lela Providencia, llegaremos
sin notable detrimento á la Pradera de San Isidro. Todo lo
que nos habrá sucedido si hemos ido en un ómnibus, porque
coche propio no lo tenemos todavía, aunque ya lo tiene
cualquiera, será «pie sobre el pantalón blanco que llevamos
lia derramado su bota el prójimo «pie ocupaba el asiento in­
mediato, ó «pie una moza brava, porque no nos estrechá­
bamos todo lo que necesitaba sn humanidad para sentarse,
nos lm dicho cuatro frescas, ó que el niño que llevaba en
brazos la amorosa madre sentada enfrente nos lia arrima­
do inocentemente una patada en la boca del estómago con
una fuerza superior á su edad, ó que el conductor, con el
aturdimiento propio de nn «lia de tanto trajín, nos ha dado
religiosamente el cambio del dnni que le dimos, cobrándo­
AM E R IC AN A.
se la peseta que de derecho le pertenecía y entregándonos
tres que son falsas y una que todos nos dirán «pie debe de ser
plata, pero que Ies «hunos otra. Estos percances ni siquiera
merecen mencionarse. Peor lia librado un señor que iba aso­
mado a la ventanilla para respirar, y el conductor, al sacudir
á los caballos, le lia saltado un ojo con la tralla, y ánn luí
sido más desventurado aquel joven que al saltar el cocin­
en un bache, ha saltado desde la banqueta al camino, y allá
lo llevan á la ('asa «lo socorro con vida para poco tiempo.
Va estamos en el sitio de la expansión y la alegría; las
campanas de la iglesia del Santo no cesan de voltear; du­
rante c-1 «esto del año sólo tocan á muerto cuando llegan al
cementerio inmediato los que van á esperarnos; sólo el «lia
de San Isidro su sonido es alegre y juguetón ; con sus len­
guas de metal saludan á los vivos, los animan y regocijan;
mañana volverán á saludar con pausado y triste clamor á
los muerto».
Si tenernos apetito y no nos falta el dinero, bien pode­
mos despacharnos ú nuestro gusto, porque allí hay «le todo
lo que se puede apetecer. A cada paso nos ofrecen delicadí­
sima» rosquillas «le Fuen labrada, que en este pueblo son
extremados cu la confección de tan suculenta» pastas; siqueremos entretenernos honestamente compremos los sua­
ves torrados, duros corno piedras, que salpicados de punan
más que amigadas, nos muestra aquella desgreñada vieja,
en sus curtidns manos, ponderándonos con persuasivos fra­
ses y gracioso» ademanes lo inmejorable de sn mercancía.
Pasemos de prisa por delante de esos incitantes barriles
llenos de escabeche, y dominemos nuestro deseo do pro­
barlo, ponpie el escabeche es bueno, muy bueno, pero de
fijo nos produciría nn cólico si no le acompañásemos «1«' un
cuartillo, ó dos. de lo tinto, y si tal hiciéramos podríamos
evitar el cólico, pero no la borrachera, y no hemos venido
á emborracharnos, como aipiellos «los prójimos «pie allí
van, agarrados del brazo, damio tumbos y tropezones, en­
carándose con los celosos agentes de orden público, que los
vigilan, y diciendo ú las mujeres tales requiebros, que de
oirlos se avergonzaría cualquier colegial «k* Mejilla.
Vean Vds. qué selecta colección «le licores hay en t‘sc
puesto; bien dice el vendedor en el cartel que luí colocado
para conocimiento «leí público : Lh/orenfinoz jmr el ¡loro/n'o
/abrillante. Nadie en verdad le disputará semeja lite fabricaclan de aguardiente pintado «le todo» los colores conoci­
dos, ni tampoco le enviiliará la ortografía «le su muestra.
Pasemos de largo por delante de todos esos puestos de
cnchurroK, «untos «le barro, pilos y tilintas y campniiilluH,
y no Imgiunos coro con los que se ngmpnn ante una
báscula donde están penando á una señora gorda que lm
venido á la romería con su bija y su yerno, y le lm entra­
do comezón de saber lo que pesa, detalle que el yerno cono­
ce perfectamente. El público se ríe grandemente al ver la
gravedad «le la señora gorda y la enra «le renegado del
yerno «pie está allí esperando «pie termine la operación, y
temiendo que 1» suegra pese inedia libra menos «pie el año
pasado, porque »i tal sucede «*» seguro que la buena señora
le culpará «le esta pérdida de carne, que no en vano tiene
ella tanto disgusto viendo ú su bija casada con un hombre
qnc es muy bueno y todo lo que se quiera, pero no ade­
lanta un paso en su carrera de empleado insignificante, nn
por otra cosa sino por no tener trastienda y picardía, que
es, en su dietninen, lo que hay que tener en el mundo.
En efecto, menos pesa la suegra que el año pasado, y al
saber tal noticia ha puesto una cara sumamente afligida,
aunque no tanto como la que lleva el yerno, «pie sigue hu­
mildemente á su mujer y ú la madre de ésta sin hablar pa­
labra basta que recibe la orden de buscar sitio adecuado y
conveniente donde sentarse los tres á comer la tortilla y la
ternera que la cuidadosa suegra trae para celebrar tan clá­
sica fiesta «pie tantos recuerdos tiene para ella, que en tal
din como lioy conoció ni guardia de la Real persona que
filé su marido, y quq si viviera, con aquel geniazo que te­
nia. habría ya metido en cintura á medio mundo, y seria
general, lo menos, y no habría consentido que su bija se
casara con nn triste empleadülo de poco más ó menos, más
triste desde que se lia casado.
Las nubes van extendiéndose sobre la pradera y me
parece que pronto caerá sobre los abrasados campos la be­
néfica lluvia que tanta falta buce; y lié aquí patente la pro­
tección que el Santo labrador dispensa á sn amado pueblo
«le Madrid. Cuando éste celebra su fiesta. de qué manera
más elocuente lia de manifestar el Santo sn agrado que
proporcionando á sus patrocinados el agua ijue necesitan
para que se pueda comer el pan barato?.....
Pues como si les hiciera el mayor agravio, revnélvcnse
los madrileños contra el Santo en cuanto empieza ¡i llover,
y escandaliza oir los denuestos que le dirigen los vendedo­
res que tienen «pie recogerlos puestos, los que áun no ha­
bían acallado de merendar, los que no pueden encontrar co­
che donde volver á casa, y eu fin. todos los que ven en la
lluvia una pequeña molestia ó contrariedad. Asi es el inun­
do. y sea V. para esto patrón de un pneblo, y llágale us­
té«! beneficios y mercedes.
Sin embargo, San Isidro, tan bondadoso como es. perdo­
na la ingratitud, considerando que el pueblo «le Madrid
cu semejante «lia no quiere acordarse de la sequía ni del
pan can», ni cuidarse de otra cosa que de divertirse á todo
NV X V I I I
trance, y por esto le contraria la lluvia, que le obliga ú
volverse á la ciudad sin haberse divertido todo lo «pie pen­
saba divertirse. Demasiado conoce San Isidro á ese niño
voluntarioso «pie se llama pueblo, y bien entiende que su
enojo es pasajero, y que este año como el ««tro y como
siempre, aína y venera á su patrón berulito, cuya fiesta se
celebrará con igual entusiasmo y regocijo mientras exista
la villa de Madrid.
Volvamos, pues, ú casa, y volvamos á pié, aunque llue­
va. En el camino oiremos agudezas y donaires de las hem­
bras de rompe y rasga que vuelven con sus canon «le la ro­
mería; nos liarán reír las coplas que al compás de la gui­
tarra cantan mil voces tomada» del aguardiente, sorpren­
deremos palabritas dulces que dicen las parejas de cnaniorodos, que dejan muy atrás ú las mamila para tener ocasión
de decir tan buenas cosas; observaremos la mala cara que
traen pollos y maridos que se han gastado un ojo en la
fonda, y han Visto acaso con el otro cosas «pie no Ies po­
dían gustar, por ejemplo, miradas indiscretas de atrevidos
gnlnnes, qne no respetan casada ni doncella, y repartire­
mos los cuartos «pie nos quedan entre los pobre» «pie for­
man en el camino, excitando la caridad «li; los romeros con
tristísimas voces é inacabables lamentos y mostnindrt sus
miserias para conmover los corazones.
V con esto, y con desear buen viaje «le regreso ñ los ciu­
dadanos que lian venido en los trenes do recreo a visitar ú
mi patrón, y «pie aunque se hayan aburrido grandemente
volverán"¡i sus pueblos ponderando lo mucho que sellan
divertido, me despido de los lectores hasta el año «pie vie­
ne, que volveremos á ir á San Isidro , si Dios quiere.
C arlos F
r o n t ac r a .
MOVIMIENTO MUSICAL.
Las Nares de Cortés, episodio lírico, música do D. Ruperto
Chapi.—Union musical.—Solemnidad artística.—El discur­
so del Sr. Itarbieri.—Dos óperas nuevas en Barcelona
Di ríase «píela situación política de España, enmarañada
como siempre, y como siempre incierta y vacilante, infun­
de á los músicos españoles nuevo valor y poderoso» brío»
para no amortiguar en lo más mínimo los efectos «pie Im reeiente afición del público lia producido en el campo artís­
tico miciunal.
