JUICIO ORDINARIO núm.125

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JUZGADO DE MARCA COMUNITARIA
C/Pardo Gimeno,43
Tlno.965936093-4-5-6
Alicante
Procedimiento: JUICIO ORDINARIO núm.125/2005 C
Parte demandante: ROBERT DAMKJAER A/S
Procurador: PEREZ HERNANDEZ
Abogado: PEREZ ROMAN
Parte demandada: SIERRA MAGINA SA
Procurador: DABROSWSKI PERNAS
Abogado: JEREZ ORTEGA
SENTENCIA núm.
En Alicante, a 24 de Octubre de 2005
Vistos por mí, D. Rafael Fuentes Devesa, Magistrado Juez del Juzgado de
Marca Comunitaria, los presentes autos de Juicio Ordinario seguidos con el numero
125/2005 promovidos a instancia de ROBERT DAMKJAER A/S representado/a por
el/la Procurador/a Sr/a. PEREZ HERNANDEZ y defendido/a por el/la letrado/a Sr/a.
PEREZ ROMAN contra SIERRA MAGINA SA representado/a por el/la Procurador/a
Sr/a. DABROSWSKI PERNAS y defendido/a por el/la letrado/a Sr/a JEREZ ORTEGA
sobre infracción de marca comunitaria
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero - Que la meritada representación de la parte actora formuló demanda
arreglada a las prescripciones legales en la cual, previa alegación de los hechos y
fundamentos de derecho que estimo pertinentes, que en esencia se concretan en el uso
sin autorización de una signo confusorio con la de la actora, solicitaba que se dictara
sentencia por la que se declare que la conducta de la demandada consistente en la
utilización del signo ALBERT para la diferenciación en el mercado de productos
alimenticios constituyen infracción de los derechos conferidos por la marca comunitaria
ROBERT y le condene a que cesen en el uso de la denominación ROBERT para la
comercialización, publicidad, promoción o cualquier otra forma de comunicación
comercial de productos alimenticios similares a los del actora; a que retiren del mercado
y procedan a la destrucción de todos los productos que imitan al fiambre de pollo u otro
producto cárnico de la marca ROBERT que se distingan con el signo ALBERT ; al
resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos y a la publicación a su costa de la
sentencia en los periódicos de mayor tirada local de las ciudades de Jaén, Ceuta y
Melilla, así como al abono de las costas
Segundo .- Que admitida a trámite, se dispuso el emplazamiento de la/s parte/s
demandada/s para que en el término legal, compareciere/n en autos y contestara/n
aquélla, verificándolo en tiempo y forma, mediante la presentación de escrito de
contestación, en el que solicito la desestimación de la demanda, previa alegación de los
hechos y fundamentos de derecho que consideró aplicables
Tercero .-Precluido el trámite de contestación a la demanda, se convocó a las partes
personadas a la audiencia previa al juicio prevista en el art. 414, que tuvo lugar el día y
hora señalado, con la asistencia de la parte actora y demandada/s personada/s, sin que se
lograse acuerdo, y no suscitadas cuestiones de orden procesal, se interesó por las partes
la práctica de las pruebas documental, interrogatorio ,testifical y pericial que se
admitieron, señalándose la celebración del juicio
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Cuarto - El día y hora señalados tuvo lugar el juicio, en el que se practicaron las
diligencias probatorias declaradas pertinentes y tras el trámite de informe y
conclusiones, se dio por concluido el acto y visto para sentencia
Quinto.-En la sustanciación del presente juicio se han observado las prescripciones
legales y demás de pertinente aplicación al supuesto de autos, excepto el plazo para
dictar sentencia por la acumulación de señalamientos y asuntos concursales de
preferente tramitación
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
Primero: Por la mercantil danesa ROBERT DAMKJAER A/S se formula demanda
contra SIERRA MAGINA SA por infracción de la marca comunitaria numero
000669127 "ROBERT” al llevar esta a cabo la venta y comercialización de la misma
clase de productos bajo la denominación "ALBERT " que se asemejan tanto en su
presentación con los realizados por la actora que crean confusión en el consumidor a la
hora de la elección
No se cuestiona que la actora es titular de la marca comunitaria ROBERT num
000669127 solicitada en la OAMI el 27/10/1997 y concedida el 17/6/1999, para
productos cárnicos de la clase 29 del nomenclátor internacional y que consiste en la
denominación ROBERT enmarcada en una elipse de color rojo, apareciendo la grafía de
la denominación Robert en color blanco y en cursiva (documento número 5 aportado en
