Reseña de “La doble hélice”

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Reseña de
“La doble hélice”
de James Watson
Grado Genética UAB
1r Curso 2013-14
Alba Bossoms
Miguel Rodríguez
ÍNDICE
Wordcloud ........................................................................ 2
Comentario del Wordcloud ........................................... 3
Reseña “La doble hélice
El origen de la trascendencia de la doble hélice ..................................... 7
El conflicto entre el reconocimiento de los méritos
propios y el progreso de la ciencia …………………………………………... 8
El rol femenino en la obra ............................................................................. 9
La ciencia y la vida personal .....................................................................
11
Valoración como obra científica, literaria y autobiográfica ................ 15
1
Model de Watson i Crick
Model de Pauling i Corey
2
Wordclouds por: Alba Bossoms
COMENTARIO DEL WORDCLOUD
Los wordclouds han sido elaborados por mi compañera a partir de dos
artículos que describían la estructura del ácido desoxirribonucleico
(DNA): la doble hélice de Watson y Crick1, y la triple hélice de Pauling y
Corey2. Ambos representan un intenso esfuerzo y por ello merecen mi
más profunda admiración, pese a que la conformación sugerida en el de
la derecha sea errónea. Comenzaré mi analisis comparando ambos
wordclouds a nivel estético-visual y posteriormente me centraré en cada
uno de ellos de forma individual, con un énfasi especial al contexto de
sus autores.
En cada caso es posible apreciar las palabras más usadas en su
respectiva publicación científica, así como la estructura sugerida en la
misma. Por este motivo tienen en común su configuración helicoidal,
compuesta por diversas cadenas como podemos ver en las palabras
“helix”, “axis”,”helical” y ”chain”.
Paralelamente, las palabras “ray”, ”photographs”, ”reflection” y “model”
son una pista acerca de las técnicas empleadas : desde la cristalografia
de rayos X hasta los modelos moleculares a escala.
A demás, si consideramos el marco histórico, también se puede observar
como en semejante época ya se conocían los componentes básicos que
formaban el ácido desoxirribonucleico, como revelan los términos:
“sugar”, “ribofuranosa”, ”purine”, ”pyrimidine”,”nucelotid”, “phosphate y
“polinucleotid”.
Sin embargo, una observación más detallada en el wordcloud de la
izquierda nos permite discenir como las bases nitrogenadas
-- “thymine”, ”guanine”,”cytosine”,”adenine” y “deoxyribose” – son
citadas mucho más. Eso es debido al paper clave que jugaban en esa
estructura: su complementariedad fue la auténtica esencia del
descubrimiento. El hecho de que el azúcar presentara en su carbono 2'
un hidrogeno en vez de un grupo hidroxilo también fue importante para
la elaborar el modelo.
Tampoco nos puede pasar por alto que la estructura de la derecha
Watson, J., & Crick, F. (1953). “Molecular structure of nucleic acids”. Nature, páginas
737–738. Extraido de: http://www.nature.com/nature/dna50/watsoncrick.pdf
1
Pauling, L., & Corey, R. B. (1953). “A proposed structure of nucleic acids”, páginas 84–
97. Extraido de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1063734/
2
3
aparenta ser mucho más complicada. De hecho, el artículo describe con
esmero y detalle aspectos acerca de las distancias de enlace, el ángulo
y geometría de la estructura. Por consiguiente, las palabras “angle”,
“bond”, ”layer”, ”linkage”, ”factor”... sugieren que el autor ha
profundizado en lo referente a aspectos técnicos de los enlaces químicos
(hecho no muy sorprendente si consideramos que Pauling fue el gran
bioquímico de aquella época y autor del libro La naturaleza del enlace
quiímico y la estructura de las moleculas3).
Asimismo, resulta necesario destacar que el artículo de la izquierda
constaba de aproximadamente sólo 900 palabras (unas 2 páginas),
mientras que el artículo de la derecha presentaba una extensión bastante
superior (unas 14 páginas), y por consiguiente un amplio lujo de detalles.
Finalmente, el wordcloud de la izquierda sugiere las referencias a los
trabajos de otros investigadores, tales como “Chargaff” o “Wilkins”,
mientras que el de la derecha cita a “Atsbury” y “Romers”.
