filosofía y libertad de expresión en colombia: una aproximación

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FILOSOFÍA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN
COLOMBIA: UNA APROXIMACIÓN
Trabajo de grado previo a la obtención del título de filósofo
Presentada por:
LUIS ALBERTO FORERO CORCHUELO
DIRECTOR: DIEGO AGUDELO GRAJALES
DIRECTOR DPTO: EVER EDUARDO VELASCO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI
FACULTAD DE HUMANIDADES
CARRERA DE FILOSOFÍA
CALI
VALLE
2014
NORMATIVA
ARTÍCULO 23 de la Resolución No.13 del 6 de Julio de 1946, del reglamento de la Pontificia
Universidad Javeriana.
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus
trabajos de Tesis. Solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católica
y porque la Tesis no contenga ataques o polémicas puramente personales, antes bien, se vea en
ellas el anhelo de busca en ellas la Verdad y La Justicia”
Nota de aceptación:
__________________________________
Diego Agudelo Grajales, PHD.
Director
_______________________________
Victor Julio Romero
______________________________
Jesús María Carrasquilla
Santiago de Cali, 2014.
AGRADECIMIENTOS
La realización de este proyecto en esta etapa de mi vida, fue posible por el apoyo en todo
momento de mi esposa e hijos. Ciento una infinita alegría de haber alcanzado algo que para mí
era un sueño y más cuando fue producto de un esfuerzo y lucha por un camino de la vida que yo
formé y orienté. Fue un tiempo de adquirir conocimiento que fue bien trasmitido por y con la
colaboración de quienes fueron mis profesores en todas las materias, y de quienes siempre
tendré un gratísimo recuerdo. A mi esposa, a mis hijos, a todos mis profesores y en especial a mi
tutor Diego Agudelo, y a los profesores Ever Velasco y Jesús Carrasquilla, un reconocimiento
especial por la colaboración, y comprensión de la situación que se me presentó al final de mi
carrera y en especial cuando estaba preparando este trabajo de tesis. A los jóvenes compañeros de
la carrera y demás facultades con quienes compartí y al conjunto de personas que conforman la
universidad: gracias. Todos ellos hicieron posible la feliz culminación, de un anhelo y sueño
que se convirtió en realidad.
CONTENIDO
Introducción.
La libertad de expresión en la Constitución Política de Colombia.
7-8
8-9
La Opinión pública y la Libertad de expresión en Colombia.
9-11
1 Capítulo
Reflexiones filosóficas y conceptos sobre la libertad de expresión
Antecedentes.
12-13
Edad Antigua.
13-16
Edad Media.
16-18
Edad Moderna.
18-20
Edad Contemporánea.
20-25
2 Capítulo
Libertad de Expresión en Latinoamérica y Colombia.
26-27
Límites a la Libertad de Expresión.
27-30
La Libertad de Expresión en Colombia.
30-36
Conclusiones
37-38
Bibliografía
39-41
“Para que las supremas autoridades del Estado conserven mejor el poder y no haya sediciones, es necesario conceder
a los hombres la libertad de pensamiento y gobernarlos de tal forma que, aunque piensen de distinta manera y tengan
ideas manifiestamente contrarias, vivan en concordia. Es indudable que esta forma de gobernar es la mejor y la que
tiene menos inconvenientes, pues concuerda mejor con la naturaleza de los hombres. En efecto, en el estado
democrático (que es el que más se acerca a lo natural) todos acuerdan actuar según leyes comunes, pero no pensar
igual; es decir, como todos los hombres no pueden pensar y razonar igual, han pactado que lo que recibiera más
votos tuviera fuerza de ley y que podrían cambiar esa ley si encontraban algo mejor. Así pues, cuanta menos libertad
para expresar su opinión se concede a los hombres, más lejos se está de lo más natural, y por tanto, con más violencia
se gobierna” (BARUCH. SPINOZA)
“A fin de ilustrar más completamente el error de negarse a oír a determinadas opiniones porque nosotros, en nuestro
propio juicio, las hayamos condenado, será conveniente que fijemos la discusión en un caso concreto; y elijo,
preferentemente, aquellos casos que son menos favorables para mí, en los cuales el argumento contra la libertad de
opinión, tanto respecto a la verdad como a la utilidad, está considerado como el más fuerte.” (JOHN STUART
MILL)
INTRODUCCIÓN
La Libertad de Expresión, como derecho fundamental que profesa toda persona cuando expresa
sus ideas, no importando si estas son filosóficas, políticas o religiosas, se constituye en una de las
bases de cualquier democracia 1 y está garantizada y respaldada por el apoyo de instituciones
internacionales como la ONU, y también amparada en la Constitución Política en su artículo 20.
Como tal, se constituye en un derecho colectivo e individual, que está relacionado estrechamente
con la libertad de opinar y de informar. Hoy, se nos presenta a todos un nuevo escenario que se
infiere desde el diario vivir y es lo que representan los medios de comunicación, para las
sociedades modernas. Así pues, los medios de información y comunicación, se constituyeron en
un poder que tiene injerencia en los gobiernos de todo el mundo, con unas consecuencias en el
momento impredecibles para los diferentes Estados y para los ciudadanos que han visto cómo en
muchas oportunidades se tergiversan y falsean las noticias.
No obstante, hay que reconocer que el auge de la prensa en el mundo, la ha llevado a
ser considerada como el cuarto poder después de los tradicionales poderes ejecutivo, legislativo
y judicial. Se considera en la historia que el calificativo de cuarto poder ha sido dado por la
sociedad civil como parte de la democracia y con el fin de equilibrar el impacto de los otros tres
poderes y garantizar la libertad, como en su momento lo planteó Montesquieu. Posteriormente, la
creciente y masiva aceptación del internet y la influencia de las redes sociales, dio vida a un
quinto poder, haciendo así una división de poderes entre los medios de comunicación. La prensa
escrita como pionera, y luego la radio y la televisión vieron cómo, a medida que pasaba el tiempo
surgían nuevos inventos que transformarían los medios de comunicación y llegarían a la opinión
pública con una fuerza inusitada debido a su novedad.
Según el filósofo Noam Chomsky, hace doscientos cincuenta años David Hume concluyó
que un gobierno se basa en el control de la opinión. “Cuanto más libre y popular es un gobierno,
resulta necesario controlar la opinión para garantizar el sometimiento a los gobernados. La
población solo puede ser espectadora, pero nunca participante, y siempre se le debe excluir por
completo del escenario económico, que es el centro de lo que sucederá en esa sociedad.” (2012:
147). La historia nos muestra cómo los diversos gobiernos y Estados, buscan la manera de
controlar y someter a los ciudadanos y para ello acuden a veces a medidas represivas y en otras
oportunidades buscan la colaboración de los propietarios de los medios para manipular las
informaciones. Los Estados, siempre en esas condiciones distraen las sociedades de tal forma que
1
Twain, Mark. (2004) Expresó: “Es por la gracia de Dios que, en nuestro país, tenemos esas tres preciosas cosas
impronunciables: libertad de expresión, libertad de conciencia, y prudencia para nunca practicarlas” The Following
the Equator. Connecticut. USA.
7
aparezcan otros aspectos para evitar que los ciudadanos conozcan a fondo la realidad de los
problemas sociales que les aquejan y la búsqueda de las soluciones respectivas.
Son precisamente estos temas los que generan inquietud y por ello debemos incursionar y
preguntar si la filosofía como pionera en el tratamiento y conocimiento de los problemas, debe
aportar a la Libertad de Expresión en Colombia buscando caminos que conduzcan a mejorar la
relación que existe entre los medios de comunicación e información y la opinión pública2. Para
ello, los ciudadanos en general deben conocer y aprender a filosofar y, esos medios se deben
preocupar más por trasmitir en sus informaciones conocimiento y dejar a un lado la información
ligtht. Para lograr lo propuesto hemos de conocer el aporte y concepto de los pocos filósofos
colombianos que han opinado sobre el tema, como Estanislao Zuleta, Luis Ríos P, Fernando
Mejía, y la contribución al respecto del filósofo lingüista estadounidense, Noam Chomsky.
Entonces, trataremos el tema de la Libertad de Expresión, vista desde la perspectiva de
los aportes que al respecto pueden hacer los filósofos en Colombia. Para abordar el tema,
iniciamos con una exposición breve sobre lo que establece nuestra Constitución Política al
respecto y la imagen que ante la opinión pública tiene la Libertad de Expresión en Colombia.
Continuamos, en el capítulo uno, con los antecedentes desde la reflexión filosófica que hicieron
los filósofos griegos interesados en la Libertad de Expresión, y luego la reflexión que sobre la
Libertad de Expresión hicieron filósofos cómo John S. Mill, John Rawls, John Milton, Norberto
Bobbio, Karl Popper, y Noam Chomsky. En el capítulo II, brevemente conoceremos el
tratamiento dado a la Libertad de Expresión en Latinoamérica y en Colombia. Luego, vendrán
las conclusiones finales. Durante todo este trabajo, resaltaremos en mayúsculas Libertad de
Expresión como muestra de su importancia en el diario vivir de la sociedad.
La libertad de expresión en la Constitución Política de Colombia.
La Libertad de Expresión, como derecho esencial que posee cualquier persona para expresar sus
ideas y pensamientos libremente se encuentra reglamentada en nuestra Constitución Política, En
artículo 20 de la Constitución Política de Colombia de 1991 se lee: “Se garantiza a toda persona
la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir
información veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y
tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de
equidad. No habrá censura.” Igualmente, en el artículo 73 de la Constitución Política de
Colombia se lee: “La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e
independencia profesional”.
Por esta razón, podemos observar cómo la misma Constitución Política en su artículo 20
por un lado, enfatiza claramente que sin excepción todos y cada uno de los colombianos somos
2
Habbermas, J. Señala a la opinión pública, “como un estado de creencia común y de conocimiento natural que es
multiplicado por los medios que se caracterizan por la información, pensamiento e ideas, y constituyen una
dinámica de interacción comunicativa generadora de opinión, consenso, y voluntad común, en estrecha relación con
el poder político” (1981)
8
libres de opinar y expresar ideas, y de informar de manera cierta y verdadera sin buscar
parcialidad en ningún caso. Al permitir la fundación de medios masivos de comunicación la
Constitución otorga libertad a los fundadores, pero también los responsabiliza por sus
actuaciones ante la sociedad, y al garantizar el derecho a la rectificación aclara que ésta debe ser
equitativa. Es aquí donde la realidad nos muestra que cuando se dan estos eventos, la mayoría de
los medios elude y esquiva en muchos casos esa rectificación. Y si lo hacen, es de tal forma que
son pocos los que se enteran de dicha rectificación. Ese irresponsable actuar de los medios obliga
a los afectados a acudir a la justicia para defender ese derecho a la rectificación. Por el otro lado,
nuestra Constitución Política garantiza el ejercicio del periodismo en libertad y con la
independencia profesional que le corresponde, y es clara en cuanto a la censura, ratificando que
ésta no tiene cabida en el Estado colombiano.
La opinión pública y la libertad de expresión en Colombia.
Para desarrollar este tema conoceremos un poco de historia para ver la forma como se han
desenvuelto los medios y poder así hacernos estas preguntas y conocer las respectivas respuestas:
¿Cuál es el papel que prestan y realizan los medios en la sociedad? ¿De qué manera la Filosofía
ha estado imbuida en esa actividad como crítica y de la cultura establecida de la sociedad? ¿Es
posible hacer un paralelo entre los medios y la filosofía?
Así, la historia nos cuenta cómo el filósofo y precursor de la independencia Antonio
Nariño, fue una de las primeras personas que sufrió o tuvo que ver con el tema de la Libertad de
Expresión en La Nueva Granada, a raíz de la publicación del panfleto con los Derechos del
Hombre, que le valió tantos años de prisión y destierro en África, América y España. También,
el Libertador Simón Bolívar, como partidario de la información veraz, y amante de la verdad,
estaba en contra de la manipulación de la información, la cual tiende a tergiversar su verdad,
objetividad e imparcialidad. Consciente del poder de penetración de los medios de comunicación,
impulsó la Libertad de Expresión y redactó una legislación innovadora en su proyecto de
Constitución.
