Capítulo 87 Visión global sobre mortalidad y morbilidad & e87-1 La mortalidad perinatal está influenciada por factores prenatales, maternos y del propio feto, así como por circunstancias que rodean al momento del parto. Las muertes perinatales se relacionan con el crecimiento intrauterino retrasado (CIR), situaciones que predisponen a la asfixia fetal, como la insuficiencia placentaria, malformaciones congénitas graves e infecciones neonatales precoces devastadoras (tabla 87-1). Las principales causas de mortalidad neonatal son las relacionadas con la prematuridad o el bajo peso al nacer (BPN) y las anomalías congénitas. La mortalidad neonatal es máxima durante las primeras 24 horas de vida (4,27/1.000 en 2008) y es responsable de cerca de dos tercios de todas las muertes neonatales (antes del primer año de vida). Las tasas de mortalidad neonatal y tras este período se han mantenido estables en EE.UU., o incluso han descendido (fig. 87-1). Entre los factores asociados a esta reducción se encuentran una mejoría del tratamiento obstétrico y del tratamiento neonatal intensivo, con una importante disminución de la mortalidad neonatal específica del bajo peso (fig. 87-2). Para conseguir un mayor descenso de la mortalidad neonatal será preciso prevenir los partos pretérmino y el alumbramiento de recién nacidos de bajo peso, realizar un diagnóstico prenatal y un tratamiento precoz de las anomalías congénitas, así como diagnosticar y tratar a tiempo y de forma eficaz las enfermedades que puedan surgir durante el embarazo, el trabajo de parto y el parto, o en todos estos períodos (v. tabla 87-1). En EE.UU. cada año hay alrededor de 6 millones de embarazos, 4 millones de recién nacidos vivos, 19.000 muertes neonatales y 28.000 muertes de lactantes. El 10% de los nacimientos son de madres adolescentes entre 15 y 19 años, porcentaje que ha disminuido durante 35 años (fig. 87-3). El número de nacimientos de niñas de 10 a 14 años y de madres muy jóvenes con alto riesgo tanto social como médico disminuyó de forma importante durante este período. El porcentaje de mortalidad en mujeres solteras fue del 40,6% en 2008, la cifra más alta en la historia de EE.UU. Las tasas de mortalidad de lactantes (muertes ocurridas entre el nacimiento y los 12 meses de vida por cada 1.000 nacidos vivos) [(Figura_1)TD$IG] Tabla 87-1 CAUSAS PRINCIPALES DE MORTALIDAD PERINATAL Y NEONATAL Figura 87-1 Tasas de mortalidad (TM) fetal y neonatal en EE.UU. en 1990, 2005 y 2006 (finales) y 2007 (preliminares). a, datos no disponibles; TMFP, tasa de mortalidad fetal precoz (20-27 semanas de gestación) por cada 1.000 nacidos vivos más las muertes fetales especificadas; TMFT, tasa de mortalidad fetal tardía (28 semanas de gestación) por cada 1.000 nacidos vivos más las muertes fetales especificadas; TMN, tasa de mortalidad neonatal por cada 1.000 nacidos vivos; TMPN, tasa de mortalidad posneonatal por cada 1.000 nacidos vivos. (De Heron M, Sutton PD, Xu J y cols.: Annual summary of vital statistics: 2007, Pediatrics 125:4–15, 2010.). FETALES Insuficiencia placentaria Infección intrauterina Malformaciones congénitas graves (anomalías) Accidente del cordón umbilical Desprendimiento de placenta Anasarca fetal PRETÉRMINO Inmadurez intensa Síndrome de dificultad respiratoria Hemorragia intraventricular Anomalías congénitas Infección Enterocolitis necrosante Displasia broncopulmonar (DBP) A TÉRMINO Anomalías congénitas Asfixia en el nacimiento Traumatismos Infección Neumonía aspirativa por meconio Hipertensión pulmonar persistente (HPP) [(Figura_2)TD$IG] © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. [(Figura_3)TD$IG] Figura 87-2 Mortalidad neonatal según la categoría de peso al nacer para niños de raza negra (círculos oscuros) y de raza blanca (círculos claros) en EE.UU. Las líneas continuas señalan los datos de 1989; las líneas discontinuas los datos de 1997. Los datos mostrados son exclusivamente de los recién nacidos con un peso <2.250 g. (De