Lejos de rundir el desaliento entre pues!ros tnaestros,
léjo» de dejarse dominar por un «lesnliento y «leseonlinuza
«pie ínula, en verdad, tita«lijan de extraño en las actuales
«•ircimstnncinH, nótase al contrario entre los jóvenes entuponitores y los que no lo son, una animación extraordinaria,
un rifan y ruin voluntad firme para hacer frente á todos
!«m obstáculos y marchar con paso decidido á la regenera­
ción «1«? la música española.
Después del Fernando el Einjdauuf», de Zubimirre, obra
á la que consagramos en uno de los anteriora» tiúmeroH, un
articulo, alguna de cuyas apreciaciones lia Regado ú herir
en lo vivo ciertas susceptibilidad«}» por demás inocentes,
debemos registrar otros sucesos de interés verificados en un
corto espacio de tiempo, y cuya importancia, según verán
nuestros lectores, es imposible desconocer.
Es el primero la adjudicación del premio ordinnrio de
Ruma, que previa rigurosa oposición y veredicto unánime
de un jurado inteligente y severo, ha »ido adjudicado ¿Don
Ruperto Chapi. discípulo del actual director del Conserva­
torio, Sr. Arrióte.
Cuatro concurrentes se han disputado el premio, y uno
de ellos, el Sr. Zaluiln ( D. Cleto), ha alcanzado la honrosa
distinción de «pie el jurado haya hecho constar en el acta
su sentimiento por no existir «>tra pensión para premiar las
excelentes «hites del joven compositor citado.
El trabajo del Sr. Chapi, episodio lírico original de Don
Antonio Amao y titulado La* Nares de. Cortés, se ejecutó
en el teatro de la Opera. y en las tablas del gran coliseo
tuvo que presentarse repetidamente su jóven autor á recibir
los aplausos de nn público respetabilísimo. Exito tanto más
notable, cuanto que la ejecución de Las Nares de Cortés
no admite calificación: tal fué la falta de seguridad, el
desconcierto general «pie reinó con puSiible frecuencia en el
escenario de nuestro primer teatro.
No queremos extendernos en tan desagradable asunto,
cuya responsabilidad debe recaer principalmente sobre la
empresa de la Opera. Sobradas ocasiones tendremos, por
desgracia, para censurar tamaños atentados contra el arte
en general y la naciente reputación de nn compositor en
particular.
A l ocuparnos de las condiciones do la obra premiada,
liemos de ser parcos en nuestras apreciaciones, ya que en
producciones de esta naturaleza hay que lijar»«- más en lo
que prometen «jue en aquello que buenamente presentan al
examen de la critica. Si prestáramos crédito á lo» elogios
que algunos colegas han prodigado á Las Nares de Cortés.
forzoso seria convenir en «pie el Sr. Chapi, lejos de ir á
Roma para perfeccionar sus conocimientos, tiene facnltndes más que suficientes pará quedarse en casa sin necesidad
«le buscar en la capital del orbe católico lo que en España
tan galantemente le adjudican algunos optimistas.
No profesamos nosotros esta opinión. El Sr. Chapi es un
N.° X V I I I
283
L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC A N A .
artista novel, ensi mi niño, pues no tiene más <le veintitrés
año» de edad, artista despreocupado y audaz, dos condi­
ciones dignos para nosotros de elogio; artista que con se­
guro golpe de vista revela aficiones avanzadas buscando
los efectos de su arte en las grandes páginas del drama lí­
rico moderno: artista, en lili, que huye con esmero del ca­
mino trillado c introduce»* resueltamente por aquel en qne
sido pueden penetrar los hombres dotados de grandes co­
nocimientos, elevadas miras, paciencia, fuerza de volun­
tad y decisión firmísima de resistir con serenidad todo g é ­
nero de contrariedades.
El Sr. Clinpi es una esperanza, y al verse halagado por
la naturaleza, que no ha sido ingrata con él. al haber al­
canzado con tan brillantes circunstancias el premio de
liorna. ha contraido una pesada resjionsnlululad. El señor
Chapi dehe responder á io que todos esperamos; y dehe
responder, porque Las Xare» ile Corten lian puesto de ma­
nifiesto lo que e! Sr. Chapi está obligado á hacer cuando
sus estudios se hayan perfeccionado, cuando la atenta ob­
servación y estudio de las grandes obras que se ejecutan
eu el extranjero hayan mostrado al talento del compositor
laureado nuevas sendas para él desconocidos, cuando el
fuego y las lisonjeras esperanzas del músico hayan pasado
por el tamiz de la práctica, el estudio y la experiencia.
[jan Xares de Corté» son para el presente una composi­
ción que añadir á la lista de las Composiciones más ó mo­
nos distinguidas, mejor ó peor trabajadas (pie de las aulas
(Id Conservatorio han salido; esto en cnanto á la forma.
Eu cuanto al fondo, l.o » Nares de Corlé» representan ya
mucho más, representan en el Sr. Chapi aficiones decididas
á las doctrinas más recientes del arte. Y esto es tanto más
de notar, cuanto que el artista que tales ideas sustente
debe reunir mayor copia de condiciones, dotes excepciona­
les que no pueden exigirse de lo« estacionarios ó retrógra­
dos, tan frecuentes hoy en din. Si la tarea es ardua y las
dificultades son de consideración, mayor ha do ser la glo­
ria del Sr. <íiapí si á vencer llegase todas las contrarieda­
des. L a » Narra de Corté» son augurio feliz para los tiempos
venideros, y nadie más que nosotros desea que las facul­
tades latentes del Sr. Chapi lleguen mañana ú todo sr. des­
arrollo y perfección. La España musical, que en el joven
compositor confia, ha de recompensar con creces sus traba­
jos futuros si éstos son dignos de las esperanzas que han
hecho concebí*' á las personas inteligentes.
En cuanto ni Sr. Arricia, el éxito de su joven alumno
constituye para el maestro la más lisonjera felicitación.
Recordarán nuestros lectores qne en más de una oeAnión
líos hemos ocupado de lo« fatales resultados de ciertas lu­
chas intestinas que con demasiada frecuencia han sembrado
la discordia entre los compositores españoles. Pistas luchas
han desaparecido por fortuna, merced á una luminosa iden
que obedeciendo á un Mobilísimo sentimiento ha sido cor» nada, como no podía inclina de suceder, por el más feliz de
los éxitos.
El Sr. Fernandez (.»hullero aprovechó la circunstancia de
haber obtenido los Síes. Znhinnm* y Chapi los dos premios
asignados á los pensionados, pertenecientes a! arte de la
música, para obsequiar ú éstos con un banquete de despe­
dida, presidido por los maestros do los premiados.
El Sr. Zubiaurre es discípulo del Sr. Eslava y el Sr. Chapi
lo es del Sr. Arríela. Esta coincidencia fué causa de que los
dos afamados maestros, á cuyo nombre se hacían la guerra
sus respectivos discípulos, se encontraran en el banquete ro­
deados de toda la juventud qne militaba en ambos campos.
El Sr. Zubiaurre ocupó su asiento al lado del Sr. Arrietn,
mientras el Sr. Chapi se colocó á la derecha del Sr. Eslava.
Con tal principio no era difícil prever lo que al fin suce­
dería. Eu efecto, el Sr. Arrietn, con levantadas frases, diú
comienzo á los brindis, rindiendo un elocuente testimonio
de admiración al Sr. Eslava, que ásu vez contestó con con­
movido acento, poniendo de manifiesto su amor á la conci­
liación artística cu breves y sentidas palabras. Xo hay pora
qué decir el mágico efecto que los brindis de los maestros
producirían en el ánimo de los discípulos, que henchidos de
gozo y entre aclamaciones entusiastas y patrióticos discur­
sos, dieron por terminadas eu aquel solemne acto todas sus
diferencias, todas las rivalidades que basta el día hayan
podido existir.
j
Ademas de los Sres. Eslava. Arrietn, Zubiaurre y Chapi,
«*? veía allí congregada la que pudiéramos llamar flor y nata
de nuestra juventud artiHtico-musieal. Los Sres. Fernandez
hermanos. Fernandez Caballero, Carreras, Broca, Acebes,
Pinilla. Calahorra. Llanos, Hernández ( D. P ab lo). Gain/!i• Empino, Campos y otros muchos cuyos nombres no es
posible recordar, asistieron á aquella fraternal reunión, en
la que bajo las apariencias de un acto de galantería y com­
pañerismo, se verificó un hecho de importancia suma: la
fusión de nuestros elementos múncales.
La unión es la fuerza. Xo ha de ser poca la que con el
acontecimiento que acabamos de narrar han de cobrar todos
los compositores españoles en beneficio del arte nacional, y
tampoco es poca, en verdad, la satisfacción que correspon­
de al Sr. Fernandez Caballero por el éxito que b.i obtenido
R" f-liz iniciativa. El autor del Prim er dinfe liz debe contar
nn su repertorio con un din más, tan feliz por lo menos
como el do su mejor zarzuela.
o
o o
Como si los agradables sucesos de qne liemos dado cuen­
ta no fueran bastantes para colmar de alegría ú nuestros
músicos, ha venido á ponerles digno fin y remate la se­
sión pública y extraordinaria celebrada en la Academia de
Bellas Artes de San Femando el din 10 del actual para
solemnizar la agregación de la Sección do Música.
