Número de registro: 22232 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 674/2009.
Número de registro: 22232
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXXI, Junio de 2010
Página: 910
AMPARO DIRECTO 674/2009. **********.
CONSIDERANDO:
QUINTO. Es fundado el único concepto de violación; previo su estudio se precisan algunos
antecedentes.
El veintidós de enero de dos mil nueve, **********, demandó en la vía laboral a
********** y **********, por despido injustificado.
Ese día se admitió a trámite la demanda en sus términos y se ordenó el emplazamiento a la
parte demandada; se señalaron las doce horas del cuatro de marzo del referido año, para que
tuviera verificativo la audiencia de ley.
En la fecha y hora indicadas, tuvo lugar la audiencia de conciliación, demanda y excepciones,
ofrecimiento y admisión de pruebas. Las partes no comparecieron a la audiencia, a pesar de
que, según la Junta, estaban debidamente notificadas.
Por ese motivo, la Junta tuvo a las partes por inconformes con la conciliación; a la parte
actora por reproducida su demanda, mientras que a la demandada por contestada en sentido
afirmativo, salvo prueba en contrario; se tuvo a ambas partes por no ofreciendo pruebas y por
perdido su derecho para hacerlo.
En la propia diligencia se certificó que al no existir pruebas que ameriten su desahogo se
abrió el periodo de alegatos, los cuales no fueron expresados debido a la inasistencia de las
partes. Finalmente se turnaron los autos para la emisión del proyecto de laudo.
Con fecha nueve de marzo del año indicado, el apoderado de los demandados promovió
incidente de nulidad de actuaciones consistente en la audiencia de conciliación, demanda y
excepciones, ofrecimiento y admisión de pruebas, que tuvo verificativo el cuatro de marzo de
ese año.
La parte demandada fundó su reclamo en que el acuerdo tomado por la Junta en esa
diligencia, de tener al actor por reproducida su demanda y a la parte demandada por
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contestada en sentido afirmativo, carece de sustento. Lo que estimó así, porque, afirmó, la
demanda carece de firma, ya que sólo aparece el nombre impreso del actor.
El representante del actor sostuvo la improcedencia del incidente y al respecto manifestó que
se presentó ante la Junta una demanda original y dos copias, que por la "original" se debe
entender la que está firmada; que es responsabilidad de la Junta correr traslado a la
demandada con copia de la demanda y no con la original, que fue lo que seguramente
sucedió; que la Junta, en todo caso, debió requerir al trabajador para que aclarara o corrigiera
la demanda, ello sin aceptar que sea cierto lo manifestado por el incidentista.
Luego de haberse dado trámite a la incidencia, ésta se resolvió en el sentido de declararla
fundada; sin embargo, inconforme con dicha resolución, ********** promovió demanda de
amparo, que correspondió conocer a este Tribunal Colegiado, el cual el siete de agosto de dos
mil nueve, dictó ejecutoria en la que se resolvió conceder el amparo para que la Junta
responsable dejara insubsistente la interlocutoria reclamada y, en su lugar, dictara otra en la
cual declarara improcedente el incidente de nulidad intentado por la demandada.
En cumplimiento a la ejecutoria de amparo se continuó con el trámite del juicio y, finalmente,
la hoy responsable dictó el laudo que se reclama en el que se condenó a los demandados a
pagar por concepto de indemnización constitucional, salarios caídos, prima de antigüedad,
vacaciones, prima vacacional, aguinaldo, horas extraordinarias y a la exhibición y entrega de
las constancias de aportación al Fondo de Ahorro para el Retiro, al Instituto Mexicano del
Seguro Social e Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, por todo
el tiempo laborado; asimismo, absolvió a los codemandados de pagar al actor la cantidad por
concepto de días de descanso legales obligatorios.
Ahora, como se anticipó, el único concepto de violación que exponen los quejosos es
fundado.