Después de un análisis comparativo de los elementos visuales y estéticos
que los forman, prosigo con una visión más centrada en el contenido de
los wordclouds y la estructura que sugieren, así como las mentes detrás
de ellas: ambas son el resultado de una intensa carrera a contra reloj que
se produjo entre ambos lados del Atlántico.
A la derecha tenemos la estructura sugerida por
Robert B. Corey y uno de los más brillantes
químicos del siglo XX: Linus Pauling (ambos
investigadores en Caltech). Como podemos
observar en las palabras “helix”, “three”,
chain”, ”phosphate”, ”sugar” y en la forma del
wordcloud, Pauling propusó una helice formada
por tres cadenas con los enlaces azúcar-fosfato en
el centro.
Sin embargo, pese a haber cosechado grandes
exitos como el enlace covalente y la estructura de
la helice alfa proteïca, Pauling cometió un error
elemental: los grupos fosfato se encontraban en el
centro sin ionizar. En cierto sentido, debido a que
los grupos fosfato estaban unidos a sus respectivos
hidrogenos y estos participaban en los enlaces
que unian las tres cadenas, el acido nucleico propuesto por Pauling no
era ningún acido como sugiere las palabras “nucleic” y “acid”.
Pauling, L. (1960). The Nature of the Chemical Bond and the Structure of Molecules
and Crystals: An Introduction to Modern Structural Chemistry (p. 656 pàgines). New
York: Cornell University Press
3
4
Por otro lado, a la izquierda tenemos la estructura del DNA propuesta por
dos jóvenes investigadores del laboratorio Cavendish, en Cambridge: el
biólogo americano James D. Watson y el físico inglés Francis Crick. Estos
dos grandes científicos han contribuido enormemente al avance del
conocimiento, pero sin lugar a dudas el aporte más valioso fue la
estructura que da forma al wordcloud de mi compañera: la doble helice
de DNA en su forma B.
Si conectamos los conceptos más importantes del
wordcloud (“Structure”, “Chain”, “base”, “acid”, “two”,
“pair”, “nucleic”, “axis”, “acid”, “Together”, “Purine”,
“Each”, “Phosphate”, “Atom”, “Pyrimidine”), podemos
definir la estructura de la molécula más bella y más
importante de la vida. La estructura de Watson y Crick es
una hélice formada por dos cadenas en la cual las bases
nitrogenadas se aparean complementariamente en el eje,
de forma que tenemos juntas una pirimidina y una purina.
Cada par de bases se dispone como eslabones de una
bella escalera de caracol construida mediante átomos por
las fuerzas que modelan nuestro universo. Es comprensible
que todos los que contemplaban este modelo - incluso
Pauling- creyesen, como relató Watson, que “una
molécula tan bella tenia por fuerza que existir”.
A veces las soluciones simples són las mejores, pese a que no nos sean
evidentes. De hecho, a muchos bioquímicos de la primera mitad del siglo
XX les parecía que algo tan importante como la molécula que contiene
la información de los seres vivos, la molécula que codifica la estructura
de complejas proteínas, tenía que poseer una estructura increíblemente
compleja para atesorar tan preciada información.
Sin embargo vemos que una estructura tan relativamente simple como la
doble hélice, es sumamente eficiente en la replicación y por tanto, la
conservación de la secuencia de la vida.
Comentario por: Miguel Rodríguez
Editado por: Alba Bossoms
5
RESEÑA DE “LA DOBLE HÉLICE”
El objetivo de este apartado es analizar la obra “La doble hélice”4, escrita
por James Watson y publicada el año 1968. Parafraseando al autor: <<
deseamos sugerir una breve reseña para “La doble hélice”. Esta novela
presenta una serie de aspectos que consideramos de interés esencial
para los futuros genetistas>>.
Hemos optado por realizar este comentario de manera conjunta a fin de
ofrecer diferentes puntos de vista, de modo que nuestra perspectiva sea
más objetiva, crítica, rigurosa y adecuada. Nuestra metodología es
describir una serie de temas que nos han llamado la atención de la obra
y a partir de aquí añadir incisos concretos en todos aquellos aspectos en
que discrepemos, así como nuestras opiniones personales.
1.
