NEHEMÍAS _Daniel Casado_

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INGREDIENTES DE LA EDIFICACIÓN
NEHEMÍAS
Y EL PUEBLO DE ISRAEL
Grupos de discipulado; Febrero-marzo de 2010
Daniel Casado
Nehemías, líder y siervo
DESCRIPCIÓN DE LA UNIDAD
En esta unidad didáctica nos aproximaremos a la figura de Nehemías, su
llamamiento, misión, dotes como líder y actitud de servicio a Dios y al pueblo
judío y al significado de su obra en el contexto histórico en el que vivió.
Estudiaremos los capítulos 1 al 10 del libro de Nehemías.
OBJETIVOS DIDÁCTICOS
Aproximarnos al contexto histórico de Nehemías.
Conocer algunas características de su llamamiento.
Conocer sus dotes como líder y su actitud ante las dificultades.
Resaltar su actitud de servicio a Dios y al pueblo.
Conocer algunas características del avivamiento producido en el pueblo de
Judá en tiempos de Esdras y Nehemías.
Reconocer a Dios como “Señor de la Historia”.
Aplicar las enseñanzas del libro de Nehemías a la edificación del nuevo
lugar de culto.
CONTENIDO DE LA UNIDAD
Tema 0: Introducción al libro de Nehemías
Introducción
Bosquejo
Contexto histórico
Tema 1: Oración (capítulo 1)
La oración de Nehemías por Jerusalén
• Concepto que Nehemías tiene de Dios
• Identificación y confesión
• Confianza en las promesas de Dios
• Intensidad de la oración
Para la reflexión personal
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
1
Nehemías, líder y siervo
Tema 2: Visión (capítulo 2)
Se abre una puerta
Permanente actitud de oración
Previsión y planificación
Análisis de la situación sobre el terreno
Capacidad de liderazgo
Para la reflexión personal
Tema 3: Amenazas externas (capítulos 4 y 6)
Oposición de los enemigos a la construcción del muro (cap. 4)
• Burla y desprecio
• La reacción de Nehemías
• Amenaza de muerte
• La reacción de Nehemías y del pueblo
Maquinaciones de los adversarios (cap. 6)
• Intriga
• Falsas y graves acusaciones
• Intimidación y descrédito
Terminación del muro
Para la reflexión personal
Tema 4: Peligros internos (capítulo 5)
El clamor del pueblo
El origen del problema
La reacción de Nehemías
La respuesta de los poderosos
El ejemplo de Nehemías
Para la reflexión personal
Tema 5: Tiempos de avivamiento (capítulos 8 - 10)
La lectura de la Ley
La respuesta del pueblo
Solemne renovación del pacto
Dios, Señor de la Historia
Para la reflexión personal
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
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Nehemías, líder y siervo
BIBLIOGRAFÍA
John Drane: Introducción al Antiguo Testamento (CLIE, Tarrasa,2000)
Federico F. Bruce: Israel y las Naciones (Ed. Literatura Bíblica, Madrid,1979)
John Bright: La Historia de Israel (Ed. Desclee de Brouwer, Bilbao, 1970)
John White y Samuel Escobar: Líderes y Siervos (Ed. Certeza, Buenos Aires,
1980). Las notas que siguen se basan en buena medida en este libro, aunque,
para no hacer pesada su lectura, no se indiquen las numerosas referencias.
Charles R. Swindooll: Pásame otro Ladrillo (Ed. Betania, Minneapolis, 1980)
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Nehemías, líder y siervo
Tema 0: Introducción al libro de Nehemías
Introducción
“Fue hombre de confianza del monarca más poderoso de su época. (...)
En la historia que vamos a considerar Nehemías nos ofrece su crónica
personal en la cual el odio y la traición son vencidos por el ingenio y la fe.
Lo vemos al comienzo de la historia como un tímido funcionario que, con
mucha razón, tiembla ante el solo pensamiento de pedir licencia a su amo
real. Pero hacia el fin del relato se ha convertido en un gigante de Dios.
Nehemías era espiritual. Sin embargo, no andaba por las nubes. Y era
organizado: al mismo tiempo hombre realista y hombre de visión. Sabía
cómo enfrentarse con la oposición fanática sin perder la perspectiva.
Sabía mantener sus prioridades sin dejar de atender los detalles. Usó el
poder para servir y no para enriquecerse. Su acción decidida y valiente
evitó la desintegración de la nación y llevó adelante un proceso de
reorganización integral. Nuestra época necesita muchos hombres como
Nehemías.” (John White, “Líderes y siervos”, Ed. Certeza, Buenos Aires,
1980, pág. 9 y 10).
El libro de Nehemías forma parte, seguramente, de la obra del “Cronista”
(siglo IV a.C), autor de los libros 1 y 2 de Crónicas, Esdras y Nehemías. Sin
embargo, muy poco del libro puede considerarse redactado por el Cronista,
pues su principal fuente son las “memorias” de Nehemías (1:1-7:73a; 11:1-2 y
12:1-13:31). Es un relato escrito en primera persona y único en el AT en cuanto
que es el propio Nehemías quien registra los hechos y los asuntos en los que
estuvo implicado personalmente. Hay pocas dudas entre los eruditos en cuanto
a la autoría y autenticidad de este registro.
El propósito general del Cronista era mostrar que la comunidad judía de su
época (posexílica) era heredera de las promesas de Dios a Israel y a la
dinastía davídica. Si bien ya no hay rey, el templo ha sido reconstruido, la
ciudad de Jerusalén amurallada y el culto a Dios puede llevarse a cabo por la
propia comunidad (Neh 12: 44-47). Aunque ya no disfrutan de la grandeza del
reino de David y Salomón, sin embargo, pueden cumplir con el principal
propósito de su llamamiento como pueblo: dar culto a Dios.
