DERECHOS RESERVADOS

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UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO
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ESTUDIO SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE LA LEGISLACIÓN DE LOS
PAISES BAJOS Y DE ESPAÑA SOBRE EL DERECHO A UNA MUERTE
DIGNA Y SU POSIBLE ACEPTACIÓN EN LA LEGISLACIÓN DE
VENEZUELA
Trabajo Especial de Grado para
optar al Título de Abogado,
Realizado por:
Andrade Martínez, Rafael Alejandro
V- 18.218.034
Huérfano Pérez, Esvy Rosmary
V- 18.790.778
Tutor Académico:
Dra. Innes Faria Villareal
Maracaibo, Diciembre 2009
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ESTUDIO D
SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE LA LEGISLACIÓN DE LOS
PAISES BAJOS Y DE ESPAÑA SOBRE EL DERECHO A UNA MUERTE
DIGNA Y SU POSIBLE ACEPTACIÓN EN LA LEGISLACIÓN DE
VENEZUELA
AGRADECIMIENTOS
Esta tesis, si bien ha requerido de esfuerzo y mucha dedicación por parte de
sus autores, no hubiese sido posible sin la desinteresada cooperación de las
personas que han servido de gran apoyo en la difícil tarea de estudiar el
Derecho a Morir con Dignidad de forma objetiva, personas a las cuales, en
agradecimiento nombramos a continuación.
Primero que nada, damos gracias a Díos, por estar con nosotros a cada paso
que damos, por iluminar nuestras mentes y por haber puesto en nuestro
camino a aquellas personas que han sido nuestro soporte y compañía durante
todo el periodo de estudio.
Hoy y siempre a nuestros padres por su amor y apoyo a lo largo de esta
travesía, porque sin su esfuerzo nuestros estudio no hubiesen sido posibles.
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A nuestros hermanos, porque desde el primer momento nos brindaron su
apoyo y cariño sin ningún interés.
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A nuestros abuelos, por enseñarnos que todos merecen morir con dignidad y
que la muerte es sólo el comienzo de la eteridad.
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E Faria, por su paciencia y perseverancia a lo largo de la
DInnes
A la Profesora
investigación.
A Daniela Villalobos, por su apoyo incondicional y la colaboración brindada
durante toda la tesis.
A la profesora Jazmín Marcano y al profesor Humberto Ortiz, por su guía en
este difícil tema y por los ánimos que nos dieron.
Al cuerpo docente de la Universidad Rafael Urdaneta, por habernos enseñado
que el derecho es mas que simples leyes.
Y en general queremos agradecer a todas y cada una de las personas que han
vivido con nosotros la realización de esta tesis, con sus altos y bajos y que no
necesitamos nombrar porque tanto ellos como nosotros sabemos que desde lo
más profundo de nuestros corazones les agradecemos habernos brindado todo
el apoyo, colaboración, ánimo y sobres todo cariño y amistad.
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Con todo nuestro amor y cariño, para todos los que
hicieron esto posible.
Esvy y Rafael.
HOJA DE EVALUACIÓN
Este Jurado aprueba el Trabajo Especial de Grado Titulado: “Estudio Sobre
Los Fundamentos de La Legislación De Los Países Bajos Y De España
Sobre El Derecho A Una Muerte Digna Y Su Posible Aceptación En La
Legislación De Venezuela”, que el Bachiller Andrade Martínez, Rafael
Alejandro, presentó para optar al Título de Abogado.
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Dra. Innes Faria Villareal
Tutor
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Jurado
Jurado
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Dra. Tania Mendez de Aleman
Directora de la Escuela de Derecho.
Econ. Alfredo León
Decano de la Facultad de Ciencias
Políticas, Administrativas y Sociales.
Maracaibo, enero de 2010
HOJA DE EVALUACIÓN
Este Jurado aprueba el Trabajo Especial de Grado Titulado: “Estudio Sobre
Los Fundamentos De La Legislación De Los Países Bajos Y De España
Sobre El Derecho A Una Muerte Digna Y Su Posible Aceptación En La
Legislación De Venezuela”, que la Bachiller Huérfano Pérez, Esvy Rosmary,
presentó para optar al Título de Abogada.
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Dra. Innes Faria Villareal
Tutor
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Jurado
Jurado
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Dra. Tania Mendez de Aleman
Econ. Alfredo León
Directora de la Escuela de Derecho.
Decano de la Facultad de Ciencias
Políticas, Administrativas y Sociales.
Maracaibo, enero de 2010
RESUMEN
Andrade Martínez Rafael Alejandro y Huérfano Pérez Esvy Rosmary. Trabajo
Especial de Grado para optar al Título de Abogado. Estudio sobre la
Legislación de los Países Bajos y España sobre el Derecho a una Muerte
Digna y su Posible Aceptación en la Legislación Venezolana. Universidad
Rafael Urdaneta. Facultad de Ciencias Políticas Administrativas y Sociales.
Escuela de Derecho. Maracaibo, diciembre 2009.
El derecho a una muerte digna ha sido aceptado o rechazado a lo largo de los
años por las distintas legislaciones de los países en el mundo, en el caso
concreto se tienen a dos legislaciones en su mayoría distintas puesto que una
acepta este derecho y la otra no. Esta investigación tiene como objetivo el
estudio comparativo de las legislaciones de los Países Bajos y España y su
posible aceptación en la legislación venezolana, para ello se estudió y comparó
ambas legislaciones para posteriormente determinar si este derecho puede o
no ser aceptado en Venezuela. Para ello se utilizó el tipo de investigación
descriptivo, gracias al cual se llegó a la conclusión de que el derecho a morir
con dignidad puede ser aceptado en Venezuela posterior modificación de parte
de su legislación. Para ello se recomendó la modificación del Código Penal y la
creación de leyes que regulen este derecho. Esta investigación también
pretende establecer lineamientos por los cuales podrían seguir los legisladores
para la posible creación de tan necesitada ley.
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Palabras Clave: derecho a una muerte digna,
fundamentos, aceptación, delito, creación, lineamientos.
autodeterminación,
INDICE GENERAL
Pág.
Agradecimiento…………………………………………………………………..……iii
Dedicatoria……………………………………………………………………………..iv
Pagina de Evaluación…………………………………………………………………v
Resumen………………………………………………...…………………………….vii
Índice General………………………………………………………………………..viii
Introducción…………………………………………………………….……………..11
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RV
Planteamiento del Problema………………………………………………………..14
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Formulación del Problema…………………………………………………………..19
HO
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DER
Objetivos………………………………………………………………………………19
Capitulo I. El Problema………………………………………………………………13
Objetivo General…………………………………………………………………...19
Objetivos Específicos……………………………………………………………...19
Justificación…………………………………………………………………….……..20
Delimitación…………………………………………………………………….……..22
Capitulo II. Marco Teórico……………………………………………….…………..24
Antecedentes………………………………………………………….……………...25
Bases Teóricas……………………………………………………………….………26
La Vida y la Muerte……………………………………………………….……….26
La Vida y la Muerte en la Religión………………………………………………27
Principio de la Autodeterminación…………….………………………………...32
Derecho a la Vida…………………………………………………………………34
Derecho a una Muerte Digna……………………………………………………38
Derecho a una Muerte Digna en España………………………………….……44
Marco Penal del Derecho a una Muerte Digna en España………………..44
Regulación de la Deontología Medica en el estado español………….......47
Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) o Testamento Vital………48
Jurisprudencia Española sobre el Derecho a una Muerte Digna.………..51
Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985 del 11 de Abril………….52
Sentencia del Tribunal Constitucional 120/1990 del 27 de Julio………..53
Sentencia del Tribunal Constitucional en Relación con el Caso de
Ramón Sanpedro (Atc. 931/1994, del 18 de Julio)……………………….53
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Mar Adentro…………………………………………………………………...55
RV
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La Sedación paliativa enO
el S
Servicio de Urgencia del Hospital Severo
H
C(Madrid)………………………………………………..55
Ochoa De Leganes
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DE
El derecho a una Muerte Digna (Casos en España)……………………….55
Derecho a una Muerte Digna en los Países Bajos…………………………….61
Ley de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del
Auxilio al Suicidio…………………………………………………………………….62
Jurisprudencia de los Países Bajos………….…………………………….…68
Decisión de la Corte Penal, Leeuwarden. Caso Postman. 1973………..69
Corte Penal y Corte Suprema, Alkamaar. 1983/1984……………………70
Corte Penal, Assen y Corte Suprema, Leeuwarden. Caso Chabot.
1993/1994……………………………………………………………………..70
Corte Penal, Leeuwarden.1997………….…………………………….…..71
Derecho a la Muerte en Venezuela……………………………………………..72
Marco Constitucional Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna en
Venezuela..........................................................................................................72
Marco Penal Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna en
Venezuela. Inducción o Ayuda al Suicidios vs. Muerte por Piedad...…….…..74
Regulación de la Deontología Médica en Venezuela……………………..78
Mapa de Categorías………………………………...……………………………….80
Capitulo III. Marco Metodológica…………………………………………………..81
Tipo de Investigación………………………………………………………….....82
Diseño de Investigación…………………………………………………………83
Fuentes Iniciales…………………………………………………………………84
Técnica de Recolección de Datos…………………………………………......85
Instrumentos de Recolección de Datos……………………………………….86
Técnica de Análisis de Datos…………………………………………………..87
Capitulo IV. Resultados de la Investigación…………………………………….…89
Conclusión………………………………………...………………………………...104
Recomendaciones………………………………………………………………….107
Bibliografía……………………………………………….………………………….109
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INTRODUCCIÓN
Con el pasar de los años, el derecho a una muerte digna se ha convertido
en un tema de mucho conflicto por parte de las sociedades mundiales. Éste es
un tema muy debatido por parte de los estudiosos de la bioética, de los
derechos humanos, filósofos y religiosos, generando diferentes perspectivas en
los diferentes ámbitos de estudio. En áreas del derecho como son los Derechos
Humanos, Penal, Constitucional, Civil y Comparado, es de vital importancia el
estudio del derecho a una muerte digna o Eutanasia, como es llamada también
por otros sectores que se dedican a estudiar este procedimiento.
Por un lado, existen aquéllos que consideran el derecho a una muerte digna
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como un delito e incluso un pecado, ya que según ellos se está atentando
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contra lo más sagrado que el ser humano posee: su vida; y por otro lado se
encuentran quienes apoyan este razonamiento, argumentando que con ello
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gran parte deD
los derechos fundamentales, es decir, de los Derechos Humanos,
están ejerciendo al máximo algunos de sus derechos, los cuales derivan en
siendo éstos: el derecho a la vida, al libre desarrollo de la personalidad y a la
autodeterminación.
Es así cómo en algunos países, entre los cuales se encuentra Venezuela,
no se ha desarrollado un abundante estudio de este derecho, pues por
implicaciones morales, sociales y religiosas no existe hasta este día una
legislación sobre este controvertido tema, que permita a todas las personas
que deseen hacer valer lo que se considera como un derecho en una situación
de necesidad, en la cual un enfermo terminal pueda decidir si es lo mejor para
él, poder morir con dignidad o tener una muerte penosa o indigna según su
convicción.
Se dice que la decisión de optar por una muerte digna es propia de cada
persona, bajo el convencimiento de que al tomar responsabilidad sobre la
propia vida, se toma también la responsabilidad sobre la propia muerte,
consolidando así la autonomía personal, toda vez que ésta le permite a la
persona tomar una decisión y ser responsable por las consecuencias,
dependiendo exclusivamente del sentido de moral y de ética propios de esa
persona.
Resumiendo, si se acepta que morir es el cierre con que una persona
finaliza su vida tal y como decidió vivirla, se considera entonces que cada
persona debería controlar ese hecho siempre dentro de sus posibilidades.
Dicho de otro modo, cada persona debe tener el derecho a determinar y
controlar las circunstancias de su muerte, de la misma manera que tienen el
derecho a determinar y controlar los momentos de su vida.
Por lo antes expuesto, se establece como objetivo del presente trabajo de
OS
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V futuras investigaciones;
Rpara
religiosos y que pretende aportar y servir de base
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E de los Países Bajos y de España
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estudiar los fundamentos de las
legislaciones
S
CHOdigna y su posible aceptación en la legislación
Emuerte
sobre el derechoEaR
una
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venezolana.
investigación; dirigido a estudiosos del derecho, de la bioética, filósofos y
Para lograr el objetivo propuesto se aplicó el método y el trabajo se
estructuró en IV Capítulos ordenados del modo siguiente: el Capítulo I trata lo
atinente al Planteamiento del Problema, la importancia de su estudio,
delimitación y objetivos trazados. El Capítulo II expone los fundamentos
teóricos del estudio, con la presentación de los antecedentes y bases teóricas y
legales. El Capítulo III explica el tipo y diseño metodológicamente empleado.
Finalmente, el Capítulo IV trata lo relativo al cumplimiento de los objetivos del
estudio y logro de los resultados discutidos, conforme a la doctrina y la
legislación de los Países Bajos, España y Venezuela y sobre cuya base los
investigadores elaboran las conclusiones y recomendaciones respectivas.
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CAPÍTULO I. EL PROBLEMA
La muerte solo es triste para aquellos que no han pensado en ella
Fénelon
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema
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V hecho de serlo, el cual
Rsólo
excelencia que posee todo ser humanoS
por
el
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E el derecho a la existencia, a la
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comprende, en su sentido
más
amplio,
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integridad psico-física
DER y a la integridad moral. Es un derecho determinante
El derecho a la vida es reconocido como el derecho fundamental por
respecto a los demás derechos humanos, pues si es vulnerado se
imposibilita la realización de los demás.
Así las cosas, cuando la calidad de vida se ve afectada por
enfermedades que confinan al ser humano a la cama de un hospital en la
Unidad de Cuidados Intensivos, de la cual no tiene conocimiento si
logrará salir, con su calidad de vida deteriorada por lo avanzado de su
enfermedad y sin posibilidad de revertirla, en circunstancias tales que la
única posibilidad de que continúe con vida sería mediante medios
extraordinarios, cabe la interrogante de tomar la decisión acerca de
adelantar lo inevitable, es decir, optar por una muerte digna.
La Comisión Permanente de Ética Médica de la Academia Nacional
de Colombia sobre el Enfermo Terminal (1997) define la muerte digna
como
“la
muerte
tranquila
y
sin
14
sufrimiento
físico,
provocada
voluntariamente, con el fin de evitar a los enfermos desahuciados, fuertes
dolores y una agonía lenta y penosa, a condición que sea solicitada
expresamente por el enfermo en estado terminal y que sea un medico
quien atienda esa demanda”.
Según Zambrano (2006) desde el punto de vista jurídico, “el derecho a
una muerte digna es la muerte provocada por la propia voluntad y sin
sufrimiento físico, de un enfermo incurable”. El fin es evitar una muerte
dolorosa, y la práctica consiste en administrar las drogas, fármacos u
otras sustancias que alivien el dolor; aunque con ello se abrevie la vida
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del paciente. Así pues, no entran en este concepto las muertes causadas
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a enfermos ancianos, enfermos mentales en establecimientos dedicados
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al cuidado de estas personas, y otros, que se estiman simples homicidios
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sectoresD
deE
la doctrina aceptan el derecho a una muerte digna.
e incluso asesinatos. Partiendo de tales consideraciones, algunos
Para Villalobos (2007) “la base fundamental para la aceptación del
derecho a una muerte digna es el derecho al libre desarrollo de la
personalidad del ser humano”. Si bien es de vital importancia determinar
la calidad de vida de aquél que la solicita, ésta no puede ser cuantificable
pero se pueden tomar indicios en cuanto al sujeto, por ejemplo, cuando
una persona no es capaz de cubrir por sí misma sus necesidades
fisiológicas, se considera que su calidad de vida es baja.
En la sociedad actual se somete a mayor escrutinio el comportamiento
de los médicos que atienden en la etapa terminal, a diferencia de otras
épocas, cuando la gente era sometida a la eutanasia pasiva con o sin su
consentimiento, logrando así lo que se consideraba una muerte breve y
menos penosa.
15
El debate sobre el derecho a la muerte ha sufrido en la última década
un crecimiento insospechado. Se afirma que el médico tiene la obligación
de hacer algo más que suspender las medidas terapéuticas cuando el
paciente lo desea. Después de todo, su vida y sufrimiento se prolonga por
la intervención del médico.
Durante largos años se ha ido acumulando extensa literatura médica a
favor y en contra del derecho a la muerte. La discusión oscila entre el
imperativo ético de aliviar el sufrimiento en enfermos terminales, quienes
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deciden concientemente terminar sus vidas y los que proscriben la
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participación del médico y otros profesionales de la salud para llevar a
cabo dicha acción.
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Los argumentos para la legalización de este derecho se centran en la
magnitud del sufrimiento y en la autonomía del enfermo. Las opiniones
adversas esgrimen la santidad de la vida y la consiguiente disrupción del
orden social. Se afirma que el tabú que rodea la acción de matar
desaparecería aunque se limitara su indicación al alivio del sufrimiento
humano. Argumento adicional según Aguilar-Guevara (2003) es el
concepto “sliperry slope” cuya traducción literal sería pendiente o declive
resbaladizo, el cual afirma que una vez que el Estado legalice la
eutanasia, eventualmente ampliará las categorías en las que se incluiría
los que pueden ser asesinados con impunidad.
El dilema ético de la exigencia del derecho a la muerte se plantea con
carácter perentorio a los médicos que utilizan los últimos avances de la
tecnología en el cuidado de los pacientes con enfermedades terminales
de rápida evolución, en particular los oncólogos, expertos en el empleo de
16
la quimioterapia, uso de la radiaciones y de procedimientos quirúrgicos
paliativos. La utilización de estos recursos prolonga la vida de los
enfermos durante meses o pocos años, aunque en determinado momento
la aplicación de esta tecnología deja de surtir efecto y se reinstala en
proceso de prolongado sufrimiento. Si no se contara con tan maravillosos
recursos, aplicados a quienes ineluctablemente morirán, la etapa de
sufrimiento y el final habrían sido de menor duración.
Muñoz Conde (citado por Freddy Zambrano, 2006) asegura que el
problema del derecho a la muerte está impregnado de prejuicios
S
religiosos, ya el suicidio puede ser un acto supremo de libertad y nadie
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puede negar a un ser humano la posibilidad de preferir una muerte digna
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e indolora a una vida llena de sufrimiento, y que lo planteable es si se
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suicidio,D
incluyendo
las ejecutivas.
admite la no criminalización de todas las formas de participación en el
Por su parte, Gunther Jakobs (citado por Freddy Zambrano, 2006)
asevera que “el valor principal no es la vida como fenómeno biológico,
sino su calidad, que hablar de eutanasia pasiva es un eufemismo porque
la desconexión de un respirador no requiere menos actividad que la
inyección de un veneno, preconiza la eutanasia directa y que cuando es a
petición no es típica, que se amenazaba con el horror del juicio final”, pero
el Estado moderno promete a sus ciudadanos una muerte a su debido
tiempo y dosis analgésicas que aceleren la muerte son permitidas no solo
desde el punto de vista legal, sino también teológico.
La descripción de algunas situaciones es particularmente reveladora.
Una paciente sufre de sarcoma metastático uterino, enfermedad letal que
sin tratamiento, permite sobre vida cercana a los 6 meses; la radio y la
quimioterapia dan lugar a una sobrevida de 1 o 2 años. Se ha prolongado
17
la permanencia del enfermo, evitando transitoriamente la diceminensia de
la enfermad a los pulmones, hígado, pero no a los huesos, senos y tejidos
blandos, causales de intenso sufrimiento. Situación similar se encuentra
en el cáncer de cuello uterino, causal de la uropatía obstructiva por
bloqueo uretral. Los enfermos fallecían con escaso sufrimiento debido a la
uremia e hiperkalemia. La elevada tecnología actual previene estas
manifestaciones mediante la diálisis y la nefrostomia percutánea. La
paciente puede vivir 1 o 2 años, pero para finalmente fallecer con
múltiples padecimientos.
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En ambos casos la intervención del médico consiste en procurar 1 o 2
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años de vida, generalmente de escasa calidad. Al llegar al momento
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crucial experimenta intenso pesar porque aún sin abandonar al enfermo,
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una muerte
digna.
