JUZGADO DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO NÚMERO 8 DE BARCELONA PROCEDIMIENTO ABREVIADO Nº 117/2004 SENTENCIA Nº 141 En Barcelona, a 2 de septiembre de 2004 Vistos por D. José Manuel de Soler Bigas, Magistrado Juez titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 8 de Barcelona y su Provincia, los presentes autos de procedimiento contencioso administrativo, en los que tiene la condición de part actora D. JOSE FELIX BASTERRECHEA AYUSO, representado y defendido por la Letrada Dña. Mª Pilar Perancho Medina, siendo demandado el AYUNTAMIENTO DE MOLLET DEL VALLÈS, representado y defendido por el Letrado. D. Santiago Sáenz Hernaiz. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Por la parte actora, a través de su representación procesal en autos, se interpuso recurso contencioso administrativo contra la resolución dictada en fecha 15 de enero de 2004 por la Alcaldía del Ayuntamiento demandado, por la que se acordó en definitiva, la pérdida de la condición de funcionario de carrera del actor, Arquitecto municipal, como resultado del expediento sancionador seguido contra el mismo. SEGUNDO.- Reclamado el expediente administrativo y conferido traslado del mismo a las partes, se celebró la sesión del juicio conforme a lo previsto en el Art. 78 LJ, quedando seguidamente conclusos para sentencia. TERCERO.- En la tramitación de este procedimiento se han observado las prescripciones legales, salvo la del plazo para dictar sentencia, debido al número de asuntos de los que conoce este Juzgado. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Articular la parte actora su recurso, frente a la resolución administrativa sancionadora que se relaciona en el primer antecedente de esta sentencia, solicitando en el suplico de la demanda: a) Que se declare la nulidad de la misma, o subsidiariamente que se anule por contraria a derecho; b) Que se restablezca la situación jurídica individualizada del actor; y c) Que “se reconozca el derecho del funcionario a ser reintegrado en el total de retribuciones dejadas de percibir, con los intereses legales, desde que fue suspendido cautelarmente de empleo y sueldo”. Se alegan como motivos de impugnación: la “vulneración del derecho fundamental de presunción de inocencia (artículo 24.2 CE) y del principio de Seguridad Jurídica (artículo 9.3 CE)”; la “infracción del Ordenamiento Jurídico y desviación de poder”; y la vulneración del principio de proporcionalidad en la graduación de las sanciones. SEGUNDO.- No contiene la resolución sancionadora objeto de impugnación en este proceso, una relación taxativa de hechos probados imputados al actor, remitiéndose al respecto tácitamente al pliego de cargos del expediente. Partiendo de lo anterior, resulta necesario poner de manifiesto cuales son los hechos subyacentes al proceso, según resultan del expediente administrativo (EA) y de lo actuado en sede jurisdiccional, siendo en esencia los siguientes: A) En sesión de fecha 30 de septiembre de 1988, el Pleno del Ayuntamiento demandado reconoció al actor, Arquitecto municipal con vinculación laboral por entonces, la compatibilidad para el ejercicio libre de la profesión de Arquitecto, con dos condiciones sustantivas, a saber: la prohibición de desarrollar tales actividades privadas en el término municipal de Mollet del Vallès en todo caso, y en lo demás de forma concurrente (relacionada) o contradictoria con los intereses del Ayuntamiento, a tenor de la previsto en los Arts. 11, 12 y 13 de la Llei del Parlament 21/87, de 26 de noviembre, de Incompatibilidades del Personal al Servicio de la Administración de la Generalitat, aplicable a la Administración local conforme al Art. 1.2 d); y con “estricte compliment de la jornada i horari de treball a l’Ajuntament” (fols. 18 y 193 EA). B) El actor fue nombrado funcionario interino el 28 de julio de 1989, y funcionario de carrera por el Pleno del Ayuntamiento demandado, en fecha 24 de julio de 1992, “per cobrir en propietat (una) plaça d’Arquitecte, Grup A”2, según certifica la Secretaria de la Corporación (fol. 264 EA). C) En declaración realizada