Segunda etapa • Año 10 Martes 18 de octubre de 2016 Nº 618 ESPECIAL LEGISLACIÓN EN SALUD Avances por un sistema normativo más justo Págs. 2-3 RESPONSABILIDAD CIVIL. Una aproximación a la nueva alianza jurídica institucional moderna entre el ejercicio de la medicina y el derecho. Marxlenin Prada Boluarte Págs. 4-5 VÍCTIMAS DEL DESCUIDO. La justicia y los derechos irrenunciables del paciente como el consentimiento informado en debate. Luis Quito Rodríguez Págs. 6-7 CONFLICTO DE INTERESES. Impacto y desarrollo de la conciliación extrajudicial y de la medicación o buenos oficios en la salud. Carlos Castillo Rafael Pág. 8 DEBERES DE FUNCIÓN. Estrategias, habilidades y destrezas en el diseño de la defensa legal ante casos de negligencia médica y mala práctica profesional. Susán Quito Méndez 2 suplemento de análisis legal ESPECIAL Martes 18 de octubre de 2016 DERECHO MÉDICO COMO ESPECIALIDAD La responsabilidad civil MARXLENIN PRADA BOLUARTE El derecho médico ha adquirido jerarquía nacional. La legislación en salud, sus determinantes, la interpretación jurídica de la inmensa cantidad de normas regulatorias, así como el financiamiento, organización y calidad de los servicios de salud y los mecanismos de control y participación ciudadana, son preocupaciones constantes de asociaciones, gobernantes y gobernados, administradores, aseguradores, prestadores del servicio de salud, profesionales de la salud, usuarios o pacientes, profesionales del derecho, entre otros. El gran interés despertado por esta especialidad jurídica se explica por varias razones: la trascendencia teórico-práctica de sus materias y asuntos que le son propios; su dimensión conceptual; su constante evolución; la importancia de su temática para los derechos humanos, así como por la cotidianidad y alta frecuencia en la generación de conflictos. También por su alto costo económico, sus posibles soluciones tanto a través de las políticas de resarcimiento, de la administración de justicia, como de los métodos alternos y distintos mecanismos de control y participación ciudadana; a su vez, por el interés generalizado que despiertan estos temas para toda la comunidad porque nadie se puede sustraer a la posibilidad de estar inmerso en la administración, prestación y utilización de un servicio o producto de la salud. Abogado. Catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). E l derecho evoluciona acorde con las necesidades sociales predominantes en una época. Precisamente, una de las nuevas disciplinas jurídicas emergentes en el siglo XXI es el derecho médico, rama autónoma del derecho que regula el ejercicio profesional al servicio de la salud, la relación médico-paciente y las consecuencias derivadas de esa relación. Como rama especial del derecho, el derecho médico protege jurídicamente al ser humano frente a la práctica y técnica de la medicina, estableciendo los principios básicos que guían la relación entre el profesional de la salud y el paciente, los deberes y derechos del médico, de los pacientes y de otros profesionales de la medicina, así como la protección integral de la salud. Como una nueva especialidad jurídica, el derecho médico merece lineamientos y principios seguros, pero que no han de ser solo jurídicos, sino también médicos, científicos y bioéticos. Surge en este contexto una alianza jurídica institucional moderna entre la medicina y el derecho, dos profesiones que comparten una misma esencia: el bienestar de la vida humana. De allí que estas dos disciplinas, técnicamente distintas pero dogmáticamente similares, han encontrado un punto estructural de coincidencia, presentándose como un tipo natural de derecho. Las características El derecho médico contiene normas de derecho público y privado, normas sustantivas y adjetivas, éticas y penales. Es también dinámico: la normatividad que rige el ejercicio profesional médico debe adaptarse siempre a la necesidad de nuevos procedimientos diagnósticos, terapéuticos y de investigación. Es, sin duda, objetivo: tiene su consistencia en la ley. Finalmente, es imperativo: las normas jurídicas que lo regulan, no obstante tener un carácter ético, moral y fundamentalista, no pueden ser dejadas de lado por convenios particulares. jurídica Los objetivos El derecho médico persigue diversos objetivos. Conocer la normatividad existente relacionada con el derecho médico, evaluar la protección jurídica de la persona frente a la práctica y técnica de la medicina; establecer Peculiaridades extracontractuales Puede decirse que la relación médicopaciente es de naturaleza contractual, sea cual fuere la esencia que se asigne a dicha relación. Ahora bien, en determinados supuestos, la responsabilidad médica puede tener carácter extracontractual. Así, por ejemplo, en los siguientes supuestos: Q Cuando los servicios médicos son requeridos por una persona distinta del paciente, siempre que aquella no obligue contractualmente al último en virtud de una representación