UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO H EC R E D E ES R S O S DO A V R ESTUDIO SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE LA LEGISLACIÓN DE LOS PAISES BAJOS Y DE ESPAÑA SOBRE EL DERECHO A UNA MUERTE DIGNA Y SU POSIBLE ACEPTACIÓN EN LA LEGISLACIÓN DE VENEZUELA Trabajo Especial de Grado para optar al Título de Abogado, Realizado por: Andrade Martínez, Rafael Alejandro V- 18.218.034 Huérfano Pérez, Esvy Rosmary V- 18.790.778 Tutor Académico: Dra. Innes Faria Villareal Maracaibo, Diciembre 2009 E ES R S O S DO A V R CH E R E ESTUDIO D SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE LA LEGISLACIÓN DE LOS PAISES BAJOS Y DE ESPAÑA SOBRE EL DERECHO A UNA MUERTE DIGNA Y SU POSIBLE ACEPTACIÓN EN LA LEGISLACIÓN DE VENEZUELA AGRADECIMIENTOS Esta tesis, si bien ha requerido de esfuerzo y mucha dedicación por parte de sus autores, no hubiese sido posible sin la desinteresada cooperación de las personas que han servido de gran apoyo en la difícil tarea de estudiar el Derecho a Morir con Dignidad de forma objetiva, personas a las cuales, en agradecimiento nombramos a continuación. Primero que nada, damos gracias a Díos, por estar con nosotros a cada paso que damos, por iluminar nuestras mentes y por haber puesto en nuestro camino a aquellas personas que han sido nuestro soporte y compañía durante todo el periodo de estudio. Hoy y siempre a nuestros padres por su amor y apoyo a lo largo de esta travesía, porque sin su esfuerzo nuestros estudio no hubiesen sido posibles. S DO A V R A nuestros hermanos, porque desde el primer momento nos brindaron su apoyo y cariño sin ningún interés. E ES R S O A nuestros abuelos, por enseñarnos que todos merecen morir con dignidad y que la muerte es sólo el comienzo de la eteridad. CH E R E Faria, por su paciencia y perseverancia a lo largo de la DInnes A la Profesora investigación. A Daniela Villalobos, por su apoyo incondicional y la colaboración brindada durante toda la tesis. A la profesora Jazmín Marcano y al profesor Humberto Ortiz, por su guía en este difícil tema y por los ánimos que nos dieron. Al cuerpo docente de la Universidad Rafael Urdaneta, por habernos enseñado que el derecho es mas que simples leyes. Y en general queremos agradecer a todas y cada una de las personas que han vivido con nosotros la realización de esta tesis, con sus altos y bajos y que no necesitamos nombrar porque tanto ellos como nosotros sabemos que desde lo más profundo de nuestros corazones les agradecemos habernos brindado todo el apoyo, colaboración, ánimo y sobres todo cariño y amistad. H EC R E D E ES R S O S DO A V R Con todo nuestro amor y cariño, para todos los que hicieron esto posible. Esvy y Rafael. HOJA DE EVALUACIÓN Este Jurado aprueba el Trabajo Especial de Grado Titulado: “Estudio Sobre Los Fundamentos de La Legislación De Los Países Bajos Y De España Sobre El Derecho A Una Muerte Digna Y Su Posible Aceptación En La Legislación De Venezuela”, que el Bachiller Andrade Martínez, Rafael Alejandro, presentó para optar al Título de Abogado. _____________________ S DO A V R E Dra. Innes Faria Villareal Tutor H ES R S O EC R E D ____________________ ____________________ Jurado Jurado ____________________ ____________________ Dra. Tania Mendez de Aleman Directora de la Escuela de Derecho. Econ. Alfredo León Decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Administrativas y Sociales. Maracaibo, enero de 2010 HOJA DE EVALUACIÓN Este Jurado aprueba el Trabajo Especial de Grado Titulado: “Estudio Sobre Los Fundamentos De La Legislación De Los Países Bajos Y De España Sobre El Derecho A Una Muerte Digna Y Su Posible Aceptación En La Legislación De Venezuela”, que la Bachiller Huérfano Pérez, Esvy Rosmary, presentó para optar al Título de Abogada. _____________________ S DO A V R E Dra. Innes Faria Villareal Tutor H ES R S O EC R E D ____________________ ____________________ Jurado Jurado ____________________ ____________________ Dra. Tania Mendez de Aleman Econ. Alfredo León Directora de la Escuela de Derecho. Decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Administrativas y Sociales. Maracaibo, enero de 2010 RESUMEN Andrade Martínez Rafael Alejandro y Huérfano Pérez Esvy Rosmary. Trabajo Especial de Grado para optar al Título de Abogado. Estudio sobre la Legislación de los Países Bajos y España sobre el Derecho a una Muerte Digna y su Posible Aceptación en la Legislación Venezolana. Universidad Rafael Urdaneta. Facultad de Ciencias Políticas Administrativas y Sociales. Escuela de Derecho. Maracaibo, diciembre 2009. El derecho a una muerte digna ha sido aceptado o rechazado a lo largo de los años por las distintas legislaciones de los países en el mundo, en el caso concreto se tienen a dos legislaciones en su mayoría distintas puesto que una acepta este derecho y la otra no. Esta investigación tiene como objetivo el estudio comparativo de las legislaciones de los Países Bajos y España y su posible aceptación en la legislación venezolana, para ello se estudió y comparó ambas legislaciones para posteriormente determinar si este derecho puede o no ser aceptado en Venezuela. Para ello se utilizó el tipo de investigación descriptivo, gracias al cual se llegó a la conclusión de que el derecho a morir con dignidad puede ser aceptado en Venezuela posterior modificación de parte de su legislación. Para ello se recomendó la modificación del Código Penal y la creación de leyes que regulen este derecho. Esta investigación también pretende establecer lineamientos por los cuales podrían seguir los legisladores para la posible creación de tan necesitada ley. H EC R E D E ES R S O S DO A V R Palabras Clave: derecho a una muerte digna, fundamentos, aceptación, delito, creación, lineamientos. autodeterminación, INDICE GENERAL Pág. Agradecimiento…………………………………………………………………..……iii Dedicatoria……………………………………………………………………………..iv Pagina de Evaluación…………………………………………………………………v Resumen………………………………………………...…………………………….vii Índice General………………………………………………………………………..viii Introducción…………………………………………………………….……………..11 OS D A RV Planteamiento del Problema………………………………………………………..14 E S E R S Formulación del Problema…………………………………………………………..19 HO C E DER Objetivos………………………………………………………………………………19 Capitulo I. El Problema………………………………………………………………13 Objetivo General…………………………………………………………………...19 Objetivos Específicos……………………………………………………………...19 Justificación…………………………………………………………………….……..20 Delimitación…………………………………………………………………….……..22 Capitulo II. Marco Teórico……………………………………………….…………..24 Antecedentes………………………………………………………….……………...25 Bases Teóricas……………………………………………………………….………26 La Vida y la Muerte……………………………………………………….……….26 La Vida y la Muerte en la Religión………………………………………………27 Principio de la Autodeterminación…………….………………………………...32 Derecho a la Vida…………………………………………………………………34 Derecho a una Muerte Digna……………………………………………………38 Derecho a una Muerte Digna en España………………………………….……44 Marco Penal del Derecho a una Muerte Digna en España………………..44 Regulación de la Deontología Medica en el estado español………….......47 Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) o Testamento Vital………48 Jurisprudencia Española sobre el Derecho a una Muerte Digna.………..51 Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985 del 11 de Abril………….52 Sentencia del Tribunal Constitucional 120/1990 del 27 de Julio………..53 Sentencia del Tribunal Constitucional en Relación con el Caso de Ramón Sanpedro (Atc. 931/1994, del 18 de Julio)……………………….53 OS D A Mar Adentro…………………………………………………………………...55 RV E S RE La Sedación paliativa enO el S Servicio de Urgencia del Hospital Severo H C(Madrid)………………………………………………..55 Ochoa De Leganes E R DE El derecho a una Muerte Digna (Casos en España)……………………….55 Derecho a una Muerte Digna en los Países Bajos…………………………….61 Ley de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio al Suicidio…………………………………………………………………….62 Jurisprudencia de los Países Bajos………….…………………………….…68 Decisión de la Corte Penal, Leeuwarden. Caso Postman. 1973………..69 Corte Penal y Corte Suprema, Alkamaar. 1983/1984……………………70 Corte Penal, Assen y Corte Suprema, Leeuwarden. Caso Chabot. 1993/1994……………………………………………………………………..70 Corte Penal, Leeuwarden.1997………….…………………………….…..71 Derecho a la Muerte en Venezuela……………………………………………..72 Marco Constitucional Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna en Venezuela..........................................................................................................72 Marco Penal Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna en Venezuela. Inducción o Ayuda al Suicidios vs. Muerte por Piedad...…….…..74 Regulación de la Deontología Médica en Venezuela……………………..78 Mapa de Categorías………………………………...……………………………….80 Capitulo III. Marco Metodológica…………………………………………………..81 Tipo de Investigación………………………………………………………….....82 Diseño de Investigación…………………………………………………………83 Fuentes Iniciales…………………………………………………………………84 Técnica de Recolección de Datos…………………………………………......85 Instrumentos de Recolección de Datos……………………………………….86 Técnica de Análisis de Datos…………………………………………………..87 Capitulo IV. Resultados de la Investigación…………………………………….…89 Conclusión………………………………………...………………………………...104 Recomendaciones………………………………………………………………….107 Bibliografía……………………………………………….………………………….109 H EC R E D E ES R S O S DO A V R INTRODUCCIÓN Con el pasar de los años, el derecho a una muerte digna se ha convertido en un tema de mucho conflicto por parte de las sociedades mundiales. Éste es un tema muy debatido por parte de los estudiosos de la bioética, de los derechos humanos, filósofos y religiosos, generando diferentes perspectivas en los diferentes ámbitos de estudio. En áreas del derecho como son los Derechos Humanos, Penal, Constitucional, Civil y Comparado, es de vital importancia el estudio del derecho a una muerte digna o Eutanasia, como es llamada también por otros sectores que se dedican a estudiar este procedimiento. Por un lado, existen aquéllos que consideran el derecho a una muerte digna S DO A V R como un delito e incluso un pecado, ya que según ellos se está atentando E ES R S O contra lo más sagrado que el ser humano posee: su vida; y por otro lado se encuentran quienes apoyan este razonamiento, argumentando que con ello CH E R E gran parte deD los derechos fundamentales, es decir, de los Derechos Humanos, están ejerciendo al máximo algunos de sus derechos, los cuales derivan en siendo éstos: el derecho a la vida, al libre desarrollo de la personalidad y a la autodeterminación. Es así cómo en algunos países, entre los cuales se encuentra Venezuela, no se ha desarrollado un abundante estudio de este derecho, pues por implicaciones morales, sociales y religiosas no existe hasta este día una legislación sobre este controvertido tema, que permita a todas las personas que deseen hacer valer lo que se considera como un derecho en una situación de necesidad, en la cual un enfermo terminal pueda decidir si es lo mejor para él, poder morir con dignidad o tener una muerte penosa o indigna según su convicción. Se dice que la decisión de optar por una muerte digna es propia de cada persona, bajo el convencimiento de que al tomar responsabilidad sobre la propia vida, se toma también la responsabilidad sobre la propia muerte, consolidando así la autonomía personal, toda vez que ésta le permite a la persona tomar una decisión y ser responsable por las consecuencias, dependiendo exclusivamente del sentido de moral y de ética propios de esa persona. Resumiendo, si se acepta que morir es el cierre con que una persona finaliza su vida tal y como decidió vivirla, se considera entonces que cada persona debería controlar ese hecho siempre dentro de sus posibilidades. Dicho de otro modo, cada persona debe tener el derecho a determinar y controlar las circunstancias de su muerte, de la misma manera que tienen el derecho a determinar y controlar los momentos de su vida. Por lo antes expuesto, se establece como objetivo del presente trabajo de OS D A V futuras investigaciones; Rpara religiosos y que pretende aportar y servir de base E S E de los Países Bajos y de España R estudiar los fundamentos de las legislaciones S CHOdigna y su posible aceptación en la legislación Emuerte sobre el derechoEaR una D venezolana. investigación; dirigido a estudiosos del derecho, de la bioética, filósofos y Para lograr el objetivo propuesto se aplicó el método y el trabajo se estructuró en IV Capítulos ordenados del modo siguiente: el Capítulo I trata lo atinente al Planteamiento del Problema, la importancia de su estudio, delimitación y objetivos trazados. El Capítulo II expone los fundamentos teóricos del estudio, con la presentación de los antecedentes y bases teóricas y legales. El Capítulo III explica el tipo y diseño metodológicamente empleado. Finalmente, el Capítulo IV trata lo relativo al cumplimiento de los objetivos del estudio y logro de los resultados discutidos, conforme a la doctrina y la legislación de los Países Bajos, España y Venezuela y sobre cuya base los investigadores elaboran las conclusiones y recomendaciones respectivas. H EC R E D E ES R S O S DO A V R CAPÍTULO I. EL PROBLEMA La muerte solo es triste para aquellos que no han pensado en ella Fénelon CAPÍTULO I EL PROBLEMA Planteamiento del Problema OS D A V hecho de serlo, el cual Rsólo excelencia que posee todo ser humanoS por el E E el derecho a la existencia, a la R S comprende, en su sentido más amplio, HO C E integridad psico-física DER y a la integridad moral. Es un derecho determinante El derecho a la vida es reconocido como el derecho fundamental por respecto a los demás derechos humanos, pues si es vulnerado se imposibilita la realización de los demás. Así las cosas, cuando la calidad de vida se ve afectada por enfermedades que confinan al ser humano a la cama de un hospital en la Unidad de Cuidados Intensivos, de la cual no tiene conocimiento si logrará salir, con su calidad de vida deteriorada por lo avanzado de su enfermedad y sin posibilidad de revertirla, en circunstancias tales que la única posibilidad de que continúe con vida sería mediante medios extraordinarios, cabe la interrogante de tomar la decisión acerca de adelantar lo inevitable, es decir, optar por una muerte digna. La Comisión Permanente de Ética Médica de la Academia Nacional de Colombia sobre el Enfermo Terminal (1997) define la muerte digna como “la muerte tranquila y sin 14 sufrimiento físico, provocada voluntariamente, con el fin de evitar a los enfermos desahuciados, fuertes dolores y una agonía lenta y penosa, a condición que sea solicitada expresamente por el enfermo en estado terminal y que sea un medico quien atienda esa demanda”. Según Zambrano (2006) desde el punto de vista jurídico, “el derecho a una muerte digna es la muerte provocada por la propia voluntad y sin sufrimiento físico, de un enfermo incurable”. El fin es evitar una muerte dolorosa, y la práctica consiste en administrar las drogas, fármacos u otras sustancias que alivien el dolor; aunque con ello se abrevie la vida S del paciente. Así pues, no entran en este concepto las muertes causadas DO A V R a enfermos ancianos, enfermos mentales en establecimientos dedicados E ES R S O al cuidado de estas personas, y otros, que se estiman simples homicidios CH E R sectoresD deE la doctrina aceptan el derecho a una muerte digna. e incluso asesinatos. Partiendo de tales consideraciones, algunos Para Villalobos (2007) “la base fundamental para la aceptación del derecho a una muerte digna es el derecho al libre desarrollo de la personalidad del ser humano”. Si bien es de vital importancia determinar la calidad de vida de aquél que la solicita, ésta no puede ser cuantificable pero se pueden tomar indicios en cuanto al sujeto, por ejemplo, cuando una persona no es capaz de cubrir por sí misma sus necesidades fisiológicas, se considera que su calidad de vida es baja. En la sociedad actual se somete a mayor escrutinio el comportamiento de los médicos que atienden en la etapa terminal, a diferencia de otras épocas, cuando la gente era sometida a la eutanasia pasiva con o sin su consentimiento, logrando así lo que se consideraba una muerte breve y menos penosa. 15 El debate sobre el derecho a la muerte ha sufrido en la última década un crecimiento insospechado. Se afirma que el médico tiene la obligación de hacer algo más que suspender las medidas terapéuticas cuando el paciente lo desea. Después de todo, su vida y sufrimiento se prolonga por la intervención del médico. Durante largos años se ha ido acumulando extensa literatura médica a favor y en contra del derecho a la muerte. La discusión oscila entre el imperativo ético de aliviar el sufrimiento en enfermos terminales, quienes S deciden concientemente terminar sus vidas y los que proscriben la DO A V R participación del médico y otros profesionales de la salud para llevar a cabo dicha acción. E ES R S O H EC R E D Los argumentos para la legalización de este derecho se centran en la magnitud del sufrimiento y en la autonomía del enfermo. Las opiniones adversas esgrimen la santidad de la vida y la consiguiente disrupción del orden social. Se afirma que el tabú que rodea la acción de matar desaparecería aunque se limitara su indicación al alivio del sufrimiento humano. Argumento adicional según Aguilar-Guevara (2003) es el concepto “sliperry slope” cuya traducción literal sería pendiente o declive resbaladizo, el cual afirma que una vez que el Estado legalice la eutanasia, eventualmente ampliará las categorías en las que se incluiría los que pueden ser asesinados con impunidad. El dilema ético de la exigencia del derecho a la muerte se plantea con carácter perentorio a los médicos que utilizan los últimos avances de la tecnología en el cuidado de los pacientes con enfermedades terminales de rápida evolución, en particular los oncólogos, expertos en el empleo de 16 la quimioterapia, uso de la radiaciones y de procedimientos quirúrgicos paliativos. La utilización de estos recursos prolonga la vida de los enfermos durante meses o pocos años, aunque en determinado momento la aplicación de esta tecnología deja de surtir efecto y se reinstala en proceso de prolongado sufrimiento. Si no se contara con tan maravillosos recursos, aplicados a quienes ineluctablemente morirán, la etapa de sufrimiento y el final habrían sido de menor duración. Muñoz Conde (citado por Freddy Zambrano, 2006) asegura que el problema del derecho a la muerte está impregnado de prejuicios S religiosos, ya el suicidio puede ser un acto supremo de libertad y nadie DO A V R puede negar a un ser humano la posibilidad de preferir una muerte digna E ES R S O e indolora a una vida llena de sufrimiento, y que lo planteable es si se CH E R E suicidio,D incluyendo las ejecutivas. admite la no criminalización de todas las formas de participación en el Por su parte, Gunther Jakobs (citado por Freddy Zambrano, 2006) asevera que “el valor principal no es la vida como fenómeno biológico, sino su calidad, que hablar de eutanasia pasiva es un eufemismo porque la desconexión de un respirador no requiere menos actividad que la inyección de un veneno, preconiza la eutanasia directa y que cuando es a petición no es típica, que se amenazaba con el horror del juicio final”, pero el Estado moderno promete a sus ciudadanos una muerte a su debido tiempo y dosis analgésicas que aceleren la muerte son permitidas no solo desde el punto de vista legal, sino también teológico. La descripción de algunas situaciones es particularmente reveladora. Una paciente sufre de sarcoma metastático uterino, enfermedad letal que sin tratamiento, permite sobre vida cercana a los 6 meses; la radio y la quimioterapia dan lugar a una sobrevida de 1 o 2 años. Se ha prolongado 17 la permanencia del enfermo, evitando transitoriamente la diceminensia de la enfermad a los pulmones, hígado, pero no a los huesos, senos y tejidos blandos, causales de intenso sufrimiento. Situación similar se encuentra en el cáncer de cuello uterino, causal de la uropatía obstructiva por bloqueo uretral. Los enfermos fallecían con escaso sufrimiento debido a la uremia e hiperkalemia. La elevada tecnología actual previene estas manifestaciones mediante la diálisis y la nefrostomia percutánea. La paciente puede vivir 1 o 2 años, pero para finalmente fallecer con múltiples padecimientos. S En ambos casos la intervención del médico consiste en procurar 1 o 2 DO A V R años de vida, generalmente de escasa calidad. Al llegar al momento E ES R S O crucial experimenta intenso pesar porque aún sin abandonar al enfermo, H EC R E una muerte digna. D no puede atender la súplica de quien le exige la práctica del derecho a Determinar el impacto del sufrimiento sobre la dignidad del enfermo se ha convertido en el factor fundamental para aquéllos que defienden el derecho a la muerte digna. La voluntad del individuo y la decisión de buscar su muerte, son los caracteres