220-009730 del 11 de marzo de 2002 Asunto: Efectos de convocatorias deficientes a reuniones de Junta Directiva. – Conflicto de intereses. Me refiero a su escrito radicado en esta entidad el día 28 de enero del presente año con el No. 2002-01-005748, en el cual solicita se le absuelvan varios interrogantes relacionados, de una parte, con los efectos de una deficiente convocatoria a una reunión de junta directiva y, de otra, con la eventual responsabilidad de un administrador por llevar a cabo actos que implican competencia desleal. Para dar respuesta al asunto consultado esta Oficina se permitirá hacer las siguientes precisiones y consideraciones de orden legal, advirtiendo que lo hará en el mismo orden en que fueron formuladas las preguntas. 1. 2. ¿Cuáles son las consecuencias jurídicas, frente a la validez, de registrar un acta de Junta Directiva derivada de una sesión de dicho órgano a la cual no fueron convocados todos los miembros, aunque existía quórum suficiente de acuerdo con los estatutos? Si como consecuencia de dicha Junta Directiva se aprobó un Reglamento de Emisión de Acciones y esa acta fue inscrita en la Cámara de Comercio, ¿cuál es la validez de dicha acta y de ese reglamento? Sea lo primero poner de presente que el artículo 437 del Código de Comercio dispone que la junta podrá ser convocada por ella misma, por el representante legal, por el revisor fiscal o por dos de sus miembros que actúen como principales. Lo anterior hace suponer, entonces, que si la junta directiva, por definición, es un cuerpo colegiado, sus reuniones deben estar precedidas de la convocatoria a la totalidad de sus miembros, sin excepción, pues no tendría sentido que se llamase a unos y a otros no, en el entendido de que es la colegialidad característica esencial en su composición y funcionamiento. Cosa diferente es que estando presentes todos los integrantes de dicho cuerpo colegiado, podría obviarse el acto formal de la convocatoria, que no tiene otro objeto que dar a conocer o enterar a los miembros de la junta acerca de la realización de una reunión, en la que se espera la concurrencia, como mínimo, del número de miembros que conforman el quórum deliberativo, con el fin de que expresen su voluntad a través del voto. De otra parte, la Sección I, Capítulo VII, del Libro Segundo del Código de Comercio, al ocuparse de la asamblea general y la junta de socios, específicamente el artículo 194, establece que "las acciones de impugnación previstas en este capítulo se intentarán ante los jueces, aunque se haya pactado cláusula compromisoria, y se tramitarán como se dispone en este mismo Código, y, en su defecto, en la forma prevista en el Código de Procedimiento Civil". Si bien es cierto la citada norma se refiere a las eventuales impugnaciones de decisiones tomadas por la asamblea general de accionistas o la junta de socios, como máximos órganos sociales en sociedades anónimas y de responsabilidad limitada, respectivamente, y que, en principio, no resulta aplicable a las decisiones de una junta directiva, el artículo 137 de la Ley 446 de 1998 dispone que la impugnación de actos o decisiones de Asamblea de Accionistas o Junta de Socios y de Junta Directivas, todas ellas de sociedades vigiladas por la Superintendencias de Sociedades, podrán tramitarse mediante el proceso verbal sumario ante dicha superintendencia". Las acciones de impugnación aludidas tienen como finalidad el que se declare la nulidad de las decisiones que se hayan tomado en reuniones de dichos órganos con prescindencia de los requisitos previstos en la ley para el efecto, Vr. Gr., la irregular convocatoria de sus miembros. Así mismo, en tratándose de reuniones no presenciales, o decisiones por medio de la expresión escrita del sentido del voto, tanto del máximo órgano social o de la junta directiva, de que tratan los artículos 19 y 20 de la Ley 222 de 1995, se predicará su ineficacia, cuando se den los supuestos de hecho allí previstos, esto es, cuando alguno de los socios o miembros de junta directiva no participe en la comunicación simultánea o sucesiva, o cuando alguno de ellos no exprese el sentido de su voto o se exceda del término de un mes allí señalado. En ese orden de ideas, las decisiones tomadas en una reunión de junta directiva a la cual no fueron convocados la totalidad de sus miembros, son susceptibles de impugnación ante la Superintendencia de Sociedades si se trata de una sociedad por ésta vigilada, o ante el Juez Civil del Circuito del domicilio principal de la sociedad, si no lo estuviere, conforme con lo previsto en el artículo 421 del Código de Procedimiento Civil. 3. ¿Cuál es la responsabilidad de los administradores de la empresa (Gerente y miembros de Junta Directiva) por haber perfeccionado estos actos sin haber convocado a todos los miembros de junta? 4. De otro lado, ¿cuál es la responsabilidad de un administrador (Presidente de Junta Directiva) por realizar actos de competencia desleal consistentes en llevar los negocios de la empresa a otra empresa en la cual él también reviste la calidad de administrador? En el amplio espectro general de las obligaciones, quien ha causado daño a otro puede ser obligado a la indemnización de perjuicios, siempre que éstos logren ser demostrados ante la jurisdicción ordinaria. Respecto de los deberes de los administradores, el artículo 23 de la Ley 222 de 1995 señala que en el cumplimiento de su función los administradores deberán: … 7°. "Abstenerse de participar por sí o por interpuesta persona en interés personal o de terceros, en actividades que impliquen competencia con la sociedad o en actos respecto de los cuales exista conflicto de intereses, salvo autorización expresa de la junta de socios o asamblea general de accionistas. (… )" Igualmente, dispone el artículo 200 del Código de Comercio, modificado por el artículo 24 de la Ley 222 de 1995, que los administradores responderán solidaria e ilimitadamente de los perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o a terceros. Por último, el artículo 25 de la Ley 222 de 1995, dispone que habrá acción social de responsabilidad contra los administradores, en los términos y condiciones allí establecidos. En los anteriores términos damos respuesta a su consulta, no sin antes manifestarle que el alcance del presente pronunciamiento es el contemplado en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.