Conclusiones XVIII Jornadas Técnicas SEAE sobre “Manejo agroecológico del suelo” 23 de septiembre (borrador 2) INTRODUCCIÓN El suelo es un recurso natural no renovable -a una escala temporal humana- y el soporte básico imprescindible para la existencia de ecosistemas terrestres, ya sean naturales o modificados por las actividades humanas. Su naturaleza hace que cualquier proceso de degradación que sufra tenga consecuencias irreversibles en la mayor parte de los casos. Investigaciones recientes han revelado que más del 85% de las tasas anuales medias de pérdida de suelo corresponden a la erosión que tiene lugar durante episodios que pueden ser clasificados como de erosión extrema. En el secano mediterráneo, estos episodios extremos no sólo ocurren durante tormentas de elevada intensidad de lluvia (ejemplo, células convectivas), sino que también tienen lugar durante situaciones invernales de temporal. En estas últimas, el suelo, con frecuencia, se encuentra próximo a la saturación, y basta la ocurrencia de lluvias de baja energía para que se desencadenen fenómenos erosivos de una elevada magnitud. Los datos de campo y resultados experimentales actualmente disponibles muestran que estos episodios erosivos extremos deben ser considerados claves a la hora de evaluar la eficacia de las distintas alternativas de prácticas agronómicas y planes de conservación del suelo, como son los casos de todas aquellas incluidas en los reglamentos derivados de la PAC. En este contexto, destaca que la labranza a nivel (labranza en contorno) se ha revelado como una práctica que no sólo no es efectiva para controlar la erosión hídrica en el secano mediterráneo, sino que intensifica dramáticamente los efectos erosivos que tienen lugar en episodios extremos. Por otro lado, la redistribución del suelo durante las prácticas de laboreo ha sido identificada como un intenso proceso de degradación del suelo (erosión mecánica o erosión por laboreo), que debe ser considerado a la hora de evaluar el impacto de la erosión del suelo sobre la productividad de los campos agrícolas, la calidad medioambiental o la evolución de los paisajes en el secano mediterráneo. ESTADO DE LOS SUELOS EN ESPAÑA Y EL MUNDO, AGRICULTURA SUSTENTABLE Los suelos de España, como los de otros muchos países de la Unión Europea, se encuentran preocupantemente degradados o irreversiblemente perdidos, tanto por su uso milenario como por las prácticas poco sustentables, propias de la agricultura industrial. Si bien existen numerosos datos al respecto, también es cierto que todos ellos adolecen de graves deficiencias metodológicas e incertidumbres. En consecuencia, más que hacer énfasis en unas cifras cuestionables, conviene mostrar sus sesgos y realizar un análisis cualitativo, más que cuantitativo. Del mismo modo, se presentará una clasificación de los diferentes tipos de problemas que afectan a los recursos edáficos. Seguidamente, se abordará el reto que implica una adecuada métrica (“el soporte de la medida”) que ayude a mejorar los inventarios actuales. Existe una creencia generalizada de que la erosión y desedificación de los países mediterráneos ha generado una pérdida y degradación de suelos superiores a las de otros estados europeos. Sin embargo, mostraremos que tal apreciación se encuentra sesgada por diversas razones. De un modo y otro, todos los paisajes padecen degradaciones severas. A continuación, se detallarán las principales amenazas y riesgos actuales, abundando sobre prácticas de conservación que, amparándose en la “etiqueta verde”, resultan ser perniciosas. Haciendo uso de conocimientos etnoedafológicos y etnoagronómicos de diversas regiones del mundo, se demostrará cómo el ser humano es capaz de conseguir una agricultura sustentable en condiciones ambientales inverosímiles. La degradación o pérdida del suelo deviene de la aplicación de unos conocimientos derivados de modelos culturales-productivos que sí resultan ser insostenibles. En los últimos años, el suelo ha sido identificado como el mayor sumidero de carbono en el contexto de su ciclo global, adquiriendo especial importancia las actividades agrícolas debido a su extensión y a las numerosas opciones que presenta para fijar o emitir carbono. En estos sistemas, las emisiones de CO2 producidas por el empleo de maquinaria y por el manejo del suelo determinan los flujos que se