C , V DE Y OTROS L y OTRO CI BUENOS AIRES, PROVINCIA si daños y perjuicios. S.C., C. 453, L."XtNIII. ./ <7' /,j /' VFOOtlf'acwn ye/ZéJ/'a? ae ?a _ Al' (d/ . / vacton (JUICIOS ORIGINARIOS) Suprema Corte: -l- A fs. 28/30, V su hijo menor F L P C , en representación de , con domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, promovió demanda interruptiva de la prescripción ante el Juzgado Nacional en lo Civil N° 63, contra el Club Atlético River Plate, San Antonio Bus S.R.L., Marcelo Pablo Tártara, Carlos Humberto Ganino, Coviares S.A., el Estado Nacional, la Provincia de Buenos Aires y contra quien resulte civilmente responsable, a fin de obtener el pago de una indemnización por los daños y perjuicios originados en las lesiones que ° sufrió el 19 de febrero de 20 I mientras regresaba de un torneo de natación que Se desarrolló en la localidad de Punta Lara (Provincia de Buenos Aires), al que concuITÍóen el marco de las actividades organizadas por la colonia de vacaciones del club codemandado, ocasión en la que el vehículo que los transportaba de regreso fue atacado con piedras mientras circulaba por la autopista Buenos Aires-La Plata, una de las cuales rompió el vidrio de la ventana contigua al asiento donde iba sentado, lo que le produjo un corte y una fractura en la nariz que motivó que fuera intervenido quirúrgicamente, lesiones que le provocaron secuelas que aún padece. Pidió la citación en garantía de Federación Patronal Seguros S.A., en su carácter de compañía aseguradora del codemandado Ganino. Atribuyó responsabilidad al Club Atlético River Plate, por ser quien ejercía su guarda al momento del evento dañoso; a San Antonio Bus S.R.L., en su calidad de empresa transportista; a Marcelo Pablo Tártara y Carlos Humberto Ganino, en su condición de copropietarios del vehículo dominio T 4 en el que viajaba el grupo; a Coviares S.A., por tratarse del concesionario de la autopista Buenos Aires-La Plata; al Estado Nacional en su doble carácter de concedente de dicho corredor vial -por medio de la Dirección Nacional de Vialidad- y de responsable del deber de seguridad en la vía pública -a cargo del Ministerio de Seguridad- y a la Provincia de Buenos Aires, también por tener a su cargo el deber de seguridad en su jurisdicción. A fs. 1091120, amplió la demanda, y la dirigió, aSImlsmo, contra la Municipalidad de La Plata, en su carácter de garante del deber de seguridad de orden local. A fs. 139/140, la Dirección Nacional de Vialidad pidió que se suspeI).dieran los plazos y se cumpliera con la comunicación de la existencia del proceso a la Procuración del Tesoro de la Nación en los ténninos del arto 8° de la ley 25.344, petición que fue acogida por el juez nacional en lo civil a fs. 255/256. A fs. 158/165, Federación Patronal Seguros S.A. contestó la citación en garantía. A fs. 216/220, 237/254, 272/285, 310/320 Y 323/335 contestaron la demanda el Club Atlético River Plate, Coviares S.A., el Estado Nacional (Ministerio de Seguridad), la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de La Plata, respectivamente. En cuanto aquí interesa, tanto el Estado Nacional como la Provincia opusieron la excepción de incompetencia, al considerar, el primero, que la causa era de competencia de la justicia nacional en lo contencioso administrativo federal, y la segunda, que el asunto debía ser sometido al conocimiento de los jueces provinciales, o bien ser juzgado en la instancia originaria de V.E., a fin de conciliar el privilegio constitucional de la Provincia de no ser juzgada por S.C., C. 453, L.XLVIII. los tribunales nacionales inferiores con el derecho al fuero federal que asiste a la ,Nación y a las entidades nacionales. Luego de cumplirse con el trámite previsto por el arto 8° de la ley 25)44 (v. fs. 266/267), el juez nacional en lo civil declaró de oficio su incompetencia para entender en las presentes actuaciones y ordenó su remisión al Tribunal, al sostener que la sustanciación del proceso ante la instancia originaria de la Corte era la única forma de conciliar los privilegios jurisdiccionales de que gozan el Estado Nacional y la Provincia de Buenos Aires, los que habían sido invocados en autos por dichos codemandados (v. fs. 374/376). A fs. 389 se corre vista, por la competencia, aieste Ministerio Público. -11- Ante todo, cabe recordar que el magistrado de origen ha de ajustarse a las oportunidades legales previstas para desprenderse del conocimiento de un asunto que considere ajeno a su competencia, lo que sólo puedé suceder al inicio de la acción, o al tiempo de resolver una incidencia de tal naturaleza planteada por las partes (arts. 4°, 10 Y 352 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación), salvo que se trate de la Corte Suprema cuando interviniere en instancia originaria o de los jueces federales con asiento en las provincias, quienes pueden hacerlo en