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Nehemías, líder y siervo
Bosquejo
El libro, que forma una unidad con el de Esdras, contiene las memorias de
Nehemías en relación a su viaje a Jerusalén, la reconstrucción de las murallas
de la ciudad y la reforma religiosa y moral del pueblo. Consta de tres
secciones:
1. Primera parte de las memorias de Nehemías: reconstrucción de las
murallas de la ciudad de Jerusalén (capítulos 1.1 a 7.73a).
2. Lectura pública de la ley y renovación del pacto (capítulos 7.73b a
10.39).
3. Segunda parte de las memorias de Nehemías: dedicación del muro y
reformas morales (capítulos 11.1 a 13.30).
La acción combinada de Esdras y Nehemías es de una importancia
extraordinaria en la historia de la revelación y del pueblo de Dios. Su
influencia combinada consiguió que después de desviarse durante muchos años
de la recta obediencia a Dios y de sufrir el exilio, el pueblo de Judá, tras la
lectura pública de la Ley, renovase solemnemente la alianza y considerase “El
libro de la ley” como la base divinamente indicada para su forma de vida y
organización social. La contribución de Nehemías y Esdras a la fijación del
canon del AT y a la fijación del texto bíblico fue fundamental.
Esdras y Nehemías sobresalen como dos gigantes entre los siervos de Dios en
la época posexílica.
Contexto Histórico
En el año -597 Nabucodonosor conquista la ciudad de Jerusalén (2 Reyes 24:817; 2 Crónicas 36:9-10). Se produce la primera deportación: el rey Joaquín, los
príncipes y hombres valientes son llevados a Babilonia, juntamente con los
utensilios del templo. Nabucodonosor puso en el trono de Judá a Sedequías (2
Reyes 24:17), quien, desoyendo al profeta Jeremías, se rebeló contra el rey
Nabucodonosor y se alió con los egipcios (2 Reyes 24:20).
En el año -586, en una nueva campaña contra Egipto, Nabucodonosor arrasa la
ciudad de Jerusalén: el templo, la casa del rey, las casas de los príncipes, el
muro,… todo es destruido. Tiene lugar una segunda deportación (2 Reyes 25:121). Nabucodonosor pone como gobernador de Judá a Gedalías, un oficial de
palacio, quien es asesinado poco más tarde (2 Reyes 25:18-24), lo que provoca
una nueva intervención de los ejércitos de Nabucodonosor y una tercera
deportación en el año 582 a.C. (Jer 52:30). Políticamente, el reino de Judá,
deja de existir como tal.
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Nehemías, líder y siervo
No sabemos mucho de las condiciones en que vivieron los que no fueron
deportados y quedaron en Palestina. Lo que sí parece claro es que étnicamente
se mezclaron con otros pueblos y que cayeron en el sincretismo religioso y la
idolatría. A la vista de todo lo que había sucedido, muchos consideraron que
era poco o nada lo que quedaba de la gran herencia nacional de Judá y que era
mejor rendir culto a las divinidades tradicionales de Canaán, a la “reina del
cielo” (Jer 44:17-18).
En el año -539 Babilonia cae en manos de Ciro, fundador del imperio persa. La
política de Ciro respecto de los deportados cambia drásticamente respecto de
la de los caldeos y, en su primer año de reinado, decreta el regreso voluntario
de los judíos a Palestina con el mandato de “edificar casa a Jehová en
Jerusalén” (Esd 1:2-4 y 6:3-5), y les entregó todos los utensilios del templo
que habían sido llevados a Babilonia. Si Dios se sirvió de Nabucodonosor para
castigar la infidelidad de su pueblo, ahora se sirve de Ciro para hacerle volver
a la tierra prometida.
Zorobabel y Jesúa “edificaron nuevamente el altar del Dios de Israel y
ofrecieron sobre él holocaustos” (Esd 3:2) y, dos años después de llegar a
Jerusalén, comenzaron a reedificar el templo (Esd 3:8). Cuando “los enemigos
de Judá y Benjamín”, es decir, los samaritanos, vieron que los que habían
regresado de la deportación edificaban el templo, se ofrecieron a ayudarles, a
lo que Zorobabel y Jesúa respondieron: “No nos conviene edificar con vosotros
la casa de nuestro Dios” (Esd 4:1-4). Ante tal negativa, los samaritanos
optaron por oponerse a la reconstrucción del templo y atemorizar al pueblo de
Judá, por lo que la obra de la casa de Dios quedó suspendida hasta el año -520,
año segundo del reinado de Darío, rey de Persia (Esd 4:4,24).
En este año, como respuesta a las profecías de Hageo y Zacarías, se
levantaron Zorobabel y Jesúa y comenzaron a reedificar el templo (Esd 5:1,2),
terminándolo en el año sexto de Darío, año -515 (Esd 6:15). Los israelitas
reemprendieron con gozo el culto a Jehová en el nuevo templo (Esd 6:16), pero
no tenemos razones para pensar que la situación de los que habían regresado
del exilio mejorara significativamente ni en lo religioso ni en lo político. Las
profecías de Abdías, Joel y, muy especialmente, la de Malaquías (año 460 a.C.,
aproximadamente) así lo manifiestan:
“Vendré a vosotros para juicio, y testificaré sin vacilar contra los
hechiceros y adúlteros, contra los que juran falsamente; contra los que
defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, contra los
que hacen injusticia al extranjero, sin tener temor de mí” (Mal 3:5) (…)
“Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y todavía
preguntáis: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos
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Nehemías, líder y siervo
su Ley y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?
Hemos visto que los soberbios son felices, que los que hacen impiedad no
sólo prosperan, sino que tientan a Dios y no les pasa nada” (Mal 3:13,14).
