EL ELOGIO DE LA COHERENCIA

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Cultura
ATAHUALPA YUPANQUI:
Ilustración: Ricardo Carpani
EL ELOGIO DE LA
COHERENCIA
(SEGUNDA parte)
Por Martín García (Instituto Superior del Profesorado Técnico-UTN)
En el número anterior de La tela de la araña, publicamos la primera parte de esta nota biográfica sobre Atahualpa
Yupanqui. Aquí continúa y finaliza el relato…
Y
upanqui comienza a intercalar
sus giras por el país con grandes
períodos de estadía en Europa. A
partir de 1966, puede decirse que
París se transforma en base de operaciones de su actividad. Desde allí,
se traslada a diversos lugares de
Europa para cumplir con sus compromisos artísticos. Cuando vuelve
esporádicamente a la Argentina, se
instala en su casa de Cerro
Colorado, en el norte de la provincia
de Córdoba.
El reconocimiento de las nuevas
generaciones de artistas folclóricos y
la fidelidad del público erigen a
Yupanqui como el referente inexpugnable de la música argentina
por excelencia. Consecuentemente,
en 1972, el escenario mayor del folclore argentino, erigido en la plaza
Próspero Molina de la ciudad cordobesa de Cosquín, empieza a llevar el nombre de “Atahualpa
Yupanqui”. En aquella ocasión,
Yupanqui sentenció: “Agradezco a
la Comisión de Folclore y en especial
al pueblo de Cosquín, el homenaje
que se rinde, en mí, a tantos creadores. Ojalá, en nombre de ellos, el
mío se conserve por mucho tiempo.
Pero que se borre si alguna vez,
Bitácora
L IBROS :
* El canto del viento, Ediciones Siglo Veinte.
* El payador perseguido, Compañía General Fabril
Editora, Buenos Aires, 1979.
* Atahualpa Yupanqui, El canto de la patria profunda,
Ediciones del Pensamiento Nacional, Colección Los
Malditos, Colihue, 1992.
desde este escenario se llegara a cantar a los dictadores”.
Yupanqui, con sus obras y su
mensaje simple, directo y profundo,
continuó engrosando el acervo
folclórico argentino por muchos
años más. En 1989, logró activar la
Fundación (“Atahualpa Yupanqui”),
que tiene como sede principal la que
fuera la casa del poeta mayor del
folclore argentino en Cerro Colorado, donde funciona hasta el presente. Un 23 de mayo de 1992 huyó
hacia el silencio desde Nimes, cerca
del mar Mediterráneo, en Francia;
sus restos descansan en su casa del
Cerro Colorado.
yupanquiana
* El canto del viento, Microfón, 1980.
* Buenas noches, compatriotas, Acqua
Records, 2000.
DVD:
* Atahualpa Yupanqui: El legado.
D ISCOS :
M ÁS
Selva Pampa y cerro, Volumen N°10,
ODEON, 1963.
Fundación Atahualpa Yupanqui:
www.fundacionyupanqui.org.ar
6 - UTN - La tela de la araña
DATOS :
Cultura
La herencia: compromiso con la
verdad y estirpe del ser nacional
Hoy en día, hablar de folclore,
para el común de la gente, es estar
hablando de cosas antiguas, o de las
cosas de antes. Si los resortes culturales no hubieran sido socavados
desde el exterior a través de la
penetración cultural, personalidades como las de Atahualpa
Yupanqui no habrían pasado desapercibidas durante décadas en los
planes de estudios, al menos de los
niveles básicos. Y la cuestión folclórica o el arte nativo no hubieran
quedado relegados al triste papel de
reparto que les toca hacer en el
esquema actual de los medios masivos de comunicación. Culturalmente nos hemos alejado de nuestra
realidad.
Desde lo artístico se contribuye a
este caos cultural. El arte nativo se
nutre constantemente de elementos
frívolos y superficiales, que dejan de
lado el estudio de la cultura popular
y los signos musicales de nuestra
identidad nacional.
