2010 RADIOGRAFÍA DE LA DELINCUENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA AUTOR: D. Salvador Ruiz Ortiz. Licenciado en Criminología y Máster en Derecho Penitenciario. 0 1 ÍNDICE 1. Capítulo I: Consideraciones previas . . . . 5 1.1. Introducción . . . . . . 5 1.2. Concepto de delincuencia . . . . . 6 1.3. La Policía y la seguridad ciudadana . . . . 7 1.4. Objetivos . 1.5. Marco de referencia 1.5.1. . . . . . . . . . 11 . . . . . . 12 . . . . . 12 Fundamentos teóricos 1.6. Descripción del fenómeno . . . . . 12 1.7. Justificación . . . . . . . 14 1.8. Limitaciones . . . . . . . 15 1.9. Metodología . . . . . . . 15 2. Capítulo II: Fase I: Análisis de la delincuencia registrada . . 16 2.1. . . . . 16 2.1.1. Evolución de delitos registrados . . . . 17 2.1.2. Evolución de faltas registradas . . . . 20 2.1.3. Evolución de infracciones penales registradas . . 22 2.2. La delincuencia en España . La delincuencia en la Región de Murcia . . . 24 2.2.1. Ficha técnica . . . . . . 24 2.2.2. Metodología . . . . . . 28 2.2.3. Evolución de delitos registrados en la . . . 29 . . . 29 registradas en la Región de Murcia 1998-2009 . . 30 2.2.6. Delitos por grupos penales en la Región de Murcia . 30 2.2.7. Faltas por grupos penales en la Región de Murcia . 40 Región de Murcia 1998-2006 2.2.4. Evolución de faltas registradas en la Región de Murcia 1998-2006 2.2.5. . . Evolución de infracciones penales 2 2.3. Tasa de criminalidad 2.4. 2.5. . . . . 45 Incidencia de las infracciones penales en la Región . . 47 Conclusiones del análisis . . 49 . . . . . 3. Capítulo III: Fase II: Autosondeo sobre criminalidad en la Región de Murcia . . . . . . . 52 3.1. Identificación de variables . . . . . 52 3.2. Metodología . . . . . . . 52 3.3. Datos . . . . . . . 53 3.4. Análisis estratificados . . . . . . 53 3.4.1. Opinión general sobre la inseguridad ciudadana . 53. 3.4.2. Incidencia de la delincuencia . . . . 58 3.4.3. Victimización 3.5. . . . . . . . 63 Conclusiones del sondeo. . . . . . 66 4. Conclusiones finales . . . . . . . 67 5. Anexo . . . . . . . . . 68 6. Fuentes . . . . . . . . . 70 3 RADIOGRAFÍA DE LA DELINCUENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA 4 1. CONSIDERACIONES PREVIAS: 1.1. INTRODUCCIÓN: La delincuencia es un fenómeno complejo existente en toda sociedad dotada de normas penales. Su carácter social le imprime la cualidad de continua mutabilidad, pues se adapta a los cambios que se producen en la comunidad, varía su etiología, evolución y consecuencias, su naturaleza y formas de presentación afectan de modo significativo a la percepción ciudadana hasta inscribirse continuamente entre las principales preocupaciones. Su control corresponde al Estado, en sus distintas manifestaciones territoriales. La seguridad es un derecho fundamental de competencia estatal, pero participan en su mantenimiento las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. Al abandonarse la venganza privada como modo de resolución de conflictos, con la instauración del Estado moderno, es éste quien asume el deber de garantizarla, a través de sus instituciones ha de articular todo un sistema de prevención, persecución, investigación, jurisdicción, reinserción y rehabilitación cuya finalidad última es el mantenimiento de la seguridad pública, fundamentalmente a través del control del delito. Para lograr este objetivo resulta necesario el conocimiento de la realidad criminal. No es sencilla su cuantificación, pues la propia complejidad inherente a todo fenómeno social, provoca importantes sesgos que dificultan una visión real. Así el concepto de delincuencia define una realidad variable compuesta por el total de conductas tipificadas como infracciones por el Derecho Penal, el cual, a su vez, se va adaptando a las exigencias y necesidades sociales. Por tanto el balance delincuencial global es imposible de determinar, aunque sí pueden realizarse inferencias válidas y fiables si se utiliza el método de estudio adecuado y se acude a las fuentes que ofrezcan la información precisa, en caso contrario se llegará a conclusiones erróneas y de escasa utilidad práctica. A la hora de establecer planes, tanto preventivos como reactivos, de acción y control frente al delito resulta básico el conocimiento de su magnitud, etiología y evolución, así como determinar qué factores favorecen o facilitan su comisión. Por ello se propone un método de investigación multifásico basado en la conjugación de varias perspectivas del mismo fenómeno, al objeto de obtener una visión más amplia y realista del mismo. En este proyecto se ha diseñado una metodología en la que se contemplan tres líneas diferenciadas: delincuencia registrada, encuesta de victimización y análisis de registros de hemeroteca. Con ellas es posible realizar inferencias utilitaristas sobre el fenómeno delictivo, especialmente en el ámbito de la percepción ciudadana sobre su incidencia y repercusión social, siendo este el principal hándicap al que han de enfrentarse las distintas Administraciones Públicas, dentro de sus respectivas competencias. Eliminar el delito es imposible, es más además sería contraproducente pues si bien ha sido considerado tradicionalmente como la consecuencia de la ausencia de control, en la actualidad lo es como fenómeno integrador de la sociedad, constituyendo el umbral que separa las conductas consideradas intolerables de las tolerables, aunque estas últimas puedan incardinarse como infracción en otras ramas del derecho. La misión de la Administración, a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, es la de mantener o mitigar en la medida de lo posible el efecto intimidante que provoca el delito en la sociedad. 5 1.2. CONCEPTO DE DELINCUENCIA: Existen multitud de definiciones, según la perspectiva desde la que vaya a proyectar la investigación, a continuación se detallan las más usuales. El concepto jurídico material lo recoge el artículo 10 de la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, que establece: “Son delitos y faltas las acciones u omisiones dolosas o imprudentes penadas por la Ley”. Se trata de una definición factual dirigida a identificar determinadas conductas, es decir, delimita los actos humanos permitidos por la Ley Penal y los separa de los que se encuentran castigados. El artículo 13 de la misma norma jurídica establece un concepto con mayor virtualidad operativa, al contener una clasificación de las conductas contrarias a la norma penal en función de su nivel de reprochabilidad, así distingue entre delitos graves, menos graves y faltas, asignando respectivamente consecuencias jurídicas con progresivo descenso en la intensidad de la pena. Esta ordenación fundamentada en la gravedad virtual de los hechos, posibilita un primer paso en la diferenciación de infracciones, estableciendo distintos niveles en función de la gravedad asignada por el legislador a cada una de las conductas ilícitas. Se ha pretendido buscar un concepto universalmente válido de delito. Garofalo señalaba que la motivación del delito está basada en dos sentimientos, la piedad y la probidad en las personas no delincuentes, la piedad sería el sentimiento de compasión que nos hace evitar hacer daño a los otros, la probidad estaría relacionada con los valores del daño material y el respeto por la propiedad ajena. En el delincuente fallarían uno o los dos. Este concepto de delito no resultó válido por no ser generalizable. La sociología aporta el concepto de conducta desviada, aunque tampoco puede ser empleado como un concepto universal de delito, el contenido esencial de ésta es más amplio ya que todo delito es una conducta desviada pero no al contrario. Para la Criminología el delito es un problema individual y social que debe tener como respuesta del Estado una sanción penal. Todo fenómeno social resulta difícil de definir, con respecto a la delincuencia a esta dificultad se añade el problema de su continua mutabilidad, pues lo que hoy es delito no siempre lo ha sido y viceversa, no obstante se ha de intentar acotar un concepto que, sin ser universalmente válido, sí resulte idóneo para la concreta investigación que se va a realizar 1 . El delito tiene una significación eminentemente jurídica, está delimitado por las leyes en un Estado de derecho 2 , las cuales se van adaptando a las necesidades sociales. Por tanto acotar un concepto válido y universal es complejo, debiendo establecerse parámetros que lo limiten y describan en el contexto de la concreta investigación. Dada la dificultad de conceptualización es necesario delimitar el objeto de estudio, para así poder establecer una catalogación de aquellas conductas que van a conformar el análisis específico. 1 El debate académico sobre la necesidad de una definición universal del delito ha ido perdiendo interés, hasta el punto de que se sugiere utilizar el concepto que más convenga a la concreta investigación. “Cuando ésta persiga estudiar cuestiones jurídico políticas relativas a la descriminalización –o la neocriminalización- procedería operar con un concepto “material” de delito. Por el contrario, si se trata de analizar el volumen, estructura y movimiento de la criminalidad, deberá tomarse como punto de partida la definición jurídico penal (formal) del delito). GARCÍA PABLOS, A. “Manual de Criminología”, Madrid, 1998. Pág 76. 2 ROLDÁN BARBERO, H. “Introducción a la investigación criminológica”, Granada, 2004. Pág. 1. 6 En este sentido, y para esta investigación de la delincuencia en la Región de Murcia, se va a utilizar el criterio formal, pues se refiere a la ordenación sistemática de comportamientos que sistematiza la normativa penal española. El criterio de clasificación seguido en ella sigue un orden fundamentado en la importancia otorgada por la Constitución Española y el Legislador a los distintos bienes jurídicos considerados merecedores de protección penal (vida, integridad física y psíquica, libertad, torturas y otros delitos contra la integridad moral, libertad e indemnidad sexuales,…), en atención a la importancia del bien afectado o puesto en peligro pero sin tener en cuenta el nivel de afectación que éste recibe ni el resultado causado. A modo de ejemplo, los delitos contra las personas abarcan desde el homicidio, como manifestación extrema de ataque contra la vida, hasta los delitos relativos a la manipulación genética, cuya prevalencia es ínfima en relación con el primero y su dificultad técnica resulta obvia. Lo mismo ocurre en todos los Capítulos y Títulos del Código Penal, donde se alean conductas con identidad del bien jurídico protegido pero de distinta intensidad y consecuencias lesivas (robo con violencia vs hurto, violación con acceso carnal vs abuso sexual,…). Pero este concepto formal sólo refleja la realidad delincuencial desde una perspectiva jurídico penal, por lo que se le ha añadido una segunda fase en la que su significación varía para adaptarse a una clasificación sistemática fundamentada en la realidad criminal y su repercusión social, partiendo de las percepciones de los ciudadanos y de la mutabilidad de las conductas típicas, es decir, mediante el autosondeo. 1.3. LA POLICÍA Y LA SEGURIDAD CIUDADANA. El artículo 149. 29 de la Constitución Española de 1978 señala que: “La seguridad pública es competencia exclusiva del Estado, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las Comunidades Autónomas en la forma en que se establezca en los respectivos Estatutos en el marco de lo que disponga una ley orgánica”. La L.O. 2/86, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, establece el modelo policial español en base a un núcleo estatal (compuesto por el Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil), Policías de carácter autonómico, tanto de carácter especial 3 (Ertzaintza, Mossos D´Esquadra y Policía Foral Navarra) y general (Galicia, Andalucía,…), las Entidades Locales completan el espectro de seguridad con las Policías Locales, cuyas funciones se detallan en el artículo 53 de la mencionada norma, aunque sus competencias en la persecución e investigación de delitos se ve fuertemente limitada. La legislación básica sobre la que asienta la normativa, estructura organizativa y funcionamiento de las Policías Locales se articula en distintos niveles normativos. El Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia, aprobado por L.O. 4/92, de 9 de junio, contempla en su artículo 11 la asunción por la Comunidad Autónoma de la competencia para el desarrollo legislativo y la ejecución y coordinación y demás facultades en relación con las Policías Locales, en los términos que establezca la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. La Ley 4/98, de 22 de julio, de Coordinación de las Policías Locales de la Región de Murcia reconoce la creación por los municipios de Cuerpos de Policía Local 3 Difieren de las de carácter general en que no les son de aplicación ciertas Disposiciones Estatutarias Comunes, de las que contempla la L.O. 2/86, y gozan de un nivel de competencias superior. 7 propios, de acuerdo con lo previsto en la presente Ley, en la Ley Reguladora de Bases de Régimen Local y en la legislación autonómica. Esta norma define a los Cuerpos de Policía Local como institutos armados de naturaleza civil, con estructura y organización jerarquizadas, regidos por los principios generales de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y adecuándose a las normas autonómicas y a las de los respectivos Ayuntamientos. El Estado es consciente del potencial, en materia de seguridad, que poseen los Cuerpos dependientes de los municipios, por ello se han establecido convenios de colaboración entre el Ministerio del Interior y la Federación Española de Municipios y Provincias. En este sentido, en 1996 se firmó el Convenio Marco de Colaboración con la finalidad de establecer un plan global de colaboración, integrado por una serie de medidas susceptibles de ser implantadas por acuerdo de las Junta Locales de Seguridad, cuya vigencia se prolongó hasta 1999. Las conclusiones de esta primera aproximación a la ampliación de competencias tuvieron como resultado la firma de un nuevo Convenio. El 19 de septiembre de 2002 se produce su rúbrica, con el objetivo de desarrollar una política de seguridad que optimice los recursos disponibles para garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos. Su pretensión es la de potenciar y favorecer la implantación de procedimientos de actuación con la debida colaboración y coordinación entre los distintos Cuerpos policiales que actúan en mismo municipio, destacando entre las medidas propuestas: Integración de los servicios policiales en el teléfono único de emergencias 112. Intercambio de información y datos estadísticos de la actividad delictiva, al objeto de diseñar planes u operaciones de seguridad. Fomento de fórmulas de utilización conjunta de datos policiales, bajo los protocolos que señalen al efecto de la Secretaría de Estado para la Seguridad y los municipios. Constitución de Mesas o Grupos de trabajo en las Juntas Locales de Seguridad. En febrero de 2007 entra en vigor un nuevo Convenio, con vocación de establecer un marco normativo general en el que la Federación Española de Municipios y Provincias y las Entidades Locales logren una efectiva participación en el diseño, ejecución y evolución de las políticas de seguridad ciudadana y de seguridad vial. El objetivo es potenciar la coordinación y participación operativa entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad dependientes del Gobierno de la Nación y los Cuerpos de Policía Local. El aspecto más innovador se refiere al fomento de la participación de la Policía Local en las funciones de Policía Judicial, a través de Convenios bilaterales, tanto en lo referente a la recepción de denuncias como a la investigación de determinadas infracciones penales, cuando constituyan falta o delitos menos graves: Faltas. Lesiones que no requieran hospitalización. Violencia doméstica y de género. Delitos contra las relaciones familiares. Quebrantamiento de condena, de localización permanente, órdenes de alejamiento y privación del derecho a conducir vehículos a motor. Hurtos. 8 Denuncias por recuperación de vehículos, cuando no estuviesen considerados de interés policial. Patrimonio histórico municipal. Actividades de carácter comercial o con ánimo de lucro, realizadas en la vía pública o en mercadillos y que constituyan delitos contra la propiedad industrial o intelectual. Defraudaciones del fluido eléctrico y análogas. Delitos contra la seguridad del tráfico. Amenazas y coacciones. Omisión del deber de socorro. Daños. Estas competencias afianzan el reconocimiento expreso de las Policías Locales como Policía Judicial, siendo precisa la adscripción del respectivo municipio al Convenio de colaboración, debiendo además analizarse la ratio de efectivos policiales por habitantes, su nivel de formación y experiencia, la capacidad técnica y operativa para constituir grupos o unidades especializadas así como la disponibilidad de recursos materiales y tecnológicos. Sobre estas consideraciones subyace la idea de que la potencialidad operativa de las Policías Locales está en auge. La formación, especialización y creación de unidades dedicadas a cometidos especiales son indicadores del desarrollo e innovación que preside su función, al objeto de ofrecer cada vez un servicio más eficaz. La seguridad es un derecho fundamental cada vez más demandado, la fracción de la misma referida a la seguridad ciudadana se sitúa entre las principales preocupaciones de los ciudadanos 4 . Se trata de un constructo subjetivo influenciado por multitud de factores, entre los que destacan el papel de los medios de comunicación de masas y las transmisiones interpersonales, en ocasiones es suficiente un solo acontecimiento focalizador para que se cree la alarma social. Para cuantificarla se recurre a sondeos entre la población, de los que se obtienen indicadores de percepción. Para objetivar la realidad criminal se han de tener en cuenta las diferentes fracciones que la componen: Delincuencia registrada: total de infracciones penales que llegan al conocimiento de las instancias oficiales (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Ministerio Fiscal, Juzgados, Institutos de Medicina Legal,…). Delincuencia real: total de infracciones penales cometidas. Es imposible de conocer, la conforman la delincuencia registrada más la cifra negra, por lo que se ha de recurrir a inferencias que se aproximen. Cifra negra: infracciones penales que no llegan al conocimiento de las instancias oficiales. Son aquellas conductas que las víctimas reconocen como delitos o faltas, pero que no llegan a denunciarse por diversos motivos. Las encuestas de victimización resultan de utilidad para aproximarse a ella. 4 Los estudios periódicos del Centro de Investigaciones Sociológicas incluyen la inseguridad ciudadana como una de las principales preocupaciones. 