Número de registro: 21839 Novena Época Instancia: Primera Sala

Anuncio
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
Número de registro: 21839
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXX, Noviembre de 2009
Página: 86
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL TERCER CIRCUITO
Y EL SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEGUNDO
CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es
competente para conocer de esta denuncia de contradicción de tesis, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, 197-A de la Ley de Amparo y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, así como con los puntos segundo y cuarto del Acuerdo
5/2001, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia, en tanto que los asuntos de los que deriva
el punto de contradicción son del orden penal, materia de la exclusiva competencia de esta
Sala.
SEGUNDO. Legitimación. La denuncia proviene de parte legítima, en tanto fue formulada
por un Magistrado de Circuito, y por ello su caso encuadra en la hipótesis prevista en el
artículo 197-A de la Ley de Amparo, conforme al cual dichos funcionarios están legitimados
para denunciar la contradicción.
TERCERO. Criterio del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito.
Este órgano jurisdiccional resolvió por unanimidad de votos el amparo directo **********,
el cuatro de diciembre de dos mil ocho; en el caso que le correspondió examinar a este
órgano colegiado, en un primer juicio de amparo directo se concedió la protección federal por
advertir una violación procesal cometida por el Juez de origen; el amparo fue para el efecto
de que se dejara insubsistente la sentencia de segundo grado y en su lugar el tribunal
responsable ordenara al Juez de origen la reposición del procedimiento hasta el auto de
formal prisión, por razón de haberse declarado agotada la instrucción en forma indebida.
En acatamiento del fallo de amparo, el tribunal de alzada ordenó al Juez de primer grado la
reposición del procedimiento, lo que fue cumplido y, llegado el momento de dictar sentencia,
dicho Juez emitió una nueva, cuyos puntos resolutivos resultaron iguales a los
primigeniamente dictados, salvo el referido a la pena pecuniaria, que se modificó para
-1-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
decretarla por un monto superior al establecido en la primer sentencia. Cabe indicar que el
acervo probatorio fue exactamente el mismo que el originariamente exhibido.
Este fallo se confirmó en apelación. Inconforme, el quejoso promovió nuevo juicio de
amparo directo.
El Tribunal Colegiado de Circuito negó la protección constitucional. En sus consideraciones,
dicho tribunal estimó correcta la modificación de la pena pecuniaria, y señaló expresamente
que ello no contravenía al principio de non reformatio in peius, habida cuenta de que éste
aplicaba únicamente a la actuación de los tribunales de alzada.
Sus consideraciones expresas son del tenor siguiente:
"En lo correspondiente a la individualización de la pena, debe decirse que no se transgreden
garantías en perjuicio del quejoso, puesto que para estimarlo con una culpabilidad
equidistante entre la mínima y la media, la responsable ponderó las circunstancias exteriores
de ejecución del delito; principalmente que poseyó poco más de una tonelada de marihuana,
circunstancia suficiente para ubicarlo con una culpabilidad de esa magnitud.
"Así las cosas, las penas impuestas de siete años seis meses de prisión y ciento cincuenta días
de multa son correctas, dado que la primera es congruente con el grado de culpabilidad
fijado, mientras que la segunda, a pesar de que no está investida de congruencia, se fijó en
una proporción menor a la que realmente le correspondería (ciento sesenta y dos días de
multa).
"El monto de la sanción pecuniaria, equivalente a tres mil trescientos setenta y cinco pesos,
adecuadamente deriva de la multiplicación de los ciento cincuenta días de multa por el salario
mínimo general vigente en la época y zona de los hechos, equivalente a veintidós pesos
cincuenta centavos.
"Sobre este particular, debe señalarse que, antes de que en el primer amparo directo
promovido, se ordenara la reposición del procedimiento, el tribunal de alzada, en su
resolución inicial, impuso al quejoso las penas mínimas previstas por el artículo sustantivo
aplicado que prevé la hipótesis delictiva; resolución que desde luego fue revocada por el
tribunal constitucional para dar lugar a la reposición procesal.