legal o voluntaria. Q Si el contrato celebrado entre el facultativo y el paciente es nulo. Q Cuando el servicio médico es prestado por el facultativo espontáneamente, sin intervención alguna de la voluntad del paciente. Ejemplo, el médico que auxilia a la víctima de un accidente en la vía pública. Q Si el médico atiende a un incapaz de hecho sin poder comunicarse con el respectivo representante legal. Q Cuando la actividad del médico se desarrolla en contra de la voluntad del paciente (asistencia al suicida). Q Si la relación entre médico y paciente es impuesta coactivamente al último, a raíz de la imperatividad de una disposición legal o administrativa. Q Cuando el médico Director (e): Félix Alberto Paz Quiroz | Editora: María Avalos Cisneros | Jefe de Edición Gráfica: Daniel Chang Llerena | Coordinador: Paul Herrera Guerra | Jefe de Diagramación: Julio Rivadeneyra Usurín | Diagramación: Vanessa Quiroz Rodríguez actúa con la intención de causar el daño, es decir, con dolo delictual, lo que configura un delito. Q En el caso que el paciente fallezca como consecuencia de la atención médica y quienes reclaman son sus familiares. Aquí el reclamo debe realizarse en la vía extracontractual. Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad de los autores. Sugerencias y comentarios: [email protected] Jurídica es una publicación de El Peruano 2008 © Todos los derechos reservados ESPECIAL Martes 18 de octubre de 2016 las implicancias y consecuencias jurídicas de la medicina; conocer las normas legales para su correcta interpretación y aplicación; analizar la aplicación de la normatividad en controversias médicas, en casos concretos; conocer aspectos de la responsabilidad de los médicos y demás profesionales de la salud; conocer las bases teóricas, los conocimientos prácticos y las herramientas fundamentales para ser especialistas en derecho médico. El derecho médico se origina en una forma especial de relación entre las personas, en virtud de la cual una de ellas (el enfermo) acude motivado por la alteración de su salud, y la otra (el médico o el profesional de salud: odontólogo, obstetriz, enfermera, etcétera) tiene los conocimientos para recuperar la salud alterada del paciente. Esta es una acción jurídica y responsable. Jurídica porque está de acuerdo con el derecho o la ley. Es responsable porque tenemos la obligación de sufrir las consecuencias de nuestras fallas cometidas en el ejercicio de nuestro arte, reconociéndose en esencia los siguientes tipos de responsabilidad: moral, ética, administrativa, penal, civil y ante Indecopi. El derecho médico tiene como características el profesionalismo, la ejecución típica, el objetivo de sanar al enfermo y la licitud porque está en concordancia con las normas legales. Con la intervención directa del médico se ejecutan las medidas preventivas, diagnósticos, medidas terapéuticas o de rehabilitación. Se exige del médico honestidad consigo mismo (con sus capacidades y limitaciones), con su intuición (con sus recursos y deficiencias), con el paciente y su familia. COMO RAMA DEL DERECHO, EL DERECHO MÉDICO PROTEGE AL SER HUMANO FRENTE A LA PRÁCTICA Y TÉCNICA DE LA MEDICINA, ESTABLECIENDO LOS PRINCIPIOS BÁSICOS QUE GUÍEN LA RELACIÓN ENTRE EL PROFESIONAL DE LA SALUD Y EL PACIENTE. 3 suplemento de análisis legal Carga probatoria En la actualidad, la regla es que la culpa profesional debe ser probada por quien la alega, esto es, el paciente o sus herederos. No obstante ello, en situaciones excepcionales se admite la aplicación de la doctrina de las cargas probatorias dinámicas que pone la Y es que todo acto médico es un hecho jurídico porque genera consecuencias en el ámbito del derecho. Así, los actos médicos se realizan sobre una persona (paciente) con derecho a la vida, la salud, buenas condiciones físicas y mentales, y el médico debe preservar esos derechos (jurídicamente tutelados) comprometiéndose a defenderlos y recuperarlos. El resarcimiento La responsabilidad civil del médico tiene como sustrato el daño de la integridad del paciente, que puede ser daño físico, moral o psíquico. Para que surja el derecho a exigir la reparación debe existir la secuencia temporal. En primer lugar, debe existir la obligación o deber cuya inobservancia da lugar a la negligencia que genera el daño. Debe, además, demostrarse que existe una relación directa entre el acto negligente y los daños sufridos. La obligación del médico es contar con los suficientes conocimientos y capacidad profesional , y demostrar diligencia en el cuidado del paciente. Además, debe utilizar su mejor criterio para solucionar los problemas previsibles que se pueden presentar durante el tratamiento. La responsabilidad civil contractual procede o se deriva del contrato, cuando el paciente busca al médico como suele ocurrir en los servicios particulares. La responsabilidad civil extracontractual no consta en un contrato, sucede en los actos médicos realizados dentro de una