7 Tumba 125

Anuncio
7 Tumba 125
Dúrdica Šégota Tómac
Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM
1.1 Zona norte, llamada Cementerio Norte.
1.2 In situ.
1.3 El entierro se encuentra en una zona residen-
cial que consta de un patio con banqueta, rodeado por plataformas. Las medidas del conjunto son
10 por 11 m; la tumba se localiza debajo de la última
fase constructiva —bajo un cuarto de la sección norte— y no está simétricamente alineada con el resto
del conjunto arquitectónico [fig. 7.1]. En el interior
se encontró un esqueleto, y no hubo aplicación de
enlucido ni pintura mural. Toda la decoración se
concentra en el arquitrabe, friso, dintel y jambas
de la fachada [lám. 7.1]; al parecer, se trata de dos
etapas distintas de pintura. Corresponde a la época
IIIb y es una de las pinturas más tardías de Monte
Albán. La fecha de realización de la tumba y de la
pintura mural que cubre su fachada se ubica hacia
el término del desarrollo cultural de Monte Albán,
probablemente entre el año 800 y el 850 d. C.
1.4 Excavada por Alfonso Caso en 1938.
2.2 Su estado es bastante bueno, si bien hoy mues-
tra brillos a causa de una mala técnica de conservación: toda la pintura está cubierta por una gruesa
capa de barniz que desvirtúa el aspecto original.
3.1 La cámara funeraria es de planta rectangular
y techo plano; tiene orientación eje norte-sur y
mide 80 cm de largo por 68 de ancho. En el inte-
Figura 7.1. Monte Albán.
Tumba 125, proyección isométrica.
(Dibujo: G. Ramírez, 2004.)
rior no hubo aplicación de enlucido, según las evidencias.
En la fachada se concentra toda la pintura mural: las jambas, que miden 27.5 cm de ancho por 80
de altura, y el conjunto escalonado que forman el arquitrabe, el friso y la cornisa, los cuales tienen 70 cm
de ancho y una altura de 5, 17 y 24.5 cm, respectivamente. Los diversos motivos pictóricos están dispuestos de tal manera que subordinan su composición a los elementos arquitectónicos y se presentan
con el uso de una gama cromática de rojos, ocres,
verdes y negro. El diseño fue realizado a base de
líneas en color rojo claro de 2 mm de ancho, los cuales encierran áreas de colores planos; finalmente,
se realizó un dibujo de muy finas líneas negras de
1 mm de ancho.
130 | Oaxaca I Catálogo
Lámina 7.1. Monte Albán.
Tumba 125, fachada.
(Foto: E. Peñaloza y R. Alvarado, 2000.)
Monte Albán I Tumba 125 | 131
Figura 7.2. Monte Albán.
Tumba 125, fachada.
(Dibujo: A. Reséndiz, 2004.
Basado en Miller, 1995: lám. 9.)
132 | Oaxaca I Catálogo
Lámina 7.2. Monte Albán.
Tumba 125, fachada y friso con moldura.
(Foto: E. Peñaloza y R. Alvarado, 2000.)
4.1 La composición de las imágenes pintadas se su-
bordina a los elementos arquitectónicos de la fachada; de ellos, los tres que se localizan sobre el vano de
la entrada poseen, cada uno, su propio diseño. El
centro de la cornisa lo marca una cabeza de piedra
en alto relieve (sobresale 15.5 cm), la cual está pintada de rojo y fue insertada en el muro gracias a una
espiga. Las jambas presentan diseños distintos: la
del oriente tiene tres secciones dispuestas verticalmente, mientras la del poniente muestra cierta unidad de representación [fig. 7.2].
4.2 En el friso, sobre un fondo rojo, hay dos felinos
de color amarillento (cada uno mide 30 cm de largo, incluyendo la cola) que convergen hacia una cabeza de serpiente pintada de rojo y efectuada en re-
lieve. El felino del lado poniente tiene arriba de su
cabeza el glifo 1 serpiente, dibujado con una fina línea negra sobre el fondo rojo.
