Implementando Soluciones de Problemas de Patas y Pezuñas Chuck Guard Director, Medicina Ambulatoria y de la Producción Cornell University [email protected] Traducción: Ph D. Lorenzo Antonio Durán Meléndez Facultad de Zootecnia y Ecología, UACH Introducción a la Biomecánica Las estructuras podales de las vacas que soportan el peso del cuerpo y trabajan normalmente en la locomoción pueden afectarse de manera predecible. Los huesos, tendones, ligamentos, corion y pezuñas pueden estar potencialmente involucrados en estos daños. Un mejor entendimiento de las relaciones biomecánicas de los dedos de las vacas puede ayudar en la aplicación de terapéuticas más racionales y un mantenimiento preventivo adecuado. Las anormalidades de los dedos desde una perspectiva biomecánica, están relacionadas con influencias medioambientales como la humedad, infecciones y el tipo de superficie sobre el que las vacas se paran. Las distancias caminadas y las características del substrato caminado también pueden resultar en problemas. Las condiciones en las que vemos los dedos en las patas de cualquier vaca son el resultado del crecimiento continuo, del desgaste continuo y del recorte intermitente. La tasa de crecimiento de la pezuña es relativamente constante pero ® DIGAL 2013. sujeta a modificaciones menores. La nutrición puede influir en la tasa de crecimiento de la pezuña. Las pezuñas no crecen tan rápido durante períodos de dietado como cuando los animales tienen una adecuada alimentación. Desde el momento en que el ganado lechero no es dietado intencionalmente, este efecto no es importante. Una pequeña variación ocurre durante el ciclo de lactancia/gestación y con la estación del año. ¿Por qué vemos más enfermedades podales en las patas traseras que en las delanteras? ¿Porqué hay mas enfermedades en las pezuñas laterales traseras que en las mediales? La discusión de parte delantera contra parte trasera en el ganado lechero tiene 3 componentes. Las patas traseras de las vacas lecheras están obligadas a llevar un peso corporal por encima de los criterios de su diseño original. La vaca silvestre que dio origen nuestra vaca lechera moderna nunca tuvo una gran ubre, incluso en el parto. Hemos seleccionado para una mayor producción de leche, pero no hemos sido capaces de modificar al mismo tiempo el sistema músculo-esquelético para dar cabida a Implementando Soluciones de Problemas de Patas y Pezuñas 73 74 Chuck Guard este peso extra en la parte trasera de la vaca. En segundo lugar, los miembros delanteros están unidos al cuerpo por componentes elásticos en comparación con las conexiones óseas directas en las extremidades traseras. El impacto creado durante la locomoción debe ser absorbido por el cojinete digital y amortiguado por la flexión del corvejón. En tercer lugar, las patas traseras siempre están más expuestas a las bacterias, la humedad del estiércol y la orina. La piel cercana a los cascos es más probable que sea infectada por bacterias debido a la presencia de esta humedad y la cápsula del casco es más suave debido a una mayor hidratación. La discusión de parte delantera contra parte trasera es más complicada de lo que parece. El crecimiento de las pezuñas laterales es 10 % más acelerado que los de las pezuñas mediales y se desgastan 8 % más en ganado Holstein en estabulación libre. Así entonces, las pezuñas laterales sobresalen progresivamente de las mediales. Son más largas incluso en los fetos. Los dedos laterales largos son más pesados que los dedos mediales. Un mayor peso resulta en mayores riesgos potenciales de insultos mecánicos. Las vacas pueden adoptar una postura de dedos-afuera para equilibrar el peso entre los dedos de la pata trasera cuando estos crecen de más y se presentan molestias. Esta postura de dedos afuera o de “corvejones de vaca” puede ser usada como un indicador de que se requiere recorte podal ya sea de una vaca en lo individual o de que se necesita una evaluación para determinar cuando un grupo de animales o el hato completo requieren de recorte. El peso corporal es soportado por una columna de huesos digitales, resultando en que el peso es dividido entre los ocho dedos de las pezuñas con conformación normal. La tercera falange o P3 es la parte final de esa columna. La carga sobre la P3 es soportada por varias estructuras de importancia para la aparición de la laminitis. Estas son la lámina en el corion mural la cual está levemente unida a las porciones lateral y craneal de la P3 y está interdigitada con la lámina de la pared del casco. Estas tienen menos área de superficie de contacto mutuo por unidad de peso soportado que en el caballo. Por lo tanto, la región laminar en los dedos del bovino es muy importante para el apoyo, mientras que no lo es en el caso del equino. También existe