Acuerdo n° 46 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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N46
En la Ciudad de Venado Tuerto a los 29
das del mes de
jUNIO
Del 2007 se reunieron en Acuerdo la Srta. Vocal Dra. Griselda Mercedes
Mir y el Dr. Carlos Alberto Chasco de la Cmara de Apelacin en lo Civil, Comercial y Laboral y el Dr.
Gustavo D.I. Garcia Mendez, de la Cmara de Apelacin en lo Penal, ambas de esta ciudad, para resolver en
los autos:
AGATAURA S.C.A. C. CARELLI RUBEN y/u Otros S. COBRO DE
DOLARES- DAOS y PERJUICIOS-ESCRITURACI N, Expte. 363-2005, venidos en
apelacin del Juz.de P.Inst. de Dist. en lo C.C.1 Nom. Hecho el estudio del juicio,se procedi
 a plantear las siguientes cuestiones:
1) )ES NULA LA SENTENCIA APELADA?
2) )ES JUSTA LA SENTENCIA RECURRIDA?
3) )QUE PRONUNCIAMIENTO SE DEBE DICTAR?
Practicado el sorteo de ley, result que la votacin deba
efectuarse en el siguiente orden: Dr. Chasco, Dra. Mir y Dr. Garcia Mendez.
A la primera cuestin el Dr. Chasco, dijo:
Los recursos de nulidad interpuestos por ambas partes
litigantes (fs. 121-123), no han sido sostenidos de manera expresa en esta Instancia. No
obstante, la demandada efecta referencias en cuanto a que la sentencia puede ser viciada
de nulidad cuando expone sus quejas respecto de la apelacin. Esta situacin bien puede ser
tratada en el exmen del recurso rectificatorio, del cual el nulificatorio es subsidiario
(absorcin de la invalidacin por la impugnacin). Por ello y, al no existir la concurrencia
de vicios o irregularidades que determinen un control oficioso, a sta primera cuestin me
expido negativamente.
A la misma cuestin la Dra. Mir, dijo:
Voto tambien por la negativa.
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A la misma cuestin el Dr. Garcia Mendez, dijo:
Habiendo dos votos coincidentes, invoco la aplicabilidad al
caso de lo dispuesto en el art. 26, primera parte, Ley 10.160
A la segunda cuestin el Dr. Chasco, dijo:
1. El Juez de Primera Instancia dict la sentencia N 991-05
(fs.- 118-120), mediante la cual hace lugar a la demanda, condenando a los demandados a
abonar a la actora la suma reclamada de dlares estadounidenses billete Cien Mil (U$S
100.000), con ms los intereses que explicita en los considerandos e impone las costas a la
parte demandada.
Contra dicho decisorio se han alzado la actora (fs. 121) y la
demandada (fs. 123), los que fueron concedidos por el a.quo (fs. 122 y 123 vta.), quienes
expresaron sus reparos en esta instancia. La accionante a fs. 132-133 y la accionada a fs.
135-142, quien, en ese mismo escrito contest los agravios de la primera . Luego, la
demandante respondi los de su contraparte a fs. 146-148.
Se llamaron los autos a la Sala (fs. 149), provedo notificado
y firme, quedando entonces los presentes en estado de ser revisados por este Cuerpo.
A posteriori, se convoc audiencia a los fines previstos en el
art. 19 del C.P.C.C., la cual se celebr segn consta en el acta de fs. 155, donde se dispuso
pasar a un cuarto intermedio, continundose el acto en la nueva fecha establecida (v. fs.
156), no arribando los litigantes a acuerdo alguno, disponindose la prosecucin de la causa
segn su estado.
Habindose producido la vacancia en la Vocala del Dr. Luis
E. Ayuso, por su acogimiento al beneficio jubilatorio, se procedi a integrar el Cuerpo con
el vocal de la Excma. Cmara de Apelacin en lo Penal, Dr. Gustavo Garcia Mendez,
siendo consentida la misma por los apelantes (fs. 160-162).
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En cuanto a la relacin de causa efectuada por el a.quo, no
habiendo sido cuestionada y/o impugnada por los litigantes, por razones de brevedad hago
la pertinente remisin, dndolas por reproducidas en este acto.
2. En cuanto a los agravios vertidos por los litigantes, sint
ticamente, son los siguientes:
a. de la actora: porque en la demanda se reclama, adems del
precio en dlares estadounidenses y la escrituracin, un rubro denominado Daos y
Perjuicios, al que el Sr. Juez de Primera Instancia no hizo lugar. Indica que el significado de
toda la demora ocasionada por el deudor, implic pagar casi la totalidad de su deuda con la
renta del inmueble que no pag, con el agravante de que el valor del inmueble en cuestin
en la actualidad es de aproximadamente U$S 1.200.000 dlares o sea U$S 12.000 la ha.,
con lo que, procediendo los demandados a la venta de 8,33 ha. pagan el saldo al que habria
que adicionar los intereses. Hace una estimacin del arrendamiento por cinco aos de dicha
fraccin y concluye que con ese solo ingreso se supera holgadamente el valor adeudado,
vale decir, que el hecho de no pagar en forma lo ha beneficiado. Refiere que el a.quo
reconoce la injusticia pero la produce igual, lo cual resulta un claro agravio, y que los da
os y perjuicios estan a la vista.
