LA PSICONEUROINMUNOENDOCRINOLOGIA (PNIE) APLICADA A LA SALUD LABORAL Tabla de contenido LA PSICONEUROINMUNOENDOCRINOLOGIA (PNIE) APLICADA A LA SALUD LABORAL..................................................................................................................................... 1 Introducción.............................................................................................................................. 1 La psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) ........................................................................ 2 Componentes de la PNIE ....................................................................................................... 4 Estrés como modelo de estudio de la PNIE.......................................................................... 9 Estrés relacionado con el trabajo ......................................................................................... 11 Conclusiones Finales ............................................................................................................ 18 Bibliografía ............................................................................................................................. 19 Introducción El sector de la salud no sólo tiene la responsabilidad de favorecer el bienestar de una población o mitigar unos efectos biológicos como consecuencia de una enfermedad, trauma o cualquier noxa que genere un desequilibrio, debe ser también de interés particular y una gran responsabilidad, reconocer la situación histórica de un modelo de salud, así como conocer su presente, su futuro y, hacer un análisis responsable sobre las consecuencias del mismo. El modelo actual de salud, el modelo biomédico, al enfocarse como eje central en lo biológico y dejando de lado los aspectos biopsicosociales, satisface parcialmente las necesidades y problemas de salud de las poblaciones. La insatisfacción de los requerimientos de una comunidad, aunada al incremento en enfermedades crónicas como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, sumado a la opinión desfavorable de las instituciones y gremios médicos, demuestra la existencia de fisuras profundas en dicho modelo. Es precisamente esa lejanía entre los aspectos puramente biomédicos de los aspectos 1 psicosociales, el eje central de nuestra problemática en el proceso de saludenfermedad en las diversas áreas del desarrollo humano, entre ellas la laboral. Esto conduce a retomar el proceso salud–enfermedad como una interacción compleja sustentada en el equilibrio de los factores biopsicosociales que rescatan la interacción mente–cuerpo–ambiente de las personas en sus diversos ámbitos, incluyendo los laborales. En dicho ámbito, se reconocen a la perfección los factores de riesgo físico, químicos, mecánicos, entre otros, dejando de lado los factores de riesgo psicosociales que tienen gran impacto en la salud y seguridad en el trabajo. Es por ello que se requiere entonces la adopción de nuevas disciplinas científicas como la psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), que permitan la transdisciplinariedad entre las diferentes áreas de las ciencias de la salud con los entornos laborales, para el logro del bienestar y seguridad de las personas que trabajan en las empresas y el mejoramiento en la productividad de las mismas. Es esta la razón por la cual en este capítulo se discutirá sobre la PNIE aplicada a la salud laboral. La psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) En la historia del hombre se evidencia, desde los registros más tempranos, su intento por relacionar el comportamiento humano con el proceso saludenfermedad; las culturas china, hindú y griega son consistentes en reconocer la salud como resultado de un balance de sustancias en el cuerpo, conceptualizando fundamentalmente al individuo como una integralidad, enfatizando la prevención como la meta fundamental del conocimiento médico y reconociendo que el organismo tiene la habilidad de auto sanarse (1). No obstante, René Descartes (1641) en su concepto “mente/cuerpo”, enfatizó que había una separación entre el cuerpo y el alma promoviendo el conocimiento a profundidad de cada uno de los órganos del cuerpo humano, sus procesos biofísicos y su funcionamiento (2). La evolución de estas ideologías y observaciones de Rene Descartes, junto con las innovaciones tecnológicas, permitieron un conocimiento más detallado de cómo se producen las enfermedades, lo cual contribuyó a que las ciencias de la salud se desarrollaran en términos individualistas y particularizados, dando lugar al modelo biomédico que conocemos actualmente, el cual ignora aspectos integrativos del ser humano considerados en culturas milenarias, los cuales participan en los procesos de enfermedad (3). El terreno que quedaba por cubrir en el modelo biomédico dio lugar al cuestionamiento y análisis de científicos y filósofos como Ludwig Von Bertalanffy quien propone en 1969 la teoría general de los sistemas, la cual expone que no puede concebirse al hombre dentro de un sistema cerrado, predispuesto por una 2 sola unidad que comprendiese toda su realidad; no es posible el entendimiento del hombre por el sólo conocimiento de una de sus partes. En esta propuesta, el hombre debería ser concebido por diferentes partes que, juntas forman una unidad, pero cada una de éstas en permanente relación y coordinación con las demás. Esto dio al ser humano una connotación de sistema abierto, donde, cada uno de los sistemas que lo componen está en constante comunicación e intercambio con los otros. Es esta pues, la primera aproximación al cambio de paradigma donde el hombre es más que la suma de sus partes(3). Posteriormente se plantea la teoria del caos y los sistemas dinámicos por IIya Prigogine ganador del premio nobel de química