En dicha sesión y ante una escogidísima y numerosa
concurrencia, llevó á caito el Sr. Barbieri una magnífica
vindicación del divino arte, que no de otra manera puede
calificarse el admirable discurso leído por el célebre maes­
tro con una entonación y una brillantez verdaderamente
musicales y acogido con entusiastas aplausos por toda la
reunión allí congregada.
Xo tenernos tiempo ni espacio para ocuparnos de dicho
discurso nutrido de erudición, escrito con facilidad y ele­
gancia, lleno de citas curiosas al par que interesantes, in­
tencionado como pocos, como poco» también ameno é ins­
tructivo y en el que se lince una brillantísima historiado
los servicios incalculable* que al arte prestaron los gran­
des genios españoles ú principio de la edad moderna.
Pero si nos es imposible, bien ú pesar nuestro, tratar con
latitud el precioso trabajo del Sr. Barbieri, no asi respecto
ú sus últimos párrafos cuya reproducción íntegra nos lian
de agradecer seguramente los lectores de L a íi .usi ka' Ion.
líelos aquí:
«Con efecto, Señores, poned la mano en vuestro pecho,
y convendréis conmigo en que cuando en lo intimo de
vuestra conciencia sintáis el ferviente anhelo de poneros en
contacto con la divinidad ; cuando necesitéis de los consue­
los que presta la oración, ó de los cariñosos auxilios que da
la fe católica, iréis al templo. Y ¿qué veréis allí? La unión
de las bellas artes todas, ubml-ulamente tolla» , cu su más
noble y digna manifestación. La Arquitectura, con sus
grandiosas naves, cuya elevación parece deciros en su len­
guaje mudo: <t¡mirad al cielo! » La Escultura y la Pintura,
con la magia de sus formas y colores, poniendo á vuestra
vista la divina epopeya de la redención humana. La Músi­
ca ,cu la voz angelical del niño acólito y e n la robusta y
potente del salmista de cuyos labios brota un raudal de di­
vina Por »¡a. La Música también, en el órgano, ese instru­
mento gigante con cuyas múltiples coiiibinncioueH ya os
hace entrever la morada de los coros angélicos, ó temer hi
ira de Pius en el tremendo dia del Juicio final. La Orato­
ria , en boca del sacerdote que ocupa la cátedra del Espíritu
Santo. V cu fin, hasta la lianza noble, al par que alegre,
como la que ejecutan los seises de Sevilla ante el Santísimo
Sacramento, lié aquí la síntesis do las bellas artes en con­
junto, respondiendo al »mis digno de los sentimientos hu­
manos, al del amor de Píos, que es el amor de los amores.
s Pero si apartáis de aquí la vista por un momento y que­
réis lijarla en los mundanos goces que prestan las bellas
artes, las hallareis también uñóla» Unía» en otro lugar que
sintetiza el gusto artístico de la generación presente; cu el
teatro. Decidme, pues: ¿comprendéis posible el teatro sin
la Arquitectura que lo constituye; la Eecultura que lo ador­
na; la Pintura que lo decora; la Poesía, la Música y la De­
clamación que le dan voz; la Danza que lo entretiene, y
hasta la» ciencia» que lo sirven ?....
» Pues bien. si la unión de las bellas artes es un hecho con­
sumado; si de ella necesita el hombre moderno, para satisfacerá Bits necesidades estéticas en lo divino y en lo huma­
no : ¿por qué no había de realizarse tan necesaria unión en
esta Academia, donde se rinde tan ferviente culto al prin­
cipio filosófico de la belleza ?.... Realizóse por lin, como os
dije al principio, gracias á la ilustración del Gobierno de la
República y á la iniciativa y benevolencia de esta misma
Academia, quienes comprendieron que, como decía Lamennais, «e/ A rle e» uno, como D ios; uno, como el universo;jtor
consiguiente, Aula» la» arle» , en conjunta y estrechamente uni­
da», nacen de una misma m iz, y cualesquiera que sean las
diferencias secundaria» que las especifiquen, se. resuelven en
una rigurosa y fundamental unidad.»
Después de reproducidos los párrafos (pie anteceden, rés­
tanos únicamente felicitar de todo corazón ni Sr. Barbieri.
que á sus extraordinarios méritos como músico, lia dado
muestras de reunir las dotes oratorias, la intención, la elo­
cuencia de un literato de talla.
Algunos colegas lian indicado las desavenencias que exis­
ten entre los académicos de la Sección de Música y los de­
más de las otras secciones. Hace tiempo que en este sentido
nos ocupamos del asunto, precisamente en las columnas de
L a ItxrSTRAejON: pero tenernos motivos para creer (pie en
la Academia de Bellas Artes reina boy la mejor armonía,
y que los rencores anteriores lian sido olvidados por cues­
tiones de alta importancia que los señores académicos más
que nadie están obligados á cumplir. Si esta paz se alterase
por cualquier concepto, redundaría necesariamente en jierjuicio de las artes cuya vigilancia está encomendada á los
que deben sobreponerse á todo género de rivalidades y des­
conciertos eon el fin de velar por los sagrados intereses cuya
custodia Ies confiara el Gobierno de la nación. La concor­
dia existe hoy entre las personas respetabilísimas en su ma­
yor parte que componen la Academia, y tenemos derecho
^esperar que la Sección de Música no será la última en dar
señales de vida, lo cual, aquí en confianza, está ya hacien­
do bastante falta.
o
o o
Para terminar estos desaliñados renglones, réstanos par­
ticipar á nuestros lectores que el arte musical ha alcanzado
muy recientemente dos señalados triunfos en Barcelona con
las óperah Editta di Belcnurl del anciano y respetable maes­
tro eatalnn Sr. O biols.y L'ultimo A henzerraggio del maes­
tro Podre 11. Ambas óperas estrenadas en e! (¡rali teatro del
Liceo de Barcelona han obtenido, al decir de la prensado
aquella capital, un extraordinario éxito, proporcionando á
sus autores aplausos sin cuento, llamadas á escena y nu­
merosos y ricos presentes.
Xo conocemos las obras de los Sres. O biolsy Pedrell, ni
conocemos tampoco á estos distinguidos compositores que
gozan de gran reputación en L'ataliiñn, pero séanos permi­
tido saludarlos afectuosamente y enviarles una cordial en­
horabuena extensiva á los maestros y aficionados catalanes
qur- de tal manera estimulan ni artista y cultivan el arte
en dias de prueba corno los que estamos atravesando. \ a
lucirán otros más tranquilos para que vean nuestros detrac­
tores á cuánto alcanzan los riquísimos tesoros musicales (pie
encierra esta patria nuestra tan hermosa como desgraciada.
A n to n io P k Sa
y
G o Ri .
CUARENTA AÑOS, Ó L A VIDA DE UN SABIO
( Conclusión.)
El anciano la arrancó violentamente el manojo de llaves*
se caló las gafas y si* puso á examinarlo.
— ¿Yes, Crispida, cómo no sirves para nada? Esta, esta
es la llave del armario; la conozco.
— ¡Señor! — exclamó la sirviente toda azorada— yo lio
quería decirle ú Y ....
— ¿Qué?
— Que en ese armario no hay lo que \ . cree, porque....
— ¿Acabará»?
— Porque
lo que Y. cree no está en ese
.....y
ademas....
— Basta de necedades.
Y se dirigió á la alcoba de la sala, en tanto que Crispida
escurría el bulto Inicia las habitaciones Interiore», milrtnurnndo entre dientes algunas palabras.
— Venga Y., venga V. un- gritó l>. Homo bono desde
la puerta de la alcoba;—quiero que ven Y. mi Honda Sanetomín, el trabajo que tengo en más estima.
Me acerqué ni armario, qm* abril'« D. Homohono, pero
apenas pude hacerme cargo de si eran papeles ó ropas lo
que encerraba aquel ¡imicnao mueble, porque la alcoba es­
taba muy oscura.
— Aqili está, como yo creía, en esta tabla inferior, la
plata labrada; pues bien, el resto del armario está ocupado
por legajos que valen más que si fuesen de oro macizo.
Aquí guardo todo lo concerniente al tribunal de la Inquisi­
ción desde su establecimiento hasta su cabla. Repase A .. que
tendrá mejor vista (pie yo, la rotulación de los cartones.
— Poca luz hay en la pieza, pero á medida que los ojo»
se van acostumbrando á esta seini-oscuridnd, distingo á
modo de unos grandes rollos de papel continuo.
— No señor, no son rollos, sino legajos sujetos entro car­
tones amarillos.
— Perdone Y., ni ésos son amarillos ni legajos, sino ro­
llos blancos.
— Xo puede ser,— exclamó I). Homohono, palpando al
mismo tiempo uno de los supuestos legajos; — éste debe ser
el que contiene la descripción detallada y técnica de todos
los instrumentos de tortura que.... ¿Pero qué diablos hoy
aquí ? Toque Y. esto.
Hice lo que el viejo me indicaba, y contesté:
— Efectivamente, esto no es papel continuo, como yo
me figuraba, sino una pieza de tela.......Aguarde Y .... y
otra á la derecha, y ú la izquierda otra....y más acá. y más
allá, y más abajo, y más arriba....todo está lleno de telas.
