FILOSOFÍA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN COLOMBIA: UNA APROXIMACIÓN Trabajo de grado previo a la obtención del título de filósofo Presentada por: LUIS ALBERTO FORERO CORCHUELO DIRECTOR: DIEGO AGUDELO GRAJALES DIRECTOR DPTO: EVER EDUARDO VELASCO PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI FACULTAD DE HUMANIDADES CARRERA DE FILOSOFÍA CALI VALLE 2014 NORMATIVA ARTÍCULO 23 de la Resolución No.13 del 6 de Julio de 1946, del reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana. “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus trabajos de Tesis. Solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católica y porque la Tesis no contenga ataques o polémicas puramente personales, antes bien, se vea en ellas el anhelo de busca en ellas la Verdad y La Justicia” Nota de aceptación: __________________________________ Diego Agudelo Grajales, PHD. Director _______________________________ Victor Julio Romero ______________________________ Jesús María Carrasquilla Santiago de Cali, 2014. AGRADECIMIENTOS La realización de este proyecto en esta etapa de mi vida, fue posible por el apoyo en todo momento de mi esposa e hijos. Ciento una infinita alegría de haber alcanzado algo que para mí era un sueño y más cuando fue producto de un esfuerzo y lucha por un camino de la vida que yo formé y orienté. Fue un tiempo de adquirir conocimiento que fue bien trasmitido por y con la colaboración de quienes fueron mis profesores en todas las materias, y de quienes siempre tendré un gratísimo recuerdo. A mi esposa, a mis hijos, a todos mis profesores y en especial a mi tutor Diego Agudelo, y a los profesores Ever Velasco y Jesús Carrasquilla, un reconocimiento especial por la colaboración, y comprensión de la situación que se me presentó al final de mi carrera y en especial cuando estaba preparando este trabajo de tesis. A los jóvenes compañeros de la carrera y demás facultades con quienes compartí y al conjunto de personas que conforman la universidad: gracias. Todos ellos hicieron posible la feliz culminación, de un anhelo y sueño que se convirtió en realidad. CONTENIDO Introducción. La libertad de expresión en la Constitución Política de Colombia. 7-8 8-9 La Opinión pública y la Libertad de expresión en Colombia. 9-11 1 Capítulo Reflexiones filosóficas y conceptos sobre la libertad de expresión Antecedentes. 12-13 Edad Antigua. 13-16 Edad Media. 16-18 Edad Moderna. 18-20 Edad Contemporánea. 20-25 2 Capítulo Libertad de Expresión en Latinoamérica y Colombia. 26-27 Límites a la Libertad de Expresión. 27-30 La Libertad de Expresión en Colombia. 30-36 Conclusiones 37-38 Bibliografía 39-41 “Para que las supremas autoridades del Estado conserven mejor el poder y no haya sediciones, es necesario conceder a los hombres la libertad de pensamiento y gobernarlos de tal forma que, aunque piensen de distinta manera y tengan ideas manifiestamente contrarias, vivan en concordia. Es indudable que esta forma de gobernar es la mejor y la que tiene menos inconvenientes, pues concuerda mejor con la naturaleza de los hombres. En efecto, en el estado democrático (que es el que más se acerca a lo natural) todos acuerdan actuar según leyes comunes, pero no pensar igual; es decir, como todos los hombres no pueden pensar y razonar igual, han pactado que lo que recibiera más votos tuviera fuerza de ley y que podrían cambiar esa ley si encontraban algo mejor. Así pues, cuanta menos libertad para expresar su opinión se concede a los hombres, más lejos se está de lo más natural, y por tanto, con más violencia se gobierna” (BARUCH. SPINOZA) “A fin de ilustrar más completamente el error de negarse a oír a determinadas opiniones porque nosotros, en nuestro propio juicio, las hayamos condenado, será conveniente que fijemos la discusión en un caso concreto; y elijo, preferentemente, aquellos casos que son menos favorables para mí, en los cuales el argumento contra la libertad de opinión, tanto respecto a la verdad como a la utilidad, está considerado como el más fuerte.” (JOHN STUART MILL) INTRODUCCIÓN La Libertad de Expresión, como derecho fundamental que profesa toda persona cuando expresa sus ideas, no importando si estas son filosóficas, políticas o religiosas, se constituye en una de las bases de cualquier democracia 1 y está garantizada y respaldada por el apoyo de instituciones internacionales como la ONU, y también amparada en la Constitución Política en su artículo 20. Como tal, se constituye en un derecho colectivo e individual, que está relacionado estrechamente con la libertad de opinar y de informar. Hoy, se nos presenta a todos un nuevo escenario que se infiere desde el diario vivir y es lo que representan los medios de comunicación, para las sociedades modernas. Así pues, los medios de información y comunicación, se constituyeron en un poder que tiene injerencia en los gobiernos de todo el mundo, con unas consecuencias en el momento impredecibles para los diferentes Estados y para los ciudadanos que han visto cómo en muchas oportunidades se tergiversan y falsean las noticias. No obstante, hay que reconocer que el auge de la prensa en el mundo, la ha llevado a ser considerada como el cuarto poder después de los tradicionales poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Se considera en la historia que el calificativo de cuarto poder ha sido dado por la sociedad civil como parte de la democracia y con el fin de equilibrar el impacto de los otros tres poderes y garantizar la libertad, como en su momento lo planteó Montesquieu. Posteriormente, la creciente y masiva aceptación del internet y la influencia de las redes sociales, dio vida a un quinto poder, haciendo así una división de poderes entre los medios de comunicación. La prensa escrita como pionera, y luego la radio y la televisión vieron cómo, a medida que pasaba el tiempo surgían nuevos inventos que transformarían los medios de comunicación y llegarían a la opinión pública con una fuerza inusitada debido a su novedad. Según el filósofo Noam Chomsky, hace doscientos cincuenta años David Hume concluyó que un gobierno se basa en el control de la opinión. “Cuanto más libre y popular es un gobierno, resulta necesario controlar la opinión para garantizar el sometimiento a los gobernados. La población solo puede ser espectadora, pero nunca participante, y siempre se le debe excluir por completo del escenario económico, que es el centro de lo que sucederá en esa sociedad.” (2012: 147). La historia nos muestra cómo los diversos gobiernos y Estados, buscan la manera de controlar y someter a los ciudadanos y para ello acuden a veces a medidas represivas y en otras oportunidades buscan la colaboración de los propietarios de los medios para manipular las informaciones. Los Estados, siempre en esas condiciones distraen las sociedades de tal forma que 1 Twain, Mark. (2004) Expresó: “Es por la gracia de Dios que, en nuestro país, tenemos esas tres preciosas cosas impronunciables: libertad de expresión, libertad de conciencia, y prudencia para nunca practicarlas” The Following the Equator. Connecticut. USA. 7 aparezcan otros aspectos para evitar que los ciudadanos conozcan a fondo la realidad de los problemas sociales que les aquejan y la búsqueda de las soluciones respectivas. Son precisamente estos temas los que generan inquietud y por ello debemos incursionar y preguntar si la filosofía como pionera en el tratamiento y conocimiento de los problemas, debe aportar a la Libertad de Expresión en Colombia buscando caminos que conduzcan a mejorar la relación que existe entre los medios de comunicación e información y la opinión pública2. Para ello, los ciudadanos en general deben conocer y aprender a filosofar y, esos medios se deben preocupar más por trasmitir en sus informaciones conocimiento y dejar a un lado la información ligtht. Para lograr lo propuesto hemos de conocer el aporte y concepto de los pocos filósofos colombianos que han opinado sobre el tema, como Estanislao Zuleta, Luis Ríos P, Fernando Mejía, y la contribución al respecto del filósofo lingüista estadounidense, Noam Chomsky. Entonces, trataremos el tema de la Libertad de Expresión, vista desde la perspectiva de los aportes que al respecto pueden hacer los filósofos en Colombia. Para abordar el tema, iniciamos con una exposición breve sobre lo que establece nuestra Constitución Política al respecto y la imagen que ante la opinión pública tiene la Libertad de Expresión en Colombia. Continuamos, en el capítulo uno, con los antecedentes desde la reflexión filosófica que hicieron los filósofos griegos interesados en la Libertad de Expresión, y luego la reflexión que sobre la Libertad de Expresión hicieron filósofos cómo John S. Mill, John Rawls, John Milton, Norberto Bobbio, Karl Popper, y Noam Chomsky. En el capítulo II, brevemente conoceremos el tratamiento dado a la Libertad de Expresión en Latinoamérica y en Colombia. Luego, vendrán las conclusiones finales. Durante todo este trabajo, resaltaremos en mayúsculas Libertad de Expresión como muestra de su importancia en el diario vivir de la sociedad. La libertad de expresión en la Constitución Política de Colombia. La Libertad de Expresión, como derecho esencial que posee cualquier persona para expresar sus ideas y pensamientos libremente se encuentra reglamentada en nuestra Constitución Política, En artículo 20 de la Constitución Política de Colombia de 1991 se lee: “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.” Igualmente, en el artículo 73 de la Constitución Política de Colombia se lee: “La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional”. Por esta razón, podemos observar cómo la misma Constitución Política en su artículo 20 por un lado, enfatiza claramente que sin excepción todos y cada uno de los colombianos somos 2 Habbermas, J. Señala a la opinión pública, “como un estado de creencia común y de conocimiento natural que es multiplicado por los medios que se caracterizan por la información, pensamiento e ideas, y constituyen una dinámica de interacción comunicativa generadora de opinión, consenso, y voluntad común, en estrecha relación con el poder político” (1981) 8 libres de opinar y expresar ideas, y de informar de manera cierta y verdadera sin buscar parcialidad en ningún caso. Al permitir la fundación de medios masivos de comunicación la Constitución otorga libertad a los fundadores, pero también los responsabiliza por sus actuaciones ante la sociedad, y al garantizar el derecho a la rectificación aclara que ésta debe ser equitativa. Es aquí donde la realidad nos muestra que cuando se dan estos eventos, la mayoría de los medios elude y esquiva en muchos casos esa rectificación. Y si lo hacen, es de tal forma que son pocos los que se enteran de dicha rectificación. Ese irresponsable actuar de los medios obliga a los afectados a acudir a la justicia para defender ese derecho a la rectificación. Por el otro lado, nuestra Constitución Política garantiza el ejercicio del periodismo en libertad y con la independencia profesional que le corresponde, y es clara en cuanto a la censura, ratificando que ésta no tiene cabida en el Estado colombiano. La opinión pública y la libertad de expresión en Colombia. Para desarrollar este tema conoceremos un poco de historia para ver la forma como se han desenvuelto los medios y poder así hacernos estas preguntas y conocer las respectivas respuestas: ¿Cuál es el papel que prestan y realizan los medios en la sociedad? ¿De qué manera la Filosofía ha estado imbuida en esa actividad como crítica y de la cultura establecida de la sociedad? ¿Es posible hacer un paralelo entre los medios y la filosofía? Así, la historia nos cuenta cómo el filósofo y precursor de la independencia Antonio Nariño, fue una de las primeras personas que sufrió o tuvo que ver con el tema de la Libertad de Expresión en La Nueva Granada, a raíz de la publicación del panfleto con los Derechos del Hombre, que le valió tantos años de prisión y destierro en África, América y España. También, el Libertador Simón Bolívar, como partidario de la información veraz, y amante de la verdad, estaba en contra de la manipulación de la información, la cual tiende a tergiversar su verdad, objetividad e imparcialidad. Consciente del poder de penetración de los medios de comunicación, impulsó la Libertad de Expresión y redactó una legislación innovadora en su proyecto de Constitución. No obstante, hablar de los medios de comunicación es pensar en el papel que han desarrollado desde su creación y aparición en la sociedad colombiana, su auge y progreso al día de hoy y cómo han llegado a convertirse en un poder que incide en todos los aspectos de la vida de las personas. Fue la prensa escrita, la pionera en el campo de la comunicación, la que nos trajo las noticias y el acontecer del país. Hasta que apareció la radio, que tuvo un campo de acción mucho más amplio, pues podía llegar a un mayor segmento de la población. De esta forma, las noticias llegaban en forma directa y recién sucedían los hechos. Ambos medios se fueron modernizando y cada día mejoraba la señal de radio y la llegada de los diarios a las ciudades y poblaciones. 