en 1977, quien propone que partiendo de un desorden o cáos se genera un orden; es decir, ante la complejidad de procesamientos e interacciones que ocurren en los seres humanos, éstos tienen que poner en marcha un sin numero de respuestas adaptativas para buscar un equilibrio que permita una adecuada interacción. Dicho lo anterior, es muy necesario disponer de un desorden para poder tomar los elementos y luego de un procesamiento, generar un orden. En el hombre, cada uno de sus sistemas dispone de unos elementos que en su procesamiento generan un orden y, estos a su vez, estan interconectados con los demás sistemas(3). Edgar Morín (1990), sociólogo y antropólogo francés plantea la articulación entre las ciencias humanas y las biológicas, buscando el enlace entre lo físico, lo biológico, lo social, la cultura y demás ramas del conocimiento. Propuso el paradigma de la complejidad dando apoyo al teorema de los sistemas abiertos. En dicho paradigma, propuso concebir la unidad de lo múltiple sin olvidar la diversidad al contemplar la unidad; dicho de otro modo, en el ser humano podemos apreciar su singularidad como especie, pero a su vez, su diversidad en los elementos que la componen. Como se observa, la teoría de los sistemas abiertos es una evolución de las teorías anteriores, por tanto, es más desarrollada. No obstante, queda de manifiesto que para llegar a este desarrollo tuvo que pasarse por las anteriores etapas del conocimiento, como lo son el modelo biológico puro y la teoría de los sistemas (3). Además de las teorías filosóficas que dieron el sustento epistemológico a la PNIE, científicos como, George f. Solomon y Rudolf H. Moosen en la década de los sesenta, en su artículo “Emociones, Inmunidad y Enfermedad: Una integración Teórica Especulativa”, discuten sobre la interrelación existente entre las emociones, el estrés, el sistema inmune, las enfermedades físicas y mentales; acotando el término psicoinmunología, para referirse al área del conocimiento que estudiaría las interacciones de los sistemas psíquico, inmune, nervioso y endocrino(4). En la década de los setenta se llevaron a cabo estudios científicos que comenzaron a evidenciar la relación existente entre dichos sistemas, tales como el realizado por el psicólogo Robert Ader y el inmunólogo Nicholas Cohen, en el cual evidenciaron que el sistema inmune podía ser condicionado por estímulos externos al igual que el sistema neurológico (5),partiendo del hecho que 3 dichos sistemas no son cerrados, generando entonces todo un cambio de paradigma en lo que se refiere a la acción de estos sistemas y su intercomunicación; conclusiones que para la época eran toda una revelación en términos médicos ya que revolucionaban la forma de conceptualizar la relación entre la mente, el cuerpo, el ambiente y enfermedad (6). Son estos autores quienes acuñan en 1975 el término de psiconeuroinmunología (PNI). Otros trabajos de investigación, demostraron que situaciones externas como el estrés puede afectar la respuesta inmune; Levine y Kraften (1968) demostraron que las experiencias vividas en los primeros años de vida influyen en el sistema inmune años después y a su vez demostraron los efectos de la inmunosupresión en relación al aprendizaje (7). Posteriormente, Besedovsky (1975) evidenció la unión entre el sistema endocrino e inmune con el cerebro en un sistema neuroinmunoendocrino, observando elevación en los niveles de cortisol ante la exposición a un antígeno con la consecuente respuesta del sistema inmune (8) y, a su vez, relacionó el efecto de la IL-1 como responsable de los síntomas de enfermedad o comportamientos de enfermedad (9, 10). También se ha descrito cómo la interacción neuroinmunoendocrina se afecta bajo situaciones estresantes, tal es el caso del retardo en la cicatrización de heridas observado en un grupo de cuidadores de pacientes con enfermedad de Alzheimer (11, 12). A su vez, otros estudios han relacionado el desequilibrio en la interacción neuroinmunoendocrina con estrés laboral, resultando en enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares (13-15). Los hallazgos científicos descritos anteriormente evidencian la relación existente en los sistemas psico-neuro-inmuno-endocrino, soportando el desarrollo de la PNIE como una disciplina científica que estudia, documenta y comprende los diferentes mecanismos de regulación y control que se establecen en la intercomunicación de los sistemas psíquico, nervioso, endocrino e inmune de los seres humanos, proponiendo así un modelo integrador que permite retomar los factores biopsicosociales y la interacción mente-cuerpo-ambiente en los procesos de salud-enfermedad. Componentes de la PNIE Una vez conocidos algunos aspectos sobre el origen de la PNIE, es importante revisar con más detalle cada uno de sus componentes : psico-neuro-inmunoendocrino con el objeto de comprender la interacción que se establece entre ellos. En el aspecto psicológico (psico), se deben tener en cuenta los siguientes circuitos: el límbico, el paralímbico involucrados en el procesamiento de las 4 emociones y el pineal en la cronobiología o ritmos biológicos de los seres humanos. · El circuito límbico es considerado un importante centro de integración del comportamiento emocional, entre las estructuras que lo conforman se encuentran: El hipocampo, que es el responsable de la memoria propia y de los instintos; la amígdala, que se responsabiliza de la autopreservación de la especie, ésta junto con el tálamo, el hipotálamo y el estriado ventral (núcleos de la base) son especialmente importantes en la experiencia y la expresión de la emoción(16); el hipotálamo, que es esencial para la comunicación entre los sistemas endocrino, nervioso e inmune; recibe la información de todos los sistemas y toma la decisión de redirigir esas