institución. Las acciones médicas como el acto quirúrgico carga de la prueba en aquel que se encuentra en mejores condiciones para acreditar determinados hechos. Asimismo, se suele recurrir a la aplicación de la prueba de presunciones que, por lo general, están admitidas en los códigos procesales. constituye un acto jurídico, el acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. Todo hecho jurídico es lícito, por lo que el acto médico desde el punto de vista jurídico siempre es lícito. Por ejemplo, el médico no va a hacer un contrato ilícito de un acto quirúrgico. Los daños y perjuicios causados por negligencia profesional comprobada deben ser compensados con una indemnización justa, equitativa y proporcional a la gravedad de los daños y lesiones. En el acto médico existe una relación de obligatoriedad que está dada por tres elementos fundamentales. El primero de ellos está conformado por los sujetos, que son dos: el paciente o acreedor, que es el titular del derecho de exigir la aceptación de una obligación que en la eventualidad de producirse un hecho irregular tiene derecho a exigir el pago de una indemnización; y el médico o deudor, que es la persona sobre quien pesa el deber jurídico de cumplir la obligación. El segundo elemento es el objetivo, que consiste en la actividad o comportamiento de cada uno. El tercer elemento es el vínculo jurídico y se presenta cuando el deudor (médico) queda obligado. El vínculo jurídico nace de dos formas. Primero, de una relación contractual (cuando hay acuerdo por contrato); y en segundo lugar, de una relación extracontractual (a consecuencia del acto humano sin contrato). En la relación contractual el paciente tiene la obligación de pagar los honorarios acordados, exigiéndose en su reclamo que demuestre la existencia de esta relación, es decir, el contrato y su cumplimiento. El efecto jurídico que pesa sobre el médico es que asume la obligación de responder al reclamo de la indemnización que el paciente le haga, como consecuencia de la obligación contractual cumplida negligentemente. De esto se desprende que en la responsabilidad civil el que reclama (paciente) está obligado a probar. Mientras que en la responsabilidad penal, no es el que reclama el obligado a probar, sino que el médico es el obligado a probar que no tiene responsabilidad. El hecho jurídico es propio cuando está dado por el acto del médico en que se reconoce una responsabilidad directa. El hecho jurídico es ajeno cuando consta, por ejemplo, un contrato o nombramiento del médico por un hospital del Estado. En este caso se le reconoce una responsabilidad indirecta. Z 4-5 suplemento de análisis legal Martes 18 de octubre de 2016 NORMATIVA PROTECTORA DEL PACIENTE El consentimiento informado LUIS QUITO RODRÍGUEZ Abogado. Catedrático de la UNMSM. Presidente del Directorio del Grupo Quito. D entro de lo que se entiende por justicia están los derechos de los pacientes como personas humanas. Por increíble que parezca, muchos profesionales de la salud desconocen que los pacientes tienen derechos reconocidos internacionalmente, que son una parte de los irrenunciables derechos humanos: derechos civiles y políticos, derecho a la vida, a la salud, a la libertad, a defenderlos cuando los consideren amenazados y a demandar cuando se consideren afectados por una mala práctica profesional. La salud ha dejado de ser una cuestión privada para convertirse en problema público, sin pretender desconocer la autoridad científica del médico ni su habilidad técnica. Se observa también que algunos pacientes o sus familiares desconocen que tienen expedito el derecho a reclamar o a demandar cuando son víctimas de un trabajo profesional descuidado. Los derechos De acuerdo con la Ley General de Salud, Ley N° 26842, los siguientes son los derechos de todo paciente: QDerecho al libre acceso a prestaciones de salud y a elegir el sistema previsional a su preferencia. QDerecho a exigir que los bienes destinados a la atención de la salud correspondan a las características y atributos indicados en su presentación y a todos aquellos que se acreditaron para su autorización. QDerecho a exigir que los servicios que se le prestan para la atención de la salud cumplan con los estándares de calidad aceptados en los procedimientos y prácticas institucionales y profesionales. QDerecho a ser sometido a tratamiento médico o quirúrgico con su consentimiento previo o el de la persona llamada legalmente a darlo, si correspondiere o estuviere impedida de hacerlo. Se exceptúan de este requisito las intervenciones de emergencia. Precaución y observaciones Es importante evitar la obtención de consentimientos apresurados. A veces se observa que la enfermera o el personal técnico obtiene la firma del consentimiento con una orden imperativa de ¡señor firme aquí!, y el paciente ni siquiera ha leído el contenido del documento. La falta de información y explicación detallada de un tratamiento puede despertar en el