9 Más adelante, apareció la televisión que revolucionó con sus imágenes el diario vivir y acontecer de los colombianos. Así, la novedad de acceder rápidamente a lo que pasa en el entorno y en el país, alegró a los colombianos que jamás imaginaron que, con el transcurrir del tiempo y con la modernización de equipos y tecnología, se crearía un monstruo de mil cabezas capaz de cambiar el sentir y el pensar, hasta llegar a manipular los sentimientos de la población. De esta manera, la cantidad de noticias que se genera día a día, y el manejo de ellas y la expectativa que crean en el lector amerita conocer e investigar cuál es realmente el manejo que los medios de comunicación dan a la Libertad de Expresión y el papel que en ellos puede desempeñar la filosofía. Como se ve, la importancia es suma, investigar y conocer sobre ella es vital para la Libertad de expresión y la Filosofía, así como para el pueblo que, al final ha de ser el favorecido, si logramos que se reconozca su importancia para la vida y con ello se motive a filosofar. Muchos filósofos han hecho su aporte al tema de la Libertad de Expresión. Es el caso de Cornel West, que en su obra Los asuntos democráticos, nos dice cómo Sócrates en la Apología de Platón expresaba que el hablar claro (parresia) era la causa de su impopularidad. West quiere resaltar la oposición de Sócrates a los sofistas, que empleaban argumentos astutos, pero falaces, y reclamar que se requiere de ese tipo de energía en el pensamiento, para atacar el sofismo imperante al que acuden las élites políticas y sus comentaristas mediáticos de oficio. Ahora bien, West nos habla también del nihilista político para referirse a aquél personaje poderoso que se obsesiona por sofocar cualquier crítica a ese poder. Éste apelará a astutos argumentos y a cualquier estrategia, sin importarle el dolor y sufrimiento que ocasione con su accionar. Le interesa solo conseguir poder y control. Mientras, los periodistas y comentaristas de derecha actúan con una venia superficial ante los poderosos, y es preocupante la restricción sobre la información veraz. West resalta que son más preocupantes y se constituyen en amenaza quienes creen y aparentan dar papel primordial a la prensa libre y equilibrada, pero que están siempre dispuestos y listos a ceder a las presiones, que quitan la independencia del informador y que, en muchos casos, desbordan en violencia y corrupción. La importancia y trascendencia que tienen hoy los diversos medios de comunicación no podrán entenderse si no se los analiza, más ahora que se han constituido en lo más importante para compartir ideas, problemas, proyectos, y sentimientos, que conducen a las preguntas que llevan al filosofar que pregona la filosofía. Por tanto, volvamos a las preguntas planteadas al inicio de este numeral: ¿cuál es el papel que prestan y realizan los medios de comunicación en la sociedad? Se puede decir que su actuar es más de información, que llega al lector la mayoría de las veces con un sesgo que carece de conocimiento y que, cuando se trata de problemas que tienen que ver con el cubrimiento de las necesidades sociales por parte del Estado, se manipula y tergiversa. Igual sucede con los temas políticos y económicos. Esto genera, en un amplio sector de la población, zozobra y desconfianza tanto en las instituciones como en los mismos medios. Medios que soterradamente e influenciados por el gobierno, dedican sus espacios a temas que distraen la opinión pública. 10 Así, el deporte y la farándula pasan a tener un protagonismo amplio y a veces desmesurado. Ese protagonismo es entendible si es para resaltar el esfuerzo deportivo, aun conociendo las carencias en muchos aspectos de nuestros niños y jóvenes que practican el deporte competitivo. En la farándula, sus informes rayan en lo banal, como cuando un diario escrito dedica página completa con foto del protagonista con el titular Ricky Martin confiesa que se separó de su novio. Respecto a la segunda pregunta: ¿De qué manera la Filosofía ha estado imbuida en esa actividad como crítica y de la cultura establecida de la sociedad? Podríamos decir que la influencia de la Filosofía en los medios colombianos de comunicación es poca y se limita al trabajo individual y por contrato de unos pocos filósofos-periodistas, que escriben sobre temas variados del diario acontecer y que, de cuando en cuando, nos comentan algún artículo que llega del exterior. Debemos entender que en esta respuesta, en ningún momento se está desconociendo la labor académica, ni los seminarios o foros que realizan los filósofos que están dedicados a esa actividad. Pero todo esto se desarrolla prácticamente en círculos cerrados a donde no tiene acceso la opinión pública. Todos aquellos filósofos que nos han enseñado y dejado su legado a la historia, generación tras generación, cuando escribieron en su momento; ¿no lo hicieron motivados por lo que sucedía en su entorno? Por consiguiente, por qué desconocer que, en la misma forma, los filósofos colombianos pueden y deben acceder a nuestro entorno y llegar a la comunidad en general con el apoyo de los medios de comunicación, para que estos trasmitan a la ciudadanía conocimiento. En cuanto a la tercera pregunta, planteada al inicio de este numeral; ¿es posible hacer un paralelo entre los medios y la filosofía? Encontraríamos que en el momento la respuesta es precaria, por cuanto se trata de dos discursos que andan cada uno por su lado, con fines distintos y donde ninguno de ellos reconoce la importancia que significa su unión para beneficio de la sociedad en general. Debemos considerar que llego esa esperada hora de la unión de estos dos vitales lenguajes, más cuando por todas partes se nos habla de reconciliación y paz tan urgente para la vida y rumbo de una nación y sociedad martirizada en todo sentido, y que reclama al unísono por un radical y efectivo cambio en el sentir y vivir de todos y cada uno de sus integrantes. 11 CAPITULO I REFLEXIONES FILOSÓFICAS Y CONCEPTOS SOBRE LA EXPRESIÓN LIBERTAD DE Antecedentes Para desarrollar este capítulo acudiremos a los conceptos y aproximaciones que sobre la Libertad de Expresión han hecho algunos filósofos a través de las diversas épocas de nuestra historia. Si, como se dice, la filosofía busca la conexión de todas las cosas y enriquecer el mundo y exige no engañarnos y no aceptar como evidente lo que no es, en la presente monografía veremos cómo la Libertad de Expresión ha sido objeto de reflexión filosófica desde el pensamiento griego, pasando por el pensamiento medieval, moderno y contemporáneo. El problema de cómo justificar la Libertad de Expresión en la acción humana, ha merecido los mayores esfuerzos de diversos pensadores. En el mundo griego, la Libertad de Expresión fue comprendida a partir de dos grandes enfoques: 1) el platónico y 2) el aristotélico. Estos dos enfoques constituyen los caminos por los cuales se han ofrecido fundamentaciones sobre la Libertad de Expresión en el mundo occidental. El enfoque platónico privilegió la idea de que la libertad presupone la capacidad humana para ser dueño de la propia vida: “la condición de la libertad es ser de muchos deseada y en pocos empleada” (Platón, 2003: 25) y “no perdáis por viciosos lo que han ganado en esfuerzo, porque la libertad tiene menos necesidad de cordura para su conservación, que esfuerzo para ganarse” (Platón, 2003: 31). El enfoque aristotélico reivindicó la tesis de que la libertad es ejercicio entre iguales determinados por circunstancias sociales y culturales comunes. Destacaba que solo los ciudadanos eran libres y que eran ellos los que debían participar activamente en el desarrollo del gobierno. Ahora bien, en este trabajo analizaremos algunos filósofos que han dejado a la humanidad un legado que se puede consultar y por esto acudiremos a ellos como autores objeto del análisis de la presente monografía. No olvidando que a través de la historia se conocen los conceptos de dignidad y libertad, que dieron fundamento filosófico a la construcción de los llamados derechos fundamentales al inicio de la época moderna y que no podemos desconocer que fueron producto del desarrollo de la democracia en Atenas, y se constituyeron en fuente primordial para el pensamiento político moderno. La dignidad, como lo expusieron Platón y Kant, se basa en la autonomía del ser humano. Éste, al ser capaz de autorregularse y comportarse muestra a los demás que no depende de nadie, que es libre y como tal es un ciudadano. Así, la dignidad se constituye en un derecho inviolable de la persona. Con relación al concepto de libertad, veamos como John Dewey desarrolla su análisis crítico-histórico del mismo. Según él, desde que inicia la 12 filosofía, el hecho de que el ser humano pueda elegir, es signo de que se es libre y esto ya aparece en Platón: Ésta es la palabra de la virgen Láquesis, hija de la Necesidad: Almas efímeras, he aquí que comienza para vosotras una nueva carrera caduca en condición mortal. No será el hado quien os elija, sino que vosotras elegiréis vuestro hado. Que el que salga por suerte el primero, escoja el primero su género de vida, al que ha de quedar inexorablemente unido. La virtud, empero, no admite dueño; cada uno participará más o menos de ella según la honra o el menosprecio en que la tenga. La responsabilidad es del que elige; no hay culpa alguna en la Divinidad. (Platón, 1998: 491-492). Es luego de la Edad Media, de donde Dewey extrae la noción del castigo, basándose en las reflexiones filosóficas sobre libre albedrió y el poder de la voluntad, pues estos constituían el pedestal de la elección y el atributo de la libertad. Sin embargo, fue consciente de los errores que había en esas apreciaciones, pues no consideraban que en la acción del hombre intervenían sus propósitos, intenciones, deseos e instintos. Y que la voluntad no podía ser causa última del actuar del hombre. Posteriormente según Dewey, es David Hume, quien con sus aportes a la comprensión humana, aclararía factores como las emociones, instintos, sentimientos y deseos. La reflexión filosófica sobre el tema de la libertad continúa su proceso de transformación en la época de Locke, donde la libertad se constituye en la acción producto de una elección. Es al final del siglo XVIII cuando la libertad se convierte en un poder que suple por medio del trabajo y del dejar-hacer, las necesidades, y da origen a los principios del capitalismo. Luego, los filósofos enfocan sus reflexiones y muestran interés por la Libertad de Expresión, lo que lleva a mostrar que el liberalismo clásico no previó que el crecimiento de la economía y la libre expresión de unos perjudicarían a los otros. Es sobre todas esas reflexiones que Dewey, crea su versión de la libertad y la cual basa en la interacción entre los hombres para protección de sus derechos y necesidades. Y que estos dependerán de los escenarios y evoluciones sociales del sistema democrático. Además, los ideales políticos, la ciudadanía, la libertad, el respeto a la ley y a la justicia han orientado el pensamiento político de occidente durante siglos. Sin embargo, se carecía del conocimiento de los derechos subjetivos que tendrían los ciudadanos con relación al Estado. Estos son el poder para hacer valer sus propios derechos, limitar los ajenos y exigir algo conforme a las normas jurídicas. Y a la vez posee dos características innatas; una interna, posibilidad de hacer, de acuerdo al imperativo jurídico enmarcado en sus límites. La otra, externa, de pretender, que reside en la posibilidad de exigir al otro respeto y poder reaccionar con igualdad ante la ley. Pero, se considera que ese conocimiento siempre estuvo presente gracias a la isonomía (igualdad ante la ley de todos los ciudadanos) y a la Libertad de Expresión, representada en la literatura política griega. Edad Antigua 13 De esa época, nos llegan las ideas y pensamientos que dan origen a esta monografía. Iniciaremos con un breve análisis de lo expresado por Sócrates y Platón, que influyeron para implantar en Atenas la parresia (Libertad de Expresión). Y que con ese trasfondo dieron origen para que la Asamblea griega pudiera actuar en democracia, permitiendo que sus miembros se expresaran sin inconvenientes. En el siglo V antes de Cristo, se dio lo que algunos llaman la ilustración ateniense y a ese periodo pertenece el discurso de Pericles con motivo del primer año de la guerra del Peloponeso, y como recuerdo a los muertos de esa guerra, y del cual citamos: Tenemos una constitución que no envidia las leyes de los vecinos, sino que es modelo para algunas ciudades, y su nombre es Democracia. A todo el mundo asiste la igualdad de derechos, y gobernamos liberalmente lo concerniente a la comunidad, y no sentimos envidia del vecino si hace algo por placer. Al tratar los asuntos privados no transgredimos los asuntos públicos, por miedo y obediencia a las leyes. Emitimos nuestro propio juicio, o bien deliberamos rectamente sobre los asuntos públicos, sin considerar las palabras un perjuicio para la acción, pues poseemos esto: el ser atrevidos y deliberar especialmente sobre lo que vamos a emprender. (Tucídides. 