informaciones a diferentes partes del organismo para complementar su procesamiento o análisis. Además, está en relación con nuestro reloj biológico, generando las bases fisiológicas de cómo debe comportarse nuestra biología en asocio con nuestro sistema endocrino y, sistema nervioso vegetativo (compuesto por el sistema nervioso simpático y parasimpático) entre otros. · El circuito paralímbico es un circuito valorativo, que da jerarquía e importancia, da sentimiento a las sensaciones; entre las estructuras que lo conforman se encuentran: la corteza orbitaria (el “yo” social), corteza prefrontal (función cognitiva e intelectualización de las vivencias), corteza asociativa (vincula los centros sensoriales primarios que reciben la señal sensorial con el reconocimiento de la mismas); cerebelo, considerado un “adaptador” de la conducta, regulando el tono muscular para una respuesta fina del equilibrio, motora, sensorial y conductual (17). · El circuito pineal: es el responsable de traducir las señales lumínicas en químicas permitiendo sincronizar los ritmos biológicos endógenos (ritmo circadiano) con ritmos externos. Permite unir al hombre con su entorno, prever y anteponerse a futuros cambios en el ambiente que lo rodea (18). El Componente neurológico (neuro), se encuentra representado por nuestro sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), y el sistema nervioso periférico (nervios craneales y espinales, sistema sensitivo, sistema motor somático y sistema motor visceral), sistemas que se comunican a través de las neuronas, las que a su vez, se comunican entre sí mediante los contactos funcionales llamados sinapsis, las cuales pueden ser eléctricas o químicas. Los mediadores de la comunicación en el componente neuro pueden ser iones (calcio) o neurotransmisores como aminoácidos (glutamato, Gaba, glicina y aspartato), péptidos (encefalinas, sustancia P, dinorfinas, etc), amínas biógenas (acetilcolina, serotonina, dopamina, adrenalina, noradrenalina e histamina), gases (óxido nítrico 5 y monóxido de carbono), para los cuales existen receptores tanto en las neuronas como en otras células tales como las del sistema inmune. En el componente neuro, el cerebro interpreta las experiencias como amenazantes o no y, a su vez, es el que determina la repuesta fisiológica y de comportamiento ante dichas situaciones, mientras que el sistema nervioso periférico se encarga de mantener el contacto constante entre el medio externo e interno con el sistema nervioso central y de conducir los impulsos nerviosos necesarios para estimular los efectores periféricos (músculo liso, estriado, glándulas, células del componente inmuno) encargados de llevar a cabo las respuestas determinadas por el cerebro. El componente inmunológico (inmuno), corresponde al sistema inmune, el cual tiene como función principal reconocer lo propio de lo extraño, además se caracteriza por ser capaz de generar memoria y aprendizaje, ya que se encuentra en capacidad de recordar y responder de forma más intensa a exposiciones repetidas ante el mismo reto antigénico (sustancia extraña que suscita la respuesta inmune), es decir, se adquiere por medio de la experiencia. El sistema inmune está conformado por células que patrullan el organismo en busca de antígenos y se encargan de responder en primera línea en caso de un enfrentamiento inmunológico tales como los neutrófilos, monocitos; células que vigilan en los tejidos corporales como los macrófagos y las células dendríticas; y células que determinan las repuestas fisiológicas ante las sustancias extrañas como los linfocitos T y B. Los diferentes tipos celulares del componente inmuno se comunican a través de mediadores solubles protéicos llamados citoquinas para las que se tienen receptores tanto en las células del sistema inmune como en células del sistema neuro. Las citoquinas se caracterizan porque son pleiotrópicas, una citoquina puede actuar sobre varios tipos celulares y tener múltiples efectos biológicos; son redundantes, múltiples citoquinas pueden desempeñar la misma acción, una citoquina puede estimular o inhibir la producción de otras y pueden antagonizarse entre sí o producir efectos sinérgicos o aditivos. Las citoquinas pueden tener dentro de sus diferentes acciones, actividad pro inflamatoria como la interleuquina 1 (IL-1), la interleuquina 6 (IL-6), el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), y anti inflamatoria como la interleuquina 10 (IL-10) y el factor transformante del crecimiento beta (TGFβ). Tal y como se presenta en el componente neuro en el componente inmuno también se dan uniones o contactos funcionales (sinapsis) entre las células que lo conforman (19). El componente endocrinológico (endocrino), corresponde al sistema que coordina la producción y actividad de las diferentes hormonas (sustancias químicas que pueden ser amínas biógenas, péptidos, glicopéptidos o lípidos), las cuales regulan 6 el metabolismo y la cronobiología del organismo gracias a los receptores de estas sustancias que se encuentran en este componente y en otros sistemas como el inmune. Dentro del componente endocrino se encuentra el hipotálamo, el cual, como se comentó en un apartado anterior, se localiza en el sistema nervioso central. El hipotálamo está conformado por una serie de núcleos que están involucrados directamente en la liberación de hormonas a partir de otra estructura que hace parte del sistema endocrino, la hipófisis, que al igual que el hipotálamo también se halla en el sistema nervioso central; la hipófisis es una glándula (conjunto de células cuya función es liberar hormonas) que regula la actividad de otras glándulas periféricas que hacen parte del componente endocrino, tales como la tiroides, los ovarios, los testículos, el páncreas, las glándulas suprarrenales y las