Trabajo Infantil. Estudio de opinión pública en el Perú, 2007

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Trabajo infantil
Estudio de opinión pública en el perú
Resumen del estudio
t r a b a j o i n fa n t i l
estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
introducción
1
Presentación
Por lo general, la preocupación por el trabajo infantil se enmarca dentro de las
convenciones que las sociedades van estableciendo acerca de lo que es propio o no de
la infancia, del tipo de actividades que deben y no deben realizar los niños y niñas, y en
particular de los umbrales de tolerancia respecto de su participación en el mundo del
trabajo. Como expresión de estas preocupaciones existen acuerdos internacionales que
buscan prevenir y erradicar las diversas formas de explotación infantil y adolescente,
de los cuales Perú es signatario. Estas convenciones son acuerdos formales entre los
Estados, pero también son producto de un proceso dinámico que tiene que ver con
las realidades culturales, económicas e históricas de cada país.
En otras palabras, más allá de que el Estado peruano sea signatario de acuerdos
internacionales o generador de leyes destinadas a limitar y erradicar el trabajo
infantil, el Perú es parte de una tendencia mundial contraria a su existencia porque
las actitudes de su población son críticas respecto de la participación de los niños y
las niñas en actividades económicas y porque hay una preocupación creciente por sus
derechos. En este estudio se intentó explorar la percepción de la población peruana
acerca de este tema.
1
Este resumen ha sido elaborado por David Sulmont Haak, sociólogo y profesor asociado del Departamento
de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), quien ha sido el investigador
principal de este estudio encargado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al Instituto de
Opinión Pública de dicha casa de estudios. El equipo investigador lo completan Teresa Vania Martínez,
socióloga, especialista en sistematización y análisis de información y supervisora de proyectos del
Instituto de Opinión Pública, y Ginebra González Cueva, antropóloga egresada de la PUCP y especialista
en investigación cualitativa.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
Objetivos y metodología
Este estudio tiene dos objetivos: explorar el estado de la opinión pública acerca de la
realidad del trabajo infantil en el Perú y conocer las opiniones y actitudes de actores
clave y líderes de opinión involucrados en el tema y en el diseño o la implementación
de acciones destinadas a la prevención y erradicación del trabajo infantil.
Para conocer el fenómeno del trabajo infantil no es suficiente contar con estadísticas
acerca de la magnitud y el tipo de actividades económicas donde hay niños y niñas
que trabajan. Es necesario además un conocimiento más cercano de las percepciones,
actitudes y opiniones de los peruanos y peruanas sobre este tema, pues estas
constituyen, también, una dimensión del fenómeno que puede ser muy útil para el
diseño de estrategias de comunicación y de sensibilización relacionadas con programas
destinados a la erradicación del trabajo infantil.
Las preguntas que guiaron el estudio fueron las siguientes: ¿Qué es y qué no es
trabajo infantil para la gente? ¿Qué tan visible es? ¿Se percibe que ha aumentado?
¿Es justificado para la opinión pública? ¿Cuánto daño piensa la gente que el trabajo le
hace a los niños? ¿Piensan que trae algún beneficio? ¿Qué tanto y en qué situaciones
es aceptado? ¿Qué se puede hacer para enfrentarlo? Como estrategia de investigación
para responder esas interrogantes se buscó analizar la situación desde dos miradas
complementarias: la opinión pública general y las percepciones y opiniones de las
autoridades y líderes de opinión locales llamados a enfrentar los problemas del trabajo
infantil. Para ello se realizó un sondeo de opinión en el ámbito nacional y una serie
de entrevistas semi-estructuradas a líderes y autoridades locales.
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estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
La población objetivo para realizar el sondeo de opinión estuvo comprendida por
todas las personas adultas residentes en ciudades con mayor incidencia de niños y
niñas que trabajan en el país. El trabajo de campo se llevó a cabo a lo largo del mes
de diciembre del 2006, entrevistando en total a 1.604 personas en las regiones de
Lima- Callao, Cajamarca, Puno, Cusco, Ancash, Piura, La Libertad, Junín, Loreto y San
Martín. El tamaño de la muestra permite contar con resultados cuantitativos con un
error muestral de ±2,4% para el conjunto del universo, bajo el supuesto de máxima
heterogeneidad y muestreo simple al azar.
En el caso de las entrevistas semi-estructuradas, se seleccionó a personas que tuvieran
algún nivel de influencia o de decisión en las acciones o programas para enfrentar la
problemática del trabajo infantil en sus respectivas localidades, como representantes
del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE); Ministerio de Educación
(Minedu); Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes); responsables de la Defensoría
Municipal del Niño y el Adolescente (Demuna); representantes de gobiernos regionales,
prensa, Iglesia y sociedad civil organizada. En total se realizaron 42 entrevistas, 10
en Lima y entre 5 y 6 entrevistas en las ciudades de Cajamarca, Chimbote, Iquitos,
Piura, Puno y Trujillo.
Visibilidad del trabajo infantil
Una de las principales variables analizadas fue la visibilibad del trabajo infantil, es
decir ¿Cuánto ha visto la gente a niños y niñas que trabajan, y qué actividades han
sido más vistas?
En el estudio de opinión pública se determinó que los tipos de trabajo que comúnmente
están más asociados con los menores de edad, son aquellos que se podrían llamar
«trabajo en la calle»: venta ambulatoria de mercancías de pequeño valor (caramelos,
flores, tarjetas, diarios, etcétera) y actividades como el cuidado y el lavado de carros,
o el lustrado de zapatos.