b. de la demandada: 1. Que el presente caso debi ser
analizado y resuelto dentro del contexto de la legislacin de emergencia y, en especial, de la
ley 25.820 y no fuera de ella como lo hizo el a.quo, mxime que la actora plante la
inconstitucionalidad de la leyes de emergencia, siendo replicada por la demandada, pero,
sin embargo, el inferior omiti su tratamiento, pero no obstante, dict una sentencia
soslayando totalmente la legislacin aplicable al caso como si hubiere declarado su
inconstitucionalidad; 2. La sentencia debe referir a los hechos constitutivos de la litis, pero
el a.quo ha omitido tratar defensas fundamentales de la accionada, teniendo en cuenta que
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al tiempo de iniciarse el pleito se encontraban vigentes normas dictadas por el Gobierno
Nacional como la ley 25561, dec. 214-02 y la posteriormente sancionada ley 25820, las
cuales establecen la pesificacin de todas las deudas y marcas carriles procedimentales de
los que tampoco puede apartarse el rgano jurisdiccional ya que tienen carcter imperativo,
por lo tanto, debi haber rechazado la pretensin del actor de cobrar en otra moneda que no
sea la de curso legal, por ser contraria a derecho; 3. Que no se expidi respecto al valor
pleno del pago en pesos efectuado por la demandada, quien consign, conforme a la
legislacin y reglamentaciones vigentes la suma de $144.240, la que resulta de aplicar el
capital originario pesificado el Coeficiente de Estabilizacin de Referencia, requiriendo de
este tribunal ad.quem que de validez al mismo,
sin perjuicio de lo que pudiere
corresponder a fin de lograr el reajuste equitativo que peticionaran al contestar la demanda;
4. Se agravia tambien porque el a.quo no tuvo en cuenta la improcedencia de la demanda
de escrituracin promovida por el actor, la que fue objeto de rechazo por la accionada ya
que ha quedado probado que la parte vendedora se neg siempre y en forma reiterada a
otorgar la escritura traslativa de dominio; 5. Por la imposicin de costas efectuada por el
Inferior.
En cuanto a los respondes realizados por las partes,
ambas pugnan por la modificacin del resolutorio apelado en la misma medida que se
quejan de la sentencia.
3. A fin de proceder a resolver el presente resulta
conveniente reflejar las postulaciones de las partes en los escritos fundantes del proceso, y
luego, la decisin del juez a.quo plasmada en la sentencia alzada.
3.1. La actora indica que el 16.10.2000 vendi a los
demandados una fraccin de terreno de campo -que describe- que el precio de venta fue de
U$S 370.000, que el comprador abon parcialmente de la siguiente manera: U$S 170.000
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de contado; U$S 100.000 el 15.12.2000 y el saldo de U$S 100.000 deba abonarse no ms
all del 15.1.2002 y contra escritura.
Que el precio fijado por ha. fue de U$S 3.700 y que,
al momento de la demanda lo estima en U$S 4.400 y que, tratndose de una compraventa
de un inmueble rural y considerando las especiales relaciones que origina ese tipo de
negocios esper un tiempo prudencial para que no solo paguen lo contratado sino que le
informen quien era la sociedad compradora y como respuesta a su espera el 06-06-2002
recibe una carta documento pretendiendo abonar un peso por cada dlar, lo que no fue
aceptado por la vendedora. Que la suma ofrecida fue depositada en la Escribania donde se
debia formalizar la escritura traslativa de dominio.
Que luego de ello intim formalmente que se le abone
U$S 100.000, con ms intereses y daos y perjuicios, siendo rechazada por la compradora.
En suma, reclama se le abone la cantidad de U$S
100.000 declarndose inconstitucional para el presente caso la ley 25561 y los arts. 1 y 8
del dec. 214-02. A ello se debe adicionar el 20% en concepto de daos y perjuicios , por
diferencia real de precio, ms los mayores costos y costas. Tambin demand la escrituraci
n del inmueble vendido, contra el pago del precio adeudado.
3.2. Al responderse el escrito introductorio de la acci
n se reconoce la concrecin del negocio y sus modalidades, pero niega que se haya fijado
precio por ha. Admite el intercambio epistolar y niega que haya existido voluntad de no
pagar. Dice que es cierto que la falta de pago del saldo de precio tiene como justificativo la
pesificacin de la deuda en dlares y la no aceptacin del acreedor. Niega que se deba
tener que pagar en dlares billetes por la sancin de la ley 25561. Rechaza expresamente
que el inmueble haya sufrido una importante valuacin y que ello constituya el perjuicio
ocasionado al acreedor y tambien que se pueda declarar inconstitucional la normativa de
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emergencia.
En el mismo escrito reconviene por reajuste equitativo
de las prestaciones de acuerdo al art. 8 del dec. 214-02, aclarado por el art. 2 del dec.