la demanda)
En la contestación se alega, en extracto, como motivos de oposición : i) que la actora en
su demanda no se refiere para nada a la denominación o nombre comercial utilizado por
la demandada, limitándose su pretensión a que se declare la infracción por la utilización
por la demandada como signo distintivo de sus productos en el mercado de un similar
logotipo, consistente también en un óvalo rojo con la inclusión del nombre Albert en
letras blancas y cursiva; ii) inexistencia de interés procesal actual, dado que desde
primeros de septiembre de 2004 y ante el requerimiento extrajudicial efectuado por la
actora, no utiliza como signo distintivo el que presuntamente podría dar lugar a
confusión, ya que se sirve de un nuevo logo, empleando en lugar de una elipse un
rombo rojo en el que se enmarca la palabra Albert, en letra blanca y normal, habiendo
retirado los productos comercializados bajo el signo distintivo anterior
En la audiencia previa, y al amparo de lo previsto en el art. 428 LEC se fijó como hecho
no controvertido que la marca Albert empleada en los productos cárnicos de la
demandada tal y como aparece registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas
crea confusión con la marca comunitaria Robert de la actora, y como controvertidos la
existencia y cuantificación de daños y perjuicios, así como si el signo Albert enmarcado
desde principios de septiembre 2004 en un cuadrado invertido o rombo se deja de
utilizar como marca empleándose como nombre comercial, hecho que no se admite por
la actora, que mantiene que se utiliza como marca, así como la notoriedad de la marca
Robert, alegada en el escrito de demanda y que no se acepta de contrario .
Segundo: No se comparte la tesis de la demandada de que no haya interés procesal
actual respecto de las pretensiones de la actora, ya que basta con acudir al suplico de la
demanda para comprobar que lo que se pide es que se declare que la utilización del
signo Albert llevado a cabo por la demandada para diferenciar en el mercado productos
alimenticios constituye infracción marcaria por crear confusión con la marca
comunitaria de la que es titular la actora, careciendo de rigor la afirmación de que dicho
signo Albert se emplea a partir de septiembre 2004 como nombre comercial y no como
marca, amparándose en ello para negar la existencia de interés procesal
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El nombre comercial es aquel signo susceptible de representación gráfica que identifica
a una empresa en el tráfico mercantil y que sirve para distinguirla de las demás
empresas que desarrollan actividades idénticas o similares (Art. 87 de la ley 17/2001, de
7 de diciembre, de marcas) y que precisa registro en la OEPM ( art 2) y es evidente y
manifiesto ( por la simple observancia de los envases comercializados por la demandada
obrantes en autos y documentados en fotografías) que el signo Albert empleado por la
demandada no lo es para identificar a la mercantil demandada en el tráfico mercantil
sino para indicar la procedencia de sus productos cárnicos en el mercado, esto es, para
distinguirlos de los de otras empresas, como dice el art. 4 del Reglamento, por lo que
cumple la función de marca. Además no se aporta el registro de ese signo como nombre
comercial sino que el único registro que aparece es en concepto de marca (impresión de
la base de datos de la OEPM aportada en la audiencia previa)
Tercero: La marca comunitaria confiere a su titular el ius prohibiendi y está “
habilitado para prohibir a cualquier tercero, sin su consentimiento, el uso en el tráfico
económico: a) de cualquier signo idéntico a la marca comunitaria, para productos o
servicios idénticos a aquéllos para los que la marca esté registrada; b) de cualquier signo
que, por ser idéntico o similar a la marca comunitaria y por ser los productos o servicios
protegidos por la marca comunitaria y por el signo idénticos o similares, implique un
riesgo de confusión por parte del público; el riesgo de confusión incluye el riesgo de
asociación entre el signo y la marca” ( Art 9 RMC )
Admitido que el signo distintivo Albert crea confusión con la marca ROBERT de la
demandante y que no es empleado por la demandada como nombre comercial sino
como marca, bastaría ello para afirmar que se ha producido la infracción de derechos de
exclusiva el art. 9 del RMC reconoce a la actora como titular de la marca ROBERT.