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no puede atender la súplica de quien le exige la práctica del derecho a
Determinar el impacto del sufrimiento sobre la dignidad del enfermo se
ha convertido en el factor fundamental para aquéllos que defienden el
derecho a la muerte digna. La voluntad del individuo y la decisión de
buscar su muerte, son los caracteres realmente relevantes en este tema.
Y al afirmar que aquella persona que padece una enfermedad terminal
puede solicitar su propia muerte, se afirma que dicha orden no puede ser
llamada suicidio ni homicidio, ya que la persona desea morir en
circunstancias donde aún posee el ejercicio de su autonomía y
autodeterminación, y hasta cierto punto teniendo aún el control de su vida.
Por estas razones la ley no debería prohibir o castigar que en ciertas
circunstancias las personas se quiten la vida.
18
Formulación del Problema
En base a los fundamentos anteriores se formula la siguiente interrogante:
¿Cuáles son los fundamentos de las legislaciones que aceptan o
rechazan el derecho a una muerte digna y si éstos pueden ser aceptados
dentro de la legislación venezolana?
Objetivos
Objetivo General
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E el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en
EspañaD
sobre
Estudiar los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y
la legislación venezolana.
Objetivos Específicos
Analizar los fundamentos de la legislación de los Países Bajos y España
sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la
legislación venezolana.
Realizar la comparación de los fundamentos de las legislaciones de los
Países Bajos y España sobre el derecho a una muerte digna y su posible
aceptación en la legislación venezolana.
19
Justificación
La importancia de esta investigación recae en la necesidad de conocer
si el Estado y la sociedad venezolana pueden llegar a considerar el
derecho a una muerte digna como un anexo al derecho fundamental de
cada ser, que es el derecho a la vida.
Esta investigación se fundamenta en el poco o nulo conocimiento que
tiene la sociedad venezolana con respecto al derecho a una muerte digna.
Siendo la mayoría de la sociedad venezolana Cristiana-Católica, y
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dejándose llevar por lo que establece la Iglesia se ha creído durante
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décadas que el ejercicio de este derecho constituye una violación a las
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normas teológicas que se han inculcado durante generaciones.
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A pesar de esto, un grupo cada vez mayor no sólo en Venezuela sino
en el mundo ha llegado a aceptar con el pasar de los años este derecho
tan controvertido en la sociedad, al punto que en varias legislaciones del
mundo este derecho ya ha sido aceptado como tal bajo ciertas
condiciones.
En las últimas décadas se ha hecho más notoria la necesidad de crear
legislaciones sobre esta materia, estableciendo los parámetros en los
cuales una persona puede solicitar el ejercicio de este derecho para así
evitar que personas que no pueden acceder a él, pasen por este largo y
penoso proceso.
Esta investigación pretende dar pie a que se inicie por parte de los
legisladores un estudio sobre la relevancia del derecho a una muerte
20
digna en el mundo moderno y su posible aceptación en la sociedad
actual, determinando así, en base a los fundamentos jurídicos de las
legislaciones antes mencionadas, si es factible la aplicación de este
derecho tan debatido en la legislación venezolana para así mediante su
estudio jurídico conocer si es aceptado o rechazado este derecho.
Como ya se ha dicho anteriormente, el desconocimiento sobre la
materia ha creado temores infundados difíciles de superar para la
sociedad. Éstas temen que con la admisión del derecho a una muerte
digna se convierta en el primer paso a una pendiente resbaladiza que
S
terminaría inevitablemente en algo como el programa de eutanasia Nazi
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en la década de 1930, cuando miles de personas fueron juzgadas con
base
objetivamente
Esocialmente
como
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científica
inútiles
y
en
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hospitales
y sanatorios. Pero el derecho a una muerte digna se basa en
DE
consecuencia asesinados por el personal médicamente calificado en
todos los niveles de la autonomía moral del individuo que está totalmente
en contra de tal postura.
Así pues, se está sólo en esta pendiente cuando se deja de ver la
decisión de acabar con la vida de una persona como una decisión moral
que pertenece al paciente individual, pues está basado en su derecho a la
autonomía moral, y se ve ante todo como un asunto médico o científico o
como un tema social. Por lo tanto, la legislación que dé luz verde al
derecho a morir con dignidad deber hacerlo teniendo en cuenta la relación
esencial con el derecho autónomo del paciente a controlar su vida y su
muerte y no tomar en cuenta consideraciones ajenas, como que la
continuación de la vida del paciente es una carga para los padres, la
familia y la sociedad.
21
Esta investigación tiene como fin promover el derecho de toda persona
a expresar su autonomía de voluntad y autodeterminación, especialmente
relacionada a disponer con libertad sobre su cuerpo y su vida, rechazar
tratamiento medico, incluso la negativa de suministro de alimentación
artificial, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para
finalizarla. Así como también defender, de modo especial, el derecho de
la personas, especialmente aquellas con enfermedad terminal, para que
llegado su momento, puedan morir pacíficamente y sin sufrimiento, de
forma digna, si ésta es su conocida voluntad.
S
De la misma forma, se pretende promover y desarrollar, a través de
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diversas actividades, el rescate de los valores bioéticos del ejercicio
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profesional de la salud en general, y especialmente enfocados hacia el
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autonomía
DEde voluntad y autodeterminación; haciendo de estos principios
respeto pleno del ejercicio integral del paciente a su derecho de
el norte de sus objetivos con orientación especial al desarrollo de nuevas
y actualizadas pautas y normas de carácter legislativo que permitan un
mejor desenvolvimiento de la verdadera naturaleza jurídica de la relación
medico-paciente, con respeto a la integridad personal y el consagrado
respeto a los derechos humanos. Finalmente, se pretende propiciar las
reformas legales que actualicen el ordenamiento jurídico venezolano con
respecto al Derecho a Morir con Dignidad.
Delimitación
El presente estudio se encuentra dentro de las líneas del Derecho
Internacional, el Derecho Comparado y los Derechos Humanos, así como
también abarca el Derecho Civil y el Derecho Constitucional, por la
aportación a los fundamentos del trabajo.
22
Por otra parte, la delimitación temporal del presente trabajo de
investigación, comprende desde el mes de Enero de 2009 hasta
Diciembre de 2009. Respecto a la limitación espacial, se observa que la
misma se circunscribe al territorio de la República Bolivariana de
Venezuela.
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CAPÍTULO II. MARCO TEÓRICO
Algunas personas tienen tanto miedo a morir porque nunca comenzaron a
vivir
Henry Van Dyke
24
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
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Según
Villalobos (2007)
DE
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Antecedentes
“Muerte Asistida: ¿Delito o Derecho?” la
muerte asistida en Venezuela fue incluida erróneamente en la regulación
del delito de homicidio intencional, pero ahora con la entrada en vigencia
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año de
1999 abre paso al progreso de los derechos de disposición sobre el
propio cuerpo, libre desarrollo de la personalidad y la autodeterminación,
lo que encamina a una legislación que permita que el derecho a la muerte
asistida sea regulado de manera efectiva y se instituya como un derecho,
siempre y cuando su práctica se realice con el consentimiento de aquél
que lo solicita.
Por su parte, Blasoni y Martín (2000) “Aspectos Jurídicos de la
Eutanasia en el actual sistema normativo venezolano” la eutanasia se
presenta como un fenómeno psico-bio-social que crea un desequilibro en
la llamada calidad de vida de los seres humanos, imprimiendo un nuevo
sentido jurídico a la esfera de los Derechos Humanos. Se ha creado un
fuerte debate entre el derecho a la vida y el derecho a una muerte digna,
25
generando una disyuntiva entre las consideraciones en los órdenes
jurídico, moral y ético.
Bases Teóricas
La Vida y la Muerte
Resulta cuesta arriba definir la vida y la muerte. Existe una gran
OS
D
A
RV y la muerte”, Ossorio
es el tiempo que transcurre entre el nacimiento
E
S
E autor define la muerte como
R
(2001:1018), mientras que
este
mismo
S
Hla O
C
E
“cesación oE
termino
de
vida” (Pág. 631).
D R
variedad de conceptos que van desde lo mas simple como que “La vida
Si bien es cierto que el derecho a la vida está consagrado en el artículo
43 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela bajo las
premisas de la inviolabilidad del derecho a la vida, que no podrá
imponerse pena de muerte y que no existe autoridad alguna que la
aplique, el derecho a la vida está estrechamente vinculado con el de la
salud, contenido en el artículo 83 (ejusdem), el cual debe entenderse
como calidad de vida inmanente al derecho a la vida. La disyuntiva que se
plantea es qué clase de vida se les garantiza a las personas.
Se podría decir que se garantiza la vida como el simple funcionamiento
orgánico de la persona, pero al continuar el análisis de la misma
Constitución, se encuentran derechos como la integridad personal, la
seguridad social, el honor y otros derechos que nos hacen presumir que
la protección conferida por la Constitución no se limita al resguardo de
26
simplemente las funciones orgánicas. El derecho a la vida implica
garantizar una vida libre, sana y segura; en resumen: una vida digna. Por
lo tanto, el derecho a la vida tiene que ser protegido y garantizado sin
descuidar la dignidad de vida, que también necesita respeto y debe ser
recordada y retomada por el ordenamiento jurídico venezolano.
El concepto de muerte puede ser analizado desde diversos puntos de
vista: legal, médico y teológico. El concepto legal define la muerte como
aquélla que ocurre precisamente cuando la vida cesa, en el momento en
el que el corazón deja de latir y la respiración se detiene. Éste, sin
embargo, no es un concepto que satisfaga al gremio médico. Según la
OS
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permanente de todo signo de vida en un E
momento
RV cualquiera posterior al
S
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R
nacimiento, sin posibilidadesS
de resucitación”.
En cuanto al punto de vista
O
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C citado por León: 25), afirma que se está frente a
E(1980,
teológico, Blokle
R
E
D
OMS (Organización Mundial de la Salud), la muerte es “la desaparición
un cadáver cuando se consta con la suficiente seguridad metodológica
que el cerebro ha muerto.
La Vida y la Muerte en la Religión
La idea de que Dios da la vida y sólo Él puede quitarla, está
profundamente arraigada en la tradición judaica y cristiana, aunque de
una forma bastante incoherente, ya que en ambas tradiciones dan un
status al mártir que deliberadamente ofrece su vida y muerte por Dios.
Teólogos como Santo Tomás de Aquino utilizaron en la Edad Media un
conjunto de argumentos tanto teológicos como filosóficos y utilitaristas
para demostrar que el suicidio es un pecado. De esta manera, Santo
Tomás defiende que quitarse la vida deliberadamente va contra la
inclinación natural a protegerse; y que es un pecado contra la caridad, ya
que como una forma de caridad todos deberían cuidarse y amarse. Santo
Tomás admite que respecto al resto de su vida, una persona debe usar su
27
voluntad y tomar sus propias decisiones autónomas, dejando a Dios la
decisión sobre su muerte. Con esto Santo Tomás defiende que el suicidio
no es un acto de verdadera valentía sino de debilidad espiritual por parte
de una persona que no es capaz de soportar los sufrimientos de su vida.
Las ideas tradicionales acerca del suicidio siguen conservando fuerzas,
y es que en muchas sociedades el intento de suicidarse se considera aún
como un delito así como ser cómplice del suicidio. Sin embargo a lo largo
de los últimos 40 o 50 años ha habido un creciente reconocimiento al
llamado derecho a morir con dignidad lo que significa que la gente tiene
derecho, como agente moral autónomo, a decidir en ciertas circunstancias
OS
D
A
Vlo tanto está en todo su
existencia no tiene ningún sentido humano
yR
por
E
S
E
derecho de acabar con ella. S R
HO
C
E
DER
que su calidad de vida está tan disminuida que continuar con tal
Dicho de otro modo, la gente tiene el derecho de determinar y controlar
la circunstancia de su muerte, de la misma manera que ellos determinan y
controlan las circunstancias de su vida, ya que en cierto sentido el morir
es la cosa más importante que la persona hace y por tanto debiéramos
dentro de nuestras posibilidades poder controlarlo. No se ejerce la
autonomía moral permitiendo que la vida sea dictada por las
coincidencias o fuerzas externas, ni tampoco ejercer la autonomía moral
si de alguna forma fatalista se permite que la muerte sea dictada por las
coincidencias o fuerzas externas, con esto no se está jugando a ser Díos
ya que sólo se busca controlar libremente la dirección tanto de la vida
como de la muerte.
Santo Tomás de Aquino (1993, citado por Charlesworth:12) explicó que
el principio que lo rige está claro: un hombre que actúa en contra de su
conciencia está siempre equivocado, incluso si su conciencia es errónea.
Si actúa de acuerdo con su conciencia y ésta es correcta, perfecto; si su
28
conciencia está equivocada, pero no es por su culpa, entonces su acto no
es moralmente malo.
En el siglo XIX, el Cardenal Newman (1993, citado por Charlesworth:
41) inspirado en la corriente tradicional de la autonomía, en cuanto a la
controversia inglesa si la lealtad de los católicos al Papa entraba en
conflicto con la lealtad de la Reina, Newman afirmó en una carta del
Duque de Norfolk que es católico e inglés, debiendo fidelidad tanto a la
Reina como el Papa, aunque sería muy raro que las dos lealtades
entraran en conflicto entre sí. Newman dice “debo decidir dependiendo del
caso en particular que va mas allá de las reglas, y debe decidir según sus
OS
D
A
V en el tema, entonces
pero “si después de todo, no pudiera usarE
suR
opinión
S
E
R
debo dirigirme por mi propio
juicio y conciencia”. Detrás de esta
S
HO hay un criterio filosófico de la persona
C
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perspectiva sobre
la
conciencia,
ER
D
humana que Newman expresa en Parochial and Plain Sermons “nadie
meritos”. Asimismo Newman afirma que puede recibir consejos de otros
fuera de sí mismo puede realmente llegar hasta él, tocar su alma, su
inmortalidad; debe aludir para siempre consigo mismo. Tienen una
profundidad insondable, un infinito de existencia”.
En torno a la muerte y al dejar morir, es importante tener los aspectos
multiculturales de esta cuestión, puesto que las sociedades liberales
toleran e incluso promueven en ellas actitudes culturales y estilos de vida
diferentes. Aunque más adelante se discutirán los criterios sobre el morir
y el dejar morir en las culturas dominantes, es importante mencionar las
opiniones de los grupos minoritarios.
Se dice que las culturas tradicionales ven la muerte como un
acontecimiento netamente social y el hombre que está muriendo y
aquellos a su alrededor como quienes cumplen con roles sociales. Por
ende, si hay un momento apropiado para morir y otro momento en el cual
29
no se tiene la posibilidad de elegir, entonces no se tiene el derecho a
provocar la muerte de manera prematura.
Las culturas dominantes tienen su fundamento en el valor liberal de la
autonomía individual, no es de extrañar que nadie reconozca ahora o
acepte que hay un derecho a morir dignamente impuesto socialmente y
sancionado tradicionalmente que permita o no la posibilidad de elegir la
manera de morir. Se puede decir que esto no es sorprendente, sino
loable, ya que es señal de un progreso en la conciencia moral cuando se
tiene derecho a controlar y elegir la forma de morir, de la misma forma
que controlamos y elegimos la forma de vivir.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Sin embargo, las sociedades con culturas pluralistas no sólo toleran,
CH
E
R
las minorías
DEculturales. Pero se debe aclarar que esto no implica ningún
sino que son sensibles a las opiniones sobre la muerte y el dejar morir de
tipo de relativismo cultural que pudiera calificar de culturalmente
determinados los valores del liberalismo.
De igual manera, es necesario observar los parecidos generales sobre
el morir y el acabar con la vida en las principales tradiciones del mundo.
Por ejemplo en la religión judía se sostiene que sólo el Creador, que
otorgó el regalo de la vida, puede quitársela al hombre, incluso cuando se
convierte en una carga en lugar de una bendición. Por otra parte, de
acuerdo a la ley islámica, Dios es el autor de la vida, y por así decirlo ésta
es de su propiedad, siendo así, ya que no se está en posesión de la vida,
no es posible quitársela.
Así pues si se es judío, cristiano o musulmán, el concepto de Dios
creador, como ser providencial que tiene un interés permanente en sus
criaturas, y como ser unitario, jugará un papel principal en determinar qué
30
podemos hacer y qué no con nuestras vidas. Pero si se es hindú, budista
o aborigen australiano, donde el concepto de Dios simplemente no se
aplica, nuestra actitud ante el hecho de quitarnos la vida puede ser muy
diferente.
Sociedades tradicionales más pequeñas tienen a menudo distintos
puntos de vista sobre la vida y la muerte. Por ejemplo, la tribu Akamba de
Kenya opina que los hombres de mayor edad deber ser salvados con
preferencia a los jóvenes, basados en que los primeros tienen una red de
relaciones más amplia y compleja con los otros miembros de la
comunidad y por tanto su muerte daña más su sociedad.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
En una sociedad liberal que posee minorías étnicas y religiosas, las
CH
E
R
derechoD
aE
morir como se elija, debe ser tolerada, tanto por los médicos
opiniones diferentes sobre la vida y la muerte y sobre si se tiene o no el
como por cualquier otro responsable de la salud que deben ser sensibles
a ello para proporcionar un tratamiento médico adecuado.
Si bien, a un judío ortodoxo o a un musulmán le ofendería que el
suicidio fuera despenalizado de nuestra sociedad, igualmente ofendería a
un católico que el aborto sea permitido. Pero en una sociedad liberal
éticamente pluralista, ninguno de ellos tiene el derecho de pedir al Estado
que intervenga en temas dentro del ámbito de la moralidad privada.
Pueden objetar y discutir entre ellos y con el resto de la sociedad e
incluso intentar persuadirlos, pero no pueden invocar a la ley a reconocer
y ratificar oficialmente sus criterios en contra de criterios ajenos.
31
Principio de la autodeterminación
Este principio de la libertad individual está estrechamente relacionado
con el principio de la autonomía de la voluntad, el cual es uno de los
pilares fundamentales de aquéllos que están a favor del derecho a una
muerte digna. Este principio establece que el ser humano es capaz de
tomar sus propias decisiones en determinado momento, ya que nadie
puede decidir qué es lo que otro puede o no puede hacer, puesto que
todos somos iguales y nadie puede imponer sobre otros sus propias ideas
morales, pues al ser autónomos, el único que puede establecer lo que
OS
D
A
RVestas decisiones que de
persona tiene uso de su capacidad paraE
tomar
S
REpor su propia ley moral.
S
una manera u otra se venO
afectadas
CH
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R
DE
está bien y está mal es el propio ser humano, en el sentido de que cada
Este principio se ve íntimamente relacionado con otros preceptos
constitucionales como son: el derecho al libre desenvolvimiento de la
personalidad y el derecho a la información, que se ejercen con la
obligación del médico de respetar la voluntad del paciente cuando éste
decide rehusar procedimientos médicos diagnósticos o terapéuticos, lo
cual es perfectamente legal, de acuerdo al Código de Deontología Médica
en lo atinente a la información, consentimiento informado y derecho al
ejercicio de la autonomía de la voluntad y autodeterminación. También
tenemos el criterio de la objeción de conciencia como principio
fundamental, el cual se manifiesta cuando una persona defiende su
derecho a una vida digna y a decidir, de manera autónoma, el momento
en el cual puede disponer de seguir ejerciendo su derecho a la vida digna
e integra. La doctrina ha establecido que el derecho a la muerte puede ser
considerado como una extensión del derecho a la vida, lo cual no sólo ha
sido aceptado por doctrinarios sino también por miembros de la iglesia
católica, por ejemplo, Santa Teresa de Jesús, quien consideraba el
32
cuerpo como una cárcel y la muerte como la consecución de la libertad
plena en unión con Dios.
En cuanto al carácter religioso, como principio constitucional
establecido, encontramos el principio de libertad de culto y religión, el cual
establece la libertad de cada persona a practicar la religión de su
preferencia, respetando sus creencias y tradiciones; por ejemplo, el
rechazo a la transfusión de sangre de los testigos de Jehová como
rechazo al tratamiento anteriormente señalado.