El origen de la trascendencia de la doble hélice: ¿ Por qué la doble
hélice no es una estructura más?
El propio Watson describió en una ocasión que el descubrimiento de la
doble hélice era “el acontecimiento más famoso en la biología des de
Darwin”, y sin lugar a dudas no exageraba. Esta carismática estructura se
ha convertido en el símbolo de nuestro grado, en el logotipo de una
nueva era para la ciencia moderna. Nuestro objetivo es indagar hasta
encontrar todos los posibles pilares en los que se sostiene esta afirmación,
y justificar porque la configuración del DNA no es “otra estructura más”.
Como brevemente hemos señalado, la simplicidad de la que rebosa es
sin duda una de sus atributos más atractivos. El mismo autor afirmó que
“Una estructura tan bonita tenía, por fuerza, que existir”... sin embargo,
¿Es motivo suficiente como para razonar así su increible transcendencia?
Es poco probable.
Del mismo modo, también descartamos que la palpitante historia sea la
clave, aunque por supuesto ha servido como aliciente a su éxito. Es difícil
negar como un narrador con un sentido tan preciso de la ironía y una
emocionante trama contra reloj ha facilitado la difusión de estas
vivencias. Como valoraremos en el último apartado del trabajo, el interés
que puede suscitar este libro transciende del puramente científico, siendo
4
Watson, J. D. (2005). La doble hélice (2a ed, p. 194 páginas). Editorial Alianza. Madrid
6
un fiel testimonio autobiográfico e incluso una emocionante novela de
intrigas, decepciones y finalmente triunfos
Mi compañero y yo coincidimos en que el quid de la cuestión reside en
las futuras aplicaciones que permitió desarrollar. La doble hélice es la
llave que abre las puertas a la genética molecular, un campo aún hoy en
día muy activo. Conocer cómo funciona el ADN es conocer el lenguaje
de la vida.
Era imprescindible resolver la cuestión física de cómo son las unidades
de los genes, del material hereditario, para comprenderlo en su totalidad.
A partir de aquí, términos como las “mutaciones” eran fácilmente
explicables con razonamientos muy intuitivos… pues el verdadero triunfo
de este hallazgo científico fue que la complementariedad de bases
nitrogenadas sugería mecanismos de replicación.
Por último, también estamos de acuerdo en otro aspecto sustancial:
nadie apostaba por el DNA. A pesar de todos los experimentos de Alfred
Hershey y Martha Chase, muchos investigadores se aferraban a que el
DNA tenía que ser una proteína. De hecho, la opinión general era que
sería una secuencia lineal de nucleótidos, simple e incluso mediocre.
La Hélice de Watson y Crick batió todas las expectativas, e igual que en
una apuesta 1:1000, eso implicó un mayor benefició. La sorpresa
inesperada de esa victoria avivó el éxito, e incluso los más reticentes a
aceptar este nuevo modelo tuvieron que tragarse el orgullo con el
tiempo. Watson narra cómo el propio Pauling “dijo con gran elegancia
que, en su opinión, habíamos dado con la respuesta” después de
examinar el modelo.
2.
El conflicto entre el reconocimiento de los méritos propios y el
progreso de la ciencia.
La línea que separa los límites de la competencia justificada y la ética de
facilitar información científica a tu rival porqué podría ser útil para todos
es sutil, y en muchas ocasiones, confusa. Este libro es un tangible
testimonio de esto.
Por ejemplo, podemos encontrar dos situaciones antagónicas: en primer
lugar como el respeto que Crick tenía al trabajo de Wilkins, pues Maurice
llevaba tiempo investigando en el campo e inmiscuirse de repente sería
considerado de mala educación.
Así se expresa en el fragmento: “En aquella época, los estudios
moleculares relacionados con el ADN era, a todos los efectos, propiedad
personal de Maurice Wilkins. […] Habría parecido muy mal que Francis
7
irrumpiera en un problema sobre el que Maurice llevaba trabajando
varios años5”
En contraposición, en el caso de Pauling, no hay tantas consideraciones:
“Maurice había recibido una carta de Linus en la que le pedía una copia
de las fotografías por rayos X del ADN cristalino. Despues de dudarlo, le
respondió diciendo que quería examinar con más detalle los datos antes
de dejar ver las fotografías6”.