Demissie K, Rhoads GG, Ananth CV y cols.: Trends in preterm birth and neonatal mortality among blacks and whites in the United States from 1989 to 1997, Am J Epidemiol 154:307–315, 2001.). Figura 87-3 Tasas de nacimientos en adolescentes por edades en EE.UU. definitivas para el período 1990-2006 y preliminares para 2007. (De Hamilton BE, Martin JA, Ventura SJ: Births: preliminary data for 2007, Natl Vital Stat Rep 57:12:1–23, 2009.) e87-2 & Parte XII El feto y el recién nacido varían de unos países a otros; en 2008 las tasas más bajas correspondieron a Hong Kong (1,8/1.000 nacimientos), fueron moderadas en EE.UU. (6,6/1.000) y las más altas se produjeron en los países en vías de desarrollo (30-150/1.000). La mortalidad perinatal y neonatal está influenciada por factores médicos, socioeconómicos y culturales, si bien las variables preventivas, como la educación sanitaria, la atención prenatal, la nutrición, la asistencia social, la identificación de los factores de riesgo y la atención obstétrica pueden reducir eficazmente ambos tipos de mortalidad y la del lactante de manera significativa. Varios motivos pueden explicar en parte la mortalidad relativamente mayor de los lactantes en EE.UU. con respecto a otros países. Hay pruebas de la disparidad en cuanto a la notificación de los nacimientos de recién nacidos vivos frente a las muertes fetales o los mortinatos en cada país. En muchos de ellos no se declaran como nacidos vivos los casos de lactantes con una madurez por debajo [(Figura_4)TD$IG] Figura 87-4 Tasas de nacidos pretérmino en EE.UU. definitivas para el período 1990-2006 y preliminares para 2007. (De Hamilton BE, Martin JA, Ventura SJ: Births: preliminary data for 2007, Natl Vital Stat Rep 57:12:1–23, 2009.) [(Figura_5)TD$IG] Figura 87-5 Tasas de mortalidad de los lactantes por raza y origen étnico en 2002. La tasa de mortalidad de los lactantes en dicho año era máxima en las madres de raza negra de origen no hispano. Los lactantes de madres nacidas en Hawái, Puerto Rico o de origen indio también tenían tasas altas. Las tasas más bajas se observaban en los nacidos de madres cubanas o chinas. Pueden consultarse datos de natalidad adicionales en la página de internet www.cdc. gov/nchs/births.htm. (Adaptada de Mathews TJ, Menacker F, MacDorman MF: Infant mortality statistics from the 2002 period linked birth/infant death data set. www.cdc.gov/nchs/data/nvsr/ nvsr53/nvsr53_10.pdf. Consultado el 26 de abril de 2010.) de 27 semanas si fallecen poco después del parto. La notificación de acontecimientos vitales en EE.UU. es más completa que en otros países, incluidos aquéllos en vías de desarrollo. Esta situación puede explicar en parte la mayor proporción de lactantes con BPN/ pretérmino en EE.UU. que en otros países. El aumento en el número de recién nacidos vivos registrado en EE.UU., y en especial de los lactantes más inmaduros (<500 g de peso al nacer), puede ser la causa del incremento de las tasas de mortalidad de recién nacidos y lactantes. A pesar de todo, la mayor mortalidad de lactantes en EE.UU. sigue debiéndose en parte a las discrepancias existentes sobre la asistencia sanitaria en este país. Los lactantes de mujeres afroamericanas siguen presentando una mortalidad alta (13,6/1.000), la cual supone más del doble que en los nacidos de madres de raza blanca (5,6/1.000) o de origen hispano (5,5/1.000). Cerca del 50% de las muertes de lactantes ocurridas en el año 2008 en EE.UU. se debieron a cuatro causas principales (clasificadas según la 10.a edición de la Clasificación Internacional de las Enfermedades): malformaciones congénitas (20,1%), trastornos relacionados con la prematuridad y el BPN de causa inespecífica (16,9%), síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) (8,2%) y neonatos cuyas madres tuvieron alguna complicación durante el embarazo (6,3%). El BPN (debido a un parto pretérmino y/o CIR) es un factor determinante en las tasas de mortalidad neonatal y del lactante