ESTIMULACIÓN CARDÍACA DESFIBRILACIÓN Y RESINCRONIZACIÓN ESTIMULACIÓN CARDÍACA DESFIBRILACIÓN Y RESINCRONIZACIÓN C. Moro Serrano Unidad de Arritmias Servicio de Cardiología Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina Universidad de Alcalá, Madrid A. Hernández Madrid Unidad de Arritmias Servicio de Cardiología Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina Universidad de Alcalá, Madrid booksmedicos.org ´ ´ ´ ´ ´ ESTIMULACIÓN CARDÍACA, DESFIBRILACIÓN Y RESINCRONIZACIÓN No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmisión de ninguna otra forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Derechos reservados © 2007 respecto de la primera edición en español, por CONCEPCIÓN MORO Y COLS. McGRAW-HILL - INTERAMERICANA DE ESPAÑA, S. A. U. 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BLANCO TIRADOS Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid ENRIQUE BOSCH Departamento Técnico. Vitatron Medical España, S. A. JOSEP BRUGADA Sección de Arritmias. Instituto Clínico del Tórax. Hospital Clínico, Barcelona JOSÉ RAMÓN CARMONA SALINAS Servicio de Cardiología. Hospital de Navarra, Pamplona NICASIO CASTELLANO Unidad de Arritmias. Instituto Cardiovascular. Hospital Clínico San Carlos, Madrid MIGUEL CASTILLO Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid ALFONSO CASTRO BEIRAS Jefe del Servicio de Cardiología. Hospital Juan Canalejo, A Coruña RAÚL COMA SANMARTÍN Unidad Coronaria. Hospital 12 de Octubre, Madrid CECILIA CORROS Unidad de Arritmias. Instituto Cardiovascular. Hospital Clínico San Carlos, Madrid IGNACIO FERNÁNDEZ LOZANO Jefe de Unidad de Arritmias Hospital Puerta de Hierro, Madrid ÁNGEL FERRERO DE LOMA-OSORIO Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Valencia INMACULADA GARCÍA Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid RAMÓN GARCÍA CALABOZO Jefe del Servicio de Cardiología. Hospital de León ROBERTO GARCÍA CIVERA Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Valencia MÓNICA GIMÉNEZ Médico Residente. Servicio de Cardiología. Hospital General Universitario, Valencia MIGUEL GODOY Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ REBOLLO Servicio de Cardiología. Hospital de León ANTONIO HERNÁNDEZ MADRID Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid ALBERTO ISCAR Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid JAVIER JIMÉNEZ Médico Adjunto. Electrofisiología Cardíaca. Unidad de Arritmias y Marcapasos. Hospital General Universitario, Valencia JAVIER JIMÉNEZ CANDIL Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Salamanca JUAN LEAL DEL OJO GONZÁLEZ Servicio de Cardiología. Hospital de Valme, Sevilla DOLORES GARCÍA MEDINA Servicio de Cardiología. Hospital de Valme, Sevilla DIEGO LÓPEZ OTERO Médico Residente. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Santiago de Compostela FRANCISCO JAVIER GARCÍA SEARA Unidad de Electrofisiología Cardíaca. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Santiago de Compostela WALTER MARÍN Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid V VI Autores ÁNGEL MARTÍNEZ BROTONS Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Valencia JOSÉ MARTÍNEZ FERRER Servicio de Cardiología. Hospital de Txagorritxu, Vitoria JUAN GABRIEL MARTÍNEZ MARTÍNEZ Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital General Universitario, Alicante JOSÉ LUIS MARTÍNEZ SANDE Médico Adjunto. Unidad de Electrofisiología. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Santiago de Compostela LUIS MONT Sección de Arritmias y Estimulación Cardíaca Instituto del Tórax. Hospital Clinic. Universidad de Barcelona RICARDO MORALES Unidad de Arritmias. Instituto Cardiovascular. Hospital Clínico San Carlos, Madrid SALVADOR MORELL CABEDO Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Valencia GERARDO MORENO Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid JAVIER MORENO Unidad de Arritmias. Instituto Cardiovascular. Hospital Clínico San Carlos, Madrid CONCEPCIÓN MORO SERRANO Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid IGNACIO MOSQUERA PÉREZ Médico Adjunto. Unidad de Arritimias. Servicio de Cardiología. Hospital Juan Canalejo, A Coruña JOSE L. MOYA MUR Unidad de Diagnóstico por Imagen. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid VÍCTOR PALANCA Médico Adjunto. Electrofisiología Cardiaca. Unidad de Arritmias y Marcapasos. Hospital General Universitario, Valencia LUIS PASTOR TORRES Servicio de Cardiología. Hospital de Valme, Sevilla RICARDO PAVÓN JIMÉNEZ Servicio de Cardiología. Hospital de Valme, Sevilla JUAN PEÑA Ingeniero Industrial. St. Jude Medical España LUISA PÉREZ ÁLVAREZ Coordinadora Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Juan Canalejo, A Coruña LUIS PLACER Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Miguel Servet, Zaragoza AURELIO QUESADA Médico Adjunto. Unidad de Arritmias y Marcapasos. Servicio de Cardiología. Hospital General Universitario, Valencia SERGIO REMACHA Ingeniero Industrial. St. Jude Medical España ENRIQUE RICOY MARTÍNEZ Médico Adjunto. Unidad de Arritimias. Servicio de Cardiología. Hospital Juan Canalejo, A Coruña JORGE RONDÓN Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal, Madrid Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá, Madrid RICARDO RUIZ GRANELL Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Valencia JOSÉ J. SALAZAR Unidad de Arritmias. Servicio de Cardiología. Hospital Miguel Servet, Zaragoza ÓSCAR SANZ Ingeniero Industrial. St. Jude Medical España DAMIÁN SÁNCHEZ QUINTANA Profesor Titular de Anatomía Humana. Facultad de Medicina. Universidad de Extremadura, Badajoz JORGE SOLÍS Unidad de Arritmias. Instituto Cardiovascular. Hospital Clínico San Carlos, Madrid JORGE TOQUERO RAMOS Unidad de Arritmias. Hospital Puerta de Hierro, Madrid JUAN B. TUR Ingeniero de Telecomunicaciones. Medtronic Ibérica, S. A. ALFONSO VARELA Medtronic Ibérica, S. A. ALFONSO VARELA ROMÁN Unidad de Marcapasos. Servicio de Cardiología. Hospital Clínico, Santiago de Compostela JULIÁN VILLACASTÍN Unidad de Arritmias. Instituto Cardiovascular. Hospital Clínico San Carlos, Madrid JOSÉ RODA Jefe de Sección. Unidad de Arritmias y Marcapasos. Hospital General Universitario, Valencia SERGIO VILLALBA Médico Adjunto. Unidad de Arritmias y Marcapasos Hospital General Universitario, Valencia JESÚS RODRÍGUEZ GARCÍA Unidad Coronaria. Hospital 12 de Octubre, Madrid INÉS WANDELMER Especialista de Producto. Guidant, S. A CONTENIDO Prólogo............................................................................................................................................ Prefacio ........................................................................................................................................... IX XI SECCIÓN I ESTIMULACIÓN CARDÍACA 1 Capítulo 1. Arquitectura de la instalación eléctrica del corazón (D. Sánchez Quintana) .......... Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción (A. Hernández Madrid, M. Castillo, G. Moreno, J. Rondón, W. Marín, A. Íscar y C. Moro) ........... Capítulo 3. Fundamentos físicos de la estimulación cardíaca (J. B. Tur).................................. Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva. Revisión de las guías al uso (A. Quesada, V. Palanca, J. Jiménez, S. Villalba, J. Roda y M. Giménez).......................................................................................................... Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal (R. Coma Samartín y J. Rodríguez García) ........ Capítulo 6. Estimulación VDD (L. Pérez Álvarez, E. Ricoy Martínez, I. Mosquera Pérez y A. Castro Beiras) .................................................................................................... Capítulo 7. Estimulación DDD (J. G. Martínez Martínez)........................................................ Capítulo 8. Estimulación VVI (J. Martínez Ferrer).................................................................. Capítulo 9. Modo de estimulación de la enfermedad del nódulo sinusal: AAI frente a DDD (R. García Calabozo).............................................................................................. Capítulo 10. Medidas de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos (F. J. García Seara, J. L. Martínez Sande, D. López Otero, M. Bastos Fernández y A. Varela Román).................................................................................................................... Capítulo 11. Mecanismos automáticos (Ó. Sanz, J. Peña y S. Remacha) ................................... Capítulo 12. Baterías (I. Wandelmer) .......................................................................................... Capítulo 13. Los sensores de la estimulación cardíaca (O. Arias) .............................................. Capítulo 14. La estimulación en los síncopes neuromediados y en la hipersensibilidad del seno carotídeo (A. Asso, J. J. Salazar y L. Placer) ......................................................... Capítulo 15. Estimulación tras ablación del nodo auriculoventricular (L. Mont) ....................... Capítulo 16. Prevención de taquiarritmias auriculares mediante estimulación. Algoritmos de prevención. Dónde y cómo estimular. Indicaciones y resultados (J. Villacastín, N. P. Castellano, J. Moreno, C. Corros, R. Morales y J. Solís) ............................. Capítulo 17. Seguimiento del paciente con marcapasos (A. Hernández Madrid, G. Moreno, J. Rondón, W. Marín, M. Castillo, A. Íscar y C. Moro) ......................................... Capítulo 18. Función Holter de los marcapasos: electrogramas intracavitarios (I. Fernández Lozano y J. Torquero Ramos)................................................................................. Capítulo 19. Monitorización transtelefónica (A. Varela) ............................................................ Capítulo 20. Disfunciones del marcapasos. Problemas generados por la programabilidad (J. Leal del Ojo González, R. Pavón Jiménez, D. García Medina y L. Pastor Torres)..................................................................................................................... 3 15 35 47 65 83 97 103 111 122 134 150 155 166 173 177 182 192 196 200 Capítulo 21. Síndrome de marcapasos (J. R. Carmona Salinas)................................................. 206 VII VIII Contenido SECCIÓN II ESTIMULACIÓN EN INSUFICIENCIA CARDÍACA CONGESTIVA. RESINCRONIZACIÓN CARDÍACA Capítulo 22. Señales de campo lejano y crosstalk (S. Remacha, O. Sanz y J. Peña) .................. 217 Capítulo 23. Interferencias electromagnéticas en los desfibriladores automáticos implantables y los marcapasos (E. Bosch).................................................................................... 226 Capítulo 24. Estimulación biventricular. Indicaciones y resultados (M. T. Alberca Vela) .......... 234 Capítulo 25. Ecocardiografía frente a electrocardiografía en la valoración de la asincronía ventricular (J. L. Moya Mur, B. M. Blanco Tirados y A. Hernández Madrid) ................. 245 Capítulo 26. Resincronización cardíaca. Indicaciones, implante y seguimiento (A. Hernández Madrid, W. Marín, M. Godoy, O. Bernal, I. García y C. Moro) ............................ 255 SECCIÓN III DESFIBRILADOR AUTOMÁTICO IMPLANTABLE Capítulo 27. Qué es un desfibrilador automático implantable y cómo funciona (J. M. González Rebollo, A. Hernández Madrid y C. Moro)................................................... 267 Capítulo 28. El desfibrilador automático implantable. Indicaciones de implante (A. Berruezo y J. Brugada)............................................................................................... 274 Capítulo 29. Programación de la estimulación antitaquicardia en pacientes portadores de un desfibrilador automático implantable (J. Jiménez Candil y A. Arenal Maíz) ............... 281 Capítulo 30. Seguimiento del paciente con desfibrilador automático implantable (A. Ferrero de Loma-Osorio, R. Ruiz Granell, S. Morell Cabedo, A. Martínez Brotons y R. García Civera) .................................................................................................... 287 Índice de abreviaturas ..................................................................................................................... 301 Índice analítico................................................................................................................................ 303 PRÓLOGO La estimulación cardíaca clínica es un ejemplo vivo de las posibilidades que ofrece el trabajo multidisciplinario en medicina, siguiendo una dialéctica incesante entre la tecnología y la fisiopatología. En un principio, el ingeniero y el médico se asoman juntos al bloqueo cardíaco y, conocedores de la respuesta muscular al estímulo eléctrico, diseñan un aparato capaz de hacer al ventrículo contraerse a una frecuencia normal. Aceptado el concepto, es sólo cuestión de trabajo y tiempo el reducir una consola apoyada en un carro con ruedas a un tamaño que permita el implante bajo la piel; y así nace el marcapasos implantable. La electrónica de los años cincuenta y sesenta del siglo xx era aún tosca en relación con lo que conocemos ahora; se podían contar los transistores y los puntos de soldadura en los circuitos de algunos marcapasos embebidos en metacrilato, y la fiabilidad de los circuitos era incierta, con accidentes como la estimulación inapropiada a altas frecuencias («marcapasos desbocado») o el fallo total de la estimulación. La imagen radiológica de las gruesas pilas de mercurio mostraba su agotamiento progresivo, con una duración en torno a los dos años, y un proceso de agotamiento súbito de fecha impredecible hacia el final de su vida. El peso y el volumen de los marcapasos era un problema importante, y la fatiga del material conductor de los electrodos hacía frecuentes las fracturas. El desarrollo de la estimulación por vía venosa, sin necesidad de toracotomía, revoluciona la aplicación de la estimulación cardíaca, poniéndola al alcance de muchos hospitales sin servicios de cirugía cardíaca. Se inicia así un nuevo frente de investigación sobre configuración de electrodos, diseño de conductores y aislantes resistentes a la fatiga de materiales, reducción de tamaño para permitir el acceso venoso… y el problema de los deplazamientos de los electrodos endocárdicos. En un principio, impedir el síncope y la muerte por bradicardia o bloqueo AV pareció una hazaña insuperable, pero pronto se hizo evidente la necesidad de avanzar. Incluso en casos de bloqueo AV completo, se podía observar la recuperación intermitente de la conducción AV, de manera que la estimulación a frecuencia constante competía con el ritmo propio del paciente, y ello suponía un riesgo arritmógeno al estimular sobre la onda T. En respuesta a esta experiencia, se diseñan mecanismos de estimulación «a demanda», y surge la polémica sobre la necesidad de complicar un aparato que funcionaba suficientemente bien, porque los marcapasos a demanda no eran arritmógenos, pero se inhibían por interferencias electromagnéticas externas, con el consiguiente riesgo de fallos de estimulación. El problema vuelve a la mesa de diseño, y se crean filtros de frecuencias y algoritmos de estimulación de seguridad para evitar el cese de la estimulación por las interferencias. Los problemas de inhibición inapropiada invierten además la preferencia por la estimulación monopolar, ya que la bipolar resulta menos sensible a las interferencias. Cada nueva solución a un problema pasa por procesos de aprendizaje y mejora parecidos y a principios de la década de 1980, se empiezan a implantar los primeros marcapasos bicamerales, que suponen un avance muy importante porque devuelven la sincronización AV y la frecuencia fisiológica. Pero los primeros marcapasos DDD eran grandes, duraban poco, la estabilidad de los electrodos auriculares era dudosa y, además, con ellos aparece una nueva patología imprevista: la taquicardia de asa cerrada. El marcapasos DDD se comportaba igual que cualquier vía accesoria AV. De esta experiencia se aprendió la necesidad de programar períodos refractarios y algoritmos antitaquicardia. Quizá favorecidos por las dificultades de la estimulación bicameral, surgen con fuerza los marcapasos VVIR, capaces de acelerarse por la actividad corporal detectada por diversos biosensores, que se consideraron en muchos centros una alternativa válida a la estimulación fisiológica bicameral. El establecimiento progresivo de la estimulación bicameral se lleva a cabo gracias al diseño de electrodos estables, especialmente electrodos de fijación pasiva, capaces de engancharse en las trabeculaciones auriculares y ventriculares derechas. Y para casos difíciles, se diseñan mecanismos de enganche «activo», en forma de sacacorchos retractables, de gran elegancia técnica. Y en algunos aspectos, el amor por la complejidad tecnológica («cuanto más mejor») gana a IX X Prólogo veces la batalla a la razón. A pesar de los magníficos resultados obtenidos en varios países con la estimulación auricular aislada en pacientes con enfermedad del nódulo sinusal, se prefiere casi siempre estimular también el VD «por seguridad», de modo que se implantan marcapasos DDD en la mayor parte de los casos. En su momento, esto fue desestimado por algunos por innecesariamente complejo y caro, además de inductor potencial de taquicardia de asa cerrada; pero hoy día, cuando los conceptos de desincronización y resincronización han hecho indeseable la estimulación del VD, de nuevo se hacen evidentes las ventajas de la estimulación auricular aislada. Aún así, es de temer que no por ello se implantarán marcapasos AAI o AAIR, y se preferirán innecesarios marcapasos DDD con complejos algoritmos que eviten la estimulación innecesaria del VD. El campo de la estimulación cardíaca se ha expandido también a caballo de su apertura a la electrofisiología clínica y su relación con la mecánica ventricular. La introducción de la electrofisiología clínica da entrada a la estimulación antitaquicardia, utilizada en los laboratorios de electrofisiología desde los años setenta y luego incorporada a algunos marcapasos a comienzos de los ochenta, aunque bajo la sombra del riesgo de arritmogenia. Con la aparición de los desfibriladores implantables, la estimulación antitaquicardia alcanza su plena madurez, aplicándose principalmente a las taquicardias ventriculares —una vez resuelto el problema de las taquicardias supraventriculares con la ablación del sustrato—. Los desfibriladores aportan, además, nueva información con su registro de episodios arrítmicos, que ayuda a comprender mejor los mecanismos de las arritmias y asegura un avance más firme hacia el futuro; se abre aún una nueva perspectiva al poderse aprovechar las posibilidades de memoria de los marcapasos y desfibriladores. Con los desfibriladores, se acercan el mundo de la electrofisiología y el de la estimulación cardíaca que, en algún momento, siguieron rutas separadas. Más recientemente, hemos vivido las técnicas de estimulación dirigidas a la modificación de la función ventricular. Primero se demostró el potencial de la estimulación del VD para disminuir el gradiente en la miocardiopatía obstructiva. Más adelante se intentó mejorar la función ventricular en la miocardiopatía dilatada por medio de la es- timulación, dirigida aquí principalmente a una «optimización» del intervalo AV. Pero hay que esperar a los últimos años para asistir al nacimiento del concepto de resincronización ventricular, que ha supuesto un salto cualitativo en la estimulación «fisiológica», aunque todavía no comprendamos del todo los mecanismos por los que la estimulación ventricular izquierda, aislada o asociada a la del VD, mejora la función ventricular en pacientes con bloqueo de rama izquierda. El mundo de la estimulación cardíaca se extiende así y se mezcla con diversos aspectos de la fisiopatología cardíaca, a medida que el desarrollo tecnológico permite abordar situaciones cada vez más complejas, aplicables a problemas específicos. El desarrollo es rápido y, a la vez, titubeante. La aplicación rápida de nuevos conceptos a través de dispositivos dotados de nuevos programas y nuevas capacidades hace, a veces, confundir las hipótesis con la evidencia, en una tensión dialéctica muy dinámica, en ocasiones confusa. Al desarrollo conceptual se añaden algunas incertidumbres derivadas del cambio vertiginoso de la tecnología electrónica, que exige una atención creciente a los posibles fallos de componentes y de software con el fin de mantener el altísimo nivel de seguridad y confianza que a sido tradicional en los dispositivos de estimulación cardíaca. Es en este ambiente en el que aparece el libro «Estimulación cardiaca, desfibrilación y resincronización», dirigido por Concha Moro y elaborado por un amplio grupo de profesionales españoles con larga experiencia y profundo conocimiento de las bases fisiopatológicas y técnicas así como de la aplicación clínica de los diversos métodos de estimulación. Este libro es la cristalización de años de docencia posgraduada en cursos de Doctorado, y madura en un momento propicio para ayudar al lector estudioso a conocer en profundidad las posibilidades terapéuticas de la estimulación cardíaca en la actualidad y, también, a hacer un análisis en perspectiva que ayude a comprender algunos porqués y a contemplar con la ilusión, el rigor y la precaución necesarios el desarrollo de este campo diagnóstico y terapéutico en los años venideros. DR. FRANCISCO GARCÍA-COSÍO F.A.C.C., F.E.S.C., F.H.R.S. Madrid, a 6 de agosto de 2006 PREFACIO Desde la Unidad de Arritmias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y en colaboración con la Universidad de Alcalá, promovimos en el año 1999 la creación de un curso Master de Estimulación Cardíaca, de duración y periodicidad anuales. Nuestro objetivo era, desde una perspectiva cardiológica, acercar y facilitar el conocimiento de la estimulación cardíaca a nuestros jóvenes especialistas. La Cardiología es una especialidad médica que ha ido creciendo y diversificándose, a medida que incorporaba nuevas técnicas diagnósticas y terapéuticas para sus pacientes. Fruto de esta diversificación son las Unidades de Arritmias. Por supuesto, éstas han incorporado a su tarea clínica, como no podía ser de otra manera, la única terapéutica posible para los defectos de la génesis y de la propagación del impulso eléctrico, que es la estimulación cardíaca a través de los marcapasos. Queremos ofrecer en este libro, al médico interesado en el tema, un material docente inédito, actual y bien documentado sobre la materia, presentado en formato de fácil lectura y elaborado por expertos de distintos hospitales de nuestra geografía. Hemos contado también entre los autores con diversos especialistas técnicos pertenecientes a la plantilla de distintas firmas de la industria del marcapasos. Hoy, un libro sobre estimulación cardíaca no puede quedar limitado al conocimiento del área de tratamiento de las bradicardias; de ahí que el libro se estructure o vertebre en tres partes. La primera está dedicada a marcapasos; la segunda, a la terapia de resincronizacion cardíaca para aquellos sujetos sin bradiarritmia, pero con trastornos de conducción del impulso eléctrico intraventricular que suponen desincronización en la contracción ventricular y que, además, sufren una disfunción sistólica severa del ventrículo izquierdo. Esta segunda parte constituye una nueva línea de progreso en la estimulación cardíaca y ha sido especialmente cuidada en este libro. La tercera y última parte se ocupa de otro aspecto de la estimulación cardiaca que es aquella ligada a los desfibriladores cardioversores implantables. Tanto en los temas de marcapasos convencionales como en los de resincronizacion cardíaca y en los de desfibrilación, quisiera destacar y agradecer la contribución de los colaboradores y excolaboradores de la Unidad de Arritmias del Hospital Ramón y Cajal, sin que ello suponga desmerecer en absoluto al resto de los autores. Los sistemas de estimulación cardíaca han ido evolucionando con el progreso tecnológico a un ritmo rápido e imparable a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. De la función de estimulación ventricular sorda, se pasó pronto a sistemas de escucha de la señal eléctrica intracavitaria, previa a la estimulación. Después, aparecieron los sistemas bicamerales. Las modalidades de estimulación posibles y frecuentemente empleadas en la clínica han sido motivo de diferentes capítulos en el libro. La mejora en las baterías permitió la prolongación de la vida media de los generadores de impulsos y facilitó la incorporación de herramientas diagnósticas al marcapasos, es decir, a una función de Holter. El perfeccionamiento tecnológico no paró aquí; pronto se pudieron ver, analizar e imprimir las señales eléctricas cardíacas y la interpretación que de las mismas hacían los dispositivos. A su fiabilidad clínica e interpretación se dedica también en un interesante capítulo el libro. Todo ello permite perfeccionar la programación de los marcapasos y optimizar el tratamiento de los pacientes. Es tan rápida la respuesta de la tecnología a los problemas que suscita la clínica humana que, en ocasiones, se adelanta a la evidencia científica médica. Me refiero ahora, a la estimulación con baterías atómicas, que si bien suponían una mayor duración de los dispositivos, comprometían por su radiación, al paciente y a su entorno inmediato, por lo que pronto desaparecieron del mercado. También aludo aquí a la estimulación para la prevención y el tratamiento de la fibrilación auricular. Un interesante capítulo del libro recoge los conocimientos y la evidencia actualmente disponible en este campo para saber aprovechar las herramientas que ofrecen los marcapasos actuales, para el diagnóstico y la terapéutica de las arritmias auriculares. La estimulación cardíaca, pese a que no es una terapéutica novedosa —han transcurrido más de XI XII Prefacio 50 años después de su primera aplicación en la clínica humana— tiene planteados aún algunos retos. La tecnología trata de reproducir la perfecta fisiología que reparte, sincroniza y adapta a las necesidades biológicas la llegada del estímulo cardíaco, es decir, trata de reproducir y conseguir la estimulación más fisiológica posible. Existen diversas pruebas científicas que sugieren que la estimulación en ápex de ventrículo derecho es deletérea para la función cardíaca, a largo plazo. Sin embargo, ése ha sido, y es, el lugar convencional para la colocación de las sondas de estimulación en el corazón, tanto en la estimulación temporal como en la definitiva. Y aun no hay ningún otro punto que suponga una alternativa superior y de tan fácil y rápida colocación. La otra controversia actual se centra en la búsqueda de la estimulación fisiológica. Con la aparición de los sistemas de doble cámara, que incorporan escucha y estimulación en cámara auricular y ventricular para preservar la sincronía de contracción auriculoventricular, se pensó que ésta sería la fórmula perfecta, la más parecida a la fisiología normal. Sin embargo, diversos estudios multicéntricos recientes revelan que la estimulación monocameral tiene resultados similares a la estimulación de doble cámara, al menos en cuanto a la supervivencia se refiere. De ambos retos encontrará el lector cumplida reseña en los capítulos sobre estimulación VVI, estimulación DDD y en los capítulos sobre síndrome de marcapasos y sobre estimulación tras la ablación de la conducción AV. En resumen, los marcapasos, hoy en día son unos dispositivos implantables de pequeño tamaño, apenas algo más grandes que una moneda; pequeñas maravillas tecnológicas en cuanto a las herramientas diagnósticas y terapéuticas que incorporan. Su complejidad técnica y sus muchas posibilidades de programación constituyen un reto para el médico que los implanta y programa, que constantemente necesita renovar sus conocimientos para obtener un óptimo funcionamiento de los mismos. Por el interés sobre el tema, primum movens para abrir las puertas del conocimiento, y la inteligencia del lector, confío plenamente en que irá lográndose el objetivo planteado al editar este libro, que no es otro que el de mejorar la calidad de la estimulación cardíaca. No sería justo finalizar estas líneas sin dejar constancia de mi agradecimiento, por su colaboración, a la firma St. Jude, que ha hecho posible la edición y promoción de este libro. CONCHA MORO SECCIÓN I ESTIMULACIÓN CARDÍACA 1 ARQUITECTURA DE LA INSTALACIÓN ELÉCTRICA DEL CORAZÓN D. Sánchez Quintana INTRODUCCIÓN Además de la musculatura de trabajo, el corazón dispone de un sistema de fibras musculares especializadas para dirigir su contracción. Este sistema genera el impulso cardíaco (potencial de acción) y lo conduce a las diferentes partes del miocardio, para asegurar la contracción de aurículas y ventrículos con la debida sucesión y ritmo durante el ciclo cardíaco. Este sistema que genera el impulso cardíaco se conoce como sistema de conducción (Fig. 1-1) y tiene una actividad R P Q Nodo sinusal AD T S AI Surco AV automática debido a que sus miocitos son capaces de autoexcitarse y generar un estímulo bioeléctrico. En realidad, todos los miocitos cardíacos son excitables, pero la frecuencia de despolarización y repolarización rítmica está desarrollada en grado muy diferente en los diversos tipos de células musculares del corazón. Es más lenta en las células musculares ventriculares, intermedia en el miocardio auricular y más rápida en las células del sistema de conducción. Morfológicamente las células musculares del tejido especializado de conducción se diferencian de las fibras musculares de trabajo en que son células más pequeñas, con pocos miofilamentos y discos intercalares, carecen de túbulos T, y su citoplasma posee abundante glucógeno. Además, se disponen en cúmulos, formando nodos, o en redes irregulares. ARQUITECTURA DEL TEJIDO ESPECIALIZADO DE CONDUCCIÓN El sistema de conducción consta de las siguientes estructuras: nodo sinoauricular (SA), nodo auriculoventricular (AV), fascículo o haz penetrante auriculoventricular de His y fibras de Purkinje (FP) (Fig. 1-1). Nodo AV Haz penetrante AV Nodo sinoauricular Fibras de Purkinje Figura 1-1. Representación esquemática de la disposición del sistema de conducción cardíaco. Fue descrito por primera vez por Keith y Flack en 19071. Es una estructura en su mayor parte subepicárdica, en forma de semiluna o falciforme que se localiza en la región del surco terminal de 3 4 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización a b c Cabeza Cuerpo Epi A VCS Arteria nodo SA OD End Nodo sinusal VD Cresta terminal Cresta terminal d e Cuerpo f Cola End Cuerpo Cresta terminal Cresta terminal Epi 5 mm Figura 1-2. a. Visión lateral derecha de la aurícula y ventrículo (VD). Nótese la disposición y morfología del nodo sinusal. A: aorta; VCS: vena cava superior; OD: orejuela derecha. b-f. Secciones histológicas sagitales a distintos niveles del nodo sinoauricular (cabeza, cuerpo y cola) en un espécimen de 42 años de edad. Nótese la relación del nodo, delimitado por una línea de puntos, con el epicardio (Epi), endocardio (End) y cresta terminal. Tinción con tricrómico de Masson. Barra 5 mm. His (Fig. 1-2). Este surco es epicárdico y se extiende desde la vena cava superior a la inferior. El surco se corresponde a nivel endocárdico con la cresta terminal. El nodo SA se sitúa en el surco terminal en una cuña que se forma entre la desembocadura de la vena cava superior con la orejuela derecha (Fig. 1-2) estando su base hacia el miocardio de la cresta terminal2. Mide en longitud 13.5 ± 2.5 mm (rango 8 a 21.5 mm). Para hacer más fácil su comprensión, la parte más superior del nodo la denominamos cabeza sinusal, la zona media que es la porción más extensa, cuerpo sinusal, y la porción más caudal, cola sinusal (Fig. 1-2). El cuerpo del nodo posee un espesor de 1.5 ± 0.5 mm (rango 0.5 a 3.5 mm). Un 28% de los corazones humanos posee una cresta terminal gruesa (>7 mm de espesor), lo que hace que la parte caudal del cuerpo del nodo se sitúe intramiocárdica o subendocárdica, y a más de 3 mm del endocardio de la aurícula (rango 3.3 a 5.3 mm)2. Los márgenes del nodo son muy irregulares, de modo que en el 74% de los corazones humanos posee múltiples radiaciones o extensiones (generalmente de 1 a 10) que se extienden hacia estructuras vecinas al nodo2 (Fig. 1-3). Desde el punto de vista histológico, el nodo SA está formado por células musculares más pequeñas que las células de trabajo auricular, el color Capítulo 1. Arquitectura de la instalación eléctrica del corazón a 5 b Epi Cresta terminal Extensión nodal 1 mm 3 mm c d Cola 1 mm 60 μm Figura 1-3. a-c. Secciones histológicas sagitales del nodo sinoauricular teñidas con tricrómico de Masson. En a se observan fibras musculares auriculares de trabajo (flechas) en la proximidad del centro del nodo y arteria del nodo sinusal. En b se muestra una extensión subepicárdica del nodo sinoauricular. En c se observa la cola del nodo disgregada en cúmulos celulares entre las células de trabajo auricular. d. Micrografía electrónica de barrido donde se observan en aumento los cúmulos celulares nodales, delimitados por una línea de puntos, entre las células de trabajo auricular. de su citoplasma es más pálido, el del núcleo es intenso, y se agrupan en torno a la arteria del nodo SA en haces sin ordenación especial e inmersas en una densa matriz de tejido conectivo, formada fundamentalmente por fibroblastos y colágeno (Fig. 1-3). La cantidad de tejido conectivo en el nodo SA varía con la especie y la edad. En el conejo, cobaya y rata es de un 50%, mientras que en el gato es de un 75 a un 90% 3. En el nodo SA humano aumenta con la edad la proporción de tejido conectivo en relación con la cantidad de células nodales4, aunque no se conoce muy bien el mecanismo por el cual se produce la sustitución de células nodales por colágeno. Las células del centro del nodo SA poseen en el hombre un diámetro de 5 a 10 μm y entre 25 y 30 μm de longitud. Estas mediciones se asemejan a la de otros mamíferos (perro, cobaya, gato, cerdo). Sin embargo, las células auriculares de trabajo en estas especies, incluida la humana, poseen un diámetro de 15 a 20 μm y una longitud de aproximadamente 100 μm. Estudios con microscopia electrónica de transmisión del nodo SA realizados por James et al.5 ponen de manifiesto dos tipos de células en el nodo SA: las nodales principales, llamadas células P, y células transicionales o células T. Las células P se encuentran en la parte central del nodo, son poliédricas y con citoplasma claro por el poco 6 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización número de miofibrillas en su interior. Las células T poseen un grado, en tamaño y contenido de miofibrillas, intermedio entre las P y las células auriculares de trabajo. Estudios electrofisiológicos han sugerido que las células P presentan actividad automática espontánea, por lo que deben considerarse las células del verdadero marcapasos cardíaco. La relación de la arteria nodal con las distintas partes del nodo (cabeza, cuerpo y cola) es variable. Se origina la arteria nodal, en el 60% de los casos, de la coronaria derecha, y de la izquierda en el resto. El cuerpo o zona media del nodo está atravesado constantemente por la arteria, que además tiene una posición central en el cuerpo (77%). En el 85% de los corazones humanos la arteria nodal a nivel de la cola tiene una posición excéntrica, incluso puede situarse entre la cola nodal y el endocardio2. La relación variable de la arteria con el nodo puede explicar los resultados irregulares de la modificación de la actividad del nodo SA durante la aplicación endocárdica mediante radiofrecuencia para tratar la taquicardia sinusal inapropiada. En la periferia del nodo SA, en la mayoría de los corazones humanos (85%), las células P se entremezclan con las células del miocardio auricular sin que haya tabiques de colágeno separando ambas células; incluso pueden verse islotes de células auriculares de trabajo en el interior de la zona central del nodo2 (Fig. 1-3). Además, cada nodo posee radiaciones o extensiones sinusales (de 1 a 10), descritas por primera vez por Chuaqui6 en 1972, que aunque pequeñas en longitud (0.2 a 2 mm) y originándose la mayoría de los casos del cuerpo del nodo, se extienden a: subepicardio (Fig. 1-3), miocardio de la vena cava superior, cresta terminal y miocardio intercaval. Estudios con microscopia electrónica de barrido muestran que en el 64% de los corazones humanos la cola o porción más caudal del nodo SA pierde su forma compacta y se divide en pequeños islotes de células sinusales que se entremezclan con las células auriculares de trabajo (Fig. 1-3) y tejido fibroadiposo del subendocardio2. Estudios recientes de reconstrucción tridimensional e inmunohistoquímica del nodo sinusal de conejo7 evidencian una gran cantidad de uniones eléctricas que expresan conexina 43 (Cx 43) en la zona periférica del nodo SA, entre las células P y las auriculares de trabajo. A diferencia de lo que ocurre en los seres humanos, los autores de estos estudios no encuentran células auriculares de trabajo en la zona central del nodo SA. Otros autores sugieren que el nodo está constituido por un mosaico de células P y células auriculares de trabajo, y que la proporción de es- tos dos tipos de células varía desde el centro a la periferia del nodo (modelo en mosaico)8. Nuestras observaciones anatómicas del nodo SA en corazones humanos2 sugieren que la arquitectura histológica del nodo SA puede proporcionar un sustrato intrínseco o inherente para la taquicardia por reentrada SA, debido a la densa matriz de colágeno que separa a las células nodales, lo que puede facilitar la conducción lenta al producir desunión intercelular y alterar la transmisión entre ellas. Además, si pensamos en que la onda de excitación tiene múltiples sitios potenciales de entrada y salida dentro del nodo, debido a que no existen tabiques de tejido conectivo que separen el nodo SA del miocardio auricular, a lo que debemos añadir la presencia de extensiones nodales, que se entremezclan con el miocardio auricular, haciendo en conjunto que se formen como sustratos morfológicos ideales para la reentrada. Nodo auriculoventricular El «knoten» de Tawara fue descrito por primera vez por este autor en 19069. Este nodo, al igual que el nodo SA, no tiene límites precisos. Se localiza en la parte baja y derecha del tabique interauricular, y sus límites anatómicos se encuentran dentro de los lados del triángulo que ilustró Koch a principios del siglo XX. Este triángulo, si colocamos el corazón en posición anatómica, está delimitado anteriormente por el velo septal de la válvula tricúspide, y posteriormente por el tendón de Todaro (Fig. 1-4), que es la extensión subendocárdica del velo de la válvula de Eustaquio hacia el cuerpo fibroso central. Estos dos lados se cruzan formando un ángulo más o menos agudo en la parte superior del triángulo, a nivel del cuerpo fibroso central. La base del triángulo está constituida por el vestíbulo o porción lisa de la aurícula derecha y el orificio de desembocadura del seno coronario (Fig. 1-4). La base es conocida por los electrofisiólogos con el nombre de istmo septal. El nodo AV ocupa un área relativamente pequeña dentro del triángulo de Koch10, aunque el tamaño del nodo está relacionado con la edad del individuo, no con el tamaño del triángulo; así, es de mayor tamaño en la infancia siendo el triángulo más pequeño. El nodo tiene forma semioval con su zona aplanada apoyada en el cuerpo fibroso central (Fig. 1-4), el cual se produce por la unión del septum membranoso interventricular con el trígono fibroso derecho, y su zona convexa curva se relaciona con el endocardio auricular del triángulo. Posee una longitud de 5.1 ± 1.2 mm (rango 3.2 a 6.2 mm), un espesor de 0.8 ± 0.3 mm (rango 0.3-1.2 mm) y una anchura de 5.2 ± 1.5 mm Capítulo 1. Arquitectura de la instalación eléctrica del corazón b a Tendón de Todaro VT c ANAV 7 Extensiones del nodo AV FO OSC CT OSC VT VM VT d End e f His Rama VT derecha VT Nodo AV CFC CFC A 10 mm Rama izquierda VM Figura 1-4. a. Visión endocárdica de las paredes septal y posterior de la aurícula derecha en posición anatómica, para mostrar la fosa oval (FO) y límites del triángulo de Koch (líneas discontinuas blancas. OSC: orificio del seno coronario; VT: válvula tricúspide). La localización del nodo AV y extensiones inferiores ha sido representada esquemáticamente en el interior del triángulo. CT: cresta terminal. b-f. Secciones histológicas sagitales del nodo AV y sus extensiones, y del haz de His y sus ramas, teñidas mediante la tinción de Van Gieson. En c se observan las extensiones inferiores del nodo AV. Nótese en d la forma semioval del nodo apoyado sobre el cuerpo fibroso central (CFC), así como su situación, por debajo del endocardio (End) de la aurícula derecha. En e se observa el haz penetrante de His atravesando el cuerpo fibroso central. En f el haz de His se divide en ramas derecha e izquierda. Barra de 10 mm, ANAV: arteria del nodo AV; OSC: orificio del seno coronario; VT: válvula tricúspide; VM: válvula mitral; A: aorta. (rango 3.1 a 7.2 mm)11. La distancia existente entre el nodo AV y el endocardio de la aurícula derecha es muy reducida, 0.7 ± 0.2 mm (rango 0.3 a 1.2 mm). El nodo, aunque en el interior del triángulo, no siempre ocupa el mismo lugar: en el 82% de los corazones humanos se localiza en la zona media del triángulo, pero en un 18% se sitúa en relación con el velo septal de la válvula tricúspide. De hecho, Ueng et al.12 sugieren que la ablación de la vía lenta en triángulos de Koch grandes, como ocurre en casos de taquicardia por reentrada AV nodal, sólo se conseguía adecuadamente aplicando en la zona media del triángulo, no en la base del triángulo, como se hace normalmente. Hacia el orificio del seno coronario, el nodo AV posee generalmente dos extensiones inferiores (Fig. 1-4), que son prolongaciones de su masa compacta, que se dirigen hacia las inserciones de las válvulas tricúspide (prolongación derecha, de una longitud entre 1.5 y 5 mm) y mitral (prolongación izquierda, de una longitud entre 0.2 a 4 mm)11,13. En un 33% de los corazones humanos13 las extensiones pueden llegar y sobrepasar la base del triángulo de Koch; además, se encuentran solamente entre 1.1 y 1.7 mm por debajo del vestíbulo endocárdico de la aurícula derecha11. En estos casos, puede incrementarse el riesgo de bloqueo AV iatrogénico durante la ablación de una vía accesoria derecha localizada en las proximidades del istmo septal. La arteria del nodo AV, que se origina generalmente de la coronaria derecha (83%), y con menos frecuencia de la arteria circunfleja (17%), se localiza en el espacio piramidal inferior (Figs. 1-4 y 1-5) y tiene una relación íntima con las extensiones nodales, situándose entre las dos. Después, en el 70% de los corazones humanos a nivel de la zona media del triángulo de Koch, la arteria atraviesa el nodo AV, y en el 30% restante, realiza un giro brusco hacia el velo septal de la tricúspide, y no atraviesa el nodo, sino que se dirige al tabique interventricular derecho. Son pequeñas arterias las que, originándose de la nodal, irrigan el nodo 8 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización a VT b ANAV c Células del nodo AV A VM OSC SC ANAV CD 10 μ 5 mm d Nodo AV MA Capa de células transicionales e Capa de células transicionales f Nodo AV VCI FO CFC CFC 10 mm 1 mm VT Figura 1-5. a. Visión de la base de los ventrículos para mostrar la arteria del nodo AV (ANAV) originándose de la coronaria derecha (CD). A: aorta; VM: válvula mitral; SC: seno coronario. b. Sección histológica sagital a nivel del orificio del seno coronario para mostrar la estrecha relación de la arteria del nodo AV (ANAV) con el orificio del seno coronario (OSC). VT: válvula tricúspide. c. Sección histológica mostrando las células del nodo AV. Nótese la disposición anárquica de sus miocitos entre las fibras de colágeno. d y e. Sección histológica (tricrómico de Jones) e imagen de microscopia electrónica de barrido del nodo AV. Nótese cómo se encuentra situado sobre el cuerpo fibroso central (CFC) y la capa de células transicionales en contacto con la superficie convexa del nodo. Más superficial aún en d, se observan miocitos de trabajo auricular (MA). f. Disección de la aurícula derecha mostrando la orientación de las fibras superficiales subendocárdicas. Nótense los cambios de orientación en la región superior e inferior del triángulo de Koch (estrellas). FO: fosa oval; VCI: vena cava inferior; VT: válvula tricúspide. AV. Se ha sugerido que la punta de la arteria del nodo AV en la arteriografía es un buen método para localizar el nodo AV14. La arteria, en la base del triángulo de Koch, se sitúa a 3.5 ± 1.5 mm del endocardio de la aurícula derecha11, y entre 0.5 y 5 mm del orificio de desembocadura del seno coronario (Fig. 1-5). La lesión de la arteria seguida de un procedimiento de ablación, al eliminar una vía accesoria o al aplicar dentro o alrededor del orificio del seno coronario, puede dar lugar a una reducción del flujo sanguíneo al nodo AV y producir con el tiempo bloqueo AV. Desde el punto de vista histológico, las células del nodo AV son parecidas a las del nodo SA, con un diámetro aproximado de 5 μm y entrelazadas formando haces sin una orientación espacial (Fig. 1-5). Entre ellas existe una matriz de tejido conectivo, aunque menos llamativa que la del nodo sinusal. Estudios ultraestructurales en animales (ratón) confirman que el nodo AV está constituido por células pequeñas, con gran cantidad de mitocondrias y escasa cantidad de miofibrillas, y unidas entre sí por desmosomas y pocas uniones de tipo eléctrico. James y Sherft15 observan en el nodo AV de humanos postmorten células P y T muy similares a las del nodo SA. Entre las células nodales, incluidas las extensiones del nodo, y las del miocardio de trabajo auricular existe una zona de células transicionales, por la cual le llega información aferente al nodo AV del resto del tejido auricular. Las células transicionales tienen un tamaño intermedio entre las del nodo AV y las del miocardio de trabajo auricular, y entre las dos no existen tabiques de colágeno que lo separen del miocardio auricular (Fig. 1-5). Numerosos estudios electrofisiológicos sugieren que las fibras auriculares de trabajo que se aproximan al nodo AV forman parte de una doble vía (una rápida y otra lenta) en pacientes con taquicardia por reentrada AV nodal. La vía rápida se sitúa junto al tendón de Todaro, en las proximidades del ápex del triángulo de Koch. La vía lenta está localizada dentro del istmo septal en la base del triángulo de Koch, y es la zona que normalmente se utiliza para ablacionar mediante radiofrecuencia la taquicardia por reentrada AV; sin embargo, no existen Capítulo 1. Arquitectura de la instalación eléctrica del corazón pruebas definitivas del sustrato morfológico que produce la vía nodal lenta. En un intento de aclarar dicho sustrato se han realizado diversos tipos de estudios. Nosotros, mediante técnicas histológicas en dos pacientes que habían sido tratados de taquicardia por reentrada AV nodal mediante ablación por radiofrecuencia de la vía lenta y posteriormente murieron por causas no relacionadas con arritmias cardíacas, observamos que en ambos casos la lesión histológica de ablación afectaba solamente al miocardio de trabajo auricular, y estaba lejos de afectar al miocardio compacto nodal AV, o a sus extensiones inferiores, o a las células transicionales que rodean al nodo16. Es un hecho conocido que la propagación de impulsos en dirección paralela a la fibra muscular es más rápida que la propagación en ángulo recto a la dirección de la fibra (conducción anisotrópica). Por ello, mediante técnicas de disección roma, hemos observado el patrón general y los cambios de orientación de las fibras que llegan y forman el triángulo de Koch. Las zonas donde se producen los cambios bruscos de orientación de las fibras son las zonas anterosuperior y posteroinferior en relación al nodo AV (Fig. 1-5), lo cual coincide con el posible sustrato anatómico de los posibles inputs en dirección al nodo AV; por ello, los cambios bruscos de orientación de las fibras musculares observados en el triángulo de Koch podrían facilitar la producción de fenómenos de reentrada16. Otros estudios especulan sobre la posibilidad de que la extensión inferior derecha del nodo AV sea por sí misma la base anatómica de la vía nodal lenta. Así, estudios electrofisiológicos en el corazón de conejo han puesto de manifiesto que la extensión inferior posee propiedades eléctricas diferentes al resto del nodo AV compacto (PR menor), lo que podría producir un enlentecimiento de la conducción e iniciar o mantener la reentrada17. Estudios inmunohistoquímicos observan que la extensión inferior posee una expresión menor de conexinas 40 y 43 que el nodo AV y el miocardio auricular de trabajo circundante, lo que contribuye a que existan diferencias en la velocidad de conducción entre las distintas estructuras18. Incluso en aquellos casos en que la extensión inferior no es identificada histológicamente, se ha observado que sus células tienen características especiales en esta área. Ello se debe a que el nodo AV y el haz penetrante de His derivan embriológicamente de un anillo de células que al principio del desarrollo embriológico del corazón rodea el orificio ventricular común19. A medida que avanza el desarrollo, parte de este anillo de células se incorpora al vestíbulo de la aurícula derecha, pero 9 mantiene histológicamente su fenotipo, el cual desaparece en la edad adulta. Restos de este anillo probablemente lleguen a formar en el corazón adulto estructuras parecidas a nodos, las cuales Kent20 identificó equivocadamente, en el corazón normal, como múltiples conexiones auriculoventriculares. Por eso, posiblemente el área que ablacionamos en la vía lenta esté formada por células que forman parte de este anillo celular alrededor del orificio ventricular común, aunque en el corazón posnatal no se reconozcan como especializadas. Fascículo o haz penetrante auriculoventricular de His Fue descrito por primera vez por His21, pero clarificado por Tawara en 19069. El haz de His es la continuación directa del nodo auriculoventricular que penetra en el cuerpo fibroso central, quedando aislado, a partir de aquí, de fibras auriculares de trabajo aferentes. De acuerdo con Tawara9, el punto donde el eje de conducción es rodeado completamente por colágeno, es el punto donde el nodo AV pasa a ser haz de His (Fig. 1-6). Posee una morfología global más diversa que el nodo AV: unas veces es oval, otras, cuadrangular o triangular. Sus dimensiones son: longitud, 2.3 ± 0.4 mm (rango 0.8 a 3.2 mm); espesor, 1.1 ± 0.3 mm (rango 0.9-1.5 mm) y anchura, de 7.3 ± 1.2 mm (rango 5.2 a 12.5 mm)11. La distancia existente entre el haz de His y el endocardio de la aurícula derecha es mínima: 0.5 ± 0.2 mm (rango 0.1 a 1.1 mm). A veces, dependiendo del tamaño del cuerpo fibroso central, el haz de His atraviesa esta masa de tejido conectivo unos 3 a 5 mm antes de llegar al vértice del triángulo de Koch; esto hace que la transición de nodo AV a His se produzca en una posición más inferior al ápex del triángulo de Koch (24% de los casos)11(Fig. 1-6). Por eso puede registrarse el haz de His en otras localizaciones distintas al vértice del triángulo de Koch. Histológicamente sus células son muy parecidas a las del nodo auriculoventricular y también están inmersas en una matriz de tejido conectivo. Sus células, a diferencia del nodo AV, tienen una disposición más paralela y uniforme, debido a que el haz se capacita como un tracto conductor vehiculando la información de las aurículas a los ventrículos (Fig. 1-6). El haz de His atraviesa el cuerpo fibroso central, se dispone entre el septum membranoso y la porción apical muscular del tabique interventricular, donde comienza a ramificarse (Fig. 1-6). Cuando observamos el punto de origen de la ramificación del haz de His desde el tracto de salida de la válvula aórtica, se encuen- 10 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización His His b a Aorta VT c VT CFC CFC Septum membranoso 5 mm 5 mm His Septum intervent. Nodo AV d e Válvula tricúspide OSC Ventrículo derecho 100 μ 100 μ Figura 1-6. a. Representación esquemática del haz penetrante de His atravesando el cuerpo fibroso central. Al llegar al septum membranoso, el haz de His se divide sobre la cresta del septum muscular interventricular en sus ramas derecha e izquierda. OSC: orificio del seno coronario. b y c. Secciones histológicas mostrando el haz de His. En b el haz de His atraviesa el cuerpo fibroso central (CFC) próximo al vértice del triángulo de Koch. Tinción de Van Gieson, y en c el haz de His lo atraviesa antes de llegar al vértice. Tinción con tricrómico de Masson. d y e. Imágenes de microscopia electrónica de barrido del nodo AV(d) y del haz de His (e). Nótese que los miocitos del haz de His, a diferencia de los del nodo AV, presentan una disposición paralela y uniforme. tra por debajo de la comisura, entre los velos derecho y no coronario (posterior) de la válvula aórtica. Se divide en una rama derecha y otra izquierda, semejando las piernas de un jinete que cabalga sobre el tabique muscular interventricular. Generalmente la división está desviada a la izquierda; por ello, la rama derecha se introduce en el interior de la musculatura del tabique interventricular, apareciendo en el ventrículo derecho en relación con el músculo papilar medial o septal. Ramas del haz de His y red de Purkinje La rama izquierda del haz de His cae en cascada formando una lámina de tejido especializado del propio haz que se dirige por el lado izquierdo del tabique interventricular y debajo del endocardio (Figs. 1-7 y 1-8). Su longitud suele ser de 1 a 2 cm. Posteriormente, tal como describiera Tawara9, se divide generalmente en tres cintillas: anterior, septal y posterior. Estas cintillas se ramifican en ramas más finas que forman la red subendocárdica de Purkinje, la cual rodea primero a los músculos papilares del ventrículo izquierdo (Fig. 1-7) y posteriormente al resto del subendocardio del ventrículo. En algunos animales, como la oveja o el ternero, se divide, a veces, en sólo dos cintillas. La rama derecha del haz de His es una lámina mucho más estrecha que la izquierda. En su origen es intramiocárdica, relacionándose con el músculo papilar medial del ventrículo derecho. Antes de llegar al ápex se introduce en la trabécula septomarginal o banda moderadora (Fig. 1-7) para aproximarse al músculo papilar anterior, donde se divide profusamente en pequeños fascículos (red de Purkinje) que se extienden por este músculo papilar; después tiene un sentido recurrente para ramificarse subendocárdicamente por el resto del ventrículo derecho (Fig. 1-7). La red de Purkinje continúa anatómicamente, sin transición, las ramas del haz de His, pues histológicamente está formada por miocitos muy similares a los de las ramas del His. Las fibras de Purkinje discurren primero hacia el vértice de los ventrículos y después recurren hacia las bases ventriculares, distribuyéndose por todas las paredes de los ventrículos. En algunos vertebrados (vaca y oveja) la red de Purkinje posee una envoltura de tejido conectivo que es similar a la que poseen las ramas del haz de His (Fig. 1-8); sin embargo, en otros mamíferos (hombre y cerdo), no poseen esta envoltura conectiva. Desde el año 1910, gracias a Aschoff22 y Monckeberg23, se conocen los criterios por los cuales un tejido cardíaco puede considerarse como especializado. Para estos autores, Capítulo 1. Arquitectura de la instalación eléctrica del corazón a AP b VM A VM 11 c VT VI BM VD Figura 1-7. a-c. Imágenes en las que se muestra la superficie endocárdica del ventrículo derecho (a) e izquierdo (b) del corazón en fresco (sin fijar en formol) de ternero, después de ser inyectado con tinta china el espacio entre la lámina de tejido conectivo que rodea a las ramas derecha e izquierda del haz de His. Nótese cómo la banda moderadora (BM) es fina en el ventrículo derecho, y cómo la rama izquierda se divide en dos cintillas (flechas), las cuales se ramifican formando la red subendocárdica de Purkinje. En c se muestra un aumento de la disposición elíptica de la red de Purkinje en el ventrículo derecho. AP: arteria pulmonar; VD: ventrículo derecho; A: aorta; VI: ventrículo izquierdo; VM: válvula mitral. un tejido especializado debe cumplir tres criterios: 1) Sus células deben ser histológicamente diferentes de las que le rodean. 2) Debe verse en secciones histológicas seriadas desde principio a fin. 3) Sus células deben estar aisladas del tejido vecino por una cubierta de tejido conectivo. Histológicamente, en el hombre, las ramas principales del haz de His cumplen los criterios de Aschoff y Monckeberg (Fig. 1-8), pero la lámina de tejido conectivo que rodea después a las fibras de Purkinje no se observa en humanos. De las fibras subendocárdicas de Purkinje se originan fibras más profundas que penetran en las paredes ventriculares y que se extienden hacia el epicardio. Sin embargo, hasta ahora no se ha documentado la presencia de esas ramas intramurales de la red de Purkinje en el corazón humano24, aunque se puede observar estas fibras en otros mamíferos (Fig. 1-8). Se ha sugerido que la cubierta de tejido conectivo que envuelve a las fibras de Purkinje, en los animales que la posean (vaca y oveja), tiene un papel funcional muy importante en la organización de la onda de contracción en el miocardio ventricular, evitando la propagación lateral de la conducción del estímulo, permitiendo solamente la transmisión del impulso hacia la terminación de las fibras de Purkinje. El contacto funcional o transmisión del estímulo eléctrico entre las células de Purkinje y las ventriculares de trabajo se produce solamente en lugares específicos donde se pierde la lámina de tejido conectivo (Fig. 1-8), y posiblemente sea la orientación espacial de las fibras musculares a lo largo de las paredes ventriculares lo que determine la naturaleza anisotrópica de la conducción ventricular. Estudios electro- fisiológicos han puesto de manifiesto que la contracción ventricular se produce primero en los músculos papilares, seguida por una onda que se extiende desde el endocardio al epicardio ventricular y desde el ápex de los ventrículos a los tractos de salida. VÍAS DE CONDUCCIÓN INTERAURICULARES E INTERNODALES La existencia de vías específicas de transmisión del impulso entre el nodo SA y el AV es un fenómeno controvertido. De hecho, diferentes autores, entre ellos el más moderno es James25, las han ilustrado mediante esquemas, e incluso observado haces o tractos especializados en secciones histológicas que conectan ambos nodos. Sin embargo, actualmente se desestima la idea de que tales tractos especializados existan en el corazón normal, y se sugiere que es la disposición geométrica de los orificios auriculares, la arquitectura entrecruzada (conducción anisotrópica) de las fibras musculares auriculares de trabajo en las paredes auriculares y el haz interauricular de Bachmann, lo que hace que exista una ruta preferencial en la conducción del estímulo desde el nodo SA al nodo AV y la aurícula izquierda. SUSTRATO ANATÓMICO DE LAS VÍAS ACCESORIAS Las vías accesorias se caracterizan porque establecen una o varias conexiones entre las aurículas y los ventrículos, cortocircuitando el tejido es- 12 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 1-8. a-c. Secciones histológicas teñidas con tricrómico de Jones mostrando el haz de His a y sus ramas derecha b e izquierda c en un espécimen humano. Nótese cómo en el corazón humano las ramas derecha e izquierda del haz de His están aisladas del miocardio de trabajo adyacente por una vaina de tejido conectivo, cumpliendo los criterios de Aschoff y Monckeberg. d-f. Secciones histológicas transversales del ventrículo derecho de ternero, obtenidas después de inyectar con tinta china el sistema de Purkinje. En d se observa el sistema de Purkinje a nivel subendocárdico. En e a nivel intramiocárdico, y en f una fibra de Purkinje conecta, después de perder su envoltura conectiva por uno de sus lados, con los miocitos ventriculares de trabajo (MT). pecializado de conducción, con lo que pueden facilitar la activación ventricular antes de tiempo (preexcitación). Histológicamente se ha observado que son fibras musculares de trabajo que conectan el miocardio auricular con el ventricular. El espesor de estos puentes es de 0.5 a 2 mm, y su longitud de 5 a 10 mm26. En otras ocasiones, las vías accesorias conectan el tejido especializado de conducción con el miocardio auricular o ventricular (conexiones auriculofasciculares o vías accesorias tipo Mahaim), o que pueden localizarse en una posición lejana al surco AV, conectan- Capítulo 1. Arquitectura de la instalación eléctrica del corazón do el miocardio de la orejuela con el miocardio ventricular. Por último, otras vías accesorias están en relación con el sistema venoso coronario en el espacio piramidal inferior, ocasionalmente asociadas a divertículos, por lo que se las ha denominado vías accesorias epicárdicas. Las vías accesorias se observan, en general, en corazones estructuralmente normales, aunque también se presentan en la miocardiopatía hipertrófica, anomalía de Ebstein, en la trasposición corregida de los grandes vasos y en la atresia tricuspídea. A veces, en el estudio histológico se observa la presencia de conexiones AV, en pacientes normales, por lo que la presencia anatómica de una vía accesoria no implica que ésta sea funcionalmente activa27. La localización de las vías accesorias se hizo en: a) de pared libre y b) de la región septal de los surcos AV derecho e izquierdo. Recientemente, tras varios años de experiencia en la ablación, se ha propuesto una nueva nomenclatura que permite correlacionar con precisión la localización de la vía accesoria con la posición fluoroscópica de los catéteres, respetando la posición real anatómica de las distintas estructuras cardíacas. En este sentido, las vías accesorias denominadas previamente izquierdas, son en realidad posteriores, y las accesorias derechas son anteriores, porque el anillo tricuspídeo es anterior con relación al anillo mitral28. BIBLIOGRAFÍA 1. Keith A, Flack M. The form and nature of the muscular connections between the primary divisions of the vertebrate heart. 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TRASTORNOS DEL AUTOMATISMO Y DE LA CONDUCCIÓN A. Hernández Madrid, M. Castillo, G. Moreno, J. Rondón, W. Marín, A. Íscar, C. Moro INTRODUCCIÓN El término bradiarritmias engloba todos los trastornos del ritmo que evolucionan o pueden evolucionar con enlentecimiento del pulso, incluso aunque propiamente no sean «arritmias» y el pulso sea regular. En la población sana en reposo existe una gran variabilidad en la frecuencia cardíaca, que está influida por la edad, sexo, grado de entrenamiento físico, ciclo circadiano, así como por el equilibrio entre el sistema nervioso simpático y parasimpático de cada individuo. En sujetos sanos asintomáticos, es frecuente observar durante el sueño frecuencias cardíacas inferiores a 40 latidos por minuto (lpm) y pausas sinusales que alcanzan los 2 segundos (s). Con menor frecuencia pueden observarse ritmos de la unión, bloqueos sinoauriculares (SA) y bloqueo auriculoventricular (AV) de primer y segundo grado tipo I. Dichos hallazgos tienen escasa significación clínica. Debido a la dificultad para fijar los límites de la normalidad de la frecuencia cardíaca, es difícil establecer valores que definan la bradicardia. En textos clásicos de electrocardiografía se ha considerado bradicardia a todo ritmo que se acompañe de una frecuencia ventricular inferior a 60 lpm. Recientemente, se ha aceptado 46 lpm como límite inferior de la frecuencia sinusal en reposo y se ha propuesto que el punto de corte para el diagnóstico de bradicardia sinusal, en el contexto de enfermedad del nodo sinusal, se establezca en 50 lpm. Las bradicardias pueden ser fisiológicas o patológicas, y pueden ser secundarias a alteraciones en la génesis del impulso en el nodo sinusal (p. ej., bradicardia sinusal, paro sinusal) o en la conducción sinoauricular (bloqueos de salida), intraauricular, a nivel del nodo AV o del sistema de conducción His-Purkinje1 (Tabla 2-1). BASES ANATÓMICAS Todas las células del miocardio pueden transmitir el impulso eléctrico (conductibilidad), pero en algunas de ellas esta función está altamente especializada, y además poseen la capacidad de generar espontáneamente impulsos eléctricos (automatismo). Estas células constituyen el sistema específico de conducción integrado por el nódulo sinoauricular de Keith-Flack, las vías internodales, el nodo auriculoventricular de Aschoff-Tawara y el sistema His-Purkinje. Nodo sinoauricular (SA) También llamado nodo sinusal, representa la actividad integrada de células marcapasos que se despolarizan sincrónicamente en una región compacta del subepicardio situada en la unión de la vena cava superior con la aurícula derecha. En condiciones normales es el marcapasos más rápido. Se estima que sólo un 1% de las células del nodo sinusal actúan como el marcapasos principal2. 15 16 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 2-1. Bradiarritmias: tipos A) Depresión de la función del nodo sinoauricular Bradicardia sinusal Arritmia sinusal Bloqueo sinoauricular Primer grado Segundo grado Tercer grado Paro sinusal Disfunción del nodo sinusal Ritmo de escape de la unión AV Latidos de la unión AV B) Depresión de la función del nodo auriculoventricular Bloqueo AV Primer grado Segundo grado Tipo I Tipo II Tercer grado Fibrilación auricular y aleteo con bloqueo de alto grado o bloqueo completo Irrigación. Recibe sangre de la coronaria derecha en un 55% de los corazones; en el resto de los casos, de la circunfleja. Hoy se sabe que en el 54% de los corazones el nodo SA puede recibir sangre de dos o más ramas arteriales3. Quizá esto explique por qué es raro el infarto del nodo SA. Inervación. El nodo SA está sometido a una rica influencia autonómica de los sistemas autonómicos simpático y parasimpático mediante los cuales se controla la frecuencia de marcapasos. Así, el parasimpático enlentece al nodo SA y domina en los períodos de descanso. El mediador de la actividad parasimpática es la acetilcolina, que, a través de su unión a la proteína G, aumenta la corriente de salida de potasio disminuyendo la pendiente de la fase 4 del potencial de acción (despolarización diastólica espontánea) y haciendo más negativos el potencial de reposo y el potencial diastólico máximo4. La actividad simpática aumenta la frecuencia de descarga y predomina durante el ejercicio y el estrés. A través de las catecolaminas se potencian las corrientes de entrada de calcio, que incrementa la pendiente de la fase 4 de despolarización diastólica24. Vías internodales Anatomía. El nodo SA es una estructura subepicárdica localizada en la parte alta de la aurícula derecha, en la unión de la cresta terminalis con la vena cava superior. Está formado básicamente por dos tipos celulares: en el centro del nodo SA estarían las células «P», que son las células marcapasos principales. Las células perinodales, también llamadas células transicionales o «T», serían las encargadas de transmitir el impulso eléctrico desde el nodo SA a la aurícula derecha. Desde el centro hacia la periferia hay una transición gradual de estos tipos celulares. Así pues, la disfunción del nodo SA puede deberse a anomalías en la generación del impulso por las células «P» o en la conducción del impulso por las células «T». Electrofisiología. El automatismo del nodo SA no es del todo conocido. El potencial diastólico máximo del nodo SA está alrededor de –60 mV, un voltaje que inactiva la mayoría de los canales de sodio. Así pues, la corriente de entrada es fundamentalmente a expensas del calcio a través de unos canales del calcio de tipo L (iCa). La corriente de salida viene representada por una salida de potasio con magnitud decreciente con el tiempo (iK)9. El potencial diastólico máximo es bastante insensible a los cambios en la concentración de potasio extracelular. De hecho, el marcapasos sinusal funciona bien en presencia de hiperpotasemia. Son básicamente tres: • Tracto anterior de Bachmann, que a su vez da una rama para la aurícula izquierda (fascículo de Bachmann) y otra que acaba en el borde superior del nodo auriculoventricular (nodo AV). • Tracto medio de Wenckebach. • Tracto posterior de Thorel. Nodo auriculoventricular (nodo AV) Está localizado en el anillo fibroso que separa las aurículas de los ventrículos. Es irrigado por la coronaria derecha en el 90% de los casos y por la circunfleja en el resto. Recibe inervación simpática y parasimpática. Proporciona un retraso a la transmisión del impulso eléctrico que tiene dos funciones: posponer la excitación ventricular para dar tiempo a que se vacíen las aurículas en los ventrículos y limitar el número de estímulos que pudieran ser transmitidos a los ventrículos en el caso de taquicardias auriculares. Sistema de His-Purkinje Está formado por el haz de His, sus ramas y la red terminal de Purkinje. El haz de His está casi siempre irrigado por la coronaria derecha. Rápidamente se divide en sus dos ramas. Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción La rama derecha del haz de His, cilíndrica, en seguida se hace subepicárdica y se arboriza en el miocardio, por lo que es fácilmente lesionable. La rama izquierda, a su vez, se divide en dos fascículos: el anterosuperior, más fino y largo, que se aproxima a la válvula aórtica, haciéndose así más vulnerable; y el posteroinferior, más corto y grueso. Ambas hemirramas se dirigen a los respectivos músculos papilares, anterior y posterior, por lo que estas estructuras se activan antes que la pared libre, y ello impide la regurgitación a través de la válvula mitral. Actualmente se prefiere emplear el concepto anatomofuncional de unión auriculoventricular, que comprende la zona baja de la aurícula derecha, el nodo AV y el haz de His. Todo lo que queda por encima de la bifurcación del haz de His es supraventricular. En resumen, el camino que sigue el impulso eléctrico es el siguiente: el impulso generado en el nodo SA se conduce directamente a la aurícula derecha y por el fascículo de Bachmann a la aurícula izquierda, y al mismo tiempo por las vías internodales hasta el nodo AV. Aquí sufre un retraso por sus especiales condiciones anatomofisiológicas, para seguir luego una rápida conducción a través del haz y ramas de His hasta la red de Purkinje6. BRADIARRITMIAS. GENERALIDADES Factores etiológicos Pueden ocurrir en ausencia de enfermedad cardíaca o, en otras ocasiones, debido a una enfermedad cardíaca orgánica. Incluso se ven algunos tipos de bradiarritmias en gente sana. A veces están producidos por ciertos fármacos (digital, betabloqueantes, antiarrítmicos, etc.). En todo caso, una arritmia puede ser manifestación de una enfermedad grave como por ejemplo un síndrome coronario agudo tipo infarto, una miocarditis, toxicidad por drogas, metástasis cardíaca por neoplasia, trastornos hidroelectrolíticos, etc. En cualquier caso, es esencial, ante cualquier trastorno del ritmo, investigar causas potencialmente reversibles, puesto que un tratamiento precoz y orientado a la causa puede resolver el trastorno del ritmo y evitar la implantación de un marcapasos definitivo. Los trastornos del ritmo debidos a causas reversibles generalmente son agudos y transitorios (a menos que no se corrija la causa). Entre las causas reversibles encontramos: el aumento del tono vagal, la cardiopatía isquémica aguda, los fármacos (digoxina, betabloqueantes, calcioan- 17 tagonistas, antiarrítmicos, etc.), trastornos hidroelectrolíticos (hiperpotasemia, hipermagnesemia), trastornos endocrinos (tiroideos, enfermedad de Addison) y ciertas enfermedades inflamatoriasinfecciosas como la endocarditis, la miocarditis por difteria o la enfermedad de Lyme. Fisiopatología Las alteraciones hemodinámicas de las bradiarritmias pueden explicarse por los siguientes mecanismos6: Por enlentecimiento de la frecuencia cardíaca Los cambios de frecuencia representan el mecanismo básico y de uso inmediato de que dispone el corazón para ajustar el gasto cardíaco a las necesidades. En el corazón normal frecuencias entre 40-160 lpm son bien toleradas y no van seguidas de alteraciones hemodinámicas; sin embargo, en pacientes mayores o con cardiopatía pueden condicionar una grave depresión del gasto cardíaco, pues los mecanismos de reserva funcional no pueden compensar la alteración del volumen de expulsión. Las bradicardias por debajo de 40 lpm sólo pueden compensarse con un aumento del volumen latido; en el esfuerzo, esta compensación es insuficiente y se producen cuadros de bajo gasto. Por pérdida de la secuencia auriculoventricular La contracción auricular contribuye en un 5-15% al llenado ventricular y al cierre perfecto de las válvulas auriculoventriculares. Cuando se pierde la secuencia temporal de la contracción auricular seguida de la ventricular, como en los ritmos de la unión AV o ventricular, o en el bloqueo AV, esta contribución de la aurícula puede faltar. En condiciones normales y en reposo puede ser poco valorable, pero durante el ejercicio y, sobre todo, en cardiopatías con alteración de la función diastólica, puede ser crítica la pérdida de función de la bomba auricular. Por trastornos en la secuencia de activación ventricular La función ventricular depende de la sincronía en la contracción de las fibras ventriculares. Los bloqueos de rama o ritmos de escape infrahisianos producen una asincronía de contracción tanto inter como intraventricular, lo que determina una pérdida de eficacia del trabajo de bomba. 18 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Por isquemia Arritmia sinusal respiratoria Las bradiarritmias extremas pueden, mediante una reducción del gasto cardíaco, alterar la perfusión coronaria y producir isquemia. Es muy frecuente en niños y jóvenes. La prevalencia disminuye con la edad. No tiene significado patológico y, por tanto, no precisa tratamiento. La arritmia sinusal respiratoria se debe a cambios en tono autonómico durante el ciclo respiratorio. En la inspiración hay una inhibición refleja del tono vagal, aumentando así la frecuencia de descarga sinusal. En la espiración el tono vagal vuelve a su estado previo enlenteciéndose la frecuencia cardíaca7. También influyen otros factores, como el reflejo barorreceptor carotídeo8, elevaciones en la PaCO2 (exacerba la arritmia sinusal), entre otros. En algunos sujetos, los cambios autonómicos durante la respiración pueden producir cambios en la localización del marcapasos dentro del propio nodo SA, lo que conlleva cambios sutiles en la morfología de la onda P y el intervalo PR. Parece ser que la arritmia sinusal podría mejorar el intercambio gaseoso pulmonar al acoplar la ventilación a la perfusión dentro de cada ciclo respiratorio. El resultado sería que se podrían evitar latidos innecesarios durante la espiración, durante la cual la ventilación es inefectiva; así, hay un ahorro energético cardíaco y respiratorio9. Por irregularidad de los latidos ventriculares Las variaciones en la longitud de las diástoles van a modificar el llenado ventricular, dando lugar a veces a contracciones ineficaces hemodinámicamente. Manifestaciones clínicas Los ritmos inapropiadamente lentos originan una reducción en el gasto cardíaco que se agudiza con el esfuerzo. En las bradiarritmias crónicas, el paciente puede permanecer asintomático si el aumento del volumen latido puede compensar la disminución de la frecuencia cardíaca. Por el contrario, puede presentar síntomas inespecíficos como debilidad, fatiga, astenia, adinamia, mareos (muchas veces atribuibles a la edad), presíncope, síncope, empeoramiento de la insuficiencia cardíaca o síntomas anginosos, que generalmente se agravan con el esfuerzo. Si la bradiarritmia es episódica los síntomas también serán intermitentes. El poder establecer la relación entre los síntomas, sobre todo si son específicos (p. ej., síncope), y los cambios simultáneos del ritmo, es la clave para el diagnóstico y el manejo del paciente. En el examen físico el paciente tendrá un pulso arterial lento y amplio por aumento del volumen latido. La presión arterial diastólica (PAD) es baja, porque la pausa diastólica es larga. La tensión arterial (TA) muestra una diferencia amplia. A veces, por el aumento del volumen sistólico pueden aparecer soplos sistólicos. El pulso venoso nos orienta acerca de si existe o no disociación AV. La onda «A» cañón refleja la contracción auricular sobre las válvulas AV cerradas y se observa en los bloqueos AV completos1, 6, 20. ARRITMIA SINUSAL Es corriente que la frecuencia del nodo SA varíe y que las descargas de éste no sean exactas latido a latido; cuando las variaciones de su frecuencia son mayores de 0.12 s entre dos intervalos PP en presencia de ondas P e intervalos PR normales, se dice que hay arritmia sinusal. Hay dos tipos de arritmia sinusal: respiratoria o fásica y no respiratoria o no fásica. Arritmia sinusal no respiratoria Las aceleraciones y desaceleraciones del nodo SA no guardan relación con el ciclo respiratorio. Esta forma de arritmia sinusal la podemos ver en corazones normales, en personas mayores, en pacientes con cardiopatía o en la intoxicación digitálica. No precisa tratamiento. Hay un tipo especial, la arritmia sinusal ventriculofásica, que ocurre la mayor parte de las veces en el contexto de un bloqueo AV de tercer grado, aunque también se puede ver después de una pausa compensadora inducida por una extrasístole ventricular. Se caracteriza por unos intervalos PP cambiantes según su relación con el QRS; así, el intervalo entre dos ondas P que incluyen un QRS es más estrecho que el intervalo entre dos ondas P que no tiene QRS en medio10. BRADICARDIA SINUSAL La frecuencia cardíaca normal se ha considerado históricamente que estaba entre 60 y 100 lpm, con lo que la bradicardia sinusal se definía como un ritmo sinusal con una frecuencia inferior a 60 lpm. Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción Sin embargo, existe una amplia variación en la frecuencia cardíaca en reposo en la población sana asintomática, que está influida por la edad, sexo, grado de entrenamiento físico, ciclo circadiano y equilibrio del sistema autónomo1. De hecho, en un estudio reciente sobre 500 voluntarios sanos se encontró que la media de frecuencia cardíaca era 70 lpm. El rango normal estimado, en reposo y por la tarde, es entre 46 y 93 lpm para los hombres y entre 51 y 95 lpm para las mujeres11, 12. En el ECG, la onda P es de morfología sinusal y precede siempre a los QRS, con intervalo PR constante y normal. Causas La bradicardia sinusal en el sujeto sano es la respuesta normal a un predominio del tono parasimpático. Fisiológicamente, la bradicardia sinusal se asocia con diversas causas que aumentan el tono vagal. La bradicardia sinusal patológica puede obedecer a lesión orgánica del nodo sinusal y/o tejido auricular circundante (intrínseca), o puede corresponder a fenómenos fisiopatológicos sin lesión anatómica demostrable (extrínseca). Bradicardia sinusal en sujetos normales En los adultos jóvenes y adolescentes, en particular en aquellos con buen grado de entrenamiento físico, la bradicardia sinusal es un hallazgo frecuente, especialmente durante el sueño. La frecuencia cardíaca es menor durante la noche, disminuyendo alrededor de 24 lpm en adultos jóvenes y cerca de 14 lpm en mayores de 80 años, pudiéndose alcanzar frecuencias de hasta 30 lpm, pausas de hasta 2 s y, con menor frecuencia, bloqueo SA, ritmos de la unión, bloqueos AV de primer y segundo grado tipo I13, 14. Los atletas entrenados tienden a tener bradicardia en reposo hasta por debajo de 40 lpm en vigilia15, 16. En sujetos sanos no tiene significación pronóstica. Bradicardia sinusal patofisiológica La bradicardia sinusal se puede ver en una variedad de situaciones patofisiológicas: Actividad vagal exagerada. Las respuestas vasovagales se pueden asociar con una profunda bradicardia debido a una predominancia del parasimpático sobre el simpático en el nodo SA. Esto, asociado con una caída de las resistencias vasculares periféricas, es suficiente para producir presíncope o síncope. 19 Hay una gran variedad de estímulos que incrementan el tono vagal: • Presión sobre el seno carotídeo. • Maniobra de Valsalva. • Vómitos o accesos de tos. • Exposición súbita de la cara al agua fría. • Bipedestación prolongada mediante el reflejo de Bezold-Jarisch. • En general, trastornos de los órganos que reciben una rica inervación parasimpática como son el gastrointestinal y el genitourinario. La hipervagotonía también puede producir una bradicardia sinusal crónica en reposo. Éste es el mecanismo principal de la bradicardia en reposo de los atletas bien entrenados. Hipertensión intracraneal. Se debería excluir siempre que la bradicardia ocurra en pacientes con disfunción neurológica. Disfunción del nodo sinusal (DNS). La bradicardia sinusal es el trastorno más frecuente en la DNS, y puede ser su primera manifestación. Infarto agudo de miocardio (IAM). La bradicardia sinusal ocurre entre un 15 y un 25% de los pacientes que presentan un IAM, sobre todo los que afectan a la pared inferior, puesto que la coronaria derecha irriga el nodo SA en casi un 60% de la gente. Suele ser transitoria. El mecanismo fundamental se debe a una actividad vagal aumentada; por tanto, si el tratamiento fuera necesario por compromiso hemodinámico o isquemia, esta bradicardia responde bien al tratamiento con atropina. Atletas. Tradicionalmente se ha atribuido a una actividad vagal incrementada; sin embargo, algunos estudios sugieren que la fisiología intrínseca del nodo SA podría estar alterada. Síndrome de apnea obstructiva del sueño. Estos individuos con frecuencia tienen bradicardia sinusal que puede ser grave (<30 lpm) durante los episodios apneicos17, 18. Los tratamientos para la apnea mejoran la bradicardia17, y viceversa, la estimulación por DNS puede mejorar los índices de apnea19. Fármacos. Betabloqueantes, calcioantagonistas no dihidropiridínicos, digital, antiarrítmicos como la amiodarona y los de clase Ic, litio, morfina, amitriptilina, fenotiacinas, cimetidina... Otras. Hipotiroidismo, hipotermia, hipoxia y algunas infecciones. 20 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Manifestaciones clínicas Etiología La bradicardia sinusal en la población sana y en pacientes con cardiopatía ligera es generalmente asintomática. Cuando existen síntomas, éstos suelen ser leves, muchas veces inespecíficos y no siempre se pueden relacionar con ella. En personas de edad avanzada y cuando existe función ventricular deprimida, los síntomas más frecuentes son mareos, astenia, debilidad, adinamia, empeoramiento de la insuficiencia cardíaca o de la angina y síncope, que generalmente empeoran con el ejercicio. Algunos pacientes están asintomáticos en reposo y sólo manifiestan los síntomas con el esfuerzo. La bradicardia grave favorece la aparición de arritmias ventriculares (p. ej., torsade de pointes, bradicardia-dependiente). En el examen físico la sospecharemos mediante la palpación de unos pulsos y la auscultación de unos ruidos cardíacos a una frecuencia inferior a la normal. El pulso es lento y amplio. La PAS es alta debido a un aumento del volumen latido. La PAD es baja debido a la gran pausa diastólica. En la auscultación pueden aparecer soplos sistólicos por aumento del volumen eyectivo1, 6, 20. El paro sinusal puede ser: Manifestaciones clínicas Diagnóstico Dificultades La bradicardia sinusal es un diagnóstico electrocardiográfico (véase ECG). Hay que establecer el diagnóstico diferencial con otros tipos de bradiarritmias como el bloqueo sinoauricular 2:1. El Holter a menudo es de utilidad para relacionar los síntomas con la bradicardia. PARO SINUSAL El paro sinusal es un trastorno del automatismo que conlleva una pausa producida por la ausencia transitoria de ondas P en el ECG cuya duración no es múltiplo del intervalo P-P de base (Fig. 2-1). Puede durar desde 2 s hasta varios minutos. Como esta anomalía refleja una alteración del automatismo del nodo SA, la duración de la pausa no es múltiplo del intervalo P-P de base, a diferencia del bloqueo SA de salida de segundo grado. Las pausas de 2 s o incluso algo mayores no necesariamente indican enfermedad. Ya hemos visto que pueden ocurrir en el corazón normal, especialmente por la noche (vagotonía, deportistas). Se consideran patológicas pausas superiores a los 3 s durante el día, por cuanto pausas por encima de este valor se observan sólo en el 1% de los sujetos considerados normales, y en el 85% de las ocasiones producen síntomas20. • Fisiológico: durante el sueño en adultos jóvenes y adolescentes, deportistas. Suele ser asintomática y carece de valor pronóstico. • Patológico: procesos fibrodegenerativos, aumento excesivo del tono vagal, en el contexto de IAM con afectación de la arteria del nodo SA, toxicidad digitálica y accidentes cerebrovasculares. Desde el punto de vista clínico, si la duración de la pausa es corta no da sintomatología; en pausas más largas puede producir mareo, confusión, presíncope, síncope o incluso la muerte por asistolia o arritmias ventriculares. Habitualmente suelen ser asintomáticas porque se pone en marcha un marcapasos inferior que evita la asistolia o la aparición de arritmias ventriculares desencadenadas por frecuencias cardíacas bajas. • Puesto que la despolarización del nodo SA no aparece en el ECG, no se puede diferenciar del bloqueo sinoauricular de tercer grado sin un registro intracavitario de la descarga del nodo sinusal21. • Las manifestaciones clínicas inespecíficas con hallazgos electrocardiográficos a menudo intermitentes dificultan el establecimiento de la relación causal21. Diagnóstico diferencial • Con el bloqueo SA de segundo grado: en éste la duración de la pausa producida por la ausencia de onda P es múltiplo del intervalo P-P de base. • Con las pausas postaquicardia: sólo aparecen a continuación del cese de la taquicardia21. BLOQUEO SINOAURICULAR (SA) La activación del nodo SA no se puede observar en el ECG de superficie. Por ello, la existencia de trastorno de la conducción entre el nodo SA y las aurículas puede deducirse sólo de las modificaciones que se produzcan en el ritmo de la onda P o de su ausencia. Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción Figura 2-1. 21 Disfunción sinusal grave con ritmo de escape nodal y pausas sinusales prolongadas. Los bloqueos SA se diferencian del paro sinusal en que la duración de la pausa es múltiplo del intervalo P-P de base y en que refleja más un trastorno de la conducción sinoatrial que del automatismo sinusal. Al igual que ocurre con los bloqueos AV, pueden ser de tres tipos: Bloqueo SA de primer grado. Denota un enlentecimiento en la salida del impulso desde el nodo SA hacia el tejido auricular adyacente, pero todos los impulsos generados en el nodo SA llegan a la aurícula, relación 1:1. El ECG es normal. Esta alteración no puede ser reconocida con el ECG de superficie convencional por cuanto la despolarización del nodo SA no se registra en el ECG. Sólo es diagnosticable por registro intracavitario. Bloqueo SA de segundo grado. Ausencia intermitente de ondas P. Algunos impulsos (pero no todos) se bloquean y no llegan a la aurícula. Existen dos tipos: • Tipo I (Wenckebach): hay un acortamiento progresivo de los intervalos P-P consecutivos hasta que uno se alarga bruscamente por bloqueo del impulso sinusal a las aurículas. • Tipo II: no hay acortamiento progresivo del intervalo P-P previo al impulso sinusal bloqueado. El intervalo P-P es idéntico antes de la pausa y, por tanto, se reconoce por el alargamiento súbito del intervalo P-P, a un valor que es múltiplo del intervalo P-P basal. Aquí, la duración de la pausa sinusal es proporcional al intervalo P-P del ciclo de base, dado que aunque no se han conducido las ondas P, el nódulo sinusal ha seguido descargándose a su frecuencia normal22. Bloqueo SA de tercer grado. Existe un bloqueo completo de manera que los impulsos generados en el nodo SA no pueden alcanzar la aurícula derecha. En el ECG esto queda representado por una ausencia total de ondas P con la presencia de un ritmo de escape (supra o infrahisiano) que lo hace indistinguible del paro sinusal por ECG convencional. Para diferenciarlo del paro sinusal se necesita un registro intracavitario. Etiología Procesos degenerativos del miocardio auricular, tono vagal excesivo, IAM, miocarditis aguda... Diagnóstico diferencial • Arritmia sinusal: hay variaciones fásicas de la frecuencia cardíaca con la respiración. • Paro sinusal: pausas que no son múltiplo del intervalo P-P de base. • Extrasístole auricular: precoz, intervalo P-P no múltiplo. DISFUNCIÓN DEL NODO SINUSAL También conocida como enfermedad del nodo sinusal o síndrome del nodo sinusal enfermo, se definiría como la alteración no fisiológica del ritmo sinusal, asociada o no a sintomatología. Es, por tanto, una entidad definida electrocardiográfica- 22 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización mente que contemplaría la bradicardia sinusal inapropiada, la incompetencia cronotrópica, las pausas sinusales (por paro sinusal o por bloqueo de salida sinoauricular) y el síndrome braditaquicardia. Una consideración más amplia incluiría, además, la fibrilación auricular y los aleteos auriculares con respuesta ventricular lenta, así como las taquicardias por reentrada sinusal y por automatismo sinusal inapropiado20. Epidemiología Su prevalencia se estima alrededor de un 0.2% en sujetos mayores de 50 años asintomáticos, aunque esta cifra es aproximada y posiblemente infraestimada. Actualmente representa más del 50% de las indicaciones de marcapasos definitivos en los países desarrollados. Es más frecuente entre la sexta y séptima décadas de la vida. Existe otro pico en adultos jóvenes entre los 20 y 30 años, que probablemente se incrementará en un futuro cercano debido al aumento de pacientes sometidos a cirugía de cardiopatías congénitas, los cuales suelen desarrollar disfunción sinusal en su evolución posterior. Afecta a ambos sexos por igual20. Etiopatogenia Diversos factores que afectan a la integridad de las células del nodo sinusal o a las de la aurícula circundante pueden provocar la disfunción del nodo sinusal. En algunas ocasiones es posible demostrar alteraciones anatómicas en estas estructuras (disfunción del nodo sinusal intrínseca) que conducirían a una pérdida de células sinusales centrales que serían sustituidas por tejido fibroso, lo que conllevaría que el ritmo sinusal fuera dependiente de los grupos celulares más periféricos, más susceptibles de verse inhibidos. En otros casos, afecciones externas al corazón determinan alteraciones funcionales en la función sinusal sin que exista lesión anatómica demostrable (disfunción del nodo sinusal extrínseca). Esto es más frecuente verlo en gente joven sin cardiopatía1: Disfunción del nodo sinusal intrínseca • Idiopática: es la forma más frecuente. Se produce una sustitución del tejido sinusal por tejido fibroso. • Isquémica (podría representar el 30%): aterosclerosis coronaria, procesos inflamatorios y embolia de la arteria del nodo sinusal23-26. • Inflamatoria: pericarditis, miocarditis, fiebre reumática, enfermedad de Chagas, enfermedad de Lyme, difteria y colagenopatías. • Infiltrativa: neoplasias, amiloidosis, hemocromatosis y esclerodermia24. • Miocardiopatías, como la hipertrófica. • Poscirugía cardíaca. • Otras: cardiopatías congénitas no corregidas quirúrgicamente, enfermedades neuromusculares, hereditarias (menos del 0.2%, asociadas con mutaciones en el gen del canal del sodio SCN5A). Disfunción del nodo sinusal extrínseca • Influencia autonómica: en situaciones de aumento del tono vagal (p. ej., hipertensión intracraneal, ictericia obstructiva). • Farmacológica: varios fármacos pueden afectar o empeorar la función sinusal en sujetos con disfunción sinusal subclínica o clínica: simpaticolíticos (clonidina, alfametildopa), betabloqueantes, calcioantagonistas, digoxina, antiarrítmicos de clase Ic y III, litio, amitriptilina, fenotiacinas, morfina y cimetidina. • Alteraciones hidroelectrolíticas. • Trastornos tiroideos, tanto el hiper como el hipotiroidismo. • Miscelánea: hipotermia, hipoxia, anorexia nerviosa, algunas infecciones. Fisiopatología La enfermedad se produce por el desarrollo de los siguientes trastornos, que pueden aparecer aislados o, a menudo, asociados20: • Por alteración del automatismo sinusal, responsable de la bradicardia sinusal y de los paros sinusales. • Por alteración de la conducción de los impulsos sinusales al miocardio auricular, responsable de los bloqueos de salida sinoauriculares. • Disfunción de los marcapasos subsidiarios, responsable de la ausencia de un ritmo de escape adecuado que compense la bradicardia sinusal o las pausas sinusales. • Mayor predisposición al desarrollo de taquiarritmias auriculares responsables del síndrome braditaquicardia. Con frecuencia la taquiarritmia observada se debe a fibrilación auricular o aleteo auricular paroxístico. • La disfunción del nodo sinusal se asocia a menudo con alteraciones de otras partes del tejido específico de conducción cardíaco, en especial de la unión AV, que explicarían la presencia de fibrilación auricular y/o de aleteo auricular con respuesta ventricular lenta Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción 23 en ausencia de tratamiento farmacológico, trastornos de la conducción AV (cualquier tipo de bloqueo AV), bloqueo de rama de nueva aparición y extrasístoles auriculares con pausas postextrasistólicas prolongadas. Manifestaciones clínicas Las manifestaciones clínicas son muy variadas, dependiendo del trastorno del ritmo, y en etapas iniciales suelen pasar desapercibidas. Las pausas sinusales (por paro sinusal o bloqueo de salida sinoauricular) producen mareos paroxísticos, síncope y síntomas relacionados con el ritmo de escape, como el latido cervical. La bradicardia sinusal inapropiada y persistente suele cursar con mareo persistente, debilidad, astenia, fatigabiliad, empeoramiento de la insuficiencia cardíaca o de la angina, presíncope o incluso síncope. En la incompetencia cronotrópica los síntomas aparecen con el esfuerzo. A partir de la sexta década de la vida, y en ausencia de cardiopatía asociada, dichos síntomas deben sugerir el diagnóstico de disfunción del nodo sinusal. Diagnóstico Electrocardiograma La disfunción del nodo sinusal es un diagnóstico electrocardiográfico. Sin embargo, debido a la aparición paroxística de las manifestaciones electrocardiográficas y a lo corto del registro del ECG convencional, es bastante difícil poder registrar mediante este método las alteraciones que permitan corroborar el diagnóstico. Puede tener varias presentaciones electrocardiográficas: • Bradicardia sinusal inapropiada: es la bradiarritmia más frecuente de la disfunción del nodo sinusal, aunque la mayoría de las personas con bradicardia sinusal no tienen disfunción del nodo sinusal. • Paros sinusales: se consideran patológicos cuando son mayores de 3 s. • Ritmo de escape nodal (Fig. 2-2). • Bloqueos de salida sinoauriculares. • Síndrome de braditaquicardia, que se caracteriza por la alternancia entre bradicardia sinusal y taquiarritmias auriculares (Fig. 2-3). Se ve en casi el 50% de los pacientes. Estas arritmias pueden presentarse como una bradicardia seguida de una taquiarritmia de escape o como una taquiarritmia que, al cesar, va seguida de una pausa larga de recupera- Figura 2-2. Ritmo de escape nodal en un paciente con disfunción sinusal. ción del automatismo sinusal. La fibrilación auricular y el aleteo auricular son las taquiarritmias más frecuentes. Generalmente son paroxísticas. Se ha comprobado que las taquiarritmias auriculares, aun siendo paroxísticas, producen con el tiempo un remodelado en el nodo SA que empeora la disfunción de éste. De hecho, se ha descrito que la ablación con radiofrecuencia destinada a prevenir las recurrencias de la fibrilación auricular podía revertir el remodelado del nodo, evidenciándose una reducción del tiempo de recuperación del nodo SA con aumento de la frecuencia cardíaca media y máxima27. La fibrilación auricular aislada puede constituir un ritmo de escape en el contexto de un paro sinusal o un bloqueo de salida sinoauricular de tercer grado, y es necesario reconocerlo, ya que la cardioversión eléctrica o farmacológica puede ir seguida de asistolia o bradiarritmia importante. • Alteraciones de la conducción AV en casi un 50% de los pacientes. El bloqueo AV puede coexistir con la disfunción del nodo sinusal como primera manifestación (17%) o desarrollarse posteriormente (8%). El número de pacientes que progresan a bloqueo AV de alto grado es relativamente bajo (3%) y suelen tener otros trastornos de la conducción AV20. Otros hallazgos son las taquiarritmias auriculares con una frecuencia ventricular baja en ausencia de tratamiento farmacológico y las extrasístoles auriculares con pausas postextrasistólicas prolongadas1. 24 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 2-3. Asistolia prolongada tras el cese de un episodio de fibrilación auricular en un paciente con síndrome bradicardia-taquicardia. Holter y registradores Externo. Aunque el registro ECG ambulatorio de 24 horas (Holter externo) es frecuentemente utilizado como primera exploración diagnóstica por su alta especificidad, presenta una pobre sensibilidad dado el carácter intermitente de las alteraciones ECG y debido a que no siempre es fácil establecer una correlación diagnóstica entre los síntomas y los hallazgos ECG. Por este motivo, se considera que tiene un rendimiento pobre para diagnosticar la disfunción del nodo sinusal y una mala relación coste/eficacia. Sin embargo, si se documentan los síntomas del paciente coincidiendo en el registro adquiere un gran valor (Fig. 2-4). Registro ECG transtelefónico. Tiene una mayor rentabilidad que el Holter externo. Holter implantable (Reveal). El tiempo de registro aumenta considerablemente. Prueba de esfuerzo Se utiliza para diagnosticar la incompetencia cronotrópica al objetivar una bradicardia sinusal relativa para el nivel de ejercicio realizado y la inducción de arritmias auriculares. Estudio del tono autonómico Maniobras autonómicas • Bradicardizantes. Masaje del seno carotídeo (la respuesta cardioinhibidora es positiva si aparece un paro sinusal o una pausa mayor de 3 s) y maniobras de Valsalva. • Taquicardizantes. Test de la mesa basculante y la inducción de hipotensión. Pruebas farmacológicas • Test de atropina. Es la prueba farmacológica más utilizada. En condiciones normales, tras la administración intravenosa de atropina (0.04 mg/kg) la frecuencia cardíaca debe superar los 90 lpm o presentar un incremento sobre la frecuencia cardíaca basal mayor del 15%. La mayoría de los pacientes con disfunción del nodo sinusal sintomática muestran escasa respuesta a la atropina1, 20. • Bloqueo autonómico. Se realiza mediante la combinación de infusión de propranolol (0.2 mg/kg) y atropina (0.04 mg/kg). Evalúa la frecuencia cardíaca intrínseca, que se debe ajustar a la recta de regresión 118-(0.57 × edad). Se considera normal cuando no difiere del valor teórico en más de un 14 o un 18%, dependiendo de si el paciente tiene menos o más de 45 años20. Estudio electrofisiológico El estudio electrofisiológico tiene una precisión diagnóstica superior al Holter, con una sensibilidad en torno al 70% y una especificidad superior al 90%; sin embargo, tiene tres problemas: la ausencia de un «patrón oro», gran variabilidad en la metodología y el hecho de que hay una propor- Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción 25 Figura 2-4. Registro comprimido de Holter ECG, que muestra cómo, tras el cese de un episodio de fibrilación auricular, se produce una pausa sinusal prolongada, acompañada de presíncope, antes de pasar a ritmo sinusal. ción de «falsos negativos» secundarios a bloqueo atriosinusal. Además, aporta información fisiopatológica en cuanto que permite diferenciar si la disfunción sinusal es intrínseca o extrínseca, o si predomina un defecto del automatismo o de la conducción, y permite evaluar la correlación entre sintomatología y alteraciones de la función sinusal. Los parámetros utilizados para evaluar la función sinusal son20: Pronóstico Parámetros que evalúan el automatismo • Tiempo de recuperación del nodo sinusal (TRNS): se considera normal un valor inferior a 1200-1500 ms. • Tiempo de recuperación del nodo sinusal corregido a la frecuencia (TRNSc), normal cuando es inferior a 525 ms. • Tiempo de recuperación total del nodo sinusal (TRT): debe ser inferior a 4 s; se considera patológico por encima de 8 s. • Presencia de pausas prolongadas tras el primer latido postestimulación. • Tiempo de conducción sinoauricular (TCSA): se consideran normales valores inferiores a 100-130 ms. En principio, su determinación sería más sensible para detectar disfunción sinusal que el TRNSc. Bloqueo AV de alto grado. Existen una serie de marcadores que predicen un mayor riesgo para la evolución hacia un bloqueo AV de alto grado: Otros parámetros Duración de la despolarización del nodo sinusal, período refractario efectivo del nodo sinusal. El estudio electrofisiológico tiene valor pronóstico, ya que, cuanto más alterado esté el TRNS, peor será el pronóstico y mayor la necesidad futura de marcapasos. Los pacientes con disfunción sinusal asintomática presentan un buen pronóstico y no precisan tratamiento. Los pacientes con disfunción sinusal sintomática presentan un peor pronóstico, que depende de la presencia, tipo y gravedad de la cardiopatía asociada. Las complicaciones que pueden desarrollar son20: • PR > 240 ms. • Bloqueo AV de segundo grado Mobitz I, a frecuencias menores de 120 lpm. • Bloqueo AV de segundo o tercer grado espontáneo. • Intervalo HV prolongado. • Bloqueo de rama de nueva aparición. En general, se debe considerar que la progresión de los trastornos de conducción en la disfunción sinusal es baja y que se suele asociar más con la introducción de fármacos dromotropos negativos que con alteraciones intrínsecas de la conducción. Arritmias auriculares. Hasta un 10% de los pacientes tienen fibrilación auricular. Tromboembolia. La disfunción sinusal representa un riesgo 10 veces mayor de accidentes tromboembólicos que en sujetos normales, siendo aún mayor en el síndrome braditaquicardia. Eventos cardiovasculares. Existe un mayor riesgo de síncope (sobre todo aquellos con historia de 26 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización síncope y con TRNSc > 800 ms), insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular crónica. Los predictores independientes son: edad, diámetro telediastólico del ventrículo izquierdo y la fracción de eyección. Mortalidad. Depende fundamentalmente de la presencia, tipo y gravedad de la cardiopatía asociada. En más de la mitad de los casos se debe a fenómenos tromboembólicos2. TRASTORNOS DE LA CONDUCCIÓN AURICULOVENTRICULAR En el sujeto normal la única conexión eléctrica entre aurículas y ventrículos la constituye el llamado sistema específico de conducción auriculoventricular (AV). Este sistema está formado por el nodo AV, el haz de His, las ramas del haz de His y la red de Purkinje. La conducción de los impulsos eléctricos muestra un retardo fisiológico en el nodo AV. En la población sana se puede apreciar bloqueo de la conducción de algunos impulsos en el nodo, con frecuencias que superan los 120 lpm, con fenómeno de Wenckebach. Por tanto, se denomina bloqueo AV a cualquier retraso o interrupción en la transmisión de los impulsos desde las aurículas a los ventrículos debido a una alteración anatómica o funcional en el sistema de conducción AV, mientras la unión AV no se halla en el período refractario fisiológico28. La conducción puede estar retrasada o enlentecida, de forma que todos los impulsos auriculares llegan a los ventrículos pero con retraso (bloqueo AV de primer grado); puede ser intermitente, de manera que algunos impulsos no se conducen (bloqueo AV de segundo grado), o estar ausente (bloqueo AV de tercer grado o completo). El trastorno en la conducción puede ser transitorio o permanente. Los bloqueos AV se pueden localizar a cualquier nivel del sistema de conducción AV. Con el uso de la electrocardiografía del haz de His, el punto de bloqueo se puede localizar en el nodo AV (entre los electrogramas A y H), en el haz de His (se aprecia un ensanchamiento o desdoblamiento del electrograma H) o en las ramas del haz de His (entre los electrogramas H y V)20. Etiología Muchos procesos pueden afectar al sistema de conducción AV. Sin embargo, las causas más frecuentes son la fibrosis y esclerosis del sistema (cambios esclerodegenerativos) y la cardiopatía isquémica (Tabla 2-2). Fibrosis y esclerosis La fibrosis y esclerosis del sistema de conducción AV representa alrededor de la mitad de los casos de bloqueo AV1. Su evolución es lenta pero progresiva. Se distinguen dos tipos: 1. Degeneración fibrosa o enfermedad de Lénègre. Se caracteriza por una degeneración fibrosa del sistema de conducción. La fibrosis es progresiva, comenzando en las edades medias de la vida, de forma que las primeras manifestaciones electrocardiográficas suelen aparecer a partir de los 40-50 años y frecuentemente se asocia con una lenta progresión hacia el bloqueo cardíaco completo. Puede ser hereditaria, puesto que este fenotipo se ha asociado con mutaciones en el gen que codifica para el canal de sodio el SCN5A30. 2. Esclerosis o enfermedad de Lev. Consiste en la esclerosis y calcificación del esqueleto fibroso del corazón que tiene lugar con la edad, que por proximidad puede extenderse y afectar al sistema de conducción AV produciendo la fibrosis del mismo. La calcificación de los anillos mitral y aórtico, por el mismo mecanismo, se puede extender y producir alteraciones del sistema de conducción31, 32. Cardiopatía isquémica Representa aproximadamente el 40% de los casos de bloqueo AV. La alteración de la conducción puede aparecer tanto en la cardiopatía isquémica crónica como en el contexto de un IAM. Se Tabla 2-2. Bloqueos His-Purkinje: etiología • Primaria (40%) • Familiar • Valvulopatías (aórtica y protésis) • HTA • Enfermedad coronaria (DA) (17%) • Miocardiopatía dilatada (13%) • Infiltración (amiloidosis, sarcoidosis) • Miocarditis • Endocarditis aórtica • Iones/FAA • Otras: neuromuscular, etc. Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción estima que aproximadamente un 20% de los pacientes con un IAM desarrollan algún tipo de bloqueo AV33, 34. Fármacos Digital, calcioantagonistas (especialmente verapamilo y, aunque menos, diltiazem), betabloqueantes, antiarrítmicos como la adenosina o amiodarona. La mayoría de los pacientes con bloqueo AV que están tomando fármacos que pueden afectar al sistema de conducción probablemente tengan una enfermedad del sistema de conducción subyacente35. Tono vagal incrementado Iatrogénica • Como consecuencia de la cirugía cardíaca de defectos adquiridos o congénitos. • Tras la manipulación con catéteres dentro del corazón (suelen ser transitorios). • Postablación con catéter de estructuras del sistema de conducción, ya sea intencional o casual. • Reducción septal con etanol: en la miocardiopatía hipertrófica obstructiva puede producir bloqueo AV completo hasta en el 20% de los pacientes. Familiar Hasta el momento se han mapeado dos loci responsables del bloqueo AV hereditario: • En el cromosoma 3p21, donde está el gen SCN5A que codifica el canal de sodio cardíaco. Varias mutaciones se han asociado con bloqueo AV. Algunas de estas mutaciones producen bloqueo AV en la infancia36, 37, mientras que otras se presentan en la edad media de la vida, conociéndose como enfermedad de Lenegre hereditaria38. • En el cromosoma 19q1339. Otras • Hiperpotasemia, sobre todo cuando el potasio está por encima de 6.3 mEq/L40, 41, 42. • Miocardiopatías (p. ej., la miocardiopatía hipertrófica obstructiva). • Cardiopatías congénitas. • Tumores cardíacos. • Procesos inflamatorios: endocarditis, miocarditis debida a fiebre reumática, difteria, virus, sífilis, enfermedad de Lyme43, 44. 27 • Procesos infiltrativos: amiloidosis, sarcoidosis, hemocromatosis, enfermedades malignas... • Enfermedades neuromusculares heredodegenerativas. • Enfermedades del tejido conectivo: artritis reumatoide, dermatomiositis, lupus eritematoso sistémico... • Hipertiroidismo. BLOQUEO AV DE PRIMER GRADO El intervalo PR normal incluye la activación de las aurículas, el nodo AV, el haz de His, las ramas del haz de His y la red de Purkinje. La duración del intervalo PR normal es entre 120 y 200 ms, y tiende a acortarse con los aumentos de la frecuencia cardíaca y a alargarse con los descensos de ésta. En el bloqueo AV de primer grado todos los impulsos son conducidos a los ventrículos (relación 1:1), pero con unos tiempos de conducción AV anormalmente largos, es decir, la transmisión de los impulsos auriculares a los ventrículos está enlentecida. Como consecuencia, el intervalo PR del ECG está prolongado (PR > 200 ms) (Fig. 2-5). No siempre indica patología; de hecho, hasta un 5% de los sujetos sin cardiopatía pueden presentar un intervalo PR prolongado45-49. Por otra parte, las causas más frecuentes de este tipo de bloqueo son la hipertonía vagal, el IAM inferior, los fármacos, la miocarditis y las cardiopatías congénitas. Aunque el bloqueo puede localizarse a cualquier nivel del sistema de conducción AV, la mayoría se localizan a nivel del nodo AV. La presencia, además, de un QRS estrecho apoya fuertemente esta localización. Localizaciones en el bloqueo AV de primer grado Aurícula. Es difícil determinar si el bloqueo AV de primer grado es debido a un defecto de conducción intraauricular, aunque se ha estimado que sería el responsable del 3% de los casos50. Existen ciertos hallazgos ECG sugerentes como son el ensanchamiento de la onda P y a menudo un menor voltaje51. La prolongación del intervalo PR es frecuente en ciertas enfermedades de la aurícula, tales como la anomalía de Ebstein y los defectos de los cojines endocárdicos. Nodo AV. Es el sitio más frecuente. En el ECG del haz de His queda reflejado como un intervalo AH prolongado (mayor de 125 ms). La presen- 28 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 2-5. ECG que muestra bloqueo auriculoventricular de primer grado. cia de un QRS estrecho apoya fuertemente esta localización. Entre las causas están: aumento del tono vagal, calcioantagonistas, betabloqueantes y digoxina. Haz de His. Una conducción enlentecida a este nivel rara vez prolonga el intervalo PR, por lo que con el ECG convencional puede ser indetectable. Con el ECG del haz de His se aprecia un ensanchamiento o desdoblamiento del electrograma H. Los fármacos que bloquean los canales del sodio, como los antiarrítmicos clase I, pueden enlentecer la conducción en el haz de His interfiriendo con la fase 0 del potencial de acción. Infrahisiano. Incluiría las ramas, fascículos y la red de Purkinje. Los retrasos de la conducción por debajo de la bifurcación del haz de His se acompañan de cambios en la morfología y eje del QRS, similares a los vistos en el bloqueo de ramas derecha e izquierda. Para que el intervalo PR esté prolongado es necesario que la conducción esté igualmente enlentecida en los sistemas de conducción derecho e izquierdo. Si la conducción por una de las ramas o fascículos está conservada, el intervalo PR será de duración normal. Los bloqueantes de los canales del sodio pueden producir enlentecimientos a este nivel. El bloqueo AV de primer grado con un QRS ancho puede estar asociado con un retraso en la conducción a nivel del nodo AV, en el haz de His o, muy a menudo, en la rama contralateral. La existencia de varios niveles dentro del sistema de conducción AV con una conducción enlentecida es bastante frecuente. Así, cuando un bloqueo AV de primer grado ocurre en un paciente con bloqueo bifascicular, la prolongación del intervalo PR se debe a una conducción retrasada en el nodo AV o en el fascículo remanente. Determinación clínica de la localización del bloqueo AV Mediante el ECG. Un intervalo PR t300 ms con un QRS normal la mayor parte de las veces el bloqueo se localiza a nivel del nodo AV. Un intervalo entre 200 y 300 ms es más inespecífico. Rara vez un retraso equilibrado en la conducción por las ramas y fascículos puede producir un intervalo PR prolongado con un QRS normal. Un bloqueo AV de primer grado con un QRS ancho se debe la mayor parte de las veces a enfermedad en las ramas del haz, sobre todo si se ve en el contexto de un IAM anterior. Por el contrario, en el IAM inferior es más probable que el retraso se localice a nivel del nodo AV. En algunos casos, se ven juntos una marcada prolongación del intervalo PR y un QRS ancho, sugiriendo una enfermedad de nodo AV e infranodal. Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción Intervenciones no invasivas. El tono vagal enlentece la conducción a nivel del nodo AV pero tiene poco efecto en el sistema de conducción infranodal. De esta manera, la atropina tiene un efecto variable en pacientes con bloqueo AV. A través de su acción vagolítica, a nivel del nodo AV puede aumentar directamente la velocidad de conducción y acortar el intervalo PR (este efecto predomina cuando el bloqueo está localizado a nivel del nodo AV), pero también se puede ver un empeoramiento de la conducción de manera indirecta al aumentar la frecuencia de descarga del nodo sinusal. Al aumentar la frecuencia cardíaca cae en el período refractario, exacerbando el retraso en la conducción (esto lo vemos sobre todo en los retrasos localizados infranodalmente). El ejercicio tiene un efecto similar al de la atropina. Las maniobras vagales tienden a enlentecer la conducción en el nodo AV. Este efecto puede ser atenuado debido a que también se produce un enlentecimiento de la frecuencia sinusal, lo cual puede permitir que haya más tiempo para que tanto el nodo AV como el sistema de conducción infrahisiano recuperen la excitabilidad y conduzcan con mayor normalidad. BLOQUEO AV DE SEGUNDO GRADO En el bloqueo AV de segundo grado algunos impulsos auriculares no llegan a los ventrículos; existe un fallo intermitente de la conducción de los impulsos de las aurículas a los ventrículos, de forma que algunas ondas P no van seguidas de su correspondiente QRS. Se distinguen dos tipos: el Mobitz tipo I o de Wenckebach y el Mobitz II. Estos dos tipos tienen diferentes localizaciones de bloqueo y diferente pronóstico en cuanto a la progresión hacia el bloqueo AV completo. En el tipo I el bloqueo está generalmente a nivel del nodo AV y es benigno, mientras que en el tipo II, el bloqueo está casi siempre por debajo del nodo y puede progresar a bloqueo completo. Bloqueo AV de segundo grado tipo I o de Wenckebach Se produce un alargamiento progresivo de los intervalos PR, hasta que una onda P queda bloqueada y no va seguida de su correspondiente QRS. La mayoría de las veces el bloqueo se localiza a nivel del nodo AV (70 a 75%), aunque, al igual que ocurría con el bloqueo AV de primer grado, el trastorno puede localizarse a cualquier nivel del sistema de conducción. Una respuesta favorable a la atropina apoya una localización a nivel del 29 nodo AV. El ECG no puede precisar con certeza el sitio del bloqueo; sin embargo, el estudio del haz de His puede confirmarlo fácilmente. Una ubicación suprahisiana se asocia con un mejor pronóstico y con escasa progresión a bloqueo AV completo. Cuando se asocia con bloqueo de rama, es frecuente que el lugar del bloqueo se ubique en el sistema His-Purkinje y progrese con mayor frecuencia a bloqueo AV completo. Características ECG. El intervalo PR más corto es el del primer ciclo y va aumentando con cada onda P; el impulso se conduce cada vez más lentamente hasta que una onda P se bloquea. Hay una disminución progresiva del incremento del intervalo PR de latido a latido, es decir, el mayor incremento del retraso en la conducción se produce en el primer ciclo, siendo el incremento menor en los siguientes. Esto conlleva que los intervalos RR se vayan acortando progresivamente en cada ciclo. La pausa producida por la onda P bloqueada es menor a la suma de dos intervalos PP y es igual a la suma de dos intervalos PP menos la suma total de los incrementos de conducción. Se distinguen dos tipos: el clásico (es el descrito arriba, en el que las secuencias de Wenckebach son 3:2, 4:3, 5:4) y el atípico (formado por secuencias más largas y en el que el incremento progresivo del intervalo PR es más impredecible). Implicaciones clínicas. Puede darse en individuos que tienen un tono vagal aumentado, como ocurre en jóvenes52 o atletas en reposo53-55. En ellos el pronóstico es excelente y no parece progresar el bloqueo52-54. También es relativamente frecuente encontrarlo en ancianos. Finalmente, el bloqueo AV tipo I puede ocurrir en pacientes con cardiopatía subyacente: enfermedad intrínseca del nodo AV, cardiopatía isquémica (sobre todo en el IAM inferior, donde su presencia no empeora el pronóstico, rara vez progresa a bloqueo completo y no suele requerir implante de marcapasos transitorio), miocarditis, enfermedad de Chagas... No suele producir síntomas a menos que la frecuencia cardíaca resultante sea muy baja. Diagnóstico diferencial. Con extrasístoles auriculares frecuentes y ocasionalmente no conducidas. Bloqueo AV de segundo grado tipo II o tipo Mobitz II Se caracteriza por el fallo súbito de una o más ondas P en ser conducidas a los ventrículos, sin que exista un alargamiento progresivo del intervalo 30 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización PR previo al bloqueo de la onda P (Fig. 2-6). El bloqueo de las ondas P puede ser aislado, pero a menudo es intermitente y repetitivo. Este último puede ser a su vez aleatorio o seguir una cierta secuencia56-59. El bloqueo AV tipo Mobitz II puede producirse a todo lo largo del sistema de conducción, pero a diferencia del bloqueo tipo I la afectación es casi siempre por debajo del nodo AV: intrahisiana (20%) o infrahisiana (80%)60, de ahí su peor pronóstico y la mayor tendencia a progresar a bloqueos avanzados, más probable aún si existe bloqueo de rama asociado. Aproximadamente, dos tercios de los pacientes tienen asociado bloqueo bifascicular o trifascicular, lo que aumenta el riesgo de progreso a bloqueo avanzado. De hecho, suele ser el paso previo al bloqueo AV completo. En los raros casos de bloqueo tipo II suprahisianos crónicos en individuos sin cardiopatía estructural, el pronóstico es benigno, salvo en personas de edad avanzada o personas con cardiopatía1. Características ECG. Identificación de una o más ondas P, que no van seguidas de complejo QRS, sin que exista alargamiento progresivo del intervalo PR. Implicaciones clínicas. El fallo de una o más ondas P en conducirse a los ventrículos puede llevar al mareo o incluso síncope porque los marcapasos inferiores son más lentos e impredecibles. Un incremento de la frecuencia sinusal (debido a atropina, ejercicio, estimulación auricular) puede empeorar el bloqueo AV. Por el contrario, un enlentecimiento de la frecuencia sinusal (maniobras vagales) da más tiempo para recuperar la excitabilidad y facilitar la conducción. A diferencia del bloqueo tipo I, no suele observarse en personas sanas, aunque en algunos casos puede aparecer en atletas y su detección nocturna aislada generalmente no tiene trascendencia clínica. El bloqueo AV puede presentarse de forma aguda y transitoria, como ocurre en el IAM, procesos inflamatorios o tras la administración de fármacos, o puede ser un cuadro crónico como el observado en los procesos degenerativos, enfermedades infiltrativas, poscirugía cardíaca, etc. Generalmente es permanente y progresa a bloqueos más avanzados e incluso al bloqueo completo. Diagnóstico diferencial • Con la extrasístole auricular bloqueada, las arritmias auriculares con bloqueo variable y las extrasístoles ocultas de la unión59. • Diferenciar si es nodal o infranodal. Datos clínicos que sugieren una localización infrano- dal son: edad superior a 60 años, clínica sincopal, complejo QRS ancho o bloqueo de rama asociado y presencia de bloqueo de mayor grado en el Holter. El ECG del haz de His muestra que la onda A no conducida va seguida de una espiga en el His, y no infrecuentemente de un desdoblamiento del electrograma del His, debido a una conducción intrahisiana enlentecida. Bloqueo AV 2:1 De cada dos ondas P consecutivas, una es conducida (seguida de QRS) y otra queda bloqueada (Fig. 2-6). Ya que no puede observarse si existe alargamiento previo del intervalo PR antes de la onda P bloqueada, el bloqueo AV 2:1 puede ser expresión tanto de un bloqueo AV tipo I como de un tipo II, y su diferenciación ECG requiere la modificación del grado de bloqueo y de la frecuencia auricular; para ello es particularmente útil el masaje del seno carotídeo y la administración de agentes vagolíticos. Generalmente, cuando el QRS es estrecho el bloqueo es suprahisiano. Por el contrario, cuando el QRS es ancho, con mayor frecuencia es infrahisiano. Puede coexistir con otros grados de bloqueo. Puede ser asintomático o provocar insuficiencia cardíaca o signos de hipoperfusión cerebral. El diagnóstico diferencial hay que hacerlo con las extrasístoles auriculares no conducidas (bigeminismo) y, en el caso de que las ondas P bloqueadas estén ocultas en la onda T, con la bradicardia sinusal. Bloqueo AV de segundo grado avanzado o de alto grado ECG que muestra dos o más ondas P consecutivas no conducidas. Puede coexistir con otros grados de bloqueo. Puede ser asintomático o provocar insuficiencia cardíaca o signos de hipoperfusión cerebral. BLOQUEO AV COMPLETO O DE TERCER GRADO El bloqueo AV completo se produce cuando los impulsos auriculares no se conducen a los ventrículos y, por tanto, las aurículas y los ventrículos son controlados por marcapasos independientes. El bloqueo AV completo es una forma de disociación AV. En el bloqueo AV completo, la actividad auricular puede tener su origen en el nódulo sinusal o en un foco ectópico (taquicardia Capítulo 2. Bradiarritmias. Trastornos del automatismo y de la conducción Figura 2-6. 31 Bloqueo auriculoventricular de segundo grado con conducción 2:1. auricular, fibrilación o aleteo). El ritmo de escape que controla los ventrículos se localiza por debajo del bloqueo y su frecuencia es siempre inferior a la frecuencia del ritmo auricular y regular (puesto que se trata de un ritmo de escape). El bloqueo AV completo puede localizarse en cualquier punto del sistema de conducción AV y la altura del mismo determina la frecuencia ventricular y la morfología del complejo QRS. Como regla general, cuanto más distal sea el bloqueo, más lento será el ritmo de escape. En los bloqueos nodales o tronculares, el marcapasos subsidiario suele estar localizado por encima de la bifurcación del haz de His, su frecuencia de descarga suele ser relativamente buena (40-60 lpm) y el complejo QRS suele ser estrecho61-63. Por el contrario, en los bloqueos infrahisianos (trifascicular) el marcapasos subsidiario suele estar localizado en alguna de las ramas o de las hemirramas del haz de His, la activación de los ventrículos es asincrónica, el complejo QRS es ancho y el ritmo de escape lento (< 40 lpm), lo que implica una peor tolerancia del mismo. Las pruebas autonómicas (atropina, catecolaminas, ejercicio, Valsalva) pueden ser útiles para localizar el sitio del bloqueo. Los marcapasos de la unión AV responden a la atropina, catecolaminas y al ejercicio con un incremento en la frecuencia de disparo, mientras que con el Valsalva disminuye la frecuencia. Los marcapasos infrahisianos responden menos a estas maniobras62, 64-68. Características ECG. Ninguna onda P se conduce a los ventrículos, por lo que existe disociación entre las ondas P (que van a una frecuencia mayor que la de los ventrículos) y los QRS, que se trata de un ritmo de escape (respuesta ventricular anormalmente lenta y regular). Implicaciones clínicas. Se trata de una urgencia vital, por cuanto los períodos prolongados de asistolia (al inicio del bloqueo y/o fracaso de los marcapasos subsidiarios) pueden producir parada cardíaca. La prolongación del QT por bradicardia puede favorecer la aparición de taquicardia ventricular tipo torsade59, 69-70. Clínicamente se manifiestan como síncope (crisis de Stokes-Adams), ICC, angina, ondas «A» cañón en el pulso venoso yugular. Diagnóstico diferencial • Bloqueos AV de menor grado, en especial algunos de tipo Wenckebach. • Bloqueo AV avanzado: al menos una onda P se conduce alternando con las que no conducen. • Bradicardia sinusal con ritmo de escape nodal más rápido: la disociación AV no es com- 32 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización pleta porque algunas ondas P capturan el ventrículo21. Bloqueo AV congénito completo Presenta una incidencia en recién nacidos vivos entre 1/2500 y 1/20 000. Puede aparecer de forma aislada o familiar. Se asocia con lupus eritematoso sistémico materno y/o con la presencia materna de autoanticuerpos anti-Ro y anti-La. La implantación de marcapasos sólo estaría indicada en caso de que sea sintomático, presencia de cardiopatía estructural (dilatación de cavidades en ECO), bradicardia, pausas, incompetencia cronotrópica, QT largo corregido mayor de 460 ms, arritmias ventriculares o ritmo idioventricular. En estudios recientes se ha observado que el implante de marcapasos puede mejorar la supervivencia a largo plazo y prevenir episodios de síncope en pacientes asintomáticos1, 21. Bloqueo AV completo y fibrilación auricular ECG con fibrilación auricular de base y respuesta ventricular rítmica y lenta. Dependiendo de que el ritmo de escape sea de la unión o ventricular, aparecerán QRS estrechos o anchos, respectivamente. Siempre se debe descartar la intoxicación digitálica21. BIBLIOGRAFÍA 1. Bayés de Luna A, López-Sendom J, Attie F, Alegría Ezquerra E. Cardiología clínica. Barcelona. 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El movimiento de los electrones zigzageando entre los nodos de la red metálica se ve entorpecido por éstos, que les roban energía y los frenan continuamente, con el resultado de que estos átomos de la red almacenan la energía robada a los electrones en forma de vibraciones (calor). Este fenómeno disipador de energía constituye la llamada resistencia eléctrica metálica. En casos extremos la oscilación almacenada puede llegar a ser tan intensa que se rompe la estructura cristalina del metal y se produce la fusión de éste. En los líquidos con iones disueltos (electrólitos) la conducción se produce por transporte iónico, y la resistencia eléctrica es debida al rozamiento de los iones con el resto de las moléculas del líquido. En la interfase entre un metal que actúe como electrodo y un electrólito, la conducción por iones depende de la superficie de los electrodos, que acumularán iones y cargas de signo contrario que se opondrán a la circulación de la corriente. Una de las cargas que se acumulan son las moléculas polares que se adhieren por uno de sus extremos formando una capa o varias. Cuando la corriente en este medio es farádica (alterna), la polaridad cambia cada semiciclo, y con estos cambios las cargas eléctricas, en vez de realizar desplazamientos grandes, tienen un movimiento de vaivén o giran en torno a sí mismas como las moléculas polares. Una de estas moléculas son las moléculas de agua, que son las que más contribuyen a la conductividad en las proximidades de los electrodos. EL SÍMIL HIDRÁULICO Y LA LEY DE OHM La circulación de corriente se produce por la diferencia de potencial a consecuencia de la distribución irregular de cargas eléctricas, que mediante su movimiento tenderán a igualarse. Es un fenómeno muy similar al de un líquido almacenado en un depósito, que tenderá a salirse debido a la diferencia de nivel. De la Figura 3-1 se desprende que una presión baja impulsará menos volumen de líquido por segundo. Una mayor presión hidrostática impulsa el agua a través de la resistencia del grifo, con mayor o menor fuerza, 35 36 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización A el nivel del depósito hasta que alcanzan la corriente de salida deseada. Este sistema se utiliza para asegurar el nivel de la corriente de salida sea cual sea la resistencia que se le oponga (dentro de unos límites). LAS UNIDADES ELÉCTRICAS B Las unidades eléctricas fundamentales son el voltio (V) para medir la «presión» eléctrica, el ohmio (:) para medir la resistencia al paso de corriente y el amperio (A) para medir la intensidad de la corriente. Las subunidades más utilizadas son: Figura 3-1. A, Cuanto mayor es el nivel de agua, mayor es la presión. B. Cuanto mayor es el nivel de agua, mayor es la presión (voltaje) y mayor es el caudal (corriente). y el caudal o corriente de agua aumenta. Esta situación eléctricamente se expresa en términos de electricidad diciendo que si el voltaje medido en voltios (presión eléctrica) es mayor, las cargas eléctricas tendrán más «fuerza» para atravesar la resistencia (ohmios), lo harán con más velocidad y por ello, en conjunto, atravesarán la resistencia más cargas por segundo. Diremos que hay más corriente eléctrica (amperios). En fisiología vascular existe una ley paralela a la ley de Ohm, que es la que establece que el flujo a través de un vaso sanguíneo es igual a la diferencia de presiones dividida por la resistencia hidrodinámica del vaso: (P2 – P1) Flujo = ————————— Resistencia del vaso Esta relación también se aplica a las tres magnitudes fundamentales de la corriente eléctrica y es la conocida ley de Ohm, cuya formulación es: Diferencia de voltaje Corriente eléctrica = —————————— Resistencia eléctrica Fuente de voltaje constante son todos los marcapasos implantables y que actúan como se indica en el dibujo, cargando el depósito (condensador) a un nivel programado (voltaje) de forma que el caudal (intensidad) que salga dependerá de la salida (resistencia). Fuente de corriente constante son la mayoría de los marcapasos externos, y actúan fijando un nivel de corriente en la salida y van aumentando mV: milivoltio o milésima de voltio PA: microamperio o millonésima de amperio k:: kiloohmio o mil ohmios MHz: megaherzio o un millón de herzios PF: microfaradio o millonésima de faradio Veamos algunos ejemplos. Los niveles de salida para la estimulación convencional hoy día son del orden de unos pocos voltios. Los niveles de voltaje de las señales intracavitarias son del orden de los 0.2 a 4 mV en la aurícula y de 3 a 20 mV en el ventrículo. La corriente de estimulación es del orden de 1 a 10 mA. La corriente media que tiene que dar la pila de un marcapasos oscila entre 5 y 100 PA (dependiendo del voltaje de salida, de la resistencia y del consumo de los circuitos). La impedancia de implantación normal va desde unos 400 : hasta cerca de 2000 :, dependiendo del tipo de electrodos. EL SÍMIL HIDRÁULICO Y EL CONDENSADOR DE UN ELECTROESTIMULADOR El ejemplo del depósito en el símil hidráulico es exactamente la situación que se da en un electroestimulador que utiliza un condensador para aplicar los impulsos de salida (Fig. 3-2). Si el depósito es limitado, como ocurre realmente, se producirá un vaciamiento progresivo que hará que la fuerza de salida de las cargas eléctricas (el voltaje) vaya disminuyendo. La línea dibujada al lado del depósito representa la variación de la altura del nivel del líquido con el tiempo a medida que se vacía. En realidad, si analizamos el voltaje de un condensador (depósito eléctrico) mediante un aparato adecuado (osciloscopio) será ésa exactamente Capítulo 3. Fundamentos físicos de la estimulación cardíaca 37 Si no se recarga, el impulso va decreciendo en amplitud Amplitud de la espícula Restauración de amplitud Pérdida de amplitud Figura 3-2. Si no se recarga, el impulso va decreciendo en amplitud. la forma de onda que se vea en la pantalla, y que nos va dando idea del nivel de vaciamiento que se produce en el depósito. En un marcapasos se intenta que la descarga sea la justa, esto es, la mínima necesaria para proporcionar un margen de seguridad en la estimulación. La corriente liberada por la punta del electrodo debe alcanzar un punto próximo en el músculo cardíaco para despolarizarlo, y ya desde allí, una vez iniciada la despolarización de un volumen minúsculo, se propagará por sí sola al resto del corazón. De esta forma, con este impulso mínimo, el condensador se descarga menos y necesita tomar menos corriente de la pila para recargarse, con lo que el gasto de la pila es menor y su duración será mayor. La recarga se realizará hasta que se alcance el valor inicial, que coincidirá con el valor programado para la salida del marcapasos, y se producirá inmediatamente tras la estimulación. LA POLARIZACIÓN DE LOS ELECTRODOS En la capa inmediata de un electrodo metálico sumergido en una solución iónica, al aplicar un campo eléctrico bruscamente, la conducción es una mezcla de desplazamiento iónico y principalmente giro de las moléculas de agua, que en definitiva representan un transporte de carga (Fig. 3-3). Cuando el estímulo cesa, se debe borrar esa capa eléctrica que constituyen las moléculas de agua orientadas, y los electrones acumulados, aplicando un impulso contrario al de estimulación que desordene las moléculas, y que a la vez recargue el condensador de salida, como se ha visto anteriormente. Con este proceso se logran tres objetivos: el primero es recargar el condensador al valor programado; el segundo es eliminar el pospotencial de polarización, y el tercero es evitar que haya un transporte neto de carga en un sentido que pueda producir fenómenos galvánicos y de electrólisis en torno a la punta del electrodo. Completado este proceso, el electrodo ya está en condiciones de detectar, sin ser interferido por la polarización, y en condiciones de estimular, ya que el condensador se ha recargado. IMPEDANCIA Y TAMAÑO DEL ELECTRODO Se enumeran, partiendo de estos conceptos, las reglas generales de la conducción por los electrodos: 1. La capacidad de conducción de un electrodo depende de la superficie de la punta, ya que a mayor superficie, mayor cantidad de moléculas de agua se pueden movilizar (mayor capacidad de Helmholtz). 2. Una superficie menor de electrodo produce mayores impedancias. 3. La impedancia mínima de un electrodo se consigue cuando el electrodo está flotando en sangre. 4. La impedancia máxima se consigue cuando está totalmente empotrado en el endocardio, ya que se dispone de menos agua libre. 5. La constitución del endocardio también influye, en consecuencia, en la impedancia. 38 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Corriente de Helmholtz Figura 3-3. Corriente de Helmholtz. Polarización de los electrodos. Consecuencias prácticas: Durante un implante, la medición de la impedancia con el cable flotando proporciona una referencia buena para valorar el grado de enclavamiento o de empotramiento, especialmente en los electrodos de alta impedancia y en los de fijación activa, primero con hélice extendida y segundo con hélice retraída de nuevo (en este orden) (Fig. 3-4). liza una conmutación del sentido de descarga, decimos que es bifásica. Esto aumenta la eficiencia eléctrica de la última parte de la descarga, que de otra forma se queda bloqueada en el condensador a causa de la enorme polarización de los electrodos de descarga, que produce una pérdida de capacidad conductora por acumulación de moléculas de agua polarizada. En los choques de desfibrilación no se busca que la descarga sea farádica, lo que produce polarizaciones importantes tras choques repetidos. Cuando hablamos de la polaridad de un choque nos referimos a la polaridad de la primera fase. La selección de una u otra polaridad no es indiferente, ya que el fenómeno de reinducción poschoque es diferente en uno y otro caso. Una vez realizada la descarga no se recarga de nuevo el condensador si no se necesita una nueva descarga. Estos condensadores (electrolíticos) con capacidad de almacenar mucha energía (hasta 35 y 40 J, julios) son voluminosos, y utilizan una tecnología (condensadores electrolíticos) que requiere un mantenimiento periódico que realiza de forma automática el propio desfibrilador (regeneración o reformación del condensador, «reforma» en el lenguaje habitual). EL CIRCUITO DE ESTIMULACIÓN, EN FASES DE ESTIMULACIÓN Y RECARGA El esquema funcional de un circuito de salida (de estimulación) de un marcapasos estaría constituido por un simple condensador (entre 5 y 20 PF) TIPOS DE IMPULSOS DE DESCARGA EN LOS DESFIBRILADORES En un desfibrilador implantable el condensador almacena unos 700 V, y se pretende que el condensador descargue la mayor cantidad posible de su energía almacenada y en el menor tiempo posible, para que la densidad de corriente sea lo suficientemente elevada y despolarice el suficiente volumen de ventrículo fibrilando (masa crítica). La descarga rápida y eficaz del condensador se facilita más cuanto más baja es la resistencia eléctrica del sistema; por eso, en un sistema de desfibrilación se buscan impedancias bajas. Si toda la descarga se realiza con una polaridad fija decimos que es descarga monofásica. Si se rea- Figura 3-4. Impedancia. Consecuencias prácticas. Capítulo 3. Fundamentos físicos de la estimulación cardíaca Circuito de recarga 39 Circuito de recarga Descarga parcial durante un tiempo muy corto Voltaje del condensador = SALIDA PROGRAMADA IMPULSO RECARGA Corriente de estimulación Corriente de recarga Figura 3-5. Esquema funcional de un circuito de salida de estimulación de un marcapasos. Figura 3-6. carga. que almacena un voltaje suministrado o ajustado por un circuito llamado de recarga. Cuando llega el momento de la estimulación, el circuito se conecta como indica la Figura 3-5 y la corriente del condensador fluirá libremente hacia el corazón. Al finalizar el impulso, el circuito de recarga, cuya misión ya se ha explicado, inyectará corriente en el condensador, pero utilizando el mismo circuito en sentido invertido; de esta forma se compensa el efecto de aplicar estimulación farádica y por eso decimos que, en conjunto, este tipo de estimulación es farádica. Una vez recargado el condensador, el marcapasos está ya preparado para dar el siguiente impulso. Obsérvese que en ambas fases la corriente ha pasado por el corazón, y ha tenido sentidos opuestos (Fig. 3-6). Esquema funcional de un circuito de re- UN MARCAPASOS VVI «A DEMANDA» Para la identificación de las señales intracavitarias hace falta un amplificador (D), al que se debe conectar automáticamente el electrodo (Fig. 3-7). Circuito de recarga La orden de Inhibición pone el temporizador a cero R Amplif. Electrodo D E Señal amplificada y filtrada Compar. Ordena inhibición si Señal > Umbral Umbral de comparación para la detección Figura 3-7. Circuito de un marcapasos «a demanda». Condensador 40 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización El circuito algo más completo y esquematizado de un marcapasos «a demanda» estará constituido, pues, por: 1. Circuito de estimulación: condensador de salida y electrodo. 2. Circuito de recarga: que inyecta corriente en el condensador. 3. Circuito de amplificación. 4. Circuito de sincronización (crono), que controla la conmutación del cable. 5. Circuito comparador, que actúa como circuito de detección del ritmo intrínseco. La fase útil para detectar este ritmo intrínseco empieza al finalizar el período refractario relativo y termina en el instante en que se libera el impulso de estimulación. Finalizada esta fase de detección, comienza de nuevo el ciclo: estimulación (E), recarga (R), período refractario absoluto (R), período refractario relativo (D) y detección de señales intracavitarias (D), y así sucesivamente. EL FILTRO ASOCIADO AL AMPLIFICADOR La inhibición del marcapasos por señales interferentes es una situación no deseable que se debe intentar minimizar. El procedimiento más directo es el de incorporar filtros al amplificador de manera que aquellas señales cuyas frecuencias sean más rápidas o más lentas que las señales típicas cardíacas serán amplificadas mucho menos. El tipo de filtro es paso-banda, sintonizado a la frecuencia fundamental que caracteriza a una deflexión intrínseca óptima de las señales cardíacas. Este valor está entre los 30 y 40 Hz. Las señales rápidas que más habitualmente pueden interferir son los miopotenciales generados en el músculo pectoral o las interferencias electromagnéticas. Una señal lenta típica es la onda de repolarización ventricular correspondiente a la onda T del ECG periférico. Ambos tipos de señales, más rápidas o más lentas, sufrirán una atenuación que hará que sean rechazadas, permitiendo en cambio que pasen sin atenuación las deflexiones ventriculares o auriculares (Fig. 3-8). UMBRAL DE ESTIMULACIÓN La presencia de un impulso eléctrico genera una corriente eléctrica que podemos cuantificar punto a punto en miliamperios por milímetro cuadrado, o sea, la concentración de corriente por superficie que se llama «densidad de corriente». En FACTOR DE AMPLIFICACIÓN Ondas «R» Ondas «P» 400 300 200 Ondas T y señales lentas Miopotenciales y señales rápidas 100 FRECUENCIA DE LAS SEÑALES 5 10 20 40 80 160 Hz Figura 3-8. Frecuencia de las señales cardíacas. aquellos puntos que estén más cerca del electrodo, esta densidad de corriente será mayor, y disminuirá con el cuadrado de la distancia a medida que nos alejemos. Una vez que se ha establecido la densidad de corriente (de forma brusca), se produce un cambio en el potencial del interior del miocito, de forma que éste se hará más positivo, aunque lo hará siguiendo una curva más rápida al principio y que luego se irá frenando. Por esto mismo, para lograr que se alcance el umbral de despolarización en una membrana se necesita que esa densidad de corriente que rodea la célula tenga un nivel y una duración suficientes. Si el impulso es mayor, crea una densidad de corriente más elevada, la evolución será más rápida y se alcanzará el potencial umbral antes. En cambio, si el impulso es más débil, la evolución se hará más lentamente e incluso puede ser que esta evolución no llegue a alcanzar el umbral. Existe, por tanto, una relación entre la intensidad del impulso y el tiempo necesario para que se alcance el umbral de despolarización, relación que se expresa mediante la llamada curva de duraciónintensidad de los umbrales (Fig. 3-9). PARÁMETROS FÍSICOS DE LA IMPLANTACIÓN QUE INTERVIENEN EN EL UMBRAL Si I es la corriente que libera un electrodo y S es su área envolvente, la densidad de corriente en su misma superficie es: J = I/S. Capítulo 3. Fundamentos físicos de la estimulación cardíaca Menos tiempo 41 Mucho tiempo Evolución del potencial de reposo hasta el umbral Umbral de despolarización Más densidad de corriente Densidad de corriente reobase Potencial de reposo Figura 3-9. Curva de duración-intensidad de los umbrales de despolarización. En realidad, no es posible que los miocitos estén tocando la misma superficie del electrodo, ya que el endocardio es una capa más que se debe atravesar para alcanzar los primeros miocitos despolarizables. Si suponemos un electrodo hemisférico de radio r y un espesor de fibrosis e, la densidad de corriente en el miocardio será: J = I/(4 p (r + e)2) Con esta fórmula se deduce que una duplicación del radio produce un aumento de los umbrales de 4 veces. Este efecto es muy importante, ya que desplazamientos mínimos de unas décimas de milímetro producen variaciones muy importantes del umbral. Por este mismo motivo, se tiende también a disminuir en la medida de lo posible las dimensiones de la punta del electrodo, así como a reducir el crecimiento fibrótico mediante antiinflamatorios incorporados en la misma punta del electrodo y mediante materiales que generen poca reacción fibrosa. electrodos de puntas muy pequeñas es suficiente utilizar duraciones de 0.4 a 1 ms. Si doblamos este voltaje (o intensidad) reobase y calculamos entonces la duración a la que empieza a perder captura, obtenemos la cronaxia. Suponiendo que la curva de umbrales es una hipérbola por cumplir la ecuación de Lapique, se puede demostrar que el valor mínimo de energía de los impulsos se produce en la cronaxia. Si suponemos que la curva es de tipo exponencial (lo cual es otro tipo de ajuste razonable), el valor mínimo de energía es diferente, aunque también muy próximo. La medición de estos dos puntos se realiza en dos pasos consecutivos, indicados en la Figura 3-10. VARIACIONES DEL UMBRAL CON EL TIEMPO El umbral que se mide en la implantación será siempre una referencia entre unas implantaciones LA MEDICIÓN REAL DE UMBRALES Como hemos dicho, no nos interesa la medida precisa del umbral fisiológico de las membranas celulares, ya que no nos dirían nada acerca de la calidad del implante. Lo que realmente nos interesa es ver el comportamiento global, incluyendo todos los factores y, sobre todo, representar el comportamiento de los umbrales mediante una curva que relacione la duración de los impulsos con la intensidad, que, como hemos visto ya, son interdependientes. El mínimo voltaje de impulso (o intensidad) que consigue estimular se llama reobase, y precisa duraciones largas. En la actualidad, con los Voltios Medida 2 Cronaxia 1 Cronaxia (ms) SÍ ESTIMULA Reobase (V) NO ESTIMULA 0 0 Figura 3-10. 0.1 0.2 0.3 ms Medición real de los umbrales. Medida 1 Reobase 42 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización y otras, aunque en muchos casos no coincide con las medidas realizadas con el marcapasos ya implantado. Los factores que pueden hacer que haya diferencias importantes entre unas y otras medidas son la propia calibración del aparato, la técnica de medida en el implante, el voltaje al que se mide, y otros. Por ello las medidas de implante sólo deben comparare con las del implante. En conjunto, a pesar de esta diferencia, con las medidas del propio marcapasos es posible establecer una curva de evolución de los umbrales agudos hasta su maduración, y de esta forma poder valorar la distinta maduración que se produce según los distintos tipos de electrodos (Fig. 3-11). La presencia de agentes activos (antiinflamatorios) o pasivos (superficies biocompatibles) puede influir en la reacción de defensa de las células macrófagas, haciendo que se liberen menos enzimas proteolíticas y agentes oxidantes y, por ende, que se genere un menor daño en el miocardio próximo, lo que conduce a acumular menos fibrosis. El resultado de neutralizar o reducir este crecimiento fibrótico es que se mantendrán los umbrales más constantes, sin que se presenten subidas de umbral y sobre todo manteniendo unos umbrales crónicos mejores. LA DETECCIÓN Como se ha visto, el potencial de acción va acompañado de un vaciamiento de iones sodio del plasma intersticial. Este vaciamiento crea un pequeño gradiente de potencial que va acompañando al frente de despolarización allá por donde pasa (hoja eléctrica), y que es detectable localmente por un electrodo, cuando pasa por su proximidad (EGM de campo cercano) y también desde el exterior mediante electrodos de superficie, ECG. Voltios 2 Umbrales con utilización de antiinflamatorios 1 Semanas Años 0 0 1 2 3 1 2 3 4 Figura 3-11. Curva de evolución de los umbrales agudos. La detección del paso de despolarización es la segunda función esencial de los marcapasos, para adecuar su respuesta a las necesidades de cada momento. Para ello, ya se ha dicho que el electrodo, una vez que ya se ha estimulado y que se ha producido la recarga, se podrá conectar internamente al amplificador y filtro. Esta conexión se retrasa un poco habitualmente, y constituye el llamado período refractario absoluto o de cegamiento tras la estimulación, que tiene como objetivo el asegurarse de que la interfase está totalmente limpia de pospotenciales tras la estimulación. En algunos marcapasos actuales este proceso de conmutación debe anticiparse, y se conecta el electrodo con la interfase todavía polarizada al amplificador, para realizar algunas operaciones de detección de carácter «urgente», como la «detección del potencial evocado». DETECCIÓN DEL FRENTE DE DESPOLARIZACIÓN Una vez iniciada la despolarización en unas células, se propaga la activación formando un frente bastante homogéneo, llamado frente de despolarización. Este frente de despolarización presenta las características de una hoja eléctrica, positiva por delante y negativa por la parte posterior. Un electrodo colocado lejos y con un amplificador lo suficientemente sensible puede recoger esta señal eléctrica, y nos dará información de las evoluciones de este frente de despolarización en el corazón. Éste es el objetivo de la electrocardiografía y vectorcardiografía: tomar un registro de la actividad eléctrica de «campo lejano», o sea, vista desde lejos. Si utilizamos un electrodo situado en el endocardio, con un amplificador menos sensible, sólo será capaz de recoger esta señal eléctrica cuando pase por delante de él. La señal eléctrica provocada por una despolarización intrínseca o propia es una deflexión que suele ser bifásica, y que se caracteriza por su amplitud pico a pico y por el tiempo que tarda en producirse el cambio de fase (entre el máximo positivo y el mínimo negativo) (Fig. 3-12). En los electrodos bipolares, la señal recogida por cada electrodo (que es diferente en forma y en el tiempo), se resta en el amplificador diferencial, y produce morfologías diferentes, variables con la distancia interelectrodos y con la orientación del frente de despolarización. Capítulo 3. Fundamentos físicos de la estimulación cardíaca Electrodo monopolar + – + – + – + – + – + – + – + – + – + – + – + – + – + – + + – + – + – + – + – + –– T2 Figura 3-12. + – + –– + – + + –– + – + T1 T4 T3 Detección del frente de despolarización. LA DEFLEXIÓN INTRÍNSECA O SLEW-RATE La deflexión intrínseca es un parámetro que mide la rapidez de la variación de la señal, y se calcula como la amplitud pico a pico dividida por la duración entre los picos (Fig. 3-13). Eléctricamente permite identificar si la componente principal entre todas las frecuencias de la señal está más o menos centrada en la zona buena del filtro paso-banda del amplificador. En caso de que no sea así, bien por ser muy rápida o bien por ser muy lenta (que es lo más frecuente), entonces la señal, a pesar de entrar con una «buena» amplitud, queda reducida al pasar el filtro. Disminuyen el slew-rate: • Una menor velocidad de propagación (antiarrítmicos). • Una mayor fibrosis. • Un alejamiento del electrodo. • Un mayor tamaño del electrodo. • Un tránsito lento del frente (tránsito curvado). 43 PERÍODOS REFRACTARIOS EN MONOCAMERALES Se llama período refractario al intervalo de tiempo que sigue a una detección o a un estímulo, durante el cual las señales eléctricas detectables no serán tomadas en cuenta y no se inhibirá la estimulación. Este período refractario está formado por dos partes (Fig. 3-14): 1. El período refractario absoluto, llamado también cegamiento (blanking, en inglés), durante el cual el circuito de detección está desconectado del todo. 2. El período refractario relativo, en el cual ya se conecta el circuito de detección, aunque no se utilicen las detecciones ni para inhibir ni para sincronizar. En el caso de los monocamerales, se llama también período de muestreo de ruido, que sirve para activar mecanismos de protección frente a interferencias. Durante el cegamiento, el marcapasos realiza funciones relacionadas con la estimulación: impulso + recarga del condensador de salida (menos de 10 ms), y a continuación el período que sigue sirve para amortiguar los pospotenciales de estimulación. En los marcapasos que incorporen medida del umbral para ajuste automático de la salida se debe detectar la captura del impulso inmediatamente después de la recarga; por tanto, el cegamiento ya no es tal cegamiento, y se convierte en un período con una actividad de detección especializada. PERÍODOS REFRACTARIOS EN LOS MARCAPASOS BICAMERALES En los marcapasos bicamerales la estimulación y detección se repiten en ambas cámaras, pudiendo mV Estimulación y recarga ms Figura 3-13. Deflexión intrínseca. Ventana de detección de la captura Figura 3-14. Período refractario relativo (muestreo de ruido) Cegamiento Componentes del período refractario. 44 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización programarse niveles de salida y sensibilidades independientemente, con un régimen distinto de períodos refractarios y de cegamientos (Fig. 3-15). El acoplamiento entre los eventos auriculares y ventriculares se realiza mediante la programación de un parámetro llamado intervalo AV que mide el retardo desde que se estimula o se detecta en la aurícula hasta que se estimula en el ventrículo. De forma resumida podríamos decir que los períodos refractarios son: • En la aurícula: el intervalo AV y el PRAPV (período refractario auricular posventricular). La suma de ambos es el PRA total, que limita la frecuencia máxima de seguimiento de un marcapasos atriosincrónico (VDD o DDD) • El cegamiento auricular posventricular sirve para impedir la detección del campo lejano ventricular. • En el ventrículo: el cegamiento ventricular posauricular (sólo activado cuando se libera un impulso en la aurícula) y el PRV (período refractario ventricular). • El cegamiento ventricular (posestimulación A) suele ser programable, con valores desde unos 20 a 40 ms, y se utiliza para impedir que se produzca la detección del impulso auricular por el electrodo ventricular. SITUACIONES ESPECIALES Cruce de señales entre canales (crosstalk) y campo lejano El campo eléctrico creado por un electrodo tiene una distribución espacial de líneas isopotenciales, que alcanzan a ser detectadas por los electrodos del otro canal. Detección de onda P Intervalo PR Durante la estimulación y recarga esta influencia sería enorme por las amplitudes que se manejan, pero se elimina cegando el otro canal (cegamiento ventricular posestímulo auricular y cegamiento auricular posestímulo ventricular). Finalizado el período de cegamiento, se supone que toda la actividad eléctrica que mueve grandes energías ha concluido, y el electrodo ya puede conectarse al amplificador para intentar recoger con la sensibilidad necesaria las señales intracardíacas. Lamentablemente, en la superficie del electrodo persiste el llamado pospotencial de polarización, que en determinadas situaciones puede llegar a ser detectado, aunque muy raramente si las configuraciones utilizadas para la estimulación y la detección son bipolares. Para corregir estas situaciones, se utiliza el llamado estímulo ventricular de seguridad, que es un impulso ventricular obligado con un intervalo AV más corto que el programado. Su programación es recomendable siempre, pero es fundamental mantenerla en pacientes pediátricos dependientes del marcapasos. No debe confundirse el cruce de señal con la detección de campo lejano, ya que en el primero se trata de la detección en un canal de una señal producida por el propio generador en el otro canal, mientras que en el segundo se trata de la detección de una señal fisiológica correspondiente a otra cámara, distinta de la que se pretende detectar. El amplificador, impedancia del electrodo y detección La señal intracardíaca, de unos pocos milivoltios, genera en el amplificador una corriente pequeñí- Estímulo en aurícula Períodos refractarios Canal auricular Canal ventricular AV PVARP Cegamientos ventriculares Figura 3-15. Períodos refractarios en marcapasos bicamerales Capítulo 3. Fundamentos físicos de la estimulación cardíaca 45 600 ) (cardíaca) Amplificador 200 000 ) 0.003 mV 99 997 mV Is = Figura 3-16. 10 mV 10 mV 200 000 + 60 Esquema de un amplificador. sima (Is), pero eso no es un problema para el amplificador, ya que será capaz de amplificar esa corriente sin problemas. El aumento de impedancia del cable y de la interfase suponen aún una corriente menor, pero sólo en un porcentaje tan pequeño que la disminución de la señal intracardíaca es indetectable en la mayoría de los casos, incluso con aumentos de impedancia de hasta 10 veces el valor normal (Fig. 3-16). Hace años no era así: los amplificadores tenían una entrada menos «frugal» y se veían más afectados por las impedancias de cable e interfaz, de forma que si se intentaba utilizar electrodos muy pequeños, o de alta impedancia, se detectaba un efecto perjudicial en la amplitud de las ondas R o P recogidas. Actualmente esto ya no es así, y por tanto ya no es aplicable la regla de que los electrodos de alta impedancia perjudican la detección, ocurre más bien lo contrario, ya que su pequeño tamaño impacta positivamente en la deflexión intrínseca o slew-rate, aparte del efecto beneficioso de «concentrar» más la poca corriente disponible. Efecto de las fugas en la detección Para continuar con el ejemplo, si el aislante entre dos electrodos se daña y se produce una fuga entre los dos conductores, la corriente que se absorba del generador de señal será mayor, y además fluirá sobre todo por la fuga, que es el camino más fácil. Esto equivale a decir que el amplificador es «como si no existiese». Esto hace que los 10 mV se repartan entre la impedancia cardíaca y la fuga, de forma que en la propia impedancia cardíaca se perderán 7.5 mV y sólo quedarán 2.5 en los extremos de la resistencia que constituye la fuga. El resultado es que el amplificador sólo ve 2.5 mV de los 10 que inicialmente había (Fig. 3-17). Este descenso en la amplitud de la señal detectada es más notable cuanto mayor sea la impedancia cardíaca, de forma que se puede decir que en los electrodos de alta impedancia existe una sensibilidad muy elevada frente a las corrientes de fuga (aislante, tornillos...) 600 ) (cardíaca) 2.5 mV Amplificador 200 000 ) 7.5 mV 10 mV 200 ) (fuga) Figura 3-17. Esquema de fugas. 46 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización –5 V Este impacto de la fuga sobre la amplitud tiene un efecto rebote en el slew-rate, ya que: SR = V/Seg (Seg se mantiene y V disminuye). Este doble efecto puede llevar a perder la capacidad de detección. Igual voltaje aplicado –5 V 200 ) (fuga) Efecto de un aumento de impedancia en los umbrales Un aumento de impedancia en el circuito de estimulación produce una disminución proporcional de la corriente, y por tanto un aumento de los umbrales en la misma proporción. Si la impedancia pasa de 1000 a 3000 :, los umbrales se triplicarán, efecto que puede resultar comprometedor cuando los umbrales estables ya son de por sí altos, como ocurre en algunos reemplazos. Las causas que provocan aumento de impedancias no son fáciles de identificar, pero entre otras están: • A nivel de cable: rotura del conductor y mal contacto del tornillo. • A nivel de interfase: fibrosis calcificada, empotramiento del electrodo en un cúmulo graso, espiral de fijación incompletamente extraída en los cables de fijación activa... –5 V 600 ) (cardíaca) Mayor corriente Figura 3-18. Efecto de las fugas en la estimulación. apreciable, ya que el condensador se vacía más rápidamente. Esta situación produce, como se ve en la Figura 3-18, un aumento de consumo importante que puede llegar a duplicar o triplicar el consumo total previo a la fuga, y reducir en igual proporción la duración del marcapasos. Un electrodo de alta impedancia con una fuga no presenta diferencias importantes con respecto a un electrodo normal en cuanto al umbral; en todo caso, sí que está más preparado para mantener una estimulación eficaz con menores energías que aquél. Efecto de las fugas en la estimulación La resistencia de fugas por fallo del aislante entre conductores proporciona un camino extra para la circulación de la corriente, lo que se traduce en una disminución de la resistencia (o impedancia) vista desde el generador, que ahora será menor. Su cálculo es: R = Rfuga · Rcardíaca/(Rfuga + Rcardíaca) En el caso mostrado, la resistencia vista será de 150 :. Esto no produce una variación importante en el umbral, pero esta variación existe, ya que el voltaje aplicado se mantiene menos constante (se vacía el condensador más rápidamente) y, según los modelos de marcapasos, si el condensador de salida está reducido, este efecto sí que puede ser LECTURAS RECOMENDADAS Danilovic D, Ohm OJ. Pacing threshold trends and variability in modern tined leads assessed using high resolution automatic measurements: Conversion of pulse width into voltage thresholds, PACE 1999; 22:567-587. Ellenbogen KA. Cardiac Pacing and ICDs. 4.a ed. Blackwell. Publishing Inc. 2005. Hayes D. Cardiac Pacing and Defibrillation: A Clinical Approach. 2000 Mayo Foundation for Medical education & Research. Moses HW. A Practical Guide to Cardiac Pacing. Lippincott Williams & Wilkins. 2000. Preston TA, Judge RD, Lucchesi BR, Bowers DL. Myocardial threshold in patients with artificial pacemakers. Am J Cardiol 1966; 18:83-89. Sutton R. The Foundations of Cardiac Pacing. Futura Publishing. 1999. 4 INDICACIONES CLARAMENTE ESTABLECIDAS DE LA ESTIMULACIÓN CARDÍACA DEFINITIVA. REVISIÓN DE LAS GUÍAS AL USO A. Quesada, V. Palanca, J. Jiménez, S. Villalba, J. Roda, M. Giménez INTRODUCCIÓN En 2008, se cumplirá medio siglo del primer implante de un marcapasos en el paciente sueco Arne Larsson, que sufría crisis de Stokes-Adams recurrentes, por un bloqueo auriculoventricular (AV) completo, secuela de una miocarditis. La constatación de su enorme impacto sobre los síntomas y la mortalidad llevó a una amplia difusión de la terapia, y los rápidos desarrollos tecnológicos de los años posteriores aumentaron las capacidades y opciones de los dispositivos, permitiendo extender el número de las indicaciones, aunque la estimulación cardíaca se convirtió en un área del conocimiento cada vez más compleja. Esta complejidad alcanza de forma significativa a las indicaciones de la terapia, haciendo que, en numerosas ocasiones, la decisión sobre si un paciente requiere o no un marcapasos no sea fácil de adoptar. La importancia de tal decisión se hace obvia si tenemos en cuenta que, salvo aisladas excepciones, una vez administrada la terapia el paciente está obligado a convivir con el sistema de electrodos y generador para siempre. Aunque la aceptación psicológica, especialmente en los pacientes mayores, suele ser buena, a lo que contribuye la reducción del tamaño de los generadores y la eficacia del dispositivo, no puede olvidarse que se trata de una prótesis endovascular, con todas las servidumbres que ello acarrea. Otros factores que incrementan la relevancia de la decisión están relacionados con el coste del marcapasos, que se ve además exagerado por el núme- ro creciente de candidatos. La prevalencia de la enfermedad del seno se sitúa en torno al 0.03% del total de la población, y en torno al 0.04% la del bloqueo AV completo1, 2, tasas que suponen más de 120 000 y 160 000 personas, respectivamente, en España. La evidencia acumulada sobre un posible efecto adverso de la estimulación apical ventricular derecha, especialmente en casos con disfunción ventricular izquierda previa, debe desterrar cualquier tipo de veleidad liberalizadora de los implantes, obligando a realizar éstos sólo en situaciones avaladas por la evidencia científica disponible. El implante ante «el beneficio de la duda» sólo puede justificarse en casos concretos y tras agotar otras posibles alternativas terapéuticas. Sin embargo, más a menudo de lo que sería deseable, el médico responsable ha de tomar la decisión sometido a presiones de toda índole, que van desde la pugna económica entre expansiónrestricción de los implantes, protagonizada por las empresas fabricantes de marcapasos y por los gestores de la Administración o de las aseguradoras, a las de la familia del enfermo, impacientes ante el implante desde que oyeron que la situación de su allegado «se podría arreglar con un marcapasos». Por si fuera poco, a tales presiones se suelen añadir, si el paciente está ingresado en la unidad coronaria, las provenientes de los médicos de ésta, que urgen al implante con el fin de liberar la cama para un paciente con síndrome coronario agudo que espera en el área de urgencias. 47 48 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Por todo lo anterior, se hace evidente la necesidad de que el médico que implanta disponga de guías de actuación claras y precisas para poder indicar directamente el dispositivo o para programar más exploraciones si la indicación no está bien fundamentada. En este capítulo repasamos la información en que se basan dichas guías, incluyendo la base racional que respalda las indicaciones claramente aceptadas y la discusión sobre ciertos aspectos que quedan poco claros, o incluso otros que han sido omitidos en ellas. En el título de este capítulo está implícita la aparición en la última década de nuevas indicaciones para la estimulación cardíaca, tales como su utilidad en miocardiopatías, fibrilación auricular o apnea del sueño, que están aún sujetas a controversia o menos asentadas que la indicación clásica antibradicardia. Estas indicaciones se tratan en otros capítulos del presente libro, por lo que las que aquí revisaremos son las aceptadas mayoritariamente de prevención de la bradicardia asociada al bloqueo AV y disfunción sinusal, aisladas o unidas a trastornos de conducción intraventricular, mediadas neurológicamente, asociadas a fármacos o acompañando a diversas entidades (QT largo, Kearn-Sayre y diversas enfermedades neuromusculares). CONSIDERACIONES GENERALES PREVIAS De forma general, las indicaciones de los marcapasos pueden dividirse, por un lado, en bradicardias en que el marcapasos es empleado para prevenir la mortalidad y graves secuelas asociadas a la asistolia ventricular (y los traumatismos graves secundarios a los síncopes), y por otro lado, en situaciones en que la indicación se basa más en aliviar síntomas crónicos y mejorar la calidad de vida. Entre las primeras se incluyen fundamentalmente los bloqueos AV dependientes de lesiones en o por debajo del haz de His, junto con algunas formas especialmente malignas de la enfermedad del nodo sinusal. Antes de que la terapia de estimulación cardíaca estuviera disponible, la mortalidad en el primer año del bloqueo AV completo adquirido superaba el 50%3, 4. Aunque no existen estudios aleatorizados, que por otra parte tampoco parecen lógicos ni éticos actualmente, el impacto sobre esta mortalidad ha sido enorme, equiparándolo al de la población normal, y se han comunicado, en poblaciones con edad media superior a 70 años, supervivencias tras el implante de 8.5 años en los bloqueos AV, así como de más de 11 años para la enfermedad del seno5. En estos casos, la indicación del implante vendrá dada por la detección del trastorno de la conducción en estadios lo más precoces posible, idealmente asintomáticos, para evitar los peligros dependientes de su progresión; como veremos, éstos generalmente se basan en la detección de enfermedad grave infrahisiana. En otras palabras, en general, la indicación de un marcapasos ante un paciente con síntomas y alteración del ritmo debe ser la opción inicial que se ha de tener en cuenta; sólo deberemos descartar que exista alguna razón (causa reversible, no relación entre síntomas y el trastorno del ritmo) que lo desaconseje. Por el contrario, en la mayoría de las ocasiones en que nos hallemos ante un paciente asintomático, el implante sólo lo podremos contemplar tras asegurarnos de que el hallazgo ECG o del estudio electrofisiológico comporta un grado de riesgo tal que justifica la intervención o al menos un estudio más detallado. En las Tablas 4-1 y 4-2 se resumen, siguiendo este esquema, las indicaciones contempladas por las guías. Como luego comentaremos, nos hemos basado en la actualización del año 2002 de las guías o directrices conjuntas del American College of Cardiology, la American Heart Association y la NASPE6, por ser las más ampliamente aceptadas y las más recientes. En las tablas y en las páginas siguientes, cuando hablamos de síntomas nos referimos a aquellas manifestaciones clínicas que son directamente atribuibles a la baja frecuencia cardíaca: mareos transitorios, embotamiento, presíncope o síncope, cualquiera de ellos como manifestación de isquemia cerebral transitoria; y síntomas más generalizados, como marcada intolerancia al ejercicio o insuficiencia cardíaca congestiva. Estas manifestaciones se agrupan bajo la denominación de bradicardia sintomática. Aunque directamente no está reflejado en las guías, este concepto debe ampliarse también a lo que podríamos denominar eventos dependientes de bradicardia, en referencia no sólo a síntomas sino también a la aparición de taquiarritmias dependientes o favorecidas por las pausas o la baja frecuencia cardíaca, como las que aparecen en algunos tipos del síndrome del QT largo o la fibrilación auricular dependiente de bradicardia. En nuestro medio, las dos principales fuentes son las Guías de Actuación de la Sociedad Española de Cardiología7 y las guías o directrices conjuntas del American College of Cardiology, la American Heart Association/NASPE8. De ellas, nos hemos basado fundamentalmente en la revisión de 2002 de las Guidelines de ACC/AHA/ Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva Tabla 4-1. 49 Indicaciones de marcapasos en pacientes sintomáticos Patología Clase de indicación Comentarios Bloqueo AV adquirido Clase I: Cualquier BAV de segundo o tercer grado, aunque sean resultado de fármacos imprescindibles. Siempre que hay síntomas (y no es esperable que el trastorno regrese) existe acuerdo mayoritario o unánime en que el MP es efectivo. Clase IIa: BAV de primer o segundo grado, tipo I, provocando «pseudosíndrome de marcapasos». Bloqueo AV en el IAM Enfermedad del seno Clase IIb: BAV de primer grado (>300 ms) con disfunción VI sintomática. Es contradictorio, ya que no deja de ser una situación similar a la IIa. Valorar resincronización. Clase III: BAV potencialmente reversible y no recurrente. Considerar si el fármaco está desenmascarando un BAV latente. Clase I: Igual que en el BAV adquirido (véase arriba). En presencia de síntomas sólo se requiere que el bloqueo sea persistente. Clase III: BAV transitorio (o BAV de primer grado persistente) con bloqueo de rama previo o en ausencia de éstos. Puede ser recomendable en estos pacientes la realización de un EEF. Clase I: Disfunción sinusal manifestada por bradicardia, pausas o incompetencia monotrópica. Debe haberse documentado asociación con síntomas. Pueden ser excepción pausas posFA tratables con ablación. Clase IIa: Igual que clase I pero sin documentar la asociación. La FC ha de ser < 40 lpm. Síncope y alteraciones mayores de la función sinusal en EEF. Clase IIb: Síntomas mínimos pero con FC < 30 lpm. Bloqueo bi-trifascicular IIa: Síncope de perfil cardiogénico sin otra alteración en las pruebas complementarias. Se ha de excluir específicamente la TV como causa. Valorar si además del MP se requiere DAI o resincronización. Hipersensibilidad seno carotídeo y síncopes euromediados Síncope recurrente asociado a: I: Reproducido por MSC y con pausas de > 3 s por presión mínima del seno carotídeo. IIa: Respuesta cardioinhibidora en tabla basculante y sin otras causas. Bradicardia documentada espontánea o por fármacos. III: Respuesta cardioinhibidora con mareo o vahído pero sin síncope. No respuesta cardioinhibidora. Aparición durante situaciones evitables. Si existe componente vasodepresor importante asociado, la estimulación puede tener sólo un efecto paliativo o nulo. QT largo congénito I: Síncopes TV pausa-dependientes. Valorar si es necesario DAI. 50 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 4-2. Indicaciones de marcapasos en pacientes sin síntomas Patología Clase de indicación Comentarios Bloqueo AV Clase I: • BAV completo o avanzado. • Pausas t3 s. • Ritmo de escape < 40 lpm. • Posablación o cirugía cardíaca. Clase IIa: • BAV completo y FC > 40 lpm. • BAV de segundo grado, tipo II con • QRS estrecho. • BAV de segundo grado, tipo I intra • o infrahisiano. Clase III: • BAV de primer o segundo grado, • tipo I suprahisiano. Bloque AV posIAM Con QRS ancho (véase bloqueo bifascicular) se convierte en indicación clase I. No se especifica la asociación a bloqueo de un solo fascículo. El BAV de segundo grado tipo I nodal puede no tener un curso benigno. Clase I: • BAV de tercer grado intra o infrahisiano persistente. • Trastornos asociados a bloqueo de rama. BAV de segundo o tercer grado intra o infrahisiano. • BAV de segundo grado con bloqueo de rama bilateral. Clase IIb: BAV de segundo o tercer grado persistente nodal. Clase III: Igual que los sintomáticos. Enfermedad del seno Clase I: Ninguna Clase II: Ninguna. Clase III: FC baja aislada. Si la bradicardia no tiene repercusión no hay indicación de MP (excepto niños o jóvenes con cardiopatía congénita compleja). Bloqueo bi-trifascicular Clase I: Presencia de BAV de segundo grado tipo Mobitz o tercer grado o bloqueo de rama alternante. Clase IIa: Hallazgo casual de HV t100 ms o bloqueo infrahisiano con estimulación auricular. Clase III: Bloqueo bifascicular (aislado o con PR prolongado) sin datos de afectación del fascículo restante. Enfermedades neuromusculares o infiltrativas (sarcoidosis, amiloidosis) con aceptables expectativas vitales. Clase I: BAV de tercer grado o avanzado. Clase IIb: • BAV de cualquier grado. • Bloqueo bifascicular (aislado • o con PR prolongado. NASPE6 ya que la española, publicada en 2000, se reconoce basada a su vez, con pequeñas modificaciones, en la versión previa de ACC/AHA/ NASPE de 1998. También hemos consultado la Indicaciones derivadas del curso clínico impredecible. revisión de indicaciones de Kusumoto y Goldschlager publicada en 19969 y una versión de 1992 de las directrices de la Sociedad Holandesa de Cardiología10. Sorprende un poco que la Sociedad Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva Europea de Cardiología no haya publicado ninguna directriz sobre el tema, aunque actualmente tiene anunciada en su web la preparación de una específica de estimulación cardíaca y resincronización que está previsto que aparezca en 200611. Con el fin de mantener la misma uniformidad, nos referiremos a las indicaciones según el conocido formato estándar de ACC/AHA, que las clasifica en tres grupos: Grupo I: situaciones en las que existe evidencia y/o un acuerdo general en que un procedimiento o tratamiento es beneficioso, útil y eficaz. Grupo II: situaciones en las que la evidencia es controvertida y/o existen divergencias de opinión sobre la utilidad y eficacia de un procedimiento o tratamiento. Se subdivide a su vez en: Clase IIa: la evidencia y/o la opinión es mayoritaria o se inclina a favor de la utilidad y eficacia. Clase IIb: la utilidad y eficacia tienen un menor grado de evidencia o la opinión mayoritaria es menos favorable. Grupo III: situaciones en las que la evidencia y/o el acuerdo general apoya la ineficacia del procedimiento o tratamiento, que incluso en algunos casos pudiera ser perjudicial. En general, suelen representar situaciones que específicamente se desean evitar debido a que se ha detectado en el pasado un abuso de implantes basados en estas situaciones. El comité de expertos revisó y catalogó el nivel de evidencia que apoyaba las recomendaciones como nivel A si los datos analizados correspondían a numerosos trabajos aleatorizados, incluyendo un gran número de casos. Al no existir éstos, es importante percatarse de que ninguna recomendación en todas las indicaciones de marcapasos está basada en un nivel de evidencia A. El nivel de evidencia se catalogó como B cuando los datos analizados correspondían a un número limitado de ensayos clínicos, englobando series limitadas de pacientes, en estudios bien diseñados pero no aleatorizados o en datos de registros (el nivel de evidencia más frecuente en las guías). La evidencia fue catalogada como C cuando la primera fuente de recomendación se basó en la opinión consensuada de los expertos (el nivel de las recomendaciones principales, y las más frecuentes, como la del bloqueo AV completo o avanzado o el de todas las indicaciones de estimulación en la enfermedad del seno). Aunque debemos ser conscientes de la clase de evidencia que las apoya, que puede dar pie a algunas matizaciones que más adelante se discuten, ello no merma la realidad de que se trata de unas guías muy maduras, que recogen la experiencia de los 50 años de estimulación cardíaca y que han sufrido varias 51 depuraciones, por lo que el resultado final resulta realmente brillante y útil para la práctica clínica cotidiana. Revisaremos seguidamente las indicaciones y las evidencias que las justifican siguiendo un orden similar al de las guías: bloqueo AV adquirido del adulto y congénito, bloqueos bi y trifasciculares, bloqueo AV en el seno del infarto agudo de miocardio, enfermedad del nodo sinusal, síncopes neurogénicos (hipersensibilidad del seno carotídeo y síncope neuromediado) y un apartado final donde discutimos las indicaciones en las enfermedades neuromusculares y QT largo. Las guías distinguen especialmente las indicaciones para niños, jóvenes y pacientes con cardiopatías complejas. No obstante, el grado de solapamiento es muy alto, por lo que nos limitaremos a comentar para cada entidad aquellos matices que sean diferentes de las indicaciones en los adultos. BLOQUEO AURICULOVENTRICULAR (BAV) Hemos comentado que las indicaciones han ido evolucionando en estas últimas décadas basándose más en la experiencia adquirida (nivel de evidencia C) y en el beneficio observado (nivel de evidencia B) que en ensayos aleatorizados comparativos, y que ninguna recomendación se realiza con el nivel A. Existe acuerdo en que, ante la presencia de síntomas (bradicardia sintomática) documentados por bloqueo AV de cualquier grado, debe implantarse un marcapasos independientemente de la localización anatómica del bloqueo, por encima o por debajo del haz de His. En el bloqueo completo y de segundo grado el acuerdo es unánime, ante la evidencia de la mejoría de los síntomas con la estimulación (y su reaparición ante cualquier malfunción del dispositivo). Aunque no llega a ser clase I, es opinión mayoritaria que, en el bloqueo AV de primer grado que produce síntomas, éstos también pueden aliviarse corrigiendo la prolongación del PR; los síntomas en estos pacientes son debidos a la dificultad para el llenado mitral que acontece si la P se ubica muy cerca del QRS precedente, incluso provocando que la contracción ventricular se produzca cuando las válvulas AV estén abiertas, originando insuficiencia mitral significativa con hallazgos similares a los que se dan en el síndrome del marcapasos ventricular (pseudosíndrome del marcapasos)12. En este punto, hemos de insistir en que, aunque el tratamiento de cualquier bloqueo AV con 52 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 4-3. Causas de bloqueo auriculoventricular Enfermedad coronaria: IAM inferior*, IAM anterior, infarto crónico, espasmo coronario, ruptura de un seno de Valsalva. Entrenamiento físico intenso. Infiltracion cálcica: valvulopatía aórtica degenerativa. Colagenopatías: espondilitis, dermatomiositis, artritis reumatoide, esclerodermia, lupus, s. de Reiter. Fármacos*: betabloqueantes, digital, antagonistas del calcio, antiarrítmicos. Parafarmacia: remedios de herboristería para dejar de fumar. Fibrosis idiopática: enfermedad de Lev. Fibrosis secundaria a radiaciones. Enfermedades infiltrativas: amiloidosis, hemocromatosis, sarcoidosis. Enfermedades inflamatorias: • Endocarditis. • Miocarditis: • — Bacteriana (difteria*, Lyme*, fiebre reumática, sífilis). • — Vírica (sarampión, parotiditis). • — Parasitaria: enfermedad de Chagas. Metabólicas y endocrinas*: hiperpotasemia, hipermagnesemia, enfermedad de Addison. Por mediación neurológica: síndrome del seno carotídeo, síncope vasovagal. Traumatismos: por catéteres intracardíacos*, radiación, cirugía cardíaca*. Tumores: mesotelioma, rabdomioma, melanoma maligno, Hodking. Congénito: • Defecto aislado del nodo AV-His-Purkinje. • Asociado a cardiopatía congénita (ostium primum, trasposición de grandes vasos). • Asociado a lupus eritematoso sistémico materno. * Causas potencialmente reversibles. marcapasos sea tan eficaz, no exime de un estudio cardiológico completo previo que permita, por un lado, detectar algunas causas (reversibles o no) de bloqueo AV que pueden requerir un tratamiento específico (Tabla 4-3), y por otro evaluar la función ventricular, cuyo deterioro puede replantear tanto la clase de dispositivo (desfibrilador o marcapasos) como el tipo de estimulación (resincronización, estimulación hisiana o en tracto de salida ventricular derecha). Estos aspectos se tratan con detalle en los capítulos correspondientes. La evaluación meticulosa del paciente es especialmente obligatoria en pacientes jóvenes (menores de 55 años) y en aquéllos con cardiopatía estructural, donde pueden existir o coexistir varios mecanismos de síncope (Fig. 4-1). Además de la mejoría sintomática, los estudios no aleatorizados sugieren, en gran medida, que la supervivencia mejora con la estimulación cardíaca, consiguiendo que pese a tener una edad avanzada en el momento del implante, dos tercios de estos pacientes alcancen los 5 años de supervivencia con el marcapasos y casi la mitad vivan 10 años con él5. Aunque no existen estudios aleatorizados, se acepta que la supervivencia mejora cuando el bloqueo AV completo, aun permaneciendo asintomático, presenta un ritmo de escape deficiente manifestado por una frecuencia cardíaca lenta (menos de 40 lpm) o de instauración lenta al aparecer el bloqueo (asistolia mayor de 3 s). Aun sin series que comparen la evolución sin marcapasos, también se considera que, cuando el origen del bloqueo ha sido iatrógenico, como complicación de una ablación de vía lenta (o directamente dirigido al bloqueo del nodo AV) o de la cirugía (especialmente valvular aórtica o miectomía de Morrow en caso de miocardiopatía hipertrófica obstructiva), el dispositivo mejorará la supervivencia y los síntomas de estos pacientes, y la indicación en caso de bloqueo AV completo o avanzado es de clase I, aun estando asintomáticos. En ausencia de síntomas, no existe acuerdo en los casos de bloqueo iatrógeno de segundo grado, aunque probablemente la mayoría de los 2:1 y aquellos tipo II intra o infrahisianos se beneficien del implante. La mejora de la supervivencia se extiende también a los pacientes asintomáticos con bloqueo AV idiopático de segundo grado tipo II, de loca- Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva A B C Figura 4-1. Se muestran registros del estudio electrofisiológico practicado a una paciente de 43 años, que remitida por síncopes recurrentes, presenta como única alteración un hemibloqueo anterior izquierdo en el ECG. Los síncopes habían mejorado tras atenolol (retirado para la realización del estudio electrofisiológico). A. Se muestran cuatro derivaciones del ECG de superficie (D1, aVF, V1, V6) junto a los registros de aurícula derecha, His y ventrículo derecho (igual en los paneles B y C). No se observan alteraciones en los intervalos basales. B. Durante la estimulación programada desde ápex de VD sobre un tren de impulsos (S1) a 500 ms se introducen tres extraestímulos (S2, S3, S4) con los intervalos de acoplamiento que se muestran y se introduce taquicardia ventricular rápida que reproduce el síncope. C. Espontáneamente, además, se registró bloqueo infrahisiano avanzado; se observan frecuentes electrogramas de His (H) que no van seguidos de actividad ventricular. 53 lización intra o infrahisiano, los cuales experimentan síntomas con frecuencia durante su evolución y a menudo evolucionan a tercer grado. Shaw encontró, en pacientes seguidos entre 1968 y 1982, que la supervivencia a los 5 años era del 78% para los enfermos portadores de marcapasos, frente al 41% en los no tratados13. El bloqueo AV de segundo grado tipo I localizado en el nodo AV suele ser considerado de evolución más lenta y de buen pronóstico, por lo que en ausencia de síntomas no se considera indicación de estimulación14. Sin embargo, datos recientes pueden hacer cambiar esta indicación15, ya que se ha observado una reducción de la supervivencia de los pacientes mayores de 45 años con este tipo de bloqueo (Fig. 4-2) respecto a la de la población normal (53.5 frente a 68.6%). Este peor pronóstico también aparecía si únicamente se consideraban los asintomáticos. Sólo la cohorte de pacientes entre 20-44 años presentó un curso similar al de la población normal, lo que confirma la idea de que en personas jóvenes el bloqueo AV de segundo grado tipo Wenckebach no reviste significación patológica. En los pacientes mayores, debería sin embargo contemplarse la posibilidad del marcapasos, aunque tras un estudio detallado y empleando siempre sistemas que favorezcan la conducción intrínseca y eviten la estimulación en ápex de ventrículo derecho. No constituyen indicación de estimulación permanente las situaciones que inducen trastornos transitorios y reversibles de la conducción AV y que hay que descartar siempre antes de asegurar el diagnóstico. No obstante, debemos hacer una precisión en relación con los bloqueos AV asociados a medicamentos, observados muy frecuentemente con numerosos fármacos, y que pese a la creencia extendida, y recogida por las guías, tienen un alto riesgo de recurrir pese a la retirada del fármaco considerado responsable16. Por ello, es importante distinguir si la bradicardia es inducida por el medicamento sobre un corazón normal, si existe previamente una alteración de la función sinusal o del sistema de conducción que simplemente es desenmascarada por el medicamento, o si solamente existe una asociación entre el empleo del fármaco y la presencia ya instaurada de la alteración. La distinción entre estas tres situaciones no está contemplada en las guías y su trascendencia radica, especialmente en los casos que se inician con síncope, en que si la medicación ha operado como test de sobrecarga para desenmascarar un trastorno de la conducción latente, el paciente puede ser dado de alta sin marcapasos (como aconsejan las guías) y quedar expuesto a una recidiva de los síntomas. 54 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Supervivencia acumulada 100 90 80 70 60 50 Todos estimulados Todos estimulados (controles pareados) No estimulados de clase 3 No estimulados de clase 3 (controles pareados) 40 30 20 10 0 0 1 2 3 4 5 6 Años 7 8 9 10 Figura 4-2. Supervivencia de los pacientes con bloqueo AV de segundo grado tipo I (Wenckebach) comparado con un grupo control sano de sus mismas características (controles pareados). Los triángulos negros corresponden al total grupo de pacientes con bloqueo AV y el blanco, a los sujetos control. Los círculos negros representan los pacientes asintomáticos (denominados clase 3 en el artículo original) y los círculos blancos los correspondientes controles. Se observa cómo la supervivencia de los pacientes con bloqueo AV de segundo grado tipo I es peor que la de los sujetos controles, tanto si se consideran todos los pacientes, como si sólo se comparan aquéllos asintomáticos. De: DB Shaw, JI Gowers, CA Kekwick, KHJ New, AWT Whistance. Is Mobitz type I atrioventricular block benign in adults? Heart 2004; 90;169-174. Las indicaciones de marcapasos en los bloqueos AV congénitos y en los que aparecen en el seno de un infarto agudo de miocardio (IAM) son similares a las del bloqueo AV adquirido, aunque con algunas matizaciones para los pacientes asintomáticos. Las indicaciones de implantación por bloqueo AV en el IAM dependen fundamentalmente de la presencia de trastornos de conducción intraventricular, por lo que se asemejan mucho a las recomendadas para éstos, que veremos más adelante. Los síntomas siempre obligan a implantar un marcapasos en el bloqueo posIAM, al igual que en el adquirido. Las indicaciones profilácticas, en cambio, se relacionan con la frecuente presencia de alteración intra o infrahisiana; el mal pronóstico hace que la localización del bloqueo marque la clase de indicación. A su vez, la localización del IAM influye en la localización del bloqueo (generalmente nodal en los infartos inferiores por afectación de la arteria del nodo AV, y más distal en los de pared anterior, por estar envueltas las arterias perforantes septales). Pese a estar asintomáticos, se recomienda el marcapasos como clase I en todos los casos de bloqueo AV de tercer grado persistente con afectación intra o infrahisiana y en aquéllos de segundo grado de igual localización infranodal persistente si existe bloqueo de rama bilateral, o transitorios pero con bloqueo de rama asociado. La importancia pronóstica de los trastornos de conducción se ha confirmado recientemente, habiéndose observado que los pacientes con bloqueo de rama derecha e IAM anterior y aquellos que desarrollan un bloqueo de rama tras la trombólisis, representan un grupo con una mortalidad muy elevada en los primeros 30 días17. En estos casos, la alteración de la conducción no es un problema eléctrico sino la expresión de un daño miocárdico extenso18. El haber requerido estimulación transitoria durante el proceso agudo no desempeña papel alguno en la indicación. En todos los documentos de consenso publicados está contraindicado el implante del dispositivo en las formas de BAV transitorias sin morfologías ECG sugerentes de trastornos de la conducción intraventricular. En el hemibloqueo aislado, o en el BAV de primer grado con bloqueo de rama de cronología desconocida, tampoco se recomienda la implantación de marcapasos definitivo. Finalmente, la actuación ante el bloqueo AV completo congénito ha sufrido una evolución a lo largo de las diferentes ediciones de las guías, recomendándose inicialmente el implante de marcapasos sólo para los casos sintomáticos, al considerarlo de buen pronóstico. Para estos casos, las indicaciones serían similares a las de los adultos. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que su curso no es tan benigno como se pensaba, y que el riesgo de muerte súbita, disfunción ventricular e insuficiencia cardíaca no es despreciable si se deja a su libre evolución19, 20. Esto es especialmente frecuente si existen formas complejas de extrasístoles ventriculares, disfunción ventricular izquierda, ritmos de escape lentos, de menos de 55 lpm (o menos de 70 lpm si existe cardiopatía congénita asociada), o con QRS ancho, obligando la presencia de cualquiera de ellos al implante de marcapasos, como indicación de clase I. Con un nivel menor (IIa), parece que los pacientes con frecuencias menores de 50 lpm a partir del año de vida o con pausas súbitas también deberían recibir un dispositivo. No obstante, en el estudio de Michaelsson19 sobre pacientes con bloqueo AV completo congénito (todos asintomáticos al menos hasta los 15 años de edad), más de la cuarta parte sufrieron crisis de Stokes-Adams durante su evolución y un 8% falleció como consecuencia de las mismas. Ni las extrasístoles, ni el tipo de ritmo de escape (len- Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva to o ancho), ni la baja capacidad funcional fueron predictivos del mal pronóstico. Parece recomendable una valoración individualizada de estos pacientes. Por otro lado, el implante del marcapasos no elimina la posibilidad de complicaciones durante el seguimiento, ya que estos pacientes quedan expuestos durante años a la influencia de la estimulación apical de ventrículo derecho. Hemos atendido a una paciente con 30 años de estimulación (en modo VVI) que ya había sido remitida para trasplante cardíaco ante la aparición de marcado deterioro de la función ventricular izquierda e insuficiencia cardíaca con síntomas ante mínimos esfuerzos. Al sustituir el marcapasos VVI por un dispositivo biventricular se produjo normalización de la función VI y del estado clínico de la enferma. Con un tiempo de seguimiento menor (10 años) y con sistemas DDD, Thambo et al.21 han comunicado signos iniciales de un remodelado ventricular izquierdo nocivo y reducción del gasto cardíaco y de la capacidad funcional, lo que apoya la tesis de que ante pacientes con décadas de expectativa de vida debe considerarse cuidadosamente la implantación de sistemas de resincronización en lugar de marcapasos convencionales. ENFERMEDAD DEL SENO La enfermedad del seno puede manifestarse por bradicardia sinusal basal y/o no adecuada al esfuerzo, bloqueo sinoauricular, pausas sinusales y la coexistencia de bradicardias con diversas taquiarritmias, especialmente fibrilación auricular. Este amplio espectro de arritmias puede originar síncopes, mareos, fatigabilidad, intolerancia al esfuerzo, diversos estados de confusión mental, palpitaciones y embolismos. Las guías reflejan la importancia de que exista una relación temporal entre los síntomas y la alteración del ritmo, concediendo la clase I a la demostración simultánea de ambos fenómenos (síntomas y bradicardia), tanto si es espontánea como si es inducida por fármacos imprescindibles o insustituibles. Tanto las guías americanas como las españolas engloban como clase IIa los casos en que no se ha podido establecer esta relación, presentando el enfermo tanto síntomas como alguna bradicardia, pero sin haber conseguido documentar su presencia simultánea. En estos casos, los registradores de eventos insertables (Reveal, Medtronic) pueden ser muy útiles, especialmente en los casos de síncope inexplicado, donde las pausas sinusales parecen el trastorno del ritmo responsa- 55 ble más frecuente22, sobre todo cuando no existe cardiopatía estructural23. Por tanto, las guías podrían cambiar en el futuro para los pacientes actualmente incluidos en esta indicación IIa: aquellos con Reveal positivo se convertirían en clase I, al poder establecer la relación de simultaneidad de síntomas-arritmia; los que tuvieran síntomas sin bradicardia serían clase III y el marcapasos no sería necesario en ellos, mientras que los que quedaran por diagnosticar, al no sufrir recurrencias de los síntomas durante los 18 meses de monitorización promedio que ofrece el dispositivo, serían como mucho una clase IIb. En la Tabla 4-4, se muestra la utilidad relativa de las distintas pruebas para el estudio de la función cronotrópica y la relación síntomas-bradicardia. Recientemente se han introducido registradores externos que podrían desempeñar un papel similar al de los insertables. Un caso particular de pausas sintomáticas son aquellas asociadas a fibrilación auricular. En estos pacientes es importante distinguir (y ello no está adecuadamente reflejado en las guías) si las pausas ocurren sin relación con los episodios de fibrilación, precediéndolos (fibrilación auricular dependiente de bradicardia) o cuando cesa la arritmia. Mientras que en las dos primeras situaciones la indicación del marcapasos es clara, la presencia de pausas prolongadas y sintomáticas que pueden verse en pacientes con fibrilación auricular paroxística al cesar el episodio (Fig. 4-3) representan un hallazgo en el que la mejor opción terapéutica inicial no es un marcapasos. En estos pacientes se ha demostrado que la ablación eficaz de las venas pulmonares va seguida en un alto porcentaje de la desaparición de la arritmia, y con ella de la desaparición de las pausas24. De 20 pacientes con estas características estudiados por el grupo de Haissaguerre, sólo en un caso se requirió marcapasos, desapareciendo en los restantes las pausas a la vez que lo hicieron los episodios tras la ablación. Además, durante el seguimiento se normalizaron otros parámetros de función sinusal (como la frecuencia cardíaca máxima o el tiempo de recuperación sinusal corregido) que estaban alterados en el momento del primer estudio electrofisiológico, sugiriendo que las pausas dependían de una depresión de la función sinusal inducida por la fibrilación y que podía revertir al desaparecer ésta. Aunque las guías contemplen en estos casos el implante de marcapasos como clase I, actualmente puede que se prefieran otras opciones terapéuticas en un importante número de pacientes. El incremento automático de la frecuencia en respuesta a la detección del inicio de la actividad 56 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 4-4. Pruebas no invasivas para intentar relacionar los síntomas de bradicardia sintomática con el trastorno del ritmo y para la evaluación del cronotropismo en los pacientes con enfermedad sinusal, y su utilidad relativa Pruebas no invasivas en ENS Relación de síntomas Cronotropismo ++ +/– ++ +++ – +++ +++ – + ++ Holter 24-48 h Prueba de esfuerzo Monitorización transtelefónica Holter implantable (Reveal) Frecuencia cardíaca intrínseca* Propranolol 0.2 mg/kg + atropina 0.04 mg/kg IV Normal: aumento de la frecuencia siguiendo la fórmula: FCI = 117.2 – (0.53 × edad) física, una capacidad de los marcapasos a la que fácilmente nos hemos acostumbrado en menos de 20 años25, permite la corrección de la insuficiencia cronotrópica de una forma muy eficaz, siendo aceptada también como clase I. Por ello, sigue siendo necesario resaltar que aunque en estos pacientes suele ser fácil la relación síntomas-cronotropismo alterado por Holter o ergometría, se requiere mantener un alto grado de sospecha de la entidad que nos lleve a solicitar la prueba complementaria diagnóstica adecuada. Las guías españolas sí recogen el papel de la estimulación auricular (con sistemas AAI o DDD) en la prevención de la fibrilación auricular recurrente dependiente de bradicardia. Este fenómeno relacionado con la bradicardia representa, como comentábamos previamente, una extensión del concepto de bradicardia sintomática. Aunque los estudios electrofisiológicos han contribuido de manera decisiva a nuestro conocimiento de la enfermedad del seno, su baja sensibilidad y especificidad y la importancia de la his- Figura 4-3. Trazados del estudio de Holter de un paciente con fibrilación auricular focal. En el registro inferior se aprecia un bigeminismo auricular con el típico patrón de P sobre T sugerente del origen focal de la fibrilación. El registro superior muestra una pausa sinusal sintomática de 3835 ms siguiendo el cese de uno de los múltiples episodios de FA que presentaba. Tanto las extrasístoles como la fibrilación y las pausas desaparecieron tras la ablación del foco en la vena pulmonar superior izquierda. Como se discute en el texto, el considerar erróneamente este registro como un síndrome de taquicardia-bradicardia hubiera impedido la administración del tratamiento óptimo. Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva toria clínica hacen que no se aconsejen como rutina para indicar un marcapasos. Se acepta la indicación de clase IIa, basada en un hallazgo positivo del estudio electrofisiológico, para aquellos pacientes con síntomas graves (síncope) de origen inexplicado y en los que el estudio demuestra marcada alteración de la función sinusal (comúnmente aceptada como un tiempo de recuperación del nodo de más 1500 ms, un tiempo corregido de más 525 ms o un tiempo de conducción sinoauricular mayor de 205 ms). Fuera de este contexto, la mayor utilidad del estudio electrofisiológico podría ser el evitar un implante innecesario en pacientes con síntomas verdaderamente no aclarados en los que es normal el tiempo de recuperación del nodo, especialmente el corregido, y más aún tras el bloqueo autonómico con atropina y propranolol26. Finalmente, en ausencia de síntomas no se considera justificado el implante de un marcapasos sólo por la detección de una frecuencia cardíaca baja o de pausas, por llamativas que sean (clase III). Una excepción son los niños (clase IIa) o adolescentes (IIb) con cardiopatías congénitas complejas en los que siguiendo el consenso de expertos, se acepta el implante de marcapasos con carácter profiláctico en presencia de frecuencias menores de 40 lpm o de pausas diurnas mayores de 3 s. No obstante, en adultos, especialmente con frecuencias diurnas menores de 30 lpm y pausas mayores de 3 s, parece prudente mantener bajo seguimiento al paciente y asegurarse de la ausencia real de síntomas, descartando específicamente en pacientes mayores que existan manifestaciones de la bradicardia, como confusión dependiente de hipoperfusión cerebral que se atribuyen a otra etiología. Esta distinción puede llegar a ser extremadamente difícil. BLOQUEOS BI-TRIFASCICULARES Los trastornos de la conducción intraventricular son un hallazgo relativamente frecuente durante la actividad asistencial del cardiólogo, y aunque representan aproximadamente el 5% de los pacientes atendidos por vez primera en una consulta general de Cardiología27, su prevalencia se incrementa notablemente, alcanzando hasta el 25% o más de los pacientes que ingresan en un hospital por insuficiencia cardíaca28. Nuestra visión de los trastornos de conducción de las ramas del haz de His ha cambiado profundamente durante la última década. Tradicionalmente, su detección suscitaba la pregunta de si se 57 requería un marcapasos para controlar una posible progresión a bloqueo AV. Actualmente sabemos que, además, los trastornos de conducción pueden ser marcadores de taquiarritmias ventriculares y muerte súbita por un lado, y de la presencia de cardiopatía estructural y asincronía interventricular por otro. La indicación de estimulación en este tipo de trastornos se deriva de que su registro implica un mayor o menor grado de afectación de la conducción infrahisiana, cuya progresión daría lugar a un bloqueo AV con ritmos de escape de muy baja frecuencia o ausentes, que pone por tanto al paciente en una situación de alto riesgo vital. Esta progresión, afortunadamente, es muy baja en el paciente asintomático, y para que la implantación de un marcapasos en estos pacientes tenga una justificación racional debemos exigir la constatación de un grado significativo de daño en la conducción. La excepción serían aquellos pacientes sintomáticos (síncope o presíncopes) en los que, aunque no demostremos este daño, se acepta el implante de marcapasos siempre y cuando se hayan descartado otras causas de síncope. La estimación de este grado se efectúa atendiendo a dos parámetros electrocardiográficos o electrofisiológicos: 1) presencia de BAV intermitente, y 2) certeza de alteración crítica de la conducción en las tres ramas, manifestada por: a) bloqueo de rama alternante, o b) prolongación del intervalo HV. 1) La detección en los portadores de bloqueo bi-trifascicular de bloqueo AV intermitente de segundo grado tipo Mobitz (o más aún fases breves de tercer grado) debe ser contemplada con suma precaución, ya que puede preceder a un período prolongado de BAV completo sin ritmo de escape. Aun en ausencia de síntomas, el implante de un marcapasos está justificado por el riesgo vital o de lesiones graves por el síncope, y en las guías queda recogido como clase I. Es importante distinguir este bloqueo AV intermitente de segundo grado tipo II del que aparece como consecuencia de hipertonía vagal durante el sueño, y que no tiene significación pronóstica. Para ello, puede ser útil observar que este último debe asociarse a enlentecimiento de la frecuencia sinusal. El caso particular de bloqueo AV de segundo grado tipo I (Wenckebach) asociado a bloqueo bifascicular no está contemplado en las guías como indicación clase I. Sin embargo, sabemos que, a diferencia del bloqueo Mobitz (que siempre se localiza a nivel intra o infrahisiano), la localización de un bloqueo AV de segundo grado tipo I no pue- 58 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización de situarse automáticamente en el nodo (suprahisiano), ya que ocasionalmente se observa este fenómeno a nivel intra/infrahisiano. En estos casos, parece prudente asegurar la condición de asintomático del paciente, planteando en caso de duda un estudio electrofisiológico que confirme la integridad relativa del sistema His-Purkinje. 2) Si no se ha constatado BAV de grado avanzado, la otra indicación de marcapasos en este grupo de trastornos proviene de la demostración de un daño significativo en las tres ramas. Éste puede deducirse de datos del electrocardiograma u obtenerse del estudio electrofisiológico. Recordemos que lo que generalmente denominamos bloqueo trifascicular (bloqueo bifascicular más PR prolongado) en la mayoría de las ocasiones no indica que el tercer fascículo realmente esté envuelto, sino un enlentecimiento en la conducción nodal que no implica un mayor riesgo de bloqueo completo, o al menos de bloqueo completo complicado con asistolia. La certeza de afectación trifascicular en el ECG sólo se obtiene si unos registros muestran bloqueo de rama derecha y otros, bloqueo de rama izquierda, o si en un trazado aparece un patrón de bloqueo de rama derecha con hemibloqueo anterior izquierdo y en otro registro el bloqueo de rama derecha se asocia con bloqueo de la subdivisión posterior izquierda. La presencia de bloqueo de rama alternante en el mismo registro (latidos con bloqueo de rama derecha junto a otros con bloqueo de rama izquierda) es un caso particularmente grave de certeza electrocardiográfica y denota una extrema inestabilidad de la enfermedad del sistema de conducción que afecta a ambas ramas, al haz de His o a ambos, y debe considerarse una indicación urgente de implante de marcapasos. Todas estas posibilidades de verdadero bloqueo trifascicular asintomático, aunque raras en la práctica clínica, habían sido omitidas en las guías americanas de 19988 y en las españolas6; tras aparecer en otras recomendaciones11, 30, se incluyeron como clase I en la actualización de 2002 de las guías de AHA/ACC/NASPE. El estudio electrofisiológico de la conducción infrahisiana se basa en la duración del intervalo HV y la valoración de su reserva funcional ante distintas pruebas de sobrecarga. El intervalo HV se define como el tiempo que trascurre desde el inicio de la actividad del haz de His hasta la activación del ventrículo derecho en su ápex, cerca de la inserción distal de la rama derecha. Su capacidad estratificadora fue valorada por varios estudios prospectivos durante la década de los ochenta31, 32, que pusieron de manifiesto tanto su utilidad como sus limitaciones. Estos estudios encontra- ron una alta prevalencia de valores superiores a los límites normales (55-60 ms) en presencia de bloqueo bifascicular, pero con una progresión a bloqueo AV de alto grado, de como mucho el 6%, lo que dota al HV de una alta sensibilidad, pero con una especificidad y valor predictivo positivo bajos. La capacidad predictiva mejora si aumentamos el límite requerido. Si éste lo subimos hasta los 7032 o los 100 ms30, 32, la tasa de progresión a bloqueo AV aumenta hasta un 12 y un 25-68%, respectivamente. Scheinman32 encontró asimismo que los pacientes más sintomáticos parecen tener un riesgo mayor. Por ello, y siendo lógico además exigir un grado de afectación de la conducción menos importante para la indicación de un marcapasos en aquellos pacientes con síntomas (síncope-presíncope), pueden ser útiles pruebas de provocación que valoren la aparición o progresión de bloqueo infrahisiano con procainamida o con estimulación auricular33, 34. Dado que la tasa de progresión a bloqueo AV es baja (2-5% al año, variando entre los pacientes asintomáticos y los que se presentan con síncope), y que las arritmias ventriculares podrían ser las causantes de los síncopes, la indicación de implante de marcapasos es mayoritariamente aceptada sólo cuando se ha constatado la presencia de bloqueo AV. Si éste se presenta, no obstante, no se requieren síntomas para considerar el marcapasos absolutamente indicado, ya que la presencia de enfermedad infrahisiana indicada por el bloqueo fascicular puede conducir al bloqueo AV súbito sin una frecuencia adecuada de los ritmos de escape o con ausencia de éstos. No obstante, especialmente en pacientes jóvenes (en los que no es lógico esperar un bloqueo AV de origen degenerativo) o en aquellos con cardiopatía estructural (y para saber esto debemos, al menos, disponer de un estudio ecocardiografico de calidad), la utilidad de un estudio electrofisiológico debe ser subrayada aun cuando el bloqueo AV se haya documentado en algún registro. Como hemos señalado en la Figura 4-1 el mecanismo del síncope en estos casos no puede achacarse automáticamente a bloqueo AV, e incluso en el mismo paciente pueden coexistir varios mecanismos. En esta figura observamos los trazados obtenidos en una paciente de 43 años sin cardiopatía estructural, con síncopes, en donde el EEF reveló tanto la presencia de bloqueo AV como de una taquicardia ventricular. El tratamiento de estos pacientes no es un marcapasos, sino un desfibrilador bicameral. Dado que la incidencia de progresión a bloqueo AV es muy baja, si el paciente está asintomático Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva existe un amplio consenso en que no se requiere ninguna medida terapéutica ni diagnóstica (EEF); esta recomendación de clase III se aplica también aunque estos pacientes vayan a ser sometidos a cirugía, lo que se ha visto facilitado por la difusión de los marcapasos provisionales transcutáneos o externos35. Como hemos señalado, sólo serían alguna excepción los pacientes con un infarto agudo de miocardio actual. No obstante, los pacientes con bloqueo bi-trifascicular asintomáticos han de ser sometidos a seguimiento, ya que su curso clínico no es tan benigno como durante años se ha pensado. En el mejor de los casos, si la función ventricular está normal, Miller y cols., en un estudio de 20 años36, han encontrado que su presencia, especialmente la de bloqueo de rama izquierda, es un marcador de una subpoblación de mayor mortalidad, equiparable a la que comportan otros factores de riesgo conocidos, como diabetes o hipercolesterolemia, incrementando la mortalidad en este período en un 10%. Por ello, estos pacientes deben ser instruidos para que mantengan revisiones periódicas y consulten de inmediato ante cualquier síntoma sospechoso de alteración de consciencia, insuficiencia cardíaca, palpitaciones o la detección de pulso lento. HIPERSENSIBILIDAD DEL SENO CAROTÍDEO Y SÍNDROMES NEUROMEDIADOS La hipersensibilidad del seno carotídeo es una causa poco frecuente de síncope y se define como síncope o presíncope resultante de una respuesta refleja exagerada a la estimulación del seno carotídeo. Este reflejo posee dos componentes: a) cardioinhibitorio, consecuencia del aumento del tono parasimpático, y que induce disminución de la frecuencia sinusal y/o prolongación del PR y bloqueo AV de alto grado; b) vasodepresor, por reducción de la actividad simpática, produciéndose pérdida de tono vascular e hipotensión, independientemente de la frecuencia cardíaca. Las guías resaltan la importancia de determinar la contribución de cada uno de los componentes tras la estimulación del seno carotídeo. Se considera que existe hipersensibilidad del seno durante su estimulación cuando se produce asistolia durante 3 o más segundos, bien por paro sinusal o por bloqueo AV y/o una disminución importante y sintomática de la presión arterial durante el mismo en ausencia de fármacos depresores del nodo sinusal y de la conducción AV. Para la indicación del marcapasos se ha de exigir que la presión del 59 seno carotídeo induzca el síncope y respuesta cardioinhibitoria (ambos). El tratamiento con estimulación cardíaca en pacientes con respuesta cardioinhibitoria pura es efectivo en la reducción de síntomas. Sin embargo, un 10-20% de los pacientes tienen un importante componente vasodepresor que se debe determinar antes de realizar la indicación37-40. El síncope neuromediado engloba una variedad de situaciones clínicas en las cuales un estímulo vagal determina un episodio autolimitado de hipotensión sistémica caracterizado por bradicardia y vasodilatación periférica. Representa un 10-40% de los episodios sincopales. Clásicamente los pacientes presentan pródromos de náusea y diaforesis, que pueden ser desencadenados por múltiples estímulos (dolor, estrés, ansiedad, etc.). Típicamente no existe cardiopatía estructural y la prueba de la mesa basculante puede ser diagnóstica. El papel de la estimulación cardíaca en pacientes con síncope neurocardiogénico refractario asociado a bradicardia o asistolia significativa es controvertido. Un 25% de los pacientes tienen una respuesta predominante vasodepresora sin bradicardia significativa, mientras que otro gran porcentaje de pacientes tienen una respuesta mixta vasodepresora/cardioinhibitoria. La utilización de marcapasos para el síncope vasovagal ha sido objeto de cinco grandes estudios clínicos multicéntricos controlados y aleatorizados41-45: tres de ellos dieron resultados positivos y dos, resultados negativos. Agrupando los resultados de los cinco estudios clínicos, se evaluó a 318 pacientes; el síncope recurrió en el 21% de los pacientes que llevaban marcapasos y en el 44% de los que no llevaban marcapasos. No obstante, todos los estudios tienen puntos débiles, y será necesario completar estudios adicionales que aborden muchas de estas limitaciones (especialmente, el criterio de selección preimplante de los pacientes que pueden beneficiarse de la terapia con marcapasos) antes de que el implante de marcapasos pueda considerarse una terapia establecida. En la Tabla 4-5 se resumen las principales características de estos estudios. Es de resaltar que el diseño de los dos últimos estudios44, 45 estaba realizado para evitar el posible efecto placebo del implante del dispositivo. Estos dos artículos podrían dar argumentos en contra de la recomendación de estimulación cardíaca en pacientes con síncope neuromediado. Sin embargo, las recomendaciones de las guías no han cambiado, porque se sigue considerando que todos estos estudios tienen limitaciones, ya sea en la 60 Principales ensayos sobre marcapasos en el síncope neuromediado Autor. Publicación, año Sutton et al. Circulation, 2000 Connolly. J Am Coll Cardiol, 1999 Ammirati. Circulation, 2001 Connolly. JAMA, 2003 Giada. Pacing Clin Electrophysiol, 2003 Objetivo Implante de marcapasos DDI con histéresis de frecuencia frente a no implante en pacientes con síncope neuromediado y respuesta positiva grave cardioinhibitoria en mesa basculante. Determinar si la terapia con estimulación es beneficiosa en pacientes con síncope vasovagal grave recurrente. Determinar si la terapia con estimulación es beneficiosa en paciente con síncope vasovagal frente a tratamiento con betabloqueantes. Determinar si la terapia con estimulación es beneficiosa en pacientes con síncope vasovagal grave recurrente. Determinar si la terapia con estimulación es beneficiosa en pacientes con síncope vasovagal grave recurrente. Núm. pacientes 42 52 100 100 29 Criterios inclusión 3 síncopes en 2 últimos años y respuesta positiva cardioinhibitoria en la mesa basculante. Media de 6 síncopes previos y respuesta positiva cardioinhibitoria en la mesa basculante. 3 síncopes en los 2 últimos años y respuesta positiva cardioinhibitoria en la mesa basculante. Media de 4 episodios previos de síncope. Síncopes graves recurrentes reproducidos en la mesa basculante. Método DDI a 80 lpm (19 p) frente a no marcapasos (23 p). DDD frente a no marcapasos. DDD (46 p.) frente a atenolol 100 mg/24 h (47 p). DDD (48 p) frente a ODO (52 p). DDD frente a OOO. Seguimiento 3.7± 2.2 años. Interrumpido en primer análisis a los 15 meses. 520 ± 266 días. 6 meses. Media de 715 días. Resultados Menor recurrencia de síncope en el grupo de marcapasos (5 frente a 61%, p = 0.0006). Menor recurrencia de síncope en el grupo con estimulación DDD (reducción del RR de un 85.4%, p = 0.00022). Menor recurrencia de síncope en el grupo con estimulación (4.3 frente a 25.5%). No hubo diferencias significativas de recurrencia de síncope entre ambos grupos (42% modo ODO frente a 33% modo DDD). No hubo diferencias significativas de recurrencia de síncope entre ambos grupos (50% MP ON frente a 38% MP OFF). Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 4-5. Capítulo 4. Indicaciones claramente establecidas de la estimulación cardíaca definitiva selección de los pacientes o en el modo de estimulación, por lo que se cree necesario disponer de más información. Las indicaciones actuales de implante de marcapasos en la hipersensibilidad del seno carotídeo y en el síncope neuromediado se recogen en las Tablas 4-1 y 4-2. La clase III especifica claramente que sólo ante la presencia simultánea de síncope recurrente y respuesta cardioinhibidora en la mesa basculante con reproducción del síncope se debería implantar un dispositivo. No existen indicaciones para los pacientes asintomáticos, y es importante recordar que en pacientes ancianos sin síntomas es frecuente que una ligera presión sobre el seno carotídeo provoque cambios marcados en la frecuencia cardíaca y en la presión arterial sin que ello revista ninguna significación patológica. MARCAPASOS EN OTRAS SITUACIONES Síndrome de Kearns-Sayre y otras enfermedades neuromusculares Las guías agrupan las indicaciones de marcapasos de varias enfermedades neuromusculares, entre las que se encuentran la distrofia muscular miotónica, el síndrome de Kearns-Sayre, la distrofia de Erb y la atrofia muscular perineal. Comparten un predominio por la afectación infrahisiana y un curso clínico impredecible, por lo que revisaremos como paradigma solamente el síndrome de Kearns-Sayre. Este síndrome es una rara enfermedad mitocondrial que cursa con oftalmoplejía progresiva y retinosis pigmentaria, y en la que puede existir afectación de otros órganos con altos requerimientos energéticos, entre los que destaca el corazón, siendo elevada la prevalencia de manifestaciones cardíacas (57%), que comprenden el síncope, la miocardiopatía y la muerte súbita (MS), llegando a afectar esta última aproximadamente al 20% de los casos46, 47. La existencia de trastornos de conducción es frecuente, y aunque son pocos los pacientes estudiados, parece que el trastorno infrahisiano no es inhabitual. Esto es importante porque el riesgo de desarrollar bloqueo AV completo es mucho mayor que en la población general48, y además la progresión a BAV en pacientes con trastornos de conducción (bloqueos bifasculares, bloqueos de rama o BAV de primer y segundo grado) es totalmente impredecible. En este sentido, un reciente estudio con el mayor número de pacientes reclutados demuestra el alto riesgo de MS que tienen estos pacientes sin estimulación cardíaca49, de ma- 61 nera que, dado lo impredecible de la aparición de BAV y la elevada tasa de MS (que se presupone es por BAV completo), se debería seguir estrechamente al paciente e indicar el marcapasos en cuanto apareciese algún hallazgo ECG sugerente de afectación del sistema de conducción. Con estos nuevos datos se ha producido un cambio en las guías, de modo que mientras que en 1998 se recomendaba esperar a la aparición de un mayor grado de bloqueo AV para indicar el implante, en las guías actuales de 2002 se refleja el carácter impredecible del desarrollo de BAV completo, ampliándose las indicaciones, de modo que el implante de marcapasos estaría indicado, pese a no existir síntomas, ante cualquier alteración de la conducción desde bloqueo bifascicular (IIb, nivel C), BAV de primer y de segundo grado tipo I (también clase IIb, nivel evidencia B) y con clase I (nivel evidencia B) en BAV de tercer o segundo grado avanzado. Por supuesto, la aparición de síntomas debe obligar a la monitorización estrecha, con realización de ECG periódicos, y probablemente a valorar la realización de un estudio electrofisiológico y/o la inserción de un registrador subcutáneo de eventos, en busca de trastornos del sistema de conducción. La actitud contraria, es decir, esperar a que el paciente muestre un mayor deterioro de la conducción AV o un BAV completo, puede suponer una muerte súbita50. Estimulación cardíaca en el síndrome del QT largo Los betabloqueantes son la terapia de elección en el síndrome del QT largo (SQTL); no obstante, cerca de un 20% de los pacientes siguen teniendo síncopes51, sin que otras terapias propuestas, como la simpatectomía cervicotorácica izquierda, hayan tenido una amplia aceptación52. La terapia combinada con betabloqueantes y marcapasos ha sido estudiada al menos en un trabajo de forma prospectiva54, encontrando utilidad en la reducción de síntomas. No obstante, aún con ambos, la recurrencia de eventos (síncopes, muerte súbita) alcanza porcentajes del 17%55, cifra inaceptable dado que una recidiva puede suponer una muerte súbita, siendo altamente aconsejable el implante de un desfibrilador automático implantable de apoyo en aquellos pacientes que continúan con síncopes a pesar de terapia combinada. Esta recurrencia de eventos probablemente se explica por el hecho de incluir como grupo único a un síndrome altamente heterogéneo. Así es sabido que el fenotipo clínico del SQTL de los tipos 1 y 2 difiere marcadamente del SQTL tipo 3, de modo que mientras que en los dos primeros las 62 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 4-4. Episodio espontáneo de fibrilación ventricular en una paciente con QT largo mientras estaba monitorizada para control de un desfibrilador implantable del que afortunadamente era portadora. Aunque basalmente presentaba bradicardia sinusal marcada, favorecida además por el tratamiento con betabloqueantes, inmediatamente antes de la arritmia la enferma presenta taquicardia sinusal con escaso incremento absoluto del QT. Este sí que se prolonga con la primera extrasístole, con lo que la segunda, pese a tener un intervalo de acoplamiento largo, aparece sobre la onda T e induce la fibrilación. arritmias ventriculares ocurren en relación con el estrés y el ejercicio, en el tipo 3 se presentan durante el sueño o reposo, y en relación con bradicardia o pausas significativas. Esto explicaría la eficacia de los betabloqueantes en los subtipos 1 y 256, y no en el subtipo 3, en el que sí que está demostrada la eficacia de la estimulación cardíaca con frecuencias en torno a 80 lpm, capaces de reducir el intervalo QT y su dispersión57. Se ha propuesto la utilización de marcapasos con algoritmos de estabilización, que evitarían pausas posextrasistolia, para evitar que la estimulación prolongada a estas frecuencias relativamente altas deteriore la función ventricular58-59. También debe evitarse la estimulación epicárdica por el riesgo de arritmias ventriculares secundarias a un incremento de dispersión de la repolarización60-63. Dado que en estos pacientes el objetivo de combatir la bradicardia es evitar las taquicardias ventriculares promovidas por ésta, las guías sitúan como indicación de clase I el implante sólo en aquellos casos en que se ha documentado que los episodios de TV son pausa-dependientes. La indicación clase IIa, preventiva, se reserva a aquellos SQTL congénitos con BAV 2:1 o bloqueo completo, ya que comparten la misma baja frecuencia, como también cuando existen pausas importantes, algún tipo de trastorno de conducción AV o la mutación SCN5A correspondiente al SQTL tipo 358. La cuestión sobre la indicación de desfibrilador o no permanece sin contestar. La Figura 4-4 muestra la necesidad de definir lo mejor posible el riesgo de taquiarritmias ventriculares de estos pacientes, ya que en algunos casos sólo el desfi- brilador puede ofrecer un aumento de supervivencia a estos enfermos. BIBLIOGRAFÍA 1. De Bacquer D, De Backer G, Kornitzer M. Prevalences of ECG findings in large population based samples of men and women. Heart 2000;84:625-33. 2. Kojic EM, Hardarson T, Sigfusson N, Sigvaldason H. The prevalence and prognosis of third-degree atrioventricular conduction block: the Reykjavik study. J Intern Med 1999;246:81-6. 3. Johansson BW. Complete heart block: a clinical, hemodynamic and pharmacological study in patients with and without an artificial pacemaker. Acta Med Scand 1966;180(Suppl 451):1-127. 4. Johansson BW. Longevity in complete heart block. Ann NY Acad Sci 1969;167:1031-7. 5. Brunner M, Olschewski M, Geibel A et al. 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Hyman describió el primer generador eléctrico de impulsos externos, que denominó «marcapasos artificial», por medio del cual, y utilizando como electrodo una aguja, avanzaba por vía transtorácica hasta la aurícula derecha, y con una segunda aguja alojada bajo la piel conseguía la estimulación de dicha cámara1 (dispositivo de Hyman: generador magnético accionable por manivela). 2. La estimulación cardíaca como terapia fue iniciada por P. M. Zoll en 1952, al conseguir estimular y resucitar a pacientes por medio de estimulación cutáneo-torácica (pero con malos resultados iniciales). 3. En 1956, W. Lillehei utilizó por primera vez un hilo electrodo, por vía epicárdica, para el tratamiento del bloqueo AV intraquirúrgico, iniciando así la estimulación temporal en la práctica médica. 4. En 1958, S. Furman y Schwell desarrollan la estimulación endocárdica utilizando catéteres de estudios hemodinámicos, transformados en electrodos conductores. 5. En 1958, R. Elmquist y A. Senning, del Instituto Karolinska de Estocolmo, desarrollan el primer marcapasos plenamente implantable, con recarga externa. 6. En 1964 Castellanos resuelve el problema de la competencia: desarrolla un marcapasos capaz de detectar la actividad intrínseca cardíaca e inhibirse ante ella. 7. En 1969 se consigue la estimulación bicameral. 8. En 1982, Falk y P. M. Zoll logran mejorar la estimulación transcutánea, eficaz, con parches electrodos, como se siguen utilizando en situaciones de emergencia en la actualidad. Con el desarrollo y seguridad de la estimulación endovenosa y transcutánea se fueron ampliando las indicaciones clínicas, tanto terapéuticas como profilácticas, llegando a ser la electroestimulación cardíaca temporal, o transitoria, parte del manejo habitual de numerosos trastornos de la conducción y/o del ritmo cardíaco (bradi y taquiarritmias) en los servicios de urgencias, unidades coronarias y unidades de cuidados intensivos. Además, la estimulación cardíaca temporal forma parte del estudio habitual de las arritmias cardíacas en los laboratorios de electrofisiología. SISTEMA DE ESTIMULACIÓN Los elementos fundamentales de un sistema de estimulación cardíaca temporal son básicamente los siguientes: Generador de impulsos eléctricos. Dispositivo capaz de producir impulsos eléctricos, de diver- 65 66 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización sas amplitud y anchura, destinados a estimular el corazón. Tiene dos partes básicas: la fuente eléctrica interna (batería) o externa y un circuito electrónico, con dos elementos más o menos complejos, uno destinado a fragmentar la corriente eléctrica en breves impulsos y otro destinado a detectar el ritmo intrínseco, pudiendo así inhibir la salida del impulso o acoplarlo a éste. Electrodos. Conductor capaz de transmitir los impulsos del generador a la cámara o cámaras cardíacas (ya sea por medio de cables endovenosos, epicárdicos, parches cutáneos o transesofagogástricos). TÉCNICAS DE ESTIMULACIÓN CARDÍACA TEMPORAL Según la localización de los electrodos de estimulación, podemos realizar la estimulación cardíaca de alguna de las siguientes formas o posibilidades: transcutánea, transesofágica y/o transgástrica, transtorácica, endocavitaria o transvenosa y epicárdica. Además, hay que resaltar una modalidad de estimulación, posible en muy breves períodos de tiempo, sin ningún medio material (estimulación mecánica), que en ocasiones es útil como soporte y en espera de poder establecer la estimulación temporal con las técnicas que se describen más adelante. Estimulación mecánica La estimulación miocárdica, con despolarización ventricular y contracción eficaz (captura mecánica), puede conseguirse por la aplicación de fuerzas físicas, mecánicas, tales como la percusión del esternón (chest thumps) en su tercio medio o inferior (Fig. 5-1). También se ha confirmado la uti- Figura 5-1. Estimulación cardíaca mecánica. lidad de la tos forzada en este mecanismo. Se ha descrito y demostrado su eficacia cuando se aplica prontamente en situaciones de bradiarritmia o asistolia2. El mecanismo no es bien conocido. Debe confirmarse su eficacia por medio del pulso periférico e intentarse sólo cuando no hay otra posibilidad y hasta que otro medio de estimulación más sofisticado pueda aplicarse. Podría llegar a desencadenar arritmias ventriculares, pero su uso es aceptable ante situaciones clínicas imperiosas. Estimulación transtorácica Está en desuso en la actualidad por sus posibles complicaciones. La estimulación se conseguía por medio de un electrodo que se introducía directamente en la cavidad ventricular, a través de una aguja mediante punción transtorácica directa, dejándose anclado el electrodo, preformado en «J», que se abría una vez introducido en la cámara cardíaca (sistema especial tipo anzuelo). Las vías de introducción de elección eran la subxifoidea, seguida de la paraesternal izquierda en el cuarto espacio intercostal, y de la apexiana3, 4 (Fig. 5-2). Estimulación epicárdica Se trata de una técnica limitada exclusivamente al ámbito de la cirugía cardíaca, pues precisa de toracotomía y la colocación de los cables mediante la visualización directa del corazón, siendo los electrodos directamente suturados a la superficie del epicardio y exteriorizándose mediante tunelización a través de la piel. Puede hacerse estimulación uni o bicameral, para lo cual suelen dejarse electrodos en ambas cámaras, aurícula y ventrículo, siendo así posible hacer estimulación secuencial bicameral, si se mantenía el ritmo auricular. Se exteriorizan los cables auriculares en el lado derecho y los ventriculares en el izquierdo. Se utiliza para el soporte de las bradiarritmias postoperatorias y la sobreestimulación de taquiarritmias. El tratamiento de éstas puede ser necesario durante varios días del postoperatorio. La estimulación epicárdica tiende a deteriorarse con el tiempo y suele perderse por elevación del umbral a los 5-10 días. Además, los conectores son frágiles y pueden fracturarse. Aunque son infrecuentes, pueden producirse complicaciones con la extracción de los electrodos, habiéndose descrito arritmias, hemorragias, pericarditis, retención de parte o emigración del electrodo, perforación auricular o ventricular, lesión del bypass, y otras5. Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal 67 SX-SN SX-RS SX-LS 5ICS-4 5ICS-5 5ICS-PS Figura 5-2. Estimulación cardíaca transtorácica. Electrodo y dirección de la punción. Estimulación cardíaca temporal transcutánea Historia La estimulación cardíaca no invasiva a través de la piel fue descrita por primera vez por Zoll en los años cincuenta6, utilizando electrodos convencionales de ECG y estimulando en modo VDD. La técnica fue abandonada por su mala tolerancia, por un alto porcentaje de fallos en la estimulación y por el desarrollo posterior de la estimulación endocavitaria. A principio de los años ochenta, nuevamente Zoll y Falk7, 8 consiguen una adecuada estimulación usando estímulos de corriente continua, tras aumentar el tamaño de los electrodos, con lo que disminuía la densidad de corriente y el umbral de estimulación (mejorando así la tolerancia). Desde entonces, debido a su sencillez, rapidez en la utilización y corto período de aprendizaje, la técnica se ha difundido ampliamente hasta convertirse en una práctica habitual en situaciones de emergencia o en ausencia de personal cualificado para realizar otros procedimientos invasivos o incluso con fines profilácticos9. Componentes del sistema de estimulación transcutánea Fuente de energía o generador externo, que emite estímulos eléctricos de corriente continua, de mucha más duración que la endocavitaria, 20-40 ms (prefijados en los distintos modelos), no regulable y de amplitud variable y regulable de 10 hasta 200 mA, la que debe incrementarse hasta obtener la captura. La frecuencia también es variable, pudiendo llegar, según los diversos dispositivos, hasta frecuencias en torno a 180 lpm. Monitor. Incorporan un monitor electrocardiográfico con filtros y preamplificadores adecuados para evitar la saturación de la señal que produce el estímulo eléctrico en los monitores convencionales, no siendo posible en éstos detectar el ritmo intrínseco o estimulado por el gran artefacto de la espícula. Electrodos transcutáneos. Son unos parches especiales para este tipo de estimulación, con una superficie variable en su diseño, de 50-100 cm², y alta impedancia, aunque también se han mostrado efectivos los de baja impedancia, que permiten dar choques eléctricos para realizar cardioversión o desfibrilación. Estos electrodos son autoadhesivos, desechables y pretratados con gel conductor10, 11, 12. Procedimiento Antes de la aplicación de los electrodos es conveniente limpiar la zona, si la situación clínica lo permite, con objeto de eliminar las grasas y otras 68 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización sustancias de la piel, como sales naturales, a fin de obtener un menor umbral de estimulación eficaz. Son dos las posiciones descritas para la localización de los parches-electrodos: la anterior-anterior y anterior-posterior. El polo negativo debe estar siempre anterior en ápex o región paraesternal izquierda, al nivel del cuarto-quinto espacio intercostal13 (Fig. 5-3). Nosotros utilizamos preferentemente la anterior-posterior, con el electrodo negativo en el ápex cardíaco o en la región paraesternal izquierda, y el electrodo positivo situado indistintamente bajo el borde interno de la escápula derecha o izquierda. La anterior-anterior requiere menos tiempo de colocación y es la recomendada en situaciones de emergencia, con el electrodo negativo en ápex y el positivo en la región paraesternal derecha a la altura del segundotercer espacio intercostal. Tras ello, debe seleccionarse la frecuencia deseada y aumentarse progresivamente la corriente de salida (en la mayoría de los modelos se ajusta a 0 mA de modo automático al encenderlo), hasta conseguir la captura ventricular (umbral de estimulación), dejándolo con una energía próxima a éste y a la menor frecuencia posible, pero adecuada a la situación clínica, para así evitar más molestias o dolor, si lo hubiera. Si se utiliza sólo como profiláctico, tras confirmar su eficacia y el umbral, debe dejarse a una frecuencia menor de la intrínseca en stand by. Si no, debe usarse como transición a la implantación de un marcapasos endocavitario. Cámara estimulada Se han intentado evaluar las cámaras cardíacas estimuladas con registros endocavitarios14 y se ha comprobado que se consigue la estimulación simultánea de las aurículas en el 50% de los casos, pero sólo a umbrales que, al menos, duplicaban el de la estimulación ventricular. La cámara cardíaca más frecuentemente estimulada es el ventrículo derecho (posiblemente por la mayor proximidad), seguido del izquierdo (Fig. 5-4). En la práctica clínica, durante la estimulación por bradiarritmias no se obtiene la estimulación auricular. Confirmación de la estimulación Puede realizarse eléctrica o hemodinámicamente. El artefacto que se produce con el estímulo a veces hace difícil poder asegurar la captura de la estimulación en el monitor de ECG del dispositivo (es necesario poder distinguir claramente la onda de repolarización y, si es posible, el complejo QRS tras cada espícula). En caso de duda es aconsejable la monitorización del pulso periférico, bien manual o con la pulxiosimetría, o bien la confirmación con Doppler15. Umbrales de estimulación Los umbrales medios de estimulación se sitúan en el rango de 40-80 mA16. En nuestra experiencia, es habitual la contracción muscular y cierto grado de molestias o dolor antes de alcanzar el umbral de estimulación cardíaca, pero en general es Anterior-anterior Anterior-posterior El parche negativo en posición anterior Figura 5-3. Estimulación cardíaca transcutánea. Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal Figura 5-4. Estimulación del ventrículo derecho o izquierdo, variando el miliamperaje de salida. aceptablemente tolerado durante períodos de tiempo breves (Fig. 5-5). Hay algunas medidas que pueden ayudar a disminuir el umbral, como la ya aludida limpieza de la zona antes de aplicar el electrodo, el cambio de la posición de éstos, etc. Los fallos en la captura durante la estimulación transcutánea pueden deberse a una inadecuada posición de los parches-electrodos, a mal contacto entre el parche-electrodo y la piel, mala preparación, aumento del contenido aéreo torácico (ya por neumotórax, ya por enfisema subcutáneo), obesidad del paciente, alteraciones metabólicas, isquemia miocárdica, elevación del umbral de captura o defecto de conexión de los electrodos. Complicaciones La complicación más habitual es el dolor o disconfort por la captura muscular esquelética. En mA Eficacia 95% 100 Cardíaco 75 Muscular 25 Figura 5-5. cutánea. casi todos los pacientes se producen contracciones musculares (pectorales, diafragmáticas, intercostales) más o menos molestas o dolorosas, pudiendo provocar también hipo y tos. Las causas del dolor durante la estimulación pueden deberse a varios factores, siendo los más influyentes y significativos los siguientes: aprensión o baja tolerancia al dolor, cuerpos extraños interpuestos entre los conductores, posicionamiento de los electrodos sobre lesiones de la piel, depósitos de sal o sudor en la piel, umbrales elevados. Puede mejorarse la tolerancia con algunas medidas, como la de evitar colocar el electrodo posterior sobre la columna vertebral o sobre las escápulas, reducir la aprensión del paciente, tranquilizándole y advirtiéndole previamente de los efectos que notará, o incluso administrando sedación o analgesia si es preciso. También puede producirse irritación o eritema de la piel, sobre todo en estimulaciones prolongadas. Se ha descrito cierta elevación de las enzimas musculares CPK, LDH y mioglobina tras la estimulación transcutánea prolongada. Aunque raramente, pueden producirse arritmias ventriculares, en especial si no hay una buena detección de la señal intrínseca. Doloroso 50 0 69 Umbrales Umbrales de estimulación cardíaca trans- Indicaciones Dada su rapidez, sencillez y facilidad de manejo y aplicación, la estimulación transcutánea se ha convertido en el método idóneo de estimulación en situaciones de emergencia, como paso previo a la implantación de una sonda endovenosa, o incluso como método profiláctico, que evita en muchos casos la colocación de un marcapasos transvenoso. También supone una alternativa útil y 70 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización segura para el tratamiento de algunas taquiarritmias. Uso terapéutico • En la emergencia de bradicardias sintomáticas y/o asistolia. Puede ser eficaz en la asistolia durante la reanimación cardiopulmonar si se aplica precozmente17, 18. • Supresión de taquicardias mediante estimulación. En ocasiones se puede conseguir la captura ventricular revirtiendo la taquicardia, ya con sobreestimulación o infraestimulación (si no son taquicardias muy rápidas). No obstante, es mal tolerado y en la mayoría de los casos pueden requerirse frecuencias demasiado elevadas que pueden no alcanzarse con los dispositivos o bien degenerar en ritmos más rápidos o FV19, 20 (Fig. 5-6). • También podría ser útil en la estabilización por medio de estimulación en emergencias de las taquicardias tipo torsade de pointes. Uso profiláctico • En trastornos de la conducción en el IAM. Se ha establecido como indicación de elección para la mayoría de las situaciones profilácticas del IAM en las guías de AHA/ACC 200421 (Tabla 5-1). • En la cardioversión eléctrica de pacientes digitalizados o con fármacos que impliquen secundariamente posible bradicardia extrema o asistolia o taquiarritmias auriculares con ritmos ventriculares lentos22. • En trastornos de la conducción intraventricular en la anestesia general de pacientes con riesgo, cuando no hay competencia entre los territorios de la cirugía y la estimulación potencial. • Profilaxis durante los recambios de generador-electrodos en pacientes marcapasosdependientes, tras confirmar su eficacia previa (no con anestesia local si no es muy bien to- Figura 5-6. lerado, por los problemas que puedan tener con el campo quirúrgico y la asepsia ante la posible respuesta no controlada del paciente)23. Estimulación temporal transesofágica y transgástrica La proximidad del esófago al corazón, posterior a la aurícula izquierda, permite el uso de esta vía para la obtención de registros y la estimulación cardíaca, fundamentalmente de la aurícula. Con el desarrollo de electrodos y generadores especiales con altas salidas se han mejorado los intentos iniciales de estimulación, que la hacían poco alentadora por la utilización de impulsos eléctricos inadecuados y la estimulación unipolar, que producía grave disconfort debido a la estimulación del diafragma y de los músculos torácicos. Los umbrales de estimulación más bajos se conseguían con duraciones de impulso de 7-12 ms, distancia entre ánodo y cátodo de 1.5-3 cm y ubicación del extremo de la sonda en el sitio en el que se registra el potencial auricular más alto24. La posición de estimulación transesofágica ventricular es distal a la mejor auricular y está peor definida. El electrodo se pasa habitualmente por vía nasal, como una sonda nasogástrica, o vía bucal, con registro electrocardiográfico simultáneo, y se conecta a un estimulador transesofágico. También puede hacerse a ciegas con buenos resultados, basándose en la altura del paciente. Así se consigue estimulación auricular de modo uniforme, y de manera muy inconstante, estimulación ventricular e, incluso, estimulación bicameral25, 26. La sobreestimulación auricular usando esta vía ha sido una práctica común. Se ha mejorado significativamente la captura ventricular utilizando estimulación unipolar tanto desde el esófago distal como desde la cavidad gástrica. Mc Eneaney desarrolló un electrodo especial capaz de estimular el ventrículo a través del estómago con un parche cutáneo asociado27 (Fig. 5-7). Con ello se consigue la Reversión de taquicardia ventricular con sobreestimulación transcutánea. Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal Tabla 5-1. 71 Indicaciones y tipo de estimulación temporal electivo en el infarto agudo de miocardio (IAM) Conducción auriculoventricular Normal Conduccción intraventricular o B A-V 1. G B A-V 2.o G Mobitz I B A-V 2.o G Mobitz II IAM anterior Sí No IAM anterior Sí No IAM anterior Sí No Normal MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC Bloqueo fascicular MPTC Bloqueo de rama antiguo MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC Bloqueo de rama nuevo MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC MPTV MPTV Bloqueo bifascicular MPTC MPTC MPTC MPTC MPTC MPTV MPTV Bloqueo de rama alternante MPTV MPTV MPTV MPTV MPTV MPTV MPTV Recomendaciones para el tratamiento con MP de los trastornos de conducción en el IAM. B A-V: bloqueo AV; MPTC: marcapasos transcutáneo; MPTV: marcapasos transvenoso. estimulación con umbrales más bajos que los transcutáneos28. Como complicaciones o inconvenientes de la estimulación se han descrito los siguientes: sensación de quemazón, dolor o molestias torácicas o de la espalda, estimulación diafragmática o frénica, necrosis focal por presión en el esófago, tos, aspiración y la limitación en el tiempo por las molestias citadas. Como ventajas hay que considerar la no necesidad de fluoroscopia, ni de acceso venoso, ni de la extrema esterilidad, como ocurre en la transvenosa. Indicaciones de la estimulación transesofágica-gástrica Estimulación auricular. Se ha utilizado para la reversión de taquicardias supraventriculares por medio de sobreestimulación auricular (reversión por aleteo ventricular, taquicardias por reentrada nodal y otras). El registro de la actividad a través del electrodo se ha mostrado también útil con fines diagnósticos, ya que permite visualizar la actividad auricular lo suficientemente bien como para poder ver si hay disociación auriculoventricular en taquicardias, etc. Estimulación ventricular. Fallo de estimulación transcutánea y/o imposibilidad de la transvenosa. Estimulación transvenosa o endocavitaria Parche cutáneo Electrodo transgástrico Figura 5-7. Electrodo para estimulación transgástrica. Se basa en la estimulación del endocardio por medio de un electrocatéter introducido por vía endovenosa, con ayuda de control fluoroscópico o electrocardiográfico, hasta la cámara o cámaras que se desea estimular, ya la aurícula derecha o el ventrículo derecho. Por su fiabilidad, duración y buena tolerancia es la técnica de elección para mantener durante cierto tiempo la estimulación cardíaca. Se consigue con médicos expertos en el 100% de los casos, con unas bajas y aceptables tasas de complicaciones; en manos inexpertas es muy alto el índice de fallos y complicaciones29. Puede estimularse una sola cámara (estimulación unicameral), ya sea la aurícula o el ventrícu- 72 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización lo, o secuencialmente manteniendo la sincronía AV por medio de una sola sonda (con unos electrodos-anillos para la detección de la señal auricular), con estimulación VDD o bien pueden estimularse ambas cámaras (DDD) con el paso de dos electrodos, uno a la aurícula y otro al ventrículo derechos, respectivamente. Estos últimos pueden ser los modos deseables en ciertas situaciones especiales, como son estados de bajo gasto cardíaco que precisan estimulación frecuencia-dependiente y la contribución auricular, como en el IAM de ventrículo derecho, miocardiopatía hipertrófica, miocardiopatía dilatada, estenosis aórtica y otros30, 31. Técnica y material Para el implante es necesario la canalización de una vena, cuya selección dependerá de la situación clínica y de la experiencia del médico, para a través de ella llevar el electrodo a la cavidad deseada. Las venas más utilizadas son la yugular interna, subclavia, femoral, axilar o las vías antecubitales. En caso de descoagulación, nuestra selección es, por orden de preferencia, la femoral, seguida de la vía antecubital o yugular externa, todas ellas compresibles en caso necesario. Las ventajas e inconvenientes de las vías más frecuentemente utilizadas se describen en el cuadro adjunto (Tabla 5-2). Electrocatéter. Tipos Están compuestos por un conductor metálico recubierto por un material aislante. Existen diversos tipos según el número de polos, el calibre y la forma. Son radiopacos para facilitar el control radiológico y su visualización durante la implantación. Son bipolares, tienen el cátodo en su extreTabla 5-2. mo distal y el ánodo a uno o más centímetros más proximal. En general, los electrocatéteres tienen un perfil en «U» abierta para facilitar su paso a través de la válvula tricúspide y alojarse en el ápex del ventrículo derecho, salvo los que se colocan en la aurícula a través del territorio de la cava superior, que terminan en «J» con objeto de que queden anclados en la orejuela derecha. Los catéteres multipolares se utilizan para estimulación y/o registros endocavitarios. Los calibres que se utilizan habitualmente son de 3-6 F, considerándose sondas semiflotantes las de 3-4 F y rígidas las de 5-6 F. Algunos catéteres disponen de un balón distal de látex para ser dirigidos por el flujo sanguíneo y facilitar así su progresión hasta el ventrículo guiados mediante control electrocardiográfico endocavitario (catéteres flotantes) o como los convencionales, radiológico. También se dispone de catéteres multipropósito dirigidos por flujo, que permiten simultáneamente la monitorización hemodinámica (mediante cateterización de la arteria pulmonar) y la estimulación temporal, a través de un canal ventricular derecho32. Según nuestra experiencia su estabilidad y fiabilidad es menor. Recientemente se ha aplicado la tecnología de fijación activa de los electrodos de estimulación definitiva, y están disponibles en un tamaño de 3.5 F. Se han mostrado eficaces, con una baja tasa de desplazamientos y disfunciones, permitiendo incluso el desplazamiento y la deambulación de los pacientes33. También se han utilizado las guías de coronariografía para la estimulación temporal34. La estimulación temporal es ocasionalmente necesaria durante las intervenciones coronarias. Se ha descrito la estimulación eficaz, segura y sin complicaciones a través de las guías de coronariografía Ventajas e inconvenientes de las vías de acceso más frecuentes Vía Ventajas Inconvenientes Yugular Menor riesgo de neumotórax. Trayecto más directo. Más incómoda para el paciente. Dificultad en obesos y cuello cortos, etc. Subclavia Más comodidad para el paciente. Más estabilidad. Referencia anatómica. Más riesgo de neumotórax e imposibilidad de compresión. Femoral Compresible. Menor riesgo en su punción. Mayor riesgo de infección y trombosis. Mayor dificultad de implantación. Antecubital Compresible. Muy bajo riesgo de punción. Relaciones anatómicas más variables. Menor calibre venoso. Posibilidad de flebitis. Mayor dificultad de implantación. Mayor número de desplazamientos. Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal evitando así la necesidad de implantar una sonda transitoria endovenosa, con ahorro de tiempo y de coste de material. Dada la variedad de materiales utilizados, se aconseja comprobar antes la eficacia de estimulación con los diversos tipos de guías utilizados. Implantación del electrodo, determinación de umbral de estimulación y control de seguimiento35 Tras la canalización venosa y colocación del introductor, se introduce el electrocatéter a través de la luz venosa, haciendo que avance hasta la posición deseada. Para ello se puede utilizar control fluoroscópico (preferentemente) por medio de diversas maniobras (Figs. 5-8 y 5-9) según sea su paso por la cava superior o inferior, o bien con control electrocardiográfico por medio del registro endocavitario unipolar (si el paciente tiene ritmo intrínseco), reconociéndose en el ECG sucesivamente la posición del electrodo en la aurícula, su paso a través de la válvula tricúspide, ventrículo y contacto con el endocardio (Fig. 5-10). La correcta posición fluoroscópica del ápex del ventrículo derecho se encuentra generalmente sobrepasando el borde izquierdo de la columna vertebral y bajo la cúpula diafragmática izquierda. Debe confirmarse la correcta posición en el extremo del catéter por medio del patrón de estimulación, lo que se corresponderá general- Figura 5-8. 73 mente con una imagen de bloqueo de rama izquierda y eje izquierdo. El ECG puede mostrarnos otras posiciones menos deseables por ser más inestables (Fig. 5-11 ). Es aconsejable realizar un control electrocardiográfico endocavitario, si se implantó por medio de control fluoroscópico y si el ritmo intrínseco lo permite, con objeto de confirmar un buen contacto de la sonda con el endocardio, con una adecuada corriente de lesión en el registro del electrodo distal, y descartar perforación o penetración excesiva de la sonda en el miocardio, como nos lo confirmaría una mayor corriente de lesión en el registro endocavitario del electrodo proximal o bien obtención de un registro de ECG similar a los epicárdicos (Fig. 5-12). Una vez colocada en posición correcta, se conecta la sonda al generador, se selecciona una frecuencia de estimulación al menos unos 10 ó 20 lpm por encima de la frecuencia intrínseca del paciente y una sensibilidad de sensado adecuada (1-2 mV en ventrículo, y 0.5 mV en aurícula), comenzándose a estimular con una intensidad de corriente de 5-10 mA, y se determina el umbral de estimulación (la mínima corriente capaz de estimular), disminuyendo la intensidad progresivamente hasta que no se produzca captura. El umbral en el ventrículo adecuado u óptimo debe estar por debajo de 1 mA, y en la aurícula se aceptan valores dobles que en el ventrículo. Si el umbral es excesivamente alto, se debe recolocar la son- 1 2 3 4 1 2 3 4 Maniobras para el implante de un electrocatéter, a través de vena cava superior. 74 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 Figura 5-9. Maniobras para el implante de un electrocatéter, a través de vena cava inferior. da en busca de otra posición en la que estimule mejor, si la situación clínica lo permite. Una vez colocado el electrodo en la adecuada posición radiológica y eléctrica, se debe fijar a la piel y mantenerse la estimulación al doble o triple del umbral con la frecuencia deseada. Es aconsejable realizar una radiografía de tórax y un ECG para confirmar la posición, descartar complica- ciones como el neumotórax y obtener el patrón de estimulación. Controles Es aconsejable realizar los siguientes controles diarios para detectar precozmente posibles anomalías: Vena cava superior Aurícula derecha alta Electrodo en aurícula Arteria pulmonar Aurícula derecha baja Electrodo en ventrículo Endocardio del ventrículo derecho Vena cava inferior Cavidad del ventrículo derecho Contacto con endocardio Figura 5-10. Registro de ECG endocavitario durante el paso por AD y VD. Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal I II III V1 V6 AVD TEVD TSVD 75 Electrocardiográfico. Ciertas variaciones del patrón de estimulación, tales como desviación del eje hacia la derecha, pueden indicarnos desplazamiento al tracto de salida del ventrículo derecho; el cambio de imagen de BCRI a BCRD sugiere perforación con estimulación epicárdica del ventrículo izquierdo. Si es posible realizarlo, el ECG endocavitario (si no es marcapasosdependiente) puede detectar también la potencial penetración o perforación, tal como se indicó previamente. SC Eléctrico. La determinación diaria del umbral de estimulación (elevación del umbral) puede ser el hallazgo más prematuro de desplazamiento de la sonda o de su perforación. VI Figura 5-11. Diversos patrones de estimulación según localización del electrodo. AVD: ápex del ventrículo derecho; TEVD: tracto de entrada del VD; TSVD: tracto de salida del VD; SC: seno coronario; VI: ventrículo izquierdo. Exploración clínica. Si aparece dolor pericardítico o roce pericárdico, ello nos indicaría posible penetración del cable. Se debe vigilar la piel en la puerta de entrada de la sonda electrodo, igual que cualquier otra vía venosa; si está enrojecida o tiene mal aspecto es aconsejable cambiar la sonda electrodo, implantándola por otro territorio. Radiológico. Se pueden detectar cambios en la posición del electrodo, por desplazamiento o perforación. 1 2 3 4 P V6 A P 5 6 7 8 B Figura 5-12. A. ECG endocavitario perforado (similar a epicárdico y su registro de retirada). B. ECG endocavitario perforado (registro de retirada). Complicaciones Como toda técnica invasiva, no está exenta de complicaciones, con un rango entre las diversas series publicadas que oscila entre el 4 y el 35%, guardando una clara relación con diversos factores, entre los que se objetiva la experiencia del personal como uno de los más influyentes, la edad de los pacientes, la desorientación y falta de colaboración, así como la patología y la situación de emergencia. En la serie publicada por Murphy en 1996 se encuentra hasta un 35% de complicaciones29. En la reciente revisión de J. L. Ayerbe, la tasa de complicaciones fue del 22%, con una mortalidad directamente relacionada con el MPT del 1%36. La distribución de las complicaciones de la citada serie de 568 MPT se describe en la Figura 5-13 y la tasa de desplazamientos en la Tabla 5-3. Las complicaciones más frecuentes se describen a continuación, divididas entre las secundarias a la vía venosa y las del electrodo y/o generador. Secundarias o específicas de la vía de abordaje Punción arterial. Es fácilmente reconocible por el flujo arterial, salvo en situaciones de muy bajo gasto cardíaco o asistolia. Habitualmente se soluciona con la simple retirada de la aguja y compresión del territorio si éste es accesible, lo que no es posible en la vía subclavia. No suele producir problemas significativos salvo en caso de coagulopatías o tratamiento anticoagulante concomitante, en los que pueden originar importantes hematomas, que se localizan dependientes de la zona de punción, ya en el muslo o retroperitoneales en caso de vía femoral, hemotórax en caso de vía subclavia, etc. Embolia aérea. Complicación poco frecuente pero que se puede producir en todos los casos 76 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Perforación arterial 2% Trombosis venosas 4% Taponamiento 8% Fiebresepsis 9% Arritmias ventriculares 14% Figura 5-13. venosa Tabla 5-3. electrodos Hematoma 14% Pericarditis 2% Muerte 5% Desplazamiento 42% Complicaciones de la estimulación trans- Tasas de desplazamiento de Murphy 39%. Agustín 37% (37% braquial, 9% femoral). Hynes 18% (1000 pacientes) a 3.1 días. Wenstein 17% a 4.8 días. Tasa media de 3.5-8% por día. Fijación activa de Cock: 0.45 por día. como consecuencia de la aspiración de aire durante la inspiración, al estar el extremo proximal de la aguja desconectado para el paso del sistema, sobre todo en pacientes en situación de hipovolemia. Las consecuencias dependen de la cuantía del aire, desde simple tos, hasta mareo o asistolia. Específicas del territorio de punción Neumotórax. Se produce como consecuencia de la punción de la cúpula pulmonar con el abordaje por vía subclavia o yugular. Su incidencia está próxima al 1-2% y debe descartarse siempre por medio de un control radiológico tras la implantación, para, en su caso, valorar la colocación de un tubo de drenaje torácico. Lesión del plexo braquial. Con la utilización de la vía subclavia pueden producirse parestesias de los dedos o adormecimiento del miembro superior como consecuencia de la anestesia local, fenómeno que es pasajero, o más raramente por lesión directa con la aguja de punción. En muy raras ocasiones, con la vía yugular se ha descrito lesión del ganglio estrellado. Derivadas del electrodo, de su implante y del sistema de estimulación Trombosis venosa. Ésta suele depender del grado de lesión de la vena durante el implante (por punciones múltiples o lesión con el electrodo), del tamaño o flujo de la vena, del tiempo de permanencia del cable electrodo y del calibre del electrocatéter y/o introductor. No suelen ser embolígenas, salvo las del territorio femoral. Las trombosis parciales o subclínicas son muy frecuentes (hasta el 80%), pero las clínicas y/o totales se acercan a cifras del 3-10%. Infección. Es una complicación frecuente y en ocasiones relacionada con una deficiente asepsia en la técnica de implantación, sobre todo en situaciones de extrema urgencia. Se han notificado cifras de hasta el 20-60%, y con bacteriemia en el 10% de los casos. El germen causal suele ser derivado de la flora de la piel. Conviene revisar diariamente la zona de punción con objeto de detectar lo antes posible signos de infección y proceder a cambiar el cable de territorio, en su caso. Puede llegar a producirse sepsis y/o endocarditis. Se ha relacionado de forma muy significativa la incidencia de infecciones de los marcapasos definitivos con la presencia previa de sondas temporales, por lo que deben evitarse siempre que sea posible. Arritmias y alteraciones de la conducción. Durante el paso por las cavidades derechas, y por la irritación mecánica, pueden producirse arritmias tanto auriculares como ventriculares. Hasta en el 4% de los casos se producen taquicardias ventriculares, que suelen ser autolimitadas, y más raramente fibrilación ventricular. Por ello debe realizarse el procedimiento de la manipulación del cable con control de monitorización ECG y disponer de un desfibrilador en el lugar de la implantación, así como de fármacos antiarrítmicos. También durante la implantación puede provocarse traumatismo directo de la rama derecha y producirse un bloqueo de ésta, que es generalmente transitorio; hay que tenerlo presente, pues en caso de bloqueo de rama izquierda preexistente podría producirse un bloqueo completo y/o asistolia. Perforación. La perforación de la pared del corazón por el extremo distal del electrodo es la complicación más frecuente, y que se puede manifestar por: • Aumento del umbral o fallo en la estimulación. • Estimulación diafragmática, o hipo, o estimulación muscular a la frecuencia del marcapasos. • Dolor pericardítico. • Puede auscultarse un roce pericárdico, también un clic presistólico de alta frecuencia en las fases iniciales de la perforación. Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal • Derrame pericárdico o taponamiento, este último muy infrecuente, salvo en pacientes anticoagulados. • Cambio en el complejo ventricular estimulado (puede dar imagen de estimulación de VI). Podría confirmarse por el hallazgo de un patrón epicárdico en el ECG endocavitario, o la visualización radiológica de un cambio de posición del electrodo (muy avanzado o fuera de la silueta cardíaca). Se relaciona en parte con la manipulación inicial, si se dejó una sonda muy penetrada o un bucle excesivo, o bien con el uso de sondas rígidas. Para la corrección es necesario retirar el electrodo y recolocarlo de nuevo en una posición correcta (puede confirmarse con un trazado ECG endocavitario de retirada). Con la retirada, dada la estructura del músculo cardíaco suele sellarse la zona de perforación sin complicaciones (pero con especial precaución en pacientes anticoagulados, por el riesgo de hemopericardio o taponamiento). Dislocación del electrodo. El desplazamiento del electrodo desde la posición inicial puede producir un mal contacto con el endocardio, con una incorrecta estimulación (elevación de umbral o fallo estimulación) o de la detección. Además, por la irritación de la pared por contacto intermitente pueden producirse arritmias ventriculares. Mala posición del electrodo. Suele ser consecuencia de la implantación a ciegas en situaciones de emergencia o sólo con control eléctrico, Figura 5-14. Electrodo en VI: ECG. 77 sin ayuda de la radioscopia. En ocasiones, aun con control radioscópico, puede situarse en posiciones anómalas incluso en el ventrículo izquierdo, complicación muy infrecuente (Fig. 5-14), debida a punción inadvertida de la arteria subclavia, o carótida, que generalmente se da en pacientes con muy bajo gasto cardíaco. Debe retirarse el electrodo y cambiarse su posición por el alto riesgo embolígeno (patrón de estimulación de BRD). Una posición anómala podemos sospecharla por un patrón ECG atípico, tanto en su QRS como en su eje eléctrico, y confirmarla por la posición radiológica anómala. Pueden también acompañarse de umbrales de estimulación elevados. Se han descrito casos de alojamiento inadvertido en el seno coronario (Fig. 5-15), la vena pericardiofrénica (Fig. 5-16) y otros. En ocasiones, una mala posición puede estar condicionada por un defecto anatómico (CIA, CIV). Ausencia de espícula de estimulación. Se debe a defectos del generador o del electrodo, bien por agotamiento de la batería o por fallo de los componentes del generador, mal contacto o conexión del generador con el electrodo, o rotura total del electrodo. Se manifiesta por fallo completo de estimulación sin presencia de la espícula. Fallo de captura. Se objetiva espícula, pero no despolarización ventricular secundaria a ésta. Las causas más frecuentes son la rotura total o parcial del cable conductor o su aislante, el aumento del umbral de estimulación por las anteriores causas 78 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización A Figura 5-15. definitivo). B A. ECG de estimulación en seno coronario. B. ECG de estimulación en ápex del VD (electrodo de MP de desplazamiento, perforación, alteraciones metabólicas o iónicas (hiperpotasemia). lada a frecuencias muy elevadas, pudiendo originar arritmias graves potencialmente fatales. Fallo de la detección. La detección inadecuada puede ser secundaria a un bajo voltaje del complejo intrínseco, mala posición del electrodo o agotamiento de la batería. Se corrige reposicionando el electrodo si no se puede conseguir por medio de la reprogramación del generador o cambio de batería en caso de agotamiento de ésta. Puede ser causa de arritmias por estimulación en período cardíaco vulnerable. La fractura del cable-electrodo. Se ha descrito incluso embolización del fragmento distal del catéter. Otras complicaciones descritas pero muy infrecuentes son: El «desbocamiento». Rarísima complicación derivada del fallo en los componentes y circuitos del sistema que da lugar a una estimulación incontro- Vena yugular interna Nervio frénico Vena mamaria interna Vena pericardiofrénica La estimulación diafragmática sin perforación del ventrículo, por corrientes de estimulación excesivamente elevadas o por estimulación del nervio frénico por su proximidad o por una pared cardíaca ventricular delgada. Se corrige con la reposición, si no se consigue con la bajada del voltaje con captura correcta, por la mala tolerancia que implica. Insuficiencia tricuspídea y ruidos cardíacos inducidos por la sonda. Es posible auscultar en ocasiones un soplo de regurgitación tricuspídea, inducida por la presencia del electrodo, o ruido por el posible frote de la valva con el cable. En la Tabla 5-4 se resumen las posibles alteraciones de la función de los diversos marcapasos temporales. Contraindicaciones La única contraindicación para la estimulación endocavitaria del VD es la presencia de prótesis tricúspide. Si fuese necesaria la estimulación temporal en presencia de la citada prótesis, debería intentarse la estimulación del VI a través del seno coronario o, si no, la estimulación transgástrica, transcutánea u otras. Indicaciones de la estimulación transvenosa Figura 5-16. Electrodo en vena pericardiofrénica. Profilácticas. Las indicaciones deben ser individualizadas, pero se debe considerar su implante en pacientes con procedimientos que pueden pre- Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal Tabla 5-4. 79 Alteraciones de la función de marcapasos temporal Problema Manifestación Causas Intervenciones Fallo de estimulación. Ausencia de espículas sin respuesta cardíaca. T: Desconexión del electrodo. T: Baja salida de energía. TV: Depleción de batería; exceso de ruido. TC: Mal contacto de parches. Reconectar y asegurar. Confirmar y aumentar la salida. Búsqueda de fuentes de interferencias. Cambio de éstos y posición. Fallo de captura. Espículas sin conducción. T: Hipoxia. TV: Desplazamiento electrodo. TC: Pobre contacto electrodo-electrodos. Valoración clínica, corrección. Recolocación. Recolocación o nuevos parches. Fallo de detección. Espículas aleatorias en ciclo cardíaco. T: Sensibilidad muy baja. TV: Disminuir el umbral para desencadenar la R. TC: Aumentar señal del monitor ECG cambio de batería/generador. Reposición. Reposición o recambio de electrodos. T: Batería baja. TV: Desplazamiento electrodo. TC: Pobre contacto de parches. Molestias con la estimulación. Dolor, estimulación muscular. TV: Mala posición del electrodo. Perforación. TC: Estimulación muscular. Recolocación. Recolocación y valorar derrame pericárdico. Búsqueda de nueva posición de parches analgésicos, estimulación TV. T: todos; TV: transvenosa; TC: transcutánea. cipitar bradiarritmas o trastornos de la conducción graves; tales como pacientes con alteraciones de la conducción e IAM21, que ya se describieron en la Tabla 5-1; cirugía en pacientes con bloqueo bifascicular (no se considera tal necesidad si no han tenido nunca síntomas) o bloqueos de rama alternantes, trifascular; cardioversión eléctrica en pacientes con fármacos depresores del automatismo o digitalizados; bloqueos AV o de rama de nueva aparición en pacientes con endocarditis aórtica; pacientes con bloqueo de rama y necesidad de biopsia endomiocárdica. Terapéuticas. Asistolia, bradiarritmias sintomáticas, arritmias ventriculares inducidas por bradicardia, reversión de taquiarritmias auriculares o ventriculares por extra o sobreestimulación y otras (Fig. 5-17). Diagnósticas. La estimulación programada es uno de los métodos de estudio de las taquiarritmias y alteraciones de la conducción, así como de los posibles efectos beneficiosos hemodinámicos en ciertas situaciones, tales como la miocardiopatía hipertrófica obstructiva, entre otras. Procedimiento de emergencia Ante un fallo en la estimulación, se deben llevar a cabo una serie de acciones inmediatas para intentar su corrección: 1. Aumentar la intensidad de corriente de salida al máximo. 2. Comprobar las conexiones (por si están desconectadas o flojas). 3. Sustituir la batería o el generador (si carece de indicador de carga). 4. Si se produce parada cardíaca o bradicardia extrema o sintomática, proceder de inmediato a estimulación transcutánea (si se dispone de ella), administración de isoproterenol y/o reanimación cardiopulmonar. 5. Comprobar la posición de la sonda y rectificarla en caso de desplazamiento. Competencia en la estimulación transvenosa temporal Los médicos que implantan marcapasos temporales deben conocer y estar familiarizados con las 80 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 5-17. Estimulación temporal. Sobreestimulación auricular. Capítulo 5. Estimulación cardíaca temporal potenciales complicaciones y con su prevención o tratamiento. Se ha determinado un número de 25 procedimientos, como mínimo, para una adecuada formación, aunque se estima que bastan 10 si se está familiarizado con la monitorización hemodinámica mediante catéteres con balón. ACP/ACC/AHA Task Force Statement. Clinical competence in insertion of a temporary transvenous pacemaker. Task Force in Clinical Privileges in Cardiology. 15. 16. 17. 18. BIBLIOGRAFÍA 19. 1. Rodríguez García J, Coma Samartín R. Historia de la estimulación cardíaca eléctrica. Parte I. Cuadernos técnicos de estimulación cardíaca 2005; 11:11. 2. Iseri LT, Allen BJ, Baron K, Brodsky MA. 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Estos generadores llevan incluida la capacidad de modular la frecuencia cardíaca cuando están funcionando en modo VVI (cuarta letra =R), y proporcionan estimulación en un solo punto del ventrículo Tabla 6-1. (quinta letra = O). Por lo tanto, la nomenclatura completa de estos dispositivos es VDDRO (Tabla 6-1). En este capítulo tratamos de forma específica los aspectos clínicos y funcionales de los marcapasos VDDRO. DESCRIPCIÓN DE LOS MARCAPASOS VDD La primera generación de marcapasos VDD apareció en los años setenta para resolver el problema de la asincronía auriculoventricular de los marcapasos secuenciales VAT. Estos primeros dispositivos estaban compuestos por un generador y dos electrodos (auricular y ventricular) Código genérico de los marcapasos Letra 1 Letra 2 Letra 3 Letra 4 Letra 5 Cámara estimulada Cámara que detecta Respuesta al sensado Modulación de frecuencia Estimulación multisitio O: Ninguna O: Ninguna O: Ninguna O: Ninguna O: Ninguna A: Aurícula A: Aurícula I: Inhibido R: Modulación de frecuencia A: Aurícula V: Ventrículo V: Ventrículo T: Disparo V: Ventrículo D: A + V D: Ambas D: Ambas D: A + V S: Una cámara S: Una cámara Nomenclatura de la NASPE 20021. 83 84 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 6-1. Radiografía de tórax de una paciente portadora de un marcapasos VDD de primera generación. El dispositivo constaba de dos electrodos (auricular y ventricular), similar a un marcapasos DDD actual. (Fig. 6-1), y fueron desplazados del uso clínico en 1978 por la aparición de los marcapasos DDD, que con la misma complejidad técnica ofrecían un modo de estimulación más avanzado2, 3. Los marcapasos VDD actuales fueron introducidos en 19894, 5, generalizándose su uso en nuestro medio a mediados de los años noventa. Estas unidades constan de dos componentes: un electrodo de diseño único y un generador para estimulación VDD (Fig. 6-2). Lo específico de estos marcapasos es que proporcionan una estimulación secuencial auriculoventricular (AV) implantando un único electrodo. las características físicas del electrodo. Los dos primeros los discutiremos, respectivamente, en el apartado de indicación clínica del modo de estimulación VDD y en el de procedimiento de implante. Las características de diseño del electrodo para estimulación VDD que influyen en el sensado de la actividad auricular son: el tamaño de los electrodos auriculares, la distancia entre los mismos y su orientación en la cámara auricular6, 7. El tamaño de los electrodos. Condiciona el equilibrio entre la especificidad de la señal captada y Electrodo para estimulación VDD Se trata de un electrocatéter tripolar o cuatripolar, con uno o dos electrodos distales para sensado y estimulación ventricular (unipolar o bipolar), y dos proximales para sensado auricular (bipolar), integrados todos ellos de forma coaxial en el cuerpo del electrodo. El sistema de anclaje del electrodo está situado en el extremo distal, para enclavarlo en el ventrículo derecho (VD), quedando los electrodos de sensado auricular flotantes en el interior de la cavidad de la aurícula derecha (AD). El extremo proximal es bifurcado, con una conexión para el canal auricular y otra para el canal ventricular del generador. En la estimulación VDD con cable único, la detección de la onda P depende de tres tipos de factores interrelacionados entre sí: de las particularidades del paciente, de la técnica de implante y de VCS Electrocatéter Generador AD VT VD Figura 6-2. Componente del marcapasos VDD. Véase descripción en el texto. o: electrodos proximales de sensado auricular; *: electrodos distales de sensado y estimulación ventricular; AD: aurícula derecha; VCS: vena cava superior; VD: ventrículo derecho; VT: válvula tricúspide. Capítulo 6. Estimulación VDD su amplitud: electrodos de pequeña superficie detectan una señal auricular muy nítida, circunscrita a la activación del miocardio en proximidad, pero pierde en amplitud. Al contrario, electrodos más grandes proporcionan ondas de sensado de mayor amplitud, a expensas de detectar la actividad eléctrica a mayor distancia (efecto antena), y, como contrapartida, aumentan el riesgo de detectar señales de campo lejano (far-field), especialmente provenientes del ventrículo o de la actividad muscular (miopotenciales). La distancia entre los electrodos. Influye en la detección de la onda P de forma similar al tamaño de los electrodos: cuanto menor distancia mayor especificidad y menor amplitud de la señal; al aumentar la distancia entre los electrodos detectamos señales de mayor amplitud, pero se incrementa también el riesgo de detección de campo lejano. La orientación del dipolo. Puede influir ampliando o reduciendo la amplitud de la señal. Inicialmente se diseñaron electrodos de diferente forma y configuración, pero en los estudios comparativos mostraron unos resultados similares7. En la actualidad los modelos disponibles tienen los electrodos auriculares en forma de anillo, variando de unos modelos a otros en la superficie de los electrodos auriculares, la distancia entre los mismos (longitud del dipolo) y la distancia entre el dipolo de detección auricular y el electrodo distal de sensado/estimulación ventricular (esta distancia condiciona la técnica de implante). En la Tabla 6-2 resumimos las características de las principales marcas y modelos de electrodos VDD. Generador de estimulación VDDRO Se trata de una unidad de doble cámara, en la que el canal auricular es sólo de detección y el canal Tabla 6-2. Marca Medtronic ventricular detecta y estimula. Por lo demás, incorpora la capacidad de programación y los algoritmos diagnósticos y terapéuticos de las generaciones actuales de marcapasos (Tabla 6-3), incluyendo cambio automático de modo, ajuste automático o manual de todos los parámetros relacionados con la sensibilidad, estimulación y sincronía AV y biosensores para modular la frecuencia de estimulación ventricular cuando el marcapasos actúa en modo VVIR. En general, los parámetros programables son los mismos que en un marcapasos DDD, con algunas particularidades que quedan resumidas en la Tabla 6-4. Cuando actúan en modo VDD proporcionan una activación sincronizada AV, adaptando la frecuencia ventricular a la frecuencia auricular, dentro de unos márgenes programados (Fig. 6-3). En la Figura 6-4 representamos de forma esquemática el comportamiento de los marcapasos VDD en diferentes situaciones de acuerdo con la programación. La capacidad de respuesta en frecuencia mediante los biosensores que llevan incorporados estos dispositivos queda vinculada al funcionamiento en modo VVIR. Según los modelos, el biosensor se puede activar por programación fija, por parte del operador, en modo VVIR, o de forma automática por el dispositivo durante el cambio automático de modo, en que pasa a funcionar en modo VDI-R, y, en algunos modelos, cuando no detecta actividad auricular (Tabla 6-5). INDICACIONES CLÍNICAS DE LA ESTIMULACIÓN VDD Siguiendo las recomendaciones de la ACC/AHA8, 9 el modo de estimulación VDD está indicado en pacientes que precisan un marcapasos definitivo por bloqueo AV y que mantienen la función sinusal normal (Fig. 6-5). Características de los electrodos de estimulación VDD Dipolo sensado auricular Superficie Distancia electrodos interelectrodos (mm2) (mm) 12.5 St. Jude 85 Distancia entre dipolo auricular y punta del electrodo (mm) 8 115/135/155 12 130 Guidant 16.7 10 130/150 Vitatron 12.5 8 115/130/155 Biotronik 25.4 10 110/130/150 86 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 6-3. Parámetros programables en los marcapasos VDD Modos Modo Cambio de modo Frecuencia de detección Duración de detección Búsqueda de aleteo cegado Inicial Final VDD Activ. 175 min–1 Sin retardo Activ. VDD Activ. 175 min–1 Sin retardo Activ. 50 min–1 120 min–1 120 min–1 95 min–1 50 min–1 120 min–1 120 min–1 95 min–1 120 ms Desactiv. Autoajust. 110 ms 120 ms Desactiv. Autoajust. 110 ms Frecuencias Frecuencia mín. Frecuencia máx. seg. Frecuencia máx. sens. Frecuencia de activ. cotid. Intervalos AV AV detectado AV adaptable a la frecuencia Search AV Desviación máx. Search AV Refractario/cegamiento PVARP de usuario PVARP mínimo PVAB Refractario V. Interv. taquic. med. por MP Respuesta a PVC Automático 250 ms 180 ms 230 ms Activ. Activ. Automático 250 ms 180 ms 230 ms Activ. Activ. 95 min–1 120 min–1 Activ. 3 3 2.0% Medio/bajo 30 s Ejercicio 0.2% 5 15 95 min–1 120 min–1 Activ. 3 3 2.0% Medio/bajo 30 s Ejercicio 0.2% 5 15 Respuesta de frecuencia Frec. de activ. cotid. Frec. máx sens. Optimización Medida activ. cotid. Medida de esfuerzo Porcentaje de frec. AC Umbral de actividad Aceleración actividad Desaceleración actividad Porcentaje de frec. rápida Ajuste frec. de activ. cotid. Ajuste de frecuencia máxima Inicial Final Características adicionales Control de captura V. Margen amplitud Margen duración imp. Amplitud mín. adaptada Dur. imp. mín. adaptada Frec. prueba de captura Fase aguda Fase aguda completa Sueño Monitor transtelefónico Indicadores FAST Telemetría ampliada Marcador ampliado Detección implante Autoajust. 1.5× 1.5× 2500 V 0.40 ms Día en reposo Desactiv. Autoajust. 1.5× 1.5× 2500 V 0.40 ms Día en reposo Desactiv. 28.12.00 Desactiv. Desactiv. Desactiv. Desactiv. Activ. Desactiv. Desactiv. Desactiv. Estándar Estándar Desact./Compl. Desact./Compl. Episodios de frec. rápida A Frecuencia de detección 180 min–1 Duración de detección 5s Latidos de terminación 5 latidos 180 min–1 5s 5 latidos Cable auricular Sensibilidad Sensing assurance Pol. detección 0.18 mV Activ. Bipolar > 0.25 mV Activ. Bipolar Cable ventricular Amplitud Duración imp. Sensibilidad Sensing assurance Pol. estimul. Pol. detección Monitor del cable Impedancia máx Impedancia mínima Sensibilidad del monitor 2500 V 0.40 ms 4.00 mV Activ. Bipolar Bipolar Sólo monitor 4000 : 200 : 8 2500 V 0.40 ms 4.00 mV Activ. Bipolar Bipolar Sólo monitor 4000 : 200 : 8 Ejemplo de la programación sacada por telemetría de un generador de marcapasos VDD de última generación (Medtronic Enpulse E2VDD01). Los parámetros que condicionan el funcionamiento del modo VDD son: frecuencia mínima y máxima, intervalos AV, períodos refractarios del canal auricular (PVARP, PVAB, la respuesta a extrasístoles ventriculares —PVC— e intervención sobre taquicardias mediadas por marcapasos), el período refractario ventricular y la sensibilidad auricular. En la práctica, para una correcta indicación del modo de estimulación VDD con cable único, debemos tener en cuenta la función sinusal y una serie de factores demográficos y clínicos que pueden influir en su funcionamiento. Valoración de la función sinusal Los marcapasos VDD dependen de la función sinusal para proporcionar la estimulación secuencial; de ahí la importancia que tiene su correcta valoración antes de indicar un marcapasos VDD. No obstante, su cuantificación en la práctica clínica presenta varias dificultades: 1) Las guías de la ACC/AHA no dejan clara la definición de función sinusal normal, ni sistematizan la forma de evaluarla. 2) Las formas clásicas de valoración, basadas en la capacidad de respuesta del nodo sinusal al ejercicio10, no son fácilmente aplicables a un gran número de pacientes con indicación de marcapasos por bloqueo auriculoventricular (AV). 3) En el momento del implante, no sabemos predecir la aparición de disfunción sinusal durante el seguimiento en pacientes con un bloqueo, y cuya incidencia oscila entre el 0.7% anual11, y el 6% en un seguimiento medio de 30 meses12. En los estudios clínicos publicados, los criterios de inclusión empleados, que hacen referencia a la función sinusal, son muy heterogéneos y a veces poco exigentes: oscilan desde frecuencias sinusales en reposo de >50 lpm y ausencia de bloqueo sinoauricular13, hasta >70 lpm en reposo o Capítulo 6. Estimulación VDD Tabla 6-4. 87 Parámetros básicos en la programación de un marcapasos VDD Parámetro Observaciones Sensibilidad A. programable • Sensibilidad máxima programable: 0.1 (St. Jude, Vitatron, Biotronik) (Guidant) y 0.18 (Medtronic). • Autoajuste programable en dispositivos de última generación. Límite inferior de frecuencia • Fija la frecuencia mínima a la que actúa en modo VDD. Si la frecuencia auricular < LIF, pasa a funcionar en VVI-R. Límite superior de frecuencia • Programable hasta 170 lpm (210 en dispositivos de última generación). • Fija la frecuencia máxima a la que actúa en modo VDD. Si se supera, sigue el comportamiento de Wenckebach. Cambio automático de modo • Programable el límite de frecuencia de detección y la duración de la detección antes del cambio de modo. • Durante el CAM el marcapasos actúa en modo VDI-R. Intervalo auriculoventricular • Programable únicamente para eventos auriculares sensados. • Puede programarse de forma fija o dinámica (ajustable con la FC). • Algoritmos de búsqueda del IAV intrínseco, programables en dispositivos de última generación. Períodos refractarios A • Programables de forma independiente el PVAR, PVAB, la respuesta a las EV (alargando temporalmente el PVAR) y la intervención sobre TMM. Período refractario V • Programable el PVR (similar a modo DDD-R). • No programable el PAVB (no hay estimulación auricular). A: aurícula; CAM: cambio automático de modo; FC: frecuencia cardíaca; IAV: intervalo auriculoventricular; LIF: límite inferior de frecuencia; LSF: límite superior de frecuencia; PAVB: período de blanking ventricular postauricular; PRV: período refractario ventricular; PVAB: período de blanking auricular posventricular; PVAR: período refractario auricular posventricular; TMM: taquicardia mediada por marcapasos; V: ventrículo. >90 lpm en ejercicio14. A pesar de ello, la tasa de desarrollo de bradicardia sinusal clínicamente relevante referida en los estudios de seguimiento fue baja, oscilando entre el 0.9% en un seguimiento medio de 30 meses13 y el 1.7% en un seguimiento medio de 18 meses15. A nivel práctico es útil valorar la frecuencia sinusal espontánea, teniendo en cuenta las circunstancias en que se determinan, especialmente la presencia/ausencia de bloqueo AV completo, y la administración de fármacos cronotrópico-positivos/negativos. En casos de duda sobre la función sinusal se puede realizar el test de atropina. En la Tabla 6-6 reproducimos los criterios generales para valorar la función sinusal usados por nuestro grupo. Factores demográficos y clínicos que condicionan la eficacia de la estimulación VDD Las series publicadas permiten identificar a los pacientes con perfil clínico desfavorable para la estimulación VDD. El denominador común a todos ellos es el riesgo aumentado de fracaso de la estimulación VDD durante el seguimiento, bien por desarrollo de incompetencia cronotrópica, bien por desarrollo de infrasensados de la onda P. Dentro de esta categoría se encuentran los siguientes grupos de pacientes: Los niños y adolescentes en período de crecimiento. Aunque en estos pacientes el sensado de la onda P durante el implante y en seguimiento es buena16, existe el riesgo de que, al crecer, el electrodo quede desproporcionado con relación al tamaño cardíaco, y se produzcan desplazamientos del dipolo auricular, originando pérdida del sensado17-19. Los pacientes con cardiopatía orgánica. La razón principal por la que se plantean limitaciones al uso de la estimulación VDD en este grupo de pacientes es por la eventual necesidad de fármacos cronotrópicos negativos5. Respecto a las posibles influencias de la cardiopatía sobre la eficacia del modo de estimulación, algunos autores encontraron que la presencia de cardiomegalia aumenta el riesgo de pérdida de la sincronía AV por mal sensado de la onda P, mientras que otros parámetros más vinculados a la gravedad de la car- 88 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización A B Figura 6-3. A. Electrocardiograma de un paciente con un marcapasos VDD. Cada onda P sinusal va seguida de un latido ventricular estimulado por el marcapasos. B. Monitorización del ritmo en el mismo paciente de A. A través del programador de marcapasos registramos la actuación del marcapasos: detecta las ondas P y emite un estímulo sincronizado en ventrículo. AS: aurícula sensada; VP: ventrículo estimulado (paced). diopatía, como puede ser la fracción de eyección, no tienen influencia20. Los pacientes con cardiomegalia y dilatación de las cavidades derechas. En estos pacientes hay dificultades para conseguir un sensado de onda P adecuado y estable5, 14, 21. Hunziker21, en un estudio observacional con 86 pacientes, encuentra que la presencia de cardiomegalia es uno de los predictores de pérdida de la sincronía AV a largo plazo por mal sensado de la onda P. Por otro lado, Santini14 encuentra una correlación entre la amplitud y estabilidad de la onda P y el grado de dilatación de las cavidades derechas, concluyendo que un diámetro de AD > 38 mm y una distancia AD – ápex de VD < 80 mm predicen un sensado de onda P inestable. Los pacientes con antecedentes de fibrilación auricular paroxística o persistente. Aunque en estudios comparativos el modo de estimulación VDD tiene la misma incidencia de fibrilación auricular que el modo DDD13, las razones por las que se recomienda no usar el modo VDD en pacientes con antecedentes de fibrilación auricular son las siguientes: 1) Algunos autores encuentran una asociación entre antecedentes de fibrilación auricular y pérdida de la sincronía AV en el modo VDD a medio o largo plazo15. 2) Los pacientes con antecedentes de fibrilación auricular se benefician más de la estimulación DDDR con algoritmos de prevención y tratamiento de la fibrilación auricular7. Es importante resaltar que estos grupos se identificaron a partir de los datos de series clínicas observacionales y estudios retrospectivos, y que estas recomendaciones deben ser consideradas como orientadoras, sin que constituyan una contraindicación absoluta para el modo de estimulación VDD, que siempre debe ser planteado como una indicación individualizada en función de las circunstancias del paciente. Capítulo 6. Estimulación VDD 89 Figura 6-4. Comportamiento normal de un marcapasos VDD. La figura representa una tira de ritmo y el esquema de actuación del marcapasos. Eventos señalados con núm. 1: El marcapasos detecta una onda P y, tras el intervalo AV (IAV) programado, emite estímulo en ventrículo. Tras el estímulo ventricular abre un período refractario auricular (PRAPV), en que se incluye un período de blanking auricular (AB), y un período refractario ventricular (PRV), que siempre es más corto que el PRAPV; asimismo, inicia los contadores del ciclo RR (LIF). Eventos señalados con núm. 2: La detección de un latido espontáneo ventricular produce un reset en todos los contadores del marcapasos, reiniciando un PRAPV, un PRV y el del ciclo RR. Evento núm. 3: La detección de un latido auricular dentro del PRAPV no activa el contador del IAV (no genera la emisión de un latido ventricular) ni produce un reset en los contadores de tiempo del generador. Evento núm. 4: Cuando el contador de frecuencia ventricular llega al LIF sin haber detectado ninguna onda P fuera del PRAPV, el marcapasos emite un latido ventricular y reinicia los contadores temporales. El evento señalado como AB* cae en período de blanking auricular y es ignorado por el marcapasos. Debemos resaltar el comportamiento dinámico de los contadores del marcapasos, adaptándose a los cambios en el ciclo cardíaco; el PRAPV se alarga tras la detección de una EV (evento 2) y se acorta cuando la frecuencia cardíaca sinusal aumenta (evento 1d). AS: actividad auricular sensada; AR: actividad auricular sensada durante el período refractario auricular; VP: ventrículo estimulado (paced); VS: actividad ventricular sensada. Tabla 6-5. Marca Medtronic Comportamiento del cambio de modo en los generadores VDD actuales Modelo Modo estimulación durante el cambio de modo Modo estimulación al no sensar onda P EnPulse E2VDD01 VDI (R) VVI St. Jude Identity VDI (R) VVI (R) Guidant Insignia AVT 882 VDI (R) VVI (R) Vitatron Clarity 660 VDI (R) VVI Biotronik Philos II VDI VVI (R) Protocolo de selección de pacientes para el modo de estimulación VDD METODOLOGÍA PARA IMPLANTAR LOS MARCAPASOS VDD En la Tabla 6-7 resumimos los criterios clínicos que tenemos en cuenta en nuestro centro para la indicación del modo de estimulación VDD. El implante de un marcapasos definitivo VDD tiene una serie de particularidades técnicas especiales, vinculadas a la colocación del electrodo es- 90 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización BLOQUEO AV No Fibrilación auricular Otras taquiarritmias auriculares Interés por sincronía A-V No Paroxística Permanente Sí Interés por estimulación auricular No Sí Marcapasos VDD Figura 6-5. Selección de los pacientes para marcapasos VDD. Algoritmo extraído de las recomendaciones de ACC/AHA8, 9. Incluye la toma de decisiones en función del trastorno del ritmo subyacente, sin tener en cuenta otros factores clínicos y demográficos. pecífico de estimulación VDD con electrodos de sensado auricular flotantes. Los objetivos básicos para su implante correcto son los siguientes: 1) Tabla 6-6. Conseguir una posición del electrodo en el endocardio de ventrículo derecho que reúna todas las condiciones óptimas de estabilidad, y parámetros físicos de umbral de sensibilidad y estimulación y de impedancia correctos, similares a los exigidos para cualquier electrodo de estimulación definitiva en ventrículo derecho. 2) Emplazar el dipolo de detección auricular flotante en una posición óptima en la aurícula derecha, de forma que asegure la detección estable de la señal auricular, independientemente de la postura corporal y del grado de actividad del paciente. Para conseguir estos objetivos, establecemos los siguientes pasos: Elegir la longitud del catéter adecuada para cada paciente. Se trata de seleccionar el electrodo con el que la distancia entre el dipolo auricular y el electrodo ventricular distal se adapte al tamaño de las cavidades cardíacas derechas del paciente, de forma que, una vez enclavado en el ápex del ventrículo derecho, el dipolo auricular Valoración de la función sinusal en pacientes candidatos a marcapasos VDD Frecuencia sinusal (FrS) (a cumplir uno de los siguientes criterios) Situación clínica Pacientes con bloqueo AV 2:1 o bloqueo de tercer grado • FrS espontánea t80 lpm. • FrS bajo fármacos cronotrópicos t90 lpm. • FrS bajo marcapasos provisional t70 lpm. Paciente con conducción AV 1:1 • FrS espontánea en reposo t70 lpm. • FrS espontánea en reposo t55 lpm y FrS en prueba de esfuerzo reciente t85% de la frecuencia cardíaca máxima teórica. • FrS espontánea en reposo >55 lpm, y estudio Holter reciente con FrS >110 lpm en actividad. • FrS espontánea en reposo >55 lpm y respuesta al test de atropina >100 lpm. El test de atropina consiste en administrar 0.04 mg/kg peso por vía endovenosa y observar la respuesta en 10 minutos. Tabla 6-7. Selección de pacientes para el modo de estimulación VDD Perfil del paciente candidato a marcapasos VDD Pacientes con indicación tipo I según guías de ACC/AHA para marcapasos definitivo por bloqueo AV, que cumple los siguientes criterios: 1. Función sinual normal (Tabla 6-6). 2. Edad > 20 años. 3. Ausencia de cardiopatía orgánica o presencia de cardiopatía en grado funcional I-II de la NYHA, que no precisa tratamiento con fármacos cronotrópicos negativos, o que ya los está tomando sin repercusión sobre la función sinusal. 4. Aurícula derecha no dilatada o con dilatación leve. 5. Ausencia de insuficiencia tricuspídea en grado moderado-grave. 6. Ausencia de fibrilación auricular paroxística o persistente. Capítulo 6. Estimulación VDD quede en el cuerpo de la aurícula derecha, en proximidad a la pared auricular, sin que quede redundancia ni tensión excesiva de la sonda dentro de las cavidades cardíacas, que aumentaría su inestabilidad. En la práctica, no hay una regla que permita definir qué modelo de electrodo es el adecuado, sino que hay que decidir en función de la constitución física del paciente y del eventual conocimiento del tamaño de las cavidades cardíacas por ecocardiografía, radiografía de tórax o simplemente por la imagen radioscópica, para lo cual es muy importante la experiencia del operador. A pesar de esta falta de precisión en las recomendaciones, en general la medida estándar de 13-13.5 cm de separación entre el electrodo ventricular distal y el dipolo auricular se adapta bien en el 80-90% de los pacientes incluidos en los estudios publicados6, 7, 21, dato que coincide con lo observado en la práctica clínica. En caso de personas de talla grande o con dilatación de las cavidades cardíacas derechas, se debe optar por la medida superior de 15-15.5 cm; por el contrario, en personas de baja estatura se puede optar por el tamaño menor de 11-11.5 cm. Algunas casas comerciales proporcionan tablas de recomendación del tamaño de electrodo en función de la talla corporal y del índice cardiotorácico. Enclavamiento del electrodo en el ventrículo. No difiere del implante de cualquier otro electrodo para estimulación definitiva ventricular. En la Tabla 6-8 exponemos los parámetros eléctricos recomendados como adecuados durante el implante. Elección de la posición del dipolo de sensado auricular. Es la parte central del implante de un Tabla 6-8. Parámetros eléctricos recomendables durante el implante de un marcapasos VDD Parámetro Ventrículo Umbral de estimulación Amplitud de onda R Slew rate Impedancia Aurícula Amplitud promedio de onda P Amplitud en inspiración máxima Fluctuación máxima de onda P Valor d0.3 V t10 mV 3 V/s 500-950 : t1 mV t0,5 mV >1 mV 91 electrodo para estimulación VDD. Sabemos que la amplitud de la señal detectada depende fundamentalmente de la proximidad del dipolo de detección a la pared auricular; pero, por la propia configuración del electrodo, con los dipolos de sensado flotantes, la relación dipolo-pared auricular no es estable, y condiciona fluctuaciones latido a latido en la amplitud de la onda P detectada. En la Tabla 6-9 reproducimos los principales factores que condicionan la amplitud de la onda P en este tipo de electrodos, algunos de los cuales dependen de la técnica de implante. Algunos autores encontraron que la amplitud y las fluctuaciones de la onda P detectadas durante el implante pueden predecir la evolución del sensado auricular a medio y largo plazo7, 22. Wiegand22 en un estudio con 194 pacientes que perseguía definir una estrategia de implante, encuentra que una onda P mínima <0.6 mV intraoperatoria y una fluctuación de valores de onda P > 1 mV predicen la aparición de un sensado inadecuado en el seguimiento. Chiladakis7, en un estudio con 263 pacientes seguidos durante 3 años, encuentra que los 202 pacientes (80.5%) que mantuvieron la sincronía AV tenían ondas P medias durante el implante significativamente superiores a las de los 49 pacientes (19.5%) que perdieron la sincronía AV (2.37 ± 0.74 mV, mediana 2.4 mV, rangos entre 1 y 5.1 mV frente a 2.02 ± 0.5 mV, mediana 2.1 mV, rangos entre 0.8 y 3.1 mV; p < 0.003). La mayoría de los autores encuentran que la posición del dipolo auricular en tercio medio y superior de la cavidad se asocia a un mejor sensado auricular durante el implante y en el seguimiento4, 6, 7, 21-24, observación que coincide con la apreciada en la práctica clínica. Las posiciones menos favorables son la proximidad a la válvula tricúspide y la unión vena cava superior-aurícula. Hunziker21, en un estudio observacional con 83 pacientes a los que implanta un marcapasos VDD, encuentra que el mejor punto de corte para predecir una mala sincronía AV en el seguimiento es un dipolo auricular posicionado a > 6 cm por debajo de la carina traqueal, con una sensibilidad del 83% y una especificidad del 63%. No obstante, en otros estudios24, y también en casos aislados en la práctica clínica, encontramos pacientes en los que la máxima sensibilidad se detecta en el tercio inferior de AD. La lección práctica que se desprende de estos estudios es que el emplazamiento del dipolo auricular debe ser decidido de forma individual en cada paciente. Para ello, una vez enclavado el electrodo en el ventrículo derecho, debemos desplazar el dipolo de sensado auricular a diferentes al- 92 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 6-9. Factores que influyen en la amplitud y estabilidad del sensado de la onda P en pacientes con marcapasos VDD Parámetro Observaciones 1. Distancia dipolo-pared auricular A mayor distancia, menor amplitud de la onda P sensada. Diámetro de AD La dilatación de AD reduce la amplitud de la onda P detectada. Posición del dipolo en la cavidad de la AD Mejor amplitud de onda P en 1/3 medio y superior. 2. Movilidad del electrodo 2. en aurícula derecha A mayor movilidad, mayor fluctuación de la onda P detectada. Presencia de bucles en el territorio vascular Aumentan la amplitud de los movimientos del electrodo. Posición del dipolo en la cavidad de la AD La posición próxima a la válvula tricúspide aumenta los movimientos cíclicos del electrodo. Cambios en la posición corporal (decúbito l sentado l de pie) La bipedestación reduce la amplitud de la señal auricular. Movimientos respiratorios l maniobras de Valsalva La inspiración profunda reduce la amplitud de la onda P detectada. turas de la aurícula haciendo mediciones seriadas de la onda P, a la vez que le pedimos al paciente que haga movimientos de inspiración y espiración profundos, que tosa y hable para valorar la fluctuación de la amplitud de la onda P (como mínimo tres mediciones de onda P en cada situación evaluada) (Fig. 6.6). Elegiremos como punto de emplazamiento definitivo la posición que propor- AD baja cione la máxima amplitud de onda P media, con la mínima dispersión, procurando siempre que el valor mínimo de la onda P sea > 0.5 mV y la fluctuación <1 mV (véase Tabla 6-8). Debemos tener preferencia por posiciones en el tercio medio o superior de la AD, evitando la proximidad a la vena cava superior y a la válvula tricúspide. En caso de que no se alcancen estos requerimientos AD media AD alta Amplitud de onda P (mV) Situación 0.4 0.8 2 Respiración normal 0.8 1.2 0.7 1 1.2 1 Inspiración 0.3 0.6 0.6 Fluctuación 0.9 0.6 1.4 Mejor posición Figura 6-6. Selección del punto de emplazamiento del dipolo auricular. Véase texto. Se elige la posición en que la onda P detectada tiene una amplitud en torno a 1 mV y la menor dispersión de medidas. Capítulo 6. Estimulación VDD mínimos, debemos decidir sobre la conveniencia de cambiar a otro modo de estimulación. PROGRAMACIÓN Y SEGUIMIENTO DE LOS MARCAPASOS VDD En el seguimiento de los marcapasos VDD es importante revisar y ajustar la programación a las necesidades individuales del paciente. En general, la programación del marcapasos VDD sigue las mismas normas que la de un marcapasos DDD, a excepción de dos parámetros en los que debemos actuar de forma especial: el límite inferior de frecuencia programada y la sensibilidad programada de la onda P. Programación del límite inferior de frecuencia. Se debe fijar por debajo de la frecuencia sinusal del paciente en situación de reposo y nocturna, para evitar la pérdida de sincronía AV y el funcionamiento en modo VVI del marcapasos. Margen de seguridad en la programación de la onda P. En las series publicadas4, 5, 7, 13, 23, 25, 26, 27 y en la experiencia clínica con unidades de marcapasos VDD que monitorizan la sensibilidad de la onda P, se observa que en el seguimiento la onda P disminuye su amplitud respecto al implante y sigue presentando fluctuaciones amplias en Modelo de marcapasos: Medtronic. Kappa KVDD7O1 Núm. de serie: PHP626847 sus valores (Fig. 6-7). Los factores relacionados con las fluctuaciones en la amplitud de la onda P durante el seguimiento son, entre otros, la flexibilidad del electrodo, el lado de implante, la longitud del bucle en el sistema venoso, el tamaño del corazón y los movimientos del mediastino con la respiración, los cambios posturales y el ejercicio físico (véase Tabla 6-9). Aunque en la mayoría de los pacientes estas variaciones son poco relevantes, pueden condicionar que la programación estándar de la sensibilidad de la onda P, con un margen de seguridad 2:1, no sea suficiente para asegurar la detección correcta de todas las ondas P. Nowak25, en un estudio sobre el sensado auricular con diferentes electrodos de estimulación VDD, encuentra que con la programación estándar consigue mantener la sincronía AV en el 89.8% de los latidos, proporción que sube al 99.8% si programa la sensibilidad al máximo. La recomendación práctica es programar la sensibilidad auricular al máximo, comprobando siempre que la detección es correcta. Esta medida no origina problemas de detección de miopotenciales, pero puede detectar señales ventriculares de campo lejano, que incluso pueden activar el cambio automático de modo25, 26, en cuyo caso debemos buscar un ajuste más preciso en la programación de la sensibilidad auricular. Por otro lado, los algoritmos de autoajuste de la sensibilidad que tienen algunos marcapasos actúan aplicando el Medtronic. Kappa 700 Software 9953ACV5.0 Copyright (c) Medtronic, Inc. 1998 Elección médica - Informe de datos de sensibilidad Amplitud de onda P 93 Página 1 18.09.02 9:23 - 17.09.03 9:29 Interrogación inicial Onda P Amplitud (mV) >2.80 Modo VDD Sensibilidad 0.35 mV Pol. detección bipolar Monitor del cable 2.00 1.40 Datos relevantes 1.00 Muestras cada 7 días 0.70 Muestra actual 19.02 21.03 20.04 20.05 19.06 19.07 18.08 17.09 Fecha Amplitud de onda P mínima <0.7 mV Amplitud de onda P máxima >2.0 mV Margen de seguridad mínimo <4.0× Figura 6-7. Histograma de sensibilidad de la onda P en un paciente con marcapasos VDD. Corresponde al registro a largo plazo de un paciente portador de un marcapasos VDD. Los valores de la onda P muestran una amplia fluctuación de valores, entre d0.7 y 2 mV. La programación de la sensibilidad con un margen amplio de seguridad facilita el correcto sensado auricular. 94 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Histograma auricular a largo plazo 50 Detectado 40 % de latidos % de latidos 50 Histograma ventricular a largo plazo 30 20 10 0 Estimulado 40 30 20 10 0 <40 60 80 100 120 140 160 180> Frecuencia (min–1) <40 60 80 100 120 140 160 180> Frecuencia (min–1) Figura 6-8. Histograma de frecuencias auricular y ventricular en un paciente portador de marcapasos VDD. Se trata del mismo paciente de la Figura 6-7. Se aprecia una fluctuación de frecuencias dentro de la normalidad, con buena función cronotrópica y una sincronía AV estable. margen de seguridad 2:1, por lo que se deben vigilar en los seguimientos con vistas a descartar infrasensados de onda P con estos algoritmos. Con estas medidas podemos conseguir un alto rendimiento de la estimulación VDD (Fig. 6-8). REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA DE LA ESTIMULACIÓN VDD En este apartado evaluamos, a la luz de los datos publicados, el estado actual del modo de estimulación VDD, con el fin de conocer su impacto en la práctica clínica y su eficacia como marcapasos fisiológico. Prevalencia del modo de estimulación VDD Siguiendo los criterios de la ACC/AHA, entre el 30 y el 50% de los pacientes con indicación de marcapasos definitivo por bloqueo AV son candidatos potenciales a recibir un dispositivo VDD, lo que supondría que entre el 15 y el 25% de los marcapasos de doble cámara podrían ser VDD5. No obstante, la prevalencia de implantes es mucho más baja en general, variando de forma significativa de unas zonas a otras. En concreto, en el año 2001 la estimulación VDD representó el 7% de los implantes totales en Europa (oscilando entre el 0.8 y el 24% según los países) y el 3% en Estados Unidos7. En España, durante el mismo período, los marcapasos VDD representaron el 23.6% de los primoimplantes totales, y el 40.97% de los implantes por bloqueo AV28, lo que nos coloca a la cabeza de Europa en implantes de modo VDD. Las posibles causas de la baja tasa de implantes VDD en general son: 1) la preocupación de los clínicos por la pérdida de la estimulación fisiológica durante el seguimiento, debido especialmente al desarrollo de disfunción sinusal o a la pérdida del sensado auricular; 2) el miedo a un implante fallido condicionado por un mal sensado de la onda P, y 3) el pequeño margen de beneficio económico que supone implantar un marcapasos VDD respecto a uno DDDR. Algunas de estas cuestiones, como las referentes a la pérdida del modo de estimulación fisiológico durante el seguimiento, pueden dirimirse con los datos publicados sobre el seguimiento de pacientes a medio y largo plazo, como veremos en los siguientes apartados. Por otro lado, el número de implantes fallidos disminuye con la experiencia del implantador y con un protocolo estricto de selección de los pacientes. Respecto al impacto económico, uno de los estudios más representativos es el publicado por Wiegand11, en el que se incluyen 360 pacientes que reciben de forma alterna un marcapasos DDD o uno VDD, en un estudio prospectivo abierto realizado entre los años 1992 y 1997, con un seguimiento medio de 42 meses, en el que se demuestra que el marcapasos VDD es significativamente más barato tanto en el implante como en el seguimiento, presenta menos complicaciones agudas y mantiene el mismo grado de sincronía AV durante el seguimiento; no obstante, el ahorro que supone frente al DDD es poco relevante (unos 34 dólares por paciente por año). Eficacia clínica del modo de estimulación VDD Los marcapasos VDD están incluidos dentro de la categoría de los marcapasos de doble cámara, con capacidad de proporcionar una estimulación Capítulo 6. Estimulación VDD fisiológica. La mejor forma de evaluar su eficacia es analizar el grado de mantenimiento de la sincronía AV a medio y largo plazo y su repercusión clínica en comparación con otros modos de estimulación. Mantenimiento de la sincronía AV con marcapasos VDD. Los estudios publicados demuestran que entre el 80 y el 97% de los pacientes mantienen el modo VDD a medio y largo plazo6, 13-16, 21, 23, 29, 30. Las causas más frecuentes de pérdida de la sincronía AV son el desarrollo de fibrilación auricular permanente (1.8-9%), la aparición de bradicardia sinusal (0.9-1.7%) y la pérdida de sensado de la onda P (1.8-12.8%). Una característica vinculada al modo VDD es la pérdida de detección de ondas P de forma intermitente, como consecuencia de fluctuaciones en la amplitud de la onda P detectada. En los estudios sobre eficacia del modo de estimulación VDD se encuentra que el grado de sincronía AV se mantiene entre el 90 y el 99% de los latidos, dependiendo del ajuste de programación del sensado de la onda P4, 6, 15, 25. La mayoría de las veces se observan infrasensados de ondas P aisladas y asintomáticas. Van Camper31 estudió la prevalencia de infrasensados de onda P ocasionales y su repercusión clínica, encontrando que únicamente aparecen síntomas cuando el grado de infrasensados supera el 10% de las ondas P, y que en un seguimiento de 67 meses sólo el 1% de los pacientes precisó cambiar a un modo DDDR. Pakarinem15, en un estudio retrospectivo con 350 pacientes, observa un grado de sincronía AV del 93.7%, y que sólo el 3.1% de los pacientes presentaban infrasensados sintomáticos. Comparación con el modo de estimulación DDD (R). Los estudios que comparan el modo VDD con el DDD (R) se centran fundamentalmente en el análisis de la supervivencia del modo de estimulación. Huang24, en un estudio retrospectivo en 112 pacientes con un marcapasos VDD y 89 pacientes con un marcapasos DDD, todos ellos indicados por bloqueo AV y función sinusal normal, encuentra similar supervivencia de ambos modos de estimulación (3 pacientes en el grupo VDD y 2 en el DDD se reprograman en VVI-R en un tiempo de seguimiento medio de 1 año). Weigand13 compara la estabilidad a largo plazo del sensado auricular y el mantenimiento de la sincronía AV en 360 pacientes con marcapasos VDD o DDD implantados de forma alternante y seguidos durante una media de 30 meses, sin hallar diferencias significativas entre ambos modos en el porcentaje de mantenimiento de la sincro- 95 nía AV (94.9% en el modo VDD y el 92.1% en el DDDR), ni en el desarrollo de fibrilación auricular (2.8% / año en el modo VDD y 2.6% / año en el DDDR). Comparación con el modo de estimulación VVI (R). En estudios comparativos, el modo de estimulación VDD es superior al VVIR en parámetros de rendimiento hemodinámicos y de calidad de vida50, 5, 28. Nowak32 estudió el comportamiento hemodinámico del modo de estimulación VDD y VVIR en 11 pacientes, y encuentra que el VDD proporciona mayor gasto cardíaco (p < 0.002), volumen sistólico (p < 0.001) y mayor consumo de oxígeno (p < 0.01). Por su parte, Ihiri33, en 10 pacientes, encuentra también una mayor duración del ejercicio (p = 0.01), frecuencia cardíaca máxima (p = 0.02) y parámetros de consumo de oxígeno (p = 0.03). Krusse34, en un estudio randomizado VDD/VVI en 16 pacientes durante 3 meses, demuestra que los beneficios hemodinámicos del modo VDD sobre el VVI no sólo se instauran rápidamente sino que se mantienen en el tiempo y repercuten favorablemente en la calidad de vida y la capacidad de esfuerzo. CONCLUSIONES Los estudios clínicos publicados permiten considerar la estimulación VDD con electrodo único como un modo de estimulación de doble cámara seguro y eficaz. Las claves de su eficacia son: una correcta indicación, seleccionando bien los candidatos ( atendiendo a criterios clínicos y demográficos), una meticulosa técnica de implante (buscando la detección de una onda P estable) y una programación individualizada, atendiendo especialmente al límite inferior de frecuencia y a la sensibilidad auricular. BIBLIOGRAFÍA 1. Bernstein A, Baubert JC, Fletcher R et al. The revised NASPE/BPEG generic code for antibradycardia, adaptive-rate, and multisite pacing. PACE 2002; 25:260-264. 2. Lüderitz B. Historical perspectives on interventional electrophysiology. J Intervent Card Electrophysiol 2003; 9:75-83. 3. Shakespeare CF, Camm J. Benefits of the advances in cardiac pacemaker technology. Clin Cardiol 1992; 15:601-606. 4. Ovsyshcer I, Rosenheck S, Erdman S, Bondy CH. 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Siguiendo la nomenclatura del código NBG (NASPE/British Electrophysiology Group GenericCode), las letras corresponderían a: • D: Capacidad de estimulación tanto en la aurícula como en el ventrículo (dual). • D: Capacidad de detección de actividad propia tanto en la aurícula como en el ventrículo (dual). • D: Capacidad de inhibir la estimulación en caso de detectar actividad propia (I) y estimulación «disparada» (T de triggered) en el ventrículo ante detección o estimulación auricular (dual). Clásicamente se ha considerado la estimulación DDD, junto con la AAI, como «fisiológicas», pero evidentemente esto es cuestionable y depende del lugar de estimulación ventricular. Los objetivos de la estimulación cardíaca definitiva son: 1. Restablecer una frecuencia cardíaca estable. 2. Restaurar la sincronía auriculoventricular. 3. Conseguir una competencia cronotrópica adecuada. 4. Conseguir patrones de activación y sincronía fisiológicas normales. La estimulación DDD logra restablecer una frecuencia cardíaca estable, restaura la sincronía auriculoventricular y consigue, caso de presentar una función sinusal normal o llevar incorporado un sensor de actividad, una respuesta cronotrópica adecuada. Sin embargo, la estimulación DDD clásica, con el electrodo ventricular en el ápex del ventrículo derecho, no consigue un patrón de activación y sincronía ventricular normal, y diversos estudios apuntan a un efecto deletéreo sobre la función ventricular izquierda, por lo que últimamente se aboga por utilizar lugares alternativos al ápex del ventrículo derecho, con vistas a conseguir una estimulación más «fisiológica», como el tracto de salida del ventrículo derecho, la estimulación del His o la estimulación del ventrículo izquierdo o biventricular. INDICACIONES En ausencia de taquiarritmias auriculares permanentes, la estimulación DDD estará indicada en cualquiera de las anomalías que requieran estimulación cardíaca permanente (Fig. 7-1). • Disfunción sinusal: La estimulación DDD estaría indicada, dado que se estimula la aurícula. Además, en caso de querer evitar la estimulación del ventrículo derecho si ésta no fuese necesaria, los marcapasos de última generación disponen de algoritmos específicos para favorecer la conducción auriculoventricular intrínseca. 97 98 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Bradicardia sintomática ¿Taquiarritmias auriculares? VVI/R SÍ DDD/R NO ¿Permanente? ¿Conducción? ¿Función sinusal adecuada? SÍ (SNM) DDD con RCF ¿Función sinusal adecuada? NO (ENS) AAIR DDDR SÍ NO DDD VDD DDDR Figura 7-1. Algoritmo de selección del modo de estimulación. Salvo en caso de taquiarritmia auricular permanente, el modo DDD estará indicado en todas las patologías. SNM: síndrome neuromediado; RCF: respuesta ante caída de frecuencia; ENS: enfermedad del nodo sinusal. • Trastornos de la conducción auriculoventricular: La estimulación DDD también estaría indicada, dado que mantendría la sincronía auriculoventricular. • Síndromes neuromediados: Estaría indicada la estimulación DDD con algoritmos de respuesta ante caída brusca de la frecuencia cardíaca. INTERVALOS FUNDAMENTALES EN LOS MARCAPASOS DDD Distinguimos cuatro intervalos de tiempo fundamentales en los marcapasos bicamerales: 1. Intervalo de frecuencia inferior (IFI) o límite inferior de frecuencia: Intervalo más largo entre un evento ventricular detectado o estimulado y el siguiente evento ventricular estimulado sin intervención de eventos detectados (Fig. 7-2A). Esta definición es válida para los marcapasos basados en el ventrículo, pero existen muchos dispositivos en los que los intervalos básicos están basados en la aurícula, por lo que el IFI sería el intervalo más largo entre un evento auricular detectado o estimulado y el siguiente evento auricular estimulado sin intervención de eventos detectados (Fig. 7-2B). 2. Período refractario ventricular: Intervalo iniciado por un evento ventricular durante el cual un nuevo IFI no puede ser iniciado (Fig. 7-3). 3. Intervalo auriculoventricular (IAV): Intervalo entre un evento auricular (sensado o estimulado) y el estímulo ventricular (Fig. 74). Normalmente, en la mayoría de los marcapasos DDD actuales se pueden programar dos IAV diferentes, según el evento auricular sea sensado o estimulado; SAV cuando el evento auricular es sensado y PAV cuando el evento auricular es estimulado. Como desde que se origina una onda P hasta que ésta es sensada por el marcapasos transcurre cierto tiempo, el SAV suele programarse unos 30 ms más corto que el PAV. Durante el IAV, el canal auricular es refractario a cualquier evento que ocurra durante dicho intervalo. IFI IFI AP AP VP A Figura 7-2A. Representación gráfica del intervalo de frecuencia inferior (IFI). AP AP Figura 7-2B. cula. VP A IFI para marcapasos basados en la aurí- Capítulo 7. Estimulación DDD 99 VP AP A AS V PRV Figura 7-3. Representación gráfica del período refractario ventricular (PRV). IAV ventricular real. En la gran mayoría de los marcapasos este parámetro no suele ser programable. Tras el blanking ventricular postauricular, cualquier evento detectado en el canal ventricular, como ruido o miopotenciales, durante el resto del IAV podría inhibir la estimulación ventricular. Para evitar este fenómeno, la mayoría de los marcapasos presentan un período de estimulación ventricular de seguridad, iniciado tras un evento auricular. Ante una detección durante el período de estimulación ventricular de seguridad, se efectúa una estimulación ventricular. • Evita la detección auricular inadecuada de eventos ventriculares. • Impide la detección de ondas P retrógradas. La suma del IAV y del PRAPV constituye el período refractario auricular total (PRAT), durante el cual ningún evento puede ser detectado en el canal auricular (Fig. 7-6). • Detección de campo lejano: Detección en el canal auricular del complejo ventricular estimulado. Se previene modificando la duración del PRAPV. CROSSTALK Y DETECCIÓN DE CAMPO LEJANO • Blanking o cegado ventricular postauricular: El blanking ventricular en un período iniciado por la estimulación auricular para evitar su detección en el canal ventricular. El blanking ventricular no puede ser muy corto, pues no evitaría el crosstalk, ni muy largo, pues podría ocasionar la no detección de un evento PAV SAV 200 ms 170 ms AP VP FRECUENCIA SUPERIOR DE SEGUIMIENTO Frecuencia máxima a la que el ventrículo puede ser estimulado en respuesta a eventos auriculares sensados. En marcapasos DDD es capaz de realizar el seguimiento o tracking de la auricular entre el límite inferior de frecuencia y el límite superior de seguimiento o frecuencia superior de seguimiento (FSS). Una vez que la frecuencia auricular supera la FSS, el marcapasos no puede realizar un seguimiento 1:1 de la frecuencia auricular. El comportamiento del marcapasos cuando alcanza la FSS depende del PRAT programado: A A V AS VP Figura 7-4. Intervalo curviculoventricular sensado (SAV, sensed) y estimulado (PAV, paced). PRAPV Figura 7-5. Período refractario auricular posventricular (PRAPV). 4. Período refractario auricular posventricular (PRAPV): Intervalo tras un evento ventricular estimulado o detectado durante el cual un evento auricular no puede iniciar un nuevo IAV (Fig. 7-5). El PRAPV tiene dos misiones fundamentales: Crosstalk: Detección en el canal ventricular de la espécula de estimulación auricular. La consecuencia del crosstalk puede ser grave si el paciente carece de ritmo de escape, ya que se inhibiría la estimulación ventricular ocasionando una asistolia ventricular. Prevención del crosstalk: V IAV PRAPV IAV V PRAPV IAV PRAPV PRAT Figura 7-6. Período refractario auricular total (PRAPV). 100 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización • Si el intervalo de FSS es mayor que el PRAT, el marcapasos exhibirá un comportamiento tipo Wenckebach (Fig. 7-7). • Si el PRAT es mayor que el intervalo FSS, ocurrirá bloqueo 2:1 (Fig. 7-8). En los marcapasos DDD que tienen programada la «R» para aumentar la frecuencia de estimulación en relación con la actividad del paciente, la frecuencia superior de actividad (FSA) establece el límite de estimulación indicado por el sensor. Intentar facilitar la despolarización ventricular normal Existen diferentes automatismos en los marcapasos DDD que intentan favorecer la activación ventricular intrínseca y que consisten, en general, en la prolongación del intervalo AV para facilitar la despolarización ventricular normal (histéresis AV, search AV...). TAQUICARDIAS MEDIADAS POR EL MARCAPASOS AUTOMATISMOS DEL INTERVALO AV Intervalo AV adaptado a la frecuencia El marcapasos acorta los intervalos AV a medida que la frecuencia auricular aumenta. El intervalo AV adaptativo simula la respuesta al incremento de la frecuencia cardíaca que ocurre en corazones normales: • Acortamiento de los intervalos SAV incrementan el rango programable de seguimiento. • Acortamiento de los intervalos PAV incrementan el rango de frecuencia programable de actividad superior. • Ambos permiten una mayor ventana de sensado auricular. Figura 7-7. Es un grupo de taquicardias que pueden presentarse en pacientes portadores de marcapasos DDD y que no ocurrían si el paciente no llevase el marcapasos. Distinguimos típicamente tres tipos: • Taquicardia de asa cerrada. • Taquicardia mediada por el sensor. • Taquiarritmia auricular con seguimiento ventricular. Taquicardia de asa cerrada (TAC) Es la forma más conocida de taquicardia mediada por el marcapasos, y puede darse con cualquier marcapasos que tenga capacidad de seguimiento auricular (DDD o VDD) en pacientes con conduc- El intervalo de frecuencia superior de seguimiento es mayor que el período refractario auricular total. Capítulo 7. Estimulación DDD Figura 7-8. 101 El período refractario auricular total es mayor que el intervalo de frecuencia superior de seguimiento. ción VA retrógrada. Aproximadamente el 80% de los pacientes con ENS y 35% de los pacientes con BAV pueden tener conducción VA retrógrada: más del 50% de los pacientes portadores de marcapasos pueden presentar TAC. La TAC se podría definir como una taquicardia por reentrada, en la que el brazo anterógrado es el propio marcapasos, que ante la detección de un evento auricular estimula el ventrículo tras el IAV programado, y el brazo retrógrado sería el propio nodo auriculoventricular que conduciría retrógradamente el estímulo a la aurícula, donde al ser sensado ocasionaría de nuevo una estimulación ventricular, y así sucesivamente. La TAC puede desencadenarse por diversas causas: • Extrasístoles ventriculares. • Pérdida de captura auricular. • Sobredetección auricular. • Extrasistolia auricular. La TAC suele ocasionar una estimulación ventricular a la frecuencia máxima programada, y clásicamente cesa en el momento que aplicamos un imán sobre el marcapasos. Todos los marcapasos DDD suelen presentar algoritmos para la prevención y/o finalización de las TAC: • El algoritmo más común es la extensión del PRAPV ante la detección de un evento ventricular prematuro. El marcapasos identifica un EVP como cualquier evento ventricular sensado que no está precedido de un evento auricular sensado o estimulado (secuencia V-R o R-R). • Una vez iniciada la TAC, los diferentes algoritmos tras un número determinado de ciclos «ignoran» una P retrógrada y reinician la estimulación DDD en el siguiente ciclo. Taquicardias mediadas por el sensor Son raras y estarían originadas por la falsa detección de actividad física por parte del sensor, con la consiguiente estimulación ventricular a la frecuencia que el sensor indique. Pueden ocurrir al manipular aparatos que producen una vibración excesiva. Taquiarritmia auricular con seguimiento ventricular En pacientes portadores de marcapasos DDD, en caso de presentar una taquiarritmia auricular, se detectaría una frecuencia auricular alta y se estimularía el ventrículo a la máxima frecuencia programada (Fig. 7-9). Para evitar esto, los marcapasos DDD disponen de un automatismo que cambiaría ante la detección de una taquiarritmia auricular, de un modo de seguimiento auricular a un modo de no seguimiento mientras durase la taquiarritmia (Fig. 7-10). Existen diferentes automatismos de cambio de modo, pero básicamente todos funcionan igual: tras un número determinado de ciclos de taquicardia auricular, se conmuta a un modo de no seguimiento auricular mientras dura la taquiarritmia, y al finalizar ésta, se conmuta de nuevo a un modo de seguimiento auricular. Clásicamente se clasifican en algoritmos rápidos y lentos, dependiendo del número de ciclos que necesitan para la conmutación de modo. 102 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 7-9. Figura 7-10. Taquiarritmia auricular con seguimiento ventricular. Activación del algoritmo de cambio de modo automático. LECTURAS RECOMENDADAS Barold SS, Stroobandt R. Cardiac Pacemakers Step by Step: An Illustrated Guide. 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Martínez Ferrer CONSIDERACIONES INICIALES Según el código NBG, la denominación de un sistema de estimulación cardíaca permanente mediante las siglas VVI hace referencia a un marcapasos que estimula en la cavidad ventricular del paciente, detecta la actividad eléctrica espontánea del ventrículo del propio paciente y, en caso de que detecte dicha actividad eléctrica en un período de tiempo inferior al programado de estimulación del dispositivo, éste se inhibe respetando así el ritmo ventricular intrínseco. Conviene aclarar que los marcapasos utilizados para estimulación de una cámara cardíaca son denominados SSI por los fabricantes, y según se implante el electrodo en la cavidad auricular o ventricular pasan a designarse como AAI o VVI, respectivamente. Los primeros dispositivos diseñados para estimulación ventricular aislada a partir de 1958 no presentaban la característica descrita de inhibición ante detección de ritmo propio del paciente (VDD)1. Este modo no se utiliza normalmente en la programación actual; sin embargo, cuando se aplica un imán sobre el marcapasos VVI, tras una secuencia característica de cada fabricante (prueba de imán, véase más adelante), estimula, mientras permanezca bajo la influencia del campo magnético, en VDD. Este comportamiento es muy útil para verificar que el marcapasos es capaz de estimular y tiene una salida suficiente para mantener la estimulación de forma estable. Esta prueba es más complicada si el paciente tiene ritmo intrínseco ya que son menos los impulsos en pe- ríodo vulnerable, y algunos de ellos son difíciles de valorar al plantear dudas sobre si han caído en período refractario o no. Esta prueba de imán para verificar la captura de estimulación de un marcapasos VVI debe realizarse siempre disponiendo de un equipo de reanimación con desfibrilador externo, ya que determinados pacientes con ritmo propio podrían presentar arritmias ventriculares potencialmente de riesgo. En su lugar podemos aumentar la frecuencia de salida del marcapasos para verificar la captura en un paciente con ritmo propio. En la actualidad consideramos este tipo de estimulación como el más sencillo, y se utiliza la tecnología menos sofisticada para su adaptación a las indicaciones de los pacientes. De cualquier modo es indiscutible que ha supuesto la mayor aportación dentro del área de la estimulación cardíaca en general, tanto por su importancia a la hora de resolver determinadas bradiarritmias, como por el gran número de pacientes que se han beneficiado y se siguen beneficiando de ella2. En la Figura 8-1 queremos representar cómo el avance tecnológico comporta un valor cada vez menor de los datos clínicos, aunque permite un tratamiento de las patologías más específico y adaptado a cada paciente. El modo VDD no se programa permanentemente más que en contadas ocasiones en las que el paciente es dependiente de su marcapasos monopolar, y no es posible corregir de otra forma inhibiciones sintomáticas propiciadas generalmente por miopotenciales. 103 104 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización VDD VVI DVI Frec R DDD Avance tecnológico Figura 8-1. Avance tecnológico y prestaciones clínicas. ESQUEMA DE UN MARCAPASOS VVI El circuito de este sistema de estimulación está formado por los componentes que se representan en la Figura 3-7. La energía necesaria para el funcionamiento en general del dispositivo y para la emisión del impulso que estimulará la cavidad cardíaca se almacena en una batería. Esta fuente de almacenamiento está en relación directa con un circuito específico que se denomina de recarga. Este circuito toma el voltaje de la pila y lo transforma en otro más elevado, con el que carga unos condensadores intermedios, en los que almacenan las cargas necesarias para recargar el condensador de salida. La carga de los condensadores intermedios se realiza durante todo el ciclo entre estímulo y estímulo. La utilidad de los condensadores intermedios se basa en su capacidad de recargar el condensador de salida, auténtico generador del impulso de estimulación cardíaco, en un período de tiempo muy corto. Durante este período la corriente a través del corazón tiene un sentido determinado, se llama corriente de recarga. Una vez recargado el condensador, el marcapasos está ya preparado para dar el siguiente impulso. Cuando llega el momento de la estimulación, el circuito se conecta como indica la figura, y la corriente del condensador fluye libremente hacia el corazón. Esta corriente fluirá en sentido contrario a la anterior de recarga. Ambas se compensan, y por eso decimos que en conjunto este tipo de estimulación es farádica, que es aquella que no producirá alteraciones en el tejido por estar «equilibrada» en un sentido y otro de conducción. Para la identificación de las señales intracavitarias hace falta un amplificador (D), al que se debe conectar automáticamente el cable. La fase útil para detectar este ritmo intrínseco empieza al finalizar el período refractario relativo y termina en el instante en que se libera el impulso de estimulación. Conocida esta fase de detección, comienza de nuevo el ciclo: estimulación (E), recarga (R), período refractario absoluto, refractario relativo y detección de señales intracavitarias (D). El circuito de comparación es el que verifica si la señal tiene el tamaño suficiente para ser «tomada en cuenta»; diremos entonces que ha sido detectada y que ha superado el umbral de sensibilidad (S). El circuito esquematizado de un marcapasos «a demanda» estará constituido por: 1. Circuito de estimulación. Condensador de salida y electrodo. 2. Circuito de recarga. Envía corriente al condensador. 3. Circuito de amplificación. Optimiza el tamaño de la señal del ritmo propio. 4. Circuito comparador, que actúa como detector del ritmo intrínseco. 5. Circuito temporizador, que controla la conmutación del cable. PERÍODOS REFRACTARIOS El circuito temporizador al que hemos hecho referencia en el apartado anterior no es necesario solamente en la estimulación cardíaca actual para establecer el momento en el que debe producirse el siguiente impulso cardíaco. El funcionamiento de un generador debe incluir una serie de funciones que deben quedar estrictamente estructuradas en el tiempo, respondiendo además de forma diferente ante la detección de ritmo propio del paciente. Estos períodos que estructuran la respuesta del sistema se denominan períodos refractarios. En un marcapasos VVI serán los siguientes: • Período refractario absoluto (en negro en la Fig. 8-2): Corresponde al tiempo, tras la estimulación o detección de ritmo propio, en el que el sistema de detección del generador no está operativo. También se denomina de cegamiento. Se extiende en torno a 125 ms. • Período refractario relativo o ventana de muestreo de ruido: Es diferente según el motivo de puesta en marcha del temporizador, sea por estimulación o por detección de ritmo propio. Es habitualmente programable y se extiende en torno a 330 ms. En los marcapasos con control automático de captura o autocaptura debe quedar abierta una ventana de detección inmediatamente tras la estimulación para comprobar que se produzca un com- Capítulo 8. Estimulación VVI 857 675 857 330 330 RE RE 857 330 300 RP RE 857 330 Interval o Pe rÌodo Re fracta r io RE PR relativo PR ab so luto Figura 8-2. Períodos refractarios (PR) en generador VII. Ritmo estimulado (RE) y propio (RP). plejo ventricular, confirmando la eficacia de ese estímulo. ESTIMULACIÓN VVI: VENTAJAS E INCONVENIENTES. INDICACIONES (Tabla 8-1) Al describir antes algunas de las características que definen el modo de estimulación VVI hemos planteado un sistema eficaz, sencillo y contrastado en el tiempo para tratar determinadas alteraciones del ritmo cardíaco. Efectivamente, como representamos en la Figura 8-1, este sistema mejorado del VDD ha resuelto la elevada mortalidad producida por un gran número de bradiarritmias2. De cualquier manera, la justificación más lógica para el ulterior desarrollo en el tiempo de otros modos de estimulación se basa en limitaciones y efectos indeseables de la estimulación VVI, así como en una mejor adaptación de los nuevos sistemas a cada patología cardíaca con indicación de estimulación definitiva. El dotar a los sistemas ventriculares de capacidad de inhibición ante el ritmo propio del paciente Tabla 8-1. 105 supone un avance indiscutible, pero se mantiene la imposibilidad de respetar la sincronía auriculoventricular, pudiendo producirse la contracción auricular frente a la válvula auriculoventricular cerrada. Esta secuencia de activación ventricular, además, puede producir estimulación auriculoventricular retrógrada en un porcentaje significativo de pacientes, unido a una estimulación ventricular izquierda retrasada que condiciona una situación de pseudobloqueo de rama izquierda del haz de His. Estas diferencias sobre la secuencia fisiológica de la estimulación cardíaca condicionan una de las limitaciones más trascendentes del modo VVI, produciendo una sintomatología que ha venido a denominarse síndrome del marcapasos3, 4, 5. Es especialmente trascendente en determinadas patologías cardíacas que llevan a contraindicar la utilización del modo en cuestión de forma manifiesta. Esta relación de inconvenientes podría hacer pensar que estamos ante una estimulación obsoleta, pero nada más lejos de la realidad. No debemos olvidar que estamos ante un modo de estimulación simple y que, por tanto, permite una mayor duración de la batería, precisa un solo electrodo y tiene un coste económico por unidad claramente menor que el de los restantes modos. La estimulación VVI está indicada de forma absoluta en pacientes con arritmias supraventriculares permanentes. Este tipo de pacientes constituyen un alto porcentaje del total, especialmente por encima de los 60 años de edad. Podremos suplir, al menos parcialmente, la falta de sincronía auriculoventricular utilizando sensores de ejercicio para optimizar la frecuencia de salida de la estimulación ventricular6. Esta descripción de ventajas y limitaciones condiciona las indicaciones del modo VVI7, que quedan resumidas en la Figura 8-3. Ventajas y limitaciones del modo VVI Inconvenientes Ventajas • Asincronía AV • Síndrome del marcapasos • Activación anormal VI (en general) • Escasa función antitaquicardia — Espontánea — Inducida • No aplicable a ENS • No aplicable a MCHO • No aplicable a HSC • Simplicidad • Coste — DDD = VVI × 3 — VDD = VVI × 2 — TRC = VVI × 4 • Indicado BAV en AC × Fa • Cronotropismo artificial • Un solo electrodo • Duración larga • Estimulación en cambio de modo Abreviaturas. ENS: enfermedad del nódulo sinusal; MCHO: miocardiopatía hipertrófica obstructiva; HSC: hipersensibilidad del seno carotídeo; TRC: terapia de resincronización cardíaca. 106 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización a la descrita previamente, que define el nivel de corte de descenso de la frecuencia del paciente a partir del cual el generador empezará a estimular a la frecuencia mínima o basal. No es compatible con la modulación de frecuencia mediante detector de actividad física. • Frecuencia de sueño: Algunos modelos de marcapasos VVIR cuentan con este otro nivel de frecuencia basal, inferior a la comentada anteriormente. Para su utilización se define un horario en el que el paciente presumiblemente está durmiendo. Dentro de esa franja y siempre que el detector de movimiento no recoja información de actividad del paciente, bajará hasta la cifra programada el valor de frecuencia basal. Si el detector de actividad recibe información de movimiento en la franja horaria de «sueño», la frecuencia mínima de estimulación será la indicada por el biosensor. Este parámetro, al igual que la histéresis, pretende preservar el ritmo propio del paciente. • Frecuencia máxima de ejercicio: Con este concepto programaremos la frecuencia máxima a la que es capaz de ascender el generador VVIR al detectar, con la intensidad y duración necesarias, actividad en el sujeto portador. PARÁMETROS BÁSICOS DE PROGRAMACIÓN Cuando nos referimos a la estimulación ventricular aislada en la actualidad, utilizamos frecuentemente las siglas VVI, ya que otros modos de estimulación como VVT, el ya comentado VDD o la disponibilidad de biosensor6 para modulación de frecuencia se encuentran incluidos en la mayor parte de los modelos. Los generadores con estimulación VVI exclusiva podríamos considerarlos obsoletos, aunque siguen utilizándose en determinadas situaciones clínicas. La programación de la frecuencia cardíaca, la energía que envía el marcapasos para conseguir estimular el corazón, la capacidad para detectar si existe o no ritmo propio del paciente y las herramientas de seguimiento, tanto de funcionamiento de la unidad como de determinadas características clínicas del sujeto, son los cuatro conceptos básicos a los que haremos referencia en este apartado. Frecuencia cardíaca La frecuencia de estimulación del generador queda definida por el temporizador (véase Fig. 3-7). Inicialmente estos sistemas contaban con una frecuencia única de corte. La llamada frecuencia mínima establece un límite de tal forma que, si a ese nivel no se detecta ritmo propio del paciente portador, el marcapasos estimula a esa frecuencia hasta que el cronotropismo del corazón del portador supere de nuevo ese límite. Posteriormente se han ido añadiendo otros conceptos que se relacionan directamente con la frecuencia cardíaca de estimulación. Describiremos los más relevantes. Desde el momento en que los generadores son capaces de modular la frecuencia de estimulación, poseen sistemas de seguridad para limitar, entre cualquier eventualidad, un incremento descontrolado de frecuencia que pudiera poner en peligro la seguridad del paciente. Dicha disfunción de los marcapasos se denomina embalamiento. En la última década se ha empezado a aplicar un nuevo concepto de estimulación ventricular en pacientes con fibrilación auricular, con el objetivo de estabilizar la frecuencia media ventricular y evitar en lo posible el perjuicio que sobre la fun- • Frecuencia de histéresis: Este concepto se refiere a un corte de frecuencia, inferior siempre BRADICARDIA SINTOMÁTICA RITMO SINUSAL o arritmia paroxística supraventricular No Sí Respuesta de frecuencia correcta a ejercicio Sí VVI Conducción A-V normal No VVIR Sí AAI Figura 8-3. No Sí Respuesta de frecuencia correcta a ejercicio Indicaciones de la estimulación VVI. No AAIR Respuesta de frecuencia correcta a ejercicio Sí DDD No DDDR Capítulo 8. Estimulación VVI ción ventricular produce una taquiarritmia de esta etiología. Se ha denominado algoritmo de estabilización de frecuencia, y se ha demostrado en los estudios de evaluación que disminuye el número de ciclos ventriculares por debajo de 100 lpm8. 107 autocaptura (confirmación latido a latido) y el test automático de captura (confirmación programable en unidades de tiempo, siempre mucho más cortas que los períodos entre dos revisiones clínicas). Detección Umbral de estimulación Nos referimos con este término a la mínima cantidad de energía de estimulación que es capaz de despolarizar el músculo cardíaco. Depende de múltiples factores que pueden variar en el tiempo; por ello, es obligado revisar este concepto de forma sistemática en nuestros pacientes, y programar una energía de salida suficiente para cubrir los incrementos que puedan presentarse entre dos revisiones consecutivas. Para realizar una medición de umbral es imprescindible disminuir el estímulo (en amplitud o en duración) y medir el valor en el que se produce la pérdida de captura. Existen sistemas que realizan ambas medidas relacionadas, ofreciendo de forma gráfica la relación umbral de duración-amplitud y la definición personalizada de cronaxia y reobase (Fig. 8-4). A través de estas mediciones conocemos también la programación con el mínimo consumo de batería que garantiza el margen de seguridad que deseamos para el paciente (habitualmente, 3 veces superior al umbral). En la actualidad, en aras de ahorrar consumo de batería sin disminuir en la seguridad, existen modelos que se ciñen a las necesidades de umbral del paciente con menores márgenes de seguridad pero comprobando la eficacia de la estimulación al detectar tras el estímulo el complejo eléctrico que confirma la despolarización de la cámara estimulada. Los dos sistemas contrastados en la clínica que se utilizan hoy en día son el sistema de mA (V) V = V reob + K t 1 Cronaxia SÍ ESTIMULA NO ESTIMULA Figura 8-4. amplitud. 0.25 0.5 0.75 Herramientas de seguimiento La primera herramienta que se debe utilizar en el seguimiento de un paciente portador de marcapasos sigue siendo el electrocardiograma. Mediante su análisis podemos obtener información del estado de la batería, la eficacia de la estimulación y la capacidad de detección del dispositivo. La información evaluada mediante el electrocardiograma de superficie se completa con la utilización de un imán colocado sobre el dispositivo. Habitualmente la respuesta del sistema consiste en programarse temporalmente en VDD. Permite de esta manera confirmar la frecuencia de salida en caso de ritmo propio del paciente. La mayor parte de los dispositivos cuentan con una respuesta al entrar en el campo magnético (prueba de imán) que informa sobre el estado de la batería, una aproximación al margen de seguridad de umbral de la programación. La telemetría, al interrogar una unidad VVI, nos informa de determinados parámetros del generador, tales como voltaje, consumo e impedancia de la pila, la impedancia y la corriente del electrodo. También, según los modelos, obtendremos información en el tiempo sobre frecuencia y porcentaje de estimulación, evolución de umbrales y detección o presencia de taquiarritmias. Reobase 0 0 Mediante este parámetro se ajusta en el marcapasos la capacidad de reconocer la presencia de ritmo propio, para de esta forma saber cuándo debe inhibirse o estimular. El ajuste de la detección en los marcapasos se realiza programando el parámetro llamado umbral de detección o umbral de sensibilidad. Este valor representa el límite de amplitud de una señal a partir del cual empezará a ser detectada, de forma que si la señal es más pequeña que el valor umbral «no será vista» y el marcapasos iniciará la estimulación, mientras que siendo mayor sí será vista y el marcapasos se inhibirá. 1.0 ms Curva umbral de estimulación: duración- LOCALIZACIONES DE ESTIMULACIÓN VENTRICULAR Hasta fechas recientes, en la práctica clínica la estimulación ventricular, mayoritariamente endoca- 108 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización vitaria, era sinónimo de estimulación en el ápex del ventrículo derecho. Dicha localización presentaba la ventaja de una ubicación estable por tratarse de una zona trabeculada y por la presión del electrodo introducido desde la cava. Esta ubicación produce una secuencia de estimulación contraria a la fisiológica ya que en vez de iniciarse desde la unión auriculoventricular y distribuirse por ambos ventrículos simultáneamente, comienza desde la punta del ventrículo derecho y desencadena un pseudobloqueo de rama izquierda del haz de His, provoca una asincronía en la contracción ventricular y favorece la aparición de insuficiencia mitral9. Este hecho produce defectos de perfusión miocárdica, afectando a la función cardíaca directamente en relación con la duración de la estimulación10. Existen igualmente datos concluyentes que confirman que la estimulación ventricular derecha incrementa el riesgo de presentar fibrilación auricular11, 12. Parece que este hecho está directamente relacionado con el porcentaje de estimulación, siempre que sea mayor del 40%13. El subestudio MOST, además, demuestra que, si bajamos el porcentaje de estimulación, podemos reducir de forma muy significativa la presencia de fibrilación auricular y también la hospitalización por insuficiencia cardíaca14. Contamos actualmente con información concluyente sobre la comparación entre la estimulación auriculoventricular y ventricular derecha aislada en pacientes con bradiarritmia en ritmo sinusal. Sabemos que el mantenimiento de la sincronía auriculoventricular disminuye la incidencia de arritmia completa por fibrilación auricular o de insuficiencia cardíaca. Igualmente, en diver- sos trabajos se compara la estimulación auricular aislada en pacientes con enfermedad del nodo sinusal frente al mismo tipo de enfermos con estimulación DDD y, por tanto, diferenciados solamente por recibir estimulación en ventrículo derecho o mantener el ritmo propio ventricular. En el ensayo DAVID se observa que los pacientes con desfibrilador bicameral presentan mayor incidencia de insuficiencia cardíaca, relacionada con mayor estimulación en el ventrículo derecho, que los pacientes con desfibrilador monocameral y rescate VVI a baja frecuencia mínima15. En los estudios CTOPP16 y MOST14 se confirma, comparando la estimulación VVI frente a la DDD, que no hay diferencias significativas en cuanto a accidentes vasculares cerebrales o muerte en un seguimiento a más de 4 años. En cambio, sí se demostró mayor incidencia de fibrilación auricular en los pacientes con estimulación VVI. En el subestudio MOST se demostró que el primer ingreso por insuficiencia cardíaca no se incrementaba con la estimulación VVI salvo que superara el 80%, incrementándose 2.5 veces a partir de ese porcentaje14. En resumen estos ensayos sugieren que la estimulación en el ventrículo derecho no es inocua, y que preservar el ritmo propio ventricular tiene utilidad clínica, especialmente si logramos que el porcentaje de estimulación sea inferior al 40%. La segunda pregunta por resolver en la estimulación VVI podría ser cuál es la ubicación idónea del electrodo17. Ya en el estudio PATH-CHF parece que una estimulación en el ventrículo derecho es más deletérea que en el ventrículo izquierdo, pudiéndose realizar implantando el electrodo a través del sistema venoso coronario, al que ac- VENTRICULOGRAFÍA ISOTÓPICA 70 p <0.05 60 FEVI % 50 40 30 20 10 0 6 meses Velocidad máxima de llenado ventricular (s) p <0.05 18 meses Duración tras implante TRACTO DE SALIDA VD 3.0 p <0.05 p <0.05 2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0 6 meses 18 meses Duración tras implante ÁPEX VD Figura 8-5. Función ventricular y estimulación ventricular derecha en el tracto de salida frente a la del ápex. FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo. Capítulo 8. Estimulación VVI cederemos desde el drenaje coronario a la aurícula derecha18. Actualmente se sigue evaluando cuál puede ser la ubicación idónea del electrodo de estimulación en el ventrículo derecho. Comenzamos a poseer información comparativa entre la estimulación en el ápex, tracto de salida del ventrículo derecho19 y, más recientemente, en el fascículo de His. Parece ser que existen ventajas al estimular en el tracto de salida frente a la punta de ventrículo derecho. En la Figura 8-5 se comparan ambas ubicaciones en 24 pacientes. En la gráfica de la izquierda se observa cómo la FE global del VI con estimulación apexiana fue significativamente más baja que la obtenida con estimulación en el tracto de salida a los 18 meses, y que la apexiana a los 6 meses. En la gráfica de la derecha se observa que el llenado diastólico fue menor con estimulación apexiana que con estimulación en el tracto de salida a los 6 y 18 meses20. Con la estimulación en el fascículo de His se logra un complejo estimulado sin bloqueo de rama, comprobándose ausencia de asincronía interventricular; parece, pues, que evita los efectos deletéreos de la estimulación apexiana derecha. La estimulación en el septo precisa la utilización de electrodos con fijación activa, ya que la trabeculación endocavitaria es mucho menor a ese nivel. El riesgo de dislocación del electrodo es ligeramente mayor que la ubicación en punta. La implantación del electrodo en la zona hisiana presenta mayor complicación técnica, prolonga significativamente el procedimiento y presenta mayor riesgo de detección de campo lejano, precisando sistemáticamente electrodos de fijación activa y bipolares21, 22. SITUACIÓN ACTUAL DE LA ESTIMULACIÓN VVI EN ESPAÑA Con lo dicho hasta aquí podríamos pensar que la estimulación cardíaca definitiva VVI está limitada a los pacientes con bradiarritmias sintomáticas o potencialmente graves y arritmias auriculares permanentes. En nuestro medio contamos con información actual y concluyente sobre los modos. Podemos comprobar que los implantes VVI siguen constituyendo un porcentaje muy significativo (Fig. 8-6). Evidentemente, el modo de estimulación se sigue utilizando en pacientes con arritmia completa por fibrilación auricular permanente y bloqueo auriculoventricular, pero también en casos con enfermedad del nodo sinusal23 en los que la indicación podemos considerarla cuestionable24. En esta última década el modo de estimulación VDD con electrodo flotante auricular ha sustituido parcialmente a otros modos en pacientes con Estimulación cardíaca permanente en España 80 70 60 50 40 30 20 10 0 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 DDD-R VVI-R VDD-R Estimulación en el bloque AV según edades Año 2002 70 70 60 60 50 50 40 40 30 30 20 20 10 10 0 <80 años DDD-R Figura 8-7. >80 años VVI-R AAI-R Figura 8-6. Distribución por modos de la estimulación cardíaca en España entre 1994 y 2002. Año 2001 0 109 <80 años VDD-R Estimulación en España, en casos de bloqueo AV, según edades. DDD-R >80 años VVI-R VDD-R 110 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización bloqueo auriculoventricular. Pero la estimulación VVI, con o sin respuesta de frecuencia ante la actividad física, sigue siendo relevante, especialmente en pacientes de edad avanzada (Fig. 8-7), si bien no existen criterios clínicos que respalden estas decisiones25. BIBLIOGRAFÍA 1. Furman S, Robinson G. 