9 Delincuencia desconocida: es una parte de la cifra negra, se trata de aquellos comportamientos que ni siquiera las propias víctimas saben que lo han sido, por lo que no es posible conocerla. Delincuencia no reconocida: se inscribe también en la cifra negra, son supuestos en los que la afectación al bien jurídico es considerada legítima por el perjudicado, aunque en realidad se trata de una infracción penal. Estos conceptos han de estar presentes a la hora de la recolección e interpretación de los datos, pues sirven de base para que el análisis sea válido y fiable, es decir, cuando se habla de delincuencia el constructo adecuado es el de delincuencia real, sin embargo sus valores son imposibles de determinar por la influencia de la “cifra negra”, pero si este extremo se tiene presente el valor de la investigación será mayor. Las Policías Locales constituyen el contingente de seguridad pública más cercano al ciudadano por su propia naturaleza municipal, constitutiva del primer nivel en la organización territorial del Estado, si bien la cooperación y colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se perfila como necesaria. Esta premisa les confiere una verdadera obligación de garantizar los derechos y libertades públicas, si bien han de enfrentarse al hándicap de ausencia de competencia en la investigación de delitos (salvo la expresamente contenida en el art. 53 L.O. 2/86), no obstante su catálogo competencial va en aumento, al objeto de ofrecer un mejor servicio a los administrados, así como su formación y medios técnicos y humanos. La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, consciente de las preocupaciones de sus ciudadanos, ha apostado por implantar el Plan Regional de Seguridad Ciudadana, en el que se ha conjugado la ampliación de las plantillas a nivel municipal, la implementación de sus medios, la formación continua especializada y la investigación de la realidad criminal. Con ello se ha fomentado el proceso de especialización que se venía llevando a cabo en los últimos años, con la creación de unidades específicas destinadas a cometidos especiales, así a los tradicionales Grupos o Secciones de Tráfico, Barrios y Seguridad Ciudadana se han ido añadiendo otros basados en las nuevas realidades sociales: Patrullas Ecológicas, Grupos Especiales de Seguridad, Información, Atención al Ciudadano, violencia de género y doméstica,…, que cada municipio va incorporando a los ya existentes en función de sus posibilidades. Este continuo proceso de especialización tiene por objeto ofrecer un mejor servicio a la demanda social de seguridad, sin embargo se ha de tener presente que la complejidad del fenómeno delictivo hace imposible un control absoluto sobre el mismo. Existen delitos en los que la prevención es importante y técnicamente factible, aunque en otros no posee el mismo peso específico (como sucede con aquellos cometidos impulsivamente). Es más, en ocasiones algunas medidas preventivas no evitan la comisión del delito sino que sólo contribuyen a que éste se desplace hacia otro objetivo más idóneo 5 , a que se agudice el ingenio de los autores 6 y, en el peor de los 5 Por ejemplo, las medidas de protección que se han introducido en los reproductores de música montados en automóviles (carátulas extraíbles, códigos de acceso,…) han reducido considerablemente su sustracción, sin embargo se ha producido un fenómeno de desplazamiento hacia otros objetos de los que es posible obtener un lucro similar y que han proliferado con las nuevas tecnologías (Mp 3, Mp 4, miniconsolas, teléfonos móviles,….). No se evita que la sustracción se produzca sino que ésta se desplaza hacia otro objeto cuyo susceptible de producir un beneficio similar por su fácil introducción en el mercado. 10 casos a que el desplazamiento que se produce sea “maligno”, es decir, que el delito que sustituye al prevenido sea más gravoso 7 . Por ello las medidas preventivas poseen un valor relativo pero necesario dentro de unos límites, destacando las campañas de sensibilización sobre victimización que periódicamente realiza la Administración. 1.4. OBJETIVOS: El presente proyecto nace con la vocación de analizar el fenómeno delincuencial en la Región de Murcia desde una perspectiva real y utilitarista, para ello conjuga distintas variables que han sido consideradas relevantes por los investigadores en atención a su contenido didáctico. Su finalidad es múltiple: Análisis de la delincuencia registrada: los datos contenidos en las Memorias Policiales constituyen una fuente de información de gran utilidad para el conocimiento de la criminalidad. Este proyecto realiza un análisis pormenorizado, al objeto de ofrecer una visión longitudinal del fenómeno criminal en la Región de Murcia. Investigación empírica de la realidad criminal mediante autosondeos: consiste en la obtención de datos primarios a través de cuestionarios estructurados, dirigidos a muestras representativas del universo de estudio. Esta técnica permite conocer la percepción real de los ciudadanos así como una visión más realista de la incidencia de la delincuencia, además el diseño de la encuesta permite controlar al investigador las variables que conforman el estudio. Determinación de los tipos delictivos con mayor prevalencia: las frecuencias absolutas y relativas de cada una de las conductas típicas, representan un indicador fiable y útil para el diseño de políticas criminales. A través de ello es posible conocer qué tipos son los más comunes y así articular estrategias de control válidas. Detección de variaciones en la praxis criminal: al inscribirse la delincuencia entre los fenómenos sociales, la mutabilidad es una de sus principales características. La detección precoz de las modalidades delictivas novedosas o las variaciones en las tradicionales, permite elaborar programas de prevención y respuesta. Inferencias sobre el “iter criminis” de las infracciones penales más frecuentes o susceptibles de crear alarma social: ambos extremos son multiplicadores de la sensación subjetiva de inseguridad, por lo que el conocimiento de la etiología criminal, el camino seguido por el delincuente hasta el momento del delito y tras él, conforman un campo de estudio de interés para la investigación del delito. 6 Como sucede con los sistemas de alarma que se utilizan en artículos de venta en locales comerciales, que han conllevado la aparición de técnicas para burlarlos (como bolsas recubiertas de papel de aluminio, métodos de desactivación artesanales,…). 7 El pseudoblindaje que progresivamente se va imponiendo para la protección de bienes inmuebles hace que quienes han resuelto cometer un delito en ellos incrementen el nivel de fuerza, tanto material como tecnológica, e incluso el nivel de violencia para lograr vencer las medidas protectoras. 11 1.5. MARCO DE REFERENCIA. 1.5.1. Fundamentos teóricos. El objetivo de la Ciencia es el conocimiento del universo a través del estudio de sus fenómenos. Sócrates ya señalaba que “sólo la Ciencia asegura el bienestar del hombre”. Para conocer la realidad criminal se ha de recurrir al conocimiento empírico y científico del fenómeno. Empírico, por estar basado en la experiencia sensible, sólo es tenido en cuenta aquello que puede ser demostrado, y científico porque ese empirismo ha de estar basado en el razonamiento y definido por su instrumento, el método científico. Toda investigación basada en los principios enunciados ha de tener como fines: 1. Descripción del fenómeno: en el caso de la delincuencia, se trata de algo más que de un simple conjunto de delitos. Interesan todas aquellas conductas susceptibles de generar sensación subjetiva de inseguridad. En sentido amplio estaría compuesta por todas las infracciones a las normas contenidas en el Código Penal y Leyes Penales Especiales, en sentido restringido se ha de acudir al concepto de criminalidad, contemplando sólo aquellas conductas contrarias a la legislación que provocan un mayor reproche social. 2. Explicación: al inscribirse entre los comportamientos humanos, en la delincuencia convergen múltiples factores etiológicos (innatos, aprendidos, influencias ambientales,…), los cuales no siempre tienen una explicación clara o sencilla. Por ello se ha estimado que intentar explicar la delincuencia en su conjunto no es posible, sino que se ha de recurrir al conocimiento de determinados grupos de infracciones que, por sus características, posean peculiaridades comunes suficientes para agruparlas (delitos violentos, delincuencia socioeconómica, urbanística, crimen organizado, terrorismo…). Se trata de detectar qué factores intervienen y qué peso específico poseen cada uno de ellos, ofreciendo una explicación a través del análisis de las variables que confluyan. 3. Predicción.: las dos fases anteriores constituyen la antesala de la predicción. Así el conocimiento conlleva la posibilidad de establecer intervenciones precoces en los factores de riesgo para prevenir comportamientos ulteriores. 4. Control: el control de la delincuencia se ha ejercitado desde mediados del siglo XIX fundamentalmente mediante la pena de prisión. El siglo XX ha logrado expandir el espectro de opciones, pero la privación de libertad continúa siendo el principal instrumento intimidatorio. Las penas alternativas crecen en número para adaptarse progresivamente a la realidad social del momento, aunque su implementación resulta dificultosa van tomando tímidamente valor como medio de respuesta ante el delito. Las instancias fundamentales de control son las judiciales y las policiales. El diseño de políticas criminales adecuadas pasa por un previo conocimiento de la realidad delincuencial, con ello se adoptarán políticas criminales más acordes con la realidad tanto a nivel legislativo como operativo. 12 1.6. DESCRIPCIÓN DEL FENÓMENO. Ya se ha reseñado la dificultad de conceptualización del término “delincuencia”, así como la necesidad de una descripción operacional del mismo. Al inscribirse entre los fenómenos sociales, cobra especial relevancia la percepción individual y colectiva del mismo, por ello se ha desarrollado una catalogación dirigida a responder a las demandas sociales atendiendo a criterios subjetivos controlados por el investigador mediante el diseño del proyecto. Para este estudio conforman la delincuencia aquellos comportamientos que, de modo sistemático, contribuyen a generar inseguridad ciudadana. Las fuentes empleadas proceden fundamentalmente de estadísticas policiales y encuestas de victimización. Las memorias o anuarios policiales recogen únicamente la delincuencia registrada, es decir, delitos y faltas denunciados ante estas instancias estatales. Para la utilización de estos datos se ha de tener en cuenta que se trata de calificaciones jurídicas iniciales formuladas por funcionarios policiales, cuya consideración puede variar al ser calificadas por el órgano jurisdiccional correspondiente. Los registros judiciales contienen las diligencias incoadas por los distintos órganos así como el volumen de resolución, en cuanto a las diligencias se ha de señalar que un mismo asunto puede ser objeto de multiplicidad de registros 8 . Además los registros judiciales contienen también referencias al estado de resolución o investigación de los casos, así se refieren a supuestos que concluyen en condena, absolución, sobreseimiento,… que pueden remontarse a periodos anteriores al año natural al que son publicados, por lo que si bien constituyen elementos de juicio sobre la actividad jurisdiccional, no son indicadores adecuados para una representación de la delincuencia desde la realidad. Las Encuestas de Victimización y los autosondeos representan, hoy por hoy, el mejor indicador sobre la delincuencia real. No se trata de que indiquen con exactitud el número de infracciones cometidas, pero sí representan la realidad criminal con mayor rigor. El problema que plantean está principalmente relacionado con el tamaño muestral escogido y su representatividad. Otras fuentes informadoras proceden de los Institutos de Medicina Legal, Asociaciones de Víctimas, estudios de la Administración Pública o colectivos pruvados,…. La complejidad del fenómeno delictivo sólo puede ser desentrañada atendiendo a todas las instancias que intervienen en él, recogiendo, de un modo u otro, datos útiles para la investigación desde perspectivas objetivas y con una vocación eminentemente práctica, no sólo han de centrarse en la mera descripción o cuantificación del fenómeno sino que han de aportar ideas innovadoras que fomenten la adopción de estrategias preventivas y reactivas. 8 P.e.: un accidente de circulación con lesiones por imprudencia. El atestado policial inicial constituye la primera diligencia, que se remite al Juzgado de Guardia, posteriormente pueden ampliarse en número al remitirse otras referentes a informes sobre lesiones, periciales,…que serán remitidas al Juzgado competente para la fase de instrucción, que no siempre va a coincidir con el que recibió la primera, por ello los registros judiciales sufren esa multiplicidad en cuanto a la función registral. 13 1.7. JUSTIFICACIÓN: La delincuencia preocupa tanto a los poderes públicos como a la comunidad, como demuestran las encuestas periódicas del C.I.S. y la creciente incidencia en el debate político y social, por ello su control se perfila como un asunto prioritario. Para establecer medidas de control social adecuadas es necesario un conocimiento profundo sobre el fenómeno al que se destinan. En el caso de la criminalidad, por tratarse de un fenómeno social en el que confluyen multitud de variables, endógenas y exógenas, su estudio es complejo, si además añadimos su continua mutabilidad y adaptación al escenario social se amplifica la dificultad de comprensión y control. Por ello se ha de avanzar e innovar en la investigación. Este estudio pretende ofrecer una visión pluridimensional sobre el problema de la delincuencia, ahondando en aquéllos aspectos que se han considerado irrenunciables para lograr un conocimiento básico sobre su etiología y evolución, así como su incidencia en la sociedad murciana. La mayor parte de los datos publicados y difundidos sobre delincuencia proceden de las denominadas “Estadísticas de Criminalidad”, elaboradas por el Ministerio del Interior o por las Memorias Judiciales. Estas fuentes refieren exclusivamente registros oficiales de infracciones penales denunciadas, constituyendo la base documental básica de la evolución delictiva. Este proyecto nace con vocación explicativa, al conjugar las aportaciones documentales oficiales con la percepción ciudadana, así como la influencia de otros indicadores sociales en el fenómeno delictivo. La seguridad es considerada en la actualidad como un servicio público, frente a serlo como un mero soporte administrativo del proceso penal, su finalidad no estriba sólo en la resolución de infracciones conocidas sino que expande su interés hacia la totalidad de la comunidad, adoptando los conceptos de prevención, detección e investigación independientemente de que los hechos hayan sido denunciados o no. La eficacia policial no sólo consiste en el cociente delitos conocidos-delitos esclarecidos, sino que ha de entenderse desde una perspectiva dinámica en el proceso de generación de conciencia ciudadana de seguridad-inseguridad. Por ello se han incluido metodologías dirigidas a conocer aspectos de la delincuencia que van más allá de su mera cuantificación, apostando por la influencia de aquellos valores sociales que afectan tanto a quienes han resultado víctimas de delitos como a los que temen serlo, acotando con ello el concepto de sensación de seguridad o inseguridad. El conocimiento de la “cifra negra” es otro de los objetivos de este análisis, pues supone la superación de la principal limitación de los registros oficiales. Dada su naturaleza oculta únicamente pueden realizarse inferencias, cuyos valores permiten una mejor comprensión del fenómeno delictivo. A través del autosondeo y el análisis de noticias periodísticas es posible acercarse a la percepción ciudadana. Todo ello permite obtener una visión panorámica de la criminalidad en la Región de Murcia, sentando las bases para el desarrollo y establecimiento de políticas de seguridad acordes con la realidad del fenómeno. 14 1.8. LIMITACIONES: La imposibilidad de control de la totalidad de variables que intervienen en el fenómeno delictivo, no es obstáculo para la validez de las investigaciones realizadas con rigor científico y metodológico. No obstante, esta carencia confiere ciertas limitaciones que han de ser tenidas en cuenta. Con respecto a la delincuencia registrada, el principal hándicap se encuentra en la ausencia de datos sobre la cifra negra, que puede ser controlada mediante inferencias estadísticas. La fiabilidad de los datos contenidos en los registros resulta de utilidad para un conocimiento general del fenómeno delictivo, pero se ha de completar con el análisis de otras variables que intervienen en el fenómeno criminal. Ciertos parámetros sociales covarían con las tasas de delincuencia e influyen de modo significativo en los resultados de la información registral, así el nivel de confianza en el sistema de justicia y las sensaciones o creencias de desprotección elevan exponencialmente el balance de cifra negra, pues actúan como factores generadores de impunidad y desconfianza en el sistema. Los autosondeos constituyen una fuente de datos cercana a la realidad del ciudadano, donde al anonimato de sus respuestas al cuestionario y el sentido de participación ayudan a obtener una visión más realista del fenómeno. Como limitaciones destacan la de imposibilidad de comprobación de veracidad y la representatividad de la muestra. El propio diseño metodológico puede corregir estas carencias mediante la estimación de sesgos o errores tipográficos o intencionados, así como realizando una selección muestral aleatoria con representatividad suficiente. 