S
DO
A
V
R
La idea de la autonomía es bastante clara, básicamente significa que si
E
se va a actuar de una forma ética o moral se debe elegir por sí mismo,
ES
R
S
O
aunque pueda ser objeto de presiones o persuasiones por parte de los
H
EC
R
E
D
demás, pero al final se debe decidir y elegir por sí mismo.
Aunque la idea de la autonomía ha tenido una larga historia en el
pensamiento universal, tradicionalmente ha sido vinculada al nombre de
Emanuel Kant. De alguna forma, toda la filosofía moral de Kant gira en
torno a la idea de que el agente moral es su propio legislador, ya que con
el sentido común se puede discernir sobre los imperativos categóricos y
sus obligaciones absolutas de la ley moral que se imponen a sí mismos.
Para Kant (1949, citado por Charlestowth:14) el agente moral autónomo
no es simplemente el origen del valor moral, sino que intrínsecamente
tiene valor por sí mismo y debe ser respetado como tal por los otros. La
autonomía es una finalidad en sí misma y nunca puede ser utilizada como
medio instrumental para conseguir las intenciones y propósitos de nadie.
Tratar a otra persona como un medio para conseguir un fin es tratarla
como una cosa. Con Kant somos testigos del desarrollo de la idea de
autonomía desde una condición fundamental de la acción ética, a ser un
valor ético con derecho propio, que como tal merece un respeto moral.
33
La libertad para elegir qué es la esencia de la autonomía personal es
por supuesto libertad para elegir una línea concreta de acciones que
consideramos realmente buena. La autonomía no significa simplemente
elegir por elegir, pero tampoco implica que la libertad para elegir no tenga
un valor ético en sí mismos sino que solamente llega a ser valioso a la luz
de las acciones concretas elegidas. Sin embargo, la autonomía, la
capacidad de autodeterminación, es también en sí mismo en el sentido de
que, si lo que elijo es objetivamente malo mi elección todavía es buena ya
que es un acto libre y autónomo.
OS
D
A
puede en ocasiones invalidar la autonomía
RdeV los ciudadanos por su
E
S
EAsí pues, en una sociedad liberal
R
propio bien de manera legítima.
S
HO
C
E
democrática, R
este
tipo de paternalismo debería limitarse a situaciones
DE
donde esté justificado claramente, y el Estado siempre es responsable de
Sin embargo, Mill (1991:120) afirma, que el Estado a través de la ley
demostrar que es en beneficio a largo plazo de los intereses de aquellos
cuya autonomía ha sido anulada a corto plazo.
Para Kant, la autonomía no es simplemente una acción moral, como fue
con Aristóteles y pensadores medievales como Santo Tomás de Aquino,
sino que se convierte en un valor por sí mismo. Lo mismo ocurre con Mill;
para él la individualidad es un bien intrínseco que debe ser respetado y al
que debe aspirarse por sí mismo.
Derecho a la Vida
Es el derecho fundamental por excelencia, puesto que los demás
derechos se verían menoscabados si no se protege la vida de las
34
personas. Es considerado como el presupuesto básico y fundamental del
que depende la existencia y perfeccionamiento de los restantes derechos
reconocidos en el texto constitucional. Para Zambrano (2006:212) el
derecho a la vida es un derecho absoluto y originario respecto de los
demás Derechos Humanos, pues si se vulnera este derecho se torna
imposible la realización de los demás.
Para Zambrano (2006:211) el derecho a la vida comprende, en su
sentido más amplio, el derecho a la existencia, a la integridad psico-física
y a la integridad moral. Así pues en Venezuela, el derecho a la vida
aparece explícitamente consagrado en el artículo 43 de la Constitución,
con un lacónico enunciado que lo dice todo:
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá
establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El
Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren
privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o
sometidas a su autoridad en cualquier otra forma.
H
EC
R
E
D
Mientras que en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
en su artículo 3 se establece que "Todo individuo tiene derecho a la vida,
a la libertad y a la seguridad de su persona"; el Pacto de los Derechos
Civiles y Políticos establece en su artículo 6.1 que “El derecho a la vida es
inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley.
Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente”. De igual forma el
derecho a la vida es consagrado en la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea, donde se establece que: “1. Toda
persona tiene derecho a la vida; y 2. Nadie podrá ser condenado a la
pena de muerte ni ejecutado”.
Para Zambrano (2006:213), del derecho a la vida se derivan para el
Estado dos deberes fundamentales: a. el deber de respetar las vidas
humanas; y, b. el deber de protegerlas. Así pues el derecho a la vida, es
35
el
derecho
que
goza
de
las
máximas
garantías
normativas
constitucionales, tanto en el ámbito internacional, como en el ámbito
interno del Estado.
Cabe subrayar que el derecho a la vida lleva implícito el propósito
fundamental de proteger el mantenimiento de la existencia del ser
humano como centro y meta de la acción jurídico-política. De igual modo,
su reconocimiento no puede, bajo ninguna circunstancia, soslayar el
respeto y protección de la integridad física, psíquica y moral de la
persona. En este sentido, haya sentido proclamar la vida como el primero
de los valores superiores del ordenamiento jurídico venezolano, en los
S
términos a los que hace referencia el texto del Artículo 2 de la
Constitución Nacional.
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S
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H
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DO
A
V
R
Valga significar y recordar que la protección a la vida desde la
concepción encuentra claro basamento en el texto del numeral 1º del
Artículo 4º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
estipula: "Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este
derecho estará protegido por la ley y en general, a partir del momento de
la concepción". Venezuela es signataria de esa Convención y en tal virtud
opera sin asomo de ningún tipo de discusión la obligación que incumbe a
los Poderes Públicos de respetar la garantía prevista en el Art. 19 de la
Constitución Nacional.
Así mismo, por mandato constitucional “...ninguna ley podrá establecer
la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla”. En nuestro país, como
consecuencia de la inviolabilidad del derecho a la vida, está abolida la
pena capital, que rige aún en algunos otros países. En este sentido, con
la señalada disposición se encuentra concordancia lo establecido en el
cuarto párrafo del Artículo 6º del vigente Código Penal: “No se acordará la
36
extradición de un extranjero acusado de un delito que tenga asignada en
la legislación del país requirente, la pena de muerte o una pena perpetua”,
determinándose con claridad el carácter protector de la vida en el
contexto de nuestra legislación, con base, como observamos en principios
de orden constitucional.
Como vemos, las disposiciones constitucionales recién citadas y la
aplicación obligatoria de los tratados internacionales, respecto de la
protección del derecho a la vida de la persona humana, refuerzan el deber
que atañe al Estado, como garante del bien común, para garantizar la
S
DO
A
V
R
inviolabilidad de la vida de todos los seres humanos en su territorio, al
E
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S
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tiempo que se robustece el precepto que prohíbe la posibilidad de
establecer legalmente nuevamente en nuestro país la pena de muerte y
CH
E
R
E
subrayarD
que el Artículo 337 de la Constitución determina que el derecho
que, por consecuencia, alguna autoridad pueda aplicarla. Demás está
a la vida pertenece a esa categoría de derechos cuyas garantías no
pueden ser objeto de restricción bajo ningún aspecto o circunstancia, ni
siquiera durante la vigencia de los llamados estados de excepción.
Referente a lo expuesto, valga significar que en la Constitución
Nacional se reafirma el derecho a la vida como derecho de carácter
fundamental (el más trascendente y primordial de todos), especialmente
por ser estimado como el fundamento esencial para el disfrute y ejercicio
de los demás derechos.
37
Derecho a una Muerte Digna
El derecho a una muerte digna ha existido a lo largo de la historia,
siendo aceptada por unos y rechazada por otros, esta afirmación se nota
en las reflexiones de grandes personajes de la historia como Platón, quien
afirmó que la vida es una meditación sobre la muerte. Camus dijo que
juzgar si vale o no la pena vivir responde a la pregunta fundamental de la
filosofía.
Se ha afirmado que la característica fundamental del ser humano es su
S
DO
A
V
R
libertad y su voluntad para decidir, esto nos lleva a la voluntad de las
E
personas de vivir o de morir, si bien es cierto que el instinto de
ES
R
S
O
conservación sería la regla general, hay ocasiones en que por diversos
H
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D
motivos el hombre desea morir de forma consciente y voluntaria.
Kant (citado por Charlesworth, 1993: 35) se pregunta si una persona
podría, bajo ciertas circunstancias, acabar con su vida cuando juzgue que
continuar con su existencia no tiene humanamente ningún sentido.
Sorprendentemente, el gran apóstol de la autonomía de la persona
sostiene que dicha persona estaría actuando inmoralmente. Kant define
que aquél que contempla el suicidio se encuentra en una contradicción en
la que, por un lado está interesado en promover su propio interés
buscando escapar de un sufrimiento adicional o morir en una situación
donde ha perdido el control sobre sí mismo, y se ha convertido en un
vegetal; pero por otro lado desea, quitándose la vida, eliminar su yo y toda
posibilidad de su futuro interés. Puesto que lo que es contradictorio es
irracional, el suicidio resulta irracional.
Pero Kant (citado por Charlesworth, 1993: 35) también desarrolla otro
argumento en el sentido de una persona que decide suicidarse, ve
38
quitarse la vida como un medio hacia un fin y con esto evitar el cese de un
sufrimiento y por tanto una muerte indigna. El ya no se ve a sí mismo
como un agente moral autónomo que merezca un respeto moral absoluto,
ni como un fin en sí mismo, como Kant dice, que no puede ser nunca
legítimamente utilizado simplemente como un medio. En su lugar, se trata
a sí mismo como una cosa que se puede usar con otro propósito. Así
pues, para Kant, sino me está moralmente permitido acabar con mi vida
bajo ninguna circunstancia tengo una obligación absoluta de preservarla.
Podría ser, como Kant (citado por Charlesworth, 1993: 36) dice que en
algunos casos la gente se suicide porque carece de respeto por sí mismo
OS
D
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otros casos, se contempla el quitarse la
vida
RVprecisamente porque se
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S
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tiene el auto-respeto debido S
y noR
desea morir en circunstancias donde no
HO y una persona que está en control de su
Cautónomo
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sea por más R
tiempo
DE
vida. Aunque biológicamente todavía existiría, no estaría allí como un
como persona, y no puede por más tiempo responsabilizarse. Pero en
agente autónomo moral, no es tanto que la gente desee morir con
dignidad, sino que desea morir con autonomía ya que lo que quiere es
morir como ser humano autónomo y por lo menos hasta cierto punto en
control de su propia vida.
Esto no proporciona un criterio para distinguir entre los casos del
suicidio motivado por la falta de respeto moral por uno mismo como
persona, y casos donde el suicidio está motivado precisamente por
respeto a uno mismo como un agente moral autónomo. El primero no es
un ejercicio de verdadera autonomía, el segundo sí.
En todos los supuestos la voluntad es morir pero el motivo puede ser
diferente, hay quienes se suicidan para salvar su honor y no caer en
manos del enemigo, ejemplo de esto es Demóstenes y Catón. Otros lo
hacen para cumplir por su propia mano una condena de muerte, como
39
Sócrates, Seneca y Lucano, otros por remordimiento como Judas. Y
algunos incluso por su deseo de la inmortalidad como lo fue el suicidio de
Teómbroto quien tras leer un libro de Platón sobre la inmortalidad del
alma se arrojó desde un muro, pasando así de esta vida a aquélla que
creía mejor, otros lo hacen en atentados suicidas por su guerra santa, ya
que así pretenden alcanzar el paraíso al matarse a sí mismos y a los
infieles.
En otros casos, lo que motiva a un ser humano a buscar su muerte es el
no sufrir, el no padecer dolor, en el cual se pretende escapar de una vida
dolorosa y penitente muriendo así sin sufrimiento físico o dulcemente,
OS
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A
como Eutanasia. Para Recuero (2004:18)
RelVproblema en la actual
E
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sociedad es la negativa a aceptar
que cuando alguien quiere morir pero
S
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Hmismo,
C
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no puede hacerlo
por
sí
solicita a un tercero que lo ayude, ya que
DER
esto es lo que llamamos derecho a una muerte digna, también conocido
como se ha indicado anteriormente, el ser humano pretende proteger la
vida a toda costa, de esta manera nadie puede disponer de la vida de otro
hombre, no obstante el que quiere morir lo solicita en nombre de su vida y
su libertad alegando que su vida es disponible, para él la muerte
representa un bien, con lo cual chocan dos principios incompatibles; el de
la indisponibilidad de la vida ajena y el de respeto a la libertad individual,
ambos establecidos en nuestra constitución, por esta razón se han
planteado numerosos casos como el de los Hackethall, Pretty, Sampedro
o de los doctores Kevorkian y David Moor.
Se ha producido de diferentes maneras un creciente reconocimiento
sobre el derecho de las personas a determinar y controlar libremente la
forma en la que van a morir, al menos todo lo que se pueda. En primer
lugar, en varios países se ha desarrollado una legislación sobre el
tratamiento médico, que facilite a un paciente competente, bajo ciertas
circunstancias, rechazar dicho tratamiento, provocando así su muerte. La
40
misma legislación permite a las personas asignar a alguien con poderes
para que tomen decisiones similares a rechazar tratamiento en su nombre
cuando ya no sean competentes para tomar sus propias decisiones. La
legislación normalmente se abstiene de permitir al paciente pedir una
intervención activa por parte del médico o de la enfermera para que
ayuden a provocar su muerte. La lógica aplicada a estos casos seria la
siguiente: mientras se pueda rechazar tratamiento médico adicional con la
certeza que esto provocara la muerte, no se puede producir activamente
la terminación de la vida con una intervención directa.
Se sostiene que hay una distinción válida, aunque sutil, entre el realizar
OS
D
A
consecuencia de ello, y por otro lado matarse
o pedir al médico o a una
RV
E
S
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Rla muerte al rechazar el permanecer
enfermera. Se puede producir
S
O
CHde respiración artificial, pero no puedo provocar la
E
conectado a un
sistema
R
DE
una petición de retirar el tratamiento médico y permitir que muera como
muerte solicitando una inyección mortífera o pidiendo a otro que la ponga.
A lo primero se denomina dejar morir, mientras que a lo segundo matar.
Sin embargo, ha crecido el escepticismo sobre el uso de esta distinción
en muchas situaciones médicas. Ya que, aunque la distinción es válida y
en muchos casos legítima, hay otros casos en donde su aplicación es
completamente artificial, donde una persona consiente y deliberadamente
decide, por razones muy serias el provocar su muerte mediante el
rechazo al tratamiento médico.
Se debe examinar con sumo cuidado la expresión derecho a morir con
dignidad e intentar ser claros sobre lo que significa e implica realmente.
Es mejor comenzar con la situación más simple y clara, cuando una
persona es totalmente competente para tomar una decisión sobre su vida,
para luego tocar situaciones más difíciles como cuando una persona ya
no es competente, debido a que ha perdido la conciencia o cualquier otra
razón.
41
Como ya se ha dicho, se tienen como agentes morales el derecho a
controlar y determinar el curso de la vida, lo que implica el poseer
autonomía personal. El derecho a la autonomía o autodeterminación es
de hecho el fundamento de todos los demás derechos humanos, ya que
no hay ningún sentido en hablar de derechos a no ser que seamos
capaces de decidir por nosotros mismos. De hecho, Kant define a una
persona como aquélla que posee una autonomía moral. Este derecho a la
autonomía moral lleva consigo un derecho subsidiario a controlar la
duración de la vida y la manera de morir.
S
DO
A
V
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Así pues, si se posee el derecho moral a acabar con la vida en tales
SE
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S el pedir a una persona que ayude a
del Derecho y sería H
razonable
O
EC
R
terminar con
una vida, bien sea por no dar determinado tratamiento
E
D
situaciones, entonces no debería estar penalizado por Ley del Ejercicio
médico o por ayudar a provocar la muerte, y por tanto por esta asistencia,
esta tercera persona no debería ser penalizada al actuar como ayudante
de alguien que solicita que lo ayuden a acabar con su vida, contrario a lo
que se establece en el artículo 412 del Código Penal, ya que si no es
moralmente malo el acabar con la vida bajo ciertas circunstancias,
tampoco lo es el que otro ayude en dicho acto.
La filosofa inglesa Foot (citado por Charlesworth, 1993: 55) afirmó que:
No parece que uno infringiera el derecho de alguien a vivir si
le mata con su permiso y de hecho a petición suya. ¿Por qué
podría alguien renunciar a su derecho a vivir, o mejor, cómo
sería más probable que pasara, cancelar algunas de las
tareas de no interferencia que este derecho acarrea? (es más
probable que se diga que debería matarle este hombre en
determinado momento, y de esta manera, en lugar de decir
que cualquiera puede matarle en cualquiera momento y de
cualquier forma)…Se podría hacer una objeción en la base de
que sólo Dios tiene el derecho de quitar la vida pero... religión
aparte, no parece que haya un caso que represente una
42
infracción de los derechos, si un hombre que desea morir se
le permite morir o incluso que lo maten.
Por lo tanto, el derecho a controlar la forma de tratamiento médico
incluye el derecho a controlar al máximo la manera de morir, y esto a su
vez dicta la naturaleza de la relación que se tiene con el médico o
cualquier otro profesional sanitario. De hecho, el Papa Pío XII (1957),
refiriéndose a la relación médico-paciente dijo:
Los derechos y deberes del doctor son correlativos a los del
paciente. El doctor, de hecho, no tiene un derecho separado o
independiente en lo que concierne al paciente. En general,
puede actuar sólo si el mismo paciente explícitamente o
implícitamente, le da permiso
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
CH
E
R
DEde amo-criado, donde el amo es el paciente y el criado es el
a la relación
Es necesario matizar la idea que la relación médico-paciente es análoga
médico, sin embargo esto va en contra del modelo paternalista en el cual
el médico es a paciente lo que padre es a hijo.
Es evidente que una política que preserve la vida a cualquier costo, aún
en contra los deseos del paciente, está ignorando su autonomía con base
en el respeto que siente la sociedad hacia la vida. Pero como Vespieren
(citado
por
Charlesworth:47)
sugirió:
“¿Qué
significado
tiene
la
prolongación de la vida biológica si se obtiene al coste de importantes
injerencias en la libertad de alguien?”.
Por consiguiente, si el morir es legal y moralmente aceptado, el asistir a
alguien en esta tarea también debe serlo. Sin embargo, el Estado tiene el
derecho de intervenir en el control de tales situaciones con la finalidad de
asegurarse que el paciente sea capaz de iniciar y consentir tal disposición
43
con conocimiento de causa y no esté coaccionado ni por miembros de su
familia ni por su médico.
El Derecho a una Muerte Digna en España
Marco Penal del Derecho a una Muerte Digna en España
Para la legislación española, la vida, aunque es un bien jurídico
S
personal del individuo, es objeto de protección en el ámbito jurídico penal
DO
A
V
R
de un modo absoluto, incluso frente a la voluntad de su titular. Es por esto
E
ES
R
S
O
que el legislador ha dejado impune la tentativa de suicidio, no castigando
CH
E
R
principioD
deE
personalidad de las penas e ineficacia de la misma.
la actitud del propio suicida, por motivos obvios de política criminal,
Pero no ha permitido que la impunidad del suicidio beneficie a
personas distintas al suicida y castiga las formas de cooperación. Así
pues, en el artículo 143 del Código Penal español del año 1995, establece
las penas para aquéllos que asistan en un suicidio, y lo hace de la
siguiente manera:
La Inducción al Suicidio: Está establecido en el artículo 143,1 del
Código Penal de España y se trataría de la influencia directa que se
ejerce sobre la persona del enfermo convenciéndole para que lleve a
cabo el suicidio. Se castiga con pena de prisión de cuatro a ocho años.
El Auxilio Con Cooperación Necesaria al Suicidio: Se encuentra en el
artículo 143.2 del Código Penal de España y es una forma de
participación que abarca aquellos comportamientos ó actos necesarios,
44
que sean eficaces para producir el suicidio de una persona. Pena de
prisión de dos a cinco años. El ejemplo típico sería aquél en que una
persona proporcionara veneno a la que se quiere suicidar.
