RADIOGRAFÍA DE LA DELINCUENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA

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2010 RADIOGRAFÍA DE LA DELINCUENCIA
EN LA REGIÓN DE MURCIA
AUTOR:
D. Salvador Ruiz Ortiz.
Licenciado en Criminología y Máster en Derecho Penitenciario.
0
1
ÍNDICE
1. Capítulo I: Consideraciones previas .
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5
1.1.
Introducción
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5
1.2.
Concepto de delincuencia
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6
1.3.
La Policía y la seguridad ciudadana
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7
1.4.
Objetivos .
1.5.
Marco de referencia
1.5.1.
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11
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12
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12
Fundamentos teóricos
1.6.
Descripción del fenómeno
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12
1.7.
Justificación
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14
1.8.
Limitaciones
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15
1.9.
Metodología
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15
2. Capítulo II: Fase I: Análisis de la delincuencia registrada .
.
16
2.1.
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16
2.1.1.
Evolución de delitos registrados .
.
.
.
17
2.1.2.
Evolución de faltas registradas .
.
.
.
20
2.1.3.
Evolución de infracciones penales registradas .
.
22
2.2.
La delincuencia en España
.
La delincuencia en la Región de Murcia
.
.
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24
2.2.1.
Ficha técnica
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.
.
.
24
2.2.2.
Metodología
.
.
.
.
.
.
28
2.2.3.
Evolución de delitos registrados en la
.
.
.
29
.
.
.
29
registradas en la Región de Murcia 1998-2009 .
.
30
2.2.6.
Delitos por grupos penales en la Región de Murcia
.
30
2.2.7.
Faltas por grupos penales en la Región de Murcia
.
40
Región de Murcia 1998-2006
2.2.4.
Evolución de faltas registradas en la
Región de Murcia 1998-2006
2.2.5.
.
.
Evolución de infracciones penales
2
2.3.
Tasa de criminalidad
2.4.
2.5.
.
.
.
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45
Incidencia de las infracciones penales en la Región
.
.
47
Conclusiones del análisis
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49
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.
3. Capítulo III: Fase II: Autosondeo sobre criminalidad
en la Región de Murcia .
.
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.
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52
3.1.
Identificación de variables
.
.
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52
3.2.
Metodología
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.
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.
.
.
52
3.3.
Datos
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.
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.
.
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53
3.4.
Análisis estratificados
.
.
.
.
.
.
53
3.4.1.
Opinión general sobre la inseguridad ciudadana
.
53.
3.4.2.
Incidencia de la delincuencia
.
.
.
.
58
3.4.3.
Victimización
3.5.
.
.
.
.
.
.
.
63
Conclusiones del sondeo.
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66
4. Conclusiones finales
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67
5. Anexo
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68
6. Fuentes .
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.
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70
3
RADIOGRAFÍA DE LA DELINCUENCIA
EN LA REGIÓN DE MURCIA
4
1. CONSIDERACIONES PREVIAS:
1.1.
INTRODUCCIÓN:
La delincuencia es un fenómeno complejo existente en toda sociedad dotada
de normas penales. Su carácter social le imprime la cualidad de continua mutabilidad,
pues se adapta a los cambios que se producen en la comunidad, varía su etiología,
evolución y consecuencias, su naturaleza y formas de presentación afectan de modo
significativo a la percepción ciudadana hasta inscribirse continuamente entre las
principales preocupaciones.
Su control corresponde al Estado, en sus distintas manifestaciones territoriales.
La seguridad es un derecho fundamental de competencia estatal, pero participan en su
mantenimiento las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. Al
abandonarse la venganza privada como modo de resolución de conflictos, con la
instauración del Estado moderno, es éste quien asume el deber de garantizarla, a
través de sus instituciones ha de articular todo un sistema de prevención, persecución,
investigación, jurisdicción, reinserción y rehabilitación cuya finalidad última es el
mantenimiento de la seguridad pública, fundamentalmente a través del control del
delito.
Para lograr este objetivo resulta necesario el conocimiento de la realidad
criminal. No es sencilla su cuantificación, pues la propia complejidad inherente a todo
fenómeno social, provoca importantes sesgos que dificultan una visión real. Así el
concepto de delincuencia define una realidad variable compuesta por el total de
conductas tipificadas como infracciones por el Derecho Penal, el cual, a su vez, se va
adaptando a las exigencias y necesidades sociales.
Por tanto el balance delincuencial global es imposible de determinar, aunque sí
pueden realizarse inferencias válidas y fiables si se utiliza el método de estudio
adecuado y se acude a las fuentes que ofrezcan la información precisa, en caso
contrario se llegará a conclusiones erróneas y de escasa utilidad práctica.
A la hora de establecer planes, tanto preventivos como reactivos, de acción y
control frente al delito resulta básico el conocimiento de su magnitud, etiología y
evolución, así como determinar qué factores favorecen o facilitan su comisión. Por ello
se propone un método de investigación multifásico basado en la conjugación de varias
perspectivas del mismo fenómeno, al objeto de obtener una visión más amplia y
realista del mismo. En este proyecto se ha diseñado una metodología en la que se
contemplan tres líneas diferenciadas: delincuencia registrada, encuesta de
victimización y análisis de registros de hemeroteca. Con ellas es posible realizar
inferencias utilitaristas sobre el fenómeno delictivo, especialmente en el ámbito de la
percepción ciudadana sobre su incidencia y repercusión social, siendo este el principal
hándicap al que han de enfrentarse las distintas Administraciones Públicas, dentro de
sus respectivas competencias.
Eliminar el delito es imposible, es más además sería contraproducente pues si
bien ha sido considerado tradicionalmente como la consecuencia de la ausencia de
control, en la actualidad lo es como fenómeno integrador de la sociedad, constituyendo
el umbral que separa las conductas consideradas intolerables de las tolerables,
aunque estas últimas puedan incardinarse como infracción en otras ramas del
derecho. La misión de la Administración, a través de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, es la de mantener o mitigar en la medida de lo posible el efecto intimidante
que provoca el delito en la sociedad.
5
1.2.
CONCEPTO DE DELINCUENCIA:
Existen multitud de definiciones, según la perspectiva desde la que vaya a
proyectar la investigación, a continuación se detallan las más usuales.
El concepto jurídico material lo recoge el artículo 10 de la L.O. 10/1995, de 23
de noviembre, que establece: “Son delitos y faltas las acciones u omisiones dolosas o
imprudentes penadas por la Ley”. Se trata de una definición factual dirigida a identificar
determinadas conductas, es decir, delimita los actos humanos permitidos por la Ley
Penal y los separa de los que se encuentran castigados.
El artículo 13 de la misma norma jurídica establece un concepto con mayor
virtualidad operativa, al contener una clasificación de las conductas contrarias a la
norma penal en función de su nivel de reprochabilidad, así distingue entre delitos
graves, menos graves y faltas, asignando respectivamente consecuencias jurídicas
con progresivo descenso en la intensidad de la pena. Esta ordenación fundamentada
en la gravedad virtual de los hechos, posibilita un primer paso en la diferenciación de
infracciones, estableciendo distintos niveles en función de la gravedad asignada por el
legislador a cada una de las conductas ilícitas.
Se ha pretendido buscar un concepto universalmente válido de delito. Garofalo
señalaba que la motivación del delito está basada en dos sentimientos, la piedad y la
probidad en las personas no delincuentes, la piedad sería el sentimiento de compasión
que nos hace evitar hacer daño a los otros, la probidad estaría relacionada con los
valores del daño material y el respeto por la propiedad ajena. En el delincuente
fallarían uno o los dos. Este concepto de delito no resultó válido por no ser
generalizable.
La sociología aporta el concepto de conducta desviada, aunque tampoco
puede ser empleado como un concepto universal de delito, el contenido esencial de
ésta es más amplio ya que todo delito es una conducta desviada pero no al contrario.
Para la Criminología el delito es un problema individual y social que debe tener
como respuesta del Estado una sanción penal. Todo fenómeno social resulta difícil de
definir, con respecto a la delincuencia a esta dificultad se añade el problema de su
continua mutabilidad, pues lo que hoy es delito no siempre lo ha sido y viceversa, no
obstante se ha de intentar acotar un concepto que, sin ser universalmente válido, sí
resulte idóneo para la concreta investigación que se va a realizar 1 . El delito tiene una
significación eminentemente jurídica, está delimitado por las leyes en un Estado de
derecho 2 , las cuales se van adaptando a las necesidades sociales.
Por tanto acotar un concepto válido y universal es complejo, debiendo
establecerse parámetros que lo limiten y describan en el contexto de la concreta
investigación. Dada la dificultad de conceptualización es necesario delimitar el objeto
de estudio, para así poder establecer una catalogación de aquellas conductas que van
a conformar el análisis específico.
1
El debate académico sobre la necesidad de una definición universal del delito ha ido perdiendo interés,
hasta el punto de que se sugiere utilizar el concepto que más convenga a la concreta investigación.
“Cuando ésta persiga estudiar cuestiones jurídico políticas relativas a la descriminalización –o la
neocriminalización- procedería operar con un concepto “material” de delito. Por el contrario, si se trata de
analizar el volumen, estructura y movimiento de la criminalidad, deberá tomarse como punto de partida la
definición jurídico penal (formal) del delito). GARCÍA PABLOS, A. “Manual de Criminología”, Madrid,
1998. Pág 76.
2
ROLDÁN BARBERO, H. “Introducción a la investigación criminológica”, Granada, 2004. Pág. 1.
6
En este sentido, y para esta investigación de la delincuencia en la Región de
Murcia, se va a utilizar el criterio formal, pues se refiere a la ordenación sistemática de
comportamientos que sistematiza la normativa penal española. El criterio de
clasificación seguido en ella sigue un orden fundamentado en la importancia otorgada
por la Constitución Española y el Legislador a los distintos bienes jurídicos
considerados merecedores de protección penal (vida, integridad física y psíquica,
libertad, torturas y otros delitos contra la integridad moral, libertad e indemnidad
sexuales,…), en atención a la importancia del bien afectado o puesto en peligro pero
sin tener en cuenta el nivel de afectación que éste recibe ni el resultado causado.
A modo de ejemplo, los delitos contra las personas abarcan desde el homicidio,
como manifestación extrema de ataque contra la vida, hasta los delitos relativos a la
manipulación genética, cuya prevalencia es ínfima en relación con el primero y su
dificultad técnica resulta obvia.
Lo mismo ocurre en todos los Capítulos y Títulos del Código Penal, donde se
alean conductas con identidad del bien jurídico protegido pero de distinta intensidad y
consecuencias lesivas (robo con violencia vs hurto, violación con acceso carnal vs
abuso sexual,…).
Pero este concepto formal sólo refleja la realidad delincuencial desde una
perspectiva jurídico penal, por lo que se le ha añadido una segunda fase en la que su
significación varía para adaptarse a una clasificación sistemática fundamentada en la
realidad criminal y su repercusión social, partiendo de las percepciones de los
ciudadanos y de la mutabilidad de las conductas típicas, es decir, mediante el
autosondeo.
1.3.
LA POLICÍA Y LA SEGURIDAD CIUDADANA.
El artículo 149. 29 de la Constitución Española de 1978 señala que: “La seguridad
pública es competencia exclusiva del Estado, sin perjuicio de la posibilidad de creación
de policías por las Comunidades Autónomas en la forma en que se establezca en los
respectivos Estatutos en el marco de lo que disponga una ley orgánica”.
La L.O. 2/86, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, establece el modelo policial
español en base a un núcleo estatal (compuesto por el Cuerpo Nacional de Policía y
Guardia Civil), Policías de carácter autonómico, tanto de carácter especial 3 (Ertzaintza,
Mossos D´Esquadra y Policía Foral Navarra) y general (Galicia, Andalucía,…), las
Entidades Locales completan el espectro de seguridad con las Policías Locales, cuyas
funciones se detallan en el artículo 53 de la mencionada norma, aunque sus
competencias en la persecución e investigación de delitos se ve fuertemente limitada.
La legislación básica sobre la que asienta la normativa, estructura organizativa
y funcionamiento de las Policías Locales se articula en distintos niveles normativos. El
Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia, aprobado por L.O. 4/92, de 9 de junio,
contempla en su artículo 11 la asunción por la Comunidad Autónoma de la
competencia para el desarrollo legislativo y la ejecución y coordinación y demás
facultades en relación con las Policías Locales, en los términos que establezca la Ley
Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
La Ley 4/98, de 22 de julio, de Coordinación de las Policías Locales de la
Región de Murcia reconoce la creación por los municipios de Cuerpos de Policía Local
3
Difieren de las de carácter general en que no les son de aplicación ciertas Disposiciones Estatutarias
Comunes, de las que contempla la L.O. 2/86, y gozan de un nivel de competencias superior.
7
propios, de acuerdo con lo previsto en la presente Ley, en la Ley Reguladora de Bases
de Régimen Local y en la legislación autonómica. Esta norma define a los Cuerpos de
Policía Local como institutos armados de naturaleza civil, con estructura y
organización jerarquizadas, regidos por los principios generales de la Ley de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad y adecuándose a las normas autonómicas y a las de los
respectivos Ayuntamientos.
El Estado es consciente del potencial, en materia de seguridad, que poseen los
Cuerpos dependientes de los municipios, por ello se han establecido convenios de
colaboración entre el Ministerio del Interior y la Federación Española de Municipios y
Provincias. En este sentido, en 1996 se firmó el Convenio Marco de Colaboración con
la finalidad de establecer un plan global de colaboración, integrado por una serie de
medidas susceptibles de ser implantadas por acuerdo de las Junta Locales de
Seguridad, cuya vigencia se prolongó hasta 1999.
Las conclusiones de esta primera aproximación a la ampliación de
competencias tuvieron como resultado la firma de un nuevo Convenio. El 19 de
septiembre de 2002 se produce su rúbrica, con el objetivo de desarrollar una política
de seguridad que optimice los recursos disponibles para garantizar el libre ejercicio de
los derechos y libertades de los ciudadanos. Su pretensión es la de potenciar y
favorecer la implantación de procedimientos de actuación con la debida colaboración y
coordinación entre los distintos Cuerpos policiales que actúan en mismo municipio,
destacando entre las medidas propuestas:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Integración de los servicios policiales en el teléfono único de emergencias
112.
Intercambio de información y datos estadísticos de la actividad delictiva, al
objeto de diseñar planes u operaciones de seguridad.
Fomento de fórmulas de utilización conjunta de datos policiales, bajo los
protocolos que señalen al efecto de la Secretaría de Estado para la
Seguridad y los municipios.
Constitución de Mesas o Grupos de trabajo en las Juntas Locales de
Seguridad.
En febrero de 2007 entra en vigor un nuevo Convenio, con vocación de
establecer un marco normativo general en el que la Federación Española de
Municipios y Provincias y las Entidades Locales logren una efectiva participación en el
diseño, ejecución y evolución de las políticas de seguridad ciudadana y de seguridad
vial. El objetivo es potenciar la coordinación y participación operativa entre las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad dependientes del Gobierno de la Nación y los Cuerpos de
Policía Local.
El aspecto más innovador se refiere al fomento de la participación de la Policía
Local en las funciones de Policía Judicial, a través de Convenios bilaterales, tanto en
lo referente a la recepción de denuncias como a la investigación de determinadas
infracciones penales, cuando constituyan falta o delitos menos graves:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Faltas.
Lesiones que no requieran hospitalización.
Violencia doméstica y de género.
Delitos contra las relaciones familiares.
Quebrantamiento de condena, de localización permanente, órdenes de
alejamiento y privación del derecho a conducir vehículos a motor.
Hurtos.
8
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Denuncias por recuperación de vehículos, cuando no estuviesen
considerados de interés policial.
Patrimonio histórico municipal.
Actividades de carácter comercial o con ánimo de lucro, realizadas en la vía
pública o en mercadillos y que constituyan delitos contra la propiedad
industrial o intelectual.
Defraudaciones del fluido eléctrico y análogas.
Delitos contra la seguridad del tráfico.
Amenazas y coacciones.
Omisión del deber de socorro.
Daños.
Estas competencias afianzan el reconocimiento expreso de las Policías Locales
como Policía Judicial, siendo precisa la adscripción del respectivo municipio al
Convenio de colaboración, debiendo además analizarse la ratio de efectivos policiales
por habitantes, su nivel de formación y experiencia, la capacidad técnica y operativa
para constituir grupos o unidades especializadas así como la disponibilidad de
recursos materiales y tecnológicos.
Sobre estas consideraciones subyace la idea de que la potencialidad operativa
de las Policías Locales está en auge. La formación, especialización y creación de
unidades dedicadas a cometidos especiales son indicadores del desarrollo e
innovación que preside su función, al objeto de ofrecer cada vez un servicio más
eficaz.
La seguridad es un derecho fundamental cada vez más demandado, la fracción
de la misma referida a la seguridad ciudadana se sitúa entre las principales
preocupaciones de los ciudadanos 4 . Se trata de un constructo subjetivo influenciado
por multitud de factores, entre los que destacan el papel de los medios de
comunicación de masas y las transmisiones interpersonales, en ocasiones es
suficiente un solo acontecimiento focalizador para que se cree la alarma social. Para
cuantificarla se recurre a sondeos entre la población, de los que se obtienen
indicadores de percepción.
Para objetivar la realidad criminal se han de tener en cuenta las diferentes
fracciones que la componen:
ƒ
Delincuencia registrada: total de infracciones penales que llegan al
conocimiento de las instancias oficiales (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
Ministerio Fiscal, Juzgados, Institutos de Medicina Legal,…).
