Enrique Campomanes Calleja Socio Makeateam Inmark A finales de los setenta, bajo el influjo de la escuela conductista, se inició en EE UU el debate sobre la necesidad de incluir la ética en el mundo de los negocios. La Ethical Business busca conjugar la búsqueda del beneficio, único objetivo empresarial, con unas buenas prácticas profesionales y conseguir equilibrar los fines y los medios. LA ÉTICA EMPRESARIAL A partir de entonces, las empresas se empezaron a dotar de códigos éticos o de conducta, para establecer los límites de actuación y tener patrones de referencia sobre la forma y el fondo de cómo se debe gestiona la empresa y cómo se realizan los negocios. Estos códigos suelen regular las relaciones con los clientes, empleados, proveedores y sociedad; y ponen especial acento en las relaciones de los empleados con los clientes. Desarrollo de los RR.HH. Gestión del talento Para actualizar las formas se cambiaron las viejas palabras por nuevos conceptos. La moral se empezó a llamar ética, las virtudes pasaron a llamarse valores, las pasiones son las emociones, la buena conducta pasó a llamarse excelencia profesional, los excesos de actuación se convirtieron en malas prácticas y las capacidades pasaron a ser competencias. De cualquier forma la ética aún está librando la batalla de la visibilidad y del reconocimiento. Aún sigue sin poder desprenderse de la moral ni, por tanto, de la religión y del juego radical de lo bueno y lo malo.Y estoy hablando de ética, no de moral. De ética aplicada, de comportamientos éticos, no de normas, códigos de conducta o buenas prácticas. La pregunta si la ética es o no rentable ya está superada, porque la ética ya ha pasado 30 Capital Humano xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx a ser una parte imprescindible de la acción profesional. En palabras de Borja Vilaseca (2010): “Preguntarse si la ética es rentable es absurdo e incluso vergonzoso. Es como si nos preguntáramos: ¿es agradable ser amable? De ahí que el objetivo del nuevo paradigma económico emergente es que la ética y la rentabilidad vayan de la mano. Sobre todo por cuestiones de eficiencia y sostenibilidad”. LA DIRECCIÓN POR VALORES En 1997 llegó a nosotros la dirección por valores de Salvador García y Shimon Dolan, y Blanchardy O’Connor. La teoría conceptual y la aplicación práctica ya están a Dirección ética por valores disposición del sector empresarial, pero la realidad es que se sigue ignorando. Lo cierto es que los directivos de la siguen dirigiendo por objetivos. ¿Cuál es el motivo de este rechazo? La clase empresarial cree que es una forma de dirigir que no mejoraría, y probablemente perjudicaría, los beneficios finales. La mayoría la ven como un estorbo para conseguir los objetivos económicos. Como un adversario que en algunos casos es obligatorio acompañar, pero que a la primera de cambio lo dejan plantado aduciendo resultados, beneficios o productividad. Además sería muy difícil de medir la contribución de cada empleado a los resultados. Estamos hablando de la empresa del siglo XX, donde el único objetivo final es el beneficio y la única herramienta de análisis es la medida cuantitativa expresada en unidades monetarias. LA CRISIS Y LA OPORTUNIDAD La última crisis que afectó a la mayoría de los países industrializados, es decir occidentales, fue el nuevo revulsivo que puso sobre el tapete la necesidad de los comportamientos éticos en los negocios. Y, como ocurre cuando hay un gran maremoto y luego se retira la marea, sale a relucir todo lo que se ocultaba entre las aguas tranquilas y rutinarias.Y lo que vimos nos dejó horrorizados. Nº 263 > Marzo 2012 31 Gestión del talento > Si hay una cosa que brilló por su ausencia en los últimos años fue la ética profesional: la Construcción generó mucha corrupción, según hemos podido comprobar; la Banca se llenó de malas prácticas y de clientes mayores que metían sus ahorros, engañados, en productos de gran riesgo; y la política, en muchos casos, era solo el medio necesario para conseguir la impunidad. relacionados, y por tanto afectados, con las decisiones de la empresa. Son los famosos stakeholders. Entre ellos están los empleados y los clientes. El objetivo es gestionar la empresa considerando dos nuevas dimensiones, la medioambiental y la social, además de la económica, en la cuenta de resultados. Es lo que en lenguaje anglosajón se conoce como Triple Bottom Line (People, Profit y Planet). La variable que está en juego es la reputación que ha pasado a ser una variable frágil por la fuerza del Internet. Ipit volupta dis et et poreperitio beribus que con nimus nonem inieniet eaquasp editam eos alitatusa sandist, ab ilis moluptate et faceptiundae Todo ello generó una enorme falta de confianza en todos los sectores sociales.Y eso puede tumbar los estados. Lo llaman “mercados” para puntualizar su carácter anónimo, pero la confianza es una cualidad humana. Y cuando falta, el recelo, las creencias más rígidas y los valores más pragmáticos surgen para defender el clima envenenado que se respira en la comunidad. Los estados volvieron a promulgar normas, moral legal, para intentar atajar el agujero que había creado la salvaje acción económica. La MIFID y otras directivas de abuso de mercado, el blanqueo de dinero, la protección de datos, los derechos de los usuarios, fueron solo algunas normas prohibitivas o de obligado cumplimiento que se añadieron a la pizarra de las recomendaciones. Papel mojado. Por otro lado, la desconfianza se ha apoderado del mercado y de las transacciones económicas, lo que dificulta enormemente la venta ya que disminuye el valor de la persuasión. Como señala Stephen R. Covey en el prólogo de “El factor confianza”: “Ya se defina la confianza como una fe o una lealtad mutua, o como una conducta ética, o se aborden los frutos que aporta en forma de capacitación, trabajo en equipo y sinergia, la confianza es la