Suprema Corte: A fs. 28/30, VLC , en

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(JUICIOS ORIGINARIOS)
Suprema Corte:
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A fs. 28/30, V
su hijo menor F
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, en representación de
, con domicilio en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, promovió demanda interruptiva de la prescripción ante el
Juzgado Nacional en lo Civil N° 63, contra el Club Atlético River Plate,
San Antonio Bus S.R.L., Marcelo Pablo Tártara, Carlos Humberto Ganino,
Coviares S.A., el Estado Nacional, la Provincia de Buenos Aires y contra
quien resulte civilmente responsable, a fin de obtener el pago de una
indemnización por los daños y perjuicios originados en las lesiones que
°
sufrió el 19 de febrero de 20 I mientras regresaba de un torneo de natación
que Se desarrolló en la localidad de Punta Lara (Provincia de Buenos Aires),
al que concuITÍóen el marco de las actividades organizadas por la colonia
de vacaciones del club codemandado, ocasión en la que el vehículo que los
transportaba de regreso fue atacado con piedras mientras circulaba por la
autopista Buenos Aires-La Plata, una de las cuales rompió el vidrio de la
ventana contigua al asiento donde iba sentado, lo que le produjo un corte y
una fractura en la nariz que motivó que fuera intervenido quirúrgicamente,
lesiones que le provocaron secuelas que aún padece.
Pidió la citación en garantía de Federación Patronal Seguros
S.A., en su carácter de compañía aseguradora del codemandado Ganino.
Atribuyó responsabilidad al Club Atlético River Plate, por ser
quien ejercía su guarda al momento del evento dañoso; a San Antonio Bus
S.R.L., en su calidad de empresa transportista; a Marcelo Pablo Tártara y
Carlos Humberto Ganino, en su condición de copropietarios del vehículo
dominio T
4
en el que viajaba el grupo; a Coviares S.A., por tratarse
del concesionario de la autopista Buenos Aires-La Plata; al Estado Nacional
en su doble carácter de concedente de dicho corredor vial -por medio de la
Dirección Nacional de Vialidad- y de responsable del deber de seguridad
en la vía pública -a cargo del Ministerio de Seguridad- y a la Provincia
de Buenos Aires, también por tener a su cargo el deber de seguridad en su
jurisdicción.
A fs. 1091120, amplió la demanda, y la dirigió, aSImlsmo,
contra la Municipalidad de La Plata, en su carácter de garante del deber de
seguridad de orden local.
A fs. 139/140, la Dirección Nacional de Vialidad pidió que se
suspeI).dieran los plazos y se cumpliera con la comunicación de la existencia
del proceso a la Procuración del Tesoro de la Nación en los ténninos del arto
8° de la ley 25.344, petición que fue acogida por el juez nacional en lo civil
a fs. 255/256.
A fs. 158/165, Federación Patronal Seguros S.A. contestó la
citación en garantía.
A fs.
216/220, 237/254, 272/285, 310/320 Y 323/335
contestaron la demanda el Club Atlético River Plate, Coviares S.A., el
Estado Nacional (Ministerio de Seguridad), la Provincia de Buenos Aires y
la Municipalidad de La Plata, respectivamente. En cuanto aquí interesa,
tanto el Estado Nacional como la Provincia opusieron la excepción de
incompetencia, al considerar, el primero, que la causa era de competencia
de la justicia nacional en lo contencioso administrativo federal, y la
segunda, que el asunto debía ser sometido al conocimiento de los jueces
provinciales, o bien ser juzgado en la instancia originaria de V.E., a fin de
conciliar el privilegio constitucional de la Provincia de no ser juzgada por
S.C., C. 453, L.XLVIII.
los tribunales nacionales inferiores con el derecho al fuero federal que asiste
a la ,Nación y a las entidades nacionales.
Luego de cumplirse con el trámite previsto por el arto 8° de la
ley 25)44 (v. fs. 266/267), el juez nacional en lo civil declaró de oficio su
incompetencia para entender en las presentes actuaciones y ordenó su
remisión al Tribunal, al sostener que la sustanciación del proceso ante la
instancia originaria de la Corte era la única forma de conciliar los
privilegios jurisdiccionales de que gozan el Estado Nacional y la Provincia
de Buenos Aires, los que habían sido invocados en autos por dichos
codemandados (v. fs. 374/376).
A fs. 389 se corre vista, por la competencia, aieste Ministerio
Público.
-11-
Ante todo, cabe recordar que el magistrado de origen ha de
ajustarse a las oportunidades legales previstas para desprenderse del
conocimiento de un asunto que considere ajeno a su competencia, lo que
sólo puedé suceder al inicio de la acción, o al tiempo de resolver una
incidencia de tal naturaleza planteada por las partes (arts. 4°, 10 Y 352 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación), salvo que se trate de la
Corte Suprema cuando interviniere en instancia originaria o de los jueces
federales con asiento en las provincias, quienes pueden hacerlo en cualquier
estado del proceso de conformidad con lo dispuesto por el arto 352, segundo
párrafo, del mismo código (doctrina de Fallos: 308:607; 311:2308;
320:2023; 329:4184, entre otros).
