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EL PAIS
Domingo
DOMINGO 23 DE NOVIEMBRE DE 2003
http://www.elpais.es/suple/domingo
Juan Martínez y Asunción Valderrama, en la avenida Montesierra de Sevilla, donde perdieron la vida sus respectivos hijos cuando caminaban juntos y fueron víctimas de un atropello.
PABLO JULIÁ
Casi nadie va a la cárcel por casos de negligencias graves, conducción temeraria o alcoholemia.
Familiares de los fallecidos en accidentes de tráfico en los que se dieron estas circunstancias
reclaman que se acabe con la “impunidad” penal de los conductores que matan en las
carreteras. A la indiferencia del Gobierno y la sociedad ante la muerte de miles de personas por
casos de violencia vial se suma un alud de condenas que los afectados consideran irrisorias
FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS, POLÍTICOS Y FISCALES RECLAMAN UN ENDURECIMIENTO DE LA LEY PARA ACABAR CON LA VIOLENCIA VIAL
Impunidad en las carreteras
JOSÉ MARÍA IRUJO
M
argareta
Jonsson, vecina de Barcelona, lo ha
perdido todo. A su hijo
Gabriel, mecánico de 21 años,
carbonizado en 1999 en un accidente de tráfico, y a su marido,
Enrique, al que se le rompió el
‘SUPER K’, CONTRA
EL PODER ECONÓMICO
‘GALLEGO’
El presidente Kirchner
ataca a las empresas
españolas en Argentina. 4
corazón por la absurda y dolorosa pérdida del joven, una desaparición que no superó. A
Margareta, de 56 años, sueca
residente en España desde hace tres décadas, sólo le quedaba
un consuelo, una sentencia justa que condenara a Eloy V. P.,
de 26 años, la persona que conducía el Peugeot 205 en el que
viajaba su hijo. Al acusado se le
describió así en el primer fallo
judicial: “Rostro pálido, ojos
brillantes, pupilas dilatadas, halitosis alcohólica muy fuerte de
cerca, deambulación titubeante y expresión verbal repetitiva
e ilógica”.
Tres años después de la fatal
noche que truncó su vida, Jonsson tiene ya una sentencia definitiva. La Audiencia Provincial
de Barcelona ha absuelto a Eloy
del delito de homicidio impru-
SABINO ARANA: CIEN
AÑOS DE EUZKADI
Antonio Elorza hace
una semblanza del
fundador del Partido
Nacionalista Vasco. 8 y 9
Durante los últimos
cinco años, los jueces
han revocado
definitivamente tan sólo
13 carnés de conducir.
El año pasado, ninguno
dente por el que fue condenado
a dos años de prisión en primera
instancia. Ahora le considera autor de un delito de imprudencia
leve con resultado de muerte y le
impone una pena de 45 días de
multa a razón de tres euros diarios, es decir, 135 euros, y seis
meses de retirada de carné.
Durante los últimos cinco
Pasa a la página 2
MONARQUÍA Y PRENSA
EN EL REINO UNIDO
La última batalla
entre el príncipe Carlos
y los medios de
comunicación británicos. 11
ADEMÁS: Cataluña y País Vasco, por Javier Pradera 14 Deshielo, por Josep Ramoneda 14 Una reacción temerosa, por Soledad Gallego-Díaz 15
EL PAÍS, DOMINGO 23 DE NOVIEMBRE DE 2003
2 IMPUNIDAD EN LAS CARRETERAS
Viene de la página 1
años los jueces han revocado sólo
13 carnés de conducir en toda España, según datos de la Dirección
General de Tráfico. En el año
2002, ninguno. La revocación del
permiso de conducir, supresión
definitiva, es competencia exclusiva de los tribunales. En este periodo, 28.335 personas murieron en
las carreteras y zonas urbanas, y
758.903 resultaron heridas. El
40% de los muertos superaba la tasa de alcohol permitida, según un
estudio del Instituto de Toxicología basado en las autopsias de los
cadáveres.
¿Hay impunidad en las carreteras? ¿Por qué casi nadie cumple
penas de prisión cuando el Código
Penal las contempla? ¿Cuál es el
motivo por el que los jueces resuelven casos de negligencia grave por
la vía administrativa? ¿Por qué esta indiferencia ante una masacre
que en los últimos 24 años arroja
la cifra de 135.761 muertos, una
población similar a la de Cádiz?