realmente relevantes en este tema. Y al afirmar que aquella persona que padece una enfermedad terminal puede solicitar su propia muerte, se afirma que dicha orden no puede ser llamada suicidio ni homicidio, ya que la persona desea morir en circunstancias donde aún posee el ejercicio de su autonomía y autodeterminación, y hasta cierto punto teniendo aún el control de su vida. Por estas razones la ley no debería prohibir o castigar que en ciertas circunstancias las personas se quiten la vida. 18 Formulación del Problema En base a los fundamentos anteriores se formula la siguiente interrogante: ¿Cuáles son los fundamentos de las legislaciones que aceptan o rechazan el derecho a una muerte digna y si éstos pueden ser aceptados dentro de la legislación venezolana? Objetivos Objetivo General E ES R S O S DO A V R CH E R E el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en EspañaD sobre Estudiar los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y la legislación venezolana. Objetivos Específicos Analizar los fundamentos de la legislación de los Países Bajos y España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana. Realizar la comparación de los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana. 19 Justificación La importancia de esta investigación recae en la necesidad de conocer si el Estado y la sociedad venezolana pueden llegar a considerar el derecho a una muerte digna como un anexo al derecho fundamental de cada ser, que es el derecho a la vida. Esta investigación se fundamenta en el poco o nulo conocimiento que tiene la sociedad venezolana con respecto al derecho a una muerte digna. Siendo la mayoría de la sociedad venezolana Cristiana-Católica, y S dejándose llevar por lo que establece la Iglesia se ha creído durante DO A V R décadas que el ejercicio de este derecho constituye una violación a las E ES R S O normas teológicas que se han inculcado durante generaciones. H EC R E D A pesar de esto, un grupo cada vez mayor no sólo en Venezuela sino en el mundo ha llegado a aceptar con el pasar de los años este derecho tan controvertido en la sociedad, al punto que en varias legislaciones del mundo este derecho ya ha sido aceptado como tal bajo ciertas condiciones. En las últimas décadas se ha hecho más notoria la necesidad de crear legislaciones sobre esta materia, estableciendo los parámetros en los cuales una persona puede solicitar el ejercicio de este derecho para así evitar que personas que no pueden acceder a él, pasen por este largo y penoso proceso. Esta investigación pretende dar pie a que se inicie por parte de los legisladores un estudio sobre la relevancia del derecho a una muerte 20 digna en el mundo moderno y su posible aceptación en la sociedad actual, determinando así, en base a los fundamentos jurídicos de las legislaciones antes mencionadas, si es factible la aplicación de este derecho tan debatido en la legislación venezolana para así mediante su estudio jurídico conocer si es aceptado o rechazado este derecho. Como ya se ha dicho anteriormente, el desconocimiento sobre la materia ha creado temores infundados difíciles de superar para la sociedad. Éstas temen que con la admisión del derecho a una muerte digna se convierta en el primer paso a una pendiente resbaladiza que S terminaría inevitablemente en algo como el programa de eutanasia Nazi DO A V R en la década de 1930, cuando miles de personas fueron juzgadas con base objetivamente Esocialmente como ES R S O científica inútiles y en CH E R hospitales y sanatorios. Pero el derecho a una muerte digna se basa en DE consecuencia asesinados por el personal médicamente calificado en todos los niveles de la autonomía moral del individuo que está totalmente en contra de tal postura. Así pues, se está sólo en esta pendiente cuando se deja de ver la decisión de acabar con la vida de una persona como una decisión moral que pertenece al paciente individual, pues está basado en su derecho a la autonomía moral, y se ve ante todo como un asunto médico o científico o como un tema social. Por lo tanto, la legislación que dé luz verde al derecho a morir con dignidad deber hacerlo teniendo en cuenta la relación esencial con el derecho autónomo del paciente a controlar su vida y su muerte y no tomar en cuenta consideraciones ajenas, como que la continuación de la vida del paciente es una carga para los padres, la familia y la sociedad. 21 Esta investigación tiene como fin promover el derecho de toda persona a expresar su autonomía de voluntad y autodeterminación, especialmente relacionada a disponer con libertad sobre su cuerpo y su vida, rechazar tratamiento medico, incluso la negativa de suministro de alimentación artificial, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla. Así como también defender, de modo especial, el derecho de la personas, especialmente aquellas con enfermedad terminal, para que llegado su momento, puedan morir pacíficamente y sin sufrimiento, de forma digna, si ésta es su conocida voluntad. S De la misma forma, se pretende promover y desarrollar, a través de DO A V R diversas actividades, el rescate de los valores bioéticos del ejercicio E ES R S O profesional de la salud en general, y especialmente enfocados hacia el CH E R autonomía DEde voluntad y autodeterminación; haciendo de estos principios respeto pleno del ejercicio integral del paciente a su derecho de el norte de sus objetivos con orientación especial al desarrollo de nuevas y actualizadas pautas y normas de carácter legislativo que permitan un mejor desenvolvimiento de la verdadera naturaleza jurídica de la relación medico-paciente, con respeto a la integridad personal y el consagrado respeto a los derechos humanos. Finalmente, se pretende propiciar las reformas legales que actualicen el ordenamiento jurídico venezolano con respecto al Derecho a Morir con Dignidad. Delimitación El presente estudio se encuentra dentro de las líneas del Derecho Internacional, el Derecho Comparado y los Derechos Humanos, así como también abarca el Derecho Civil y el Derecho Constitucional, por la aportación a los fundamentos del trabajo. 22 Por otra parte, la delimitación temporal del presente trabajo de investigación, comprende desde el mes de Enero de 2009 hasta Diciembre de 2009. Respecto a la limitación espacial, se observa que la misma se circunscribe al territorio de la República Bolivariana de Venezuela. E ES R S O H EC R E D 23 S DO A V R E ES R S O H EC R E D S DO A V R CAPÍTULO II. MARCO TEÓRICO Algunas personas tienen tanto miedo a morir porque nunca comenzaron a vivir Henry Van Dyke 24 CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO E ES R S O CH E R Según Villalobos (2007) DE S DO A V R Antecedentes “Muerte Asistida: ¿Delito o Derecho?” la muerte asistida en Venezuela fue incluida erróneamente en la regulación del delito de homicidio intencional, pero ahora con la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año de 1999 abre paso al progreso de los derechos de disposición sobre el propio cuerpo, libre desarrollo de la personalidad y la autodeterminación, lo que encamina a una legislación que permita que el derecho a la muerte asistida sea regulado de manera efectiva y se instituya como un derecho, siempre y cuando su práctica se realice con el consentimiento de aquél que lo solicita. Por su parte, Blasoni y Martín (2000) “Aspectos Jurídicos de la Eutanasia en el actual sistema normativo venezolano” la eutanasia se presenta como un fenómeno psico-bio-social que crea un desequilibro en la llamada calidad de vida de los seres humanos, imprimiendo un nuevo sentido jurídico a la esfera de los Derechos Humanos. Se ha creado un fuerte debate entre el derecho a la vida y el derecho a una muerte digna, 25 generando una disyuntiva entre las consideraciones en los órdenes jurídico, moral y ético. Bases Teóricas La Vida y la Muerte Resulta cuesta arriba definir la vida y la muerte. Existe una gran OS D A RV y la muerte”, Ossorio es el tiempo que transcurre entre el nacimiento E S E autor define la muerte como R (2001:1018), mientras que este mismo S Hla O C E “cesación oE termino de vida” (Pág. 631). D R variedad de conceptos que van desde lo mas simple como que “La vida Si bien es cierto que el derecho a la vida está consagrado en el artículo 43 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela bajo las premisas de la inviolabilidad del derecho a la vida, que no podrá imponerse pena de muerte y que no existe autoridad alguna que la aplique, el derecho a la vida está estrechamente vinculado con el de la salud, contenido en el artículo 83 (ejusdem), el cual debe entenderse como calidad de vida inmanente al derecho a la vida. La disyuntiva que se plantea es qué clase de vida se les garantiza a las personas. Se podría decir que se garantiza la vida como el simple funcionamiento orgánico de la persona, pero al continuar el análisis de la misma Constitución, se encuentran derechos como la integridad personal, la seguridad social, el honor y otros derechos que nos hacen presumir que la protección conferida por la Constitución no se limita al resguardo de 26 simplemente las funciones orgánicas. El derecho a la vida implica garantizar una vida libre, sana y segura; en resumen: una vida digna. Por lo tanto, el derecho a la vida tiene que ser protegido y garantizado sin descuidar la dignidad de vida, que también necesita respeto y debe ser recordada y retomada por el ordenamiento jurídico venezolano. El concepto de muerte puede ser analizado desde diversos puntos de vista: legal, médico y teológico. El concepto legal define la muerte como aquélla que ocurre precisamente cuando la vida cesa, en el momento en el que el corazón deja de latir y la respiración se detiene. Éste, sin embargo, no es un concepto que satisfaga al gremio médico. Según la OS D A permanente de todo signo de vida en un E momento RV cualquiera posterior al S E R nacimiento, sin posibilidadesS de resucitación”. En cuanto al punto de vista O H C citado por León: 25), afirma que se está frente a E(1980, teológico, Blokle R E D OMS (Organización Mundial de la Salud), la muerte es “la desaparición un cadáver cuando se consta con la suficiente seguridad metodológica que el cerebro ha muerto. La Vida y la Muerte en la Religión La idea de que Dios da la vida y sólo Él puede quitarla, está profundamente arraigada en la tradición judaica y cristiana, aunque de una forma bastante incoherente, ya que en ambas tradiciones dan un status al mártir que deliberadamente ofrece su vida y muerte por Dios. Teólogos como Santo Tomás de Aquino utilizaron en la Edad Media un conjunto de argumentos tanto teológicos como filosóficos y utilitaristas para demostrar que el suicidio es un pecado. De esta manera, Santo Tomás defiende que quitarse la vida deliberadamente va contra la inclinación natural a protegerse; y que es un pecado contra la caridad, ya que como una forma de caridad todos deberían cuidarse y amarse. Santo Tomás admite que respecto al resto de su vida, una persona debe usar su 27 voluntad y tomar sus propias decisiones autónomas, dejando a Dios la decisión sobre su muerte. Con esto Santo Tomás defiende que el suicidio no es un acto de verdadera valentía sino de debilidad espiritual por parte de una persona que no es capaz de soportar los sufrimientos de su vida. Las ideas tradicionales acerca del suicidio siguen conservando fuerzas, y es que en muchas sociedades el intento de suicidarse se considera aún como un delito así como ser cómplice del suicidio. Sin embargo a lo largo de los últimos 40 o 50 años ha habido un creciente reconocimiento al llamado derecho a morir con dignidad lo que significa que la gente tiene derecho, como agente moral autónomo, a decidir en ciertas circunstancias OS D A Vlo tanto está en todo su existencia no tiene ningún sentido humano yR por E S E derecho de acabar con ella. S R HO C E DER que su calidad de vida está tan disminuida que continuar con tal Dicho de otro modo, la gente tiene el derecho de determinar y controlar la circunstancia de su muerte, de la misma manera que ellos determinan y controlan las circunstancias de su vida, ya que en cierto sentido el morir es la cosa más importante que la persona hace y por tanto debiéramos dentro de nuestras posibilidades poder controlarlo. No se ejerce la autonomía moral permitiendo que la vida sea dictada por las coincidencias o fuerzas externas, ni tampoco ejercer la autonomía moral si de alguna forma fatalista se permite que la muerte sea dictada por las coincidencias o fuerzas externas, con esto no se está jugando a ser Díos ya que sólo se busca controlar libremente la dirección tanto de la vida como de la muerte. Santo Tomás de Aquino (1993, citado por Charlesworth:12) explicó que el principio que lo rige está claro: un hombre que actúa en contra de su conciencia está siempre equivocado, incluso si su conciencia es errónea. Si actúa de acuerdo con su conciencia y ésta es correcta, perfecto; si su 28 conciencia está equivocada, pero no es por su culpa, entonces su acto no es moralmente malo. En el siglo XIX, el Cardenal Newman (1993, citado por Charlesworth: 41) inspirado en la corriente tradicional de la autonomía, en cuanto a la controversia inglesa si la lealtad de los católicos al Papa entraba en conflicto con la lealtad de la Reina, Newman afirmó en una carta del Duque de Norfolk que es católico e inglés, debiendo fidelidad tanto a la Reina como el Papa, aunque sería muy raro que las dos lealtades entraran en conflicto entre sí. Newman dice “debo decidir dependiendo del caso en particular que va mas allá de las reglas, y debe decidir según sus OS D A V en el tema, entonces pero “si después de todo, no pudiera usarE suR opinión S E R debo dirigirme por mi propio juicio y conciencia”. Detrás de esta S HO hay un criterio filosófico de la persona C E perspectiva sobre la conciencia, ER D humana que Newman expresa en Parochial and Plain Sermons “nadie meritos”. Asimismo Newman afirma que puede recibir consejos de otros fuera de sí mismo puede realmente llegar hasta él, tocar su alma, su inmortalidad; debe aludir para siempre consigo mismo. Tienen una profundidad insondable, un infinito de existencia”. En torno a la muerte y al dejar morir, es importante tener los aspectos multiculturales de esta cuestión, puesto que las sociedades liberales toleran e incluso promueven en ellas actitudes culturales y estilos de vida diferentes. Aunque más adelante se discutirán los criterios sobre el morir y el dejar morir en las culturas dominantes, es importante mencionar las opiniones de los grupos minoritarios. Se dice que las culturas tradicionales ven la muerte como un acontecimiento netamente social y el hombre que está muriendo y aquellos a su alrededor como quienes cumplen con roles sociales. Por ende, si hay un momento apropiado para morir y otro momento en el cual 29 no se tiene la posibilidad de elegir, entonces no se tiene el derecho a provocar la muerte de manera prematura. Las culturas dominantes tienen su fundamento en el valor liberal de la autonomía individual, no es de extrañar que nadie reconozca ahora o acepte que hay un derecho a morir dignamente impuesto socialmente y sancionado tradicionalmente que permita o no la posibilidad de elegir la manera de morir. Se puede decir que esto no es sorprendente, sino loable, ya que es señal de un progreso en la conciencia moral cuando se tiene derecho a controlar y elegir la forma de morir, de la misma forma que controlamos y elegimos la forma de vivir. E ES R S O S DO A V R Sin embargo, las sociedades con culturas pluralistas no sólo toleran, CH E R las minorías DEculturales. Pero se debe aclarar que esto no implica ningún sino que son sensibles a las opiniones sobre la muerte y el dejar morir de tipo de relativismo cultural que pudiera calificar de culturalmente determinados los valores del liberalismo. De igual manera, es necesario observar los parecidos generales sobre el morir y el acabar con la vida en las principales tradiciones del mundo. Por ejemplo en la religión judía se sostiene que sólo el Creador, que otorgó el regalo de la vida, puede quitársela al hombre, incluso cuando se convierte en una carga en lugar de una bendición. Por otra parte, de acuerdo a la ley islámica, Dios es el autor de la vida, y por así decirlo ésta es de su propiedad, siendo así, ya que no se está en posesión de la vida, no es posible quitársela. Así pues si se es judío, cristiano o musulmán, el concepto de Dios creador, como ser providencial que tiene un interés permanente en sus criaturas, y como ser unitario, jugará un papel principal en determinar qué 30 podemos hacer y qué no con nuestras vidas. Pero si se es hindú, budista o aborigen australiano, donde el concepto de Dios simplemente no se aplica, nuestra actitud ante el hecho de quitarnos la vida puede ser muy diferente. Sociedades tradicionales más pequeñas tienen a menudo distintos puntos de vista sobre la vida y la muerte. Por ejemplo, la tribu Akamba de Kenya opina que los hombres de mayor edad deber ser salvados con preferencia a los jóvenes, basados en que los primeros tienen una red de relaciones más amplia y compleja con los otros miembros de la comunidad y por tanto su muerte daña más su sociedad. E ES R S O S DO A V R En una sociedad liberal que posee minorías étnicas y religiosas, las CH E R derechoD aE morir como se elija, debe ser tolerada, tanto por los médicos opiniones diferentes sobre la vida y la muerte y sobre si se tiene o no el como por cualquier otro responsable de la salud que deben ser sensibles a ello para proporcionar un tratamiento médico adecuado. Si bien, a un judío ortodoxo o a un musulmán le ofendería que el suicidio fuera despenalizado de nuestra sociedad, igualmente ofendería a un católico que el aborto sea permitido. Pero en una sociedad liberal éticamente pluralista, ninguno de ellos tiene el derecho de pedir al Estado que intervenga en temas dentro del ámbito de la moralidad privada. Pueden objetar y discutir entre ellos y con el resto de la sociedad e incluso intentar persuadirlos, pero no pueden invocar a la ley a reconocer y ratificar oficialmente sus criterios en contra de criterios ajenos. 31 Principio de la autodeterminación Este principio de la libertad individual está estrechamente relacionado con el principio de la autonomía de la voluntad, el cual es uno de los pilares fundamentales de aquéllos que están a favor del derecho a una muerte digna. Este principio establece que el ser humano es capaz de tomar sus propias decisiones en determinado momento, ya que nadie puede decidir qué es lo que otro puede o no puede hacer, puesto que todos somos iguales y nadie puede imponer sobre otros sus propias ideas morales, pues al ser autónomos, el único que puede establecer lo que OS D A RVestas decisiones que de persona tiene uso de su capacidad paraE tomar S REpor su propia ley moral. S una manera u otra se venO afectadas CH E R DE está bien y está mal es el propio ser humano, en el sentido de que cada Este principio se ve íntimamente relacionado con otros preceptos constitucionales como son: el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad y el derecho a la información, que se ejercen con la obligación del médico de respetar la voluntad del paciente cuando éste decide rehusar procedimientos médicos diagnósticos o terapéuticos, lo cual es perfectamente legal, de acuerdo al Código de Deontología Médica en lo atinente a la información, consentimiento informado y derecho al ejercicio de la autonomía de la voluntad y autodeterminación. También tenemos el criterio de la objeción de conciencia como principio fundamental, el cual se manifiesta cuando una persona defiende su derecho a una vida digna y a decidir, de manera autónoma, el momento en el cual puede disponer de seguir ejerciendo su derecho a la vida digna e integra. La doctrina ha establecido que el derecho a la muerte puede ser considerado como una extensión del derecho a la vida, lo cual no sólo ha sido aceptado por doctrinarios sino también por miembros de la iglesia católica, por ejemplo, Santa Teresa de Jesús, quien consideraba el 32 cuerpo como una cárcel y la muerte como la consecución de la libertad plena en unión con Dios. En cuanto al carácter religioso, como principio constitucional establecido, encontramos el principio de libertad de culto y religión, el cual establece la libertad de cada persona a practicar la religión de su preferencia, respetando sus creencias y tradiciones; por ejemplo, el rechazo a la transfusión de sangre de los testigos de Jehová como rechazo al tratamiento anteriormente señalado. S DO A V R La idea de la autonomía es bastante clara, básicamente significa que si E se va a actuar de una forma ética o moral se debe elegir por sí mismo, ES R S O aunque pueda ser objeto de presiones o persuasiones por parte de los H EC R E D demás, pero al final se debe decidir y elegir por sí mismo. Aunque la idea de la autonomía ha tenido una larga historia en el pensamiento universal, tradicionalmente ha sido vinculada al nombre de Emanuel Kant. De alguna forma, toda la filosofía moral de Kant gira en torno a la idea de que el agente moral es su propio legislador, ya que con el sentido común se puede discernir sobre los imperativos categóricos y sus obligaciones absolutas de la ley moral que se imponen a sí mismos. Para Kant (1949, citado por Charlestowth:14) el agente moral autónomo no es simplemente el origen del valor moral, sino que intrínsecamente tiene valor por sí mismo y debe ser respetado como tal por los otros. La autonomía es una finalidad en sí misma y nunca puede ser utilizada como medio instrumental para conseguir las intenciones y propósitos de nadie. Tratar a otra persona como un medio para conseguir un fin es tratarla como una cosa. Con Kant somos testigos del desarrollo de la idea de autonomía desde una condición fundamental de la acción ética, a ser un valor ético con derecho propio, que como tal merece un respeto moral. 