ANIMACIÌN a la LECTURA

Anuncio
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En este acto intervienen varios procesos mentales: identificación de letras, de
palabras, procesos sintácticos, semánticos...
La lectura (y la comprensión lectora, punto fundamental de la misma) es un proceso
de interacción en que intervienen tanto el texto (con su forma y contenido), como el
lector, ya que éste construye de manera activa el significado del texto (en función de
sus expectativas, de sus conocimientos previos -o curriculum oculto-, sus
experiencias...). Rebasa el plano estrictamente lingüístico.
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Leemos una novela para cultivarnos y disfrutar; empezamos por el principio y
vamos leyendo página por página, y a medida que leemos vamos reflexionando sobre
la posible evolución de los personajes, de la acción.
En cambio, leemos un manual de instrucciones de un aparato de DVD para
informarnos de sus características; seleccionamos del índice los apartados que nos
interesan y al tiempo que leemos vamos manipulando el aparato y comprobando las
funciones básicas, dejando para otra ocasión las secciones reservadas a usuarios
avanzados.
A veces leemos un texto sin atender a la totalidad de su información, como
cuando buscamos en la agenda el teléfono de un amigo; o, como cuando leemos el
periódico, pasamos la vista por el texto conformándonos con captar la esencia.
Incluso antes de empezar a leer, ya hemos empezado a formarnos una idea sobre el
texto, sirviéndonos, por una parte, de las características del mismo (tipografía, formato,
lugar en que se halla, etc.) y, por otra, de nuestros conocimientos del mundo, en
especial, del tema que aborda el texto. Estos esquemas mentales condicionan la
percepción y procesamiento del texto (sus conceptos, actitudes, valores éticos, etc.) y
el texto, a su vez, va remodelando y actualizando dichos esquemas.
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− hay un
− y un
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)4 *+, )' . 0 )0 & )(el que nos interesa hoy)
)+ &
)' , por otros motivos e intereses (cartas del banco,
nombres de las calles, mensajes del móvil, ejercicios del libro de texto, etc.).
2
Para este último no hay que animar; la propia sociedad obliga. Pero es necesario
mejorar la competencia lectora de los alumnos (comprensión, interpretación...) para su
inserción en la sociedad con garantías, ya que...
!
La lectura es una competencia transversal que recorre todas las áreas y materias
(vehicular), es un elemento central en el aprendizaje, una de las principales claves del
éxito escolar,
Aunque estas sesiones tratan de la animación a leer por placer, de manera voluntaria,
será inevitable mencionar a menudo la competencia lectora, ya que, al fin y al cabo,
leer por placer, crear hábitos lectores... es imposible sin una mejora de la dicha
competencia. Y a su vez el hábito lector ayuda a mejorar la comprensión de cualquier
tipo de textos (incluidos los que se leen por necesidad). Son, por tanto, dos aspectos
íntimamente ligados.
Para saber más sobre competencia lectora, ofrezco bibliografía en el Wiki, destacando
los artículos y recursos más interesantes.
3
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2
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Algunos datos del último Barómetro de Hábitos de Lectura publicado por la Federación de Gremios de editores de
España: Entre los menores de 10 a 13 años ¿sólo? el 7,1% se considera no lector. La media de libros leídos al
año es de 9,3 (en los mayores de 8’8) y el número de horas semanales dedicadas a la lectura 4,4 (en mayores
6’2). El motivo que les empuja a leer es el gusto o placer que proporciona la lectura (el 76,2% lee por
entretenimiento; entre los jóvenes de 14 a 18 años, el 28,3% lee por motivos de estudio). De 10 a 13 años el
entorno familiar y escolar es clave para fomentar la lectura y más del 90% contesta que en sus casas e institutos
les animan a leer.
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9
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7:
78
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4 *)
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 qué: el hábito lector, la velocidad y comprensión lectora de nuestros
alumnos, nuestras clases, nuestro instituto.
 para qué: para conocer las dificultades en el proceso lector que hay
que ayudar a solventar, para ayudar a desaparecer los motivos por los
que no se lee, para que les motive el saber que ha habido mejoría en la
competencia lectora...
 cuándo: como mínimo una evaluación inicial y otra final, para
comparar y conocer así la evolución de cada alumno.
 cómo: A veces basta con la experiencia directa (oír cómo leen,
hacerles preguntas para ver si han entendido, si les gusta leer...); pero
si son muchos hacer una encuesta sobre gustos y hábitos lectores y
una prueba como el PROLEC para comprobar su competencia lectora
pueden resultar útiles para saber en qué fallan y qué hacer para
ayudarles.
El PROLEC SE (evaluación de los procesos lectores), de J.L. Ramos y F. Cuetos es un
conjunto de pruebas para evaluar los procesos y estrategias que intervienen en la
lectura, esto es, sirve para determinar el nivel de velocidad y comprensión lectoras en
alumnos de 10 a 16 años y, además, concretar las acciones que hay que realizar según
los resultados obtenidos. Los procesos cognitivos analizados por estas pruebas son:
identificación de letras, reconocimiento de palabras, procesos sintácticos y semánticos.
Y consta de seis ejercicios.
4
Uno de los
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4
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4 (relacionados con la lectura) es, por lo tanto,
/ 6 ) ) & /0 , +&' &, ) , formar lectores competentes (aumentar la
velocidad, la comprensión...). Para esto habrá que identificar las dificultades que
tienen en el proceso lector, para luego aplicar estrategias didácticas que ayuden a
superarlas.
Pero hay ,
) 56 ,
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4
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mejora de la comprensión): 7
que animar a leer.
0) 4' (o, como poco, simultánea a la de la
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9 , luego hay
La animación a la lectura & + ', + la ejecución de un conjunto de acciones
programadas +& /'
+
despertar, favorecer o promocionar el interés por la
lectura y su utilización cotidiana por propia voluntad, no sólo como instrumento
informativo o educacional, sino como fuente de entretenimiento y placer (que la lectura
sea “ocio”, un acontecimiento divertido, un juego, y no trabajo aburrido).
*(
'
+ '
, por tanto, conseguir que lean y que disfruten leyendo.
o Crear o mejorar hábitos lectores en nuestros alumnos.
o Despertar el placer por la lectura (placer ←→ comprensión)
Pero para disfrutar de la lectura es imprescindible comprenderla; no gusta lo que no se
comprende. La comprensión y el placer van unidos, se alimentan mutuamente. El
placer de la lectura es, a menudo, la consecuencia resultante de la satisfacción de
comprender e interpretar lo leído. Por esto será importante seleccionar bien el libro,
programar lecturas que sean cada vez más difíciles con actividades adecuadas para
facilitar su comprensión (aunque se puede animar a leer en general).
¿A quién compete ayudar a mejorar la
competencia lectora? Es tarea de todos (no es sólo objetivo del ámbito lingüístico,
sino que es una competencia básica transversal a todo el aprendizaje).
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 con qué actitud: con pasión, vehemencia, sintiendo los colores, si eres jugador,
mejor...
 con qué instrumentos: carraca, pompones, bocina, banderas y bufandas...,
esto es, estrategias y acciones concretas de animación a la lectura.
Cuando preguntamos en clase a quién gusta leer, se levantan muy pocas manos. Y si
alguna vez les gustó es posible que haya dejado de gustarles por nuestra culpa: es
5
difícil aficionar a leer enseñando gramática y con comentarios de textos clásicos de la
historia de la literatura (demasiado lejanos para ellos). Nos encontramos por tanto con
una tarea añadida: habrá que convencerles de que les gusta lo que ya han decidido
que no les gusta hacer.
Pero... ¿cómo animarles a que lean? Como bien dedujo Daniel Pennac, obligar a
leer es un error; por obligación no funciona. El amor a la lectura, como todos los
demás amores y aficiones, no se puede imponer. El verbo leer, como el verbo amar,
no soporta el imperativo. Y mucho menos con adolescentes de secundaria.
Es casi imposible obligar a leer y hacer amar la imposición. Además, está comprobado
que obligando a leer ciertos libros no se han conseguido lectores, sino gente que ha
leído esos libros concretos y que, en el peor de los casos, han aborrecido el acto de
leer por imponérselo. Y no sólo queremos que lean un número determinado de libros,
sino que nazca en ellos el deseo de leer.
Pero... ¿se puede fomentar un deseo?, ¿se puede inducir a querer hacer algo que
además requiere tiempo, cierto esfuerzo y concentración y cuyos “beneficios” no son
inmediatos? La publicidad nos contestaría que sí, e incluso nos ayudaría
mostrándonos cómo persuadir, cómo despertar las ganas de leer. Nos aconsejaría
que en nuestras “acciones-anuncio” (esas estrategias de animación que trataremos
posteriormente) cumpliéramos una serie de requisitos para que todos compren el
producto (la lectura), lo consuman y sigan repitiendo:
− que las hagamos con pasión y entusiasmo contagioso;
− que al “comprar” y “consumir” el “producto”, los “alumnos-consumidores” se vean
recompensados con la satisfacción de ver cumplidas algunas aspiraciones y
necesidades humanas, como disfrutar, sentir que progresan, sentirse queridos,
valorados y aceptados en su grupo...;
− que tratemos de eliminar los prejuicios y recelos que tiene el “consumidor-alumno”
respecto del producto, cambiando su opinión acerca del mismo (cambiar el sistema
de creencias acerca de una actitud, puede animar a realizarla o, al menos, a no
mostrarse reacio a probarla);
− que facilitemos el proceso de aprendizaje, haciendo que el alumno progrese, que
no se estanque, que no tenga sensación ni experiencias de fracaso. Como
menciona J.A.- Marina, “el atractivo de una tarea es el resultado de dividir el placer
que produce por el esfuerzo necesario para conseguirlo”, y “leer no será un plan
muy atractivo si la satisfacción conseguida es pequeña o el esfuerzo exigido es
grande”.