No obstante, hablar de los medios de comunicación es pensar en el papel que han
desarrollado desde su creación y aparición en la sociedad colombiana, su auge y progreso al día
de hoy y cómo han llegado a convertirse en un poder que incide en todos los aspectos de la vida
de las personas. Fue la prensa escrita, la pionera en el campo de la comunicación, la que nos trajo
las noticias y el acontecer del país. Hasta que apareció la radio, que tuvo un campo de acción
mucho más amplio, pues podía llegar a un mayor segmento de la población. De esta forma, las
noticias llegaban en forma directa y recién sucedían los hechos. Ambos medios se fueron
modernizando y cada día mejoraba la señal de radio y la llegada de los diarios a las ciudades y
poblaciones.
9
Más adelante, apareció la televisión que revolucionó con sus imágenes el diario vivir y
acontecer de los colombianos. Así, la novedad de acceder rápidamente a lo que pasa en el entorno
y en el país, alegró a los colombianos que jamás imaginaron que, con el transcurrir del tiempo y
con la modernización de equipos y tecnología, se crearía un monstruo de mil cabezas capaz de
cambiar el sentir y el pensar, hasta llegar a manipular los sentimientos de la población. De esta
manera, la cantidad de noticias que se genera día a día, y el manejo de ellas y la expectativa que
crean en el lector amerita conocer e investigar cuál es realmente el manejo que los medios de
comunicación dan a la Libertad de Expresión y el papel que en ellos puede desempeñar la
filosofía. Como se ve, la importancia es suma, investigar y conocer sobre ella es vital para la
Libertad de expresión y la Filosofía, así como para el pueblo que, al final ha de ser el favorecido,
si logramos que se reconozca su importancia para la vida y con ello se motive a filosofar.
Muchos filósofos han hecho su aporte al tema de la Libertad de Expresión. Es el caso de
Cornel West, que en su obra Los asuntos democráticos, nos dice cómo Sócrates en la Apología
de Platón expresaba que el hablar claro (parresia) era la causa de su impopularidad. West quiere
resaltar la oposición de Sócrates a los sofistas, que empleaban argumentos astutos, pero falaces,
y reclamar que se requiere de ese tipo de energía en el pensamiento, para atacar el sofismo
imperante al que acuden las élites políticas y sus comentaristas mediáticos de oficio.
Ahora bien, West nos habla también del nihilista político para referirse a aquél personaje
poderoso que se obsesiona por sofocar cualquier crítica a ese poder. Éste apelará a astutos
argumentos y a cualquier estrategia, sin importarle el dolor y sufrimiento que ocasione con su
accionar. Le interesa solo conseguir poder y control. Mientras, los periodistas y comentaristas de
derecha actúan con una venia superficial ante los poderosos, y es preocupante la restricción sobre
la información veraz. West resalta que son más preocupantes y se constituyen en amenaza
quienes creen y aparentan dar papel primordial a la prensa libre y equilibrada, pero que están
siempre dispuestos y listos a ceder a las presiones, que quitan la independencia del informador y
que, en muchos casos, desbordan en violencia y corrupción. La importancia y trascendencia que
tienen hoy los diversos medios de comunicación no podrán entenderse si no se los analiza, más
ahora que se han constituido en lo más importante para compartir ideas, problemas, proyectos, y
sentimientos, que conducen a las preguntas que llevan al filosofar que pregona la filosofía.
Por tanto, volvamos a las preguntas planteadas al inicio de este numeral: ¿cuál es el papel
que prestan y realizan los medios de comunicación en la sociedad? Se puede decir que su actuar
es más de información, que llega al lector la mayoría de las veces con un sesgo que carece de
conocimiento y que, cuando se trata de problemas que tienen que ver con el cubrimiento de las
necesidades sociales por parte del Estado, se manipula y tergiversa. Igual sucede con los temas
políticos y económicos. Esto genera, en un amplio sector de la población, zozobra y desconfianza
tanto en las instituciones como en los mismos medios. Medios que soterradamente e
influenciados por el gobierno, dedican sus espacios a temas que distraen la opinión pública.
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Así, el deporte y la farándula pasan a tener un protagonismo amplio y a veces
desmesurado. Ese protagonismo es entendible si es para resaltar el esfuerzo deportivo, aun
conociendo las carencias en muchos aspectos de nuestros niños y jóvenes que practican el
deporte competitivo. En la farándula, sus informes rayan en lo banal, como cuando un diario
escrito dedica página completa con foto del protagonista con el titular Ricky Martin confiesa que
se separó de su novio.
Respecto a la segunda pregunta: ¿De qué manera la Filosofía ha estado imbuida en esa
actividad como crítica y de la cultura establecida de la sociedad? Podríamos decir que la
influencia de la Filosofía en los medios colombianos de comunicación es poca y se limita al
trabajo individual y por contrato de unos pocos filósofos-periodistas, que escriben sobre temas
variados del diario acontecer y que, de cuando en cuando, nos comentan algún artículo que llega
del exterior. Debemos entender que en esta respuesta, en ningún momento se está desconociendo
la labor académica, ni los seminarios o foros que realizan los filósofos que están dedicados a esa
actividad. Pero todo esto se desarrolla prácticamente en círculos cerrados a donde no tiene acceso
la opinión pública. Todos aquellos filósofos que nos han enseñado y dejado su legado a la
historia, generación tras generación, cuando escribieron en su momento; ¿no lo hicieron
motivados por lo que sucedía en su entorno?
Por consiguiente, por qué desconocer que, en la misma forma, los filósofos colombianos
pueden y deben acceder a nuestro entorno y llegar a la comunidad en general con el apoyo de los
medios de comunicación, para que estos trasmitan a la ciudadanía conocimiento. En cuanto a la
tercera pregunta, planteada al inicio de este numeral; ¿es posible hacer un paralelo entre los
medios y la filosofía? Encontraríamos que en el momento la respuesta es precaria, por cuanto se
trata de dos discursos que andan cada uno por su lado, con fines distintos y donde ninguno de
ellos reconoce la importancia que significa su unión para beneficio de la sociedad en general.
Debemos considerar que llego esa esperada hora de la unión de estos dos vitales lenguajes, más
cuando por todas partes se nos habla de reconciliación y paz tan urgente para la vida y rumbo de
una nación y sociedad martirizada en todo sentido, y que reclama al unísono por un radical y
efectivo cambio en el sentir y vivir de todos y cada uno de sus integrantes.
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CAPITULO I
REFLEXIONES FILOSÓFICAS Y CONCEPTOS SOBRE LA
EXPRESIÓN
LIBERTAD DE
Antecedentes
Para desarrollar este capítulo acudiremos a los conceptos y aproximaciones que sobre la Libertad
de Expresión han hecho algunos filósofos a través de las diversas épocas de nuestra historia. Si,
como se dice, la filosofía busca la conexión de todas las cosas y enriquecer el mundo y exige no
engañarnos y no aceptar como evidente lo que no es, en la presente monografía veremos cómo
la Libertad de Expresión ha sido objeto de reflexión filosófica desde el pensamiento griego,
pasando por el pensamiento medieval, moderno y contemporáneo. El problema de cómo justificar
la Libertad de Expresión en la acción humana, ha merecido los mayores esfuerzos de diversos
pensadores.
En el mundo griego, la Libertad de Expresión fue comprendida a partir de dos grandes
enfoques: 1) el platónico y 2) el aristotélico. Estos dos enfoques constituyen los caminos por los
cuales se han ofrecido fundamentaciones sobre la Libertad de Expresión en el mundo occidental.
El enfoque platónico privilegió la idea de que la libertad presupone la capacidad humana para ser
dueño de la propia vida: “la condición de la libertad es ser de muchos deseada y en pocos
empleada” (Platón, 2003: 25) y “no perdáis por viciosos lo que han ganado en esfuerzo, porque
la libertad tiene menos necesidad de cordura para su conservación, que esfuerzo para ganarse”
(Platón, 2003: 31). El enfoque aristotélico reivindicó la tesis de que la libertad es ejercicio entre
iguales determinados por circunstancias sociales y culturales comunes. Destacaba que solo los
ciudadanos eran libres y que eran ellos los que debían participar activamente en el desarrollo del
gobierno.
Ahora bien, en este trabajo analizaremos algunos filósofos que han dejado a la humanidad
un legado que se puede consultar y por esto acudiremos a ellos como autores objeto del análisis
de la presente monografía. No olvidando que a través de la historia se conocen los conceptos de
dignidad y libertad, que dieron fundamento filosófico a la construcción de los llamados derechos
fundamentales al inicio de la época moderna y que no podemos desconocer que fueron producto
del desarrollo de la democracia en Atenas, y se constituyeron en fuente primordial para el
pensamiento político moderno. La dignidad, como lo expusieron Platón y Kant, se basa en la
autonomía del ser humano. Éste, al ser capaz de autorregularse y comportarse muestra a los
demás que no depende de nadie, que es libre y como tal es un ciudadano. Así, la dignidad se
constituye en un derecho inviolable de la persona. Con relación al concepto de libertad, veamos
como John Dewey desarrolla su análisis crítico-histórico del mismo. Según él, desde que inicia la
12
filosofía, el hecho de que el ser humano pueda elegir, es signo de que se es libre y esto ya
aparece en Platón:
Ésta es la palabra de la virgen Láquesis, hija de la Necesidad: Almas efímeras, he aquí que
comienza para vosotras una nueva carrera caduca en condición mortal. No será el hado quien os
elija, sino que vosotras elegiréis vuestro hado. Que el que salga por suerte el primero, escoja el
primero su género de vida, al que ha de quedar inexorablemente unido. La virtud, empero, no
admite dueño; cada uno participará más o menos de ella según la honra o el menosprecio en que
la tenga. La responsabilidad es del que elige; no hay culpa alguna en la Divinidad. (Platón,
1998: 491-492).
Es luego de la Edad Media, de donde Dewey extrae la noción del castigo, basándose en
las reflexiones filosóficas sobre libre albedrió y el poder de la voluntad, pues estos constituían el
pedestal de la elección y el atributo de la libertad. Sin embargo, fue consciente de los errores que
había en esas apreciaciones, pues no consideraban que en la acción del hombre intervenían sus
propósitos, intenciones, deseos e instintos. Y que la voluntad no podía ser causa última del actuar
del hombre. Posteriormente según Dewey, es David Hume, quien con sus aportes a la
comprensión humana, aclararía factores como las emociones, instintos, sentimientos y deseos. La
reflexión filosófica sobre el tema de la libertad continúa su proceso de transformación en la época
de Locke, donde la libertad se constituye en la acción producto de una elección.
Es al final del siglo XVIII cuando la libertad se convierte en un poder que suple por
medio del trabajo y del dejar-hacer, las necesidades, y da origen a los principios del capitalismo.
Luego, los filósofos enfocan sus reflexiones y muestran interés por la Libertad de Expresión, lo
que lleva a mostrar que el liberalismo clásico no previó que el crecimiento de la economía y la
libre expresión de unos perjudicarían a los otros. Es sobre todas esas reflexiones que Dewey,
crea su versión de la libertad y la cual basa en la interacción entre los hombres para protección de
sus derechos y necesidades. Y que estos dependerán de los escenarios y evoluciones sociales del
sistema democrático. Además, los ideales políticos, la ciudadanía, la libertad, el respeto a la ley
y a la justicia han orientado el pensamiento político de occidente durante siglos.
Sin embargo, se carecía del conocimiento de los derechos subjetivos que tendrían los
ciudadanos con relación al Estado. Estos son el poder para hacer valer sus propios derechos,
limitar los ajenos y exigir algo conforme a las normas jurídicas. Y a la vez posee dos
características innatas; una interna, posibilidad de hacer, de acuerdo al imperativo jurídico
enmarcado en sus límites. La otra, externa, de pretender, que reside en la posibilidad de exigir al
otro respeto y poder reaccionar con igualdad ante la ley. Pero, se considera que ese conocimiento
siempre estuvo presente gracias a la isonomía (igualdad ante la ley de todos los ciudadanos) y a la
Libertad de Expresión, representada en la literatura política griega.
