COMPORTAMIENTO DE LA ENFERMEDAD PERIODONTAL INMUNOINFLAMATORIA CRÓNICA EN LA DIABESIDAD TIPO 1 Autor: Dra. Margaret Lizette Rabadán Arango. Especialista de primer grado en Periodoncia y en Estomatología General Integral. Msc. en Atención a Urgencias Estomatológicas Periodoncia. Clínica Estomatológica Docente “Siboney”. Municipio Playa. La Habana. Cuba e-mail:[email protected] Coautores: Leonel Rubén Suárez Fonseca RESUMEN Introducción: La diabesidad tipo 1 se ha definido como el incremento combinado de las cifras de sobrepeso y obesidad con la Diabetes mellitus tipo 1 a consecuencia del tratamiento insulínico. La diabetes se relaciona bidireccionalmente con la enfermedad periodontal, pero se desconoce la relación de la inmunoinflamatoria crónica con la diabesidad tipo 1. Enfermedad periodontal Objetivo: Describir el comportamiento de la Enfermedad periodontal inmunoinflamatoria crónica con el estado nutricional y la obesidad abdominal. Diseño metodológico: Se realizó un estudio descriptivo transversal, con un diseño muestral aleatorio simple sin reposición, en pacientes diabéticos tipo 1 en el Hospital “Hermanos Almeijeiras” desde el año 2012 al 2014. El universo comprendió 94 pacientes, de 19 a 59 años, que asistieron a la consulta protocolizada de Endocrinología, siendo la muestra de 55. Se estudiaron las variables: edad, sexo, estado nutricional, obesidad abdominal, frecuencia y gravedad de la enfermedad periodontal. Resultados: La frecuencia de presentación fue de 89.09%, resultando los más afectados el grupo de 35 a 59 años y el sexo femenino. Predominó la formación de bolsas. Se observó una tendencia de asociación de la gravedad con la obesidad, pero no con la obesidad abdominal. Conclusión: La diabesidad tipo 1 engloba dos componentes que potencian su relación con la Enfermedad periodontal inmunoinflamatoria crónica. Palabras clave: diabetes mellitus/terapia, obesidad abdominal/complicaciones, periodontitis crónica/fisiopatología, gingivitis/fisiopatología INTRODUCCIÓN La obesidad ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud como la acumulación excesiva de grasa corporal. Esta tiene como base un desequilibrio en el balance energético, o sea, el gasto energético siempre es menor que la ingestión calórica.1-3 También puede ser considerada, desde el punto de vista de su patofisiología como una alteración en la búsqueda del placer, una enfermedad de gratificación alimentaria, una desviación de la imagen del cuerpo del modelo establecido por los patrones socioculturales.3 Este concepto está basado en su etiología multicausal, dada por la interrelación entre los factores genéticos y ambientales (factores nutricionales, gasto energético, estilos de vida y sedentarismo, factores psicológicos, socioeconómicos, culturales, geográficos y étnicos). 2-4 La Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Diabetes han definido la diabesidad como el incremento combinado de las cifras de sobrepeso y obesidad con la Diabetes mellitus.5 Por su comorbilidad creciente, ambas enfermedades crónicas no trasmisibles se consideran el problema de salud pública más grave del siglo XXI.1, 2, 4, 5 La diabesidad se clasifica en tipo 1 o 2 cuando se combina con la obesidad la diabetes tipo 1 o 2, respectivamente. La diferencia radica en que en la tipo 2 suele presentarse la obesidad antes de que aparezca la diabetes, mientras que en la tipo 1 aparece la diabetes primero y luego, como efecto secundario frecuente del tratamiento insulínico, ocurre un incremento del peso hasta llegar al sobrepeso y la obesidad. 5, 6 Esto se demostró gracias al Diabetes Control and Complications Trial (DCCT) 7, que reveló dos grandes problemas como consecuencias del uso de múltiples dosis de insulina en diabéticos tipo 1. Primero, se reportó un aumento en la frecuencia de hipoglucemias, y en segundo lugar, un incremento del peso corporal. Este hecho se relacionó a que los pacientes ingieren más cantidad de alimentos para evitar las hipoglucemias y como resultado se incrementa el requerimiento insulínico, lo que favorece el aumento de peso. Aunque el esquema de múltiples dosis de insulina tiene como objetivo evitar o la aparición de las complicaciones crónicas en un 50%, en 5 a 10 años, y prevenir los riesgos de hipoglucemias graves; por lo general ocurre, el inevitable incremento ponderal y el aumento de la obesidad abdominal por la sobreinsulinización. El diabético tipo 1, que tradicionalmente era delgado ó normopeso, pasa al sobrepeso y la obesidad. Esto trae como consecuencia un manejo más difícil del control metabólico y peor pronóstico. 