"Sin embargo, este Tribunal Colegiado no comparte el criterio sostenido por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, en la tesis II.2o.P.216 P,
publicada en la página 1727, Tomo XXV, marzo de 2007, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, que dispone: ‘NON REFORMATIO IN PEIUS. EN
ATENCIÓN A DICHO PRINCIPIO LA SALA NO PUEDE AGRAVAR LA SITUACIÓN
-2-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
JURÍDICA DEL INCULPADO EN EL PROCEDIMIENTO PENAL, DERIVADO DE LA
CONCESIÓN DE UN AMPARO ANTERIOR QUE MANDA REPONER EL
PROCEDIMIENTO EN BENEFICIO Y RESPETO DE SUS DERECHOS. La Sala
responsable no puede agravar la situación jurídica del inculpado en el procedimiento penal,
como consecuencia de la concesión de un amparo anterior, que derivó en la necesidad de
reponer el procedimiento en beneficio y respeto de sus derechos, ello en atención al principio
de non reformatio in peius, pues no entenderlo así, implicaría hacer nugatoria la verdadera
naturaleza del juicio de garantías, desnaturalizando además la función que compete al órgano
jurisdiccional que no es la de persecutor o acusador, sino la de resolutor imparcial.’
"El principio aludido por el diverso órgano constitucional opera en los recursos de alzada.
Conforme a ese principio, la revisión de la sentencia sólo puede hacerse sobre la base de lo
alegado contra ella y, en definitiva, de lo impugnado por las partes, con tal efecto que la
sentencia no puede ser modificada en perjuicio del apelante único; esto es, la ‘reformatio in
peius’ es una clase o especialidad de incongruencia que se manifiesta como una prohibición o
límite respecto del ámbito de conocimiento del tribunal de segunda instancia que le impide
agravar la posición jurídica del apelante por inercia de su propio recurso.
"Ahora, con base en la premisa de la definición del principio, debe concluirse que se trata de
una prohibición exclusiva para el tribunal revisor, de tal suerte que en el caso de que en un
juicio de garantías directo, se ordene la reposición del procedimiento de primera instancia en
una etapa de instrucción (lo que posibilita la admisión de pruebas de las partes), tal
resolución que analiza cuestiones meramente procesales, no sujeta al juzgador de primer
grado a sostener una pena equivalente a la que inicialmente se había impuesto, de tal suerte
que, en su caso, podrá imponer una sanción mayor.
"Se considera lo anterior, porque, en primer término la resolución del órgano revisor se
constriñe al análisis de cuestiones procesales; esto es, es obvio que no se ocupa de temas de
fondo, como lo es la imposición de una sanción, por lo que ese aspecto no constituye materia
del juzgamiento por parte del tribunal constitucional y, por ende, no adquiere el carácter de
cosa juzgada.
"Por otro lado, la resolución que ordena la reposición del procedimiento en un juicio de
garantías, por lo general, trae aparejada la peculiaridad de que se deja plenitud de jurisdicción
para que el juzgador dicte la sentencia que corresponda, llegada la etapa respectiva. Así, ante
esa posibilidad de volver a contar jurisdicción sobre los hechos, el que juzga puede tomar una
decisión distinta, conforme al material probatorio ofrecido por las partes, que incluso puede
ser distinto al originalmente valorado, en razón de la reapertura de la fase instructiva.
"Enseguida, se cita la jurisprudencia de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la que se ocupa de un tema similar en el que la resolución de amparo otorga
-3-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
plenitud de jurisdicción al juzgador responsable, de tal suerte que, con base en ella, asume
una postura distinta. Dicha jurisprudencia se identifica con el número 1a./J. 3/2008, visible en
la página 151, Tomo XXVII, febrero de 2008, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, que dispone: ‘AUTO DE FORMAL PRISIÓN. EN LA SENTENCIA
QUE CONCEDE EL AMPARO EN SU CONTRA PUEDE RESERVARSE PLENITUD DE
JURISDICCIÓN A LA AUTORIDAD RESPONSABLE PARA QUE RECLASIFIQUE EL
DELITO POR EL CUAL SE EJERCIÓ LA ACCIÓN PENAL. Conforme al artículo 19 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, corresponde a la autoridad judicial, a
través del auto de formal prisión, clasificar los hechos ante ella consignados y determinar qué
delitos configuran, por lo que también está facultada para cambiar la clasificación del delito,
esto es, modificar aquél por el que se ejerció la acción penal, y sujetar a proceso al acusado
por otro, con base en el cual se normará la instrucción, siempre y cuando no se varíen los
hechos de la acusación. Es decir, la Norma Fundamental prohíbe la modificación de la
sustancia de los hechos, pero no su apreciación técnica o su denominación legal. Ahora bien,
la concesión del amparo contra el auto de formal prisión, por no haberse acreditado el cuerpo
del delito o la probable responsabilidad del indiciado, trae consigo la declaratoria de
invalidez de dicho auto, por lo que, formalmente, ya no estará sujeto a la etapa procedimental
de la instrucción y será indispensable que la autoridad responsable defina su situación
jurídica, pudiendo presentarse dos hipótesis: que aquélla reclasifique el delito por el cual se
dictó el primer auto de formal prisión y se inicie el juicio por el ilícito cometido, en
cumplimiento al artículo 19 mencionado, o bien, que no esté en condiciones de hacerlo
porque ello implicaría variar los hechos materia de la consignación, en cuyo caso podrá dictar
un auto de libertad por falta de elementos para procesar, con las reservas de ley. Por tanto, en
la sentencia que concede el amparo contra el auto de formal prisión dictado incorrectamente
el juzgador puede reservar plenitud de jurisdicción a la autoridad responsable para que, en su
caso, reclasifique el delito por el cual se ejerció la acción penal y se continúe la instrucción,
pues dicha facultad de reclasificación no se fundamenta en una declaratoria judicial, sino en
el indicado precepto constitucional; sin que con ello se agrave la situación del inculpado,
porque la autoridad de amparo no vincula a la responsable a dictar un nuevo auto de formal
prisión, debidamente fundado y motivado, sino que sólo reconoce la posibilidad de
reclasificar el delito.’