Edad Antigua
13
De esa época, nos llegan las ideas y pensamientos que dan origen a esta monografía.
Iniciaremos con un breve análisis de lo expresado por Sócrates y Platón, que influyeron para
implantar en Atenas la parresia (Libertad de Expresión). Y que con ese trasfondo dieron
origen para que la Asamblea griega pudiera actuar en democracia, permitiendo que sus
miembros se expresaran sin inconvenientes. En el siglo V antes de Cristo, se dio lo que algunos
llaman la ilustración ateniense y a ese periodo pertenece el discurso de Pericles con motivo del
primer año de la guerra del Peloponeso, y como recuerdo a los muertos de esa guerra, y del cual
citamos:
Tenemos una constitución que no envidia las leyes de los vecinos, sino que es modelo para
algunas ciudades, y su nombre es Democracia. A todo el mundo asiste la igualdad de derechos,
y gobernamos liberalmente lo concerniente a la comunidad, y no sentimos envidia del vecino si
hace algo por placer. Al tratar los asuntos privados no transgredimos los asuntos públicos, por
miedo y obediencia a las leyes. Emitimos nuestro propio juicio, o bien deliberamos rectamente
sobre los asuntos públicos, sin considerar las palabras un perjuicio para la acción, pues
poseemos esto: el ser atrevidos y deliberar especialmente sobre lo que vamos a emprender.
(Tucídides. 1989: 156-158)
Pericles, dejaba en claro el pensamiento ateniense y su irrestricto apoyo democrático al
respeto e igualdad de los derechos y a la gobernabilidad ante el pueblo, así como el apoyo y
amplitud a la Libertad de Expresión. Entonces, vemos como la situación para los ciudadanos y el
pueblo en general cambia y en ese cambio tiene un papel fundamental la libertad de expresión
que se llegó a considerar en Grecia como el “más importante signo de diferenciación entre el
ciudadano, el esclavo y el extranjero.”(Castro Fariñas. 1971: 50) Sin embargo, existía la
conciencia de que un exceso en la exteriorización de las opiniones podría llegar a perturbar la paz
de la comunidad, volviéndose por ello peligrosa la libertad de comunicar. Surge así la primera ley
de censura, la cual aparece en la llamada ley de Zaleuco, de Locros, (conocida en el año 663 a.c.)
En ella se prohibía hablar mal de la ciudad, la sociedad o de cualquier ciudadano. Más tarde es
Solón quien inspirándose en esa ley, dicta una nueva ley en la que “prohíbe hablar mal de los
muertos y vivos en cualquier lugar.”(Gil, L. 1961: 51)
Sócrates fue un ejemplo de cómo en la antigüedad se coartó la Libertad de Expresión,
pues fue por la propagación de sus teorías y doctrinas que se lo atacó. Si no es posible dar a
conocer las ideas y creencias es difícil saber de ellas, pero si se manifiestan se corre el riesgo de
represión o violación. Y esto se constituye en un ataque a la libertad de expresión. La Libertad
de Expresión debe cimentarse en la racionalidad y no en el hecho de ser mantenida por la
mayoría. Sócrates no estaba de acuerdo sobre que la voluntad de la mayoría tuviera razón y
fuerza de ley, porque esa mayoría abusando de ese poder podría llegar a convertirse en una
dominación. Sócrates como amante de la Libertad de Expresión y de pensamiento, expresó en la
Apología:
Si me dijeseis: Sócrates, en nada estimamos la actuación de Anito y te declaramos absuelto,
pero es a condición de que ceses de filosofar y de hacer tus indagaciones acostumbradas, y si
reincides, y llega a descubrirse, tú morirás. Si me dieseis libertad bajo estas condiciones, os
14
respondería sin dudar: atenienses, os respeto y os amo, pero obedeceré a Dios antes que a
vosotros y, mientras yo viva, no cesaré de filosofar. (Platón. 1871:68)
Como buen pensador y filósofo creyente de sus ideas, Sócrates no duda un momento en
anteponer a Dios y ofrecer su vida, antes que dejar de expresar sus ideas no importando el costo.
Así, en el supuesto que el pueblo no creyese las acusaciones de Anito, y lo condicionaran a no
expresar sus opiniones, Sócrates rechaza esa idea pues prefiere seguir filosofando y luchando
contra los sofistas, antes que aceptar, en esas condiciones, que le concedan la libertad.
No obstante, el siguiente diálogo de Platón se constituye en una defensa de la libertad de
pensamiento, y Sócrates así lo reafirma:
Muerto yo, atenienses, no encontraréis fácilmente otro ciudadano que el Dios conceda a esta
ciudad como a un corcel noble y generoso, pero entorpecido por su misma grandeza, y que tiene
necesidad de espuela que lo excite y despierte. Se me figura que soy yo el que Dios ha escogido
para excitaros, para punzaros, para predicarles todos los días sin abandonarlos un solo instante.
Bajo mi palabra, atenienses, difícil será que encontréis otro hombre que llene esta misión como
yo; si queréis creerme, me salvareis la vida. (Platón. 1871: 70).
Esta cita, nos muestra un Sócrates que más parece un poeta que un reo que se encuentra al
borde de la muerte. Refrenda con elocuencia que es una especie de elegido cuya misión es estar
junto al pueblo ateniense predicando, y reclama el apoyo del pueblo para que le crea y así salvar
su vida. Sin embargo, Sócrates sobredimensionó sus capacidades y llegó a generar animadversión
entre los líderes de Atenas, ya que éstos, consideraron que Sócrates los hacía con sus expresiones
aparecer como tontos. Ahora bien, el hombre libre era distinto del esclavo, pues aquel era
miembro de la polis y por ello tenía el título de ciudadano libre y podía decidir por sí mismo y
por los aspectos inherentes a la comunidad. Luego eso le significaba el tener a cargo
obligaciones. Lo cual no ocurría con los que eran considerados esclavos. Pero esa libertad era
propia de quienes se consideraban sabios, en este caso los filósofos y a ellos se les consideraba
poseedores del actuar racional.
Sin embargo, los griegos consideraban que los hombres tenían libertad política y social
respecto a la comunidad, y se representaba esa autonomía e independencia en el manejo de su
destino en la polis. Por ello, podían elegir su conducta sin infringir las de los demás. Igual,
disponían del espacio y tiempo para disfrutar del ocio y alejarse de la obligación cívica para
cultivar e incrementar su personalidad como individuo. En el ciudadano la virtud se representa
en el saber mandar y obedecer. En el hombre de bien en saber mandar. Sin embargo, es en el
ámbito político donde se refleja la relación de igualdad entre los hombres libres, y donde los
ciudadanos muestran que saben mandar y obedecer y es allí donde se ve la unión y relación de
esas virtudes.
Platón, muestra su inclinación a la censura de la Libertad de Expresión cuando al referirse
a la educación, considera que ésta es un medio mediante el cual el Estado puede moldear el
comportamiento y actuar de los ciudadanos para lograr un desarrollo dinámico de ese Estado.
15
Igual en el plano religioso también propuso la censura a la Libertad de Expresión, pues como “la
divinidad era considerada buena, no era bien visto que alguien se atreviera a señalarla como
causa de mal para los mortales y prohibía que cualquier persona escuchara este tipo de
arengas.”(Platón, Tomo 1: 97) También, E. Cassirer, nos muestra cómo Platón, fue censor en el
arte y la comedia, cuando destaca cómo “el filósofo griego rebate que la poesía siendo principio
que genera mitos se convierte en un riesgo para el Estado”. (1968: 81)
Ahora bien, en la Roma republicana se respetó la Libertad de Expresión, aunque se
establecieron mecanismos para defender el honor de los individuos, la seguridad del Estado y las
tradiciones. Ya en la Roma imperial, las críticas al Emperador se consideraban ataques a la
religión, y éste se apropiaba de todo el poder represivo. En cambio, en el siglo II Marco Aurelio,
condensa en sus Meditaciones que: “un gobierno con igualdad ante la ley, regido por la equidad
y la Libertad de Expresión, y una Monarquía, valora por encima de todo la libertad de los
súbditos.” (1995: 152) Así, Marco Aurelio destaca cómo la equidad del gobierno en su actuar y
el manejo adecuado y preciso de la Libertad de Expresión son ejemplo para resaltar el carácter
de la libertad en los ciudadanos. En general, la Libertad de Expresión en la época romana estuvo
cargada de tensión e incertidumbre, que llevaron a anular el interés de los ciudadanos en el
progreso que anhelaban. Por ello, el desarrollo científico y filosófico fue menor al de Atenas, ya
que allí el clima de libertad facilitó el auge y desenvolvimiento en muchos aspectos, pero en
especial en el campo filosófico y científico.
Edad Media
Aunque libremente se interpreta que la Edad Media fue marcada por una época de oscuridad, hoy
se reconoce que los movimientos que allí se vivieron y su constante lucha por el poder
propiciaron un cambio en el pensamiento, y la historia lo señalaría luego como vital en el
desarrollo y progreso de la humanidad. Entre quienes lideraron ese cambio hemos de destacar y
considerar a san Agustín y Santo Tomás, quienes como filósofos han de ser los sustentos para
conocer las reflexiones filosóficas que nos den claridad sobre la Libertad de Expresión en esta
época. Así, el cristianismo con san Agustín a la cabeza, habló de la libertad de conciencia, que
consistía en que Dios motiva el actuar, pero que, en el interior, cada uno era libre y debía
responder por ese actuar. También, Santo Tomás consideraba que el hombre posee libre albedrío,
ya que, de lo contrario, de nada servirían los preceptos, consejos prohibiciones y castigos.
El pensamiento filosófico de san Agustín nos muestra cómo la libertad fue concedida
mediante el libre albedrío, y acudiendo al Génesis, dice que Dios al crear el hombre dijo
“hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, que tenga autoridad sobre los peces del mar y
sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se
arrastran sobre el suelo”,(Cap.1, 1 al 31), pero también allí se lee que Dios le dijo a Adán y Eva;
“de este árbol no comerás”. Entonces, surge la pregunta: ¿el hombre desde su creación posee
libertad o ésta le fue condicionada? Al respecto, san Agustín, dice que la libertad le fue dada al
16
hombre con razón y como tal por Dios. Y que Dios no daría algo que no pudiera dar. Dios nos
dio y permite la libertad, pero el hombre es quien decide hacer el mal. Este no es hecho por Dios.
En este sentido, Dios permite al hombre libertad, libre albedrío y voluntad para decidir o
desistir de pecar. Por ello, dice san Agustín que “siendo igualmente cierto que no practicamos las
obras de misericordia con otro objeto que con el de libertarnos de la miseria humana” (1922:
196). De igual modo, advierte que “ninguno en el camino de su libertad debe volver los ojos del
apetito a la vida pasada” (1922: 200). Además, san Agustín recuerda que “hablamos con términos
limitados y precisos, porque la libertad en el decir no debe engendrar ninguna impía opinión en
las personas.” (1922: 234). En efecto, la libertad compete a la acción humana como asunto que
debe ser practicado de manera virtuosa para salir de la miseria o para realizar el mejor esfuerzo
de existencia.
Para san Agustín, la libertad es una virtud mediante la cual el hombre decide mediante su
libre albedrío si actúa bien o mal. El libre albedrío se forma en el hombre mediante su desarrollo
racional y no se nace con él. Este libre albedrío se va formando en el ser humano mediante un
proceso como si fuese una especie de semilla que germina hasta convertirse en fruto; fruto que es
producto de la voluntad para decidir el actuar del ser humano. Voluntad que es libre en el ser y
por eso Dios dotó al hombre del libre albedrío para que con éste decida. Así, el libre albedrío
para san Agustín es el existir de una posibilidad de elección y la libertad es el realizar el bien para
alcanzar la beatitud. Ese aparente condicionamiento que tenía la libertad divina en el paraíso se
rompió cuando Adán y Eva pecaron. Y al ser expulsados de allí adquirieron la libertad humana.
