Al-Farabi y la lógica

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AL-FARABI: LA LÓGICA COMO MÉTODO
DEL RAZONAMIENTO DEMOSTRATIVO
Andrés Martínez Lorca
Catedrático de Filosofía Medieval, UNED
Al-Farabi gozó de gran prestigio en el mundo árabe, como indica el que fuera
llamado «el Segundo Maestro», sólo superada su fama como filósofo por Aristóteles.
Innovó, entre otras cosas, en su concepción de la religión y del intelecto, poniendo
asimismo los cimientos de la filosofía política en el Islam. Pero quizá su huella más
duradera haya sido en el campo de la lógica. En este punto nos concentraremos,
resumiendo su propia exposición en uno de sus libros 1 .
Objeto de la Lógica
Guiar en el camino de la verdad, dar las reglas que nos preservan del error y conseguir
la certeza por medio del silogismo y la inducción.
Aquello sobre lo que la lógica da reglas “son las ideas o inteligibles, en cuanto guardan
relación semántica o significativa con las palabras, y las palabras en cuanto significan
las ideas”. Según al-Farabi, los antiguos (o sea, los griegos) daban un mismo nombre,
lógos, para designar a las ideas o inteligibles y a las palabras que las expresan.
Su nombre procede del griego lógos, término que para los filósofos antiguos tenía estos
tres significados: a) voz, b) idea o inteligible, y c) razón. La lógica da reglas para el uso
tanto de a) como de b) y mediante ellas dirige la razón, facultad que nos distingue de los
demás animales.
Lógica y Gramática
Son dos artes análogas. “Todas las leyes que la ciencia de la gramática nos da respecto
de las palabras, son análogas a las que la ciencia de la lógica nos da respecto de las
ideas”.
Pero se distinguen entre sí porque “la gramática da tan sólo las reglas propias y
privativas de las palabras de un pueblo determinado, mientras que la lógica da las
reglas comunes y generales para las palabras de todos los pueblos”. Eso no quiere decir
que no existan nociones comunes a las lenguas de todos los pueblos, pero los
gramáticos las estudian en lo que tienen de específico en su propia lengua, no en lo que
es común o genérico.
Utilidad de la Lógica
A semejanza de los pesos y medidas, mediante las reglas lógicas se aquilata el valor de
nuestros conocimientos. En la investigación de la verdad nos facilita de antemano el
camino que hemos de seguir (es decir, el método) y nos advierte de todo aquello que
puede conducirnos al error.
Al-Farabi, Catálogo de las ciencias, edición y traducción castellana por Ángel González Palencia,
Madrid-Granada, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1953, 2ª ed., pp. 13-37.
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Si ignoramos la lógica, no podremos apoyar una opinión o refutarla, ni tampoco
distinguir un razonamiento demostrativo: sólo llegaríamos así a la perplejidad, dando
palos de ciego en el debate de ideas. La certeza en nuestros juicios exige de la lógica;
sin embargo, el que se contente con meras opiniones no necesita de ella.
Clases de silogismo
Apodíctico: proporciona un conocimiento cierto.
Polémico: se usan en él afirmaciones de común aceptación con el fin de vencer en el
debate. Sus conclusiones son sólo probables.
Sofístico: mediante una habilidad técnica se intenta engañar e inducir al error. Sus
conclusiones son falaces.
Retórico: aquí se busca persuadir al otro y aunque existen diversos grados de
persuasión, sin embargo no puede lograrse con él la certeza o la alta probabilidad.
Poético: pretende provocar la representación imaginativa de un modo de ser o cualidad
de una cosa. No conduce a la certeza ni a la opinión, pero sí impulsa a la acción
mediante una sugestión imaginativa.
Partes de la lógica
Están contenidas en los diversos libros que constituyen el Organon aristotélico:
Categorías (sobre los términos)
Sobre la interpretación (la proposición simple)
Primeros Analíticos (el silogismo)
Segundos Analíticos (la demostración científica)
Tópicos (sobre la dialéctica)
Refutaciones Sofísticas (los sofismas)
Retórica (discurso retórico)
Poética (arte poético)
(Como se advertirá, los árabes añadieron a los seis primeros libros que componen
tradicionalmente el Organon según la ordenación de Andrónico de Rodas, otras dos
obras aristotélicas, la Retórica y la Poética).
El único fin que se propone la lógica en sentido estricto es la demostración científica,
contenida en los Segundos Analíticos (en árabe, Kitāb al-burhān o Libro de la
demostración apodíctica) y en torno a él giran los tres primeros libros. Los restantes
libros o bien indican el método para determinado tipo de argumentación (dialéctica,
retórica o poética) o bien cómo evitar el engaño (los sofismas).
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Al resumen anterior del texto de al-Farabi conviene añadir ahora que él comentó
todos los libros del Organon aristotélico a los adjuntó como prefacio la Isagogé de
Porfirio, tradición ésta muy extendida en la Edad Media. La difusión de la lógica
aristotélica que llevó a cabo en el mundo árabe hizo historia. Veamos sólo dos
testimonios, muy alejados entre sí por la personalidad de sus autores. El primero de
ellos procede del gran filósofo judío cordobés Maimónides que hizo de él este elogio:
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“En general, te recomiendo no leer sobre lógica otras obras que las del sabio Abu Nasr
al-Farabi; pues todo lo que él compuso es pura flor de harina” (Carta a Rabi Samuel b.
Tibbon).
El segundo testimonio, muy valioso desde el punto de vista historiográfico, está
contenido en la Historia de la filosofía y de las ciencias o Libro de las Categorías de las
naciones, redactado en Toledo a mediados del siglo XI por el astrónomo, juez e
historiador islámico Said al-Andalusí 2 : “Finalmente, hemos de mencionar a al-Farabi,
el mayor filósofo de los musulmanes sin duda alguna. Estudió la lógica con Yuhanna b.
Haylan (…) y superó en esta materia a todos los sabios musulmanes, a los cuales
aventajó debido al profundo conocimiento que había adquirido de esta materia, lo que le
llevó a explicar sus partes oscuras, a descubrir sus secretos y a hacerla más
asequible.[Al-Farabi] reunió todos los elementos necesarios para conocer esta ciencia en
unos libros, compuestos con un lenguaje correcto y unas imágenes sutiles, que recogen
todo aquello que al-Kindi y otros autores habían omitido acerca del método analítico y
el desvelamiento de las matemáticas. En estas obras hizo una clara exposición de las
partes de la lógica, informó de los casos en que ésta resulta de utilidad, mostró las vías
que permiten servirse de ella y el medio para conocer el razonamiento silogístico en
cada una de estas materias. Sus libros, en relación con estas cuestiones, son lo mejor
que hay y lo más perfecto que existe. Además de eso, compuso un excelente libro acerca
de la clasificación de las ciencias y del conocimiento de sus objetivos, que no pudo ser
superado por nadie ni cuyo método ha sido seguido por ninguna otra persona.
Asimismo, ningún estudioso de las ciencias ha podido pasar sin referirse a él ni leerlo
previamente” 3 .
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Hay traducción castellana anotada en la Editorial Trotta, Madrid, 2000.
Said al-Andalusí, Historia de la filosofía y de las ciencias o Libro de las Categorías de las naciones,
cit., pp. 125-126, cursiva mía.
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