El Homicidio Suicidio: Está en el artículo 143.3 del Código Penal de
España y se está frente a él cuando la cooperación llegara hasta tal punto
de ejecutar la muerte. Pena de prisión de seis a diez años. Ejemplo: Una
persona le pide a otra, que le ayude a morir y, esta le “dispara un tiro en la
cabeza”.
El Auxilio Ejecutivo al Suicidio u Homicidio Por Compasión: El
S
Código Penal español lo establece en su artículo 143.4 y este tipo penal,
DO
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R
constituiría el supuesto de Eutanasia activa directa. El Artículo 143.4 del
E
ES
R
S
O
Código Penal de 1995, aunque no la cita expresamente, la tipifica como
H
EC
suicidio:DER
delito, incluyéndola en el tipo atenuado del delito de cooperación al
El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y
directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e
inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una
enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o
que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de
soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados
a las señaladas en los números 2 y 3 de este Artículo (en
relación con actos que induzcan o cooperen necesariamente al
suicidio).
Estas penas son sensiblemente menores con relación a las que
contemplaba el Artículo 409 del anterior Código Penal: “El que prestare
auxilio o induzca a otro para que se suicide será castigado con la pena de
Prisión Mayor. Si lo prestare hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte
será castigado con la pena de reclusión menor”.
45
Este tipo penal, debe cumplir una serie de requisitos:
I. Causar, o cooperar activamente con actos necesarios, la muerte de
otro
La persona que participe tiene que causar o cooperar activamente, es
decir, se exige una conducta activa (tanto en el causar como en el
cooperar). Han quedado destipificadas y no pueden ser consideradas
como delito, la eutanasia pasiva como la eutanasia indirecta. Si el
legislador hubiese querido, como en el resto de los delitos, que cupiese la
comisión por omisión, no habría hecho referencia expresa a la palabra
“activamente”.
S
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II. Por petición expresa, seria e inequívoca de la persona
ES
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CH
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R
E del bien jurídico protegido, es decir la propia persona que
Dtitular
de dar el
El enfermo ha de otorgar su consentimiento y, además ha de estar
dirigido a los posibles autores de este hecho. El consentimiento lo habrá
quiere morir. Los artículos 155 y 156 del Código Penal, en relación con el
delito de lesiones, determinan sus requisitos: “consentimiento válida, libre,
espontánea y expresamente emitido”, “no siendo válido el otorgado por un
menor de edad o un incapaz, o el que esté viciado, o mediante precio o
recompensa”. Si se prescinde por completo de la voluntad del enfermo,
estaríamos en presencia de lo que, en principio, habría que calificar como
un homicidio o incluso un asesinato.
III. Incurabilidad: La víctima debe sufrir una enfermedad grave que
necesariamente le conduzca a la muerte.
Se observa que este requisito tiene un carácter objetivo. En el mismo
habría que establecer dos premisas:
1. El diagnóstico de certeza de la incurabilidad.
2. El sujeto habilitado para emitir este diagnóstico: El médico es la única
persona habilitada legalmente para emitir juicios de este tipo.
46
IV. El motivo compasivo: La víctima debe tener una enfermedad que
produzca graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar
Este requisito tiene un carácter bifronte:
1. Tiene un elemento objetivo, en el cual el médico puede cuantificar el
síntoma.
2. Puede tener un elemento subjetivo, de muy difícil cuantificación. Que a
veces puede ser predominante, aquí el sujeto habilitado para emitir este
juicio de valor es el propio enfermo. El ejemplo paradigmático es la
tetraplejía, que para un enfermo puede llegar a ser una situación de
sufrimiento intolerable, sin embargo otra persona puede adaptarse a esa
grave incapacidad y ser capaz de vivir con esta situación aceptablemente.
S
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R
Regulación de la Deontológica
Médica en el Estado español
S
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H
EC
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D
El Capítulo VII del vigente Código de Deontología Médica (aprobado en
la Asamblea General del 25 de septiembre de 1999), regula aspectos
relacionados con el final de la vida. Trata de la obligación de prestar
asistencia paliativa, competente y humana, al enfermo terminal. Condena
el ensañamiento terapéutico y obliga a tener en cuenta la voluntad
explícita del paciente cuando se rechacen determinados tratamientos.
Reconoce el valor de las decisiones anticipadas del paciente y, en caso
que éste no pueda expresar su voluntad, el de las personas más
allegadas y, por último condena de manera taxativa la eutanasia.
El artículo 27.1: El médico tiene el deber de intentar la curación o
mejoría del paciente, siempre que sea posible. Y cuando ya no lo sea,
permanece su obligación de aplicar las medidas adecuadas para
conseguir el bienestar del enfermo, aún cuando de ello pudiera derivarse,
a pesar de su correcto uso, un acortamiento de la vida. En tal caso el
47
médico debe informar a la persona más allegada al paciente y, si lo
estima apropiado, a éste mismo.
El artículo 27.2: El médico no deberá emprender o continuar acciones
diagnósticas o terapéuticas sin esperanza, inútiles u obstinadas. Ha de
tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar e tratamiento
para prolongar su vida y a morir con dignidad. Y cuando su estado no le
permita tomar decisiones, el médico tendrá en consideración y valorará
las indicaciones anteriores hechas por el paciente y la opinión de las
personas vinculadas responsables.
El
artículo
27.3
declara
que:
OS
D
nunca
A
RV
E
“El
ES
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S
O
médico
provocará
intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de
CH
E
R
E una postura contraria a la eutanasia activa directa.
Colegial,D
mantiene
petición expresa por parte de éste”; vemos que la Organización médica
El Código de Deontología Médica, aprobado por la Asamblea General
del Consejo de Médicos de Cataluña (16 de junio de 1997), declara: “El
objetivo de la atención a las personas en situación de enfermedad
terminal no es acortar ni alargar su vida, sino promover su máxima calidad
posible. El tratamiento de la situación de agonía debe adaptarse a los
objetivos de confort, sin pretender alargar innecesariamente ni acortarla
deliberadamente”.
El artículo 28.1 del Código Internacional de Ética Médica:”El médico
nunca provocará intencionadamente la muerte de un paciente ni por
propia decisión, ni cuando el enfermo o sus allegados lo soliciten ni por
ninguna otra exigencia”.
48
Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) o Testamento Vital
El DVA es un protocolo redactado dirigido al responsable médico que
en un futuro pueda dispensar la asistencia sanitaria en el que una
persona adulta, libremente, con capacidad e información suficiente, y
conforme a los requisitos legales, declara las instrucciones a considerar
cuando se halle en una situación en la que las circunstancias dadas no le
permitan manifestar por sí mismo su voluntad. Las instrucciones sobre el
tratamiento pueden referirse tanto a una enfermedad o lesión que el/la
declarante ya padezca, como a las que fortuitamente pudiera sufrir en un
futuro. Incluye previsiones concernientes a las intervenciones médicas
S
coherentes tanto con el tratamiento médico que desea recibir como el que
DO
A
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R
no. Así consta en el Art. 11 de la Ley 41/2002, de 14 noviembre,
E
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O
reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en
H
EC
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D
materia de información y documentación clínica.
El documento tiene su origen en diferentes grupos de trabajo sobre
información y documentación clínica, auspiciados por el Ministerio de
Sanidad al inicio del nuevo milenio. Varios técnicos plantearon la
idoneidad de crear una ley sobre el particular. Pero entonces no se vio
clara su aplicación y se pospuso, dado que no parecía una demanda
social prioritaria. Fue Cataluña la pionera antes de la aprobación de la ya
citada Ley 41/2002 de Autonomía de los Pacientes. Desde la Asociación
Derecho a Morir Dignamente de Madrid se apunta que “la ley de la
Comunidad de Madrid es mejorable: se debería de tener la opción de
elegir o rechazar medidas ordinarias y extraordinarias de mantenimiento
de la vida: ahora sólo se contemplan las medidas extraordinarias, aunque
se pueden dejar escritas en el apartado de otras instrucciones. Y ante el
caso de imposibilidad de ir al Registro de Instrucciones Previas por
causas de enfermedad se debería de desplazar un funcionario al domicilio
del enfermo”.
49
El Registro Nacional es un intento por centralizar, en un solo archivo
electrónico, toda la información generada por las diferentes CCAA. Así,
cuando un médico acceda al historial clínico de un paciente que no pueda
emitir un consentimiento o autorización por encontrarse en una situación
de pérdida en la capacidad para tomar decisiones, como en una situación
terminal, y que haya redactado su DVA, conocerá sus voluntades
anticipadas o previas. Esto será independiente de dónde lo haya firmado
y del centro sanitario de España, y en un futuro próximo, de Europa, que
lo requiera.
El documento se formaliza por escrito por medio de varios
S
procedimientos, a elección de la persona que lo otorga: ante notario; ante
DO
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tres testigos (mayores de edad, con plena capacidad de obrar y no
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O
vinculadas con el otorgante por matrimonio, unión libre o pareja de hecho,
CH
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R
Ela Administración de la Comunidad Autónoma. Esta última es
personalD
de
parentesco hasta el segundo grado de consanguinidad); o ante el
la más aconsejable, por cuanto se garantiza una atención personalizada y
cualificada. Actualmente, cada CCAA lo soluciona como puede, algunas
como Andalucía, a través de un teléfono centralizado, 24 horas de
guardia, atendido por un médico, con acceso a su respectivo registro de
VA. Otro de los aspectos a reseñar es el deseo o no de recibir cuidados
paliativos. En la SECPAL apuntan que “existen diversos tipos de
documentos y hay apartados explícitos donde reflejar que no se quiere
sufrir dolor. Item más, en los DVA de comunidades como Cataluña, hay
un punto abierto donde expresar que, llegada la situación de enfermedad
avanzada, desean ser atendidos en las unidades de cuidados paliativos”.
Siendo como es la muerte la única certeza que tenemos al nacer,
todos anhelamos una muerte digna. César Caballero, de DMD Madrid
afirma que “la buena muerte es una entelequia, pero el DVA ayuda a
reflexionar sobre la propia muerte y nos permite vivir mejor y morir con
menos sufrimiento: reducirlo debería de ser una de las metas del ser
50
humano”. Pablo Simón respalda la necesidad del Testamento Vital y
señala que “el ideal de mortalidad y la necesidad de planificar su
presencia –la de la muerte, del hecho de morir– durante la vida es
especial y en esto la medicina ha contribuido mucho: el desarrollo
tecnológico ha hecho pensar a la gente que tenemos genes mágicos que
nos permiten vivir ilimitadamente, sin final y ello hace que la preocupación
de la muerte se retrase. La medicina es una ciencia modesta, pero no
milagrosa”.
Jurisprudencia Española sobre el Derecho a una Muerte Digna
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S
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A
V
R
Hay que destacar que el artículo 143.4 no ha sido objeto de aplicación
CH
E
R
aunque D
si E
existen varios pronunciamientos del Tribunal Constitucional
en los Tribunales, por lo que no existe Jurisprudencia sobre el tema,
(TC) de España sobre la petición del ejercicio del derecho a una muerte
digna y acerca de los derechos constitucionales, relacionados con el:
Derecho a la Vida, Derecho a la Dignidad y Derecho a la Libertad. En el
derecho a una muerte digna se aprecia nítidamente, la contraposición de
estos diferentes derechos y se establece una colisión entre estos bienes
jurídicos, todos ellos con protección constitucional reforzada:
1.- Bien jurídico “vida”. El artículo 15 de la Constitución Española;
proclama el derecho a la vida y a la integridad física y moral.
2.- Bien jurídico “libertad” (autodeterminación). Los artículos 16.1 y 17.1
de la Constitución Española garantizan y predican la libertad de las
personas.
3.- Bien jurídico “dignidad humana”. El artículo 10.1 de la Constitución
Española; “La dignidad de la persona... son fundamento del orden político
y de la paz social”. El Artículo 15 de la Constitución Española (2º párrafo);
“Prohíbe los tratos inhumanos o degradantes”. La doctrina del Tribunal
51
Constitucional ha sido bastante ambigua, lo que ha contribuido a estimular
la polémica doctrinal, así como a provocar distintas interpretaciones.
Sentencia del Tribunal Constitucional español 53/1985 del 11 de Abril
Con relación al aborto y con respecto al planteamiento sobre si el
derecho a la vida tiene carácter absoluto y su primacía dentro del catálogo
de derechos fundamentales. El Tribunal Constitucional ha considerado
que “el derecho a la vida debe ser considerado como un valor superior del
Ordenamiento
Jurídico,
ya
que
sin
éste
los
demás
S
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R
derechos
fundamentales no tendrían existencia posible” (fundamento jurídico nº 3).
E
ES
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S
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CH
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R
DE
dimensión
humana con el valor jurídico fundamental de la dignidad de la
Pero a la vez que lo considera indisolublemente relacionado en su
persona (artículo 10 de la Constitución de España), germen de un núcleo
de derechos que le son inherentes, aprecia que :
La relevancia y significación de ambos valores se manifiesta en
su colocación en el texto constitucional, lo que muestra que
dentro del sistema constitucional son considerados como el
punto de arranque, como el prius lógico y ontológico para la
existencia y especificación de otros derechos.
La doctrina que defiende el derecho a la disponibilidad de la vida y el
derecho a una muerte digna, considera que el artículo 10.1 de la
Constitución es “el punto de arranque que permite no configurar el
contenido del artículo 15 de la Constitución de España (derecho a la vida)
como un deber, y otorgarle un valor relativo que cede ante otros derechos
que lo completan o dan sentido a su protección en determinadas
situaciones”. La sentencia 53/1985 no cierra la posibilidad a esta
52
interpretación ya que en el fundamento jurídico nº 9 el Tribunal
Constitucional
declara
que:
“todos
los
bienes
y
derechos
constitucionalmente reconocidos, en determinados supuestos, pueden y
deben estar sujetos a limitaciones”.
Sentencia del Tribunal Constitucional español 120/1990 del
27 De Junio
Esta sentencia se produce con relación a la huelga de hambre de los
miembros presos del grupo terrorista GRAPO, mantenida por los mismos
OS
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V que dio el Tribunal
que algunos de los huelguistas fallecieron. La
Rsolución
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a este caso, fue la de tratamiento
sanitario forzoso sobre la base de la
S
O
CHsujeción de los mismos con la Administración
relación de especial
E
R
DE por la cual ésta última tenía la obligación de velar por su
Penitenciaria,
como una forma de reivindicación, con grave riesgo para su vida y en la
vida.
Acerca del artículo 15, el Tribunal declara que el derecho a la vida tiene
un contenido de protección positiva que impide configurarlo como un
derecho de libertad que incluya la propia muerte. Deja claro en principio
que no existe un derecho a la propia muerte pero continúa diciendo que lo
anterior no impide, sin embargo, que siendo la vida un bien de la persona
que se integra dentro del círculo de la libertad, ésta pueda disponer sobre
su propia muerte. También aclara que la privación de la propia vida o la
aceptación de la propia muerte no es un derecho subjetivo que implique la
posibilidad de pedir apoyo al poder público, pero tampoco es un acto
prohibido por la Ley.
53
Sentencia del Tribunal Constitucional de España en Relación con El
Caso de Ramón Sampedro (Atc 931/1994, del 18 De Julio)
La primera petición de derecho a una muerte digna, ante los tribunales
en España, fue presentada en Barcelona por el procedimiento de
jurisdicción voluntaria, el 30 de abril de 1993, solicitando: “que, puesto
que él se encuentra imposibilitado para quitarse la vida, autorice a su
médico de cabecera a suministrarle los medicamentos necesarios para
morir sin dolor y que se respetase su derecho a no ingerir alimento por
medios naturales ni artificiales”.
El Magistrado competente del Juzgado de Primera Instancia no la
S
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R
admite a trámite, por lo que el solicitante presenta recurso de apelación
SE
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S
de Febrero de 1994 por
incompetencia
territorial al igual que en primera
O
H
C
E
instancia, motivo
DER por el que se interpuso un recurso de amparo ante el
ante la Audiencia Provincial de Barcelona, que desestima el recurso el 28
Tribunal Constitucional.
La fundamentación del este alto tribunal resuelve algunas cuestiones:
1.- La Constitución no reconoce explícitamente el derecho a morir con
dignidad, pero sí de forma implícita se deduce del artículo 15, del 10 y del
derecho al libre desarrollo de la personalidad.
2.- Sólo la vida deseada libremente puede merecer el calificativo de bien
jurídico protegido, por lo que no hay un deber de vivir contra la voluntad
personal de no hacerlo. Existe un derecho a la vida pero no un deber
constitucional y jurídico de tener obligatoriamente que vivirla, porque su
sola existencia supondría la mayor de las imposiciones imaginables a la
libertad personal.
3.- La decisión libre y consciente de una persona en plenitud de sus
facultades psíquicas, al margen de cualquier presión externa, de poner fin
a su vida, nunca puede ser castigada o impedida por el Derecho y por
ello, el suicidio no está penado.
54
4.- Cuestión aparte es la intervención de un tercero en el hecho de la
muerte. Considerando que la ayuda para intervenir en la misma por parte
del médico de cabecera es contraria a derecho.
El Derecho a una Muerte Digna en los Medios (Casos en España)
En la última década, los medios de comunicación se han hecho eco de
dos casos en España que han sido calificados de eutanasia.
S
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1.- El caso de Ramón Sampedro, el cual inspiró la película “Mar adentro”;
ES
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S
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un accidente
DE al lanzarse al mar desde una roca. Sólo podía mover la
Ramón Sampedro padecía una tetraplejia, ocasionada después de sufrir
cabeza: “Mi mente es la única parte de mi cuerpo que todavía está viva.
Soy una cabeza atada a un cuerpo muerto”, había explicado a los jueces
cuando comenzó en 1994 una larga batalla, la primera en los canales de
la justicia española, para que los magistrados autorizaran su muerte. Los
tribunales no accedieron a su solicitud. Sampedro, tras beber cianuro,
apareció muerto a los 55 años, 29 de los cuales había pasado postrado
en cama. Ramona Maneiro, compañera y amiga de Ramón, confesó en
público que ella fue quien midió el cianuro, lo disolvió en agua y acercó el
vaso a los labios de Sampedro.
En este caso, donde una tercera persona proporciona cianuro a Ramón,
para que éste lo ingiera, nos encontraríamos ante un supuesto de auxilio
con cooperación necesaria al suicidio (143.2 Código Penal) y no una
eutanasia. Ramona no ha sido juzgada ya que cuando confesó su
actuación, el delito había prescrito.
55
2.- La sedación paliativa en el Servicio de Urgencias del Hospital de
Leganés de Madrid.
En marzo de 2004, dos denuncias anónimas, con datos detallados de
historias clínicas, acusaron a médicos del servicio de urgencias del
Hospital Severo Ochoa de Leganés de haber supuestamente realizado
más de 400 sedaciones irregulares con resultado de muerte. El consejero
de Sanidad de la Comunidad de Madrid, apartó de su cargo al jefe de
urgencias, abrió una investigación y puso estos hechos en conocimiento
de
la
fiscalía.
La
Consejería
dedujo
de
esos
informes
varias
S
irregularidades administrativas, que llevaron a destituir también al director
DO
A
V
R
médico y al gerente del hospital. Los médicos denunciados, la junta de
E
ES
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S
O
personal y los jefes de servicio han negado las irregularidades, exigiendo
H
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la dimisión del consejero de sanidad y la restitución de los dimitidos.
Estos hechos fueron ampliamente difundidos a la opinión pública y
desencadenaron alarma e inseguridad jurídica entre los responsables,
profesionales sanitarios y enfermos.
Las denuncias anónimas hablaban de 400 casos. La inspección de
Sanidad redujo esa cifra a 57 primeros y, más tarde, a 25. La Fiscalía
entiende, hasta ahora, que no hay delito. El resultado final de estas
investigaciones determinará si estamos ante un caso de buena práctica
clínica, un supuesto de mal praxis o un delito de imprudencia profesional
con resultado de homicidio.