paciente sospechas y recelos infundados. Lo que no ocurre cuando ha tenido la explicación a satisfacción, en cuyo caso difícilmente podrán entablar una demanda. En esencia, una buena comunicación entre médico y paciente puede evitar muchos problemas. QDerecho a ser debida y oportunamente informado por la autoridad de salud sobre medidas y prácticas de higiene, dieta adecuada, salud mental, salud reproductiva, enfermedades transmisibles, enfermedades crónico degenerativas, diagnóstico precoz de enfermedades y demás acciones conducentes a la promoción de vida saludable. QDerecho al respeto de su personalidad, dignidad e intimidad. QDerecho a exigir la reserva de la información relacionada con el acto médico y su historia clínica, con las excepciones que la ley establece. QDerecho a no ser sometido, sin su consentimiento, a exploración, tratamiento o exhibición con fines docentes. QDerecho a no ser objeto de experimento para la aplicación de medicamentos o tratamientos sin ser debidamente informado sobre la condición experimental de éstos, de los riesgos que corre y sin que medie previamente su consentimiento escrito o el de la persona llamada legalmente a darlo, si correspondiere, o si estuviere impedido a hacerlo. QDerecho a no ser discriminado en razón de cualquier enfermedad o padecimiento que le afectare. QDerecho a que se le brinde información veraz, oportuna y completa sobre las características del servicio, las condiciones económicas de la prestación y demás términos y condiciones del servicio. QDerecho a que se le brinde en términos comprensibles información completa y continuada sobre su proceso, incluyendo el diagnóstico, pronóstico y alternativas de tratamiento, así como información sobre los riesgos, contraindicaciones, precauciones y advertencias de los medicamentos que se le prescriban y administren. QDerecho a que se le comunique todo lo necesario para que pueda dar su consentimiento informado, previo a la aplicación de cualquier procedimiento o tratamiento, así como negarse a este. QDerecho a que se le entregue el informe de alta al finalizar su estancia en el establecimiento de salud y, si lo solicita, copia de la epicrisis y de su historia clínica. Las obligaciones Está plenamente establecido que los derechos del paciente son irrenunciables y deben respetarse. También se establecen ciertas obligaciones que el paciente debe cumplir y que son, entre otras, las siguientes: QEl paciente está obligado a tratar a los profesionales de la salud con lealtad, decoro, cortesía y respeto. Lo que significa que en el trato entre paciente y médico debe haber comunicación fluida en el marco de la cordialidad, respeto y normas elementales de cortesía cuyo fruto será la confianza, con el más irrestricto respeto a los derechos humanos de ambas partes. Por tanto, el paciente y sus familiares deberán inhibirse de hacer comentarios con terceros sobre aspectos de la vida profesional o personal de su médico. QEl paciente tiene la obligación de suministrar, a su entender, información precisa y completa sobre la enfermedad motivo de su asistencia. QEs obligación también del paciente no insinuar, menos ofrecer dádivas a cambio del derecho de ser atendido en la forma preestablecida. Lo que no significa que el paciente se prive de demostrar emociones o sentimientos de gratitud o complacencia con su médico. QEl paciente debe resarcir y pagar la correspondiente indemnización a profesionales y/o entidades de salud por el daño causado por una demanda infundada. El derecho del médico y de los trabajadores de salud se encuentra amparado en el Código Civil vigente. ESPECIAL La disponibilidad de bienes El consentimiento solo puede brindarse sobre bienes jurídicos disponibles, esto es, que son bienes de interés privado y sobre los que la persona puede disponer. Los bienes jurídicos indisponibles, o sobre los que una persona no puede disponer son los de interés público, como la vida y la salud física de la persona cuya defensa es el fin supremo de la sociedad y del Estado (Artículo 1 de la Constitución Política del Perú). Por ejemplo, una persona no puede disponer de su vida y autorizar una eutanasia, que podría se considerar un suicidio asistido, equivalente a un homicidio cometido por el médico; tampoco es aceptable la donación o el trasplante de órganos únicos, como el corazón. QEl paciente no debe solicitar a profesionales servicios que incluyan actos contrarios a la moral, o a la legislación vigente. Significa la obligación de los pacientes y familiares de abstenerse a insinuar o solicitar actos de omisión o comisión reñidos con la ética y deontología profesional del médico y contra la moral y la legislación penal, civil y administrativa. QEl paciente tiene el compromiso de seguir rigurosamente las indicaciones y tratamientos prescritos. No automedicarse; lo que se traduce en estar obligado a seguir literalmente las indicaciones del facultativo en cuanto se refiere a la suministración