1.9. METODOLOGÍA: El presente proyecto de investigación realiza un análisis de la delincuencia en la Región de Murcia desde diversas perspectivas, la primera se centra en la observación documental de datos secundarios obtenidos de los registros públicos del Ministerio del Interior, la segunda se concreta en la obtención de datos primarios mediante autosondeos a muestras representativas del universo de estudio. En todos los casos se recurre al uso del método correlacional aplicado al análisis de la criminalidad, para lo que se han de determinar qué variables que van a conformar el estudio así como el peso específico que éstas poseen. No es posible controlar la totalidad de parámetros que intervienen en el fenómeno criminal, al referirse a conductas humanas su número puede ser infinito. La elección del método adecuado puede paliar los efectos negativos del déficit paramétrico controlado, por ello se ha optado por el análisis de las relaciones de covariación que, sin ser representativas de causalidad, permite conocer cuáles son aquellas que influyen de modo significativo. El objetivo es reducir las infinitas variables a un número manejable, que, aunque no reflejen la realidad de modo absoluto, sí permite obtener resultados fiables para la generalidad de casos. El uso de este método viene justificado por la relativa estabilidad del fenómeno criminal, el cual no experimenta grandes variaciones a nivel general aunque sí puntualmente, por lo que del estudio de la delincuencia registrada, a pesar de no contemplar la cifra negra, pueden extraerse conclusiones de utilidad. 15 2. FASE I: ANÁLISIS DE LA DELINCUENCIA REGISTRADA. 2.1. LA DELINCUENCIA EN ESPAÑA. En este epígrafe se realiza un análisis de la criminalidad registrada a partir de datos públicos oficiales del Ministerio del Interior. Los registros del Ministerio del Interior constituyen la fuente más adecuada para los objetivos de esta fase. Sus datos refieren denuncias por delitos y faltas cometidos en la Región, recopilados en formularios estandarizados y sistematizados por fechas de comisión y categorías delictivas, lo que permite un análisis longitudinal de la delincuencia. Como limitaciones presenta, entre otras, la ausencia de referencia a la “cifra negra” y el recoger calificaciones jurídicas iniciales estimadas por funcionarios policiales, susceptibles de posterior variación por el órgano jurisdiccional competente. Pese a ello, al tratarse de un fenómeno que mantiene cierta estabilidad, los registros policiales constituyen una valiosa fuente de información si se controlan estas limitaciones. El propio diseño de investigación utilizado contiene fórmulas que minimizan los efectos negativos, utilizando criterios de análisis que permiten ejercer control sobre la incidencia de posibles sesgos (estimación, modificación o, en su caso, eliminación de variables extrañas, estadísticos de contraste,…). A continuación se expone un resumen de los estudios elaborados por la Secretaría de Estado de Seguridad sobre la evolución de la delincuencia en España. La base de datos se deriva del Programa Estadístico de Seguridad (O.M. 27 de febrero de 1985), se trata de una investigación continua, de periodicidad mensual, para computar la delincuencia conocida. Los datos se recogen en impresos normalizados de actuación policial y detenidos que cumplimentan los funcionarios que instruyen las diligencias. Incorpora datos del C.N.P. y G.C, a partir de 1998 también de la Ertzaintza y a partir de 2006 se añade los de Mossos D´Esquadra y Policía Foral Navarra. No se incluyen: - Infracciones donde la competencia haya sido asumida por las Policías Autónomas o Locales (salvo que así se especifique). Infracciones que, en primera instancia, corresponda su seguimiento a otros Ministerios (consumo, fiscalidad, salud, educación,…). Delitos y faltas no perseguibles de oficio. Si tomamos como referencia la delincuencia registrada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la fuente indicada es el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Esta base de datos proporciona información de gran utilidad para el estudio del fenómeno delincuencial, pero precisa un tratamiento e interpretación acorde con la naturaleza de su contenido. La delincuencia registrada no es equiparable a la real, habría que añadir la cifra negra, no obstante, pretendemos analizar un fenómeno cuya evolución sigue una suave curva ascendente o descendente, es decir, posee cierta estabilidad, lo que supone que el incremento o descenso en sus valores es un reflejo de lo que sucede con la no registrada. Por ello el análisis correlacional resulta un método de estudio adecuado, siendo conscientes de las limitaciones que posee. Los datos del Ministerio del Interior arrojan los siguientes resultados con respecto a la evolución histórica de la delincuencia en España: 16 2.1.1. Evolución del delito registrado. GRÁFICO 1: Evolución histórica del delito en España 9 . 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 1982 1981 1980 1979 1978 1977 1976 1975 1974 1973 1972 0 00 00 00 00 00 00 00 00 00 000 000 000 000 100.0 200.0 300.0 400.0 500.0 600.0 700.0 800.0 900.0 1.000 . 1.100 . 1.200 . 1.300 . CONOCIDOS Lineal (CONOCIDOS) Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. A partir de 1998 se incluyen datos de la Ertzaintza. A partir de 2006 se incluyen los de Mossos D´Esquadra y Policía Foral Navarra, no incluidos en el gráfico. 9 Por error de cuantificación no se reflejan en el año 2006 10.644 infracciones penales, todas ellas correspondientes a la Comunidad de Madrid, cuya competencia corresponde a la Guardia Civil, al no reflejar si se trata de delitos o faltas. 17 Con respecto a la delincuencia registrada, los años 70 pueden considerarse como un periodo de incertidumbre. Representan un balance delictivo preconstitucional delimitado por una legislación penal fundamentalmente represiva y heredera de un sistema de justicia en el que predomina la idea de retribución por el daño causado a la sociedad. El Código Penal de 1944, vigente, aunque con revisiones hasta 1973, inicia su Libro Segundo, en el que recoge los delitos y sus penas, con los delitos contra la seguridad exterior del Estado, continúa con los delitos contra la seguridad interior pero relega los delitos contra las personas a su Título VIII, seguidos en contiguos títulos de los delitos contra la honestidad, contra el honor, contra el estado civil,… Esta clasificación ordenada, representa la idea del valor que esta norma otorgaba a los bienes jurídicos que pretendía proteger. Castigaba como delitos: las blasfemias por escrito o con publicidad, las propagandas ilegales para destruir o relajar el sentimiento nacional, a los jugadores que acudiesen a casas de juego de suerte, el adulterio,…, y como faltas: las blasfemias de palabra, causar perturbación o escándalo por embriaguez, bañarse faltando a las reglas de decencia,… Por Decreto 30/1973 de 14 de septiembre se publica el nuevo Código Penal, texto refundido conforme a la Ley 44/1971, de 15 de noviembre. En su Preámbulo justifica la necesidad del cambio en virtud de la gran amplitud de conductas que se describían en la legislación penal anterior, muchas de ellas asumibles por el Derecho Administrativo y el Privado, pero también por la necesidad de adecuación a los actuales sistemas sociales ya que muchas de las disposiciones carecen de sentido en la sociedad del momento. En definitiva pretende desplegar el contenido del principio de intervención mínima del Derecho Penal. Esta norma va avanzando a través de numerosas reformas, especialmente tras la promulgación de la Constitución Española de 1978, aunque se mantiene la estructura ordinal de los bienes jurídicos protegidos. Asimismo, las infraestructuras policiales, el nivel cultural y los acervos sociales constituían una gran dificultad para que las denuncias llegasen a conocimiento oficial. Por todo ello otorgamos a los datos sobre delitos conocidos obtenidos de este periodo un valor relativo y difícilmente asimilable a los que se registran tras la instauración del Estado Constitucional. Entre los años 70 y 80 se produce un movimiento descriminalizador, ya iniciado en Europa en la década de los 60. Este impulso procede de la generalización progresista en ámbitos políticos, jurídicos y sociales, cobrando especial relevancia la labor del Movimiento Feminista, que reivindica la despenalización o modificación de ciertas tipologías arraigadas en los códigos penales desde el siglo XIX (aborto, estupro, escándalo público, homosexualidad,…). Durante la década de los 80 se produce un crecimiento progresivo (408.947 delitos denunciados en 1980 a 1.030.996 en 1989), lo que supone el mayor incremento delictivo conocido en España, pues se produce un aumento del 152%. Es una década de modernización y crecimiento socioeconómico en nuestro país, pero también del auge del consumo de heroína y la expansión de otras drogas tóxicas y sustancias estupefacientes, de lo que se deriva todo un entramado de conductas contrarias al orden penal. 18 Comienza a instaurarse una profesionalización de la delincuencia y los delitos contra el patrimonio experimentan un crecimiento desorbitado, el uso de la violencia o intimidación para alcanzar el fin criminal hace mella en la percepción ciudadana de inseguridad, es la década de las “sirlas” y las “recortadas”. Durante los 90 se produce una estabilización descendiente. A pesar de la existencia de una primera etapa de minoración progresiva, la percepción ciudadana de inseguridad experimenta un considerable incremento, fruto de la interiorización del riesgo en las sociedades postindustriales. Numerosos grupos de presión 10 influyen en la adopción de políticas criminalizadoras. Es la década del desarrollo de la delincuencia organizada. Como consecuencia del nuevo escenario político y social, se promulga la L.O. 10/95, de 23 de noviembre, que adapta el ordenamiento jurídico penal a las recientes exigencias. Desde enero de 1997, el Programa Estadístico de Seguridad se elabora de acuerdo a una nueva tipología penal para adaptarse a la L.O. 10/95 de 23 de noviembre. La L.O. 11/2003, de 29 de septiembre, de protección integral contra la violencia de género, refuerza la respuesta penal ante esta lacra social. Se eleva a la categoría de delitos conductas que hasta entonces sólo eran consideradas como faltas, así las amenazas, coacciones leves y maltrato aun sin lesión entran en el Libro I del Código Penal. La entrada en vigor de esta norma ha supuesto un punto de inflexión en los estudios sobre delincuencia registrada. Desde 2003 los registros policiales presentan un claro incremento, especialmente en los delitos contra las personas y contra la libertad, lo que podría llevar a interpretarlo como un crecimiento generalizado de la delincuencia. La última reforma de importancia se produce por L.O. 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia de seguridad vial. Esta reforma amplia el catálogo de conductas delictivas relativas a la seguridad del tráfico incluyendo la conducción careciendo de permiso de conducción, exceso de velocidad,… La proximidad temporal de la entrada en vigor de esta norma impide hacer valoraciones longitudinales en este momento, si bien se prevé un continuado e importante balance delictual con respecto a estas tipologías. El gráfico 11 1 representa los delitos desde una perspectiva formal, es decir, como aquellas conductas consideradas como tales por la Ley Penal, pero no incluye las infracciones penales leves, cuya repercusión en la práctica influye de manera directa en la percepción social dada su incidencia y cercanía al ciudadano, por lo que han de ser tenidas en cuenta a la hora de analizar el fenómeno criminal. 10 Asociaciones feministas, pacifistas, ecologistas o antixenófobas. *En 1998 se incorporan al Programa Estadístico de Seguridad datos de la Policía Autónoma Vasca. Sólo reflejan los delitos y faltas denunciados y detenidos, sin distinguir el grado de ejecución del delito ni el porcentaje de esclarecimiento. 11 19 2.1.2. Evolución de faltas registradas. El siguiente gráfico representa la evolución histórica de las faltas en España. GRÁFICO 2: Evolución histórica de las faltas en España. 10 0 0. 00 20 0 0. 00 30 0 0. 00 40 0 0. 00 50 0 0. 00 60 0 0. 00 70 0 0. 00 80 0 0. 00 90 0 0. 00 1. 00 0 0. 00 1. 10 0 0. 00 1. 20 0 0. 00 0 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 1982 1981 1980 CONOCIDAS Lineal (CONOCIDAS) Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. En 1998 se incorporan datos de la Etrzaintza. En 2006 se añaden los de Mossos D´Esquadra y Policía Foral Navarra, no incluidos en el gráfico. 20 Las infracciones penales leves, las faltas, han experimentado un crecimiento continuado desde 1980, su evolución es más progresiva que la que se aprecia en las infracciones penales graves, en las que existen periodos temporales de claro aumento y disminución. En las faltas la tendencia al alza es más uniforme. En la década de los 80 el porcentaje de variación crece un 342%, constituyendo uno de los factores que, junto al incremento de delitos y el nuevo escenario socioeconómico, amplifica la sensación de inseguridad hasta prácticamente anular el calificativo de subjetiva, convirtiéndose en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. En los años 90 el porcentaje de variación se sitúa en el 62%. Tras el efecto techo producido en la década anterior, se va instaurando progresivamente un ajuste con respecto a la incidencia de las faltas, producto del desarrollo de la política criminal en materia de seguridad ciudadana. La filosofía policial se dirige hacia la prestación de un servicio público del que el ciudadano es el destinatario, además continúa el proceso de adaptación legislativa fundamentalmente tras la entrada en vigor de la L.O. 10/1995, del Código Penal. En el quinquenio 2000-2005 el porcentaje de variación es del 27%, continuando el incremento aunque de intensidad menor, compatible con el aumento demográfico. En 2006 se observa una disminución del 9% con respecto al año anterior. Desde 2007 el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior ha modificado su método analítico, reduciendo los datos y desapareciendo las referencias a infracciones calificadas como delito o como falta 12 , solo contempla tasa de criminalidad para el territorio MIR 13 , por lo que no es posible establecer correlaciones precisas con años anteriores. Una representación operativa de la delincuencia ha de incluir ambas calificaciones jurídicas, delitos y faltas, conformando el total de infracciones penales como indicador válido para el establecimiento de políticas criminales adecuadas. La consideración conjunta resulta más acertada, pues ambas categorías jurídico penales se encuentran comprendidas como infracciones en el Código Penal, debiendo tenerse presente que en él se integran los comportamientos considerados más intolerables por el Legislador, aunque posean distinto tratamiento en función del nivel de afectación de la conducta típica para el bien jurídico lesionado o puesto en peligro. 12 Si bien analiza cuatro indicadores referidos a “delitos contra la vida, la integridad y la libertad de las personas”, “delitos contra el patrimonio”, “faltas de lesiones” y “faltas de hurto”, como referentes de la formación de la sensación de inseguridad. 13 Donde la competencia es del CNP y Guardia Civil, omitiéndose los datos de las Policías Autónomas. 21 2.1.3. Evolución de infracciones penales registradas. GRÁFICO 3: Evolución histórica de las infracciones penales en España. 20 0 0. 00 40 0 0. 00 60 0 0. 00 80 0 0. 1. 000 00 0. 1. 000 20 0. 1. 000 40 0. 1. 000 60 0. 1. 000 80 0. 2. 000 00 0. 2. 000 20 0. 2. 000 40 0. 00 0 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 1982 1981 1980 INFRACCIONES PENALES Lineal (INFRACCIONES PENALES) Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. A partir de 1998 se incluyen datos de la Ertzaintza. A partir de 2006 se añaden los de Mossos D´Esquadra y Policía Foral Navarra, no incluidos en el gráfico. En 2007 cambia el modelo de análisis del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, reduciéndose tanto los campos de estudio como la información de las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así sólo refiere datos del CNP y Guardia Civil en Territorio MIR, tampoco contiene referencias de criminalidad por CC.AA. o provincias. 