Relatos de una normalista rural

Instituto Multidisciplinario de Especialización
Maestría en Educación Básica
El ser docente
Antes de ser docente fui normalista,
Antes de ser normalista fui alumna,
Hoy soy la docente normalista que
Que re-aprehende a ser docente día a día,
Por la exigencia personal,
Demandada por mis alumnos.
La construcción de mi vivencia docente comenzó en al normal, inicia desde que eres
alumna de cualquier nivel y comienzas asumir actitudes docentes que no son más
que una imitación de lo que realiza el docente frente a ti, en ocasiones comienzas
ayudar a tus compañeros, otras más solo analizas la forma en la que el docente da la
clase y te permite aprehender con facilidad. En mi caso fue un profesor de Escuela
Secundaria quien motivo mi espíritu docente, pero en mi expediente llevo a docentes
que me llevaron a ser hoy lo que soy.
Algunos deciden ser docentes por iniciativa propia, en las pláticas con otros
compañeros expresan otros motivos, son orillados a ser docentes por sus padres, lo
económico, la seguridad del trabajo por la herencia de plaza, entre otros caso un más
complejos que lo
propiciaron. Cuales sean las circunstancias nos llevan a una
escuela para prepararnos profesionalmente, existen diferentes normales en el estado,
la UPN es una formadora de formadores, pero de los que yo puedo hablar es de mi
experiencia como docente-discente en la normal donde me formé “Escuela Normal
Rural Vanguardia”, una escuela de mucha polémica política que gira alrededor de
ella, pero que sólo una alumna que ha pasado por ahí puede comprender.
A la normal llega una gran diversidad cultural, alumnas de diferentes regiones,
costumbres, tradiciones, carácter, hábitos que tienen que comenzar un proceso de
adaptación en la forma de convivir por el sistema de internado, las condiciones en las
que aprendemos a ser docentes se ven entre lazadas con una forma de vida diferente
a la que llevábamos en nuestra casa, nuestro hogar se vuelve la Normal pero solo de
nosotras depende el esfuerzo y la dedicación por aprender de la profesión.
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En primer grado teorizamos y tenemos con objetivo de análisis nuestro primer
acercamiento a la práctica docente, donde se da uno cuenta de las diferentes escuelas
y como es que funcionan, segundo grado comenzamos a realizar nuestras primeras
experiencias de prácticas donde cada una de nosotras comienza a experimentar lo que
podría ser la realidad docente, retomas elementos didácticos que los profesores frente
al grupo utilizan para favorecer los aprendizajes de sus discentes, en tercer grado se
practica con la escuela multigrado donde el principal reto es atender a niños de
diferentes edades en un solo grupo, en cuarto grado se trabaja en práctica intensivas
en un proceso teórico practico, es en este último año donde realizas un trabajo de
investigación y enfocas la atención en una problemática que presenta el grupo en la
comunidad que te asigna. Pero lo anterior no resume una respuesta a la siguiente
pregunta ¿Dónde aprendemos a ser maestros? Por lo que realizare una reflexión de
cómo se enfrenta el docente a su primera experiencia como titular de un grupo, y el de
donde se apropian las herramientas que le permiten abordar a su práctica.
La entrada al magisterio.
La entrada al magisterio es el primer reto del docente, cuando te asignan por primera
vez una comunidad se tiene la inquietud temerosa de la lejanía de esta, ya que por
proceso los docentes de nuevo ingreso cubren los espacios de mayor lejanía de las
ciudades, es decir estas consiente de que te iras lejos de tu tierra, dejando familia y
amistades para ir a cumplir con la profesión que has decidido ejercer.
La contraparte viene cuando te dan tu orden de comisión y lees la zona que se te fue
asignada, surgen miedos, emociones, incertidumbres sobre la comunidad, escuela,
compañeros de trabajo, alumnos, padres de familia y retos a cumplir en esta nueva
etapa.
La comunidad donde laboro se llama Santa María Pápalo, ubicada en el distrito de
Cuicatlan perteneciente al estado de Oaxaca; la escuela a donde fui ubicada es de tipo
completa al contar con doce grupos de primero a sexto año, un maestro de educación
física, directora, dos intendentes y una secretaria.