de los medicamentos y tratamientos indicados por este. El paciente está prohibido de realizar sus propios tratamientos con fármacos no recetados ni indicados por el médico. QPor último, el paciente es responsable de cumplir con sus citas y cuando no lo puede hacer, debe notificar al médico o institución de salud. QCumplir con los reglamentos institucionales. El acuerdo de voluntades El consentimiento es la manifestación libre de voluntad de la persona legitimada y capaz de discernir los alcances del consentimiento. Es el acuerdo de dos o más voluntades sobre la misma cuestión (médico-paciente-familiar). Cada procedimiento, cada cirugía, cada investigación y todo acto médico que implique responsabilidad ética, administrativa y legal debe tener consentimiento informado. El marco legal del consentimiento del paciente abarca las normas de Asociación Americana de Hospitales, de la Declaración de Lisboa, de la 34 Asamblea Médica Mundial, la Ley General de Salud N°26842, el Código de Ética y Deontología Médica del Perú, el Código Penal Peruano, y la Ley de Protección al Consumidor. Estas normas están debidamente armonizadas. ESTÁ PLENAMENTE ESTABLECIDO QUE LOS DERECHOS DEL PACIENTE SON IRRENUNCIABLES Y SE DEBEN RESPETAR. TAMBIÉN SE ESTABLECEN CIERTAS OBLIGACIONES PARA EL PACIENTE. El consentimiento informado es un requisito obligatorio que previsto en el artículo 4 de la Ley General de Salud, Ley N° 26842, tiene que manifestarse de manera libre, sin presiones de ninguna naturaleza, sin ofrecimientos de dádivas o prerrogativas, sin coacciones ni amenaza alguna, porque cualquier circunstancia que limite la voluntad de la manifestación, la anula y se considera no manifestada. La Declaración de Lisboa en el inciso c) establece que, después de haber sido adecuadamente informado, el paciente tiene derecho a aceptar o rechazar el tratamiento propuesto. Debe concederse la mayor importancia al consentimiento informado del paciente en el trabajo médico, sobre todo en lo relacionado con los procedimientos quirúrgicos. Las operaciones electivas deben estar precedidas del consentimiento y conformidad escrito, señalándose la fecha, hora, firma, huella digital. Los familiares del paciente necesitan también de la orientación respecto a los métodos por aplicarse. Se debe lograr el consentimiento con conocimiento y conformidad, sin olvidar que también los pacientes tienen derecho a rechazar las recomendaciones hechas por el médico. Para lograr la conformidad del paciente para un determinado tratamiento médico o quirúrgico puede ser adecuado seguir una conducta táctica que asegure la conformidad. La experiencia señala que debe describirse y explicarse los detalles del tratamiento con palabras tales que el paciente pueda entender y asimilar lo explicado. Debe informarse de la existencia de métodos menos invasivos, de la posibilidad de obtener buenos resultados con dichos métodos y de la libertad que tiene el paciente de escoger según sus posibilidades y expectativas. Se puede revelar información estrictamente profesional solo cuando sea necesario y el paciente pueda hacer una elección que le brinde mayores beneficios en su salud. Debe explicarse que ningún procedimiento quirúrgico está exento de riesgos, incluso las cirugías menores. Debe exponerse las complicaciones que pudieran surgir. Toda pregunta o duda debe ser absuelta. Son precisamente las preguntas no contestadas, las evasiones a los requerimientos e interrogantes los que generan insatisfacción y contribuyen sensiblemente a poner en una situación de alerta y desconfianza a los interesados. Z 6 suplemento de análisis legal Martes 18 de octubre de 2016 ESPECIAL ASPECTOS RELEVANTES EN EL USO DE ESTA INSTITUCIÓN Conciliación extrajudicial en materia de salud CARLOS CASTILLO RAFAEL Profesor de Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). H ipócrates decía: “Es mucho más importante saber qué persona tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene la persona”. Lo mismo podría decirse en relación con el conflicto interpersonal: tan importante como saber qué conflicto tiene una persona es reconocer quién (o cómo es la persona que) tiene el conflicto de intereses. Hipócrates vivió en la segunda mitad del siglo V a. C. Enseñó Medicina en Atenas, donde Platón y Aristóteles se referían a él como un gran médico. Sus obras de Medicina, más de 50, se llaman Corpus Hippocraticum. Entre ellas destacan: La antigua Medicina, (en la que plantea la autonomía del arte médico); y El mal sagrado (en la que polemiza con la mentalidad de la Medicina mágico-religiosa). Enfermedad y conflicto Hipócrates va a reducir las enfermedades o fenómenos patológicos a una misma dimensión. Por ejemplo, la epilepsia era considerada, en la antigüedad, como un mal sagrado. Pero Hipócrates sostenía que tal calificativo era porque la epilepsia aparece como un fenómeno sorprendente e incomprensible. Sin embargo, ella no tiene un origen divino, como