glándulas mamarias. Existen otros tejidos del cuerpo que tienen actividad endocrina como el tracto gastrointestinal, el corazón y el endotelio vascular, el tejido adiposo y el timo (20). Los cuatro componentes o sistemas de la PNIE (psico-neuro-inmuno-endocrino) se encuentran en permanente comunicación e interacción gracias al lenguaje que se establece entre ellos por medio de los neurotransmisores, citoquinas, hormonas y sus respectivos receptores. Se ha observado que células del sistema inmune expresan receptores para neurotransmisores y hormonas, así como también producen dichos mediadores (21-23); además, se ha evidenciado que células del sistema neuro producen citoquinas y expresan receptores para dichas moléculas (24, 25), tanto en neuronas como en células endocrinas. En el esquema siguiente (Fig. 1) se representa la interacción que se establece entre los cuatro componentes de la PNIE. Fig. 1 Esquema de la intercomunicación entre los compontes de la PNIE. Todos los sistemas están en permanente relación gracias a los mediadores que producen y sus respectivos receptores, por lo tanto cualquier cambio en uno de los componentes o sistemas resultará en la modificación de los demás componentes. Gráfica modificada de: Márquez López-Mato A. Curso Psiconeuro - Inmuno - Endocrinología. En: Márquez López-Mato A, editor. Introducción a la PNIE; Diciembre; Curso online. Argentina: IntraMed; 2008. 7 La interacción de los cuatro componentes de la PNIE puede evidenciarse en situaciones que sean interpretadas, valoradas y evaluadas por nuestro cerebro como amenazantes, de riesgo o peligro, en tal caso, el cerebro envía señales neuroquímicas al hipotálamo para que estimule a la hipófisis por medio del factor liberador de tirotropina (TRH, del inglés Thyrotropin Release Hormone) y corticotropina (CRH, del inglés Corticotropin Release Factor), las cuales activan a la glándula hipófisis para que produzca hormonas como la hormona estimulante de la tiroides (TSH, del inglés Thyrotropin Stimulating Hormone) y la hormona adrenocorticotropina (ACTH, del inglés Adrenocorticotropic Hormone ), éstas actuarán sobre las glándulas tiroides y suprarrenales respectivamente, con el objeto de generar las hormonas tiroideas (con el fin regular el metabolismo corporal para producir la energía necesaria que permita dar respuesta al reto externo amenazante) y de sintetizar cortisol (hormona importante en los mecanismos de respuesta al estrés). Además, el cerebro enviará señales a través del sistema nervioso periférico, el cual estimulará la producción de adrenalina a partir de las glándulas suprarrenales, dicha hormona actuará sobre diferentes órganos y células del cuerpo para prepararlo para huir o enfrentar la amenaza; tanto la TSH como el cortisol y la adrenalina producen efectos en las células del sistema inmune afectando su respuesta ante retos antigénicos como las infecciones. Fig. 2 Eje hipotálamo – hipófisis – adrenal El eje hipotalámico-hipófisis-adrenal es el principal sistema de respuesta del cuerpo al estrés. Las flechas rojas indican estimulación y las azules inhibición. Ante cualquier estímulo estresante, el hipotálamo segrega CRH, que se une a los receptores de las células hipofisarias, que producen / liberan ACTH, la cual es transportada a la glándula adrenal donde se produce / libera el cortisol. La liberación de cortisol activa el sistema nervioso simpático, que inerva órganos inmunes y regula las respuestas inflamatorias en todo el cuerpo, además genera retroalimentación negativa al hipotálamo y a la hipófisis anterior. Las células del sistema inmune producen citoquinas que estimulan al hipotálamo. Este sistema de retroalimentación negativa parece estar comprometida en pacientes con estrés. Imágenes tomadas de Neuroanatomía esencial de Netter págs. 156 y 183. 8 Estrés como modelo de estudio de la PNIE El fenómeno del estrés se ha estudiado desde el siglo XIX por diferentes disciplinas científicas; el experto canadiense en medicina experimental Hans Selye marco el estudio del estrés en 1936 cuando describió por primera vez el efecto patógeno de la sobrecarga de estrés (26), luego en 1956 expuso el modelo del “síndrome de adaptación general”, en el cual describió tres fases (26, 27): - Alarma: se detecta la presencia del estímulo o evento estresor, se da la activación del sistema nervioso simpático y liberación de noradrenalina y adrenalina. - Resistencia: cuando las condiciones estresantes persisten en el tiempo, se mantiene la activación inicial mientras el organismo trata de encontrar la respuesta apropiada a la situación. Se da la liberación de cortisol. - Agotamiento: El organismo sigue sin encontrar la respuesta apropiada a la situación de estrés, entra en progresivo debilitamiento y cansancio, se está en serio riesgo de enfermedad. En 1971 define el estrés como la “reacción inespecífica del cuerpo a un determinado sobresfuerzo” y en 1974 introduce los términos distrés (sistema de respuesta distorcionada o disfuncional ante el estrés persistente) y eustrés (sistema de respuesta normal ante situaciones de estrés a corto plazo) para diferenciar el estrés “fomentador de enfermedad” del “fomentador de salud” (3, 28). La mayoría de los estudios en PNIE, tales como los realizados por Sólomon y Moos (4), Kiecolt-Glaser (11, 12, 29), Godbout y colaboradores (30), entre otros, se centran principalmente en el efecto del estrés sobre la salud de las personas. Actualmente se considera que el estrés es una respuesta fisiológica normal provocada por cualquier estímulo ambiental, fisiológico, psicológico o emocional que en caso de ser persistente en el tiempo genera un estado de desarmonía o amenaza a la homeostasis (equilibrio dinámico) dando lugar a procesos patológicos (31, 32) (ver figura 3). Con esto se entiende que todos requerimos de un mínimo de estrés para enfrentarnos diariamente a los cambios fisiológicos y del ambiente que nos rodea, sin embargo, el estrés crónico causa desequilibrio en la comunicación entre los sistemas de la PNIE, lo que produce enfermedades que afectan al individuo física y psicológicamente. Cualquier enfermedad se expresa primordialmente en un sistema pero conlleva alteraciones en todo el circuito. 