INSEGURIDAD Y CONTROL

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INSEGURIDAD Y CONTROL
Lo6ta Aniyar*
*Ex-Directora del Instituto de Criminología de la Universidad del Zulia. Maracaibo. Senadora de la República de Venezuela.
Un tema tan manoseado como este, en la calle y en los medios que se ha manejado sólo en términos de cifras parciales, de anécdotas y de chismes, no puede
abordarse seriamente sin atenerse a ciertos parámetros metodológicos.
En primer lugar, hay que definir conceptos. Luego, buscar algunas explicaciones
a las cifras y a los hechos después advertir sobre ciertos peligros del manejo apresurado, demagógico o ansioso de soluciones y, por último, seftalar algunas relatividades, en relación a las afirmaciones apresuradas casi populistas que se han
hecho.
DEFINIR CONCEPTOS E IN_TENTAR EXPLICACIONES:
Se habla con mucha ligereza de inseguridad. pero no se tiene a veces un concepto claro de lo que esto significa. Y además, no es fácil concretarlo. Porque no
entenderemos bien el alcance de esta palabra, comúnmente usada para referimos
a la posible violencia, si no la analizamos dentro de un contexto global de la previsibilidad de todas las conductas que son aptas para asegurar nuestra supervivencia. Hay: 1) una inseguridad frente al delito violento, pero hay también una
inseguridad basada en 2) la carencia de certezas frente a las expectativas viales en
general, y 3) en la desconfianza generalizada hacia las actitudes que pueden tomar
el Estado y otras instancias de poder en relación a esá-supervivencia.
Así, pues, inseguridad frente al delito violento, carencia de certezas y desconfianza generalizada, configuran un concepto global de la falta de seguridad, y no
sin razón, el Consejo de Economía Nacional, el24 de octubre de 1990, nos decía
que la criminalidad no es más que la consecuencia de esas "otras inseguridades",
refiriéndose al desempleo, al hambre, a la depauperación, a la erosión de los fundamentos institucionales del autorespeto y de los valores, así como de la corrupción impune la cual no es en realidad, sino parte de aquella erosión de los
fundamentos institucionales.
Por eso, una primera afirmación necesaria que no es ninguna novedad dentro
de la criminología, es que no puede haber "Politica Criminal" si no hay una "Politica Social" satisfactoria dentro de la cual aquella este comprendida.
Hay tres conceptos perfectamente distinguibles, que sin embargo se manejan a
veces indistintamente no es por afán clasificatorio que los distinguimos, sino porque las instancias de solución para cada uno de estos conceptos, son distintas.
Ellos son, "Seguridad personal o individual", "Seguridad Ciudadana", y "Sentimiento de Inseguridad".
"Seguridad·individual, o personal" es el grado de previsibilidad razonable de la conducta de los otros frente a nuestra persona y frente a intereses que son importantes
para la sobrevivencia.
La base de la inseguridad personal parece ser la persona misma, más específicamente, su cuerpo. Lo demuestra una investigación conducida por nosotros en el
Instituto de Criminología de LUZ, en cuya parte de. encuesta trabajaron también
Francisco Delgado y Guillermo Ramos (I).
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Según la encuesta, a pesar de que todos consideraban más repudiable y daft.ino
al corrupto que al ladrón la gente de clase baja temía más al atraco (31%) al homicidio (30%) y a la violación (30%) las de clase media, también pero dando más
importancia al atraco (38%), por cuanto tal vez tiene más que perder en ese hecho.
Y la de ingresos altos temía mas al homicidio (41%), luego a la violación (30%), y
luego al atraco (25%). Esta diferencia notable debe obedecer a la menor importancia que se le atribuye a los bienes en la clase alta -al menos a aquellos que están
expuestos a la acción de un atracador- (los cuales, por cierto deben haber sido
adquiridos con menor esfuerzo que los de las clases media y baja, y ser de más
fácil reposición), a la vez que a la mayor protección que tienen esos bienes frente a
la agresión externa. Pero, en todo caso, siempre los delitos más temidos tienen una
relación con el cuerpo humano. Es el institnto de sobrevivencia.