como testigo en el expediente administrativo, el Concejal Sr. Garzón, “Regidor delegat de l’àmbit d’Obres des de l’any 1987”, a cuya Area ha estado adscrito el actor desde aquella fecha, reconoce que “sabia que (el actor) tenia declarada la compatibilidad com Arquitecte, i que per tant, suposava que s’hi dedicava” (fol. 249 EA). En el mismo sentido, los testigos Sr. Josep Ortiz i Sra. Conxa Bohigas, superiores jerárquicos –sin que conste la concreta plaza ocupada para cada unodel actor, desde 1992 i 1990 respectivamente, reconocieron al ser interrogados como testigos, que sabian que el actor “a més de treballar per a l’Ajuntament....es dedicava a l’exercici lliure de la professió” (fols. 252 y 255 EA). D) En 19 de febrero de 2002, a tenor de la documentación aportada con ocasión de la vista oral de este proceso, el Ayuntamiento demandado y las organizaciones sindicales representativas de sus funcionarios, llegaron a un acuerdo en la negociación colectiva seguida conforme a la Ley 9/87, de 12 de junio, fijando las condiciones de trabajo del personal funcionario para el período 2001-2004 (fol. 100 y siguientes de los autos). Con arreglo al Art. 26 de las Condiciones de Trabajo (Doc. 1 anexo), “la jornada de treball del personal al servei de l’Ajuntament serà, en Comput. Anual”. Con arreglo al Art. 27 (“Horaris”), “el compliment de la jornada de treball, es realitzarà, en base als diversos col·lectius i diferents tipologies horàries d’aplicació. Les diverses tipologies horàries, s’aplicaran als diversos llocs de treball, atenent a criteris d’eficàcia i eficiencia. La concreció i aplicació d’aquestes tipologies, les farà la Corporació, previa negociació i acord amb les organitzacions sindicals”. Conforme al “Acta d’Acords a la Mesa de Negociació”, suscrita en la misma fecha, 19 de febrero de 2002 (Doc. 2 anexo), y a tenor de su Art. 26.1 (“Jornada Laboral”), “la jornada en còmput anual, serà de 1498 hores, excepte per al col·lectiu de la Policia Municipal” (debe entenderse, según el texto que sigue, que a razón de 7 horas diarias, por 214 dias laborables). Dentro de las diversas “tipologies horàries” que se establecen a tenor del Art. 27 (“Horaris”), de la referida Acta, la que afecta al actor, según convienen ambas partes en este proceso, es la siguiente, según resulta del Art. 27.1.1, en relación con el Art. 12.1 CE 3: “d) Model horari, basat en l’auto regulació horària, adreçat a determinats llocs de treball, que té com a objectiu garantir la realització de les tasques i funcions pròpies inherents a aquests llocs de treball, dintre de la jornada habitual amb horari variable. Aquest sistema comportarà necessàriament una compensació económica a través d’un complement de dedicació, d’acord amb la relació de llocs de treball”. E) En fecha 8 de abril de 2003, el actor, según resulta de los registros de control horario del Ayuntamiento demandado (fols. 115 a 150 EA), se ausentó de aquél a las 11’05 horas, no regresando y generando un saldo de menos 4’59 horas, siendo el motivo de la salida, comparecer ante un Juzgado de lo Contencioso de esta ciudad, a fin de ratificar un dictamen pericial correspondiente al ejercicio libre de la profesión de Arquitecto (fol. 7 EA). En fechas 11 de abril, 15 de mayo y 16 de junio de 2003, el actor realizó salidas, también registradas en el control horario municipal, con similar objeto, compareciendo ante diversos Juzgados de lo Contencioso de esta ciudad (fols. 9 a 13 EA). F) En fecha 16 de julio de 2003, el actor compareció ante el Juzgado de lo Contencioso nº 1 de esta ciudad, a fin de ratificar un dictamen pericial emitido en el ejercicio libre de su profesión (fol. 15 EA). En este caso sin embargo, no registró su salida en el control horario, figurando en él como presente en el Ayuntamiento, de las 8’08 a las 15’21 (y de las 16’42 a las 18’55, fols. 115 a 150 EA, pag. 34). G) En fecha 23 de julio de 2003, habiéndole sido denegado al actor el permiso de salida “per necessitats del servei” (fol. 17 EA), se ausentó no obstante del Ayuntamiento a las 12’17 horas, no regresando ese día, sino