9 Fig. 3 Procesamiento del estrés Tomado de la conferencia estrés mito o realidad de la Asociación Colombiana de PNIE, febrero 9 de 2013. Existen evidencias del profundo impacto del estrés en la susceptibilidad y evolución de enfermedades agudas y crónicas dado que genera desordenes en la inmunidad (33, 34). Las situaciones clínicas asociadas con estrés son muchas: infecciones, trauma, cáncer, alergia, depresión y autoinmunidad (30, 34-36). Diversos estudios han demostrado que el estrés y ciertas emociones como la ira, ansiedad y depresión afectan los resultados clínicos (incluyendo la mortalidad) (37) para condiciones tales como enfermedades cardiovasculares (38), autoinmunes (39, 40), cáncer (41) e infección por VIH (42). Los efectos que el estrés causa en el organismo son el resultado de la interpretación, valoración y evaluación que el cerebro hace respecto a los estresores o estímulos que son percibidos por los sentidos, por lo tanto si el evento estresante es considerado como una situación sobre la cual no se posee control, se activa el circuito hipotálamo – hipófisis-adrenal, liberándose hormonas del estrés, tales como la adrenalina y el cortisol, las cuales modifican la respuesta inmune ya que pueden disminuir la capacidad de respuesta ante las infecciones, favoreciendo por ejemplo, la presentación de virosis respiratorias frecuentes o el desarrollo o progresión de procesos inflamatorios localizados o sistémicos, como la presentación de ateroesclerosis, enfermedades cardiovasculares o la artritis reumatoidea. Además, si la información percibida sobre el evento estresante y que compete al circuito límbico, persiste en dicho circuito y no se procesa en la corteza cerebral para hacer consciencia del mismo, dará lugar a manifestaciones conductuales y psicológicas secundarias a estrés crónico tales como trastornos en los pensamientos, sentimientos, comportamientos, toma de decisiones, lo cual 10 generará probablemente conflictos intra e inter personales que pueden llevar a depresión, reproche, autocrítica, emociones negativas, conflictos con otros, dificultades en la comunicación, pérdida de empatía, dificultades para trabajo en equipo, entre otras. En la siguiente tabla, se listan algunos de los síntomas asociados al estrés crónico o distrés: Síntomas Físicos · Insomnio · Fatiga · Reducción de la inmunidad ante infecciones · Presión arterial elevada · Dolor en el pecho · Sed · Trastornos de peso · Aumento del colesterol · Trastornos de la piel · Dolor de espalda · Dolor de cabeza Síntomas Psicológicos · Ansiedad · Pérdida de memoria · Confusión · Desmotivación · Frustración · Deseo o necesidad de aislarse · Inseguridad · Pesimismo · Depresión Síntomas de la conducta · Hipersensibilidad · Ira · Retraimiento · Comportamiento evasivo · Ausentismo · Abuso de drogas · Impaciencia · Problemas con las relaciones interpersonales · Cambios de humor · Promiscuidad Tabla 1. Síntomas asociados al estrés crónico. Tomado de: OIT. SOLVE: integrando la promoción de la salud a las políticas de SST en el lugar de trabajo: guía del formador. 2 ed. España: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, España; 2012. 36 p. Es importante resaltar que en la actualidad, existen más agentes estresores y una mayor posibilidad de padecer estrés crónico que en el pasado debido a la globalización, la tecnología y la facilidad en las comunicaciones que posibilitan la conexión constante con el mundo y el trabajo, permaneciendo gran parte del tiempo tratando de resolver circunstancias laborales (43). Además, el estrés no solo proviene del trabajo sino que existen otras fuentes de estrés individuales como dificultades personales y familiares, situaciones catastróficas como la muerte de un ser querido, una gran pérdida económica, entre muchas otras causas que, sumadas con las del estrés laboral, hacen al ser humano más susceptible de padecer estrés crónico con sus consecuentes implicaciones negativas tanto en la salud como en su rendimiento laboral. Estrés relacionado con el trabajo Existen algunas definiciones del estrés asociadas con el trabajo como la presentada por el observatorio OSHA en el 2009 que afirma: “Las personas experimentan estrés cuando sienten que existe un desequilibrio entre lo que se les exige y los recursos con que cuentan para satisfacer dichas exigencias. Aunque el estrés se experimenta psicológicamente, también afecta a la salud física de las personas” y la del instituto nacional de seguridad y salud ocupacional de los 11 Estados Unidos de 1999 que afirma: “El estrés relacionado con el trabajo puede definirse como la respuesta física y emocional nociva que ocurre cuando las exigencias del trabajo no corresponden a las capacidades, recursos o las necesidades del trabajador. El estrés relacionado con el trabajo puede dañar la salud e incluso causar lesiones” (43). De acuerdo con las definiciones anteriores, el estrés relacionado con el trabajo incluye además de los factores de riesgo físicos, químicos y biológicos, también, los psicosociales que, infortunadamente, no han sido tenidos en cuenta de forma importante para el entendimiento de las enfermedades en la actualidad. Entre los factores de riesgo psicosociales se han identificado los siguientes: aumento de la carga laboral; escasa autonomía; desequilibrio esfuerzo-recompensa; falta de apoyo social, y conflictos interpersonales y de la organización (44). Dentro de las evidencias que soportan la relación existente entre factores de tipo psicosocial y la presentación de enfermedades asociadas al trabajo, se encuentran las siguientes: a) Estudios en los cuales asocian el trato justo en las organizaciones con la salud de los empleados y observan que a menor trato justo se incrementa el riesgo de ausencias por enfermedad (45), trastornos psiquiátricos (46), autopercepción deficiente del estado de salud y angustia (47); b) trabajos de investigación en epidemiología que determinan como el trato organizacional no justo de los trabajadores puede resultar en problemas de salud tales como enfermedad (48) y muerte por patologías cardiovasculares (49); c) investigaciones que relacionan la reducción de personal con incremento en ausencias por enfermedad y el riesgo de muerte por afecciones cardiovasculares en empleados que tienen fijo su puesto de trabajo comparados con los trabajadores temporales (50); d) estudios en los cuales se observa como los laborantes que experimentan falta de reciprocidad entre sus esfuerzos y logros con sus salarios, tienen dos veces más probabilidades de sufrir incidentes cardiovasculares, depresión o dependencia del alcohol en comparación con las personas que no percibían dicho desequilibrio entre el esfuerzo laboral y la recompensa respectiva (51); e) investigaciones en las cuales se determinó que los empleados que tenían poco control y autoridad en la toma de decisiones para cumplir con las exigencias laborales impuestas en su trabajo, tenían tres veces más posibilidades de tener hipertensión arterial frente a un grupo con un mayor control de sus resultados en la organización (52); f) estudios en los cuales las jornadas laborales extensas se convierten en un estresor para el trabajador asociándose con hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares (53). Otros investigadores no sólo han relacionado la presentación de enfermedades asociadas con el estrés laboral sino que también han estudiado factores biológicos implicados en inflamación, coagulación, formación de ateromas y presentación de enfermedades cardiovasculares, como el fibrinógeno y lípidos, los cuales se aumentan en relación con factores psicosociales presentes en el ambiente laboral (54-57). 12 El compromiso en la salud de los trabajadores a causa de factores relacionados con estrés laboral no solo causa sufrimiento a las personas y a quienes les rodean, sino que afecta también notablemente a las bases de las organizaciones, con los subsecuentes costos socioeconómicos no sólo para las empresas sino para toda la sociedad. Es así como para el año 2002, se estimó en países de la comunidad europea que las pérdidas económicas asociadas al estrés laboral eran alrededor de 20.000 mil millones de euros anuales (43). En el año 2005-2006 en Inglaterra se reportaron más de 70 millones de días laborales perdidos al año por problemas de salud mental; la depresión, ansiedad y el estrés relacionado con el trabajo aumentaron los costos de tratamiento y compensación en más de 530 millones de libras esterlinas (43). En los países bajos, anualmente los trabajadores que reportan enfermedades a causa de estrés laboral generan costos al sistema de salud de 1.7 billones de euros (58). Sin embargo, aunque se cuenta con evidencia que considera al estrés como una epidemia (59), se continúan realizando las investigaciones en la búsqueda de las causas de accidentes y enfermedades profesionales en aspectos medibles como los físico-químicos; es decir, si en un trabajador se detecta hipertensión, se consideran factores de riesgo como la dieta, el ejercicio que realiza y su perfil lipídico, sin embargo, poco se tienen en cuenta factores relacionados con el ambiente laboral, social y psicológico en los cuales se desenvuelve diariamente el trabajador. No obstante, se cuenta actualmente con varios modelos que describen el estrés y los factores de riesgo de estrés relacionados con el trabajo de una manera integrada desde múltiples aspectos. Dentro de dichos modelos se encuentran los siguientes: - El modelo de “exigencia y control” de Robert Karasek presentado en los años setenta, basado en tres variables: 1. La margen de decisión o control sobre el trabajo. 2. Las demandas o exigencias psicológicas y 3. El apoyo social. - El modelo ecológico, que aduce que los factores de riesgo psicosociales pueden ser vistos desde diferentes perspectivas como el ambiente social, la comunidad, el lugar de trabajo, el individuo y la familia, todas relacionadas unas con otras. - El modelo de la jerarquía de necesidades de Maslow, donde el estrés surge cuando no se satisfacen las necesidades individuales de las personas; con base en esto se crea la pirámide de Maslow donde el hombre, para satisfacer su autorrealización, primero debe satisfacer su necesidades fisiológicas, luego debe satisfacer su seguridad básica, luego debe garantizar las necesidades sociales y por último las necesidad de estima. - El modelo de estrés organizacional, realizado por Palmer, Cooper y Thomas en el 2003 donde incluyeron múltiples factores de riesgo psicosociales que interfieren en los individuos, generando unos síntomas individuales y organizacionales con consecuencias negativas y, unos costos económicos asociados a las mismas (ver fig. 4). Este modelo fue creado para evaluar de manera estructurada del riesgo de sufrir estrés (43, 60). 