Prácticas de comercio desleal: Europa da un paso adelante por Giuditta Pellegrini, www.terranuova.it El 7 de junio el Parlamento Europeo ha votado la aprobación del report Unfair Trading Practices que propone aumentar los estandares de sostenibilidad en los paises productores de alimentos destinados a la exportación. ¿Cosa cambiará para los campesinos del Sur del mundo? Hemos conversado con la activista e investigadora ambiental, experta sobre movimientos campesinos en Costa Rica, Eva CArazo, testimonial de la campaña Make Fruit Fair. Desde hace tiempo muchas componentes de la sociedad civil internacional están haciendo presión para que Europa deje de hacerse complice de un mercado de bienes alimentarios destinados a nuestros paises, basado en la grave explotación medioambiental y del trabajo. La campaña Make Fruit Fair (de la que TERRA NUOVA ha hablado de forma màs extensa en la edición en papel de Marzo 2016, ver pdf en adjunto) está especialmente comprometida para que se aplique una legislación más restrictiva y eficaz a uno de los sectores principales, lo de la fruta tropical. Conversamos sobre estos y otros aspectos relacionados con el medio ambiente y la salud en una entrevista a Eva Carazo, investigadora del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo de la Universidad Estatal a Distancia del Costa Rica. Eva está visitando Italia como invitada de la ONG GVC, coordinadora y partner italiana de la campaña. Eva, ¿cómo has empezado tu recorrido? He empezado trabajando con una de las organizaciones campesinas del Costa Rica hace mucho tiempo, y gracias a ellas he conocido la cultura de la tierra. Me ha parecido algo muy potente y he entendidp que lo que comemos cada día tiene detrás un gran conocimiento que hace que una semilla se convierta en alimento. Esa semilla tiene un valor cuando la cultura se lo reconoce, respetando los ciclos de la naturaleza. Este conocimiento asociado a la biodiversidad es lo que nos ha dado de comer durante toda la historia de la humanidad. ¿Qué situación está viviendo hoy el Costa Rica? A partir de los años ’80 se ha difundido la agricultura industrial, en contemporánea con un periodo de grandes cambios estructurales, en los que se ha empezado a desmantelar el estado social que había permitido la inversión en salud, educación y alimentación. Desde ese momento se ha empezado a promover un modelo agricolo volcado en la exportación, basado en una lógica de revolución verde, con monocolturas y un uso masivo de productos de sintesis. Pero el Costa Rica se presenta a si mismo como un país muy sostenible… Como País hemos invertido mucho en muchos proyectos de sostenibilidad, como las reservas naturales, con buena parte del territorio conservada en parques nacionales. Costa Rica es pequeño, se puede atraversar en un día, ver el amanecer en el Caribe y la puesta de sol en las playas del Pacifico, aunque conserve el 6% de la biodiversidad mundial. Todo esto pero no ha parado la expansión de un modelo orientado en el consumo, generando muchos conflictos sociales sobre todo en las zonas rurales, donde comunidades enteras luchan para acceder al agua potable, o para difender el territorio de la expansión inmobiliaria. En algunos casos, se están moviendo poblaciones enteras y esto no se lo contamos al mundo. De la misma manera que no contamos lo que sucede a nivel agrario, que vé todo el dinero publico invertido para promover un modelo de monocoltivos dirigidos a la exportación. Las áreas cultivadas con piña han aumentado del 1500% en los ultimos 30 años, así como la producción de melones, café, plantas de ornamento en grandes extensiones propiedad de una única empresa. Esto tiene unas consecuencias drámaticas en el campo, como la disminución radical de cultivos para alimentación. Así que si hasta los 80 éramos autosuficientes en la producción de mais, arroz y frijoles, que son los alimentos fundamentales de nuestro regimen, hoy importamos alrededor del 80%. Hemos perdido los pequeños campos agriculos donde la comunidad cultivaba la huerta para consumo proprio y para los productos que se vendian al mercado. Esto nos hace mucho más vulnerables en términos de soberanía alimentaria. ¿Este cambio qué ha provocado a nivel de trabajo? Mucha gente ha emigrado en las ciudades o en otros países buscando trabajo, y muchos trabajan en las plantaciones que surgen en la tierra que antes era suya. Las condiciones son de explotación, con salarios inadecuados y mucha inestabilidad. Por ejemplo la ley dice que después de tres meses el trabajador debe ser contratado regularmente, con vacaciones pagadas, el paro en caso