La totalidad del arquitrabe está cubierta por ocho
signos en forma de una T, diseñados con una doble
línea negra; cuatro son de color rojo (con la parte
ancha hacia arriba) y los otros cuatro, amarillos (con
la parte ancha hacia abajo).
En el dintel, sobre un fondo rojo, se extienden
dos serpientes entrelazadas cuyas cabezas miran
en sentidos opuestos, y se dirigen hacia el exterior
de la composición. Una de ellas es de color verde,
sin ninguna otra marca en el cuerpo, y la otra es
amarilla, con puntos y pequeñas rayas a todo lo largo del cuerpo. En los huecos que dejan las sierpes
entrelazadas hay unos curiosos trazos de rayas y
Monte Albán I Tumba 125 | 133
Lámina 7.3. Monte Albán.
Tumba 125, jamba oeste.
(Foto: E. Peñaloza y R. Alvarado, 2000.)
Lámina 7.4. Monte Albán.
Tumba 125, jamba este.
(Foto: P. Cuevas, 1990.)
manchas en negro, que producen el efecto como
si se tratase de una sola serpiente bicéfala [lám. 7.2].
La jamba poniente, a la izquierda del vano de la
puerta, tiene un ancho marco de color verde y contorno negro, el cual se ensancha notablemente en la
base (parece un verdadero zoclo) y encierra una escena única: sobre un fondo rojo, hay un personaje
en un tono ocre claro; está de perfil —llama la atención por su muy pronunciada barbilla, quizá postiza—, sentado a la manera oriental sobre una especie
de taburete rojo. Lleva un gorro cónico de color amarillo con manchas, de base verde, y coronado por
tres largas plumas verdes; porta, asimismo, orejeras
circulares, un collar de cuentas, y brazaletes. Su torso está desnudo, y a la cadera la cubre un paño largo que deja ver un pie descalzo. Con ambas manos
sostiene un estandarte, coronado por un círculo verde con el centro marcado y una línea doble de contorno, de la cual salen cuatro formas verticales que
bien podrían aludir a algún vegetal (dos de sus terminaciones, de formas irregulares y color amarillento, simulan, tal vez, frutas). La escena se completa
en la parte superior derecha con un rectángulo rojo,
de contorno verde con cuentas en blanco y negro
y de cuya parte superior sale una especie de cinta
en forma escalonada; en la parte baja tiene flecos.
Estos dos últimos elementos son verdes [lám. 7.3].
La jamba oriente, a la derecha del vano de la
puerta, está dividida por franjas horizontales de
grecas en blanco y negro, de lo que resultan tres
secciones, cuyas respectivas escenas tienen un fondo rojo. La superior representa a dos personajes.
134 | Oaxaca I Catálogo
Lámina 7.5. Monte Albán.
Tumba 125, jamba este. Detalle.
(Foto: P. Ángeles y E. Peñaloza, 1997.)
Uno, sentado y de perfil, es de mayor tamaño; lleva gorro verde con diagonales en negro, pintura facial, collar de doble hilera con cuentas verdes, capa
amplia con diseños de líneas negras y, a la altura de
los hombros, una cinta roja con los bordes amarillos
en la parte baja. Frente a este personaje hay otro de
menor tamaño, también sentado de perfil y a la manera oriental; porta un turbante amarillo (aunque, a
juzgar por una especie de barbilla prominente, podría tratarse de un yelmo y su amarre) que termina
en plumas y luce un collar de dos hileras de cuentas. Lleva el torso desnudo, viste un paño de cadera
en amarillo con una faja verde, y tiene los pies descalzos. En la mano sostiene un objeto, al parecer un
portaestandarte con plumas, cuya sección superior,
la esquina izquierda del mural, está completamente destruida y, por lo tanto, los diseños no pueden
apreciarse en su totalidad. En la esquina derecha están dibujadas distintas formas irregulares de color
verde que tal vez aluden a vegetales [lám. 7.4].
En la escena siguiente, en medio de la jamba,
hay un felino de color ocre, en posición sedente, las
cuatro patas con grandes garras extendidas; tiene
una curiosa melena y una larga cola. Frente a su hocico entreabierto, que muestra los dientes, hay unos
diseños circulares a línea negra —quizá un cartucho
glífico—, y otro detrás de su cabeza [lám. 7.5].