No se puede ni se debe entrar a revisar ni juzgar estos hechos, por dos
razones: No se dispone del conocimiento adecuado de los mismos y los
sucesos están sometidos a investigación administrativa y judicial, sin
embargo, sí se va a realizar una serie de consideraciones generales y, a
56
continuación se precisarán los requisitos que debe cumplir esta
terapéutica desde el punto de vista jurídico:
I. La sedación terminal, es una medida terapéutica que, si se practica
conforme a los criterios jurídicos del acto médico, se debe considerar una
buena práctica clínica.
II.
La
Sociedad
Española
de
Cuidados
Paliativos
(SECPAL)
últimamente ha adoptado las siguientes definiciones. La sedación
paliativa ha sido definida: “como la administración deliberada de
fármacos, en las dosis y combinaciones requeridas, para reducir la
conciencia de un paciente con enfermedad avanzada o terminal, tanto
S
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A
V
R
como sea preciso para aliviar adecuadamente uno o más síntomas
E
refractarios y con su consentimiento explícito, implícito o delegado”. Se
ES
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S
O
entiende por sedación terminal; “la administración deliberada de fármacos
CH
E
R
E
Dpsicológico,
físico y/o
mediante la disminución suficientemente profunda y
para lograr el alivio, inalcanzable con otras medidas, de un sufrimiento
previsiblemente irreversible de la conciencia en un paciente cuya muerte
se prevé muy próxima y con un consentimiento explícito, implícito o
delegado”. En el texto original, se considera que la sedación terminal es la
sedación paliativa que se utiliza en el periodo de agonía.
III. Estaríamos ante casos que tradicionalmente se habrían calificado
de eutanasia indirecta, en los cuales la intención no es la de provocar la
muerte del paciente, sino aliviar su dolor y sufrimiento. Ese es el
propósito, pero se acepta secundariamente que eso suponga un
acortamiento de la vida.
IV. Requisitos que debe cumplir desde el punto de vista jurídico:
1. Indicación médica
La doctrina penal alemana, sobre todo Karl Engisch, es quien ha
fundamentado todos los aspectos jurídicos de la indicación médica. Ésta
57
es el presupuesto inicial y desencadenante del acto médico, es la causa
que justifica la lesión en la integridad corporal o la trasgresión de la
autonomía del paciente. La indicación médica es uno de los elementos
(junto con el consentimiento), a través del cual los daños originados por el
acto médico, se deben excluir del tipo penal de las lesiones.
Sin indicación médica nos encontraríamos ante; medicina defensiva,
medicina
de
complacencia,
un
ritual
tranquilizador,
acto
de
experimentación, un acto de entrenamiento o, un acto de “Menguelismo”,
pero nunca ante un acto médico.
S
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No se puede exigir una seguridad de la indicación. Simplemente la
ES
R
S
O
indicación médica es un juicio de probabilidad. Tal como cita la fórmula
H
EC
R
E
probabilidad”.
D
procedente del derecho procesal alemán, es la “seguridad basada en la
Los “principios de conciencia o ética médica” del facultativo, no deben
formar parte de la indicación médica. Desde el punto de vista legal, nunca
deben formar parte de la misma los principios extrajurídicos, que resultan
difíciles
de
aceptar
en
una
sociedad
pluralista
que
admite
contraposiciones ideológicas.
Las exigencias concretas aplicadas a la sedación paliativa o terminal
serían:
Requisito general: La Intención curativa. El propósito es disminuir el
estado de conciencia del paciente para evitar síntomas que causan
distrés o sufrimiento al enfermo. La sedación Terminal no tiene la
intención de acortar la vida del enfermo, sólo disminuir su nivel de
conciencia con el propósito de “curar” sus síntomas. Se debe considerar
58
sin embargo, que el “principio del doble efecto” opera en esta situación y,
hay que considerarlo en la toma de decisiones.
Elementos objetivos:
1. Cuando la muerte del paciente se prevé muy próxima: la expectativa de
vida es de pocos días u horas.
2. Cuando estamos ante una enfermedad avanzada o terminal.
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3. Presencia de síntoma refractario: Aquel que no puede ser
E
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O
adecuadamente controlado a pesar de los esfuerzos por hallar un
H
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tiempo razonable.
D
tratamiento tolerable que no comprometa la conciencia, y en un plazo de
4. Todos estos aspectos deberán estar documentados y registrados en la
historia clínica.
2. Lex Artis:
La Lex Artis (ley del arte) es el criterio clave para juzgar si el acto
médico está correctamente realizado. Sirve también para determinar la
existencia o no de responsabilidad, es el centro argumental y probatorio
en los juicios de responsabilidad médica, consiste en decidir si hubo
cumplimiento o separación de ella. Esta categoría se refiere a la ejecución
del acto médico en el marco de los criterios y procederes admitidos en
determinado tiempo y lugar, es decir, en una situación históricamente
concreta (Lex Artis ad hoc).
59
El concepto de Lex Artis se ha venido impregnando cada vez más de
componentes distintos del cumplimiento de los aspectos estrictamente
técnicos. No basta que un procedimiento esté correctamente indicado,
oportuna y técnicamente bien ejecutado. No se ajustará a Lex Artis si no
se cumplió adecuadamente con el deber de la información y si no se
solicito el consentimiento informado. Tampoco se podrá afirmar que se
actuó de acuerdo a Lex Artis si no se registró adecuadamente el
procedimiento en la historia clínica o si se infringió el deber de
confidencialidad.
S
Con respecto a la sedación paliativa o terminal los criterios para ésta
serian:
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1.- La utilización de dosis farmacológicas adecuadas, que reduzca el nivel
H
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sufrimiento.
D
de conciencia proporcionadamente a la necesidad de alivio del distrés o
2.- Es recomendable en aras de la seguridad jurídica que sigan protocolos
y guías de actuación.
3º.- Consentimiento eficaz
Aunque el consentimiento es un presupuesto de la Lex Artis y por lo
tanto un acto médico, su incumplimiento genera siempre responsabilidad,
su importancia hace que a efectos descriptivos se le otorgue una
categoría autónoma dentro del acto médico.
Conviene subrayar los siguientes aspectos:
1.- Al ser un presupuesto de Lex Artis, su ausencia cuestiona la
legitimidad del acto médico.
2.- Es un acto clínico, parte indisoluble del acto médico, no se trata de una
simple formalidad útil en la prevención de reclamaciones sino que
constituye un derecho esencial del paciente y una obligación legal para el
médico.
60
3.- Su incumplimiento puede generar responsabilidad médica per se, en
ausencia de cualquier otro reproche a la actuación del médico.
4.- El recurso al consentimiento implícito o delegado debe tener un
contenido muy restrictivo. Si se impide al paciente conocer la información,
se está lesionando el contenido esencial de este derecho. La familia y el
médico no pueden suplantar ni despojar al enfermo del conocimiento de
esta decisión.
Derecho a una Muerte Digna en los Países Bajos
OS
D
A
V tipificado como un
Digna debería seguir siendo no ratificadoE
y su
Rejercicio
S
Ela nueva ley introducida el 1 de abril
R
delito ha sido objeto de debate.
Bajo
S
HOque ejecuten el derecho a una muerte digna
C
E
de 2002, aquellos
doctores
ER
D
de las personas, ya no serán castigados, siempre que sigan con los
En los últimos 30 años, la pregunta sobre si el Derecho a una Muerte
procedimientos prescritos y reporten la muerte por causa no natural al
Regional Euthanasia Review Commitee.
La Ley de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición
Propia y del Auxilio al Suicidio ó Euthanasia Act, como es comúnmente
conocido en los Países Bajos, contiene previsiones que gobiernan
peticiones para la terminación de la vida o el suicidio asistido para
menores, y reconocen la validez del Living Will. Los médicos pueden
otorgar ambas peticiones orales y escritas para la eutanasia, pero nunca
son obligados a hacerlo así. Según el Ministerio de Salud, Bienestar y
Deportes, esta práctica “permite a una persona terminar su vida con
dignidad luego de haber recibido todo cuidado paliativo posible”.
El Código Penal de los Países Bajos, en sus artículos 293 y 294 hacen
tanto la eutanasia como el suicidio asistido ilegal, aun hoy. Pero como
61
resultado de varios casos llevados a la corte, aquellos doctores que
maten pacientes o los ayuden a matarse ellos mismos, no serán
perseguidos, siempre y cuando sigan ciertas reglas.
Ley de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia
y del Auxilio al Suicidio
En los Países Bajos, el derecho a la muerte significa la terminación de
la vida a manos de un doctor a solicitud del paciente. Esto se debe a que
el gobierno de los Países Bajos no se ciega ante el hecho que el derecho
a una muerte digna se ejerce.
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Para esto, se incluyó en el Código Penal de dicho país una excepción
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pacienteDaEsu solicitud
especial según la cual los doctores que terminen con la vida de una
o que lo asistan en el suicidio no serán
procesados, siempre que estos cumplan con el estatuto de cuidado y
notifiquen de la muerte a comité de su región. Cuando un doctor reporta
un caso y el Comité decide en las bases de su reporte que actuó con el
debido cuidado, la Oficina del Fiscal no será informada y no se realizarán
mayores acciones. Pero si el comité encuentra que un doctor ha fallado
en satisfacer el estatuto de cuidado, el caso será notificado a la Oficina
del Fiscal y a la Inspectora de Salud. Estos dos cuerpos considerarán si
es doctor debe ser procesado o no.
El dolor y la pérdida de la dignidad, combinado con la falta de deseo
de vivir, son las principales razones por la cuales los pacientes solicitan el
ejercicio de su derecho. Esto causa que los doctores en los Países Bajos
y en otros países se encuentren con la decisión de terminar la vida. La
población está envejeciendo, considerables avances se han hecho para
prolongar la vida, y el cáncer está reclamando la vida de una creciente
población de victimas. El derecho a la muerte digna no sólo significa en
62
los Países Bajos el desistimiento del tratamiento cuanto futuras
intervenciones son innecesarias. Ésta es una práctica médica aceptada,
como también lo es la administración de drogas que son necesarias para
aliviar el dolor, a sabiendas que éstas son perjudiciales para la salud del
paciente. Se debe tener presente en todo momento que la población de
este Estado no solicita el ejercicio de su derecho por el elevado costo del
tratamiento, ya que todos ellos están asegurados.
Cuando se trata con un paciente que solicita el derecho a una muerte
digna, el doctor debe observar los siguientes criterios de cuidado:
S
1.- Asegurarse que la solicitud del paciente es voluntaria y está bien
considerada.
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S
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2.- Asegurarse que el paciente esté bajo sufrimiento insuperable y que
CH
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R
3.- Informar
DE al paciente de su situación y de su prognosis.
los prospectos de vida no van a mejorar.
4.- Discutir la situación con el paciente y concluir que no hay otra
solución.
5.- Consultar al menos a otro médico que no tenga conexión alguna
con él, quien debe ver al paciente y declarar por escrito que el doctor
principal ha cumplido con el criterio de cuidado establecido
anteriormente.
6.- Ejercer con cuidado médico y atención la terminación de la vida del
paciente o su asistencia en el suicidio.
Es importante destacar, que un principio básico es establecer la
existencia de una cercana relación doctor-pacientes. Un doctor sólo
puede ejecutar la eutanasia si el paciente está bajo su cuidado. El debe
conocer al paciente lo suficientemente bien como para asegurarse que la
solicitud es voluntaria y que el sufrimiento que está pasando aquél que lo
solicita es insoportable sin posibilidad de mejora.
63
Los doctores, así como también las enfermeras en los Países Bajos no
están obligados a ejecutar la solicitud y pueden rechazar participar en la
preparación para la eutanasia, de hecho dos terceras partes de las
solicitudes son rechazadas. Esto ya que el tratamiento normalmente
proporciona alivio mientras los pacientes entran a la etapa terminal de su
enfermedad. La posibilidad de rechazo a la solicitud implica la garantía de
la libertad de conciencia de los doctores. Este principio básico implica que
el paciente no tiene el derecho absoluto de ejecutar el derecho a la
muerte digna y el que el doctor no está obligado a realizarla.
El sistema de salud de los Países Bajos es accesible a todos y
S
garantiza una cobertura completa para cuidados tanto terminales como
DO
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paliativos. Desafortunadamente, aunque el paciente está recibiendo
E
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O
cuidados de la más alta calidad, puede aún sufrir mucho y pedir al doctor
CH
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R
puede representar
DE la conclusión de los cuidados paliativos.
la terminación de su vida. En estos casos, el derecho la muerte digna
Los cuidados paliativos son ejercidos en una variedad de lugares.
Antes que nada, el enfermo incurable puede ser atendido en sus hogares
por practicantes generales, enfermeras de distrito, ayudantes en los
cuidados en el hogar, etc. Si esto no es apropiado, deben ser admitidos
en alguna forma de residencia. Tradicionalmente, estas residencias para
cuidados terminales son provistas por los hospitales y los geriátricos. Las
unidades paliativas han existido en este Estado durante años en los
hospitales holandeses y hay una gran cantidad de casas de cuidado y
secciones de hospitales destinados al uso de geriátricos. Hospicios y
unidades de “hogares-por-hogares” están especialmente diseñados para
el cuidado de enfermos incurables a los que no les es posible pasar lo
que queda de sus vidas en sus hogares.
El doctor que practique la eutanasia está obligado a notificar al
patólogo municipal de cada muerte por causa no natural. En el caso de la
64
eutanasia o muerte asistida, el doctor introduce un reporte basado en un
modelo
especial.
El
patólogo
debe
complementar
este
reporte
estableciendo que la muerte del paciente se debió a causas no naturales.
Debe enviar este reporte a la Oficina Pública del Fiscal, a quien
correspondería autorizar el entierro.
El Comité Regional de Eutanasia recibe estos dos reportes, mas una
declaración de un físico independiente consultado por el doctor y
cualquier directiva escrita del causante. El Comité determina si el doctor
actuó con el debido cuidado. Si concluye que lo hizo, no tomará ninguna
acción contra él, pero si el comité encuentra que el doctor no actuó de
S
acuerdo al criterio de cuidado, se lo reportará a la Oficina Pública del
DO
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R
Fiscal y el Inspector Regional de Salud, quienes tomarán acciones contra
E
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O
el doctor si se consideran necesarias.
CH
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E el doctor acepte la solicitud de la eutanasia, debe consultar
Antes
Dque
a un colega que no esté involucrado en el tratamiento del paciente. El
médico independiente debe ver al paciente por sí mismo, reportar el
progreso de su enfermedad, establecer cuando la solicitud es tanto
voluntaria como bien considerada y comunicar sus descubrimientos al
doctor por escrito. Se ha establecido una cadena de practicantes
generales y otros doctores entrenados para asistir al doctor que se
encuentren con decisiones relativas a la terminación de la vida llamado el
proyecto SCEN.
Hay cinco Comités Regionales que trabajan con reportes de eutanasia
y suicidio asistido. Cada uno tiene un número variado de miembros,
incluyendo en cualquier evento a un experto legal quien también dirige el
comité, un doctor y un experto en problemas éticos. Esto asegura que una
propia consideración sea dada a los aspectos legales, procedimentales,
médicos y morales. El comité alcanza una decisión por mayoría de votos.
Los directores y miembros ordinarios son designados por el Ministerio de
65
Justicia y el Ministerio de Salud, Bienestar y Deportes por un periodo de
seis años.
Los cinco Comités Regionales han estado operativos desde el 1 de
noviembre de 1998. Bajo el Act, ya no están obligados a reportar los
casos a la Oficina del Fiscal si consideran que se ha otorgado un debido
cuidado. El Comité también es responsable por el registro de los casos de
terminación de vida o muerte asistida que les sean notificados a ellos.
Esto no significa que ellos hayan tomado el rol de la Oficina del Fiscal, ya
que su potestad no va más allá de asegurarse que se ha actuado con el
debido cuidado. La Oficina del Fiscal es aun libre de seguir una
S
investigación a cualquier caso donde se sospeche que un crimen ha sido
cometido.
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peticiones
orales, como legítimas formas de solicitud de eutanasia. El
DE
El Act reconoce tanto las directivas escritas (Living Will) como las
reconocimiento de directivas escritas es especialmente importante cuando
el doctor decide aceptar la solicitud de eutanasia en circunstancias donde
el paciente ya no puede expresarse oralmente, en tales circunstancias,
una directiva escrita es tan válida como la solicitud de la eutanasia de
formal oral.
El doctor normalmente debe tomar serias consideraciones a cualquier
directiva escrita. La única excepción es cuando tiene razones para creer
que el paciente no es competente para hacer una razonable apreciación
de sus intereses al momento de firmar la decisión. En este caso, la
directiva no constituirá una solicitud para eutanasia de acuerdo a los
requerimientos de la ley. Es importante que el doctor y el paciente
discutan los términos de la directiva todo lo que sea posible.
El Act establece cláusulas para órdenes escritas en las que el
paciente puede indicar en avanzado que desea terminar su vida si
66
eventualmente se encuentra experimentando sufrimiento insoportable sin
posibilidad de mejora, en circunstancias donde sea incapaz de expresar
sus deseos personales. Ya que el Act aplica sólo a la terminación de vida
bajo solicitud, establece que esto no es aplicable a pacientes que no
hayan dejado directivas avanzadas y no sean capaces de decidir o
expresar sus deseos.
Se define sufrimiento insoportable sin prospectos de mejora a que los
doctores acuerden que el paciente no tiene posibilidad de mejorar. Es
difícil establecer objetivamente cuando el sufrimiento es insoportable. El
S
comité examinará cada caso individual para establecer cuándo el doctor
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pudo concluir razonablemente que el paciente estaba bajo un sufrimiento
insoportable.
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EC
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El doctor y el paciente deben discutir cada alternativa de tratamiento
posible. Siempre que sea que haya una alternativa viable, en sentido
médico, hay un prospecto de mejora. Esto puede ser valorado
objetivamente. Por el contrario, la extensión del sufrimiento es altamente
subjetiva. Aun así, cuando el sufrimiento no es obvio ni para el ni para las
familias del paciente los cuidadores, el doctor deberá tratar de imaginar lo
que el paciente está sintiendo y basado en su experiencia médica,
intentar evaluar el sufrimiento objetivamente.
Es imposible otorgar el derecho a una muerte digna en los Países
Bajos a alguien que no sea su nacional, dada la necesidad de la cercana
relación doctor-paciente. El procedimiento legal para la notificación de
cada caso individual de eutanasia requiere que el paciente lo haya hecho
voluntariamente, que la solicitud haya estado bien considerada y que el
sufrimiento sea soportable sin ninguna posibilidad de mejora. En orden
67
para asegurar que éste sea el caso, el doctor debe conocer bien al
paciente, esto implica que debe haber tratado al paciente por un largo
tiempo.
En cuanto al derecho a la muerte solicitado por un adolescente menor
de edad, el Act contiene prohibiciones especiales para tratar con este tipo
de solicitudes. La ley permite a aquéllos que estén entre doce y quince
años solicitar la eutanasia, pero requieren el consentimiento paterno para
que sean ejecutados en estos casos por contraste, es permitido para
aquéllos que tengan entre dieciséis y diecisiete años hacer estas
decisiones por sí mismos, aunque prescribe que un padre siempre deber
estar involucrado en la discusión.
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de
DEeutanasia (90%)
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La experiencia muestra que en la práctica la vasta mayoría de los
casos
se relacionan con pacientes con cáncer
terminal. Esto es igual para las jóvenes personas que solicitan la
eutanasia. En estos extremadamente raros casos, los padres o el tutor
deben ser capaces de aceptar los deseos del adolescente menor de
edad.
Jurisprudencia de los Países Bajos
Decisión de la Corte Penal, Leeuwarden. Caso Postma. 1973.
En 1971, Postma inyectó a una paciente, su madre, una dosis letal de
morfina. El paciente había sufrido hemorragias cerebrales, era sorda,
tenía dificultades para hablar y era atada a una silla para evitar que se
cayera. En muchas ocasiones pidió a su hija que terminara con su vida.
68
La doctora Postma fue imputada bajo el artículo 293 del Código Penal
holandés, el cual establecía que era una ofensa, que se castigaba con
hasta 12 años de prisión, para la persona que causara la muerte de otra
persona que lo “expresaba y seriamente solicitara” .
