Poder Judicial de la Nación Sala II- Causa n/ 27.680 “Lucero Tevez, José H. s/ procesamiento y embargo” Juzg. Fed. 6; Secret. 11 Expte. n/ 14.403/2008/2 Reg. n/ 29.769 //////////////////////////nos Aires, 21 de abril de 2009.Y VISTOS: YCONSIDERANDO: Los Dres. Horacio Cattani y Martín Irurzun dijeron: I. Llegan estas actuaciones a conocimiento y decisión del Tribunal en virtud del recurso de apelación interpuesto a fs. 45/47 por el Dr. Juan Martín Hermida, defensor oficial de José Humberto Lucero Tevez, contra el resolutorio obrante a fs. 40/42 en el que se decretó el procesamiento del nombrado por el delito previsto en el art. 12, inciso b de la ley n/ 23.737 y se mandó trabar embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de tres mil pesos ($3.000). II. Lucero Tevez se hallaba fumando un cigarrillo de marihuana en el interior de una formación férrea situada en el andén n/ 4 de la Estación Once de Septiembre de esta ciudad, cuando fue sorprendido por el Sargento Primero Llorens y el Cabo Primero Tula, quienes solicitaron al nombrado que apague el cigarrillo y sin desprenderse de él, descienda de la formación. Una vez en el sector de andenes de la estación mencionada, los preventores solicitaron la presencia de dos testigos, delante de los cuales procedieron al secuestro del cigarrillo semiconsumido y de un envoltorio de nylon conteniendo una sustancia vegetal que resultó ser marihuana, que se encontraba en la parte delantera de su ropa interior (ver fs.1,3,4, 6,7,8, 30/30vta.y 31). III. Asiste razón a la defensa respecto de que el hecho imputado a Lucero Tevez no reúne los extremos exigidos por el art. 12 inc. b de la ley de drogas. En efecto, el citado tipo penal requiere que el uso de estupefacientes se efectúe con “ostentación y trascendencia al público”. Se sostiene que “la trascendencia implica que la acción haya sido percibida por terceras personas, y toda vez que la norma hace referencia al público, los sujetos receptores deben ser indeterminados” (Mahiques, Carlos A., “Leyes Penales Especiales”, ed. Fabián Di Plácido, Bs.As., 2004, tomo I, pág.195/6). Ahora bien, cabe señalar que no se desprende de las probanzas del legajo que la referida circunstancia se haya concretado en el hecho imputado. Nótese que los preventores procedieron a convocar a los testigos firmantes del acta de secuestro luego de descender del tren y en la zona de andenes, lo que permite dudar de la existencia del público -en los términos del art. 12, inc. b de ley citada- en el interior de la formación férrea, dónde según la declaración del personal policial, Lucero Tevez fue sorprendido consumiendo estupefacientes. En esta línea de pensamiento, cabe señalar que, la circunstancia destacada por el magistrado, de que el imputado “se encontraba utilizando marihuana en una unidad férrea, siendo las cinco y media de la tarde”, no resulta suficiente para fundamentar la calificación escogida en el auto en crisis. Ello así por cuanto, el tipo penal mencionado, exige la efectiva trascendencia al público, no bastando a tales efectos que el uso de la droga se produzca en lugares expuestos al público o privados, pero con probable trascendencia a terceros (ver Mahiques, Carlos A., obra citada, pág.196). Los argumentos expuestos conducen a descartar la subsunción de la conducta imputada a Lucero Tévez en el art. 12, inciso b de la ley 23.737. Sentado ello, el análisis del hecho bajo estudio conduciría a su recalificación en el art. 14, segundo párrafo de la ley citada, toda vez que, contrariamente a lo señalado por la defensa, la tenencia del estupefaciente no se adecuó a una actividad privada e individual, sino que se enmarcó en una situación de consumo potencialmente dañosa o de posible difusión indeterminada del estupefaciente (ver de Poder Judicial de la Nación esta Sala, causa n/ 23.667, rta el 9/5/2006, reg. n/25.072). Siguiendo este razonamiento, debe distinguirse la valoración de las circunstancias en que el imputado fue