− Y no hay que olvidar mencionar las *,
''
&,
*) . Aunque
sepamos que el alumno las conoce y aunque sepamos que ese conocimiento no le
ha impulsado a adquirir el “producto”, no está de más recordárselas haciendo
especial hincapié en aquellas que atañen al tipo de consumidor al que van dirigidos
los anuncios (en este caso, adolescente, alumno de Secundaria).
6
¿Por qué es tan importante leer?, ¿qué beneficios reporta?, ¿qué ventajas ofrece?,
¿qué objetivos se consiguen?
) 8*:
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•
•
•
•
•
•
•
•
Adquiere nuevos conocimientos. Cuanto más lee más información obtiene
de un determinado tema.
Desarrolla la lectura comprensiva y la competencia lingüística: Se habitúa
a comprender el sentido global de un texto, a localizar información específica, a
diferenciar las ideas principales de las accesorias, etc. Y al aumentar su
vocabulario, mejora su comprensión y expresión oral y escrita
Aprende a estudiar: la lectura es el principal instrumento de aprendizaje, el
punto de partida de la mayoría de las actividades escolares.
Mejora su autoconcepto y desarrolla su personalidad en el ámbito
intelectual, afectivo, moral (actitudes como la solidaridad y el respeto), al
ampliar su experiencia leyendo y comentando lo leído.
Despierta la imaginación, la fantasía, la creatividad, introduciéndose en
otros mundos (reales o fantásticos) diferentes a los que vive habitualmente.
Consigue fluidez lectora al automatizar la decodificación de los signos
escritos del lenguaje. También mejora la elocución, realizando lecturas
expresivas, en voz alta.
Fija mejor la ortografía, al intervenir el factor visual.
Desarrolla valores estéticos al descubrir la belleza del lenguaje. Hay que
suscitar la implicación de los alumnos en la esperanza de que la lectura traiga
consigo algún tipo de placer estético y algún tipo de emoción (Carlos Lomas)
"Para traspasar el muro de tus limitaciones, para entrar al otro lado del espejo, para
conocerte y conocer mejor a los demás. Para sobrevivir". Ana María Matute
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# 0 ) + ;Hay que “venderle” que la lectura le ayudará a
comprenderse y a tomar decisiones importantes, a madurar emocional e
intelectualmente, a desarrollar su espíritu crítico; que además de una fuente de placer,
leer es una fuente de enriquecimiento cultural y de formación personal.
7
Citas sobre la lectura
Cuando a cada maestro, en su aula de clase, se le empañe la
mirada o se le quiebre la voz compartiendo con sus alumnos un
poema que los hace sentir como en su propia casa, empezarán a
sobrar todas estas palabras que se escriben sobre el fomento y la
promoción de la lectura", porque ya se estará dando todo lo que
nosotros perseguimos, simplemente no habrá cronómetros ni
estadísticas ni patrones metodológicos que puedan medir sus
avances. (Víctor Moreno)
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho (Cervantes)
Para viajar lejos no hay mejor nave que un libro (Emily Dickinson)
Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo (Proverbio árabe)
La literatura es siempre una expedición a la verdad (F. Kafka)
9
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Un libro bueno, pero leído a
destiempo,
puede
ser
un
antídoto muy eficaz contra el
gusto por la lectura.
La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil, y el escribir,
preciso (sir Francis Bacon)
Prohibido leer: 10 razones para no leer. Decálogo de Antonio Solano, en Repaso de lengua.
Todos deberían saber que leer, como fumar, tiene sus riesgos:
1.- Quienes leen mucho acaban ciegos. Primero son esas gafitas de intelectual, luego las de culo de vaso y
acabas como Galdós o Borges, contratando a una tierna manceba que te lea a los pies de la cama.
2.- Quienes leen mucho acaban trastornados. Como don Quijote, o Cela. Una alumna mía me decía que hay por
ahí un tonto ambulante que se quedó así de tanto estudiar. Al parecer se tomaba todo tipo de psicotrópicos para
mantenerse despierto mientras leía y leía.
3.- Leer agota tu economía. Los libros son caros y no se pueden bajar con el emule. Los que están en Internet son
clásicos y por tanto largos, así que si los lees en la pantalla todavía te quedas más ciego (ver punto 1).
4.- Leer complica la vida doméstica. Acumular libros se convierte en una obsesión que requiere espacio, metros
de estanterías desordenadas, dolorosas cajas en el trastero, mesitas de noche polvorientas... Con la amenaza de
cónyuges o hijos: Elige, los libros o nosotros. Y esa pregunta estúpida de las visitas no lectoras: ¿Te los has leído
todos?
5.- Leer complica la vida amorosa. ¿Todavía estás leyendo? Pues me duermo...
6.- La lectura suele ser fuente de toda infelicidad. Quienes no leen no tienen más punto de vista que el que les
ofrece su cadena de televisión habitual, su peluquero, su estanquera o su compañero de cañas. No necesita
contrastar visiones distintas de un hecho, ni ponerse en lugar del otro. Asume que la realidad es plana. Y es feliz.
7.- Los libros generan frustración. La lectura te muestra vidas que nunca llegarás a vivir y lugares que nunca
conocerás. Te permite imaginar a los personajes y lugares de las historias del modo que tú quieres. Luego vienen
los de Hollywood y te plantan al guapo de turno en unos paisajes de Nueva Zelanda que te cagas, y ya está, tu gozo
imaginado en un pozo, porque cómo les explicas tú a los espectadores de la sala que lo que tú habías imaginado
era mejor.
8.- La lectura es algo lento y repetitivo. A ver, ¿qué ha cambiado en la lectura en los últimos dos o tres milenios?
¿Leemos más rápido? ¿Se lee a través, renglón sí, renglón no? Nada. Siempre igual, una línea detrás de otra. Y
encima hay que esperar más de una hora (una semana, un mes) para que nos cuenten el encuentro amoroso de
una pareja, el remordimiento por un crimen, la frustración por una vida anodina, la conquista de una libertad.
9.- Leer no sirve para obtener admiración. Por si alguien no se ha enterado, ser buen lector no cotiza en la bolsa
de la vida social. Que alguien cite a buenos lectores que salgan en la tele: ... (silencio prolongado). Antes, con lo de
mayo del 68 y todo eso, aún se ligaba citando a Camus, a Brecht, a Quevedo. Pero ahora, como no cites a Jaime
Peñafiel...
10.- La lectura no está al alcance de todos. Digan lo que digan, el placer de leer está reservado a unos pocos.
Son esos pocos los que gozan casi pecaminosamente cuando descifran un clásico, cuando sienten las pasiones que
se imaginaron hace siglos para que les lleguen a ellos casi en exclusiva, cuando se quedan varios días en estado de
shock después de leer buenas novelas, cuando se estremecen leyendo un poema, cuando lloran o ríen entre líneas,
cuando recomiendan furtivos lecturas que no se venden en Carrefour, cuando no pueden salir de casa sin un libro
en el bolsillo, cuando miden sus vidas por los libros que leyeron en cada época... Son una élite, peligrosa y exquisita,
que procura captar miembros para su secta, pero que también sabe que muy pocos serán los elegidos. ¿Lo eres tú?
8
Antes era más fácil: nivel más homogéneo en los alumnos, menos competidores para
la lectura como ocio... Ahora hay muchos niveles de lectura, otros estímulos en casa
(videojuegos, PC, tele, etc.) y tareas extraescolares (deportes, música, etc.). Y es
difícil encontrar un libro fácil de leer, superentretenido y breve (¿relatos tal vez?).
La mejor opción es ofrecer textos variados para que el alumno haga uso de su
libertad y decida lo que quiere leer. Pero si conocemos su edad, su sexo, su nivel de
competencia lectora, su madurez intelectual y psicológica, sus conocimientos, gustos e
intereses y, aunque sea a grandes rasgos, su personalidad, podemos sugerirle
determinados libros.
Los )
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, )'
&&'
2+ (o claves que debe tocar una obra para que sea
atractiva para el lector juvenil) son, por tanto: educativos (nivel de lectura),
psicoevolutivos (edad y madurez), valores, contenidos, opinión de los propios
alumnos...
Por ej., con ocho o diez años se recomiendan lecturas ágiles, que no muestren extensas
descripciones. La fantasía suele atraerles bastante, es probable que disfruten con las leyendas y
los mitos. A partir de los once años tienen preferencia por los libros de carácter más realista:
aventuras y desventuras de piratas, caballeros andantes, cosmonautas, etc.. Y ya les empiezan a
interesar las historias de amor.
La decisión es más complicada cuando hay que elegir un libro para un grupo.
¿Qué leen los jóvenes españoles? Los libros más leídos de género juvenil por los menores de
14 años son “Crepúsculo”, “Luna nueva” y “Amanecer” de Stephenie Meyer y los libros de la saga
de Harry Potter de J.K. Rowling. Ambas autoras ocupan el segundo y el noveno lugar,
respectivamente, de los autores más leídos en nuestro país. ¿Por qué triunfa, por ejemplo,
Crepúsculo? Los detractores de '
Crepúsculo'dirán que la clave de este fenómeno editorial
(ajeno a las recomendaciones que se hacen en el aula) ha sido estrictamente el marketing
comercial, y sus más acérrimos fans defenderán que es una bella historia de amor entre seres de
dos mundos incompatibles.