6, 8 El aumento de la circunferencia de cintura abdominal se acompaña de un incremento del riesgo cardiovascular, cerebrovascular, hipertensión arterial, dislipidemias, ateroesclerosis, enfermedad renal crónica, litiasis renal, enfermedad de la gota. 2, 3, 5, 6, 9 Es conocida la relación bidireccional entre la Diabetes mellitus y la Enfermedad periodontal y la fuerte relación entre la Diabetes mellitus y la obesidad como consecuencia del tratamiento insulínico ya que existe la diabesidad tipo 1, pero se desconoce la relación entre la Enfermedad periodontal inmunoinflamatoria crónica y la diabesidad tipo 1. 10-12 El objetivo de trabajo es describir el comportamiento de la enfermedad periodontal inmunoinflamatoria crónica en pacientes de 19 a 59 años de edad con Diabesidad tipo 1. Los específicos son determinar la frecuencia y gravedad de la enfermedad periodontal inmunoinflamatoria crónica según edad y sexo y relacionar la gravedad de la enfermedad periodontal inmunoinflamatoria crónica con el estado nutricional y la obesidad abdominal. MATERIAL Y MÉTODO Se realizó un estudio descriptivo, transversal, sobre el comportamiento de la Enfermedad periodontal inmunoinflamatoria crónica (EPIC) en 55 pacientes de 19 a 59 años con Diabetes mellitus tipo 1 (DM1), 34 de los cuales presentaron Diabesidad tipo 1, en el Hospital Clínico Quirúrgico Docente “Hermanos Almeijeiras” en el período de tiempo de 15 meses (desde diciembre de 2012 a marzo de 2014). Se tuvo en cuenta el protocolo de atención al paciente con DM1 de este hospital por el Manual para el diagnóstico y tratamiento del paciente diabético a Nivel Primario de Salud del 2011 del Instituto Nacional de Endocrinología8, los criterios de definición, diagnóstico y clasificación de la diabetes y sus complicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1999 y las Guías Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD) de diagnóstico, control y tratamiento de DM. 13 Se tuvieron en cuenta los procedimientos de la bioética médica en la investigación clínica y epidemiológica, se controló el procedimiento del consentimiento informado por el comité de ética de la institución que realiza la investigación. El universo comprendió los pacientes con DM1 que asistieron a la consulta externa protocolizada de Endocrinología, resultando para el período estudiado de aproximadamente 470 casos. Teniendo en cuenta que estos casos fueron vistos con una periodicidad de tres meses se obtuvo un número de 94 individuos vistos (N = 94). Con esta N se realizó el cálculo del tamaño muestral (n), con un error absoluto máximo admisible de 0.08 (e0) y un coeficiente de confianza de 0.95, supuesto normalidad y se realizó un muestreo aleatorio simple sin reposición. El cálculo se realizó mediante el programa Epidat 3.1, en su opción de tamaño de muestra para proporciones que emplea la fórmula n n 1 n 0 n 0 0 Z 2 1 2 * p*q 2 e o N Donde: Z 1-/2 = 1.96 percentil de la distribución normal estándar para la probabilidad () de 0.05. p = 0.5 e 0 = 0.08 q = 0.5 N = 470 Con este procedimiento el tamaño de muestra inicial quedó en 58 casos, a lo que se restó el 5% por la posibilidad de no respuesta, es decir, que hubieran pacientes que no cumplieran criterios de selección diferentes de la edad y la DM1. La muestra fue de 55 pacientes con DM1, de 19 a 59 años de edad con tratamiento de múltiples dosis de insulina, con al menos seis dientes en boca, los cuales dieron previamente su consentimiento informado para formar parte de la investigación. Se registraron las variables: edad, sexo, estado nutricional, obesidad abdominal, frecuencia y gravedad de la EPIC. Para estas dos últimas, se determinaron sus valores mediante el Índice Periodontal