peña de tomelloso en madrid - Casa de Castilla

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PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID
Publicación anual de la
“Peña de Tomelloso en
Madrid”
Publicación Gratuita
Número 19 +Agosto 2015
Carrañaca
Sumario
Sumario
página
2
Carta de la Presidenta
página
3
Libros
página
4
La 1ª Romería de la V.V. Pablo Avendaño Lara
página
6
Navidad Ramón Serrano
página
6
Asociación Flamenca, Artículos Alejandro Lozano Chinchilla
página
7
Félix Grande, defensor de las libertades
página
8
Lamento por Félix Grande Tomás Perales
página
9
Homenaje a Félix Grande Juan José Losa Benito
página
10
Un Adiós para Félix Grande Dionisio Cañas
página
11
Grande de ti mismo Mª Antonia García de León Álvarez
página
11
A Félix Grande Pablo Avendaño Lara
página
11
Semblanza biográfica de Vicente Olmedo Emma Cueva Quirós
página
12
Junta Directiva (22-06-13)
página
13
Homenaje a la letra Ñ Pablo Avendaño Lara
página
13
Desesperanza Tomás Perales
página
14-15-16
Un paseo por el Espacio Tomás Perales
página
17-18
Paulina y Gumersindo Ana Mª Fernández Rivero
página
19
Premios de Poesía y Pintura 2014
página
20
Del Tomelloso hay una muy buena Hª que contar Carlos Moreno
página
21
Llovió Mª Teresa Lozano
página
22
A Vicente Olmedo Estela Olmedo Salinas
página
22
Memoria 2º Semestre 2013
página
23-24
Soledad Luisa Madrigal Lara
página
25-26
La genialidad de lo auténtico Mª Teresa Lozano
página
27
Gozar el amor de una mujer Pablo Avendaño Lara
página
28
El mundo, una figura herida Antonio Carvajal
página
28
La desesperación del león… Rocío Torres Márquez
página
29
Actividades del año 2014
página
30
Presentación del libro “Historia del Fútbol en Tomelloso V. Olmedo
página
31
Con Tomelloso siempre en el corazón L.L.
página
32
Tomelloso, sacrificio de una ciudad Ángel Bernao
página
33
Presentación de Sonia Emma Cueva Quirós
página
34-35
Pobladores y Fundadores Emma Cueva Quirós
página
36
Pregón Romería/2014, semblanza Mª Teresa Lozano Emma Cueva
página
37
Curriculum Pluvio Coronado
página
38
El inventor y conservador de palabras Emma Cueva Quirós
página
39
Análisis de doña Crisanta Moreno Emma Cueva Quirós
página
40-41
Curriculum Mª Dolores López Serrano
página
42
Carta de agradecimiento a Vicente Olmedo - Lorenzo Navarro
página
42
CARTA DE LA PRESIDENTA
Queridos paisanos:
Hemos pasado un tiempo sin poder
editar
esta
revista,
pero
nos
ha
también
que,
todo
aquello
que
dignifique a nuestro pueblo nos lo
parecido buena idea “morir con las
hagáis saber y llegar.
botas puestas”. Quiero decir con esto
Nosotros
seguiremos
en
la
que seguimos de la misma guisa que
brecha hasta el final, y esto llegará
en años anteriores, es decir, sin blanca
cuando ya no tengamos más recursos
y sin ayudas ni colaboraciones, pero
económicos para invertir en nuestra
nuestros socios y amigos quieren tener
Peña.
noticias
nuestras.
tanto a estos Centros. Como nos
Desde la
Peña
Los jóvenes ya no se acercan
de
Tomelloso
mantenemos de lo que aportamos, no
podemos
actividades
embargo,
os pedimos
desaparición.
por
la
humildad
de
y
más
en Madrid,
esperamos
esta
que
os
agraden las actividades que realizamos
nos
otro
tipo
de
suculentas,
sin
rebelamos
a
su
Pero no todo son calamidades,
disculpas
publicación
realizar
como
podéis
diversidad
comprobar
de
actos
barajamos
donde
la
comunicación y el afecto es evidente y
agradable.
Esperamos
vuestro
para mantener viva la memoria de los
cariño,
siempre.
que vinieron a la capital y fundaron
agradecimiento
esta Asociación.
acompañáis en el camino.
a
los
apoyo
y
Nuestro
que
nos
Nos gustaría mucho que nos
dierais vuestras opiniones e ideas y
Emma Cueva Quirós
PRESIDENTA
PÁMPANAS
3
LIBROS
4
PÁMPANAS
ENTREVISTA
EL PERIÓDICO DEL COMÚN DE LA MANCHA
CUESTIONARIO PARA EMMA CUEVA QUIRÓS
1ª.- ¿Cuál es el equipo con el que llega a la presidencia de la Peña de Tomelloso en Madrid?
Presidenta:
Vicepresidenta Primera:
Secretario General:
Tesorero Interventor:
Vocales:
Delegados:
2ª.- ¿Cuál ha sido su vinculación con este colectivo
asociativo hasta el día de hoy?
Acudí a la Casa de la Mancha (entonces era así) en
el año 1982 y fundé junto a otros tomelloseros el
grupo de teatro “La Barja”. Después estuve varios
años sin tener vínculo alguno, pero hace tres años,
aproximadamente, presentamos mi familia y yo los
libros de mi abuelo, Luis Quirós, en dicha Casa,
retomando el contacto, principalmente con Olga
Alberca y José López Martínez. A raíz de entonces
tomé parte en el grupo de Teatro de la Casa (Grupo
Carlos Lemos) interpretando el papel de Dra.
Einstein en la obra “Arsénico por compasión”. Al
comenzar el nuevo curso me eligieron como
directora del Grupo y este curso hemos puesto en
escena “El bebé furioso” (Manuel Martínez Mediero)
3ª.- ¿Qué sentimientos mueven el espíritu de los
tomelloseros que residen en la capital?
Seguir vinculados a su pueblo, tanto con amigos y
conocidos como con quienes sientan la necesidad de
tener un trozo de sus raíces en Madrid.
En definitiva, saber que Tomelloso sigue creciendo
en cualquier parte.
4ª.- En estos momentos ¿con cuántos socios cuenta la
Peña? ¿Se plantea aumentar el número de asociados,
especialmente entre los tomelloseros más jóvenes?
Con 88 socios. Por supuesto que nos los
planteamos, ese es nuestro deseo, que sea un
centro al que se pueda y se quiera acudir personas
de todas las edades e ideas.
5ª.- ¿Cuáles son los nuevos proyectos e ideas que le
gustaría poder desarrollar al frente de la Peña que
reúne a los tomelloseros en Madrid?
Activar y motivar a los jóvenes para no perder las
tradiciones, pero al mismo tiempo poder ofrecer
actividades interesantes y novedosas: concursos
culturales en general y con un recorrido histórico de
Tomelloso, en particular. Presentaciones de libros,
PÁMPANAS
Dª Emma Cueva Quirós
Dª Olga Alberca Pedroche
D. Ramón González Reyes
Dª Francisca Grande Vázquez
D. Antonio Jiménez Crespo
D. Vicente Olmedo García
Dª Carmen Yáñez Quevedo
D. Fernando de la Cruz Argibay
D. Avelino Roldán de la Torre
D. Alejandro Lara Cobo
D. Fernando de la Cruz Argibay
D. Félix Barbero Alfonso
D. José María Sotillo Vaquerizo
D. Andrés Díaz Aliaga
Pregón de Semana Santa y Romería, concurso de
platos típicos, concursos de poesía, pintura y
narrativa, Excursiones de todo tipo y guiadas,
campeonatos con todo tipo de juegos, desfiles de
modelos, concursos de bailes en general, etc…
6ª.- ¿Considera que la asociación adolece de algo en
la actualidad? Si cree que es así, ¿cómo piensa
mejorar esos aspectos?
Adolece de gente joven que promueva y se interese
por la historia y costumbres de Tomelloso.
Intentamos mejorar esos aspectos realizando
actividades como las indicadas
en la pregunta nº 5. El factor económico influye a la
hora de poder realizar muchas de esas actividades
7ª.- Se acerca la Feria de Tomelloso y la Peña que
usted preside participa muy activamente en la
organización del llamado Día del Ausente. ¿Puede
hacernos una valoración de Indortes Franco Bolós
Jiménez,
el
tomellosero
ausente
que
será
homenajeado este año a petición de su propia Peña?
Esta petición la realizó la anterior junta Directiva,
nosotros la llevaremos a cabo. Hablé hace unos días
con Don Indortes, pero será más completo enviar un
Historial.
8ª.- Finalmente, como tomellosera ¿qué recuerdos
guarda con especial cariño sobre la Feria de
Tomelloso?
Aunque me marché de Tomelloso muy joven,
conservo muchas amistades de la infancia y la
juventud y la Feria siempre fue motivo de alegría y
diversión.
Tanto
niños
como
mayores
la
esperábamos con inquietud, eran días de mucho
movimiento en todos los aspectos, todos teníamos
nuestro espacio.
Sin tener un recuerdo especial, Tomelloso es mi
raíz.
5
COLABORACIONES
LA PRIMERA ROMERÍA DE LA VIRGEN
DE LAS VIÑAS
La primera romería de la Virgen de las Viñas de Tomelloso, la recuerdo perfectamente, y eso
que contaba con sólo tres años y 173 días, casi 3 años y medio. (Aquel año fue bisiesto)
Por
aquella
época,
vivíamos en la calle Claudio
Coello nº 6, fui caminando de la
mano de mi tía, por la calle
Madrid, hasta la esquina con la
calle de Socuéllamos, y nos
quedamos en la esquina, (donde
hoy se encuentra la estación
de autobuses) hacía un día muy
desapacible, con viento y
lluvia intermitente, pero yo
quedé encantado, porque vi
por primera vez en mi vida, un
avión o “rroplano”, como
decían los chicos un poco
mayores que yo, realmente
era una copia no demasiado
exacta de lo que también
solía llamarse un aparato; el tal
“rroplano, parato o vión”,
fue lo que me impactó, y ese es
el recuerdo que me quedó de
aquel 7 de mayo de 1944, hace
ya la friolera de algo más de
70 años.
Ah para que no os quebréis la cabeza pensando en cuando nací, fue el 16 de noviembre de
1940, justo en la calle Santa Amalia nº 8 de Tomelloso, naturalmente.
Un saludo para todos mis paisanos.
Pablo Avendaño Lara.
Alegría, alegría, alegría,
alegría, alegría y placer,
venimos de romería,
por ser la primera vez.
Madrid 22 de octubre de 2014
NAVIDAD 2014
Cuando, hace mucho tiempo, alguien
dijo que los árboles solían no dejarnos ver el
bosque, pienso que se estaba refiriendo, entre
otras cosas, a que los hombres, con gran
desatino, se entretenían en menudencias
insustanciales apartándose del verdadero
meollo de la cuestión. Hoy, y para nuestra
desgracia, sigue siendo de ese modo, pero
además hay quien afirma -y con bastante
razón- que ya apenas quedan árboles, que
prácticamente no hay bosques en el mundo en
que vivimos. Sin embargo, y aun siendo
conscientes de la veracidad de ello, tanto en el
estricto sentido arbóreo como en el de la
inconstancia o insignificancia en el obrar, no
quiere ser este mensaje mío desalentador, sino
un grito de spes autem cogitabant, la voz con la
que expreso mi creencia esperanzada para el
futuro, muy pensada y con un firme
fundamento.
Y, por ello, he de decirte que la panacea
con la que cuenta la humanidad para que la
6
salve de todos los muchísimos males que la
amenazan, son sencilla, pero magníficamente,
los niños. Sí amigo, leíste bien: los niños.
Porque, aun llamándose estos Mohamed para
unos, Leví, Jesús, Abharan, John, Hao, o
Vladimir para otros, ellos serán los que
sabrán, y querrán, sacarnos de todos esos
ingentes apuros en los que nos estamos
metiendo. Para ayudarles, dispongámonos a
facilitarles
su
labor,
y,
sobre
todo
EDUQUÉMOSLES.
Amplia,
intensa,
doctamente; cuanto sepamos, cuanto podamos
y más aún. Siendo así, y así ha de ser,
podremos gritar: Sursum corda, pues al
hacerlo, nos hallaremos henchidos de gozo.
Esa consecución de una educación
universal, con todo lo que conlleva, es la
esperanza y la felicidad que os deseo a ti, y a
los tuyos, en el próximo año.
Ramón Serrano
PÁMPANAS
COLABORACIONES
“De la tierra,
esa música viene de la tierra,
viene de la contienda del asfalto,
del oscuro atropello
de las arterias del planeta.
Viene de la preponderancia del fuego,
del confuso lenguaje de los yacimientos,
del desconsuelo de los minerales.
Esa música es ciega como las raíces
y es terca como las semillas.
Sabe a tierra como la boca de un
cadáver,
viene y es de tierra
redobla a geología.”
Francisca Aguirre
Estimados y flamencos amigos:
Queridos amigos del flamenco:
Me es grato dirigirme a vosotros de nuevo
que sois gentes que cuando escuchan el quejío de
un cante, el picao de una guitarra o el taconeo de
un baile la emoción aflora y no se sabe por qué. Y es
que es difícil de explicar con palabras…
Por ello, como Presidente y con la compañía
de Ortiz y Cantón, nos sentimos orgullosos de poder
volver a realizar el VI Festival de Cante “Posada
Flamenca”, donde las provincias de Córdoba,
Huelva, Cádiz y Sevilla se harán presentes con sus
artífices del flamenco. Todos ellos galardonados en
concursos de ámbito Nacional e Internacional, en
los que han obtenido primeros premios.
De este modo quedáis todos invitados a
revivir de nuevo esta cita con el VI Festival, en el
que habrá momentos en los que el sonido grave del
bordón y las agudezas de la prima, el zapateado de
un buen baile lleno de colorido y embrujo, o la voz
quebrada de un buen cante lleno de sentimiento,
fatiga, furia, injusticia o de quejío, serán capaces de
dar luz y colorear nuestras vidas hasta meterse en
lo más profundo de nuestro corazón y acariciarlo.
Desde estas líneas agradezco a las
Instituciones que han colaborado, tanto a la
Diputación de Ciudad Real, como al Departamento
de Festejos de nuestro Municipio, con Isabel
Hurtado, concejal del Ayuntamiento de Tomelloso y
también toda la buena voluntad y esfuerzo de los
publicitarios ante la ingratitud de nuestros tiempos,
pues entre todos hacemos posible la realización de
este Festival, a todos MUCHAS GRACIAS.
Me dirijo a vosotros para informaros que de nuevo
esta aquí noviembre y que con él llega el VII Festival
del Cante “Posada Flamenca”; Festival que a pesar
de ser ya referente nacional, a bien seguro volverá a
emocionarnos, ilusionarnos y hasta a ponernos los
cabellos de punta volviendo a revivir momentos
inolvidables.
Para ello vamos a contar con la presencia de
grandes profesionales, como Antonio José Mejías y
Luis Heredia, “El Polaco” como cantaores.
La sonanta de Manuel Herrera y el piano de
Laura de los Ángeles con su espectáculo flamenco.
Todos ellos, de gran reconocimiento internacional,
serán los encargados de dar luz y colorido a nuestro
teatro municipal.
Recordando una frase célebre del gran maestro
Antonio Fernández Díaz “Fosforito” el día que le
otorgaron la “llave de Oro del cante flamenco”, en la
cual decía: “a lo único que aspira, en verdad, un
artista es a tener la llave del corazón de todos los
aficionados.
De la misma forma esta Asociación tiene
como objetivo con este Festival llegar al corazón de
todos los que nos acompañéis.
Agradecemos desde la Asociación el gran
esfuerzo que hacen el Departamento de Festejos,
con Isabel Hurtado, concejal al llevar el máximo
peso de este Festival, a la colaboración de la
Diputación de Ciudad Real y a los publicitarios que
con sus donaciones lograrán que entre todos
hagamos que este festival sea una realidad.
Me quiero despedir con este poema donde
se describe que el flamenco es puro sentimiento del
ser humano.
Y decir sólo palabras bonitas
no es cantar flamenco,
el flamenco es contar las penas
por soleares y por seguiriyas,
es salpicar la vida con la sal
de las alegrías y bulerías;
Es traer de la otra orilla
las milongas, colombianas y vidalitas.
Es dolerse por fandangos.
Es piropear por malagueñas.
Es hablar con Dios por saetas.
Es maldecir o maldecirse por carceleras.
Es contar historias por romance.
Es bailar por tangos y lanzar los
PÁMPANAS
brazos al aire para tocar a los dioses.
Es sacar fuerzas en la mar por galeras.
Es acompañarse en la fragua por toná
o golpe de martillo.
Es morirse poco a poco en las profundidades
por taranto, taranta o minera.
Es hacer de un cante dos, como
la granaína y la media granaína.
Es cantar al viento en los cantos de trilla.
Cuento con vuestra asistencia desde el Asociación y
os mando un gran abrazo de Ortiz Cantón y de un
servidor.
Alejandro Lozano Chinchilla
Presidente
7
FÉLIX GRANDE
Comunidad Originaria de Castilla-La Mancha
Entidad Declarada de Utilidad Pública Municipal
CASA CASTILLA-LA MANCHA MADRID
C/Paz nº 4 - 28012 Madrid – Telf. 915227278
DEFENSOR DE LAS LIBERTADES
Nace en Mérida, Badajoz el 4 de febrero de
1937 y muere en Madrid el 30 de enero de
2014. Fue poeta, flamencólogo y crítico,
considerado
uno
de
los
grandes
renovadores de la poesía española de los
años sesenta.
A los dos años de edad llega a Tomelloso,
donde vive hasta los 20. De guitarrista
flamenco pasa a otro instrumento: la
literatura. En 1957 se va a Madrid y en
1961 comienza a trabajar como redactor
en Cuadernos Hispanoamericanos, revista
de la que llega a ser director entre 19831996. También dirigió la revista de arte
Galería (1989) y la colección El Puente
Literario de la editorial Edhasa (19691971. obtuvo su primer premio, el Adonáis
en 1963, por Las piedras. En 1965 gana
su primer galardón de Narrativa, el Premio
Eugenio d’Ors por su novela corta Las
calles, Premio Nacional de Poesía en 1978
por Las rubáiyatas de Horacio Martín.
Como narrador destacan: Doscientos
(1968), Parábolas (1975), Lugar siniestro
este mundo, Caballeros (1980), Fábula
(1991), Decepción (1994), El marido de
Alicia (1995), Sobre el amor y la separación
(1996) y La balada del abuelo Palancas
(2003).
Como flamencólogo escribió García Lorca y
el flamenco (1992), Agenda flamenca
(1987), Memoria del flamenco (1995),
obteniendo
el
Premio
Nacional
de
Flamencología, y Paco de Lucia y Camarón
de la Isla (2000). Fue miembro de número
de la Cátedra de Flamencología y estudios
folclóricos.
8
En 2010, después de un largo silencio,
incorpora el poema La cabellera de la Shoá
y a finales del año siguiente salió Libro de
familia.
Casado con Francisca Aguirre (Premio
Nacional de Poesía) con la que tuvo una
hija, también poeta, Guadalupe Grande.
Sus restos mortales reposan en el
cementerio de Tomelloso.
PREMIOS Y DISTINCIONES
Premio Alcaraván, Premio Guipúzcoa por
Música amenazada, Premio Gabriel Miró,
Casa de las Américas por Blanco
Spirituals, Premio Hidalgo, Premio Nacional
de Flamencología, Premio Barcarola,
Premio Felipe Trigo de Narración corta,
Premio Manuel Alcántara, Mejor Escritor de
Temas Flamencos, Premio Extremadura a
la Creación, Premio Nacional de la Letras
Españolas, Premio Quijote a la Creación
Literaria, Premio Comunicación de la
Cadena Ser, Hijo adoptivo de Santiago de
Chuco,
Miembro
de
la
Academia
Norteamericana de la Lengua Española,
Hijo adoptivo de la ciudad de San Roque,
Medalla de Oro de Castilla- la Mancha,
Miembro de la Real Academia Hispano
Americana, Miembro de número de la Real
Academia de Extremadura de las Artes y
las Letras, Hijo predilecto de Mérida.
Premios de Poesía, Narrativa y Ensayo, lo
que no es posible introducir en este
resumen de su vida.
PÁMPANAS
FÉLIX GRANDE
LAMENTO POR FÉLIX GRANDE
En el momento que cito, me encontraba
escuchando la radio. En realidad no era una
situación excepcional: siempre enciendo la
radio antes que el motor. Circulaba por una
carretera cualquiera a cumplir con la actividad
cotidiana, la que llena la barja que alimenta la
vocación de escribir, porque vivir de la literatura lo consiguen sólo unos pocos buenos y
muchos malos, y yo no estoy con los primeros
y huyo como de la peste de los segundos. Entonces, tras un silencio inquietante, llegó la
noticia… Cuando fui capaz de digerirla lloré en
solitario. En mi llanto había rabia —creo que
siempre la hay en el que llora— porque desaparecía uno de los pocos buenos habiendo
tanto malo de donde elegir. En mi congoja
huérfana había pena, desconsuelo y miedo
porque se había derrumbado uno de los andamios que sostienen las vidas de los más
simples, las vidas que se yerguen con ayuda.