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Predictors and clinical impact of atrial fibrillation after pacemaker implantation in elderly patients treated with dual chamber versus ventricular pacing. Pacing Clin Electrophysiol 2003; 26: 2000-2007. 9 MODO DE ESTIMULACIÓN DE LA ENFERMEDAD DEL NÓDULO SINUSAL: AAI FRENTE A DDD R. García Calabozo La enfermedad del nódulo sinusal (ENS) es una entidad con manifestaciones electrocardiográficas y clínicas variables. Sin embargo, en muchas ocasiones debuta con un accidente cerebrovascular, un episodio sincopal, un cuadro de fibrilación auricular o como una insuficiencia cardíaca derivada de incompetencia cronotrópica. La ENS sintomática se presenta electrocardiográficamente en formas variadas: • Paros sinusales. • Bradicardia basal con o sin incompetencia cronotrópica. • Arritmias auriculares ocasionales, recurrentes o permanentes. • Asociada o no a TCIV o alteración de conducción AV. • En adultos jóvenes o pacientes mayores. • Muchas veces se detecta en pacientes sin cardiopatía estructural. • O bien asociada a cardiopatía y/o a disfunción sinusal inducida o desenmascarada por medicación. Hasta que se manifiesta clínicamente, la ENS suele tener una larga evolución subclínica y es detectada de forma casual. Clínicamente, la ENS se puede manifestar de una o varias maneras al mismo tiempo: • Mareo, síncope. • Palpitaciones, ACFA. • Fatigabilidad, disnea franca asociada a bradicardia. • Accidente embólico como forma de presentación. A su vez, el paciente puede tener: • FE normal y QRS basal normal. • Disfunción de VI con o sin ensanchamiento de QRS. Dado que no se dispone de un tratamiento etiológico, generalmente los enfermos con ENS sintomática deben ser tratados con implante de un marcapasos. Las indicaciones convencionales se muestran en la Tabla 9-1. A la hora de indicar el tratamiento de la ENS con marcapasos deben tenerse en cuenta varios factores para seleccionar el modo de estimulación. FACTORES IMPLICADOS EN LA DECISIÓN 1. Edad y contexto clínico. Arritmias asociadas. 2. FC basal y competencia cronotrópica. 3. Presencia de alteración de conducción AV basal o frecuencia de Wenckebach anormal. 4. Existencia de TCIV. 5. Función ventricular. 6. Dimensiones de las cavidades. En el conjunto de implantes de marcapasos, la ENS supone aproximadamente un 25% del total (Fig. 9-1). La distribución de las edades por décadas (Fig. 9-2) muestra que el conjunto de pacientes se 111 112 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 9-1. Modo: con o sin respuesta en frecuencia. Tomado de Guías de actuación clínica. SEC FS en reposo FS de refuerzo Conducción AV Modo Anormal Normal Anormal Normal Anormal Normal Aleteo-FA Prx Aleteo crónico Normal Anormal Normal Anormal Anormal Normal Normal Normal Normal Anormal Anormal Anormal Anormal Anormal Anormal AAI AAIR DDD DDDr DDDR VDD, DDD DDDR-CM VVI, VVIR Estas indicaciones, basadas en datos electrofisiológicos, deben ser hoy en día individualizadas según la existencia de cardiopatía estructural y fundamentalmente según la función ventricular y el tamaño de las cavidades. agrupa en las décadas séptima y octava, si bien en la ENS la edad media es algo menor. La indicación de estimulación en la ENS persigue devolver al corazón una secuencia de activación adecuada a las necesidades y, por tanto, se debe procurar solucionar la incompetencia cronotrópica, pero sin introducir nuevos problemas con el tratamiento. LA INDICACIÓN DE EC DEBE SER INDIVIDUALIZADA Y UNOS OBJETIVOS FISIOPATOLÓGICOS CLAROS 1. Protección frente a la bradicardia. 2. Preservar la sincronía AV, con intervalo AV adecuado. 3. Evitar o reducir estimulación innecesaria del VD (no interferir con la secuencia de activación intraventricular o interventricular; más aún, si está basalmente íntegra). 4. Evitar o reducir las arritmias auriculares espontáneas de la ENS o las inducidas por el sistema. 5. Proporcionar capacidad cronotrópica suficiente. El título de este capítulo ya sugiere que el modo de estimulación VVI/R no es el adecuado en la ENS. Aunque de la literatura se extraen en ocasiones resultados confusos, lo cierto es que la comparación No codificado 0.84 Taquiccardia 0.59 21.08 FA/FL+BAD 24.86 ENS TCIV BAV tercer grado BAV primersegundo grado R. sinusal 5.27 33.23 de VVI frente a DDD no aporta las diferencias que teóricamente esperábamos (a favor de la DDD). Sin embargo, en la actualidad podemos aclarar la causa de los efectos indeseados de ambos tipos de estimulación, que no es otra que la propia estimulación prolongada en el ápex del ventrículo derecho. La Tabla 9-2 y las Figuras 9-3 y 9-4 muestran los principales estudios dedicados al análisis de los efectos de los diversos modos de estimulación, de los que analizaremos los ensayos que incluyen comparación entre DDD y AAI (Tabla 9-3). También se analizarán aquellos estudios que ponen de manifiesto los efectos deletéreos de la estimulación en VD inapropiada, sea con modo VVI o con la estimulación ventricular, que a su vez provoca el modo DDD en muchos casos. Podría resumirse que las diferencias entre el modo VVI y el más «fisiológico» DDD sólo estriban en una mejor calidad de vida y menor incidencia de fibrilación auricular en el caso del modo DDD, pero sin diferencias en cuanto a mortalidad y ACV. Los efectos deletéreos de la estimulación apexiana en el VD son proporcionales al tiempo durante el que dicho ventrículo está siendo estimulado, con un punto de corte claro alrededor del 40% del tiempo en que recibe estimulación. De modo que, en la ENS con conducción AV íntegra, comparar el modo DDD con la estimulación desde la aurícula es desfavorable para este último siempre y cuando el VD reciba estimulación durante períodos de tiempo significativos. PRINCIPALES ENSAYOS MULTICÉNTRICOS QUE COMPARAN DDD Y AAI, ESQUEMATIZADOS1 13.13 1.01 BNDM 2002 Figura 9-1. ECG preimplantación en 2002 (porcentajes). Realmente ninguno de ambos modos de estimulación en la ENS se ha mostrado superior en cuanto a años de vida; sin embargo, a pesar de los distintos diseños y parámetros valorados por los 113 Capítulo 9. Modo de estimulación en la enfermedad del nódulo sinusal: AAI frente a DDD 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 Edad media 74.86 <9 % 0.24 <9-19 20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-89 90-99 ≥100 0.12 0.23 0.66 1.36 4.85 16.72 41.05 29.93 4.73 0.05 BNDM 2002 Figura 9-2. Primoimplantes. Distribución porcentual de los pacientes por grupos de edad. 0.50 0.45 0.40 0.35 0.30 0.25 0.20 0.15 0.10 0.05 0.00 En la práctica podemos ver que el modo AAI es en realidad mínimo (6% de ENS) (véase Fig. 8-7). Para finalizar esta parte del análisis, cabe destacar el estudio publicado por S. Barold, que resume los efectos indeseados de la estimulación no debida en el VD, y se resume en la Tabla 9-4. Aunque se trata de un estudio retrospectivo, conviene analizar los resultados de un estudio realizado en nuestro medio, por un grupo con alta proporción de implantes en modo AAI en la ENS (Tabla 9-5), y después comentar los resultados del primer ensayo diseñado exclusivamente para eva0.4 Ictus o muerte P = 0.48 P ajustada = 0.32 Estimulación ventricular Estimulación de doble cara Riesgo acumulado Frecuencia de episodios diversos estudios, existe suficiente evidencia para aseverar que el modo DDD/R no mejora la supervivencia frente al AAI/R en la ENS, y la estimulación auricular es, además, mejor frente al desarrollo de FA, la incidencia de ACV y la tasa de hospitalizaciones. De modo que la idea de conceder ventaja al modo DDD por evitar las consecuencias de que se produzca alteración de la conducción AV queda descartada por los efectos indeseables de la estimulación en VD inducida por dicho modo llamado «fisiológico». Ictus o muerte 0.3 Estimulación ventricular 0.2 0.1 Estimulación fisiológica 0.0 0 6 12 18 24 30 36 42 48 54 60 0 0.50 0.45 0.40 0.35 0.30 0.25 0.20 0.15 0.10 0.05 0.00 1 2 3 4 Años tras la aleatorización Fibrilación auricular Estimulación ventricular P = 0.08 P ajustada = 0.004 Estimulación de doble cara 0.4 Riesgo acumulado Frecuencia de episodios Meses Fibrilación auricular Estimulación ventricular 0.3 0.2 Estimulación fisiológica 0.1 0.0 0 6 12 18 24 30 36 42 48 54 60 Meses Figura 9-3. Gráficos escogidos de los estudios MOST y CTOPP1. 0 1 2 3 4 Años tras la aleatorización Resumen de los principales estudios dedicados al análisis de los diversos modos de estimulación1 114 Tabla 9-2. Indicación de la estimulación Núm. de pacientes Modos Parámetros escogidos Resumen de resultados Andersen 1997 SND 225 AAI frente a VVI El seguimiento a largo plazo respaldó la estimulación auricular para todos los parámetros clínicos PASE 1998 SND+AVB 407 DDDR frente a VVIR Mattioli 1998 SND+AVB 210 VVI(R) frente a AAI DDD(R) o VDD PAC-A-TACH 1998 SND 200 DDDR frente a VVIR CTOPP 2000 SND+AVB 2568 DDD(R) o AAI(R) frente a VVI(R) MOST 2002 SND 2010 DDDR frente a VVIR UKPACE 2002 AVB 2000 STOP-AF SND 350 RAMP 1999 SND+AVB 400 DDD frente a VVI o VVIR VVI frente a AAI o DDD DDD frente a DDDR Mortalidad: riesgo relativo de AAI, 0.66 (0.44-0.99); P=0.045 Tromboembolia: riesgo relativo de AAI, 0.47 (0.24-0.92); P=0.023 Fibrilación auricular: riesgo relativo de AAI, 0.54 (0.33-0.89); P=0.012 Mortalidad: DDDR 16%; WIR 17%; P=0.95 Ictus o muerte: DDDR 17%; WIR 19%; P=0.75 Fibrilación auricular: DDDR 17%; WIR 19% P=0.80 Ictus: 19 pacientes en VVI(R); 10 pacientes de base auricular; P=0.05 Muerte: DDDR 3.2%; WIR 6.8%; P=0.007 Taquicardia auricular: DDDR 48%; WIR 43%; P=0.09 Ictus y mortalidad cardiovascular: reducción del riesgo relativo, 9.4% (–10.5 a 25.7%) Fibrilación auricular: reducción del riesgo relativo, 18% (3 a 32.6%) Mortalidad e ictus: cociente de riesgo de DDDR, 0.91 (0.75-1.10); P=0.32 Fibrilación auricular: cociente de riesgo de DDDR, 0.77 (0.64-0.92); P=0.004 Hospitalización por insuficiencia cardíaca: cociente de riesgo de DDDR, 0.73 (0.56-0.95); P=0.021 Mortalidad como parámetro principal ADEPT 2003 870 DANPACE SND+AVB+ incompetencia cronotrópica SND 2000 SAVE-PACE SND 1800 Abreviaturas. SND: Sinus node diasease; AVB: A-V block. Ensayo factorial: DDD frente a DDDR modo encendido frente apagado AAI frente a DDD con captura ventricular DDD+búsqueda AV frente a DDD Fibrilación auricular como parámetro principal Calidad de vida como parámetro principal Mortalidad como parámetro principal La calidad de vida fue el parámetro principal, y similar entre modos de estimulación para el grupo en general; el análisis de subgrupos para pacientes con ENS sugirió beneficio de estimulación DDDR en cuanto a calidad de vida y FA La estimulación fisiológica se asoció con menos ictus y menos FA Menor mortalidad para estimulación basada en aurícula; sin diferencias en cuanto a recidiva de FA Sin diferencias en cuanto a ictus o muerte entre modalidades de estimulación; FA menos frecuente en estimulación basada en aurícula Sin diferencias en cuanto a muerte o ictus entre modalidades de estimulación; menos FA e insuficiencia cardíaca en pacientes con estimulación DDDR Sin diferencias entre grupos (presentación de últimos ensayos en ACC 2003) Resultados no publicados Sin diferencias entre grupos (sólo presentación de resúmenes NASPE) Sin diferencias entre grupos (presentación de últimos ensayos en NASPE 2003) Mortalidad como parámetro principal En reclutamiento; resultados en 2004 Parámetros: reducción en porcentaje de estimulación ventricular; fibrilación auricular; remodelado del VI En reclutamiento; resultados sobre porcentaje ventricular estimado en mayo 2004; resultados clínicos en 2005 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Ensayo clínico Capítulo 9. Modo de estimulación en la enfermedad del nódulo sinusal: AAI frente a DDD 115 A) Subestudio de MOST: En modo DDD, el porcentaje acumulado de estimulación ventricular (EV) y riesgo de primera hospitalización por insuficiencia cardíaca (IC)12: 7 6 5 4 3 2 1 0 0 20 40 60 80 100 % acumulado de estimulación ventricular Riesgo de FA relativo a paciente en DDDR con % acumulado Riesgo de FA relativo a paciente en DDDR con % acumulado • Cuando la EV es mayor de 40% del tiempo, triplica el riesgo. • Cuando la EV es menor del 40% del tiempo, por cada 10% de reducción de EV desciende a la mitad el riesgo de hospitalización por IC. 7 6 5 4 3 2 1 0 0 20 40 % acumulado de Riesgo de FA relativo a paciente en DDDR con % acumulado Riesgo de FA relativo a paciente en DDDR con % acumulado B) Subestudio de MOST: El porcentaje acumulado de estimulación ventricular predice el riesgo de fibrilación auricular (FA), tanto si el modo es VVIR como DDDR. El riesgo de FA se reduce un 1% por cada punto porcentual de reducción de la EV en pacientes con modo DDDR. 4 4 3 2 1 0 3 2 1 0 0 20 40 60 80 100 % acumulado de estimulación ventricular Figura 9-4. 0 20 40 60 80 100 % acumulado de estimulación ventricular Características basales en el momento de la implantación del marcapasos11. luar el modo AAI frente al DDD en la ENS (Tabla 9-6). VISIÓN CRÍTICA DE LOS ENSAYOS DE SELECCIÓN DE MODO EN LA ENS Tras los datos apuntados por el subestudio MOST y los ensayos posteriores, los diversos autores interpretan los malos resultados con el uso del modo DDD en la ENS fundamentalmente como debidos a los efectos deletéreos de la estimulación en el ápex del VD. Las modificaciones adaptativas programables del intervalo AV tampoco solucionan el problema, pues con intervalos cortos se induce más estimulación en el VD y con intervalos largos se altera mucho la secuencia de los ciclos fisiológicos, o incluso aparece un cuadro superponible al síndrome de MP. Por tanto, en la ENS sin afectación de conducción AV, al comparar el modo AAI con cualquier otro que conlleve un porcentaje de estimulación ventricular al menos mayor del 40% de los latidos, debemos interpretar los resultados con sentido crítico (Figs. 9-5 a 9-8). ¿Cuál podría ser el futuro ideal para cualquier paciente con ENS? 1. Dispositivos DDD/R con cambio automático de modo AAI-DDD. Objetivo: reducir al mínimo la estimulación en VD, con seguridad frente a Bloqueo AV. 2. Comprobar la seguridad y eficacia a largo plazo de los sitios alternativos para estimulación en VD y/o AD. 3. Incorporar algoritmos preventivos de FA. 4. Empleo simultáneo de estas alternativas. 5. Disponer de acceso a estimulación en VI sin los riesgos y laboriosidad de los sistemas actuales. Objetivo: evitar asincronía VD-VI, sobre todo en pacientes con disfunción VI ya existente. 116 Principales ensayos multicéntricos que comparan DDD y AAI, esquematizados Ensayo clínico Indicación de la estimulación Núm. de pacientes Modos Parámetros escogidos Resumen de resultados Andersen 1997 SND 225 AAI frente a VVI Mortalidad: riesgo relativo de AAI, 0.66 (0.44-0.99); P=0.045 Tromboembolia: riesgo relativo de AAI, 0.47 (0.24-0.92); P=0.023 Fibrilación auricular: riesgo relativo de AAI, 0.54 (0.33-0.89); P=0.012 El seguimiento a largo plazo respaldó la estimulación auricular para todos los parámetros clínicos Lancet 1997 Mattioli 1998 SND+AVB 210 VVI(R) frente a AAI DDD(R) o VDD Ictus: 19 pacientes en VVI(R); 10 pacientes de base auricular; P=0.05 La estimulación fisiológica se asoció con menos ictus y menos Fa Eur Heart J 1998 CTOPP 2000 SND+AVB 2568 DDD(R) o AAI(R) frente a VVI(R) Ictus y mortalidad cardiovascular: reducción del riesgo relativo, 9.4% (–10.5 a 25.7%) Fibrilación auricular: reducción del riesgo relativo, 18% (3 a 32.6%) Sin diferencias en cuanto a ictus o muerte entre modalidades de estimulación; FA menos frecuente en estimulación basada en aurícula JACC 2001 STOP-AF SND 350 VVI frente a AAI o DDD Fibrilación auricular como parámetro principal Resultados no publicados Heart 1997 DANPACE SND 2000 AAI frente a DDD con captura ventricular Mortalidad como parámetro principal En reclutamiento; resultados en 2004 Pacing Clin Electrophysiol 1998 Abreviaturas. SND: sinus node disease; AVB: AV block. Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 9-3. Capítulo 9. Modo de estimulación en la enfermedad del nódulo sinusal: AAI frente a DDD Tabla 9-4. 117 Impacto sobre la desincronización ventricular7 • Ensayos DAVID y MOST, así como MADIT II, evidencian deterioro de FV y aumento de hospitalización por ICC en las respectivas ramas del estudio que comportan estimulación prolongada en VD. • Insuficiencia mitral (Hanna et al. J. Heart Valve Dis. 2000) (Núñez et al. Pacing Clin Elect. 2002). • ¿Son reversibles estas anomalías inducidas por estimulación VD? • No se puede establecer seguridad total de no progresión a BAV con AAI. • No hay método (2003) validado para reducir con seguridad o sin efectos deletéreos el tiempo con estimulación ventricular en dispositivos DDD, aunque se están valorando ciertos sistemas. • Ya en 1997 Andersen reclama, para los pacientes que sólo precisan estimulación AAI, «la disponibilidad de otras soluciones técnicas con cambio automático de modo AAI-DDD» para minimizar la estimulación en VD, pero protegiendo frente a BAV. • Los resultados de los ensayos MOST y DAVID ya apuntan la posibilidad de ensayos futuros sobre el uso no terapéutico, es decir, electivo, de estimulación ventricular única en VI en pacientes en los que es previsible estimulación ventricular prolongada. Tabla 9-5. Resumen del estudio de Moríñigo et al.5 Características clínicas Edad media Varones Mujeres Vía de implante: Cefálica Subclavia Tipo de disfunción nodo sinusal: Paro sinusal o bloqueo sinoauricular Síndrome bradicardia-taquicardia Etiología: Degenerativa Otras Características clínicas 72 ± 12 años 35% 65% 77% 23% 53% 47% 83% 17% Incidencia media anual (%) Dislocaciones Cambio del modo de estimulación a VVI/VVIR o DDD/DDDR Fibrilación auricular BAV segundo-tercer grado ACVA Muerte por cualquier causa 0.7 1.2 3.7 0.7 0.4 3.1 Seguimiento medio: 5.4 (4.5) rango 1-20 años Concluyen los autores: • Baja incidencia de BAV, arritmias y embolismos. • Excepcionales casos de cambio de modo de estimulación. • Preservación de sincronía AV. • «En ausencia de alteración de conducción AV espontánea o inducida por fármacos o de TCIV, el modo AAI/R debe ser considerado como la forma más segura y eficaz de tratamiento de estos enfermos.» 118 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 9-6. Características basales en el momento de la implantación del marcapasos11 Características del paciente Número de pacientes Edad (años) Sexo femenino (n) Seguimiento medio (años) Presión arterial (mm Hg): Sistólica Diastólica Arritmia como indicación del marcapasos: Bradicardia sinusal (n) Bloqueo sinoauricular (n) Síndrome de bradicardia-taquicardia (n) Síntomas como indicación del marcapasos: Síncope (n) Episodios de mareo (n) Insuficiencia cardíaca (n) Arteriopatía coronaria (n) Diabetes mellitus (n) Clase de la NYHA (n): I II III IV Parámetros electrocardiográficos: Intervalo PQ (ms) Bloqueo de Wenckebach (n): < 100/min < 100/min Medicación (n): Betabloqueante Calcioantagonista Digoxina Sotalol Aspirina Warfarina AAIR DDDR DDDR-1 54 74 ± 9 31 3.1 ± 1.3 60 74 ± 9 34 2.8 ± 1.5 63 74 ± 9 39 2.8 ± 1.4 145 ± 24 80 ± 13 139 ± 22 75 ± 12 144 ± 22 80 ± 10 8 19 27 5 17 38 11 16 36 19 34 1 21 6 26 32 2 25 6 24 34 5 22 7 32 18 2 1 38 22 46 14 3 186 ± 27 183 ± 28 184 ± 27 2 50 5 52 3 57 4 14 11 7 35 5 5 7 9 8 40 5 7 11 11 10 36 11 En los pacientes con ENS y conducción AV normal se desconoce si el modo óptimo de estimulación es AAI o DDD. Objetivo: • Comparar AAI frente a DDD en pacientes con ENS, mediante la estimación por Eco. • Modo-M del tamaño de AI y VI y fracción de acortamiento VI. • Varios objetivos clínicos secundarios. 177 pacientes consecutivos (de un total de 952) con ENS (FC<40 o pausas > 2000 ms). No bloqueo de rama. Conducción AV normal (PR < 220 en < 70 a., PR < 260 en > 70 a.). Randomizados en tres modos de estimulación con adaptación en FC: • AAIR • DDDR con intervalo AV corto, adaptado a FC (<150 ms). • DDDR con intervalo AV fijo en 300 ms. Seguimiento medio: 2.9 años (1.1). Capítulo 9. Modo de estimulación en la enfermedad del nódulo sinusal: AAI frente a DDD 119 Proporción sin fibrilación curicular 1.0 AAIR 0.9 0.8 0.7 DDDR-1 DDDR-s 0.6 p = 0.03 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 0 1 2 3 Tiempo (años) 4 5 6 Discusión: La estimulación prolongada de VD que se induce con modo DDD: • Produce dilatación de AI. • Reduce FV. • Aumenta ACFA (Andersen, Nielsen, 1998). • Aumenta IC, hospitalizaciones ( MOST). Progresión a BAV en modo AAI: 1.7/año. Limitaciones: Diseñado para 450 personas (cese precoz por inicio de DANPACE). Eco modo-M. Conclusiones: Este primer estudio randomizado diseñado para comparar AAI frente a DDD. En pacientes con ENS y conducción AV íntegra indica: • La estimulación DDDR induce dilatación auricular izquierda. • La estimulación AAI reduce la frecuencia de episodios de ACFA. • Si hay estimulación prolongada en VD, deteriora la función ventricular. Estos hallazgos permiten recomendar el modo AAI en los pacientes con ENS y conducción AV íntegra ¿Trastorno de conducción A-V? Sí No BAV de segundo y tercer grado PR >220 (18-70 años) PR >260 ( >70 años). QRS >120 ms FA con FC <40 FA con pausas >2 s SSC PVV <120 Modo AAI/r Modo DDD/r Figura 9-5. Selección del modo apropiado de estimulación en la ENS: evidencia de los ensayos randomizados. AE Albertsen, JC Nielsen. 2004 Kluwer Acad. Publ. 120 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización A) ENS (datos E1-E8) 2002 >80 años VVIR 15.19 % 6. ¿Tendrá algún papel en este problema la terapia celular? Ya se deja entrever esta posibilidad (D. Sánchez. Rev. Esp. Cardiol. Marzo 2002). DDD 3.31 % DDDR 43.37 % Conclusiones: en la ENS con conducción AV normal 1. El modo óptimo de estimulación es AAI/R. Estudios observacionales y randomizados evidencian baja incidencia de progresión a BAV y menor proporción de embolismos y ACFA; mantiene FV y proporciona mejor calidad de vida. 2. El modo DDD proporciona seguridad frente a BAV, pero en muchos casos deteriora FV. Muchas veces el uso de histéresis y algoritmos de ajuste automático de intervalo AV no evita la estimulación VD innecesaria y/o la aparición del síndrome de marcapasos. 3. A pesar de todo, el modo DDD es el más usado. 4. Es preciso conocer la seguridad y eficacia de las alternativas de que comenzamos a disponer en los dispositivos DDD para reducir la estimulación ventricular innecesaria. 5. En ciertos casos los pacientes pueden beneficiarse de dispositivos que reducen la incidencia de fibrilación auricular. VVI 30.95 % AAI VDDR AAIR 4.14 % 1.38 % 1.66 % A) ENS (datos E1-E8) 2002 <80 años DDDR 68.82 % DDD 2.38 % VDD 0.86 % Figura 9-6. VVI 8.56 % VVIR 12.45 % VDDR 0.57 % AAI AAIR 1.33 % 5.04 % Modos de estimulación respecto al ECG. Sistema AAIsafeR ® BAV paroxístico de tercer grado AAI As DDD As Vs As As As Vs As Vp Vp BAV paroxístico de segundo grado AAI As As As As As DDD As As As As As AEI Vs Figura 9-7. Vs Vs Vs Vp Vp Sistemas diseñados para reducir con seguridad la estimulación en ventrículo derecho. Vp Capítulo 9. Modo de estimulación en la enfermedad del nódulo sinusal: AAI frente a DDD 121 Objetivo: potenciar la conducción AV intrínseca con la finalidad de reducir la estimulación ventricular innecesaria. Funcionamiento: MVP permite el cambio del modo AAI(R)+ al modo DDD(R) en caso de pérdida de la CAV. Modo AAI(R)+: un solo intervalo A-A sin detección ventricular, estímulo ventricular 80 ms después del latido AP Modo AAI(R)+ A P A P V S A P A P V P Latido V no conducido Cambio AAI(R)+ = >DDD(R): fallo de la CAV Modo AAI(R)+ A P V S A P V S A P A P Cambio DDD(R) A A P P V V P P Latido V Latido V no conducido no conducido V P Cambio DDD(R) = >AAI(R)+: verificación de la CAV efectuada 1, 2, 4 min y cada 16 h. Verificación incorrecta Verificación correcta Modo DDD(R) A P A P V P V P Cambio AAI(R)+ A P A P V S V S Un solo latido ventricular conducido, cambio AAI(R)+ Figura 9-8. Modo DDD(R) A P A P V P A P V P A P V S Un solo latido ventricular no conducido, permanente en DDD(R) Sistema MVP®. BIBLIOGRAFÍA 1. Lamas GA, Ellembogen KA et al. Evidence base for pacemaker mode selection. Circulation 2004; 109:443-451. 2. Tse HF, Yu C et al. Functional abnormalities in patients with permanent right ventricular pacing. The effects of sites of electrical stimulation. J Am Coll Cardiol 2002; 40: 1451-1458. 3. Vlay S. Alternate site biventricular pacing. Bi-V in the RV. Is there a role? PACE 2004;27:567-569. 4. Montanez A, Hennekens CH, Zebede J et al. Pacemaker mode selection: The evidence from randomized trials. PACE, vol. 26. May 2003. 5. Moríñigo JL, Arribas A et al. Seguridad y eficacia clínica de la estimulación con el modo AAI en la disfunción del nódulo sinusal: seguimiento a largo plazo. Rev Esp Cardiol 2002;55(12):1267-72. 6. Banco Nacional de Datos de Marcapasos. http://www. marcapasossec.org. 7. Barold SS. Adverse effects of ventricular desynchronization induced by long-term right ventricular pacing. JACC vol 42, n.º 4, 2003:624-6. 8. 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Se han descrito variaciones significativas en las medidas realizadas entre diferentes PSA (diferencias en los filtros, forma de sensado, etc.) de hasta el 50% en la amplitud de los electrogramas auriculares, y se ha documentado un coeficiente de variación de hasta 31% entre las medidas realizadas por un mismo PSA1. Por ello se aconseja realizar varias medidas de un mismo parámetro para tener mayor fiabilidad. Los PSA modernos pueden realizar todo tipo de medidas tanto en el generador de impulsos como en los electrodos de estimulación (Tabla 10-1). Deben tener la posibilidad de estimulación de emergencia (estimulacion a alto voltaje) y sobreestimulación. Asimismo, es importante conocer las características del PSA que utilicemos. El PSA 5311 de Medtronic® tiene como límite inferior en la medida de la onda P, 0.75 mV; sin embargo, la mayor parte de los generadores de marcapasos permiten medir ondas P de amplitud tan bajas como 0.18 mV. El límite superior de la medida de la amplitud de la onda R en el PSA 5311 es 25.4 mV. 122 Una medida superior será catalogada por el dispositivo como error de rango, a pesar de que probablemente sea una medida excelente. Las medidas de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos deben incluir2: • Umbral de estimulación (aurícula y ventrículo): — PSA > 10 ppm que la frecuencia intrínseca. — Seleccionar la duración del pulso de estimulación (habitualmente 0.5 ms). — Decremento de voltaje hasta visualizar no captura. • Umbral de sensado (aurícula y ventrículo): — Amplitud de onda P/R. — Slew rate. • Impedancia: — Exige conocer las características del electrodo (electrodos de alta impedancia frente a electrodos de impedancia normal). • Medidas especiales: — Medida de la conducción anterógrada por el nodo AV. Punto de Wenckebach anterógrado. Imprescindible si utilizamos un modo de estimulación AAI. — Estimulación diafragmática. Se valora a máxima salida de voltaje del electrodo ventricular. Si se observa, se aconseja la recolocación del electrodo. — Conducción ventriculoatrial con la estimulación ventricular. Si está presente se Capítulo 10. Medida de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos Tabla 10-1. 123 Características del PSA 5311 (Medtronic) Modo de parámetros programables VVI/T/O - AAI/T/O - VDD, DDD, DVI o DOO Límite de frecuencia inferior Intervalo AV Límite de frecuencia superior Voltaje de salida Anchura de pulso Sensibilidad auricular Sensibilidad ventricular 30-180 ppm 25-250 ms 100-180 ppm 0.1-10 V 0.05-2 ms 0.75-1 mV 1.0-10 mV Voltaje Intensidad de corriente Resistencia Energía Amplitud de onda P Amplitud de onda R Slew rate Parámetros medibles en el electrodo de estimulación 0.5-10.2 V 0.1-25 mA 100-1900 : 1-1000 mJ 0.5-25.4 mV 0.5-25.4 mV 0.1-7.5 V/s Frecuencia inferior Intervalo AV Frecuencia superior Voltaje Anchura de pulso Sensibilidad Intensidad de corriente Energía Período refractario Parámetros medibles del generador de impulsos 20-1999 ppm 1-500 ms 100-180 ppm 1-10 V 0.05-19.99 ms 0.5-10 mV 0.2-20 mA 1-1000 mJ 50-1000 ms Funciones especiales Estimulación rápida (modos AOO, VOO, DOO), frecuencia180-800 ppm Impresión Datos medidos y programados en el electrodo y generador de impulsos. Electrograma intracavitario puede valorar el descenso de la tensión arterial con la estimulación ventricular (síndrome de marcapasos) (Fig. 10-1). — En electrodos de ventrículo izquierdo a través del seno coronario se puede valorar el intervalo entre electrogramas de ventrículo derecho y ventrículo izquierdo (cuanto mayor sea, mejor; un valor óptimo es más de 100 ms) y es obligado descartar estimulación diafragmática a máxima salida. Si se produce, debe recolocarse el electrodo. UMBRAL DE ESTIMULACIÓN Se define como la amplitud de estímulo mínima, para una anchura de pulso dada, capaz de producir despolarización miocárdica aplicada fuera del período refractario cardíaco (Fig. 10-1). La intensidad de corriente eléctrica de estimulación cardíaca (I) se relaciona directamente con la diferencia de potencial entre los electrodos de estimulación (V) e inversamente con la resistencia (R) según la ley de Ohm (Tabla 10-2). La duración entre el voltaje y la duración del pulso umbral definen una curva exponencial (Fig. 10-2)3. Se denomina reobase o umbral fundamental al voltaje o intensidad del estímulo más bajo que consiguen despolarización cardíaca a una duración de impulso infinita. Se denomina cronaxia la duración del impulso umbral a una intensidad doble de la reobase (Fig. 10-3). Se relaciona con la energía umbral mínima4. Algunos autores han observado que el umbral de estimulación obtenido por decremento de voltaje es más bajo que el obtenido por incremento de voltaje desde valores subumbrales. Se denomina efecto Wedensky o histéresis de captura5. Si 124 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 10-1. Medida de umbral de estimulación ventricular. El valor mínimo de voltaje que produce captura es 0.8 V. De arriba abajo se muestra el ECG de superficie, el canal de marcas y el electrograma intracavitario. Nótese la presencia de corriente de lesión después de la deflexión intrínseca en el electrograma intracavitario (flechas), que sugiere un adecuado contacto entre el electrodo y el endocardio. Conducción VA presente (muesca de la onda P en el segmento ST). se mantiene una longitud de ciclo de estimulación constante (exige un pulso de seguridad para estímulos subumbrales), el efecto Wedensky es marginal (Fig. 10-4)6. Una explicación a este efecto es la estimulación asíncrona sobre el período refractario relativo cardíaco cuando se estimula desde valores subumbrales de forma creciente (el paciente suele estar en bradicardia, por lo que tiene períodos refractarios más largos), comparada con la estimulación sincrónica al final de la diástole, cuando se estimula de forma decreciente desde valores por encima del umbral. El umbral de estimulación aumenta tras el implante debido a una reacción inflamatoria en la interfase electrodo-tisular (Fig. 10-5). Cuanto menor sea el radio de la esfera del electrodo de estimulación en contacto con el tejido cardíaco (r), y cuanTabla 10-2. Ley de Ohm I = V/R I = Intensidad de la corriente eléctrica V = Diferencia de potencial entre los electrodos de estimulación R = Resistencia a la corriente de estimulación E = V × I × t = V2 × t/R E = Energía de estimulación t = Anchura del impulso de estimulación to menor sea la cápsula fibrosa conductora pero no excitable (d), obtendremos umbrales de estimulación más bajos (Fig. 10-6). La utilización de electrodos con superficie porosa, que permite un aumento de la superficie de contacto electrodo-tisular sin aumentar el radio de la esfera de la punta del electrodo, y con elución de corticoides que produce un efecto antiinflamatorio en la interfase electrodo-tisular, permiten minimizar la elevación de umbrales tras el implante (Figs. 10-7 y 10-8)7. Voltaje (V) 2 1.8 1.6 1.4 1.2 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 0 Captura No captura 0.1 0.3 0.5 0.7 0.9 1.1 Duración (ms) Figura 10-2. Curva de voltaje-duración umbral. Se trata de una curva exponencial que es prácticamente plana para valores de duración de pulso > 1 ms y presenta un ascenso abrupto en el voltaje para duracion de pulso < 0.25 ms. Capítulo 10. Medida de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos 125 Implante de electrodo Umbral (V, kJ, kC) 5 Energía Aumento de la perfusión y permeabilidad endotelial 4 3 Carga Edema / Fibrinolisis 2 Potencial Reobase 1 Infiltración de células polimorfonucleares Cronaxia 0 0 2 1.5 4 6 8 1.0 Anchura de pulso (ms) Macrófagos y tejido de granulación Figura 10-3. Representación de la reobase y cronaxia sobre la curva voltaje-duración umbral. Se muestra la curva de la carga y energía umbral. Fibroblastos Reobase (V) Si se emplean electrodos de fijación activa, los umbrales obtenidos inmediatamente tras el mecanismo de fijación pueden estar elevados de forma transitoria. Si la localización anatómica del electrodo es adecuada, se recomienda esperar unos minutos y repetir la medida del umbral de estimulación. Se considera un umbral de estimulación aceptable valores por debajo de 1 V para electrodos ventriculares y auriculares a una anchura de pulso de 0.5 ms. Así como en la valoración del umbral de estimulación ventricular la captura del ventrículo es evidente, no ocurre lo mismo en el umbral de estimulación auricular, en que la captura de la aurícula puede ser difícil de visualizar. Para confir1.0 0.9 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 Incremento Decremento 2000 1500 1000 500 Longitud de ciclo (ms) Figura 10-4. Efecto Wedensky. Histéresis de captura. El efecto Wedensky es marginal si se consigue estimular a una longitud de ciclo constante. Se garantiza mantener la longitud de ciclo de estimulación entregando un pulso de seguridad a 25 ms del pulso que valora el umbral de estimulación. En esta situación no se objetivaron diferencias en ciclos > 400 ms. Exocitosis Quimiotaxis H2O2 Radicales Enzimas O2 Necrosis Desorganización Cápsula miofibrilar de colágeno Más macrófagos Aumento del umbral de estimulación Figura 10-5. Reacción inflamatoria tras implante de un electrodo de marcapasos. mar la captura de la aurícula se pueden realizar las siguientes maniobras8: • Si la conducción auriculoventricular (AV) está preservada, se puede programar la estimulación en AAI a diferentes frecuencias de estimulación auricular y observar la relación de frecuencia con el QRS espontáneo. Si existe correlación se confirma la captura auricular (Fig. 10-9). • En modo de estimulación DDD, la presencia de un AV corto puede dificultar la visualización de la onda P estimulada. Se sugiere prolongar el intervalo AV (250-300 ms). • En presencia de un ritmo sinusal o auricular rápido, se recomienda programación en DVI (no sensa aurícula) para visualizar las ondas P capturadas (Fig. 10-10). • Si existe conducción VA, la visualización de la onda P retrógrada inscrita en el segmento ST, cuando se estimula en modo DDD, indica estimulación subumbral en la aurícula (Fig. 10-11). El electrograma auricular y el canal de marcas no confirman captura auricular. El electrograma puede estar muy artefactado por la espiga de la estimulación y no indica siempre captura. Por otro 126 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización r r+d Figura 10-6. Esquema representativo de una cápsula fibrosa alrededor de un electrodo. Cuanto menor es el radio de la esfera del electrodo en contacto con el tejido, mayor es la energía de estimulación para un voltaje constante, lo que permite que la energía umbral sea menor. Asimismo, se representa un «electrodo virtual» (r + d) que incluye la cápsula fibrosa que se forma por el fenómeno inflamatorio que desencadena el electrodo en el tejido cardíaco. El valor de «d» es más significativo para electrodos con «r» pequeños. lado, el canal de marcas sólo indica que se ha estimulado en la aurícula, pero no confirma su captura (Fig. 10-12). La evaluación de la conducción a través del nodo AV es obligada si se implanta un marcapasos AAI. Se estimula la aurícula a una frecuencia ligeramente superior a la sinusal y se va incrementando progresivamente la frecuencia hasta que se objetive bloqueo AV tipo Wenckebach o de alto grado. Para realizar estimulación AAI se requiere una conducción AV 1:1 a frecuencias de 130140 lpm sin prolongación significativa del intervalo AV. Se recomienda estimular con un margen de seguridad que permita garantizar la captura miocárdica en diversas situaciones clínicas, metabó- Umbral (V) Figura 10-7. capasos. Microporosidad de un electrodo de mar- 2 1 1 2 3 4 5 6 0 0 6 8 10 2 4 Tiempo tras implante (semanas) 12 Figura 10-8. Evolución del umbral ventricular en un modelo canino utilizando un electrodo unipolar endocárdico de 8 mm2. 1 y 2, electrodos de platino lisos; 3 y 4, electrodos con hemiesfera de platino (3) y titanio (4) con superficie porosa; 5, electrodo con punta platinizada; 6, electrodo con superficie de titanio, porosa y elución de corticoides. La combinación de porosidad y elución de corticoides hace que la elevación del umbral de estimulación tras el implante sea muy pequeña. Capítulo 10. Medida de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos 127 Figura 10-11. Estimulación DDD. En la tira superior se objetiva una onda P retrógrada sobre el segmento ST (flechas), indicando no captura del estímulo auricular previo. En la tira inferior, se eleva el voltaje de salida en el electrodo auricular y desaparece la onda P retrógrada sobre el segmento ST (flechas), indicando captura del estímulo auricular previo. Figura 10-9. Estimulación AAI a frecuencias ligeramente crecientes de arriba abajo y correlación en el aumento de frecuencia del QRS espontáneo indicando captura auricular. licas o farmacológicas que eleven el umbral (Tabla 10-3). Se define como factor de seguridad el cociente entre el voltaje de salida y el voltaje umbral. Factor de seguridad = Vo/Vu = = 100 × ((Vo-Vu)/Vu) Vo = Voltaje de salida. Vu = Voltaje umbral. En el implante de marcapasos se recomienda programar un voltaje de 2.5 V y 0.5 ms de anchura de pulso para umbrales inferiores a 1 V si se emplean electrodos con elución de corticoides y microporosidad. En niños, el voltaje de salida debe ser mayor, pues tienen una mayor reacción inflamatoria. En umbrales crónicos se recomienda un factor de seguridad de 2, y en pacientes dependientes de marcapasos, un factor de seguridad de 2.5. En la Tabla 10-4 se indican algunas consideraciones adicionales sobre el umbral de estimulación. Figura 10-10. Modo de estimulación DVI a baja frecuencia para valorar captura auricular en presencia de un ritmo auricular rápido. 128 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 10-12. Evaluación del umbral auricular. La tira superior muestra el ECG de superficie; la tira media, el canal de marcas; y la tira inferior, el electrograma auricular. El mínimo voltaje que captura la aurícula es 0.4 V. En este caso el electrograma auricular está poco artefactado por la estimulación y es evidente la ausencia de captura a 0.3 V. La disminución de la frecuencia ventricular y la aparición de eventos auriculares sensados y refractarios ayudan a determinar el umbral. IMPEDANCIA Es la suma de todas las fuerzas que se oponen al flujo de corriente en un circuito eléctrico3. Se define: Z = (R2 + (Ai – Ac)2)½ Tabla 10-3. Z: Impedancia. R: Suma de todas las resistencias que siguen la ley de Ohm. Ai: Reactancia inductiva. Es próxima a cero. Ac: Reactancia capacitiva = 1/(2SfC). f: Frecuencia de la señal. C: Capacidad. Efectos metabólicos y farmacológicos sobre la estimulación cardíaca Fármaco/Situación metabólica Umbral de estimulación Antiarrítmicos clase I Ia (procainamida, quinidina) Ic (flecainida, propafenona) Betabloqueantes (propranolol IV) Amiodarona, lidocaína, tocainamida y verapamil Aumenta Situaciones de hipertonía simpática (ejercicio, posición supina…) Hipertonía vagal (sueño, posprandial…) Hipoxemia Hipercapnia Acidosis metabólica Alcalosis metabólica Parada cardíaca o respiratoria Isquemia Hiperpotasemia (> 7 mEq/l) Potasio IV en presencia de hipopotasemia Hiperglucemia (> 600 mg/dl) Hipotiroidismo Glucocorticoides Catecolaminas Aumenta Ligero aumento Amiodarona bloqueo de salida Disminuye Aumenta Aumenta Aumenta Aumenta (hasta 70%) Aumenta (hasta 70%) Aumenta (hasta más de 100%) Efectos variables Aumenta Disminuye Aumenta (hasta 60%) Aumenta Disminuye Disminuye Capítulo 10. Medida de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos 100 Impedancia de estimulación ) ×102 Tabla 10-4. Consideraciones generales sobre el umbral de estimulación 129 80 • Es semejante en configuración bipolar y unipolar si la relación ánodo/cátodo = 3. • El umbral de estimulación en el ánodo es ligeramente mayor que en el cátodo. • La estimulación anódica puede ser arritmogénica en presencia de cardiopatía isquémica y trastornos electrolíticos. • Área de superficie ánodo/cátodo = 4.5. Con ello disminuye la capacidad de estimulación del ánodo y su tasa de corrosión. • Sin correlación entre el umbral crónico y el mecanismo de fijación (activo/pasivo). • La implantación epicárdica se asocia a umbrales más altos. Figura 10-13. Relación inversa entre la superficie de contacto del electrodo con el endocardio y la impedancia de estimulación. A diferencia de la corriente continua, la frecuencia de la señal eléctrica en estimulación cardíaca no es cero, así que la impedancia se puede simplificar en: El rango de impedancia varía entre 300-1500 ohmios, dependiendo del tipo de electrodo utilizado. Debe medirse en condiciones estándar de voltaje y duración de pulso (5 V, 0.5 ms). 10 5 1 0.1 0.5 1.0 5.0 10 50 100 Área de superficie geométrica (mm2) Z = (R2 + (1/2SfC)2)½ UMBRAL DE SENSADO La resistencia que sigue la ley de Ohm es la suma de resistencias del conductor cátodo, del conductor ánodo, del tejido y de la interfase electrodo-tisular. Además, en la interfase electrodotisular se produce el fenómeno de polarización, que se define como la migración selectiva de iones que se opone a la corriente entregada por el electrodo. Así, el cátodo atrae una capa de moléculas de H2O y otra de iones hidratados positivos (H3O+ y Na+) que se adsorben al electrodo y repele iones negativos OH– y Cl– hasta que se desarrolla un efecto capacitivo que impide el movimiento de cargas9. En este momento la polarización es ineficaz y se necesita un aumento de voltaje para conseguir la despolarización del miocardio. La optimización de la impedancia eléctrica incluye: • Aumento de la impedancia del sistema en la interfase electrodo-tisular para disminuir la corriente de estimulación (ley de Ohm). Para ello se utilizan electrodos con área de contacto pequeña (Fig. 10-13)10. • Disminuir la pérdida de energía por el fenómeno de polarización. Se consigue con la microporosidad del electrodo, que aumenta mucho la superficie de contacto con el tejido cardíaco sin aumentar el radio de la esfera del electrodo, y esto permite reducir la resistencia capacitiva de la polarización11. El generador de marcapasos capta señales intracardíacas (electrogramas), no la señal electrocardiográfica (Fig. 10-14). A B Figura 10-14. A. Sensado de aurícula y ventrículo en el canal de marcas y electrograma de señal ventricular. B. Sensado de aurícula y electrograma auricular. 130 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Se denomina deflexión intrínseca o amplitud eficaz la pendiente descendente rápida del electrograma12. Depende de: • Masa miocárdica subyacente. • Contacto electrodo-miocardio. • Orientación del electrodo respecto al eje de despolarización. • Existencia de tejido inexcitable entre miocitos y electrodo. Se define como slew-rate la máxima tasa de cambio de la diferencia de potencial entre los electrodos de sensado (Fig. 10-15)13. En la Figura 10-16 se muestra la correlación entre la amplitud y el slew-rate para tres niveles de sensibilidad programados. Nótese que para valores de slew-rate bajos (<0.1 V/s para 1.25 mV de sensibilidad) se necesitan señales de mayor amplitud para ser captadas (>1.25 mV). Es importante medir el umbral de sensado durante el implante para evitar problemas de infrasensado (el marcapasos no capta la despolarización miocárdica) o sobresensado (el marcapasos capta otras señales diferentes de la despolarización miocárdica). El electrograma sensado puede ser unipolar, capta la actividad eléctrica desde el electrodo en contacto con el tejido (cátodo) hasta otro electrodo situado en el generador de pulso (ánodo) o bipolar (sensado entre dos electrodos intracavitarios; Tiempo (*T) Voltaje (*V) Amplitud ® Voltaje (mV) Slew-rate = SENSADO (*T) V/s (V/s) AURÍCULA VENTRÍCULO Electrograma > 1.5-2.0 mV > 5-6 mV Slew-rate (V/s) > 0.5 > 0.5 Figura 10-15. Representación esquemática del slewrate y valores deseables. Figura 10-16. Relación entre la amplitud y el slew-rate. Para valores bajos de slew-rate, se necesita una amplitud mayor que la indicada por la sensibilidad programada para que una señal sea sensada adecuadamente. el cátodo es el electrodo en contacto con el miocardio y el ánodo es el anillo situado a unos centímetros del cátodo). Realmente, una señal bipolar es la diferencia instantánea de potencial entre dos señales unipolares (Fig. 10-17). El sensado bipolar es mucho más específico que el monopolar13. El electrograma cardíaco puede contener señales diferentes de la despolarización miocárdica tales como interferencias electromagnéticas, señales derivadas del músculo esquelético e incluso la onda T. Así, el electrograma cardíaco es una señal compuesta que puede ser analizada a través de la transformada de Fourier en señales simples definidas por una amplitud y una frecuencia (Fig. 10-18). Podemos identificar el espectro de frecuencias de un electrograma cardíaco y desarrollar los filtros y amplificadores para potenciar las señales deseadas (ondas P y R) y desechar las señales inapropiadas14. Si se emplean electrodos de fijación activa se objetiva una mejoría en la amplitud tras el implante inmediato (Fig. 10-19)15. Si el PSA nos permite evaluar electrogramas durante el implante, la aparición de una corriente de lesión inmediatamente después de la deflexión intrínseca representa un área pequeña de miocardio lesionado e indica un adecuado contacto del electrodo con el corazón. En comparación con el umbral de estimulación, existe poca información sobre la influencia de efectos metabólicos y farmacológicos sobre el sensado cardíaco (Tabla 10-5). La valoración de la presencia de sobresensado se puede realizar con el PSA a máxima sensibilidad durante el implante para visualizar el sensa- Capítulo 10. Medida de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos 131 A B Figura 10-17. Electrograma bipolar. Es la diferencia instantánea de dos electrogramas unipolares. A. Diferencias grandes de amplitud y en el tiempo de activación entre el electrograma de la punta del electrodo y del anillo, con lo que el electrograma es de gran amplitud y alto slewrate. B. Amplitud y tiempo de activación de punta y anillo son semejantes, por lo que la señal bipolar es de baja amplitud y bajo slew-rate. do de señales inapropiadas. El uso de los modos de estimulación AAT y VVT en unipolar a alta salida es muy útil, en ocasiones, para identificar la señal sensada. A Figura 10-19. Evolución temporal de la amplitud de onda R (A) y onda P (B) tras el implante de electrodos de fijación activa. En determinadas situaciones es preciso diferenciar un infrasensado ventricular de una pseudofusión. Esta última se observa en pacientes con trastorno de conducción (generalmente bloqueo de rama derecha del haz de His), en que el electrograma intracavitario se inscribe tardíamente en el QRS del electrocardiograma de superficie, de tal forma que el marcapasos ha lanzado ya una espiga de estimulación, que no captura miocardio B Tabla 10-5. Factores farmacológicos y metabólicos relacionados con el sensado Infrasensado (disminución de la amplitud de los electrogramos o del slew-rate) • Necrosis miocárdica • Alteraciones electrolíticas C D Figura 10-18. A. Onda sinusoidal perfecta; período. B. Onda sinusoidal perfecta; frecuencia. C. Onda sinusoidal compuesta. D. Transformada de Fourier; permite analizar una onda compuesta en ondas simples definidas por su frecuencia y su amplitud. Sobresensado (aumento en la duración de los electrogramas) • Isquemia • Fármacos antiarrítmicos — Fármacos que prolongan el intervalo PR — Fármacos que prolongan el intervalo QT 132 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización pues está en período refractario. Se debe a que el sensado de la señal intracavitaria por el electrodo es muy tardío por el trastorno de conducción, y no es un infrasensado. Análisis ECG durante el implante En un implante de marcapasos, el paciente debe estar monitorizado electrocardiográficamente. Se registran las derivaciones de los miembros y al menos una derivación precordial derecha (V1 o V2). Un electrodo implantado en el ventrículo derecho estimula con patrón electrocardiográfico (ECG) de bloqueo de rama izquierda. En ocasiones se observa un patrón ECG con onda R en V1. Las posibles causas se indican en la Tabla 10-6. Hay que descartar siempre que el electrodo haya sido implantado en el ventrículo izquierdo o que estimule el ventrículo izquierdo a través de una vena subsidiaria del seno coronario. Una proyección radiológica oblicua anterior izquierda o lateral izquierda nos permite objetivar la localización posterior del ventrículo izquierdo y del seno coronario. En el 8-10% de los pacientes con este patrón ECG, el electrodo se encuentra adecuadamente implantado en el ventrículo derecho. Este patrón desaparece posicionando V1 en el cuarto o quinto espacio intercostal derecho en algunos casos. Pero el patrón de onda R en V1 puede ser permanente si el electrodo está en la región medioseptal derecha16. Medida de parámetros normales y análisis de la disfunción de marcapasos La importancia de la medida de los parámetros eléctricos durante el implante de marcapasos radica en garantizar el funcionamiento óptimo del dispositivo. En la Tabla 10-7 se indican los valores aceptables de las medidas de los parámetros eléctricos durante el implante de marcapasos. Además, nos ofrece una información muy valiosa sobre la etiología de la disfunción del marcapasos en caso de Tabla 10-8. Impedancia Voltaje Intensidad Diagnóstico Tabla 10-6. Causas del patrón ECG de onda R en V1 • Fusión ventricular con actividad espontánea con morfología de BRDHH • Latido estimulado en período refractario relativo • Estimulación en ventrículo izquierdo • Estimulación en seno coronario o vena subsidiaria • El cambio de configuración de QRS estimulado de BRIHH a BRDHH sugiere perforación de ventrículo derecho o tabique y estimulación desde ventrículo izquierdo • Posicionamiento normal: 8-10% Tabla 10-7. Valores normales de las medidas de los parámetros eléctricos durante el implante Aurícula Ventrículo Amplitud pico-pico >1.5 mV >6 mV Slew-rate >0.5 V/s >0.75 V/s Umbral de <1 V <1 V estimulación (0.9 V/1.8 mA) (0.5 V/1.4 mA) (0.5 ms anchura pulso) Impedancia 300-1500 : 300-1500 : (5 V/0.5 ms) que se produzca (Tabla 10-8). Un valor de impedancia alto y voltaje alto e intensidad baja hacen sospechar fractura del electrodo o mala conexión del electrodo al generador. Si la impedancia es muy alta (>2000 ó >3000 :) y el electrodo se objetiva íntegro en la fluoroscopia y en la visualización directa, lo más probable es que haya un problema de conexión. Hay que asegurarse de que el electrodo haya progresado adecuadamente en el bloque conector del generador y de que no se retraiga durante el atornillado. Una impedancia baja hace sospechar acaso rotura del aislante del electrodo. La observación de un umbral de estimulación alto con intensidad alta e impedancia normal sugiere mal Valores anormales de parámetros eléctricos e interpretación de la difusión 1 2 3 4 Elevada Elevado Baja Fractura de conductor o mala conexión Baja Bajo Elevada Rotura del aislante Normal Elevado Elevada Mal contacto/ Tejido necrótico Perforación Variable Constante Variable Inestable Capítulo 10. Medida de los parámetros eléctricos en el implante de marcapasos contacto, tejido necrótico o perforación. En caso de perforación puede objetivarse, además, estimulación diafragmática y disminución en la amplitud y fragmentación de los electrogramas. BIBLIOGRAFÍA 1. Wilson JH, Siegmund JB, Johnson R et al. Pacing system analysers: Different systems-different results. PACE 17:170-20,1994. 2. Hayes DL, Lloyd MA, Friedman PA. Cardiac Pacing and Defibrillation: A Clinical Approach. Futura Publishing Co, Armonk NY, 2000; pp: 188-191. 3. Ellenbogen KA, Kay GN, Wilkoff EL. 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Todos estos algoritmos se complementan con gran cantidad de información (histogramas generales y específicos, Holter, almacenamiento de electrogramas y otros), que permite conocer mejor cómo ha estado funcionando el marcapasos en el paciente y cómo se encuentra el propio sistema de estimulación. Este crecimiento exponencial de nuevos algoritmos y funciones de diagnóstico viene acompañado por el gran desarrollo industrial de los microprocesadores, que permite, hoy en día, contar con marcapasos con memoria RAM de hasta 128 Kb. La industria ha pasado de fabricar marcapasos basados en hardware a marcapasos basados en software, lo que supone poder incorporar, eliminar, reparar o incluso mejorar los algoritmos incluidos en los marcapasos. Realmente todas estas funciones y algoritmos programables no pueden ser aprovechados por un 134 paciente en particular. Muchos de ellos son incompatibles entre sí y con algunos modos de estimulación, lo que obliga a conocer bien el funcionamiento de cada uno y a decidir cuáles son los que pueden beneficiar clínicamente a cada paciente y con qué parámetros. En este sentido, los fabricantes desactivan algunas combinaciones, aunque en algunos pacientes lo que inicialmente parece inadecuado podría convertirse en un beneficio clínico en el futuro a medida que avanzan los conocimientos sobre la estimulación cardíaca. Las compañías de marcapasos, conocedoras de la presión asistencial existente, hubieran cometido un gran descuido si sólo se hubieran dedicado a introducir algoritmos en el generador de impulsos sin más. Por ello, existen muchas otras funciones automáticas de seguimiento o funciones de alerta que permiten, de manera eficaz, tener una visión general del sistema de estimulación, con el objetivo de facilitar la tarea de seguimiento, cada vez más compleja. Los nuevos algoritmos han aumentado enormemente el grado de automaticidad en los marcapasos, de tal forma que permiten ajustes automáticos de diferentes parámetros, optimizando la función del marcapasos y reduciendo la necesidad de intervención del médico. Pensamos que es conveniente la incorporación del mayor número de algoritmos, que aunque no puedan ser utilizados en un momento determinado, sí puedan activarse cuando la progresión de la enfermedad del paciente portador de marcapasos así lo requiera. Capítulo 11. Mecanismos automáticos Hagamos una clasificación de los algoritmos en función del parámetro sobre el que actúan. Control de frecuencia • Modulación de la frecuencia o sensor. • Frecuencia de reposo o frecuencia de sueño. • Algoritmos para caída brusca de frecuencia. • Algoritmos para taquiarritmias auriculares. • Algoritmos para taquicardias inducidas por marcapasos. Intervalo AV/PV • Intervalo AV/PV en respuesta a la frecuencia. • Mantenimiento de la conducción intrínseca. • Mantenimiento de la estimulación ventricular. Autocaptura Autodetección Automatismos para el control de la frecuencia Modulación de la frecuencia o sensor El nódulo sinusal es el marcapasos primario del corazón. Automáticamente modula la frecuencia para dar respuesta a los requerimientos fisiológicos. En reposo, la frecuencia cardíaca tiende a ser lenta y, por el contrario, aumenta durante períodos de estrés, como ocurre en el ejercicio, la emoción, la fiebre o la insuficiencia cardíaca. En preTabla 11-1. sencia de bloqueo AV, los marcapasos DDD/VDD permiten seguir la actividad marcada por el nódulo sinusal; por ello se dice que son modos fisiológicos. En presencia de disfunción sinusal, la frecuencia auricular puede no aumentar adecuadamente durante el estrés fisiológico. Con la intención de solventar este problema, en el año 1975 surgió la idea de incorporar algún mecanismo que permitiera aumentar la frecuencia de estimulación al detectar un incremento de la frecuencia respiratoria, es decir, la posibilidad de detectar señales diferentes de la onda P que reflejen la necesidad de incrementar la frecuencia de estimulación. A comienzos de los ochenta se demostró que una frecuencia ventricular alta durante un período de ejercicio físico producía un beneficio clínico al aumentar el gasto cardíaco incluso sin que hubiera sincronía AV. Inicialmente, se desarrollaron e incorporaron mecanismos en los marcapasos unicamerales (SSIR), y posteriormente se incorporaron en los dispositivos bicamerales (DDDR). El desarrollo tecnológico de los marcapasos ha ido en paralelo al de los sensores, pero en este último caso han sido muchas las ideas que finalmente no han podido llevarse a la práctica, en la mayoría de los casos por dificultades técnicas. La Tabla 11-1 recoge todos los sensores que se han desarrollado hasta el momento, algunos de ellos comercializados con mayor o menor éxito. Los sensores son dispositivos que permiten aumentar de forma automática la frecuencia de estimulación del marcapasos al detectar la necesi- Sensores de marcapasos desarrollados hasta la fecha Método de detección Parámetro fisiológico Detección de la impedancia Frecuencia respiratoria Ventilación minuto Respuesta evocada Intervalo QT Área de la onda R evocada Movimiento del cuerpo Actividad/aceleración Sensores especiales 135 Parámetros físicos dp/dt Temperatura venosa central Frecuencia auricular media Presión de la aurícula derecha Presión pulmonar arterial Parámetros químicos pH Saturación de oxígeno venosa Central Nivel de catecolaminas Fabricantes Biotec Telectronics/ELA Medical/ Medtronic Vitatron Telectronics Medtronics/St. Jude Medical/Guidant/Biotronik SORIN Cook Guidant St. Jude Medical/Medtronic 136 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización dad de ello a través de una señal diferente de la onda P. Esta señal puede ser fisiológica (QT, volumen minuto) o no fisiológica (actividad). En función del tipo de señal detectada, Rickards clasificó los sensores en: a) Primarios: aquellos capaces de detectar los cambios que determinan la respuesta sinusal normal a las necesidades fisiológicas; por ejemplo, sensores capaces de detectar las catecolaminas circulantes o la actividad neurológica. b) Secundarios: detectan señales internas como consecuencia del ejercicio; el sensor QT, la temperatura venosa central y el volumen minuto pertenecen a este grupo. c) Terciarios: serían aquellos que detectan cambios externos como consecuencia del ejercicio. Todos los tipos de sensores de actividad pertenecen a este grupo. Otra clasificación basada en la relación existente entre los diferentes componentes que forman el sensor sería la que los agrupa en sistemas abiertos y sistemas cerrados. En la Figura 11-1 se muestra un esquema de ambos tipos de sensores. En un sistema abierto, la señal recogida por el sensor es traducida en una señal eléctrica y enviada al algoritmo. Una vez recibida, éste se encarga de establecer una relación entre la amplitud de la señal y la frecuencia final de estimulación. Asimismo, dicha relación viene marcada por la programación que el médico realice de los parámetros del algoritmo. Un ejemplo típico de sistema abierto es el sensor de actividad. La señal procesada por los componentes del sensor es enviada al algoritmo. El algoritmo contiene diferentes parámetros, entre los que destacan el umbral y la pendiente, que son los que realmente van a definir el incremento o disminución de la frecuencia de estimulación. En los primeros sensores, la relación entre la amplitud de la señal procesada por el algoritmo y la variación de la frecuencia era totalmente directa. En los sistemas actuales, la automatización de los parámetros del sensor permite A Señal fisiológica externa Sensor comprobar en cada momento si la frecuencia de estimulación está de acuerdo con un patrón predefinido en el algoritmo; si no es así, la pendiente y/o umbral aumentará y/o disminuirá según la comprobación realizada. En los sistemas cerrados existe una relación directa doble entre la frecuencia de estimulación y la señal fisiológica. La señal procesada por el sensor está influenciada tanto por la demanda metabólica (señal fisiológica) como por la frecuencia de estimulación del momento. Un requisito básico en los sistemas cerrados es que ambas influencias tengan un efecto opuesto sobre la señal del sensor; es decir, si la amplitud de la señal fisiológica aumenta, la señal del sensor aumentará, pero si la frecuencia de estimulación aumenta, la señal del sensor disminuirá. Los sistemas cerrados están diseñados para mantener un nivel del sensor constante: valor de referencia. Este parámetro resulta decisivo en estos sistemas, ya que si el valor de referencia es incorrecto, el resultado será siempre una respuesta en frecuencia incorrecta. Tanto en el desarrollo como en la elección del sensor adecuado, deben tenerse en cuenta una serie de características de tipo fisiológico y técnico. De tipo fisiológico: • Proporcionalidad con el nivel de estrés. • Velocidad adecuada de respuesta. • Sensibilidad con respecto a la señal fisiológica detectada. • Especificidad para no detectar señales diferentes a la señal fisiológica analizada. De tipo técnico: • Estabilidad. • Consumo. • Biocompatibilidad. • Facilidad de programación. Podemos decir que son pocos los sensores que actualmente están comercializados si los comparamos con todos los que se han quedado en el camino o que todavía no han sido comercializados. Algoritmo Frecuencia Sistema abierto Valor de referencia Señal fisiológica B Sensor Algoritmo Sistema cerrado Retroalimentación Figura 11-1. Esquemas de la secuencia correspondiente a sistemas abiertos, A, y cerrados, B. Frecuencia Capítulo 11. Mecanismos automáticos Podemos destacar el sensor de actividad, tanto de vibración como acelerómetro, el sensor de volumen minuto, el sensor de aceleración endocárdica y el sensor del sistema nervioso autónomo (comercializados a finales de los noventa). El sensor del QT no está actualmente incorporado en ningún marcapasos como sensor único; sí, en cambio, como sensor combinado con otro de actividad. Los dobles sensores surgen para combinar las ventajas de los sensores individuales. Una de las combinaciones que primero se comercializó fue el sensor de QT + actividad. El sensor de actividad tiene como ventaja su rápida respuesta, característica que no comparte el sensor del QT. Algo similar ocurre con la combinación entre volumen minuto y actividad; la falta de respuesta rápida del primero vuelve a satisfacerse con el sensor de actividad. La combinación de ambos sensores está condicionada por dos características denominadas crosschecking (Tabla 11-2) y blending. En el caso del blending, el médico puede ajustar el grado de importancia de cada sensor (contribución de ambos sensores) al incremento en la frecuencia de estimulación. Ejemplo: QT < ACT; QT = ACT; QT > ACT Tabla 11-2. Ejemplo de crosschecking con sensor de QT + actividad Frecuencia indicada por actividad Frecuencia indicada por QT Aumenta Aumenta Ignora la actividad Disminuye Aumento limitado Disminuye la frecuencia 137 Los sensores, hasta ahora y como ya se ha comentado, tienen como objetivo suplir la función cronotropa del nódulo sinusal, pero en un futuro no lejano el sensor servirá además para otros objetivos, como pudiera ser la optimización del intervalo AV. Existen pocas dudas sobre la incorporación de sensores que permitan incrementar la frecuencia de estimulación; pero también existe el convencimiento de el mejor sensor es el propio nódulo sinusal. Algunas compañías incorporan en sus modelos de marcapasos un algoritmo cuyo objetivo es priorizar el ritmo sinusal frente al ritmo estimulado y evitar competencia entre el ritmo sinusal y el ritmo estimulado que podría ser responsable del inicio de una arritmia auricular. Básicamente consiste en mantener un período de alerta auricular mínimo cuando la frecuencia de estimulación se incrementa debido al sensor (Fig. 11-2). Este período mínimo se consigue acortando el período refractario auricular. Frecuencia de reposo o sueño Otro aspecto importante de la frecuencia cardíaca es su variación normal circadiana o diurna (Fig. 11-3). Una persona permanece una tercera parte de su vida durmiendo, y durante este período de tiempo la frecuencia cardíaca media es más lenta que cuando permanece despierto. Es, por tanto, un objetivo razonable que los marcapasos intenten imitar este patrón de comportamiento de la frecuencia cardíaca. Básicamente existen dos mecanismos diferentes según el modo de activarse el algoritmo: • La frecuencia de reposo o sueño estática consiste en la programación de una hora de activación (normalmente la hora de acostarse) y otra de desactivación (normalmente la hora de levantarse) (Fig. 11-4). • La frecuencia de reposo o sueño dinámica permite utilizar el sensor (aunque no esté Intervalo de estimulación A A API PVARP original Período de alerta original PVARP acortado por el API 125 ms Figura 11-2. Período de alerta alargado debido (API) Esquema de funcionamiento del intervalo de protección auricular (API). 138 200 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Paciente en reposo Umbral de variación de la actividad (7/24 de todos los sucesos) Frecuencia sinusal Frecuencia indicada por el sensor Frecuencia nocturna de reposo 8 13 Figura 11-3. 18 Tiempo/horas 23 28 Esquema de frecuencia de reposo/sueño. Z z z z Amplitud de la señal activado) para saber cuándo el paciente está en reposo durante un cierto tiempo y activar a continuación esta función. Por el contrario, en el momento en que el paciente inicia alguna actividad, esta función se desactiva de forma inmediata, recuperando la frecuencia de estimulación básica programada. Este diseño permite que la función se active no sólo por la noche, sino a cualquier hora del día y en cualquier huso horario. El algoritmo presupone que el paciente duerme una media de 7 horas al día, estableciendo el umbral de actividad. Las señales generadas por el sensor se van promediando con las existentes y se clasifican en un histograma de variación de actividad en función de la amplitud (Fig. 11-5). Esta forma de registro permite que la respuesta de activación no sea instantánea y sí gradual en función de la actividad que el paciente haya estado realizando previamente. Este algoritmo permite igualmente desactivar la función de reposo o sueño cuando el paciente permanece en cama por alguna enfermedad, en cuyo caso la frecuencia de sueño o de reposo estaría contraindicada (Fig. 11-6). Como se comentó en la introducción, es importante saber cuándo activar los diferentes algoritmos y qué combinaciones pueden hacerse. Así, la activación de la frecuencia de reposo o sueño estaría indicada en pacientes con disfunción del nódulo sinusal (con o sin bloqueo de la conducción Figura 11-5. Histograma de variación de actividad en función de la amplitud de señal. AV). En cuanto a la combinación con otros algoritmos, esta función puede combinarse con: • Algoritmos de sobreestimulación para prevención de la fibrilación auricular, bien con la programación de sobreestimulación con frecuencia constante o bien con la activación de algún algoritmo o algoritmos dinámicos de prevención de la fibrilación auricular. • Histéresis de la frecuencia, cuando esta función se programa para el tratamiento del síncope neurocardiogénico, evitando así el incremento de la frecuencia de estimulación cuando la caída de frecuencia se debe al enlentecimiento fisiológico de la frecuencia sinusal durante el sueño. Algoritmos para caída brusca de la frecuencia En los últimos años se han desarrollado múltiples algoritmos de estimulación para tratar el componente cardioinhibitorio de este síndrome en pa- 0.06 Eventos normalizados 0.05 Moda Paciente acostado (media < 2.5 × moda) 0.04 0.03 30 min. 30 min. Media 0.02 Variación de actividad 0 Hora de acostarse Figura 11-4. Hora de levantarse Frecuencia de reposo estática. 2. 5 0.01 Frecuencia nocturna 5 7. 5 10 12 .5 15 17 .5 20 22 .5 25 27 .5 30 32 .5 35 Frecuencia básica Figura 11-6. Esquema del umbral de variación de un paciente acostado. Capítulo 11. Mecanismos automáticos cientes rigurosamente seleccionados. Los resultados han sido muy variados debido a que el mecanismo fisiopatológico incluye diferentes grados de vasodilatación y bradicardia que se manifiestan como bradicardia sinusal con o sin bloqueo AV. Está admitido que el modo de estimulación adecuado es el modo DDD. A mediados de los ochenta, se modificó un marcapasos bicameral estándar para permitir la estimulación DDI con histéresis. La combinación de frecuencia básica alta, frecuencia de histéresis baja y modo de estimulación DDI ha ido modificándose a lo largo del tiempo para mejorar tanto la entrada como la salida de frecuencias bajas y altas. Antes de describir todos estos algoritmos, debemos hablar primero del parámetro básico de esta combinación, la histéresis de la frecuencia. Histéresis de la frecuencia (Fig. 11-7) La histéresis de la frecuencia está diseñada para favorecer la aparición de ritmo intrínseco por debajo de la frecuencia básica programada. La histéresis se incluyó primero en los marcapasos unicamerales, y posteriormente en los marcapasos bicamerales. La histéresis es un intervalo de tiempo añadido al intervalo básico de estimulación después de la detección de un evento intrínseco. Al inhibirse el marcapasos, la frecuencia básica de estimulación se desactiva, dejando un mayor margen de tiempo para que el marcapasos continúe inhibido. Cuando la frecuencia del ritmo intrínseco cae por debajo de la frecuencia de histéresis programada, se restablece de forma inmediata la estimulación a la frecuencia básica programada. La activación de la frecuencia de histéresis depende del modo de estimulación programado. Así, en los modos de estimulación VVI y DDI la detección de una onda R (complejo QRS) activa esta Estimulación a frecuencia básica función, mientras que en los modos AAI y DDD es la detección de una onda P lo que provoca la activación de la histéresis. Como hemos señalado anteriormente, la activación de la histéresis se produce al detectar un evento intrínseco (onda P u onda R, según el modo de estimulación programado). Algunos modelos de marcapasos incluyen una mejora en la programación de la histéresis, la función de búsqueda. Puede programase en función del tiempo o en función de un número determinado de ciclos, es decir, transcurrido un cierto tiempo o número de ciclos de estimulación a la frecuencia básica, el marcapasos aumenta el intervalo de tiempo sin estimulación para ver si hay ritmo propio, en cuyo caso permanecerá inhibido a una frecuencia entre la básica de estimulación y la de histéresis. Otra característica de la función de búsqueda es la duración de la búsqueda, que puede ser no programable (un solo ciclo de estimulación) o programable (uno o varios ciclos de estimulación). Volviendo a la aplicación de la histéresis de la frecuencia en el tratamiento del síncope neurocardiogénico, debemos hacer un poco de historia para entender la evolución del algoritmo. La idea inicial fue programar una frecuencia básica de estimulación alta (85-110 min-1) con una histéresis baja (40-50 min-1), empleando el modo DDI. La primera modificación a esta simple combinación de frecuencia básica alta y frecuencia de histéresis baja fue incluir la función de búsqueda de histéresis. De este modo, transcurrido un tiempo o un número de ciclos determinado a frecuencia alta, el marcapasos bajaba la frecuencia a la de histéresis; en caso de que el paciente recuperase el ritmo propio, el marcapasos se inhibía, evitando la estimulación innecesaria; en caso contrario, volvía a estimular a la frecuencia alta programada. La incorporación de la histéresis positiva del intervalo AV o búsqueda automática de la conducción intrínseca a la programación anterior, per- Activación de histéresis e inhibición de marcapasos Frecuencia básica Ritmo intrínseco Frecuencia histéresis Figura 11-7. 139 Esquema del funcionamiento de la histéresis de la frecuencia. Estimulación a frecuencia básica 140 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización mite utilizar esta combinación tanto en el modo DDI como en el modo DDD. La utilización de la histéresis en combinación con los algoritmos antes mencionado tenía que superar dos retos: • El aumento ligero en el tono vagal que ocurre durante el sueño y que produce frecuencias fisiológicas muy bajas. Esta frecuencia fisiológica baja puede activar la estimulación a frecuencia alta. En este caso, el incremento algorítmico de frecuencia puede prevenirse activando el algoritmo de frecuencia de reposo o de sueño disponible en algunos marcapasos. Cuando la frecuencia de reposo de sueño se guía por el sensor y no por un reloj prefijado, el dispositivo sabrá cuándo el paciente está verdaderamente en reposo, y entonces desactivará el algoritmo de frecuencia de histéresis, pasando el marcapasos a estimular la frecuencia de reposo. • Los latidos ectópicos ventriculares o los latidos ventriculares prematuros que normalmente están asociados con una pausa. Dependiendo de las frecuencias programadas o zona de disminución de frecuencia, esto puede ser suficiente para activar la estimulación de alta frecuencia. Las mejoras realizadas en los algoritmos originales permiten la programación de uno o varios ciclos a la frecuencia de histéresis programada. En la Figura 11-8 se muestra cómo ha evolucionado este algoritmo. Otros algoritmos con el mismo propósito permiten programar la frecuencia de escape, la rapidez con que la frecuencia sinusal debe caer a la frecuencia de escape, el número de ciclos que el sistema permanecerá a la frecuencia más baja antes de que ocurra un incremento de la frecuencia de estimulación, y el período de tiempo que permanecerá a la frecuencia más alta. Algoritmos para taquiarritmias auriculares En este apartado vamos a describir el comportamiento de los marcapasos DDD y DDDR a frecuencias altas, y cómo la evolución tecnológica ha permitido la introducción, primero, del cambio automático de modo (a partir de ahora, CAM), y actualmente, de nuevos algoritmos para prevención de la fibrilación auricular. Comportamiento a frecuencias altas DDD Los modos de estimulación DDD y VDD tienen la capacidad (como indica el código de letras en tercera posición, letra D) de seguir la actividad auricular (tracking). En el comportamiento a frecuencias altas, hay dos parámetros que son fundamentales, el período refractario auricular total (PRAT), y la frecuencia máxima de seguimiento (MTR), también denominada límite superior de frecuencia (URL). El PRAT es un período refractario del canal auricular que impide la detección de eventos auriculares intrínsecos dentro de ese período. Comienza con el estímulo o detección de un evento auricular y perdura hasta un tiempo programable después del estímulo o detección de un evento ventricular. Es decir, es la suma del intervalo AV y del período refractario auricular posventricular (PRAPV), ambos programables de forma independiente. Este período determina la frecuencia de bloqueo 2:1 en los marcapasos (Tabla 11-3). 60 000 Frecuencia de bloqueo 2:1 = ——— PRAT Duración de la intervención Frecuencia básica Frecuencia cardíaca 100 60 Tiempo de recuperación Ritmo intrínseco 45 DDD = Estimulación AR o AV DDI = Estimulación AV Frecuencia de histéresis de escape 30 Tiempo Entrada de episodio Figura 11-8. Ritmo estimulado Núm. de ciclos a frecuencia de histéresis Diagrama de funcionamiento siguiendo el algoritmo de frecuencia de histéresis. Capítulo 11. Mecanismos automáticos Tabla 11-3. Ejemplo de frecuencia de bloqueo 2:1 Parámetros básicos Modo DDD Frecuencia básica 70 min–1 Frecuencia de histéresis Off min–1 Frecuencia durante el sueño Off min–1 Frecuencia máxima de seguimiento 120 min–1 Frecuencia de bloqueo 2:1 166 min–1 Intervalo AV 170 ms Intervalo PV 150 ms Int. A-V/P-V con respuesta en frec. Medio Intervalo A-V/P-V más corto 70 ms Período refractario ventricular 250 ms Período refractario auricular (PRAPV) 275 ms Ventricular: Autocaptura ventricular Off Amplitud de impulso V 3.50 V Anchura de impulso V 0.6 ms Sensibilidad V 2.0 V Configuración de impulso V Bipolar Configuración de detección V Bipolar Auricular: Amplitud de impulso A 2.50 V Anchura de impulso A 0.6 ms Sensibilidad A 1.0 mV Configuración de impulso A Bipolar Configuración de detección A Bipolar Respuesta ante imán Test batería Esta frecuencia de bloqueo puede programarse de forma individual para cada paciente, gracias a la posibilidad de programar el intervalo AV/PV independientemente del PRAPV. Además, ambos parámetros pueden variar automáticamente según la actividad intrínseca o por la inducida por el sensor, por lo que el valor de la frecuencia de bloqueo 2:1 puede aumentar. Además del bloqueo 2:1, las frecuencias auriculares intrínsecas altas pueden conducir a esce- Figura 11-9. 141 narios donde se produzcan caídas bruscas de la frecuencia ventricular. Algunos de estos escenarios y sus soluciones son: Pseudo-Wenckebach. Cuando la frecuencia auricular intrínseca del paciente supera la frecuencia máxima de seguimiento programada en el marcapasos, y siempre que sea inferior a la frecuencia de bloqueo 2:1, el marcapasos alargará progresivamente el intervalo PV hasta que una onda P caiga dentro del PRAPV y sea bloqueada. Esta secuencia se repetirá mientras se mantenga la situación (Fig. 11-9). A medida que la frecuencia máxima de seguimiento se aproxime a la frecuencia de bloqueo 2:1, la posibilidad de tener comportamiento Wenckebach se reduce, y aumenta la posibilidad de bloqueo 2:1. Fallback. Otros modelos de DDD utilizan un mecanismo de control de la frecuencia ventricular que consiste en evitar la sincronía entre los eventos ventriculares estimulados y los auriculares detectados. La frecuencia ventricular estimulada comienza a disminuir, según un intervalo programable, bien a la frecuencia básica, o bien a la frecuencia fallback, también programable. Mientras la frecuencia auricular intrínseca esté por encima de la frecuencia de fallback, el comportamiento será similar al comportamiento anteriormente descrito. Cuando la frecuencia auricular caiga por debajo de la frecuencia ventricular máxima programada, la frecuencia ventricular estimulada comenzará a aumentar, según un intervalo programable, hasta volver a sincronizarse con la frecuencia auricular intrínseca. Rate smoothing. Este algoritmo, también denominado de control automático de la frecuencia (CAF), intenta evitar los cambios bruscos (aceleraciones y desaceleraciones) en la frecuencia de estimula- Trazado FCG según patrón pseudo-Wenckebach. 142 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización ción ventricular que se producen como consecuencia de los cambios bruscos en la frecuencia auricular intrínseca. Este algoritmo limita ciclo a ciclo los cambios de frecuencia, bien mediante un porcentaje, bien mediante un valor fijo programable del intervalo RR, según el modelo. El marcapasos calcula una ventana de CAF ventricular, que determina el RR más corto y más largo posible. Restando el intervalo AV programado a la ventana ventricular, el algoritmo calcula otra ventana de CAF auricular donde se espera que tenga lugar la detección de un evento auricular (Fig. 11-10). En ese momento pueden ocurrir las siguientes situaciones: • Que se detecte actividad auricular dentro de la ventana de CAF auricular. Esto iniciará un intervalo AV normal. • Que no se detecte ningún evento auricular en la ventana de CAF auricular, lo que provocará un estímulo auricular al comienzo del intervalo AV. • Que se detecte un evento auricular fuera del PRAPV y antes de iniciarse la ventana de CAF auricular; el algoritmo prolongará el intervalo AV hasta el comienzo de la ventana de CAF ventricular. Este comportamiento se asemeja al comportamiento pseudo-Wenckebach. DDDR Un marcapasos programado en modo de estimulación DDDR tiene el mismo comportamiento a frecuencias altas que el comentado anteriormente, pero en este caso se incorpora un segundo mecanismo para aumentar la frecuencia de estimulación: el sensor. Además, existe un segundo limitador de frecuencia, la frecuencia máxima del sensor. Ambos limitadores de frecuencia, la frecuencia máxima de seguimiento (MTR) y la frecuencia máxima del sensor (MSR), pueden programarse independientemente y resuelven diferentes situaciones según se programen ambos parámetros. Así por ejemplo, Suceso auricular una programación de la MTR inferior a la MSR (MTR<MSR) permite un cierto sincronismo entre la onda P a frecuencias altas y la frecuencia ventricular de estimulación. Asimismo, puede evitar las caídas bruscas de la frecuencia ventricular debido al comportamiento Wenckebach; todo ello mientras que el paciente realice un ejercicio que active el sensor. Cambio automático de modo En la actualidad, prácticamente todas las compañías disponen de un algoritmo denominado de cambio automático de modo (CAM). Básicamente este algoritmo permite, ante una taquiarritmia auricular, cambiar de un modo de estimulación DDD/R, con capacidad de seguimiento de la actividad auricular, a un modo DDI/R, DVI/R o VVI/R sin dicha capacidad. El canal auricular monitoriza la actividad auricular de forma continua (incluso dentro del período refractario auricular total) para poder activar y desactivar el algoritmo de cambio de modo. Los algoritmos de cambio de modo basan su activación y desactivación en la detección adecuada de la frecuencia auricular. Por ello, los marcapasos actuales disponen de una amplia programabilidad de la sensibilidad auricular, incluso algoritmos de autodetección. Otro factor que se ha de considerar es la rapidez de entrada y salida del cambio de modo; por ejemplo, la primera generación de CAM permitía la entrada del algoritmo simplemente con la detección de latidos auriculares prematuros aislados u ondas P retrógradas. Para evitar esta rápida entrada del CAM, existen mecanismos internos que tratan de confirmar la estabilidad de la taquiarritmia auricular mediante el estudio de la variación del ciclo PP, o bien programando unos criterios de activación que combinan la frecuencia auricular de CAM con un determinado número de latidos a dicha frecuencia. Otros algoritmos, en un in- Suceso auricular Ventana de CAF auricular 578 ms 650 ms 698 ms Retardo AV (159 ms) Intervalo R-R (800 ms) Suceso ventricular Suceso ventricular Figura 11-10. Esquema del algoritmo de control automático de la frecuencia (CAF). 578 ms 650 ms 698 ms Ventana de CAF auricular Capítulo 11. Mecanismos automáticos tento de mejorar la especificidad de la respuesta, cruzan la información referente a la frecuencia auricular detectada y la información recibida del sensor, estableciendo una banda fisiológica automática, por encima de la cual se establece ritmo patológico y por debajo ritmo sinusal. De este modo, se intenta discriminar entre ritmos auriculares lentos patológicos y taquicardia sinusal. La desactivación del CAM se produce por un aumento del intervalo del ciclo PP, por un tiempo determinado sin detección de ritmo auricular, o por un número de latidos por debajo de la frecuencia máxima de seguimiento. A la hora de programar el CAM, existen una serie de parámetros que deben programarse simultáneamente, como es una frecuencia de corte (frecuencia de detección de taquicardia auricular), el modo de estimulación sin capacidad de seguimiento al que se desea cambiar (con o sin sensor), la frecuencia ventricular durante el cambio de modo (igual o superior a la frecuencia básica programada en el marcapasos) y el período de cegamiento en el canal auricular después de un evento ventricular (período de cegamiento auricular posventricular) (Fig. 11-11). Algoritmos de estimulación para prevención de fibrilación auricular Existen numerosos trabajos publicados, tanto retrospectivos como prospectivos, que han examinado el papel que desempeña la estimulación auricular en la prevención de la fibrilación auricular. También se han publicado trabajos que han demostrado que la estimulación DDDR con frecuencia básica alta (20% por encima de la frecuencia intrínseca media, o 75 lpm) tiene efectos muy po- Frecuencia estimulada Seguimiento auricular DDD Ritmo ventricular DDI Entrada en CAM Frecuencia auricular 150 Frecuencia básica sitivos en la reducción de episodios de fibrilación auricular; en este caso, estaríamos hablando de prevención de la fibrilación auricular mediante estimulación auricular a frecuencia fija. La incorporación de nuevos algoritmos, como la frecuencia de reposo, permite programar frecuencias altas durante el día, y frecuencias más bajas en períodos de reposo. Recientemente se publicó un trabajo —The circadian overdrive pacing (COP)— que demuestra una reducción del 50% en la incidencia de cambios automáticos de modo con un nivel de significación p < 0.05. Esta reducción de la activación del CAM se observó con estimulación a una frecuencia básica de 85 lpm durante períodos de actividad, y a 65 lpm durante períodos de inactividad. En la actualidad, prácticamente todas las compañías incorporan, en algunos de sus modelos de marcapasos bicamerales, diferentes algoritmos automáticos enfocados a prevenir el desarrollo de fibrilación auricular, que actúan: • Reduciendo la dispersión de los períodos refractarios. • Eliminando las pausas existentes después de los latidos auriculares prematuros. • Suprimiendo los latidos auriculares prematuros. • Estabilizando la frecuencia auricular para favorecer la uniformidad del período refractario. Los algoritmos desarrollados para prevenir la fibrilación auricular se describen brevemente a continuación: Sobreestimulación auricular. Este algoritmo estimula la aurícula con una frecuencia superior a la frecuencia intrínseca durante un tiempo o núSeguimiento auricular DDD ATDR 200 Frecuencia auricular filtrada Frecuencia básica durante CAM 143 MTR Intervalo de frecuencia auricular filtrada Frecuencia auricular intrínseca Frecuencia básica durante CAM Frecuencia CAM convencional Frecuencia básica 100 Figura 11-11. Esquema de un algoritmo CAM. ATDR: Frecuencia de detección de taquicardia auricular; MTR: Frecuencia máxima de seguimiento. 144 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Frecuencia cardíaca Biotronik 150 ELA 100 posteriormente ir reduciéndose hasta alcanzar la frecuencia básica. SJM Supresión de la pausa postextrasístole. El objetivo es reducir la pausa que hay después de una extrasístole auricular. MDT Vitratron GDT Respuesta postejercicio. El objetivo es prevenir una disminución demasiado rápida de la frecuencia cardíaca después de finalizar un ejercicio. 60 10 5 3 1 Frecuencia de sobreestimulación Sobreestimulación tras cambio de modo. El objetivo es proporcionar una estimulación a frecuencia alta durante un tiempo después de una arritmia auricular. Figura 11-12. Diferencias intercompañías en cuanto a forma de incrementar la frecuencia de estimulación. Algoritmos para taquicardias inducidas por marcapasos mero de ciclos programable, para posteriormente disminuir la frecuencia de estimulación. Se trata de un algoritmo dinámico: el dispositivo busca la frecuencia auricular intrínseca del paciente; una vez encontrada, vuelve a aumentar la frecuencia de estimulación; si no, la frecuencia de estimulación auricular continúa bajando hasta llegar a la frecuencia básica. La forma de incrementar la frecuencia de estimulación por encima de la sinusal varía de una compañía a otra. La Figura 11-12 muestra dichas diferencias. Una taquicardia de asa cerrada inducida por marcapasos (PMT) es una taquicardia de reentrada donde la estimulación ventricular está asociada con la conducción VA a la aurícula (Fig. 11-13). El marcapasos detecta la onda P retrógrada, lo que induce un impulso ventricular al terminar el intervalo PV programado. La PMT continuará a la frecuencia máxima de seguimiento o a una frecuencia inferior, suma del tiempo de conducción VA y el intervalo PV programado, siempre que la conducción retrógrada VA sea sostenida. Se estima que el 60-70% de los pacientes con enfermedad del seno, y el 30% de los pacientes con bloqueo AV tienen conducción retrógrada. Las condiciones para iniciar una PMT son: Supresión de los latidos auriculares prematuros. El objetivo es la reducción de la incidencia de latidos prematuros mediante la sobreestimulación después de la detección de dichos latidos. Este incremento en la frecuencia de estimulación se mantiene durante un tiempo determinado, para 1. Iniciador, cualquier evento o situación que induzca una disociación entre aurícula y ven- Intervalo de tiempo de la taquicardia = Tiempo de conducción VA + Intervalo PV programado PR PV PVE PV PV PV PV PV PV PV PV PV PV PV PV PV Figura 11-13. Esquema de una PMT ocasionada por una extrasístole ventricular. PV PV Capítulo 11. Mecanismos automáticos trículo. Una extrasístole ventricular, infradetección auricular, fallo de captura auricular, etc. 2. Conducción retrógrada. 3. Marcapasos DDD o VDD. Los mecanismos para romper este circuito se basan en la «no» detección de la onda P retrógrada. Sólo vamos a considerar las funciones que se activan automáticamente, dado que la programación manual, por ejemplo, de la sensibilidad auricular, de un período refractario auricular posventricular (PRAPV) fijo más largo que el tiempo de conducción retrógrada o de una frecuencia máxima de seguimiento igual a la frecuencia de PMT, son métodos que pueden restar o comprometer la capacidad de funcionamiento de otros algoritmos del marcapasos. Existen mecanismos automáticos que previenen, detectan y terminan las taquicardias inducidas por marcapasos. Los mecanismos de prevención se describen a continuación: a) Cambio al modo DVI durante un ciclo ante una extrasístole ventricular. Fue uno de los primeros algoritmos automáticos incluidos en los marcapasos DDD. El problema de este algoritmo estriba en la incapacidad de detectar una segunda onda P (no retrógrada) que vaya seguido de un complejo ventricular intrínseco. Ese complejo ventricular sería interpretado por el marcapasos como una segunda extrasístole, volviéndose a activar el algoritmo. Esta situación podría perpetuarse. b) Extensión automática del PRAPV ante una PVC (Fig. 11-14). La detección de una PVC induce un incremento en el PRAPV, para evitar la detección de la onda P retrógrada, pero al contrario que el algoritmo anterior, se deja una ventana de detección auricular (350 ms) durante un ciclo, que pasa a ser de 830 ms. Este algoritmo ha sido mejorado permitiendo la identificación de actividad intrínseca en la porción final del PRAPV. Aunque la detección de una onda P dentro del PRAPV no será seguida por un estímulo ventricular, la aparición de un complejo ventricular intrínseco justo después de finalizar el PRAPV será etiquetada como una onda R, más que como una nueva extrasístole ventricular, lo que obligaría de nuevo a extender el PRAPV. c) Estimulación en aurícula sincronizada con la PVC (Fig. 11-15). d) Identificación de ondas P retrógradas. Previa selección de un PRAPV lo más corto PRAPV 350 ms 480 ms Ventana de alerta auricular 145 Onda P retrógrada no detectada Figura 11-14. Extensión del período refractario auricular posventricular ante una contracción ventricular prematura (PVC). posible, el primer evento auricular después de la PVC se asume como retrógrado, y el marcapasos permanece en espera hasta que suceda el segundo evento auricular para disparar secuencialmente en la aurícula, o hasta que se agote el intervalo básico y estimule la aurícula iniciando el intervalo AV correspondiente. Los algoritmos de identificación y terminación de una PMT han sufrido también una serie de mejoras. Los primeros algoritmos se basaban en la frecuencia, es decir, la detección de una serie de impulsos ventriculares a la frecuencia máxima de seguimiento activaba el algoritmo anti-PMT, consistente en el alargamiento del PRAPV durante un ciclo. Otro algoritmo discrimina cada enésima onda P detectada a la frecuencia máxima de seguimiento, omitiendo el impulso ventricular correspondiente. Termina la PMT y se restablece el funcionamiento normal del marcapasos. Los mecanismos actuales están diseñados para identificar cuándo la PMT está provocada por conducción retrógrada y no por un ritmo fisiológico normal. Todos están basados en la estabilidad del intervalo estimulación ventricular-evento auricular. Se parte de la premisa de que el tiempo de conducción retrógrada es constante. 210 ms Figura 11-15. con la PVC. 140 ms Estimulación en aurícula sincronizada 146 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización A continuación se describen algunos de estos mecanismos: a) El algoritmo «AutoDetect» (Fig. 11-16) durante los primeros ocho ciclos por encima de 90 min-1 mide el intervalo VP y calcula el valor medio y la desviación de cada uno con el valor medio. Si todos varían menos de 16 ms con respecto a la media, el ritmo se clasifica como PMT. A continuación se alarga o acorta el intervalo PV del noveno ciclo en 31 ms y si la desviación del intervalo siguiente VP es inferior a 16 ms de la media calculada, se inhibe la salida ventricular (décimo ciclo) lanzando un estímulo auricular 350 ms después, salvo que haya actividad auricular intrínseca en los últimos 210 ms de estos 350 ms. b) Durante los primeros ocho ciclos se mide el intervalo VP y, si es menor de 453 ms y estable dentro del límite de 31 ms, se estudian los dos o cuatro ciclos siguientes. Esto depende de si la variación del intervalo VP es mayor o menor de 16 ms. Si es mayor, el intervalo AV, siempre y cuando sea mayor o igual a 94 ms, se acortará 63 ms por un ciclo. Si es menor de 94 ms, entonces se alargará 63 ms. Ahora se mide el nuevo intervalo VP, y si es menor de 31 ms, se considera una PMT. Si es mayor, se considera ritmo sinusal. Si la variación es menor de 16 ms el intervalo AV, siempre y cuando sea mayor o igual a 78 ms, se acortará 47 ms por un ciclo. Si es menor de 78 ms, entonces se alarga 47 ms. Se mide ahora el nue- Monitorización Estimulación PV a una frecuencia > frecuencia PMT programable Calcula la media de 8 intervalos V-P vo intervalo VP, y si es menor de 16 ms, se considerará una PMT. Si es mayor, se necesita un segundo ciclo para la confirmación, agregando esta vez el intervalo AV 63 ms (como se explica más arriba). Una vez confirmada la PMT, se extiende el PRAPV 453 ms por un ciclo después del estímulo ventricular. Después, puede reprogramarse automáticamente el intervalo AV o PRAPV del marcapasos para evitar la recurrencia de la PMT. c) Durante ocho ciclos a frecuencias iguales o inferiores a la frecuencia máxima de seguimiento auricular, se mide el intervalo VP y si todos son menores de 400 ms, el PRAPV después de la novena estimulación ventricular se alarga a 400 ms. A continuación, la detección PMT se desactiva durante 90 s para permitir la estabilización de la frecuencia cardíaca, comenzando de nuevo una vez transcurrido dicho tiempo. De esta forma se evita la intervención innecesaria en presencia de frecuencias auriculares intrínsecas rápidas. d) Después de 32 eventos ventriculares consecutivos estimulados se mide el intervalo VP, y en caso de que su duración sea inferior a 450 ms, el intervalo PV se prolonga en 51 ms durante un solo latido. Cuando los intervalos VP antes y después de la prolongación del intervalo PV sean iguales, se sospecha que se trata de conducción retrógrada y la medición se realiza 2 veces. Una vez confirmada, se produce el cambio de modo a DDI /R o VDI/R. Discriminación Inhibición del siguiente impulso V y emisión un impulso A después de 330 ms Extiende (si IPV<100 ms) o acorta (si IPV>100 ms) el siguiente IPV en 31 ms Desviación del noveno IVP < 16 ms Terminación Se confirma la PMT Si los 8 intervalos se desvían < 16 ms Figura 11-16. Algoritmo para diferenciar una taquicardia de asa cerrada inducida por marcapasos (PMT). Capítulo 11. Mecanismos automáticos Automatismos del intervalo AV Acortamiento del intervalo AV/PV en respuesta a la frecuencia Está concebido para imitar la respuesta fisiológica producida ante el aumento de la frecuencia cardíaca y poder así mantener la secuencia auriculoventricular, atrasando el punto de bloqueo 2:1. Cuando la frecuencia cardíaca o la frecuencia indicada por sensor aumenta, los intervalos AV/PV van a acortarse, mientras que se alargan cuando la frecuencia disminuye. Otro parámetro que varía según la frecuencia indicada por sensor es el PRAPV. Los diferentes diseños de este algoritmo se describen a continuación: a) Algoritmos con acortamiento o alargamiento escalonado. Estos algoritmos se pueden encontrar en modelos de marcapasos antiguos. b) Algoritmos con acortamiento o alargamiento lineal. Los marcapasos actuales incluyen este tipo de acortamiento, variando la forma de actuar y los límites de actuación: • Cuando la frecuencia auricular intrínseca, o la frecuencia indicada por sensor supera los 90 ipm, se permiten tres niveles de acortamiento: 3 ms, 2 ms o 1 ms por cada incremento en un ipm de la frecuencia. El límite de acortamiento es también un valor programable. • Se programan las frecuencias de inicio y terminación del acortamiento, los intervalos AV y PV y los límites de acortamiento mínimos. El marcapasos llevará a cabo una reducción lineal de dichos intervalos entre los límites de frecuencia establecidos (Fig. 11-17). • Acortamiento fijo de 1/16 de la frecuencia indicada metabólicamente por sensor. 200 175 150 125 100 75 50 25 0 Intervalo AV Intervalo PV 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 Frecuencia auricular Figura 11-17. Reducción lineal de los intervalos AV y PV llevada a cabo por el marcapasos. 147 • Relación lineal de acortamiento del intervalo AV entre la frecuencia básica y la frecuencia máxima de seguimiento. • Al programar una frecuencia básica y un intervalo AV, se establece un porcentaje entre dicho intervalo y la longitud del ciclo cardíaco. Se produce un acortamiento lineal del intervalo AV a medida que se acorta el intervalo V-V hasta un límite mínimo programable. Mantenimiento de la conducción ventricular intrínseca El objetivo de este algoritmo en los marcapasos de doble cámara (VDD/R, DDD/R) es favorecer y mantener la conducción auriculoventricular mientras el paciente tenga dicha conducción intacta. En los marcapasos antiguos sólo había una forma de mantener la conducción auriculoventricular intrínseca, que consistía en la programación de un intervalo AV/PV más largo que el valor intrínseco; pero al reaparecer el bloqueo en la conducción, dicho intervalo alargado no era el más adecuado. Los algoritmos actuales permiten monitorizar la presencia de conducción propia y programar intervalos más largos, volviendo a programarse los intervalos más cortos cuando el marcapasos detecta que no hay conducción propia. Hay dos formas de activación: • El marcapasos inhibe la cámara ventricular porque ha habido un evento ventricular intrínseco más corto que el intervalo AV/PV programado, alargando automáticamente en los siguientes ciclos el intervalo AV/PV. • El marcapasos alarga cada cierto tiempo el intervalo AV/PV, permaneciendo con ese valor de intervalo AV/PV hasta que no se detecte actividad espontánea. Algunos marcapasos disponen de función de búsqueda. Después de un tiempo o un número de ciclos programable, el marcapasos aumenta el intervalo AV/PV para ver si hay conducción intrínseca; si no está presente, el marcapasos vuelve a los valores programados. Existen otros algoritmos que cambian de modo de estimulación, pasando de DDD a AAI y viceversa. En general, el marcapasos monitoriza la presencia de un evento ventricular intrínseco después de un evento auricular; la ausencia de un evento ventricular intrínseco hace que el marcapasos estimule en DDD, si el modo previo era DDD, o cambie a DDD si el modo previo era AAI. 148 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Mantenimiento de la estimulación ventricular Con este algoritmo se pretende justamente lo contrario a lo expuesto en el apartado anterior. El objetivo es mantener la estimulación ventricular el máximo tiempo posible. El marcapasos monitoriza el tiempo de conducción intrínseca del paciente para acortar el intervalo AV/PV con un valor más corto que dicho tiempo. Autocaptura Es sabido que el umbral de estimulación puede variar a corto y largo plazo debido a múltiples factores (Tabla 11-4) relacionados con la maduración del electrodo, la medicación, el ejercicio, el ciclo circadiano y otros. La verificación automática de la captura y la posterior utilización de esa información es una característica reconocida como útil en términos de seguridad para el paciente, facilidad de seguimiento, optimización del voltaje y/o anchura de impulso de estimulación, lo que supone ahorro energético y mayor duración de los dispositivos o, lo que también es interesante, utilización de la capacidad de la pila para otros fines relacionados con la estimulación cardíaca. La idea de un algoritmo con estas posibilidades fue descrita ya a principios de los años setenTabla 11-4. Factores que varían el umbral de estimulación Factores que aumentan los umbrales de estimulación Agentes antiarrítmicos Clase IA Quinidina Disopiramida Procainamida Desequilibrio electrolítico Acidosis metabólica Alcalosis metabólica Hipercalcemia Agentes antiarrítmicos Clase IC Flecanida Propafenona Hipocalcemia Hiperglicemia Hipercapnia Hipoxemia Agentes antiarrítmicos Clase III Amiodarona Sotalol Condiciones temporales Sueño Enfermedad viral aguda Comer Maduración del cable Factores que disminuyen los umbrales de estimulación Corticosteroides Ejercicio Catecolaminas ta, pero fue a mediados de los noventa cuando se comercializó un modelo de marcapasos que incluía un algoritmo con esta capacidad. Este algoritmo, denominado AutoCapture, se incorporó primero a los marcapasos unicamerales y posteriormente a los modelos de marcapasos bicamerales. Hoy por hoy, este algoritmo sólo es aplicable en la cámara ventricular de estos dispositivos. El algoritmo AutoCapture® basa su funcionamiento en la monitorización y detección, latido a latido, de la respuesta evocada (RE) (Fig. 11-18). La RE es la onda de despolarización (en este caso ventricular) generada después de cada impulso, con captura, del marcapasos. La detección o no de esta señal (captura o no captura), después de un impulso emitido por el marcapasos, permite disminuir, mantener o aumentar el voltaje de estimulación y conocer en cada momento la variación del umbral de estimulación. Otra característica fundamental de estos dispositivos es el impulso de seguridad. La ausencia de RE después de cada impulso genera, pocos milisegundos después, un impulso con un voltaje superior (4.5 V) para asegurar la captura. Ésta es, sin duda, la base fundamental que confiere seguridad a este algoritmo. Este algoritmo permite, tal como ya se ha mencionado, conocer el umbral de estimulación en cada momento, y realizar búsquedas automáticas Detector P/R Detector ER P. R. Absoluto Cerrado Abierto Ampl. sensado Cerrado Abierto 14 ms 46 ms A Detector P/R Per. Refr. Absoluto Detector ER Cerrado 14 ms Abierto 46 ms Amplitud autoprogramada Impulso de estimulación 80 - 100 ms Impulso de seguridad Amplitud de impulso = 4.5 V Anchura de impulso > 0.5 ms B Figura 11-18. Esquema de marcapasos con algoritmo de AutoCapture. A. Con captura efectiva. B. Fallo de captura con estímulo de seguridad (80-100 ms) después del primer impulso. Capítulo 11. Mecanismos automáticos (**) 1.25 V 1.25 V 4.5 V (**) 1.25 V 4.5 V Pérdida de captura ocasionada por un incremento de umbral (*) 1.50 V (*) 1.50 V 1.25 V 4.5 V Recuperación de captura (*) 1.25 V 4.5 V (*) (*) 1.375 V 1.375 V 149 Búsqueda de umbral En los modos bicamerales 1.625 V 1.625 V Se añade un margen de seguridad de 0.25 V (**) La pérdida de captura hace que el intervalo AV/PV se prolongue 100 ms en el ciclo siguiente. De este modo, se reducen las búsquedas de umbral inducidas por fusión. (*) El dispositivo vuelve a programar el intervalo AV en 50 ms y el intervalo PV en 25 ms de forma provisional para neutralizar el ritmo intrínseco durante la búsqueda de umbral. Figura 11-19. Ejemplo de funcionamiento en los marcapasos bicamerales. de umbral cada 8 horas o bien cuando hay dos pérdidas de captura consecutivas, programando automáticamente el voltaje de estimulación de acuerdo con el nuevo valor de umbral. AutoCapture también ha permitido facilitar el seguimiento de los marcapasos gracias a la posibilidad de almacenar la variación de umbrales de estimulación y de aumentar el grado de automaticidad en los test de captura. Actualmente existen dispositivos que permiten tener un sistema de confirmación de captura auricular, pero no basado en la respuesta evocada. Estos sistemas se basan en la presencia de eventos ventriculares intrínsecos después de un estí- Onda P Umbral de detección (1/2 diferencia entre el ruido estimado y la onda P) + ruido estimado mulo auricular, en el caso de un paciente con conducción propia, o bien adelantando un estímulo auricular y monitorizando la presencia de onda P posterior al estímulo auricular (Fig. 11-19). Autodetección El objetivo del algoritmo automático de detección es ajustar la sensibilidad auricular y ventricular del marcapasos a los cambios de la señal cardíaca. Tanto en la aurícula como en el ventrículo, la autodetección ajusta los niveles de sensibilidad basándose en la amplitud de onda P y R detectada previamente, el nivel de ruido ambiental, de miopotenciales detectados dentro del PRAPV o período refractario ventricular y el tipo de ciclo cardíaco (estimulado o detectado) (Fig. 11-20). LECTURAS RECOMENDADAS A Retardo AV Amplitud onda R Umbral de detección actual PRAPV Nivel de ruido medio Nivel de sensibilidad ajustado (1/3 diferencia entre el ruido y la onda R) + ruido P refractario ventricular B Ventana de medida del ruido de 50 ms Figura 11-20. Algoritmo de autodetección: A, para aurícula, B, para ventrículo. Alt R, Barold S, Stangler K. Rate adaptative cardiac pacing. Springer Verlag, Berlin-Heidelberg, 1993. Chu-Pak Lau. Rate Adaptive Cardiac Pacing. Futura Publishing Company, Inc. Ellenbogen K. Cardiac Pacing. Blackwell Science, Cambrige, 1997. Fischer W, Ritter Ph. Cardiac Pacing in Clinical Practice. Furman S, Hayes DL, Holmes DR. A practice of Cardiac Pacing. Futura Publishing Co, Mount Kisko, NY, 1993. Israel Carsten W, Barold S. Pacemaker Systems as Implantable Cardiac Rhythm Monitors. The American Journal of Cardiology. Volume 88(4), 442-445. Levine A, Barold S. Pacemaker Automaticity. Enabled by a Multiplicity of New Algorithms. The State of the Art. Futura Publishing Co, Inc. 12 BATERÍAS I. Wandelmer FUNCIONAMIENTO La batería es la fuente de energía del marcapasos. Se encarga de entregar la energía de estimulación programada al miocardio, pero también de alimentar los circuitos electrónicos internos del dispositivo. Las pilas que se incorporan a todos los dispositivos implantables deben ser altamente fiables; han de tener un tamaño reducido, porque de ello depende el tamaño final del marcapasos; deben tener una duración de años y tienen que contar con un indicador claro y anticipado de su agotamiento para poder planificar el recambio con la seguridad necesaria para el paciente. Los componentes de la pila son el ánodo, el cátodo y el electrólito. El ánodo es el polo capaz de donar electrones, el cátodo es el polo capaz de atraer electrones y el electrólito es el medio capaz de conducir los iones. Si la batería se conecta a un circuito externo convierte la energía química en energía eléctrica, haciendo que los electrones se desplacen desde el cátodo hasta el ánodo. A la reacción electroquímica por la cual la batería es capaz de dar corriente y alimentar un circuito eléctrico se la conoce con el nombre de oxidación-reducción o REDOX1 (Fig. 12-1). La cantidad y el tipo de material que participa en la reacción de REDOX son los factores principales que determinan el contenido de energía de una batería. En las baterías de marcapasos el ánodo suele ser litio, y produce iones de litio; el cátodo, yodo, y produce iones de yodo, y el electró- 150 lito suele ser yoduro de litio. Estos iones se mueven de un polo a otro de la batería y se recombinan formando yoduro de litio (LiI). El producto de descarga va formando una barrera para el movimiento de los iones que hace que la resistencia interna de la batería crezca4. La reacción de oxidación que se produce en el ánodo es la siguiente: 2 Li o 2 Li+ + 2 e– Cada átomo de litio pierde un electrón. Los electrones liberados circularán por el circuito externo. En el cátodo se produce la reacción de reducción que puede leerse a continuación: I2 + 2 e– o 2 I– Los electrones que vuelven de recorrer el circuito externo se combinan con cada molécula de yodo. Cátodo Ánodo e– A+ + C– e– Electrólito Figura 12-1. Componentes de la batería. Capítulo 12. Baterías 2 Li + I2 o 2 LiI Esta reacción es la que incrementa la resistencia interna de la batería4. La energía máxima que contiene una batería es fija y está limitada por la cantidad de material activo que incorpora. A mayor cantidad de ánodo y de cátodo, mayor duración de la batería. La de la pila depende de su tamaño, pero el tamaño de la batería queda limitado por el tamaño final del dispositivo implantable. EVOLUCIÓN HISTÓRICA El primer marcapasos se implantó en 1958. Llevaba una pila de níquel-cadmio y tenía una autonomía de horas, tras lo cual necesitaba ser recargado. Estas baterías fueron sustituidas por las de mercurio-cinc. Entre 1960 y 1976 se utilizaron baterías de mercurio-cinc. Estas pilas tenían dos grandes inconvenientes: en primer lugar, sus grandes pérdidas internas, que hacía que no consiguieran una longevidad superior a los 3 años2. Además, se agotaban de forma brusca, por lo que era difícil planificar el recambio. El segundo inconveniente era que la reacción química interna producía gas, que podía traspasar la resina de epoxy que encapsula el marcapasos e impedir el uso de las carcasas metálicas herméticas utilizadas en la actualidad. Entre 1970 y 1982 se utilizaron baterías de energía nuclear. Eran pilas muy fiables y con una longevidad superior a los 20 años. El principal inconveniente era su tamaño y su precio. Se ha barajado la posibilidad del riesgo de emisión radiactiva al incluir plutonio entre sus componentes. En la década de los setenta volvieron a utilizarse pilas de níquel-cadmio recargables mejoradas. Ya no generaban gases y permitían un sellado hermético, pero tenían muy baja densidad de energía y muchas pérdidas internas, lo cual hacía necesaria la recarga una vez por semana, por lo que dejaron de utilizarse. Pilas de litio Las pilas que terminaron imponiéndose fueron las de litio. Todas ellas tienen en común el elemento utilizado como ánodo. El cátodo y el electrólito son componentes que han ido variando, dando lugar a diferencias en las características y prestacio- nes finales. Entre los distintos modelos comercializados, unas incorporan el electrólito líquido (sales orgánicas o inorgánicas de litio); en estos casos el cátodo es plata, cobre o manganeso7. En 1972 se implantó el primer dispositivo con pila de litio-yodo. Estas pilas son capaces de almacenar una alta densidad de energía y tienen pocas pérdidas internas, lo cual hace que alcancen una buena longevidad (más de 5 años). Además, el agotamiento de las baterías de litio-yodo es progresivo, por lo que se hace predecible. La impedancia interna de estas baterías es alta, es decir, la polarización de los electrodos es alta. Esto es debido a que incorpora electrólito en estado sólido. Pero no representa un gran inconveniente, ya que la corriente demandada por el marcapasos es muy pequeña y los condensadores disponen de tiempo suficiente para cargarse al valor de voltaje programado. Éstas son las baterías que suelen utilizarse en la actualidad. Las dimensiones y el peso de los marcapasos implantables se han visto reducidos notablemente desde los años setenta hasta nuestros días2. A finales de la década de los setenta, se alcanzó el tamaño de marcapasos lo suficientemente pequeño como para hacer posible su implantación a nivel pectoral en lugar de abdominal. En la Figura 12-2 podemos ver la evolución del tamaño de los marcapasos. La Figura 12-3 muestra dos marcapasos implantables con pila de litio-yodo. Entre ellos hay una diferencia de más de dos décadas, y el tamaño se ha visto reducido desde los 100 cm3 de las primeras generaciones a los 10-12 cm3 de las generaciones actuales. La reducción de tamaño se ha producido principalmente por el desarrollo de la electrónica, con la aparición de los circuitos integrados, pero también por la reducción y la forma fisiológica de las pilas. LONGEVIDAD La pila es el componente que más espacio ocupa dentro de la carcasa del dispositivo y, por tanto, Umbral de volumen pectoral 100 Volumen (cm3) Se forma continuamente electrólito por la reacción entre el litio y el yodo liberados: 151 80 60 40 20 0 1970 1974 1978 1980 1985 1990 1992 1995 Figura 12-2. Evolución del tamaño de los marcapasos. 