no lo tienen ciertas manifestaciones febriles o el sonambulismo. Más bien, llamar a la epilepsia mal sagrado era signo de ignorancia, y los que pretendían curarla con magia estaban en el error. Las enfermedades no tienen una causa sobrenatural, si fuera así jamás se las curaría; e, incluso los sacerdotes caerían en una contradicción pretendiendo curar un mal que han denominado sagrado. Uno de los grandes aportes de Hipócrates es haber reconocido que las enfermedades, como la epilepsia, tienen una causa natural, de la que provienen también todas las demás alteraciones patológicas. Y esa causa es susceptible de ser conocida, controlada, eventualmente corregida por la capacidad intelectual del ser humano. De igual forma, para no pocos en la actualidad, el conflicto es interpretado como una fatalidad, es el saldo indeseable que siembra el destino a su paso en la vida de cada quien. Frente a esa mala fortuna solo queda la estoica resignación o la lucha a ciegas contra la adversidad. Pero los mecanismos alternativos de solución de conflictos, parten de la presunción contraria, que el conflicto interpersonal tiene un origen susceptible de ser comprendido por la razón y, en tal medida, transformada por ella en una oportunidad de cambio y aprendizaje. En efecto, mientras que la enfermedad es una alteración del funcionamiento normal del organismo humano, el conflicto mal gestionado, por su parte, es una enfermedad que altera el normal funcionamiento del cuerpo social. La Medicina (del latín mederi, que significa ‘curar’ o ‘medicar’) es el estudio de las enfermedades destinado a recuperar la salud, a través del diagnóstico, tratamiento y prevención. La conciliación extrajudicial (del latín conciliare que significa ‘componer los ánimos’) es, en cambio, la gestión del conflicto para restablecer la paz, a través del diagnóstico de su causa y la aplicación de la terapia del diálogo, generadora de consensos. Elementos indispensables de la salud de una colectividad. El artículo 2, numeral 22 de nuestra Constitución reconoce como derecho fundamental, el derecho a la paz y a la tranquilidad. Derivado del latín conflictus, conflicto significa etimológicamente “el golpe con otros”, el choque o encontronazo con el otro, junto al cual la vida se halla vinculada en más de un sentido. Y es que la vida transcurre nunca al margen o a las espaldas de los otros. Vivir es vivir-junto-con-otros, esa la condición propia del ser humano. Aristóteles, en su famosa frase de las primeras páginas de su Política, nos lo recuerda al decir que el ser humano que no vive-junto-con-otros (zoon politikon) «es o una bestia o un dios». Aunque también es cierto que en ese vivir-junto-con-otros, inspirada por la irrevocable sociabilidad humana, se experimenta no pocas tensiones, apremios y confrontaciones, tanto como placer, seguridad y realización. Es decir, hay una notable proclividad a vivir-junto-con otros, al igual que hay un reacción, no menos infrecuente, ESPECIAL 7 suplemento de análisis legal Martes 18 de octubre de 2016 Pautas normativas aplicables QEl Reglamento de Ceconar (Resolución de Superintendencia N° 18l2015-Susalud/S) precisa, en su artículo 24, que su servicio puede ser gratuito (cuando participa un conciliador adscrito a Ceconar y que mantiene relación laboral o contractual con esta institución); u oneroso (cuando el conciliador solo está adscrito al Ceconar). QSi bien los conciliadores adscritos al Ceconar son conciliadores acreditados por el Minjus, sin embargo en la evaluación curricular el candidato tiene que acreditar conocimientos sobre los temas conciliables en salud. Esto plantea la necesidad de una capacitación ad hoc, ya sea a cargo del Ceconar o del Minjus, o de ambos. Al respecto, el artículo 5 del Reglamento del Ceconar, en su inciso c, precisa que uno de sus objetivos es: “Desarrollar actividades académicas de capacitación, entrenamiento o especialización de a rivalizar con los otros, poniéndose en tela de juicio esa convivencia, precipitándose una crisis que fractura lentamente nuestras relaciones interpersonales. La consecuencia de la reincidencia y persistencia del conflictus es una sociedad llena de litigios, donde el conflicto no se gestiona, se lo judicializa, con el aumento dramático de la carga procesal, de los costos necesarios para sufragarla, con la renuncia al diálogo, y, en su reemplazo, la entronización de la lógica del poder, la fuerza o la violencia instrumentalizada. Bajo esta luz, nuestra aldea global más se parece a lo escrito por Thomas Hobbes, en su conocidísimo Leviatán: “Durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que les obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama guerra, una guerra como de todo hombre contra todo hombre.” Pero la recurrente sociabilidad e insociabilidad humana (Aristóteles vs. Hobbes) deben ser pensadas como dos facetas o inclinaciones del ser humano, naturales, y no derivadas de algún castigo divino o