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Perspectivas – 03/08
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LOS ESTÁNDARES INTERNACIONALES SOBRE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
–
José J. ZEITUNE
∗
Introducción
Una justicia independiente, entendiéndose como justicia el poder judicial, la fiscalía y la
abogacía, es condición sine qua non para el pleno respeto de los derechos humanos de la
población. Allí donde los sistemas judiciales no actúan como un freno al poder del Estado y
protegen activamente los derechos humanos encontraremos Estados débiles o autoritarios.
El derecho a un juicio justo por un tribunal independiente e imparcial ha sido reconocido
por los instrumentos más importantes de derechos humanos, entre ellos el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos,1 así como
también por el derecho consuetudinario. El Comité de Derechos Humanos, órgano encargado de
monitorear el cumplimiento del Pacto, ha sostenido que este derecho “es un derecho absoluto
que no puede ser objeto de excepción alguna“.2 Sin embargo, los tratados internacionales de
derechos humanos no brindan directrices claras acerca de qué constituye un tribunal o juez con
tales características. De ahí la necesidad de ahondar y “codificar“ el contenido de tal derecho,
necesidad cubierta en cierta medida por los estándares internacionales (en términos teóricos) y
por la jurisprudencia internacional (mayormente en casos concretos). El siguiente texto describirá
brevemente estos estándares, sus contenidos y utilización.
A. Elaboración de estándares
Tras la aprobación de los más importantes tratados internacionales de derechos humanos,
rapidamente surgió la necesidad, principalmente en el seno de la Organización de las Naciones
Unidas, de profundizar en el contenido del derecho a un juicio justo. El proceso iniciado en dicha
organización culminó con la aprobación de tres importantes instrumentos: los Principios básicos
relativos a la independencia de la judicatura, los Principios básicos sobre la función de los abogados y las
Directrices sobre la función de los fiscales.
En forma similar, la administración de justicia ha sido también objeto de estudio y
desarrollo por parte de sistemas regionales. Así, tanto el Consejo de Europa (desde 1994) como la
Comisión Africana de Derechos Humanos (en 2003) han elaborado instrumentos dirigidos a sus
Estados sobre los aspectos que hacen a una administración de justicia independiente y garante de
∗
Abogado (Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires, Argentina), Máster en Derecho Internacional
(London School of Economics and Political Science), Oficial Jurídico de la Comisión Internacional de Juristas.
1 Artículos 14 y 8 respectivamente.
2 Ver Documento de la ONU CCPR/C/GC/32 de 23 de agosto de 2007, párrafo 19.
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los derechos humanos.3 A la fecha, el sistema interamericano no ha creado un instrumento
específico sobre la materia.
Finalmente, un número de asociaciones y grupos de jueces han elaborado una serie de
instrumentos relativos a su función. Por ejemplo, la Asociación Internacional de Jueces ha
elaborado el “Estatuto Universal del Juez“4 y los Presidentes de los más altos tribunales de
Iberoamérica han producido el “Estatuto del Juez Iberoamericano“5. Asimismo, los jueces del
Commonwealth han elaborado las Directrices de Latimer House, dirigidas a jueces de los países de
esa mancomunidad de Estados.6 En la región de Asia-Pacífico existe también un instrumento que
regula la materia.7
B. La utilización de los estándares internacionales
Los diversos instrumentos internacionales sobre la independencia de la justicia son una
suerte de reglamentación de una disposición clave del derecho internacional de los derechos
humanos. No son, en sentido estricto, vinculantes para los Estados. Sin embargo, violaciones al
derecho a un juicio justo dan lugar a la responsabilidad del Estado en la esfera internacional, y
para ello diversos tribunales y órganos internacionales de derechos humanos han hecho uso de
dichos estándares con el fin de obtener mayor claridad acerca del contenido de la obligación de
los Estados de respetar el derecho a un juicio justo. En los sistemas interamericano y europeo, la
Comisión y Corte Interamericanas por un lado y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por
otro, han hallado, en numerosas ocasiones, que juicios llevados a cabo por jueces o tribunales que
no cumplían con los requisitos de independencia e imparcialidad eran contrarios a los tratados
regionales.8 Para determinar tales violaciones, los órganos mencionados han utilizado los
estándares internacionales, ya sean universales o regionales, o han reproducido disposiciones
contenidas en ellos. Por su parte, el Comité de Derechos Humanos y la Relatoría sobre la
independencia de magistrados y abogados, así como otros órganos y mecanismos especiales de
Consejo de Europa: Recomendación No. R (94) 12 del Comité de Ministros a Estados Miembros sobre la
Independencia, Eficien cia y Función de los Jueces, 13 de octubre de 1994; Recomendación No. R (2000) 21 del
Comité de Ministros de los Estados Miembros sobre la libertad del ejercicio de la profesión de abogado, 25 de
octubre de 2000; Recomendación No. R (2000) 19 del Comité de Ministros de los Estados Miembros sobre la
función de la fiscalía en el sistema de justicia penal, 6 de octubre de 2000; Carta europea sobre el estatuto de los
jueces y Memorando Explicativo, DAJ/DOC (98) 23. Comisión Africana: Principios y Directrices relativos al
Derecho a la un Juicio Justo y a la Asistencia Jurídica en África, Adoptados como parte del informe de actividades
de la Comisión Africana en la 2ª Cumbre y Reunión de Jefes de Estado de la Unión Africana celebrada en Maputo
del 4–12 de julio de 2003.