152 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización • La capacidad de la pila, es decir, la cantidad de energía que es capaz de almacenar. Depende del número de electrones que puede generar. Cuanto mayor sea el número de electrones, más capacidad tendrá la batería y mayor será su longevidad. • El consumo de corriente del sistema de estimulación, tanto para alimentar la electrónica como para estimular al miocardio. Cuanto mayor sea el consumo de corriente, menor será la longevidad de la batería. Figura 12-3. Marcapasos con pila de litio-yodo. A la izquierda, marcapasos de 1972, y a la derecha, marcapasos de 1999. del que principalmente depende el tamaño y la forma final del marcapasos (Fig. 12-4). La reacción química va consumiendo el material anódico y catódico hasta que llega a ser insuficiente para mantener el voltaje y generar la corriente necesaria para estimular. La batería ideal debe disponer de una elevada energía almacenada por centímetro cúbico para conseguir almacenar la energía máxima en el tamaño más reducido posible. Las baterías de los marcapasos actuales tienen un voltaje de 2.8 V y su consumo puede estar en torno a 1.3 Ah, según el modelo y fabricante del marcapasos. Necesitan aportar una energía continua a los circuitos electrónicos del marcapasos, además del consumo para la estimulación antibradicardia. La longevidad de un marcapasos se define como la vida de servicio útil del dispositivo, y depende de dos factores: Capacidad de la pila Longevidad = ————————— Consumo de corriente La longevidad es directamente proporcional a la capacidad de la pila e inversamente proporcional al consumo de corriente. La capacidad de la pila se mide en amperios-hora (Ah). Puede variar entre 0.5 y 2 Ah. Habitualmente se encuentra en 1.3 Ah. No todos los electrones almacenados en la pila llegarán a ser activos. Un porcentaje de la capacidad teórica se pierde en autodescarga interna. El consumo de corriente es la energía que necesita el sistema de estimulación para funcionar. Se mide en amperios (A). A mayor consumo de corriente, menor longevidad del marcapasos. El consumo de corriente de los sistemas de estimulación actuales varía entre 15 y 20 mA. La longevidad de los dispositivos actuales se sitúa entre 7 y 10 años, aproximadamente. Ésta es la longevidad total. El indicador de agotamiento para planificar el recambio se disparará antes de la fecha límite. Sólo podemos mejorar la duración de la batería optimizando el circuito de estimulación antibradicardia. Los parámetros básicos del marcapasos que influyen en la duración de la batería son los siguientes: • Energía del impulso de estimulación: — Amplitud del impulso. — Anchura del impulso. • Frecuencia de estimulación. • Porcentaje de tiempo estimulado. • Impedancia de la interfase electrodo-tejido. Figura 12-4. Vista de los componentes internos de un marcapasos. La batería es el componente de mayor tamaño dentro de la carcasa. Tanto la energía como la impedancia de estimulación quedan definidas en el momento del implante del electrodo. Por eso, es de gran importancia buscar un lugar óptimo en el que se consigan umbrales de estimulación bajos e impedancias de CRITERIOS DE AGOTAMIENTO Para poder planificar el recambio, es necesario que el dispositivo nos anticipe el agotamiento de su batería. Deben realizarse visitas de seguimiento de los marcapasos al menos una vez al año para poder monitorizar la batería. Para comprobar el estado de la batería puede controlarse el voltaje, la corriente o la impedancia de la batería o el tiempo de carga de los condensadores. Los tres primeros están relacionados por la ley de Ohm (V = I × R). El voltaje de la batería es la diferencia de potencial entre sus bornes. El voltaje de salida de la pila disminuye lentamente durante su vida útil6. La corriente de drenaje es una medida de la corriente liberada al 100% de estimulación y a la frecuencia y energía de estimulación programadas. La impedancia o resistencia de la batería es la oposición a la transformación de iones en electrones en el interior de la pila, y es inversamente proporcional a la corriente. En la Figura 12-5 se muestra la curva de agotamiento de la batería de un marcapasos y los puntos en los que se disparan los distintos indicadores de agotamiento. El tiempo de carga de los condensadores se hace más largo a medida que la batería va agotándose, iniciando los mismos indicadores que la medida del voltaje o de la impedancia. Cuando el marcapasos está recién implantado, y hasta que llega al indicador de agotamiento, se dice que el dispositivo está a comienzo de vida. En el programador aparecerá la siguiente terminología GOOD (bueno), BOL (beginning of life), OK. En el comienzo de vida, el voltaje de la batería será de 2.8 V y la resistencia, menor de 1 k:. Con el tiempo la batería irá descargándose, el voltaje y la corriente de la batería disminuirán y 3 2.5 Voltaje (V ) estimulación altas. Los umbrales bajos permiten reducir la energía entregada al corazón en cada latido estimulado. El uso de electrodos de resistencia alta en la interfase electrodo-miocardio (conocidos como electrodos de alta impedancia) mejoran la longevidad del marcapasos porque reducen el consumo de corriente durante la estimulación. La frecuencia y el porcentaje del tiempo de estimulación dependen de las características de cada paciente, pero también pueden optimizarse con distintas funciones programables que incorporan los marcapasos de la actualidad (p. ej., histéresis del intervalo AV). Voltaje 2 ERT 1.5 1 0.5 0 Impedancia 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 Capacidad de descarga (Ah) 153 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 1.4 Impedancia (k)) Capítulo 12. Baterías Figura 12-5. Curva de agotamiento de la batería de un marcapasos en voltaje y en resistencia. la resistencia interna aumentará. Cuando se ha disparado el indicador de agotamiento y se recomienda planificar el recambio, veremos las siglas de ERT (elective replacement time), RRT (recommended rechange time) o de ERI (elective replacement indicator). Durante ese período se garantiza la estimulación a los parámetros de estimulación programados pero, para tratar de ahorrar energía, hay algunas funciones diagnósticas que dejan de estar disponibles. Si no se realiza el recambio, la batería sigue consumiéndose y, pasados unos meses (al menos 3), se llega al indicador de fin de vida (EOL, end of life). La batería está cerca del agotamiento. Las funciones básicas de estimulación no podrán mantenerse durante mucho tiempo. Es necesario recambiar el dispositivo de forma inmediata. El voltaje de la batería estará por debajo de 2.4 V y la resistencia de la batería por encima de 5 k:. Los valores indicados de voltajes y de impedancias de la batería son sólo una referencia y pueden variar de unas compañías a otras. Cuando se alcanza el indicador EOL, el dispositivo implantado trata de utilizar la energía que le queda para garantizar una estimulación efectiva para el paciente. Por eso, los marcapasos bicamerales pasarán a trabajar en modo monocameral y el límite inferior de frecuencia puede reducirse hasta 50 ppm. Dejarán de estar disponibles todas las herramientas diagnósticas. El marcapasos trata de mantener la energía del impulso de estimulación ventricular durante el mayor tiempo posible. En la Tabla 12-1 se resumen algunas funciones que pueden no estar disponibles al dispararse los indicadores de agotamiento. Entre la activación de los distintos indicadores de agotamiento y el agotamiento total de la batería debe existir un tiempo suficiente para planificar el recambio del dispositivo. Entre los indicadores ERT y EOL hay un intervalo de tiempo de entre 3 y 6 meses5, y entre ERT y el agotamiento total de la pila el marcapasos podrá estimular en 154 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 12-1. Funciones del marcapasos no disponibles al alcanzar ERT y EOL No disponibles en ERT No disponibles en EOL Sensores Estimulación DDD EMG en tiempo real Funciones diagnósticas Canal de marcas Medidas de impedancia Parámetros temporales y ondas propias torno a un año. Este plazo de tiempo dependerá de los parámetros de estimulación programados. COMPROBACIÓN DEL ESTADO DE LA BATERÍA El estado de la pila de un marcapasos se puede evaluar bien por telemetría, utilizando el programador, o aplicando manualmente un imán externo de más de 70 G6, con monitorización electrocardiográfica del paciente. El imán debe colocarse paralelo al bloque conector de los electrodos. El marcapasos comienza a estimular de forma asíncrona a una frecuencia establecida. Si el marcapasos es de doble cámara, estimulará en DOO, mientras que si es de cámara única estimulará en SOO. La frecuencia de estimulación será fija para cada indicador de estado de la batería, siendo más baja cuando se ha iniciado algún indicador de agotamiento. Las frecuencias de imán varían entre compañías e incluso entre los distintos modelos de marcapasos de una misma compañía. Al retirar el imán, el marcapasos reanudará el funcionamiento previo a la prueba. Si se realiza un seguimiento con un programador, a través de la telemetría, el marcapasos mostrará el indicador correspondiente a su estado: BOL, ERT, EOL... Dependiendo del modelo mostrará, además, el voltaje o la resistencia de la batería. Los indicadores de estado de la pila siempre están relacionados con la frecuencia magnética que corresponda a cada caso. También existen criterios clínicos que pueden indicar el agotamiento de la pila. En el electrocardiograma del paciente podemos ver indicios de agotamiento: • Disminución de la frecuencia de estimulación programada. • Cambio del modo de estimulación programado. Paso de DDDR a DDD o de estimulación doble cámara a simple cámara. BIBLIOGRAFÍA 1. Ellenbogen, KW. Clinical Cardiac Pacing. Saunders. 2. El-Sherif N, Samet Ph. Cardiac Pacing and Electrophysiology. 3.a ed. Saunders. 3. Benito Rivero A. Historia de la estimulación eléctrica del corazón. Sílex. 4. Barold S, Stroobandt RX, Sinnaeve AF. Cardiac Pacemaker Step by Step. Futura and Blackwell Publishing. 5. García Urra F, Porres Aracama JM. Práctica clínica en electrofisiología, marcapasos definitivo y desfibrilador automático. Edita Guidant 6. Guía del sistema del marcapasos Insignia Ultra. Guidant, S. A. 7. Bosch Suria R. Guía clínica del marcapaso. 8. Fischer W, Ritter Ph. Cardiac pacing in clinical practice. Editorial Springer. 13 LOS SENSORES DE LA ESTIMULACIÓN CARDÍACA O. Arias DESARROLLO HISTÓRICO Desde sus orígenes, la estimulación cardíaca ha evolucionado en el sentido de buscar una forma más fisiológica de integrar dicha estimulación cardíaca artificial en el sistema de control cardiovascular natural. Inicialmente, los estimuladores unicamerales VVI mejoraron claramente la expectativa y calidad de vida de pacientes con algún tipo de anomalía en el sistema de conducción cardíaco, pero no proporcionaban ningún tipo de adaptación de la frecuencia cardíaca a diferentes demandas metabólicas de nuestro organismo. La búsqueda de adaptación de la estimulación al sistema cardiovascular natural dio lugar a la aparición del primer marcapasos bicameral VAT, con capacidad de sensar la actividad auricular, de forma que, en pacientes con bloqueos, proporcionaba estimulación ventricular a frecuencias dirigidas por el nodo sinusal, con adaptación de frecuencia natural regulada por el propio sistema nervioso autónomo del paciente. Como desarrollo de este último, aparece el primer estimulador cardíaco bicameral DDD con capacidad de estimulación ventricular secuencial fisiológica a frecuencias dirigidas por el nodo sinusal, y con capacidad de estimulación auricular, en los casos en que sea requerida. Sin embargo, todavía existía un grupo de pacientes que no se beneficiaban de la estimulación fisiológica que proporciona el marcapasos secuencial DDD antes mencionada: eran aquellos pa- cientes en los que la función sinusal estaba disminuida, bien porque el nodo sinusal no es capaz de incrementar la frecuencia ante el esfuerzo físico (incompetencia cronotrópica), bien porque el nodo sinusal está en fibrilación y no es posible utilizarlo como referencia para regular la frecuencia cardíaca. Pensando en esos pacientes se desarrolló el marcapasos con adaptación de frecuencia, con el fin de proporcionar regulación artificial de la frecuencia de estimulación cardíaca en función del ejercicio físico, mediante un dispositivo denominado sensor, que modifica la frecuencia cardíaca en función de alguna variable relacionada con la cinética del movimiento o con la regulación del sistema nervioso autónomo. El primer sensor utilizado para modificar la frecuencia cardíaca fue un sensor que utilizaba el pH de la sangre como regulador de la frecuencia cardíaca, diseñado por Cammilli en 1975. En 1981, Rickards propuso el sensor fisiológico, basado en la regulación de la frecuencia cardíaca a partir de la variación en la longitud del intervalo QT. La expansión del uso clínico de los sensores en estimulación cardíaca coincide con la aparición del sensor de actividad diseñado por Anderson en 1983. En este capítulo veremos la evolución que han experimentado los sensores en estimulación cardíaca con el fin de conseguir una adaptación de la frecuencia de la forma más fisiológica posible. 155 156 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Centros de control Superiores Sensor o resp.: barorreceptores Medulares Cronotropía Inotropía Dromotropía Batmotropía Gasto cardíaco Figura 13-1. Presión arterial media Resistencia periférica total Sistema de control cardiovascular. SENSOR Y SISTEMA DE CONTROL CARDIOVASCULAR Para comprender la regulación de la frecuencia cardíaca dirigida por sensor en la estimulación cardíaca, es preciso primero saber cómo realiza dicha regulación el sistema cardiovascular. En un paciente sano, el sistema nervioso autónomo es el responsable de la regulación del sistema cardiovascular; en concreto, actúa sobre la cronotropía, directamente relacionada con la frecuencia cardíaca, y la inotropía, directamente relacionada con la contractilidad ventricular (volumen latido), con el objetivo de modificar el gasto cardíaco ante cualquier demanda metabólica. Dicho sistema es un sistema realimentado, ya que existen una serie de barorreceptores, que se encargan de recibir información de los centros periféricos y de enviarla al sistema nervioso autónomo de nuevo, para actuar nuevamente sobre el sistema cardiovascular en caso necesario. El objetivo final es mantener la presión arterial media mediante el control del gasto cardíaco. El gasto cardíaco depende, a su vez, del volumen latido y de la frecuencia cardíaca, según la fórmula: GC VL FC = × l/min l lmp/min De estos dos parámetros, el que más influencia tiene sobre el gasto cardíaco es la frecuencia cardíaca; éste será, por tanto, el parámetro sobre el que actuaremos a través del sensor, en función de la medida de algún parámetro más o menos fisiológico. En pacientes con incompetencia cronotrópica existe una limitación en cuanto al incremento de la frecuencia cardíaca ante el esfuerzo. El sistema cardiovascular, como sistema regulador, intenta modificar el volumen latido con el fin de mantener el gasto cardíaco, pero ello resulta insuficiente. Los sensores en estimulación cardíaca serán responsables de detectar la necesidad de incremento de la frecuencia cardíaca según algún parámetro relacionado, y de proporcionar frecuencias de estimulación adecuadas, que mantengan la regulación del sistema cardiovascular ante el esfuerzo físico en pacientes que tienen la respuesta de frecuencia limitada. El de la Figura 13-1 constituye un sistema de control ideal. Desde el punto de vista teórico, es un sistema realimentado de control, con realimentación negativa. Dicho sistema asegura la estabilidad ante cualquier perturbación externa. Pero no todos los sistemas de la naturaleza son sistemas como el cardiovascular: existen otros tipos de sistemas que definiremos para distinguirlos del ideal. Sistema abierto de control (Fig. 13-2) Los sistemas abiertos son aquellos en que la variable de salida depende directamente de la entrada. Son sistemas inestables, ya que cualquier perturbación externa se superpone a la señal de salida, perpetuándose. Sistema cerrado de control con realimentación positiva (Fig. 13-3) Estos sistemas, aunque aparentemente regulados, también constituyen un sistema inestable, ya que cualquier perturbación externa se realimenta y se añade a la salida, amplificándola en algunos casos. Sistema cerrado de control con realimentación negativa (Fig. 13-4) Son los sistemas ideales, ya que aportan regulación y estabilidad, de forma que la variable de salida se realimenta a la entrada de forma negativa, contrarrestando así los efectos de cualquier perturbación externa. Sistema Figura 13-2. Sistema abierto de control. Capítulo 13. Los sensores en la estimulación cardíaca Sistema + + + + Control Figura 13-3. sitiva. Sistema + + Control Figura 13-4. gativa. Sistema cerrado con realimentación ne- Sistema cerrado con realimentación po- CARACTERÍSTICAS DE UN SENSOR Como ya se ha indicado, los sensores utilizan una variable más o menos fisiológica, cuyos cambios están relacionados con la demanda metabólica, para provocar cambios en la frecuencia cardíaca de estimulación. Lo que diferencia unos sensores de otros es el tipo de variable que utilizan para realizar la modificación de dicha frecuencia cardíaca. En un sistema de estimulación con respuesta en frecuencia, el sensor, desde el punto de vista práctico, debe cumplir los requisitos incluidos en la Tabla 13-1. Veremos que no existe ningún sensor que cumpla todos estos requerimientos, si bien, dependiendo del tipo de sensor, en algunos casos nos acercaremos al supuesto sensor ideal. Desde el punto de vista práctico, buscamos que el sensor proporcione un rango de modificación de frecuencia cardíaca proporcional al nivel de la demanda metabólica del organismo, de forma que la señal de salida del sensor debe variar con el nivel de esfuerzo físico, y cada respuesta del sensor debería corresponderse solamente con cada nivel de esfuerzo físico. Además, buscaremos que la velocidad de respuesta del sensor sea lo más fisiológica posible, ya que la constante de tiempo de la respuesta del sistema cardiovascular es aproximadamente de 10 a 15 s durante el inicio, y de 30 a 45 s durante la recuperación. Tabla 13-1. + – 157 Estos dos requerimientos son muy importantes para aceptar el uso clínico de un sensor; el resto de los requerimientos se cumplirán o no, dependiendo del tipo de sensor utilizado. CLASIFICACIÓN DE LOS SENSORES En función del tipo de variable que el sensor utiliza para la adaptación de la frecuencia cardíaca, los sensores se clasifican en: • Primarios. Utilizan una variable fisiológica del propio sistema cardiovascular regulada por el sistema nervioso autónomo, de forma que responden a cualquier demanda, física, mental o emocional. Entre las variables utilizadas por los sistemas primarios están: pH de la sangre, temperatura venosa, contractilidad ventricular, etc. • Secundarios. Son aquellos que utilizan una variable fisiológica controlada por el sistema nervioso central, relacionada con el esfuerzo físico. Un ejemplo de sensor secundario es el que utiliza la frecuencia de la respiración como variable para la adaptación de la frecuencia cardíaca, o el que utiliza la longitud del intervalo QT. • Terciarios. Utilizan una variable externa no relacionada con el sistema nervioso autónomo, pero relacionada con la cinética del movimiento corporal. Dentro de este grupo terciario están aquellos sensores que responden al movimiento corporal utilizando para ello elementos piezoeléctricos. Características de un sensor ideal Proporcionalidad Velocidad de respuesta Sensibilidad Especificidad Variación circadiana Programación Aceptación Generalidad Adaptación fiel de la frecuencia en función del nivel de demanda Mimetización morfológica y secuencial de la respuesta de los centros circulatorios Respuesta fiel a todo tipo de demandas (físicas y mentales) Insensibilidad a perturbaciones Respuesta a las demandas cotidianas cíclicas independientes del esfuerzo Mínima intervención del médico Compatibilidad con electrodos estándar Carencia de contraindicaciones patológicas 158 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización TIPOS DE SENSORES Sensor de acelerómetro Sensor de actividad Es un sensor que responde al movimiento corporal. Está formado por una varilla piezoeléctrica con cierto grado de libertad, que transforma las vibraciones en aceleraciones mecánicas, y éstas, a su vez, en tensiones eléctricas, que finalmente se transforman en el dispositivo en frecuencias cardíacas de estimulación (Fig. 13-6). Por tanto, este sensor detecta vibraciones asociadas al movimiento corporal y las transforma en frecuencias cardíacas de estimulación. Todas las características del sensor de movimiento son aplicables al sensor con acelerómetro, ya que está encuadrado en el mismo tipo de sensor terciario, y sistema de control abierto sin realimentación, es decir: Están generalmente adosados a la carcasa del marcapasos, detectando ondas de presión que provocan pequeñas deformaciones, asociadas a la actividad muscular (caminar o correr) y a movimientos corporales (Fig. 13-5). El tiempo de respuesta del piezocristal es inmediato, por lo cual el tiempo de respuesta de este sensor se asemeja al tiempo de respuesta cardíaco fisiológico. Sin embargo, al detectar movimiento corporal, es sensible, por ejemplo, al movimiento de los brazos, debido al movimiento del músculo pectoral que rodea a la carcasa del marcapasos, y por la misma razón es incapaz de discriminar de forma fidedigna diferentes niveles de trabajo. Por ejemplo, es más sensible cuando el paciente baja escaleras que cuando las sube, debido a la mayor brusquedad del movimiento muscular durante la bajada, generando frecuencias superiores, cuando la mayor demanda metabólica, sin embargo, coincide con la actividad que requiere mayor esfuerzo, que es la subida. Igualmente puede ser sensible a vibraciones externas; por ello, es posible que al viajar en un vehículo de motor las vibraciones del propio vehículo sean transmitidas al dispositivo, generando frecuencias superiores a las deseadas. Finalmente, dado que es un sensor de tipo terciario, no proporciona respuesta a ninguna demanda que no esté relacionada con la cinética del movimiento, por lo que no responde al estrés emocional. Dado el tipo de sistema, dicho sensor constituye un sistema abierto de control sin realimentación, y dada la variable de control que utiliza, se clasifica como un sistema de tipo terciario. • Rápidas velocidades de respuesta. • Incapacidad de discriminación fidedigna de diferentes niveles de trabajo. • Susceptible a vibraciones externas. La única diferencia con el sensor de actividad es que la presión directa sobre la carcasa del marcapasos no genera ningún tipo de respuesta del sensor. No obstante, el sensor de acelerómetro puede ser sensible a vibraciones externas, y en ciertas situaciones puede provocar frecuencias elevadas en reposo debido a vibraciones externas o miopotenciales. Es también un sensor de tipo terciario, no proporciona respuesta a ninguna demanda que no esté relacionada con la cinética del movimiento, y constituye un sistema abierto de control sin realimentación, de tipo terciario. Sensor basado en el intervalo QT El QT es el intervalo entre el estímulo del marcapasos y la detección de la onda T (Fig. 13-7). Se de- Cristal piezoeléctrico + – – + Carcasa del marcapasos Figura 13-5. Sensor de cristal piezoeléctrico. Figura 13-6. Sensor de acelerómetro. Capítulo 13. Los sensores en la estimulación cardíaca Cambio en el intervalo QT Figura 13-7. Sensor de intervalo QT. fine como el tiempo durante el cual se repolarizan la mayor parte de las células cardíacas. Dicho tiempo está muy influenciado por el tono simpático, por el nivel de catecolaminas y por la frecuencia cardíaca. El sensor basado en la medida del intervalo QT proporciona una frecuencia cardíaca proporcional a la medida de dicho intervalo asociado a una mayor demanda metabólica. Para la medida del intervalo QT, utiliza la señal o electrograma filtrado a través del propio electrodo de estimulación implantado. Este sensor, por consiguiente, responde tanto a las demandas relacionadas con el ejercicio físico, como a las emocionales, pero también produce respuestas no deseables a otras como la medicación, la isquemia u otros estados miocárdicos. Para la medida del segmento QT, cada cierto número de intervalos acorta el intervalo de escape de estimulación, para provocar la respuesta evocada ventricular y medir así el intervalo entre el estímulo y la onda T. Desde el punto de vista teórico, es un sensor secundario y constituye un sistema cerrado con realimentación positiva. El correcto funcionamiento del sensor de intervalo QT depende de la detección de la onda T. Para ello es preciso utilizar electrodos de baja polarización, ya que en caso contrario es posible un infrasensado de la onda T. Esto también puede ocurrir cuando estimulamos con elevada energía de salida. Los modelos actuales de sensor de QT introducen unos impulsos subumbrales antes y después del estímulo ventricular, para reducir los efectos de la polarización en el contacto electrodo-miocardio. Por otro lado, el propio algoritmo utilizado para la medida del intervalo QT hace que su respuesta sea lenta, lo que afecta sobre todo al inicio del 159 esfuerzo, en el que se requiere una respuesta rápida del sensor. Finalmente, al ser un sistema con realimentación positiva, puede actuar en ocasiones como un amplificador de señal, es decir, al inicio del ejercicio hay un acortamiento del intervalo QT, por lo que se incrementa la frecuencia de estimulación; este incremento, a su vez, proporciona un acortamiento del intervalo QT, que es trasformado por el sensor en mayor frecuencia de estimulación, y así sucesivamente, por lo que se produce un efecto no deseado. Sensor de ventilación minuto La mecánica de la respiración implica la expansión cíclica de la caja torácica. El sensor de ventilación minuto mide la impedancia entre las variaciones de volumen de la caja torácica, así como la frecuencia de repetición de dicho movimiento, y mediante un algoritmo adecuado promedia sus valores durante un intervalo de tiempo para generar la frecuencia de estimulación proporcional a la ventilación minuto. En este caso, se trata de un sensor secundario, ya que utiliza una variable fisiológica relacionada con el esfuerzo físico. Además, es un sistema abierto, lo que lo convierte en un sistema sensible e inestable ante interferencias externas. Así, el ondear de brazos continuado puede afectar al comportamiento del sensor. Desde el punto de vista clínico, la apnea, la taquiapnea, el edema pulmonar o ciertas enfermedades respiratorias, también pueden afectar a su comportamiento. Su respuesta es relativamente lenta, debido a los algoritmos asociados para la medida de la frecuencia y de la profundidad de la respiración, que deben realizarse durante varios ciclos. Es un sensor que proporciona una frecuencia proporcional al esfuerzo físico relacionado con la respiración, pero es incapaz de detectar incrementos de frecuencia asociados al estrés mental o emocional. Sensor de contractilidad ventricular La incompetencia cronotrópica conduce al corazón a un incremento de la contractilidad como medida correctora del gasto cardíaco. El sensor de contractilidad mide esos cambios de contractilidad y los trasforma en frecuencias cardíacas de estimulación, restableciendo el equilibrio en el sistema de control cardiovascular. El sensor, por tanto, detecta cambios de la contractilidad miocárdica, midiendo la impedancia 160 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización en modo unipolar en la punta del electrodo, que varía por el mayor aflujo de sangre al aumentar el volumen latido. La medida de la impedancia se realiza cada latido; en concreto, analiza la curva de la impedancia tras la contracción ventricular. Los cambios de morfología de la curva de impedancia están directamente relacionados con variaciones de contractilidad; según estos cambios, modifican la frecuencia de estimulación. Tiene la ventaja de utilizar una variable directamente relacionada con el sistema nervioso autónomo; por ello, es un sensor de tipo primario. Por otro lado, es un sistema realimentado con realimentación negativa, por lo que es un sistema muy estable e insensible a interferencias. El tiempo de respuesta es fisiológico, ya que la medida se hace en cada latido, y sólo se necesita un ajuste inicial del algoritmo al programar por primera vez el sensor, o cuando hay cambios en la situación cardíaca del paciente. Como aspecto negativo, puede verse afectado por cierto tipo de medicación y puede estar contraindicado en pacientes isquémicos con la función contráctil disminuida. OTROS TIPOS DE SENSORES Se han descrito hasta aquí los sensores más comunes que se usan en la actualidad. No obstante, existen otros tipos de sensores, que a continuación describimos, que no han tenido aceptación por una u otra razón, o que se encuentran en desarrollo. Sensor de temperatura Algunos estudios han demostrado que existe una relación entre la temperatura corporal y el ejercicio. El sensor basado en la temperatura corporal mide la temperatura que produce el trabajo muscular y la transforma en frecuencia cardíaca. Para ello, incorpora un termistor en la punta del electrodo implantado que mide la temperatura venosa central. La estimulación controlada por temperatura posee muchas ventajas: • Modulación de frecuencia a diferentes niveles y tipos de ejercicio. • Control apropiado de frecuencia ante otras demandas. • Ajustes de frecuencia en paralelo con las variaciones circadianas del metabolismo. • Ajustes de frecuencia con el estrés mental. Pero también posee inconvenientes, por los que dicho sensor ha dejado de utilizarse en la práctica: • Requiere un algoritmo complejo para compensar la caída brusca de temperatura asociada con el inicio del ejercicio. • Puede haber incremento de temperaturas en pacientes con insuficiencia cardíaca. • Diferente respuesta de temperatura en el mismo paciente a diferentes horas, dependiendo de factores externos. • El sensor de temperatura requiere una sonda especial. Sensor de saturación venosa de oxígeno Son sensores que miden variaciones de la saturación de oxígeno en la sangre asociadas al esfuerzo físico. La saturación de oxígeno es la relación entre la oxihemoglobina y la hemoglobina total en el sistema venoso central. Durante el ejercicio, la demanda metabólica de los músculos esqueléticos produce mayor extracción de oxígeno de la sangre, por lo que el nivel de oxihemoglobina del sistema venoso decae significativamente. Para medir el nivel de saturación utiliza reflectometría, es decir, se basa en el diferente coeficiente de reflexión de la luz a través de la sangre en función de diferentes niveles de oxihemoglobina. Para dicha medida se puede utilizar un diodo emisor de luz y un fototransistor sensible a la reflexión de dicha luz. Este sensor debe ir montado en el propio cable de estimulación. Las ventajas de este sensor son claras, ya que utiliza un parámetro fisiológico, por lo que la respuesta es rápida al inicio del ejercicio y posee buena proporcionalidad con los niveles de demanda metabólica. Sin embargo, requiere un electrodo especial que lo hace incompatible con otros generadores. COMBINACIONES DE SENSORES De todo lo expuesto se deduce que cada sensor tiene características diferentes en cuanto a velocidad de respuesta, especificidad, proporcionalidad, etc. En la actualidad se combinan diferentes tipos de sensores en un mismo sistema de estimulación para aprovechar las cualidades de cada uno de ellos. Lo más frecuente es combinar un sensor de tipo fisiológico con un sensor de movimiento corporal; entre estas combinaciones, las más co- Capítulo 13. Los sensores en la estimulación cardíaca munes son: ventilación minuto + acelerómetro y QT + acelerómetro, con el fin de: • Compensar la lentitud del sensor fisiológico con la rapidez de un sensor no fisiológico que responde al movimiento corporal. • Programar la dominancia de un sensor con respecto a otro dependiendo de las condiciones de la respuesta. • En general, el sensor de actividad ejercerá control en el establecimiento del esfuerzo, mientras que el sensor fisiológico lo hará durante elevados niveles de esfuerzo. • Corregir la respuesta del acelerómetro a vibraciones externas. Dichas combinaciones poseen algoritmos automáticos de ajuste de ambos sensores; sin embargo, su programación es compleja cuando se requiere un ajuste personalizado de la respuesta. COMPARACIÓN DE SENSORES Una vez analizadas las características de los diferentes sensores, podemos realizar una comparación en función de las diferentes respuestas y comportamientos. En la Tabla 13-2 se resumen las características de cada uno de los sensores en función de las características que buscamos en un sensor, es decir, en función del tiempo de respuesta, la proporcionalidad, la especificidad, tipo de sistema, tipo de realimentación, compatibilidad, estabilidad, y otras. traindicaciones de cada sensor en la práctica clínica de pacientes portadores de marcapasos. En dicha clasificación se incluye la posibilidad de utilización del sensor en implantación sólo auricular. También es importante en la práctica clínica conocer los efectos que la medicación puede provocar en el comportamiento del sensor, así como saber cómo afecta la situación cardíaca particular del paciente (p. ej., isquemia). Por último, también es importante conocer la compatibilidad de las sondas utilizadas por cada tipo de sensor con las sondas estándar utilizadas en estimulación cardíaca, o el comportamiento del sensor ante vibraciones externas. De esta comparación se deduce que, pese a sus limitaciones teóricas, en la práctica clínica los sensores de actividad tienen menos incompatibilidades que cualquier otro sensor. PROGRAMACIÓN Y SEGUIMIENTO DE SENSORES EN ESTIMULACIÓN CARDÍACA Los sensores de actividad o acelerómetro son sensores muy sencillos que no requieren sondas especiales. Esta simplicidad, así como el beneficio clínico que aportan, ha hecho que estos sensores sean los más utilizados en estimulación cardíaca con adaptación de la frecuencia. Para la correcta programación de dichos sensores es posible realizar una sencilla prueba de esfuerzo para ajustar los parámetros programables, entre los que están: LIMITACIONES Y CONTRAINDICACIONES DE LOS SENSORES • Frecuencia máxima del sensor. • Ganancia del sensor. • Umbral del sensor. • Incremento de frecuencia. • Descenso de frecuencia. Por otro lado, también debemos realizar una clasificación en función de las limitaciones y con- Tabla 13-2. 161 Tabla comparativa de sensores en estimulación cardíaca Contractilidad Respuesta al estrés mental Tiempo de respuesta Sistema abierto/cerrado Ajustes específicos Realimentación Interferencias Tipo electrodo Estabilidad de la señal Sí Fisiológico Cerrado Automático Negativa Insensible Sin limitación Ajustes automáticos QT Volumen/minuto Aceleración Sí No No Largo (2-3 min) Moderado (1-2 min) Programable Cerrado Abierto Abierto Calibración Automático Automático Positiva No No Reducción Sensible Sensible detección T a artefactos al mov. pasivo Especial Bipolar Sin limitación Ajustes Buena Buena automáticos 162 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 13-3. Factor Actividad Respiración Intervalo QT Contractilidad + Utilizable Comparación práctica de la utilización de los diferentes tipos de sensor Estimulación auricular Medicación antitaquicárdica Isquemia Enfermedad respiratoria en niños y jóvenes Sonda unipolar – – Exposición a vibración – – – – Incompatible – +/– – – +/– En evaluación Frecuencia máxima del sensor Umbral de sensor Es la frecuencia máxima de estimulación dirigida por el sensor, que debe coincidir con la frecuencia en condiciones de máximo esfuerzo físico. Esta frecuencia máxima, en general, decrece con la edad, y dependerá de la situación cardíaca general del paciente. Como norma, en un paciente sano se asigna la frecuencia máxima del sensor según la ecuación: Se corresponde con el nivel mínimo de señal que provocará adaptación de frecuencia. Se utiliza para limitar el efecto indeseado asociado con el incremento de la frecuencia cardíaca de estimulación en reposo, que puede producirse en este tipo de sensor dada su sensibilidad ante interferencias y vibraciones. En caso de que existan frecuencias de estimulación en reposo es necesario incrementar el umbral para evitar que las señales interferentes provoquen modificación de frecuencia. Frecuencia máxima del sensor = 220 – edad Una vez ajustado el valor de dicha frecuencia máxima, es recomendable, mediante algún tipo de prueba de esfuerzo, comprobar el comportamiento del sensor, para verificar que se alcanza dicha frecuencia durante el esfuerzo máximo, y para comprobar la tolerancia del paciente a dicha frecuencia. Pendientes de subida y bajada Permiten cambiar la pendiente de frecuencia al inicio del ejercicio y en la recuperación, haciendo más o menos bruscos los cambios entre pausas y ejercicio. Ganancia del sensor La ganancia es el nivel de amplificación de la respuesta del sensor al nivel de esfuerzo físico. Su correcta programación está relacionada con la frecuencia máxima, en el sentido de que debe alcanzar el máximo de frecuencia dirigida por el sensor, con el máximo esfuerzo físico. Si esta última frecuencia está por debajo de la frecuencia máxima del sensor, la ganancia debe incrementarse para proporcionar mayor frecuencia de estimulación con relación al esfuerzo. Si por otro lado vemos respuesta de frecuencia en el máximo permitido durante demasiado tiempo, podemos suponer que debemos reducir el valor de dicho parámetro. Los sistemas actuales tienen la posibilidad de programar el valor de la ganancia en modo automático, de forma que lo ajustan automáticamente, en función del nivel de actividad promediada durante cierto intervalo de tiempo. SEGUIMIENTO DEL COMPORTAMIENTO DEL SENSOR Además de los ajustes realizados en un primer momento, los marcapasos actuales incorporan funciones de diagnóstico para evaluar el comportamiento del sensor. En concreto, es posible conocer información sobre la distribución de frecuencias dirigidas por el sensor que se recoge en los histogramas, así como el porcentaje de estimulación dirigida por sensor. En la Figura 13-8 se recoge un histograma típico de distribución de frecuencias cardíacas en un paciente normal; indican el porcentaje de latidos asociados a cada margen de frecuencia cardíaca. La distribución típica en un paciente sano es en forma de campana de Gauss. Esta distribución nos permite reprogramar el sensor en caso de que exista, por ejemplo, escaso incremento de la frecuen- Capítulo 13. Los sensores en la estimulación cardíaca cia cardíaca, es decir, un número bajo de porcentaje de latidos en los márgenes mayores de frecuencia, como ocurre en pacientes con incompetencia cronotrópica, lo que hace suponer que el paciente requiere un mayor aporte del sensor en dichos márgenes de frecuencia cardíaca. En general, tendremos un histograma que nos proporciona el porcentaje total de latidos, tanto estimulados como intrínsecos, e histogramas independientes de distribución de frecuencias intrínsecas y dirigidas por sensor, donde se hace referencia al número de latidos que son provocados por estimulación artificial, y al número de latidos procedentes de contracciones intrínsecas. Dentro de las funciones de diagnóstico de los marcapasos actuales, es posible realizar registros de tendencia de la frecuencia cardíaca durante una prueba de esfuerzo, para evaluar las pendientes de subida y recuperación, así como el valor máximo de frecuencia dirigida por sensor. Algunos dispositivos incorporan funciones de simulación del sensor, las cuales nos proporcionan el comportamiento hipotético de frecuencia dirigida por el sensor, aunque éste no se haya programado, lo que nos permite predecir el comportamiento de dicho sensor si estuviese activo. 163 • Sensor de contractilidad como tratamiento del síncope. • Sensor VM para prevención de la apnea del sueño. • Sensor VM para monitorizar retención de líquidos en pacientes con IC. Sensor de contractilidad como tratamiento del síncope Varios estudios clínicos han demostrado que un tiempo antes del descenso de la frecuencia cardíaca, asociada al síncope neuromediado, se producen cambios en la dinámica de la contractilidad miocárdica. El sensor de contractilidad detecta el inicio del SVV por las variaciones de contractilidad. Dicha variación se observa unos minutos antes de que se desencadene la secuencia de efectos asociados al síncope, y el sensor reacciona con un aumento en el ritmo de estimulación. Esta intervención dirigida por el sensor suprime el efecto de bradicardia y contrarresta el asociado a la hipotensión, de forma que no llegan a aparecer los síntomas asociados al síncope vasovagal. OTRAS APLICACIONES DE LOS SENSORES Sensor de VM para prevención de la apnea del sueño En la actualidad se están utilizando diversos sensores en aplicaciones diferentes a aquellas para las que se habían diseñado inicialmente. Dentro de estas aplicaciones encontramos las siguientes: El sensor de volumen minuto posee un algoritmo para detectar trastornos respiratorios asociados al sueño. Puede ser una herramienta para monitorizar trastornos del sueño, en pacientes portadores de marcapasos en el síndrome de la apnea del sueño. Se están realizando estudios para evaluar la apnea del sueño central como factor de riesgo la evolución de la insuficiencia cardíaca. Porcentaje total de latidos 14% 12% 10% Sensor de VM para monitorizar retención de líquidos en pacientes con IC 8% 6% 4% 2% 15 0 13 5 12 0 10 5 90 75 60 45 30 0% Frecuencia cardíaca Figura 13-8. Histograma de frecuencia, porcentaje de latidos en función de la frecuencia cardíaca. En la actualidad también se realizan estudios que tienen como finalidad la utilización del sensor VM para medir la impedancia intratorácica, para evaluar la retención de líquidos en los pulmones en pacientes con insuficiencia cardíaca. Los estudios realizados sugieren una relación entre la impedancia intratorácica y la presión capilar en los pulmones, asociada a la evolución de la insuficiencia cardíaca en pacientes portadores de marcapasos. 164 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización LECTURAS RECOMENDADAS Adams TP, Schapland E, Salo R et al. Closed loop control of pacing rate using multiple physiologic parameters (abstract). PACE 1987;10:1205. Ahmed R, Gibbs S, Ingram A et al. 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El síndrome del seno carotídeo, o los llamados síncopes situacionales (tusígenos, posmiccionales, etc.) pertenecen también a este grupo de síncopes mediados por reflejos. Todos ellos comparten la vía eferente, causando vasodilatación y bradicardia mediante aumento del tono vagal y retirada del tono simpático, aunque difieren entre sí en los mecanismos y desencadenantes que activan la vía aferente. Se estima que un cuarto de la población puede sufrir un síncope neuromediado en algún momento de su vida, y que en un 5-10% la presentación es recurrente, limitando gravemente en algunos individuos la calidad de vida3. La supervivencia de los pacientes con síncope vasovagal es excelente, tal y como han demostrado los estudios que han analizado este aspecto4, pero un elevado número de episodios previos presupone alta probabilidad de recurrencias5. 166 FISIOPATOLOGÍA DEL SÍNCOPE VASOVAGAL Conocemos de forma incompleta la fisiopatología de los síndromes neuromediados, siendo ésta una de las razones que justifican nuestras limitaciones terapéuticas. Se acepta en la actualidad el esquema al que alude la llamada «teoría ventricular», donde el mecanismo propuesto para el desarrollo de la hipotensión y la bradicardia, características del síndrome, resultaría de la activación de los aferentes ventriculares6. Así, la reducción del estímulo de los barorreceptores, debido a una disminución del retorno venoso y del volumen sistólico, produce un aumento del tono adrenérgico cuya finalidad sería aumentar las resistencias periféricas por vasoconstricción y de esta forma contrarrestar la caída inicial de la tensión. Este incremento del tono simpático, con su consiguiente elevación del cronotropismo e inotropismo cardíacos, produciría en individuos susceptibles una exagerada estimulación de los mecanorreceptores (fibras C vagales) que desencadenan la secuencia de acontecimientos representativa del síncope vasovagal. Aunque este esquema es una simplificación, sirve para ilustrar que la hipercontractilidad ventricular, en un contexto de hipovolemia relativa, puede ser una etapa decisiva del reflejo (véase más adelante). Capítulo 14. La estimulación en los síncopes neuromediados y en la hipersensibilidad del seno carotídeo EL TEST DE MESA BASCULANTE El test de mesa basculante (TMB) permitió profundizar en la fisiopatología del síncope vasovagal desde el desarrollo de la técnica. Sobre la base de la profunda bradicardización e incluso asistolia prolongada observada, se consideró que la estimulación cardíaca podría disminuir o abolir la sintomatología al evitar la bradicardia7. Éstos y otros fueron los razonamientos para iniciar los estudios de respuesta terapéutica de la estimulación cardíaca en el síncope vasovagal. No obstante, ya en 1932, Sir Thomas Lewis había afirmado que «la atropina aumentaba la frecuencia cardíaca, pero la presión arterial se mantenía por debajo de lo normal mientras el paciente permanecía pálido e insconsciente». El hecho de que casi la mitad de los pacientes con TMB positivo previo siguiesen desarrollando una prueba positiva al repetir la basculación bajo estimulación temporal bicameral confirma la complejidad fisiopatológica del síndrome y la importancia del componente vasodepresor. Inicialmente se consideró que el TMB podría ser un instrumento válido para seleccionar terapia y objetivar respuesta al tratamiento, pero el estudio ISSUE demostró las limitaciones de dicha prueba8. En esta serie se estudiaron pacientes con síncope recurrente de origen desconocido sin cardiopatía y con ECG basal normal. A tales pacientes se les colocó un Holter implantable, tanto a aquellos con respuesta positiva como a los que mostraron una respuesta negativa al TMB. En el seguimiento se comprobó que el comportamiento de ambos grupos fue idéntico, tanto respecto al número de recidivas como a los hallazgos electrocardiográficos durante los episodios sincopales. También fue interesante constatar que el número de pacientes en los que se registró una cardioinhibición importante durante el episodio sincopal espontáneo fue muy elevado (#50%), y que este hallazgo no sólo se observó en pacientes que habían presentado una respuesta cardioinhibidora durante la basculación, sino también entre los que habían presentado una respuesta vasodepresora, así como en quienes desarrollaron una prueba negativa. Con los datos actuales podemos afirmar que ninguna variable relacionada con la prueba de mesa basculante tiene poder predictivo significativo en el seguimiento. LA ESTIMULACIÓN CARDÍACA EN EL SÍNDROME VASOVAGAL El análisis de cualquier terapia en el síndrome vasovagal es particularmente difícil. Los primeros 167 estudios realizados sobre la estimulación cardíaca en el síncope vasovagal mostraron un marcado beneficio del marcapasos, pero tenían grandes limitaciones. Entre las principales cabe destacar tanto el posible efecto placebo de la intervención —quizá especialmente importante en estos pacientes— como el desconocimiento de la historia natural del síncope vasovagal y la enorme variabilidad de sus recurrencias. Los primeros estudios con estimulación permanente de Petersen, Benditt y Sheldon —no randomizados, de control histórico— mostraron un claro beneficio del marcapasos, con eliminación de recurrencias sincopales en el 50-78% y mejoría sintomática en torno al 90%9. Sobre estas bases se iniciaron los estudios controlados que a continuación se revisan. La comparación de los datos de tales ensayos se ofrece en la Tabla 14-1. En el primer VPS10 (North American Vasovagal Pacemaker Study), un total de 54 pacientes con síncopes frecuentes y TMB con respuesta cardioinhibidora se asignaron aleatoriamente a recibir un marcapasos con respuesta automática a la caída de frecuencia o al mejor tratamiento médico según estimación de sus médicos. El estudio se terminó prematuramente al demostrarse un significativo beneficio en el grupo asignado a marcapasos, donde la recurrencia de síncope era de 6/27 pacientes, mientras que en el grupo de tratamiento médico la tasa de recurrencias era en esos momentos de 19/27 enfermos. El VPSI fue el primer estudio randomizado que demostró el beneficio de la estimulación, pero tenía marcadas limitaciones; entre otras, no era doble ciego y la terapia médica no había sido estandarizada. En el estudio VASIS11 (Vasovagal Syncope International Study) una serie de pacientes similares en cuanto a características clínicas y respuesta durante el TMB a los incluidos en el ensayo previo, fueron distribuidos aleatoriamente entre un grupo que recibió un marcapasos con algoritmo de histéresis de frecuencia y un grupo control. Todos los pacientes habían sufrido 3 o más síncopes en los 2 años anteriores (media de 6) y habían evidenciado una respuesta cardioinhibidora en el TMB. Tras un seguimiento medio cercano a 4 años, la tasa de recurrencias sincopales fue del 5% entre los 19 pacientes portadores de marcapasos y del 61% entre los 23 pacientes control (p < 0.0006). Como en el ensayo previo, el VASIS era abierto, de pacientes seleccionados, en los que no puede excluirse un marcado efecto placebo de la terapia activa. En un tercer estudio randomizado, el SYNDAT12 (Syncope Diagnosis and Treatment Study), se in- 168 Ensayos controlados de marcapasos en el síncope vasovagal Recurrencia del síncope VPS-I JACC 99 VASIS Cir 00 SYDIT Cir 01 VPS-II JAMA 03 SYNPACE EHJ 04 INVASY EuPace 04 Diseño Grupo control Modo MP N C C C C-DC C-DC C No Tto No Tto B-Btes MP off MP off MP DDI DDR-RDR DDI-Hist. DDI-RDR DDR-RDR DDR-RDR DDD-CLS 54 42 93 100 29 50 Edad Tiempo de seguimiento MP C Valor de p 43 ± 18 60 ± 12 58 ± 14 49 ± 18 53 ± 16 59 ± 18 T1 sinc 3.7 ± 2.2 a 120 ± 266 d T1 sinc T1 sinc med 715 d 18.9 ± 4.2 m 6/27 (22%) 1/19 (5%) 2/46 (4%) 16/48 (33%) 8/16 (50%) 0/41 (0%) 19/27 (70%) 14/23 (61%) 12/47 (25%) 22/52 (42%) 5/13 (38%) 4/9 (44%) 0.0000 0.0003 0.0004 NS NS 0.0001 Estudios controlados de tratamiento del síncope vasovagal mediante marcapasos. Se observa que los estudios VPS-II y SYNPACE, en los que el grupo control también recibió un marcapasos, no demostraron beneficio de la estimulación cardíaca (NS). Sin embargo, en el estudio INVASY se demostró un gran beneficio (0 recurrencias) en el grupo de pacientes que recibieron un marcapasos bicameral dotado de un sensor de contractilidad miocárdica respecto al grupo control de estimulación convencional DDI. Abreviaturas. C-DC: controlado doble ciego; B-Btes: betabloqueantes; RDR: rate drop response; Hist: histéreses; CLS: closed loop stimulation; T1 sinc: tiempo hasta el primer síncope; a: años; d: días; m: meses; NS: diferencias no significativas. Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 14-1. Capítulo 14. La estimulación en los síncopes neuromediados y en la hipersensibilidad del seno carotídeo cluyeron 93 pacientes, que fueron tratados aleatoriamente mediante marcapasos bicameral con algoritmo de respuesta en caída de frecuencia o atenolol. El estudio también demostró un significativo beneficio del grupo asignado a marcapasos respecto al grupo que recibió atenolol. La recurrencia sincopal fue del 4.3% en grupo con marcapasos y del 26% en el grupo de atenolol. Como se ha mencionado, en estos ensayos el papel del efecto placebo del implante del dispositivo está por determinar, así como la posibilidad de un posible efecto deletéreo del atenolol en el último. En resumen, tanto los estudios observacionales como los tres estudios randomizados comentados demostraron que la probabilidad de recurrencias por síncope vasovagal era mucho menor tras recibir un marcapasos. Es reconocido, no obstante, el potencial efecto placebo de cualquier terapia, máxime si se trata de un procedimiento invasivo. Se imponía, por tanto, la realización de ensayos controlados doble ciego en los que se comparase la evolución sintomática de pacientes portadores de marcapasos entre sí. Los dos estudios que se comentan seguidamente han utilizado este diseño. El primero de ellos es el estudio VPS-II13 (Vasovagal Pacemaker Study-II). En este caso se trataba de un ensayo randomizado, multicéntrico, doble ciego, controlado con placebo. Se incluyeron pacientes remitidos para valoración por especialistas de síncope en 15 centros de todo el mundo —Australia, Canadá, Colombia y Estados Unidos—. En el año previo a la randomización habían sufrido un promedio de 4 síncopes. En total, se implantó un marcapasos bicameral a 100 pacientes que se distribuyeron en dos grupos de forma aleatoria: en uno se dejaba el marcapasos sin capacidad de estimulación (modo ODO), mientras que en el otro grupo el marcapasos se dejó en modo DDD con algoritmo de respuesta de caída en frecuencia activado. El diseño del estudio era doble ciego: ni el médico que seguía al paciente ni el propio enfermo conocían el modo en que había quedado programado su marcapasos. En un seguimiento de 6 meses, no se encontraron diferencias significativas en cuanto a recurrencia del síncope. De los 52 pacientes asignados al modo ODO —MP «inactivo»—, 22 (42%) sufrieron recurrencias sincopales durante el seguimiento, frente a 16 pacientes (33%) del grupo con marcapasos activo. La reducción de riesgo relativo del 30% encontrada en el grupo activo no era significativa (p = 0.14). Un hecho llamativo adicional fue que la recurrencia de síncope con traumatismo era también similar en am- 169 bos grupos. El estudio VPS-II contradecía, por tanto, los hallazgos de los ensayos previos y asignaba al posible efecto placebo los resultados beneficiosos de la estimulación encontrados en estudios previos. Los resultados del estudio SYNPACE14, cuyo diseño era similar al VPS-II, son congruentes con el mismo. En este ensayo se incluyeron 29 pacientes, de 53 ± 16 años, con síncopes vasovagales graves recurrentes —mediana de 12 síncopes previos totales— y un episodio sincopal adicional tras la realización del TMB. Para la inclusión los pacientes debían haber mostrado positividad en el TMB con una respuesta de asistolia (asistolia t3 s) o respuesta mixta (bradicardia < 60 lpm en 10 latidos, pero sin asistolia). Los pacientes recibieron un marcapasos bicameral y se dividieron aleatoriamente en dos grupos: uno de MP activo (DDD-RDR) y otro con MP inactivo (OOO). En una mediana de seguimiento de 715 días, 8 pacientes (50%) del grupo con MP activo sufrieron recurrencia de síncope, frente a 5 (38%) con MP inactivo —diferencias no significativas—. Tampoco hubo diferencias en el seguimiento entre los subgrupos que habían evidenciado respuesta de asistolia o mixta en la basculación. Así pues, ni el VPS-II ni el SYNPACE (ambos ensayos doble ciego) han demostrado beneficio del marcapasos en la prevención del síncope vasovagal. La conclusión, por tanto, es que el beneficio del marcapasos observado en los estudios previos debía estar relacionado principalmente con el efecto placebo del propio implante. Sin embargo, una de las limitaciones en la prevención del síncope vasovagal puede radicar en la oportunidad en la detección del inicio de la reacción vasovagal. ESTIMULACIÓN CARDÍACA BASADA EN DETECCIÓN DE HIPERCONTRACTILIDAD La mayoría de los estudios publicados, entre ellos el VPS-II y SYNPACE, incorporaban un algoritmo (RDR, del inglés rate drop response: respuesta de caída en frecuencia) por virtud del cual se realiza una estimulación a frecuencia elevada (aproximadamente 100-120 lpm) al detectar una caída de la frecuencia cardíaca basal en un período y de una magnitud determinados. Por tanto, con este algoritmo de respuesta de caída en frecuencia cuando se inicia la estimulación cardíaca, el reflejo ya está plenamente establecido, incluso ya ha pasado la fase inicial de incremento 170 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización del tono adrenérgico. Experimentalmente, esta fase se observa frecuentemente en el TMB como una taquicardización sinusal que antecede a la sintomatología, y tanto a la vasodepresión como a la bradicardización posterior si ésta se produce. Existiría la posibilidad de que algoritmos capaces de detectar muy precozmente las fases iniciales del reflejo pudiesen anticipar y prevenir eficazmente, mediante estimulación cardíaca, la progresión del reflejo. Los resultados preliminares con sensores que detectan la hipercontractilidad ventricular, que se comentan seguidamente, han aportado esperanzadores resultados Así, Deharo et al.15 demostraron una reducción significativa en la recurrencia de síncope en un grupo de pacientes portadores de un marcapasos, dotado de microacelerómetro en su electrodo ventricular capaz de detectar el incremento de la actividad simpática que antecede al síncope. La detección de la referida hipercontractilidad originaba una estimulación adaptada en frecuencia. La publicación sólo menciona que para la inclusión se requería un TMB positivo con evidencia de bradicardia. En el ensayo se incluyeron 23 pacientes, y el grupo control recibió estimulación convencional DDI. En el grupo de tratamiento activo, el parámetro utilizado para determinar contractilidad ventricular era la medida de la aceleración endocárdica máxima (AEM) durante la fase de contracción isovolumétrica. El estudio INVASY16 incluye a 50 pacientes, de 59 ± 18 años, con síncope vasovagal recurrente grave y TMB positiva con componente cardioinhibidor. Debían haber sufrido más de cinco síncopes previos o alternativamente dos síncopes en el último año. Los pacientes recibían un marcapasos bicameral dotado de un sensor que le permite detectar un incremento de la contractilidad cardíaca, mediante variaciones en la impedancia. Esta detección de hipercontractilidad iniciaba un algoritmo específico de estimulación a frecuencia de 100-120 lpm que el propio dispositivo autoajusta continuadamente en modo closed loop stimulation (DDD-CLS). El grupo control recibió un marcapasos que se programó en modo DDI. En la primera fase del estudio se randomizaron en relación 2:1 un total de 17/26 pacientes a DDDCLS y 9/26 a modo DDI. Los 24 pacientes de la segunda fase fueron programados en modo DDD-CLS. El seguimiento mínimo fue de un año. Entre los 41 pacientes programados en modo DDD-CLS no hubo ningún síncope en un seguimiento medio para este grupo de 19 ± 4 meses. Tan sólo un 10% había referido cuadros ocasionales de presíncope. En cambio, entre el grupo control de 9 pacientes programados en DDI, un total de 7 sufrieron recurrencias sincopales en el primer año de seguimiento. Tras reprogramar estos 7 pacientes al modo DDDCLS, no volvieron a experimentar síncope en los meses siguientes. En resumen, el estudio INVASY ha mostrado que un marcapasos dotado de sensor para detección de hipercontractilidad miocárdica, y la actuación consiguiente del algoritmo de estimulación en modo CLS, previene a largo plazo las recurrencias del síncope vasovagal en pacientes con un TMB cardioinhibidor. Si los excelentes resultados aportados en el INVASY siguen confirmándose en otros estudios, estaremos ante un significativo avance en el tratamiento del paciente con síncope vasovagal gravemente sintomático. Indudablemente, para la inmensa mayoría de los pacientes con episodios vasovagales ocasionales basta con informar y educar al paciente respecto a una serie de normas generales de prevención y actuación. Sin embargo, la posibilidad de una herramienta terapéutica eficaz como la referida en el INVASY supondría un gran cambio para el ocasional paciente que ve gravemente limitada su calidad de vida por la frecuente recurrencia de episodios sincopales graves, a menudo asociados a traumatismo. Mientras estos datos se confirman, la opción de implantar un marcapasos para la prevención de síncope vasovagal debe limitarse a pacientes por encima de 40-60 años, muy sintomáticos — por recurrencia frecuente o por graves consecuencias del traumatismo debido al síncope— , en quienes se ha documentado un marcado componente cardioinhibidor (p. ej., en un registro de Holter insertable17). LA ESTIMULACIÓN CARDÍACA EN EL SÍNDROME DEL SENO CAROTÍDEO La hipersensibilidad del seno carotídeo (HSC) es una causa importante de síncope recurrente de origen desconocido, especialmente en mayores de 65 años. Hay que tener presente, no obstante, que en muchos ancianos asintomáticos el masaje del seno carotídeo puede provocar una respuesta exagerada, de incierto significado18. En consecuencia, la posible asociación entre un síncope e HSC debe realizarse en su contexto clínico. El diagnóstico se establece mediante la realización de masaje del seno carotídeo durante 5 s, tanto en la posición supina como durante estrés ortostático en basculación. La inducción de asistolia Capítulo 14. La estimulación en los síncopes neuromediados y en la hipersensibilidad del seno carotídeo superior a 3 s, y/o hipotensión superior a 30-50 mmHg durante el masaje carotídeo en estas condiciones es altamente sugerente de que una hipersensibilidad del seno carotídeo es la causante de los episodios sincopales. Existe general consenso sobre la indicación de un marcapasos permanente en el paciente con síncope recurrente de origen incierto en quien el masaje carotídeo demuestra un componente cardioinhibitorio grave, con asistolia >3 s. Brignole et al.19 dividieron aleatoriamente a 60 pacientes con síndrome de seno carotídeo en dos grupos. En el primer grupo, compuesto por 32 pacientes, se implantó un marcapasos —entre ellos 14 recibieron MP bicameral y en 18 estimulación ventricular exclusiva—. El grupo control incluyó a los 28 pacientes restantes. En un seguimiento de 3 años, el grupo con marcapasos sufrió recurrencia de síncope en 3 casos (9%), mientras que en el grupo control 16 pacientes (57%) sufrieron recurrencias. Así pues, la estimulación cardíaca se ha mostrado sumamente eficaz cuando la bradiarritmia se ha documentado, siendo de elección un modo de estimulación bicameral20. La hipersensibilidad carotídea es también común en pacientes ancianos con caídas inexplicadas. Aunque se ha utilizado ocasionalmente la estimulación ventricular en este contexto de forma empírica, su eficacia no ha sido objetivada. El estudio SAFE-PACE pretende responder a estas dudas21. Se incluyeron exclusivamente pacientes de edad superior a 50 años que acudieron a urgencias por una caída no accidental, con capacidad para deambular y ausencia de deterioro mental. Los pacientes fueron sometidos, tras un período de valoración clínica, a masaje del seno carotídeo tanto basal como en basculación si negativo. Aquellos pacientes que exhibieron una respuesta cardioinhibidora (asistolia > 3 s) o mixta fueron incluidos. Un total de 175 pacientes, con edad media de 73 ± 10 años, integraron el estudio. Se distribuyeron aleatoriamente entre un grupo que recibió marcapasos bicameral (87 pacientes), y los restantes 88 que formaron el grupo control. Se observó una reducción significativa de 2/3 en el número de caídas no accidentales: 669 en grupo control y 216 en grupo de marcapasos. El marcapasos también redujo en un 70% la incidencia de lesiones por traumatismo. El SAFE PACE sugiere, por tanto, que los pacientes ancianos con caídas no accidentales requieren una valoración cardiológico completa, que incluya determinar la hipersensibilidad del seno carotídeo. Si ésta se confirma, debe plantearse la implantación de marcapasos en un contexto clínico individualizado. 171 BIBLIOGRAFÍA 1. Soteriades ES, Evans JC, Larson MG et al. Incidence and prognosis of syncope. N Engl J Med 2002; Sep 19;347(12):878-85. 2. Fenton AM, Hammill SC, Rea R et al. Vasovagal syncope. Ann Intern Med 2000; 133:714-25. 3. Chen LY, Shen WK, Mahoney DW et al. Prevalence of self-reported syncope: an epidemiologic study from Olmsted county, MN (abtract). J American Coll Cardiol 2002;39:114A-115A. 4. Brignole M, Alboni P, Benditt D, et al. Task Force on Syncope, European Society of Cardiology. Guidelines on management (diagnosis and treatment) of syncope. Eur Heart J 2001 Aug;22(15): 1256-306. 5. 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Carotid sinus syndrome: a modifiable risk factor for nonaccidental falls in older adults (SAFEPACE). J Am Coll Cardiol 2001; 38:1491-6. 15 ESTIMULACIÓN TRAS ABLACIÓN DEL NODO AURICULOVENTRICULAR L. Mont La ablación del nodo auriculoventricular para el control de las arritmias supraventriculares fue la primera terapia de ablación disponible. Inicialmente la terapéutica se realizaba mediante choque de corriente directa, y posteriormente se estandarizó el procedimiento que actualmente se realiza mediante ablación con radiofrecuencia1 (Fig. 15-1). CONSIDERACIONES TÉCNICAS DE LA ABLACIÓN DEL NODO AV La principal indicación de ablación del nodo AV es la fibrilación auricular permanente con frecuen- Ablación del nodo AV Objetivo: Control de los síntomas debidos a la frecuencia elevada Figura 15-1. Esquema que indica la ablación del nodo AV y la sustitución de la conducción por la estimulación mediante marcapasos. cia cardíaca elevada y que no se controla mediante fármacos. Aunque inicialmente se consideraba la ablación del nodo en pacientes con fibrilación auricular (FA) paroxística, esta indicación es actualmente muy infrecuente, dado que estos pacientes son sometidos a ablación de FA con aislamiento de venas pulmonares. Así pues, el candidato a ablación del nodo AV es un paciente con FA permanente y cuya frecuencia cardíaca es elevada (> 90-100 lpm en reposo). Hay que considerar que incluso cuando el paciente está asintomático, la persistencia de un ritmo cardíaco elevado puede conducir a la dilatación cardíaca y a la insuficiencia cardíaca, en lo que se ha dado en llamar la «taquicardiomiopatía». La ablación del nodo AV es una técnica sencilla, con una alta eficacia y una baja tasa de complicaciones2, si se tienen en cuenta algunos aspectos que al principio de la aplicación de la técnica pasaron inadvertidos. La técnica consiste en la identificación del haz de His mediante un catéter de ablación y la posterior aplicación de radiofrecuencia, retirando y curvando ligeramente el catéter, en rotación horaria, para conseguir la ablación del nodo AV compacto, sin lesionar el haz de His ni el tejido específico de conducción. De esta manera, conseguimos con mayor probabilidad un ritmo de escape en caso de fallo del marcapasos. También es importante escoger la secuencia y el tiempo entre el implante del marcapasos y la práctica de la ablación. Al principio de la aplicación de la técnica, se prefería realizar la ablación, dejar un electrocatéter provisional en el ventrícu- 173 174 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización lo derecho y posteriormente proceder al implante del marcapasos. Sin embargo, esta secuencia era fuente de complicaciones, tales como asistolia por desplazamiento del electrodo, hematoma femoral, perforación, infección y complicaciones relacionadas con el implante del marcapasos. Actualmente se prefiere implantar primero el marcapasos definitivo y posteriormente, con el marcapasos en modo VDD a 40 lpm, proceder a la ablación del nodo. De esta forma el marcapasos está protegido de los impulsos de radiofrecuencia que podrían lesionarlo, y el paciente está protegido de la inhibición del marcapasos producida por la radiofrecuencia. Es aconsejable dejar pasar unos días entre el implante del marcapasos y la ablación del nodo. De este modo, se puede asegurar el buen funcionamiento del marcapasos y la ausencia de complicaciones del implante tales como hematoma, infección o desplazamiento del electrodo. RESULTADOS Y COMPLICACIONES DE LA ABLACIÓN DEL NODO AV La ablación del nodo AV se consigue prácticamente en el 100% de los casos2, y ello en general se acompaña de una mejoría sintomática del paciente, y también de una mejoría en la clase funcional y de la fracción de eyección en caso de que Grupo A 80 70 70 60 60 Fracción de eyección Fracción de eyección 80 ésta estuviera deprimida antes de realizar la ablación3 (Fig. 15-2). En un metaanálisis publicado por Wood et al.4, que incluyó un total de 1181 pacientes, los autores demostraron una mejoría significativa en la capacidad de esfuerzo, en la fracción de eyección , en los síntomas, clase funcional, visitas e ingresos hospitalarios, y también una disminución en el número de fármacos prescritos. Por otro lado, la mortalidad observada en estos pacientes era comparable con la descrita en la literatura en series de pacientes con FA (6.3% de mortalidad y 2% de muerte súbita). A pesar de estos resultados positivos, se han descrito dos complicaciones ocasionales y graves en relación con la ablación del nodo AV. En primer lugar, se describió la muerte súbita por torsade de pointes debida a la bradicardia provocada por la ablación del nodo5. Es posible que la mayoría de los casos descritos en la literatura sean debidos a una programación del marcapasos a una frecuencia cardíaca excesivamente baja ya que dicha complicación no se ha descrito en series más recientes6, en las que se ha tomado la precaución de programar el marcapasos durante un mes a una frecuencia más elevada (de 80 a 90 lpm). Probablemente el cambio súbito de frecuencias cardíacas altas, mantenidas a una frecuencia de 40 ó 50 lpm, dé lugar a un alargamiento del QT y a una dispersión de la repolarización que pueda desencadenar una torsade de pointes. 50 40 30 Grupo A 50 40 30 20 20 0 0 2 65 216 2 65 216 Seguimiento medio (días) Figura 15-2. Función ventricular antes y después de la ablación del nodo AV. En el panel de la izquierda (grupo A), correspondiente a pacientes que tenían una fracción de eyección normal antes de la ablación, ésta se mantiene estable en la mayoría de los pacientes, mientras que en el grupo B (panel de la derecha), pacientes que partían de una fracción de eyección disminuida, ésta mejora en la mayoría de los pacientes (tomado de Hender et al.3). Capítulo 15. Estimulación tras ablación del nodo auriculoventricular Otra complicación observada ocasionalmente es la aparición de insuficiencia cardíaca. En un estudio publicado por Anguera et al.7, se observó un deterioro hemodinámico en 14 de 256 pacientes (5.4%) con insuficiencia cardíaca grave. En ellos se observó un empeoramiento de la regurgitación mitral tras la ablación del nodo. En el momento de la publicación del estudio, no existía consciencia del efecto desincronizador de la estimulación en el ápex del ventrículo derecho; por ello, no se pudo establecer una causa clara, si bien los pacientes que presentaron un deterioro hemodinámico tenían regurgitación mitral previa al procedimiento, un diámetro telediastólico mayor y presentaron un aumento del diámetro telediastólico en el seguimiento. Otros estudios han puesto de manifiesto posteriormente que la estimulación ventricular derecha en pacientes con mala función ventricular puede empeorar la función ventricular y causar insuficiencia cardíaca, tal como se observó en el estudio DAVID8. Dicho estudio se realizó mediante la distribución aleatoria en pacientes con indicación de desfibrilador. Un grupo de pacientes recibió un desfibrilador monocameral que fue programado en modo VVI a 40 lpm. Dado que los pacientes no tenían indicación de estimulación, dicho grupo no recibió estimulación ventricular la mayor parte del tiempo. El segundo grupo de pacientes recibió un desfibrilador bicameral programado en modo DDD; por tanto, la mayor parte del tiempo los pacientes eran estimulados en el ápex del ventrículo derecho. Se incluyó un total de 506 pacientes. En el seguimiento se observó un aumento significativo del riesgo de muerte u hospitalización por insuficiencia cardíaca (riesgo relativo de 1.61 IC 1.06-2.44). Se considera, pues, que la estimulación en el ápex del ventrículo derecho en pacientes con función ventricular deprimida puede empeorar la función ventricular al provocar una desincronización de los ventrículos. Por ello, se debe valorar cuidadosamente la ablación del nodo en pacientes con función ventricular deprimida. INCONVENIENTES DE LA ABLACIÓN DEL NODO AV La principal limitación es la creación de una dependencia del marcapasos. El paciente depende para siempre de un marcapasos, lo cual le somete al riesgo de la disfunción del marcapasos en el seguimiento (rotura con síncope o muerte súbita o infección con necesidad de explante). Además, entre los inconvenientes se cuenta la necesidad de revisiones periódicas y recambios. También exis- 175 te el riesgo de que la disincronía ventricular impuesta por el marcapasos provoque disnea e incluso insuficiencia cardíaca. PAPEL DE LA ESTIMULACIÓN AURICULAR EN LA PREVENCIÓN DE FA Los trabajos de Andersen et al., así como otros estudios posteriores9-11, han demostrado una disminución de la incidencia de FA en pacientes con indicación de estimulación que recibieron estimulación en la aurícula. Dicha disminución fue más marcada en los trabajos en los que se implantó un marcapasos AAI que en aquellos en los que se comparó DDD con VVI. La observación del efecto preventivo sobre la FA en pacientes con indicación de estimulación, especialmente en aquellos con disfunción sinusal, creó expectativas en cuanto al papel de la estimulación auricular. Por ello, se diseñaron algoritmos específicos de prevención de la fibrilación auricular para ser aplicados en pacientes con fibrilación auricular paroxística o persistente. Algunos de los trabajos realizados en pacientes con indicación de estimulación por bradicardia han mostrado un efecto preventivo en la aparición de FA, aplicando algoritmos específicos12; sin embargo, dicho efecto preventivo no se ha observado en pacientes sin indicación de estimulación. Así, por ejemplo, la colocación de un marcapasos bicameral en modo DDDR antes de la ablación del nodo, no prevenía las crisis de FA, y la mayoría de los pacientes caían en FA permanente a los pocos meses en el estudio PA313. Por ello, actualmente no se considera indicado el implante de marcapasos bicameral en modo DDDR para disminuir las crisis de FA, a no ser que el paciente tenga una indicación de estimulación permanente y se halle la mayor parte del tiempo en ritmo sinusal. SELECCIÓN DEL MODO DE ESTIMULACIÓN TRAS ABLACIÓN DEL NODO AV En la mayoría de los pacientes que tienen una función ventricular normal, el implante de un marcapasos en modo VVIR es el modo de estimulación adecuado. La sencillez del implante y los buenos resultados observados lo justifican. Sin embargo, en pacientes con disfunción ventricular y/o regurgitación mitral, la estimulación en el ventrículo derecho puede resultar lesiva. Actualmente, la existencia de los marcapasos biventriculares puede contrarrestar el efecto negativo de la estimulación en el ventrículo derecho resincronizando la con- 176 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización tracción ventricular. El papel de la resincronización aplicado de manera preventiva tras la ablación del nodo AV no está bien estudiado. Un estudio reciente de Puggioni et al.14 mostró que la estimulación en el ventrículo izquierdo tras la ablación del nodo AV proporcionaba una mejoría más significativa de la fracción de eyección y de la regurgitación mitral que la estimulación en el ápex de ventrículo derecho. Sin embargo, el estudio agrupaba pacientes con fracción de eyección normal y pacientes con fracción deprimida. La publicación definitiva de dicho estudio, el estudio OPSITE15, tan sólo mostró una ligera mejoría en los parámetros con la estimulación biventricular respecto a la estimulación en el ápex del ventrículo derecho, pero de una magnitud clínicamente poco relevante. Tampoco hubo diferencias entre el grupo de pacientes con fracción de eyección normal y los pacientes con fracción de eyección deprimida. El estudio ecocardiográfico sugiere que sería necesaria una optimización ecocardiográfica para decidir individualmente en cada paciente cuál sería la mejor forma de estimulación. Sin embargo, la decisión de someter a un paciente a estimulación biventricular o no se toma habitualmente antes de implantar el marcapasos, por lo que la cuestión queda pendiente del resultado de nuevos estudios. En pacientes sometidos a ablación del nodo AV y con integridad del sistema específico de conducción se puede optar por la estimulación hisiana. Aun cuando puede ser técnicamente más complejo, la estimulación hisiana produce un QRS estrecho, evitando de esta forma la desincronización que aparece con la estimulación del ápex15. En resumen, la ablación del nodo AV es una técnica sencilla y muy útil en el control de los síntomas y en la protección contra el desarrollo de insuficiencia cardíaca en pacientes con fibrilación auricular permanente y frecuencia cardíaca incontrolable con tratamiento farmacológico. El modo de estimulación de preferencia tras la ablación debe ser el modo VVIR. Sin embargo, en pacientes con función sistólica deprimida o regurgitación mitral, existe la posibilidad de observar un empeoramiento. Por ello se debe considerar el implante de un marcapasos biventricular, o seguir al paciente detalladamente para poder realizar una actualización de la estimulación a modo biventricular si se optó por implantar un marcapasos VVIR. BIBLIOGRAFÍA 1. Olgin JE, Scheinman MM. Comparison of high energy direct current and radiofrequency ablation of the atrioventricular junction. J Am Coll Cardiol 1993;21:557-564. 2. Brugada J, Matas M, Mont L et al. 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Solís INTRODUCCIÓN El tratamiento de la fibrilación auricular debe orientarse a disminuir los síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes principalmente reduciendo la probabilidad de sufrir embolias. Diversos estudios han demostrado que para disminuir la incidencia de embolias es necesario mantener un tratamiento anticoagulante, y que éste no debe suspenderse aunque el paciente recupere el ritmo sinusal cuando existan factores de riesgo1. Por tanto, y dado que no debemos ofrecer al paciente la posibilidad de abandonar el tratamiento anticoagulante por el hecho de que se hayan controlado los episodios de fibrilación auricular, la principal razón para iniciar un tratamiento dirigido a mantener el ritmo sinusal debe ser la existencia de síntomas durante las crisis. ORIGEN DE LA FIBRILACIÓN AURICULAR El tratamiento de elección hasta ahora ha sido principalmente farmacológico, aunque la ablación podría imponerse en los próximos años, al menos en determinados pacientes. Investigacio- nes recientes han demostrado que la fibrilación auricular puede tener un origen focal, y que si dicho foco persiste activo durante suficiente tiempo, puede alterar de tal forma las propiedades eléctricas del miocardio auricular, que puede persistir la fibrilación auricular aunque el foco desaparezca2-4. A este fenómeno se le ha llamado remodelado auricular, y en la práctica clínica se le atribuye que una fibrilación auricular inicialmente focal se transforme con el paso del tiempo en una fibrilación auricular crónica en la que, tal como se había observado clásicamente, múltiples frentes de activación coexistan erráticamente en las aurículas manteniendo la arritmia4-7. Cuando la fibrilación auricular es focal, los focos se localizan en pequeñas zonas de tejido miocárdico que se encuentran generalmente en el origen de las venas pulmonares, o más raramente en otras regiones auriculares, en las venas cavas o en el seno coronario. Desde estas zonas surgen ráfagas de activación eléctrica muy rápida e irregular que inician y, en ocasiones, mantienen la fibrilación auricular. Esto se ha comprobado al eliminar la actividad eléctrica de estas regiones y verificar que desaparece la fibrilación auricular2-4. 177 178 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO DE LA FIBRILACIÓN AURICULAR Los tratamientos no farmacológicos actualmente disponibles para conseguir y mantener el ritmo sinusal son la ablación con catéter, la cirugía y la estimulación por medio de marcapasos, a la que se dedica este capítulo. Teóricamente, la estimulación podría mejorar la hemodinámica auricular, acortar los períodos refractarios, reducir la dispersión de la refractariedad y abolir los focos ectópicos. En primer lugar, analizaremos la prevención de la fibrilación auricular en pacientes con indicación clínica adicional de marcapasos. La principal indicación para el implante de un marcapasos sigue siendo la existencia de bradiarritmias sintomáticas no asociadas a causas corregibles: Enfermedad del seno En pacientes con enfermedad del seno, el implante de un cable auricular se asocia a una menor frecuencia de fibrilación auricular. Esto se ha demostrado en dos estudios aleatorizados. En el Canadian trial of Physiologic Pacing, 2568 pacientes fueron aleatorizados a estimulación VVI o a la denominada estimulación fisiológica AAI o DDD. La incidencia anual de fibrilación auricular paroxística o crónica del implante resultó ser significativamente menor en el grupo con estimulación fisiológica que en el grupo con estimulación ventricular (5.3 y 6.6%, respectivamente)9, 10. Estas diferencias no fueron evidentes hasta transcurridos 2 años del implante. Un estudio posterior demostró una reducción anual del 27% en el número de episodios de fibrilación auricular crónica definida como episodios de duración superior a una semana. Las características clínicas que predisponían a sufrir fibrilación auricular crónica fueron la edad superior a 73 años, la existencia de enfermedad del nodo sinusal y tener antecedentes de episodios de fibrilación auricular. Un beneficio similar se pudo documentar en el estudio MOST, en el que 2010 pacientes con enfermedad del seno se aleatorizaron a estimulación VVIR o DDDR11. Tras un seguimiento de 1 a 6 años, los pacientes estimulados de forma DDDR tuvieron una menor incidencia de primer episodio de fibrilación auricular y de fibrilación auricular crónica comparados con el grupo VVIR (21.4 frente a 27.1%, respectivamente, lo que supuso una reducción del 23% del riesgo relativo). Estudios previos habían demostrado que la estimulación auricular confería cierta protección con- tra las embolias y los episodios de fibrilación auricular12. Parece lógico que la estimulación auricular sea superior, ya que presenta las siguientes ventajas: • Mantiene la sincronía auricular, lo cual previene el remodelado eléctrico y anatómico de las aurículas derecha e izquierda13, 14. • Reduce la dispersión de la refractariedad auricular debido en parte al menor estiramiento que experimentan las paredes auriculares, lo que puede ayudar a disminuir el número de extrasístoles auriculares y el riesgo de fibrilación auricular15, 16. • Un problema no resuelto todavía es si resulta preferible la estimulación auricular única, con un cable, o la estimulación secuencial. En pacientes con disfunción ventricular existen datos que hacen pensar en un efecto deletéreo de la estimulación ventricular sobre el funcionamiento del corazón16-18. En estos casos, es preferible optar por la estimulación biventricular. Los nuevos sistemas van a incorporar nuevos algoritmos dirigidos a evitar en lo posible la estimulación ventricular ajustándose al intervalo AV del paciente. También es importante, en pacientes con enfermedad del seno, el llamado cambio de modo. El marcapasos DDD o DDDR cambia automáticamente a modo DDIR, DDI, VDRI o VDI cuando el sensor auricular detecta una frecuencia por encima de la programada. Con esto se evita que la estimulación ventricular se dispare en caso de taquiarritmias auriculares. Bloqueo auriculoventricular Cuando todavía no se había extendido la ablación con radiofrecuencia de la fibrilación auricular, determinados pacientes sin cardiopatía eran sometidos a la ablación del nodo AV con el posterior implante de un marcapasos. Para dilucidar si el tipo de marcapasos elegido debía ser DDDR o VDD, 67 pacientes fueron aleatorizados a estos modos de estimulación19. Analizando el tiempo hasta el primer episodio de fibrilación auricular, la carga arrítmica y el número de pacientes con fibrilación auricular permanente, los autores llegaron a la conclusión de que el modo DDDR era mejor que el VDD, y que con independencia del modo de estimulación, el 43% de los pacientes habían evolucionado a fibrilación auricular permanente al año de la intervención. En otro interesante estudio publicado previamente, los mismos autores demostraron que la estimulación auricular en modo DDIR no prevenía el desarro- Capítulo 16. Prevención de taquiarritmias auriculares mediante estimulación... llo de fibrilación auricular. Para ello eligieron un grupo de 97 pacientes con más de tres episodios de fibrilación auricular paroxística en un año, refractarios a fármacos antiarrítmicos y que iban a ser sometidos a ablación del nodo AV e implante de un marcapasos. Lo que hicieron fue realizar el implante aleatorizando DDIR programado a 70 lpm frente a DDI programado a 30 lpm, 3 meses antes de la ablación, para observar si los marcapasos controlaban la arritmia en algún paciente y se evitaba la ablación20. Sorprendentemente, el lapso hasta el primer episodio de fibrilación auricular tras el implante fue más corto en el grupo estimulado (DDIR a 70 lpm) que en el otro grupo. De la misma forma, el grupo estimulado tuvo una mayor carga arrítmica, por lo que los autores concluyeron que, al menos a corto plazo, la estimulación auricular secuencial no evitaba, e incluso podría favorecer, el desarrollo de fibrilación auricular en pacientes sin indicación de estimulación cardíaca. Por tanto, en presencia de bloqueo AV, la necesidad de estimulación auricular para prevenir la fibrilación auricular no está tan claramente establecida como en la enfermedad del seno. Para prevenir directamente la fibrilación auricular también se han propuesto otras alternativas de estimulación: a) Estimulación auricular septal. El mecanismo de este tipo de estimulación se basa en activar las aurículas rápidamente utilizando un punto de estimulación cercano al haz de Bachmann. Recientemente, Padeletti et al. estudiaron 46 pacientes con bradicardia sinusal y fibrilación auricular paroxística a los que implantaron un marcapasos DDDR y aleatorizaron la posición del electrodo auricular a la zona de la orejuela o a la zona septal alta. Observaron que la estimulación auricular prevenía episodios de fibrilación auricular y que el grado de prevención era superior si se estimulaba desde el septo alto interauricular21. Actualmente se están introduciendo nuevos electrodos de 4 F y fijación activa con sistemas dirigibles que permitirán estimular desde cualquier punto de la anatomía auricular. b) Estimulación en dos puntos auriculares. La estimulación biauricular se ha probado para producir una «resincronización auricular». Teóricamente podría ser útil para homogeneizar la activación auricular en presencia de trastornos de la conducción intra o interauricular. Existen muy pocos datos acerca de sus ventajas clínicas. En un estudio de 30 pacientes con indicación de marcapasos por bradicardia sintomática, y además con episodios de fibrilación auricular y aleteo refractarios a tratamiento médico, la estimulación si- 179 multánea desde la aurícula derecha alta y el ostium de seno coronario resultó más eficaz que la estimulación desde un solo punto, a la hora de prevenir episodios de fibrilación auricular22, 23. Sin embargo, en el estudio DAPPAF con 120 pacientes con fibrilación auricular paroxística y bradiarritmias sintomáticas, la estimulación biauricular no resultó beneficiosa en los pacientes que no recibían fármacos, aunque sí fue mejor que la estimulación desde un solo punto en aquellos que recibían fármacos antiarrítmicos de los grupos I y III24-27. Por lo tanto sólo algunos pacientes (quizá aquellos con onda P de duración igual o superior a 120 ms) podrían beneficiarse de la estimulación biauricular. Existe, sin embargo, un grupo de enfermos en los que sí se ha demostrado que la estimulación biauricular es eficaz: se trata de pacientes sometidos a cirugía cardíaca con circulación extracorpórea, en los que este tipo de estimulación ha demostrado en diversos estudios aleatorizados que previene el desarrollo de fibrilación auricular perioperatoria28-31. c) Algoritmos de prevención. Existe otra forma teórica de prevenir los episodios de fibrilación auricular estimulando por encima del ritmo intrínseco auricular sobre el cual se originan episodios espontáneos de fibrilación auricular o bien de extrasistolia auricular31-35. Aunque los resultados de los distintos estudios realizados han sido variables, en general apuntan hacia una mayor eficacia de los mismos comparados con la estimulación únicamente en modo DDDR. CONCLUSIONES En resumen, podemos decir que no existe una indicación actual para implantar un marcapasos con la única finalidad de controlar los paroxismos de fibrilación auricular. Si el paciente sufre disfunción sinusal y por ello precisa un marcapasos, la estimulación auricular disminuye los episodios de fibrilación auricular. Se ha demostrado que la estimulación biauricular reduce la fibrilación auricular perioperatoria en sujetos sometidos a cirugía cardiovascular, pero no existen datos concluyentes de que sea eficaz para prevenir esta arritmia en otros contextos. En cambio, los resultados iniciales son prometedores para otras alternativas a la estimulación convencional, como sucede con la estimulación septal auricular. Además, la inclusión de nuevos algoritmos dirigidos a sobreestimular la aurícula y a disminuir la frecuencia de extrasistolia auricular pueden ayudar a mantener el ritmo sinusal. Indirectamente, en pacientes con marcapasos DDD, los algoritmos encamina- 180 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización dos a evitar la estimulación ventricular favorecerán la preservación de la función ventricular, y es deseable que secundariamente eviten el desarrollo de fibrilación auricular. 15. BIBLIOGRAFÍA 16. 1. Van Gelder I, Hagens VE, Bosker HA et al. 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A report of the American College of Cardiology/American Heart Association task force on practice guidelines (ACC/ AHA/NASPE Committee to update the 1998 Pacemaker Guidelines). Circulation 2002; 106:2145. 30. Yu WC, Chen SA, Tai CT et al. Effects of different atrial pacing modes on atrial electrophysiology. Implicating the mechanism of biatrial pacing in the prevention of atrial fibrillation. Circulation 1997; 96:2992. 31. Crystal E, Connolly SJ, Sleik K et al. Interventions on prevention of postoperative atrial fibrillation in patients undergoing heart surgery: a meta-analysis. Circulation 2002; 106:75. 181 32. Israel CW, Lawo T, Lemke B et al. Atrial pacing in the prevention of paroxysmal atrial fibrillation: first results of a new combined algorithm. Pacing Clin Electrophysiol 2000; 23:1888. 33. Funck RC, Adamec R, Lurje L et al. Atrial overdriving is beneficial in patients with atrial arrhythmias: first results of the PROVE Study. Pacing Clin Electrophysiol 2000; 23:1891. 34. 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Por tanto, el objetivo del seguimiento de un paciente con marcapasos es lograr una apropiada y óptima función de estimulación del dispositivo, y detectar y poder prevenir los problemas relacionados con el mismo. Este seguimiento comienza en el período postimplante y continúa durante toda la vida del paciente o del sistema de estimulación1. PERÍODOS DE SEGUIMIENTO El seguimiento de un paciente con marcapasos puede ser dividido en tres períodos: 1. Postimplante inmediato. 2. Primera semana postimplante. 3. Seguimiento programado. Período postimplante inmediato Durante este período, el paciente debe ser monitorizado al menos 24 horas para confirmar la adecua- 182 da función del dispositivo y descartar complicaciones agudas inherentes al procedimiento de implantación (neumotórax, infección, hemorragias, dislocación de electrodos, etc.). La mayoría de los paciente reciben antibioticoterapia profiláctica durante 24 horas, aunque no representa una necesidad clínica establecida con evidencia científica1. La radiografía de tórax, posteroanterior y lateral, debe ser realizada durante las primeras 24 horas, a fin de confirmar el posicionamiento satisfactorio de los electrodos, descartar neumotórax y servir de control para próximas evaluaciones. Debe solicitarse mayor penetrancia de los rayos X para facilitar la visualización del trayecto completo de los electrodos. El electrocardiograma de 12 derivaciones con y sin estimulación es obligado obtenerlo antes del alta del paciente. También debemos valorar múltiples parámetros que serán descritos en el apartado dedicado al electrocardiograma del paciente con marcapasos. Parte esencial del período postimplante es la «educación del paciente» y la entrega de la tarjeta de identificación de su dispositivo y centro implantador. El paciente debe conocer cuáles son los síntomas relacionados con el mal funcionamiento del dispositivo, o signos de complicaciones a nivel de la herida quirúrgica, para poder consultar lo antes posible. También se recomienda la curación diaria de la herida con solución antiséptica y su posterior cobertura con gasas estériles durante los primeros 7 días para evitar su contaminación. Capítulo 17. Seguimiento del paciente con marcapasos Primera semana postimplante El objetivo principal de esta visita es el control de la herida quirúrgica. Una semana suele ser suficiente para la cicatrización de una herida no complicada, sugiriéndose en este lapso de tiempo la retirada de los puntos y los cuidados habituales a nivel de la cicatriz. En ciertas ocasiones pueden ser necesarios más días para obtener una cicatrización completa y óptima: por ejemplo, en pacientes diabéticos o en heridas complicadas por hematomas (pacientes que requieren anticoagulación). Una herida fluctuante no debe ser punzada y aspirada, ya que podríamos estar introduciendo gérmenes en un proceso estéril. Si sospechamos infección de la herida, ésta debe ser abierta quirúrgicamente para confirmar el diagnóstico y realizar la limpieza. En esta misma visita, es conveniente el chequeo rápido del sistema de estimulación, controlando parámetros básicos como umbrales de captura, sensado, impedancias y eventos registrados2. 183 cedimiento de valoración del dispositivo. Ante cualquier duda, debe consultarse al médico supervisor. El personal administrativo organizará las citas sucesivas y dejará registrado los datos del paciente (nombre, edad, dirección, número de identificación, número telefónico), los del dispositivo (datos del generador y de los electrodos, tales como modelo y número de serie), los datos del procedimiento quirúrgico de implantación, los datos del dispositivo durante el implante y, finalmente, los números telefónicos del servicio técnico brindado por la empresa responsable del marcapasos. Equipamiento La sala donde se realiza el seguimiento debe contar con los materiales necesarios tanto para el examen habitual de un dispositivo como para complicaciones en relación con dicho procedimiento. Se debe disponer de los programadores necesarios según el modelo de marcapasos que se va a examinar, un electrocardiógrafo, un desfibrilador externo y un marcapasos transcutáneo3. Seguimiento programado El seguimiento programado dependerá de la metodología de trabajo de cada centro. Habitualmente se realiza un seguimiento anual durante los primeros 4 años y, posteriormente, según los registros del consumo de batería, se controlará el dispositivo cada 6 ó 3 meses, hasta que sea conveniente sugerir el recambio electivo. Tanto para el período postimplantación como para la visita de la primera semana, y en los sucesivos controles, debemos conocer ciertos datos en relación con el seguimiento clínico del paciente con marcapasos. Anamnesis La valoración de los síntomas del paciente requiere de un exquisito sentido común por parte del médico responsable, ya que la sintomatología depende mucho del umbral de tolerancia de cada paciente y de la subjetividad incluida en el relato de la misma. Se debe interrogar acerca de la persistencia o supresión de los síntomas que determinaron la indicación de estimulación cardíaca permanente, y luego buscar síntomas nuevos relacionados con ella4. Los síntomas comunes que pueden presentar los pacientes con marcapasos se muestran en la Tabla 17-11. Personal clínico El personal aconsejable para el seguimiento incluye un médico supervisor, un técnico o enfermera capacitada y personal administrativo. El médico supervisor debe estar altamente capacitado en la programación y resolución de inconvenientes para el óptimo funcionamiento del dispositivo en relación con el cuadro clínico del paciente. El técnico o enfermero a cargo del control del marcapasos, quien debe estar adecuadamente formado y familiarizado con el programador, realizará de forma «sistemática» la valoración de cada uno de los parámetros del sistema de estimulación, conociendo las maniobras que debe realizar ante una urgencia que se presente durante el pro- Examen físico El examen físico es un apartado importante del seguimiento de un paciente con marcapasos. Debemos dirigir nuestra atención en primer lugar a la herida y/o cicatriz (según el momento de la observación), en busca de eritema, inflamación, calor, erosión cutánea o hematoma. Habitualmente el paciente evidencia complicaciones tales como la migración del generador o la superficialización de los electrodos. La erosión cutánea por parte del generador o de los electrodos es un problema serio y puede desembocar en infección sistémica. Numerosos intentos por salvar el sistema suelen ser inútiles. Idealmente la totalidad del sistema debe ser ex- 184 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 17-1. Síntomas comunes en pacientes con marcapasos Síntomas Causas posibles Inflamación y/o dolor en el sitio de implantación Intolerancia al ejercicio, disnea con el esfuerzo Disnea en reposo Infección, hematoma, migración del generador, síndrome de twiddler, erosión cutánea, trombosis subclavia, estimulación pectoral Síndrome de marcapasos, baja frecuencia cardíaca máxima, respuesta en frecuencia inadecuada, fallo de captura, incompetencia cronotrópica Síndrome de marcapasos, derrame pericárdico, fallo de captura, embolia pulmonar a partir del electrodo Arritmias auriculares (seguidas o conducidas), taquicardia mediada por el marcapasos, sensado de miopotenciales, arritmias ventriculares, síndrome de marcapasos Estimulación muscular pectoral (unipolar), fallo de aislamiento, estimulación del nervio frénico, perforación cardíaca, estimulación diafragmática a través del ventrículo Pericarditis, perforación cardíaca, angina por excesiva respuesta en frecuencia, síndrome de marcapasos Síndrome de marcapasos, fallo de captura, sobresensado, fenómeno de crosstalk, inhibición por miopotenciales, arritmias ventriculares, síncope vasovagal Palpitaciones Estimulación diafragmática o musculoesquelética Dolor precordial Síncope, presíncope plantado y reemplazado por un nuevo sistema después de un período apropiado de antibioticoterapia intravenosa. El edema sobre el generador puede deberse tanto a hematoma como a seroma o infección. Como ya hemos señalado previamente, no se debe realizar punción para estudiar las características del contenido, sino que, si sospechamos infección, se debe realizar la inspección quirúrgica para certificar el diagnóstico y actuar en consecuencia. La estimulación pectoral, al igual que la diafragmática, suele ser muy evidente; muy frecuentemente están en relación con la configuración unipolar de estimulación, lo que nos permite cambiar ésta y evitar la complicación; no obstante debemos descartar otras causas tales como fallo del aislante de los electrodos, estimulación del nervio frénico, perforación cardíaca y estimulación del diafragma a través de ventrículo. Las venas del cuello deben ser evaluadas en busca de ondas A cañón (síndrome de marcapasos). Con la auscultación cardíaca frecuentemente encontraremos un segundo ruido desdoblado, y debemos hacer énfasis en descartar frote pericárdico (pericarditis por perforación ventricular). El miembro superior ipsilateral al sitio de implantación puede presentar edema en relación con trombosis subclavia, la cual frecuentemente se resuelve en forma espontánea y no es causa de tromboembolismo. Raramente descrito, el síndrome de twiddler representa la movilización o rotación del generador, realizado manualmente por el paciente desde el exterior. En ocasiones es necesario volver a intervenir quirúrgicamente5. La presencia de miopotenciales que puedan inhibir la respuesta del marcapasos y generar síntomas deber ser descartada mediante la movilización del miembro ipsilateral al implante y con cambios de postura por parte del paciente. Radiografía La radiografía de tórax en proyección posteroanterior y lateral continúa siendo importante en la valoración, ya que nos permite observar el generador y sus conexiones con los catéteres-electrodos, los trayectos extracardíacos e intracardíacos y la ubicación de los mismos. La observación radiológica del generador aporta datos con respecto a su tamaño, ubicación y polaridad. El logotipo de la marca y los datos del modelo mediante letras y números facilitan la identificación del marcapasos. Un punto crítico de observación es la conexión del generador con los catéteres-electrodos. Un porcentaje apreciable de los fallos de salida obedece a defectos en la conexión. También debemos revisar la totalidad del trayecto del catéter-electrodo, especialmente donde hay curvaturas muy marcadas, o en zonas críticas, como la del acceso intravascular (suturas de fijación) o zonas de fricción potencial (región subclavicular). El trayecto habitual del electrodo ventricular puede dividirse en tres porciones. La primera, cuando atraviesa la cava superior, tiene una posición vertical; una segunda porción, auricular, con concavidad superior izquierda, y una última porción, ventricular, con dirección oblicua de dere- Capítulo 17. Seguimiento del paciente con marcapasos cha a izquierda con suave convexidad superior que favorece el enclavamiento miocárdico en torno al ápex ventricular derecho. El catéter-electrodo auricular, que se intenta colocar en la orejuela de la aurícula derecha, describe frecuentemente una curva en «J» con su extremo distal ubicado en dirección anterior y discretamente hacia la derecha6. Existen variaciones aceptables de dichas posiciones, con correcto y óptimo funcionamiento del marcapasos (Fig. 17-1). Electrocardiograma El electrocardiograma de doce derivaciones, con y sin estimulación, es una herramienta útil en la valoración del paciente con marcapasos. Para su análisis es de importancia primordial conocer las características del marcapasos, especialmente en lo referido a la modalidad de estimulación o programación en curso. El análisis debe ser ordenado y sistemático, en busca de cada uno de los elementos que permiten establecer el funcionamiento normal o anormal del marcapasos. Además de datos sobre sensado y captura, el electrocardiograma nos brinda información sobre la integridad y posición de los electrodos. Por ejemplo, con el electrodo ubicado en el ápex del ventrículo derecho, la morfología electrocardiográfica es de bloqueo completo de rama izquierda (BCRIHH) y eje de hemibloqueo anterior izquierdo (HBAI) (Fig. 17-2). 185 Otras morfologías electrocardiográficas pueden indicar la localización del electrodo en sitios diferentes al ápex del ventrículo derecho, como por ejemplo la morfología de bloqueo de rama derecha (BCRDHH) puede sugerir estimulación ventricular izquierda, sea intencional (desde el seno coronario) u otras (perforación ventricular) (Fig. 17-3). La amplitud de la espiga es un elemento que permite inferir si la estimulación es unipolar o bipolar (espiga grande: unipolar; espiga pequeña: bipolar). Su relación con la aurícula y/o el ventrículo define la secuencia de la activación y la modalidad de estimulación7. Imanes Pese a que la multiprogramabilidad y posibilidad de obtener datos de telemetría en tiempo real ha suplantado la utilidad del imán en la valoración del dispositivo, el magneto sigue teniendo su función en la valoración de pacientes con marcapasos. La aplicación del imán sobre el generador de un dispositivo monocameral transforma el modo de estimulación en asíncrono (VDD), es decir, que la única función del dispositivo será la estimulación fija a la frecuencia estándar o programada, o estimulará a demanda ventricular a frecuencia rápida, o gatillada por el ventrículo. En cambio, en los marcapasos de doble cámara pueden transformarse en estimulación asíncrona do- Figura 17-1. Radiografía de tórax posteroanterior y lateral en un paciente con marcapasos bicameral. Se aprecian el catéter-electrodo auricular con su extremo terminal anterior y con curva en «J», y el catéter-electrodo ventricular con leve convexidad superior izquierda y punta dirigida hacia el ápex del VD 186 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 17-2. Registro electrocardiográfico de marcapasos VVI. Se observa morfología de BCRIHH y eje de HBAI, con espiga de gran tamaño, habitual en estimulación unipolar desde el ápex del ventrículo derecho. ble cámara a la frecuencia programada o estándar, o a una frecuencia programada más un porcentaje de incremento fijo; o incluso puede estimular como asíncrono monocameral ventricular a frecuencia estándar. La indicación de reemplazo electivo en algunos modelos puede ser determinada sólo con la aplicación del imán sobre el generador, pues mues- tra una frecuencia cardíaca fija que representa el estado de la batería. Según el modelo, variará esta frecuencia (tablas facilitadas por las compañías de marcapasos). Muy raramente la aplicación del imán puede generar efectos adversos (extrasístoles ventriculares o, en desfibriladores, la aplicación prolongada puede desactivar las terapias antitaquicardias). Figura 17-3. Electrocardiograma que muestra estimulación cardíaca desde el ventrículo izquierdo. Se observa morfología de BCRDHH y eje del QRS inferior. Capítulo 17. Seguimiento del paciente con marcapasos El imán también puede ser utilizado con fines terapéuticos: problemas de sensado, terminación de taquicardias de asa cerrada, restaurar la estimulación en casos de sobresensado o inhibición por crosstalk8. Dependencia del marcapasos Se define como dependencia del marcapasos la presencia de bradicardia sintomática o asistolia ventricular como resultado del no funcionamiento del marcapasos. El hecho de tener permanente estimulación ventricular no significa que el paciente sea dependiente del marcapasos. Cuando se realiza reprogramación para valorar el ritmo intrínseco de un paciente que tiene el 100% del tiempo el ventrículo estimulado, debemos realizar un enlentecimiento gradual de la frecuencia cardíaca programada, para favorecer la salida de ritmos de escape. En pacientes en quienes la frecuencia programable más baja es de 45 lpm, en ausencia de ritmo intrínseco, se puede disminuir el umbral de estimulación para anular la misma y registrar el ritmo de escape del paciente. Ante la presencia de bradiarritmia sintomática o asistolia, debemos conocer rápidamente la forma de revertir este cuadro con el programador, sabiendo localizar el botón de emergencia, o disponer de estimuladores con parches externos para estimulación temporal. Programadores Los programadores de marcapasos son dispositivos complejos con los cuales los médicos deben estar familiarizados. Cada casa comercial tiene un programador específico. Este dispositivo nos brinda la posibilidad tanto de programar el marcapasos como de obtener datos de telemetría, datos administrativos, medidas de intervalos y datos diagnósticos9. 187 Telemetría, datos almacenados y en tiempo real Los datos almacenados y en tiempo real son una de las partes más importantes del seguimiento del paciente con marcapasos10. La evaluación de los marcapasos puede ser realizada eficientemente usando un análisis sistemático para el examen y la medición de los umbrales. Antes de iniciar la valoración de cualquier parámetro se debe dejar registrada una copia de la programación actual. Posteriormente se inicia la medición de los parámetros con la disponibilidad de telemetría en tiempo real. Una impedancia del catéter-electrodo demasiado alta puede indicar la fractura del conductor o un mal ajuste de las conexiones del cable al generador que no puede ser visualizado en la radiografía. Con el tiempo, el voltaje de la batería disminuye y sus impedancias aumentan, lo que proporcionará un dato estimativo sobre la longevidad del dispositivo. Los datos almacenados, tales como los valores iniciales del implante, pueden ser recuperados vía telemetría. Además, se observan contadores de eventos que pueden ayudar al diagnóstico de problemas referidos por el paciente. Los histogramas pueden demostrar con qué frecuencia ocurren episodios (sintomáticos o asintomáticos) de frecuencias rápidas u otros tales como cambio de modo automático (automatic switch mode), lo que permite al médico la reprogramación de ciertos parámetros que mejorarán la calidad de vida del paciente. Estos registros minimizan la necesidad de utilización de monitorización con Holter. Electrogramas intracardíacos y canales de marcas, tanto en tiempo real como almacenados, están disponibles dependiendo del sistema utilizado (Fig. 17-4). Estos facilitan al médico el diag- Figura 17-4. Registro de electrogamas endocavitarios y canales de marcas. Se aprecia señal auricular sensada y señal ventricular estimulada, con posterior ausencia de esta última que genera asistolia transitoria. 188 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización nóstico de funcionamiento apropiado o inapropiado del dispositivo. La utilidad clínica de los electrogramas intracardíacos radica en la identificación de conducción retrógrada, medición del tiempo de conducción ventriculoauricular, identificación del ritmo de base, evaluación de fenómenos de sensado inusuales, valoración de la integridad del electrodo conector, certificación del fenómeno de crosstalk e identificación del sensado de miopotenciales11. La nomenclatura es variable según el fabricante; algunos designan como P o AS los latidos auriculares sensados, y como A o AP los latidos auriculares estimulados. Las siglas equivalentes en el ventrículo son R o VS para los latidos ventriculares sensados, y V o VP para los latidos ventriculares estimulados. Junto a estas señales, es imperativo contar con el registro electrocardio- Tabla 17-2. gráfico simultáneo del electrograma correspondiente, ya que la presencia de una sigla de estimulación auricular o ventricular no significa que haya captura, o por otra parte, el sensado de una señal en una cámara no significa que esa señal pertenezca a esa cámara, ya que podría tratarse de una señal de campo lejano (far-field). Para la programación de los parámetros pueden seguirse guías generales en marcapasos comunes, como se observa en la Tabla 17-2. Umbrales de sensado y estimulación Los umbrales de sensado y estimulación pueden ser medidos de forma automática o manual. Para la medición manual de los umbrales, el dispositivo debe ser programado por debajo de la frecuencia cardíaca intrínseca. Se han propuesto dos mé- Programación estándar de parámetros comunes. Guía general Parámetro Situación Valores Comentarios Límite inferior de frecuencia General Mínimo tiempo estimulado General 50-70 lpm 40-50 lpm Empléese histéresis de frecuencia Límite superior de frecuencia Niños o atletas Voltaje de estimulación Sensibilidad Enfermedad coronaria Voltaje fijo Anchura del pulso fijo Auricular Ventricular Retardo AV General Conducción AV normal Miocardiopatía dilatada o hipertrófica 85% de la frecuencia Basado en los porcentajes cardíaca máxima estimada de niveles de actividad (220 – edad) × 0.85 (220 – edad) lpm Pueden requerir programación de períodos refractarios cortos 110-120 lpm Similar a la estimada para betabloqueo óptimo 3-4 veces el umbral de la Es más eficiente minimizar anchura del pulso el voltaje de salida 2-3 veces el umbral de Empléese función voltaje de autocaptura 25-50% del valor umbral Para correcta función del cambio de modo debe detectar señales de amplitud inferior a 1 mV 25-50% del valor umbral Valórese sobresensado principalmente en sistemas unipolares AV estimulado 150-180 ms, Empléese histéresis de y AV sensado 25-40 ms intervalo AV para promover conducción intrínseca Permitir conducción Retardos AV prolongados intrínseca pueden producir compromiso hemodinámico Se ha sugerido AV corto Optimización con ecocardiografía Doppler Capítulo 17. Seguimiento del paciente con marcapasos todos para su medición: uno emplea la medición de la amplitud «pico a pico» del electrograma obtenido por telemetría, que puede proporcionar valores erróneos y conclusiones inapropiadas, ya que el circuito de telemetría utiliza amplificadores y filtros diferentes a los del circuito de sensado del generador del marcapasos. El otro método, más utilizado en la práctica, es la disminución progresiva manual o semiautomática de la sensibilidad, partiendo de un valor elevado, hasta observar la pérdida del sensado de la señal que se evalúa (la onda P o el complejo QRS). El valor adecuado del margen de seguridad de la sensibilidad no se ha definido con la misma precisión que el de la estimulación. Se considera adecuado el promedio de los valores de la sensibilidad hallados durante el implante y el primer control del marcapasos. Es importante saber que al aumentar la sensibilidad para detectar una señal de voltaje pequeño, es posible detectar señales inapropiadas, como los potenciales de campo lejano, los miopotenciales, y otras (Fig. 17-5). El umbral de estimulación es un parámetro de gran importancia en el seguimiento de los pacientes con marcapasos. Para ello debemos comenzar confirmando la presencia de estímulos artificiales mediante la visualización de la espiga (no siempre fácilmente visible) en el electrocardiograma, 189 siendo este último imperativo en el control del umbral de estimulación. En ocasiones es necesario programar el dispositivo en el modo de estimulación unipolar para facilitar la visualización de la espiga de estimulación. La valoración del umbral de estimulación se realiza de forma manual o automática, disminuyendo progresivamente el voltaje de la estimulación desde sus valores nominales hasta observarse en el electrocardiograma la pérdida de captura. Con un umbral de estimulación bajo, podemos reducir la salida de energía en cada impulso y así favorecer la longevidad del dispositivo. Se recomienda programar el voltaje de estimulación al doble del umbral, aunque está probado que disminuir menos de 2.5 V no reduce de forma significativa el consumo de energía del marcapasos. También se debe valorar el umbral de estimulación, disminuyendo progresivamente la anchura del pulso de estimulación con voltaje de salida fijo, para optimizar también este parámetro y brindar mayor longevidad de la batería. En la mayoría de los casos es suficiente una anchura de pulso de 0.4-0.5 ms, y un voltaje de salida de 2.5-3.5 V. La función de automaticidad es una característica que ha sido aplicada a varios parámetros de los marcapasos, como por ejemplo la determinación de la captura ventricular (autocaptura), la cual Figura 17-5. Sensado de miopotenciales. Como consecuencia del sensado de miopotenciales en el catéter-electrodo, se inhibe la estimulación, generando asistolia transitoria en un paciente con grave trastorno de conducción AV. 190 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización determina en forma automática el umbral de estimulación y ajusta la amplitud del estímulo según los valores hallados1, 6, 12. Evaluación del estado de la batería La longevidad de la batería varía según los parámetros programados, el modo de estimulación, las funciones especiales, etc. Al inicio (BOL, beginning of life) una batería puede tener un voltaje de 2.8 V y una impedancia de 100 :. Con el tiempo disminuye el voltaje y aumenta la impedancia. Cuando existe una caída importante de la batería, suele haber una disminución de la frecuencia de estimulación básica o magnética, y en otros dispositivos, además, un cambio del modo de estimulación y/o eliminación de funciones especiales. El ERI (elective replacement indicator) es la etapa en la cual la vida útil de la batería se estima en 3 a 6 meses; mientras que en el EOL (end of life) la función del marcapasos suele ser errática e impredecible y constituye una emergencia médica que obliga al ingreso del paciente en caso de ser marcapasos-dependiente, para realizar el recambio del generador6, 13. Las ondas de la fibrilación o aleteo auricular pueden ser sensadas y disparar respuestas ventriculares rápidas, a menudo en forma irregular. El cambio automático de modo es una función muy importante incorporada a la mayoría de los marcapasos de doble cámara para el manejo de las arritmias auriculares. Éste nos permite la reversión de la estimulación bicameral a monocameral ventricular cuando las arritmias auriculares son registradas, y vuelve a bicameral cuando el paciente pasa a ritmo sinusal (Fig. 17-6). En algunos dispositivos, el aleteo auricular puede ser convertido a ritmo sinusal mediante sobreestimulación con ráfagas desde el canal auricular. Consideraciones especiales en los sistemas de doble cámara La posibilidad de crosstalk puede ser valorada programando el canal ventricular a la máxima sensibilidad y el canal auricular a la máxima salida. La frecuencia programada debe superar la intrínseca para realizar estimulación auricular permanente, y el intervalo AV programado debe ser menor al intervalo AV propio. La evaluación de este fenómeno ha de ser realizado de forma cuidadosa en paciente con trastornos del sistema de conducción por el riesgo de generar asistolia ventricular. La predisposición a «taquicardia mediada por el marcapasos» (TMM) en los marcapasos DDD puede ser explorada acortando al mínimo el período refractario auricular posventricular (PRAPV), y programando el voltaje de salida auricular a niveles subumbrales. Si hay conducción retrógrada ventriculoauricular, la TMM puede ser observada si es iniciada por una extrasístole ventricular o si se produce pérdida de captura auricular. La TMM puede ser controlada limitando la frecuencia de seguimiento ventricular máxima, alargando el PRAPV, activando los algoritmos antiTMM, cambiando a un modo de «no» seguimiento de la aurícula, como el DDI, o finalmente aplicando el imán sobre el generador. Figura 17-6. Cambio automático de modo. Capítulo 17. Seguimiento del paciente con marcapasos En los pacientes con conducción AV intacta es aconsejable prolongar el retraso AV para favorecer la conducción intrínseca, y así inhibir la estimulación ventricular y por lo tanto prolongar la duración de la batería. Actualmente existe una función de histéresis del intervalo AV que puede extender el retraso AV periódicamente para promover la conducción intrínseca1, 6, 14, 15. Para finalizar... Recordemos que, pese a los grandes avances tecnológicos, el seguimiento de pacientes con marcapasos siempre necesitará del cerebro del hombre. BIBLIOGRAFÍA 1. Schoenfeld MH. Follow-up Assessments of the Pacemaker Patient. En: Cardiac Pacing and ICD. 3.a ed. Ellebogen KA, Wood MA. Blackwell Science, Inc. 2002. 