PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID Publicación anual de la “Peña de Tomelloso en Madrid” Publicación Gratuita Número 19 +Agosto 2015 Carrañaca Sumario Sumario página 2 Carta de la Presidenta página 3 Libros página 4 La 1ª Romería de la V.V. Pablo Avendaño Lara página 6 Navidad Ramón Serrano página 6 Asociación Flamenca, Artículos Alejandro Lozano Chinchilla página 7 Félix Grande, defensor de las libertades página 8 Lamento por Félix Grande Tomás Perales página 9 Homenaje a Félix Grande Juan José Losa Benito página 10 Un Adiós para Félix Grande Dionisio Cañas página 11 Grande de ti mismo Mª Antonia García de León Álvarez página 11 A Félix Grande Pablo Avendaño Lara página 11 Semblanza biográfica de Vicente Olmedo Emma Cueva Quirós página 12 Junta Directiva (22-06-13) página 13 Homenaje a la letra Ñ Pablo Avendaño Lara página 13 Desesperanza Tomás Perales página 14-15-16 Un paseo por el Espacio Tomás Perales página 17-18 Paulina y Gumersindo Ana Mª Fernández Rivero página 19 Premios de Poesía y Pintura 2014 página 20 Del Tomelloso hay una muy buena Hª que contar Carlos Moreno página 21 Llovió Mª Teresa Lozano página 22 A Vicente Olmedo Estela Olmedo Salinas página 22 Memoria 2º Semestre 2013 página 23-24 Soledad Luisa Madrigal Lara página 25-26 La genialidad de lo auténtico Mª Teresa Lozano página 27 Gozar el amor de una mujer Pablo Avendaño Lara página 28 El mundo, una figura herida Antonio Carvajal página 28 La desesperación del león… Rocío Torres Márquez página 29 Actividades del año 2014 página 30 Presentación del libro “Historia del Fútbol en Tomelloso V. Olmedo página 31 Con Tomelloso siempre en el corazón L.L. página 32 Tomelloso, sacrificio de una ciudad Ángel Bernao página 33 Presentación de Sonia Emma Cueva Quirós página 34-35 Pobladores y Fundadores Emma Cueva Quirós página 36 Pregón Romería/2014, semblanza Mª Teresa Lozano Emma Cueva página 37 Curriculum Pluvio Coronado página 38 El inventor y conservador de palabras Emma Cueva Quirós página 39 Análisis de doña Crisanta Moreno Emma Cueva Quirós página 40-41 Curriculum Mª Dolores López Serrano página 42 Carta de agradecimiento a Vicente Olmedo - Lorenzo Navarro página 42 CARTA DE LA PRESIDENTA Queridos paisanos: Hemos pasado un tiempo sin poder editar esta revista, pero nos ha también que, todo aquello que dignifique a nuestro pueblo nos lo parecido buena idea “morir con las hagáis saber y llegar. botas puestas”. Quiero decir con esto Nosotros seguiremos en la que seguimos de la misma guisa que brecha hasta el final, y esto llegará en años anteriores, es decir, sin blanca cuando ya no tengamos más recursos y sin ayudas ni colaboraciones, pero económicos para invertir en nuestra nuestros socios y amigos quieren tener Peña. noticias nuestras. tanto a estos Centros. Como nos Desde la Peña Los jóvenes ya no se acercan de Tomelloso mantenemos de lo que aportamos, no podemos actividades embargo, os pedimos desaparición. por la humildad de y más en Madrid, esperamos esta que os agraden las actividades que realizamos nos otro tipo de suculentas, sin rebelamos a su Pero no todo son calamidades, disculpas publicación realizar como podéis diversidad comprobar de actos barajamos donde la comunicación y el afecto es evidente y agradable. Esperamos vuestro para mantener viva la memoria de los cariño, siempre. que vinieron a la capital y fundaron agradecimiento esta Asociación. acompañáis en el camino. a los apoyo y Nuestro que nos Nos gustaría mucho que nos dierais vuestras opiniones e ideas y Emma Cueva Quirós PRESIDENTA PÁMPANAS 3 LIBROS 4 PÁMPANAS ENTREVISTA EL PERIÓDICO DEL COMÚN DE LA MANCHA CUESTIONARIO PARA EMMA CUEVA QUIRÓS 1ª.- ¿Cuál es el equipo con el que llega a la presidencia de la Peña de Tomelloso en Madrid? Presidenta: Vicepresidenta Primera: Secretario General: Tesorero Interventor: Vocales: Delegados: 2ª.- ¿Cuál ha sido su vinculación con este colectivo asociativo hasta el día de hoy? Acudí a la Casa de la Mancha (entonces era así) en el año 1982 y fundé junto a otros tomelloseros el grupo de teatro “La Barja”. Después estuve varios años sin tener vínculo alguno, pero hace tres años, aproximadamente, presentamos mi familia y yo los libros de mi abuelo, Luis Quirós, en dicha Casa, retomando el contacto, principalmente con Olga Alberca y José López Martínez. A raíz de entonces tomé parte en el grupo de Teatro de la Casa (Grupo Carlos Lemos) interpretando el papel de Dra. Einstein en la obra “Arsénico por compasión”. Al comenzar el nuevo curso me eligieron como directora del Grupo y este curso hemos puesto en escena “El bebé furioso” (Manuel Martínez Mediero) 3ª.- ¿Qué sentimientos mueven el espíritu de los tomelloseros que residen en la capital? Seguir vinculados a su pueblo, tanto con amigos y conocidos como con quienes sientan la necesidad de tener un trozo de sus raíces en Madrid. En definitiva, saber que Tomelloso sigue creciendo en cualquier parte. 4ª.- En estos momentos ¿con cuántos socios cuenta la Peña? ¿Se plantea aumentar el número de asociados, especialmente entre los tomelloseros más jóvenes? Con 88 socios. Por supuesto que nos los planteamos, ese es nuestro deseo, que sea un centro al que se pueda y se quiera acudir personas de todas las edades e ideas. 5ª.- ¿Cuáles son los nuevos proyectos e ideas que le gustaría poder desarrollar al frente de la Peña que reúne a los tomelloseros en Madrid? Activar y motivar a los jóvenes para no perder las tradiciones, pero al mismo tiempo poder ofrecer actividades interesantes y novedosas: concursos culturales en general y con un recorrido histórico de Tomelloso, en particular. Presentaciones de libros, PÁMPANAS Dª Emma Cueva Quirós Dª Olga Alberca Pedroche D. Ramón González Reyes Dª Francisca Grande Vázquez D. Antonio Jiménez Crespo D. Vicente Olmedo García Dª Carmen Yáñez Quevedo D. Fernando de la Cruz Argibay D. Avelino Roldán de la Torre D. Alejandro Lara Cobo D. Fernando de la Cruz Argibay D. Félix Barbero Alfonso D. José María Sotillo Vaquerizo D. Andrés Díaz Aliaga Pregón de Semana Santa y Romería, concurso de platos típicos, concursos de poesía, pintura y narrativa, Excursiones de todo tipo y guiadas, campeonatos con todo tipo de juegos, desfiles de modelos, concursos de bailes en general, etc… 6ª.- ¿Considera que la asociación adolece de algo en la actualidad? Si cree que es así, ¿cómo piensa mejorar esos aspectos? Adolece de gente joven que promueva y se interese por la historia y costumbres de Tomelloso. Intentamos mejorar esos aspectos realizando actividades como las indicadas en la pregunta nº 5. El factor económico influye a la hora de poder realizar muchas de esas actividades 7ª.- Se acerca la Feria de Tomelloso y la Peña que usted preside participa muy activamente en la organización del llamado Día del Ausente. ¿Puede hacernos una valoración de Indortes Franco Bolós Jiménez, el tomellosero ausente que será homenajeado este año a petición de su propia Peña? Esta petición la realizó la anterior junta Directiva, nosotros la llevaremos a cabo. Hablé hace unos días con Don Indortes, pero será más completo enviar un Historial. 8ª.- Finalmente, como tomellosera ¿qué recuerdos guarda con especial cariño sobre la Feria de Tomelloso? Aunque me marché de Tomelloso muy joven, conservo muchas amistades de la infancia y la juventud y la Feria siempre fue motivo de alegría y diversión. Tanto niños como mayores la esperábamos con inquietud, eran días de mucho movimiento en todos los aspectos, todos teníamos nuestro espacio. Sin tener un recuerdo especial, Tomelloso es mi raíz. 5 COLABORACIONES LA PRIMERA ROMERÍA DE LA VIRGEN DE LAS VIÑAS La primera romería de la Virgen de las Viñas de Tomelloso, la recuerdo perfectamente, y eso que contaba con sólo tres años y 173 días, casi 3 años y medio. (Aquel año fue bisiesto) Por aquella época, vivíamos en la calle Claudio Coello nº 6, fui caminando de la mano de mi tía, por la calle Madrid, hasta la esquina con la calle de Socuéllamos, y nos quedamos en la esquina, (donde hoy se encuentra la estación de autobuses) hacía un día muy desapacible, con viento y lluvia intermitente, pero yo quedé encantado, porque vi por primera vez en mi vida, un avión o “rroplano”, como decían los chicos un poco mayores que yo, realmente era una copia no demasiado exacta de lo que también solía llamarse un aparato; el tal “rroplano, parato o vión”, fue lo que me impactó, y ese es el recuerdo que me quedó de aquel 7 de mayo de 1944, hace ya la friolera de algo más de 70 años. Ah para que no os quebréis la cabeza pensando en cuando nací, fue el 16 de noviembre de 1940, justo en la calle Santa Amalia nº 8 de Tomelloso, naturalmente. Un saludo para todos mis paisanos. Pablo Avendaño Lara. Alegría, alegría, alegría, alegría, alegría y placer, venimos de romería, por ser la primera vez. Madrid 22 de octubre de 2014 NAVIDAD 2014 Cuando, hace mucho tiempo, alguien dijo que los árboles solían no dejarnos ver el bosque, pienso que se estaba refiriendo, entre otras cosas, a que los hombres, con gran desatino, se entretenían en menudencias insustanciales apartándose del verdadero meollo de la cuestión. Hoy, y para nuestra desgracia, sigue siendo de ese modo, pero además hay quien afirma -y con bastante razón- que ya apenas quedan árboles, que prácticamente no hay bosques en el mundo en que vivimos. Sin embargo, y aun siendo conscientes de la veracidad de ello, tanto en el estricto sentido arbóreo como en el de la inconstancia o insignificancia en el obrar, no quiere ser este mensaje mío desalentador, sino un grito de spes autem cogitabant, la voz con la que expreso mi creencia esperanzada para el futuro, muy pensada y con un firme fundamento. Y, por ello, he de decirte que la panacea con la que cuenta la humanidad para que la 6 salve de todos los muchísimos males que la amenazan, son sencilla, pero magníficamente, los niños. Sí amigo, leíste bien: los niños. Porque, aun llamándose estos Mohamed para unos, Leví, Jesús, Abharan, John, Hao, o Vladimir para otros, ellos serán los que sabrán, y querrán, sacarnos de todos esos ingentes apuros en los que nos estamos metiendo. Para ayudarles, dispongámonos a facilitarles su labor, y, sobre todo EDUQUÉMOSLES. Amplia, intensa, doctamente; cuanto sepamos, cuanto podamos y más aún. Siendo así, y así ha de ser, podremos gritar: Sursum corda, pues al hacerlo, nos hallaremos henchidos de gozo. Esa consecución de una educación universal, con todo lo que conlleva, es la esperanza y la felicidad que os deseo a ti, y a los tuyos, en el próximo año. Ramón Serrano PÁMPANAS COLABORACIONES “De la tierra, esa música viene de la tierra, viene de la contienda del asfalto, del oscuro atropello de las arterias del planeta. Viene de la preponderancia del fuego, del confuso lenguaje de los yacimientos, del desconsuelo de los minerales. Esa música es ciega como las raíces y es terca como las semillas. Sabe a tierra como la boca de un cadáver, viene y es de tierra redobla a geología.” Francisca Aguirre Estimados y flamencos amigos: Queridos amigos del flamenco: Me es grato dirigirme a vosotros de nuevo que sois gentes que cuando escuchan el quejío de un cante, el picao de una guitarra o el taconeo de un baile la emoción aflora y no se sabe por qué. Y es que es difícil de explicar con palabras… Por ello, como Presidente y con la compañía de Ortiz y Cantón, nos sentimos orgullosos de poder volver a realizar el VI Festival de Cante “Posada Flamenca”, donde las provincias de Córdoba, Huelva, Cádiz y Sevilla se harán presentes con sus artífices del flamenco. Todos ellos galardonados en concursos de ámbito Nacional e Internacional, en los que han obtenido primeros premios. De este modo quedáis todos invitados a revivir de nuevo esta cita con el VI Festival, en el que habrá momentos en los que el sonido grave del bordón y las agudezas de la prima, el zapateado de un buen baile lleno de colorido y embrujo, o la voz quebrada de un buen cante lleno de sentimiento, fatiga, furia, injusticia o de quejío, serán capaces de dar luz y colorear nuestras vidas hasta meterse en lo más profundo de nuestro corazón y acariciarlo. Desde estas líneas agradezco a las Instituciones que han colaborado, tanto a la Diputación de Ciudad Real, como al Departamento de Festejos de nuestro Municipio, con Isabel Hurtado, concejal del Ayuntamiento de Tomelloso y también toda la buena voluntad y esfuerzo de los publicitarios ante la ingratitud de nuestros tiempos, pues entre todos hacemos posible la realización de este Festival, a todos MUCHAS GRACIAS. Me dirijo a vosotros para informaros que de nuevo esta aquí noviembre y que con él llega el VII Festival del Cante “Posada Flamenca”; Festival que a pesar de ser ya referente nacional, a bien seguro volverá a emocionarnos, ilusionarnos y hasta a ponernos los cabellos de punta volviendo a revivir momentos inolvidables. Para ello vamos a contar con la presencia de grandes profesionales, como Antonio José Mejías y Luis Heredia, “El Polaco” como cantaores. La sonanta de Manuel Herrera y el piano de Laura de los Ángeles con su espectáculo flamenco. Todos ellos, de gran reconocimiento internacional, serán los encargados de dar luz y colorido a nuestro teatro municipal. Recordando una frase célebre del gran maestro Antonio Fernández Díaz “Fosforito” el día que le otorgaron la “llave de Oro del cante flamenco”, en la cual decía: “a lo único que aspira, en verdad, un artista es a tener la llave del corazón de todos los aficionados. De la misma forma esta Asociación tiene como objetivo con este Festival llegar al corazón de todos los que nos acompañéis. Agradecemos desde la Asociación el gran esfuerzo que hacen el Departamento de Festejos, con Isabel Hurtado, concejal al llevar el máximo peso de este Festival, a la colaboración de la Diputación de Ciudad Real y a los publicitarios que con sus donaciones lograrán que entre todos hagamos que este festival sea una realidad. Me quiero despedir con este poema donde se describe que el flamenco es puro sentimiento del ser humano. Y decir sólo palabras bonitas no es cantar flamenco, el flamenco es contar las penas por soleares y por seguiriyas, es salpicar la vida con la sal de las alegrías y bulerías; Es traer de la otra orilla las milongas, colombianas y vidalitas. Es dolerse por fandangos. Es piropear por malagueñas. Es hablar con Dios por saetas. Es maldecir o maldecirse por carceleras. Es contar historias por romance. Es bailar por tangos y lanzar los PÁMPANAS brazos al aire para tocar a los dioses. Es sacar fuerzas en la mar por galeras. Es acompañarse en la fragua por toná o golpe de martillo. Es morirse poco a poco en las profundidades por taranto, taranta o minera. Es hacer de un cante dos, como la granaína y la media granaína. Es cantar al viento en los cantos de trilla. Cuento con vuestra asistencia desde el Asociación y os mando un gran abrazo de Ortiz Cantón y de un servidor. Alejandro Lozano Chinchilla Presidente 7 FÉLIX GRANDE Comunidad Originaria de Castilla-La Mancha Entidad Declarada de Utilidad Pública Municipal CASA CASTILLA-LA MANCHA MADRID C/Paz nº 4 - 28012 Madrid – Telf. 915227278 DEFENSOR DE LAS LIBERTADES Nace en Mérida, Badajoz el 4 de febrero de 1937 y muere en Madrid el 30 de enero de 2014. Fue poeta, flamencólogo y crítico, considerado uno de los grandes renovadores de la poesía española de los años sesenta. A los dos años de edad llega a Tomelloso, donde vive hasta los 20. De guitarrista flamenco pasa a otro instrumento: la literatura. En 1957 se va a Madrid y en 1961 comienza a trabajar como redactor en Cuadernos Hispanoamericanos, revista de la que llega a ser director entre 19831996. También dirigió la revista de arte Galería (1989) y la colección El Puente Literario de la editorial Edhasa (19691971. obtuvo su primer premio, el Adonáis en 1963, por Las piedras. En 1965 gana su primer galardón de Narrativa, el Premio Eugenio d’Ors por su novela corta Las calles, Premio Nacional de Poesía en 1978 por Las rubáiyatas de Horacio Martín. Como narrador destacan: Doscientos (1968), Parábolas (1975), Lugar siniestro este mundo, Caballeros (1980), Fábula (1991), Decepción (1994), El marido de Alicia (1995), Sobre el amor y la separación (1996) y La balada del abuelo Palancas (2003). Como flamencólogo escribió García Lorca y el flamenco (1992), Agenda flamenca (1987), Memoria del flamenco (1995), obteniendo el Premio Nacional de Flamencología, y Paco de Lucia y Camarón de la Isla (2000). Fue miembro de número de la Cátedra de Flamencología y estudios folclóricos. 