1989: 156-158) Pericles, dejaba en claro el pensamiento ateniense y su irrestricto apoyo democrático al respeto e igualdad de los derechos y a la gobernabilidad ante el pueblo, así como el apoyo y amplitud a la Libertad de Expresión. Entonces, vemos como la situación para los ciudadanos y el pueblo en general cambia y en ese cambio tiene un papel fundamental la libertad de expresión que se llegó a considerar en Grecia como el “más importante signo de diferenciación entre el ciudadano, el esclavo y el extranjero.”(Castro Fariñas. 1971: 50) Sin embargo, existía la conciencia de que un exceso en la exteriorización de las opiniones podría llegar a perturbar la paz de la comunidad, volviéndose por ello peligrosa la libertad de comunicar. Surge así la primera ley de censura, la cual aparece en la llamada ley de Zaleuco, de Locros, (conocida en el año 663 a.c.) En ella se prohibía hablar mal de la ciudad, la sociedad o de cualquier ciudadano. Más tarde es Solón quien inspirándose en esa ley, dicta una nueva ley en la que “prohíbe hablar mal de los muertos y vivos en cualquier lugar.”(Gil, L. 1961: 51) Sócrates fue un ejemplo de cómo en la antigüedad se coartó la Libertad de Expresión, pues fue por la propagación de sus teorías y doctrinas que se lo atacó. Si no es posible dar a conocer las ideas y creencias es difícil saber de ellas, pero si se manifiestan se corre el riesgo de represión o violación. Y esto se constituye en un ataque a la libertad de expresión. La Libertad de Expresión debe cimentarse en la racionalidad y no en el hecho de ser mantenida por la mayoría. Sócrates no estaba de acuerdo sobre que la voluntad de la mayoría tuviera razón y fuerza de ley, porque esa mayoría abusando de ese poder podría llegar a convertirse en una dominación. Sócrates como amante de la Libertad de Expresión y de pensamiento, expresó en la Apología: Si me dijeseis: Sócrates, en nada estimamos la actuación de Anito y te declaramos absuelto, pero es a condición de que ceses de filosofar y de hacer tus indagaciones acostumbradas, y si reincides, y llega a descubrirse, tú morirás. Si me dieseis libertad bajo estas condiciones, os 14 respondería sin dudar: atenienses, os respeto y os amo, pero obedeceré a Dios antes que a vosotros y, mientras yo viva, no cesaré de filosofar. (Platón. 1871:68) Como buen pensador y filósofo creyente de sus ideas, Sócrates no duda un momento en anteponer a Dios y ofrecer su vida, antes que dejar de expresar sus ideas no importando el costo. Así, en el supuesto que el pueblo no creyese las acusaciones de Anito, y lo condicionaran a no expresar sus opiniones, Sócrates rechaza esa idea pues prefiere seguir filosofando y luchando contra los sofistas, antes que aceptar, en esas condiciones, que le concedan la libertad. No obstante, el siguiente diálogo de Platón se constituye en una defensa de la libertad de pensamiento, y Sócrates así lo reafirma: Muerto yo, atenienses, no encontraréis fácilmente otro ciudadano que el Dios conceda a esta ciudad como a un corcel noble y generoso, pero entorpecido por su misma grandeza, y que tiene necesidad de espuela que lo excite y despierte. Se me figura que soy yo el que Dios ha escogido para excitaros, para punzaros, para predicarles todos los días sin abandonarlos un solo instante. Bajo mi palabra, atenienses, difícil será que encontréis otro hombre que llene esta misión como yo; si queréis creerme, me salvareis la vida. (Platón. 1871: 70). Esta cita, nos muestra un Sócrates que más parece un poeta que un reo que se encuentra al borde de la muerte. Refrenda con elocuencia que es una especie de elegido cuya misión es estar junto al pueblo ateniense predicando, y reclama el apoyo del pueblo para que le crea y así salvar su vida. Sin embargo, Sócrates sobredimensionó sus capacidades y llegó a generar animadversión entre los líderes de Atenas, ya que éstos, consideraron que Sócrates los hacía con sus expresiones aparecer como tontos. Ahora bien, el hombre libre era distinto del esclavo, pues aquel era miembro de la polis y por ello tenía el título de ciudadano libre y podía decidir por sí mismo y por los aspectos inherentes a la comunidad. Luego eso le significaba el tener a cargo obligaciones. Lo cual no ocurría con los que eran considerados esclavos. Pero esa libertad era propia de quienes se consideraban sabios, en este caso los filósofos y a ellos se les consideraba poseedores del actuar racional. Sin embargo, los griegos consideraban que los hombres tenían libertad política y social respecto a la comunidad, y se representaba esa autonomía e independencia en el manejo de su destino en la polis. Por ello, podían elegir su conducta sin infringir las de los demás. Igual, disponían del espacio y tiempo para disfrutar del ocio y alejarse de la obligación cívica para cultivar e incrementar su personalidad como individuo. En el ciudadano la virtud se representa en el saber mandar y obedecer. En el hombre de bien en saber mandar. Sin embargo, es en el ámbito político donde se refleja la relación de igualdad entre los hombres libres, y donde los ciudadanos muestran que saben mandar y obedecer y es allí donde se ve la unión y relación de esas virtudes. Platón, muestra su inclinación a la censura de la Libertad de Expresión cuando al referirse a la educación, considera que ésta es un medio mediante el cual el Estado puede moldear el comportamiento y actuar de los ciudadanos para lograr un desarrollo dinámico de ese Estado. 15 Igual en el plano religioso también propuso la censura a la Libertad de Expresión, pues como “la divinidad era considerada buena, no era bien visto que alguien se atreviera a señalarla como causa de mal para los mortales y prohibía que cualquier persona escuchara este tipo de arengas.”(Platón, Tomo 1: 97) También, E. Cassirer, nos muestra cómo Platón, fue censor en el arte y la comedia, cuando destaca cómo “el filósofo griego rebate que la poesía siendo principio que genera mitos se convierte en un riesgo para el Estado”. (1968: 81) Ahora bien, en la Roma republicana se respetó la Libertad de Expresión, aunque se establecieron mecanismos para defender el honor de los individuos, la seguridad del Estado y las tradiciones. Ya en la Roma imperial, las críticas al Emperador se consideraban ataques a la religión, y éste se apropiaba de todo el poder represivo. En cambio, en el siglo II Marco Aurelio, condensa en sus Meditaciones que: “un gobierno con igualdad ante la ley, regido por la equidad y la Libertad de Expresión, y una Monarquía, valora por encima de todo la libertad de los súbditos.” (1995: 152) Así, Marco Aurelio destaca cómo la equidad del gobierno en su actuar y el manejo adecuado y preciso de la Libertad de Expresión son ejemplo para resaltar el carácter de la libertad en los ciudadanos. En general, la Libertad de Expresión en la época romana estuvo cargada de tensión e incertidumbre, que llevaron a anular el interés de los ciudadanos en el progreso que anhelaban. Por ello, el desarrollo científico y filosófico fue menor al de Atenas, ya que allí el clima de libertad facilitó el auge y desenvolvimiento en muchos aspectos, pero en especial en el campo filosófico y científico. Edad Media Aunque libremente se interpreta que la Edad Media fue marcada por una época de oscuridad, hoy se reconoce que los movimientos que allí se vivieron y su constante lucha por el poder propiciaron un cambio en el pensamiento, y la historia lo señalaría luego como vital en el desarrollo y progreso de la humanidad. Entre quienes lideraron ese cambio hemos de destacar y considerar a san Agustín y Santo Tomás, quienes como filósofos han de ser los sustentos para conocer las reflexiones filosóficas que nos den claridad sobre la Libertad de Expresión en esta época. Así, el cristianismo con san Agustín a la cabeza, habló de la libertad de conciencia, que consistía en que Dios motiva el actuar, pero que, en el interior, cada uno era libre y debía responder por ese actuar. También, Santo Tomás consideraba que el hombre posee libre albedrío, ya que, de lo contrario, de nada servirían los preceptos, consejos prohibiciones y castigos. El pensamiento filosófico de san Agustín nos muestra cómo la libertad fue concedida mediante el libre albedrío, y acudiendo al Génesis, dice que Dios al crear el hombre dijo “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, que tenga autoridad sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran sobre el suelo”,(Cap.1, 1 al 31), pero también allí se lee que Dios le dijo a Adán y Eva; “de este árbol no comerás”. Entonces, surge la pregunta: ¿el hombre desde su creación posee libertad o ésta le fue condicionada? Al respecto, san Agustín, dice que la libertad le fue dada al 16 hombre con razón y como tal por Dios. Y que Dios no daría algo que no pudiera dar. Dios nos dio y permite la libertad, pero el hombre es quien decide hacer el mal. Este no es hecho por Dios. En este sentido, Dios permite al hombre libertad, libre albedrío y voluntad para decidir o desistir de pecar. Por ello, dice san Agustín que “siendo igualmente cierto que no practicamos las obras de misericordia con otro objeto que con el de libertarnos de la miseria humana” (1922: 196). De igual modo, advierte que “ninguno en el camino de su libertad debe volver los ojos del apetito a la vida pasada” (1922: 200). Además, san Agustín recuerda que “hablamos con términos limitados y precisos, porque la libertad en el decir no debe engendrar ninguna impía opinión en las personas.” (1922: 234). En efecto, la libertad compete a la acción humana como asunto que debe ser practicado de manera virtuosa para salir de la miseria o para realizar el mejor esfuerzo de existencia. Para san Agustín, la libertad es una virtud mediante la cual el hombre decide mediante su libre albedrío si actúa bien o mal. El libre albedrío se forma en el hombre mediante su desarrollo racional y no se nace con él. Este libre albedrío se va formando en el ser humano mediante un proceso como si fuese una especie de semilla que germina hasta convertirse en fruto; fruto que es producto de la voluntad para decidir el actuar del ser humano. Voluntad que es libre en el ser y por eso Dios dotó al hombre del libre albedrío para que con éste decida. Así, el libre albedrío para san Agustín es el existir de una posibilidad de elección y la libertad es el realizar el bien para alcanzar la beatitud. Ese aparente condicionamiento que tenía la libertad divina en el paraíso se rompió cuando Adán y Eva pecaron. Y al ser expulsados de allí adquirieron la libertad humana. En san Agustín, llega un momento en el que el libre albedrío cede el paso a la predestinación, cuando nos dice que es Dios el que decide a quienes elige. Con esto su pensamiento filosófico se hace a un lado y se mete de lleno en la Teología. “Para la predestinación san Agustín hace énfasis en la distancia que hay entre Dios y el hombre. Según él solo cuando el hombre se reúna con Dios podrá comprenderlo plenamente y penetrar en lo impenetrable” (1960: 944) Para san Agustín, Dios creó al hombre concediéndole la libertad. Por ello, aunque Dios sabe con antelación cual ha de ser la vida de cada humano le permite al hombre que sea él quien decida el camino que ha de seguir. Existe libertad cuando la decisión que tome el hombre sea la adecuada y en consecuencia guiada con la ayuda y gracia de Dios. El libre albedrío es la capacidad que tiene el hombre para decidir, pero decisión, que desde el pecado original se orienta al mal. El mal como tal no