Como podemos ver, en la primera ocasión las consideraciones
prevalecen por encima del impetuoso deseo de Francis por investigar el
ADN. En cambio, a Maurice no le es difícil - después de cavilar unos
instantes - llegar a la conclusión que lo mejor es no compartir información
con el científico estadounidense.
¿Cuál es la diferencia? Citando al propio Watson “Lo que hacía aún más
desagradable la situación era que ambos se conocían y, antes de que
Francis volviera a casarse, se veían con frecuencia para comer o cenar
y hablar de ciencia”.
De hecho, el autor incluso añade “Habría sido mucho más sencillo si
hubieran vivido en países distintos. La intimidad de los círculos británicos
[…] y el sentido inglés del juego limpio impedían que Francis interfiriera
en la labor de Maurice.” A continuación ejemplifica como esta situación
no hubiese estado un problema en países como Francia o EEUU, pero “En
Inglaterra, era feo7”.
En el caso de esta obra, las nacionalidades tienen especial importancia
en cuanto se refiere a calibrar la balanza mental entre competencia y
méritos propios.
Si bien la relación internacional en este contexto histórico entre Inglaterra
y Estados Unidos era buena, a nivel de biociencias el ambiente era tenso:
el propio Pauling se había adelantado a todos los esfuerzos Ingleses –
incluso a los más antiguos – en la difícil tarea de descubrir la estructura
de las proteínas.
Sin duda el orgullo británico del laboratorio Cavendish se vio resentido
después de esto, y la batalla entró en un ámbito más “personal”. De este
modo, des del punto de vista de algunos ingleses, el final triunfo de la
doble hélice por encima de la triple de Pauling y Corey, fue reestablecer
de nuevo el equilibrio.
Página 34 de la edición citada en el pie de página 4.
Página 37 de la edición citada en el pie de página 4
7 Página 35 de la edición citada en el pie de página 4.
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8
3. El rol femenino en la obra: des de la feminista Rosalind Franklin hasta
la esposa de Francis Crick.
El papel de la mujer en esta obra, sobre todo el punto de vista de Watson
es, como mínimo, polémico. Para ejemplificar a que nos referimos con
semejante afirmación citaremos la primera descripción que hace el autor
de la investigadora Rosalind Franklin, cristalógrafa y compañera de
laboratorio de Maurice Wilkins.
“Estaba decidida a no destacar sus atributos femeninos. Aunque era de
rasgos enérgicos, no carecía de atractivo, y habría podido resultar muy
guapa si hubiera mostrado el menor interés por vestir bien. Pero no lo
hacía. No llevaba los labios pintados […] y a sus 31 años, todos sus
vestidos mostraban una imaginación propia de empollonas adolecentes
inglesas. Era muy fácil imaginarla como el producto de una madre
insatisfecha que había insistido de forma desmesurada en la
conveniencia de una carrera profesional para rescatar a las jóvenes
brillantes del matrimonio con hombres aburridos8”.
Ni el más acérrimo defensor de Watson podría negar la crueldad de estos
comentarios. A diferencia de a sus colegas científicos del laboratorio,
Rosalind es la única en ser juzgada por su aspecto: cómo viste, cómo se
arregla… en vez de por sus virtudes como investigadora. Los comentarios
son superficiales y poco tolerantes.
Sin embargo, ni yo ni mi compañero opinamos que este tipo de
afirmaciones son suficientes como para etiquetar a Watson de machista
misógamo – o no al menos, más que muchos de sus compañeros
contemporáneos -. Hemos de considerar que la historia se remonta a los
años cincuenta, dónde las mujeres todavía se luchaban para abrirse un
lugar como iguales en una sociedad muy sexista.
En cualquier caso, uno de los grandes méritos de esta protagonista fue
que su talento por la cristalografía de rayos X permitió que poco a poco
dejaran de juzgarla solo pos su sexo o apariencias, y se fijaran en lo que
decía (por desgracia, ese no fue un cambio a mejor y entre su
obstinación a negar la estructura helicoidal del ADN y sus modales más
bien bruscos para defender sus ideas… la opinión que tenía Watson de
ella no hizo más que empeorar).