cualquier estado del proceso de conformidad con lo dispuesto por el arto 352, segundo párrafo, del mismo código (doctrina de Fallos: 308:607; 311:2308; 320:2023; 329:4184, entre otros). En el caso, el juez nacional en lo civil no observó tales pautas, pues declaró oficiosamente su incompetencia después de haber dado curso a la acción y conferido el traslado de la demanda, pero antes de pronunciarse acerca de las excepciones de incompetencia que plantearon tanto el Estado Nacional (Ministerio de Seguridad) como la Provincia de Buenos Aires, de las que no se corrió traslado a la actora. A mi criterio, dicha in'egularidad procesal no queda subsanada por el hecho de que el magistrado se haya declarado incompetente ex officio después de haber cumplido con la comunicación de la existencia de la causa a la Procuración del Tesoro de la Nación en virtud de lo dispuesto por el arto 8° de la ley 25.344. Así lo pienso, ya que, como surge de dicho precepto legal, en concordancia con los arts. 9° y 10 del mismo texto legal, esa comunicaCión debe realizarse antes de correr el traslado de la demanda y no, como en la especie, cuando algunos codemandados ya la habían conte~tado. En viriud de lo expuesto, correspondería ordenar la devolución de esta causa, a sus efectos. -III- Sin perjui'cio de ello, para el caso de que V.E. considere que razones de celeridad y economía procesal permiten dejar de lado aquellos aspectos procesales, ante el hecho de que la Provincia de Buenos Aires ha invocado en el sub examine su condición de aforada a esta jurisdicción originaria (v. fs. 312/313) ,procedo a dictaminar sobre esta cuestión. A mi modo de ver, este proceso no corresponde a la competencia originaria de la Corte en razón de las personas a quienes se demanda. En efecto, la acumulación subjetiva de pretensiones que intenta efectuar la actora contra la Provincia de Buenos Aires, el Estado Nacional S.C., C. 453, L.XLVIlL (Ministerio de Seguridad), la Dirección Nacional de Vialidad y otras personas físicas y jurídicas resulta inadmisible, toda vez que ninguna de las partes que conforman e! litisconsorcio pasivo resulta aforada en forma autónoma a esta instancia (v. doctrina de Fallos: 329:2316, causa "Mendoza", cons. 11 a 16), ni existen, en principio, motivos suficientes para concluir que dicho litisconsorcio pasivo sea necesario, pues la relación jurídica que vincula a las partes en e! pleito no es común e indivisible, como lo requiere el alt. 89 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, sino que, por el contrario, los actores pretenden obtener una sentencia condenatoria que exija a los demandados el cumplimiento de obligaciones de dar sumas de dinero, lo cual podría sujetarse a un tratamiento procesal independiente (conf. arto 669 de! Código Civil). En efecto, las diversas conductas a juzgar impiden concluir que . los sujetos procesales pasivos estén legitimados sustancialmente en forma inescindible, de modo tal que la sentencia de mérito deba ser pronunciada indefectiblemente frente a todos ellos (doctrina de Fallos: 333:479, y su cita). Además, desde mi punto de vista tampoco se configuran en el sub lite las hipótesis que autorizan a declarar la instancia originaria del Tribunal cuando una provincia es parte, de conformidad con los arts. 116 y 117 de la Constitución Nacional y 24, inc. 1°), del decreto-ley 1285/58, toda vez que la cuestión en litigio no reviste naturaleza civil ni es predominantemente federal (Fallos: 323 :3270). Así lo pienso, puesto que la actora imputa responsabilidad extracontractual a la provincia demandada en razón de la presunta falta de servicio en que habrían incurrido algunos de sus órganos, cuestión de índole provincial y de competencia de los poderes locales, en tanto se agravia en razón de la deficiente prestación del deber de seguridad en la vía pública en jurisdicción provincial que se encuentra a su cargo, materia que está regida por el derecho público local y, en consecuencia, corresponde al resorte exclusivo de los jueces provinciales, según 10 dispuesto en los arts. 121 y concordantes de la Constitución Nacional y la doctrina sentada por V.E. in re "Barreto" (Fallos: 329:759). En consecuencia, la Provincia de Buenos Aires deberá ser emplazada por la actora ante sus propios jueces (arts. 5°, 121 Ysiguientes de la Constitución Nacional). En virtud de 10 expuesto y dada la índole taxativa de la competencia prevista en el arto 117 de la Constitución Nacional y' su imposibilidad· de ser extendida, por persona o poder alguno, según el criterio adoptado por el Tribunal en el precedente "Sojo ", publicado en Fallos: 32:120, y reiterado en Fallos: 270:78; 285:209; 302:63; 322:1514; 323:1854; 326:3642, entre muchos otros, opino que este proceso resulta ajeno a la competencia originaria de la Corte. Buenos Aires, 1~' ES COPIA de mayo de 2012. LAURA M. MONTI