320.02, por el monto total de $ 144.240 que resulta del saldo de precio adeudado
debidamente pesificado con ms el CER aplicable al 30-4-03. Ello sin perjuicio del monto
que en definitiva estime pertinente el Juez. Conjuntamente deposita y da en pago el
importe del reajuste ofrecido.
Respecto a la escrituracin, la rechaza por infundada e
improcedente, como asi tambien la indemnizacin por daos y perjuicios peticionada en su
consecuencia. Solicita se declare la cuestin como de puro derecho.
Posteriormente, la actora contesta la reconvencin,
rechazndola. Mantiene las pretensiones esgrimidas en la demanda y desestima la
posibilidad de que se declare la cuestin como de puro derecho y requiere la apertura a
prueba de la causa.
3.3. El sentenciante en su parte considerativa arriba a
la conclusin que el fondo del asunto reposa en los serios inconvenientes que en la econom
a normal de los habitantes de este pas produjo la pesificacin asimtrica de deudas y cr
ditos operada a principios del ao 2002.
Dice que el negocio tuvo como objeto un campo de
100 has., vendidas en la suma total de U$S 370.000, de lo cual deduce que el valor de cada
ha. era de U$S 3.700, mager los argumentos en contrario que pueden haber expuesto los
demandados compradores.
Luego de resumir las posturas de las partes, indica que
en anteriores pronunciamientos aplic la teora del esfuerzo compartido pero, en el
presente, por un estricto sentido de equidad, cuando las deudas provienen de saldos de
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precios por compra de campos, debe apartarse de aquella, pues si la aplicara strictu sensu
cometeria notorias y sensibles injusticias.
Que tal conclusin deriva del fenmeno de pblico
conocimiento que el valor de los campos argentinos, luego de derogada la ley de
convertibilidad y concretada la pesificacin de su economa, se incrementaron en forma
notable, que para esa conclusin basta con revisar las tres tasaciones arrimadas a estos
actuados, y que esa realidad no puede en modo alguno adecuarse a la teora del esfuerzo
compartido, ni soslayarse, pues de procederse de tal modo la esencia de la misma perdera
toda virtualidad.
Por ello, en este caso particular, persiguiendo
restablecer el equilibrio perdido condena a los deudores a pagar a su acreedor en la moneda
primitivamente contratada, es decir dlares estadounidenses billete, dejando de lado el
importante aumento del valor venal de la tierra, pues si lo hiciera tendria que condenarlos
tambien a abonar un plus por tal concepto y por el dato de la realidad de la explotacin
continuada que ha efectuado el demandado en todos estos aos que dispusieron del fundo.
Finalmente aclara que al resolver el pago en dlares, estima que repara en gran proporcin
y grado eventual del perjuicio sufrido por la actora, por lo que decide omitir resarcimiento
de daos y perjuicios. Suma a la condena un inters del 6% anual computable desde que el
pago result exigible (15.01.02) hasta el momento de la efectiva cancelacin y carga las
costas del proceso a la accionada.
4. A fin de poder desmenuzar adecuadamente las
cuestiones sometidas a esta convocatoria conforme a las crticas efectuadas por las partes,
de conformidad a lo establecido por el art. 246 C.P.C., ultima parte, resulta funcional a esta
Alzada decidir sobre los puntos omitidos en primera instancia, entre los cuales se destaca la
constitucionalidad de las leyes de emergencia y que, en definitiva, ser la llave que
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posibilitar la solucin del caso.
4.1. Tiene dicho el Alto Tribunal Federal en sus 
ltimos decisorios sobre la materia (Conf.@Bustos@ Fallos 312-156 y reiterado en
AMassa@ 27-12-2006)que la compatibilidad de la proteccin del patrimonio con al
regulacin general del rgimen monetario y la fijacin del valor de la moneda, ha tenido
precedentes constantes acerca de su constitucionalidad fundados en el principio de la
Asoberana monetaria@ (Fallos: 52-413; 431 y 149; 187,, 195) . El Congreso y el Poder
Ejecutivo, por delegacin legislativa expresa y fundada, estan facultados para fijar la relaci
n de cambio entre el peso y las divisas extranjeras a fin de restablecer el orden pblico
econmico (arts. 75, inc. 11 y 76 de la C.N.). Entonces, siguiendo esa centenaria
jurisprudencia, el bloque legislativo de emergencia que fundamenta jurdicamente la regla
general de la pesificacin es constitucional. Y que, de acuerdo a esa centenaria
jurisprudencia yen las circunstancias actuales resulta evidente que no se ocasiona lesin al
derecho de propiedad.
Habida cuenta de ello, la presente causa debe regirse
por las disposiciones de las leyes 25561 (modificada por la 25820), dec. 214.02 y dems
disposiciones que complementan o se derivan de las mismas.
Conforme a ello, la primer conclusin a que podemos
arribar es que, an en el supuesto de que deba condenarse a la demandada, dicha condena
no puede ser expresada en dlares estadounidenses.