En 1973 la Corte Penal encontró culpable a la doctora Postma de
eutanasia voluntaria y ordenó una semana de sentencia suspendida y
libertad condicional por un año. En la sesión de la corte, un inspector de
salud declaró que el doctor promedio había abandonado la idea de que la
vida debía ser prolongada hasta el final. Sin embargo, hay ciertas
S
condiciones, dijo él: el paciente debe tener una enfermedad incurable, el
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paciente debe encontrarse mental o físicamente bajo sufrimiento
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insuperable, el paciente debe solicitar la terminación de su vida, debe
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enfermedad.
DELa Corte aceptó estas condiciones, excepto la última.
actuar un doctor, el paciente debe estar en la etapa terminal de su
Corte Penal y Corte Suprema, Alkmaar. 1983/1984
Una anciana mujer, que sufría de endurecimiento de las arterias, le era
imposible comer o beber y había perdido temporalmente la conciencia
poco antes de su muerte, había hecho un Living Will en el cual expresaba
su deseo por la eutanasia, y después de recuperar la conciencia, ella la
solicitó de nuevo. El doctor consultó a otro médico, quien concluyó que el
paciente no podría recuperar su salud. El doctor terminó con la vida del
paciente y fue condenado por la Corte Penal del delito bajo el artículo 293
del Código Penal, no se impuso ningún castigo ya que la corte declaró
que el doctor había considerado cuidadosamente la decisión y había
actuado de acuerdo a las condiciones y opiniones.
69
También en 1983, la Corte de Apelaciones refutó la decisión de la
Corte Penal. La Corte decidió que la opinión de la eutanasia aún no
estaba clara, y que la actitud del doctor podría ser vista como socialmente
aceptada. El doctor aseguraba que había actuado en defensa de la
necesidad, pero la Corte no estaba de acuerdo con esto. La corte decidió
que aunque el paciente estaba bajo sufrimiento insuperable, no estaba
claro si el doctor no había tenido otra opción más que la terminación de su
vida. Sin embargo, ya que el doctor encontró su propia actuación correcta,
y la Corte consideraba cuidadosa, no se impuso ningún castigo.
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En apelación, en 1984 la Corte Suprema derogó esta convicción.
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Mantenía que el doctor estaba bajo el derecho a la defensa por necesidad
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un conflicto
DEde responsabilidad entre preservar la vida de un paciente por
bajo el artículo 40 del Código Penal. La Corte aceptó que él había sufrido
un lado, y aliviar el dolor, por el otro. La Corte decidió que el conflicto
debía ser resuelto en la base que la opinión responsable del médico. En
esté caso el doctor fue encontrado de haber resuelto el conflicto
apropiadamente y se le retiraron todos los cargos.
Corte Penal, Assen y Corte Suprema, Leeuwarden. Caso Chabot.
1993/1994
En 1991 el doctor Chabot asistió a una mujer de cincuenta años para
cometer suicidio prescribiéndole una dosis letal de drogas. Su paciente
tenía una larga historia de sufrir depresión, un violento matrimonio y la
muerte de sus dos hijos, uno de cáncer y el otro por suicidio. Luego de la
muerte de su segundo hijo, ella decidió cometer suicidio. El doctor Chabot
un psiquiatra, diagnosticó que sufría de una severa e insuperable
70
enfermedad mental. Llegó a la conclusión de que podía ayudarle, consultó
a un número de colegas, ninguno de los cuales evaluaron la personalidad
de la paciente. El doctor Chabot reportó su muerte al forense. Fue
acusado bajo el artículo 294 del Código Penal (Según el cual el Código
Penal holandés consideraba una ofensa, castigado con hasta 3 años de
prisión, a quien intencionalmente incite, asista, o procura que se cometa
un suicidio. Este delito aplica a doctores que asistan al suicidio.)
En 1993, la Corte Penal decidió que de acuerdo al conocimiento
médico y a la ética médica el doctor Chabot se encontraba en un conflicto
de deber y juzgó de acuerdo a la necesidad.
S
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Posteriormente en 1994, la Corte Suprema decidió que dada la falta
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de sufrimiento o enfermedad en etapa terminal, no se excluye
CH
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R
E sufrimiento, no
cantidadDde
automáticamente un caso de defensa de necesidad. Lo que importa es la
su origen. Sin embargo, se debió haber
llevado mayor cuidado, por lo que la Corte decidió que para que la
defensa pueda ser aplicada el paciente debía ser examinado por un
médico independiente experto. De acuerdo a esto, el Doctor Chabot fue
encontrado culpable del delito bajo el artículo 294 debido a la falta de
defensa de necesidad. La Corte Suprema declinó imponer una pena.
Corte Penal, LEEUWARDEN. 1997
Un doctor terminó con la vida de una mujer gravemente enferma. En
su informe declaró que había muerto por muerte natural y ya que no había
muestra de algún consentimiento por parte del paciente para que
terminara con su vida y había consultado algún colega fue imputado por
asesinato. La Corte lo encontró culpable del delito establecido en el
71
artículo 293 y ordenó una sentencia de seis meses de cárcel por
declaración falsa de muerte natural.
Derecho a una Muerte Digna en Venezuela
Marco Constitucional Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna
en Venezuela
S
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Es de suma importancia el análisis de la Constitución para el estudio
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O
del derecho a una muerte digna, ya que es ahí donde se establecen todos
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los cuerpos
DEnormativos que integran la legislación venezolana; a esto se
los derechos que posee el ciudadano y que son desarrollados a fondo en
le debe agregar el que es la Constitución la encargada de incluir en la
legislación nacional aquellos derechos fundamentales llamados Derechos
Humanos,
contenidos
en
tratados,
pactos
y
otros
instrumentos
internacionales, y cualquier derecho que reconozca y le merezca
protección.
En artículos como el 43 (derecho a la vida); 46 (derecho a la integridad
personal); 83 (derecho a la salud); 20 (derecho al libre desarrollo de la
personalidad), encontramos ejemplos de cómo la Constitución reconoce y
tutela basándose en los derechos.
Las leyes especiales se encargan de desarrollar los postulados
constitucionales, es decir, crean su propio texto legal como desarrollo de
una premisa constitucional. Se debe agregar a esto que la misma
Constitución deja abierta la posibilidad a la aplicación de tratados y pactos
internacionales sobre Derechos Humanos y la forma y procedimientos
72
para ellos en los artículos 22 y 23, esto al principio de progresividad de los
derechos lo cual le permite a las personas nunca dejar de poseer
derechos, por el contrario estos se van desarrollando y se derivan nuevos
derechos igualmente protegidos.
El derecho a la vida y el derecho a la salud se mantienen
estrechamente relacionados, y esto se traduce exponencialmente en el
proyecto de una calidad de vida, la cual, lejos de constituirse en un mero
bien jurídico protegido o tutelado por el Estado, especialmente por el
derecho penal, es un derecho inmanente del ser humano, que involucra,
en su proyecto de progresividad, la defensa de aquellos derechos que no
S
figuran de manera expresa en su articulado, ya que esto no debe
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entenderse como una negación de los mismos, teniendo en cuenta lo
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O
establecido en el artículo 22 de la Constitución.
CH
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R
Por ello,D
aE
la luz de los artículos 43 y 83 de la Constitución no es posible
hablar aisladamente de un derecho a la vida sin considerar el derecho a la
salud que forma parte inherente del primero, y nunca mas se podrá referir
aisladamente a tales principios sin mencionar que ambos concretan en un
derecho a una calidad de vida traducida por los factores antes
mencionados. De allí que estos nuevos conceptos han llevado a la Sala
Constitucional
del
Tribunal
Supremo
de
Justicia,
en
reiteradas
oportunidades a considerar la conceptualización de la calidad de vida y al
respecto ha sido de afanada al señalar en concreto:
“Estas ideas llevan, a su vez a la Sala a delimitar qué debe
entenderse por calidad de vida. Desde un punto de vista
estricto, que es el que interesa a esta Sala, la calidad de vida
es el producto de la satisfacción progresiva y concreta de los
derechos y garantías constitucionales que protegen a la
sociedad como ente colectivo, como cuerpo que trata de
convivir en paz y armonía, sin estar sometida a
manipulaciones o acciones que generen violencia o malestar
colectivo, por lo que ella, en sentido estricto, no es el producto
de derechos individuales como los contenidos puntualmente
en el capítulo de los derechos humanos, sino del
73
desenvolvimiento de disposiciones constitucionales referidas
a la sociedad en general, como lo son –sólo a título
enunciativo- los artículos 83 y 84 que garantizan el derecho a
la salud; el 89, que garantiza el trabajo como hecho social; los
derechos culturales y educativos contenidos en los artículos
99, 101, 102, 108, 111, 112 y 113 de la carta fundamental; los
derechos ambientales (artículos 127 y 128 eiusdem); la
protección del consumidor y el usuario (artículos 112 y 114),
el derecho a la información adecuada y no engañosa (artículo
117) y, los derechos políticos, en general. (TSJ-SC. Decisión
656, 30-Jun-2000; entre otras)”
Así pues, esta calidad de vida, informada por la conjunción de nuestros
principios constitucionales contenidos en los artículos 83 y 43, lo que ha
S
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R
llevado a adelantar, en el proyecto de reforma del código penal una
E
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O
alternativa viable, siempre opcional no obligatoria, para que aquellos que
no consigan objeción alguna de conciencia, puedan tener posibilidad de
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llámeseD
el paciente en fase terminal, el profesional de la salud que velar
adaptarlas dentro de su vinculo normal de desempeño a esta sociedad,
por su paciente, como persona, como sujeto de una relación jurídica,
desde su inicio hasta su finalización.
Marco Penal Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna en
Venezuela.
Inducción o Ayuda al Suicidio vs. Muerte por Piedad
En Venezuela, como en la mayoría de los países el suicidio es una
conducta no delictiva, si el suicidio se consuma no existe la posibilidad de
castigar a aquél que lo cometa, pues la pena, esencialmente una
retribución, no puede operar como tal sobre un muerto.
Para Grisanti-Aveledo
(2006: 67) Inducir al Suicidio significa
determinar o persuadir a otra persona que se quite la vida, es decir el
inductor hace nacer en la mente del inducido la idea, que antes no tenía,
74
de privarse de la existencia. Así pues, la inducción implica que el suicida
no hubiera tomado la resolución de darse muerte de no haber sido por la
actuación del inductor.
De acuerdo al artículo 414 del Código Penal venezolano, para que la
inducción y/o ayuda al suicidio constituya un delito es indispensable que
el suicidio de la persona inducida o auxiliada se consume. En
consecuencia, si tal suicidio no llega a realizarse, no es posible
responsabilizar penalmente al inductor. Según el Código Penal en virtud
del requisito de punibilidad el delito de inducción y/o ayuda al suicidio no
S
admite la tentativa ni la frustración, por los siguientes motivos: si no se ha
DO
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R
satisfecho el requisito de punibilidad, no existe delito alguno si en cambio
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O
se ha cumplido tal requisito; vale decir, si la persona inducida o ayudada
CH
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E nuestro Código Penal, la pena aplicable al inductor y/o
suicidio.D
Según
se quita la vida existe consumación del delito de inducción y/o ayuda al
auxiliador es de presidio de siete a diez años, lo que arroja un término
medio de ocho años y seis meses de prisión.
Según Grisanti-Aveledo (2006: 68-69) la diferencia esencial que existe
entre la inducción y la ayuda al suicidio puede sintetizarse en los
siguientes términos: la inducción consiste en hacer nacer en la mente del
sujeto pasivo la idea, que anteriormente no tenía, de suicidarse; en
cambio la ayuda se presta a una persona que ya ha decidido suicidarse.
Para
Aguilar-Guevara,
Presidente-Fundador
de
la
Asociación
Venezolana del Derecho a Morir con Dignidad, es preciso aclarar que
para el cabal entendimiento del Derecho a Morir con Dignidad, deben
formularse algunas premisas fundamentales sobre las cuales se
desarrolla el nuevo paradigma de la relación médico-paciente; siendo
según él la primera de ellas: la aceptación universal, pacífica, solidaria, en
la doctrina internacional, del modelo horizontal de la relación médico-
75
paciente, ya que ésta es la expresión máxima de la manifestación del
principio de autonomía de voluntad y autodeterminación, para que la
persona en ejercicio pleno de sus derechos pueda tomar las decisiones
concernientes a su proyecto de vida y de salud.
Este derecho de las personas a la autonomía de la voluntad y
autodeterminación, dentro del nuevo de relación horizontal médicopaciente, deviene informado, sustentado, y correlacionado con algunos
principios constitucionales entre los cuales encontramos: la integridad
física, psíquica, moral, no pudiendo nadie ser sometido a exámenes
médicos ni de laboratorio, ergo, nadie puede ser sometido a tratamiento
sin
su
consentimiento
informado
previo
(C.R.B.V
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46,
3);
libre
desenvolvimiento de la personalidad (Artículo 20); a la información
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oportuna y veraz (Artículo 58); a la salud, como parte inmanente del
CH
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R
un derecho
DEa la salud desde un punto de vista integral, holístico, que
derecho a la vida del cual forma parte (Artículo 83) y en el entendido del
abarca, no solamente un bienestar físico, mental y social, sino que
depende del óptimo grado de confluencia de factores que interviene en la
salud: medio ambiente y ecológico, biodiversidad, familia, trabajo,
recreación, paz social, etc. y que concluye, inexorablemente en un
proyecto de vida que significa, aun mas que un simple vivir, se traduce en
una calidad de vida necesaria para que este derecho a la vida quede
finalmente consagrado; de la liberta de culto y religión (Artículo 59);
libertad de consciencia ( Artículo 51) ; y de no discriminación (Artículo 21).
La segunda premisa a presentar es aquélla que tiene que ver con el
derecho a la vida. Para Aguiar-Guevara “el principio del derecho a la vida,
consagrado en nuestra constitución…, y siendo que viene acompañado
con el epíteto “… por tanto nadie podrá imponer la pena de muerte…”
está referido al principio garantista que el Estado me debe para que, aun
cuando me aparte del patrón de comportamiento esperado por una
sociedad determinada, de acuerdo con las normas de conducta
76
preestablecida y aceptada, pueda yo ser sancionado con cualquier tipo de
pena pero nunca a costa de mi vida. Es por ello que he mantenido que el
principio constitucional del derecho a la vida no puede nunca, ad libitum,
ser traducido en una obligación de vivir…”
Las premisas introductorias, así consideradas, inducen, dentro del
marco del proyecto de reforma del Código Penal, a la discusión de si las
personas, en expresión de su derecho a la autonomía de la voluntad y
autodeterminación, pueden, por ejemplo, rechazar tratamientos médicos;
no solamente en el caso de rehusarse a aceptar medidas extraordinarias
de sostén de vida (UCI, ventiladores mecánicos, resucitación cardio
S
pulmonar, etc.) sino también a ciertos tratamientos que, desde la óptica
DO
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del derecho a la libertad de culto y religión, podía rehusarse una persona
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a una transfusión de sangre, como en el caso de los testigos de Jehová,
CH
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E muerte digna antes de violentar sus principios de fe y
enfrentar
Duna
quienes dentro de sus profundas convicciones religiosas prefieren
convicción religiosa que, aunque diferentes a las del médico, éste se debe
a su respeto, por mandato constitucional.
El Proyecto de Reforma del Código Penal, presentado por el
Magistrado Doctor Angulo Fontiveros y sus colaboradores, significa un
exhaustivo trabajo que, si bien pudiese tener algunos aspectos
contradictorios entre diversos, honestos y serios doctrinarios del derecho,
contiene aspectos relevantes de avanzada que muy bien vale la pena
considerar a los efectos de la perfectibilidad que el mismo proyecto
significa. Así pues, el artículo 217 del Anteproyecto del Código Penal
discrimina la eutanasia o muerte piadosa de la siguiente manera:
No comete delito quien para evitar o aliviar el inaguantable
dolor o sufrimiento al que padece una enfermedad terminal
o incurable, haga cesar el tratamiento médico a sabiendas
de que podría sobrevenir la muerte o aun que la producirá.
Tampoco comete delito quien administre a un enfermo tal
calmante en dosis masivas que puedan mitigar el dolor pero
77
también provocar la muerte. No cometerá delito el que por
piedad y de modo directo cause la muerte para mitigar su
dolor y sufrimiento.
En todos estos casos se requieren indefectiblemente el
consentimiento del paciente y dado de un modo consciente,
expreso e inequívoco. Si no estuviera en condiciones de dar
su consentimiento, este podrá ser suplido por un testamento
vital o documento autentico en el cual haya manifestado su
deseo acerca de los tratamiento médicos que desea recibir
o no recibir en caso de sufrir una enfermedad terminal o
irreversible, cuando ésta le impidiere expresar de viva voz o
directamente en tal eventualidad. El testamento mencionado
debe ser evaluado por una comisión integrada por un
familiar del paciente; un médico y un abogado designado
por el Estado. A esta comisión podrá agregársele un médico
y un abogado designado por la familia. Si hubiera
desacuerdo entre los integrantes de la comisión, estos
deberán enviar inmediatamente a un tribunal penal, al que
corresponderá la decisión definitiva sobre el caso.
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Si pese a que no hubiera tal consentimiento ni aquel
testamento o documento auténtico, alguna persona da
muerte a otra y comprobare que mediaron razones de
misericordia, se tendrá esta acción como un homicidio pero
la pena de prisión será de cinco años y multa de 100 a 500
unidades tributarias
Regulación de la Deontología Médica en Venezuela
El Código de Deontología Médica de Venezuela fue aprobado durante la
CXL Reunión Extraordinaria de la Asamblea de la Federación Médica
Venezolana, realizada en Cumaná del 24 al 26 de Octubre de 2004. En el
titulo Segundo, Capitulo 5 se establece cómo se debe tratar a un Enfermo
Terminal, que es definido por el mismo Código en su artículo 75 como:
La persona que como consecuencia de una
enfermedad o lesión grave, con diagnósticos médicos
ciertos y sin posibilidad de tratamiento curativo, tiene
expectativa de vida reducida entre pocas horas y tres
meses.
78
De igual forma, el artículo 78 del mencionado Código establece que los
enfermos terminales que se encuentran competentes tienen derecho a
participar en las decisiones referentes a su padecimiento y podrán
rehusar
cualquier
procedimiento
diagnóstico
o
terapéutico
y
su
determinación debe ser respetada por el médico aunque colida con lo que
se considere como lo mejor.
El artículo 79 declara que: “Los objetivos fundamentales en el
tratamiento de un paciente terminal son el alivio del sufrimiento, propiciar
la mayor comodidad posible, facilitar el contacto con los seres queridos,
recibir la ayuda espiritual del ministro o sacerdote de su religión, si la tiene
y así lo desea, y finalmente, ayudarlo a enfrentar la muerte con dignidad ”
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Por su parte el artículo 82 expone que ningún Enfermo Terminal será
sometido a medidas extraordinarias que sólo prolonguen su agonía y no
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reserven su vida; y el artículo 83 ejusdem establece que;
Cuando un paciente terminal padezca de dolor el médico
auspiciará el empleo de analgésicos en dosis suficientes
para calmar el dolor. En ocasiones en los cuales se teme
que con el aumento progresivo de la dosis de
analgésicos potentes, se pueda acortar el proceso vital
por la depresión de los centros nerviosos que regulan la
respiración, se debe proceder dando prioridad al objetivo
de la analgesia como efecto primario buscado, por sobre
el eventual efecto indeseable
79
MAPA DE CATEGORIAS
Objetivo General: Estudiar los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el Derecho a una
Muerte Digna y su posible aceptación en la legislación venezolana.