existe, porque no es creación de Dios. Es una privación del bien, que el hombre toma producto de su libre albedrío y lo lleva a que su alma libremente cometa acciones que lo apartan de Dios y que son responsabilidad exclusiva del hombre. Esto es para san Agustín el mal moral. Así, en san Agustín, la ética propende, lo mismo que en Aristóteles, a la felicidad plena, que san Agustín llama beatitud. Y ésta solo se alcanza si se encuentra a Dios y viene siendo el 17 amor que, como motor de la voluntad humana, ha de impulsar al hombre a Dios. Por esto, san Agustín, afirma que solo amando se cumple con las normas morales y es por esto que nos dice “ama y haz lo que quieras” (1955:438). San Agustín, antepone siempre la virtud al uso de la voluntad y considera que ésta es libre cuando carece de pecado y vicio. Reafirma que Dios nos concedió la libertad y voluntad, pero ésta decide si hace el bien o el mal. El mal no lo hace Dios, pero lo permite. Así, Dios da al hombre libertad, libre albedrío y voluntad, y es el hombre el que decide si peca o no. San Agustín, fue además de visionario orientador de la Libertad de Expresión, uno de los primeros filósofos promotores de la misma. Producto de ello, por ejemplo sus pródigos escritos en la lucha que sostuvo contra el Pelagianismo 3, cuyo fundador Pelagio, fue combatido por san Agustín en aproximadamente quince escritos entre los que se destacan: Los méritos de los pecadores, El bautismo de los niños, El espíritu y la letra, La naturaleza y la gracia, y El pecado original. Con un lenguaje abundante y respondiendo con responsabilidad en lo que pretendió comunicar, no vaciló en usar en oportunidades un lenguaje considerado vulgar, cuando así lo exigían las circunstancias. Ahora bien, es santo Tomás, quien instaura el juicio del libre albedrío cuyo precursor fue san Agustín, como cimiento básico para explicar la esencia de libertad en el ser humano. Dijo santo Tomás: “Nosotros llamamos libre lo que es causa de sí; luego, la inteligencia, en su acción y en sus apetitos, procede con libertad de juicio, lo cual es tener libertad de arbitrio; luego, las sustancias supremas tienen libre albedrío” [3]. Nos muestra entonces que la distinción del hombre con las demás especies es la capacidad de comprender, y decidir, qué le conviene y hacerlo en plena libertad. Pero, santo Tomás no deja de lado que el hombre siente culpabilidad y está expuesto al pecado y que posee la voluntad para obrar bien o mal. Es por ello, que el hombre ve su libertad limitada internamente. La voluntad, según santo Tomás, es la guía y dirección del hombre en sus actos, y tiene un fin específico que es lograr la felicidad para descubrir a Dios. Y es la libertad interior concedida por Dios con la que definimos si accedemos a él, o por el contrario, nos alejamos de él. Edad Moderna Lo que sucedió en la Edad Media, habría de repercutir en la Edad Moderna, con el previo de la época renacentista, que daría un vuelco total a lo que ocurría en el mundo hasta ese instante. En 3 Pelagianismo: “Deriva su nombre de su fundador Pelagio, de quien se dice vivió en Roma a finales del siglo IV, y quien pregonaba su rechazo a la iglesia romana por la concepción que ésta tenía sobre el pecado original. De esta manera, el pelagianismo fue considerado como una herejía al afirmar que el pecado original solo recaía en Adán, y que la humanidad nacía sin mancha. Y que para salvar el alma, era solo el hombre quien con su obrar determinaba su salvación, con lo cual ponía en duda la necesidad de la gracia divina.”(Dianoia).[en línea] 18 el renacimiento se despierta un ansia por la búsqueda del arte que dejó la antigüedad y el asombró que produjo el descubrir nuevos territorios basados en las creencias para confirmar la redondez del mundo. Serán las reflexiones filosóficas de John Milton, y John Stuart Mill, las que nos ayudaran a clarificar cuál fue el proceso de desarrollo de la Libertad de Expresión en esta época histórica de la humanidad. Es en esta época donde el concepto del individuo resalta al aceptar en la persona su racionalidad y autonomía. Esto da al individuo independencia con relación a lo que eran las autoridades de la época, y la Libertad de Expresión viene a ser la manifestación de la tolerancia y de la libertad de pensamiento del individuo. John Milton, pensador radical inglés del siglo XVII, en un discurso al Parlamento en contra de una orden de censura a la imprenta, y que establecía que ningún libro o panfleto podía imprimirse si antes no se había aprobado una licencia, pide y exige se respete la libertad de conciencia, para expresar, conocer, dialogar y discutir sin ninguna objeción y en libertad, pues la verdad solo es posible conseguirla intercambiando opiniones. Prosigue Milton, reclamando que el Estado no tiene que intervenir en el proceso de búsqueda de la verdad, pues ésta se impondrá sobre el error. Dicho discurso, recogido luego como Aeropagítica, enseña los cuatro puntos que trata Milton en su exposición: 1) muestra cómo se origina e identifica la censura previa, 2) muestra el beneficio que se da por la lectura de libros no interesando su tipo, 3) demuestra que la expedición de licencias no conviene para lo que se pretende; 4) y que la censura se constituye en un impedimento para desarrollar la ciencia y se convierte en obstáculo para la verdad. Adicionalmente, la censura se constituye en tema de represalias para quien escribe y limita la expresión total de sus ideas. John Stuart Mill apoya a Milton, en cuanto a que la Libertad de Expresión aproxima a la verdad y ella es su fundamento. Para él, esta libertad es relativa y en evolución constante. Luego, dice “la verdad de una opinión es parte de su utilidad, y su discusión se constituye en beneficio a largo plazo y en probabilidad de alcanzar nuevas verdades” (Carruncho, 1999:140-141) Esta descripción sería incompleta, si nos olvidáramos de John Stuart Mill, considerado precursor de la filosofía utilitarista. Desde 1823 mostró su disposición y ánimo para escribir diferenciando la discusión libre y su lucha en contra de todo lo que fuera persecución de la religión. Posteriormente reacomoda su radicalismo volviéndolo más amplio para pasar al liberalismo. Dice que la libertad exige libertad de pensar, y sentir, y libertad para expresar y publicar las opiniones. La única libertad que merece este nombre es la que busca nuestro bien por nuestro propio camino, mientras no nos interpongamos en el camino de nadie, o que le impida el esfuerzo para lograrla. El límite de la libertad está dado por el derecho del otro. Y es allí en ese punto donde la sociedad debe situar el freno para que nadie sobrepase esa línea. Según Mill, el proceso comunicativo no debe recibir control estatal excepción hecha de la aparición de fenómenos que exijan evitar el daño a otros. 19 Sin duda, como dijo Mill: “El derecho de cualquier persona a expresar su opinión no depende de la medida en que esa opinión sea compartida por otros. Si toda la humanidad menos uno tuviera una opinión, y sólo una persona fuera de la opinión contraria, la humanidad no tendría derecho a silenciar a esa persona, al igual que esa persona no podría silenciar al resto de la humanidad."(1991: 56). La doctrina de la libertad que promovió Mill se basa clara y específicamente en la libertad de pensamiento y opinión sobre cualquier tema. En la libertad que tiene cada uno para orientar y dirigir su vida, sin que nadie lo impida, a no ser que se le esté perjudicando. Y en la libertad para reunirse y asociarse libremente con una idea cualquiera siempre y cuando no se perjudique a nadie, y no exista ninguna constricción contra los reunidos. El respeto por estas libertades es lo que constituye la sociedad de personas libres. Habría que decir también, que Mill resalta que es tendencia de la sociedad; 1) imponer ideas o costumbres a quienes deciden apartarse de ella, 2) imponer el individualismo, 3) obligar a todos a guiarse por el carácter de la sociedad. Para Mill, la persona debe protegerse de la acción ilegítima de la opinión colectiva, porque puede llevarlo al conformismo, y ello en detrimento de las tendencias particulares. Ese actuar de la sociedad, Mill lo califica como despotismo. Para él, la libertad social es imprescindible ya que el individuo por ser autónomo exige de los diversos estilos de vida y formas de pensar. Mill, en 1859 en su obra Opúsculo de la libertad manifestó: Si se reprime la Libertad de Expresión se impide que se consolide la verdad, la que debe aparecer después de la contradicción de las ideas. Cuando se silencia una opinión se está robando a la especie humana, y si la opinión es correcta, se les priva de la oportunidad de abandonar el error por la verdad, y si es falsa, pierden un beneficio casi tan grande, que es la percepción más clara y viva de la verdad, que se produce cuando ésta colisiona con el error. (2008. p, 195) Edad Contemporánea Los antecedentes de la Edad Media, y la Edad Moderna, nos llevan a la Edad Contemporánea, que agitada por una serie de hechos y cambios propiciados por las revoluciones independentistas en América, y otros continentes y por un mundo con ansias de poder y en desenfrenado auge y desarrollo científico, mostrarían a la humanidad un mundo con facetas más amplias y diversas en muchos aspectos y que catapultarían al hombre al espacio exterior. Así, en ese panorama, la Libertad de Expresión manifiesta sus derechos a comunicar, trasmitir, imprimir y gravar sus ideas, opiniones, información y juicios. Más, teniendo en cuenta el auge y rapidez en el desarrollo de los medios de comunicación, las ansias y búsqueda del progreso personal y la voluntad de informarse y expresarse, al igual que la expansión y multiplicación de esos medios. Para esta monografía y para esta época hemos de incursionar en las reflexiones filosóficas que al tema de la Libertad de Expresión han aportado filósofos como John Rawls, y Noam Chomsky, y como complemento Norberto Bobbio y Karl Popper. Los movimientos cambiantes sucedidos en los siglos anteriores y en esta Edad permitieron el reconocimiento de la Libertad de Expresión y fue así como ésta se oficializo 20 primero en la declaración del estado norteamericano de Virginia, en el año de 1776, y luego en la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano que aprobó la Asamblea Nacional con motivo de la revolución francesa en 1789. Allí, se estableció: “la libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los más preciados derechos del hombre; por tanto todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, salvo la responsabilidad por el abuso de esta libertad, en los casos determinados por la ley”(Art.11). Para ilustrar mejor el tema en esta época, iniciamos con John Rawls, que afirma que la Constitución debe proteger las libertades ciudadanas y agrupa estas en; libertad de conciencia y pensamiento, y libertad personal y civil, estando siempre en plan de equidad igualitaria para todos, y nunca se deben sacrificar en beneficio de la libertad política. La libertad está representada por todo el sistema de libertades de igualdad ciudadana y su valor como libertad de las personas lo da la capacidad que tengan estas para promover sus fines dentro de ese sistema, pero esa misma libertad en cuanto a la equidad es la misma e igual para todos. En la llamada posición original de Rawls, éste expresa que la igualdad en la libertad de conciencia es el único principio que reconocen las personas. Pero, guiándose por la libertad de conciencia, quiere mostrar cómo la justicia como imparcialidad nos da los argumentos en beneficio de una igual libertad de conciencia. Propende por un Estado Neutro, que ha de permitir que los individuos profesen la religión que quieran, que tengan la sexualidad o preferencia sexual que puedan y deseen, que vistan como quieran, y que proteja y apoye la libertad de expresión como elemento vital de la libertad del individuo. De esta manera el Estado debe garantizar libertad de pensamiento, creencia y la práctica religiosa, y las podrá regular en beneficio de la seguridad y el orden y no podrá expresar preferencia por ninguna religión en particular. La humanidad es consciente que la libertad de conciencia se restringe por cuanto debe imperar el interés común en pro del orden y seguridad públicos. Tres elementos considera Rawls, definen y conciernen a una libertad justa; “el significado, su alcance y las medidas que aumentan su valor” (2011: 211-213) Para el primer caso, Rawls da como ejemplo la participación del ciudadano cuando ejerce el derecho al sufragio, y que este tiene el mismo valor para todos los sufragantes. Igual sucede con el derecho que tienen todos los ciudadanos para acceder a cargos en el poder público, siempre y cuando se posean las aptitudes para ello, y sin que ellos se conviertan en discriminación entre las personas. Respecto al segundo caso referente al alcance de la libertad política justa, este se refiere a la regla de las mayorías, y donde las minorías nunca se impondrán a las mayorías. Y con relación al tercer caso, medidas que aumentan el valor de la libertad política, es el referente en donde en una buena democracia más se siente y realzan las libertades de opinión, reunión, pensamiento y conciencia. Es en este campo, donde señala Rawls, los gobiernos fallan en protección a los ciudadanos de ese justo valor, pues allí aparece la corrupción desenvolviéndose de diversas maneras, ya que los gobiernos carecen de los suficientes recursos para combatirla, y quienes poseen suficientes recursos los usarán para manejar los debates públicos. 