"También resulta ilustrativa la jurisprudencia 2a./J. 140/2007, visible en la página 539, Tomo
XXVI, agosto de 2007, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación:
‘IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO DERIVADA DEL CUMPLIMIENTO DE
UN FALLO PROTECTOR, O EN EJECUCIÓN DE ÉSTE. NO SE ACTUALIZA CUANDO
EN LA SENTENCIA DE GARANTÍAS NO HUBO COSA JUZGADA EN RELACIÓN
CON EL TEMA DE FONDO Y SE DEJÓ PLENITUD DE JURISDICCIÓN A LA
AUTORIDAD RESPONSABLE. La fracción II del artículo 73 de la Ley de Amparo al
establecer que el juicio de garantías es improcedente contra resoluciones dictadas en los
-4-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
juicios de amparo o en ejecución de las mismas se refiere a aquellas resoluciones que
indefectiblemente deben emitir las autoridades responsables, en las cuales el órgano
jurisdiccional del Poder Judicial de la Federación les constriñe a realizar determinadas y
precisas acciones, esto es, les da lineamientos para cumplir con el fallo protector y, por ende,
la responsable no tiene libertad de decisión, sino que debe emitir la nueva resolución
conforme a los efectos precisados por el órgano jurisdiccional federal, de manera que al
actuar la responsable en ese sentido, emitiendo una resolución en cumplimiento de una
ejecutoria de amparo, o en ejecución de ésta, el nuevo amparo que se intente resulta
improcedente porque deriva de una decisión definitiva que ya fue materia de análisis en un
juicio anterior, pues admitir un nuevo amparo afectaría el principio jurídico de cosa juzgada y
generaría inseguridad jurídica. Sin embargo, esta causal de improcedencia no se actualiza
cuando el fallo concesorio deja plenitud de jurisdicción a la autoridad responsable, porque
ello significa que en el juicio de amparo no se tomó una decisión definitiva sobre el problema
jurídico, es decir, no impera el principio de cosa juzgada, por lo cual la nueva resolución que
emita la autoridad responsable no obedece al cumplimiento de una ejecutoria de amparo, o en
ejecución de la misma, atendiendo a lineamientos precisos del órgano federal y, en
consecuencia, en este supuesto procede el nuevo juicio de garantías.’
"En ese sentido, es obvio que si después de la reposición del procedimiento penal, el Juez
impone una pena mayor a la inicialmente aplicada, la cual confirma el tribunal de alzada, ello
no implica violación al principio non reformatio in peius, dado que, se insiste, es una
prohibición dirigida a un tribunal de alzada que propiamente no vincula al juzgador de
instancia y, por otra, la resolución de efectos procesales, que no se ocupa de temas de fondo,
le otorga de nueva cuenta jurisdicción amplia para que se ocupe de los hechos delictivos, la
responsabilidad del quejoso y las penas a aplicar, incluso con datos distintos que pudieren
haber sido aportados con motivo de la reposición ordenada.
"Aunado a lo anterior, con una postura como ésta, no se desnaturaliza la función que compete
al órgano jurisdiccional, que efectivamente no es la de persecutor o acusador, sino la de
resolutor imparcial, toda vez que la aplicación de las sanciones está dentro de su ámbito de
facultades, en términos de lo dispuesto aun por el nuevo texto del artículo 21 de la
Constitución Federal, que en lo conducente dispone: ‘... La imposición de las penas, su
modificación y duración son propias y exclusivas de la autoridad judicial ...’.