y, junto con las anomalías congénitas (cardíacas, del sistema nervioso central y respiratorias), contribuye de forma notable a un aumento de la morbilidad infantil. En los países en vías de desarrollo, el BPN y la prematuridad, la asfixia durante el parto y las infecciones son las causas principales de mortalidad en el lactante. En EE.UU., la tasa de BPN (recién nacidos de 2.500 g o menos en el nacimiento/año) aumentó del 6,6% al 8,2% entre 1981 y 2008, mientras que la tasa de muy bajo peso al nacer (MBPN) (neonatos de 1.500 g o menos en el nacimiento) lo hizo del 1,1% al 1,46% del total de nacimientos. En la última década ha aumentado el número de recién nacidos de raza blanca con BPN, sobre todo por el incremento de partos múltiples (a menudo relacionados con el uso de técnicas de reproducción asistida) (fig. 87-4), mientras que las tasas de BPN y MBPN siguen siendo más altas en los recién nacidos de raza negra. Todavía no están claras las razones de esta disparidad racial. A pesar de los progresos en la atención prenatal y obstétrica persiste la disparidad en las cifras de bajo peso, lo que sugiere la necesidad de nuevos programas de prevención. Además, aunque la supervivencia de recién nacidos pretérmino con BPN es mayor en los neonatos de raza negra (v. fig. 87-2), las tasas globales de mortalidad neonatal y del lactante siguen siendo más altas para los de raza negra (fig. 87-5), incluso en los nacidos de madres de muy bajo riesgo (casadas, edad entre 20 y 34 años, con 13 años o Capítulo 87 Visión global sobre mortalidad y morbilidad & e87-3 más de educación básica completa, una atención prenatal adecuada, sin factores de riesgo médicos, sin consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo). Uno de los puntos importantes de salud pública reflejado en el Healthy People 2010 (objetivos nacionales de salud estadounidense para el año 2010) es reducir la disparidad racial que existe en la mortalidad. El BPN se debe al parto pretérmino, al CIR, o a ambos. En EE.UU., la principal causa de BPN es el parto prematuro, mientras que en los países en vías de desarrollo es más frecuente el CIR. Aunque aparentemente el CIR no aumenta el riesgo de muerte en los recién nacidos pretérmino, se ha observado un incremento de la morbimortalidad en los niños a término con crecimiento retardado. Los niños de MBPN suelen ser prematuros (<37 semanas de gestación), aunque el CIR puede complicar aún más su alumbramiento prematuro. Aunque los niños de MBPN sólo representan un 1-2% de todos los lactantes en EE.UU., su alumbramiento supone una parte importante de la mortalidad neonatal y del lactante y de los niños con complicaciones a corto y largo plazo (incluyendo retrasos del desarrollo neurológico). Las causas del parto prematuro son complejas, multifactoriales y no siempre bien comprendidas. Entre ellas cabe señalar enfermedades maternas, como la preeclampsia grave que obliga a realizar un parto programado, la rotura prematura de membranas, anomalías uterinas, hemorragias placentarias (desprendimiento, placenta previa), el embarazo múltiple, el abuso de sustancias tóxicas, enfermedades crónicas de la madre, el sufrimiento fetal y la infección. Existe una interacción compleja entre infección, inflamación y rotura prematura de la bolsa amniótica en pretérminos y el parto pretérmino. Entre los antecedentes infecciosos destacan la infección del sistema urinario materno, la corioamnionitis, la vaginosis bacteriana y las infecciones genitourinarias superiores o inferiores por diversos microorganismos (Chlamydia trachomatis, Ureaplasma urealyticum, Mycoplasma hominis, Gardnerella vaginalis y estreptococos del grupo B). Los suplementos dietéticos de ácido fólico antes de la concepción pueden reducir de forma eficaz la tasa de partos pretérminos espontáneos. No obstante, en muchos casos se desconoce la etiología de los partos prematuros. La cifra de partos pretérmino tardíos (34-36 semanas) ha aumentado en parte por la