33 La libertad para elegir qué es la esencia de la autonomía personal es por supuesto libertad para elegir una línea concreta de acciones que consideramos realmente buena. La autonomía no significa simplemente elegir por elegir, pero tampoco implica que la libertad para elegir no tenga un valor ético en sí mismos sino que solamente llega a ser valioso a la luz de las acciones concretas elegidas. Sin embargo, la autonomía, la capacidad de autodeterminación, es también en sí mismo en el sentido de que, si lo que elijo es objetivamente malo mi elección todavía es buena ya que es un acto libre y autónomo. OS D A puede en ocasiones invalidar la autonomía RdeV los ciudadanos por su E S EAsí pues, en una sociedad liberal R propio bien de manera legítima. S HO C E democrática, R este tipo de paternalismo debería limitarse a situaciones DE donde esté justificado claramente, y el Estado siempre es responsable de Sin embargo, Mill (1991:120) afirma, que el Estado a través de la ley demostrar que es en beneficio a largo plazo de los intereses de aquellos cuya autonomía ha sido anulada a corto plazo. Para Kant, la autonomía no es simplemente una acción moral, como fue con Aristóteles y pensadores medievales como Santo Tomás de Aquino, sino que se convierte en un valor por sí mismo. Lo mismo ocurre con Mill; para él la individualidad es un bien intrínseco que debe ser respetado y al que debe aspirarse por sí mismo. Derecho a la Vida Es el derecho fundamental por excelencia, puesto que los demás derechos se verían menoscabados si no se protege la vida de las 34 personas. Es considerado como el presupuesto básico y fundamental del que depende la existencia y perfeccionamiento de los restantes derechos reconocidos en el texto constitucional. Para Zambrano (2006:212) el derecho a la vida es un derecho absoluto y originario respecto de los demás Derechos Humanos, pues si se vulnera este derecho se torna imposible la realización de los demás. Para Zambrano (2006:211) el derecho a la vida comprende, en su sentido más amplio, el derecho a la existencia, a la integridad psico-física y a la integridad moral. Así pues en Venezuela, el derecho a la vida aparece explícitamente consagrado en el artículo 43 de la Constitución, con un lacónico enunciado que lo dice todo: E ES R S O S DO A V R El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma. H EC R E D Mientras que en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 3 se establece que "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona"; el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos establece en su artículo 6.1 que “El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente”. De igual forma el derecho a la vida es consagrado en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, donde se establece que: “1. Toda persona tiene derecho a la vida; y 2. Nadie podrá ser condenado a la pena de muerte ni ejecutado”. Para Zambrano (2006:213), del derecho a la vida se derivan para el Estado dos deberes fundamentales: a. el deber de respetar las vidas humanas; y, b. el deber de protegerlas. Así pues el derecho a la vida, es 35 el derecho que goza de las máximas garantías normativas constitucionales, tanto en el ámbito internacional, como en el ámbito interno del Estado. Cabe subrayar que el derecho a la vida lleva implícito el propósito fundamental de proteger el mantenimiento de la existencia del ser humano como centro y meta de la acción jurídico-política. De igual modo, su reconocimiento no puede, bajo ninguna circunstancia, soslayar el respeto y protección de la integridad física, psíquica y moral de la persona. En este sentido, haya sentido proclamar la vida como el primero de los valores superiores del ordenamiento jurídico venezolano, en los S términos a los que hace referencia el texto del Artículo 2 de la Constitución Nacional. E ES R S O H EC R E D DO A V R Valga significar y recordar que la protección a la vida desde la concepción encuentra claro basamento en el texto del numeral 1º del Artículo 4º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que estipula: "Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y en general, a partir del momento de la concepción". Venezuela es signataria de esa Convención y en tal virtud opera sin asomo de ningún tipo de discusión la obligación que incumbe a los Poderes Públicos de respetar la garantía prevista en el Art. 19 de la Constitución Nacional. Así mismo, por mandato constitucional “...ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla”. En nuestro país, como consecuencia de la inviolabilidad del derecho a la vida, está abolida la pena capital, que rige aún en algunos otros países. En este sentido, con la señalada disposición se encuentra concordancia lo establecido en el cuarto párrafo del Artículo 6º del vigente Código Penal: “No se acordará la 36 extradición de un extranjero acusado de un delito que tenga asignada en la legislación del país requirente, la pena de muerte o una pena perpetua”, determinándose con claridad el carácter protector de la vida en el contexto de nuestra legislación, con base, como observamos en principios de orden constitucional. Como vemos, las disposiciones constitucionales recién citadas y la aplicación obligatoria de los tratados internacionales, respecto de la protección del derecho a la vida de la persona humana, refuerzan el deber que atañe al Estado, como garante del bien común, para garantizar la S DO A V R inviolabilidad de la vida de todos los seres humanos en su territorio, al E ES R S O tiempo que se robustece el precepto que prohíbe la posibilidad de establecer legalmente nuevamente en nuestro país la pena de muerte y CH E R E subrayarD que el Artículo 337 de la Constitución determina que el derecho que, por consecuencia, alguna autoridad pueda aplicarla. Demás está a la vida pertenece a esa categoría de derechos cuyas garantías no pueden ser objeto de restricción bajo ningún aspecto o circunstancia, ni siquiera durante la vigencia de los llamados estados de excepción. Referente a lo expuesto, valga significar que en la Constitución Nacional se reafirma el derecho a la vida como derecho de carácter fundamental (el más trascendente y primordial de todos), especialmente por ser estimado como el fundamento esencial para el disfrute y ejercicio de los demás derechos. 37 Derecho a una Muerte Digna El derecho a una muerte digna ha existido a lo largo de la historia, siendo aceptada por unos y rechazada por otros, esta afirmación se nota en las reflexiones de grandes personajes de la historia como Platón, quien afirmó que la vida es una meditación sobre la muerte. Camus dijo que juzgar si vale o no la pena vivir responde a la pregunta fundamental de la filosofía. Se ha afirmado que la característica fundamental del ser humano es su S DO A V R libertad y su voluntad para decidir, esto nos lleva a la voluntad de las E personas de vivir o de morir, si bien es cierto que el instinto de ES R S O conservación sería la regla general, hay ocasiones en que por diversos H EC R E D motivos el hombre desea morir de forma consciente y voluntaria. Kant (citado por Charlesworth, 1993: 35) se pregunta si una persona podría, bajo ciertas circunstancias, acabar con su vida cuando juzgue que continuar con su existencia no tiene humanamente ningún sentido. Sorprendentemente, el gran apóstol de la autonomía de la persona sostiene que dicha persona estaría actuando inmoralmente. Kant define que aquél que contempla el suicidio se encuentra en una contradicción en la que, por un lado está interesado en promover su propio interés buscando escapar de un sufrimiento adicional o morir en una situación donde ha perdido el control sobre sí mismo, y se ha convertido en un vegetal; pero por otro lado desea, quitándose la vida, eliminar su yo y toda posibilidad de su futuro interés. Puesto que lo que es contradictorio es irracional, el suicidio resulta irracional. Pero Kant (citado por Charlesworth, 1993: 35) también desarrolla otro argumento en el sentido de una persona que decide suicidarse, ve 38 quitarse la vida como un medio hacia un fin y con esto evitar el cese de un sufrimiento y por tanto una muerte indigna. El ya no se ve a sí mismo como un agente moral autónomo que merezca un respeto moral absoluto, ni como un fin en sí mismo, como Kant dice, que no puede ser nunca legítimamente utilizado simplemente como un medio. En su lugar, se trata a sí mismo como una cosa que se puede usar con otro propósito. Así pues, para Kant, sino me está moralmente permitido acabar con mi vida bajo ninguna circunstancia tengo una obligación absoluta de preservarla. Podría ser, como Kant (citado por Charlesworth, 1993: 36) dice que en algunos casos la gente se suicide porque carece de respeto por sí mismo OS D A otros casos, se contempla el quitarse la vida RVprecisamente porque se E S E tiene el auto-respeto debido S y noR desea morir en circunstancias donde no HO y una persona que está en control de su Cautónomo E sea por más R tiempo DE vida. Aunque biológicamente todavía existiría, no estaría allí como un como persona, y no puede por más tiempo responsabilizarse. Pero en agente autónomo moral, no es tanto que la gente desee morir con dignidad, sino que desea morir con autonomía ya que lo que quiere es morir como ser humano autónomo y por lo menos hasta cierto punto en control de su propia vida. Esto no proporciona un criterio para distinguir entre los casos del suicidio motivado por la falta de respeto moral por uno mismo como persona, y casos donde el suicidio está motivado precisamente por respeto a uno mismo como un agente moral autónomo. El primero no es un ejercicio de verdadera autonomía, el segundo sí. En todos los supuestos la voluntad es morir pero el motivo puede ser diferente, hay quienes se suicidan para salvar su honor y no caer en manos del enemigo, ejemplo de esto es Demóstenes y Catón. Otros lo hacen para cumplir por su propia mano una condena de muerte, como 39 Sócrates, Seneca y Lucano, otros por remordimiento como Judas. Y algunos incluso por su deseo de la inmortalidad como lo fue el suicidio de Teómbroto quien tras leer un libro de Platón sobre la inmortalidad del alma se arrojó desde un muro, pasando así de esta vida a aquélla que creía mejor, otros lo hacen en atentados suicidas por su guerra santa, ya que así pretenden alcanzar el paraíso al matarse a sí mismos y a los infieles. En otros casos, lo que motiva a un ser humano a buscar su muerte es el no sufrir, el no padecer dolor, en el cual se pretende escapar de una vida dolorosa y penitente muriendo así sin sufrimiento físico o dulcemente, OS D A como Eutanasia. Para Recuero (2004:18) RelVproblema en la actual E S E R sociedad es la negativa a aceptar que cuando alguien quiere morir pero S O Hmismo, C E no puede hacerlo por sí solicita a un tercero que lo ayude, ya que DER esto es lo que llamamos derecho a una muerte digna, también conocido como se ha indicado anteriormente, el ser humano pretende proteger la vida a toda costa, de esta manera nadie puede disponer de la vida de otro hombre, no obstante el que quiere morir lo solicita en nombre de su vida y su libertad alegando que su vida es disponible, para él la muerte representa un bien, con lo cual chocan dos principios incompatibles; el de la indisponibilidad de la vida ajena y el de respeto a la libertad individual, ambos establecidos en nuestra constitución, por esta razón se han planteado numerosos casos como el de los Hackethall, Pretty, Sampedro o de los doctores Kevorkian y David Moor. Se ha producido de diferentes maneras un creciente reconocimiento sobre el derecho de las personas a determinar y controlar libremente la forma en la que van a morir, al menos todo lo que se pueda. En primer lugar, en varios países se ha desarrollado una legislación sobre el tratamiento médico, que facilite a un paciente competente, bajo ciertas circunstancias, rechazar dicho tratamiento, provocando así su muerte. La 40 misma legislación permite a las personas asignar a alguien con poderes para que tomen decisiones similares a rechazar tratamiento en su nombre cuando ya no sean competentes para tomar sus propias decisiones. La legislación normalmente se abstiene de permitir al paciente pedir una intervención activa por parte del médico o de la enfermera para que ayuden a provocar su muerte. La lógica aplicada a estos casos seria la siguiente: mientras se pueda rechazar tratamiento médico adicional con la certeza que esto provocara la muerte, no se puede producir activamente la terminación de la vida con una intervención directa. Se sostiene que hay una distinción válida, aunque sutil, entre el realizar OS D A consecuencia de ello, y por otro lado matarse o pedir al médico o a una RV E S E Rla muerte al rechazar el permanecer enfermera. Se puede producir S O CHde respiración artificial, pero no puedo provocar la E conectado a un sistema R DE una petición de retirar el tratamiento médico y permitir que muera como muerte solicitando una inyección mortífera o pidiendo a otro que la ponga. A lo primero se denomina dejar morir, mientras que a lo segundo matar. Sin embargo, ha crecido el escepticismo sobre el uso de esta distinción en muchas situaciones médicas. Ya que, aunque la distinción es válida y en muchos casos legítima, hay otros casos en donde su aplicación es completamente artificial, donde una persona consiente y deliberadamente decide, por razones muy serias el provocar su muerte mediante el rechazo al tratamiento médico. Se debe examinar con sumo cuidado la expresión derecho a morir con dignidad e intentar ser claros sobre lo que significa e implica realmente. Es mejor comenzar con la situación más simple y clara, cuando una persona es totalmente competente para tomar una decisión sobre su vida, para luego tocar situaciones más difíciles como cuando una persona ya no es competente, debido a que ha perdido la conciencia o cualquier otra razón. 41 Como ya se ha dicho, se tienen como agentes morales el derecho a controlar y determinar el curso de la vida, lo que implica el poseer autonomía personal. El derecho a la autonomía o autodeterminación es de hecho el fundamento de todos los demás derechos humanos, ya que no hay ningún sentido en hablar de derechos a no ser que seamos capaces de decidir por nosotros mismos. De hecho, Kant define a una persona como aquélla que posee una autonomía moral. Este derecho a la autonomía moral lleva consigo un derecho subsidiario a controlar la duración de la vida y la manera de morir. S DO A V R Así pues, si se posee el derecho moral a acabar con la vida en tales SE E R S el pedir a una persona que ayude a del Derecho y sería H razonable O EC R terminar con una vida, bien sea por no dar determinado tratamiento E D situaciones, entonces no debería estar penalizado por Ley del Ejercicio médico o por ayudar a provocar la muerte, y por tanto por esta asistencia, esta tercera persona no debería ser penalizada al actuar como ayudante de alguien que solicita que lo ayuden a acabar con su vida, contrario a lo que se establece en el artículo 412 del Código Penal, ya que si no es moralmente malo el acabar con la vida bajo ciertas circunstancias, tampoco lo es el que otro ayude en dicho acto. La filosofa inglesa Foot (citado por Charlesworth, 1993: 55) afirmó que: No parece que uno infringiera el derecho de alguien a vivir si le mata con su permiso y de hecho a petición suya. ¿Por qué podría alguien renunciar a su derecho a vivir, o mejor, cómo sería más probable que pasara, cancelar algunas de las tareas de no interferencia que este derecho acarrea? (es más probable que se diga que debería matarle este hombre en determinado momento, y de esta manera, en lugar de decir que cualquiera puede matarle en cualquiera momento y de cualquier forma)…Se podría hacer una objeción en la base de que sólo Dios tiene el derecho de quitar la vida pero... religión aparte, no parece que haya un caso que represente una 42 infracción de los derechos, si un hombre que desea morir se le permite morir o incluso que lo maten. Por lo tanto, el derecho a controlar la forma de tratamiento médico incluye el derecho a controlar al máximo la manera de morir, y esto a su vez dicta la naturaleza de la relación que se tiene con el médico o cualquier otro profesional sanitario. De hecho, el Papa Pío XII (1957), refiriéndose a la relación médico-paciente dijo: Los derechos y deberes del doctor son correlativos a los del paciente. El doctor, de hecho, no tiene un derecho separado o independiente en lo que concierne al paciente. En general, puede actuar sólo si el mismo paciente explícitamente o implícitamente, le da permiso E ES R S O S DO A V R CH E R DEde amo-criado, donde el amo es el paciente y el criado es el a la relación Es necesario matizar la idea que la relación médico-paciente es análoga médico, sin embargo esto va en contra del modelo paternalista en el cual el médico es a paciente lo que padre es a hijo. Es evidente que una política que preserve la vida a cualquier costo, aún en contra los deseos del paciente, está ignorando su autonomía con base en el respeto que siente la sociedad hacia la vida. Pero como Vespieren (citado por Charlesworth:47) sugirió: “¿Qué significado tiene la prolongación de la vida biológica si se obtiene al coste de importantes injerencias en la libertad de alguien?”. Por consiguiente, si el morir es legal y moralmente aceptado, el asistir a alguien en esta tarea también debe serlo. Sin embargo, el Estado tiene el derecho de intervenir en el control de tales situaciones con la finalidad de asegurarse que el paciente sea capaz de iniciar y consentir tal disposición 43 con conocimiento de causa y no esté coaccionado ni por miembros de su familia ni por su médico. El Derecho a una Muerte Digna en España Marco Penal del Derecho a una Muerte Digna en España Para la legislación española, la vida, aunque es un bien jurídico S personal del individuo, es objeto de protección en el ámbito jurídico penal DO A V R de un modo absoluto, incluso frente a la voluntad de su titular. Es por esto E ES R S O que el legislador ha dejado impune la tentativa de suicidio, no castigando CH E R principioD deE personalidad de las penas e ineficacia de la misma. la actitud del propio suicida, por motivos obvios de política criminal, Pero no ha permitido que la impunidad del suicidio beneficie a personas distintas al suicida y castiga las formas de cooperación. Así pues, en el artículo 143 del Código Penal español del año 1995, establece las penas para aquéllos que asistan en un suicidio, y lo hace de la siguiente manera: La Inducción al Suicidio: Está establecido en el artículo 143,1 del Código Penal de España y se trataría de la influencia directa que se ejerce sobre la persona del enfermo convenciéndole para que lleve a cabo el suicidio. Se castiga con pena de prisión de cuatro a ocho años. El Auxilio Con Cooperación Necesaria al Suicidio: Se encuentra en el artículo 143.2 del Código Penal de España y es una forma de participación que abarca aquellos comportamientos ó actos necesarios, 44 que sean eficaces para producir el suicidio de una persona. Pena de prisión de dos a cinco años. El ejemplo típico sería aquél en que una persona proporcionara veneno a la que se quiere suicidar. El Homicidio Suicidio: Está en el artículo 143.3 del Código Penal de España y se está frente a él cuando la cooperación llegara hasta tal punto de ejecutar la muerte. Pena de prisión de seis a diez años. Ejemplo: Una persona le pide a otra, que le ayude a morir y, esta le “dispara un tiro en la cabeza”. El Auxilio Ejecutivo al Suicidio u Homicidio Por Compasión: El S Código Penal español lo establece en su artículo 143.4 y este tipo penal, DO A V R constituiría el supuesto de Eutanasia activa directa. El Artículo 143.4 del E ES R S O Código Penal de 1995, aunque no la cita expresamente, la tipifica como H EC suicidio:DER delito, incluyéndola en el tipo atenuado del delito de cooperación al El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas en los números 2 y 3 de este Artículo (en relación con actos que induzcan o cooperen necesariamente al suicidio). Estas penas son sensiblemente menores con relación a las que contemplaba el Artículo 409 del anterior Código Penal: “El que prestare auxilio o induzca a otro para que se suicide será castigado con la pena de Prisión Mayor. Si lo prestare hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte será castigado con la pena de reclusión menor”. 