Trabajo infantil Estudio de opinión pública en el perú Resumen del estudio t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . introducción 1 Presentación Por lo general, la preocupación por el trabajo infantil se enmarca dentro de las convenciones que las sociedades van estableciendo acerca de lo que es propio o no de la infancia, del tipo de actividades que deben y no deben realizar los niños y niñas, y en particular de los umbrales de tolerancia respecto de su participación en el mundo del trabajo. Como expresión de estas preocupaciones existen acuerdos internacionales que buscan prevenir y erradicar las diversas formas de explotación infantil y adolescente, de los cuales Perú es signatario. Estas convenciones son acuerdos formales entre los Estados, pero también son producto de un proceso dinámico que tiene que ver con las realidades culturales, económicas e históricas de cada país. En otras palabras, más allá de que el Estado peruano sea signatario de acuerdos internacionales o generador de leyes destinadas a limitar y erradicar el trabajo infantil, el Perú es parte de una tendencia mundial contraria a su existencia porque las actitudes de su población son críticas respecto de la participación de los niños y las niñas en actividades económicas y porque hay una preocupación creciente por sus derechos. En este estudio se intentó explorar la percepción de la población peruana acerca de este tema. 1 Este resumen ha sido elaborado por David Sulmont Haak, sociólogo y profesor asociado del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), quien ha sido el investigador principal de este estudio encargado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al Instituto de Opinión Pública de dicha casa de estudios. El equipo investigador lo completan Teresa Vania Martínez, socióloga, especialista en sistematización y análisis de información y supervisora de proyectos del Instituto de Opinión Pública, y Ginebra González Cueva, antropóloga egresada de la PUCP y especialista en investigación cualitativa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio Objetivos y metodología Este estudio tiene dos objetivos: explorar el estado de la opinión pública acerca de la realidad del trabajo infantil en el Perú y conocer las opiniones y actitudes de actores clave y líderes de opinión involucrados en el tema y en el diseño o la implementación de acciones destinadas a la prevención y erradicación del trabajo infantil. Para conocer el fenómeno del trabajo infantil no es suficiente contar con estadísticas acerca de la magnitud y el tipo de actividades económicas donde hay niños y niñas que trabajan. Es necesario además un conocimiento más cercano de las percepciones, actitudes y opiniones de los peruanos y peruanas sobre este tema, pues estas constituyen, también, una dimensión del fenómeno que puede ser muy útil para el diseño de estrategias de comunicación y de sensibilización relacionadas con programas destinados a la erradicación del trabajo infantil. Las preguntas que guiaron el estudio fueron las siguientes: ¿Qué es y qué no es trabajo infantil para la gente? ¿Qué tan visible es? ¿Se percibe que ha aumentado? ¿Es justificado para la opinión pública? ¿Cuánto daño piensa la gente que el trabajo le hace a los niños? ¿Piensan que trae algún beneficio? ¿Qué tanto y en qué situaciones es aceptado? ¿Qué se puede hacer para enfrentarlo? Como estrategia de investigación para responder esas interrogantes se buscó analizar la situación desde dos miradas complementarias: la opinión pública general y las percepciones y opiniones de las autoridades y líderes de opinión locales llamados a enfrentar los problemas del trabajo infantil. Para ello se realizó un sondeo de opinión en el ámbito nacional y una serie de entrevistas semi-estructuradas a líderes y autoridades locales. t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . La población objetivo para realizar el sondeo de opinión estuvo comprendida por todas las personas adultas residentes en ciudades con mayor incidencia de niños y niñas que trabajan en el país. El trabajo de campo se llevó a cabo a lo largo del mes de diciembre del 2006, entrevistando en total a 1.604 personas en las regiones de Lima- Callao, Cajamarca, Puno, Cusco, Ancash, Piura, La Libertad, Junín, Loreto y San Martín. El tamaño de la muestra permite contar con resultados cuantitativos con un error muestral de ±2,4% para el conjunto del universo, bajo el supuesto de máxima heterogeneidad y muestreo simple al azar. En el caso de las entrevistas semi-estructuradas, se seleccionó a personas que tuvieran algún nivel de influencia o de decisión en las acciones o programas para enfrentar la problemática del trabajo infantil en sus respectivas localidades, como representantes del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE); Ministerio de Educación (Minedu); Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes); responsables de la Defensoría Municipal del Niño y el Adolescente (Demuna); representantes de gobiernos regionales, prensa, Iglesia y sociedad civil organizada. En total se realizaron 42 entrevistas, 10 en Lima y entre 5 y 6 entrevistas en las ciudades de Cajamarca, Chimbote, Iquitos, Piura, Puno y Trujillo. Visibilidad del trabajo infantil Una de las principales variables analizadas fue la visibilibad del trabajo infantil, es decir ¿Cuánto ha visto la gente a niños y niñas que trabajan, y qué actividades han sido más vistas? En el estudio de opinión pública se determinó que los tipos de trabajo que comúnmente están más asociados con los menores de edad, son aquellos que se podrían llamar «trabajo en la calle»: venta ambulatoria de mercancías de pequeño valor (caramelos, flores, tarjetas, diarios, etcétera) y actividades como el cuidado y el lavado de carros, o el lustrado de zapatos. Al igual que en el sondeo de opinión, las autoridades y líderes de opinión entrevistados identificaron las actividades callejeras como las más visibles dentro del mundo del trabajo infantil. Pero además, como en el caso de las encuestas, los líderes y autoridades entrevistados mencionaron algunas actividades con mayor incidencia en cada región, como los guías de turistas, la limpieza de lápidas en los cementerios y . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio Tabla 1 PORCENTAJE DE ENTREVISTADOS QUE HAN VISTO EN EL ÚLTIMO MES NIÑOS O NIÑAS QUE REALIZAN LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES porcentaje de respuestas afirmativas Dominio Actividades Nivel Socioeconómico Total % Lima y Callao Interior urbano Interior Rural Vendía en la calle caramelos, flores, tarjetas, diarios, etc. 89,0 89,1 93,8 52,2 91,0 90,3 87,1 Vendía en puestos de mercado/bodegas/tiendas 81,6 81,4 85,5 55,5 72,7 82,6 83,3 lustraba zapatos 80,7 79,9 87,3 44,3 84,1 81,2 78,8 recolectaba residuos o cartones 79,3 81,5 80,5 43,9 75,2 81,7 79,1 cuidaba o lavaba carros 78,9 79,2 83,2 44,2 87,2 81,6 74,1 limpiaba vidrios o parabrisas 76,0 79,3 75,6 38,7 86,4 78,5 70,7 pedía limosna, ropa o comida 73,7 71,7 82,7 34,3 86,1 75,1 68,7 acompañaba a adultos que vendían en la calle 70,3 70,0 74,1 48,7 78,0 70,6 67,1 se encargaba del cuidado de la casa en vez de sus padres 66,1 65,3 64,7 87,0 51,8 63,7 72,8 A/B C D/E Hacía malabares y espectáculos en la calle 62,6 69,2 56,9 19,6 83,1 64,0 54,6 realizaba las tareas domésticas en hogares de personas que no son su familia cercana 60,3 59,6 60,4 67,5 51,8 60,7 63,4 tejía o hacía artesanías 53,6 52,9 52,9 67,2 44,6 54,8 56,3 apoyaba a sus padres en actividades de cosecha y siembra en la chacra 51,8 42,7 61,7 97,3 38,9 47,1 60,0 arreaba ganado, recogía leña, etc. 44,0 33,7 54,9 96,4 33,1 36,3 53,1 participaba en comerciales de televisión, en películas de cine o en series de televisión 42,7 49,4 35,1 11,7 67,5 43,1 33,8 Guiaba turistas 29,8 27,2 34,1 31,4 34,3 29,2 28,4 el cuidado de motos; así como actividades económicas de mayor esfuerzo y riesgo, como el reciclaje, la manufactura o el embalaje de productos, la producción de alimentos, la venta en mercados, el manejo de combis y mototaxis, el transporte de mercancías, el trabajo en el campo, el trabajo doméstico y el trabajo en talleres. Este tipo de trabajos, dependiendo de si se realizan o no «a puerta cerrada» son más o menos visibilizados. t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . En las zonas rurales, en el sondeo de opinión se menciona sobre todo el trabajo como apoyo en actividades agropecuarias, y en el caso de las niñas, cobran importancia las menciones al trabajo doméstico en hogares de personas que no son parte de su familia cercana, lo que es particularmente notorio en las ciudades de provincia y en las zonas rurales. Según refieren las autoridades y líderes entrevistados, la participación de los niños en actividades agropecuarias se da generalmente en el marco de las unidades familiares campesinas donde este trabajo es percibido por algunas personas como positivo porque forma parte de un proceso de socialización en el mundo rural. Además este tipo de trabajo no es visto como muy duro o peligroso, algunos entrevistados incluso consideran que el contacto con la naturaleza, asociado a esta actividad, podría tener efectos beneficiosos para los niños. Sin embargo, en las entrevistas a líderes y autoridades la participación de los niños y niñas en actividades agropecuarias también es vista en contextos más «empresariales», como algunos complejos agroindustriales de la costa, donde los niños son los más propensos a ser explotados por la informalidad de las empresas y por la falta de control de las autoridades. El trabajo doméstico, realizado generalmente por las niñas, es también mencionado por los líderes y autoridades entrevistados. Para ellos es una actividad menos visible, pues a diferencia de las actividades que se realizan en la calle, el trabajo doméstico se realiza a puerta cerrada, lo que dificulta la aplicación de medidas de control por parte de las autoridades. Los entrevistados señalan también que este trabajo está asociado a la costumbre arraigada del madrinazgo aceptada por los padres de las niñas, por medio de la cual la niña aparece como una «protegida» a la que el empleador, o la empleadora, «ayudará» a educar. En muchos casos este empleador es la propia maestra o alguna autoridad local, lo cual hace más complejo el problema. Puede decirse, en general, que existe una visibilidad diferenciada del trabajo infantil según regiones y género (niño o niña) del menor de edad que trabaja, y que además persiste una menor percepción de las actividades realizadas por las niñas, pues las personas encuestadas opinan que hay más niños que niñas que trabajan, lo que puede deberse a una menor visibilidad de las actividades domésticas que con mayor frecuencia realizan las niñas, que muchas veces no son consideradas trabajo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio Visibilidad de las peores formas de trabajo infantil Con excepción de la explotación sexual de menores de edad, las peores formas de trabajo infantil no aparecen mencionadas con mucha frecuencia, de manera espontánea, por las personas