"Seguridad Ciudadana" es el mayor grado posible de previsibi6dad razonable
frente a la facultad punitiva del Estado (están allí en juego los siguientes derechos
que son exigibles al Estado: el derecho a la libertad, a la vida, a la integridad personal, y a la seguridad jurídica). La llamo ciudadana, porque ciudadanía es ellocus
donde se desenvuelven las relaciones entre el individuo y el estado. Si estas relaciones no se adecuan a la norma legal, no hay ciudadanía. Por eso, también es inseguridad ciudadana la falta de certeza en las actitudes proactivas del Estado frente a
las necesidades elementales de los ciudadanos (techo, trabajos, salud, a6mento, educación, y también el derecho a la otra seguridad, la individual).
Así, la inseguridad ciudadana puede provenir del mismo sistema de justicia
penal, como de hecho sucede en Venezuela: causas de inseguridad ciudadana en
Venezuela son las siguientes:
1- La Administración de Justicia en manos de la policía, Prefectos y
Gobernadores, sin juicio ni defensa y sobre la mera sospecha (Ley de
Vagos y Maleantes)
2- La Administración de Justicia ineficiente
3- La Administración de Justicia corrupta
4- La Administración de Justicia lenta
5- Las ejecuciones extrajudiciales
6- Los operativos mal llamados de seguridad
7- La falta de control a los cuerpos policiales (torturas, p.ej.)
8- Algunos aspectos de la ley penal que son portadores de seguridad jurí,dica (tipos en blanco, procesos no garantizadores)
9- La selectividad del sistema penal
10- La falta de defensa material para los desposeídos de poder.
Las encuestas dicen que un 75% de los caraqueños desconfian de la policía. El
Gobernador Salas Romer afirma que muchos de los atracos contra bancos son
obras de delincuentes infiltrados en los cuerpos de seguridad, que hay luchas que
culminan con ajusticiamientos, y que hay relaciones entre esa delincuencia y el
poder político en Carabobo.
"Sentimiento de inseguridad" es la inseguridad putativa, la que se pre38
sume, pero que a) no siempre se adecua a la magnitpd de inseguridad real, o b) no
siempre se adecua a las diversas formas de inseguridad real.
Múltiples autores en diferentes partes del mundo, aseguran con sus investigaciones que la magnitud y las causas del sentimiento de inseguridad no se corresponden con la realidad. No porque no haya muchos delitos o que estos sean a
veces especialmente graves, banalmente motivados o sangrientos, sino porque el
miedo que se tiene es desproporcionado. El mismo resultado nos dio en nuestra
investigación del año 81. También se reporta que la gente teme mas a conductas
que se realizan menos frecuentemente. Y que se siente más insegura en los lugares
donde no necesariamente se cometen más delitos. (2)
La mayor parte de las personas, en nuestra investigación, dijo haber recibido
su información sobre el aumento de la delincuencia, a través de medios de comunicación, (69% prensa, 32% radio, 38% 1V) mas que por experiencia personal
(29%). No es pequeña la cifra de experiencia personal, pero el miedo era mucho
mayor que ella. El temor a ser víctima era de un 72%, 81% y 73%, respectivamente
en las clases baja, media y alta, pero el grado de victimización real en los últimos
tres altos antes de la encuesta, fue de 20%, 25% y 29% en las mismas escalas respectivas de ingresos.
El grado de posible implicación, (mezclado con el sentido de inviolabilidad
del cuerpo) es significativo en otra parte de la encuesta, ya que se temía mas a que
un ladrón se meta en casa (81%) que a la guerra mundial (80%) y a perder el trabajo
(77%).
Lo importante del sentimiento de inseguridad es que el mismo constituye un
problema en si, que debe ser abordado por el Estado como un aspecto más de la
calidad de la vida, además del problema de la inseguridad real.