El panorama no puede ser más desolador. Además de todo esto, la comunidad
de los exiliados retornados estaba perdiendo su verdadera identidad como
pueblo. Los maridos estaban abandonando a sus esposas judías para irse con
mujeres más jóvenes y atractivas que pertenecían a la población de Samaria,
racialmente mixta, que se había opuesto a la reconstrucción del templo y que
amenazaba la existencia misma del frágil asentamiento judío.
Éste es el contexto en el que se produce el segundo regreso de los exiliados
bajo el liderazgo de Esdras y por decreto del rey Artajerjes en el año 458 a.C.
(Esd 7:1-7 y 12-25).
Y también es el estado de “los judíos que se habían salvado de la cautividad”
que conoce Nehemías por boca de su hermano Hanani en el año veinte del rey
Artajerjes, 445 a.C.1
Extensión del Imperio Persa.
1
Hay dudas en cuanto a la sincronización cronológica de Esdras y Nehemías. Para mayor
aclaración pueden consultarse los libros citados en la bibliografía.
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Nehemías, líder y siervo
Camino seguido por los deportados.
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Nehemías, líder y siervo
Palestina y Judá en el período posterior al exilio (siglo V a.C.)
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Nehemías, líder y siervo
Tema 1: Oración
(capítulo 1)
Nehemías se interesa por Jerusalén
Nehemías (Jehová consuela) era hijo de Hacalías. En el mes de diciembre
(quisleu), en el año veinte del rey Artajerjes I, es decir, en el año 445 a.C.,
estando en Susa, capital del reino (v 1.1). Nehemías servía de copero al rey,
por lo que, sin duda, era persona de mucha confianza y, probablemente,
consejero del rey (v 1.11b).
Hanani, uno de los hermanos de Nehemías, regresa de Judá con algunos
hombres. Entonces Nehemías, vivamente interesado, les pregunta por los
judíos que habían escapado, los que se habían salvado de la cautividad, y por
Jerusalén (v 1.2).
La respuesta (v 1.3) es descorazonadora: “El resto, los que se salvaron de la
cautividad, allí en la provincia, están en una situación muy difícil y vergonzosa.
El muro de Jerusalén está en ruinas y sus puertas destruidas por el fuego”. La
pregunta de Nehemías no era de pura cortesía, sino de vivo interés. Ese
pequeño grupo en situación difícil y vergonzosa era su pueblo, el pueblo de
Jehová su Dios, por eso la respuesta lo sume en el dolor: “Me senté y lloré,
hice duelo por algunos días, ayuné y oré delante del Dios de los cielos” (v 1.4).
Debemos percatarnos de la realidad, conmovernos al pensar en la gloria de
Dios y en las circunstancias que nos rodean a nosotros mismos y a nuestros
hermanos.
Oración de Nehemías
El concepto que Nehemías tiene de Dios (1:5):
•
“Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible”: Es el Dios que se
reveló (Ex 3: 13-15). Es el Dios trascendente, el que se revela en la
historia, el creador y sustentador de todo, el no creado,...
•
Es el Dios fiel, “que guarda el pacto”,....
•
Misericordioso con los que le aman y guardan sus mandamientos,....
•
La confianza de Nehemías: “esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos
para oír la oración de tu siervo”,...
•
La conciencia de la presencia de Dios: “que hago ahora delante de ti”,...
•
Su intensidad: “día y noche”,
•
En intercesión: “por los hijos de Israel, tus siervos”,...
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
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Nehemías, líder y siervo
Identificación y confesión (1:6,7):
Ver el paralelo de Daniel (Dan 9:5,6). Nehemías y Daniel se identifican con el
pueblo de Israel. Confiesan pecados que no son personales pero que hacen
suyos... ¿Nos identificamos de la misma forma con el pueblo de Dios y con
aquellos en cuyo favor intercedemos?
Confianza en las promesas de Dios (1:8,9):
Lv 26: 21,23, 27, 33; Deut 28: 58,64; Deuteronomio 30: 1-5 en especial, pero
todo el capítulo sirve de trasfondo. Nehemías sabe interpretar los hechos de
la historia en función de la Palabra revelada. Conocía sin duda la repatriación
que había tenido lugar el año 538 a.C. como consecuencia del decreto de Ciro y
bajo la dirección de Zorobabel y Jesúa, así como la reconstrucción del templo
años después (520-515 a.C.), a pesar de la oposición de la “gente del país” (Esd
4), tras la exhortación de Hageo y Zacarías. Nehemías no ora desde sus meros
sentimientos, deseos, anhelos, etc., sino que se sitúa plenamente en los planes
Dios para su pueblo.
Intensidad de la oración y compromiso (1:10-2:1)
El verso 1 del capítulo 2 nos sitúa unos cuatro meses después del momento en
que Nehemías pregunta por sus hermanos que están en la provincia. El
desarrollo del libro nos dice mucho de la evolución de Nehemías durante este
periodo: desde el abatimiento y el dolor a la identificación y el compromiso:
“concede ahora buen éxito a tu siervo y dale gracia delante de aquel hombre”
(v 1:11). Nehemías no permanece sumido en el abatimiento, en el sentido
lamento por la situación de sus hermanos en Jerusalén, sino que, firmemente
asentado en el conocimiento de las promesas de Dios y en su fidelidad y
misericordia para con su pueblo, responde al llamamiento en una clara actitud
de entrega a su Señor.
Para la reflexión personal
•
¿Somos plenamente conscientes de la “grandeza” y de la “naturaleza” del
Dios al que oramos?
•
¿Confiamos en las promesas de Dios?
•
¿Buscamos la voluntad de Dios en oración o pedimos para nosotros mismos?