.
9
Los ',
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6
*4 +'nos facilitan la tarea de elegir. Podemos acudir a:
− Premios
nacionales
e
internacionales
de
literatura
infantil y juvenil.
− Colecciones de las editoriales:
barco de vapor, gran angular, etc.
− Servicio de Orientación de
Lectura SOL, iniciativa conjunta
da
varias
entidades,
para
fomentar la lectura en todas las
edades. Es un recomendador de
lecturas (no un buscador de
libros); acompaña y guía al
visitante, según sus preguntas e
intereses.
Contiene
también
Proyectos de Lectura para
Centros Escolares, ordenados
por niveles
'
,) ,
*)
Premios nacionales de literatura infantil y juvenil. Los
últimos 5 premiados: 2009 - Alfredo Gómez Cerdá,
Barro de Medellín / 2008 - Agustín Fernández Paz, O
único que queda é o amor. / 2007 - Jordi Sierra i Fabra,
Kafka y la muñeca viajera. / 2006 - Fernando Marías,
Cielo abajo / 2005 - Antonio Rodríguez Almodóvar, El
Bosque de los Sueños
El premio Hans Christian Andersen, designado con
frecuencia como el Premio Nobel de la literatura infantil,
es un galardón internación que concede, el IBB
(International Board on Books for Young People), con
frecuencia bianual, el 2 de abril, día internacional del
libro Infantil y Juvenil y aniversario del nacimiento de
Hans Ch. Andersen, como reconocimiento a una
«contribución duradera a la literatura infantil y juvenil»:
2000 - Ana Maria Machado (Brasil) / 2002 - Aidan
Chambers (Reino Unido) / 2004 - Martin Waddell
(Irlanda) / 2006 - Margaret Mahy (Nueva Zelanda) / 2008
- Jürg Schubiger (Suiza) / Anteriores conocidos: Gianni
Rodari, Maria Gripe, Christien Nostlinger
− Reseñas de libros, comentarios
y valoraciones en blogs de alumnos (Ej. Mira lo que leo).
− Más bibliografía en el Wiki, en el apartado De libros.
10
"
#
$La lectura ha de ser vista como una fiesta, nunca como un
castigo (hay alumnos que no conocen la biblioteca de su instituto porque nunca han
sido castigados).
*<+
+'
/ )
−
(de leer):
(aunque esto no suele funcionar) o un
(con técnicas dirigidas a facilitar la inmersión del lector en el mundo
propuesto por el libro).
−
(la lectura) – que no se sienta solo.
−
% (de leer) – compartir lecturas refuerza la motivación y la sensación
placentera.
2/ . & + 8*: '
+,
)*/ +,
Existen variedad de
#
& +&) ,
para fomentar la lectura: actividades, recursos,
propuestas de dinamización lectora en Secundaria... Desde varios frentes: desde la
lectura, la escritura (producción y exposición de sus propios textos), la oralidad y
otras formas de expresión.
− Tiempo “obligatorio” (sesiones) de lectura libre (semanal o diaria) en el aula o
en la biblioteca (en silencio). A menudo lo más sencillo es lo más eficaz (20-30 min.
de lectura en el aula todos los días). En sus casas se quejan de falta de tiempo y
de libros: suplamos esa carencia.
La libertad para elegir los libros puede ser total o con restricciones (de un listado
elaborado con la colaboración del alumnado). Darle siempre la posibilidad de
cambiar un libro que no le gusta, no obligarle a que lo termine. Respetar la
diversidad del alumnado en cuanto a experiencia, capacidad lectora, gustos,
ritmo… aunque con discretas presiones cuando son necesarias
Leer con ellos, juntos (dar ejemplo es fundamental): Si los profesores no leen
difícilmente se podrá convencer a un alumno de que leer es algo útil y agradable.
De vez en cuando podemos dedicar alguna sesión para que cada uno presente y
cuente a los demás lo que ha leído y qué le ha parecido, de una manera distendida
y amena, para que así vean nuestro interés (que no lo vean como una tarea).
− Creación de una minibiblioteca de aula con la participación y gestión del
alumnado, para leer, por ejemplo, en ese tiempo de lectura libre o cuando acaben
las tareas, en los tiempos muertos. Seleccionar relatos, novelas y libros de
consulta interesantes, atendiendo a sus gustos, aficiones, inquietudes y
capacidades. Si se puede, recomendar y orientar sus lecturas individualmente.
− Compartir y comentar las lecturas, que intercambien informaciones y opiniones
sobre los libros que han leído, en coloquios, tertulias, foros de lectores, a través de
sus blogs, en encuestas o carteles con valoraciones…
11
− Potenciar la biblioteca del instituto: visitarla, conocerla, usarla (sacarse el carnet y
hacer uso de su servicio de préstamo de libros)... Organizar visitas también a
bibliotecas públicas (e incluso a librerías).
− Encuentros con escritores, después de leer su libro y haber charlado sobre él.
− Lectura en clase en voz alta a los alumnos, compartiendo con ellos nuestra dicha
de leer, haciendo que la lectura sea participativa. (se puede leer sólo una parte y...
despertar su interés, la curiosidad). Esta lectura en voz alta (recitales de poesías,
narraciones, cuentacuentos, relatos...) puede ser hecha, además de por los
profesores, también por los alumnos, o por profesionales.
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•
•
•
•
•
&&' +
Presentar los nuevos libros exponiéndolos en aulas y Biblioteca, hablar del autor y
tema, leer en voz alta en la clase fragmentos o capítulos, etc..). Elaborar un maletín
viajero con novedades, por las casas.
Rutas literarias sobre algún libro o autor.
Eventos: Aprovechar los que existen (Día o Semana del Libro) o crear y organizar
unos nuevos; con actividades como la liberación de libros (BookCrossing),
exposiciones con los materiales elaborados por alumnos, elección del libro que más ha
gustado, etc.
Exponer en carteles o murales breves textos (microrrelatos, canciones, poemas,
citas... de escritores o de los mismos alumnos) en las paredes de las clases o de los
pasillos del instituto, para sorprender y acercarles los textos.
Los alumnos en el papel de escritores: La lectura y la escritura son actividades
inseparables, una puede llevarnos a la otra. Presentar, exponer, hacer públicas las
creaciones de los alumnos: cuentos, entrevistas a escritores o ruedas de prensa,
panfletos, opiniones, publicidad, anuncios, eslóganes, murales, libros colectivos,
periódicos o revistas escolares...
,
' 0*5 '
&'
, )' en diferentes formatos o medios (multimedia: carteles, marca-
páginas, calendarios, videos, diapositivas...) y lugares (en la biblioteca, en las clases,
en pasillos, en Internet, en la tele, etc.), ya existentes o creados por profesores o
alumnos. Ver el apartado de Multimedia en la bibliografía del wiki,
No olvidar que para que estas iniciativas funcionen hay que implicarse afectivamente:
lo afectivo suele ser lo más efectivo. «Probar, intentar persuadir, insistir, rectificar… Y
por supuesto, disfrutar mucho cada vez que un alumno termina un libro…” (F. Zayas)
12
=,
( / +,
#
>
&,
*) : Gracias a servicios y herramientas de
Internet, de la web 2.0, como foros, blogs, wikis, redes sociales (facebook, twitter,
tuenti, ning)... las nuevas tecnologías permiten al autor interactuar con los lectores y a
estos entre sí; permiten opinar, recomendar, comunicar, compartir lecturas... Incluso
se han convertido en un nuevo canal de marketing para la promoción (que puede
influir en el éxito o fracaso de una obra).
0)
En la sección de bibliografía tenéis páginas web y propuestas en la red (de
instituciones o particulares) con secciones dedicadas a la promoción y fomento de la
lectura.
Yo voy a mencionar
1*+
*
# 6 /0
:
* De alumnos: blogs en los que éstos opinan, valoran, a veces recomiendan, los
libros que han leído. Ejs.: Mira lo que leo (F.Zayas), TIctiza, que ganó el Premio
Planetalector al mejor blog de fomento de la lectura en Bachillerato dentro del III
Premio Espiral Edublogs 2009.
* De profes: Wiki colaborativos: Manzanas Rojas.
A iniciativa de Lourdes Domenech, profesora de Lengua de Girona, varios profesores
de diferentes centros de España participan en un proyecto común compuesto de
variadas propuestas de lectura, experiencias, actividades, materiales multimedia... en
torno a la obra de teatro de Luis Matilla “Manzanas rojas”, que trata de la amistad de
dos niños, un judío y otro palestino, en una ciudad dividida por un muro. El objetivo
principal fue animar la lectura. Otros fueron: fomentar la reflexión y despertar la
conciencia crítica del alumnado, promover la colaboración entre centros, e incorporar
las TIC en el área de Lengua.
13
* Redes sociales o Comunidades virtuales de lectores, como Shelfari y Anobii.
Son servicios de la web 2.0 disponibles en Internet que permiten crear estanterías
o bibliotecas virtuales en las que mostrar libros, comentar y hablar sobre ellos,
puntuarlos y establecer índices de popularidad de una obra, recomendarlos a los
amigos, localizar gente que ha leído lo mismo, crear grupos por afinidades, entablar
discusiones, etc.
Tiene un amplio sistema de etiquetas que permite clasificar los libros usando distintos
criterios (autores, géneros, épocas, personajes, idioma, etc.).
Estas bibliotecas virtuales se pueden compartir y/o incorporar al blog o pág. personal.
14
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5 ', & .
