Archivo: El fallo de la Corte Suprema.

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Santiago, tres de marzo de dos mil dieciséis.
VISTOS:
En estos autos Rol 2386-2012, seguidos ante el Juzgado Civil de
Temuco, sobre juicio ordinario de indemnización de perjuicios, caratulados
“Guzmán Vargas Hilda María con Banco Bilbao Vizcaya Argentaria,” por
sentencia de nueve de mayo de dos mil catorce, escrita a fojas 126 y
siguientes, se rechazó la demanda, omitiéndose pronunciamiento sobre la
petición subsidiaria de prescripción invocada por la demandada.
La demandante dedujo recurso de casación en la forma y apelación en
contra de dicho fallo y una sala de la Corte de Apelaciones de esa ciudad, por
sentencia de cinco de febrero del año en curso, escrita a fojas 190, rechazó la
nulidad y revocó el fallo, acogiendo la demanda sólo en cuanto se condena al
Banco Bilbao Vizcaya Argentaria a pagar a la actora las sumas de
$10.469.000.- por concepto de mejoras y $25.000.000.- por daño moral, con
los reajustes que indica.
En contra de esta última decisión la parte demandada deduce recurso de
casación en la forma.
Se trajeron los autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el primer motivo de nulidad invocado es la causal de
del numeral 5° del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, esto es, el
haber sido pronunciada la sentencia con omisión de los requisitos legales. La
recurrente argumenta que el fallo no cumple con la exigencia prevista en el
número 6 del artículo 170 del citado texto legal, al no haber resuelto la
excepción de prescripción que su parte opuso.
En segundo lugar, se esgrime también la referida causal de casación en
relación con el número 4 del artículo citado, por carecer la sentencia atacada
de todo análisis y fundamentación para establecer la existencia de perjuicios
por concepto de mejoras, al no hacerse cargo los jueces del grado de su
alegación en torno a la improcedencia de la misma y delegando facultades de
apreciación en el perito que actuó en el proceso, asumiendo lo que el informe
concluye sin consideración alguna sobre la materia.
El tercer vicio invocado corresponde al del numeral 4° del artículo 768
del Código de Enjuiciamiento Civil, esto es, la ultra petita, al haber otorgado
el fallo atacado una indemnización por concepto de mejoras superior a la
pedida en la demanda, pues en el libelo la actora solicitó por este rubro la
cantidad de $10.000.000 y su parte fue condenada a la suma de $10.469.000.
SEGUNDO: Que para una adecuada comprensión del asunto planteado
por el recurso de nulidad, resulta necesario tener presente los siguientes
antecedentes:
1.- Doña Hilda Guzmán Vargas dedujo demanda en juicio ordinario de
indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual en contra del
Banco Bilbao Vizcaya Argentaria Chile (BBVA).
Funda su acción en que la entidad bancaria demandada, mediante
escritura pública de 29 de junio de 2000, le otorgó un préstamo para adquirir
un inmueble, respecto del cual constituyó hipoteca para asegurar el pago de la
obligación.
Agrega que su parte pagó regularmente los dividendos, aunque con
algún retardo, y que el demandado inició un juicio ejecutivo hipotecario en su
contra, en el cual le cobraba los dividendos números 87, 88, 89 y 90,
correspondientes a los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2007 y
enero de 2008, adjudicándose el ejecutante el bien hipotecado, en
circunstancias que dichos dividendos y los restantes se encontraban pagados.
Sostiene que el Banco incurrió en un cuasidelito civil consistente en
proseguir dicho juicio hasta el remate del inmueble hipotecado sin que hubiese
sido requerida de pago y notificada legalmente de la demanda, y no obstante
lo cual continuó percibiendo el pago de los correspondientes dividendos, todo
lo cual le habría ocasionado perjuicios.