El artículo 685 de la Ley Federal del Trabajo, determina lo siguiente:
"Artículo 685. El proceso del derecho del trabajo será público, gratuito, inmediato,
predominantemente oral y se iniciará a instancia de parte. Las Juntas tendrán la obligación de
tomar las medidas necesarias para lograr la mayor economía, concentración y sencillez del
proceso.
"Cuando la demanda del trabajador sea incompleta, en cuanto a que no comprenda todas las
prestaciones que de acuerdo con esta ley deriven de la acción intentada o procedente,
conforme a los hechos expuestos por el trabajador, la Junta, en el momento de admitir la
demanda, subsanará ésta. Lo anterior sin perjuicio de que cuando la demanda sea oscura o
vaga se proceda en los términos previstos en el artículo 873 de esta ley."
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El numeral transcrito, en su primer párrafo enuncia los principios que sigue el procedimiento
laboral, a saber, el de oralidad, publicidad, inmediación y el de instancia de parte.
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el recurso de
reclamación 4/2008, sustentó su resolución en consideraciones que son útiles para resolver el
presente asunto, por cuanto analizó las consecuencias de la falta de firma en un escrito de
agravios.
De esas consideraciones destaca que la Sala subrayó que si carece de firma el escrito de
expresión de agravios, debe desecharse éste ya que, ponderó, la firma es lo que da expresión
de la voluntad a toda promoción o acto y es lo que constituye la base para tener por cierto,
que existe una manifestación de voluntad de parte del promovente que viene a provocar la
obligación de la autoridad de dictar la resolución que en derecho corresponda, por lo que para
la procedencia y estudio de tal recurso sólo debe atenderse al referido escrito de agravios.
Por tanto, indicó, el escrito de un recurso sin firma o huella digital, es un simple papel en el
que no se incorpora la voluntad del recurrente de presentarlo, por lo que en consecuencia no
se cumple con un requisito esencial para darle validez a su promoción, por no instar al órgano
judicial, como en el caso, para que conozca del fondo o contienda.
Acotó que se debe entender que la firma autógrafa es aquella puesta del puño y letra del
promovente, que genera la convicción de certeza sobre la voluntad de la persona que suscribe
el correspondiente medio de impugnación, de tal manera que no exista duda alguna sobre la
misma de ejercer el derecho de acción, porque la finalidad de asentar esa firma consiste en
expresar la intención de suscribir o hacer suya la demanda o documento, y vincular al autor
con el acto jurídico contenido en el ocurso.
Concluyó que la falta de firma autógrafa en un escrito inicial de impugnación, significa la
ausencia de un requisito esencial del medio de impugnación, lo que trae como consecuencia
la falta de un presupuesto necesario para la constitución de la relación jurídica procesal, por
lo que desechó el recurso de reclamación.
Ahora bien, en el caso que se analiza, quedó evidenciado con los antecedentes del juicio y
que fueron sintetizados al inicio del presente considerando, que la Junta responsable admitió
la demanda de **********, sin que se encontrara firmada, ordenó emplazar a la parte
demandada y citó a las partes a la audiencia de conciliación, demanda y excepciones,
ofrecimiento y admisión de pruebas de cuatro de marzo de dos mil nueve, en la que dada la
ausencia injustificada de las partes les hizo efectivo el apercibimiento decretado en el auto de
radicación; en consecuencia, tuvo a la parte actora por reproducida en vía de demanda su
escrito inicial y a la parte demandada en su conjunto, la tuvo contestando la demanda en
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sentido afirmativo, salvo prueba en contrario. Posteriormente, una vez resuelto el incidente de
nulidad planteado por la parte demandada, dictó el laudo ahora reclamado, en el que condenó
a los codemandados a pagar las prestaciones que en dicha resolución quedaron precisadas.
Como se observa, teniendo en cuenta la trascendencia procesal de que el escrito inicial de
demanda carezca de firma, no tiene sustento jurídico el procedimiento llevado a cabo por la
Junta responsable, desde la admisión de la demanda hasta el dictado del laudo
correspondiente, pues se encuentra basado en una instancia judicial inexistente, al no hallarse
expresión de la voluntad del trabajador de promoverla, pues la demanda laboral carece de la
firma que, como se vio, es un elemento indispensable para otorgar un mínimo de validez al
escrito correspondiente.
