Informe de seguimiento de Educación Para Todos (EPT) 2013 – 2014 Introducción La Educación es un tema muy amplio de tratar y susceptible a diferentes aspectos, puesto que depende no sólo de las políticas de cada gobierno, sino también de elementos culturales e históricos propios de cada región y país, la forma en que se relacionan sus habitantes y hasta la situación geográfica que caracteriza cada lugar. El informe EPT 2013-2014 de la UNESCO nos actualiza sobre la circunstancia mundial en el campo educativo, dejando clara una situación apremiante para todos. Se trata de que aún 57 millones de niños están ausentes en las escuelas, lo cual equivaldría, aproximadamente, a dos veces la población venezolana o siete veces la población entre 0 y 14 años de nuestro país.1 Si a esto se agrega que 250 millones de niños que sí están matriculados, no poseen las nociones básicas de lectura, escritura y aritmética, se podría pensar que la educación no está cumpliendo con los objetivos básicos de cada sociedad. Al situarnos en nuestro país, los indicadores demuestran avances en materia educativa, por ejemplo, el objetivo de lograr una educación primaria universal fue superada al alcanzar una tasa neta de matriculación de 92% para el período 2008-20092 y si tomamos en cuenta que la misma organización que avala este informe declaró a Venezuela libre de analfabetismo en el 2005, se podría afirmar que el gobierno nacional ha cumplido el compromiso adquirido en el Foro Mundial de Educación (Dakar, 2000). Cada día son más niños y niñas que asisten a la escuela y que cuentan con textos gratuitos, sumado a la oportunidad de entrar en el mundo de la tecnología al recibir una computadora Canaima, sin embargo, resulta pertinente indagar si el progreso en materia de inclusión educativa tiene la misma intensidad en el aspecto de calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje. A fin de encaminarnos a soluciones factibles que disminuyan los problemas educativos a escala mundial, el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos (EPT) propone algunos lineamientos que puedan ser orientadores para accionar planes adecuados a cada contexto. Sobre el particular, los autores del informe insisten en la atención prioritaria que deben recibir los 1 Según el censo poblacional realizado en el 2011 por el INE, la población total de Venezuela es de aproximadamente 27.150.095 habitantes y la población entre 0 y 14 años es de 7.634.562 personas. 2 Fuente: http://www.unicef.org/venezuela/spanish/overview_4200.htm educadores puesto que representan el recurso humano fundamental para atender la crisis educativa. Esta atención debe traducirse en una importante inversión en acciones de formación, actualización y motivación de los docentes. En el año 2000, fueron planteadas las necesidades de mayor atención en cada uno de los cinco continentes. A partir de ellas fueron establecidos, en mutuo acuerdo por los países involucrados, unos objetivos prioritarios que debían guiar a las nuevas políticas de cada Estado. Para entrar en el tema de las metas planteadas, este informe se ha esforzado en detallar el estado crítico de ciertas regiones con índices de pobreza extrema. Tal es el caso de África Subsahariana o llamada también África Negra, con una extensión de casi el 90% del territorio continental, muchos de los países que la integran han experimentado las secuelas del colonialismo, tales como inestabilidad política, económica y los permanentes conflictos étnicos. Así mismo, se menciona con gran preocupación el caso de Asia Meridional y Occidental, regiones caracterizadas por la alta densidad poblacional. A un año para finalizar el plazo del cumplimiento de metas, el informe de seguimiento indica la situación para cada uno de los seis objetivos formulados hace quince años. Como se mencionó anteriormente, hoy son 57 millones de niños sin escolarizar en todo el mundo, los cuales, según este informe, se sitúan en países con altos índices de conflictos sociales. Si a esto se le suma el problema de la desnutrición, la abismal brecha de desigualdad económica, la escasa inversión del Estado en educación, los altos costos de la educación privada, la distinción por género y cultura, el disminuido número de jóvenes que se forman para educar, el déficit de docentes, el gran número de estudiantes por aula, la enseñanza por contenido y no por competencias, entre otras, se puede dilucidar a simple vista la situación real y la futura inmediata. A lo expuesto anteriormente se deben agregarse al menos dos elementos. Uno es la situación de los niños con discapacidad, para los cuales, en algunos países, está muy lejos la posibilidad de ir a la escuela, ya sea por motivos de infraestructura, pero sustancialmente por la nula formación de los docentes en el área de educación especial. Y lo segundo, la deserción escolar. Se estima que de noventa (90) países, sólo en trece (13) el 97% de los niños finalizarán su enseñanza básica primaria, lo cual se traduce, en menos adolescentes que cursen la