45 Este tipo penal, debe cumplir una serie de requisitos: I. Causar, o cooperar activamente con actos necesarios, la muerte de otro La persona que participe tiene que causar o cooperar activamente, es decir, se exige una conducta activa (tanto en el causar como en el cooperar). Han quedado destipificadas y no pueden ser consideradas como delito, la eutanasia pasiva como la eutanasia indirecta. Si el legislador hubiese querido, como en el resto de los delitos, que cupiese la comisión por omisión, no habría hecho referencia expresa a la palabra “activamente”. S DO A V R E II. Por petición expresa, seria e inequívoca de la persona ES R S O CH E R E del bien jurídico protegido, es decir la propia persona que Dtitular de dar el El enfermo ha de otorgar su consentimiento y, además ha de estar dirigido a los posibles autores de este hecho. El consentimiento lo habrá quiere morir. Los artículos 155 y 156 del Código Penal, en relación con el delito de lesiones, determinan sus requisitos: “consentimiento válida, libre, espontánea y expresamente emitido”, “no siendo válido el otorgado por un menor de edad o un incapaz, o el que esté viciado, o mediante precio o recompensa”. Si se prescinde por completo de la voluntad del enfermo, estaríamos en presencia de lo que, en principio, habría que calificar como un homicidio o incluso un asesinato. III. Incurabilidad: La víctima debe sufrir una enfermedad grave que necesariamente le conduzca a la muerte. Se observa que este requisito tiene un carácter objetivo. En el mismo habría que establecer dos premisas: 1. El diagnóstico de certeza de la incurabilidad. 2. El sujeto habilitado para emitir este diagnóstico: El médico es la única persona habilitada legalmente para emitir juicios de este tipo. 46 IV. El motivo compasivo: La víctima debe tener una enfermedad que produzca graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar Este requisito tiene un carácter bifronte: 1. Tiene un elemento objetivo, en el cual el médico puede cuantificar el síntoma. 2. Puede tener un elemento subjetivo, de muy difícil cuantificación. Que a veces puede ser predominante, aquí el sujeto habilitado para emitir este juicio de valor es el propio enfermo. El ejemplo paradigmático es la tetraplejía, que para un enfermo puede llegar a ser una situación de sufrimiento intolerable, sin embargo otra persona puede adaptarse a esa grave incapacidad y ser capaz de vivir con esta situación aceptablemente. S DO A V R E S E R Regulación de la Deontológica Médica en el Estado español S O H EC R E D El Capítulo VII del vigente Código de Deontología Médica (aprobado en la Asamblea General del 25 de septiembre de 1999), regula aspectos relacionados con el final de la vida. Trata de la obligación de prestar asistencia paliativa, competente y humana, al enfermo terminal. Condena el ensañamiento terapéutico y obliga a tener en cuenta la voluntad explícita del paciente cuando se rechacen determinados tratamientos. Reconoce el valor de las decisiones anticipadas del paciente y, en caso que éste no pueda expresar su voluntad, el de las personas más allegadas y, por último condena de manera taxativa la eutanasia. El artículo 27.1: El médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría del paciente, siempre que sea posible. Y cuando ya no lo sea, permanece su obligación de aplicar las medidas adecuadas para conseguir el bienestar del enfermo, aún cuando de ello pudiera derivarse, a pesar de su correcto uso, un acortamiento de la vida. En tal caso el 47 médico debe informar a la persona más allegada al paciente y, si lo estima apropiado, a éste mismo. El artículo 27.2: El médico no deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin esperanza, inútiles u obstinadas. Ha de tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar e tratamiento para prolongar su vida y a morir con dignidad. Y cuando su estado no le permita tomar decisiones, el médico tendrá en consideración y valorará las indicaciones anteriores hechas por el paciente y la opinión de las personas vinculadas responsables. El artículo 27.3 declara que: OS D nunca A RV E “El ES R S O médico provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de CH E R E una postura contraria a la eutanasia activa directa. Colegial,D mantiene petición expresa por parte de éste”; vemos que la Organización médica El Código de Deontología Médica, aprobado por la Asamblea General del Consejo de Médicos de Cataluña (16 de junio de 1997), declara: “El objetivo de la atención a las personas en situación de enfermedad terminal no es acortar ni alargar su vida, sino promover su máxima calidad posible. El tratamiento de la situación de agonía debe adaptarse a los objetivos de confort, sin pretender alargar innecesariamente ni acortarla deliberadamente”. El artículo 28.1 del Código Internacional de Ética Médica:”El médico nunca provocará intencionadamente la muerte de un paciente ni por propia decisión, ni cuando el enfermo o sus allegados lo soliciten ni por ninguna otra exigencia”. 48 Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) o Testamento Vital El DVA es un protocolo redactado dirigido al responsable médico que en un futuro pueda dispensar la asistencia sanitaria en el que una persona adulta, libremente, con capacidad e información suficiente, y conforme a los requisitos legales, declara las instrucciones a considerar cuando se halle en una situación en la que las circunstancias dadas no le permitan manifestar por sí mismo su voluntad. Las instrucciones sobre el tratamiento pueden referirse tanto a una enfermedad o lesión que el/la declarante ya padezca, como a las que fortuitamente pudiera sufrir en un futuro. Incluye previsiones concernientes a las intervenciones médicas S coherentes tanto con el tratamiento médico que desea recibir como el que DO A V R no. Así consta en el Art. 11 de la Ley 41/2002, de 14 noviembre, E ES R S O reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en H EC R E D materia de información y documentación clínica. El documento tiene su origen en diferentes grupos de trabajo sobre información y documentación clínica, auspiciados por el Ministerio de Sanidad al inicio del nuevo milenio. Varios técnicos plantearon la idoneidad de crear una ley sobre el particular. Pero entonces no se vio clara su aplicación y se pospuso, dado que no parecía una demanda social prioritaria. Fue Cataluña la pionera antes de la aprobación de la ya citada Ley 41/2002 de Autonomía de los Pacientes. Desde la Asociación Derecho a Morir Dignamente de Madrid se apunta que “la ley de la Comunidad de Madrid es mejorable: se debería de tener la opción de elegir o rechazar medidas ordinarias y extraordinarias de mantenimiento de la vida: ahora sólo se contemplan las medidas extraordinarias, aunque se pueden dejar escritas en el apartado de otras instrucciones. Y ante el caso de imposibilidad de ir al Registro de Instrucciones Previas por causas de enfermedad se debería de desplazar un funcionario al domicilio del enfermo”. 49 El Registro Nacional es un intento por centralizar, en un solo archivo electrónico, toda la información generada por las diferentes CCAA. Así, cuando un médico acceda al historial clínico de un paciente que no pueda emitir un consentimiento o autorización por encontrarse en una situación de pérdida en la capacidad para tomar decisiones, como en una situación terminal, y que haya redactado su DVA, conocerá sus voluntades anticipadas o previas. Esto será independiente de dónde lo haya firmado y del centro sanitario de España, y en un futuro próximo, de Europa, que lo requiera. El documento se formaliza por escrito por medio de varios S procedimientos, a elección de la persona que lo otorga: ante notario; ante DO A V R tres testigos (mayores de edad, con plena capacidad de obrar y no E ES R S O vinculadas con el otorgante por matrimonio, unión libre o pareja de hecho, CH E R Ela Administración de la Comunidad Autónoma. Esta última es personalD de parentesco hasta el segundo grado de consanguinidad); o ante el la más aconsejable, por cuanto se garantiza una atención personalizada y cualificada. Actualmente, cada CCAA lo soluciona como puede, algunas como Andalucía, a través de un teléfono centralizado, 24 horas de guardia, atendido por un médico, con acceso a su respectivo registro de VA. Otro de los aspectos a reseñar es el deseo o no de recibir cuidados paliativos. En la SECPAL apuntan que “existen diversos tipos de documentos y hay apartados explícitos donde reflejar que no se quiere sufrir dolor. Item más, en los DVA de comunidades como Cataluña, hay un punto abierto donde expresar que, llegada la situación de enfermedad avanzada, desean ser atendidos en las unidades de cuidados paliativos”. Siendo como es la muerte la única certeza que tenemos al nacer, todos anhelamos una muerte digna. César Caballero, de DMD Madrid afirma que “la buena muerte es una entelequia, pero el DVA ayuda a reflexionar sobre la propia muerte y nos permite vivir mejor y morir con menos sufrimiento: reducirlo debería de ser una de las metas del ser 50 humano”. Pablo Simón respalda la necesidad del Testamento Vital y señala que “el ideal de mortalidad y la necesidad de planificar su presencia –la de la muerte, del hecho de morir– durante la vida es especial y en esto la medicina ha contribuido mucho: el desarrollo tecnológico ha hecho pensar a la gente que tenemos genes mágicos que nos permiten vivir ilimitadamente, sin final y ello hace que la preocupación de la muerte se retrase. La medicina es una ciencia modesta, pero no milagrosa”. Jurisprudencia Española sobre el Derecho a una Muerte Digna E ES R S O S DO A V R Hay que destacar que el artículo 143.4 no ha sido objeto de aplicación CH E R aunque D si E existen varios pronunciamientos del Tribunal Constitucional en los Tribunales, por lo que no existe Jurisprudencia sobre el tema, (TC) de España sobre la petición del ejercicio del derecho a una muerte digna y acerca de los derechos constitucionales, relacionados con el: Derecho a la Vida, Derecho a la Dignidad y Derecho a la Libertad. En el derecho a una muerte digna se aprecia nítidamente, la contraposición de estos diferentes derechos y se establece una colisión entre estos bienes jurídicos, todos ellos con protección constitucional reforzada: 1.- Bien jurídico “vida”. El artículo 15 de la Constitución Española; proclama el derecho a la vida y a la integridad física y moral. 2.- Bien jurídico “libertad” (autodeterminación). Los artículos 16.1 y 17.1 de la Constitución Española garantizan y predican la libertad de las personas. 3.- Bien jurídico “dignidad humana”. El artículo 10.1 de la Constitución Española; “La dignidad de la persona... son fundamento del orden político y de la paz social”. El Artículo 15 de la Constitución Española (2º párrafo); “Prohíbe los tratos inhumanos o degradantes”. La doctrina del Tribunal 51 Constitucional ha sido bastante ambigua, lo que ha contribuido a estimular la polémica doctrinal, así como a provocar distintas interpretaciones. Sentencia del Tribunal Constitucional español 53/1985 del 11 de Abril Con relación al aborto y con respecto al planteamiento sobre si el derecho a la vida tiene carácter absoluto y su primacía dentro del catálogo de derechos fundamentales. El Tribunal Constitucional ha considerado que “el derecho a la vida debe ser considerado como un valor superior del Ordenamiento Jurídico, ya que sin éste los demás S DO A V R derechos fundamentales no tendrían existencia posible” (fundamento jurídico nº 3). E ES R S O CH E R DE dimensión humana con el valor jurídico fundamental de la dignidad de la Pero a la vez que lo considera indisolublemente relacionado en su persona (artículo 10 de la Constitución de España), germen de un núcleo de derechos que le son inherentes, aprecia que : La relevancia y significación de ambos valores se manifiesta en su colocación en el texto constitucional, lo que muestra que dentro del sistema constitucional son considerados como el punto de arranque, como el prius lógico y ontológico para la existencia y especificación de otros derechos. La doctrina que defiende el derecho a la disponibilidad de la vida y el derecho a una muerte digna, considera que el artículo 10.1 de la Constitución es “el punto de arranque que permite no configurar el contenido del artículo 15 de la Constitución de España (derecho a la vida) como un deber, y otorgarle un valor relativo que cede ante otros derechos que lo completan o dan sentido a su protección en determinadas situaciones”. La sentencia 53/1985 no cierra la posibilidad a esta 52 interpretación ya que en el fundamento jurídico nº 9 el Tribunal Constitucional declara que: “todos los bienes y derechos constitucionalmente reconocidos, en determinados supuestos, pueden y deben estar sujetos a limitaciones”. Sentencia del Tribunal Constitucional español 120/1990 del 27 De Junio Esta sentencia se produce con relación a la huelga de hambre de los miembros presos del grupo terrorista GRAPO, mantenida por los mismos OS D A V que dio el Tribunal que algunos de los huelguistas fallecieron. La Rsolución E S E R a este caso, fue la de tratamiento sanitario forzoso sobre la base de la S O CHsujeción de los mismos con la Administración relación de especial E R DE por la cual ésta última tenía la obligación de velar por su Penitenciaria, como una forma de reivindicación, con grave riesgo para su vida y en la vida. Acerca del artículo 15, el Tribunal declara que el derecho a la vida tiene un contenido de protección positiva que impide configurarlo como un derecho de libertad que incluya la propia muerte. Deja claro en principio que no existe un derecho a la propia muerte pero continúa diciendo que lo anterior no impide, sin embargo, que siendo la vida un bien de la persona que se integra dentro del círculo de la libertad, ésta pueda disponer sobre su propia muerte. También aclara que la privación de la propia vida o la aceptación de la propia muerte no es un derecho subjetivo que implique la posibilidad de pedir apoyo al poder público, pero tampoco es un acto prohibido por la Ley. 53 Sentencia del Tribunal Constitucional de España en Relación con El Caso de Ramón Sampedro (Atc 931/1994, del 18 De Julio) La primera petición de derecho a una muerte digna, ante los tribunales en España, fue presentada en Barcelona por el procedimiento de jurisdicción voluntaria, el 30 de abril de 1993, solicitando: “que, puesto que él se encuentra imposibilitado para quitarse la vida, autorice a su médico de cabecera a suministrarle los medicamentos necesarios para morir sin dolor y que se respetase su derecho a no ingerir alimento por medios naturales ni artificiales”. El Magistrado competente del Juzgado de Primera Instancia no la S DO A V R admite a trámite, por lo que el solicitante presenta recurso de apelación SE E R S de Febrero de 1994 por incompetencia territorial al igual que en primera O H C E instancia, motivo DER por el que se interpuso un recurso de amparo ante el ante la Audiencia Provincial de Barcelona, que desestima el recurso el 28 Tribunal Constitucional. La fundamentación del este alto tribunal resuelve algunas cuestiones: 1.- La Constitución no reconoce explícitamente el derecho a morir con dignidad, pero sí de forma implícita se deduce del artículo 15, del 10 y del derecho al libre desarrollo de la personalidad. 2.- Sólo la vida deseada libremente puede merecer el calificativo de bien jurídico protegido, por lo que no hay un deber de vivir contra la voluntad personal de no hacerlo. Existe un derecho a la vida pero no un deber constitucional y jurídico de tener obligatoriamente que vivirla, porque su sola existencia supondría la mayor de las imposiciones imaginables a la libertad personal. 3.- La decisión libre y consciente de una persona en plenitud de sus facultades psíquicas, al margen de cualquier presión externa, de poner fin a su vida, nunca puede ser castigada o impedida por el Derecho y por ello, el suicidio no está penado. 54 4.- Cuestión aparte es la intervención de un tercero en el hecho de la muerte. Considerando que la ayuda para intervenir en la misma por parte del médico de cabecera es contraria a derecho. El Derecho a una Muerte Digna en los Medios (Casos en España) En la última década, los medios de comunicación se han hecho eco de dos casos en España que han sido calificados de eutanasia. S E DO A V R 1.- El caso de Ramón Sampedro, el cual inspiró la película “Mar adentro”; ES R S O CH E R un accidente DE al lanzarse al mar desde una roca. Sólo podía mover la Ramón Sampedro padecía una tetraplejia, ocasionada después de sufrir cabeza: “Mi mente es la única parte de mi cuerpo que todavía está viva. Soy una cabeza atada a un cuerpo muerto”, había explicado a los jueces cuando comenzó en 1994 una larga batalla, la primera en los canales de la justicia española, para que los magistrados autorizaran su muerte. Los tribunales no accedieron a su solicitud. Sampedro, tras beber cianuro, apareció muerto a los 55 años, 29 de los cuales había pasado postrado en cama. Ramona Maneiro, compañera y amiga de Ramón, confesó en público que ella fue quien midió el cianuro, lo disolvió en agua y acercó el vaso a los labios de Sampedro. En este caso, donde una tercera persona proporciona cianuro a Ramón, para que éste lo ingiera, nos encontraríamos ante un supuesto de auxilio con cooperación necesaria al suicidio (143.2 Código Penal) y no una eutanasia. Ramona no ha sido juzgada ya que cuando confesó su actuación, el delito había prescrito. 55 2.- La sedación paliativa en el Servicio de Urgencias del Hospital de Leganés de Madrid. En marzo de 2004, dos denuncias anónimas, con datos detallados de historias clínicas, acusaron a médicos del servicio de urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés de haber supuestamente realizado más de 400 sedaciones irregulares con resultado de muerte. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, apartó de su cargo al jefe de urgencias, abrió una investigación y puso estos hechos en conocimiento de la fiscalía. La Consejería dedujo de esos informes varias S irregularidades administrativas, que llevaron a destituir también al director DO A V R médico y al gerente del hospital. Los médicos denunciados, la junta de E ES R S O personal y los jefes de servicio han negado las irregularidades, exigiendo H EC R E D la dimisión del consejero de sanidad y la restitución de los dimitidos. Estos hechos fueron ampliamente difundidos a la opinión pública y desencadenaron alarma e inseguridad jurídica entre los responsables, profesionales sanitarios y enfermos. Las denuncias anónimas hablaban de 400 casos. La inspección de Sanidad redujo esa cifra a 57 primeros y, más tarde, a 25. La Fiscalía entiende, hasta ahora, que no hay delito. El resultado final de estas investigaciones determinará si estamos ante un caso de buena práctica clínica, un supuesto de mal praxis o un delito de imprudencia profesional con resultado de homicidio. No se puede ni se debe entrar a revisar ni juzgar estos hechos, por dos razones: No se dispone del conocimiento adecuado de los mismos y los sucesos están sometidos a investigación administrativa y judicial, sin embargo, sí se va a realizar una serie de consideraciones generales y, a 56 continuación se precisarán los requisitos que debe cumplir esta terapéutica desde el punto de vista jurídico: I. La sedación terminal, es una medida terapéutica que, si se practica conforme a los criterios jurídicos del acto médico, se debe considerar una buena práctica clínica. II. La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) últimamente ha adoptado las siguientes definiciones. La sedación paliativa ha sido definida: “como la administración deliberada de fármacos, en las dosis y combinaciones requeridas, para reducir la conciencia de un paciente con enfermedad avanzada o terminal, tanto S DO A V R como sea preciso para aliviar adecuadamente uno o más síntomas E refractarios y con su consentimiento explícito, implícito o delegado”. Se ES R S O entiende por sedación terminal; “la administración deliberada de fármacos CH E R E Dpsicológico, físico y/o mediante la disminución suficientemente profunda y para lograr el alivio, inalcanzable con otras medidas, de un sufrimiento previsiblemente irreversible de la conciencia en un paciente cuya muerte se prevé muy próxima y con un consentimiento explícito, implícito o delegado”. En el texto original, se considera que la sedación terminal es la sedación paliativa que se utiliza en el periodo de agonía. III. Estaríamos ante casos que tradicionalmente se habrían calificado de eutanasia indirecta, en los cuales la intención no es la de provocar la muerte del paciente, sino aliviar su dolor y sufrimiento. Ese es el propósito, pero se acepta secundariamente que eso suponga un acortamiento de la vida. IV. Requisitos que debe cumplir desde el punto de vista jurídico: 1. Indicación médica La doctrina penal alemana, sobre todo Karl Engisch, es quien ha fundamentado todos los aspectos jurídicos de la indicación médica. Ésta 57 es el presupuesto inicial y desencadenante del acto médico, es la causa que justifica la lesión en la integridad corporal o la trasgresión de la autonomía del paciente. La indicación médica es uno de los elementos (junto con el consentimiento), a través del cual los daños originados por el acto médico, se deben excluir del tipo penal de las lesiones. Sin indicación médica nos encontraríamos ante; medicina defensiva, medicina de complacencia, un ritual tranquilizador, acto de experimentación, un acto de entrenamiento o, un acto de “Menguelismo”, pero nunca ante un acto médico. S DO A V R E No se puede exigir una seguridad de la indicación. Simplemente la ES R S O indicación médica es un juicio de probabilidad. Tal como cita la fórmula H EC R E probabilidad”. D procedente del derecho procesal alemán, es la “seguridad basada en la Los “principios de conciencia o ética médica” del facultativo, no deben formar parte de la indicación médica. Desde el punto de vista legal, nunca deben formar parte de la misma los principios extrajurídicos, que resultan difíciles de aceptar en una sociedad pluralista que admite contraposiciones ideológicas. Las exigencias concretas aplicadas a la sedación paliativa o terminal serían: Requisito general: La Intención curativa. El propósito es disminuir el estado de conciencia del paciente para evitar síntomas que causan distrés o sufrimiento al enfermo. La sedación Terminal no tiene la intención de acortar la vida del enfermo, sólo disminuir su nivel de conciencia con el propósito de “curar” sus síntomas. Se debe considerar 58 sin embargo, que el “principio del doble efecto” opera en esta situación y, hay que considerarlo en la toma de decisiones. Elementos objetivos: 1. Cuando la muerte del paciente se prevé muy próxima: la expectativa de vida es de pocos días u horas. 2. Cuando estamos ante una enfermedad avanzada o terminal. S DO A V R 3. Presencia de síntoma refractario: Aquel que no puede ser E ES R S O adecuadamente controlado a pesar de los esfuerzos por hallar un H EC R E tiempo razonable. D tratamiento tolerable que no comprometa la conciencia, y en un plazo de 4. Todos estos aspectos deberán estar documentados y registrados en la historia clínica. 2. Lex Artis: La Lex Artis (ley del arte) es el criterio clave para juzgar si el acto médico está correctamente realizado. Sirve también para determinar la existencia o no de responsabilidad, es el centro argumental y probatorio en los juicios de responsabilidad médica, consiste en decidir si hubo cumplimiento o separación de ella. Esta categoría se refiere a la ejecución del acto médico en el marco de los criterios y procederes admitidos en determinado tiempo y lugar, es decir, en una situación históricamente concreta (Lex Artis ad hoc). 59 El concepto de Lex Artis se ha venido impregnando cada vez más de componentes distintos del cumplimiento de los aspectos estrictamente técnicos. No basta que un procedimiento esté correctamente indicado, oportuna y técnicamente bien ejecutado. No se ajustará a Lex Artis si no se cumplió adecuadamente con el deber de la información y si no se solicito el consentimiento informado. Tampoco se podrá afirmar que se actuó de acuerdo a Lex Artis si no se registró adecuadamente el procedimiento en la historia clínica o si se infringió el deber de confidencialidad. S Con respecto a la sedación paliativa o terminal los criterios para ésta serian: E DO A V R ES R S O 1.- La utilización de dosis farmacológicas adecuadas, que reduzca el nivel H EC R E sufrimiento. D de conciencia proporcionadamente a la necesidad de alivio del distrés o 2.- Es recomendable en aras de la seguridad jurídica que sigan protocolos y guías de actuación. 3º.- Consentimiento eficaz Aunque el consentimiento es un presupuesto de la Lex Artis y por lo tanto un acto médico, su incumplimiento genera siempre responsabilidad, su importancia hace que a efectos descriptivos se le otorgue una categoría autónoma dentro del acto médico. Conviene subrayar los siguientes aspectos: 1.- Al ser un presupuesto de Lex Artis, su ausencia cuestiona la legitimidad del acto médico. 2.- Es un acto clínico, parte indisoluble del acto médico, no se trata de una simple formalidad útil en la prevención de reclamaciones sino que constituye un derecho esencial del paciente y una obligación legal para el médico. 60 3.- Su incumplimiento puede generar responsabilidad médica per se, en ausencia de cualquier otro reproche a la actuación del médico. 4.- El recurso al consentimiento implícito o delegado debe tener un contenido muy restrictivo. Si se impide al paciente conocer la información, se está lesionando el contenido esencial de este derecho. La familia y el médico no pueden suplantar ni despojar al enfermo del conocimiento de esta decisión. Derecho a una Muerte Digna en los Países Bajos OS D A V tipificado como un Digna debería seguir siendo no ratificadoE y su Rejercicio S Ela nueva ley introducida el 1 de abril R delito ha sido objeto de debate. Bajo S HOque ejecuten el derecho a una muerte digna C E de 2002, aquellos doctores ER D de las personas, ya no serán castigados, siempre que sigan con los En los últimos 30 años, la pregunta sobre si el Derecho a una Muerte procedimientos prescritos y reporten la muerte por causa no natural al Regional Euthanasia Review Commitee. La Ley de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio al Suicidio ó Euthanasia Act, como es comúnmente conocido en los Países Bajos, contiene previsiones que gobiernan peticiones para la terminación de la vida o el suicidio asistido para menores, y reconocen la validez del Living Will. Los médicos pueden otorgar ambas peticiones orales y escritas para la eutanasia, pero nunca son obligados a hacerlo así. Según el Ministerio de Salud, Bienestar y Deportes, esta práctica “permite a una persona terminar su vida con dignidad luego de haber recibido todo cuidado paliativo posible”. El Código Penal de los Países Bajos, en sus artículos 293 y 294 hacen tanto la eutanasia como el suicidio asistido ilegal, aun hoy. Pero como 61 resultado de varios casos llevados a la corte, aquellos doctores que maten pacientes o los ayuden a matarse ellos mismos, no serán perseguidos, siempre y cuando sigan ciertas reglas. Ley de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio al Suicidio En los Países Bajos, el derecho a la muerte significa la terminación de la vida a manos de un doctor a solicitud del paciente. Esto se debe a que el gobierno de los Países Bajos no se ciega ante el hecho que el derecho a una muerte digna se ejerce. E ES R S O S DO A V R Para esto, se incluyó en el Código Penal de dicho país una excepción CH E R pacienteDaEsu solicitud especial según la cual los doctores que terminen con la vida de una o que lo asistan en el suicidio no serán procesados, siempre que estos cumplan con el estatuto de cuidado y notifiquen de la muerte a comité de su región. Cuando un doctor reporta un caso y el Comité decide en las bases de su reporte que actuó con el debido cuidado, la Oficina del Fiscal no será informada y no se realizarán mayores acciones. Pero si el comité encuentra que un doctor ha fallado en satisfacer el estatuto de cuidado, el caso será notificado a la Oficina del Fiscal y a la Inspectora de Salud. Estos dos cuerpos considerarán si es doctor debe ser procesado o no. El dolor y la pérdida de la dignidad, combinado con la falta de deseo de vivir, son las principales razones por la cuales los pacientes solicitan el ejercicio de su derecho. Esto causa que los doctores en los Países Bajos y en otros países se encuentren con la decisión de terminar la vida. La población está envejeciendo, considerables avances se han hecho para prolongar la vida, y el cáncer está reclamando la vida de una creciente población de victimas. El derecho a la muerte digna no sólo significa en 62 los Países Bajos el desistimiento del tratamiento cuanto futuras intervenciones son innecesarias. Ésta es una práctica médica aceptada, como también lo es la administración de drogas que son necesarias para aliviar el dolor, a sabiendas que éstas son perjudiciales para la salud del paciente. Se debe tener presente en todo momento que la población de este Estado no solicita el ejercicio de su derecho por el elevado costo del tratamiento, ya que todos ellos están asegurados. Cuando se trata con un paciente que solicita el derecho a una muerte digna, el doctor debe observar los siguientes criterios de cuidado: S 1.- Asegurarse que la solicitud del paciente es voluntaria y está bien considerada. DO A V R E ES R S O 2.- Asegurarse que el paciente esté bajo sufrimiento insuperable y que CH E R 3.- Informar DE al paciente de su situación y de su prognosis. los prospectos de vida no van a mejorar. 4.- Discutir la situación con el paciente y concluir que no hay otra solución. 5.- Consultar al menos a otro médico que no tenga conexión alguna con él, quien debe ver al paciente y declarar por escrito que el doctor principal ha cumplido con el criterio de cuidado establecido anteriormente. 6.- Ejercer con cuidado médico y atención la terminación de la vida del paciente o su asistencia en el suicidio. Es importante destacar, que un principio básico es establecer la existencia de una cercana relación doctor-pacientes. Un doctor sólo puede ejecutar la eutanasia si el paciente está bajo su cuidado. El debe conocer al paciente lo suficientemente bien como para asegurarse que la solicitud es voluntaria y que el sufrimiento que está pasando aquél que lo solicita es insoportable sin posibilidad de mejora. 63 Los doctores, así como también las enfermeras en los Países Bajos no están obligados a ejecutar la solicitud y pueden rechazar participar en la preparación para la eutanasia, de hecho dos terceras partes de las solicitudes son rechazadas. Esto ya que el tratamiento normalmente proporciona alivio mientras los pacientes entran a la etapa terminal de su enfermedad. La posibilidad de rechazo a la solicitud implica la garantía de la libertad de conciencia de los doctores. Este principio básico implica que el paciente no tiene el derecho absoluto de ejecutar el derecho a la muerte digna y el que el doctor no está obligado a realizarla. El sistema de salud de los Países Bajos es accesible a todos y S garantiza una cobertura completa para cuidados tanto terminales como DO A V R paliativos. Desafortunadamente, aunque el paciente está recibiendo E ES R S O cuidados de la más alta calidad, puede aún sufrir mucho y pedir al doctor CH E R puede representar DE la conclusión de los cuidados paliativos. la terminación de su vida. En estos casos, el derecho la muerte digna Los cuidados paliativos son ejercidos en una variedad de lugares. Antes que nada, el enfermo incurable puede ser atendido en sus hogares por practicantes generales, enfermeras de distrito, ayudantes en los cuidados en el hogar, etc. Si esto no es apropiado, deben ser admitidos en alguna forma de residencia. Tradicionalmente, estas residencias para cuidados terminales son provistas por los hospitales y los geriátricos. Las unidades paliativas han existido en este Estado durante años en los hospitales holandeses y hay una gran cantidad de casas de cuidado y secciones de hospitales destinados al uso de geriátricos. Hospicios y unidades de “hogares-por-hogares” están especialmente diseñados para el cuidado de enfermos incurables a los que no les es posible pasar lo que queda de sus vidas en sus hogares. El doctor que practique la eutanasia está obligado a notificar al patólogo municipal de cada muerte por causa no natural. En el caso de la 64 eutanasia o muerte asistida, el doctor introduce un reporte basado en un modelo especial. El patólogo debe complementar este reporte estableciendo que la muerte del paciente se debió a causas no naturales. Debe enviar este reporte a la Oficina Pública del Fiscal, a quien correspondería autorizar el entierro. El Comité Regional de Eutanasia recibe estos dos reportes, mas una declaración de un físico independiente consultado por el doctor y cualquier directiva escrita del causante. El Comité determina si el doctor actuó con el debido cuidado. Si concluye que lo hizo, no tomará ninguna acción contra él, pero si el comité encuentra que el doctor no actuó de S acuerdo al criterio de cuidado, se lo reportará a la Oficina Pública del DO A V R Fiscal y el Inspector Regional de Salud, quienes tomarán acciones contra E ES R S O el doctor si se consideran necesarias. CH E R E el doctor acepte la solicitud de la eutanasia, debe consultar Antes Dque a un colega que no esté involucrado en el tratamiento del paciente. El médico independiente debe ver al paciente por sí mismo, reportar el progreso de su enfermedad, establecer cuando la solicitud es tanto voluntaria como bien considerada y comunicar sus descubrimientos al doctor por escrito. Se ha establecido una cadena de practicantes generales y otros doctores entrenados para asistir al doctor que se encuentren con decisiones relativas a la terminación de la vida llamado el proyecto SCEN. Hay cinco Comités Regionales que trabajan con reportes de eutanasia y suicidio asistido. Cada uno tiene un número variado de miembros, incluyendo en cualquier evento a un experto legal quien también dirige el comité, un doctor y un experto en problemas éticos. Esto asegura que una propia consideración sea dada a los aspectos legales, procedimentales, médicos y morales. El comité alcanza una decisión por mayoría de votos. Los directores y miembros ordinarios son designados por el Ministerio de 65 Justicia y el Ministerio de Salud, Bienestar y Deportes por un periodo de seis años. Los cinco Comités Regionales han estado operativos desde el 1 de noviembre de 1998. Bajo el Act, ya no están obligados a reportar los casos a la Oficina del Fiscal si consideran que se ha otorgado un debido cuidado. El Comité también es responsable por el registro de los casos de terminación de vida o muerte asistida que les sean notificados a ellos. Esto no significa que ellos hayan tomado el rol de la Oficina del Fiscal, ya que su potestad no va más allá de asegurarse que se ha actuado con el debido cuidado. La Oficina del Fiscal es aun libre de seguir una S investigación a cualquier caso donde se sospeche que un crimen ha sido cometido. E DO A V R ES R S O CH E R peticiones orales, como legítimas formas de solicitud de eutanasia. El DE El Act reconoce tanto las directivas escritas (Living Will) como las reconocimiento de directivas escritas es especialmente importante cuando el doctor decide aceptar la solicitud de eutanasia en circunstancias donde el paciente ya no puede expresarse oralmente, en tales circunstancias, una directiva escrita es tan válida como la solicitud de la eutanasia de formal oral. El doctor normalmente debe tomar serias consideraciones a cualquier directiva escrita. La única excepción es cuando tiene razones para creer que el paciente no es competente para hacer una razonable apreciación de sus intereses al momento de firmar la decisión. En este caso, la directiva no constituirá una solicitud para eutanasia de acuerdo a los requerimientos de la ley. Es importante que el doctor y el paciente discutan los términos de la directiva todo lo que sea posible. El Act establece cláusulas para órdenes escritas en las que el paciente puede indicar en avanzado que desea terminar su vida si 66 eventualmente se encuentra experimentando sufrimiento insoportable sin posibilidad de mejora, en circunstancias donde sea incapaz de expresar sus deseos personales. Ya que el Act aplica sólo a la terminación de vida bajo solicitud, establece que esto no es aplicable a pacientes que no hayan dejado directivas avanzadas y no sean capaces de decidir o expresar sus deseos. Se define sufrimiento insoportable sin prospectos de mejora a que los doctores acuerden que el paciente no tiene posibilidad de mejorar. Es difícil establecer objetivamente cuando el sufrimiento es insoportable. El S comité examinará cada caso individual para establecer cuándo el doctor DO A V R pudo concluir razonablemente que el paciente estaba bajo un sufrimiento insoportable. E ES R S O H EC R E D El doctor y el paciente deben discutir cada alternativa de tratamiento posible. Siempre que sea que haya una alternativa viable, en sentido médico, hay un prospecto de mejora. Esto puede ser valorado objetivamente. Por el contrario, la extensión del sufrimiento es altamente subjetiva. Aun así, cuando el sufrimiento no es obvio ni para el ni para las familias del paciente los cuidadores, el doctor deberá tratar de imaginar lo que el paciente está sintiendo y basado en su experiencia médica, intentar evaluar el sufrimiento objetivamente. Es imposible otorgar el derecho a una muerte digna en los Países Bajos a alguien que no sea su nacional, dada la necesidad de la cercana relación doctor-paciente. El procedimiento legal para la notificación de cada caso individual de eutanasia requiere que el paciente lo haya hecho voluntariamente, que la solicitud haya estado bien considerada y que el sufrimiento sea soportable sin ninguna posibilidad de mejora. En orden 67 para asegurar que éste sea el caso, el doctor debe conocer bien al paciente, esto implica que debe haber tratado al paciente por un largo tiempo. En cuanto al derecho a la muerte solicitado por un adolescente menor de edad, el Act contiene prohibiciones especiales para tratar con este tipo de solicitudes. La ley permite a aquéllos que estén entre doce y quince años solicitar la eutanasia, pero requieren el consentimiento paterno para que sean ejecutados en estos casos por contraste, es permitido para aquéllos que tengan entre dieciséis y diecisiete años hacer estas decisiones por sí mismos, aunque prescribe que un padre siempre deber estar involucrado en la discusión. E ES R S O CH E R de DEeutanasia (90%) S DO A V R La experiencia muestra que en la práctica la vasta mayoría de los casos se relacionan con pacientes con cáncer terminal. Esto es igual para las jóvenes personas que solicitan la eutanasia. En estos extremadamente raros casos, los padres o el tutor deben ser capaces de aceptar los deseos del adolescente menor de edad. Jurisprudencia de los Países Bajos Decisión de la Corte Penal, Leeuwarden. Caso Postma. 1973. En 1971, Postma inyectó a una paciente, su madre, una dosis letal de morfina. El paciente había sufrido hemorragias cerebrales, era sorda, tenía dificultades para hablar y era atada a una silla para evitar que se cayera. En muchas ocasiones pidió a su hija que terminara con su vida. 68 La doctora Postma fue imputada bajo el artículo 293 del Código Penal holandés, el cual establecía que era una ofensa, que se castigaba con hasta 12 años de prisión, para la persona que causara la muerte de otra persona que lo “expresaba y seriamente solicitara” . En 1973 la Corte Penal encontró culpable a la doctora Postma de eutanasia voluntaria y ordenó una semana de sentencia suspendida y libertad condicional por un año. En la sesión de la corte, un inspector de salud declaró que el doctor promedio había abandonado la idea de que la vida debía ser prolongada hasta el final. Sin embargo, hay ciertas S condiciones, dijo él: el paciente debe tener una enfermedad incurable, el DO A V R paciente debe encontrarse mental o físicamente bajo sufrimiento E ES R S O insuperable, el paciente debe solicitar la terminación de su vida, debe CH E R enfermedad. DELa Corte aceptó estas condiciones, excepto la última. actuar un doctor, el paciente debe estar en la etapa terminal de su Corte Penal y Corte Suprema, Alkmaar. 1983/1984 Una anciana mujer, que sufría de endurecimiento de las arterias, le era imposible comer o beber y había perdido temporalmente la conciencia poco antes de su muerte, había hecho un Living Will en el cual expresaba su deseo por la eutanasia, y después de recuperar la conciencia, ella la solicitó de nuevo. El doctor consultó a otro médico, quien concluyó que el paciente no podría recuperar su salud. El doctor terminó con la vida del paciente y fue condenado por la Corte Penal del delito bajo el artículo 293 del Código Penal, no se impuso ningún castigo ya que la corte declaró que el doctor había considerado cuidadosamente la decisión y había actuado de acuerdo a las condiciones y opiniones. 