Sociedades - Wolters Kluwer

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de Responsabilidad
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Sociedades
de Responsabilidad
Limitada
2015
COORDINADOR:
Joaquim Castañer Codina
AUTORES:
Joaquim Castañer Codina
Profesor de Derecho Mercantil Universidad
Pompeu Fabra
Vivianna Colomà Costa
Abogada
Cristina Roset Parramon
Lincenciada en Dirección y Administración de
Empresas
Contenido actualizado a marzo de 2015
TODO SOCIEDADES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 2015
© Wolters Kluwer España, S.A.
Edita: Wolters Kluwer
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902 250 502 fax
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C/ Collado Mediano, 9
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Edición: Marzo 2015
Depósito legal: M-34042-2013
I.S.B.N.: 978-84-9954-641-4
I.S.S.N.: 2386-2777
Diseño, Preimpresión e Impresión: Wolters Kluwer España, S.A.
Printed in Spain
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del Poder Judicial (Cendoj), excepto aquellas que puntualmente nos han sido proporcionadas por parte de los
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en dichas resoluciones es realizado directamente por el citado organismo, desde julio de 2003, con sus propios
criterios en cumplimiento de la normativa vigente sobre el particular, siendo por tanto de su exclusiva responsabilidad cualquier error o incidencia en esta materia.
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LA JUNTA GENERAL DE SOCIOS
facilidad patrimonial, y que tratará de influir decisivamente en la decisión de la junta general al respecto. La
hipótesis de conflicto debe ponerse en conexión con el artículo 162 LSC, que exige acuerdo de la junta general para otorgar asistencia financiera a los socios.
Casos incluidos. Aunque la redacción actual del supuesto (que es debida a la Ley 31/2014, de 3 de diciembre) se ha simplificado, es claro que también quedan comprendidos dentro de la situación de conflicto los casos, previstos explícitamente en la redacción precedente, en que la sociedad decida anticipar fondos al socio o
concederle créditos o préstamos ya que, como es fácil advertir, constituyen evidentes supuestos de asistencia
financiera al socio.
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4-56 Dispensa de las obligaciones derivadas del deber de lealtad
Supuesto legal. El artículo 190.1.e) LSC establece que el socio no podrá ejercitar el derecho de voto correspondiente a sus participaciones cuando se trate de adoptar un acuerdo que tenga por objeto «dispensarle de
las obligaciones derivadas del deber de lealtad conforme a lo previsto en el artículo 230» LSC.
Abstención de operaciones derivada del deber de lealtad. El artículo 229 LSC establece que el deber de evitar situaciones de conflicto de interés obliga al administrador a abstenerse de:
a) Realizar transacciones con la sociedad, excepto que se trate de operaciones ordinarias, hechas en condiciones estándar para los clientes y de escasa relevancia, entendiendo por tales aquéllas cuya información no
sea necesaria para expresar la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la
entidad.
b) Utilizar el nombre de la sociedad o invocar su condición de administrador para influir indebidamente
en la realización de operaciones privadas.
c) Hacer uso de los activos sociales, incluida la información confidencial de la compañía, con fines privados.
d) Aprovecharse de las oportunidades de negocio de la sociedad.
e) Obtener ventajas o remuneraciones de terceros distintos de la sociedad y su grupo asociadas al desempeño de su cargo, salvo que se trate de atenciones de mera cortesía.
f) Desarrollar actividades por cuenta propia o cuenta ajena que entrañen una competencia efectiva, sea
actual o potencial, con la sociedad o que, de cualquier otro modo, le sitúen en un conflicto permanente con
los intereses de la sociedad.
Todas estas previsiones son también de aplicación en el caso de que el beneficiario de los actos o de las
actividades prohibidas sea una persona vinculada al administrador.