secundaria, y por ende, menos adultos alfabetizados. Según este informe de seguimiento de EPT, el número de adolescentes no escolarizados es de 69 millones y el número de adultos analfabetos es de 774 millones. Por supuesto, también cabe mencionar que son escasos los países que ofrecen alternativas u oportunidades para que personas que no hayan concluido su educación primaria y secundaria puedan hacerlo en su edad adulta. Todo esto nos lleva a un solo punto, la calidad educativa. Y para ello será de gran utilidad la tercera parte de este informe, denominada: Prestar apoyo a los docentes para acabar con la crisis del aprendizaje; dedicada a las estrategias que supondrían una disminución de la alarmante crisis educativa, desde la potenciación de quienes ejercen la educación o estarán próximos a ejercerla. Las propuestas giran en torno a fortalecer el ejercicio docente, ya sea de los que se dedicarán a atender la educación primaria o secundaria, así como los que procurarán la formación de nuevos educadores. Por lo cual se plantea, que se debe encontrar y conquistar a los mejores docentes. Cuando se trata de educar, la vocación por supuesto es importante, sin embargo, debe estar íntimamente relacionada con una buena formación y el conocimiento de las diferentes caras de un país obtenido gracias al ejercicio previo de la profesión, en zonas menos favorecidas principalmente. A pesar del reconocimiento mundial de la importancia de la educación, profesionalizarse en ella, es visto como escoger un oficio denigrante o de poco renombre. De hecho, es notorio que la carrera docente es la opción menos prestigiosa. Por supuesto, el argumento puede ser obvio, cuando hemos sido espectadores de la extenuante realidad de un educador, por lo menos en nuestra sociedad, sin mencionar la extrema situación de los docentes en los países que conforman el África Subsahariana y el Asia Meridional. Según el informe, para elevar la docencia a un nivel digno se deben plantear nuevos requisitos que perfilen un mejor profesional, requerimientos que le exijan no sólo saber de los contenidos exigidos por el currículo, sino también manejar estrategias didácticas para transmitirlos con eficiencia. Como se mencionó previamente, aunque un gran número de niños ejercen su derecho a educarse, también gran parte de ellos no maneja los contenidos básicos que supondrían un ascenso en su calidad de vida y la obtención de un mejor trabajo. Así mismo, para captar a los mejores docentes, los nuevos profesionales deben someterse a un examen de ingreso, a entrevistas por parte de expertos en el área, a supervisiones o acompañamientos al inicio de su práctica docente y en adelante, de manera más puntual, de manera que se mejore la gestión educativa. En la misma línea, basándose en los estudios realizados, se exhorta a los gobiernos a esforzarse por invertir en los diferentes niveles educativos. En este caso, creando espacios no sólo para la formación docente sino para los ciudadanos en general, ya que si no existen focos culturales y educativos de esparcimiento se está alimentando una sociedad estéril sin habitantes que puedan aportar ideas. Para los expertos, es necesario integrar a los docentes a las nuevas tecnologías, mediante la educación a distancia utilizando material interactivo virtual y generando espacios de acceso gratuito a internet, entre otras iniciativas. Debe incluirse dentro de la práctica profesional de los estudiantes de educación, un tiempo pertinente para conocer las realidades locales, regionales y por ende nacionales, de su país. Y una vez alcanzado el nivel de especialización, enviarlos a las zonas menos favorecidas, apoyados de incentivos y seguridades laborales necesarias para tener una calidad de vida propicia. En este mismo sentido, se propone aumentar la remuneración de los educadores en ejercicio, de manera que no tengan que laborar en diferentes centros educativos para solventar sus necesidades económicas. Un dato relevante puede ser que aunque en Latinoamérica los docentes perciben suficiente para satisfacer sus necesidades prioritarias, siguen siendo el sector profesional con el menor poder adquisitivo. Y como parte de los incentivos, se destaca la importancia de que cada gobierno formule programas de estudios que resulten accesibles e innovadores a las necesidades y que respalden los intereses de los educadores. Estas propuestas descansan sobre la experiencia exitosa que han tenido algunos países en materia educativa. No significa que en nuestro país no se hayan hecho esfuerzos para generar cambios, pero dentro del ámbito en que vivimos el área más importante para nuestro desarrollo parece haberse convertido en un centro de captación de personas que en corto tiempo puedan solventar el problema de cantidad (déficit de docentes) y no de calidad (formación docente). A manera de reflexión, sería valioso preguntarse qué nos motivaría a ser docentes, qué cosas no y qué podríamos hacer para revertir o disminuir los aspectos negativos que giran en torno al tema educativo.