sorprendido consumiendo estupefecientes -sin acreditarse la existencia de público, pero en un tren y a las cinco y media de la tarde- en el marco de las exigencias del tipo objetivo del art. 12, inc. b de la ley 23.737, de la practicada en aras de constatar la potencial afectación del bien jurídico protegido por dicha ley, que habilite en el caso la intervención punitiva del Estado. Es decir, que los pormenores que rodearon el accionar atribuido a Lucero Tevez resulten objetivamente insuficientes para su encuadre en el art. 12, inc. b, según los argumentos expuestos, no implica que en el caso no se haya configurado la situación de peligro para la salúd pública, propia del ámbito de protección de la ley 23.737. IV. No obstante ello, no procederán los suscriptos a la recalificación de la conducta bajo los parámetros expresados en el considerando anterior, por los motivos que se desarrollarán seguidamente. En primer lugar, en el informe pericial de fs. 30/30 vta. se concluyó que el contenido de tetrahidrocannabinol (THC) del cigarrillo semiconsumido incautado, es inferior a la dosis umbral media de 3.500 microgramos para el logro de efectos psicotóxicos. Tiene dicho este Tribunal que si el peritaje químico comprueba la presencia del componente activo de la droga, pero establece que no llega a la cantidad mínima suficiente para el logro de tales efectos, esta sustancia no puede considerarse estupefaciente en los términos del art. 77 del Código Penal y de la ley 23.737, dada la falta absoluta de determinación de su poder toxicomanígeno (ver de esta Sala , causa n/ 20.514, rta. el 9/10/03, reg. n/ 21.612 y causa n/ 22.553, rta. el 28/6/05, reg. n/ 23.850). En segundo término y con relación a la sustancia contenida en el envoltorio de nylon secuestrado, cabe destacar que la falta de cuantificación de su componente psicoactivo (THC), a cuya valoración se llega sólo mediante deducción por vía bibliográfica (ver informe señalado), compromete la acreditación del cuerpo del delito (ver de esta Sala, causa n/ 9775, rta. el 27/12/93, reg. n/ 10.459 y sus citas, entre otras). En virtud de ello, corresponde que una vez devueltas las actuaciones, el juez de grado ordene la realización del estudio pericial pertinente, bajo las pautas aquí señaladas. Como corolario de las consideraciones expuestas precedentemente, se impone adoptar, respecto de Carlos H. Lucero Tevez, el temperamento previsto en el art.309 del Código Procesal Penal de la Nación. El Dr. Eduardo Farah dijo: Coincido con el voto que antecede en punto al rechazo de la calificación jurídica del hecho, escogida por el a quo (art. 12, inciso b de la ley 23.737). Sin embargo, independientemente del resultado que arroje un nuevo peritaje, conforme con mi decisión en la causa n/ 41.228, caratulada: “Velardi, Damián J. y otro s/sobreseimiento”, resuelta el 17 de abril de 2008, a cuyos fundamentos me remito por razones de brevedad, entiendo que corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 14, apartado segundo de la ley 23.737 y, en consecuencia, revocar la resolución recurrida y disponer el sobreseimiento del imputado conforme a lo dispuesto por el art. 336 del C.P.P.N., lo que así voto. En virtud del acuerdo que antecede el Tribunal RESUELVE: I. REVOCAR el punto dispositivo I de la resolución de fs. 40/42, y DECLARAR que en estas actuaciones no existe mérito para procesar o sobreseer a José Humberto Lucero Tevez en orden al hecho por el que fue indagado (art.309 del C.P.P.N.), DEBIENDO el a quo proceder de la manera indicada en el considerando IV. II REVOCAR el punto dispositivo II del auto citado en cuanto manda trabar embargo sobre los bienes y/o dinero del nombrado hasta cubrir la suma de tres mil pesos ($3.000). Regístrese, hágase saber al Sr. Fiscal General y devuélvase, debiendo el a quo efectuar las restantes notificaciones a que hubiere lugar. Fdo: Horacio Rolando Cattani- Martín Irurzun- Eduardo G. Farah.Ante mi: Guido S. Otranto. Secretario de Cámara.-