En san Agustín, llega un momento en el que el libre albedrío cede el paso a la
predestinación, cuando nos dice que es Dios el que decide a quienes elige. Con esto su
pensamiento filosófico se hace a un lado y se mete de lleno en la Teología. “Para la
predestinación san Agustín hace énfasis en la distancia que hay entre Dios y el hombre. Según él
solo cuando el hombre se reúna con Dios podrá comprenderlo plenamente y penetrar en lo
impenetrable” (1960: 944)
Para san Agustín, Dios creó al hombre concediéndole la libertad. Por ello, aunque Dios
sabe con antelación cual ha de ser la vida de cada humano le permite al hombre que sea él quien
decida el camino que ha de seguir. Existe libertad cuando la decisión que tome el hombre sea la
adecuada y en consecuencia guiada con la ayuda y gracia de Dios. El libre albedrío es la
capacidad que tiene el hombre para decidir, pero decisión, que desde el pecado original se orienta
al mal. El mal como tal no existe, porque no es creación de Dios. Es una privación del bien, que
el hombre toma producto de su libre albedrío y lo lleva a que su alma libremente cometa
acciones que lo apartan de Dios y que son responsabilidad exclusiva del hombre. Esto es para
san Agustín el mal moral.
Así, en san Agustín, la ética propende, lo mismo que en Aristóteles, a la felicidad plena,
que san Agustín llama beatitud. Y ésta solo se alcanza si se encuentra a Dios y viene siendo el
17
amor que, como motor de la voluntad humana, ha de impulsar al hombre a Dios. Por esto, san
Agustín, afirma que solo amando se cumple con las normas morales y es por esto que nos dice
“ama y haz lo que quieras” (1955:438).
San Agustín, antepone siempre la virtud al uso de la voluntad y considera que ésta es
libre cuando carece de pecado y vicio. Reafirma que Dios nos concedió la libertad y voluntad,
pero ésta decide si hace el bien o el mal. El mal no lo hace Dios, pero lo permite. Así, Dios da al
hombre libertad, libre albedrío y voluntad, y es el hombre el que decide si peca o no. San
Agustín, fue además de visionario orientador de la Libertad de Expresión, uno de los primeros
filósofos promotores de la misma. Producto de ello, por ejemplo sus pródigos escritos en la lucha
que sostuvo contra el Pelagianismo 3, cuyo fundador Pelagio, fue combatido por san Agustín en
aproximadamente quince escritos entre los que se destacan: Los méritos de los pecadores, El
bautismo de los niños, El espíritu y la letra, La naturaleza y la gracia, y El pecado original. Con
un lenguaje abundante y respondiendo con responsabilidad en lo que pretendió comunicar, no
vaciló en usar en oportunidades un lenguaje considerado vulgar, cuando así lo exigían las
circunstancias.
Ahora bien, es santo Tomás, quien instaura el juicio del libre albedrío cuyo precursor fue
san Agustín, como cimiento básico para explicar la esencia de libertad en el ser humano. Dijo
santo Tomás: “Nosotros llamamos libre lo que es causa de sí; luego, la inteligencia, en su acción
y en sus apetitos, procede con libertad de juicio, lo cual es tener libertad de arbitrio; luego, las
sustancias supremas tienen libre albedrío” [3]. Nos muestra entonces que la distinción del hombre
con las demás especies es la capacidad de comprender, y decidir, qué le conviene y hacerlo en
plena libertad. Pero, santo Tomás no deja de lado que el hombre siente culpabilidad y está
expuesto al pecado y que posee la voluntad para obrar bien o mal. Es por ello, que el hombre
ve su libertad limitada internamente. La voluntad, según santo Tomás, es la guía y dirección del
hombre en sus actos, y tiene un fin específico que es lograr la felicidad para descubrir a Dios. Y
es la libertad interior concedida por Dios con la que definimos si accedemos a él, o por el
contrario, nos alejamos de él.
Edad Moderna
Lo que sucedió en la Edad Media, habría de repercutir en la Edad Moderna, con el previo de la
época renacentista, que daría un vuelco total a lo que ocurría en el mundo hasta ese instante. En
3
Pelagianismo: “Deriva su nombre de su fundador Pelagio, de quien se dice vivió en Roma a finales del siglo IV, y
quien pregonaba su rechazo a la iglesia romana por la concepción que ésta tenía sobre el pecado original. De esta
manera, el pelagianismo fue considerado como una herejía al afirmar que el pecado original solo recaía en Adán, y
que la humanidad nacía sin mancha. Y que para salvar el alma, era solo el hombre quien con su obrar determinaba
su salvación, con lo cual ponía en duda la necesidad de la gracia divina.”(Dianoia).[en línea]
18
el renacimiento se despierta un ansia por la búsqueda del arte que dejó la antigüedad y el asombró
que produjo el descubrir nuevos territorios basados en las creencias para confirmar la redondez
del mundo. Serán las reflexiones filosóficas de John Milton, y John Stuart Mill, las que nos
ayudaran a clarificar cuál fue el proceso de desarrollo de la Libertad de Expresión en esta época
histórica de la humanidad. Es en esta época donde el concepto del individuo resalta al aceptar en
la persona su racionalidad y autonomía. Esto da al individuo independencia con relación a lo que
eran las autoridades de la época, y la Libertad de Expresión viene a ser la manifestación de la
tolerancia y de la libertad de pensamiento del individuo.
John Milton, pensador radical inglés del siglo XVII, en un discurso al Parlamento en
contra de una orden de censura a la imprenta, y que establecía que ningún libro o panfleto podía
imprimirse si antes no se había aprobado una licencia, pide y exige se respete la libertad de
conciencia, para expresar, conocer, dialogar y discutir sin ninguna objeción y en libertad, pues la
verdad solo es posible conseguirla intercambiando opiniones. Prosigue Milton, reclamando que
el Estado no tiene que intervenir en el proceso de búsqueda de la verdad, pues ésta se impondrá
sobre el error.
Dicho discurso, recogido luego como Aeropagítica, enseña los cuatro puntos que trata
Milton en su exposición: 1) muestra cómo se origina e identifica la censura previa, 2) muestra el
beneficio que se da por la lectura de libros no interesando su tipo, 3) demuestra que la expedición
de licencias no conviene para lo que se pretende; 4) y que la censura se constituye en un
impedimento para desarrollar la ciencia y se convierte en obstáculo para la verdad.
Adicionalmente, la censura se constituye en tema de represalias para quien escribe y limita la
expresión total de sus ideas. John Stuart Mill apoya a Milton, en cuanto a que la Libertad de
Expresión aproxima a la verdad y ella es su fundamento. Para él, esta libertad es relativa y en
evolución constante. Luego, dice “la verdad de una opinión es parte de su utilidad, y su discusión
se constituye en beneficio a largo plazo y en probabilidad de alcanzar nuevas verdades”
(Carruncho, 1999:140-141)
Esta descripción sería incompleta, si nos olvidáramos de John Stuart Mill, considerado
precursor de la filosofía utilitarista. Desde 1823 mostró su disposición y ánimo para escribir
diferenciando la discusión libre y su lucha en contra de todo lo que fuera persecución de la
religión. Posteriormente reacomoda su radicalismo volviéndolo más amplio para pasar al
liberalismo. Dice que la libertad exige libertad de pensar, y sentir, y libertad para expresar y
publicar las opiniones. La única libertad que merece este nombre es la que busca nuestro bien por
nuestro propio camino, mientras no nos interpongamos en el camino de nadie, o que le impida el
esfuerzo para lograrla. El límite de la libertad está dado por el derecho del otro. Y es allí en ese
punto donde la sociedad debe situar el freno para que nadie sobrepase esa línea. Según Mill, el
proceso comunicativo no debe recibir control estatal excepción hecha de la aparición de
fenómenos que exijan evitar el daño a otros.
19
Sin duda, como dijo Mill: “El derecho de cualquier persona a expresar su opinión no
depende de la medida en que esa opinión sea compartida por otros. Si toda la humanidad menos
uno tuviera una opinión, y sólo una persona fuera de la opinión contraria, la humanidad no
tendría derecho a silenciar a esa persona, al igual que esa persona no podría silenciar al resto de la
humanidad."(1991: 56). La doctrina de la libertad que promovió Mill se basa clara y
específicamente en la libertad de pensamiento y opinión sobre cualquier tema. En la libertad que
tiene cada uno para orientar y dirigir su vida, sin que nadie lo impida, a no ser que se le esté
perjudicando. Y en la libertad para reunirse y asociarse libremente con una idea cualquiera
siempre y cuando no se perjudique a nadie, y no exista ninguna constricción contra los reunidos.
El respeto por estas libertades es lo que constituye la sociedad de personas libres.
Habría que decir también, que Mill resalta que es tendencia de la sociedad; 1) imponer
ideas o costumbres a quienes deciden apartarse de ella, 2) imponer el individualismo, 3) obligar a
todos a guiarse por el carácter de la sociedad. Para Mill, la persona debe protegerse de la acción
ilegítima de la opinión colectiva, porque puede llevarlo al conformismo, y ello en detrimento de
las tendencias particulares. Ese actuar de la sociedad, Mill lo califica como despotismo. Para él,
la libertad social es imprescindible ya que el individuo por ser autónomo exige de los diversos
estilos de vida y formas de pensar. Mill, en 1859 en su obra Opúsculo de la libertad manifestó:
Si se reprime la Libertad de Expresión se impide que se consolide la verdad, la que debe
aparecer después de la contradicción de las ideas. Cuando se silencia una opinión se está
robando a la especie humana, y si la opinión es correcta, se les priva de la oportunidad de
abandonar el error por la verdad, y si es falsa, pierden un beneficio casi tan grande, que es la
percepción más clara y viva de la verdad, que se produce cuando ésta colisiona con el error.
(2008. p, 195)
Edad Contemporánea
Los antecedentes de la Edad Media, y la Edad Moderna, nos llevan a la Edad Contemporánea,
que agitada por una serie de hechos y cambios propiciados por las revoluciones independentistas
en América, y otros continentes y por un mundo con ansias de poder y en desenfrenado auge y
desarrollo científico, mostrarían a la humanidad un mundo con facetas más amplias y diversas en
muchos aspectos y que catapultarían al hombre al espacio exterior. Así, en ese panorama, la
Libertad de Expresión manifiesta sus derechos a comunicar, trasmitir, imprimir y gravar sus
ideas, opiniones, información y juicios. Más, teniendo en cuenta el auge y rapidez en el
desarrollo de los medios de comunicación, las ansias y búsqueda del progreso personal y la
voluntad de informarse y expresarse, al igual que la expansión y multiplicación de esos medios.
Para esta monografía y para esta época hemos de incursionar en las reflexiones filosóficas que al
tema de la Libertad de Expresión han aportado filósofos como John Rawls, y Noam Chomsky, y
como complemento Norberto Bobbio y Karl Popper.
Los movimientos cambiantes sucedidos en los siglos anteriores y en esta Edad
permitieron el reconocimiento de la Libertad de Expresión y fue así como ésta se oficializo
20
primero en la declaración del estado norteamericano de Virginia, en el año de 1776, y luego en la
Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano que aprobó la Asamblea Nacional con
motivo de la revolución francesa en 1789. Allí, se estableció: “la libre comunicación de los
pensamientos y de las opiniones es uno de los más preciados derechos del hombre; por tanto todo
ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, salvo la responsabilidad por el abuso de
esta libertad, en los casos determinados por la ley”(Art.11).
Para ilustrar mejor el tema en esta época, iniciamos con John Rawls, que afirma que la
Constitución debe proteger las libertades ciudadanas y agrupa estas en; libertad de conciencia y
pensamiento, y libertad personal y civil, estando siempre en plan de equidad igualitaria para
todos, y nunca se deben sacrificar en beneficio de la libertad política. La libertad está
representada por todo el sistema de libertades de igualdad ciudadana y su valor como libertad de
las personas lo da la capacidad que tengan estas para promover sus fines dentro de ese sistema,
pero esa misma libertad en cuanto a la equidad es la misma e igual para todos.