El Estado, pues debe ocuparse de ambas cosas: de la inseguridad, y del sentimiento de inseguridad.
Hay casos famosos en la historia de reacciones psicóticas colectivas: uno fue el
denominado "los pinchazos de París", generado a partir de la información de que
un perturbado pinchaba a la gente en la calles y medios de transporte. Se dice que
toda la gente se sentía pinchada. También se recuerda el caso de los suicidios
generados por el Werther de Goethe, y la Maria de Jorge Isaacs.
Es importante que la colectividad este informada de los riesgos que corre y de
la forma de evitarlos. Pero es perverso aterrorizar, como a veces se hace sólo para
generar pánico.
El problema del sentimiento de inseguridad, proviniendo de la cantidad e
intensidad de la información sobre el delito, especialmente el violento, debe ser
manejado en forma concertada con los medios de comunicación social.
Esta claro que a veces hay interés oficial en mantener a la población ocupada
con su miedo, en vez de interesada en la critica de situaciones más globales, y a la
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larga más peligrosas o daliinas para mayores cantidades de esa población.
También hay a veces interés en hacer que la delincuencia violenta se perciba
como un asunto de patología de la perversidad incontrolable, de manera que las
soluciones solicitadas sean ·más bien inmediatistas, duras o definitivas, y que
no haya una demanda popular de soluciones más razonables, a mediano o largo
plazo, basadas en una prevención general fundamentada en la solución de necesidades básicas, atención a la infancia abandonada, a la salud, a la nutrición, el
empleo, a la escolaridad intemimpida por hambre y a la ocupación del
tiempo libre.
También es cierto que algunos medios de comunicación se alimentan lucrativamente, en buena parte de este tipo de noticias, hasta el punto de que Mujica nos
dice que el periodismo de miscelaneas es periodismo de relleno; son servicios
colaterales que acolchonan la información policial depc·t ·~va y económica (que es
lo que constituye el negocio periodístico). El amarillismo fue efectivamente el
mejor negocio del mundo, desde que se inició la famosa serie ''The Yellow Kid"
(un comic de la cadena Hearst), la cual llegó a desencadenar la que se llamó "la
guerra de los tabs". Por eso, por lo mucho que les interesa la sangre, se ha dicho
que algunos editores son vampiros. El mensaje oculto en los films de policía es
que el mal es invencible, que siempre habrá criminales, que es el precio que se
paga por la libertad, y que la conciencia humana no se basa en la solidaridad, ni
tiene una base material de explicación, sino en la presencia mesiánica de
superhombres". (3)
Claro que el sentimiento de inseguridad no es parejo en todos los receptores y
que se basa en factores múltiples como el grado de "actualidad total" de la información (p. ej. las noticias); la identificación- que es selectiva- el grado de credibilidad del medio, la distancia emocional, el grado de subyugación o de
desprendimiento que haya en relación a cada medio, el sistema linguístico utilizado, y las posibilidades de proyección del perce(ptor. (4)
EL CONTROL DE LA VIOLENCIA: RELATIVIDADES
El control puede ser "duro" o "blando", exclusivo o inclusivo. El control del
siglo XIX era exclusivo: segregación, centralización, burocratización, represión.
Era, pues, también control duro.
En los años 60 surgen las tendencias a la planificación de las llamadas medidas de control blando e incluso descentralizadas, de incorporación de descarcelación, y de tratamiento en comunidad, de asistencia social, de "hacer el bien", de los
clubs de prevención, de la participación ciudadana y la autoayuda.
A veces coin~idian con elementos conservadores: apaciguamiento, información, mantenimiento de alborotadores fuera de las calles.
Apartando la mal llamada "solucion" policial, pues no es tampoco tal solución, y que parece ser el único recurso que emana de la imaginación restringida ¿o
desinteresada? de nuestros gobernantes, los esfuerzos intelectuales más elaborados de control parecen ser los urbanísticos.