tendencia a programar los alumbramientos, pero estos recién nacidos tienen también un riesgo de morbimortalidad mayor. Los partos inducidos deberían retrasarse en la medida de lo posible hasta por lo menos la semana 39. Aunque el 99% de los alumbramientos se produce en el hospital, sólo el 80-85% de las mujeres embarazadas recibe unos cuidados prenatales ideales durante el primer trimestre. Muchas de las que reciben una atención prenatal insuficiente corren el riesgo de sufrir complicaciones perinatales. Entre las barreras que condicionan una atención prenatal inadecuada están la falta o la escasez de dinero o de seguros de asistencia con los que pagarla, la deficiente coordinación de servicios, como por ejemplo en temas de idioma y culturales, y la ausencia de una educación eficaz sobre la importancia de la educación prenatal. Para conseguir de forma satisfactoria y adecuada una atención prenatal de gran calidad es necesario un equipo de profesionales sanitarios competente y la coordinación de los servicios entre consultas médicas, clínicas, hospitales de la comunidad, programas regionales especiales para madres y recién nacidos de alto riesgo y los centros de atención terciaria. Los programas regionales de atención perinatal deben ofrecer una educación continuada y consultas, tanto en la comunidad como en los centros de referencia, al igual que un transporte para la mujer embarazada y el recién nacido a los hospitales adecuados; también deben disponer de hospitales regionales con los servicios, el equipo y el personal adecuados para los cuidados intensivos obstétricos y neonatales (tabla 87-2). La contribución del número de muertes fetales a la mortalidad perinatal es algo mayor que el de las neonatales. La tasa de mortalidad fetal en EE.UU. ha ido disminuyendo de forma mantenida durante las dos últimas décadas y se redujo hasta 6,2/1.000 en 2004. Los obstetras y los subespecialistas en medicina maternofetal desempeñan un papel crucial en la reducción de la mortalidad y morbilidad perinatales. El descenso global en la mortalidad fetal se ha debido a una disminución de las muertes fetales tardías (28 semanas). Las muertes fetales intraparto han disminuido más que las prenatales, lo que refleja las mejoras introducidas en la atención durante el trabajo del parto y el alumbramiento. Tabla 87-2 NIVELES DE CUIDADOS PERINATALES INTRAHOSPITALARIOS MATERNOS NEONATALES BÁSICOS Monitorización y cuidados de los pacientes de bajo riesgo Clasificación según el riesgo de transferencia alto Detección y cuidados de problemas imprevistos del parto Cesárea de urgencia en 30 minutos Reanimación Estabilización Cuidados neonatales Cuidados en el nido Visita Personal de pediatría general (capaz de realizar la reanimación neonatal) © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. Apoyo del banco de sangre, anestesia, radiología, ecografía y laboratorio Cuidados de problemas posparto Personal de obstetricia, enfermería y matronas CUIDADOS ESPECIALES Servicios básicos más: Servicios básicos más: Cuidados de los embarazos de alto riesgo Cuidados de los neonatos de alto riesgo con problemas a corto plazo Clasificación, traslado de los embarazos de alto riesgo (<32 semanas, crecimiento intrauterino Estabilización antes de la transferencia (<1.500 g, <32 semanas, retrasado, preeclampsia, enfermedades graves de la madre) enfermedades críticas) Aceptar las transferencias de regreso (inversas) CUIDADOS DE SUBESPECIALIDADES Cuidados básicos y especializados más: Cuidados básicos y especializados más: Perinatólogo experimentado (cobertura de 24 h) Neonatólogo experimentado (cobertura de 24 h) Evaluación de terapias de alto riesgo Pacientes transferidos e innatos Cuidados de enfermedades maternas médicas y obstétricas graves Evaluación de terapias de alto riesgo Todas las subespecialidades pediátricas, radiológicas y quirúrgicas Cuidados de fetos de alto riesgo (enfermedad Rh, anasarca no inmunitaria, anomalías Unidades de cuidados