Al igual que en el sondeo de opinión, las autoridades y líderes de opinión entrevistados
identificaron las actividades callejeras como las más visibles dentro del mundo
del trabajo infantil. Pero además, como en el caso de las encuestas, los líderes y
autoridades entrevistados mencionaron algunas actividades con mayor incidencia en
cada región, como los guías de turistas, la limpieza de lápidas en los cementerios y
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
Tabla 1
PORCENTAJE DE ENTREVISTADOS QUE HAN VISTO EN EL ÚLTIMO MES NIÑOS O NIÑAS QUE REALIZAN LAS
SIGUIENTES ACTIVIDADES
porcentaje de respuestas afirmativas
Dominio
Actividades
Nivel Socioeconómico
Total %
Lima y
Callao
Interior
urbano
Interior
Rural
Vendía en la calle caramelos, flores, tarjetas,
diarios, etc.
89,0
89,1
93,8
52,2
91,0
90,3
87,1
Vendía en puestos de mercado/bodegas/tiendas
81,6
81,4
85,5
55,5
72,7
82,6
83,3
lustraba zapatos
80,7
79,9
87,3
44,3
84,1
81,2
78,8
recolectaba residuos o cartones
79,3
81,5
80,5
43,9
75,2
81,7
79,1
cuidaba o lavaba carros
78,9
79,2
83,2
44,2
87,2
81,6
74,1
limpiaba vidrios o parabrisas
76,0
79,3
75,6
38,7
86,4
78,5
70,7
pedía limosna, ropa o comida
73,7
71,7
82,7
34,3
86,1
75,1
68,7
acompañaba a adultos que vendían en la calle
70,3
70,0
74,1
48,7
78,0
70,6
67,1
se encargaba del cuidado de la casa en vez de
sus padres
66,1
65,3
64,7
87,0
51,8
63,7
72,8
A/B
C
D/E
Hacía malabares y espectáculos en la calle
62,6
69,2
56,9
19,6
83,1
64,0
54,6
realizaba las tareas domésticas en hogares de
personas que no son su familia cercana
60,3
59,6
60,4
67,5
51,8
60,7
63,4
tejía o hacía artesanías
53,6
52,9
52,9
67,2
44,6
54,8
56,3
apoyaba a sus padres en actividades de cosecha
y siembra en la chacra
51,8
42,7
61,7
97,3
38,9
47,1
60,0
arreaba ganado, recogía leña, etc.
44,0
33,7
54,9
96,4
33,1
36,3
53,1
participaba en comerciales de televisión, en
películas de cine o en series de televisión
42,7
49,4
35,1
11,7
67,5
43,1
33,8
Guiaba turistas
29,8
27,2
34,1
31,4
34,3
29,2
28,4
el cuidado de motos; así como actividades económicas de mayor esfuerzo y riesgo,
como el reciclaje, la manufactura o el embalaje de productos, la producción de
alimentos, la venta en mercados, el manejo de combis y mototaxis, el transporte de
mercancías, el trabajo en el campo, el trabajo doméstico y el trabajo en talleres.
Este tipo de trabajos, dependiendo de si se realizan o no «a puerta cerrada» son más
o menos visibilizados.
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estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
En las zonas rurales, en el sondeo de opinión se menciona sobre todo el trabajo como
apoyo en actividades agropecuarias, y en el caso de las niñas, cobran importancia
las menciones al trabajo doméstico en hogares de personas que no son parte de su
familia cercana, lo que es particularmente notorio en las ciudades de provincia y en
las zonas rurales.
Según refieren las autoridades y líderes entrevistados, la participación de los niños en
actividades agropecuarias se da generalmente en el marco de las unidades familiares
campesinas donde este trabajo es percibido por algunas personas como positivo porque
forma parte de un proceso de socialización en el mundo rural. Además este tipo de
trabajo no es visto como muy duro o peligroso, algunos entrevistados incluso consideran
que el contacto con la naturaleza, asociado a esta actividad, podría tener efectos
beneficiosos para los niños. Sin embargo, en las entrevistas a líderes y autoridades
la participación de los niños y niñas en actividades agropecuarias también es vista
en contextos más «empresariales», como algunos complejos agroindustriales de la
costa, donde los niños son los más propensos a ser explotados por la informalidad de
las empresas y por la falta de control de las autoridades.
El trabajo doméstico, realizado generalmente por las niñas, es también mencionado
por los líderes y autoridades entrevistados. Para ellos es una actividad menos visible,
pues a diferencia de las actividades que se realizan en la calle, el trabajo doméstico
se realiza a puerta cerrada, lo que dificulta la aplicación de medidas de control por
parte de las autoridades. Los entrevistados señalan también que este trabajo está
asociado a la costumbre arraigada del madrinazgo aceptada por los padres de las niñas,
por medio de la cual la niña aparece como una «protegida» a la que el empleador,
o la empleadora, «ayudará» a educar. En muchos casos este empleador es la propia
maestra o alguna autoridad local, lo cual hace más complejo el problema.
Puede decirse, en general, que existe una visibilidad diferenciada del trabajo infantil
según regiones y género (niño o niña) del menor de edad que trabaja, y que además
persiste una menor percepción de las actividades realizadas por las niñas, pues las
personas encuestadas opinan que hay más niños que niñas que trabajan, lo que puede
deberse a una menor visibilidad de las actividades domésticas que con mayor frecuencia
realizan las niñas, que muchas veces no son consideradas trabajo.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
Visibilidad de las peores formas de trabajo infantil
Con excepción de la explotación sexual de menores de edad, las peores formas
de trabajo infantil no aparecen mencionadas con mucha frecuencia, de manera
espontánea, por las personas encuestadas en las localidades estudiadas.
