Parece que fue ayer Que pasará por la mente de un joven soltero

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Parece que fue ayer
Que pasará por la mente de un joven soltero de treinta y un años; tan terrible será la guerra para
que deje un día la república de Bélgica, en una bodega de un barco de carga en el siglo dieciocho,
mas precisamente en el año 1843 con rumbo desconocido, hacia un país que esta en formación.
Nada mas cierto aquello que dice ; Nadie es profeta en su tierra.
Parece mentira, casi imposible que un hombre tan joven, de una tierra tan lejana, con un océano
de por medio en épocas tan difíciles, con el idioma como barrera, casi sin transporte, único medio
el barco, barcos rudimentarios, deje la vieja para llegar a la nueva América.
¿Fue tal vez un aventurero?, Tal vez un visionario, un predestinado, un soñador, para mi un
hombre muy valiente y muy valioso.
Fue uno de los eslabones de la larga cadena, que comenzaron a formar y hacer crecer a este
hermoso pueblo de “CAÑADA VERDE”, en el sur de la provincia de Córdoba, claro hace ya tanto
tiempo, cuando estas tierras quedaron deshabitadas a la fuerza, (por el ejército) de sus
verdaderos dueños, los aborígenes, “ LOS INDIOS RANQUELES”.
Claro hace tanto, que ya nadie o casi nadie se acuerde del doctor “ FRANCISCO MONS”.
Se llamaba Francisco Mons y vino de la Localidad de “Diest”, República de Bélgica, tan apurado
abandonó su país que se olvidó de traer su tesoro, el título de médico, aún así veremos lo valioso
que fue ejerciendo la medicina.
Llegó a la Argentina cuando el siglo dieciocho llegaba casi a la mitad, buscó un lugar y por
referencias de un coterráneo ancló en Río Cuarto en la Provincia de Córdoba, en una colonia
llamada San Bartolomé.
Tres años después se enamora de una bella joven aborigen, Rosa Rivero de tez morena, a quien
bautizó “Rosa Negra” y se casa en la capilla de Nuestra Señora del Tránsito, y de ese matrimonio
Leopoldo al año siguiente, y Teodora dos años después.
Pero su espíritu de viajero, y buscando su destino lo impulsa a cambiar de provincia, y en el año
1884 llega a La Pampa a una localidad que se llamó El Tordillo y actualmente es el pueblo de
Parera, ahí pensó que sería su lugar definitivo, y comenzó su loable tarea de médico rural
extendiendo sus servicios en un amplísimo radio debido a la falta de colegas, en agotadoras
jornadas que recorría con un vehículo llamado americano, tirado por un caballo, ambos
obsequiados por sus pacientes, por polvorientos caminos que a veces solo eran huellas, con
lluvias, fríos, o soles y calores intensos, y la mas de las veces con la sola retribución de un gracias
y un obsequio.
Su nombre y su reputación se hizo conocido en una amplia región, y era llamado de los lugares
mas distantes, así uno de los primeros pobladores de ese pueblo, Jesús Porto dueño de la
estancia de cinco mil hectáreas llamada Cañada Verde; como último recurso solicita sus servicios,
para su hija muy enferma, que en Buenos Aires no lograban curar, la trata un tiempo con éxito y
logra restablecerle la salud, esto deriva en una estrecha amistad entre orto y Mons, y como un
gesto de gratitud entre los obsequios le entrega un cuadro, con la figura del doctor pintada a lápiz,
que aún conserva en buen estado y como una reliquia en el domicilio de uno de sus bisnietos.
A raíz de ésta amistad por un lado, la próxima llegada del ferrocarril, y como una premonición
después de catorce años en La Pampa, su espíritu andariego y buscando quizás su lugar
definitivo en el mundo y su destino final, elige radicarse hasta su muerte en “CAÑADA VERDE”
(hoy Villa Huidobro nuevamente en la provincia de Córdoba, casi al límite con La Pampa.
El doctor Mons era de mediana estatura, con un cuerpo atlético y esbelto, aparentaba mas edad
debido a una larga y espesada barba, como se estilaba en la época que se fue blanqueando con
los años, también de acuerdo a la época usaba el traje con chaleco y en uno de sus bolsillos un
lujoso reloj que pendía de una gruesa cadena, completaba el atuendo de todos los días el
infaltable sombrero, además como se aprecia en la foto a lápiz su vicio; el toscano entre sus
dedos.
Amaba a los animales que cuidaba con su esposa y sus hijos también a los árboles, aún se
conserva un cedro de ciento doce años en la plazoleta frente a su campo, (que aún sigue en
mano de sus herederos)cuya sombra roza por las mañanas, la actual capilla del barrio.
Con capitales logrados en sus años de labor como médico, ayudado ahora como enfermera por
su nuera Pilar Lapetina, compró fracciones de campo y terrenos, precisamente en uno de ellos y
fuera de su barrio, lo que es hoy barrio norte y que las vías del ferrocarril separan del sur,
construye su consultorio con paredes de adobe que después reemplaza con ladrillos, que le
provee el ferrocarril en parte de pago de la atención de los obreros que construían las vías, la
estación y los galpones.
En otros terrenos al este, frente donde el doctor levantó su estancia, actualmente calle por medio
(calle que lleva su nombre) gente humilde, trabajadores que empezaban a poblar la provincia
comenzaron a levantar con lo que podían y como podían sus precarias viviendas y comienza a
tomar forma el nacimiento de un pueblo, llamado primero Pueblo Mons, actualmente cañada
Chica.
¿Porque este nombre?, porque al llegar el ferrocarril, eligen para la construcción de la estación y
oficinas la parte mas alta del terreno y la bautizan Cañada Verde, y es alrededor de ésta que se
refunda el pueblo ya que Cañada Chica está en la parte mas baja, en la entrada del pueblo,
El barrio no tenía escuela, y la señora Pilar Lapetina esposa de su hijo Leopoldo, dona el terreno y
la construcción del edificio y se inaugura lo que se llamó “Escuela Mixta Mons” siendo el doctor el
encargado de pagar los sueldos docentes por un tiempo.
Hoy después de tantos años y con el nombre de “ Bernardino Rivadavia” sigue con la noble tarea
educar.
El doctor Mons ejerció la medicina hasta el año 1905 cuando llega a esta localidad con su
flamante título el doctor Arturo Melo, quien queda asombrado al enterarse que dentro de logros de
su colega, en tiempos donde no se conocía terapia, transfusiones, antibióticos, había realizado
con éxito dos amputaciones de piernas a trabajadores rurales.
Desgraciadamente cuando el llega, el doctor Mons contrae una neumonía y aún relativamente
joven
a las 11 de la mañana en un día del mes de mayo de 1909 fallece a los 66 años, hoy sus restos
descansan en el panteón de la familia Lapetina.
El barrio cañada Chica actualmente esta unificado en la población total, con alumbrado eléctrico,
agua corriente, colegio primario y jardín, capilla y plaza sin nombre que espera de las autoridades
comunales, el homenaje a este pionero, de un busto en la misma y que se le imponga el nombre.
Estamos en el año 2011, dos siglos mas adelante y aún conviven con nosotros dos nietos, de don
Francisco, con 97 años don Leopoldo y con 89 don Alberto Mons, también bisnietos tataranietos y
chosnos, todos muy orgullosos de ser sus descendientes de aquel joven, venido desde Bélgica.
Un eslabón de la larga cadena que haciendo patria, formaron grande y hermoso este pueblo del
sur Cordobés llamado hoy Villa Huidobro.
COMECÓ
Eduardo Angel Suarez
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