ƒ
Delincuencia real: total de infracciones penales cometidas. Es imposible
de conocer, la conforman la delincuencia registrada más la cifra negra, por
lo que se ha de recurrir a inferencias que se aproximen.
ƒ
Cifra negra: infracciones penales que no llegan al conocimiento de las
instancias oficiales. Son aquellas conductas que las víctimas reconocen
como delitos o faltas, pero que no llegan a denunciarse por diversos
motivos. Las encuestas de victimización resultan de utilidad para
aproximarse a ella.
4
Los estudios periódicos del Centro de Investigaciones Sociológicas incluyen la inseguridad ciudadana
como una de las principales preocupaciones.
9
ƒ
Delincuencia desconocida: es una parte de la cifra negra, se trata de
aquellos comportamientos que ni siquiera las propias víctimas saben que lo
han sido, por lo que no es posible conocerla.
ƒ
Delincuencia no reconocida: se inscribe también en la cifra negra, son
supuestos en los que la afectación al bien jurídico es considerada legítima
por el perjudicado, aunque en realidad se trata de una infracción penal.
Estos conceptos han de estar presentes a la hora de la recolección e
interpretación de los datos, pues sirven de base para que el análisis sea válido y fiable,
es decir, cuando se habla de delincuencia el constructo adecuado es el de
delincuencia real, sin embargo sus valores son imposibles de determinar por la
influencia de la “cifra negra”, pero si este extremo se tiene presente el valor de la
investigación será mayor.
Las Policías Locales constituyen el contingente de seguridad pública más
cercano al ciudadano por su propia naturaleza municipal, constitutiva del primer nivel
en la organización territorial del Estado, si bien la cooperación y colaboración con las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se perfila como necesaria. Esta premisa
les confiere una verdadera obligación de garantizar los derechos y libertades públicas,
si bien han de enfrentarse al hándicap de ausencia de competencia en la investigación
de delitos (salvo la expresamente contenida en el art. 53 L.O. 2/86), no obstante su
catálogo competencial va en aumento, al objeto de ofrecer un mejor servicio a los
administrados, así como su formación y medios técnicos y humanos.
La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, consciente de las
preocupaciones de sus ciudadanos, ha apostado por implantar el Plan Regional de
Seguridad Ciudadana, en el que se ha conjugado la ampliación de las plantillas a nivel
municipal, la implementación de sus medios, la formación continua especializada y la
investigación de la realidad criminal. Con ello se ha fomentado el proceso de
especialización que se venía llevando a cabo en los últimos años, con la creación de
unidades específicas destinadas a cometidos especiales, así a los tradicionales
Grupos o Secciones de Tráfico, Barrios y Seguridad Ciudadana se han ido añadiendo
otros basados en las nuevas realidades sociales: Patrullas Ecológicas, Grupos
Especiales de Seguridad, Información, Atención al Ciudadano, violencia de género y
doméstica,…, que cada municipio va incorporando a los ya existentes en función de
sus posibilidades.
Este continuo proceso de especialización tiene por objeto ofrecer un mejor
servicio a la demanda social de seguridad, sin embargo se ha de tener presente que la
complejidad del fenómeno delictivo hace imposible un control absoluto sobre el mismo.
Existen delitos en los que la prevención es importante y técnicamente factible, aunque
en otros no posee el mismo peso específico (como sucede con aquellos cometidos
impulsivamente). Es más, en ocasiones algunas medidas preventivas no evitan la
comisión del delito sino que sólo contribuyen a que éste se desplace hacia otro
objetivo más idóneo 5 , a que se agudice el ingenio de los autores 6 y, en el peor de los
5
Por ejemplo, las medidas de protección que se han introducido en los reproductores de música montados
en automóviles (carátulas extraíbles, códigos de acceso,…) han reducido considerablemente su
sustracción, sin embargo se ha producido un fenómeno de desplazamiento hacia otros objetos de los que
es posible obtener un lucro similar y que han proliferado con las nuevas tecnologías (Mp 3, Mp 4,
miniconsolas, teléfonos móviles,….). No se evita que la sustracción se produzca sino que ésta se desplaza
hacia otro objeto cuyo susceptible de producir un beneficio similar por su fácil introducción en el
mercado.
10
casos a que el desplazamiento que se produce sea “maligno”, es decir, que el delito
que sustituye al prevenido sea más gravoso 7 . Por ello las medidas preventivas poseen
un valor relativo pero necesario dentro de unos límites, destacando las campañas de
sensibilización sobre victimización que periódicamente realiza la Administración.
1.4.
OBJETIVOS:
El presente proyecto nace con la vocación de analizar el fenómeno delincuencial
en la Región de Murcia desde una perspectiva real y utilitarista, para ello conjuga
distintas variables que han sido consideradas relevantes por los investigadores en
atención a su contenido didáctico. Su finalidad es múltiple:
ƒ
Análisis de la delincuencia registrada: los datos contenidos en las Memorias
Policiales constituyen una fuente de información de gran utilidad para el
conocimiento de la criminalidad. Este proyecto realiza un análisis
pormenorizado, al objeto de ofrecer una visión longitudinal del fenómeno
criminal en la Región de Murcia.
ƒ
Investigación empírica de la realidad criminal mediante autosondeos:
consiste en la obtención de datos primarios a través de cuestionarios
estructurados, dirigidos a muestras representativas del universo de estudio.
Esta técnica permite conocer la percepción real de los ciudadanos así como
una visión más realista de la incidencia de la delincuencia, además el diseño
de la encuesta permite controlar al investigador las variables que conforman el
estudio.
ƒ
Determinación de los tipos delictivos con mayor prevalencia: las
frecuencias absolutas y relativas de cada una de las conductas típicas,
representan un indicador fiable y útil para el diseño de políticas criminales. A
través de ello es posible conocer qué tipos son los más comunes y así articular
estrategias de control válidas.
ƒ
Detección de variaciones en la praxis criminal: al inscribirse la delincuencia
entre los fenómenos sociales, la mutabilidad es una de sus principales
características. La detección precoz de las modalidades delictivas novedosas o
las variaciones en las tradicionales, permite elaborar programas de prevención
y respuesta.
ƒ
Inferencias sobre el “iter criminis” de las infracciones penales más
frecuentes o susceptibles de crear alarma social: ambos extremos son
multiplicadores de la sensación subjetiva de inseguridad, por lo que el
conocimiento de la etiología criminal, el camino seguido por el delincuente
hasta el momento del delito y tras él, conforman un campo de estudio de
interés para la investigación del delito.
6
Como sucede con los sistemas de alarma que se utilizan en artículos de venta en locales comerciales,
que han conllevado la aparición de técnicas para burlarlos (como bolsas recubiertas de papel de aluminio,
métodos de desactivación artesanales,…).
7
El pseudoblindaje que progresivamente se va imponiendo para la protección de bienes inmuebles hace
que quienes han resuelto cometer un delito en ellos incrementen el nivel de fuerza, tanto material como
tecnológica, e incluso el nivel de violencia para lograr vencer las medidas protectoras.
11
1.5.
MARCO DE REFERENCIA.
1.5.1. Fundamentos teóricos.
El objetivo de la Ciencia es el conocimiento del universo a través del estudio de
sus fenómenos. Sócrates ya señalaba que “sólo la Ciencia asegura el bienestar del
hombre”.
Para conocer la realidad criminal se ha de recurrir al conocimiento empírico y
científico del fenómeno. Empírico, por estar basado en la experiencia sensible, sólo es
tenido en cuenta aquello que puede ser demostrado, y científico porque ese empirismo
ha de estar basado en el razonamiento y definido por su instrumento, el método
científico. Toda investigación basada en los principios enunciados ha de tener como
fines:
1. Descripción del fenómeno: en el caso de la delincuencia, se trata de algo
más que de un simple conjunto de delitos. Interesan todas aquellas conductas
susceptibles de generar sensación subjetiva de inseguridad.
En sentido amplio estaría compuesta por todas las infracciones a las
normas contenidas en el Código Penal y Leyes Penales Especiales, en sentido
restringido se ha de acudir al concepto de criminalidad, contemplando sólo
aquellas conductas contrarias a la legislación que provocan un mayor reproche
social.
2. Explicación: al inscribirse entre los comportamientos humanos, en la
delincuencia convergen múltiples factores etiológicos (innatos, aprendidos,
influencias ambientales,…), los cuales no siempre tienen una explicación clara
o sencilla. Por ello se ha estimado que intentar explicar la delincuencia en su
conjunto no es posible, sino que se ha de recurrir al conocimiento de
determinados grupos de infracciones que, por sus características, posean
peculiaridades comunes suficientes para agruparlas (delitos violentos,
delincuencia socioeconómica, urbanística, crimen organizado, terrorismo…).
Se trata de detectar qué factores intervienen y qué peso específico poseen
cada uno de ellos, ofreciendo una explicación a través del análisis de las
variables que confluyan.
3. Predicción.: las dos fases anteriores constituyen la antesala de la predicción.
Así el conocimiento conlleva la posibilidad de establecer intervenciones
precoces en los factores de riesgo para prevenir comportamientos ulteriores.
4. Control: el control de la delincuencia se ha ejercitado desde mediados del siglo
XIX fundamentalmente mediante la pena de prisión. El siglo XX ha logrado
expandir el espectro de opciones, pero la privación de libertad continúa siendo
el principal instrumento intimidatorio. Las penas alternativas crecen en número
para adaptarse progresivamente a la realidad social del momento, aunque su
implementación resulta dificultosa van tomando tímidamente valor como medio
de respuesta ante el delito.
Las instancias fundamentales de control son las judiciales y las
policiales. El diseño de políticas criminales adecuadas pasa por un previo
conocimiento de la realidad delincuencial, con ello se adoptarán políticas
criminales más acordes con la realidad tanto a nivel legislativo como operativo.
12
1.6.
DESCRIPCIÓN DEL FENÓMENO.
Ya se ha reseñado la dificultad de conceptualización del término “delincuencia”,
así como la necesidad de una descripción operacional del mismo. Al inscribirse entre
los fenómenos sociales, cobra especial relevancia la percepción individual y colectiva
del mismo, por ello se ha desarrollado una catalogación dirigida a responder a las
demandas sociales atendiendo a criterios subjetivos controlados por el investigador
mediante el diseño del proyecto.
Para este estudio conforman la delincuencia aquellos comportamientos que, de
modo sistemático, contribuyen a generar inseguridad ciudadana. Las fuentes
empleadas proceden fundamentalmente de estadísticas policiales y encuestas de
victimización.
Las memorias o anuarios policiales recogen únicamente la delincuencia
registrada, es decir, delitos y faltas denunciados ante estas instancias estatales. Para
la utilización de estos datos se ha de tener en cuenta que se trata de calificaciones
jurídicas iniciales formuladas por funcionarios policiales, cuya consideración puede
variar al ser calificadas por el órgano jurisdiccional correspondiente.
Los registros judiciales contienen las diligencias incoadas por los distintos
órganos así como el volumen de resolución, en cuanto a las diligencias se ha de
señalar que un mismo asunto puede ser objeto de multiplicidad de registros 8 . Además
los registros judiciales contienen también referencias al estado de resolución o
investigación de los casos, así se refieren a supuestos que concluyen en condena,
absolución, sobreseimiento,… que pueden remontarse a periodos anteriores al año
natural al que son publicados, por lo que si bien constituyen elementos de juicio sobre
la actividad jurisdiccional, no son indicadores adecuados para una representación de
la delincuencia desde la realidad.
Las Encuestas de Victimización y los autosondeos representan, hoy por hoy, el
mejor indicador sobre la delincuencia real. No se trata de que indiquen con exactitud el
número de infracciones cometidas, pero sí representan la realidad criminal con mayor
rigor. El problema que plantean está principalmente relacionado con el tamaño
muestral escogido y su representatividad.
Otras fuentes informadoras proceden de los Institutos de Medicina Legal,
Asociaciones de Víctimas, estudios de la Administración Pública o colectivos
pruvados,….
La complejidad del fenómeno delictivo sólo puede ser desentrañada atendiendo
a todas las instancias que intervienen en él, recogiendo, de un modo u otro, datos
útiles para la investigación desde perspectivas objetivas y con una vocación
eminentemente práctica, no sólo han de centrarse en la mera descripción o
cuantificación del fenómeno sino que han de aportar ideas innovadoras que fomenten
la adopción de estrategias preventivas y reactivas.
8
P.e.: un accidente de circulación con lesiones por imprudencia. El atestado policial inicial constituye la
primera diligencia, que se remite al Juzgado de Guardia, posteriormente pueden ampliarse en número al
remitirse otras referentes a informes sobre lesiones, periciales,…que serán remitidas al Juzgado
competente para la fase de instrucción, que no siempre va a coincidir con el que recibió la primera, por
ello los registros judiciales sufren esa multiplicidad en cuanto a la función registral.
13
1.7.
JUSTIFICACIÓN:
La delincuencia preocupa tanto a los poderes públicos como a la comunidad, como
demuestran las encuestas periódicas del C.I.S. y la creciente incidencia en el debate
político y social, por ello su control se perfila como un asunto prioritario.
Para establecer medidas de control social adecuadas es necesario un
conocimiento profundo sobre el fenómeno al que se destinan. En el caso de la
criminalidad, por tratarse de un fenómeno social en el que confluyen multitud de
variables, endógenas y exógenas, su estudio es complejo, si además añadimos su
continua mutabilidad y adaptación al escenario social se amplifica la dificultad de
comprensión y control. Por ello se ha de avanzar e innovar en la investigación.
Este estudio pretende ofrecer una visión pluridimensional sobre el problema de
la delincuencia, ahondando en aquéllos aspectos que se han considerado
irrenunciables para lograr un conocimiento básico sobre su etiología y evolución, así
como su incidencia en la sociedad murciana.
La mayor parte de los datos publicados y difundidos sobre delincuencia
proceden de las denominadas “Estadísticas de Criminalidad”, elaboradas por el
Ministerio del Interior o por las Memorias Judiciales. Estas fuentes refieren
exclusivamente registros oficiales de infracciones penales denunciadas, constituyendo
la base documental básica de la evolución delictiva.
Este proyecto nace con vocación explicativa, al conjugar las aportaciones
documentales oficiales con la percepción ciudadana, así como la influencia de otros
indicadores sociales en el fenómeno delictivo.
La seguridad es considerada en la actualidad como un servicio público, frente a
serlo como un mero soporte administrativo del proceso penal, su finalidad no estriba
sólo en la resolución de infracciones conocidas sino que expande su interés hacia la
totalidad de la comunidad, adoptando los conceptos de prevención, detección e
investigación independientemente de que los hechos hayan sido denunciados o no. La
eficacia policial no sólo consiste en el cociente delitos conocidos-delitos esclarecidos,
sino que ha de entenderse desde una perspectiva dinámica en el proceso de
generación de conciencia ciudadana de seguridad-inseguridad. Por ello se han
incluido metodologías dirigidas a conocer aspectos de la delincuencia que van más
allá de su mera cuantificación, apostando por la influencia de aquellos valores sociales
que afectan tanto a quienes han resultado víctimas de delitos como a los que temen
serlo, acotando con ello el concepto de sensación de seguridad o inseguridad.
El conocimiento de la “cifra negra” es otro de los objetivos de este análisis,
pues supone la superación de la principal limitación de los registros oficiales. Dada su
naturaleza oculta únicamente pueden realizarse inferencias, cuyos valores permiten
una mejor comprensión del fenómeno delictivo.
A través del autosondeo y el análisis de noticias periodísticas es posible
acercarse a la percepción ciudadana. Todo ello permite obtener una visión panorámica
de la criminalidad en la Región de Murcia, sentando las bases para el desarrollo y
establecimiento de políticas de seguridad acordes con la realidad del fenómeno.
14
1.8.
LIMITACIONES:
La imposibilidad de control de la totalidad de variables que intervienen en el
fenómeno delictivo, no es obstáculo para la validez de las investigaciones realizadas
con rigor científico y metodológico. No obstante, esta carencia confiere ciertas
limitaciones que han de ser tenidas en cuenta.
Con respecto a la delincuencia registrada, el principal hándicap se encuentra
en la ausencia de datos sobre la cifra negra, que puede ser controlada mediante
inferencias estadísticas. La fiabilidad de los datos contenidos en los registros resulta
de utilidad para un conocimiento general del fenómeno delictivo, pero se ha de
completar con el análisis de otras variables que intervienen en el fenómeno criminal.
Ciertos parámetros sociales covarían con las tasas de delincuencia e influyen de modo
significativo en los resultados de la información registral, así el nivel de confianza en el
sistema de justicia y las sensaciones o creencias de desprotección elevan
exponencialmente el balance de cifra negra, pues actúan como factores generadores
de impunidad y desconfianza en el sistema.
Los autosondeos constituyen una fuente de datos cercana a la realidad del
ciudadano, donde al anonimato de sus respuestas al cuestionario y el sentido de
participación ayudan a obtener una visión más realista del fenómeno. Como
limitaciones destacan la de imposibilidad de comprobación de veracidad y la
representatividad de la muestra. El propio diseño metodológico puede corregir estas
carencias mediante la estimación de sesgos o errores tipográficos o intencionados, así
como realizando una selección muestral aleatoria con representatividad suficiente.
1.9.
METODOLOGÍA:
El presente proyecto de investigación realiza un análisis de la delincuencia en
la Región de Murcia desde diversas perspectivas, la primera se centra en la
observación documental de datos secundarios obtenidos de los registros públicos del
Ministerio del Interior, la segunda se concreta en la obtención de datos primarios
mediante autosondeos a muestras representativas del universo de estudio.