Gobierno y oposición coinciden en que hay una cierta impunidad y anuncian medidas para atajarla. El pasado 26 de octubre, la
comisión de Justicia e Interior del
Senado aprobó, con los votos del
PP, CIU y PNV, una reforma del
Código Penal por la que se establece la prisión de tres a seis meses
para los casos de alcoholemia. Antes, ésta se combatía con penas de
arresto de fin de semana, que no
se cumplían por falta de centros
adecuados, y multas. José Luis Rodríguez Zapatero, el candidato socialista a la presidencia, ha prometido acabar con “la impunidad penal” en los accidentes de tráfico.
El análisis al que se sometió a
Eloy V. P., acusado de la muerte
del mécanico Enrique Guardia
Jonsson, arrojó un gramo de alcohol por litro de sangre, el doble de
lo permitido por la ley; pero para
el tribunal, que cuestiona la descripción de algunos testigos, no se
deduce que el conductor estuviera
afectado por la bebida. Margareta
asegura que el joven al que su hijo
prestó el volante de su coche en
Piera-Hostalets, localidad situada
a 50 kilómetros de Barcelona, tenía antecedentes por conducción
temeraria y que ésta era su tercera
alcoholemia. Todavía estupefacta
por el fallo judicial, destaca que
nunca se le retiró el carné.
“Es un fallo irrisorio, insultante y vergonzoso. Mi hijo acababa
de terminar la mili, tenía trabajo y
rebosaba ilusión. Tras su muerte,
mi marido empezó a fumar y beber más de la cuenta. Nunca lo superó y entró en una profunda depresión. Hace un año sufrió un infarto y ahora estoy sola. Tenía 56
años. Las víctimas necesitamos
que esto cambie. Que se acabe la
impunidad”, reclama Margareta.
Escapar de la prisión
Al día siguiente de que el Senado
endureciera las penas en accidentes provocados por el alcohol, Carlos Muñoz-Repiso, director general de Tráfico, abrió el periódico
en el avión que le llevaba a Verona
(Italia), donde se celebraba un
Consejo de Ministros de Transportes, y leyó una noticia que le inquietó. Eneas C. A., de 21 años, la persona que la noche del 11 de diciembre de 2000 mató a dos operarios
de 39 y 49 años en la Ronda Litoral de Barcelona y se dio a la fuga,
había sido condenado a dos años
de prisión. El conductor circulaba
ebrio, y, además de no asistir a sus
víctimas, protagonizó una espectacular carrera por la ciudad hasta
que fue detenido por la Guardia
Urbana. Eneas se ha salvado de la
cárcel, las penas de dos años no se
cumplen si se carece de antecedentes penales, porque seguirá un tra-
Sanciones y penas para accidentes de tráfico
RETIRADA DE CARNÉ
LEY DE SEGURIDAD VIAL (2001)
(en miles)
INFRACCIONES ADMINISTRATIVAS
Judicial
Gubernativa
Retiradas
definitivas
Infracciones graves
85,8
76,3
71,7
66,4
60,0
34,1 32,6
31,0
30,7
29,3
7
2
2
2
98
99
00
0
01
02
Conducción negligente.
Arrojar a la vía objetos.
Superar los límites de velocidad.
Paradas y estacionamiento peligrosos.
Circular sin alumbrado.
Infracciones muy graves Ingestión de drogas o alcohol por encima de la tasa.
Negarse a la prueba de alcoholemia.
Conducción temeraria.
Ocupación excesiva del vehículo.
Superar en más de un 50% la velocidad máxima.
Circular en sentido contrario.
Exceso en más del 50% en los tiempos
de conducción y descanso.
No llevar seguro.
Sanciones leves
Multa de hasta 91 euros.
Sanciones graves
Multa de 92 a 302 euros (retirada de hasta 3 meses).
Sanciones muy graves
Multa de 302 a 602 euros (retirada de hasta 6 meses).
Multa de 94 a 1.503 euros (retirada de hasta 1 año).
• Las reincidencias en sanciones muy graves conllevan revocación de carné.
• No se revoca cuando el infractor realiza un curso de reciclaje.
DELITOS DE PELIGRO O RIESGO
Conducir bajo los
efectos de drogas o alcohol.
PENA
• Pena de 3 a 6 meses de cárcel.