destino infausto. Esa contradicción es el motor del desarrollo del ser humano, que lo libra de la conformidad y lo obliga a ir siempre más allá de sí, en una mejora constante y solución creativa de sus tensiones. Tal vez, por eso, la frase más lúcida para describir la condición humana sea EL MINJUS Y SUSALUD ESTABLECIERON POR CONVENIO QUE LAS CONTROVERSIAS SOBRE SERVICIOS DE SALUD, DERIVADOS DE SUSALUD, PODRÁN, POR VOLUNTAD DE LAS PARTES, SOLUCIONARSE POR CONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL. la de Inmanuel Kant, quien sostenía que la “insociable sociabilidad humana” es el medio del que se sirve la naturaleza para lograr el desarrollo de todas sus disposiciones. De manera que el conflicto no es la manifestación de una fatalidad, así como tampoco la enfermedad es la consecuencia de un castigo sobrehumano. El conflicto, en la medida en conciliadores en materia de salud”. QAdemás, el artículo 31 del Decreto Legislativo N° 1158 deja en claro una rectoría administrativa del Ceconar (incluso por encima del Minjus) en relación con la conciliación en temas de salud, pues no solo administra en el país este servicio de conciliación, también tiene a su cargo la lista de conciliadores, y el registro y habilitación de los centros de conciliación con especialización en salud. Los centros de conciliación, que a la fecha superan los más de mil en el Perú, sujetos a los criterios y parámetros establecidos por Ceconar, podrán brindar este tipo de conciliación con idoneidad técnica, neutralidad e independencia, a costos razonables y económicos. QEl procedimiento de conciliación en salud es el mismo descrito por el Reglamento de la Ley de Conciliación, y es de que invita a un ajuste de cuentas o evaluación de la manera como forjamos u conservamos nuestras relaciones interpersonales, representa una oportunidad para (apelando a la inteligencia, creatividad y voluntad, en el ámbito de la vida-junto-con-otros) reevaluar o reajustar esa relación con los otros, con uno mismo, y, en general, con el mundo de vida, en la que los otros, y los encontronazos con el otro, son expresiones de una vida en desarrollo. Solución ante la controversia En julio del 2015, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Minjus) suscribió con la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) un convenio por el cual establecieron que las controversias sobre servicios de salud, derivados de la Susalud, podrán, por voluntad de las partes, ser solucionadas mediante la conciliación extrajudicial. Para tal fin, los más de 80 centros de conciliación gratuitos distribuidos en todo el país, administrados por el Minjus, están autorizados para conocer tales controversias, aun cuando sus conciliadores extrajudiciales no cuenten con acreditación adicional alguna. Excepción justificada, entre otras razones, porque en la Ley de Conciliación no menciona la conciliación extrajudicial especializada en asuntos de salud. naturaleza facultativa. Los conflictos más comunes están relacionados con temas laborales (derechos de pensiones o indemnizaciones de daños y perjuicios derivados de un accidente durante el desempeño laboral; en menor medida, están los conflictos por deficiencias en los servicios de salud, mala práctica y negligencias médicas, etcétera). De ahí la importancia que el Minjus precise la relación, los alcances y límites de esta conciliación con respecto a la conciliación laboral, actualmente suspendida. Q Sin duda, el desarrollo de esta conciliació, (y de la mediación o buenos oficios que también implementa el Decreto Legislativo N° 1158, y su reglamento, para conflictos en salud) es un paso decisivo más en pro de la necesaria institucionalización de los mecanismos alternativos de solución de controversias en nuestros país. El origen de esta especialidad se encuentra en el Decreto Legislativo N° 1158, emitido en diciembre del 2013, que dispone medidas destinadas al fortalecimiento y cambio de denominación de la Superintendencia Nacional de Aseguramiento en Salud. Entre los artículos 30 y 33 del referido decreto se regula al Centro de Conciliación y Arbitraje de la Susalud. Este centro, denominado Ceconar, conoce “controversias que surjan entre los agentes que forman parte del Sistema Nacional de Salud, así como entre estos y los usuarios de los servicios de salud”. Los agentes de dicho sistema son: las instituciones prestadoras de salud (Ipress); las instituciones, públicas, privadas y mixtas, administradoras de fondos de aseguramiento en salud (Iafas); las entidades empleadoras (con trabajadores afiliados a Essalud o a una EPS, o en proceso de elección de una EPS); las instituciones que brindan el Aseguramiento Universal en Salud (AUS); las compañías de seguros o la ONP, que ofrecen el Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR); las compañías de seguros que brindan el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT). En general, la conciliación extrajudicial en asuntos