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LEPINA Comentada
TÍTULO III
DERECHO AL DESARROLLO
CAPÍTULO I
DE LA PERSONALIDAD
Artículo 94. Derecho a opinar y ser oído
Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a opinar y a ser oídos en cuanto al
ejercicio de los principios, garantías y facultades establecidos en la presente Ley. Este
derecho podrá ser ejercido ante cualquier entidad, pública o privada y estas deberán
dejar constancia en sus resoluciones de las consideraciones y valoraciones relacionadas
con la opinión expresada por aquéllos. La opinión de las niñas, niños y adolescentes
será recibida con métodos acordes a su edad y será tomada en cuenta en función de
su desarrollo evolutivo.
Cuando el ejercicio personal de ese derecho no resulte conveniente al interés superior de la niña, niño o adolescente, éste se ejercerá por medio de su madre, padre, representante o responsable, siempre que no sean partes interesadas ni tengan intereses
contrapuestos a los de las niñas, niños o adolescentes.
Se garantiza a las niñas, niños y adolescentes el ejercicio personal de este derecho,
especialmente en los procedimientos administrativos o procesos judiciales que puedan
afectar sus derechos e intereses, sin más límites que los derivados de su interés superior.
En los casos de las niñas, niños o adolescentes con una discapacidad para comunicarse, será obligatoria la asistencia por medio de su madre, padre, representante o
responsable, o a través de otras personas que, por su profesión o relación especial de
confianza, puedan transmitir objetivamente su opinión.
Ninguna niña, niño o adolescente podrá ser obligado de cualquier forma a expresar su
opinión, especialmente en los procedimientos administrativos y procesos judiciales.
Reiteramos y damos por reproducido en el análisis de este artículo lo que adelantamos en el literal “a” de este Capítulo VIII, en cuanto a lo que el Comité de
Derechos del Niño ha observado, y en particular la incontestable interpretación que
ha hecho de los artículos 12 y 13 de la CDN, afirmando que este no fija una edad
mínima para el derecho del niño a expresar sus opiniones libremente, que resulta
evidente que el niño puede formarse un juicio desde muy pequeño. Sobre los niños o niñas, o adolescentes discapacitados ha afirmado también categóricamente
este Comité que si bien pueden surgir problemas para oír su opinión este derecho
deberá garantizarse y respetarse aún en las situaciones en las que, aunque el niño
sea capaz de formarse una opinión propia, no pueda comunicarla, o cuando el
niño no haya alcanzado la plena madurez o una determinada edad, puesto que sus
opiniones deben tenerse en cuenta en función de la edad y madurez del niño. Sin
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