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El tema de la ciudad, a partir de los aftos 50, se presenta como central. A veces
como "amigo", y a veces como "el enemigo".
Las áreas de la desviación, para los primeros, serian "ghettos de libertad",
"zonas de afabilidad" para que esa desviación se transformara en áreas de diversidad cultural.
Para otros, el delito, es predominantemente urbano. En la ciudad habría
elementos que facilitarían la delincuencia: el anonimato, la despersonalización de las relaciones intersúbjetivas, la aglomeración de culturas diversas,
una mas acentuada estratificación social, por las zonas de aluvión y los
cordones de miseria. Los que primero trabajaron orgánicamente el tema· de la
ciudad, básicamente la llamada Escuela de Chicago, se ocuparon poco de una
explicación macro, y a pesar de la obvia connotación moral del problema del crimen se preocuparon poco por conectar sus programas con una connotación
moral globalizante 5. Es el caso de la Escuela de Chicago, donde tampoco fue
analizado el mercado de viviendas, ni las razones, más de necesidad que de
empatía, que hacían nacer aquellos núcleos conflictivos en la ciudad. La ciudad
quedó identificada con crimen, racismo, pobreza, desempleo, violencia e inseguridad. Claro que se estudiaban sociedades de un solo tipo de sistema
económico.
La ciudad seria inmoral y antinatural. Algunos residuos del utopismo clásico
se encuentran en arquitectos famosos como Le Corbusier y Frank Lloyd Wright:
la necesidad de construir una ciudad buena en la sociedad ideal, los planes para
asemejarla a una aldea, el regreso a la comunidad a la armonía de la vida cotidiana y del hogar, la armonía cósmica del hombre con la naturaleza (bloques de
apartamentos en los parques, "carreteras conduciendo a través de parques a La
1Ciudad Radhmte. Creando, a la larga, un ambiente absolutamente artificial) (6).
A principios de los 60 en Estados Unidos, la planificación social de la
ideología liberal, llena de optimismo, pretendió ir hacia La Gran Sociedad, a través
de programas reformistas como Guerra a la Pobreza. Renovación Urbana,
Movilización para la Juventud. (7)
El peligro del fracaso que tuvieron esas programaciones para resolver la
crisis urbana, estuvo en poner de moda las visiones conservadoras: políticas duras dirigidas al delincuente individual y al desarrollo de una tecnolgía de
intervención primaria, bajo el panorama de las clases medias encerradas en
edificaciones fortificadas y barrios convertidos en áreas de terror fuera del
control policial. Así, vivir en fortalezas, vigilancia por televisión de circuitos cerrados, patrullas de guardias armadas en parques y colegios, eran solo aparentemente soluciones, pero si eran seguramente un problema en si mismo, de la
pesadilla urbana.
El movimiento CPED (Crime Prevention Thriught Environmental Design)
intenta recuperar la vida urbana a través de controles informales, del llamado a la
comunidad y de la auto-responsabilización por el entorno inmediato. (S)
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Hay varios modelos:
El de la "aldea urbana", que sería un llamado a el reconocimiento mutuo, la
vigilancia ("los ojos de la calle"), relaciones de buena vecindad e intimidad. Se
asume que hay homonegeidad cultural y de clase en ese espacio.
El de la "fortaleza urbana'", con apoyo en la tecnologia, seguridad física y aislamiento técnico.