Tabla 2
PORCENTAJE DE PERSONAS ENTREVISTADAS QUE HAN VISTO EN EL ÚLTIMO AÑO NIÑOS Y NIÑAS QUE REALIZAN
LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES
porcentajes verticales
Dominio
Actividades
Total %
Lima y
Callao
Nivel socioeconómico
Interior
Urbano
Interior
Rural
A/B
C
D/E
niños o niñas que trabajan en actividades
peligrosas o de mucho riesgo para su salud
57,1
56,9
60,8
32,6
58,1
62,2
53,2
explotación sexual de niños o niñas
54,6
57,7
55,2
11,6
60,3
63,5
47,0
Gente que se lleva o trae niños o niñas de otras
zonas para trabajar
49,0
51,1
48,5
27,1
56,1
56,1
42,6
niños o niñas que trabajan como sirvientes sin
pago
45,4
44,5
47,5
42,2
43,6
47,6
45,3
niños o niñas que venden drogas
32,5
39,7
24,0
3,6
38,8
36,0
27,6
niños o niñas que transportan contrabando
16,6
18,5
15,3
3,4
22,2
17,1
14,2
Entre los trabajos que definitivamente son considerados peligrosos para los niños,
los líderes y autoridades entrevistados mencionan el trabajo en minas, los lavaderos
de oro, la extracción de madera y el trabajo en canteras o ladrilleras. Algunos
entrevistados incluyen en este grupo al trabajo doméstico, debido a la facilidad con
que pueden aparecer situaciones de explotación y servidumbre.
Otras prácticas peligrosas que aparecen con frecuencia en las entrevistas a líderes y
autoridades son la explotación sexual de menores de edad y el tráfico de niños ligado
a la explotación laboral. En ambos casos, el problema se agrava aún más debido a que
las autoridades no comprenden el tratamiento legal de estos delitos. Esto es claro, por
ejemplo, al observar los límites poco claros entre la «prostitución» y la «explotación
sexual» de menores de edad, para muchas de las personas entrevistadas.
Los líderes y autoridades entrevistados consideran que el trabajo infantil es un
fenómeno que afecta a todo el país y que está asociado a la pobreza en la que viven
muchas familias. Sin embargo, pese a que en comparación con la capital los problemas
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estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
económicos pueden ser más agudos en las ciudades de provincia, se considera que en
Lima las condiciones laborales son más duras para los niños. El tamaño de la ciudad
capital haría mucho más difícil que se ejerza algún tipo de control sobre las condiciones
en las que trabajan los menores de edad. Esta percepción del problema por parte
de los líderes y autoridades es coherente también con los resultados del sondeo de
opinión, pues es en las ciudades, y especialmente en Lima, donde la visibilidad de
actividades consideradas como peores formas de trabajo infantil es mayor.
Del mismo modo, en los resultados de la encuesta se observa que la visibilidad de las
peores formas de trabajo infantil se da entre personas de mayor nivel educativo y
socioeconómico. Es probable que el mayor acceso a medios de información que tiene
este grupo de personas influya en una mayor percepción de este tipo de prácticas.
Fotografía: OIT-IPEC
Finalmente, hay que señalar, de acuerdo a los análisis realizados, que en general la
percepción y visibilidad del trabajo infantil es una variable que guarda poca relación
con las características personales de las personas entrevistadas, y, por otro lado, que
dicha visibilidad tampoco parece influir mucho en las actitudes que se tienen hacia
el trabajo infantil.
10
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
Tabla 3
Y ¿CREE USTED QUE EL TRABAJO DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS TIENE CONSECUENCIAS MUY POSITIVAS,
POSITIVAS, NEGATIVAS O MUY NEGATIVAS EN LOS SIGUIENTES ASPECTOS?
porcentajes horizontales
Respuestas
Aspectos
el desarrollo de la personalidad
la formación de valores morales
el desempeño escolar
la salud y la seguridad
Muy
positivas
Positivas
Negativas
Muy
negativas
No precisa
2,2
1,6
0,9
0,6
37,0
32,5
12,4
9,4
44,1
49,3
67,9
72,0
8,6
9,0
16,1
14,8
8,1
7,6
2,7
3,2
Total %
100,0
100,0
100,0
100,0
Consecuencias y justificaciones del trabajo infantil
En el sondeo de opinión se incluyó una serie de preguntas destinada a explorar las
percepciones y actitudes de la población respecto de las consecuencias que tiene el
trabajo en los niños y niñas, es decir, si hay una tendencia a considerar que el trabajo
acarrea consecuencias negativas o si, por el contrario, desde el punto de vista de las
personas encuestadas, el trabajo tiene efectos positivos en los menores de edad. La
idea es que una percepción más o menos crítica de las consecuencias del trabajo infantil
podría ampliar o reducir los umbrales de tolerancia del mismo. Los resultados de la
encuesta indican que la mayor parte de las personas percibe que el trabajo infantil
trae una serie de consecuencias negativas para los niños y las niñas, especialmente
por la pérdida de oportunidades educativas y porque el trabajo los puede exponer a
situaciones de riesgo físico, psicológico o moral.
Esta percepción de las consecuencias negativas es consistente con la opinión acerca de
la edad más adecuada para el inicio de la actividad laboral, que en promedio resulta
ser 16,3 años, una edad mayor a la edad límite legal fijada en el Perú (14 años). Sin
embargo, las opiniones parecen entrar en contradicción cuando se pregunta por las
situaciones que justifican que un niño menor de 14 años trabaje, pues solo un 29%
señala que no habría circunstancia alguna que lo justifique mientras que para el
60% de los entrevistados, la principal razón por la cual los niños y niñas tienen que
trabajar son los problemas económicos de las familias. Existe la idea de que se trata
de un fenómeno inevitable ya que muchas familias se encuentran en una situación de
precariedad tal que todos sus miembros, incluyendo a los niños y a las niñas, deben
contribuir a la economía de su hogar.