22 El balance delincuencial global es el mejor indicador, pues los delitos, por la consideración de gravedad, generan mayor temor y repulsa social, pero las faltas son aquellos comportamientos ilícitos con mayor cercanía al ciudadano, por lo que se convierten en auténticas generadoras de conciencia. A la hora de investigar o analizar la delincuencia se han de tener en cuenta ambos extremos. En el gráfico puede apreciarse cómo se produce una línea de tendencia progresivamente ascendente hasta 2005, a partir de ahí se observa un suave descenso, en el que influye la ausencia de datos de las Policías Autónomas, por lo que su lectura es relativa. Fruto de la variación en la técnica analítica que se produce en el año 2007 y 2008, por parte del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, no es posible realizar un estudio pormenorizado por grupos penales, sin embargo los cuatro indicadores que se manejan en la nueva metodología permiten realizar inferencias sobre la evolución de algunos parámetros de gran relevancia: • La tasa de criminalidad en los delitos contra la vida, la intimidad y la libertad de las personas pasan de 1,6 o/oo en 2006 a 2,6 o/oo en 2007, y 2,7 o/oo en 2008, lo que indica un fuerte incremento de unas conductas que generan gran alarma social. En este grupo se incluyen los homicidios y asesinatos, las lesiones constitutivas de delito, las agresiones sexuales, los secuestros,…., todas ellas consideradas como los más graves ataques a la persona, por lo que la tendencia alcista supone un incremento de la violencia y/o intimidación en la ejecución de los hechos, es decir, aumentan los delitos violentos. • Con respecto a la delincuencia patrimonial, considerada el bloque delictivo de mayor prevalencia, se observa que su evolución ha pasado de 20,1o/oo en 2000 a 16,8 o/oo en 2007 y 16,9 o/oo en 2008. La disminución interanual roza los 3 puntos, lo cual indica que la reducción es significativa, Un análisis más pormenorizado indica que los robos con violencia o intimidación han seguido esta reducción en su tasa, de 24,4 o/oo en 2000 a 17,4 o/oo en 2007 y 17,5 o/oo en 2008 y los robos con fuerza en viviendas pasan de 43 o/oo en 2000 a 33.2 o /oo en 2007, llegando a 37,1 o/oo en 2008. Por tanto, los valores se incrementan levemente en los dos últimos años, siendo más acusado en los robos en viviendas. • Las faltas de lesiones mantienen una evolución más estable, de 2,1 o/oo en 2000 a 2,1 o/oo en 2007 y 2,0 o/oo en 2008. En ello influye la entrada en vigor, en 2003, de la ley contra la violencia doméstica y de género, que extrae conductas consideradas hasta esa fecha como faltas y las eleva a la categoría de delito, por lo que en realidad la estabilidad de los valores es relativa. • Las faltas de hurto son otro de los problemas que más inciden sobre la percepción de inseguridad, no tanto por su perjuicio económico sino por la habitualidad y cercanía, existiendo un gran volumen de cifra negra que no llega a ser denunciada. Sus valores han pasado de 11,4 o/oo en 2000 a 14,3 o/oo 13,4 o/oo en 2008. Del estudio de estos indicadores puede inferirse que se aprecia un incremento de la delincuencia violenta, que han aumentado los robos en viviendas, las faltas de lesiones y las de hurto, por lo que no es de extrañar que esto afecte negativamente a la sensación de seguridad que tienen los ciudadanos, independientemente de que los valores absolutos de delincuencia registrada presenten un descenso, pues los que aumentan son los que realmente más preocupan. 23 2.2. LA DELINCUENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA. 2.2.1. Ficha técnica. Método: paradigma asociativo sobre observación documental de datos secundarios obtenidos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Ámbito: Región de Murcia. Variables objeto de estudio: o Delitos por grupos penales: son delitos las infracciones que la Ley castiga con penal graves o menos graves (art. 13.1 y 2. L.O. 10/95). Contra las personas: este grupo de delitos se refiere a los contenidos en los Títulos I a V del Código Penal. Los bienes jurídicos protegidos en ellos son la vida humana, tanto dependiente como independiente, y la integridad física o psíquica. Entre las tipologías más destacadas se encuentran: homicidio, asesinato, auxilio e inducción al suicidio, lesiones, aborto y lesiones al feto. Contra la libertad: componen este grupo aquéllos tipos penales comprendidos en los Títulos VI y VII. Los bienes que pretenden proteger son fundamentalmente la libertad deambulatoria y la libre formación de la voluntad, mediante la tipificación de secuestros y detenciones ilegales, amenazas, coacciones, torturas y otros delitos contra la integridad moral. Contra la libertad e indemnidad sexuales: el Título VIII está dedicado a la protección de estos bienes jurídicos. La característica diferenciadora entre libertad e indemnidad es la mayoría de edad, extremo este que provoca discrepancias a la hora de interpretar las distintas infracciones, puesto que la libertad sexual es inherente a la persona mayor de edad mientras la indemnidad está referida a la formación sexual de los menores. Este grupo comprende agresiones sexuales, abusos, acoso, exhibicionismo y provocación sexual, así como los relativos a la prostitución y corrupción de menores. Contra las relaciones familiares: comprendidos en el Título XII, conforman estas tipologías aquellas acciones referentes a los matrimonios ilegales, suposición de parto e incumplimiento de los derechos y deberes familiares. Contra el patrimonio y el orden socioeconómico: el patrimonio es el conjunto de cosas muebles o inmuebles, bienes o derechos que tengan reconocido un valor económico, y respecto de los cuales se da una determinada relación jurídica que comporta derechos y obligaciones protegidas por el ordenamiento. Se trata por tanto de bienes de naturaleza individual o de uso o interés colectivo. El orden socioeconómico es más complejo, plantea problemas en cuanto a la identificación de la naturaleza 24 individual o supraindividual de los bienes jurídicamente protegidos, por cuanto no se trata de la mera protección de la propiedad sino del ente abstracto que rige la confianza en las relaciones comerciales y de mercado. El Título XIII está dedicado a la protección de estos bienes, articulando figuras genéricas que van desde el robo, hurto o estafa hasta otras más específicas como la alteración de precios en concursos y subastas públicas o la propiedad intelectual, industrial, el mercado o los consumidores. Los delitos societarios están regulados en el Capítulo XIII, se refieren a conductas ilícitas enmarcadas en el ámbito de sociedades mercantiles como cooperativas, cajas de ahorro, mutuas, entidades financieras o de crédito, fundaciones, sociedades mercantiles u otras de análoga naturaleza que participen en el mercado, la inclusión de estos tipos responde a la necesidad de regulación jurídico penal de aquéllas conductas que atenten contra la confianza que ha de regir las relaciones comerciales. Contra la seguridad colectiva: el Título XVII regula estas tipologías, orientadas a la protección de conductas susceptibles de causar grave riesgo para la colectividad. Entre ellas se pueden destacar los delitos contra la salud pública, los incendios o los delitos contra la seguridad del tráfico. Falsedades: reguladas en el Título XIII, estas tipologías responden a la necesidad de protección de los soportes documentales necesarios para el normal desarrollo de la actividad comercial y administrativa. Entre las conductas más relevantes destacan la falsificación de moneda, de documentos públicos o privados, así como la usurpación de estado civil o funciones públicas e intrusismo. Contra la Administración Pública: Título XIX, en este grupo de infracciones se incluyen las relativas a prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, malversación, negociaciones y actividades prohibidas, así como otras conductas que atentan contra el normal funcionamiento de la función administrativa pública, tanto las cometidas por los funcionarios públicos como por particulares. Contra la Administración de Justicia: recogidos en el Título XX, estos tipos afectan al desarrollo de la actividad jurisdiccional. Destacan por su incidencia el encubrimiento, la acusación, denuncia falsa y simulación de delitos, así como la obstrucción a la justicia. El delito más representativo, en función de su prevalencia, es el quebrantamiento de condena. Contra el orden público: el título XXII está dedicado a ellos, pretenden controlar las conductas atentatorias contra las más elementales normas de convivencia, castigando los atentados contra la autoridad o sus agentes, las resistencias y las desobediencias, también los desórdenes y la tenencia, tráfico y depósito de armas o explosivos. La lacra del terrorismo es otro de los enclaves tipificados. 25 o Resto de delitos del Código Penal: se trata de tipologías con menor incidencia, aunque no menor gravedad en algunos casos. Conforman este catálogo los delitos de omisión del deber de socorro, contra el honor, la Hacienda Pública y la Seguridad Social, los derechos de los trabajadores, la Constitución, contra la paz e independencia del Estado y contra la Comunidad Internacional. Infracciones a Leyes Penales Especiales: son una amalgama de normas reguladoras de actividades cuyo nivel de complejidad técnica aconseja una regulación separada aunque ligada íntimamente al orden penal. Entre éstas se encuentran las leyes de control de cambios, de Represión del Contrabando, de régimen Electoral, del Tribunal del Jurado,… También la L.O. 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores. Faltas por grupos penales: son faltas las infracciones que la Ley castiga con penas leves (art. 13.3 L.O. 10/95). Contra las personas: los bienes jurídicamente protegidos son idénticos a los de los delitos contra las personas, sólo que la intensidad de la conducta o las consecuencias resultantes han sido consideradas de inferior lesividad jurídica. Se encuentran reguladas en el título I del Libro III y contemplan desde las lesiones no constitutivas de delito, maltrato de obra, abandono de menor de edad o incapaz no sujeto a patria potestad, guarda, custodia o curatela, incumplimiento de obligaciones familiares, amenazas, coacciones, injurias o vejación injusta de carácter leve. También el homicidio o las lesiones por imprudencia leve. Contra el patrimonio: el título II del Libro III se dedica a las faltas contra el patrimonio. Se incluyen conductas como el hurto, la apropiación indebida o defraudaciones, daños, deslucimiento de inmuebles de dominio público… cuando su valor no exceda de 400 euros, así como el uso indebido sin autorización de vehículo a motor o ciclomotor ajeno, siempre que su valor no exceda de la cantidad indicada. Contra el orden público: Título IV del Libro III, castiga conductas de perturbación del orden en actos públicos, espectáculos o en la audiencia de un Tribunal, la falta de respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes, mantenerse contra la voluntad de su titular, fuera de las horas de apertura y sin violencia o intimidación, en local público o establecimiento mercantil, realizar actividades careciendo de los seguros obligatorios (excepto las referidas a la conducción de vehículos a motor o ciclomotores, despenalizadas por L.O. 15/2003, de 25 de noviembre, así como usar indebidamente traje, uniforme, condecoración o la atribución de la cualidad de profesional amparada por un título académico que no posee. 26 Contra los intereses generales: recogidas en el Título III del Libro III, estas faltas hacen referencia a comportamientos relacionados con la expedición de billetes o moneda falsos, recibidos de buena fe, siempre que su cuantía no exceda de 400 euros, abandono de útiles peligrosos para la salud o integridad de de las personas, tratamiento cruel, peligroso o inadecuado de animales potencialmente peligrosos y otros relativos a las especies de flora sin causar grave perjuicio para el medio ambiente. Otras: en esta variable se incluyen las faltas no catalogadas en los registros oficiales en función de su objeto de protección. Ello no quiere decir que se trate de infracciones no comprendidas en los grupos reseñados anteriormente, sino que aun estando incluidas en ellos no se especificado su catalogación jurídica concreta. o Total de infracciones penales: esta variable refleja la totalidad de ilícitos penales, independientemente de la gravedad otorgada por el legislador. Así, la conforma el balance global de delitos más faltas, constituyendo un parámetro autónomo que refleja la realidad de la delincuencia registrada en la región. o Años de comisión: la elección de la fuente referente a los registros policiales se debe a la mayor coincidencia temporal con la comisión de las conductas típicas. En este sentido, las denuncias refieren la fecha exacta, o muy aproximada, de la realización de los actos ilícitos ordenadas por fechas naturales, frente a otras fuentes, como las de las Memorias Judiciales, que se registran por años judiciales y fechas de recepción o resolución. o Número de habitantes: esta variable puede ser objeto de crítica por la subjetividad y variabilidad inherentes a su naturaleza. Para objetivar su cuantificación se ha optado por recurrir a los datos dimanantes del Padrón Municipal, que recogen registros demográficos oficiales de los distintos municipios. Como sesgos pueden argumentarse la influencia de la población flotante, fundamentalmente por motivos laborales, turísticos o de ocio, de mayor incidencia en épocas estivales o festivas en determinados municipios. También se ha de reseñar la influencia de sectores de población no registrados, entre los que destacan aquellos relativos a situaciones administrativas irregulares y a los de natalidad o defunción. No obstante se ha considerado que la incidencia de estas limitaciones es escasa a la hora de una cuantificación general, por lo que se estima adecuado para este estudio el computo demográfico avalado por el requisito del empadronamiento, estimándose como medida apropiada la delimitada por la media interanual. o Tasa de delincuencia: este indicador es representativo de la incidencia del total de infracciones en la población. Se expresa mediante el cociente de delitos más faltas y los registros demográficos, habiendo sido considerada más adecuada su expresión en número de delitos por cada mil habitantes como más sencilla y operativa. 27 o Clasificación de infracciones por su incidencia: los distintos grupos penales objeto de estudio no poseen identidad cuantitativa, cada uno de ellos posee valores propios e incomparables pues aglutinan conductas que afectan a bienes jurídicos distintos, por lo que cada uno de ellos precisa de una análisis diferenciado del resto. No obstante se ha de destacar que la prevalencia de algunos de ellos o la gravedad de los resultados que provocan, hace que sea necesario resaltar su nivel de incidencia con respecto al resto, así los delitos contra el patrimonio representan las tipologías con mayor presencia, destacando sobre todas los demás, seguidas de las que afectan a la vida o integridad física y delitos contra la salud pública. 2.2.2. METODOLOGÍA. Para el análisis de esta fase se ha recurrido a los registros públicos oficiales contenidos en el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, tomando como referencia el universo de infracciones contenidas en el mismo relativas a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia en el periodo 1998-2006, pues tras ese año no contiene referencias por CC.AA. o provincias, si bien se realizan inferencias con los datos publicados en 2007 y 2008. Estos registros contienen denuncias tramitadas por el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Las procedentes de las distintas Policías Locales de la Región se integran en las anteriores al carecer en la actualidad de competencia para su recepción. No se incluyen aquéllas infracciones de carácter penal derivadas de accidentes de circulación ocurridos en vías urbanas o de titularidad municipal, competencia de las Policías Locales en virtud de la L.O. de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Esta limitación registral produce sesgos en la cuantificación de ciertas tipologías, especialmente las relacionadas con los delitos y faltas contra las personas (homicidios y lesiones por imprudencia grave o leve), daños por imprudencia y delitos contra la seguridad del tráfico fundamentalmente. Como marco temporal para el análisis longitudinal se ha estimado el comprendido entre 1998 y 2009. El límite inferior es representativo de la etapa jurídico penal instaurada tras la promulgación de la L.O. 10/95, del Código Penal, cuyo objetivo es responder y adaptarse a las realidades sociales de un Estado constitucional en constante evolución. El límite superior es establecido en función de las publicaciones del Anuario Estadístico, siendo el año 2008 el último editado en el momento de realizarse este estudio. Para un análisis estratificado se han clasificado las infracciones en función de la consideración de gravedad otorgada por el legislador en delitos, faltas e infracciones penales, y en atención a los bienes jurídicos protegidos (contra las personas, libertad, patrimonio,…). Con ello es posible realizar inferencias sobre el marco general de la delincuencia registrada en la Región de Murcia. No obstante, cada subgrupo de infracciones es susceptible de estudios con mayor profundidad, los cuales no se realizan en esta fase por inexistencia de datos públicos. En este escenario se pretenden detectar relaciones de correlación entre las distintas variables objeto de estudio y la realidad social asociada al concreto momento en el que se producen. Para ello se han considerado relevantes las modificaciones legislativas, tanto las ciminalizadoras como las despenalizadoras, la influencia de 28 indicadores sociales demográficos, económicos y políticos, así como otros parámetros de carácter macrosocial (migraciones interestatales, pérdida de valores,…). Al objeto de realizar un análisis utilitarista se parte de los datos secundarios del Ministerio del Interior. Sobre el balance anual se realizan inferencias estadísticas sencillas, expresadas en porcentajes de variación y tasas de criminalidad, a fin de establecer explicaciones sobre la evolución y tendencia de la incidencia de las distintas infracciones penales en la Región de Murcia. 2.2.3. Evolución de delitos registrados en la Región de Murcia 1998-2009. TABLA 1: Evolución del delito en la Región de Murcia. DELITOS 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 420 616 557 734 719 1.061 2.053 2.461 Personas 2.693 550 504 432 420 375 391 709 921 Libertad 937 249 250 233 275 250 302 300 341 Lib. Sexual 301 452 421 392 351 265 317 315 333 Rel. 314 Familiares Patrimonio 19.019 21.324 22.421 27.600 25.788 24.397 22.254 22.271 22.814 630 687 798 886 892 807 909 842 Seg. 765 Colectiva 203 167 203 270 245 323 392 376 Falsedades 339 8 9 10 7 10 7 14 12 Ad. Pública 11 122 211 195 183 159 207 423 577 Ad. 572 Justicia 352 359 469 486 593 619 661 731 O. Público 710 78 65 84 95 114 111 158 113 Otros 96 97 65 62 3 2 1 2 2 L. Penales 3 Especiales TOTALES 22.180 24.678 25.856 31.310 29.412 28.543 28.190 28.980 29.555 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. A partir de 2007 se produce una variación en la información estadística ofrecida por el Ministerio del Interior, únicamente se hace referencia a cuatro bloques delictivos (delitos contra la vida, integridad y libertad de las personas, delitos contra el patrimonio, faltas de lesiones y faltas de hurto), lo que impide realizar un análisis longitudinal de la evolución del delito en España a partir de esa fecha 14 . 