Existencia de conflicto. El artículo 230 LSC permite a la sociedad dispensar las anteriores prohibiciones en
casos singulares, y exige que la autorización sea necesariamente acordada por la junta general cuando:
a) Tenga por objeto la dispensa de la prohibición de obtener una ventaja o remuneración de terceros.
b) Afecte a una transacción cuyo valor sea superior al 10 por ciento de los activos sociales.
c) Se refiera a la prestación de cualquiera clase de asistencia financiera, incluidas garantías de la sociedad
a favor del administrador.
d) Se dirija al establecimiento con la sociedad de una relación de servicios u obra.
e) Se trate de la dispensa de la obligación de no competir con la sociedad (que sólo podrá otorgarse si no
cabe esperar daño a la sociedad o el que quepa esperar se vea copensado por los beneficios que prevén obtenerse de la dispensa).
Es en este acuerdo de la junta general que el socio administrador, por encontrarse en situación de conflicto
de interés, no podrá ejercer el derecho de voto correspondiente a sus participaciones.
En los demás casos de dispensa de las prohibiciones del artículo 229 LSC, la autorización puede atribuirse
al órgano de administración o a la junta general. En el primer caso, el artículo 228.c) LSC le impide votar en la
adopción del acuerdo por el órgano de administración, en tanto que el artículo 190.1.e) le prohíbe ejercer el
derecho de voto en la junta general.
JURISPRUDENCIA Y DOCTRINA
La SAP Segovia 6 junio 2008 declara la nulidad del acuerdo de la junta general por la que se contrataba al administrador único como gerente de la sociedad porque la persona designada era socio y no se abstuvo en la votación. La sentencia rechaza la alegación del socio administrador de que al tratarse de una sociedad familiar debe aquilatarse y permitir el derecho de voto de los socios incluso en situaciones de conflicto de intereses.
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CONFLICTO DE INTERESES
4-59
4-57 Supuestos estatutarios
La doctrina mayoritaria considera que la enumeración de casos del artículo 190.1 LSC es exhaustiva, de forma que no pueden establecerse otros supuestos de conflicto de intereses por los estatutos. A favor de esta interpretación se señala el propio tenor literal de la norma, así como razones de certidumbre y seguridad jurídicas, y también la importancia del derecho afectado (derecho de voto). Sin embargo, existe alguna opinión favorable a la inclusión estatutaria de nuevos supuestos, siempre que se acuerde de forma unánime por todos los
afectados o interesados y se defina una incompatibilidad de intereses apreciable de forma objetiva.
4-58 Determinación de la situación de conflicto
En principio, la abstención se producirá voluntariamente por el socio (de buena fe), quien comunicará la
circunstancia de conflicto al presidente de la junta. Es dudoso si el presidente debe entrar a valorar la efectiva
concurrencia de conflicto alegado por el socio. En cualquier caso, no puede atribuirse legitimación activa para
impugnar el acuerdo por privación del derecho de voto si fue el mismo socio quien puso de manifiesto la situación de conflicto.
Al margen de lo anterior, es el presidente de la junta quien tiene la facultad de apreciar la concurrencia de
la situación de conflicto de intereses y, como resultado, advertir al socio de esta situación y privarle del derecho de voto. Si, a pesar de todo, el socio emite su voto, el presidente está facultado para excluir del cómputo
los votos emitidos de forma indebida por el socio en cuestión. Lógicamente, si el socio no está de acuerdo con
la apreciación realizada y se considera privado ilegítimamente del derecho de voto, podrá impugnar el acuerdo social (artículo 206.1 LSC). Todo ello sin perjuicio de la posible responsabilidad del presidente de la junta
por haber privado del derecho de voto al socio de forma negligente.
Sección 2. EFECTOS DEL CONFLICTO DE INTERESES
4-59 Deber de abstención del socio
El socio que se encuentre en cualquiera de las situaciones tipificadas como conflicto de intereses «no podrá
ejercer el derecho de voto correspondiente a sus (…) participaciones» (artículo 190.1 LSC). Deberá, por tanto,
abstenerse de votar.
El deber de abstención suele considerarse como una consecuencia específica del deber de fidelidad que incumbe al socio de la sociedad de responsabilidad limitada.
¿Quiénes son los sujetos afectados por el conflicto de intereses y que, por tanto, deben abstenerse de votar?