Newton lo proclamó a los cuatro vientos: “he
llegado alto porque iba a lomos de gigantes”
(en referencia a los científicos que le dejaron
su herencia). Yo, solo para mantenerme a ras
del suelo, también necesito auparme a lomos
de gigantes, como Félix. Saber que existen
personas como él, que son de tu raza, que te
arrostras
tras
sus
mismos
deseos
y
aspiraciones, que compartes pluma, aunque
torcida, aseguraba el oxígeno vital. Pero Félix
ya no está y muchos como yo nos quedamos
indefensos de referencia, de norte.
Para la ocasión he buscado palabras para
definirlo y no han aparecido. Quizás no existen
o carece de sentido la búsqueda: Félix Grande
es netamente Félix Grande. Entiendes la necedad de la búsqueda cuando lo mientas: el que
te escucha sabe quién es porque lo ha leído, lo
ha escuchado, lo ha visto. Jamás se me olvidará cómo lo presentó mi padre hace solo unos
años, poco antes de morir, cuando aparecí por
el pueblo un fin de semana: «he estado en casa
de fulano y estaba allí ese muchacho del pelo
blanco que escribe». Las pocas palabras dicen
más que las muchas, pero que con Félix sobraban todas: Su semblante sin edad, el carnet
de identidad en el pelo y la pluma y la voz llevadas en andas en el rostro hablaban de él.
Solo los simples necesitan definición precisa.
Años atrás, el destino propició una sabrosa
anécdota con ellos como protagonistas.
Sucedió en Mérida. Mi padre cumplió el
servicio militar allí. Hartos de que nos contara
sin compasión lo que lo quería su general, o
capitán o lo que fuese, que le daba la merienda
a cambio de trabajos en su casa, mi mujer
organizó un excursión. Fuimos toda la familia.
Al llegar comenzamos a ver los monumentos,
pero eso a él no le interesaba, que ya había
visto muchas piedras en el campo: él quería
ver su cuartel. Nos dirigimos a la zona, pero ni
rastro. Callejeando recordé que Félix había
hecho lo mismo con su familia para mostrarles
la casa donde nació. Ambos hombres tuvieron
que preguntar. Félix sí encontró su nido, pero
mi padre no pudo volver a ver su querido
cuartel porque se había convertido en un Corte
Inglés.
Jamás nos encontramos Félix y yo, jamás
lo busqué porque para mí era suficiente con
saber que existía y que nos unía al menos la
tierra y el amor a las letras. Sí busqué con
ansia sus palabras escritas en las que siempre
encontré la valentía de la denuncia y filones de
motivos en los que hincar el pensamiento.
Nacimos en el mismo barrio, jugamos en
las mismas calles, pero la diferencia de edad
impidió que militásemos en el mismo bando de
felices salvajes que lanzaban piedras a los de
los otros barrios, el juego de entonces, antes
de caer prisioneros en las voraces garras de las
maquinitas de hoy. En muchas ocasiones,
subido en la alfombra voladora que tenemos en
la cabeza cuantos escribimos, he fabricado
imágenes en las que aparecíamos los dos en
pantalón corto, con la misma edad, haciendo
altos en las peleas y desnudando nuestras
almas blancas con deseos a los que no hubiésemos sabido poner nombre, pero que apuntaban a los cielos y la luna. Ambos dejamos el
pueblo con la ilusión de volar, pero con un
sentimiento de traición. Por eso no lo separamos del alma y nos acercamos continuamente
a él con nuestro oficio para devolverle algo de
lo que nos dio.
Ya no está Félix pero sí su herencia como
sombra tan alargada como el Varal que cuelga
de las paredes del Ayuntamiento. Nos ha dejado oficio, nobleza, solidaridad y orgullo de
lugar. Yo ya no digo “soy de Tomelloso”, sino
“soy del pueblo de Félix Grande”.
Tomás Perales 2014
PÁMPANAS
9
FÉLIX GRANDE
En primer lugar quiero agradecer a la Peña de
Tomelloso en Madrid, y en particular a su Presidenta Emma Cueva Quirós, su amable invitación. He
dicho otras veces que una de las mayores satisfacciones de mi vida pública fue conocer personalmente a grandes escritores a los que desde hacía mucho
tiempo había leído y admirado, entre los que se
encuentran mi querido amigo D. José López Martínez, con quien me honra compartir mesa en este
acto y, por supuesto, Félix Grande.
Entre la talla literaria de las personas con las
que comparto mesa uno corre el riesgo de sufrir un
cólico verbal. Por ello, he querido escribir mis palabras y ajustarme en ellas a la modesta perspectiva,
que entiendo algo puede aportar para enriquecer
nuestro recuerdo colectivo, del humilde niño de
Tomelloso que recibe el impacto de una poesía de
tanta calidad como la creada por Félix. Recuerdo
que me acerqué a su obra en mi pubertad, hacia
finales de los años setenta. Yo era niño de lecturas
continuas, candidato a formar parte, con el tiempo,
de ese grupo que, como decía Borges, más podría
presumir de lo leído que de lo escrito. Pero, aun con
esta cualidad, no resultaba natural que a los trece o
catorce años un niño se acercara a la obra de Félix
en lugar de abordar otras lecturas.
Pero el destino nos cruzó, pues quiso que por
aquélla época tuviera algún eco en Tomelloso la
concesión del Premio Nacional de Poesía, que con
justicia lo elevaba al Olimpo de escritores de nuestro pueblo con renombre nacional. Y también quiso
el destino que la curiosidad de un niño al que llegó
la noticia, por ser casualmente su paisano, se despertara interrogándose quién sería ese señor. Y,
claro es, el paso siguiente fue solicitar información
en la misma Biblioteca Municipal de Tomelloso
donde Félix había disfrutado sus lecturas durante
tantas horas. Es decir, preguntar por el hijo pródigo
en su misma casa.
Lo que me encontré fue existencialismo lírico. La
maravillosa combinación de poesía desnuda que
deja, no traslucir, sino galopar, los sentimientos,
inquietudes y desvelos de la vida, con la intensa
búsqueda de la belleza en la palabra. La asombrosa
capacidad de aunar la forma y el dramatismo, de
penetrar en el amor, en el agobio del paso del tiempo, en la soledad, en el horizonte de lo cotidiano,
abrazándolos desde el estilo, desde la pulcritud
poética, en esa simbiosis que sólo los mejores consiguen, cuando fusionan lirismo y vida, “al abrazo
imposible de la Venus de Milo”, como decía Rubén
Darío.
Y todo ello impregnado del mancheguismo que
rezuma por los poros de su obra, en lo ético y en lo
estético. En la manera de clavarse en el terreno sin
perder la distancia canónica, casi bíblica, con la que
el manchego afronta estoico los reveses desgarradores de la vida. Y en la manera de retransmitirnos los
dejes, los modos de expresión de un pueblo, los
códigos con los que un grupo de paisanos exteriorizan sus afanes.
Cuando un tomellosero lee a Félix siente el orgullo de lo cercano. Abre la novela escrita por Palancas III y el pulso se acelera mientras se piensa:
“Ostras, es que este Macondo es mi pueblo”. No con
el patrioterismo estéril de los que gustan de agitar
banderas, sino con el más sosegado, pero no menos
firme, de quienes, sin perder la vocación de universalidad, el valor de la empatía con la humanidad en
su conjunto ante otras consideraciones, no por ello
pierden de vista que solo puede haber un lugar en el
mundo, el pueblo de cada cual, donde uno se encuentra a cada paso con quienes conocen y recuerdan lo que hizo su genealogía, donde se mira a cada
uno con la mochila de su historia familiar colgada al
hombro. Ese paisanaje calmo que no construye
fronteras, sino refuerza el convencimiento de que
también lo cercano puede ser una forma de acercarse a mirar el mundo sin exceptuar a nadie de su
seno, donde es compatible el orgullo de lo propio
con el respeto y aprecio de lo ajeno.
Conforme fui creciendo, muchos de sus poemas,
al releerlos, adquirían otra dimensión, pues ya no
penetraban en los ojos del niño sorprendido por el
impacto de lo bello, sino en los del adulto que se
identificaba en las descripciones de los diferentes
sentimientos que Félix había incorporado a su paleta para pintar sus versos y que, a la vez, la paleta
del tiempo había ido insertando en este lector que
les habla, con el resultado de una diferente emotividad, una nueva comunión con lo que allí estaba
escrito desde antes. Todavía hoy, nuevos sentimientos se van incorporando con cada nueva lectura,
todavía hoy uno siente, por ejemplo, renovar el cariño hacia su amada cuando vuelve a leer:
“porque mi obra eres tú, arcilla pensativa:
mirarte día y noche, mirarte mientras viva;
en ti está mi mirada más vieja y verdadera.”
Después, en el tiempo que participé en la vida
pública, tuve la ocasión de conocer a Félix personalmente, introducido por nuestro común amigo, el
también llorado José María Arcos; incluso tuve ocasión, lo digo con toda modestia, de colaborar para
inducir a las autoridades educativas de aquél momento a tomar la decisión de bautizar con su nombre una escuela de su pueblo. Quién sabe, a lo mejor ello provoca que alguno de los niños que allí
acuden sientan, como yo sentí, la curiosidad de
preguntarse: “¿Quién es este señor que da nombre a
mi colegio?”, y se acerquen a su obra. Me sentiría
muy honrado de haber podido contribuir a que tal
cosa ocurra.
De su persona, los que aquí están os hablarán
mucho mejor que yo, que apenas pude compartir
con él tres o cuatro ocasiones, acercándome además
desde la timidez, casi el rubor, con el que se acerca
un miembro del club de seguidores al artista apreciado. Recuerdo que hablamos de flamenco, no sé si
también de otras cosas, pero de flamenco, seguro.
Bueno, sobre todo hablaba Félix. Para un aficionado
como yo, era una delicia escuchar la hondura de
sus enseñanzas, su conocimiento enciclopédico
sobre el cante.
El mismo caprichoso destino que me acercó a
su obra ha querido que su óbito coincidiera con el
del gran guitarrista y renovador de la música española. Si existe el cielo en un formato semejante al
que habitualmente nos imaginamos, puede que
Félix esté declamando en estas horas:
“Escucho la guitarra de Paco de Lucía.
La música me araña los huesos de la edad.
Lejanamente todo mi pasado se enfría.
Una gotera insiste entre la soledad.”
Juan José Losa Benito
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PÁMPANAS
FÉLIX GRANDE
Un adiós para Félix Grande
A Félix Grande Lara
¿Quién duerme en lo dormido?
¿Quién se oculta en la tierra
cuando el invierno azota los viñedos?
Las cepas no están secas
sino que entre sus raíces
guardan su propia primavera.
Así el poeta, se esconde en sus palabras,
dormidas, como la savia en el árbol,
esperando la vida que les llega
de unos labios al leerlas.
Ha muerto un hombre, un
poeta,
Qué tristes quedan sus musas
para él no valen excusas
ganó la gloria completa.
Dionisio Cañas, 31 de enero, 2014
Fue músico y flamencólogo,
escritor y novelista,
la muerte protagonista,
nos vino a poner su epilogo.
************
María Antonia García de León Álvarez
Gran poeta y escritor
¡Ábranse puertas del cielo!
hagan sonar los clarines,
y que salgan querubines,
acompañando su duelo.
Tomelloso está de luto,
y toda España está igual,
él fue un poeta genial,
a quien hoy rindo tributo.
Pablo Avendaño Lara
Grande de ti mismo
Un físico imponente,
de patricio romano ennoblecido,
de guitarrista flamenco malogrado,
de pastor de ovejas para siempre.
¡Grande de ti mismo¡
Sobrado en tragedia y adjetivos,
haces sonar el oro de tu arrojo
entre las cien almas que llevas dentro.
Escueto como un flamenco enlutado,
con el traje a rayas de los Domingos
y una vara de Camborio entre las manos:
-Vengo a pedirle la mano de su hijahas dicho hoy por última vez.
Con orgullo, elegiste ser
desdichado y poeta,
arte y majestad.
Nunca Natura engaña.
Allí está el ágora donde se aprenden
los fastos de la niñez,
entre la melancolía de las cosas finitas
y la rotación tozuda de las estaciones.
¡Ah, quien fuera contigo Pastora Marcela en el Territorio Mancha!
PÁMPANAS
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VICENTE OLMEDO GARCÍA, Biografía
Nació en Tomelloso (Ciudad Real) en enero de
1933, en la calle del Rosario, 9. Sus padres, Martín
Olmedo Armero y Pascuala García Arias, también de
Tomelloso, eran muy buena gente. El padre era
viñero y Vicente tuvo que seguir el mismo camino
por las necesidades de la época, así que con 12 años
ya estaba arando
en las viñas.
En el mismo
mes que cumplía
16 años, enero
de 1949, entra a
trabajar en la
farmacia de D.
Luís
Martínez
Acebal
(más
conocida como la
de
Dª
Luisa)
como mancebo,
permaneciendo
allí cuatro años.
También
en
enero de 1953
ingresó
como
voluntario en el
Servicio Militar
en la Agrupación
de
tropas de
Farmacia de Madrid. De los tres años que estuvo en
la mili, dos los pasó en la Farmacia Militar nº 3,
despachando en una ventanilla y por las noches
aprovechaba para hacer las fórmulas magistrales
que quedaban pendientes del día anterior. En enero
de 1956, una vez licenciado del Servicio Militar,
entró a trabajar en la “Comercial Guillén”, Centro de
especialidades farmacéuticas, en la C/ Alberto Aguilera, 17 de Madrid. De nuevo en enero de 1958, su
teniente farmacéutico, D. Manuel Ibáñez de la Cadinière (persona cariñosa y buena para Vicente, con
quién pasó gran parte de la Mili) le notificó que su
padre estaba a punto de abrir una Farmacia que
traspasó antes de su inauguración a una farmacéutica de origen alemán (gente buena también a los
que Vicente siempre tendrá en el recuerdo) y le propusieron estar al frente de dicha Farmacia, en la C/
Felipe IV, como auxiliar hasta diciembre de 1961,
año en que volvieron a traspasarla.
Vuelve enero, esta vez de 1962, cuando entra a
trabajar en la Cooperativa Farmacéutica Española
“Cofares”, donde permaneció como dependiente
hasta su jubilación, en enero de 1993, con una
antigüedad de 31 años en la Empresa. Ya entonces,
Vicente tenía, 60 años.
Lleva “Ausente de Tomelloso” 31 años, de los
cuales ni un solo día dejó de acordarse de su pueblo, al que lleva dentro de lo más profundo de su
corazón.
Como se puede comprobar tuvo poco tiempo
para dedicarle a los estudios que hoy día son obligatorios, pero su aprendizaje lo obtuvo detrás de un
mostrador y en la calle, viviendo.
En noviembre de 1964 fue padre por tercera vez
y, aunque trabajaba en una gran Empresa, los
12
sueldos de aquel entonces estaban por los suelos,
por tanto todos los meses solía hacer tres o cuatro
guardias, que estaban bien pagadas y le ayudaban a
terminar mejor el mes. Por el mismo motivo, fue
pluriempleado durante años en las Farmacias que
tenía su Empresa, aprovechando los tres turnos de
trabajo.
Nunca tuvo problemas o quejas de cara al público, con la elaboración de fórmulas magistrales o
en las guardias nocturnas.
La calle y el trabajo fueron su escuela, pero las
formas, el comportamiento, el saber estar, el respeto, la honradez y la educación la aprendió de sus
padres.
Supongo que es mera casualidad que casi toda
su vida arranque en enero, pero la presentación de
su libro “Historia del Fútbol en Tomelloso” tuvo
lugar en la Peña de Tomelloso en Madrid, en enero
de 2013. Este volumen es una recopilación de datos
futbolísticos tomelloseros, desde 1918 hasta la década de los años 70. Tiene innumerables datos de
fichajes, jugadores, partidos y todo aquello que entraña la historia del fútbol en su pueblo. Vicente
Olmedo posee una memoria prodigiosa y ha dedicado el tiempo libre a esta amada afición, simplemente
por cariño y recuerdo.
Es un hombre que no presume de nada y su
característica principal es la timidez, pero cuando
pulsas el botón de los datos inicia, con absoluto
detalle, todo lo acontecido en la fecha, lugar o cualquier cosa que se le pregunte con respecto al Fútbol
de su pueblo.
Es sencillo y trabajador, suele mantenerse en
segunda fila y no se cree merecedor de este homenaje por no tener en su haber ningún Título, sin
embargo, lo que ha hecho grande a Tomelloso es su
gente laboriosa y en nuestra Peña consideramos que
la gente de bien, trabajadora, honesta y sin respaldo
económico, es la que especialmente merece nuestro
respeto y admiración.
Sin
estudios, con la
única Escuela
de la Vida, nos
ha
regalado
una visión de la
historia
de
Tomelloso
a
través del deporte, algo a lo
que
Nelson
Mandela recurrió para unir a
sus gentes. Vicente Olmedo ha conseguido que todos nos interesemos por repasar aquellos tiempos,
buscar en las páginas a algún conocido, recordar
los años de éxito y de juego, cuando el pueblo se
vestía de Fiesta para acudir al partido.
Emma Cueva Quirós
Presidenta de la Peña de Tomelloso
en Madrid
PÁMPANAS
JUNTA DIRECTIVA - COLABORACIONES
JUNTA DIRECTIVA DE LA PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID, ELEGIDA EN
LA ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA CELEBRADA EL 22 DE JUNIO 2013
PRESIDENTE…………………………....Dª Emma Cueva Quirós
VICEPRESIDENTE 1ª………………….Dª Olga Alberca Pedroche
VICEPRESIDENTE 2º………………….vacante
SECRETARIO GENERAL….…………..D Ramón González Reyes
VICESECRETARIO …………………… vacante
TESORERA -INTERVENTORA………..Dª Francisca Grande Vázquez
VOCALES:
D. Fernando de la Cruz Argibay
D. Vicente Olmedo García
Dª Carmen Yáñez Quevedo
D. Antonio Jiménez Crespo
D. Avelino Roldán de la Torre
D. Alejandro Lara Cobo
DELEGADOS: D. Félix Barbero Alfonso
D. José María Sotillo Vaquerizo
D. Andrés Díaz Aliaga
A lo largo del ejercicio 2013 renuncian a su cargo el vocal: D. Alejandro Lara Cobo, y los delegados:
D. Félix Barbero Alfonso, D. José María Sotillo Vaquerizo y D. Andrés Díaz Aliaga.
Homenaje a la LETRA Ñ
Una letra con peineta
la letra que más descuella
es alegre y pizpireta.
¡Qué orgullo siento por ella!
El gallego en su morriña
por el valle y las montañas
sueña con su rapaciña
y en tomarse un par de cañas.
Amo a mi querida España
también a los españoles
un cariño que no empaña
el llenarme de arreboles.
Hay tantas cosas con eñe,
de contar no pararía.
Y por mucho que me empeñe
jamás todas las diría
Debo homenaje rendirte
eñe que todo mereces
por eso debo decirte
que me haces feliz con creces.
Pues quitarla no se puede
la actividad literaria
¡puñetas!, ni cuando llueve
que la eñe es muy necesaria.
Eñe que está en nuestra enseña
no es enseña de enseñanza
ni es eñe de pedigüeña
es orgullo y esperanza.
De la riojana Logroño
y de Écija siete niños
y yo que estoy hasta el moño*
aquí os dejo mis cariños.
Se encuentra por todas partes
en las fiestas navideñas
teniendo por estandartes
celebrarlo con las peñas.
Se ha quedado en el tintero
algo por no recordado
pero ahora decir quiero
que este cuento se ha acabado.
Disfruta del nuevo año
un maño de Zaragoza
un político en su escaño
y un extremeño y su moza
*(Perdón es que a veces no funciona la C)
PÁMPANAS
Pablo Avendaño Lara
13
COLABORACIONES
DESESPERANZA
Rozando el mediodía, el silencio anunció que la
semana laboral había alcanzado prematuramente el
ocaso. Los teléfonos enmudecieron y el fax
interrumpió su función de paloma mensajera.
Desde que florecía la primavera hasta bien
entrado el otoño, todos los viernes se producía la
misma situación: los ciudadanos se olvidaban de
aquella empresa de servicios. Hasta su gerente
acababa de salir “a unos asuntos”, que los tres
empleados, buenos conocedores de sus costumbres,
situaron en alguna de las carreteras de salida de la
gran ciudad. Si no eran de vida o muerte, las
familias decidían aplazar las soluciones a sus
quebrantos hasta el retorno del éxodo al campo, a
la sierra, al río, a la visita a los familiares del
mundo rural que abandonaron; cuándo hubiesen
recuperado el aliento perdido y los pequeños
contemplado —en ocasiones con pesar por haberles
separado de sus máquinas informáticas— la vida
animal y vegetal negada en su vida urbana.
