PREDIOS RUSTICOS Y URBANOS, DISTINCION ENTRE LOS

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358841. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLVII, Pág. 1320.
PREDIOS RUSTICOS Y URBANOS, DISTINCION ENTRE LOS (LEGISLACION DE
NUEVO LEON). La doctrina distingue los predios en urbanos y rústicos, por razón del
destino que se da a los mismos, y no en atención a su ubicación dentro o fuera del radio de las
ciudades. El Código Civil de Nuevo León, no contiene clasificación de los predios en rústicos
y urbanos; pero al referirse a las servidumbres, expresa, en su artículo 899, que son urbanas,
las que se constituyen para subsistencia o comodidad de un edificio, o del objeto a que éste se
destine, y rústicas las que tienen por objeto el uso de una finca agrícola, sin tener en
consideración que la finca esté en poblado o en el campo; esta disposición fija un criterio
para distinguir los predios rústicos de los urbanos, el cual coincide con el adoptado por la
doctrina, sobre este punto. El artículo 2886 del propio ordenamiento, al establecer que la
renta debe pagarse, a falta de convenio, por meses vencidos, si el predio arrendado es urbano,
y por semestres vencidos, si el predio es rústico, atiende indudablemente a las características
del destino que se da a los inmuebles, pues en tanto que a los predios urbanos se les utiliza
sin interrupción y por lo general se obtienen de ellos productos constantes, tratándose de
predios rústicos destinados por su naturaleza a cultivos agrícolas, sólo se utilizan en
determinadas épocas del año, y las utilidades que se perciben con esos cultivos, es lo más
frecuente que se perciban en períodos más amplios, por lo que, de acuerdo con el espíritu que
informa la disposición últimamente citada, es indudable que una fábrica, objeto de un
contrato de arrendamiento, debe considerarse como un predio urbano, y a falta de convenio
expreso en el contrato, sobre las fechas en que deben pagarse las rentas, las mismas deben ser
cubiertas por mensualidades vencidas.
Amparo civil directo 3001/35. Martínez de Morales Margarita. 27 de enero de 1936.
Unanimidad de cuatro votos. El Ministro Abenamar Eboli Paniagua no intervino en este
asunto, por las razones que constan en el acta del día. La publicación no menciona el nombre
del ponente.
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