intensivos neonatales con capacidad quirúrgica potencialmente mortales) Seguimiento de alto riesgo Investigación de los resultados Investigación de los resultados Educación de la comunidad Educación de la comunidad De American Academy of Pediatrics, American College of Obstetricians and Gynecologists: Guidelines for perinatal care, 5.a ed., Elk Grove Village, IL, 2002, American Academy of Pediatrics. e87-4 & Parte XII El feto y el recién nacido Tabla 87-3 MORBILIDADES Y SECUELAS DE LAS ENFERMEDADES PERINATALES Y NEONATALES MORBILIDADES EJEMPLOS SISTEMA NERVIOSO CENTRAL Parálisis cerebral dipléjica-tetrapléjica espástica Parálisis cerebral coreoatetósica Microcefalia Hidrocefalia comunicante Convulsiones Encefalopatía Fracaso educativo y/o retraso mental SENSIBILIDAD-NERVIOS PERIFÉRICOS Disminución de la agudeza visual (ceguera) Estrabismo Deterioro auditivo (sordera) Trastornos del habla Parálisis-paresia RESPIRATORIAS DBP Estenosis subglótica Síndrome de muerte súbita del lactante Estenosis de coanas, destrucción del tabique nasal Encefalopatía hipóxico-isquémica, leucomalacia periventricular, factores prenatales indeterminados Encefalopatía por bilirrubina (kernicterus) Encefalopatía hipóxico-isquémica, infección intrauterina (rubéola, CMV) Hemorragia intraventricular, meningitis Encefalopatía hipóxico-isquémica, hipoglucemia Infecciones congénitas (rubéola, CMV, VIH, toxoplasmosis) Inmadurez, hipoxia, hipoglucemia, parálisis cerebral, hemorragia, situación socioeconómica baja Retinopatía de la prematuridad Indeterminado, prematuridad Toxicidad farmacológica (furosemida, aminoglucósidos), encefalopatía por bilirrubina, hipoxia hiperventilación Inmadurez, enfermedades crónicas, hipoxia, intubación endotraqueal prolongada, déficit de audición Traumatismos en el nacimiento: plexo braquial, nervio frénico, médula espinal Toxicidad por oxígeno, barotrauma Lesión por el tubo endotraqueal Prematuridad, DBP, lactante nacido de consumidoras de drogas ilícitas Intubación nasotraqueal Fallo de crecimiento CARDIOVASCULARES Cianosis Insuficiencia cardíaca GASTROINTESTINALES Síndrome del intestino corto Hepatopatía colestásica (cirrosis, insuficiencia hepática) Fallo de medro Hernia inguinal MISCELÁNEAS Cicatrices cutáneas Ausencia de pulso en la arteria radial Hipertensión Tratamiento paliativo precorrectivo de cardiopatías congénitas cianóticas, cor pulmonale por DBP, hiperreactividad de las vías respiratorias Tratamiento paliativo precorrectivo de cardiopatías congénitas complejas, DBP, defectos del tabique ventricular Enterocolitis necrosante, gastrosquisis, trastornos de rotación, vólvulo, fibrosis quística, atresia intestinal Toxicidad por hiperalimentación, sepsis, síndrome de intestino corto Síndrome de intestino corto, colestasis, DBP, parálisis cerebral, cardiopatía congénita grave Desconocido Tubo de tórax o catéter intravenoso, hiperalimentación, infiltración subcutánea, punción fetal, varicela intrauterina, aplasia del cutis Punciones arteriales frecuentes Trombos renales, reparación de coartación de aorta CMV, citomegalovirus; DBP, displasia broncopulmonar. Es importante subrayar la capacidad para predecir la madurez y la reserva funcional del feto antes del parto y durante éste, con el fin de identificar lo antes posible a los fetos y recién nacidos de mayor riesgo. Los obstetras y los pediatras deben trabajar conjuntamente de forma eficaz para anticiparse a los problemas perinatales y así adoptar con rapidez las medidas preventivas y terapéuticas adecuadas. La mortalidad posneonatal hace referencia a las muertes ocurridas entre los 28 días y el año de vida. Históricamente, estas muertes se debían a causas que actúan fuera del período neonatal, como el síndrome de la muerte súbita del lactante, infecciones (respiratorias, intestinales) o traumatismos. Con el desarrollo del tratamiento neonatal moderno, muchos recién nacidos con MBPN y recién nacidos pretérmino que habrían muerto durante el primer