Rogelio comenzó a moverse inquieto; la
inactividad hacía añicos su habitual equilibrio.
Abrió el cajón central de su mesa de trabajo con el
firme propósito de sumergirse en su ocio favorito, al
que dedicaba todas sus horas de libertad, pero
desistió y lo cerró apesadumbrado al recordar que
esa actitud, practicada en solitario, era recibida con
gestos de contrariedad, cuando no de intolerancia,
por sus dos compañeros de oficina. Atendiendo una
orden de su mente, que demandaba angustiada un
medio más discreto y común de ocupar su tiempo
de brazos cruzados, exploró su entorno inmediato
implorando ayuda. Al momento, su mirada sin
rumbo se posó en el también desocupado
ordenador, su fiel compañero de trabajo. Contempló
con desánimo la pequeña y estilizada pantalla y
convino consigo mismo que ni necesitaba ni le
interesaban sus servicios. Decidió apagar el equipo
para ahorrar energía eléctrica y seguir buscando la
manera de distraer la espera. Pero, de pronto, un
impulso inconsciente llevó el dedo índice de su
mano derecha a posarse sobre la tecla de acceso a
Internet. Al instante, la pantalla lo saludó con un
torrente de colores.
No buscaba nada en la red. Contemplaba el
contenido de la pantalla sin apenas ver, sin asomo
de interés, como parte de un tiempo vacuo. Sin
embargo, la aparición relampagueante de unas
palabras con caracteres de colores llamativos y en
movimiento, un viejo truco para atrapar miradas
distraídas, surtió el efecto esperado: les prestó
atención para combatir el aburrimiento. Con
lentitud,
deseando
que
las
cuatro
líneas
consumieran buena parte del tiempo hasta
completar la jornada, comenzó a leer, casi a
deletrear, con completa indiferencia. Pero cuando
acabó, una luz, ahora emanada de su interior, le
puso en alerta. Sabiéndose dueño del tiempo volvió
a leer, ahora con atención. Entonces, conforme iba
digiriendo el mensaje, sus ojos, negros y
escondidos, comenzaron a mostrar los síntomas del
terror.
14
Su cabello se electrizó al instante y su espalda se
estrelló contra el respaldo de su asiento hasta
arquearse peligrosamente. Se agitaba como si
desease sacudirse el polvo del camino, intentando
recuperarse del sobresalto. «No puede ser cierto» —
musitó
con
palabras
casi
audibles.
Leyó
nuevamente, sospechando encontrarse bajo el
influjo de una alucinación alentada por el hastío.
Pero no: aquella noticia desafiante podía ser
entendida por cualquiera. Cerró los ojos y refugió su
rostro entre las manos hasta que estalló en un
arrebato de ira golpeó fuertemente la mesa con sus
puños y profirió un grito que quebró el placentero
bienestar de sus compañeros: «¡Miserables, ya lo
habéis conseguido, os maldigo!». Saltó de su asiento
como las ardillas, tomó al vuelo su americana y
apenas pudo balbucir una breve respuesta a la
pregunta de sus asombrados correligionarios: «A
comprobar si es verdad que esas almas de hielo han
conseguido consumar su amenaza». Las siguientes
preguntas: ¿«quiénes son y a qué amenazas te
refieres?», quedaron en el aire: el contable descendía
velozmente las escaleras que le llevaban al garaje, a
su coche.
Su destino era un pequeño establecimiento
comercial de la capital en el que se dejaba cada mes
una buena parte de su sueldo. El dueño —
confiaba— le aclararía el alcance de la huracanada
noticia. Hacía tiempo que se oía, pero él jamás le
dio crédito, calificándola siempre de rumores
infundados, humo de ociosos, sed de los
denominados “nativos digitales”, los nacidos junto a
un ordenador en lugar de en una cuna. La
recuperación de su equilibrio mental dependía de
su proveedor y amigo, de que le confirmara que se
trataba de otro rumor.
El intenso tráfico aceleraba su nerviosismo.
Puso la radio, recorrió el dial, pero ninguna emisora
se ocupaba de esa noticia tan importante que,
según él, marcaba el final de una era que comenzó
muchos siglos atrás. Volvía una y otra vez a mover
el dial, aguzando más y más el oído, pero nada;
economía, política, deportes, amenidades y silencio
sobre lo que él ya comenzaba a definir de
“hecatombe”.
Al cabo de un tiempo que le pareció una
eternidad, aparcó en las inmediaciones del
establecimiento, descendió del vehículo como
perseguido por las llamas y alcanzó su destino. Tras
su puerta estaba la verdad. Pero cuando alzó la
vista se encontró frente a un nuevo contratiempo: el
cierre metálico del establecimiento estaba bajado.
Otra electrizante sacudida recorrió su cuerpo.
«Entonces la noticia es cierta —se dijo aterrado—:
Florentino ha cerrado su tienda porque se le ha
acabado el negocio». Cabizbajo, apesadumbrado,
sumergido en las tinieblas, giró sobre sus pasos
decidido a alcanzar el coche y alejarse. Pero una voz
desconocida, desde un balcón de la tercera planta,
lo detuvo en seco:
—¡Se ha muerto su suegro!
—¿Qué?
PÁMPANAS
COLABORACIONES
—Que anoche se murió su suegro, y seguramente
Florentino estará en el entierro o consolando a
Rosa, su mujer.
Silencio. Se imponía pensar en qué hacer, y se
le ocurrió la siguiente jugada, que resultó fallida:
—¿Tiene usted el teléfono de su casa?
—No —respondió el vecino, acompañando sus
palabras con gestos de negación.
Se despidió con un confuso movimiento de
cabeza.
La noticia creó en él dos sentimientos
encontrados: aunque no conocía al fallecido, la
muerte de un ser humano le entristecía, pero
también se alegraba por lo que suponía de
esperanza favorable a su pesadumbre. Su ánimo la
acusó. «Aún no está todo perdido, tengo que pensar
en el siguiente movimiento», se dijo como inicio de
un largo soliloquio. Y se sentó, con la cabeza gacha,
en un banco de la calle.
El cielo se había encapotado cuando decidió
ponerse nuevamente en camino. Elevó los ojos al
horizonte, se incorporó y se dirigió a la boca del
Metro, la que tomaba tantas veces después de
recoger su encargo de la tienda. Rogelio desconocía
la existencia de otros establecimientos como el de
su amigo, que no cerraba sus puertas al mediodía
—eran casi las tres de la tarde—, excepto los
puestos callejeros, de permanencia casi perpetua.
Pero se encontraban en el centro histórico de la
ciudad, a una considerable distancia de su posición,
en el mismo corazón de un intrincado laberinto de
calles, callejuelas y pasadizos. La nueva situación
aconsejaba a voz en grito prescindir del coche. «Allí,
en aquel paraíso, hay muchos puestos de venta»,
convino mientras descendía por la granítica escalera
del transporte subterráneo.
Se encontraba con pocos viajeros. Aquella hora
invitaba a otras actividades, como la comida, de la
que él estaba prescindiendo sin que su estómago
protestase. En realidad, su mente le demandaba
respuesta “al atropello, a la canallada”, no alimento.
En una de las estaciones de su recorrido se
incorporó una joven de unos veinte años. Tomó
asiento en uno de los muchos que se encontraban
vacíos y extrajo de su bolso un libro y se dispuso,
resuelta, a su lectura desde donde marcaba un
puntiagudo separador.
Rogelio, que la observaba, sintió temor por ella:
«¿Estará infringiendo la ley sin saberlo?». Pero
desechó al momento la idea de ponerle al corriente
de la nueva disposición gubernamental para
continuar repasando mentalmente las preguntas
que debía formular y cómo reaccionar en el
supuesto de que aquella desastrosa noticia se
confirmase. ¿Apelar a la justicia internacional por
un claro atropello de los Derechos Humanos? Lo
pensaría después; el momento exigía conocer el
alcance de la noticia.
Veinte minutos más tarde alcanzó la estación
deseada. Descendió del tren y se encaminó a la
salida. La verdad estaba a sólo unos pasos, que él
conocía bien: caminar por un sinuoso paseo
arbolado, cruzar una calle de anchura mediana y ya
tendría ante sus ojos un buen montón de
PÁMPANAS
vendedores, todos con su producto expuesto con
delicadeza casi femenina sobre sus desgastados
cajones de madera y separadores de cartón. Él sabía
que aquellos vendedores, que se resistían a
abandonar hasta los guardapolvos de antaño,
tenían mucho oficio, que lo sabían todo. Allí, entre
ellos, finalizaría su calvario o daría comienzo otro,
pero la incertidumbre, la peor de las dolencias del
alma, volaría por los aires.
Sin embargo, la
contrariedad lo perseguía aquel viernes: al ascender
a la calle a paso ligero, observó consternado que
llovía torrencialmente.
Asoció el aguacero con los nubarrones que
avistó desde la puerta del establecimiento de su
amigo, pero la impaciencia le impidió tomar el
paraguas del maletero de su coche. También
recordó las palabras que le dirigió su mujer cuando
apuraba el último sorbo de café: «No olvides el
paraguas, que la radio ha advertido de lluvias
intensas». Tomó un paraguas, sí, pero ahora
reposaba en el lecho de metal de su coche, sin poder
ejercer su función protectora frente al plañidero
cielo.
De nuevo, ante él, la tarea de pararse a pensar
en el modo de vadear la situación.
El cielo
anunciaba con su color gris, tendente por
momentos al negro intenso, que no tenía intención
de cesar su descarga acuosa sobre la ciudad,
sumiéndola en el caos circulatorio y, a él, en la
desazón, en la desesperanza. «Si tuviese un
paraguas, saldría aunque me calara hasta las
rodillas», se lamentaba. Pero no lo tenía. Las cortas
palabras de lamento comenzaron a retumbar
obstinadamente en su cabeza: «Si tuviese un
paraguas, si tuviese un paraguas, si...». «Ya tengo
la solución —se dijo con una tímida esperanza en
verla cumplida—: le compraré el suyo, por lo que
pida, a cualquier viajero que pueda esperar a que
cese la lluvia». Tras una rápida inspección
seleccionó al primero:
—Perdóneme, caballero, por favor, ¿me vende
usted su paraguas, porque tengo que…?
—Grosero, mal educado.
Y murmurando, el desconocido viajero se perdió
por los laberintos de la estación subterránea, sin
duda temiendo encontrarse ante un loco digno de
una camisa de fuerza.
El plan necesitaba maduración; no podía
asaltar sin más a los viajeros con una pregunta tan
insólita que llevaba a la desconfianza, a la
necesidad de huir o de pedir ayuda. Refugió su
cansado rostro entre sus manos —una actitud muy
habitual en él— y se predispuso a elaborar su
estrategia. Esperó a que su ánimo se sosegara y
actuar: “la elección de víctima es fundamental”.
Elegida cuidadosamente la que consideró más
favorable a sus intereses, armado de valor se puso
en movimiento, comenzando con una amplia
sonrisa para inspirar confianza:
—Buenas tardes, señorita, dispénseme, pero tengo
urgencia de salir a la calle y he pensado que...
—Perdone usted por Dios, buen hombre, pero no
llevo dinero suelto.
15
COLABORACIONES
Y desapareció con la velocidad que le permitían
los elevados tacones de sus zapatos por un angosto
pasillo que llevaba a un cambio de línea.
Como un sonámbulo, extendió sus manos al
horizonte mientras clamaba abatido: «Se ha perdido
la solidaridad humana. ¡Yo sólo pido que me vendan
un paraguas, un estúpido paraguas para salir a la
calle!». Tras su desesperado lamento se sumió en el
silencio. Pero entonces creyó oír una voz dirigida a
él. ¿Una broma caprichosa y cruel de su mente, una
alucinación, el aviso de que había entrado en la
senda de la locura? No. Giró la cabeza en la
dirección de aquellas palabras, que no había
entendido por su lastimoso estado emocional, y
advirtió que se dirigía a él un hombre de casi su
misma edad. Y avanzaba a buen paso:
—Oiga, le he oído decir que quiere un paraguas.
—Sí —dijo Rogelio con un hilo de voz, sin atreverse
a pronunciar otras palabras por temor a ahuyentar
a aquel misterioso viajero.
—Pues ya tiene resuelto su problema, amigo.
—¿Qué... qué quiere decir? —dijo Rogelio
completamente aturdido y sin levantar los ojos del
suelo.
—Es muy simple de entender —aclaró, entre
sonrisas casi burlonas, el viajero subterráneo, cuyo
aspecto aventuraba procedencia caribeña—: yo
estoy aquí para vender paraguas y usted para
comprar; elija entre los modelos que tengo sobre el
brazo.
—¿Usted vende... paraguas? —acertó a decir con
dificultad, aún con la duda asentada en el rostro.
—Pues sí. ¡No entiendo su asombro, amigo! En
invierno vendo castañas, en verano…
—Vale, vale, deme uno.
—¿Cuál?
—El que usted prefiera, ¡Pero deme uno de una vez!
—¿No quiere saber el precio, porque algunos
viajeros…?
—¡No!
Abandonó la estación con su paraguas violeta
de cinco euros. Lo extendió con firmeza y comenzó a
caminar bajo un aguacero que sólo podía ser debido
a las súplicas de la tierra sedienta. Los borbotones
del suelo le alcanzaban las piernas. Pero él no era
consciente de esa situación, cuyas consecuencias
pagaría al retornar a su hogar en forma de
reprimenda de su mujer, que no compartía sus
gustos. Lo hacía trotando bajo los madroños del
paseo antesala de su destino, hasta que dio con la
ansiada calle de los vendedores ambulantes. Sintió
en su cuerpo un soplo de aire fresco al advertir que
sus servidores se mantenían firmen en sus puestos
cual estatuas. Aún mejor: como los militares ante
sus garitas de guardia. También advirtió, aliviado,
que su valiosa mercancía estaba a buen recaudo.
Bajo unas lonas protectoras de las imprevisibles
reacciones de la naturaleza se encontraba el
purgatorio de los títulos malos, los inútiles, y los
rebeldes por devoción. Aquella gente tenía oficio, se
las sabía todas. «Esta gente no puede desaparecer
por el capricho de unos pocos» —refraneó ufano,
orgulloso de su pensamiento—. Su mente revoltosa
le ofrecía imágenes de su héroe, aquel alemán que
antes de su gran revolución fue orfebre, entre otros
oficios, de los que siempre salía escaldado
económicamente. Pero las apartaba para que nada
obstaculizara su camino.
Dos de los vendedores, los más próximos al lugar
en el que se encontraba Rogelio, notaron su
presencia y abrigaron esperanzas en fortalecer su
maltrecho negocio:
—Aquel que corre como si lo estuviesen
persiguiendo los inspectores de Hacienda, viene
derecho a comprar —dijo uno.
Buena falta nos hace —apostilló el otro—; hoy sólo
he vendido cinco, y de los de precio más bajo.
Pero su breve parlamento quedó interrumpido
por la escena que estaba a punto de desarrollarse
ante los ojos de los vendedores de libros usados:
— ¡Cuidado, no cruce la calle! —le gritó a Rogelio
uno de los libreros, haciendo al mismo tiempo
gestos de aviso con las manos.
El mensaje no alcanzó su destino. Un coche de
gran cilindrada se precipitó sobre el contable y lo
arrolló. Su cuerpo quedó tendido en mitad de la
calzada. La persistente lluvia había impedido que
peatón y conductor cruzasen sus miradas. Al
amante de los libros en papel le había sido
arrebatada la vida.
—¡Pobre hombre! —dijo apesadumbrado el primer
librero.
—¡No somos nadie! —replicó el otro.
Cuando la ambulancia se lo llevaba con su
ulular de muerte y sus centelleos de verbena, el
primer librero le preguntó a su colega y amigo:
— ¿Sabes lo de ésta mañana?
—No, ¿qué ha sucedido?
—Un “hacker” o internauta o pirata informático,
que no sé cómo se llaman esos fanáticos de los
ordenadores, ha introducido en Internet una noticia
falsa diciendo que los gobiernos de todo el mundo
habían decidido prohibir desde hoy la venta de
libros en formato papel, pasando a ocupar su lugar
los digitales.
—Lo que nos faltaba, con lo mal que está el
negocio. ¿Y cómo se ha resuelto?
—Como era de esperar: al pájaro lo ha detenido la
Policía a los pocos minutos y eliminado su macabro
mensaje.
—No cantes victoria, que en cualquier momento nos
dan la patada por anticuados e inútiles.
—Eso mismo pienso yo —dijo el primero, mientras
comenzaba a caminar hacia su puesto de viejo
librero de viejo.
Tomás Perales
16
PÁMPANAS
COLABORACIONES
PREMIO”FÉLIX GRANDE 2008”
UN PASEO POR EL ESPACIO
─¡Es mi pueblo, es mi pueblo!
─Vamos, ¡pon atención de una vez en la misión
para que podamos regresar, que aquí hace
mucho frío!
─Pero... ¡es que se ve mi pueblo! Mirad, a la
derecha de esa cadena de lagos se divisa un
punto verde, justo en el centro de la extensión
marrón. Allí están las pocas viñas que quedan
en mi tierra; en otro tiempo todo era verde.
Pertenecen a los llamados tradicionalistas, los
que insisten en vivir cómo en los tiempos en
que mi pueblo era el mayor manantial de vino
jamás conocido.
Sus dos compañeros de misión Vladimir
TroKponoff, de Kazakistan, y Olov Viking, de
Noruega, todos pertenecientes a la Unión
Europea de los 187 Estados, se miraron con
complicidad. Su comunicación no verbal se
podía traducir fácilmente como «Ya está éste
otra vez con sus tonterías».
En el año 2047, “Vinos el Bombo”, de
Tomelloso, pidió apoyo a sus empresas
homólogas en el campo de la investigación
vitivinícola y alimentaria, “Triperos Asociados”,
de Argamasilla, y la “Compañía Delicias de las
Bodas de Camacho”, de la Ossa, para su
proyecto estrella: “El crecimiento en el espacio
de vides rociadas de silicio”, cuyos primeros
resultados de laboratorio abrigaban la
esperanza de multiplicar por mil la cosecha y
proporcionar el excelente vino de siempre «con
el que poder atender la demanda», decían con
ardor guerrero gran parte de sus gestores.
Otros dirigentes, sin embargo, dudaban
seriamente del resultado económico al
considerar que sería muy costoso llevar a los
vendimiadores hasta la nave recolectora “tan
cerca de las estrellas”, decían. Pero eran
mayoría los vanguardistas, y en una votación
fue aprobada la presentación del proyecto al
Ministerio de Innovación Tecnológica Agrícola.
« ¿Cuándo hemos dejado los tomelloseros de
ser mu lanzaos? », dijeron los vanguardistas
con
mal
disimulada
satisfacción,
ya
relamiéndose
por el rotundo éxito que
ofrecería su proyecto, fruto de la habilidad de
sus científicos, «sobre todo el mundo vinícola
terrestre».
Para materializar el proyecto contaban con
Olegario, eterno aspirante a astronauta, que
llevaba preparándose desde la adolescencia. «
Lo mío es el espacio», decía con orgullo a
propios y ajenos.
PÁMPANAS
Era un hombre con amplios conocimientos
de la mecánica celeste. Los adquirió a lo largo
de los años con el telescopio que fabricó con
sus
propias
manos
siguiendo
los
procedimientos de su admirado Galileo. Y,
además, contaba con probadas destrezas y
aptitudes físicas mediante el constante
entrenamiento en condiciones de máxima
ingravidez en las tenebrosas profundidades de
las
lagunas
de
Ruidera.
Su
único
inconveniente, que inquietaba sobremanera a
algunos de los dirigentes vanguardistas de
“Vinos el Bombo”, era su apego extremo a las
tradiciones de su pueblo, un contrasentido, sin
duda, en un hombre de ciencia y tecnología. Y
se cumplió ese temor en la primera
oportunidad.
Cuando
su
empresa
patrocinadora fue elegida para llevar a cabo
el experimento vitivinícola, se presentó en la
base de lanzamiento de Petrosnikova, en un
llano de los Urales, con su inseparable boina,
su barja a la antigua usanza, y dos macetas de
cerámica hechas por su querido abuelo
conteniendo las delicadas plantas dopadas con
silicio conseguidas con tanto esfuerzo y
paciencia por los científicos.
A León Potofok, jefe supremo de la base de
lanzamiento, le fue más difícil de lo que
imaginó al verlo traspasar el umbral de su
despacho conseguir que Olegario entendiera
que no era posible llevar puesta la boina por
no caber en el casco espacial, mi tampoco la
barja, que se resistía a soltar diciendo que
llevaba el hato preparado amorosamente por
su mujer, Anastasia. “La comida en la nave
espacial no tiene nada que envidiar a la que
tomamos aquí en la Tierra”, le dijo el
uniformado mandamás, pero el perspicaz
Olegario creyó ver un asomo de sonrisa en su
rostro y se preparaba para lo peor. A él, a
Olegario, el astronauta más popular de La
Mancha, no se la daba, fácilmente, con queso
un ruso, por mucho que su pecho estuviese
cubierto de medallas.