establecen entre la vegetación, el suelo y la atmósfera y, por tanto, la cantidad de carbono que puede ser almacenada en este compartimento. En zonas agrícolas, reducir las emisiones de CO2 es sinónimo de aumentar la materia orgánica del suelo. En este sentido, los manejos deben ir encaminados a minimizar la alteración y erosión del suelo, aumentar el retorno de los residuos del cultivo y maximizar el uso eficiente de agua y nutrientes por el sistema. De esta forma, la combinación de varias prácticas de manejo que incidan sobre estos objetivos constituyen las técnicas más óptimas para incrementar el carbono almacenado en el suelo. La adición de restos vegetales al suelo, junto con el no laboreo, son prácticas de doble ganancia, ya que no sólo ayudan a disminuir la concentración de CO2 en la atmósfera, sino que además mejoran el estado nutritivo del suelo y la calidad del medio. CAMBIO CLIMÁTICO EN AMBIENTES MEDITERRÁNEOS La cuantificación de la emisión agrícola de gases de efecto invernadero (GEI) es una tarea urgente, si bien dificultada por el coste de su medición directa y por la propia heterogeneidad de los agroecosistemas, que hace poco fiable el uso de factores de emisión globales para casos específicos. Por tanto se ha creído necesaria una revisión que agrupe cuantitativamente la información existente sobre la emisión de GEI en sistemas agrarios mediterráneos, en función de distintas opciones de manejo. Para ello, se han comparado mediante técnicas de meta-análisis la emisión directa de óxido nitroso (N2O) bajo distintos tipos de fertilización e irrigación, y la tasa de secuestro de carbono bajo manejo ecológico o convencional. La emisión acumulada de N2O (kg N2O-N ha-1 año-1) es un 15% menor para los fertilizantes orgánicos que para los sintéticos (p<0,01, N=23), y el factor de emisión un 18% menor (p<0,05, N=21). Por otro lado, la emisión de N2O en secano es en torno a un orden de magnitud inferior ala de regadío, situándose el riego por goteo en un punto intermedio. Asimismo, los resultados preliminares indican que los suelos bajo manejo ecológico almacenan, como media, un 34% más de carbono (p<0,001, N=52), con una tasa de secuestro media de 1,05 MgC ha-1 año-1 superior ala del manejo convencional (p<0,001, N=30). En suma, los datos apuntan a un gran potencial de mitigación de GEI mediante técnicas de agricultura ecológica en condiciones mediterráneas, aunque aún existe un amplio grado de incertidumbre debido a la limitación en la información disponible. EFICIENCIA ENERGÉTICA: EL CASO DE LOS CULTIVOS EXTENSIVOS DE CEREALES. Desde hace más de veinte años, en la finca “La Higueruela”, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y gracias a un convenio con la Consejería de Agricultura de Castilla - La Mancha, se vienen realizando ensayos tendentes a demostrar que se pueden cultivar cereales y otras especies complementarias, de acuerdo con las normas de producción ecológica, de forma sostenible y rentable. Con la participación, a lo largo de los años, de diferentes investigadores, se han sucedido numerosos experimentos de larga duración, que han estudiado los diferentes aspectos que plantea la producción ecológica en los secanos mediterráneos, buscando respuestas a los problemas más destacables. En este trabajo se han estudiado los aspectos derivados de la eficiencia energética comparando los diferentes sistemas productivos que habitualmente se practican en el estado español, convencional, siembra directa y ecológica con clara diferencia a favor de este último. BASES AGROECOLÓGICAS PARA EL MANEJO DEL SUELO En los últimos años han surgido en nuestro país nuevos modelos de gestión que tratan de minimizar la intensificación de la agricultura industrial -como la agricultura de conservación o la integrada-, sin embargo, se basan en los mismos planteamientos productivistas que la agricultura convencional, aunque “suavizando” técnicas de manejo –mínimo o ningún laboreo en el primero con aporte de restos de cosecha y control biológico más tratamientos químicos más controlados en el segundo-. La complejidad del suelo como sistema, y la aplicación de este conocimiento al diseño de modelos agrarios sostenibles, sólo es abordada de forma integral por modelos de gestión agraria basados en premisas agroecológicas. Para la agroecología, la sostenibilidad del agrosistema depende de las