•
Reflexiona sobre el proceso que sigue Nehemías durante los cuatro meses
que transcurren entre los versículos 1 a 4 y el versículo 11. Es decir, entre
la reacción de Nehemías al conocer la situación en la que se encontraba
Jerusalén (“me senté y lloré, hice duelo por algunos días, ayuné y oré”) y su
petición de gracia ante el rey Artajerjes. ¿Qué nos enseña a nosotros hoy
la actitud de Nehemías?
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Nehemías, líder y siervo
Tema 2: La comisión de Nehemías (cap 2)
Este capítulo nos muestra algunos rasgos distintivos del talento de Nehemías
como líder y buen administrador y organizador.
Nehemías no permaneció “ocioso” mientras oraba. Seguramente, en la medida
en que Dios iba confirmando su llamamiento, un impulso profundo bullía ya en el
corazón y la mente de Nehemías: comienza a planificar y organizar.
Se abre una puerta
“¿Por qué está triste tu rostro?” (2:2) Nehemías no pretende manipular al rey,
era demasiado peligroso, pues no podía permanecer triste ante él. Su rostro
refleja el pesar por la situación en que está el pueblo de Judá y la propia
ciudad de Jerusalén. El propio rey lo capta: “no es esto sino quebranto de
corazón. ¿Qué cosa pides?” Surge la oportunidad y Nehemías está preparado.
Permanente actitud de oración
Nehemías tiene consciencia de la presencia de Dios y de su voluntad:
“Entonces oré al Dios de los cielos y le respondí” (al rey). Nehemías es
consciente de que lo que pide es contrario a la política de los reyes persas en
relación con la reconstrucción de Jerusalén (Esd 4:18 y ss). Es consciente del
peligro, pero también lo es de la presencia de Dios. En el instante decisivo no
confía en sí mismo, sino que vuelve su pensamiento a Dios y confía en sus
promesas. Seguramente, entre la pregunta del rey y la respuesta de Nehemías
no transcurrió tiempo alguno, sin embargo, el texto nos dice que “oré al Dios
de los cielos y le respondí”, lo que significa que mientras respondía al rey
estaba en actitud de oración ante Dios.
Previsión y planificación
Nehemías no se limita a esperar a que llegue la oportunidad de hablar al rey.
Antes de que la oportunidad se diera ya había examinado la situación, se había
informado, había previsto los problemas que tendría que afrontar y calculado
el tiempo que la misión le llevaría; pide cartas para los gobernadores, para
Asaf, guarda del bosque del rey, capitanes del ejército y gente de a caballo. “Y
me lo concedió el rey porque la mano de mi Dios estaba sobre mí” (v2:8b). De
hecho, fue enviado a Jerusalén para reconstruir su muro en calidad de
gobernador (5:14). Nuevamente Jehová se nos muestra como el Señor de la
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
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Nehemías, líder y siervo
Historia, pues si bien en principio la petición de Nehemías es contraria a la
política que hasta entonces habían llevado los reyes persas, la situación en
Palestina en ese momento podía hacer aconsejable disponer de una plaza
fuerte en manos de un gobernador fiel. Sea como fuere, es evidente una vez
más, que el Señor mueve los hilos de la Historia para llevar a cabo sus planes.
Análisis de la situación sobre el terreno
Ya en Susa había preguntado sobre la situación de los judíos y de la ciudad de
Jerusalén. No obstante, cuando llega, al tercer día, recorre la ciudad y toda su
muralla, analiza la situación con todo detenimiento, se informa con todo detalle
y exactitud sobre los problemas que tendrá que afrontar. No se deja llevar
por ideas preconcebidas.
Capacidad de liderazgo
Cuando se dirige a los oficiales, a los nobles y al pueblo empieza reconociendo
la situación “veis la difícil situación en que estamos”. No esconde la situación ni
disminuye su gravedad. Además, aunque estaba recién llegado, se identifica
con el pueblo y hace suya la afrenta, la deshonra y el oprobio de éstos. ¡Venid,
reconstruyamos el muro de Jerusalén! No dice a los demás lo que tienen que
hacer, sino que él es el primero en implicarse.
Nehemías declaró a todos cómo la mano del Señor había sido buena con él. El
testimonio de Nehemías consiguió sacarles del desánimo y del abatimiento en
que estaban, provocando una reacción de entusiasmo y entrega: ¡Levantémonos
y edifiquemos! “Así se esforzaron sus manos para bien”.
El capítulo 3 (y otros posteriores) nos muestra otra faceta importante del
liderazgo de Nehemías: su capacidad para delegar y organizar el trabajo.
Capacidad para resistir al enemigo
Lo veremos ampliamente en los temas 3 y 4.
Seguridad en el llamamiento
Nehemías se manifiesta seguro de su llamamiento, seguro de estar cumpliendo
la voluntad del Dios: “El dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros, sus
siervos, nos levantaremos y edificaremos” (2:20).
Para la reflexión:
•
¿Tenemos nosotros este mismo sentido de la presencia de Dios en medio
nuestro que tuvo Nehemías? En los momentos decisivos de nuestra vida, ¿le
tenemos presente en oración mientras pensamos, hablamos o actuamos?
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
12
Nehemías, líder y siervo
•
Confiar en el Espíritu Santo, dar lugar al Espíritu, ¿significa que debemos
permanecer ociosos? ¿Es incompatible “dar lugar al Espíritu Santo” y
planificar? Ver 1 Cor 14:40; Prv 6:6; Mt 25:14 y ss. ¿Es la fe opuesta a la
planificación y organización?
•
¿Cómo reconocer el momento adecuado?