13 Fig. 4 Modelo de estrés relacionado con el trabajo. Tomado y traducido de Palmer S, Cooper C, Thomas K. A model of work stress: To underpin the Health and Safety Executive advice for tackling work-related stress and stress risk assessments. Counselling at Work. 2004; Winter:2-5.Pág. 3. - El modelo de “entornos laborales saludables” propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual considera las diferentes esferas que rodean al ser humano para comprenderlo en su multidimensionalidad. Es por ello que la misma OMS realiza la siguiente definición (61): “un entorno laboral saludable es aquel en el que los trabajadores y directivos colaboran en utilizar un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sustentabilidad del espacio de trabajo, considerando lo siguiente, basado en las necesidades identificadas: · La salud y la seguridad dependen del entorno físico del trabajo. · La salud, seguridad y bienestar dependen del entorno psicosocial del trabajo incluyendo la organización del trabajo y la cultura del espacio laboral. · Los recursos personales de salud en el espacio laboral. · Las formas de participar en la comunidad para mejorar la salud de los trabajadores, sus familias y los otros miembros de la comunidad.” En esta definición se dimensiona al ser humano en sus diferentes contextos teniendo en cuenta que un desequilibrio en factores internos o externos al individuo resultan en accidentes o enfermedades de origen laboral; lo cual está en concordancia con lo propuesto por la PNIE, ya que esta disciplina considera la multidimensionalidad del ser humano en su interacción permanente con el o los ambientes en los cuales se desarrolla. Continuando la descripción del modelo de la OMS, es importante reconocer entonces las 4 fuentes de los factores de riesgo (61): 1. Ambiente físico del trabajo: incluye todo el espacio físico que rodea al trabajador con los instrumentos con los que debe interactuar para 14 cumplir una tarea. Se incluyen aspectos físicos, químicos, biológicos, ergonómicos, mecánicos, entre otros. 2. Entorno psicosocial del trabajo: incluye la organización del trabajo y su cultura organizacional. Qué actitudes, valores y creencias se profesan en la organización que se vuelven cotidianas y que afectan la salud física y/o mental de los empleados. Algunos ejemplos son una inadecuada organización del trabajo que se traduce en presión por resultados, desequilibrio esfuerzo-recompensa, carga de trabajo, claridad en la tarea, entre otros; cultura organizacional en contravía con la dignidad y respeto por los trabajadores; estilos de mando y control; miedo a perder el empleo. Es importante precisar que la metodología para la evaluación de los factores psicosociales es diferente a las valoraciones del ambiente físico. 3. Recursos para la salud en el espacio de trabajo: son los aspectos proporcionados por la empresa al trabajador para el fomento de su salud en el entorno de trabajo, por ejemplo: actividad física, alimentación saludable, estrategias antitabaco y alcohol, fomento en la calidad del sueño, flexibilidad en el ambiente laboral, promoción de la actividad física, proporcionar servicios médicos, entre otras. 4. Participación de la empresa en la comunidad: estrategia fundamentada en que la empresa debe realizar un retorno a la comunidad donde está ubicada para balancear los aspectos que por su actividad hubiese alterado o dañado. Estrategias como mejorar la calidad del aire, el agua, mejorar los conocimientos de seguridad en la comunidad, apoyar el acceso a los servicios de salud primaria, alfabetización gratuita o a bajo costo para el empleado y su familia, fomentar y favorecer la formación de pequeñas y medianas empresas, implementar reglamentación que favorezcan la accesibilidad a personas discapacitadas, permitir el trabajo en fundaciones no lucrativas a los empleados en sus jornadas de trabajo, proporcionar soporte financiero para promover causas justas a la comunidad, entre otras. Los cuatro aspectos anteriores son necesarios para poner en práctica una adecuada gestión del estrés en las organizaciones; sin embargo, para poner en marcha dicha gestión del estrés y garantizar que sea sostenible en el tiempo, son necesarios los siguientes aspectos, que según el modelo de la OMS permiten el proceso de mejora continua en un entorno laboral saludable (ver fig. 5) (61): 1. Movilizar: Es crear las estrategias que estimulen a la gerencia y las partes interesadas de las organizaciones a emprender el nuevo camino del cambio, generando y cumpliendo los objetivos propuestos. No es solamente permitir que se cambie de rumbo, es que cada uno de los 15 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. empleados de la organización deseen y favorezcan ir en el mismo sentido. Reunir: una vez se logró la movilización, es hora de reunir al equipo de trabajo encargado del proyecto de la gestión del estrés. Evaluar: Inicio de una evaluación en dos sentidos, la primera, una evaluación para la empresa donde reunirá toda la información posible como demográfica, accidentes, incidentes, enfermedades laborales, espacio de trabajo, rotación de personal, quejas y reclamos, entre otras. El segundo aspecto desde la salud de los trabajadores donde se tendrán en cuenta temas como la cultura organizacional, liderazgo, estrés laboral, fuentes del estrés extra laborales, practicas individuales de salud. Priorizar: Una vez recolectada la información, deben priorizarse aquellas solicitudes más importantes según cada organización. En este punto debería tenerse en cuenta la pirámide de Maslow para dar jerarquía a los aspectos. Planear: Desarrollar un plan de mejora para la situación de salud y plasmarlo como un modelo a largo plazo para la satisfacción laboral de los empleados. Hacer: Iniciar la acción y comenzar a realizar los cambios propuestos incluyendo a todos y cada uno de los colaboradores de la empresa. Evaluar: Siempre deberá incluirse un proceso de evaluación, tanto de las fases de implementación como de mejora continua. Mejorar: Realización de cambios según los resultados para mejorar los programas que se implementaron o añadir nuevos aspectos a los futuros procesos. 