encuestadas en las localidades estudiadas. Tabla 2 PORCENTAJE DE PERSONAS ENTREVISTADAS QUE HAN VISTO EN EL ÚLTIMO AÑO NIÑOS Y NIÑAS QUE REALIZAN LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES porcentajes verticales Dominio Actividades Total % Lima y Callao Nivel socioeconómico Interior Urbano Interior Rural A/B C D/E niños o niñas que trabajan en actividades peligrosas o de mucho riesgo para su salud 57,1 56,9 60,8 32,6 58,1 62,2 53,2 explotación sexual de niños o niñas 54,6 57,7 55,2 11,6 60,3 63,5 47,0 Gente que se lleva o trae niños o niñas de otras zonas para trabajar 49,0 51,1 48,5 27,1 56,1 56,1 42,6 niños o niñas que trabajan como sirvientes sin pago 45,4 44,5 47,5 42,2 43,6 47,6 45,3 niños o niñas que venden drogas 32,5 39,7 24,0 3,6 38,8 36,0 27,6 niños o niñas que transportan contrabando 16,6 18,5 15,3 3,4 22,2 17,1 14,2 Entre los trabajos que definitivamente son considerados peligrosos para los niños, los líderes y autoridades entrevistados mencionan el trabajo en minas, los lavaderos de oro, la extracción de madera y el trabajo en canteras o ladrilleras. Algunos entrevistados incluyen en este grupo al trabajo doméstico, debido a la facilidad con que pueden aparecer situaciones de explotación y servidumbre. Otras prácticas peligrosas que aparecen con frecuencia en las entrevistas a líderes y autoridades son la explotación sexual de menores de edad y el tráfico de niños ligado a la explotación laboral. En ambos casos, el problema se agrava aún más debido a que las autoridades no comprenden el tratamiento legal de estos delitos. Esto es claro, por ejemplo, al observar los límites poco claros entre la «prostitución» y la «explotación sexual» de menores de edad, para muchas de las personas entrevistadas. Los líderes y autoridades entrevistados consideran que el trabajo infantil es un fenómeno que afecta a todo el país y que está asociado a la pobreza en la que viven muchas familias. Sin embargo, pese a que en comparación con la capital los problemas t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . económicos pueden ser más agudos en las ciudades de provincia, se considera que en Lima las condiciones laborales son más duras para los niños. El tamaño de la ciudad capital haría mucho más difícil que se ejerza algún tipo de control sobre las condiciones en las que trabajan los menores de edad. Esta percepción del problema por parte de los líderes y autoridades es coherente también con los resultados del sondeo de opinión, pues es en las ciudades, y especialmente en Lima, donde la visibilidad de actividades consideradas como peores formas de trabajo infantil es mayor. Del mismo modo, en los resultados de la encuesta se observa que la visibilidad de las peores formas de trabajo infantil se da entre personas de mayor nivel educativo y socioeconómico. Es probable que el mayor acceso a medios de información que tiene este grupo de personas influya en una mayor percepción de este tipo de prácticas. Fotografía: OIT-IPEC Finalmente, hay que señalar, de acuerdo a los análisis realizados, que en general la percepción y visibilidad del trabajo infantil es una variable que guarda poca relación con las características personales de las personas entrevistadas, y, por otro lado, que dicha visibilidad tampoco parece influir mucho en las actitudes que se tienen hacia el trabajo infantil. 10 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio Tabla 3 Y ¿CREE USTED QUE EL TRABAJO DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS TIENE CONSECUENCIAS MUY POSITIVAS, POSITIVAS, NEGATIVAS O MUY NEGATIVAS EN LOS SIGUIENTES ASPECTOS? porcentajes horizontales Respuestas Aspectos el desarrollo de la personalidad la formación de valores morales el desempeño escolar la salud y la seguridad Muy positivas Positivas Negativas Muy negativas No precisa 2,2 1,6 0,9 0,6 37,0 32,5 12,4 9,4 44,1 49,3 67,9 72,0 8,6 9,0 16,1 14,8 8,1 7,6 2,7 3,2 Total % 100,0 100,0 100,0 100,0 Consecuencias y justificaciones del trabajo infantil En el sondeo de opinión se incluyó una serie de preguntas destinada a explorar las percepciones y actitudes de la población respecto de las consecuencias que tiene el trabajo en los niños y niñas, es decir, si hay una tendencia a considerar que el trabajo acarrea consecuencias negativas o si, por el contrario, desde el punto de vista de las personas encuestadas, el trabajo tiene efectos positivos en los menores de edad. La idea es que una percepción más o menos crítica de las consecuencias del trabajo infantil podría ampliar o reducir los umbrales de tolerancia del mismo. Los resultados de la encuesta indican que la mayor parte de las personas percibe que el trabajo infantil trae una serie de consecuencias negativas para los niños y las niñas, especialmente por la pérdida de oportunidades educativas y porque el trabajo los puede exponer a situaciones de riesgo físico, psicológico o moral. Esta percepción de las consecuencias negativas es consistente con la opinión acerca de la edad más adecuada para el inicio de la actividad laboral, que en promedio resulta ser 16,3 años, una edad mayor a la edad límite legal fijada en el Perú (14 años). Sin embargo, las opiniones parecen entrar en contradicción cuando se pregunta por las situaciones que justifican que un niño menor de 14 años trabaje, pues solo un 29% señala que no habría circunstancia alguna que lo justifique mientras que para el 60% de los entrevistados, la principal razón por la cual los niños y niñas tienen que trabajar son los problemas económicos de las familias. Existe la idea de que se trata de un fenómeno inevitable ya que muchas familias se encuentran en una situación de precariedad tal que todos sus miembros, incluyendo a los niños y a las niñas, deben contribuir a la economía de su hogar. 