apoyo de la P3 por ligamentos que suspenden la porción caudal del hueso y se mezclan axialmente con los ligamentos interdigitales cruzados y abaxialmente con el corion laminar. La tensión del tendón flexor profundo en P3, además de la fijación de la columna ósea en una formación casi vertical, tira de la punta distal de la P3 ventralmente y transfiere algo de peso hacia adelante en los dedos. Entre la P3 y el corion solar se encuentra un complejo arreglo de depósitos grasos que amortiguan y distribuyen el peso transferido a la suela. La almohadilla de grasa es más gruesa en el talón y juega un papel dinámico en el amortiguamiento al caminar. Hablaremos más adelante acerca de la importancia de este cojín digital posterior. Implementando Soluciones de Problemas de Patas y Pezuñas Fisiopatología de la Enfermedad Córnea de la Pezuña Cuando los síntomas comúnmente conocidos de la laminitis aparecen, una perturbación o inflamación vascular o una degradación enzimática del colágeno también afectan la parte laminar y la no laminar del corion. El edema y la inflamación resultante reducen la capacidad de la dinámica circulatoria normal para la oxigenación del corion. Cierto daño anóxico puede ocurrir. Adicionalmente, detonadores aun no caracterizados pueden activar metaloproteínas residentes en los tejidos suaves. Las propiedades mecánicas del corion y del colágeno que soportan la P3 que son insultadas pueden ser alteradas resultando en poca fuerza de tensión. Como consecuencia, la P3 se puede mover dentro de la cápsula córnea mas allá de los límites que se producen en una pezuña sana. Con este movimiento exagerado se pueden desarrollar dos lesiones específicas en la P3. Si la P3 se mueve más cercana a la única zona de depresión anormal, puede causar más daño anóxico al corion solar. Si es leve, puede aparecer una hemorragia en la parte posterior del recorte. Si es grave, el corion solar puede morir y da lugar a una úlcera. En ganado estabulado, la úlcera se presenta más comúnmente en la porción caudal de la P3, en la parte próxima a la tuberosidad flexora donde la almohadilla de grasa subcorial es más delgada y en ganado de producción extensiva se presenta más comúnmente en la porción distal de la P3. El movimiento anormal de la P3 en relación con el corion laminar puede resultar en la 75 ruptura de vasos sanguíneos que se traducen en una hemorragia. Si la hemorragia es muy leve, se observará como una línea roja en la suela en la unión suela-pared o línea blanca. Si la hemorragia es más intensa, puede resultar en un hematoma que más tarde puede derivar ya sea en un absceso estéril o uno séptico si la línea blanca se separa y permite el ingreso de bacterias del medio ambiente. El ganado que debe hacer giros bruscos en suelo áspero, puede experimentar más lesiones de la línea blanca debido a las fuerzas laterales aplicadas a la pared. Durante un giro, la pezuña puede deformarse y puede tirar de la pared desde el corion o desde la ruptura del corion si la integridad estructural del tejido ya ha sido afectada por el edema. Existe evidencia de que el suelo de goma reduce las lesiones de la línea blanca pero no la incidencia de úlceras de la suela. Es importante tener en cuenta que las lesiones del corion que reconocemos y denominamos laminitis, derivan de soportar el peso durante el período de daño primario del corion. Nadie sabe la extensión de los episodios de alteración de la permeabilidad y edema que siguen a los mensajeros químicos de la acidosis ruminal. Sin embargo, si la vaca no está de pie durante ese período, no se presenta daño mecánico en el corion. En la gran mayoría de los casos, las lesiones dentro de la pezuña que denominamos laminitis son la consecuencia de estar de pie o caminar sobre el corion dañado. Estar de pie probablemente sea peor insulto al 76 Chuck Guard corion que caminar. Con cada paso hay un movimiento normal de la P3 al interior de la cápsula cornea de la pezuña. Este movimiento se traduce en la perfusión periódica de partes del corion. Cuando una vaca permanece sin modificar su posición y no equilibrando el peso, estos cambios periódicos en el flujo de sangre dentro de la dermis probablemente se interrumpen. Así, la inmovilidad estando de pie es potencialmente más perjudicial que caminar para un corion ya insultado. Solo en casos raros las lesiones de la laminitis se desarrollan mientras las vacas están echadas. Así, la discusión de los últimos años acerca de la comodidad de las vacas y la maximización de las oportunidades a través del manejo del tiempo y el proveer superficies atractivas como descansaderos o echaderos, son en realidad esfuerzos anti-laminitis. Pe z u ñ a s d e f o r m a s a n o r m a l e s , particularmente en las superficies de contacto con el suelo son más