No obstante, conviene a fin de evitar ulteriores incidentes en ejecución, dejar sentado
que la mera modificación operada por la demandada llevado a cabo en septiembre de
2004 en el que denomina logo no desvirtúa la anterior conclusión.
Si partimos de que la propia demandada reconoce que el signo empleado inicialmente
consistente en un óvalo rojo en el que aparece la palabra Albert en cursiva y en letras
blancas, crea confusión con la marca comunitaria num 000669127 (que se trata de la
denominación ROBERT enmarcada en una elipse de color rojo, apareciendo la grafía de
la denominación Robert en color blanco y en cursiva) y el propio representante de
SIERRA MAGINA en el interrogatorio indica que copian aquello que observaron que
en el mercado se vende bien, hay que concluir que las modificaciones han de revestir tal
importancia que permitan otorgar al signo modificado una fuerza distintiva tal que
desvirtúen la confusión inicial reconocida.
Como ya se ha dicho en otras resoluciones, el riesgo de confusión responde a un
concepto de Derecho comunitario que debe ser interpretado con arreglo a la
jurisprudencia del TJCE según la cual el riesgo de asociación no es alternativa al riesgo
de confusión, sino que éste comprende aquél (TJCE en sentencia de 11 de noviembre de
1997 (C.25 195, Sabel BV c. Puma AG.), de 22 de junio de 1999 (C.342/1997, Lloyd
Schuhfabrik Meyer & Co. GmbH c. Klijsen Handel BV.), debiéndose realizar el juicio
de comparación de los signos en conflicto desde la triple óptica de su similitud gráfica,
fonética o conceptual pero en una apreciación global, teniendo en cuenta los elementos
dominantes y distintivos de las marcas en litigio[sentencia del Tribunal de Primera
Instancia de 14 de octubre de 2003 (TJCE 2003\317), Phillips-Van Heusen/OAMI-Pash
Textilvertrieb und Einzelhandel (BASS), y la jurisprudencia allí citada], lo que implica
una cierta interdependencia entre los factores tomados en consideración y, en particular,
la similitud de las marcas y la existente entre los productos o servicios designados, de
manera que un bajo grado de similitud entre las marcas puede ser compensado por un
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elevado grado de similitud entre los productos o servicios o viceversa ( así STJCE de
29 de septiembre de 1998 (TJCE 1998\220) (C. 39.97, Canon Kabushiki c. Metro
Goldwyn-Mayer Inc.); riesgo de confusión que es directamente proporcional al carácter
distintivo particular de la marca anterior ( STCJ de 29 de septiembre de 1998, caso
Canon),tomando en consideración, por último, la percepción de un determinado tipo de
consumidor: el consumidor medio de la categoría de productos o servicios de que se
trate... el cual, normalmente percibe una marca como un todo, cuyos diferentes detalles
no se detiene a examinar y que se supone es un consumidor normalmente informado y
razonable atento y perspicaz (STJCE de 16 de julio de 1998 [TJCE 1998\174],
C.210.96, Gut y la STJCE de 22 de junio de 1999,) poniendo de relieve que para
atender a su reacción debe tenerse en cuenta la circunstancia de que el consumidor
medio rara vez tiene la posibilidad de comparar directamente las marcas, sino que debe
confiar en la imagen imperfecta que conserva en la memoria... así como que el nivel de
atención del consumidor medio puede variar en función de la categoría de productos o
servicios contemplada.( STPICE de 17 de marzo de 2004, El Corte Ingles SA /OAMIMUNDICOR )
Cuarto.- Las modificaciones realizadas consistentes en sustituir el óvalo por un rombo
y el tipo de letra no permiten concluir que haya desaparecido el riesgo de confusión, ya
que se mantiene la denominación Albert en letras blancas y con un fondo rojo, que