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6
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A
#
#
Aunar esfuerzos, compartir responsabilidades, sentirnos acompañados como
animadores –que no seamos francotiradores-,... es vital también para que no cunda el
desánimo y para enriquecernos con las ideas de los demás.
En la BIBLIOGRAFÍA hay un par EJEMPLOS de Planes de lectura
OBJETIVOS
ACTIVIDADES
B
&
= #;
5
6
No se ha determinado ninguna actividad específica para todo el Centro en relación
a este Objetivo por ser más propio del trabajo en el nivel y en el ciclo.
$
&
>
Concurso de cuentos sobre tema libre. Los premios se entregarán en la Semana
Cultural y consistirán en un libro al mejor de cada clase y diploma a los finalistas.
Elaboración y exposición de portadas de cuentos tradicionales, coincidiendo con la
Semana Cultural. La Comisión de Cultura elaborará una lista de cuentos y cada
tutor elegirá el que crea más oportuno.
&
Redacción y elaboración de carteles/slogans relacionados con la animación a la
lectura que serán expuestos en las zonas comunes como biblioteca, pasillos, etc.
durante la celebración de la Semana Cultural.
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9
Actividad de cuenta-cuentos.
Representaciones diversas: sombras chinas, marionetas, dramatizaciones...
relacionadas con el mundo de los cuentos tradicionales y la literatura juvenil.
/
En la 2ª reunión con familias en el 2º trimestre, se acordarán una serie de puntos a
tratar que irán dirigidos a concienciar a las familias sobre la importancia de la
lectura y la necesidad de que se impliquen de una forma responsable en las
actividades lectoras de sus hijos, apoyando desde casa los objetivos de este
programa. Así mismo se les proporcionará, en esta reunión un listado definitivo
sobre los libros que los profesores del ciclo consideren adecuados a las diferentes
edades de los alumnos.
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Elaboración de un periódico del Colegio con participación de todos los alumnos.
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Exposición de libros escolares antiguos, durante la semana cultural.
Visita programada por cursos a la Biblioteca del Centro.
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Fichas de lectura
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de las distintas actividades a tener en cuenta:
− Espacio y tiempo: lugares y momentos que faciliten la disposición apropiada de
los participantes para realizar las diferentes actividades (bien para la concentración
y el trabajo individual, bien para invitar al intercambio y la comunicación).
− Ambiente que facilite la lectura de todos (comodidad, silencio o música suave de
fondo si no molesta a nadie).
− Calendario de fechas.
− Duración de cada actividad.
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se
han obtenido algunos logros; el mayor ha sido constatar que es difícil conseguir una
afición y hábito sólido, estable y duradero, cuando en casa los familiares no leen, no
tienen el hábito lector. Cuando el alumno puede contar lo leído, hablar sobre ello, no
sólo en el aula, sino también en casa con su familia, los efectos motivadores se
multiplican.
Parafraseando el proverbio africano “para educar a un niño hace falta la tribu entera”,
diremos que el fomento de la lectura es tarea de todos, no sólo del profesor de lengua
o de todo el profesorado. Es condición indispensable que los mayores lean; hay una
comunicación misteriosa entre los lectores, que acaba atrayendo a los escépticos,
según J.A. Marina. Por eso es importante implicar a las familias en esta aventura. Hay
que contagiar a las familias nuestro amor por los libros, para que ellas a su vez
contagien ese saludable virus a sus hijos. Es difícil convencer a alguien de la dicha
que proporciona leer si nunca ha visto disfrutar haciéndolo a la gente que le rodea.
Por eso las TERTULIAS se muestran a priori como un instrumento útil (“efectivo y
afectivo”, como dice J.A. Marina), ya que se pueden hacer con alumnos, con
familiares, y mixtas (entre alumnos, familiares y personal del instituto y/o comunidad);
no exigen conocimientos previos en los participantes; y al realizarse en grupo resulta
una actividad atractiva. Es un modo de leer en el que, partiendo de un libro, se habla,
no sólo de argumentos, sino también de experiencias, vivencias, sueños, deseos...
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grupo de David Duran de la Universidad Autónoma de Barcelona.
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Actividad simple y fácil de poner en marcha, basada en el aprendizaje o tutoría entre
iguales, método de aprendizaje cooperativo que consiste en la creación de parejas de
alumnos con un diferente nivel de competencia lectora (que no haya una diferencia ni
demasiado alta ni demasiado baja), en las que un miembro hace de tutor y otro de
tutorado. Y con un objetivo común, conocido y compartido (adquisición o mejora de la
competencia lectora), que se adquiere a través de un marco de relación planificado por
el profesor (el alumno que hace el rol de tutor debe preparar las sesiones que va a
llevar a cabo con su pareja siguiendo unas pautas sistematizadas, un guión de
interacción estructurado por el profesor y usando unos materiales proporcionados por
el mismo).
Con esta metodología se trabajan muchas otras competencias básicas como la
autonomía personal, el aprender a aprender, la competencia ciudadana, la iniciativa
personal… Como el alumnado que representa el papel de tutor es el que más avanza,
aunque mejora el nivel de ambos, es recomendable que los roles no sean fijos, sino
que se intercambien.
17
!
# : Actividad cultural y educativa que consiste en la
reunión de un grupo de personas para comentar un libro y para
compartir ideas y experiencias de forma interactiva.
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& : ilusión y constancia.
El grupo irá creciendo (boca a boca, publicidad). Crear clima
acogedor (café, distribución: no vamos a dar clase, somos
moderadores).
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Se publicitan: Se invita a participar mediante carta a las familias de los alumnos. También
puede participar el alumnado, profesorado, personal no docente, gente del barrio...
En la primera sesión se acoge a los participantes y se agradece su asistencia. Se
explica en qué consiste la “actividad” (a través, por ejemplo, de unas diapositivas), se
tantean sus expectativas (¿qué esperan, qué les gustaría, sus propuestas...?), se quitan
sus miedos y se reparten unos relatos para comentar en la siguiente sesión.
Subraya la frase o párrafo que más te llame la atención y, si quieres, o crees que es necesario para
recordarlo, escribe en un papel (como si fuera una chuleta) por qué lo has elegido, es decir, las
razones que has tenido para marcarlo.
El comentario de los párrafos puede ir en uno de estos sentidos:
− A veces nos recuerdan situaciones, personas, emociones...vividas. No hay nada que
razonar. Son sentimientos que nacen de dentro.
− Otras veces hacen que tengamos reflexiones, ideas... que podemos discutir, matizar,
razonar... con argumentos.
− Otras veces queremos interpretar algunas acciones de los personajes o hechos que
suceden en la narración o la forma de contarlos...
− Y otras suscitarán nuestra curiosidad por saber más sobre algo, nos incitarán a preguntar,
a buscar, a investigar.
En la tertulia, tendrás oportunidad de leer en voz alta el párrafo. Después nos comentarás por qué
lo has elegido, qué es lo que te sugirió o qué es lo que te llamó la atención, por qué estás de
acuerdo o en desacuerdo con lo que dice... Lo que no vale decir es: porque sí o porque no. Luego,
si alguien quiere opinar sobre tu comentario o, simplemente, comentar el párrafo que has leído, es
el momento adecuado.
COMPROMISOS
− de leer lo acordado
− de traer el libro
− de seleccionar un párrafo
− de leerlo en la tertulia
− de oír a los demás con atención y respeto
En Tertulias con alumnos, hay que pensar en las medidas que se tomarán en caso de que no se cumplan los
compromisos: Aislar del grupo haciendo ejercicios en silencio (no como un castigo, sino para que aproveche el
tiempo y también oiga el desarrollo de la tertulia y se anime para la siguiente sesión). Si molestara, adoptar
medidas disciplinarias. Por otra parte, as alumnos con dificultades pueden recibir ayuda entre sesión y sesión para
leer lo acordado (Leer en pareja). Incuso se puede dedicar parte del tiempo a la lectura del texto acordado.
−
−
Luego se elige libro entre los participantes a través del diálogo y el consenso, después de
oír todas las propuestas, sugerencias, preferencias (novedades, clásicos, grosor, precio,
temas, ejemplares en las bibliotecas, etc.) y se decide entre todos cuántas páginas se
leerán para la próxima sesión, la periodicidad y la duración de la sesión. En la siguiente
sesión, comenzará la tertulia... No es necesario fijar todas las fechas: se puede ir avisando
por teléfono, correo electrónico, a través del blog...
El moderador es el encargado de ceder la palabra, de modo que todas las personas
puedan hablar. Debe dar prioridad a las que menos participen.
18
0
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−
1
: Con las tertulias se consigue:
Que las familias lean y pasar un rato agradable compartiendo la lectura.
Satisfacciones afectivas: se estrechan las relaciones con los participantes.
Enriquecer el aprovechamiento de lo leído en mayor medida que lo que proporciona la
lectura individual. Los libros comentados se recuerdan y entienden mejor (gracias a los
comentarios de los demás, a su interpretación de los comportamientos de personajes, de la
intencionalidad del autor, de detalles que a otros pasan inadvertidos…). Mejoran, por tanto,
la compresión y la reflexión crítica, y también la competencia comunicativa al usar la
expresión y comprensión oral.
Aumentar la formación cultural de todos y desarrollar la competencia ciudadana
(convivencia, respeto de los turnos y opiniones, participación democrática, comunicarse
tranquilamente, argumentar...).
Los temas de los libros suelen conducir a hablar de la propia vida, son espejos de las
vivencias de los participantes, que encuentran ocasión y pretexto para compartirlas.
−
−
: Aplicación de las TIC (correo electrónico, blog, foros...), tertulias
basadas en el periódico en 4º de la ESO, aprovechando que los textos periodísticos es uno de
los contenidos de la programación.