reincorporándose al siguiente a las 7’47 horas (fols. 115 a 150 EA, pág. 34), compareciendo ante el Juzgado de lo Contencioso nº 4 a fin de ratificar un dictamen pericial emitido en el ejercicio libre de su profesión (fol. 16 EA). H) En la misma fecha 23 de julio de 2003, le fue incoado al actor el expediente sancionador que se revisa en este proceso, formulándose pliego de cargos en fecha 27 de octubre de 2003, siendo éstos los siguientes (fol. 266 EA): 1º) El ejercicio de actividades privadas, propias de la profesión de Arquitecto, incumpliendo las normas sobre incompatibilidad, por cuanto la declaración de compatibilidad “va quedar sense efecte el dia 29 de juliol de 1989, de conformitat amb les previsions de l’article 21.1 de la Llei 21/87”, siendo que “a més de no disposar de reconeixement de compatibilitat...hauria incomplert la seva jornada i horari de treball, en la seva dedicació a activitats privades, com a mínim.... (en las seis fechas ya relacionadas)”. 2º) El abandono del servicio, “el dia 23 de juliol de 2003, a partir de les 12’17 hores”. 3ª) La omisión dirigida a evadir el sistema de control horario “durant l’absència injustificada del seu lloc de treball el dia 16 de juliol de 2003”. I) El expediente concluyó con la resolución de la Alcaldía de fecha 15 de enero de 2004, objeto de impugnación en este proceso, que consta ejecutada con efectos 1 de febrero de 2004 (fols. 332 y 402 EA), y que impuso al actor las siguientes sanciones: a) Suspensión de funciones con pérdida de retribuciones durante 3 años, con destitución del cargo de jefatura, en razón de la primera imputación del pliego de cargos. b) Suspensión de funciones con pérdida de retribuciones durante un año, por el segundo cargo. c) Suspensión de funciones con pérdida de retribuciones durante 2 meses, en razón del tercer cargo; y d) “Pèrdua del lloc de treball de l’expedient, de conformitat amb l’article 119.7 del Decret legislatiu 1/1997, atesa la impossibilitat de garantir la necesaria confiança en l’elaboració de projectes i direccions d’obres publiques”. TERCERO.- Invocado por la parte actora, como motivo de impugnación, la vulneración del derecho fundamental a la presunción de inocencia (Art. 24 CE), y del principio de seguridad jurídica (Art. 9.3), el primero, conforme a la STC 237/2002, de 9 de diciembre de 2002, FD 3º: “....garantiza, en palabras de la STC 76/1990, de 26 de abril, “el derecho a no sufrir sanción que no tenga fundamento en una previa actividad probatoria sobre la cual el órgano competente pueda fundamentar un juicio razonable de culpabilidad” (FJ 8). Ello comporta que la sanción esté basada en actos o medios probatorios de cargo o incriminadores de la conducta reprochada; que la carga de la prueba corresponda a quien acusa, sin que nadie esté obligado a probar su inocencia; y que cualquier insuficiencia en el resultado de las pruebas practicadas, libremente valorado por el órgano sancionador, debe traducirse en un pronunciamiento absolutorio” (con cita de diversas SSTC, entre las más recientes, las 81/2000, de 27 de marzo; 175/2000, de 26 de junio; y 27/2001, de 29 de enero). Así pues, debe estarse en este caso, desde luego, a los hechos que resulten acreditados a tenor del expediente sancionador y de lo actuado en este proceso. Y al respecto, de los elementos probatorios en presencia, no resulta que el actor realizara privadamente como Arquitecto, actividades que colisionaran con los intereses del Ayuntamiento, en línea con lo manifestado por el Letrado de este último en el acto de juicio, en el sentido de que “la incoación del expediente se inicia porque ambos arquitectos (el actor y otro) estaban trabajando para empresas que tenía interés totalmente opuestos al propio ayuntamiento” (fol. 44 de los autos). Tal imputación no figura en el informe que inicia el expediente, ni en el pliego de cargos (fols. 5 y 266 EA), ni resulta de los listados de trabajos del actor visados por el Colegio de Arquitectos (fols. 198 a 202 EA), ni de ningún otro particular del expediente instruido, de forma que, como mera sospecha en todo caso, debe decirse que no podría fundar de ningún modo una sanción al actor, con un rigor desproporcionado en relación con los hechos efectivamente imputados y constatados. CUARTO.