Consulta sobre la estrategia del Banco Mundial en el sector de energía: La variedad de opiniones plantea un gran desafío El volumen y la variedad de las opiniones recibidas durante las consultas realizadas este año por el Banco Mundial sobre sus políticas energéticas plantean un gran desafío al equipo encargado de elaborar un primer borrador de la nueva estrategia de la institución en materia energética para principios del año 2011. A esa conclusión se llega tras una charla con Lucio Monari, director sectorial de Energía, y Masami Kojima, especialista principal en Energía, ambos del Banco Mundial. ¿Qué se perseguía con el proceso de consultas sobre la estrategia energética? Lucio Monari, director sectorial de Energía del Banco Mundial Queríamos asegurarnos de que el proceso fuera lo más transparente e incluyente posible. Queríamos recibir numerosas y variadas opiniones de distintas partes del mundo, de países de ingreso bajo y mediano, países desarrollados, Gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, diferentes partes interesadas del sector de energía, círculos académicos y empresas de servicios públicos. Queríamos obtener la mayor cantidad de comentarios posible y proceder con la máxima transparencia posible. ¿Por qué? Porque queríamos recoger opiniones y comentarios de todo tipo, queríamos recibir ideas innovadoras, queríamos saber en qué áreas existe consenso y en cuáles hay discrepancias, averiguar sobre qué aspectos hay diferencias de opinión. Y no hemos quedado defraudados. Masami Kojima, especialista principal en Energía del Banco Mundial Nos reunimos con unas 1700 personas en 45 reuniones presenciales en 37 países de las 6 regiones en que está organizado en Banco Mundial. Los participantes provenían de diversos ámbitos, tales como ministerios y organismos públicos, órganos legislativos, el sector privado, la sociedad civil y organismos de asistencia. En las consultas participaron diversos grupos del sector energético que representaban diferentes tecnologías, como la energía solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica y nuclear, así como los sectores del petróleo, el gas y el carbón. También hemos recibido numerosas y diversas opiniones por escrito, unas 170 en total. Todo esto constituye un gran desafío para nosotros, porque no es fácil sintetizar tanta información, que también es muy variada. ¿Cuáles son los ámbitos en que existe mayor y más amplio consenso? Lucio Monari Sin lugar a dudas, en todas las reuniones de consulta comprobamos que el desafío más importante que debe abordar el Banco Mundial en su estrategia energética es el acceso a la energía, es decir, dar acceso al suministro de electricidad a los 1500 millones de personas que no tienen ese servicio, y a los combustibles modernos a los 2500 millones que no cuentan con ellos. El otro gran reto respecto del cual existe amplio consenso es el problema del cambio climático, y la sostenibilidad ambiental al buscar soluciones energéticas para los pobres y para los países en desarrollo en general. Estas opiniones coinciden con las que recibimos durante las consultas acerca de la estrategia ambiental hace unos meses. Otra esfera en que hay coincidencia de opinión es la importancia de que el Grupo del Banco Mundial continúe trabajando con otros donantes para ayudar a los países en desarrollo a identificar oportunidades para promover soluciones energéticas que produzcan bajas emisiones de carbono, lo que se traduce en proyectos sobre fuentes de energía renovables y eficiencia energética que verdaderamente ayuden a esos países a avanzar hacia un desarrollo con bajos niveles de emisión de carbono. También hay consenso acerca de la asistencia técnica, es decir, la manera de ayudar a estos países a desarrollar su propia capacidad para tomar la iniciativa e identificar, implementar y llevar a cabo esos proyectos. Masami Kojima Muchos participantes manifestaron su deseo de que el sector de energía del Banco Mundial trabaje más de cerca con otros sectores, como los de transporte, silvicultura, agricultura, recursos hídricos y urbanismo, especialmente en ámbitos como el aumento de la eficiencia energética y la sostenibilidad ambiental. Muchas personas destacaron también la importancia de buscar soluciones menos contaminantes para la cocción de alimentos y la calefacción. Aproximadamente la mitad de la población mundial aún depende de los combustibles sólidos tradicionales como la leña, el carbón vegetal y el carbón de piedra. Esto provoca muchas enfermedades respiratorias e incluso la muerte prematura, sobre todo de mujeres y niños. Entonces ¿cómo podemos conseguir que la gente use cocinas más eficientes y menos contaminantes? ¿Cómo podemos lograr que las personas produzcan carbón vegetal con métodos más sostenibles? Esto supone tener en cuenta el aspecto forestal. Y en el caso de las personas que disponen de los medios económicos, ¿podemos conseguir que empiecen a usar combustibles menos contaminantes para cocinar? ¿Qué temas controvertidos se plantearon durante las consultas? Lucio