La respuesta a esta cuestión requiere distinguir diversos supuestos:
a) Socios. El deber de abstención corresponde al socio en conflicto de intereses, pero no a otros socios a
pesar de que puedan tener cierta vinculación con él (familiares, sociedades del mismo grupo, etc.).
b) Representación. Aunque el socio en conflicto de intereses haya concedido la representación para asistir y
votar en la junta a otra persona, el representante tampoco podrá ejercer el derecho de voto. Sin embargo, si el
socio en situación de conflicto de intereses actúa como representante de otro socio que no se encuentra en
esta situación, puede emitir el voto correspondiente a las participaciones de su representado (pero no el voto
de las suyas propias).
JURISPRUDENCIA Y DOCTRINA
Sin embargo, la STS 26 diciembre 2012 extiende el deber de abstención a los casos en que la persona en conflicto de
interés (en este caso, el administrador al que se pretende exonerar de la prohibición de competencia) actúa en la junta
en representación de una sociedad socio (ya que es, a su vez, administrador de esta sociedad). Esta sentencia señala
que «el deber de abstención es aplicable tanto si el conflicto de intereses existe respecto del socio como si existe respecto de la persona que ejercita en concreto el derecho de voto» ya que «lo relevante es que no puede intervenir en
una votación sobre un asunto (su dispensa como administrador de la prohibición de competencia), quien detenta el
interés extrasocial en conflicto con el interés social».
c) Copropiedad. El deber de abstención es claro si la situación de conflicto de intereses afecta a todos los
copropietarios. Pero a la misma solución prohibitiva de la emisión del voto debe llegarse aunque solamente
alguno o algunos de ellos resulten afectados por la situación de conflicto de intereses.
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LA JUNTA GENERAL DE SOCIOS
d) Derechos reales. El nudo propietario no puede ejercitar el derecho de voto si resulta personalmente afectado por el conflicto de intereses, pero sí ostenta ese derecho cuando es el usufructuario el que se encuentra
en situación de conflicto. Si los estatutos sociales atribuyen el derecho de voto al usufructuario o al acreedor
pignoraticio, la doctrina se encuentra dividida sobre la posibilidad de emisión del voto. La mejor solución parece ser actuar en función de las circunstancias que concurran en el caso concreto, lo que sin embargo puede
generar un importante grado de inseguridad jurídica. En cualquier caso, hay que concluir que existe deber de
abstención del usufructuario o del acreedor pignoraticio si pueden verse afectados por el contenido del acuerdo. La determinación de esta circunstancia corresponderá al presidente de la junta general.
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La prohibición afecta a todos los derechos de voto de los que el socio en conflicto de intereses sea titular.
Así, por ejemplo, si solamente se discute la transmisión de una parte de las participaciones sociales del socio,
el socio no podrá ejercer los derechos de votos asociados a estas participaciones pero tampoco los correspondientes a las demás participaciones de su propiedad, a pesar de que no se plantee su transmisión.
El socio solamente tiene prohibido emitir el voto con relación al acuerdo respecto del cual se encuentra en
conflicto de intereses. En otras palabras, el socio podrá votar en la adopción de los demás acuerdos de la misma junta general y respecto de los cuales no exista tal situación de conflicto.
La prohibición del voto del socio en conflicto de intereses no afecta a sus demás derechos. En particular,
conserva el derecho de información y de intervenir en la deliberación (derecho de voz), así como el derecho
de impugnación, respecto del acuerdo que origina la situación de conflicto.
JURISPRUDENCIA Y DOCTRINA
Según la SAP Barcelona 18 octubre 2007, cuando varios socios se ven afectados por el mismo conflicto de interés, no
puede efectuarse una abstención separada y por individuo sino que se aplica el deber de abstención de forma conjunta a todos ellos y se adopta un solo acuerdo donde no puede votar ninguno de los afectados por el conflicto.