- Sentado cuanto antecede y en lo que se refiere al primer cargo, no puede aceptarse la premisa del Ayuntamiento demandado, en el sentido de que el actor no tenía reconocida la compatibilidad para el ejercicio privado de la profesión de Arquitecto. En efecto, reconocida dicha compatibilidad por el Pleno del Ayuntamiento, en fecha 30 de septiembre de 1988, y conocido el ejercicio libre de la profesión por los superiores políticos y funcionariales del actor, en los términos puestos de manifiesto en el fundamento 2º precedente, Apdos. A) y C), si la Corporación entendió que, con arreglo a la previsión del Art. 21.1 de la Llei 21/87, de 26 de noviembre, la modificación del vínculo del actor, de laboral a funcionario, primero interino y después de carrera, operada entre 1989 y 1992, no obstante la identidad sustantiva de la función como Arquitecto municipal, comportaba obligadamente la pérdida de vigencia de aquella autorización, debió de ponérselo de manifiesto, en algún momento durante los últimos 12 años. Las Administraciones Públicas, conforme al Art. 3.1 de la Ley 30/92, de 26 de noviembre, según redacción conferida por Ley 4/99, de 13 de enero, deben respetar en su actuación los principios de buena fe y de confianza legítima, derivados, tal como señala la Exposición de Motivos de la segunda, del de seguridad jurídica. En el presente supuesto, la realización por el actor de una segunda actividad, representada por el ejercicio libre de su profesión de Arquitecto, no ha tenido lugar durante los últimos 12 años en una situación de desconocimiento por parte de la Corporación demandada, ni de mera tolerancia por su parte, sino amparada, en principio, por un acuerdo del Pleno, sobre cuya falta sobrevenida de vigencia, invocada por la parte demandada a partir de la incoación del expediente, jamás fue advertido el actor con anterioridad a dicha incoación. En tales condiciones y con arreglo a los referidos principios del Art. 3.1 Ley 30/92, no puede invocar válidamente la Administración demandada que el actor, con ocasión de los hechos imputados, desempeñaba el ejercicio libre de su profesión de Arquitecto sin autorización de compatibilidad. QUINTO.- Así pues, el quid de la cuestión, en lo que se refiere al primer cargo imputado al actor, estriba en discernir si incumplió, con ocasión de los hechos objeto del expediente, la segunda de las condiciones de la autorización de compatibilidad, prevista en el Art. 21.1 de la Llei 21/87, de 26 de noviembre, a saber, el estricto cumplimiento de la jornada y horario de trabajo en el Ayuntamiento demandado. Resulta para ello obviamente determinante, conocer cual era la jornada y el horario que debía cumplir el actor en dicho Ayuntamiento, durante el período a considerar, comprendido entre el 8 de abril y el 23 de julio de 2003. Al respecto, la parte actora sostiene en la demanda que su patrocinado “no tiene un horario establecido sino autorregulado”, con “horas de entrada y salida en función de las necesidades del trabajo a realizar”. El delegado sindical Sr. Alonso Pujol testificó en el acto del juicio que “el actor tiene un horario de autorregulación (que) se basa en las horas anuales y se regulan ellos el trabajo y el horario”, en lo que coincidió la también delegada de personal Sra. Nacente Durban, en el sentido de que ella, como el actor, “tiene horario autorregulado según las necesidades del servicio”, que “cobran más porque no cobran horas extras si se tienen que quedar por la tarde”. Debe decirse que en el expediente, no se especifica en ningún momento por la Administración demandada, cual es el horario de obligado cumplimiento para el actor, haciéndose referencia en la resolución impugnada, con evidente imprecisión, a la “jornada habitual”, sin concreción de la hora de inicio y de salida. Ningún dato determinante aportó al respecto la Sra. Megias Jiménez, Jefa del Departamento de Recursos Humanos del Ayuntamiento demandado, oida como testigo en el acto del juicio, donde manifestó al respecto: “que conoce los pactos del convenio colectivo....que exist(e) un horario ordinario y el de autorregulación, este último es por exigencias del puesto de trabajo....