de salud atiende a todo usuario que perciba vulneración de sus derechos en salud. Z 8 suplemento de análisis legal ESPECIAL Martes 18 de octubre de 2016 ACCIONES A CARGO DEL ABOGADO Negligencia médica SUSÁN QUITO MÉNDEZ Presidenta de la Asociación Peruana de Comunicación Política. L a negligencia médica es la práctica deficiente de la medicina. Es la omisión de los actos necesarios que, de haberse realizados, hubieran evitado las consecuencias fatales en que concluyeron los hechos. Sin embargo, las denuncias interpuestas por negligencia suelen presentar motivos bastante imprecisos, impregnados muchas veces de una vaguedad hasta cierto punto comprensible, ya que los afectados carecen de definiciones técnicas y precisiones científicas sobre el tema. Por ello, la negligencia médica se ha convertido en una especie de cliché y está de moda, aun cuando la negligencia es solo una de las modalidades de la mala práctica profesional en el ámbito de la salud. Práctica profesional La mala práctica profesional de la medicina incluye actos por comisión u omisión del profesional de la salud. Y, entre los actos por omisión, se considera la negligencia, junto con la impericia, la imprudencia y la inobservancia de los deberes y reglamentos. De hecho, los casos de inobservancia de los deberes y reglamentos son los más sancionados y ocurren en casos como abandonar la guardia, ausentarse de la sala de operaciones, operar en una sala contaminada, usar instrumentos sin esterilizar, emplear equipos con fallas técnicas, inobservar las medidas de bioseguridad, realizar historias clínicas defectuosas, etc. Por lo general, lo que causa el hecho fatal es la inobservancia de los deberes y reglamentos; pero el ciudadano, usuario del servicio médico, denuncia al médico y al centro de salud por negligencia médica, lo cual es un error. Actos culposos La investigación concreta en cada caso deter- Prevención y defensa legal QLas situaciones peligrosas generadas por el progreso, la industrialización, los aparatos tecnológicos, han complicado nuestra convivencia y la vida en sociedad, razón por la cual las personas, en especial los profesionales, deben actuar con previsión cuando su labor puede significar un riesgo para las demás personas o para los bienes de estas. QEl Estado está en la obligación de velar para que la vida y las relaciones humanas se desarrollen sin que se transgreda el deber de previsión. Es decir, tiene que garantizar la seguridad de las personas, y, a la vez, asegurar que asuman las consecuencias de sus actos quienes actúan con impericia, imprudencia o negligencia y causen lesiones o muertes, ya sea despreciando el derecho ajeno o quebrantando el deber moral de evitar el daño que pudo prever. QVarios estudios revelan el alto grado de desconocimiento que tiene la sociedad civil respecto a cómo resolver las situaciones de vulneración de su derecho a la salud, que es un derecho minará si efectivamente existió la negligencia médica. De haberla, la justicia se aplicará sobre los culpables según el carácter del suceso: doloso o culposo. humano fundamental. QAnte el incremento de las demandas por negligencia médica (que no necesariamente lo son), los abogados deben adquirir conocimientos de medicina y especializarse en este campo legal, para descubrir, demostrar y probar los defectos y diligencias del ejercicio médico. QEl profesional del Derecho está llamado a capacitarse en derecho médico y a especializarse para asesorar y defender a los pacientes, profesionales de la salud, entidades prestadoras de salud, etc. En términos generales, en los actos dolosos hay intención de dañar. Actos claramente dolosos y que generan responsabilidad civil y penal son el aborto, la eutanasia, el ejercicio ilegal de la medicina, el abandono de personas en peligro, entre otros. La culpa, por el contrario, es la infracción de una norma de precaución o de prudencia. Como consecuencia del acto culposo sobreviene una lesión u homicidio de hecho no deseados, pero previsibles; es decir, no existió realmente la intención de dañar, aunque se pudo evitar que esto sucediera. Esa culpa médica puede tener las siguientes formas: impericia, por la incapacidad técnica del autor; imprudencia, por el actuar temerario al que debería abstenerse el médico; negligencia, por la omisión de un acto o procedimiento que se tenía que cumplir; o por inobservancia de los deberes y reglamentos, si el personal de salud no cumplió con las disposiciones o normas. ¿Y por qué la ley sanciona los actos culposos, si no han sido hechos con intencionalidad? Pues, aunque las infracciones dolosas son más graves que las culposas, comparadas en conjunto, las infracciones culposas ocasionan un daño social bastante mayor. Por cada persona que muere por homicidio doloso, centenares pierden la vida en actos culposos, como son los accidentes automovilísticos y los accidentes quirúrgicos, por ejemplo, situación que se debe evitar sistemáticamente.◗