¡28 NOCIONES PRKI.I.MINARKS que las angiospermas sólo se han comenzado a desarrollar al final de dicha época geológica desde las formaciones superiores del cretáceo y han predominado desde entonces hasta la época actual inclusive. No menos aplicable es el principio de la ontogenia referente a las fases por que pasa el desarrollo del individuo, principio fundado en observaciones embriogénicas, y que no pocas veces indica con claridad la posición relativa de los grandes grupos naturales. Puede observarse esto entre los tipos de las criptógamas, cuyas fases transitorias se asemejan a los organismos de un tipo más inferior, e indican claramente su posición relativa. Así las muscíneas tienen una fase transitoria (protonema), cuyo aspecto alguiforme o ficiforme indica que las muscíneas son organismos superiores a las algas. De igual modo la fase transitoria (prótalo) de las criptógamas vasculares recuerda en su forma la de ciertas muscíneas inferiores con tallo taliforme y nos comprueba la superioridad de las criptógamas vasculares sobre las talofitas y muscíneas. Hoy los métodos naturales no pueden fundarse sobre un principio exclusivo, siquiera éste sea tan importante como la subordinación de caracteres, sino en todos ellos, y las diversas clasificaciones de los autores nacen de aplicar preferentemente unos u otros en cada caso. Existe, sin embargo, una tendencia armónica que hace bastante semejantes todos los métodos modernos, sobre todo en la parte referente a la criptogamia, la-que por su modo de ser permite más fácilmente la aplicación de los principios últimamente expuestos, circunstancia que nos explica cómo las diferencias entre unas y otras clasificaciones no son grandes; casi podría decirse que en esta parte de la serie se ha conseguido unificar la clasificación. No ocurre lo mismo 'respecto de las plantas superiores, en las que, por ser menores las diferencias y por la influencia persistente de los primeros métodos, será menos fácil llegar a la deseada unificación. Conceptos de la especie, la raza y la Variedad.—La naturaleza sólo nos ofrece individuos, y la sistemática nos permite formar ideas genérales respecto de ellos por medio de la constitución de grupos de categoría di versa. De ellos, el grupo fundamental es la especie, cuyo concepto se ha formado respecto de muchos casos por el vulgo antes que por el naturalista. Así, todo el mundo dice el granado, el naranjo, el limonero, el nogal, etc., refiriendo cada uno de estos nombres a una especie determinada. Se ha dicho que la especie es «la reunión de seres que descienden unos de otros, o de padres comunes, y que se parecen a éstos tanto como ellos entre sí», lo cual expresa bastante bien el concepto de la especie, sin prejuzgar nada acerca de la variación de los caracteres específicos. En la práctica los naturalistas reconocen el parentesco específico por la similitud de organización (que nunca llega a ser identidad), sin investigar cuáles son los progenitores y cuál el parecido que con ellos tengan los individuos examinados. A su vez, dentro de las especies pueden considerarse agrupaciones dé individuos que se distinguen de los demás de su especie por algunos caracteres distintivos. Estas subdivisiones de la especie se llaman variedades cuando sus caracteres distintivos sólo son transmisibles por reproducción asexual (acodo, esqueje, injerto, etc.); y variedades hereditarias o razas cuando pueden transmitirse por herencia. Si sólo se trata de variaciones propias de uno o pocos individuos, es decir, que no tienen importancia para constituir una variedad, se denominan formas. Grandes discusiones se han sostenido respecto de si los caracteres específicos tienen una constancia absoluta o si pueden modificarse lentamente y