Sin embargo, el final de esta crispante relación es agridulce: al final del
libro el autor se redime aceptando que: “Tanto Francis como yo
aprendimos a valorar enormemente su honradez y generosidad personal,
y a comprender, con demasiados años de retraso, las luchas a las que
una mujer inteligente se enfrenta para ser aceptada en un mundo
8
Página 36 de la edición citada el el pie de página 4.
9
científico que, muy a menudo, considera a las mujeres meras
distracciones del pensamiento serio. El valor y la integridad ejemplares
de Rosalind quedaron claros para todos […]9”. Por desgracia, en 1958 Ella
falleció de cáncer de ovarios a la temprana edad de 37 años.
En contraposición a Rosalind Franklin encontramos a la segunda mujer de
Crick: Odile. Esta señora francesa es una persona totalmente acomodada
y conforme a su rol en la sociedad de los años 50: joven y apolítica,
prefería leer artículos de Vogue que de The Times. De hecho, en una de
las tradicionales cenas entre Francis, Odile i Watson, el primero desiste de
hablar de ciencia porqué considera que su mujer no tiene el nivel ni la
capacidad necesarias.
Incluso se describe : “Francis no disimulaba su entusiasmo por las mujeres
jóvenes, siempre que tuvieran cierta vitalidad y destacaran por algo que
permitiera los cotilleos y las risas […] A Odile no le importaba esa
predilección, porque pensaba que acompañaba a su emancipación del
aburrimiento de su educación en Northampton10”.
Por último, también es necesario hacer una breve mención a los intentos
de acercarse a Maurice durante el congreso científico a Nápoles
mediante su bella hermana: “Maurice había notado que mi hermana era
muy guapa, y se sentaron a comer. […] Me encantó. Llevaba años viendo
a mi pesar, como perseguían a Elizabeth innumerables tipos bobos y
aburridos. De pronto vi la posibilidad de que cambiara su forma de vida.
Ya no tenía que enfrentarme a la seguridad de que iba a terminar con un
deficiente mental. Además, si a Maurice le gustaba verdaderamente mi
hermana, era inevitable que yo acabase relacionándome mucho más
con su empleo de los rayos X para investigar el ADN11”.
Aunque en aquella ocasión parezca que la emplee como un mero
utensilio para satisfacer sus ambiciones, y en muchas ocasiones se burles
sarcásticamente de sus compras caprichosas: “Los 3.000 dólares de beca
que había recibido eran el triple de lo que se necesitaba para vivir
holgadamente como un estudiante danés. Aunque tuviera que pagar dos
conjuntos de moda que mi hermana se había comprado en París, me
quedarían 1.000 dólares, suficiente para vivir durante un año en
Cambridge12”… durante todo el libro muestra un sincero interés y
preocupación por su bienestar, y se aprecia claramente su afecto
fraternal.
Página 196 de la edición citada en el pie de página 4.
Página 73 de la edición citada en el pie de página 4.
11 Página 48 de la edición citada en el pie de página 4.
12 Página 57 de la edición citada en el pie de página 4.
9
10
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4. La ciencia y la vida personal
Uno de los aspectos que confieren a la novela “La Doble Helice” su
inestimable valor como obra literaria es la relación que en determinadas
ocasiones establece entre el progreso científico y la vida personal de
aquellos que lo desarrollan. Como dijo el autor del prólogo Steve Jones:
“El público percibe la ciencia como algo despegado de la gente que la
ejerce”, y sin embargo no podemos alejar ambas unidades – la ciencia
y el científico – de la influenza colateral que ejercen entre sí.
Del mismo modo, resulta también imprescindible transmitir el mensaje de
como la ciencia avanza y retrocede al mismo ritmo que los
investigadores que la practican. Muy a menudo solo nos fijamos en las
comodidades que nos ofrece, e ignoramos que el largo camino que las
ha hecho posibles no era lineal. Como menciona Watson en su prólogo:
''Pero aún más importante, creo, es que existe una ignorancia general
acerca de cómo se hace la ciencia. No quiere esto decir que todo el
proceso científico se desarrolle del modo que aquí se describe […]13''.
Por estos motivos, si bien es innegable la estrecha relación entre la
ciencia y los científicos; también resulta obvia su intrincada complejidad.