"También apoya a esta consideración la tesis 2158, visible en el Tomo II del Apéndice 2000,
Quinta Época, de la Primera Sala del Máximo Tribunal: ‘PENAS, AUMENTO DE LAS,
CUANDO SE REPONE EL PROCEDIMIENTO. Si la sentencia de primera instancia quedó
sin efecto jurídico alguno, al ordenarse que se repusiera el procedimiento, al pronunciar
nueva sentencia, el Juez de los autos está en aptitud legal de fijar nueva sanción penal dentro
de los extremos que marca la ley.’
-5-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
"Por lo tanto, al advertirse la contraposición de criterios mencionada, lo que procede es
denunciar dicha contradicción de tesis, por lo que se ordena remitir a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, copia autorizada de esta resolución, para los efectos del artículo 197-A
de la Ley de Amparo".
CUARTO. Criterio del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito.
Este órgano jurisdiccional emitió la tesis aislada II.2o.P.216 P, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, marzo de dos mil siete,
página mil setecientos veintisiete:
"NON REFORMATIO IN PEIUS. EN ATENCIÓN A DICHO PRINCIPIO LA SALA NO
PUEDE AGRAVAR LA SITUACIÓN JURÍDICA DEL INCULPADO EN EL
PROCEDIMIENTO PENAL, DERIVADO DE LA CONCESIÓN DE UN AMPARO
ANTERIOR QUE MANDA REPONER EL PROCEDIMIENTO EN BENEFICIO Y
RESPETO DE SUS DERECHOS. La Sala responsable no puede agravar la situación jurídica
del inculpado en el procedimiento penal, como consecuencia de la concesión de un amparo
anterior, que derivó en la necesidad de reponer el procedimiento en beneficio y respeto de sus
derechos, ello en atención al principio de non reformatio in peius, pues no entenderlo así,
implicaría hacer nugatoria la verdadera naturaleza del juicio de garantías, desnaturalizando
además la función que compete al órgano jurisdiccional que no es la de persecutor o
acusador, sino la de resolutor imparcial.
"Amparo directo 235/2006. 19 de octubre de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Adalid
Ambriz Landa. Secretario: Gustavo Aquiles Villaseñor."
El caso concreto del que derivó el criterio transcrito fue el siguiente: en un primer juicio de
amparo directo se concedió la protección federal por advertir una violación procesal cometida
por el Juez de origen; el amparo fue para el efecto de que se dejara insubsistente la sentencia
de segundo grado y en su lugar el tribunal responsable ordenara al Juez de origen la
reposición del procedimiento a partir de la declaración preparatoria (por haberse recabado
simultáneamente con la de su coacusado).
En acatamiento del fallo de amparo, el tribunal de alzada ordenó al Juez de primer grado la
reposición del procedimiento, lo que fue cumplido y, llegado el momento de dictar sentencia,
dicho Juez emitió una nueva, cuyos puntos resolutivos resultaron iguales a los
primigeniamente dictados, salvo los referidos a las penas de prisión y pecuniaria, que
modificó para incrementarlas significativamente en relación con las decretadas en la primer
sentencia. El acervo probatorio fue idéntico tanto en el primero como en el segundo juicio.
Este fallo se confirmó en apelación. Inconforme, el quejoso promovió nuevo juicio de
amparo directo.
-6-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
El Tribunal Colegiado de Circuito concedió el amparo. Su razonamiento fue que la
reposición de procedimiento se ordenó en beneficio exclusivo del quejoso, y que el cuadro
probatorio no fue variado, pese a la reposición, de modo que el Juez estaba obligado a
resolver sin agravar las penas originalmente decretadas.
Las consideraciones expresas de este órgano jurisdiccional fueron las siguientes:
"Ahora bien, en suplencia de la queja, con apoyo en el artículo 76 Bis, fracción II de la Ley
de Amparo, este Tribunal Colegiado advierte que la sentencia reclamada por lo que se refiere
a la individualización de la pena, es violatoria de garantías, en perjuicio del quejoso, como se
establece a continuación:
"Expone el quejoso que la Sala responsable en forma incorrecta confirmó la sentencia de
primer grado, estableciendo un grado de culpabilidad máximo, imponiendo las penas
máximas que contempla el artículo 247 fracción II del Código Penal para el Estado de
México, ignorando que como antecedente ya existía una sentencia de condena que había sido
confirmada, por lo que se estaba solamente ante una reposición del procedimiento en
acatamiento a un mandato federal, de tal forma que la citada responsable, se encontraba
impedida a imponer penas mayores a las que se impusieron en aquel fallo, que con su actuar
vulnera el principio jurídico de non reformatio in peius consagrado en el artículo 23 de la
Carta Magna, pues no se aportó ningún otro medio de prueba, ni se perfeccionaron los ya
existentes.