En todos los casos se recurre al uso del método correlacional aplicado al
análisis de la criminalidad, para lo que se han de determinar qué variables que van a
conformar el estudio así como el peso específico que éstas poseen.
No es posible controlar la totalidad de parámetros que intervienen en el
fenómeno criminal, al referirse a conductas humanas su número puede ser infinito. La
elección del método adecuado puede paliar los efectos negativos del déficit
paramétrico controlado, por ello se ha optado por el análisis de las relaciones de
covariación que, sin ser representativas de causalidad, permite conocer cuáles son
aquellas que influyen de modo significativo. El objetivo es reducir las infinitas variables
a un número manejable, que, aunque no reflejen la realidad de modo absoluto, sí
permite obtener resultados fiables para la generalidad de casos.
El uso de este método viene justificado por la relativa estabilidad del fenómeno
criminal, el cual no experimenta grandes variaciones a nivel general aunque sí
puntualmente, por lo que del estudio de la delincuencia registrada, a pesar de no
contemplar la cifra negra, pueden extraerse conclusiones de utilidad.
15
2. FASE I: ANÁLISIS DE LA DELINCUENCIA REGISTRADA.
2.1.
LA DELINCUENCIA EN ESPAÑA.
En este epígrafe se realiza un análisis de la criminalidad registrada a partir de
datos públicos oficiales del Ministerio del Interior. Los registros del Ministerio del
Interior constituyen la fuente más adecuada para los objetivos de esta fase. Sus datos
refieren denuncias por delitos y faltas cometidos en la Región, recopilados en
formularios estandarizados y sistematizados por fechas de comisión y categorías
delictivas, lo que permite un análisis longitudinal de la delincuencia.
Como limitaciones presenta, entre otras, la ausencia de referencia a la “cifra
negra” y el recoger calificaciones jurídicas iniciales estimadas por funcionarios
policiales, susceptibles de posterior variación por el órgano jurisdiccional competente.
Pese a ello, al tratarse de un fenómeno que mantiene cierta estabilidad, los
registros policiales constituyen una valiosa fuente de información si se controlan estas
limitaciones. El propio diseño de investigación utilizado contiene fórmulas que
minimizan los efectos negativos, utilizando criterios de análisis que permiten ejercer
control sobre la incidencia de posibles sesgos (estimación, modificación o, en su caso,
eliminación de variables extrañas, estadísticos de contraste,…).
A continuación se expone un resumen de los estudios elaborados por la
Secretaría de Estado de Seguridad sobre la evolución de la delincuencia en España.
La base de datos se deriva del Programa Estadístico de Seguridad (O.M. 27 de
febrero de 1985), se trata de una investigación continua, de periodicidad mensual,
para computar la delincuencia conocida. Los datos se recogen en impresos
normalizados de actuación policial y detenidos que cumplimentan los funcionarios que
instruyen las diligencias.
Incorpora datos del C.N.P. y G.C, a partir de 1998 también de la Ertzaintza y a
partir de 2006 se añade los de Mossos D´Esquadra y Policía Foral Navarra.
No se incluyen:
-
Infracciones donde la competencia haya sido asumida por las Policías
Autónomas o Locales (salvo que así se especifique).
Infracciones que, en primera instancia, corresponda su seguimiento a otros
Ministerios (consumo, fiscalidad, salud, educación,…).
Delitos y faltas no perseguibles de oficio.
Si tomamos como referencia la delincuencia registrada por las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad, la fuente indicada es el Anuario Estadístico del Ministerio del
Interior.
Esta base de datos proporciona información de gran utilidad para el estudio del
fenómeno delincuencial, pero precisa un tratamiento e interpretación acorde con la
naturaleza de su contenido. La delincuencia registrada no es equiparable a la real,
habría que añadir la cifra negra, no obstante, pretendemos analizar un fenómeno cuya
evolución sigue una suave curva ascendente o descendente, es decir, posee cierta
estabilidad, lo que supone que el incremento o descenso en sus valores es un reflejo
de lo que sucede con la no registrada. Por ello el análisis correlacional resulta un
método de estudio adecuado, siendo conscientes de las limitaciones que posee.
Los datos del Ministerio del Interior arrojan los siguientes resultados con respecto a
la evolución histórica de la delincuencia en España:
16
2.1.1. Evolución del delito registrado.
GRÁFICO 1: Evolución histórica del delito en España 9 .
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
1982
1981
1980
1979
1978
1977
1976
1975
1974
1973
1972
0
00
00
00
00
00
00
00
00
00
000
000
000
000
100.0 200.0 300.0 400.0 500.0 600.0 700.0 800.0 900.0 1.000 . 1.100 . 1.200 . 1.300 .
CONOCIDOS
Lineal (CONOCIDOS)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
A partir de 1998 se incluyen datos de la Ertzaintza. A partir de 2006 se incluyen los de Mossos
D´Esquadra y Policía Foral Navarra, no incluidos en el gráfico.
9
Por error de cuantificación no se reflejan en el año 2006 10.644 infracciones penales, todas ellas
correspondientes a la Comunidad de Madrid, cuya competencia corresponde a la Guardia Civil, al no
reflejar si se trata de delitos o faltas.
17
Con respecto a la delincuencia registrada, los años 70 pueden considerarse
como un periodo de incertidumbre. Representan un balance delictivo preconstitucional
delimitado por una legislación penal fundamentalmente represiva y heredera de un
sistema de justicia en el que predomina la idea de retribución por el daño causado a la
sociedad.
El Código Penal de 1944, vigente, aunque con revisiones hasta 1973, inicia su
Libro Segundo, en el que recoge los delitos y sus penas, con los delitos contra la
seguridad exterior del Estado, continúa con los delitos contra la seguridad interior pero
relega los delitos contra las personas a su Título VIII, seguidos en contiguos títulos de
los delitos contra la honestidad, contra el honor, contra el estado civil,… Esta
clasificación ordenada, representa la idea del valor que esta norma otorgaba a los
bienes jurídicos que pretendía proteger.
Castigaba como delitos: las blasfemias por escrito o con publicidad, las
propagandas ilegales para destruir o relajar el sentimiento nacional, a los jugadores
que acudiesen a casas de juego de suerte, el adulterio,…, y como faltas: las
blasfemias de palabra, causar perturbación o escándalo por embriaguez, bañarse
faltando a las reglas de decencia,…
Por Decreto 30/1973 de 14 de septiembre se publica el nuevo Código Penal,
texto refundido conforme a la Ley 44/1971, de 15 de noviembre. En su Preámbulo
justifica la necesidad del cambio en virtud de la gran amplitud de conductas que se
describían en la legislación penal anterior, muchas de ellas asumibles por el Derecho
Administrativo y el Privado, pero también por la necesidad de adecuación a los
actuales sistemas sociales ya que muchas de las disposiciones carecen de sentido en
la sociedad del momento. En definitiva pretende desplegar el contenido del principio
de intervención mínima del Derecho Penal.
Esta norma va avanzando a través de numerosas reformas, especialmente tras
la promulgación de la Constitución Española de 1978, aunque se mantiene la
estructura ordinal de los bienes jurídicos protegidos.
Asimismo, las infraestructuras policiales, el nivel cultural y los acervos sociales
constituían una gran dificultad para que las denuncias llegasen a conocimiento oficial.
Por todo ello otorgamos a los datos sobre delitos conocidos obtenidos de este
periodo un valor relativo y difícilmente asimilable a los que se registran tras la
instauración del Estado Constitucional.
Entre los años 70 y 80 se produce un movimiento descriminalizador, ya iniciado
en Europa en la década de los 60. Este impulso procede de la generalización
progresista en ámbitos políticos, jurídicos y sociales, cobrando especial relevancia la
labor del Movimiento Feminista, que reivindica la despenalización o modificación de
ciertas tipologías arraigadas en los códigos penales desde el siglo XIX (aborto,
estupro, escándalo público, homosexualidad,…).
Durante la década de los 80 se produce un crecimiento progresivo (408.947
delitos denunciados en 1980 a 1.030.996 en 1989), lo que supone el mayor
incremento delictivo conocido en España, pues se produce un aumento del 152%. Es
una década de modernización y crecimiento socioeconómico en nuestro país, pero
también del auge del consumo de heroína y la expansión de otras drogas tóxicas y
sustancias estupefacientes, de lo que se deriva todo un entramado de conductas
contrarias al orden penal.
18
Comienza a instaurarse una profesionalización de la delincuencia y los delitos
contra el patrimonio experimentan un crecimiento desorbitado, el uso de la violencia o
intimidación para alcanzar el fin criminal hace mella en la percepción ciudadana de
inseguridad, es la década de las “sirlas” y las “recortadas”.
Durante los 90 se produce una estabilización descendiente. A pesar de la
existencia de una primera etapa de minoración progresiva, la percepción ciudadana de
inseguridad experimenta un considerable incremento, fruto de la interiorización del
riesgo en las sociedades postindustriales. Numerosos grupos de presión 10 influyen en
la adopción de políticas criminalizadoras. Es la década del desarrollo de la
delincuencia organizada.
Como consecuencia del nuevo escenario político y social, se promulga la L.O.
10/95, de 23 de noviembre, que adapta el ordenamiento jurídico penal a las recientes
exigencias.
Desde enero de 1997, el Programa Estadístico de Seguridad se elabora de
acuerdo a una nueva tipología penal para adaptarse a la L.O. 10/95 de 23 de
noviembre.
La L.O. 11/2003, de 29 de septiembre, de protección integral contra la violencia
de género, refuerza la respuesta penal ante esta lacra social. Se eleva a la categoría
de delitos conductas que hasta entonces sólo eran consideradas como faltas, así las
amenazas, coacciones leves y maltrato aun sin lesión entran en el Libro I del Código
Penal.
La entrada en vigor de esta norma ha supuesto un punto de inflexión en los
estudios sobre delincuencia registrada. Desde 2003 los registros policiales presentan
un claro incremento, especialmente en los delitos contra las personas y contra la
libertad, lo que podría llevar a interpretarlo como un crecimiento generalizado de la
delincuencia.
La última reforma de importancia se produce por L.O. 15/2007, de 30 de
noviembre, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal, en materia de seguridad vial. Esta reforma amplia el catálogo de conductas
delictivas relativas a la seguridad del tráfico incluyendo la conducción careciendo de
permiso de conducción, exceso de velocidad,… La proximidad temporal de la entrada
en vigor de esta norma impide hacer valoraciones longitudinales en este momento, si
bien se prevé un continuado e importante balance delictual con respecto a estas
tipologías.
El gráfico 11 1 representa los delitos desde una perspectiva formal, es decir,
como aquellas conductas consideradas como tales por la Ley Penal, pero no incluye
las infracciones penales leves, cuya repercusión en la práctica influye de manera
directa en la percepción social dada su incidencia y cercanía al ciudadano, por lo que
han de ser tenidas en cuenta a la hora de analizar el fenómeno criminal.
10
Asociaciones feministas, pacifistas, ecologistas o antixenófobas.
*En 1998 se incorporan al Programa Estadístico de Seguridad datos de la Policía Autónoma Vasca.
Sólo reflejan los delitos y faltas denunciados y detenidos, sin distinguir el grado de ejecución del delito ni
el porcentaje de esclarecimiento.
11
19
2.1.2. Evolución de faltas registradas.
El siguiente gráfico representa la evolución histórica de las faltas en España.
GRÁFICO 2: Evolución histórica de las faltas en España.
10 0
0.
00
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0.
00
30 0
0.
00
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0.
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1.
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0.
00
1.
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0.
00
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20 0
0.
00
0
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
1982
1981
1980
CONOCIDAS
Lineal (CONOCIDAS)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
En 1998 se incorporan datos de la Etrzaintza. En 2006 se añaden los de Mossos D´Esquadra y
Policía Foral Navarra, no incluidos en el gráfico.
20
Las infracciones penales leves, las faltas, han experimentado un crecimiento
continuado desde 1980, su evolución es más progresiva que la que se aprecia en las
infracciones penales graves, en las que existen periodos temporales de claro aumento
y disminución. En las faltas la tendencia al alza es más uniforme.
En la década de los 80 el porcentaje de variación crece un 342%,
constituyendo uno de los factores que, junto al incremento de delitos y el nuevo
escenario socioeconómico, amplifica la sensación de inseguridad hasta prácticamente
anular el calificativo de subjetiva, convirtiéndose en una de las principales
preocupaciones de los ciudadanos.
En los años 90 el porcentaje de variación se sitúa en el 62%. Tras el efecto
techo producido en la década anterior, se va instaurando progresivamente un ajuste
con respecto a la incidencia de las faltas, producto del desarrollo de la política criminal
en materia de seguridad ciudadana. La filosofía policial se dirige hacia la prestación de
un servicio público del que el ciudadano es el destinatario, además continúa el proceso
de adaptación legislativa fundamentalmente tras la entrada en vigor de la L.O.
10/1995, del Código Penal.
En el quinquenio 2000-2005 el porcentaje de variación es del 27%, continuando
el incremento aunque de intensidad menor, compatible con el aumento demográfico.
En 2006 se observa una disminución del 9% con respecto al año anterior.
Desde 2007 el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior ha modificado su
método analítico, reduciendo los datos y desapareciendo las referencias a infracciones
calificadas como delito o como falta 12 , solo contempla tasa de criminalidad para el
territorio MIR 13 , por lo que no es posible establecer correlaciones precisas con años
anteriores.
Una representación operativa de la delincuencia ha de incluir ambas
calificaciones jurídicas, delitos y faltas, conformando el total de infracciones penales
como indicador válido para el establecimiento de políticas criminales adecuadas. La
consideración conjunta resulta más acertada, pues ambas categorías jurídico penales
se encuentran comprendidas como infracciones en el Código Penal, debiendo tenerse
presente que en él se integran los comportamientos considerados más intolerables por
el Legislador, aunque posean distinto tratamiento en función del nivel de afectación de
la conducta típica para el bien jurídico lesionado o puesto en peligro.
12
Si bien analiza cuatro indicadores referidos a “delitos contra la vida, la integridad y la libertad de las
personas”, “delitos contra el patrimonio”, “faltas de lesiones” y “faltas de hurto”, como referentes de la
formación de la sensación de inseguridad.
13
Donde la competencia es del CNP y Guardia Civil, omitiéndose los datos de las Policías Autónomas.
21
2.1.3. Evolución de infracciones penales registradas.
GRÁFICO 3: Evolución histórica de las infracciones penales en España.
20 0
0.
00
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0.
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2. 000
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2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
1982
1981
1980
INFRACCIONES PENALES
Lineal (INFRACCIONES PENALES)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
A partir de 1998 se incluyen datos de la Ertzaintza. A partir de 2006 se añaden los de Mossos
D´Esquadra y Policía Foral Navarra, no incluidos en el gráfico.
En 2007 cambia el modelo de análisis del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior,
reduciéndose tanto los campos de estudio como la información de las distintas Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, así sólo refiere datos del CNP y Guardia Civil en Territorio
MIR, tampoco contiene referencias de criminalidad por CC.AA. o provincias.
22
El balance delincuencial global es el mejor indicador, pues los delitos, por la
consideración de gravedad, generan mayor temor y repulsa social, pero las faltas son
aquellos comportamientos ilícitos con mayor cercanía al ciudadano, por lo que se
convierten en auténticas generadoras de conciencia. A la hora de investigar o analizar
la delincuencia se han de tener en cuenta ambos extremos.
En el gráfico puede apreciarse cómo se produce una línea de tendencia
progresivamente ascendente hasta 2005, a partir de ahí se observa un suave
descenso, en el que influye la ausencia de datos de las Policías Autónomas, por lo que
su lectura es relativa.
Fruto de la variación en la técnica analítica que se produce en el año 2007 y
2008, por parte del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, no es posible realizar
un estudio pormenorizado por grupos penales, sin embargo los cuatro indicadores que
se manejan en la nueva metodología permiten realizar inferencias sobre la evolución
de algunos parámetros de gran relevancia:
•
La tasa de criminalidad en los delitos contra la vida, la intimidad y la libertad de
las personas pasan de 1,6 o/oo en 2006 a 2,6 o/oo en 2007, y 2,7 o/oo en 2008, lo
que indica un fuerte incremento de unas conductas que generan gran alarma
social. En este grupo se incluyen los homicidios y asesinatos, las lesiones
constitutivas de delito, las agresiones sexuales, los secuestros,…., todas ellas
consideradas como los más graves ataques a la persona, por lo que la
tendencia alcista supone un incremento de la violencia y/o intimidación en la
ejecución de los hechos, es decir, aumentan los delitos violentos.
• Con respecto a la delincuencia patrimonial, considerada el bloque delictivo de
mayor prevalencia, se observa que su evolución ha pasado de 20,1o/oo en
2000 a 16,8 o/oo en 2007 y 16,9 o/oo en 2008. La disminución interanual roza los
3 puntos, lo cual indica que la reducción es significativa, Un análisis más
pormenorizado indica que los robos con violencia o intimidación han seguido
esta reducción en su tasa, de 24,4 o/oo en 2000 a 17,4 o/oo en 2007 y 17,5 o/oo
en 2008 y los robos con fuerza en viviendas pasan de 43 o/oo en 2000 a 33.2
o
/oo en 2007, llegando a 37,1 o/oo en 2008. Por tanto, los valores se incrementan
levemente en los dos últimos años, siendo más acusado en los robos en
viviendas.