Objetivos Específicos
Categorías
Subcategorías
Unidad de Análisis
Analizar los fundamentos de Los fundamentos de la
-Kant
la legislación de los Países legislación de los Países -Derecho a la Muerte Digna
-Mill
Bajos y España sobre el Bajos y de España y - Derecho a la Muerte Digna
-Charlestworth
derecho a una muerte digna y determinar la posibilidad de en los Países Bajos
-Legislación de los Países
su posible aceptación en la aceptación en la legislación Derecho a la Muerte Digna en Bajos, España y Venezuela
legislación venezolana.
venezolana
España
-Jurisprudencia de los Países
- Derecho a la Muerte Digna
Bajos, España y Venezuela
en Venezuela
S
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Realizar la comparación de
los fundamentos de las
legislaciones de los Países
Bajos y de España sobre el
derecho a una muerte digna y
su posible aceptación en la
legislación venezolana
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Comparar los fundamentos
de las legislaciones de los
Países Bajos y de España y
determinar la posibilidad de
aceptación en la legislación
venezolana
-Derecho a la Muerte
- Derecho a la Muerte Digna
en los Países Bajos
Derecho a la Muerte Digna en
España
- Derecho a la Muerte Digna
en Venezuela
Fuente: Andrade y Huérfano (2009)
80
-Legislación de los Países
Bajos, España y Venezuela
-Jurisprudencia de los Países
Bajos, España y Venezuela
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CAPÍTULO III. MARCO METODOLOGICO
Una muerte bella honra toda una vida
Francesco Petrarca
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
En este capítulo se presenta la estructura metodológica del proyecto,
S
en el cual se señala la naturaleza del mismo, las técnicas e instrumentos
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para la recolección de los datos, las fuentes documentales de información
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y la metodología utilizada para la evaluación de las alternativas de
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solución al problema.
Tipo de Investigación
Según Fernández, Hernández y Baptista (2006), la investigación
descriptiva busca:
Especificar las propiedades, las características y los
perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos,
objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un
análisis.
A esto puede añadirse que la investigación también es jurídicodescriptiva, cuyo alcance:
Tiene como objeto lograr la descripción del tema que se
estudia, interpretando (lo que es). Utiliza el método de
análisis, y de esta forma el problema jurídico se
descompondrá en sus diversos aspectos, permitiendo
82
ofrecer una imagen del funcionamiento de una norma o
institución jurídica tal y como es. (Sánchez, 2007).
La investigación realizada se caracteriza por presentar un análisis
documental jurídico-descriptivo de la aplicabilidad de los fundamentos de
las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una
muerte digna, para así determinar si los mencionados fundamentos
pueden ser aceptados en la legislación de Venezuela, pues en ella se
estudia la multiplicidad de aspectos que lo componen.
Diseño de la Investigación
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“El diseño de la investigación es la estrategia que adopta el
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investigador para responder al tema planteado”. (Arias, 2006).
Con respecto a la investigación de tipo documental, Arias (2006)
señala:
La investigación documental es un proceso basado en la
búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación
de datos secundarios, es decir, los obtenidos y registrados
por otros investigadores en fuentes documentales:
impresas, audiovisuales o electrónicas. Como en toda
investigación, el propósito de este diseño es el aporte de
nuevos conocimientos.
Para el desarrollo de este trabajo se hizo necesaria la elaboración de
un plan de actividades, él cual contempló diversas fases, como son:
arqueo bibliográfico, lectura, recolección, selección, procesamiento,
registro, análisis e interpretación de los datos.
83
Partiendo de la naturaleza del tema objeto de estudio, para el alcance
de los objetivos planteados en la investigación y en virtud de las
actividades indicadas, se llevó a efecto el análisis de las fuentes
documentales, tales como la doctrina nacional y foránea sobre la materia,
así como también la legislación y la jurisprudencia foránea, al igual que
los artículos científicos publicados vía tradicional o electrónica, artículos
de prensa, enciclopedias, diccionarios y los instrumentos jurídicos que
existen sobre la materia, de lo que se desprende que la investigación es
producto de un diseño documental.
Fuentes Iniciales
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contienen
información original resultante de un proceso intelectivo de
DE
Según la doctrina, son fuentes de información primaria, las que
investigación, creación o desarrollo; su objetivo es comunicar los
resultados del conocimiento y de la creación. En tanto que las fuentes de
información secundaria, son aquéllas que comprenden información
primaria reelaborada, sintetizada y reorganizada, o remiten a ella,
estando diseñadas especialmente para facilitar y maximizar el acceso a
las primeras. (Hochman y Montero, 1978.)
En la elaboración de la presente investigación se utilizaron como
fuentes de información primaria:
-
Textos especializados en el derecho a una muerte digna.
-
Textos de Bioética.
-
Constituciones de Venezuela, Países Bajos y España.
-
Legislación de Venezuela, Países Bajos y España.
-
Jurisprudencia de Venezuela, Países Bajos y España.
84
Las fuentes de información secundaria empleadas en la preparación
del proyecto fueron:
-
Páginas Web especializadas en el derecho a una muerte digna.
-
Diccionarios Jurídicos y Políticos.
-
Película “Mar Adentro”, (2004).
Técnica de Recolección de Datos
De acuerdo con la doctrina, las técnicas de recolección de datos son
S
los medios utilizados para obtener la información, en tanto los
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instrumentos abarcan los materiales empleados para la recolección y
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O
almacenamiento de los datos. (Arias, 1999).
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R
La técnica
DE utilizada en el desarrollo de la presente investigación fue la
observación documental, según lo señala Arias (2006):
La observación es una técnica que consiste en visualizar o
captar mediante la vista, en forma sistemática, cualquier
hecho, fenómeno o situación que se produzca en la
naturaleza o en la sociedad, en función de unos objetivos
de investigación preestablecidos.
Observación que se obtiene de los datos referidos a los fundamentos
de las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el derecho a
una muerte digna para su aceptación en la legislación de Venezuela.
Como instrumentos de recolección, se ha empleado, en primer lugar,
el sistema folder, a través del cual se depositan en hojas sueltas los
materiales obtenidos, siendo este el que “se acostumbra cuando se toman
notas continuas de un libro o cuando los contenidos son muy extensos”
(Tamayo y Tamayo. 2002). El segundo instrumento de recolección es el
85
sistema de fichas, que consiste en vaciar la información considerada
importante en cartulinas, para ello existen las fichas bibliográficas y las
fichas de dato, en las primeras se anotan la descripción y catalogación de
una obra, mientras que en la segunda se encuentra el contenido de
interés y la indicación de su fuente. (Tamayo y Tamayo, 2002).
Instrumento de Recolección de Datos
La técnica de registro de datos puede ser definida como:
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…el proceso por el cual cada unidad de registro es
codificada y descrita en forma analizable. La codificación
es, a su vez, el proceso por el cual los datos brutos son
sistemáticamente transformados y clasificados en
categorías que permiten la descripción precisa de las
características importantes del contenido. (García, Ibánez,
Alvira, 1996).
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Dentro de las técnicas de registros de datos se pueden encontrar las
siguientes técnicas: el subrayado, el resumen y el esquema.
La Técnica del Subrayado
…consiste en destacar las ideas fundamentales de un
texto, las palabras claves significativas, para que al leerlo
captemos rápidamente lo más importante de la lectura. Se
recomienda subrayar: las ideas principales; separar
diferentes definiciones de autores; para localizar más
fácilmente una palabra o argumento, etc. En esa técnica, el
investigador deberá apoyarse en signos convencionales
como líneas, así como de lápices o marcadores de colores.
Se puede hacer uso de diferentes tipos de subrayado
como: doble línea, para resaltar las ideas principales, una
línea, para las ideas secundarias. El subrayado sirve de
guía para la realización de resúmenes y esquemas.
(Sánchez, 2007).
86
Ahora bien, la Técnica del Resumen según Sánchez (2007),
señala:
Una vez leído y valorado el material jurídico de la
investigación, se procede a registrar aquellos datos que
van a ser utilizados, resaltando las ideas más importantes
de la lectura, de forma abreviada, utilizando las mismas
ideas del autor y subrayándolas para luego repasar con
mayor facilidad el texto resumido cuando sea necesario.
Su extensión suele ser variada de acuerdo a la fuente que
se trabaje, puede ser desde un párrafo hasta un libro,
sentencia, tratados y leyes, ya que su objetivo es abreviar
en lo posible el contenido de un texto, sin perder las ideas
del autor.
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Finalmente, la Técnica del Esquema según Sánchez (2007),
establece:
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DE se conoce
También
como bosquejo. A través de esta
técnica de estudio se permite presentar en forma
organizada y breve, las ideas fundamentales de un texto, y
orienta además el desarrollo de la investigación. En el
esquema podemos utilizar las siguientes nomenclaturas:
números romanos, números arábigos, letras.
Técnica de Análisis de Datos
Las diferentes ramas del saber presentan características diversas: la
presente investigación se encuentra inmersa dentro del área del Derecho.
Por ello, para el análisis e interpretación de los datos que permiten
obtener los resultados a los objetivos planteados, se consideró necesaria
la aplicación de técnicas interpretativas propias del área jurídica, sin
descuidar el tratamiento especial que debe otorgársele a los aspectos
políticos y sociales que complementan el cuerpo del trabajo in comento.
87
Por ello, luego de la observación documental, se procedió a la
escogencia de los datos que se consideraron imprescindibles para el
desarrollo de la investigación. Una vez obtenido y clasificado su análisis,
se elaboró una matriz en la cual se establecieron las categorías a
estudiar.
Asimismo, para la obtención del primer objetivo específico y los rasgos
jurídicos de los objetivos restantes de la investigación presentada, se
utilizaron las siguientes técnicas y métodos:
-La Hermenéutica, cuya base radica en ir al núcleo del significado de las
fuentes y fijar desde allí al verdadero sentido de las mismas, guardando
S
para ello profunda relación con la interpretación de los textos legales.
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- La interpretación de las leyes, dado que “la aclaración fundada de la
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letra y el espíritu de las normas legales, para conocer su verdadero
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(Cabanellas,
1993)
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sentido y determinar el alcance o eficacia general o en un caso particular”
- El Derecho Comparado, el cual consiste en el “…estudio de las
semejanzas y diferencias entre los ordenamientos jurídicos de dos o más
países”. (Ossorio, 2001)
Para el desarrollo de los objetivos segundo, tercero y cuarto de la
investigación, se aplicó el análisis deductivo, razonamiento que va de lo
general a lo particular o específico”. (Arias, 1999).
De igual manera, se evaluaron los referidos aspectos dentro del marco
social en el cual se desenvuelven, puesto que, esta investigación por ser
propia de una rama social, no debe alejarse de las circunstancias y
elementos propios de la naturaleza del lugar al cual pertenece, de lo
contrario se perdería su fundamento, debido a que su justificación radica
en que sirva de sustento a la investigación.
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CAPÍTULO IV. ANALISIS DE LOS RESULTADOS
El suicidio es la forma en la que el hombre le dice a Díos “No puedes
despedirme, renuncio”
Bill Maher
89
CAPITULO IV
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Los resultados del presente estudio que se exponen a continuación, se
corresponden con el análisis elaborado por los investigadores, conforme a
los objetivos trazados y a la opinión personal formada con base en la
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observación de la legislación, doctrina y jurisprudencia respectiva.
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En éste ámbito, los primeros resultados a ofrecer se desprenden del
primer objetivo de investigación: Analizar los fundamentos de la
legislación de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una
muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana.
En este sentido, se deben explicar los fundamentos de ambas
legislaciones, el por qué es aceptado o no el derecho a una muerte digna
en estos países.
Así pues, se obtiene que en los Países Bajos el derecho a una muerte
digna es aceptado desde el año 2001, cuando entró en vigencia la Ley de
Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio
al Suicidio, gracias a la cual los ciudadanos de los Países Bajos, si así lo
desean, pueden solicitar el derecho a una muerte digna, en los casos
contemplados por la Ley.
90
La mencionada Ley exige ciertos requisitos para que una persona pueda
solicitar el derecho a una muerte digna y para que el doctor al que se le solicita
acceda a aplicarla, los cuales están establecidos en 2 de la Ley, donde se
dispone que el médico tratante debe:
1. Estar seguro que la petición hecha por el paciente no está influida por
alguien mas y éste lo ha meditado profundamente;
2. Estar convencido que el paciente no va a mejorar y sufre a un grado
insoportable;
3. Haber informado al paciente de sus posibilidades de vida o en este caso
la falta de ellas;
4. El paciente y el médico están convencidos que no hay solución para la
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V ha visto al paciente y
Rquien
Se ha consultado al menos a otro médico,
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Rcumplimiento
ha emitido un informe O
sobre
el
de los requisitos antes
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mencionados.
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situación en la que está el paciente; y,
5.
La Ley también dispone el procedimiento a seguir cuando es un menor el
que solicita el derecho a una muerte digna y lo hace dividiendo a los menores
en 2 grupos, de la siguiente forma: aquellos jóvenes que se encuentren entre
los 12 y 17 años y se considere que están en condiciones de realizar una
valoración razonable sobre sus intereses. En esta situación, pueden solicitar el
derecho a una muerte digna y el médico puede atender su petición, siempre
que los padres (o alguno de ellos) que ejerza(n) la patria potestad de dicho
paciente o la persona que tenga la tutela del menor esté(n) de acuerdo con la
terminación de la vida del paciente o con el auxilio al suicidio. En el caso de
que sea un menor con edad comprendida entre 17 y 18 años y se considera
igualmente que ha realizado un valoración razonable de su situación, si la
persona que tenga su patria potestad o tutela ha participado en la toma de la
decisión final. Adicional a esto, la Ley establece para los pacientes que tengan
al menos 16 años y que no estén en posición de expresar su voluntad por lo
avanzado de su enfermedad, pero que estuvieron en condiciones de realizar la
91
mencionada valoración y haya dejado una declaración escrita de su petición de
terminación de vida, es decir un living will o testamento vital, se puede atender
a su petición.
La Ley también establece las Comisiones Regionales de Comprobación
de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio al Suicidio, las
cuales se encargarán de verificar que las solicitudes que se han hecho
efectivas, hayan seguido el procedimiento anteriormente establecido.
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RlaVterminación de la vida a
que ellas juzgarán si el médico que ha realizado
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E ha actuado conforme a los
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petición del paciente o el auxilio
al
suicidio,
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requisitos de cuidado
ER referidos en el artículo 2; además, podrán solicitar al
D
médico que complemente su informe por escrito u oralmente, siempre y cuando
Entre las obligaciones que deben cumplir las Comisiones, tenemos
esta medida se considere necesaria para juzgar convenientemente la actuación
del médico. Igualmente, las Comisiones podrán pedir información al médico
forense, al asesor o a los asistentes pertinentes, en caso de ser necesario para
poder juzgar adecuadamente la actuación del médico.
Cada Comisión está compuesta por un número impar de miembros, de los
cuales al menos uno deberá ser abogado, quien a la vez será presidente, un
médico y un experto en cuestiones éticas o en problemas de aplicación de las
normas al caso concreto. También formarán parte de la Comisión los suplentes
de cada una de las personas antes mencionadas. Los miembros de dicha
Comisión serán nombrados por los ministros del país por un periodo de 6 años.
De igual forma, los ministros deben nombrar un secretario y uno o varios
secretarios suplentes, quien tendrá un voto consultivo en las reuniones de la
Comisión y sólo debe rendir cuentas de su trabajo ante dicha Comisión. El
presidente, miembros y suplentes de las Comisiones pueden solicitar su
92
renuncia a los ministros, y los ministros pueden despedir a los integrantes de
las Comisiones por razón de ineptitud o incapacidad o por cualquier otra razón
bien fundada.
En cuanto a las remuneraciones, el presidente, los miembros y los
suplentes recibirán dietas y el reembolso de los gastos de viaje y alojamiento,
conforme al actual baremo oficial; lo anterior es válido en la medida en que no
se conceda por otro concepto una remuneración del Tesoro Público por
concepto de los gastos citados.
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RV comunicará al médico
Una vez realizadas las deliberaciones, la Comisión
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por escrito su dictamen motivado,
dentro
del plazo de seis semanas contadas a
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EdelCinforme que éste debe entregar. Dicho plazo puede
partir de la recepción
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ser prolongado una sola vez por un máximo de seis semanas y debe ser
comunicado al médico; entonces la Comisión tendrá competencia para dar una
explicación oral al médico sobre su dictamen. Esta explicación oral podrá
realizarse a petición de la Comisión o a petición del medico. La Comisión
también debe comunicar de su decisión a la Fiscalía General del Estado y al
inspector regional para la asistencia sanitaria, en el caso de que, en opinión de
la Comisión, el médico no haya actuado conforme a los requisitos o que se
produzca una situación como la recogida en el artículo 12, última frase de la
Ley Reguladora de los Funerales (que dice así: en caso de que el fiscal, en los
casos referidos en el artículo 7, párrafo segundo, considere que no puede
proceder a expedir una certificación de no objeción al entierro o a la
incineración, se lo comunicará inmediatamente al forense municipal y a la
comisión regional de comprobación a la que se refiere el artículo 3 de la Ley de
comprobación de la terminación de la vida a petición propia y de auxilio al
suicidio.)
y debe facilitar a la Fiscalía toda información que solicite y se
considere necesaria para juzgar la actuación del médico o para una
investigación criminal, todo esto debe ser informado al médico.
93
La Comisión está encargada de llevar un registro de los casos de
terminación de la vida a petición propia o de auxilio al suicidio que se hayan
notificado y sometidos a su juicio. Luego de las deliberaciones, se hará un
dictamen que se aprobará por mayoría simple de votos y que sólo será valido si
todos los miembros de la Comisión toman parte en la votación. Se debe
mantener la confidencialidad de los datos a los que dispongan los miembros y
sus suplentes, salvo que alguna disposición legal les obligue a comunicarlo o
que su tarea haga necesaria la realización de un comunicado.
La Ley establece que una vez al año, antes del 1 de abril, las Comisiones
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deberán presentar ante los ministros un informe común del trabajo realizado en
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el pasado año natural. En el informe del trabajo realizado se hará mención al
número de casos notificados de terminación de la vida a petición propia y de
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la naturalezaD
de estos casos; los dictámenes y las consideraciones acerca de
auxilio al suicidio y sobre los cuales la Comisión hubiese emitido un dictamen;
los mismos.
Una vez analizados los anteriores elementos, se observa que la legislación
de los Países Bajos tiene muy en cuenta el principio de autodeterminación de
las personas, puesto que permite a los ciudadanos comprendidos en las
edades permitidas ejercer su voluntad y libre desenvolvimiento, permitiéndoles
decidir si desean o no continuar viviendo una vida que algunos no
considerarían digna o morir dignamente y sin más sufrimientos tanto para ellos
como para sus familiares.
En cuanto al derecho a la Vida, la Constitución de los Países Bajos, así
como los tratados suscritos por sus gobiernos, admiten y protegen el derecho a
la vida; pero a diferencia de otros países, no exigen que este derecho sea
94
protegido a costa de la dignidad humana de sus ciudadanos; al contrario, les
permite elegir entre el derecho a la vida y el derecho a una muerte digna.
Ahora bien, la legislación española ofrece un punto de vista completamente
opuesto al de los Países Bajos, puesto que en España el derecho a una muerte
digna no es aceptado como tal, sino como un delito tipificado en el Código
Penal en el artículo 143, y es castigado con cárcel.
En los últimos años, el derecho a una muerte digna ha creado un revuelo en
el territorio español, puesto que se sabe de personas que han intentado ejercer
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su derecho a una muerte digna de manera legitima, llegando a solicitar su
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muerte a instancias superiores como el Tribunal Constitucional español. Tal es
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el caso de Ramón Sampedro, quien años después de quedar parapléjico
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el cual es denegado
DE en repetidas ocasiones. Sin embargo, esto no impidió que
solicita ante los tribunales respectivos ejercer su derecho a una muerte digna,
Sampedro, con ayuda de Ramona Maneiro, lograra alcanzar su meta que era
morir con dignidad. por medio de una dosis de cianuro que le fue facilitado por
la señora Maneiro, hecho que fue grabado y posteriormente enviado a los
tribunales españoles para que los magistrados observaran que Sampedro no
necesitó la aprobación de los tribunales para ejercer su derecho.
También cabe mencionar el caso Leganés, según el cual en un hospital
madrileño se reportaron las muertes de una cantidad alarmante de ancianos,
de forma casi sucesiva. En las investigaciones se encontró que los médicos del
Hospital mencionado estaban inyectando a los pacientes de avanzada edad
altas dosis de calmantes, a tal punto que les provocaron la muerte, por la gran
cantidad de químicos que destruyeron sus sistemas inmunológicos. Hasta la
fecha, este caso no ha sido resuelto por los tribunales españoles.