sinergias entre un modelo concreto de uso de los recursos –agricultura tradicional, agricultura ecológica– la diversidad de plantas cultivo y no cultivo, y el funcionamiento continuo de una comunidad macro y microbiana en el suelo, estando estas últimas, como no podía ser de otra manera, sustentadas en la materia orgánica en todas sus formas. Las medidas más relevantes propugnadas por la propuesta de Directiva Europea de Suelos en relación con la protección y uso sostenible del suelo aunque tienen intención de equiparar las políticas de protección del suelo con las existentes en el entorno del agua y la atmósfera, no abordan verdaderamente la causa más importante de la degradación del suelo: la actividad agraria intensiva. En climas secos o semiáridos, los niveles de materia orgánica de los suelos de labranza son, a menudo, muy bajos. Por debajo de unos umbrales determinados, la pobreza de materia orgánica del suelo puede afectar a su funcionalidad y en ocasiones puede conducir a su degradación. En estas condiciones, el aumento de la reserva de materia orgánica puede redundar en mejoras importantes del funcionamiento del suelo más allá de la simple transferencia de nutrientes a los cultivos. La optimización de la funcionalidad de los suelos de labranza es uno de los principales objetivos de la gestión agroecológica. En suelos degradados, la recuperación de la funcionalidad tiene que ver con la reestructuración del suelo y, según parece, este proceso se daría más fácilmente en suelos libres de carbonatos. Los suelos de labranza con carbonatos son muy abundantes en la zona mediterránea y en climas secos y semiáridos, en general. La aplicación de fuentes de materia orgánica exógena constituye una técnica útil para la recuperación de la funcionalidad en suelos muy empobrecidos en materia orgánica. De todas maneras, la aplicación de fuentes de materia orgánica en el suelo puede tener efectos adversos, dependiendo de su calidad y de la dosis de aplicación. En este trabajo se estudian los cambios en la materia orgánica del suelo asociados al uso de enmiendas orgánicas en suelos mediterráneos carbonatados de clima seco y semiárido. Se observa que, tanto la dosis como la calidad de la materia orgánica utilizada, son importantes para la mejora de la calidad suelo. CUBIERTAS VEGETALES Y CONSERVACIÓN DEL SUELO EN EL OLIVAR Numerosos olivares cultivados en el área mediterránea se sitúan en laderas de pendientes moderadas a altas. En este contexto, las cubiertas son estratégicas para evitar la erosión, y su uso se está imponiendo entre los olivareros ecológicos. Sin embargo, también puede tener un efecto adverso sobre la producción de aceituna, principalmente debido al consumo de agua. Dado que el manejo difiere enormemente entre olivareros ecológicos en dos aspectos esenciales: el uso de la vegetación espontánea o de una cubierta sembrada (generalmente, veza); y la forma de control (con incorporación de la cubierta mediante el pase de cultivador u otro apero, o con desbrozadora y abandono de los restos en superficie), es necesario evaluar el efecto de las distintas estrategias de manejo sobre el suelo, el agua disponible para el cultivo y la biodiversidad vegetal. Conocer el impacto de las distintas estrategias es el objetivo de este ensayo de seis años en Deifontes (Granada), que compara, en un diseño en bloques al azar de tres tratamientos con cuatro repeticiones, el efecto de una cubierta de veza manejada con desbrozadora con otra de la misma composición pero incorporada mediante cultivador, y otra de vegetación natural, también incorporada, que suele ser la opción más frecuente entre olivareros ecológicos. En esta comunicación se recoge el efecto de los diferentes manejos sobre la flora silvestre, el contenido del agua y la fertilidad edáfica. AGRICULTURA Y EROSIÓN DEL SUELO EN ESPAÑA Se realiza una revisión del estado de la cuestión de la erosión en suelos agrícolas en España. Para ello, se consulta la base bibliográfica fundamental y se aporta información sobre las mediciones y estimaciones de la erosión en España. Se comparan los resultados de los estudios en suelos forestales con los obtenidos en los suelos agrícolas, y se llega a la conclusión de que son estos últimos los suelos que mayores pérdidas de suelo y aguas presentan. También se apuntan las medidas a tomar para reducir estas pérdidas