11
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estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
Entre los líderes y autoridades entrevistados, más allá de algunos posibles efectos
positivos que puedan relacionarse con el trabajo infantil (como aprender a ser
responsables, aprender el valor de las cosas, obtener dinero, etcétera), la percepción
general es que los peligros no compensan los pocos beneficios que se pueden obtener.
Como consecuencias negativas, se menciona en primer lugar que el trabajo puede
afectar la salud de las niñas y los niños, sobre todo si se trata de trabajos que les
exigen un esfuerzo que excede a sus capacidades o durante un número excesivo de
horas de trabajo, los lugares de trabajo insalubres y el clima extremo. Además, se
señala que en estas situaciones podrían ser víctimas de violencia de todo tipo, ya sea
por parte de extraños o de sus propios padres. Otro efecto negativo mencionado es
la pérdida de la niñez que enfrentan los niños y niñas que trabajan, pues se les obliga
a crecer rápidamente y a asumir responsabilidades de adultos, dejando de lado las
actividades propias de la niñez como el estudio y el juego.
Pese a los muchos peligros y pocos beneficios del trabajo infantil, hay tres situaciones
que según algunos de los entrevistados podrían justificar el trabajo infantil. La primera
es la necesidad económica extrema, sobre todo en casos de abandono u orfandad. En
segundo lugar, cuando se trata de un «trabajo formativo», como el aprendizaje de una
actividad u oficio en el taller o comercio familiar, que está asociado a un periodo de
aprendizaje de sus futuras responsabilidades y, en muchos casos, no se define como
trabajo sino como «apoyo familiar». Finalmente, el trabajo infantil también podría
justificarse, según los líderes y autoridades entrevistados, cuando las actividades en
las que participan los niños y niñas no implican mayores esfuerzos físicos.
Los resultados del sondeo de opinión indican, por otra parte, que pese a que se
reconoce que cuando los niños y niñas trabajan están expuestos a consecuencias
negativas para su salud y su educación, un grupo importante de personas opina que
el trabajo puede tener efectos positivos en la formación de determinados valores y
en el desarrollo de la personalidad de los menores de edad. Esta opinión de que el
trabajo puede tener algunos efectos «formativos» y «pedagógicos», que como se ha
visto aparece también en las entrevistas a autoridades y líderes, resulta estar bastante
difundida y estaría asociada al hecho de que tanto el ser responsables como el ser
trabajadores en general, más allá de que se trate de niños, niñas, adolescentes o de
adultos, son valores sociales muy importantes para la gente. El 84% de los entrevistados
considera que «la responsabilidad» es uno de principales valores que deben aprender
los niños en el hogar, y el 41% sostiene lo mismo respecto del hecho de «ser muy
trabajador». Esto no significa que las personas que piensan que el trabajo es un valor
12
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
importante necesariamente crean que los niños y las niñas deben trabajar, indicaría
más bien que el trabajo en general es visto como un valor positivo en la sociedad y
que, en el caso de los menores de edad, puede tener una dimensión formativa en la
medida que el esfuerzo personal permite alcanzar metas en la vida.
Para quienes consideran la existencia de esta dimensión formativa del trabajo en
los niños y las niñas, debería ser muy regulado, restringido a actividades ligeras,
o circunscrito al ámbito familiar (como los niños que ayudan atendiendo negocios
familiares, bodegas o tiendas). Además, en algunos casos, se considera que el trabajo
puede ser la mejor opción que pueden seguir los menores de edad, en particular los
adolescentes, en lugar de participar en pandillas o en actividades delictivas.
Tabla 4
POR LO QUE USTED SABE O HA OIDO HABLAR, ¿QUÉ BENEFICIOS OBTIENE EL NIÑO O LA NIÑA DE SU
PROPIO TRABAJO?, SEGÚN NIVEL SOCIOECONÓMICO Y DOMINIO DE ESTUDIO.
porcentaje de respuestas múltiples, no suman 100%
Dominio
Respuestas
se vuelve responsable hacia la familia
Gana dinero
aprende un oficio
desarrolla su autoestima
ninguno
no sabe / no responde
Niveles socioeconómicos
Total %
Lima y
Callao
Interior
Urbano
Interior
Rural
48,0
45,6
32,9
15,4
8,7
1,6
51,2
47,3
33,8
16,7
7,4
1,6
41,8
42,8
30,4
12,7
11,8
1,4
52,1
43,3
39,6
17,3
3,7
3,0
A/B
46,0
40,0
29,9
18,4
15,6
2,2
C
48,7
47,1
29,4
13,8
8,7
1,1
D/E
48,1
47,0
35,9
15,3
6,5
1,8
Los valores sociales que tiene el trabajo pueden motivar a muchas personas a pensar
que, a la larga, no tendría consecuencias perjudiciales en las oportunidades de los niños
y las niñas para progresar en el futuro. Más del 45% de las personas entrevistadas opina
incluso que los niños o las niñas que trabajan pueden tener mejores oportunidades de
progresar en la vida que los que no lo hacen. Esta percepción del trabajo, considerado
como un valor social importante, puede relativizar las consecuencias negativas que
tiene el hecho que niños o niñas tengan que trabajar. Esto resulta ser más marcado
entre grupos sociales cuya sobrevivencia cotidiana depende mucho de maximizar el
trabajo familiar, incluyendo el de niños y niñas, en actividades generalmente de muy
baja productividad y remuneración.