: Organizativas; la elección del libro; en las tertulias en clase con los
alumnos, al no ser “voluntarias”, las dificultades aumentan.
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#
: La tertulia dialógica se basa, como las
Comunidades de Aprendizaje, en los principios del aprendizaje dialógico, que es el que
resulta de las interacciones que produce el diálogo igualitario, entre iguales, para llegar al
consenso, con pretensiones de validez.
−
Diálogo igualitario: se respetan todas las aportaciones, sin intentar imponer ningún punto
de vista. Lo que se dice es valorado en función de la validez de los argumentos y no en
función de quien lo dice. No hay especialistas que determinan hacia dónde se deben dirigir
las interpretaciones; no hay lecturas únicas.
Inteligencia cultural: todas las personas por su experiencia tienen inteligencia cultural y
puede, por consiguiente, participar en un diálogo igualitario, utilizar las habilidades
comunicativas como instrumento fundamental para resolver situaciones que una persona
en solitario no sería capaz de solucionar con la inteligencia académica, o lo haría menos
adecuadamente.
Transformación: este aprendizaje que realizamos a través del diálogo y de la valoración
de todo lo que hemos aprendido supone una transformación que nos hace capaces de
poder aprender más y así cambiar el concepto que podíamos tener antes de nosotros
mismos (mejorar la autoestima). Al sentirnos diferentes también se transforman y mejoran
las relaciones con las personas que nos rodean.
Solidaridad: todas las personas que forman parte de la comunidad educativa pueden
participan a través de un diálogo igualitario y por un interés común.
Igualdad de diferencias: todas las personas nos hemos de tratar en términos de igualdad
pero respetando nuestras diferencias. Cuando hablamos de igualdad en las diferencias,
hablamos de igualdad de derechos y oportunidades para personas diferentes, sea cual sea
su género, clase, cultura, edad, etc.
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A veces basta con un par de preguntas para empezar a caminar; pero otras veces interesa
hacer un estudio más detallado con el fin de conocer sus costumbres, gustos y opiniones.
Ejemplos de preguntas de un cuestionario:
Nombre, edad y nivel educativo:
¿Cuántos libros has leído en los últimos tres meses? .... ¿Cuántos por
iniciativa propia en tu tiempo libre y cuántos obligado por los profesores? ....
¿Cuál es el libro que más te ha gustado? (Si no recuerdas el título, cuenta de qué
iba).
¿Cuánto te gustaría leer un libro de los siguientes géneros o temas? (Nada -
Muy poco – Algo – Bastante – Mucho)
− Misterio, espionaje.
− Romántico, de amor.
− Deporte.
− Aventuras, de acción.
− Fantasía.
− Realistas, de historias de jóvenes.
− Ciencia-ficción.
− Terror.
−
−
−
−
−
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Poesía.
Historia.
Humor.
Ciencia, tecnología.
Viajes, naturaleza.
Biografías, autobiografías
Otro
¿Te gusta leer? (Nada - Muy poco – Algo – Bastante - Mucho)
¿Cuál es el principal motivo por el que crees que es importante leer? (señala
una sola respuesta)
− Porque aprendo mucho
− Porque me ayuda a imaginar cosas o situaciones
− Porque me enseña a expresarme mejor
− Porque me hace sentir bien
− Porque aprendo lo que significan muchas palabras
− Porque me hace progresar en los aprendizajes escolares
− No es importante leer
¿Cuál es el motivo principal por el que lees?
−
−
−
Porque me gusta
Para aprender
Para completar trabajos de clase
−
−
Para no aburrirme
Porque me obligan
¿Con qué frecuencia los siguientes aspectos contribuyen a que te gusten los
libros que lees? (Nunca - Pocas veces - Algunas veces - Bastantes veces - Muchas
veces)
− El argumento
− El modo de estar escrito
− Los protagonistas
−
−
Su fácil comprensión
La brevedad
De los libros que no has finalizado, ¿con qué frecuencia ha sido la causa
cada uno de los siguientes motivos? (Nunca - Pocas veces - Algunas veces -
Bastantes veces - Muchas veces)
− No me gusta el argumento
− No me gusta el estilo
− Me aburro
−
−
−
No lo comprendo
Es demasiado largo
Tiene la letra pequeña
21
¿Cuánto leen tu padre y tu madre? (Nada
– Poco – Algo – Bastante - Mucho)
¿Con qué frecuencia utilizas los
siguientes criterios para seleccionar los
libros que lees? (Nunca - Casi nunca Algunas veces – Frecuentemente - Muy
frecuentemente)
− Recomendación de amistades
− Recomendación del profesorado
− Recomendación de la familia
− Me los han regalado
− Estaban en casa
− Me atrae el tema o el autor
− Me atrae la portada
− Moda o publicidad
Sin considerar los libros de texto, ¿sueles
realizar diariamente alguna lectura? ....
¿Sueles leer periódicos o revistas
habitualmente? .... Si tu respuesta
anterior
es
afirmativa,
¿con
qué
periodicidad? ( Diaria
Semanal
Mensual) Y ¿de qué tipo? (De información
general - Deportiva - Científica - Del corazón
– Otras: indica al temática)
¿Sueles leer habitualmente cómic? ....
Ordena, del 1 al 10, las siguientes
actividades, siendo 1 lo que más te gusta
hacer y 10 lo que menos.
− Practicar algún deporte
− Ir al cine
− Ir a la discoteca
− Salir con amigos y amigas
− Ver la televisión
− Escuchar música
− Leer
− Jugar con el PC o la videoconsola
− Navegar por Internet
− No hacer nada
Si comparamos las horas que dedicas a la
lectura con las que ves la televisión, ¿en
qué proporción las situarías?
− Por 1 hora de lectura, ...... horas de
televisión
¿Cuántas horas a la semana dedicas a las
siguientes actividades? (Menos de una
hora - De 1 a 3 h. - De 3 a 5 h. - De 5 a 7 h. De 7 a 10 h.- Más de 10 horas)
− Practicar algún deporte
− Ir al cine
− Ir a la discoteca
− Salir con amigos y amigas
− Ver la televisión
−
−
−
Escuchar música
Jugar con el PC o la videoconsola
Navegar por Internet.
¿Crees que influye el hábito de lectura en
tu rendimiento académico?
¿Crees que la escuela o el instituto han
despertado en ti el interés por la lectura?
¿Considerarías útil que el Instituto
programe una serie de actividades con el
objeto de despertar en ti el interés por la
lectura? Indica alguna actividad que creas
positiva: Las respuestas más habituales de
los alumnos son:
− Elaborar revistas.
− Comprar prensa
− Leer en clase
− Ampliar la oferta de prestamos
− Concursos literarios.
¿Has acudido alguna vez a la biblioteca
de tu localidad para leer o sacar prestado
algún libro de lectura? (No de consulta)
.... ¿Y a la del instituto? ....
¿Utilizarías la biblioteca del instituto si se
abriese por las tardes? ....
¿Cuántos libros habéis comprado en tu
casa el año pasado? (Indica el número):
¿Aproximadamente cuántos libros de
lectura (no de consulta) hay en tu casa?
(Indica el número):
¿De dónde proceden los libros que lees
en tu tiempo libre? (Nunca - Pocas veces Algunas veces - Bastantes veces - Muchas
veces)
− De la biblioteca escolar
− De otras bibliotecas
− Me los prestan
− “Son míos”
Indica tu grado de acuerdo o desacuerdo
con las siguientes afirmaciones. (1:
totalmente en desacuerdo; 2: bastante en
desacuerdo; 3: ni acuerdo ni desacuerdo; 4:
bastante de acuerdo; y 5: totalmente de
acuerdo)
− Soy bueno o buena en las tareas
escolares
− Me imagino fácilmente las situaciones
que leo
− Hago amigos y amigas fácilmente
22
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−
−
−
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−
−
Tengo dificultades con la lectura
Me gusta participar en muchas
actividades
Pienso las cosas antes de hacerlas
Me gusta la soledad
Tengo facilidad para concentrarme al
leer
Tuve dificultades cuando aprendí a leer
Leo con rapidez
Me siento solo o sola
Comprendo generalmente lo que leo
Sé que la gente me tiene en cuenta
¿Ahora lees más o menos que hace dos
años? (Mucho menos – Menos – Igual –
Más - Mucho más)
¿Cuántas horas a la semana dedicas a
leer? (Menos de una hora - De 1 a 3 h. - De
3 a 5 h. - De 5 a 7 h. - De 7 a 10 h.- Más de
10 horas)
− libros para clase?
− libros que lees porque quieres?
− cómics y tebeos?
− periódicos y revistas?
¿Cuánto lees (Nada - Muy poco - Algo Bastante - Mucho)
− los días de diario?
− los fines de semana?
− en vacaciones?
¿Con qué frecuencia utilizan tus
profesores las siguientes actividades
para animarte a leer en tu tiempo libre?
(Nunca - Casi nunca - Algunas veces –
Frecuentemente - Muy frecuentemente)
− Recomendar el uso de bibliotecas
− Fomentar el intercambio de libros
− Recomendar películas relacionadas con
obras literarias
− Comentar lecturas realizadas
− Organizar debates sobre libros
− Realizar representaciones de obras
− Comentar artículos de prensa
− Otras:
¿Con qué frecuencia realizáis las
siguientes actividades en las clases?