propensas a insultos mecánicos en el corion. Esto es más frecuente cuando el exceso de crecimiento córneo se presenta en la frontera axial de las pezuñas cerca del talón. El desarrollo córneo se produce aceleradamente en esta porción de la suela, probablemente como respuesta a una estimulación por dermatitis crónica causada por Dichelobacter nodosus, del cual se sabe que causa hipertrofia dérmica en los talones e interdigitalmente. Desafortunadamente, esta porción de la suela donde se observa un exceso de crecimiento corneo, también lo es para las ulceras de la suela. Con el soporte del peso, el corion profundo que produce masa cornea, se comprime de forma similar a cuando es excesivo el movimiento de la P3 dentro de la pezuña Factores de Riesgo de Laminitis Factores medioambientales de riesgo para la Enfermedad Córnea de la Pezuña La mayor atención para la prevención de la laminitis ha sido enfocada en el manejo nutricional del ganado para minimizar la ocurrencia de acidosis ruminal. Esta enfermedad es probablemente importante, pero no condición suficiente para desarrollar la mayoría de las lesiones observadas de la acidosis ruminal subaguda: hemorragias en suela y línea blanca, abscesos en línea blanca y ulceraciones de la suela. Las condiciones medioambientales, el comportamiento de la vaca y el apoyo del amortiguamiento digital se presentan como modificadores de la expresión final del insulto causado a la lámina y corion de las pezuñas por causa de la acidosis ruminal. La acidosis ruminal subaguda probablemente ocurre en la mayoría del ganado lechero de Norteamérica en algún momento durante la lactancia. A pesar de de esta ocurrencia, la presencia de laminitis es más variable y aún mas grave en algunos hatos. Los reportes de Manson y Leaver, Livesey y Fleming y Peterse et al, describen la incidencia de las lesiones por laminitis en pequeños grupos de ganado en hatos experimentales con dietas con tratamientos altos o bajos en los niveles de concentrado en relación al forraje. En cada estudio hubo más casos de laminitis en los grupos alimentados con mayor contenido de concentrado. Las Implementando Soluciones de Problemas de Patas y Pezuñas consecuencias por estar de pie sobre concreto son consideradas por muchos como muy importantes en el desarrollo de lesiones por laminitis. La presión ejercida en partes específicas de la pezuña puede contribuir a las lesiones observadas tanto como hemorragia o como necrosis. Las pezuñas del ganado están comúnmente conformadas de manera poco deseable. Cuando esas pezuñas deformes están soportando una vaca en una superficie agresiva, la presión aplicada puede contribuir en gran medida a los daños de estructuras subyacentes. Estas consecuencias me han llevado a sugerir que los pisos de los establos deben estar recubiertos con algo más que concreto y que la rutina de recorte puede prevenir muchos de los casos más graves de laminitis. Resulta interesante que la instalación de plásticos en los pasillos de comederos, áreas comunes de descanso y manejo y las mangas de entrada a la sala de ordeño y recientemente el cubrir totalmente los pasillos con tapetes de goma se haya incrementado. Hasta el momento no existen datos sobre los efectos de estos cambios en la laminitis, pero observaciones no publicadas por el autor acerca del comportamiento de las vacas, sugieren que nos estamos moviendo en la dirección correcta. La incidencia de laminitis en novillos alojados en piso de listón o de rejilla durante el invierno de 1984 en Irlanda fue de 4.75 % de 12010 animales, siendo el doble que cuando se alojaron en piso con cama de paja, 2.43 % de 2882. De manera similar, en un estudio transversal en 117 establos con terneras lecheras holandesas 77 entre 2.5 y 12 meses de edad se observaron más hemorragias de la suela en los animales alojados en piso de listón que en piso de cama de paja. La prevalencia de hemorragias de la suela en pisos con cama de paja fue del 5 % y en pisos de rejilla fue del 45 %. Una comparación entre 11 hatos con problemas de laminitis crónica fue llevada a cabo durante 2 años por el Dr. Christer Bergsten en los alrededores de Skara, Suecia. Hubo correlación entre la superficie sobre la que las vacas se paraban, de concreto o con tapete de goma y la ocurrencia de la enfermedad o hemorragias. Algunas hemorragias se presentaron en superficies cubiertas con tapete de goma. En vacas que estuvieron en cubículos con cama no se observó que esto influyera sobre la prevalencia de hemorragias de la suela, a pesar de que se describió como mínimo en todos los tipos de estabulación. La única publicación que sugiere un efecto del medioambiente sobre la laminitis en alojamientos con estabulación libre comparó el problema entre 2 hatos del mismo dueño y el mismo diseño de