Sin duda se ha equivocado Y. de armario.
— Xo señor, no; éste, el núm. ó. es el de la Inquisición,
sino que Crispida habrá colocado delante de los papeles esos
rollos de tela, qne yo ignoraba existiesen en mi casa. Esa
mujer no tiene raciocinio ni sentido común.... ¡Crispida!
¡Crispida! — gritó D. Homohono con toda la fuerza de sus
pulmones; — ¡Crispida! ¿ v e r si vienes inmediatamente con
una luz.
Crispida apareció, pasado un largo rato, trayendo un
velón, cuyas dimensiones estaban eu razón inversa de la
intensidad de la luz que proyectaba su único mechero.
— ¿ Me quieres explicar qué es esto?— la preguntó trému­
lo de ira D. Homohono.
— ¿Qué lia de ser? lienzo,— contestó la ama de llaves,
que había recobrado su serenidad.
— ¿ Y por qué lias puesto ese lienzo cubriendo mis pa­
peles?
— Porque no tenia otro sitio donde guardarlo. En el
cuarto oscuro, sobre que es muy húmedo, me lo roían
los ratone*.
— Pero, al menos, hubieras escogido otro armario, el de
los flfieio» mecánico» , el de los Juego» y ¡maatiem/tos, el de
las Epidemia* , cualquiera de los que hay aquí, menos éste.
— Yo le diré á Y .: todo» esto» armario» y algunos más
están llenito» de piezas de lienzo, « 'orno los ratone» me las
estropeaban eu el cuarto oscuro, dije: « 1'ucs señor, esto no
tiene maldita la gracia t , ¿ y qué hice? fui y cogí mis pie­
zas de lienzo, y poco á poco las fui trasladando ñ los arma­
rios.
— ; Revuelta» con m i* papeles!
— Eso si que no: los papeles están todos juntitos y bien
arreglados en el cuarto («curo.
284
L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A.
N.° X V I I I
que me llevan en el lavade­
— ¡ Misericordia!— excla­
ro y en el telar.
mó el sabio, llevándose ambus manos ¡i la cabeza.
— Quedan 4.RG7 libras,
con corta diferencia.
— Yo dije,—continuó Cris— Que, á razón de dos va­
pula, sin hacer caso de los
ran de lienzo por cada libra,
aspavientos de su amo: —
hocen....
pues señor", únte« que los
— Nueve mil setecientas
ratones roan el lienzo, más
treinta y cuatro varas do
vale que roan el papel, que
tela.
al tin es papel escrito.
— Pongamos ácuatro rea­
— ¡Esto es horrible, van­
les y medio cada vara;
dálico. desgarrador.... ! Hoy
¿cuánto importan?
mismo volverá esc lienzo al
— Importan.... eso es....
enano oscuro y los papeles
cuarenta y tres mil oclitá los armarios....Pero (lime,
Crispida: ¿de dónde han
cientos tres reales.
— Ya lo sabia yo, b ¡ i i ne­
venido todas esas inverosí­
miles piezas de lienzo?
cesidad de calentarme la ca­
beza. Y además, sé que si va
— ¿He dónde? De esta
rueca y de estas manos que,
usted á vender todos esos
según Y. dice, no sirven
papelotes, no le darán por
para nuda. Mientras la ocio­
ellos en la tienda de nltrasidad, (pie es madre de to­
marinoB ni á razón de cuatro
dos los vicios, le arrastraba
reales arroba.
ú V. á escribir resmas de pa­
D. Ilouiobono estaba en­
pel, que ni aun los ratones
carnado como un cangrejo
habrán querido probable­
cocido v no se atrevía ú le­
mente, yo hilaba, hilaba,
vantar los ojos del suelo.
hilaba, invirtiendo todo mi
Su ama de gobierno se !<•
salario y mis ahorros en li­
reía ¡»respetuosamente en las
no, y aquí tiene Y. el fru­
barbas.
to de mi holgazanería, como
Yo no sabia qué decir ni
qué hacer en una situación
usted la llama. Yo no sé leer
tan cómica, pero retozába­
ni escribir, y por lo tanto,
me la risa en el cuerpo y
lio lie podido llevar una
tenía miedo de no poder
cuenta exacta de lo que ha
dominar una ruidosa explo­
dado de si mi ti abajo; sin
embargo, á ojo de buen cu­
sión que hubiese herido el
amor propio del asenderea­
bero puedo decir á
do sabio.
con el valor de ese lienzo se
Adopté, pues, una resolu­
pueden pagar docena y me­
ción heroica : apreté los la­
dia de deudas como la que
bios cuanto piulo, tomé el
tanto le apura en estos mo­
mentos.
sombrero, hic.' una inclina­
ción de cabeza, me lancé
-— ¿Estila loca? si supie­
ras calcular no dirías tales
impávido á la puerta de la
despropósitos. Aunque hu­
escalera, y salí á la calle
bieras vivido más años que
como alma que lleva el
diablo.
Matusalén! é hilado diez l i ­
— Hé aqnf,— iba dicien­
bras de lino cada din...
do para mis adentros,— si
— No me venga Y. con
historias antiguas ni con
yo fuese hombre de menos
matemáticas nuevas; lo «pie
conciencia, lomaría esto ti­
llo, liaría sobre él una pieza,
digo es ipie,echando la cuen­
se la llevaría 4 <bizman, la
ta por los dedos, sai o que
anunciaría como arreglo del
mi lienzo vale, tirado á la
francés para asegurar el éxi­
calle, más do 40.000 reales.
to, y acuso me tlariu di
— ¡.la, ja, ja !— exclamó
ñero.»
,
en un acceso de sarcástica
Esto pensaba miéntras uto
hilaridad D. ílomobnno;—
dirigía ó mi cosa.
no lias dicho mucho.... ¡Cua­
Lo (pie no pudo pensar ni
renta mil rm lr* !
soñnr siquiera entonces era
— Agnnrde X. un poco,—
e x c m o . i:: i i .m o . su. p. t o m a s IG LESIA S y u a b c o k k s , P A T R IA R C A d k i .a s i n d i a s : 7 en Madrid «1 8 del actual.
que, veintiséis años más tur­
dijo la vieja como quien re­
ne, el pobre D. llnmulxuio
pasa mentalmente una cuen­
me daría asunto para escri­
ta,— no son cuarenta mil....
bir en L a I l u s t r a c ió n K s p a S o l a este articulo, que á pri­
— Cuarenta y algunos meses.
— ¡ Hola! ya vamos rebajando.
— ¿Cuántos dias tienen cuarenta años?
mera vista habrá parecido insulso á los lectores, pero si le
— Pero son cuarenta y tres mil reales y cuarenta duros,
— Prescindiendo de los bisiestos, 14.GW.
miran con benevolencia verán que sólo es algo largo y bas­
poco mas ó menos, lo (pie vale ese lienzo.
— ¿Cuántas libras de lino se pueden hilar en todos esos tante empalagoso.
— Vaya, déjanos en paz....
— Nada, nada, coja V. la pluma, V. que tanto sabe de dias, á razón de media libra diaria?
F k un a n d o M a r t in R edondo.
— Siete mil trescientas.
letra y de cuentas. ¿Cuántos nüos hace que estoy en esta
— Rebaje Y. ahora la tercera parte por mermas y por lo
casa ?
N .° X V I I I
L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y A M E R IC A N A
♦
ESI‘A X A KN l'LTU.VMAU.
M AN ILA. — IIKMOKNITA DE VKI1ANO DEI, CAPITAN (IBSKKAL DE I.AH ISLAS PIMPINAS,
ir—t T—1
■M B
f lí!^—
y
f i
=3■4
i'-
1
fftl
P P i
Aiw Ì
II ABANA.—A L A M E D A
DE ISAB E L U.
285
2.x<>
L A ILU S T R A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A.
CULTO
ESPONTÁNEO.
Que esmaltador ninguno
Los soñó iguales.
Ornato á los altares
I lo los collados
Son, como alfombras muelles.
Los verdes prados:
En los recuestos
Sirven de candelabros
Chopo« enhiestos.
Al pié de las hileras
De oscuros pinos
Sube la enredadera
Por los espinos:
Símbolo hermoso.
Corazones ensarta
Su tallo undoso.
(Meditación vespertina.)
Á .MI AMIGÓ Kl. 81!. U. 1‘KDltO DE LA HIDALGA.
¡Oh Dios! tu templo es éste:
Sus lamparas los astros.....Yo su giro.
Su fuego ignoro, y en silencio admiro.
.
(La C r e a c ió n .—llanoso.)
A estar conmigo solo,
Lejos dol vatio
Bullicio do la córte,
I)** nuda liay sano,
Y dotide advierto
Mi pensamiento triste
Delirio y muerte;
Me vine aqui, oh amigo,
De ese Orco huyendo,
Y ú anegar, con memorias
Del loco estruendo,
Muchos pesares
De Dios en el aliento
Que hinche los mares.
Más áun en estas playas
Donde creía
Respirar libremente,
Sin agonía,
Tenaz recuerdo
Me hostiga, y á su influjo
I.a calma pierdo.
De su Fe, demolida
Con fiera saña,
Entre escombros, sentada
Contemplo á España,
Que, en su demencia,
<)l ra Fe pide ni yermo
De su conciencia.