El mundo del vino comenzó a verse en
peligro en aquellos pueblos tradicionalmente
vitivinícolas ya desde el primer cuarto del siglo
XXI. «Padre, yo no quiero ser viñero, quiero
trabajar en el pueblo o en la ciudad, que para
eso he estudiado informática», era la respuesta
casi unánime de los adolescentes cuando
tenían que incorporarse al mundo laboral. Y
aquello empezó a tener su repercusión
17
COLABORACIONES
económica; las bodegas ya no podían atender
los pedidos de sus afamados caldos, con el
trabajo que había costado llegar a aquella
situación de prestigio internacional
del
producto de sus viñas. Bancos, agencias de
gestión y talleres de manufacturados de la más
diversa índole, eran el destino preferido de los
jóvenes.
Las
viñas,
que
mantuvieron
económicamente a sus ancestros, quedaban
abandonadas. Sólo un puñado de agricultores,
tachados despectivamente, de
románticos”,
prosiguió el trabajo de sus mayores. Ante tan
lamentable situación, algunos grupos de
bodegueros
decidieron
asociarse
con
laboratorios de investigación en química
orgánica
para
intentar
conseguir
por
procedimientos artificiales la producción que
la tierra no les daba. Pero el caldo obtenido no
satisfacía
las
exigencias
de
calidad.
Necesitaban uvas de verdad y pensaron que
podrían conseguirlas mediante crecimiento
acelerado en el espacio abierto, lejos de la
fuerte contaminada atmósfera regalo de los
vehículos. Al cabo de sólo algunos años de
búsqueda, “Vinos el Bombo” se adelantaba a
sus competidoras, que necesitaban lo mismo
que ella, con un proyecto listo para someter a
experimentación. Olegario llevaría las plantas
con silicio al espacio exterior para ver el
resultado, que prometía tanto como los
políticos.
El vuelo espacial no revistió ningún temor
en el astronauta aficionado: él ya estaba
acostumbrado a auparse a lomos de cualquier
animal, manso o bravo. Cuando aumentó la
presión como consecuencia del despegue y en
el rostro de sus compañeros se dibujó el
miedo, él sólo sintió un gran vacío en el
estómago. «Espero que el comandante no me
haya engañado en lo de la comida a bordo de
la nave», pensó con cierta preocupación.
Cuando la nave alcanzó su posición, a
aproximadamente cuatrocientos kilómetros de
la Tierra, los tres tripulantes pudieron
desprenderse de los correajes. Olegario observó
con deleite el planeta azul sobre el que
orbitaban. Al cabo de un momento reconoció la
silueta de la península y se dispuso a esperar
pacientemente hasta que se situó sobre La
Mancha, y al poco exclamó: «Es mi pueblo, es
mi pueblo.» Sus dos compañeros se miraron
con indiferencia. A ellos sólo les importaba
llevar a cabo el experimento espacial de sus
compañías y volver al nido caliente.
Tras doce horas, la nave
ya estaba
estabilizada y era el momento esperado por los
astronautas para comer. El jefe de la misión, el
coronel Clark, les anunció que disponían de
unos minutos para reponer sus fuerzas antes
de enfundarse en los trajes espaciales e iniciar
de inmediato los experimentos en el espacio
exterior. Mediante un sorteo que se hizo en
tierra, el primero en salir sería el de “Vinos el
Bombo”.
Olegario
sacaría
al
espacio
interestelar las plantas para ver si se cumplía
lo que anunciaba la ciencia: la germinación de
racimos de tamaño inconmensurable y de
crecimiento extraordinariamente rápido.
El jefe de la misión se acercó a ellos con
una misteriosa bandeja en la que no había ni
rastro de las viandas que esperaba Olegario.
«Buen provecho», les dijo mientras les acercaba
a la boca una pequeña cápsula de color azul.
Vladimir y Olov, sus dos compañeros, se
miraron y sonrieron pensando sin duda en la
cara que pondría el astronauta manchego.
Olegario se percató pero no dijo nada. Era un
hombre de exquisita educación. Sin embargo,
pensó: «qué bacines son estos. Pues están
listos si creen que voy a salir fuera, con el frío
que debe hacer, sin haberme comido antes
unas gachas con tocino.»
Pero salió con sus “macetas”, que antes que
él mismo estaba el porvenir de su pueblo. Tras
él sus compañeros con su experimento. Al
orbitar sobre La Mancha gritó de nuevo: «¡Es
mi pueblo, es mi pueblo!», y después se
dispuso a seguir observando la reacción de las
plantas. Al cabo de unas cuantas vueltas más
sobre la Tierra, lo que vio lo llenó de
entusiasmo y de esperanza en el porvenir:
«¡¡CRECEN,
CRECEN,
VOLVEREMOS
A
TENER
TANTO VINO COMO ANTES!!»
«TENDREMOS QUE TRAER AQUÍ A MILES DE
VENDIMIADORES
RUMANOS,
PERO
SEREMOS DE NUEVO EL MANANTIAL DEL
VINO.»
De pronto, Olegario, sintió un inesperado
frío en el rostro. “Se me ha roto el traje
espacial”, dijo a sus compañeros. Pero
entonces, en el umbral de la consciencia, oyó
una voz conocida: “¡Qué noche me has dado,
Olegario! No he tenido más remedio que
echarte un jarro de agua encima para que te
despertaras de una vez”. Se incorporó
pesadamente y vio el rostro somnoliento de
Anastasia. La miró con inquietud y con dudas
sobre su estado y le preguntó con candidez:
«¿Seguimos teniendo las mismas viñas en el
pueblo?»
Tomás Perales
18
PÁMPANAS
COLABORACIONES
PAULINA Y GUMERSINDO
(Francisco García Pavón, Cuentos Republicanos, 1961)
Desde siempre, desde que era una niña, me
ha gustado escuchar cuentos, me han
fascinado y me han hecho reflexionar. Los
cuentos clásicos, esos que nos han contado
mil veces, que nos sabemos de memoria y que
forman parte de nuestra tradición oral,
siempre me han parecido sabios y sugerentes.
He tenido el placer de releer hace poco un
cuento entrañable, “Paulina y Gumersindo” de
nuestro querido y admirado paisano Francisco
García Pavón. El Cuento está narrado desde la
mirada de un niño que recuerda su pasado.
Por declaraciones del autor sabemos que sus
cuentos tienen un importante contenido
autobiográfico ("lo autobiográfico es visceral en
mí"). Casi todos sus libros de relatos – salvo La
guerra de los dos mil años – son recuerdos,
improntas de su vida matizadas por toda esa
añoranza que vuelve a abrir el tiempo perdido.
Son cuadros con toques biográficos que
reflejan su manera peculiar de ver la realidad
que le circunda, con sus opiniones y
reflexiones
sobre
la
sociedad
y
un
conocimiento profundo e inmediato del ser
humano.
El autor lo ha descrito como la
"dramatización y cierre de una historia que
medio vi y medio escuché" y cuenta la
enternecedora relación amorosa de un
matrimonio
de
campesinos,
Paulina
y
Gumersindo.
El relato parte de las visitas que la madre y
la abuela del narrador, en compañía de éste, le
hacían a “la hermana Paulina”; el deleite por
recordar las "cosas antiguas, de gentes
muertas" y el recuerdo del tío bisabuelo del
autor, Vicente Pueblas, alcalde de Tomelloso
durante la Revolución del 68 y con la Primera
República.
En la parte más extensa del cuento, el
autor nos relata los diversos acontecimientos,
personajes y ambientes que impresionan al
niño, y que rescata como los más
emocionantes.
García
Pavón
nos
va
introduciendo en la historia de esas visitas a
través
de
las
deliciosas
descripciones,
detalladísimas como la que realiza “la hermana
Paulina” “con su pelo blanquísimo, la verruga
rosada”, en las que va reviviendo la casa, el
portón, la pared enjalbegada, un corralazo con
higuera y parra, pozo y macetas…
El amor entre Paulina y Gumersindo se
muestra con hechos vividos en distintos
momentos: como la separación del matrimonio
durante la semana, cuando él trabaja en su
"viñote",
luchando
con
los
“enemigos
atmosféricos”; en los fines de semana que
pasan juntos, “respetando el pueblo sus
deseos de aislamiento”; la muerte del esposo y
en el desenlace.
Personalmente me parece un cuento lleno
de gracia y vivacidad, expresión de una época
y unas circunstancias en Tomelloso (pueblo
especialmente peculiar...) descrito con tal
detalle que podemos disfrutar con los cincos
sentidos: …el lugar, la casa, los objetos, el
cielo, Tancredo; los olores...a aceite de oliva, a
membrillos pasados, a pámpanos y a mosto;
con el gusto a refresco de vinagre, las uvas en
el plato, el hato, los altramuces… (gastronomía
típica); anécdotas...la vida campesina, el amor
y la muerte, etc.
Dice el narrador: …conocía un ambiente
entre rural y provinciano muy bien aprendido, el
de mi pueblo, Tomelloso. Unos tipos, costumbres
y verbo popular…
García Pavón logra recuperar sus raíces,
sus orígenes ideológicos, pero sobre todo y creo
que es algo que fascina y envuelve al lector, es
su profundo conocimiento de ese lenguaje
peculiar y propio de la zona, tan abundante y
variado, verdadero tesoro léxico que sublima la
belleza de sus recuerdos y la calidad literaria.
Ana María Fernández Rivero
22 de diciembre de 2014
.
PÁMPANAS
19
PREMIOS DE POESÍA Y PINTURA
Entrega de los premios
de poesía y pintura el
20/6/2014
XX PREMIO NACIONAL DE POESÍA “JULIÁN CAÑAS HERNÁNDEZ”
NOVIEMBRE EN EL ALERO
Por: LYNYRD SKYNYRD (José Álvarez – Mesa)
Me persigue el silencio en la actitud
de este resplandeciente y ácido noviembre.
Se refugia en los huecos de mi casa
en las ventanas que cubren el transitar del día
en los espejos donde se agolpan los rictus del ya no.
Persigue mis pisadas,
se enreda con mi sombra
y se aplasta sin más en mis desánimos.
Solamente permite el tintineo del hielo en la ginebra.
Hay siempres que duran tres minutos
y nuncas que son eternidades.
Este momento, en cambio, que pasa por mi lado
parece no existir.
Y qué importa si vi pasar las horas tontamente,
si me subí a la vida el día que paró a repostar
y evité el carril rápido
(ir deprisa siempre me ha dado vértigo),
y me tomé con calma el apremio del reloj.
Qué importa si (por eso)
siempre estuve al final en las filas
(en la parte de atrás se respira mejor).
Si la distancia me hizo errar el tiro,
Si no pude retener lo que se me escapó
y llegué tarde a todo.
Que importa, si en realidad la vida
me compensó por estas realidades
y colocó en mi arcén (aparte de incertezas)
la eterna sensación de complacencia con todos los
paisajes.
¿Y si tomamos juntos la curva de esta nota?
y deslizamos la tibia melodía por entre la tormenta.
y dejamos que nuestros horizontes
se fusionen en un mismo compás?
Puede que nuestros tempos se hayan tornado azules,
puede que tras las jambas de nuestros soportales
una semicorchea caiga del pentagrama
para buscar la luz de algún silencio.
¿Y si por una vez decidimos nosotros
qué sonido buscar?
Todo cuanto yo quiero es tu presencia
rayando las paredes,
tu voz haciendo eco en las tardes de siesta.
tus rasgos dividiendo mi memoria.
Todo cuanto yo quiero se desliza en tu entorno,
se derrama en tu boca,
se desata en tu piel.
¿Eras tú quien decías que todos somos agua
y todos somos tierra?
¿Por qué desde que el tiempo nos inunda de abismos
solo somos pantano?
Esta mañana el miedo desmigó en mis alfombras
piedras de otras murallas
y un ejército insomne de piratas abordó el horizonte
para pedir rescate por mis sueños.
Ahora tengo que sentarme a esperar
a que llegue la noche,
y buscar un camino de vuelta entre la arena
que se quedó esparcida por el suelo.
En la calle (esa extraña sin alma)
el estanque mecido por el viento me hace señas
mientras un cuervo mordido de alacranes
revolotea ingente en el alero.
XVIII CERTAMEN NACIONAL DE PINTURA “FRANCISCO CARRETERO”
*Ganador: D. Manuel Martínez Regueira, natural de
la Coruña y residente en Madrid al Cuadro
presentado con el título: “Umbría con Lirios”.
*Tres Accésit y Diplomas para los autores: D.
Francisco Campos Tocornal por su obra (en
acuarela) “Playa”. D. Pablo Reviriego por su obra (en
acuarela y cartón) “Paisaje de la Mancha” y D. José
Mª Díaz Martínez (por su obra) “Río Manzanares”.
20
PÁMPANAS
COLABORACIONES
“Del Tomelloso hay una muy buena historia que contar”
Vicente Olmedo García posee una magnífica recopilación de datos del Club, desde 1918 a 1970.
No era extraño que los balones que despejaban
expeditivamente los defensas que jugaban hace casi
70 años en el campo de los Espinosas superaran las
murallas y volaran fuera del recinto.
Los chavales, atentos, pugnaban por coger el
balón y devolverlo, porque de esta manera el portero
les permitía entrar a ver el partido. Los que no cogían el balón, tenían que esperar al último cuarto de
hora para ver el tramo final. Entre aquellos niños
estaba Vicente Olmedo García que empezaba a incubar su gran afición al futbol y al Tomelloso de sus
amores.
Este tomellosero afincado en Madrid, de 80 años
de edad y que trabajó casi toda su vida en una
cooperativa de productos farmacéuticos, posee una
magnífica recopilación de datos del Tomelloso que
va desde el año 1918 al 1970, más de medio siglo en
un conjunto que incluye datos de plantillas, entrenadores, directivas, clasificaciones, alineaciones
históricas, fotografías…, “un trabajo de locura” –
como él mismo dice - que tiene perfectamente organizado.
Aunque el Tomelloso se funda oficialmente en el
año 1921, Vicente Olmedo buscó afanosamente
datos en periódicos de la provincia, como Vida Manchega o el Pueblo Manchego, en la Biblioteca Nacional o en la hemeroteca de Conde Duque y empieza
la historia en el año 1918. Nombra de carrerilla a
directivos de 1921, como José Fernández Amores,
Ángel Soubriet, Teófilo Aguilar, Elías Hurtado y
Juan de Mata. También habla de los años 30,
cuando el equipo jugaba en el campo de los Peinados, “que conocí ya casi semiderruido” y donde el
Sevilla y el Tomelloso jugaron un histórico partido
que finalizó con empate a uno. Olmedo, que guarda
con admirable precisión todos los datos en su cabeza, recuerda que el portero de los hispalenses era el
gran Eizaguirre, internacional con España, que vio
con impotencia como un delantero del Tomelloso le
marcó el empate, precisamente el que al salir al
campo le había dicho con evidente sarcasmo y chulería “que le iba a marcar un gol con las posaderas”.
Los equipos se vistieron en casas cercanas al Campo.
Olmedo siente especial predilección por aquel
mítico equipo de los 40 que consiguió el ascenso a
tercera división, “el de la delantera formada por Tití,
Rueda, Abilio, Pino y Cobos. Cobos llegó a jugar con
el Alcoyano en primera división, luego se fue al Zaragoza y después pasó por otros muchos equipos,
hasta que se retiró en el Getafe. A Pino, que vino a
Tomelloso cedido por el Calavera, filial del Sevilla, lo
visité una vez en Murcia, donde regentaba una administración de lotería, jugó también en el Antequerano y el Sabadell. Abilio fue el autor de nuestro
primer gol en categoría nacional”. Disfruta repasando las trayectorias de aquellos jugadores a los que
admiró y con los que convivió tan de cerca. Su padre Martín y sus tíos José y Felipe trabajaban como
empleados del club, con lo cual siempre tenía las
puertas abiertas. Evoca también las andanzas de
Evaristo, al que trajo Tamargo de Oviedo, de Eloy,
un medio centro excepcional, o Villar, otro maravilloso jugador.
PÁMPANAS
Recuerda, como si fuera ayer, aquella Copa Gobernador, que se disputó a partido único en la que
el Tomelloso dejó fuera de combate al Alcázar, 3 a 1;
al Manchego, 4 a 1; a la Olímpica Jiennense, 5 a 0;
al Albacete Balompié, 5 a 1; y sólo cayó ante el Alcoyano en el partido de desempate por 2 a 1 punto.
Cuando se le pregunta cuál es el mejor futbolista
que ha visto jugar en el Tomelloso, asegura que “ha
habido muchos y muy buenos”, aunque se decanta
por el portero Orencio. Jugaba éste en la Olímpica
Jiennense, lo que hoy es el Real Jaén. Como los
campeonatos eran cortos, vino a Tomelloso a jugar
la Copa Gobernador con el equipo de su pueblo, el
Santa Cruz de Mudela. El Tomelloso, que ganó 7 a
1, lo bombardeó con más de 60 tiros y tuvo una
actuación portentosa. Al final del partido, los directivos hablaron con él y se comprometió de palabra.
Más adelante estuvo a prueba en el Atl. de Madrid.
Esta enciclopedia viviente del fútbol local recita
la alineación colchonera que vino a Tomelloso en el
año 49, precisamente con motivo de un homenaje a
Orencio y nos habla también de Lolín, un medio que
tenía mucha facilidad para hacer goles; de Chamorro, Manchado, Rosales, Berrocal… El equipo se
nutría entonces con muchos jugadores andaluces y
también de Madrid. Algunos de ellos integraron
aquel inolvidable equipo que en la temporada 194647 jugó la liguilla de ascenso a 2ª división con el
Salamanca, Real Valladolid, Palencia, Pontevedra,
Lucense, Albacete, Leonesa y Tomelloso. Se adentra
también en las andanzas de equipos de otras décadas, como la de los 50: con William, los Hermanos
Marquina, Soubriet, Reynoso, Quevedo… Muchos
de ellos jugaban también en el Manzanares. “Quevedo era un jugador de gran velocidad y potente
tiro, jugando contra el Socuéllamos rompió la red,
muestra la reseña de la prensa. Reynoso era un
zaguero excepcional; Samitier, técnico del Real Madrid, se interesó por él y vino a verlo. Asoma en la
entrevista el nombre de Gálvez, “sabía mucho de su
trayectoria como jugador y entrenador, pero personalmente lo conocí tres años antes de que muriera,
recuerdo que fui a su casa y me impactó con su
generosidad y cercanía”.
Viajando por la historia del fútbol local llegamos
a los felices 60 con aquel legendario once que jugó
en el 61 la final de la copa de España de Aficionados
con el Barcelona en Mestalla, una competición que
antes deparó una eliminatoria fratricida a doble
partido entre el Tomelloso y la Atlética Castellana,
en la que se impuso el Tomelloso.
Se podría pasar horas y horas hablando de la
historia del fútbol local. Un editor, amigo suyo, le
dijo que esa historia se debería ver reflejada en un
libro. No olvida a varios aficionados Tomelloseros
que califica de “sabios” como Ovidio Martínez, que
fue jugador, árbitro, Presidente, secretario técnico
del Tomelloso o Clodo Benasalvas. También recuerda a los Hermanos Acedo, Antonio y Rafael, a Pedro
Ramírez Lassere o a Felipe Martínez, Gotera y Tomás, el Tártago. Un poco de nostalgia se percibe a
las puertas del estadio Municipal, donde nos despedimos.
Carlos Moreno EL PERIÓDICO
21
COLABORACIONES
Llovió su nombre una tarde de otoño,
los árboles se resistían con pudor
a desnudarse, y algunas hojas intrépidas
jugaban a alfombrar el suelo
de aquel parque de todos.
Le vi llegar con aire ausente,
en sus manos un paraguas de nostalgias
que abría cuando la lluvia agitaba
los recuerdos, siempre al volver la esquina.
En su vieja maleta ya no cabían
más distancias ni silencios.
Era un hombre de paz,
mas, seguía coleccionando heridas…
Necesitaba tanto el crepitar de un fuego.
Mª Teresa Lozano López
A Vicente Olmedo
En esta edición, abusando de la enorme
libertad que nos concede Pablo a todos los que
colaboramos con su publicación, me he
permitido relegar el artículo de mi sección
habitual para hacer un pequeño, pero
necesario y merecido homenaje, a un gran
embajador de nuestra ciudad. Y es que, si de
algo se siente realmente orgulloso Vicente
Olmedo, es de ser tomellosero.
Sin duda alguna, su nombre debe figurar entre
los de aquellos que han difundido las
costumbres y cultura de Tomelloso, porque,
aún viviendo en Madrid, al hablar con él uno
piensa que, apenas unos minutos antes,
estuvo paseando por esas calles que evocan su
niñez. Tal vez por ello, su presencia es tan
habitual en la Casa de Castilla-la Mancha en
la que se siente como su propia casa.