Además, no puede sustentarse que el hecho de que se hubiera desarrollado el procedimiento
laboral hasta su conclusión, subsane la carencia de firma del ocurso inicial, pues conforme a
los artículos 685, 873 y 878 de la citada legislación laboral, la omisión de firmar la demanda
laboral no es susceptible de subsanarse por parte de las Juntas del trabajo, ya que no se
encuentra en los supuestos de que la demanda sea incompleta, en cuanto a que no comprenda
todas las prestaciones que de acuerdo a la citada ley deriven de la acción intentada o
procedente; ni tampoco en el que la demanda sea oscura o vaga, irregular o se ejerzan
acciones contradictorias; porque, más bien, se trata de la falta de expresión de la voluntad del
actor de promoverla, lo que es un requisito esencial para que se tenga por colmado el
principio que rige en el proceso laboral de instancia de parte.
No deja de atenderse a la particularidad relativa que el derecho del trabajo tiende a la tutela
de los intereses de la clase trabajadora, lo que se patentiza en distintos artículos de la Ley
Federal del Trabajo, entre ellos, los numerales 685, 873 y 878, fracción II, de tal manera que
por lo general se exige de la parte patronal una conducta estricta como deriva, entre otros, de
los artículos 784 y 824 que respectivamente disponen que la Junta eximirá de la carga de la
prueba al trabajador, cuando por otros medios esté en posibilidad de llegar al conocimiento
de los hechos, que para tal efecto se requerirá al patrón que exhiba la documentación que de
acuerdo a las leyes tiene la obligación de conservar y que tratándose, por ejemplo, de la
prueba pericial, la Junta nombrará a los peritos del trabajador si éste no los designase o
porque así lo solicite, lo que evidencia un trato diferencial para la parte patronal y la obrera
en situaciones similares.
En efecto, el segundo párrafo del artículo 685 dispone que la Junta laboral, en el momento de
admitir la demanda, subsanará ésta en cuanto no comprenda todas las prestaciones que
deriven de la acción intentada o procedente, conforme a los hechos expuestos por el
trabajador, y que cuando el escrito inicial sea oscuro o vago se procederá en términos del
artículo 873 del propio ordenamiento legal, que en la parte conducente, prevé lo siguiente:
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"Artículo 873. ...
"Cuando el actor sea el trabajador o sus beneficiarios, la Junta, en caso de que notare alguna
irregularidad en el escrito de demanda, o que estuviere ejercitando acciones contradictorias,
al admitir la demanda le señalará los defectos u omisiones en que haya incurrido y lo
prevendrá para que los subsane dentro de un término de tres días."
Por otra parte, el artículo 878, fracción II, vinculado con el precepto citado, dispone:
"Artículo 878. La etapa de demanda y excepciones, se desarrollará conforme a las normas
siguientes: ... II. El actor expondrá su demanda, ratificándola o modificándola, precisando los
puntos petitorios. Si el promovente, siempre que se trate del trabajador, no cumpliere los
requisitos omitidos o no subsanare las irregularidades que se le hayan indicado en el
planteamiento de las adiciones a la demanda, la Junta lo prevendrá para que lo haga en ese
momento. ..."
De los numerales invocados, se advierte que tanto el artículo 685 como los diversos 873 y
878, fracción II, se refieren a las reglas que debe seguir la Junta laboral cuando el trabajador
incurra en alguna deficiencia en su escrito inicial de demanda, a saber, que subsane aquélla o,
en su caso, mande prevenir al actor para que en el término de tres días aclare la demanda y
que, en el supuesto de no hacerlo en ese lapso, tendrá una nueva oportunidad al celebrarse la
audiencia de demanda y excepciones, y ofrecimiento y admisión de pruebas.