4 El Estatuto Universal del Juez fue aprobado por la Unión Internacional de Magistrados (IAJ-UIM) el 17
de noviembre 17 de 1999. La IAJ-UIM es una organización internacional profesional y apolítica que agrupa no sólo
jueces individuales, sino también asociaciones nacionales de magistrados..
5 El Estatuto del Juez Iberoamericano fue aprobado por la VI Cumbre Iberoamericana de Presidentes de
Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia, celebrada en España en mayo de 2001.
6 Directrices de Latimer House para el Commonwealth sobre Supremacía Parlamentaria e Independencia
Judicial, adoptadas el 19 de junio de 1998.
7 Declaración de Principios de Beijing relativos a la independencia de la judicatura en la región de
LAWASIA, adoptada por los Presidentes de las Cortes Supremas de la región de LAWASIA y otros jueces de Asia y
el Pacífico en 1995 y adoptada por el Consejo de LAWASIA en 2001.
8 Ver, por ejemplo, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre terrorismo y derechos
humanos, documento de la OEA OEA/Ser.L/V/ll.116, Doc. 5 rev. 1 corr., 22 de octubre de 2002, párrafo 229;
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), Incal c. Turquía, sentencia de 9 de junio de 1998, Serie 1998-IV,
párrafo 65.
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protección de derechos humanos de Naciones Unidas, utilizan como referencia, tanto en casos
individuales como en sus análisis de situaciones en países, los estándares internacionales para
evaluar si la administración de justicia en un país bajo examen cumple con sus obligaciones
internacionales.
En reiteradas ocasiones los Comités de Naciones Unidas han analizado la legislación o las
prácticas de los Estados bajo examen y recomendado la introducción de reformas o la cesación
de ciertas acciones en la esfera de la justicia.9 En algunas oportunidades, los distintos órganos
encargados de vigilar tratados internacionales han recomendado la utilización directa de los
estándares sobre administración de justicia de Naciones Unidas.10
Debido a que su función es la de clarificar y profundizar el contenido de la normativa
internacional sobre el derecho a un juicio justo, los estándares pueden potencialmente presentarse
como complemento a la invocación de tratados internacionales jurídicamente vinculantes en
litigios concretos frente a tribunales nacionales e internacionales. Así, si en un caso se alega que el
derecho a un juicio justo por un tribunal independiente e imparcial ha sido violentado por
instancias inferiores o por los tribunales locales, los abogados pueden complementar su petición
legal con lo dispuesto en los estándares.
Particularmente debido a que no han sido elaborados por Estados sino por jueces, los
instrumentos constituyen un referente para generar políticas públicas relativas a la administración
de justicia e identificar reformas legales necesarias para adecuar el ordenamiento jurídico de un
país a sus obligaciones internacionales. En este sentido, los estándares internacionales se
presentan como directrices destinadas a que los Estados garanticen efectivamente los derechos de
sus habitantes mediante la protección efectiva de la independencia de la judicatura como garante
de dichos derechos.
C. El contenido de los estándares internacionales
Si bien una explicación detallada del contenido de los estándares internacionales sobre la
administración de justicia excedería los límites de este breve artículo, a continuación se exponen
las principales disposiciones contenidas en ellos.
En primer lugar, los instrumentos consagran, en términos absolutos, el carácter
independiente del poder judicial y el deber de los Estados de garantizarlo. Por ejemplo, los
Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura de Naciones Unidas (en adelante, Principios
básicos) establecen que “la independencia de la judicatura será garantizada por el Estado y
proclamada por la Constitución o la legislación del país. Todas las instituciones gubernamentales
y de otra índole respetarán y acatarán la independencia de la judicatura”. 11 Esta disposición se
9 Ver, por ejemplo, Observaciones finales del Comité de Derechos Humanos: Congo, Documento de la
ONU CCPR/C/79/Add.118, párrafo 14.