4.2. Continuando en esa lnea de anlisis, debemos
espetar que la situacin se debe canalizar, primordialmente, a travs del art. 11 de la ley
25561 (sustituido por el art. 3 de la 25820), que dice: ALas obligaciones de dar sumas de
dinero existentes al 6 de enero del 2002, expresadas en DOLARES ESTADOUNIDENSES
u otra moneda extranjera, no vinculadas al sistema financiero, cualquiera sea su origen o
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naturaleza,
haya o no mora del deudor, se convertiran a razn de UN DOLAR
ESTADOUNIDENSE (U$S 1) = UN PESO ($ 1) , o su equivalente en otra moneda
extranjera, resultando aplicable la normativa vigente en cuanto al Coeficiente de
Estabilizacin de Referencia (CER) o el Coeficiante de Variacin de Salarios (CVS) o el
que en el futuro los reemplace, segn sea el caso@
ASi
por
aplicacin
de
los
coeficientes
correspondientes, el valor resultante de la cosa, bien o prestacin, fuere superior o inferior
al del momento del pago, cualquiera de las partes podr solicitar un reajuste equitativo del
precio. En el caso de obligaciones de tracto sucesivo o de cumplimiento diferido este
reajuste podra ser solicitado anualmente, excepto que la duracin del contrato fuere menor
o cuando la diferencia de los valores resultare notoriamente desproporcionada. De no
mediar acuerdo a este respecto, la justicia decidir sobre el particular. Este procedimiento
no podr ser requerido por la parte que se hallare en mora y ste le resultare imputable. Los
jueces llamados a entender en los conflictos que pudieran suscitarse por tales motivos,
deberan arbitrar medidas tendientes a preservar la continuidad de la relacin contractual de
modo equitativo para las partes@
ADe no mediar acuerdo entre las partes, las mismas
quedan facultadas para seguir los procedimientos de mediacin vigentes en las respectivas
jurisdicciones y ocurrir ante los tribunales competentes para dirimir sus diferencias@
AEn este caso, la parte deudora no podra suspender
los pagos a cuenta ni la acreedora negarse a recibirlos. El Poder Ejecutivo nacional queda
facultado a dictar disposiciones aclaratorias y reglamentarias sobre situaciones especficas,
sustentadas en la doctrina del art. 1198 del CC. y el principio del esfuerzo compartido@
ALa presente norma no modifica las situaciones ya
resueltas mediante acuerdos privados y/o sentencias judiciales@.
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Evidentemente, en el sub. discussio existe una
obligacin contrada en moneda extranjera con anterioridad al 06.-01-02 y ninguno de los
contratantes es una entidad financiera y como lo indica el precepto legal transcripto, no
interesa si el deudor se encontraba -o no- en mora.
4.3. Pues bien, esa obligacin en dlares se debi
pesificar uno a uno al da 15.01.2002, fecha en que el deudor deba efectuar el pago al
acreedor y luego aplicar el Coeficiente de Estabilizacin de Referencia con ms intereses.
Esa conducta es la que llev a cabo la demandada al
contestar la demanda, reconviniendo la pretensin del actor de que se le abone la suma
adeudada en la moneda de origen y depositando y dando en pago el importe del reajuste
ofrecido, esto es la suma de $ 144.240 segn el CER al 30.-04-03 (ndice 1,4424) y
ofreciendo abonar la suma que el Juez pertinente, tendiente a una justa retribucin de ambas
partes dentro del contexto de la normativa vigente.
Como qued expresado supra, la accionante rechaz
el pago y reiter su planteo de cobro en dlares y reajuste segn el mayor valor del bien
transmitido.
4.4. En este estado debo decir que no asiste razn al
demandante en su pretensin de cobro en moneda extranjera. La normativa de emergencia
no lo permite para las obligaciones contradas con anterioridad al 06-01-2002.
Hasta aqu debemos dar la derecha a la demandada
reconviniente. Sin embargo falta analizar la pretensin de la actora en cuanto al reajuste del
precio de la cosa vendida.
Pero, dijo reajuste, segun la ley, debe ser equitativo.
Amn de que debe ser demostrado de que el valor resultante de la cosa, bien o prestacin es
-como en este caso- superior al que resulte de la aplicacin de los ndices o coeficientes de
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ajuste.
Entiendo que, no tratndose el presente de un juicio
de ejecucin sino de un proceso declarativo, bien podemos dar tratamiento a dicho
planteamiento verificando la prueba, y, a travs de ella si existe mayor valor y luego
establecer si debe efectuarse un reajuste Aequitativo@ y no matemtico.
En efecto, no se ignora que si al disponer el reajuste
del que habla el art. 11 de la ley 25561 no puede pensarse razonablemente que la intencin
del legislador es que una sola de las partes realice un sacrificio, pues el reajuste previsto
debe ser equitativo, y no lo sera el que pusiese sobre uno de ellos -sea acreedor o deudortodos los efectos negativos de la crisis, de la devaluacin monetaria y de la emergencia p
blica.
Pues bien, introducindonos an ms en el tema, tiene
dicho la jurisprudencia mayoritaria que, para estimar si es procedente el Areajuste
equitativo@ del precio debe tenerse en cuenta el monto adeudado ajustado por el CER, sin
adicionar los intereses por mora, dado que stos ltimos no estan incluidos en el trmino de
comparacin con el valor de la cosa, bien o prestacin contemplado por la norma.