69 También en 1983, la Corte de Apelaciones refutó la decisión de la Corte Penal. La Corte decidió que la opinión de la eutanasia aún no estaba clara, y que la actitud del doctor podría ser vista como socialmente aceptada. El doctor aseguraba que había actuado en defensa de la necesidad, pero la Corte no estaba de acuerdo con esto. La corte decidió que aunque el paciente estaba bajo sufrimiento insuperable, no estaba claro si el doctor no había tenido otra opción más que la terminación de su vida. Sin embargo, ya que el doctor encontró su propia actuación correcta, y la Corte consideraba cuidadosa, no se impuso ningún castigo. S DO A V R En apelación, en 1984 la Corte Suprema derogó esta convicción. E ES R S O Mantenía que el doctor estaba bajo el derecho a la defensa por necesidad CH E R un conflicto DEde responsabilidad entre preservar la vida de un paciente por bajo el artículo 40 del Código Penal. La Corte aceptó que él había sufrido un lado, y aliviar el dolor, por el otro. La Corte decidió que el conflicto debía ser resuelto en la base que la opinión responsable del médico. En esté caso el doctor fue encontrado de haber resuelto el conflicto apropiadamente y se le retiraron todos los cargos. Corte Penal, Assen y Corte Suprema, Leeuwarden. Caso Chabot. 1993/1994 En 1991 el doctor Chabot asistió a una mujer de cincuenta años para cometer suicidio prescribiéndole una dosis letal de drogas. Su paciente tenía una larga historia de sufrir depresión, un violento matrimonio y la muerte de sus dos hijos, uno de cáncer y el otro por suicidio. Luego de la muerte de su segundo hijo, ella decidió cometer suicidio. El doctor Chabot un psiquiatra, diagnosticó que sufría de una severa e insuperable 70 enfermedad mental. Llegó a la conclusión de que podía ayudarle, consultó a un número de colegas, ninguno de los cuales evaluaron la personalidad de la paciente. El doctor Chabot reportó su muerte al forense. Fue acusado bajo el artículo 294 del Código Penal (Según el cual el Código Penal holandés consideraba una ofensa, castigado con hasta 3 años de prisión, a quien intencionalmente incite, asista, o procura que se cometa un suicidio. Este delito aplica a doctores que asistan al suicidio.) En 1993, la Corte Penal decidió que de acuerdo al conocimiento médico y a la ética médica el doctor Chabot se encontraba en un conflicto de deber y juzgó de acuerdo a la necesidad. S DO A V R Posteriormente en 1994, la Corte Suprema decidió que dada la falta E ES R S O de sufrimiento o enfermedad en etapa terminal, no se excluye CH E R E sufrimiento, no cantidadDde automáticamente un caso de defensa de necesidad. Lo que importa es la su origen. Sin embargo, se debió haber llevado mayor cuidado, por lo que la Corte decidió que para que la defensa pueda ser aplicada el paciente debía ser examinado por un médico independiente experto. De acuerdo a esto, el Doctor Chabot fue encontrado culpable del delito bajo el artículo 294 debido a la falta de defensa de necesidad. La Corte Suprema declinó imponer una pena. Corte Penal, LEEUWARDEN. 1997 Un doctor terminó con la vida de una mujer gravemente enferma. En su informe declaró que había muerto por muerte natural y ya que no había muestra de algún consentimiento por parte del paciente para que terminara con su vida y había consultado algún colega fue imputado por asesinato. La Corte lo encontró culpable del delito establecido en el 71 artículo 293 y ordenó una sentencia de seis meses de cárcel por declaración falsa de muerte natural. Derecho a una Muerte Digna en Venezuela Marco Constitucional Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna en Venezuela S DO A V R Es de suma importancia el análisis de la Constitución para el estudio E ES R S O del derecho a una muerte digna, ya que es ahí donde se establecen todos CH E R los cuerpos DEnormativos que integran la legislación venezolana; a esto se los derechos que posee el ciudadano y que son desarrollados a fondo en le debe agregar el que es la Constitución la encargada de incluir en la legislación nacional aquellos derechos fundamentales llamados Derechos Humanos, contenidos en tratados, pactos y otros instrumentos internacionales, y cualquier derecho que reconozca y le merezca protección. En artículos como el 43 (derecho a la vida); 46 (derecho a la integridad personal); 83 (derecho a la salud); 20 (derecho al libre desarrollo de la personalidad), encontramos ejemplos de cómo la Constitución reconoce y tutela basándose en los derechos. Las leyes especiales se encargan de desarrollar los postulados constitucionales, es decir, crean su propio texto legal como desarrollo de una premisa constitucional. Se debe agregar a esto que la misma Constitución deja abierta la posibilidad a la aplicación de tratados y pactos internacionales sobre Derechos Humanos y la forma y procedimientos 72 para ellos en los artículos 22 y 23, esto al principio de progresividad de los derechos lo cual le permite a las personas nunca dejar de poseer derechos, por el contrario estos se van desarrollando y se derivan nuevos derechos igualmente protegidos. El derecho a la vida y el derecho a la salud se mantienen estrechamente relacionados, y esto se traduce exponencialmente en el proyecto de una calidad de vida, la cual, lejos de constituirse en un mero bien jurídico protegido o tutelado por el Estado, especialmente por el derecho penal, es un derecho inmanente del ser humano, que involucra, en su proyecto de progresividad, la defensa de aquellos derechos que no S figuran de manera expresa en su articulado, ya que esto no debe DO A V R entenderse como una negación de los mismos, teniendo en cuenta lo E ES R S O establecido en el artículo 22 de la Constitución. CH E R Por ello,D aE la luz de los artículos 43 y 83 de la Constitución no es posible hablar aisladamente de un derecho a la vida sin considerar el derecho a la salud que forma parte inherente del primero, y nunca mas se podrá referir aisladamente a tales principios sin mencionar que ambos concretan en un derecho a una calidad de vida traducida por los factores antes mencionados. De allí que estos nuevos conceptos han llevado a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en reiteradas oportunidades a considerar la conceptualización de la calidad de vida y al respecto ha sido de afanada al señalar en concreto: “Estas ideas llevan, a su vez a la Sala a delimitar qué debe entenderse por calidad de vida. Desde un punto de vista estricto, que es el que interesa a esta Sala, la calidad de vida es el producto de la satisfacción progresiva y concreta de los derechos y garantías constitucionales que protegen a la sociedad como ente colectivo, como cuerpo que trata de convivir en paz y armonía, sin estar sometida a manipulaciones o acciones que generen violencia o malestar colectivo, por lo que ella, en sentido estricto, no es el producto de derechos individuales como los contenidos puntualmente en el capítulo de los derechos humanos, sino del 73 desenvolvimiento de disposiciones constitucionales referidas a la sociedad en general, como lo son –sólo a título enunciativo- los artículos 83 y 84 que garantizan el derecho a la salud; el 89, que garantiza el trabajo como hecho social; los derechos culturales y educativos contenidos en los artículos 99, 101, 102, 108, 111, 112 y 113 de la carta fundamental; los derechos ambientales (artículos 127 y 128 eiusdem); la protección del consumidor y el usuario (artículos 112 y 114), el derecho a la información adecuada y no engañosa (artículo 117) y, los derechos políticos, en general. (TSJ-SC. Decisión 656, 30-Jun-2000; entre otras)” Así pues, esta calidad de vida, informada por la conjunción de nuestros principios constitucionales contenidos en los artículos 83 y 43, lo que ha S DO A V R llevado a adelantar, en el proyecto de reforma del código penal una E ES R S O alternativa viable, siempre opcional no obligatoria, para que aquellos que no consigan objeción alguna de conciencia, puedan tener posibilidad de CH E R E llámeseD el paciente en fase terminal, el profesional de la salud que velar adaptarlas dentro de su vinculo normal de desempeño a esta sociedad, por su paciente, como persona, como sujeto de una relación jurídica, desde su inicio hasta su finalización. Marco Penal Vinculado con el Derecho a una Muerte Digna en Venezuela. Inducción o Ayuda al Suicidio vs. Muerte por Piedad En Venezuela, como en la mayoría de los países el suicidio es una conducta no delictiva, si el suicidio se consuma no existe la posibilidad de castigar a aquél que lo cometa, pues la pena, esencialmente una retribución, no puede operar como tal sobre un muerto. Para Grisanti-Aveledo (2006: 67) Inducir al Suicidio significa determinar o persuadir a otra persona que se quite la vida, es decir el inductor hace nacer en la mente del inducido la idea, que antes no tenía, 74 de privarse de la existencia. Así pues, la inducción implica que el suicida no hubiera tomado la resolución de darse muerte de no haber sido por la actuación del inductor. De acuerdo al artículo 414 del Código Penal venezolano, para que la inducción y/o ayuda al suicidio constituya un delito es indispensable que el suicidio de la persona inducida o auxiliada se consume. En consecuencia, si tal suicidio no llega a realizarse, no es posible responsabilizar penalmente al inductor. Según el Código Penal en virtud del requisito de punibilidad el delito de inducción y/o ayuda al suicidio no S admite la tentativa ni la frustración, por los siguientes motivos: si no se ha DO A V R satisfecho el requisito de punibilidad, no existe delito alguno si en cambio E ES R S O se ha cumplido tal requisito; vale decir, si la persona inducida o ayudada CH E R E nuestro Código Penal, la pena aplicable al inductor y/o suicidio.D Según se quita la vida existe consumación del delito de inducción y/o ayuda al auxiliador es de presidio de siete a diez años, lo que arroja un término medio de ocho años y seis meses de prisión. Según Grisanti-Aveledo (2006: 68-69) la diferencia esencial que existe entre la inducción y la ayuda al suicidio puede sintetizarse en los siguientes términos: la inducción consiste en hacer nacer en la mente del sujeto pasivo la idea, que anteriormente no tenía, de suicidarse; en cambio la ayuda se presta a una persona que ya ha decidido suicidarse. Para Aguilar-Guevara, Presidente-Fundador de la Asociación Venezolana del Derecho a Morir con Dignidad, es preciso aclarar que para el cabal entendimiento del Derecho a Morir con Dignidad, deben formularse algunas premisas fundamentales sobre las cuales se desarrolla el nuevo paradigma de la relación médico-paciente; siendo según él la primera de ellas: la aceptación universal, pacífica, solidaria, en la doctrina internacional, del modelo horizontal de la relación médico- 75 paciente, ya que ésta es la expresión máxima de la manifestación del principio de autonomía de voluntad y autodeterminación, para que la persona en ejercicio pleno de sus derechos pueda tomar las decisiones concernientes a su proyecto de vida y de salud. Este derecho de las personas a la autonomía de la voluntad y autodeterminación, dentro del nuevo de relación horizontal médicopaciente, deviene informado, sustentado, y correlacionado con algunos principios constitucionales entre los cuales encontramos: la integridad física, psíquica, moral, no pudiendo nadie ser sometido a exámenes médicos ni de laboratorio, ergo, nadie puede ser sometido a tratamiento sin su consentimiento informado previo (C.R.B.V S DO A V R 46, 3); libre desenvolvimiento de la personalidad (Artículo 20); a la información E ES R S O oportuna y veraz (Artículo 58); a la salud, como parte inmanente del CH E R un derecho DEa la salud desde un punto de vista integral, holístico, que derecho a la vida del cual forma parte (Artículo 83) y en el entendido del abarca, no solamente un bienestar físico, mental y social, sino que depende del óptimo grado de confluencia de factores que interviene en la salud: medio ambiente y ecológico, biodiversidad, familia, trabajo, recreación, paz social, etc. y que concluye, inexorablemente en un proyecto de vida que significa, aun mas que un simple vivir, se traduce en una calidad de vida necesaria para que este derecho a la vida quede finalmente consagrado; de la liberta de culto y religión (Artículo 59); libertad de consciencia ( Artículo 51) ; y de no discriminación (Artículo 21). La segunda premisa a presentar es aquélla que tiene que ver con el derecho a la vida. Para Aguiar-Guevara “el principio del derecho a la vida, consagrado en nuestra constitución…, y siendo que viene acompañado con el epíteto “… por tanto nadie podrá imponer la pena de muerte…” está referido al principio garantista que el Estado me debe para que, aun cuando me aparte del patrón de comportamiento esperado por una sociedad determinada, de acuerdo con las normas de conducta 76 preestablecida y aceptada, pueda yo ser sancionado con cualquier tipo de pena pero nunca a costa de mi vida. Es por ello que he mantenido que el principio constitucional del derecho a la vida no puede nunca, ad libitum, ser traducido en una obligación de vivir…” Las premisas introductorias, así consideradas, inducen, dentro del marco del proyecto de reforma del Código Penal, a la discusión de si las personas, en expresión de su derecho a la autonomía de la voluntad y autodeterminación, pueden, por ejemplo, rechazar tratamientos médicos; no solamente en el caso de rehusarse a aceptar medidas extraordinarias de sostén de vida (UCI, ventiladores mecánicos, resucitación cardio S pulmonar, etc.) sino también a ciertos tratamientos que, desde la óptica DO A V R del derecho a la libertad de culto y religión, podía rehusarse una persona E ES R S O a una transfusión de sangre, como en el caso de los testigos de Jehová, CH E R E muerte digna antes de violentar sus principios de fe y enfrentar Duna quienes dentro de sus profundas convicciones religiosas prefieren convicción religiosa que, aunque diferentes a las del médico, éste se debe a su respeto, por mandato constitucional. El Proyecto de Reforma del Código Penal, presentado por el Magistrado Doctor Angulo Fontiveros y sus colaboradores, significa un exhaustivo trabajo que, si bien pudiese tener algunos aspectos contradictorios entre diversos, honestos y serios doctrinarios del derecho, contiene aspectos relevantes de avanzada que muy bien vale la pena considerar a los efectos de la perfectibilidad que el mismo proyecto significa. Así pues, el artículo 217 del Anteproyecto del Código Penal discrimina la eutanasia o muerte piadosa de la siguiente manera: No comete delito quien para evitar o aliviar el inaguantable dolor o sufrimiento al que padece una enfermedad terminal o incurable, haga cesar el tratamiento médico a sabiendas de que podría sobrevenir la muerte o aun que la producirá. Tampoco comete delito quien administre a un enfermo tal calmante en dosis masivas que puedan mitigar el dolor pero 77 también provocar la muerte. No cometerá delito el que por piedad y de modo directo cause la muerte para mitigar su dolor y sufrimiento. En todos estos casos se requieren indefectiblemente el consentimiento del paciente y dado de un modo consciente, expreso e inequívoco. Si no estuviera en condiciones de dar su consentimiento, este podrá ser suplido por un testamento vital o documento autentico en el cual haya manifestado su deseo acerca de los tratamiento médicos que desea recibir o no recibir en caso de sufrir una enfermedad terminal o irreversible, cuando ésta le impidiere expresar de viva voz o directamente en tal eventualidad. El testamento mencionado debe ser evaluado por una comisión integrada por un familiar del paciente; un médico y un abogado designado por el Estado. A esta comisión podrá agregársele un médico y un abogado designado por la familia. Si hubiera desacuerdo entre los integrantes de la comisión, estos deberán enviar inmediatamente a un tribunal penal, al que corresponderá la decisión definitiva sobre el caso. E ES R S O H EC R E D S DO A V R Si pese a que no hubiera tal consentimiento ni aquel testamento o documento auténtico, alguna persona da muerte a otra y comprobare que mediaron razones de misericordia, se tendrá esta acción como un homicidio pero la pena de prisión será de cinco años y multa de 100 a 500 unidades tributarias Regulación de la Deontología Médica en Venezuela El Código de Deontología Médica de Venezuela fue aprobado durante la CXL Reunión Extraordinaria de la Asamblea de la Federación Médica Venezolana, realizada en Cumaná del 24 al 26 de Octubre de 2004. En el titulo Segundo, Capitulo 5 se establece cómo se debe tratar a un Enfermo Terminal, que es definido por el mismo Código en su artículo 75 como: La persona que como consecuencia de una enfermedad o lesión grave, con diagnósticos médicos ciertos y sin posibilidad de tratamiento curativo, tiene expectativa de vida reducida entre pocas horas y tres meses. 78 De igual forma, el artículo 78 del mencionado Código establece que los enfermos terminales que se encuentran competentes tienen derecho a participar en las decisiones referentes a su padecimiento y podrán rehusar cualquier procedimiento diagnóstico o terapéutico y su determinación debe ser respetada por el médico aunque colida con lo que se considere como lo mejor. El artículo 79 declara que: “Los objetivos fundamentales en el tratamiento de un paciente terminal son el alivio del sufrimiento, propiciar la mayor comodidad posible, facilitar el contacto con los seres queridos, recibir la ayuda espiritual del ministro o sacerdote de su religión, si la tiene y así lo desea, y finalmente, ayudarlo a enfrentar la muerte con dignidad ” E ES R S O S DO A V R Por su parte el artículo 82 expone que ningún Enfermo Terminal será sometido a medidas extraordinarias que sólo prolonguen su agonía y no H EC R E D reserven su vida; y el artículo 83 ejusdem establece que; Cuando un paciente terminal padezca de dolor el médico auspiciará el empleo de analgésicos en dosis suficientes para calmar el dolor. En ocasiones en los cuales se teme que con el aumento progresivo de la dosis de analgésicos potentes, se pueda acortar el proceso vital por la depresión de los centros nerviosos que regulan la respiración, se debe proceder dando prioridad al objetivo de la analgesia como efecto primario buscado, por sobre el eventual efecto indeseable 79 MAPA DE CATEGORIAS Objetivo General: Estudiar los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el Derecho a una Muerte Digna y su posible aceptación en la legislación venezolana. Objetivos Específicos Categorías Subcategorías Unidad de Análisis Analizar los fundamentos de Los fundamentos de la -Kant la legislación de los Países legislación de los Países -Derecho a la Muerte Digna -Mill Bajos y España sobre el Bajos y de España y - Derecho a la Muerte Digna -Charlestworth derecho a una muerte digna y determinar la posibilidad de en los Países Bajos -Legislación de los Países su posible aceptación en la aceptación en la legislación Derecho a la Muerte Digna en Bajos, España y Venezuela legislación venezolana. venezolana España -Jurisprudencia de los Países - Derecho a la Muerte Digna Bajos, España y Venezuela en Venezuela S O ECH DER Realizar la comparación de los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana S O D VA R E S RE Comparar los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y de España y determinar la posibilidad de aceptación en la legislación venezolana -Derecho a la Muerte - Derecho a la Muerte Digna en los Países Bajos Derecho a la Muerte Digna en España - Derecho a la Muerte Digna en Venezuela Fuente: Andrade y Huérfano (2009) 80 -Legislación de los Países Bajos, España y Venezuela -Jurisprudencia de los Países Bajos, España y Venezuela H EC R E D E ES R S O S DO A V R CAPÍTULO III. MARCO METODOLOGICO Una muerte bella honra toda una vida Francesco Petrarca CAPÍTULO III MARCO METODOLÓGICO En este capítulo se presenta la estructura metodológica del proyecto, S en el cual se señala la naturaleza del mismo, las técnicas e instrumentos DO A V R para la recolección de los datos, las fuentes documentales de información E ES R S O y la metodología utilizada para la evaluación de las alternativas de H EC R E D solución al problema. Tipo de Investigación Según Fernández, Hernández y Baptista (2006), la investigación descriptiva busca: Especificar las propiedades, las características y los perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis. A esto puede añadirse que la investigación también es jurídicodescriptiva, cuyo alcance: Tiene como objeto lograr la descripción del tema que se estudia, interpretando (lo que es). Utiliza el método de análisis, y de esta forma el problema jurídico se descompondrá en sus diversos aspectos, permitiendo 82 ofrecer una imagen del funcionamiento de una norma o institución jurídica tal y como es. (Sánchez, 2007). La investigación realizada se caracteriza por presentar un análisis documental jurídico-descriptivo de la aplicabilidad de los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una muerte digna, para así determinar si los mencionados fundamentos pueden ser aceptados en la legislación de Venezuela, pues en ella se estudia la multiplicidad de aspectos que lo componen. Diseño de la Investigación E ES R S O S DO A V R “El diseño de la investigación es la estrategia que adopta el H EC R E D investigador para responder al tema planteado”. (Arias, 2006). Con respecto a la investigación de tipo documental, Arias (2006) señala: La investigación documental es un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación de datos secundarios, es decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores en fuentes documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas. Como en toda investigación, el propósito de este diseño es el aporte de nuevos conocimientos. Para el desarrollo de este trabajo se hizo necesaria la elaboración de un plan de actividades, él cual contempló diversas fases, como son: arqueo bibliográfico, lectura, recolección, selección, procesamiento, registro, análisis e interpretación de los datos. 