• Las faltas de lesiones mantienen una evolución más estable, de 2,1 o/oo en 2000
a 2,1 o/oo en 2007 y 2,0 o/oo en 2008. En ello influye la entrada en vigor, en
2003, de la ley contra la violencia doméstica y de género, que extrae
conductas consideradas hasta esa fecha como faltas y las eleva a la categoría
de delito, por lo que en realidad la estabilidad de los valores es relativa.
• Las faltas de hurto son otro de los problemas que más inciden sobre la
percepción de inseguridad, no tanto por su perjuicio económico sino por la
habitualidad y cercanía, existiendo un gran volumen de cifra negra que no
llega a ser denunciada. Sus valores han pasado de 11,4 o/oo en 2000 a 14,3 o/oo
13,4 o/oo en 2008.
Del estudio de estos indicadores puede inferirse que se aprecia un incremento
de la delincuencia violenta, que han aumentado los robos en viviendas, las faltas de
lesiones y las de hurto, por lo que no es de extrañar que esto afecte negativamente a
la sensación de seguridad que tienen los ciudadanos, independientemente de que los
valores absolutos de delincuencia registrada presenten un descenso, pues los que
aumentan son los que realmente más preocupan.
23
2.2.
LA DELINCUENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA.
2.2.1. Ficha técnica.
ƒ
Método: paradigma asociativo sobre observación documental de datos
secundarios obtenidos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
ƒ
Ámbito: Región de Murcia.
ƒ
Variables objeto de estudio:
o
Delitos por grupos penales: son delitos las infracciones que la Ley
castiga con penal graves o menos graves (art. 13.1 y 2. L.O. 10/95).
ƒ
Contra las personas: este grupo de delitos se refiere a los
contenidos en los Títulos I a V del Código Penal. Los bienes
jurídicos protegidos en ellos son la vida humana, tanto
dependiente como independiente, y la integridad física o
psíquica. Entre las tipologías más destacadas se encuentran:
homicidio, asesinato, auxilio e inducción al suicidio, lesiones,
aborto y lesiones al feto.
ƒ
Contra la libertad: componen este grupo aquéllos tipos penales
comprendidos en los Títulos VI y VII. Los bienes que pretenden
proteger son fundamentalmente la libertad deambulatoria y la
libre formación de la voluntad, mediante la tipificación de
secuestros y detenciones ilegales, amenazas, coacciones,
torturas y otros delitos contra la integridad moral.
ƒ
Contra la libertad e indemnidad sexuales: el Título VIII está
dedicado a la protección de estos bienes jurídicos. La
característica diferenciadora entre libertad e indemnidad es la
mayoría de edad, extremo este que provoca discrepancias a la
hora de interpretar las distintas infracciones, puesto que la
libertad sexual es inherente a la persona mayor de edad
mientras la indemnidad está referida a la formación sexual de
los menores. Este grupo comprende agresiones sexuales,
abusos, acoso, exhibicionismo y provocación sexual, así como
los relativos a la prostitución y corrupción de menores.
ƒ
Contra las relaciones familiares: comprendidos en el Título
XII, conforman estas tipologías aquellas acciones referentes a
los matrimonios ilegales, suposición de parto e incumplimiento
de los derechos y deberes familiares.
ƒ
Contra el patrimonio y el orden socioeconómico: el
patrimonio es el conjunto de cosas muebles o inmuebles, bienes
o derechos que tengan reconocido un valor económico, y
respecto de los cuales se da una determinada relación jurídica
que comporta derechos y obligaciones protegidas por el
ordenamiento. Se trata por tanto de bienes de naturaleza
individual o de uso o interés colectivo.
El orden socioeconómico es más complejo, plantea
problemas en cuanto a la identificación de la naturaleza
24
individual o supraindividual de los bienes jurídicamente
protegidos, por cuanto no se trata de la mera protección de la
propiedad sino del ente abstracto que rige la confianza en las
relaciones comerciales y de mercado.
El Título XIII está dedicado a la protección de estos
bienes, articulando figuras genéricas que van desde el robo,
hurto o estafa hasta otras más específicas como la alteración de
precios en concursos y subastas públicas o la propiedad
intelectual, industrial, el mercado o los consumidores. Los delitos
societarios están regulados en el Capítulo XIII, se refieren a
conductas ilícitas enmarcadas en el ámbito de sociedades
mercantiles como cooperativas, cajas de ahorro, mutuas,
entidades financieras o de crédito, fundaciones, sociedades
mercantiles u otras de análoga naturaleza que participen en el
mercado, la inclusión de estos tipos responde a la necesidad de
regulación jurídico penal de aquéllas conductas que atenten
contra la confianza que ha de regir las relaciones comerciales.
ƒ
Contra la seguridad colectiva: el Título XVII regula estas
tipologías, orientadas a la protección de conductas susceptibles
de causar grave riesgo para la colectividad. Entre ellas se
pueden destacar los delitos contra la salud pública, los incendios
o los delitos contra la seguridad del tráfico.
ƒ
Falsedades: reguladas en el Título XIII, estas tipologías
responden a la necesidad de protección de los soportes
documentales necesarios para el normal desarrollo de la
actividad comercial y administrativa. Entre las conductas más
relevantes destacan la falsificación de moneda, de documentos
públicos o privados, así como la usurpación de estado civil o
funciones públicas e intrusismo.
ƒ
Contra la Administración Pública: Título XIX, en este grupo de
infracciones se incluyen las relativas a prevaricación, cohecho,
tráfico de influencias, malversación, negociaciones y actividades
prohibidas, así como otras conductas que atentan contra el
normal funcionamiento de la función administrativa pública, tanto
las cometidas por los funcionarios públicos como por
particulares.
ƒ
Contra la Administración de Justicia: recogidos en el Título
XX, estos tipos afectan al desarrollo de la actividad
jurisdiccional. Destacan por su incidencia el encubrimiento, la
acusación, denuncia falsa y simulación de delitos, así como la
obstrucción a la justicia. El delito más representativo, en función
de su prevalencia, es el quebrantamiento de condena.
ƒ
Contra el orden público: el título XXII está dedicado a ellos,
pretenden controlar las conductas atentatorias contra las más
elementales normas de convivencia, castigando los atentados
contra la autoridad o sus agentes, las resistencias y las
desobediencias, también los desórdenes y la tenencia, tráfico y
depósito de armas o explosivos. La lacra del terrorismo es otro
de los enclaves tipificados.
25
o
ƒ
Resto de delitos del Código Penal: se trata de tipologías con
menor incidencia, aunque no menor gravedad en algunos casos.
Conforman este catálogo los delitos de omisión del deber de
socorro, contra el honor, la Hacienda Pública y la Seguridad
Social, los derechos de los trabajadores, la Constitución, contra
la paz e independencia del Estado y contra la Comunidad
Internacional.
ƒ
Infracciones a Leyes Penales Especiales: son una amalgama
de normas reguladoras de actividades cuyo nivel de complejidad
técnica aconseja una regulación separada aunque ligada
íntimamente al orden penal. Entre éstas se encuentran las leyes
de control de cambios, de Represión del Contrabando, de
régimen Electoral, del Tribunal del Jurado,… También la L.O.
5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal
de los menores.
Faltas por grupos penales: son faltas las infracciones que la Ley
castiga con penas leves (art. 13.3 L.O. 10/95).
ƒ
Contra las personas: los bienes jurídicamente protegidos son
idénticos a los de los delitos contra las personas, sólo que la
intensidad de la conducta o las consecuencias resultantes han
sido consideradas de inferior lesividad jurídica. Se encuentran
reguladas en el título I del Libro III y contemplan desde las
lesiones no constitutivas de delito, maltrato de obra, abandono
de menor de edad o incapaz no sujeto a patria potestad, guarda,
custodia o curatela, incumplimiento de obligaciones familiares,
amenazas, coacciones, injurias o vejación injusta de carácter
leve. También el homicidio o las lesiones por imprudencia leve.
ƒ
Contra el patrimonio: el título II del Libro III se dedica a las
faltas contra el patrimonio. Se incluyen conductas como el hurto,
la apropiación indebida o defraudaciones, daños, deslucimiento
de inmuebles de dominio público… cuando su valor no exceda
de 400 euros, así como el uso indebido sin autorización de
vehículo a motor o ciclomotor ajeno, siempre que su valor no
exceda de la cantidad indicada.
ƒ
Contra el orden público: Título IV del Libro III, castiga
conductas de perturbación del orden en actos públicos,
espectáculos o en la audiencia de un Tribunal, la falta de
respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes,
mantenerse contra la voluntad de su titular, fuera de las horas
de apertura y sin violencia o intimidación, en local público o
establecimiento mercantil, realizar actividades careciendo de los
seguros obligatorios (excepto las referidas a la conducción de
vehículos a motor o ciclomotores, despenalizadas por L.O.
15/2003, de 25 de noviembre, así como usar indebidamente
traje, uniforme, condecoración o la atribución de la cualidad de
profesional amparada por un título académico que no posee.
26
ƒ
Contra los intereses generales: recogidas en el Título III del
Libro III, estas faltas hacen referencia a comportamientos
relacionados con la expedición de billetes o moneda falsos,
recibidos de buena fe, siempre que su cuantía no exceda de 400
euros, abandono de útiles peligrosos para la salud o integridad
de de las personas, tratamiento cruel, peligroso o inadecuado de
animales potencialmente peligrosos y otros relativos a las
especies de flora sin causar grave perjuicio para el medio
ambiente.
ƒ
Otras: en esta variable se incluyen las faltas no catalogadas en
los registros oficiales en función de su objeto de protección. Ello
no quiere decir que se trate de infracciones no comprendidas en
los grupos reseñados anteriormente, sino que aun estando
incluidas en ellos no se especificado su catalogación jurídica
concreta.
o
Total de infracciones penales: esta variable refleja la totalidad de
ilícitos penales, independientemente de la gravedad otorgada por el
legislador. Así, la conforma el balance global de delitos más faltas,
constituyendo un parámetro autónomo que refleja la realidad de la
delincuencia registrada en la región.
o
Años de comisión: la elección de la fuente referente a los registros
policiales se debe a la mayor coincidencia temporal con la comisión de
las conductas típicas. En este sentido, las denuncias refieren la fecha
exacta, o muy aproximada, de la realización de los actos ilícitos
ordenadas por fechas naturales, frente a otras fuentes, como las de las
Memorias Judiciales, que se registran por años judiciales y fechas de
recepción o resolución.
o
Número de habitantes: esta variable puede ser objeto de crítica por la
subjetividad y variabilidad inherentes a su naturaleza. Para objetivar su
cuantificación se ha optado por recurrir a los datos dimanantes del
Padrón Municipal, que recogen registros demográficos oficiales de los
distintos municipios. Como sesgos pueden argumentarse la influencia
de la población flotante, fundamentalmente por motivos laborales,
turísticos o de ocio, de mayor incidencia en épocas estivales o festivas
en determinados municipios. También se ha de reseñar la influencia de
sectores de población no registrados, entre los que destacan aquellos
relativos a situaciones administrativas irregulares y a los de natalidad o
defunción.
No obstante se ha considerado que la incidencia de estas
limitaciones es escasa a la hora de una cuantificación general, por lo
que se estima adecuado para este estudio el computo demográfico
avalado por el requisito del empadronamiento, estimándose como
medida apropiada la delimitada por la media interanual.
o
Tasa de delincuencia: este indicador es representativo de la incidencia
del total de infracciones en la población. Se expresa mediante el
cociente de delitos más faltas y los registros demográficos, habiendo
sido considerada más adecuada su expresión en número de delitos por
cada mil habitantes como más sencilla y operativa.
27
o
Clasificación de infracciones por su incidencia: los distintos grupos
penales objeto de estudio no poseen identidad cuantitativa, cada uno de
ellos posee valores propios e incomparables pues aglutinan conductas
que afectan a bienes jurídicos distintos, por lo que cada uno de ellos
precisa de una análisis diferenciado del resto. No obstante se ha de
destacar que la prevalencia de algunos de ellos o la gravedad de los
resultados que provocan, hace que sea necesario resaltar su nivel de
incidencia con respecto al resto, así los delitos contra el patrimonio
representan las tipologías con mayor presencia, destacando sobre
todas los demás, seguidas de las que afectan a la vida o integridad
física y delitos contra la salud pública.
2.2.2. METODOLOGÍA.
Para el análisis de esta fase se ha recurrido a los registros públicos oficiales
contenidos en el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, tomando como
referencia el universo de infracciones contenidas en el mismo relativas a la Comunidad
Autónoma de la Región de Murcia en el periodo 1998-2006, pues tras ese año no
contiene referencias por CC.AA. o provincias, si bien se realizan inferencias con los
datos publicados en 2007 y 2008.
Estos registros contienen denuncias tramitadas por el Cuerpo Nacional de
Policía y la Guardia Civil. Las procedentes de las distintas Policías Locales de la
Región se integran en las anteriores al carecer en la actualidad de competencia para
su recepción.
No se incluyen aquéllas infracciones de carácter penal derivadas de accidentes
de circulación ocurridos en vías urbanas o de titularidad municipal, competencia de las
Policías Locales en virtud de la L.O. de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Esta
limitación registral produce sesgos en la cuantificación de ciertas tipologías,
especialmente las relacionadas con los delitos y faltas contra las personas (homicidios
y lesiones por imprudencia grave o leve), daños por imprudencia y delitos contra la
seguridad del tráfico fundamentalmente.
Como marco temporal para el análisis longitudinal se ha estimado el
comprendido entre 1998 y 2009. El límite inferior es representativo de la etapa jurídico
penal instaurada tras la promulgación de la L.O. 10/95, del Código Penal, cuyo objetivo
es responder y adaptarse a las realidades sociales de un Estado constitucional en
constante evolución. El límite superior es establecido en función de las publicaciones
del Anuario Estadístico, siendo el año 2008 el último editado en el momento de
realizarse este estudio.
Para un análisis estratificado se han clasificado las infracciones en función de
la consideración de gravedad otorgada por el legislador en delitos, faltas e infracciones
penales, y en atención a los bienes jurídicos protegidos (contra las personas, libertad,
patrimonio,…). Con ello es posible realizar inferencias sobre el marco general de la
delincuencia registrada en la Región de Murcia. No obstante, cada subgrupo de
infracciones es susceptible de estudios con mayor profundidad, los cuales no se
realizan en esta fase por inexistencia de datos públicos.
En este escenario se pretenden detectar relaciones de correlación entre las
distintas variables objeto de estudio y la realidad social asociada al concreto momento
en el que se producen. Para ello se han considerado relevantes las modificaciones
legislativas, tanto las ciminalizadoras como las despenalizadoras, la influencia de
28
indicadores sociales demográficos, económicos y políticos, así como otros parámetros
de carácter macrosocial (migraciones interestatales, pérdida de valores,…).
Al objeto de realizar un análisis utilitarista se parte de los datos secundarios del
Ministerio del Interior. Sobre el balance anual se realizan inferencias estadísticas
sencillas, expresadas en porcentajes de variación y tasas de criminalidad, a fin de
establecer explicaciones sobre la evolución y tendencia de la incidencia de las
distintas infracciones penales en la Región de Murcia.
2.2.3. Evolución de delitos registrados en la Región de Murcia 1998-2009.
TABLA 1: Evolución del delito en la Región de Murcia.
DELITOS
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
420
616
557
734
719
1.061
2.053
2.461
Personas
2.693
550
504
432
420
375
391
709
921
Libertad
937
249
250
233
275
250
302
300
341
Lib. Sexual
301
452
421
392
351
265
317
315
333
Rel.
314
Familiares
Patrimonio 19.019 21.324 22.421 27.600 25.788 24.397 22.254 22.271 22.814
630
687
798
886
892
807
909
842
Seg.
765
Colectiva
203
167
203
270
245
323
392
376
Falsedades
339
8
9
10
7
10
7
14
12
Ad. Pública
11
122
211
195
183
159
207
423
577
Ad.
572
Justicia
352
359
469
486
593
619
661
731
O. Público
710
78
65
84
95
114
111
158
113
Otros
96
97
65
62
3
2
1
2
2
L. Penales
3
Especiales
TOTALES 22.180 24.678 25.856 31.310 29.412 28.543 28.190 28.980 29.555
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
A partir de 2007 se produce una variación en la información estadística ofrecida
por el Ministerio del Interior, únicamente se hace referencia a cuatro bloques delictivos
(delitos contra la vida, integridad y libertad de las personas, delitos contra el
patrimonio, faltas de lesiones y faltas de hurto), lo que impide realizar un análisis
longitudinal de la evolución del delito en España a partir de esa fecha 14 .
14
En este sentido resulta muy interesante el artículo publicado en la Revista Española de Ciencia Penal y
Criminología titulado “El misterioso caso de la desaparición de las estadísticas policiales españolas”, de
M. F. Aebi y A. Linde, RECPC, 2010.
29
2.2.4. Evolución de faltas registradas en la Región de Murcia 1998-2009.
TABLA 2: Evolución histórica de las faltas en la Región de Murcia.
FALTAS
Personas
Patrimonio
O. Público
Int.
Generales
Otras
TOTAL
1998
3.360
16.031
229
154
1999
6.107
19.254
152
137
2000
6.632
17.879
225
122
2001
6.535
19.247
351
101
2002
6.650
20.108
472
82
2003
7.081
19.570
406
178
2004
6.668
20.223
285
112
2005
7.212
22.796
169
136
2006
7.407
22.837
157
115
2.243
0
3
1
0
0
0
0
0
22.017 25.650 24.861 26.235 27.312 27.235 27.288 30.313 30.516
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Con las faltas sucede lo mismo que con los delitos, a partir de 2007 se produce
un sesgo en la obtención de datos oficiales emitidos por el Ministerio del Interior que
impiden realizar una investigación evolutiva fiable.