Ahora, el artículo 685 de la ley laboral, se encuentra estrechamente vinculado con la
suplencia de la queja que deben realizar las Juntas laborales, en virtud de que según deriva de
su contenido, la actuación de la Junta laboral se traduce en subsanar de oficio las deficiencias
de la demanda con relación a las prestaciones que se reclamen y las que derivan de la acción
intentada, lo cual significa que la autoridad jurisdiccional no puede, a título de suplir
deficiencias, cambiar la acción promovida o intentar una nueva a nombre del actor, lo que se
corrobora con lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 879 de la ley en consulta, que
preceptúa que en caso de que el trabajador no comparezca a la etapa de demanda y
excepciones, sólo se tendrá por reproducida, en vía de demanda, su comparecencia o escrito
inicial. En este supuesto, no se requiere, por tanto, de la intervención o presencia del
trabajador o sus beneficiarios, sino que el tribunal por sí mismo, la efectúa.
Por su parte, los artículos 873 y 878, fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, señalan la
obligación de la Junta laboral para mandar prevenir al actor trabajador cuando incurre en
omisiones en su escrito inicial, y darle la oportunidad de hacerlo incluso en el momento de la
celebración de la audiencia respectiva, no quedan comprendidos dentro de la institución de la
suplencia de la queja a que se refiere el numeral analizado inicialmente, sino que se
encuentran vinculados con el principio tutelar que en materia procesal rige en general para la
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clase trabajadora.
Ello es así, en virtud de que en los supuestos que prevé, la Junta no es la que directamente se
avoca a subsanar la irregularidad de que se trate, sino que se concreta a requerir a la parte
actora con el objeto de hacerle saber la deficiencia en que incurrió para que esté en aptitud de
hacer las correcciones procedentes.
En efecto, conforme a la redacción de los preceptos en comento se sigue que la tutela
procesal opera:
a) Cuando la demanda es oscura o vaga;
b) Cuando la demanda es irregular; y
c) Cuando el trabajador o sus beneficiarios hayan ejercido acciones contradictorias.
En las tres hipótesis mencionadas, la tutela en el procedimiento laboral es oficiosa, como
sucede también tratándose de la suplencia de la queja, pero a diferencia de ésta, el tribunal
del trabajo ya no puede efectuarla por sí y ante sí, ya que necesita la intervención del actor
para que exprese, conforme a su libre voluntad, lo que en cada caso corresponda.
Las anteriores consideraciones encuentran apoyo en la jurisprudencia 2a./J. 75/99 de la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Tomo X, julio de
1999, página 188 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice:
"DEMANDA LABORAL. LA JUNTA DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE DEBE
MANDAR PREVENIR AL TRABAJADOR PARA QUE LA CORRIJA O ACLARE
CUANDO SEA IRREGULAR O INCURRA EN OMISIONES. De la recta interpretación de
lo dispuesto en los artículos 685, 873, último párrafo y 878, fracción II, de la Ley Federal del
Trabajo, se infiere que las Juntas de Conciliación y Arbitraje se encuentran obligadas, en
acatamiento al principio de tutela procesal, a prevenir al trabajador o, en su caso, a sus
beneficiarios, para que corrijan, aclaren o regularicen su demanda cuando ésta sea oscura,
irregular u omisa, en cuanto no comprenda todas las prestaciones que deriven de la acción
intentada; y, por otro lado, a aplicar esa tutela general previniendo al trabajador para que
proporcione los datos relativos a los hechos de la demanda, cuando de ellos dependa la
claridad y congruencia de la acción deducida, como las características relativas al tiempo,
modo y lugar del despido, sin que ello signifique que la Junta sustituya al actor en perjuicio
de la contraparte y con desdoro de la imparcialidad, porque en tales hipótesis la Junta no
proporciona por sí esos datos, sino que se concreta a hacer notar la irregularidad de que
adolece el escrito inicial con el propósito de que sea subsanada en los términos que el actor
estime oportunos."