El del "espacio defendible'" (o de comunidad de intereses) (9), que combina lo
social con lo físico: los edificios, las viviendas y vecindarios son construidos para
la vigilancia recíproca y del exterior. Se reducen las áreas públicas puras. (JO)
Se basa en que la paz pública, generalmente no es d.efendida por la policía,
sino por un eónjunto intrincado de controles y pautas voluntarias de la propia
gente, Sennet (11) sostiene que la búsqueda de la comunidad es una repsuesta a necesidades fisicas reales (relaciones, intimidad, carifto, prticlpaclón y fraternidad), necesidad que proviene de una tendencia adolescente presetVarse de lo desconocido y
de la incertidumbre.
a
Sennet propone una ciudad distinta a la propuesta por los urbanistas,
controladores del crimen y disedadores ambientales: Las ciudades deberían
construirse mas desordenadamente, sin relaciones igualitarias, habría que buscar
ciudades con un alto nivel de tensión e inquietud. La gente debería relacionarse
con otra a través de varias formas de contacto no violento. En definitiva: abandonar la necesidad adolescente de orden y abraza la estructura caótica de la
experiencia humana· que solo puede encontrarse en el ambiente denso e
incontrolable de la ciudad".
La tesis es que los problemas sociales no provienen de la decadencia de la
familia, de la privacidad, de la pequeda unidad tribal. Sino en la creciente intensidad de estas fonnas y la consipiente presión para disminuir una vida púb6ca significativa. (11)
Las medidas exclusivas nos ofrecen "la ciudad como resetVa indígena" para
los pobres, enfermos, marginados indeseados. En los a dos 70. Hill (13) nos habla de
"la ciudad paria"; antiguos centros urbanos abandonados en estas manos: un alto
nivel de separación y de exclusión en la misma ciudad. Pero lo social y lo físico no
siempre coinciden. A veces hay bolsones de violencia y de familias con problemas,
en urbanizaciones verdes y limpias.
El ideal utópico de la exclusión es la, homogeneidad y la separación: crear
zonas purificadas habitadas por-los grupos adecuados: ni muy viejos, ni muy jóvenes, no demasiado pobres o con el color de la piel equivocado, ni incapacitados, ni
ruidosos...(l4)
Así lo han visto algunos radicales, como Finlayson
(15).
"Hay un centro hostil, defendido como una fortaleza por un cinturon de
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ronda urbano que parece un foso, o tamibles almenas (los habitantes se han ido).
La horripilante visión de una ciudad desprovista de todo tipo de vida, con tráfico
circul.ando interrumpida mente por su cinturón. En sus alrededores hay una serie
de enclaves cerrados, cercados por las arterias que alguna vez le dieron vida. La
gente solo entra y sale por salidas controladas para ir a trabajar... Los trabajadores
se trasladan al centro de la ciudad desde los suburbios. Otros viajan a las fábricas
del exterior. Nunca se encuentran ...~
¿Caracas?
"Las fuerzas del caos, de la oscuridad, de la entropia -representadas por el crimen, el congestiona miento del tráfico o la sobrepoblación- se van acercando inexorablemente, y deben ser controladas por barreras y empalizadas... la ciudad
retoma su rol de fortaleza medioeval" nos dice Cohen. (16)
Melzberg, en "The Destruction of the Temple" describe un Manhattan totalmente habitado por una clase violenta, malvada y degradada (ellumpen). Una
decima parte esta allí por libre elección, el resto como castigo o por idiotez, incompetencia o por relacionarse con alguien de estas características.
En el "Biack is Beautiful" de Silverberg, los negros ocupan el centro de la ciudad, y los blancos se transportan en helicópteros para ver como los negros
arreglan sus asuntos.
¿Exagerado?
Newman advirtió que la solución "fácil y limpia de dejar que se deterioren los
centros urbanos, y luego colocar a su alrededor una valla de policía, para controlar
el delito "se esta haciendo sin hablar de ello". (17)
No hay que olvidar el tema de la mercantilización del espacio y la fetichización del espacio de que hablaba Marx. El modelo exclusivo público (deportación,
encarcelamiento) es distinto del exclusivo privado. En la medida en que la intervención del Estado está siendo sustituida por mecanismos de mercado, se
desarrollan nuevas formas de exclusión privadas: el sector privado ofrece, no solo
servicios de recogida de basura, sino también seguridad privada.