Nubes de polvo velan
Su torva frente,
Eli polvo sus pies hunde,
iluda, indolente:
On grito aciago
Do fue su paraíso
Sembró el estrago!
Abjuró del pasado,
Negó en su anhelo
A Dios....quedó para clin
Desierto el ciclo ;
La renegada
Buscó el cielo en la tierra,
Y halló....¡la Nada!
A l que pobló de soles
El firmamento.,
A l'que lanzó al espacio
<filies sin cuento,
Al que cu su mano
Le licué, su hoúnmnju
Niega el gusano!....
Jleí hombre impío sufres
El necio insulto,
Y la naturaleza
Te rinde culto,
¡ Uh I líos inmenso!
La tierra te alza altare«
Y te da incienso.
A llares gigantescos
Son las montañas,
Aras limpias y tersas
Lagos y bruñas;
Te dan las llores
Ku primicia en las selvas
Ricas de olores.
Donde te faltan arcos
Y chapiteles
Hay bóvedas de mirtos
Y de laureles,
CipreSes altos,
Derechos pinos, minen
De pompa faltos.
No lia menester cornisas
Ni basamentos
El templo do circulan
Los cuatro vientos:
Do la tormenta,
Cual órgano invisible,
Ruge violenta.
Largo friso de hernioso
Majo-relieve
Finge In sierra, orlada
De azul y nieve;
Llena el espacio
El «ol con sus cendales
De oro y topacio.
Do te niegan doseles,
(Jala y ramajes,
Teje la enredadera
Tus cortinajes:
Do no hay brocados,
Suple In verde hiedra
Con sus t.re|iados.
Tabernáculo tnyo
Es la espelunca,
Do no llegó la planta
Del hombre minea:
Son los festones
De las silvestres vides
Tus pabellones.
Donde de los pinceles
El primor falta.
Pone tu soplo eterno
Que el orbe esmalta
Colores tales,
Cuando la blanca aurora
Aclara el cielo,
La alondra gorjeando
Remonta el vuelo:
Es la primera
Que el saludo armonioso
Lleva á tu esfera.
Al virginal bostezo
I >e la mañana,
Gozosa se estremece
La flor galana:
Su pura ofrenda
Al aura que á ti vuelve
Fiel encomienda.
Tu iuz, que del Oriente
Las puertns dora.
Desde el bosque profundo
La ave canora,
Entre el ramaje,
Celebra en melodioso
1luíce lenguaje.
La campánula blanca
So mece abierta,
I 'a al reptil y al insecto
La voz de alerta ,
Y áun ellos brillan,
Mullen, se arrastran, vuelan,
Saltan y chillan.
Llega al cénit tu hermosa
Viva lumbrera,
Y á tu vista inflamada
Se hinche la esfera:
Fuegos fulmina,
Y amorosa se encrespa
La onda marina.
Cual corcel espumante,
Dócil al freno,
Se alza la ola gigante
Con voz de trueno:
Y el mar la sorbe
1’nra que tu grandeza
Celebro el orbe.
Sus tornasoles luce
Nevado el monte,
El azul del zafiro
Da el horizonte:
Su verde falda
Pinten el arroyado,
Dora la gualda.
Y oro y plata y colores,
Y fuego y llamas.
Da el bosque, el sol hiriendo
Las secas ramas,
Cumulo en la tarde
Parece, en holocausto.
Que el bosque se «rao.
' .
.
Cuanto se mueve entonces,
Y cuanto vive,
Cuanto de tí, ¡olí Dios sumo!
Su ser recibe,
En el mar cano,
En el cielo y la tierra,
Pulsa t u mano;
Y cual notas de inmenso
Clave arrancadas,
Las voces á concierto
Por tí llamadas,
Responden todas,
Y cielo y tierra unidos
Cantan sus bodas.
Un globo de alabastro
Finge b» bina,
El héspero riela.
Y va una á una,
Va ciento á den tu
Entendiendo estrellitas
El firmamento.
No hay indiana pagoda,
No hay catedrales.
Ni mezquitas que ostenten
Lucernas tales:
Ni se oyen hoy
Coros sueros cual estos
Que oyendo estoy.
En unión con el Ponto
Velado en brumo»
Está el Alción que al vuelo
Ix? merma espumas:
Júntase al grave
Rumor de aguas v vientos
La voz del ave.
Blancas y vagarosas
Las nubes corren,
A' ya ocultan la luna,
Ya se descorren;
N.° X V I I I
Unida al coro,
Ya palidece ó brilla
La mosca de oro.
Y al compás del tronido
Del peñón hueco,
Donde la mar penetra
Buscando su eco,
Con voz fraterna
Que celebra, ¡oh Dios santo!
Tu gloria eterna,
Cada animal creado,
Grande ó pequeño.
Te aclama en vario estilo
Su Dios y dueño,
Cuál en su tronco,
Cuál en su quiebra ó pico,
Sonoro ó bronco.
Cabe la turbia charca
Do grazna el ganso
Su monótona esquila
Sacude el manso:
. Ladra el sabueso,
A' bala la cabrilla
Que tuna el cantueso;
Brama el toro en el prado,
ltclincha el potro:
Y á un diapasón robusto
Más débil otro
Luego sucede,
Sin que sonido alguno
Sin eco quede.
»
A la vera del bosque
Se escucha al grillo.
En la oscura enramada
Sillín el cuquillo,
Sobre el osenjo
Zumba el tornasolado
Escarabajo;
Zumba la abaja ansiando
La llorccilla,
Zumba el mosquito armado
De trompetilla,
Y junto al hito
Del camino, entro el polvo,
Canta el súpito.
Nunca falta en el templo
Del campo abierto
Inefable muíanla,,
Vago concierto:
Inmenso grito
De amor que sube al trono
Del Infinito!
P.
HK M
apkazo
.
Comillas, Setiembre 1875.
LIBROS NUEVOS.
Obras completas ilo II. Ventura Itoiz Aguilera.—Libro de la » Sátiras.
Comprende: Satlra».—La Arenilla moderna.--(¡róndelas de lo » pequeno».— Epigramas.—L etrilla ».— I Oria» Fábula» y Moraleja*. Segunda edi­
ción.— Madrid, 1871. (Impronta , estereotipia y galvanoplastia de Aribau y Compafiia.)
Este tomo que acaba «le ver la luz pública en papel exce­
lente, presenta ejecución tipogi'álion esmeradísima, y tanto
por belleza externa como por la de sus ningiiilicns compo­
siciones, constituye-lujosa obra tic la mayor importancia,
que lince honor ú España en cuyo Parnaso ocupa sitio alto
y distinguido el Sr. Aguilera, por reunir, según afamados
críticos, ingenio, agudeza, gracia, maestría y las demás
I cualidades distintivas de todo gran poeta.
Para demostrar la importancia de la colección cuyo tercer
volumen hoy aquí so anuncia, y la oportunidad de su lujo,
I escribiríamos un estudio critico sobre el mérito extraordina­
rio de las composiciones que contiene, á no impedirlo el
corto espacio destinado ú Libro* nuevo* en estas columnas.
Ño obstante, observaremos que cuantos inteligentes lean
las obras del Sr. Aguilera han de reconocer que nada se
echa en ellas de menos para calificarlo como verdadero poe­
ta. Nunca falta en este autor aquel entusiasmo por las mu­
sas, aquel ejercicio continuo, aquel gusto exclusivo y apa­
sionado, ipic mide sus placeros por lo que produce, y que
ni cesa on sus esfuerzos, ni deja cada día de enriquecer el
arte con nuevos tesoros, inllumnndo y dominando la opi­
nión pública con el espectáculo de su actividad hasta haber
conquistado entre entusiastas aplausos la corona inmortal
que ciñe su frente.
ingenio de tul temple, td Sr. Aguilera es im verdadero
poeta cuyo elemento es el arte, y que ni parecer no vive y
no respira sino por él y para él. Este autor lia contribuido,
como pocos, para restablecer la poesía, no sólo en la pureza
«leí gusto, sino también en la gala v en la abundancia an­
tigua. El talento ardiente y atrevido del referido escritor
lia ensayado muchos géneros, dando siempre muestras de
ingenio y de destreza, y á menudo altas y admirable» prue­
bas de una organización intelectual muy superior.
No son los ramos más difíciles en los que se señala me­
nos: porque también en éstos demuestra fuego, fantasía,
viveza, audacia y originalidad en el decir, sacando de su
lira tonos altos y felicísimos, dignos de los mejores tiempos
de la musa castellana.
La colección de Sátira* que tenemos á la vista es de lo
más notable y sobresaliente que se ha escrito en este género,
el más difícil y uno de los más bellos de la poesía, siendo
asimismo moral y útilísimo; porque tan bien manejado
N.° XVI11
L A ILU STR A C IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC A N A .
còmi» aparece en este tomo influye provechosamente en la»
costumbre».
La preseute edición contiene los cinco libros indicados
en el titulo, qne fonnnn 77composiciones, presentando imi»
de cuatro mil verno» inéditos, junto con las otras obras de
este voi limen, ipieánte» se habían publicado coleccionadas.