En el caso, el juez nacional en lo civil no observó tales pautas,
pues declaró oficiosamente su incompetencia después de haber dado curso a
la acción y conferido el traslado de la demanda, pero antes de pronunciarse
acerca de las excepciones de incompetencia que plantearon tanto el Estado
Nacional (Ministerio de Seguridad) como la Provincia de Buenos Aires, de
las que no se corrió traslado a la actora.
A mi criterio, dicha in'egularidad procesal no queda subsanada
por el hecho de que el magistrado se haya declarado incompetente ex officio
después de haber cumplido con la comunicación de la existencia de la causa
a la Procuración del Tesoro de la Nación en virtud de lo dispuesto por el arto
8° de la ley 25.344. Así lo pienso, ya que, como surge de dicho precepto
legal, en concordancia con los arts. 9° y 10 del mismo texto legal, esa
comunicaCión debe realizarse antes de correr el traslado de la demanda y
no, como en la especie, cuando algunos codemandados ya la habían
conte~tado.
En viriud de lo expuesto, correspondería ordenar la devolución
de esta causa, a sus efectos.
-III-
Sin perjui'cio de ello, para el caso de que V.E. considere que
razones de celeridad y economía procesal permiten dejar de lado aquellos
aspectos procesales, ante el hecho de que la Provincia de Buenos Aires ha
invocado en el sub examine su condición de aforada a esta jurisdicción
originaria (v. fs. 312/313) ,procedo a dictaminar sobre esta cuestión.
A mi modo de ver, este proceso no corresponde a la
competencia originaria de la Corte en razón de las personas a quienes se
demanda.
En efecto, la acumulación subjetiva de pretensiones que intenta
efectuar la actora contra la Provincia de Buenos Aires, el Estado Nacional
S.C., C. 453, L.XLVIlL
(Ministerio de Seguridad), la Dirección Nacional de Vialidad y otras
personas físicas y jurídicas resulta inadmisible, toda vez que ninguna de las
partes que conforman e! litisconsorcio pasivo resulta aforada en forma
autónoma a esta instancia (v. doctrina de Fallos: 329:2316, causa
"Mendoza", cons. 11 a 16), ni existen, en principio, motivos suficientes
para concluir que dicho litisconsorcio pasivo sea necesario, pues la relación
jurídica que vincula a las partes en e! pleito no es común e indivisible, como
lo requiere el alt. 89 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,
sino que, por el contrario, los actores pretenden obtener una sentencia
condenatoria que exija a los demandados el cumplimiento de obligaciones
de dar sumas de dinero, lo cual podría sujetarse a un tratamiento procesal
independiente (conf. arto 669 de! Código Civil).
En efecto, las diversas conductas a juzgar impiden concluir que
.
los sujetos procesales pasivos estén legitimados sustancialmente en forma
inescindible, de modo tal que la sentencia de mérito deba ser pronunciada
indefectiblemente frente a todos ellos (doctrina de Fallos: 333:479, y su
cita).
Además, desde mi punto de vista tampoco se configuran en el
sub lite las hipótesis que autorizan a declarar la instancia originaria del
Tribunal cuando una provincia es parte, de conformidad con los arts. 116 y
117 de la Constitución Nacional y 24, inc. 1°), del decreto-ley 1285/58, toda
vez que la cuestión en litigio no reviste naturaleza civil ni es
predominantemente federal (Fallos: 323 :3270).
Así lo pienso, puesto que la actora imputa responsabilidad
extracontractual a la provincia demandada en razón de la presunta falta de
servicio en que habrían incurrido algunos de sus órganos, cuestión de índole
provincial y de competencia de los poderes locales, en tanto se agravia en
razón de la deficiente prestación del deber de seguridad en la vía pública en
jurisdicción provincial que se encuentra a su cargo, materia que está regida
por el derecho público local y, en consecuencia, corresponde al resorte
exclusivo de los jueces provinciales, según 10 dispuesto en los arts. 121 y
concordantes de la Constitución Nacional y la doctrina sentada por V.E. in
re "Barreto" (Fallos: 329:759).
En consecuencia, la Provincia de Buenos Aires deberá ser
emplazada por la actora ante sus propios jueces (arts. 5°, 121 Ysiguientes de
la Constitución Nacional).
En virtud de 10 expuesto y dada la índole taxativa de la
competencia prevista en el arto 117 de la Constitución Nacional y' su
imposibilidad· de ser extendida, por persona o poder alguno, según el
criterio adoptado por el Tribunal en el precedente "Sojo ", publicado en
Fallos: 32:120, y reiterado en Fallos: 270:78; 285:209; 302:63; 322:1514;
323:1854; 326:3642, entre muchos otros, opino que este proceso resulta
ajeno a la competencia originaria de la Corte.
Buenos Aires, 1~'
ES COPIA
de mayo de 2012.
LAURA M. MONTI
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