(que) el horario autorregulado se aplica en función de tener una jefatura (y) no del trabajo” (Acta del juicio, fol. 41 y siguientes de los autos). Aportada con ocasión del acto de juicio, la documentación que instrumentó los acuerdos alcanzados por el Ayuntamiento y los representantes de sus funcionarios, relativos a las condiciones de trabajo para el período 2001-2004, como resultado de la negociación colectiva realizada al amparo de la Ley 9/87, de 12 de junio, del texto de dichos acuerdos, al que se ha hecho referencia en detalle en el fundamento 2º D) precedente, se colige en definitiva: a) Que con los datos en presencia, no consta que exista en el Ayuntamiento demandado un horario “ordinario” o “habitual”, sino “diversas tipologías horarias” para los también diversos colectivos de funcionarios, que tiene en común – salvo para la Policía Municipal – el cómputo anual de 1498 horas; b) Que de entre las tipologías horarias y como cuestión pacífica, corresponde al actor el modelo “basado en la autorregulación horaria”, que tiene como objetivo “garantir la realització de les tasques i funcions pròpies inherents a aquests llocs de treball dintre de la jornada habitual amb horari variable” (Doc. Nº 2 anexo, Art. 27.1.1 d); y c) Que en lo que se refiere a dicho horario “autorregulado” y “variable”, no se ha acreditado que los funcionarios sujetos al mismo, entre los que se cuenta el actor, estén obligados a permanecer en el Ayuntamiento durante una determinada franja horaria, como período nuclear indisponible dentro de dicho horario “variable” o flexible y “autorregulado”. Es corolario de esto último, que el actor, cuando en fechas 8 y 11 de abril, 15 de mayo y 16 de junio de 2003, abandonó el Ayuntamiento en horas de la mañana, dejando constancia de ello en el registro de control horario, no cometió infracción alguna que le pueda ser imputada, tampoco en relación con el modo de realizar su segunda actividad compatible, por cuanto la previsión al respecto, contenida en el acuerdo del Pleno de 30 de septiembre de 1988 y requerida por el Art. 21.1 de la Llei 21/87, de 26 de noviembre, de condicionarla al cumplimiento de la jornada y horario de trabajo, debe ponerse ahora en relación con el horario autorregulado reconocido al actor, cuanto menos, hasta que el Ayuntamiento implemente con mayor detalle la previsión del Art. 27 de las Condiciones de Trabajo en vigor, convenidas el 19 de febrero de 2002, en el sentido de que “la concreció i aplicació d’aquestes tipologies (horàries), les farà la Corporació, previa negociació i acord amb les organitzacions sindicals”. Procede por todo ello anular la primera de las sanciones impuestas al actor en la resolución impugnada, de tres años de suspensión de funciones y de sueldo, correspondiente al primer cargo imputado, por no haber resultado probado que incurriera en el tipo infractor aplicado, a saber, la falta muy grave prevista en el Art. 115 h) del Decret Legislatiu 1/97, de 31 de octubre, Texto Único de la Ley de la Función Pública de la Administración de la Generalitat de Catalunya, consistente en “el incumplimiento de las normas sobre incompatibilidades”. SEXTO.- El segundo cargo imputado, a saber, “l’abandonament del servei, el dia 23 de juliol, a partir de les 12’17 hores”, se califica en la resolución recurrida como constitutivo de la falta muy grave prevista en el Art. 115 c) D.L. 1/97 (“el abandono de servicio”), siendo sancionado con la suspensión de funciones y retribuciones durante un año. El hecho, tal como se ha reflejado en el fundamento 2º G) precedente, consistió en ausentarse del Ayuntamiento a las 12’17 horas, acudiendo al señalamiento de un Juzgado de lo Contencioso de esta ciudad, desoyendo la denegación del permiso de salida, “per necessitats del servei”, reintegrándose a su puesto de trabajo al siguiente día, a las 7’47 horas. Con