13
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estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
Tabla 5
IMAGINE A DOS NIÑAS, UNA QUE TRABAJA Y OTRA QUE NO TRABAJA, ¿QUIÉN DIRÍA USTED QUE TIENE
MÁS OPORTUNIDADES DE PROGRESAR EN LA VIDA: LA NIÑA QUE TRABAJA O LA NIÑA QUE NO
TRABAJA?
porcentajes verticales
Dominio
Respuestas
la niña que trabaja
igual ambas
la niña que no trabaja
ns/nr
Total
Niveles socioeconómicos
Total %
Lima y
Callao
Interior
Urbano
Interior
Rural
46,3
15,0
34,9
3,8
100,0
43,2
12,0
39,6
5,2
100,0
47,4
21,0
29,7
1,9
100,0
75,7
10,1
14,1
0,1
100,0
A/B
C
D/E
27,8
13,3
54,6
4,3
100,0
41,3
14,8
37,9
6,0
100,0
55,6
15,9
26,3
2,2
100,0
Tabla 6
IMAGINE A DOS NIÑOS, UNO QUE TRABAJA Y OTRO QUE NO TRABAJA, ¿QUIÉN DIRÍA USTED QUE
TIENE MÁS OPORTUNIDADES DE PROGRESAR EN LA VIDA: EL NIÑO QUE TRABAJA O EL NIÑO QUE NO
TRABAJA?
porcentajes verticales
Dominio
Respuestas
Fotografía: Alejandro Balaguer / Niños del Milenio
el niño que trabaja
igual ambos
el niño que no trabaja
ns/nr
Total
14
Niveles socioeconómicos
Total %
Lima y
Callao
Interior
Urbano
Interior
Rural
47,1
14,9
34,0
4,0
100,0
44,4
11,9
38,1
5,6
100,0
47,7
21,2
29,5
1,7
100,0
76,4
9,5
14,1
100,0
A/B
C
D/E
31,7
12,2
51,8
4,3
100,0
41,9
15,3
36,9
5,9
100,0
55,6
15,8
25,9
2,7
100,0
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
Umbrales de tolerancia
Con la finalidad de resumir en un indicador los niveles de tolerancia del trabajo infantil
en la población bajo estudio, se construyó un índice de tolerancia sobre la base de
las siguientes variables:
– Las opiniones de las personas encuestadas acerca de qué tan bueno o malo es que
un menor de 14 años trabaje.
– Las opiniones de las personas encuestadas acerca de las circunstancias que
justificarían que un hijo suyo, menor de 14 años, trabaje.
– Las posiciones respecto de las consecuencias del trabajo infantil.
La distribución del índice en la población objetivo indica que una clara mayoría de
personas tiene bajos niveles de tolerancia al trabajo infantil, aunque un tercio de
ellas evidencia niveles entre medio-altos y altos.
Las principales características de las personas con menores niveles de tolerancia frente
al trabajo infantil, son marcadamente distintas de aquellas con mayores niveles de
tolerancia. Entre los menos tolerantes, hay más mujeres que hombres; pertenecen
sobre todo a niveles socioeconómicos medios o altos; una alta proporción de ellos tiene
Gráfico 1
15
t r a b a j o i n fa n t i l
estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
niveles educativos superiores; y en promedio ingresaron al mercado laboral entre los
16 y 18 años de edad. En contraste, las personas que se muestran más tolerantes al
trabajo infantil son sobre todo hombres; pertenecientes a niveles socioeconómicos D
y E; una alta proporción tiene niveles educativos inferiores a la secundaria completa;
ingresaron al mercado laboral entre los 13 y 15 años de edad; y son de mayor edad
que los otros grupos. Además, en comparación con los menos tolerantes, entre los
más tolerantes hay una mayor proporción de personas que tienen hijos adultos, que
viven en zonas rurales y que se identifican como quechuas.
Tabla 7
PERFIL DE LAS PERSONAS DE ACUERDO A SUS NIVELES DE TOLERANCIA DEL TRABAJO INFANTIL
porcentajes verticales
Indice de tolerancia del trabajo infantil
Características del entrevistado
Total %
Nula
Baja
Media alta
Alta
Dominio de estudio
lima y callao
60,6
56,0
66,2
58,6
51,5
ciudades del interior
34,5
42,7
30,6
34,2
34,4
Zonas rurales - sierra
4,9
1,3
3,2
7,3
14,1
Sexo del entrevistado
mujer
51,8
54,0
56,1
43,3
47,3
Hombre
48,2
46,0
43,9
56,7
52,7
Niveles socioeconómicos
a/b
16,7
25,9
17,0
12,4
6,5
c
33,4
35,2
36,4
29,6
26,0
d/e
49,8
39,0
46,6
58,0
67,5
Identificación étnica
mestizo
56,7
67,7
56,3
52,2
45,5
Quechua
20,0
9,2
17,6
27,2
36,2
blanco
4,0
5,6
3,8
3,7
2,8
negro / mulato / zambo
3,3
5,2
4,3
0,8
0,7
de la amazonía
3,1
3,4
3,3
3,0
2,5
aymara
1,4
0,2
1,3
2,2
2,3
otro
5,1
2,8
6,8
3,9
5,6
no sabe / no responde
6,3
5,9
6,6
7,1
4,5
Nivel educativo
primaria o menos
14,1
5,7
13,6
13,8
32,7
secundaria incompleta
12,2
4,8
14,0
16,0
12,1
secundaria completa
44,6
46,6
43,5
48,7
36,9
superior
29,1
42,9
28,9
21,5
18,3
Tiene hijos
no
27,8
26,7
28,4
30,3
22,4
sí, menores de edad
56,9
59,7
56,8
57,9
49,9
sí, sólo mayores de edad
15,3
13,7
14,8
11,8
27,7
16
Edad a la que comenzó a trabajar (promedio)
16,1
17,9
16,4
15,2
13,2
Edad del entrevistado (promedio)
37,7
36,7
37,1
37,4
43,0
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
Según los análisis realizados, la tolerancia al trabajo infantil estaría asociada a tres
factores principales:
En primer lugar, el factor socioeconómico que obliga a ciertas familias pobres o que
habitan zonas de extrema pobreza, como las rurales, a maximizar el uso de su fuerza
laboral para sobrevivir y, por lo tanto, justifica como inevitable que los niños y niñas
tengan que trabajar.