11 t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . Entre los líderes y autoridades entrevistados, más allá de algunos posibles efectos positivos que puedan relacionarse con el trabajo infantil (como aprender a ser responsables, aprender el valor de las cosas, obtener dinero, etcétera), la percepción general es que los peligros no compensan los pocos beneficios que se pueden obtener. Como consecuencias negativas, se menciona en primer lugar que el trabajo puede afectar la salud de las niñas y los niños, sobre todo si se trata de trabajos que les exigen un esfuerzo que excede a sus capacidades o durante un número excesivo de horas de trabajo, los lugares de trabajo insalubres y el clima extremo. Además, se señala que en estas situaciones podrían ser víctimas de violencia de todo tipo, ya sea por parte de extraños o de sus propios padres. Otro efecto negativo mencionado es la pérdida de la niñez que enfrentan los niños y niñas que trabajan, pues se les obliga a crecer rápidamente y a asumir responsabilidades de adultos, dejando de lado las actividades propias de la niñez como el estudio y el juego. Pese a los muchos peligros y pocos beneficios del trabajo infantil, hay tres situaciones que según algunos de los entrevistados podrían justificar el trabajo infantil. La primera es la necesidad económica extrema, sobre todo en casos de abandono u orfandad. En segundo lugar, cuando se trata de un «trabajo formativo», como el aprendizaje de una actividad u oficio en el taller o comercio familiar, que está asociado a un periodo de aprendizaje de sus futuras responsabilidades y, en muchos casos, no se define como trabajo sino como «apoyo familiar». Finalmente, el trabajo infantil también podría justificarse, según los líderes y autoridades entrevistados, cuando las actividades en las que participan los niños y niñas no implican mayores esfuerzos físicos. Los resultados del sondeo de opinión indican, por otra parte, que pese a que se reconoce que cuando los niños y niñas trabajan están expuestos a consecuencias negativas para su salud y su educación, un grupo importante de personas opina que el trabajo puede tener efectos positivos en la formación de determinados valores y en el desarrollo de la personalidad de los menores de edad. Esta opinión de que el trabajo puede tener algunos efectos «formativos» y «pedagógicos», que como se ha visto aparece también en las entrevistas a autoridades y líderes, resulta estar bastante difundida y estaría asociada al hecho de que tanto el ser responsables como el ser trabajadores en general, más allá de que se trate de niños, niñas, adolescentes o de adultos, son valores sociales muy importantes para la gente. El 84% de los entrevistados considera que «la responsabilidad» es uno de principales valores que deben aprender los niños en el hogar, y el 41% sostiene lo mismo respecto del hecho de «ser muy trabajador». Esto no significa que las personas que piensan que el trabajo es un valor 12 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio importante necesariamente crean que los niños y las niñas deben trabajar, indicaría más bien que el trabajo en general es visto como un valor positivo en la sociedad y que, en el caso de los menores de edad, puede tener una dimensión formativa en la medida que el esfuerzo personal permite alcanzar metas en la vida. Para quienes consideran la existencia de esta dimensión formativa del trabajo en los niños y las niñas, debería ser muy regulado, restringido a actividades ligeras, o circunscrito al ámbito familiar (como los niños que ayudan atendiendo negocios familiares, bodegas o tiendas). Además, en algunos casos, se considera que el trabajo puede ser la mejor opción que pueden seguir los menores de edad, en particular los adolescentes, en lugar de participar en pandillas o en actividades delictivas. Tabla 4 POR LO QUE USTED SABE O HA OIDO HABLAR, ¿QUÉ BENEFICIOS OBTIENE EL NIÑO O LA NIÑA DE SU PROPIO TRABAJO?, SEGÚN NIVEL SOCIOECONÓMICO Y DOMINIO DE ESTUDIO. porcentaje de respuestas múltiples, no suman 100% Dominio Respuestas se vuelve responsable hacia la familia Gana dinero aprende un oficio desarrolla su autoestima ninguno no sabe / no responde Niveles socioeconómicos Total % Lima y Callao Interior Urbano Interior Rural 48,0 45,6 32,9 15,4 8,7 1,6 51,2 47,3 33,8 16,7 7,4 1,6 41,8 42,8 30,4 12,7 11,8 1,4 52,1 43,3 39,6 17,3 3,7 3,0 A/B 46,0 40,0 29,9 18,4 15,6 2,2 C 48,7 47,1 29,4 13,8 8,7 1,1 D/E 48,1 47,0 35,9 15,3 6,5 1,8 Los valores sociales que tiene el trabajo pueden motivar a muchas personas a pensar que, a la larga, no tendría consecuencias perjudiciales en las oportunidades de los niños y las niñas para progresar en el futuro. Más del 45% de las personas entrevistadas opina incluso que los niños o las niñas que trabajan pueden tener mejores oportunidades de progresar en la vida que los que no lo hacen. Esta percepción del trabajo, considerado como un valor social importante, puede relativizar las consecuencias negativas que tiene el hecho que niños o niñas tengan que trabajar. Esto resulta ser más marcado entre grupos sociales cuya sobrevivencia cotidiana depende mucho de maximizar el trabajo familiar, incluyendo el de niños y niñas, en actividades generalmente de muy baja productividad y remuneración. 