Reclama como daños: a.- por dividendos pagados, $15.000.000; b.- por
mejoras introducidas al inmueble, $10.000.000; c.- por rentas de
arrendamiento que debió pagar para vivir con su familia mientras solucionaba
la situación, $5.000.000; d.- por otros gastos derivados de la pérdida de la casa
habitación, $3.000.000 y e.- por daño moral, $200.000.000.
2.- La demandada pidió el rechazo de la demanda por no haber
incurrido en un actuar ilícito, debido a que la actora se encontraba en mora en
el pago de su crédito desde octubre de 2007, con un atraso de más de 120 días,
lo que justificaba el inicio del juicio ejecutivo que se siguió en su contra,
donde su parte se adjudicó el inmueble hipotecado en la subasta respectiva,
habiendo sido la ejecutada previamente notificada y requerida de pago, sin
perjuicio que con posterioridad y por razones no imputables a su parte se
anularan dichas actuaciones.
En subsidio, alegó la prescripción de la acción impetrada y, en el mismo
carácter, también la improcedencia de los rubros indemnizatorios, como el de
mejoras y gastos que, además de no estar detallados, corresponderían en todo
caso a una valorización del inmueble, lo que debe ser considerado como parte
del precio del bien rematado, por lo que no tendría sentido su reparación por
esta vía.
TERCERO: Que el fallo de primera instancia negó lugar a la demanda
en todas sus partes al concluir que no se logró establecer la existencia de un
hecho ilícito por parte de la demandada. Por lo demás, agregó, la actora no
especificó con claridad en qué consistía el aludido ilícito. A pesar de rechazar
la demanda se refiere también a los perjuicios reclamados, concluyendo su
improcedencia; y respecto a las mejoras rechazó el pago por no corresponder a
una consecuencia directa e inmediata del actuar del Banco demandado, no
obstante haberse acreditado su existencia y cuantía.
Por su parte, la sentencia de segunda instancia revocó la de primer
grado, acogiendo la demanda sólo en cuanto condena al Banco demandado a
pagar a la demandante las sumas de $10.469.000 por concepto de mejoras y
$25.000.000 por daño moral. Para estos efectos los jueces de alzada tienen por
establecidos los presupuestos de la responsabilidad extracontractual invocada:
el actuar ilícito del demandado, el daño producido a la actora y la relación de
causalidad entre estos dos elementos, consignándose las consideraciones en
relación al daño moral que se le reconoce a la actora.
Respecto de la indemnización por concepto de mejoras, se consigna en
el motivo décimo: “Que en lo referente a las mejoras introducidas por la
demandante a la vivienda que fue rematada, se evacuó a fojas 111, un informe
pericial por el Constructor Civil Claudio Angulo Sotomayor, el cual concluyó
que las mejoras al mes de noviembre de 2013 ascendieron a la suma de $
10.469.000.-, peritaje que no fue objetado, motivo por el cual se dará lugar a
la demanda por este concepto y por la cantidad estimada por el perito” (Sic).
Asimismo, se concluye la improcedencia de las demás partidas
reclamadas a título de perjuicios, esto es, dividendos, rentas de arrendamiento
y otros gastos, por no encontrarse acreditados.
CUARTO: Que conforme al artículo 768 N° 5 del cuerpo legal antes
mencionado, es causal de nulidad formal la circunstancia de que el fallo haya
sido pronunciado con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en
el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, entre los cuales se
encuentran los estatuidos en el numeral cuarto, que exige que la sentencia
contenga las consideraciones de hecho y de derecho que le sirven de
fundamento.
Dicha
exigencia
dice relación
con
el imperativo
de
fundamentación que recae sobre las resoluciones judiciales, el que se satisface
con los razonamientos lógicos y armónicos que deben contener para justificar
porqué establece los hechos que consigna y luego aplica el Derecho
correspondiente. Así, la falta de fundamentos se configura por la ausencia de
esos raciocinios o motivaciones y también cuando los expresados son
parciales e insuficientes o cuando en ellos existe incoherencia interna,
arbitrariedad o irracionalidad.