8 En 2010, después de un largo silencio, incorpora el poema La cabellera de la Shoá y a finales del año siguiente salió Libro de familia. Casado con Francisca Aguirre (Premio Nacional de Poesía) con la que tuvo una hija, también poeta, Guadalupe Grande. Sus restos mortales reposan en el cementerio de Tomelloso. PREMIOS Y DISTINCIONES Premio Alcaraván, Premio Guipúzcoa por Música amenazada, Premio Gabriel Miró, Casa de las Américas por Blanco Spirituals, Premio Hidalgo, Premio Nacional de Flamencología, Premio Barcarola, Premio Felipe Trigo de Narración corta, Premio Manuel Alcántara, Mejor Escritor de Temas Flamencos, Premio Extremadura a la Creación, Premio Nacional de la Letras Españolas, Premio Quijote a la Creación Literaria, Premio Comunicación de la Cadena Ser, Hijo adoptivo de Santiago de Chuco, Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Hijo adoptivo de la ciudad de San Roque, Medalla de Oro de Castilla- la Mancha, Miembro de la Real Academia Hispano Americana, Miembro de número de la Real Academia de Extremadura de las Artes y las Letras, Hijo predilecto de Mérida. Premios de Poesía, Narrativa y Ensayo, lo que no es posible introducir en este resumen de su vida. PÁMPANAS FÉLIX GRANDE LAMENTO POR FÉLIX GRANDE En el momento que cito, me encontraba escuchando la radio. En realidad no era una situación excepcional: siempre enciendo la radio antes que el motor. Circulaba por una carretera cualquiera a cumplir con la actividad cotidiana, la que llena la barja que alimenta la vocación de escribir, porque vivir de la literatura lo consiguen sólo unos pocos buenos y muchos malos, y yo no estoy con los primeros y huyo como de la peste de los segundos. Entonces, tras un silencio inquietante, llegó la noticia… Cuando fui capaz de digerirla lloré en solitario. En mi llanto había rabia —creo que siempre la hay en el que llora— porque desaparecía uno de los pocos buenos habiendo tanto malo de donde elegir. En mi congoja huérfana había pena, desconsuelo y miedo porque se había derrumbado uno de los andamios que sostienen las vidas de los más simples, las vidas que se yerguen con ayuda. Newton lo proclamó a los cuatro vientos: “he llegado alto porque iba a lomos de gigantes” (en referencia a los científicos que le dejaron su herencia). Yo, solo para mantenerme a ras del suelo, también necesito auparme a lomos de gigantes, como Félix. Saber que existen personas como él, que son de tu raza, que te arrostras tras sus mismos deseos y aspiraciones, que compartes pluma, aunque torcida, aseguraba el oxígeno vital. Pero Félix ya no está y muchos como yo nos quedamos indefensos de referencia, de norte. Para la ocasión he buscado palabras para definirlo y no han aparecido. Quizás no existen o carece de sentido la búsqueda: Félix Grande es netamente Félix Grande. Entiendes la necedad de la búsqueda cuando lo mientas: el que te escucha sabe quién es porque lo ha leído, lo ha escuchado, lo ha visto. Jamás se me olvidará cómo lo presentó mi padre hace solo unos años, poco antes de morir, cuando aparecí por el pueblo un fin de semana: «he estado en casa de fulano y estaba allí ese muchacho del pelo blanco que escribe». Las pocas palabras dicen más que las muchas, pero que con Félix sobraban todas: Su semblante sin edad, el carnet de identidad en el pelo y la pluma y la voz llevadas en andas en el rostro hablaban de él. Solo los simples necesitan definición precisa. Años atrás, el destino propició una sabrosa anécdota con ellos como protagonistas. Sucedió en Mérida. Mi padre cumplió el servicio militar allí. Hartos de que nos contara sin compasión lo que lo quería su general, o capitán o lo que fuese, que le daba la merienda a cambio de trabajos en su casa, mi mujer organizó un excursión. Fuimos toda la familia. Al llegar comenzamos a ver los monumentos, pero eso a él no le interesaba, que ya había visto muchas piedras en el campo: él quería ver su cuartel. Nos dirigimos a la zona, pero ni rastro. Callejeando recordé que Félix había hecho lo mismo con su familia para mostrarles la casa donde nació. Ambos hombres tuvieron que preguntar. Félix sí encontró su nido, pero mi padre no pudo volver a ver su querido cuartel porque se había convertido en un Corte Inglés. Jamás nos encontramos Félix y yo, jamás lo busqué porque para mí era suficiente con saber que existía y que nos unía al menos la tierra y el amor a las letras. Sí busqué con ansia sus palabras escritas en las que siempre encontré la valentía de la denuncia y filones de motivos en los que hincar el pensamiento. Nacimos en el mismo barrio, jugamos en las mismas calles, pero la diferencia de edad impidió que militásemos en el mismo bando de felices salvajes que lanzaban piedras a los de los otros barrios, el juego de entonces, antes de caer prisioneros en las voraces garras de las maquinitas de hoy. En muchas ocasiones, subido en la alfombra voladora que tenemos en la cabeza cuantos escribimos, he fabricado imágenes en las que aparecíamos los dos en pantalón corto, con la misma edad, haciendo altos en las peleas y desnudando nuestras almas blancas con deseos a los que no hubiésemos sabido poner nombre, pero que apuntaban a los cielos y la luna. Ambos dejamos el pueblo con la ilusión de volar, pero con un sentimiento de traición. Por eso no lo separamos del alma y nos acercamos continuamente a él con nuestro oficio para devolverle algo de lo que nos dio. Ya no está Félix pero sí su herencia como sombra tan alargada como el Varal que cuelga de las paredes del Ayuntamiento. Nos ha dejado oficio, nobleza, solidaridad y orgullo de lugar. Yo ya no digo “soy de Tomelloso”, sino “soy del pueblo de Félix Grande”. Tomás Perales 2014 PÁMPANAS 9 FÉLIX GRANDE En primer lugar quiero agradecer a la Peña de Tomelloso en Madrid, y en particular a su Presidenta Emma Cueva Quirós, su amable invitación. He dicho otras veces que una de las mayores satisfacciones de mi vida pública fue conocer personalmente a grandes escritores a los que desde hacía mucho tiempo había leído y admirado, entre los que se encuentran mi querido amigo D. José López Martínez, con quien me honra compartir mesa en este acto y, por supuesto, Félix Grande. Entre la talla literaria de las personas con las que comparto mesa uno corre el riesgo de sufrir un cólico verbal. Por ello, he querido escribir mis palabras y ajustarme en ellas a la modesta perspectiva, que entiendo algo puede aportar para enriquecer nuestro recuerdo colectivo, del humilde niño de Tomelloso que recibe el impacto de una poesía de tanta calidad como la creada por Félix. Recuerdo que me acerqué a su obra en mi pubertad, hacia finales de los años setenta. Yo era niño de lecturas continuas, candidato a formar parte, con el tiempo, de ese grupo que, como decía Borges, más podría presumir de lo leído que de lo escrito. Pero, aun con esta cualidad, no resultaba natural que a los trece o catorce años un niño se acercara a la obra de Félix en lugar de abordar otras lecturas. Pero el destino nos cruzó, pues quiso que por aquélla época tuviera algún eco en Tomelloso la concesión del Premio Nacional de Poesía, que con justicia lo elevaba al Olimpo de escritores de nuestro pueblo con renombre nacional. Y también quiso el destino que la curiosidad de un niño al que llegó la noticia, por ser casualmente su paisano, se despertara interrogándose quién sería ese señor. Y, claro es, el paso siguiente fue solicitar información en la misma Biblioteca Municipal de Tomelloso donde Félix había disfrutado sus lecturas durante tantas horas. Es decir, preguntar por el hijo pródigo en su misma casa. Lo que me encontré fue existencialismo lírico. La maravillosa combinación de poesía desnuda que deja, no traslucir, sino galopar, los sentimientos, inquietudes y desvelos de la vida, con la intensa búsqueda de la belleza en la palabra. La asombrosa capacidad de aunar la forma y el dramatismo, de penetrar en el amor, en el agobio del paso del tiempo, en la soledad, en el horizonte de lo cotidiano, abrazándolos desde el estilo, desde la pulcritud poética, en esa simbiosis que sólo los mejores consiguen, cuando fusionan lirismo y vida, “al abrazo imposible de la Venus de Milo”, como decía Rubén Darío. Y todo ello impregnado del mancheguismo que rezuma por los poros de su obra, en lo ético y en lo estético. En la manera de clavarse en el terreno sin perder la distancia canónica, casi bíblica, con la que el manchego afronta estoico los reveses desgarradores de la vida. Y en la manera de retransmitirnos los dejes, los modos de expresión de un pueblo, los códigos con los que un grupo de paisanos exteriorizan sus afanes. Cuando un tomellosero lee a Félix siente el orgullo de lo cercano. Abre la novela escrita por Palancas III y el pulso se acelera mientras se piensa: “Ostras, es que este Macondo es mi pueblo”. No con el patrioterismo estéril de los que gustan de agitar banderas, sino con el más sosegado, pero no menos firme, de quienes, sin perder la vocación de universalidad, el valor de la empatía con la humanidad en su conjunto ante otras consideraciones, no por ello pierden de vista que solo puede haber un lugar en el mundo, el pueblo de cada cual, donde uno se encuentra a cada paso con quienes conocen y recuerdan lo que hizo su genealogía, donde se mira a cada uno con la mochila de su historia familiar colgada al hombro. Ese paisanaje calmo que no construye fronteras, sino refuerza el convencimiento de que también lo cercano puede ser una forma de acercarse a mirar el mundo sin exceptuar a nadie de su seno, donde es compatible el orgullo de lo propio con el respeto y aprecio de lo ajeno. Conforme fui creciendo, muchos de sus poemas, al releerlos, adquirían otra dimensión, pues ya no penetraban en los ojos del niño sorprendido por el impacto de lo bello, sino en los del adulto que se identificaba en las descripciones de los diferentes sentimientos que Félix había incorporado a su paleta para pintar sus versos y que, a la vez, la paleta del tiempo había ido insertando en este lector que les habla, con el resultado de una diferente emotividad, una nueva comunión con lo que allí estaba escrito desde antes. Todavía hoy, nuevos sentimientos se van incorporando con cada nueva lectura, todavía hoy uno siente, por ejemplo, renovar el cariño hacia su amada cuando vuelve a leer: “porque mi obra eres tú, arcilla pensativa: mirarte día y noche, mirarte mientras viva; en ti está mi mirada más vieja y verdadera.” Después, en el tiempo que participé en la vida pública, tuve la ocasión de conocer a Félix personalmente, introducido por nuestro común amigo, el también llorado José María Arcos; incluso tuve ocasión, lo digo con toda modestia, de colaborar para inducir a las autoridades educativas de aquél momento a tomar la decisión de bautizar con su nombre una escuela de su pueblo. Quién sabe, a lo mejor ello provoca que alguno de los niños que allí acuden sientan, como yo sentí, la curiosidad de preguntarse: “¿Quién es este señor que da nombre a mi colegio?”, y se acerquen a su obra. Me sentiría muy honrado de haber podido contribuir a que tal cosa ocurra. De su persona, los que aquí están os hablarán mucho mejor que yo, que apenas pude compartir con él tres o cuatro ocasiones, acercándome además desde la timidez, casi el rubor, con el que se acerca un miembro del club de seguidores al artista apreciado. Recuerdo que hablamos de flamenco, no sé si también de otras cosas, pero de flamenco, seguro. Bueno, sobre todo hablaba Félix. Para un aficionado como yo, era una delicia escuchar la hondura de sus enseñanzas, su conocimiento enciclopédico sobre el cante. El mismo caprichoso destino que me acercó a su obra ha querido que su óbito coincidiera con el del gran guitarrista y renovador de la música española. Si existe el cielo en un formato semejante al que habitualmente nos imaginamos, puede que Félix esté declamando en estas horas: “Escucho la guitarra de Paco de Lucía. La música me araña los huesos de la edad. Lejanamente todo mi pasado se enfría. Una gotera insiste entre la soledad.” Juan José Losa Benito 10 PÁMPANAS FÉLIX GRANDE Un adiós para Félix Grande A Félix Grande Lara ¿Quién duerme en lo dormido? ¿Quién se oculta en la tierra cuando el invierno azota los viñedos? Las cepas no están secas sino que entre sus raíces guardan su propia primavera. Así el poeta, se esconde en sus palabras, dormidas, como la savia en el árbol, esperando la vida que les llega de unos labios al leerlas. Ha muerto un hombre, un poeta, Qué tristes quedan sus musas para él no valen excusas ganó la gloria completa. Dionisio Cañas, 31 de enero, 2014 Fue músico y flamencólogo, escritor y novelista, la muerte protagonista, nos vino a poner su epilogo. ************ María Antonia García de León Álvarez Gran poeta y escritor ¡Ábranse puertas del cielo! hagan sonar los clarines, y que salgan querubines, acompañando su duelo. Tomelloso está de luto, y toda España está igual, él fue un poeta genial, a quien hoy rindo tributo. Pablo Avendaño Lara Grande de ti mismo Un físico imponente, de patricio romano ennoblecido, de guitarrista flamenco malogrado, de pastor de ovejas para siempre. ¡Grande de ti mismo¡ Sobrado en tragedia y adjetivos, haces sonar el oro de tu arrojo entre las cien almas que llevas dentro. Escueto como un flamenco enlutado, con el traje a rayas de los Domingos y una vara de Camborio entre las manos: -Vengo a pedirle la mano de su hijahas dicho hoy por última vez. Con orgullo, elegiste ser desdichado y poeta, arte y majestad. Nunca Natura engaña. Allí está el ágora donde se aprenden los fastos de la niñez, entre la melancolía de las cosas finitas y la rotación tozuda de las estaciones. ¡Ah, quien fuera contigo Pastora Marcela en el Territorio Mancha! PÁMPANAS 11 VICENTE OLMEDO GARCÍA, Biografía Nació en Tomelloso (Ciudad Real) en enero de 1933, en la calle del Rosario, 9. Sus padres, Martín Olmedo Armero y Pascuala García Arias, también de Tomelloso, eran muy buena gente. El padre era viñero y Vicente tuvo que seguir el mismo camino por las necesidades de la época, así que con 12 años ya estaba arando en las viñas. En el mismo mes que cumplía 16 años, enero de 1949, entra a trabajar en la farmacia de D. Luís Martínez Acebal (más conocida como la de Dª Luisa) como mancebo, permaneciendo allí cuatro años. También en enero de 1953 ingresó como voluntario en el Servicio Militar en la Agrupación de tropas de Farmacia de Madrid. De los tres años que estuvo en la mili, dos los pasó en la Farmacia Militar nº 3, despachando en una ventanilla y por las noches aprovechaba para hacer las fórmulas magistrales que quedaban pendientes del día anterior. En enero de 1956, una vez licenciado del Servicio Militar, entró a trabajar en la “Comercial Guillén”, Centro de especialidades farmacéuticas, en la C/ Alberto Aguilera, 17 de Madrid. De nuevo en enero de 1958, su teniente farmacéutico, D. Manuel Ibáñez de la Cadinière (persona cariñosa y buena para Vicente, con quién pasó gran parte de la Mili) le notificó que su padre estaba a punto de abrir una Farmacia que traspasó antes de su inauguración a una farmacéutica de origen alemán (gente buena también a los que Vicente siempre tendrá en el recuerdo) y le propusieron estar al frente de dicha Farmacia, en la C/ Felipe IV, como auxiliar hasta diciembre de 1961, año en que volvieron a traspasarla. Vuelve enero, esta vez de 1962, cuando entra a trabajar en la Cooperativa Farmacéutica Española “Cofares”, donde permaneció como dependiente hasta su jubilación, en enero de 1993, con una antigüedad de 31 años en la Empresa. Ya entonces, Vicente tenía, 60 años. Lleva “Ausente de Tomelloso” 31 años, de los cuales ni un solo día dejó de acordarse de su pueblo, al que lleva dentro de lo más profundo de su corazón. Como se puede comprobar tuvo poco tiempo para dedicarle a los estudios que hoy día son obligatorios, pero su aprendizaje lo obtuvo detrás de un mostrador y en la calle, viviendo. En noviembre de 1964 fue padre por tercera vez y, aunque trabajaba en una gran Empresa, los 12 sueldos de aquel entonces estaban por los suelos, por tanto todos los meses solía hacer tres o cuatro guardias, que estaban bien pagadas y le ayudaban a terminar mejor el mes. Por el mismo motivo, fue pluriempleado durante años en las Farmacias que tenía su Empresa, aprovechando los tres turnos de trabajo. Nunca tuvo problemas o quejas de cara al público, con la elaboración de fórmulas magistrales o en las guardias nocturnas. La calle y el trabajo fueron su escuela, pero las formas, el comportamiento, el saber estar, el respeto, la honradez y la educación la aprendió de sus padres. Supongo que es mera casualidad que casi toda su vida arranque en enero, pero la presentación de su libro “Historia del Fútbol en Tomelloso” tuvo lugar en la Peña de Tomelloso en Madrid, en enero de 2013. Este volumen es una recopilación de datos futbolísticos tomelloseros, desde 1918 hasta la década de los años 70. Tiene innumerables datos de fichajes, jugadores, partidos y todo aquello que entraña la historia del fútbol en su pueblo. Vicente Olmedo posee una memoria prodigiosa y ha dedicado el tiempo libre a esta amada afición, simplemente por cariño y recuerdo. Es un hombre que no presume de nada y su característica principal es la timidez, pero cuando pulsas el botón de los datos inicia, con absoluto detalle, todo lo acontecido en la fecha, lugar o cualquier cosa que se le pregunte con respecto al Fútbol de su pueblo. Es sencillo y trabajador, suele mantenerse en segunda fila y no se cree merecedor de este homenaje por no tener en su haber ningún Título, sin embargo, lo que ha hecho grande a Tomelloso es su gente laboriosa y en nuestra Peña consideramos que la gente de bien, trabajadora, honesta y sin respaldo económico, es la que especialmente merece nuestro respeto y admiración. Sin estudios, con la única Escuela de la Vida, nos ha regalado una visión de la historia de Tomelloso a través del deporte, algo a lo que Nelson Mandela recurrió para unir a sus gentes. Vicente Olmedo ha conseguido que todos nos interesemos por repasar aquellos tiempos, buscar en las páginas a algún conocido, recordar los años de éxito y de juego, cuando el pueblo se vestía de Fiesta para acudir al partido. Emma Cueva Quirós Presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid PÁMPANAS JUNTA DIRECTIVA - COLABORACIONES JUNTA DIRECTIVA DE LA PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID, ELEGIDA EN LA ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA CELEBRADA EL 22 DE JUNIO 2013 PRESIDENTE…………………………....Dª Emma Cueva Quirós VICEPRESIDENTE 1ª………………….Dª Olga Alberca Pedroche VICEPRESIDENTE 2º………………….vacante SECRETARIO GENERAL….…………..D Ramón González Reyes VICESECRETARIO …………………… vacante TESORERA -INTERVENTORA………..Dª Francisca Grande Vázquez VOCALES: D. Fernando de la Cruz Argibay D. Vicente Olmedo García Dª Carmen Yáñez Quevedo D. Antonio Jiménez Crespo D. Avelino Roldán de la Torre D. Alejandro Lara Cobo DELEGADOS: D. Félix Barbero Alfonso D. José María Sotillo Vaquerizo D. Andrés Díaz Aliaga A lo largo del ejercicio 2013 renuncian a su cargo el vocal: D. Alejandro Lara Cobo, y los delegados: D. Félix Barbero Alfonso, D. José María Sotillo Vaquerizo y D. Andrés Díaz Aliaga. Homenaje a la LETRA Ñ Una letra con peineta la letra que más descuella es alegre y pizpireta. ¡Qué orgullo siento por ella! El gallego en su morriña por el valle y las montañas sueña con su rapaciña y en tomarse un par de cañas. Amo a mi querida España también a los españoles un cariño que no empaña el llenarme de arreboles. Hay tantas cosas con eñe, de contar no pararía. Y por mucho que me empeñe jamás todas las diría Debo homenaje rendirte eñe que todo mereces por eso debo decirte que me haces feliz con creces. Pues quitarla no se puede la actividad literaria ¡puñetas!, ni cuando llueve que la eñe es muy necesaria. Eñe que está en nuestra enseña no es enseña de enseñanza ni es eñe de pedigüeña es orgullo y esperanza. De la riojana Logroño y de Écija siete niños y yo que estoy hasta el moño* aquí os dejo mis cariños. Se encuentra por todas partes en las fiestas navideñas teniendo por estandartes celebrarlo con las peñas. Se ha quedado en el tintero algo por no recordado pero ahora decir quiero que este cuento se ha acabado. Disfruta del nuevo año un maño de Zaragoza un político en su escaño y un extremeño y su moza *(Perdón es que a veces no funciona la C) PÁMPANAS Pablo Avendaño Lara 13 COLABORACIONES DESESPERANZA Rozando el mediodía, el silencio anunció que la semana laboral había alcanzado prematuramente el ocaso. Los teléfonos enmudecieron y el fax interrumpió su función de paloma mensajera. Desde que florecía la primavera hasta bien entrado el otoño, todos los viernes se producía la misma situación: los ciudadanos se olvidaban de aquella empresa de servicios. Hasta su gerente acababa de salir “a unos asuntos”, que los tres empleados, buenos conocedores de sus costumbres, situaron en alguna de las carreteras de salida de la gran ciudad. Si no eran de vida o muerte, las familias decidían aplazar las soluciones a sus quebrantos hasta el retorno del éxodo al campo, a la sierra, al río, a la visita a los familiares del mundo rural que abandonaron; cuándo hubiesen recuperado el aliento perdido y los pequeños contemplado —en ocasiones con pesar por haberles separado de sus máquinas informáticas— la vida animal y vegetal negada en su vida urbana. Rogelio comenzó a moverse inquieto; la inactividad hacía añicos su habitual equilibrio. Abrió el cajón central de su mesa de trabajo con el firme propósito de sumergirse en su ocio favorito, al que dedicaba todas sus horas de libertad, pero desistió y lo cerró apesadumbrado al recordar que esa actitud, practicada en solitario, era recibida con gestos de contrariedad, cuando no de intolerancia, por sus dos compañeros de oficina. Atendiendo una orden de su mente, que demandaba angustiada un medio más discreto y común de ocupar su tiempo de brazos cruzados, exploró su entorno inmediato implorando ayuda. Al momento, su mirada sin rumbo se posó en el también desocupado ordenador, su fiel compañero de trabajo. Contempló con desánimo la pequeña y estilizada pantalla y convino consigo mismo que ni necesitaba ni le interesaban sus servicios. Decidió apagar el equipo para ahorrar energía eléctrica y seguir buscando la manera de distraer la espera. Pero, de pronto, un impulso inconsciente llevó el dedo índice de su mano derecha a posarse sobre la tecla de acceso a Internet. Al instante, la pantalla lo saludó con un torrente de colores. No buscaba nada en la red. Contemplaba el contenido de la pantalla sin apenas ver, sin asomo de interés, como parte de un tiempo vacuo. Sin embargo, la aparición relampagueante de unas palabras con caracteres de colores llamativos y en movimiento, un viejo truco para atrapar miradas distraídas, surtió el efecto esperado: les prestó atención para combatir el aburrimiento. Con lentitud, deseando que las cuatro líneas consumieran buena parte del tiempo hasta completar la jornada, comenzó a leer, casi a deletrear, con completa indiferencia. Pero cuando acabó, una luz, ahora emanada de su interior, le puso en alerta. Sabiéndose dueño del tiempo volvió a leer, ahora con atención. Entonces, conforme iba digiriendo el mensaje, sus ojos, negros y escondidos, comenzaron a mostrar los síntomas del terror. 