Por otra parte, en los modelos inclusivos absorbidos por el Estado se produce la
perfecta sociedad totalitaria. A veces esa maquinaria "blanca" se difumina y
capilariza, y acaba en el control duro autoritario, (como describe, en Vigilar y Castigar, Foucault).
Como decía Sellin, a veces las bellas teorías terminan por convertirse en prácticas horripilantes.
Entre el control exclusivo y duro y el control inclusivo o blando, nos parece
mas civilizado este último. A pesar de que los críticos y radicales, -y yo me considero una- han visto en la resocialización o tratamiento, métodos de manipulación
que desconocen la injusticia de la sociedad de base, ellos han significado la reduc43
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ción de mucho dolor en las cárceles y otros procedimientos punitivos. Así que al
margen de la ideología positivista, la tesis de la resocialización es tácticamente
válida para causar menos dafto.
Igualmente comparto con la tesis de Cohen, de que hay que permitir a la gente
que experimente la comunidad, porque esta es satisfactoria, aun cuando no garantise un control del crimen eficiente.
Lo cierto es que, como dice el mismo Cohen, "no hay nunca demasiado miedo
al control sino a demasiado caos. Lo cierto también es que, como dice Bourroughs, (18)
hay una retroalimentación del proceso: el control no funciona, lo único que
hace es demandar mas control, como en el caso de la drogadicción.
ALGUNAS PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES:
Aunque "nada funciona" como dice Martinson, {pues se trata de controles
micro), que no van a la raíz de las cosas, y a veces causan mas problemas que los
que resuelven, es correcto asumir, como Cohen que hay que salvar cuerpo tras
cuerpo de los que se están ahogando en el río, pero a la vez, no puede abandonarse
el esfuerzo de ir alas cabeceras de éste para ver quién es el que esta tirando constantemente personas a ese río.
Porque no queremos ser de quienes de antemano dicen que los problemas del
crimen violento no tienen solución. Independientemente de que el delito este
constituido por una definición política, el acto agresivo puede ser muy daftino y
merece control. Pero las medidas a corto plazo no son la solución.
A veces el patrullaje, la policía en la calle, dan a algunos sentimiento de
seguridad. (Aunque hay estudios, como los del GRAC, ya citados, que demuestran lo contrario). Pero si es cierto que a veces proporcionan ese sentimiento,
se está al menos en el camino de apaciguar uno de los problemas: no,
sirt duda, el de la seguridad; pero, al menos el del sentimiento de inseguridad.
Nunca insistiremos demasiado en la necesidad de dejar las Fuerzas Armadas,
entre ellas la Guardia Nacional, -frecuentemente utilizada en Venezuela en los
operativos supuestamente orientados a prevenir el crimen-, para los menesteres
para los que· fueron creados, y no para la custodia del orden público.
Y frente a una policía centralizada, preferimos una policía local, que responda
a los requerimientos de su entorno inmediato. Nunca aceptaremos la propuesta de
un Ministerio de Policía para Venezuela, por el riesgo de crear un superorganismo
sin controles, y con poderes ilimitados en la práctica. Creer en las posi6illdades efe
una democracia auténtica es preservamos de los riesgos del fascismo. Es más, la
Policía Técnica Judicial debe ser utilizada siempre para la instrucción sumarial y
la investigación del crimen. Pero debe salir de la esfera del Poder Ejecutivo, con su
anexo, la Medicatura Forense, y de acuerdo a lo propuesto en el debate que se hizo
en el Senado sobre la Administración de Justicia, aceptamos su adscripción a
la Fiscalía.
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La policía, y todos los cuerpos denominados de seguridad, deben estar
rodeados de los mas estrictos controles. Cuando solo en el Estado Zulia, entre el83
y el 88, la porlicía tuvo en su haber nada menos que 725 supuestas ejecuciones
extrajudiciales, y entre el 81 y el 84. Luto Activo reporta 172 personas muertas en
manos de los cuerpos de seguridad; y entie 1976 y 198 3, la Fiscalía anuncia que se
han abierto 987 averiguaciones de nudo hecho (sin resultados efectivos en e199%
de los casos), hay razones para solicitar esos controles. (19)
Frente a un juicio formalizado, preferimos la justicia vecinal o la informal.