Tal requerimiento proviene, además, de la calificación de justo y
racional del procedimiento que debe mediar para asentar las decisiones de los
órganos que ejercen jurisdicción en el Estado.
QUINTO: Que del análisis de los antecedentes del caso en estudio a la
luz de lo expresado en los motivos precedentes, aparece que los jueces del
grado no han dado cabal cumplimiento a las exigencias indicadas. En efecto,
de lo anotado en el considerando tercero que precede es posible concluir la
carencia de la debida fundamentación justificante del rubro indemnizatorio de
las mejoras, que no puede ser suplida con la mera referencia que se formula al
informe pericial que obra en los autos. El informe únicamente da cuenta de la
existencia y monto de las mejoras, pero no de la procedencia de la acción
intentada a ese respecto, materia de la que los sentenciadores no se hacen
cargo, no obstante el deber que sobre ellos recae y del cuestionamiento
expreso formulado por la demandada y que formó parte de la controversia.
SEXTO: Que de lo señalado se concluye que la resolución reprochada
ha incurrido en la omisión de aquel requisito estatuido en el numeral cuarto
del artículo 170 N° 4 del Código de Procedimiento Civil, lo que trae consigo
la invalidación de la sentencia atacada, en virtud de haberse verificado la
causal de nulidad formal prevista en el N° 5 del artículo 768 del código antes
citado. Y esa irregularidad influyó sustancialmente en la decisión del asunto,
como se verá en el fallo de reemplazo, razón por la cual se acogerá la nulidad
formal impetrada por este capítulo, omitiéndose, por innecesario, el análisis de
los restantes vicios invocados en el recurso.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos
766, 768 N° 5, 786 y 808 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el
recurso de casación en la forma, deducido por la parte demandada
representada por el abogado Patricio Mackenna Cortés, en contra de la
sentencia de la Corte de Apelaciones de Temuco, de cinco de febrero del año
en curso, escrita a fojas 190 y siguientes, la que se anula y reemplaza por la
que se dicta a continuación, separadamente, pero sin nueva vista.
Regístrese.
Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Daniel Peñailillo A.
Rol N° 4168-15.-
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros
Sra. Maggi, Sr. Juan Eduardo Fuentes B., Fiscal Judicial Sr. Juan
Escobar Z. y Abogados Integrantes Sres. Daniel Peñailillo A. y Juan
Figueroa V.
No firman los Abogados Integrantes Sres. Peñailillo y Figueroa, no
obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por
estar ambos ausentes.
Autorizado por el Ministro de fe de esta Corte Suprema.
En Santiago, a dos de marzo de dos mil dieciséis, notifiqué en
Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.
Santiago, tres de marzo de dos mil dieciséis.
Atendido lo resuelto en la sentencia que precede y en cumplimiento de
lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 786 del Código de Procedimiento
Civil, se procede a dictar la siguiente sentencia de reemplazo.
VISTOS:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de los considerandos
séptimo a duodécimo, que se eliminan; y los motivos cuarto, quinto, sexto,
séptimo, octavo, noveno y undécimo del fallo invalidado.
Y TENIENDO EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE:
PRIMERO: Que de lo expuesto en los motivos cuarto, quinto, sexto,
séptimo, octavo, noveno y undécimo del fallo invalidado, los que se tienen
como parte integrante de este fallo, se establece la procedencia de la acción
intentada y de la indemnización por concepto de daño moral a la actora.
SEGUNDO: Que el Banco demandado alegó, en forma subsidiaria, la
prescripción de la acción ejercida en su contra.
Parte recapitulando que el hecho ilícito que se le imputa y que
constituye el fundamento de la responsabilidad extracontractual invocada, fue
haber iniciado y continuado adelante con un juicio supuestamente ilegal,
porque la demandada estaba pagando los dividendos y porque no habría sido
requerida de pago legalmente, debido a la nulidad que habría sido declarada
en dicha causa.