establo pero manejados de manera diferente debido a las necesidades de retirado del estiércol. El hato con mayor incidencia de laminitis fue aquel en el que se utilizó menos cama. En ambos la proporción de animales de pie en pasillos y en mitad del establo fue mayor en el hato con mayor incidencia de laminitis. El tiempo que los animales permanecen de pie sobre el concreto, esta fuertemente influenciado por el diseño ambiental de las instalaciones lecheras y modificado por el hacinamiento y las actividades de 78 Chuck Guard manejo. La sincronización de las actividades de comportamiento en grupos de ganado casi siempre determina que la mayoría se echen al mismo tiempo. La sobrepoblación en los corrales no permite que algunos de los animales subordinados tengan acceso al comedero. Cuando se dispone de espacio de comedero en el corral, es una señal de que colectivamente los animales pueden comer o ser ordeñados, previniendo de esta manera que los animales tímidos permanezcan echados. Datos en observaciones prolongadas sobre grupos de ganado con una estructura de dominancia conocida muestran que un animal muy subordinado, normalmente una vaquilla, puede permanecer en una posición de pie y rezagada en los momentos en que algún grupo de animales se alimenta. Las razones para este comportamiento son meras especulaciones pero independientemente de cuales sean, el resultado es llamado “slug feeding” cuando sale de la zona de comederos (que sucede cuando las vacas tienen poco espacio para acercarse al comedero y compiten por un sitio y comen muy de prisa sin masticar bien). Los animales subordinados también tienden, ya sea a quedarse juntos de pie en los pasillos con la cabeza apoyada en la cerca o con medio cuerpo dentro. La interpretación de este comportamiento es que éste proporciona una reducción en el peligro que representa el ganado más dominante. El ordeñar las vacas de primera lactancia separadas de las vacas viejas ha resultado en una reducción de los efectos negativos de esas interacciones sociales entre los animales. Factores individuales de riesgo para lesiones por Enfermedad Cornea de la Pezuña Recientes investigaciones de Bicalho y otros en la Universidad de Cornell, muestran que la edad incrementa la probabilidad de lesiones en la pezuña. Las lesiones de pezuña en una gran población estudiada (~4500 vacas) fue 10 % en L1, 32 % en L2, 41 % en L3 y 49 % en L4+. Además, el espesor de la almohadilla plantar medida con ultrasonografía entre la superficie interior de la parte córnea de la suela y la tuberosidad flexora de la P3 se correlacionó con la ocurrencia de lesiones córneas de la pezuña. Animales de primer parto, generalmente tienen un cojín digital más delgado que las vacas de mayor edad, pero pesan menos y tienen menos lesiones. Por lo tanto, la interacción parece estar entre la carga mecánica que representa el peso de las vacas y su distribución sobre la suela por el cojín digital. Se midió la condición corporal (CC) junto con las mediciones del cojín digital, encontrándose una alta correlación. Por lo tanto el espesor de la almohadilla de grasa de los dedos se puede estimar por medio de la condición corporal de la vaca. Vacas más delgadas desarrollan mas lesiones que las vacas gordas. El aspecto dinámico del cojín digital en la prevención de la laminitis fue demostrado en un estudio diferente. Vacas con lesiones córneas de la pezuña y altas puntuaciones en locomoción fueron asignadas al azar a corrales en las que fueron ordeñadas normalmente 3 veces al Monitoreo del Manejo y Atención de Partos... 79 día o 2 veces al día. Las puntuaciones de locomoción fueron determinadas mensualmente por 4 meses, después de la asignación al azar. Los puntajes de locomoción mejoraron para las vacas que pasaron a 2X ordeños. Menos tiempo de pie forzado resultó en una mejor locomoción, sin pérdida potencial en la producción de leche, en la recuperación de la condición corporal y la reproducción normal. No todos los hatos se pueden mantener en corrales con frecuencias diferentes de ordeño, pero es una opción bajo algunas circunstancias. Conclusiones corporal puede reducir aun más el riesgo de laminitis. Un adecuado y frecuente recorte son necesarios para establecer una distribución normal del peso sobre la suela y pared de las pezuñas. La laminitis seguirá presentándose, pero puede minimizarse prestando atención a las tres importantes y algunas veces difíciles, actividades de manejo mencionadas Proporcionar las condiciones ambientales y manejar el tiempo para permitir que las vacas se echen 12 horas por día, minimiza el riesgo de rotura mecánica de los tejidos blandos con potencial de insulto dentro de la cápsula de la pezuña. El manejo nutricional para minimizar la acidosis ruminal y mantener la buena condición