El bienestar de las aves no compite con la productividad de su granja… … Sino todo lo contrario: cuando las aves tienen condiciones similares a las de su entorno natural, sienten mucho menos estrés, lo cual se refleja en una mejor conversión alimenticia y un óptimo estado sanitario. Tenga en cuenta… Consideraciones generales Los encierros al aire libre son áreas estimulantes para los pollos y las gallinas, pues pueden pasar varias horas al día forrajeando, picoteando, dándose baños de polvo y explorando. Por esto es importante enriquecer esas zonas con árboles, arbustos y plantas herbáceas (sistemas silvopastoriles) que den sombra y provean recursos que beneficien la salud y la actividad de las aves. El forrajeo es un complemento significativo a la dieta de las aves, evita agresiones entre éstas y, a la vez, permite mantener bajos los costos de alimentación. Las quemaduras en los corvejones también pueden prevenirse agregando diaria o semanalmente, según la humedad del lugar, materiales blandos limpios dentro del galpón. Incluir dentro de los encierros exteriores áreas destinadas a los baños de polvo es una forma adecuada para que las aves puedan entretenerse, ayudando a controlar la grasa y los parásitos en las plumas, lo cual, en combinación con el acicalamiento, ayuda a mantener el plumaje en condiciones adecuadas. Permitir que las gallinas se den baños de polvo evita problemas comportamentales, como estereotipias y restricción del acicalamiento. En los encierros interiores, la temperatura y la humedad deben ser controladas para evitar muertes por estrés por calor y reducir las enfermedades derivadas de los altos niveles de amoníaco en el ambiente, como las respiratorias y de la piel. Con el fin de mejorar las condiciones sanitarias dentro de los galpones, pueden instalarse dispositivos de control de humedad y temperatura, así como suministrar materiales blandos para el suelo, mantener y hacer una limpieza constante. De esta forma, la tasa de mortalidad y la incidencia de enfermedades pueden ser reducidas significativamente. Además, es importante tener en cuenta que una de las principales formas para evitar muertes por altas temperaturas en los galpones es a través de bajas densidades poblacionales. Pollos de engorde: Los sistemas que producen pollos de crecimiento lento tienen tasas de mortalidad más bajas que los de crecimiento rápido, pues los pollos son menos propensos a sufrir de cojeras, enfermedades metabólicas y del corazón (en los sistemas de pollos de crecimiento rápido la tasa de mortalidad es de 1% por semana). Actualmente, la mayoría de los sistemas de producción de pollos de engorde tienen una densidad de población igual o mayor a 25 kg por m2 (entre 12.5 a 14 aves por m2), lo que no permite que los pollos expresen su comportamiento natural. Las altas densidades en los galpones limitan el movimiento de los pollos y aumentan la suciedad del suelo, incrementando el contacto de los animales con sus heces y la posibilidad de contraer diferentes enfermedades de la piel (pododermatitis, ampollas en las pechugas y quemaduras en los corvejones). Bajas densidades poblacionales (menor número de aves por m2), buena calidad del suelo y una eficiente ventilación son factores importantes para reducir los niveles de amoníaco (producto de las heces), evitando enfermedades respiratorias, de los ojos y ascitis. Durante el transporte, debe controlarse la temperatura para evitar que los pollos sufran estrés por calor y es de gran importancia reducir al mínimo el tiempo de transporte (menos de dos horas no compromete la salud de los pollos) y las densidades poblacionales deben ser bajas. Así, se evidencia una disminución de la tasa de mortalidad durante esta etapa. Gallinas ponedoras: El recorte de pico puede evitarse adoptando un sistema con prácticas de manejo preventivas. Sistemas con bajas densidades poblacionales, que incluyan áreas de sombrío con baja intensidad de luz y poco ruido, que mantengan tranquilas a las aves, y que tengan ambientes enriquecidos que permitan el forrajeo y los baños de polvo, ayudan a prevenir el picoteo de plumas y el canibalismo. Para evitar problemas comportamentales en las gallinas ponedoras, es importante proveerles un área amplia con los recursos necesarios para que todas puedan construir sus nidos tranquilamente, sin ser interrumpidas por las demás. Adicionalmente, el enriquecimiento ambiental con perchas suficientes y con la elevación adecuada (al menos a una altura de 7 cm del suelo) para cada una de las gallinas, permitirá que éstas se comporten como lo harían en condiciones naturales, reduciendo agresiones y picoteo de plumas. Sistemas con espacio suficiente y bajas densidades poblacionales para que las gallinas puedan ejercitarse, minimizan el riesgo de fracturas de huesos. Diferentes estudios en América Latina han mostrado que los sistemas de pastoreo dan mejores resultados en términos de producción y bienestar, en comparación con los sistemas de piso y jaula. La producción en pastoreo tiene mayor rentabilidad debido a que se produce un mayor número de huevos con una mejor calidad. Un mayor bienestar en las gallinas ponedoras trae, además, un valor agregado al producto, el cual abre posibilidades de competitividad en el mercado.