4.4.1. De acuerdo a las pruebas rendidas en autos por
la parte actora, la AInmobiliaria Mercurio@ (fs. 70-71), informa: ALa devaluacin del peso,
ha provocado la Amovilizacin@ en el sector agropecuario que no se observaba desde hacia
dcadas. A principio del ao 2002 el valor de los campos se redujo aproximadamente un
25% en dlares, luego con la pesificacin de deudas, los propietarios fueron cancelando sus
crditos y lentamente retirando campos del mercado inmobiliario. Por otro lado, la
creciente demanda compradora, favorecida por los buenos precios de la ltima campaa agr
cola y los excelentes rendimientos obtenidos, sumado al temor del productor agropecuario
de colocar sus excedentes de dinero en los bancos, han provocado el fuerte incremento en d
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lares por ha. El campo en cuestin no escapa a este anlisis de situacin y adems cuenta
con elementos muy favorables como ubicacin, calidad edfica, superficie, etc., que lo
hacen muy deseable como unidad de explotacin@. Por todo ello, estima el valor de dicho
campo en U$S 5.500 por ha.
Por su lado ARosso Propiedades@ (fs. 73), el Ing. Agr
nomo Daniel Damen del INTA Venado Tuerto (fs. 74-75), y APrats Bienes Races@ (fs.
76) estiman la tasacin por ha en U$S 5.000.En la pericial contable efectuada por el C.PN. Csar
Merino, el valor por ha. a noviembre del 2003 es de U$S 4.200.Vale decir que el promedio informado por los
expertos es de dlares estadounidenses cuatro mil novecientos cuarenta (U$S 4.940)
4.4.2. Ese promedio considero es la base adecuada
para valorar el reajuste solicitado por el actor.
Ahora bien, lo que queda sujeto a dicha actualizacin
es el 27,03% del campo total.
Va de suyo que si se trat de una compraventa, el
reajuste equitativo del precio debe referenciarse con el valor del bien al momento del pago,
o mejor dicho an, con la proporcin del mismo an no pagado (art. 11, ley 25561, art. 8,
dec. 214-02). Claro est que el Coeficiente de Estabilizacin de Referencia (CER) no es por
s mismo, el mecanismo que legalmente determine la forma de realizar tal reajuste, desde
que si asise lo hubiere estimado ninguna razn existira para que la propia norma que lo
estableci indique que si por aplicacin del mismo, el valor resultante de la cosa, bien o
prestacin, fuere superior o inferior al momento de pago, cualquiera de las partes podra
solicitar tal reajuste (art. 4 y 8, Dec. 214-02, cit.).
El art. 11, ltimo prrafo, de la ley 25.561 en su texto
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original, al igual que el penltimo prrafo del actual (art. 3 de la ley 25820) aluden al
Aprincipio del esfuerzo compartido@ referido al tipo de cambio y con referencia a una
directriz dirigida exclusivamente al Poder Ejecutivo Nacional.
Ntese en tal sentido que la segunda parte del pen
ltimo prrafo del citado art. 11 en su actual redaccin, al igual que en el texto original, 
ltimo prrafo, expresa: AEl Poder Ejecutivo nacional queda facultado a dictar disposiciones
aclaratorias y reglamentarias sobre situaciones especficas, sustentadas en la doctrina del
art. 1198 del C.C. y el principio del esfuerzo compartido@
La frase que trae el art. 11 de la ley 25561 no est
dirigida a los jueces sino al Poder Ejecutivo a quien se encomendaba pilotear la crisis, y por
la cual se lo faculta a Adictar disposiciones aclaratorias y reglamentarias sobre situaciones
especficas, sustentadas en la doctrina del art. 1198 del C.C. y el principio del esfuerzo
compartido@
En esta temtica pesificadora que impone la ley, ya
ningun Aesfuerzo@ queda por Acompartir@. La pesificacin de la ley (slo para las
obligaciones Ainternas@) fue la mejor salida para Aarreglar@ los contratos en dlares
luego de cesada la convertibilidad (Conf.Casiello, ALa pesificacin retaceada@, L.L.
2004-E. 292 y 297). Y compartiendo en un todo el voto de la Dra. Aida Kemelmajer de
Carlucci que el autor citado precedentemente transcribe es dable sealar que: ALa tesis del
esfuerzo compartido pretende
convertirse en principio general aplicable a todos los
contratos afectados por la emergencia@
Ello implica tanto como reemplazar el principio
general de pesificacin uno a uno ms el CER establecido por el legislador en el Dec.
214.02, por otro creado por los jueces, quienes se arrogarian as las facultades propias del
Poder Legislativo y cambiarian la solucin legal y por lo tanto general, por otra norma
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general pero de fuente jurisdiccional .
De este modo los jueces se convierten en legisladores
y, en ver de proyectar la aplicacin de la ley general al caso particular, regulando sus
consecuencias conforme a las pautas legales y las circunstancias del caso, sustituyen directa
e inconstitucionalmente al poder legislativo y pretenden dictar una norma de carcter
general , con grave perturbacin de la seguridad jurdica, por cierto ya diezmada.