16 Ambiente físico de trabajo Movilizar Mejorar Entorno psicosocial del trabajo Reunir Compromiso de Liderazgo Ética y valores Reevaluar Evaluar Recursos personales de salud Participación de los trabajadores Hacer Priorizar Planear Involucración de la empresa en la comunidad Fig. 5 Modelo de espacio laboral saludable de la OMS: Avenidas de influencia, proceso y principios centrales. Tomado de la OMS. Entornos laborales saludables: fundamentos y modelo de la OMS: contextualización, prácticas y literatura de apoyo. Ginebra Organización Mundial de la Salud; 2010. Pág. 109. La OMS ha proporcionado un modelo que ve al hombre en sus múltiples dimensiones, considerando la singularidad de cada individuo, es por eso que en el centro de la gráfica se encuentra la ética y valores sobre los cuales un compromiso de liderazgo con la participación de todos los trabajadores es el eje central del modelo saludable empresarial. Una vez conformado este primer círculo, es necesaria la puesta en marcha de los ocho pasos propuestos para la generación de las estrategias del cambio, inmerso en las cuatro dimensiones ya señaladas. Con este modelo, se logra visualizar al hombre en sus esferas biopsicosociales, reconocerlo en su entorno y aproximarse a las posibles respuestas de adaptación al medio, facilitando la identificación de las variables a intervenir y los procesos a modificar para lograr mejores resultados en el ámbito laboral. Lo anterior está acorde con lo propuesto por la PNIE, ya que rescata la multidimensionalidad del ser humano en relación con los diferentes contextos en los cuales se desarrolla, así como las respuestas y manifestaciones de las interacciones de los sistemas psico-neuro-inmunoendocrino, favoreciendo un equilibrio dinámico en el desarrollo y realización de la persona. 17 Conclusiones Finales La PNIE es una disciplina científica que propone un modelo no lineal del proceso salud-enfermedad, en el que se retoman los factores biopsicosociales y las interacciones mente–cuerpo-ambiente que establece el individuo, logrando un abordaje del ser humano desde la complejidad de sus sistemas e interacciones con los entornos en los cuales se desenvuelve continuamente. Bajo esta perspectiva, se favorece una aproximación sistémica, integrada y unificada de la dinámica presente en el cuerpo, en la mente, en el espíritu y el ambiente de cada persona, lo cual permite un abordaje ético, digno, humano y científico. Es precisamente la visión sistémica, compleja y dinámica de la PNIE la que se articula con los modelos que describen el estrés y los factores de riesgo de estrés relacionados con el trabajo, puesto que se retoma la multidimensionalidad del ser humano y sus singularidades en las interacciones con los diferentes contextos que establece el trabajador, buscando el bienestar y salud de los mismos, así como la productividad de las organizaciones. Sin embargo, aunque se cuenta con diferentes modelos de estrés laboral en la organizaciones, y en los cuales se describen diversos factores de riesgo para los trabajadores, infortunadamente éstos, en la mayoría de las ocasiones no identifican o no son conscientes de qué es el estrés, cuáles son sus factores de riesgo y, aún más, no reconoce estar o sentirse estresados; lo cual tiene implicaciones importantes tanto para la salud de los trabajadores y sus familias (dadas las enfermedades que pueden presentarse si no se identifica, interviene y vigila el estrés laboral), como para la productividad y resultados económicos de las empresas. Considerando las consecuencias en la salud de los trabajadores, además de los costos socioeconómicos generados por el estrés laboral, es importante continuar investigado sobre factores de riesgo asociados al estrés laboral, sus consecuencias en la salud de los trabajadores y sus familias, cómo intervenirlo a nivel individual y colectivo, para generar estrategias que permitan una educación que genere consciencia sobre el estrés laboral y propicie la adopción de una cultura integral de gestión del estrés que brinde herramientas adecuadas de adaptación, apropiación e implementación en las organizaciones y la sociedad en general. En Colombia, acorde con la búsqueda de la seguridad y salud en el trabajo, así como del bienestar de los trabajadores, se han considerado los factores psicosociales asociados al estrés laboral, para lo cual se cuenta actualmente con la Resolución 2646 de 2008 del Ministerio de la Protección Social, en la cual se tienen disposiciones para evaluación y seguimiento de los factores de riesgo psicosocial asociados al trabajo, y con las baterías de instrumentos para la 18 evaluación de dichos riesgos y factores, todo lo cual puede ser apoyado desde la visión científica trasdisciplinaria y multidimensional que aporta la PNIE. Finalmente, es importante resaltar que la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores son sumamente importantes tanto para ellos mismos y sus familias, como también para la productividad, la competitividad y la sostenibilidad de las empresas, y la economía del mundo; lo cual implica que la gestión del estrés no sólo es responsabilidad de las empresas sino también de los trabajadores. Bibliografía 1. Daruna JH. Chapter 1 - Introduction. Introduction to Psychoneuroimmunology. Burlington: Academic Press; 2004. p. 1-5. 2. Lemos Hoyos Ma, Restrepo Ochoa DA, Richard Londoño C. Revisión crítica del concepto "psicosomático" a la luz del dualismo mente-cuerpo. Pensamiento Psicológico. 2008;4(10):137-47. 3. Dubourdieu HMM. Psicoterapia integrative PNIE, integracion cuerpo, mente, entorno. Montevideo: editorial psicolibros; 2011. 110 p. 4. Solomon GF, Moos RH. Emotions, immunity, and disease: A speculative theoretical integration. Archives of General Psychiatry. 1964;11(6):657-74. 5. 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