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Así como la jurisprudencia 4a./J. 3/91 de la entonces Cuarta Sala del Alto Tribunal, publicada
en el Tomo VII, abril de 1991, página 33, Octava Época del Semanario Judicial de la
Federación, que incluso cita el propio quejoso, con rubro y texto siguientes:
"DEMANDA LABORAL. SUPLENCIA. LA ATRIBUCIÓN OTORGADA A LAS
JUNTAS POR LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO, ES DE EJERCICIO OBLIGATORIO.
De la relación de los artículos 685, 873, último párrafo, 878, fracción II, y 879, segundo
párrafo, de la Ley Federal del Trabajo, se infiere que la regla general de que el proceso
laboral se inicia a instancia de parte, tiene diversos matices o temperamentos en el
tratamiento de la demanda, que pueden reducirse a dos hipótesis: 1) Cuando dicha demanda
es incompleta; y, 2) Cuando es oscura o vaga, irregular o en ella se ejercitan acciones
contradictorias, puesto que en ambas hipótesis se establece la suplencia de la demanda si es
promovida por el trabajador o sus beneficiarios. Dicha suplencia varía en cada uno de los dos
supuestos, aunque siempre tiene como límite el respeto a la indicada regla de que el proceso
se inicia a instancia de parte. Así, en la primera hipótesis, la suplencia no tiene por objeto que
el tribunal cambie la acción o intente una nueva, sino sólo que ateniéndose a la ejercitada y a
los hechos expuestos, subsane las prestaciones a que el trabajador tiene derecho y cuya
petición fue omitida, debiendo resaltarse que este tipo de suplencia la hace el tribunal por sí y
desde luego, aun sin la intervención del actor. En el segundo supuesto, en cambio, la
actuación del tribunal necesita la intervención del actor para que exprese, conforme a su libre
voluntad, lo que en cada caso corresponda, ya que en acatamiento a la regla del inicio del
proceso a instancia de parte, sólo él está en aptitud de proporcionar los datos que aclaren,
regularicen o concreten los términos de la demanda y, sobre todo, sólo él puede optar por una
de las acciones cuando son contradictorias. Cabe agregar en confirmación de lo anterior, que
si precisados los defectos u omisiones, el promovente trabajador o sus beneficiarios no los
subsanan dentro del término legal y tampoco lo hacen en el periodo de demanda y
excepciones, o bien no comparecen al mismo, la Junta deberá, por así indicarlo la ley, tener
por reproducida la demanda inicial tal como fue formulada. Pese a las diferencias acusadas,
las normas rectoras de la suplencia tienen en común que no establecen una potestad
discrecional a cargo del tribunal laboral para subsanar o mandar corregir irregularidades u
omisiones de la demanda laboral sino, por el contrario, se traducen en verdaderos imperativos
que lo obligan a intervenir en cada caso, según corresponda, en beneficio del trabajador."
Pues bien, no obstante que de acuerdo con lo anterior, operan los principios de la suplencia
de la queja y tutela procesal a favor de la clase trabajadora, ello no implica que las Juntas del
trabajo deban subsanar la falta de firma de la demanda laboral del actor, pues como se indicó,
el proceso laboral se inicia a instancia de parte, lo que significa que el accionante debe
plasmar en la demanda inicial la firma que apruebe su contenido, la cual es un medio
personalísimo que expresa la voluntad del que promueve; por lo que si el actor no firma la
demanda laboral, debe considerarse que éste no exteriorizó su voluntad para promoverla, lo
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que impide al tribunal laboral darle el trámite correspondiente, pues no se cumple el principio
de instancia de parte, contenido en el primer párrafo del artículo 685 de la Ley Federal del
Trabajo.
No es óbice para llegar a la anterior conclusión el hecho de que en la audiencia del incidente
de nulidad promovido por la parte demandada, haya comparecido ********** en su carácter
de apoderado del "actor" ********** y que haya presentado carta poder signada por este
último, en virtud de que la manifestación allí expuesta evidencia su voluntad solamente de
otorgar el mandato referido para que se le represente en el juicio, pero no para ratificar la
demanda laboral o convalidar la omisión de su firma. Esto, aunado a que aun cuando la Junta
le reconoció el carácter de apoderado del "actor", lo hizo sobre la base de que se encontraba
constituida una relación jurídico procesal legalmente válida, de la cual, por el contrario,
quedó demostrada su inexistencia jurídica.
