SOCIEDAD DEL TURISMO La nueva edad de oro de los balnearios españoles De establecimientos de salud en el siglo XIX a espacios de ocio y turismo en el XXI. Así, han evolucionado los balnearios españoles que tras unos años condenados al ostracismo se han convertido en un gancho de atracción para el turismo de calidad L os balnearios con aguas medicinales han suscitado en nuestro país el interés desde tiempos remotos. Existen desde hace más de 2.000 años. Ya los griegos, los romanos y los árabes acudían atraídos por su poder curativo. Esta rica tradición de la cura termal ha pasado de generación en generación. A mediados del siglo XIX y principios del XX los balnearios vivieron su máximo esplendor. Entonces había en España más de 300 balnearios censados. Las personas con enfermedades reumatoides, respiratorias, gástricas o de otro tipo iban allí para tomar las aguas, muchas veces acompañadas por sus familiares; así se convirtieron en lugares de encuentro social y de esparcimiento estival. Poco a poco, con la moda del turismo de sol y playa fueron decayendo y muchos de ellos tuvieron que cerrar. Hasta el punto de que en la actualidad hay poco más de un centenar de ellos. Sin embargo, esto está cambiando y, como si del ave Fénix se tratase, los balnearios vuelven a renacer. La mejor muestra de ello es la reciente Feria Internacional del Turismo Termal, Termalismo, Talasoterapia y Spa Termatalia celebrada en octubre en Orense. Durante tres días la feria recibió más de 3.700 profesionales – muchos de paí-ses como Francia, Hungría, Israel, Uruguay o Argentina- y más de 12.800 visitas, que sitúan al certamen como uno de los principales centros de negocios del sector termal a nivel internacional. El estrés de la vida diaria y la existencia de una sociedad cada vez más preocupada por la estética y la salud están haciendo que los balnearios vivan una segunda juventud. Y a su sombra, un sinfín de establecimientos –spas, jacuzzis, balnearios urbanos, etc- . Porque su asociación al turismo es uno de 48 ■ DICIEMBRE 2006 SAVIA los artífices de este renacer. Cada vez más, los centros termales –sin perder su razón de ser, que es el uso de aguas medicinales- están convirtiéndose en espacios lúdicos, con una amplia oferta turística y de ocio que va más allá de los baños y los masajes. No hay balneario de categoría que no cuente con una amplia oferta de hoteles de lujo a su alrededor, restaurantes de alto nivel y algún otro elemento de ocio y turismo como casinos, campos de golf o estaciones de esquí. El balneario de Panticosa, propiedad de la promotora inmobiliaria y que ha sido construido por Moneo, es un buen ejemplo. Pero no es el único. SALUD Y OCIO Los balnearios se han convertido en espacios lúdicos, con una amplia oferta turística y de ocio. Para todas las edades En general, los balnearios y sucedáneos han dejado de ser un destino exclusivo de las personas mayores en busca de estancias terapéuticas al que se va sólo por prescripción médica. Ahora se va por esa misma razón o por la creciente tendencia que coloca al termalismo a la cabeza de ocio y tiempo libre. En este sentido, el turismo termal está ganando adeptos y son cada vez más las personas que deciden dejar la playa a un lado y dedicar sus vacaciones, fines de semana y puentes a relajarse y zambullirse en el centenar de balnearios que hay en España. Según se desprende de un reciente estudio realizado por la empresa Ipsos-Eco Consulting, por encargo del Salón Internacional de la Belleza y el Wellness de Barcelona, el 19 % de los españoles acudió en 2005 a algún balneario, spa o centro termal. Este porcentaje se eleva hasta el 27% y 29% en el caso de Bilbao y San Sebastián, respectivamente. Sólo en Galicia, en los últimos siete años, y según datos de la Asociación Gallega de la Pro- piedad Balnearia, el número de usuarios de estos establecimientos se ha triplicado, pasando de los 35.000 clientes contabilizados en 1998 a los 100.000 que en el 2005 utilizaron esas instalaciones. Este crecimiento en el número de clientes – que despeja toda duda de VINO ÚNICO El objetivo a la hora de contratar a estos especialistas es obtener un vino original, con personalidad. ser una moda pasajera- va acompañado también de un aumento de la facturación. En Galicia, por ejemplo, los 54 millones facturados por sus balnearios en 2003 pasaron a ser 60 en 2004, y en 2005 se llegó a los 63 millones. A nivel nacional, los ingresos generados por los balnearios crecen a un ritmo anual del 12% y alcanzan los 200 millones de euros. A esto hay que unir otros 1.200 millones de euros procedentes de la venta de agua envasada. Y como consecuencia, esto está teniendo un fuerte impacto en el crecimiento del turismo de Salud, como reconoce María Teresa Grande, gerente de la Asociación Nacional de Balnearios (ANBAL). Sólo el año pasado creció un 32%, hasta alcanzar los 2.250 millones de euros y para este año se estima un crecimiento superior al 20%, según datos de la consultora DBK. Además, esta mayor demanda, aparte de contribuir a generar más de 8.000 empleos directos, está repercutiendo en un aumento de la oferta. No en vano, está fomentando la construcción de nuevos balnearios o la apertura de otros clausurados hace varias décadas. En estos últimos años se han reinaugurado 12 balnearios y hay proyectados otros 50 para dar respuesta a la petición de los nuevos termalistas. A esto se une que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, fruto de un acuerdo con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha presentado un plan para construir hasta 2008 una treintena de balnearios en el medio rural con una inversión de 150 millones de euros, dentro de un sistema cofinanciado. De este modo, se ampliará considerablemente la oferta, que actualmente está limitada a poco más de un centenar de balnearios en 90 villas termales distribuidas a lo largo de toda la geografía, excepto en Madrid, Ceuta y Melilla. Aparte hay cerca de 2.000 manantiales y cientos de centros urbanos. Por no hablar de la oferta hotelera en estos centros. En total, hay una capacidad hotelera de aproximadamente 53.000 plazas repartidas entre una y cinco estrellas. El 55% de estas plazas de alojamiento en villas termales se concentra en diez provincias, según el primer informe sobre la “Distribución Provincial de la Oferta Termal en España” elaborado por la FEMP. La mayor parte de ellos se encuentran en Andalucía, Aragón, y, sobre todo, Galicia y Cataluña. Estas dos últimas son las líderes destacadas del mercado termal. Estas regiones son un ejemplo de cómo el turismo termal se está consolidando como una oferta sólida. En Andalucía, por ejemplo, existen un total de nueve balnearios, si bien ninguno de ellos es de nueva construcción. La palma se la lleva Galicia, que cuenta con más de una veintena de balnearios, muchos de ellos de reciente construcción y con una inversión media de 9 millones de euros. Diecisiete de estos centros cuentan con plazas hoteleras sobrepasando las 2.500. ✈ SAVIA DICIEMBRE 2006 ■ 49 SOCIEDAD DEL TURISMO ✈ Entre los más destacados se encuentran el balneario de Mondariz o el de Guitiriz, propiedad de la cadena Hesperia, y que recientemente fue galardonado por la revista especializada Thermaspa como el mejor de España. Sus instalaciones ocupan una superficie total de 4.000 metros cuadrados, divididos en tres partes. La primera es la zona terapéutica, que incluye 12 salas de masaje, seis de chorro con bañera, dos de chorro sin bañera, dos de envolvimiento con barros y dos de masaje Vichy. La segunda es la denominada zona termolúdica, que tiene sendos clubes termales para niños -dotado con piscina- y para adultos -dotado con jacuzzi, chorros, camas de agua, baño de burbujas y zona de natación. La tercera es el circuito termal, que ofrece, con una duración aproximada de una hora y media, baños de contraste con agua fría y caliente que resultan muy convenientes para la piel. Este centro está especialmente recomendado para tratamientos dermatológicos. En caso de padecer enfermedades del aparato digestivo, metabólicas, en la piel, trastornos reumáticos o insuficiencias respiratorias una buena opción es el balneario orensano de O Carballiño, que data de 1816. Para los problemas de sueño, el Gran Hotel Talaso, uno de los spas de Sanxenxo, es una opción recomendable. Uno de sus principales atractivos es su piscina de agua salada traída del Mar Muerto. Esta piscina concentra 2.500 kilos de sal por cada 70 centímetros cúbicos y cincuenta minutos en ella equivalen a ocho horas de sueño. Por su parte, el balneario de Tus en la localidad albaceteña de Yeste está recomendado para tratar enfermedades de reumatología, problemas de la piel y del aparato respiratorio. Las fórmulas empleadas en casi todos estos balnearios son similares: piscinas termales con diferentes temperaturas para mejorar la circulación, chorros a presión, baño de burbujas, hidromasaje, baños de vapor o inhalaciones, etc. Las diferencias entre unos y otros derivan principalmente de las virtudes curativas del agua mineral que utilizan. Así, las cloruradas ejercen una acción estimulante y están indicadas para tratar problemas reumáticos, respiratorios y dermatológicos; 50 ■ DICIEMBRE 2006 SAVIA FÓRMULAS SIMILARES Todos los balnearios ofrecen casi las mismas opciones pero la diferencia está en las virtudes curativas del agua. las sulfatadas se utilizan en afecciones hepáticas y digestivas. Para tratar la anemia están recomendadas las aguas ferruginosas. Las aguas bicarbonatadas están indicadas para los que padecen problemas digestivos, endocrinos y reumatológicos. Y otras como