14 En este sentido resulta muy interesante el artículo publicado en la Revista Española de Ciencia Penal y Criminología titulado “El misterioso caso de la desaparición de las estadísticas policiales españolas”, de M. F. Aebi y A. Linde, RECPC, 2010. 29 2.2.4. Evolución de faltas registradas en la Región de Murcia 1998-2009. TABLA 2: Evolución histórica de las faltas en la Región de Murcia. FALTAS Personas Patrimonio O. Público Int. Generales Otras TOTAL 1998 3.360 16.031 229 154 1999 6.107 19.254 152 137 2000 6.632 17.879 225 122 2001 6.535 19.247 351 101 2002 6.650 20.108 472 82 2003 7.081 19.570 406 178 2004 6.668 20.223 285 112 2005 7.212 22.796 169 136 2006 7.407 22.837 157 115 2.243 0 3 1 0 0 0 0 0 22.017 25.650 24.861 26.235 27.312 27.235 27.288 30.313 30.516 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Con las faltas sucede lo mismo que con los delitos, a partir de 2007 se produce un sesgo en la obtención de datos oficiales emitidos por el Ministerio del Interior que impiden realizar una investigación evolutiva fiable. 2.2.5. Evolución de infracciones penales en la Región de Murcia 1998-2009. La evolución histórica de la delincuencia registrada en la Región de Murcia se resume en el siguiente gráfico: GRÁFICO 4: Evolución histórica de delitos, faltas e infracciones penales. 70.000 60.000 50.000 40.000 30.000 20.000 10.000 0 1998 1999 2000 2001 DELITOS 2002 2003 FALTAS 2004 2005 2006 2007 2008 2009 INFRACCIÓNES PENALES Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Estos datos se refieren a infracciones por grupos penales, los cuales se subdividen a su vez en tipos penales concretos que ofrecen una visión más precisa de la realidad criminal. El Anuario Estadístico del Ministerio del Interior no recoge información sobre este extremo a nivel nacional, provincial o de Comunidad Autónoma, si bien puede preciarse una estabilización del fenómeno delictivo denunciado desde el año 2005 hasta el 2009. 30 2.2.6. Delitos por grupos penales en la Región de Murcia 1998-2006. Con respecto a los distintos grupos penales los gráficos siguientes representan la evolución temporal por años: GRÁFICO 5: Evolución delitos contra las personas en la Región de Murcia. 3000 2500 2000 1500 1000 500 0 06 20 05 20 04 20 03 20 02 20 01 20 00 20 99 19 98 19 Contra las personas Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. En el análisis de estas tipologías pueden distinguirse tres periodos temporales diferenciados: De 1998 a 2002 se produce un incremento cuyo porcentaje de variación se sitúa en el 71,1%. De 2003 a 2006 el incremento es más acentuado, hasta alcanzar los 2.692 delitos registrados, lo que indica un porcentaje de variación del 153,8%. 2007 a 2010 no se publica la evolución. El punto de inflexión se sitúa en el año 2003, con un incremento del 93.5% con respecto al año anterior, coincidente con la promulgación de la L.O. 11/2003, de 29 de septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e integración social de los extranjeros, complementada posteriormente por la L.O. 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de protección integral contra la violencia de género. Ambas normas nacen con vocación de luchar contra la lacra social de la violencia doméstica y de género, introduciendo modificaciones en aquellos tipos penales directamente relacionados con ella (fundamentalmente lesiones, amenazas y coacciones), pero también a nivel procesal al facilitarse la incoación de los procedimientos por estas causas a instancia de cualquier persona que tenga conocimiento de ellas. 31 GRÁFICO 6: Evolución delitos contra la libertad en la Región de Murcia. 1000 800 600 400 200 0 06 20 05 20 04 20 03 20 02 20 01 20 00 20 99 19 98 19 Libertad Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. La tendencia inicial descendente se prolonga hasta el año 2003, con un porcentaje de variación del -28,9%. A partir de ahí comienza un efecto techo que alcanza un porcentaje de variación del 139,6%. La coincidencia temporal con los dos periodos diferenciados de los delitos contra las personas se debe a que las citadas normas, de medidas de protección y prevención contra la violencia de género, incluyen tipologías pertenecientes al bien jurídico libertad (amenazas y coacciones), por lo que el incremento es achacable fundamentalmente a estas reformas legislativas. GRÁFICO 7: Evolución delitos contra la libertad e indemnidad sexuales en la Región de Murcia. 350 300 250 200 150 100 50 0 06 20 05 20 04 20 03 20 02 20 01 20 00 20 99 19 98 19 Lib. Sexual Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Los delitos contra la libertad e indemnidad sexuales presentan un porcentaje de variación, en el periodo objeto de análisis, del 20,8%. Interanualmente se aprecian 32 picos y valles poco significativos, testigos de una evolución irregular que no parece responder a causas determinadas. La justificación de la variación correlaciona con el incremento de la población pero también se ve influenciada por la progresiva generalización de las nuevas tecnologías (fundamentalmente Internet y telefonía móvil con dispositivos multimedia), siendo de interés el conocimiento de la cifra negra de estas tipologías. GRÁFICO 8: Evolución delitos contra el patrimonio en la Región de Murcia. 30.000 25.000 20.000 15.000 10.000 Patrimonio 5.000 0 09 20 08 20 07 20 06 20 05 20 04 20 03 20 02 20 01 20 00 20 99 19 98 19 L Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico suponen el bloque delictivo de mayor volumen, constituyendo más del 80% del total de la delincuencia registrada. Se ha de resaltar que un factor que influye en la denuncia de buena parte de los delitos patrimoniales es la contratación de seguros de responsabilidad civil, que exigen el requisito de denuncia previa para la indemnización de perjuicios. Desde el año 2000 se aprecia un incremento significativo que se estabiliza en 2003, el periodo es coincidente con el auge de la sociedad de la información, donde el acceso a Internet se generaliza progresivamente a nivel particular. La Red constituye un novedoso sistema de intercambio de información y operaciones mercantiles, pero también es el marco idóneo para determinadas modalidades delictivas. Las estafas y la amenaza que supone para los derechos de autor provocan un efecto en cadena que multiplica las denuncias. En estas tipologías delictivas sí es posible actualizar la información, pues se trata de uno de los parámetros que se incluyen en la nueva sistemática del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, apreciándose que en los últimos años se ha producido una estabilización de los delitos contra el patrimonio en la Región de Murcia. 33 GRÁFICO 9: Evolución delitos contra la seguridad colectiva en la Región de Murcia. 1000 800 600 400 200 0 06 20 05 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Seg Colectiva Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Los delitos contra la seguridad colectiva protegen bienes jurídicos cuya naturaleza traspasa el nivel meramente individual. Seguridad del tráfico, contra la salud pública (destacando el tráfico de drogas) e incendios son las tipologías más representativas. La evolución seguida en la Región pasa por un primer periodo de incremento, hasta 2001, seguido de una estabilización descendente hasta 2004, donde se vuelven a recuperar los niveles más altos y de nuevo comienza un proceso de disminución progresiva. La generación de conciencia y las campañas de seguridad vial se posicionan como las principales razones de minoración delictiva, pues son los delitos contra la seguridad del tráfico los que concentran el mayor volumen. GRÁFICO 10: Evolución delitos de falsedades en la Región de Murcia. 400 300 200 100 0 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Falsedades Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. 34 Las falsedades son un bloque delictivo de escasa representatividad en la Región de Murcia, sin embargo es ostensible el incremento que se produce tras el año 2001. Las tipologías de mayor incidencia son las falsificaciones de documentos, de moneda y la usurpación del estado civil. Con respecto a las falsedades documentales y a la usurpación de personalidad se ha de citar como posibles motivos el incremento de la circulación de documentos con validez temporal limitada, consecuente con los movimientos migratorios interestatales, especialmente los relativos a vehículos e identificación personal. También se han multiplicado las situaciones personales sujetas a control administrativo, fundamentalmente las relacionadas con la normativa de extranjería relativa a estancia, residencia y trabajo. El punto más álgido se sitúa en 2004, comenzando un descenso coincidente con la estabilización del fenómeno migratorio hacia la Región de Murcia 15 . GRÁFICO 11: Evolución delitos contra la Administración Pública en la Región de Murcia. 15 10 5 0 Ad. Pública 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Los delitos contra la Administración Pública constituyen un bloque con escasa incidencia en el volumen global de delincuencia, apenas representan el 0.03%, sin embargo son generadores de un gran rechazo debido a la cualidad de los actores implicados (funcionarios, empresarios, políticos, abogados,…). Cohecho, prevaricación, malversaciones y realización de actividades prohibidas, entre otros, provocan pérdida de confianza en las instituciones públicas. 15 Fuente: INE, padrones, 1996-2006. 35 A partir del año 2003 se aprecia un importante crecimiento de estas modalidades delictivas, fruto del auge urbanístico unido en ocasiones a la especulación. El nivel de gobierno más afectado es la Administración Local, de quien depende la calificación del suelo, usos a los que está destinado,…., que a su vez es la más cercana al ciudadano, lo que repercute en la credibilidad del sistema. Tras el año 2004 se incrementan los controles y limitaciones, así como los órganos de vigilancia y control, lo que puede explicar el incremento delictivo registrado. GRÁFICO 12: Evolución delitos contra la Ad. de Justicia en la Región de Murcia. 600 400 200 0 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Ad. Justicia Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. La Administración de Justicia es otro de los grandes bloques institucionales que poseen una protección especial a nivel penal. Su función principal es el ejercicio del “ius puniendi” del Estado a través de los órganos jurisdiccionales, por lo que los ataques a su normal funcionamiento afectan a toda la colectividad. Encubrimiento, denuncia falsa, prevaricación judicial,…, son algunas de las figuras más representativas, sin embargo es el quebrantamiento de condena el tipo más significativo para interpretar este gráfico. Es en el año 2003 cuando se produce el punto de inflexión, coincidente con la entrada en vigor de la normativa relativa a la violencia doméstica y de género, en la que destaca la pena y la medida cautelar de prohibición de aproximación a determinadas personas o lugares, cuyo incumplimiento casi triplica las infracciones registradas. 36 GRÁFICO 13: Evolución delitos contra el orden público en la Región de Murcia. 800 600 400 200 0 O. Público 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. El gráfico de evolución presenta una curva ascendente en el periodo objeto de estudio, con un porcentaje de variación de 101%. El incremento es progresivo y estable con tendencia uniforme, lo que indica que acompaña a la evolución macrosocial de la Región. En este bloque destacan los delitos de atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad o sus agentes, desórdenes públicos y tenencia, tráfico y depósito de armas. El incremento de los tipos relativos a posesión ilícita de armas de fuego correlaciona con el expansionismo de la delincuencia organizada. GRÁFICO 14: Evolución resto de delitos del Código Penal en la Región de Murcia. 200 150 100 50 0 Resto delitos 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. 37 Este gráfico representa la evolución de otros delitos no contemplados en los anteriores (contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, derechos de los trabajadores, ordenación del territorio,…), conformando una amalgama de comportamientos cuya incidencia en el balance global de la delincuencia en la Región de Murcia es ínfima. GRÁFICO 15: Evolución delitos contra leyes penales especiales en la Región de Murcia. 100 80 60 40 20 0 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 L. P. Especiales Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Las Leyes Penales Especiales regulan actividades singulares precisadas de normativa específica, generalmente debido a la necesidad condensar en un mismo cuerpo normativo conductas regidas por una compleja normativa. Así, el control de cambios, los movimientos de capitales, el contrabando y el régimen electoral constituyen el grueso de especialidades. La L.O. 5/2000, de Responsabilidad Penal de los Menores , también se enmarca en el ámbito de las Leyes Penales Especiales, sin embargo no posee representatividad en el gráfico porque sus valores ya se encuentran reflejados en los distintos grupos y tipos penales, pues estos se refieren a denuncias formuladas ante las instancias oficiales sin hacer referencia a la edad de sus autores o partícipes. Tras el año 2000 la incidencia es prácticamente inexistente, debido al expansionismo y reinterpretación de ciertas disposiciones del Código Penal. En este sentido, buena parte de los delitos de contrabando son absorbidos por aquéllos destinados a proteger la propiedad industrial e intelectual, así como los relativos a la salud pública, en aplicación directa del principio de especialidad. Los relativos al control de cambios tienen mejor encaje en el marco de los delitos societarios y el blanqueo de capitales. 38 2.2.7. Faltas por grupos penales en la Región de Murcia 1998-2006. GRÁFICO 16: Evolución faltas contra las personas en la Región de Murcia. 8.000 6.000 4.000 2.000 0 Personas 09 20 8 0 20 7 0 20 6 0 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Las faltas contra las personas son una serie de infracciones leves que afectan a una pluralidad de bienes jurídicos -integridad física, libertad, relaciones familiares,…mediante comportamientos considerados por el legislador de menor entidad en atención al resultado producido o riesgo causado. Entre las tipologías más frecuentes destacan las lesiones no tipificadas como delito o los malos tratos aun sin causar lesión (producidos en riñas o en el ámbito familiar), también las amenazas, coacciones, injurias o vejaciones de carácter leve. Otro tipo de interés son las lesiones por imprudencia, especialmente las derivadas de accidentes de circulación. En el gráfico de evolución se aprecia un pronunciado incremento hasta el año 1999, donde casi se duplica el volumen del año anterior, para continuar una estabilización ligeramente ascendente hasta 2006. Se ha de tener en cuenta la promulgación de la normativa relativa a la violencia de género y doméstica, que desde 2004 eleva a la categoría de delito conductas que hasta entonces sólo constituían falta, que sin embargo no disminuye la tendencia, por lo que si consideramos que un buen número de conductas (las relativas a la violencia conyugal o familiar) no están contempladas como falta tras el año 2004 y persiste la tendencia alcista es porque otras tipologías se han incrementado y existe mayor cultura de denuncia. A partir de 2007 se produce una disminución significativa debida al nuevo formato de análisis del Ministerio del Interior, sólo se contemplan faltas de lesiones excluyéndose las de amenazas, coacciones, contra las relaciones familiares, lesiones por imprudencia grave o incumplimiento de obligaciones familiares., lo que justifica el notable descenso en sus valores. 39 GRÁFICO 17. Evolución faltas contra el patrimonio en la Región de Murcia. 25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0 Patrimonio 09 20 8 0 20 7 0 20 6 0 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Las faltas contra el patrimonio suponen más del 73% del total de infracciones penales leves registradas, lo que las sitúa como el bloque delictivo de mayor prevalencia, en el que destacan hurtos y estafas cuya cuantía no supera los 400 euros. La evolución longitudinal mantiene cierta estabilidad hasta el año 2004, donde se produce un incremento significativo que vuelve a estabilizarse al alza. Entre las motivaciones de la evolución destaca la generalización del uso de tecnología portátil (teléfonos móviles, MP3, MP4,…), cuyo pequeño formato y fácil introducción en el mercado negro se sitúan como principales causas de este incremento. A partir de 2006 el descenso es notable, ello está motivado porque a partir de entonces sólo se computan las faltas de hurto, sin que se incluyan en el gráfico otras referidas a daños, sustracción o utilización de vehículos a motor sin ánimo de apropiárselos, estafas, apropiaciones indebidas o defraudaciones así como el deslucimiento de inmuebles. 40 GRÁFICO 18: Evolución faltas contra el orden público en la Región de Murcia. 500 400 300 200 100 0 O. Público 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. En el intervalo 1999-2002 se produce un notable crecimiento continuado que concluye en 2003, cuando se inicia un descenso simétrico hasta recobrar los índices de la década de los 90. Entre las modificaciones legislativas que mayor influencia han tenido en la evolución de las faltas contra el orden público se encuentra la descriminalización de la conducción de vehículos a motor y ciclomotores careciendo del seguro obligatorio de accidentes (modificación del artículo 636 L.O. 10/95, por artículo único 185 de L.O. 15/2003 de 25 de noviembre, que despenaliza esta conducta), que generaba gran volumen de procedimientos por faltas contra el orden público. 