• Retirada de permiso de 1 a 4 años.
Negarse a realizar
la prueba de alcoholemia.
• Prisión de 6 meses a 1 año.
Conducción temeraria poniendo en peligro
la vida o integridad de personas o sus bienes.
• Prisión de 6 meses a 2 años.
• Retirada de permiso de 1 a 6 años.
Alteración de la seguridad del tráfico con grave riesgo
para la circulación (colocación de obstáculos, derramar
sustancias y dañar o cambiar la señalización).
• Prisión de 6 meses a 2 años.
• Multa de 3 a 8 meses.
Conducción temeraria con consciente desprecio por la vida
de los demás poniendo en peligro la misma o su integridad.
• Prisión de 1 a 4 años.
• Multa de 6 a 12 meses.
• Retirada permiso de 6 a 10 años.
Conducción temeraria con consciente desprecio por la vida
de los demás sin poner en peligro la misma o su integridad.
• Prisión de 1 a 2 años.
• Multa de 6 a 12 meses.
• Retirada permiso de 6 a 10 años.
IMPRUDENCIAS
Grave con resultado de muerte.
Homicidio imprudente.
PENA
• Prisión de 1 a 4 años.
• Retirada permiso de 1 a 6 años.
Con lesiones.
• Retirada permiso de 1 a 3 años.
Con lesiones graves con tratamiento.
• Arresto de 7 a 24 fines de semana.
Con pérdida o inutilización de un miembro principal.
• Prisión de 1 a 3 años.
Con pérdida o inutilización de un miembro no principal.
• Prisión de 6 meses a 2 años.
Grave con daños superiores a 10 mill. y denuncia.
• Multa de 3 a 9 meses.
Grave con lesiones menos graves.
• Multa de 1 a 2 meses.
Leve.
• Retirada permiso de 3 meses a 1 año.
Leve con muerte.
• Multa de 1 a 2 meses.
Leve con lesión constitutiva de delito.
• Multa de 15 a 30 días.
• Retirada permiso de 3 meses a 1 año.
OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO
A persona desamparada en peligro manifiesto y grave
sin riesgo propio o ajeno.
PENA
• Multa de 3 a 12 meses.
Quien impedido de prestarlo no solicite auxilio ajeno.
• Multa de 3 a 12 meses.
Cuando la víctima lo fuera por accidente ocasionado
fortuitamente por quien omite el auxilio.
• Prisión de 6 meses a 1 año.
• Multa de 6 a 24 meses.
OTRAS INFRACCIONES
Quebrantamiento de condena.
PENA
• Multa de 12 a 24 meses.
Falta contra el orden público o circular sin seguro oblig.
• Multa de 1 a 2 meses.
Fuente: DGT, Ley de Seguridad Vial y Código Penal.
tamiento de desintoxicación. Además resarcirá económicamente a
las familias de las víctimas.
“Reconozco que sentí indignación. A veces me resisto a creer estas sentencias. ¿Cómo ha llegado
el juez a esta conclusión? He pedido que me envíen el fallo porque
no acabo de creerlo. El que lee esto piensa que, si cometes una imprudencia y matas a alguien, no te
pasa nada”, señala el responsable
de Tráfico. Pese a su crítica, Muñoz-Repiso cree que, “en general,
los jueces son duros”, y pone el
ejemplo de los fallos en los que se
retira el carné durante dos años
por infracciones en las que no hay
lesiones.
Las víctimas de la negligencia
de otros conductores no piensan
igual. Amelia Ruiz, de 56 años, vecina de la localidad madrileña de
Alcorcón es una de las miles de
viudas que cada año provocan las
carreteras españolas. Perdió a su
marido el 3 de mayo de 1997.
Aquel día, un retraso de 10 minutos de su esposo, un ingeniero industrial de 45 años, le hizo temer
Faltas u homicidios
EL PAÍS
Carlos Muñoz Repiso:
“A veces me resisto a creer
estas sentencias. El que las
lee piensa que si cometes
una imprudencia y matas
a alguien, no te pasa nada”
“Una avería en los frenos,
un reventón o una casualidad es asumible, pero no
una imprudencia grave como la que acabó con la vida
de mi marido”, afirma Ruiz
de peatones cuando Emilio H. B.,
de 37, los arrolló con su turismo.