•
La necesidad del testimonio. La seguridad de Nehemías en cuanto a que “la
mano del Señor” estaba sobre él fue definitiva para “despertar” al pueblo.
•
Liderar no significa buscar la preeminencia o querer hacerlo todo por uno
mismo, sino servicio, entrega, ser ejemplo, capacidad para motivar a otros,
visión, ser un estratega, etc.
•
No todos somos llamados a obras del mismo alcance que la que realizó
Nehemías. No obstante, ¿Qué enseñanzas podemos extraer para nosotros
mismos de la actitud de Nehemías?
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
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Nehemías, líder y siervo
Tema 3: Amenazas externas (cap 2:19,20; 4 y 6)
Oposición de los enemigos a la construcción del muro (cap 4)
El capítulo 2 termina con la respuesta del pueblo al llamamiento de Nehemías:
“Levantémonos y edifiquemos” (2:18), o también, según otra traducción posible,
¡Comencemos la reconstrucción! A partir de ese momento, “esforzaron sus
manos para bien”.
En el mismo instante en que los enemigos de Israel tienen conocimiento de que
las obras de reconstrucción del muro han comenzado, inician una implacable
oposición:
Sambalat, gobernador de Samaria (al norte y al oeste).
Tobías, gobernador de Amón, (al este).
Gesem, gobernador de la provincia persa de Quedar, en el noroeste de
Arabia, que incluía Edom y Judá del sur (al sur, suroeste).
Estaban completamente rodeados. Teniendo en cuenta el precedente de
Esdras en relación con la reconstrucción del templo (Esd 4:23,24), las
amenazas eran mucho más que simples bravatas.
Burla y desprecio
•
“Se burlaron de nosotros y nos despreciaron” (2:19); Sambalat se enojó y
enfureció mucho y delante de sus hermanos y del ejército dijo: ¿Qué hacen
estos débiles judíos? (…) ¡Lo que ellos edifican del muro de piedra, si sube
una zorra lo derribará! (4:1-3).
•
La burla, el desprecio y el sarcasmo (¿Acabarán en un día?) no son
inofensivos. Socavan la seguridad en nosotros mismos y la convicción en
nuestras posiciones, valoraciones o metas. Son corrosivas e hirientes. Con
mucha frecuencia son causa de desaliento y quiebra de nuestra autoestima.
•
Insidia: velada acusación de rebelión contra el rey Artajerjes: ¿Os rebeláis
contra el rey? (2:19).
•
El origen de la oposición: “Les disgustó mucho que viniera alguien a procurar
el bien de los hijos de Israel” (2:10).
La reacción de Nehemías
•
Confianza en el Dios de los cielos, en su fidelidad y en su grandeza: “El Dios
de los cielos, Él nos prosperará” (2:20 a).Está seguro del llamamiento y de
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
14
Nehemías, líder y siervo
la voluntad de Dios para él y para su pueblo: “y nosotros, sus siervos, nos
levantaremos y edificaremos” (2:20).
•
El cuidado de Dios hasta ahora le da convicción y certeza: “La mano de mi
Dios había sido buena conmigo” (2:18).
•
En esos planes los enemigos de Israel están excluidos: “No tenéis parte ni
derecho ni memoria en Jerusalén” (2:20 y Esd 4:3).
•
La oración (4:4,5). Es una oración imprecatoria2 (otros ejemplos, Salmos
74, 79 y 123, Jer 18:18-23).
•
El pueblo tuvo ánimo para trabajar (2:18b; 4:6).
Amenaza de muerte
•
Ante el avance de la obra, “se encolerizaron mucho” y “Conspiraron todos a
una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño” (4:7,8).
•
Jerusalén estaba completamente cercada por facciones hostiles y en grave
desproporción numérica. Sin embargo, una confrontación abierta y directa
hubiera significado ir contra la voluntad del rey Artajerjes. Por esta razón,
los enemigos de Judá optaron por una guerra de guerrillas, por la
infiltración y la actividad terrorista (4:11), con el propósito de parar la
obra.
•
La propia magnitud de la tarea (4:10) en un clima de acoso (“de todos los
lugares donde habitan, ellos caerán sobre vosotros”, v4:12) añadía una
cuota más al desaliento: “no podremos reconstruir el muro” (4:10).
La reacción de Nehemías y del pueblo
•
La oración (4:4a, 9b).
•
Monta guardia contra ellos de día y de noche (4:9b).
•
Organiza, distribuye, arma, define una estrategia, … (4:13, 19, 20).
•
Exhorta al pueblo: ¡Acordaos del Señor, grande y temible! Y les recuerda
que su confianza está en Jehová (4:14).
•
Utiliza la psicología: ¡pelead por vuestras familias! (4:14).
2
Las oraciones imprecatorias resultan particularmente duras a nuestros oídos. Cuando los siervos
de Dios se encuentran en dificultades o indefensos ante la maldad, la injusticia, la opresión y la
violencia, claman ante Él pidiendo su ayuda para ellos y su juicio para los malos. En esos
momentos de la historia del pueblo de Israel la revelación de Dios al hombre no era completa, no
tenían una idea clara sobre la vida más allá de la muerte, por lo que esperaban ver recompensadas en la vida presente tanto las acciones de los justos como las de los malvados. Por esta razón,
más que un espíritu vengativo, estas súplicas expresan “hambre y sed de justicia” (Salmo 94).
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
15
Nehemías, líder y siervo
•
No pierde de vista en ningún momento su principal propósito: “nos volvimos
al muro” (4:15).
•
Permanecen continuamente en guardia y redoblan sus esfuerzos,
trabajando desde el alba hasta la noche. El texto original sugiere una
actividad frenética e incansable.
•
Dios responde: el muro avanza y la violencia no llega a consumarse.