10 Ver, por ejemplo, Observaciones finales del Comité de Derechos Humanos: Belarús, Documento de la
ONU CCPR/C/79/Add.86, párrafo 14; y Conclusiones y recomendaciones del Comité contra la Tortura: Arabia
Saudita, Documento de la ONU CAT/C/CR/28/5, párrafo 8 i).
11 Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura, Principio 1. Ver también, entre otros,
Consejo de Europa, Recomendación No. R (94) 12 del Comité de Ministros a Estados Miembros sobre la
Independencia, Eficiencia y Función de los Jueces (en adelante, Recomendación No. R (94) 12), de 13 de octubre de
1994, Principio I; Principios y Directrices relativos al Derecho a un Juicio Justo y a la Asistencia Jurídica en África,
Principio A, inciso 4 (a); Estatatuto Universal del Juez, Principio 1; Estatuto del Juez Iberoamericano, artículos 1 y 2;
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refiere a la llamada “independencia institucional”, en virtud de la cual el poder judicial goza de
independencia con respecto a las otras ramas del poder público (la llamada separación de
poderes). Por otra parte, para que el derecho a un juicio justo sea respetado es necesario que los
jueces, en su capacidad individual, estén libres de toda influencia y apliquen las normas de
derecho a los hechos. La llamada “independencia individual” está consagrada en los Principios
básicos cuando establecen que “los jueces resolverán los asuntos que conozcan con imparcialidad,
basándose en los hechos y en consonancia con el derecho, sin restricción alguna y sin influencias,
alicientes, presiones, amenazas o intromisiones indebidas, sean directas o indirectas, de
cualesquiera sectores o por cualquier motivo.”12
Otro aspecto importante que hace a la función jurisdiccional es la autonomía financiera.
Los estándares internacionales recogen el requisito de financiamiento adecuado.13 Por su parte, las
asociaciones de jueces están llamadas a cumplir un papel fundamental en la protección de la
independencia judicial, los derechos humanos y el estado de derecho. Por ello, los estándares
internacionales reconocen el derecho de los jueces a formar asociaciones.14
Una judicatura debe contar necesariamente con procedimientos de nombramiento de
jueces y con criterios para realizar tales nombramientos.15 En este tema, los estándares
internacionales son unánimes al establecer que los nombramientos judiciales deben basarse en los
méritos profesionales de los individuos y deben realizarse mediante un procedimiento
transparente que garantice la igualdad de los candidatos. Los estándares prohíben la
discriminación para acceder a cargos judiciales en virtud de criterios tales como sexo, raza,
opinión política u origen nacional (aunque se permite que los Estados establezcan como requisito
que los postulantes deban ser nacionales del país en cuestión). En lo relativo al procedimiento de
nombramiento y al órgano a cargo, los estándares no especifican un procedimiento con exclusión
de otros, sino que se limitan a otorgar directrices generales acerca de sus características. Si bien la
tendencia actual se inclina por la creación de órganos independientes con presencia de jueces16, la
Declaración de Principios de Beijing relativos a la independencia de la judicatura en la Región de LAWASIA,
párrafos dispositivos 3 y 4; y Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial, adoptados por el Grupo Judicial
sobre Fortalecimiento de la Integridad Judicial y de los que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU tomó
nota en su Resolución 2003/43, Principio 1.
12 Ibid, Principio 2. La Recomendación del Consejo de Europa sobre la Independencia, Eficiencia y Función
de los Jueces es un buen ejemplo de la conexión entre ambas independencias, la institucional y la individual. En
dicho instrumento se establece que la independencia de los jueces debe garantizarse mediante la introducción de
disposiciones en las constituciones u otra legislación y que “Los poderes ejecutivo y legislativo deben asegurar que
los jueces sean independientes y que no se adopten medidas que puedan poner en peligro la independencia de los
jueces”. Ver Consejo de Europa, Recomendación No. R (94) Principio I.2 (b).
13 Ver, por ejemplo, Directrices de Latimer House para el Commonwealth sobre Supremacía Parlamentaria
e Independencia Judicial, adoptadas el 19 de junio de 1998, Directriz II.2. Ver también el Principio 7 de los
Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura; Consejo de Europa, Carta europea sobre el estatuto
de los jueces, DAJ/DOC (98) 23, párrafo dispositivo 1.6.; Declaración de Principios de Beijing relativos a la
independencia de la judicatura en la Región de LAWASIA, párrafo dispositivo 41; y la Recomendación No. R (94) 12
del Comité de Ministros del Consejo de Europa, Principio III.