“Mi hijo apareció a 40 metros del
lugar del accidente y falleció seis
días después. El autor superaba la
tasa de alcohol permitida”, denuncia Asunción Valderrama, la madre de Jesús. El conductor arguyó
que no vio a sus víctimas.
Las dos familias no ocultaron
su rabia cuando recibieron el fallo
en primera instancia, una condena por falta leve, nueve meses de
retirada de carné y una multa de
12 euros diarios durante 60 días.
El pasado 22 de octubre, la Audiencia Provincial de Sevilla aceptó el recurso de las víctimas y elevó la pena a dos años de prisión,
uno por cada joven fallecido, por
un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte. Además, un año y medio sin carné.
Juan Martínez, jubilado de 54
años y padre de Juan Antonio, se
consuela porque “al menos hemos
conseguido que se tipifique como
delito y no como falta. Pero nos parece una burla a la familia porque
no irá a prisión, ya que no tiene antecedentes”.
lo peor. Francisco Alonso yacía
muerto en la carretera de Madrid
a Extremadura. Un autobús de la
Empresa Municipal de Transportes cambió de carril y le empotró
contra un lateral. Salió despedido
por la ventanilla y falleció en el acto. “Al que mató a mi marido le
condenaron, por una falta, a pagar 500 pesetas durante 45 días.
Pedimos que le retiraran el carné,
pero el juez dijo que era su medio
de vida”, se queja su esposa.
Amelia visitó a un psicólogo durante cuatro años y asegura que
esa experiencia no se supera jamás. “Una avería en los frenos, un
reventón o cualquier otra casualidad es asumible, pero no una grave imprudencia como la que acabó con la vida de mi marido”.
Hace dos años, en la avenida
de Montesierra de Sevilla perdieron la vida dos amigos cuando caminaban abrazados. Jesús Hermoso, socorrista, de 20 años, y Juan
Antonio Martínez, ex futbolista,
de 24. Salían de la discoteca Notre
Dame a la una y media de la madrugada y cruzaban junto al paso
¿Qué ocurre para que las víctimas
de las imprudencias graves se sientan tan defraudadas por la justicia? Olé Thorson, de 62 años, ingeniero de caminos y autor de una tesis sobre seguridad vial, responde
así: “Se tramitan los homicidios
como una falta administrativa y
en realidad estamos ante homicidios, aunque sean involuntarios.
No se toca la responsabilidad del
agresor contra las víctimas. Se liquida con una indemnización”.
Thorson, vicepresidente de la
Asociación Española de Prevención de Accidentes de Tráfico
(P(A)T), muestra estupefacción
por el hecho de que en los casos de
infracciones graves o muy graves,
alcohol o exceso de velocidad no
se retire el carné. “No ocurre hasta
que no hay sentencia. Hay dolor y
rabia de las víctimas contra los políticos y la justicia porque no se toman en serio el acto de matar a un
ciudadano en la carretera”, dice.
Antonio Vicen, fiscal de la Audiencia Provincial de Barcelona y
uno de los pocos especialistas en
delitos de tránsito, lanza una recomendación: “Mandaría a los jueces a reunirse con padres, madres
y familiares de víctimas y saldrían
totalmente reciclados. Saldrían finos”. Vicen lo hizo el pasado día
31 durante una reunión de familiares de víctimas en la casa Elizalde
de Barcelona. No era la primera
vez que se encontraban con ellos.
“Sólo he visto una condena por
encima de los dos años de prisión.
Era de dos años y unos meses. No
hay noticias de que nadie acabe entre rejas. ¿Por qué nadie va a la cárcel si ya lo contempla el Código Penal? Hay muchos siniestros que
no son accidentes de tráfico, sino
que están provocados. Muchas alcoholemias quedan impunes porque demasiados jueces creen que
conducir con dos litros de cerveza
no es delito”, asegura el fiscal.
Para Vicen, que ha actuado como acusador en varios casos, las
quejas de las víctimas son justificadas. El fiscal explica cómo algunos
jueces miran hacia otro lado. “La
policía envía el atestado al juzgado y se archiva. Se deja toda la iniciativa a las víctimas. Si la familia
denuncia, entonces lo reabren.
Apenas hay causas por accidentes
cuando no hay alcoholemia. Los
accidentes casi no se persiguen”.