4-60 Deducción de los votos a efectos del cómputo de mayorías
Los votos del socio que se encuentre en situación de conflicto de intereses se deducirán del capital social
para el cómputo de la mayoría de socios que en cada caso sea necesaria (artículo 190.2 LSC).
Aunque el texto legal se refiera a la deducción de las «participaciones sociales», lo que en realidad se deduce son los votos que corresponden a esas participaciones.
EJEMPLO: Concurren a la junta general de la sociedad de responsabilidad limitada la totalidad de los
socios, que suman 160 votos sociales. El acuerdo que debe adoptarse es la dispensa de la prohibición de
competencia del socio administrador, que según el artículo 199.b) LSC requiere para su validez la mayoría
de, al menos, dos tercios de los votos correspondientes a las participaciones en que se divida el capital
social. El socio administrador dispone de un total de 25 votos sociales. Estos votos deberán deducirse del
total (160-25=135 votos) y, por tanto, se reduce la base de cálculo de la mayoría (2/3 de 135=90 votos).
4-61 Consecuencias de la infracción del deber de abstención
El texto legal no prevé de forma expresa cuáles son las consecuencias jurídicas de la vulneración del deber
de abstención del socio en conflicto de intereses. Al respecto conviene distinguir entre:
1) Nulidad del voto. El voto emitido por el socio en conflicto y, por tanto, vulnerando el deber de abstención, es nulo por haber infringido la ley.
2) ¿Nulidad del acuerdo? La nulidad del voto indebidamente emitido por el socio en conflicto de intereses
no se traslada necesariamente al acuerdo. Este acuerdo solamente será nulo si el voto del socio hubiera sido
decisivo para su adopción [arg. artículo 204.3.d) LSC]. Por tanto, habrá que restar los votos emitidos por el
socio y comprobar si sigue habiendo votos válidos suficientes para alcanzar la mayoría exigida («prueba de la
resistencia del acuerdo»). Y sólo en caso de que, hecha la resta, la mayoría no se mantenga, cabrá la nulidad
del acuerdo.
EJEMPLO 1: En la junta general concurren, presentes o representados, socios que ostentan un total de
100 votos sociales. El segundo punto en el orden del día consiste en autorizar la transmisión de la totalidad
de las participaciones sociales de uno de los socios que asisten personalmente, que es titular de 15 votos
sociales. El resultado de la votación es el siguiente: 60 votos a favor, 30 votos en contra y 10 votos en blanco. A pesar de encontrarse en situación de conflicto de intereses, el socio vota a favor de la transmisión.
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Como puede observarse, a pesar de que restemos los votos emitidos indebidamente por el socio en conflicto de intereses, sigue concurriendo la mayoría necesaria para la adopción del acuerdo (60-15=45 votos favorables vs. 30 votos contrarios).
EJEMPLO 2: En la misma situación anterior, el resultado de la votación es: 50 votos a favor, 45 votos en
contra y 5 votos en blanco. En este caso, el acuerdo no pasaría la «prueba de resistencia» porque el descuento de los votos emitidos por el socio en conflicto de intereses haría que hubiera más votos contrarios
que favorables (50-15=35 votos favorables vs. 45 votos contrarios). En consecuencia, el acuerdo será impugnable.
JURISPRUDENCIA Y DOCTRINA
«El artículo citado, relativo a lo que se titula como conflicto de intereses, establece que el socio no podrá ejercer el
derecho de voto correspondiente a sus participaciones cuando, entre otros asuntos, el acuerdo le conceda un derecho,
pero rectamente entendido el precepto no puede alegarse con posibilidades de éxito la nulidad del acuerdo cuando,
como en el caso acontece, el voto no es decisivo, lo cual no impide que los socios opuestos al acuerdo puedan impugnarlo si atenta al interés de la sociedad o con cargo a la misma otorga un particular beneficio a un socio que no
resulta acomodado a la distribución igualitaria propia de la sociedad» [SAP Cuenca 10 junio 2003].