2. Byrd CL, Schwartz SJ, González M et al. Pacemaker clinic evaluations: Key to early identification of surgical problems. PACE 9:1259-1264, 1986. 3. Schoenfeld, MH. A primer on pacemaker programmers. Pacing Clin Electrophysiol 1993; 16:20442052. 4. Ellenbogen KS, Thames MD, Mohanty PK. New insights into pacemaker syndrome gained from hemodynamic, humoral and vascular responses during ventriculoatrial pacing. Am J Cardiol 1990; 65:53-59. 5. Bayliss CE, Beanlands DA, Baird RJ. The pacemaker-twiddler’s síndrome: A new complication of implantable transvenous pacemakers. Can Med Assoc J 1968; 99:371. 191 6. Pastori JD, Selva HO, Schmiberg JM. La electroestimulación cardíaca permanente. Fundamentos técnicos, funcionamiento e indicaciones de los marcapasos definitivos. En: Arritmias cardíacas. Fundamentos celulares y moleculares, diagnóstico y tratamiento. 2.a ed. Elizari-Chiale. Panamericana, 2003. 7. Schoenfeld MH. Follow-up Assessments of the Paced Patient. En: Clinical Cardiac Pacing and Defibrillation. 2.a ed. Ellenbogen Kay, Wilkoff WB. Saunders Company, 2000. 8. Van Gelder LM, El Gamal MIH. Magnet application, a cause of persistent arrhythmias in physiological pacemakers: Report of 2 cases. PACE 1982; 5:710. 9. Harthorne JW. Programmable pacemakers: Technical features and clinical applications. En: Pacemaker Therapy. Dreifuss L (ed). Philadelphia, WB Saunders, 1983; 135-147. 10. Levine PA, Sholder J, Duncan JL. Clinical benefits of telemetered electrograms in assessment of DDD function. Pacing Clin Electrophysiol 1984; 7:1170-1177. 11. Duffin EG Jr. The marker channel: a telemetric diagnostic aid. Pacing Clin Electrophysiol 1984; 7:1165-1169. 12. Luceri RM, Hayes DL. Follow-up of DDD pacemakers. Pacing Clin Electrophysiol 1984; 7:11871194. 13. Barold SS, Schoenfeld MH, Falkoff MD et al. Elective replacement indicators of simple and complex pacemakers. En: New perspectives in cardiac pacing. Barold SS, Mugica J (eds). 2.a ed. Mount Kisco, NY: Futura, 1991; 493-526. 14. Batery FL, Calabria DA, Sweesy MW et al. Crosstalk and blanking periods in a dual chamber pacemaker. Clin Prog Pacing Electrophysiol 1985; 3:314-318. 15. Klementowicz P, Ausubel K, Furman S. The dynamic nature of ventriculoatrial conduction. PACE 1986; 9:1050-1054. 18 FUNCIÓN HOLTER DE LOS MARCAPASOS: ELECTROGRAMAS INTRACAVITARIOS I. Fernández Lozano, J. Torquero Ramos La estimulación cardíaca permanente es una de las innovaciones médicas más importantes del siglo XX. El primer marcapasos lo implantó el doctor Åke Senning, cirujano torácico del Instituto Karolinska, de Estocolmo, en 19581. Desde entonces la tecnología no ha dejado de evolucionar, ofreciéndonos cada vez dispositivos mejores, más fiables, con mejoras en sus funciones de estimulación y también en las diagnósticas. Durante los últimos años, las casas comerciales han incorporado a sus marcapasos contadores de eventos, histogramas, canales de marcas y, finalmente, electrogramas almacenados, que facilitan el seguimiento de los pacientes aportando, en ocasiones, información clínica esencial. En el año 1983, Shaw publicó uno de los primeros ejemplos del empleo de la información almacenada en los marcapasos para el diagnóstico clínico en un grupo de pacientes con síncope de origen desconocido2. Sin embargo, la primera herramienta diagnóstica específica fue la incorporación en 1988 de la información relativa a la frecuencia cardíaca3. En la actualidad estos dispositivos almacenan una amplia información sobre su funcionamiento, estado de la batería, consumo de energía e impedancia de los electrodos. Los contadores de eventos informan del porcentaje de latidos sensados y estimulados, detectan el número de extrasístoles auriculares y ventriculares y el número de veces en que se activan los diferentes algoritmos del marcapasos. Toda la información almacenada ayuda a evaluar el funcionamiento del dispositivo y a optimizar su programación. Además, 192 pueden ser de gran utilidad para monitorizar distintos aspectos de la enfermedad del paciente, e incluso ayudan a optimizar el tratamiento farmacológico. Los nuevos dispositivos también proporcionan información muy completa acerca del número de los episodios de arritmias de nuestros pacientes, especialmente los marcapasos de alta gama dotados de algoritmos de prevención de la fibrilación auricular. Los criterios de detección son programables, generalmente basados en la duración y frecuencia de la arritmia, aunque algunos modelos incorporan el valor de estabilidad del ciclo en los criterios de detección. El dispositivo nos informa del número de episodios, tiempo total en fibrilación auricular, número de extrasístoles y relación horaria de los episodios (Fig. 18.1). Además, nos informa de la duración de los episodios y del número de extrasístoles que preceden a los episodios de fibrilación auricular (Fig. 18.2). Con todos los datos, algunos marcapasos realizan una representación gráfica de los episodios. Esta representación simula un trazado de electrogramas, basados simplemente en los intervalos de la señal sensada. La información obtenida a partir de los histogramas es muy valiosa; sin embargo, su calidad depende de las señales detectadas. La principal limitación es que dependen de un buen sensado, y si no disponemos de electrogramas de los mismos episodios no podemos validar la información que Capítulo 18. Función Holter de los marcapasos: electrogramas intracavitarios 193 Un 16% de las salvas auriculares detectadas por el marcapasos son debidas a detección de campo lejano, o bien a taquicardia sinusal por encima de la frecuencia máxima de seguimiento4. En otro estudio se comprobó que el 28% de los episodios, clasificados como cambio de modo por el marcapasos, se consideraron falsos positivos debido a detección de campo lejano o pérdida de la detección auricular5. ELECTROGRAMAS ALMACENADOS Figura 18-1. Izquierda: criterio de detección, relación del número total de episodios de fibrilación auricular, porcentaje total de tiempo en fibrilación auricular (burden), número de episodios y de extrasístoles. Derecha: relación de episodios en las diferentes horas del día. Figura 18-2. Izquierda: histograma de duración de episodios de fibrilación auricular. Derecha: histograma del número de extrasístoles que preceden los episodios de fibrilación auricular. nos proporciona el dispositivo. Los factores que limitan la utilidad de los histogramas quedan reflejados en la Tabla 18-1. Diferentes estudios han tratado de validar la información obtenida a partir de los histogramas. Tabla 18-1. Factores que limitan la utilidad de los histogramas Sobresensado. Infrasensado. Sensado de campo lejano. Crosstalk. Interferencias. Eventos de breve duración. A principios de los años noventa comenzaron a aparecer los primeros desfibriladores automáticos implantables (DAI) dotados de almacenamiento de electrogramas. El modelo Ventak P2 de Guidant, un desfibrilador capaz únicamente de terapias con choque, era capaz de almacenar el electrograma de aquellos episodios que motivaban el disparo del dispositivo. Las primeras unidades se implantaron en nuestro país en el año 1992, lo que supuso un gran avance en el manejo y seguimiento de los pacientes portadores de un DAI. Posteriormente aparecieron una serie de marcapasos capaces de almacenar electrogramas, lo que permite validar los datos almacenados en los histogramas, aumentando la eficacia y fiabilidad de la información6. Debido a su menor tamaño, la capacidad de memoria de los marcapasos es menor que la de los DAI. La señal almacenada provenía inicialmente del bipolo punta-anillo del canal ventricular. En la actualidad, puede programarse el almacenamiento de la señal auricular, ventricular, ambas o una señal mixta de ambos canales. Además, podemos elegir diferentes combinaciones entre la punta del electrodo, el anillo y la carcasa del marcapasos. En general, un muestreo de 8 bytes proporciona suficiente resolución para reconstruir un electrograma. La frecuencia de muestreo varía entre 128 y 333 por segundo; frecuencias inferiores pueden dar lugar a señales de morfología incorrecta y en las que se pierde información sobre los valores pico. En las señales del canal de morfología almacenadas en los DAI, pueden emplearse frecuencias de muestreo inferiores, debido a que poseen un rango de frecuencias inferior. Existen algoritmos de compresión que reducen el tamaño de la información almacenada sin perder precisión. La señal resultante es ligeramente diferente de la original, pero conserva la información diagnóstica esencial. Estos algoritmos reducen los puntos de muestreo, concentrando los datos en las regiones del electrograma donde se producen las mayores variaciones de voltaje. 194 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Los criterios de almacenamiento de electrogramas también pueden programarse. Los criterios más empleados son la detección de arritmias auriculares, taquicardia ventricular, caída rápida de la frecuencia cardíaca, entrada y salida de episodios de cambio de modo e incluso pueden almacenarse electrograma a petición del paciente. En esta última función el marcapasos almacena los registros en respuesta a la activación externa mediante un imán o un pequeño programador de bolsillo. Los primeros resultados clínicos analizaron 192 electrogramas intracavitarios en 73 pacientes portadores de un marcapasos bicameral7. Se almacenaron en respuesta al cambio de modo en un 28% de las ocasiones, un 14% por detección de taquicardia ventricular y un 58% por detección de taquicardia ventricular no sostenida. El análisis detallado de los episodios permitió clasificarlos en eventos confirmados, si la información proporcionada por el marcapasos era real; eventos no confirmados, si no se demostraba la arritmia, y falsos positivos, en caso de que el episodio no fuera debido a un trastorno del ritmo sino a un problema de sobresensado. En esta primera serie se confirmó el 31% de los episodios, un 47% no se confirmó y un 22% se consideraron falsos positivos. El empleo de los electrogramas permitió validar la información de cada uno de los histogramas del dispositivo. Afortunadamente los refinamientos tecnológicos de las nuevas generaciones de marcapasos han permitido mejorar estos resultados iniciales. En la actualidad los electrogramas permiten identificar arritmias con un gran significado clínico. Las más comúnmente identificadas son episodios no sostenidos de fibrilación auricular, o de taquicardia ventricular. Figura 18-3. Pantalla de programación del electrograma almacenado de un DAI. señales de morfología diferente a las bipolares. Este tipo de señal tiene variaciones de voltaje de menor frecuencia, originando un electrograma similar en morfología al electrocardiograma de superficie. La señal es plenamente programable, pudiendo emplearse cualquiera de los canales del dispositivo (Fig. 18-3). Los diferentes episodios pueden interrogarse con el programador y almacenarse en su disco duro o una unidad de disquete externo. Para facilitar su rápida identificación algunas empresas han desarrollado pantallas de visualización basadas en los intervalos de los diferentes canales (Fig. 18-4). El análisis de los electrogramas permite validar dicha información (Fig. 18-5). ELECTROGRAMAS EN LOS DAI La incorporación de los electrogramas almacenados a principios de los años noventa constituyó un importante avance en la mejora de sus funciones diagnósticas. La primera utilidad fue la clasificación de las terapias aplicadas por los dispositivos en adecuadas o espurias8, 9, 10. Además, permitió el diagnóstico de infrasensado auricular o ventricular, el análisis de episodios de fibrilación ventricular y la detección de problemas de funcionamiento del electrodo. Los DAI almacenan dos canales, que pueden también programarse en diferentes combinaciones. La presencia de bobinas de desfibrilación en sus electrodos permite el almacenamiento de Figura 18-4. Ejemplo de un episodio almacenado en la memoria de un DAI. Los intervalos auriculares muestra un ritmo de alta frecuencia ligeramente irregular (probablemente fibrilación auricular). Los intervalos ventriculares muestran la aceleración rápida del ritmo hasta un frecuencia cercana a los 200 lpm, que cede tras un tren de sobreestimulación ventricular. Capítulo 18. Función Holter de los marcapasos: electrogramas intracavitarios 195 Figura 18-5. Los electrogramas almacenados y el canal de marcas del episodio previo demuestran una taquicardia ventricular rápida que cede tras sobreestimulación ventricular. LIMITACIONES BIBLIOGRAFÍA Como hemos visto, la morfología de los electrogramas almacenados es ligeramente diferente a la del electrograma de superficie. Por ello, su correcta interpretación exige un cierto período de adaptación. Además, los latidos estimulados suelen tener una amplitud muy baja debido a los períodos de blanking que ocurren tras la estimulación, lo que dificulta su análisis. La observación cuidadosa de las señales y la revisión del canal de marcas ayudan a una correcta interpretación de cada episodio. Al analizar la morfología de los electrogramas de los DAI, tenemos que tener en cuenta que hasta en un 10% de episodios de TV almacenados la morfología del electrograma va a ser idéntica a la sinusal8, 10. Por el contrario, algunos episodios de taquicardia supraventricular pueden evidenciar cambios de morfología secundarios a bloqueos de rama intermitente. Los electrogramas pueden ayudar a diagnosticar problemas con el electrodo, identificando señales de ruido. No obstante, en ocasiones estos trazados son difíciles de interpretar. Finalmente, la capacidad de memoria de marcapasos y DAI es limitada, lo que puede dar lugar a la pérdida de información clínicamente relevante. A pesar de todas estas limitaciones, la incorporación de histogramas y electrogramas almacenados a marcapasos y DAI ha constituido uno de los grandes avances en los últimos años. Su empleo permite evaluar con exactitud el funcionamiento de los dispositivos y valorar arritmias espontáneas, y proporciona información relevante para el tratamiento de estos pacientes. 1. Bigelow WG. The pacemaker story: a cold heart spinoff. PACE Pacing Clin Electrophysiol 1987;10:142-150. 2. Shaw DB, Kekwick CA, Veale D et al. Unexplained syncope – a diagnostic pacemaker? PACE 1983; 6:720-725. 3. Begeman MJS, Boute W. Heart rate monitoring in implanted pacemakers. PACE 1988; 11:1687-1692. 4. Lascault G, Barnay C, Cazeau S et al. Preliminary evaluation of a dual chamber pacemaker with bradycardia diagnostic functions. PACE 1995; 18:16361643. 5. Geroux L, Limousin M. On behalf of the French group of investigation of Chorum. Systematic validation and usefulness of stored marker chains (abstract). Arch Mal Coeur 1998; 91:229. 6. Bern Nowak. Pacemaker Stored Electrograms: Teaching Us What Is Really Going On in Our Patients. PACE 2002; 25:838-849. 7. Charles R, Rauscha F, Waucquez JL et al. Storage of intracardiac electrograms in pacing systems: A new tool in arrhythmia diagnosis (abstract). Arch Mal Coeur 1998; 91:230. 8. Marchlinski FE, Callans DJ, Gottlieb CD et al. Benefits and lessons learned from stored electrogram information in implantable defibrillators. J Cardiovasc Electrophysiol 1995; 6:832-851. 9. Auricchio A, Hartung W, Geller C et al. Clinical relevance of stored electrograms for implantable cardioverter-defibrillator (ICD) troubleshooting and understanding of mechanisms for ventricular tachyarrhythmias. Am J Cardiol 1996; 78:33-41. 10. Sarter BH, Callans DJ, Gottlieb CD et al. Implantable defibrillator diagnostic storage capabilities: Evolution, current status, and future utilization. PACE 1998; 21:1287-1298. 19 MONITORIZACIÓN TRANSTELEFÓNICA A. Varela A la hora de hablar de telemedicina conviene tener en mente que hablamos de un campo que empieza, y que tiene unas perspectivas futuras importantes. La inclusión de sistemas que permitan un mayor control del paciente de una manera más comoda, y más barata, es algo que puede cambiar la gestión de consultas, más aún si tenemos en cuenta el número creciente de pacientes. Es de esperar una sucesión de avances tecnológicos en los próximos años que aporten tanto soluciones a problemas actuales como ideas innovadoras que mejoren situaciones buenas pero no óptimas. En monitorización transtelefónica, el lenguaje resulta confuso. Existen varias opciones en lo referente a telemedicina, todas ellas útiles, con transmisión de datos vía telefónica pero con objetivos diferentes. Conviene, pues, aclarar los términos. MONITORIZACIÓN TRANSTELEFÓNICA DEL ECG Está opción, ya establecida en el ámbito clínico en España, consiste en la recogida del electrocardiograma del paciente y su transmisión hasta un centro receptor, donde se puede analizar. Las alternativas son gobernadas por las combinaciones centro emisor-centro receptor. Un ejemplo es la posibilidad de recoger el ECG en un centro de atención primaria y enviarlo a una unidad de arritmias de referencia. Las únicas necesidades son el hardware necesario en el centro emisor, la línea de transmisión telefónica y el hard- 196 ware (y en algunos casos software de análisis) en el centro receptor. La Figura 19-1 muestra la base de este tipo de monitorización. Las recomendaciones, según la bibliografía, son recoger 30 s de ECG basal y otro tanto de ECG con el marcapasos en modo imán (no olvidemos la respuesta diferente del modo imán en los desfibriladores). Con ello se pretende validar el correcto funcionamiento del dispositivo: • Verificación de los parámetros de estimulación o detección. • Verificación del estado de la batería; es necesario conocer el tipo de dispositivo y su respuesta al imán en el tiempo de reemplazo recomendado (RRT/ERI). No siempre es posible validar los parámetros de estimulación y detección. Existen funciones en los marcapasos que permiten obtener datos adicionales en una monitorización del ECG: Threshold Margin Test, Test Vario, FAST Telemetry y otras. Permiten, como respuesta al imán del marcapasos, estimar el umbral de estimulación o ver si existe algún tipo de condición de «alerta» medida por alguna función (algoritmos de monitorización del umbral de estimulación, monitores del cable, etc.). Es necesario conocer de antemano el dispositivo, su respuesta al imán, y si está programada algún tipo de función adicional en respuesta al imán. Es importante conocer ciertas dificultades relacionadas con la aplicación del imán: se pueden inducir arritmias en el paciente portador de mar- Capítulo 19. Monitorización transtelefónica Figura 19-1. 197 Imágenes extraídas de Internet con distintos emisores para un mismo centro receptor. capasos, puesto que el modo de estimulación pasa a ser asincrónico (DOO, AOO, VOO); además, en pacientes con marcapasos bicamerales, se pueden inducir taquicardias mediadas por marcapasos. En los pacientes portadores de desfibrilador, hay que tener en cuenta que la detección de taquicardias está temporalmente desactivada durante la aplicación del imán. Sólo a modo curiosidad, cabe decir que las principales dificultades para obtener un buen registro son las siguientes: • Pacientes con impedancias altas (p. ej., si hay patología respiratoria). • Pacientes con edema. • Pacientes obesos. • Pacientes con temblores. 2. Cómo: telemetría wireless (lo que implica la capacidad de emisión por parte del dispositivo implantado) o telemetría convencional (lo que lo hace válido para todo dispositivo, pero requiere de la colaboración del paciente). 3. Qué: independiente de cada dispositivo, pudiendo incluir lo arriba mencionado. A modo de ejemplo, mostramos a grandes rasgos dos sistemas actuales pero diferentes: el sistema Biotronik Home Monitoring® de la marca Biotronik y el sistema CareLink Network® de la marca Medtronic (Fig. 19-2). Una información más concreta y precisa ha de obtenerse directamente de los fabricantes, y más en un tema como el que nos ocupa, en el cual los avances tecnológicos son constantes. Lo aquí expuesto es fruto de la consulta de catálogos y páginas de Internet. MONITORIZACIÓN TRANSTELEFÓNICA DE PARÁMETROS Esta segunda opción ya está también implantada en España. Está únicamente relacionada con pacientes portadores de dispositivos marcapasos o desfibriladores. La base de la monitorización transtelefónica de parámetros es la capacidad del dispositivo implantado de poner determinada información (parámetros programables, datos diagnósticos, mediciones automáticas, etc.) a disposición del clínico. El cuándo, el cómo y el qué es lo que diferencia los distintos sistemas existentes. 1. Cuándo: una periodicidad programada en el dispositivo, una activación automática por parte del paciente o un envío a causa de alguna situación programada en el dispositivo. Acceso on-line del médico Paciente Servidor Línea telefónica CareLink Acceso on-line del paciente Figura 19-2. Red de monitorización de Medtronic (Medtronic CareLink Network®). 198 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA DE BIOTRONIK 1. Envío, con una periodicidad programable, de un conjunto de parámetros. No requiere la colaboración del paciente. 2. Posibilidad de envío por activación del paciente mediante la aplicación de un imán. 3. Disponible en dispositivos con capacidad de transmisión (antena transmisora en el cabezal del dispositivo). La distancia al terminal telefónico (CardioMessenger®) está limitada a aproximadamente 3 metros. 4. La información es recibida en un servidor central, que la reenvía al clínico responsable. 5. Envío de datos diagnósticos, tendencias de parámetros y arritmias, mediciones ambulatorias, etc. 6. Demostrada una eficacia en el envío del 92% (véase Bibliografía). CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA DE MEDTRONIC 1. El paciente dispone en su domicilio/ambulatorio del dispositivo CareLink. 2. Se prepara la información del dispositivo más 10 s de electrograma intracavitario. 3. El servidor elabora un informe al cual el médico tiene acceso con una clave personal. Además puede hacer anotaciones. 4. El servidor prepara un informe para el paciente con los comentarios del clínico. 5. Tras el análisis de los datos se procede a la citación del paciente si el médico lo considera oportuno. 6. Independiente del dispositivo implantado. SEGUIMIENTO TRANSTELEFÓNICO Por seguimiento transtelefónico se entiende la capacidad de realizar un seguimiento completo de un dispositivo sin necesidad de que el paciente acuda a la consulta. Conviene recalcar que se trata de un seguimiento completo, y que no es necesaria la presencia física del paciente. No existe ningún sistema actual para realizar el control del dispositivo de esta forma. Un obstáculo que hay que salvar son las regulaciones legales para la transmisión de órdenes/información a un dispositivo implantado: hay que tener en cuenta que el paciente no está presente. Sí existen menciones en la bibliografía a la posibilidad futura de disponer de la tecnología suficiente para realizar un control del dispositivo por vía transtelefónica, reconociéndose la diferencia entre un seguimiento completo y un simple control del dispositivo. Una opción disponible en el ámbito clínico desde hace aproximadamente tres años es el CareLink RemoteView. No es exactamente un seguimiento transtelefónico, sino un servicio de atención técnica especializada en respuesta a urgencias o dudas que puedan surgir en el seguimiento de dispositivos, pero es lo más próximo entre las distintas opciones actuales en telemedicina (Fig. 19-3). Detallamos abajo el proceso: 1. El clínico, con el paciente en consulta, solicita la sesión a Medtronic Directo por medio de llamada telefónica a un número de atención permanente 24 horas. 2. Desde Medtronic Directo, por vía telefónica, se conecta un ordenador con el software necesario al programador, disponiendo en éste de la pantalla del programador en tiempo real. 3. Por vía telefónica, se contacta con el clínico. 4. Se inicia la sesión de seguimiento, disponiendo ambos de los datos del dispositivo, ECG y otros, además de estar en contacto para realizar las pruebas necesarias, siendo en todo momento el clínico el que mantiene el control de la situación a través del programador: no hay posibilidad de programación remota. Algunas características que conviene destacar son las siguientes: 1. El clínico tiene, en la consulta, el control de las actividades. 2. Medtronic Directo tiene acceso a la pantalla del programador en tiempo real, lo que incluye electrocardiograma y electrogramas Figura 19-3. Esquema de seguimiento transtelefónico de CareLink Remote View®. Capítulo 19. Monitorización transtelefónica intracavitarios. Además, está en contacto telefónico con el clínico. 3. Es aplicable a cualquier dispositivo: no es una opción de éste, sino una característica del programador. 4. Es especialmente útil para la colaboración entre Medtronic Directo y el clínico en situaciones de urgencias cuando la distancia geográfica (y, por tanto, el tiempo) es grande. DISCUSIÓN FINAL No quisiéramos terminar este capítulo sin exponer ciertos aspectos controvertidos relacionados con el tema que nos ocupa, cuestiones discutidas en las distintas ediciones del Máster en Estimulación Cardíaca (estudio propio de la Universidad de Alcalá en colaboración con el Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal). Algunos de ellos son los que se refieren a: 1. Sistemas que no requieran la colaboración del paciente, pero que permitan a éste «provocar el contacto». 2. Activación de la transmisión de datos por condiciones de alerta en el dispositivo: permitiría una corrección inmediata sin «alarmar» al paciente. • Alertas por impedancias anormales. • Automatismos de determinación ambulatoria del umbral. • Condiciones especiales de arritmia. • Indicadores de insuficiencia cardíaca. 3. Mejora del informe generado por la transmisión: • Episodios de arritmia. • EGM instantáneo. • Funciones diagnósticas de los distintos algoritmos. 199 4. No sustituye al seguimiento, pero... ¿Podría espaciar las visitas?... ¿Sería útil, dado el número creciente de pacientes de desfibrilador? • Elección de paciente/patología. • ¿Prevención primaria? 5. Programación por vía telefónica. • Fiabilidad de la transmisión. • ¿Se puede evitar el «contacto» con el paciente? 6. Seguimiento transtelefónico. • Existen automatismos para control de los parámetros eléctricos. • ¿Se puede evitar el «contacto» con el paciente? 7. Sistemas tipo remote view • Permiten la asistencia técnica instantánea. • Posibilidad de interconexión clínico-clínico para dicusión de pacientes concretos. LECTURAS RECOMENDADAS Ellenbogen KA, Kay GN, Wilkoff BL. Clinical Cardiac Pacing. WB. Saunders Company. Ellenbogen KA, Wood MA. Cardiac Pacing and ICDs. Blackwell Science. Fauchier L, Sadoul N, Koutron C et al. Potential cost savings by telemedicine-assisted long-term care of implantable cardioverter defibrillator recipients. PACE 2005; 28:S255. Furman S, Hayes DL, Holmes DR. A Practice of Cardiac Pacing. Futura Publishing Company. Joseph GK, Wilkoff BL, Dresing T et al. Remote interrogation and monitoring of implantable cardiverter defibrillators. Journal of Interventional Cardiac Electrophysiology 2004; 11:161-166. Theuns DA, Res JC, Jordaens LJ. Home monitoring in ICD therapy: future perspectives. Europace 5:139-142. 20 DISFUNCIONES DEL MARCAPASOS. PROBLEMAS GENERADOS POR LA PROGRAMABILIDAD J. Leal del Ojo González, R. Pavón Jiménez D. García Medina, L. Pastor Torres INTRODUCCIÓN La evolución de la estimulación cardíaca ha hecho que en las últimas décadas hayamos pasado de implantar dispositivos monocamerales con estimulación asincrónica, a implantar marcapasos cada vez más complejos con capacidad para estimular dos o tres cámaras cardíacas con estimulación fisiológica. El análisis de los marcapasos iniciales era, por su escasa programabilidad, relativamente sencillo; los actuales, además de amplias posibilidades en la programación, incorporan numerosas herramientas diagnósticas que aportan una información muy importante, pero que indudablemente hacen que el seguimiento sea más sofisticado y complejo. El término disfunción del marcapasos implica un fallo en el sistema de estimulación cardíaca que puede afectar al generador, a su programación o a los electrodos, y que produce un funcionamiento inadecuado del mismo que puede obligar a una reprogramación del sistema o al recambio de la unidad. Todo esto hace que el clínico encargado del seguimiento del dispositivo deba tener un profundo conocimiento del funcionamiento del generador y de los electrodos, para evitar trasmitir al paciente una posible disfunción del marcapasos, con lo que ello conlleva de preocupación para el enfermo, cuando en realidad puede tratarse de una «pseudodisfunción» o una programación inadecuada del dispositivo, muchas de ellas asintomáticas, que con frecuencia se corrige con una adecuada reprogramación. 200 Actualmente, en el seguimiento de los marcapasos disponemos de numerosas herramientas que nos permiten evaluar posibles fallos del dispositivo y que deben ser utilizadas adecuadamente: sintomatología del paciente y la exploración física, el electrocardiograma de superficie, los datos de la telemetría, los contadores de eventos e histogramas, los electrogramas almacenados y la radiografía de tórax. Se debe prestar atención a posibles cambios en la medicación antiarrítmica, alteraciones metabólicas o exposición a fuentes electromagnéticas que pueden provocar cambios en el funcionamento del marcapasos. En ciertas ocasiones se requiere, además, el asesoramiento técnico de la empresa fabricante, especialmente si sospechamos un fallo primario del generador. Atendiendo al tipo de marcapasos implantado podemos clasificar las disfunciones del marcapasos dependiendo si está presente la espícula de la estimulación en el trazado electrocardiográfico y si ésta produce o no captura ESTIMULACIÓN PRESENTE CON FALLO DE CAPTURA Identificar adecuadamente la espícula del marcapasos puede ser difícil en algunas circunstancias, como cuando se trata de la estimulación bipolar o cuando se registra el electrocardiograma con electrocardiógrafos que utilizan filtros de alta frecuencia para minimizar el ruido. Estas situacio- Capítulo 20. Disfunciones del marcapasos. Problemas generados por la programabilidad nes pueden confundirnos al impedir ver adecuadamente la estimulación cardíaca1, por lo que deben registrarse simultáneamente varias derivaciones electrocardiográficas. El diagnóstico de fallo de captura debe hacerse teniendo en cuenta el tiempo trascurrido desde la implantación del electrodo. Así, si el fallo se detecta a las horas o pocos días después del implante, la explicación más razonable es el desplazamiento del electrodo recién implantado, mientras que si el fallo de captura se detecta varias semanas después del implante, lo más habitual es que se deba a una subida de umbrales por maduración del electrodo, si bien actualmente esto es menos frecuente debido al empleo generalizado de electrodos con liberación de esteroides2. Si el fallo se produce meses o años después del implante, una vez alcanzado el umbral crónico, es razonable pensar en fallos estructurales del electrodo, programación inadecuada o causas extracardíacas que varíen el umbral crónico, como el empleo de fármacos antiarrítmicos. Eventualmente, la depleción de la batería del generador puede ocasionar estimulación por debajo de la salida programada ocasionando estimulación subumbral y pérdida de captura. Desplazamiento del electrodo Suele aparecer a las pocas horas o días del implante. El electrocardiograma presenta habitualmente cambios en la morfología del QRS en los latidos capturados que no corresponden a latidos de fusión. El diagnóstico suele ser sencillo al detectarse el cambio de posición del electrodo en la radiografía de tórax, aunque los microdesplazamientos pueden producir fallos de captura sin que se aprecien alteraciones en la radiografía de tórax. La impedancia del cable suele ser normal y el umbral de estimulación, elevado. En el implante se debe asegurar la buena fijación del electrodo, comprobando que el electrograma local muestra una corriente de lesión con elevación marcada del segmento ST, y que no hay variaciones significativas del umbral tras maniobras como hacer toser con fuerza al paciente. La solución del desplazamiento requiere siempre la reintervención quirúrgica y el reposicionamiento del cable. Maduración del electrodo La reacción inflamatoria que ocurre tras la colocación del electrodo por la interacción entre el material extraño del cable y el endocardio hace que durante las primeras semanas el umbral suba para 201 luego estabilizarse. Si esa reacción inflamatoria es muy intensa, la elevación de umbrales puede ser muy importante, motivando que el umbral se eleve por encima de la salida del marcapasos, fenómeno que se conoce como exit block3. A diferencia del desplazamiento de electrodo, no hay cambios en la radiografía de tórax ni en la morfología del complejo estimulado. Al igual que en el caso anterior, hay una elevación del umbral de captura sin cambios en la impedancia. Actualmente, con el empleo de esteroides en los electrodos este problema se ha reducido a menos de 5% de los casos4. Altos umbrales crónicos Una vez trascurridos los primeros meses tras la colocación del marcapasos, la subida de umbrales obliga a descartar otras causas extracardíacas, como las alteraciones electrolíticas o el uso de antiarrítmicos. Particular precaución se debe tener con el empleo de antiarrítmicos tipo Ic, como la flecainida, que en algunos estudios se ha asociado a un incremento importante del umbral de captura5. Ciertos problemas específicos del electrodo pueden ser responsables del fallo en la captura, como ocurre con los defectos de aislamiento del electrodo (que suelen ir acompañados de impedancias inferiores a 200 :); en cambio una subida importante de la impedancia (mayor de 2000 :) se asocia a fractura del conductor («circuito abierto»), que suele ocasionar fallo de captura, a veces intermitente o dependiente de la postura del paciente. En ese caso una radiografía de tórax con bastante penetración permite identificar la fractura del cable, que con frecuencia ocurre junto al bloque conector o en la zona del ligamento costoclavicular por cizallamiento del electrodo. Defectos de aislamiento El estrés exterior al que se somete el electrodo puede provocar pérdida del material aislante que rodea al conductor. Al igual que en caso de la fractura del cable, este problema suele aparecer en las zonas de cizallamiento antes señaladas. La pérdida del aislante puede ocasionar estimulación muscular extracardíaca por drenaje de corriente por la zona de rotura o cambios en la amplitud del estímulo o alteraciones en el sensado. Como se indicó previamente, es característico que la impedancia del cable sea muy baja. A menudo la radiografía suele confirmar la sospecha. Habitualmente se requiere la sustitución del cable para solucionar el problema. 202 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Circuito abierto Las dos causas que suelen provocar este problema son la fractura del conductor o una mala conexión del electrodo al bloque conector del generador. Si se produce una apertura completa del circuito, no hay paso de corriente en la zona de fractura, con lo que no se producirá espícula de estimulación. Sin embargo, si hay una fractura con algún contacto entre ambas zonas del cable o entre el extremo proximal de electrodo y el bloque conector, hay una alta resistencia al paso de corriente que puede hacer que aparezca artefacto de estimulación en el electrocardiograma, pero con insuficiente energía como para conseguir captura. Si el defecto aparece a los pocos días del implante, lo habitual es que se deba a una mala conexión entre el generador y el electrodo, mientras que cuando el fallo aparece años después del implante suele deberse a fractura del cable. Una impedancia muy elevada y la radiografía de tórax suelen bastar para asegurar el diagnóstico. Otra causa mucho menos frecuente de circuito abierto se produce, en estimulación unipolar, cuando queda aire atrapado dentro de la bolsa del generador, que actúa como aislante del electrodo indiferente6. Fallo de captura funcional En ciertas ocasiones el estímulo del marcapasos puede caer dentro de los períodos refractarios fisiológicos y, por tanto, no producir captura. No se trata de un fallo primario de captura, sino que en ocasiones puede deberse a fallos en el sensado o a una estimulación asincrónica, que provoquen que la espícula aparezca tras una despolarización espontánea haciendo imposible la captura al estar en período refractario. La reprogramación del dispositivo suele corregir este problema. ESTIMULACIÓN PRESENTE CON FALLO DEL SENSADO Al igual que los fallos de captura, este mal funcionamiento puede deberse a fallos en la programación, en el generador o en los electrodos. Sensibilidad programada inadecuadamente Una de las primeras actuaciones que se deben realizar ante un problema de sensado es comprobar la correcta programación de la sensibilidad. No es infrecuente que haya confusión entre los tér- minos «subir» y «bajar» la sensibilidad del marcapasos, y que esto ocasione una inadecuada programación. Así, por ejemplo, un marcapasos será menos sensible con una sensibilidad programada en 3 mV que cuando ésta se programa en 1 mV, por lo que puede cometerse el error de intentar aumentar la sensibilidad programando un mayor valor numérico (3 mV en lugar de 1 mV) cuando la programación se realiza por parte de personal poco entrenado. Actualmente, la mayoría de los marcapasos de última generación tienen la posibilidad de ajustar automáticamente el sensado manteniendo en la mayoría de los casos un margen de seguridad de 2:17. En los últimos años se están introduciendo electrodos con distancias interelectrodos muy pequeñas con objeto de minimizar la detección de señales de campo lejano. Si bien estos electrodos evitan el sobresensado, pequeños cambios en la orientación del dipolo pueden alterar de manera muy importante la amplitud de la señal detectada2. Defecto de aislamiento La pérdida del aislante del conductor puede alterar la amplitud de la señal intracavitaria ocasionando problemas de sensado, así como permitir que señales espurias sean interpretadas como latidos nativos. La posibilidad de analizar los registros intracavitarios o canales de marcas, junto con una impedancia de estimulación anormalmente baja, suele bastar para realizar el diagnóstico. Desplazamiento del electrodo La pérdida de contacto con el endocardio hace que la señal intracavitaria no se registre adecuadamente, ocasionando un problema de infrasensado. Este desplazamiento suele producirse a las pocas horas o días del implante, y suele ir acompañado de pérdida de la captura. La recolocación del cable suele ser necesaria, aunque en algunos casos los pequeños desplazamientos pueden corregirse modificando la programación, evitando así una nueva intervención quirúrgica. Maduración del electrodo La reacción inflamatoria local que sigue a la implantación del cable hace que se puedan producir descensos en la amplitud de la señal intracavitaria de hasta un 40% si se comparan con la señal recogida en el implante. Esto obliga, en ocasiones, a incrementar la sensibilidad para asegurar una correcta detección del electrograma. Capítulo 20. Disfunciones del marcapasos. Problemas generados por la programabilidad Infrasensado funcional Se produce cuando hay fallos en el sensado debidos al normal funcionamiento del marcapasos. La causa más frecuente de infrasensado funcional es la estimulación asincrónica. En determinadas circunstancias, la detección de numerosas señales en muy corto espacio de tiempo hace que el marcapasos las considere como interferencia electromagnética o «ruido» (EMI), en lugar de como señales fisiológicas. Como mecanismo de prevención ante una posible inhibición de la estimulación en un paciente marcapasos-dependiente, el marcapasos revierte a un modo de estimulación asincrónico (noise mode operation), situación que se ve favorecida cuando el sensado está programado en unipolar8. AUSENCIA DE ESTÍMULO CON FALLO DE CAPTURA Este tipo de disfunción del sistema se produce cuando la espícula del marcapasos está realmente ausente. Debe haber certeza de que no hay artefacto del marcapasos. En ocasiones puede haber dudas, sobre todo con la programación bipolar de la estimulación, y sólo se registra una derivación del electrocardiograma. Sobresensado (oversensing) Consiste en la detección de una señal, fisiológica o no, de forma inapropiada. Es especialmente frecuente cuando la sensibilidad del marcapasos se programa en unipolar con una sensibilidad demasiado alta. En estas circunstancias potenciales del músculo esquelético (miopotenciales) pueden inhibir la estimulación del marcapasos al ser interpretadas como electrogramas nativos. La configuración del sensado en bipolar es relativamente inmune a los miopotenciales por tener una relación señal-ruido mayor, pero aún así el sobresensado puede producirse9. La reducción de la sensibilidad con objeto de evitar el sensado de miopotenciales o de la onda T debe permitir el margen necesario para la detección adecuada de las señales fisiológicas. Si la reducción de la sensibilidad compromete el sensado normal se debe plantear el programar el dispositivo en modo trigger. Crosstalk Constituye el sensado del campo lejano en la otra cámara, y aunque esta disfunción no es exclusiva 203 de los marcapasos bicamerales, la situación más habitual es el sensado por el canal ventricular de la espícula auricular, ocasionando inhibición del estímulo ventricular, lo que puede provocar asistolia si el paciente es marcapasos-dependiente. El crosstalk ventricular se ve favorecido con los electrodos unipolares, cuando se programa un voltaje de salida excesivamente alto en el canal auricular o una sensibilidad alta en el ventricular. El mecanismo de protección de este problema, realmente efectivo, incluye un período de cegamiento ventricular tras el estímulo auricular que intenta prevenir el crosstalk; además, tras este período de cegamiento o blanking, se abre una ventana de sensado ventricular de hasta 150 ms según el fabricante, de modo que una señal detectada en esa ventana de sensado es interpretada por el marcapasos como crosstalk y provoca, como mecanismo de seguridad, un estímulo ventricular con un retraso AV corto (estimulación con retraso AV no fisiológico, habitualmente de 100 ms). En la práctica clínica es, en la actualidad, muy poco frecuente y casi siempre está en relación con la movilización del electrodo auricular o defecto de aislamiento en el mismo que genere una gran fuga de corriente. Pseudomalfunción Ciertos funcionamientos normales del marcapasos pueden confundirnos y ser interpretados como disfunciones. Numerosos algoritmos presentes en los dispositivos actuales, como la caída nocturna de la frecuencia de estimulación, la búsqueda del intervalo AV u otros sistemas para evitar la estimulación indeseable en el canal ventricular (Management Ventricular PacingTM), pueden hacer que no aparezca la estimulación del marcapasos a la frecuencia programada, o tras el intervalo AV programado, o incluso que se produzcan latidos no estimulados. TAQUICARDIAS MEDIADAS POR MARCAPASOS (TMP) Hablamos de taquicardia mediada por marcapasos si la taquicardia está sostenida por la participación del marcapasos. De todas ellas, la más frecuente es la taquicardia de asa cerrada (TAC), que está mediada por la presencia de conducción VA y en marcapasos DDD o VDD: cuando hay conducción VA y la onda P retrógrada es detectada por el electrodo auricular se activa el retraso AV del marcapasos, provocando el disparo ventricular; todo ello hace que el marcapasos estimule a 204 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 20-1. Taquicardia mediada por el marcapasos. La conducción ventriculoauricular hace que la onda P retrógrada sea detectada por el canal auricular activando la estimulación ventricular. De arriba abajo: electrograma de superficie, electrograma intracavitario auricular y canales de marca. la frecuencia máxima de seguimiento (Fig. 20-1). La taquicardia se inicia fundamentalmente ante pérdidas de la captura auricular y ante extrasístoles ventriculares. Los algoritmos para prevenir o Figura 20-2. interrumpir la TAC incluyen la extensión del período refractario auricular posventricular (PVARP) cuando se detecta una onda R no precedida de onda P (una extrasístole ventricular definida por el marcapasos) (Fig. 20-2), o cuando se está estimulando a la frecuencia máxima de seguimiento tras un determinado número de ciclos. Algunos dispositivos incorporan algoritmos más «refinados» y confirman el diagnóstico de TAC analizando la estabilidad de la conducción VA tras acortamiento del intervalo AV: si el tiempo de conducción VA tras el acortamiento del intervalo AV «coincide» con el tiempo de conducción VA durante la TAC, el dispositivo considera que se trata de una TAC y alarga, entonces, el PRAPV, y evita de esa forma interpretar como TAC una taquicardia sinusal. En conclusión, cuando se sospeche un mal funcionamiento del marcapasos debe establecerse un diagnóstico diferencial que incluya problemas del generador, de los electrodos, del paciente o de la interacción de los tres componentes. Antes de someter al paciente a una intervención quirúrgica, con las consecuencias que ello puede suponer, debemos asegurarnos del diagnóstico y de que no estamos ante una incorrecta programación o ante una pseudodisfunción que pudiera corregirse con una reprogramación adecuada. Extensión del período refractario auricular posventricular tras una extrasístole ventricular. Capítulo 20. Disfunciones del marcapasos. Problemas generados por la programabilidad BIBLIOGRAFÍA 1. Sheffield LT, Berson A, Bragg-Remschel et al. Recommendations for standards of instrumentation and practice in the use of ambulatory electrocardiography. The Task Force of the Committee on Electrocardiography and Cardiac Electrophysiology of the Council on Clinical Cardiology. Circulation. 1985;71(3): 626A-636A. 2. Levine P. Evaluation and management of pacing system malfunction. Cardiac pacing, 4th ed. En: Ellenbogen K, Woods M (eds.) Blackwell Scientific Publications, Boston, 2002. 3. Furman S. Cardiac pacing and pacemakers VII. The pacemaker follow-up clinic. Am Heart J. 1977; 94(6):795-804 4. Furman S, Pannizzo F, Campo I. Comparison of active and passive adhering leads for endocardial pacing. Pacing Clin Electrophysiol. 1979; 2(4):417-27. 205 5. Fornieles-Pérez H, Montoya-García M, Levine PA, Sanz O. Documentation of acute rise in ventricular capture thresholds associated with flecainide acetate. Pacing Clin Electrophysiol. 2002; 25(5):871-2. 6. Kreis DJ Jr, LiCalzi L, Shaw RK. Air entrapment as a cause of transient cardiac pacemaker malfunction. Pacing Clin Electrophysiol. 1979; 2(6):641-4. 7. Berg M, Frohlig G, Schwerdt H et al. Reliability of an automatic sensing algorithm. Pacing Clin Electrophysiol. 1992; 15(11 Pt 2):1880-5. 8. Trigano A, Blandeau O, Souques M et al. Clinical study of interference with cardiac pacemakers by a magnetic field at power line frequencies. J Am Coll Cardiol. 2005; 45(6):896-900. 9. Gabry MD, Behrens M, Andrews C et al. Comparison of myopotential interference in unipolar-bipolar programmable DDD pacemakers. Pacing Clin Electrophysiol. 1987; 10(6):1322-30. 21 SÍNDROME DE MARCAPASOS J.R. Carmona Salinas INTRODUCCIÓN La restauración, mediante la estimulación eléctrica, del ritmo cardíaco cuando se ha perdido, recupera el funcionamiento acercándolo a la normalidad. Sin embargo, la estimulación eléctrica en muchos casos no restituye completamente las condiciones fisiológicas de funcionamiento del corazón. Esta modificación de la fisiología producida por la estimulación eléctrica puede ser la causante de síntomas que el paciente presenta en relación con la propia estimulación eléctrica cardíaca, con frecuencia síntomas nuevos, con diversos grados de afectación del estado subjetivo del paciente, del grado funcional y de la calidad de vida, que constituyen lo que se denomina síndrome de marcapasos. Pero para poder identificar adecuadamente este síndrome, es preciso conocer bien su fisiopatología, cuantificar sus repercusiones, separar lo que es y lo que no es síndrome de marcapasos, para poder evitarlo o tratarlo adecuadamente. En la definición del síndrome de marcapasos ha habido controversias, y no es excepcional encontrar todavía expresiones controvertidas o inexactas que inducen a cierta confusión. Igualmente, la sintomatología del síndrome de marcapasos, especialmente las manifestaciones más sutiles, puede dar lugar a valoraciones cuantitativas muy dispares en cuanto a su incidencia y su presencia, dependiendo de los métodos de evaluación de dichos síntomas. El diagnóstico de síndrome de marcapasos es con frecuencia difícil, y la variabilidad de los dis- 206 tintos factores que lo componen de un paciente a otro, incluso dentro del mismo paciente, hacen necesario entender bien los mecanismos particulares que conducen a los síntomas. La pérdida de la sincronía auriculoventricular adecuada es el mecanismo principal que origina el síndrome de marcapasos (Fig. 21-1) Sin embargo, diferentes factores contribuyen a que los síntomas que aparecen ante esta situación sean desde inexistentes hasta graves. Aquí desempeñan distintos papeles el tono vegetativo, mecanismos neurohumorales, el tipo y grado de cardiopatía y otras circunstancias clínicas. Su conocimiento resulta necesario para poder evitar el síndrome de marcapasos o, en el caso de que exista, poder reconocerlo adecuadamente y tratarlo. EVOLUCIÓN HISTÓRICA Algunos mecanismos implicados en el síndrome de marcapasos fueron ya descritos mucho antes de que existiesen los marcapasos. Ya en 1628 William Harvey en su obra De Motu Cordis, señala que en el corazón de la rana la contracción auricular produce flujo sanguíneo. McWilliam, en 1889, describe en el corazón del gato la relación entre la contracción de las aurículas y los ventrículos, y observa una disminución de la presión arterial con los latidos originados por estimulación ventricular. Tras la primera implantación de marcapasos en seres humanos en 1958, la primera descripción de síntomas en relación con mecanismos de síndro- Capítulo 21. Síndrome de marcapasos Figura 21-1. Síndrome de marcapasos. me de marcapasos es la publicada por Mitsui en Chicago, en 1969. Se utiliza el término pacemaker syndrome, y se atribuyen los síntomas (dolor torácico, mareos, dificultad respiratoria, enrojecimiento facial) a frecuencia inadecuada. Otros estudios describen posteriormente el fenómeno. Ausubel y Furman, en 1985, revisan el tema más en profundidad definiendo mejor los mecanismos fisiológicos alterados que producen los síntomas. Más tarde, Barold et al. y Ellenbogen y Stambler analizan el tema con mayor detalle. La influencia que en la aparición del síndrome de marcapasos tienen los distintos tipos de estimulación han aportado recientemente información más precisa, hasta llegar al momento actual. Hoy en día el síndrome de marcapasos, menos frecuente que antes, con la utilización correcta de estimulación cardíaca más fisiológica, sigue siendo un aspecto que debe ser tenido en cuenta. DEFINICIÓN En 1994 Furman describe el síndrome de marcapasos como «el resultado de deficiencias hemodinámicas o de ritmo de la incompleta restauración del patrón de activación cardíaca, de la relación normal de la contracción auricular y ventricular con un intervalo AV fisiológico o activación retrógrada de la aurícula y una respuesta inadecuada a la necesidad fisiológica» (Pace 1994; 17:1). Sin embargo, tras esta definición, que resulta un tanto compleja, parece existir un acuerdo en excluir del síndrome de marcapasos los problemas relacionados con una frecuencia de estimulación inadecuada, y Schuller y Brandt definen de una manera más comprensible el síndrome de marcapasos como «los síntomas y signos en el paciente con marcapasos causados por una sincronía 207 inadecuada entre la contracción auricular y ventricular». Hay una mayor aceptación para limitar el concepto de síndrome de marcapasos a los mecanismos relacionados con la pérdida de sincronía adecuada auriculoventricular. Sin embargo, es posible encontrar en algunos estudios, incluso en guías clínicas, conceptos mucho más amplios de síndrome de marcapasos que no coincidirían con este planteamiento. Los síntomas o signos relacionados con el cambio de secuencia de activación ventricular que produce el marcapasos, o bien por otras causas, pueden ser similares a los del síndrome de marcapasos, pero se deben a un mecanismo diferente, que conocemos como asincronía, y se mejoraría cambiando la estimulación ventricular, habitualmente a estimulación biventricular que resincronice la activación. Los problemas debidos a este mecanismo no deberían ser síndrome de marcapasos. Es bien sabido, también, que el tratamiento de resincronización mediante estimulación eléctrica produce una mejoría hemodinámica atribuida a varios mecanismos, pero fundamentalmente a dos: la restauración de la sincronía en la activación ventricular y, por otra parte, la sincronía óptima en la relación auriculoventricular. En pacientes con ritmo espontáneo, la asincronía de la contracción ventricular puede estar alterada inicialmente. El inicio de la estimulación ventricular con un marcapasos convencional puede empeorar aún más esta asincronía, y es evidente que este empeoramiento lo produce el marcapasos y que puede mejorar cambiando el modo de estimulación a biventricular. Esto no es considerado por la mayoría de los autores como síndrome de marcapasos pese a que los síntomas sean superponibles, ya que los mecanismos que ponen en marcha los cambios vasculares y neurohormonales son diferentes de los del síndrome de marcapasos. El otro mecanismo de beneficio de la resincronización, la sincronía óptima auriculoventricular, que tiene un papel diferente dependiendo de diversas circunstancias (tipo de cardiopatía, dilatación auricular, etc.), sí que se podría relacionar con el síndrome de marcapasos. En cualquier caso, la estimulación que mejora la asincronía ventricular y la asincronía auriculoventricular habitualmente mejora los síntomas, y ambos efectos se pueden potenciar. Teniendo en cuenta este concepto, se podría decir que el síndrome de marcapasos mejora con la estimulación que restaura la secuencia auriculoventricular adecuada, y que la mejoría conseguida con la estimulación biventricular tiene mecanismos diferentes de los del síndrome de marcapasos. 208 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización La fibrilación auricular en un paciente con marcapasos puede producir también algunos síntomas similares a los del síndrome de marcapasos, y algunas veces ser la consecuencia de una inadecuada sincronía entre la contracción auricular y la ventricular. Sin embargo, no es correcto hablar de síndrome de marcapasos en ausencia de una actividad auricular organizada. De acuerdo con la definición de síndrome de marcapasos más aceptada, se excluyen, por tanto, los cuadros debidos a una frecuencia de estimulación insuficiente, al cambio en la secuencia de activación ventricular que produce asincronía ventricular y las situaciones con arritmias auriculares. SIGNOS Y SÍNTOMAS La sintomatología del síndrome de marcapasos es muy variable y muchas veces inespecífica y sutil. Por eso a menudo es difícil de identificar, de reconocer y de relacionar con el marcapasos, especialmente en pacientes mayores o limitados, en los que dichos síntomas pueden pasar inadvertidos o atribuirse a otras causas. Con frecuencia, tras la implantación del marcapasos, se produce una mejoría de síntomas al tratar la bradicardia, que puede enmascarar la aparición de los otros síntomas nuevos diferentes propios del síndrome de marcapasos. Ésta es una razón que dificulta a veces la identificación del síndrome. La sincronía inadecuada de la contracción de aurículas y ventrículos produce manifestaciones clínicas que son graves en un porcentaje pequeño de pacientes (5-7%), moderadas entre el 20 y 30% y sutiles en hasta el 70%. Estas manifestaciones clínicas son cardiovasculares, neurológicas, generales o inespecíficas (Tabla 21-1). Entre los síntomas leves o moderados se incluye sensación de pulsación en el cuello o abdomen, cansancio, malestar, fatiga, debilidad, palpitaciones, vértigo, tos, ansiedad, sensación de tórax lleno, dolor en la mandíbula, dolor torácico, mareo, disnea de esfuerzo, confusión, alteración del estado mental, cefalea y otros. Las principales manifestaciones graves son: presíncope, síncope, disnea y congestión pulmonar. La presencia de ondas «A» cañón en la curva de pulso yugular es un signo que revela la contracción de la aurícula derecha simultáneamente con la contracción ventricular derecha y, por tanto, frente a la válvula tricúspide cerrada, lo que Tabla 21-1. Manifestaciones clínicas del síndrome de marcapasos • Graves • Moderadas • Sutiles 5-7% 20-30% hasta 70% Clave: dis-sincronía AV Diagnóstico clínico Evidencia tras el cambio de modo Síntomas del síndrome de marcapasos • Cardiovasculares, neurológicos, generales • Inespecíficos • Con frecuencia difíciles de identificar Síntomas leves o moderados • Sensación de pulsación en el cuello o abdomen • Cansancio, malestar, fatiga, debilidad • Palpitaciones • Vértigo • Tos • Ansiedad • Sensación de tórax lleno • Dolor en la mandíbula • Dolor torácico • Mareo • Disnea de esfuerzo • Confusión, alteración del estado mental • Cefalea Graves • Presíncope • Síncope • Disnea, congestión pulmonar produce una onda de presión y flujo retrógrado en las venas del cuello y representa el origen de algunos síntomas. Los síntomas del síndrome de marcapasos pueden aparecer inmediatamente después de la implantación del marcapasos o meses después, lo cual dificulta su identificación, especialmente si los síntomas son intermitentes. Las propiedades eléctricas que hacen posible el mecanismo del síndrome de marcapasos (fundamentalmente conducción ventriculoauricular) pueden variar espontáneamente y ser la causa de la presentación intermitente de los síntomas. También la irregularidad en la presentación de los síntomas puede relacionarse con variaciones del tono vegetativo, con diversos grados de actividad o esfuerzo y con efectos farmacológicos. Capítulo 21. Síndrome de marcapasos 209 Estas oscilaciones hacen a veces difícil establecer la relación entre los síntomas y la situación eléctrica y hemodinámica que los producen y, por tanto, puede resultar difícil documentar el papel del marcapasos en su aparición. en todos los pacientes con disfunción sinusal debe incluir la aurícula. INCIDENCIA Y RELEVANCIA CLÍNICA Los factores implicados en el síndrome de marcapasos y sus manifestaciones pueden ser catalogados como factores eléctricos, hemodinámicas, humorales y reflejos. La conducción ventriculoatrial es un factor eléctrico fundamental en la fisiopatología del síndrome de marcapasos. La estimulación ventricular en modo VVI, al no tener en cuenta la actividad espontánea de las aurículas, cursa con una pérdida de la sincronía adecuada auriculoventricular. Por ese motivo el síndrome de marcapasos se da habitualmente (aunque no exclusivamente) en modo de estimulación VVI y sólo excepcionalmente en otros modos más fisiológicos de estimulación. En estimulación VVI puede ocurrir que 1) no exista ningún grado de conducción retrógrada ventriculoauricular y, por tanto, haya disociación AV, 2) exista una conducción VA 1:1, o 3) haya un grado intermedio de conducción VA. Las condiciones eléctricas para que exista conducción ventriculoauricular incluyen la localización anatómica del trastorno de conducción que indicó el marcapasos (nodal o infranodal), el período refractario, la presencia de una vía accesoria, el tono vegetativo, los fármacos y otros factores que pueden hacer variar la conducción; pero en algunos casos la conducción VA puede variar de forma paroxística, lo mismo que el bloqueo AV anterógrado. A diferencia de la conducción anterógrada, donde el ritmo es marcado por un foco automático (habitualmente el nódulo sinusal, que no encuentra focos ventriculares a más frecuencia que produzcan interferencia), la conducción retrógrada tiene lugar cuando las despolarizaciones auriculares de origen sinusal lo permiten una vez acabado el período refractario. Por eso la relación entre frecuencia auricular y ventricular es importante en la aparición de conducción VA. Es frecuente encontrar en un paciente en reposo, durante la revisión del marcapasos, que una estimulación ventricular a 70 lpm no produzca conducción retrógrada. Si la frecuencia de estimulación se baja, por ejemplo, a 50 lpm, y no aparece interferencia con el ritmo sinusal, podría aparecer conducción VA 1:1. La ausencia de conducción VA en reposo no descarta que, cuando el paciente está andando o haciendo ejercicio, el aumento del tono simpático haga posible una conducción VA 1:1 incluso a frecuencias superiores Las diferencias de unos estudios a otros en cuanto a cifras de incidencia del síndrome de marcapasos y gravedad de los síntomas son grandes; se ha fijado dicha incidencia entre el 2 y el 83%. En los distintos estudios la incidencia de síndrome de marcapasos con síntomas graves se sitúa entre el 5 y el 10%; con síntomas moderados entre el 10 y el 30% y con síntomas leves entre el 20 y el 70%. Los motivos de estas diferencias pueden ser varios. En algunos estudios se valoran minuciosamente los síntomas y se detectan manifestaciones más sutiles, lo cual hace que, incluyéndolas dentro del síndrome de marcapasos, la incidencia de éste sea superior que en otros estudios donde se precisan menos los síntomas menores o se exigen síntomas más graves para el diagnóstico de síndrome de marcapasos. Por otro lado, en estudios con alto porcentaje de pacientes con estimulación VVI y alto porcentaje de latidos estimulados, es lógico que se recoja una incidencia más alta de síndrome de marcapasos tanto con síntomas leves y moderados como con síntomas graves. El momento en que aparece el síndrome tras la implantación del marcapasos no siempre es precoz y, por tanto, la incidencia puede ser mayor si la observación se hace más tarde. El análisis reciente de la aparición de síndrome de marcapasos, en el estudio MOST, en pacientes con disfunción sinusal, muestra datos interesantes. Los criterios para establecer síndrome de marcapasos en este análisis son exigentes: signos de congestión o síntomas relacionados con la estimulación ventricular y conducción retrógrada o bien un descenso de 20 mm Hg o más en la presión sistólica durante la estimulación ventricular, asociado con síntomas reproducibles de mareo o síncope. Con estos criterios exigentes de síntomas graves, la incidencia del síndrome de marcapasos en los 996 pacientes randomizados a estimulación VVI-R es del 18.3% lo cual pone de nuevo de actualidad el tema, quizá infravalorado durante algún tiempo. No se identifican predictores de desarrollo de síndrome de marcapasos, con excepción de alto porcentaje de estimulación, por lo que se concluye que el modo adecuado de estimulación MECANISMOS DEL SÍNDROME DE MARCAPASOS 210 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización a 70 lpm. Aparte de estos factores previsibles, pueden aparecer variaciones paroxísticas en la conducción que hacen difícilmente reproducible la situación, que confirmaría de modo conclusivo la presencia de conducción ventriculoauricular relacionada con síntomas de síndrome de marcapasos. Cuando aparece conducción VA 1:1 habitualmente la activación auricular se produce detrás de la ventricular, pudiéndose identificar la onda P retrógrada al final del complejo QRS o al principio del espacio ST en el electrocardiograma. En tal caso se hablaría, más que de asincronía AV, de sincronía AV inadecuada (Fig. 21-2), ya que la contracción auricular es sincrónica con la ventricular, pero en el peor momento del ciclo cardíaco, cuando las válvulas AV están cerradas, con la repercusión hemodinámica correspondiente, origen de la mayoría de los síntomas. La sincronía auriculoventricular adecuada es un componente más o menos importante del rendimiento hemodinámico del corazón. En ausencia de cardiopatía y en personas jóvenes, cuando el ejercicio exige un mayor gasto cardíaco, el aumento de la frecuencia cardíaca es el factor fundamental para conseguirlo, siendo la sincronía AV de menor importancia. Sin embargo, en algunas otras situaciones (Tabla 21-2), en problemas de distensibilidad ventricular, cardiopatía hipertensiva, estenosis aórtica y especialmente en la miocardiopatía hipertrófica o la miocardiopatía restrictiva, la contribución auricular al gasto cardíaco, habitualmente entre el 5-10%, puede ser superior al 20, incluso hasta del 35%. Esto significa que la pérdida de la sincronía AV adecuada puede producir en tales casos un deterioro hemodinámico importante. En algunos pacientes de edad avanzada, la sincronía AV puede tener un papel importante atribuido probablemente a un problema de distensibilidad en relación con fibrosis miocárdica. Figura 21-2. Efecto hemodinámico de la sincronía AV. Tabla 21-2. auricular Efectos de la contracción Momento con respecto a la contracción ventricular Contractilidad auricular Sistema nervioso auónomo Frecuencia cardíaca Volumen de AI Presión de AI Alteraciones del pericardio Secuencia de activación ventricular Presión telediastólica de VI Distensibilidad de AI AI: aurícula izquierda; VI: ventrículo izquierdo. En el síndrome de marcapasos, no sólo existe una pérdida de la sincronía adecuada, sino que la conducción VA 1:1 produce la sincronía inadecuada, con el máximo efecto hemodinámico negativo. La contribución auricular al gasto cardíaco, en los casos en que es importante, aparece siempre en relación con una contracción auricular efectiva y, por tanto, no tendría un papel relevante cuando las aurículas están gravemente dilatadas o cuando la contracción auricular se produce fuera del período óptimo, como ocurre en presencia de intervalo PR muy largo. La fibrilación auricular hace perder la sincronía AV sumando a este efecto hemodinámico negativo el propio del aumento de la frecuencia, especialmente problemático en situaciones de cardiopatía con distensibilidad comprometida. Pero en estos casos la conducción VA no tiene un papel relevante, como en el síndrome de marcapasos. Una amplia serie de factores condicionan el papel de la contracción auricular en el rendimiento hemodinámico del corazón: momento de la contracción auricular con respecto a la contracción ventricular, contractilidad auricular, sistema nervioso autonómico, frecuencia cardíaca, volumen de AI, presión de AI, presencia de pericardio, secuencia de activación ventricular, presión telediastólica de VI y distensibilidad de aurícula y ventrículo. La insuficiencia mitral puede ser en algunos casos el mecanismo de empeoramiento producido por la estimulación cardíaca. El cambio producido por la estimulación en la secuencia de activación ventricular y la pérdida de la sincronía AV adecuada explicarían la aparición o empeoramiento de insuficiencia mitral. Sin embargo, el porcentaje de pacientes en los que la estimulación ventricular produce este efecto es bajo, inferior al Capítulo 21. Síndrome de marcapasos 30%, aunque se describen casos poco frecuentes en los que la insuficiencia mitral es grave y produce deterioro hemodinámico importante. DIFERENTES MODOS DE ESTIMULACIÓN Típicamente, el síndrome de marcapasos, donde la pérdida de sincronía adecuada auriculoventricular es un punto fundamental, se da en modo de estimulación en donde esto ocurre, que es el modo VVI, y se resuelve pasando a estimulación de doble cámara. Sin embargo, puede darse síndrome de marcapasos en otros modos de estimulación, incluso en los considerados más fisiológicos (Tabla 21-3). En estimulación en modo AAI, y especialmente en modo AAI-R, puede darse síndrome de marcapasos cuando existe un retraso importante en la conducción auriculoventricular y el espacio PR es muy largo. La contracción auricular tiene lugar fuera de su período útil, perdiendo su eficacia hemodinámica. En tal caso no hay conducción ventriculoauricular implicada en los síntomas. En modo AAI-R la estimulación auricular a frecuencia excesiva puede alargar excesivamente la conducción nodal y contribuir a la aparición de síntomas, en este caso de esfuerzo. En estimulación en modo VDDR, al no haber estimulación auricular, cuando la frecuencia auricular está por debajo de la frecuencia baja de estimulación, se pierde la sincronía AV y pueden aparecer los mecanismos propios del síndrome de marcapasos, entre ellos la conducción retrógrada. El empeoramiento transitorio ante esta situación puede aumentar la frecuencia sinusal y autolimitar el episodio transitoriamente hasta que algo más tarde vuelva a empezar y la situación se repita. En estimulación en modo DDI-R, se pierde la sincronía AV cuando la frecuencia auricular es superior a la frecuencia baja de estimulación o a la frecuencia del biosensor, pudiendo aparecer síntomas. En algunas circunstancias especiales, es posible que se den síntomas propios del síndrome de marcapasos en pacientes con estimulación en modo DDD. Realmente no se trata de verdadero funcionamiento DDD, sino de momentos en que el marcapasos funciona, por su programación, en un modo diferente, como fallback o rate smoothing tras una frecuencia alta, o en situaciones de cambio automático de modo que se produce el paso a DDI de forma inadecuada, o paso de DDD a VVI o VOO (modo de seguridad) ante ERI o interferencias, o en circunstancias diferentes, como taquicardia mediada por marcapasos o programa- 211 Tabla 21-3. Síndrome de marcapasos con otros modos de estimulación AAIR Intervalo PR largo por conducción nodal lenta o vía nodal lenta Frecuencia de estimulación excesiva que aumenta PR VDDR Frecuencia auricular por debajo de la frecuencia baja DDIR Frecuencia auricular superior a frecuencia baja o frecuencia del sensor Fallback y rate smoothing en DDD o DDDR Taquicardia y caída brusca de frecuencia o discrepancia entre frecuencia espontánea y frecuencia del biosensor Cambio automático de modo en DDDR inapropiado DDD Taquicardia mediada por marcapasos con BAV 2:1 durante el ejercicio AV mal programado Otros Cambio de DDD a VVI o VOO por ruido o ERI ERI: período de recambio electivo. ciones inadecuadas. En tales casos, no se puede decir que exista síndrome de marcapasos por la estimulación DDD normal. FACTORES HUMORALES La distensión auricular pone en marcha la liberación de factor natriurético auricular, con un efecto habitualmente compensador que produce vasodilatacón por vía vagal e inhibición de la actividad simpática, así como disminución de la volemia. Este mecanismo está presente en situaciones de insuficiencia cardíaca, con un efecto que inicialmente favorece su compensación. Se ha descrito un aumento del péptido natriurético auricular (PNA) en pacientes con síndrome de marcapasos. El esfuerzo produce un aumento de PNA, que tiene un pico a los 5 minutos de su terminación cuando la estimulación es DDD y a los 17 minutos cuando es VVI. Se ha comprobado también que la elevación del PNA es más alta con estimulación VVI y conducción retrógrada que con modos más fisiológicos (AAI o DDD). 212 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Los pacientes que desarrollan síndrome de marcapasos tienen mayor tendencia a la hipotensión ante la misma situación eléctrica que aquellos pacientes que no desarrollan el síndrome. Todos estos hallazgos ponen en evidencia el papel de los mecanismos neurohumorales y vasculares implicados en la producción de síntomas. DIAGNÓSTICO El diagnóstico de síndrome de marcapasos es fundamentalmente clínico. El reconocimiento de los síntomas en el paciente portador de marcapasos es en ocasiones difícil, dada la sutileza de algunos de ellos (Tabla 21-4). A menudo se trata de pacientes mayores, con síntomas difíciles de detectar, y de situaciones donde los síntomas, incluso más aparentes, pueden atribuirse a otras causas. La clave en la valoración de los síntomas que conforman el síndrome de marcapasos está en establecer la relación de dichos síntomas con la estimulación eléctrica y las condiciones eléctricas (habitualmente, conducción retrógrada 1:1) en que se producen. Dada la dificultad que existe para establecer la relación entre los síntomas y la estimulación ventricular que los producen, la sospecha clínica es vital para el reconocimiento precoz del cuadro y para su corrección. La confirmación de conducción retrógrada durante los síntomas es importante para el diagnóstico de síndrome de marcapasos. El Holter puede ser una ayuda importante, así como otros métodos de monitorización ambulatoria del ritmo, como el seguimiento transtelefónico. La ausencia de conducción retrógrada en una revisión programada con el paciente en reposo no descarta que exista conducción retrógrada 1:1 en otro momento, cuando el paciente está haciendo esfuerzo (coincidiendo entonces con los síntomas), y, por tanto, no permite descartar el síndrome de marcapasos incluso grave en otros momentos. La variación espontánea, paroxística, en ocasiones con comportamiento impredecible, de la conducción ventriculoauricular también puede dificultar el proceso de relacionar unos síntomas con la situación que presuntamente los produce. La conducción retrógrada ventriculoauricular es habitualmente fácil de reconocer en el ECG convencional observando las ondas P retrógradas (negativas en II, III y aVF) que aparecen al final del complejo QRS o en el espacio ST. La estimulación ventricular a distintas frecuencias da una idea más precisa del comportamiento de la conducción retrógrada. Tabla 21-4. diagnóstico Síndrome de marcapasos: De los síntomas. Establecer la relación con marcapasos De la conducción retrógrada De la repercusión hemodinámica Posición ortostática Medir TA • Al inicio de estimulación VVI • A los 30 s • Tras varios minutos Caída de TA >20 mm Hg VVI frente a ritmo sinusal La ausencia de este hallazgo no excluye el síndrome de marcapasos Ausencia de síntomas al recuperar el ritmo sinusal conducido Clásicamente se ha establecido un criterio cuantitativo de síndrome de marcapasos que lo confirma cuando, con estimulación ventricular, se produce una caída de presión arterial sistólica de más de 20 mm Hg con respecto al ritmo sinusal. La presión arterial ha de medirse con el paciente en posición ortostática, basalmente, al inicio de la estimulación VVI, a los 30 s y tras varios minutos. Su resultado positivo puede servir para el diagnóstico de síndrome de marcapasos, pero la ausencia de este hallazgo no lo excluye. Cuando en situaciones similares hay ausencia de síntomas, o bien existe ritmo sinusal con conducción AV normal y aparecen los síntomas cuando el ritmo es estimulado y con conducción retrógrada, el diagnóstico de síndrome de marcapasos resulta más evidente. La confirmación más concluyente del diagnóstico de síndrome de marcapasos es la desaparición de los síntomas cuando se cambia el modo de estimulación de VVI a DDD o a otro modo fisiológico, pero en la práctica es frecuente que se tarde en decidir este cambio si hay dudas diagnósticas de que los síntomas sean debidos a otros mecanismos diferentes del síndrome de marcapasos. El diagnóstico diferencial del síndrome de marcapasos se plantea en situaciones donde los síntomas pudieran ser debidos a otras causas, como arritmias auriculares, en ocasiones paroxísticas, y cuya incidencia podría haber aumentado tras la implantación de marcapasos VVI. La aparición de descompensación de insuficiencia cardíaca, por factores desencadenantes identificables diferentes del marcapasos, es otra situación que puede plantear también el diagnóstico diferencial. Capítulo 21. Síndrome de marcapasos También es necesario el diagnóstico diferencial con situaciones como el cambio automático inadecuado de modo o la taquicardia mediada por marcapasos, así como otros casos de programación inadecuada del marcapasos que habitualmente se corrigen con una adecuada reprogramación. El diagnóstico de síndrome de marcapasos puede darse por igual con los mismos mecanismos tanto en estimulación ventricular permanente como en estimulación temporal. En esta última debe tenerse en cuenta el papel de la sincronía auriculoventricular, especialmente en algunos tipos de cardiopatía en que la estimulación de doble cámara temporal tiene una indicación evidente, como puede ser el caso del postoperatorio de cirugía cardíaca. La pérdida de la sincronía auriculoventricular adecuada puede darse con mecanismos y síntomas propios del síndrome de marcapasos, en ocasiones, en pacientes que no llevan marcapasos. Tal es el caso de ritmos de la unión o bloqueo AV de primer grado. En esos casos, se habla de síndrome de marcapasos aunque la expresión correcta sería pseudosíndrome de marcapasos o síndrome de marcapasos-like. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO No es posible en la actualidad predecir qué pacientes van a desarrollar síndrome de marcapasos. Los únicos predictores significativos son el porcentaje alto de latidos estimulados y otros factores relacionados, como frecuencia de estimulación alta y ritmo espontáneo bajo. La utilización de modos de estimulación más fisiológicos, como AAI o DDD, consigue evitar el síndrome de marcapasos y, por tanto, es la mejor forma de prevención. Dado que el síndrome de marcapasos aparece cuando hay estimulación ventricular y existe conducción retrógrada, las medidas que reduzcan ambos factores mejorarán el síndrome (Tabla 21-5). La disminución de la frecuencia de estimulación o la histéresis, siempre que la frecuencia espontánea lo permita, reducirá el porcentaje de latidos estimulados y, por tanto, los síntomas. En algunas ocasiones, también en pacientes en que el ritmo habitualmente sea estimulado, el tratamiento con verapamil, betabloqueantes o digital podría, al bloquear el nodo AV, disminuir o eliminar la conducción retrógrada y, por tanto, los síntomas. Aparte de estas medidas de eficacia muchas veces limitada, el tratamiento adecuado del síndrome de marcapasos es el restablecimiento de la sincronía auriculoventricular mediante el cambio de modo de estimulación implantando un electrodo Tabla 21-5. tratamiento 213 Síndrome de marcapasos: Bajar la frecuencia de marcapasos Histéresis Fármacos con efecto en la conducción AV Reprogramar Cambio a AAI o DDD Evitar los problemas con correcta indicación y programación Alto nivel de sospecha: decisivo auricular y haciendo estimulación auricular o de doble cámara. En pacientes con otros modos de estimulación, la reprogramación correcta del marcapasos, en muchos casos asistido por las ayudas diagnósticas que aporta el marcapasos, puede restablecer la sincronía adecuada AV y tratar el cuadro. RESUMEN El síndrome de marcapasos es un conjunto de síntomas y signos en pacientes con marcapasos debidos fundamentalmente a una dis-sincronía auriculoventricular que produce la estimulación ventricular. Es, por tanto, de origen iatrogénico, relacionado con la estimulación de modo VVI. Aunque su incidencia es baja, y menor ahora que en otras épocas en que la estimulación VVI era más frecuente, actualmente sigue siendo un tema vigente que debe ser tenido en cuenta y su fisiopatología debe ser comprendida. En su fisiopatología existen varios componentes (eléctrico, hemodinámico, humoral y reflejo) cuyo papel es importante conocer. El diagnóstico de síndrome de marcapasos es fundamentalmente clínico, en ocasiones difícil y centrado en establecer la relación entre los síntomas y los mecanismos que los producen. El alto grado de sospecha clínica es decisivo para el diagnóstico. El síndrome de marcapasos tiene una incidencia variable según se considere el grado de los síntomas. Afecta poco a muchos pacientes y mucho a pocos. Produce síntomas graves en el 5-7% de los casos. En estudios de pacientes con marcapasos que en un porcentaje alto reciben estimulación VVI, la incidencia de síndrome de marcapasos obviamente es más alta. La correcta indicación y programación de los marcapasos tiene un papel decisivo en la prevención y corrección del síndrome, pudiendo contri- 214 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización buir notablemente a limitar su aparición y sus repercusiones clínicas. LECTURAS RECOMENDADAS Andersen HR, Nielsen JC. Single-lead ventricular pacing is no longer an option for sick sinus syndrome editorial comment. J Am Coll Cardiol 2004; 43:2072-4. Anderson HR, Thuesen L, Bagger JP et al. Prospective randomized trial of atrial versus ventricular pacing in sick-sinus syndrome. Lancet 1994; 344:1523-1528. Ausubel K, Furman S. The pacemaker syndrome. Ann Intern Med 1985 Sep; 103(3):420-9. Connolly SJ, Kerr CR, Gent M et al. 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Peña INTRODUCCIÓN La sobredetección de señales de campo lejano o far-field en general, así como el crosstalk en particular, es un problema que puede afectar de forma especial a los dispositivos de estimulación de doble cámara. La necesidad inherente de tener dos canales de detección, actuando con retrasos y márgenes de milisegundo, hace que el compromiso de que el dispositivo tenga una buena capacidad de detección choque frontalmente con el riesgo que detecte, además, otro tipo de señales parásitas que desemboque en un funcionamiento inapropiado del marcapasos. Por este motivo es muy importante conocer no sólo el funcionamiento intrínseco de los dispositivos, sino también el motivo que origina dichas señales de campo lejano y las formas de proteger y garantizar un funcionamiento óptimo. Podríamos comenzar definiendo dos de los tipos de sobredetección más comunes, que son los que abordaremos a continuación en este capítulo: • Crosstalk auriculoventricular. Detección inadecuada del estímulo auricular en el canal ventricular, provocando, de esta manera, la inhibición del estímulo ventricular de forma inapropiada. • Señal de campo lejano ventriculoauricular o far-field de onda R. Consiste en la detección de la onda R en el canal auricular como señal de campo lejano, provocando un doble contaje en dicho canal auricular que afecta al comportamiento del dispositivo. SISTEMA DE DETECCIÓN EN LOS DISPOSITIVOS DE ESTIMULACIÓN CARDÍACA Uno de los parámetros que influyen en la aparición de los fenómenos de far-field y de crosstalk es el sistema de detección de los dispositivos de estimulación. Por ello conviene repasar ciertos conceptos fundamentales para comprender mejor cómo funcionan los dispositivos de estimulación y cómo dar solución a los eventuales problemas que puedan surgir. El circuito de detección de un dispositivo de estimulación es el encargado de recoger todas las señales eléctricas provenientes del exterior a través del electrodo, y de integrarlas para su posterior procesado a través de un circuito temporizador. ESPECTRO DE FRECUENCIAS Para evitar el procesado de señales que no interesan, existen unos filtros de banda, ajustados para discriminar de forma óptima las señales intracardíacas que son necesarias para ser tratadas. Las señales de despolarización de origen cardíaco abarcan un espectro de frecuencias de entre 10 y 100 Hz, mientras que el marcapasos amplifica las señales comprendidas entre 30 y 70 Hz (ancho de banda promedio para las ondas P y R), donde se obtiene máxima sensibilidad. Tanto las señales de mayor rango como las de menor rango de frecuencia han de ser de gran amplitud para 217 218 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización que sean filtradas por el marcapasos. La frecuencia media de la onda T está en un rango por debajo de 10 Hz, por lo que queda normalmente eliminada. Por otro lado, el espectro de frecuencias de las señales de origen muscular se solapa con el de las ondas P y R, por lo que una configuración unipolar podría ser más vulnerable a interferencias de este tipo. SLEW-RATE El segundo principal parámetro que determina la detección de señales eléctricas intracardíacas es el slew-rate o deflexión del potencial de despolarización (Fig. 22-1). Este parámetro describe el gradiente de la amplitud de la señal o, dicho de otra forma, la variación de la amplitud de la señal en función del tiempo (dV/dt en mV/ms). De hecho, la onda T no suele ser detectada por el dispositivo debido a su slew-rate particularmente bajo. Por otro lado y aunque muy raramente, algunos complejos QRS altamente fragmentados, como por ejemplo las extrasístoles, pueden no ser detectados correctamente. Está aceptado de forma general que una señal pura, de un frente de onda rápido, detectada por el marcapasos ha de tener un slew-rate de al menos 1 mV/ms en el ventrículo y al menos 0.5 mV/ms en la aurícula. AMPLITUD DE LA SEÑAL. VALOR DE SENSIBILIDAD Pero, por suerte, existe un tercer criterio sobre el que se puede manipular la amplificación manualmente mediante software y obtener, de esta forma, una buena detección del electrograma intracavitario o IEGM: se trata de la amplitud de la dt Figura 22-2. Slew-rate de onda T. señal. Es sobre ésta sobre la que se evalúa, tanto en el implante como en los seguimientos rutinarios del dispositivo, el llamado umbral de detección de la onda P o R. Y es sobre este umbral de detección sobre el que definiremos un valor de sensibilidad adecuado para garantizar una buena detección de la señal deseada. Está comúnmente aceptado que se debe programar un valor de sensibilidad que sea la mitad de la amplitud de la señal medida. Este valor de la sensibilidad es programable y determina el nivel de amplificación de la señal, o dicho de otra manera, limita la detección de señales que no superen el nivel de voltaje programado, una vez filtradas y amplificadas. Consecuentemente, un incremento en el valor de sensibilidad programado, por ejemplo de 2 a 4 mV, significa que la sensibilidad del dispositivo ha disminuido, y viceversa. El ajuste del valor de sensibilidad es necesario para evitar tanto la infradetección como la sobredetección. La primera significaría la ausencia de detección de señales intrínsecas, con la consecuente pérdida de la función de demanda y la subsiguiente estimulación asincrónica. La segunda implicaría la detección de señales indeseadas, como el ruido de campo lejano, señales de origen muscular o señales externas de carácter electromagnético, las cuales conllevarían la inhibición o la estimulación asincrónica dependiendo de la frecuencia de la señal. Tanto el efecto de far-field como el de crosstalk no son sino consecuencia de una sobredetección de señales provenientes, en este caso, de la cámara que no queremos detectar. EFECTO DE LA POLARIDAD EN LA DETECCIÓN dV dt Figura 22-1. dV Slew-rate de la señal ventricular. La polaridad en la detección es otro parámetro que puede ser importante a la hora de tratar un problema de sobredetección. Dado que hoy en día la inmensa mayoría de los electrodos implantados son bipolares, vamos a tratar la polaridad como un parámetro programable, donde se puede elegir en qué configuración queremos tanto estimular como detectar. Capítulo 22. Señales de campo lejano y crosstalk 219 Para el objeto de este capítulo, que es la detección, debemos considerar los siguientes aspectos: • En una configuración bipolar, la amplitud de la señal cardíaca depende mucho de la orientación del dipolo con respecto a la orientación del frente de despolarización, por lo que las señales de vector predominantemente ortogonal al dipolo resultan en una amplitud muy pobre. Esto puede ser una desventaja, en ocasiones, a la hora de tener una buena amplitud de onda con la que trabajar pero, por contra, la antena de detección es mucho menor en comparación con la configuración unipolar, lo que hace que la detección de señales de campo lejano sea menos problemática. • En una configuración bipolar, el campo eléctrico es estrictamente intracardíaco y no atraviesa el tórax, a diferencia de lo que ocurre en la configuración unipolar, por lo que los miopotenciales de origen muscular no producen prácticamente interferencias. Figura 22-3. mación y que tienen un papel decisivo en la buena discriminación de señales indeseadas de campo lejano y, por consiguiente, en el funcionamiento apropiado del dispositivo de estimulación. Aunque el problema de detección de señales de campo lejano no es ajeno a los dispositivos unicamerales, es cierto que es en los bicamerales donde más riesgo de sobredetección existe. Esto es debido, obviamente, a la complejidad inherente a tener dos canales de estimulación y detección interactuando a tan poca distancia y con intervalos exiguos (Fig. 22-3). Aunque más adelante analizaremos qué períodos refractarios son los más relevantes, tanto para el crosstalk como para el far-field, es interesante conocer todos los períodos refractarios y períodos de cegamiento o blanking que tiene un marcapasos bicameral (Fig. 22-4). La diferencia fundamental entre los períodos refractarios (PVARP, período refractario ventricular) y los períodos refractarios absolutos y blanking es que, en estos últimos, la detección de cualquier señal no es posible, mientras que en los Con estas consideraciones se podría concluir que el efecto de la polaridad en la detección de señales de far-field, o el de inhibición de la salida ventricular por crosstalk, puede tener cierta importancia si la configuración de detección es unipolar, y tiene un riesgo mucho más minimizado en una configuración bipolar. PERÍODOS REFRACTARIOS EN LOS MARCAPASOS BICAMERALES Al igual que el valor de la sensibilidad y que la polaridad de la detección, los períodos refractarios son otra herramienta modificable por prograV A Far-field Int. AV Marcapasos bicameral. Período refractario absoluto del PVARP PVAB A Alerta onda P PVARP Canal auricular Período refractario auricular total Alerta onda R Blanking ventricular Refr. vent. Ventana de detección crosstalk Figura 22-4. Alerta onda R Períodos refractarios. Período refractario absoluto ventricular Canal ventricular 220 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización primeros lo es, aunque no se contabiliza. Más adelante trataremos con detenimiento de los blanking, puesto que son los pensados para evitar la detección de señales de campo lejano como las abordadas en este capítulo. Casi todos ellos son, en cualquier caso, programables de forma que podamos asegurar una buena ventana de detección sin comprometer el adecuado sensado de las señales deseadas. Como se puede apreciar en la representación gráfica, el elevado número de períodos refractarios y blanking ocupa una gran parte del ciclo de estimulación, reduciendo considerablemente las ventanas de alerta necesarias para la detección de las ondas P y R. Esta situación limita cualquier incremento significativo de los períodos refractarios puesto que cuando el ritmo estimulado o detectado aumenta en frecuencia, el ciclo total del evento se reduce en detrimento exclusivo de las ventanas de alerta, limitando sustancialmente la capacidad de detección. No obstante hoy en día la inmensa mayoría de los dispositivos bicamerales tienen la opción de acortar automáticamente el intervalo AV y el PVARP conforme aumenta la frecuencia, y permiten modificar el PVAB y el blanking ventricular, permitiendo de alguna manera flexibilizar de forma proporcional la reducción de estos períodos necesarios de alerta. Como quiera que sea, cualquier aumento de estos parámetros supone un riesgo para el normal funcionamiento del marcapasos y debe estudiarse con cautela su comportamiento a frecuencias más elevadas. CROSSTALK Ahora que ya conocemos todos los parámetros, programables y no programables, que intervienen en el sistema de detección de un dispositivo de estimulación cardíaca, podremos analizar qué parámetros son los responsables de los fenómenos de sobredetección y cómo se pueden solucionar. El crosstalk es un fenómeno que fue muy común cuando surgieron los primeros marcapasos bicamerales. La tecnología de los electrodos y de los dispositivos hacía que parámetros que hoy en día son en su mayoría perfectamente controlables mediante software, fueran entonces motivo de preocupación y análisis. La razón es bien clara: la detección del estímulo auricular en el canal ventricular confunde al marcapasos, dándole a entender que existe conducción propia, o bien una contracción ventricular prematura o extrasístole ventricular. Esta falsa detección ventricular produce la inhibición del impulso ventricular al final del in- Figura 22-5. Crosstalk. Tras el estímulo auricular se observa cómo se inhibe la salida ventricular durante varios ciclos, con la consiguiente asistolia, en un paciente dependiente de marcapasos. tervalo AV y, por consiguiente, si el paciente es dependiente de marcapasos revierte en asistolia ventricular y síncope (Fig. 22-5). Hoy en día existen varias opciones, tanto tecnológicas como de programación, que hacen que el número de complicaciones por crosstalk se haya reducido de forma significativa. POR QUÉ SE PRODUCE EL CROSSTALK El crosstalk es un fenómeno en el que suelen concurrir una combinación de varios factores. En primer lugar, cuando la energía del impulso auricular es alta, tras cualquier estímulo queda un remanente de energía de la propia espícula, que se va disipando en los milisegundos inmediatos a éste. Si la energía del estímulo es muy alta, porque el umbral de captura auricular es elevado, la disipación del remanente de energía cae exponencialmente y puede superar, una vez transcurrido el período de blanking ventricular, el valor de sensibilidad programado en el canal ventricular (Fig. 22-6). Si es así, ese remanente de energía es detectado por el canal ventricular haciéndose pasar por una PVC, por lo que el marcapasos entiende que debe inhibir la salida ventricular. Aunque ocurra en casos más aislados, al hecho de que la energía de salida auricular sea alta también puede contribuir que el estímulo sea unipolar, ya que el artefacto o espícula es más grande que en la configuración bipolar (hasta el punto de que se ve fácilmente en un ECG). El resto de los factores que pueden fomentar el crosstalk son parte del sistema de detección ven- Capítulo 22. Señales de campo lejano y crosstalk Amplitud: 7.5 V Anchura de impulso: 1 ms 221 Remanente de energía Sensibilidad ventricular: 4 mV Crosstalk Sensibilidad ventricular: 6 mV No crosstalk BV Blanking ventricular Figura 22-6. Estímulo auricular de alta energía. Caída exponencial de la energía remanente, siendo detectada por un valor de sensibilidad de 4 mV y no detectada por un valor de 6 mV. IAV Figura 22-7. Blanking ventricular (BV). IAV: intervalo auriculoventricular. tricular. Un valor de la sensibilidad excesivamente bajo, la configuración de detección en unipolar o un blanking ventricular demasiado corto pueden ser determinantes a la hora de favorecer la sobredetección del impulso auricular. Como se ve en el ejemplo de la Figura 22-6, con un valor de sensibilidad de 6 mV este remanente de energía no hubiera sido detectado. Lo mismo ocurre con el blanking ventricular: si fuera un poquito mayor se habría solapado la sobredetección incluso con un valor de sensibilidad de 4 mV. PROTECCIÓN ANTE CROSSTALK La mejor protección preventiva ante el crosstalk es, obviamente, situar el electrodo auricular en una buena posición, en la que el umbral de captura no sea muy elevado. La elección de un electrodo bipolar frente al unipolar, tanto en la aurícula como en el ventrículo, también nos ofrecerá más posibilidades de cara a un eventual problema de sobredetección. Una vez que se produce el fenómeno con el dispositivo ya implantado, las opciones de actuación son diversas, como vamos a ver a continuación. En primer lugar, cabría considerar la modificación de la energía del impulso auricular, rebajándola siempre que ello no comprometa la seguridad a la hora de estimular la aurícula. Al disminuir la energía aplicada en el impulso, se disminuye proporcionalmente el remanente de energía por disipar y, por consiguiente, el riesgo de que sea detectado por el canal ventricular. Otra opción alternativa o añadida a la anterior es la modificación del valor de sensibilidad del canal ventricular. Siempre que se respeten los márgenes de seguridad establecidos a la hora de detectar correctamente la onda R, un leve incre- mento de este parámetro puede disminuir lo suficiente la sensibilidad del canal ventricular como para que no se detecte el ruido residual del impulso auricular. Una tercera opción programable en la mayoría de los dispositivos de estimulación es la modificación del blanking ventricular. Este intervalo de cegamiento absoluto comienza justo después del estímulo auricular y tiene la misión exclusiva de prevenir la detección retardada de la espícula auricular en el canal ventricular (Fig. 22-7). Incrementando el blanking ventricular ocultaríamos eventualmente el crosstalk, pero al mismo tiempo que se disminuye el riesgo de sobredetección del impulso auricular, incrementamos el riesgo de infradetección de PVC o extrasístoles ventriculares prematuras (Fig. 22-8). El problema principal de no detectar una contracción prematura ventricular es que al finalizar el intervalo AV programado se da salida al estímulo ventricular pudiendo coincidir con la fase vulnerable de la extrasístole y, por lo tanto, con un riesgo potencial de inducción de arritmia. Es PVC no detectable Estimación V en período vulnerable BV IAV Figura 22-8. Blanking ventricular excesivamente largo. Infradetección de PVC y estímulo ventricular en la fase vulnerable de la extrasístole. 222 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización necesario entonces ser muy cauteloso a la hora de aumentar el blanking ventricular para evitar el crosstalk. VENTANA DE SEGURIDAD ANTI-CROSSTALK Ésta es una opción programable en la mayoría de los dispositivos de estimulación bicamerales y permite no tener que modificar ninguno de los parámetros anteriormente citados para prevenir el crosstalk. El funcionamiento del algoritmo puede variar ligeramente dependiendo del modelo y del fabricante, pero, en esencia, la línea de operación de la ventana de seguridad anti-crosstalk es muy similar en todos ellos. Esta opción programable abre una ventana de alerta especial justo a continuación del blanking ventricular, con la única finalidad de detectar cualquier actividad eléctrica que aparezca en las inmediaciones de dicho período de cegamiento (Fig. 22-9). El tamaño de la ventana varía en función del fabricante, y suele ser de ± 100 ms. Si no se detecta ninguna señal durante ese período de alerta, el dispositivo interpreta que no existe crosstalk, y permitirá que transcurra el intervalo AV programado, a no ser que se detecte en la zona de inhibición por onda R, donde interpretaría que existe conducción AV propia e inhibiría el estímulo al final del intervalo AV (IAV). En caso de detectar señal durante la ventana de seguridad anti-crosstalk, el dispositivo alerta del posible problema de sobredetección y estimula al expirar dicho intervalo como medida de precaución y sin permitir, de esta manera, la inhibición de la salida ventricular (Fig. 22-10). Si lo que detectase el dispositivo en esa ventana no fuera propiamente el estímulo auricular, sino una PVC, actuaría de la misma forma, estimulando al final de la ventana sobre la extrasístole, pero no en la fase vulnerable. Pero existe una forma mejorada de este mismo algoritmo donde no sólo está alerta de que haya actividad eléctrica en la ventana de detección de crosstalk sino que también analiza la que hay en el intervalo de alerta de onda R. De esta forma es capaz de diferenciar una extrasístole ventricular el campo lejano proveniente del estímulo auricular de una extrasístole ventricular (Fig. 22-11). Ventana de seguridad Zona de inhabilitación por R SEÑALES DE CAMPO LEJANO O FAR-FIELD. ANÁLISIS Y PROTECCIÓN IAV BI Figura 22-9. Ventana de seguridad anti-crosstalk. La sobredetección de señales de far-field es un evento mucho más común que el crosstalk incluso en los dispositivos de estimulación más modernos. Como ya se ha visto intervienen muchos elementos tanto de software como de hardware para evitar y discriminar tanto las señales parásiVentana de seguridad (100 ms) Ventana de seguridad Estimulación al final de la ventilación seguridad Señal eléctrica detectada en la ventilación seguridad IAV IAV IAV * IAV programado a 200 ms Figura 22-10. Ventana de seguridad (VS) anti-crosstalk. Capítulo 22. Señales de campo lejano y crosstalk AB C AB C Nada sensado en B o C Detección de crosstalk en B y estimulación de seguridad ventricular AB C 223 Detección de crosstalk en B y onda R detectada en R Estimulación Detección A: blanking programado B: ventana de detección de crosstalk C: detección normal Figura 22-11. Opción de seguridad ventricular. Cuando detecta actividad eléctrica en la ventana de detección crosstalk y en la ventana de detección normal inhibe, a continuación, la salida ventricular reconociendo la PVC. Si no aparece actividad eléctrica en la ventana de detección normal de onda R, entenderá que hay crosstalk y estimulará a los 120 ms. tas y ruidos, como las que provienen de la cámara opuesta. Estas señales de campo lejano dependen de: • La amplitud de la onda detectada. • La posición del electrodo, tanto en lugar como en orientación (véase más adelante en Otros tipos de far-field). • La configuración de polaridad de la detección. • La sensibilidad programada. • El blanking. Para el análisis de las señales de campo lejano o far-field la mayoría de los dispositivos modernos están provistos de una serie de marcadores extendidos, que pueden activarse durante los seguimientos rutinarios y verse conjuntamente con el electrograma intracardíaco auricular y ventricular simultáneamente. Esta mejora en la capacidad de monitorización es extremadamente útil a la hora de identificar señales detectadas durante el PVARP. Los marcadores extendidos identifican eventos detectados durante los períodos refractarios, eventos que no se incluyen en los ciclos de tiempo normales de los marcapasos, como los intervalos AV/PV, o eventos que reciclan el marcapasos como las extrasístoles ventriculares, entre otros (Fig. 22-12). La utilización de estos marcadores extendidos puede verse potenciada cuando se expande el ECG a 50 mm/s, en vez de hacerlo al valor estándar de 25 mm/s, facilitando la interpretación de lo que realmente está ocurriendo en el marcapasos. Si además, la parte de la pantalla de ECG que se quiere estudiar se congela, se puede expandir con valores todavía mayores, de hasta 100 y 200 mm/s (Fig. 22-13). En el caso que se muestra arriba, la señal de campo lejano tiene una anchura aproximada de Figura 22-12. Marcadores extendidos de eventos detectados en PVARP. Figura 22-13. Marcadores extendidos a velocidad de barrido de 50 mm/s. 50 ms, y además ocurre unos 120 ms después del estímulo ventricular (distancia V = 120 ms). En este ejemplo, para evitar este problema de far-field se pueden llevar a cabo dos procedimientos. Uno de ellos consiste en aumentar el período de cegamiento auricular posventricular (PVAB) 20 ó 30 ms más que el intervalo V medido. El otro 224 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 22-14. Determinación de la amplitud de la señal de campo lejano. Al programar un valor de sensibilidad ligeramente superior, desaparece la detección. consiste en reducir la sensibilidad auricular (aumentar el valor de sensibilidad auricular) hasta que desaparezca el marcador extensivo. El método de ir aumentando el valor de la sensibilidad permite conocer, además, la amplitud de la señal de campo lejano (Fig. 22-14). Como puede observarse en este caso, la amplitud de la señal auricular y la señal de campo lejano es similar. Como se ha comentado previamente en este capítulo, las medidas que pueden tomarse no están libres de consecuencias negativas. La reducción de la sensibilidad puede limitar la detección, en este caso, de taquiarritmias auriculares como fibrilación auricular, por ejemplo, donde las señales pueden tener una amplitud pequeña. El aumento del blanking auricular posventricular puede comprometer la detección de taquiarritmias auriculares organizadas, como el aleteo auricular. Volviendo al ejemplo, y debido a la similitud de las señales, la solución sería aumentar el PVAB hasta un valor de 150 ms. y tiempos de ciclado son similares a los de aquél. Por lo tanto, también en los DAI bicamerales (y en los monocamerales) es posible encontrar problemas de sobredetección. De hecho, se han descrito varios casos de efectos proarrítmicos provocados por choques inapropiados (Fig. 22.15), en respuesta a la sobredetección de onda R de campo lejano. El doble contaje producido por la sobredetección de la onda R puede hacer que el DAI identifique una taquiarritmia auricular falsa y le aplique secuencias de estimulación antitaquicardia o ATP para abortarla. Éstas, a su vez, son capaces de inducir una verdadera taquicardia ventricular, la cual es detectada y tratada por el DAI, bien con terapias ATP o bien con un choque de cardioversión. Pero también puede darse el caso contrario, es decir, cuando la señal de campo lejano es la onda P en el canal ventricular. Esto es debido a que un gran número de electrodos de desfibrilación utilizan la bobina de choque distal como ánodo en configuración bipolar. Este tipo de configuración de detección se denomina bipolar integrado o pseudobipolar, y tiene el inconveniente de que si el electrodo no está bien progresado en el ápex, y dada la longitud de la bobina, es habitual que ésta se quede muy próxima a la válvula tricúspide. Esto, obviamente, hace que la «antena» de detección ventricular esté muy cerca de la aurícula y es factible detectar ondas P que superen los 2.5 mV. Las recomendaciones en estos casos pasan por la utilización de electrodos bipolares verdaderos, en lugar de pseudobipolares, como medida preventiva, y por la recolocación del electrodo si este problema se detecta durante el implante. EFECTO DEL FAR-FIELD EN LOS DESFIBRILADORES AUTOMÁTICOS IMPLANTABLES OTROS TIPOS DE FAR-FIELD Al igual que el marcapasos, el DAI es un dispositivo de estimulación, y sus sistemas de filtrado En otras ocasiones, la situación relativa de los electrodos dentro de las cavidades, así como el foco origen del frente de despolarización, pueden TA identificada FFRWOS Terapia para FA Rampa TV inducida Cumple criterio detección de FV Choque de alto voltaje inapropiado Figura 22-15. Diagrama de bloques de la secuencia de choque inapropiado debido a far-field de onda R. Capítulo 22. Señales de campo lejano y crosstalk ser muy relevantes para que aparezca otro tipo de far-field. Atendiendo a la mejora de la sincronía inter e intraauricular, y en sintonía con la mejor preparación del clínico implantador, cada vez se encuentran más pacientes con electrodos implantados en sitios alternativos en la aurícula, como el septo alto, el septo bajo o ambos. Si a la despolarización en el ventrículo, realizada normalmente a través del nodo AV, le unimos la proximidad del electrodo auricular al ventrículo (septo bajo), es posible que dicha despolarización sea detectada antes en el dipolo auricular que en el propio dipolo ventricular (Fig. 22-17). Este problema de sobredetección se traduce en un elevado número de cambios automáticos de modo donde el marcapasos pierde la función de demanda auricular trabajando en modos de estimulación DDI o VVI, perdiendo innecesariamente la sincronía auriculoventricular. Afortunadamente, hoy en día la gran mayoría de los marcapasos tienen períodos refractarios o sistemas de protección específicos para este tipo de far-field. Además, también está en pleno desarrollo un tipo de electrodos bipolares especiales para evitar la detección de far-field. Se trata de un dipolo separado por poco más de 1 mm diseñado para no detectar señales que no estén muy cerca de su área de influencia. Detención de far-field Figura 22-17. Detección de far-field de onda R en el canal auricular previa a la detección en el canal ventricular. 225 LECTURAS RECOMENDADAS Berman ND et al. Apparent pacemaker malfunction due to ventricular blanking. Can J Cardiol. 1987; 3(2):63-5. De Teresa E, Castro Beiras A. Marcapasos. Manual para el cardiólogo clínico; Alsur, 1999 De Voogt WG et al. Electrical characteristics of low atrial septum pacing compared with right atrial appendage pacing. Europace. 2005; 7(1): 60-6. Fischer W, Ritter Ph. Cardiac Pacing in Clinical Practice. Springer, 1998 Frohlig G et al. Bipolar ventricular far-field signals in the atrium. Pacing Clin Electrophysiol. 1999; 22(11):1604-13. Hayes DL, Furman S. Atrio-ventricular and ventriculo-atrial conduction times in patients undergoing pacemaker implant. Pacing Clin Electrophysiol. 1983; 6(1 Pt 1):38-46. Janosik DL et al. Crosstalk inhibition of a dual-chamber pacemaker diagnosed by ambulatory electrocardiography. Am Heart J. 1990; 120(2): 435-8. Lamas GA et al. Pacemaker-mediated tachycardia initiated by coincident P-wave undersensing and ventricular blanking period. Pacing Clin Electrophysiol. 1985; 8(3 Pt 1):436-9. Levine PA et al. Therapeutic and diagnostic benefits of intentional crosstalk mediated ventricular output inhibition. Pacing Clin Electrophysiol. 1988; 11(8): 1194-201. Nowak B et al. Effect of the atrial blanking time on the detection of atrial fibrillation in dual chamber pacing. Pacing Clin Electrophysiol. 2001; 24(4 Pt 1):496-9. Schibgilla V et al. Anti-bradycardia ventricle stimulation during the vulnerable phase of the heart cycle in ICD system with DDD cardiac pacemaker function. Z Kardiol. 1998; 87(8): 640-3. Schuchert A et al. Programmable polarity: effects on pacing and sensing of bipolar steroid-eluting leads. Pacing Clin Electrophysiol. 1996; 19(12 Pt 1):2099102. Wiegand UK et al. Diagnosis of atrial undersensing in dual chamber pacemakers: impact of autodiagnostic features. Pacing Clin Electrophysiol. 1999; 22(6 Pt 1):894-902. 2. Wiegand UK et al. Efficacy and safety of bipolar sensing with high atrial sensitivity in dual chamber pacemakers. Pacing Clin Electrophysiol. 2000; 23(4 Pt 1):427-33. 23 INTERFERENCIAS ELECTROMAGNÉTICAS EN LOS DESFIBRILADORES AUTOMÁTICOS IMPLANTABLES Y LOS MARCAPASOS E. Bosch INTRODUCCIÓN En nuestro modo de vida actual, el contacto con equipos eléctricos y de comunicaciones es constante, por lo que nos encontramos habitualmente sumergidos en un entorno de radiación electromagnética, con el riesgo potencial de que interfiera en el correcto funcionamiento de los dispositivos activos implantables. Si bien los casos de interferencia reportados no representan una incidencia significativa, algunos de ellos pueden tener consecuencias graves. Los dispositivos actuales se encuentran protegidos ante la mayor parte de las interferencias. Esto, unido a que las interferencias potencialmente más peligrosas no se encuentran en la vida diaria, sino en la actividad profesional (hospitales y centros de trabajo industriales), hace que sean en su mayoría predecibles y evitables1, 2. El objetivo de este capítulo es facilitar no sólo una mera lista de entornos de interferencia y su nivel de riesgo, sino un conocimiento sobre las causas y efectos de los mismos. FUENTES DE INTERFERENCIA ELECTROMAGNÉTICA Analizaremos aquí únicamente las causas exógenas de interferencia, aunque es preciso recordar que las interferencias también pueden ser de origen endógeno, tales como señales eléctricas procedentes de la actividad muscular, o bien estímu- 226 los procedentes de otros dispositivos, temporales o implantables. Existen cuatro causas fundamentales de interferencia electromagnética (IEM), de acuerdo con su naturaleza física: Galvánicas. Es decir, contacto directo del paciente con una fuente de potencial eléctrico que genera una corriente a través de su cuerpo. Dado que la corriente necesaria para producir una señal del mismo nivel de amplitud que las señales intracardíacas es de sólo de algunas decenas de microamperios, este fenómeno puede producirse tanto en la vida diaria como en el hospital. Su efecto potencial está ligado no sólo a la intensidad de la corriente y al eje de circulación por el cuerpo, sino a su frecuencia, ya que las frecuencias similares a las cardíacas (10 a 100 Hz) serán más difíciles de descartar por los filtros del dispositivo. Ejemplos de esta situación son las fugas de corriente en los aparatos domésticos sin tomas de tierra3, 4, estimuladores musculares (TENS), bisturí eléctrico en configuración monopolar y equipos de diatermia. Magnéticas. Que pueden ser de tipo estático o variable. Las de tipo estático se encuentran en los imanes permanentes, y en caso de que sean intensas o próximas, pueden causar el comportamiento en «modo imán» del dispositivo; en el caso extremo, como el de los potentes imanes de un resonador magnético, pueden provocar la alteración del comportamiento eléctrico de los circuitos electrónicos de un dispositivo, causando da- Capítulo 23. Interferencias electromagnéticas en los desfibriladores automáticos implantables ños irreversibles o depleción de la pila. Los campos magnéticos variables se generan en electroimanes alimentados por corriente alterna, como es el caso de algunos tipos de puertas antirrobo5 o el de los hornos y cocinas de inducción6. Los campos magnéticos variables generan corrientes eléctricas en el cuerpo humano, que aun siendo de poca intensidad pueden inducir a error (falsos positivos) a los detectores de señales de los dispositivos, causando terapias inapropiadas. Electromagnéticas. La radiación electromagnética se encuentra presente de forma constante a nuestro alrededor en la vida actual, y está causada tanto por las emisiones de ondas de radio, como por las instalaciones eléctricas con las que convivimos. Tanto el cuerpo humano como los electrodos del sistema implantable actúan como antenas receptoras, generando señales que luego son amplificadas por el dispositivo junto con las propias señales cardíacas. Afortunadamente, el filtrado en los dispositivos actuales permite una eliminación eficiente, pero en ciertos casos pueden producirse situaciones de interferencia. Radiación ionizante. Asociada a la emisión de partículas subatómicas. Sus efectos son acumulativos, aumentan con la energía de la fuente y con la longitud de onda y disminuyen con la distancia desde la fuente. Los rayos X de energía media (diagnóstico) no producen daños en los dispositivos; sin embargo, las fuentes de aceleración de electrones y rayos gamma pueden producir daños permanentes en los semiconductores que forman parte de la circuitería del generador, por lo que en la radiación terapéutica deben tomarse precauciones para proteger mediante máscara opaca el generador. EFECTOS DE LAS INTERFERENCIAS ELECTROMAGNÉTICAS EN LOS SISTEMAS IMPLANTADOS Temporales. El efecto cesa al desaparecer la IEM: • «Funcionamiento en modo de ruido»: el generador funciona a una frecuencia fija en estimulación y puede desactivar las terapias antitaquicardia. • Inhibición del estímulo, causada por una detección de falsos positivos procedentes de la interferencia. • Conmutación de modo en los marcapasos bicamerales, debida a una sobredetección auricular. 