de suelo. CAMBIOS DE USO DEL SUELO: MANEJO Y SOSTENIBILIDAD DE LOS SISTEMAS AGROSILVOPASTORALES La pérdida de valor de nuestro entorno rural es consecuencia de lo que Zorita (1995) llamaba las cuatro falacias. La primera, la tecnocrática, que presuponía que la administración era capaz de dar respuestas a esta situación, cuando ni las Facultades ni las Escuelas imparten una doctrina acorde con las características y problemas de nuestro medio natural. La segunda, la demográfica, que sacralizaba una línea de pensamiento en la cual el desarrollo económico de un país y la reducción de su población rural son aspectos indisociables: nadie parece percatarse –señalaba Zoritaque en muchas regiones estemos ya por debajo del umbral mínimo de población realmente activa para el mantenimiento del medio natural. La tercera, la contable, convencida de que la renta generada por los sistemas agrarios tradicionales es insuficiente para mantener un nivel de vida digno en el medio rural. Y, la última, la falacia ecológica, que entendía la acción humana enemiga permanente de la naturaleza. Algunas cosas han ido cambiando, pero sigue siendo fácil reconocer el habitual recurso a la cosmética medioambientalista que denunciaba Naredo (1993) en los discursos oficiales, porque el principal lastre es la incapacidad para pensar el futuro fuera del paradigma del crecimiento económico permanente (Harribey, 2004). Los cambios de uso del suelo son componentes básicos del Cambio Global. Más del 63% de la SAU del país quedó declarada Zona Desfavorecida por la PAC. Tras nuestro ingreso en la CEE, se incentivó al abandono agrario no competitivo, y tierras modeladas por el hombre durante siglos quedaron sin horizonte. En tal contexto se mueven hoy los retos de las ingenierías rurales, y debería hacerlo gran parte de la política de I+D. Foros, como el del Programa 21/CENUMAD, subrayan la urgente necesidad de establecer vínculos entre los sistemas tradicionales de usos de la tierra y las aplicaciones de la ciencia y la tecnología. Pero esto requiere la construcción de nuevas aproximaciones científicas en las que se franqueen los muros que separan a muchas disciplinas, (Terradas, 1999). Al eco preocupante de las falacias de Zorita, e intentando traspasar las tentaciones cosméticas, el ponente desarrolla sus experiencias y aproximaciones científicas, durante más de 25 años, en el estudio de los pastos y sistemas agrosilvopastorales de Andalucía Oriental. GANADERÍA ECOLÓGICA Y SOSTENIBILIDAD DE LOS SISTEMAS AGROSILVOPASTORILES La ganadería ecológica es la gran alternativa agropecuaria sostenible del siglo XXI. Autosuficiente, que incorpora el sistema tradicional, garantizando la mejora y conservación ambiental de los sistemas pastoriles españoles. Más de 1.000.000 ha reconocidas, utilizando -bajo el paraguas de una biozootecnia moderna- el pastoreo higiénico y ordenado, con razas autóctonas y locales, junto a una sanidad pecuaria basada en el control y medicina preventiva (manejo sanitario, terapias naturales, bioseguridad e higiene pecuaria), que garantizan el equilibrio animal-medio naturalagentes vivos. La ganadería ecológica es el mejor instrumento que tienen las administraciones públicas para un desarrollo rural competitivo, con múltiples beneficios para los sistemas agrosilvopastoriles: a) mejora la fertilidad del suelo y banco de semillas gracias al redileo/majadeo, y aumenta la diversidad biológica, en términos de biomasa microbiana e invertebrada (moduladora del control biológico natural), junto a los recursos cinegéticos (perdiz roja y liebre); b) previene los incendios forestales, por el ajuste de la carga ganadera y presión de pastoreo, que conlleva a un control eficaz de la biomasa inflamable y a una regeneración uniforme del monte; c) restaura el paisaje rural, al conferir una mayor autonomía biológica y funcional; d) mitiga el cambio climático, al liberase menos gases con efecto invernadero debido al uso del estiércol y técnicas bioecológicas de la cría; e) preserva la cultura agraria, aumenta la demografía rural y favorece la integración de la unidad familiar en el sistema; f) potencia el mercado local mediante un sistema agroalimentario más sustentable, desarrolla un consumo responsable de alta calidad y seguridad alimentaria para la sociedad. MICORRIZAS: SUS IMPLICACIONES EN LA RECUPERACIÓN DE SISTEMAS SUELO-PLANTA