3) Otras posibles consecuencias. Además de la nulidad del voto emitido y de la eventual nulidad del acuerdo, la infracción del deber de abstención del socio en conflicto de intereses puede tener otras consecuencias
y, señaladamente, las siguientes: (i) el deber del socio infractor de indemnizar a la sociedad por los daños que,
en su caso, haya podido ocasionar; (ii) la exclusión del socio cuando la infracción del deber de abstención
venga incluida como tal en los estatutos (arg. artículo 351 LSC); (iii) la responsabilidad del administrador cuando es a la vez socio que infringe el deber de abstención; y (iv) la responsabilidad del presidente de la junta
cuando, de forma negligente, permite el voto al socio en conflicto de intereses (responsabilidad que puede
también operar a la inversa, cuando priva ilegítimamente al socio del derecho de voto).
4-62 Otros casos de conflicto de interés
El legislador reconoce que las situaciones de conflicto de interés no se agotan con las previstas en el artículo
190.1 LSC y, caso de aceptarse, las contempladas en los estatutos de la sociedad. Ahora bien, si se aprecia un
conflicto de interés con un socio, sea o no administrador, distinto de los previstos en aquel artículo 190.1 LSC
o, en su caso, en los estatutos (p.e.: en un acuerdo de fusión con una sociedad donde el socio tiene interés,
etc.), las consecuencias serán las siguientes (artículo 190.3 LSC):
a) El socio no queda privado de su derecho de voto, esto es: puede votar el acuerdo con el que entra en
conflicto.
b) Si el voto del socio afectado hubiera sido decisivo para la adopción del acuerdo, se altera la distribución de la carga de la prueba en caso de impugnación del acuerdo ya que mientras los que impugnen el
acuerdo solo deberán acreditar la existencia del conflicto de interés, la sociedad («y, en su caso, al socio o
socios afectados por el conflicto») soportarán «la carga de la prueba de la conformidad del acuerdo al interés
social».
c) De esta alteración de la carga de la prueba se exceptúan los acuerdos relativos al «nombramiento, el
cese, la revocación y la exigencia de responsabilidad de los administradores y cualesquiera otros de análogo
significado en los que el conflicto de interés se refiera exclusivamente a la posición que ostenta el socio en la
sociedad» (esto es: los acuerdos posicionales, ya que el socio vota un acuerdo referente a su posición en los
órganos sociales). En efecto, en estos casos para los que el nuevo artículo 190.3 LSC el legislador vuelve a la
regla general de la carga de la prueba al establecer que serán los socios que impugnen quienes deberán acreditar «el perjuicio al interés social».
En definitiva, el tratamiento jurídico de los conflictos de interés (tal y como ha quedado establecido después
de la reforma operada en esta materia por la Ley 31/2014, de 3 de diciembre, por la que se modifica la Ley de
Sociedades de Capital para la mejora del gobierno corporativo) pivota sobre estos dos elementos: el primero
consiste en establecer una cláusula específica de prohibición de derecho de voto en los casos más graves de
conflicto de interés, en tanto que el segundo se refiere al establecimiento de una presunción de infracción del
interés social en los casos en que el acuerdo social haya sido adoptado con el voto determinante del socio o
de los socios incursos en un conflicto de interés (v. exposición de motivos, apartado IV, de la citada Ley
31/2014).
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LA JUNTA GENERAL DE SOCIOS
Capítulo X. MAYORÍAS DE ADOPCIÓN DE ACUERDOS
4-63 El principio mayoritario en la adopción de acuerdos
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Las sociedades de capital, y entre ellas la sociedad de responsabilidad limitada, poseen una estructura corporativa que se basa en la toma de decisiones o adopción de acuerdos por mayoría. Es lo que se acostumbra a
llamar principio mayoritario, conforme al cual es la decisión de la mayoría la que expresa la voluntad social y,
por regla general, todos los socios deben someterse a ella. En este sentido, el artículo 159.2 LSC dispone que
todos los socios, incluso los disidentes y los ausentes en la reunión, quedan sometidos a los acuerdos de la
junta general (adoptados de la forma legalmente prevista).
