Diez diferencias y pico del multiplicador monetario con la concepción cuántica del dinero. 1) El dinero bancario neoclásico no monetiza la producción sino activos ya existentes (Cuadros, Oro, Letras del Tesoro, casas, efectos comerciales, etc.). La actividad bancaria neoclásica ni es una actividad estrechamente ligada a la producción ni tampoco se corresponde con un sistema bancario (Banca Central y Banca secundario) que “haga su función sin alterar la naturaleza de la moneda” (Cencini, 2015). 2) Por ejemplo, según ellos el señoraje por parte del sistema bancario es normal, y desatienden en sus planteamientos al ordenamiento legal y a las reglas de la contabilidad bancaria de las que las economías reales se dotan para evitarlo. Como el resto de este tipo de teorías que ven la Economía como una Física y una Psicología suelen ser ahistóricas. Y, por consiguiente, sus representaciones de la realidad nada tienen que ver con la realidad. Lejanía que no cabe justificar con el consabido recurso metodológico a la necesidad de las abstracciones en el pensamiento. El neoclasicismo tiene una lejanía del mundo bien distinta a la del plano de una ciudad con la ciudad misma. 3) Brilla por su ausencia el marco institucional, legal y contable de la actividad bancaria, que es evolutivo y sujeto a cambios continuos como respuesta de la sociedad y del Estado a la labor activa, creadora y desestabilizadora de los bancos. La conducta de los bancos privados, por el contrario, se recoge en dicha ortodoxia como un puro dejarse llevar por la batuta del Banco Central, esto es, por el coeficiente de caja. Por ejemplo, pensemos en el significado del mercado de eurodólares, de la banca offshore o de la burbuja especulativa que hoy domina el mercado monetario y de capital mundiales y mueve a su capricho las primas de riesgo de las deudas soberanas. Recordemos en este punto la Hipótesis de Fragilidad Financiera de Hyman P. Minsky. 4) Es monetarista en tanto que para él la cantidad de dinero está ahí en sí misma como algo independientemente del “puré” de mercancías heterogéneas producido y puesto a la venta en el mercado. Recordemos que la visión monetarista se sustenta según Marx en: der abgeschmackten Hypothese, dass Waren ohne Preis und Geld ohne Wert in den Zirkulationsprozess eingehn, wo sich dann ein aliquoter Teil des Warenbreis mit einem aliquoten Teil des Metallbergs austausche [Marx, Das Kapital] una hipótesis de mal gusto, según la cual las mercancías sin un precio (o sea, como una cosa física: un par de zapatos) y el dinero sin valor (o sea, el oro y la plata como meros metales o los depósitos bancarios entendidos como activos netos) van a los mercados para ya allí las dos partes encontrarse, el puré de mercancías por un lado y la montaña de metales por el otro, donde cada una en su parte alícuota correspondiente hacerse intercambiar los unos por los otros y determinar en ese cambio el valor monetario de las mercancías 5) El dinero en el multiplicador monetario es un stock que circula, como el stock de monedas o de dinero mercancía (cajetillas de cigarros), de mano en mano. En la cuántica, recordemos lo leído en el Tema 1 del libro de Cencini (2015), el dinero flujo nunca sale del instituto bancario que lo creó, y es destruido de inmediato mediante la venta de un depósito bancario que hace el mismo banco al cliente acreditado con el pago en dinero flujo. A su vez, los depósitos bancarios no circulan. Pues, están también sujetos a creaciones y destrucciones continuas, que suceden cada vez que han cumplido su promesa de pago, esto es, de un pago realizado en dinero flujo. Y han finalizado tras él por consiguiente su función vehicular de trasportar una mercancía determinada del vendedor al comprador. El dinero cuántico que es el de verdad no circula, se emite: se crea y se destruye inmediatamente (dinero flujo) o tras ejecutarse su promesa de pago (dinero stock). 