arreglo a la STS, Sala 3ª, de 4 de diciembre de 2001, rec. de casación 8116/97, “ha sido la jurisprudencia de esta Sala, en reiteradas sentencias (14 de febrero, 7 de noviembre de 1984, 14 de noviembre de 1985, 23 de diciembre de 1986, 11 de abril de 1988 y 17 de julio de 1990, entre otras) la que ha señalado que la falta muy grave de abandono de servicio requiere para su apreciación dos elementos fundamentales: a) Una falta total y continuada de asistencia al servicio a que está obligada por su condición de funcionario. B) Una dejación absoluta de sus obligaciones funcionariales”. Resulta patente, a la vista de la interpretación jurisprudencial del tipo infractor aplicado, la improcedencia de dicha aplicación, por falta de los elementos de continuidad en el tiempo y dejación absoluta de las obligaciones funcionariales, en los que no incurrió el actor por ausentarse del Ayuntamiento durante las últimas horas de la mañana del 23 de julio de 2003. Los hechos habrían podido admitir en todo caso, una calificación distinta, como infracciones graves previstas en el Art. 116 D.L. 1/97, a tenor de los apartados a) (incumplimiento de órdenes) o m) (ejercicio de actividades compatibles sin haber obtenido autorización), que aquí no pueden considerarse, por cuanto, además de no haber sido objeto de debate una tal alteración de la calificación, resulta en cualquier caso que, por el confucionismo, imputable al Ayuntamiento demandado, en cuanto a la existencia de un horario de obligado cumplimiento por el actor, como límite a su autorregulación por este último, no consta que la denegación de la autorización de salida, acordada el 23 de julio de 2003, fuera ajustada a derecho, cuando no se explicitaron ni entonces ni después las necesidades del servicio que la motivaron. Consecuentemente, siendo atípica la conducta del segundo cargo, en relación con el Art. 115 c) D.L. 1/97 aplicado, y en vista de las demás circunstancias concurrentes, procede la anulación sin más de la sanción impuesta por el referido segundo cargo. SÉPTIMO.- El tercer cargo imputado al actor consiste, tal como se ha puesto de manifiesto en el fundamento 2º F) precedente, en haberse ausentado aquél de su puesto de trabajo en el Ayuntamiento demandado, durante la mañana del 16 de julio de 2003, para concurrir a un señalamiento de un Juzgado de lo Contencioso, sin reflejar la salida en el registro de control horario, con arreglo al cual el actor permaneció en el Ayuntamiento, entre las 8’08 y las 15’21 horas. La conducta, en este caso, sí se incardina en el tipo infractor aplicado, a saber, el Art. 116 a) D.L. 1/97, que tipifica como falta grava “las acciones u omisiones dirigidas a evadir los sistemas de control de horarios o a impedir que se detecten los incumplimientos injustificados de la jornada y el horario de trabajo”. La referida infracción fue sancionada en la resolución recurrida, con 2 meses de suspensión de empleo y sueldo, con invocación al respecto de los Arts. 119.4 y 120 D.L. 1/97 y “havent-se apreciat la pertorbació del funcionament dels serveis i la intencionalitat de la conducta de l’inculpat”, siendo revisable en este caso, de acuerdo con los motivos de impugnación de la demanda, la proporcionalidad de dicha sanción. Al respecto, se constata, en cuanto a la apreciación de la perturbación en los servicios como criterio de graduación (Art. 120 b) D.L. 1/97), que no se explicita en qué consistió concretamente. Considerando lo antedicho y partiendo de que sí hubo presumiblemente intencionalidad, y no descuido, por parte del actor, al dejar de registrar su salida, enmarcada la conducta en la también presumible escalada de tensión con el Ayuntamiento, que le llevó primero a registrar sus salidas, en cuatro ocasiones, después a omitir dicho registro, en una ocasión, y finalmente a solicitar autorización, que le fue denegada y que soslayó, y relacionado todo ello, una vez más y necesariamente, con el confucionismo existente en cuanto a las obligaciones para el funcionario derivadas de la tipología horaria autorregulable, la ponderación del principio de proporcionalidad (Art. 131 Ley 30/92), entendido como adecuación o correlación de la sanción a la gravedad del hecho cometido (por todas, STS, Sala 3ª, de 1 de febrero de 1995 y 6 de febrero de 1998), determina que la sanción a m i poner por la concreta infracción cometida por el actor el 16 de julio de 2003, deba fijarse a tenor del Art. 119.4 D.L. 1/97, en 16 días de suspensión de empleo y sueldo. OCTAVO.