Tampoco obsta el hecho de que el apoderado del actor en la audiencia incidental realizada el
veinte de marzo de dos mil nueve, haya manifestado que del escrito inicial que obra en el
expediente laboral, consta al reverso de la hoja foliada con el número 3 que la demanda se
recibió en original y dos copias y, que debe entenderse que el escrito recibido en original es
el que está firmado, luego, que es responsabilidad de la Junta correr traslado a la parte
demandada con la copia y no con el original.
Lo anterior, ya que no está probado que el libelo inicial presentado en "original", fue con el
que se corrió traslado a la parte demandada pues, por el contrario, en las diligencias de
emplazamiento realizadas el dieciséis de febrero (fojas 7 y 9 vuelta), el actuario hizo constar
que corrió traslado con "copia cotejada de la demanda". Además, el hecho de que conste que
el escrito inicial se presentó en "original" y dos copias no implica que éste necesariamente
contenga la firma autógrafa de su autor.
Debe destacarse que en el caso de que la demanda carezca de firma, se insatisface un
requisito de admisibilidad que tiene como consecuencia el desechamiento de la demanda;
empero, si como en el caso, por error u omisión de la Junta se admite la demanda sin firma y
el juicio llega hasta el estado de resolución, el vicio de que adolece impide decidir sobre el
fondo, porque en tal caso no se inició legalmente; por ende, al ser una regla general la
instancia de parte, contemplada en el artículo 685 de la Ley Federal del Trabajo, lo
procedente es sobreseer en el juicio laboral.
Sin que obste para llegar a la anterior conclusión, el hecho de que la figura jurídica procesal
del sobreseimiento no se encuentre contemplada en la Ley Federal del Trabajo, ya que es
propia de la teoría general del proceso y tiene como consecuencia extinguir el juicio en forma
extraordinaria cuando surge alguna causa que impide al juzgador dictar sentencia.
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Finalmente, se subraya que no se causa agravio alguno al sobreseer en el juicio laboral aun
cuando, en actuaciones procesales anteriores, ya se le hubiera atribuido el carácter de actor a
quien aparezca identificado al calce de la demanda, dado que al no existir reclamación laboral
en donde conste la voluntad de ejercer las acciones correspondientes, se hace insostenible un
juicio que debe ser iniciado a instancia de parte.
En mérito de lo expuesto, debe concederse la protección constitucional solicitada, para el
efecto de que la Junta responsable deje insubsistente el laudo impugnado y, en su lugar, dicte
resolución en la que, siguiendo los lineamientos de la presente ejecutoria, sobresea en el
juicio.
Por lo expuesto, fundado, y con apoyo, además, en los artículos 76, 77, 78, 80, 190 y 192 de
la Ley de Amparo, se resuelve:
ÚNICO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a ********** y **********, en contra
del acto reclamado a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Guanajuato, Guanajuato,
consistente en el laudo pronunciado el ocho de octubre de dos mil nueve, en el expediente
número **********. El amparo se concede para los efectos precisados en la última parte del
considerando quinto de la presente ejecutoria.
Notifíquese; anótese lo conducente en el libro de registro correspondiente; con testimonio de
esta ejecutoria vuelvan los autos respectivos a su lugar de origen y, en su oportunidad,
archívese el expediente.
Así, por unanimidad de votos y sin discusión, lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Sexto Circuito, integrado por los
Magistrados Jesús de Ávila Huerta, Ariel Alberto Rojas Caballero y Víctor Manuel Estrada
Jungo, siendo ponente el tercero de los nombrados.
En términos de lo previsto en los artículos 8, 18, fracción II, y 21 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como el diverso 47 del
reglamento de la misma; 2, fracciones XXI y XXIII y 8 del Reglamento de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión
se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que
encuadra en esos supuestos normativos.
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