14 Su cabello se electrizó al instante y su espalda se estrelló contra el respaldo de su asiento hasta arquearse peligrosamente. Se agitaba como si desease sacudirse el polvo del camino, intentando recuperarse del sobresalto. «No puede ser cierto» — musitó con palabras casi audibles. Leyó nuevamente, sospechando encontrarse bajo el influjo de una alucinación alentada por el hastío. Pero no: aquella noticia desafiante podía ser entendida por cualquiera. Cerró los ojos y refugió su rostro entre las manos hasta que estalló en un arrebato de ira golpeó fuertemente la mesa con sus puños y profirió un grito que quebró el placentero bienestar de sus compañeros: «¡Miserables, ya lo habéis conseguido, os maldigo!». Saltó de su asiento como las ardillas, tomó al vuelo su americana y apenas pudo balbucir una breve respuesta a la pregunta de sus asombrados correligionarios: «A comprobar si es verdad que esas almas de hielo han conseguido consumar su amenaza». Las siguientes preguntas: ¿«quiénes son y a qué amenazas te refieres?», quedaron en el aire: el contable descendía velozmente las escaleras que le llevaban al garaje, a su coche. Su destino era un pequeño establecimiento comercial de la capital en el que se dejaba cada mes una buena parte de su sueldo. El dueño — confiaba— le aclararía el alcance de la huracanada noticia. Hacía tiempo que se oía, pero él jamás le dio crédito, calificándola siempre de rumores infundados, humo de ociosos, sed de los denominados “nativos digitales”, los nacidos junto a un ordenador en lugar de en una cuna. La recuperación de su equilibrio mental dependía de su proveedor y amigo, de que le confirmara que se trataba de otro rumor. El intenso tráfico aceleraba su nerviosismo. Puso la radio, recorrió el dial, pero ninguna emisora se ocupaba de esa noticia tan importante que, según él, marcaba el final de una era que comenzó muchos siglos atrás. Volvía una y otra vez a mover el dial, aguzando más y más el oído, pero nada; economía, política, deportes, amenidades y silencio sobre lo que él ya comenzaba a definir de “hecatombe”. Al cabo de un tiempo que le pareció una eternidad, aparcó en las inmediaciones del establecimiento, descendió del vehículo como perseguido por las llamas y alcanzó su destino. Tras su puerta estaba la verdad. Pero cuando alzó la vista se encontró frente a un nuevo contratiempo: el cierre metálico del establecimiento estaba bajado. Otra electrizante sacudida recorrió su cuerpo. «Entonces la noticia es cierta —se dijo aterrado—: Florentino ha cerrado su tienda porque se le ha acabado el negocio». Cabizbajo, apesadumbrado, sumergido en las tinieblas, giró sobre sus pasos decidido a alcanzar el coche y alejarse. Pero una voz desconocida, desde un balcón de la tercera planta, lo detuvo en seco: —¡Se ha muerto su suegro! —¿Qué? PÁMPANAS COLABORACIONES —Que anoche se murió su suegro, y seguramente Florentino estará en el entierro o consolando a Rosa, su mujer. Silencio. Se imponía pensar en qué hacer, y se le ocurrió la siguiente jugada, que resultó fallida: —¿Tiene usted el teléfono de su casa? —No —respondió el vecino, acompañando sus palabras con gestos de negación. Se despidió con un confuso movimiento de cabeza. La noticia creó en él dos sentimientos encontrados: aunque no conocía al fallecido, la muerte de un ser humano le entristecía, pero también se alegraba por lo que suponía de esperanza favorable a su pesadumbre. Su ánimo la acusó. «Aún no está todo perdido, tengo que pensar en el siguiente movimiento», se dijo como inicio de un largo soliloquio. Y se sentó, con la cabeza gacha, en un banco de la calle. El cielo se había encapotado cuando decidió ponerse nuevamente en camino. Elevó los ojos al horizonte, se incorporó y se dirigió a la boca del Metro, la que tomaba tantas veces después de recoger su encargo de la tienda. Rogelio desconocía la existencia de otros establecimientos como el de su amigo, que no cerraba sus puertas al mediodía —eran casi las tres de la tarde—, excepto los puestos callejeros, de permanencia casi perpetua. Pero se encontraban en el centro histórico de la ciudad, a una considerable distancia de su posición, en el mismo corazón de un intrincado laberinto de calles, callejuelas y pasadizos. La nueva situación aconsejaba a voz en grito prescindir del coche. «Allí, en aquel paraíso, hay muchos puestos de venta», convino mientras descendía por la granítica escalera del transporte subterráneo. Se encontraba con pocos viajeros. Aquella hora invitaba a otras actividades, como la comida, de la que él estaba prescindiendo sin que su estómago protestase. En realidad, su mente le demandaba respuesta “al atropello, a la canallada”, no alimento. En una de las estaciones de su recorrido se incorporó una joven de unos veinte años. Tomó asiento en uno de los muchos que se encontraban vacíos y extrajo de su bolso un libro y se dispuso, resuelta, a su lectura desde donde marcaba un puntiagudo separador. Rogelio, que la observaba, sintió temor por ella: «¿Estará infringiendo la ley sin saberlo?». Pero desechó al momento la idea de ponerle al corriente de la nueva disposición gubernamental para continuar repasando mentalmente las preguntas que debía formular y cómo reaccionar en el supuesto de que aquella desastrosa noticia se confirmase. ¿Apelar a la justicia internacional por un claro atropello de los Derechos Humanos? Lo pensaría después; el momento exigía conocer el alcance de la noticia. Veinte minutos más tarde alcanzó la estación deseada. Descendió del tren y se encaminó a la salida. La verdad estaba a sólo unos pasos, que él conocía bien: caminar por un sinuoso paseo arbolado, cruzar una calle de anchura mediana y ya tendría ante sus ojos un buen montón de PÁMPANAS vendedores, todos con su producto expuesto con delicadeza casi femenina sobre sus desgastados cajones de madera y separadores de cartón. Él sabía que aquellos vendedores, que se resistían a abandonar hasta los guardapolvos de antaño, tenían mucho oficio, que lo sabían todo. Allí, entre ellos, finalizaría su calvario o daría comienzo otro, pero la incertidumbre, la peor de las dolencias del alma, volaría por los aires. Sin embargo, la contrariedad lo perseguía aquel viernes: al ascender a la calle a paso ligero, observó consternado que llovía torrencialmente. Asoció el aguacero con los nubarrones que avistó desde la puerta del establecimiento de su amigo, pero la impaciencia le impidió tomar el paraguas del maletero de su coche. También recordó las palabras que le dirigió su mujer cuando apuraba el último sorbo de café: «No olvides el paraguas, que la radio ha advertido de lluvias intensas». Tomó un paraguas, sí, pero ahora reposaba en el lecho de metal de su coche, sin poder ejercer su función protectora frente al plañidero cielo. De nuevo, ante él, la tarea de pararse a pensar en el modo de vadear la situación. El cielo anunciaba con su color gris, tendente por momentos al negro intenso, que no tenía intención de cesar su descarga acuosa sobre la ciudad, sumiéndola en el caos circulatorio y, a él, en la desazón, en la desesperanza. «Si tuviese un paraguas, saldría aunque me calara hasta las rodillas», se lamentaba. Pero no lo tenía. Las cortas palabras de lamento comenzaron a retumbar obstinadamente en su cabeza: «Si tuviese un paraguas, si tuviese un paraguas, si...». «Ya tengo la solución —se dijo con una tímida esperanza en verla cumplida—: le compraré el suyo, por lo que pida, a cualquier viajero que pueda esperar a que cese la lluvia». Tras una rápida inspección seleccionó al primero: —Perdóneme, caballero, por favor, ¿me vende usted su paraguas, porque tengo que…? —Grosero, mal educado. Y murmurando, el desconocido viajero se perdió por los laberintos de la estación subterránea, sin duda temiendo encontrarse ante un loco digno de una camisa de fuerza. El plan necesitaba maduración; no podía asaltar sin más a los viajeros con una pregunta tan insólita que llevaba a la desconfianza, a la necesidad de huir o de pedir ayuda. Refugió su cansado rostro entre sus manos —una actitud muy habitual en él— y se predispuso a elaborar su estrategia. Esperó a que su ánimo se sosegara y actuar: “la elección de víctima es fundamental”. Elegida cuidadosamente la que consideró más favorable a sus intereses, armado de valor se puso en movimiento, comenzando con una amplia sonrisa para inspirar confianza: —Buenas tardes, señorita, dispénseme, pero tengo urgencia de salir a la calle y he pensado que... —Perdone usted por Dios, buen hombre, pero no llevo dinero suelto. 15 COLABORACIONES Y desapareció con la velocidad que le permitían los elevados tacones de sus zapatos por un angosto pasillo que llevaba a un cambio de línea. Como un sonámbulo, extendió sus manos al horizonte mientras clamaba abatido: «Se ha perdido la solidaridad humana. ¡Yo sólo pido que me vendan un paraguas, un estúpido paraguas para salir a la calle!». Tras su desesperado lamento se sumió en el silencio. Pero entonces creyó oír una voz dirigida a él. ¿Una broma caprichosa y cruel de su mente, una alucinación, el aviso de que había entrado en la senda de la locura? No. Giró la cabeza en la dirección de aquellas palabras, que no había entendido por su lastimoso estado emocional, y advirtió que se dirigía a él un hombre de casi su misma edad. Y avanzaba a buen paso: —Oiga, le he oído decir que quiere un paraguas. —Sí —dijo Rogelio con un hilo de voz, sin atreverse a pronunciar otras palabras por temor a ahuyentar a aquel misterioso viajero. —Pues ya tiene resuelto su problema, amigo. —¿Qué... qué quiere decir? —dijo Rogelio completamente aturdido y sin levantar los ojos del suelo. —Es muy simple de entender —aclaró, entre sonrisas casi burlonas, el viajero subterráneo, cuyo aspecto aventuraba procedencia caribeña—: yo estoy aquí para vender paraguas y usted para comprar; elija entre los modelos que tengo sobre el brazo. —¿Usted vende... paraguas? —acertó a decir con dificultad, aún con la duda asentada en el rostro. —Pues sí. ¡No entiendo su asombro, amigo! En invierno vendo castañas, en verano… —Vale, vale, deme uno. —¿Cuál? —El que usted prefiera, ¡Pero deme uno de una vez! —¿No quiere saber el precio, porque algunos viajeros…? —¡No! Abandonó la estación con su paraguas violeta de cinco euros. Lo extendió con firmeza y comenzó a caminar bajo un aguacero que sólo podía ser debido a las súplicas de la tierra sedienta. Los borbotones del suelo le alcanzaban las piernas. Pero él no era consciente de esa situación, cuyas consecuencias pagaría al retornar a su hogar en forma de reprimenda de su mujer, que no compartía sus gustos. Lo hacía trotando bajo los madroños del paseo antesala de su destino, hasta que dio con la ansiada calle de los vendedores ambulantes. Sintió en su cuerpo un soplo de aire fresco al advertir que sus servidores se mantenían firmen en sus puestos cual estatuas. Aún mejor: como los militares ante sus garitas de guardia. También advirtió, aliviado, que su valiosa mercancía estaba a buen recaudo. Bajo unas lonas protectoras de las imprevisibles reacciones de la naturaleza se encontraba el purgatorio de los títulos malos, los inútiles, y los rebeldes por devoción. Aquella gente tenía oficio, se las sabía todas. «Esta gente no puede desaparecer por el capricho de unos pocos» —refraneó ufano, orgulloso de su pensamiento—. Su mente revoltosa le ofrecía imágenes de su héroe, aquel alemán que antes de su gran revolución fue orfebre, entre otros oficios, de los que siempre salía escaldado económicamente. Pero las apartaba para que nada obstaculizara su camino. Dos de los vendedores, los más próximos al lugar en el que se encontraba Rogelio, notaron su presencia y abrigaron esperanzas en fortalecer su maltrecho negocio: —Aquel que corre como si lo estuviesen persiguiendo los inspectores de Hacienda, viene derecho a comprar —dijo uno. Buena falta nos hace —apostilló el otro—; hoy sólo he vendido cinco, y de los de precio más bajo. Pero su breve parlamento quedó interrumpido por la escena que estaba a punto de desarrollarse ante los ojos de los vendedores de libros usados: — ¡Cuidado, no cruce la calle! —le gritó a Rogelio uno de los libreros, haciendo al mismo tiempo gestos de aviso con las manos. El mensaje no alcanzó su destino. Un coche de gran cilindrada se precipitó sobre el contable y lo arrolló. Su cuerpo quedó tendido en mitad de la calzada. La persistente lluvia había impedido que peatón y conductor cruzasen sus miradas. Al amante de los libros en papel le había sido arrebatada la vida. —¡Pobre hombre! —dijo apesadumbrado el primer librero. —¡No somos nadie! —replicó el otro. Cuando la ambulancia se lo llevaba con su ulular de muerte y sus centelleos de verbena, el primer librero le preguntó a su colega y amigo: — ¿Sabes lo de ésta mañana? —No, ¿qué ha sucedido? —Un “hacker” o internauta o pirata informático, que no sé cómo se llaman esos fanáticos de los ordenadores, ha introducido en Internet una noticia falsa diciendo que los gobiernos de todo el mundo habían decidido prohibir desde hoy la venta de libros en formato papel, pasando a ocupar su lugar los digitales. —Lo que nos faltaba, con lo mal que está el negocio. ¿Y cómo se ha resuelto? —Como era de esperar: al pájaro lo ha detenido la Policía a los pocos minutos y eliminado su macabro mensaje. —No cantes victoria, que en cualquier momento nos dan la patada por anticuados e inútiles. —Eso mismo pienso yo —dijo el primero, mientras comenzaba a caminar hacia su puesto de viejo librero de viejo. Tomás Perales 16 PÁMPANAS COLABORACIONES PREMIO”FÉLIX GRANDE 2008” UN PASEO POR EL ESPACIO ─¡Es mi pueblo, es mi pueblo! ─Vamos, ¡pon atención de una vez en la misión para que podamos regresar, que aquí hace mucho frío! ─Pero... ¡es que se ve mi pueblo! Mirad, a la derecha de esa cadena de lagos se divisa un punto verde, justo en el centro de la extensión marrón. Allí están las pocas viñas que quedan en mi tierra; en otro tiempo todo era verde. Pertenecen a los llamados tradicionalistas, los que insisten en vivir cómo en los tiempos en que mi pueblo era el mayor manantial de vino jamás conocido. Sus dos compañeros de misión Vladimir TroKponoff, de Kazakistan, y Olov Viking, de Noruega, todos pertenecientes a la Unión Europea de los 187 Estados, se miraron con complicidad. Su comunicación no verbal se podía traducir fácilmente como «Ya está éste otra vez con sus tonterías». En el año 2047, “Vinos el Bombo”, de Tomelloso, pidió apoyo a sus empresas homólogas en el campo de la investigación vitivinícola y alimentaria, “Triperos Asociados”, de Argamasilla, y la “Compañía Delicias de las Bodas de Camacho”, de la Ossa, para su proyecto estrella: “El crecimiento en el espacio de vides rociadas de silicio”, cuyos primeros resultados de laboratorio abrigaban la esperanza de multiplicar por mil la cosecha y proporcionar el excelente vino de siempre «con el que poder atender la demanda», decían con ardor guerrero gran parte de sus gestores. Otros dirigentes, sin embargo, dudaban seriamente del resultado económico al considerar que sería muy costoso llevar a los vendimiadores hasta la nave recolectora “tan cerca de las estrellas”, decían. Pero eran mayoría los vanguardistas, y en una votación fue aprobada la presentación del proyecto al Ministerio de Innovación Tecnológica Agrícola. « ¿Cuándo hemos dejado los tomelloseros de ser mu lanzaos? », dijeron los vanguardistas con mal disimulada satisfacción, ya relamiéndose por el rotundo éxito que ofrecería su proyecto, fruto de la habilidad de sus científicos, «sobre todo el mundo vinícola terrestre». Para materializar el proyecto contaban con Olegario, eterno aspirante a astronauta, que llevaba preparándose desde la adolescencia. « Lo mío es el espacio», decía con orgullo a propios y ajenos. PÁMPANAS Era un hombre con amplios conocimientos de la mecánica celeste. Los adquirió a lo largo de los años con el telescopio que fabricó con sus propias manos siguiendo los procedimientos de su admirado Galileo. Y, además, contaba con probadas destrezas y aptitudes físicas mediante el constante entrenamiento en condiciones de máxima ingravidez en las tenebrosas profundidades de las lagunas de Ruidera. Su único inconveniente, que inquietaba sobremanera a algunos de los dirigentes vanguardistas de “Vinos el Bombo”, era su apego extremo a las tradiciones de su pueblo, un contrasentido, sin duda, en un hombre de ciencia y tecnología. Y se cumplió ese temor en la primera oportunidad. Cuando su empresa patrocinadora fue elegida para llevar a cabo el experimento vitivinícola, se presentó en la base de lanzamiento de Petrosnikova, en un llano de los Urales, con su inseparable boina, su barja a la antigua usanza, y dos macetas de cerámica hechas por su querido abuelo conteniendo las delicadas plantas dopadas con silicio conseguidas con tanto esfuerzo y paciencia por los científicos. A León Potofok, jefe supremo de la base de lanzamiento, le fue más difícil de lo que imaginó al verlo traspasar el umbral de su despacho conseguir que Olegario entendiera que no era posible llevar puesta la boina por no caber en el casco espacial, mi tampoco la barja, que se resistía a soltar diciendo que llevaba el hato preparado amorosamente por su mujer, Anastasia. “La comida en la nave espacial no tiene nada que envidiar a la que tomamos aquí en la Tierra”, le dijo el uniformado mandamás, pero el perspicaz Olegario creyó ver un asomo de sonrisa en su rostro y se preparaba para lo peor. A él, a Olegario, el astronauta más popular de La Mancha, no se la daba, fácilmente, con queso un ruso, por mucho que su pecho estuviese cubierto de medallas. El mundo del vino comenzó a verse en peligro en aquellos pueblos tradicionalmente vitivinícolas ya desde el primer cuarto del siglo XXI. «Padre, yo no quiero ser viñero, quiero trabajar en el pueblo o en la ciudad, que para eso he estudiado informática», era la respuesta casi unánime de los adolescentes cuando tenían que incorporarse al mundo laboral. Y aquello empezó a tener su repercusión 17 COLABORACIONES económica; las bodegas ya no podían atender los pedidos de sus afamados caldos, con el trabajo que había costado llegar a aquella situación de prestigio internacional del producto de sus viñas. Bancos, agencias de gestión y talleres de manufacturados de la más diversa índole, eran el destino preferido de los jóvenes. Las viñas, que mantuvieron