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
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Nehemías, líder y siervo
Maquinaciones de los adversarios (cap. 6)
Intriga
Ante el avance de las obras, lo que dificultaba un ataque, Sambalat y sus
cómplices cambian de táctica: atacan al líder. En primer lugar con la intriga:
quieren tenderle una emboscada en un lugar neutral, en el campo de Ono, un
campo neutral entre Asdod y Samaria, a unos 28 km de Jerusalem. Hasta
cuatro veces lo intentan.
La respuesta de Nehemías les deja por completo en evidencia (4:3): “Estoy
ocupado en una gran obra y no puedo ir; porque cesaría la obra si yo la
abandonara para ir a vosotros”.
Falsas y graves acusaciones
Fracasada la intriga, los enemigos lo intentan con las calumnias: “Se ha oído
entre las naciones que tú quieres ser rey” (6:5-7). Le acusan de rebelión y
sedición contra el rey Artajerjes, lo que en Nehemías supondría también una
grave traición. Por otra parte, le tientan con la idea de hacerse rey en base a
las profecías mesiánicas (Hag 2:6-9; Zac 9:9-10).
La respuesta de Nehemías es de nuevo la más adecuada y deja otra vez a
Sambalat y Tobías en evidencia (6:8). Da muestras de integridad y busca
renovada fortaleza en el Señor: “fortalece tú mis manos” (6:9).
Intimidación y descrédito
Por último, los enemigos de Israel intentan la intimidación y el descrédito de
Nehemías disfrazados de preocupación por su vida: Semaías, profeta
desconocido, le insta a encerrarse en el templo a fin de evitar un supuesto
complot urdido por sus enemigos.
Si Nehemías hubiera entrado en el templo habría caído en el descrédito
habría ofendido a los sacerdotes y, si, como parece, la referencia es al lugar
santísimo, habría pecado contra Dios (Núm 18:7).
La reacción de Nehemías es digna de un gran siervo de Dios: ¿Un hombre
como yo ha de huir? (6:11). Seguramente Nehemías tuvo miedo en diversas
situaciones (2:2), pero el temor no le impidió seguir respondiendo al
llamamiento y misión que Dios le había dado. El verdadero coraje no es
ausencia de miedo (eso sería temeridad), sino la capacidad para seguir en el
cumplimiento de nuestra misión en medio de la adversidad.
Nueva oración imprecatoria (4:14).
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
17
Nehemías, líder y siervo
En ninguno de los casos Nehemías se distrae lo más mínimo de su propósito
principal. Tuvo claro en todo momento cuál era su propósito fundamental y no
se dejó desviar de él. La consecuencia es que sus enemigos no pudieron evitar
que el muro fuera reconstruido.
Terminación del muro
Nehemías tuvo muy claro en todo momento cuál era su llamamiento y cuál su
propósito fundamental y no se dejó desviar de ellos en ningún momento. En
consecuencia, sus enemigos no pudieron evitar que el muro de Jerusalén fuera
reconstruido en sólo 52 días.
Los enemigos del pueblo de Dios se ven avergonzados y humillados, hasta
el punto de tener que reconocer que por Dios mismo había sido hecha la
obra (6:16).
Para la reflexión personal
•
¿Cómo reaccionamos cada uno de nosotros ante las dificultades? ¿Qué
podemos aprender de Nehemías?
•
¿Nos dejamos distraer de nuestros objetivos fundamentales cuando
estamos en dificultades? ¿Y cuando estamos en períodos de bonanza?
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18
Nehemías, líder y siervo
Tema 4: Peligros internos (capítulo 5)
El clamor del pueblo
El capítulo 5 nos plantea un contexto radicalmente diferente al de los
capítulos 4 y 6. En estos la dificultad es la oposición de los enemigos del
pueblo de Israel. En el capítulo 5 el problema es la opresión del pueblo por sus
propios nobles y oficiales. Los versos 4 y 14 hacen pensar que el capítulo 5,
aunque intercalado entre el 4 y el 6, en realidad nos narra acontecimientos
posteriores a la terminación del muro de Jerusalén.
El pueblo clama contra sus hermanos por la pobreza en que se encuentra y la
opresión que sufre: Desde pedir prestado para comer (5:2), o empeñar todas
las propiedades para comprar grano (5:3) o para pagar el tributo al rey (5:4), a
la esclavitud sin posibilidad de rescate (5:5).
El origen del Problema
•
Los impuestos que debían pagar al rey persa (5:4). La resistencia a pagar
estos impuestos era con frecuencia causa de rebelión contra la potencia
dominadora, en este caso, Persia (Esd 4:12,13).
•
Las cargas que imponían los propios gobernantes, que habían abrumado al
pueblo (5:15). Es muy probable que la respuesta de Hanani a su hermano
Nehemías “El resto, los que se salvaron de la cautividad, allí en la provincia,
están en una situación muy difícil y vergonzosa” haga también referencia a
esta circunstancia (1:3).
•
El acoso de los enemigos (ver el tema 3).
•
El esfuerzo realizado en la reconstrucción del muro, lo que probablemente
les llevó a desatender el cultivo de sus campos.
•
Aún en estas difíciles condiciones los poderosos seguían oprimiendo al
pueblo. En su vileza llegaron a negociar a costa de Nehemías: vendían a sus
hermanos a otras naciones esperando que Nehemías les redimiera (5:8).
•
Es evidente que esta situación es contraria a los mandatos de la Ley y a la
exhortación de los profetas: Is 1:16,17; Amós 2:6,7; Lev 25:35.
La reacción de Nehemías
•
Se enojó mucho (5:6).
•
Meditó bien sobre la situación (5:7).