2.2.5. Evolución de infracciones penales en la Región de Murcia 1998-2009.
La evolución histórica de la delincuencia registrada en la Región de Murcia se
resume en el siguiente gráfico:
GRÁFICO 4: Evolución histórica de delitos, faltas e infracciones penales.
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
0
1998
1999
2000
2001
DELITOS
2002
2003
FALTAS
2004
2005
2006
2007
2008
2009
INFRACCIÓNES PENALES
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Estos datos se refieren a infracciones por grupos penales, los cuales se
subdividen a su vez en tipos penales concretos que ofrecen una visión más precisa de
la realidad criminal. El Anuario Estadístico del Ministerio del Interior no recoge
información sobre este extremo a nivel nacional, provincial o de Comunidad
Autónoma, si bien puede preciarse una estabilización del fenómeno delictivo
denunciado desde el año 2005 hasta el 2009.
30
2.2.6. Delitos por grupos penales en la Región de Murcia 1998-2006.
Con respecto a los distintos grupos penales los gráficos siguientes representan
la evolución temporal por años:
GRÁFICO 5: Evolución delitos contra las personas en la Región de Murcia.
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
06
20
05
20
04
20
03
20
02
20
01
20
00
20
99
19
98
19
Contra las
personas
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
En el análisis de estas tipologías pueden distinguirse tres periodos temporales
diferenciados:
ƒ
ƒ
ƒ
De 1998 a 2002 se produce un incremento cuyo porcentaje de variación se
sitúa en el 71,1%.
De 2003 a 2006 el incremento es más acentuado, hasta alcanzar los 2.692
delitos registrados, lo que indica un porcentaje de variación del 153,8%.
2007 a 2010 no se publica la evolución.
El punto de inflexión se sitúa en el año 2003, con un incremento del 93.5% con
respecto al año anterior, coincidente con la promulgación de la L.O. 11/2003, de 29 de
septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia
doméstica e integración social de los extranjeros, complementada posteriormente por
la L.O. 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de protección integral contra la
violencia de género. Ambas normas nacen con vocación de luchar contra la lacra
social de la violencia doméstica y de género, introduciendo modificaciones en aquellos
tipos penales directamente relacionados con ella (fundamentalmente lesiones,
amenazas y coacciones), pero también a nivel procesal al facilitarse la incoación de
los procedimientos por estas causas a instancia de cualquier persona que tenga
conocimiento de ellas.
31
GRÁFICO 6: Evolución delitos contra la libertad en la Región de Murcia.
1000
800
600
400
200
0
06
20
05
20
04
20
03
20
02
20
01
20
00
20
99
19
98
19
Libertad
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
La tendencia inicial descendente se prolonga hasta el año 2003, con un
porcentaje de variación del -28,9%. A partir de ahí comienza un efecto techo que
alcanza un porcentaje de variación del 139,6%. La coincidencia temporal con los dos
periodos diferenciados de los delitos contra las personas se debe a que las citadas
normas, de medidas de protección y prevención contra la violencia de género, incluyen
tipologías pertenecientes al bien jurídico libertad (amenazas y coacciones), por lo que
el incremento es achacable fundamentalmente a estas reformas legislativas.
GRÁFICO 7: Evolución delitos contra la libertad e indemnidad sexuales en la
Región de Murcia.
350
300
250
200
150
100
50
0
06
20
05
20
04
20
03
20
02
20
01
20
00
20
99
19
98
19
Lib. Sexual
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Los delitos contra la libertad e indemnidad sexuales presentan un porcentaje de
variación, en el periodo objeto de análisis, del 20,8%. Interanualmente se aprecian
32
picos y valles poco significativos, testigos de una evolución irregular que no parece
responder a causas determinadas.
La justificación de la variación correlaciona con el incremento de la población
pero también se ve influenciada por la progresiva generalización de las nuevas
tecnologías (fundamentalmente Internet y telefonía móvil con dispositivos multimedia),
siendo de interés el conocimiento de la cifra negra de estas tipologías.
GRÁFICO 8: Evolución delitos contra el patrimonio en la Región de Murcia.
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
Patrimonio
5.000
0
09
20
08
20
07
20
06
20
05
20
04
20
03
20
02
20
01
20
00
20
99
19
98
19
L
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico suponen el bloque
delictivo de mayor volumen, constituyendo más del 80% del total de la delincuencia
registrada. Se ha de resaltar que un factor que influye en la denuncia de buena parte
de los delitos patrimoniales es la contratación de seguros de responsabilidad civil, que
exigen el requisito de denuncia previa para la indemnización de perjuicios.
Desde el año 2000 se aprecia un incremento significativo que se estabiliza en
2003, el periodo es coincidente con el auge de la sociedad de la información, donde el
acceso a Internet se generaliza progresivamente a nivel particular. La Red constituye
un novedoso sistema de intercambio de información y operaciones mercantiles, pero
también es el marco idóneo para determinadas modalidades delictivas. Las estafas y
la amenaza que supone para los derechos de autor provocan un efecto en cadena que
multiplica las denuncias.
En estas tipologías delictivas sí es posible actualizar la información, pues se
trata de uno de los parámetros que se incluyen en la nueva sistemática del Anuario
Estadístico del Ministerio del Interior, apreciándose que en los últimos años se ha
producido una estabilización de los delitos contra el patrimonio en la Región de Murcia.
33
GRÁFICO 9: Evolución delitos contra la seguridad colectiva en la Región de
Murcia.
1000
800
600
400
200
0
06
20
05
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Seg Colectiva
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Los delitos contra la seguridad colectiva protegen bienes jurídicos cuya
naturaleza traspasa el nivel meramente individual. Seguridad del tráfico, contra la
salud pública (destacando el tráfico de drogas) e incendios son las tipologías más
representativas.
La evolución seguida en la Región pasa por un primer periodo de incremento,
hasta 2001, seguido de una estabilización descendente hasta 2004, donde se vuelven
a recuperar los niveles más altos y de nuevo comienza un proceso de disminución
progresiva. La generación de conciencia y las campañas de seguridad vial se
posicionan como las principales razones de minoración delictiva, pues son los delitos
contra la seguridad del tráfico los que concentran el mayor volumen.
GRÁFICO 10: Evolución delitos de falsedades en la Región de Murcia.
400
300
200
100
0
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Falsedades
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
34
Las falsedades son un bloque delictivo de escasa representatividad en la
Región de Murcia, sin embargo es ostensible el incremento que se produce tras el año
2001. Las tipologías de mayor incidencia son las falsificaciones de documentos, de
moneda y la usurpación del estado civil.
Con respecto a las falsedades documentales y a la usurpación de personalidad
se ha de citar como posibles motivos el incremento de la circulación de documentos
con validez temporal limitada, consecuente con los movimientos migratorios
interestatales, especialmente los relativos a vehículos e identificación personal.
También se han multiplicado las situaciones personales sujetas a control
administrativo, fundamentalmente las relacionadas con la normativa de extranjería
relativa a estancia, residencia y trabajo.
El punto más álgido se sitúa en 2004, comenzando un descenso coincidente
con la estabilización del fenómeno migratorio hacia la Región de Murcia 15 .
GRÁFICO 11: Evolución delitos contra la Administración Pública en la Región de
Murcia.
15
10
5
0
Ad. Pública
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Los delitos contra la Administración Pública constituyen un bloque con escasa
incidencia en el volumen global de delincuencia, apenas representan el 0.03%, sin
embargo son generadores de un gran rechazo debido a la cualidad de los actores
implicados
(funcionarios,
empresarios,
políticos,
abogados,…).
Cohecho,
prevaricación, malversaciones y realización de actividades prohibidas, entre otros,
provocan pérdida de confianza en las instituciones públicas.
15
Fuente: INE, padrones, 1996-2006.
35
A partir del año 2003 se aprecia un importante crecimiento de estas
modalidades delictivas, fruto del auge urbanístico unido en ocasiones a la
especulación. El nivel de gobierno más afectado es la Administración Local, de quien
depende la calificación del suelo, usos a los que está destinado,…., que a su vez es la
más cercana al ciudadano, lo que repercute en la credibilidad del sistema.
Tras el año 2004 se incrementan los controles y limitaciones, así como los
órganos de vigilancia y control, lo que puede explicar el incremento delictivo
registrado.
GRÁFICO 12: Evolución delitos contra la Ad. de Justicia en la Región de Murcia.
600
400
200
0
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Ad. Justicia
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
La Administración de Justicia es otro de los grandes bloques institucionales que
poseen una protección especial a nivel penal. Su función principal es el ejercicio del
“ius puniendi” del Estado a través de los órganos jurisdiccionales, por lo que los
ataques a su normal funcionamiento afectan a toda la colectividad.
Encubrimiento, denuncia falsa, prevaricación judicial,…, son algunas de las
figuras más representativas, sin embargo es el quebrantamiento de condena el tipo
más significativo para interpretar este gráfico.
Es en el año 2003 cuando se produce el punto de inflexión, coincidente con la
entrada en vigor de la normativa relativa a la violencia doméstica y de género, en la
que destaca la pena y la medida cautelar de prohibición de aproximación a
determinadas personas o lugares, cuyo incumplimiento casi triplica las infracciones
registradas.
36
GRÁFICO 13: Evolución delitos contra el orden público en la Región de Murcia.
800
600
400
200
0
O. Público
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
El gráfico de evolución presenta una curva ascendente en el periodo objeto de
estudio, con un porcentaje de variación de 101%. El incremento es progresivo y
estable con tendencia uniforme, lo que indica que acompaña a la evolución
macrosocial de la Región.
En este bloque destacan los delitos de atentado, resistencia y desobediencia a
la autoridad o sus agentes, desórdenes públicos y tenencia, tráfico y depósito de
armas. El incremento de los tipos relativos a posesión ilícita de armas de fuego
correlaciona con el expansionismo de la delincuencia organizada.
GRÁFICO 14: Evolución resto de delitos del Código Penal en la Región de
Murcia.
200
150
100
50
0
Resto delitos
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
37
Este gráfico representa la evolución de otros delitos no contemplados en los
anteriores (contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, derechos de los
trabajadores, ordenación del territorio,…), conformando una amalgama de
comportamientos cuya incidencia en el balance global de la delincuencia en la Región
de Murcia es ínfima.
GRÁFICO 15: Evolución delitos contra leyes penales especiales en la Región de
Murcia.
100
80
60
40
20
0
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
L. P.
Especiales
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Las Leyes Penales Especiales regulan actividades singulares precisadas de
normativa específica, generalmente debido a la necesidad condensar en un mismo
cuerpo normativo conductas regidas por una compleja normativa. Así, el control de
cambios, los movimientos de capitales, el contrabando y el régimen electoral
constituyen el grueso de especialidades.
La L.O. 5/2000, de Responsabilidad Penal de los Menores , también se
enmarca en el ámbito de las Leyes Penales Especiales, sin embargo no posee
representatividad en el gráfico porque sus valores ya se encuentran reflejados en los
distintos grupos y tipos penales, pues estos se refieren a denuncias formuladas ante
las instancias oficiales sin hacer referencia a la edad de sus autores o partícipes.
Tras el año 2000 la incidencia es prácticamente inexistente, debido al
expansionismo y reinterpretación de ciertas disposiciones del Código Penal. En este
sentido, buena parte de los delitos de contrabando son absorbidos por aquéllos
destinados a proteger la propiedad industrial e intelectual, así como los relativos a la
salud pública, en aplicación directa del principio de especialidad. Los relativos al
control de cambios tienen mejor encaje en el marco de los delitos societarios y el
blanqueo de capitales.
38
2.2.7. Faltas por grupos penales en la Región de Murcia 1998-2006.
GRÁFICO 16: Evolución faltas contra las personas en la Región de Murcia.
8.000
6.000
4.000
2.000
0
Personas
09
20 8
0
20 7
0
20 6
0
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Las faltas contra las personas son una serie de infracciones leves que afectan
a una pluralidad de bienes jurídicos -integridad física, libertad, relaciones familiares,…mediante comportamientos considerados por el legislador de menor entidad en
atención al resultado producido o riesgo causado. Entre las tipologías más frecuentes
destacan las lesiones no tipificadas como delito o los malos tratos aun sin causar
lesión (producidos en riñas o en el ámbito familiar), también las amenazas,
coacciones, injurias o vejaciones de carácter leve. Otro tipo de interés son las lesiones
por imprudencia, especialmente las derivadas de accidentes de circulación.
En el gráfico de evolución se aprecia un pronunciado incremento hasta el año
1999, donde casi se duplica el volumen del año anterior, para continuar una
estabilización ligeramente ascendente hasta 2006. Se ha de tener en cuenta la
promulgación de la normativa relativa a la violencia de género y doméstica, que desde
2004 eleva a la categoría de delito conductas que hasta entonces sólo constituían
falta, que sin embargo no disminuye la tendencia, por lo que si consideramos que un
buen número de conductas (las relativas a la violencia conyugal o familiar) no están
contempladas como falta tras el año 2004 y persiste la tendencia alcista es porque
otras tipologías se han incrementado y existe mayor cultura de denuncia.
A partir de 2007 se produce una disminución significativa debida al nuevo
formato de análisis del Ministerio del Interior, sólo se contemplan faltas de lesiones
excluyéndose las de amenazas, coacciones, contra las relaciones familiares, lesiones
por imprudencia grave o incumplimiento de obligaciones familiares., lo que justifica el
notable descenso en sus valores.
39
GRÁFICO 17. Evolución faltas contra el patrimonio en la Región de Murcia.
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
Patrimonio
09
20 8
0
20 7
0
20 6
0
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Las faltas contra el patrimonio suponen más del 73% del total de infracciones
penales leves registradas, lo que las sitúa como el bloque delictivo de mayor
prevalencia, en el que destacan hurtos y estafas cuya cuantía no supera los 400
euros. La evolución longitudinal mantiene cierta estabilidad hasta el año 2004, donde
se produce un incremento significativo que vuelve a estabilizarse al alza.
Entre las motivaciones de la evolución destaca la generalización del uso de
tecnología portátil (teléfonos móviles, MP3, MP4,…), cuyo pequeño formato y fácil
introducción en el mercado negro se sitúan como principales causas de este
incremento.
A partir de 2006 el descenso es notable, ello está motivado porque a partir de
entonces sólo se computan las faltas de hurto, sin que se incluyan en el gráfico otras
referidas a daños, sustracción o utilización de vehículos a motor sin ánimo de
apropiárselos, estafas, apropiaciones indebidas o defraudaciones así como el
deslucimiento de inmuebles.
40
GRÁFICO 18: Evolución faltas contra el orden público en la Región de Murcia.
500
400
300
200
100
0
O. Público
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
En el intervalo 1999-2002 se produce un notable crecimiento continuado que
concluye en 2003, cuando se inicia un descenso simétrico hasta recobrar los índices
de la década de los 90.
Entre las modificaciones legislativas que mayor influencia han tenido en la
evolución de las faltas contra el orden público se encuentra la descriminalización de la
conducción de vehículos a motor y ciclomotores careciendo del seguro obligatorio de
accidentes (modificación del artículo 636 L.O. 10/95, por artículo único 185 de L.O.
15/2003 de 25 de noviembre, que despenaliza esta conducta), que generaba gran
volumen de procedimientos por faltas contra el orden público.
41
GRÁFICO 19: Evolución faltas contra los intereses generales en la Región de
Murcia.
200
150
100
50
0
06
20 5
0
20 4
0
20 3
0
20 2
0
20 1
0
20 0
0
20 9
9
19 8
9
19
Int.
Generales
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Las faltas contra los intereses generales son otro bloque de infracciones cuya
incidencia en la Región de Murcia es escasa (apenas constituyen el 0.47%), su
evolución responde a tendencias normativas y variaciones en los usos sociales. Así, el
pronunciado descenso en la administración de drogas tóxicas por vía intravenosa ha
supuesto una disminución de las infracciones relativas al abandono de útiles
destinados a tal fin (fundamentalmente jeringuillas), pero esta minoración ha sido
contrarrestada en 2002 con el incremento de la preocupación social por la creciente
moda en la tenencia de animales potencialmente peligrosos (principalmente ciertas
razas de perros), además de la creciente introducción en el mercado de moneda falsa
recibida de buena fe.
La irregular evolución apreciable tras el año 2004 responde a la implantación
de normativas reguladoras de la tenencia de animales de compañía y a la
sensibilización social sobre esta moda.
42
GRÁFICO 20: Evolución otras faltas.
2.500
2.000
1.500
1.000
500
0
Otras
06
20 5
0
20
04
20 3
0
20 2
0
20
01
20 0
0
20
99
19 8
9
19
Fuente: Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Este gráfico representa la evolución longitudinal seguida por aquéllas infracciones
leves que no han sido encuadradas en grupos penales concretos. La drástica
reducción tras el año 1998 se debe únicamente a una mejor ordenación sistemática de
las faltas denunciadas en los registros oficiales.
43
2.3.
TASA DE CRIMINALIDAD EN LA REGIÓN DE MURCIA.
La tasa de delincuencia puede calcularse atendiendo sólo a las conductas
tipificadas como delitos o al total de infracciones penales. Este estudio considera que
resulta más operativo el análisis global, es decir delitos más faltas por cada 1000
habitantes, al componer entre ambas categorías jurídicas el todo global que constituye
la delincuencia.