21 Ahora bien, para Norberto Bobbio la Libertad de Expresión, reunión y asociación son básicas en cualquier forma de democracia y son condición primaria para la transparencia en el poder y la toma de decisiones con la participación de los miembros de un Estado. Sostiene que son seis las reglas de la democracia que se relacionan con la libertad: Todos los ciudadanos mayores deben disfrutar de plenos derechos políticos, incluido el de expresar su opinión y elegir a quien la exprese por él, 2) El voto de todos los ciudadanos debe tener el mismo valor, 3) Todos los que disfrutan de los derechos políticos deben ser libres para votar según la propia opinión, formada lo más libremente posible en competencia autónoma entre grupos políticos organizados en concurrencia entre ellos, 4) Los ciudadanos deben ser libres para escoger entre soluciones diversas. 5) Para las elecciones debe valer la regla de la mayoría numérica. 6) Ninguna decisión que tome la mayoría puede limitar el derecho de minoría. (Ventura, 2010: 298). Bobbio, sin duda clarifica y especifica los derechos políticos con los cuales cuentan los ciudadanos en cualquier democracia y los cuales deben ser respetados. Y este es uno de los campos en los cuales la mayoría de los pueblos requieren el aporte de los filósofos en apoyo de los medios de comunicación, para mantener un diálogo permanente con los ciudadanos y evitar así la manipulación que se da siempre en las etapas previas electorales. Si, como decía Platón, son los sabios los que deben llegar al parlamento, al pueblo se le debe llevar el conocimiento para que sea realidad el pensamiento del filósofo griego, y sus palabras no se queden como sucede en este aspecto hasta ahora, en el olvido de ese pueblo. Observemos ahora, como Karl Popper, considera que la televisión es una amenaza para la sociedad por su falta de control y debido a la violencia que allí se transmite. Por ello, recomienda: Toda libertad debe ser limitada. No hay libertad que no requiera ser limitada. La mejor forma de limitación es la que resulta de la responsabilidad del hombre que la ejerce. Si es un irresponsable asumirá las sanciones previstas por la ley. Aquellos que se oponen a los límites a un poder peligroso como la televisión, son unos idiotas, unos cerdos, que se quieren enriquecer con el espectáculo de la violencia, educando con violencia. (1986: 45) Popper, argumenta que el poder de la televisión es tal, que si apareciera un nuevo Hitler tendría con ella un poder sin límites. Y propone una especie de juramento hipocrático para todos aquellos que se desenvuelven en el campo de la televisión. Esto, con el ánimo de reducir la violencia mediática a su mínimo nivel. He dejado para el final, uno de los más conocidos defensores de la libertad de expresión de los últimos años; Noam Chomsky, considerado una de las figuras de la lingüística del siglo XX, filósofo y activista. Con tan solo 29 años dio un vuelco a la lingüística teórica cuando publicó su obra Estructuras sintácticas, que basó en su tesis doctoral que solo fue publicada en 1975. 22 Noam Chomsky llegó al campo político cuando empezaron las movilizaciones populares contra la guerra de Vietnam. Ha centrado su lucha en el activismo que busca demostrar y superar la enorme distancia que existe en Estados Unidos, entre las decisiones que toman la política y la opinión pública, y en las denuncias constantes de lo que llama él ambiciones imperiales de Estados Unidos con relación al resto del mundo. Entre sus aportes intelectuales importantes está el análisis de los medios de comunicación e información. Chomsky defiende en sus entrevistas e intervenciones ante los diversos auditorios y ante todos los medios de comunicación su postura filosófica de garantizar la libertad de expresión. Afirma que defender los derechos de ejercer la libre expresión no se limita a las ideas que uno apruebe y que precisamente, en el caso de las ideas que resulten más ofensivas, esos derechos se deben defender con más brillo. Asimismo, también podríamos pensar que no son los periodistas los que inciden en el manejo o manipulación de lo que escriben, pero el rebaño (el pueblo) como dice Chomsky, no lo sabe ni conocerá. Luego, ¿cuál debe ser el proceder de estos? ¿Reclamar porque no se les deja realizar su actividad? O callar como parece sucede para no perder el empleo. Cuando preguntan a un periodista estrella si sufre de presiones en su actividad siempre expresa que nadie lo ha presionado y que escribe lo que quiere. Ante esto, Chomsky manifiesta que esto es cierto, pero que si tomaran posición contraria a la norma dominante, no les dejarían escribir. Esto no es absoluto, pero quien no satisfaga las exigencias mínimas no tendrá la oportunidad de lograr su cometido. ¿Qué nos muestra? Que en la democracia capitalista que funciona a perfección, en la que no haya abusos ilegítimos de poder, la libertad será una especie de mercancía donde una persona podrá comprar tanto como pueda comprar. Esto es lo que significa la mentada libertad individual de la cual tanto hablan los poderosos, porque ellos son los beneficiarios. Chomsky manifiesta que los medios tienen una gran influencia en la población y que la masa parece ser la menos interesada. Sin embargo, considera que así ese segmento poco pueda aportar a un medio como el periodístico, por costos, son la radio y la televisión los que están ejerciendo en ese nicho una influencia total. Recalca que estos dos elementos, aprovechando esa influencia, arman debates apasionados, dentro de un marco con parámetros ya definidos, donde se manipula y maneja la opinión con el fin de proceder a una especie de lavado de cerebros. En este contexto, Chomsky considera que la libertad de expresión, como principio, posee algo elemental. O se le defiende, en el caso de opiniones que no nos agradan, o simplemente no se le defiende. Él nos enseña que existen varias formas de manipulación mediática: una consiste en desviar la atención del público mediante distractivos baladíes que realmente no traen ningún beneficio para el desarrollo social, pero que sirven para que quienes detentan el poder político y económico hagan de las suyas. De esta forma los problemas importantes se dilatan o simplemente se eluden buscando entonces que el pueblo no tenga tiempo de pensar y se ocupe en temas sin importancia y que, como dice Chomsky, los medios sigan proporcionando el heno al pueblo. Otra táctica común, en muchos gobiernos, consiste en amedrentar a los ciudadanos mediante el terror, y que estos clamen por medidas a tomar y quien detenta el poder termine 23 aplicando medidas de seguridad y políticas que, convertidas en leyes, van en perjuicio de la libertad. Ejemplo de ello, cuando ocurren atentados sangrientos con bombas o similares. Cuando una medida es impopular o inaceptable, los gobiernos optan por aplicarlas en forma gradual, como con cuenta gotas por años. Ejemplo de ello, el llamado neoliberalismo, que según quienes lo apoyan y promueven busca impulsar el libre comercio, los mercados abiertos y la privatización, supuestamente para mejorar y fortalecer la macroeconomía del país. Ahora bien, cuando se presenta lo que algunos llaman las medidas dolorosas y necesarias, se busca la aceptación del pueblo para implementarlas en un futuro haciendo que la gente las acepte con resignación. De esta forma, el pueblo al cual se le están menoscabando sus derechos, termina aceptando medidas impopulares o que en condiciones diferentes rechazaría. Asimismo, mediante los diversos medios de comunicación, utilizar el aspecto emocional para implantar en el subconsciente de la gente, ideas, deseos, temores y miedos para de esta manera inducir comportamientos. Chomsky pone el dedo en la llaga cuando se refiere al manejo que hacen los gobiernos del tema educativo. Buscan muchos mantener el pueblo en la mediocridad e ignorancia, dificultando su aprendizaje y creando trabas para su desarrollo y progreso intelectual. Así, la educación a las clases más necesitadas será la más pobre y mediocre posible. De esta manera, la ignorancia entre las diversas clases sociales será mayor. Con la complacencia de los medios, el Estado implementa normas que posibilitan e inducen a la población a ser mediocre. El hombre no podrá entenderse, si no se analizan sus medios de comunicación y más ahora que han tomado tal trascendencia y se han constituido en lo más importante para compartir ideas, problemas, proyectos y sentimientos. En los medios informativos hay que responder siempre estos interrogantes: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién? Y ¿Cómo? Y es allí donde pienso se requiere acción por parte de los filósofos para llegar a la opinión pública y capacitarla y darle el conocimiento requerido para que sepa cómo actuar para evitar el abuso y manipulación en estos campos. En el caso por ejemplo de la televisión, bien puede la filosofía acabar con la cosificación en la que ha convertido a las personas al validar la irracionalidad consumista, al imponer que la vida mejora si se está a toda hora comprando. Es esa política nefasta la que ha llevado a convertir al dinero en dios, y que tanto inconveniente genera en la juventud por sus ansias de enriquecimiento como sea, no importan los caminos para lograr tal objetivo. El consumo y el afán del dinero, no pueden desestabilizar nuestra sociedad, y se requiere valorar el esfuerzo, e incentivar este en los jóvenes y en la sociedad en general. Conocidas las reflexiones filosóficas que sobre la Libertad de Expresión nos enseñaron en el transcurso de esta monografía algunos filósofos en las diversas épocas del transcurrir de la humanidad, pasaremos en siguiente capítulo II a conocer cuál ha sido el desarrollo actual de dicha Libertad de Expresión en Latinoamérica, y en especial en Colombia. La libertad de 24 expresión no es simplemente manifestarse por cualquier medio de manera libre, sin temor a las amenazas o sanciones. Implica, buscar, recibir y difundir información para exponer ideas y construir razonamientos. Sería inútil hablar de pensamientos si estos no se pueden expresar. Construir ideas y pensamientos es fundamento de la Libertad de Expresión. Pero, la certeza de una información es discutible y el individuo tiene derecho a diversidad de información para adquirir criterio y opiniones futuras, y éstas no podrán limitarse arbitrariamente. 