41 GRÁFICO 19: Evolución faltas contra los intereses generales en la Región de Murcia. 200 150 100 50 0 06 20 5 0 20 4 0 20 3 0 20 2 0 20 1 0 20 0 0 20 9 9 19 8 9 19 Int. Generales Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Las faltas contra los intereses generales son otro bloque de infracciones cuya incidencia en la Región de Murcia es escasa (apenas constituyen el 0.47%), su evolución responde a tendencias normativas y variaciones en los usos sociales. Así, el pronunciado descenso en la administración de drogas tóxicas por vía intravenosa ha supuesto una disminución de las infracciones relativas al abandono de útiles destinados a tal fin (fundamentalmente jeringuillas), pero esta minoración ha sido contrarrestada en 2002 con el incremento de la preocupación social por la creciente moda en la tenencia de animales potencialmente peligrosos (principalmente ciertas razas de perros), además de la creciente introducción en el mercado de moneda falsa recibida de buena fe. La irregular evolución apreciable tras el año 2004 responde a la implantación de normativas reguladoras de la tenencia de animales de compañía y a la sensibilización social sobre esta moda. 42 GRÁFICO 20: Evolución otras faltas. 2.500 2.000 1.500 1.000 500 0 Otras 06 20 5 0 20 04 20 3 0 20 2 0 20 01 20 0 0 20 99 19 8 9 19 Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Este gráfico representa la evolución longitudinal seguida por aquéllas infracciones leves que no han sido encuadradas en grupos penales concretos. La drástica reducción tras el año 1998 se debe únicamente a una mejor ordenación sistemática de las faltas denunciadas en los registros oficiales. 43 2.3. TASA DE CRIMINALIDAD EN LA REGIÓN DE MURCIA. La tasa de delincuencia puede calcularse atendiendo sólo a las conductas tipificadas como delitos o al total de infracciones penales. Este estudio considera que resulta más operativo el análisis global, es decir delitos más faltas por cada 1000 habitantes, al componer entre ambas categorías jurídicas el todo global que constituye la delincuencia. La justificación se debe a que los registros del Ministerio del Interior contienen datos referidos a calificaciones jurídicas iniciales realizadas por funcionarios policiales, susceptibles de ulterior variación por el órgano jurisdiccional competente. Además la criminalidad, referida a la inseguridad ciudadana, aglutina tanto delitos como faltas, por lo que se ha considerado este indicador de mayor utilidad. Los datos demográficos proceden del Padrón Municipal a 1 de enero de cada año, los referidos a número de infracciones penales están recopilados a 31 de diciembre, por lo que se ha estimado de mayor validez la media de habitantes entre ambos periodos para la configuración de la tasa o índice de criminalidad. Este indicador resulta válido para conocer la incidencia delictiva general, siendo un instrumento práctico para detectar variaciones y analizar la evolución longitudinal del fenómeno criminal. TABLA 3: Evolución de la población en la Región de Murcia. AÑO 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Nº DE HABITANTES 1.115.068 1.131.128 1.149.328 1.190.378 1.226.993 1.269.230 1.294.694 1.335.792 1.370.306 1.426.109 1.446.520 1.460.164 MEDIA INTERANUAL 1.123.098 1.140.228 1.169.853 1.208.685,5 1.248.111,5 1.281.962 1.315.243 1.353.049 1.381.337 1.398.207,5 1.436.314,5 1.453.342 Fuente: Padrón Municipal I.N.E. 44 TABLA 4: Tasas de Criminalidad en la región de Murcia. Tasa de Criminalidad AÑO (Infr. Penales/‰ hab.) 39.35 1998 44.13 1999 43.35 2000 47.60 2001 45.44 2002 43.50 2003 42.18 2004 43.82 2005 43.48 2006 41.60 2007 41.30 2008 40.40 2009 % de variación -+12.14 -1.76 +9.80 -4.53 -4.26 -3.03 +3.88 -0.77 -4.32 -0.72 -2.17 Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal y del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. GRÁFICO 21: Evolución histórica Tasa de Criminalidad en la Región de Murcia. 50 40 30 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Tasa Criminalidad Fuente: Elaboración propia a partir de datos del I.N.E. y Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. El análisis de los Índices de Criminalidad indica que en el periodo 1998-2000 se ha producido un incremento del 2,66%. La tasa media se sitúa en 43.01 delitos/‰ hab., con lo que se puede inferir que ni siquiera la promulgación de la L.O. 11/2003, de 29 de septiembre, de protección integral contra la violencia de género, que supuso un hito en el registro de diligencias policiales a nivel nacional, ha generado variaciones significativas en la Región de Murcia con respecto al total de delitos, ya que son las infracciones penales contra el patrimonio las que conforman el grueso de la delincuencia en general. El pico más álgido se sitúa entre los años 2000 y 2002, coincidente con el auge de la delincuencia patrimonial que experimenta la Región de Murcia durante este periodo. A partir de 2007 el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior no incluye tasas de criminalidad por CC.AA o provincias, lo que dificulta el seguimiento longitudinal del fenómeno delictivo en la Región. La fuente que se ha tomado como referencia a partir de ese periodo es la nota de prensa de la Delegación del Gobierno 45 en Murcia en la que se expone la Situación de los Indicadores de Situación y Evolución de la Seguridad Pública en la Región de Murcia durante 2008 16 . En este informe se señala una tasa de 42 o/oo, lo que indica un considerable descenso con respecto a la evolución histórica, sin embargo no ha sido posible determinar el proceso de configuración de estos valores, pues se desconoce si se trata sólo de delitos o incluye las faltas, o si sólo se refiere a los nuevos indicadores tomados por el Anuario Estadístico o al volumen global de delincuencia, por lo que no se ha considerado lo suficientemente válido este indicador para este estudio. En el balance global de infracciones penales, cada grupo de ellas posee un peso específico determinado con respecto al total. La siguiente tabla resume, en términos porcentuales, la incidencia de los delitos y faltas por grupos penales: 2.4. INCIDENCIA DE LAS INFRACCIONES PENALES EN LA REGIÓN. TABLA 5: Clasificación de infracciones por su incidencia. GRUPOS DELITOS FALTAS PENALES PATRIMONIO 85.03% 73.70% PERSONAS 4.63% 23.88% SEG. COLECT. 2.95% O. PÚBLICO 2.03% 1.01% R. FAMILIARES 1.29% AD. JUSTICIA 1.08% LIB. SEXUAL 1.02% FALSEDADES 1.02% LIBERTAD 0.38% RESTO 0.53% 1.40% TOTAL INFRACCIONES 78.72% 14.07% 1.47% 0.95% 0.64% 0.54% 0.51% 0.51% 0.19% 0.95% Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. 16 Ministerio de Política Territorial, Delegaciones del Gobierno. 46 GRÁFICO 22: Representación gráfica del porcentaje de infracciones (1998-2006). RESTO LIBERTAD FALSEDADES LIB. SEXUAL AD. JUSTICIA R. FAMILIARES O. PÚBLICO SEG. COLECTIVA PERSONAS PATRIMONIO 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior. Los delitos y faltas contra el patrimonio y el orden socioeconómico constituyen el bloque más numeroso de infracciones, representando el porcentaje más elevado con respecto a todos los demás. Su incidencia total supone el 78.72%. Son seguidos, aunque a gran distancia, por las infracciones contra las personas, fundamentalmente lesiones y malos tratos, que arrojan un balance del 14.07%. Entre ambas categorías aglutinan el 92.79% del total de infracciones cometidas, por lo que se perfilan como la delincuencia por excelencia, quedando el resto de grupos penales como meros datos anecdóticos. No obstante resulta de interés el conocimiento de la evolución de todas las tipologías pues, si bien su incidencia puede resultar mínima o incluso ínfima, son susceptibles de generar gran impacto social por su resultado o repercusiones. Como se ha señalado anteriormente a partir de 2007 se produce una variación en la metodología analítica del Ministerio del Interior, por lo que el seguimiento longitudinal de los distintos grupos penales se ve dificultado. A partir de esa fecha la única referencia taxativa se encuentra en las notas de prensa de la Delegación del Gobierno, en el resumen realizado el 18 de marzo de 2009 sobre Seguridad Pública en la Región se detallan los siguientes datos: • • • Robos con fuerza en viviendas: 32,1 por cada 10.000 viviendas en 2008, siendo en 2003 de 37,8. Sustracción de vehículos: 24 por cada 10.000 hab. En 2008, siendo en 2003 de 48,8. Robos con violencia: 16,1 por cada 10.000 hab. En 2008, siendo de 18 en 2005. 47 • Delitos contra la libertad sexual: 26,4 por cada 100.000 hab. En 2008, siendo 24,1 en 2007. Estos datos no permiten un análisis pormenorizado sino que sólo contienen referencias puntuales a tipologías concretas, si bien se trata de aquellas que más afectan a la sensación de inseguridad. 2.5. CONCLUSIONES: Con este análisis de delincuencia registrada se pretende ofrecer un marco general de la evolución del fenómeno delictivo en la Región de Murcia en la última década, partiendo de los datos oficiales del Ministerio del Interior. El objetivo es extraer conclusiones explicativas y útiles para ahondar en el conocimiento de una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, pero también de los poderes públicos implicados en su control. Respecto a los hechos tipificados como delito, se ha de resaltar la importancia de las modificaciones legislativas en la cuantificación registral. Así, la promulgación de la L.O. 11/2003, de 29 de septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e integración social de los extranjeros, ha sido la norma con mayor impacto en el volumen delictivo. Sus disposiciones elevan exponencialmente el número de delitos registrados, tanto por la novedosa consideración jurídica de hechos que hasta entonces sólo constituían falta, como por las modificaciones procesales en materia de incoación de procedimientos penales relativos a violencia de género y doméstica. Las tipologías más afectadas son los delitos contra las personas y contra la libertad, derivadas de la aplicación de los artículos 153.1,2 y 173.2, del Código Penal, relativos respectivamente a las conductas violentas en el ámbito de una relación de afectividad y habitualidad en el ejercicio de violencia física o psíquica en el medio familiar. También ha provocado alteración al alza en los delitos contra la Administración de Justicia, afectando fundamentalmente a los quebrantamientos de condena y de medidas cautelares de aproximación a determinadas personas o lugares, ligado a las infracciones expresadas. Con respecto a los delitos contra la seguridad colectiva destaca la positiva influencia de las campañas de seguridad vial, destinadas a incrementar el nivel de conciencia de responsabilidad de los conductores, que han logrado estabilizar, e incluso disminuir, el volumen de estas tipologías. También ha contribuido a ello la modernización del parque móvil nacional producida en los últimos años, las medidas de control y la mejora de las infraestructuras. Otra de las tipologías de mayor incidencia es la referida a la salud pública, fundamentalmente los delitos relativos a tráfico de drogas, aunque su evolución es difícilmente cuantificable debido al alto índice de cifra oscura que inexorablemente los acompaña. De hecho, si fuese posible registrar todas las infracciones relacionadas con el tráfico de drogas tóxicas, constituirían el bloque delictivo más numeroso, superando incluso al de los delitos contra el patrimonio. La libertad e indemnidad sexuales constituyen bienes jurídicos cuya vulneración traspasa la mera consideración delictiva, afectando a la sensibilidad social por las connotaciones morales que conllevan. Su evolución en la Región no parece 48 seguir una pauta determinable, presentando constantes variaciones interanuales con valores próximos a la media. No obstante se aprecia una línea de tendencia ascendente que puede responder a factores demográficos, fundamentalmente al incremento poblacional en la Región, aunque también a la modificación del artículo 189 del Código Penal en 2003, que amplía el espectro de conductas típicas, castigando incluso la simple posesión de material pornográfico infantil. Las falsedades son un grupo de infracciones en cuya evolución se aprecia claramente la influencia de determinados factores sociales. Uno de ellos son los movimientos migratorios, aunque su relación con el fenómeno delictivo precisa ciertas matizaciones. La inmigración no es en sí misma causa del incremento de la criminalidad, sino que constituye un medio idóneo para el desarrollo de determinadas tipologías, al igual que ocurre con otros parámetros macrosociales, como la facilidad de movilidad en el ámbito de los países miembros de la Unión Europea, el incremento de transacciones comerciales interestatales, mayor diversidad de relaciones laborales o variaciones en los usos sociales de los ciudadanos. Dentro de los delitos de falsedades destacan las falsificaciones documentales, en especial las relativas a documentos identificativos de personas y vehículos. Se aprecia en la Región un claro incremento tras el año 2001 que se estabiliza en el 2004, coincidente con la estabilización del fenómeno migratorio, sujeto a numerosos controles administrativos. Los delitos contra el patrimonio constituyen el bloque delictivo más numeroso, aglutinando una amalgama de conductas contrarias al orden penal cuyo objeto de mayor entidad cuantitativa es la sustracción de bienes materiales ajenos, predominando la presencia del ánimo de lucro como elemento subjetivo. Robos, hurtos y estafas conforman el grueso clásico de estas tipologías, aunque progresivamente van incorporándose otras más novedosas y complejas, como los delitos societarios o los relativos a la propiedad industrial e intelectual. No obstante, el más temido y predominante es el robo, especialmente cuando conlleva intimidación o violencia en su ejecución. Las limitaciones que presentan los registros oficiales impiden un análisis pormenorizado, aunque se aprecia un incremento del 23% en el año 2001, tras lo que se produce una progresiva disminución hasta su estabilización en 2004, recuperándose los niveles del 2000. Dada la diversidad de conductas que conforman este grupo de infracciones resulta arriesgado emitir inferencias sobre tipologías concretas con los datos disponibles. Tras la entrada en vigor de la L.O. 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia de seguridad vial, es previsible un importante incremento de estas tipologías, si bien su proximidad temporal dificulta un análisis longitudinal. Con respecto a las faltas la evolución es más constante aunque igualmente significativa. En el periodo objeto de estudio se produce un incremento del 38%. Esta variación correlaciona con el crecimiento poblacional, que en esa horquilla se sitúa sobre el 23%, pero también por la influencia de de variaciones en los usos sociales y el escenario socioeconómico. Destaca el incremento producido en las faltas contra las personas, que llega a duplicar los registros en el periodo temporal analizado. Aunque las novedades legislativas promulgadas tras el año 2003 para combatir la lacra de la violencia doméstica y de género, elevando a delitos acciones que hasta entonces sólo 49 constituían falta, debería haber generado un descenso de estas tipologías lo cierto es que no ha tenido reflejo en el balance, lo que nos inclina a mantener la hipótesis del progresivo aumento de la violencia e intimidación, no constitutivas de delito, en las relaciones sociales. Como conclusión final se ha de resaltar que el análisis de los registros oficiales sobre delincuencia sólo resulta útil para establecer relaciones de correlación generales, destacando la influencia de las modificaciones legislativas y de ciertos parámetros macrosociales, sin aplicación utilitarista directa para el establecimiento de políticas de seguridad acordes con la realidad criminal en la Región. No obstante sí es posible realizar inferencias válidas, puesto que el fenómeno delictivo mantiene cierta estabilidad, como demuestra la observación del progreso de la tasa de criminalidad, que no experimenta grandes variaciones. Estas conclusiones pueden servir de base para el establecimiento de estrategias preventivas, reactivas y operativas en el marco institucional público y, especialmente, en el ámbito policial ya que en ellas se pone de manifiesto qué conductas ilícitas manifiestan prevalencia sobre las demás, sin obviar que algunas de ellas, si bien no destacan por su incidencia si lo hacen por su resultado o afectación al orden social. No obstante la simple interpretación de los datos registrales oficiales ofrece una visión sesgada del fenómeno criminal, dado que solo son representativos de aquellos hechos que han llegado al conocimiento de las instancias oficiales de modo formal por lo que es preciso ahondar en el estudio de la criminalidad articulando estrategias de investigación que suplan las carencias de los registros oficiales, los cuales constituyen una fuente de información útil pero mejorable, fomentando la investigación empírica e inductiva. 50 3. Capítulo III. FASE II: AUTOSONDEO SOBRE CRIMINALIDAD EN LA REGIÓN DE MURCIA. La finalidad de esta fase es obtener un marco representativo de la delincuencia en la Región de Murcia desde el prisma de la opinión ciudadana. Para ello se ha diseñado un cuestionario en el que se interpela a una muestra de la población sobre sus experiencias y percepciones personales, del cual es posible obtener información útil para delimitar el reflejo real de la criminalidad y su incidencia sobre la ciudadanía, lo que constituye la base mínima exigible para el establecimiento de políticas criminales adecuadas dirigidas al control de la sensación subjetiva de inseguridad. Esta fase complementa a la anterior, puesto que permite realizar inferencias sobre la “cifra negra” de las tipologías incluidas en el cuestionario, representativas de aquéllos tipos penales de mayor incidencia social, que unida a la delincuencia registrada nos aproxima al conocimiento de la evolución del fenómeno delincuencial en la Región. No obstante se ha de recordar que sólo se trata de un acercamiento, pues las limitaciones inherentes a la cuantificación de cualquier fenómeno social dificultan la determinación exacta de sus valores. 