Como es previsible, resulta imposible generalizar y encontrar una ley
global que defina esta conexión. Aun así, basándonos en este relato
autobiográfico, intentaremos destacar los puntos que a mi compañera y
a mí nos han parecido de especial relevancia: las decisiones, el carácter
y las habilidades sociales.
En primer lugar, del mismo modo en que sucede en la vida cotidiana; en
un laboratorio es esencial tomar las decisiones adecuadas. Y como
humanos, todos los protagonistas de esta historia consideran no solo el
beneficio que puede suponer para la investigación en general antes de
sentenciar nada de modo definitivo.
En la novela, apreciamos como a menudo las preferencias personales
imperan al dilucidar, y les inducen a adoptar ciertas resoluciones
cuestionables o inapropiadas para alcanzar el objetivo que persiguen.
13
Página 7 de la edición del pie de página 4
11
Un claro ejemplo de esto que nos ha llamado especialmente la atención
radica en la formación de los investigadores. Este es el caso de Watson,
quien pese a presentar un firme interés en los genes, rechazaba la
Química y la Física; cómo podemos observar en el siguiente fragmento ''
Mi interés por el ADN había nacido del deseo de aprender que eran los
genes, […] abrigué la esperanza de llegar a resolver el secreto de los
genes sin tener que aprender Química. Este deseo surgió en parte por
pereza […] y me las apañaba para evitar seguir cualquier curso de física
o química que pudiese revestir aunque solo fuera una mediana
dificultad14''.
Sin embargo, Watson no pudo eludir la química eternamente. Su
supervisor, el italiano Salvador Luria, le recomendó realizar un
postdoctorado en Copenhague con el Bioquímico Herman Kalckar. Él
estaba especializado en los ácidos nucleicos, que según el experimento
de Avery, constituían el material genético básico. Por desgracia, esto no
consiguió despertar su interés por la bioquímica y Watson desvió su interés
hacia la investigación de los bacteriófagos que realizaba Ole Malooe.
Al tomar semejante decisión, Watson incumple una de las cláusulas
especificabadas su beca, lo que tanto a mi compañera como a mí nos
parece una falta de ética científica y profesional. Incluso al propio Watson
en cierto sentido también le atormentaba la idea: ''Al principio, algunas
veces me sentía a disgusto realizando un trabajo sobre fagos con Ole, ya
que la beca me había sido concedida para prender bioquímica con
Herman; en un sentido estrictamente literal, yo estaba violando las
condiciones de la misma15''.
A pesar de ello, Watson decidió renovar su beca, como podemos
apreciar en el siguiente fragmento: ''[…] se me pidió que propusiera mis
planes para el año siguiente. […] la única solución era pedir más fondos,
a fin de pasar otro año con Herman. Hubiera resultado contraproducente
confesar que no llegaba a interesarme la bioquímica. […] Así pues, escribí
a Washington diciendo que deseaba quedarme en el estimulante
ambiente de Copenhage. Como esperaba, mi beca fue renovada''16.
Es más, si leemos las líneas siguientes también podemos apreciar que se
alegra cuando un hecho le exime de acudir al laboratorio de Herman:
''estaba también la cuestión de los sentimientos de Herman. […] Un día
de primeros de diciembre me dirigían bicicleta al laboratorio de
Página 38 de la edición del pie de página 4
Página 41 de la edición del pie de página 4
16 Página 42 de la edición del pie de página 4
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Herman.[...] Tenia algo importante que comunicar: su matrimonio estaba
acabado, y esperaba conseguir el divorcio.[...] Era libre de pedalear
todos los días hasta el laboratorio de Ole, en la conciencia de que, sin
duda, era mejor engañar a los electores de becarios sobre la materia que
estaban trabajando que obligara Herman a hablar de bioquímica17''.
El divorcio de Herman permitió a Watson investigar lo que deseaba, pero
opinamos que el júbilo que sintió no está justificado, considerando la
desgracia de su colega investigador. Nótese que en este fragmento
también se atisba la influencia de la vida personal y amorosa de Kalckar
sobre su vida profesional y por consiguiente, sobre su investigación.
En segundo lugar en nuestro análisis, consideramos que el carácter es un
factor a tener en cuenta. La perseverancia en un investigador es de suma
importancia a la hora de llevar a buen puerto la investigación que realiza.