Jaime Gil Robles, presidente
de la Fundación Alcohol y Sociedad, añade otro factor al asegurar
que los jueces tienen en este campo “una absoluta falta de formación”. “Dejan que se vaya de rositas gente con 2,8 gramos de alco-
EL PAÍS, DOMINGO 23 DE NOVIEMBRE DE 2003
IMPUNIDAD EN LAS CARRETERAS 3
años mientras en Francia y el Reino Unido se eleva hasta 10. El Gobierno francés acaba de poner en
práctica una legislación más severa con notable éxito.
Jordi Jané, diputado de CiU y
miembro de la comisión de Tráfico, es uno de los impulsores de
medidas que acaben con la “impunidad”, como los casos de omisión del deber de socorro. “Tiene
que salir más caro huir después
de matar a alguien”. Pero la meta
de CiU es lograr que se objetive
en el Código Penal cuándo un conductor causa peligro. “ No lo está,
y queremos que se haga aunque
el conductor no cause lesiones.
Que se concrete que a partir de
los 180 kilómetros por hora un
conductor está en situación de
causar un peligro real. Es como ir
con una pistola disparando por
las calles”, dice.
Conductores bala
Accidente en la N-IV, a su paso por el término municipal de La Carlota (Córdoba), en el que murieron dos personas y otras dos resultaron heridas.
F. J. VARGAS
Antonio Vicen, fiscal:
“Mandaría a los jueces a
reunirse con padres,
madres y familiares y
saldrían totalmente
reciclados. Saldrían finos”
“Sólo he visto una condena
por encima de los dos años
de prisión. No hay noticias
de que nadie acabe entre
rejas. ¿Por qué no va nadie
a la cárcel?”, dice el fiscal
Amelia Ruiz, con una imagen de su esposo. Margareta Jonsson exhibe una foto de su marido y su hijo.
hol en aire. Pedimos tolerancia cero. La gente no tiene la sensación
de que la van a pillar”.
El fiscal Vicen recuerda que
hasta 1983 se consideraba delito
conducir sin carné. Ahora es una
falta administrativa. “Lo cambiaron y se consideró un logró de la
democracia”, dice con ironía. Desde 1989 lo que era delito se convirtió en falta, “para desahogar los
juzgados”. La mayoría de las incidencias pasaron al terreno civil.
Las penas más graves también
se rebajaron en el nuevo Código
Penal de 1995. Así, la de muerte o
lesiones graves que contemplaba
prisión de seis meses a seis años se
redujo a cuatro. “Bajaron de forma escandalosa los delitos contra
las personas. Se protegió más la
propiedad que la vida. Por robar
TEJEDERAS / ULY MARTÍN
un bolso te pueden caer de dos a
cinco años de cárcel. Es una paradoja que me indigna”.
Pero esta tendencia puede cambiar. España está en los puestos
de cabeza de víctimas en Europa,
y el alud de sentencias que indignan a las familias de los muertos
ha provocado que se levanten voces favorables a endurecer la ley.
La pena máxima de cárcel es de 4
“Hay dolor y rabia de las víctimas contra los políticos y
la justicia porque no se toman en serio el acto de matar a otro en un accidente de
tráfico”, señala Thorson
Francia salva 1.500 vidas con penas de hasta 10 años de cárcel
EL PRESIDENTE FRANCÉS, Jacques
Chirac, desveló que los tres grandes
objetivos de su mandato eran la lucha contra el cáncer, la inserción
de los minusválidos y la reducción
de la mortalidad de los accidentes
de tráfico. Hoy, es en el terreno de
la represión de los delitos de tráfico
donde la iniciativa de Chirac se
apunta su mayor victoria, según informa desde París Octavi Martí. Entre 2002 y 2003 el número de muertos en accidente de carretera ha disminuido en un 18,1% y en porcentaje aún superior en el de heridos. Los
controles de alcoholemia han aumentado en un 29%, el número de
multas por exceso de velocidad en
un 28% y las sanciones por no llevar
abrochado el cinturón o puesto el
casco en un 41%.