La justificación se debe a que los registros del Ministerio del Interior contienen
datos referidos a calificaciones jurídicas iniciales realizadas por funcionarios policiales,
susceptibles de ulterior variación por el órgano jurisdiccional competente. Además la
criminalidad, referida a la inseguridad ciudadana, aglutina tanto delitos como faltas, por
lo que se ha considerado este indicador de mayor utilidad.
Los datos demográficos proceden del Padrón Municipal a 1 de enero de cada
año, los referidos a número de infracciones penales están recopilados a 31 de
diciembre, por lo que se ha estimado de mayor validez la media de habitantes entre
ambos periodos para la configuración de la tasa o índice de criminalidad.
Este indicador resulta válido para conocer la incidencia delictiva general, siendo
un instrumento práctico para detectar variaciones y analizar la evolución longitudinal
del fenómeno criminal.
TABLA 3: Evolución de la población en la Región de Murcia.
AÑO
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Nº DE HABITANTES
1.115.068
1.131.128
1.149.328
1.190.378
1.226.993
1.269.230
1.294.694
1.335.792
1.370.306
1.426.109
1.446.520
1.460.164
MEDIA INTERANUAL
1.123.098
1.140.228
1.169.853
1.208.685,5
1.248.111,5
1.281.962
1.315.243
1.353.049
1.381.337
1.398.207,5
1.436.314,5
1.453.342
Fuente: Padrón Municipal I.N.E.
44
TABLA 4: Tasas de Criminalidad en la región de Murcia.
Tasa de Criminalidad
AÑO
(Infr. Penales/‰ hab.)
39.35
1998
44.13
1999
43.35
2000
47.60
2001
45.44
2002
43.50
2003
42.18
2004
43.82
2005
43.48
2006
41.60
2007
41.30
2008
40.40
2009
% de variación
-+12.14
-1.76
+9.80
-4.53
-4.26
-3.03
+3.88
-0.77
-4.32
-0.72
-2.17
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal y del Anuario Estadístico del
Ministerio del Interior.
GRÁFICO 21: Evolución histórica Tasa de Criminalidad en la Región de Murcia.
50
40
30
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Tasa Criminalidad
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del I.N.E. y Anuario Estadístico del Ministerio del
Interior.
El análisis de los Índices de Criminalidad indica que en el periodo 1998-2000 se
ha producido un incremento del 2,66%. La tasa media se sitúa en 43.01 delitos/‰
hab., con lo que se puede inferir que ni siquiera la promulgación de la L.O. 11/2003,
de 29 de septiembre, de protección integral contra la violencia de género, que supuso
un hito en el registro de diligencias policiales a nivel nacional, ha generado variaciones
significativas en la Región de Murcia con respecto al total de delitos, ya que son las
infracciones penales contra el patrimonio las que conforman el grueso de la
delincuencia en general. El pico más álgido se sitúa entre los años 2000 y 2002,
coincidente con el auge de la delincuencia patrimonial que experimenta la Región de
Murcia durante este periodo.
A partir de 2007 el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior no incluye
tasas de criminalidad por CC.AA o provincias, lo que dificulta el seguimiento
longitudinal del fenómeno delictivo en la Región. La fuente que se ha tomado como
referencia a partir de ese periodo es la nota de prensa de la Delegación del Gobierno
45
en Murcia en la que se expone la Situación de los Indicadores de Situación y
Evolución de la Seguridad Pública en la Región de Murcia durante 2008 16 . En este
informe se señala una tasa de 42 o/oo, lo que indica un considerable descenso con
respecto a la evolución histórica, sin embargo no ha sido posible determinar el proceso
de configuración de estos valores, pues se desconoce si se trata sólo de delitos o
incluye las faltas, o si sólo se refiere a los nuevos indicadores tomados por el Anuario
Estadístico o al volumen global de delincuencia, por lo que no se ha considerado lo
suficientemente válido este indicador para este estudio.
En el balance global de infracciones penales, cada grupo de ellas posee un
peso específico determinado con respecto al total. La siguiente tabla resume, en
términos porcentuales, la incidencia de los delitos y faltas por grupos penales:
2.4.
INCIDENCIA DE LAS INFRACCIONES PENALES EN LA REGIÓN.
TABLA 5: Clasificación de infracciones por su incidencia.
GRUPOS
DELITOS
FALTAS
PENALES
PATRIMONIO
85.03%
73.70%
PERSONAS
4.63%
23.88%
SEG. COLECT.
2.95%
O. PÚBLICO
2.03%
1.01%
R. FAMILIARES
1.29%
AD. JUSTICIA
1.08%
LIB. SEXUAL
1.02%
FALSEDADES
1.02%
LIBERTAD
0.38%
RESTO
0.53%
1.40%
TOTAL
INFRACCIONES
78.72%
14.07%
1.47%
0.95%
0.64%
0.54%
0.51%
0.51%
0.19%
0.95%
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
16
Ministerio de Política Territorial, Delegaciones del Gobierno.
46
GRÁFICO 22: Representación gráfica del porcentaje de infracciones (1998-2006).
RESTO
LIBERTAD
FALSEDADES
LIB. SEXUAL
AD. JUSTICIA
R. FAMILIARES
O. PÚBLICO
SEG. COLECTIVA
PERSONAS
PATRIMONIO
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.
Los delitos y faltas contra el patrimonio y el orden socioeconómico constituyen
el bloque más numeroso de infracciones, representando el porcentaje más elevado
con respecto a todos los demás. Su incidencia total supone el 78.72%. Son seguidos,
aunque a gran distancia, por las infracciones contra las personas, fundamentalmente
lesiones y malos tratos, que arrojan un balance del 14.07%.
Entre ambas categorías aglutinan el 92.79% del total de infracciones
cometidas, por lo que se perfilan como la delincuencia por excelencia, quedando el
resto de grupos penales como meros datos anecdóticos. No obstante resulta de
interés el conocimiento de la evolución de todas las tipologías pues, si bien su
incidencia puede resultar mínima o incluso ínfima, son susceptibles de generar gran
impacto social por su resultado o repercusiones.
Como se ha señalado anteriormente a partir de 2007 se produce una variación
en la metodología analítica del Ministerio del Interior, por lo que el seguimiento
longitudinal de los distintos grupos penales se ve dificultado. A partir de esa fecha la
única referencia taxativa se encuentra en las notas de prensa de la Delegación del
Gobierno, en el resumen realizado el 18 de marzo de 2009 sobre Seguridad Pública
en la Región se detallan los siguientes datos:
•
•
•
Robos con fuerza en viviendas: 32,1 por cada 10.000 viviendas en 2008,
siendo en 2003 de 37,8.
Sustracción de vehículos: 24 por cada 10.000 hab. En 2008, siendo en 2003 de
48,8.
Robos con violencia: 16,1 por cada 10.000 hab. En 2008, siendo de 18 en
2005.
47
•
Delitos contra la libertad sexual: 26,4 por cada 100.000 hab. En 2008, siendo
24,1 en 2007.
Estos datos no permiten un análisis pormenorizado sino que sólo contienen
referencias puntuales a tipologías concretas, si bien se trata de aquellas que más
afectan a la sensación de inseguridad.
2.5.
CONCLUSIONES:
Con este análisis de delincuencia registrada se pretende ofrecer un marco
general de la evolución del fenómeno delictivo en la Región de Murcia en la última
década, partiendo de los datos oficiales del Ministerio del Interior. El objetivo es extraer
conclusiones explicativas y útiles para ahondar en el conocimiento de una de las
principales preocupaciones de los ciudadanos, pero también de los poderes públicos
implicados en su control.
Respecto a los hechos tipificados como delito, se ha de resaltar la importancia
de las modificaciones legislativas en la cuantificación registral. Así, la promulgación de
la L.O. 11/2003, de 29 de septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad
ciudadana, violencia doméstica e integración social de los extranjeros, ha sido la
norma con mayor impacto en el volumen delictivo. Sus disposiciones elevan
exponencialmente el número de delitos registrados, tanto por la novedosa
consideración jurídica de hechos que hasta entonces sólo constituían falta, como por
las modificaciones procesales en materia de incoación de procedimientos penales
relativos a violencia de género y doméstica.
Las tipologías más afectadas son los delitos contra las personas y contra la
libertad, derivadas de la aplicación de los artículos 153.1,2 y 173.2, del Código Penal,
relativos respectivamente a las conductas violentas en el ámbito de una relación de
afectividad y habitualidad en el ejercicio de violencia física o psíquica en el medio
familiar.
También ha provocado alteración al alza en los delitos contra la Administración
de Justicia, afectando fundamentalmente a los quebrantamientos de condena y de
medidas cautelares de aproximación a determinadas personas o lugares, ligado a las
infracciones expresadas.
Con respecto a los delitos contra la seguridad colectiva destaca la positiva
influencia de las campañas de seguridad vial, destinadas a incrementar el nivel de
conciencia de responsabilidad de los conductores, que han logrado estabilizar, e
incluso disminuir, el volumen de estas tipologías. También ha contribuido a ello la
modernización del parque móvil nacional producida en los últimos años, las medidas
de control y la mejora de las infraestructuras.
Otra de las tipologías de mayor incidencia es la referida a la salud pública,
fundamentalmente los delitos relativos a tráfico de drogas, aunque su evolución es
difícilmente cuantificable debido al alto índice de cifra oscura que inexorablemente los
acompaña. De hecho, si fuese posible registrar todas las infracciones relacionadas con
el tráfico de drogas tóxicas, constituirían el bloque delictivo más numeroso, superando
incluso al de los delitos contra el patrimonio.
La libertad e indemnidad sexuales constituyen bienes jurídicos cuya
vulneración traspasa la mera consideración delictiva, afectando a la sensibilidad social
por las connotaciones morales que conllevan. Su evolución en la Región no parece
48
seguir una pauta determinable, presentando constantes variaciones interanuales con
valores próximos a la media. No obstante se aprecia una línea de tendencia
ascendente que puede responder a factores demográficos, fundamentalmente al
incremento poblacional en la Región, aunque también a la modificación del artículo
189 del Código Penal en 2003, que amplía el espectro de conductas típicas,
castigando incluso la simple posesión de material pornográfico infantil.
Las falsedades son un grupo de infracciones en cuya evolución se aprecia
claramente la influencia de determinados factores sociales. Uno de ellos son los
movimientos migratorios, aunque su relación con el fenómeno delictivo precisa ciertas
matizaciones. La inmigración no es en sí misma causa del incremento de la
criminalidad, sino que constituye un medio idóneo para el desarrollo de determinadas
tipologías, al igual que ocurre con otros parámetros macrosociales, como la facilidad
de movilidad en el ámbito de los países miembros de la Unión Europea, el incremento
de transacciones comerciales interestatales, mayor diversidad de relaciones laborales
o variaciones en los usos sociales de los ciudadanos.
Dentro de los delitos de falsedades destacan las falsificaciones documentales,
en especial las relativas a documentos identificativos de personas y vehículos. Se
aprecia en la Región un claro incremento tras el año 2001 que se estabiliza en el 2004,
coincidente con la estabilización del fenómeno migratorio, sujeto a numerosos
controles administrativos.
Los delitos contra el patrimonio constituyen el bloque delictivo más numeroso,
aglutinando una amalgama de conductas contrarias al orden penal cuyo objeto de
mayor entidad cuantitativa es la sustracción de bienes materiales ajenos,
predominando la presencia del ánimo de lucro como elemento subjetivo. Robos, hurtos
y estafas conforman el grueso clásico de estas tipologías, aunque progresivamente
van incorporándose otras más novedosas y complejas, como los delitos societarios o
los relativos a la propiedad industrial e intelectual. No obstante, el más temido y
predominante es el robo, especialmente cuando conlleva intimidación o violencia en su
ejecución.
Las limitaciones que presentan los registros oficiales impiden un análisis
pormenorizado, aunque se aprecia un incremento del 23% en el año 2001, tras lo que
se produce una progresiva disminución hasta su estabilización en 2004,
recuperándose los niveles del 2000. Dada la diversidad de conductas que conforman
este grupo de infracciones resulta arriesgado emitir inferencias sobre tipologías
concretas con los datos disponibles.
Tras la entrada en vigor de la L.O. 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se
modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia de
seguridad vial, es previsible un importante incremento de estas tipologías, si bien su
proximidad temporal dificulta un análisis longitudinal.
Con respecto a las faltas la evolución es más constante aunque igualmente
significativa. En el periodo objeto de estudio se produce un incremento del 38%. Esta
variación correlaciona con el crecimiento poblacional, que en esa horquilla se sitúa
sobre el 23%, pero también por la influencia de de variaciones en los usos sociales y
el escenario socioeconómico.
Destaca el incremento producido en las faltas contra las personas, que llega a
duplicar los registros en el periodo temporal analizado. Aunque las novedades
legislativas promulgadas tras el año 2003 para combatir la lacra de la violencia
doméstica y de género, elevando a delitos acciones que hasta entonces sólo
49
constituían falta, debería haber generado un descenso de estas tipologías lo cierto es
que no ha tenido reflejo en el balance, lo que nos inclina a mantener la hipótesis del
progresivo aumento de la violencia e intimidación, no constitutivas de delito, en las
relaciones sociales.
Como conclusión final se ha de resaltar que el análisis de los registros oficiales
sobre delincuencia sólo resulta útil para establecer relaciones de correlación
generales, destacando la influencia de las modificaciones legislativas y de ciertos
parámetros macrosociales, sin aplicación utilitarista directa para el establecimiento de
políticas de seguridad acordes con la realidad criminal en la Región. No obstante sí es
posible realizar inferencias válidas, puesto que el fenómeno delictivo mantiene cierta
estabilidad, como demuestra la observación del progreso de la tasa de criminalidad,
que no experimenta grandes variaciones.
Estas conclusiones pueden servir de base para el establecimiento de
estrategias preventivas, reactivas y operativas en el marco institucional público y,
especialmente, en el ámbito policial ya que en ellas se pone de manifiesto qué
conductas ilícitas manifiestan prevalencia sobre las demás, sin obviar que algunas de
ellas, si bien no destacan por su incidencia si lo hacen por su resultado o afectación al
orden social.
No obstante la simple interpretación de los datos registrales oficiales ofrece una
visión sesgada del fenómeno criminal, dado que solo son representativos de aquellos
hechos que han llegado al conocimiento de las instancias oficiales de modo formal por
lo que es preciso ahondar en el estudio de la criminalidad articulando estrategias de
investigación que suplan las carencias de los registros oficiales, los cuales constituyen
una fuente de información útil pero mejorable, fomentando la investigación empírica e
inductiva.
50
3. Capítulo III. FASE II: AUTOSONDEO SOBRE CRIMINALIDAD EN LA REGIÓN DE
MURCIA.
La finalidad de esta fase es obtener un marco representativo de la delincuencia
en la Región de Murcia desde el prisma de la opinión ciudadana. Para ello se ha
diseñado un cuestionario en el que se interpela a una muestra de la población sobre
sus experiencias y percepciones personales, del cual es posible obtener información
útil para delimitar el reflejo real de la criminalidad y su incidencia sobre la ciudadanía,
lo que constituye la base mínima exigible para el establecimiento de políticas
criminales adecuadas dirigidas al control de la sensación subjetiva de inseguridad.
Esta fase complementa a la anterior, puesto que permite realizar inferencias
sobre la “cifra negra” de las tipologías incluidas en el cuestionario, representativas de
aquéllos tipos penales de mayor incidencia social, que unida a la delincuencia
registrada nos aproxima al conocimiento de la evolución del fenómeno delincuencial
en la Región. No obstante se ha de recordar que sólo se trata de un acercamiento,
pues las limitaciones inherentes a la cuantificación de cualquier fenómeno social
dificultan la determinación exacta de sus valores.
3.1. Identificación de variables.
Se han considerado de relevancia significativa determinadas variables, las
cuales se clasifican en percepción, opinión y victimización. Con ellas es posible
obtener una información válida para el conocimiento del fenómeno delictivo desde una
perspectiva informal pero realista, a través de las respuestas anónimas, voluntarias e
individuales de los integrantes de la muestra.
El primer grupo de variables está constituido por la opinión individual sobre el
concepto de seguridad/inseguridad, con la pretensión de obtener un indicador
denominado índice de inseguridad y elaborar un concepto social del mismo.
Otro parámetro es la percepción social de la evolución delictiva, analizándose
la incidencia de la delincuencia mediante diferentes items relativos a los delitos
sufridos y si fueron denunciados. Con ello es posible un acercamiento a la
delincuencia que no ha llegado al conocimiento de las instancias oficiales aunque sí ha
sido percibida por sus víctimas, además se indaga en las motivaciones que les
impulsan a no denunciar los hechos sufridos.
Por último se incluye una batería de preguntas relativas al proceso de
victimización, donde pretende analizarse el nivel de preocupación de los ciudadanos,
trato recibido por parte de la Policía y afectación personal tras haber sufrido el hecho
delictivo.
3.2. Metodología.
El método empleado para el análisis de esta fase es un diseño de encuesta
estructurada sobre una muestra extraída de la población de la Región de Murcia. Con
ello se pretende realizar un estudio transversal de las diferentes variables que lo
conforman, utilizando para ello el método correlacional aplicado al análisis de la
delincuencia.
•
•
Preguntas: cerradas.
Universo de estudio: lo compone la población de la Región de Murcia según
los datos contenidos en los registros del Padrón Municipal.