económicamente a sus ancestros, quedaban abandonadas. Sólo un puñado de agricultores, tachados despectivamente, de románticos”, prosiguió el trabajo de sus mayores. Ante tan lamentable situación, algunos grupos de bodegueros decidieron asociarse con laboratorios de investigación en química orgánica para intentar conseguir por procedimientos artificiales la producción que la tierra no les daba. Pero el caldo obtenido no satisfacía las exigencias de calidad. Necesitaban uvas de verdad y pensaron que podrían conseguirlas mediante crecimiento acelerado en el espacio abierto, lejos de la fuerte contaminada atmósfera regalo de los vehículos. Al cabo de sólo algunos años de búsqueda, “Vinos el Bombo” se adelantaba a sus competidoras, que necesitaban lo mismo que ella, con un proyecto listo para someter a experimentación. Olegario llevaría las plantas con silicio al espacio exterior para ver el resultado, que prometía tanto como los políticos. El vuelo espacial no revistió ningún temor en el astronauta aficionado: él ya estaba acostumbrado a auparse a lomos de cualquier animal, manso o bravo. Cuando aumentó la presión como consecuencia del despegue y en el rostro de sus compañeros se dibujó el miedo, él sólo sintió un gran vacío en el estómago. «Espero que el comandante no me haya engañado en lo de la comida a bordo de la nave», pensó con cierta preocupación. Cuando la nave alcanzó su posición, a aproximadamente cuatrocientos kilómetros de la Tierra, los tres tripulantes pudieron desprenderse de los correajes. Olegario observó con deleite el planeta azul sobre el que orbitaban. Al cabo de un momento reconoció la silueta de la península y se dispuso a esperar pacientemente hasta que se situó sobre La Mancha, y al poco exclamó: «Es mi pueblo, es mi pueblo.» Sus dos compañeros se miraron con indiferencia. A ellos sólo les importaba llevar a cabo el experimento espacial de sus compañías y volver al nido caliente. Tras doce horas, la nave ya estaba estabilizada y era el momento esperado por los astronautas para comer. El jefe de la misión, el coronel Clark, les anunció que disponían de unos minutos para reponer sus fuerzas antes de enfundarse en los trajes espaciales e iniciar de inmediato los experimentos en el espacio exterior. Mediante un sorteo que se hizo en tierra, el primero en salir sería el de “Vinos el Bombo”. Olegario sacaría al espacio interestelar las plantas para ver si se cumplía lo que anunciaba la ciencia: la germinación de racimos de tamaño inconmensurable y de crecimiento extraordinariamente rápido. El jefe de la misión se acercó a ellos con una misteriosa bandeja en la que no había ni rastro de las viandas que esperaba Olegario. «Buen provecho», les dijo mientras les acercaba a la boca una pequeña cápsula de color azul. Vladimir y Olov, sus dos compañeros, se miraron y sonrieron pensando sin duda en la cara que pondría el astronauta manchego. Olegario se percató pero no dijo nada. Era un hombre de exquisita educación. Sin embargo, pensó: «qué bacines son estos. Pues están listos si creen que voy a salir fuera, con el frío que debe hacer, sin haberme comido antes unas gachas con tocino.» Pero salió con sus “macetas”, que antes que él mismo estaba el porvenir de su pueblo. Tras él sus compañeros con su experimento. Al orbitar sobre La Mancha gritó de nuevo: «¡Es mi pueblo, es mi pueblo!», y después se dispuso a seguir observando la reacción de las plantas. Al cabo de unas cuantas vueltas más sobre la Tierra, lo que vio lo llenó de entusiasmo y de esperanza en el porvenir: «¡¡CRECEN, CRECEN, VOLVEREMOS A TENER TANTO VINO COMO ANTES!!» «TENDREMOS QUE TRAER AQUÍ A MILES DE VENDIMIADORES RUMANOS, PERO SEREMOS DE NUEVO EL MANANTIAL DEL VINO.» De pronto, Olegario, sintió un inesperado frío en el rostro. “Se me ha roto el traje espacial”, dijo a sus compañeros. Pero entonces, en el umbral de la consciencia, oyó una voz conocida: “¡Qué noche me has dado, Olegario! No he tenido más remedio que echarte un jarro de agua encima para que te despertaras de una vez”. Se incorporó pesadamente y vio el rostro somnoliento de Anastasia. La miró con inquietud y con dudas sobre su estado y le preguntó con candidez: «¿Seguimos teniendo las mismas viñas en el pueblo?» Tomás Perales 18 PÁMPANAS COLABORACIONES PAULINA Y GUMERSINDO (Francisco García Pavón, Cuentos Republicanos, 1961) Desde siempre, desde que era una niña, me ha gustado escuchar cuentos, me han fascinado y me han hecho reflexionar. Los cuentos clásicos, esos que nos han contado mil veces, que nos sabemos de memoria y que forman parte de nuestra tradición oral, siempre me han parecido sabios y sugerentes. He tenido el placer de releer hace poco un cuento entrañable, “Paulina y Gumersindo” de nuestro querido y admirado paisano Francisco García Pavón. El Cuento está narrado desde la mirada de un niño que recuerda su pasado. Por declaraciones del autor sabemos que sus cuentos tienen un importante contenido autobiográfico ("lo autobiográfico es visceral en mí"). Casi todos sus libros de relatos – salvo La guerra de los dos mil años – son recuerdos, improntas de su vida matizadas por toda esa añoranza que vuelve a abrir el tiempo perdido. Son cuadros con toques biográficos que reflejan su manera peculiar de ver la realidad que le circunda, con sus opiniones y reflexiones sobre la sociedad y un conocimiento profundo e inmediato del ser humano. El autor lo ha descrito como la "dramatización y cierre de una historia que medio vi y medio escuché" y cuenta la enternecedora relación amorosa de un matrimonio de campesinos, Paulina y Gumersindo. El relato parte de las visitas que la madre y la abuela del narrador, en compañía de éste, le hacían a “la hermana Paulina”; el deleite por recordar las "cosas antiguas, de gentes muertas" y el recuerdo del tío bisabuelo del autor, Vicente Pueblas, alcalde de Tomelloso durante la Revolución del 68 y con la Primera República. En la parte más extensa del cuento, el autor nos relata los diversos acontecimientos, personajes y ambientes que impresionan al niño, y que rescata como los más emocionantes. García Pavón nos va introduciendo en la historia de esas visitas a través de las deliciosas descripciones, detalladísimas como la que realiza “la hermana Paulina” “con su pelo blanquísimo, la verruga rosada”, en las que va reviviendo la casa, el portón, la pared enjalbegada, un corralazo con higuera y parra, pozo y macetas… El amor entre Paulina y Gumersindo se muestra con hechos vividos en distintos momentos: como la separación del matrimonio durante la semana, cuando él trabaja en su "viñote", luchando con los “enemigos atmosféricos”; en los fines de semana que pasan juntos, “respetando el pueblo sus deseos de aislamiento”; la muerte del esposo y en el desenlace. Personalmente me parece un cuento lleno de gracia y vivacidad, expresión de una época y unas circunstancias en Tomelloso (pueblo especialmente peculiar...) descrito con tal detalle que podemos disfrutar con los cincos sentidos: …el lugar, la casa, los objetos, el cielo, Tancredo; los olores...a aceite de oliva, a membrillos pasados, a pámpanos y a mosto; con el gusto a refresco de vinagre, las uvas en el plato, el hato, los altramuces… (gastronomía típica); anécdotas...la vida campesina, el amor y la muerte, etc. Dice el narrador: …conocía un ambiente entre rural y provinciano muy bien aprendido, el de mi pueblo, Tomelloso. Unos tipos, costumbres y verbo popular… García Pavón logra recuperar sus raíces, sus orígenes ideológicos, pero sobre todo y creo que es algo que fascina y envuelve al lector, es su profundo conocimiento de ese lenguaje peculiar y propio de la zona, tan abundante y variado, verdadero tesoro léxico que sublima la belleza de sus recuerdos y la calidad literaria. Ana María Fernández Rivero 22 de diciembre de 2014 . PÁMPANAS 19 PREMIOS DE POESÍA Y PINTURA Entrega de los premios de poesía y pintura el 20/6/2014 XX PREMIO NACIONAL DE POESÍA “JULIÁN CAÑAS HERNÁNDEZ” NOVIEMBRE EN EL ALERO Por: LYNYRD SKYNYRD (José Álvarez – Mesa) Me persigue el silencio en la actitud de este resplandeciente y ácido noviembre. Se refugia en los huecos de mi casa en las ventanas que cubren el transitar del día en los espejos donde se agolpan los rictus del ya no. Persigue mis pisadas, se enreda con mi sombra y se aplasta sin más en mis desánimos. Solamente permite el tintineo del hielo en la ginebra. Hay siempres que duran tres minutos y nuncas que son eternidades. Este momento, en cambio, que pasa por mi lado parece no existir. Y qué importa si vi pasar las horas tontamente, si me subí a la vida el día que paró a repostar y evité el carril rápido (ir deprisa siempre me ha dado vértigo), y me tomé con calma el apremio del reloj. Qué importa si (por eso) siempre estuve al final en las filas (en la parte de atrás se respira mejor). Si la distancia me hizo errar el tiro, Si no pude retener lo que se me escapó y llegué tarde a todo. Que importa, si en realidad la vida me compensó por estas realidades y colocó en mi arcén (aparte de incertezas) la eterna sensación de complacencia con todos los paisajes. ¿Y si tomamos juntos la curva de esta nota? y deslizamos la tibia melodía por entre la tormenta. y dejamos que nuestros horizontes se fusionen en un mismo compás? Puede que nuestros tempos se hayan tornado azules, puede que tras las jambas de nuestros soportales una semicorchea caiga del pentagrama para buscar la luz de algún silencio. ¿Y si por una vez decidimos nosotros qué sonido buscar? Todo cuanto yo quiero es tu presencia rayando las paredes, tu voz haciendo eco en las tardes de siesta. tus rasgos dividiendo mi memoria. Todo cuanto yo quiero se desliza en tu entorno, se derrama en tu boca, se desata en tu piel. ¿Eras tú quien decías que todos somos agua y todos somos tierra? ¿Por qué desde que el tiempo nos inunda de abismos solo somos pantano? Esta mañana el miedo desmigó en mis alfombras piedras de otras murallas y un ejército insomne de piratas abordó el horizonte para pedir rescate por mis sueños. Ahora tengo que sentarme a esperar a que llegue la noche, y buscar un camino de vuelta entre la arena que se quedó esparcida por el suelo. En la calle (esa extraña sin alma) el estanque mecido por el viento me hace señas mientras un cuervo mordido de alacranes revolotea ingente en el alero. XVIII CERTAMEN NACIONAL DE PINTURA “FRANCISCO CARRETERO” *Ganador: D. Manuel Martínez Regueira, natural de la Coruña y residente en Madrid al Cuadro presentado con el título: “Umbría con Lirios”. *Tres Accésit y Diplomas para los autores: D. Francisco Campos Tocornal por su obra (en acuarela) “Playa”. D. Pablo Reviriego por su obra (en acuarela y cartón) “Paisaje de la Mancha” y D. José Mª Díaz Martínez (por su obra) “Río Manzanares”. 20 PÁMPANAS COLABORACIONES “Del Tomelloso hay una muy buena historia que contar” Vicente Olmedo García posee una magnífica recopilación de datos del Club, desde 1918 a 1970. No era extraño que los balones que despejaban expeditivamente los defensas que jugaban hace casi 70 años en el campo de los Espinosas superaran las murallas y volaran fuera del recinto. Los chavales, atentos, pugnaban por coger el balón y devolverlo, porque de esta manera el portero les permitía entrar a ver el partido. Los que no cogían el balón, tenían que esperar al último cuarto de hora para ver el tramo final. Entre aquellos niños estaba Vicente Olmedo García que empezaba a incubar su gran afición al futbol y al Tomelloso de sus amores. Este tomellosero afincado en Madrid, de 80 años de edad y que trabajó casi toda su vida en una cooperativa de productos farmacéuticos, posee una magnífica recopilación de datos del Tomelloso que va desde el año 1918 al 1970, más de medio siglo en un conjunto que incluye datos de plantillas, entrenadores, directivas, clasificaciones, alineaciones históricas, fotografías…, “un trabajo de locura” – como él mismo dice - que tiene perfectamente organizado. Aunque el Tomelloso se funda oficialmente en el año 1921, Vicente Olmedo buscó afanosamente datos en periódicos de la provincia, como Vida Manchega o el Pueblo Manchego, en la Biblioteca Nacional o en la hemeroteca de Conde Duque y empieza la historia en el año 1918. Nombra de carrerilla a directivos de 1921, como José Fernández Amores, Ángel Soubriet, Teófilo Aguilar, Elías Hurtado y Juan de Mata. También habla de los años 30, cuando el equipo jugaba en el campo de los Peinados, “que conocí ya casi semiderruido” y donde el Sevilla y el Tomelloso jugaron un histórico partido que finalizó con empate a uno. Olmedo, que guarda con admirable precisión todos los datos en su cabeza, recuerda que el portero de los hispalenses era el gran Eizaguirre, internacional con España, que vio con impotencia como un delantero del Tomelloso le marcó el empate, precisamente el que al salir al campo le había dicho con evidente sarcasmo y chulería “que le iba a marcar un gol con las posaderas”. Los equipos se vistieron en casas cercanas al Campo. Olmedo siente especial predilección por aquel mítico equipo de los 40 que consiguió el ascenso a tercera división, “el de la delantera formada por Tití, Rueda, Abilio, Pino y Cobos. Cobos llegó a jugar con el Alcoyano en primera división, luego se fue al Zaragoza y después pasó por otros muchos equipos, hasta que se retiró en el Getafe. A Pino, que vino a Tomelloso cedido por el Calavera, filial del Sevilla, lo visité una vez en Murcia, donde regentaba una administración de lotería, jugó también en el Antequerano y el Sabadell. Abilio fue el autor de nuestro primer gol en categoría nacional”. Disfruta repasando las trayectorias de aquellos jugadores a los que admiró y con los que convivió tan de cerca. Su padre Martín y sus tíos José y Felipe trabajaban como empleados del club, con lo cual siempre tenía las puertas abiertas. Evoca también las andanzas de Evaristo, al que trajo Tamargo de Oviedo, de Eloy, un medio centro excepcional, o Villar, otro maravilloso jugador. PÁMPANAS Recuerda, como si fuera ayer, aquella Copa Gobernador, que se disputó a partido único en la que el Tomelloso dejó fuera de combate al Alcázar, 3 a 1; al Manchego, 4 a 1; a la Olímpica Jiennense, 5 a 0; al Albacete Balompié, 5 a 1; y sólo cayó ante el Alcoyano en el partido de desempate por 2 a 1 punto. Cuando se le pregunta cuál es el mejor futbolista que ha visto jugar en el Tomelloso, asegura que “ha habido muchos y muy buenos”, aunque se decanta por el portero Orencio. Jugaba éste en la Olímpica Jiennense, lo que hoy es el Real Jaén. Como los campeonatos eran cortos, vino a Tomelloso a jugar la Copa Gobernador con el equipo de su pueblo, el Santa Cruz de Mudela. El Tomelloso, que ganó 7 a 1, lo bombardeó con más de 60 tiros y tuvo una actuación portentosa. Al final del partido, los directivos hablaron con él y se comprometió de palabra. Más adelante estuvo a prueba en el Atl. de Madrid. Esta enciclopedia viviente del fútbol local recita la alineación colchonera que vino a Tomelloso en el año 49, precisamente con motivo de un homenaje a Orencio y nos habla también de Lolín, un medio que tenía mucha facilidad para hacer goles; de Chamorro, Manchado, Rosales, Berrocal… El equipo se nutría entonces con muchos jugadores andaluces y también de Madrid. Algunos de ellos integraron aquel inolvidable equipo que en la temporada 194647 jugó la liguilla de ascenso a 2ª división con el Salamanca, Real Valladolid, Palencia, Pontevedra, Lucense, Albacete, Leonesa y Tomelloso. Se adentra también en las andanzas de equipos de otras décadas, como la de los 50: con William, los Hermanos Marquina, Soubriet, Reynoso, Quevedo… Muchos de ellos jugaban también en el Manzanares. “Quevedo era un jugador de gran velocidad y potente tiro, jugando contra el Socuéllamos rompió la red, muestra la reseña de la prensa. Reynoso era un zaguero excepcional; Samitier, técnico del Real Madrid, se interesó por él y vino a verlo. Asoma en la entrevista el nombre de Gálvez, “sabía mucho de su trayectoria como jugador y entrenador, pero personalmente lo conocí tres años antes de que muriera, recuerdo que fui a su casa y me impactó con su generosidad y cercanía”. Viajando por la historia del fútbol local llegamos a los felices 60 con aquel legendario once que jugó en el 61 la final de la copa de España de Aficionados con el Barcelona en Mestalla, una competición que antes deparó una eliminatoria fratricida a doble partido entre el Tomelloso y la Atlética Castellana, en la que se impuso el Tomelloso. Se podría pasar horas y horas hablando de la historia del fútbol local. Un editor, amigo suyo, le dijo que esa historia se debería ver reflejada en un libro. No olvida a varios aficionados Tomelloseros que califica de “sabios” como Ovidio Martínez, que fue jugador, árbitro, Presidente, secretario técnico del Tomelloso o Clodo Benasalvas. También recuerda a los Hermanos Acedo, Antonio y Rafael, a Pedro Ramírez Lassere o a Felipe Martínez, Gotera y Tomás, el Tártago. Un poco de nostalgia se percibe a las puertas del estadio Municipal, donde nos despedimos. Carlos Moreno EL PERIÓDICO 21 COLABORACIONES Llovió su nombre una tarde de otoño, los árboles se resistían con pudor a desnudarse, y algunas hojas intrépidas jugaban a alfombrar el suelo de aquel parque de todos. Le vi llegar con aire ausente, en sus manos un paraguas de nostalgias que abría cuando la lluvia agitaba los recuerdos, siempre al volver la esquina. En su vieja maleta ya no cabían más distancias ni silencios. Era un hombre de paz, mas, seguía coleccionando heridas… Necesitaba tanto el crepitar de un fuego. Mª Teresa Lozano López A Vicente Olmedo En esta edición, abusando de la enorme libertad que nos concede Pablo a todos los que colaboramos con su publicación, me he permitido relegar el artículo de mi sección habitual para hacer un pequeño, pero necesario y merecido homenaje, a un gran embajador de nuestra ciudad. Y es que, si de algo se siente realmente orgulloso Vicente Olmedo, es de ser tomellosero. Sin duda alguna, su nombre debe figurar entre los de aquellos que han difundido las costumbres y cultura de Tomelloso, porque, aún viviendo en Madrid, al hablar con él uno piensa que, apenas unos minutos antes, estuvo paseando por esas calles que evocan su niñez. Tal vez por ello, su presencia es tan habitual en la Casa de Castilla-la Mancha en la que se siente como su propia casa. Como todo gran comunicador, a pesar de que ésta es una cualidad que él nunca reconocerá, consigue con facilidad cazar la atención de quien le escucha, lo que convierte en una verdadera delicia compartir con él una tarde de tertulia. Podrán dialogar con Vicente sobre cualquier aspecto de la vida, porque como todo hombre culto, les regara una opinión sensata y razonable. Eso sí, si se decantan por hablar de fútbol y, en concreto, del Atlético Tomelloso, se darán cuenta de que es como si sus palabras estuvieran saliendo directamente de una enciclopedia. Tal vez por ello, pueda presumir de ser el mayor conocedor de la historia de este club, como podrán comprobar todos los que lean el libro que él mismo ha redactado y que, por fortuna he tenido el privilegio de leer. Esta obra, nacida desde el cariño y devoción a unos colores, resulta de lectura ágil y de un gran valor documental, representando una joya para todos los amantes de este deporte en general y del Atlético Tomelloso en particular. Por todo ello, no podemos menos que darle las gracias por rescatar esta parte de la historia de nuestro pueblo, y por hacernos pasar un rato agradable mientras nos sumergirnos en la lectura de su obra, la cual, no dudo, será recordada durante mucho tiempo. Estela Olmedo Salinas (Letrada) 22 PÁMPANAS ACTIVIDADES SEGUNDO SEMESTRE 2013 SEPTIEMBRE Salón de Plenos del Ayuntamiento de Tomelloso, presidido por el Excelentísimo Sr. Alcalde, D. Carlos Cotillas y acompañado por los nominados en el Día del Ausente: D. Indortes Bolós Jiménez (Madrid) y D. Cirilo Jareño Grande (Alicante). JULIO 2013: Por vacaciones de los socios, se determinó no realizar ningún acto. AGOSTO 2013: Día 28: Participación de la Peña en el Día del Ausente El Ayuntamiento de Tomelloso recibió a más de 50 tomelloseros, llegados desde Madrid, que acudieron para homenajear a nuestro Ausente, Indortes Franco Bolós Jiménez. Posteriormente se visitó el X Mercado Tradicional (Concentración, exposición y venta de productos de la huerta y trabajos artesanales. Al mismo tiempo se pudo disfrutar del ambiente festivo de la Feria y Fiestas que tienen lugar en estas fechas: bailes del Vermut, Recinto Ferial, con karaoke, etc… En la Glorieta de María Cristina se impartió un Taller de Bailes de Salón y en el Paseo de las Moreras, una representación de Teatro Infantil. En el Auditorio Municipal López Torres se proyectaron capítulos de la serie “Plinio”. Más tarde se visitó el Caserón Museo de las Mulas. 