25 CAPÍTULO II LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LATINOAMÉRICA Y COLOMBIA La Libertad de Expresión, que se constituye en el derecho que tiene cualquier persona a expresar libre y sin ataduras sus ideas y pensamientos, debe buscar fortalecer la democracia e incentivar la opinión pública libre, garantizando la igualdad y creación de ideas. La Libertad de Expresión como derecho fundamental, es un derecho esencial para que la persona pueda tener su desarrollo individual y en sociedad. Es por esto que la Libertad de Expresión es reconocida en la Constitución Política, y en las entidades que regulan y supervisan la protección de los derechos humanos. Precisamente como la Constitución Política reconoce, más no precisa todos los alcances referentes a la Libertad de Expresión, hace que esta labor quede en manos del intérprete constitucional y se requiere que la interpretación sea especializada, como fundamento que es del Estado constitucional y que como derecho requiere de la protección necesaria y adecuada para evitar el manejo arbitrario de su ejercicio. El reconocimiento que a la Libertad de Expresión dan los organismos internacionales es una protección adicional ya que esas instituciones obligan a los Estados a respetar sus normas. Así, los Estados no pueden ejecutar actos en contra de la Libertad de Expresión y deben prevenir e investigar cualquier violación a ella y sancionar y reparar los actos que afecten su libre y normal ejercicio. Sin embargo, no se puede confundir la Libertad de Expresión y de información, con la idea de que debe haber un derecho del pueblo a ser informado, pues se corre el riesgo de que el gobierno tercie con los medios de comunicación con el propósito supuesto de resguardar la veracidad y objetividad de las informaciones, lo cual sería nefasto, pues se quebrantaría la Libertad de Expresión. Recordemos, cómo Demóstenes enseñó que la peor desgracia para un pueblo es privarlo de la libertad de palabra. Más esto no significa que ejercitar este derecho de manera verbal o escrita se haga impunemente. Prueba de ello es la firmeza de Platón respecto a la censura. “el poeta no debe componer nada contrario a las ideas de lo legal, lo justo, lo bello, o lo bueno, admitidas en el Estado. Ni se ha de permitir que muestre sus composiciones a nadie, antes de presentarlas al censor y a los guardianes de la ley, y que estos se muestren satisfechos”. (Platón, 1971: 25). Se nota, entonces, que Platón no solo censura, sino que encasilla el poeta en campos determinados privándolo de acceder a otras áreas, a no ser que se acepte que lo legal, justo, bello y bueno lo son todo. Y adicional, lo obliga a que previamente sus trabajos lleguen a los sensores antes de ser conocidos por la opinión pública, y que aquellos lo aprueben. Surgen así, varias preguntas: ¿estaba calificado el sensor para aprobar el trabajo del poeta? Si no lo estaba ¿con qué bases lo aprobaba o negaba? 26 Sin embargo, hemos de reconocer que la censura es parte de la Libertad de Expresión y como tal no podemos desligarla. El mismo Maquiavelo pregonaba que todo hombre puede pensar, decir y escribir todas las cosas, pero que era necesario llegar a los príncipes, con prudencia y respeto. Incluso, en la historia está que Milton en su obra Aeropagítica, en 1644, clamaba “dadme la libertad de conocer, de expresarme y de razonar según mi conciencia en libertad” (232) y luego terminó siendo censor oficial bajo el mando de Cromwell. La emancipación de las colonias y la revolución francesa dieron origen a la Declaración de Independencia y la ley de Derechos en América del Norte, al igual que a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia. Todo esto privilegia una manera de ver la filosofía política que generó principios que dieron vida a los derechos humanos. En ellos, la Libertad de Expresión, era eso, libertad, y por tanto no estaba sujeta a la intromisión del Estado. Límites a la Libertad de Expresión No siendo los derechos fundamentales absolutos, pues se congenian con otros, es claro que existen límites a la Libertad de Expresión, y será el legislador el encargado de aplicar normas para restringir informaciones e ideas y los tribunales se encargarán de dirimir las diferencias que al respecto se presenten. Esas restricciones pueden abarcar la no difusión del contenido de un discurso, o partes del mismo, o regularizar los horarios de su difusión. Es entendible que toda restricción a la Libertad de Expresión debe estar regulada en normas que la ley establece al respecto, y cuyo objetivo es proteger la no violación a otro derecho fundamental establecido en la Constitución Política. La censura previa es prohibida y así lo establecen las normas internacionales de derechos humanos, como es el caso de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, en su artículo 13. En general, la forma como se trata el tema inherente a la libertad de expresión y su ejercicio no es uniforme en todos los países. Esto, debido al aspecto cultural, social, histórico, etc, que hace que un derecho fundamental se puede limitar razonablemente en un país y en otro no. Como ejemplos se puede mencionar Ecuador, donde recientemente el gobierno implementó medidas que la Sociedad Interamericana de Prensa ha interpretado como mordaza a la prensa. Sin embargo, se considera que para limitar la Libertad de Expresión se debe evaluar si ésta viola algún otro derecho fundamental, el orden público o la seguridad nacional. También es conveniente aclarar que algunas constituciones diferencian entre libertad de expresión (derecho a difundir ideas) y la libertad de información (la difusión de hechos noticiosos). Respecto a la libertad de información, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948), expresa: ‘todo individuo tiene derecho a la Libertad de Expresión y de opinión. Este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión’. Posteriormente, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos, ratifica: ‘toda persona tiene derecho a la Libertad de Expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión 27 y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración de fronteras’. (Art.19) Otro caso actual es lo que sucede en Argentina donde el gobierno de Cristina Fernández, se enfrenta al diario El Clarín, el más poderoso de Argentina, debido a la expedición de una ley que reglamenta los medios audiovisuales y que acaba de ser declarada norma constitucional por la Corte Suprema de Justicia de ese país. En clara violación a la Libertad de Expresión, en esa ley “se condiciona la posibilidad real de ejercer la crítica al poder público, supuesto indispensable de la democracia” (Arbilla, D.2013:A9). Otro fenómeno parecido se está viviendo en Estados Unidos, pues, bajo leyes de espionaje, el gobierno de Obama ha suprimido garantías para el derecho de reserva de las fuentes de los periodistas. Por su parte, Venezuela, creó el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria, cuyos fines son determinar qué clase de información debe llegar a la opinión pública. Clara censura gubernamental a la Libertad de Expresión. ¿Qué nos muestran estos fenómenos? Que se están dando los pasos para coartar la Libertad de Expresión y de esa manera evitar que el pueblo conozca que pasa y sucede en su país. Otros gobiernos, como el colombiano, actúan solapadamente respecto al tema de la Libertad de Expresión y realizan su labor de censura comprando mediante la publicidad oficial el apoyo incondicional de los medios que aceptan y se venden al poder del gobierno, siendo este al final el gran ganador porque no requiere acudir a medidas extrema de control y se muestra ante los ciudadanos como ecuánime y tolerante y supuestamente respetuoso de la democracia y derechos de la población. Pero, no podemos olvidar que tanto la Libertad de Expresión como la libertad de información implican responsabilidades y deberes, porque se debe tener en cuenta siempre la seguridad nacional y pública, la preservación del territorio, el orden, el proteger la moral y la salud, los derechos ajenos, la reputación de las personas e impedir que se difundan asuntos que requieren confidencialidad. Conviene recordar esta cita de Robert Kennedy: El primer elemento de la libertad individual es la Libertad de Expresión, el derecho a expresar y comunicar ideas, de distinguirnos de las bestias irracionales del campo y del bosque, el derecho a recordar a los gobiernos sus deberes y obligaciones y, sobre todo, el derecho a afirmar nuestra tierra, nuestro patrimonio y el futuro de nuestros hijos. De la mano de la Libertad de Expresión va el derecho a que se nos escuche, a tomar parte en las decisiones del gobierno, que dan forma a la vida de los hombres. Todo lo que hace que la vida humana valga la pena, familia, trabajo, educación, un lugar para criar a los hijos y un lugar para el descanso, depende de las decisiones del gobierno. Todo puede ser arrasado por un gobierno que no preste atención a las exigencias de su pueblo. Por tanto, la humanidad esencial de los hombres solo se puede proteger y conservar si el gobierno da respuestas, y no solo a los ricos, o a los de una religión en particular, o a los de una raza, sino a todo un pueblo. (Kennedy, R. 1966) Kennedy, al hablar de la Libertad de Expresión, recalca en las personas que esta nos sirve para recordar a los gobiernos los deberes y obligaciones que tienen con sus pueblos. Ese es el imperativo categórico de Kant, el deber ser que tienen los gobernantes con la población. La obligación de permitir que el pueblo se exprese y, lo más importante, se lo escuche, y que 28 participe en la toma de decisiones. Este es un punto a favor para que la democracia sea participativa, pues mantiene al pueblo despierto y consciente de lo que pasa, y no como sucede actualmente en nuestra democracia representativa, donde el pueblo elige sus representantes y está demostrado que estos en la mayoría de los casos buscan es su propio beneficio y el de sus familiares y allegados. Lo más grave radica en que esos representantes después de ser elegidos se olvidan de sus electores y éstos pierden la opción que pretendían de lograr mejoras y apoyo del gobierno para el cubrimiento de sus necesidades. Esto genera decepción que después se convierte en apatía en la participación política de los ciudadanos. Kennedy, es claro en afirmar que el gobierno que no escucha o no permite la libre expresión de su pueblo, mediante la cual este manifiesta sus necesidades, acabará con todo. Muy importante en la reflexión de Kennedy es su reclamo a que los gobiernos cedan o se parcialicen con los ricos, con una religión o raza en especial, sino que se deben en su totalidad al pueblo. No obstante, es de admitir que muchos de los ciudadanos no consienten que les lleguen ideas u opiniones contrarias a las que ya tienen. Los foros que mantienen los periódicos o medios de comunicación en internet son un claro ejemplo de ello. Allí se ve una intolerancia total que transgrede las normas y los buenos principios educativos y morales. Ese tipo de foristas no aportan nada a la discusión y si generan odios y resentimientos. Muchos de eso foros se convierten en cloacas, más que en sitios para debatir ideas. Entonces, se podría pensar que al igual que en la Edad media, caracterizada por los dogmas religiosos, hoy son los dogmas políticos los que nos rodean. Así, vemos como la Libertad de Expresión carece de valor cuando se le utiliza como si la humanidad hoy viviese en un estado de naturaleza salvaje, como en su momento lo expresaron Hobbes y Locke. Por ello, vemos muchos ciudadanos que salen en manifestaciones que terminan en quema de banderas, pedreas, disturbios y la destrucción de bienes básicos para el bienestar de la comunidad. Nadie puede olvidar que la Libertad de Expresión, al igual que la libertad en general, termina donde empieza la de los demás. Las innovaciones tecnológicas y la evolución cultural de los pueblos están ligadas a la Libertad de Expresión y como tal han significado progreso, pero también censura. Así, cuando se inventó la imprenta en 1440 surgieron limitaciones para difundir y propagar ideas. De esta forma, solo en 1700 se consagró el derecho a imprimir, y pasado casi un siglo, se reconoció a los periódicos el derecho a la crítica. Luego, fueron la electricidad, el telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión, el fax, las computadoras y los sistemas satelitales los que dieron un vuelco y un impulso definitivo a los sistemas de comunicación y generaron un dominio de todos los medios de información. Ese dominio fue muy bien aprovechado por las ideas totalitarias y racistas, previa la Segunda Guerra Mundial, y por ello al terminar esta los países que fundaron la ONU, reconocieron la Libertad de Expresión como indispensable en la coexistencia entre los pueblos y como un derecho fundamental de todos los ciudadanos. En la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 se lee en su preámbulo: ‘los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfrutan de la libertad de palabra y de la libertad de creencias’. 