DEGRADADOS EN AMBIENTES MEDITERRÁNEOS Las micorrizas, simbiosis hongo-planta omnipresente en todos los agro-ecosistemas, son fundamentales para las plantas ya que les ayudan a captar nutrientes y agua del suelo y les confieren mayor resistencia a estreses ambientales. La mayoría de las especies de plantas forman micorrizas, siendo las “micorrizas arbusculares” las que forman las plantas de interés agronómico, así como las arbustivas, sub-arbustivas y herbáceas propias de ecosistemas naturales, particularmente los mediterráneos. La degradación de los agro-ecosistemas conlleva el descenso de su potencial micorrícico, que hay que recuperar para restaurar el sistema degradado. En el contexto de la agroecología y del manejo sostenible de los ecosistemas naturales, se postuló la utilización de micorrizas para la recuperación de aquellos sistemas suelo-planta que sufren procesos de degradación. En esta ponencia se analiza información experimental que demuestra que las micorrizas: (1) actúan como biofertilizantes y bioprotectores, con implicaciones en agroecología; (2) potencian la resiliencia de suelos y plantas frente a estreses ambientales, exacerbados por el cambio climático (salinidad, sequía, contaminación, enfermedades y plagas, plantas parásitas, invasoras, etc.); (3) propulsan la restauración de áreas degradadas ya que benefician el establecimiento y cobertura vegetal, la calidad bioquímica y microbiana del suelo y su estructura (estabilización de agregados, acumulo de materia orgánica); (4) son factor fundamental para la producción forestal sostenible con lo que cooperan a mitigar emisiones de CO2, fundamentalmente, favoreciendo su secuestro; y (5) son clave para la conservación y restauración de la diversidad florística, con especial relevancia en la flora amenazada y endémica, y su entorno edáfico. TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA DEL COMPOSTAJE DE ALPERUJO EN ANDALUCIA El compostaje de subproductos agrarios para su posterior aplicación en suelos con manejo ecológico constituye una tendencia creciente en Andalucía. El compostaje del alperujo, principal subproducto de la extracción del aceite de oliva en las almazaras andaluzas, implica transformar un subproducto en un recurso del que se pueden beneficiar los propios olivicultores. En este trabajo se indican las actividades de transferencia tecnológica que la Administración andaluza está llevando a cabo desde 2002 para potenciar y extender el compostaje del alperujo. También se describe la metodología empleada para la producción industrial del compost y los beneficios observados en el suelo tras su aplicación en el olivar. La transferencia tecnológica se centra en el asesoramiento sobre el dimensionamiento de las plantas de compostaje, elección del sistema más adecuado y estudio de viabilidad económica, y el cálculo de la mezcla idónea de subproductos orgánicos a ser co-compostados. Además, se han elaborado documentos técnicos descargables desde la web, se celebran jornadas técnicas y visitas a instalaciones en marcha. En cuanto al apoyo financiero, se realizan convocatorias anuales de subvenciones para la construcción de las plantas y adquisición de maquinaria y equipos. Estas actividades han derivado en la creación de un Grupo de Trabajo de intercambio de experiencias, con el objetivo de transferir a los interesados la información existente en este sector. Finalmente, se potencia una retroalimentación con grupos de investigación dirigida a resolver las cuestiones de mayor interés de esta actividad. LA FATIGA DEL SUELO Y DE LOS SUSTRATOS Un fenómeno conocido desde antiguo, y que se ha asociado con mucha frecuencia al monocultivo, es el conocido como “tierras cansadas” o “fatiga del suelo”. Consiste, esencialmente, en una merma progresiva de la producción, que no se corrige abonando más y que no puede imputarse a una enfermedad parasitaria concreta, aunque, a veces, hay microorganismos conocidos como parásitos de debilidad que están asociado al fenómeno. Tres tipos de orígenes se han descrito para la “fatiga” del suelo: • Una fatiga denominada física, debida a las labores culturales. En esencia, consiste en un endurecimiento de la capa del suelo arable. • Una fatiga de origen químico, debida a las sustancias alelopáticas que son producidas por numerosas plantas. • Una fatiga de origen microbiológico, consistente