El mayor rigor en el control y en
la aplicación de la ley explica en buena parte las 1.500 vidas salvadas, pero no todo. Las campañas de prevención han tenido su efecto, los medios
de comunicación han insistido en los
casos de conductores peligrosos y la
conciencia colectiva ha dado un salto adelante. Además se han endurecido las sanciones: en caso de homicidio involuntario el conductor puede
ser condenado hasta a cinco años
de cárcel. Si se acumulan dos circunstancias agravantes —conducir
sin permiso, darse a la fuga, velocidad excesiva, alcohol, reincidencia—, entonces la pena puede llegar
a los 10 años. Si no hay muerte pero
sí lesiones graves, la sanción tiene
su techo en los tres años. Conducir
bajo los efectos de la marihuana o la
cocaína, o hacerlo bebido, supone
dos años de cárcel y una multa de
30.000 euros.
En Alemania los tribunales imponen las penas máximas. La tasa máxima de alcohol permitida es de 0,5%
mg/ml. Hay sanciones escalonadas,
pero como mínimo se impone siempre una multa de 250 euros y la prohibición de conducir durante un mes.
Si un conductor ebrio causa un accidente mortal puede pasar hasta cinco años en prisión, según señala Ciro Krauthausen desde Bonn.
Con un máximo de 10 años de
cárcel se castiga en el Reino Unido a
los que causan muerte por conducción temeraria o bajo los efectos de
alcohol y drogas. La pena se reduce
a un máximo de dos años en casos
de conducción temeraria sin muerte.
Conducir bebido conlleva la retirada
del carné por un plazo mínimo de un
año, además de una multa, según informa Lourdes Gómez desde Londres. La agresividad en la carretera,
road rage, está muy perseguida y
acaba en procesamientos por asalto,
homicidio y asesinato.
En Italia sólo son punibles con
penas de cárcel, de uno a cinco
años, los accidentes en los que el
conductor causa una o varias muertes, señala Enric González.
Jané apunta a los conductores bala. Los radares de los Mossos d’Esquadra pillaron en el año 2002 a
445 conductores que circulaban a
más de 180 kilómetros por hora.
Treinta y nueve lo hacían a más de
200. En Lleida se localizó a un motorista cuando circulaba a 236
km/h., y en una vía de Tarragona,
a un automovilista a 243. “No se
les puede castigar penalmente si
no han causado daños”, se queja.
CiU ha logrado, en la reciente
reforma del Código Penal, que se
sustituyan los arrestos de fin de semana por penas de prisión de tres
a seis meses para quienes conduzcan bajo la influencia de drogas
tóxicas, estupefacientes o bebidas
alcohólicas; pero fracasó en su intento de objetivar la tasa de alcohol (0,8 en sangre y 0,40 en aire) y
la de velocidad (el doble del límite
y aumento del 50 km/h.). Ésta sólo aparece en la norma administrativa. “Seguimos sin saber qué es para el Código Penal temeridad manifiesta y cuál es la velocidad desproporcionada”, reprocha el senador de CiU Salvador Capdevilla.
¿Por qué no apoyó el PSOE este cambio si Zapatero quiere acabar con la impunidad? “Pedimos
el endurecimiento penal sólo para
los casos en los que se produce
muerte o incapacidad laboral. Para los otros consideramos suficiente la retirada del carné”, responde
el diputado Victorino Mayoral.
Mario Arnaldo, presidente de
Automovilistas Europeos Asociados, reconoce que la alcoholemia
se combatía sólo con multas, pero
critica la propuesta de CiU. “Una
medida tan drástica no se puede
hurtar del debate social. Es desproporcionado que a una persona
que circula a 180 se le imponga pena de prisión. El alcohol no afecta
igual a todo el mundo”.
Para Santiago Vidal, 48 años,
juez de la Audiencia de Barcelona,
la raiz del problema está en la frontera poco clara entre la infracción
y el delito penal. “La ley es generalista y provoca que nos inclinemos
por la infracción. Aplicamos el Código Penal si se duplica la tasa de
alcohol. Me opongo a que se haga
cuando no hay lesiones”.
Desde que en 1998 perdió a su
hijo de 35 años arrollado por un
turismo, Ana María Campo, de
64, ha dedicado su vida a combatir “esta sangría de muerte” desde
su asociación Stop Accidentes. En
su opinión, el reciente cambio legal es insuficiente. “La industria
del motor y la publicidad tienen
demasiada fuerza. Hay miedo a
llegar más lejos”, denuncia. Lidón García, almeriense de 42
años, que perdió a su marido de
34 y a su hijo de ocho, en un accidente ocurrido en 1995 en Castellón, resume su opinión en una
sola frase: “Las víctimas somos
los últimos”.
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