verdadera raíz y fuente de influencia”. La verdadera herramienta que permite recuperar la confianza es incorporar la ética en las transacciones económicas. En el entorno empresarial se ha instalado la desconfianza. “Se habla de éticas aplicadas porque existen ámbitos donde En el contexto político se ha instalado la desconfianza, tam- la validez tradicional ya no se sustenta y es imposible bién presente en toda la sociedad. ¿Qué podemos hacer? dejarse de preguntar que se está haciendo realmente. Son áreas en las que urge la recuperación de la confianza y para ello es necesario que encontremos un elevado grado de LA NUEVA EMPRESA ‘expectativas garantizadas’. Esto ocurre, por ejemplo, en ámbitos de la actividad profesional” (García-Marzá, 2004). Sin embargo aunque en la dirección empresarial no ha habido muchos cambios en los últimos treinta años, el papel de la LA NECESIDAD DE LOS VALORES organización sí los ha tenido. Fundamentalmente me voy a EN LA EMPRESA centrar en dos: por un lado la sensibilidad que ha adquirido con la sociedad y que se centra en la RSC y, por otro, el cambio de percepción de los clientes en los mercados después Estamos, pues, en un escenario de negocios donde las de la última crisis de 2007, cuando se instaló la desconfianza. palabras ya no valen, las relaciones se tornan falsas y Dos cambios que se complementan y que creo tienen la los recelos se apoderan de los clientes. La desconfianza suficiente fuerza para desencadenar, de manera irreversible, transita fluidamente entre las acciones comerciales. En la nueva dirección por valores en las empresas. consecuencia solo se pueden utilizar valores que diseñen una actitud directa con el cliente para crear un ambiente La RSC incorpora la necesidad de tener siempre presente de confianza y entendimiento, es decir, aplicando comtodos los actores que, de manera directa o indirecta, están ponentes éticos. 32 Capital Humano xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Partamos de la base de que una empresa es una estructura humana poseedora de una cultura que se organiza para conseguir sus fines. Esto implica que los cambios hacia una nueva empresa con mayor confianza implica el cambio de sus personas, de sus procesos y de su forma de dirigir. Howard Gardner, recientemente galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, señalaba las cinco formas mentales para afrontar el futuro: “Espíritu de disciplina, capacidad de síntesis, creatividad, respeto y comportamiento ético” (Gardner, 2007). El cliente no busca solo calidad y utilidad del producto, o un trato amable y proactivo. Además necesita confianza y la seguridad de que la transacción sea profesional y libre de engañado de las tretas comerciales, la letra pequeña o el mantenimiento del producto o servicio.Y esa confianza y seguridad solo puede llegar a partir de comportamientos éticos. Cuptasperia dolorem aut quate ducias moluptaque niminullita nam core, conseque consenditat eument et int reicieniet persperum quam aut Como también indica Melé-Carné (2004), “en la actualidad, cada vez es más compartida la creencia de que comportamiento ético y actuación eficiente son los dos componentes inseparables de la excelencia profesional”. EL TALENTO, LA ÉTICA Y LA EXCELENCIA PROFESIONAL La actuación de los profesionales se mueve en una línea muy definida. Entre el conflicto de intereses y la excelencia profesional. Entre la prevalencia de mis intereses sobre el de los clientes, aduciendo limitaciones técnicas, desajustes de los mercados o mala suerte y la prevalencia de los intereses de los clientes, orientando todos nuestros recursos, nuestra inteligencia, nuestra actitud a la obtención de los mejores resultados para sus intereses. La ética llegó a las transacciones comerciales para quedarse. Ahora solo queda formar a todos los profesionales para que sean más competentes y consigan la excelencia. LA DIRECCIÓN ÉTICA POR VALORES Así, hablar de valores empresariales es hablar de ética empresarial y de dirección por valores. Y, por tanto, desarrollar procesos más transparentes y responsables, direcciones que primen la excelencia profesional, es decir, que busquen incrementar el talento de sus empleados y que éstos también consigan comportamientos éticos. Blanchard y O’Connor(1997) definen el proceso de la dirección por valores en tres fases: Clarificar el objetivo y los valores de la compañía / Comunicarlos / Alinearlos con las prácticas. García y Dolan (1997) describen el modelo triaxial de valores, donde se equilibran tres tipos de valores empresariales: económicos o de control -orientación a resultados, la simplicidad-, emocionales o de desarrollo Para orientarnos a la excelencia debemos acrecentar el -creatividad, innovación-, disfrute personal y valores éticos talento de los profesionales. Se habla mucho de talento. -responsabilidad, coherencia u honestidad-. De las miles de definiciones que existen, una de las que me gusta es: “El talento es la inteligencia motivada, es La dirección ética por valores indica que los valores étidecir, la inteligencia en movimiento, impulsada por una cos deben tener un mayor protagonismo que los otros energía vital que se genera dentro de las personas. To- dos, ya que son condición necesaria para aumentar la dos conocemos personas muy inteligentes que debido inteligencia de las actuaciones, fomentar su utilización en a la indolencia, la pereza, el aburrimiento o un sinfín de los empleados y conseguir profesionales más eficientes. obstáculos y no son capaces de poner su inteligencia al servicio de la sociedad. Esa fuerza misteriosa que nos ¿Por qué la ética, construida exclusivamente por valores, empuja a actuar, a movilizar todos nuestros valores e permite generar la confianza, aumentar la excelencia y inteligencias para conseguir el fin es la actitud”. conseguir los mejores resultados del equipo profesional? ¾ Nº 263 Marzo 2012 33