3.1. Identificación de variables. Se han considerado de relevancia significativa determinadas variables, las cuales se clasifican en percepción, opinión y victimización. Con ellas es posible obtener una información válida para el conocimiento del fenómeno delictivo desde una perspectiva informal pero realista, a través de las respuestas anónimas, voluntarias e individuales de los integrantes de la muestra. El primer grupo de variables está constituido por la opinión individual sobre el concepto de seguridad/inseguridad, con la pretensión de obtener un indicador denominado índice de inseguridad y elaborar un concepto social del mismo. Otro parámetro es la percepción social de la evolución delictiva, analizándose la incidencia de la delincuencia mediante diferentes items relativos a los delitos sufridos y si fueron denunciados. Con ello es posible un acercamiento a la delincuencia que no ha llegado al conocimiento de las instancias oficiales aunque sí ha sido percibida por sus víctimas, además se indaga en las motivaciones que les impulsan a no denunciar los hechos sufridos. Por último se incluye una batería de preguntas relativas al proceso de victimización, donde pretende analizarse el nivel de preocupación de los ciudadanos, trato recibido por parte de la Policía y afectación personal tras haber sufrido el hecho delictivo. 3.2. Metodología. El método empleado para el análisis de esta fase es un diseño de encuesta estructurada sobre una muestra extraída de la población de la Región de Murcia. Con ello se pretende realizar un estudio transversal de las diferentes variables que lo conforman, utilizando para ello el método correlacional aplicado al análisis de la delincuencia. • • Preguntas: cerradas. Universo de estudio: lo compone la población de la Región de Murcia según los datos contenidos en los registros del Padrón Municipal. 51 • Muestra: o Diseñada: 262. o Realizada: 262. La muestra diseñada responde a criterios estadísticos de aleatoriedad simple, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 1%. • Puntos de muestreo: centros públicos, diversas actividades laborales (comercios, supermercados, empresas,…) y pie de calle. • Procedimiento de muestreo: aleatorio. 3.3. Datos. El estudio se realiza mediante la observación de datos primarios obtenidos de los cuestionarios estructurados y dirigidos. Se utiliza una técnica ciega para la recolección, puesto que los analistas no intervienen en la tarea de recopilación y tratamiento pero sí en la de inducción de las conclusiones, con lo que se mitigan posibles sesgos derivados de la participación de los investigadores. 3.4 ANÁLISIS ESTRATIFICADOS. En este epígrafe se va a realizar un análisis sobre las respuestas a los distintos ítems del cuestionario por parte de los integrantes de la muestra, computándose tanto datos absolutos referidos a preguntas concretas como relaciones de covariación entre ellas. 3.4.1 Opinión general sobre la inseguridad ciudadana. Ya se ha señalado que la seguridad es una sensación subjetiva, en su percepción intervienen diversas variables entre las que destaca la experiencia vital individual, es decir, el hecho de haber sido víctima de un delito incrementa sus valores, sin embargo también posee una dimensión social, pues las transmisiones interpersonales y la expansión mediática contribuyen a la formación de un retrato delictual que traspasa las meras vivencias personales. En este estrato del análisis se va a intentar reflejar qué opinan los ciudadanos de la Región de Murcia sobre la inseguridad ciudadana, en base a las preguntas que les han sido planteadas en el cuestionario. La encuesta diseñada pretende obtener información sobre diversos aspectos relativos a esa sensación subjetiva, si bien la información facilitada por los componentes de la muestra conlleva gran carga de objetividad por estar basada en sus experiencias vitales. Con respecto a los problemas sociales que más preocupan se ha producido una importante variación en los últimos años, el nuevo escenario económico-social ha contribuido a que la inseguridad ciudadana haya descendido en grado de importancia con respecto a otros parámetros sociales. Esta variación no se debe a que se haya incrementado la respuesta institucional ante el problema o a que la ciudadanía se sienta más segura sino que la situación actual obliga a establecer prioridades que han desplazado a la inseguridad a puestos inferiores, si bien continúa encontrándose entre los primeros puestos de preocupación. 52 El Centro de Investigaciones Sociológicas sitúa la inseguridad como un problema social de primer orden, en los últimos años se aprecia un descenso en sus valores que no correlaciona con un incremento del nivel de seguridad sino que otros valores sociales han entrado en escena. La actual situación de crisis, que se ha venido desarrollando en los últimos años a nivel mundial, ha provocado que España se haya visto gravemente afectada, fundamentalmente mediante la destrucción de empleo y el encarecimiento del mercado inmobiliario, por lo que paro y acceso a la vivienda son hoy día los problemas que más preocupan a los ciudadanos 17 . La seguridad ha pasado a un nivel inferior en grado de preocupación, pero continúa siendo un problema prioritario. En el Informe “Barómetro Social de la Región de Murcia 2007” 18 se destaca que la delincuencia/inseguridad ciudadana se sitúa en 5º lugar de preocupación de los ciudadanos de la Región, por debajo de agua/sequía, inmigración, paro/desempleo y vivienda acceso/precio. Estos indicadores conforman que la inseguridad es una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, para corroborar esta hipótesis la pregunta 1.1 del cuestionario está destinada a recoger datos de percepción de los ciudadanos de la Región de Murcia sobre diversos valores sociales. GRÁFICO 23: Percepción sobre determinados valores sociales (p. 1.1). 350 323 300 250 200 170 150 100 50 114 127 89 90 66 10 0 PA RO SEG OT SA DR VIV TER ED NID UC RO O I R . C E G OR ND AC S A IUD A S D I I A SM ÓN . O NIVEL DE PREOCUPACION Fuente: Elaboración propia. 17 Fuente: Centro de Investigaciones Sociológicas. Barómetro Social 2009. Barómetro Social de la Región de Murcia 2007. Estudio de Consultores CSA encargado por Seniors Club. 18 53 PRINCIPAL PROBLEMA SOCIAL 1º Paro 78 2º Terrorismo 23 3º Seguridad ciudadana 20 4º Educación 16 5º Drogas 12 6º Sanidad 9 7º Vivienda 7 8º Otros 1 En este sondeo se ha optado por delimitar una serie acotada de valores sociales, aunque se ha incluido la opción “Otros” para aquellos que consideren predominante alguno no incluido en el listado, no obstante tan sólo un componente de la muestra se ha decidido por esta respuesta. El ranking lo encabeza el paro, probablemente por la actual situación socioeconómica, seguido de lejos por terrorismo e inseguridad ciudadana. Estos dos últimos valores constituyen, tanto por separado como conjuntamente, un problema social de primer orden a tenor de los resultados obtenidos, muy por encima del que se señala en otras encuestas de percepción social, lo cual resulta llamativo en una Región donde el enquistado terrorismo de E.T.A. no tiene especial incidencia, pudiendo estar justificado ese nivel de temor por la percepción de la amenaza radical islamista. La educación se sitúa en un nivel inferior, pese a que constituye la base en la formación de la ciudadanía su percepción social como problema alcanza un valor que no debería corresponderle, puede ser debido a que se entiende sólo como adquisición de conocimientos y no como una verdadera filosofía de vida que haga de los jóvenes futuros ciudadanos prosociales. Las drogas tampoco logran un nivel de importancia significativo, la sustitución de la heroína administrada por vía intravenosa, con repercusión directa sobre el deterioro físico de los consumidores, por otras sustancias que no provocan un efecto visible tan inmediato (pastillas y, fundamentalmente, cocaína) puede haber influido en que la percepción social sobre su problemática se haya difuminado e incluso haya llegado a un cierto nivel de aceptación social, pese a las campañas divulgativas sobre sus perniciosos efectos a largo y corto plazo. Los derivados del cannabis se imponen con fuerza, su consumo se ha expandido y cuenta con gran difusión en los ambientes de ocio, su consideración legal como “sustancia que no causa grave daño a la salud” multiplica su aceptabilidad social. Por último, el alcohol está tan unido a la cultura 54 social que ni siquiera es tenido en cuenta como una verdadera droga, cuando se trata de una de las que mayores problemáticas sociales, médicas e incluso legales provoca. Sanidad y vivienda se sitúan por debajo de las anteriores, pese a la actual crisis. La primera resulta entendible si tenemos en cuenta que nuestro sistema sanitario garantiza los mínimos exigibles en cuanto a implementación (todo es mejorable), resulta más llamativa la consideración de la vivienda como problema en momentos en los que el acceso a la misma parece más dificultoso que años atrás, si bien la intervención de la Administración está actuando como catalizador, lo que repercute en que su percepción como problema se vaya diluyendo. GRÁFICO 24: En los últimos 10 años, ¿cómo cree que ha cambiado la seguridad ciudadana en España? (p. 1.2). La pregunta 1.2 está dirigida a conocer la opinión general sobre la inseguridad en nuestro país, para ello se contemplan cuatro opciones de respuesta cuyos resultados se resumen en el siguiente gráfico. 140 120 100 80 60 40 20 0 /N NS C L OR EJ DO RA O AD O PE UA IG M EM NIVEL DE OPINIÓN Fuente: Elaboración propia. La percepción social se decanta claramente por un empeoramiento de los niveles de seguridad, sin embargo esto no se corresponde con la realidad que indican los datos estadísticos sobre delincuencia registrada. La seguridad es una sensación subjetiva influenciada por multitud de factores, los medios de comunicación y las transmisiones interpersonales son los verdaderos generadores de ella, pues se tiende a presentar hechos excepcionales como generales, lo que influye de modo significativo sobre la realidad perceptiva. 55 GRÁFICO 25: La libertad y la seguridad son valores importantes. Si Ud. tuviera que decidirse por uno u otro por cual sería (p.1.3). La tercera cuestión que se plantea a los integrantes de la muestra está dirigida a conocer su opinión con respecto al binomio libertad/seguridad, debiendo decantarse por uno de ellos, aunque se incluye la opción de no responder (NS/NC). NS/NC 7% SEGURIDAD 53% LIBERTAD 40% Fuente. Elaboración propia. En un escenario ideal la libertad debería ser el valor predominante, en situaciones de especial incidencia de la delincuencia cabría entender que la seguridad cobrase relevancia polarizante, sin embargo destaca el porcentaje que se decanta por la seguridad aun a costa de ceder parcelas de libertad. Parece haberse instaurado una “sociedad del riesgo”, donde el temor social se ha extendido a niveles preocupantes, la demanda de seguridad responde a ese nivel de miedo ante la adversidad, como queda de manifiesto en el incremento exponencial de contratación de seguros de todo tipo, al auge de la seguridad privada y al blindaje de hogares, vehículos e incluso escoltas personales, las cámaras de seguridad se han multiplicado en los lugares más insospechados,…., el temor al delito ha provocado que nos encontremos en una situación cuasi-patológica. 56 GRÁFICO 26: Estando en un lugar público, ¿se siente más seguro ante la presencia de un agente de Policía? (p.1.4). Para completar la primera batería de preguntas se añade otra destinada a conocer la opinión que sobre la sensación de seguridad produce la presencia de Policías uniformados en lugares públicos. NS/NC 22% NO 12% SI 66% Fuente: Elaboración propia. El patrullaje, especialmente aquel que se realiza a pie, contribuye a mitigar los efectos negativos de la inseguridad tal y como queda de manifiesto con los porcentajes de opinión obtenidos en este estudio. Este indicador resulta útil para el desarrollo de programas de visibilidad de los agentes de Policía, no sólo en lugares de grandes concentraciones comerciales o lúdicas sino que ha de extenderse al mayor número posible de escenarios. En los últimos años se ha apostado por un paulatino incremento de medios humanos en los distintos cuerpos policiales, cobrando especial relevancia el llevado a cabo en las Policías Locales de la Región de Murcia, lo que unido a la puesta en funcionamiento del Plan Regional de Seguridad Ciudadana ha contribuido en gran medida a responder a la demanda social de presencia policiál en los lugares públicos. 3.4.2. Incidencia de la delincuencia. El segundo bloque de cuestiones pretende indagar en la incidencia de la delincuencia, partiendo de las respuestas de la muestra a diversas cuestiones relativas a sus propias experiencias. Con ello es posible conocer el índice de victimización y la prevalencia de determinados delitos, si han sido denunciados o no y los motivos de la no denuncia, extremos de utilidad para realizar inferencias sobre la realidad que el ciudadano percibe. Además sirven de base para el diseño de programas y operativos preventivos. Los dos gráficos siguientes contienen los resultados obtenidos de la muestra sobre victimización en el último año y en toda su vida. 57 GRÁFICO 27: ¿Ha sufrido algún delito en el último año? (p. 2.1). 78,24 80 60 40 20 20,99 0,76 0 SI NO NS/NC % VICTIMIZACIÓN ÚLTIMO AÑO Fuente: Elaboración propia. El término “delito” no se refiere a su significación jurídico-penal sino que queda al arbitrio de los encuestados la concreción de su contenido, es decir, si pretendemos medir sensaciones subjetivas resulta lógico que sean los propios miembros de la muestra quienes elaboren el concepto de aquello que les provoca temor. En el gráfico se aprecia que más de ¾ partes manifiestan no haber sido víctimas de un delito en el último año, aunque se ha de tener en cuenta la cifra de delincuencia no reconocida (aquella que no es percibida como tal por las propias víctimas) y a la que se deriva de delitos que afectan a la colectividad 19 o afectan a un bien jurídico difuso 20 no estarán representadas. La victimización medida es aquella derivada de las conductas que mayor reproche social causan, especialmente las que atentan contra las personas o la propiedad, las cuales constituyen el bloque más importante en cuanto a percepción de inseguridad. En este ámbito, que 20 de cada 100 personas encuestadas haya sufrido un delito en el último año constituye un dato preocupante, si tenemos en cuenta que las respuestas ofrecidas se refieren a situaciones de especial trascendencia. Además el fenómeno delictivo traspasa la mera esfera individual, afectando al entorno de la víctima y a la colectividad por la proximidad con que el delito se ha cometido y las transmisiones interpersonales sobre la experiencia traumática, lo que amplifica la sensación de temor al delito. 19 20 Delitos contra el medio ambiente, contra la salud pública,…. Delincuencia socioeconómica, ciertos delitos contra la seguridad del tráfico,… 58 GRÁFICO 28: ¿Y en toda su vida? (p. 2.2). 70 60 50 40 30 20 10 0 62,97 36,25 0,38 SI NO NS/NC % VICTIMIZACIÓN Fuente: Elaboración propia. El porcentaje de victimización vital resulta también representativo, si bien la amplitud del periodo objeto de análisis queda desdibujado al no estar acotado temporalmente. No obstante el dato de que un 62,97% haya sufrido al menos un delito a lo largo de su vida indica que la delincuencia está muy presente en la sociedad, si bien ha de completarse con un estudio cualitativo para conocer su verdadera incidencia. Para ello la siguiente cuestión pretende ahondar en la cualidad de las conductas ilícitas sufridas. GRÁFICO 29: En caso afirmativo, ¿cuál o cuáles de los siguientes? (p. 2.3). Analizar la incidencia de determinados tipos delictivos es el objetivo de la siguiente cuestión, para ello se ha elaborado un catálogo de conductas ilícitas consideradas como graves por su prevalencia en la sociedad o por los resultados que producen. El gráfico siguiente recoge los resultados obtenidos de la muestra. 20 15 19,08 12,59 16,41 14,88 11,06 10 7,63 6,48 5 6,87 2,29 0 0,76 0,76 S RO AL OT XU SE O US AB N IÓ E AC AV OL GR VI N SIÓ RE VE LE AG N SIÓ RE AG FA TA . IC ES EH V O RT OR RI HU TE I N O BO UL ÍC RO EH V A BO ND RO IE IV V BO RO CO RA AT % VICTIMIZACIÓN Fuente: Elaboración propia. 