de Russell forma OMS revisado (IP-R).14 Se realizó la medición de la talla, el peso corporal con lo que se determinó el índice de masa corporal (IMC) 3 y con ello la variable antropométrica estado nutricional según los criterios de la OMS. El IMC se calculó por el método establecido IMC= Peso (kg)/Talla (m 2). Además, se midió la circunferencia abdominal (CA) 15 con la que se determinó la variable antropométrica obesidad abdominal. Los datos obtenidos se vaciaron a una hoja de cálculo Excel y se procesaron para su análisis estadístico utilizando el paquete SPSS (versión 11,5 para Windows). Se emplearon tablas de distribución de frecuencias así como tablas de contingencia de dos a tres entradas para representar la evidencia empírica relativa a las variables empleadas Se realizó la Prueba de χ2 para determinar el estadístico χ2 de Pearson para probar independencia o no de las variables involucradas y su significación de las pruebas para las tablas de contingencia del 5 % (p < 0,05), según los objetivos previstos en el diseño del trabajo, para las tablas de contingencia por ser el método más sencillo para detectar asociación entre variables cualitativas. Para minimizar el efecto del tamaño muestral fue calculado el Coeficiente de contingencia (C). Las medidas de resumen empleadas fueron: frecuencias absolutas, porcentaje y la razón. RESULTADOS Tabla 1. Frecuencia de la EPIC según edad y sexo Leyenda: S: sano; GL: gingivitis leve; GE: gingivitis establecida; B: con formación de bolsas; DMP: destrucción, migración y pérdida de la función p=0,009; χ2=6,739 (formas más graves vs menos graves según edad) p=0,463 (formas más graves vs menos graves según sexo) p>0,05 (sanos vs enfermos según edad y sexo) La tabla 1 muestra como la frecuencia de la EPIC en el estudio resultó de un 89.09% para un total de 49 pacientes enfermos. Solo se presentaron 6 pacientes sanos, lo que representa el 10,91% de la muestra. De los enfermos con EPIC, más de la mitad de los casos presentaban formación de bolsas (25 casos de 49, para un 51%) y casi la tercera parte, gingivitis establecida (14 de 49, para un 29%). Los estados periodontales con una menor frecuencia resultaron ser los extremos: la gingivitis leve y la destrucción, migración y pérdida de la función. Al analizar la gravedad de la EPIC, teniendo en cuenta la edad y el sexo, no se encontró que los pacientes sanos y enfermos estuvieran determinados significativamente por el sexo. Tampoco se halló que los estadios menos graves y más graves tuvieran relación con el sexo de manera significativa. Sin embargo, la gravedad si guarda una asociación muy significativa con la edad para una p=0,009. Tabla 2. Relación entre el estado nutricional y la gravedad de la EPIC Leyenda: S: sano; GL: gingivitis leve; GE: gingivitis establecida; B: con formación de bolsas; DMP: destrucción, migración y pérdida de la función (p = 0.500) La tabla 2 muestra la relación entre el estado nutricional y la gravedad de la EPIC. Se puede apreciar que no es significativo el grado de asociación, pero sí se observa una tendencia de asociación, ya que a medida que va pasando el estado nutricional de bajopeso a obesidad también transitaban de la gingivitis leve a la formación de bolsas (de los estados más leves a los más graves). Es decir, en el estado bajopeso el 50,0% de los pacientes enfermos presentaron gingivitis leve; en los normopeso el mayor porcentaje se presentó con gingivitis establecida para un 36,8%; en la obesidad el mayor porcentaje fue con formación de bolsas para un 55,9%. Los pacientes con Diabetes mellitus tipo 1 y obesidad (diabesidad tipo 1) en el estudio se reflejó en los resultados al presentarse mayor porcentaje de las formas más leves a las más graves en orden ascendente, además de los cuatro casos con destrucción, migración y pérdida de la función, tres de ellos tenían diabesidad (Ver gráfico 1). La formación de bolsas se presentó como el estado de gravedad de la EPIC más frecuente en la diabesidad (55,9%), siguiendo la gingivitis establecida (20,6%) y finalmente los extremos: gingivitis leve y el estado de destrucción, migración y pérdida de la función con