constituyen el elemento predominante
Teniendo en cuenta todas las anteriores consideraciones, si se aprecian en conjunto
ambos signos empleados en las latas de comida correspondientes a la actora y a la
demandada incorporadas a las presentes actuaciones, y la documentación aportada
valoradas en su conjunto , y dejando sentado que se trata de productos idénticos
(productos cárnicos de pollo elaborados según las normas de matanza reconocidas por la
junta islámica), debemos concluir que es evidente el riesgo de confusión, al ser
mínimas las diferencias, pues el que en lugar de una elipse se emplee un cuadrado en el
que se enmarca la denominación(Albert o Robert) no permite afirmar que la impresión
que le provoque al consumidor medio sea tal entidad que le permita establecer
diferencias entre una y otra lata, ya que el elemento denominativo en esas
circunstancias aparece como dominante, a pesar de no exclusivamente una marca
denominativa (STPI de 6 de octubre de 2004, caso Vitakraft contra Kraff y Oami). Al
contrario, debemos entender que tal grado de similitud le llevará a pensar que tanto una
como la otra tienen el mismo origen empresarial, o en su caso, proceden de empresas
vinculadas económicamente, al ser la denominación una palabra compuesta por dos
silabas( al-bert frente a ro-bert), con igual número de letras, siendo idéntica la última
sílaba (-bert) , que es la tónica, colocadas de manera idéntica en el producto, con igual
color blanco en fondo rojo, que es lo que retiene el consumidor medio (y no un
comerciante especializado en la materia, como el testigo que depone) en su memoria,
máxime cuando se trata de un consumidor específico, al ser productos dirigidos al
mercado musulmán, en muchos casos desconocedor del alfabeto romano, habiendo
declarado la jurisprudencia la importancia que tienen los conocimientos lingüísticos a la
hora de determinar cuál es el público relevante para apreciar el riesgo de confusión
(Sentencia del Tribunal de Primera Instancia de las Comunidades de 17 de marzo de
2004, El Corte Ingles , SA/OAMI ( MUNDICOR )
Y al respecto del tan reiterado cambio de forma en el que se encuadra la denominación,
hay que traer a colación la sentencia del Tribunal de Primera Instancia de las
Comunidades Europeas Luxemburgo (Sala Segunda), de 13 julio 2004 ( caso
AVEX/OHMI – Ahlers contra OAMI. Asunto T-115/2002) que dice “ En lo que atañe a
la similitud gráfica de los signos en conflicto, la Sala de Recurso consideró
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acertadamente que, aunque una letra aislada carece potencialmente de carácter
distintivo, las marcas controvertidas tienen ambas como elemento dominante la letra
«a» minúscula, de color blanco que sobresale sobre un fondo negro, escrita en un tipo
simple (apartado 38 de la resolución impugnada). En efecto, este elemento dominante se
impone inmediatamente en la mente y se mantiene en la memoria. Por el contrario, las
diferencias gráficas entre las marcas controvertidas –a saber, la forma del fondo
(ovalado para la marca solicitada y cuadrado para la marca anterior), la situación de la
letra sobre este fondo (en el centro de éste para la marca solicitada y el ángulo inferior
derecho para la marca anterior), el grosor del trazo utilizado para representar dicha letra
(la marca solicitada presenta un trazo ligeramente más ancho que el de la marca
anterior) y los detalles caligráficos de cada una de las letras, según las marcas– son de
escasa entidad y no constituyen elementos que permanezcan en la memoria del público
pertinente como factores diferenciadores efectivos. En consecuencia, los signos en
conflicto son muy similares desde el punto de vista gráfico”.