No se contribuye a reestablecerla si los jueces
cambian la solucin legal por otra Asalomnica@ que reparte por mitades sin otro
fundamento que una intentada equidad, que -como es sabido.- deviene fcilmente en
arbitrariedad cuando no explica
detalladamente las razones de su aplicacin@
(S.C.Mendoza, Sala 1, AT.S. c. D.S.A@ del 24.11.2003, J.A. 2003-IV.62).
Y la teora del esfuerzo compartido dirigida al Poder
Ejecutivo Nacional y referida al tipo de cambio nada tiene que ver con la posibilidad que el
art. 11, 2 prrafo de la ley 25.561 en su actual redaccin otorga a cualquiera de las partes de
solicitar un reajuste del precio, en cuyo caso los jueces deberan arbitrar medidas tendientes
a preservar la continuidad de la relacin contractual de modo equitativo para las partes.
Y desde que todas las obligaciones en moneda
extranjera estan pesificadas por la ley 25561, de orden pblico, no resulta vlido el reajuste
equitativo del precio utilizando el valor actual del dlar. Es que, a partir de la entrada en
vigencia del regimen previsto por el art. 8 del dec. 214-02 la cuestin referida al tipo de
cambio vino imperativamente impuesto por la citada normativa.
El dec. 214-2002 impuso lo que di en llamarse la
Apesificacin forzada@ con el aadido a la manda genrica legal de una suerte de Aseguro
contra la injusticia@; la cifra resultante de esa pesificacin uno a uno poda Areajustarse@
por los jueces a instancia de parte interesada, si el valor de la cosa bien o prestacin fuere
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superior o inferior a aquella cifra en el momento del pago.
Conforme al rgimen del dec. 214.2002 ya no hay m
s pesificacin negociada (Conf. Casiello, ALa pesificacin retaceada@, L.L. 2004-E.
292 y 297). Y las normas que establecen el CER y el CVS son normas de emergencia econ
mica,
que implican una intervencin del Estado en los contratos celebrados entre
particulares y hacen al orden pblico econmico. Las leyes que establecen el CER y el CVS
no son normas suplementarias, porque no respetan la voluntad de los particulares, ni
establecen una voluntad
complementaria
para el caso que las partes no hayan
exteriorizado su voluntad, sino que sustituyen lo ya pactado (C.C..C. S. Isidro, Sala I, 0312-2002, AR.D.D.P. R. y ots. c. S.C.G.@ LLBA 2003- abril 306)
Este es el rgimen tambien adoptado por el art. 3 de la
ley 25820 que diera al art. 11 de la ley 25561 su nueva redaccin y que resulta aplicable al
caso (Ver Casiello, ALa reforma del art. 11 de la ley 25561: La Apesificacin@
reafirmada@, La Ley 2004-C- 1468).
En tales condiciones, ante la pesificacin forzada
impuesta en forma imperativa por la citada normativa es evidente que el reajuste equitativo
del precio en funcin al Avalor resultante de la cosa@ (primer apartado del segundo prrafo
del art. 11 de la ley 25561, sustituido por el art. 3 dela ley 25.820), no puede alcanzarse
comparando el monto adeudado con el valor actual del dlar estadounidense, ni tampoco
conel valor de mercado de la fraccin de campo adeudada. De tal modo, el abandono de la
convertibilidad y la pesificacin impuesta no permiten tomar como parmetros exclusivos
los referidos a efectos de fijar el Areajuste equitativo@
4.4.3. Por ello, considero, que para este caso, la
actualizacin del valor del bien a la que debera contribuir el deudor se debe establecer del
siguiente modo:
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La suma determinada como promedio de la tasacin
de la ha. de campo establecida ms arriba de U$S 4.940 se debe multiplicar por el
porcentaje que la suma adeudada (U$S 100.000) representaba en la totalidad de la operaci
n (27,03%), lo que arroja un monto de U$S 133.528, 20. Esa cifra debe ser multiplicada por
el valor actual del dlar estadounidense, tipo vendedor ($ 3,11), logrndose un resultado de
$ 415.272, 70.
A su vez, en uso de la facultad conferida por el
segundo prrafo del art. 11 de la ley 25561, en su actual redaccin, y toda vez que la
equidad es un juicio de valor que hacen los jueces en la realizacin del derecho mediante el
ejercicio de la funcin jurisdiccional que le es propia (Conf. Bustamante Alsina, AFunci
n de la equidad en la realizacin de la justicia@, La Ley 1990-E-628)a partir de
considerar la ruptura del equilibrio de las prestaciones que produjo la salida de la
convertibilidad y a fin de restituir el mismo, estimo que el nuevo monto resultante debe
distribuirse en forma equitativa utilizando una pauta porcentual, motivo por el cual la
incidencia de la devaluacin en el mercado interno debe recaer sobre acreedor y deudor en
partes iguales.
Con tales alcances, la cifra a soportar por cada una de
las partes de la relacin contractual debe distribuirse en forma equitativa en un 65% a cargo
del deudor y un 35% a cargo del acreedor. Entonces el demandado reconviniente debera
abonar como Areajuste equitativo@ la suma de Pesos Doscientos Sesenta y Nueve Mil
Novecientos Veintisiete con Veinticinco centavos ($ 269.927,25).