51
•
Muestra:
o Diseñada: 262.
o Realizada: 262.
La muestra diseñada responde a criterios estadísticos de aleatoriedad
simple, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 1%.
•
Puntos de muestreo: centros públicos, diversas actividades laborales
(comercios, supermercados, empresas,…) y pie de calle.
•
Procedimiento de muestreo: aleatorio.
3.3. Datos.
El estudio se realiza mediante la observación de datos primarios obtenidos de
los cuestionarios estructurados y dirigidos. Se utiliza una técnica ciega para la
recolección, puesto que los analistas no intervienen en la tarea de recopilación y
tratamiento pero sí en la de inducción de las conclusiones, con lo que se mitigan
posibles sesgos derivados de la participación de los investigadores.
3.4 ANÁLISIS ESTRATIFICADOS.
En este epígrafe se va a realizar un análisis sobre las respuestas a los distintos
ítems del cuestionario por parte de los integrantes de la muestra, computándose tanto
datos absolutos referidos a preguntas concretas como relaciones de covariación entre
ellas.
3.4.1 Opinión general sobre la inseguridad ciudadana.
Ya se ha señalado que la seguridad es una sensación subjetiva, en su
percepción intervienen diversas variables entre las que destaca la experiencia vital
individual, es decir, el hecho de haber sido víctima de un delito incrementa sus valores,
sin embargo también posee una dimensión social, pues las transmisiones
interpersonales y la expansión mediática contribuyen a la formación de un retrato
delictual que traspasa las meras vivencias personales.
En este estrato del análisis se va a intentar reflejar qué opinan los ciudadanos
de la Región de Murcia sobre la inseguridad ciudadana, en base a las preguntas que
les han sido planteadas en el cuestionario.
La encuesta diseñada pretende obtener información sobre diversos aspectos
relativos a esa sensación subjetiva, si bien la información facilitada por los
componentes de la muestra conlleva gran carga de objetividad por estar basada en
sus experiencias vitales.
Con respecto a los problemas sociales que más preocupan se ha producido
una importante variación en los últimos años, el nuevo escenario económico-social ha
contribuido a que la inseguridad ciudadana haya descendido en grado de importancia
con respecto a otros parámetros sociales. Esta variación no se debe a que se haya
incrementado la respuesta institucional ante el problema o a que la ciudadanía se
sienta más segura sino que la situación actual obliga a establecer prioridades que han
desplazado a la inseguridad a puestos inferiores, si bien continúa encontrándose entre
los primeros puestos de preocupación.
52
El Centro de Investigaciones Sociológicas sitúa la inseguridad como un
problema social de primer orden, en los últimos años se aprecia un descenso en sus
valores que no correlaciona con un incremento del nivel de seguridad sino que otros
valores sociales han entrado en escena. La actual situación de crisis, que se ha venido
desarrollando en los últimos años a nivel mundial, ha provocado que España se haya
visto gravemente afectada, fundamentalmente mediante la destrucción de empleo y el
encarecimiento del mercado inmobiliario, por lo que paro y acceso a la vivienda son
hoy día los problemas que más preocupan a los ciudadanos 17 .
La seguridad ha pasado a un nivel inferior en grado de preocupación, pero
continúa siendo un problema prioritario. En el Informe “Barómetro Social de la Región
de Murcia 2007” 18 se destaca que la delincuencia/inseguridad ciudadana se sitúa en 5º
lugar de preocupación de los ciudadanos de la Región, por debajo de agua/sequía,
inmigración, paro/desempleo y vivienda acceso/precio.
Estos indicadores conforman que la inseguridad es una de las principales
preocupaciones de los ciudadanos, para corroborar esta hipótesis la pregunta 1.1 del
cuestionario está destinada a recoger datos de percepción de los ciudadanos de la
Región de Murcia sobre diversos valores sociales.
GRÁFICO 23: Percepción sobre determinados valores sociales (p. 1.1).
350
323
300
250
200
170
150
100
50
114
127
89
90
66
10
0
PA
RO
SEG
OT
SA
DR
VIV
TER
ED
NID
UC
RO
O
I
R
. C
E
G
OR
ND
AC
S
A
IUD
A
S
D
I
I
A
SM
ÓN
.
O
NIVEL DE PREOCUPACION
Fuente: Elaboración propia.
17
Fuente: Centro de Investigaciones Sociológicas. Barómetro Social 2009.
Barómetro Social de la Región de Murcia 2007. Estudio de Consultores CSA encargado por Seniors
Club.
18
53
PRINCIPAL PROBLEMA SOCIAL
1º Paro
78
2º Terrorismo
23
3º Seguridad ciudadana
20
4º Educación
16
5º Drogas
12
6º Sanidad
9
7º Vivienda
7
8º Otros
1
En este sondeo se ha optado por delimitar una serie acotada de valores
sociales, aunque se ha incluido la opción “Otros” para aquellos que consideren
predominante alguno no incluido en el listado, no obstante tan sólo un componente de
la muestra se ha decidido por esta respuesta.
El ranking lo encabeza el paro, probablemente por la actual situación
socioeconómica, seguido de lejos por terrorismo e inseguridad ciudadana. Estos dos
últimos valores constituyen, tanto por separado como conjuntamente, un problema
social de primer orden a tenor de los resultados obtenidos, muy por encima del que se
señala en otras encuestas de percepción social, lo cual resulta llamativo en una
Región donde el enquistado terrorismo de E.T.A. no tiene especial incidencia,
pudiendo estar justificado ese nivel de temor por la percepción de la amenaza radical
islamista.
La educación se sitúa en un nivel inferior, pese a que constituye la base en la
formación de la ciudadanía su percepción social como problema alcanza un valor que
no debería corresponderle, puede ser debido a que se entiende sólo como adquisición
de conocimientos y no como una verdadera filosofía de vida que haga de los jóvenes
futuros ciudadanos prosociales.
Las drogas tampoco logran un nivel de importancia significativo, la sustitución
de la heroína administrada por vía intravenosa, con repercusión directa sobre el
deterioro físico de los consumidores, por otras sustancias que no provocan un efecto
visible tan inmediato (pastillas y, fundamentalmente, cocaína) puede haber influido en
que la percepción social sobre su problemática se haya difuminado e incluso haya
llegado a un cierto nivel de aceptación social, pese a las campañas divulgativas sobre
sus perniciosos efectos a largo y corto plazo. Los derivados del cannabis se imponen
con fuerza, su consumo se ha expandido y cuenta con gran difusión en los ambientes
de ocio, su consideración legal como “sustancia que no causa grave daño a la salud”
multiplica su aceptabilidad social. Por último, el alcohol está tan unido a la cultura
54
social que ni siquiera es tenido en cuenta como una verdadera droga, cuando se trata
de una de las que mayores problemáticas sociales, médicas e incluso legales provoca.
Sanidad y vivienda se sitúan por debajo de las anteriores, pese a la actual
crisis. La primera resulta entendible si tenemos en cuenta que nuestro sistema
sanitario garantiza los mínimos exigibles en cuanto a implementación (todo es
mejorable), resulta más llamativa la consideración de la vivienda como problema en
momentos en los que el acceso a la misma parece más dificultoso que años atrás, si
bien la intervención de la Administración está actuando como catalizador, lo que
repercute en que su percepción como problema se vaya diluyendo.
GRÁFICO 24: En los últimos 10 años, ¿cómo cree que ha cambiado la seguridad
ciudadana en España? (p. 1.2).
La pregunta 1.2 está dirigida a conocer la opinión general sobre la inseguridad
en nuestro país, para ello se contemplan cuatro opciones de respuesta cuyos
resultados se resumen en el siguiente gráfico.
140
120
100
80
60
40
20
0
/N
NS
C
L
OR
EJ
DO
RA
O
AD
O
PE
UA
IG
M
EM
NIVEL DE OPINIÓN
Fuente: Elaboración propia.
La percepción social se decanta claramente por un empeoramiento de los
niveles de seguridad, sin embargo esto no se corresponde con la realidad que indican
los datos estadísticos sobre delincuencia registrada. La seguridad es una sensación
subjetiva influenciada por multitud de factores, los medios de comunicación y las
transmisiones interpersonales son los verdaderos generadores de ella, pues se tiende
a presentar hechos excepcionales como generales, lo que influye de modo significativo
sobre la realidad perceptiva.
55
GRÁFICO 25: La libertad y la seguridad son valores importantes. Si Ud. tuviera
que decidirse por uno u otro por cual sería (p.1.3).
La tercera cuestión que se plantea a los integrantes de la muestra está dirigida
a conocer su opinión con respecto al binomio libertad/seguridad, debiendo decantarse
por uno de ellos, aunque se incluye la opción de no responder (NS/NC).
NS/NC
7%
SEGURIDAD
53%
LIBERTAD
40%
Fuente. Elaboración propia.
En un escenario ideal la libertad debería ser el valor predominante, en
situaciones de especial incidencia de la delincuencia cabría entender que la seguridad
cobrase relevancia polarizante, sin embargo destaca el porcentaje que se decanta por
la seguridad aun a costa de ceder parcelas de libertad. Parece haberse instaurado una
“sociedad del riesgo”, donde el temor social se ha extendido a niveles preocupantes, la
demanda de seguridad responde a ese nivel de miedo ante la adversidad, como queda
de manifiesto en el incremento exponencial de contratación de seguros de todo tipo, al
auge de la seguridad privada y al blindaje de hogares, vehículos e incluso escoltas
personales, las cámaras de seguridad se han multiplicado en los lugares más
insospechados,…., el temor al delito ha provocado que nos encontremos en una
situación cuasi-patológica.
56
GRÁFICO 26: Estando en un lugar público, ¿se siente más seguro ante la
presencia de un agente de Policía? (p.1.4).
Para completar la primera batería de preguntas se añade otra destinada a
conocer la opinión que sobre la sensación de seguridad produce la presencia de
Policías uniformados en lugares públicos.
NS/NC
22%
NO
12%
SI
66%
Fuente: Elaboración propia.
El patrullaje, especialmente aquel que se realiza a pie, contribuye a mitigar los
efectos negativos de la inseguridad tal y como queda de manifiesto con los
porcentajes de opinión obtenidos en este estudio. Este indicador resulta útil para el
desarrollo de programas de visibilidad de los agentes de Policía, no sólo en lugares de
grandes concentraciones comerciales o lúdicas sino que ha de extenderse al mayor
número posible de escenarios.
En los últimos años se ha apostado por un paulatino incremento de medios
humanos en los distintos cuerpos policiales, cobrando especial relevancia el llevado a
cabo en las Policías Locales de la Región de Murcia, lo que unido a la puesta en
funcionamiento del Plan Regional de Seguridad Ciudadana ha contribuido en gran
medida a responder a la demanda social de presencia policiál en los lugares públicos.
3.4.2. Incidencia de la delincuencia.
El segundo bloque de cuestiones pretende indagar en la incidencia de la
delincuencia, partiendo de las respuestas de la muestra a diversas cuestiones relativas
a sus propias experiencias. Con ello es posible conocer el índice de victimización y la
prevalencia de determinados delitos, si han sido denunciados o no y los motivos de la
no denuncia, extremos de utilidad para realizar inferencias sobre la realidad que el
ciudadano percibe. Además sirven de base para el diseño de programas y operativos
preventivos.
Los dos gráficos siguientes contienen los resultados obtenidos de la muestra
sobre victimización en el último año y en toda su vida.
57
GRÁFICO 27: ¿Ha sufrido algún delito en el último año? (p. 2.1).
78,24
80
60
40
20
20,99
0,76
0
SI
NO
NS/NC
% VICTIMIZACIÓN ÚLTIMO AÑO
Fuente: Elaboración propia.
El término “delito” no se refiere a su significación jurídico-penal sino que queda
al arbitrio de los encuestados la concreción de su contenido, es decir, si pretendemos
medir sensaciones subjetivas resulta lógico que sean los propios miembros de la
muestra quienes elaboren el concepto de aquello que les provoca temor. En el gráfico
se aprecia que más de ¾ partes manifiestan no haber sido víctimas de un delito en el
último año, aunque se ha de tener en cuenta la cifra de delincuencia no reconocida
(aquella que no es percibida como tal por las propias víctimas) y a la que se deriva de
delitos que afectan a la colectividad 19 o afectan a un bien jurídico difuso 20 no estarán
representadas.
La victimización medida es aquella derivada de las conductas que mayor
reproche social causan, especialmente las que atentan contra las personas o la
propiedad, las cuales constituyen el bloque más importante en cuanto a percepción de
inseguridad. En este ámbito, que 20 de cada 100 personas encuestadas haya sufrido
un delito en el último año constituye un dato preocupante, si tenemos en cuenta que
las respuestas ofrecidas se refieren a situaciones de especial trascendencia. Además
el fenómeno delictivo traspasa la mera esfera individual, afectando al entorno de la
víctima y a la colectividad por la proximidad con que el delito se ha cometido y las
transmisiones interpersonales sobre la experiencia traumática, lo que amplifica la
sensación de temor al delito.
19
20
Delitos contra el medio ambiente, contra la salud pública,….
Delincuencia socioeconómica, ciertos delitos contra la seguridad del tráfico,…
58
GRÁFICO 28: ¿Y en toda su vida? (p. 2.2).
70
60
50
40
30
20
10
0
62,97
36,25
0,38
SI
NO
NS/NC
% VICTIMIZACIÓN
Fuente: Elaboración propia.
El porcentaje de victimización vital resulta también representativo, si bien la
amplitud del periodo objeto de análisis queda desdibujado al no estar acotado
temporalmente. No obstante el dato de que un 62,97% haya sufrido al menos un delito
a lo largo de su vida indica que la delincuencia está muy presente en la sociedad, si
bien ha de completarse con un estudio cualitativo para conocer su verdadera
incidencia. Para ello la siguiente cuestión pretende ahondar en la cualidad de las
conductas ilícitas sufridas.
GRÁFICO 29: En caso afirmativo, ¿cuál o cuáles de los siguientes? (p. 2.3).
Analizar la incidencia de determinados tipos delictivos es el objetivo de la
siguiente cuestión, para ello se ha elaborado un catálogo de conductas ilícitas
consideradas como graves por su prevalencia en la sociedad o por los resultados que
producen. El gráfico siguiente recoge los resultados obtenidos de la muestra.
20
15
19,08
12,59
16,41
14,88
11,06
10
7,63 6,48
5
6,87
2,29
0
0,76 0,76
S
RO
AL
OT
XU
SE
O US
AB
N
IÓ
E
AC
AV
OL
GR
VI
N SIÓ
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V
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O
BO
UL
ÍC
RO
EH
V
A
BO
ND
RO
IE
IV
V
BO
RO
CO
RA
AT
% VICTIMIZACIÓN
Fuente: Elaboración propia.
59
El robo en interior de vehículo (19,08%) y el hurto (16,41%) se perfilan como
las tipologías más frecuentes, estando ambas dirigidas contra la propiedad, si bien se
diferencian en la forma de ejecución, en el robo se ha de dar fuerza y en el hurto no.
Coinciden en no precisar un enfrentamiento directo de la pareja penal (víctima-autor),
lo que unido al, generalmente, escaso valor económico de los objetos sustraídos y a
las coberturas de los seguros privados el nivel de temor social no sea significativo. En
cierto modo la propia víctima tiende a culpabilizarse, justificando incluso la conducta
ilícita, por no haber tomado las precauciones que debería.
Robo en vivienda o local (14,88%) y atraco (12,59%) siguen de cerca a los
valores anteriores, sin embargo estas tipologías si son verdaderas generadoras de
alarma social. La profesionalización de algunos tipos delictivos y el grado de fuerza en
las cosas o violencia o intimidación en las personas constituyen la base del temor que
suscitan estas conductas. Sus valores son significativos y preocupantes, pues indican
que su incidencia está muy extendida.
Con respecto a la profesionalización se ha llegado a elaborar un verdadero
catálogo de formas de ejecución con características comunes, así podemos citar el
“alunizaje” consistente en destruir las barreras físicas de protección de los comercios
mediante el empleo de un vehículo, “murcigleros” o especialistas en robos nocturnos
en viviendas cuando se encuentran en ellas sus moradores, “cogoteros” robos rápidos
y violentos generalmente cometidos tras retirar la víctima dinero en efectivo,…
Con respecto al robo en vivienda o local, su comisión precisa abrir una brecha
en la esfera íntima de la persona, o de la familia, con lo que el temor responde más a
la sensación de vulnerabilidad que al perjuicio económico. No precisa necesariamente
contacto víctima-autor, aunque si lo hay se incrementan exponencialmente sus
valores.
El atraco, o robo con violencia o intimidación, es una de las tipologías más
temidas por la propia naturaleza de su ejecución. Precisa contacto directo entre la
pareja penal y suele estar ejecutado con verdadera alevosía dirigiéndose
generalmente sobre una víctima propicia, bien mediante el uso de armas o
instrumentos peligrosos para la integridad de las personas o bien mediante la
intimidación tácita del número o actitud de los agresores.
En el robo de vehículo (11,06%) también se ha apreciado especialización, el
notable incremento del parque móvil en los últimos años propiciaba que descendiesen
los valores del robo de vehículo utilitarista, aquel en el que sólo se utilizaba por un
corto margen temporal, sin embargo han adquirido entidad otros modos de ejecución
destinados a sustraer el vehículo para dirigirlo a un destino concreto, generalmente
fuera de España, o de modo instrumental, para la realización de alunizajes, además se
ha detectado un mercado de vehículos “a la carta”, generalmente de gama alta.
