450 Héctor Julio Prieto Cely muchas ocasiones, por ejemplo, a pesar de haberse pactado la cláusula compromisoria, los socios cuando entran en dificultades no pueden acceder a esta clase de solución de conflictos por lo costoso de su tramite y, cuando acuden a la jurisdicción ordinaria se encuentran con jueces desconocedores del derecho comercial especializado y con procedimientos bastante demorados que a la postre conllevan a que los problemas primigenios y solubles se conviertan con el tiempo en procesos de disolución y liquidación de empresas. 8.2.6. Sexta falacia: irresponsabilidades de la responsabilidad en las sociedades por acciones simplificada No creemos conveniente, por lo menos para nuestro entorno, la existencia de una irresponsabilidad absoluta de los empresarios o de los socios frente a obligaciones laborales y fiscales, pensamos que con el propósito de “aligerar” las cargas de los empresarios para motivarlos a crear sociedades y empresas no se pueden desconocer los derechos mínimos de los trabajadores y del Estado y mucho menos, borrar de un solo tajo las obligaciones y responsabilidades de los socios frente a quienes les ayudan a crear o aumentar riqueza. Modu res considerandi Hoy la forma de ver el mundo ha cambiado, porque las cosas han cambiado, debemos ver el comercio y la actividad societaria bajo una nueva perspectiva fundados en la educación en valores y la ética en donde se garantice la solidaridad humana así como la convivencia pacífica a través de un orden justo. El comerciante y el socio deben practicar la buena fe como regla de conducta, así lo hace un buen hombre de negocios, siempre se debe ser fiel y sincero procurando el bien ajeno dentro el marco ineluctable de la buena fe. El socio, en cualquier tipo de sociedad no debe olvidar que el ejercicio de sus derechos y libertades lleva consigo e implica también obligaciones; siempre el socio debe respetar los derechos ajenos, especialmente el de las minorías; no debe abusar el socio, de los derechos que le confieren tanto la Constitución como las Leyes; el comerciante y los socios deben siempre tener en cuenta que sus actuaciones, decisiones y reglas de comportamiento deben estar ajustadas a los principios de honestidad, justicia y utilidad. Siguiendo la tendencia internacional, nuestro código de comercio y por consiguiente nuestro actual derecho comercial, construido sobre el criterio