(Nunca - Casi nunca - Algunas veces –
Frecuentemente - Muy frecuentemente)
− Leer en silencio
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
−
Actividades de comprensión lectora
Leer en voz alta
Debatir sobre lecturas realizadas
Aprender nuevo vocabulario
Leer obras de teatro
Resumir las lecturas realizadas
Relacionar experiencias con la lectura
Redactar textos a partir de lo leído
Leer textos de otras materias
Realizar comentarios de texto
Otras
Tus profesores, ¿valoran las lecturas que
realizas y las tienen en cuenta para la
calificación de las asignaturas? (Nunca Casi
nunca
Algunas
veces
–
Frecuentemente - Muy frecuentemente)
¿Con qué frecuencia utilizan tus
profesores las siguientes maneras de
evaluar lo que lees? (Nunca - Casi nunca Algunas veces – Frecuentemente - Muy
frecuentemente)
− Pedir trabajos individuales
− Pedir trabajos en grupo
− Preguntar en clase
− Preguntar en los exámenes
− Realizar pruebas específicas, como
resúmenes
− Otras
Por último, indica tu grado de acuerdo o
desacuerdo
con
las
siguientes
afirmaciones (1: totalmente en desacuerdo;
2: bastante en desacuerdo; 3: ni acuerdo ni
desacuerdo; 4: bastante de acuerdo; y 5:
totalmente de acuerdo)
− Me gusta leer
− Leo mucho
− Mis profesores me animan a leer
− Mis padres me animan a leer
− Me gustaría leer más
− Sé qué libros hay en la biblioteca del
centro
− En la biblioteca del centro encuentro los
libros que me interesan
− Dispongo de ayuda para utilizar la
biblioteca
− En general, me gustan mis profesores y
profesoras
− Me encuentro bien con mis compañeros
de clase
− Estoy satisfecho con el centro
23
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Muestra de ejercicios del PROLEC / SE de José Luis Ramos y Fernando Cuetos
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Instrucciones: Lee estas palabras en voz alta.
Corrección: Se anotará 1 punto por palabra leída correctamente y el tiempo invertido en leer la
lista completa.
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Instrucciones: A continuación se presentan varios dibujos y en cada uno de ellos hay tres
frases u oraciones. La tarea que has de realizar consiste en elegir la oración que sea correcta
de acuerdo con cada dibujo. Debes leer todas las oraciones antes de decidir. Cuando hayas
decidido cuál de las tres oraciones es la correcta deberás anotar la respuesta rodeando la letra
(A, B o C) que corresponda. Sólo hay una respuesta correcta. Tienes 6 minutos para realizar
este ejercicio (de 24 dibujos).
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Instrucciones: Vas a leer lo mejor posible este texto hasta el final.
Corrección: 1 punto por cada signo correctamente respetado. Al mismo tiempo se controla el
tiempo para comprobar su velocidad lectora (en palabras por minuto). En esta prueba conviene
también registrar la exactitud lectora para comprobar si coincide con la obtenida con las
palabras aisladas, con el fin de averiguar si el texto es un elemento de ayuda o distractor.
MALDITO APÉNDICE
El cirujano, después de hurgar un buen rato en el abdomen del paciente, al que
estaba operando de apendicitis, se dio por vencido. Después de limpiarse los guantes de
goma en su bata blanca, se puso a darle cachetitos en las mejillas para despertarle de la
anestesia.
-¿Qué ocurre? -se sobresaltó el paciente abriendo los ojos -.
-¡Perdone que le moleste! ¿Podría indicarme dónde tiene usted el apéndice?
-¿Y me despierta para preguntarme esa bobada? -se indignó el enfermo
bostezando -.
A lo que respondió el cirujano enfadado:
-¡Para eso le despierto!, porque llevo un cuarto de hora buscándolo y no doy con él.
-¡Caray!, pues no sé decirle con exactitud, gruñó el paciente entornando los
párpados para no desvelarse. Supongo que lo tendré como todo el mundo: en la tripa.
-¡En la tripa! -remedó el cirujano -. ¡Como si la tripa fuese un bolsillo!
-Mire doctor, lo que quiero es seguir durmiendo y que acabe de operarme.
-Para eso tendría que encontrar su maldito apéndice. Y si usted no me dice dónde
lo ha escondido...
-¿Cómo quiere que me acuerde? -contestó el enfermo, incorporándose ligeramente
de la cama de operaciones -.Uno no puede acordarse dónde tiene cada víscera.
-Pues a mí, plin -se plantó el cirujano, cruzándose de brazos -. Si no me ayuda peor
para usted.
-Espere -hizo memoria el paciente -. ¿Ha mirado en el intestino grueso?
-Pues claro -se ofendió el cirujano -. ¿Cree usted que me chupo el bisturí? Lo he
recorrido de cabo a rabo.
-Yo juraría que siempre lo tuve allí, se extrañó el pachucho. Quizá se haya caído
debajo del hígado.
-Tampoco. Debajo del hígado sólo encontré unas virutas de cirrosis.
-¡Aquí está ese picaruelo!, exclamó el operador apresando con una pinza el
organillo perseguido, que se contorneaba como una lagartija.
25
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Para medir tres procedimientos distintos: capacidad para recordar el texto, capacidad para
realizar inferencias y capacidad para realizar esquemas del texto.
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A continuación vas a leer un texto titulado “Los esquimales”. Tu tarea consistirá en extraer y
recordar la mayor cantidad de información posible para poder responder después a unas
preguntas sin el texto delante. Tienes 15 minutos para leerlo.
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A continuación vas a leer otro texto, titulado “El planeta Áurea”. También debes leer el texto
pasra obtener información. Pero, a diferencia del texto anterior, tu tarea consistirá en completar
un esquema sin el texto delante. Deberás completar las palabras que faltan en el esquema.
Tienes 15 minutos para leerlo.
27
El PROLEC permite la identificación de los procesos erróneos en la lectura y así, poder
planificar la recuperación de los mismos.
Pasos:
Antes hay que conocer la opinión del alumno, qué conciencia tiene de su problema y si se
siente capaz de abordarlo y resolverlo. Más adelante debemos recordar al alumno los logros
alcanzados e indagar acerca del uso de las estrategias recibidas y las dificultades que
encuentra en su aplicación.
Definición del problema, con la participación del alumno, de manera concreta.
Si existen varios problemas, hay que comenzar por aquel en el que previsiblemente va a
obtener éxito y va a superar de forma más rápida.
Una vez que el alumno conoce su problema debe asumir el objetivo de la intervención
educativa y hacerlo suyo. Tenemos que tener en cuenta dos aspectos: la especificidad
(cuanto más precisa y específica sea la meta se obtendrán mejores resultados) y la dificultad
(a mayor nivel de dificultad para alcanzar la meta mejor rendimiento, siempre y cuando no
aparezca como algo inalcanzable).
Ofrecerle los medios adecuados para resolver el problema y alcanzar el objetivo. Realizar
conjuntamente con el alumno las actividades propuestas.
Recapitulación y fijarse nuevos objetivos.
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28
COMPRENSIÓN ESCRITA
Lee el siguiente texto y responde a las preguntas.
UNA CASA CON ENCANTO
Con la mosca detrás de la oreja (una mosca del tamaño de un helicóptero).
Por la mañana apenas recordaba los inquietantes sueños de la noche anterior. Me despertó la
luz dorada que entraba a raudales por la ventana. En el exterior soplaba una suave brisa, y
todo un coro de pajarillos cantaba entre las ramas de los árboles.
Eché un vistazo al reloj y se me escapó un gemido. Las siete de la mañana. Las siete y
aquellos pajarracos escandalosos dando la tabarra. Debería estar prohibido, seguro que era
anticonstitucional. A falta de una escopeta de perdigones para decirles lo que opinaba de ellos,
metí la cabeza debajo de la almohada y me tapé los oídos. Cerré los ojos y traté de dormirme
de nuevo, cosa que unos golpes en la puerta impidieron eficazmente.
-¡Eli! Arriba, dormilona, ¡te vas a perder el desayuno!
Mi hermana. La muy canalla siempre se despierta de buen humor. A mí me sienta fatal, soy de
las que se levantan a las nueve y se despiertan a las diez. Sin embargo, la palabra “desayuno”
se me clavó en el cerebro, en una zona conectada directamente con el estómago, y me recordó
que habían pasado siglos desde la desastrosa cena del día anterior. Me levanté de mala gana.
-Voy, voy – gruñí.
La verdad era que ya no estaba de mal humor, pero no iba a permitir que Jerry se diera
cuenta. Mejor que me creyera enfadada. Que se sintiera culpable. Eso. Quizás así se lo
pensara dos veces antes de tratarme como a un trapo, y a lo mejor me era útil la próxima vez
que necesitara pedirle dos mil pelas para el fin de semana.
Me vestí, le eché el guante al cepillo de dientes y aproveché que el cuarto de baño estaba a
diez mil kilómetros para ir haciendo jogging.
Mientras me lavaba los dientes, pensé en lo que iba a hacer. Siempre pienso lo que voy a
hacer a lo largo del día mientras me cepillo los dientes por la mañana (puede que tres minutos
no sean mucho tiempo, pero, oye, a mí me basta). Lo más importante era averiguar qué
pintaba en Casa Telarañas el cretino de Osvaldo. El día anterior nos había recibido como si
fuera el amo de la mansión, deba órdenes al servicio, y encima me miraba como si fuera yo la
que no tenía derecho a respirar el mismo aire que él.