un 8,8%. Gráfico 1. Relación entre el estado nutricional y la gravedad de la EPIC Leyenda: S: sano; GL: gingivitis leve; GE: gingivitis establecida; B: con formación de bolsas; DMP: destrucción, migración y pérdida de la función. Fuente: Tabla 2 En este gráfico se muestra cómo se relacionan el estado nutricional en la DM1 y la gravedad de la EPIC, se puede observar la tendencia hacia un grado mayor de gravedad cuando aparece la diabesidad tipo 1. La formación de bolsas fue el estado más frecuente en la misma. Tabla 3. Relación entre la obesidad abdominal y la gravedad de la EPIC Leyenda: CA: circunferencia abdominal; S: sano; GL: gingivitis leve; GE: gingivitis establecida; B: con formación de bolsas; DMP: destrucción, migración y pérdida de la función (p = 0.252) La obesidad abdominal se determinó solo en los pacientes diabéticos con estado nutricional de obesidad, o sea con diabesidad tipo 1. En ellos tanto sanos como enfermos periodontalmente presentaron CA aumentada, no comportándose así en pacientes así con la CA normal donde no hubo pacientes sanos periodontalmente, aunque en todos los estadios de la EPIC se presentaron mayor número de casos con CA aumentada. No se encontró asociación entre la obesidad abdominal y la gravedad de la EPIC p = 0.252 ya que el mayor porcentaje correspondió a la CA normal y se presentó así tanto para la gingivitis leve como la formación de bolsas. DISCUSIÓN El primer estudio que demostró la relación entre la obesidad y la enfermedad periodontal fue realizado por Perlstein y Bissada16 en 1977 en investigación experimental con ratas Wistar y en humanos por Saito en 1998 (hechos reconocidos por revisiones independientes del tema). Sin embargo, en la diabesidad 1 se reúnen ambos factores fisiopatológicos que aceleran la aterogénesis, modifican la respuesta inmunoinflamatoria al daño celular y aumentan la patogenicidad del agente nocivo. 16, 17 La obesidad es un fenómeno asociado a la insulinoresistencia y esta modula la relación con la EP al incidir en la pérdida del nivel inserción. 17 Timonen y cols.19 en un estudio con una muestra de 2050 sujetos no diabéticos, ni fumadores encontraron que la insulinoresistencia está asociada con la infección periodontal en el grupo de edad entre 30-49 años, pero no entre 50-64 años. Por otro lado en un estudio realizado en una población japonesa Morita y cols.20 encontraron resultados similares al estudio realizado por la autora en cuanto a la relación dosis-respuesta entre el IMC y el desarrollo de enfermedad periodontal. Otras asociaciones dosis-respuesta entre IMC y periodontitis fueron reportadas por investigadores sugiriendo que el desbalance o el desequilibrio en la inmunidad debido al daño producido por el nivel aumentado de lípidos y glucosa en sangre en los sujetos obesos pueden jugar un papel importante en esta asociación.21 En estudio realizado por Pataro y cols.22 solo en mujeres, también se encontró una asociación positiva de la periodontitis con la obesidad; la cual era más evidente a medida que los niveles de obesidad se incrementaban. Estos resultados demuestran que el sexo no influye en la relación obesidad-periodontitis, pero si influye el grupo etario. En estudio realizado por Bernardo C de O23 con una muestra con un rango etario igual a este estudio concluyen que la obesidad central está relacionada con la gravedad de la EPIC, aunque se pierde la significación sin el control de la edad. Los resultados de este estudio no permitieron relacionar la obesidad central con la EPIC. Lo importante es por tanto la masa adiposa y no su distribución. Araque Díaz y cols.24 realizaron un estudio descriptivo transversal que mostró que en los individuos con obesidad grado I, II y III, presentaron alguna forma de EPIC y corroboró una relación significativa entre la periodontitis crónica severa y la obesidad (p=0.043). Se determinó una prevalencia de periodontitis crónica severa (63.3%), moderada (23.3%) y gingivitis (13.4%) en una muestra no probabilística de 30 pacientes entre 20 y 40 años. Fueron diagnosticados 20 con obesidad y 10 con sobrepeso a los que se le realizó un examen clínico periodontal; así como