2013: Día 20: Lectura ininterrumpida de autores tomelloseros. Estaba programado un desfile de zapatillas y camisetas, pero dos días antes nos notificaron que sería imposible realizarlo por motivos familiares de los diseñadores. Tuvimos que recomponer con total rapidez el Acto a celebrar y convinimos hacer una lectura ininterrumpida de algunos autores tomelloseros, como D. Francisco Martínez Ramírez (Las Hogueras), D. Luis Quirós (Desde Tomelloso), D. Juan Torres Grueso. (La Plaza de Tomelloso y Ntra. Sra. de las Viñas: la Virgen de todos los vinateros), D. Francisco García Pavón (Paulina y Gumersindo, Ya no es ayer, Las Migas), D. Eladio Cabañero (La gran llanura Manchega, Visita a una bodega de Tomelloso, La Mancha al sol desde Tomelloso, El cante flamenco y Tomelloso), D. José López Martínez (Fragmento del Pregón de la Fiesta de la Vendimia de Tomelloso en agosto de 1971), D. Ángel López Martínez (Soneto a Tomelloso, Paisaje y añoranza de Tomelloso. Intervinieron en la lectura: Dª Pilar Chaves, Dª Carmen Marín de Górriz y Carlos Fernández (actores del grupo de teatro “Carlos Lemos”), Dª. Paquita Grande, D. Ramón González y Emma Cueva (miembros de la Peña), D. Francisco López Martínez (anterior Presidente de la Peña) y parte del público asistente. OCTUBRE 2013: Día 25: Conferencia sobre “Herencias y Testamentos”. Con gran asistencia de público esta Conferencia fue impartida por Dª Mª Dolores López Serrano (Abogado del Ilustre Colegio de Madrid), quien cursó sus estudios en la Universidad Complutense. Hasta la fecha sigue tratando diferentes especialidades: Derecho Civil, Penal, Laboral y Mercantil. También tramita demandas civiles y penales sobre el asunto de las Preferentes. La presentación estuvo a cargo del Secretario de la Peña, D. Ramón González. Coordinó la Presidenta de la Peña, Emma Cueva Quirós. PÁMPANAS 23 ACTIVIDADES Su información nos resultó muy interesante y de gran ayuda, sobre todo en ciertos asuntos complicados que, en algunos momentos, todos necesitamos resolver y hemos desconocido su procedimiento. El lema recogido en el Compendio del Derecho es: “La Justicia es un grito que brota de lo profundo del ser humano”, pero Mª Dolores añade: “La Justicia es un privilegio concedido a aquellos capaces de demandarlo”. Fue centro de muchas consultas por parte del público, alargándose el Acto por espacio de dos horas. NOVIEMBRE 2013: Día 22: Charla- Coloquio bajo el Título “Piedras en el Camino” Por Tomás Perales. La Presidenta, Emma Cueva Quirós, analizó grafológicamente la personalidad del escritor, resaltando su naturaleza introvertida y el enfoque ante su vida de manera sencilla y natural. D. Tomás Perales (escritor y empresario) nos leyó dos de sus cuentos titulados: Desesperanza y Un paseo por el espacio. El primer cuento versó acerca del peligro que puede correr la impresión de libros en papel, debido al uso de las últimas tecnologías. El segundo nos relataba la ilusión que tenía un hombre en darse un paseo por el Espacio y dar a conocer nuestros vinos manchegos. Se debatió sobre estos temas, saliendo a colación otros de la misma importancia y no menos interesantes. DICIEMBRE 2013: Día 28: Comida de hermandad por navidad. Celebración de la Peña de Tomelloso en la Comida de Hermandad. Al finalizar se brindó con champán y se sorteó una cesta navideña para celebrar las Fiestas. El premio recayó en Dª Charo, Socia de la Peña FINAL DE FIESTA Como final de Fiesta nos amenizaron la velada el Grupo “De Madrid a Móstoles”, con variados números de chotis y zarzuela. 24 PÁMPANAS COLABORACIONES SOLEDAD Era domingo y hacia una hermosa mañana de primavera, oí por la radio que ya estaba abierto al público el Museo Municipal, había estado cerrado para su restauración, y decidí ir a ver cómo había quedado; al terminar mi visita salí satisfecha pero algo cansada, así que me encaminé hacia el Metro de Tribunal con la intención de regresar a casa; cuando estaba llegando a la estación oí ruido de castañuelas y sonido de bandurrias y guitarras al ritmo de jotas manchegas: desistí de coger el metro y fui rodeando la Plaza de Barceló para saber de dónde venía tanta algarabía; al avistar la plazoleta central quedó satisfecha mi curiosidad. Estaba montado un estupendo escenario y sobre el bailaba el grupo "Hidalguía" encabezado por su director "Vicente Morales Olmedo". Después de varias actuaciones pararon para descansar "un poquejo", según las propias palabras de Vicente, y dijo: Por lo mucho que estáis aplaudiendo me parece a mí que sois muchos los manchegos que estáis aquí, sí, sí, respondimos. Bien ¿Y del Tomelloso hay alguno? Los que sean del Tomelloso que levanten la mano; una mujer que estaba a mi lado levantó el brazo al mismo tiempo que yo, y Vicente comento: “pues a estas dos Tomelloseras les dedicaremos la jota de la vendimia”; ¡Va por vosotras paisanas! Cuando terminaron de bailar las jotas la mujer que estaba a mi lado me dijo (con lágrimas en los ojos) “ya ve me he emocionado, son muchos los recuerdos... y eso que mi tierra no me trato muy bien”. La tierra no trata mal, en todo caso las circunstancias o las personas, le contesté. ¡Ay si yo le contase! Me respondió. Aquella mañana quiso la casualidad que nos conociésemos; ella, Soledad, también había ido a visitar el Museo Romántico que está precisamente en aquella zona. Charlamos un buen rato recordando nuestra infancia en el pueblo, los juegos de aquel entonces, los colegios donde habíamos aprendido las primeras letras y también nos dimos a conocer quiénes fueron nuestras familias; por ultimo nos intercambiamos los números de teléfono con la promesa de llamarnos y salir alguna tarde y, lo cumplimos. Unas veces llamaba yo y otras lo hacia ella. PÁMPANAS Vaya por delante que nos hicimos muy buenas amigas; nuestra forma de ser y de ver la vida eran afines, aparte de tener un gran sentido del humor, y un talante divertido y dicharachero del más puro estilo Tomellosero. Quería hablarme de su vida y sincerarse conmigo, y esto es lo que Soledad me contó y esta es la triste historia de su vida: Fue hija única de familia modesta trabajadora, cuando finalizo los estudios de primaria, se negó a seguir estudiando, sus padres decidieron que en tal caso tendría que aprender un oficio y sin dudarlo se decidió por el de modista, aprendió corte y confección. Pasaron los años y un día la pretendió un mozo y se hicieron novios. A los tres años de relaciones la dejo "plantada" cuando repetidas veces él (pretendió algo más de aquella relación) y ella se negó. Siguió pasando el tiempo y un buen día la rondó otro joven mozo, Jacinto: a él no le importo que ella fuese mayor que él, Soledad era guapa y una buena moza; formalizaron el compromiso de casamiento, eso sí, tendrían que esperar largo tiempo hasta que cumpliese el servicio militar; en aquellos tiempos duraba casi tres años. Mientras tanto, ella fue haciéndose el ajuar y preparando todo para cuando volviese Jacinto y, cumplida la mili, casarse. Sucedió que en aquellos días y meses de espera fallecieron los padres de Soledad; la madre por enfermedad y el padre por accidente de trabajo. Meses más tarde de aquella tragedia Jacinto llegó de permiso. En aquel entonces era mal visto hablar con el novio en la puerta de la calle estando la novia de riguroso luto; y también era motivo de crítica y escándalo si el novio entraba en la casa estando sola la novia. Soledad consintió que su novio pasara a la casa estando sola, pensó que si no lo permitía podía perderlo al igual que perdió a su primer novio. Ni que decir tiene, fue la comidilla de la vecindad; cometió un grave error y por consiguiente marcó todo lo que sería el resto de su vida. Terminaron los días de permiso de Jacinto y tuvo que regresar a Madrid. Le quedaba aun muchos meses de mili por cumplir. Soledad siguió con sus labores de modista y haciendo oídos sordos a las habladurías, pues cuando el regresara cumplido de la mili, se casarían y todo se calmaría. 25 COLABORACIONES Por fin un día llegó la carta tan esperada pero... Jacinto le comunicaba que rompía su compromiso con ella; había conocido a una chica de la misma edad que él y se había comprometido formalmente con ella. Esta fue una muy mala noticia, pero la peor estaba por llegar; y llegó cuando encontrándose con pocas ganas de comer y dormir malamente, decidió ir al médico. Después de hacerle un reconocimiento y algunas preguntas, el doctor le comunicó que estaba embarazada. No sabía qué camino tomar ni a quién recurrir, solo tenía una tía, hermana de su padre, y dos primas, pero se habían distanciado tiempo atrás por intereses de herencias familiares. Con una de las primas (la mayor) siempre tuvo buen trato, pero hacía tiempo que se había marchado a Madrid a trabajar. Al llegar a este punto de la historia le pregunté: ¿Y a Jacinto se lo comunicaste? Si claro, le escribí dos cartas, pero no me contestó. Debió de creer que era una argucia para recuperarlo ya que solo estuvimos "juntos" una noche, para mí la primera, y no es muy corriente un embarazo. Por otra parte no quiso Soledad hacer de su hijo una moneda de cambio, lo que sí tuvo muy claro, es que tendría que marcharse del pueblo. En aquel entonces, la virginidad de la mujer era como el "precinto" de la pureza y si ese precinto se rompía, estando soltera, se consideraba una deshonra para ella y para la familia, y por consiguiente “señalá” para toda la vida. A grandes males grandes remedios. Localizó a su prima, la que estaba trabajando en Madrid, y le encargó que le buscase trabajo como modista o costurera. Vendió la casa de sus padres y con sus ahorros y lo que le dieron por la venta de la casa, en cuanto tuvo noticias de su prima confirmando que ya tenía buen trabajo para ella, arregló todos los documentos que le eran necesarios y viajó a Madrid. Trabajó para los mismos señores para los que trabajaba su prima; eran de alto nivel social, el servicio lo componían tres de cuerpo de casa y ella como costurera y planchadora. La convivencia con su prima y las otras compañeras fue buena, le ayudaron en todo. Soledad tenía asumido que para cuando naciese su hijo, e incluso mucho antes tendría que dejar el trabajo y necesitaría una casa para ella y el bebé. Aconsejada por sus compañeras, que conocían bien todos los entresijos de aquel Madrid de entonces, buscaron y encontraron una buhardilla y la 26 compró, en aquellos años eran muy baratas, nadie las utilizaba como vivienda, sólo las tenían para guardar los trastos viejos. Durante seis días trabajó sin descanso hasta dejarla habitable y acogedora. Así es como yo la conocí. Pero tanto esfuerzo y aquellos cinco pisos sin ascensor le pasaron factura, y unas semanas después tuvo un parto prematuro y el bebé, nació muerto. Física y moralmente quedó destrozada y tardó largo tiempo hasta recuperarse y en consecuencia perdió el trabajo. Poco a poco fue mejorando y recuperando fuerzas, tenía que volver a trabajar, los ahorros que le quedaban eran pocos, así que buscó trabajo como modista y fue de tienda en tienda, y por fin encontró un buen puesto en unos grandes almacenes y allí estuvo hasta su jubilación. Muchas más y muy relevantes, fueron las cosas que me contó Soledad de sus años vividos en Madrid, pero ese sería trabajo para una biografía completa, así pues lo dejaremos aquí. Cercana ya a los 87 años y con la salud muy mermada, fue consciente de que no podía vivir sola y decidió recluirse en una buena residencia. Entregó su buhardilla en Testamento a condición de residir hasta el fin de sus días, y con el compromiso escrito de que a su fallecimiento trasladasen sus restos a Tomelloso para enterrarla junto a sus padres. Durante el tiempo que estuvo en la residencia fui a visitarla y regularmente la telefoneaba. Un día me comunicaron que había fallecido y había sido trasladada al cementerio de Tomelloso, para estar junto a sus padres como fue siempre su deseo y última voluntad. Cabe decir y resaltar, que Soledad fue "Una aguerrida Manchega fuerte para el combate” pero como su propio nombre la define, Sola, Única y Solitaria. y en mi opinión víctima del desamor, de la ingratitud, y ¡Cómo no! De las malas lenguas. Luisa Madrigal Lara PÁMPANAS ACTIVIDADES La genialidad de lo auténtico Es frecuente ver en invierno o en verano alguna avecilla posada en cualquier rama del magnolio que da entrada al Museo que lleva su nombre. ¿Quién es ese hombre papá? le preguntaba un niño a su padre, al ver pasar al maestro ensimismado. Es un pintor de cuadros, lleva en su paleta los colores del arco iris. Le gusta trabajar en tabla, y pinta bodegones, retratos, pero sobre todo paisajes llenos de belleza y luz, le respondía el padre. Caminaba por las calles de Tomelloso de un incógnito adrede, llevando en sus pies el cansancio del cosmos, y la luz del paisaje manchego adherida a la retina del alma, olvidando todo lo que no fuese esencia y contraste, todo lo que no fuera sacar el máximo partido a un paisaje, que sentía profundamente por cercano, y que le obligaba a aprehender la fugacidad del instante, como él mismo dijera. No es fácil hacer grande lo sencillo, captar ese estado natural del ambiente, haciéndole palpitar con su propio lenguaje, con una pulcritud plástica cómo dijo Francisco Nieva, fuera de lo común. Fue el 19 de abril de 1986 cuando el Museo abrió sus puertas por primera vez, Francisco Nieva, gran admirador de su obra en el discurso de inauguración, y en presencia del maestro, dijo: “la buena pintura envejece poco”. Desde entonces son numerosas las personas que han ido pasando por su Museo, un edificio que no les deja indiferentes, ni en la arquitectura, ni en la obra del artista que, a juicio de algunos visitantes, les recuerda a Sorolla en el tratamiento de la luz. Se ha dicho o dejado intuir casi todo de la obra y vida de López Torres, respetando siempre esa parcela íntima, que a toda persona corresponde. Valentín Arteaga hace un detallado recorrido interior del pintor y de su entorno, en su libro: Retrato y fábulas de un pintor de Tomelloso. Críticos o escritores cómo Antonio Bonet Correa, J. de la Puente, Rodríguez Huéscar, y tantos otros, que con estudios más completos, o pasando sólo de puntillas, se han acercado al artista y a su obra. Antonio López Torres cogió con fuerza el testigo de Francisco Carretero y abrió una gran escuela en Tomelloso. Discípulos o admiradores, estilos similares, o completamente distintos, todos pintores de Tomelloso, que de una forma u otra han bebido del claro manantial de su pintura. Mª Jesús Martínez, su joven y última discípula, como él decía. Sus sobrinos Diógenes y Santiago López, que junto a Ezequiel Cano, podemos encontrar en cualquier punto de este “paisaje al sol” que dijera Eladio PÁMPANAS Cabañero, frente a frente con el motivo, Ángel Pintado, García Sevilla, Pepe Carretero, Félix Huertas, Ruiz Paraíso. O gente más joven, como Concha Espinosa, Santiago Lara, José A. Espinosa Jiménez. Y tantos otros pintores que se haría eterno enumerar. Por otra parte es emotivo conocer a alumnos de sus clases en Madrid, Ciudad Real, Daimiel, que se pasan por su Museo, y hablan de su forma de enseñar, y de la huella que les dejó el maestro. Pero si hay alguien que conoce, admira, fue, y sigue siendo fiel admirador y observador de su obra, es Antonio López García. En declaraciones al programa Rasgos de TVE, 1982, se mostraba así de rotundo: “En la pintura moderna, ha habido un pintor que es mi tío, Antonio López Torres, que te sorprendes pensando en su pintura, en cómo interpretaba las cosas... Le admiro mucho como pintor... Me parece un artista absolutamente excepcional. Ha hecho obras, para mí, de las mejores del siglo XX. Totalmente creo eso, que quedarán, que el tiempo no podrá con ellas, porque están resueltas con una pureza y con una sabiduría natural, suya, innata, tan intensa, tan fuerte que son absolutamente definitivas”. Antonio López Torres amó la pintura por encima de todo, vivió por ella y para ella, caminando en solitario, ajeno totalmente a movimientos, tendencias, o a lo que la crítica pudiera opinar de su obra. Dueño de una gran personalidad, fue un artista libre, buscaba lo que quería, y quería entrañablemente lo que hallaba, la soledad, el misterio de su pequeña tabla en blanco, donde conjugaba la llanura inmensa, la luz, el espacio aéreo. Todo minuciosamente estudiado, todo elaborado en un maridaje perfecto. Luz, cielo, esencia que traspasa el horizonte. López Torres cabalgaba en la llanura pincelando en estado sublime, olvidando el alimento del cuerpo, en el reto siempre nuevo de interpretar, de resolver enigmas en cada obra, hasta el último instante de su vida. Antonio López Torres tenía la autenticidad del que no maquilla resultados, poca gente sabe captar con tanto acierto la luz de cada lugar, pintaba como él decía, con todo el cielo temblándole entre los parpados. Como bien dijo su sobrino... “Mi tío fue un artista verdadero”. Aún hoy, si cerramos un poco los ojos, podemos ver a Antonio López Torres en cualquier recodo del camino, pintándole alondras a las mañanas de Tomelloso, y extendiendo paletas de luz en este gran lienzo que es La Mancha. Mª Teresa Lozano López 27 COLABORACIONES Gozar el amor de una mujer Serventesios Cariño hazme el amor, me suplicaste, tan húmeda, ardiente y lujuriosa, para ayudarme a entrar te esparrancaste, abierta cual clavel, flor deliciosa. ¿Cuantas veces entré? No lo recuerdo, sé que te hice gozar, estoy seguro, después de tanto amarte yo me pierdo, pues mi cuerpo se hallaba en un apuro. Nuevamente comenzaste a besarme, recorriste mi cuerpo con tus manos lograste levantar a mi “gendarme” dándome los placeres más mundanos. Yo recorrí tu cuerpo nuevamente los senos los pezones y el ombligo, y llegué hasta tu sexo, suavemente me elevaste hasta el cielo y te bendigo. Mis deseos crecieron, deliraba, me introduje de nuevo en pozo estrecho aquella noche eterna en la alborada, yo te amé del revés y del derecho. Sentí mi miembro erecto, ¡Qué delicia! Que iba entrando y saliendo de tu sexo, entre