Debemos, por tanto, concluir que existe una infracción de la marca comunitaria
titularidad de la actora, antes y después de septiembre de 2004, llamando la atención
que la marca Albert en la forma de elipse (cuya confusión se reconoce) haya sido
concedida al actora en fecha 2 de marzo de 2005 ( según impresión de la OEPM) , por
tanto, después de la presentación de la demanda, sin que el demandado solicitante
retirase la solicitud ( artículo 23 de la Ley de Marcas), por lo que es evidente que no
puede hablarse de falta o carencia de objeto
Añadir, frente a lo expuesto como motivo defensivo, que no hay soporte probatorio de
que la actora consintiese o diese su aprobación a esa modificación como bastante para
evitar el riesgo de confusión ,ya en ningún momento se acredita documentalmente tal
extremo ni que Kalil Hamudi lo realizase, además de que se trata de una persona
dedicada a la venta de productos cárnicos al mercado musulmán, pero ajena laboral o
funcionalmente a la empresa danesa ROBERT DAMKJAER A/S, y que actuase como
mandatario o representante de esta, como el mismo aclara, siendo en todo caso pauta
comercial habitual que una autorización de este tipo se documente , como se pone de
relieve en el previo intercambio postal entre los letrados de las empresas litigantes
previo al litigio ( doc num 9 a 11) en el que se hace referencia un escrito que recoja la
obligación de cesar de SIERRA MAGINA y la indemnización que se estima que debe
abonar ( doc num 11); acuerdo documentada que aquí no existe, que no puede suplirse
su prueba por la mera declaración del testigo empleado de la mercantil demandada
Quinto: Afirmada la infracción procede analizar si proceden las medidas interesadas
por la actora, o desde el punto de vista del Reglamento, la procedencia de las sanciones
a imponer contempladas de manera parcial en el artículo 98, cuyo régimen debe
necesariamente completarse con lo previsto en la Ley española 17/2001 de Marcas
(aplicable en virtud de lo previsto en los artículos 14, 97 y 98 del Reglamento y en
concreto su artículo 41
Procede la cesación en el uso del signo Albert para diferenciar en el mercado productos
cárnicos idénticos a los comercializados por la actora, la retirada y destrucción de
productos interesadas, ya que no sólo el demandado ha realizado actos de infracción de
la marca sino que existe un riesgo de repetición de dichos actos, que se presupone iuris
tantum cuando el demandado lleva a cabo actividades comerciales cuya continuidad en
el tiempo es indefinida potencialmente, sin que haya desaparecido, dado que tras el
requerimiento extrajudicial lo único que hay es una modificación irrelevante del signo,
pero no que hay dejado de emplearse , constando inclusive ( doc num ) que con
posterioridad a dicho requerimiento extrajudicial y al auto de medidas cautelares han
aparecido latas con la marca ilícitamente marcadas. Así mismo procede la acción
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declarativa entablada, perfectamente admisible en derecho español, como opina entre
otros autores Gimeno-Bayón Cobos, ya que la Ley de Marcas establece un régimen de
numerus apertus y está plenamente justificada la declaración judicial al existir
controversia al respecto, bastando para su estimación la existencia de una conducta del
demandado constitutiva de infracción de la marca del actor
En cuanto a la publicación de la sentencia a costa del condenado en los periódicos de
mayor tirada local de las ciudades de Jaén, Ceuta y Melilla, el artículo 41.1 de la ley
española de marcas contempla, entre una de las reclamaciones que puede efectuar el
titular marcario, la publicación de la sentencia mediante anuncios y notificaciones a las
personas interesadas. Ahora bien, ello no quiere decir que sea de aplicación automática
sino que habrá que acudir al caso concreto y determinar si esa información deviene
necesaria para restituir la buena imagen de la marca infringida ante los consumidores.