una evaluación antropométrica y hematológica. Al realizar el análisis de la pérdida del nivel de inserción en cada paciente se obtuvo un promedio de 5.43±2.27mm. Para los indicadores proinflamatorios PCR y eritrosedimentación se observó alteración de los valores normales en el 53.3% de los pacientes, reflejando este resultado la condición proinflamatoria de los pacientes en estudio. Khansa Taha Ababneh y cols.25 (Jordania, 2012) realizaron un estudio experimental y con diseño muestral aleatorio. Fue el primer estudio controlado y de indicadores de riesgo sobre el comportamiento de la Periodontitis crónica y agresiva en Jordania. La investigación demostró la relación del peso corporal y la periodontitis ya que solo el 4% de los sujetos con IMC menor de 25kg/m2 tuvieron periodontitis, mientras que el 20.4% con IMC mayor de 30kg/m2 tuvieron periodontitis (p=0.0005). Fue obtenido en sujetos obesos más que en sujetos normopeso una alta prevalencia de periodontitis, esto coincide con los resultados de NHANES III. La gingivitis fue más prevalente en sujetos con sobrepeso y más alta en todas las categorías de obesidad, sin un claro patrón de asociación. Otro estudio realizado por Kim EJ y cols. 26 en una muestra de 4.246 sujetos mayores de 19 años que participaron en el 4to KNHANES (Fourth Corean Nacional Health and Nutiction examination survey); tuvo como objetivo determinar la relación de asociación entre la periodontitis y la obesidad en adultos coreanos. Se determinó una asociación significativa entre la obesidad abdominal y la periodontitis, (OR de 1.358) para los sujetos obesos. En otro estudio realizado por Tôrres LH y cols.27 en el 2013, que fue uno de los primeros realizados en Brasil, se encontró que los pacientes edentes eran más probable que fueran bajopeso o sobrepeso/obeso (OR de 3.94 y 2.98 respectivamente). Esto coincide con la tendencia encontrada en los resultados de este estudio. Östberg AL y cols.28 proponen valorar los indicadores de obesidad en los estudios de salud bucal, dada la asociación entre estas variables. La obesidad constituye un factor independiente que se relaciona con la periodontitis. En un estudio para determinar la relación de la salud bucal con el IMC en sujetos de 31 a 60 años, se realizó un análisis lineal multivariado, mostrando una dependencia de la pérdida dentaria de un 88.6%.29 En estudios experimentales con ratas Wistar se ha probado la asociación entre obesidad y EP espontánea. 30 Los modelos genéticos de obesidad (ratones ob/ob, ratones db/db y ratas fa/fa) han sido insuficientes para estudiar la obesidad en humanos porque no cubren las causas genéticas de la obesidad. Hasta la fecha los ratones DIO (diet-induced-obese) son los que mejor sirven en las investigaciones relevantes para la salud humana. De esta manera se pueden explorar las consecuencias inmunológicas de la obesidad, que exacerban los efectos de las infecciones por patógenos. Esto resulta significativo si se conoce que el 46% de la población porta microorganismos asociados a la EP y no todos la desarrollan. 31 En un estudio de casos y controles Buduneli N y cols. 32 llegaron a la conclusión de que la obesidad no parece tener efectos prominentes sobre los parámetros clínicos del periodonto, pero tiene una alta correlación con los niveles de moléculas inflamatorias circulantes. Se necesitan estudios prospectivos para garantizar aclarar en detalle el efecto de la obesidad sobre la salud periodontal. Endo y cols.33 investigaron los efectos de la periodontitis en la expresión de citoquinas proinflamatorias hepáticas y de tejidos adiposos blancos (WAT) constituido por adipocitos blancos, en ratones obesos. Los autores encontraron que la combinación de obesidad y periodontitis, comparada con la periodontitis aislada, muestra mayores niveles de PCR y TNF-α del hígado y mayores niveles de PCR e IL-6 del WAT durante las cuatro semanas del estudio. Las citoquinas proinflamatorias pueden jugar un rol crucial en la estrecha relación entre periodontitis, obesidad y enfermedades crónicas. De hecho, esta asociación es multidireccional. Se conoce que la inflamación es un componente esencial en el desarrollo de la ateroesclerosis, y estudios observacionales han mostrado que la periodontitis está asociada con un alto riesgo de enfermedad de las arterias coronarias. Se plantea que la secreción de TNF-α por el tejido adiposo, desencadenada por LPS provenientes de bacterias gram-negativas que colonizan el periodonto, provocan disminución de la insulinosensibilidad, estrés oxidativo y dislipidemia. 