"Su motivo de inconformidad, resulta esencialmente fundado, lo que conlleva a concederle el
amparo solicitado; ello se afirma, dado que, como es de explorado derecho, el procedimiento
entendido en su sentido más amplio, abarca incluso todas las incidencias posibles, incluyendo
la potencial determinación que ordene reponer el procedimiento, pero visto en su conjunto, si
la sala de apelación repuso el procedimiento por una violación cometida en perjuicio de la
defensa del quejoso (al haberse recabado su declaración preparatoria en forma simultánea a la
de su coacusado) y no por solicitud de parte, como por ejemplo del ministerio público;
entonces, por necesidad lógica, y aun sin que exista un dispositivo expreso, es obvio que el
Juez a quo, y en su conjunto la autoridad de instancia incluyendo a la Sala de apelación, está
constreñida a respetar el aspecto relativo al quantum o gravamen del fallo anterior,
incluyendo la acusación; debido por un lado al origen de la reposición decretada que
expresamente fue en beneficio del procesado apelante y, por la otra parte, debido a que
después de reponerse el procedimiento el cuadro probatorio no fue variado en forma alguna
por parte del órgano ministerial, particularmente en relación con las circunstancias o factores
destacables para efectos de la individualización de las penas.
"Así pues, de los autos que conforman la causa penal, se advierte que en fecha cinco de enero
-7-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
de dos mil uno, el Juez de origen (previo a la reposición del procedimiento, derivado de una
concesión de amparo anterior por este órgano colegiado, en el juicio de amparo directo AD.
********** al considerarse que se había recabado su declaración preparatoria en forma
simultánea a la de su coprocesado en su perjuicio), determinó ubicarlo en un grado de
culpabilidad media entre el máximo y el mínimo, imponiéndole una pena de treinta y cinco
años de prisión, así como setecientos cincuenta días multa, y demás sanciones a que se hizo
acreedor; situación que fue confirmada en su momento por la alzada. Sin embargo, una vez
que se ordenó la reposición del procedimiento y se recabó su declaración preparatoria con las
formalidades de ley, sin que se aportara un medio de prueba distinto a los ya desahogados,
con fecha veinticinco de junio de dos mil cuatro, el Juez de origen dictó nuevamente
sentencia definitiva en contra del quejoso, ubicándolo en un grado de culpabilidad máximo,
imponiéndole una pena mayor de prisión siendo de cincuenta años, y multa de mil días de
salario mínimo en la época de los hechos, ocupándose también de los demás aspectos
relacionados con la individualización de la pena; situación que fue avalada por la Sala del
conocimiento.
"Por todo ello, se estima por parte de este Tribunal Colegiado, que en la especie el Juez de
primer grado estaba obligado a resolver sin agravar la situación de la sanción que él mismo
determinó inicialmente pues la reposición del procedimiento no tuvo la finalidad de que
corrigiera sus potenciales deficiencias sino respetar los derechos del debido proceso y esta
circunstancia no puede servir de pretexto para agravar la condición del sentenciado como
culminación del contexto integral del procedimiento al que a final de cuentas está siendo
sometido de manera oficiosa a consecuencia de una reposición del procedimiento decretada
en beneficio y respeto de sus derechos, no entenderlo así implicaría hacer nugatoria de la
verdadera naturaleza de la garantía de debido proceso y los principios de contradicción y
equidad procesal, desnaturalizando además la función que compete al órgano jurisdiccional
que no es la de persecutor o acusador sino la de resolutor imparcial.
"En consecuencia, lo procedente es, conceder el amparo solicitado al quejoso ... para el efecto
de que la responsable, dejando intocado el capítulo relativo al acreditamiento del cuerpo del
delito atribuido, como su plena responsabilidad penal, en su comisión, se ocupe de nueva
cuenta del capítulo de la individualización de la pena, bajo los lineamientos señalados en
párrafos que anteceden.
"Así, al no advertirse algún otro motivo de queja deficiente, que deba ser suplida, lo
procedente es conceder al quejoso, en los términos señalados, el amparo y protección de la
Justicia Federal solicitado."
Este mismo criterio fue sostenido en los amparos directos ********** fallado el veintiocho
de septiembre de dos mil siete; ********** resuelto el once de octubre de dos mil siete, y
********** resuelto el trece de diciembre de dos mil siete, todos por unanimidad de votos.
-8-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
QUINTO.-Existencia de la contradicción y estudio de fondo. Como se advierte de la lectura
de los dos considerandos anteriores, existe la contradicción de tesis denunciada, pues ha
quedado evidenciado que en la parte considerativa de las ejecutorias que respectivamente
emitieron los tribunales contendientes, ambos se ocuparon de una misma cuestión jurídica,
pero ofrecieron respuestas discrepantes.