13 t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . Tabla 5 IMAGINE A DOS NIÑAS, UNA QUE TRABAJA Y OTRA QUE NO TRABAJA, ¿QUIÉN DIRÍA USTED QUE TIENE MÁS OPORTUNIDADES DE PROGRESAR EN LA VIDA: LA NIÑA QUE TRABAJA O LA NIÑA QUE NO TRABAJA? porcentajes verticales Dominio Respuestas la niña que trabaja igual ambas la niña que no trabaja ns/nr Total Niveles socioeconómicos Total % Lima y Callao Interior Urbano Interior Rural 46,3 15,0 34,9 3,8 100,0 43,2 12,0 39,6 5,2 100,0 47,4 21,0 29,7 1,9 100,0 75,7 10,1 14,1 0,1 100,0 A/B C D/E 27,8 13,3 54,6 4,3 100,0 41,3 14,8 37,9 6,0 100,0 55,6 15,9 26,3 2,2 100,0 Tabla 6 IMAGINE A DOS NIÑOS, UNO QUE TRABAJA Y OTRO QUE NO TRABAJA, ¿QUIÉN DIRÍA USTED QUE TIENE MÁS OPORTUNIDADES DE PROGRESAR EN LA VIDA: EL NIÑO QUE TRABAJA O EL NIÑO QUE NO TRABAJA? porcentajes verticales Dominio Respuestas Fotografía: Alejandro Balaguer / Niños del Milenio el niño que trabaja igual ambos el niño que no trabaja ns/nr Total 14 Niveles socioeconómicos Total % Lima y Callao Interior Urbano Interior Rural 47,1 14,9 34,0 4,0 100,0 44,4 11,9 38,1 5,6 100,0 47,7 21,2 29,5 1,7 100,0 76,4 9,5 14,1 100,0 A/B C D/E 31,7 12,2 51,8 4,3 100,0 41,9 15,3 36,9 5,9 100,0 55,6 15,8 25,9 2,7 100,0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio Umbrales de tolerancia Con la finalidad de resumir en un indicador los niveles de tolerancia del trabajo infantil en la población bajo estudio, se construyó un índice de tolerancia sobre la base de las siguientes variables: – Las opiniones de las personas encuestadas acerca de qué tan bueno o malo es que un menor de 14 años trabaje. – Las opiniones de las personas encuestadas acerca de las circunstancias que justificarían que un hijo suyo, menor de 14 años, trabaje. – Las posiciones respecto de las consecuencias del trabajo infantil. La distribución del índice en la población objetivo indica que una clara mayoría de personas tiene bajos niveles de tolerancia al trabajo infantil, aunque un tercio de ellas evidencia niveles entre medio-altos y altos. Las principales características de las personas con menores niveles de tolerancia frente al trabajo infantil, son marcadamente distintas de aquellas con mayores niveles de tolerancia. Entre los menos tolerantes, hay más mujeres que hombres; pertenecen sobre todo a niveles socioeconómicos medios o altos; una alta proporción de ellos tiene Gráfico 1 15 t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . niveles educativos superiores; y en promedio ingresaron al mercado laboral entre los 16 y 18 años de edad. En contraste, las personas que se muestran más tolerantes al trabajo infantil son sobre todo hombres; pertenecientes a niveles socioeconómicos D y E; una alta proporción tiene niveles educativos inferiores a la secundaria completa; ingresaron al mercado laboral entre los 13 y 15 años de edad; y son de mayor edad que los otros grupos. Además, en comparación con los menos tolerantes, entre los más tolerantes hay una mayor proporción de personas que tienen hijos adultos, que viven en zonas rurales y que se identifican como quechuas. Tabla 7 PERFIL DE LAS PERSONAS DE ACUERDO A SUS NIVELES DE TOLERANCIA DEL TRABAJO INFANTIL porcentajes verticales Indice de tolerancia del trabajo infantil Características del entrevistado Total % Nula Baja Media alta Alta Dominio de estudio lima y callao 60,6 56,0 66,2 58,6 51,5 ciudades del interior 34,5 42,7 30,6 34,2 34,4 Zonas rurales - sierra 4,9 1,3 3,2 7,3 14,1 Sexo del entrevistado mujer 51,8 54,0 56,1 43,3 47,3 Hombre 48,2 46,0 43,9 56,7 52,7 Niveles socioeconómicos a/b 16,7 25,9 17,0 12,4 6,5 c 33,4 35,2 36,4 29,6 26,0 d/e 49,8 39,0 46,6 58,0 67,5 Identificación étnica mestizo 56,7 67,7 56,3 52,2 45,5 Quechua 20,0 9,2 17,6 27,2 36,2 blanco 4,0 5,6 3,8 3,7 2,8 negro / mulato / zambo 3,3 5,2 4,3 0,8 0,7 de la amazonía 3,1 3,4 3,3 3,0 2,5 aymara 1,4 0,2 1,3 2,2 2,3 otro 5,1 2,8 6,8 3,9 5,6 no sabe / no responde 6,3 5,9 6,6 7,1 4,5 Nivel educativo primaria o menos 14,1 5,7 13,6 13,8 32,7 secundaria incompleta 12,2 4,8 14,0 16,0 12,1 secundaria completa 44,6 46,6 43,5 48,7 36,9 superior 29,1 42,9 28,9 21,5 18,3 Tiene hijos no 27,8 26,7 28,4 30,3 22,4 sí, menores de edad 56,9 59,7 56,8 57,9 49,9 sí, sólo mayores de edad 15,3 13,7 14,8 11,8 27,7 16 Edad a la que comenzó a trabajar (promedio) 16,1 17,9 16,4 15,2 13,2 Edad del entrevistado (promedio) 37,7 36,7 37,1 37,4 43,0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio Según los análisis realizados, la tolerancia al trabajo infantil estaría asociada a tres factores principales: En primer lugar, el factor socioeconómico que obliga a ciertas familias pobres o que habitan zonas de extrema pobreza, como las rurales, a maximizar el uso de su fuerza laboral para sobrevivir y, por lo tanto, justifica como inevitable que los niños y niñas tengan que trabajar. En segundo lugar, el factor cultural, que asocia el trabajo en general con valores positivos, de forma tal que el trabajo podría tener efectos provechosos en el desarrollo «moral» y en la madurez de los niños, al enseñarles a ser responsables contribuyendo con su familia. Este factor cultural se refuerza por las experiencias tempranas de trabajo infantil (cuanto más joven empezó a trabajar, se es más tolerante al trabajo infantil) pero está sujeto a cambios generacionales: las personas más jóvenes tienen menores umbrales de tolerancia al trabajo infantil. En el cambio de actitudes hacia posiciones menos tolerantes frente al trabajo infantil puede intervenir también el acceso a mayores niveles educativos de la población. El tercer factor tiene que ver con los roles de género: las mujeres por lo general son menos tolerantes al trabajo infantil que los hombres. Los roles tradicionales de cuidado que la sociedad le asigna a las mujeres en la familia pueden contribuir a una mayor sensibilidad frente a los riesgos que existen para los niños y niñas que trabajan. En cambio, los roles tradicionales masculinos, vinculados con la provisión de recursos para el hogar, favorecerían una actitud más tolerante frente al trabajo infantil, asociándolo con valores positivos como la responsabilidad hacia la familia, que relativizan los efectos negativos en los niños. Si bien predomina una imagen negativa del trabajo infantil y buena parte de las personas encuestadas se encuentra en los niveles de baja o nula tolerancia, esta posición crítica mayoritaria tiene ciertos matices importantes. En primer lugar, para la mayoría de los entrevistados (casi el 70%), existen circunstancias en el país que justifican que los niños y niñas tengan que trabajar, especialmente para ayudar a sus familias cuando los padres no pueden cubrir los gastos del hogar. La existencia y persistencia del trabajo infantil es vista como un mal inevitable dadas las condiciones en las que viven las familias de menores ingresos. 17 t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . En segundo lugar, para gran parte de la población, el trabajo y el ser alguien trabajador es un valor social sumamente positivo. Ello contribuye a relativizar hasta cierto punto las consecuencias negativas del trabajo de los niños (en la educación, la salud o la moral), como se vio antes, ya que el tener una actividad para obtener ingresos y así ayudar a su familia es visto como una experiencia pedagógica positiva que enseña la responsabilidad y contribuye a la madurez de los menores de edad. Si bien ello no lleva a justificar en absoluto las peores prácticas de trabajo infantil, para un grupo relativamente importante de la población —que se puede estimar en un tercio de la misma— el trabajo infantil es tolerable en la medida que puede traer beneficios a los niños, ya sean «morales» (responsabilidad, madurez, orgullo) o materiales (ingresos). La tolerancia en zonas rurales Algo que resalta claramente en los resultados de la encuesta es la marcada diferencia de las percepciones respecto del trabajo infantil entre zonas urbanas y rurales. En estas últimas los niveles de tolerancia frente al trabajo infantil son mayores: 32% de los entrevistados tienen altos niveles de tolerancia en esta zona, frente al 10% de los entrevistados de las ciudades. Por otro lado, solo el 44% de los entrevistados en zonas rurales señala que el trabajo tiene consecuencias básicamente negativas para niños y niñas, mientras que el 72% de entrevistados en zonas urbanas opinan en ese sentido. Ello es un indicio de percepciones distintas y de la diferente naturaleza de las actividades que realizan los niños y niñas y que son consideradas como trabajo en zonas rurales. En efecto, una explicación para estos contrastes radicaría en el hecho de que las actividades realizadas por los niños y las niñas en zonas rurales son muy diferentes a las de las zonas urbanas, tanto en su naturaleza como en el ámbito en que se realizan. El trabajo infantil en zonas rurales está más circunscrito y controlado dentro de espacios familiares. Ello, sumado a los mayores niveles de pobreza que caracterizan estos ámbitos sociales, puede explicar que el trabajo infantil sea visto como más necesario y justificable, con consecuencias menos graves para los menores de edad y, por lo tanto, más tolerable socialmente. Desde la percepción de los líderes y autoridades entrevistados, en las zonas rurales existe una menor variedad de actividades laborales en las que participan niños y niñas. Generalmente se restringen al trabajo agropecuario, apoyando a sus familias en el cuidado de la chacra o los animales, o realizando labores domésticas en sus casas. Ello 18 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio implica que podría considerarse que los niños y las niñas que trabajan en zonas rurales se encuentran menos expuestos a las consecuencias negativas del trabajo porque lo realizan dentro de un contexto mucho más controlado por la familia, a diferencia del trabajo callejero en las ciudades, por ejemplo. Algo que puede reforzar esta impresión es la menor visibilidad de las peores formas de trabajo infantil, mostrada en las zonas rurales. A pesar de ello, una de las actividades más mencionadas en las zonas rurales es el trabajo doméstico de las niñas en hogares de personas que no son su familia cercana, actividad que acarrea situaciones de riesgo. Acciones e instituciones frente al problema Para la población encuestada el trabajo infantil aparece como un fenómeno muy difundido que viene incrementándose a lo largo del tiempo: 66% piensa que hay más niños y niñas que trabajan que hace un año y 60% piensa que en cuatro años habrá más menores de edad trabajando que hoy en día. Puede decirse entonces que hay una percepción pesimista de la evolución futura del problema. Existe también un amplio consenso entre la población encuestada acerca de la importancia del problema (90% lo considera importante o muy importante), el 91% señala que el Estado debería realizar acciones destinadas a eliminar el trabajo infantil. Sin embargo, es poco lo que se conoce acerca de la acción del Estado frente al problema: solamente un 14% de los entrevistados ha oído hablar de programas gubernamentales destinados a enfrentar los problemas de los niños y niñas que trabajan; el 90% señala que las autoridades dan poca importancia a los derechos de los niños y casi el 95% de los entrevistados considera que las autoridades dan poca o ninguna importancia a los problemas del trabajo de los niños y las niñas en el Perú. De acuerdo con el Convenio núm. 182 de la OIT, la expresión ‘peores formas de trabajo infantil’ abarca: a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas; c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños (trabajo peligroso). 