CARACTERÍSTICAS DEL CÓDIGO DE ORGANIZACIÓN JUDICIAL VIGENTE EN LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY Análisis realizado por el Centro de Estudios Judiciales El Código de Organización Judicial de 1981 promulgado durante el régimen dictatorial estructura un Poder Judicial vertical y de raigambre monárquico heredado de la colonia y por tanto contrario al diseño republicano establecido en la Constitución Nacional vigente desde 1992. Este modelo monárquico y vertical concentra excesivo poder y funciones en la cúpula, esto es en la Corte Suprema de Justicia, la misma que ejerce funciones administrativas, involucrándose directamente en la macro y en la micro administración de los recursos humanos y materiales, tiene a su cargo estructuras administrativas pesadas e impropias como el Registro General de la Propiedad, el Registro de los Automotores, la Sindicatura General de Quiebras. En lo Jurisdiccional actúa como tribunal de tercera instancia y no como máximo tribunal de justicia, lo que no le permite desarrollar una verdadera jurisprudencia y finalmente sus procedimientos siguen siendo escritos y ausentes de publicidad. Esta concentración de funciones se traduce en ausencia de gobierno judicial porque el modelo vigente confunde el gobierno judicial con la administración cotidiana de los recursos, lo que impide al Poder Judicial contar políticas institucionales orientadas a la eficacia, eficiencia y transparencia del servicio y con mecanismos idóneos para preservar la independencia de los jueces. No existe un sistema de carrera judicial, lo único que se tiene es un sistema de nombramiento de jueces y magistrados que ni siquiera responde a las directrices constitucionales Los jueces y magistrados no pueden dedicarle lo mejor de su tiempo al ejercicio de las funciones jurisdiccionales (resolver las causas) porque también tienen que ocuparse de funciones administrativas, y no cuentan con personal especializado que le auxilie en las tareas de apoyo administrativo a la función jurisdiccional. Los despachos judiciales también responden al molde colonial (un juez y dos secretarios) que sólo reproduce burocracia, lentitud, ineficiencia, porque están pensados para la custodia de los expedientes y la preservación de las formalidades y los ritos procesales y no para facilitar al juez en su tarea de resolver los conflictos a través de juicios orales y públicos como manda la Constitución Nacional. Los jueces están sobrecargados con peticiones (procesos voluntarios) que no implican un conflicto con un tercero y que bien pueden ser atendidos por otros órganos de la administración pública. Adicionalmente no existen juzgados especializados para dar respuesta a la nueva conflictividad social, tales como las reivindicaciones históricas de los pueblos indígenas, conflictos ambientales, conflictos familiares. El modelo vigente se caracteriza por su fuerte selectividad, las personas de escasos recursos, los pobres, los sectores de la población que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad tienen una serie de barreras y obstáculos para acceder al sistema judicial. Adicionalmente el sistema de administración judicial se desenvuelve desconectado de la realidad social, se relaciona más con el poder político que con la comunidad.