6) De ser los salarios los determinantes del valor de la producción nacional en la Economía Cuántica, para el pensamiento del monetarismo, es el dinero quien ha de determinar el nivel de salarios. Se invierte pues la relación causal entre ambos elementos al pasar del dinero de la cuántica al dinero stock circulante del multiplicador monetario. Por ejemplo, el monetarismo supone que la cantidad de dinero es inflacionista si no anticipa y se ajusta a los cambios de la producción, y piensa que esta anormalidad es lo normal ¿Pero cómo se hace eso de que el dinero desconectado del producto finalmente lo encuentre y le dé un valor? No dicen nada. Sólo nos responden con una lectura causal de la ecuación cuantitativa del dinero M.v = P.Y. Si Y está dada y v también, entonces M determina P. Pero esto es una lectura arbitraria de la ecuación cuantitativa sin fundamento teórico ni empírico. [nota: M es cantidad de dinero, v es velocidad de circulación del dinero, P es un nivel de precios e Y es cantidad física de mercancías o producto nacional real no monetizado]. 7) El Banco Central no es según el multiplicador monetario el banco de los bancos, aquel instituto bancario que homogeneiza con seguridad y al mínimo coste las emisiones heterogéneas del sistema de bancos secundarios (Ricardo, Una Propuesta para una Reforma Segura y Económica de la Moneda (1816), sino tan sólo el emisor de efectivo (los billetes o dinero legal del Estado); eso sí, su papel de autoridad monetaria queda reducido a su poder para imponer un coeficiente de reserva a la banca. Sin embargo, el efectivo es un instrumento monetario insignificante en las economías reales, y el coeficiente de reserva prácticamente ha desaparecido. Tampoco cambia nada cuando permiten los depósitos bancarios de la banca secundaria en el Banco Central como una pura anotación contable. ¿Es realmente importante el coeficiente de caja para que la autoridad monetaria controle y ordene para el bien común el poder que Ricardo supo ver en el ejercicio bancario en tiempo tan temprano como 1816? Creo que la pregunta se contesta por sí sola. 8) Es curioso que no haya comunicación entre el Banco Central y los bancos privados (bancos secundarios) entre sí, directa y fluida. Parece que el canal de comunicación es unidireccional, el Banco Central ordena y el resto del sistema obedece. Tampoco se sabe si hay necesidad en la economía privada del dinero legal de Estado o del Banco Central, o si simplemente es que la autoridad lo impone porque sí y que realmente no sirve al país para mucho más que para elevar el gasto público, lo que tampoco se aclara suficientemente. Estas cuestiones tal y como quedan planteadas por el dinero legal y privado exógeno distorsionan el origen y la naturaleza de la moneda nacional. 9) Tampoco es verdad que el papel del Banco Central esté bien definido por la imagen convencional de proveedor de efectivo a los agentes privados. (No sabemos si para: ¿pagar impuestos? ¿realizar pequeñas compras en los mercados de bienes y servicios? ¿guardar bajo el colchón? ¿hacer crecer nuestra colección numismática?). La principal función del Banco Central desde su origen no es otra que la de homogeneizar el dinero de los distintos emisores privados bancarios (Cencini, 2015; Ricardo (1816)). Lo cual se realiza no a través del coeficiente de reserva sino en el papel que el Banco Central cumple en la intermediación monetaria y financiera con los bancos secundarios ejercida como una cámara de compensación de las deudas monetarias interbancarias. Donde el crédito del Banco Central a la banca secundaria, la venta de títulos entre bancos, o el descuento de efectos comerciales o intercambio de activos entre bancos son elementos o instrumentos básicos del funcionamiento del sistema bancario. En resumen, en la visión exógena de la moneda que criticamos no hay compensación de las deudas interbancarias ni pagos efectivos entre bancos ni intermediación monetaria ni financiera del Banco Central respecto al sistema de bancos secundarios. Es decir, del melocotón se ha comido sólo la cáscara. 