Como todo gran comunicador, a pesar de que
ésta es una cualidad que él nunca reconocerá,
consigue con facilidad cazar la atención de
quien le escucha, lo que convierte en una
verdadera delicia compartir con él una tarde de
tertulia. Podrán dialogar con Vicente sobre
cualquier aspecto de la vida, porque como todo
hombre culto, les regara una opinión sensata y
razonable. Eso sí, si se decantan por hablar de
fútbol y, en concreto, del Atlético Tomelloso, se
darán cuenta de que es como si sus palabras
estuvieran saliendo directamente de una
enciclopedia.
Tal vez por ello, pueda presumir de ser el
mayor conocedor de la historia de este club,
como podrán comprobar todos los que lean el
libro que él mismo ha redactado y que, por
fortuna he tenido el privilegio de leer. Esta
obra, nacida desde el cariño y devoción a unos
colores, resulta de lectura ágil y de un gran
valor documental, representando una joya
para todos los amantes de este deporte en
general y del Atlético Tomelloso en particular.
Por todo ello, no podemos menos que darle las
gracias por rescatar esta parte de la historia de
nuestro pueblo, y por hacernos pasar un rato
agradable mientras nos sumergirnos en la
lectura de su obra, la cual, no dudo, será
recordada
durante
mucho
tiempo.
Estela Olmedo Salinas
(Letrada)
22
PÁMPANAS
ACTIVIDADES
SEGUNDO SEMESTRE 2013
SEPTIEMBRE
Salón de Plenos del Ayuntamiento de Tomelloso, presidido
por el Excelentísimo Sr. Alcalde, D. Carlos Cotillas y
acompañado por los nominados en el Día del Ausente: D.
Indortes Bolós Jiménez (Madrid) y D. Cirilo Jareño
Grande (Alicante).
JULIO 2013: Por vacaciones de los socios,
se determinó no realizar ningún acto.
AGOSTO 2013: Día 28: Participación de la
Peña en el Día del Ausente
El Ayuntamiento de Tomelloso recibió a más
de 50 tomelloseros, llegados desde Madrid, que
acudieron para homenajear a nuestro Ausente,
Indortes Franco Bolós Jiménez.
Posteriormente se visitó el X Mercado
Tradicional (Concentración, exposición y venta
de productos de la huerta y trabajos
artesanales.
Al mismo tiempo se pudo disfrutar del
ambiente festivo de la Feria y Fiestas que tienen
lugar en estas fechas: bailes del Vermut,
Recinto Ferial, con karaoke, etc…
En la Glorieta de María Cristina se impartió
un Taller de Bailes de Salón y en el Paseo de las
Moreras, una representación de Teatro Infantil.
En el Auditorio Municipal López Torres se
proyectaron capítulos de la serie “Plinio”. Más
tarde se visitó el Caserón Museo de las Mulas.
2013: Día 20: Lectura
ininterrumpida de autores tomelloseros. Estaba
programado un desfile de zapatillas y
camisetas, pero dos días antes nos notificaron
que sería imposible realizarlo por motivos
familiares de los diseñadores. Tuvimos que
recomponer con total rapidez el Acto a celebrar
y convinimos hacer una lectura ininterrumpida
de algunos autores tomelloseros, como
D.
Francisco Martínez Ramírez (Las Hogueras), D.
Luis Quirós (Desde Tomelloso), D. Juan Torres
Grueso. (La Plaza de Tomelloso y Ntra. Sra. de
las Viñas: la Virgen de todos los vinateros), D.
Francisco García Pavón (Paulina y Gumersindo,
Ya no es ayer, Las Migas), D. Eladio Cabañero
(La gran llanura Manchega, Visita a una bodega
de Tomelloso, La Mancha al sol desde
Tomelloso, El cante flamenco y Tomelloso), D.
José López Martínez (Fragmento del Pregón de
la Fiesta de la Vendimia de Tomelloso en agosto
de 1971), D. Ángel López Martínez (Soneto a
Tomelloso, Paisaje y añoranza de Tomelloso.
Intervinieron en la lectura: Dª Pilar Chaves,
Dª Carmen Marín de Górriz y Carlos Fernández
(actores del grupo de teatro “Carlos Lemos”),
Dª. Paquita Grande, D. Ramón González y
Emma Cueva (miembros de la Peña), D.
Francisco López Martínez (anterior Presidente
de la Peña) y parte del público asistente.
OCTUBRE 2013: Día 25: Conferencia
sobre “Herencias y Testamentos”.
Con gran asistencia de público esta
Conferencia fue impartida por Dª Mª Dolores
López Serrano (Abogado del Ilustre Colegio de
Madrid), quien cursó sus estudios en la
Universidad Complutense. Hasta la fecha sigue
tratando diferentes especialidades: Derecho
Civil, Penal, Laboral y Mercantil. También
tramita demandas civiles y penales sobre el
asunto de las Preferentes. La presentación
estuvo a cargo del Secretario de la Peña, D.
Ramón González. Coordinó la Presidenta de la
Peña, Emma Cueva Quirós.
PÁMPANAS
23
ACTIVIDADES
Su información nos resultó muy interesante
y de gran ayuda,
sobre todo en ciertos
asuntos
complicados
que,
en
algunos
momentos, todos necesitamos resolver y
hemos desconocido su procedimiento.
El lema recogido en el Compendio del
Derecho es: “La Justicia es un grito que brota
de lo profundo del ser humano”, pero Mª
Dolores añade: “La Justicia es un privilegio
concedido a aquellos capaces de demandarlo”.
Fue centro de muchas consultas por parte del
público, alargándose el Acto por espacio de dos
horas.
NOVIEMBRE 2013:
Día 22: Charla- Coloquio bajo el Título
“Piedras en el Camino” Por Tomás Perales. La
Presidenta, Emma Cueva Quirós, analizó
grafológicamente la personalidad del escritor,
resaltando su naturaleza introvertida y el
enfoque ante su vida de manera sencilla y
natural. D. Tomás Perales (escritor y
empresario) nos leyó dos de sus cuentos
titulados: Desesperanza y Un paseo por el
espacio.
El primer cuento versó acerca del peligro
que puede correr la impresión de libros en
papel, debido al uso de las últimas tecnologías.
El segundo nos relataba la ilusión que tenía
un hombre en darse un paseo por el Espacio y
dar a conocer nuestros vinos manchegos.
Se debatió sobre estos temas, saliendo a
colación otros de la misma importancia y no
menos interesantes.
DICIEMBRE 2013:
Día 28: Comida de hermandad por navidad.
Celebración de la Peña de Tomelloso en la
Comida de Hermandad. Al finalizar se brindó
con champán y se sorteó una cesta navideña
para celebrar las Fiestas. El premio recayó en
Dª Charo, Socia de la Peña
FINAL DE FIESTA
Como final de Fiesta nos amenizaron la
velada el Grupo “De Madrid a Móstoles”, con
variados números de chotis y zarzuela.
24
PÁMPANAS
COLABORACIONES
SOLEDAD
Era domingo y hacia una hermosa
mañana de primavera, oí por la radio que ya
estaba abierto al público el Museo
Municipal, había estado cerrado para su
restauración, y decidí ir a ver cómo había
quedado; al terminar mi visita salí
satisfecha pero algo cansada, así que me
encaminé hacia el Metro de Tribunal con la
intención de regresar a casa; cuando estaba
llegando a la estación oí ruido de
castañuelas y sonido de bandurrias y
guitarras al ritmo de jotas manchegas:
desistí de coger el metro y fui rodeando la
Plaza de Barceló para saber de dónde venía
tanta algarabía; al avistar la plazoleta
central quedó satisfecha mi curiosidad.
Estaba montado un estupendo escenario
y sobre el bailaba el grupo "Hidalguía"
encabezado por su director "Vicente Morales
Olmedo".
Después de varias actuaciones pararon para
descansar "un poquejo", según las propias
palabras de Vicente, y dijo: Por lo mucho
que estáis aplaudiendo me parece a mí que
sois muchos los manchegos que estáis aquí,
sí, sí, respondimos. Bien ¿Y del Tomelloso
hay alguno? Los que sean del Tomelloso que
levanten la mano; una mujer que estaba a
mi lado levantó el brazo al mismo tiempo
que yo, y Vicente comento: “pues a estas dos
Tomelloseras les dedicaremos la jota de la
vendimia”; ¡Va por vosotras paisanas!
Cuando terminaron de bailar las jotas la
mujer que estaba a mi lado me dijo (con
lágrimas en los ojos) “ya ve me he
emocionado, son muchos los recuerdos... y
eso que mi tierra no me trato muy bien”. La
tierra no trata mal, en todo caso las
circunstancias o las personas, le contesté.
¡Ay si yo le contase! Me respondió.
Aquella mañana quiso la casualidad que
nos conociésemos; ella, Soledad, también
había ido a visitar el Museo Romántico que
está
precisamente
en
aquella
zona.
Charlamos un buen rato recordando nuestra
infancia en el pueblo, los juegos de aquel
entonces, los colegios donde habíamos
aprendido las primeras letras y también nos
dimos a conocer quiénes fueron nuestras
familias; por ultimo nos intercambiamos los
números de teléfono con la promesa de
llamarnos y salir alguna tarde y, lo
cumplimos. Unas veces llamaba yo y otras lo
hacia ella.
PÁMPANAS
Vaya por delante que nos hicimos muy
buenas amigas; nuestra forma de ser y de ver
la vida eran afines, aparte de tener un gran
sentido del humor, y un talante divertido y
dicharachero
del
más
puro
estilo
Tomellosero.
Quería hablarme de su vida y sincerarse
conmigo, y esto es lo que Soledad me contó y
esta es la triste historia de su vida:
Fue hija única de familia modesta
trabajadora, cuando finalizo los estudios de
primaria, se negó a seguir estudiando, sus
padres decidieron que en tal caso tendría que
aprender un oficio y sin dudarlo se decidió por
el de modista, aprendió corte y confección.
Pasaron los años y un día la pretendió un
mozo y se hicieron novios. A los tres años de
relaciones la dejo "plantada" cuando repetidas
veces él (pretendió algo más de aquella
relación) y ella se negó.
Siguió pasando el tiempo y un buen día la
rondó otro joven mozo, Jacinto: a él no le
importo que ella fuese mayor que él, Soledad
era guapa y una buena moza; formalizaron el
compromiso de casamiento, eso sí, tendrían
que esperar largo tiempo hasta que cumpliese
el servicio militar; en aquellos tiempos duraba
casi tres años. Mientras tanto, ella fue
haciéndose el ajuar y preparando todo para
cuando volviese Jacinto y, cumplida la mili,
casarse.
Sucedió que en aquellos días y meses de
espera fallecieron los padres de Soledad; la
madre por enfermedad y el padre por accidente
de trabajo.
Meses más tarde de aquella tragedia
Jacinto llegó de permiso. En aquel entonces
era mal visto hablar con el novio en la puerta
de la calle estando la novia de riguroso luto; y
también era motivo de crítica y escándalo si el
novio entraba en la casa estando sola la novia.
Soledad consintió que su novio pasara a la
casa estando sola, pensó que si no lo permitía
podía perderlo al igual que perdió a su primer
novio. Ni que decir tiene, fue la comidilla de la
vecindad; cometió un grave error y por
consiguiente marcó todo lo que sería el resto
de su vida.
Terminaron los días de permiso de Jacinto y
tuvo que regresar a Madrid. Le quedaba aun
muchos meses de mili por cumplir.
Soledad siguió con sus labores de modista
y haciendo oídos sordos a las habladurías,
pues cuando el regresara cumplido de la mili,
se casarían y todo se calmaría.
25
COLABORACIONES
Por fin un día llegó la carta tan esperada
pero... Jacinto le comunicaba que rompía su
compromiso con ella; había conocido a una
chica de la misma edad que él y se había
comprometido formalmente con ella. Esta fue
una muy mala noticia, pero la peor estaba por
llegar; y llegó cuando encontrándose con pocas
ganas de comer y dormir malamente, decidió ir
al
médico.
Después
de
hacerle
un
reconocimiento y algunas preguntas, el doctor
le comunicó que estaba embarazada.
No sabía qué camino tomar ni a quién
recurrir, solo tenía una tía, hermana de su
padre, y dos primas, pero se habían
distanciado tiempo atrás por intereses de
herencias familiares. Con una de las primas (la
mayor) siempre tuvo buen trato, pero hacía
tiempo que se había marchado a Madrid a
trabajar.
Al llegar a este punto de la historia le
pregunté: ¿Y a Jacinto se lo comunicaste? Si
claro, le escribí dos cartas, pero no me
contestó. Debió de creer que era una argucia
para recuperarlo ya que solo estuvimos
"juntos" una noche, para mí la primera, y no
es muy corriente un embarazo.
Por otra parte no quiso Soledad hacer de su
hijo una moneda de cambio, lo que sí tuvo
muy claro, es que tendría que marcharse del
pueblo.
En aquel entonces, la virginidad de la
mujer era como el "precinto" de la pureza y si
ese precinto se rompía, estando soltera, se
consideraba una deshonra para ella y para la
familia, y por consiguiente “señalá” para toda
la vida.
A grandes males grandes remedios.
Localizó a su prima, la que estaba
trabajando en Madrid, y le encargó que le
buscase trabajo como modista o costurera.
Vendió la casa de sus padres y con sus
ahorros y lo que le dieron por la venta de la
casa, en cuanto tuvo noticias de su prima
confirmando que ya tenía buen trabajo para
ella, arregló todos los documentos que le eran
necesarios y viajó a Madrid.
Trabajó para los mismos señores para los
que trabajaba su prima; eran de alto nivel
social, el servicio lo componían tres de cuerpo
de casa y ella como costurera y planchadora.
La convivencia con su prima y las otras
compañeras fue buena, le ayudaron en todo.
Soledad tenía asumido que para cuando
naciese su hijo, e incluso mucho antes tendría
que dejar el trabajo y necesitaría una casa
para ella y el bebé.
Aconsejada por sus
compañeras, que conocían bien todos los
entresijos de aquel Madrid de entonces,
buscaron y encontraron una buhardilla y la
26
compró, en aquellos años eran muy baratas,
nadie las utilizaba como vivienda, sólo las
tenían para guardar los trastos viejos.
Durante seis días trabajó sin descanso
hasta dejarla habitable y acogedora. Así es
como yo la conocí. Pero tanto esfuerzo y
aquellos cinco pisos sin ascensor le pasaron
factura, y unas semanas después tuvo un
parto prematuro y el bebé, nació muerto.
Física y moralmente quedó destrozada y tardó
largo tiempo hasta recuperarse y en
consecuencia perdió el trabajo.
Poco a poco fue mejorando y recuperando
fuerzas, tenía que volver a trabajar, los ahorros
que le quedaban eran pocos, así que buscó
trabajo como modista y fue de tienda en
tienda, y por fin encontró un buen puesto en
unos grandes almacenes y allí estuvo hasta su
jubilación.
Muchas más y muy relevantes, fueron las
cosas que me contó Soledad de sus años
vividos en Madrid, pero ese sería trabajo para
una biografía completa, así pues lo dejaremos
aquí.
Cercana ya a los 87 años y con la salud
muy mermada, fue consciente de que no podía
vivir sola y decidió recluirse en una buena
residencia.
Entregó su buhardilla en Testamento a
condición de residir hasta el fin de sus días, y
con el compromiso escrito de que a su
fallecimiento
trasladasen
sus
restos
a
Tomelloso para enterrarla junto a sus padres.
Durante el tiempo que estuvo en la
residencia fui a visitarla y regularmente la
telefoneaba. Un día me comunicaron que había
fallecido y había sido trasladada al cementerio
de Tomelloso, para estar junto a sus padres
como fue siempre su deseo y última voluntad.
Cabe decir y resaltar, que Soledad fue "Una
aguerrida Manchega fuerte para el combate”
pero como su propio nombre la define, Sola,
Única y Solitaria. y en mi opinión víctima del
desamor, de la ingratitud, y ¡Cómo no! De las
malas lenguas.
Luisa Madrigal Lara
PÁMPANAS
ACTIVIDADES
La genialidad de lo auténtico
Es frecuente ver en invierno o en verano
alguna avecilla posada en cualquier rama del
magnolio que da entrada al Museo que lleva su
nombre.
¿Quién es ese hombre papá? le preguntaba
un niño a su padre, al ver pasar al maestro
ensimismado. Es un pintor de cuadros, lleva
en su paleta los colores del arco iris. Le gusta
trabajar en tabla, y pinta bodegones, retratos,
pero sobre todo paisajes llenos de belleza y luz,
le respondía el padre.
Caminaba por las calles de Tomelloso de un
incógnito adrede, llevando en sus pies el cansancio del cosmos, y la luz del paisaje manchego adherida a la retina del alma, olvidando
todo lo que no fuese esencia y contraste, todo
lo que no fuera sacar el máximo partido a un
paisaje, que sentía profundamente por cercano, y que le obligaba a aprehender la fugacidad del instante, como él mismo dijera. No es
fácil hacer grande lo sencillo, captar ese estado
natural del ambiente, haciéndole palpitar con
su propio lenguaje, con una pulcritud plástica
cómo dijo Francisco Nieva, fuera de lo común.
Fue el 19 de abril de 1986 cuando el Museo
abrió sus puertas por primera vez, Francisco
Nieva, gran admirador de su obra en el discurso de inauguración, y en presencia del maestro, dijo: “la buena pintura envejece poco”.
Desde entonces son numerosas las personas
que han ido pasando por su Museo, un edificio
que no les deja indiferentes, ni en la arquitectura, ni en la obra del artista que, a juicio de
algunos visitantes, les recuerda a Sorolla en el
tratamiento de la luz.
Se ha dicho o dejado intuir casi todo de la
obra y vida de López Torres, respetando siempre esa parcela íntima, que a toda persona
corresponde. Valentín Arteaga hace un detallado recorrido interior del pintor y de su entorno, en su libro: Retrato y fábulas de un pintor de Tomelloso. Críticos o escritores cómo
Antonio Bonet Correa, J. de la Puente, Rodríguez Huéscar, y tantos otros, que con estudios
más completos, o pasando sólo de puntillas, se
han acercado al artista y a su obra.
Antonio López Torres cogió con fuerza el
testigo de Francisco Carretero y abrió una gran
escuela en Tomelloso. Discípulos o admiradores, estilos similares, o completamente distintos, todos pintores de Tomelloso, que de una
forma u otra han bebido del claro manantial de
su pintura. Mª Jesús Martínez, su joven y última discípula, como él decía. Sus sobrinos
Diógenes y Santiago López, que junto a Ezequiel Cano, podemos encontrar en cualquier
punto de este “paisaje al sol” que dijera Eladio
PÁMPANAS
Cabañero, frente a frente con el motivo, Ángel
Pintado, García Sevilla, Pepe Carretero, Félix
Huertas, Ruiz Paraíso. O gente más joven, como Concha Espinosa, Santiago Lara, José A.
Espinosa Jiménez. Y tantos otros pintores que
se haría eterno enumerar. Por otra parte es
emotivo conocer a alumnos de sus clases en
Madrid, Ciudad Real, Daimiel, que se pasan
por su Museo, y hablan de su forma de enseñar, y de la huella que les dejó el maestro.
Pero si hay alguien que conoce, admira, fue, y
sigue siendo fiel admirador y observador de su
obra, es Antonio López García. En declaraciones al programa Rasgos de TVE, 1982, se
mostraba así de rotundo: “En la pintura moderna, ha habido un pintor que es mi tío, Antonio López Torres, que te sorprendes pensando en su pintura, en cómo interpretaba las
cosas... Le admiro mucho como pintor... Me
parece un artista absolutamente excepcional.
Ha hecho obras, para mí, de las mejores del
siglo XX. Totalmente creo eso, que quedarán,
que el tiempo no podrá con ellas, porque están
resueltas con una pureza y con una sabiduría
natural, suya, innata, tan intensa, tan fuerte
que son absolutamente definitivas”.
Antonio López Torres amó la pintura por
encima de todo, vivió por ella y para ella, caminando en solitario, ajeno totalmente a movimientos, tendencias, o a lo que la crítica
pudiera opinar de su obra. Dueño de una gran
personalidad, fue un artista libre, buscaba lo
que quería, y quería entrañablemente lo que
hallaba, la soledad, el misterio de su pequeña
tabla en blanco, donde conjugaba la llanura
inmensa, la luz, el espacio aéreo. Todo minuciosamente estudiado, todo elaborado en un
maridaje perfecto. Luz, cielo, esencia que traspasa el horizonte. López Torres cabalgaba en la
llanura pincelando en estado sublime, olvidando el alimento del cuerpo, en el reto siempre nuevo de interpretar, de resolver enigmas
en cada obra, hasta el último instante de su
vida.