59 El robo en interior de vehículo (19,08%) y el hurto (16,41%) se perfilan como las tipologías más frecuentes, estando ambas dirigidas contra la propiedad, si bien se diferencian en la forma de ejecución, en el robo se ha de dar fuerza y en el hurto no. Coinciden en no precisar un enfrentamiento directo de la pareja penal (víctima-autor), lo que unido al, generalmente, escaso valor económico de los objetos sustraídos y a las coberturas de los seguros privados el nivel de temor social no sea significativo. En cierto modo la propia víctima tiende a culpabilizarse, justificando incluso la conducta ilícita, por no haber tomado las precauciones que debería. Robo en vivienda o local (14,88%) y atraco (12,59%) siguen de cerca a los valores anteriores, sin embargo estas tipologías si son verdaderas generadoras de alarma social. La profesionalización de algunos tipos delictivos y el grado de fuerza en las cosas o violencia o intimidación en las personas constituyen la base del temor que suscitan estas conductas. Sus valores son significativos y preocupantes, pues indican que su incidencia está muy extendida. Con respecto a la profesionalización se ha llegado a elaborar un verdadero catálogo de formas de ejecución con características comunes, así podemos citar el “alunizaje” consistente en destruir las barreras físicas de protección de los comercios mediante el empleo de un vehículo, “murcigleros” o especialistas en robos nocturnos en viviendas cuando se encuentran en ellas sus moradores, “cogoteros” robos rápidos y violentos generalmente cometidos tras retirar la víctima dinero en efectivo,… Con respecto al robo en vivienda o local, su comisión precisa abrir una brecha en la esfera íntima de la persona, o de la familia, con lo que el temor responde más a la sensación de vulnerabilidad que al perjuicio económico. No precisa necesariamente contacto víctima-autor, aunque si lo hay se incrementan exponencialmente sus valores. El atraco, o robo con violencia o intimidación, es una de las tipologías más temidas por la propia naturaleza de su ejecución. Precisa contacto directo entre la pareja penal y suele estar ejecutado con verdadera alevosía dirigiéndose generalmente sobre una víctima propicia, bien mediante el uso de armas o instrumentos peligrosos para la integridad de las personas o bien mediante la intimidación tácita del número o actitud de los agresores. En el robo de vehículo (11,06%) también se ha apreciado especialización, el notable incremento del parque móvil en los últimos años propiciaba que descendiesen los valores del robo de vehículo utilitarista, aquel en el que sólo se utilizaba por un corto margen temporal, sin embargo han adquirido entidad otros modos de ejecución destinados a sustraer el vehículo para dirigirlo a un destino concreto, generalmente fuera de España, o de modo instrumental, para la realización de alunizajes, además se ha detectado un mercado de vehículos “a la carta”, generalmente de gama alta. La estafa (7,63%) también se encuentra presente en este ranking, sus valores reales son difíciles de conocer, bien por tratarse de cantidades exiguas y sus víctimas lo consideran insignificante, o también por la propia participación de la víctima en el proceso de ejecución, como sucede en los timos. Por ello la encuesta de victimización se perfila como una fuente útil para conocer su incidencia. Las agresiones directas están también representadas como leves (6,48%) y graves (2,29%), según hayan sido objeto o no de tratamiento médico o quirúrgico. Su incidencia no es muy alta, sin embargo destaca el número de agresiones leves que manifiesta haber sufrido la muestra y su correlación con la no denuncia de las mismas 60 por considerarlas insignificantes. Este extremo sugiere que se está instaurando un cierto nivel de aceptación de la violencia, en grado menor, en las relaciones sociales. Violación y abuso sexual comparten el mismo valor (0,76%), estas tipologías están rodeadas de cierto ocultismo por las connotaciones morales que conllevan, su incidencia no resulta significativa cuantitativamente pero sí en su dimensión personal, pues son hechos que generan un gran debate interno de la propia víctima. El más del 50% no lo denunció, argumentando además que era insignificante. GRÁFICO 30: ¿Lo denunció? (p. 2.4). La denuncia es requisito procesal imprescindible para la incoación de actuaciones penales en los delitos semiprivados, además constituye la fuente de información más precisa para la cuantificación de la delincuencia en los registros oficiales, sin embargo no todos los delitos llegan a ser denunciados por distintos motivos. Las siguientes cuestiones van a tratar de indagar en las motivaciones de la no denuncia. NS/NC 1% NO 32% SI 67% Fuente: Elaboración propia. GRÁFICO 31: Si no lo denunció, indique el motivo (p. 2.5). En el gráfico puede observarse que mayoritariamente se denuncian los delitos sufridos (67%), pero un 32% manifiesta no haberlo hecho pese a saber que lo había sufrido, a continuación se analizan los principales motivos. 30 25 20 15 10 5 0 28 18 8 1 DO GN SI IN IE M I IF N CA .. TE ZA AN . D VE IR S FI ON SC NO DE PRINCIPALES MOTIVOS DE NO DENUNCIA Fuente: Elaboración propia. 61 El principal motivo de no denuncia es el considerar el delito sufrido como “insignificante”, seguido de que “no sirve de nada” y desconfianza en la justicia. Estas dos últimas motivaciones indican que el nivel de confianza en la forma de impartir justicia es cuanto menos escaso. Si tomamos como ejemplo a quienes manifiestan haber sufrido un atraco y no lo denunciaron, encontramos en la muestra que un altísimo porcentaje no responde a esta cuestión (66%), un 18% indica que era insignificante, un 6% que no sirve de nada y un 9% por desconfianza. En el caso de robo en vivienda o local el porcentaje de denuncia se eleva al 87%, mientras que el de no denuncia se sitúa en torno al 12%, el cual a su vez se desglosa en un 5% por desconfianza en la justicia, otro 5% porque no sirve de nada y un 2% lo consideraron insignificante. Los motivos de no denuncia están íntimamente ligados a la naturaleza del delito sufrido, pero también cobra especial relevancia la necesidad de interponerla para poder reclamar cuando se encuentran bajo la protección de una cobertura aseguradora. 3.4.3. Victimización. GRÁFICO 32: ¿Qué delitos le preocupan o tema más? (p. 3.1). El último bloque de cuestiones se refiere al proceso de victimización, comienza con un análisis de los delitos que más preocupan o se temen, con lo que se va a establecer una escala de temor. Para ello se ha elaborado un catálogo acotado de conductas típicas en el que se incluyen aquellas de mayor incidencia y las que provocan resultados más gravosos en atención al bien jurídico afectado. 2000 1500 1000 500 0 AL XU SE O US AB I ÓN AC E OL VI RAV G R. AG V E LE R. AG FA TA ES C O HÍ RT VE HU NT. I LO BO ÍCU RO EH V DA BO EN RO IVI V BO RO CO RA AT ESCALA DE TEMOR Fuente: Elaboración propia. 62 MAYOR TEMOR 100 48 17 10 7 2 1 1 1º Violación 2º Agresión grave 3º Atraco 4º Abuso sexual 5º Robo vivienda o local 6º Robo int. Vehículo 7º Hurto 7º Estafa Con respecto a la cualidad del delito sufrido se ha elaborado una escala partiendo de una serie de conductas que destacan por su resultado lesivo o habitualidad de su comisión. Para ello se interpela a los encuestados para que ordenen de mayor a menor, en una escala de 1 a 10 los delitos que más temen o les preocupan. El delito de violación ocupa el primer puesto, doblando en valor a la agresión grave y seguido a distancia del atraco y el abuso sexual, el robo en vivienda o local también logra una puntuación significativa, mientras robo en interior de vehículo, hurto y estafa ocupan las posiciones inferiores. Dada la catalogación de los delitos propuestos la respuesta ciudadana resulta acorde con el nivel de riesgo sufrido en cada uno de los casos, pues sigue un orden lógico con respecto a la intensidad de los bienes jurídicos afectados. GRÁFICO 33: ¿Sabe Ud. Si se les detuvo? (p. 3.2). La información sobre el suceso, especialmente aquella referida a la evolución de la investigación, constituye una de las principales fuentes de incremento de la atención por parte de las instituciones, repercutiendo directamente en la sensación de protección. No se trata de ofrecer una información periódica y continuada sobre las peculiaridades del proceso investigador, ya que éste podría verse afectado, aunque sí existen algunos extremos que contribuyen a mitigar los efectos de la desinformación. En la siguiente cuestión se va a analizar la información recibida por quienes han sido víctima de un delito con respecto a la detención o no de los autores, se trata de una información trivial para la Policía pero trascendental para la víctima. NS/NC 26% SI 13% NO 35% NO SE INFORMÓ 26% Fuente: Elaboración propia. 63 Sólo un 13% de la muestra indica tener conocimiento sobre la detención de los autores, mientras que un 35% sabe que no se les detuvo y un 26% dice no haber sido informado. Esos valores afectan parte negativamente a la percepción social de protección por parte de la Policía, por lo que un proceso más dinámico de interacción entre las instituciones policiales y quienes han denunciado un hecho delictivo influiría positivamente en la generación de mayor sensación de protección. GRÁFICO 34: Tras ser víctima de ese delito, ¿en qué medida ha afectado esto a su vida cotidiana? (p. 3.3). Por último se interpela a la muestra sobre el nivel de afectación que ha tenido para su desarrollo vital la experiencia delictiva sufrida. 59 60 50 44 40 30 25 30 20 10 9 0 MUCHO BASTANTE POCO NADA NS/NC NIVEL DE AFECTACIÓN Fuente: Elaboración propia. Resulta significativo el valor de la opción “bastante”, que puede servir de indicador para conocer la verdadera incidencia de la delincuencia en la vida de los ciudadanos. Los que mayor nivel de afectación provocan son los que han sufrido varios delitos graves, destacando el robo en vivienda o local que arroja un porcentaje de mucho temor del 77% o las víctimas de varios delitos con un valor del 66%, mientras que en las de atraco se reduce al 33%. Por el contrario entre los que causan bajo nivel de afectación se encuentran representados aquellos delitos que menor valoración de temor han experimentado (robo en interior de vehículo y hurto), si bien destaca que un 20% de los que han sufrido un atraco y un 18% de los que han sido víctimas de robo en vivienda o local otorgan poca importancia para su vida el haberlos sufrido. Esto puede deberse a una cierta resignación ante lo que se considera más habitual de lo normal, provocando en la ciudadanía un cierto consentimiento de conductas que afectan gravemente a su propia dignidad. 64 3.5 Conclusiones del sondeo. El paro es en la actualidad la mayor preocupación de los ciudadanos pero seguido muy de cerca por la inseguridad cuidadana, lo que afianza la hipótesis de que este valor social resulta extremadamente importante para la ciudadanía. Mayoritariamente se considera que la seguridad ha empeorado en los últimos años, cuando los registros oficiales indican lo contrario. Al tratarse de una sensación subjetiva es la propia sociedad la que la genera, a través de la información mediática que recibe, sus experiencias personales y las transmisiones interpersonales sobre delitos sufridos. El binomio libertad-seguridad lo componen dos derechos fundamentales que se encuentran íntimamente ligados de modo antagónico, siempre ha de ceder uno ante el otro, por lo que se encuentran en una frágil balanza difícil de mantener. Los datos obtenidos del sondeo indican que en el momento actual se da un fenómeno de polarización en las respuestas, si bien se decanta ligeramente hacia la seguridad en sacrificio de ciertas parcelas de libertad. La presencia policial uniformada contribuye a mitigar los efectos negativos de la inseguridad, así 2/3 de la muestra indican sentirse más seguros cuando se encuentran en un lugar público y hay un Policía cerca. Más de la mitad de la muestra indica haber sufrido al menos un delito en su vida, lo que refuerza la hipótesis de que la propia experiencia personal o del entorno contribuye a la amplificación de la sensación subjetiva de inseguridad. El robo en interior de vehículo y el hurto son las infracciones más habituales, si bien el robo en vivienda o local y el robo con violencia o intimidación alcanzan valores preocupantes. Mayoritariamente se denuncian los delitos sufridos, aunque este extremo depende en gran medida de la modalidad delictiva. Robos en vivienda o local así como el robo de vehículo o en el interior del mismo son los que mayor índice de denuncia presentan, mientras que con el hurto sucede lo contrario. Determinadas tipologías graves también poseen un alto nivel de “cifra negra”, como sucede con los delitos contra la libertad e indemnidad sexuales que suelen producirse en un entorno próximo, en el sondeo más del 50% de los que indican haber sufrido violación o abuso sexual no lo denunciaron. Los delitos más temidos son la violación, las agresiones graves y el atraco, siendo esto consecuente con la importancia social de los bienes jurídicos a los que afectan y con que todos conllevan un contacto muy intenso entre la pareja penal. En el extremo opuesto se sitúa el hurto y la estafa, si bien este último dependerá de su dimensión económica. El nivel de afectación para el desarrollo vital tras haber sido víctima de un delito es alto, especialmente cuando han sido varios los episodios delictivos sufridos o se trate de aquellos que más temor provocan. 65 4. CONCLUSIONES FINALES. La delincuencia es un problema social de primer orden, si bien su balance registral oficial indica una progresiva disminución, la percepción ciudadana sobre inseguridad va en aumento. Una de la misiones del Estado, por sí mismo y a través de sus distintos niveles de la Administración, es garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades así como la seguridad ciudadana. En este sentido la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, consciente del potencial que en materia de seguridad pueden ofrecer las Policías Locales, ha elaborado y puesto en práctica un Plan Regional de Seguridad implementando los medios materiales y humanos de cada una de las plantillas de los distintos municipios, sin olvidar la formación continua y fomentar la investigación empírica de la delincuencia en la Región, lo que demuestra verdadero interés y preocupación sobre uno de los valores sociales más demandados. La ampliación de las plantillas supone una mayor distribución de los efectivos, cuya presencia se hace cada vez más patente, contribuyendo positivamente a incrementar los niveles de seguridad. El número de agentes es importante cuando se trata de una ratio adecuada, pero un exceso no logra por sí sólo mejorar esos niveles, más policías producen más actuaciones, más detenidos pero no menos delincuencia, por ello se ha de realizar una distribución racional y acorde con las necesidades específicas de cada municipio. A este crecimiento en medios humanos se ha añadido la progresiva especialización en el seno de las Policías Locales, apareciendo Grupos o Servicios con cometidos específicos que precisan de una formación singular, así a los tradicionales Grupos de Tráfico, Atestados y Policía de Proximidad se han añadido otros como Seguridad Ciudadana, Oficinas de Atención al Ciudadano, Patrulla Ecológica, Equipos de Protección y Atención a la Familia y otros servicios destinados a mejorar la calidad del servicio. También se fomenta la colaboración entre las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a fin de mejorar su cooperación y resultados. En un escenario de profunda modernización de las Policías Locales se hace necesario aplicar el conocimiento científico en la lucha contra el delito, con el objetivo de establecer planes preventivos y operativos eficaces. En este estudio se ha pretendido ofrecer una visión longitudinal del fenómeno de la delincuencia en la Región de Murcia, se ha comprobado que su tasa es relativamente estable en el tiempo, sin embargo ciertas modalidades delictivas contribuyen a magnificar la sensación de inseguridad. La mayor parte de los delitos graves no se corrigen con la mera presencia policial, se cometen cuando la víctima y la oportunidad son idóneas para ello, por lo que en estos casos la mejor estrategia es la preventiva. Las campañas de prevención de tipologías concretas son una herramienta útil, especialmente ante objetivos especialmente vulnerables como sucede con determinados establecimientos (joyerías, gasolineras, pequeños comercios,…), pero también como reforzador de pequeñas pautas de conducta que dificulten el proceso para llegar a convertirse en víctima. Establecer fórmulas de contacto con víctimas potenciales y fomentar el análisis de riesgos pueden servir de base para el establecimiento de operativos específicos que contribuirán en gran medida a mitigar la sensación de desamparo institucional que está latente en la ciudadanía, como demuestran las respuestas ofrecidas en el formulario, relativas a la opinión mayoritaria de que la seguridad ha empeorado. 66 5. ANEXO. Cuestionario. 1. OPINIÓN GENERAL SOBRE LA INSEGURIDAD CIUDADANA: 1.1. Indique en una escala de 1 a 3 los problemas sociales que más le preocupan, dónde 3 es el problema que más le preocupa y 1 el que menos: □ Paro. □ Vivienda. □ Drogas. □ Seguridad ciudadana. □ Terrorismo. □ Sanidad. □ Educación. □ Otros. 1.2. En los últimos 10 años, ¿cómo cree que ha cambiado la seguridad ciudadana en España?. □ Ha mejorado. □ Sigue igual. □ Ha empeorado. □ NS/NC. 1.3. La libertad y la seguridad son valores importantes. Si Ud. tuviera que decidirse por uno u otro por cual sería: □ Seguridad. □ Libertad. □ NS/NC. 1.4. Estando en un lugar público, ¿se siente más seguro ante la presencia de un agente de Policía?: □ Sí. □ No. □ Me es indiferente. 2. INCIDENCIA DE LA DELINCUENCIA: 2.1. ¿Ha sufrido algún delito en el último año?: □ Sí. □ No. □ NS/NC. □ No. □ NS/NC. 2.2. ¿Y en toda su vida?: □ Sí. 2.3. En caso afirmativo, ¿cuál o cuáles de los siguientes?: □ Atraco (robo intimidación). con violencia o □ Robo en vivienda o local. □ Robo de vehículo. □ Robo en interior de vehículo. □ Sustracción de cartera u otros objetos. □ Estafa. □ Agresión personal leve. □ Agresión personal grave. □ Violación. □ Abuso sexual. □ Otros. 2.4. ¿Lo denunció?: □ Sí. □ No. □ NS/NC. 2.5. Si no lo denunció, indique el motivo: □ Desconfianza en la justicia. □ Porque no sirve de nada. □ Por miedo. □ Era insignificante. □ NS/NC. 67 3. VICTIMIZACIÓN: 3.1. ¿Qué delitos le preocupan o teme más?: (Indíquelo en una escala de 1 a 10, donde 10 es el que más teme y 1 el que menos). □ Atraco (robo intimidación). con violencia □ Robo en vivienda o local. □ Robo de vehículo. □ Robo en interior de vehículo. □ Sustracción de cartera u otros objetos. □ Estafa. o □ Agresión personal leve.(Sin ingreso hospitalario o tratamiento quirúrgico). □ Agresión personal grave. (con ingreso o tratamiento quirúrgico). □ Violación. □ Abuso sexual. 3.2. ¿Sabe Vd. si se detuvo al/los culpables?: □ Sí se les detuvo. □ No se les detuvo. □ No se me informó. □ NS/NC. 3.3. Tras ser víctima de ese delito, ¿en qué medida ha afectado esto a su vida cotidiana?: □ Mucho, siento miedo a menudo. □ Bastante, desde ese momento tomo más precauciones. □ Poco, son cosas que pasan. □ No me ha afectado en nada a mi vida. □ NS/NC. 68 6. FUENTES. Bibliográficas: GARCÍA PABLOS, A. “Manual de Criminología”, Madrid, 1998. ROLDÁN BARBERO, H. “Introducción a la investigación criminológica”, Granada, 2004. Páginas web: www.cis.es www.ine.es www.mir.es www.mpt.es/ministerio/delegaciones_gobierno Otras: Barómetro Social de la Región de Murcia 2007. Estudio de Consultores CSA encargado por Seniors Club.