La propia mención que realiza ley a “las personas interesadas” pone de relieve que sólo
cuando es conveniente tiene sentido imponer esa publicidad a costa del demandado, sin
perjuicio de que el actor siempre puede difundir la noticia siempre que lo haga de forma
adecuada
En el caso que nos ocupa, no existe prueba consistente acerca de la expansión y
difusión de los productos marcados con el signo de la actora en las ciudades referidas, y
poca información aportan respecto el testigo Kalil Hamudi, dedicado a la venta de estos
producto cárnicos. Por otra parte, y no admitido el carácter notorio de la marca
comunitaria Robert, cuya prueba corresponde a quien invoca (STPICE de 22 de junio de
2004) no hay prueba bastante que permita concluir que la marca comunitaria Robert sea
catalogada como notoria por su conocimiento entre los consumidores en la Unión
Europea, sin que se diga y pruebe, entre otras circunstancias, cual es la cuota de
mercado poseído por la marca; la intensidad, la extensión geográfica y la duración del
uso de esta marca; la importancia de las inversiones hechas por la empresa para
promocionarla ; así como las declaraciones de Cámaras de Comercio o industria u otras
asociaciones profesionales al respecto, limitándose a aportar unos recortes de prensa (no
traducidos, , con infracción de lo dispuesto en el art 144 LEC ) referidos a países árabes,
claramente insuficientes al respecto
En tales circunstancias se considera que la medida interesada no esta justificada,
siguiendo la doctrina sentada por el Tribunal Supremo en la sentencia de 29 de abril de
2002 que deniega la publicación a costa del demandado de la sentencia ” ya que no
estamos en presencia de una notoriedad de la marca a proteger, y la petición en cuestión
se revela por ello excesiva y desproporcionada”
Sexto: Para finalizar, respecto de la indemnización de daños y perjuicios, el artículo 42
de la ley española establece sus presupuestos y podemos distinguir cuatro regimenes
diferentes :i) la responsabilidad objetiva (en caso de realización de los actos previstos en
las letras a) y f) del artículo 34.3 o realicen la primera comercialización de los productos
o servicios ilícitamente marcados); ii) la responsabilidad por advertencia ; iii) la
responsabilidad por culpa , y iv) la responsabilidad objetivada para el caso de que la
marca infringida fuere notoria o renombrada
En el caso presente, la demandada debe responder de los daños y perjuicios causados
ya que esta incursa en el art 42.1 ( responsabilidad objetiva) y en todo caso, mediar
culpa o negligencia en su actuación (art 42.2), ya que el signo albert en la fórmula
empleada se buscó por semejanza a la marca Robert (ya que funcionaba en el mercado,
según manifiesta el legal representante de SIERRA MAGINA) y a pesar de recibir el
requerimiento de la actora para cese, no lo atiende, ya si bien parece que abandona la
forma ovalada, continua su actuación introduciendo unas irrelevantes modificaciones,
carentes de distintividad propia. Es evidente que ha infringido la diligencia de un
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ordenado empresario, pues cuando realizó su actuación lo hacía conociendo a este
competidor y con merma de sus derechos de exclusiva sobre el signo
Es el art 43 de la ley el dedicado al cálculo de la indemnización de daños y perjuicios,
que comprenderá no sólo las pérdidas sufridas, sino también las ganancias dejadas de
obtener por el titular del registro de la marca a causa de la violación de sus derechos,
indicando el apartado segundo los criterios para fijar las ganancias dejadas de obtener:
a) beneficios que habría obtenido mediante el uso de la marca si no hubiere tenido lugar
la violación; b) beneficios obtenidos por el infractor como consecuencia de la violación
y c) el precio que el infractor hubiere debido pagar al titular por la concesión de una
licencia que le hubiera permitido llevar a cabo la utilización conforme a derecho
(regalía hipotética)
La parte actora, a quien le corresponde la prueba (artículo 217LEC y STS de
2 de marzo de 2001) opta por el segundo de los criterios apuntados (beneficios
obtenidos por el infractor) como criterio determinante de las ganancias que ha dejado