Antonio López Torres tenía la autenticidad
del que no maquilla resultados, poca gente
sabe captar con tanto acierto la luz de cada
lugar, pintaba como él decía, con todo el cielo
temblándole entre los parpados. Como bien
dijo su sobrino... “Mi tío fue un artista verdadero”.
Aún hoy, si cerramos un poco los ojos, podemos ver a Antonio López Torres en cualquier
recodo del camino, pintándole alondras a las
mañanas de Tomelloso, y extendiendo paletas
de luz en este gran lienzo que es La Mancha.
Mª Teresa Lozano López
27
COLABORACIONES
Gozar el amor de una mujer
Serventesios
Cariño hazme el amor, me suplicaste,
tan húmeda, ardiente y lujuriosa,
para ayudarme a entrar te esparrancaste,
abierta cual clavel, flor deliciosa.
¿Cuantas veces entré? No lo recuerdo,
sé que te hice gozar, estoy seguro,
después de tanto amarte yo me pierdo,
pues mi cuerpo se hallaba en un apuro.
Nuevamente comenzaste a besarme,
recorriste mi cuerpo con tus manos
lograste levantar a mi “gendarme”
dándome los placeres más mundanos.
Yo recorrí tu cuerpo nuevamente
los senos los pezones y el ombligo,
y llegué hasta tu sexo, suavemente
me elevaste hasta el cielo y te bendigo.
Mis deseos crecieron, deliraba,
me introduje de nuevo en pozo estrecho
aquella noche eterna en la alborada,
yo te amé del revés y del derecho.
Sentí mi miembro erecto, ¡Qué delicia!
Que iba entrando y saliendo de tu sexo,
entre el beso ardoroso y la caricia
a tu amor yo me rindo genuflexo.
Eran más de las seis, ya clareaba,
después de un breve baño entre en el lecho,
la luna se marchó tras la alborada
que enorme laxitud sentí en el pecho.
Pablo Avendaño Lara
EL MUNDO
Si se acabara el agua
No acabaría la vida,
Si se marchara el aire
Seguiríamos viviendo.
Si se apagara el sol
Continuaríamos viendo.
El perder los tesoros
No me causaría herida.
El no saber leer
No sería un infierno.
El hambre y la pobreza
No son castigo eterno.
La cruel enfermedad
No es un mal profundo.
Mas si no hubiera amor
Se extinguiría el mundo.
Una figura herida
Cara a cara miró la faz terrible
y el rostro no volvió ni hurtó los ojos.
De aquella lid sin luz quedóle un hielo
de bello nombre y dura huella: hastío.
Buscó en los hombres paz, buscó en los hombres
la hospitalidad que no le pudieron
ofrecer, la amistad que raras veces
aplacó su inquietud.
Miró los campos,
las colinas, las cumbres, las estrellas,
y definió su angustia como amor,
como tristeza.
Vuelto el rostro un día,
los ojos de su padre vio en su frente
posarse con piedad. Gritó. Y el grito
fue un estertor postrero de caduco
viejo entre cuyos labios la sed pone
algo así como hervor, lágrimas acaso.
Se le vio caminar entre exiliados
hacía otro exilio, y en el breve espejo
que retuvo sus ojos un instante
algo entrego de si que alguien persigue.
Ni duende, ni ángel, ni gracia tuvo,
pero estuvo habitado de verdad
con la desolación del hombre bueno,
su palabra dolor en otra herida.
Antonio Carvajal
28
PÁMPANAS
COLABORACIONES
La desesperación del león y otras historias de la India
Hola, buenas tardes a todos.
Realmente es ésta una ocasión muy peculiar y
única pues un libro de relatos de un lugar tan
lejano y exótico como la India, ha logrado que nos
reunamos por primera vez, en este lugar,
prolongación de nuestro pueblo en la capital, a un
grupo de primos y amigos de la infancia
tomelloseros, convocados por Emma, la actual
Presidenta de esta Peña y a la que deseo muchísima
suerte, en tan malos tiempos “para la lírica”, pero
su entusiasmo, su fuerza y su actividad frenéticas
conseguirán logros tan difíciles como éste que os
comento.
Para mi supone una alegría estar entre ellos y
con la grata compañía de todos vosotros, familiares,
paisanos y amigos. Y aunque en la invitación
aparezco con el título del puesto de trabajo que
desempeño desde hace años, yo deseo me permitáis
estar aquí hoy únicamente en mi calidad, como he
dicho antes, de familiar, de amiga y de simple y
aficionada LECTORA. Y lectora admiradora de Sonia
a la que conozco desde niña y recuerdo muy bien
cómo ya desde aquellos años daba muestras de su
gran imaginación, de su prodigiosa capacidad
creativa en nuestros inocentes juegos infantiles, y
cómo no de esa cualidad imprescindible en todo
buen escritor que es la capacidad de observación.
Estando aquí ella- que es la autora y creadora del
libro- y mi querido primo Antonio, viajero
impenitente en la India y perfecto conocedor de ese
inconmensurable continente, poco o casi nada
puedo yo aportar a lo mucho y sabroso que ellos
van a decirnos. Sin obviar la sabia opinión e
interpretación que va a darnos del libro el Dr.
Fernando de Castro Soubriet, imagino que pasado
por el tamiz familiar y de enorme cercanía y
conocimiento personales con la escritora, unido
todo ello a su gran experiencia lectora. Yo,
brevemente, voy a comentaros varias impresiones
que ha ido proporcionándome la lectura de estos
relatos o historias. La primera sorpresa es que no
responden en absoluto a esa idea previa que
podemos imaginarnos al pensar en la India y que
sería la de ese país lejano, exótico, exuberante de
riquezas y vidas fabulosas más propias de las Mil y
una noches… Pues nada más opuesto a ello. Con
Sonia, que viene últimamente desplazándose con
asiduidad hasta allí, viajamos a diversos, diferentes
y a la vez parecidos submundos de esa India
profunda, milenaria, ancestral, cambiante pero a la
vez aferrada a sus tradiciones; esa India a pié de
calle y en la que viven entre la miseria, la
resignación y los inevitables sueños de mejorar su
existencia la gran mayoría de esos millones de
habitantes que pueblan ese continente a fecha de
hoy, aunque nos parezca increíble por lo muy
diferente que es a nuestras vidas occidentales del
siglo XXI. Imagino que fruto de sus propias
experiencias, en parte, más la capacidad creadora y
literaria, son estos cinco cuentos distintos entre sí y
que como tal, pueden leerse de manera
independiente, pero sin embargo todos comparten
las mismas coordenadas de tiempo y lugar, y hasta
parece que podrían conocerse entre ellos los
personajes que los habitan, aunque cada historia se
ubica en escenarios y ambientes diferentes y con
protagonistas locales y extranjeros que tiene vidas
muy peculiares y personales aunque, eso sí, casi
todos viven en medio de un bullicio plagado de
gentes que van y vienen, que buscan y huyen pero
a la vez se aferran a lo conocido. Como muy bien
dice la autora, “TODOS juntos viven y se desplazan
en ese gran pasar que es la vida”. En definitiva, y
como lectora quiero deciros que gracias a la
magnífica y rica plasticidad descriptiva de Sonia, me
he sentido durante unas horas vecina del Main
Bazar, me he mezclado entre sus bulliciosas gentes,
he oído sus múltiples voces y sonidos, me ha
invadido el olor a fritanga de las pakoras y me he
sentido parte de la vida de Khan, Varun y Chandra,
entre otros. Y esa profunda capacidad que posee
para adentrarse en el alma y en el interior del ser
humano me ha hecho sentir un cariño y una
ternura especiales por el lambania que vive a ras del
suelo y que limpia permanentemente el Café Volga y
desde donde solo él “ve las muchas cosas que se
ocultan allí arriba: la verdadera cara de la vida, la
verdadera condición de cada uno, que se mantiene
en la sombra, donde nadie suele mirar”.
Emocionante reflexión que Sonia pone en boca de
este singular personaje que “sabe estar pero no
estar”. Preciosa definición. Y también me ha
sorprendido muy gratamente el cuento del león
desesperado y la viajera Gracia Gozlan, vecina del
zoo de aquél, y el curioso paralelismo que se crea en
la vida de ambos, presos los dos de su libertad y de
sus respectivas circunstancias. Y la sorpresa que te
aguarda al final de esta historia es tan inesperada
que tenéis que leerla pues ahí sobran las palabras.
Sólo vale la interpretación de cada lector. Y en La
Bicicleta fantasma me he reencontrado con una
cuento digno de ser escuchado al anochecer, en
torno al fuego de una fría noche invernal. Con su
toque de misterio e intriga, con unos personajes
cuyas vidas están llenas de precariedades y
miserias, sin apenas porvenir y donde la muerte y la
mala conciencia sobrevuelan, pero repentinamente
la historia da un giro inesperado que engancha y
sorprende fuertemente al lector.
Del último relato, El Viaje, nos va a hablar y
muy bien por la estupenda interpretación que ha
hecho de él, mi compañero de mesa e infatigable
viajero, Antonio Bolós.
Cierro mi turno ya, dándole mis más sinceras
felicitaciones a Sonia por saber escribir tan bien,
por habernos regalado estos cuentos, piezas que
considero magistrales, tanto como los de su padre
aunque nunca son buenas las comparaciones. Y la
animo para que continúe en esta maravillosa vena
creativa.
Por eso a vosotros OS ANIMO A QUE LEÁIS
ESTE LIBRO, porque con su lectura vais a sentiros
más felices en este “gran pasar que es la vida”.
Muchas gracias
Rocío Torres Márquez
PÁMPANAS
29
ACTIVIDADES 2014
En el mes de enero se presentó el Libro “Historia
del Fútbol en Tomelloso” de Vicente Olmedo
EL AUTOR con Ramón
González, Secretario y
Emma Cueva Presidenta
de la Peña.
En el mes de febrero
se celebró el primer
Concurso Cultural sobre Tomelloso, pero no
hubo asistencia de público, exceptuando a
unas 10 personas y los
participantes.
En marzo estaba
previsto, como todos los años, celebrar el Pregón de
Semana Santa, pero 15 días antes nos notifican
que no pueden asistir desde Tomelloso por falta de
recursos económicos. Y se sustituyó por un homenaje al poeta y flamencólogo, fallecido en enero,
Félix Grande. El acto tuvo una gran brillantez,
aunque se echó de menos la asistencia de los socios, que fue muy escasa.
En abril, tuvo lugar un precioso pregón de Romería, gracias a la colaboración del Presidente de la
Hermandad Virgen de las Viñas, D. José Márquez,
proponiendo como pregonera a Dª Mª Teresa Lozano, quien participó y colaboró con ilusión y entusiasmo, acompañada de su sobrina, que tocó el
Himno de Tomelloso al son del clarinete y puso música de fondo, mientras su tía recitaba sus poemas y
pregonaba a la Virgen. Los socios siguieron brillando por su ausencia.
La Peña trabajadora
En mayo, se dio a conocer el fallo de los Certámenes de Pintura y Poesía. También se celebró el día
de la Virgen en colaboración con la Casa y el resto
de las Peñas que la componen. La Peña llevó a dos
socios vestidos con los típicos trajes de diario de
Tomelloso, sin embargo el Presidente de la Hermandad Virgen de la Viñas no pudo acudir.
En junio, se celebró la entrega de Premios de los
citados certámenes. Tampoco asistió público apenas, salvo los amigos y familiares de los premiados
y aquellos a quienes se dio un diploma como mención a su participación.
La excursión programada para el mes de junio a
Aranda de Duero, Monasterio de Sta. Mª de la Vid y
alrededores, quedó suspendida por falta de viajeros.
En julio no se hizo ningún acto, por vacaciones.
En Agosto, acudimos al llamamiento del Ayuntamiento para celebrar el día del Ausente, que recayó
30
en la persona de Vicente Olmedo, elegido por los
miembros de la Peña. El autobús que fletó el Ayuntamiento de Tomelloso, se llenó hasta la mitad de
su capacidad. El acto se celebró en el Auditorio
Antonio López Torres, acudiendo los medios de comunicación para entrevistar a los tres Ausentes del
año, con quienes compartimos homenaje, tanto en
el Auditorio como en la comida del Restaurante
Mabel. Los asistentes quedaron satisfechos de la
jornada y observaron que este año había sido uno
de los que mejor ha estado organizado y vistoso.
Durante el acto nuestro “Tomellosero ausente” hizo
gala de su buena memoria y obsequió al Alcalde un
ejemplar de su libro “Historia del fútbol en Tomello-
so”.
En septiembre no se puede realizar el homenaje
previsto a Félix Yáñez por problemas familiares, en
su lugar se dictó la Conferencia sobre las Preferentes a cargo de la letrada doña María Dolores López
Serrano.
En el mes de noviembre, se organiza una merienda con baile de los 60, en honor de Marina Moraleda, socia que siempre asiste fielmente a todos los
actos de la Peña. Acudieron algunos socios, algo
más que en anteriores actos.
En el mes de diciembre visitamos Tomelloso para
hacer la Presentación, en el salón de la Biblioteca
Francisco García Pavón, del libro de Vicente Olmedo, el acto fue bastante vistoso, estuvo moderado
por nuestro paisano, periodista y locutor, José Luis
Albiñana Masó “Pona” y el autor del libro “Historia
del Fútbol en Tomelloso” asombró a los asistentes
con su prodigiosa memoria.
A finales de mes se dio la comida de Hermandad
a los miembros de la Peña con motivo de las Fiestas
Navideñas, después se sorteó un lote con productos
de Tomelloso y como finalización de la jornada Carmen Cruz nos deleitó con su actuación.
En el año 2014 solamente hemos recibido una
pequeña subvención de la Comunidad de CastillaLa Mancha. Y nos seguimos manteniendo con la
cuota de nuestros socios.
PÁMPANAS
AGRADECIMIENTOS
Madrid, 3 de septiembre de 2014
Sr. Don Carlos M. Cotillas López
Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Tomelloso.
Estimado don Carlos:
Estas letras son para pedirle a usted y a sus concejales, incluida doña Ángeles Lozano,
perdón por no nombrarles en mi intervención, lo mismo me ocurrió con la presidenta de la
Peña de Tomelloso en Madrid y su Junta Directiva. Es posible que la emoción del momento
me provocara este lapsus. Aparte de lo que comento, mi interés se basa en agradecerle a
usted y a los/las concejales mi más profundo agradecimiento por esa prueba de afecto y
cariño que han demostrado en todo momento a mi humilde e insignificante persona.
Les tengo que felicitar por esa perfecta organización y por el marco incomparable donde se
llevó a cabo el acto, que es el auditorio López Torres, lleno de hermosura.
Al final del acto me emocioné por tantas pruebas de cariño y simpatía hacia mi persona, por
parte de usted, concejales y paisanos, a los que tanto quiero.
Nuevamente les pido perdón y reciban el más profundo agradecimiento de un tomellosero
ausente.
Vicente Olmedo presenta su libro
de la Historia del Fútbol de Tomelloso
EL PERIÓDICO
Vicente Olmedo, tomellosero afincado en
Madrid desde hace algunos años, presentó
el 13 de diciembre su libro “Historia del
fútbol en Tomelloso”. El salón de actos de
la Casa de la Cultura registró una buena
presencia de público y la verdad es que
todos pasamos una amena velada en un
acto que moderó nuestro compañero de
José Luis Albiñana. Además del autor,
también participaron la Presidenta de la
Peña de Tomelloso en Madrid, Emma
Cueva Quirós, la directora de la Casa de la
Cultura, María Dolores Coronado, que se
incorporó con el acto ya iniciado.
PÁMPANAS
El autor dedicó unas emocionadas
palabras de recuerdo a José María Arcos,
a Félix Grande, Miguel Moreno y Jesús
Úbeda, personas importantes del mundo
de la cultura y el deporte que nos dejaron
este año. Recordó también a Luciano
González Casajuana, “que siempre me
animo a que hiciera este trabajo” y al
secretario de la Peña, Ramón González
“artífice principal de que el libro haya visto
la luz”. Olmedo relató curiosos pasajes de
la historia del fútbol local, con numerosos
datos.
31
SOCIEDAD
Con Tomelloso siempre en el corazón
En el año 2014 el Ayuntamiento ha distinguido a tres de sus paisanos ausentes: Antonio García, que reside de
manera habitual en Alicante; felicidad Soto, que vive en Alcira y Vicente Olmedo, que fijó su domicilio en Madrid
hace ya seis décadas.
LL.
Tomelloseros que, a pesar de llevar fuera de
su Tomelloso natal varias décadas ya, nunca
han dejado de ser, de sentirse ni de ejercer
como Tomelloseros. Así son Antonio García,
Felicidad Soto y Vicente Olmedo, los tres tomelloseros homenajeados este año por el Ayuntamiento de la ciudad durante la celebración
del Día del Ausente. El acto, que estuvo conducido con mucho acierto por Ángela Lozano,
se celebró en el auditorio López Torres en un
ambiente de nostalgia por el pasado y añoranza por las raíces nunca pérdidas.
Todos los ausentes distinguidos este año se
mostraron profundamente agradecidos con
Tomelloso y su Ayuntamiento por este reconocimiento y aseguraron sentirse Tomelloseros
de los pies a la cabeza a pesar de los años de
ausencia. Una ausencia en que los tres intentan paliar con visitas frecuentes a la ciudad
que les vio nacer y en la que, según aseguran,
nunca se sienten extraños.
Entrañable y simpática resultó la entrecortada intervención de Antonio García Preciados,
a quien la emoción le jugó una mala pasada,
que el suplió con su cercanía y buen humor.
Este tomellosero, afincado en Alicante, recordó
su marcha de Tomelloso recién casado en busca de un futuro mejor que el que por aquellas
fechas le ofrecía su ciudad. Recordó a su esposa, ya fallecida, y, por supuesto, enterrada en
Tomelloso, así como sus muchas aventuras
ciclistas, siempre con Tomelloso por bandera.
Felicidad Soto Novillo, apoyada por un entusiasta grupo del público, explicó que marchó
muy joven hasta Alcira buscando también un
modo de ganarse la vida. Allí ha permanecido
32
desde entonces, allí se casó –eso sí, con un
tomellosero- y allí ha criado a sus cuatro hijos,
a los que ha intentado inculcar el amor por la
Mancha y por Tomelloso. Junto con su marido
fundó en el año 1996 la casa de Castilla-La
Mancha en Alcira, institución que ahora preside.
Finalmente Vicente Olmedo García afincado
en Madrid desde hace más de seis décadas se
mostró un entusiasta incondicional de Tomelloso y un profundo conocedor del Tomelloso
Club de Futbol. De hecho, Vicente, que tuvo
unas palabras de recuerdo para el tristemente
fallecido Miguel Moreno, aprovechó la ocasión
para regalar a la Biblioteca Municipal uno de
los ejemplares que recientemente ha publicado
sobre este club, así como para pedir el apoyo
del Ayuntamiento para la edición de un volumen que recoja los muchísimos datos y documentos que Vicente ha ido catalogando e investigando a lo largo de todos estos años.
La poesía de Juan Torres Grueso y la prosa
de Francisco García Pavón en boca de Ángela
Lozano pusieron el broche final a este acto que
estuvo presidido por el alcalde, Carlos Cotillas.
El primer edil trasladó el cariño de todos
los tomelloseros a aquellos que, por diversas
circunstancias, se ven obligados a dejar su
ciudad natal, y destacó que, en los últimos
años, Tomelloso se ha convertido en un lugar
que acoge a ciudadanos llegados desde los más
variados y lejanos países, residiendo en estos
momentos en esta ciudad personas de cuarenta nacionalidades distintas.
PÁMPANAS
COLABORACIONES
Tomelloso, el sacrificio de una ciudad
Por Ángel Bernao
Parece increíble pensar que durante más de
160 años un pueblo se volcara hacia una aventura
que produjo el apogeo y desarrollo económico de
esta ciudad.
Y más que aventura podríamos calificarla de
estrategia comercial, de marketing que se diría en
los tiempos actuales.
Muchas expresiones serían elocuentes de la
actuación de las gentes de Tomelloso en busca de
una postura económica de ahorro y de considerable
imaginación para potenciar su situación agraria en
base a incrementar los valores añadidos al
resultado del esfuerzo y de
trabajo en las faenas agrícolas.
Esta situación se produjo
a
partir
de
los
segundos
cincuenta años del siglo XIX.
¿Qué hicieron los tomelloseros
para acabar resolviendo sus
problemas, sin contar nada más
que su propio esfuerzo y sin
ayuda ajena?
Pues ni más ni menos
que crear su propio banco en sus
casas. Para ello no hizo nada
más sencillo que almacenar la
riqueza obtenida de su trabajo en
su propia casa. Así las viviendas
de Tomelloso se convirtieron en
negocios, en establecimientos de
venta, en cajas de ahorro, con
libre
disponibilidad
de
su
economía. Se procedió a dar valor
y a potenciar su estrategia
económica
de
disponer
de
materia prima de fuerte demanda
a expensas de la oferta de un producto de gran
aceptación en el mercado.