19 t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . Las autoridades y líderes entrevistados manifiestan una alta sensibilidad a la problemática del trabajo infantil y comparten el principio de que los niños no deben trabajar, pero a pesar de ello subsiste una actitud fatalista: se trata de un problema inevitable y que va a empeorar en el futuro porque no se ve que las principales autoridades del Estado otorguen debida importancia a la creación y preservación de un espacio y un momento en la vida para que los niños y las niñas crezcan libres de las preocupaciones por la sobrevivencia cotidiana. Las instituciones más asociadas con programas o acciones orientados a la prevención y erradicación del trabajo infantil o a la protección del adolescente que trabaja son las Defensorías Municipales del Niño y el Adolescente (Demuna) y las Organizaciones No Gubernamentales. Se trata de organizaciones que trabajan y enfrentan los problemas del trabajo infantil desde iniciativas locales y en contacto cercano con la población. Sin embargo, la impresión que dejan los resultados de la encuesta, sobre todo si se complementa con la mirada que proporcionan las entrevistas a líderes y autoridades locales, es la poca prioridad que parece tener la problemática del trabajo infantil en el marco de políticas de Estado de alcance nacional. La impresión general es que las iniciativas que se despliegan están poco articuladas y carecen de marcos programáticos y estratégicos comunes. Más allá de algunos programas que impulsa el Mimdes, como el de Educadores de la Calle o las Demuna, no se percibe que otras instancias del Estado central implementen programas o políticas claras respecto a los problemas del trabajo infantil. No se llega a identificar programas del Gobierno que vayan en esa dirección. Tampoco se cree que los gobiernos regionales realicen actividades para afrontar el problema. Según las autoridades y líderes locales entrevistados, las acciones que se realizan se limitan a la elaboración de registros de niños y niñas que trabajan en la localidad y charlas de sensibilización en algunos centros educativos. Las experiencias de programas de municipalidades distritales para eliminar el trabajo de los niños y niñas de la calle fracasan debido a su aislamiento, pues el trabajo infantil se reduce en un distrito, pero se traslada a otro. Además, las acciones emprendidas frente al problema del trabajo infantil son actividades limitadas por los escasos recursos, la falta de personal o su excesiva rotación, el mínimo compromiso por parte de los practicantes, el desinterés de las autoridades, la situación de «orfandad» frente al Estado, las leyes que no se aplican o no se entienden, etcétera. A ello se agrega la falta de capacitación adecuada en el tema de trabajo infantil, muestra de ello es que la capacitación del personal de las Demuna depende de las alianzas que se establezcan con ONG, otras Demuna o ministerios. 20 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio Esta situación explicaría que para un grupo importante de autoridades y líderes de opinión entrevistados, la erradicación de trabajo infantil es muy difícil de conseguir, por lo que no queda otra alternativa que ayudar a mejorar las condiciones en las cuales trabajan los niños y las niñas. Se tiene entonces una visión pesimista entre quienes trabajan el tema: es muy difícil erradicar el trabajo infantil porque hay problemas económicos en el país, por los escasos fondos que provee el Estado, porque las leyes no se cumplen y hay un desinterés notorio por parte de las autoridades; por lo tanto, al menos se puede empezar mejorando la situación de trabajo de los niños y niñas. En el análisis de la posición de los líderes y autoridades locales entrevistados frente a la erradicación del trabajo infantil, se puede apreciar diversos matices entre dos extremos: por un lado, opiniones más favorables a la erradicación; por el otro, aquellas que consideran que se trata de una realidad inevitable y lo que hay que hacer es mejorar las condiciones en las cuales trabajan los niños y las niñas. Entre estas diversas posiciones se tiene: – Los que están a favor de la erradicación del trabajo infantil, tanto de niños como de adolescentes. – Los que proponen la erradicación del trabajo de menores de 14 años, pero no del realizado por los adolescentes, siempre que los trabajos de estos últimos sean trabajos formativos y en condiciones que no atenten contra su salud e integridad moral. – Los que consideran que la erradicación es parte de un proceso que comienza con la erradicación de las peores prácticas y la mejora de las condiciones actuales de trabajo de niños, niñas y adolescentes. – Los que están a favor del mantenimiento del trabajo infantil para evitar que el niño o la niña realice actividades ilícitas o de ocio. – Los que consideran que el trabajo es un derecho de los niños y las niñas. En la posición de una erradicación total del trabajo infantil se ubica al Estado peruano. Esta posición es compartida por algunos representantes de los medios de comunicación locales de las ciudades donde se hicieron las entrevistas. Sin embargo, la mayoría de los entrevistados se ubica en posiciones intermedias, ya sea aceptando el trabajo de los adolescentes o viendo la erradicación como un proceso. 