las radiactivas causan un efecto sedante y analgésico, por lo que están indicadas en afecciones psiquiátricas y reumatológicas. Algo más que agua Estos recorridos termales se combinan con los tradicionales masajes corporales y faciales y con nuevas técnicas orientadas al relax tan llamativas como la vinoterapia, la chocolaterapia, cromatoterapia o el uso de técnicas orienta- les milenarias. Asimismo, la belleza y el culto al cuerpo se hacen un hueco de la mano de tratamientos anticelulíticos, antiestrés, reafirmantes o dirigidos al rejuvenecimiento corporal en alguno de los paquetes vacacionales elegidos por aquellos que acuden a los balnearios. A todo esto hay que unir una amplia oferta integral de animación y de ocio que completan los beneficios de la hidroterapia. El abanico de posibilidades es amplio. Por ejemplo, uno de los recursos más utilizados por los centros de turismo termal es la promoción de las rutas a caballo. Siempre acompañados de un guía experto, esta alternativa relaja, divierte y permite conocer el entorno. Algo parecido ocurre con el golf. Ya casi todos los balnearios ofrecen la posibilidad de utilizar campos de golf, con el alquiler del material e incluso cursillos de iniciación incluidos. El senderismo en medio de la naturaleza es otra de las opciones para hacer tiempo hasta la hora del masaje. Por no olvidarse de la gastronomía, elemento cuidado hasta el extremo, ya que el turista que visita los balnearios suele apreciar enormemente la cocina. Esto ha colocado a España a la cabeza de Europa en cuanto a la diversificación del turismo termal frente al enfoque totalmente terapéutico de los balnearios alemanes, franceses o italianos. Sin embargo, son muchos los que piden cautela en el sector. Este hermanamiento de turismo y termalismo se ve con buenos ojos, siempre y cuando no se antepongan las actividades turísticas y de ocio a la finalidad curativa de los mismos. “La moda, el postergar la utilización sanitaria de las aguas minero-medicinales únicamente para fines turísticos o lú- dicos además de irracional es ir contra la historia. Cuando se va contra la historia, sobreviene la decadencia como sucedió en la primera mitad del siglo XX, cuando los balnearios se convirtieron en centros sociales de moda”, señalan desde un balneario gallego consultado. Lucha contra la estacionalidad Pero por ahora, y a pesar de estas suspicacias, la fórmula turismo-salud funciona. A lo que se unen fórmulas originales, por parte de los gestores de estos resorts del agua para atraer a los huéspedes, tales como la celebración de congresos, convenios con colegios profesionales o programas especiales para el día de San Valentín. Y parece que lo consiguen. Los más de 100 balnearios generan un nivel de pernoctaciones turísticas próximo al de los 8.400 establecimientos de turismo rural, debido a su carácter no estacional. Los balnearios españoles suelen colgar el cartel de completo casi todo el año, especialmente cuando el sol y el tiempo no acompañan. La ocupación media anual en los alojamientos aledaños a los centros termales alcanza el 80% durante el último año, según TURISMO DE CALIDAD El turista que va a centros termales gasta 133 euros por persona y día, gasto superior al del turista de costa. los datos de la sección de municipios termales de la FEMP. Esta media está muy por encima de la ocupación general en turismo rural, que es del 20% ó 60% registrado por otros establecimientos hoteleros. Estos datos confirman lo que muchos en el sector vienen anunciando desde hace tiempo: el turismo termal es uno de los elementos más efectivos para atraer turistas todo el año y, por tanto, un arma clave para combatir la estacionalidad, uno de los caballos de batalla del turismo español muy dependiente del sol y playa. Y también para fomentar un turismo de calidad, en el que la rentabilidad no sea la gran sacrificada, como tanto se demanda en los últimos años. “El termalismo ofrece un turismo de calidad no masificado”, explican fuentes del sector. El turista que va a los centros termales, en general, no suele escatimar en gastos y sus estancias son más bien largas. En concreto, el gasto medio por visita y día en tratamientos balneoterápicos se sitúa en 133 euros por persona, a lo que hay que unir la propia estancia en el hotel, que suele durar entre dos y diez días. Cifras muy superiores a las que se registran en los resorts de costa. A esto hay que unir la elevada fidelidad de este tipo de clientes. Según el mencionado estudio de Ipsos-Eco Consulting, la media de asistencia entre todos los españoles que fueron a algún balneario a lo largo del último año fue de 2,7 veces, mientras que un 57% de los que se dejaron caer por algún centro termal lo hicieron más de una vez en 2005. Pero las aguas de estos balnearios no sólo son curativas