el beso ardoroso y la caricia a tu amor yo me rindo genuflexo. Eran más de las seis, ya clareaba, después de un breve baño entre en el lecho, la luna se marchó tras la alborada que enorme laxitud sentí en el pecho. Pablo Avendaño Lara EL MUNDO Si se acabara el agua No acabaría la vida, Si se marchara el aire Seguiríamos viviendo. Si se apagara el sol Continuaríamos viendo. El perder los tesoros No me causaría herida. El no saber leer No sería un infierno. El hambre y la pobreza No son castigo eterno. La cruel enfermedad No es un mal profundo. Mas si no hubiera amor Se extinguiría el mundo. Una figura herida Cara a cara miró la faz terrible y el rostro no volvió ni hurtó los ojos. De aquella lid sin luz quedóle un hielo de bello nombre y dura huella: hastío. Buscó en los hombres paz, buscó en los hombres la hospitalidad que no le pudieron ofrecer, la amistad que raras veces aplacó su inquietud. Miró los campos, las colinas, las cumbres, las estrellas, y definió su angustia como amor, como tristeza. Vuelto el rostro un día, los ojos de su padre vio en su frente posarse con piedad. Gritó. Y el grito fue un estertor postrero de caduco viejo entre cuyos labios la sed pone algo así como hervor, lágrimas acaso. Se le vio caminar entre exiliados hacía otro exilio, y en el breve espejo que retuvo sus ojos un instante algo entrego de si que alguien persigue. Ni duende, ni ángel, ni gracia tuvo, pero estuvo habitado de verdad con la desolación del hombre bueno, su palabra dolor en otra herida. Antonio Carvajal 28 PÁMPANAS COLABORACIONES La desesperación del león y otras historias de la India Hola, buenas tardes a todos. Realmente es ésta una ocasión muy peculiar y única pues un libro de relatos de un lugar tan lejano y exótico como la India, ha logrado que nos reunamos por primera vez, en este lugar, prolongación de nuestro pueblo en la capital, a un grupo de primos y amigos de la infancia tomelloseros, convocados por Emma, la actual Presidenta de esta Peña y a la que deseo muchísima suerte, en tan malos tiempos “para la lírica”, pero su entusiasmo, su fuerza y su actividad frenéticas conseguirán logros tan difíciles como éste que os comento. Para mi supone una alegría estar entre ellos y con la grata compañía de todos vosotros, familiares, paisanos y amigos. Y aunque en la invitación aparezco con el título del puesto de trabajo que desempeño desde hace años, yo deseo me permitáis estar aquí hoy únicamente en mi calidad, como he dicho antes, de familiar, de amiga y de simple y aficionada LECTORA. Y lectora admiradora de Sonia a la que conozco desde niña y recuerdo muy bien cómo ya desde aquellos años daba muestras de su gran imaginación, de su prodigiosa capacidad creativa en nuestros inocentes juegos infantiles, y cómo no de esa cualidad imprescindible en todo buen escritor que es la capacidad de observación. Estando aquí ella- que es la autora y creadora del libro- y mi querido primo Antonio, viajero impenitente en la India y perfecto conocedor de ese inconmensurable continente, poco o casi nada puedo yo aportar a lo mucho y sabroso que ellos van a decirnos. Sin obviar la sabia opinión e interpretación que va a darnos del libro el Dr. Fernando de Castro Soubriet, imagino que pasado por el tamiz familiar y de enorme cercanía y conocimiento personales con la escritora, unido todo ello a su gran experiencia lectora. Yo, brevemente, voy a comentaros varias impresiones que ha ido proporcionándome la lectura de estos relatos o historias. La primera sorpresa es que no responden en absoluto a esa idea previa que podemos imaginarnos al pensar en la India y que sería la de ese país lejano, exótico, exuberante de riquezas y vidas fabulosas más propias de las Mil y una noches… Pues nada más opuesto a ello. Con Sonia, que viene últimamente desplazándose con asiduidad hasta allí, viajamos a diversos, diferentes y a la vez parecidos submundos de esa India profunda, milenaria, ancestral, cambiante pero a la vez aferrada a sus tradiciones; esa India a pié de calle y en la que viven entre la miseria, la resignación y los inevitables sueños de mejorar su existencia la gran mayoría de esos millones de habitantes que pueblan ese continente a fecha de hoy, aunque nos parezca increíble por lo muy diferente que es a nuestras vidas occidentales del siglo XXI. Imagino que fruto de sus propias experiencias, en parte, más la capacidad creadora y literaria, son estos cinco cuentos distintos entre sí y que como tal, pueden leerse de manera independiente, pero sin embargo todos comparten las mismas coordenadas de tiempo y lugar, y hasta parece que podrían conocerse entre ellos los personajes que los habitan, aunque cada historia se ubica en escenarios y ambientes diferentes y con protagonistas locales y extranjeros que tiene vidas muy peculiares y personales aunque, eso sí, casi todos viven en medio de un bullicio plagado de gentes que van y vienen, que buscan y huyen pero a la vez se aferran a lo conocido. Como muy bien dice la autora, “TODOS juntos viven y se desplazan en ese gran pasar que es la vida”. En definitiva, y como lectora quiero deciros que gracias a la magnífica y rica plasticidad descriptiva de Sonia, me he sentido durante unas horas vecina del Main Bazar, me he mezclado entre sus bulliciosas gentes, he oído sus múltiples voces y sonidos, me ha invadido el olor a fritanga de las pakoras y me he sentido parte de la vida de Khan, Varun y Chandra, entre otros. Y esa profunda capacidad que posee para adentrarse en el alma y en el interior del ser humano me ha hecho sentir un cariño y una ternura especiales por el lambania que vive a ras del suelo y que limpia permanentemente el Café Volga y desde donde solo él “ve las muchas cosas que se ocultan allí arriba: la verdadera cara de la vida, la verdadera condición de cada uno, que se mantiene en la sombra, donde nadie suele mirar”. Emocionante reflexión que Sonia pone en boca de este singular personaje que “sabe estar pero no estar”. Preciosa definición. Y también me ha sorprendido muy gratamente el cuento del león desesperado y la viajera Gracia Gozlan, vecina del zoo de aquél, y el curioso paralelismo que se crea en la vida de ambos, presos los dos de su libertad y de sus respectivas circunstancias. Y la sorpresa que te aguarda al final de esta historia es tan inesperada que tenéis que leerla pues ahí sobran las palabras. Sólo vale la interpretación de cada lector. Y en La Bicicleta fantasma me he reencontrado con una cuento digno de ser escuchado al anochecer, en torno al fuego de una fría noche invernal. Con su toque de misterio e intriga, con unos personajes cuyas vidas están llenas de precariedades y miserias, sin apenas porvenir y donde la muerte y la mala conciencia sobrevuelan, pero repentinamente la historia da un giro inesperado que engancha y sorprende fuertemente al lector. Del último relato, El Viaje, nos va a hablar y muy bien por la estupenda interpretación que ha hecho de él, mi compañero de mesa e infatigable viajero, Antonio Bolós. Cierro mi turno ya, dándole mis más sinceras felicitaciones a Sonia por saber escribir tan bien, por habernos regalado estos cuentos, piezas que considero magistrales, tanto como los de su padre aunque nunca son buenas las comparaciones. Y la animo para que continúe en esta maravillosa vena creativa. Por eso a vosotros OS ANIMO A QUE LEÁIS ESTE LIBRO, porque con su lectura vais a sentiros más felices en este “gran pasar que es la vida”. Muchas gracias Rocío Torres Márquez PÁMPANAS 29 ACTIVIDADES 2014 En el mes de enero se presentó el Libro “Historia del Fútbol en Tomelloso” de Vicente Olmedo EL AUTOR con Ramón González, Secretario y Emma Cueva Presidenta de la Peña. En el mes de febrero se celebró el primer Concurso Cultural sobre Tomelloso, pero no hubo asistencia de público, exceptuando a unas 10 personas y los participantes. En marzo estaba previsto, como todos los años, celebrar el Pregón de Semana Santa, pero 15 días antes nos notifican que no pueden asistir desde Tomelloso por falta de recursos económicos. Y se sustituyó por un homenaje al poeta y flamencólogo, fallecido en enero, Félix Grande. El acto tuvo una gran brillantez, aunque se echó de menos la asistencia de los socios, que fue muy escasa. En abril, tuvo lugar un precioso pregón de Romería, gracias a la colaboración del Presidente de la Hermandad Virgen de las Viñas, D. José Márquez, proponiendo como pregonera a Dª Mª Teresa Lozano, quien participó y colaboró con ilusión y entusiasmo, acompañada de su sobrina, que tocó el Himno de Tomelloso al son del clarinete y puso música de fondo, mientras su tía recitaba sus poemas y pregonaba a la Virgen. Los socios siguieron brillando por su ausencia. La Peña trabajadora En mayo, se dio a conocer el fallo de los Certámenes de Pintura y Poesía. También se celebró el día de la Virgen en colaboración con la Casa y el resto de las Peñas que la componen. La Peña llevó a dos socios vestidos con los típicos trajes de diario de Tomelloso, sin embargo el Presidente de la Hermandad Virgen de la Viñas no pudo acudir. En junio, se celebró la entrega de Premios de los citados certámenes. Tampoco asistió público apenas, salvo los amigos y familiares de los premiados y aquellos a quienes se dio un diploma como mención a su participación. La excursión programada para el mes de junio a Aranda de Duero, Monasterio de Sta. Mª de la Vid y alrededores, quedó suspendida por falta de viajeros. En julio no se hizo ningún acto, por vacaciones. En Agosto, acudimos al llamamiento del Ayuntamiento para celebrar el día del Ausente, que recayó 30 en la persona de Vicente Olmedo, elegido por los miembros de la Peña. El autobús que fletó el Ayuntamiento de Tomelloso, se llenó hasta la mitad de su capacidad. El acto se celebró en el Auditorio Antonio López Torres, acudiendo los medios de comunicación para entrevistar a los tres Ausentes del año, con quienes compartimos homenaje, tanto en el Auditorio como en la comida del Restaurante Mabel. Los asistentes quedaron satisfechos de la jornada y observaron que este año había sido uno de los que mejor ha estado organizado y vistoso. Durante el acto nuestro “Tomellosero ausente” hizo gala de su buena memoria y obsequió al Alcalde un ejemplar de su libro “Historia del fútbol en Tomello- so”. En septiembre no se puede realizar el homenaje previsto a Félix Yáñez por problemas familiares, en su lugar se dictó la Conferencia sobre las Preferentes a cargo de la letrada doña María Dolores López Serrano. En el mes de noviembre, se organiza una merienda con baile de los 60, en honor de Marina Moraleda, socia que siempre asiste fielmente a todos los actos de la Peña. Acudieron algunos socios, algo más que en anteriores actos. En el mes de diciembre visitamos Tomelloso para hacer la Presentación, en el salón de la Biblioteca Francisco García Pavón, del libro de Vicente Olmedo, el acto fue bastante vistoso, estuvo moderado por nuestro paisano, periodista y locutor, José Luis Albiñana Masó “Pona” y el autor del libro “Historia del Fútbol en Tomelloso” asombró a los asistentes con su prodigiosa memoria. A finales de mes se dio la comida de Hermandad a los miembros de la Peña con motivo de las Fiestas Navideñas, después se sorteó un lote con productos de Tomelloso y como finalización de la jornada Carmen Cruz nos deleitó con su actuación. En el año 2014 solamente hemos recibido una pequeña subvención de la Comunidad de CastillaLa Mancha. Y nos seguimos manteniendo con la cuota de nuestros socios. PÁMPANAS AGRADECIMIENTOS Madrid, 3 de septiembre de 2014 Sr. Don Carlos M. Cotillas López Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Tomelloso. Estimado don Carlos: Estas letras son para pedirle a usted y a sus concejales, incluida doña Ángeles Lozano, perdón por no nombrarles en mi intervención, lo mismo me ocurrió con la presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid y su Junta Directiva. Es posible que la emoción del momento me provocara este lapsus. Aparte de lo que comento, mi interés se basa en agradecerle a usted y a los/las concejales mi más profundo agradecimiento por esa prueba de afecto y cariño que han demostrado en todo momento a mi humilde e insignificante persona. Les tengo que felicitar por esa perfecta organización y por el marco incomparable donde se llevó a cabo el acto, que es el auditorio López Torres, lleno de hermosura. Al final del acto me emocioné por tantas pruebas de cariño y simpatía hacia mi persona, por parte de usted, concejales y paisanos, a los que tanto quiero. Nuevamente les pido perdón y reciban el más profundo agradecimiento de un tomellosero ausente. Vicente Olmedo presenta su libro de la Historia del Fútbol de Tomelloso EL PERIÓDICO Vicente Olmedo, tomellosero afincado en Madrid desde hace algunos años, presentó el 13 de diciembre su libro “Historia del fútbol en Tomelloso”. El salón de actos de la Casa de la Cultura registró una buena presencia de público y la verdad es que todos pasamos una amena velada en un acto que moderó nuestro compañero de José Luis Albiñana. Además del autor, también participaron la Presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid, Emma Cueva Quirós, la directora de la Casa de la Cultura, María Dolores Coronado, que se incorporó con el acto ya iniciado. PÁMPANAS El autor dedicó unas emocionadas palabras de recuerdo a José María Arcos, a Félix Grande, Miguel Moreno y Jesús Úbeda, personas importantes del mundo de la cultura y el deporte que nos dejaron este año. Recordó también a Luciano González Casajuana, “que siempre me animo a que hiciera este trabajo” y al secretario de la Peña, Ramón González “artífice principal de que el libro haya visto la luz”. Olmedo relató curiosos pasajes de la historia del fútbol local, con numerosos datos. 31 SOCIEDAD Con Tomelloso siempre en el corazón En el año 2014 el Ayuntamiento ha distinguido a tres de sus paisanos ausentes: Antonio García, que reside de manera habitual en Alicante; felicidad Soto, que vive en Alcira y Vicente Olmedo, que fijó su domicilio en Madrid hace ya seis décadas. LL. Tomelloseros que, a pesar de llevar fuera de su Tomelloso natal varias décadas ya, nunca han dejado de ser, de sentirse ni de ejercer como Tomelloseros. Así son Antonio García, Felicidad Soto y Vicente Olmedo, los tres tomelloseros homenajeados este año por el Ayuntamiento de la ciudad durante la celebración del Día del Ausente. El acto, que estuvo conducido con mucho acierto por Ángela Lozano, se celebró en el auditorio López Torres en un ambiente de nostalgia por el pasado y añoranza por las raíces nunca pérdidas. Todos los ausentes distinguidos este año se mostraron profundamente agradecidos con Tomelloso y su Ayuntamiento por este reconocimiento y aseguraron sentirse Tomelloseros de los pies a la cabeza a pesar de los años de ausencia. Una ausencia en que los tres intentan paliar con visitas frecuentes a la ciudad que les vio nacer y en la que, según aseguran, nunca se sienten extraños. Entrañable y simpática resultó la entrecortada intervención de Antonio García Preciados, a quien la emoción le jugó una mala pasada, que el suplió con su cercanía y buen humor. Este tomellosero, afincado en Alicante, recordó su marcha de Tomelloso recién casado en busca de un futuro mejor que el que por aquellas fechas le ofrecía su ciudad. Recordó a su esposa, ya fallecida, y, por supuesto, enterrada en Tomelloso, así como sus muchas aventuras ciclistas, siempre con Tomelloso por bandera. Felicidad Soto Novillo, apoyada por un entusiasta grupo del público, explicó que marchó muy joven hasta Alcira buscando también un modo de ganarse la vida. Allí ha permanecido 32 desde entonces, allí se casó –eso sí, con un tomellosero- y allí ha criado a sus cuatro hijos, a los que ha intentado inculcar el amor por la Mancha y por Tomelloso. Junto con su marido fundó en el año 1996 la casa de Castilla-La Mancha en Alcira, institución que ahora preside. Finalmente Vicente Olmedo García afincado en Madrid desde hace más de seis décadas se mostró un entusiasta incondicional de Tomelloso y un profundo conocedor del Tomelloso Club de Futbol. De hecho, Vicente, que tuvo unas palabras de recuerdo para el tristemente fallecido Miguel Moreno, aprovechó la ocasión para regalar a la Biblioteca Municipal uno de los ejemplares que recientemente ha publicado sobre este club, así como para pedir el apoyo del Ayuntamiento para la edición de un volumen que recoja los muchísimos datos y documentos que Vicente ha ido catalogando e investigando a lo largo de todos estos años. La poesía de Juan Torres Grueso y la prosa de Francisco García Pavón en boca de Ángela Lozano pusieron el broche final a este acto que estuvo presidido por el alcalde, Carlos Cotillas. El primer edil trasladó el cariño de todos los tomelloseros a aquellos que, por diversas circunstancias, se ven obligados a dejar su ciudad natal, y destacó que, en los últimos años, Tomelloso se ha convertido en un lugar que acoge a ciudadanos llegados desde los más variados y lejanos países, residiendo en estos momentos en esta ciudad personas de cuarenta nacionalidades distintas. PÁMPANAS COLABORACIONES Tomelloso, el sacrificio de una ciudad Por Ángel Bernao Parece increíble pensar que durante más de 160 años un pueblo se volcara hacia una aventura que produjo el apogeo y desarrollo económico de esta ciudad. Y más que aventura podríamos calificarla de estrategia comercial, de marketing que se diría en los tiempos actuales. Muchas expresiones serían elocuentes de la actuación de las gentes de Tomelloso en busca de una postura económica de ahorro y de considerable imaginación para potenciar su situación agraria en base a incrementar los valores añadidos al resultado del esfuerzo y de trabajo en las faenas agrícolas. Esta situación se produjo a partir de los segundos cincuenta años del siglo XIX. ¿Qué hicieron los tomelloseros para acabar resolviendo sus problemas, sin contar nada más que su propio esfuerzo y sin ayuda ajena? Pues ni más ni menos que crear su propio banco en sus casas. Para ello no hizo nada más sencillo que almacenar la riqueza obtenida de su trabajo en su propia casa. Así las viviendas de Tomelloso se convirtieron en negocios, en establecimientos de venta, en cajas de ahorro, con libre disponibilidad de su economía. Se procedió a dar valor y a potenciar su estrategia económica de disponer de materia prima de fuerte demanda a expensas de la oferta de un producto de gran aceptación en el mercado. Esta evolución tuvo su origen en la decisión de poder mantener una postura definitiva sobre el futuro de su economía que no dependiera de factores ajenos a terceros y que únicamente quedara a la ley de la oferta y la demanda, pero evitando la especulación económica, manteniéndose a la situación en cada momento de los mercados agrarios. No hubiera sido posible sin la decisión de aventurarse en una innovación en la utilización de los recursos, pero, curioso e importante, sin tener en cuenta ni valorar el esfuerzo humano y personal que sería necesario y que resultó ser de una envergadura que hoy en día, por mucho que se explique, resulta inconcebible. Un trabajo de desarrollo que implicó a toda la población sin desestimo ninguno: padres, hijos, familiares y que además permitió la creación de trabajo a terceros durante períodos de más de 150 PÁMPANAS años y la constitución de pequeños grupos de trabajo paralelos a la decisión tomada. Todo el desarrollo permitió la creación exhaustiva de trabajo por encima de las posibilidades de la propia población, que se amortizó con un esfuerzo humano de difícil explicación, porque debió ser tan exorbitante y laborioso, que prácticamente pude decirse que todo el pueblo sin excepciones estuvo involucrado en este acontecimiento. Desgranando el devenir histórico de nuestra población es evidente que siempre ha estado supeditado, y aún sigue siéndolo, al sector agrario como base de las economías de toda la población y que crea una enorme dependencia de los avatares de las cosechas. Por ello es explicable que durante quince decenios se halla continuado con una pauta de actuación que no ha tenido final y que únicamente el sector cooperativo ha podido romper. Que ha sido una consecuencia del individualismo manifiesto de sus pobladores, es cierto y sigue siéndolo en la actualidad. Pero no cabe calificarlo de indiferencia, aversión o desconfianza hacia los demás, sino porque los tomelloseros nacieron para fabricarse su propia vida y su propio porvenir, porque no ha tenido a nivel general el suficiente apoyo colectiva de nadie y ello ha obligado a defenderse personalmente de los avatares humanos. Así, cuando los tomelloseros decidieron comenzar a picar su subsuelo sin saber exactamente a donde podría llegar, no se puede negar que se lanzó a tumba abierta hacia una aventura que únicamente tenía el riesgo de perder el esfuerzo y el trabajo humano. Así, las cuevas de Tomelloso indujeron a que esta ciudad se transformase en un ejemplo de prosperidad, de inteligencia mercantil y de capacidad para solventar los problemas de forma agresiva y arriesgada. Demos un sincero homenaje a aquellas dos o tres generaciones de tomelloseros que dedicaron su tiempo, su salud y su enorme esfuerzo por la construcción de cuevas en el subsuelo del solar de su propia vivienda para la elaboración de vinos como elemento económico de desarrollo. ¡Enhorabuena a nuestras antepasados! 