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A la hora de la elección del grupo los docentes le temen a los grados de primero y sexto
por el reto que representa; en primer grado la apropiación de la lectura y escritura, en
sexto grado el trabajo de egresar a los alumnos al siguiente nivel educativo. Se me
asignó el primer grado el cual representa un reto y compromiso personal y con los
discentes.
El reto frente al grupo.
El grupo está conformado por diecisiete educandos de los cuales diez son hombres y
siete son mujeres, cada uno con características particulares y necesidades diversas.
La primera prioridad del grado consiste en la apropiación de la lectura y la escritura,
frente a esto se encuentra mi necesidad como docente es encontrar la metodología
adecuada para favorecer el proceso de aprendizaje en los discentes tomando en cuenta
sus intereses, necesidades y dificultades.
En este grado el apoyo de los padres de familia es imprescindible, sin embargo en la
comunidad existe conformismo, apatía, machismo, menosprecio hacia el trabajo
docente, los padres no asumen sus responsabilidades de educar y disciplinar a sus
hijos, delegando este compromiso al docente. Entonces el compromiso docente no es
solo el de abordar contenidos, sino de reunir herramientas metodológicas, que
permitan desarrollar lo intelectual y humano de los discentes.
Es así como docente he asumido dos misiones; una la de corte metodológico que
consiste en el conocimiento de los contenidos de las disciplinas que se pretende
enseñar, aunado a conocer y comprender los procesos de desarrollo de los aprendizajes
y las formas de propiciarlos en los discentes mediante estrategias acordes a las
características del grupo y de sus necesidades individuales. La segunda consiste en
el lado intrínseco de la labor docente, reconocer la naturaleza del discente como
persona.
Como docentes se tiene la necesidad de conocer a quien se enseña no como un objeto
vacío, sino como un ser humano que piensa, siente y expresa sus conocimientos y
formas de percibir el mundo. Ambos docente y discente nos encontramos en la
posibilidad de aprender y enseñar, sin estar por encimas de los demás.
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Ya objetivada estas dos misiones es necesario realizar un ejercicio reflexivo para
recuperar elementos extraídos de diversas experiencias con otros docentes como
alumna, practicante, compañeros o un miembro de la sociedad cercano a un servicio
educativo para reconstruir nuestra labor. Es necesario mirar la docencia desde
diferentes ángulos para crear un panorama general y enriquecer nuestra práctica.
La construcción docente.
Las practicas realizadas dentro de la Escuela Normal permite enfocar tu atención en
el trabajo docente, mediante el análisis de las observación y práctica en los semestres
contribuimos al desarrollo de competencias didácticas y construcción de un estilo
propio como docente.
Mi
primera
experiencia
de
observación docente se realizó en la
comunidad
de
Chilateca,
una
perteneciente
al
San
Jacinto
comunidad
distrito
de
Ocotlán. El contexto semi-urbano
al ser una comunidad que se
encuentra cerca de la ciudad.
En ese tiempo mi prioridad y
motivación se movía entorno a la distancia entre la escuela y mi familia, pensaba
que la comunidad al estar cerca de la ciudad me permitiría ir y regresar a la escuela
sin embargo las reglas puestas por mis maestros eran claras, para poder entender la
organización de la escuela es necesario la permanencia dentro de la comunidad, ante
esto me tuve que alinear, sin embargo esto realmente me permitió tener un panorama
amplio de lo que sucedía. No solo era yo la que quería ir a mi casa, tan bien los
compañeros docentes realizaban su labor y al sonar el timbre de salida, se retiraban a
la brevedad posible, entonces podría enjuiciar al docente sin embargo hoy comprendo
que como docentes cumplimos nuestras responsabilidades como profesionales, pero
tan bien tenemos una vida particular con responsabilidades y obligaciones.
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Hoy considero que el docente debe de lograr el equilibrio entre la profesión y su vida,
pero que además la profesión requiere de sacrificios a los que hay que asumir con
decisión para ser firme en el logro de nuestros objetivos.