Monari Cualquier solución o propuesta relacionada con la energía generará controversias y un debate público. El primer problema que se planteó constantemente en muchas de las consultas es la brecha entre ricos y pobres. En particular, en los países ricos y en los países pobres se reconoce la necesidad de promover un proceso de desarrollo en que se generen bajas emisiones de carbono y haya conciencia acerca del cambio climático. Al mismo tiempo, sin embargo, el problema está en quién va a asumir el costo y cómo se va a financiar ese desarrollo. Obviamente, los países ricos desearían que los países en desarrollo adoptaran modalidades de desarrollo con menos emisiones de carbono de una manera más decidida. Los países pobres creen que los países ricos tienen la responsabilidad de financiar y solventar el costo adicional para ayudarlos a emprender un desarrollo con bajas emisiones de carbono. A menudo, una tecnología nueva cuesta más que una tradicional, y alguien tiene que asumir el costo. Los países en desarrollo consideran que esto constituye un impuesto sobre ellos y desearían que los países ricos pagaran el costo adicional. Por su parte, los países desarrollados desearían que los países en desarrollo adoptaran modalidades de desarrollo con bajas emisiones de carbono y fuentes de energía limpia. Este asunto aún no está resuelto. Otro asunto respecto del cual hay opiniones contrapuestas es el hecho de que algunos hayan pedido que el Banco Mundial invierta más en proyectos de eficiencia energética y energía renovable en los países en desarrollo. Otros reconocen que el Grupo del Banco Mundial tiene cierta ventaja comparativa y desearían que invirtiéramos más en regulación, reformas del sector público, y transmisión y distribución para apoyar la tributación y promover el crecimiento económico de los países. Masami Kojima Se plantearon interrogantes acerca de los grandes proyectos hidroeléctricos. Por un lado, muchos Gobiernos piden asistencia para explotar su potencial hidroeléctrico. Por ejemplo, en África al sur del Sahara, donde menos de un tercio de la población tiene acceso a la electricidad, se ha explotado solo el 7% del potencial hidroeléctrico, por lo que hay posibilidades de hacer mucho más en ese sentido. Por otro lado, con toda razón la gente está preocupada por los efectos sociales y ambientales de los grandes proyectos hidroeléctricos; por eso, muchos participantes piden encarecidamente al Banco que sea muy selectivo al llevar adelante ese tipo de proyectos, y mencionan, entre otras cosas, las recomendaciones formuladas en el informe de la Comisión Mundial de Represas. Otro tema que genera controversia es el del carbón. Algunos participantes han pedido que dejemos de otorgar préstamos para proyectos relacionados con el carbón, mientras que otros sostienen que, precisamente porque es importante reducir las emisiones de CO2, el Banco Mundial debería financiar inversiones para que las centrales eléctricas a carbón, tanto nuevas como ya existentes, sean más eficientes. La energía nuclear es otro asunto controvertido. Algunos participantes han expresado su deseo de que el Banco Mundial invierta en energía nuclear y desarrolle al menos la capacidad interna para asesorar a los Gobiernos acerca del papel de la energía nuclear para uso civil en el conjunto de las fuentes de energía que utilicen. Otros están firmemente en contra de esa sugerencia e instan al Banco a mantenerse totalmente alejado de la energía nuclear. Por último, otro tema en que hay opiniones divergentes es el de la contabilidad de las emisiones de gases de efecto invernadero. Hay quienes sostienen que deberíamos usarla como una herramienta para la toma de decisiones y la selección de proyectos, pero otros se oponen enérgicamente a esa idea. ¿Cómo conciliarán ustedes estas diferentes opiniones en la estrategia? Lucio Monari No será tarea fácil. Será difícil porque, para definir una estrategia, hay que definir las opciones y ser selectivos al determinar las prioridades. Hemos recibido una gran cantidad de sugerencias y comentarios muy variados, todos muy ligados a circunstancias regionales y nacionales muy específicas. Cada país y cada región tienen sus propias particularidades. En consecuencia, tenemos que establecer un equilibrio entre la necesidad de definir los principios y la de admitir que no existen modelos universales para promover la energía sostenible en los países que son nuestros clientes. Debemos reconocer la especificidad de cada país. Masami Kojima Un aspecto que se ha confirmado en este proceso es que las consultas deben ser continuas y permanentes. Hemos aprendido mucho de los participantes en este proceso de consulta. En adelante, a medida que elaboremos y pongamos en práctica la estrategia a partir de 2011, tendremos que seguir colaborando con los países, el sector privado y la sociedad civil. Una vez que hayamos formulado la estrategia, la publicaremos en nuestro sitio web a principios de 2011 para que los interesados puedan formular sus comentarios al respecto.