Entre cuta» composiciones hay algunas que recuerdan ¿
.1uvenal, otras á Horacio; pero todas tienen elocución pro­
pia, estilo bellísimo, lenguaje puro, correcto, rigorosamen­
te castellano, versificación fácil, expresión siempre origi­
nal, inesperada, y llena »le moral profunda, sin perder por
cao linda de su facilidad, gracia y donaire.
Jimio con tantas bellezas distinguen la» composiciones
del Sr. Aguilera la liermOBÍsima armonía que siempre os­
tentan. Sin esta armonia no valen ningunos vemos el tra­
bajo de leerse, porque carecen de movimiento y de color.
Ella es la qne «la ¡i los escritos de nuestro poeta una gracia
siempre nueva, y la que pnwlucc^el placer que se siente en
leerlos repetidamente aún cuando se sepan do memoria;
porque si bien pueden retenerse las ideas y las imágenes,
no asi el encadenamiento de bis inflexione» fugitivas de la
armonia. El autor del Libro de lo# Sàtira.» encuentra siem­
pre esta acentuación que brota del alma, adonde se dirige
el ritmo que la retrata y que de ella nace.
Esto es cuanto podemos decir en general de las composi­
ciones á cpie el presente anuncio alude. Silo falta que jus­
tifiquemos con citas nuestro juicio, resultado del estudio
que liemos hecho de estas obras, l ’ero la brevedad que no»
está impuesta prohíbe semejante enimicracion. y hemos de
dejar incompleta la idea que quisiéramos dar de un libro de
tan extraordinario mérito. Los que aman las cosas bellas,
la vivacidad de las imágenes, el gusto delicado y exquisito,
la magia que anima y da vida á la poesia, hallarán sin
igual deleite en el Libro de lo* Sátira« , obra de amenísimo
entretenimiento, qne revela un alma sensible, talento re­
flexivo y observador, profunda filosofia, facilidad, joviali­
dad y agudeza.
Es indudable que la obra que brevemente dejamos anun­
ciada fonna hermosísimo monumento entre cuantas están
destinadas á honrar el siglo x ix , y es joya de extraordina­
rio mérito para enriquecer la mejor biblioteca. Porque las
composiciones poéticas presentada» con el ingenio y maes­
tria que este tomo flit rafia, no sólo embelesan la vida
mágica del humano sentimiento, sino que llegan con fuerza
incontrastable á mejorar las costumbres, á ennoblecer las
idcAH y á reunir tantas ventaja» que constituyen importantí­
simo asunto digno del estudio asiduo, nsí como del culto y
admiración entusiasta de toda persona inteligente.
¿arni/iiia, pur 11. l'crc* (ialiti»». (Tamo vi ilo Fpmodios Nacionales) Malim i, I S 'i . (AdmlnUtraelun, e. ilei liaren, 2 >
El nuevo tomo de esta importanti- pnblieacion contiene
ima descripción animadísima y del mayor ínteres, de la
gloriosa y extraordinaria defensa de Zaragoza, sobre la que
escribió un general francés, testigo de vista: uque la alteza
de ánimo que mostraron aquellos moradores filé uno de los
unta admirable» espectáculos que ofrecen los anales de bis
naciones después de Saguuto y Ninnimela. »
El Kr. (rftldiw relata con admirable magia esc gran epi­
sodio donde el ejército imperial, más que vencedor, se con­
sideró sepulturero de aquellos heroicos habitantes. Nuestro
afamado novelista ni finalizar el tomo que anunciamos, pre­
senta la siguiente observación: «L o que no lia pasado ni pa­
sará jamás es la idea de nacionalidad que España defendía
contra el derecho de conquista y la usurpación. Cuando
otros pueblos sucumbieron, ella mantiene su derecho, lo
defiende, y sacrificando su propia sangre y vida, lo consa­
gra, como consagraban los mártires en el circo la idea cris­
tiana. El resultado es que España despreciada injustamente
en el Congreso de Viena, desacreditada con razón por sus
continuas guerras civiles, sus malos gobiernos, sus des­
órdenes, sus bancarrotas más órnenos declaradas, sus in­
morales partidos, sus extravagancias, bu s toros y mis pro­
nunciamiento», no ha visto nunca, después de 1808, puesta
cu duda la continuación de su nscionnlidml; y ámi boy
mismo, cuando parece liemos llegado al último grado del
envilecimiento, con más motivos que Polonia para ser re­
partida, nadie se atreve á intentar la conquista de esta
casa de locos. Hombres de poco seso, ó sin ninguno en
ocasiones, bis españoles darán mil caídas boy como sietuprc, tropezando y levantándose, en la lucha de sus vicios
ingénitos, de las cualidades eminentes que aún conservan,
v de las que adquieren lentamente con las ideas que lea
cima la Europa central, (¡rundes subidas y bajadas, gran­
des asombros y sorpresas, aparentes muertes y resurreccmiies prodigiosas, reserva la Providencia á esta gente;
porque sn destino es poder vivir en la agitación como la
s*lani.n»dra en el fuego; pero su permanencia nacional está
>' estoni siempre asegurada. *
IL'flexione» tnu oportunos, exactas, concienzudas y pro
midas coun las precedentes abundan en Zaragoza y cu las
anteriores novelas del Sr. (¡alibis. Éste además, salò- halaL*r. como pocos, la imaginad-.n de los lector«* producieii!/|con su rica fantasía cuadros lleno* de atractivos de ea1 d sup erior, siendo di fid i decir cuál de ellos tiene más
j
suave fragancia, sabor mas delicado,colores más hermosos
y brillantes. Todo lo que escribe este autor empeña y em­
belesa la atención, porque reúne Ínteres novelesco, caracte­
res simpáticos, descripciones de costumbres, escenas y peri­
pecias, »lúe conmueven, cautivan, arrastran y embelesan.
Si afíndimos á lo dicho que en estas novelas el lengua­
je es siempre correcto, puro y elegante, revelando en todas
las páginas prendas de estilo de un gusto clásico superior,
se conocerán los motivos por qne la prensa tributa á estos
libros elogios tan extraordinario» fundados en su valor in­
menso y en que son importantes y notabilísimos basta el
unís alto grado.
Halagas. P oesías, p o r M. de Vetilla y R o d ríguez, Sevilla,
(orones v ür-
duQa.)
La presente colección de ;u composiciones fonna un
bello libro donde abundan sentimientos profundos y deli­
cados, alteza »le pensamientos, arranques de entusiasinoy
otra» prendas que declaran el 'agudo ingenio y el buen
gusto literario de la señorita á quien se debe este tomo, dis­
tinguida poetisa que goza en Sevilla de justa estima y superi»»r aprecio.
Nubes y F lores. Versos de i). Fernando Martínez P o tro sa , l'u volumen
con el retrato del autor por R osales; litografía por l>. Manuel Juan
IMaua, y Prólogo por IJ. llamón de Campoam or, Madrid. Librería de >an
Martin.
Las poesías contenidas en este libro reúnen bellísimas
¡deas, elocución esmerada, armonía robusta, é intenciones
alta y extraordinariamente poéticas. Al dar cuenta de esta
publicación, cuanto pudiese decir nuestro anuncio en ala­
banza del tomo cuyo titulo precedo, seria inútil, porque
á los lectores entendidos compete únicamente juzgar de lo
que, con darlo á luz, se presenta á su tribunal, y ademas,
porque el escritor de estos renglones conoce y confiesa que
no puede ser juez desapasionado del mérito de las produc­
ciones »le una persona con la cual le ligan relaciones de ca­
riñoso afecto, «tinque, por otra parte, lo que más aprecia
en él, como lo apreciaría en un extraño, es el ingenio agu­
do y claro, la variada instrucción y la constante é incansa­
ble laboriosidad. Sobre este último punto no cabe equivoca­
ción, como puede haberla ni tasar el valorde trabajos litera­
rios, en lo cual á lo falible »leí juicio suele agregarse aún con­
tra In voluntad de quien falla, la pasión ó favorable ó ad­
versa. Excusado parecería, pues, todo juicioeritico desposa
de lo que acaba aquí ahora de asentarse, si no fuese deber
nuestro decir algo de las presentes composiciones, cediendo
á la impresión que nos causa su lectura; impresión que es-'
ponimos sen también la de cualquier persona instruida y
»b- las unís competentes para sentenciar en eslus materias.
La fcelia de la primera composición de las 74 del pre­
sente tomo indica que el Sr. Pedresa contaba sólo 10 años
de edad al escribir esta obrita que abunda en bellezas y fá­
ciles versos, y la cual preludia In hermosa fniitnsín y las
demás prendas poéticas de nuestro autor.
Siguen composiciones tan llenas »le energía y Ihiidcz en
la versificación, y algunas con tanto sabor melancólico en
la frase, que pueden ser colocadas entre las obras más perf cetas.
Hay otras en «pie so analizan Jas pasiones y se penetra
en el misterio de la» posas humanas, ora como lo verifica
un pintor que representa costumbres con brillante pincel,
ora cual lo hace un agudo ingenio que maneja la sátira con
delicado aticismo y cultísima forma. Varias sátiras do esto
tonu» son retratos fotográficos di- In sociedad moderna
donde, según observa el Sr. Cainpoamor, además de lo
acerbo del fondo que recuerda el humor de (júngora y Qucvedo, la claridad »le la forma es tal, que la envidiarían
aquellos dos grandes ingenios.