Frente a las medidas de exclusión, preferimos las tradicionales de sometimiento a
juicio, la remisión condicional, el trabajo solidario o la indemnización. La Justicia
de Paz, o cualquier otra forma de Justícia rápida, personalizada, comunitaria,
inmediata, que se ocupe de pequet\as conductas dat\inas, y aplique los modelos de
control contemporáneos antes que la privación de la libertaél, la cual sólo debería
ser utilizada en caso de reiteración, parece poder impedir, a tiempo, conductas
más graves posteriores. Esta podría ser la alternativa a la Ley de Vagos y
Maleantes.
Hay que suprimir el Derecho Penal de autor y sustituirlo por un Derecho
Penal de Acto, y esto se logra, básicamente, con la derogatoria de esta Ley.
Aplicar la letra de la Ley de Régimen Penitenciario en el sentido de que la cárcel debe tener función resocializadora, con lo cual podríamos decirle adios a la verguenza
de El Dorado y restituir el manejo judicial (y no el policial) de los delitos.
En definitiva, aplicar integralmente, la Constitución, ya que ésta es un buen
manual de seguridad. El Estado de Derecho, por definición, es un régimen incompatible con la inseguridad ciudadana, y, por esta . vía, de la inseguridad
individual.
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REFERENCIAS BmUOGRAFICAS
1) Ver Aniyar de C. Lola: Criminología de la Liberación, Ed. del Vice-Rectorado
Académico de la Universidad del Zulia. 1987.
2) Ver entre otros: Reponses a la Violence: Rapport du Comité Presidé par Alain
Peyrefitte. Editions Presses Pocket, Paris, 1977, y Groupe de Recherches sur les
attitudes envers la criminalite (GRAC): L'image de la violence au Quebec,
Montreal, CICC, 1982.
3) Sobre la influencia de los medios. Ver Aniyar de C., ya citado, y Pasquali,
Antonio: Comunicación y Cultura de Masas, Caracas, Monte Avila, 1972.
4) Ver sobre esto, Maletzke, Gerhard: "Psicología de la Comunicación Colectiva", 3• ed. Quito Ciespal. 1970 y Aniyar de C. ya citado.
5) Sobre todo lo que se refiere a estudios acerca de la ciudad, en este texto, Vid.
Cohen, Stanley: Visiones de Control Social, Barcelona, PPU 1988.
6) Ibid.
7) lbid.
8) Ibid.
9) Newman, Osear: "Defensible Space", in Policy Developpment Seminar on
Architecture, Design and Criminal Justice, Washington. LEEA, 1975.
10) Cohen. Ob. Cit.
11) Sennet, Richard: Destructive Gemeinschaft, en N Bimbaum (ed), Beyond the
Crisis, New York, Oxford University Press, 1977 y The Fall ofPublic Man London.
Oxford University Press. 197-, cit. por Cohen, ob. cit. p 31.
12) Ibid.
13) Hill, Richard Child: "Fiscal Colapse and Political Struggle in Decaying
Central Cities in the United States en Tabb y Sawers. Marxism and the Metropolis.
New Perspectives in Urban Political Economy. New York, Oxford University
Press, 1979.
14) Vid. Cohen, ob cit.
15) Finlayson, James: Urban Devastation: The Planning of Incarceration, Solidarity Pamphlet, en mimeógrafo, s.f.
16) Ob. Cit.
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17) Newman. Ob. Cit.
18) Bourrougs, William, The Naked Lunch, Londres, Calder. 1959.
19) De esos "Nudos Hechos", 589 fueron abiertos a la Policía Metropolitana, 218 a
la PTJ y 94 a la Disip. En todas las investigaciones que conocemos, este es el orden
-de peligrosidad de estos mismos Cuerpos.
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