1 El Arte en el Pensamiento de Chiara Lubich Según el pensamiento de Chiara Lubich, el Arte es la Belleza, entendida como armonía, y armonía quiere decir “altísima unidad”. Una de las primeras intuiciones que ella tuvo fue el comprender que Dios, así como es bondad y verdad es también Belleza. Escribe: “Siempre hemos tenido en el corazón un deseo ardiente: gritar con la vida, con las palabras, con las artes, que Dios es Belleza. Constatábamos que, al igual que el amor, también lo bello se había convertido en patrimonio del mundo. Por eso, queríamos reivindicar para Dios la belleza, dejando vivir en nosotros a Aquél que además de ser el Verdadero, el Bueno y el Santo, es también el Bello”. “Sólo lo Bello, con la “B” mayúscula”, - continúa - es realmente bello y, de igual manera, el Arte es arte. Porque la belleza, o es una belleza universal y eterna, o no es belleza”. Según Chiara Lubich el Arte es: “saber transmitir en una pintura, en una escultura, en una arquitectura, en una música… algo de aquello que en el alma no muere. La obra de arte deja en quien la mira, un sentimiento sublime como si partiera de ella un rayo celeste que besa el centro inmortal del hombre, de cada hombre de ayer, de hoy, de siempre. Una obra de arte es eterna gracias a ese “algo”, por el cual, aunque pasen los años, las modas, los métodos, aunque progrese la técnica, aunque se multipliquen los descubrimientos, esa obra permanece porque tiene en sí una huella inmortal, divina. La verdadera obra de arte testimonia, por tanto, la inmortalidad del alma, porque si el objeto plasmado, por ser Arte no muere, aquél que la ha realizado tampoco puede morir. (…)Los verdaderos artistas tienen, tal vez sin saberlo, una misión apostólica: con sus obras de arte nos donan ángeles invisibles y silenciosos que nos indican el Cielo (…) Por eso el artista es, quizás, quien más se parece al santo. Porque si el santo es tal portento que sabe dar Dios al mundo, el artista, en cierto modo, da la criatura más bella de la tierra: el alma humana”.