14 Al respecto, los Principios básicos disponen: “Los jueces gozarán del derecho a constituir asociaciones de
jueces u otras organizaciones que tengan por objeto representar sus intereses, promover su formación profesional y
defender la independencia judicial, así como el derecho a afiliarse a ellas.“ Principios básicos relativos a la
independencia de la judicatura, Principio 9. Ver también, entre otros, Estatuto del Juez Iberoamericano, artículo 36;
Carta europea sobre el estatuto de los jueces, párrafo dispositivo 1.7; Consejo de Europa, Recomendación No. R (94)
12, Principio IV; Declaración de Principios de Beijing, párrafo dispositivo 9; y Directrices de Latimer House,
Directriz VII.3.
15 Lo dicho en este apartado se aplica también a los ascensos.
16 Ver Consejo de Europa, Recomendación No. R (94) 12 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, Principio
I.2.c.
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mayoría de los estándares universales otorgan un importante margen de discreción a los Estados
para establecer qué órgano se encargará de los nombramientos judiciales. No obstante, los
Estados deben garantizar que los nombramientos se realicen de manera transparente y que
garanticen la independencia de los candidatos.17
Una vez dentro del poder judicial, los estándares internacionales reconocen como
requisito la estabilidad en el cargo con que debe contar el juez individual como garantía de su
independencia. Al respecto, los Principios básicos establecen que “l a ley garantizará la permanencia
en el cargo de los jueces por los períodos establecidos” y que “se garantizará la inamovilidad de
los jueces, tanto de los nombrados mediante decisión administrativa como de los elegidos, hasta
que cumplan la edad para la jubilación forzosa o expire el período para el que hayan sido
nombrados o elegidos, cuando existan normas al respecto.” 18
Por último, la salida del juez del poder judicial también es materia de los estándares
internacionales. La existencia de procesos de remoción se explica a partir del deber de los jueces
de actuar conforme a normas éticas.19 Los estándares internacionales contienen disposiciones
similares a aquellas que regulan los nombramientos judiciales; esto es, los jueces pueden sólo ser
destituidos por causales objetivas preestablecidas en la ley y mediante un procedimiento que
respete las garantías procesales e impartido por un órgano independiente e imparcial. Así, los
Principios básicos disponen que “los jueces sólo podrán ser suspendidos o separados de sus cargos
por incapacidad o comportamiento que los inhabilite para seguir desempeñando sus funciones” y
que los procedimientos disciplinarios deberán realizarse “con prontitud e imparcialidad con
arreglo al procedimiento pertinente.”20
Conclusión
El derecho internacional de los derechos humanos cuenta con importantes herramientas,
producto de décadas de desarrollo, para determinar tanto si un juicio se realiza conforme a la
obligación de los Estados de brindar un juicio justo por un tribunal independiente e imparcial
como también para evaluar las características institucionales del poder judicial. Dichos
instrumentos provienen de distintas fuentes y presentan distintas perspectivas sobre qué
constituye un tribunal independiente e imparcial. Si bien no son jurídicamente vinculantes en
sentido estricto, los estándares internacionales pueden ser invocados como complemento del
derecho a un juicio justo por un tribunal independiente e imparcial, derecho reconocido por los
tratados de derechos humanos más importantes.
Ver Principio 10 de los Principios básicos de Naciones Unidas.
Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura, Principios 11 y 12. Si bien los estándares
no son unánimes al establecer las designaciones vitalicias (esto es, hasta que los jueces cumplan una edad de retiro o
sean removidos mediante los procedimientos adecuados), la permanencia en el cargo en forma vitalicia ofrece una
garantía de independencia. Ver, entre otros, el Estatuto del Juez Iberoamericano, artículos 14 y 15 y el Estatuto
Universal del Juez, artículo 8.
19 Además de los códigos de ética judicial nacionales, cabe destacar la existencia de los Principios de
Bangalore sobre la Conducta Judicial.
20 Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura, Principios 17 y 18. Ver también, entre
otros, Estatuto del Juez Iberoamericano, artículo 20; Declaración de Principios de Beijing relativos a la
independencia de la judicatura en la región de LAWASIA, párrafos dispositivos 22 a 30; Directrices de Latimer
House, Directriz VI; Principios y Directrices relativos al Derecho a un Juicio Justo y a la Asistencia Jurídica en
África, Principio A, inciso 4 (p), (q) y (r); Carta europea sobre el estatuto de los jueces, párrafos dispositivos 5 y 7;
Consejo de Europa, Recomendación No. R (94) 12, Principios V y VI; Estatuto Universal del Juez, artículo 11.
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Los estándares constituyen un importante avance en la profundización del derecho a un
juicio justo, y como tales deben ser utilizados por los actores del sistema de justicia en casos
concretos. Una utilización estratégica y sostenida de los estándares por parte de los actores de la
administración de justicia contribuirá al respeto por el derecho a un juicio justo por un tribunal
independiente e imparcial y, en consecuencia, de los derechos humanos en general.
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