No sé cuándo, en algún momento de aquella noche, había tomado una decisión. Iba a portarme bien. Iba a
portarme fenomenal. Iba a ser un ángel. Para empezar porque, si la armaba aquella vez, mi padres no
volverían a confiar en mí hasta que cumpliera los cuarenta. Y, además era obvio que Jerry se encontraba
allí como pez en el agua. No estaría bien chafarle las vacaciones a la pobre. El río Cares no se iba a mover
de su sitio. Al año siguiente habrá otro campamento para mí, pero... ¿dónde iba a encontrar ella a un cursi
del calibre de Osvaldo, que para Jerry debía de ser lo más parecido a un príncipe azul que veía fuera de
las películas de Disney?
Cristina Macía, Una casa con encanto. Ed. Edebé.
29
1. ¿Qué secuencia de acciones expresa mejor el contenido global del texto?
A.
B.
C.
D.
La protagonista se despierta, se levanta, se cepilla los dientes y planifica el día?
La protagonista se despierta, se tapa los oídos, se levanta y se cepilla los dientes.
La protagonista se despierta, trata de dormir, se levanta de mala gana y hace jogging.
La protagonista se despierta, cierra los ojos, se levanta y se cepilla los dientes.
2. ¿Quién es el narrador del texto?
A. El autor del texto.
B. La madre de Eli.
C. La hermana de Eli.
D. Eli.
3. La finalidad del texto es:
A. Contar una historia.
B. Explicar una idea.
C. Defender una opinión.
D. Describir un despertar.
30
4. ¿Qué echa de menos la protagonista para callar a los pájaros?
A. Una jaula.
B. Una escopeta.
C. Una almohada.
D. Una tapadera.
5. Osvaldo es:
A. El hermano de la protagonista.
B. El dueño de la mansión.
C. El chico que le gusta a Jerry.
D. El amigo de la protagonista.
6. Observa la frase “las siete y aquellos pajarracos escandalosos dando la
tabarra”. Señala todas las palabras en las que se refleja una opinión de la
autora.
.....................................................................................................
7. ¿Qué quiere decir la expresión “soy de las que se levantan las nueve y se
despiertan a las diez”?
A. Que empieza a trabajar a las diez.
B. Que le cuesta empezar la actividad diaria.
C. Que no le cuesta comenzar con la rutina diaria.
D. Que antes de las nueve no hace nada.
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¿Qué hacemos con la lectura?
por Víctor Moreno
CLIJ (Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil) nº 166, diciembre 2003
Ignoro si la situación actual es la que nos merecemos. Si el pesimismo más o
menos reinante es lo que, después de más de veinte años dedicándonos con absoluto
entusiasmo a la creación de lectores, obtenemos como resultado de dicha entrega.
Pero sería bueno que no cayéramos en cierta ingenuidad masoquista.
Si hemos aceptado desde hace años que la escuela y el sistema educativo no
transforman la realidad social, ¿por qué hemos de esperar que desde la escuela o el
instituto se vayan a fabricar lectores en serie? ¡Como si tal producción fuera posible y
natural! Semejante mecanicismo explicativo no es convincente. Lo único que se
consigue con él es responsabilizarnos de un hecho en el que, contra todas las
apariencias, apenas tenemos una incidencia decisiva. Los lectores, caso de que se
hagan, se hacen en casa, no en la escuela, ni en el instituto. En la escuela y, sobre
todo, en el instituto, más bien se deshacen.
De cualquier modo, si estamos abonados al método mecanicista como discurso
explicativo, habría que convenir en que si algo ha fallado no ha sido precisamente el
entusiasmo del profesorado, sino, con toda probabilidad, los medios empleados, tanto
teóricos como prácticos. A mayor abundamiento hay que consignar que las distancias
insalvables entre el discurso teórico y la práctica curricular se han vuelto endémicas.
Muy poco de lo que se discurre en laboratorios o en universidades, ámbitos que en su
mayoría son ajenos a la práctica docente, llega al aula en condiciones de hacerse
realidad.
Lo paradójico de esta situación es que seguimos lamentando los niveles bajos
de lectores -como si nos fuera en ello todo nuestro prestigio y profesionalidad-, pero
citamos como causas de tales índices vergonzosos las mismas razones que
tradicionalmente se invocan.
Cabría apuntar, por tanto, que si las causas señaladas no son las verdaderas
razones del bajón o estancamiento de lectores, tampoco sus aplicaciones prácticas
serán las más adecuadas ni las más óptimas. Porque si el diagnóstico no es correcto,
tampoco lo será su propedéutica, en especial, la llamada tradicionalmente animación
lectora. La responsabilidad de los teóricos en este aspecto resulta decisiva. Si ellos no
han sido capaces de dictaminar cuáles son las causas reales de este bajón lector, es
imposible dar, por tanto, con los medios adecuados para erradicarlas. En el fondo más
superficial, el hiato entre teoría y práctica sigue siendo una de las causas más
relevantes de que la situación actual produzca tantos gorigoris apocalípticos relativos
al nivel lector de la población, sea infantil, juvenil o adulta.
La animación lectora
Lamentablemente, la animación lectora no hace lectores. Puede que ayude a
desarrollar en los niños una actitud positiva hacia el libro y hacia la misma lectura, pero
si lo consigue será más por las actividades socializantes creadas alrededor del libro
que por el propio libro. Podría decirse que la animación lectora está muy bien hasta
que llega el momento de leer un libro. Mientras no haya que leer, la animación es una
gozada.
La animación lectora no basta. Ni en Primaria, ni en Secundaria. La animación
lectora es una especie de muleta ortopédica que ayuda a mantenerse en pie, lo cual
no es poco, pero no ayuda a andar.
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Leer no es ningún juego, ni ninguna aventura, ni ningún viaje. Dejémonos de
tópicos y metáforas que en nada ayudan a entender el complejo acto lector. Leer es
haber leído. Ello supone un ejercicio, un trabajo cognitivo y metacognitivo, un
movimiento recursivo de la inteligencia y de la afectividad, de la memoria, del léxico,
del imaginario social y simbólico y, en última instancia, de los conocimientos
referenciales que uno alberga en su personalidad. Añádase a ello la coerción física
real de estar en silencio, de no moverse y de poner los cinco sentidos en la página.
Estamos, por tanto, ante un panorama que en nada se parece a un juego de verdad.
Es curioso que la animación lectora se practique en los niveles educativos más
tempranos, es decir, en el sector de lectores que menos la necesitan. De ahí su éxito.
Los niños y niñas de Primaria no necesitan animación de ningún tipo. Se vuelcan en la
lectura a poco que les abras un libro lleno de entusiasmo lingüístico y de complicidad
psicológica.
El problema serio de verdad está en la transición de la pubertad a la
adolescencia y juventud. El derrumbe es casi total. Es inaudito el número de alumnos
y alumnas que hasta la fecha leían y, de pronto, dejan de leer. Y ojo, porque en su
mayoría son adolescentes cuya competencia lectora está suficientemente
desarrollada. Aquí la cuestión no es que no sepan leer; es que no quieren hacerlo. En
la mayoría de los casos porque no les gusta. En realidad, no les ha gustado nunca. Si
han leído, lo dicen de forma bien clara, es porque se les ha obligado a hacerlo
mediante el acomodo de la coacción exquisita, democrática y el blablabla más o
menos coercitivo. Pero, también, añaden que no se arrepienten de haber leído. Sólo
que ahora, en plena adolescencia, no les atrae hacerlo.
El hábito lector
La existencia de esta legión de adolescentes que no quieren leer, sabiéndolo
hacer, muestra que la lectura no es un hábito que se forme en los años de la
escolarización en Primaria y, menos aún, en Secundaria.
Y es que el hábito lector no se forma en la escuela, sino en casa. Los lectores
rara vez se hacen en la escuela. Vienen predispuestos desde la familia. No negaré
que la escuela hace algunos lectores, pero poca cosa. La labor más entusiasta de la
escuela, y ya no digamos de los institutos, en los tramos superiores, consiste en anular
casi por completo esa inclinación lectora que comenzó a cultivarse en los primeros
años.
Se tiende a considerar que un alumno que ha leído durante toda la primaria
seguirá haciéndolo en el siguiente nivel educativo con el mismo entusiasmo. Se trata,
sin duda, de una representación lineal y muy conductista de lo que es la lectura y la
afición a leer. Pero la realidad es otra. Los hábitos, caso de que existan, exigen una
fuerza de voluntad consciente y no son resultado de una influencia externa, más o
menos exquisita o ruda. El hábito se forma con actos de la voluntad y del carácter. No
son producto espontáneo de una educación recibida pero no construida activamente
por el sujeto. Y no hay que olvidar que las prácticas de lectura se inscriben, por lo
general, en un régimen más o menos conductista y coercitivo, el del aula; rara vez, el
de la biblioteca. Los hábitos no son resultado de la inconsciencia, ni fruto espontáneo
de la repetición. Hay que echarle ganas y tiempo, reflexión y trabajo. No nos hacemos
lectores porque sí. El ser humano es un manojo de elecciones, las cuales, en
determinado momento, se hacen selectivas, exclusivas y excluyentes.
Si la influencia del entorno escolar fuera decisiva, todo el mundo se haría
lector, quisiera o no. Pero aquí hay algo más. Posiblemente, una predisposición
subjetiva, proveniente, tal vez, del ADN. No diré que la inclinación a leer sea innata,
pero intuyo que tiene que ver con el componente neurobiológico del sujeto. Hijos de
padres lectores empedernidos se convierten unos en lectores y otros no leen ni lo
imprescindible para que sus padres dejen de darles la matraca autoritaria de que lo
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hagan. Desde luego, demos a la educación lo que es suyo, pero ¿cuándo llegaremos
a otorgar de manera exacta y pertinente lo que pertenece a la genética? Pues por
mucho que se diga, y por mucho que los animemos, jamás conseguiremos que todos
los niños y las niñas lean por, ¿cómo dicen?, ¡ah, sí!, por placer. Ya. Ni por placer ni
por obligación. No quieren leer, aunque sepan hacerlo. Es inevitable. No toda la
humanidad infantil y juvenil está destinada a convertirse en un Borges coyuntural.