Siendo ese el supuesto ilícito, agrega, el cómputo del plazo de cuatro
años que establece la ley para la prescripción de la acción deducida debe
contarse desde el inicio del referido proceso ejecutivo, esto es, el 28 de enero
de 2012 o, en el peor de los casos, a partir del hecho ilícito consistente en la
supuesta notificación viciada, ocurrida en marzo de 2008. Y habiéndose
notificado la actual demanda en agosto de 2012, en cualquiera de los eventos
señalados el término se encontraría íntegramente cumplido.
TERCERO: Que el ilícito por el cual se condena a la demandada
consiste en la conducta indebida y negligente que la entidad bancaria ha tenido
en el procedimiento de cobro del mutuo otorgado a la demandante, el que se
compone de un conjunto de hechos y actos que determinaron, en definitiva,
que se procediera a una ejecución improcedente en que se remató el bien
hipotecado, sin que la ejecutada hubiera sido legalmente emplazada en el
mismo, lo que provocó su indefensión y culminó con el hecho dañino de la
pérdida del inmueble.
CUARTO: Que, siendo el cuasidelito civil del cual ha resultado
responsable la actora un hecho complejo, compuesto por conductas activas y
omisivas de la demandada, el plazo de prescripción extintiva establecido por
el artículo 2332 del Código Civil debe ser contado desde el término de la
configuración del ilícito, que tiene lugar con el remate del inmueble y
consiguiente pérdida de la propiedad; no -como lo pretende la demandadadesde la interposición de la demanda en el juicio ejecutivo referido (con la que
se inicia) ni con un acto de notificación viciado y que fue posteriormente
anulado (que integra el conjunto cuando se está desenvolviendo).
QUINTO: Que, en estas circunstancias, habiendo tenido lugar los
hechos antes descritos en octubre de 2008, debe concluírse que desde esa
fecha a la de notificación de la demandada, el 29 de agosto de 2012, el
término de cuatro años que establece la ley para la prescripción de la acción
ejercida no ha transcurrido, por lo que la excepción opuesta será desestimada.
SEXTO: Que respecto de la indemnización que la demandante reclama
por concepto de mejoras al inmueble, si bien su existencia y monto se
acreditan con el mérito del peritaje, la objeción surge respecto a su
procedencia. En efecto, la pretensión indemnizatoria está fundada en un
supuesto perjuicio para la actora. Pero puede advertirse que las reparaciones
efectuadas al inmueble quedaron, por cierto, integradas al predio y, por tanto,
pasaron a formar parte de él. Entonces, han aumentado su valor, que hubo de
verse reflejado en el precio de la subasta. Y como el valor de la subasta fue
imputado al mutuo adeudado por la demandada, no hay perjuicio para ella.
Por estas consideraciones, lo previsto en las normas citadas y en
atención, además, a lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia de nueve de mayo de dos mil
catorce, escrita a fojas 140 y siguientes, en cuanto rechazó íntegramente la
demanda, y en su lugar se declara:
1.- Que se acoge la demanda interpuesta sólo en cuanto se condena al
Banco Bilbao Vizcaya Argentaria a pagar a la actora Hilda María Guzmán
Vargas la suma de $25.000.000, por concepto de daño moral, con interés y
reajuste según variación del Índice de Precios al Consumidor desde que quede
ejecutoriada esta sentencia hasta el día del pago efectivo.
2.- Que se rechaza la excepción de prescripción, deducida
subsidiariamente por la demandada.
3.- Que se confirma, en lo demás apelado, la referida sentencia.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Daniel Peñailillo A.
Rol N° 4168-15.-
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros
Sra. Maggi, Sr. Juan Eduardo Fuentes B., Fiscal Judicial Sr. Juan
Escobar Z. y Abogados Integrantes Sres. Daniel Peñailillo A. y Juan
Figueroa V.
No firman los Abogados Integrantes Sres. Peñailillo y Figueroa, no
obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por
estar ambos ausentes.
Autorizado por el Ministro de fe de esta Corte Suprema.
En Santiago, a dos de marzo de dos mil dieciséis, notifiqué en
Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.
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