18 En los pacientes con diabesidad tipo 1 el uso de estos marcadores permitiría predecir el inicio y desarrollo de la enfermedad periodontal. Además, la existencia de dislipidemia en la diabesidad permite elevar la significación de la asociación con periodontitis en este estudio demuestra lo planteado por Levine. 34, 35 … existe evidencia de una alta prevalencia de enfermedad periodontal crónica en poblaciones de obesos. Existe alguna evidencia de que esto no es mediado solo por la diabetes, sino por la secreción de mediadores de la inflamación, como las citoquinas y hormonas, las que pueden modificar la respuesta de los tejidos periodontales al ambiente bucal. Los estomatólogos deben tener conocimiento de este creciente problema, de las demandas que la creciente prevalencia de obesidad acarreará sobre los servicios estomatológicos y la necesidad de tratamiento de la obesidad desde la perspectiva buco-dental. Junto con los proveedores de salud, los estomatólogos deben prepararse para el reto por delante. En meta-análisis y revisión sistemática realizada por Chaffee y Weston36 se demuestra una asociación positiva entre la enfermedad periodontal y la obesidad en 142 estudios realizados en el mundo. La prevalencia de obesos es un tercio mayor entre los sujetos con EP. La media de la pérdida de la inserción periodontal es mayor entre sujetos obesos. Un mayor IMC se encuentra entre sujetos con EP, con un incremento lineal ligero, pero no estadísticamente significativo de la gravedad de la EP con el incremento del IMC. El cuidado de pacientes periodontopáticos incluye un elemento clave: la identificación y manejo adecuado de factores de riesgo como la obesidad y la diabetes (diabesidad); además del tabaquismo.37 Sin embargo, es necesario señalar que a pesar de la evidencia aportada en este estudio y los estudios que son referidos, la Academia Americana de Periodontología y la Federación Europea de Periodontología en el Workshop on Periodontitis and Systemic Diseases del año 2013; se pronunciaron a favor de la necesidad de nuevos estudios que cumplan con los criterios de Bradford Hill o criterios equivalentes y de la estandarización de los criterios de enfermedad periodontal, para permitir interpretaciones claras y consistentes de los estudios de su relación con enfermedades sistémicas.38 Es ampliamente aceptado que tanto la DM1 y DM2 son factores de riesgo mayores para el desarrollo y progresión de enfermedad periodontal, existe una evidencia creciente de que la obesidad es, además de un factor de riesgo indirecto porque afecta el control glicémico, un factor de riesgo directo porque la secreción de agentes pro-inflamatorios por el tejido adiposo modifica la reacción periodontal a la microbiota del surco. La EPIC puede afectar negativamente el control glicémico, el que puede mejorar con el tratamiento periodontal con una reducción del riesgo de comorbilidad diabética, por lo que se crea una relación bidireccional. Adicionalmente parece posible que la EPIC pueda estimular cambios en el tejido adiposo, creando un ciclo triangular autogenerado relacionando obesidad, diabetes y enfermedad periodontal. Los estomatólogos deben reconocer estos factores de riesgo interrelacionados y considerar incluir un seguimiento del control glicémico y la adiposidad, con el apoyo de especialidades médicas facultadas. CONCLUSIONES I. La mayoría de los pacientes examinados resultaron afectados y más de la mitad de ellos presentó el estado de formación de bolsas; predominó el grupo de 35 a 59 años y de sexo femenino. II. La gravedad de la EPIC mostró una tendencia de asociación con la obesidad, pero no se encontró asociación con la obesidad abdominal. III. 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