10) Deposits makes loans afirma el multiplicador, cuando más bien, como afirman los post-keynesianos del dinero endógeno, es al revés: loans makes deposits (Minsky, Marc Lavoie). Siguiendo a los economistas cuánticos (Schmitt, Cencini, Rossi), esa tesis y su antítesis se reconcilian cuando cambiamos el chip newtoniano por el cuántico. En Cuántica, como hemos explicado en el tema 1, el dinero se crea desde el cero del dinero nominal (promesa de pago bancaria mediante el recíproco reconocimiento de deuda entre una empresa y un banco), para después en el pago de salarios dar la forma monetaria a la producción e instantáneamente transformar el ingreso salarial recién creado en un capital tiempo (bajo la forma temporal de un depósito bancario): capital tiempo que es inmediatamente puesto a disposición de la empresa que lo creó como crédito ordinario. Así es que la empresa que adelantó y pagó los salarios ahora los recibe en préstamo; y es por ello que para ella el pago de salarios es gratuito: el trabajo se paga a sí mismo y es el único verdadero creador de valor económico. Repasemos lo dicho hasta aquí: el primer crédito es cuántico (loans makes deposits), pero el segundo que sucede en el mismo segundo al primero cuántico es el que todos conocemos y vemos, es decir, es el crédito ordinario visible y el único que hasta ahora consideran la mayor parte de los economistas. Los cuánticos ven ambos y son los primeros que reconocen y han podido definir aquel original que hasta esta teoría elaborada por H. B. Schmitt no se percibía por nadie (el crédito cuántico por el que se crea y monetiza la producción nacional). Aunque tal vez sí que lo intuyeron muchos pensadores al criticar a la economía vulgar dominante en el momento que les tocó vivir, pues la existencia de ese dinero y crédito cuántico es necesario para dotar a la realidad económica de la lógica rigurosa imprescindible en el pensamiento científico. Los autores que como Marx o Minsky rechazaron el paradigma de la Economía de Trueque de algún modo comprendieron este papel del trabajo y del dinero en la producción capitalista de mercancías. Los post-keynesianos parecen apuntar a ese crédito cuántico con su lema “es el activo bancario el que determina el pasivo”; pero su visión no es clara y tampoco aciertan a darle definición y nombre propio al fenómeno. Terminaremos diciendo que para la realidad cuántica de las economías monetarias de producción en que vivimos lo esencial es invisible a los ojos e instantáneo. Hay, eso sí, un big bang económico que es la producción humana que se repite una y otra vez desde la nada, por eso, para nosotros que pensamos como cuánticos lo primero es la creación de los salarios y no un stock de dinero que nos remonta infinitamente hacia atrás en el tiempo hasta el big bang del Universo. La explosión física que creó espacio y tiempo fue divina y única, pero el big bang que resulta del trabajo es humano y en un sinfín crea y destruye su objeto. El pico: quedan otros muchos aspectos criticables en esta concepción mecanicista del proceso de creación de depósitos bancarios a partir del valor de la base monetaria. Como que no se contempla en él otras funciones fundamentales del Banco Central para la teoría post-keynesiana como las de prestamista de primera instancia del Estado (Randall Wray) y de última instancia de la banca privada (W. Bagehot, Hyman Minsky, Kregel (1988) con las correcciones que apunta Cencini). O que admite la posibilidad de pago mediante simples promesas de pagar, meros IOUs. Haciendo caso omiso, por ejemplo, en el campo monetario internacional, a la propuesta de Keynes de 1943, en la que el gran autor inglés defendió en Bretton Woods la necesidad de dotar al sistema de pagos internacionales de un Banco Central de Compensación (Union Clearing). Lo que la Tª Monetaria del monetarismo y su varias versiones neoclásicas permite, esto es, el uso de una moneda nacional (el dólar o cualquier otra) como moneda internacional, y, por consiguiente, a la que se le tolera ser un instrumento de pago de última instancia de los déficits corrientes igualándola de este modo con el oro en el viejo sistema del Patrón Oro, es lo finalmente explica por qué el actual sistema monetario y financiero es tan proclive a padecer crisis recurrentes de las deudas soberanas, así como de la cada vez mayor fuerza de los especuladores que las ejecutan. Madrid (Cantoblanco Universidad), 1602 18 Julián Sánchez González Todos los documentos del Seminario están disponibles en la web www.uam.es/julian.sanchez Twitter: @SG1602SEMPKC