En segundo lugar, el factor cultural, que asocia el trabajo en general con valores
positivos, de forma tal que el trabajo podría tener efectos provechosos en el desarrollo
«moral» y en la madurez de los niños, al enseñarles a ser responsables contribuyendo
con su familia. Este factor cultural se refuerza por las experiencias tempranas de
trabajo infantil (cuanto más joven empezó a trabajar, se es más tolerante al trabajo
infantil) pero está sujeto a cambios generacionales: las personas más jóvenes tienen
menores umbrales de tolerancia al trabajo infantil. En el cambio de actitudes hacia
posiciones menos tolerantes frente al trabajo infantil puede intervenir también el
acceso a mayores niveles educativos de la población.
El tercer factor tiene que ver con los roles de género: las mujeres por lo general
son menos tolerantes al trabajo infantil que los hombres. Los roles tradicionales
de cuidado que la sociedad le asigna a las mujeres en la familia pueden contribuir
a una mayor sensibilidad frente a los riesgos que existen para los niños y niñas que
trabajan. En cambio, los roles tradicionales masculinos, vinculados con la provisión
de recursos para el hogar, favorecerían una actitud más tolerante frente al trabajo
infantil, asociándolo con valores positivos como la responsabilidad hacia la familia,
que relativizan los efectos negativos en los niños.
Si bien predomina una imagen negativa del trabajo infantil y buena parte de las
personas encuestadas se encuentra en los niveles de baja o nula tolerancia, esta
posición crítica mayoritaria tiene ciertos matices importantes.
En primer lugar, para la mayoría de los entrevistados (casi el 70%), existen circunstancias
en el país que justifican que los niños y niñas tengan que trabajar, especialmente
para ayudar a sus familias cuando los padres no pueden cubrir los gastos del hogar.
La existencia y persistencia del trabajo infantil es vista como un mal inevitable dadas
las condiciones en las que viven las familias de menores ingresos.
17
t r a b a j o i n fa n t i l
estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
En segundo lugar, para gran parte de la población, el trabajo y el ser alguien trabajador
es un valor social sumamente positivo. Ello contribuye a relativizar hasta cierto punto
las consecuencias negativas del trabajo de los niños (en la educación, la salud o la
moral), como se vio antes, ya que el tener una actividad para obtener ingresos y así
ayudar a su familia es visto como una experiencia pedagógica positiva que enseña la
responsabilidad y contribuye a la madurez de los menores de edad. Si bien ello no
lleva a justificar en absoluto las peores prácticas de trabajo infantil, para un grupo
relativamente importante de la población —que se puede estimar en un tercio de
la misma— el trabajo infantil es tolerable en la medida que puede traer beneficios
a los niños, ya sean «morales» (responsabilidad, madurez, orgullo) o materiales
(ingresos).
La tolerancia en zonas rurales
Algo que resalta claramente en los resultados de la encuesta es la marcada diferencia
de las percepciones respecto del trabajo infantil entre zonas urbanas y rurales. En
estas últimas los niveles de tolerancia frente al trabajo infantil son mayores: 32% de
los entrevistados tienen altos niveles de tolerancia en esta zona, frente al 10% de
los entrevistados de las ciudades. Por otro lado, solo el 44% de los entrevistados en
zonas rurales señala que el trabajo tiene consecuencias básicamente negativas para
niños y niñas, mientras que el 72% de entrevistados en zonas urbanas opinan en ese
sentido. Ello es un indicio de percepciones distintas y de la diferente naturaleza de
las actividades que realizan los niños y niñas y que son consideradas como trabajo en
zonas rurales. En efecto, una explicación para estos contrastes radicaría en el hecho
de que las actividades realizadas por los niños y las niñas en zonas rurales son muy
diferentes a las de las zonas urbanas, tanto en su naturaleza como en el ámbito en
que se realizan. El trabajo infantil en zonas rurales está más circunscrito y controlado
dentro de espacios familiares. Ello, sumado a los mayores niveles de pobreza que
caracterizan estos ámbitos sociales, puede explicar que el trabajo infantil sea visto
como más necesario y justificable, con consecuencias menos graves para los menores
de edad y, por lo tanto, más tolerable socialmente.
Desde la percepción de los líderes y autoridades entrevistados, en las zonas rurales
existe una menor variedad de actividades laborales en las que participan niños y niñas.
Generalmente se restringen al trabajo agropecuario, apoyando a sus familias en el
cuidado de la chacra o los animales, o realizando labores domésticas en sus casas. Ello
18
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
implica que podría considerarse que los niños y las niñas que trabajan en zonas rurales
se encuentran menos expuestos a las consecuencias negativas del trabajo porque lo
realizan dentro de un contexto mucho más controlado por la familia, a diferencia
del trabajo callejero en las ciudades, por ejemplo. Algo que puede reforzar esta
impresión es la menor visibilidad de las peores formas de trabajo infantil, mostrada
en las zonas rurales. A pesar de ello, una de las actividades más mencionadas en las
zonas rurales es el trabajo doméstico de las niñas en hogares de personas que no son
su familia cercana, actividad que acarrea situaciones de riesgo.