Carecemos de espacio en las columnas de L a I lustiiapara calificar por menudo las poesías del libro que
ahora si- anuncia ; pero debemos decir que en estos versos
todo es puro y casto, todo vivamente sentido y con inge­
nuidad expresado, pareciendo que la perfección estética
que los avalora, es. más bien que efecto »leí arte, resplan­
dor de la moral belleza del autor, por lo que aquéllos hon­
ran tanto ni hombre como al poeta. El Sr. Pedresa es con­
siderado con justicia como autor «le carácter propio, poeta
inspirado y correcto, filósofo y pensador que herí nana la
sencillez á la elegancia y á la hermosura.
Para probar tales asertos, remitimos al lector á las si­
guientes poquísimas, entre las muchas composiciones muy
notables de esta colección : D o» suxjiiro»; CamjHtnas .</ ni»orna; Delante del m ar; Epístola A Eduardo Ifn»a/e»;
Amar ¡Hítenlo ; Adiós á mi hijo; Alela ncolias, v Amargura.
No dudamos qne las anteriores, como todas In» composi­
ciones del presente tomo, han de obtener muy favorable
ueogida de cuantos aman la sincera y legitima poesía; por­
que en este libro todo es bello y delicado y porque en cual­
quiera de sus páginas resplandece un carácter de naturali­
dad inimitable. Nunca falta la mágin de la elocución y de
la armonía qne tanto realza los pensamientos poéticos;
|x»rqiie el lenguaje,— como nadie ignora, — es respecto á
las bellas letras lo que el colorido respecto á la pintura. Las
diversas composiciones de esto tomo, ricas de pensamientos
nobles y atrevidos, de sentimientos sublimo ó tiernos y de
i ’Ion
2S7
versificación armoniosa, fácil y correcta, son excelentes
muestras del privilegiado y vigoroso talento de su autor,
cuyas demos obras, numerosas en distintos géneros litera­
rios, lian recibido aplausos del público y juicios muy favo­
rables de lo» doctos.
Asi el tomo que abura »mmcinmo» no puede por cier­
to incluirse en el número de los trabajos de corta vida,
sino que al contrario, lia »1»' ocupar principal sitio junto
á los más apreciables de la presente época. Todos lian
de leer estas páginns con plnccr y admirarlas con entu­
siasmo; porque siempre deleitarán á los inteligentes afec­
tos á producciones literarias del género á donde correspon­
de el último precioso libro publicado por el Sr. Martínez
Pedresa.
E m il io I I u k l i .v.
GDERRA CIVIL.
LA ACCION
l»K .MIXfj L A N IL L A .
Concentrado el interés general un la lucha sostenida en
las provincias del Norte por nuestras valientes tropas, lie­
mos consogrado principalmente la atención á describir y
narrar los vario» accidentes de aquella ruda campaña. P71
notable triunfo conseguido allí sobre el carlismo, »le que
ha sido inmediata consecuencia la libertad »1c Bilbao, no
»»»lo lia venido á disipar el dolor que nos causaban los su­
frimientos de la heroica villa, y á llenar de júbilo el cora­
zón de los buenos españoles, sino á Herenar el pecho, per­
mitiéndonos volver los ojos á otros acontecimientos dignos
también de especial conmemoración y estudio, porque han
contribuido á impedir el crecimiento de las facciones car­
listas en las provincias del centro de la península.
(.'liando más sobre sí estaban las facciones capitaneadas
por Cítenla y Sanies, considerablemente engrosadas por
sus incesantes correrías en las provincias de Valencia, Cas­
tellón, Albacete y Cuenca, donde habían logrado por largo
tiempo burlar 1« /htscciicíou de las trepas leales, merced á
su incansable movilidad y conocimiento del terreno; cuan­
do habían llevado la exaltación de su soberbia ni extremo
de hacer correr entre los suyos la voz de que el din menos
pensado caerían sobre Madrid (intento que Sontés abrigó
sin duda, al ver la gran necesidad que tenia el gobierno »le
-enviar ni Norte refuerzos considerables), mi hecho de ar­
mas, aún no bastante conocido ni apreciado en toda su im­
portancia y trascendencia, vino á deatmir sus ilusiones, y
»lió principio á la serie tic encuentros desgraciados que lian
tenido los facciosos con el ejército «le la nación en las pro­
vincias anteriormente citadas. Tal filé la acción cmi tanta
habilidad dirigida por el brigadier Calleja en los campos
cercano» á Minglanilla ( pueblo de unos quinientos vecinos
en la provincia de Cuenca), de la mal podrán formar exac­
ta idea de nuestros lectores por el plano que damos en la
pág. 288, y por I»»» siguientes pormenores.
Situadas las fuerzas del ejército á las órdenes del briga­
dier Calleja en Minglanilla, recibió éste aviso »le que el
enemigo bajaba de Villnrgordo en número considerable
por la carretera, y se encontraba cerca del Puente Contivras. Inmediatamente dispone su columna; y saliendo del
pueblo, vá al encuentro »lela facción Sanies, fuerte de cua­
tro ú cinco mil hombres, »pie había pasado va el puente;
pero adelantándose con un batallón de la L altad, al mon­
do del teniente coronel 1>. Miguel flavina, rechaza y lince
repasar el puente á Sanies y su gente, y coloca una pieza
de montaña con cuatro compañías escalonados en una fuer­
te posición. De este modo cerní el paso al enemigo, id cual,
desesperanzado de obtener ventaja alguna, se corre rio altajo por el flanco derecho huela el Sur. aunque dejando unos
mil hombros en la carretera, sin iluda para aprovechar
cualquiera ocasión favorable de volver á pasar el puente de
donde fué rechazado, y que ha sido, digámoslo así, la lla­
ve de la posición en ese combate, pues facilitaba 1« anión
con las otras facciones que debían atacar por el frente, re­
taguardia y ilauco derecho nuestras tropas, colocándolos en
dificilísima situación. Asi habría sucedido, si no hubieran
tropezado con las raras dotes de bravura y pericia militar
que todos reconocen en el distinguido brigadier que man­
daba nuestros valientes soldados.
Comprendido el movimiento ilel enemigo, que era repa­
sar el rio más abajo y empeñar el combate por el llanco y
retaguardia, y cuando el Brigadier Calleja se disponía á
preparar el resto de sus fuerzas, que linbin ilojado esonlunndas, recibe aviso de que otra fuerte columna de ¡t.tMM)
hombres entraba en Minglanilla por el camino de la Pes­
quera, al norte del pueblo.
Esta inesperada avalancha de fuerzas, que se observaban
formadas en tres fuertes columnas ú retaguardia de una
extensa guerrilla, avanzada ya un cuarto de legua del pue­
blo v auxiliada de trescientos caballos á retaguardia ilc su
ala izquierda, apoyada en la carretera y con fuerte reserva
al otro lado del camino, hacia la situación demasiado orítica, pues las fuerzas de la brigada estaban situadas para
el ataque de flanco, y en aquellos momentos no era conve­
niente la variación. Mas á pesar del número y del bien
combinado movimiento estratégico del enemigo, Calleja im
desmaya; y considerando cuál podría ser el objetivo de la»
facciones, echa mano de so reserva, compuesta únicamente
de cuatro compañías, desplega una al frente en guerrilla,
deja otra protegiendo tres piezas de montaña conveniente­
mente situadas, y con las dos restantes forma dos colum­
nas de ataque. En esta disposición se dirige á atacar ni
enemigo, esperando romper el fuego á la distancia de
seiscientos pasos para no consumir en balde sus poco abun­
dantes municiones, ordenando romper el fuego á la arti­
llería á unos mil metros (la mandaba el bizarro teniente
coronel D. Felipe l néjela), logrando con sus certeros din
paros desordenar las masas de infantería y caballería tn*1
288
L A ILU STR AC IO N E S P A Ñ O L A Y AM E R IC AN A.
N.° X V I I I
luidas. A consecuencia «lo
debidas al peregrino inge­
EJERCITO P E L CENTRO.
esta operación el enemigo se
nio del elegante escritor
corrió por el flanco para en­
fl' aproxim ado
D. Rafael fierran«» Alcázar.
lazarse con la facción qne,
Siete son éstas; E l Cuer­
como yn hemos dicho, se ha­
eo
Hunco, L a Carcajada de
lda corrido rio ahajo, para
un muerta, Un Alma en
ver si alcanzaba lo que no
halda logrado por el frente.
¡tena, La Casa del verdugo,
Reunidas estas facciones,
E l árbol Iphigenia, M arti­
ó sean las de Cucala y Pala­
rologio y E l espíritu de Decios. por el frente y flanco
mócrito, y en todas mani­
izquierdo, se hizo más te­
fiesta su distinguido autor
naz y empeñado el comba­
te, generalizándose en toda
un estilo galano, limpia fra­
la linea y extensa dehesa
se é ingeniosa inventiva.
do .Santa María de MinglaTiene ademas la obra un
nilla, sin cesar el fuego
prólogo del Sr. I). Anreliano
desde dós horas ántes por
Femandez-Guerra y Orbe,
los mil hombres que Santés
donde, como es costumbre
había dejado en el puente.