Esta evolución tuvo su origen en la decisión
de poder mantener una postura definitiva sobre el
futuro de su economía que no dependiera de
factores ajenos a terceros y que únicamente
quedara a la ley de la oferta y la demanda, pero
evitando la especulación económica, manteniéndose
a la situación en cada momento de los mercados
agrarios.
No hubiera sido posible sin la decisión de
aventurarse en una innovación en la utilización de
los recursos, pero, curioso e importante, sin tener
en cuenta ni valorar el esfuerzo humano y personal
que sería necesario y que resultó ser de una
envergadura que hoy en día, por mucho que se
explique, resulta inconcebible.
Un trabajo de desarrollo que implicó a toda
la población sin desestimo ninguno: padres, hijos,
familiares y que además permitió la creación de
trabajo a terceros durante períodos de más de 150
PÁMPANAS
años y la constitución de pequeños grupos de
trabajo paralelos a la decisión tomada.
Todo el desarrollo permitió la creación
exhaustiva de trabajo por encima de las
posibilidades de la propia población, que se
amortizó con un esfuerzo humano de difícil
explicación, porque debió ser tan exorbitante y
laborioso, que prácticamente pude decirse que todo
el pueblo sin excepciones estuvo involucrado en este
acontecimiento.
Desgranando el devenir histórico de nuestra
población es evidente que siempre ha estado
supeditado, y aún sigue siéndolo,
al sector agrario como base de las
economías de toda la población y
que
crea
una
enorme
dependencia de los avatares de
las cosechas.
Por ello es explicable que
durante quince decenios se halla
continuado con una pauta de
actuación que no ha tenido final
y que únicamente el sector
cooperativo ha podido romper.
Que
ha
sido
una
consecuencia del individualismo
manifiesto de sus pobladores, es
cierto y sigue siéndolo en la
actualidad.
Pero
no
cabe
calificarlo
de
indiferencia,
aversión o desconfianza hacia los
demás,
sino
porque
los
tomelloseros
nacieron
para
fabricarse su propia vida y su
propio porvenir, porque no ha
tenido
a
nivel
general
el
suficiente apoyo colectiva de nadie y ello ha obligado
a defenderse personalmente de los avatares
humanos.
Así, cuando los tomelloseros decidieron
comenzar a picar su subsuelo sin saber
exactamente a donde podría llegar, no se puede
negar que se lanzó a tumba abierta hacia una
aventura que únicamente tenía el riesgo de perder el
esfuerzo y el trabajo humano.
Así, las cuevas de Tomelloso indujeron a
que esta ciudad se transformase en un ejemplo de
prosperidad, de inteligencia mercantil y de
capacidad para solventar los problemas de forma
agresiva y arriesgada.
Demos un sincero homenaje a aquellas dos
o tres generaciones de tomelloseros que dedicaron
su tiempo, su salud y su enorme esfuerzo por la
construcción de cuevas en el subsuelo del solar de
su propia vivienda para la elaboración de vinos
como elemento económico de desarrollo.
¡Enhorabuena a nuestras antepasados!
33
COLABORACIONES
ARTÍCULO SOBRE SONIA
Recientemente, la Peña de Tomelloso en
Madrid presentó el libro titulado “La desesperación del León y otras historias de la India”,
escrito por Sonia García Soubriet. Tras la presentación de los ponentes a cargo de la Presidenta, abrió el Acto Fernando de Castro Soubriet, quien destacó las magníficas descripciones que Sonia hace en este libro. Es difícil
transmitir al lector la sensación de un olor, de
un color o de un sabor sin imágenes que ayuden a su comprensión. Señaló, también, la
maestría de su narrativa, el dibujo exhaustivo
y concreto que discurre en una India popular,
cotidiana, sus gentes y costumbres, cómo
enamora y envuelven estos olores, sabores y
colores. Sonia consigue adentrarte en estas
historias como si fueras tú mismo quien lo
está viviendo y sintiendo.
A continuación intervino Rocío Torres, señalando lo peculiar y único de esta ocasión por
lograr reunir, en el lugar donde se prolonga
Tomelloso en la capital, y por primera vez, a
un grupo de primos y amigos de la infancia
tomellosera, convocados por Emma, la actual
Presidenta de esta Peña “y a la que deseo muchísima suerte, en tan malos tiempos “para la
lírica”, pero su entusiasmo, su fuerza y su actividad frenéticas conseguirán logros tan difíciles como éste que os comento”. La primera
sorpresa de estas historias es que no responden en absoluto a esa idea previa que podemos
imaginarnos al pensar en la India y que sería
la de ese país lejano, exótico, exuberante de
riquezas y vidas fabulosas más propias de las
Mil y una noches… Pues nada más opuesto a
ello. Con Sonia, que viene últimamente desplazándose con asiduidad hasta allí, viajamos a
diversos, diferentes y, a la vez, parecidos submundos de esa India profunda, milenaria, ancestral, cambiante pero a la vez aferrada a sus
tradiciones; esa India a pie de calle y en la que
viven entre la miseria, la resignación y los
inevitables sueños de mejorar su existencia la
gran mayoría de esos millones de habitantes
que pueblan ese continente a fecha de hoy,
aunque nos parezca increíble por lo muy diferente que es a nuestras vidas occidentales del
siglo XXI.
34
Estos cinco cuentos distintos entre sí y
que, como tal, pueden leerse de manera independiente, comparten las mismas coordenadas
de tiempo y lugar, parece que podrían conocerse entre ellos los personajes que los habitan,
aunque cada historia se ubica en escenarios y
ambientes diferentes y con protagonistas locales y extranjeros que tiene vidas muy peculiares y personales aunque, eso sí, casi todos
viven en medio de un bullicio plagado de gentes que van y vienen, que buscan y huyen
pero a la vez se aferran a lo conocido. Dice la
autora, “TODOS juntos viven y se desplazan en
ese gran pasar que es la vida”.
Gracias a la magnífica y rica plasticidad
descriptiva de Sonia, me he sentido durante
unas horas vecina del Main Bazar, me he
mezclado entre sus bulliciosas gentes, he oído
sus múltiples voces y sonidos, me ha invadido
el olor a fritanga de las pakoras y me he sentido parte de la vida de Khan,Varun y Chandra,
entre otros. Y esa profunda capacidad que posee para adentrarse en el alma y en el interior
del ser humano me ha hecho sentir un cariño
y una ternura especiales por el lambania que
vive a ras del suelo y que limpia permanentemente el Café Volga y desde donde solo él “ve
las muchas cosas que se ocultan allí arriba: la
verdadera cara de la vida, la verdadera condición de cada uno, que se mantiene en la sombra, donde nadie suele mirar”. Emocionante
reflexión que Sonia pone en boca de este singular personaje que “sabe estar pero no estar”.
Preciosa definición. Y también me ha sorprendido muy gratamente el cuento del león desesperado y la viajera Gracia Gozlan, vecina del
zoo de aquél, y el curioso paralelismo que se
crea en la vida de ambos, presos los dos de su
libertad y de sus respectivas circunstancias.
En La Bicicleta fantasma me he reencontrado con un cuento digno de ser escuchado al
anochecer, en torno al fuego de una fría noche
invernal. Con su toque de misterio e intriga,
con unos personajes cuyas vidas están llenas
de precariedades y miserias, sin apenas porvenir y donde la muerte y la mala conciencia
sobrevuelan, pero repentinamente la historia
da un giro inesperado que engancha y sor-
PÁMPANAS
COLABORACIONES
prende fuertemente al lector. Estos cuentos
son piezas que considero magistrales.
Para terminar, Antonio Bolós nos regaló un
extenso y completo comentario sin dejar
ningún resquicio por analizar, y tuve el placer
de volver a compartir con él su lectura, como
hacíamos cuando éramos niños. Yo leía los
textos que, previamente, él había analizado
concienzudamente, y resultó un final dinámico
y ameno.
De este libro se desprende, de cada una de
sus páginas, el conocimiento profundo, la
familiaridad natural, difícil de fingir, con que
se nos habla de una vida, una sociedad tan
compleja como es la India, la mayor
democracia del mundo, un país que es más
bien un subcontinente con una extensión de
casi cinco veces la de la Península Ibérica y
que sobrepasa los mil millones de habitantes
condenados
a
tenerse
que
entender en catorce lenguas
diferentes reconocidas por su
constitución y en sólo dos
oficiales: hindi e inglés, al margen
de los cientos de dialectos. Un
territorio donde se practican
todas las religiones vivas del
planeta, desde la más antigua, la
de Zoroastro hasta la más nueva,
la Bahai Fe.
El cuento de “El viaje”, es un
viaje dentro de otro viaje. La voz
narradora consigue en tercera
persona hacernos empatizar con
una pareja cuyos nombres son
ella
y
él.
Dos
personajes
anónimos que llegan a un rincón
también anónimo situado en la
costa, al Este del mapa por el que se
encuentran viajando. “Desde un montículo la
pareja contempló el perfil confuso de la
pequeña localidad que se extendía a lo largo de
la costa con sus extrañas
construcciones, unas viejas, las otras a medio
levantar, y que le daban un aspecto caótico y
ruinoso. Parecía, dejo ella, como si lo acabasen
de bombardear…”
Las
coordenadas
temporales del relato nos sitúan muy
hábilmente en el año 92 y a través de la
memoria nos hace viajar también por el
tiempo, a diez años antes, cuando Él estuvo
allí con un amigo. “Llegaron por azar, huyendo
de las aglomeraciones y el turismo de Puri y se
quedaron un mes. Y ahora, diez años más
tarde, quería enseñarle todo eso a ella. Eran
los últimos días de enero”.
Pero, ¿qué sabemos de estos dos viajeros?,
son sus actos los que dan significado a sus
vidas. Hay cierta nostalgia, una clase de
melancolía, así como cierto espejismo, cierta
aceptación de la realidad o pasividad, incluso
me atrevería a llamarla…
“Conforme recorrían el lugar, sus calles y
sus casas, aquel viajes del pasado fue
renaciendo con anécdotas y recuerdos que le
hacían reír como si todo hubiese permanecido
allí intacto. Ella lo escuchaba en silencio
intentando ocultar su decepción. Todo aquello
e parecí, no solamente diferente a como lo
había imaginado, sino desconcertante y
desolador”.
La autora consigue del lector que mire y
vea a través de los ojos de estos viajeros, que
se pregunte por esa mirada: “Qué hacemos
aquí”,
es
una
reflexión
genérica,
y
existencialista en todo caso, que fuera de
contexto se nos plantea en algún momento a lo
largo de ese viaje que resulta ser
la vida y que, volviendo al relato,
los lectores atentos y curiosos van
avanzando
por
la
historia.
“Mientras paseaban, ella quiso
saber qué era lo que tanto le
gustaba de aquel sitio. Él dijo que
si se quitaban las chanclas de
plástico y cuatro cosas más, la
vida seguiría siendo igual a como
fue varios siglos atrás”. Los
personajes
están
construidos
desde dentro más que desde el
lenguaje, más que desde su
idioma, más que desde lo que
hablan y dicen, desde lo que
sienten. La vida se mira a través
de un estado de ánimo.
Ni qué decir tiene que, por
supuesto, nos acompañó el león toda la velada.
El broche lo puso la autora que nos habló
de sus vivencias con su padre y maestro de
quien aprendió, entre otras muchas cosas, a
valorar los pequeños detalles, aquello a lo que
no damos importancia porque nos rodea como
algo natural, pero que, sin embargo, te
engancha cuando te sumerges en su lectura;
por eso, porque lo conocemos y lo tenemos a
nuestro lado, lo “reconocemos” como propio.
La vida es un viaje, una aventura en la que
estamos obligados a recorrer, tanto en los
grandes, como en los pequeños momentos. Es
un conjunto de aconteceres que forman
nuestra existencia.
Este es el sentido, en general, que la
autora nos da con estas historias de la India,
al mismo tiempo que nos la muestra tal cómo
es día a día.
Fdo.: Emma Cueva Quirós
PÁMPANAS
35
COLABORACIONES
POBLADORES Y FUNDADORES
La Peña de Tomelloso en Madrid tuvo el honor y
el privilegio de recibir el día tres de junio, a los autores del libro “Tomelloso, pobladores y fundadores”
de D. Javier Escudero Buendía (Licenciado en Derecho, miembro del departamento y colaborador del
profesor D. Pedro Andrés Porras Arboledas. Es autor
y coordinador de una decena de publicaciones del
ámbito de las Humanidades y la Historia, entre los
que destacan las monografías “Francisco de Mendoza”: El indio”, “Los Mendoza y el Mundo Renacentista”, y “Bombos y Chozos de la Mancha).
Dª Isabel Sánchez Duque (Promotora Turística
local e Informadora Turística Arqueóloga- Antropóloga, Gestora de Patrimonio Técnico Superior de
Investigación. Actualmente es la encargada del Museo Histórico “Juan Mayordomo” de Pedro Muñoz. Es
autora de publicaciones del ámbito de la Historia, la
Arqueología y la Etnografía, entre las que destacan:
“Los Bombos y Chozos en Castilla- La Mancha y “Los
Chozos de pastor, testigos de un oficio olvidado en el
término de Tébar”.
D. Juan Luis Segura Cobo, socio fundador en
1991 del Foro Castellano, asociación para la defensa, investigación y difusión de la Historia, Cultura,
Arte y Valores del pueblo castellano, de la que actualmente es Presidente. Desde la Asociación “Cinco
Estrellas” participó en el libro “Tomelloso; Arte Siglo
XXI” de carácter artístico y literario. Ha colaborado
en otras publicaciones y actividades culturales,
teniendo a Tomelloso como referencia.
Digo privilegio porque hemos sido elegidos para
ser los pioneros de su presentación.
Este libro está basado en años de búsqueda,
valoración e interpretación de documentos históricos, hasta ahora desconocidos, que nos desvelan
una nueva visión de nuestro pueblo. Se dan las
claves para entender la secuencia que tuvo lugar
desde el siglo XV al XVIII.
El solar de Tomelloso hunde sus raíces en época
romana y prerromana, definido como terreno de
monte bajo con atocha (planta herbácea de tallo
recto y hojas largas muy resistentes que se usan
para hacer cuerda) y romero. Hace referencia al
importante papel que jugó la mula para el traslado
de los diezmos de pan. Alrededor del pozo de Tomelloso había una charca y villares antiguos, y restos
de edificaciones de poblaciones anteriores. El pozo,
en un ambiente estepario, es agua limpia, es oro.
36
Los pozos estaban regulados y prohibida su
construcción por la Orden de Santiago, para los
vecinos de otras jurisdicciones.
Atraviesa nuestra población una de las vías
principales que unen los dos municipios romanos
más grandes de la zona: la vía 29 del llamado itinerario Antonino -Laminio (Alhambra).
Tomelloso es la puerta de la Mancha, la existencia de una loma (el Altillo) y de una charca o
laguna inmediata, con un notable cruce de caminos,
indica que podemos estar ante el típico poblado
manchego ocupado desde la Edad del Bronce.
En principio no se pretendió crear una aldea,
sino una alquería. Su primer Ayuntamiento lo tuvo
en el año 1563. Antes de 1571 ya se había fundado
y construido una capilla dedicada a Juan Galindo y
Lucía López, quienes pueden ser considerados los
primeros benefactores de Tomelloso.
Nuestra Señora de la Concepción es la primera
Iglesia de Tomelloso, y un hospital para pobres.
Restos de esta capilla, sorprendentemente, todavía
quedan en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora
de la Asunción: la capilla de Alonso García Lázaro,
primer Alcalde de la villa que data de los s. XVIXVII).
Este libro nos enriquece en cuanto a antigüedad se refiere. No es lo mismo tener 400 años que
4.000. Cuando el lector se sumerge en la historia,
quiere saber y conocer más, desea obtener más
información, comprender la evolución que hemos
tenido y por qué.
Dichos autores nos sorprendieron con sus descubrimientos, el entusiasmo y empeño que han
dedicado. Nos contaron historias y leyendas, provocando la curiosidad y la dignidad, al mismo tiempo.
Es una verdadera delicia escuchar los más
mínimos detalles, saber que el paisaje se puede leer
e interpretar, conocer los motivos que mueven al
hombre a superarse. Esta historia invita a seguir
investigando y, desde la Peña de Tomelloso, deseamos a estos “curiosos” que nos lo hagan saber.
Fdo.: Emma Cueva Quirós
Presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid
PÁMPANAS
COLABORACIONES
PREGÓN DE LA ROMERÍA 2014
Semblanza de María Teresa Lozano (pregonera)
Mª Teresa Lozano López: Nació en Tomelloso
(Ciudad Real). Poeta y articulista. Cofundadora de la
Asociación Cultural “Tertulia La Media Fanega”.
Colabora en diversas revistas y periódicos de la
comarca, tanto en poesía como en artículos de
opinión. Ha participado en el certamen de
recitadores de texto de La Solana. En la semana de
poesía y primavera de Valdepeñas, en la semana de
mujeres artistas de Tomelloso. Así como en diversos
recitales de poesía. También ha presentado
diferentes actos. Ha intervenido en programas de
radio. Semanas culturales, homenajes, etc.
Premios: Año 1991: 1º premio Cartas al Abuelo
Tomelloso. Año 1992: Símbolo espiga III Certamen
poético “Pan de Trigo” La Solana. Año 1994: 1º
premio de poesía sobre la mujer Tomelloso. Año
1995: Mención honorífica Tomillo y Espliego
Tomelloso. Año 2000: 1º premio Tomillo y Espliego
Tomelloso Año 2002: Accésit VI Certamen Nacional
de poesía
Ciudad Real. Año 2004: 1º premio
Certamen de relatos cortos “Tren de medianoche”
Tomelloso. Año 2004: 1º premio VIII Certamen
Nacional de poesía Ciudad Real. Año 2004: Accésit
IX Certamen Regional de poesía Villamayor.
Ve las cosas globalmente con capacidad de
síntesis sobre la realidad observada, con un sentido
crítico muy despierto y con angustia ante una
decisión por deseos de ver claro.
Enfoca su vida con sencillez y naturalidad, con
sometimiento y subordinación, desenvolviéndose
con aplomo y desenvoltura que le es proporcionado
por su estabilidad emocional, resistencia y
constancia.
Ante los demás se muestra con confianza en sí
misma, de manera generosa y extrovertida, lo que
controla cerebralmente con regularidad, pero
explota después de soportar una situación tensa,
aunque inmediatamente vuelve la calma.
Existe cierta tendencia al misticismo y actúa
con gracia expresiva. Predomina, en ella, el
sentimiento sobre la razón y sabe adaptarse con
facilidad a los ambientes, ya que le es fácil la
comunicación
verbal
y
puede
sincerarse
expansivamente, sin embargo, parece más abierta
de lo que, en realidad es, pues, a veces, se
encuentra algo confusa en sus ideas.
Tiene gustos sencillos, posee el don de la lealtad
y la gratitud, así como el de la franqueza y cierta
ingenuidad.
En su trabajo se observa buena capacidad de
ejecución, dando como resultado cantidad y calidad
en sus tareas. Tiene la suficiente personalidad como
para imponer sus propias ideas, sabiendo entender
a los demás, pero sin dejarse influir por ellos. Es
persona
de
dar
la
cara
afrontando
las
circunstancias con normalidad.
Hay equilibrio entre introversión y extraversión,
lo que ejerce un control sobre su estado de ánimo,
ya que es persona positiva en cuanto a actividad y
constancia. Pero pierde este control cuando ha
llegado a la meta, con un desbordamiento de alegría
que no puede reprimir, lo que hace contrariar su
naturaleza optimista.
PÁMPANAS
Es vital y activa, así como poseedora de buena
fuerza en la voluntad. También está dotada para las
artes plásticas.
Tiende a afianzar su personalidad con fuerza
dominadora y dotes de mando, sabiéndose imponer
a los demás.
Ante las presiones del medio mantiene una
actitud de defensa por temor, por lo que, en relación
a la comunicación de los sentimientos se impone un
predominio claro de la razón para controlar los
impulsos. De la misma forma es capaz de controlar
su emotividad, pero su carácter siempre es abierto y
cordial.
Hay leves indicios de algún pequeño trastorno
renal, digestivo o intestinal.
Sus ideas son ágiles y sus decisiones, a veces,
resultan como ella: una persona lanzada. Esto no
impide que guarde reserva hacia su intimidad, cuyo
carácter es propio de personas con independencia
intelectual. Esta señal de aislamiento es típica de
artistas, poetas e inventores, quienes viven un poco
en las nubes. Cuando su atención se concentra,
disminuye la actividad, característico también de
personas intuitivas y originales que tienen horror a
la rutina y a lo mecánico.
Mª
Teresa
considera
las
ventajas
e
inconvenientes de una acción, reflexionando
prudentemente en el contacto con los demás, lo
hace que se distancie para mantener su
independencia.