227 • Terapia inapropiada en un desfibrilador automático implantable (DAI), debido a clasificación errónea de la interferencia como TSV o TV. • «Funcionamiento en modo imán»: el generador funciona a frecuencia fija predeterminada por la presencia de un campo magnético intenso. • Desactivación de la terapia de alta energía en un DAI por la presencia de un campo magnético intenso. • Dificultades en la telemetría. En este caso, la presencia de un campo electromagnético dificulta la comunicación entre el dispositivo y el cabezal del programador. Persistentes. El efecto permanece al cesar la interferencia y se requiere una reprogramación. Es el caso del funcionamiento en modo de respaldo (backup) de un generador después de una interferencia que afecte al ciclo de trabajo del microprocesador. Es el equivalente al caso de un ordenador «colgado», y requiere un procedimiento de restablecimiento del software desde el programador. Los efectos de alteración en la programación y de «embalamiento» de frecuencia ya no se producen en los generadores actuales. Permanentes. Daños en los circuitos del generador causados por radiación ionizante, equipos de resonancia magnética o choque eléctrico externo. También incluimos aquí los daños mecánicos producidos por litotricia. Alteraciones en la interfase electrodo-miocardio. Durante una resonancia magnética nuclear se produce un calentamiento de todas las partes metálicas de los implantes activos y pasivos, incluidos los cables y electrodos. Se han descrito alteraciones de los umbrales debido a este efecto, que previsiblemente será mayor en las mallas de los electrodos de desfibrilación. Fibrilación ventricular. La inducción de una corriente intensa en un cable implantado puede producir una fibrilación ventricular. Esta situación puede darse en la cirugía de mama utilizando el electrocauterio en las proximidades de un electrodo desconectado o abandonado. ENTORNOS DE INTERFERENCIA Y VALORACIÓN DEL RIESGO Para una mejor valoración del riesgo existente, se han establecido para este capítulo tres niveles: 228 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Sin riesgo o riesgo débil. Cuando la utilización de cualquier dispositivo bajo las normas habituales de uso no ha mostrado episodios de interferencia sostenida y la posible relación causa-efecto no predice situación de riesgo moderado o grave. Riesgo moderado. Cuando se conocen o esperan posibles situaciones de comportamiento asíncrono temporales o persistentes, pero que garantizan la terapia necesaria para el paciente, ya sea estimulación o terapia de rescate. Riesgo grave. Cuando se puedan producir inhibiciones del sistema de estimulación, cancelación de terapias de desfibrilación, choques inapropiados o bien daños permanentes en el generador. Para esta valoración se han utilizado como base las recomendaciones de los fabricantes y las publicaciones recientes. Es preciso tener en cuenta que las condiciones siguientes aumentan el riesgo de interferencias en el entorno: • Dependencia del marcapasos. • Historia de arritmias ventriculares. • Electrodos unipolares. • Electrodos abandonados. • Electrodos deteriorados. • Electrodos epicárdicos. • Antigüedad del generador. Tratamientos de rehabilitación y de estética Son numerosos los equipos de terapia muscular y de estética que recurren a las corrientes galvánicas de baja y media frecuencia, por lo que suponen un riesgo moderado o grave para los pacientes dependientes de marcapasos y portadores de DAI (Tabla 23-3). Actividad laboral La actividad laboral en oficinas no entraña ningún riesgo para los pacientes, pero los entornos industriales deben valorarse cuidadosamente. La colaboración de los ingenieros de la planta industrial con los ingenieros de la casa fabricante del dispositivo puede ayudar a mantener la actividad laboral del paciente. Es siempre recomendable efectuar una prueba de Holter de 24 horas el primer día de incorporación al trabajo después del implante. En la Tabla 23-4 se muestran los entornos potencialmente más peligrosos. Odontología La visita al dentista es probablemente la actividad que más preguntas genera por parte de los pacientes, y la que más ansiedad produce. Sin embargo, la mayor parte del aparataje de una consulta dental no entraña riesgos potenciales (Tabla 23-5). Vida diaria Hospital La actividad diaria no representa, salvo algunas excepciones, riesgo para los portadores de MP y DAI o sometidos a terapia de resincronización (TRC). Los generadores de las últimas generaciones, unidos a la gran mayoría de los electrodos bipolares, han diminuido la aparición de casos. No obstante, existen aún riesgos, sobre todo en los pacientes dependientes de marcapasos y en los portadores de DAI. En la Tabla 23-1 se muestran los aparatos más habituales en la vida diaria. Las situaciones de mayor riesgo son la radiación terapéutica y la resonancia magnética nuclear, pero al mismo tiempo son las menos evitables, por lo que han sido objeto de numerosas publicaciones y merecen un epígrafe aparte en este capítulo. En la Tabla 23-6 se ofrecen algunas indicaciones para minimizar los riesgos. Bricolaje Ablación por radiofrecuencia Las máquinas-herramienta provistas de motores eléctricos potentes suponen un cierto riesgo de inhibiciones o choques inapropiados. Existe además el riesgo añadido de sostener una herramienta cortante o estar subido en una escalera, por lo que en caso de que se manejen debe hacerse con precaución y sentido común. En la Tabla 23-2 se indican algunas de las situaciones de mayor riesgo, así como algunas indicaciones para combatir tal riesgo. Puede causar tanto inhibición como terapias inapropiadas; sin embargo, al realizarse en el laboratorio de electrofisiología no entraña riesgos7. Es necesario efectuar un examen del generador y prueba de umbrales al finalizar la sesión. RECOMENDACIONES EN EL TRATAMIENTO HOSPITALARIO1 Cardioversión/desfibrilación Pueden causar daños en la circuitería, aunque son excepcionales en los generadores actuales. Deben Capítulo 23. Interferencias electromagnéticas en los desfibriladores automáticos implantables Tabla 23-1. 229 Posibles fuentes de interferencia electromagnética en la vida diaria Fuentes de interferencia Nivel de riesgo Frigoríficos, lavadoras, hornos eléctricos, hornos microondas, planchas, aspiradoras, robots de cocina, Thermomix Sin riesgo Hornos y cocinas de inducción Riesgo grave de inhibición y choques inapropiados a distancias < 30 cm Televisión y equipos de música Sin riesgo Material informático Sin riesgo Pequeños electrodomésticos de motor. Afeitadoras, batidoras, secadores, cepillos dentales eléctricos Riesgo débil. Mantener a más de 30 cm del generador con electrodos unipolares Pulsadores de alerta de collar y muñeca para teleasistencia Sin riesgo Transistores, walkman y MP3 Riesgo débil. No dormirse con ellos en la cama Estufas y mantas eléctricas Sin riesgo Teléfonos fijos Sin riesgo Teléfonos inalámbricos y móviles Riesgo débil. No llevarlos en el bolsillo interior de la chaqueta. Hablar por el lado contrario al generador Mandos a distancia Sin riesgo Equipos de radioaficionado y radiocontrol Riesgo grave de inhibición y choques inapropiados Puertas antirrobo de radiofrecuencia (las más habituales en almacenes) Riesgo moderado de funcionamiento asíncrono. Pasar rápidamente por ellas Puertas antirrobo pulsantes (muy raras de encontrar) Riesgo grave de inhibición y choques inapropiados Arcos de seguridad Riesgo débil Detectores de metales de mano Riesgo moderado de modo asíncrono; no mantenerlo sobre el generador de forma prolongada Aviones, barcos y trenes Sin riesgo Estudios de radio, televisión y discotecas Riesgo débil. Mantenerse alejado de los equipos de potencia y altavoces Antenas de radio y telefonía móvil Sin riesgo, siempre que se mantenga la distancia que marca la normativa Líneas de alta tensión Sin riesgo, siempre que se mantenga la distancia que marca la normativa Máquinas tragaperras Riesgo grave si se manipulan durante largo tiempo colocarse las palas lo más alejadas del generador y de forma que el trayecto entre ambas sea lo menos paralelo posible al trayecto de los electrodos. Debe efectuarse examen del generador y prueba de umbrales al finalizar la sesión. Electrocauterio El pricipio de funcionamiento de la electrocauterización es similar al de la ablación por radiofrecuencia, es decir, generación de calor y coagula- 230 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 23-2. Bricolaje: fuentes de interferencia Fuentes de interferencia Nivel de riesgo Máquinas eléctricas tales como taladros, lijadoras, sierras y cortasetos Riesgo débil con electrodos bipolares. Riesgo grave con electrodos unipolares a distancias <30 cm Manejar siempre con los brazos ligeramente extendidos Cortacésped y desbrozadora eléctricos Riesgo débil Manipulación de equipos eléctricos y sustitución de bombillas Riesgo grave si no se encuentran completamente desconectados. No basta con apagar el interruptor. Es necesario desconectar el «diferencial» Máquinas con motor de explosión tales como cortacésped, sierras, generadores, arados y motores de coches Riesgo débil con electrodos bipolares y distancias >50 cm Riesgo grave con electrodos unipolares y distancias <50 cm Tabla 23-3. Tratamientos de fisioterapia y estética: fuentes de interferencia Fuentes de interferencia Nivel de riesgo Diatermia Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Onda corta Riesgo grave en tronco y extremidades superiores. Riesgo moderado en extremidades inferiores Estimulación contra el dolor (TENS) Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Tatuaje convencional Sin riesgo Depilación eléctrica Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Depilación por láser o luz pulsada Sin riesgo Acupuntura clásica Sin riesgo Electroacupuntura Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Tabla 23-4. Fuentes de interferencia en situaciones de actividad laboral Fuentes de interferencia Nivel de riesgo Soldadura con arco Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Reparación de automóviles Riesgo grave en distancias cortas Riesgo débil manteniendo distancias >50 cm del motor en marcha No inclinarse sobre un motor en marcha Pequeños motores hasta 1 kV Riesgo débil a distancias >30 cm Grandes máquinas y motores Riesgo grave a distancias cortas Martillos eléctricos Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Grandes transformadores Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Capítulo 23. Interferencias electromagnéticas en los desfibriladores automáticos implantables Tabla 23-5. Tratamiento odontológico: fuentes de interferencia Fuentes de interferencia Nivel de riesgo Torno Sin riesgo Limpieza por ultrasonidos (piezoeléctrico) Riesgo débil Electrocauterio Riesgo débil en configuración bipolar y con electrodos bipolares Tabla 23-6. 231 Tratamiento hospitalario: fuentes de interferencia Fuentes de interferencia Nivel de riesgo Ablación por radiofrecuencia Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada Cardioversión/Desfibrilación Riesgo grave de daños en el generador Electrocauterio Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada, riesgo de fibrilación ventricular Véanse recomendaciones Terapia de choque electroconvulsivo Riesgo moderado en MP de estimulación asíncrona Riesgo grave en DAI de terapia inapropiada Litotricia Riesgo débil en estimulación VVI El generador debe programarse en VVI ya que el choque se sincroniza a QRS Alejar el foco de choque a >10 cm del generador Resonancia magnética nuclear Riesgo grave de inhibición y terapia inapropiada, de daños en el miocardio y en el generador Radiación diagnóstica Sin riesgo Radiación terapéutica Riesgo grave de daños permanentes en el generador Ultrasonidos Sin riesgo ción por el paso de una corriente eléctrica alterna de frecuencias medias. Siempre que se utilice un electrocauterio en un paciente portador de un MP o DAI, o sometido a TRC puede hacerse sin riesgos siempre que se mantengan los criterios siguientes8: • Utilizar el electrocauterio en configuración bipolar. • Sólo se podrá utilizar la configuración monopolar en las extremidades inferiores y situando un electrodo indiferente por debajo del nivel de la cintura. • No debe utilizarse jamás una configuración monopolar si los cables del generador son unipolares o están deteriorados, desconectados o abandonados. • Aplicar en intervalos cortos, dejando intervalos largos entre aplicaciones. • Utilizar la mínima potencia que produzca coagulación. • No utilizar el electrocauterio en las proximidades de un cable-electrodo, sobre todo si se encuentra desconectado, deteriorado o abandonado, ya que existe un riesgo muy elevado de conducir energía eléctrica al miocardio. Litotricia Los equipos de litotricia se sincronizan con el QRS, de forma que es necesario que no exista una espícula auricular que active el choque sónico. Por ello es recomendable efectuar una programación en VVI (sin sensor). En los implantes pectorales no existe riesgo de daños físicos por la onda de choque en el generador, pero en los abdominales es preciso mantener una distancia de al menos 20 cm entre el generador y el foco del cho- 232 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización que. Debe efectuarse examen del generador y prueba de umbrales al finalizar la sesión. Resonancia magnética nuclear Los equipos de RM contienen dos fuentes intensas de interferencia9. Una de ellas es un potente imán permanente. Este imán es capaz de crear un campo intenso a varios metros de distancia. Sus efectos son tres: • Activación del sensor de imán del generador. En caso de que este sensor sea del tipo REED, consistente en dos láminas que cierran un contacto dentro de una ampolla de vacío, el sensor puede dañarse y quedar permanentemente activado. Actualmente se utilizan sensores denominados de «efecto Hall» que no tienen componentes mecánicos que se dañen. • Alteraciones en los circuitos electrónicos del generador, debidas al comportamiento errático de la circuitería integrada en presencia de potentes campos magnéticos. • Desplazamientos en el caso de que existan componentes ferromagnéticos en el sistema generador-cables-electrodo La otra fuente de interferencia es un potente campo electromagnético de alta frecuencia que puede tener los siguientes efectos: • Sobredetecciones que pueden producir inhibiciones del sistema o terapias inapropiadas. • Inducción de corrientes elevadas y calentamiento de los electrodos que pueden producir alteraciones importantes en los umbrales o afectar al tejido miocárdico10. Por estas razones, durante muchos años, el ser portador de un MP o un DAI ha sido contraindicación absoluta para la realización de una RM. Sin embargo, ante la necesidad de realizar esta prueba, y dado que han aparecido dispositivos con mayor inmunidad, se han dado a conocer series de pacientes sin acontecimientos adversos11-13. En los últimos años se han publicado muchos artículos con gran controversia al respecto. El criterio de los fabricantes y de las agencias sanitarias14-17 es el siguiente: La realización de la prueba, sobre todo con ciertas precauciones, no tiene una incidencia de problemas significativa, pero los efectos adversos, cuando se producen, son graves. Por lo que es recomendable, al efectuar la prueba, seguir las recomendaciones de la literatura al respecto, de los fabricantes del modelo en concreto, y obtener el consentimiento informado del paciente. Los factores técnicos que, por relación causa- efecto, predisponen a un menor riesgo son los siguientes: • Resonadores con imanes no superiores a 1.5T. • MP y DAI de última generación, menos vulnerables a los campos magnéticos intensos. • Electrodos bipolares y endocárdicos. • Ausencia de electrodos deteriorados o abandonados. Radiación terapéutica Las emisiones de electrones acelerados y de rayos gamma alteran la estructura molecular de los semiconductores utilizados en la tecnología CMOS de la circuitería de los marcapasos, causando su mal funcionamiento permanente. La mayor parte de los fabricantes aceptan que la dosis máxima es de 3 Gray. Durante las aplicaciones, se debe proteger el área del generador con máscara de plomo. En caso de que se precise aplicación en el área del generador, debe contemplarse el implante contralateral. Dado que el efecto es acumulativo, se recomienda realizar controles frecuentes a lo largo del tratamiento, incluyendo un control en las 2-3 semanas posteriores a la última aplicación. BIBLIOGRAFÍA 1. Shan PM, Ellenbogen KA. Life after pacemaker 2. 3. 4. 5. 6. 7. implantation: management of common problems and environmental interactions. Cardiol Rev 2001; 9(4):193-201. Pinski SL, Trohman RG. Interference in implanted cardiac devices, part II. Pacing Clin Electrophysiol 2002; 25(10):1496-509. Madrid A, Sánchez A, Bosch E et al. «Dysfunction of implantable defibrillators caused by slot machines. Pacing Clin Electrophysiol 1997; 20(1 Pt 2):212-214. Chan NY, Wai-Ling Ho L. Inappropriate implantable cardioverter-defibrillator shock due to external alternating current leak: report of two cases. Europace 2005; 7(2):193-6. Múgica J, Henry L, Podeur H. Study of interactions between permanent pacemakers and electronic antitheft surveillance systems. Pacing Clin Electrophysiol 2000; 23(3):333-7. 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INDICACIONES Y RESULTADOS M. T. Alberca Vela INTRODUCCIÓN A pesar de los avances en el tratamiento farmacológico de la insuficiencia cardíaca (IC), hay un grupo de pacientes que se mantiene muy sintomático, con disnea de mínimos esfuerzos o de reposo, con limitaciones en las actividades de la vida diaria, caquexia y repetidas hospitalizaciones para tratamiento intensivo. Además, un tercio de ellos presenta trastorno de la conducción intraventricular, en su mayoría bloqueo de la rama izquierda (BRI). La alteración en la contracción ventricular que origina el BRI conlleva un deterioro hemodinámico que se suma a la disfunción ventricular presente. Mientras áreas con activación precoz van a contraerse con baja carga y van a contribuir poco a la eyección, áreas de activación y contracción tardía producirán estiramiento de las áreas precoces ya relajadas, contribuyendo a una mecánica ventricular ineficaz. De hecho, el BRI es un factor pronóstico negativo independiente que multiplica 5 veces la mortalidad. La estimulación en ambos ventrículos —utilizando el seno coronario para la estimulación ventricular izquierda (VI)— surge como una nueva opción terapéutica que intenta corregir la alteración de la conducción simulando la activación simultánea a través de las ramas del haz de His. Intenta, por tanto, devolver la sincronía en la contracción entre ambos ventrículos y la sincronía en la contracción de las paredes del VI. Por último, añadiendo estimulación auricular se intenta corregir la asincronía auriculoventricular presente también en muchos de es- 234 tos pacientes. Todas estas actuaciones constituyen la denominada «resincronización» (RSC). Para el estudio del tema dividiremos este capítulo en tres partes: 1. Revisión de los trabajos clínicos más relevantes, reseñando los efectos de la resincronización, los aspectos negativos y los predictores de respuesta a la terapia. 2. Aspectos controvertidos de la resincronización: a) ¿Es necesario estimular ambos ventrículos? b) ¿Es útil en pacientes con fibrilación auricular? c) ¿Es aplicable a pacientes con complejo QRS estrecho? d) ¿Es igual de eficaz en pacientes isquémicos? e) ¿Es preciso «resincronizar» a todos los pacientes con disfunción ventricular izquierda que necesiten estimulación? f ) ¿Se puede extender la indicación a pacientes en clase funcional (CF) I-II? 3. Aspectos técnicos: complicaciones en el implante y durante el seguimiento. ESTUDIOS CLÍNICOS Las indicaciones para la estimulación biventricular quedan reseñadas en las últimas guías de implante de marcapasos y dispositivos antiarrítmi- Capítulo 24. Estimulación biventricular. Indicaciones y resultados cos de 20021. Se considera indicación clase IIa (nivel de evidencia A) la estimulación biventricular en pacientes refractarios a tratamiento médico, en CF III o IV con miocardiopatía dilatada idiopática o isquémica, intervalo QRS prolongado (t130 ms), diámetro telediastólico de VI t55 mm y fracción de eyección d35%. Actualmente se discute el paso a indicación clase I. Los estudios en los que se basan las citadas guías hasta la fecha se exponen a continuación. El estudio de la resincronización comienza con una serie de trabajos hemodinámicos que, de forma aguda, observan mejoría significativa en parámetros de función sistólica como la dP/dt o la presión de pulso aórtico y disminución de la presión de enclavamiento2, 3. De aquí surgen los trabajos clínicos randomizados MUSTIC4 y MIRACLE5, bases para la indicación de la resincronización. En la Tabla 24-1 se reseñan sus principales características y se incluye el estudio COMPANION6, diseñado para valorar el efecto sobre la mortalidad y la hospitalización. En los dos primeros estudios citados (incluyen entre ambos 501 pacientes), el tipo de estimulación es biventricular y los criterios de inclusión son similares: pacientes en ritmo sinusal con un intervalo Tabla 24-1. Estudio MUSTIC N Engl J Med 2001 MIRACLE N Engl J Med 2001 COMPANION N Engl J Med 2004 235 QRS prolongado, con función sistólica de VI gravemente deprimida y en mala clase funcional (III/IV) a pesar del tratamiento médico óptimo, que incluye el uso, si es posible, de betabloqueantes, inhibidores de la ECA, espironolactona, además de diuréticos y digoxina si se precisan. De forma significativa demuestran el efecto beneficioso de la resincronización sobre la CF, la calidad de vida (valorada con el cuestionario de Minnesota), la distancia caminada en una prueba de esfuerzo de 6 minutos y el consumo pico de O2. En cuanto al efecto sobre la mortalidad, si bien hay un metaanálisis7 basado en cuatro estudios randomizados (incluye 1634 pacientes de trabajos con distintos formatos), y en el que se le atribuye a la RSC un efecto significativo sobre la mortalidad, hay que reseñar que en este estudio los pacientes están randomizados sólo después de un implante exitoso, habiéndose excluido, por ejemplo, los exitus del estudio MIRACLE. El único estudio que en este momento aporta datos más concretos, a pesar de que no es un estudio doble ciego, es el citado estudio COMPANION, con un tiempo de seguimiento de tan sólo 16 meses. El diseño del estudio compara tres grupos de pacientes: el primero, bajo tratamiento médico óptimo; Trabajos clínicos más relevantes con estimulación biventricular Núm. p Tiempo Tipo de estimulación Criterios de inclusión Resultados significativos *objetivo primario 48 Biventricular 6m Cruce CF III; QRS t150 ms FEVI <35%; isquémica o idiopática; RS; DTD >60 mm; 6’ 450 m *Aumentó la distancia 6’ (23%) y la calidad de vida (32%) Aumento de consumo pico de O2 1.2 ml/kg/min (8%) 453 Biventricular 6m Control/activo CF III/IV; QRS t130 ms FEVI <35%; RS; DTD >55 mm; 6’ 450 m; isquémica o idiopática; con tto. IC y estables >1 m; no indicación MP *Aumentó la distancia 6’ (+39 vs + 10 m); mejoría en la CF y la calidad de vida Mejoría pico O2 + 1.1 ml/kg/min FE (+4.6 vs – 0.2%) Menor núm. hospitalizaciones por IC (8 vs 15%) Mejoría grado IM 1520 Biventricular 12 m 3 grupos 1/5 p con F/ 2/5 p F+RSC/ 2/5 p F+RSC+ DAI RS > 55 lpm, IC grave isquémica o idiopática, CF III/IV; FEVI d35% DTD !mm; QRS t120 ms y PR t150 ms RSC y RSC + DAI redujeron *muerte + hospitalización (34%) Reducción de la mortalidad sólo si DAI Abreviaturas. p: pacientes; m: meses; F: fármacos; RSC: resincronización; DAI: desfibrilador; CF: clase funcional; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo; RS: ritmo sinusal; DTD: diámetro telediastólico del VI; 6’: distancia caminada a los 6 minutos; MP: marcapasos; IC: insuficiencia cardíaca; IM: insuficiencia mitral. 236 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización al segundo se le añade RSC y al tercero RSC con capacidad de desfibrilación. Tanto la resincronización como la resincronización asociada a desfibrilación disminuyeron de forma significativa el objetivo primario (mortalidad y hospitalización) en comparación con el grupo en el que sólo se realizaba tratamiento farmacológico. Sin embargo, si se analiza aisladamente el efecto sobre la mortalidad, sólo el grupo con desfibrilador alcanzó significación estadística. Si se añade a ello el que la mejoría en el objetivo primario combinado se logra fundamentalmente por disminución de las hospitalizaciones, el efecto de la RSC sobre la mortalidad queda aún más en duda. Efectos de la resincronización Múltiples estudios han valorado los efectos de la resincronización (RSC). Se resumen a continuación los más significativos: • Mejora de la función sistólica: valorada con parámetros como la dP/dt8 y con parámetros de Doppler (integral velocidad-tiempo del flujo aórtico, índice de función miocárdica)9. La magnitud de la mejoría hemodinámica aguda se ha demostrado dependiente del intervalo AV y del sitio de estimulación (idealmente posterolateral). • Mejora de la asincronía tanto interventricular, valorada con radisótopos10, como intraventricular, valorada con Doppler tisular11. • Disminución del grado de insuficiencia mitral de forma aguda aumentando las fuerzas de cierre (incremento en la dP/dt)12 y a largo plazo con el efecto del remodelado11, 13. • Mejora de la función diastólica11, aumentando el tiempo para el llenado precoz. • Disminución del coste energético: aumento de la dP/dt con disminución de la diferencia arteriovenosa coronaria y disminución del consumo de O2 miocárdico14. • Disminución de los volúmenes telediastólico y telesistólico13, 15, favoreciendo el remodelado ventricular. Aspectos negativos en la valoración del beneficio de la resincronización Hay que considerar, en primer lugar, que se está valorando el efecto de la terapia con RSC con la valoración subjetiva de la CF. Sentirse mejor no implica vivir más y así, la vesnarinona también mejoraba la calidad de vida (aumentando, como es bien sabido, la mortalidad). Por otra parte, el uso de la respuesta al ejercicio tiene una capaci- dad limitada para predecir la respuesta clínica de las terapias cardiovasculares (la milrinona también mejoraba de forma significativa la distancia caminada a los 6 minutos). Además, la terapia de RSC tiene un efecto placebo, como se demuestra en el estudio PATHCHF I16, con mejoría durante la fase de no tratamiento tanto en el consumo de O2 como en el umbral anaeróbico, la distancia caminada a los 6 minutos, la calidad de vida y la CF. Del mismo modo, se observa en distintos trabajos heterogeneidad en las respuestas en pacientes con similares características (p. ej., en el beneficio en el test de esfuerzo a los 6 minutos entre los pacientes del estudio MUSTIC5 y del MIRACLE ICD17). Por último, invariablemente en todos los estudios, entre el 20-30% de los pacientes no responden a la terapia de resincronización (Tabla 24-2), lo que ha llevado a buscar predictores que ayuden a elegir mejor a los pacientes que se van a beneficiar de esta terapia. Las causas a las que se puede atribuir ese alto número de no respondedores son las diferentes etiologías de la disfunción ventricular, con diferentes patrones de activación y contracción a pesar de un patrón electrocardiográfico similar, dificultad para conocer el sitio de mayor retraso y, en su caso, para estimular justo en ese punto, estimulación sobre zonas de necrosis o incluso distintos grados de insuficiencia mitral. Predictores Hasta ahora es la anchura del complejo QRS el criterio usado como equivalente de la existencia de asincronía. Sin embargo, es cuestionable que prediga la presencia, magnitud y localización de la misma. Ante ello, y dado el número importante de no respondedores, se ha propuesto una gran variedad de criterios invasivos y no invasivos para la selección de los candidatos idóneos, pero hasta el momento no está clara su utilidad (Tabla 24-3). Entre los más utilizados destacan los siguientes: • Retraso mecánico interventricular t40 ms (Fig. 24-1). Mide la diferencia en tiempo entre los intervalos preeyectivos izquierdo y derecho (desde onda Q a inicio de la eyección aórtica/pulmonar utilizando el espectro de Doppler). • Hay datos contradictorios acerca de la utilidad de la valoración de la asincronía interventricular para predecir la respuesta a la RSC tanto cuando ha sido valorada mediante radionúclidos18 como cuando se ha hecho con Doppler de tejidos19. Capítulo 24. Estimulación biventricular. Indicaciones y resultados Tabla 24-2. Miracle (N Engl J Med 2002) Cambio subjetivo n (%) Grupo control Grupo de resincronización Mejoría marcada Moderada mejoría Leve mejoría Sin cambio Ligeramente peor Moderadamente peor Marcadamente peor 24 (12) 42 (22) 44 (23) 51 (26) 20 (10) 10 (5) 4 (2) o 80 (38) 46 (22) 40 (19) 26 (12) 11 (5) 5 (2) 3 (1) Tabla 24-3. 237 No respondedores 21% Predictores de respuesta a la resincronización Predictor Comentario Referencia Retraso en la activación posterolateral Con modo M o DTI: movimiento sistólico más tardío que el inicio del llenado mitral CARE-HF40 Retraso aórtico preeyectivo >140 ms Desde onda Q al inicio de eyección con Doppler del flujo aórtico CARE-HF40 Retraso interventricular mecánico >60 ms + FEVI >15% Radionúclidos; S 79% y VPP 83%: predice mejoría de la FEVI >5% Toussaint et al. PACE 200341 QRS t155 ms y dP/dt d700 mmHg/s Combinados predicen 'dP/dt t25% y PP t10% Nelson et al. Circulation 200042 Mayor QRS (175 ± 24 ms) y mayor duración IM (443 ± 49 ms) basales. Cambio agudo > 22% en dP/dt dP/dt valorado con Doppler del flujo de la IM Oguz et al. Eur J Heart Fail 200243 Retraso septoposterior t130 ms, PR t180 ms y QRS t150 ms Con modo M; se asocian a mayor disminución de volúmenes ventriculares Pitzalis et al. JACC 200220 Factores independientes no respondedores — IM < moderada — Cardiopatía isquémica con infarto previo — Integral velocidad-tiempo Ao <12 cm Integral velocidad-tiempo <12 cm implica bajo gasto cardíaco Reuter et al. Am J Cardiol 200234 Asincronía intraventricular t65 ms con DTI Diferencia Q-pico onda S segmentos basales septo, lateral, anterior o inferior. S y E 80% para mejoría clínica y VPP 92% para remodelado Bax et al. J Am Coll Cardiol 200419 DTI: Doppler tisular; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo; S: sensibilidad; VPP: valor predictivo positivo; ': incremento; PP: presión de pulso aórtico; IM insuficiencia mitral; Ao: aorta. • Retraso septo-pared posterior en modo M t130 ms en plano paraesternal en la región de músculos papilares. Valora la asincronía intraventricular, y en el trabajo de Pitzalis et al.20 todos los respondedores tuvieron un retraso superior o igual a 130 ms (VPP del 85%). • Sin embargo, esta medición tiene importantes limitaciones técnicas. Por una parte, li- 238 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 24-2. Retraso intraventricular con Doppler tisular (intervalo Q-S) entre el septo y la pared lateral de 98 ms (TCIV: tiempo de contracción isovolumétrica; TEVI: tiempo de eyección del ventrículo izquierdo; TRIV: tiempo de relajación isovolumétrica; ondas E, A, S1,S2 y S3). Figura 24-1. Retraso mecánico interventricular de 66 ms (intervalo preeyectivo aórtico, 144 ms; intervalo preeyectivo pulmonar, 78 ms). mita la valoración de la asincronía únicamente al movimiento radial y a los segmentos basales; es difícil interpretar dónde hay que medir en los pacientes con varios movimientos septales, y a veces es difícil obtener imágenes perpendiculares. Por último, en muchos pacientes con infarto anterior no es posible valorar el retraso si existe aquinesia septal. • Retraso Q-S superior 50 ms (Fig. 24-2). Tomando una muestra con Doppler pulsado de tejidos (TDI) en los segmentos basales, podemos comparar las velocidades de las paredes miocárdicas y calcular el retraso entre diferentes segmentos midiendo desde el inicio de la onda Q del ECG al pico de la onda S. • Así, por ejemplo, Bax et al.19 han señalado recientemente que un retraso t65 ms entre cualquiera de los segmentos basales de septo, pared lateral, inferior o anterior implica la existencia de asincronía intraventricular y tiene una sensibilidad y especificidad del 80% para predecir mejoría clínica con la RSC (valorada por la mejoría en la CF y en la distancia caminada a los 6 minutos) y del 92% para predecir remodelado (cuantificado como una reducción igual o superior al 15% en el volumen telesistólico). Además, en este trabajo se observa cómo la presencia de asincronía intraventricular no es sólo un factor predictor sino que también puede tener un valor pronóstico con menor número de eventos al año en el grupo con RSC y asincronía frente al grupo con RSC que no tenía asincronía. • También el DTI tiene limitaciones técnicas. El estudio se realiza en planos apicales Capítulo 24. Estimulación biventricular. Indicaciones y resultados y, por tanto, supone ya una disociación entre movimiento longitudinal y contracción. Las mediciones sólo pueden ser realizadas una vez en el mismo latido y, por consiguiente influidas por diferencias en la frecuencia cardíaca, condiciones de carga y movimientos respiratorios. Pero además, hay que tener en cuenta que estamos valorando la velocidad de movimiento de las paredes miocárdicas sin distinguir entre movimiento activo (engrosamiento) y movimiento pasivo. Como quedó demostrado en el trabajo de Breithardt et al.21, la secuencia de movimiento con TDI no se corresponde con la de acortamiento (valorado con strain rate o tasa de deformación de los tejidos, método no disponible en la mayoría de los ecógrafos convencionales). ASPECTOS CONTROVERTIDOS DE LA RESINCRONIZACIÓN ¿Es necesario estimular ambos ventrículos? Paralelamente al desarrollo del estudio de la estimulación biventricular, y en pacientes con los mismos criterios reseñados previamente, un grupo de autores ha trabajado en la estimulación única del VI y ha comparado en estudios hemodinámicos el efecto de la estimulación en el ventrículo derecho, en el VI y en ambos ventrículos (Tabla 24-4). Invariablemente, en todos ellos la estimulación única sobre el VI se ha mostrado igual de eficaz, o incluso superior, para mejorar medidas tales como la dP/dt, la presión de pulso aórtico o la presión capilar pulmonar, con disminución del coste energético. Estos estudios muestran además que el grado de mejoría no se relaciona con la disminución de la anchura del complejo QRS conseguida con la estimulación. A su vez, los estudios clínicos PATH-CHF I16 y II22 han mostrado mejorías significativas con la estimulación única del VI en los mismos parámetros valorados para la estimulación biventricular (calidad de vida, CF, distancia caminada a los 6 minutos y mejoría en el pico de consumo de O2), mejoría que se mantiene en un tiempo de seguimiento de 12 meses (Tabla 24-5). En el estudio PATH-CHF II, con un diseño similar al estudio MUSTIC4, la mejoría observada se centraba en los pacientes con un complejo QRS superior a 150 ms. Estos datos van en contra del principio de la «resincronización» y apuntan a la idea de que es la estimulación del VI, y no la estimulación simultánea biventricular, lo que importa. Esta dis- 239 crepancia entre la sincronización eléctrica y la sincronización mecánica ha sido confirmada de forma experimental23. Mientras que se demuestran claras diferencias en la activación eléctrica entre la estimulación biventricular y la ventricular izquierda, la secuencia de acortamiento valorada con resonancia magnética es muy similar, y ambos modos de estimulación corrigen las anomalías en la contracción del modelo animal de insuficiencia cardíaca y BRI. Parece evidente, pues, que tiene que haber algún mecanismo distinto de la simple resincronización que nos explique, por ejemplo, por qué se observan mejores datos con estimulación biventricular cuando se preexcita el VI, como en el reciente estudio de Van Gelder et al24. Sigue siendo, por tanto, cuestionable si es necesario estimular ambos ventrículos o si estimulando sólo el VI se consigue sincronía mecánica sin la buscada sincronía eléctrica, con la misma mejoría hemodinámica. Es posible que la estimulación del VI adelante zonas hemodinámicamente cruciales o que en algunos pacientes induzca disminución crítica de la insuficiencia mitral. En cualquier caso, ante la necesidad de desfibrilación y/o estimulación antibradicardia en muchos de estos pacientes, la distinción en muchos casos pasa a ser más académica que real y, por otra parte, la supuesta ventaja técnica es escasa, ya que las mayores complicaciones, como luego se verá, vienen causadas por la sonda del seno coronario. ¿Es útil la RSC para los pacientes en fibrilación auricular? Se sabe que en los pacientes con RSC se obtienen mejores resultados cuando se ajusta el intervalo AV y, por otra parte, en la mayoría de los estudios están excluidos los pacientes en fibrilación auricular (FA), por lo que se plantean dudas acerca del beneficio de esta terapia en este subgrupo de pacientes. Entre los escasos datos, hay trabajos iniciales sobre mejoría aguda con disminución de la presión capilar pulmonar y aumento de la presión arterial sistólica en pacientes en FA con estimulación biventricular y también estimulando sólo el VI25, y recientemente se ha observado mejoría en la dP/dt con guía de presión en VI24. En cuanto a trabajos clínicos, los más relevantes son el de Leon et al.26, sin grupo control, que incluye tan sólo a 20 pacientes en CF III-IV, con fracción de eyección del VI menor del 35%, FA con ablación del nodo AV y estimulación en VD crónica. Con estimulación biventricular se obtuvieron mejorías significativas en la CF y la calidad de vida, disminución en el número de hospi- 240 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 24-4. Estudios hemodinámicos que comparan estimulación univentricular y biventricular Referencia Núm. p Modos de estimulación Resultados significativos con VI o BV vs basal o VD Blanc2 23 No/VD /BV /VI PAs + 7%/PCP – 22%/ onda V – 35% con VI: iguales datos con BV Kassv 18 No/VD/VI/BV dP/dt + 23%/PP + 18% con VI: mejores datos con VI que BV Auricchio8 27 No/VD/VI/BV dP/dt + 15%/PP + 7.5%: mejores datos con VI que BV Nelson14 10 No/VI/BV dP/dt + 43%/PP + 18% con VI 'AVO2 – 4%/VO2 – 8% con VI Similares resultados con BV VD: ventrículo derecho; BV: biventricular; VI: ventrículo izquierdo; PAs: presión arterial sistólica; PCP: presión capilar pulmonar; PP: presión pulso aórtico; 'AVO2: diferencia arteriovenosa de O2; VO2: consumo pico de O2; IVT Ao: integral velocidadtiempo aorta. Tabla 24-5. Estudios clínicos con estimulación única en VI Estudio Núm. p PATH-CHF I JACC 2002 41 12 m PATH-CHF II JACC 2003 Tipo de estimulación Criterios de inclusión BV vs univentricular RS > 55 lpm, IC Estudio hemodinámico severa, QRS t previo 120 ms; CF III-IV; PR t 150 ms 4 sem estimulación/ 4 sem inactivo/ 4 sem opuesta 69 Univentricular (VI) Cruce 3 m activo/ 3 m inactivo 6m 2 subgrupos QRS 120-150 y QRS > 150 ms Implante endovenoso y por toracotomía FEVI d 30% de cualquier etiología y pico O2 < 18 ml/min/kg; CF IIIII-IV; RS; ½ QRS >150 ms Resultados significativos Aumentó la distancia 6’ mejoría en la CF y calidad de vida; mejoría pico O2 Mejoría mantenida a los 12 m Ninguna mejoría en QRS 120-150 ms QRS > 150 ms: mejoría pico O2 2.5 ml/min/kg; mejoría umbral anaeróbico y distancia 6’: calidad de vida y CF BV: biventricular; sem: semanas; m: meses; RS: ritmo sinusal; IC: insuficiencia cardíaca; CF: clase funcional; FEVI: fracción de eyección ventricular izquierda. talizaciones, aumento de la fracción de eyección y disminución de los diámetros de VI, con un tiempo de seguimiento medio de 17 meses. Una observación importante que se extrae de este estudio es el efecto de la RSC sobre la función ventricular, independiente de la optimización del intervalo AV. El otro trabajo es el subestudio MUSTIC AF27, que pretendió incluir a 64 pacientes con indicación de MP por frecuencia cardía- ca lenta y con un diseño que comparaba estimulación VD frente a estimulación biventricular con un cruce entre los grupos a los 3 meses. El alto número de abandonos (42%) ocasionó que el estudio acabase con un limitado poder estadístico. Valorando los resultados según intención de tratamiento, no se observaron diferencias significativas, si bien en los 37 pacientes que completaron el estudio hubo mejoría en la distancia caminada Capítulo 24. Estimulación biventricular. Indicaciones y resultados a los 6 minutos y en el pico de consumo de O2. Cabe reseñar que en dos pacientes en los que no se había realizado ablación del nodo AV, el tiempo de estimulación fue inferior al 50%. Por tanto, son necesarios más estudios para confirmar el efecto beneficioso de la RSC en los pacientes en FA, y además habría que considerar la necesidad de realizar ablación del nodo AV para asegurar la estimulación ventricular. ¿Es aplicable la RSC a pacientes con complejo QRS estrecho? Hasta ahora el criterio que se utiliza como marcador de asincronía es tener un complejo QRS ancho. Sin embargo, ambos conceptos no son sinónimos, y es de hecho uno de los motivos que se pueden aducir para explicar la falta de respuesta en algunos pacientes. Así, se ha observado movimiento paradójico septal en el 28% de pacientes con un complejo QRS medio de 110 ms que, sin embargo, no estuvo presente en el 20% del subgrupo de pacientes con complejo QRS medio de 160 ms28. Puede haber asincronía intraventricular valorada en angiografía con radionúclidos en pacientes con miocardiopatía dilatada y bloqueo incompleto de rama izquierda, hemibloqueo anterior o incluso en pacientes con un complejo QRS normal29. De la misma forma, con TDI se ha encontrado asincronía intraventricular en el 73 % de los pacientes con insuficiencia cardíaca y QRS superior a 120 ms, pero también en el 51% de los pacientes con un QRS inferior30. El único trabajo que valora clínicamente el efecto de la RSC en pacientes con QRS estrecho es el estudio no randomizado de Achilli et al.31 Compara el efecto de la RSC en 38 pacientes con QRS >120 ms con 14 pacientes con bloqueo incompleto de rama izquierda y complejo QRS d120 ms pero con asincronía valorada por el retraso interventricular y el movimiento tardío (en diástole) de la pared lateral en modo M. No encuentra diferencias significativas entre ambos grupos en la mejoría obtenida en la CF y en la distancia caminada a los 6 minutos. Resulta paradójica, en los resultados de los pacientes con un QRS estrecho, la ausencia de cambios significativos en la asincronía de la pared lateral a pesar de la estimulación, criterio considerado para la inclusión de esos pacientes. Por tanto, hay pocos datos para extender la indicación de la terapia de RSC a los pacientes con QRS estrecho, y en cualquier caso habría que considerar en ellos la utilización de parámetros ecocardiográficos de asincronía que nos ayuden a identificar a los posibles respondedores con mayor sensibilidad y especificidad que el ECG. 241 ¿Es igual de efectiva la RSC en los pacientes isquémicos? Es lógico que surjan dudas sobre el efecto que puede tener la estimulación de zonas necróticas. Estudios clásicos de activación endocárdica en sujetos con el mismo patrón electrocardiográfico (BRI) han demostrado una heterogeneidad importante en la forma de inicio, duración y terminación de la actividad ventricular, especialmente en presencia de infarto, esperándose entonces distintos patrones de contracción y distinta respuesta a la estimulación. Con ecocardiografía 3D y Doppler tisular en el BRI también se ha observado un retraso en el acortamiento segmentario lateral en la mayoría de los sujetos con miocardiopatía dilatada, mientras que en la mayoría de los pacientes isquémicos el retraso era septal32, poniéndose entonces en duda la necesidad de estimular la pared lateral del VI. Los datos clínicos obtenidos hasta la fecha son controvertidos. Mientras que la respuesta clínica ha sido independiente de la etiología en algunos estudios5, 33, en el estudio de Reuter et al.34 la presencia de infarto previo fue un factor independiente de ausencia de respuesta. Por otra parte, el efecto sobre el remodelado parece ser inferior en los pacientes isquémicos13, y observaciones recientes del propio estudio MIRACLE han comunicado disminuciones significativas de los volúmenes en pacientes con infarto inferior, pero no en los pacientes con infarto anterior35. ¿Es preciso «resincronizar» a todos los pacientes con disfunción ventricular que necesiten estimulación? A partir de los hallazgos del estudio DAVID36, realizado en pacientes que precisan el implante de un desfibrilador y con función sistólica de VI deprimida (d40%), se plantea la duda sobre la necesidad de utilizar estimulación biventricular en los pacientes con disfunción ventricular e indicación de estimulación. La estimulación del VD se mostró deletérea en los pacientes con modo DDDR (70 pm, con una tasa de estimulación del 60%), que presentaron un aumento significativo en la mortalidad y en el número de hospitalizaciones por IC frente a los pacientes con modo VVI (40 pm, tasa de estimulación sólo del 3%). Sin embargo, estos resultados no son totalmente aplicables a los pacientes con indicación de RSC. Por una parte, los pacientes de este estudio no tienen indicación de estimulación; además, sólo el 12% de ellos está en CF III o IV y sólo el 30% tiene un complejo QRS > 130 ms. A la espera de nuevos datos (está en marcha el estudio PAVE), no hay 242 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización estudios prospectivos que valoren el beneficio que se puede obtener en los pacientes con criterios para resincronización y que consideren el coste y las complicaciones añadidas. ¿Se debe extender la indicación a pacientes en CF I-II? El efecto beneficioso sobre el remodelado ventricular hace pensar en la posibilidad de extender esta terapia a los pacientes con disfunción de VI grave pero en buena situación clínica. Los datos que hay al respecto son los de los estudios InSync ICD37 y CONTAK38, que incluyen pacientes con arritmias ventriculares malignas e indicación de desfibrilador. En ambos se valora la seguridad y eficacia de la RSC combinada con desfibrilador. En el primero, que no cuenta con grupo control y fue realizado en pacientes con FE del VI <35% y QRS >130 ms, no se observa mejoría clínica (valorada con test de esfuerzo de 6 minutos, calidad de vida y CF) en los pacientes en CF II, ni al mes ni a los 3 meses del implante, y además tampoco hay cambios beneficiosos en el remodelado. El estudio CONTAK, en este caso sí randomizado, corrobora la ausencia de respuesta clínica en pacientes en CF I o II (incluye consumo de O2), si bien sí observa disminución significativa en los diámetros ventriculares, aunque sin cambios en la fracción de eyección del VI. Hasta contar con más datos, habrá que ser prudentes y no aplicar indiscriminadamente la RSC a los pacientes menos enfermos, porque su beneficio puede ser menor y mayores los riesgos inherentes a la terapia. COMPLICACIONES EN EL IMPLANTE Y EN EL SEGUIMIENTO La terapia de resincronización es técnicamente difícil y complicada y en ella influye, además de la experiencia médica, la variabilidad anatómica. Tomando como ejemplo los pacientes del estudio MIRACLE, aproximadamente en el 8% de los pacientes el implante no es exitoso, pudiendo complicarse en un 9% por BAV completo, disección o perforación del seno coronario e incluso muerte (1.2%). Durante los 6 meses de seguimiento, en un 6% más de los casos fue preciso recolocar la sonda o reemplazarla, incluidos casos de infección, algunos con reimplante no exitoso. Recientemente han sido publicados los datos de 512 pacientes con desfibrilador endovenoso y estimulación biventricular con los que se ha tratado de valorar el mantenimiento de la RSC en el tiempo39. Se trata de pacientes con insuficiencia cardíaca refractaria, con fracción de eyección del VI menor del 35%, QRS mayor de 120 ms y en ritmo sinusal con historia de arritmias auriculares en el 28% de los casos. Pertenecen a los estudios VENTAK CHF y CONTAK CD, utilizan sonda unipolar en el seno coronario y cuentan con un período largo de seguimiento (2.5 ± 1.1 años). Los datos del implante coinciden con los reseñados, con un 13 % de fallos, fundamentalmente por incapacidad de cateterizar el seno coronario o de obtener un sitio estable. Durante el seguimiento se interrumpió la RSC en un 36% de los pacientes, en un 18% por arritmias auriculares y en un 10% por pérdida de captura (desplazamiento de la sonda del seno coronario o aumento del umbral). El 8% restante incluye casos de estimulación extracardíaca (diafragmática o del nervio frénico), infección (explantados los 5 casos a los 329 ± 180 días sin reseñarse complicaciones y con reimplante en tres), pérdida de captura del VD o de sensado auricular, sobresensado ventricular o intolerancia del paciente. Bien es verdad que esta alta tasa de interrupciones fue temporal, y se pudo recuperar en la mayoría de los casos (sólo hubo un 5% de pérdidas permanentes, en su mayoría por pérdida de captura de VI o estimulación extracardíaca). Similares pérdidas se producen con los tratamientos farmacológicos habituales para la insuficiencia cardíaca. Un 11% del total de los pacientes precisaron intervención quirúrgica para restaurar la RSC (34 de 39 para restaurar la captura de VI y los 11 pacientes con estimulación extracardíaca). Estos datos, con más de un tercio de interrupciones de la terapia de RSC, resaltan la importancia de un estrecho seguimiento. A los controles habituales del sistema habrá que añadir la vigilancia sobre la aparición de arritmias auriculares (analizar los cambios de modo), controlar que exista una captura adecuada durante las actividades diarias en estudios con Holter o prueba de esfuerzo, y vigilar los umbrales y la posición de la sonda del seno coronario. CONCLUSIONES La terapia de resincronización ofrece una alternativa a un subgrupo de pacientes con insuficiencia cardíaca refractaria que cumplen los criterios de inclusión hasta ahora admitidos. Mejora la capacidad funcional, disminuye los síntomas y beneficia el remodelado ventricular, aunque en un tercio de los casos no va a ser eficaz. Combinada con la desfibrilación, mejora la supervivencia. Capítulo 24. Estimulación biventricular. Indicaciones y resultados Sigue siendo cuestionable si es necesario estimular ambos ventrículos o bastaría con estimular únicamente el VI. Son necesarios más estudios antes de recomendar el uso de la resincronización fuera de los criterios de inclusión (fibrilación auricular, QRS estrecho, necesidad de estimulación, clase funcional I-II). Los pacientes con terapia de resincronización tienen que ser estrechamente seguidos: controles clínicos que identifiquen a los no respondedores (reprogramar parámetros o incluso considerar recolocar la sonda en un sitio más efectivo) y controlar posibles pérdidas, vigilando especialmente la aparición de arritmias auriculares y la captura ventricular. BIBLIOGRAFÍA 1. Gregoratos G, Abrams J, Epstein AE et al. ACC/ AHA/NASPE 2002 Guideline update for implantation of cardiac pacemakers and antiarrhythmia devices. Circulation 2002; 106:2145-61. 2. 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Tissue Doppler echocardiographic evidence of reverse remodeling and improved synchronicity by simultaneously delaying regional contraction after biventricular pacing therapy in heart failure. Circulation 2002; 105:438-45. 12. Breithardt OA, Sinha AM, Schwammenthal E et al. Acute effects of cardiac resynchronization therapy on functional mitral regurgitation in advanced systolic heart failure. J Am Coll Cardiol 2003; 41:765-70. 13. St John Sutton MG, Plappert T, Abraham WT et al. Effect of cardiac resynchronization therapy on left ventricular size and function in chronic heart failure patients. Circulation 2003;107:19851990. 14. Nelson GS, Berger RD, Fetics BJ et al. Left ventricular o biventricular pacing improves cardiac function at diminished energy cost in patients with dilated cardiomyopathy and left bundle-branch block. Circulation 2000; 102:3053-9. 15. Stellbrink C, Breithardt OA, Franke A et al. Impact of cardiac resynchronization therapy using hemodynamically optimized pacing on left ventricular remodeling in patients with congestive heart failure and ventricular conduction disturbances. J Am Coll Cardiol 2001; 38:1957-65. 16. Auricchio A, Stellbrink C, Sack S et al. Long-term clinical effect of hemodynamically optimized cardiac resynchronization therapy in patients with heart failure and ventricular conduction delay. J Am Coll Cardiol 2002; 39:2026-33. 17. Young JB, Abraham WT, Smith AL et al. Multicenter InSync ICD Randomized Clinical Evaluation (MIRACLE ICD) Trial Investigators. Combined cardiac resynchronization and implantable cardioverter defibrillation in advanced chronic heart failure: the MIRACLE ICD trial. JAMA 2003; 289:2685-94. 18. Fauchier L, Marie O, Casset-Senon D et al. Interventricular and intraventricular dyssynchrony in dilated cardiomyopathy: a prognostic study with Fourier phase analysis of radionuclide angioscintigraphy. 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Systolic improvement and mechanical resynchronization does not require electrical synchrony in the dilated failing heart with left bundle-branch block. Circulation 2002; 106:1760-3. 24. Van Gelder B, Bracke F, Meijer A et al. Effect of optimizing the VV interval on left ventricular contractility in cardiac resynchronization therapy. Am J Cardiol 2004;93:1500-03. 25. Etienne Y, Mansourati J, Gilard M et al. Evaluation of left ventricular based pacing in patients with congestive heart failure and atrial fibrillation. Am J Cardiol 1999; 83:1138-40. 26. Leon AR, Greenberg JM, Kanuru N et al. Cardiac resynchronization in patients with congestive heart failure and chronic atrial fibrillation. J Am Coll Cardiol 2002; 39:1258-63. 27. Leclercq C, Walker S, Linde C et al. Comparative effects of biventricular and right-univentricular pacing in heart failure patients with chronic atrial fibrillation. Eur Heart J 2002; 23:1780-7. 28. Makaryus AN, Arduini AD, Mallin J et al. Echocardiographic features of patients with heart failure who may benefit from biventricular pacing. Echocardiography 2003; 20:217-23. 29. Fauchier L, Marie O, Casset-Senon D et al. Reliability of QRS duration and morphology on surface electrocardiogram to identify ventricular dyssynchrony in patients with idiopathic dilated cardiomyopathy. Am J Cardiol 2003; 92:341-4. 30. Yu CM, Lin H, Zhang Q, Sanderson JE. High prevalence of left ventricular systolic and diastolic asynchrony in patients with congestive heart failure and normal QRS duration. Heart 2003; 89:54-60. 31. Achilli A, Sassara M, Ficili S et al. Long-term effectiveness of cardiac resynchronization therapy in patients with refractory heart and «narrow» QRS. J Am Coll Cardiol 2003; 42:2117-24. 32. Sogaard P, Egeblad H, Pedersen AK et al. Sequencial versus simultaneous biventricular resynchronization for severe heart failure. Circulation 2002; 106:2078-84. 33. Molhoek SG, Bax J, Van Erven L et al. 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La terapia de resincronización cardíaca fue aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) en 2001, y diversos estudios han demostrado beneficios tanto a corto como a largo plazo en pacientes seleccionados. Los criterios de selección de pacientes candidatos para la implantación de un marcapasos bicameral se derivan de ensayos multicéntricos2, 3 y son: 1) insuficiencia cardíaca en clase funcional III-IV a pesar de tratamiento óptimo; 2) función ventricular izquierda deprimida (FEVI <35%); 3) morfología de BRIHH en el ECG con una duración del complejo superior a 130 ms. Se suelen excluir a los pacientes en fibrilación auricular. Utilizando estos criterios de selección de pacientes, diversos estudios han demostrado mejoría en los síntomas, en la capacidad de esfuerzo, en la calidad de vida y lo que se ha venido a llamar remodelado inverso, con disminución del tamaño ventricular y tendencia a mejorar la FEVI2, 3. Pero estos criterios están en revisión. Hay estudios que han demostrado mejoría tras la resincronización en pacientes en clase funcional II4, o en pacientes con BRDHH5 y en pacientes en fibrilación auricular6. La principal ventaja del ECG radica en que es una técnica muy accesible y fácil de obtener. Hay datos que avalan su utilidad en insuficiencia car- díaca. Masoudi et al.7 hicieron un análisis retrospectivo de 19 710 pacientes. El 8% de los sujetos con función sistólica preservada presentaba BCRIHH, mientras que lo tenían el 24 % de aquellos con FE menor de 24%. Aaronson8 realizó un estudio de supervivencia en pacientes con IC avanzada que se hallaban en régimen ambulatorio en espera de trasplante cardíaco, demostrando que un QRS superior a 120 ms era factor pronóstico independiente. Además, la anchura del QRS se relaciona con la asincronía interventricular9. Hay información suficiente para afirmar que la duración del QRS no puede ser el criterio de elección para determinar la asincronía mecánica. Considerando como criterio de resincronización un QRS mayor de 120 ms, aproximadamente un 30% de los pacientes no responden favorablemente a la terapia10. Además, se ha demostrado que hasta un 51% de los pacientes con QRS menor de 120 ms tienen asincronía mecánica durante la sístole11 y uno de cada cinco pacientes con FEVI menor de 35% y QRS > 150 ms no tiene evidencia de asincronía12. El ECG es incapaz de localizar la zona de asincronía y de cuantificar la extensión de la misma. Hay estudios que han mostrado mejoría de la asincronía tras la resincronización en pacientes con BRD. El estudio RAVE13 confirma estos datos. Pacientes con disfunción de ventrículo izquierdo y QRS estrecho tienen asincronía entre un 20.8 y un 40.3% según el método utilizado. Por tanto, el ecocardiograma debe ser imprescindible para realizar una valoración de la asincronía mecánica. 245 246 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Rouleau9 mostró que la duración del QRS se relaciona con la asincronía interventricular y el estudio RAVE13 confirma esta relación. Pero este estudio también muestra que el QRS no tiene relación con la asincronía mecánica intraventricular, que es, como veremos más adelante, la de mayor utilidad para seleccionar pacientes que respondan a la terapia de resincronización. La detección de asincronía es importante, pero este dato aislado es insuficiente para el manejo del enfermo. El método ideal para valorar la asincronía, además de ser sencillo y accesible, debería valorar adecuadamente las siguientes posibilidades. En primer lugar, contestar la pregunta básica: ¿Tiene el paciente asincronía o, por el contrario, tiene un corazón sincrónico? También debe poder graduar la asincronía en el tiempo. No es lo mismo que un segmento se contraiga 40 ms más tarde que otro a que lo haga 130 ms más tarde. También debe poder graduar la asincronía en el espacio. No es lo mismo que sólo haya un segmento asincrónico, a que sean 6 ó 7 los que se contraen tardíamente. Es de interés que sea capaz de localizar la zona de asincronía, para así poder indicar la zona que se debe estimular primero. Tendría que poder diferenciar lo que es asincronía de lo que es asinergia. Hay que tener en cuenta que una zona infartada tiene un movimiento anormal, y no está del todo claro que estimular en dicha zona consiga un efecto beneficioso. Por último, aspecto fundamental, debe ser capaz de seleccionar a aquellos pacientes con asincronía que vayan a responder adecuadamente a la terapia de resincronización. TIPOS DE ASINCRONÍA MECÁNICA Asincronía auriculoventricular El retraso en la conducción auriculoventricular (más marcada con el uso de betabloqueantes en la insuficiencia cardíaca) produce un alejamiento entre la contracción auricular y la contracción ventricular. Al retrasarse la contracción ventricular, se retrasa también el llenado ventricular pasivo, que se acerca al llenado secundario a la contracción atrial. Con ello, se acorta el tiempo de llenado diastólico, pierde la contracción atrial su efecto de bomba final y deja la válvula mitral semiabierta al final de la diástole. Esto permite una insuficiencia mitral telediastólica. Todo esto conlleva un aumento de la presión auricular y de las presiones de llenado. A mayor trastorno de la conducción auriculoventricular, mayor asincronía auriculoventricular (Fig. 25-1). Asincronía intraventricular El retraso de la conducción infranodal (generalmente en forma de BRIHH) produce una activación retrasada, en la mayoría de los casos, de la pared lateral. Esto empeora la función por diferentes mecanismos sistólicos y diastólicos. En un ventrículo normal se contraen todos los segmentos a la vez, aumentando rápidamente la presión del ventrículo izquierdo, con lo que se abre la aorta y comienza la eyección. Posteriormente se relajan a la vez. Cuando la contracción se hace asincrónicamente, los primeros segmentos en contraerse sólo desplazan la sangre dentro de la cavidad, por lo que la presión intraventricular aumenta menos y más tardíamente, abriéndose la aorta también más tarde. Todo esto disminuye la eficacia: disminuye la presión sistólica, el volumen de eyección y el gasto cardíaco. Cuando la eyección ha terminado, aún hay segmentos contrayéndose. Son las contracciones postsistólicas (CPS) que ocurren al comienzo de la diástole. Estas contracciones no sólo consumen energía ineficazmente, sino que dañan seriamente la función diastólica. Además, la descoordinación de los músculos papilares favorece la insuficiencia mitral. En la Figura 25-1 se ve, en un esquema basado en modo M, este fenómeno. Asincronía interventricular El retraso de la conducción infranodal produce que el septo y el ventrículo derecho se activen antes y homogéneamente, mientras que la pared lateral lo hace más tarde y heterogéneamente con respecto al septo. La contracción del ventrículo derecho comienza durante la telediástole del ventrículo izquierdo, produciendo una inversión del septo hacia el ventrículo izquierdo, lo que dificulta la mecánica de este ventrículo y tiende a aumentar la presión telediastólica del mismo (Fig. 25-1). MÉTODOS ECOCARDIOGRÁFICOS PARA EL ANÁLISIS DE LA ASINCRONÍA Diversos estudios han sido realizados con este propósito. Asincronía auriculoventricular. Realmente la ecocardiografía da poca información adicional al ECG en la valoración inicial de la asincronía auriculoventricular. Los únicos datos de interés que aporta son el acortamiento del tiempo de llenado mitral y la posible existencia de insuficiencia mi- Capítulo 25. Ecocardiografía frente a electrocardiografía en la valoración de la asincronía ventricular A: B1: B2: B3: Figura 25-1. A. Asincronía AV. Al retrasarse la contracción ventricular, se retrasa también el llenado ventricular pasivo. El resultado es que se aproximan las ondas E y A del llenado mitral. Con ello, se acorta el tiempo de llenado diastólico, pierde la contracción atrial su efecto de bomba final y deja la válvula mitral semiabierta al final de la diástole. Esto permite una insuficiencia mitral telediastólica. B1. Esquema modo M de una contracción normal. B2. Asincronía intraventricular. Primero hay contracción septal sin contracción de pared posterior, lo que produce un desplazamiento ineficaz de la sangre de un lado a otro de la cavidad, sin aumentar la presión, por lo que se retrasa la apertura aórtica y el llenado mitral. El segmento asincrónico, posterior en este caso, se contrae tardíamente y puede seguir contrayéndose en diástole (CPS: contracción postsistólica). Esto retrasa e inhomogeiniza la relajación, empeorando la función diastólica. B3. Asincronía interventricular. La contracción del VD comienza durante la telediástole del VI, produciendo una inversión del septo hacia el VI, lo que dificulta la mecánica de este ventrículo. AV: auriculoventricular; CPS: contracción postsistólica; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo. tral telediastólica. Un tiempo de llenado menor del 40% de ciclo cardíaco es indicativo de asincronía auriculoventricular14 (Fig. 25-2). La ecocardiografía tiene más interés a la hora de optimizar la sincronización auriculoventricular. Asincronía intraventricular. La mayoría de los estudios publicados tienen como objetivo encontrar un parámetro que permita discriminar aquellos pacientes con asincronía intraventricular, y sobre todo los que van a obtener una buena respuesta a la terapia de resincronización. Parámetros globales de asincronía intraventricular. La asincronía intraventricular tiene como consecuencia un retraso en el comienzo de la apertura aórtica y una disminución del tiempo de llenado mitral. Basándose en ello, se han propuesto como índices de asincronía un tiempo entre el comienzo del QRS y el comienzo de la eyección aór- 247 tica >140 ms (Fig. 25-3) y un tiempo de llenado mitral <40% de la duración del ciclo cardíaco. Este último índice depende más de la asincronía auriculoventricular14. Su ventaja es que son parámetros de asincronía fácilmente determinables, pero dan una información muy indirecta de la misma, no localizan ni cuantifican los segmentos asincrónicos y sobre todo no hay información que indique que estos parámetros seleccionen adecuadamente a los pacientes respondedores a la terapia de resincronización. Parámetros modo M. Un parámetro sencillo para demostrar asincronía intraventricular es el propuesto por Pitzalis15 que, utilizando la proyección paraesternal, mide el retraso entre el pico de desplazamiento posterior del septo y el pico de desplazamiento anterior de la pared posterior (Fig. 25-4). Un valor superior a 130 ms es indicativo de asincronía y predice remodelado inverso tras la terapia de resincronización, con un valor predictivo positivo del 80%. Posteriormente se ha publicado un estudio de 60 casos con el mismo método, presentando una sensibilidad del 91% y una especificidad del 78% para predecir un incremento del 5% de la FEVI 16. Al igual que los anteriores, su ventaja es su sencillez, pero al analizar sólo dos segmentos ofrece una visión muy limitada de la asincronía. Tampoco cuantifica cuánto miocardio hay asincrónico. Una limitación importante del método es que en muchas ocasiones no es posible delimitar el movimiento septal, por lo que este método es inaplicable. Esto ocurre sobre todo en presencia de infarto anteroseptal. El primer estudio de Pitzalis 15 se hizo en una muestra en la que sólo había cuatro pacientes con cardiopatía isquémica, por lo que se criticó la posibilidad de extrapolar sus resultados a la población isquémica. Sin embargo, en su segunda publicación incluyó mayor número de pacientes con cardiopatía isquémica22, manteniendo unos buenos resultados. Parámetros 2D (bidimensional). No hay que olvidar que la impresión visual ya da una idea de la posible asincronía en Eco 2D. Sin embargo, parece lógico intentar cuantificar el grado de asincronía. Breithardt17 y Kawaguchi18 utilizaron una metodología diferente, pero valorando el retraso de contractilidad entre la cara lateral y la septal desde una proyección de cuatro cámaras apical. Ambos métodos, aunque atractivos, son muy laboriosos; sólo ven dos caras del ventrículo izquierdo y no hay información suficiente que los valide para seleccionar respondedores. 248 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 25-2. Medida del cociente entre el tiempo de llenado y la duración del ciclo cardíaco. Si el cociente es menor al 40%, se considera que hay asincronía auriculoventricular (AV), aunque una asincronía intraventricular también afecta a este índice. Este paciente puede tener asincronía auriculoventricular e intraventricular. Figura 25-3. Determinación de la asincronía intraventricular mediante el retraso del flujo aórtico y de la asincronía interventricular mediante la diferencia entre la apertura aórtica y la pulmonar. Arriba. Q-Ao: comienzo del QRS hasta el comienzo del flujo aórtico. Abajo. Q-Pul: comienzo del QRS hasta comienzo del flujo pulmonar. Este paciente no tiene datos de asincronía. Q-Ao: 146 ms; Q-Pul. 116 ms; (Q-Ao)-(Q-Pul): 30 ms. Capítulo 25. Ecocardiografía frente a electrocardiografía en la valoración de la asincronía ventricular 249 A B Figura 25-4. Medida de la asincronía intraventricular por modo M. Desde la proyección paraesternal se registra el modo M a nivel de los músculos papilares. El cálculo de retraso septal-posterior se obtiene midiendo el intervalo más corto entre el máximo desplazamiento posterior del septo y el máximo desplazamiento anterior de la pared posterior. A. Paciente con asincronía, tiempo de 140 ms. B. Paciente con asincronía en el que hay más dificultad para determinar este parámetro debido a la mínima motilidad del septo. Parámetros de DTI. Entre los parámetros utilizados para evaluar la asincronía, aquellos basados en la imagen de Doppler tisular (DTI) son los más ampliamente utilizados. El más estudiado es la diferencia o variación en el tiempo de la velocidad pico entre pared septal y pared lateral19, 20, aunque otros grupos estudian la máxima diferencia de tiempo entre 321, 422, 523, 624, 25 ó 12 segmentos26, 27. Yu26, 27 también estima la desviación estándar de la diferencia del tiempo en que ocurre la velocidad pico en 12 segmentos (basales y mediales). Entre los trabajos que analizan dos volúmenes de muestra en la DTI, una en el septo basal y otra en el lateral, los más representativos son los de Bax19, que ha encontrado que el 76% de los pacientes en los que mejoraba la FEVI tras la resincronización tenían un retraso superior a 60 ms, mientras que sólo lo tenía el 12.5% de los que no mejoraban. Recientemente el mismo autor ha estudiado a 85 pacientes, analizando 4 segmentos (anterior, septal, lateral y posterior). Consideró el máximo tiempo entre las velocidades pico de los 4 segmentos. Los pacientes con un valor superior a 65 ms tenían una sensibilidad y especificidad del 92% para predecir el remodelado inverso22. Es un método sencillo y rápido que detecta asincronía, detecta respondedores y cuantifica en el tiempo. Al analizar un número reducido de segmentos, es difícil que localice el área de máxima asincronía, y tampoco puede cuantificar en el espacio. Para solucionar este problema hay que analizar mayor número de segmentos. Esto lo ha hecho Yu26 analizando 12 segmentos: 6 segmentos basales y 6 mediales (Fig. 25-5). Valoró la asincronía como la desviación estándar de los valores del tiempo a la velocidad pico en los 12 segmentos. En un primer estudio una desviación están- 250 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización dar superior a 32.6 separaba totalmente los respondedores de los no respondedores. En un estudio posterior27 con 56 pacientes, comparando 18 métodos de valorar asincronía, este método era el mejor predictor de remodelado inverso, con una sensibilidad del 96% y una especificidad del 78%. Al analizar mayor número de segmentos mejora la valoración espacial de la asincronía, pero a costa de aumentar la complejidad y el tiempo de estudio. En el estudio de Yu, su índice de sincronía era superior a todos los otros parámetros, pero si comparamos sus resultados con los de Bax22 al analizar 85 pacientes, persiste la duda de si basta con estudiar sólo 2 ó 4 segmentos para un análisis adecuado. Parámetros derivados de la DTI. Contracción postsistólica. Tissue tracking (TT), strain rate (SR). Una objeción que se hace a la utilización aislada de las velocidades del DTI es que no per- Figura 25-5. Análisis de la asincronía intraventricular en 12 segmentos, 6 basales y 6 mediales, en proyección de cuatro cámaras (4C), tres cámaras (3C) y dos cámaras (2C). En 4C los picos de velocidad de los segmentos septales se producen a su tiempo. Las velocidades de los segmentos laterales son negativas en dicho tiempo, y su pico de velocidad aparece tardíamente, a 400 ms del QRS. En 2C los picos de velocidad de los segmentos anteriores se producen a su tiempo. Las velocidades de los segmentos posteriores son negativas en dicho tiempo y su pico de velocidad aparece tardíamente, también a unos 400 ms del QRS. En 3C los picos de velocidad de los 4 se producen a su tiempo, aunque los segmentos posteriores vuelven a tener un pico de velocidad postsistólica. El tiempo medio de los 12 segmentos es de 153 ms, pero con una gran desviación estándar de 127 ms, indicativa de asincronía con datos de recuperabilidad. Capítulo 25. Ecocardiografía frente a electrocardiografía en la valoración de la asincronía ventricular mite diferenciar lo que es desplazamiento pasivo de lo que es contracción. Hay que tener en cuenta que una gran proporción de pacientes candidatos a resincronización presenta cardiopatía isquémica, con áreas de necrosis. El strain, derivado de los estudios de DTI, permite solucionar este problema al valorar el grado de deformación miocárdica durante la sístole, diferenciando lo que es contracción de desplazamiento pasivo. Estudios preliminares como el de Breithardt demostraron diferencia en el strain de cara lateral y septal, y cómo estas alteraciones se normalizaban tras la resincronización28. Sin embargo, Yu comparó índices derivados del SR con índices DTI, y aunque desde un punto de vista teórico el SR debe ser mejor, sus resultados no mejoraban los datos obtenidos con DTI27. Los autores lo achacan a mayor variabilidad inter e intraobservador de esta técnica (>16%). Otro método al que se ha prestado gran interés es el estudio de las contracciones postsistólicas (CPS), entendidas como aquellas que se mantienen en el tiempo de relajación isovolumétrica e incluso la diástole. Sogaard29 analizó qué segmentos se desplazaban tardíamente con TT, confirmando que se producía acortamiento real con SR. A mayor número de segmentos basales con contracción postsistólica, mayor eficacia de la resincronización. Es un método complejo, que tiene su principal limitación en los pacientes con cardiopatía isquémica, ya que es sabido que en condiciones como la isquemia, la hibernación y el aturdimiento se produce una contracción retrasada. Para Yu27, este método está limitado a los pacientes no isquémicos. Sun30 utilizó el tissue traking (TT) espectral, y mostró que la diferencia de tiempo entre el máximo desplazamiento sistólico de 4 segmentos basales disminuía tras la estimulación de ventrículo izquierdo y biventricular. Gorcasn III J utilizó imágenes de sincronización tisular (TSI, del inglés tissue syncronization imaging) como método para detectar pacientes con asincronía25. Ecocardiografía tridimensional (3D). El eco tridimensional reúne todas las características para ser la herramienta fundamental en el análisis de la asincronía mecánica. Permite analizar todos los segmentos, con lo que puede localizar perfectamente el lugar más retrasado y cuantificar el área asincrónica. Estudia todo el corazón simultáneamente, a diferencia de las otras técnicas, que estudian cada plano en latidos diferentes, lo que puede repercutir en los tiempos estimados. Permite cuantificar el retraso temporal. Sus limitaciones 251 actuales radican en la poca disponibilidad y la falta de estudios que validen el método. Si los estudios de ecocardiografía tridimensional se basan en técnica DTI, estarán limitados porque sólo detectarán el desplazamiento longitudinal y no los otros componentes, y no confirmarán la presencia de contracción. Para ello serían más útiles técnicas basadas en strain. Se está trabajando en técnicas de ecocardiografía tridimensional basadas en strain anatómico (Fig. 25-6). Asincronía interventricular El método más empleado para valorar la asincronía interventricular es la medición del retraso mecánico de ambos ventrículos, definido como la diferencia de tiempo entre el comienzo de la eyección aórtica y el comienzo de la eyección pulmonar. Un retraso superior de 40 ms es considerado como indicativo de asincronía interventricular14. Todos los parámetros utilizados para la asincronía intraventricular se pueden utilizar para la interventricular, pero muy pocos autores han investigado en esta línea. Bax22 valoró la asincronía interventricular en 85 pacientes, considerando el retraso entre la velocidad pico sistólica de la DTI del ventrículo derecho y la de la pared lateral del ventrículo izquierdo. Su valor no fue diferente entre respondedores y no respondedores, siendo la asincronía intraventricular la única variable basal predictora de buena respuesta a la resincronización. Yu 27, como medida de la asincronía interventricular, determinó dos parámetros: la diferencia de tiempo entre el valor pico sistólico de la velocidad de la DTI en el segmento basal septal y basal de pared libre del ventrículo derecho, y la misma diferencia pero utilizando los picos de SR. Estos parámetros fallaron para predecir el remodelado inverso, siendo la asincronía intraventricular el único predictor de remodelado inverso. Penicka 21 analizó la asincronía interventricular con DTI pulsado como la diferencia entre el comienzo de la curva de velocidad del ventrículo derecho y el comienzo de la curva de velocidad más retrasada en tres segmentos basales del ventrículo izquierdo. También obtuvo un parámetro que denominó asincronía suma, a partir de esta medida de la asincronía interventricular más la intraventricular. La asincronía interventricular era peor que la intraventricular para determinar respondedores, siendo la asincronía suma la que presentaba mejores resultados para este propósito. Un valor de 102 ms de esta asincronía suma tenía una sensibilidad del 96% y una especificidad del 77% para predecir la recupera- 252 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 25-6. Estudio de resincronización mediante ecocardiografía tridimensional basada en imágenes de sincronización tisular (TSI). La reconstrucción tridimensional permite una apreciación rápida y sencilla de los segmentos con contracción retrasada. Se puede representar en formato de «ojo de buey» en una segmentación habitual de 12 segmentos basales y mediales con los tiempos de retraso relativo para cada segmento y los índices de asincronía. ción funcional del ventrículo izquierdo y el remodelado inverso. Como se ha visto en el apartado anterior, la ecocardiografía tiene muchas posibilidades para el análisis de resincronización, y diversos estudios están mostrando resultados alentadores. Sin embargo, debemos tener en cuenta que los estudios realizados hasta ahora son: estudios retrospectivos, con reducido número de pacientes, generalmente realizados en un solo hospital, sin un seguimiento prolongado, utilizando distinta metodología, con resultados, a veces, contradictorios. Se necesitan estudios multicéntricos, prospectivos, con un número elevado de pacientes, con un seguimiento prolongado y que analicen simultáneamente los distintos métodos que nos permitan responder a todas las preguntas pendientes y definir los mejores criterios. Para llegar a un acuerdo sobre el método o métodos para valorar adecuadamente la asincronía deberíamos resolver las siguientes preguntas: ¿Dónde evaluar la asincronía? Aunque sabemos que, en presencia de BRIHH, el mayor retra- so se produce generalmente en la cara lateral, esto no es siempre así, sobre todo en presencia de infarto previo, donde el comportamiento asincrónico es más errático. Teóricamente, a más segmentos analizados, mejor valoración de la asincronía haremos. Para un análisis óptimo sería necesario evaluar el comportamiento global con índices que reflejen localización, extensión y reversibilidad de la asincronía. ¿En qué momento medir el evento? Este es otro punto sin resolver. Los parámetros que miden la disociación electromecánica con Doppler pulsado lo hacen al comienzo del espectro Doppler, no al pico. La mayoría de los trabajos con DTI lo hacen en el momento de la velocidad pico, pero otros lo hacen al comienzo 21 o al final 13. Y los resultados varían de uno a otro. ¿Qué técnica elegir? Diferentes técnicas contemplan distintos componentes de un suceso tan complejo como es la contracción segmentaria. Un segmento, al contraerse, se engruesa radialmente, y se acorta circunferencial y longitudinalmente. La ecografía modo M desde proyección paraesternal aprecia la contracción segmentaria sola- Capítulo 25. Ecocardiografía frente a electrocardiografía en la valoración de la asincronía ventricular mente como desplazamiento y engrosamiento radial. La DTI y el TT desde una proyección apical aprecian el desplazamiento longitudinal, pero no el engrosamiento radial ni el acortamiento circunferencial. Tampoco diferencian si el desplazamiento es pasivo (otros segmentos tiran de él) o activo (realmente se contrae). El SR y SRi aprecian la deformación longitudinal, asegurando si el miocardio se contrae o no. No detectan los componentes radiales ni circunferenciales. No se sabe cuál es la mejor técnica; es más, técnicas teóricamente más adecuadas, como la de SR, no han conseguido demostrar esta superioridad en la práctica. Otro registro multicéntrico español, el SCAR II, pretende responder a alguna de estas preguntas, al igual que un estudio multicéntrico internacional, el PROSPECT 31. Tendremos que esperar a conocer los resultados de estos estudios y, probablemente, de alguno más, para encontrar la técnica definitiva. CONCLUSIONES La terapia de resincronización cardíaca es una terapia establecida para pacientes con insuficiencia cardíaca que conlleva una mejoría clínica en pacientes seleccionados. Aunque el criterio actual de asincronía es la duración del QRS, la evidencia acumulada indica que la ecocardiografía es una técnica superior para la selección de pacientes respondedores a la resincronización. En el momento actual el estudio de la asincronía con ecocardiografía no puede modificar los criterios previamente establecidos para la selección de pacientes que se beneficiarían de la resincronización, pero su información ya debe ser un apoyo fundamental en situaciones dudosas o en pacientes con valores de QRS que no alcancen los criterios establecidos. En estos casos, la demostración de asincronía con criterios de buena respuesta a la resincronización puede ayudar a la indicación del tratamiento. BIBLIOGRAFÍA 1. Zannad F, Briancon S, Juillière Y et al. Incidence, clinical and etiologic features, and outcomes of advanced chronic heart failure: The epical study. J Am Coll Cardiol 1999; 33:734-742. 2. Cazeau S, Leclercq C, Lavergne T et al. Effects of multisite biventricular pacing in patients with heart failure and intraventricular conduction delay. N Engl J Med 2001; 344:873-880. 253 3. Abraham WT, Fisher WG, Smith AL et al. Cardiac resynchronization in chronic heart failure. N Engl J Med 2002; 346:1845-1853. 4. Young JV, Abraham WT, Smith AL et al. For the multicenter InSync ICD Randomized Clinical Evaluation (MIRACLE ICD) Trial Investigators. Combined cardiac resynchronization and implantable cardioversion desfibrillation in advanced chronic heart failure: the MIRACLE ICD trial, JAMA 2003; 289:2685-94. 5. Garrigue S, Reuter S, Labeque JN et al. Usefulness of biventricular pacing in patients with congestive heart failure and right bundle branch block. Am J Cardiol 2001; 88:1436-1441. 6. Garrigue S, Bordachar P, Reuter S et al. Comparison of permanent left ventricular and biventricular pacing in patients with heart failure and chronic atrial fibrillation: a prospective hemodynamic study. 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J Am Coll Cardiol 2002; 40:536-545. 254 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización 18. Kawaguchi M, Murabayashi T, Fetics BJ et al. Quantitation of basal dyssynchrony and acute resynchronization from left or biventricular pacing by novel echo-contrast variability imaging. J Am Coll Cardiol 2002; 39:2052-2058. 19. Bax JJ, Molhoek SG, Van Erven L et al. Usefulness of myocardial tissue Doppler echocardiography to evaluate left ventricular dyssynchrony before and after biventricular pacing in patients with idiopathic dilated cardiomyopathy. Am J Cardiol 2003; 91:94-97. 20. Kanzaki H, Jackes D, Elif Sade L et al. Regional correlation by color-coded tissue Doppler to quantify improvements in mechanical left ventricular syncrony after biventricular pacing therapy. Am J Cardiol 2003; 15:752-755. 21. Penicka M, Bartunek J, De Bruyne B et al. Improvement of left ventricular function after cardiac resynchronization therapy is predicted by tissue Doppler imaging echocardiography. 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Dentro de las anormalidades eléctricas presentes, la prolongación en la duración del intervalo PR, así como QRS anchos y bloqueo completo de rama izquierda (BCRI), son los trastornos más comunes, objetivados en pacientes con IC y disfunción sistólica significativa (clase funcional III-IV de la NYHA)1. Estimulados por los logros clínicos de la TRC, el número de implantes de resincronizadores para el tratamiento de la IC ha ido en un creciente y continuo aumento. Como es de suponer, mucha información se ha obtenido de estudios de gran calibre, con seguimiento a mediano y largo plazo, como el PACH-CHF2, MUSTIC3, MIRACLE4 y otros, que demostraron mejorías sustanciales en la calidad de vida, disminución de la morbilidad, e incluso demostraron que disminuía la mortalidad (COMPANION)5. En las guías más recientes para el diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia cardíaca crónica y su puesta al día (2005)6, la Sociedad Europea de Cardiología establece la indicación de resincronizacion biventricular como clase I. Esta indica- ción se apoya en los resultados de múltiples estudios, incluyendo el COMPANION5, en el que tanto la mortalidad como las hospitalizaciones por alguna causa se redujeron en un 20% en los dos brazos del estudio. La mortalidad (como objetivo secundario) fue reducida en un 24% (4 absoluto) (P = 0.06) por la terapia de resincronizacion cardíaca, y con una reducción del 36% (7 absoluto) en terapia de resincronizacion cardíaca más desfibrilador ventricular, con un seguimiento de 16 meses. El estudio CARE-HF, en 813 pacientes con disincronía ventricular y/o un QRS de duración t150 ms, demostró una reducción de la mortalidad del 37% (16 absoluto) de las muertes por eventos cardiovasculares mayores (P d 0.001) y un 36% (10 absoluto) en la reducción en todas las causas de muerte (P d 0.001)7. TRASTORNO DE LA CONDUCCIÓN DEL HAZ DE HIS-PURKINJE: CONSECUENCIAS CLÍNICAS Y HEMODINÁMICAS El bloqueo completo de rama izquierda produce los siguientes efectos8-11: por una parte, como consecuencia del bloqueo completo de rama izquierda se produce una alteración de la activación ventricular del propio ventrículo izquierdo. Esto tiene como consecuencia una disminución de la contractilidad cardíaca (dP/dt) que produce una reducción de la fracción de eyección, con un des- 255 256 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización censo del gasto cardíaco y, en consecuencia, un empeoramiento de la situación hemodinámica del paciente y, por tanto, un deterioro funcional del enfermo. Por otro lado, esta asincronía intraventricular aumenta o desarrolla la presencia de insuficiencia mitral, debido quizás a la alteración de la función de los músculos papilares, con retraso de la contracción en la pared lateral. La segunda consecuencia de la alteración de la conducción cardíaca es la asincronía atrioventricular, que produce un descenso en la aportación que realiza la aurícula al llenado ventricular, aumentando la presión de la aurícula izquierda y el volumen telediastólico del ventrículo izquierdo. La propia prolongación de la sístole conduce a una reducción del tiempo de llenado que puede empeorar o condicionar la aparición de disfunción diastólica. Finalmente, también se produce una asincronía interventricular, lo que hace que disminuya el volumen de eyección del ventrículo derecho, empeorando de esta forma la situación global del paciente. Por tanto, la alteración eléctrica que se produce en el bloqueo completo de rama izquierda tiene una serie de consecuencias mecánicas y hemodinámicas que, en última instancia, producen un remodelado ventricular que hará que el corazón se comporte de manera poco eficiente y, en consecuencia, deteriore aún más la situación clínica del paciente. Por estos motivos, ante un mismo grado de insuficiencia cardíaca, los pacientes que tengan un mayor trastorno de la conducción presentarán una mayor mortalidad. Por otra parte, no solamente la presencia de bloqueo de rama izquierda, sino también la propia estimulación crónica en el ápex de ventrículo derecho puede tener efectos deletéreos en la función ventricular. Un subestudio del MOST12 demuestra que la desincronización ventricular causada por la estimulación crónica en el ventrículo derecho en pacientes con enfermedad del nodo sinusal y duración de complejo QRS normal aumenta el riesgo de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular, incluso aunque se preserve la sincronía auriculoventricular. Los resultados del estudio DAVID13 pueden interpretarse de manera similar, ya que se mostraba un peor pronóstico en los pacientes con desfibriladores de doble cámara frente a los monocamerales. ASPECTOS TÉCNICOS DE LA COLOCACIÓN DEL MARCAPASOS BIVENTRICULAR El aspecto más importante y a veces más difícil, desde un punto de vista clínico, de la estimulación biventricular, a diferencia de lo que ocurre con la estimulación clásica, es la colocación de un electrodo en el ventrículo izquierdo para estimularlo y, de esta forma, poder mejorar la sincronía ventricular. Los primeros electrodos que se colocaron para estimular el ventrículo izquierdo se implantaron mediante toracotomía o toracoscopia, para poder realizar la estimulación desde el epicardio. Con la aparición de nuevos electrodos, la utilización del seno coronario para la estimulación del ventrículo izquierdo y el aprendizaje de los electrofisiólogos, los tiempos de implante han ido disminuyendo, con una menor tasa de eventos adversos. En el estudio de Auricchio et al.14 se consiguió canalizar el seno coronario en el 85-90% de los casos. Uno de los problemas a la hora de canalizar el seno coronario es la gran variabilidad anatómica y la presencia de válvulas venosas que dificultan su acceso. Es recomendable disponer de un método de exploración radiológico adecuado, con una alta resolución y con facilidad para obtener imágenes en posiciones oblicuas. Para el cateterismo del seno coronario resulta de gran ayuda disponer de catéteres de electrofisiología, bien sean diagnósticos y/o dirigibles, e incluso, a veces, registrar el electrograma intracavitario para poder localizar el ostio del seno coronario. Una vez que hemos conseguido canalizar el seno coronario, surge el problema de la selección de la vena apropiada para estimulación del ventrículo izquierdo. Las ramas más constantes y de fácil accesibilidad en el seno coronario son la gran vena cardíaca y la vena cardíaca media. Sin embargo, si el electrodo de estimulación se colocara en esta posición no se conseguiría el grado de sincronía pretendido. Varios estudios15-25 han demostrado que la mejor sincronía se consigue al estimular la pared lateral del ventrículo izquierdo, pues en el bloqueo completo de rama izquierda esta zona del ventrículo izquierdo es la que sufre mayor retraso en su estimulación. Las ramas del seno coronario que conseguirán una mayor sincronía son las situadas en la pared lateral del ventrículo izquierdo, es decir, la vena cardíaca lateral y la vena cardíaca posterolateral. Sin embargo, la existencia de estas venas es variable de un paciente a otro. Por otra parte, una vez se ha conseguido introducir el electrodo en la vena deseada, es necesario tener un umbral de captura apropiado, así como ausencia de estimulación diafragmática. Si el umbral de estimulación es superior al umbral de estimulación diafragmática, la estimulación resultará dolorosa y no se podrá llevar a cabo. Siempre se debe realizar un electrocardiograma, tanto basal como posresincronización cardíaca. Asimismo, debe realizarse una radiografía de control. Capítulo 26. Resincronización cardíaca. Indicaciones, implante y seguimiento La curva de aprendizaje es universal y limita particularmente los primeros implantes, pudiendo convertirse en una técnica sistemática. Sin embargo, una vez superada, continuará existiendo un porcentaje de pacientes en los que el sistema no pueda implantarse satisfactoriamente debido a problemas de acceso al seno coronario o a la imposibilidad de colocar el electrodo de forma óptima. Por otra parte, no hay que olvidar los riesgos del implante, con disección del seno coronario, el posible taponamiento y mala tolerancia al decúbito prolongado de los pacientes. Los problemas a largo plazo de estas sondas en el interior del seno coronario, así como la futura necesidad de su explante (p. ej., por infecciones) y sus complicaciones, no se conocen aún. RESINCRONIZACIÓN CARDÍACA: MECANISMOS DE ACCIÓN PROPUESTOS Se han propuesto diversos mecanismos de acción de la resincronización cardíaca. Uno de ellos es el incremento del tiempo de llenado ventricular izquierdo. En presencia de un bloqueo de rama izquierda, la activación ventricular se retrasa, pero no la auricular. Por ello, tanto el llenado ventricular pasivo como el activo de la contracción auricular se producen simultáneamente, ocasionando una reducción del flujo sanguíneo transmitral total y una disminución de la precarga. La estimulación del ventrículo izquierdo permite que este ventrículo inicie la contracción antes, lo que aumenta el tiempo de llenado. El segundo mecanismo es la reducción de la discinesia septal con un desajuste cronológico, ya que el septo se aleja de la pared ventricular durante la sístole. Este movimiento paradójico de la pared septal reduce la aportación del septo al volumen latido del ventrículo izquierdo. Otro mecanismo propuesto es la reducción de la insuficiencia mitral. La insuficiencia mitral presistólica es un hallazgo frecuente, ya que la activación llega también retrasada al músculo papilar. La estimulación ventricular izquierda produce la activación temprana del músculo papilar, con una reducción de la insuficiencia mitral presistólica. ESTUDIOS EN PACIENTES SOMETIDOS A TERAPIA DE RESINCRONIZACIÓN CARDÍACA Los estudios realizados hasta el momento a medio y largo plazo ponen de manifiesto la mejora en los parámetros hemodinámicos en los pacien- 257 tes sometidos a terapia de resincronización cardíaca: mejora de la clase funcional y de la morbimortalidad, descenso de los diámetros del ventrículo izquierdo, aumento de la fracción de eyección, incremento del consumo de oxígeno, menor tasa de hospitalizaciones y mejora en el test de los 6 minutos15-27. En el estudio Insync Italian Registry20 se analizaron 190 pacientes en clase funcional IIIV de forma no aleatorizada durante 10 ± 5 meses. Se encontró una mejoría de la clase funcional, la calidad de vida y el test de los 6 minutos. El estudio PATH-CHF21 fue simple ciego, aleatorizado, controlado y cruzado, y se compararon los dispositivos de estimulación en el ventrículo derecho frente a los biventriculares. Los objetivos primarios del estudio fueron la capacidad de ejercicio, medida por el test de los 6 minutos, y la sintomatología. Se realizó un seguimiento de 6 meses, con un período de lavado de 4 semanas. Los resultados mostraron una mejoría de los pacientes sometidos a terapia biventricular con respecto a los sometidos a estimulación derecha en cuanto a la capacidad de ejercicio y la clase funcional. Sin embargo, este estudio incluyó a pocos pacientes y el investigador conocía el tratamiento de cada paciente. Los estudios MUSTIC23 fueron planificados como ensayos clínicos doble ciego, aleatorizados, cruzados, con 3 meses de tratamiento con la terapia de resincronización cardíaca (con electrodos en el seno coronario, ápex del ventrículo derecho y optimizando el intervalo auriculoventricular). En el grupo de fibrilación auricular se incluyeron pacientes con fibrilación auricular con una frecuencia cardíaca lenta, o bien pacientes con ablación del nodo auriculoventricular, todos ellos con marcapasos. Los pacientes debían presentar insuficiencia cardíaca en clase funcional III de la NYHA, con una fracción de eyección <35% y un complejo QRS ensanchado (150 ms o más en el MUSTIC y 200 ms o más en el MUSTIC-AF). La mínima diferencia que se pretendía obtener era de un 10%. Como objetivos se establecieron la calidad de vida, el consumo de oxígeno, el test de los 6 minutos y la tasa de hospitalización. Inicialmente se incluyeron 67 pacientes en el MUSTIC y 64 en el MUSTIC-AF. Completaron el estudio 48 y 41 pacientes, respectivamente. La edad media fue de 64 años y la mayor parte eran varones. En cuanto a los resultados, en ambos casos se obtuvo un incremento significativo en el consumo de oxígeno, en el test de los 6 minutos y en la calidad de vida, así como una menor tasa de hospitalizaciones. Estos estudios fueron los primeros ensayos clínicos aleatorizados que se realizaron para valorar la terapia de resincronización cardíaca. Su 258 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización principal defecto fue que no ofrecieron datos claros acerca del descenso a largo plazo de la mortalidad y la morbilidad en los pacientes sometidos a terapia de resincronización cardíaca. En el estudio MIRACLE24 se reclutaron 266 enfermos con un seguimiento medio de 6 meses. El estudio fue doble ciego, prospectivo y paralelo. Únicamente el implantador conocía si el paciente pertenecía al grupo control o no. En cuanto a los criterios de inclusión, los pacientes debían encontrarse en una clase funcional III, con una fracción de eyección disminuida (<35%), un complejo QRS ensanchado (<130 ms) y un diámetro telediastólico aumentado (>55 mm). La media de edad de los pacientes fue de 64 años, y un 69% de ellos eran varones. La fracción de eyección media fue del 22% y el volumen telediastólico de 70 mm, con un complejo QRS medio de 165 ms. La tasa de éxito de la implantación fue del 93%. Los resultados más significativos del estudio MIRACLE fueron que la terapia de resincronización cardíaca mejoró los síntomas, la calidad de vida, la capacidad de ejercicio y la fracción de eyección, con un descenso de las dimensiones del ventrículo izquierdo. Sin embargo, el estudio no fue diseñado para valorar la morbilidad y la mortalidad en los pacientes sometidos a terapia de resincronización cardíaca. Otro de los estudios para valorar el efecto a largo plazo en los pacientes sometidos a terapia de resincronización cardíaca fue el CONTAK CD25. En este estudio se implantaron desfibriladores (todos los pacientes incluidos en el estudio tenían indicación para el uso del desfibrilador) con capacidad para resincronizar el ventrículo, con implantación transvenosa de los electrodos y el dispositivo colocado de forma subcutánea, a diferencia del CONTAK CHF, donde la implantación se hizo a través de toracotomía37. El estudio fue doble ciego. El objetivo principal del estudio fue determinar el efecto de la terapia de resincronización cardíaca sobre la morbilidad (hospitalización por insuficiencia cardíaca, empeoramiento de la insuficiencia cardíaca) y la mortalidad a corto plazo. Como objetivos secundarios se incluyeron la capacidad de ejercicio y la sintomatología. Los pacientes presentaban una clase funcional II-IV de la NYHA, con fracción de eyección del ventrículo izquierdo disminuida (< 35%) y un complejo QRS ensanchado (<120 ms). Los pacientes debían encontrarse en ritmo sinusal y tener indicación para desfibrilador automático implantable. Se incluyeron 409 pacientes (de los 501 que fueron reclutados) con una edad media de 66 años. La mayor parte de los enfermos (58%) se encontraba en clase funcional III, el 33% en clase fun- cional II y el 9% restante en clase funcional IV. La fracción de eyección media del ventrículo izquierdo fue de 21%. El complejo QRS medio fue de 158 ms. En todos los casos se optimizó el tratamiento médico según la tolerancia del enfermo. En cuanto al objetivo primario, no hubo diferencias estadísticamente significativas, pues la mortalidad encontrada fue del 5%, cuando el estudio se diseñó para una mortalidad esperada del 15%. Por otra parte, al inicio se estimó un empeoramiento de la insuficiencia cardíaca del 30%, pero finalmente fue del 1%. Sin embargo, los pacientes sometidos a terapia de resincronización cardíaca presentaron una reducción en cuanto a mortalidad (23%), descenso en el número de hospitalizaciones (13%) y empeoramiento de la insuficiencia cardíaca (26%). Hubo una reducción estadísticamente significativa en cuanto a la disminución en los diámetros del ventrículo izquierdo, aumento en el consumo de oxígeno máximo y mejora de la clase funcional. En este estudio no hubo diferencias significativas en cuanto a la calidad de vida ni en el test de los 6 minutos. Se ha realizado un metaanálisis de los ensayos clínicos controlados realizados con resincronización cardíaca hasta el año 2002. En él se incluyeron cuatro ensayos clínicos (CONTAK CD, InSync ICD, MIRACLE y MUSTIC). Los resultados de este metaanálisis confirman que hay una reducción significativa de la mortalidad por insuficiencia cardíaca progresiva en el 51% (odds ratio [OR] = 0.49; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0.25-0.93). Asimismo, se encontró una reducción del 23% de la mortalidad total en pacientes tratados con resincronización, aunque no alcanzó significación estadística28. En un estudio observacional prospectivo, desarrollado por la unidad de arritmias del Hospital Clínic de Barcelona, en 63 pacientes portadores de un dispositivo de resincronización cardíaca, con un electrodo en la aurícula derecha (en caso de que se encontraran en ritmo sinusal), el ápex de ventrículo derecho y un electrodo en una vena cardíaca distal, cateterizando el seno coronario mediante un catéter guía, se realizó una evaluación completa de los pacientes a los 6 meses. Se consideró que existía respuesta positiva a la resincronización si los pacientes habían mejorado, en función de una variable clínica compuesta que incluía: ausencia de muerte de origen cardíaco o trasplante cardíaco y mejoría en la distancia recorrida durante la prueba de marcha de los 6 minutos. Se exigió un aumento superior a un 10% en la distancia recorrida en la prueba de marcha de los 6 minutos, de forma individualizada para cada paciente, para considerar que había habido mejo- Capítulo 26. Resincronización cardíaca. Indicaciones, implante y seguimiento ría en el estado clínico. El estudio concluye que la terapia de resincronización para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca moderada-grave con un complejo QRS ancho por bloqueo de rama izquierda produce mejoría clínica en aproximadamente un 70% de los pacientes, mientras que un tercio empeora o no mejora con respecto a la situación basal. Los pacientes que responden lo hacen de forma clara, con una mejoría clínica importante. La cardiopatía isquémica, la taquicardia ventricular clínicamente documentada y la insuficiencia mitral al menos moderada se comportan como factores predictores de la falta de respuesta al tratamiento de resincronización cardíaca, y deberían tenerse en cuenta antes de realizar la indicación de esta terapia. Como podemos observar, la fibrilación auricular no es considerada como factor predictivo negativo29. Un nuevo estudio en 115 pacientes realizado por un grupo multicéntrico30 determinó que las causas por las cuales los pacientes no respondían eran principalmente: isquemia cardíaca, diámetro de fin de diástole del VI t75 mm, insuficiencia mitral grave y taquicardia ventricular monomorfa sostenida. Se concluyó que la presencia de más de uno de los factores mencionados disminuiría la eficacia de la terapia. La presencia de un factor de los mencionados nos orientaría a un éxito terapéutico del 77 y 80% con dos factores predictivos a un éxito de entre un 53 y 57%; con tres o más, el éxito de la terapia sería del 27% aproximadamente. Esta publicacióne agrega que, en contraste con otros42, la presencia de FA no parece disminuir la probabilidad de respuesta favorable. SELECCIÓN DEL PACIENTE PARA TERAPIA DE RESINCRONIZACIÓN CARDÍACA La identificación del paciente que se beneficiará de la terapia de resincronización es una cuestión de vital importancia para la utilización apropiada y con una buena relación coste-eficacia. Dado que en todos los estudios y series se observa una tasa elevada de no respondedores a la terapia, parece claro que no hay una forma sencilla y convencional de definir qué paciente se beneficiará de ésta. Para ello se emplean diferentes criterios, como tratar de cuantificar la asincronía del ventrículo izquierdo y, posteriormente, lograr su corrección en la mayor medida posible. Analizando los diferentes estudios realizados hasta el momento, el paciente que más se beneficiará de la terapia de resincronización cardíaca es el que presenta una miocardiopatía dilatada con disfunción sistólica 259 importante (fracción de eyección del ventrículo izquierdo <30%), con un diámetro telediastólico del ventrículo izquierdo aumentado (>60 mm), con una clase funcional de la NYHA III o IV y con síntomas de insuficiencia cardíaca a pesar de un tratamiento médico óptimo. Sin embargo, en todos los estudios clínicos hay alrededor de un 30% de pacientes que no mejora con la estimulación biventricular, sin que estén claros los predictores del fracaso o del éxito de la terapia. A pesar de que la duración del complejo QRS ha sido referencia de indicación así como de eficacia de la resincronización, no es predictora de la respuesta a la terapia. Hay diversas explicaciones posibles. Una sería que el patrón de bloqueo de rama izquierda, considerado como el obtenido de la unión de todos estos pacientes, sea en realidad heterogéneo y agrupe patrones de activación que pueden ser totalmente distintos. Otros predictores pueden ser la cardiopatía subyacente, ya que la respuesta puede ser distinta en presencia de miocardiopatía dilatada o isquémica, así como la activación y contracción ventricular. También es importante valorar el efecto del bloqueo de rama izquierda, así como el efecto de la estimulación sobre el ventrículo izquierdo y sobre la insuficiencia mitral. Distintos autores han mostrado que la mejoría del grado de insuficiencia mitral se relaciona con la mejora de la capacidad funcional a medio plazo. Los pacientes que reciben terapia de resincronización generalmente tienen complejos QRS con una duración de entre 120 y 200 ms. En un estudio de Yu et al.31, los pacientes con un complejo QRS de 120-150 ms obtuvieron menos beneficio que los pacientes con un QRS >150 ms. Los pacientes no respondedores parecían tener menos asincronía en el estudio con Doppler tisular. Los mismos autores han publicado otro artículo en el que han demostrado que algunos pacientes con insuficiencia cardíaca y complejo QRS estrecho sí se benefician de la resincronización. Aproximadamente la mitad de los pacientes con insuficiencia cardíaca y complejo QRS de duración normal presentaba asimetría. En diversos estudios, el análisis ecocardiográfico con eco-Doppler tisular fue el mejor predictor de la mejora en la función ventricular y la reducción de los volúmenes ventriculares con resincronización en pacientes con miocardiopatía dilatada, y en otros fue capaz de evaluar el retraso regional de la contracción cardíaca y, por tanto, de preseleccionar el sitio de estimulación32. El estudio CAREHF empleó criterios de inclusión ecocardiográficos de asincronía, como el tiempo de eyección aórtica retrasado (>140 ms), el retraso interventricular de eyección aórtica y pulmonar >40 ms y 260 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización el retraso de activación en la pared posterolateral del ventrículo izquierdo7. Por otra parte, la resincronización cardíaca no ha mostrado tanta eficacia en pacientes en clase funcional IV que requieren soporte inotrópico permanente. En las guías más recientes para el diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia cardíaca crónica y su puesta al día (2005), la Sociedad Europea de Cardiología establece la indicación de resincronizacion biventricular como clase I en pacientes con fracción de eyección (FE) reducida y disincronía ventricular (ancho de QRS t120 ms) que permanecen sintomáticos (NYHA III-IV) pese a la medicación optimizada. En cuanto al nivel de evidencia, lo separa según mejoría de los síntomas (clase de recomendación 1, nivel de evidencia A), disminución de las hospitalizaciones (clase de recomendación 1, nivel de evidencia A) y disminución de la mortalidad (clase de recomendación 1, nivel de evidencia B). Contenido de las revisiones programadas Revisión clínica. Se mantendrá un esquema de revisiones similar al previo a la indicación de implante. Se añadirán datos de interés de cualquier dispositivo de estimulación cardíaca, descartando: mal aspecto de la herida, hematoma en bolsa, infección del sistema, dolor local o edema en el brazo homolateral (expresión de oclusión venosa, algo más frecuente en este tipo de dispositivo por el número de electrodos). La estimulación ventricular izquierda puede producir estimulación frénica con contracciones diafragmáticas; es preciso descartar estos síntomas, que sugerirían dislocación parcial de electrodo. Electrocardiograma. Se debe obtener un electrocardiograma de 12 derivaciones en todas las revisiones. En él se debe comprobar que no hay pérdida de la estimulación biventricular, aunque sea intermitente, como muestra el ejemplo de la Figura 26-1. SEGUIMIENTO DE LOS PACIENTES Entre un 25 y un 30% de las personas con tratamiento de resincronización cardíaca no responden a dicha terapia. Las causas más importantes implicadas en la ausencia de mejoría son: una inadecuada selección del candidato, complicaciones derivadas del implante, inadecuada colocación del electrodo de ventrículo izquierdo o una inadecuada programación del dispositivo. Por otra parte, en estos pacientes, mayoritariamente con respuesta correcta al tratamiento eléctrico, se ha demostrado que en un plazo aproximado de un año ha disminuido de tal manera el gasto sanitario que se ha llegado a amortizar el precio del dispositivo. Si repasamos con algún detalle los trabajos que han evaluado este aspecto, se observa que disminuyen de forma muy importante todos los conceptos de gasto excepto el seguimiento extrahospitalario (+28%) y la atención en hospital de día (+64%). Se puede deducir, por lo tanto, la trascendencia de un seguimiento pormenorizado para garantizar una correcta evolución de los enfermos portadores de resincronizador biventricular. Se debe considerar, al menos inicialmente, que estos pacientes son subsidiarios de seguimiento convencional en consultas de cardiología específicas de insuficiencia cardíaca, y por añadidura requerirán revisiones por parte de la unidad de arritmias, que para la optimización del dispositivo precisará de estudios dirigidos en el gabinete de Ecocardiografía. Radiología de tórax. Se recomienda un control radiológico tras un período aproximado de un mes tras el alta hospitalaria, siempre que se sospeche disfunción del dispositivo o incremento de la insuficiencia cardíaca. Analítica. Es preciso practicar un control analítico mínimo semestral que monitorizará, al menos, los factores de riesgo vasculares, la función renal y el estado iónico. Además de los parámetros clínicos y hemodinámicos para valorar la respuesta a la terapia de estimulación biventricular, se están empezando a utilizar parámetros bioquímicos para evaluar la respuesta al tratamiento. Entre ellos destaca el control de los péptidos natriuréticos, como el péptido natriurético cerebral (BNP). El BNP es secretado por el ventrículo izquierdo y ha sido utilizado para el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes con insuficiencia cardíaca. Varios estudios demuestran un descenso en los valores de BNP en la respuesta al tratamiento de resincronización cardíaca. Ecocardiograma. Se debe comprobar la optimización del intervalo AV y VV del dispositivo antes del alta hospitalaria, y también revisar estos datos si hay un deterioro clínico en el paciente o existen indicios de dislocación del electrodo de ventrículo izquierdo, corregidos o no con reprogramación. Parece prudente realizar un control ecocardiográfico anual que monitorice en estos pacientes la presencia de remodelado inverso. Capítulo 26. Resincronización cardíaca. Indicaciones, implante y seguimiento Figura 26-1. Se observa pérdida de captura intermitente de la estimulación biventricular, en este caso por pérdida de captura del ventrículo derecho por un umbral alto, que se corrigió subiendo la salida de estimulación. Es necesario observar siempre la morfología de estimulación, ya que puede haber pérdida de estimulación que haga inefectiva la resincronización cardíaca. Es importante comparar los electrocardiogramas durante el seguimiento. Prueba de esfuerzo. La prueba más generalizada para la evaluación de estos pacientes es el test de marcha de 6 minutos. En algunos centros se ha propuesto la utilización de pruebas con evaluación metabolimétrica cardiopulmonar. Revisión del resincronizador. Incluirá los siguientes aspectos: 1. Revisión del estado de la batería, resistencias de los electrodos y evaluación de la detección de ritmo propio y de los umbrales de estimulación en cada cámara. En los dispositivos tricamerales estos datos adquieren especial relevancia a la hora de descartar dislocaciones del electrodo de ventrículo izquierdo o detección de campo lejano. El margen de seguridad de la energía de salida hacia el ventrículo izquierdo puede ser algo menor que en la estimulación convencional en casos de alto consumo, estableciendo un equilibrio entre ahorro de energía y eficacia de estimulación, asumiendo la ausencia de riesgo de bradicardia sintomática. En todos los casos, especialmente en las primeras revisiones, es preciso descartar la estimulación diafragmática programando temporalmente el canal del ventrículo izquierdo a máxima salida. No se debe olvidar que se han descrito dislocaciones tardías de electrodos del ventrículo izquierdo durante el primer año tras el implante. 2. Eficacia de la resincronización. Se debe obtener un porcentaje de tiempo estimulando el ventrículo próximo al 100%. El beneficio de la resincronización depende en gran 261 medida de este porcentaje. Las causas más frecuentes del descenso son la presencia de arritmias ventriculares, fibrilación auricular (Figs. 26-2 y 26-3) con frecuencias rápidas o programación excesiva del intervalo AV. La dislocación del electrodo rara vez puede influir en este aspecto, pues estimulará el ventrículo derecho y el contador del generador no nos informará de la no estimulación real en el izquierdo. El empleo de fármacos que disminuyan la carga arrítmica ventricular, el bloqueo farmacológico o eléctrico de la unión AV o una correcta programación del intervalo AV resolverá un alto porcentaje de estas complicaciones. 3. Evaluación de arritmias. Los contadores del dispositivo nos informarán de la incidencia de las siguientes situaciones: presencia de fibrilación o aleteo auricular paroxísticos, lo que nos obligará a utilizar fármacos para su prevención o para el control de la frecuencia ventricular y evaluación de la indicación de anticoagulación crónica; taquicardias mediadas por marcapasos, controlables habitualmente modificando el período refractario auricular posventricular. La presencia de taquicardias ventriculares no sostenidas obliga a reevaluar la indicación de desfibrilador ventricular simultáneo al resincronizador en aquellos pacientes con implante de resincronizador en exclusiva. 4. Parámetros de seguimiento evolutivo de la insuficiencia cardíaca. La mayor parte de Figura 26-2. Electrocardiograma de superficie, electrograma intracavitario y canal de marcas en un paciente en fibrilación auricular. Las flechas indican los dos primeros latidos, donde es censada la actividad intrínseca del paciente, sin estímulos del resincronizador (VS). El resto de los latidos, a frecuencia más lenta, es estimulado por el resincronizador (BV). 262 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización PPPPPP I Histograma de frecuencia ventricular durante TA/FA Estim. V. durante TA/FA (latidos V.) VP 66.7% Estimulaciones de respuesta a VS 33.1% VS 0.2% Tiempo en TA/FA 6 horas Impedancia torácica (ohmios) >100 P = Programar I = Interrogar Diaria Referencia 90 80 Tiempo 100% 70 80% 60 VS VP 50 60% 40 40% Sep 2005 Nov 2005 Ene 2005 Mar 2006 El índice de fluido OptiVol es una acumulación de la diferencia entre la impedancia diaria y de referencia. 