29 La Libertad de Expresión, como derecho que es, convierte al ciudadano en un defensor contra la violación de otros derechos, contra la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y contra todo aquello que atente contra la dignidad de las personas. Por ello, se considera que la censura a la Libertad de Expresión se constituye en una amenaza contra el derecho a la vida. Así, muchas veces se produce la muerte de aquellos que se atrevieron a expresar opiniones que no fueran del agrado del que ordena o comete el crimen. Censurar es ocultar al mundo informaciones que podrían evitar muertes por millones, como ha ocurrido en países afectados por la hambruna o informes sobre procederes que se han dado de empresas farmacéuticas que experimentan sus productos con la población más pobre de algunos países del tercer mundo. O como se atenta contra la salud de la población al restringir informes que tienen como finalidad la prevención de enfermedades o la trasmisión de ellas. Igual ocurre cuando se trata del daño ambiental que generan grandes empresas con la explotación de los recursos mineros, o maderables (como ocurre en Colombia), donde no se tienen en cuenta las mínimas condiciones que permitan una explotación adecuada sin generar problemas e inconvenientes en la población. Es el caso de los ríos y el trato que se da a sus aguas, afectando en muchos casos las plantas de tratamiento y acueductos que surten este preciado líquido a las poblaciones vecinas a los sitios de explotación. No obstante, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos es claro en reconocer que la libertad de opinión no puede ser objeto de intrusiones, pero que la Libertad de Expresión y de información conlleva deberes y responsabilidades específicas y como tal debe el respeto a los derechos y a la reputación de los demás y la protección de la Seguridad Nacional, el orden público y la salud y moral públicas. Sin embargo, no dejan de aparecer nuevas fórmulas de censura, motivadas por la represión de algunos gobiernos, como es el caso de recurrir a la acción penal, acusando a los implicados de sedición, o a la utilización de los llamados escuadrones de choque, mediante los cuales se intimida y ataca a quienes esos gobiernos consideran enemigos del régimen. Como medio para impedir los abusos a la Libertad de Expresión, se creó en 1992 la red electrónica conocida como IFEX (Intercambio Internacional sobre la Libertad de Expresión), cuya sede está en Toronto, Canadá. Esta red utiliza este avanzado medio de comunicación para alertar de forma oportuna, rápida y organizada, cada vez que se presenta un caso de censura en un país. Es un buen ejemplo de utilización de la tecnología informática en su lucha contra la censura. La ONU, dio un paso importante al crear un relator especial sobre la Libertad de Expresión y cuya misión es recibir denuncias por parte de los ciudadanos afectados, o de las ONG, y ponerlas en conocimiento de los gobiernos interesados. También, declararon el 3 de Mayo como el Día Mundial de la Libertad de Expresión. La Libertad de Expresión en Colombia 30 En Colombia el manejo de la Libertad de Expresión se ha venido realizando por los medios de una forma que se sale de su curso normal, para caer en una propia interpretación que ellos le dan a la Libertad de Expresión y así cada uno de ellos actúa. Mientras, la población impávida disfruta del espectáculo que esos medios montan y del cual incluso hacen partícipe a los ciudadanos. De esta manera, la radio que se puede afirmar por su espectro territorial llega casi a todo el país, da a la Libertad de Expresión su propia interpretación y muchos de sus programas se presentan como si alguien les hubiera dado el poder de actuar como jueces y actúan soterradamente como tales. Es típico escuchar un periodista que cuando se entera de algo lanza la noticia sin medir las consecuencias de su acto e involucra a personas o funcionarios, como si estos llevaren ya en su pecho el aviso de se busca. Esa noticia, tomada de oídas o de otro medio que de forma sensacionalista la ha publicado, es manejada sutilmente, sin profundizar o investigar en ella, y así el funcionario o persona aparece ya sindicado o señalado como culpable o corrupto. En esos programas, que pretenden ser una especie de foros, impera la astucia y malicia del periodista que anuncia o recibe al invitado utilizando el teléfono con este tipo de preguntas: ¿usted entregó el contrato de interventoría o hizo la adjudicación del contrato a quienes acaban de ser señalados como promotores de la corrupción?, ¿por qué lo hizo? El funcionario que se alista muy temprano para salir rumbo a su trabajo, sorprendido, solo atina a decir: eso fue hace como tres años y todos los trámites respectivos se hicieron con la colaboración y presencia de la Procuraduría, Contraloría y Fiscalía. Pensando filosóficamente y en Sócrates, éste respondería: ¿cómo lo hubiera hecho usted y por qué? Y así, surge con validez esta cita: “decir no es solo decir. Decir es mostrar, demostrar, refutar, anudar, asumir, respetar, descubrir. No es revelar, polemizar, escandalizar, sobreactuar.”(Torres, J. 2012:A6). Estos son valores producto de la farándula, que hoy han desplazado el profesionalismo y la ética, que debe poseer quien funge como periodista, no importando el medio de comunicación en el que realice o desempeñe su labor. Chomsky, parodiando a Walter Lippmann diría que el periodista está fabricando consenso, o sea, imponiendo en los oyentes el aceptar algo que pueden no desear. El periodista aquí está por un lado pensando en sí, pero procediendo como empleado obediente que busca dar gusto a quienes lo dirigen y, por otro lado, enviando un mensaje al rebaño. Si volvemos a la pregunta del periodista, vemos que esta conlleva una serie de interrogantes: ¿quiere señalar que el funcionario que entrevista es corrupto? ¿Al hacerlo, mide las consecuencias de su intención en cuanto el afectar la reputación y honra del funcionario? ¿Actúa motivado por el tema que plantea o existe un interés solapado para afectar profesional o políticamente al funcionario? ¿Ha pensado cómo, con su actuar, puede afectar la familia del funcionario? ¿Desconoce el efecto que sobre sus oyentes tienen sus palabras? Es allí precisamente, donde cabe recordar a ese tipo de periodista esta cita: “no tenemos filosofía, no tenemos arte, no tenemos estética. Tenemos palabras y no sabemos usarlas. Tenemos siempre los mismos giros, las mismas afirmaciones, las mismas estructuras. El periodismo puede hacer cosas para su propia salud, cuidar su esqueleto, afinar sus esquinas, 31 barnizar sus cantos. Pero, nada de eso interesa a los periodistas: porque pensar en términos estéticos es cosa de filósofos y no de periodistas.” (Torres, J. 2012) Nadie puede ignorar que la Libertad de Expresión, al igual que la libertad, termina donde empieza la de los demás. La Revista Arcadia preguntó, respecto al papel que han desempeñado los filósofos colombianos en la discusión pública nacional: ¿Dónde están los filósofos? Las respuestas no se hicieron esperar, y así, mientras unos descalificaban la autoridad de la revista Arcadia, otros enfilaron baterías contra los tres filósofos que participaron en la entrevista del artículo en mención y contra el periodista autor (que parece que estudió filosofía). De esta manera, uno se queja por la visión que a nivel mundial en el campo de la filosofía se tiene del empleo del castellano y “la nostalgia de no poder escribir en una lengua que si mereciera ser considerada filosófica” (Mejía. 2011). . Otro, afirma que “no hay lugar para la filosofía, porque ella es lugar para filosofar” (Gomez, C. 2011). Adriana Roque, expresa: “la filosofía no se muestra en el espacio público, porque no tiene nada que decir, porque quienes escriben de ella están en una Torre de Marfil. Y porque el autor del artículo en mención, olvidó, la existencia de grupos filosóficos de investigación, las innumerables publicaciones filosóficas de las universidades, y que se ignorara nombrar a Guillermo Hoyos, considerado el filósofo de mostrar en Colombia” (Roque. 2011). Continuando con este tema, Sergio Roncallo nos dice: “De esa Torre de Marfil que esos maestros construyeron, reclaman a una generación lo que ellos no supieron mostrarle sobre lo que es filosofar, y la pertinencia de la filosofía en una sociedad que reclama hace rato ser pensada. Esa Torre de Marfil, ha llevado a que las personas se pregunten ¿para qué sirve la filosofía?” El artículo en mención expone que la realidad son los medios de comunicación, y que esos medios han usufructuado la unión con cierto grupo de intelectuales para aprovecharse de la falta de educación e ilustración de la población. Y todo, como estrategia para anular la capacidad de deseo y pensamiento del pueblo. El pueblo colombiano no puede ser mirado como, según dice la tradición, le sucedió a un campesino cuando Nikita Kruschev visitó un caserío ruso y le dijo: “camarada, veo el comunismo en el horizonte” ¿Qué es el horizonte, camarada? Preguntó el campesino. ¡Estúpido! Consulta el diccionario, le respondió Kruschev. Mientras el primer secretario regresaba a Moscú, el campesino fue a la escuela de la aldea y le pidió a un maestro que le ayudara a buscar el significado de la palabra horizonte. El maestro abrió el grueso volumen y leyó en voz alta: “Horizonte: línea imaginaria que separa el cielo de la tierra y que se aleja a medida que avanzamos”. Chomsky define ese tipo de intelectuales, como teóricos de la manipulación de la democracia, y cuya función es servir obedientemente y endulzar el oído a los reales dueños del poder. Es así como de esta manera esos intelectuales ocupan los puestos ejecutivos, mientras al resto de la población se la hace a un lado en la toma de decisiones y se le distrae con programas televisivos, llenándola de mensajes que promueven el consumismo y el modo de vida familiar, según lo dicen las diversas propagandas. Los medios de comunicación que así actúan lo hacen 32 con el claro fin de mantener a los ciudadanos distantes de los temas importantes para el desarrollo de la sociedad e infundir en el pueblo las políticas que interesan a quienes detentan el poder económico. Estas tácticas hacen que el pueblo olvide las elevadas sumas de dinero que se invierten en el gasto militar y que normalmente beneficia al círculo de amigos que rodea el gobierno de turno y que a la larga son quienes aportan para las campañas políticas de los partidos que les son afines. La siguiente cita de Chomsky es clara: “el cuadro que se le presenta a la gente no tiene la más mínima relación con la realidad, ya que la verdad sobre cada asunto queda enterrada bajo montañas de mentiras.” (2004:25) Este panorama del que nos habla Chomsky implica aumento de la pobreza, disminución de la inversión social y en especial en la educación y cultura. Todo esto obliga a distraer el rebaño (población) y por ello existe en la televisión proliferación de novelas, aumento de los espacios deportivos y que los medios incentiven el miedo y temor en la población con supuestos o reales enemigos. Sin embargo, no podemos olvidar que Chomsky afirma que, si no damos credibilidad a la Libertad de Expresión para la gente que no nos agrada, no estaremos creyendo en la libertad de expresión. Entonces, la Libertad de Expresión debe ser amplia y sin ataduras de ninguna naturaleza, y si no compartimos las ideas o expresiones de otros, no por ello los vamos a amordazar ni impedir sus ideales. Pero esto no es excusa para olvidar que, como hemos repetido, la Libertad de Expresión al igual que la libertad llega hasta donde llega la del otro. La sociedad colombiana, que vive en una democracia restringida, posee unos medios de comunicación que muestran una tendencia de apoyo a los políticos del gobierno de turno y por ello nunca están del lado de la oposición, aunque tratan de mostrar a la opinión pública una cierta neutralidad. Adicionalmente, la política y manejo de la publicidad oficial es un imán que une fuertemente el eje medios de comunicación-gobierno. Sin embargo, la competencia entre los diversos medios es tan fuerte que ninguno de ellos pierde la oportunidad ante noticias que impacten la opinión pública, y más si estas, en un momento, representan o dan la oportunidad de un escándalo. Por ello, nuestra sociedad se ha venido acostumbrando a las denuncias que sobre corrupción se hacen a diario, y se ha llegado a un punto aberrante, propiciado por el paquidérmico accionar de la justicia. Esos mismos medios, han magnificado entidades y personas y a más de lucrarse con la publicidad que esas mismas personas y entidades les otorgan, forman una especie de contubernio, mediante el cual se muestran ante la sociedad como poderosos. Y cuando estalla el escándalo, mientras unos se rasgan las vestiduras, otros se esfuman o desvanecen con la complicidad de esos mismos medios. Surge así, la pregunta: ¿y la Libertad de Expresión, qué ha pasado con ella? Y la respuesta analizando nuestro entorno podría ser: 1) Que los medios de comunicación en general, muestran un tipo de periodismo ansioso de presentar a toda hora temas de corrupción, donde el Estado ha sido ineficaz en la aplicación de justicia. Esto ha llevado a la opinión pública a un estado de pasividad, incredulidad y prevención. Hoy se pasó de lo que antes se conocía como la chiva o sea la primicia de la noticia, a la denuncia constante para aumentar audiencia, pero olvidan que con ello está disminuyendo la credibilidad institucional. Y esto, expresado por un conocido 33 periodista y comentarista como Casas Santamaría, amerita y así lo sugiere él, “un decisivo y franco debate donde se analiza la propiedad y conducta de los medios y de los periodistas, para esclarecer la verdad, y evitar la manipulación de la Libertad de Expresión.”