83 Partiendo de la naturaleza del tema objeto de estudio, para el alcance de los objetivos planteados en la investigación y en virtud de las actividades indicadas, se llevó a efecto el análisis de las fuentes documentales, tales como la doctrina nacional y foránea sobre la materia, así como también la legislación y la jurisprudencia foránea, al igual que los artículos científicos publicados vía tradicional o electrónica, artículos de prensa, enciclopedias, diccionarios y los instrumentos jurídicos que existen sobre la materia, de lo que se desprende que la investigación es producto de un diseño documental. Fuentes Iniciales E ES R S O S DO A V R CH E R contienen información original resultante de un proceso intelectivo de DE Según la doctrina, son fuentes de información primaria, las que investigación, creación o desarrollo; su objetivo es comunicar los resultados del conocimiento y de la creación. En tanto que las fuentes de información secundaria, son aquéllas que comprenden información primaria reelaborada, sintetizada y reorganizada, o remiten a ella, estando diseñadas especialmente para facilitar y maximizar el acceso a las primeras. (Hochman y Montero, 1978.) En la elaboración de la presente investigación se utilizaron como fuentes de información primaria: - Textos especializados en el derecho a una muerte digna. - Textos de Bioética. - Constituciones de Venezuela, Países Bajos y España. - Legislación de Venezuela, Países Bajos y España. - Jurisprudencia de Venezuela, Países Bajos y España. 84 Las fuentes de información secundaria empleadas en la preparación del proyecto fueron: - Páginas Web especializadas en el derecho a una muerte digna. - Diccionarios Jurídicos y Políticos. - Película “Mar Adentro”, (2004). Técnica de Recolección de Datos De acuerdo con la doctrina, las técnicas de recolección de datos son S los medios utilizados para obtener la información, en tanto los DO A V R instrumentos abarcan los materiales empleados para la recolección y E ES R S O almacenamiento de los datos. (Arias, 1999). CH E R La técnica DE utilizada en el desarrollo de la presente investigación fue la observación documental, según lo señala Arias (2006): La observación es una técnica que consiste en visualizar o captar mediante la vista, en forma sistemática, cualquier hecho, fenómeno o situación que se produzca en la naturaleza o en la sociedad, en función de unos objetivos de investigación preestablecidos. Observación que se obtiene de los datos referidos a los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una muerte digna para su aceptación en la legislación de Venezuela. Como instrumentos de recolección, se ha empleado, en primer lugar, el sistema folder, a través del cual se depositan en hojas sueltas los materiales obtenidos, siendo este el que “se acostumbra cuando se toman notas continuas de un libro o cuando los contenidos son muy extensos” (Tamayo y Tamayo. 2002). El segundo instrumento de recolección es el 85 sistema de fichas, que consiste en vaciar la información considerada importante en cartulinas, para ello existen las fichas bibliográficas y las fichas de dato, en las primeras se anotan la descripción y catalogación de una obra, mientras que en la segunda se encuentra el contenido de interés y la indicación de su fuente. (Tamayo y Tamayo, 2002). Instrumento de Recolección de Datos La técnica de registro de datos puede ser definida como: S DO A V R …el proceso por el cual cada unidad de registro es codificada y descrita en forma analizable. La codificación es, a su vez, el proceso por el cual los datos brutos son sistemáticamente transformados y clasificados en categorías que permiten la descripción precisa de las características importantes del contenido. (García, Ibánez, Alvira, 1996). E ES R S O H EC R E D Dentro de las técnicas de registros de datos se pueden encontrar las siguientes técnicas: el subrayado, el resumen y el esquema. La Técnica del Subrayado …consiste en destacar las ideas fundamentales de un texto, las palabras claves significativas, para que al leerlo captemos rápidamente lo más importante de la lectura. Se recomienda subrayar: las ideas principales; separar diferentes definiciones de autores; para localizar más fácilmente una palabra o argumento, etc. En esa técnica, el investigador deberá apoyarse en signos convencionales como líneas, así como de lápices o marcadores de colores. Se puede hacer uso de diferentes tipos de subrayado como: doble línea, para resaltar las ideas principales, una línea, para las ideas secundarias. El subrayado sirve de guía para la realización de resúmenes y esquemas. (Sánchez, 2007). 86 Ahora bien, la Técnica del Resumen según Sánchez (2007), señala: Una vez leído y valorado el material jurídico de la investigación, se procede a registrar aquellos datos que van a ser utilizados, resaltando las ideas más importantes de la lectura, de forma abreviada, utilizando las mismas ideas del autor y subrayándolas para luego repasar con mayor facilidad el texto resumido cuando sea necesario. Su extensión suele ser variada de acuerdo a la fuente que se trabaje, puede ser desde un párrafo hasta un libro, sentencia, tratados y leyes, ya que su objetivo es abreviar en lo posible el contenido de un texto, sin perder las ideas del autor. E ES R S O S DO A V R Finalmente, la Técnica del Esquema según Sánchez (2007), establece: CH E R DE se conoce También como bosquejo. A través de esta técnica de estudio se permite presentar en forma organizada y breve, las ideas fundamentales de un texto, y orienta además el desarrollo de la investigación. En el esquema podemos utilizar las siguientes nomenclaturas: números romanos, números arábigos, letras. Técnica de Análisis de Datos Las diferentes ramas del saber presentan características diversas: la presente investigación se encuentra inmersa dentro del área del Derecho. Por ello, para el análisis e interpretación de los datos que permiten obtener los resultados a los objetivos planteados, se consideró necesaria la aplicación de técnicas interpretativas propias del área jurídica, sin descuidar el tratamiento especial que debe otorgársele a los aspectos políticos y sociales que complementan el cuerpo del trabajo in comento. 87 Por ello, luego de la observación documental, se procedió a la escogencia de los datos que se consideraron imprescindibles para el desarrollo de la investigación. Una vez obtenido y clasificado su análisis, se elaboró una matriz en la cual se establecieron las categorías a estudiar. Asimismo, para la obtención del primer objetivo específico y los rasgos jurídicos de los objetivos restantes de la investigación presentada, se utilizaron las siguientes técnicas y métodos: -La Hermenéutica, cuya base radica en ir al núcleo del significado de las fuentes y fijar desde allí al verdadero sentido de las mismas, guardando S para ello profunda relación con la interpretación de los textos legales. DO A V R - La interpretación de las leyes, dado que “la aclaración fundada de la E ES R S O letra y el espíritu de las normas legales, para conocer su verdadero H EC R E (Cabanellas, 1993) D sentido y determinar el alcance o eficacia general o en un caso particular” - El Derecho Comparado, el cual consiste en el “…estudio de las semejanzas y diferencias entre los ordenamientos jurídicos de dos o más países”. (Ossorio, 2001) Para el desarrollo de los objetivos segundo, tercero y cuarto de la investigación, se aplicó el análisis deductivo, razonamiento que va de lo general a lo particular o específico”. (Arias, 1999). De igual manera, se evaluaron los referidos aspectos dentro del marco social en el cual se desenvuelven, puesto que, esta investigación por ser propia de una rama social, no debe alejarse de las circunstancias y elementos propios de la naturaleza del lugar al cual pertenece, de lo contrario se perdería su fundamento, debido a que su justificación radica en que sirva de sustento a la investigación. 88 E ES R S O H EC R E D S DO A V R CAPÍTULO IV. ANALISIS DE LOS RESULTADOS El suicidio es la forma en la que el hombre le dice a Díos “No puedes despedirme, renuncio” Bill Maher 89 CAPITULO IV ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS Los resultados del presente estudio que se exponen a continuación, se corresponden con el análisis elaborado por los investigadores, conforme a los objetivos trazados y a la opinión personal formada con base en la S DO A V R observación de la legislación, doctrina y jurisprudencia respectiva. E ES R S O H EC R E D En éste ámbito, los primeros resultados a ofrecer se desprenden del primer objetivo de investigación: Analizar los fundamentos de la legislación de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana. En este sentido, se deben explicar los fundamentos de ambas legislaciones, el por qué es aceptado o no el derecho a una muerte digna en estos países. Así pues, se obtiene que en los Países Bajos el derecho a una muerte digna es aceptado desde el año 2001, cuando entró en vigencia la Ley de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio al Suicidio, gracias a la cual los ciudadanos de los Países Bajos, si así lo desean, pueden solicitar el derecho a una muerte digna, en los casos contemplados por la Ley. 90 La mencionada Ley exige ciertos requisitos para que una persona pueda solicitar el derecho a una muerte digna y para que el doctor al que se le solicita acceda a aplicarla, los cuales están establecidos en 2 de la Ley, donde se dispone que el médico tratante debe: 1. Estar seguro que la petición hecha por el paciente no está influida por alguien mas y éste lo ha meditado profundamente; 2. Estar convencido que el paciente no va a mejorar y sufre a un grado insoportable; 3. Haber informado al paciente de sus posibilidades de vida o en este caso la falta de ellas; 4. El paciente y el médico están convencidos que no hay solución para la OS D A V ha visto al paciente y Rquien Se ha consultado al menos a otro médico, E S E Rcumplimiento ha emitido un informe O sobre el de los requisitos antes S H EC mencionados. R E D situación en la que está el paciente; y, 5. La Ley también dispone el procedimiento a seguir cuando es un menor el que solicita el derecho a una muerte digna y lo hace dividiendo a los menores en 2 grupos, de la siguiente forma: aquellos jóvenes que se encuentren entre los 12 y 17 años y se considere que están en condiciones de realizar una valoración razonable sobre sus intereses. En esta situación, pueden solicitar el derecho a una muerte digna y el médico puede atender su petición, siempre que los padres (o alguno de ellos) que ejerza(n) la patria potestad de dicho paciente o la persona que tenga la tutela del menor esté(n) de acuerdo con la terminación de la vida del paciente o con el auxilio al suicidio. En el caso de que sea un menor con edad comprendida entre 17 y 18 años y se considera igualmente que ha realizado un valoración razonable de su situación, si la persona que tenga su patria potestad o tutela ha participado en la toma de la decisión final. Adicional a esto, la Ley establece para los pacientes que tengan al menos 16 años y que no estén en posición de expresar su voluntad por lo avanzado de su enfermedad, pero que estuvieron en condiciones de realizar la 91 mencionada valoración y haya dejado una declaración escrita de su petición de terminación de vida, es decir un living will o testamento vital, se puede atender a su petición. La Ley también establece las Comisiones Regionales de Comprobación de la Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio al Suicidio, las cuales se encargarán de verificar que las solicitudes que se han hecho efectivas, hayan seguido el procedimiento anteriormente establecido. OS D A RlaVterminación de la vida a que ellas juzgarán si el médico que ha realizado E S E ha actuado conforme a los R S petición del paciente o el auxilio al suicidio, O H C E requisitos de cuidado ER referidos en el artículo 2; además, podrán solicitar al D médico que complemente su informe por escrito u oralmente, siempre y cuando Entre las obligaciones que deben cumplir las Comisiones, tenemos esta medida se considere necesaria para juzgar convenientemente la actuación del médico. Igualmente, las Comisiones podrán pedir información al médico forense, al asesor o a los asistentes pertinentes, en caso de ser necesario para poder juzgar adecuadamente la actuación del médico. Cada Comisión está compuesta por un número impar de miembros, de los cuales al menos uno deberá ser abogado, quien a la vez será presidente, un médico y un experto en cuestiones éticas o en problemas de aplicación de las normas al caso concreto. También formarán parte de la Comisión los suplentes de cada una de las personas antes mencionadas. Los miembros de dicha Comisión serán nombrados por los ministros del país por un periodo de 6 años. De igual forma, los ministros deben nombrar un secretario y uno o varios secretarios suplentes, quien tendrá un voto consultivo en las reuniones de la Comisión y sólo debe rendir cuentas de su trabajo ante dicha Comisión. El presidente, miembros y suplentes de las Comisiones pueden solicitar su 92 renuncia a los ministros, y los ministros pueden despedir a los integrantes de las Comisiones por razón de ineptitud o incapacidad o por cualquier otra razón bien fundada. En cuanto a las remuneraciones, el presidente, los miembros y los suplentes recibirán dietas y el reembolso de los gastos de viaje y alojamiento, conforme al actual baremo oficial; lo anterior es válido en la medida en que no se conceda por otro concepto una remuneración del Tesoro Público por concepto de los gastos citados. OS D A RV comunicará al médico Una vez realizadas las deliberaciones, la Comisión E S E R S por escrito su dictamen motivado, dentro del plazo de seis semanas contadas a O H EdelCinforme que éste debe entregar. Dicho plazo puede partir de la recepción R E D ser prolongado una sola vez por un máximo de seis semanas y debe ser comunicado al médico; entonces la Comisión tendrá competencia para dar una explicación oral al médico sobre su dictamen. Esta explicación oral podrá realizarse a petición de la Comisión o a petición del medico. La Comisión también debe comunicar de su decisión a la Fiscalía General del Estado y al inspector regional para la asistencia sanitaria, en el caso de que, en opinión de la Comisión, el médico no haya actuado conforme a los requisitos o que se produzca una situación como la recogida en el artículo 12, última frase de la Ley Reguladora de los Funerales (que dice así: en caso de que el fiscal, en los casos referidos en el artículo 7, párrafo segundo, considere que no puede proceder a expedir una certificación de no objeción al entierro o a la incineración, se lo comunicará inmediatamente al forense municipal y a la comisión regional de comprobación a la que se refiere el artículo 3 de la Ley de comprobación de la terminación de la vida a petición propia y de auxilio al suicidio.) y debe facilitar a la Fiscalía toda información que solicite y se considere necesaria para juzgar la actuación del médico o para una investigación criminal, todo esto debe ser informado al médico. 93 La Comisión está encargada de llevar un registro de los casos de terminación de la vida a petición propia o de auxilio al suicidio que se hayan notificado y sometidos a su juicio. Luego de las deliberaciones, se hará un dictamen que se aprobará por mayoría simple de votos y que sólo será valido si todos los miembros de la Comisión toman parte en la votación. Se debe mantener la confidencialidad de los datos a los que dispongan los miembros y sus suplentes, salvo que alguna disposición legal les obligue a comunicarlo o que su tarea haga necesaria la realización de un comunicado. La Ley establece que una vez al año, antes del 1 de abril, las Comisiones S DO A V R deberán presentar ante los ministros un informe común del trabajo realizado en E ES R S O el pasado año natural. En el informe del trabajo realizado se hará mención al número de casos notificados de terminación de la vida a petición propia y de CH E R E la naturalezaD de estos casos; los dictámenes y las consideraciones acerca de auxilio al suicidio y sobre los cuales la Comisión hubiese emitido un dictamen; los mismos. Una vez analizados los anteriores elementos, se observa que la legislación de los Países Bajos tiene muy en cuenta el principio de autodeterminación de las personas, puesto que permite a los ciudadanos comprendidos en las edades permitidas ejercer su voluntad y libre desenvolvimiento, permitiéndoles decidir si desean o no continuar viviendo una vida que algunos no considerarían digna o morir dignamente y sin más sufrimientos tanto para ellos como para sus familiares. En cuanto al derecho a la Vida, la Constitución de los Países Bajos, así como los tratados suscritos por sus gobiernos, admiten y protegen el derecho a la vida; pero a diferencia de otros países, no exigen que este derecho sea 94 protegido a costa de la dignidad humana de sus ciudadanos; al contrario, les permite elegir entre el derecho a la vida y el derecho a una muerte digna. Ahora bien, la legislación española ofrece un punto de vista completamente opuesto al de los Países Bajos, puesto que en España el derecho a una muerte digna no es aceptado como tal, sino como un delito tipificado en el Código Penal en el artículo 143, y es castigado con cárcel. En los últimos años, el derecho a una muerte digna ha creado un revuelo en el territorio español, puesto que se sabe de personas que han intentado ejercer S su derecho a una muerte digna de manera legitima, llegando a solicitar su DO A V R muerte a instancias superiores como el Tribunal Constitucional español. Tal es E ES R S O el caso de Ramón Sampedro, quien años después de quedar parapléjico CH E R el cual es denegado DE en repetidas ocasiones. Sin embargo, esto no impidió que solicita ante los tribunales respectivos ejercer su derecho a una muerte digna, Sampedro, con ayuda de Ramona Maneiro, lograra alcanzar su meta que era morir con dignidad. por medio de una dosis de cianuro que le fue facilitado por la señora Maneiro, hecho que fue grabado y posteriormente enviado a los tribunales españoles para que los magistrados observaran que Sampedro no necesitó la aprobación de los tribunales para ejercer su derecho. También cabe mencionar el caso Leganés, según el cual en un hospital madrileño se reportaron las muertes de una cantidad alarmante de ancianos, de forma casi sucesiva. En las investigaciones se encontró que los médicos del Hospital mencionado estaban inyectando a los pacientes de avanzada edad altas dosis de calmantes, a tal punto que les provocaron la muerte, por la gran cantidad de químicos que destruyeron sus sistemas inmunológicos. Hasta la fecha, este caso no ha sido resuelto por los tribunales españoles. 