Editorial: 2014 Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso Climático: una ironía

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editorial
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Ley de Alimentación
Saludable
3
La propuesta de
reglamento del
Minsa incumple
con la Ley 30021
Cifras indiscutibles:
6
8
el Perú es de agricultura familiar
«Es preocupante que
sectores protransgénicos presionen para
que no se cumpla
la Ley de Moratoria».
Entrevista a Luis
Gomero
12
Las consecuencias del
paquete ambiental
Cuando el discurso
se estrella contra la
realidad
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2
2014 Año de la Promoción de la Industria Responsable y
del Compromiso Climático: una ironía
E
n este año, en que la COP 20 se celebrará en el Perú y pende la incierta
amenaza de un fenómeno El Niño, los temas ambientales han subido al tope
de la agenda política. Una razón adicional para ello es el escandaloso
retroceso, en la institucionalidad ambiental, que significa la recientemente
promulgada Ley 30230, de promoción y dinamización de inversiones (ver artículo
de B. Salazar en esta edición).
El desinterés por la cuestión ambiental tiene una larga tradición en nuestra
clase política. La preocupación de la sociedad civil urbana por el tema es reciente,
inducida, en buena medida, por la importante aunque desarticulada reacción de
poblaciones rurales ante la agresión de las industrias extractivas. Todavía la gran
amenaza ambiental para el Perú no es el cambio climático: es la destructiva relación
de los diferentes estamentos de la sociedad peruana con la naturaleza.
Las industrias —no solo las extractivas— contaminan las aguas, pero también
lo hacen los pequeños y grandes conglomerados urbanos. Las prácticas agrícolas
contaminan los suelos y, cuando se realizan en pendientes, contribuyen a su
erosión. La frontera agrícola se expande sobre el bosque amazónico, que —en su
mayor extensión— no es apropiado para la agricultura. La explotación ilegal de
maderas es indetenible y contribuye a la deforestación. Los ríos amazónicos son
contaminados por los químicos utilizados para la producción de cocaína y oro. La
inmensa biodiversidad es amenazada por la expansión del monocultivo y el
probable ingreso de semillas transgénicas. El aire es contaminado por el uso de
combustibles que superan los parámetros permisibles establecidos en otros
países. En fin... Todo esto se sabe pero continúa, de manera más o menos legal,
con mayor o menor complicidad de los sectores público y privado.
Tomemos el caso de la tierra. La erosión de los suelos es un grave problema
en el Perú: de su superficie total, el 31% —cerca de 40 millones de hectáreas—
está afectada moderada o severamente por la erosión. La situación de la sierra y
la costa es bastante más grave: en la primera región, el deterioro alcanza al 56%,
y en la costa, el 45% (en la selva, el 17%)1. Además, está la salinización de la tierra:
a pesar de su gravedad, las cifras sobre salinización de los suelos agrícolas de la
costa datan de... ¡1974!, ¡hace justo cuarenta años! En ese año se estimaba que el
40% de las tierras costeñas estaban salinizadas debido al mal manejo del agua
y el drenaje insuficiente. En las cuatro décadas siguientes la situación debe haberse
agravado más, pues se han hecho varias grandes obras de irrigación, se han
expandido muchísimo los cultivos que hacen uso intensivo de agua —arroz, caña
de azúcar, espárragos—, los sistemas de drenaje no han mejorado sensiblemente
y la introducción del riego por goteo no es suficiente para contrarrestar estas
deficiencias.
El año 2015 será declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional
de los Suelos. Es prácticamente el último año de este gobierno. ¿Hará algo por
aminorar el persistente «terricidio»? Ello es poco probable: ya pasó el Año
Internacional de la Quinua (2013) y los productores quinueros no están mejor;
está pasando el Año Internacional de la Agricultura Familiar y los agricultores
familiares no están mejor. Este gobierno declaró 2014 como Año de la Promoción
de la Industria Responsable y del Compromiso Climático... y en celebración dio la
Ley 30230.
Fernando Eguren
Director
Nota
1
El texto está en línea en <http://bit.ly/1rO49oM>.
LA REVISTA AGRARIA / 164
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