Para Yupanqui, el folclore representaba el derecho a elegir y mantener una cultura ajustada a una personalidad nacional. Personalidad
que fue prohibida por los colonizadores, negada por corrientes ideológicas (como la que caracterizó a la
generación del 80, por citar un ejemplo) y, oportunamente, desalentada
por los intereses extranjerizantes.
Podría decirse que, para Yupanqui,
la identidad cultural era uno de los
principales eslabones en la cadena
para conseguir una verdadera y
objetiva liberación nacional. Y no
dudaba en afirmar: “En el proceso
de Liberación Nacional de los países
del Tercer Mundo, el folclore es una
bola de fuego que crece porque
expresa aspiraciones de justicia y
cambio social de las clases oprimidas
que tradicionalmente lo producen. El
folclore no juega un papel político,
pero no puede dejar de estar integra-
do en un movimiento de liberación
política” 1.
En esta vorágine globalizada en la
que nos encontramos cotidianamente con el desconocimiento absoluto
de los que en otros tiempos solían
ser los más simples conocimientos y
los valores éticos más usuales, la
obra de Yupanqui acude a nosotros
poniendo a nuestra disposición un
panorama amplio y desinteresado,
cual una brújula incandescente y
necesaria para la determinación del
ser nacional.
Durante toda su vida no se
encuentra tacha posible de endilgar
a centenares de obras que reflejan el
profundo pensamiento yupanquiano y su vocación de argentinidad.
Prontos a conmemorar 100 años del
nacimiento del maestro mayor de
nuestra cultura popular, los argentinos deberíamos llamarnos a reflexión, volver a visitar la obra de Don
Atahualpa Yupanqui y sopesando
verdades, preguntarnos ¿desde
dónde venimos?, ¿hacia dónde
vamos?
1 Reproducido en La Voz de Buenos Aires.
México, 23 de Julio de 1974. Fuente Atahualpa
Yupanqui: El Canto de la Patria Profunda,
Galasso, Norberto.
Fragmentos de
El Payador Perseguido
Yo sé que muchos dirán
que peco de atrevimiento
si largo mi pensamiento
pal rumbo que ya elegí,
pero siempre hei sido ansí;
galopiador contra el viento.
Aunque mucho he padecido
no me engrilla la prudencia.
Es una falsa experiencia
vivir temblándole a todo.
Cada cual tiene su modo;
la rebelión es mi cencia.
Pobre nací y pobre vivo
por eso soy delicao.
Estoy con los de mi lao
cinchando tuitos parejos
pa’ hacer nuevo lo que es viejo
y verlo al mundo cambiao.
Si alguien me dice señor,
agradezco el homenaje;
más, soy gaucho entre el gauchaje
y soy nada entre los sabios.
Y son pa’ mí los agravios
que le hacen al paisanaje.
Tal vez otro habrá rodao
tanto como he rodao yo,
y le juro, creameló,
que he visto tanta pobreza,
que yo pensé con tristeza:
Dios por aquí no pasó.
En asuntos del cantar,
la vida nos va enseñando
que sólo se va volando
la copla que es livianita.
Siempre caza palomitas
cualquiera que anda cazando...
Pero si el canto es protesta
contra la ley del patrón,
se arrastra de peón a peón
en un profundo murmuyo,
y marcha al ras de los yuyos
como chasque en un malón.
Si alguna vuelta he cantao
ante panzudos patrones
he picaneao las razones
profundas del pobrerío.
Yo no traiciono a los míos
por palmas ni patacones.
Aunque canto en todo rumbo
tengo un rumbo preferido.
Siempre canté estremecido
las penas del paisanaje,
la explotación y el ultraje
de mis hermanos queridos.
¡No me nuembren, que es pecao,
y no comenten mis trinos!
Yo me voy con mi destino
pal lao donde el sol se pierde.
¡Tal vez alguno se acuerde
que aquí cantó un argentino!
Atahualpa Yupanqui
La tela de la araña - UTN - 7
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