20% 0% <40 60 80 100 120 140 160 180 200 220> Frecuencia ventricular (min) Figura 26-3. Paciente en fibrilación auricular, con un 33.1% de los latidos pertenecientes a la actividad intrínseca cardíaca, en los que el resincronizador detecta esta actividad y emite un estímulo biventricular simultáneo de forma automática. Figura 26-4. En esta figura se observa la tendencia de la impedancia torácica a través del tiempo en un paciente. Se observa cómo, tras el implante, la impedancia aumenta progresivamente a lo largo de las primeras semanas, lo que traduce una mejoría clínica. Posteriormente el paciente se estabiliza clínicamente, al igual que los valores de la impedancia, para presentar una caída brusca coincidiendo con una reagudización de su insuficiencia cardíaca. P = Programar I = Interrogar los dispositivos actuales proporciona información sobre múltiples aspectos: 4. • Frecuencia cardíaca de reposo. Su descenso informará indirectamente de una mejor evolución de la insuficiencia cardíaca (menor estado adrenérgico) y permitirá descartar razonablemente una bradicardia espontánea patológica o propiciada por fármacos. 4. • Índices de impedancia torácica y estimación de acumulación de líquido en pulmones (Fig. 26-4 y 26-5). 4. • La variabilidad de la frecuencia cardíaca, exponente de la evolución, y pronóstico en determinados pacientes, de la insuficiencia cardíaca. 4. • Las horas de ejercicio que desarrolla el paciente al día, exponente de la evolución objetiva del grado funcional. CONCLUSIONES La resincronización cardíaca debe ser considerada en todos los pacientes con insuficiencia cardíaca refractaria a tratamiento médico con complejo QRS ancho. La atención de estos pacientes debe ser multidisciplinar, con aproximaciones in- Índice de fluido OptiVol OptiVol umbralI PPPPPP I >200 160 120 80 40 Ruido 0 Sep 2005 Nov 2005 Ene 2005 Mar 2006 Figura 26-5. En esta figura se observa cómo el índice de fluido OptiVol aumenta de forma importante al final del seguimiento, coincidiendo con el empeoramiento clínico, significando esto que hay acumulación de líquido en el tejido pulmonar y superando en esos meses el umbral de OptiVol, que se ha establecido en este caso en 60. tegradas por los especialistas en insuficiencia cardíaca, ecocardiografía y electrofisiología, para mejorar los resultados clínicos de esta terapia. BIBLIOGRAFÍA 1. Leon AR. Cardiac resynchronization therapy devices: patient management and follow-up strategies. Rev Cardiovasc Med 2003; 4 (supl 2) S38S46. 2. Auricchio A et al. Chronic benefit as a result of pacing in congestive heart failure: Results of the Capítulo 26. Resincronización cardíaca. Indicaciones, implante y seguimiento 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. PATCH-CHF Trial. J of Cardiac Failure 1999; 5:78. Linde C, Leclercq C, Rex S et al. 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Moro EL DESFIBRILADOR AUTOMÁTICO IMPLANTABLE El desfibrilador automático implantable (DAI) es un dispositivo capaz de detectar e interrumpir arritmias ventriculares malignas mediante el suministro de estímulos y/o descargas eléctricas. El desfibrilador automático implantable se compone de dos elementos esenciales: el generador del desfibrilador y uno o más electrodos para la estimulación y desfibrilación. Generador A pesar de la constante disminución del tamaño de los dispositivos, los componentes básicos del generador se mantienen constantes e incluyen: • La batería. • Los circuitos de control compuestos por el microprocesador, la memoria y la parte lógica. • El circuito de carga de alto voltaje. • Condensadores, para el almacenamiento de la energía a entregar. • Un circuito de conmutación de salida. • Carcasa de titanio, con bloque conector de poliuretano o resina epoxi. Las baterías de los desfibriladores automáticos implantables actuales son de litio-plata-óxido de vanadio (Li/SVO). La longevidad de un desfibrilador varía con el número de descargas entregadas y el porcentaje de detección y estimulación cardíaca. En condiciones normales, la duración de los dispositivos actuales se sitúa entre 5 y 8 años. El consumo eléctrico del dispositivo puede ser reducido con un diseño óptimo de la circuitería interna, reduciendo así la corriente interna de drenaje. Las dimensiones de la batería se han ido reduciendo progresivamente hasta el tamaño actual (Fig. 27-1). Esta reducción del tamaño del dispositivo ha hecho posible el implante en la región pectoral, de forma subpectoral o subcutánea. El implante pectoral ha reducido la longitud de los electrodos y las posibles complicaciones asociadas con la tunelización a la cavidad abdominal, disminuyendo a su vez el tiempo de implante. Además, ha permitido el implante del mismo en la sala de electrofisiología por los cardiólogos electrofisiólogos, de modo semejante al implante de un marcapasos. En ocasiones, la carcasa metálica del dispositivo puede actuar como terminal de descarga (electrodo activo), lo que contribuye a reducir el umbral de desfibrilación en determinados pacientes. Actualmente, se sigue investigando en nuevas formas de onda y nuevos condensadores que permitan reducir aún más la energía necesaria para tratar las arritmias del paciente y optimizar el diseño de los dispositivos y la longevidad o duración de los mismos. Electrodos El sistema de electrodos es un componente esencial del sistema de desfibrilación implantable. Es- 267 268 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Figura 27-1. Evolución en el volumen de los generadores del desfibrilador automático implantable. Se observa una disminución progresiva del volumen de los mismos (tanto en superficie como en grosor), lo que ha ido acompañado de un incremento en las funciones de diagnóstico y tratamiento de las arritmias ventriculares. Por otro lado, el diseño ha ido evolucionando, con bordes más romos y más adaptables al área de implante del dispositivo. tos electrodos reciben la señal eléctrica del corazón y sirven de sistema de transmisión de la terapia al corazón (tanto de estimulación como de desfibrilación). La tecnología del electrodo es esencial para conseguir una recepción de la señal cardíaca adecuada, un umbral de estimulación antibradicardia y antitaquicardia óptimo que permita la captura consistente del corazón, y un umbral de desfibrilación que permita un margen de seguridad suficiente respecto a la máxima energía disponible del dispositivo. Inicialmente se decidió utilizar un sistema de implante con un parche epicárdico cónico y un electrodo helicoidal en la vena cava superior como sistema para la implantación permanente, al obtenerse mejores umbrales de desfibrilación con esta configuración. El primer implante humano, realizado por Mirowski et al., se realizó en febrero de 1980, en el Hospital Universitario John Hopkins de Baltimore (EE.UU.)1. Los avances tecnológicos llevaron a desarrollar un sistema de desfibrilación con dos parches suturados al epicardio y dos electrodos para el sensado y epicárdicos de fijación activa. La implantación de sistemas epicárdicos con toracotomía estaba asociada con una mortalidad perioperatoria de alrededor del 5% y requería el implante por un cirujano cardíaco en el quirófano de cirugía cardíaca (Fig. 27-2). El primer implante de un sistema completamente endocárdico se realizó a finales del 1986. Se trataba de un sistema electrodo de cable único con dos electrodos de desfibrilación: uno se posicio- naba en el ventrículo derecho y otro en la aurícula derecha o en la vena cava superior. Opcionalmente existía un parche subcutáneo utilizado para modificar la posición y dirección de la descarga de desfibrilación. La principal contribución al abordaje clínico de la desfibrilacion endocárdica ha sido la eliminación de la toracotomía, permitiendo una reducción de la mortalidad perioperatoria a <1% y una reducción de la duración, la morbilidad y el coste de la intervención. Desde 1990, la utilización del sistema endocavitario ha sido generalizada. La evolución tecnológica de los electrodos ha ido reduciendo también el diámetro del electrodo. En los sistemas de desfibrilación, tanto la estimulación como la detección deben ser bipolares, para una óptima detección y estimulación, sin interacción con el sistema de desfibrilación. En la configuración pseudobipolar el sensado de la señal se realiza entre el anillo distal y la carcasa del generador del desfibrilador automático. El sistema de fijación al endocardio puede ser pasivo (lo más frecuente) o activo. Los electrodos son cables conductores recubiertos de un aislante. La longitud de los electrodos oscila entre los 52-53 cm (auricular) y los 58-60 cm (ventricular). El material de aislamiento utilizado es silicona o poliuretano. Los electrodos se conectan al generador a través del bloque conector, mediante unos tornillos. La configuración del sensado de la señal puede ser bipolar o pseudobipolar. Capítulo 27. Qué es un desfibrilador automático implantable y cómo funciona 269 Figura 27-2. En esta imagen se muestran los diferentes electrodos de estimulación/desfibrilación, desde los primeros electrodos (parches epicárdicos) implantados mediante toracotomía hasta los actuales electrodos intracavitarios transvenosos. En función del tipo de desfibrilador automático implantable, puede haber un electrodo ventricular derecho (monocameral), un electrodo adicional en la aurícula derecha (bicameral) o un tercer electrodo en el seno coronario para estimulación biventricular. La disponibilidad de electrodo auricular permite la utilización de la señal auricular para el registro de electrogramas intracavitarios y el diseño de algoritmos de discriminación de arritmias supraventriculares y ventriculares. La introducción de la onda de choque bifásica en 1992 permitió una disminución significativa del umbral de desfibrilación. Técnica de implante de un desfibrilador automático Los primeros implantes se realizaban con anestesia general mediante esternotomía media o toracotomía lateral izquierda, que permitían una exposición global del corazón. Actualmente se realizan con anestesia local, con electrodo endovenoso introducido desde la vena subclavia o cefálica, y con implante del generador en la región pectoral2. En primer lugar debe evaluarse de forma preoperatoria la región del implante del desfibrilador. Para ello, debe observarse el espacio subcutáneo, así como la presencia de anomalías o deformidades de la pared torácica que podrían dar lugar a dificultades en el implante del dispositivo. Habitualmente se prefiere el lado izquierdo. Para evitar los riesgos de infección deberá prepararse la zona de implante con un rasurado de la zona la noche anterior al implante, cuidando que el rasurado no sea muy abrasivo para la piel y evitando la aparición de inflamación local. El procedimiento de implante se realiza bajo anestesia local. En el momento de la inducción de fibrilación ventricular y de la administración de la descarga se utilizará anestesia general o sedación profunda. La localización habitual del implante del generador es la región pectoral izquierda, subcutánea o submuscular. El campo quirúrgico debe prepararse del modo habitual con paños estériles. La canalización de la vena subclavia izquierda se realiza mediante punción. Posteriormente, se realiza la bolsa del generador y se introduce el electrodo hasta colocarlo en el ventrículo derecho. Se comprueban los parámetros de sensado y estimulación del electrodo y se fija al plano muscular. A continuación se conecta al generador, y tras sedación profunda o anestesia general, se realiza el test de umbral de desfibrilación, induciendo fibrilación ventricular y rescatándola con una descarga del dispositivo. Se recomienda verificar el rescate de 270 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización fibrilación ventricular, a ritmo sinusal mediante dos choques con una energía al menos 10 J menor que la máxima del desfibrilador. CÓMO FUNCIONA UN DESFIBRILADOR AUTOMÁTICO IMPLANTABLE La información recogida por el electrodo o electrodos debe ser procesada por el microprocesador del generador del desfibrilador y, de acuerdo con unos parámetros programables, debe permitir la clasificación del episodio arrítmico así como su adecuado tratamiento3. Las funciones del desfibrilador automático implantable incluyen: 1. Detección y clasificación de los episodios de arritmia cardíaca. 2. Administrar las terapias destinadas a la interrupción de taquiarritmias. 3. Estimulación antibradicardia en caso de bradiarritmias (funciones de marcapasos). 4. Suministrar información de los episodios de arritmia: contadores, histogramas, electrogramas intracavitarios (función diagnóstica). 5. Suministrar información de la integridad del sistema y del estado de su batería. Detección y clasificación de arritmias cardíacas Los dispositivos iniciales se diseñaron para la detección de arritmias ventriculares exclusivamente. Sin embargo, la presencia de arritmias supraventriculares es frecuente en los pacientes portadores de un desfibrilador automático, por lo que resulta esencial la discriminación entre ambos tipos de arritmias para reducir la incidencia de terapias inapropiadas. Esta función de detección puede ser programada de forma individual en cada paciente. Inicialmente, el diseño del circuito de detección de arritmias estaba orientado a maximizar la sensibilidad para la detección de taquiarritmias ventriculares, aun a costa de una ligera pérdida de especificidad. La detección de las señales eléctricas intracavitarias de las arritmias utiliza sistemas de amplificación y filtrado de las señales, de alta tecnología, junto al análisis de los intervalos de tiempo entre cada despolarización. Por lo tanto, el primer algoritmo de detección de arritmias es la frecuencia ventricular. Según la frecuencia ventricular, se pueden programar distintas zonas de taquiarritmia definidas por sus frecuencias car- díacas de corte (zona de TV, zona de FV), pudiéndose programar un esquema de terapia específico para cada una de ellas. Utilizando sólo la frecuencia como criterio de detección, se consiguió el objetivo de una sensibilidad cercana al 100% en la detección de taquiarritmias ventriculares. Sin embargo, la tasa de terapias inadecuadas resultó bastante alta (25%). Para poder aumentar la especificidad, se incluyeron algoritmos adicionales de detección que permitiesen diferenciar arritmias ventriculares y arritmias supraventriculares. El diseño de los algoritmos de detección se enfrenta a varios desafíos. El primero es el de detectar señales eléctricas de amplitudes y morfologías muy variables. Una sensibilidad fija típica de marcapasos nos puede proporcionar una correcta detección de la señal auricular y ventricular en ritmo sinusal, pero con una pérdida de detección para señales de amplitud más pequeña típicas de una fibrilación. Por el contrario, una alta sensibilidad puede proporcionar una aceptable detección de una fibrilación ventricular pero también una sobredetección durante ritmos de amplitud mayor (sobredetección de ondas T, ondas P, miopotenciales...). Para solucionar este problema, los desfibriladores actuales incorporan sistemas de ajuste automático del nivel de detección. En el momento del implante se recomienda una amplitud de la señal ventricular detectable por el desfibrilador superior a 5 mV en ritmo sinusal. Criterios adicionales de detección Estabilidad El algoritmo de estabilidad mide la regularidad del ciclo de aquellos episodios cuya frecuencia sobrepase la frecuencia de corte programada. Su objetivo es diferenciar una taquicardia ventricular monomorfa, con poca variación de ciclo, de una fibrilación auricular acompañada generalmente por una mayor fluctuación del ciclo ventricular. La estabilidad puede reducir la incidencia de descargas. El criterio de estabilidad puede también ser utilizado en algunos dispositivos para diferenciar taquicardias ventriculares monomorfas de taquicardias polimorfas. Onset (inicio) El algoritmo de onset analiza la brusquedad del inicio del episodio, para diferenciar una taquicardia sinusal, asociada generalmente con un aumento gradual de la frecuencia, de un episodio de taquicardia ventricular cuyo inicio suele ser mucho más repentino. Este algoritmo puede reducir la Capítulo 27. Qué es un desfibrilador automático implantable y cómo funciona tasa de terapias inadecuadas durante la taquicardia sinusal, pero puede provocar una pérdida de sensibilidad para taquicardias ventriculares de inicio gradual, si se utiliza sin un criterio de seguridad. Criterio de seguridad Tanto el criterio de estabilidad como el de onset son criterios de inhibición de la terapia programada, en caso de que se cumplan los valores programados de ambos parámetros. La inhibición de terapias obtenida con los criterios de detección anteriormente mencionados puede provocar una pérdida de sensibilidad para arritmias ventriculares (taquicardia ventricular desencadenada durante una taquicardia sinusal, programación excesivamente agresiva de la estabilidad, etc.). Para paliar ese riesgo de pérdida de sensibilidad, algunos dispositivos disponen de algoritmos de seguridad (como el de «duración sostenida de la frecuencia cardíaca» o sustained rate duration, SRD). Su función es limitar el tiempo durante el cual los criterios de onset y estabilidad pueden inhibir la entrega de terapia, de modo que si se mantiene una frecuencia ventricular alta, por encima de la frecuencia de corte, durante un determinado período de tiempo, se administrará la terapia programada independientemente de los valores medidos de onset y estabilidad. Detección bicameral El desfibrilador bicameral, con un electrodo auricular y otro ventricular, permite nuevos algoritmos de detección basados en la comparación de los ritmos auricular y ventricular. Con ello se incrementará la especificidad en la clasificación del episodio arrítmico (p. ej., comparar la frecuencia auricular y ventricular, y si la frecuencia ventricular es superior a la auricular el dispositivo entregará terapia, independientemente del cumplimiento de los demás criterios programados). Además, ese electrodo auricular permitirá almacenar la señal intracavitaria auricular en los electrogramas de los episodios arrítmicos. Terapias para la interrupción de taquiarritmias Los dispositivos actuales disponen básicamente de tres tipos de terapia eléctrica: estimulación antibradicardia (para bradiarritmias), sobreestimulación antitaquicardia (para taquicardias ventriculares) y descargas de cardioversión o desfibrilación (para la fibrilación ventricular o taquicardias ventriculares resistentes a estimulación antitaquicardia)4. 271 Estimulación antitaquicardia La estimulación antitaquicardia se incorpora en los desfibriladores implantables a principio de los años noventa. Un porcentaje alto de taquicardias ventriculares pueden ser tratadas con éxito mediante estimulación antitaquicardia, evitando la necesidad de una descarga eléctrica dolorosa. Existen distintos esquemas de sobreestimulación (tren fijo, rampa, scan), con una efectividad en torno al 80% pero con una incidencia de aceleración de la arritmia del 10%, motivo por el cual es preciso contar con la posibilidad de aplicar descargas eléctricas de seguridad si fuesen necesarias. No parece existir un esquema ideal, ni en cuanto al número de pulsos ni en cuanto al intervalo de acoplamiento. El número de intentos de cada esquema de sobreestimulación no debería ser elevado: si un esquema es efectivo, la taquicardia suele interrumpirse en los tres primeros intentos. Descargas de cardioversión-desfibrilación La terapia de desfibrilación consiste en la administración de una descarga de energía entre los electrodos de desfibrilación. El proceso de entrega de una descarga eléctrica es precedido por la carga de los condensadores del dispositivo al nivel de energía requerido. La forma de onda más sencilla y clásica de la descarga es una curva exponencial decreciente (exponencial decreciente truncada), típica de la descarga de cualquier condensador. Dicha descarga se detiene antes de que se hayan vaciado completamente los condensadores. El motivo es impedir los efectos proarrítmicos de un voltaje final de descarga muy bajo, que pudiese reinducir la arritmia. Con las primeras formas de onda empleadas, se requería una energía media de desfibrilación de aproximadamente 20 J. Los dispositivos actuales son capaces de administrar descargas de hasta 41 J y con onda de desfibrilación bifásica. La investigación llevó al desarrollo de formas de onda que permitiesen reducir la energía de desfibrilación, lo que conlleva notables ventajas, como las siguientes: reduce el dolor experimentado por el paciente al recibir una descarga de menor energía, permite reducir el tamaño de los condensadores y, por extensión, el tamaño global del desfibrilador, permite un mayor número de descargas para la misma batería y, en consecuencia, prolonga la longevidad del dispositivo. Por último, una menor energía se traduce en un menor tiempo de carga y, en consecuencia, un menor tiempo de hipotensión durante una taquiarritmia maligna. El mayor avance en este sentido fue el desarrollo de las ondas de choque bifásicas. Se trata 272 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización de una descarga de condensadores con una inversión de la polaridad de los electrodos durante el proceso de descarga, consiguiéndose una disminución del umbral de desfibrilación del 30%. Finalmente, la utilización de la carcasa activa del dispositivo como terminal de descarga permitió a los sistemas de desfibrilación con dos electrodos endocavitarios prescindir de uno de ellos. Para los sistemas ya existentes de cable único con dos terminales de descarga, el añadir la carcasa del dispositivo permitió un sistema de descarga bidireccional. Dicho sistema permitía reducir el umbral de desfibrilación a niveles inferiores a 10 J en el 80% de los pacientes. Cuando un episodio de taquiarritmia cumple los criterios de detección, el dispositivo realiza una reconfirmación del diagnóstico antes de iniciar la carga de los condensadores, y una nueva reconfirmación antes de la descarga de los mismos, permitiendo desviar la terapia y evitar la administración de descargas en caso de taquiarritmias no sostenidas. Terapia de estimulación antibradicardia En caso de bradiarritmia, el desfibrilador automático implantable permite la estimulación antibradicardia al incorporar la función de marcapasos. En el paciente sin indicación de estimulación cardíaca, y especialmente si presenta cardiopatía con disfunción sistólica grave del ventrículo izquierdo, se programará la función de estimulación a la frecuencia más baja posible para favorecer el rimo cardíaco intrínseco. Por otro lado, tras la administración de una terapia de desfibrilación o antitaquicardia, el paciente puede presentar bradiarritmia significativa, por lo que puede programarse una terapia de estimulación de seguridad, generalmente con la máxima amplitud de estimulación para garantizar la captura ventricular. Almacenamiento de información de los episodios de arritmia Durante los episodios de taquiarritmia o bradiarritmia, el desfibrilador automático implantable es capaz de almacenar información útil para el seguimiento de los pacientes. Los contadores de eventos nos permitirán conocer datos como: número de episodios de taquiarritmia ventricular, número de terapias suministradas, fecha del episodio y duración del mismo, porcentaje de estimulación antibradicardia y otros. Los histogramas nos suministrarán información acerca del número de veces que se ha producido un evento o el porcentaje de tiempo que ha sucedido dicho evento (p. ej., estimulación antibradicardia...). Los desfibriladores automáticos implantables permiten almacenar información de los episodios de arritmia, como: fecha, frecuencia cardíaca, onset y estabilidad, longitud de ciclo de los intervalos RR y canal de marcas, para conocer cómo ha sido identificado cada latido por el dispositivo, electrograma intracavitario registrado por el electrodo, datos de la terapia administrada y el resultado de la misma. Toda esta información nos facilitará el diagnóstico correcto de los episodios contabilizados por el dispositivo, así como programar los parámetros de detección y de terapia más apropiados para el paciente. Almacenamiento de información sobre la integridad del sistema La interrogación del desfibrilador automático implantable con el programador nos permitirá conocer datos de integridad del sistema (generador y electrodo), a través de la medición del voltaje de la batería, impedancia de la batería, impedancia de estimulación del electrodo, impedancia de desfibrilación, detección de la señal cardíaca, umbral de estimulación... La modificación significativa de estos parámetros puede ocasionar el funcionamiento inadecuado del dispositivo. PERSPECTIVAS FUTURAS DE LA TERAPIA CON EL DESFIBRILADOR Cada vez será más frecuente el registro y la transmisión de datos por vía transtelefónica, lo que facilitará los seguimientos clínicos, sin necesidad de desplazamiento del paciente a la consulta del hospital. A través de Internet puede enviarse a su médico un mensaje electrónico con alertas específicas o información sobre el seguimiento del dispositivo. Se introducirán nuevas formas de ondas y nuevas tecnologías de condensadores que permitirán reducir más aún el tamaño del dispositivo. La conexión del electrodo será única para facilitar el implante, en vez de la triple o cuádruple actual, lo que permitirá reducir el tamaño del conector del generador. Existirán electrodos recubiertos de materiales que no se adhieran a las paredes vasculares, lo que facilitará la extracción de cables antiguos no funcionantes. Capítulo 27. Qué es un desfibrilador automático implantable y cómo funciona Una mayor longevidad de la batería del dispositivo permitirá reducir el número de recambios del generador, aspecto especialmente importante en los pacientes más jóvenes. BIBLIOGRAFÍA 1. Mirowski M, Reid PR, Mower MM, Watkins, L, Gott VL, Shaudable JF, Langer A, Heih D, Kolenik SA, Fischell RE, Weisfeldt ML. Termination of malignant ventricular arrhythmias with an implanted automatic defibrillator in human beings. N Engl J Med 1980; 303:322-324. 273 2. Sánchez A, Madrid AH, Novo L, Moro C. Complicaciones locales a medio plazo del implante abdominal versus pectoral subcutáneo del desfibrilador automático implantable. Rev Esp Cardiol 1996; 49(3):319. 3. DiMarco JP. Medical progress: implantable cardioverter-defibrillator. N Engl J Med 2003; 349(19): 1836-47. 4. Rebollo JG, Madrid AH et al. Tratamiento de las taquicardias ventriculares basado en la evidencia. Monocardio 1999; 4(1):298-313. 28 EL DESFIBRILADOR AUTOMÁTICO IMPLANTABLE. INDICACIONES DE IMPLANTE A. Berruezo, J. Brugada INTRODUCCIÓN En la actualidad se puede decir que la seguridad y eficacia del desfibrilador para tratar la taquicardia ventricular (TV) o la fibrilación ventricular (FV) son incuestionables. Su utilización en individuos que han presentado este tipo de arritmias es ampliamente aceptada por las sociedades científicas, de forma que queda claramente reflejada en las guías de práctica clínica. Estos dispositivos son tecnológicamente avanzados y caros, por lo que actualmente el objetivo principal es mejorar nuestra capacidad de identificar a los grupos de pacientes que se encuentran en riesgo de presentar una muerte súbita por este tipo de arritmias para realizar una utilización óptima en prevención primaria. INDICACIONES DE IMPLANTE Prevención secundaria No ha pasado más de una década desde que surgieron las primeras evidencias a favor de la superioridad del desfibrilador automático implantable (DAI) frente a los fármacos antiarrítmicos para reducir la mortalidad en pacientes supervivientes de una parada cardíaca o que han presentado arritmias ventriculares sostenidas1-3. Fueron los estudios AVID (Antiarrhythmics versus Implantable Defibrillator Study), CIDS (Canadian Implantable Defibrillator Study) y CASH (Cardiac Arrest 274 Study Hamburg), publicados entre 1997 y 2000, los que aportaron los datos que indicaban que la implantación de un desfibrilador automático era la mejor opción en prevención secundaria. Los criterios de inclusión, características de los pacientes y resultados de los estudios se pueden consultar en las Tablas 28-1, 28-2 y 28-3. Con posterioridad a la publicación de los resultados de estos estudios, Connolly et al. publicaron los resultados de un metaanálisis que incluía los datos de los tres estudios y en el que se observaba una reducción significativa de la mortalidad súbita del 51% y de la mortalidad total del 27 % con el desfibrilador, en comparación con los fármacos antiarrítmicos4. Subanálisis de estos estudios mostraron que los pacientes con un mayor riesgo de mortalidad eran los que más se beneficiaban. Los investigadores del AVID encontraron que los pacientes que obtenían un mayor beneficio eran aquellos con una FEVI d35%5. Así, se comportaban como factores pronósticos la FEVI, la cardiopatía de base y la presencia de insuficiencia cardíaca; no así la tolerancia hemodinámica de la taquicardia6. Investigadores del CIDS encontraron que una edad superior a 70 años, una FEVI d35% y una clase funcional de la NYHA III o IV eran predictores de mortalidad en el grupo tratado con amiodarona, y que la presencia de estos tres factores de riesgo hacía que los pacientes experimentaran una reducción del 50% de la mortalidad con la implantación del desfibrilador7. Del mismo modo, el metaanálisis de Connolly et al. demostraba que los Capítulo 28. El desfibrilador automático implantable. Indicaciones de implante pacientes que se beneficiaban del desfibrilador eran solamente aquellos con FEVI d35%4. En cuanto al valor del estudio electrofisiológico en estos pacientes, la información de que disponemos es discordante: datos del estudio AVID indican que no es útil para predecir mortalidad o recurrencias de TV o FV8, y datos del estudio CASH indican que se asocia de forma independiente con un aumento del riesgo de mortalidad y que puede ser útil para identificar a subgrupos que se beneficiarían en mayor grado de la implantación de un desfibrilador9. Una limitación importante de estos estudios es que la gran mayoría de los pacientes incluidos tenían cardiopatía isquémica, lo que hace que, de forma estricta, sus resultados no se puedan aplicar a otro tipo de pacientes debido a que no tienen la suficiente potencia estadística para demostrar diferencias en otras subpoblaciones con distintas cardiopatías y distintos riesgos. Desai et al. realizaron un metaanálisis en el que se analizó el beneficio del DAI en los 292 pacientes que se consideró presentaban una miocardiopatía dilatada de origen no isquémico en los estudios Tabla 28-1. 275 AVID y CIDS (se excluyeron los pacientes del CASH porque en él se incluyeron muy pocos pacientes no isquémicos y por falta de datos con respecto a la eficacia del DAI en este subgrupo). Observaron que la implantación de un DAI se asociaba con una reducción no significativa del 31% de la mortalidad por cualquier causa (RR, 0.69; 95% IC, 0.39-1.24; P = 0.22)10. Otra limitación que se debe tener en cuenta es que los datos de estos estudios corresponden a seguimientos relativamente cortos, y no sabemos si las curvas de mortalidad pueden permanecer paralelas, convergentes o divergentes en períodos más largos de seguimiento. A este respecto, se han publicado datos de seguimiento de un grupo de pacientes pertenecientes al CIDS (n = 120) que fueron incluidos en un solo centro y que, tras un seguimiento medio de 5.6 ± 2.6 años, mostraron que el beneficio del DAI sobre la amiodarona aumenta con el tiempo. Además, en el grupo de amiodarona el 82% de los pacientes presentaron efectos secundarios relacionados con el fármaco y un tercio de ellos precisaron implante de desfibrilador11. Criterios de inclusión en los estudios de prevención secundaria Estudio Criterios de inclusión AVID FV, TV sincopal, síncope y TVS inducible en EEF, TVS en presencia de FEVI<40% y compromiso hemodinámico (presíncope, IC, angina); sin causa corregible CIDS FV, TV sincopal, TVS con compromiso hemodinámico y FEVI<35%, síncope y TVS inducible en EEF o TVNS espontánea CASH Supervivientes de parada cardíaca con FV documentada Tabla 28-2. Estudio Características de los pacientes en los estudios de prevención secundaria Pacientes FV/TV (%) CI (%) IC (%) FEVI (%) BR (%) AVID 1016 45 / 55 81 58 32 24 CIDS 659 47.6 / 52.4 82.6 50 34 ND CASH 288 100 73.3 73 46 20 Tabla 28-3. Resultados de los estudios de prevención secundaria Seguimiento (meses) Mortalidad a 2 años (%) (antiarrítmicos) Mortalidad a 2 años (%) (desfibrilador) Riesgo relativo (DAI) AVID 18 24 15.8 0.73 (P < 0.02) CIDS 36 20.97 14.75 0.70 (P = 0.142) CASH 57 22 12 0.61 (P = 0.081) Estudio 276 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Prevención primaria de muerte súbita La Tabla 28-4 muestra los criterios de inclusión de los pacientes de los distintos estudios de prevención primaria de mortalidad con el DAI. Cardiopatía isquémica En 1996 se publicaron los resultados del primer estudio prospectivo aleatorizado de prevención primaria de muerte súbita con desfibrilador, el estudio MADIT. En él se incluyeron pacientes con enfermedad coronaria, infarto de miocardio previo, fracción de eyección del ventrículo izquierdo d35%, episodios de taquicardia ventricular no sostenida en registros Holter y taquicardia ventricular (o FV) inducible y no suprimible con fármacos antiarrítmicos de clase I en el estudio electrofisiológico. Con él se documentó un beneficio en la supervivencia de los pacientes con la utilización del desfibrilador frente a los fármacos antiarrítmicos, incluida la amiodarona12. Esta información sirvió para que en las recomendaciones del ACC/AHA/NASPE 1998 se considerara indicación de clase I no sólo la implantación de un desfibrilador para prevención secundaria de taquicardia ventricular sostenida, parada cardíaca por TV o FV sin causa transitoria o reversible, sino también la conocida como indicación MADIT13. Quedó fuera de duda la eficacia del desfibrilador en el tratamiento de las arritmias ventriculares en prevención primaria de muerte súbita y en la mejoría de la supervivencia en este grupo de Tabla 28-4. pacientes. Sin embargo, el elevado precio de los dispositivos, el gran consumo de recursos sanitarios y el hecho de que se asocien a una tasa de complicaciones no despreciable durante la implantación y el seguimiento, hizo que su utilización en prevención primaria no fuera la esperada, a pesar de la rotundidad con la que se expresaban las guías de práctica clínica. Posteriormente (1999), aparecen los resultados del ensayo clínico MUSTT (Multicenter Unsustained Tachycardia Trial), en el que se incluyeron pacientes muy parecidos a los del estudio MADIT, aunque con fracción de eyección del ventrículo izquierdo en este caso d40%. Los resultados fueron también a favor de la implantación del desfibrilador14 y reforzaron lo que en su momento nos comunicaron los investigadores del estudio MADIT. Estos datos se reflejaron en las Guías de actuación de la ESC, de forma que la implantación profiláctica del desfibrilador se consideró clase I para pacientes con FEVI d40%15. Aunque la FEVI, de forma aislada, es probablemente el determinante más importante de la mortalidad, no es el único que puede influir en que los pacientes con cardiopatía isquémica presenten arritmias ventriculares sostenidas responsables de muerte súbita. Un subanálisis del MUSTT no ha encontrado diferencias significativas en el porcentaje de muertes atribuidas a arritmias ventriculares entre pacientes con FEVI <30% y aquellos con FEVI 30-40%16. Sin embargo, en el MADIT no se encontró mejoría de la supervivencia en los pacientes con FEVI comprendida entre el 26-35% y sí en aquellos con FEVI <26%17. Criterios de inclusión en los estudios de prevención primaria Estudio Criterios de inclusión MADIT Infarto de miocardio t3 semanas, TVNS asintomática, FEVId35%, IC clase funcional I-III, sin indicación de revascularización y TV/FV inducible y no suprimible con AA clase I MUSTT Enfermedad coronaria, FEVI d40% y TVNS asintomática MADIT II Infarto de miocardio >1 mes o FEVI d30% DINAMIT Infarto de miocardio reciente (6-40 días), FEVI d35% y p variabilidad Fc o Fc media t80 lpm AMIOVIRT IC clase I-III, miocardiopatía dilatada no isquémica, FEVI d35% y TVNS asintomática CAT Miocardiopatía dilatada no isquémica d9 meses, FEVI d30%, IC clase II-III DEFINITE Miocardiopatía dilatada no isquémica, FEVI d35%, TVNS e insuficiencia cardíaca COMPANION IC clase III-IV isquémica o no isquémica, FEVI d35%, QRS t120 ms y PR>150 ms, ritmo sinusal, sin indicación de marcapasos o DAI y hospitalizaciones por IC en el último año SCD-HeFT IC clase II-III isquémica o no isquémica y FEVI d35% Capítulo 28. El desfibrilador automático implantable. Indicaciones de implante En 2002, el estudio MADIT-II demuestra un beneficio en la supervivencia a 2 años en pacientes con cardiopatía isquémica y FEVI d30% a los que se implantaba un desfibrilador, en comparación con el grupo control18. No se exigía que los pacientes hubieran presentado rachas de taquicardia ventricular no sostenida, ni la inducibilidad en el estudio electrofisiológico. Dado que no se realizó Holter a los pacientes, aquellos que hubieran cumplido criterios MADIT I no fueron excluidos, por lo que la contribución de este subgrupo a los resultados del estudio es desconocida. En la última actualización de las recomendaciones del ACC/AHA/NASPE 200219, así como en las recomendaciones de la ESC, se considera indicación de clase II A, la implantación de un desfibrilador a este tipo de pacientes20 (Tabla 28-5). Más adelante se publican los resultados del estudio DINAMIT21 (Defibrillator in Acute Miocardial Infarction), que fue diseñado para averiguar si la implantación preventiva de un desfibrilador podía reducir la mortalidad en supervivientes de un infarto de miocardio reciente, con riesgo elevado de presentar arritmias ventriculares. Como en estudios previos se había demostrado que las alteraciones en la función autonómica se asocian con un aumento de la mortalidad, solamente se incluyeron en el estudio los supervivientes de infarto de miocardio con FEVI d35% y disminución en la variabilidad de la frecuencia cardíaca o frecuencia cardíaca elevada en Holter de 24 horas. Los pacientes fueron aleatorizados 1:1 a desfibrilador o grupo control. La fracción de eyección media fue del 28%, la mitad de los pacientes tenían insuficiencia cardíaca y la duración media del complejo QRS fue inferior a 120 ms en ambos grupos. En este estudio la supervivencia global no mejoró con la implantación de un desfibrilador. Sin embargo, en el grupo de desfibrilador hubo una reducción >50% del riego de muerte por arritmias que quedó oculta por un aumento significativo de similar magnitud en las muertes de causa no arrítmica (la mayoría cardiovasculares). Este aumento de la mortalidad no arrítmica en el grupo de desfibrilador no tiene una causa clara y es contraria a lo que ha ocurrido en estudios anteriores. La principal diferencia con los estudios previos es la proximidad temporal con Tabla 28-5. el infarto de miocardio. Un reciente análisis del MADIT II aporta datos en concordancia con estos resultados; el subgrupo de pacientes con infarto más reciente no se beneficiaba del desfibrilador22. La máxima eficiencia en la utilización del desfibrilador se ha obtenido en estudios en los que se ha exigido como criterio de inclusión algo más que la FEVI, como la presencia de arritmias ventriculares espontáneas o inducibles (estudios MADIT I y MUSTT). Sin embargo, esto no quiere decir que los pacientes sin ellas no se encuentren en riesgo de presentarlas. De la misma forma, subanálisis de los estudios MADIT I y MADIT II son concordantes en cuanto a que el beneficio obtenido en la supervivencia está concentrado fundamentalmente en pacientes con FEVI d26%23. Insuficiencia cardíaca y cardiopatía no isquémica Las dos estrategias utilizadas hasta el momento para prevenir la muerte súbita en pacientes con insuficiencia cardíaca han sido la administración de amiodarona o la implantación de un DAI. El estudio AMIOVIRT24 (Amiodarone versus Implantable Cardioverter-Defibrillator Randomized Trial) comparó la mortalidad global durante el tratamiento con amiodarona o desfibrilador en 103 pacientes con miocardiopatía dilatada no isquémica, FEVI d35% (>80% con IC en clase funcional II o III) y episodios de TVNS. Los investigadores no encontraron diferencias significativas en la mortalidad global ni en la muerte súbita durante el seguimiento. El estudio CAT25 (Cardiomyopathy Trial) se diseñó para evaluar la capacidad de reducir la muerte súbita del desfibrilador frente al grupo control en pacientes con miocardiopatía dilatada no isquémica de reciente comienzo, FEVI d30% y síntomas de insuficiencia cardíaca, aunque sin arritmias ventriculares documentadas. El estudio se detuvo de forma prematura al año, debido a que la mortalidad en ambos grupos (5.6%) fue mucho menor de la esperada (30%) y la diferencia entre ambos grupos no fue significativa. En el estudio DEFINITE26 se incluyeron 458 pacientes con miocardiopatía dilatada no isqué- Prevención primaria con DAI en cardiopatía isquémica Estudio FEVI d40%, TVNS espontánea y TVS inducible Infarto de miocardio y FEVI d30% 277 Clase Nivel de evidencia I A IIa B 278 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización mica, FEVI d35% y extrasistolia ventricular (d10/h) o TVNS (3-15 complejos a una frecuencia d120 lpm). Tras un seguimiento superior a 2 años, la implantación de un desfibrilador automático redujo de forma significativa el riesgo de muerte súbita por arritmia y se asoció con una reducción no significativa de la mortalidad por cualquier causa. Entre los motivos por los que no se encontraron diferencias significativas, se incluye el que solamente un tercio de las muertes en el grupo de tratamiento farmacológico se produjo por arritmias, frente al 50% esperado cuando se diseñó el estudio (a esto pudo contribuir la elevada utilización de IECA y betabloqueantes, 85% de los pacientes). El análisis de subgrupos mostró que la implantación de un desfibrilador reducía el riesgo de muerte por cualquier causa en varones y clase funcional III. El estudio SCD-HeFT27 (Sudden Cardiac Death in Heart Failure Trial) se diseñó para evaluar la hipótesis de que la amiodarona o bien el desfibrilador podrían disminuir la mortalidad de los pacientes con insuficiencia cardíaca ligera-moderada. Se incluyeron 2521 pacientes con FEVI d35% y clase funcional II o III y se aleatorizaron a tratamiento convencional más placebo (847 pacientes), tratamiento convencional más amiodarona (845 pacientes) o tratamiento convencional más desfibrilador monocameral (829 pacientes). El origen de la insuficiencia cardíaca fue isquémico en el 52% de los pacientes. En comparación con el placebo, la amiodarona no obtuvo un beneficio en la supervivencia. Sin embargo, el desfibrilador se asoció con una disminución de la mortalidad del 23% y una disminución del riesgo absoluto de muerte del 7.2% tras 5 años de seguimiento en la población global. En el análisis de subgrupos el beneficio obtenido fue independiente del origen de la insuficiencia cardíaca; sin embargo, no se encontró beneficio del desfibrilador en los pacientes en clase funcional III. Este último hallazgo no se ha encontrado en ningún otro estudio de los realizados hasta ahora; en general, a peor clase funcional, mayor beneficio del desfibrilador. El estudio COMPANION28 incluyó un total de 1520 pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada en clase funcional III o IV de origen isquémico o no isquémico e intervalo QRS de al menos 120 ms. Se aleatorizaron (1:2:2) a tratamiento farmacológico convencional, resincronización cardíaca o resincronización más desfibrilador. El estudio demostró que la terapia de resincronización disminuye el riesgo combinado de muerte por cualquier causa o primera hospitalización en un 20% (objetivo primario) y que cuando se combi- na con un desfibrilador, reduce de forma significativa la mortalidad en un 36% (OR, 0.64, 95% intervalo de confianza, 0.48 a 0.86; P=0.003) (objetivo secundario), frente al tratamiento farmacológico habitual de la insuficiencia cardíaca (no frente a la terapia de resincronización). Hay que decir que en este estudio la terapia de resincronización disminuyó la mortalidad en un 24%, aunque de forma marginalmente significativa (OR, 0.76; 95% intervalo de confianza, 0.58 a 1.01; P = 0.059). La confirmación de que la terapia de resincronización cardíaca por sí misma disminuye la mortalidad la proporcionó el estudio CARE-HF29, en el que se incluyeron 813 pacientes con insuficiencia cardíaca en clase funcional III o IV con disfunción ventricular izquierda y disincronía. Los pacientes se aleatorizaron a tratamiento farmacológico convencional o resincronización cardíaca. Tras 29 meses de seguimiento medio, la terapia de resincronización cardíaca redujo de forma significativa la mortalidad (0.64; 95% intervalo de confianza, 0.48 a 0.85; P <0.002) de forma parecida a la disminución que se consiguió con resincronización más desfibrilador en el estudio COMPANION en un grupo similar de pacientes. Estos resultados plantean dudas acerca de si realmente el DAI aporta un beneficio adicional en la disminución de la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada y disincronía intraventricular izquierda, ya que hasta ahora no hay ningún estudio que lo haya demostrado. Conviene recordar que hasta el momento ningún estudio aislado, cuyo objetivo haya sido demostrar una diferencia de mortalidad entre el tratamiento médico convencional y el desfibrilador en pacientes con miocardiopatía dilatada de origen no isquémico, ha aportado resultados positivos a favor de éste último. Los resultados a favor provienen del análisis de subgrupos (con sus inherentes limitaciones) del objetivo secundario del COMPANION y del análisis de subgrupos del SCD-HeFT. La utilidad de la implantación de un DAI para reducir la mortalidad por cualquier causa en pacientes con miocardiopatía dilatada de origen no isquémico ha sido evaluada en el metaanálisis de Desai et al.10. En él se incluyeron los cinco estudios aleatorizados de prevención primaria, que incluyen un total de 1854 pacientes con miocardiopatía dilatada no isquémica. El análisis conjunto de los datos sugiere una reducción significativa de la mortalidad total en los pacientes tratados con un DAI o DAI más resincronización frente a tratamiento médico (RR, 0.69; 95% IC, 0.55-0.87; P = 0.002). La reducción de la mortalidad conti- Capítulo 28. El desfibrilador automático implantable. Indicaciones de implante Tabla 28-6. 279 Prevención primaria con DAI en cardiopatía cardíaca Estudio DAI en pacientes con FEVI d30-350% que no hayan presentado un infarto en los últimos días DAI + TRC en pacientes con IC grave en CF III-IV, FEVI d35% y QRS t120 ms nuó siendo significativa incluso tras eliminar del análisis el estudio en el que la terapia fue DAI más resincronización. Con el tratamiento farmacológico actual de la insuficiencia cardíaca no isquémica se consigue una mortalidad anual relativamente baja, con lo que el beneficio absoluto en mortalidad con la implantación de un DAI también será bajo y difícil de demostrar. Si asumimos una mortalidad aproximada de un 7% anual (el promedio del grupo control de los estudios AMIOVIRT, CAT, DEFINITE y SCD-HeFT) y una reducción del 31% del riesgo relativo, la implantación de un DAI proporcionaría una reducción absoluta de un 2% anual en la mortalidad por cualquier causa. De esta forma, necesitaríamos implantar 25 desfibriladores para prevenir una muerte en 2 años. Para obtener el mismo beneficio, si la miocardiopatía es de origen isquémico, se tendrían que implantar 1818. Las indicaciones de implantación de DAI según las guías de práctica clínica de la ESC para el tratamiento de la IC crónica se muestran en la Tabla 28-6. En ellas ya no se hace distinción con respecto al origen de la IC30. Antes de tomar la decisión clínica de implantar o no un DAI, hay que tener en cuenta que es muy importante individualizar, ya que los pacientes incluidos en los estudios pueden no ser representativos de los pacientes que habitualmente vemos en la práctica clínica. Debemos también tener en cuenta que una, en ocasiones, limitada reducción de la mortalidad en un determinado grupo de pacientes, no implica un beneficio clínico importante en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada. Por tanto, la decisión final debe estar influida por las preferencias del paciente y la valoración de su calidad de vida. Los desfibriladores son efectivos para el objetivo para el que fueron diseñados, esto es, disminuir la muerte súbita, no para impedir la progresión de la insuficiencia cardíaca. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. BIBLIOGRAFÍA 1. The Antiarrhythmics Versus Implantable Defibrillators (AVID) Investigators. A comparison of antiarrhythmic-drug therapy with implantable defi- 10. 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Este capítulo trata de presentar los datos en los que se ha de basar una programación racional encaminada a una terminación rápida y sin complicaciones de las taquicardias ventriculares (TV) detectadas por los DAI. GENERALIDADES Los dispositivos actuales permiten la programación de, al menos, tres zonas de tratamiento de las TV. Dichas zonas están definidas por longitudes de ciclo programables que actúan de frontera entre las diferentes zonas. Por lo tanto la individualización de las terapias va a estar definida por una determinada longitud de ciclo. Generalmente se programan: una zona de TV lentas con un límite inferior en 320 ms, una zona de TV rápidas entre el límite inferior de las TV lentas y un límite inferior de 260 ms y una zona de FV para las taquicardias con un ciclo inferior a este límite. PROGRAMACIÓN DE LA ESTIMULACIÓN ANTITAQUICARDIA (EAT) La estimulación antitaquicardia termina las TV basadas en un mecanismo de reentrada, evita las descargas que son dolorosas y prolongan la vida útil de los dispositivos. Básicamente existen dos modalidades de EAT en los DAI: 1. Tren de impulsos o ráfaga: sucesión de impulsos con una longitud de ciclo fija y que se programa como un porcentaje de la longitud de ciclo de la taquicardia. 2. Rampa: sucesión de impulsos con unos intervalos variables progresivamente más cortos. Como en el caso de los trenes, el acoplamiento del primer impulso se puede programar como un porcentaje de la longitud de ciclo de la taquicardia. Varios estudios han comparado la eficacia y seguridad de estas dos modalidades de EAT en el tratamiento de TVMS inducidas y en episodios espontáneos en portadores de un DAI. Eficacia y seguridad de la modalidad de estimulación en TVMS inducidas Al menos siete estudios han comparado la eficacia y seguridad de las rampas y ráfagas en el tratamiento de TVMS inducidas 1-7 (Fig. 29-1). Según los datos presentados en la Figura 29-1, no parecen existir diferencias estadísticamente significativas en la eficacia de ráfagas y rampas en el tratamiento de TVMS bien toleradas inducidas en el laboratorio de electrofisiología; dicha eficacia oscila entre el 50 y el 84%. Un dato relevante que se repite en estos trabajos es la relación entre eficacia y longitud de ci- 281 282 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización 100 Ráfagas % 25 Rampas 90 80 Ráfagas 70 20 Rampas 60 50 15 40 30 10 20 10 5 0 Charos Gillis Calkins Kantoch Newman Hamill Cook Figura 29-1. Diagrama de barras que muestra el porcentaje de taquicardias interrumpidas por las dos modalidades de EAT. clo de los eventos tratados: todas las series ponen de manifiesto que los episodios tratados eficazmente presentaron una longitud de ciclo mayor, y que la eficacia de las modalidades de EAT estudiadas es menor en episodios con longitud de ciclo < 300 ms (Fig. 29-2). Como se aprecia en la Figura 29-2 cuando la longitud de ciclo fue inferior a 300 ms la eficacia de las rampas fue mayor que la de las ráfagas en tres de las series2, 3, 6. Especialmente en la de Gillis et al.2, donde las ráfagas mostraron una tasa de éxito significativamente mayor (86 frente a 38%; p < 0.05). Respecto a la seguridad de estas modalidades de estimulación, la incidencia de aceleración fue relativamente baja, con un rango entre el 0-21 %, sin diferencias estadísticamente significativas entre ráfagas y rampas (Fig. 29-3). % 90 80 0 Charos Gillis Calkins Newman Hamill Figura 29-3. Comparación entre ráfagas y rampas de la incidencia de aceleración. Analizando la incidencia de aceleración de los episodios tratados en relación con la longitud de ciclo de la taquicardia, las series analizadas parecen mostrar una tendencia hacia una frecuencia más elevada de aquélla cuando el ciclo es inferior a 300 ms (rango de la incidencia de aceleración: 0-55%) frente a las taquicardias con longitud de ciclo mayor a 300 ms (rango: 4-13%). Como se aprecia en la Figura 29-4 el impacto de la longitud de ciclo en la incidencia de aceleración fue particularmente importante en la serie de Calkins3. Eficacia y seguridad de ráfagas y rampas en el tratamiento de TVMS espontáneas en portadores de un DAI Como las condiciones hemodinámicas y la frecuencia de las taquicardias ventriculares aparecidas espontáneamente suelen ser diferentes a las de las taquicardias ventriculares inducidas, la respuesta a las diferentes formas de terapia de estimulación antitaquicardia puede ser distinta. Va- 70 % 60 60 50 50 40 30 40 20 30 10 Ráfagas VT > 300 ms Rampas VT > 300 ms Ráfagas VT < 300 ms Rampas VT < 300 ms 20 0 Charos Gillis Ráfagas VT > 300 ms Rampas VT > 300 ms Calkins Hamill Ráfagas VT < 300 ms Rampas VT < 300 ms Figura 29-2. Diagrama de barras que muestra la eficacia de las diferentes modalidades de EAT en relación con el ciclo de las TV. 10 0 Charos Gillis Calkins Hamill Figura 29-4. Comparación entre ráfagas y rampas de la incidencia de aceleración tras el tratamiento de TVMS inducidas, según la longitud de ciclo de éstas. Capítulo 29. Programación de la estimulación antitaquicardia en pacientes portadores rios trabajos han analizado la eficacia y seguridad de ráfagas y rampas en el tratamiento de taquicardias ventriculares monomórficas sostenidas espontáneas2, 8. De estos trabajos se deduce que la eficacia de ráfagas y rampas es similar, y se sitúa en torno al 90%, con una incidencia de aceleración baja, entre el 2 y el 18%. Estos estudios también indican que en TV < 300 ms la eficacia de la estimulación antitaquicardia es menor y que las ráfagas parecen presentar una eficacia mayor y una incidencia de aceleración menor (Figs. 29-5 y 29-6). % 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Gillis Ráfagas: Todos los eventos Rampas: Todos los eventos Schaumann Ráfagas: VT < 300 ms Rampas: VT < 300 ms Figura 29-5. Eficacia de la EAT en TV espontáneas. Comparación entre ráfagas y rampas e influencia del ciclo de la TV. % 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 Gillis Ráfagas: Todos los eventos Rampas: Todos los eventos Schaumann Ráfagas: VT < 300 ms Rampas: VT < 300 ms Figura 29-6. Incidencia de aceleración con EAT en las TV espontáneas. Comparación entre ráfagas y rampas e influencia del ciclo de la TV. 283 Influencia del número de pulsos y del ciclo de estimulación en la eficacia de la EAT en el tratamiento de TVMS espontáneas Diferentes estudios nos han permitido determinar la eficacia de la EAT en relación con el número de pulsos del tren y el ciclo de estimulación. En su estudio retrospectivo, Nasir et al.9 observaron que la eficacia de las ráfagas era mayor cuando el número de pulsos estaba entre 6 a 15 (rango de eficacia de 94 a 96 %; incidencia de aceleración: 1 %) que cuando era 16 ó superior (eficacia del 77 %; incidencia de aceleración del 6%). Peinado et al.10 analizaron de forma prospectiva y aleatorizada cuatro modalidades diferentes de estimulación antitaquicardia compuesta por ráfagas (7 ó 15 pulsos acoplados al 81 ó 91% de la longitud de ciclo de la taquicardia). Tras analizar 602 taquicardias ventriculares ocurridas en 30 pacientes portadores de un DAI, encontraron que la eficacia fue mayor en los trenes compuestos por 15 pulsos (78%) que en los compuestos por 7 (68%; p = 0.01), con una incidencia de aceleración que tiende a ser mayor en las ráfagas compuestas por 15 pulsos (5 frente a 3%; p = 0.24). En lo referente al ciclo de estimulación, Peinado et al.10 encontraron que con ciclos de estimulación del 91% de la TV la eficacia era mayor que con ciclos del 81% (80 frente a 56%; p < 0.001), y la incidencia de aceleración, menor (2 frente a 8%; p = 0.004). Nuevamente en este estudio, la longitud de ciclo de las taquicardias tratadas eficazmente con estimulación antitaquicardia fue significativamente mayor (379 ± 50 ms frente a 347 ± 36; p < 0.001). Además, la eficacia de la estimulación antitaquicardia fue significativamente mayor en TV con longitud de ciclo superior a 330 ms (84 frente a 67%; p = 0.003) y la incidencia de aceleración fue menor en las taquicardias con longitud de ciclo superior a 330 ms (4 frente a 10%; p = 0.12). En la Tabla 29-1 se pormenoriza la eficacia de las diferentes modalidades de estimulación antitaquicardia estudiadas, denominadas A, B, C y D, observándose que la modalidad C (compuesta por 15 pulsos al 91%) presentó la mayor eficacia (87%) (p < 0.001 en relación con las restantes). En esta serie la eficacia global de la estimulación antitaquicardia fue del 91% (en algunos pacientes se programó más de una secuencia de estimulación antitaquicardia), y la incidencia de aceleración, del 4%. En definitiva, en pacientes portadores de un DAI, la estimulación antitaquicardia permite finalizar entre el 85-90% de las TVMS con una lon- 284 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 29-1. Resultados de las cuatro modalidades de estimulación antitaquicardia estudiadas en el trabajo de Peinado et al.10 Modalidad Eficacia Aceleración A: 7 pulsos al 91% 74% 2% B: 7 pulsos al 81% 60% 4% C: 15 pulsos al 91% *87%* 2% D: 15 pulsos al 81% 46% 17%# * p < 0.001 comparada con las restantes. # p = 0.001 comparada con las restantes. gitud de ciclo superior a 320 ms, con una incidencia de aceleración baja: entre el 1 al 5%. Estos resultados son superponibles en diferentes formas de cardiopatía (isquémica o no) y probablemente se relacionan con un mecanismo electrofisiológico común: la reentrada. En episodios considerados lentos (longitud de ciclo superior a 320 ms), la eficacia y seguridad de ráfagas y rampas son similares2, 8, 9; en el caso de las ráfagas, una estimulación menos agresiva (con intervalos de acoplamiento del 91% de la longitud de ciclo de la taquicardia) y con no más de 15 pulsos, presenta un perfil de mayor eficacia y seguridad10. En taquicardias más rápidas (con una longitud de ciclo inferior a 300-320 ms) las ráfagas son más efectivas y seguras2, 8. Problemas específicos de la programación de EAT Programación de EAT en TVMS rápidas Entre el 10 y el 25% de los portadores de un DAI sufren episodios de taquicardia ventricular con una longitud de ciclo inferior a 320 ms8, 11, 12; estos episodios son habitualmente clasificados como fibrilación ventricular por los dispositivos y tratados con una descarga de alta energía (DAE)12. Aunque la longitud de ciclo de las taquicardias determina la eficacia de la EAT y a menor ciclo menor eficacia1-7, algunos datos apoyan el uso de la EAT en las TV rápidas. Wathen et al. analizaron la eficacia de la EAT compuesta por dos ráfagas consecutivas de 8 latidos al 88% de la longitud de ciclo de la taquicardia en el tratamiento de taquicardias ventriculares con longitud de ciclo entre 240 a 320 ms11. Para ello, estudiaron a 220 pacientes con cardiopatía isquémica y analizaron un total de 446 eventos, ocurridos en 52 enfermos. La eficacia de las dos ráfagas inicialmente programadas fue de 378/446, esto es, el 85% (el 90% de los eventos finalizó con la primera rá- faga). En algunos pacientes se programó una tercera ráfaga (no formaba parte del objetivo del estudio) y ésta consiguió terminar otras 18 taquicardias, de manera que la eficacia global de la estimulación antitaquicardia fue del 89%. Esta modalidad de estimulación antitaquicardia demostró ser segura, pues la incidencia de aceleración fue baja, del 4%. Recientemente, Wathen et al. han comunicado los resultados de su trabajo denominado PainFREE Rx II13, en el que, tomando como punto de partida el anterior, comparan la estimulación antitaquicardia (un tren compuesto por 8 pulsos acoplados al 88% de la longitud de ciclo de la taquicardia) con las DAE en el tratamiento inicial de TVMSr (criterio de frecuencia entre 188 y 250 lpm). Incluyeron a 634 pacientes (la mayoría, el 85%, con cardiopatía isquémica), que fueron aleatorizados a estimulación antitaquicardia como terapia inicial (313 pacientes) o a descargas de alta energía (321pacientes). El objetivo primario del estudio fue determinar si existirían diferencias en la proporción de episodios de duración superior a 6 s entre los dos brazos del estudio. Tras un seguimiento medio de 11 ± 3 meses, los dispositivos diagnosticaron un total de 4230 episodios, de los cuales sólo 1837 (43%) pudieron ser analizados. Pues bien, de los episodios analizados, el 73% correspondía efectivamente a taquiarritmias ventriculares, y de éstas, 431 fueron taquicardias ventriculares monomórficas rápidas y aparecieron en 98 pacientes. La eficacia de la estimulación antitaquicardia estudiada en la terminación de estos eventos fue del 81 y 72% (no ajustada y ajustada, respectivamente), con una incidencia de aceleración del 2%. En el caso de los eventos ocurridos en el brazo correspondiente a DAE, sólo el 64% requirió una descarga para su finalización, pues el 34% finalizaron espontáneamente durante la carga de condensadores y un 2% con estimulación antitaquicardia que se había programado de forma equivocada. Los episodios tratados inicialmente con estimulación antitaquicardia presentaron una duración menor: 10.7 ± 0.7 frente a 12.7 ± 0.8 (p < 0.001). No se encontraron diferencias en la incidencia de síncope ni presíncope asociados a los eventos objetivo, en función de la terapia inicial aplicada. Recientemente Jiménez Candil ha reportado que trenes de 5 y 8 latidos al 84% del ciclo de la taquicardia tienen una eficacia del 88.9%, reduciendo del 9 al 1.5% el porcentaje de pacientes que recibieron una descarga secundaria a TVR; asimismo, disminuyeron significativamente la incidencia de presíncopes y de síncopes en pacientes con TV d320 ms14. Capítulo 29. Programación de la estimulación antitaquicardia en pacientes portadores Estos artículos confirman que la EAT se puede aplicar a las TV rápidas con una eficacia y margen de seguridad notables. La EAT durante la carga de condensadores está disponible en algunos dispositivos, aumentando de esta forma las posibilidades de estimulación sin necesidad de retrasar la liberación de los choques. Necesidad de EEF para la programación de los DAI Una cuestión práctica que se plantea es saber si es necesario comprobar la eficacia de la modalidad de estimulación antitaquicardia programada en un estudio electrofisiológico, o si la programación de los dispositivos puede realizarse empíricamente con un adecuado margen de eficacia y seguridad. Esta cuestión quedó resuelta por Schaumann et al.8, que mostraron que la eficacia de la estimulación antitaquicardia (en este caso, tres rampas consecutivas de 8 a 10 pulsos, acopladas al 81% de la longitud de ciclo de la taquicardia y con un decremento intrasecuencia de 8 ms) fue similar cuando se programaba tras demostrar que había sido eficaz en un estudio electrofisiológico (54 pacientes) o cuando se programaba empíricamente (146 pacientes). Tras un seguimiento medio de 20 meses se analizaron 5379 TV, de las cuales 5165 tenían programada como primera terapia la EAT definida. La eficacia global de la EAT con estudio electrofisiológico previo fue del 95 frente al 89.5% de la «empírica» (p = no significativa). De igual forma, la incidencia de aceleración fue similar: 2.4 frente a 5.1% (diferencias no significativas). Programación de los DAI en prevención primaria La tendencia general ha sido considerar a los pacientes de prevención primaria como un grupo diferente al de prevención secundaria. Esta diferenciación se ha basado en la asunción de que los pacientes de prevención primaria sólo presentaban TVR o FV, y que consecuentemente sólo era necesario programar una zona para FV o una zona para TVR y otra para FV. Sin embargo, en un análisis posterior de los episodios registrados en el estudio PainFREE Rx II14. 15, se constató que el 52% de los episodios detectados en los pacientes de prevención primaria eran TV con un ciclo superior a 320 ms. Dicha observación sugiere que en los pacientes con indicación de prevención primaria se debe no sólo programar EAT para las taquicardias ventriculares rápidas sino también en la zona de taquicardias ventriculares lentas. 285 BIBLIOGRAFÍA 1. Charos GS, Haffajee CI, Gold RL et al. A theoretically and practically more effective method for interruption of ventricular tachycardia: self-adapting autodecremental overdrive pacing. Circulation 1986; 73(2):309-15. 2. Gillis AM, Leitch JW, Sheldon RS et al. A prospective randomized comparison of autodecremental pacing to burst pacing in device therapy for chronic ventricular tachycardia secondary to coronary artery disease. Am J Cardiol 1993; 72(15): 1146-51. 3. Calkins H, El-Atassi R, Kalbfleisch S et al. Comparison of fixed burst versus decremental burst pacing for termination of ventricular tachycardia. Pacing Clin Electrophysiol 1993; 16(1 Pt 1):26-32. 4. Kantoch MJ, Green MS, Tang AS. 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Empirical versus tested antitachycardia pacing in implantable cardioverter defibrillators: a prospective study including 200 patients. Circulation 1998; 97(1): 66-74. 9. Nasir N Jr, Pacifico A, Doyle TK et al. Spontaneous ventricular tachycardia treated by antitachycardia pacing. Cadence Investigators. Am J Cardiol 1997; 79(6):820-2. 10. Peinado R, Almendral J, Rius T et al. Randomized, prospective comparison of four burst pacing algorithms for spontaneous ventricular tachycardia. Am J Cardiol 1998; 82(11):1422-5, A8-9. 11. Wathen MS, Sweeney MO, DeGroot PJ et al. Shock reduction using antitachycardia pacing for spontaneous rapid ventricular tachycardia in patients with coronary artery disease. Circulation 2001; 104(7): 796-801. 12. Mont L, Valentino M, Sambola A et al. Arrhythmia recurrence in patients with a healed myocardial infarction who received an implantable defibrillator: analysis according to the clinical presentation. J Am Coll Cardiol 1999; 34(2):351-7. 286 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización 13. Wathen MS, DeGroot PJ, Sweeney MO et al. Prospective randomized multicenter trial of empirical antitachycardia pacing versus shocks for spontaneous rapid ventricular tachycardia in patients with implantable cardioverter-defibrillators: Pacing Fast Ventricular Tachycardia Reduces Shock Therapies (PainFREE Rx II) trial results. Circulation 2004; 110(17):2591-6. 14. Jiménez Candil J, Arenal A, Torrecilla E et al. Fast ventricular tachycardias in patients with implanta- 10. ble cardioverter-defibrillators: efficacy and safety of antitachycardia pacing. A prospective and randomized study. J Am. Coll Cardiol 2005. 15. Michael O, Sweeney, Mark S et al. Appropriate and inappropriate ventricular therapies, quality of life, and mortality among primary and secondary prevention implantable cardioverter defibrillator patients: results from the Pacing Fast VT REduces Shock Therapies (PainFREE Rx II) trial. Circulation 2005; 111 2898-2905. 30 SEGUIMIENTO DEL PACIENTE CON DESFIBRILADOR AUTOMÁTICO IMPLANTABLE A. Ferrero de Loma-Osorio, R. Ruiz Granell, S. Morell Cabedo, A. Martínez Brotons, R. García Civera INTRODUCCIÓN El desfibrilador-cardioversor automático implantable (DAI) es un dispositivo autónomo intracorporal capaz de detectar frecuencias cardíacas elevadas supuestamente debidas a taquiarritmias ventriculares y de proporcionar, en respuesta a ellas, choques eléctricos de corriente continua sincronizados a la actividad eléctrica cardíaca, bien sobre la superficie del corazón a través de parches epicárdicos, bien a través de una o varias sondas intracavitarias. Desde la primera implantación de uno de estos dispositivos en un ser humano en 19801, el perfeccionamiento de los aparatos ha sido espectacular, tanto en lo que se refiere a algoritmos de detección, como en lo referente a forma de aplicación de la energía (parches epicárdicos, sonda intracavitaria, parches subcutáneos, carcasa activa, etc.) y, especialmente, a las capacidades terapéuticas del DAI. Así, en la actualidad se utilizan generadores de la llamada tercera generación que, en general, incorporan las siguientes características: Variadas posibilidades terapéuticas programables incruentamente. Estimulación antibradicardia (marcapasos convencional), estimulación programada antitaquicardia (marcapasos antitaquicardia), cardioversión sincronizada con choques de baja energía y cardioversión-desfibrilación con choques de alta energía. Múltiples configuraciones posibles para la aplicación de choques. Parches epicárdicos (prácticamente en desuso), sonda intracavitaria única o doble, sonda intracavitaria más parche o red subcutáneos, carcasa del generador eléctricamente activa, y otras, lo que permite adecuar dicha configuración a las características del paciente. A esto se añade la posibilidad de programar la polaridad y la forma de la onda del choque (bifásica-monofásica). Algoritmos de detección y diagnóstico mejorados. Aumentan tanto la sensibilidad como la especificidad del diagnóstico que realiza el aparato en cada episodio, haciendo más difícil la detección errónea (señales espurias, taquiarritmias auriculares). Entre estos algoritmos pueden citarse los basados en el comienzo súbito del episodio, la regularidad o estabilidad del ciclo cardíaco, la duración del episodio, etc. La incorporación de dispositivos bicamerales con posibilidad de sensado y estimulación auricular ha supuesto la introducción de una importante herramienta en los algoritmos de discriminación entre taquicardias supraventriculares y ventriculares (Fig. 30-1). Incorporación de herramientas que facilitan el seguimiento del paciente y la programación individualizada del DAI. Tales como contador de episodios, almacenamiento en memoria del electrograma y los ciclos cardíacos durante los mismos junto a la terapia administrada, monitoriza- 287 288 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización gramador. Es conveniente, asimismo, la asistencia de enfermería especializada. El lugar donde se realiza el control del paciente portador de DAI deberá contar con los siguientes recursos básicos: Figura 30-1. Trazado obtenido de la interrogación de un desfibrilador bicameral donde se observa el registro del canal auricular (arriba), del canal ventricular (en medio) y del canal de descarga (abajo). La presencia de un electrograma auricular que se bloquea (punta de flecha) da el diagnóstico de taquicardia supraventricular. ción en tiempo real de las funciones del generador, del estado de la batería y de las sondas, reforma automática de los condensadores y posibilidad de realizar estudios electrofisiológicos incruentos a través del programador, entre otras. Reducidas dimensiones. En comparación con las generaciones y modelos anteriores, que permite en la actualidad el implante de estos dispositivos a nivel subcutáneo. Así, el DAI se ha convertido en un arma terapéutica esencial en el manejo de pacientes con arritmias ventriculares malignas (AVM). Las características, tanto de los pacientes como de la modalidad terapéutica, así como la complejidad tecnológica de esta última, introducen ciertas peculiaridades en el seguimiento de estos pacientes, que trataremos en el presente capítulo. EQUIPO DE SEGUIMIENTO: RECURSOS Y PERSONAL2 Se ha de tener en cuenta que el portador de DAI es un paciente que en algún momento ha presentado AVM o tiene alto riesgo de presentarlas y que, en la mayoría de casos, padece algún tipo de cardiopatía estructural grave. Por ello, el seguimiento y la programación del DAI deben realizarse en un entorno con los recursos materiales y profesionales adecuados. Así como el seguimiento clínico propio de la cardiopatía de base debe ser realizado por el cardiólogo clínico habitual, el seguimiento del DAI debe hacerlo un cardiólogo familiarizado con problemas arritmológicos complejos así como con los conocimientos técnicos necesarios para manejar el dispositivo y el pro- • Programador de la marca correspondiente con el software apropiado para cada dispositivo. • Electrocardiógrafo que permita una monitorización del paciente, preferentemente en tiempo real. • Imán. • Equipo de reanimación cardiopulmonar avanzada con desfibrilador. • Proximidad a unidad de hospitalización y servicio de cuidados críticos. LÍNEAS GENERALES DEL SEGUIMIENTO DEL PACIENTE CON DAI. RUTINA DE SEGUIMIENTO2, 3, 4 El seguimiento del paciente con DAI debe hacerse de forma individualizada, pero conviene seguir de forma global un mismo protocolo de seguimiento (Tabla 30-1). En todos los pacientes los objetivos del seguimiento se centrarán en la vigilancia del funcionamiento del sistema y su programación óptima para cada caso, la reducción al mínimo de las complicaciones, los indicadores de reemplazo y la evolución clínica del paciente, así como en una evaluación del estado de salud cardiovascular general, una correcta educación sanitaria y un apoyo psicológico adecuado. Tabla 30-1. Aspectos evaluados en cada seguimiento periódico 1. Anamnesis 2. Inspección ocular de la zona del generador (herida quirúrgica/cicatriz) 3. Interrogación del dispositivo: 1.1. Estado de la batería: • Voltaje/tiempo de carga 1.2. Parámetros basales: • Umbral de estimulación • Impedancias de estimulación y descarga • Amplitud intrínseca 1.3. Análisis de los electrogramas e historia de terapias 4. Reprogramación del dispositivo (si precisa) Capítulo 30. Seguimiento del paciente con desfibrilador automático implantable Primeros choques y periodicidad de las visitas Tras la implantación, habitualmente se realiza la programación del dispositivo, y los pacientes son instruidos acerca del funcionamiento del DAI, así como del tipo de actividades que pueden desarrollar, al tiempo que se les indica que deben contactar con la unidad de seguimiento si perciben la activación del sistema, especialmente si sufren descargas, puesto que, por una parte, conviene comprobar el correcto funcionamiento y, por otra, las primeras activaciones suelen provocar estados de ansiedad importantes. En este caso, los pacientes son revisados precozmente, mientras que el resto suele controlarse en los 2 primeros meses tras el implante. A partir de este punto, y siempre que el estado clínico del paciente y la carga de las baterías del DAI lo permitan, se establecen controles periódicos cada 6 meses. Las sucesivas activaciones del DAI no requieren, en general, la revisión inmediata del paciente, siempre que se presenten de forma aislada o esporádica. Los choques frecuentes, y especialmente las secuencias de varios choques seguidos, sí requieren, en cambio, la reevaluación del paciente, pues pueden indicar una inestabilización de la arritmia, una ineficacia de las secuencias terapéuticas programadas o problemas de detección en el generador. El paciente también debe ser instruido para acudir rápidamente a un hospital si presenta recidiva de la sintomatología propia de las arritmias que padece sin aparente activación del aparato, lo que podría indicar problemas de detección y diagnóstico en el DAI. Cuando los indicadores de batería del dispositivo señalen que se aproxima el momento de reemplazo electivo, se deberá acortar el intervalo entre visitas de 1 a 3 meses para un seguimiento más estrecho. Revisión de la herida quirúrgica El DAI supone un cuerpo extraño en el organismo, cuyo tamaño no es precisamente pequeño, por lo que deben extremarse las precauciones en torno a la herida quirúrgica de la implantación. Los puntos de sutura se retiran de 8 a 12 días después del implante, y se realizan curas locales con antisépticos hasta la total cicatrización. El paciente debe ser instruido en la vigilancia del alojamiento del generador, consultando inmediatamente si presenta rubefacción, edematización, aumento del volumen o del calor local. Igualmente, debe evitar golpes y rozamientos sobre dicha zona. Los signos de decúbito local deben vigilarse estrecha- 289 mente, pues la mínima exteriorización de un parte del sistema suele llevar a la necesidad de explantar su totalidad. Es importante, asimismo, vigilar la existencia de dilataciones venosas o colaterales, así como de edematización del miembro ipsilateral al implante, en busca de signos de trombosis venosa profunda. Aspectos evaluados en cada seguimiento periódico5, 6 En la rutina de seguimiento del paciente con DAI se revisarán de forma sistemática los siguientes aspectos: Estado de la batería El voltaje de la batería y el tiempo de carga del condensador son los parámetros que nos indicarán la llegada del momento de reemplazo electivo, de acuerdo con los parámetros establecidos por el fabricante. En los modelos actuales, la reforma de los condensadores se realiza de forma automática cada 2 ó 3 meses. Integridad del electrodo ventricular: parámetros de estimulación y sensado Los parámetros de estimulación y sensado son indicadores de la integridad del electrodo, y no sólo se debe prestar atención a sus valores en el momento del seguimiento, sino que se ha de valorar en las gráficas de medidas automáticas su estabilidad a lo largo de los últimos meses. Se revisarán en el electrodo ventricular, así como en el electrodo auricular en el caso de los DAI bicamerales. El umbral de estimulación no es necesario determinarlo en todas las visitas, pero se recomienda especialmente hacerlo si se han introducido fármacos antiarrítmicos, se han detectado fallos de captura o el paciente es dependiente de la estimulación. Se considerará un umbral crónico de estimulación óptimo cuando éste se encuentre en valores comprendidos entre los 0.5 y 2 V, con una duración del impulso de 0.5 ms. Según cada fabricante, el umbral de estimulación puede calcularse en amplitud o en duración del impulso. Existe la posibilidad, también según los fabricantes, de construir curvas intensidad-tiempo. Un aumento del umbral de estimulación deberá hacer sospechar microdesplazamientos del electrodo, introducción de determinados fármacos antiarrítmicos, alteraciones electrolíticas, así como la progresión de la enfermedad de base, fundamentalmente la isquemia y la insuficiencia cardíaca. La impedancia de estimulación refleja la resistencia del electrodo al paso de la corriente y se 290 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización considera normal entre 300 y 1200 :, y hasta 1500 : en el caso de electrodos de alta impedancia. Una impedancia anormalmente alta indicará circuito abierto con rotura de la continuidad eléctrica. Impedancias anormalmente bajas indicarán fallos del aislante. La Figura 30-2 muestra la imagen radiológica de un paciente cuyo dispositivo presentaba impedancias de estimulación anormalmente altas por desconexión de los terminales del electrodo del bloque conector. La detección ventricular es un parámetro especialmente importante en los DAI, puesto que de ella depende la correcta detección de las arritmias ventriculares. La amplitud intrínseca de la onda R (y de la onda P en el caso de los DAI bicamerales), representa el indicador de detección más importante. Su valor deberá ser al menos de 5 mV en el caso de la amplitud intrínseca del ventrículo. Valores inferiores podrían llevar a problemas de infradetección de arritmias ventriculares. La morfología de la señal deberá ser uniforme durante un ritmo sinusal estable. Ante la existencia de alteraciones en la integridad del electrodo ventricular, se procederá a la programación del dispositivo de la forma más segura para cada caso y se solicitarán las pruebas complementarias correspondientes para el estudio de las posibles causas de la disfunción, fundamentalmente radiografía de tórax, analíticas o test de isquemia. les permiten una medición indirecta e indolora de este parámetro. Asimismo, algunos dispositivos almacenan el valor de la impedancia del último choque. Los valores normales se encuentran entre 20 y 80 :. El aumento de la impedancia sugiere fractura del electrodo, mientras que valores anormalmente bajos sugieren defectos en el aislamiento del conductor. En la Figura 30-3 se muestra la imagen radiológica de un paciente que presentaba impedancias de descarga anormalmente altas, donde se observa la distensión de la bobina proximal y la fractura del electrodo producida por efecto de cizalla a nivel del ligamento costoclavicular. Análisis de los electrogramas: arritmias almacenadas y administración de terapias durante el seguimiento El análisis de los episodios de arritmias y terapias almacenados, así como su correspondencia con la sintomatología referida por el paciente, constituye uno de los puntos fundamentales del seguimiento del paciente con DAI. Dicho análisis es posible realizarlo en todos los dispositivos a través del análisis de los electrogramas almacenados. Análisis de los episodios de arritmias Se estudiarán todos los episodios de arritmias almacenados desde el último seguimiento. Es im- Integridad del cable de alto voltaje La integridad del cable de alto voltaje se valorará mediante la determinación de la impedancia de descarga. La mayoría de los dispositivos actua- Figura 30-2. Imagen radiológica de un desfibrilador donde se observa la desconexión del dispositivo por el desplazamiento de los terminales IS-1 de la sonda electrodo (flechas), fuera del bloque conector del generador. Figura 30-3. Imagen radiológica de un desfibrilador monocameral en la que se observa la existencia de una distensión de la bobina proximal de desfibrilación (flecha fina) y, proximalmente a ella, una fractura de la sonda-electrodo a nivel del ligamento costoclavicular (flecha gruesa) (probablemente por efecto cizalla en dicho nivel). Capítulo 30. Seguimiento del paciente con desfibrilador automático implantable portante destacar que en el DAI siempre se da prioridad a la sensibilidad por encima de la especificidad para asegurar la supervivencia del paciente. De esta manera, el dispositivo diagnosticará taquicardia o fibrilación ventricular ante cualquier señal (ventricular, auricular o extracardíaca) que supere la frecuencia de corte programada en cada zona de detección, y cumpla los criterios establecidos, como onset y estabilidad. Por ello, es de gran importancia analizar si los episodios catalogados como «arrítmicos» son producidos por arritmias verdaderas o si, por el contrario, se deben a detección de señales fisiológicas inadecuadas o de señales externas (interferencias) que pueden originar terapias inadecuadas (choques espurios). En el caso de que se confirme un origen arrítmico real, se ha de diferenciar entre arritmias supraventriculares y ventriculares, y analizar si la respuesta del dispositivo ha sido adecuada en cada caso. La presencia de interferencias detectadas por el dispositivo, en zona de taquicardia o fibrilación ventricular, se observará en los electrogramas almacenados como señales de una frecuencia fuera de rango fisiológico (Fig. 30-4), y se tratará con mayor profundidad más adelante. El sensado de señales fisiológicas como falsos episodios de ta- 291 quiarritmias ventriculares (ondas P o T) constituye, al igual que en el caso de las interferencias, un problema serio, que obliga a la reprogramación de parámetros como la sensibilidad de la detección. En el caso de taquiarritmias verdaderas, se prestará especial atención a si se trata de episodios sostenidos o no sostenidos, al intervalo R-R y a si existe un correcto sensado de cada una de las señales. Un problema clínico frecuente es la dificultad para la distinción entre arritmias supraventriculares y ventriculares. En el caso de los dispositivos de doble cámara, la presencia del canal auricular permite hacer una distinción clara entre los dos tipos de arritmia al detectar disociación auriculoventricular. En el caso de los dispositivos monocamerales, resulta de gran ayuda estudiar la regularidad de los ciclos que pudiera orientar a la detección de una fibrilación auricular, así como si el inicio de la arritmia ha sido súbito o no. Los dispositivos actuales cuentan con algoritmos específicos para el diagnóstico diferencial, como son el criterio de estabilidad en frecuencia y el de onset, para el diagnóstico de fibrilación auricular y taquicardia sinusal, respectivamente. La morfología de los electrogramas puede ser también de gran utilidad, especialmente cuando son obteni- Figura 30-4. Trazado de un desfibrilador monocameral en el que se observa la detección de un falso episodio de FV por entrada de ruido en el canal ventricular detectado como FV (puntas de flecha). Obsérvese (flecha) la aplicación de una descarga de 34 J. En este caso se demostró la existencia de un defecto en el aislante de la sonda-electrodo. 292 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización dos desde campo lejano (los dispositivos actuales permiten configurar la adquisición del electrograma utilizando como electrodos activos la carcasa, las bobinas y los electrodos de la sonda). En este caso, y a diferencia de los electrogramas locales, la morfología se asemeja a la de una derivación electrocardiográfica, cobrando valor datos como la anchura del electrograma registrado que, en el caso de que sea ancho, puede orientar al origen ventricular de la arritmia. A pesar de todos estos algoritmos diagnósticos, se calcula que el 20% de las terapias administradas en dispositivos monocamerales corresponden a episodios de arritmias supraventriculares tratadas como ventriculares. En ocasiones puede darse la situación de que, habiéndose documentado arritmias clínicamente, estos episodios no han originado terapia. En la mayoría de los casos se trata de un problema de programación, al no caer los intervalos de la arritmia en la zona programada de taquicardia o fibrilación ventricular. La solución, por tanto, será la correcta reprogramación de las zonas de detección. En cualquier caso, ha de comprobarse que no se trata de un problema de sensibilidad de la detección, de agotamiento de la batería o de desconexión accidental de la activación de las terapias o del propio dispositivo. Análisis de las terapias administradas En cada seguimiento es obligatorio el estudio de las terapias administradas por el dispositivo desde la última revisión. En caso de que se hayan producido, se determinará si éstas han sido adecuadas (producidas por arritmias ventriculares verdaderas) o si, por el contrario, se trata de terapias inadecuadas. Las terapias inadecuadas pueden originarse por diversas circunstancias. Las más frecuentes son las originadas por arritmias supraventriculares malinterpretadas como ventriculares. En este caso, la programación de algoritmos para su discriminación, así como la utilización de fármacos como los betabloqueates para el control de la frecuencia ventricular, puede ser de gran ayuda. En el caso de las terapias inadecuadas producidas por interferencias externas, se investigará si éstas son originadas por miopotenciales (mediante maniobras de provocación en la consulta), por aparatos externos (anamnesis) o por fallos intermitentes en el aislante o en el conector (mediante la radiología simple de tórax). En la Figura 30-4 se muestran los trazados de un paciente que recibe un choque inadecuado por la aparición de interferencias en el canal ventricular. En este caso se demostró un defecto en el aislante de la sonda. El caso de terapias inadecuadas originadas por sobredetección de ondas P o T es especialmente complejo. En estos casos, puede considerarse la reprogramación del umbral de sensibilidad hacia valores más altos, con el consiguiente riesgo de que se produzca infradetección de episodios arrítmicos. Por ello, en estos casos debería considerarse la inducción de FV con el fin de comprobar su correcta detección. Como última opción, podría realizarse una recolocación del electrodo. En caso de que se hayan producido múltiples activaciones de terapias por episodios de taquicardia ventricular no sostenida, puede reducirse el problema alargando los tiempos de detección de la arritmia o asociando fármacos antiarrítmicos (al igual que en pacientes con elevada carga arrítmica). En el caso de pacientes isquémicos que reciben choques por detección de taquicardias monomorfas rápidas sensadas en zona de fibrilación ventricular, resulta ventajosa la programación de tres zonas, añadiendo una zona de detección adicional de taquicardia ventricular rápida siguiendo un esquema tipo painFREE7. En ocasiones, los pacientes aseguran haber recibido un choque, el cual no se objetiva en el historial de terapias. Son los llamados choque fantasma, percibidos a menudo durante la noche, y que en realidad corresponden a la percepción de la estimulación antitaquicardia o antibradicardia o, simplemente, a que el paciente sueña haber sufrido una activación. Mención especial merece la existencia de terapias inefectivas. Se trata de una situación extremadamente peligrosa que requiere la revisión minuciosa del dispositivo y su programación, y que suele estar en relación con aumentos de los umbrales de desfibrilación. FÁRMACOS ANTIARRÍTMICOS EN EL PACIENTE CON DAI8 Los pacientes portadores de un DAI deben recibir los tratamientos necesarios para su enfermedad de base y para los procesos asociados. Especial interés debe ponerse en mantener un correcto estado hidroelectrolítico y metabólico, sobre todo en pacientes con cardiopatía estructural, en quienes no es infrecuente el tratamiento diurético. Hasta un 50% de los pacientes con DAI se tratan o han sido tratados con antiarrítmicos de forma concomitante9 y, habitualmente, la programación del DAI se ha efectuado teniendo en cuenta este tratamiento. Por ello, es muy importante no modificarlo sin conocimiento de la unidad de seguimien- Capítulo 30. Seguimiento del paciente con desfibrilador automático implantable to, puesto que ello puede producir cambios en las características de la arritmia y hacer ineficaces secuencias terapéuticas que no lo eran. Por supuesto, esto no incluye casos de urgencia en los que, por ejemplo, el DAI haya agotado su secuencia de tratamiento sin éxito, o inestabilizaciones agudas con presentación casi incesante de arritmias que obligan a una continua activación del DAI. Las posibles interacciones entre los fármacos antiarrítmicos y el desfibrilador, así como las indicaciones de los mismos en estos pacientes, se tratarán a continuación. Efecto de los fármacos antiarrítmicos en el umbral de desfibrilación Los efectos de los fármacos antiarrítmicos sobre el umbral de desfibrilación han sido objeto de numerosos estudios, tanto experimentales como en seres humanos, habiéndose llegado a resultados dispersos y conflictivos no del todo inesperados, si tenemos en cuenta las importantes limitaciones y problemas a los que se enfrentan. La medida del umbral de desfibrilación como alternativa a la construcción de una curva dosis-respuesta de tipo probabilístico (impracticable en el hombre) es más rápida y facilita la investigación, pero acarrea, necesariamente, un importante grado de variabilidad en la determinación. Por otra parte, la energía necesaria para la desfibrilación está influida por numerosas variables que incluyen desde las características del choque (interno, externo, tamaño del electrodo, forma y duración del pulso, etc.), del corazón al que se aplica (tamaño, peso, presencia o no de patología, diferencias interespecies, etc.), de interacciones farmacológicas (fundamentalmente anestésicos, otros fármacos, influencias vegetativas) y de parámetros de la propia fibrilación (duración, longitud de onda, repetición y otros). La lidocaína es un fármaco utilizado frecuentemente en la inestabilización de estos pacientes y, aunque los estudios experimentales resultan contradictorios, los estudios en humanos sugieren que este fármaco puede utilizarse con cierta seguridad en pacientes portadores de DAI10. Otros fármacos utilizados en la clínica, como los antiarrítmicos tipo Ic (flecainida y propafenona), también han mostrado resultados contradictorios en estudios experimentales, al parecer en relación con la variabilidad interespecies, y requieren estudios en el hombre. Especial relevancia tiene la amiodarona en los pacientes con DAI, por su frecuente utilización. A pesar de que, en los estudios, la administración intravenosa aguda de amiodarona no produjo aumento en los umbrales de des- 293 fibrilación, existe evidencia suficiente para afirmar que este fármaco administrado de forma crónica por vía oral aumenta los umbrales de desfibrilación11, por lo que debería valorarse su utilización en pacientes con umbrales que dejen un estrecho margen de seguridad y se debería plantear la necesidad de volver a determinar los umbrales de desfibrilación cuando se instaure tratamiento oral con este fármaco. Los estudios con sotalol en el hombre no muestran aumentos significativos del umbral en estos pacientes. Efecto de los fármacos antiarrítmicos en el umbral de estimulación Aunque el aumento del umbral debido a fármacos antiarrítmicos no suele suponer un problema clínico para la captura por estimulación en situación normal, el efecto que estos fármacos pueden tener en el umbral de estimulación poschoque es poco conocido. Aunque se trata de un tema que requiere más estudios, se recomienda volver a comprobar los umbrales de estimulación tras la iniciación de un tratamiento antiarrítmico y programar una intensidad de estimulación poschoque con un amplio margen de seguridad. Modificación de las características electrofisiológicas inducidas por los fármacos antiarrítmicos Aunque la modificación de las características electrofisiológicas cardíacas es la base de la acción de los fármacos antiarrítmicos, en ocasiones el resultado final no es deseable. Algunos de los mecanismos por los que pueden producirse estos efectos indeseables son: excesiva bradicardización que puede favorecer la estimulación ventricular; la prolongación del intervalo QT que teóricamente podría llevar a un sensado de las ondas T, pero sobre todo inducir taquicardias en torsade de pointes; así como un enlentecimiento excesivo de la taquicardia que la situaría por debajo del límite mínimo programado para su detección. Swerdlow et al.12 describieron otra posible causa de infradetección consistente en la aparición de irregularidad en los ciclos de la taquicardia inducida por fármacos que podría exceder el criterio de estabilidad programado para el diagnóstico diferencial con las taquicardias supraventriculares. Indicación de fármacos antiarrítmicos en pacientes con desfibrilador La Tabla 30-2 recoge las posibles indicaciones de los fármacos antiarrítmicos en pacientes con DAI. 294 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Tabla 30-2. Posibles indicaciones de la terapéutica antiarrítimica farmacológica en pacientes portadores de DAI Para controlar arritmias asociadas: 1. Taquiarritmias supraventriculares crónicas o paroxísticas 2. Arritmias ventriculares postimplantación 3. Frecuentes episodios de taquicardia ventricular no sostenida sintomática Para optimizar el uso del DAI: 1. Reducción del número de episodios de TV sostenida (y de descargas) 2. Enlentecimiento de la taquicardia ventricular para facilitar la eficacia de la estimulación antitaquicardia 3. Disminución de los umbrales de desfibrilación (¿sotalol?) Actualmente, la única arritmia supraventricular candidata a tratamiento con fármacos es la fibrilación auricular, puesto que el resto de las arritmias supraventriculares deberían tratarse mediante ablación con radifrecuencia. En el control de la frecuencia ventricular en pacientes con fibrilación auricular están especialmente indicados los betabloqueantes y/o la digoxina. Para la prevención de crisis en el caso de la fibrilación auricular paroxística, la amiodarona y el sotalol son, probablemente, los fármacos más indicados, aunque su uso puede verse limitado, respectivamente, por el margen de seguridad del umbral de desfibrilación y por la función ventricular del paciente. En casos de difícil control ha de valorarse la indicación de ablación de la conducción AV. En el caso de pacientes con una elevada carga arrítmica durante el seguimiento, en los que los episodios son muy sintomáticos, producen cargas innecesarias de los condensadores o no responden a la sobreestimulación dando lugar a numerosos choques, está indicada la terapéutica con antiarrítmicos, siendo la primera opción la amiodarona o el sotalol. En el caso de taquicardias incesantes, y especialmente si no existe pleomorfismo, se valorará la posibilidad de ablación con radifrecuencia. La utilización de antiarrítmicos con objeto de enlentecer las taquicardias a fin de propiciar su interrupción con estimulación es una práctica común, pero ha de hacerse de manera individualizada, debido a la posibilidad de efectos no deseados inducidos por los fármacos. El tratamiento de la tormenta eléctrica, bien postimplante, bien durante el seguimiento, se trata más adelante. COMPLICACIONES DURANTE EL SEGUIMIENTO En un estudio prospectivo con 778 pacientes13 y seguimiento a un año postimplante, se encontraron complicaciones en alrededor del 50% de los casos. El 14.5% de ellas se relacionaban con el procedimiento del implante, y el 30% directamente con el funcionamiento o programación del dispositivo. Dado que el estudio de las complicaciones en pacientes con DAI es objeto de otros capítulos, ofrecemos a continuación un breve repaso de las mismas desde el punto de vista del seguimiento y con un enfoque eminentemente práctico. La mayoría de las complicaciones de los pacientes con DAI en la consulta de seguimiento pueden detectarse mediante la inspección de la zona del implante, la anamnesis del paciente y, finalmente, mediante la interrogación del dispositivo (Tabla 30-3). Inspección del paciente y anamnesis La inspección de la zona del implante del generador es fundamental para detectar complicaciones; en especial, aquellas derivadas de la técnica de implante. Tabla 30-3. Complicaciones del DAI orientadas por la rutina de seguimiento 1. Inspección, exploración y anamnesis — Infección de la bolsa del generador — Hematoma/seroma — Decúbito/extrusión — Complicaciones articulares — TVP/embolismo pulmonares — Endocarditis 2. Interrogación del dispositivo — Parámetros basales: • Desplazamiento del electrodo • Fibrosis interfase/electrodo • Mala conexión electrodo/generador • Defectos del aislante de electrodo • Perforación — Electrogramas e historia de terapias: • Mala programación (pseudodisfunción) • Choques y terapias inadecuadas (sobredetección) • Arritmias que no originan terapias (infradetección) • Terapias adecuadas pero ineficaces Capítulo 30. Seguimiento del paciente con desfibrilador automático implantable Se mostrará especial atención a la aparición de signos locales de inflamación que sugieran la existencia de infección. La infección de la bolsa del generador es un problema serio, y su incidencia es variable según las series. La etiología más frecuente es Staphyloccocus aureus o epidermidis14 de la piel del propio paciente. Si se trata de pequeños focos en relación con algún punto de sutura, su tratamiento puede ser conservador, con antibioterapia, cultivo de muestras y seguimiento estrecho. En caso de infecciones más amplias, la terapéutica con antibióticos no suele ser suficiente y es necesaria la extracción del sistema14 para evitar complicaciones mayores como la endocarditis. Otras complicaciones locales son el hematoma y el seroma, cuyo tratamiento es conservador y que, en ningún caso, deben someterse a drenaje por punción, dado el alto riesgo de sobreinfección. Un aspecto importante en la inspección de la zona es el estado de la piel que recubre al generador. Cuando se observan claros signos de decúbito, erosión o necrosis de la piel, así como si existe extrusión franca, se procederá al tratamiento quirúrgico que incluirá limpieza quirúrgica con escisión amplia de los bordes y recolocación del generador y las sondas a nivel más medial. La anamnesis y la exploración del miembro superior ipsilateral, así como de la articulación del hombro, orientan a la posible existencia de complicaciones articulares o signos de trombosis venosa profunda. Finalmente, la anamnesis del paciente es fundamental para detectar otras posibles complicaciones, como las embolias pulmonares o la endocarditis. La aparición de picos febriles sin foco evidente en el paciente portador de DAI, con o sin signos inflamatorios locales, debe hacer sospechar la existencia de una endocarditis, especialmente si éstos son recurrentes y se acompañan de escalofríos y quebrantamiento del estado general. Es preceptiva en estos casos la realización de una ecocardiografía transesofágica, así como de hemocultivos seriados y cobertura antibiótica. El tratamiento de estas complicaciones se aborda en otro capítulo. Interrogación del dispositivo Mediciones basales. El cálculo de los parámetros basales de estimulación, detección y descarga nos aporta información sobre la integridad del electrodo de estimulación y del cable de alto voltaje. Los aumentos del umbral de estimulación o los fallos de captura, especialmente si cursan conjuntamente con alteraciones de la detección, orien- 295 tan a la existencia de problemas como el desplazamiento del electrodo. Esta complicación, que suele ser precoz, puede oscilar desde microdesplazamientos (en los que la detección puede estar conservada), hasta casos extremos como el síndrome de twiddler (Fig. 30-5). Su sospecha requiere la realización de un control radiográfico. Otra causa más tardía de aumento de umbrales de estimulación lo constituye la fibrosis de la interfase electrodo/tejido. En los casos en los que el umbral de estimulación es demasiado alto (especialmente si la detección no es válida) o se producen fallos de captura, debe recolocarse la sonda. Figura 30-5. Imagen radiológica en proyección posteroanterior de un paciente portador de un desfibrilador bicameral (arriba). Se observa dislocación de los electrodos por un síndrome de twiddler (imagen ampliada abajo). Obsérvese el desplazamiento del electrodo epicárdico inicialmente localizado en una vena posterolateral (flecha fina), así como del electrodo auricular que se encuentra en la vena subclavia izquierda (imagen de abajo, flecha gruesa). Los electrodos se encuentran enrollados alrededor del generador en la bolsa subcutánea, tal y como es característico en este síndrome (flecha blanca). 296 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización Las variaciones de la impedancia de estimulación y descarga son también signo de disfunción. Un aumento de las impedancias por encima de valores normales orienta a la fractura del electrodo o a mala conexión con el generador. En estos casos, es frecuente la existencia de interferencias que podrían producir choques espurios. El aumento de la impedancia de estimulación, especialmente si va acompañado de estimulación diafragmática y alteraciones del umbral de estimulación y de la detección, orientan a la posibilidad de que se haya producido perforación cardíaca. La disminución de la impedancia de estimulación por debajo de valores normales orienta, sin embargo, a defectos en el aislante de la sonda. Todas estas complicaciones suelen requerir la sustitución del sistema. Análisis de los electrogramas e historia de terapias. El análisis de los mismos permite detectar disfunción del sistema, pero se ha de recalcar que, en numerosas ocasiones, se trata en realidad de pseudodisfunciones, ya que obedecen a una programación inadecuada. La mayoría se solucionan con una reprogramación óptima. Estas complicaciones ya han sido tratadas anteriormente por lo que se revisarán brevemente. Se prestará especial atención a la existencia de los siguientes puntos: • Choques y terapias inadecuadas: Se producen hasta en el 25% de los pacientes15 y son frecuentemente debidos a la detección de taquicardias supraventriculares, a señales cardíacas como ondas P o T, o a señales externas (sobredetección). • Arritmias que no desencadenan terapias: Normalmente se producen por problemas de infrasensado o por la aparición de arritmias lentas no detectadas como taquicardia. • Terapias inefectivas: Como ya se comentó (véase pág. 289), constituyen una situación extremadamente peligrosa, en probable relación con un aumento en los umbrales de desfibrilación. Se ha propuesto, como otro posible mecanismo de este aumento de umbrales, la formación de intensa fibrosis en la interfase electrodo/tejido secundaria a un daño acumulativo producido por descargas repetidas16. INTERFERENCIAS Las características de los circuitos de detección del DAI pueden facilitar determinados problemas de detección y hacerlos especialmente sensibles a las interferencias electromagnéticas17. Las inter- ferencias pulsadas rápidas (p. ej., ondas de radifrecuencia) pueden equivocar al DAI y dar como resultado secuencias terapéuticas inapropiadas. Las ondas magnéticas pulsadas pueden ejercer un efecto similar, mientras que campos magnéticos continuos próximos el generador pueden, como se ha señalado antes, desactivar la unidad. Por último, cabe la posibilidad de que interferencias eléctricas de corriente doméstica producidas por aparatos mal derivados a tierra puedan también originar tratamientos inapropiados. Por ello, a los pacientes se les ha de advertir que deben evitar campos electromagnéticos intensos y próximos, lo que incluye detectores manuales de metal de los utilizados por personal de seguridad. Del mismo modo, la diatermia o el electrocauterio pueden dañar el generador o plantear problemas de sobredetección. Aunque se ha descrito que el uso cuidadoso del electrocauterio no es peligroso18, no debería utilizarse sin una estricta vigilancia. Del mismo modo, la utilización del torno por los dentistas debe realizarse con precaución. Las exploraciones ecográficas y radiográficas, incluida la tomografía axial, no plantean ningún tipo de problema; no así la resonancia nuclear magnética, que está absolutamente contraindicada. La utilización de electrodomésticos correctamente aislados, a excepción probablemente del horno microondas, como de los aparatos de telefonía móvil analógicos no suele plantear problemas de interferencias. TORMENTA ELÉCTRICA No existe en la actualidad una definición globalmente aceptada de tormenta eléctrica (TE). Representa un síndrome caracterizado por arritmias ventriculares graves y recurrentes, observado más frecuentemente en pacientes con cardiopatía estructural avanzada19. Podría definirse la tormenta eléctrica como la aparición de tres o más episodios de taquicardia/fibrilación ventricular en un período de 24 horas, en el que cada episodio está separado más de 5 minutos; aunque la definición más comúnmente utilizada es la de dos o más episodios de taquicardia/fibrilación ventricular, con inestabilidad hemodinámica, en un período menor de 24 horas, que suelen requerir cardioversión eléctrica o desfibrilación21. Se estima que entre el 10 y el 30% de los pacientes portadores de DAI han sufrido o sufrirán una TE en algún momento de su evolución20. En un estudio prospectivo observacional con 136 pacientes portadores de DAI20, el 10% de ellos sufrieron una TE, y en el 5.1% de los casos repre- Capítulo 30. Seguimiento del paciente con desfibrilador automático implantable sentaba el primer episodio arrítmico con terapia apropiada. La incidencia de taquicardia frente a la de fibrilación ventricular en la TE es variable según las series. Verma et al.21, estudiando una serie de 2038 pacientes, observaron como causa una fibrilación ventricular en el 48% de los casos, sin que esto tuviera implicaciones pronósticas con respecto al grupo en el que se producía taquicardia ventricular. La etiología de este síndrome no está del todo aclarada, pero se ha relacionado con factores precipitantes20 como la isquemia aguda, la hipoxemia, el empeoramiento de la función ventricular, alteraciones hidroelectrolíticas, disbalance autonómico, así como el efecto proarrítmico de algunos antiarrítmicos como la amiodarona21; no obstante, en la gran mayoría de los casos no se encuentran causas identificables19. Se ha descrito una incidencia importante de esta complicación en el postoperatorio inmediato al implante del DAI19, probablemente en relación con la liberación de catecolaminas secundaria al estrés o al dolor. La TE representa una complicación grave que, en casos de inestabilidad persistente, requiere un tratamiento enérgico en la unidad de cuidados críticos. En estos casos, se procederá a la sedación del paciente (que en ocasiones requerirá incluso intubación endotraqueal), tratamiento analgésico si existe dolor y a la desconexión del dispositivo bajo monitorización. El punto fundamental del tratamiento irá dirigido a la corrección de los factores desencadenantes. La primera línea de tratamiento farmacológico la constituyen sin duda los betabloqueantes, tratando de evitar, en lo posible, la utilización de fármacos antiarrítmicos. En caso de que sean necesarios, la amiodarona o la procainamida intravenosas representan la primera elección. En casos rebeldes, el tosilato de bretilio podría ser una alternativa, así como el sulfato de magnesio en el caso de taquicardias ventriculares polimorfas. Esta estrategia ha demostrado una respuesta favorable en un breve período de tiempo20. El pronóstico de los pacientes que presentan una TE varía según las diferentes series. En la serie de Villacastín et al.22, la presencia de esta complicación constituye un predictor independiente de mortalidad arrítmica, al igual que en otros estudios21. En la serie de Verma et al.20, sin embargo, los pacientes con TE no presentan peor pronóstico que aquellos que no la tuvieron. Esta discrepancia podría estar en relación, según estos últimos, con diferencias en la función sistólica entre las diferentes poblaciones, así como con la diferente definición de TE empleada en los distintos estudios. 297 CALIDAD DE VIDA EN EL PACIENTE CON DAI El hecho de saber que se padece una enfermedad cardíaca capaz de causar la muerte, así como el hecho de que su vida pueda depender de un dispositivo, hace del paciente portador de DAI un ser especialmente vulnerable y que, en la mayoría de los casos, padece afectación psicológica en mayor o menor grado. Esta situación de vulnerabilidad psicológica, junto con la limitación de determinadas actividades cotidianas, afecta de manera notable a la calidad de vida de estos pacientes. Los resultados del estudio AVID23 (cuyo end point secundario fue medir la calidad de vida de estos pacientes) parecen confirmar este aspecto, fundamentalmente en pacientes portadores de DAI en los que se han producido choques o síntomas adversos en relación con el dispositivo. En los pacientes que habitualmente no reciben choques, sin embargo, la calidad de vida es similar a la de los pacientes tratados con antiarrítmicos. En un estudio canadiense (CIDS)24 se encuentra que en los pacientes con historia de menos de 5 choques y libres de síntomas adversos, la calidad de vida de los pacientes con DAI supera incluso a la de los pacientes en tratamiento farmacológico. Así pues, la reducción en la calidad de vida parece estar en relación con los choques administrados, con el temor a nuevos choques y con las limitaciones en la vida diaria que esta situación determina. Para orientar de forma adecuada las preguntas y dudas acerca de determinadas actividades que plantean los pacientes en la consulta, revisaremos brevemente estos aspectos. Aspecto emocional Como se ha comentado, el paciente portador de DAI presenta una especial vulnerabilidad psicológica. Los síntomas ansiosos y depresivos son frecuentes23, 24, y se derivan de miedos hacia el dispositivo, miedos relacionados con la incertidumbre, cambios emocionales y de la dinámica familiar, e incluso con preocupaciones por su imagen tras el implante. El cardiólogo que realiza los seguimientos tiene un papel fundamental para lograr que el paciente supere estos sentimientos, mediante el apoyo emocional, el consejo y la información. En ocasiones será necesario derivar al paciente para valoración por psiquiatría. Ejercicio físico Ante el miedo a posibles terapias, y por las limitaciones funcionales propias de la enfermedad de 298 Estimulación cardíaca, desfibrilación y resincronización base, gran número de pacientes limitan su actividad física. Se ha de animar al paciente a que reanude de forma progresiva su actividad física habitual, informándole de que un ejercicio aeróbico regular con un adecuado programa de entrenamiento es seguro y saludable25. En cualquier caso, esta actividad debe guiarse de forma personalizada según las características físicas individuales y las limitaciones funcionales de cada enfermo. En pacientes con gran actividad física, podría ser de especial importancia el tratamiento con betabloqueantes que reduzcan la frecuencia sinusal, así como la activación de algoritmos específicos de discriminación con las taquicardias supraventriculares. Actividad sexual A pesar de la información, la actividad sexual se ve reducida en estos pacientes por miedo a terapias, ansiedad, conflictos con su imagen corporal y cambios en la dinámica de la pareja. Se aconsejará un reinicio gradual de la actividad sexual, avisando de que probablemente no reciban un choque durante la misma, pero que en caso de que ello ocurra, no lesionaría a su pareja. Actividad laboral En el paciente portador de DAI ha de considerarse de forma especial el tipo de actividad laboral realizada, los riesgos a terceros derivados de la misma, la necesidad de esfuerzo físico en el desempeño de sus funciones y la posibilidad de interferencias por maquinarias o similares. En general, el paciente debe incorporarse de forma progresiva a su vida laboral con las limitaciones funcionales propias de su enfermedad de base (en el caso de cardiopatía estructural). De cualquier forma, debe realizarse una valoración individualizada de cada caso. Conducción de vehículos A pesar de las recomendaciones en contra, alrededor de un 70% de los pacientes con DAI vuelven a conducir tras la implantación, y un 7% de ellos experimentan algún choque conduciendo26. No obstante, una encuesta publicada en 199527 encontró que la tasa estimada para pacientes con DAI tanto de mortalidad como de lesiones es significativamente menor que las de la población general en Estados Unidos, mientras que sólo el 10% de los choques producidos mientras el paciente conducía desembocaron en accidente. Por ello, los autores28 recomiendan un período inicial de restricción de la conducción de vehículos tras el implante del DAI y una posterior liberalización personalizada a cada paciente en función de la sintomatología, tolerancia de arritmia y de las secuencias terapéuticas, entre otros factores. Un estudio publicado en 2001 por Akiyama et al.28 con 758 pacientes que habían participado en el estudio AVID, encontró idénticos resultados. Según este estudio, la mayoría de los pacientes volvía a conducir pronto, y, a pesar de que muchos referían síntomas compatibles con taquicardias ventriculares durante la conducción, la incidencia de accidentes de tráfico se situaba por debajo de la media de la población general. En nuestro hospital, inicialmente desaconsejamos a todos los pacientes la conducción de vehículos, teniendo en cuenta el vacío legal que existe en nuestro país a este respecto. Posteriormente, durante el seguimiento, algunos pacientes nos comunican que han vuelto a conducir y, hasta el momento, no hemos observado ningún caso de accidente relacionado con el DAI. Una encuesta publicada recientemente, realizada a los participantes del estudio DAVID29, sugiere que los pacientes portadores de DAI cumplen las recomendaciones de sus cardiólogos en materia de conducción. Es responsabilidad nuestra asegurar que dichas recomendaciones sean razonables y basadas en datos fiables. BIBLIOGRAFÍA 1. 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