Iglesia Evangélica Cristo Vive; Grupos de discipulado
15
Nehemías, líder y siervo
•
Reprendió a los nobles y a los oficiales y les preguntó: ¿Exigís interés a
vuestros hermanos? (5:8). Esto estaba expresamente prohibido en la Ley:
Lev 25:35-38 y Deut 23:19,20.
•
Afronta el problema: convoca una asamblea y pone a los poderosos en
evidencia ante el pueblo (5:8).
•
Les reprocha su actitud y apela a la conciencia y al testimonio nacional ante
otras naciones, enemigas de Israel (5:9).
•
Propone la remisión del pueblo (Lev 25, Deut 15:1-11) y es el primero en dar
ejemplo: ¡Perdonémosles esta deuda!
La respuesta de los poderosos
•
Haremos así como tú dices: lo devolveremos y nada les demandaremos
(5:12). De conformidad con el verso 11, aceptan dar por canceladas todas
las deudas. El trasfondo es el que encontramos en Lev 25:17-19: “No engañe
ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro Dios, porque yo soy Jehová,
vuestro Dios. Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas;
ponedlos por obra y habitaréis en la tierra seguros. La tierra dará su fruto,
comeréis hasta saciaros y habitaréis en ella con seguridad”.
•
Nehemías es consciente de la radicalidad de esta decisión, por lo que hace
llamar a los sacerdotes para que los poderosos juren ante ellos
comprometiéndose a hacerlo así como han dicho (5:12).
•
Aún así, Nehemías, con un gesto muy explícito, sacudirse el vestido, invoca
una especie de maldición para aquellos que no cumplan su juramento (5:13).
•
Alaban a Jehová (5:13). El corazón del pueblo se está volviendo hacia Dios.
El ejemplo de Nehemías
•
No hizo uso de sus derechos como gobernador durante largos años “a
causa del temor de Dios” (5:14,18). La diferencia entre su conducta y la
de los gobernadores que le precedieron es abismal.
•
Fue generoso e íntegro. Prefirió dar antes que recibir: Redimió a sus
hermanos que habían sido vendidos, en la medida de sus posibilidades (5:8);
les perdonó la deuda que le debían (5:10); trabajó e hizo trabajar a sus
siervos en la reconstrucción del muro y en la defensa de la ciudad (4:16-23
y 5:16); no especuló con la compraventa de propiedades (5:16); dio de comer
a muchos con liberalidad (5:18), etc.
•
No viajó a Jerusalén para exigir o dominar, sino para dar y para servir, lo
que dice mucho de la autenticidad de su reacción en 1:4 y de su
llamamiento.
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16
Nehemías, líder y siervo
•
No antepuso sus ambiciones o deseos personales.
•
Tenía autoridad moral para exigir a los demás. Ver también los ejemplos de
Pablo (2 Cor 12: 14,15) y del Mesías (Is 11:1-5; Fil 2:5-10).
Para la reflexión personal
•
•
•
•
•
¿Es trasladable a la iglesia al día de hoy la situación del pueblo de Israel en
tiempo de Nehemías?
¿Cuál es el prototipo de líder entre nosotros? ¿El que hace prevalecer sus
derechos y desea mandar o el que sirve?
Aun cuando no seamos líderes ni ocupemos cargos de alta responsabilidad o
poder, ¿ha de ser Nehemías un ejemplo para nosotros hoy? ¿Cómo? ¿En qué
sentido?
¿Nos implicamos en las situaciones de injusticia como se implicó Nehemías?
¿Cuál es nuestra motivación cuando servimos a otros?
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17
Nehemías, líder y siervo
Tema 5: Tiempos de avivamiento (capítulos 8 - 10)
La lectura de la Ley
•
El capítulo 8 nos narra un momento extraordinario en la historia del pueblo
de Israel; un momento de despertar espiritual, de avivamiento, del obrar
de Dios en medio de su pueblo, un tiempo de gozo. La escena se sitúa en el
día primero del mes séptimo (Tisrí – sept/oct), día en el que se celebraba
“la fiesta de las trompetas” (Lev 23:24-25; Núm 29:1-6), día de “santa
convocación”.
•
La iniciativa parece surgir del mismo pueblo (8:1a) en un proceso
espontáneo. El pueblo pide a Esdras que les lea “el libro de la ley de Moisés,
la cual Jehová había dado a Israel” (8:1b). El pueblo manifiesta el ferviente
deseo de conocer la Ley de Dios, en referencia, con toda seguridad, al
Pentateuco.
•
El pueblo escucha la Ley con reconcentrada atención: “Desde el alba hasta
el mediodía” (8:3a); “y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro
de la Ley” (8:3b); “y cuando lo abrió, el pueblo entero estuvo atento” (8:5b);
“Los levitas hacían entender al pueblo la Ley, mientras el pueblo se
mantenía atento en su lugar” (8:7). La disposición a escuchar era tan seria y
sincera que les permitió superar la fatiga física.
•
Pero el pueblo no sólo quiere escuchar o practicar un rito, sino comprender,
captar la verdad, conocer la voluntad de Dios para ellos. Por eso, no sólo se
reunieron para oír todos aquellos que “podían entender” (8:2b, 3), sino que
los levitas “explicaban su sentido, de modo que entendieran la lectura”
(8:8). No se apeló a las emociones, aunque estas estuvieron presentes, sino
a la comprensión de la Ley.
•
Puede haber también aquí una referencia al desconocimiento del hebreo por
parte de muchos de los judíos, pues, desde el exilio en Babilonia, se
expresaban en arameo, la lengua del imperio. Otra posible traducción es: “lo
traducían”. Es decir, los levitas traducían al arameo el libro de la Ley,
escrito en hebreo, y lo explicaban al pueblo.