El problema común al que ambos se enfrentaron fue determinar si por virtud de la concesión
de un amparo directo para efectos, por estimar actualizada una violación al procedimiento en
el juicio de origen penal, el Juez natural puede culminarlo con una nueva sentencia en la que
decrete una pena mayor a la originariamente decretada en el primer fallo, siempre y cuando el
acervo probatorio del juicio repuesto sea el mismo que el del juicio primigenio.
Así, para el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, el Juez de
origen puede válidamente emitir nueva sentencia, con pena mayor; en cambio, para el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, ello no está permitido,
por resultar violatorio del principio de non reformatio in peius.
Así, cabe concluir que en el presente asunto sí existe la contradicción de tesis denunciada, y
que el problema jurídico que debe resolverse es determinar si por virtud de la concesión de
un amparo para efectos, por actualizarse una violación al procedimiento en el juicio de
origen, al reponerse éste el Juez puede emitir nueva sentencia en la que establezca una pena
mayor a la decretada en el primer fallo, si es que el material probatorio resulta ser el mismo.
Pues bien, a juicio de esta Primera Sala, tal problema debe resolverse en el sentido de que el
Juez natural no puede dictar nueva sentencia en la que agrave la pena primeramente
decretada.
Para demostrarlo, cabe recordar que el juicio de amparo directo es un medio extraordinario de
defensa, de control de constitucionalidad de una cierta clase de actos de autoridad, no
vinculado con la jurisdicción ordinaria, y por lo mismo muy diferente de la apelación y otros
medios de impugnación cuyo objeto es remediar vicios de ilegalidad.
Esto se desprende con claridad del texto del artículo 107 constitucional, fracciones III, inciso
a) y V, incisos a), b), c) y d):
"III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el
amparo sólo procederá en los casos siguientes:
"a) Contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, respecto de
las cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o
-9-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
reformados, ya sea que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el
procedimiento, afecte a las defensas del quejoso, trascendiendo al resultado del fallo; siempre
que en materia civil haya sido impugnada la violación en el curso del procedimiento
mediante el recurso ordinario establecido por la ley e invocada como agravio en la segunda
instancia, si se cometió en la primera. Estos requisitos no serán exigibles en el amparo contra
sentencias dictadas en controversias sobre acciones del estado civil o que afecten al orden y a
la estabilidad de la familia;
"...
"V. El amparo contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio,
sea que la violación se cometa durante el procedimiento o en la sentencia misma, se
promoverá ante el Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda, conforme a la
distribución de competencias que establezca la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, en los casos siguientes:
"a) En materia penal, contra resoluciones definitivas dictadas por tribunales judiciales, sean
éstos federales, del orden común o militares.
"b) En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias definitivas y
resoluciones que ponen fin al juicio dictadas por tribunales administrativos o judiciales, no
reparables por algún recurso, juicio o medio ordinario de defensa legal.
"c) En materia civil, cuando se reclamen sentencias definitivas dictadas en juicios del orden
federal o en juicios mercantiles, sea federal o local la autoridad que dicte el fallo, o en juicios
del orden común.
"En los juicios civiles del orden federal las sentencias podrán ser reclamadas en amparo por
cualquiera de las partes, incluso por la Federación, en defensa de sus intereses patrimoniales,
y
"d) En materia laboral, cuando se reclamen laudos dictados por las Juntas Locales o la
Federal de Conciliación y Arbitraje, o por el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje de
los Trabajadores al Servicio del Estado. ..."
Por otra parte, es necesario precisar que el principio non reformatio in peius establece que el
tribunal de alzada (esto es, el que, en vía ordinaria conoce del medio impugnativo de
legalidad que procede contra una sentencia definitiva) no puede agravar la situación jurídica
del sentenciado, como apelante, cuando el Ministerio Público se conforma con la sentencia de
primer grado por no haber interpuesto apelación.
-10-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
Así, la resolución recurrida exclusivamente por el sentenciado no puede ser "modificada en
disfavor del reo"; su máximo perjuicio es que se conserve en sus términos la sentencia
impugnada.
Estas afirmaciones tienen sustento en la doctrina jurisprudencial acogida por esta Suprema
Corte de Justicia desde antaño:
1. Tesis aislada emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación, Sexta Época, Segunda Parte, Volumen XXXIII, página veinte:
"AMPARO, ALCANCES DEL.-Es legalmente imposible nulificar el beneficio indebido que
obtuvo el quejoso con la modificación que en apelación se hizo de la sentencia de primera
instancia, ante el principio de non reformatio in peius.