En la llamada posición original de Rawls, éste expresa que la igualdad en la libertad de
conciencia es el único principio que reconocen las personas. Pero, guiándose por la libertad de
conciencia, quiere mostrar cómo la justicia como imparcialidad nos da los argumentos en
beneficio de una igual libertad de conciencia. Propende por un Estado Neutro, que ha de permitir
que los individuos profesen la religión que quieran, que tengan la sexualidad o preferencia sexual
que puedan y deseen, que vistan como quieran, y que proteja y apoye la libertad de expresión
como elemento vital de la libertad del individuo. De esta manera el Estado debe garantizar
libertad de pensamiento, creencia y la práctica religiosa, y las podrá regular en beneficio de la
seguridad y el orden y no podrá expresar preferencia por ninguna religión en particular. La
humanidad es consciente que la libertad de conciencia se restringe por cuanto debe imperar el
interés común en pro del orden y seguridad públicos.
Tres elementos considera Rawls, definen y conciernen a una libertad justa; “el
significado, su alcance y las medidas que aumentan su valor” (2011: 211-213) Para el primer
caso, Rawls da como ejemplo la participación del ciudadano cuando ejerce el derecho al sufragio,
y que este tiene el mismo valor para todos los sufragantes. Igual sucede con el derecho que tienen
todos los ciudadanos para acceder a cargos en el poder público, siempre y cuando se posean las
aptitudes para ello, y sin que ellos se conviertan en discriminación entre las personas. Respecto al
segundo caso referente al alcance de la libertad política justa, este se refiere a la regla de las
mayorías, y donde las minorías nunca se impondrán a las mayorías. Y con relación al tercer caso,
medidas que aumentan el valor de la libertad política, es el referente en donde en una buena
democracia más se siente y realzan las libertades de opinión, reunión, pensamiento y conciencia.
Es en este campo, donde señala Rawls, los gobiernos fallan en protección a los ciudadanos de ese
justo valor, pues allí aparece la corrupción desenvolviéndose de diversas maneras, ya que los
gobiernos carecen de los suficientes recursos para combatirla, y quienes poseen suficientes
recursos los usarán para manejar los debates públicos.
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Ahora bien, para Norberto Bobbio la Libertad de Expresión, reunión y asociación son
básicas en cualquier forma de democracia y son condición primaria para la transparencia en el
poder y la toma de decisiones con la participación de los miembros de un Estado. Sostiene que
son seis las reglas de la democracia que se relacionan con la libertad:
Todos los ciudadanos mayores deben disfrutar de plenos derechos políticos, incluido el de
expresar su opinión y elegir a quien la exprese por él, 2) El voto de todos los ciudadanos debe
tener el mismo valor, 3) Todos los que disfrutan de los derechos políticos deben ser libres para
votar según la propia opinión, formada lo más libremente posible en competencia autónoma
entre grupos políticos organizados en concurrencia entre ellos, 4) Los ciudadanos deben ser
libres para escoger entre soluciones diversas. 5) Para las elecciones debe valer la regla de la
mayoría numérica. 6) Ninguna decisión que tome la mayoría puede limitar el derecho de
minoría. (Ventura, 2010: 298).
Bobbio, sin duda clarifica y especifica los derechos políticos con los cuales cuentan los
ciudadanos en cualquier democracia y los cuales deben ser respetados. Y este es uno de los
campos en los cuales la mayoría de los pueblos requieren el aporte de los filósofos en apoyo de
los medios de comunicación, para mantener un diálogo permanente con los ciudadanos y evitar
así la manipulación que se da siempre en las etapas previas electorales. Si, como decía Platón,
son los sabios los que deben llegar al parlamento, al pueblo se le debe llevar el conocimiento para
que sea realidad el pensamiento del filósofo griego, y sus palabras no se queden como sucede en
este aspecto hasta ahora, en el olvido de ese pueblo.
Observemos ahora, como Karl Popper, considera que la televisión es una amenaza para la
sociedad por su falta de control y debido a la violencia que allí se transmite. Por ello, recomienda:
Toda libertad debe ser limitada. No hay libertad que no requiera ser limitada. La mejor forma
de limitación es la que resulta de la responsabilidad del hombre que la ejerce. Si es un
irresponsable asumirá las sanciones previstas por la ley. Aquellos que se oponen a los límites a
un poder peligroso como la televisión, son unos idiotas, unos cerdos, que se quieren enriquecer
con el espectáculo de la violencia, educando con violencia. (1986: 45)
Popper, argumenta que el poder de la televisión es tal, que si apareciera un nuevo Hitler
tendría con ella un poder sin límites. Y propone una especie de juramento hipocrático para todos
aquellos que se desenvuelven en el campo de la televisión. Esto, con el ánimo de reducir la
violencia mediática a su mínimo nivel.
He dejado para el final, uno de los más conocidos defensores de la libertad de expresión
de los últimos años; Noam Chomsky, considerado una de las figuras de la lingüística del siglo
XX, filósofo y activista. Con tan solo 29 años dio un vuelco a la lingüística teórica cuando
publicó su obra Estructuras sintácticas, que basó en su tesis doctoral que solo fue publicada en
1975.
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Noam Chomsky llegó al campo político cuando empezaron las movilizaciones populares
contra la guerra de Vietnam. Ha centrado su lucha en el activismo que busca demostrar y superar
la enorme distancia que existe en Estados Unidos, entre las decisiones que toman la política y la
opinión pública, y en las denuncias constantes de lo que llama él ambiciones imperiales de
Estados Unidos con relación al resto del mundo. Entre sus aportes intelectuales importantes está
el análisis de los medios de comunicación e información. Chomsky defiende en sus entrevistas e
intervenciones ante los diversos auditorios y ante todos los medios de comunicación su postura
filosófica de garantizar la libertad de expresión. Afirma que defender los derechos de ejercer la
libre expresión no se limita a las ideas que uno apruebe y que precisamente, en el caso de las
ideas que resulten más ofensivas, esos derechos se deben defender con más brillo.
Asimismo, también podríamos pensar que no son los periodistas los que inciden en el
manejo o manipulación de lo que escriben, pero el rebaño (el pueblo) como dice Chomsky, no lo
sabe ni conocerá. Luego, ¿cuál debe ser el proceder de estos? ¿Reclamar porque no se les deja
realizar su actividad? O callar como parece sucede para no perder el empleo. Cuando preguntan
a un periodista estrella si sufre de presiones en su actividad siempre expresa que nadie lo ha
presionado y que escribe lo que quiere. Ante esto, Chomsky manifiesta que esto es cierto, pero
que si tomaran posición contraria a la norma dominante, no les dejarían escribir. Esto no es
absoluto, pero quien no satisfaga las exigencias mínimas no tendrá la oportunidad de lograr su
cometido. ¿Qué nos muestra? Que en la democracia capitalista que funciona a perfección, en la
que no haya abusos ilegítimos de poder, la libertad será una especie de mercancía donde una
persona podrá comprar tanto como pueda comprar. Esto es lo que significa la mentada libertad
individual de la cual tanto hablan los poderosos, porque ellos son los beneficiarios.
Chomsky manifiesta que los medios tienen una gran influencia en la población y que la
masa parece ser la menos interesada. Sin embargo, considera que así ese segmento poco pueda
aportar a un medio como el periodístico, por costos, son la radio y la televisión los que están
ejerciendo en ese nicho una influencia total. Recalca que estos dos elementos, aprovechando esa
influencia, arman debates apasionados, dentro de un marco con parámetros ya definidos, donde
se manipula y maneja la opinión con el fin de proceder a una especie de lavado de cerebros. En
este contexto, Chomsky considera que la libertad de expresión, como principio, posee algo
elemental. O se le defiende, en el caso de opiniones que no nos agradan, o simplemente no se le
defiende. Él nos enseña que existen varias formas de manipulación mediática: una consiste en
desviar la atención del público mediante distractivos baladíes que realmente no traen ningún
beneficio para el desarrollo social, pero que sirven para que quienes detentan el poder político y
económico hagan de las suyas. De esta forma los problemas importantes se dilatan o
simplemente se eluden buscando entonces que el pueblo no tenga tiempo de pensar y se ocupe en
temas sin importancia y que, como dice Chomsky, los medios sigan proporcionando el heno al
pueblo.
Otra táctica común, en muchos gobiernos, consiste en amedrentar a los ciudadanos
mediante el terror, y que estos clamen por medidas a tomar y quien detenta el poder termine
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aplicando medidas de seguridad y políticas que, convertidas en leyes, van en perjuicio de la
libertad. Ejemplo de ello, cuando ocurren atentados sangrientos con bombas o similares. Cuando
una medida es impopular o inaceptable, los gobiernos optan por aplicarlas en forma gradual,
como con cuenta gotas por años. Ejemplo de ello, el llamado neoliberalismo, que según quienes
lo apoyan y promueven busca impulsar el libre comercio, los mercados abiertos y la
privatización, supuestamente para mejorar y fortalecer la macroeconomía del país.
Ahora bien, cuando se presenta lo que algunos llaman las medidas dolorosas y necesarias,
se busca la aceptación del pueblo para implementarlas en un futuro haciendo que la gente las
acepte con resignación. De esta forma, el pueblo al cual se le están menoscabando sus derechos,
termina aceptando medidas impopulares o que en condiciones diferentes rechazaría. Asimismo,
mediante los diversos medios de comunicación, utilizar el aspecto emocional para implantar en el
subconsciente de la gente, ideas, deseos, temores y miedos para de esta manera inducir
comportamientos.
Chomsky pone el dedo en la llaga cuando se refiere al manejo que hacen los gobiernos
del tema educativo. Buscan muchos mantener el pueblo en la mediocridad e ignorancia,
dificultando su aprendizaje y creando trabas para su desarrollo y progreso intelectual. Así, la
educación a las clases más necesitadas será la más pobre y mediocre posible. De esta manera, la
ignorancia entre las diversas clases sociales será mayor. Con la complacencia de los medios, el
Estado implementa normas que posibilitan e inducen a la población a ser mediocre.
El hombre no podrá entenderse, si no se analizan sus medios de comunicación y más
ahora que han tomado tal trascendencia y se han constituido en lo más importante para compartir
ideas, problemas, proyectos y sentimientos. En los medios informativos hay que responder
siempre estos interrogantes: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién? Y ¿Cómo? Y es allí donde
pienso se requiere acción por parte de los filósofos para llegar a la opinión pública y capacitarla y
darle el conocimiento requerido para que sepa cómo actuar para evitar el abuso y manipulación
en estos campos. En el caso por ejemplo de la televisión, bien puede la filosofía acabar con la
cosificación en la que ha convertido a las personas al validar la irracionalidad consumista, al
imponer que la vida mejora si se está a toda hora comprando. Es esa política nefasta la que ha
llevado a convertir al dinero en dios, y que tanto inconveniente genera en la juventud por sus
ansias de enriquecimiento como sea, no importan los caminos para lograr tal objetivo. El
consumo y el afán del dinero, no pueden desestabilizar nuestra sociedad, y se requiere valorar el
esfuerzo, e incentivar este en los jóvenes y en la sociedad en general.
Conocidas las reflexiones filosóficas que sobre la Libertad de Expresión nos enseñaron
en el transcurso de esta monografía algunos filósofos en las diversas épocas del transcurrir de la
humanidad, pasaremos en siguiente capítulo II a conocer cuál ha sido el desarrollo actual de
dicha Libertad de Expresión en Latinoamérica, y en especial en Colombia. La libertad de
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expresión no es simplemente manifestarse por cualquier medio de manera libre, sin temor a las
amenazas o sanciones. Implica, buscar, recibir y difundir información para exponer ideas y
construir razonamientos. Sería inútil hablar de pensamientos si estos no se pueden expresar.
Construir ideas y pensamientos es fundamento de la Libertad de Expresión. Pero, la certeza de
una información es discutible y el individuo tiene derecho a diversidad de información para
adquirir criterio y opiniones futuras, y éstas no podrán limitarse arbitrariamente.
