IP/04/326 Bruselas, 11 de marzo de 2004 La Comisión adopta medidas para incrementar la eficacia de la ayuda de la UE al desarrollo La Comisión Europea ha aprobado hoy su segundo informe anual sobre el esfuerzo que llevan a cabo los Estados Miembros a fin de cumplir con los compromisos que adquirieron en el contexto de la Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo, celebrada en Monterrey (2002). Con arreglo a este informe, los Estados Miembros progresan sólidamente en el objetivo de incrementar significativamente el volumen de la ayuda oficial al desarrollo (AOD) de aquí a 2006. Conforme a las actuales previsiones y hojas de ruta, en el periodo de 2003-2006, se destinarán a ese fin más de 19.000 millones de euros en total. La AOD anual irá aumentando progresivamente hasta alcanzar una cifra de 38.500 millones de euros, esto es, un 0,42% del PIB total de la UE, en 2006. Esto representa 10.000 millones de euros anuales más que en 2002, equivalente a un incremento de un 35%. Esta estimación comprende también los países que se adherirán este año a la UE. Sin embargo, en el informe se llega también a la conclusión de que la UE aún no ha logrado intensificar de forma clara la coordinación de sus políticas de desarrollo y la armonización de sus procedimientos de ayuda. Así, con el propósito de impulsar la eficacia de la ayuda que la UE destina al desarrollo y reducir los costes administrativos derivados de la ejecución de tal ayuda, el informe formula diversas recomendaciones específicas sobre cómo introducir mejoras en la actual situación. Entre otras cosas, se prevé una propuesta de la Comisión para la implantación de un marco común en el que se inscriban los procedimientos de ejecución de la ayuda. Poul Nielson, Comisario responsable de la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria, ha manifestado lo siguiente: «Hemos venido hablando de la coordinación de las políticas y los procedimientos de ayuda de la UE desde 1974. Treinta años de buenas intenciones. Ya es hora de actuar en consecuencia. Es un deber para con nuestros países socios simplificar la gestión de la ayuda al desarrollo, y un deber hacia nuestros contribuyentes hacer el mejor uso posible de los fondos de que disponemos.» - Incrementar la ayuda oficial al desarrollo: Un aspecto esencial de la Conferencia de Monterrey fue el compromiso de la comunidad de donantes de incrementar de forma significativa la AOD. La UE asumió la vanguardia en este esfuerzo, ya que los Estados miembros decidieron incrementar colectivamente su ayuda media de un 0,33% del PIB en 2002 a un 0,39% en 2006. Al mismo tiempo, aquellos Estados miembros que aún no alcanzaban el objetivo fijado por la ONU, esto es, un 0,7% del PIB, se comprometieron a alcanzar un 0,33% en 2006. La Comisión Europea señala que, por segundo año consecutivo, se aprecia que los Estados miembros progresan firmemente en el cumplimiento de este compromiso fundamental, e incluso sobrepasan el objetivo fijado. De acuerdo con los actuales logros y conforme a las hojas de ruta elaboradas por los diversos Estados miembros, se estima que la AOD de la UE irá aumentando anualmente y alcanzará la cifra de 38.500 millones de euros, esto es, un 0,42% del PIB de la UE, de aquí a 2006. Ello representaría 10.000 millones de euros adicionales en 2006, frente a 2002. Año 2002 2003 2004 2005 2006 Total AOD UE (miles mill. €) 28.500 30.200 31.500 33.000 38.500 162.000 AOD EU en % del PIB 0,35 0,35 0,36 0,37 0,42 ‘ ‘ 1,7 3 4,5 10 19,2 Recursos frente a mill.€) adicionales 2002 (miles Es importante subrayar que estas previsiones se refieren al conjunto de la UE, incluidos los diez Estados adherentes. Así pues, la Unión sobrepasará con creces los objetivos de Barcelona, pese a la variación que se registrará en el contexto de la política de desarrollo como consecuencia de la ampliación de 2004. - Utilizar con eficiencia los escasos recursos: El incremento de la AOD constituye una buena noticia dentro de los esfuerzos por erradicar la pobreza. Ahora bien, es necesario esforzarse más en garantizar un uso eficiente de los fondos disponibles, que siguen siendo escasos. Actualmente, la mayoría de los Estados miembros insiste en aplicar sus propios procedimientos nacionales en la gestión de su ayuda al desarrollo en los países beneficiarios. De este modo, muchos de dichos países se ven enfrentados a una infinita variedad de requisitos en cuanto a comunicación de información, normas contables, etc. Ello supone para estos países una carga administrativa que, a veces, produce un efecto de parálisis en su ya frágil capacidad administrativa. Los propios Estados miembros podrían incrementar considerablemente la eficacia de su Administración sin la duplicación de esfuerzos que comporta, por ejemplo, el análisis del marco político de los países beneficiarios. Lamentablemente, la Comisión llega nuevamente a la conclusión de que, aun siendo evidente que una cooperación más estrecha puede redundar en una mayor eficiencia y pese a los numerosos compromisos de actuación en este sentido, se han adoptado pocas medidas concretas para lograr una mayor coordinación de las políticas y armonización de los procedimientos. De este modo, la Comisión propone una serie de medidas específicas destinadas a lograr que los esfuerzos de armonización sean una realidad. Lo que es más importante, propone elaborar una directiva que sirva de marco legal común en el que se inscriban los procedimientos de ejecución de la ayuda. Asimismo, se propone incrementar la coordinación de la programación plurianual y del trabajo de análisis, y elaborar planes locales de acción de la UE de cara a la coordinación y armonización en cualquier país socio en el que dos o más donantes de la UE tengan un programa de cooperación. Con la ampliación, diez nuevos Estados engrosarán las filas de donantes internacionales. Actuando ya, e impulsando una verdadera armonización de las políticas y los procedimientos, será más fácil integrar a los diez nuevos Estados Miembros en la comunidad de donantes. Es preciso no desaprovechar esta oportunidad. 2 Contexto La Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo, celebrada en México los días 18 a 22 de marzo de 2002, aprobó una ambiciosa resolución, conocida como el Consenso de Monterrey, cuya finalidad es hacer frente a los retos que plantea la financiación del desarrollo en todo el mundo y, en especial, en los países en desarrollo. La UE, que aporta más del 50% de la AOD mundial, tuvo un papel protagonista en el éxito de la Conferencia. La UE concretó su contribución al proceso abierto por la Conferencia en ocho compromisos explícitos, aprobados por el Consejo Europeo de Barcelona el 14 de marzo de 2002. Además de los objetivos de incremento del volumen de la AOD e intensificación de la coordinación, los compromisos se refieren a una mayor desvinculación de la ayuda, la reducción de la deuda, los bienes públicos universales, la ayuda relacionada con el comercio y las fuentes innovadoras de financiación (véase MEMO/04/54). La Comisión Europea elabora un informe anual sobre el estado de cumplimiento de estos ocho compromisos. Por primera vez, dicho informe recogerá también la contribución de los futuros Estados miembros que se adherirán a la Unión el 1 de mayo de 2004. Para mayor información, puede consultarse la siguiente dirección: http://europa.eu.int/comm/development/index_en.htm 3