"Amparo directo 6455/59. **********. 23 de marzo de 1960. Cinco votos. Ponente: Ángel
González de la Vega."
2. Tesis aislada emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación, Sexta Época, Segunda Parte, Volumen VI, página noventa y nueve:
"APELACIÓN EN MATERIA PENAL (NON REFORMATIO IN PEIUS).-El principio
jurídico procesal de non reformatio in peius consiste en que el Juez de segundo grado no
puede agravar la situación jurídica del quejoso, como apelante, cuando el Ministerio Público
se conforma con la sentencia de primer grado, esto es, que no interpone el medio
impugnatorio de la apelación ni expresa agravios. El ámbito de la prohibición de la
reformatio in peius, se traduce en que la resolución recurrida no debe ser ‘modificada en
disfavor del reo’, pues lo peor que puede ocurrir al recurrente es que se conserve la
resolución impugnada. Si quienes hacen valer el recurso de apelación pudieran correr el
peligro de encontrar lo contrario de la ayuda esperada, es seguro que nunca haría valer su
protesta respecto del fallo de primera instancia, pues, por el contrario, se confirmarían con
frecuencia, desgraciadamente, con resoluciones injustas. Por tanto, existe siempre reformatio
in peius, si el nuevo fallo es más gravoso que el antiguo. Por otra parte, no se agrava la
situación jurídica del acusado, cuando la pena señalada en el fallo de segundo grado es igual
a la que fijó el Juez del conocimiento en su resolución.
"Amparo directo 1255/54. **********. 19 de septiembre de 1957. Unanimidad de cuatro
votos. Ponente: Luis Chico Goerne."
3. Tesis emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
Sexta Época, Segunda Parte, Volumen XIV, página cuarenta:
-11-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
"APELACIÓN.-El principio jurídico procesal de ‘non reformatio in peius’, prohibe al
tribunal de apelación, agravar la pena impuesta por el Juez de primera instancia, cuando sólo
se hubiera inconformado con ella el acusado y no así el Ministerio Público.
"Amparo directo 1568/57. **********. 22 de agosto de 1958. Unanimidad de cuatro votos.
Ponente: Luis Chico Goerne."
Como se puede constatar, el principio de non reformatio in peius no cobra aplicación directa
en el caso a examen, pues el problema que se trata de resolver aquí no es el de determinar si
el tribunal de alzada puede agravar la situación del reo, sino el muy diferente de establecer si,
por efecto de la devolución de jurisdicción que entraña la concesión de un amparo para
efectos, el Juez natural puede agravar aquélla, en comparación con la situación generada en la
sentencia primigenia.
El principio mencionado tampoco cobra aplicación en el juicio de amparo directo, que no es
un recurso cuyo objeto sea la modificación de una pena establecida en una sentencia -como la
apelación-, sino que se trata de un juicio autónomo y extraordinario cuyo objeto es el análisis
de la constitucionalidad del acto reclamado -una resolución definitiva, sea que la violación se
cometa en ella o sea que se realice en el curso del procedimiento del cual deriva-.
Entonces, cabe concluir que la solución al problema jurídico que corresponde resolver a esta
instancia no puede encontrar fundamento en el principio de non reformatio in peius.
Precisado lo anterior, esta Sala estima que el problema encuentra solución en la teleología del
juicio de amparo, que no es otra sino la de proteger al quejoso en forma efectiva de aquellos
actos de autoridad que lesionen su esfera de derechos.
Así, cuando la lesión a la esfera jurídica del quejoso se materializa en una sentencia
definitiva, por causa de que ésta tiene fundamento en una actuación procesal viciada, el
efecto de la concesión del amparo ha de ser que el procedimiento se subsane, declarando
insubsistente la sentencia reclamada y ordenando la reposición a partir del momento en que
se cometió la violación, a fin de garantizar al quejoso que la resolución que resulte esté
plenamente apegada a las formalidades que rigen el procedimiento.
En este escenario, si se consintiera en que por virtud de la reposición del juicio originada por
la concesión del amparo, la pena que llegara a decretarse eventualmente pudiera ser mayor a
la obtenida en el primer juicio, esto sería, en sí mismo, contrario al espíritu protector que
anima al juicio de garantías, pues quienes lo hicieran valer correrían el peligro de encontrar lo
contrario de la ayuda esperada, y esto podría originar que los sentenciados se autolimitaran en
el ejercicio de la acción de amparo, conformándose con resoluciones posiblemente injustas.