95 Sin embargo, se encuentra una disyuntiva en la legislación española, ya que si bien el derecho a una muerte digna no es aceptado por esta legislación, el Código de Deontología Médica española admite que se le pueden suministrar gran cantidad de sustancias analgésicas que reduzcan el dolor insoportable de un paciente terminal, aún a costa de la reducción de su tiempo de vida. También se encuentra otra disyuntiva en la legislación española al admitir el testamento vital, gracias al cual un ciudadano español establece a qué medios extraordinarios desea ser sometido en caso de sufrir un accidente o enfermedad grave que lo deje sin posibilidad de expresarse antes de morir. E ES R S O S DO A V R Según esta legislación, la persona que desea hacer un testamento vital CH E R E para validar D el documento, el cual debe ser autenticado o registrado y debe debe seguir los requisitos establecidos por la ley especial de su departamento contener la firma de dos testigos. Según organizaciones pro-derecho a una muerte digna en España, se recomienda dejar una copia a uno de estos testigos para que, en el caso de que los familiares o médicos del paciente no cumplan con su voluntad, el testigo pueda presentar el testamento vital y hacer valer la voluntad del paciente terminal. Como se había mencionado con anterioridad, la legislación española repudia el derecho a una muerte digna. De hecho, desde el año 1995 cuando entra en vigencia el nuevo Código Penal español, en el artículo 143 se establece como delito la eutanasia, dándole el nombre de inducción o auxilio al suicidio, estableciendo diferencias entre ellos y las diferentes penas por la práctica del denominado delito. Esta legislación muestra que, a pesar de proteger el derecho al libre desenvolvimiento, viola el principio de la autodeterminación al no permitir a un 96 ciudadano español terminar con su vida si éste considera que su vida no es digna. Pero se debe resaltar nuevamente que la legislación se contradice puesto que, aunque no admite en su legislación el derecho a una muerte digna, si permite que sus ciudadanos utilicen el testamento vital, permitiéndoles así prever que, en caso de sufrir un accidente o enfermedad mortal, les impida expresar su decisión acerca de los medios extraordinarios que desean para ser sometidos. España, por su parte, al igual que la mayoría de los países en el mundo, tiene un carácter paternalista con sus ciudadanos, por lo que exige que el S derecho a la vida sea protegido a toda costa. Si bien es cierto que sin la vida no DO A V R se pueden ejercer los demás derechos, también es cierto que sin calidad de E ES R S O vida, la misma no puede ser disfrutada y, por lo tanto, no pueden ser ejercidos H EC R E D los derechos que ella provee. En cuanto al objetivo Realizar la comparación de los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana, se obtiene que: Países Bajos España Este derecho es aceptado El derecho a una muerte desde el 1ro de abril del digna no es reconocido, de año 2002, introdujo cuando la Ley se hecho el artículo 143 del de Código Penal español lo de tipifica como un delito. comprobación terminación de la vida a petición propia y del auxilio DERECHO A LA al suicidio, según la cual un VIDA VS paciente DERECHO A cumpla con los requisitos terminal 97 que UNA MUERTE establecidos por la Ley, DIGNA puede solicitar su derecho a una muerte digna. La Ley acepta legítimas escritas las y como directivas orales para Si bien la legislación no solicitar la eutanasia. Por admite el derecho a una esto, el médico que asiste muerte digna, sí admite que al paciente terminal sea utilizado el testamento S considera válida una orden vital, gracias al cual un DO A V R escrita u oral, cuando el ciudadano español puede paciente SE dejar las indicaciones pueda E R OS no CH E R DE de su enfermedad. La Ley expresarlo por lo avanzado necesarias sobre los medios extraordinarios que establece cláusulas según desea o no ser sometido, las cuales puede el paciente en caso de sufrir un indicar anterioridad con accidente o enfermedad que desea que le impida expresar sus terminar su vida si se deseos. encuentra experimentando sufrimientos insoportables, sin posibilidad de mejoras DERECHO A LA en circunstancias donde VIDA VS sea incapaz de expresar DERECHO A sus deseos por sí mismo. UNA MUERTE DIGNA En los Países Bajos se permite a los pacientes menores de edad (12 a 18 años) solicitar el derecho a 98 una muerte digna. El doctor puede acceder a su En España no es permitido petición si considera que el que un paciente menor o paciente ha realizado una mayor de edad solicite a un profunda reflexión sobre su médico el ejercicio del decisión y tiene la derecho a una muerte aprobación de aquella(s) digna, sin embargo es persona(s) que ejerzan su permitido que los patria potestad o guarda y ciudadanos españoles custodia. mayores de edad utilicen el También permite la testamento vital, esto crea S utilización del living will o una disyuntiva en la testamento vital de DO A V R un legislación, ya que gracias E ES R S O paciente menor de edad al testamento vital se está CH E R DE enfermedad que, por lo avanzado de su ejerciendo de cierta forma no pueda el derecho a una muerte expresarse por sí mismo, si digna de una forma legítima el médico tratante y no contraria a la Ley. considera que la decisión del paciente fue reflexionada profundamente y que era consciente DERECHO A LA de lo que estaba solicitando. VIDA VS DERECHO A UNA MUERTE En los Países Bajos se DIGNA protege el derecho a la vida, así lo establece su constitución y los tratados firmados por el Estado. España, protege el derecho a la vida de sus ciudadanos 99 y lo expresa tanto en su legislación interna como en los convenios o tratados firmados por el Estado Aunque el derecho a la español a lo largo de los muerte digna es aceptado años. por su legislación, la eutanasia sigue tipificada como delito en los artículos En España la eutanasia 293 y 294 del Código está tipificada como delito Penal, pero los doctores no en serán llevados el artículo OS según D A RV a SE tipificación requisitos E R OS los CH E R DE cual será decidido por las establecidos por la Ley, lo otorgue. Comisiones regionales de comprobación de la terminación de la vida a petición propia y del auxilio al suicidio. Si la Comisión DERECHO A LA correspondiente VIDA VS concluye DERECHO A procedimiento UNA MUERTE seguido por el médico DIGNA tratante, que no ésta el fue debe informar a la Fiscalía y a Sanidad, del juicio Código Penal y se paga con siempre y cuando cumplan cárcel, con 143 quienes tomaran medidas contra los médicos, enfermeras y demás personas que hubieran violado la ley, al 100 que sea la se le no cumplir con las normas establecidas. Fuente: Andrade y Huérfano (2009) Una vez analizada la legislación venezolana, se denota que tiene similitudes con la legislación de los Países Bajos y de España, ya que las tres legislaciones tienen como delito el derecho a una muerte digna. A diferencia de los otros países comparados, en los Países Bajos se admite el derecho a una muerte digna, sin dejar de establecer en su legislación los casos en los que este derecho se convierte en delito; es decir, cuando no se cumple lo establecido en la Ley especial, sobre los casos que pueden aceptar o rechazar OS D A V si así lo consideran Rjuzgado el médico y en el caso de que éste no cumpla,E ser S E R S las Comisiones. HO C E DER la petición de un paciente terminal, estableciendo el procedimiento a seguir por También se obtiene que las tres legislaciones protegen celosamente el derecho a la vida y así lo demuestran en sus normas internas y en los tratados o convenios firmados por los Estados respectivos. Se debe resaltar que para Venezuela no sólo es importante el derecho a la vida, sino el derecho a una vida digna, que es la base fundamental del derecho a morir con dignidad, Sin embargo, aunque no acepta el derecho a morir con dignidad, se encuentra una contradicción en la legislación venezolana, ya que según el Código de Deontología Médica, se le permite a los médicos administrar grandes cantidades de analgésicos a los pacientes terminales, aunque esto reduzca el periodo de vida que les resta. Se demuestra así que, aunque inconscientemente el legislador acepta el derecho a morir con dignidad y está en vía de aceptarlo abiertamente, gracias a personas como el Dr. Fontivero y sus colaboradores, quienes crearon el proyecto de reforma del Código Penal, en el cual se deja de ver como delito el derecho a morir con dignidad, sigue estableciendo penas para aquellos que lo practiquen, desvirtuado el verdadero significado del Derecho a Morir con Dignidad. También está Aguiar-Gorrondona 101 importante jurista y presidente-fundador de AV-DMD, gracias a la cual más personas pueden conocer en realidad el derecho a morir con dignidad, cómo debe ser usado y en qué forma otros países lo aplican. Cabe resaltar que se piensa que el venezolano no aceptaría el derecho a morir con dignidad, pero para Aguiar-Gorrondona las estadísticas demuestran lo contrario, ya que un número cada vez más grande de personas ha admitido estar de acuerdo con no prolongar el sufrimiento de pacientes terminales. Así pues, una vez analizada a profundidad las legislaciones, doctrina y jurisprudencia, los investigadores sostienen que el derecho a morir con dignidad puede ser aceptado en la legislación venezolana, previa modificación S de cierta parte de su legislación, que se explicará a continuación: DO A V R E ES R S O 1. Se debe modificar el Código Penal venezolano, el cual debe aceptar el H EC abusen de él.DER derecho a morir con dignidad, sin dejar de establecer penas para aquéllos que 2. Se debe crear una ley especial que regule a profundidad el derecho a morir con dignidad, tomando como base la de los Países Bajos. 3. Tipificar como válido el testamento vital, para que los ciudadanos venezolanos puedan dejar especificaciones sobre los medios extraordinarios a los que desean o no ser sometidos. Se ve así la importancia de los elementos presentes en la legislación de los Países Bajos acerca del tema estudiado. Sin embargo, hay cierto punto en esa ley que no puede ser aplicado en Venezuela: el Derecho a morir con dignidad accesible para los menores. A juicio de los investigadores, dada la idiosincracia del venezolano, seria impensable que un padre venezolano acceda a practicar el derecho a morir con dignidad en su hijo, mucho menos dar su autorización para ello. Analizando con mayor profundidad, los investigadores dudan que un menor pueda tomar una decisión como ésta de manera adecuada. Para los investigadores, un niño no está capacitado emocional o psicológicamente para 102 enfrentarse a este tipo de decisión y en una situación de desespero puede tomar una decisión no adecuada para su nivel de madurez. Sin embargo, los investigadores consideran de la mayor importancia, para la correcta aplicación del derecho a morir con dignidad, que debe haber un cambio mayor por parte del gobierno nacional, pues el sistema venezolano de salud pública está en condiciones deplorables y una de las principales razones por las que el derecho a morir con dignidad puede ser aplicado eficazmente en los Países Bajos es gracias a que en aquel país el sistema de salud pública funciona, otorgando así a todos sus ciudadanos, sin importar su condición S económica, acceder a un sistema de salud adecuado, donde todos los DO A V R exámenes, medicinas y asistencia médica son proporcionados de forma E ES R S O correcta y sin límites, dando como resultado que un menor número de CH E R pueden ser salvadas DE gracias a tratamientos aplicados a tiempo y de manera personas solicitan el derecho a morir con dignidad, ya que muchas de ellas correcta. 103 Conclusiones Respecto al primer objetivo de la investigación, consistente en analizar los fundamentos de las legislaciones de los Países Bajos y España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana, se puede afirmar, en primer lugar, que las legislaciones de estos dos países poseen una gran diferencia, puesto que una acepta el derecho a una muerte digna y la otra no. En este contexto, se demuestra que la legislación española comienza a aceptar sigilosamente el derecho a una muerte digna con la introducción del S testamento vital a su legislación en todas sus regiones, que permiten la DO A V R aplicación de este documento para que los ciudadanos españoles establezcan E ES R S O de antemano a cuáles medios extraordinarios desean ser sometidos en caso CH E R Emuerte digna no está regulado, sus ciudadanos luchan para el derecho a D una de un accidente o enfermedad grave. También se demuestra que aun cuando que sea establecido como un derecho dentro de su legislación. Si bien el caso San Pedro nunca podrá ser considerado -en opinión de los investigadorescomo referencia de un derecho a la muerte digna, puesto que este personaje padecía una condición y no enfermedad terminal, sí acepta que gracias al deseo de este hombre de morir con dignidad, dio como resultado que el pueblo español se interesara más por conocer en qué consiste este controversial derecho y bajo qué conceptos puede ser practicado. En los Países Bajos, por su parte, se encuentra un gran avance en lo referente al tema estudiado, siendo éste uno de los primeros países en regular dentro de su legislación este derecho. Se demuestra que la legislación establecida en este país es extremadamente completa, puesto que no sólo regula en qué casos puede utilizarse este derecho y el procedimiento que debe seguir el médico para aceptar la petición de su paciente, sino que también crea comisiones que velan por el uso adecuado de este derecho tan controvertido y se establecen las penas para aquéllos que abusen de él. 104 Respecto al segundo objetivo de la investigación, que consiste en realizar la comparación de los fundamentos de la legislación de los Países Bajos y de España sobre el derecho a una muerte digna y su posible aceptación en la legislación venezolana, se concluye que tanto en España como en los Países Bajos la única similitud que se evidencia claramente es que en ambas legislaciones está tipificada la eutanasia como un delito establecido en sus leyes penales, castigado con pena de prisión en ambos casos, evidenciando la protección del derecho a la vida; mientras que su principal diferencia es la no aceptación del derecho a una muerte digna en la legislación española, contra la legislación de los Países Bajos que se encuentra regulada y desde hace años en vigente aplicación. S DO A V R Con respecto a Venezuela, también se encuentran diferencias con estas E ES R S O dos legislaciones, sobre todo con la legislación de los Países Bajos que regula CH E R E española, seD establecen más similitudes con respecto al tema estudiado, las de forma muy amplia la aplicación de este derecho. Sobre la legislación cuales se encuentran principalmente en la no aceptación del derecho a una muerte digna, y que también en Venezuela la eutanasia está tipificada como delito en su Código Penal, llamado al igual que en España inducción o ayuda al suicidio y que también establece pena de prisión. Por todo lo expuesto en los objetivos anteriores, los investigadores concluyen que, en lo referente a Venezuela, se puede crear una legislación en la que se apruebe el derecho a una muerte digna, pero debe hacerse lentamente, ya que si bien una gran parte de la población venezolana ha afirmado que acepta este derecho, según encuestas realizadas por la Asociación Venezolana Derecho a Morir con Dignidad, sería contraproducente crear una legislación que regule todo sin dar tiempo a la población para procesar en qué consiste este derecho y bajo qué conceptos puede ser utilizado. Asimismo, se deben hacer varios cambios a la legislación venezolana actual que permitan que este derecho sea legal, puesto que con la legislación vigente es imposible. 105 Los investigadores llegan a esta conclusión al notar que la legislación venezolana ha cambiado sigilosamente con el paso de los años, demostrando que el legislador ha expresado su deseo de introducir el derecho a una muerte digna en la legislación cuando establece en la Constitución bases fundamentales para este debatido derecho, como son el principio de la autodeterminación, además del derecho a la vida y a una vida digna. Del mismo modo, con la modificación del Código de Deontológica Medica del año 2004, el cual establece que se pueden usar cantidades superiores a las normales de analgésicos a pacientes terminales, el legislador afirma que no es sólo importante que los ciudadanos venezolanos vivan con dignidad sino que también mueran con dignidad, evitando un fin doloroso y trágico para un paciente que no tiene esperanza de vida alguna. E ES R S O S DO A V R Los investigadores también notan que para que este derecho pueda ser CH E R Venezuela, puesto DE que de nada vale tener derecho a una muerte digna, según aplicado realmente se debe modificar el sistema de salud pública en el cual no se va a hacer uso de éste sino como último recurso, si los pacientes que padezcan enfermedades graves no pueden ser tratados de la mejor manera, otorgándoseles el mayor de los cuidados para así minimizar el uso de este derecho. Por eso, si se puede llegar a aceptar el derecho a una muerte digna en Venezuela, lo más importante no sería poder establecer en alguna ley su aplicación, sino establecer o crear una regulación completa sobre este derecho que especifique de forma clara y completa, los términos y supuestos sobre los cuales pudiera llegar a aplicarse este derecho sobre algún ciudadano venezolano. 106 RECOMENDACIONES De acuerdo a los resultados arrojados por los objetivos específicos se obtiene como recomendaciones que para que el Derecho a Morir con Dignidad pueda ser aceptado en la legislación venezolana, tomando parte de una o ambas legislaciones, para así lograr un mayor alcance de este derecho en la legislación venezolana, son necesarias el cumplimiento de las siguientes recomendaciones: 1. Modificación del Código Penal venezolano en el cual se a discriminado el suicidio asistido, según lo establecido en el proyecto de reforma del Código S Penal del 2004 creado por el Dr. Angulo Fontiveros u otro proyecto, esto es DO A V R necesario ya que de lo contrario si un medico accede a la solicitud de un E ES R S O paciente de terminar con su vida cuando este ha cumplido con los requisito de CH E R acotarse queD laE inducción al suicidio debe seguir siendo considerada como ley seria juzgado por la contradicción existente en la legislación, pero debe delito, así como aquellas practicas de este derecho que no se hagan conforme a la ley. 2. Crear ley que regule el Derecho a Morir con Dignidad en Venezuela, como la establecida en los Países Bajos, en la cual se establezcan los requisitos que permitirían a un ciudadano venezolano y solo a un ciudadano venezolano ejercer su Derecho a Morir con Dignidad en territorio nacional; el procedimiento que debe seguir el médico al que se le solicita el Derecho a Morir con Dignidad para determinar si el paciente en realidad esta dentro de la categoría que lo hace candidato para la terminación de su vida, cual es el procedimiento luego de haber aplicado el Derecho a Morir con Dignidad para determinar si el doctor cumplió con los requisitos de ley para que el paciente ejerza su derecho a morir con dignidad; modos en los que el paciente pueda expresar su deseo de morir con dignidad, bien sea de forma oral o escrita mediante un living will o testamento vital en el cual se establezca a que medios extraordinarios desea ser sometido o no en caso de sufrir un accidente grave o enfermedad que 107 ponga su vida en grave riesgo sin la utilización de máquinas que le mantengan con vida 3. Creación de una ley que regule el Living Will o Testamento Vital, es decir una ley que establezca los requisitos que debe cumplir el testamento vital para que sea válido en el territorio nacional, ante quien debe ser presentado para registrarlo o autenticarlo, cuantos testigos deben firmarlo, si el Living Will tendrá un vencimiento posterior al cual se debe crear uno nuevo, entre otros. 4. Crear una base de datos nacional a la que puedan acceder todos los hospitales o clínicas de la nación en el cual se muestre a aquellas personas S que tienen un Living Will para así evitar que por desconocimiento se viole el Derecho a Morir con Dignidad de los ciudadanos. E DO A V R ES R S O CH E R Eejercicio del derecho a morir con dignidad, es decir, que estas controladoresD del 5. Creación de Comisiones como la de los Países Bajos que sirvan como Comisiones revisen cada uno de los casos en los que se haya ejercido el Derecho a Morir con Dignidad para así constatar que el paciente cumplió con los requisitos de ley y que el médico siguió el procedimiento establecido, agotando hasta la última posibilidad de esperanza de vida antes de cumplir con la voluntad del paciente. 108 BIBLIOGRAFÍA Libros - Aguiar-Guevara, R.(2003). Eutanasia. Mitos y Realidades. Caracas. Editorial Tamher, C.A. - Arias, F (2006). El Proyecto de Investigación (5ta Edición). Caracas. Editorial Episteme, C.A. - Angulo Fontiveros, A (2004) Anteproyecto del Código Penal. Caracas. Tribunal Supremo de Justicia - Cabanellas, Guillermo (1993). Diccionario Jurídico Elemental. Buenos Aires. Editorial Heliasta S.R.L. - Charlesworth, M (1993). La Bioética en una Sociedad Liberal. Traducido por: Mercedes Gonzáles con la colaboración de Language Consultancy Systems, S.L. Cambridge. 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