33 COLABORACIONES ARTÍCULO SOBRE SONIA Recientemente, la Peña de Tomelloso en Madrid presentó el libro titulado “La desesperación del León y otras historias de la India”, escrito por Sonia García Soubriet. Tras la presentación de los ponentes a cargo de la Presidenta, abrió el Acto Fernando de Castro Soubriet, quien destacó las magníficas descripciones que Sonia hace en este libro. Es difícil transmitir al lector la sensación de un olor, de un color o de un sabor sin imágenes que ayuden a su comprensión. Señaló, también, la maestría de su narrativa, el dibujo exhaustivo y concreto que discurre en una India popular, cotidiana, sus gentes y costumbres, cómo enamora y envuelven estos olores, sabores y colores. Sonia consigue adentrarte en estas historias como si fueras tú mismo quien lo está viviendo y sintiendo. A continuación intervino Rocío Torres, señalando lo peculiar y único de esta ocasión por lograr reunir, en el lugar donde se prolonga Tomelloso en la capital, y por primera vez, a un grupo de primos y amigos de la infancia tomellosera, convocados por Emma, la actual Presidenta de esta Peña “y a la que deseo muchísima suerte, en tan malos tiempos “para la lírica”, pero su entusiasmo, su fuerza y su actividad frenéticas conseguirán logros tan difíciles como éste que os comento”. La primera sorpresa de estas historias es que no responden en absoluto a esa idea previa que podemos imaginarnos al pensar en la India y que sería la de ese país lejano, exótico, exuberante de riquezas y vidas fabulosas más propias de las Mil y una noches… Pues nada más opuesto a ello. Con Sonia, que viene últimamente desplazándose con asiduidad hasta allí, viajamos a diversos, diferentes y, a la vez, parecidos submundos de esa India profunda, milenaria, ancestral, cambiante pero a la vez aferrada a sus tradiciones; esa India a pie de calle y en la que viven entre la miseria, la resignación y los inevitables sueños de mejorar su existencia la gran mayoría de esos millones de habitantes que pueblan ese continente a fecha de hoy, aunque nos parezca increíble por lo muy diferente que es a nuestras vidas occidentales del siglo XXI. 34 Estos cinco cuentos distintos entre sí y que, como tal, pueden leerse de manera independiente, comparten las mismas coordenadas de tiempo y lugar, parece que podrían conocerse entre ellos los personajes que los habitan, aunque cada historia se ubica en escenarios y ambientes diferentes y con protagonistas locales y extranjeros que tiene vidas muy peculiares y personales aunque, eso sí, casi todos viven en medio de un bullicio plagado de gentes que van y vienen, que buscan y huyen pero a la vez se aferran a lo conocido. Dice la autora, “TODOS juntos viven y se desplazan en ese gran pasar que es la vida”. Gracias a la magnífica y rica plasticidad descriptiva de Sonia, me he sentido durante unas horas vecina del Main Bazar, me he mezclado entre sus bulliciosas gentes, he oído sus múltiples voces y sonidos, me ha invadido el olor a fritanga de las pakoras y me he sentido parte de la vida de Khan,Varun y Chandra, entre otros. Y esa profunda capacidad que posee para adentrarse en el alma y en el interior del ser humano me ha hecho sentir un cariño y una ternura especiales por el lambania que vive a ras del suelo y que limpia permanentemente el Café Volga y desde donde solo él “ve las muchas cosas que se ocultan allí arriba: la verdadera cara de la vida, la verdadera condición de cada uno, que se mantiene en la sombra, donde nadie suele mirar”. Emocionante reflexión que Sonia pone en boca de este singular personaje que “sabe estar pero no estar”. Preciosa definición. Y también me ha sorprendido muy gratamente el cuento del león desesperado y la viajera Gracia Gozlan, vecina del zoo de aquél, y el curioso paralelismo que se crea en la vida de ambos, presos los dos de su libertad y de sus respectivas circunstancias. En La Bicicleta fantasma me he reencontrado con un cuento digno de ser escuchado al anochecer, en torno al fuego de una fría noche invernal. Con su toque de misterio e intriga, con unos personajes cuyas vidas están llenas de precariedades y miserias, sin apenas porvenir y donde la muerte y la mala conciencia sobrevuelan, pero repentinamente la historia da un giro inesperado que engancha y sor- PÁMPANAS COLABORACIONES prende fuertemente al lector. Estos cuentos son piezas que considero magistrales. Para terminar, Antonio Bolós nos regaló un extenso y completo comentario sin dejar ningún resquicio por analizar, y tuve el placer de volver a compartir con él su lectura, como hacíamos cuando éramos niños. Yo leía los textos que, previamente, él había analizado concienzudamente, y resultó un final dinámico y ameno. De este libro se desprende, de cada una de sus páginas, el conocimiento profundo, la familiaridad natural, difícil de fingir, con que se nos habla de una vida, una sociedad tan compleja como es la India, la mayor democracia del mundo, un país que es más bien un subcontinente con una extensión de casi cinco veces la de la Península Ibérica y que sobrepasa los mil millones de habitantes condenados a tenerse que entender en catorce lenguas diferentes reconocidas por su constitución y en sólo dos oficiales: hindi e inglés, al margen de los cientos de dialectos. Un territorio donde se practican todas las religiones vivas del planeta, desde la más antigua, la de Zoroastro hasta la más nueva, la Bahai Fe. El cuento de “El viaje”, es un viaje dentro de otro viaje. La voz narradora consigue en tercera persona hacernos empatizar con una pareja cuyos nombres son ella y él. Dos personajes anónimos que llegan a un rincón también anónimo situado en la costa, al Este del mapa por el que se encuentran viajando. “Desde un montículo la pareja contempló el perfil confuso de la pequeña localidad que se extendía a lo largo de la costa con sus extrañas construcciones, unas viejas, las otras a medio levantar, y que le daban un aspecto caótico y ruinoso. Parecía, dejo ella, como si lo acabasen de bombardear…” Las coordenadas temporales del relato nos sitúan muy hábilmente en el año 92 y a través de la memoria nos hace viajar también por el tiempo, a diez años antes, cuando Él estuvo allí con un amigo. “Llegaron por azar, huyendo de las aglomeraciones y el turismo de Puri y se quedaron un mes. Y ahora, diez años más tarde, quería enseñarle todo eso a ella. Eran los últimos días de enero”. Pero, ¿qué sabemos de estos dos viajeros?, son sus actos los que dan significado a sus vidas. Hay cierta nostalgia, una clase de melancolía, así como cierto espejismo, cierta aceptación de la realidad o pasividad, incluso me atrevería a llamarla… “Conforme recorrían el lugar, sus calles y sus casas, aquel viajes del pasado fue renaciendo con anécdotas y recuerdos que le hacían reír como si todo hubiese permanecido allí intacto. Ella lo escuchaba en silencio intentando ocultar su decepción. Todo aquello e parecí, no solamente diferente a como lo había imaginado, sino desconcertante y desolador”. La autora consigue del lector que mire y vea a través de los ojos de estos viajeros, que se pregunte por esa mirada: “Qué hacemos aquí”, es una reflexión genérica, y existencialista en todo caso, que fuera de contexto se nos plantea en algún momento a lo largo de ese viaje que resulta ser la vida y que, volviendo al relato, los lectores atentos y curiosos van avanzando por la historia. “Mientras paseaban, ella quiso saber qué era lo que tanto le gustaba de aquel sitio. Él dijo que si se quitaban las chanclas de plástico y cuatro cosas más, la vida seguiría siendo igual a como fue varios siglos atrás”. Los personajes están construidos desde dentro más que desde el lenguaje, más que desde su idioma, más que desde lo que hablan y dicen, desde lo que sienten. La vida se mira a través de un estado de ánimo. Ni qué decir tiene que, por supuesto, nos acompañó el león toda la velada. El broche lo puso la autora que nos habló de sus vivencias con su padre y maestro de quien aprendió, entre otras muchas cosas, a valorar los pequeños detalles, aquello a lo que no damos importancia porque nos rodea como algo natural, pero que, sin embargo, te engancha cuando te sumerges en su lectura; por eso, porque lo conocemos y lo tenemos a nuestro lado, lo “reconocemos” como propio. La vida es un viaje, una aventura en la que estamos obligados a recorrer, tanto en los grandes, como en los pequeños momentos. Es un conjunto de aconteceres que forman nuestra existencia. Este es el sentido, en general, que la autora nos da con estas historias de la India, al mismo tiempo que nos la muestra tal cómo es día a día. Fdo.: Emma Cueva Quirós PÁMPANAS 35 COLABORACIONES POBLADORES Y FUNDADORES La Peña de Tomelloso en Madrid tuvo el honor y el privilegio de recibir el día tres de junio, a los autores del libro “Tomelloso, pobladores y fundadores” de D. Javier Escudero Buendía (Licenciado en Derecho, miembro del departamento y colaborador del profesor D. Pedro Andrés Porras Arboledas. Es autor y coordinador de una decena de publicaciones del ámbito de las Humanidades y la Historia, entre los que destacan las monografías “Francisco de Mendoza”: El indio”, “Los Mendoza y el Mundo Renacentista”, y “Bombos y Chozos de la Mancha). Dª Isabel Sánchez Duque (Promotora Turística local e Informadora Turística Arqueóloga- Antropóloga, Gestora de Patrimonio Técnico Superior de Investigación. Actualmente es la encargada del Museo Histórico “Juan Mayordomo” de Pedro Muñoz. Es autora de publicaciones del ámbito de la Historia, la Arqueología y la Etnografía, entre las que destacan: “Los Bombos y Chozos en Castilla- La Mancha y “Los Chozos de pastor, testigos de un oficio olvidado en el término de Tébar”. D. Juan Luis Segura Cobo, socio fundador en 1991 del Foro Castellano, asociación para la defensa, investigación y difusión de la Historia, Cultura, Arte y Valores del pueblo castellano, de la que actualmente es Presidente. Desde la Asociación “Cinco Estrellas” participó en el libro “Tomelloso; Arte Siglo XXI” de carácter artístico y literario. Ha colaborado en otras publicaciones y actividades culturales, teniendo a Tomelloso como referencia. Digo privilegio porque hemos sido elegidos para ser los pioneros de su presentación. Este libro está basado en años de búsqueda, valoración e interpretación de documentos históricos, hasta ahora desconocidos, que nos desvelan una nueva visión de nuestro pueblo. Se dan las claves para entender la secuencia que tuvo lugar desde el siglo XV al XVIII. El solar de Tomelloso hunde sus raíces en época romana y prerromana, definido como terreno de monte bajo con atocha (planta herbácea de tallo recto y hojas largas muy resistentes que se usan para hacer cuerda) y romero. Hace referencia al importante papel que jugó la mula para el traslado de los diezmos de pan. Alrededor del pozo de Tomelloso había una charca y villares antiguos, y restos de edificaciones de poblaciones anteriores. El pozo, en un ambiente estepario, es agua limpia, es oro. 36 Los pozos estaban regulados y prohibida su construcción por la Orden de Santiago, para los vecinos de otras jurisdicciones. Atraviesa nuestra población una de las vías principales que unen los dos municipios romanos más grandes de la zona: la vía 29 del llamado itinerario Antonino -Laminio (Alhambra). Tomelloso es la puerta de la Mancha, la existencia de una loma (el Altillo) y de una charca o laguna inmediata, con un notable cruce de caminos, indica que podemos estar ante el típico poblado manchego ocupado desde la Edad del Bronce. En principio no se pretendió crear una aldea, sino una alquería. Su primer Ayuntamiento lo tuvo en el año 1563. Antes de 1571 ya se había fundado y construido una capilla dedicada a Juan Galindo y Lucía López, quienes pueden ser considerados los primeros benefactores de Tomelloso. Nuestra Señora de la Concepción es la primera Iglesia de Tomelloso, y un hospital para pobres. Restos de esta capilla, sorprendentemente, todavía quedan en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción: la capilla de Alonso García Lázaro, primer Alcalde de la villa que data de los s. XVIXVII). Este libro nos enriquece en cuanto a antigüedad se refiere. No es lo mismo tener 400 años que 4.000. Cuando el lector se sumerge en la historia, quiere saber y conocer más, desea obtener más información, comprender la evolución que hemos tenido y por qué. Dichos autores nos sorprendieron con sus descubrimientos, el entusiasmo y empeño que han dedicado. Nos contaron historias y leyendas, provocando la curiosidad y la dignidad, al mismo tiempo. Es una verdadera delicia escuchar los más mínimos detalles, saber que el paisaje se puede leer e interpretar, conocer los motivos que mueven al hombre a superarse. Esta historia invita a seguir investigando y, desde la Peña de Tomelloso, deseamos a estos “curiosos” que nos lo hagan saber. Fdo.: Emma Cueva Quirós Presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid PÁMPANAS COLABORACIONES PREGÓN DE LA ROMERÍA 2014 Semblanza de María Teresa Lozano (pregonera) Mª Teresa Lozano López: Nació en Tomelloso (Ciudad Real). Poeta y articulista. Cofundadora de la Asociación Cultural “Tertulia La Media Fanega”. Colabora en diversas revistas y periódicos de la comarca, tanto en poesía como en artículos de opinión. Ha participado en el certamen de recitadores de texto de La Solana. En la semana de poesía y primavera de Valdepeñas, en la semana de mujeres artistas de Tomelloso. Así como en diversos recitales de poesía. También ha presentado diferentes actos. Ha intervenido en programas de radio. Semanas culturales, homenajes, etc. Premios: Año 1991: 1º premio Cartas al Abuelo Tomelloso. Año 1992: Símbolo espiga III Certamen poético “Pan de Trigo” La Solana. Año 1994: 1º premio de poesía sobre la mujer Tomelloso. Año 1995: Mención honorífica Tomillo y Espliego Tomelloso. Año 2000: 1º premio Tomillo y Espliego Tomelloso Año 2002: Accésit VI Certamen Nacional de poesía Ciudad Real. Año 2004: 1º premio Certamen de relatos cortos “Tren de medianoche” Tomelloso. Año 2004: 1º premio VIII Certamen Nacional de poesía Ciudad Real. Año 2004: Accésit IX Certamen Regional de poesía Villamayor. Ve las cosas globalmente con capacidad de síntesis sobre la realidad observada, con un sentido crítico muy despierto y con angustia ante una decisión por deseos de ver claro. Enfoca su vida con sencillez y naturalidad, con sometimiento y subordinación, desenvolviéndose con aplomo y desenvoltura que le es proporcionado por su estabilidad emocional, resistencia y constancia. Ante los demás se muestra con confianza en sí misma, de manera generosa y extrovertida, lo que controla cerebralmente con regularidad, pero explota después de soportar una situación tensa, aunque inmediatamente vuelve la calma. Existe cierta tendencia al misticismo y actúa con gracia expresiva. Predomina, en ella, el sentimiento sobre la razón y sabe adaptarse con facilidad a los ambientes, ya que le es fácil la comunicación verbal y puede sincerarse expansivamente, sin embargo, parece más abierta de lo que, en realidad es, pues, a veces, se encuentra algo confusa en sus ideas. Tiene gustos sencillos, posee el don de la lealtad y la gratitud, así como el de la franqueza y cierta ingenuidad. En su trabajo se observa buena capacidad de ejecución, dando como resultado cantidad y calidad en sus tareas. Tiene la suficiente personalidad como para imponer sus propias ideas, sabiendo entender a los demás, pero sin dejarse influir por ellos. Es persona de dar la cara afrontando las circunstancias con normalidad. Hay equilibrio entre introversión y extraversión, lo que ejerce un control sobre su estado de ánimo, ya que es persona positiva en cuanto a actividad y constancia. Pero pierde este control cuando ha llegado a la meta, con un desbordamiento de alegría que no puede reprimir, lo que hace contrariar su naturaleza optimista. PÁMPANAS Es vital y activa, así como poseedora de buena fuerza en la voluntad. También está dotada para las artes plásticas. Tiende a afianzar su personalidad con fuerza dominadora y dotes de mando, sabiéndose imponer a los demás. Ante las presiones del medio mantiene una actitud de defensa por temor, por lo que, en relación a la comunicación de los sentimientos se impone un predominio claro de la razón para controlar los impulsos. De la misma forma es capaz de controlar su emotividad, pero su carácter siempre es abierto y cordial. Hay leves indicios de algún pequeño trastorno renal, digestivo o intestinal. Sus ideas son ágiles y sus decisiones, a veces, resultan como ella: una persona lanzada. Esto no impide que guarde reserva hacia su intimidad, cuyo carácter es propio de personas con independencia intelectual. Esta señal de aislamiento es típica de artistas, poetas e inventores, quienes viven un poco en las nubes. Cuando su atención se concentra, disminuye la actividad, característico también de personas intuitivas y originales que tienen horror a la rutina y a lo mecánico. Mª Teresa considera las ventajas e inconvenientes de una acción, reflexionando prudentemente en el contacto con los demás, lo hace que se distancie para mantener su independencia. No utiliza bien la energía por excitabilidad o por una emotividad que, a veces, raya en la sugestión, sin embargo esto le acerca a tener buen sentido musical. No le resulta fácil abrirse y cuando lo hace es con rodeos, porque en el fondo es introvertida y se