en la acumulación de un organismo que tiene un débil parasitismo, pero, cuando se incrementa su densidad de inóculo, ocasiona mermas en el vigor de las plantas y en la producción final. El fenómeno de las tierras cansadas ha sido observado en numerosos cultivos: trigo, cítricos, manzanos, fresón, apio, tomate, pimiento, y un largo etcétera. También ha sido observado en sustratos para cultivo fuera del suelo. Se abordará con detenimiento el modelo conformado por el cultivo de pimiento en el campo de Cartagena (Murcia). EFECTO DEL CULTIVO DE MAÍZ TRANSGÉNICO SOBRE LA ACTIVIDAD MICROBIOLÓGICA DEL SUELO Las innovaciones tecnológicas en la agricultura van dirigidas a incrementar las producciones y facilitar al agricultor los procesos productivos, superando problemas de plagas, enfermedades, malas hierbas, etc. El monocultivo y la constante aparición de nuevas variedades de semillas son algunas de las vías que se están imponiendo en los medios de producción. Sin embargo, a medida que la tecnología evoluciona, su impacto sobre los microorganismos del suelo continúa siendo una incógnita. Entre los riesgos ecológicos pendientes de evaluar se encuentran aquellos relacionados con la población de microorganismos benéficos del suelo, responsables entre otras cosas, de la fertilidad de los agroecosistemas y equilibrio ecológico. Por todo ello, y con el fin de conocer los efectos del cultivo del maíz transgénico sobre algunos de los habitantes de la rizosfera, se diseñó un trabajo de investigación en condiciones controladas, con el objetivo de evaluar las consecuencias de cultivos sucesivos de maíz modificado genéticamente sobre la actividad microbiológica del suelo. En este estudio se comparó la evolución de las poblaciones microbianas de la rizosfera de plantas de maíz transgénico, inoculadas previamente con hongos MA, con las desarrolladas por plantas de maíz de variedades locales o híbridas, cultivadas en las mismas condiciones. ESTUDIO COMPARATIVO DEL EFECTO DE LA APLICACIÓN DE COMPOST Y VERMICOMPOST DE RESIDUOS DE SUPERMERCADO SOBRE LA FERTILIDAD BIOLÓGICA DE UN SUELO AGRÍCOLA La aplicación de compost y vermicompost constituye una práctica agrícola beneficiosa para mejorar la fertilidad de los suelos. Mayoritariamente, la información existente corresponde a la aplicación de compost y vermicompost procedentes de diferentes residuos orgánicos. Sin embargo, existe poca información sobre el efecto de la aplicación a suelos agrícolas de compost y vermicompost obtenidos, de forma independiente, a partir del mismo residuo orgánico. En este sentido, el objetivo de este estudio de incubación fue evaluar el efecto de la aplicación de compost, vermicompost y una mezcla de ambos, obtenidos a partir de residuos alimenticios de supermercado, sobre la fertilidad biológica de un suelo agrícola. Para ello, y periódicamente, se evaluó la actividad microbiana del suelo mediante el análisis de la producción de CO2, diferentes actividades enzimáticas y la estructura y diversidad de la comunidad microbiana según su perfil lipídico (FAME). Los resultados obtenidos dejaron patente que la aplicación de ambas enmiendas orgánicas mejoró las propiedades bioquímicas (actividades enzimáticas) del suelo, así como la diversidad microbiana presente en el medio edáfico. Sin embargo, no se apreciaron diferencias significativas, a nivel de respiración del suelo, actividades enzimáticas y diversidad microbiana, entre el efecto inducido por la aplicación de vermicompost. Asimismo, la mezcla de ambas enmiendas no aumentó los efectos bioestimulantes inducidos sobre la fertilidad biológica del suelo respecto a la aplicación por separado de ambas enmiendas LEGISLACIÓN Cuando se consideró la protección del suelo como Estrategia Temática de Suelos en el Sexto Programa de Acción Ambiental en 2001, se abrió un amplio proceso de consulta de 2003 a 2005, y se elaboró una propuesta concreta de la Directiva del Suelo por la Comisión Europea en 2006 (COM (2006) 232), que contó con el apoyo del Parlamento Europeo en su primera lectura en 2007. Pero al mismo tiempo se conformó una minoría de Estados miembros en el Consejo Europeo que ha impedido su aprobación. La propuesta de la Comisión del 22 de septiembre de 2006 de Directiva "estableció un marco para la protección del suelo" fue un primer paso positivo hacia el cierre de la brecha