No obstante, un investigador terco puede estancarse en una idea e
ignorar las aportaciones de otras personas, pudiendo así comprometer la
investigación. Veamos dos casos.
Durante toda la novela se aprecia una obsesión en Watson y Crick acerca
del secreto de los genes, que les llevó a perseverar en la búsqueda de la
estructura del ADN incluso a hurtadillas, como se relata en este
fragmento: “Para entonces yo había decidido ganar tiempo
dedicándome a la investigación del virus del mosaico del tabaco (VMT).
Un componente vital del VMT era un ácido nucleico, y por ello era la
tapadera perfecta para enmascarar mi continuado interés en el ADN18”.
Por otra parte, la obsesión hacia una idea concreta resulta
contraproducente e incluso puede llevar al error. El ejemplo que mejor lo
ilustra es la obsesión anti-helicoidal de Rosalind Franklin, muy bien
explicado en uno de los pasajes del relato: “Interrumpiendo su arenga,
afirmé que la forma más simple para cualquier molécula polímero era
una hélice. Sabiendo que ella podia responder con el hecho de que era
improbable que la secuencia de bases fuese regular, proseguí con el
argumento de que, puesto que las moléculas de ADN forman cristales, el
orden nucleótido no debe afectar a la estructura general. Para entonces
Rosy apenas si podía contenerse, y su voz se elevó para decirme que la
estupidez de mis palabras sería evidente si dejara de parlotear y mirara
17
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Página 42 de la edición del pie de página 4
Página 106 de la edición del pie de página 4
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sus pruebas de rayos X.[ ...] Sin más vacilaciones, di a entender que ella
era incompetente para interpretar sus fotografías de rayos X.[...] Al oír
esto, Rosy salió súbitamente de detrás del banco del laboratorio y
empezó a avanzar hacia mí. Temiendo que en su violenta cólera pudiera
llegara
golpearme, cogí el manuscrito de Pauling y retrocedí
precipitadamente hacia la puerta abierta19”. En esta escena apreciamos
la obcecación que Rosalind mantiene acerca del ADN, que incluso la
lleva a ponerse violenta cuando Watson le increpa por su error.
Finalmente, para ejemplarizar cuanto influye el trato con los demás en un
laboratorio usaremos a Crick. Francis es a nuestro parecer el personaje
con un carácter más fuerte. Como menciona Watson en la primera frase
del libro, “Nunca he visto a Francis Crick comportarse con modestia20”.
Su presencia no pasaba inadvertida y pese a que algunos de sus colegas
apreciaban sus aportaciones, la mayoría opinaba que era un mero
charlatán.
Veámoslo en un fragmento del capítulo 1: “Francis exponia siempre sus
ideas con gran dramatismo.[…] La atención que despertaba Crick se
debía en parte al volumen de su voz: hablaba más alto y más de prisa
que ningún otro, y cuando reia era posible oírle desde cualquier punto
del Cavendish.[...] las conversaciones con Crick alteraban a sir Lawrence.
La intensidad de la voz de Francis era suficiente para hacer que Bragg se
trasladara a otra habitación más tranquila21”.
Aquí podemos atisbar como a sir Lawrence Bragg, a la sazón director del
Cavendish, no le gustaba demasiado Crick. Esta situación tensa en una
ocasión provocó al largo de toda la trama diferentes altercados. Si sir
Lawrence no hubiese sido comprensivo y si los colegas de Crick no
hubiesen intercedido en muchas ocasiones; el trato de Crick le hubiese
llevado a un despido… y de esta forma puede que el ADN hubiese
tardado unos cuantos años más en desvelarse.
Es innegable que la actitud hacia las personas que nos rodean influye en
el desarrollo de la ciencia, y que relaciones tensas pueden conducir al
abandono de una investigación.
Página 147 de la edición del pie de página 4
Página 29 de la edición del pie de página 4
21 Página 30 de la edición del pie de página 4
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5. Valoración como obra literaria, científica y autobiográfico
La Doble Hélice es un gran éxito internacional, que desde su publicación
en 1968, se ha reeditado en decenas de idiomas. Una obra de tal
envergadura ha de sostenerse sobre unos pilares que la eleven a la
categoría de best-seller… ¿Pero cuáles son estos cimientos elementales
que le han permitido elevarse hasta semejante triunfo?