La estafa (7,63%) también se encuentra presente en este ranking, sus valores
reales son difíciles de conocer, bien por tratarse de cantidades exiguas y sus víctimas
lo consideran insignificante, o también por la propia participación de la víctima en el
proceso de ejecución, como sucede en los timos. Por ello la encuesta de victimización
se perfila como una fuente útil para conocer su incidencia.
Las agresiones directas están también representadas como leves (6,48%) y
graves (2,29%), según hayan sido objeto o no de tratamiento médico o quirúrgico. Su
incidencia no es muy alta, sin embargo destaca el número de agresiones leves que
manifiesta haber sufrido la muestra y su correlación con la no denuncia de las mismas
60
por considerarlas insignificantes. Este extremo sugiere que se está instaurando un
cierto nivel de aceptación de la violencia, en grado menor, en las relaciones sociales.
Violación y abuso sexual comparten el mismo valor (0,76%), estas tipologías
están rodeadas de cierto ocultismo por las connotaciones morales que conllevan, su
incidencia no resulta significativa cuantitativamente pero sí en su dimensión personal,
pues son hechos que generan un gran debate interno de la propia víctima. El más del
50% no lo denunció, argumentando además que era insignificante.
GRÁFICO 30: ¿Lo denunció? (p. 2.4).
La denuncia es requisito procesal imprescindible para la incoación de
actuaciones penales en los delitos semiprivados, además constituye la fuente de
información más precisa para la cuantificación de la delincuencia en los registros
oficiales, sin embargo no todos los delitos llegan a ser denunciados por distintos
motivos. Las siguientes cuestiones van a tratar de indagar en las motivaciones de la
no denuncia.
NS/NC
1%
NO
32%
SI
67%
Fuente: Elaboración propia.
GRÁFICO 31: Si no lo denunció, indique el motivo (p. 2.5).
En el gráfico puede observarse que mayoritariamente se denuncian los delitos
sufridos (67%), pero un 32% manifiesta no haberlo hecho pese a saber que lo había
sufrido, a continuación se analizan los principales motivos.
30
25
20
15
10
5
0
28
18
8
1
DO
GN
SI
IN
IE
M
I
IF
N
CA
..
TE
ZA
AN
.
D
VE
IR
S
FI
ON
SC
NO
DE
PRINCIPALES MOTIVOS DE NO DENUNCIA
Fuente: Elaboración propia.
61
El principal motivo de no denuncia es el considerar el delito sufrido como
“insignificante”, seguido de que “no sirve de nada” y desconfianza en la justicia. Estas
dos últimas motivaciones indican que el nivel de confianza en la forma de impartir
justicia es cuanto menos escaso.
Si tomamos como ejemplo a quienes manifiestan haber sufrido un atraco y no
lo denunciaron, encontramos en la muestra que un altísimo porcentaje no responde a
esta cuestión (66%), un 18% indica que era insignificante, un 6% que no sirve de nada
y un 9% por desconfianza. En el caso de robo en vivienda o local el porcentaje de
denuncia se eleva al 87%, mientras que el de no denuncia se sitúa en torno al 12%, el
cual a su vez se desglosa en un 5% por desconfianza en la justicia, otro 5% porque no
sirve de nada y un 2% lo consideraron insignificante.
Los motivos de no denuncia están íntimamente ligados a la naturaleza del
delito sufrido, pero también cobra especial relevancia la necesidad de interponerla
para poder reclamar cuando se encuentran bajo la protección de una cobertura
aseguradora.
3.4.3. Victimización.
GRÁFICO 32: ¿Qué delitos le preocupan o tema más? (p. 3.1).
El último bloque de cuestiones se refiere al proceso de victimización, comienza
con un análisis de los delitos que más preocupan o se temen, con lo que se va a
establecer una escala de temor. Para ello se ha elaborado un catálogo acotado de
conductas típicas en el que se incluyen aquellas de mayor incidencia y las que
provocan resultados más gravosos en atención al bien jurídico afectado.
2000
1500
1000
500
0
AL
XU
SE
O US
AB I ÓN
AC E
OL
VI RAV
G
R.
AG V E
LE
R.
AG
FA
TA
ES
C
O
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HU NT.
I
LO
BO ÍCU
RO EH
V
DA
BO EN
RO IVI
V
BO
RO
CO
RA
AT
ESCALA DE TEMOR
Fuente: Elaboración propia.
62
MAYOR TEMOR
100
48
17
10
7
2
1
1
1º Violación
2º Agresión grave
3º Atraco
4º Abuso sexual
5º Robo vivienda o local
6º Robo int. Vehículo
7º Hurto
7º Estafa
Con respecto a la cualidad del delito sufrido se ha elaborado una escala
partiendo de una serie de conductas que destacan por su resultado lesivo o
habitualidad de su comisión. Para ello se interpela a los encuestados para que
ordenen de mayor a menor, en una escala de 1 a 10 los delitos que más temen o les
preocupan.
El delito de violación ocupa el primer puesto, doblando en valor a la agresión
grave y seguido a distancia del atraco y el abuso sexual, el robo en vivienda o local
también logra una puntuación significativa, mientras robo en interior de vehículo, hurto
y estafa ocupan las posiciones inferiores. Dada la catalogación de los delitos
propuestos la respuesta ciudadana resulta acorde con el nivel de riesgo sufrido en
cada uno de los casos, pues sigue un orden lógico con respecto a la intensidad de los
bienes jurídicos afectados.
GRÁFICO 33: ¿Sabe Ud. Si se les detuvo? (p. 3.2).
La información sobre el suceso, especialmente aquella referida a la evolución
de la investigación, constituye una de las principales fuentes de incremento de la
atención por parte de las instituciones, repercutiendo directamente en la sensación de
protección.
No se trata de ofrecer una información periódica y continuada sobre las
peculiaridades del proceso investigador, ya que éste podría verse afectado, aunque sí
existen algunos extremos que contribuyen a mitigar los efectos de la desinformación.
En la siguiente cuestión se va a analizar la información recibida por quienes han sido
víctima de un delito con respecto a la detención o no de los autores, se trata de una
información trivial para la Policía pero trascendental para la víctima.
NS/NC
26%
SI
13%
NO
35%
NO SE
INFORMÓ
26%
Fuente: Elaboración propia.
63
Sólo un 13% de la muestra indica tener conocimiento sobre la detención de los
autores, mientras que un 35% sabe que no se les detuvo y un 26% dice no haber sido
informado. Esos valores afectan parte negativamente a la percepción social de
protección por parte de la Policía, por lo que un proceso más dinámico de interacción
entre las instituciones policiales y quienes han denunciado un hecho delictivo influiría
positivamente en la generación de mayor sensación de protección.
GRÁFICO 34: Tras ser víctima de ese delito, ¿en qué medida ha afectado esto a
su vida cotidiana? (p. 3.3).
Por último se interpela a la muestra sobre el nivel de afectación que ha tenido
para su desarrollo vital la experiencia delictiva sufrida.
59
60
50
44
40
30
25
30
20
10
9
0
MUCHO
BASTANTE
POCO
NADA
NS/NC
NIVEL DE AFECTACIÓN
Fuente: Elaboración propia.
Resulta significativo el valor de la opción “bastante”, que puede servir de
indicador para conocer la verdadera incidencia de la delincuencia en la vida de los
ciudadanos. Los que mayor nivel de afectación provocan son los que han sufrido
varios delitos graves, destacando el robo en vivienda o local que arroja un porcentaje
de mucho temor del 77% o las víctimas de varios delitos con un valor del 66%,
mientras que en las de atraco se reduce al 33%.
Por el contrario entre los que causan bajo nivel de afectación se encuentran
representados aquellos delitos que menor valoración de temor han experimentado
(robo en interior de vehículo y hurto), si bien destaca que un 20% de los que han
sufrido un atraco y un 18% de los que han sido víctimas de robo en vivienda o local
otorgan poca importancia para su vida el haberlos sufrido. Esto puede deberse a una
cierta resignación ante lo que se considera más habitual de lo normal, provocando en
la ciudadanía un cierto consentimiento de conductas que afectan gravemente a su
propia dignidad.
64
3.5 Conclusiones del sondeo.
El paro es en la actualidad la mayor preocupación de los ciudadanos pero
seguido muy de cerca por la inseguridad cuidadana, lo que afianza la hipótesis de que
este valor social resulta extremadamente importante para la ciudadanía.
Mayoritariamente se considera que la seguridad ha empeorado en los últimos
años, cuando los registros oficiales indican lo contrario. Al tratarse de una sensación
subjetiva es la propia sociedad la que la genera, a través de la información mediática
que recibe, sus experiencias personales y las transmisiones interpersonales sobre
delitos sufridos.
El binomio libertad-seguridad lo componen dos derechos fundamentales que se
encuentran íntimamente ligados de modo antagónico, siempre ha de ceder uno ante el
otro, por lo que se encuentran en una frágil balanza difícil de mantener. Los datos
obtenidos del sondeo indican que en el momento actual se da un fenómeno de
polarización en las respuestas, si bien se decanta ligeramente hacia la seguridad en
sacrificio de ciertas parcelas de libertad.
La presencia policial uniformada contribuye a mitigar los efectos negativos de la
inseguridad, así 2/3 de la muestra indican sentirse más seguros cuando se encuentran
en un lugar público y hay un Policía cerca.
Más de la mitad de la muestra indica haber sufrido al menos un delito en su
vida, lo que refuerza la hipótesis de que la propia experiencia personal o del entorno
contribuye a la amplificación de la sensación subjetiva de inseguridad.
El robo en interior de vehículo y el hurto son las infracciones más habituales, si
bien el robo en vivienda o local y el robo con violencia o intimidación alcanzan valores
preocupantes.
Mayoritariamente se denuncian los delitos sufridos, aunque este extremo
depende en gran medida de la modalidad delictiva. Robos en vivienda o local así como
el robo de vehículo o en el interior del mismo son los que mayor índice de denuncia
presentan, mientras que con el hurto sucede lo contrario. Determinadas tipologías
graves también poseen un alto nivel de “cifra negra”, como sucede con los delitos
contra la libertad e indemnidad sexuales que suelen producirse en un entorno próximo,
en el sondeo más del 50% de los que indican haber sufrido violación o abuso sexual
no lo denunciaron.
Los delitos más temidos son la violación, las agresiones graves y el atraco,
siendo esto consecuente con la importancia social de los bienes jurídicos a los que
afectan y con que todos conllevan un contacto muy intenso entre la pareja penal. En el
extremo opuesto se sitúa el hurto y la estafa, si bien este último dependerá de su
dimensión económica.
El nivel de afectación para el desarrollo vital tras haber sido víctima de un delito
es alto, especialmente cuando han sido varios los episodios delictivos sufridos o se
trate de aquellos que más temor provocan.
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4. CONCLUSIONES FINALES.
La delincuencia es un problema social de primer orden, si bien su balance
registral oficial indica una progresiva disminución, la percepción ciudadana sobre
inseguridad va en aumento. Una de la misiones del Estado, por sí mismo y a través de
sus distintos niveles de la Administración, es garantizar el libre ejercicio de los
derechos y libertades así como la seguridad ciudadana.
En este sentido la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, consciente
del potencial que en materia de seguridad pueden ofrecer las Policías Locales, ha
elaborado y puesto en práctica un Plan Regional de Seguridad implementando los
medios materiales y humanos de cada una de las plantillas de los distintos municipios,
sin olvidar la formación continua y fomentar la investigación empírica de la
delincuencia en la Región, lo que demuestra verdadero interés y preocupación sobre
uno de los valores sociales más demandados.
La ampliación de las plantillas supone una mayor distribución de los efectivos,
cuya presencia se hace cada vez más patente, contribuyendo positivamente a
incrementar los niveles de seguridad. El número de agentes es importante cuando se
trata de una ratio adecuada, pero un exceso no logra por sí sólo mejorar esos niveles,
más policías producen más actuaciones, más detenidos pero no menos delincuencia,
por ello se ha de realizar una distribución racional y acorde con las necesidades
específicas de cada municipio.
A este crecimiento en medios humanos se ha añadido la progresiva
especialización en el seno de las Policías Locales, apareciendo Grupos o Servicios
con cometidos específicos que precisan de una formación singular, así a los
tradicionales Grupos de Tráfico, Atestados y Policía de Proximidad se han añadido
otros como Seguridad Ciudadana, Oficinas de Atención al Ciudadano, Patrulla
Ecológica, Equipos de Protección y Atención a la Familia y otros servicios destinados a
mejorar la calidad del servicio. También se fomenta la colaboración entre las distintas
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a fin de mejorar su cooperación y resultados.
En un escenario de profunda modernización de las Policías Locales se hace
necesario aplicar el conocimiento científico en la lucha contra el delito, con el objetivo
de establecer planes preventivos y operativos eficaces. En este estudio se ha
pretendido ofrecer una visión longitudinal del fenómeno de la delincuencia en la
Región de Murcia, se ha comprobado que su tasa es relativamente estable en el
tiempo, sin embargo ciertas modalidades delictivas contribuyen a magnificar la
sensación de inseguridad. La mayor parte de los delitos graves no se corrigen con la
mera presencia policial, se cometen cuando la víctima y la oportunidad son idóneas
para ello, por lo que en estos casos la mejor estrategia es la preventiva.
Las campañas de prevención de tipologías concretas son una herramienta útil,
especialmente ante objetivos especialmente vulnerables como sucede con
determinados establecimientos (joyerías, gasolineras, pequeños comercios,…), pero
también como reforzador de pequeñas pautas de conducta que dificulten el proceso
para llegar a convertirse en víctima. Establecer fórmulas de contacto con víctimas
potenciales y fomentar el análisis de riesgos pueden servir de base para el
establecimiento de operativos específicos que contribuirán en gran medida a mitigar la
sensación de desamparo institucional que está latente en la ciudadanía, como
demuestran las respuestas ofrecidas en el formulario, relativas a la opinión mayoritaria
de que la seguridad ha empeorado.
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5. ANEXO. Cuestionario.
1. OPINIÓN GENERAL SOBRE LA INSEGURIDAD CIUDADANA:
1.1. Indique en una escala de 1 a 3 los problemas sociales que más le preocupan, dónde 3 es el
problema que más le preocupa y 1 el que menos:
□ Paro.
□ Vivienda.
□ Drogas.
□ Seguridad ciudadana.
□ Terrorismo.
□ Sanidad.
□ Educación.
□ Otros.
1.2. En los últimos 10 años, ¿cómo cree que ha cambiado la seguridad ciudadana en España?.
□ Ha mejorado.
□ Sigue igual.
□ Ha empeorado.
□ NS/NC.
1.3. La libertad y la seguridad son valores importantes. Si Ud. tuviera que decidirse por uno u otro
por cual sería:
□ Seguridad.
□ Libertad.
□ NS/NC.
1.4. Estando en un lugar público, ¿se siente más seguro ante la presencia de un agente de Policía?:
□ Sí.
□ No.
□ Me es indiferente.
2. INCIDENCIA DE LA DELINCUENCIA:
2.1. ¿Ha sufrido algún delito en el último año?:
□ Sí.
□ No.
□ NS/NC.
□ No.
□ NS/NC.
2.2. ¿Y en toda su vida?:
□ Sí.
2.3. En caso afirmativo, ¿cuál o cuáles de los siguientes?:
□ Atraco
(robo
intimidación).
con
violencia
o
□ Robo en vivienda o local.
□ Robo de vehículo.
□ Robo en interior de vehículo.
□ Sustracción de cartera u otros objetos.
□ Estafa.
□ Agresión personal leve.
□ Agresión personal grave.
□ Violación.
□ Abuso sexual.
□ Otros.
2.4. ¿Lo denunció?:
□ Sí.
□ No.
□ NS/NC.
2.5. Si no lo denunció, indique el motivo:
□ Desconfianza en la justicia.
□ Porque no sirve de nada.
□ Por miedo.
□ Era insignificante.
□ NS/NC.
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3. VICTIMIZACIÓN:
3.1. ¿Qué delitos le preocupan o teme más?: (Indíquelo en una escala de 1 a 10, donde 10 es el que más
teme y 1 el que menos).
□
Atraco (robo
intimidación).
con
violencia
□ Robo en vivienda o local.
□ Robo de vehículo.
□ Robo en interior de vehículo.
□ Sustracción de cartera u otros objetos.
□ Estafa.
o
□ Agresión
personal leve.(Sin ingreso
hospitalario o tratamiento quirúrgico).
□ Agresión personal grave. (con ingreso
o tratamiento quirúrgico).
□ Violación.
□ Abuso sexual.
3.2. ¿Sabe Vd. si se detuvo al/los culpables?:
□ Sí se les detuvo.
□ No se les detuvo.
□ No se me informó.
□ NS/NC.
3.3. Tras ser víctima de ese delito, ¿en qué medida ha afectado esto a su vida cotidiana?:
□ Mucho, siento miedo a menudo.
□ Bastante, desde ese momento tomo más precauciones.
□ Poco, son cosas que pasan.
□ No me ha afectado en nada a mi vida.
□ NS/NC.
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6. FUENTES.
Bibliográficas:
GARCÍA PABLOS, A. “Manual de Criminología”, Madrid, 1998.
ROLDÁN BARBERO, H. “Introducción a la investigación criminológica”,
Granada, 2004.
Páginas web:
www.cis.es
www.ine.es
www.mir.es
www.mpt.es/ministerio/delegaciones_gobierno
Otras:
Barómetro Social de la Región de Murcia 2007. Estudio de Consultores
CSA encargado por Seniors Club.
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