Por último, en el rectángulo inferior, parcialmente invadido por las extremidades posteriores
del felino, está un signo geométrico. Sobre el fondo
negro, una ancha franja verde de contornos negros
dibuja la forma escalonada. En su interior se aprecia
una diagonal amarilla y dos ganchos pegados a ella,
los cuales se doblan en sentidos opuestos y complementan el conjunto [lám. 7.6].
4.5 En la publicación de Alfonso Caso (1965d: 867)
referida a estas pinturas murales no se muestra la riqueza de las mismas, pues se reproducen en blanco
y negro.* En cuanto a la escultura en relieve que
marca el centro hacia el cual convergen los jaguares, dicho autor piensa que recuerda el estilo tolteca de Tula y de Chichén Itzá. En la parte inferior de
la jamba oriente se lee el símbolo de ‘cerro’ combinado con el signo ilhuitl. Respecto de la imagen
* Es de notar que en dicha publicación la Tumba 125 aparece con
el número 123.
Monte Albán I Tumba 125 | 135
Lámina 7.6. Monte Albán.
Tumba 125, fachada.
(Dibujo: J. F. Villaseñor, 2004.)
136 | Oaxaca I Catálogo
central, Caso reconoce un venado con yelmo de
tigre, y en las dos representaciones humanas de la
parte superior observa una figura masculina y, detrás de ella, una femenina con quexquémetl verde. Encima hay otro símbolo de ‘cerro’ con un árbol
que, según dicho autor, es característico del último
periodo de Monte Albán (1965d: 869). Acerca de
la pintura en el dintel, las serpientes entrelazadas,
considera que recuerdan a los diseños encontrados en Yagul.
Para Arthur Miller (1995: 74), la concepción
de la fachada y sus soluciones formales hacen pensar en Zaachila y Lambityeco. También considera
que las formas en T evocan los motivos más tempranos de la Tumba 105. En cuanto a la pintura del
dintel, las serpientes entrelazadas, supone que pertenecen a una etapa más tardía que el resto de las
pinturas de la fachada. Éstas, al igual que los felinos y las almenas, corresponden a un concepto de
diseño heráldico. Las serpientes entrelazadas le recuerdan, como a Caso, los diseños encontrados en
Yagul.
Los murales fueron repintados quizá dos veces
y se aprecian estilos diferentes. El original, de tipo
narrativo, puede verse en los paneles de las jambas, y aun entre ellas no hay una plena coincidencia estilística. El secundario, presente en el dintel
con las representaciones de las serpientes, así como
en los tableros con jaguares y signos de ‘cerro’, se
aprecia en las figuras toscas, de líneas amplias y tor-
pes de hasta 5 mm de ancho. En la jamba poniente,
la figura sentada sobre una banca, con piernas cruzadas que dejan visible la planta de un pie, recuerda
el estilo maya; tiene barba (posiblemente postiza),
y porta braguero, collar de cuentas y un tocado cónico del que emergen plumas largas y verticales.
“La cara de la figura es reminiscente de imágenes
clásicas tardías similares [a las] encontradas en El
Tajín, Veracruz” (Miller, 1990: 322).
Tal parece que se advierten diversas influencias externas: la pose maya de las piernas cruzadas,
el tocado de jaguar emplumado que recuerda a Cacaxtla. Sin embargo, la semejanza mayor es con el
Templo de la Agricultura en Teotihuacán, que por la
distancia de medio milenio ha de considerarse una
similitud fortuita. Es posible que el mural de la Tumba 125 corresponda a la época Monte Albán V, como
un puente estilístico con Mitla.
“Los murales de la Tumba 125 no se parecen a
nada que haya existido anteriormente. El hecho de
que la Tumba 125 haya sido pintada en la época
en que Monte Albán era abandonada, puede ser una
explicación parcial del porqué son evidentes aquí
las influencias exteriores de la costa de Veracruz
y la región maya. Cuando el centro se debilita, las
influencias exteriores son más notables” (Miller,
1990: 325–326).
5.1 A. Caso, 1965d; A. Miller, 1990, 1995.
Descargar