•
La atenta reverencia del pueblo, puesto en pie, ante la lectura de la Ley
llegó a ser una de las características del judaísmo en su relación con la
sinagoga.
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17
Nehemías, líder y siervo
La respuesta del pueblo
•
Reverencia y adoración. El pueblo prorrumpe en expresiones de adoración a
Dios, conscientes de su majestad: “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios
grande. Y todo el pueblo, alzando su voz, respondió: “¡Amén! ¡Amén!; y se
humillaron, adorando a Jehová rostro en tierra” (8:6).
•
Llanto y contrición de corazón. “No os entristezcáis ni lloréis” (8:9),
“Callad, porque es día santo; no os entristezcáis” (8:11). Hay una semejanza
con la reacción del rey Josías cuando se le leyó el extraviado libro de la ley
(2 Re 22:8-13). El Espíritu de Dios actuó sobre sus conciencias y les dio
convicción de pecado, pero no para sumirlos en la tristeza, sino para
acercarlos a Dios.
•
Gozo, alegría, celebración, ágape: “Hoy es día consagrado a Jehová”
(8:9,10).
•
Regocijo por haber entendido la palabras que les habían enseñado: “Y todo
el pueblo se fue a comer y beber, a obsequiar porciones y a gozar de gran
alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado”
(8:12).
•
Reconocimiento y confesión de pecados. Días más tarde, el veinticuatro del
mismo mes, vestidos de ropas ásperas y cubiertos de polvo, ayunan y
confiesan “sus pecados y las iniquidades de sus padres" (9:1-3).
•
Obediencia y restablecimiento de las fiestas solemnes, en particular la de
los tabernáculos (Lev 23:34-44; Ex 23:14-19; Núm 29:12-38;…), que evoca
la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto y la marcha del pueblo por
el desierto.
•
Mayor anhelo de conocimiento y comprensión de la Palabra, pues desde el
primer día de la fiesta de los tabernáculos hasta el último, Esdras leyó el
libro de la Ley (8:13).
Solemne renovación del pacto
•
“A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la
escribimos, firmada por nuestros gobernantes, por nuestros levitas y por
nuestros sacerdotes” (9:38).
•
“Se reunieron con sus hermanos y sus principales, para declarar y jurar que
andarían en la Ley de Dios, que fue dada por Moisés, siervo de Dios, y que
guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de
Jehová nuestro Señor” (10:29).
•
El pueblo había respondido al llamamiento de Nehemías para la
reconstrucción del muro. También se habían perdonado todas las deudas.
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18
Nehemías, líder y siervo
Tras la renovación espiritual, el espíritu de obediencia a los mandatos de
Dios se acrecienta.
Dios, Señor de la Historia
•
En todo este pasaje no se resaltan las acciones de Nehemías o de Esdras,
como en capítulos anteriores. Ahora parece ser Dios mismo quien mueve al
pueblo y le conduce a una sincera renovación del pacto.
•
En realidad, siempre había sido así. Desde el principio Dios ha sido el
verdadero protagonista (Salmo 127:1). Es Dios mismo quien ha dirigido la
escena y ha preparado los personajes.
•
Ahora el pueblo de Dios podía mirar atrás y ver la fidelidad de Dios. Dios
los había dispersado por su infidelidad y desobediencia, pero había
cumplido su promesa de devolverlos a la tierra prometida al cabo de 70
años.
•
Dios utilizó reyes para el cumplimiento de sus planes (Is 45:1-7; Esd 1:1;
7:27) y preparó dos líderes de extraordinaria capacidad para guiar a su
pueblo: Nehemías, hombre de visión, con capacidad de mando, buen
administrador, sagaz y de buen corazón, como líder político y gobernador y
Esdras, "escriba diligente en la Ley de Moisés” (Esd 7:6) que “había
preparado su corazón para estudiar la Ley de Jehová y para cumplirla, y
para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” (Esd 7:10), como guía de
la renovación espiritual del pueblo.
•
Apenas unos meses atrás la situación del pueblo de Dios era “muy difícil y
vergonzosa” (1:3); “Jerusalén estaba en ruinas y sus puertas consumidas
por el fuego” y el pueblo objeto de deshonra por parte de sus enemigos
(2:17). Ahora, después de unas semanas de febril actividad en medio de
enormes dificultades, sus enemigos están vencidos, los muros de la ciudad
reconstruidos y el pueblo renovado espiritualmente. La razón fundamental,
“que la buena mano de Dios estaba con ellos” (Esd 7:9; Neh 2:8,18), por
lo que hasta sus enemigos tuvieron que reconocer “que por nuestro Dios
había sido hecha esta obra” (6:16).
“Dios es soberano y renueva a su pueblo en momentos y formas que
están en su voluntad y en sus manos. A nosotros nos toca escudriñar las
Escrituras y permanecer en ellas, animarnos a la obediencia creativa y
reformarnos constantemente a la luz de lo que ellas nos muestran”.
(Líderes y siervos, John White; Ed. Certeza, página 88).
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19
Nehemías, líder y siervo
Para la reflexión personal
•
¿Anhelamos hoy un avivamiento como el que hubo en Judá en tiempos de
Esdras y Nehemías?
•
¿Estudiamos la Palabra de Dios con el mismo espíritu que el pueblo de
Israel escuchó la ley?
•
Nuestro Dios es un Dios personal, que nos conoce a cada uno
individualmente, pero es también el Señor de la Historia. Es Él quien
controla los tiempos. ¿Le percibimos así hoy? ¿No caemos a veces en la
tentación (en el pecado) de querer reducirlo a nuestro amuleto personal?
•
¿Nos acercamos a la Palabra de Dios con la reverencia y actitu de
obediencia con que lo hicieron Esdras y el pueblo de Israel?
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