dejada por diversas legislaciones (del agua, residuos, productos químicos, prevención de la contaminación industrial, protección de la naturaleza y pesticidas) que protegen indirectamente el suelo, siendo un intento de armonizar la legislación del suelo por vez primera en la UE. La propuesta obliga a los Estados miembros a establecer medidas preventivas de protección, inventariar las principales amenazas de los suelos e identificar las áreas de alto riesgo, y presentar medidas de protección del suelo y estrategias paliativas que tengan en cuenta la dimensión social y económica de las mismas. La Comisión pretende frenar con esa propuesta, el aumento de acciones contra el suelo, la restauración de áreas degradadas, el incremento de la conciencia pública sobre los suelos y conseguir una mayor sinergia entre los distintos ámbitos políticos. También establece inventarios nacionales de los sitios contaminados y la naturaleza flexible de la Directiva, respetando la gran variabilidad de uso de la naturaleza, el uso del suelo y la tierra en los Estados miembros. En la presentación se explica de forma detallada el estado de las propuestas y los avances que se prevén. DIRECTIVA UE DE SUELOS: ¿SENTAR LAS BASES PARA CONSEGUIR MATERIA ORGÁNICA DE CALIDAD?. El suelo es un componente integral indispensable de nuestra existencia. Los servicios que presta van, desde proporcionar una base sólida para nuestras actividades hasta ser la base de la agricultura, hasta de almacenamiento de carbono para mitigar el cambio climático. Este fundamento es cada vez más débil con las innumerables amenazas antropogénicas inducidas a los que debe enfrentarse, tales como el sellado, la compactación, la erosión, la salinización, la pérdida de la capa superficial del suelo, las especies invasoras, la fragmentación, etc. Y, aunque el suelo es generalmente inmóvil, tiene una función muy importante en los asuntos globales, como el cambio climático y la biodiversidad, y en algunos casos, incluso, se desplaza a más de cierta distancia (por ejemplo, mediante disolución en agua o llevado por el viento). “Los suelos sanos producen cultivos saludables que promueven la salud en los animales y en la gente” –esto es lo que remarcan los principios de la agricultura ecológica de IFOAM. Por ello, debemos procurar que se aplique una buena política de suelos en la UE La propuesta de Directiva de Suelos está atascada en los pasillos del Consejo, debido a que unos pocos estados miembros están bloqueando que se avance en su aprobación. LEGISLACIÓN ESPAÑOLA DE SUELOS CONTAMINADOS: NUEVA LEY DE RESIDUOS Y SUELOS CONTAMINADOS La presentación se centra en la legislación desarrollada en materia de suelos contaminados en España, abordando la nueva Ley de residuos y suelos contaminados, recientemente aprobada y en el Real Decreto 9/2005. De acuerdo con los resultados de ensayos de campo llevados a cabo por nuestro grupo de investigación de arroz del IFAPA, las aportaciones nitrogenadas contempladas en las Ayudas Agroambientales de la Producción Integrada de Arroz (145 kg/ha para las variedades tipo índica y 125 kg/ha para las del tipo japónica) se sitúan por debajo (unos 15-25 kg N/ha) de los óptimos técnicos de rendimiento en grano. Ello trae consigo la existencia de un lucro cesante para el agricultor arrocero, que debe ser compensado por las citadas ayudas. En el Reglamento Específico de Producción Integrada de Arroz en Andalucía, sin embargo, se permiten abonados nitrogenados de 180 y 160 kg N/ha, respectivamente, para las variedades tipo índica y japónica. De acuerdo con nuestros resultados de investigación, los abonados fosfóricos suelen sobrepasar las dosis necesarias para obtener el máximo rendimiento, es decir, se podría reducir la cantidad de abonado o su frecuencia de aplicación, sin merma de producción, en una parte significativa de las explotaciones arroceras. En nuestros ensayos sobre producción ecológica, la variedad Bomba, de grano redondo y alta calidad culinaria, se alcanzaron óptimos rendimientos en grano (4256 kg/ha) con dosis de 2000 kg/ha de abonado en forma órgano-mineral (permitido para este tipo de producción), lo que solamente supuso, por hectárea, 70 unidades de nitrógeno y 80 unidades de anhídrido fosfórico. LOS PROGRAMAS DE FOMENTO A LA DEHESA EN ANDALUCÍA Y SU IMPACTO EN LA CONSERVACIÓN DEL SUELO La dehesa es el sistema