Acciones e instituciones frente al problema
Para la población encuestada el trabajo infantil aparece como un fenómeno muy
difundido que viene incrementándose a lo largo del tiempo: 66% piensa que hay más
niños y niñas que trabajan que hace un año y 60% piensa que en cuatro años habrá
más menores de edad trabajando que hoy en día. Puede decirse entonces que hay
una percepción pesimista de la evolución futura del problema.
Existe también un amplio consenso entre la población encuestada acerca de la
importancia del problema (90% lo considera importante o muy importante), el 91%
señala que el Estado debería realizar acciones destinadas a eliminar el trabajo
infantil. Sin embargo, es poco lo que se conoce acerca de la acción del Estado frente
al problema: solamente un 14% de los entrevistados ha oído hablar de programas
gubernamentales destinados a enfrentar los problemas de los niños y niñas que
trabajan; el 90% señala que las autoridades dan poca importancia a los derechos de
los niños y casi el 95% de los entrevistados considera que las autoridades dan poca o
ninguna importancia a los problemas del trabajo de los niños y las niñas en el Perú.
De acuerdo con el Convenio núm. 182 de la OIT, la expresión ‘peores formas de trabajo
infantil’ abarca: a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud,
como la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el
trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para
utilizarlos en conflictos armados; b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para
la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas; c) la utilización, el
reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la
producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales
pertinentes, y d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo,
es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños (trabajo peligroso).
19
t r a b a j o i n fa n t i l
estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
Las autoridades y líderes entrevistados manifiestan una alta sensibilidad a la
problemática del trabajo infantil y comparten el principio de que los niños no deben
trabajar, pero a pesar de ello subsiste una actitud fatalista: se trata de un problema
inevitable y que va a empeorar en el futuro porque no se ve que las principales
autoridades del Estado otorguen debida importancia a la creación y preservación de
un espacio y un momento en la vida para que los niños y las niñas crezcan libres de
las preocupaciones por la sobrevivencia cotidiana.
Las instituciones más asociadas con programas o acciones orientados a la prevención
y erradicación del trabajo infantil o a la protección del adolescente que trabaja son
las Defensorías Municipales del Niño y el Adolescente (Demuna) y las Organizaciones No
Gubernamentales. Se trata de organizaciones que trabajan y enfrentan los problemas
del trabajo infantil desde iniciativas locales y en contacto cercano con la población.
Sin embargo, la impresión que dejan los resultados de la encuesta, sobre todo si se
complementa con la mirada que proporcionan las entrevistas a líderes y autoridades
locales, es la poca prioridad que parece tener la problemática del trabajo infantil en
el marco de políticas de Estado de alcance nacional.
La impresión general es que las iniciativas que se despliegan están poco articuladas
y carecen de marcos programáticos y estratégicos comunes. Más allá de algunos
programas que impulsa el Mimdes, como el de Educadores de la Calle o las Demuna, no
se percibe que otras instancias del Estado central implementen programas o políticas
claras respecto a los problemas del trabajo infantil. No se llega a identificar programas
del Gobierno que vayan en esa dirección. Tampoco se cree que los gobiernos regionales
realicen actividades para afrontar el problema. Según las autoridades y líderes locales
entrevistados, las acciones que se realizan se limitan a la elaboración de registros
de niños y niñas que trabajan en la localidad y charlas de sensibilización en algunos
centros educativos. Las experiencias de programas de municipalidades distritales para
eliminar el trabajo de los niños y niñas de la calle fracasan debido a su aislamiento,
pues el trabajo infantil se reduce en un distrito, pero se traslada a otro.
Además, las acciones emprendidas frente al problema del trabajo infantil son
actividades limitadas por los escasos recursos, la falta de personal o su excesiva
rotación, el mínimo compromiso por parte de los practicantes, el desinterés de las
autoridades, la situación de «orfandad» frente al Estado, las leyes que no se aplican o
no se entienden, etcétera. A ello se agrega la falta de capacitación adecuada en el tema
de trabajo infantil, muestra de ello es que la capacitación del personal de las Demuna
depende de las alianzas que se establezcan con ONG, otras Demuna o ministerios.
20
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
Esta situación explicaría que para un grupo importante de autoridades y líderes de
opinión entrevistados, la erradicación de trabajo infantil es muy difícil de conseguir,
por lo que no queda otra alternativa que ayudar a mejorar las condiciones en las
cuales trabajan los niños y las niñas. Se tiene entonces una visión pesimista entre
quienes trabajan el tema: es muy difícil erradicar el trabajo infantil porque hay
problemas económicos en el país, por los escasos fondos que provee el Estado, porque
las leyes no se cumplen y hay un desinterés notorio por parte de las autoridades;
por lo tanto, al menos se puede empezar mejorando la situación de trabajo de los
niños y niñas.
En el análisis de la posición de los líderes y autoridades locales entrevistados frente
a la erradicación del trabajo infantil, se puede apreciar diversos matices entre dos
extremos: por un lado, opiniones más favorables a la erradicación; por el otro,
aquellas que consideran que se trata de una realidad inevitable y lo que hay que
hacer es mejorar las condiciones en las cuales trabajan los niños y las niñas. Entre
estas diversas posiciones se tiene:
– Los que están a favor de la erradicación del trabajo infantil, tanto de niños como
de adolescentes.
– Los que proponen la erradicación del trabajo de menores de 14 años, pero no del
realizado por los adolescentes, siempre que los trabajos de estos últimos sean
trabajos formativos y en condiciones que no atenten contra su salud e integridad
moral.