para el sector turístico sino también para las zonas rurales en las que se encuentran el 90% de ellas. “Este tipo de turismo genera una gran creación de puestos de trabajo, de forma que en pueblos de 400 habitantes como Montemayor en Cáceres el volumen de empleo por el centro termal se eleva a 200”, explica Xavier Ballbé, responsable de la citada sección de villas termales de la FEMP. Los políticos y las autoridades, tanto a nivel nacional como autónómico, son conscicentes de estas virtudes y, por este motivo, se están volcando en su promoción. Por ejemplo, Turespaña lo incluyó este año SAVIA DICIEMBRE 2006 ■ 51 ✈ SOCIEDAD DEL TURISMO ✈ entre las líneas estrategias de acción dentro de su Plan de Objetivos de Promoción Exterior para 2006. En este sentido, la promoción y comercialización del turismo termal por parte de la entidad pública ha contado este año con un presupuesto de 400.000 euros, de los que la mitad se han destinado a campañas de publicidad internacional en mercados como Alemania, Gran Bretaña, Francia y los países nórdicos. Pero esto es sólo el principio. Turespaña ha firmado un acuerdo marco con Segitur (Sociedad Estatal de Gestión de Información Turística) y Anbal (Asociación Nacional de la Propiedad Balnearia) para convertir los balnearios españoles en un producto turístico diferenciado. Por su parte, el Consejo de Ministros aprobó hace pocas fechas un Real Decreto por el que se concede una subvención de un millón de euros para la realización de las actividades de promoción del turismo termal. El Ministerio de Agricultura también se está volcando en este segmento, al igual que la mencionada FEMP. Entre otras iniciativas, hace dos años puso en marcha un proyecto denominado "Villas Termales", que actualmente han puesto en práctica una decena de pueblos y con el que se quiere implantar una marca de calidad para el turismo termal. Asimismo, la FEMP y la patronal Anbal han firmado un acuerdo de colaboración para impulsar la actividad de turismo termal en España. Uno de los objetivos esenciales de este convenio, según sus responsables, es llevar a cabo acciones conjuntas de información y sensibilización que permitan diferenciar claramente los balnearios del resto de ofertas de actividades lúdicas relacionadas con el agua y, en concreto, “de los mal denominados balnearios urbanos”. Guerra por el agua Esto último –la guerra por el uso de la denominación balneario- está desatando una dura guerra en el sector, entre los balnearios de toda la vida nacidos a la vera de un manantial o los numerosos spas que están surgiendo en el seno de las ciudades. Desde hace seis años han proliferado estos centros, hasta el punto de que ya hay más de 300, que mueven más de 100 millones de euros al año y, que 52 ■ DICIEMBRE 2006 SAVIA EL TÉRMINO BALNEARIO El balneario se diferencia del resto de los establecimientos con terapias similares por el agua. Solamente en los balnearios es mineromedicinal. sólo en 2005, recibieron casi 4 millones de visitas. El reclamo es similar al de los balnearios tradicionales: bañeras de hidromasaje, chorros, duchas circulares... Sin embargo, un spa no es lo mismo que un balneario o un centro de talasoterapia. Hay algo que los diferencia: el agua. Solamente en los balnearios es mineromedicinal y está declarada de utilidad pública por una ley de 1928, mientras que en los centros de talasoterapia se utiliza agua marina. “Por el contrario, en los spas se usa agua corriente a la que se añaden esencias y aromas, pero que no tiene propiedades especiales”, afirman desde Anbal. Según su presidente, Miguel Mirones “se trata de un comportamiento grave en lo que implica de engaño al cliente final". En su opinión, se trata de una “intromisión, absolutamente ilegal en el sector de unos productos ‘sucedáneos’ de los balnearios y que utilizan ilegalmente esta palabra”. Los centros urbanos se defienden de estas acusaciones, y ante todo niegan que se trate de una actividad marginal, dado el volumen de negocio que están alcanzando. “Lo que empezó al finalizar el siglo pasado, ha generado un hábito de consumo que no existía”, defienden desde la Asociación de Balnearios Urbanos (AEBU). Según su presidente, Antonio Pastor, "quienes consideran suyo el término ‘balnearios’ se apoyan en unas concesiones de explotación de aguas declaradas mineromedicinales que datan de principios del siglo pasado, lo que no significa que sean propietarios de un término que, por otra parte es generalista y popular". Ambas partes han mantenido reuniones en los últimos meses para intentar superar sus divergencias. Sin embargo, las espadas siguen alto. El tiempo y la demanda dictarán el ganador, pero lo que parece evidente es que esta actividad se ha popularizado entre una clientela que cada vez más acude a la llamada del turismo de salud.