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CAPÍTULO II
LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LATINOAMÉRICA Y COLOMBIA
La Libertad de Expresión, que se constituye en el derecho que tiene cualquier persona a expresar
libre y sin ataduras sus ideas y pensamientos, debe buscar fortalecer la democracia e incentivar la
opinión pública libre, garantizando la igualdad y creación de ideas. La Libertad de Expresión
como derecho fundamental, es un derecho esencial para que la persona pueda tener su desarrollo
individual y en sociedad. Es por esto que la Libertad de Expresión es reconocida en la
Constitución Política, y en las entidades que regulan y supervisan la protección de los derechos
humanos. Precisamente como la Constitución Política reconoce, más no precisa todos los
alcances referentes a la Libertad de Expresión, hace que esta labor quede en manos del intérprete
constitucional y se requiere que la interpretación sea especializada, como fundamento que es del
Estado constitucional y que como derecho requiere de la protección necesaria y adecuada para
evitar el manejo arbitrario de su ejercicio.
El reconocimiento que a la Libertad de Expresión dan los organismos internacionales es
una protección adicional ya que esas instituciones obligan a los Estados a respetar sus normas.
Así, los Estados no pueden ejecutar actos en contra de la Libertad de Expresión y deben
prevenir e investigar cualquier violación a ella y sancionar y reparar los actos que afecten su
libre y normal ejercicio. Sin embargo, no se puede confundir la Libertad de Expresión y de
información, con la idea de que debe haber un derecho del pueblo a ser informado, pues se corre
el riesgo de que el gobierno tercie con los medios de comunicación con el propósito supuesto de
resguardar la veracidad y objetividad de las informaciones, lo cual sería nefasto, pues se
quebrantaría la Libertad de Expresión.
Recordemos, cómo Demóstenes enseñó que la peor desgracia para un pueblo es privarlo
de la libertad de palabra. Más esto no significa que ejercitar este derecho de manera verbal o
escrita se haga impunemente. Prueba de ello es la firmeza de Platón respecto a la censura. “el
poeta no debe componer nada contrario a las ideas de lo legal, lo justo, lo bello, o lo bueno,
admitidas en el Estado. Ni se ha de permitir que muestre sus composiciones a nadie, antes de
presentarlas al censor y a los guardianes de la ley, y que estos se muestren satisfechos”. (Platón,
1971: 25). Se nota, entonces, que Platón no solo censura, sino que encasilla el poeta en campos
determinados privándolo de acceder a otras áreas, a no ser que se acepte que lo legal, justo, bello
y bueno lo son todo. Y adicional, lo obliga a que previamente sus trabajos lleguen a los sensores
antes de ser conocidos por la opinión pública, y que aquellos lo aprueben. Surgen así, varias
preguntas: ¿estaba calificado el sensor para aprobar el trabajo del poeta? Si no lo estaba ¿con qué
bases lo aprobaba o negaba?
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Sin embargo, hemos de reconocer que la censura es parte de la Libertad de Expresión y
como tal no podemos desligarla. El mismo Maquiavelo pregonaba que todo hombre puede
pensar, decir y escribir todas las cosas, pero que era necesario llegar a los príncipes, con
prudencia y respeto. Incluso, en la historia está que Milton en su obra Aeropagítica, en 1644,
clamaba “dadme la libertad de conocer, de expresarme y de razonar según mi conciencia en
libertad” (232) y luego terminó siendo censor oficial bajo el mando de Cromwell. La
emancipación de las colonias y la revolución francesa dieron origen a la Declaración de
Independencia y la ley de Derechos en América del Norte, al igual que a la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia. Todo esto privilegia una manera de ver la
filosofía política que generó principios que dieron vida a los derechos humanos. En ellos, la
Libertad de Expresión, era eso, libertad, y por tanto no estaba sujeta a la intromisión del Estado.
Límites a la Libertad de Expresión
No siendo los derechos fundamentales absolutos, pues se congenian con otros, es claro que
existen límites a la Libertad de Expresión, y será el legislador el encargado de aplicar normas
para restringir informaciones e ideas y los tribunales se encargarán de dirimir las diferencias que
al respecto se presenten. Esas restricciones pueden abarcar la no difusión del contenido de un
discurso, o partes del mismo, o regularizar los horarios de su difusión. Es entendible que toda
restricción a la Libertad de Expresión debe estar regulada en normas que la ley establece al
respecto, y cuyo objetivo es proteger la no violación a otro derecho fundamental establecido en la
Constitución Política. La censura previa es prohibida y así lo establecen las normas
internacionales de derechos humanos, como es el caso de la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos, en su artículo 13.
En general, la forma como se trata el tema inherente a la libertad de expresión y su
ejercicio no es uniforme en todos los países. Esto, debido al aspecto cultural, social, histórico,
etc, que hace que un derecho fundamental se puede limitar razonablemente en un país y en otro
no. Como ejemplos se puede mencionar Ecuador, donde recientemente el gobierno implementó
medidas que la Sociedad Interamericana de Prensa ha interpretado como mordaza a la prensa.
Sin embargo, se considera que para limitar la Libertad de Expresión se debe evaluar si ésta viola
algún otro derecho fundamental, el orden público o la seguridad nacional. También es
conveniente aclarar que algunas constituciones diferencian entre libertad de expresión (derecho a
difundir ideas) y la libertad de información (la difusión de hechos noticiosos). Respecto a la
libertad de información, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de
1948), expresa: ‘todo individuo tiene derecho a la Libertad de Expresión y de opinión. Este
derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión’. Posteriormente, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos, ratifica: ‘toda
persona tiene derecho a la Libertad de Expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión
27
y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de
autoridades públicas y sin consideración de fronteras’. (Art.19)
Otro caso actual es lo que sucede en Argentina donde el gobierno de Cristina Fernández,
se enfrenta al diario El Clarín, el más poderoso de Argentina, debido a la expedición de una ley
que reglamenta los medios audiovisuales y que acaba de ser declarada norma constitucional por
la Corte Suprema de Justicia de ese país. En clara violación a la Libertad de Expresión, en esa ley
“se condiciona la posibilidad real de ejercer la crítica al poder público, supuesto indispensable de
la democracia” (Arbilla, D.2013:A9). Otro fenómeno parecido se está viviendo en Estados
Unidos, pues, bajo leyes de espionaje, el gobierno de Obama ha suprimido garantías para el
derecho de reserva de las fuentes de los periodistas. Por su parte, Venezuela, creó el Centro
Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria, cuyos fines son determinar qué clase de
información debe llegar a la opinión pública. Clara censura gubernamental a la Libertad de
Expresión. ¿Qué nos muestran estos fenómenos? Que se están dando los pasos para coartar la
Libertad de Expresión y de esa manera evitar que el pueblo conozca que pasa y sucede en su
país. Otros gobiernos, como el colombiano, actúan solapadamente respecto al tema de la Libertad
de Expresión y realizan su labor de censura comprando mediante la publicidad oficial el apoyo
incondicional de los medios que aceptan y se venden al poder del gobierno, siendo este al final el
gran ganador porque no requiere acudir a medidas extrema de control y se muestra ante los
ciudadanos como ecuánime y tolerante y supuestamente respetuoso de la democracia y derechos
de la población.
Pero, no podemos olvidar que tanto la Libertad de Expresión como la libertad de
información implican responsabilidades y deberes, porque se debe tener en cuenta siempre la
seguridad nacional y pública, la preservación del territorio, el orden, el proteger la moral y la
salud, los derechos ajenos, la reputación de las personas e impedir que se difundan asuntos que
requieren confidencialidad. Conviene recordar esta cita de Robert Kennedy:
El primer elemento de la libertad individual es la Libertad de Expresión, el derecho a expresar y
comunicar ideas, de distinguirnos de las bestias irracionales del campo y del bosque, el derecho
a recordar a los gobiernos sus deberes y obligaciones y, sobre todo, el derecho a afirmar nuestra
tierra, nuestro patrimonio y el futuro de nuestros hijos. De la mano de la Libertad de Expresión
va el derecho a que se nos escuche, a tomar parte en las decisiones del gobierno, que dan forma
a la vida de los hombres. Todo lo que hace que la vida humana valga la pena, familia, trabajo,
educación, un lugar para criar a los hijos y un lugar para el descanso, depende de las decisiones
del gobierno. Todo puede ser arrasado por un gobierno que no preste atención a las exigencias
de su pueblo. Por tanto, la humanidad esencial de los hombres solo se puede proteger y
conservar si el gobierno da respuestas, y no solo a los ricos, o a los de una religión en particular,
o a los de una raza, sino a todo un pueblo. (Kennedy, R. 1966)
Kennedy, al hablar de la Libertad de Expresión, recalca en las personas que esta nos sirve
para recordar a los gobiernos los deberes y obligaciones que tienen con sus pueblos. Ese es el
imperativo categórico de Kant, el deber ser que tienen los gobernantes con la población. La
obligación de permitir que el pueblo se exprese y, lo más importante, se lo escuche, y que
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participe en la toma de decisiones. Este es un punto a favor para que la democracia sea
participativa, pues mantiene al pueblo despierto y consciente de lo que pasa, y no como sucede
actualmente en nuestra democracia representativa, donde el pueblo elige sus representantes y
está demostrado que estos en la mayoría de los casos buscan es su propio beneficio y el de sus
familiares y allegados. Lo más grave radica en que esos representantes después de ser elegidos se
olvidan de sus electores y éstos pierden la opción que pretendían de lograr mejoras y apoyo del
gobierno para el cubrimiento de sus necesidades. Esto genera decepción que después se convierte
en apatía en la participación política de los ciudadanos.
Kennedy, es claro en afirmar que el gobierno que no escucha o no permite la libre
expresión de su pueblo, mediante la cual este manifiesta sus necesidades, acabará con todo. Muy
importante en la reflexión de Kennedy es su reclamo a que los gobiernos cedan o se parcialicen
con los ricos, con una religión o raza en especial, sino que se deben en su totalidad al pueblo. No
obstante, es de admitir que muchos de los ciudadanos no consienten que les lleguen ideas u
opiniones contrarias a las que ya tienen. Los foros que mantienen los periódicos o medios de
comunicación en internet son un claro ejemplo de ello. Allí se ve una intolerancia total que
transgrede las normas y los buenos principios educativos y morales. Ese tipo de foristas no
aportan nada a la discusión y si generan odios y resentimientos. Muchos de eso foros se
convierten en cloacas, más que en sitios para debatir ideas. Entonces, se podría pensar que al
igual que en la Edad media, caracterizada por los dogmas religiosos, hoy son los dogmas
políticos los que nos rodean. Así, vemos como la Libertad de Expresión carece de valor cuando
se le utiliza como si la humanidad hoy viviese en un estado de naturaleza salvaje, como en su
momento lo expresaron Hobbes y Locke. Por ello, vemos muchos ciudadanos que salen en
manifestaciones que terminan en quema de banderas, pedreas, disturbios y la destrucción de
bienes básicos para el bienestar de la comunidad. Nadie puede olvidar que la Libertad de
Expresión, al igual que la libertad en general, termina donde empieza la de los demás.
Las innovaciones tecnológicas y la evolución cultural de los pueblos están ligadas a la
Libertad de Expresión y como tal han significado progreso, pero también censura. Así, cuando se
inventó la imprenta en 1440 surgieron limitaciones para difundir y propagar ideas. De esta forma,
solo en 1700 se consagró el derecho a imprimir, y pasado casi un siglo, se reconoció a los
periódicos el derecho a la crítica. Luego, fueron la electricidad, el telégrafo, el teléfono, la radio,
la televisión, el fax, las computadoras y los sistemas satelitales los que dieron un vuelco y un
impulso definitivo a los sistemas de comunicación y generaron un dominio de todos los medios
de información. Ese dominio fue muy bien aprovechado por las ideas totalitarias y racistas,
previa la Segunda Guerra Mundial, y por ello al terminar esta los países que fundaron la ONU,
reconocieron la Libertad de Expresión como indispensable en la coexistencia entre los pueblos y
como un derecho fundamental de todos los ciudadanos. En la Declaración Universal de Derechos
Humanos de 1948 se lee en su preámbulo: ‘los seres humanos, liberados del temor y de la
miseria, disfrutan de la libertad de palabra y de la libertad de creencias’.