– Los que consideran que la erradicación es parte de un proceso que comienza con
la erradicación de las peores prácticas y la mejora de las condiciones actuales de
trabajo de niños, niñas y adolescentes.
– Los que están a favor del mantenimiento del trabajo infantil para evitar que el
niño o la niña realice actividades ilícitas o de ocio.
– Los que consideran que el trabajo es un derecho de los niños y las niñas.
En la posición de una erradicación total del trabajo infantil se ubica al Estado peruano.
Esta posición es compartida por algunos representantes de los medios de comunicación
locales de las ciudades donde se hicieron las entrevistas. Sin embargo, la mayoría de
los entrevistados se ubica en posiciones intermedias, ya sea aceptando el trabajo de
los adolescentes o viendo la erradicación como un proceso.
21
t r a b a j o i n fa n t i l
estudio de opinión pública en el perú . . . . . . . . . . . . .
Entre las acciones e instituciones que actúan frente al problema del trabajo infantil,
es necesario también reflexionar acerca de la participación de la escuela, pues esta
debería jugar un rol importante en la prevención del trabajo infantil. Sin embargo, la
percepción de las autoridades y líderes de opinión entrevistados es que los problemas
por los que atraviesa el sistema educativo limitan seriamente sus potencialidades en
esta área. Además consideran que la escuela en zonas urbanas no se ha adaptado a
los niños y niñas que trabajan. Por ejemplo, mientras en las zonas rurales los centros
educativos han adaptado sus horarios de acuerdo al calendario productivo, esta
flexibilidad no se ha observado en la zona urbana. Los niños, niñas y jóvenes que
trabajan en las áreas urbanas deben buscar ellos mismos las formas de compensar
los posibles retrasos en su formación.
Sobre el diseño de una campaña para la erradicación del trabajo infantil
Uno de los objetivos del presente estudio ha sido servir de insumo para el diseño de
estrategias de comunicación y sensibilización relacionadas con programas destinados a
la prevención y erradicación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente.
Al respecto es importante señalar que este tipo de acciones comunicativas, si quieren
tener algún tipo de éxito, no pueden basarse en supuestos ingenuos que busquen
«convencer» a los padres de familia de niños y niñas trabajadores para que no
permitan que sus hijos sigan trabajando. En general, en la población hay una muy
clara conciencia de que los niños menores no deberían trabajar, incluso entre quienes
tienen hijos o hijas menores trabajando. Si hay familias donde se presenta el trabajo
infantil no es porque se considere que se trata de algo positivo para los niños y las
niñas, sino porque existe un problema de necesidades urgentes de sobrevivencia que
obliga a buscar maximizar el uso de la fuerza laboral familiar para obtener ingresos.
Un desafío que debe enfrentarse es cómo diseñar una estrategia que no estereotipe
ni culpabilice innecesariamente a las familias de los niños y niñas que trabajan, pues
la gran mayoría de los padres quiere y se preocupa por sus hijos e hijas.
Sin embargo, también es cierto que dada la alta valoración que tiene el trabajo y el
esfuerzo en la población, determinados aspectos del trabajo infantil son vistos como
una experiencia pedagógica positiva. Una pregunta que puede hacerse ante esa
situación es si el Perú, como sociedad, es capaz de encontrar la forma de eximir de
esa responsabilidad a los niños y niñas, por más necesitadas que estén sus familias. La
respuesta a estas interrogantes de alguna manera podría estar asociada al valor que
22
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . resumen del estudio
la sociedad peruana le da a la infancia como momento especial de la vida donde los
niños y niñas desarrollan su personalidad y un conjunto de capacidades, en el marco
de un contexto protegido de las exigencias de la vida adulta y sus responsabilidades.
La tendencia mundial a lo largo del siglo XX e inicios del siglo XXI ha sido la de ampliar
y reforzar la protección de este momento de la vida de las personas. Las actitudes
generalizadas de la población a favor de la protección de la infancia han sustentado
e impulsado estos avances y el Perú no es una excepción. En el caso específico del
trabajo infantil, los menores niveles de tolerancia son también producto de un cambio
cultural generacional: los más jóvenes están menos dispuestos a aceptar que las niñas
y los niños trabajen. Ello de ninguna manera quiere decir que las personas mayores
no quieran a los niños y las niñas o no se preocupen por su bienestar. Más bien quiere
decir que, a lo largo del tiempo, han ido cambiando las nociones acerca de lo que es
propio o no de la infancia, qué se les puede exigir a los niños y qué condiciones deben
crear las sociedades para facilitar su desarrollo integral.
En tal sentido, una estrategia comunicativa puede tener como uno de sus objetivos
reforzar el valor y la prioridad que debe tener la infancia, tanto para las personas en
general como para quienes tienen la responsabilidad de crear las condiciones para un
desarrollo pleno y libre de las capacidades de los niños y las niñas. Si la protección de
la infancia adquiere mayor prioridad colectiva para los ciudadanos, estos exigirán con
más energía que sus representantes políticos y las autoridades le den mayor importancia
en la acción de las instituciones públicas y los recursos que se le destinan.
Es probable que una estrategia comunicativa, además, realice una ponderación más
precisa entre los beneficios que algunos sectores de la población asocian al trabajo
infantil y los efectos negativos que tiene en el desarrollo pleno de los niños y niñas,
así como en la pérdida de oportunidades en el futuro que puede significar para ellos.
Se podría apuntar a reforzar la sensibilidad crítica que ya existe en la mayoría de la
población, de forma tal que la opinión pública se convierta en una fuerza social que
ejerza presión sobre las principales autoridades y líderes políticos del país para que
tomen medidas realistas, articuladas y efectivas en dirección a la erradicación del
trabajo infantil.
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