de obtener
Al respecto interesó prueba pericial a fin de que se fijase el volumen de facturación
correspondiente al fiambre enlatado de pollo elaborado por SIERRA MAGINA en los
años 2000 a 2004. En mismo se puede de relieve que el producto sobre el que se
interesó el dictamen se factura con la referencia 0516 (confirmado por el legal
representante de la demandada y su jefe de ventas que depone como testigo) y se
concluye que en el año 2003 no consta venta alguna, en tanto que la facturación del
año 2004 asciende a 104.732,10 euros ( antes de incluir impuestos) y en cuanto año
2005 asciende a 131.699,39 euros , incluyéndose la totalidad de facturas que aparecen
con ese numero o referencia , ya que resulta sospechoso incluir a partir de junio de 2005
bajo la misma referencia otros conceptos, precisamente cuando ya estaba acordada en
pericial ( en la audiencia previa de mayo), falta de claridad que solo puede perjudicar a
quien la causa , que es la demandada .Por tanto la facturación interesada en el dictamen
pericial asciende a 236.431,49 euros
Ahora bien , no puede compartirse el criterio de que esa sea la cantidad a indemnizar, ya
que esa suma no son los beneficios obtenidos por el demandado, ya que únicamente
nos determina el volumen de negocio de la infractora pero para determinar las ganancias
obtenidas deben deducirse de las ventas los costes de producción . En sentido se
pronuncia la sentencia del Tribunal Supremo de 19 de mayo de 2004.
Dado que ninguna referencia (porque tampoco se pidió) consta a los mismos en el
informe, no puede ser estimada la pretensión en esa cuantía ( 236.431,49 euros)
entrando en juego la previsión del art 43.5 con arreglo al cual ” El titular de la marca
cuya violación hubiera sido declarada judicialmente tendrá, en todo caso y sin necesidad
de prueba alguna, derecho a percibir en concepto de indemnización de daños y
perjuicios el 1 por 100 de la cifra de negocios realizada por el infractor con los
productos o servicios ilícitamente marcados. El titular de la marca podrá exigir, además,
una indemnización mayor si prueba que la violación de su marca le ocasionó daños o
perjuicios superiores, de acuerdo con lo dispuesto en los apartados anteriores”
Por ello, y al no acreditarse por lo dicho, daños o perjuicios superiores, la
indemnización se fija en 2.364,31 euros (el 1% de la facturación)
Séptimo: Dado que la estimación de la demanda ha de considerarse total al ser
estimada la pretensión principal, y a la vista de las circunstancias concurrentes, las
costas causadas se imponen a la parte demandada, con arreglo a lo dispuesto en el
artículo 394 de la LEC
Visto los preceptos citados y demás de general y pertinente aplicación.
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FALLO
Que estimando la demanda interpuesta por ROBERT DAMKJAER A/S contra SIERRA
MAGINA SA debo declarar y declaro que la conducta de la demandada consistente en
la utilización del signo ALBERT para la diferenciación en el mercado de productos
alimenticios constituye infracción de los derechos conferidos por la marca comunitaria
ROBERT y debo condenar y condeno a : 1º) estar y pasar por la anterior declaración;
2º) a que cesen en el uso de la denominación albert para la comercialización,
publicidad, promoción o cualquier otra forma de comunicación comercial de productos
alimenticios similares a los del actora; 3º) a que retiren del mercado y procedan a la
destrucción de todos los productos que imitan al fiambre de pollo u otro producto
cárnico de la marca ROBERT que se distingan con el signo ALBERT y 4º) a que
indemnice a la actora en la suma de dos mil trescientos sesenta y cuatro euros con
treinta y un céntimos (2.364,31 euros)
Las costas procesales se imponen a la demandada
Notifíquese la presente resolución a las partes, haciéndoles constar que no es firme y
que contra la misma cabe recurso de apelación para ante el Tribunal de Marca
Comunitaria, a preparar ante este Juzgado en el plazo de cinco días desde su
notificación.
Así, por esta, mi sentencia, definitivamente juzgando, lo pronuncio, mando y firmo.
E/.
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