En las primeras edades no existe el hábito lector, sino tan sólo una afición
coyuntural y esporádica. El hábito es cosa de la madurez, es decir, de la rigidez y
monotonía de la existencia. Al fin y al cabo, ¿hay algo más monótono que el acto
lector?
Considero un camino equivocado la obsesiva pretensión de hacer lectores en
la escuela y en el instituto. Porque no es ésa su función primera y última. Ser lectores,
hacerse lectores, forma parte de las decisiones autónomas e íntimas del sujeto. Lo
que compete, por tanto, al profesorado es formar a este sujeto para que pueda ser
lector. Al fin y al cabo, lo que la lectura hace de nosotros es, lisa y llanamente,
lectores. Nada más. El resto es metafísica más o menos edulcorada por una verborrea
estomagante.
Lo que realmente interesa es que los adolescentes posean un nivel de
competencia o formación lectora óptimo. Sin éste, es difícil que alguien quiera leer o
que opte por el ocio lector. Aquello que no se entiende produce desazón. Más aún: un
libro, que en muchos casos ha sido el signo flagrante de la derrota y del fracaso
académico, no puede despertar ningún atractivo ni convertirse en un campo magnético
gravitatorio de las propias inclinaciones.
Muchos profesores, voluntariosos y lectores ellos, viven casi como una
neurosis la pretensión de hacer lectores. Nada habría que objetar a dicho entusiasmo,
pero, si éste se reduce a llevar adelante actividades de animación que nada inciden en
el desarrollo de habilidades y estrategias cognitivas para la formación de un lector
competente, nuestra actitud más que de alabanza sería crítica. En la actualidad resulta
mucho más fácil entregarse a hacer animación lectora que a formar lectores
competentes.
Algunas propuestas
Entonces ¿qué hacemos con la lectura? La respuesta es tan contundente como
sencilla: hacerla. Porque la lectura se hace, no se dice. Pero, como diría Jack el
Destripador, vayamos por partes, y señalemos algunos posibles caminos a seguir.
A la lectura por la escritura
Más que afición lectora, que también, lo más deseable sería desarrollar la
afición por la escritura. Nos lamentamos de que el alumnado no lea, pero ¿escribir?
¿Quién escribe en los ciclos de Secundaria y de Bachillerato?
En mi opinión, no contemplar la escritura como un objetivo específico del
aprendizaje es la causa que más directamente influye en la falta de apetito lector.
Porque quien escribe, lee. Y quien escribe, lee dos veces.
No conozco ningún método más poderoso para despertar y afianzar la afición a
la lectura que convertir las clases de lengua en talleres de escritura. Para ello, es
conveniente desterrar la falsa idea de que leer es más fácil y más sencillo que escribir.
Como acto intelectual, la complejidad de la lectura es superior a la de la escritura. Sin
embargo, seguimos emperrados en hacer lectores, mucho más que en hacer
escritores.
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Apostar por los saberes procedimentales
En relación con el punto anterior, es necesario desterrar el verbalismo que
todavía asola la enseñanza de cualquier materia. El profesorado continúa hablando
demasiado, cada vez más.
El método verbalista sigue en pleno funcionamiento y rendimiento. Se sigue
desconfiando de la capacidad intelectual de los alumnos, a los que hay que explicarles
todo porque, si no, no aprenden, no saben, no distinguen, no señalan, no deducen, no
se enteran. Pero la mayor parte de los conocimientos impartidos son inservibles excepto para el examen- ya que no se hace explícita la dimensión práctica de dichos
saberes declarativos. Profesores que describen con verdadera pericia y perfección la
intención comunicativa de las distintas formas verbales, no permiten, sin embargo, que
sus alumnos escriban ni una línea poniendo en funcionamiento dichos conocimientos.
Si hay algo que falla en el sistema educativo es la enseñanza y aprendizaje de
la lengua como algo activo y procedimental. Se siguen enseñando cantidad de
términos y de conceptos, sin aprenderlos, es decir, sin ver en ellos ninguna posibilidad
comunicativa y, menos aún, creativa.
Por desgracia se olvida que todo concepto gramatical lleva implícita una
propuesta de escritura creativa que el profesorado debe encontrar y explotar.
La práctica de años nos muestra que cuando el alumnado sabe hacer algo con
un adverbio, una subordinada sustantiva de sujeto, una estructura in medias res, unas
elipsis narrativas, una ración de monólogos interiores, etcétera, no suele mostrar
ningún inconveniente en leer los libros más complejos que caen en sus manos.
Desarrollo de la competencia lectora
Con toda probabilidad quizás sea ésta la tarea más difícil y que más
quebraderos didácticos produce: determinar en qué consiste dicho desarrollo y cuáles
son los factores que lo determinan.
Estamos muy acostumbrados a dejarnos llevar por la inercia pedagógica que
se deriva del uso continuado del libro de texto. Pero bien sabemos que los libros de
texto, aunque abordan la competencia lectora desde un punto de vista teórico en sus
introducciones, naufragan ostensiblemente en la propuesta real que hacen para su
desarrollo. Cualquiera puede revisar las lecturas comprensivas que se ofrecen en sus
páginas para darse cuenta de que todas están cortadas por el mismo patrón
semántico y que no conducen a un progreso de dicha competencia.
La competencia lectora no se resuelve con una batería de preguntas sin más
sobre un texto concreto. Y menos aún si dichas preguntas se reducen a buscar la
frase correspondiente al "quién hizo aquello", "cómo lo hizo" y "qué le sucedió". Este
tipo de preguntas, que exigen respuestas explícitas y concretas, no movilizan ni la
inteligencia ni la afectividad del lector, y, por tanto, su competencia como tal.
El alumnado lo único que puede conseguir mediante tales ejercicios y
actividades es convertirse en un experto en buscar respuestas a unas preguntas.
Para que las preguntas sean significativas desde el punto de vista de la
competencia lectora tienen que estar determinadas por unos objetivos claros y
precisos para cultivar las habilidades -interpretar, valorar, retener y organizar- que
subyacen al desarrollo de una competencia lectora óptima. En contadísimas
ocasiones, las actividades que se hacen sobre los textos buscan de modo organizado
y sistemático el desarrollo de aquellas habilidades. La mayoría de las actividades que
se proponen en los libros de texto no responden a objetivos específicos que busquen
la formación de lectores competentes. Por ello, dichas actividades son una pérdida de
tiempo y de energía.
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Hacia un planteamiento interdisciplinar de la lectura comprensiva
En mi opinión, lo que falla en el aula es la lectura comprensiva. Y ello es así
porque tampoco se contempla en todas las áreas el desarrollo de la competencia
lectora como un objetivo específico y procedimental del aprendizaje.
La clásica diferencia de Bereiter y Scardamalia entre knowledge telling (decir el
conocimiento) y knowledge transforming (transformar el conocimiento) sigue sin
encarnarse en la mayoría de las asignaturas del currículo, especialmente en las áreas,
para entendernos, no lingüísticas. En la mayoría de las aulas, también de lenguaje, el
profesor dice el conocimiento, hace circular datos por el aula, pero ahí se quedan, en
hipotético valor de cambio para un examen. En ningún momento, se transforma dicho
conocimiento en algo propio, autónomo, personal. Para ello sería necesario, no sólo
rea-lizar prácticas sistemáticas de lectura comprensiva en todas las áreas, sino,
también y sobre todo, transformar los conocimientos aprendidos en procesos de
escritura, mediante los cuales se organiza y se construye la realidad.
Al fin y al cabo, no sólo enseñamos los distintos saberes de las distintas
materias, sino también los usos lingüísticos relacionados con estos saberes.
Si todo el profesorado maneja textos en sus respectivas áreas, resulta lógico
que un objetivo común a todas ellas sea el desarrollo de la competencia textual del
alumnado, sin la cual no es posible la adquisición de términos, conceptos y teo-rías
con los que se organiza todo tipo de conocimientos.
Por tanto, se trata de poner objetivos a lo que se sabe para escribirlo. Y estos
objetivos no son otros que los de cualquier situación comunicativa: contar, convencer,
mostrar, describir, exponer, opinar y seducir.
Convendría decir claramente que como profesores no tenemos ninguna
obligación de hacer lectores, ni en serie, ni en cadena, ni en fila india. Diría más: la
prioridad de las escuelas e institutos no es hacer lectores. Los profesores y las
escuelas no son responsables de los niños y adolescentes que no quieren leer, sino
de los que no saben leer.
Como profesor, soy responsable del desarrollo de la competencia lectora de
mis alumnos, pero no de si experimentan placer o les salen callos en las cisuras por
leer o no leer.
Como profesor, tengo la obligación de saber cuáles son las habilidades y
estrategias que conducen al alumnado a desarrollar dicha competencia lectora. Pues
lo importante y decisivo es esto: que sepan leer, que comprendan y entiendan lo que
leen. Porque sin comprensión no hay nada. Ni deleite, ni afición, ni hábito, ni
reconstituyentes simbólicos, ficcionales o metafísicos. Que más tarde quieran leer o
no, es asunto de su voluntad, de su carácter y de su temperamento. Al fin y al cabo,
leer es un acto libre, ¿no? Pero si no se sabe leer, me río yo de si el asqueroso
imperativo es incompatible con el verbo leer o con su forma perifrástica
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