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La Libertad de Expresión, como derecho que es, convierte al ciudadano en un defensor
contra la violación de otros derechos, contra la tortura, las ejecuciones extrajudiciales,
desapariciones y contra todo aquello que atente contra la dignidad de las personas. Por ello, se
considera que la censura a la Libertad de Expresión se constituye en una amenaza contra el
derecho a la vida. Así, muchas veces se produce la muerte de aquellos que se atrevieron a
expresar opiniones que no fueran del agrado del que ordena o comete el crimen. Censurar es
ocultar al mundo informaciones que podrían evitar muertes por millones, como ha ocurrido en
países afectados por la hambruna o informes sobre procederes que se han dado de empresas
farmacéuticas que experimentan sus productos con la población más pobre de algunos países del
tercer mundo. O como se atenta contra la salud de la población al restringir informes que tienen
como finalidad la prevención de enfermedades o la trasmisión de ellas. Igual ocurre cuando se
trata del daño ambiental que generan grandes empresas con la explotación de los recursos
mineros, o maderables (como ocurre en Colombia), donde no se tienen en cuenta las mínimas
condiciones que permitan una explotación adecuada sin generar problemas e inconvenientes en la
población. Es el caso de los ríos y el trato que se da a sus aguas, afectando en muchos casos las
plantas de tratamiento y acueductos que surten este preciado líquido a las poblaciones vecinas a
los sitios de explotación.
No obstante, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos es claro en reconocer
que la libertad de opinión no puede ser objeto de intrusiones, pero que la Libertad de Expresión y
de información conlleva deberes y responsabilidades específicas y como tal debe el respeto a los
derechos y a la reputación de los demás y la protección de la Seguridad Nacional, el orden
público y la salud y moral públicas. Sin embargo, no dejan de aparecer nuevas fórmulas de
censura, motivadas por la represión de algunos gobiernos, como es el caso de recurrir a la acción
penal, acusando a los implicados de sedición, o a la utilización de los llamados escuadrones de
choque, mediante los cuales se intimida y ataca a quienes esos gobiernos consideran enemigos
del régimen.
Como medio para impedir los abusos a la Libertad de Expresión, se creó en 1992 la red
electrónica conocida como IFEX (Intercambio Internacional sobre la Libertad de Expresión),
cuya sede está en Toronto, Canadá. Esta red utiliza este avanzado medio de comunicación para
alertar de forma oportuna, rápida y organizada, cada vez que se presenta un caso de censura en un
país. Es un buen ejemplo de utilización de la tecnología informática en su lucha contra la censura.
La ONU, dio un paso importante al crear un relator especial sobre la Libertad de Expresión y
cuya misión es recibir denuncias por parte de los ciudadanos afectados, o de las ONG, y
ponerlas en conocimiento de los gobiernos interesados. También, declararon el 3 de Mayo como
el Día Mundial de la Libertad de Expresión.
La Libertad de Expresión en Colombia
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En Colombia el manejo de la Libertad de Expresión se ha venido realizando por los medios de
una forma que se sale de su curso normal, para caer en una propia interpretación que ellos le dan
a la Libertad de Expresión y así cada uno de ellos actúa. Mientras, la población impávida disfruta
del espectáculo que esos medios montan y del cual incluso hacen partícipe a los ciudadanos. De
esta manera, la radio que se puede afirmar por su espectro territorial llega casi a todo el país, da a
la Libertad de Expresión su propia interpretación y muchos de sus programas se presentan como
si alguien les hubiera dado el poder de actuar como jueces y actúan soterradamente como tales.
Es típico escuchar un periodista que cuando se entera de algo lanza la noticia sin medir las
consecuencias de su acto e involucra a personas o funcionarios, como si estos llevaren ya en su
pecho el aviso de se busca. Esa noticia, tomada de oídas o de otro medio que de forma
sensacionalista la ha publicado, es manejada sutilmente, sin profundizar o investigar en ella, y
así el funcionario o persona aparece ya sindicado o señalado como culpable o corrupto.
En esos programas, que pretenden ser una especie de foros, impera la astucia y malicia del
periodista que anuncia o recibe al invitado utilizando el teléfono con este tipo de preguntas:
¿usted entregó el contrato de interventoría o hizo la adjudicación del contrato a quienes acaban de
ser señalados como promotores de la corrupción?, ¿por qué lo hizo? El funcionario que se alista
muy temprano para salir rumbo a su trabajo, sorprendido, solo atina a decir: eso fue hace como
tres años y todos los trámites respectivos se hicieron con la colaboración y presencia de la
Procuraduría, Contraloría y Fiscalía. Pensando filosóficamente y en Sócrates, éste respondería:
¿cómo lo hubiera hecho usted y por qué? Y así, surge con validez esta cita: “decir no es solo
decir. Decir es mostrar, demostrar, refutar, anudar, asumir, respetar, descubrir. No es revelar,
polemizar, escandalizar, sobreactuar.”(Torres, J. 2012:A6). Estos son valores producto de la
farándula, que hoy han desplazado el profesionalismo y la ética, que debe poseer quien funge
como periodista, no importando el medio de comunicación en el que realice o desempeñe su
labor.
Chomsky, parodiando a Walter Lippmann diría que el periodista está fabricando
consenso, o sea, imponiendo en los oyentes el aceptar algo que pueden no desear. El periodista
aquí está por un lado pensando en sí, pero procediendo como empleado obediente que busca dar
gusto a quienes lo dirigen y, por otro lado, enviando un mensaje al rebaño. Si volvemos a la
pregunta del periodista, vemos que esta conlleva una serie de interrogantes: ¿quiere señalar que
el funcionario que entrevista es corrupto? ¿Al hacerlo, mide las consecuencias de su intención en
cuanto el afectar la reputación y honra del funcionario? ¿Actúa motivado por el tema que plantea
o existe un interés solapado para afectar profesional o políticamente al funcionario? ¿Ha pensado
cómo, con su actuar, puede afectar la familia del funcionario? ¿Desconoce el efecto que sobre sus
oyentes tienen sus palabras? Es allí precisamente, donde cabe recordar a ese tipo de periodista
esta cita:
“no tenemos filosofía, no tenemos arte, no tenemos estética. Tenemos palabras y no sabemos
usarlas. Tenemos siempre los mismos giros, las mismas afirmaciones, las mismas estructuras.
El periodismo puede hacer cosas para su propia salud, cuidar su esqueleto, afinar sus esquinas,
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barnizar sus cantos. Pero, nada de eso interesa a los periodistas: porque pensar en términos
estéticos es cosa de filósofos y no de periodistas.” (Torres, J. 2012)
Nadie puede ignorar que la Libertad de Expresión, al igual que la libertad, termina donde
empieza la de los demás. La Revista Arcadia preguntó, respecto al papel que han desempeñado
los filósofos colombianos en la discusión pública nacional: ¿Dónde están los filósofos? Las
respuestas no se hicieron esperar, y así, mientras unos descalificaban la autoridad de la revista
Arcadia, otros enfilaron baterías contra los tres filósofos que participaron en la entrevista del
artículo en mención y contra el periodista autor (que parece que estudió filosofía). De esta
manera, uno se queja por la visión que a nivel mundial en el campo de la filosofía se tiene del
empleo del castellano y “la nostalgia de no poder escribir en una lengua que si mereciera ser
considerada filosófica” (Mejía. 2011). . Otro, afirma que “no hay lugar para la filosofía, porque
ella es lugar para filosofar” (Gomez, C. 2011). Adriana Roque, expresa:
“la filosofía no se muestra en el espacio público, porque no tiene nada que decir,
porque quienes escriben de ella están en una Torre de Marfil. Y porque el autor del artículo en
mención, olvidó, la existencia de grupos filosóficos de investigación, las innumerables
publicaciones filosóficas de las universidades, y que se ignorara nombrar a Guillermo Hoyos,
considerado el filósofo de mostrar en Colombia” (Roque. 2011).
Continuando con este tema, Sergio Roncallo nos dice: “De esa Torre de Marfil que esos
maestros construyeron, reclaman a una generación lo que ellos no supieron mostrarle sobre lo que
es filosofar, y la pertinencia de la filosofía en una sociedad que reclama hace rato ser pensada.
Esa Torre de Marfil, ha llevado a que las personas se pregunten ¿para qué sirve la filosofía?” El
artículo en mención expone que la realidad son los medios de comunicación, y que esos medios
han usufructuado la unión con cierto grupo de intelectuales para aprovecharse de la falta de
educación e ilustración de la población. Y todo, como estrategia para anular la capacidad de
deseo y pensamiento del pueblo.
El pueblo colombiano no puede ser mirado como, según dice la tradición, le sucedió a un
campesino cuando Nikita Kruschev visitó un caserío ruso y le dijo: “camarada, veo el comunismo
en el horizonte” ¿Qué es el horizonte, camarada? Preguntó el campesino. ¡Estúpido! Consulta el
diccionario, le respondió Kruschev. Mientras el primer secretario regresaba a Moscú, el
campesino fue a la escuela de la aldea y le pidió a un maestro que le ayudara a buscar el
significado de la palabra horizonte. El maestro abrió el grueso volumen y leyó en voz alta:
“Horizonte: línea imaginaria que separa el cielo de la tierra y que se aleja a medida que
avanzamos”.
Chomsky define ese tipo de intelectuales, como teóricos de la manipulación de la
democracia, y cuya función es servir obedientemente y endulzar el oído a los reales dueños del
poder. Es así como de esta manera esos intelectuales ocupan los puestos ejecutivos, mientras al
resto de la población se la hace a un lado en la toma de decisiones y se le distrae con programas
televisivos, llenándola de mensajes que promueven el consumismo y el modo de vida familiar,
según lo dicen las diversas propagandas. Los medios de comunicación que así actúan lo hacen
32
con el claro fin de mantener a los ciudadanos distantes de los temas importantes para el desarrollo
de la sociedad e infundir en el pueblo las políticas que interesan a quienes detentan el poder
económico. Estas tácticas hacen que el pueblo olvide las elevadas sumas de dinero que se
invierten en el gasto militar y que normalmente beneficia al círculo de amigos que rodea el
gobierno de turno y que a la larga son quienes aportan para las campañas políticas de los partidos
que les son afines. La siguiente cita de Chomsky es clara: “el cuadro que se le presenta a la gente
no tiene la más mínima relación con la realidad, ya que la verdad sobre cada asunto queda
enterrada bajo montañas de mentiras.” (2004:25) Este panorama del que nos habla Chomsky
implica aumento de la pobreza, disminución de la inversión social y en especial en la educación y
cultura. Todo esto obliga a distraer el rebaño (población) y por ello existe en la televisión
proliferación de novelas, aumento de los espacios deportivos y que los medios incentiven el
miedo y temor en la población con supuestos o reales enemigos.
Sin embargo, no podemos olvidar que Chomsky afirma que, si no damos credibilidad a
la Libertad de Expresión para la gente que no nos agrada, no estaremos creyendo en la libertad de
expresión. Entonces, la Libertad de Expresión debe ser amplia y sin ataduras de ninguna
naturaleza, y si no compartimos las ideas o expresiones de otros, no por ello los vamos a
amordazar ni impedir sus ideales. Pero esto no es excusa para olvidar que, como hemos repetido,
la Libertad de Expresión al igual que la libertad llega hasta donde llega la del otro. La sociedad
colombiana, que vive en una democracia restringida, posee unos medios de comunicación que
muestran una tendencia de apoyo a los políticos del gobierno de turno y por ello nunca están del
lado de la oposición, aunque tratan de mostrar a la opinión pública una cierta neutralidad.
Adicionalmente, la política y manejo de la publicidad oficial es un imán que une fuertemente el
eje medios de comunicación-gobierno.
Sin embargo, la competencia entre los diversos medios es tan fuerte que ninguno de ellos
pierde la oportunidad ante noticias que impacten la opinión pública, y más si estas, en un
momento, representan o dan la oportunidad de un escándalo. Por ello, nuestra sociedad se ha
venido acostumbrando a las denuncias que sobre corrupción se hacen a diario, y se ha llegado a
un punto aberrante, propiciado por el paquidérmico accionar de la justicia. Esos mismos medios,
han magnificado entidades y personas y a más de lucrarse con la publicidad que esas mismas
personas y entidades les otorgan, forman una especie de contubernio, mediante el cual se
muestran ante la sociedad como poderosos. Y cuando estalla el escándalo, mientras unos se
rasgan las vestiduras, otros se esfuman o desvanecen con la complicidad de esos mismos medios.