- Sancionado por fin el actor, a tenor del Apdo. d) de la parte dispositiva de la resolución recurrida, con la “pèrdua del lloc de treball....de conformitat amb l’article 119.7 del Decret Legislatiu 1/1997, atesa la impossibilitat de garantir la necesaria confiança en l’elaboració de projectes i direccions d’obres publiques”, el precepto que fundamenta tan grave sanción, la autoriza en los supuestos de suspensión de funciones por más de quince dias, acaso de forma abierta en exceso y con tensionamiento por ende del principio de seguridad jurídica, “en función de las circunstancias y de la falta cometida”. En este caso y según resulta de los razonamientos de esta sentencia, no ha quedado probada más que la concurrencia del tercero de los cargos imputados al actor, consistente en no haber registrado su salido el 16 de julio de 2003. Así pues, la pérdida de la condición de funcionario resulta de una manifiesta desmesura. Pero tal desmesura o desproporción, resultaba también, debe decirse, aún si se hubiera confirmado el resto de la resolución impugnada, y su fundamentación, “atesa la impossibilitat de garantir la necesaria confiança en l’elaboració de projectes i direcció d’obres publiques”, es extraña desde luego al objeto del expediente sancionador, delimitado por el contenido del pliego de cargos. Tal como se ha tenido que indicar en el fundamento 3º precedente, las meras sospechas, puestas de manifiesto por la representación procesal del Ayuntamiento demandado en el acto del juicio, relacionadas con hechos que, por carentes de prueba, no han sido formalmente imputados en ningún momento al actor, no pueden obviamente justificar sanciones cuya fundamentación explicitada, remite inevitablemente a aquellas meras sospechas y no a los hechos objeto del pliego de cargos, lo cual, no constituye desviación de poder en los términos del Art. 70 in fine LJ, según se argumenta en la demanda del recurso, sino simple y esencialmente, vulneración del principio de presunción de inocencia. NOVENO.- No concurren razones para la condena en costas de ninguna de las partes (Art. 139.1 LJ). En atención a lo expuesto, FALLO 1º) ESTIMAR PARCIALMENTE el recurso contencioso administrativo interpuesto por la parte actora en este procedimiento, contra la resolución dictada en fecha 15 de enero de 2004 por la Alcaldía del Ayuntamiento de Mollet del Vallès, ANULANDO las sanciones impuestas en virtud de dicha resolución, a tenor de los Apartados a) b) y d) de su parte dispositiva, por no ser conformes a derechos. 2º) REDUCIR la sanción impuesta a tenor del Apartado c) de la parte dispositiva de la misma resolución, siendo la procedente la de suspensión de funciones con pérdida de retribuciones del actor, por plazo de DIECISÉIS DIAS. 3º) DECLARAR el derecho del actor, a ser restablecido en sus derechos como funcionario de carrera del Ayuntamiento demandado, con reintegro de las retribuciones dejadas de percibir a partir de la fecha en que fue suspendido cautelarmente de empleo y sueldo, salvo las perdidas en razón de la sanción a la que se contrae el apartado anterior, más los intereses legales de la cantidad resultante, contados hasta la fecha de su efectivo pago. 4º) NO HACER imposición de las costas causadas. Contra esta sentencia cabe interponer recurso de apelación en el plazo de QUINCE DIAS (Arts. 81 y 85 LJ). Así por esta sentencia, de la que se unirá certificación al procedimiento, quedando el original en el libro de resoluciones definitivas del Juzgado, lo pronuncio, mando y firmo. PUBLICACIÓN.- La anterior Sentencia ha sido dada, leída y publicada en el día de su fecha por el Ilmo. Sr. Magistrado que la suscribe, de lo que, la Sra. Secretaria, doy fe.