La artillería funcionaba
en los escritos de este docto
Signos canvcnninnales
con gran acierto: y avan­
académico, las galas más
zando el bravo batallón de
o fuerzas de faUc/a
brillantes del ingenio corren
Mórula, pero faltas de mu­
atArlMerm de id .
parejas con* lo culto «leí len­
niciones algunas compañías,
□ Caùallerùs de td
guaje y el lujo de copiosa
fueron relevadas por otras ai
mando del sereno y arrojado
erudición.
e^ fu rm u de Otéala
teniente coronel «le la Re­
Recoi Hendámosla viva­
CahaOerui de td
serva de Madrid D. Manuel
mente
á Ins personas amán­
de Saales
Aragón. El combate conti­
tesele
las
bellas letras.
t sfd.de Ralarese
nuaba cada vez unís rudo;
y deseoso el Brigadier Ca­
A R f y V liornas /wst
lleja de obtener pronto un
cu'nc.< famada.'à lOrS
ANUNCIOS.
resultado decisivo, pues la
Oai/oitdti
gran superioridad numérica
L IB R E R ÍA
«lo los carlistas y la escasez
DE
de municiones en nuestras
f sciti m t t ’ ic
MIGUEL
DE V IL L A
l ie Ola
tropas hubieran podido in­
callada
lu
Jlnlmnu.
n
úm. 130.—1IAI1ASAfluir cu favor de aquéllos,
dirígese á las guerrillas, don­
LA I L U S T R A C I O N
de es recibido con entu­
CRÓQU1S APROXIM ADO DE L A ACCION DE M I NO L A N IL L A ( C U E N C A )
KSPASOLA V AMERICAXA.
siastas vivas. Persuadido «leí
ganada por el brigadier Calleja contra las facciones reunidas de Palacios, Santés y Cucala.
L i coila existencia qne queda de
brío de nuestros Roldados,
los lomos publicados en 1871, 73 y
los anima ¡i hacer un esfuerzo; y fuó tal, que avanzando jefes que militan úsiis órdenes, por un triunfo que ha per­ 77, se halla i disposición de tos seflores suscrilores en h Habana, i tos
con decisión y entusiasmo logran hacer volver la espnldn mitido ni Gobierno prescindir un tanto de las facciones del precios siguientes:
al enemigo. Siendo ya un hecho la victoria, prosiguen centro, para fijarla principalmente, como ora necesario, en
I’*-»» fuartao.
nuestro« valientes la persecución del enemigo, desaloján­ la campaña del Norte.
IÁ J I
»
dolo de las posiciones que ántes ocupnbn, y haciendo des­
C.
(O
aparecer «le su vista las facciones de Santés, Palacios y
----------*— ar a ¿ » g
--------------1*33.
Ciu ala, quft se dispersan en varias direcciones, dejando él
Siilo los señores suscri lores en 1874 ob tendrán osla considerable rrb ija ,
campo por nuestro.
liemos recibido un bello libro titulado Cuentos negro*. á
l.i cual lanibicn es extensiva .i las seberas snstrlloras ¡i L a Moda E legante
Felicitamos, pues, al Brigadier Calleja y ú los valerosos
Historias estro rogante* , colección de leyendas v novelas I lustrada en la Isla de Cuba.
EL DIPLOMA DE «LIUTO
NO MAS TINTUIAS PR0UBE81VA»
rana I«W
ni «•»c o *. —
41 ; i
yä rv
uti. iim.1 in
M
l
James
S M IT H S O N
5 s fl
•5 b U:
H x - J Par» volver inmcdialiiV /l1■ n,',n,° * l"* cabello» y a la
«: M 91Jtb B barba su coler naturai eo
. c II] Jd!/ VI todo» malices.
t a i iK.i l f
C o n est8 T in t u r a n o h a y
3 id ad d e la v a r l a c a b e z a n ’
n i d esp u é s , su a p lic a c ió n e
c illa v p r o n t o e l res u lta «»
m a n c h a la p ie l n i d a ñ a
'
l a caja completo b f r .
Cata L . L E G R A N D
P a n ». y en las principa»«*
El
JABON BEAL de uTOHIOACE»
de VIOLET,
et el dutco que recomiendan
lot tnidicot más afamados,
para la higiene, el aterciopelado
y la frescura de la piel.
12, boulevard des Capucines, 12
Rotonda del Grand-Hôtel, en Taris
P E R F U M E R IA
DE LA
VERDAD
L O C IO N
M A R A V IL L O S A
P a r » b la n q u e a r l a T e z
A SARAH FÉLIX,
por «u maravillosa
EAU », FÉES
( A p ru a d o la s
J im ia s ).
Est» recompensa prueba cuán impotente seri la
competencia contra dichos notables producios, que
araban de obtener, por aquel suceso, derecho de
franquicia en todas las ciudades de Kurnpa.
AGUA DE LAS HADAS.
AGUA »K
T O IL E T T E
DE L A S H AD AS .
43, rue Bioher, Parí»
DE
•‘or mayor en Madrid. Agencia Iranco-cspañola,
Sordo. 51.
L
D e p ó s it o p a r t i c u l a r
»'D.PARFUjg
de plusieurs ^ ' ¿y
h o n o r
L -1 -
^
e n l o t t a i ! la s
p e r fu m e r ía s
y
AG U A D E N T IF R IC IA O D O N TA LG IC A
DE
p c lu -
L. T. PI VER
1net tan de provincia y del extranjero.
Kn venta, (a r r e tna. IV. |»rim-irnl. — IV w m «, 7.50.
PAK\
BLANQDEAR LOS DIEKTES, SAHAR LA BOCA
PASTA PEcrenAL y JARABE
P A R IS
10. B o u le v a r d d e S tra s b o u rg . 10.
Depositi« en inda» las Ciudades del Munito
N A FÉ de DELANGRENIER
li-m i c nu| a iinlu |iiv|i:irre »«
e* utili u«i y -e lumie run i.irilio.T i:
.In fo-i ira y lirillnntc/ «I einis.
iiiijiid*' <|«*■ fC.foriHen nrrugss en
cl. %ili-rt. lijo ; linee ik'^qmi <*<vr
lis q u e se liait luruuulu \n. y fui
I ‘ .T»a la hermosura hasta la ed >d
ma- .i»»Minila.
^ T
LECHE DE IRIS L T . PIVER*
UNICA URVISTIDA DKI. «Kl-t.O OKI. IWr.N'TÜI«
por »t jurado
C R Ê M E -O R IZ A
' "¿ Ü E s i
INDISPENSABLE. A LAS SEÑORAS
Là
do Vlonn
ha aillo concedido
E- ]
,7
En vento, Carretas, 12, principal. — Fotuta*, 7,80
« »
ExposEioo Universi
P a r í« ,
20, ruc
Richelicu.
50 Médicos do los Hospitales de P arís,
lian demostrado sn s u p e r io r id u d sobre
todos los prctornlr» y su podenca rfe n cía
contra la to s. el «m ino , la c r i p e . c"t¡uelir.he ñ tasfetu na ), b r o n q u it is , ir r ita cinncs de Peekn y de la Ijnryanla, ele.
( Deseanfia r de la t fatsiftcniitm ee )
D rp altas en las principales i.nucas de
E s p ig a , de Cuba y de Ins A m eritas.
MAILE-GL IERE
41
c u y o p re c io es d e 1 to francos,
y i-l peso d o 32 lulop. es sin
iiiupun.-i d u d a d iin lo o aparato
coiu p iel. q u e puede produ­
c ir litsianLu «M ín en te durante
m u ch os artos y sin ningún
r e lia r e , m ontones d e lu cio d
m zu n d e ó c én tim os «fl kilog.
outes
C-..S
3
_= S
— —«
Agua de Toilette
3.S " S
A LAS FLORES DE
•z p s a
VIOLETA DE PARM A
THOREL
CHARD1N-HADANC0DRT
QU íM ICO-PERFUM ISTA.
16t«s, B ou levard de S ébastopol, 16Ws
P A R IS
Depositoî en todas las Cindades de! lundo.
DIPLOMA DE MERITO EN LA EXPOSICION DE V1ENA.
P A R IS ,
17, R u é
d e B u c i, 1 7 , P A R I S .
SONOA BARREDERA B XASé ltíS r»
r e c o g e r lod o s tos ob jetos a d h e rid o s
CEBOSY APARATOSAIRHIDRICOS
para d a r lu ego instantáneam ente á las m in a s y 4
los torpedos ú cu a lq u iera d istancia qu e so hallen,
s in necesidad d e la e lectricid ad .
J.-B. TO
SELLI,an
tigu
ooficial ilcin
gen
iero
s
213, Ruó Lafayette, en París.
.
« I ) et cu birrtu ltu nli, sabre cob-c.
'N | M L \ A l i por ri cubicrio melai rxirablan codc la casa L u M i m rt R mhm' x . — 1.M pcitnlos a
Mr. Adolphe E w ig, 10, rae Taitbout, l'a r i». F r e c h » de n bricai
A |> A
Los AKCNCI08 y rec LAI!OSen Fran­
cia son recibidos por ei Sr. D. A dol ­
phe E w ig , rue Taitbout, 10, Paris.
M A D R ID .— I m » renta » E-rcnsAtp r. •Ir A ri bau J 0.’ ,
ItCISOMS HI
Descargar