El monto establecido en el apartado anterior
devengara intereses desde la fecha en que el accionado contest la demanda, reconvino por
reajuste equitativo y se someti a lo que el rgano jurisdiccional determinara en definitiva,
esto es el 30.4.2003.
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La tasa a aplicar ser la del 6% anual (sumada) desde
la fecha indicada y hasta el momento del efectivo pago.
5. Debo aclarar que lo que el campo produce -que se
ha visto reflejado en las pruebas producidas por la actora- para el caso no tiene incidencia
directa, habida cuenta que, esa mayor produccin o mayor valor de los productos que se
producen inmediatamente en el mayor valor por ha. que indicaron los expertos. Por lo
tanto, la produccin en s no ha sido analizada para determinar los montos anteriores.
Tampoco el actor tenia posibilidades de reclamar un lucro cesante ya que aqu slo est en
juego el saldo del precio.
6. En cuanto a los daos y perjuicios pretendidos por
el actor, no pueden tener andamiento ya que no ha existido un accionar antijurdico
imputable al comprador, deviniendo la situacin sub.exmine de disposiciones
gubernamentales que alteraron la paridad existente entre el valor de la moneda nacional y el
dolar estadounidense a travs de la declaracin de emergencia pblica en materia social,
econmica, administrativa , financiera y cambiaria efectuada mediante la ley 25561.
La Corte Suprema de Justicia de la Nacin dej
sentado en ARinaldi@ (15.03.2007, L.L. 20-03-07, 7): AEs cierto que, segun lo dispuesto
por los arts. 508, 622 y conc. del C.C., el deudor debe resarcir los daos e intereses que su
morosidad causare al acreedor en el cumplimiento de la obligacin. Empero, para juzgar si
corresponde hacerlo responsable por los efectos de la emergencia y de la devaluacin, no
solo debe ponderarse la magnitud de la depreciacin de nuestra moneda que desquici las
bases del contrato, sino tambien que aquellos hechos-se refiere a los acontecimientos qeu el
06-01-2002 condujeron al Congreso Nacional sancionara la ley 25561 y declarara la
emergencia- desbordaron el grado de previsibilidad que podia exigirse a un obrar razonable.
Quienes se obligaron durante la vigencia de la ley de convertibilidad no lo hicieron respecto
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de una moneda extranjera que fluctuaba libremente en el mercado cambiario y podia tener
altibajos; su voluntad tuvo el marco de referencia normativo dado por el Estado que les
aseguraba la paridad fijada por la ley 23.928, reafirmada por disposiciones de variada 
ndole durante el lapso anterior a la sancin de la ley 25561 (vase ley 25466 y art. 1 del
dec. 1570-2001).
Contina diciendo el Alto Tribunal Nacional -si bien
en relacin a los mutuos hipotecarios entre particulares, por suma menor a $ 100.000 y que
corresponda a su vivienda nica y familiar, pero que entiendo resulta aplicable en la especie
por su conexidad sustantiva: APor ello, la interpretacin y eficacia de la clusula ... en
cuanto establece como condicin bsica y fundamental que la parte deudora restituya d
lares estadounidenses billete, asumiendo cualquier variacin de cotizacin por abrupta e
intempestiva que fuese y rechazando expresamente la posibilidad de invocar la teora de la
imprevisin y del abuso del derecho, debe ser examinada en el sentido de que dicha
estipulacin no acuerda derechos tan absolutos o que puedan jugar en menoscabo de uno de
los contratantes cuando el cambio radical producido con relacin al peso destruy el
equilibrio de las prestaciones y result impuesto a ambas partes por un acto de autoridad
con miras a proteger el inters general (conf. art. 21 del C.C.)@
Tambien all se dice : ANo existe, pues, afectacin de
derechos adquiridos cuando la aplicacin de la nueva norma solo comprende los efectos en
curso de una relacin jurdica, an cuando haya nacido bajo el imperio de la ley antigua.
La disposicin derogada solo rige respecto de los hechos o actos ocurridos durante ese
tiempo y hasta la fecha en que entra en vigor la nueva ley (Fallos: 306-1799-319- 1915) lo
que lleva a desestimar el planteo de inconstitucionalidad de las disposiciones de emergencia
basado en qeu mediara una suerte de retroactividad respecto a prestaciones ya cumplidas o
a situaciones que han surtido plenos efectos, pues las comprendidas aqui son las que estan
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en curso de ejecucin y quedaron pendientes de pago en plena crisis econmica@
7. Por otra parte, la reclamacin de escrituracin que
planteara la accionante deber efectuarse conjuntamente con el pago de la diferencia que
surge a favor de esa parte, quedando ambas litigantes intimadas a realizar los actos
necesarios para el otorgamiento de la escritura traslativa de dominio en el trmino de diez d
as de aprobada la planilla segun lo que se dispone infra.