-12-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
Conviene referir un ejemplo, con miras a explicitar el razonamiento anterior. Si un reo
obtuviera sentencia firme que lo condenara con pena de prisión por un número de años
determinados, y el amparo otorgado contra ella fuera para que se depurara el procedimiento
natural del que deriva por constatarse la existencia de una violación formal, una vez repuesto
el procedimiento podrían obtenerse cualquiera de estos tres resultados: 1) que el Juez de
origen considerara que, remediada la violación procesal, la condena debería disminuir o
transmutarse en absolución; 2) que el Juez estimara que, con todo y haberse remediado la
violación, ello en nada modificaría la pena originalmente impuesta y la reiterara, o 3) que el
Juez estimara haber errado en la primera ocasión, pues con todo y haberse remediado la
violación, dado el acervo probatorio el reo debe ser declarado culpable, pero con una pena
mayor.
Sin embargo, la última posibilidad lógica es inadmisible, pues la reposición del
procedimiento en casos como el que se examina, no tiene la finalidad de que el Juez de
origen corrija sus deficiencias en la individualización de la pena, sino la de obligarlo a que
respete el principio del debido proceso.
Así, si la reposición del procedimiento fue ordenada en beneficio y respeto de los derechos
procesales del quejoso, no puede estimarse que lo anterior sirva de base para que el juzgador
de origen dicte un nuevo acto que suponga perjuicios mayores que los iniciales.
Correspondería a la institución del Ministerio Público, en todo caso, inconformarse con la
individualización de la pena, si a su juicio tuviera que ser mayor.
De estimar lo contrario, resultaría que el reo obtiene en un primer momento una sentencia
con una cierta pena, respecto de la que nada se dijo en cuanto al fondo en el amparo otorgado
por razón de haberse materializado una violación procesal, y después obtiene una segunda
sentencia con una pena mayor; el amparo, en esta hipótesis, ningún fin benéfico habría
producido en la esfera jurídica del quejoso, pues ahora se le estaría obligando a defenderse de
un acto mayormente lesivo, y modificado no por su intervención, sino por la oficiosa
actuación del Juez de origen.
En orden a lo expuesto, debe prevalecer como jurisprudencia obligatoria el criterio siguiente:
AMPARO DIRECTO EN MATERIA PENAL. CUANDO SE CONCEDE PARA
EFECTOS, POR ACTUALIZARSE VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO, EL JUEZ DE
ORIGEN NO PUEDE, CON BASE EN EL MISMO MATERIAL PROBATORIO, DICTAR
NUEVO FALLO EN EL QUE AGRAVE LAS PENAS INICIALMENTE DECRETADAS.Si se consintiera que por virtud de la reposición del juicio motivada por la concesión de un
amparo directo, el Juez natural pudiera dictar sentencia en la que la pena impuesta fuera
mayor a la originalmente decretada, cuando no se ha modificado el material probatorio, se
contrariaría gravemente el espíritu protector que anima al juicio de garantías, pues quienes
-13-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 50/2009.
hicieran valer éste correrían el peligro de encontrar lo contrario de la ayuda esperada, lo cual
originaría que los sentenciados se autolimitaran en el ejercicio de la acción de amparo,
conformándose con resoluciones posiblemente injustas. Consecuentemente, en casos como el
descrito, el Juez de origen no puede dictar nuevo fallo en el que agrave las penas inicialmente
decretadas, por efecto mismo de la concesión del amparo; máxime que en los indicados
supuestos la reposición del procedimiento no tiene la finalidad de que el Juez natural corrija
sus deficiencias en la individualización de la pena, sino la de obligarlo a que respete el
principio de debido proceso. Así, si la reposición del procedimiento se ordena en beneficio y
respeto de los derechos procesales del quejoso, ello no puede servir de base para que el
juzgador de origen dicte un nuevo acto que suponga perjuicios mayores que los primigenios.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Sí existe contradicción entre los criterios sustentados, en los términos precisados
en el considerando quinto de esta ejecutoria.
SEGUNDO.-Debe prevalecer, con el carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los términos de la tesis
redactada en el último considerando del presente fallo.
TERCERO.-Dése publicidad a la tesis jurisprudencial que se sustenta en la presente
resolución, en términos del artículo 195 de la Ley de Amparo.
Notifíquese; remítase testimonio de la presente resolución en términos de ley y, en su
oportunidad archívese el toca de la contradicción.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo (ponente), José Ramón
Cossío Díaz, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y presidente
Sergio A. Valls Hernández. El Ministro José Ramón Cossío Díaz formulará voto concurrente.
En términos de lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra
en esos supuestos normativos.
-14-
Descargar