Surge así, la pregunta: ¿y la Libertad de Expresión, qué ha pasado con ella? Y la respuesta
analizando nuestro entorno podría ser: 1) Que los medios de comunicación en general, muestran
un tipo de periodismo ansioso de presentar a toda hora temas de corrupción, donde el Estado ha
sido ineficaz en la aplicación de justicia. Esto ha llevado a la opinión pública a un estado de
pasividad, incredulidad y prevención. Hoy se pasó de lo que antes se conocía como la chiva o sea
la primicia de la noticia, a la denuncia constante para aumentar audiencia, pero olvidan que con
ello está disminuyendo la credibilidad institucional. Y esto, expresado por un conocido
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periodista y comentarista como Casas Santamaría, amerita y así lo sugiere él, “un decisivo y
franco debate donde se analiza la propiedad y conducta de los medios y de los periodistas, para
esclarecer la verdad, y evitar la manipulación de la Libertad de Expresión.”(2013: 42). Un claro
reclamo de conocido y experimentado periodista, que nos demuestra que no andamos
desubicados y que ese debate amerita la oportuna intervención de los filósofos colombianos en
dicho tema.2) Que un canal de comunicación creado por los medios en internet para que la
opinión pública se exprese en todos los campos ha sido tomado gracias al anonimato por los
malos ciudadanos que vierten en el toda su ira soez y sucia, descargando barbaridades e insultos.
Y lo grave, que no hay castigo por ello. 3) Si dirigimos la mirada al ámbito internacional, vemos
como el presidente Correa, de Ecuador, en actitud razonable expresa con relación a la Libertad de
Expresión: “Existe una contradicción entre la propiedad privada de los medios de comunicación
y la función social que es pública, de comunicar” (2013: A8). Y tiene razón, ya que la realidad
nos muestra que los medios de comunicación son utilizados por sus propietarios para beneficiar
económicamente otras empresas de las cuales también son propietarios, tal el caso de los bancos.
En Colombia, es claro como El Tiempo propiedad de Luis Carlos Sarmiento Angulo,
soterradamente divulga titulares para beneficiar al Grupo Aval, ocultando a la opinión pública
que ese grupo es también propiedad de Sarmiento Angulo. Allí hay una infracción a normas
regulatorias financieras, pero además importante resaltar cómo se eluden la ética y la moral o ese
imperativo categórico del deber ser que nos enseñó Kant. En Argentina, el gobierno de la
presidenta Cristina Fernández, sostiene enconada lucha desde el 2008 con el grupo Clarín, el
mayor grupo multimedia argentino. Y todo porque Clarín se opuso a la política agropecuaria del
gobierno de subir los impuestos a las exportaciones de granos y al hacerlo se puso del lado de los
productores agropecuarios. En represalia el gobierno argentino logró que el congreso le aprobara
una Ley de Medios, que fija normas de control y restricción que afectan los intereses económicos
de Clarín.
En la reciente Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), realizada a
mediados del segundo semestre de 2013, su presidente presentó un panorama nefasto para el
sector del periodismo latinoamericano: “14 periodistas asesinados, tres que tuvieron que
abandonar su país, y dos que fueron expulsados de Nicaragua” (2013: A 9). En Estados Unidos,
el tratamiento que el gobierno de Obama da a la libertad de prensa es desolador; tanto así, que se
considera que la promesa de Obama de un gobierno abierto y transparente riñe con la realidad,
pues las estadísticas muestran que su política de persecución bajo las leyes de espionaje, ha
llevado a considerar que en su administración “se ha procesado a más funcionarios
gubernamentales por presuntas filtraciones, que en todas las administraciones anteriores hasta la
de Reagan” (2013: A9). A este desolador escenario, se suman Ecuador, Venezuela, Argentina, y
otros países donde se muestra un desmesurado interés por acabar con la Libertad de Expresión,
como medio para que la gente no conozca lo que pasa y sucede en su entorno.
Respetar la opinión ajena no es fácil. Si ésta es de nuestro agrado se tolera, si no, lleva a
ser controvertida. Encontrar el equilibrio adecuado es la clave. ¿Afrontarán el reto los filósofos
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colombianos? Creo oportuno traer a colación la cita del filósofo Karl Popper “tenemos que hacer
planes para la libertad y no solo para la seguridad, por la única razón de que solo la libertad
puede hacer segura la seguridad”. (2012:33). Popper nos advierte que la prioridad de los
ciudadanos debe ser la libertad, pues es esta en toda su dimensión la única que nos garantiza todo
lo demás. Así, si recordamos lo que hemos visto con anterioridad y lo que está sucediendo en el
entorno internacional que rodea a Colombia, es prioridad que el Estado respete y no se entrometa
en la Libertad de Expresión y en el accionar de la libertad de prensa. Más, como ente máximo,
debe regular el desenvolvimiento de los medios de comunicación en el manejo que hacen de esta
clase de libertades, que se constituyen en derechos fundamentales del ciudadano, y llevan a la
aparición de la libre expresión en el campo público. Estos son un pilar de la democracia, y por
ello esta y la Libertad de Expresión deben coexistir unidas.
Ahora bien, para una mejor comprensión recordemos las normas y artículos que
clarifican y ratifican ante el mundo los principios sobre los cuales se cimenta la Libertad de
Expresión: la sesión que inauguró la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1946 declaró
que ‘la Libertad de Expresión es un derecho fundamental y el punto de partida de todas las
libertades a las que está consagrada la ONU’. En la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, en el artículo 19 expresa ‘todo el mundo tiene derecho de expresarse y opinar
libremente, este derecho incluye la libertad de exponer opiniones sin injerencias y de recibir e
impartir información e ideas a través de cualquier medio y más allá de cualquier frontera’. La
Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades, la Carta
Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, la Convención Americana de Derechos
Humanos y la Declaración de Chapultepec en la Conferencia Hemisférica señalan que no hay
sociedades ni personas sin Libertad de Expresión y de prensa. Y que todas las personas deben
tener igualdad de oportunidades para recibir y buscar información a través de los medios de
comunicación en general, sin discriminación de raza, política, color, religión, sexo, o de cualquier
condición social.
Recordando a Francisco José de Caldas, quien expreso “mis rodillas no se doblan delante
de ningún filósofo”, (1942: 137) pienso que sin irse a los extremos, sí se puede crear conciencia
que la filosofía si puede aportar a la difusión y correcto uso y manejo de la Libertad de Expresión
y a la libertad de prensa en Colombia. Para ello se requiere orientar a todos los medios de
comunicación para que pasen a la etapa de educación y preparación de la opinión pública en este
sentido. Igual debe suceder con el sector oficial y sus funcionarios, para que en una democracia
diáfana, se piense realmente en la tolerancia y bienestar del pueblo, e incluso pensando
utópicamente se busque la tan anhelada felicidad de la que nos habló Aristóteles. Bien cabe aquí
esta expresión de Marco Aurelio “¿Qué puede guiar a un hombre?”(2008:145. Y su respuesta
contundente ‘La filosofía’.
Hoy en la televisión, que es el medio masivo de mayor auge en la población, uno de sus
objetivos es dirigir y llevar la opinión pública a comprar. De esta manera, los valores pierden su
significado, pues, como bien lo dijera Estanislao Zuleta “las personas piensan solo en conseguir
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el dinero como sea para consumir, lo que lleva a pensar que el dinero es Dios, pues convierte el
consumo en felicidad”. Allí, tiene razón Zuleta, cuando tilda la televisión como generadora de
violencia, ya que el afán de éxito y consumo lleva a muchos a infringir la ley para alcanzar su
objetivo de consumir. Así las cosas, la filosofía puede aportar a este medio de comunicación, para
que se convierta en un medio educativo de formación del ser humano y de la sociedad en general.
Seguidor del filósofo Fernando Savater, comparto su pensamiento respecto a que “la filosofía no
es la revelación hecha por quien lo sabe todo al ignorante, sino el diálogo entre iguales que se
hacen cómplices en su mutuo sometimiento a la fuerza de la razón y no a la razón de la fuerza
(2008:2)
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CONCLUSIONES
La Libertad de Expresión, que como cualquier libertad, tiene límites y debe como tal ser limitada,
pues está el otro, que también exige y reclama con razón por sus derechos, debe plantear un
efectivo control y respeto de los poderosos medios de comunicación, para que todos sus
miembros conozcan los límites que les incumben. Para nadie debe ser secreto que esos medios
están en el poder y son propiedad de grandes corporaciones, o de quienes detentan el poder
económico en el país. Adicionalmente, la subsistencia económica de los medios de comunicación
se basa en la publicidad que reciben de ese conglomerado económico y del gobierno. También se
debe reconocer que la producción de noticias diarias de esos medios proviene de esos grupos
económicos y del gobierno. Y esto lleva a la injerencia de esos grupos económicos tan fuertes a
orientar en los medios sistemáticas respuestas, cuando se trata de desviar sus opiniones. Como si
fuera poco, existe una marcada tendencia a rechazar y ocultar las ideas que provengan de los
grupos que ellos consideran opositores o de izquierda.
Los filósofos colombianos deben ser un colectivo activo y actuante dentro de la sociedad,
y esta debe conocer y apoyar las ideas y proyectos que de allí salgan. Los medios en general se
deben congregar para proceder a un cambio de rumbo en cuanto a la difusión y manejo correcto
de la aplicación de la Libertad de Expresión y la libertad de prensa. Ellos serán los primeros
beneficiados, pues dejarían de ser medios de información para convertirse en verdaderos medios
de comunicación, que es el anhelo de las verdaderas democracias participativas. También, la
Filosofía se beneficiaría al estar más cerca de la sociedad aplicando su sabiduría y demostrando
al pueblo, que seguidores de los pensamientos que nos dejaron los griegos quieren fortalecer los
ciudadanos con sus conocimientos y ratificando que la Filosofía sirve y para mucho.
En estos momentos de crisis política y social de nuestro país, la Filosofía y los filósofos
colombianos tienen algo que decir. La opinión pública requiere aprender a filosofar, para que se
pueda defender de quienes a veces se creen poseedores de la verdad y realmente lo que hacen es
que los demás caigan en el error. De esta forma la filosofía no será solo conocimiento sino que se
volverá práctica, y se convertirá en un arte de vivir y de construcción de mundo. Y los medios
corregirían su rumbo al comprometerse con una función interpelante que reclama la sociedad.
Recordemos que, en el curso de la historia, muchos filósofos nos han hecho ver que
filosofar es provocar en todos y cada uno de nosotros el romper esos lazos que nos amarran a las
necesidades de la vida. Luego, profundizando en esos lazos, encontramos que el filosofar elimina
la pasividad y los prejuicios que poseemos y nos lleva a pensar y actuar por nosotros mismos.
Adicional, ese filosofar nos ha de producir el asombro que pregonaban los griegos con Platón a la
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cabeza, para significar la actitud del hombre amante de la sabiduría. O recordar a Sócrates, para
asimilar en el pueblo que sobre la ignorancia se empieza a filosofar, y de allí, su “solo sé que
nada sé”. El filosofar nos ha de llevar a pensar, sentir y actuar y ha de ser más productivo, si
como Kant nos enseñó, ese filosofar es producto de la razón y expuesto en lenguaje limpio y
puro y no intimidante o que parezca impuesto. Y será por ese camino que conoceremos que es lo
que queremos para nuestra vida.
Ahora bien, si logramos convocar y hacer realidad el colectivo de filósofos colombianos,
estaremos además estimulando y proyectando un pensamiento propio latinoamericano donde se
resalten nuestra raíces, nuestra historia y todo lo nuestro. Así, contrarrestamos la gran falla en la
que permanecemos, pues en muchos textos es fácil encontrar que muchos filósofos y pensadores
occidentales analizan y concluyen que se debe ahondar en esos aspectos para lograr el cambio
que requiere nuestra sociedad latinoamericana. Solo profundizando en nuestra realidad se logrará
hacer filosofía latinoamericana. Pero, no debemos olvidar que ese pensar tiene que ser original,
de cada uno.
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Bibliografía
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