8. Resta establecer el valor que debe darse a la dacin
en pago efectuada por la demandada. El monto depositado, con ms los intereses que ha ido
devengando posteriormente al haber sido colocada a plazo fijo, se deber descontar de la
liquidacin que se efecte a mrito de lo dispuesto en el apart. 4.4.3. debiendo percibir la
actora loq ue resulte de dicho depsito y la demandada abonar el saldo que resulte, en el t
rmino de diez das de aprobada dicha planilla.
Si bien la demandada deposit la totalidad del monto
adeudado segun el reajuste por CER y voluntariamente se sujet a la determinacin judicial
del monto que en definitiva resulte, la acreencia exista en cabeza de la accionante en
monto mayor al depositado. El carcter integral del pago y del consecuente depsito pudo
inclusive efectuarse en la medida que el propio demandado consideraba que suma podra
reconocerse en concepto de reajuste. Para ello contaba con las pautas que l mismo habia
propuesto en la audiencia celebrada en fecha 03-12-2002 y que consta a fs. 26. No obstante,
aqul depsito tiene su influencia en la determinacin de la carga de los gastos causdicos.
9. Por lo expuesto, debe revocarse parcialmente la
sentencia recurrida y hacerse lugar tambien parcialmente a la demanda y a la reconvencin
en los trminos explicitados.
Queda aqu por establecer las costas del juicio en
primera instancia. Si bien la demandada- reconviente efectu un depsito en pago segun la
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normativa de emergencia y se sujet a lo que en definitiva se determinara, su conducta
anterior fue reticente y el depsito insuficiente.
Asi es, an cuando estaba en vigencia la ley 25561 y
el dec. 214-02, la compradora ofreca abonar el saldo de precio en la relacin un peso= un
dlar segn surge del intercambio epistolar anterior a la iniciacin del juicio, circunstancia
que llev a la vendedora a iniciar la presente accin. Adems, la actora resulta triunfante en
algunos tems de los reclamados, ms all que no se haga lugar a su pedido de pago en
moneda extranjera y los daos y perjuicios que reclama.
Por su parte, la demandada, adems de su reticencia
inicial que di lugar al pleito, resulta parcialmente vencida en sus pretensiones.
Todo ello me lleva a proponer al Cuerpo que las
costas de primera instancia se impongan en un 70% a la demandada-reconviniente y en un
30% a la actora.
A la misma cuestin la Dra. Mir, dijo:
Adhiero al voto precedente.
A la misma cuestin el Dr. Garcia Mendez, dijo:
Habiendo
dos
votos
coincidentes,
invoco
la
aplicabilidad al caso de lo dispuesto en el art. 26, primera parte, ley 10.160.A la tercera cuestin el Dr. Chasco, dijo:
Atento el resultado de las votaciones, corresponde: a.
desestimar los recursos de nulidad interpuestos por ambas partes; b. Receptar parcialmente
el recurso de apelacin de la demandada- reconviniente y rechazndose el de la accionante,
disponiendose la revocacin parcial del decisorio alzado.En consecuencia, se hace lugar
parcialmente a la demanda y tambien parcialmente a la reconvencin, en la medida
establecida en los considerandos de esta resolucin; c. Las costas de primera instancia se
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imponen en un 70% a la demandada.- reconviniente y en un 30% a la actora- reconvenida;
d. Las costas de Alzada se aplican en un 70% a la actora y en un 30% ala demandada; e. Se
deberan regular los honorarios de los profesionales actuantes en el 50% de los fijados en la
sede inicial, tomndose como base regulatoria para ambas instancias la suma que resulte de
la planilla de reajuste de intereses.
A la misma cuestin la Dra. Mir, dijo:
Voto en igual sentido que el Dr. Chasco.
A la misma cuestin el Dr. Garcia Mendez, dijo:
Habiendo
dos
votos
coincidentes,
invoco
la
aplicabilidad al caso de lo dispuesto en el art. 26, primera parte, Ley 10.160.
Por todo ello, la Cmara de Apelacin en lo Civil,
Comercial y Laboral de Venado Tuerto, integrada,
RESUELVE:
I. Desestimar los recursos de nulida interpuestos
por ambas partes.
II. Receptar parcialmente el recurso de apelacin
de la demandada-reconviniente y rechazar el de la actora, disponiendose la revocacin
parcial del decisorio alzado.En consecuencia, se hace lugar parcialmente a la demanda
y tambien parcialmente a la reconvencin en la medida establecida en los
considerandos de esta resolucin.
III.Las costas de primera instancia se imponen en
un 70% a la demandada-reconviniente y en un 30% a la actora- reconvenida.
IV. Las costas de alzada se fijan en un 70% a la
actora y en un 30% a la demandada.
V. Regular los honorarios de los profesionales
actuantes en el 50% de los fijados en la sede inicial.
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Insrtese, hgase saber y bajen.
AUTOS. AGATAURA S.C.A. C. CARELLI R. y OT. S. C.DOLARES. DP. 363-05
Dr. Carlos Alberto Chasco
Dra. Griselda Mercedes Mir
Dr. Gustavo D.I. Garcia Mendez
(Art. 26 Ley 10.160)
Esc. Carlos A. Lopez Jordan
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