En primer lugar, hemos de considerar una de las grandes virtudes del libro
como autobiografía es que se trata del relato en primera persona de uno
de los más grandes descubrimientos que ha realizado el ser humano. Vivir
la intensa búsqueda de la estructura del ADN de la mano de uno de sus
descubridores, James Watson, es sin duda un buen aliciente.
Sin embargo, en nuestra opinión, la magnificencia de esta obra radica
en la genial descripción, sincera y serena, acerca del modo en el que
trabajan los científicos: sus anhelos, sus riñas, sus mezquindades, sus
fracasos y en ultimo termino; sus éxitos. Por lo tanto, la esencia no es solo
el descubrimiento en sí… sino el modo de difundirlo con una perspectiva
más humana a un público, quien como ya hemos mencionado
anteriormente, en general desconoce la verdadera experiencia que se
esconde detrás de un descubrimiento tan trascendental.
No menos importante es la tensión que se transmite al lector en los
capítulos finales, como sugiere sir Lawrence Bragg en el prólogo: “Los
últimos capítulos, en los que se describe de un modo tan vivido el
nacimiento de la nueva idea, poseen una extraordinaria calidad
dramática; la tensión va ascendiendo ininterrumpidamente hacia el
clímax final. No conozco ningún otro en el que pueda uno participar de
un modo íntimo en los esfuerzos, las dudas y el triunfo final del
investigador22”.
El segundo pilar a nivel literario es la accesibilidad que tiene el lector al
relato. Pese a contener términos científico-técnicos que no pueden ser
comprendidos por personas ajenas a la comunidad científica, no se
requieren conocimientos de física o química avanzados para apreciar la
esencia de la historia.
22
Página 19 de la edición del pie de página 4
15
Por tanto, este libro utiliza, en general, un lenguaje estándar, orientado
más hacia la divulgación de la historia del descubrimiento que a los
aspectos técnicos que derivan de él. Por lo tanto, des del punto de vista
de la literatura científica no es demasiado preciso pero tampoco importa:
para conocer con detalles los frutos de la investigación siempre se
pueden consultar los artículos posteriormente publicados en Nature.
Como pequeño ejemplo: las combinaciones que Watson prueba con las
bases nitrogenadas y la tautomería implícita en ello no pueden ser
comprendidas por lectores sin conocimientos básicos acerca del tema,
pero igualmente nos mantenemos firmes en nuestra convicción de que
no es vital comprender la química de ADN en profundidad para quedar
atrapado en la trama de la novela.
Por último, el hecho de que sea un relato autobiográfico le priva de la
objetividad y rigor propios de los textos científicos. Como menciona el
autor: “Doy aquí una versión personal de cómo fue descubierta la
estructura del ADN. […] A este efecto, he intentado plasmar mis primeras
impresiones de los acontecimientos y personalidades más relevantes en
el descubrimiento de la estructura del ADN, más que presentar una
valoración que tome en cuenta los muchos hechos de los que he tenido
conocimiento más tarde.
>Aunque tal vez esta última orientación fuera más objetiva, con ello no
conseguiría reflejar el espíritu de una aventura que se caracterizó tanto
por una juvenil arrogancia como por la convicción de que la verdad, una
vez hallada, sería sencilla, además de bella. Así pues, muchos de mis
comentarios pueden parecer unilaterales e injustos, pero esto es lo que
suele ocurrir dada la incompleta y apresurada manera en que los seres
humanos deciden, con frecuencia, aceptar o rechazar una nueva idea o
amistad23”. Y es cierto, pues muchos comentarios de Watson podrían
considerarse ofensivos, especialmente dirigidos a Rosalind Franklin.
En definitiva, La Doble Helice aporta con grandes dosis de franqueza e
ironía luz sobre el mayor logro en el conocimiento de la vida y su origen
des de la teoría de la evolución. Como dice Steve Jones en el prólogo:
“Darwin derribó a la humanidad de su cima. El ADN hunde su rostro en el
fango biológico24”.
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Página 20 de la edición del pie de página 4
Página 13 de la edición del pie de página 4
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