21 t r a b a j o i n fa n t i l estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . . Entre las acciones e instituciones que actúan frente al problema del trabajo infantil, es necesario también reflexionar acerca de la participación de la escuela, pues esta debería jugar un rol importante en la prevención del trabajo infantil. Sin embargo, la percepción de las autoridades y líderes de opinión entrevistados es que los problemas por los que atraviesa el sistema educativo limitan seriamente sus potencialidades en esta área. Además consideran que la escuela en zonas urbanas no se ha adaptado a los niños y niñas que trabajan. Por ejemplo, mientras en las zonas rurales los centros educativos han adaptado sus horarios de acuerdo al calendario productivo, esta flexibilidad no se ha observado en la zona urbana. Los niños, niñas y jóvenes que trabajan en las áreas urbanas deben buscar ellos mismos las formas de compensar los posibles retrasos en su formación. Sobre el diseño de una campaña para la erradicación del trabajo infantil Uno de los objetivos del presente estudio ha sido servir de insumo para el diseño de estrategias de comunicación y sensibilización relacionadas con programas destinados a la prevención y erradicación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente. Al respecto es importante señalar que este tipo de acciones comunicativas, si quieren tener algún tipo de éxito, no pueden basarse en supuestos ingenuos que busquen «convencer» a los padres de familia de niños y niñas trabajadores para que no permitan que sus hijos sigan trabajando. En general, en la población hay una muy clara conciencia de que los niños menores no deberían trabajar, incluso entre quienes tienen hijos o hijas menores trabajando. Si hay familias donde se presenta el trabajo infantil no es porque se considere que se trata de algo positivo para los niños y las niñas, sino porque existe un problema de necesidades urgentes de sobrevivencia que obliga a buscar maximizar el uso de la fuerza laboral familiar para obtener ingresos. Un desafío que debe enfrentarse es cómo diseñar una estrategia que no estereotipe ni culpabilice innecesariamente a las familias de los niños y niñas que trabajan, pues la gran mayoría de los padres quiere y se preocupa por sus hijos e hijas. Sin embargo, también es cierto que dada la alta valoración que tiene el trabajo y el esfuerzo en la población, determinados aspectos del trabajo infantil son vistos como una experiencia pedagógica positiva. Una pregunta que puede hacerse ante esa situación es si el Perú, como sociedad, es capaz de encontrar la forma de eximir de esa responsabilidad a los niños y niñas, por más necesitadas que estén sus familias. La respuesta a estas interrogantes de alguna manera podría estar asociada al valor que 22 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio la sociedad peruana le da a la infancia como momento especial de la vida donde los niños y niñas desarrollan su personalidad y un conjunto de capacidades, en el marco de un contexto protegido de las exigencias de la vida adulta y sus responsabilidades. La tendencia mundial a lo largo del siglo XX e inicios del siglo XXI ha sido la de ampliar y reforzar la protección de este momento de la vida de las personas. Las actitudes generalizadas de la población a favor de la protección de la infancia han sustentado e impulsado estos avances y el Perú no es una excepción. En el caso específico del trabajo infantil, los menores niveles de tolerancia son también producto de un cambio cultural generacional: los más jóvenes están menos dispuestos a aceptar que las niñas y los niños trabajen. Ello de ninguna manera quiere decir que las personas mayores no quieran a los niños y las niñas o no se preocupen por su bienestar. Más bien quiere decir que, a lo largo del tiempo, han ido cambiando las nociones acerca de lo que es propio o no de la infancia, qué se les puede exigir a los niños y qué condiciones deben crear las sociedades para facilitar su desarrollo integral. En tal sentido, una estrategia comunicativa puede tener como uno de sus objetivos reforzar el valor y la prioridad que debe tener la infancia, tanto para las personas en general como para quienes tienen la responsabilidad de crear las condiciones para un desarrollo pleno y libre de las capacidades de los niños y las niñas. Si la protección de la infancia adquiere mayor prioridad colectiva para los ciudadanos, estos exigirán con más energía que sus representantes políticos y las autoridades le den mayor importancia en la acción de las instituciones públicas y los recursos que se le destinan. Es probable que una estrategia comunicativa, además, realice una ponderación más precisa entre los beneficios que algunos sectores de la población asocian al trabajo infantil y los efectos negativos que tiene en el desarrollo pleno de los niños y niñas, así como en la pérdida de oportunidades en el futuro que puede significar para ellos. Se podría apuntar a reforzar la sensibilidad crítica que ya existe en la mayoría de la población, de forma tal que la opinión pública se convierta en una fuerza social que ejerza presión sobre las principales autoridades y líderes políticos del país para que tomen medidas realistas, articuladas y efectivas en dirección a la erradicación del trabajo infantil. 23