95
Sin embargo, se encuentra una disyuntiva en la legislación española, ya que
si bien el derecho a una muerte digna no es aceptado por esta legislación, el
Código de Deontología Médica española admite que se le pueden suministrar
gran cantidad de sustancias analgésicas que reduzcan el dolor insoportable de
un paciente terminal, aún a costa de la reducción de su tiempo de vida.
También se encuentra otra disyuntiva en la legislación española al admitir el
testamento vital, gracias al cual un ciudadano español establece a qué medios
extraordinarios desea ser sometido en caso de sufrir un accidente o
enfermedad grave que lo deje sin posibilidad de expresarse antes de morir.
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Según esta legislación, la persona que desea hacer un testamento vital
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para validar D
el documento,
el cual debe ser autenticado o registrado y debe
debe seguir los requisitos establecidos por la ley especial de su departamento
contener la firma de dos testigos. Según organizaciones pro-derecho a una
muerte digna en España, se recomienda dejar una copia a uno de estos
testigos para que, en el caso de que los familiares o médicos del paciente no
cumplan con su voluntad, el testigo pueda presentar el testamento vital y hacer
valer la voluntad del paciente terminal.
Como se había mencionado con anterioridad, la legislación española
repudia el derecho a una muerte digna. De hecho, desde el año 1995 cuando
entra en vigencia el nuevo Código Penal español, en el artículo 143 se
establece como delito la eutanasia, dándole el nombre de inducción o auxilio al
suicidio, estableciendo diferencias entre ellos y las diferentes penas por la
práctica del denominado delito.
Esta legislación muestra que, a pesar de proteger el derecho al libre
desenvolvimiento, viola el principio de la autodeterminación al no permitir a un
96
ciudadano español terminar con su vida si éste considera que su vida no es
digna. Pero se debe resaltar nuevamente que la legislación se contradice
puesto que, aunque no admite en su legislación el derecho a una muerte digna,
si permite que sus ciudadanos utilicen el testamento vital, permitiéndoles así
prever que, en caso de sufrir un accidente o enfermedad mortal, les impida
expresar su decisión acerca de los medios extraordinarios que desean para ser
sometidos.
España, por su parte, al igual que la mayoría de los países en el mundo,
tiene un carácter paternalista con sus ciudadanos, por lo que exige que el
S
derecho a la vida sea protegido a toda costa. Si bien es cierto que sin la vida no
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se pueden ejercer los demás derechos, también es cierto que sin calidad de
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vida, la misma no puede ser disfrutada y, por lo tanto, no pueden ser ejercidos
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los derechos que ella provee.
En cuanto al objetivo Realizar la comparación de los fundamentos de las
legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una muerte
digna y su posible aceptación en la legislación venezolana, se obtiene que:
Países Bajos
España
Este derecho es aceptado El derecho a una muerte
desde el 1ro de abril del digna no es reconocido, de
año
2002,
introdujo
cuando
la
Ley
se hecho el artículo 143 del
de Código Penal español lo
de tipifica como un delito.
comprobación
terminación de la vida a
petición propia y del auxilio
DERECHO A LA
al suicidio, según la cual un
VIDA VS
paciente
DERECHO A
cumpla con los requisitos
terminal
97
que
UNA MUERTE
establecidos por la Ley,
DIGNA
puede solicitar su derecho
a una muerte digna.
La
Ley
acepta
legítimas
escritas
las
y
como
directivas
orales
para Si bien la legislación no
solicitar la eutanasia. Por admite el derecho a una
esto, el médico que asiste muerte digna, sí admite que
al
paciente
terminal sea utilizado el testamento
S
considera válida una orden vital, gracias al cual un
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escrita u oral, cuando el ciudadano español puede
paciente
SE dejar las indicaciones
pueda
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OS
no
CH
E
R
DE de su enfermedad. La Ley
expresarlo por lo avanzado necesarias sobre los
medios extraordinarios que
establece cláusulas según desea o no ser sometido,
las
cuales
puede
el
paciente en caso de sufrir un
indicar
anterioridad
con accidente o enfermedad
que
desea que le impida expresar sus
terminar su vida si se deseos.
encuentra experimentando
sufrimientos insoportables,
sin posibilidad de mejoras
DERECHO A LA
en
circunstancias
donde
VIDA VS
sea incapaz de expresar
DERECHO A
sus deseos por sí mismo.
UNA MUERTE
DIGNA
En los Países Bajos se
permite a los pacientes
menores de edad (12 a 18
años) solicitar el derecho a
98
una muerte digna. El doctor
puede
acceder
a
su En España no es permitido
petición si considera que el que un paciente menor o
paciente ha realizado una mayor de edad solicite a un
profunda reflexión sobre su médico el ejercicio del
decisión
y
tiene
la derecho a una muerte
aprobación de aquella(s) digna, sin embargo es
persona(s) que ejerzan su permitido que los
patria potestad o guarda y ciudadanos españoles
custodia.
mayores de edad utilicen el
También
permite
la testamento vital, esto crea
S
utilización del living will o una disyuntiva en la
testamento
vital
de
DO
A
V
R
un legislación, ya que gracias
E
ES
R
S
O
paciente menor de edad al testamento vital se está
CH
E
R
DE enfermedad
que, por lo avanzado de su ejerciendo de cierta forma
no
pueda el derecho a una muerte
expresarse por sí mismo, si digna de una forma legítima
el
médico
tratante y no contraria a la Ley.
considera que la decisión
del
paciente
fue
reflexionada
profundamente y que era
consciente
DERECHO A LA
de
lo
que
estaba solicitando.
VIDA VS
DERECHO A
UNA MUERTE
En los Países Bajos se
DIGNA
protege el derecho a la
vida, así lo establece su
constitución y los tratados
firmados por el Estado.
España, protege el derecho
a la vida de sus ciudadanos
99
y lo expresa
tanto en su
legislación interna como en
los convenios o tratados
firmados
por
el
Estado
Aunque el derecho a la español a lo largo de los
muerte digna es aceptado años.
por
su
legislación,
la
eutanasia sigue tipificada
como delito en los artículos En España la eutanasia
293 y 294 del Código está tipificada como delito
Penal, pero los doctores no en
serán
llevados
el
artículo
OS
según
D
A
RV
a
SE tipificación
requisitos
E
R
OS
los
CH
E
R
DE cual será decidido por las
establecidos por la Ley, lo otorgue.
Comisiones regionales de
comprobación
de
la
terminación de la vida a
petición
propia
y
del
auxilio al suicidio. Si la
Comisión
DERECHO A LA
correspondiente
VIDA VS
concluye
DERECHO A
procedimiento
UNA MUERTE
seguido por el médico
DIGNA
tratante,
que
no
ésta
el
fue
debe
informar a la Fiscalía y a
Sanidad,
del
juicio Código Penal y se paga con
siempre y cuando cumplan cárcel,
con
143
quienes
tomaran medidas contra
los médicos, enfermeras
y demás personas que
hubieran violado la ley, al
100
que
sea
la
se
le
no
cumplir
con
las
normas establecidas.
Fuente: Andrade y Huérfano (2009)
Una vez analizada la legislación venezolana, se denota que tiene
similitudes con la legislación de los Países Bajos y de España, ya que las tres
legislaciones tienen como delito el derecho a una muerte digna. A diferencia de
los otros países comparados, en los Países Bajos se admite el derecho a una
muerte digna, sin dejar de establecer en su legislación los casos en los que
este derecho se convierte en delito; es decir, cuando no se cumple lo
establecido en la Ley especial, sobre los casos que pueden aceptar o rechazar
OS
D
A
V si así lo consideran
Rjuzgado
el médico y en el caso de que éste no cumpla,E
ser
S
E
R
S
las Comisiones.
HO
C
E
DER
la petición de un paciente terminal, estableciendo el procedimiento a seguir por
También se obtiene que las tres legislaciones protegen celosamente el
derecho a la vida y así lo demuestran en sus normas internas y en los tratados
o convenios firmados por los Estados respectivos. Se debe resaltar que para
Venezuela no sólo es importante el derecho a la vida, sino el derecho a una
vida digna, que es la base fundamental del derecho a morir con dignidad, Sin
embargo, aunque no acepta el derecho a morir con dignidad, se encuentra una
contradicción en la legislación venezolana, ya que según el Código de
Deontología Médica, se le permite a los médicos administrar grandes
cantidades de analgésicos a los pacientes terminales, aunque esto reduzca el
periodo
de
vida
que
les
resta.
Se
demuestra
así
que,
aunque
inconscientemente el legislador acepta el derecho a morir con dignidad y está
en vía de aceptarlo abiertamente, gracias a personas como el Dr. Fontivero y
sus colaboradores, quienes crearon el proyecto de reforma del Código Penal,
en el cual se deja de ver como delito el derecho a morir con dignidad, sigue
estableciendo penas para aquellos que lo practiquen, desvirtuado el verdadero
significado del Derecho a Morir con Dignidad. También está Aguiar-Gorrondona
101
importante jurista y presidente-fundador de AV-DMD, gracias a la cual más
personas pueden conocer en realidad el derecho a morir con dignidad, cómo
debe ser usado y en qué forma otros países lo aplican. Cabe resaltar que se
piensa que el venezolano no aceptaría el derecho a morir con dignidad, pero
para Aguiar-Gorrondona las estadísticas demuestran lo contrario, ya que un
número cada vez más grande de personas ha admitido estar de acuerdo con
no prolongar el sufrimiento de pacientes terminales.
Así pues, una vez analizada a profundidad las legislaciones, doctrina y
jurisprudencia, los investigadores sostienen que el derecho a morir con
dignidad puede ser aceptado en la legislación venezolana, previa modificación
S
de cierta parte de su legislación, que se explicará a continuación:
DO
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V
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ES
R
S
O
1. Se debe modificar el Código Penal venezolano, el cual debe aceptar el
H
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abusen de él.DER
derecho a morir con dignidad, sin dejar de establecer penas para aquéllos que
2. Se debe crear una ley especial que regule a profundidad el derecho a morir
con dignidad, tomando como base la de los Países Bajos.
3. Tipificar como válido el testamento vital, para que los ciudadanos
venezolanos puedan dejar especificaciones sobre los medios extraordinarios a
los que desean o no ser sometidos.
Se ve así la importancia de los elementos presentes en la legislación de los
Países Bajos acerca del tema estudiado. Sin embargo, hay cierto punto en esa
ley que no puede ser aplicado en Venezuela: el Derecho a morir con dignidad
accesible para los menores. A juicio de los investigadores, dada la idiosincracia
del venezolano, seria impensable que un padre venezolano acceda a practicar
el derecho a morir con dignidad en su hijo, mucho menos dar su autorización
para ello. Analizando con mayor profundidad, los investigadores dudan que un
menor pueda tomar una decisión como ésta de manera adecuada. Para los
investigadores, un niño no está capacitado emocional o psicológicamente para
102
enfrentarse a este tipo de decisión y en una situación de desespero puede
tomar una decisión no adecuada para su nivel de madurez.
Sin embargo, los investigadores consideran de la mayor importancia, para la
correcta aplicación del derecho a morir con dignidad, que debe haber un
cambio mayor por parte del gobierno nacional, pues el sistema venezolano de
salud pública está en condiciones deplorables y una de las principales razones
por las que el derecho a morir con dignidad puede ser aplicado eficazmente en
los Países Bajos es gracias a que en aquel país el sistema de salud pública
funciona, otorgando así a todos sus ciudadanos, sin importar su condición
S
económica, acceder a un sistema de salud adecuado, donde todos los
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exámenes, medicinas y asistencia médica son proporcionados de forma
E
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correcta y sin límites, dando como resultado que un menor número de
CH
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R
pueden ser salvadas
DE gracias a tratamientos aplicados a tiempo y de manera
personas solicitan el derecho a morir con dignidad, ya que muchas de ellas
correcta.
103
Conclusiones
Respecto al primer objetivo de la investigación, consistente en analizar los
fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y España sobre el
derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación
venezolana, se puede afirmar, en primer lugar, que las legislaciones de estos
dos países poseen una gran diferencia, puesto que una acepta el derecho a
una muerte digna y la otra no.
En este contexto, se demuestra que la legislación española comienza a
aceptar sigilosamente el derecho a una muerte digna con la introducción del
S
testamento vital a su legislación en todas sus regiones, que permiten la
DO
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R
aplicación de este documento para que los ciudadanos españoles establezcan
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de antemano a cuáles medios extraordinarios desean ser sometidos en caso
CH
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R
Emuerte digna no está regulado, sus ciudadanos luchan para
el derecho a D
una
de un accidente o enfermedad grave. También se demuestra que aun cuando
que sea establecido como un derecho dentro de su legislación. Si bien el caso
San Pedro nunca podrá ser considerado -en opinión de los investigadorescomo referencia de un derecho a la muerte digna, puesto que este personaje
padecía una condición y no enfermedad terminal, sí acepta que gracias al
deseo de este hombre de morir con dignidad, dio como resultado que el pueblo
español se interesara más por conocer en qué consiste este controversial
derecho y bajo qué conceptos puede ser practicado.
En los Países Bajos, por su parte, se encuentra un gran avance en lo
referente al tema estudiado, siendo éste uno de los primeros países en regular
dentro de su legislación este derecho. Se demuestra que la legislación
establecida en este país es extremadamente completa, puesto que no sólo
regula en qué casos puede utilizarse este derecho y el procedimiento que debe
seguir el médico para aceptar la petición de su paciente, sino que también crea
comisiones que velan por el uso adecuado de este derecho tan controvertido y
se establecen las penas para aquéllos que abusen de él.
104
Respecto al segundo objetivo de la investigación, que consiste en realizar la
comparación de los fundamentos de la legislación de los Países Bajos y de
España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la
legislación venezolana, se concluye que tanto en España como en los Países
Bajos la única similitud que se evidencia claramente es que en ambas
legislaciones está tipificada la eutanasia como un delito establecido en sus
leyes penales, castigado con pena de prisión en ambos casos, evidenciando la
protección del derecho a la vida; mientras que su principal diferencia es la no
aceptación del derecho a una muerte digna en la legislación española, contra la
legislación de los Países Bajos que se encuentra regulada y desde hace años
en vigente aplicación.
S
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R
Con respecto a Venezuela, también se encuentran diferencias con estas
E
ES
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O
dos legislaciones, sobre todo con la legislación de los Países Bajos que regula
CH
E
R
E
española, seD
establecen
más similitudes con respecto al tema estudiado, las
de forma muy amplia la aplicación de este derecho. Sobre la legislación
cuales se encuentran principalmente en la no aceptación del derecho a una
muerte digna, y que también en Venezuela la eutanasia está tipificada como
delito en su Código Penal, llamado al igual que en España inducción o ayuda al
suicidio y que también establece pena de prisión.
Por todo lo expuesto en los objetivos anteriores, los investigadores
concluyen que, en lo referente a Venezuela, se puede crear una legislación en
la que se apruebe el derecho a una muerte digna, pero debe hacerse
lentamente, ya que si bien una gran parte de la población venezolana ha
afirmado que acepta este derecho, según encuestas realizadas por la
Asociación Venezolana Derecho a Morir con Dignidad, sería contraproducente
crear una legislación que regule todo sin dar tiempo a la población para
procesar en qué consiste este derecho y bajo qué conceptos puede ser
utilizado. Asimismo, se deben hacer varios cambios a la legislación venezolana
actual que permitan que este derecho sea legal, puesto que con la legislación
vigente es imposible.
105
Los investigadores llegan a esta conclusión al notar que la legislación
venezolana ha cambiado sigilosamente con el paso de los años, demostrando
que el legislador ha expresado su deseo de introducir el derecho a una muerte
digna en la legislación cuando establece en la Constitución bases
fundamentales para este debatido derecho, como son el principio de la
autodeterminación, además del derecho a la vida y a una vida digna. Del
mismo modo, con la modificación del Código de Deontológica Medica del año
2004, el cual establece que se pueden usar cantidades superiores a las
normales de analgésicos a pacientes terminales, el legislador afirma que no es
sólo importante que los ciudadanos venezolanos vivan con dignidad sino que
también mueran con dignidad, evitando un fin doloroso y trágico para un
paciente que no tiene esperanza de vida alguna.
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S
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R
Los investigadores también notan que para que este derecho pueda ser
CH
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R
Venezuela, puesto
DE que de nada vale tener derecho a una muerte digna, según
aplicado realmente se debe modificar el sistema de salud pública en
el cual no se va a hacer uso de éste sino como último recurso, si los pacientes
que padezcan enfermedades graves no pueden ser tratados de la mejor
manera, otorgándoseles el mayor de los cuidados para así minimizar el uso de
este derecho. Por eso, si se puede llegar a aceptar el derecho a una muerte
digna en Venezuela, lo más importante no sería poder establecer en alguna ley
su aplicación, sino establecer o crear una regulación completa sobre este
derecho que especifique de forma clara y completa, los términos y supuestos
sobre los cuales pudiera llegar a aplicarse este derecho sobre algún ciudadano
venezolano.
106
RECOMENDACIONES
De acuerdo a los resultados arrojados por los objetivos específicos se
obtiene como recomendaciones que para que el Derecho a Morir con Dignidad
pueda ser aceptado en la legislación venezolana, tomando parte de una o
ambas legislaciones, para así lograr un mayor alcance de este derecho en la
legislación venezolana, son necesarias el cumplimiento de las siguientes
recomendaciones:
1. Modificación del Código Penal venezolano en el cual se a discriminado el
suicidio asistido, según lo establecido en el proyecto de reforma del Código
S
Penal del 2004 creado por el Dr. Angulo Fontiveros u otro proyecto, esto es
DO
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V
R
necesario ya que de lo contrario si un medico accede a la solicitud de un
E
ES
R
S
O
paciente de terminar con su vida cuando este ha cumplido con los requisito de
CH
E
R
acotarse queD
laE
inducción al suicidio debe seguir siendo considerada como
ley seria juzgado por la contradicción existente en la legislación, pero debe
delito, así como aquellas practicas de este derecho que no se hagan conforme
a la ley.
2. Crear ley que regule el Derecho a Morir con Dignidad en Venezuela, como la
establecida en los Países Bajos, en la cual se establezcan los requisitos que
permitirían a un ciudadano venezolano y solo a un ciudadano venezolano
ejercer su Derecho a Morir con Dignidad en territorio nacional; el procedimiento
que debe seguir el médico al que se le solicita el Derecho a Morir con Dignidad
para determinar si el paciente en realidad esta dentro de la categoría que lo
hace candidato para la terminación de su vida, cual es el procedimiento luego
de haber aplicado el Derecho a Morir con Dignidad para determinar si el doctor
cumplió con los requisitos de ley para que el paciente ejerza su derecho a
morir con dignidad; modos en los que el paciente pueda expresar su deseo de
morir con dignidad, bien sea de forma oral o escrita mediante un living will o
testamento vital en el cual se establezca a que medios extraordinarios desea
ser sometido o no en caso de sufrir un accidente grave o enfermedad que
107
ponga su vida en grave riesgo sin la utilización de máquinas que le mantengan
con vida
3. Creación de una ley que regule el Living Will o Testamento Vital, es decir
una ley que establezca los requisitos que debe cumplir el testamento vital para
que sea válido en el territorio nacional, ante quien debe ser presentado para
registrarlo o autenticarlo, cuantos testigos deben firmarlo, si el Living Will tendrá
un vencimiento posterior al cual se debe crear uno nuevo, entre otros.
4. Crear una base de datos nacional a la que puedan acceder todos los
hospitales o clínicas de la nación en el cual se muestre a aquellas personas
S
que tienen un Living Will para así evitar que por desconocimiento se viole el
Derecho a Morir con Dignidad de los ciudadanos.
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E
R
Eejercicio del derecho a morir con dignidad, es decir, que estas
controladoresD
del
5. Creación de Comisiones como la de los Países Bajos que sirvan como
Comisiones revisen cada uno de los casos en los que se haya ejercido el
Derecho a Morir con Dignidad para así constatar que el paciente cumplió con
los requisitos de ley y que el médico siguió el procedimiento establecido,
agotando hasta la última posibilidad de esperanza de vida antes de cumplir con
la voluntad del paciente.
108
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