No utiliza bien la energía por excitabilidad o por
una emotividad que, a veces, raya en la sugestión,
sin embargo esto le acerca a tener buen sentido
musical.
No le resulta fácil abrirse y cuando lo hace es
con rodeos, porque en el fondo es introvertida y se
aferra a lo emprendido, volviendo continuamente al
pasado.
Su limpieza moral es indiscutible, evita roces y
molestias, con una campechanería evidente. Si algo
puede ocasionar déficit en su control de la
emotividad es cierto desorden interior con el que
mantiene algunas luchas por timidez e indecisión,
por eso rectifica constantemente con disciplina. Es
ahorradora y tiene gusto estético.
Sabe guardar las formas, siente deseos de
mejorar y tiene afán de superación, con una
ambición sana y controlada.
En
su
interior
no
se
considera
lo
suficientemente valorada y compensa este desajuste
social a través de un aumento de su propia
valoración, Se controla más en sociedad que en la
intimidad, siendo más alegre y confiada en su
porvenir de lo que aparenta, sin embargo es más
clara ante los demás que en la intimidad.
Le gustaría desempeñar una función de mayor
responsabilidad. A veces, añora el pasado, dada su
gran vinculación materna. Intenta realizar objetivos
que no le perjudiquen, se protege ante la vida.
Fdo.: Emma Cueva Quirós
37
COLABORACIONES
RESUMEN CURRICULUM.
PLUVIO CORONADO MARTIN
Madrid a 09 de abril de 2014
Española de Cirugía Laparoscópica y Robótica
(SECLA) desde mayo de 2010.
Titulación Académica y Especializaciones:
ación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) desde junio 2010.
MIR
Experiencia Docente e investigadora:
icada de Sobresaliente cum laude y Premio Extraordinario
icos de la Universidad Complutense de Madrid
desde el 2001 al 2011.
ogía de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid
de la Universidad Autónoma de Madrid desde
2011.
ademia Nacional de Medicina.
ya se han presentado, 6 con la calificación de
sobresaliente cum laude y 1 con sobresaliente.
y Empresas Sanitarias
oyectos de investigación competitivos nacionales
e internacionales financiados por el FIS, la
CAM, la Fundación Mutua Madrileña y la
EORTC
Profesor de Universidad Privada por la Agencia
de Acreditación y Prospectiva de las Universidades de Madrid (ACAP).
quirúrgico Da Vinci) con experiencia desde
2008.
Publicación de 107 trabajos en revistas nacionales e internacionales y 16 son capítulos de
Libros
congresos nacionales e internacionales.
í-
Cargos profesionales
ficas de Ginecología y Obstetricia.
del Hospital Clínico San Carlos de Madrid desde el año 2000.
evista científica seclaendosurgery desde el
2008.
Premios y Becas
el Fondo de Investigaciones Sanitarias en
1997.
s-
s proyectos de investigación del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) desde 2009 hasta 2011.
tetricia de Madrid
European Journal of Obstetrics & Gynecology
and Reproductive Biology, Acta Obstetricia et
Gynecologica Scandinavica, Gynecologic Endocrinology, Genital System & Disorders.
-Grupo Masson
Francisco García Sicilia por el mejor artículo
original
opean Organization for Research and Treatment
of Cancer (EORTC).
opean Gynaecological Robotic Surgery (SERGS)
desde 2009.
38
la Real Academia Nacional de Medicina
Estancias en centros extranjeros
udios en el Gynecologic
Surgery Department en la Mayo Clinic Scottsdale, Arizona, U.S.A. (Dr. Javier Magriñá).
Aprendizaje de cirugía laparoscópica y robótica
en ginecología.
Fdo. Pluvio J. Coronado Martín
PÁMPANAS
COLABORACIONES
El inventor y conservador de palabras
La Peña de Tomelloso en Madrid presentó el
libro de Ramón Serrano: “Sones de anochecida”.
Comenzó el Acto leyendo el análisis de su
firma, tras lo cual se cedió el turno de palabra
a Blas Camacho Zancada, amigo de Ramón
desde el colegio. Camacho dijo haberse sorprendido por la capacidad del poeta para describir sus sentimientos y confesó desconocer
esta cualidad en él. Desgranó algunas estrofas
dónde se indica la clave de su vida y su trayectoria; puso el toque de afabilidad y soltura haciendo uso de sus bromas espontáneas y de
una amistad innegable hacia Ramón. Su intervención fue muy amena.
Por su parte, Serrano dirigió un gran agradecimiento a la Peña, emocionándose al hablar. Se sintió, dijo, rodeado de gran cariño por
todos los paisanos que le acompañaban, entre
ellos: Clemente Cuesta, Rafael Torres, Juan
José Sánchez Ondal, etc…
La segunda parte de la velada estuvo dedicada a recitar sus poemas. Pablo Avendaño,
socio y poeta aficionado, leyó la primera fase
del libro: Sones. Pepe Arroyo, actor de teatro y
director del grupo “Carlos Lemos” (Casa Castilla- La Mancha) lo hizo en la segunda: Quereres. Mª Antonia García de León, socióloga y
escritora, la tercera: Cantares. Y para terminar
el recital, cada uno de ellos intervino con un
poema de la cuarta fase: Vivires. El acompañamiento estuvo a cargo de Juan Romero Gómez con su guitarra, poniendo una dedicada
música de fondo a los versos.
Sánchez Ondal quiso dedicarle unas palabras a su amigo y compañero del colegio: Dicen que de poetas y locos todos tenemos un
poco. Pero el poeta tiene, o ha de tener, en su
ADN, una dosis mayor de locura que los demás
mortales. Ramón está bien dotado de ambas
cosas: de poeta y de loco, pero de amante poeta y de loco de amor, de loco enamorado, porque “estar sin amor es insufrible”.
Sólo a un poeta, se le ocurre ir “hasta el
mar por ver si el mar lloraba”, pero no sólo a
eso sino, además, como al final confiesa, “y por
oír cantar a las sirenas”. Sólo un poeta osa
escribir, sin que lo encierren, que puede “atar
el agua” y “ver caer la nieve en el estío”, “crecer
la hierba” o “hacer volverse al río”. Puede hacer todo eso, mas no puede, por mucho que lo
intenta, “vivir enamorado de ti, sin estar loco”.
Y sólo a un poeta soñador y loco se le ocurre
aspirar, conjuntamente, a la mar y a sus peces, al amor y a la luna. Por ello, al bajar a la
tierra, ha de escribir: “No tuve al mar, ni a ti ni
PÁMPANAS
a las estrellas”. Y como buen poeta le duele el
alma, se le entristece y se pregunta “¿Por qué
lo triste no desaparece”?… ¿Por qué es eterno lo
que me hace loco?, ¿Por qué fue sólo un soplo
mi alegría… por qué te fuiste de la vera mía?
Ramón, en sus Sones de anochecida, nos
muestra o así me parece a mí, que ha bebido
de los clásicos y de los modernos; que se ha
impregnado de la poesía de los grandes maestros y ha asimilado lo mejor de ellos. Y no puede evitar que por sus venas fluyan hasta estos
poemas sus aromas, sus enseñanzas, incluso
sus giros y palabras. Centrándome en esos dos
bellos versos del poema La Búsqueda, esos que
dicen: “Te estoy buscando, amor, en esos campos/ de soledad, de olvido y de amargura”. ¿No
nos transporta hasta Rodrigo Caro y su canción a las ruinas de Itálica? (Estos, Flavio, ¡ay
dolor! que ves ahora, campos de soledad, mustio collado). Y ese vocativo, amor, que está buscando por ellos, ¿no nos trae reminiscencias
del Miguel Hernández de “estoy contrito, amor,
estoy confeso…”? Busca a su amor por campos
de soledad y de olvido, ése que “como el agua
maldita nos da una sed más honda que la sed
que nos quita”, palabras de José Ángel Buesa.
Por campos de amargura, también, de dolor de
ausencia por el amor perdido, que como deja
traslucir, le sume en el abatimiento y “en barrancos de tristeza” como al poeta oriolano.
Ramón, en sus Sones, aún más en sus Quereres, nos deja columbrar un alma herida de la
que brotan suspiros y ayes que son cánticos;
lágrimas que son versos, llanto que se remansa en el poema. Pero Ramón se sobrepone de
sus dolientes versos y se “viene arriba”, alegre,
en sus Cantares cantando al pueblo y al juglar
Triguero... y en sus Vivires usa, hábil, el romance con acierto y esparce, generoso, paternal, el sabio magisterio del consejo. No falta,
en Yo soy, (Enseñar no pretendo, pues sé poco),
la confesión de humildad como escritor, cuya
vida cree “será muy corta”, pero que le deseamos larga y fecunda. Y, puesto que se ha amistado con su soledumbre, me permito aconsejarle que cuando ésta no le satisfaga del todo,
siga acudiendo a la poesía, sincera y fiel amiga, amén de a los amigos de carne, hueso,
afecto y sentimiento que tampoco le faltan.
Entre ellos, puede contar con éste.
Finalmente Blas Camacho leyó algunos
versos seleccionados por él y Ramón Serrano
cerró el acto, recitando, igualmente emocionado que al principio, unos poemas que no estaban incluidos en el libro presentado.
Fdo.: Emma Cueva Quirós
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COLABORACIONES
ANÁLISIS DE Dª CRISANTA MORENO
Realizado en Madrid, a 16 de mayo de 2015
Poseía armonía entre introversión y extraversión, entre la visión global y la del detalle, con buen
potencial y equilibrio entre generosidad y economía.
Estaba orgullosa de sí misma y lo demostraba con
aplomo, seguridad y gran desenvoltura.
Su agudeza y dotes de observación, facilitaba
que pudiera penetrar en los demás con empatía.
Mujer con capacidad lógica y deductiva, que se apoyaba en motivos intelectuales con calidad entre las
dos asociaciones.
Sin embargo padecía fluctuaciones en su propio
concepto, lo que ocasionaba, a veces, mantener una
postura defensiva. Esta confusión de ideas hacía
peligrar la visión panorámica de las cosas y brotaba
gran desproporción de la energía que empleaba.
Este carácter, algo inarmónico era debido a un
exceso de emotividad, a su desbordamiento imaginativo, a una sobreactividad cerebral y su mucha
sensibilidad.
Pero debía anteponer la razón sobre los sentimientos por las circunstancias y entonces se mostraba enérgica y con dureza, disciplinada y, a veces,
intransigente, lo que conseguía siendo reservada, ya
que, verdaderamente, su personalidad tendía hacia
la introversión.
Al mismo tiempo era mujer graciosa y distinguida, bastante equilibrada y concreta; con superioridad personal, por ser sencilla y sobria, por poseer
equilibrio entre orden y claridad.
Reflexionaba dando vueltas a las cuestiones, a
veces, de forma obsesiva, por ese exceso de imaginación que la llevaba a vivir la jornada por anticipado. Su nivel intelectual no era muy alto, en aquella
época las mujeres, o muy pocas, apenas tenían
acceso a los estudios. Pero tenía mucha voluntad de
carácter y, aunque no racionalizaba bien el esfuerzo, conseguía lo previsto poco a poco.
Se observa una clara tendencia de aferramiento
al pasado, con el formulismo social que ello conlleva. Tenía la capacidad suficiente como para realizar
bien las tareas que se le imponían.
Siempre daba la cara, afrontando las circunstancias
con normalidad y manifestándose tal como era.
En la firma de los años analizados se ve a una
mujer pesimista y triste, tal vez por enfermedad o
cansancio y, seguramente, por todo lo vivido.
Al comienzo de una tarea todo le parecía bien, lo
tomaba con alegría, pero si encontraba dificultades
se vendría un poco abajo. Después de solucionar el
problema, de haber llegado al final, a la meta, le
sobrevenía un abatimiento, un pequeño derrumbamiento por el esfuerzo realizado. Ante ese estado de
ánimo luchaba con gran fortaleza, queriendo controlar ese pesar sin conseguirlo y se desanimaba más
al contemplar su estado depresivo.
Físicamente no era una persona fuerte, era, más
bien, frágil y le acompañaba un gusto musical innato, dada su sensibilidad y espiritualidad. También
poseía sentido del color y gusto estético, era persona
de relieve y mucha personalidad con exageración en
las manifestaciones de fuerza o poder para afianzar
su yo y su gran fuerza dominadora. Entonces mostraba una postura egoísta debido a la necesidad de
imponerse a los demás.
Emma Cueva Quirós
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PÁMPANAS
COLABORACIONES
Resolvía con facilidad la comunicación con los
demás y era generosa, cordial y afectuosa, con
emotividad más o menos controlada, pues sufrió un
fuerte choque con la pérdida de D. Víctor Peñasco,
su segundo marido, a quien valoraba claramente.
Las enfermedades que le sobrevinieron fueron
de tipo cardíaco y con posibles trastornos renales,
digestivos e intestinales
Al final de sus días vivió atormentada por todos
los acontecimientos que padeció.
Siempre utilizaba la lógica y la intuición en el
análisis y estudio de la realidad que le rodeaba,
debido a su equilibrio entre introversión y
extraversión. Poseía gran vida interior y social,
aunque con inseguridades y vacilaciones.
Cuando salía su vena altruista no reflexionaba
demasiado, pero sí aprovechaba la energía en la
realización de ese asunto, siendo consecuente y
simplificando las cuestiones. Se adaptaba a las
situaciones con vibrante emotividad y buena
agilidad de ideas, sin aferrarse a ellas.
A veces su sinceridad y expansión le hacían
parecer imprudente, pero su afán siempre fue de
perfeccionamiento para mejorar y enriquecer su
personalidad de forma dinámica.
Esta firma estriba entre los años 1891-1895,
cuando ya había fallecido D. Víctor y hasta el día de
su propia muerte, es decir, ya mayor y castigada por
la vida. Aun así siguió siendo una mujer muy
natural, aunque sabiendo guardar las formas, a
pesar del descorazonamiento y fatalismo que veía,
incluso en el logro de sus metas.
Sus intenciones fueron claras, se mostraba
como era, sin ocultarse y asumiendo las
responsabilidades, lo que hacía sentirse contenta
consigo misma y sus méritos y posibilidades.
Su naturaleza era seductora, con habilidad
manual y diplomática, dada su gracia y coquetería.
El Punto de la i a su altura: indica el equilibrio
que poseía entre lo material y lo espiritual, sin dejar
de ser controladora, reflexiva, prudente y
razonadora. Aunque, a veces, también irritable e
irónica.
No dejó de ser flexible, decidida y mantener
cierto optimismo, pero su carácter era el de repasar
y repasar todo para rematar cualquier asunto que
tuviera entre manos, y rematarlo bien. Su
impaciencia le provocaba desgaste de energía y
ansiedad.
Sabía que su carácter superaba a los que la
rodeaban. También que estaba ligada fuertemente al
pasado y a la tradición.
Su infancia fue feliz y tuvo buenas relaciones
con la madre y su figura. Así mismo, la figura
paterna la dotó de una gran fortaleza, debido a su
buena relación. Sentía esa nostalgia de sus años
infantiles con la familia.
Sus deseos inconscientes eran de ser discreta o
menos indiscreta, por eso se mostró reservada y
prudente en dar afectos, para protegerse del
ambiente, pero cuando tenía un amigo de verdad,
había total fidelidad.
Antonio Jiménez Crespo
Fdo.: Emma Cueva Quirós
PÁMPANAS
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COLABORACIONES
CURRICULÚM
Mª DOLORES LÓPEZ SERRANO. Abogada del ilustre
Colegio de Abogados de Madrid desde enero de 1980. Hizo
sus
estudios
universitarios
en
la
Universidad
Complutense, entre los años 1974 y 1979. En el año 1980
compatibilizó el curso de la Escuela de Práctica Jurídica
con la pasantía en un despacho sito en la C/General
Castaños nº 3 de Madrid. Desde el año 1985 cuenta con
un despacho en la C/ Príncipe de Vergara nº 99 de
Madrid. En el año 1982 se le dio de alta en el turno de
oficio, tanto en materia Civil como en Penal, como una
forma altruista de colaborar en su profesión con las
personas carentes de recursos suficientes para litigar.
Durante todos estos años ha asistido a la mayoría de
los cursos emitidos por el Ilustre Colegio de Abogados de
Madrid tanto a los de formación sobre diferentes materias,
(extranjería, herencias, liquidación de la Sociedad de
Gananciales, Contencioso-administrativo, tráfico, derecho
penitenciario) como sobre los cambios habidos en las
leyes, entre ellas la Ley de Propiedad Horizontal, la Ley de
Arrendamientos Urbanos, el Recurso de Amparo, la Ley de
Enjuiciamiento Civil, el Código Penal, la legislación laboral,
etc.
Ha colaborado con una revista de Derecho en la cual
ha publicado varios artículos sobre el tema de las
Herencias y accidentes de coche y las preceptivas
indemnizaciones.
Ha trabajado como Letrada externa en varias
aseguradoras, Mutaxi, La Mutua Madrileña y Axa. Ha
colaborado como Letrada externa con la empresa Interclisa
(hoy Carrier).
Ha colaborado como Letrada externa con varias
agencias de viajes, tanto en redacción de condiciones
generales de sus contratos como en reclamaciones de
LORENZO NAVARRO
Abogados
Gran vía, 57, 7º J – 28013 MADRID
Teléfono 91559 4044 – 915596063
Fax 91758 3028 – Móvil 609 244 938
viajeros tanto a nivel conciliatorio como contencioso.
Colabora en la actualidad con un despacho
especializado en cuestiones mercantiles y marítimas con
Guinea Ecuatorial, realizando contratos, reclamaciones
entre navieras, y seguimiento de los envíos de material y
realización de los proyectos marcados.
En el despacho se tratan temas de diferentes
especialidades:
CIVIL:
Herencias,
divorcios,
arrendamientos
urbanos,
propiedad
horizontal,
reclamaciones de cantidad, etc. PENAL: Querellas,
accidentes de coche, errores médicos, robos, estafas, etc.
LABORAL:
Despidos,
incapacidades
laborales,
reclamaciones de cantidad. MERCANTIL: Constitución de
Sociedades, concurso de acreedores. FISCAL: Igualas con
empresas, declaraciones de renta, impuestos.
Cuenta con colaboradores en varias provincias de
España, no teniendo inconveniente en desplazarse en
persona al Juzgado que corresponda si el tema lo requiere
o el cliente lo solicita. Mantiene una relación directa y
personalizada con los clientes, a los cuales se les informa
de cualquier novedad en su tema y, de todos modos, una
vez al mes se les notifica la marcha de su procedimiento.
Una vez acude el cliente a su despacho, se le confecciona
un presupuesto y se firma un contrato de arrendamiento
de servicios que compromete a ambas partes.
Desde el año 2011 ha dado diversas conferencias sobre
Herencias y Testamentos en diferentes centros culturales,
privados o de la Comunidad de Madrid. Las Herencias, que
es uno de los temas más conflictivos que conocen los
despachos. En estos momentos está tramitando varias
demandas civiles y penales sobre el asunto del fraude de
las Preferentes, tanto antes del plazo de caducidad, como
con posterioridad al mismo.
Madrid, 7 de octubre del 2014
D. VICENTE OLMEDO
Mauricio Rabel, 3, 6º - 28049 MADRID
Estimado paisano y amigo:
Con gusto leí el libro sobre la historia del fútbol en Tomelloso que tuviste la amabilidad de regalarme, y que es
magnífico para la historia de nuestro pueblo en el aspecto deportivo. Hay que ver lo que has trabajado en beneficio de todos,
pues con el paso del tiempo, si no hay documentación, las cosas se olvidan o tergiversan.
Yo te envío unas fotos que venían en el libro de “Historia de Tomelloso” editado por la Revista Pasos, en la que
aparecen mi padre y sus amigos en un partido amistoso que, aunque dice 1954, debió ser antes, pues el citado año ya
vivíamos en Madrid.
Recuerdo muy bien que dicho partido fue de los que llevaban gafas (Club Cristal) contra los que no pudimos ganar, y
en mi casa estuvo mucho tiempo un cartel grande donde decía “Se ruega al público que no arroje objetos al campo de juego,
pero si arroja alguno que sea grande para que los del Club Cristal puedan verlo”. A mí no me gustó mucho el futbol, pues yo
creo que el presenciar con pocos añitos la agresión al árbitro Santullano me quitó las ganas de ser bruto. ¡Qué tiempos!
Parece que lo estoy viviendo y viendo a mi padre, que era Delegado Gubernativo de Campo, tratando de contener al personal
sin éxito, por lo que la Federación lo sancionó con inhabilitación perpetua para dicho cargo.
Ya he visto que te nombraron Tomellosero Ausente en la pasada Feria. Yo no pude ir porque en esas fechas siempre
estoy de vacaciones por el extranjero, pero está muy bien que se acuerden de nosotros que, a pesar de faltar tantos años de allí
(toda una vida) seguimos llevando al pueblo en el corazón.
Bueno, muchas gracias otra vez, y recibe un cordial saludo de tu paisano,
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PÁMPANAS
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