de despido y todos los derechos. No obstante, en las plantaciones al finalizar los tres meses invitan al trabajador a renunciar. Si lo haces, te contratan después de una semana para otros tres meses, mientras si rechazas empiezan a obstacularte, te dan los trabajos más duros, y con una excusa minima te despiden. Después no te volverán a contratar ni allí ni en ninguna otra plantación ya que estás en una lista negra. Así que todo el mundo renuncia, ya que en muchas zonas las plantaciones son tan extensas que representan la única oportunidad de trabajo. En esta situación las pocas personas que preservan la cultura campesina son cada vez más aisladas, en lucha contra todo lo que arriesga el territorio. ¿Hablamos de piña, qué impacto tiene este cultivo para el territorio? Costa Rica es el principal exportador de piña en Europa, y uno de los principales en el mundo. Es nuestro tercer producto de exportación, después de los plátanos y los microchips (porque tenemos una filial de Intel). El sector de la piña es el más rentable en mano a esferas políticas y financieras más potentes. Es para esto que aunque sean muchas las voces que se oponen a ese modelo de producción, no tienen el poder de cambiar las cosas. El Gobierno ha lanzado una iniciativa de piña sostenible, para mejorar las condiciones de producción del sector. Pero la liga de productores de piña ha dicho que no le interesa disminuir el uso de pesticidas ni mejorar las condiciones de los trabajadores, así que se niegan a entablar ni siquiera un dialogo al respecto. Mientras tanto las comunidades siguen sufriendo las consecuencias. Hay casos emblematicos muy graves, sobre todo a causa de la contaminación del agua. Las plantaciones necesitan mucha agua, junto a los agroquimicos, para acelerar el ciclo de producción y hacer que los frutos estén siempre a disposición del mercado, y no solamente dos veces al año como debería ser el ciclo natural de la planta. En la región del Caribe 4 comunidades han visto ya una grave contaminación de las aguas subteraneas. La causa legal ha sido ganada hace 12 años, pero desde entonces viven con un camión-cisterna que les proporcionan agua cada dos días para todas las necesidades familiares. Además, siendo en una zona con un clima muy caliente, sobretodo los pequeños quieres darse un baño, pero esto ha causado enfermedades de la piel, casos graves de gástritis y casos de cáncer. Ahora parece que se construirá un acueducto nuevo, mientras tanto ha sucedido otra caso grave en otra comunidad del Norte, en la misma situación. ¿Entonces sería mejor una intervención más radical? Claro. Por un lado es urgente hacer frente a la crisis en curso mejorando las prácticas medioambientales y de trabajo garanrizando el derecho de organización sindical, y por otro lado es necesario reforzar las alternativas, como la pequeña producción, los mercados locales y otras formas de cultivo. En un mundo cada vez más integrado deberíamos desarrollar los aspectos positivos de la globalización, como la posibilidad de establecer alianzas entre Norte y Sur, entre los países productores y consumidores. Hacer transparente la cadena y poner en evidencia los problemas principales sirve para presionar hasta que las cosas cambien: las denuncias son más eficaces cuando a pedir de aumentar los estandares es el país que comprador. La campaña Make Fruit Fair ha llegado en el momento ideal porque ha obligado los productores a abrir la discusión y a contestar a casos particulares. Además, ha servido para hacer entender a la gente de aquí que tenemos aliados en Europa que están trabajando en la misma dirección y comparten nuestra misma visión del mundo. ¿Qué cambiará ahora que el Parlamento Europeo ha tomado en consideración el report sobre UTPs (Unfair trading practices)? Creemos que sea una señal muy importante, porque demuestra una intención de cambio por parte de la UE. Aunque el gesto sea simbolico, porque hasta que la Comisión Europea no definirá su puesta en práctica. Así que seguiremos trabajando con las organizaciones como GVC y Oxfam para que esta declaración de buenas intenciones se haga más concreta para adoptar formas de mercado que obliguen a las empresas productoras a cambiar las condiciones de mercado. Porque si el cambio no es estructural, las empresas no harán otra cosa que moverse en otros lugares donde no se les moleste, y no queremos que este modelo voraz se mueva ni al mismo tiempo que las personas pierdan su unica oportunidad de trabajo. Lo que queremos es que la situación cambie a partir de toda la cadena. Per más información: www.makefruitfair.org www.gvc-italia.org