agrosilvopastoral más representativo en Andalucía, constituyendo una forma de uso de la tierra que posibilita el aprovechamiento forestal, agrícola y ganadero. Los beneficios que aporta su explotación no sólo repercuten en el propietario sino también en el conjunto de la sociedad, aunque la responsabilidad de su mantenimiento descansa exclusivamente sobre aquel. En un intento de paliar esta situación, el gobierno andaluz propuso la inclusión de las dehesas dentro de las medidas agroambientales, desarrollándose dos programas regionales y quinquenales de ayudas. El primero de ellos, al amparo del Reglamento 2078/92, se denominó “Fomento y conservación de la dehesa en Andalucía” (1999- 2003). Su objetivo principal era ayudar a la gestión racional de las explotaciones de dehesa mediante el fomento de diferentes actuaciones. Este trabajo indaga en el grado de protección del suelo que presentaron 19 explotaciones que se acogieron a este programa durante su periodo de ejecución. Los resultados indican que los cambios en la protección del suelo varían entre años debido a las características de cada campaña, aunque, en general, no existe tendencia a un empeoramiento en el grado de protección del suelo. En general, la dehesa es un sistema que presenta una baja erosión y mantiene una importante cobertura de pasto al inicio del otoño. Además, las prácticas de siembras de pratenses y fertilizaciones incentivadas mediante este programa ambiental han mejorado esta protección, al disminuir la frecuencia de laboreo y mejorar la producción de pastos. VALORACIÓN ECONÓMICA DE IMPACTOS DE LA EROSIÓN: ANÁLISIS EN DISTINTAS ZONAS DEL SURESTE ESPAÑOL Los servicios ambientales llevados a cabo por el suelo van mucho más allá de la mera producción agrícola. El suelo es el primer receptor de los residuos urbanos, el filtro natural de las aguas de lluvia; un abastecedor de materia prima en varios procesos industriales; el lugar donde se desarrolla una multitud de procesos físicos, químicos y biológicos indispensables para la vida. Actualmente, España tiene extensas superficies sometidas a procesos erosivos graves o muy graves. Se estima que la cantidad de suelo que anualmente se pierde por erosión es de 1156 millones de toneladas. Los procesos de erosión afectan con especial gravedad a 5.9 millones de hectáreas, donde las pérdidas son superiores a 50 t/ha/año. En España, el fenómeno erosivo se localiza con mayor intensidad en los cultivos leñosos y herbáceos de secano, con unas pérdidas medias de 78.8 t/ha/año y 29.2 t/ha/año, respectivamente. La localización de muchos cultivos leñosos en pendientes por encima de lo que se considera adecuado en una ordenación racional del uso del suelo, provoca alrededor del 70% de la erosión en España. La erosión del suelo causa multitud de efectos negativos. El efecto más conocido y estudiado es la reducción de la productividad agrícola. Este efecto negativo viene definido in situ, dado que afecta directamente a la rentabilidad del agricultor (on-farm effect). Además del efecto en la productividad agrícola, la erosión del suelo produce otros efectos negativos que afectan no sólo a los agricultores sino al conjunto de la sociedad. Ejemplos de estos efectos externos (off-farm effects) a la explotación agraria pueden ser el avance de la desertificación, la pérdida de puestos de trabajos debido a la reducción de la productividad agrícola, la contaminación de los recursos hídricos, la reducción de la biodiversidad, la colmatación de los embalses, el aumento de probabilidad de riadas con efectos devastadores, etc. Considerando que la reducción de los efectos externos de la erosión del suelo beneficiaría más a la sociedad que a los agricultores, es racional pensar que la sociedad tendría que internalizar las externalidades negativas mencionadas, compensando a los agricultores para que reduzcan la tasa de erosión en sus fincas y, así, disminuyan los efectos negativos de ésta. La definición de la cuantía y naturaleza del subsidio es una decisión política en la cual la valoración social de los efectos externos de la erosión es sustancial. Para ello, hace falta identificar y valorar la importancia que la sociedad asigna a los efectos externos de la erosión del suelo. En esta presentación se comentan y valoran distintos métodos de valoración económica de los efectos externos de la erosión.