aferra a lo emprendido, volviendo continuamente al pasado. Su limpieza moral es indiscutible, evita roces y molestias, con una campechanería evidente. Si algo puede ocasionar déficit en su control de la emotividad es cierto desorden interior con el que mantiene algunas luchas por timidez e indecisión, por eso rectifica constantemente con disciplina. Es ahorradora y tiene gusto estético. Sabe guardar las formas, siente deseos de mejorar y tiene afán de superación, con una ambición sana y controlada. En su interior no se considera lo suficientemente valorada y compensa este desajuste social a través de un aumento de su propia valoración, Se controla más en sociedad que en la intimidad, siendo más alegre y confiada en su porvenir de lo que aparenta, sin embargo es más clara ante los demás que en la intimidad. Le gustaría desempeñar una función de mayor responsabilidad. A veces, añora el pasado, dada su gran vinculación materna. Intenta realizar objetivos que no le perjudiquen, se protege ante la vida. Fdo.: Emma Cueva Quirós 37 COLABORACIONES RESUMEN CURRICULUM. PLUVIO CORONADO MARTIN Madrid a 09 de abril de 2014 Española de Cirugía Laparoscópica y Robótica (SECLA) desde mayo de 2010. Titulación Académica y Especializaciones: ación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) desde junio 2010. MIR Experiencia Docente e investigadora: icada de Sobresaliente cum laude y Premio Extraordinario icos de la Universidad Complutense de Madrid desde el 2001 al 2011. ogía de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid de la Universidad Autónoma de Madrid desde 2011. ademia Nacional de Medicina. ya se han presentado, 6 con la calificación de sobresaliente cum laude y 1 con sobresaliente. y Empresas Sanitarias oyectos de investigación competitivos nacionales e internacionales financiados por el FIS, la CAM, la Fundación Mutua Madrileña y la EORTC Profesor de Universidad Privada por la Agencia de Acreditación y Prospectiva de las Universidades de Madrid (ACAP). quirúrgico Da Vinci) con experiencia desde 2008. Publicación de 107 trabajos en revistas nacionales e internacionales y 16 son capítulos de Libros congresos nacionales e internacionales. í- Cargos profesionales ficas de Ginecología y Obstetricia. del Hospital Clínico San Carlos de Madrid desde el año 2000. evista científica seclaendosurgery desde el 2008. Premios y Becas el Fondo de Investigaciones Sanitarias en 1997. s- s proyectos de investigación del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) desde 2009 hasta 2011. tetricia de Madrid European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology, Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica, Gynecologic Endocrinology, Genital System & Disorders. -Grupo Masson Francisco García Sicilia por el mejor artículo original opean Organization for Research and Treatment of Cancer (EORTC). opean Gynaecological Robotic Surgery (SERGS) desde 2009. 38 la Real Academia Nacional de Medicina Estancias en centros extranjeros udios en el Gynecologic Surgery Department en la Mayo Clinic Scottsdale, Arizona, U.S.A. (Dr. Javier Magriñá). Aprendizaje de cirugía laparoscópica y robótica en ginecología. Fdo. Pluvio J. Coronado Martín PÁMPANAS COLABORACIONES El inventor y conservador de palabras La Peña de Tomelloso en Madrid presentó el libro de Ramón Serrano: “Sones de anochecida”. Comenzó el Acto leyendo el análisis de su firma, tras lo cual se cedió el turno de palabra a Blas Camacho Zancada, amigo de Ramón desde el colegio. Camacho dijo haberse sorprendido por la capacidad del poeta para describir sus sentimientos y confesó desconocer esta cualidad en él. Desgranó algunas estrofas dónde se indica la clave de su vida y su trayectoria; puso el toque de afabilidad y soltura haciendo uso de sus bromas espontáneas y de una amistad innegable hacia Ramón. Su intervención fue muy amena. Por su parte, Serrano dirigió un gran agradecimiento a la Peña, emocionándose al hablar. Se sintió, dijo, rodeado de gran cariño por todos los paisanos que le acompañaban, entre ellos: Clemente Cuesta, Rafael Torres, Juan José Sánchez Ondal, etc… La segunda parte de la velada estuvo dedicada a recitar sus poemas. Pablo Avendaño, socio y poeta aficionado, leyó la primera fase del libro: Sones. Pepe Arroyo, actor de teatro y director del grupo “Carlos Lemos” (Casa Castilla- La Mancha) lo hizo en la segunda: Quereres. Mª Antonia García de León, socióloga y escritora, la tercera: Cantares. Y para terminar el recital, cada uno de ellos intervino con un poema de la cuarta fase: Vivires. El acompañamiento estuvo a cargo de Juan Romero Gómez con su guitarra, poniendo una dedicada música de fondo a los versos. Sánchez Ondal quiso dedicarle unas palabras a su amigo y compañero del colegio: Dicen que de poetas y locos todos tenemos un poco. Pero el poeta tiene, o ha de tener, en su ADN, una dosis mayor de locura que los demás mortales. Ramón está bien dotado de ambas cosas: de poeta y de loco, pero de amante poeta y de loco de amor, de loco enamorado, porque “estar sin amor es insufrible”. Sólo a un poeta, se le ocurre ir “hasta el mar por ver si el mar lloraba”, pero no sólo a eso sino, además, como al final confiesa, “y por oír cantar a las sirenas”. Sólo un poeta osa escribir, sin que lo encierren, que puede “atar el agua” y “ver caer la nieve en el estío”, “crecer la hierba” o “hacer volverse al río”. Puede hacer todo eso, mas no puede, por mucho que lo intenta, “vivir enamorado de ti, sin estar loco”. Y sólo a un poeta soñador y loco se le ocurre aspirar, conjuntamente, a la mar y a sus peces, al amor y a la luna. Por ello, al bajar a la tierra, ha de escribir: “No tuve al mar, ni a ti ni PÁMPANAS a las estrellas”. Y como buen poeta le duele el alma, se le entristece y se pregunta “¿Por qué lo triste no desaparece”?… ¿Por qué es eterno lo que me hace loco?, ¿Por qué fue sólo un soplo mi alegría… por qué te fuiste de la vera mía? Ramón, en sus Sones de anochecida, nos muestra o así me parece a mí, que ha bebido de los clásicos y de los modernos; que se ha impregnado de la poesía de los grandes maestros y ha asimilado lo mejor de ellos. Y no puede evitar que por sus venas fluyan hasta estos poemas sus aromas, sus enseñanzas, incluso sus giros y palabras. Centrándome en esos dos bellos versos del poema La Búsqueda, esos que dicen: “Te estoy buscando, amor, en esos campos/ de soledad, de olvido y de amargura”. ¿No nos transporta hasta Rodrigo Caro y su canción a las ruinas de Itálica? (Estos, Flavio, ¡ay dolor! que ves ahora, campos de soledad, mustio collado). Y ese vocativo, amor, que está buscando por ellos, ¿no nos trae reminiscencias del Miguel Hernández de “estoy contrito, amor, estoy confeso…”? Busca a su amor por campos de soledad y de olvido, ése que “como el agua maldita nos da una sed más honda que la sed que nos quita”, palabras de José Ángel Buesa. Por campos de amargura, también, de dolor de ausencia por el amor perdido, que como deja traslucir, le sume en el abatimiento y “en barrancos de tristeza” como al poeta oriolano. Ramón, en sus Sones, aún más en sus Quereres, nos deja columbrar un alma herida de la que brotan suspiros y ayes que son cánticos; lágrimas que son versos, llanto que se remansa en el poema. Pero Ramón se sobrepone de sus dolientes versos y se “viene arriba”, alegre, en sus Cantares cantando al pueblo y al juglar Triguero... y en sus Vivires usa, hábil, el romance con acierto y esparce, generoso, paternal, el sabio magisterio del consejo. No falta, en Yo soy, (Enseñar no pretendo, pues sé poco), la confesión de humildad como escritor, cuya vida cree “será muy corta”, pero que le deseamos larga y fecunda. Y, puesto que se ha amistado con su soledumbre, me permito aconsejarle que cuando ésta no le satisfaga del todo, siga acudiendo a la poesía, sincera y fiel amiga, amén de a los amigos de carne, hueso, afecto y sentimiento que tampoco le faltan. Entre ellos, puede contar con éste. Finalmente Blas Camacho leyó algunos versos seleccionados por él y Ramón Serrano cerró el acto, recitando, igualmente emocionado que al principio, unos poemas que no estaban incluidos en el libro presentado. Fdo.: Emma Cueva Quirós 39 COLABORACIONES ANÁLISIS DE Dª CRISANTA MORENO Realizado en Madrid, a 16 de mayo de 2015 Poseía armonía entre introversión y extraversión, entre la visión global y la del detalle, con buen potencial y equilibrio entre generosidad y economía. Estaba orgullosa de sí misma y lo demostraba con aplomo, seguridad y gran desenvoltura. Su agudeza y dotes de observación, facilitaba que pudiera penetrar en los demás con empatía. Mujer con capacidad lógica y deductiva, que se apoyaba en motivos intelectuales con calidad entre las dos asociaciones. Sin embargo padecía fluctuaciones en su propio concepto, lo que ocasionaba, a veces, mantener una postura defensiva. Esta confusión de ideas hacía peligrar la visión panorámica de las cosas y brotaba gran desproporción de la energía que empleaba. Este carácter, algo inarmónico era debido a un exceso de emotividad, a su desbordamiento imaginativo, a una sobreactividad cerebral y su mucha sensibilidad. Pero debía anteponer la razón sobre los sentimientos por las circunstancias y entonces se mostraba enérgica y con dureza, disciplinada y, a veces, intransigente, lo que conseguía siendo reservada, ya que, verdaderamente, su personalidad tendía hacia la introversión. Al mismo tiempo era mujer graciosa y distinguida, bastante equilibrada y concreta; con superioridad personal, por ser sencilla y sobria, por poseer equilibrio entre orden y claridad. Reflexionaba dando vueltas a las cuestiones, a veces, de forma obsesiva, por ese exceso de imaginación que la llevaba a vivir la jornada por anticipado. Su nivel intelectual no era muy alto, en aquella época las mujeres, o muy pocas, apenas tenían acceso a los estudios. Pero tenía mucha voluntad de carácter y, aunque no racionalizaba bien el esfuerzo, conseguía lo previsto poco a poco. Se observa una clara tendencia de aferramiento al pasado, con el formulismo social que ello conlleva. Tenía la capacidad suficiente como para realizar bien las tareas que se le imponían. Siempre daba la cara, afrontando las circunstancias con normalidad y manifestándose tal como era. En la firma de los años analizados se ve a una mujer pesimista y triste, tal vez por enfermedad o cansancio y, seguramente, por todo lo vivido. Al comienzo de una tarea todo le parecía bien, lo tomaba con alegría, pero si encontraba dificultades se vendría un poco abajo. Después de solucionar el problema, de haber llegado al final, a la meta, le sobrevenía un abatimiento, un pequeño derrumbamiento por el esfuerzo realizado. Ante ese estado de ánimo luchaba con gran fortaleza, queriendo controlar ese pesar sin conseguirlo y se desanimaba más al contemplar su estado depresivo. Físicamente no era una persona fuerte, era, más bien, frágil y le acompañaba un gusto musical innato, dada su sensibilidad y espiritualidad. También poseía sentido del color y gusto estético, era persona de relieve y mucha personalidad con exageración en las manifestaciones de fuerza o poder para afianzar su yo y su gran fuerza dominadora. Entonces mostraba una postura egoísta debido a la necesidad de imponerse a los demás. Emma Cueva Quirós 40 PÁMPANAS COLABORACIONES Resolvía con facilidad la comunicación con los demás y era generosa, cordial y afectuosa, con emotividad más o menos controlada, pues sufrió un fuerte choque con la pérdida de D. Víctor Peñasco, su segundo marido, a quien valoraba claramente. Las enfermedades que le sobrevinieron fueron de tipo cardíaco y con posibles trastornos renales, digestivos e intestinales Al final de sus días vivió atormentada por todos los acontecimientos que padeció. Siempre utilizaba la lógica y la intuición en el análisis y estudio de la realidad que le rodeaba, debido a su equilibrio entre introversión y extraversión. Poseía gran vida interior y social, aunque con inseguridades y vacilaciones. Cuando salía su vena altruista no reflexionaba demasiado, pero sí aprovechaba la energía en la realización de ese asunto, siendo consecuente y simplificando las cuestiones. Se adaptaba a las situaciones con vibrante emotividad y buena agilidad de ideas, sin aferrarse a ellas. A veces su sinceridad y expansión le hacían parecer imprudente, pero su afán siempre fue de perfeccionamiento para mejorar y enriquecer su personalidad de forma dinámica. Esta firma estriba entre los años 1891-1895, cuando ya había fallecido D. Víctor y hasta el día de su propia muerte, es decir, ya mayor y castigada por la vida. Aun así siguió siendo una mujer muy natural, aunque sabiendo guardar las formas, a pesar del descorazonamiento y fatalismo que veía, incluso en el logro de sus metas. Sus intenciones fueron claras, se mostraba como era, sin ocultarse y asumiendo las responsabilidades, lo que hacía sentirse contenta consigo misma y sus méritos y posibilidades. Su naturaleza era seductora, con habilidad manual y diplomática, dada su gracia y coquetería. El Punto de la i a su altura: indica el equilibrio que poseía entre lo material y lo espiritual, sin dejar de ser controladora, reflexiva, prudente y razonadora. Aunque, a veces, también irritable e irónica. No dejó de ser flexible, decidida y mantener cierto optimismo, pero su carácter era el de repasar y repasar todo para rematar cualquier asunto que tuviera entre manos, y rematarlo bien. Su impaciencia le provocaba desgaste de energía y ansiedad. Sabía que su carácter superaba a los que la rodeaban. También que estaba ligada fuertemente al pasado y a la tradición. Su infancia fue feliz y tuvo buenas relaciones con la madre y su figura. Así mismo, la figura paterna la dotó de una gran fortaleza, debido a su buena relación. Sentía esa nostalgia de sus años infantiles con la familia. Sus deseos inconscientes eran de ser discreta o menos indiscreta, por eso se mostró reservada y prudente en dar afectos, para protegerse del ambiente, pero cuando tenía un amigo de verdad, había total fidelidad. Antonio Jiménez Crespo Fdo.: Emma Cueva Quirós PÁMPANAS 41 COLABORACIONES CURRICULÚM Mª DOLORES LÓPEZ SERRANO. Abogada del ilustre Colegio de Abogados de Madrid desde enero de 1980. Hizo sus estudios universitarios en la Universidad Complutense, entre los años 1974 y 1979. En el año 1980 compatibilizó el curso de la Escuela de Práctica Jurídica con la pasantía en un despacho sito en la C/General Castaños nº 3 de Madrid. Desde el año 1985 cuenta con un despacho en la C/ Príncipe de Vergara nº 99 de Madrid. En el año 1982 se le dio de alta en el turno de oficio, tanto en materia Civil como en Penal, como una forma altruista de colaborar en su profesión con las personas carentes de recursos suficientes para litigar. Durante todos estos años ha asistido a la mayoría de los cursos emitidos por el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid tanto a los de formación sobre diferentes materias, (extranjería, herencias, liquidación de la Sociedad de Gananciales, Contencioso-administrativo, tráfico, derecho penitenciario) como sobre los cambios habidos en las leyes, entre ellas la Ley de Propiedad Horizontal, la Ley de Arrendamientos Urbanos, el Recurso de Amparo, la Ley de Enjuiciamiento Civil, el Código Penal, la legislación laboral, etc. Ha colaborado con una revista de Derecho en la cual ha publicado varios artículos sobre el tema de las Herencias y accidentes de coche y las preceptivas indemnizaciones. Ha trabajado como Letrada externa en varias aseguradoras, Mutaxi, La Mutua Madrileña y Axa. Ha colaborado como Letrada externa con la empresa Interclisa (hoy Carrier). Ha colaborado como Letrada externa con varias agencias de viajes, tanto en redacción de condiciones generales de sus contratos como en reclamaciones de LORENZO NAVARRO Abogados Gran vía, 57, 7º J – 28013 MADRID Teléfono 91559 4044 – 915596063 Fax 91758 3028 – Móvil 609 244 938 viajeros tanto a nivel conciliatorio como contencioso. Colabora en la actualidad con un despacho especializado en cuestiones mercantiles y marítimas con Guinea Ecuatorial, realizando contratos, reclamaciones entre navieras, y seguimiento de los envíos de material y realización de los proyectos marcados. En el despacho se tratan temas de diferentes especialidades: CIVIL: Herencias, divorcios, arrendamientos urbanos, propiedad horizontal, reclamaciones de cantidad, etc. PENAL: Querellas, accidentes de coche, errores médicos, robos, estafas, etc. LABORAL: Despidos, incapacidades laborales, reclamaciones de cantidad. MERCANTIL: Constitución de Sociedades, concurso de acreedores. FISCAL: Igualas con empresas, declaraciones de renta, impuestos. Cuenta con colaboradores en varias provincias de España, no teniendo inconveniente en desplazarse en persona al Juzgado que corresponda si el tema lo requiere o el cliente lo solicita. Mantiene una relación directa y personalizada con los clientes, a los cuales se les informa de cualquier novedad en su tema y, de todos modos, una vez al mes se les notifica la marcha de su procedimiento. Una vez acude el cliente a su despacho, se le confecciona un presupuesto y se firma un contrato de arrendamiento de servicios que compromete a ambas partes. Desde el año 2011 ha dado diversas conferencias sobre Herencias y Testamentos en diferentes centros culturales, privados o de la Comunidad de Madrid. Las Herencias, que es uno de los temas más conflictivos que conocen los despachos. En estos momentos está tramitando varias demandas civiles y penales sobre el asunto del fraude de las Preferentes, tanto antes del plazo de caducidad, como con posterioridad al mismo. Madrid, 7 de octubre del 2014 D. VICENTE OLMEDO Mauricio Rabel, 3, 6º - 28049 MADRID Estimado paisano y amigo: Con gusto leí el libro sobre la historia del fútbol en Tomelloso que tuviste la amabilidad de regalarme, y que es magnífico para la historia de nuestro pueblo en el aspecto deportivo. Hay que ver lo que has trabajado en beneficio de todos, pues con el paso del tiempo, si no hay documentación, las cosas se olvidan o tergiversan. Yo te envío unas fotos que venían en el libro de “Historia de Tomelloso” editado por la Revista Pasos, en la que aparecen mi padre y sus amigos en un partido amistoso que, aunque dice 1954, debió ser antes, pues el citado año ya vivíamos en Madrid. Recuerdo muy bien que dicho partido fue de los que llevaban gafas (Club Cristal) contra los que no pudimos ganar, y en mi casa estuvo mucho tiempo un cartel grande donde decía “Se ruega al público que no arroje objetos al campo de juego, pero si arroja alguno que sea grande para que los del Club Cristal puedan verlo”. A mí no me gustó mucho el futbol, pues yo creo que el presenciar con pocos añitos la agresión al árbitro Santullano me quitó las ganas de ser bruto. ¡Qué tiempos! Parece que lo estoy viviendo y viendo a mi padre, que era Delegado Gubernativo de Campo, tratando de contener al personal sin éxito, por lo que la Federación lo sancionó con inhabilitación perpetua para dicho cargo. Ya he visto que te nombraron Tomellosero Ausente en la pasada Feria. Yo no pude ir porque en esas fechas siempre estoy de vacaciones por el extranjero, pero está muy bien que se acuerden de nosotros que, a pesar de faltar tantos años de allí (toda una vida) seguimos llevando al pueblo en el corazón. Bueno, muchas gracias otra vez, y recibe un cordial saludo de tu paisano, 42 PÁMPANAS