En la pugna entre las vertientes institucional y contractual de la sociedad, el principio de adopción de
acuerdos de forma mayoritaria constituye una clara victoria del primero. Máxime cuando el principio mayoritario se encuentra reforzado con la prohibición de la unanimidad. Sin embargo, conviene tener en cuenta que
la sumisión a ese principio tiene límites y así, de un lado, los acuerdos de la junta deben respetar la ley, los
estatutos, el reglamento de la junta general y el interés de la sociedad (pues en otro caso el socio tiene el derecho de impugnar el acuerdo social para evitar su aplicación; cfr. artículo 204.1 LSC); de otro, la propia ley
contempla hipótesis de unanimidad en la adopción de acuerdos (rectius: consentimiento de todos los socios o
de los socios interesados o afectados; cfr. artículos 291 y 292 LSC, para los casos de modificación de los estatutos que impliquen nuevas obligaciones para los socios o afecten a sus derechos individuales, o artículos 347
y 351 LSC, para los casos de introducción estatutaria de nuevas causas de separación y exclusión, respectivamente); y, finalmente, el socio que disienta de la adopción de ciertos acuerdos tiene derecho a separarse de la
sociedad (cfr. artículo 346 LSC, que establece las causas legales de separación, y artículo 347 LSC, que permite incluir causas estatutarias de separación).
4-64 Mayoría aplicable con carácter general
El artículo 198 LSC establece la mayoría que debe utilizarse con carácter general para la adopción de acuerdos. En otras palabras, se trata de la mayoría exigida para todos los acuerdos que no tengan establecida otra
mayoría específica (por ejemplo, aprobación de las cuentas anuales y de la propuesta de distribución del resultado del ejercicio). Dicho precepto dispone que «los acuerdos sociales se adoptarán por mayoría de votos
válidamente emitidos, siempre que representen al menos un tercio de los votos correspondientes a las participaciones sociales en que se divida el capital social. No se computarán los votos en blanco».
Como puede observarse, se trata de una mayoría simple, pues es suficiente la existencia de más votos positivos que negativos para la adopción del acuerdo. Quedan fuera del cómputo tanto los votos en blanco (por
disposición legal expresa) como las abstenciones y, por supuesto, también los votos nulos (la ley habla sólo de
«votos válidamente emitidos»).
Por otra parte, se trata de una mayoría de votos y no sobre el capital social o de participaciones sociales.
Esta precisión es importante porque participaciones sociales con igual valor nominal pueden atribuir un número de votos distinto (artículos 94 LSC y 184.2.1º RRM), con lo que socios cuya participación en el capital social y número de participaciones sea idéntica, pueden tener distintos derechos de voto, ya sea para todos o
para algunos de los acuerdos.
Por último, no es suficiente la adopción del acuerdo por mayor número de votos a favor que de votos en
contra, sino que se exige además que las decisiones tengan un respaldo mínimo por parte de los socios (rectius: de votos sociales). Por ello, la mayoría debe suponer a su vez un tercio de los votos correspondientes a las
participaciones en que se divida el capital social. Es decir, debe comprobarse si el número de votos favorables
emitido constituye al menos esa tercera parte, y sólo si es así el acuerdo podrá considerarse adoptado. El
cálculo se realizará por regla general mediante la operación aritmética de dividir por tres el total de votos sociales, pero habrán de tenerse en cuenta posibles casos de conflicto de intereses del socio, pues en este caso
los votos correspondientes a sus participaciones deben deducirse a los efectos del cómputo de la representatividad mínima (arg. artículo 190.2 LSC).
Precisamente, para la sociedad de responsabilidad limitada, al contrario que para la sociedad anónima (cfr.
artículos 193 y 194 LSC), no se habla directamente de quórum de constitución de la junta general. No obstante, el principio mayoritario general exige la presencia de un número de votos determinado para que se puedan
adoptar válidamente acuerdos, lo que puede calificarse de exigencia de un quórum indirecto. En efecto, del
artículo 198 LSC se desprende que la adopción de acuerdos no será posible si no están presentes o representa-
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