(2013: 42). Un claro reclamo de conocido y experimentado periodista, que nos demuestra que no andamos desubicados y que ese debate amerita la oportuna intervención de los filósofos colombianos en dicho tema.2) Que un canal de comunicación creado por los medios en internet para que la opinión pública se exprese en todos los campos ha sido tomado gracias al anonimato por los malos ciudadanos que vierten en el toda su ira soez y sucia, descargando barbaridades e insultos. Y lo grave, que no hay castigo por ello. 3) Si dirigimos la mirada al ámbito internacional, vemos como el presidente Correa, de Ecuador, en actitud razonable expresa con relación a la Libertad de Expresión: “Existe una contradicción entre la propiedad privada de los medios de comunicación y la función social que es pública, de comunicar” (2013: A8). Y tiene razón, ya que la realidad nos muestra que los medios de comunicación son utilizados por sus propietarios para beneficiar económicamente otras empresas de las cuales también son propietarios, tal el caso de los bancos. En Colombia, es claro como El Tiempo propiedad de Luis Carlos Sarmiento Angulo, soterradamente divulga titulares para beneficiar al Grupo Aval, ocultando a la opinión pública que ese grupo es también propiedad de Sarmiento Angulo. Allí hay una infracción a normas regulatorias financieras, pero además importante resaltar cómo se eluden la ética y la moral o ese imperativo categórico del deber ser que nos enseñó Kant. En Argentina, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández, sostiene enconada lucha desde el 2008 con el grupo Clarín, el mayor grupo multimedia argentino. Y todo porque Clarín se opuso a la política agropecuaria del gobierno de subir los impuestos a las exportaciones de granos y al hacerlo se puso del lado de los productores agropecuarios. En represalia el gobierno argentino logró que el congreso le aprobara una Ley de Medios, que fija normas de control y restricción que afectan los intereses económicos de Clarín. En la reciente Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), realizada a mediados del segundo semestre de 2013, su presidente presentó un panorama nefasto para el sector del periodismo latinoamericano: “14 periodistas asesinados, tres que tuvieron que abandonar su país, y dos que fueron expulsados de Nicaragua” (2013: A 9). En Estados Unidos, el tratamiento que el gobierno de Obama da a la libertad de prensa es desolador; tanto así, que se considera que la promesa de Obama de un gobierno abierto y transparente riñe con la realidad, pues las estadísticas muestran que su política de persecución bajo las leyes de espionaje, ha llevado a considerar que en su administración “se ha procesado a más funcionarios gubernamentales por presuntas filtraciones, que en todas las administraciones anteriores hasta la de Reagan” (2013: A9). A este desolador escenario, se suman Ecuador, Venezuela, Argentina, y otros países donde se muestra un desmesurado interés por acabar con la Libertad de Expresión, como medio para que la gente no conozca lo que pasa y sucede en su entorno. Respetar la opinión ajena no es fácil. Si ésta es de nuestro agrado se tolera, si no, lleva a ser controvertida. Encontrar el equilibrio adecuado es la clave. ¿Afrontarán el reto los filósofos 34 colombianos? Creo oportuno traer a colación la cita del filósofo Karl Popper “tenemos que hacer planes para la libertad y no solo para la seguridad, por la única razón de que solo la libertad puede hacer segura la seguridad”. (2012:33). Popper nos advierte que la prioridad de los ciudadanos debe ser la libertad, pues es esta en toda su dimensión la única que nos garantiza todo lo demás. Así, si recordamos lo que hemos visto con anterioridad y lo que está sucediendo en el entorno internacional que rodea a Colombia, es prioridad que el Estado respete y no se entrometa en la Libertad de Expresión y en el accionar de la libertad de prensa. Más, como ente máximo, debe regular el desenvolvimiento de los medios de comunicación en el manejo que hacen de esta clase de libertades, que se constituyen en derechos fundamentales del ciudadano, y llevan a la aparición de la libre expresión en el campo público. Estos son un pilar de la democracia, y por ello esta y la Libertad de Expresión deben coexistir unidas. Ahora bien, para una mejor comprensión recordemos las normas y artículos que clarifican y ratifican ante el mundo los principios sobre los cuales se cimenta la Libertad de Expresión: la sesión que inauguró la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1946 declaró que ‘la Libertad de Expresión es un derecho fundamental y el punto de partida de todas las libertades a las que está consagrada la ONU’. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 19 expresa ‘todo el mundo tiene derecho de expresarse y opinar libremente, este derecho incluye la libertad de exponer opiniones sin injerencias y de recibir e impartir información e ideas a través de cualquier medio y más allá de cualquier frontera’. La Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades, la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, la Convención Americana de Derechos Humanos y la Declaración de Chapultepec en la Conferencia Hemisférica señalan que no hay sociedades ni personas sin Libertad de Expresión y de prensa. Y que todas las personas deben tener igualdad de oportunidades para recibir y buscar información a través de los medios de comunicación en general, sin discriminación de raza, política, color, religión, sexo, o de cualquier condición social. Recordando a Francisco José de Caldas, quien expreso “mis rodillas no se doblan delante de ningún filósofo”, (1942: 137) pienso que sin irse a los extremos, sí se puede crear conciencia que la filosofía si puede aportar a la difusión y correcto uso y manejo de la Libertad de Expresión y a la libertad de prensa en Colombia. Para ello se requiere orientar a todos los medios de comunicación para que pasen a la etapa de educación y preparación de la opinión pública en este sentido. Igual debe suceder con el sector oficial y sus funcionarios, para que en una democracia diáfana, se piense realmente en la tolerancia y bienestar del pueblo, e incluso pensando utópicamente se busque la tan anhelada felicidad de la que nos habló Aristóteles. Bien cabe aquí esta expresión de Marco Aurelio “¿Qué puede guiar a un hombre?”(2008:145. Y su respuesta contundente ‘La filosofía’. Hoy en la televisión, que es el medio masivo de mayor auge en la población, uno de sus objetivos es dirigir y llevar la opinión pública a comprar. De esta manera, los valores pierden su significado, pues, como bien lo dijera Estanislao Zuleta “las personas piensan solo en conseguir 35 el dinero como sea para consumir, lo que lleva a pensar que el dinero es Dios, pues convierte el consumo en felicidad”. Allí, tiene razón Zuleta, cuando tilda la televisión como generadora de violencia, ya que el afán de éxito y consumo lleva a muchos a infringir la ley para alcanzar su objetivo de consumir. Así las cosas, la filosofía puede aportar a este medio de comunicación, para que se convierta en un medio educativo de formación del ser humano y de la sociedad en general. Seguidor del filósofo Fernando Savater, comparto su pensamiento respecto a que “la filosofía no es la revelación hecha por quien lo sabe todo al ignorante, sino el diálogo entre iguales que se hacen cómplices en su mutuo sometimiento a la fuerza de la razón y no a la razón de la fuerza (2008:2) 36 CONCLUSIONES La Libertad de Expresión, que como cualquier libertad, tiene límites y debe como tal ser limitada, pues está el otro, que también exige y reclama con razón por sus derechos, debe plantear un efectivo control y respeto de los poderosos medios de comunicación, para que todos sus miembros conozcan los límites que les incumben. Para nadie debe ser secreto que esos medios están en el poder y son propiedad de grandes corporaciones, o de quienes detentan el poder económico en el país. Adicionalmente, la subsistencia económica de los medios de comunicación se basa en la publicidad que reciben de ese conglomerado económico y del gobierno. También se debe reconocer que la producción de noticias diarias de esos medios proviene de esos grupos económicos y del gobierno. Y esto lleva a la injerencia de esos grupos económicos tan fuertes a orientar en los medios sistemáticas respuestas, cuando se trata de desviar sus opiniones. Como si fuera poco, existe una marcada tendencia a rechazar y ocultar las ideas que provengan de los grupos que ellos consideran opositores o de izquierda. Los filósofos colombianos deben ser un colectivo activo y actuante dentro de la sociedad, y esta debe conocer y apoyar las ideas y proyectos que de allí salgan. Los medios en general se deben congregar para proceder a un cambio de rumbo en cuanto a la difusión y manejo correcto de la aplicación de la Libertad de Expresión y la libertad de prensa. Ellos serán los primeros beneficiados, pues dejarían de ser medios de información para convertirse en verdaderos medios de comunicación, que es el anhelo de las verdaderas democracias participativas. También, la Filosofía se beneficiaría al estar más cerca de la sociedad aplicando su sabiduría y demostrando al pueblo, que seguidores de los pensamientos que nos dejaron los griegos quieren fortalecer los ciudadanos con sus conocimientos y ratificando que la Filosofía sirve y para mucho. En estos momentos de crisis política y social de nuestro país, la Filosofía y los filósofos colombianos tienen algo que decir. La opinión pública requiere aprender a filosofar, para que se pueda defender de quienes a veces se creen poseedores de la verdad y realmente lo que hacen es que los demás caigan en el error. De esta forma la filosofía no será solo conocimiento sino que se volverá práctica, y se convertirá en un arte de vivir y de construcción de mundo. Y los medios corregirían su rumbo al comprometerse con una función interpelante que reclama la sociedad. Recordemos que, en el curso de la historia, muchos filósofos nos han hecho ver que filosofar es provocar en todos y cada uno de nosotros el romper esos lazos que nos amarran a las necesidades de la vida. Luego, profundizando en esos lazos, encontramos que el filosofar elimina la pasividad y los prejuicios que poseemos y nos lleva a pensar y actuar por nosotros mismos. Adicional, ese filosofar nos ha de producir el asombro que pregonaban los griegos con Platón a la 37 cabeza, para significar la actitud del hombre amante de la sabiduría. O recordar a Sócrates, para asimilar en el pueblo que sobre la ignorancia se empieza a filosofar, y de allí, su “solo sé que nada sé”. El filosofar nos ha de llevar a pensar, sentir y actuar y ha de ser más productivo, si como Kant nos enseñó, ese filosofar es producto de la razón y expuesto en lenguaje limpio y puro y no intimidante o que parezca impuesto. Y será por ese camino que conoceremos que es lo que queremos para nuestra vida. Ahora bien, si logramos convocar y hacer realidad el colectivo de filósofos colombianos, estaremos además estimulando y proyectando un pensamiento propio latinoamericano donde se resalten nuestra raíces, nuestra historia y todo lo nuestro. Así, contrarrestamos la gran falla en la que permanecemos, pues en muchos textos es fácil encontrar que muchos filósofos y pensadores occidentales analizan y concluyen que se debe ahondar en esos aspectos para lograr el cambio que requiere nuestra sociedad latinoamericana. Solo profundizando en nuestra realidad se logrará hacer filosofía latinoamericana. Pero, no debemos olvidar que ese pensar tiene que ser original, de cada uno. . 38 Bibliografía Arbilla, D (2013) Todo bien tapado. El Espectador. Colombia. A9. Edición 28.10.2013 Biblia. (1999), México. Sociedades Bíblicas en América Latina. México. Bobbio, Norberto. (1993) Igualdad y libertad. Paidós. Barcelona. Bobbio, Norberto. (1996) Liberalismo y democracia. Fondo de cultura económica. México. 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