mes de vida sobreviven ahora al período neonatal y sólo sucumben a las secuelas enumeradas en la tabla 87-3. Esta mortalidad neonatal tardía es un factor importante de la mortalidad posneonatal y explica la ausencia de descenso durante los últimos años. Los recién nacidos pretérmino tardíos corren el riesgo de hipotermia, hipoglucemia, dificultad respiratoria, apnea, ictericia, dificultades para alimentarse, deshidratación y sospecha de sepsis, así como de reingresos hospitalarios. Incluso los recién nacidos a Tabla 87-4 INCIDENCIA DE RESULTADOS ADVERSOS SEGÚN LA SEMANA DE GESTACIÓN COMPLETADA EN EL MOMENTO DEL PARTO EN LACTANTES NACIDOS POR CESÁREA RESULTADO SEMANA 37 (N = 934) SEMANA 38 (N = 3.909) SEMANA 39 (N = 6.512) SEMANA 40 (N = 1.385) SEMANA 41 (N = 1.385) SEMANA 42 (N = 113) Síndrome de dificultad respiratoria Taquipnea transitoria del recién nacido Ingreso en la unidad de cuidados intensivos neonatales Sospecha de sepsis Hipoglucemia tratada Ventilación 3,7 1,9 0,9 0,9 0,8 1,8 4,8 3,9 2,7 2,5 4,8 6,2 12,8 8,1 5,9 4,8 7,9 14,2 6,6 2,4 1,9 3,9 0,9 0,9 2,4 0,7 0,4 2,6 0,8 0,4 3,6 1,6 0,4 10,6 1,8 De Tita AT, Landon MB, Spong CY y cols.: Timing of elective repeat cesarean delivery at term and neonatal outcomes, N Engl J Med 360:111–120, 2009. Capítulo 87 Visión global sobre mortalidad y morbilidad & e87-5 término cuyo nacimiento tuvo lugar entre las semanas 37 y 38 por cesárea corren más riesgo de desarrollar síndrome de dificultad respiratoria, taquipnea transitoria del recién nacido, sospecha de sepsis, hipoglucemia, necesidad de apoyo ventilatorio e ingreso en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) (tabla 87-4). La decisión sobre los cuidados que deben recibir los niños más inmaduros en el límite de la viabilidad (de 22-25 semanas de gestación) es un proceso complicado en el que deben participar el médico y otros profesionales sanitarios, así como la familia. El objetivo no es sólo aumentar la supervivencia de todos los recién nacidos prematuros, sino disminuir las complicaciones a corto plazo y mejorar el desarrollo neurológico a largo plazo. La parálisis cerebral, las convulsiones, la hidrocefalia que requiere derivación, la ceguera, la hipoacusia y el retraso cognitivo son secuelas de una alteración en el desarrollo neurológico. El riesgo de complicaciones aumenta a medida que disminuye la edad gestacional al nacer. Un peso al nacer más alto, el sexo femenino, un feto único y la administración de corticoides antes del alumbramiento disminuyen el riesgo de deterioro neurológico y de muerte. La hemorragia intraventricular, la leucomalacia periventricular, la enterocolitis necrosante que obligue a una resección amplia del intestino, las infecciones neonatales y la displasia broncopulmonar son ejemplos de morbilidad temprana y variables pronósticas que contribuyen a la aparición de complicaciones neurológicas. Muchos estudios han puesto de manifiesto la influencia de los factores de riesgo familiares y sociales en el pronóstico. Todos los recién nacidos de MBPN deben ser controlados sistemáticamente tras el alta hospitalaria con el fin de detectar lo antes posible un retraso en el desarrollo neurológico y para poner a su alcance y al de sus familias cualquier intervención disponible y el apoyo adecuado para optimizar los resultados a largo plazo. Durante la edad escolar, los niños que tuvieron MBPN y los lactantes pretérmino presentan un crecimiento físico, una función cognitiva y un rendimiento escolar peores. Aunque estas desventajas parecen persistir durante la edad adulta, estudios recientes demuestran que puede producirse una mejora cognitiva durante la infancia. © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. BIBLIOGRAFÍA Alexander GR, Wingate MS, Bader D, et al: The increasing racial disparity in infant mortality rates: composition and contributors to recent US trends, Am J Obstet Gynecol 198:51.e1-51.e9, 2008. 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